“EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de...

22
“EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS PROBLEMAS DE LAS PRODUCCIONES AGRÍCOLAS INTENSIVAS” Aportes teórico-metodológicos para el trabajo de Extensión Rural Los sistemas de conocimiento en los territorios Investigación Rosenstein, S. Murray, R. Daorden, M. E. Francescangeli, N. Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Rosario INTA EEA San Pedro Argentina Email: [email protected] RESUMEN Este trabajo se propone caracterizar los diferentes sistemas productivos intensivos (hortalizas, ornamentales, frutas y plantas de vivero) del territorio correspondiente al Centro Regional Buenos Aires Norte del INTA e identificar los problemas priorizados por los productores a partir de un diagnóstico participativo con el objeto de reorientar las líneas de investigación hacia la generación de tecnologías capaces de dar respuesta a dichos problemas. Se parte del supuesto que los modelos de extensión implementados hasta ahora no han logrado los resultados esperados en relación con el desarrollo y que los problemas de las producciones intensivas no sólo persisten sino que se han profundizado. Se trabajó con grupos locales de productores, representativos de las cuatro producciones abordadas por el proyecto. El grupo local está caracterizado por la co-presencia y la co-actividad. Compartir la actividad y el espacio local facilita los encuentros cotidianos entre los productores y las instancias en las que se reflexiona y se negocian nuevas variantes a las normas de trabajo que ponen en práctica. A la vez, es el espacio en el que tiene lugar la hibridación entre el sistema de conocimiento local y el técnico. Para la caracterización de las unidades y el relevamiento de los problemas, se aplicaron entrevistas semi-estructuradas a los productores que conforman los grupos, combinando variables cuanti y cualitativas. Luego, se construyó un diagnóstico participativo mediante la organización de talleres. La interacción en la instancia del taller es la que permitió reformular las significaciones individuales recogidas en las entrevistas en una significación colectiva. El proceso de intervención continuará a lo largo de todo el proyecto de modo de ir precisando cada vez más las tipologías de sistemas productivos existentes en los territorios y, a la vez, monitoreando tanto los cambios operados en las prácticas de los productores como la aparición de nuevos problemas. Palabras claves: producciones intensivas, diagnóstico participativo, generación de tecnología, cambios

Transcript of “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de...

Page 1: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

“EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS PROBLEMAS DE LAS PRODUCCIONES AGRÍCOLAS INTENSIVAS”

Aportes teórico-metodológicos para el trabajo de Extensión Rural

Los sistemas de conocimiento en los territorios

Investigación

Rosenstein, S.

Murray, R. Daorden, M. E.

Francescangeli, N.

Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Rosario INTA EEA San Pedro

Argentina

Email: [email protected]

RESUMEN

Este trabajo se propone caracterizar los diferentes sistemas productivos intensivos (hortalizas, ornamentales, frutas y plantas de vivero) del territorio correspondiente al Centro Regional Buenos Aires Norte del INTA e identificar los problemas priorizados por los productores a partir de un diagnóstico participativo con el objeto de reorientar las líneas de investigación hacia la generación de tecnologías capaces de dar respuesta a dichos problemas.

Se parte del supuesto que los modelos de extensión implementados hasta ahora no han logrado los resultados esperados en relación con el desarrollo y que los problemas de las producciones intensivas no sólo persisten sino que se han profundizado.

Se trabajó con grupos locales de productores, representativos de las cuatro producciones abordadas por el proyecto. El grupo local está caracterizado por la co-presencia y la co-actividad. Compartir la actividad y el espacio local facilita los encuentros cotidianos entre los productores y las instancias en las que se reflexiona y se negocian nuevas variantes a las normas de trabajo que ponen en práctica. A la vez, es el espacio en el que tiene lugar la hibridación entre el sistema de conocimiento local y el técnico.

Para la caracterización de las unidades y el relevamiento de los problemas, se aplicaron entrevistas semi-estructuradas a los productores que conforman los grupos, combinando variables cuanti y cualitativas. Luego, se construyó un diagnóstico participativo mediante la organización de talleres. La interacción en la instancia del taller es la que permitió reformular las significaciones individuales recogidas en las entrevistas en una significación colectiva.

El proceso de intervención continuará a lo largo de todo el proyecto de modo de ir precisando cada vez más las tipologías de sistemas productivos existentes en los territorios y, a la vez, monitoreando tanto los cambios operados en las prácticas de los productores como la aparición de nuevos problemas.

Palabras claves: producciones intensivas, diagnóstico participativo, generación de tecnología, cambios

Page 2: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

Introducción

El territorio correspondiente al Centro Regional Buenos Aires Norte del INTA1 se caracteriza por la importancia que adquieren las producciones intensivas (hortalizas, ornamentales, frutas y plantas de vivero).

Ello se evidencia en la presencia de 3631 empresas agropecuarias (EAPs) con una superficie algo superior a 28600 has y 62481 unidades de agricultura urbana (620 has) abocadas a las producciones intensivas mencionadas. En las EAPs se generan aproximadamente 29000 puestos de trabajo directos, lo que constituye una importante fuente de mano de obra y de ingresos, que tiene a su vez, un efecto multiplicador y dinamiza la economía en áreas densamente pobladas (PR: Tecnología para el Desarrollo de Producciones Intensivas: Hortalizas, Ornamentales, Frutas y Plantas de Viveros, 2009)

Los Diagnósticos (PTR CRBAN, 2008) realizados por el INTA tanto por cadena productiva como por territorio muestran una multiplicidad de problemas complejos y de diversos órdenes: productivos, sociales, económicos, legales y ambientales, que requieren ser abordados desde una mirada multidisciplinar.

Entre ellos:

1-La falta de articulación entre los sectores productivos y los organismos oficiales de fiscalización (SENASA, INASE) por un lado y con los de generación y transferencia de tecnología (INTA, Universidades) por el otro para posicionar las producciones intensivas frente a los requerimientos de los mercados internacionales. Considerando el achicamiento del mercado interno de productos frescos que la demanda agroindustrial no está en condiciones de compensar, la consecuencia es la desaparición o la reconversión de las unidades de producción intensivas a la agricultura extensiva, más rentable, que contribuye a reforzar el modelo dominante basado en el monocultivo.

2- En relación dialéctica con lo anterior, subyace el problema de la calidad de los productos como consecuencia de la dificultad para incorporar tecnología. Los productos se comercializan con bajo valor agregado, mínimo procesamiento y un empaque muchas veces contraproducente. La calidad de productos, procesos y empresas es sólo exigida marginalmente por consumidores y usuarios (PR: Tecnología para el Desarrollo de Producciones Intensivas: Hortalizas, Ornamentales, Frutas y Plantas de Viveros, 2009). En este contexto, se dificultará enormemente la incorporación de de buenas prácticas agrícolas (BPA) y buenas prácticas de manufactura (BPM), de inminente puesta en vigencia.

3- El bajo grado de trazabilidad contribuye a agravar la situación, en tanto, el mercado interno no premia con precios diferenciales la mejor calidad producida.

4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión eficiente que permita una planificación a largo plazo de sus estrategias y una progresiva adecuación a las normas de calidad.

5- Las dificultades para llevar adelante emprendimientos asociativos que permitirían aumentar la escala y, por lo tanto, disminuir costos fijos, incrementarían el poder de negociación de los productores frente a los otros actores de la cadena y facilitarían la incorporación del capital y de los procesos necesarios para incorporar valor agregado al producto final.

6- La informalidad del empleo, generalmente en negro y la escasa capacitación de la mano de obra repercuten en la calidad del proceso productivo y de los productos finales. Además y por la competencia con otras actividades, hay muchas dificultades para captar mano de obra estacional.

7- Problemas importantes que se verifican al interior de las unidades productivas relacionados con aspectos de sanidad, suelos y agua, tecnología de los cultivos, manejo del ambiente de los invernaderos, cosecha y poscosecha.

8- Problemas de contaminación que están adquiriendo especial importancia debido al uso indiscriminado de agroquímicos, muchas veces, cerca de los centros urbanos, a la falta de mecanismos de control por parte del Estado, a los residuos que se generan y al manejo del agua de riego y de lavado y de los efluentes, entre otras causas. A ellos se suma la falta de conciencia de los productores y de la población trabajadora acerca de los mecanismos de protección personal y

1 El CRBAN ocupa la mitad norte de la Provincia de Buenos Aires, e incluye desde el año 2000 al Delta bonaerense y entrerriano (área de la EEA Delta), con una superficie total aproximada de 127.000 km2.

Page 3: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

ambiental para la aplicación de agroquímicos. Problemas que impactan, sin duda, sobre la salud de la población en tanto comprometen la inocuidad de los alimentos que se consumen.

Ahora bien, para muchos de los problemas mencionados existen información y tecnologías a disposición de los productores que podrían contribuir a solucionarlos. Es decir, herramientas que podrían impulsar el desarrollo del territorio, contribuyendo a incrementar la calidad de vida de la población involucrada.

Entonces, las preguntas que se imponen son: ¿Por qué se han profundizado los problemas? ¿Por qué el desarrollo sigue siendo una asignatura pendiente? ¿Hay obstáculos que impiden cambios en las prácticas? ¿Cuáles son?

En una primera aproximación, el diagnóstico estaría indicando que el grado de adopción de nuevas prácticas por parte de los productores no guarda correlación con los recursos humanos y materiales puestos en juego por los organismos de generación y difusión de tecnologías, que las tecnologías y las estrategias de intervención no se adecuaron a la heterogeneidad de sistemas productivos presentes y en consecuencia, ha aumentado la brecha tecnológica entre los que adoptan las tecnologías de punta y los que no lo hacen, que la mayoría adopta selectivamente, es decir, combinan lo “nuevo” y lo “tradicional” en distintas proporciones en función de la significación que le atribuyen pero no como lo recomienda el técnico. En definitiva, el proceso de transferencia no ha logrado los resultados esperados en relación con el desarrollo.

En función de este diagnóstico, el proyecto en el que se inscribe el presente trabajo, se propuso como objetivo general apuntar a mejorar la competitividad, la sustentabilidad y la equidad de la agricultura intensiva, focalizando en la producción, procesamiento, transformación y comercialización de hortalizas, frutales, ornamentales y plantas de vivero en 5 territorios del Centro Regional Buenos Aires Norte: Urbano, Periurbano Sur, Periurbano Oeste, Periurbano Norte y Costero Diversificado, a través de la participación de los distintos actores en el desarrollo de tecnologías innovadoras y/o apropiadas con enfoque agroecológico. (PR “Tecnología para el Desarrollo de Producciones Intensivas: Hortalizas, Ornamentales, Frutas y Plantas de Viveros, 2009).

En este trabajo en particular nos abocaremos a caracterizar los diferentes sistemas productivos en el territorio que atiende el proyecto e identificar los problemas productivos, de gestión, ambientales, económicos, sociales y legales priorizados por los productores a partir de un diagnóstico participativo. Con ello, nos proponemos reorientar las líneas de investigación hacia la generación de tecnologías innovadoras o apropiadas capaces de dar respuesta a dichos problemas.

Concebimos el territorio como el soporte económico, social, geográfico, de una sociedad formada por actores que se relacionan, tienen capacidad de actuar frente a los problemas y cuentan con recursos y, también, como “arena” dónde se dirimen las luchas por el control de dichos recursos, tanto materiales como no materiales.(LONG, N. y LONG, A. 1992). Se define entonces por la manera en como se produce en su interior la interacción social y por la manera en la que las acciones colectivas, resultantes de dicha interacción, se ejercen y modifican los lugares (DEMATTEIS, G.; GOVERNA, F. 2005). Es decir, como esas acciones llevadas adelante por los actores “construyen” el territorio. Acciones orientadas por los valores y normas construidos históricamente por ese grupo humano. Así, una comunidad con capacidad de organizarse construirá el territorio en forma diferente a otra en la que domine más la acción individual. La primera tendrá mayor capacidad para actuar frente a los problemas, demandar soluciones al poder político, generar y gestionar proyectos tendientes al desarrollo local. En este caso es posible esperar un aumento del capital territorial material (infraestructura, equipamiento) pero también del capital cognitivo, del capital social (mayor densidad de los vínculos) y de la capacidad institucional que derivará, a su vez en una ampliación de la cuota de poder de la comunidad para negociar sus intereses.

Estas redes de actores capaces de accionar colectivamente se construyen cuando hay proximidad geográfica, relaciones de confianza, proyectos ligados a un capital territorial común, posibilidades de participación. De allí que el espacio local pueda considerarse como un territorio adecuado para el desarrollo.

Pero además, el territorio es el espacio dónde tienen lugar las interfases entre las organizaciones, las empresas y los individuos que intervienen en la actividad técnica y económica, dónde sistemas de conocimiento diferentes se interprenetran e hibridan (LONG, N, 2000) dando lugar a nuevos saberes. Es el espacio dónde, en la vida cotidiana, cada uno de estos actores intenta reproducir su autonomía estratégica frente a los otros y al reproducirla abre la posibilidad de actuar diferente y producir un cambio. Es también el espacio de la identidad, de un conjunto de valores, normas y significados

Page 4: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

compartidos que conforman los modelos culturales construidos por la comunidad a lo largo de su historia. Es el espacio producido por las relaciones sociales pero que también actúa condicionando esas relaciones.

Centrarse en la acción colectiva implica considerar dos aspectos fundamentales: El primero es el capital social (BAGNASCO y col, 2003). Cuanto mayor sea el número de vínculos, cuantos más miembros tengan derecho a la palabra, mayor es la posibilidad de interacción. (DARRÉ, J.P, 1996) Los encuentros cotidianos con los otros son una instancia para compartir problemas, confrontar puntos de vista, negociarlos y reflexionar acerca del grado de éxito de las acciones que se llevan a cabo para solucionarlos. Si las normas consensuadas hasta el momento ya no permiten adecuar las prácticas a las condiciones del contexto, de la reflexión cotidiana puede surgir la idea de que podría lograrse mayor éxito con acciones conjuntas. Comienza a circular como una práctica posible formar nuevas asociaciones gremiales, grupos para la compra de insumos o para comercializar la producción en conjunto, comisiones comunales, etc..

El segundo aspecto son las relaciones de poder locales. Estas interfases en las que adquieren voz los actores de distintos sectores económicos, dirigentes de instituciones, profesionales, obreros, productores agropecuarios, comerciantes, etc…constituyen la arena de negociación dónde salen a la luz todos los conflictos, sobre todo a la hora de jerarquizar los problemas que los afectan. Los conflictos necesariamente existen cada vez que se enfrentan intereses diferentes, portados por actores con cuotas de poder diferenciales. Habrá algunos con mayor poder que otros para enrolar al resto en sus propios puntos de vista. El que logra “representar” a los demás es el de mayor habilidad social para comprometer a otros en la acción colectiva. Esto es, dispone de instrumentos materiales y cognitivos (y mayor capital social) para obtener la cooperación ajena sobre la base de su propia visión del mundo y de su propia definición de lo que son los problemas a ser enfrentados.(FLIGSTEIN, N, 2001) Pero el poder también es dinámico: al democratizarse la palabra, otros actores locales pueden ir variando sus posiciones, esto es, aumentando el volumen de sus capitales y, por lo tanto, la posibilidad de ejercer la presión e influencia necesarias para que su punto de vista sea considerado.

Metodología

El universo bajo estudio del presente proyecto está constituido por el conjunto de productores hortícolas, frutícolas, florícolas y de plantas de vivero presentes en los 5 territorios definidos por el Centro Regional Buenos Aires Norte del INTA: Urbano, Sur, Oeste y Norte del Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en el territorio Costa del Paraná.

La selección de los productores se realizó en función del concepto de grupo local. El grupo local está caracterizado por la co-presencia y la co-actividad (DARRÉ, JP, 1996). Está definido por el espacio donde desarrollan la actividad social y económica y no por la estricta ubicación geográfica de la unidad de producción. O sea, por el lugar dónde residen, dónde desarrollan el grueso de las actividades comerciales, utilizan los servicios (educación, salud), asisten a los oficios religiosos o a actividades recreativas, participan activamente en sus instituciones (Municipio, cooperativa, cooperadora escolar, club, etc.) y se asesoran técnicamente.

Partimos del supuesto de que compartir la actividad y el espacio local facilita los encuentros cotidianos entre los productores y las instancias en las que se reflexiona y se negocian nuevas variantes a las normas de trabajo que ponen en práctica. A la vez, es el espacio en el que tiene lugar la interfase entre productores y técnicos y, por lo tanto, la posibilidad de hibridación entre ambos sistemas de conocimiento.

En función de lo dicho, se eligieron 17 grupos para los cinco territorios, de modo que reflejaran la diversidad de unidades existentes. Cabe aclarar que la decisión de tomar dichos grupos no pretende un rastreo exhaustivo de todos los tipos de unidades presentes en el territorio. Estos son los que tomamos en una primera etapa, fundamentalmente, porque tenían relaciones previas con los técnicos participantes del proyecto. La intención es ir incorporando otros grupos de productores (y, por lo tanto, otros tipos de unidades) a medida que avance el proyecto y podamos comenzar a dar respuesta a los problemas relevados.

Page 5: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

Para la caracterización de las unidades, relevamos las siguientes variables: Superficie y régimen de tenencia de la tierra, actividades productivas, organización del trabajo, capital2, nivel tecnológico3, forma de comercialización, asesoramiento técnico y capital social. A la vez, se indagó acerca de los problemas que los productores sienten como más importantes en la actualidad en los aspectos productivos, de calidad de producto, económicos, sociales y legales.

Para el relevamiento de información, recurrimos a fuentes de información secundaria: documentos previos elaborados por el INTA (fundamentalmente, los diagnósticos territoriales) y otros organismos y censos.

Asimismo, realizamos entrevistas semiestructuradas a los productores que conforman los grupos locales. El protocolo de entrevista se construyó participativamente en la instancia de un taller con todos los técnicos involucrados en el proyecto con el objeto de aprovechar el conocimiento específico que cada uno de ellos tiene de la realidad local en la que actúa. A la vez, estos talleres sirvieron para capacitarlos en la técnica de entrevista y acordar criterios para su realización.

La información procesada permitió construir una tipología de las unidades presentes y de los problemas por tipo de unidad. En relación con este último aspecto, el equipo de investigación elaboró un pre-diagnóstico que fue devuelto a los grupos locales de productores con el objetivo de priorizar y construir un diagnóstico participativo acerca de los problemas. El trabajo se organizó en talleres, aplicando técnicas de animación y producción grupal. La interacción en la instancia del taller es la que permitió reformular las significaciones individuales recogidas en las entrevistas en una significación colectiva.

El diagnóstico sirvió de insumo fundamental para reorientar las líneas de investigación de la EEA San Pedro en el sentido de poder dar respuesta a los problemas del medio.

Resultados

A los fines de este trabajo, cada grupo local se trató como un estudio de caso, caracterizándolo a partir de los rasgos comunes y diferenciales y relacionando dichas características con los problemas priorizados. A la vez, se compararon entre sí los grupos que comparten la actividad principal.

Los horticultores:

Grupo I

Compuesto por los horticultores bolivianos, son varios grupos que se presentarán en conjunto dado que son bastante similares tanto en la dotación de recursos materiales y no materiales como en la estrategia productiva.

La mayoría comienza en la actividad como medieros o como “inquilinos” de tierras fiscales.

En general, son productores pequeños que trabajan entre menos de 1 y 4 has, en los que predomina la tenencia precaria: arrendamiento en forma permanente u ocasional a familiares o no familiares y otras formas particulares sobre tierras fiscales, tales como el comodato e inquilinato. En los casos en que han logrado acceder a la propiedad de la tierra se observan cesiones de parcelas de tierra dentro de la familia, fundamentalmente a los hijos que, a medida que forman su propio grupo familiar, se van haciendo cargo de parte de la unidad productiva.

Se dedican casi exclusivamente a la horticultura, produciendo, en general, un alto número de especies, más de 20 en algunos casos. Se observa una mayor especialización en los grupos que incorporan el cultivo de frutilla.

2 Se consideraron las diferencias tanto en el parque de maquinarias como en las instalaciones propias de cada actividad. Así., por ejemplo, una sembradora es necesaria para la horticultura pero no lo es para la fruticultura y lo mismo ocurre con los invernáculos. Por el contrario, los viveros no requieren módulo de refrigeración. 3 Se consideraron las siguientes prácticas: compra de plantines o producción en el predio, curas calendarizadas o monitoreo, fertilización con receta o análisis de suelo, registros y Buenas Prácticas Agrícolas (BPA). Estas son las acciones involucradas en la producción, almacenamiento, procesamiento y transporte de productos de origen agropecuario, orientadas a asegurar la inocuidad del producto, la protección al medio ambiente y el bienestar laboral. Tuvimos en cuenta: registros de cultivos desde plantación a cosecha, manejo de residuos y depósito seguro de agroquímicos.

Page 6: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

La mano de obra es fundamentalmente familiar. Todas las unidades están a cargo del jefe de la familia y además aportan trabajo la esposa, los hijos y otros miembros de la familia (hermanos, padre, madre, etc..). No se observan roles diferenciados dentro de la unidad, todos se dedican a todas las tareas del proceso productivo. En general, no contratan mano de obra pero en los casos en los que resulta necesario porque los miembros de la familia no son suficientes, predominan los asalariados temporarios y los tanteros.

Con respecto a la dotación de capital fijo, si bien son unidades poco capitalizadas existen diferencias entre grupos. Algunos carecen de tractor y de herramientas de trabajo, en otros la mitad o más de las unidades poseen al menos un tractor en buen o regular estado y al menos una rastra y en el resto el parque de maquinarias incluye rastra, cincel y/o sembradora. De la misma manera, hay grupos en los que no hay presencia de camiones ni de camionetas y otros con uno u otro vehículo ya amortizado. Todas las unidades tienen riego por surco o goteo. Sólo en 2 grupos, la mitad o menos de las unidades cuentan con sistema de fertirrigación, cuando hay instalaciones de conservación y empaque, éstas son precarias (la mayoría con piso de tierra, paredes de chapa y techo de nylon o chapa) y la gran mayoría carece de módulo de refrigeración. Salvo un grupo que produce sólo al aire libre, el resto combina aire libre con invernáculo en distintas proporciones: desde grupos en los que la tercera parte de las unidades produce bajo cubierta hasta otros en que dicha proporción se eleva al 75%. Los invernáculos en su mayoría son de madera y en buen estado.

En relación con el nivel tecnológico, en la mitad de los grupos los productores optan por comprar plantines de algunas especies y hacer el resto en la unidad, mientras que en la otra mitad la mayoría compra todos. Compran4 los plantines más difíciles de producir (por ejemplo, tomate), porque aseguran la calidad, para ganar tiempo y adelantar la cosecha, por las dificultades para conseguir semilla o porque significa menos trabajo y no cuentan con la mano de obra. Pareciera además que la decisión de compra está fuertemente ligada a la confianza en el vendedor como proveedor de buena calidad y sanidad. Los productores hacen los plantines porque “los saben hacer”, porque disponen de ellos cuando los necesitan y, fundamentalmente, para reducir costos.

En la mayoría de los grupos, predomina la práctica de las curas calendarizadas o bien no llevan adelante ni curas calendarizadas ni monitoreo. El criterio dominante para las curas calendarizadas es hacer tratamientos preventivos una vez por semana o cada dos semanas, sobre todo si llueve y también si aplican los vecinos “porque aparecen plagas”. Lo hacen por costumbre, porque así lo hacían cuando eran medieros de modo que tiene para ellos la validez del conocimiento construido históricamente a través de la práctica. Los tratamientos preventivos se asocian con una mayor seguridad de cosecha.

El criterio del monitoreo es aplicar cuando se observa la aparición de la plaga o enfermedad, “la planta te avisa” o se consulta al vendedor de insumos o al técnico del INTA. El rasgo positivo que se asocia con la práctica es el ahorro de agroquímicos. La pregunta es ¿los productores “saben” que es el monitoreo? Sin duda no le atribuyen el mismo significado que el discurso técnico pero dentro del grupo todos comprenden de que están hablando cuando se refieren a él.

Para fertilizar, ningún grupo ha incorporado el análisis de suelo como una práctica habitual. Optan por usar siempre la misma receta o bien ninguna de las dos formas.

El criterio es realizar una fertilización de base una vez al año y luego en función del estado del cultivo o del cambio de cultivos en cada temporada o teniendo en cuenta el rendimiento del cultivo anterior. También priorizan algunos cultivos sobre otros, así los grupos que hacen frutilla fertilizan sólo este cultivo. En menor proporción, deciden en función de la consulta al técnico o al vendedor de insumos.

Usando la misma receta observan un mayor rendimiento, “sino no me da nada”, creen que mejora la condición física del suelo y, además, por costumbre o experiencia “saben” que da buenos resultados. Entonces, no es necesario el análisis de suelo para el que además no cuentan con los recursos económicos.

El porcentaje de productores que llevan algún tipo de registro5 es muy bajo. Las razones son la falta de tiempo, de constancia, de interés o de costumbre, porque son complicados, porque no recuerdan o 4 En todos los casos, se decidió agrupar las razones enunciadas en el discurso de los actores según la intencionalidad que subyace en los criterios que orientan la práctica: por un lado, los criterios tendientes a la transformación de un estado de cosas (por ejemplo, mejorar la calidad del producto o aumentar la productividad) y por el otro, los que tienden a la reproducción de las prácticas (desinterés, costumbre). 5 Consideramos los diferentes tipos de registros que los productores llevan: de costos de producción e ingresos, de ventas, de volúmenes de producción, de curas, de siembras, de proveedores y clientes, etc..

Page 7: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

ignoran como se hacen, porque tienen problemas con la escritura, porque lo llevan en la memoria: “está todo en la cabeza” .Los pocos productores que registran lo hacen por una cuestión de orden y control y para recordar cuando realizaron determinadas actividades.

Con respecto a las buenas prácticas agrícolas no se observa homogeneidad entre los grupos: desde aquellos que no llevan adelante ninguna a otros en que la mayoría de los productores hacen por lo menos una. Pero lo cierto es que ante la pregunta si conocen que es BPA, casi todos ignoran su significado.

Venden su producción a través de diferentes canales de comercialización: en finca, en ferias públicas, entregan en consignación en los mercados y también venden a minoristas. La venta en puesto propio es característica de los grupos organizados a través de cooperativas, de las cuales las más importantes son las que corresponden a la comunidad boliviana.

En general, las unidades no tienen asesor técnico. Sin embargo, el hecho de que la mayoría de los productores pertenezca a grupos de Cambio Rural o Pro Huerta, sumado a las consultas frecuentes u ocasionales a técnicos de organismos oficiales (INTA e IMDEL6) y de la actividad privada, colabora para un mayor acercamiento con el discurso técnico. Se informan además a través de otras fuentes, de las cuales las más nombradas son el intercambio con otros productores en los mercados.

Se caracterizan además por una activa participación en instituciones. Ello da cuenta de la intensidad de los vínculos y de la existencia de espacios en los que los productores se encuentran cotidianamente y reflexionan acerca de sus problemas y sus prácticas. No en vano enuncian que una de las principales fuentes de información son sus pares. Refuerza esta situación el hecho de que la comunidad boliviana tiene una fuerte identidad como grupo que se plasma en un alto grado de organización. No sólo poseen un mercado cooperativo sino también centros culturales, ferias, etc..

A la hora de pensar si la pertenencia a un grupo técnico influyó o no sobre sus prácticas, algunos enuncian cambios en los canales de comercialización a partir de la posibilidad de integrarse a una cooperativa, en el mejor uso de productos químicos, en una mayor articulación de los productores con el municipio, en la posibilidad de conseguir subsidios, valorizan el trabajo en grupo, el intercambio de experiencias y la mayor capacitación, el poder “hacer mejor las cosas”. Se refieren, sobre todo, a cambios organizativos, producto del incremento de capital social y menos a cambios en las prácticas productivas, lo que pone en evidencia una vez más que el sistema de conocimiento técnico ha logrado penetrar sólo en aquellos aspectos que se ajustan a la razonabilidad de las estrategias de los actores y que contribuyen a su reproducción. De hecho, las normas de trabajo dominantes basadas en el conocimiento generado a partir de la experiencia, y tendientes a la reducción de los costos, dan cuenta de ello.

Los problemas priorizados:

Es evidente que los problemas y su definición están íntimamente relacionados con los intereses y metas de los actores, moldeados en sus trayectorias históricas en función del lugar que ocupan en el espacio social. Precisamente, el significado atribuido a los problemas va a orientar las prácticas dominantes del grupo aunque no siempre podrá diseñar líneas de acción tendientes a solucionarlos, esto es, las más adecuadas pueden no ser razonables para ellos en función de la dotación de capitales materiales y no materiales acumulados históricamente.

En este sentido, es razonable que el grupo de horticultores bolivianos priorice los problemas relacionados con la escasez de capital económico y simbólico7. El lugar en el que los otros los conocen y reconocen y en el que ellos mismos se ubican es el de “pobres”, sobre todo cuando se trata de actores que no tienen tierra propia y dependen de las políticas municipales en relación con la tenencia de tierras fiscales. Sienten, entonces, que “no están en condiciones de imponer la escala de valor más favorable a sus productos” (BOURDIEU, P, 1995) y, por lo tanto, no tienen cuota de poder suficiente para pensar en acciones tendientes a solucionar los problemas que los aquejan.

Los más importantes, según los actores, son: 1. la falta de mecanización y de equipos de riego y cuando están presentes, la obsolescencia de tractores y rodados y la falta de dinero efectivo para afrontar la reparación de las bombas de riego. 2. la baja rentabilidad de la producción, esto es, altos

6 Instituto Municipal de Desarrollo Económico Local de Moreno (pcia de Buenos Aires) 7 BOURDIEU; P. (1995) lo define como “el capital económico o cultural cuando es conocido y reconocido” Es el poder de imponer a los otros una visión del mundo y que depende de la autoridad social adquirida en las luchas anteriores.

Page 8: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

costos de insumos y bajos y muy variables precios de las hortalizas, agravada por el hecho de la disminución del volumen de ventas. 3. La tenencia precaria de la tierra sujeta a contratos cortos e informales. 4- La dificultad para adquirir insumos frente a la alta incidencia de enfermedades y plagas.

En relación con el capital cultural, el problema es la falta de conocimiento para producir en invernáculo y para controlar plagas y enfermedades.

La inseguridad, agravada porque las unidades se encuentran ubicadas dentro o muy cercanas a los cascos urbanos y, generalmente, en barrios marginales, sumada a la falta de caminos son cuestiones que atañen al ámbito político.

Finalmente, para aquellos que contratan mano de obra, el problema es la escasez pero también la renovación constante de los medieros que se van como consecuencia de los bajos precios de los productos.

Lo cierto es que el volumen acumulado de capital social se ha traducido en una mejora de las posibilidades de subsistencia a través del incremento de la capacidad negociadora para comercializar pero no todavía para gestionar otras condiciones de trabajo ni para poner en cuestión sus propias prácticas.

Grupo 2

El segundo grupo se caracteriza por el predominio de la tradición hortícola aunque sólo la mitad de sus miembros accede a la tierra por herencia.

La superficie trabajada promedio es de alrededor de 12 has. La mitad tiene tierra en propiedad y el resto arrienda a no familiares en forma permanente.

La mayoría se dedica a la horticultura casi exclusivamente pero la incorporación de otras actividades es más frecuente, combinándose la horticultura con la fruticultura y con producciones para autoconsumo, tales como gallinas ponedoras y cerdos. El número de cultivos es alto, llegando a más de 20 en algunos casos.

Al igual que en el caso anterior, todas las unidades están a cargo del jefe de la familia pero el aporte de mano de obra familiar es escaso. No trabajan la esposa ni los hijos pero sí otros miembros de la familia. No hay diferenciación de roles dentro de la unidad lo que estaría indicando poca dedicación a la gestión. La escasez de mano de obra de la familia obliga a contratar pero la mayoría opta por asalariados transitorios y tanteros y los menos por permanentes y/o medieros con familia, priorizando la flexibilidad de las relaciones laborales y la adecuación a las necesidades estacionales.

En relación con el grado de capitalización, se trata de unidades con una dotación de capital económico escaso. Todas las unidades tienen tractores pero en menos de la mitad están en buen estado. El parque de maquinarias es incompleto, al punto que en muchas hay sólo rastra. Casi todas tienen riego por aspersión, sólo un 20% sistema de fertirrigación, menos de la mitad instalaciones de conservación y empaque y ninguna módulo de refrigeración. Todos los productores producen al aire libre y muy pocos combinan con invernáculo, en este último caso tienen instalaciones de madera en estado de bueno a regular.

La mayoría compra los plantines y el resto combina ambas formas. Las razones son similares a las del grupo anterior: se asegura mayor calidad y se aprovecha mejor el suelo, el ahorro de tiempo, la comodidad dado que “nos despreocupamos de la producción”, evita tener que contratar una persona más. En este caso, la compra de plantines responde tanto a la escasez de recursos materiales y de mano de obra como al hecho de que, al incorporar otras actividades, el productor no puede ocuparse del seguimiento de modo que es más seguro para él que los produzca otro. La norma que guía la producción de plantines de algunas especies en el predio es la reducción de costos.

Las curas se realizan por monitoreo en la mayoría de las unidades y por ambas formas en el resto, con criterios similares a los enunciados por el Grupo I. Esto es, aplicar cuando aparece la plaga o enfermedad o bien cuando hay humedad en el caso de hongos. Enuncian que lo hacen así porque el monitoreo implica menores costos y mayor eficiencia.

Con respecto a la fertilización, ningún productor hace análisis de suelo y la mayoría no adopta ninguna de las dos formas. La aplicación se decide también en función de la época del año, el estado del cultivo o del tiempo transcurrido desde la última fertilización. La costumbre, la tradición y el ahorro dan cuenta del porqué lo hacen de esa manera y no de otra.

Page 9: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

Muy pocos productores del grupo llevan algún tipo de registro por algunas razones similares y otras diferentes a las del Grupo I, aún cuando reconocen que son importantes. Además de la falta de costumbre y la falta de tiempo y organización, no tienen que “rendir cuentas a nadie” o para “no saber lo mal que va la quinta”. Es preferible, entonces, ignorar para no tener que poner en cuestión sus propias prácticas en relación con el devenir de la unidad. Precisamente, los que llevan registros forman parte de una cooperativa, por lo tanto, es necesario saber cuanto se gana para poder repartir entre los miembros.

No conocen que es BPA y, en consecuencia, son pocos los que llevan adelante alguna de las buenas prácticas consideradas.

La mayoría de los productores entrega la producción en consignación, el resto vende a verdulerías, en puesto o en feria pública

Ningún miembro cuenta con asesor técnico. Casi todos consultan ocasionalmente a técnicos de organismos oficiales (INTA) y asisten a charlas frecuente u ocasionalmente. Pocos apelan a otras fuentes de información.

Mientras que la mitad participa activamente en más de una institución, la otra mitad no participa en ninguna. Sin embargo, todos los miembros del grupo pertenecen a Cambio Rural y ellos mismos enuncian que la participación en el Programa modificó la forma de hacer las cosas: mejoró la producción y la calidad del producto, eficientizó la aplicación de agroquímicos y el riego, brindó herramientas para llevar registros de cultivos y posibilitó el intercambio de experiencias entre productores y técnicos. Hay, entonces, transformación de prácticas aún cuando no siempre sean percibidas por el sistema de conocimiento técnico.

Lo cierto es que el Grupo I y el II tienen dotaciones de recursos diferentes y prácticas dominantes similares lo que permite afirmar, una vez más, que la adopción no está condicionada sólo por el capital económico sino también por la mayor o menor disposición a la búsqueda de información (capital cultural) y por el grado de organización (capital social)

Grupo 3

Todos sus miembros vienen de tradición hortícola y heredan la propiedad de la tierra, lo que evidencia que es el grupo más antiguo en la actividad.

La superficie trabajada es mayor: 20 has en promedio y, como ya dijimos, son todos propietarios. Algunos además amplían la superficie operada a través del arrendamiento a familiares o no familiares en forma permanente.

Se dedican a la horticultura casi exclusivamente. El grado de diversificación dentro de la horticultura es variable: desde especializados en 3 cultivos hasta muy diversificados (18 cultivos)

Todas las unidades están a cargo del jefe de la familia y el aporte de mano de obra familiar es similar al del Grupo II. La diferencia radica en que los roles están perfectamente diferenciados: el productor se dedica a la gestión y comercialización mientras otros miembros se abocan a tareas contables o al asesoramiento. Todos contratan mano de obra, fundamentalmente asalariados permanentes y medieros con su familia, priorizando la estabilidad y no la flexibilidad.

Están altamente capitalizadas y ello se refleja en que todas las unidades poseen tractores en buen estado (hasta 12), parque de maquinarias completo, riego por goteo y sistema de fertirrigación. La mayoría cuenta con instalaciones de conservación y empaque (de cemento y chapa) y módulo de refrigeración. Producen al aire libre y en invernáculo y algunas sólo en invernáculo, por lo tanto todas las unidades cuentan con instalaciones de madera de muy bueno a buen estado.

Los productores compran los plantines o los hacen en el predio en proporciones similares, los menos optan por ambas formas. La posibilidad de producir todos los plantines en el predio está relacionada con la mayor superficie y la disponibilidad de mano de obra calificada que posibilita dedicar tierra y tiempo a la plantinera. Sin embargo, muchos compran por razones similares a los grupos anteriores: no contar con mano de obra suficiente en la época requerida, por falta de tiempo o de infraestructura.

Page 10: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

La opción de hacerlos está asociada a la reducción de costos8, pero apunta también a disponer de plantines en el momento adecuado y a poder realizar un mayor seguimiento del crecimiento y de la sanidad. A diferencia de los grupos anteriores, confían más en la calidad de los plantines que ellos mismos producen que en los producidos por otros9

Las curas son calendarizadas y por monitoreo en la misma proporción, la minoría opta por ambas formas. El criterio para las primeras es hacer tratamientos preventivos una vez por semana para algunas plagas (mosca blanca). En el segundo caso, aplican cuando, a partir de la observación, detectan que el nivel de la plaga se torna peligroso. Vimos hasta ahora que los productores de los tres grupos enuncian que hacen monitoreo pero, en este caso, cambia la norma dominante que orienta la práctica. Se trata, sin duda, de un criterio más válido desde el punto de vista del conocimiento técnico.

Para la fertilización, se repite el mismo patrón heterogéneo de comportamiento: optan por el análisis de suelo o por ninguna de las dos formas en la misma proporción mientras que una minoría aplica fertilizante según una misma receta. El criterio que guía la práctica es la observación del estado del cultivo, la experiencia o bien apelan a la decisión del técnico. Optan por el análisis de suelo para un mejor control y seguimiento de la dotación de nutrientes mientras que el sentido de aplicar la misma receta está relacionado con la costumbre y el alto costo del análisis.

La mayoría de los productores lleva algún tipo de registro para ordenar el manejo de la unidad, para conocer los rendimientos y para evaluar rentabilidad. Los que optan por no registrar enuncian que no tienen la costumbre.

Todos conocen que es BPA y la mayoría combina más de una práctica.

El hecho de que los productores de este grupo realicen monitoreo de plagas, análisis de suelo, lleven registros y apliquen buenas prácticas, sumado al sentido que adquieren para ellos, está indicando un mayor capital cultural y, por lo tanto, un mayor acercamiento al discurso técnico. Parecen ser los más modernos en el sentido de la mayor disposición a la incorporación de nuevas formas de hacer las cosas. Sin embargo, la misma forma de hacer, por ejemplo, la compra de plantines o la receta para fertilizar responde a criterios comunes en los tres grupos, independientemente de su dotación de capitales.

La mayoría comercializa su producción a través de un único canal: puesto propio, entrega en consignación o venta en finca. El resto combina puesto, mercadería en consignación de terceros y venta a supermercados.

Casi todas las unidades tienen asesor técnico. Además, los productores consultan frecuente u ocasionalmente a técnicos de la actividad privada y de organismos oficiales en menor proporción (INTA) y asisten a charlas con el objetivo de capacitarse. Se informan también a través de la televisión y de los diarios.

Todos los miembros del grupo tienen activa participación en instituciones, en este caso en el gremio. Se trata entonces de un grupo con fuertes vínculos aún cuando el espacio del intercambio de información y de reflexión no alcance a plasmarse aún en una mayor homogeneidad de las prácticas y persistan las conductas individualistas.

En relación con la pertenencia a grupos de productores, los escasos miembros que forman parte de Cambio Rural valorizan la posibilidad de acceder a mayor información.

Los problemas priorizados

Las diferencias entre productores en relación con el volumen de capitales se plasma claramente en la enunciación de los problemas. Para el Grupo 1 y 2, el problema prioritario es la baja rentabilidad que pone en juego la persistencia de la unidad, mientras que para el 3 están, en primer lugar, los problemas técnicos: el manejo de plagas y enfermedades y de residuos plásticos y orgánicos.

8 La decisión de comprar o hacer plantines depende de la especie: en general, la producción de plantines de Solanáceas para transplante primaveral requiere calefacción, y debido al costo de la semilla el productor prefiere comprar y no correr el riesgo que implica la plantinera mientras que los plantines de especies de hoja, que tienen pocos requerimientos, se hacen en el establecimiento. 9 Cabe aclarar que hay casos de productores grandes que hacen contratos anuales con plantineras, de modo que ésta última pasa a ser casi un “empleado” del horticultor. La cantidad de plantines que necesitan es muy grande y si los hicieran en el establecimiento desaprovecharían varios invernaderos que destinan al cultivo transplantado.

Page 11: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

También enuncian cuestiones como la inseguridad, la presencia de basurales en zonas productivas y la falta de caminos y energía eléctrica en lo concerniente a demandas de orden político. Se reconocen individualistas y ello impide lograr una planificación concertada entre todos de las siembras de los distintos cultivos para no provocar sobreoferta en determinadas épocas del año. Pareciera que la organización no está suficientemente institucionalizada como para poder construir un interés común.

Aunque la prioridad asignada es diferente, todos los grupos coinciden en que la falta de mano en cantidad y calidad es un problema importante.

Los fruticultores

Si bien se dedican a la fruticultura, difieren en el cultivo en el que se especializan (naranja y durazno por un lado, arándanos por otro y nuez de pecán en tercer lugar) lo que determina, a su vez, múltiples diferencias en las características de las unidades. De allí que conformen grupos separados. Cabe aclarar que no tendremos en cuenta por ahora el grupo de productores de pecan puesto que la mayoría de los montes no ha entrado aún en producción.

Mientras que la gran mayoría de los productores de naranja y durazno viene de larga tradición en la actividad10 y acceden a la propiedad de la tierra por herencia, los arandaneros se incorporan a la producción mucho más recientemente, coincidiendo con la expansión del cultivo en la zona.

Grupo 1: Fruticultores tradicionales

La superficie operada muestra una amplia dispersión: va desde 41 a 900 has. Trabajan tierra en propiedad y toman en arrendamiento a no familiares en forma permanente.

En general, no son fruticultores puros: diversifican con horticultura y con actividades extensivas tales como soja, maíz y sorgo de guinea. Como ya dijimos, están especializados en naranja y durazno.

Todas las unidades están a cargo del jefe de la familia. El aporte de mano de obra de la familia es importante: trabajan los hijos y otros miembros en menor proporción. Cada uno cumple una función específica dentro de la unidad: el productor se dedica a la gestión y los hijos a la comercialización, al empaque, a las tareas administrativas o a las de campo. La gestión ocupa un lugar importante lo que pone en evidencia que son empresas familiares pero con un criterio más empresarial. Casi todas contratan asalariados permanentes y transitorios en las épocas de cosecha, raleo y poda.

El grado de capitalización es alto. Tienen de 2 a 14 tractores en buen estado aunque hay que considerar que se comparten con las actividades extensivas y parque de maquinarias bastante completo11. La mayoría tiene por lo menos un camión, de más de 20 años de antigüedad en promedio. Cuentan con sistema de riego, en general por aspersión, sólo un 40% con sistema de fertirrigación y el 80% con instalaciones de conservación y empaque (piso de cemento, paredes de material y techo de chapa) y con módulo de refrigeración. Por las características propias de la actividad, no hay presencia de invernáculos.

La mayoría de los productores compra12 los plantines y el resto compra y hace. Compran por practicidad y los que optan por hacerlos son viveristas o tienen acuerdos con viveros de la zona. En este último caso, producir los plantines conlleva menor costo.

Las curas se realizan por monitoreo o por ambas formas. La práctica dominante es aplicar preventivamente para enfermedades y hacer monitoreo para plagas, fundamentalmente para mosca de los frutos. En algunos casos la aplicación la decide el técnico y en otros el productor: “uso criterio propio, según la plaga”.

Para la fertilización, recurren al análisis de suelo o a una combinación de receta con análisis. Este último lo decide el asesor y lo realizan por la “mayor eficiencia” dado que permite aplicar distintas dosis según las deficiencias encontradas. El criterio para aplicar la receta está orientado por la costumbre.

10 De allí que los denominemos “tradicionales” 11 En el caso de los fruticultores, no necesitan contar con sembradora pero son fundamentales la pulverizadora y otras herramientas como desmalezadora, motoguadañadora y pala niveladora. 12 La lógica es que compren dado que implica mayor dificultad que en las otras producciones intensivas.

Page 12: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

Llevan algún tipo de registro para tener información actualizada y sistematizada, para saber cual es el ingreso, para saber “dónde uno está parado” y por los requerimientos normativos del SENASA. De lo contrario, “no podríamos funcionar”.

Casi todos conocen que es BPA y combinan más de una práctica. Forma parte de la estrategia productiva en tanto deben cumplir con las normas para poder exportar. Además, algunos de estos productores certifican para la Unión Europea (Global Gap), aún cuando no constituya todavía una exigencia oficial en el caso de la naranja13

La producción se entrega en consignación y se exporta. En menor proporción, se vende a otras zonas, a supermercado y en finca.

Las unidades cuentan con asesor técnico. Casi todos los productores consultan frecuentemente a técnicos de la actividad privada y de organismos oficiales (INTA, SENASA) y asisten a charlas frecuente u ocasionalmente. Apelan además a otras fuentes de información, de las cuales las más importantes son el intercambio con sus pares y las páginas web.

La mayoría de los miembros del grupo participa activamente en instituciones y algunos de ellos en más de una. La más importante es la Cámara de Productores y Empacadores (CAPROEM) que, según los actores, los nuclea como gremio y como grupo técnico.

La participación en Cambio Rural ha sido y es escasa y, por lo tanto, no ha influido en la forma de ver y hacer las cosas.

En este caso, la incorporación de nuevas prácticas podría atribuirse a la fuerte pertenencia a CAPROEM que posibilita el intercambio cotidiano de información y compartir los problemas referidos sobre todo a la exportación y también a la disposición a consultar con frecuencia tanto a INTA como a SENASA que, según los productores, les permitió ajustarse a las normas vigentes, modificar las formas de empaque y el manejo de agroquímicos.

Grupo 2: Arandaneros

En este caso, la superficie operada es menor con un promedio de 16 has de tierra en propiedad. Algunos productores ceden una parte en arrendamiento en forma permanente.

Son fruticultores puros y los pocos que diversifican, lo hacen con vivero, apicultura y con agroturismo, incorporando así actividades de servicio dentro de las unidades. En fruticultura, producen arándano exclusivamente.

Todas las unidades están a cargo del jefe de la familia pero, a diferencia del grupo anterior, desarrollan actividades extraprediales, en general, profesionales. El aporte de mano de obra de la familia es escaso: en algunas unidades trabaja la esposa, en otras los hijos o se trata de sociedades en dónde son los socios los que aportan trabajo. Los roles están perfectamente diferenciados: el productor se dedica a la gestión y el resto colabora en el gerenciamiento o se dedica a la comercialización y/o a tareas administrativas. Contratan mano de obra, fundamentalmente asalariados permanentes y transitorios en las épocas de cosecha, poda y desmalezado.

Quizás el perfil empresarial se hace más evidente en este grupo en el que los actores (provenientes de sectores extraagrarios) se vuelcan a la actividad , atraídos por la alta rentabilidad y la demanda externa y en función de este criterio organizan los recursos productivos. Además, queda claro que, en general, el grupo familiar no vive del ingreso de la unidad, de modo que hay mayor margen para el riesgo.

Con respecto al grado de capitalización, la mayoría tiene de 1 a 4 tractores en buen estado y parque de maquinarias completo. Una sola unidad dispone de camión, ya amortizado. Cuentan con riego por goteo, incluyendo sistema antiheladas, el 70% posee sistema de fertirrigación, el 28% instalaciones

13Para cítricos, la Unión Europea exige que la fruta esté libre de cancrosis y para ello, los productores siguen un protocolo que es certificado por SENASA. Global Gap es un estándar privado. En los acuerdos de compra venta, es el comprador quién lo exige. Entonces, se generaliza porque lo exigen los compradores de los países europeos pero no porque sea oficialmente obligatorio. Los productores que certifican por Global Gap tienen la ventaja comparativa de que se les amplía el mercado porque pueden acceder a una mayor cantidad de compradores pero no en términos de mejores precios. En general, los citricultores no certifican por Global gap y entonces venden a compradores que no lo requieren.

Page 13: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

de conservación y empaque (piso de cemento, paredes de material y techo de chapa) y menos del 10% módulo de refrigeración. Tampoco aquí hay presencia de invernáculos: la única unidad que posee lo destina al vivero.

Compran los plantines para garantizar la calidad (con frecuencia, los importan) o bien porque desconocen la forma en que se propaga la planta.

Las curas se realizan por monitoreo o por ambas formas. Es decir, aplican preventivamente para enfermedades y hacen monitoreo para plagas. El criterio de aplicación se basa en las condiciones climáticas predisponentes, en la observación de la aparición de síntomas, en el respeto por el período de carencia o decide el asesor. La práctica del monitoreo es un requisito para certificar y más para aquellos que hacen producción orgánica pero responde también a la filosofía de aplicar la menor cantidad posible de productos.

Con respecto a la fertilización, la mayoría hace análisis de suelo. El criterio para decidir la aplicación se basa en la observación del cultivo y en los análisis de suelo y foliares, otros tienen un plan predeterminado, toman en cuenta los kg cosechados o bien, decide el técnico. Las razones que guían la elección del análisis de suelo son dos: “para fertilizar sólo lo necesario” y porque es requisito para certificar.

Todos los productores llevan registros e incorporan todas las prácticas exigidas de BPA dado que, a diferencia del grupo anterior, deben certificar por Global Gap como requisito para exportar.

La producción se exporta y va a mercado interno a través de la venta de descarte a industria, venta en finca, en exposiciones, a minoristas con marca propia y la entrega en consignación. A la vez, algunos productores no sólo exportan su propia producción sino también la de terceros.

Atienden en general una demanda especializada de mercados gourmet y de productos orgánicos e incorporan valor a través de congelados, dulces, deshidratados, barritas de cereal y jugos orgánicos.

Las variables referidas a asesoramiento técnico, fuentes de información, pertenencia a instituciones y a grupos de productores son similares a las del grupo anterior. La diferencia es que, en este caso, están organizados en la Cámara de Productores de Arándano que, al igual que CAPROEM, funciona como gremio y como grupo técnico.

Prácticas y criterios casi homogéneos en ambos grupos, orientados por y coherentes con la estrategia de optimizar la producción y maximizar ganancia. Por supuesto, es una estrategia posible y razonable para ellos por el volumen de capitales que detentan. Pero también fue necesario apelar al conocimiento técnico, de allí que se observe en estos grupos un alto grado de hibridación. Es más, el arándano es un cultivo nuevo y los productores se integran recientemente de modo que no ha habido lugar para la construcción de conocimiento por tradición y experiencia.

Los problemas priorizados

El énfasis está puesto en la ausencia de políticas que fomenten la continuidad de la producción frutícola que va desapareciendo en manos de la agricultura extensiva, situación que los productores relacionan con la baja rentabilidad debida a la baja productividad. Esto es, la rentabilidad está definida por la escasa posibilidad de invertir en tecnología y diversificar cultivos frutícolas y no por la relación insumo/producto.

El segundo orden de problemas corresponde a la sobreoferta en el mercado que, asociada a la baja demanda, no permite sostener un precio justo. Además, la intermediación se queda con una parte importante del precio final. En tanto se trata de productores exportadores, esta cuestión está relacionada con las oscilaciones de los precios y la demanda de los mercados internacionales y el arándano es una clara evidencia: los productores comienzan a abandonar los montes como consecuencia de la crisis de los países desarrollados y las dificultades para volcar el volumen producido al mercado interno.

El tercer orden de problemas se refiere a la falta de mano de obra que, además de poca calificación, no tiene responsabilidad ni compromiso y es conflictiva. Según los productores, es un problema local. En otras zonas, la mano de obra es “más productiva”:

Lo que queda en evidencia en estos grupos, y sobre todo en los fruticultores tradicionales, es que el capital social plasmado en la organización y el capital simbólico les ha permitido operar con algunos de los problemas, generando demandas tanto al poder político local como a los organismos oficiales de generación de tecnologías. Demandas que se han traducido en múltiples líneas de acción que van

Page 14: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

desde actividades de promoción del consumo hasta unidades demostrativas de prácticas de manejo en campo de productores.

Los floricultores14

Son tres grupos que comparten la tradición en la floricultura lo que se refleja en el hecho de que la mayoría de sus miembros se dedican casi exclusivamente a ella. Se asemejan y difieren en mayor o menor grado en algunas de las variables, por esta razón se describirán en forma conjunta.

La primera diferencia refiere al país de origen de los productores. En los territorios, predominan los grupos de origen portugués y japonés y en menor proporción los italianos.

La superficie operada oscila en promedio entre 2,5 y 3,5 has, predominando la tierra en propiedad o bien compartida entre familiares. Sin embargo, en muchos casos no trabajan toda la superficie, posiblemente por la baja disponibilidad de mano de obra familiar.

Como ya dijimos, la mayoría son floricultores puros aunque un grupo hace flores de corte y los otros en maceta. Los menos combinan con horticultura, gallinas ponedoras o, más ligado a la actividad principal, con plantines florales. En relación con el número de cultivos, encontramos desde productores especializados en una sola especie hasta muy diversificados (más de 30) en todos los grupos.

Todas las unidades están a cargo del jefe de familia pero en algunas es la esposa la que cumple esa función. También se verifican actividades extraprediales por parte del productor en ciertos casos. El aporte de mano de obra de la familia varía entre 1 y 4 personas: trabajan la esposa, los hijos (que desarrollan además otras actividades) y otros miembros de la familia, sin diferenciación de roles. En la mayoría de las unidades de uno de los grupos trabaja sólo el productor o productora. La mayoría contrata mano de obra, predominando los asalariados permanentes que se combinan con temporarios y medieros con familia en distintas proporciones.

El grado de capitalización es diferencial. Mientras en dos de los grupos, entre el 40% a 60% de los productores no tiene tractor, en el tercero la mayoría tiene uno en estado regular. El parque de herramientas tampoco es homogéneo: la mayoría tiene una pulverizadora, a veces sola, a veces con 2 o 3 implementos más y otros carecen de ellas. No hay camiones pero sí camionetas, la mayoría ya amortizadas. Las unidades cuentan con sistema de riego, en general por goteo pero en el grupo menos capitalizado, la mitad riega con manguera. Más del 60% de las unidades cuenta con sistema de fertirrigación y dos de los grupos con instalaciones de conservación y empaque en la mayor parte de los predios (piso de cemento, paredes de material y techo de chapa). El módulo de refrigeración está presente en todas las unidades de un grupo mientras que en los dos restantes, sólo en el 30 a 40% de las mismas.

La mayoría de los productores producen sólo en invernáculo y la minoría combina con producción al aire libre de modo que todos cuentan con instalaciones de madera o madera y metal, generalmente en buen estado.

En los tres grupos, predomina la compra más la producción de plantines y en menor magnitud alguna de estas dos opciones en distintas proporciones. Compran para tener y mantener la calidad cuando se trata de materiales importados, para tener variedades nuevas, porque son especies difíciles de hacer germinar y cuya semilla es cara, por la urgencia, porque no cuentan con la infraestructura ni con un lugar para producirlos, por el tiempo que hay que destinar, porque no tienen las plantas madres, porque están disminuyendo la producción o por falta de interés. Hacen los plantines para reducir costos, para conservar la genética y la calidad de las plantas madres, para disponer de los plantines en el momento adecuado sin tener que depender del proveedor, porque venden a terceros o por costumbre.

Según grupos, las curas son mayormente calendarizadas o calendarizadas más monitoreo o ninguna de las dos. Esta última opción predomina en el grupo de productores más descapitalizados. Las curas calendarizadas se hacen una vez a la semana para enfermedades y obedecen a la norma “hay que prevenir”. En el caso de los que dicen hacer monitoreo, el criterio generalizado es aplicar cuando se observan daños o síntomas de plagas o enfermedades, según la época del año, en función de las

14 Según la definición del Proyecto, incluye productores de flores y follaje de corte y especies herbáceas de maceta decorativas por sus hojas y por sus flores

Page 15: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

condiciones predisponentes de temperatura y humedad y “a ojo” según el cultivo. El atributo positivo de la práctica es la reducción de costos, dado el menor número de aplicaciones.

Con respecto a la fertilización, usan siempre la misma receta o recurren al análisis de suelo en menor proporción, o a ambas formas o no fertilizan. El criterio es la experiencia, la consulta al asesor o a los proveedores, el “ojo” y el intercambio con otros productores. El “ojo” implica que deciden la aplicación cuando “las plantas decaen o se ponen amarillas”, en función de la época del año y la especie o por la necesidad de contar con flores. Optan por aplicar la misma receta porque da buenos resultados y la planta “viene más rápido y mejor” “para llegar con flor a las fechas de mayor venta”, por la costumbre, porque no tienen asesor a quién consultar, por el elevado costo de los análisis o por falta de interés en buscar otra alternativa. Los que no fertilizan creen no tener problemas de suelos. Recurren al análisis de suelo porque tienen deficiencias notorias de nutrientes pero es una decisión del asesor.

La cantidad de productores que lleva registros es escaso pero llamativamente es mucho mayor (55%) en el grupo más descapitalizado. Registran porque lo solicita el contador, para mejorar la gestión, controlar gastos, evaluar rentabilidad, porque “es necesario un balance para planificar el año siguiente”. Las razones por las que no los llevan es la falta de tiempo, de conocimientos o de interés, porque “basta con un balance a fin de año de lo que se vendió, lo que se gastó y lo que queda”, porque “no es necesario ser cuidadosos porque viven muy pocas personas de los ingresos de la unidad”.

La misma situación se repite al analizar las buenas prácticas agrícolas. Casi nadie conoce que es BPA pero mientras el 94% de los miembros del grupo menos capitalizado lleva adelante por lo menos una práctica, en los otros dos el porcentaje baja a 55 y 36%.

Se evidencia en estos grupos más que en los anteriores, la coexistencia de normas diferentes que guían prácticas también diferentes: algunas construidas a partir de las restricciones que impone el capital económico, otras por el desinterés que impide reflexionar sobre la propia práctica y otras a partir de la elección, dentro de un abanico de opciones, de la línea de acción que desde el conocimiento construido localmente resulta más “exitosa”. Lo que llama la atención es que las prácticas más cercanas al sistema de conocimiento técnico se verifican en el grupo menos capitalizado, por lo menos en relación con la fertilización, los registros y las buenas prácticas agrícolas. Nuevamente vemos que no siempre son los recursos materiales los que determinan la adopción de nuevas prácticas.

La mayoría de los productores de dos de los grupos tiene puesto en el mercado y venden además en finca y a otra zonas. En el grupo menos capitalizado, hay menor proporción de puestos y son más frecuentes otros canales tales como la entrega en consignación y la venta en ferias.

Muy pocos cuentan con asesor técnico pero es notable la frecuencia con la que consultan, fundamentalmente al INTA y luego a los vendedores de insumos y a otros organismos del ámbito oficial (IMDEL). Asisten a charlas ocasionalmente. La fuente de información más importante es el intercambio con otros productores y con los vendedores de insumos y en menor proporción, a través de exposiciones, televisión y diarios.

El grado de participación en instituciones es alto en todos los grupos, incluso se observa pertenencia a más de una en una elevada proporción. Adquieren suma importancia las cooperativas (Mercado de Flores de Escobar, Cooperativa Argentina de Floricultores), las asociaciones de floricultores y la Comisión de la Fiesta de la Flor de Escobar.

Asimismo, la mayoría pertenece a uno o más grupos de productores: Cambio Rural, Grupos de la Facultad de Agronomía de la UNLP, IMDEL, Asociación de floricultores y viveristas de Moreno, Grupo de productores japoneses. Algunos de estos grupos operan como gremio y grupo técnico a la vez y en otros el vínculo se establece a partir del origen. Ante la pregunta si dicha pertenencia fue suficientemente significativa como para modificar las prácticas, los productores no establecen una clara diferenciación entre el trabajo del grupo y la consulta a los técnicos del INTA o del IMDEL. En este sentido, aunque algunos grupos le asignan mayor significación que otros, todos acuerdan en que contribuyó a modificar los hábitos de trabajo en lo relativo a la fertilización, en el mejor uso de productos para el control de plagas y enfermedades, en el control de la calidad del agua, en el ordenamiento y mejoramiento de la producción y en la mayor capacitación técnica. En síntesis, “para tratar de hacer las cosas bien”. Por supuesto, también están los que enuncian que, “difícilmente cambie porque ya estoy acostumbrado a trabajar de cierta forma” o bien, “no puedo adaptar lo aprendido a mis posibilidades prácticas”, poniendo en evidencia la mayor validez atribuida al conocimiento generado por la tradición y la experiencia que a las recomendaciones de los técnicos.

Page 16: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

No es casual que el grupo más cercano al sistema de conocimiento técnico, sea el que registra mayor número de miembros participando en grupos de productores. Es el más rotundo cuando afirma: “modificó todo”. Y con ello hacen referencia, además del mejoramiento en el manejo de los cultivos, a los cambios en los canales de comercialización, a la incorporación de registros, al incremento de la comunicación entre pares y con los técnicos. Esto es, ya no se trata de cambio de prácticas puntuales sino de aquellas que implican la reorganización de los recursos productivos de la unidad.

Los problemas priorizados:

Se observa cierto consenso entre los grupos con respecto a la prioridad atribuida a los problemas. En este sentido, los más importantes son: la baja rentabilidad de la producción que no alcanza a cubrir los costos e imposibilita la reinversión. A ella se suma la disminución de la demanda debida a los cambios en los hábitos de consumo de la población y el aumento de la oferta, especialmente en determinados meses del año. Los productores enuncian además que la reducción de las ventas tiene que ver con la mala calidad de las flores.

En segundo lugar, priorizan los problemas referidos a la falta de estándares para la comercialización y la ausencia de un organismo que fiscalice la calidad.

Con respecto a la mano de obra, no sólo es escasa y más escasa aún la calificada sino que, además, el alto costo de los aportes patronales dificulta la contratación, con lo cual el problema es también político: no hay leyes laborales adecuadas para la floricultura. Tampoco políticas de fomento a la producción. El reclamo pasa fundamentalmente por la necesidad de contar con créditos blandos y en otro orden, por la inseguridad.

Dentro de los problemas productivos, la cuestión sanitaria es prioritaria (presencia de plagas y enfermedades y su control) y la falta de rotaciones adecuadas genera degradación de suelos. Los productores enuncian que hay pocos técnicos capacitados en floricultura, esto es el sistema de conocimiento técnico no ha podido dar respuestas a los problemas específicos del sector.

Los viveristas:15

Se trata de un grupo caracterizado por su larga tradición en la actividad frutícola y viverística y que accede a la propiedad de la tierra por herencia y por compra.

La superficie operada presenta una amplia dispersión: desde 1 a 103 has. Sin embargo, el grueso de los productores se ubica en el rango de 1 a 10 has. La mayoría trabaja tierra en propiedad y además algunos toman en arrendamiento a no familiares en forma permanente. Estos últimos son los que detentan mayor superficie.

Son muy pocos los que se dedican al vivero u ornamentales exclusivamente. La mayoría diversifica con fruticultura, horticultura y con agricultura, fundamentalmente soja (ésta última en tierra arrendada). También son frecuentes otras actividades tales como puesto de venta de productos regionales y turismo rural. En relación con el número de especies, producen desde 30 hasta más de 200 lo que indica un alto grado de diversificación

Todas las unidades están a cargo del jefe de la familia. El aporte de mano de obra de la familia es muy importante: trabaja la esposa, los hijos y otros miembros. Cuando se trata de sociedades, hay más de una familia comprometida en las tareas productivas. Los roles están poco diferenciados: sólo en algunos casos, la esposa está abocada a la comercialización y/o a la administración. Contratan asalariados permanentes más transitorios y tanteros, éstos últimos para poda, injertado y arrancado.

En relación con el grado de capitalización, la mayoría tiene de 1 a 6 tractores en buen estado que se comparten con las actividades extensivas. El parque de maquinarias es bastante completo16 e incorporan otras herramientas tales como escardillo y motocultivador. Muy pocos tienen camiones, en general ya amortizados, pero todos disponen de camionetas con 10 a 20 años de antigüedad. Cuentan con sistema de riego, generalmente por aspersión pero no poseen sistema de fertirrigación, ni instalaciones de conservación y empaque, ni módulo de refrigeración, dadas las características propias de la actividad. Más del 90% de las unidades cuenta con invernáculos, de metal y en buen estado.

15 Se definen como los que producen plantas de vivero, hortalizas y frutales en su etapa pre-transplante y en todas las etapas del ciclo, hasta la venta al usuario final, de especies ornamentales arbustivas y semiarbustivas. 16 Salvo sembradora que no se requiere para la actividad.

Page 17: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

La mayoría compra plantines de algunas especies y produce otras en el predio. Muy pocos productores deciden comprar todos. Compran los más difíciles de reproducir, porque fracasan los gajos y hay que reemplazarlos, por falta de infraestructura, por falta de tiempo para producirlos, por desconocimiento de la especie o por comodidad. Los que hacen en el predio son los plantines de cítricos, guiados por el criterio de la disminución de costos.

Las curas se realizan por monitoreo o calendarizadas más monitoreo. Se opta por tratamientos preventivos para enfermedades y por el monitoreo para plagas. El criterio para aplicar se basa en las condiciones predisponentes, en la observación de la aparición de la plaga, en la búsqueda de información a través de folletos y el intercambio con otros productores, en la experiencia o bien, decide el técnico.

Para la fertilización, la mayoría usa siempre la misma receta. Aplican muy poco fertilizante a campo y sí en plantas envasadas 2 o 3 veces por año. El criterio para decidir la aplicación es la experiencia, la etapa del cultivo, el aspecto de las plantas (“cuando se observa el follaje decaído”) y los resultados de los ensayos que ellos mismos llevan a cabo. Optan por la receta y baja dosis de fertilizante porque usan “buena tierra y corteza” o hacen rotaciones, entonces, “el suelo responde”; porque les da buen resultado o por costumbre. Saben “por el crecimiento de la planta cuando la tierra está bien o mal” y además priorizan un menor costo.

Sólo la mitad de los productores lleva registros de algún tipo. Son importantes para ordenar, para saber lo que queda disponible, para calcular gastos, para mayor transparencia dado que hay muchos miembros de la familia trabajando o por exigencia del SENASA17. Para los que no registran, el atributo negativo es el tiempo que requieren, lo atribuyen a la falta de costumbre pero “tendrían que hacerlo”, a que “el stock lo tengo en la cabeza”, a preferir no constatar que “hay que cerrar porque no dan los números”.

Muy pocos productores conocen que es BPA pero la mayoría adopta por lo menos una de las prácticas.

Las formas de comercialización dominantes son a otras zonas (venden a todo el país) y en finca a revendedores y a minoristas. Algunos suman a estos dos canales, la consignación de mercadería de terceros y/o la entrega en consignación.

La mayoría de los miembros del grupo cuenta con asesor técnico y además consultan frecuente u ocasionalmente a técnicos de organismos oficiales (INTA, SENASA, INASE) y en menor proporción de la actividad privada. Asisten a charlas frecuente u ocasionalmente. En relación con otras fuentes de información, las más importantes son las páginas web y el intercambio con sus pares.

La mayoría no participa en ninguna institución ni tampoco pertenece actualmente a ningún grupo de productores. Sin embargo, desde el discurso de los propios actores, el intercambio frecuente con los técnicos ha influido fuertemente en la modificación de las prácticas relativas al control de enfermedades y dosis de productos, al manejo de sustratos, al manejo y certificación de cítricos, al uso de riego, a la elección de portainjertos y variedades adaptadas a la zona y a la fertilización. De todos modos, prueban “antes de aplicar lo que me dicen”

En este caso, es probable que la necesidad de adecuar el proceso productivo y la comercialización a los requisitos exigidos por SENASA haya sido determinante para incrementar la disposición a consultar a los técnicos y, por lo tanto, en la modificación de los criterios dominantes18.

Los problemas priorizados:

Aún tratándose de actividades y tipos de unidades diferentes, es notable como las producciones intensivas tienen problemas comunes. En el caso de los viveristas, vuelve a aparecer como prioritario el robo de plantas: según los productores, no tiene sentido incorporar nuevas tecnologías de insumo o de proceso si “después viene uno y se lleva lo que costó plata y tiempo producir”

En segundo lugar, se reitera el problema de la falta de personal capacitado al que se suma el hecho del recambio permanente y la conflictividad, “la gente no quiere trabajar”

17 El organismo exige un registro de tratamientos sanitarios, labores culturales, épocas de injertación, ingresos de materiales de otros orígenes, cantidad. de plantas a injertar, etc, pero no todos los productores los llevan 18 En la comercialización, SENASA exige registros y rotulado de los materiales que venden. También exige registro del origen y cantidad de los materiales que compran a otras zonas. Pocos productores cumplen con estos requisitos.

Page 18: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

En tercer lugar, está la baja rentabilidad de la actividad que, además está sujeta a las “modas” que imponen los paisajistas.

Dentro de los problemas técnicos, sin duda el más importante es el control de enfermedades y plagas en el almácigo y a campo y la desinfección del suelo

La construcción del diagnóstico participativo

Vamos a tomar un grupo, el de los viveristas familiares capitalizados de San Pedro para mostrar como se fue construyendo el diagnóstico y, posteriormente, las líneas de acción para abordar los problemas. Interesa ver como la definición y priorización individual de los problemas relevados en las encuestas se negocian y redefinen en la instancia colectiva. No podemos desconocer que en todo grupo existen relaciones de poder diferenciales, en dónde siempre habrá algunos con mayor habilidad social que otros para imponer sus puntos de vista y su propia definición de lo que son los problemas a ser enfrentados. Es decir, siempre habrá algunos más capaces que otros para definir hacia dónde se quiere ir.

Para todos los grupos y antes de abordar la construcción del diagnóstico, el equipo de investigación elaboró un inventario de las tecnologías desarrolladas hasta el momento en proyectos regionales o nacionales del INTA que pudieran resultar adecuadas para abordar los problemas definidos por los grupos locales. La idea era contar con herramientas que pudieran ser transferidas en forma inmediata en la medida en que se ajustaran al autodiagnóstico.

En este sentido, consideramos útil adelantarnos al problema de calidad de agua y por ello, junto con la realización de las entrevistas, se recogió una muestra de agua de la unidad para analizarla químicamente. El objetivo era además comenzar a crear lazos de confianza entre productores e investigadores.

Una vez elaborado el prediagnóstico de los problemas del grupo de viveristas, se devolvió a los productores junto con los informes del análisis de las muestras de agua en la instancia de un taller. El trabajo colectivo reformuló la priorización de los problemas a la vez que los definió de manera más precisa.

Así, los problemas de orden político que habían aparecido muy débilmente en las entrevistas, pasaron a ocupar el primer lugar. Detrás del enunciado “no hay políticas con reglas claras”, subyace la falta de apoyo gubernamental para el sector, la falta de acciones de promoción que actúen incrementando la demanda, la ausencia de créditos accesibles, el hecha de que “las normativas de SENASA e INASE están disociadas de la realidad productiva” y la no valorización por parte del municipio de la importancia económica y social que la actividad tiene para el desarrollo local. Por otra parte, el INTA como organismo del Estado no se ha abocado a producir tecnología para el sector.

Los problemas económicos tienen que ver con los altos costos de producción tanto de los insumos como de la mano de obra que se traducen en baja rentabilidad. Además, casi todas las unidades adolecen de problemas financieros. La cuestión pasa fundamentalmente por “vender más”, “la gente ya no compra”, “nosotros tenemos que esperar entre 2 y 4 años para que la planta esté lista y después no se vende porque pasó de moda”

Dentro de los sociales-legales, el robo de plantas vuelve a ocupar un lugar prioritario y a la vez se denuncia la “competencia ilegal por parte de bolivianos que no cumplimentan normas legales”. Problemas imbricados sin duda con las decisiones políticas.

Los problemas laborales se concentran en la falta de capacitación de la mano de obra, sobre todo de injertadores y arrancadores.

Por el contrario, los productivos se amplían. Si bien la presencia de enfermedades, el “cómo y con que curar” sigue ocupando el primer lugar en importancia (especialmente en rosa), aparece el problema de los residuos de agroquímicos, de los sustratos “para que no se apriete la tierra”, de la calidad de agua, del uso de abonos en macetas, de la reproducción de rosa a partir de material limpio y del control de malezas.

La construcción del autodiagnóstico disparó una serie de acciones diferentes definidas colectivamente: de capacitación, por un lado, de experimentación adaptativa e investigación aplicada, por otro y también líneas tendientes a la organización del grupo en pos de la autogestión para determinadas problemáticas. Este conjunto de acciones se encuentran actualmente en diferentes etapas de ejecución, algunas con mayor desarrollo que otras.

Page 19: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

Dentro de las primeras, las actividades apuntaron a la capacitación de los productores y técnicos por un lado y de la mano de obra por el otro. En este sentido, organizamos charlas sobre alternativas para adecuarse a las “modas” de la demanda (por ejemplo, especies nativas), métodos de corrección de agua para riego, métodos de propagación de especies, climatización del sistema invernadero y un curso de formación para injertadores.

Simultáneamente, elaboramos folletos con información para abordar problemas de sanidad, uso seguro de plaguicidas y producción bajo cubierta de plantas de cítricos19.

Dentro de las actividades de experimentación adaptativa e investigación aplicada, los investigadores definimos y consensuamos una propuesta con los productores, priorizando la articulación de las mismas en un sistema de manejo integral que pudiera ser llevado a cabo en los propios predios.

En relación con las acciones de intervención, el diseño contempla el abordaje de:

- Análisis de costos de producción: El equipo de trabajo elaboró un registro sencillo de costos y de ingresos tomando en cuenta las prácticas dominantes del grupo y para un cultivo específico (rosa). Intentamos así construir una herramienta que sirva para problematizar: ¿Qué podemos cambiar para disminuir los costos de producción y mejorar la rentabilidad?, ¿en que aspectos y de que manera? ¿cómo podríamos comprar insumos más baratos? ¿hay canales alternativos de comercialización que permitirían obtener mejores precios? ¿es posible pensar en incorporar algún tipo de valor agregado? ¿es posible comprar o vender en conjunto a través de alguna forma de asociativismo? Aún cuando la práctica de registrar no sea adoptada por los productores en el corto plazo, creemos que es un primer paso para que tomen conciencia de que es una herramienta útil para mejorar las posibilidades de supervivencia de las unidades y de que es necesario optar por saber, en lugar de no saber “dónde uno está parado”. Apostamos a que el registro puede colaborar, junto con otras herramientas, para lograr un mayor grado de organización del grupo.

- Caracterización de los puestos de ventas de plantas ubicados en las rutas de acceso de San Pedro para generar recomendaciones para mejorar la presentación de los productos, de modo que la información sea de utilidad tanto para el SENASA como para los productores. Intentamos así contribuir a aumentar y homogeneizar la calidad de la oferta, disminuir la competencia entre los propios productores y revalorizar la actividad como parte de la identidad local.

- Inseguridad: Sin duda, resultó uno de los problemas más conflictivos por las resistencias que generó en el equipo de trabajo y, consecuentemente, por la dificultad para acordar las acciones a implementar. Es difícil la negociación cuando se trata de un tema con “connotaciones políticas” que origina puntos de vista disímiles, que no hacen más que reflejar la lucha de intereses institucionales que genera. Por un lado, los que sostienen que no es un tema de la incumbencia del INTA, que no quieren provocar irritación en las autoridades municipales, que la acción debe limitarse a comunicar el problema a quién corresponda. Por el otro, los que creen que el camino es brindar las herramientas para que la propia gente se organice para demandar soluciones.

Sin embargo, era, a la vez, uno de los problemas más “sentidos” por los productores al punto que éstos acordaron rápidamente con la necesidad de organizar una reunión para discutir el tema.

Después de algunos intentos frustrados, finalmente se concretó. La convocatoria la hicieron los propios productores, ampliándola más allá del grupo local.

Ante la pregunta: ¿que podríamos hacer?, todos coincidieron en la necesidad de convocar a una nueva reunión incluyendo a un representante de la policía local, del SENASA; del INASE; al Secretario del Intendente o mejor aún, al propio Intendente. El objetivo era visibilizar el problema, “difundirlo” y negociar una serie de líneas de acción tales como: -Control del tránsito de vehículos que transporten plantas por parte de la policía, exigiendo facturas de compra y guías correspondientes, sobre todo en horarios nocturnos, -Control de los puestos de venta al público en las distintas rutas por parte del SENASA, exigiendo facturas de compra y rótulos correspondientes, -Patrullaje de caminos, -Denuncia de los robos o aviso a la policía de movimientos sospechosos por parte de los productores.

Pero asumir roles dentro del grupo cuesta mucho, normalmente el grupo delega los que requieren mayor exposición en algún referente, reconocido y respetado por el volumen de capital acumulado. Y no necesariamente por su capital económico sino más bien por la disposición a la innovación (al menos en lo que para los productores significa ser “innovador”) y por su compromiso con las

19 Dado que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca resolvió que la producción de plantas cítricas y sus partes debe hacerse bajo cubierta a fin de evitar la propagación de enfermedades.

Page 20: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

instituciones que representan al sector. Esto es, lo que se pone en evidencia son las relaciones sociales dentro del grupo. En este caso, el referente del grupo asumió la tarea de comunicarse con el Intendente para acordar una fecha de reunión y redactar una nota para entregarle, firmada por la mayor cantidad posible de productores.

Hasta el momento hubo varias reuniones con las autoridades municipales y policiales con el objetivo de delinear acciones que, según el referente, “fueron muy productivas…las ideas que el Comisario aportó son muy buenas…Lo más importante es que logramos instalar el tema..”.

-Promoción de la actividad: Rescatando otro de los problemas priorizados, la idea del equipo de trabajo se centró en diseñar una estrategia para promover la actividad a partir del rescate de su valor como un producto con fuerte identidad local y con arraigo histórico y en relación con los retornos que genera para la comunidad, la mano de obra que ocupa y las numerosas zonas del país que abastece. Esperábamos, además, fortalecer la organización incipiente que el grupo local había logrado a partir del problema del robo de plantas.-

El primer paso fue realizar una encuesta a los productores para relevar la percepción acerca de la valoración que la sociedad hace de la actividad y su disposición a comprometerse con el tema. El 70% de los encuestados respondió que el viverismo no está suficientemente valorado y el 100% mostró interés en participar en un encuentro para discutirlo.

El taller se convocó en forma conjunta con el INASE que ya venía desarrollando algunas acciones de promoción de la actividad, bajo las siguientes consignas: ¿Que me gustaría que pasara con mi actividad dentro de unos años? ¿Que podríamos hacer para lograr esto?. Si bien apuntábamos a construir un futuro posible, la gravedad de los problemas actuales impidió pensar en prospectiva. Los participantes volvieron a poner el énfasis en la baja calificación y la inconstancia de la mano de obra, la falta de mecanización y la inestabilidad de la demanda, entre otros problemas ya mencionados.

Sin embargo, la culpa atribuida a los otros comenzó a transformarse, apareció tibiamente la idea de que son sus propias prácticas individualistas las que contribuyen a reproducir esas condiciones. El obstáculo es la falta de organización y en este sentido, revitalizar la acción de la Cámara de Viveristas es un camino para trabajar juntos en pos del reconocimiento de la actividad y del incremento de la capacidad negociadora para acceder a créditos, insumos y otros beneficios. Aún cuando ninguno de los participantes asumió concretamente la tarea, comenzaron a apropiarse de un nuevo criterio: es necesario demandar a los referentes actuales de la Cámara para que amplíen la convocatoria a todos los productores de la zona en lugar de ser un reducto para unos pocos y para que la institución adquiera autonomía con respecto al poder político municipal. Entonces, y aunque no se pueda explicitar todavía, comienza a perfilarse un camino tendiente a la continuidad de la actividad en el futuro.

“El día de mañana me gustaría tener un vivero lleno de plantas, un campo verde de plantas. Mi sueño es poder multiplicar mucho, ya te dije que no pasa por un tema de plata sino por una satisfacción propia de aprender a hacer algo que ayude al planeta” (viverista)

Sabemos que se requiere constancia, tiempo y articulación de acciones intersectoriales para generar algún tipo de transformación en el consumo. Pero también sabemos que es posible cuando se logran articular los intereses de los distintos actores en pos de un proyecto común. El equipo ya ha acumulado cierta experiencia con los grupos de fruticultores en un proyecto de promoción de naranja y durazno, en el que el éxito de las acciones desarrolladas se puede atribuir, sin duda, al trabajo colectivo y organizado del gobierno municipal, el INTA, la mesa multisectorial local y las cámaras de productores.

Conclusiones

La pregunta es: ¿Qué significa sacar conclusiones en un trabajo de este tipo? ¿Qué podemos incluir bajo este título? Lo que estamos presentando es lo que, a nuestro criterio, es poco frecuente en la extensión: la sistematización e interpretación del proceso a medida que se va desarrollando para decidir como se continúa. Y en este sentido, las conclusiones son siempre parciales.

Si de interpretar se trata, queda claro una vez más que los productores, aún los más modernos, adoptan selectivamente combinando viejas y nuevas prácticas en función de la dotación y organización particular de los recursos y de las normas consensuadas dentro del grupo.

Page 21: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

En este sentido, la realidad muestra que el conocimiento generado localmente ha contribuido a diseñar estrategias productivas múltiples y cambiantes que han resultado “exitosas” para lograr la persistencia de las unidades aún en momentos de crisis como el actual.

También queda claro que no es el capital económico el responsable de la disposición al cambio sino los recursos no materiales, fundamentalmente el capital cultural y el capital social. En este caso, se trata de grupos con lazos de confianza entre sus miembros ya sea porque pertenecen a una misma etnia o a alguna forma de organización más o menos formalizada.

Precisamente, lo que nos proponemos es aprovechar esa fortaleza para generar mayor capital social a medida que nuevas formas de organización se vayan sumando a las preexistentes y ello redunde en una mayor capacidad de negociación de los actores para gestionar sus iniciativas frente a instancias de mayor poder.

A la vez, la intensificación de los vínculos lleva a una mayor interacción cotidiana y, por lo tanto, a generar más espacios para compartir información y reflexionar acerca del éxito o fracaso de sus prácticas. De hecho, para muchos de estos grupos el acercamiento al conocimiento técnico y la organización han sido fundamentales para la reproducción de las unidades.

De eso se trata entonces, de ir generando colectivamente alternativas posibles a los problemas planteados, ir monitoreando los cambios en las prácticas dominantes y registrando la aparición de nuevos problemas. Se espera que, en tanto se produzca nuevo conocimiento y tecnologías más apropiadas para estas unidades, se incremente el grado de hibridación entre ambos sistemas de conocimiento y ello se plasme en un proceso de cambio de las prácticas dominantes.

Bibliografía

-ABRAMOVAY, R. 2006 “Para una teoría de los estudios territoriales”. En: Manzanal, M.; Neiman, G.; Lattuada, M. (comp). Desarrollo Rural. Organizaciones, instituciones y territorios. Ed Ciccus. Buenos Aires

BAGNASCO, A; PISELLI, F.; PIZZORNO, A y TRIGILIA, C. 2003. El capital social. Instrucciones de uso. Buenos Aires. Fondo de Cultura Económica.

-BOURDIEU, P. y WACQUANT, L. 1995 Respuestas por una antropología reflexiva. Grijalbo. Mejico.

-DARRE, J., LEMERY, B. y LE GUEN, R. 1990 Cambio técnico y estructura profesional local en agricultura. Mimeo. Francia

-DARRE, J. 1990 El rol de los grupos de vecindad en la elaboración y reproducción de normas de trabajo. Mimeo, Francia

-DARRE, J. P. 1996. L´invention des pratiques dans l´agriculture. Vulgarisation et production locale de conaissance. Karthala. París.

-DEMATTEIS, G.; GOVERNA, F. 2005. “Territorio y territorialidad en el desarrollo local. La contribución del modelo SLOT”. Boletín de la AGE. Nº 39. Madrid.

-FALS BORDA, O. 1991. “Algunos ingredientes básicos” En: Acción y Conocimiento. Como romper el monopolio con investigación-acción participativa. CINEP. Bogotá.

-FLIGSTEIN, N, 2001 “Social skill and the theory of fields” disponible en http://repositories.cdlib.org/cgi/viewcontent.cgi?article=1000&context=iir/ccop Publicado en Sociological Theory 19(2), pp 105-125.

-LONG, N. y LONG, A. 1992. Battlefields of knowledge. The interlocking of theory and practice in social research and development. Routledge. London

-LONG, N. 2000. Antropology, Development and Modernities. Londres, Routledge.

-PECQUEUR, B Le developpement local. Alternatives Economiques. Syros. París. 2000

-Proyecto Regional: “Tecnología para el Desarrollo de Producciones Intensivas: Hortalizas, Ornamentales, Frutas y Plantas de Viveros”. 2009. EEA San Pedro, INTA

-Plataforma de Tecnología Regional PTR CRBAN 2009-11

Page 22: “EL DIAGNÓSTICO PARTICIPATIVO Y LA PRIORIZACIÓN DE LOS ... · 4- La falta de profesionalidad de los actores a cargo de la producción se traduce en la imposibilidad de una gestión

-ROSENSTEIN, S. 2003. Los sistemas de conocimiento agrario y el deterioro del recurso suelo: el caso de una localidad de la región pampeana argentina. Tesis Doctoral. Programa de Doctorado en Agroecología, Sociología y Desarrollo Rural Sostenible. Universidad de Córdoba, España. Mimeo.:

-ROSENSTEIN, S. 2009. Panel: La ingeniería Rural y el desarrollo territorial. X Congreso Argentino de Ingeniería Rural y II del MERCOSUR y el CIGR Section V Internacional Symposium. Rosario. Septiembre de 2009

-ROSENSTEIN, S.; MONTICO, S.; BONEL, B.; ROSENSTEIN 2009 El caso de las inundaciones en la laguna La Picasa: ¿una oportunidad para la construcción de una representación colectiva del “desastre ambiental”? Revista de Investigaciones de la Facultad de Cs Agrarias. UNR. Nº XV. Rosario

-SCHEJTMAN, A y BERDEGUÉ, J. 2003 Desarrollo Territorial Rural. RIMISP. Santiago de Chile.