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Nº 15 – FEBRERO DE 2009 C/ Recogidas Nº 45 - 6ºA 18005 Granada [email protected] ISSN 1988-6047 DEP. LEGAL: GR 2922/2007 1 “PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE SITUACIONES DE EMERGENCIAS SANITARIAS EN EL AULA EDUCATIVA” AUTORÍA ISAAC CASTAÑO PRADOS TEMÁTICA PRIMEROS AUXILIOS EN EL AULA EDUCATIVA ETAPA EDUCACIÓN PRIMARIA Resumen: Una situación de emergencia sanitaria en mi aula educativa. ¿Qué hago? Este artículo pretende dar respuestas y enseñanzas de primeros auxilios a todos aquellos profesionales de los centros educativos, para con ello, desarrollar conocimientos básicos, actitudes y habilidades necesarias para poder actuar eficazmente ante una situación de emergencia, hasta la llegada del personal sanitario. Palabras clave: - Primeros auxilios. - Cadena de socorro. - P.A.S. - Soporte vital básico. 1. INTRODUCCIÓN. En el día a día, los profesionales de los centros educativos se pueden encontrar ante situaciones de emergencias como pueden ser la caída de un alumno, desmayos… Todas estas situaciones pueden ocurrir de repente, sin tener por qué haber personal sanitario presente. Es por ello que el docente, que está presente en el aula, ha de tener la capacidad de socorrer y prestar primeros auxilios. Socorrismo y primeros auxilios no es lo mismo. El término socorrismo es muy amplio y va más allá de las primeras curas. Socorrismo incluye la prevención de los accidentes. Por ejemplo, se puede dar el caso de que hay pelotas y aros sueltos en el suelo de la pista deportiva mientras los alumnos están jugando. El docente de Educación Física lo ve, sabe que pueden ser elementos de riesgos y lo quita antes de que ocurra un accidente. Mientras que primeros auxilios sería prestar asistencia sanitaria al alumnado que ha pisado la pelota, cayéndose al suelo y provocándole un esguince, por ejemplo. Es por ello que siempre es mejor prevenir que tener que curar una situación de emergencia.

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ISSN 1988-6047 DEP. LEGAL: GR 2922/2007

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“PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE SITUACIONES DE EMERGENCIAS SANITARIAS EN EL AULA EDUCATIVA”

AUTORÍA ISAAC CASTAÑO PRADOS

TEMÁTICA PRIMEROS AUXILIOS EN EL AULA EDUCATIVA

ETAPA EDUCACIÓN PRIMARIA

Resumen: Una situación de emergencia sanitaria en mi aula educativa. ¿Qué hago? Este artículo pretende

dar respuestas y enseñanzas de primeros auxilios a todos aquellos profesionales de los centros educativos, para con ello, desarrollar conocimientos básicos, actitudes y habilidades necesarias para poder actuar eficazmente ante una situación de emergencia, hasta la llegada del personal sanitario.

Palabras clave: - Primeros auxilios. - Cadena de socorro. - P.A.S. - Soporte vital básico.

1. INTRODUCCIÓN.

En el día a día, los profesionales de los centros educativos se pueden encontrar ante situaciones de emergencias como pueden ser la caída de un alumno, desmayos… Todas estas situaciones pueden ocurrir de repente, sin tener por qué haber personal sanitario presente. Es por ello que el docente, que está presente en el aula, ha de tener la capacidad de socorrer y prestar primeros auxilios.

Socorrismo y primeros auxilios no es lo mismo. El término socorrismo es muy amplio y va más allá de las primeras curas. Socorrismo incluye la prevención de los accidentes. Por ejemplo, se puede dar el caso de que hay pelotas y aros sueltos en el suelo de la pista deportiva mientras los alumnos están jugando. El docente de Educación Física lo ve, sabe que pueden ser elementos de riesgos y lo quita antes de que ocurra un accidente. Mientras que primeros auxilios sería prestar asistencia sanitaria al alumnado que ha pisado la pelota, cayéndose al suelo y provocándole un esguince, por ejemplo. Es por ello que siempre es mejor prevenir que tener que curar una situación de emergencia.

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2. EMEGENCIAS SANITARIAS.

2. 1. ¿Qué es una emergencia sanitaria? Una emergencia sanitaria es toda aquella situación que necesite una acción y atención sanitaria

inmediata, ya sea en opinión del afectado, familiar o persona que esté presente en ese momento. La cual tendrá la responsabilidad de activar la cadena de socorro.

La Organización Mundial de la Salud clasifica las emergencias sanitarias en tres grupos:

1) Personas en las que cualquier demora asistencial no va a cambiar el pronóstico. Ejemplo: crisis de histeria. 2) Personas cuya asistencia pueda retrasarse una o más horas y cuyo traslado puede hacerse con asistencia médica o no. Ejemplo: esguince de pie. 3) Personas en los que el aumento en la demora del tiempo de tratamiento, empeora el pronóstico e incrementa el riesgo de mortalidad. Ejemplo: infarto.

2. 2. La cadena de socorro. Desde el mismo momento en el que se dé una situación de emergencia sanitaria en el aula

educativa hasta su asistencia hay que llevar a cabo una serie de acciones con el objetivo de reducir el riesgo al mínimo e intentando que queden el menor número posible de secuelas. Estas acciones forman la cadena de socorro, la cual está compuesta por cuatro eslabones:

La persona que da la primera asistencia es el primer eslabón de la cadena de socorro. El segundo eslabón consiste en controlar la situación, llamada a servicios sanitarios y soporte

vital básico. El tercer eslabón está formado por la llegada al hospital, los servicios especiales (estabilización

del paciente, las transferencias y los cuidados especiales). El cuarto eslabón es el servicio de rehabilitación (física, psíquica y social). Después del cuarto eslabón, el docente debe de hacer una recogida de datos, analizarlos y

evaluarlos. Todo ello con el objetivo de prevenir otro accidente. Pues por ejemplo, en el caso del alumnado que pisó la pelota y se cayó. ¿Cómo sucedió? ¿Por qué fue? ¿Cómo se pudo haber evitado? ¿Qué hacer para que no vuelva a suceder? ¿Se actuó debidamente ante el accidente? ¿Se avisaron a los padres del alumno? Etc.

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2. 3. ¿Cómo actuar ante una situación de emergencia sanitaria? El personal docente que presencia una situación de emergencia sanitaria por parte de un alumno

ha de acordarse siempre de las siglas P.A.S. (Proteger, Avisar y Socorrer). Proteger tanto al accidentado o enfermo como a uno mismo de nuevos peligros. Avisar a los servicios de atención sanitaria, policía, bomberos… Socorrer al accidentado, comprobando signos vitales y realizando las primeras actuaciones.

Proteger: Antes de llevar a cabo cualquier tipo de acción, hay que hacer una valoración cuidadosa del entorno. Hay que observar e intentar detectar posibles riesgos que puedan afectar tanto a la persona que precisa de nuestra ayuda como a nosotros mismos. Hay que tener muy presente tomar medidas de autoprotección adecuadas, como pueden ser el ponerse guantes estériles de látex, etc. Además proteger es también tomar medidas oportunas para evitar riesgos adicionales. Se puede dar el caso de que vas de excursión, cruzas una calle y un coche atropella a un alumno. Hay que proteger a ese alumno accidentado, al resto y a uno mismo. ¿Cómo? Señalizando el accidente para que lo vean el resto de coches, apartando al resto de alumnos de la calle, que no estén en mitad de la calle. Igual puede suceder en un incendio en el aula. Una medida sería abrir las ventanas para evitar intoxicaciones por CO2.

Avisar: Una vez dado el paso de Proteger hay que Avisar. Activando la cadena de socorro lo antes posible y solicitando los recursos de emergencias que sean necesarios: ambulancias, policía local, guardia civil de tráfico, bomberos… Esto lo puede hacer cualquier persona, ya sea el docente, el conserje, un compañero… No tiene porqué ser la misma persona que presta los primeros auxilios. Hay que llamar al teléfono de Urgencias, al 112 o cualquier otro que se recuerde. Esto es muy importante ya que el tiempo es primordial. Dependiendo del tipo de emergencia sanitaria, una demora en el aviso, puede ser perjudicial para el afectado. Puede suceder que en situaciones de emergencias sanitarias nos podamos poner nerviosos y quedarnos bloqueados con lo cual no nos podemos acordar de ningún número. Por eso, es recomendable tener apuntados una lista de números telefónicos de emergencias, ya sea en el móvil, en una tarjeta.... para no perder tiempo. Cuando damos el aviso, hay que dar la información de la localización exacta de los hechos, el nombre del centro educativo, la dirección, la población… Puede suceder también que los hechos hayan tenido lugar fuera del centro educativo, en una excursión por ejemplo. Entonces habría que dar ciertas referencias como el lugar, la playa, el parque, la carretera, el punto kilométrico, junto a, delante de, al lado de…

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Ante una situación de emergencia sanitaria hay que avisar también del número de personas implicadas y si es posible informar del tipo de lesión o síntomas que presentan. Es muy importante avisar si existe la posibilidad de que se de alguna circunstancia que agrave la situación como puede ser que haya riesgo de derrumbe, de incendio, etc. Antes de colgar el teléfono es recomendable repetir los datos que se han facilitado para con ello tener la certeza de que la información que se ha dado ha sido recibida correctamente. No sea que los datos se hayan apuntado malamente y no acudan al lugar exacto.

Socorrer: El docente, a la espera de que lleguen la atención especializada, ha de comprobar los signos vitales del accidentado o enfermo y realizar las primeras actuaciones. En esta fase es muy importante tranquilizar a la víctima, comunicarle que la ayuda está en camino, que lo que le ha pasado no es tan grave, aunque sí lo sea, para que no se preocupe. Hay que hablarle al accidentado y que él nos hable, inclusive si está inconsciente pues hay investigaciones avalan positivamente hacer esto. Hay que determinar las posibles lesiones que presentan para así poder establecer la actuación que se va a llevar a cabo. Cuando son varios los accidentados hay que hacer un barrido y valoración rápidamente para determinar el orden de actuación, pues hay que atender a las personas que presenten peores diagnósticos. Por ejemplo, si tenemos a dos alumnos, uno de ellos que presenta una parada cardiorrespiratoria y otro con una fractura abierta, ¿A quién atenderíamos antes? Habría que atender primeramente al alumno que presenta la parada cardiorrespiratoria pues supone un riesgo vital. El otro alumno puede esperar. Muchas veces, cuando hay varios accidentados, hay que tener en cuenta que la persona que más grita, la que más se queja… no es la más grave.

3. LOS PRIMEROS AUXILIOS EN UNA EMERGENCIA SANITARIA.

3. 1. ¿Qué son los primeros auxilios? Los primeros auxilios son las primeras actuaciones, los primeros cuidados que se presta in situ a

un accidentado o enfermo, hasta la llegada de los servicios sanitarios especializados. 3. 2. Los signos vitales. Cómo explorar a una víctima. El docente, cuando se encuentra con un alumno que necesita ayuda sanitaria puede determinar

su estado y las lesiones que presente mediante una primera exploración, la cual determinará el estado de sus funciones vitales. Posteriormente debe proceder con una exploración secundaria, la cual le va a indicar el resto de lesiones.

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La Exploración Primaria. Consiste en identificar aquellas situaciones que supongan una amenaza para la integridad personal del alumno. Para ello hay que reconocer sus signos vitales. Los signos vitales que el docente ha de reconocer son: 1) La Conciencia. 2) La Respiración. 3) El Pulso. 1) La Conciencia.

Para saber si un alumno accidentado o enfermo está consciente, lo normal es que el docente se arrodille a su lado, más o menos a la altura del tórax y preguntarle alto y claro una serie de preguntas como pude ser: ¿Cómo te llamas?, ¿Cómo estás?, ¿Qué te ha pasado?, ¿Cuántos años tienes?, etc. Ante esto, puede suceder dos cosas, que la víctima conteste o no.

a) La víctima contesta: eso es señal inequívoca de que está consciente, con lo cual el docente pasaría a la exploración secundaria. b) La víctima no contesta: entonces habría que tocarle partes del cuerpo como el hombro, darle un pellizco… con lo cual el alumno podría tener reacción o no. Si no hay reacción estaría claro que está inconsciente. Habría que comprobar siempre la respiración.

2) La Respiración. Cuando una víctima está consciente hay dos posibilidades: que respire o no. Para comprobar la respiración, el docente que presta los primeros auxilios ha de utilizar la vista, el oído y el tacto. Una manera de ver si hay respiración o no es acercar nuestra mejilla a la boca y nariz del alumno accidentado, mirándole el tórax y así poder observar la existencia de movimientos toráxicos y abdominales. Otra manera es colocando el dorso de nuestra mano en su nariz – boca para con ello notar la existencia de respiración. Con el oído podremos escuchar también si respira o no, podremos escuchar la fuerza de su respiración.

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Haciendo esto, el docente podrá comprobar si existe respiración o no. ¿Y qué es lo que sucede cuando comprobamos esto? Pues puede suceder dos cosas:

a) Que respire nuestro alumno: si respira no será necesario que el docente continúe explorando los signos vitales ya que el hecho de que el alumno respire, es prueba fiel de que su corazón funciona. Lo que sí que habrá que hacer ahora, será explorar las posibles hemorragias, pasando con ello a la exploración secundaria (cortes, huesos fracturados…). b) Que no respire nuestro alumno: cuando sucedo esto, hemos de pasar a llevar a cabo las maniobras de Soporte Vital Básico.

3) El Pulso. Con esto, el docente pretende comprobar el funcionamiento cardíaco. ¿Cuál es el estado del corazón? Para ello deberá explorar el pulso arterial. Un lugar donde podemos explorar el pulso es a través de las arterias carótidas. Éstas son las arterias que llevan la sangre al encéfalo. Son de las que más no podemos fiar. Una forma de localizar el pulso en las arterias carótidas es colocando los dedos índice y corazón en la zona del esternocleidomastoideo, en el cuello. Es muy importante recordar no colocar el dedo pulgar pues nos podría llevar a error, ya que notaríamos la presencia de pulso pero no sería así pues lo estaríamos confundiendo con nuestro propio pulso. Hay otras zonas donde se pueden localizar el pulso pero son menos fiables. Eso sí, en recién nacidos y en alumnos obesos se puede localizar el pulso a nivel humeral, es decir, en la parte medio interna del brazo, debajo de la depresión del bíceps. Cuando notamos que no existe pulso, nos indica que hay una ausencia de circulación y por tanto la existencia de un paro cardíaco.

La Exploración Secundaria.

Una vez que el docente tiene la certeza de que la respiración y la circulación funcionan de una manera espontánea ha de pasar a una exploración secundaria completa. Hay que determinar el nivel de conciencia del alumno, la reacción de sus pupilas, como es su respiración y su pulso. Además hay que explorar el resto del cuerpo para encontrar posibles lesiones. Para ello, lo mejor es tener claro un orden. Una forma podría ser:

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1) Exploración de la Conciencia y Neurología. a) Nivel de conciencia. Lo clasificaríamos en cuatro: - El alumno está consciente y responde a todos los estímulos.

- El alumno está inconsciente pero tiene reacción a los estímulos verbales. - El alumno está inconsciente, no hay reacción a la voz pero sí que lo hay ante los estímulos dolorosos, como por ejemplo: los pellizcos. - Está completamente inconsciente.

b) Pupilas. Hay que mirar el estado de las pupilas. Si están contraídas o dilatadas.

También hay que observar si reaccionan ante la luz o no, ver si tienen el mismo tamaño o son distintas.

2) Comprobación del estado del resto de los signos vitales. a) La Respiración. ¿Cómo es su respiración?

La frecuencia normal de respiración es de 12 a 20 repeticiones por minuto. Patológicamente hay dos tipos de respiración: - La “Taquipnea”: es una respiración rápida y superficial, con una frecuencia superior a las 20 repeticiones por minuto. - La “Bradipnea”: es una respiración muy lenta, por debajo de las 12 repeticiones por minuto Además habría que ver si esa respiración lleva un ritmo o no, pues una respiración irregular suele ser señal de que algo falla en el sistema nervioso.

b) El Pulso. El puso normal de una persona, en reposo, debe de estar entre las 60 y las 100 pulsaciones por minuto. Cuando tenemos a una víctima que está por encima de las 100 pulsaciones por minutos en reposo, se considera que está sufriendo de taquicardia. Mientras que si tiene un descenso del ritmo cardíaco, por debajo de las 60 pulsaciones por minuto, es síntoma que sufre de bradicardia. Hay que tener en cuenta que esto es siempre en reposo, durante la práctica deportiva es fisiológica.

3) Exploración del resto del cuerpo.

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Al explorar el resto del cuerpo hay que tener en cuenta que solamente se puede determinar puntos dolorosos en las víctimas que están conscientes. Habría que explorar de arriba abajo, dividiendo el cuerpo en 3 partes: a) Exploración de la cabeza y del cuello.

Hay que mirar detenidamente buscando la posibilidad de existencia de signos de fractura de cráneo, hemorragia por los oídos, hemorragias o salida del líquido acuoso por la nariz y hematomas alrededor de los ojos. Es importante mirar los posibles cortes y heridas que pueda haber en la cabeza y en la cara. Otras cosas que habría que observar son la existencia o no de lesiones oculares. Se puede dar el caso de que tenemos a nuestro alumno consciente pero es incapaz de ver, tiene la vista borrosa… Otra cosa a buscar sería las posibles fracturas nasales o del maxilar, contusiones, etc. Finalmente hay que repasar suavemente el cuello, buscando posibles cortes, deformaciones, puntos de dolor…

b) Exploración del tórax y abdomen. En la zona del tórax hay que intentar buscar la posibilidad de que haya lesiones traumáticas o dolor torácico, a nivel de las costillas y del esternón, que en el caso de que sea un dolor tan agudo puede que impida respirar a nuestra víctima. Eso podría significar que sufre una fractura costal, la cual podría dañar al pulmón. En el abdomen habría que buscar lesiones traumáticas, dolor abdominal, cortes, etc.

c) Exploración de las extremidades. En las extremidades hay que buscar la existencia o no de heridas sangrantes, contusiones, puntos dolorosos, deformidades y síntomas de fracturas, etc.

Una vez que se ha acabado de controlar a nuestro alumno accidentado, es muy importante ver su estado y hacer una valoración de antecedentes, en el cual hay que averiguar aspectos como: ¿Qué ha ocurrido?, antecedentes personales, última ingestión de líquidos y sólidos, medicaciones que toma habitualmente, si padece de algún tipo de alergia, grupo sanguíneo, etc. Estos datos son de gran importancia para la continuidad de la asistencia sanitaria dentro de la cadena de socorro y si es posible se debe de poner por escrito.

3. 3. ¿Qué posiciones son las correctas ante un alumno accidentado?

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Ante cualquier alumno accidentado o enfermo, y después de haber explorado completamente al mismo, hay que llevar a cabo una posición de seguridad para que así pueda aguantar hasta la llegada del servicio sanitario especializado. En este tiempo se podrían llevar a cabo las anotaciones sobre los antecedentes.

Cuando nuestro alumno accidentado está consciente, las posiciones son las siguientes: a) De Decúbito Supino. (Boca arriba)

Esta posición se utiliza en alumnos accidentados con posibles fracturas de columna o de extremidades inferiores o para poder aplicar las maniobras de Soporte Vital Básico como el R.C.P. b) Piernas Elevadas o Posición de Trendelemburg. Está indicado para accidentados o enfermos con hemorragias internas, shock, mareos… c) Piernas en Flexión. Es una posición ideal para ejecutar en caso de heridas o lesiones en el abdomen. d) De Semi-sentado o de Semi-incorporado. Para llevar a cabo esta posición, nuestro alumno accidentado ha de estar semi-incorporado en un ángulo de unos 45º hasta los 90º. Se utiliza con alumnos que presentan problemas respiratorios y torácicos. Por ejemplo: un alumno que se está asfixiando.

Cuando nuestro alumno accidentado está inconsciente, la posición es la siguiente:

• Posición Lateral de Seguridad. Esta posición es muy adecuada para llevarla a cabo cuando hemos valorado que nuestro alumno está inconsciente, no traumático, y que presenta pulso y respiración. Se lleva a cabo para poder controlar el vómito y también para evitar la caída de la lengua hacia atrás, lo cual podría causar la muerte por asfixia. Una vez que se ha comprobado la inconsciencia, la presencia de respiración, el pulso y la exploración secundaria hay que llevar a cabo la posición lateral de seguridad. Para ello hay que seguir unos pasos y son: 1º. Apartar el brazo que está entre la persona que socorre y el herido para ponerlo en extensión cerca de la cabeza de la víctima como sea posible para dejar libre este lado de giro. 2º. Flexionamos la pierna que está más lejos del herido y acercamos la mano a la rodilla de dicha pierna pero sin tirar de ella, sino llevando la rodilla al brazo. 3º. Haciendo fuerza giramos al herido siempre por los hombros y por las rodillas hasta que descanse sobre la rodilla en flexión.

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4º. Recogemos el brazo que gira externamente para darle dos puntos de apoyo al cuerpo que son rodilla y brazo. 5º. Hay que colocar bien la cabeza, rectificándola para mantener bien abierta las vías aéreas. 6º. Comprobamos la espalda ante la posible aparición de lesiones que no se hayan visto antes. 7º. Hay que abrirle la boca para facilitar el posible vómito y también para escuchar claramente si hay o no respiración. 8º. Hay que rectificar bien la pierna posterior para dar más estabilidad. 9º. Volvemos a comprobar la respiración. 10º. Tapar y abrigar a la víctima pero sin colocar mucho peso encima.

3. 4. La obstrucción de las vías aéreas. Se llama obstrucción de las vías aéreas a todo obstáculo que impida el paso del aire, por lo que

el O2 que contiene el aire no llega a los pulmones, aumentando la demanda de oxígeno de las células. Y ¿Qué consecuencia tiene esto? Pues la falta de oxigenación de las células cerebrales tiene como consecuencia la pérdida de conciencia, que si no se resuelve en un tiempo prudencial puede comprometer la vida de nuestro alumno. Esta obstrucción suele llevarse a cabo de forma brusca y está causada por la entrada de un cuerpo extraño en las vías respiratorias.

La obstrucción por cuerpos extraños se puede dar en nuestros alumnos por varios motivos: por introducirse objetos de toda clase en la boca como pueden ser gomas, monedas, etc., y por alimentos como frutos secos, aceitunas, palomitas…

Existen dos tipos de obstrucciones de las vías aéreas y son: la “incompleta” y la “completa”.

• Obstrucción Incompleta. Este tipo de obstrucción hace que el intercambio de aire a nivel pulmonar sea más o menos problemática. En esta obstrucción se mantiene un mínimo de paso de aire, con lo cual nuestro alumno se encontrará agitado con una tos enérgica. No es una obstrucción muy problemática por lo que el estado de conciencia no se ve alterado. ¿Qué hacemos en este caso de obstrucción? Simplemente el docente no tiene que hacer nada. Lo mejor es dejar que nuestro alumno siga tosiendo. Eso sí un error grave que comenten muchas personas es el de dar los típicos golpes en la espada. Eso no se hace. ¿Por qué? Porque podría provocar que el cuerpo extraño le entrara más rápidamente en las vías aéreas por lo que de estar ante una leve obstrucción incompleta pasaríamos a una obstrucción completa, con lo cual habríamos empeorado la situación. Normalmente la simple tos que lleva a cabo nuestro alumno provoca la expulsión del cuerpo extraño.

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• Obstrucción Completa. Esta obstrucción es la más problemática. Cuando las vías aéreas están completamente obstruidas por un cuerpo extraño, el aire de los pulmones no podrá salir, por lo que nuestro alumno no podrá ni toser, ni hablar y ni respirar. Con el riesgo vital que ello supone. Las personas que sufren este tipo de obstrucción tienden a hacer muchos gestos, se llevan las manos a la garganta, la boca abierta, están muy agitados y con contracciones toráxicos. En un principio no tiene por qué haber una pérdida de consciencia pero si no se reestablece con la maniobra apropiada, puede caer inconscientemente. Y ¿Que puede hacer el docente ante un alumno con obstrucción completa? Lo que el docente debe hacer es la ejecución de la “maniobra de Heimlich”. Con esta maniobra, mediante la ejecución de compresiones a nivel epigastrio, boca de estómago, se desplaza el diafragma hacia arriba, con lo cual se provoca un cambio de presión en el tórax. Esto obliga a que el aire que queda en los pulmones vaya saliendo, arrastrando al cuerpo extraño hacia fuera. ¿Cómo se lleva a cabo la “maniobra de Heimlich”? Para ejecutar las técnicas de la maniobra de Heimlich hay que ver si nuestro alumno está consciente o inconsciente. Dependiendo de su estado se hará de una forma u otra.

A) Si nuestro alumno está consciente, los pasos a seguir son: 1. Colocarse detrás de la víctima. Rodearlo por la cintura con los brazos. 2. Cerrar una mano y colocar el nudillo del pulgar sobre unos cuatro dedos por encima del ombligo para localizar la región epigástrica. 3. Cogerse el puño con la otra mano. 4. Realizar una fuerte presión hacia dentro y hacia arriba, en dirección a los pulmones. 5. Aflojar y repetir pero sin perder la posición de las manos, en ciclos de 6 a 8 repeticiones.

Esta maniobra ha de repetirse hasta que nuestro alumno expulse el cuerpo extraño.

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B) Si nuestro alumno está inconsciente, los pasos a seguir son: 1. Tender a nuestro alumno boca arriba, con la cabeza hacia un lado y la boca abierta. 2. Colocarse a ahorcajadas sobre las caderas del accidentado. 3. Colocar el talón de una mano por encima del ombligo y justo debajo del esternón. 4. Colocar la otra mano sobre la primera cogiéndola por la muñeca. 5. Llevar a cabo una presión enérgica hacia dentro y hacia arriba, en dirección a los pulmones en ciclos de 6 a 8 repeticiones. 6. Revisar la boca. 7. Intentar hacer el boca a boca. Si no entra aire, repetir la maniobra.

Hay que repetir la maniobra hasta que el accidentado expulse el cuerpo extraño. Una vez que haya expulsado el cuerpo extraño hay que controlar la posibilidad de vómitos, con lo cual hay que colocar al alumno en la posición lateral de seguridad.

3. 5. Hemorragias. Una hemorragia es la salida de sangre por los vasos sanguíneos. Según el tipo de vaso lesionado las hemorragias pueden ser arteriales, venosas o capilares. Dependiendo del lugar a donde se dirige la sangre, las hemorragias pueden ser externas o

internas. Las “hemorragias externas” son aquellas en las que se ve la sangre mientras que en las “hemorragias internas” no se puede percibir sangre. El objetivo del docente que presta los primeros auxilios es detener la pérdida de sangre del alumno accidentado. Lo que sucede es que esto solo es posible en las hemorragias externas. En las internas, aunque estén exteriorizadas, no se puede actuar directamente, dado que es imposible controlarlo por nuestra parte. En los centros educativos se ve muy a menudo las hemorragias externas, un niño al que le sale sangre por la nariz, otro que se cae y se hace una herida, un corte…

o ¿Qué hacer cuando un alumno tiene una hemorragia? Ante una hemorragia interna no podemos hacer mucho. Lo que si hay que hacer es tumbar al alumno accidentado boca arriba con las piernas elevadas, vigilando su pulso, su respiración y su nivel de conciencia. Solo nos queda esperar la llegada de los servicios sanitarios. Podemos ver que un alumno tiene una hemorragia interna mediante una serie de síntomas como son: la palidez, la debilidad, sensación de mareo, pulso y respiración acelerada, piel fría y húmeda, pérdida de conocimiento…

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Por el contrario, cuando tenemos presente una hemorragia externa, si que podemos hacer mucho. Es muy habitual que tengan lugar en las extremidades. Este tipo de hemorragia, al verter sangre hacia fuera lo podemos controlar y detener utilizando una comprensión directa.

1. Limpiar la herida con agua oxigenada o suero fisiológico, partiendo del centro hacia el exterior. 2. Secar la herida con una gasa. 3. Aplicar un antiséptico como la povidona yodada efectuando presión en el punto sangrante. Hay que preguntar si se es alérgico a este antiséptico. 4. Caso de necesitar otra gasa, habría que colocarlo sobre el primero, sin quitar éste, ya que al retirarlo arrastraríamos el coágulo que se está formando. 5. Efectuado la presión, durante unos minutos, y detenida la hemorragia habría que proteger la herida con un apósito, tirita o vendaje. Nunca hay que poner esparadrapo sobre la herida directamente. Se puede poner para fijar una gasa, un vendaje, etc.

Sin continuara sangrando la herida, habría que seguir presionando con gasas o realizar un vendaje compresivo directamente sobre la herida, a la espera de la llegada del servicio sanitario. Otra cosa que se podría hacer es levantar el miembro afectado. Si aparecieran síntomas de shock, habría que tumbar al accidentado boca arriba y con las piernas elevadas, vigilando su nivel de respiración, pulso y conciencia. Hay veces que puede suceder que no se detiene la hemorragia y nuestro alumno está perdiendo mucha sangre. ¿Qué hacer entonces si todavía no ha llegado la asistencia sanitaria? Cómo último recurso quedaría hacer un “torniquete”. Solamente se pude utilizar cuando la continuidad de la hemorragia suponga un riesgo vital ya que tiene importantes contraindicaciones. La principal es que provoca la detención de toda la circulación sanguínea de la extremidad, lo que conlleva la falta de oxigenación de los tejidos y la muerte tisular, formándose toxinas por necrosis y trombos por acumulación plaquetaria. Para hacer efectivo el torniquete hay que utilizar una cinta ancha, aplicando una presión sobre la base de la extremidad. Un ejemplo sería hacer la presión con un cinturón. Una vez que se ha ejecutado la presión habría que mantenerla hasta la llegada del servicio sanitario, anotando la hora en la que se ha realizado el torniquete para comunicarlo.

La gravedad de las hemorragias está en la relación con el volumen de sangre perdida por los vasos sanguíneos. A mayor volumen perdido mayor riesgo para mantener la vida. Además el aumento de sangre perdida hace que aumente la frecuencia respiratoria, así como la frecuencia cardiaca.

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3. 6. Soporte vital básico. El Soporte Vital Básico es el conjunto de medidas destinadas a prevenir la parada

cardiorrespiratoria en el caso de que ésta no se haya producido, o en el caso de que si que haya parada cardiorrespiratoria, mantener la vida del alumno que lo sufre hasta la llegada de los servicios sanitarios especializados.

Paro Respiratorio. Un paro respiratorio se produce cuando el sistema respiratorio no es capaz de hacer llegar aire a los pulmones, de modo que, a los pocos minutos, deja de haber un intercambio gaseoso vital (oxígeno y CO2), por lo que la sangre que pasa por el alveolo no se oxigena. Esto lleva consigo la no llegada de oxígeno a nivel celular. Si el paro respiratorio no se detiene y se prolonga en el tiempo puede aparecer un paro cardíaco, debido a la falta de oxigenación del miocardio, que es el músculo cardíaco. El paro respiratorio se puede producir por muchas causas. Las más frecuentes son: la pérdida de consciencia y caída de la lengua hacia atrás, la falta de oxigenación del entorno y/o existencia de gases tóxicos, cuerpos extraños en las vías aéreas, crisis asmáticas o alérgicas, ahogamientos, etc. ¿Qué hacer ante un paro respiratorio? Cuando un alumno deja de respirar, la única maniobra eficaz es introducir aire en sus pulmones. Para ello el docente ha de seguir los pasos de la maniobra de soporte para un paro respiratorio, que son: 1. Colocar al alumno boca arriba.

2. Explorar en el interior de la boca del alumno para comprobar la posible existencia o no de cuerpos extraños. 3. Abrir las vías aéreas utilizando la maniobra frente-mentón.

“Maniobra frente-mentón”: para llevar a cabo esta maniobra hay que colocar los dedos índice y corazón de una mano bajo el mentón, empujándolo hacia arriba, a la vez que la otra mano se coloca en la frente empujándola hacia abajo. Con esto se consigue un desplazamiento de la base de la lengua, por el movimiento de la mandíbula hacia arriba y adelante, desenganchando la lengua de su base, lo que permitirá el paso del aire. Al hacer esta maniobra hay que tener especial cuidado en hacerlo con mucha delicadeza, sin mover bruscamente la cabeza y el cuello. Una vez abierta las vías aéreas hay que comprobar si continua o no el paro respiratorio. Si continúa el paro respiratorio, hay que continuar iniciando las técnicas orales de respiración. Hay varias técnicas y según el caso que se nos presente, usaremos una u otra.

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Algunas “técnicas orales de respiración” son: 1) Boca a boca.

Es la técnica más utilizada ya que se puede aplicar en niños y adultos. Los pasos a seguir son: a) Abrir las vías aéreas mediante la maniobra frente-mentón.

b) Comprobar la no existencia de respiración. c) Tapar la nariz con los dedos índice y pulgar de la mano que está situada en la frente. d) Realizar una inspiración y aplicando los labios alrededor de los del alumno, espirar fuertemente durante uno a dos segundos, comprobando con la vista que el tórax de la persona afectada se eleva. Eso es señal de que el aire insuflado ha entrado en los pulmones. e) Apartarse con el fin de permitir que salga el aire, manteniendo la presión de la mano en la frente. Mientras, el docente vuelve a inspirar. f) Hay que repetir la insuflación cada cuatro o cinco segundos para conseguir de doce a quince insuflaciones por minuto.

2) Boca a nariz. Esta técnica se utiliza en las víctimas que hemos observado que tiene heridas en la boca, así como las que están intoxicadas. Ello se hace para protegernos a nosotros mismos. Los pasos que hay que llevar a cabo para insuflar aire por la nariz son:

a) Abrir las vías aéreas mediante la maniobra frente-mentón pero esta vez cerrando la boca, desplazando el mentón hacia arriba. b) Inspirar e insuflar aire por la nariz, comprobando con la vista que el tórax se eleva. c) Apartarse para dejar que el aire insuflado salga. Mientras se vuelve a inspirar. d) Hay que repetir la insuflación cada cuatro o cinco segundos para conseguir de doce a quince insuflaciones por minuto.

3) Boca a boca-nariz. Esta técnica se debe de utilizar con los niños recién nacidos y en edad de lactancia. Para realizar esta técnica hay que colocar la boca de la persona que presta los primeros auxilios de manera que cubra totalmente la boca y la nariz del lactante. Lo demás es lo mismo que en las técnicas boca a boca y boca-nariz.

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4) Boca a estoma. Nos podemos encontrar con alumnos que tengan estoma. El estoma es el orificio que está situado en la cara anterior del cuello que presentan las personas que han sufrido una intervención quirúrgica en la laringe. Ante un alumno que tiene estoma no es preciso realizar la maniobra para abrir las vías aéreas, ya que el estoma se haya debajo de la lengua. Aun así, sí que podemos desplazar la cabeza hacia atrás para que no nos entorpezca al llevar a cabo esta maniobra. El aire se insufla a través del estoma cada cuatro o cinco segundos para conseguir de doce a quince insuflaciones por minuto.

Al llevar esta serie de maniobras, ya sea la que sea, hay que tener presente que se pueden presentar una serie de complicaciones, que son:

- Aire en el estómago: es la complicación más frecuente ya que la entrada de aire en el estómago podría provocar vómitos, lo que dificultaría el proceso de reanimación. Para evitarlo habría que insuflar lentamente. - Hiperventilación del docente que presta los primeros auxilios: La persona que presta este tipo de soporte inicia una inspiración forzada para poder insuflar aire a la víctima. Esto, pasados los minutos provoca una mala oxigenación propia, con lo que el docente se agota. Es como si le faltara el aire a él mismo. Por eso se debe respirar sin esfuerzo, de forma normal. - Mala apertura de las vías aéreas: cuando no se abren correctamente las vías aéreas, el docente puede tener la sensación de obstrucción, de que no entra el aire. Entonces, lo que habría que hacer el corregir la maniobra frente-mentón. - Cuerpos extraños no detectados: iniciadas las insuflaciones, el docente se puede encontrar con que el aire no entra en los pulmones, aún estando las vías aéreas abiertas perfectamente, teniendo la sensación de que hay un obstáculo. En este caso, lo que habría que hacer es ejecutar la maniobra de Heimlich. - Nariz mal tapada: se puede dar el caso de que la nariz no esté sellada completamente, lo cual provocará una pérdida de aire evitando que el aire entre completamente en los pulmones. Esto provocará que tengamos que hacer más insuflaciones, que nos cansemos antes y más, etc. Para evitarlo hay que corregir el sellado de la nariz para taparlo completamente. - Fuga entre bocas: Si el docente no sella perfectamente su boca con la de la víctima provocará fugas de aire, al igual que en el caso de la nariz mal tapada. Habría que corregir el sellado entre las bocas para que no se pierda el aire que se está insuflando.

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Paro Cardíaco. El paro cardíaco se produce cuando hay una interrupción de la circulación espontánea. Si después de comprobar el funcionamiento cardíaco, el docente percibe que el alumno no presenta pulso, es que está sufriendo un paro cardíaco. ¿Qué hace el docente ante esto? Cuando un alumno no tiene pulso, el docente ha de aplicar el “Masaje Cardíaco Externo”. Mediante esta técnica se puede sustituir artificialmente la función cardiaca del alumno. Esto es posible porque al aplicar fuerza sobre el esternón, el corazón se contrae contra la columna vertebral, expulsando la sangre que hay en su interior. Al retirar la fuerza, el corazón se relaja, llenándose otra vez de sangre. Gracias a este masaje cardíaco externo se logra un mínimo de flujo sanguíneo, el cual permite la oxigenación de los órganos vitales: cerebro, pulmones, riñones y el propio corazón. ¿Cómo se lleva a cabo el “Masaje Cardíaco Externo”? El docente ha de seguir los siguientes pasos:

1. Colocar al alumno en posición de decúbito supino con los brazos tendidos a lo largo del cuerpo. 2. Colocarse de rodillas a un lado de la víctima, a la altura de sus hombros. 3. Con los dedos índice y corazón hay que localizar la parte inferior de las costillas y seguirlas hasta la unión con el esternón, en el apéndice xifoides. 4. A continuación de los dedos índice y corazón se coloca el talón de la otra mano en el tercio inferior del esternón. 5. Se coloca el talón de la otra mano encima, entrelazando los dedos para evitar que éstos toquen el tórax. 6. Realizar la técnica de compresión, para lo cual, hay que cargar el cuerpo verticalmente sobre los brazos rígidos, sin doblar los codos. 7. Comprimir el esternón verticalmente y descomprimir con una depresión de unos 3,5 o 5 centímetros. 8. Se debe de conseguir un ritmo de compresiones por minuto entorno a las ochenta y cien, teniendo en cuenta que la compresión-descompresión es de 1:1. Tan importante es comprimir para que el corazón se vacíe como descomprimir para que se pueda llenar de sangre.

Durante el desarrollo del “Masaje Cardíaco Externo” puede darse complicaciones debido a la mala posición de las manos o por la presión que se ejerce. Esto podría provocar: fracturas en las costillas, fractura de esternón, lesión de órganos internos, etc.

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Paro Cardiorrespiratorio. El paro cardiorrespiratorio tiene lugar cuando la respiración y la circulación espontánea no existe. Ante esta interrupción, el docente ha de iniciar las maniobras de soporte vital básico, el R.C.P. que es la reanimación cardiopulmonar. En éstas maniobras se combinan las técnicas de reanimación respiratoria y el masaje cardíaco externo. Todo ello tiene como objetivo garantizar el aporte de oxígeno a los órganos vitales hasta la llegada de los servicios sanitarios, o hasta que se recupere la respiración y la circulación de nuestro alumno. Esta reanimación es fundamental, pues el alumno que sufre un paro cardiorrespiratorio puede morir. Por eso la importancia en el pronto inicio de estas maniobras desde el mismo momento en que se produce en paro cardiorrespiratorio pues cada minuto que pasa va dificultando la recuperación de las células, principalmente las cerebrales, y del resto de las funciones del organismo. ¿Cómo se lleva a cabo las maniobras de R.C.P.? El docente debe realizar una combinación entre compresiones torácicas e insuflaciones. También dependerá de si se hace con un reanimador o con dos. 1) Con un solo reanimador:

- Colocar al alumno en posición de decúbito supino con los brazos tendidos a lo largo del cuerpo. - Iniciar con dos insuflaciones en el momento de comprobar que la víctima no respira. - En el momento de comprobar que no existe pulso, hacer quince compresiones e ir alternando con dos insuflaciones. (15:2).

Después de los primeros cuatro ciclos de compresiones-insuflaciones, hay que revisar si se ha recobrado el pulso. 2) Con dos reanimadores: El que haya presentes dos docentes que sepan llevar a cabo esta maniobra facilita la ejecución ya que es más cómodo y efectivo al poder alternase. Uno insufla mientras el otro hace compresiones, después se cambian los papeles.

- Colocar al alumno en posición de decúbito supino con los brazos tendidos a lo largo del cuerpo. - Iniciar con dos insuflaciones seguidas de cinco compresiones. Ir alternando (5:1).

Comprobar cada diez ciclos la existencia o no de pulso.

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4. EL BOTIQUÍN.

El botiquín es una caja de metal o de plástico que debe de contener todos los elementos necesarios para llevar a cabo los primeros auxilios a un accidentado o enfermo.

Es muy importante que haya botiquín en las aulas educativas, así como en el gimnasio del centro educativo. Debe de estar ubicado en un lugar fresco, seco y oscuro. Además es muy útil tener un botiquín portátil para llevarlo en las salidas del centro: excursiones, desplazamientos por encuentros deportivos, etc. Eso sí, solamente debe de tener acceso los profesionales del centro, debiendo estar fuera del alcance de los alumnos por el peligro que ello puede conllevar. Es fundamental que haya una persona encargada de revisar y reponer periódicamente los elementos del botiquín.

Los elementos que debe contener un botiquín son: tijeras, pinzas, termómetro, guantes estériles de látex, cánula de Guedel en sus diferentes tamaños, ambu, apósitos, tiritas, esparadrapos, puntos adhesivos, vendas elásticas y adhesivas, algodón, gasas estériles, toallas antisépticas, pomada para quemaduras-picaduras, suero fisiológico, limpiador antiséptico como el Betadine y agua oxigenada.

5. CONCLUSIÓN.

Es muy importante que los docentes y profesionales de los centros educativos sepan prestar los primeros auxilios. Todos deberían tener los conocimientos básicos, actitudes y habilidades necesarias para actuar ante una situación de emergencia eficazmente. ¿Por qué? Porque los centros educativos son como el segundo hogar para los niños, donde pasan muchas horas, donde pueden ocurrir infinitud de situaciones de emergencias sanitarias. En el aula educativa se pueden dar situaciones y circunstancias que obligan a los docentes a actuar de una manera rápida y eficaz en pro de salvar una vida. Hay que estar preparados. Eso sí, si no se sabe no hay que hacerse el “superman”. El “querer socorrer” sin saber no está exento de riesgo puesto que una actuación incorrecta puede empeorar el estado del alumno accidentado y acarrear problemas legales.

6. BIBLIOGRAFÍA.

Torrado, M. (1978). Primeros auxilios en la actividad físico-deportiva. Valladolid: Editorial Miñón. T.A.F.A.D. (2000). Primeros auxilios y socorrismo acuático. Huelva: I.E.S. Alto Conquero.

Autoría

Nombre y Apellidos: Isaac Castaño Prados. Centro, localidad, provincia: Motril (Granada). E-mail: [email protected]