APOSTOLADO DE LA ORACIÓN - 2011 - 11

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Sagrada Forma, y cuando estoy elevando la sangre de Cristo en el cáliz, yo digo esto: «Señor mío y Dios mío: que tu santa redención consiga mi salvación eterna y la de todos los que van a morir hoy. Amén». «Señor mío y Dios mío» que es un acto de fe evangélico. Lo dijo Santo Tomás. Además es una devoción muy española y muy popular. Siempre nos han enseñado de pequeños que en la elevación digamos mirando a la Sagrada Forma y mirando al cáliz: «Señor mío y Dios mío». Después de este acto de fe tan bonito, tan español y tan evangélico «Señor mío y Dios mío», añado: «que tu santa redención» que se está repitiendo en la misa. El sacrificio de la misa es la repetición de la muerte de Cristo en la cruz. Sigo: «...que tu santa redención consiga mi salvación eterna». Todos podemos tener un mal cuarto de hora. ¡Dios nos tenga de su mano! Hay que ser humildes y reconocer nuestra fragilidad. Tendría poca gracia que ayudemos a otros a morir, y nos condenemos nosotros: «triste cosa será, pero posible». Termino: «...que tu santa redención consiga mi salvación eterna y la de todos los que van a morir hoy. Amén». Esto lo digo todos los días en la Santa Misa, mientras tengo la Sagrada Forma en mis manos, y mientras tengo el cáliz. Dice San Alfonso María de Ligorio que quien pide su salvación, se salva. Por mi salvación y por la de los demás. Hoy por los de hoy, mañana por los de mañana y pasado por los de pasado.” Rezar por los difuntos es la mayor obra de misericordia, aún más que rezar por los vivos, ya que éstos pueden valerse por sí mismos.Santo Tomás El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho.San Agustín ¿CÓMO PUEDO AYUDAR A LAS ALMAS DEL PURGATORIO? Ofreciendo Misas por ellas. La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la gloria.San Bernardo de Sena. Haciendo Actos de Amor continuos. Jesús enseñó a Sor María Consolata Betrone un Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente, prometiéndole que cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador y que repararía mil blasfemias. La fórmula de este Acto es: "Jesús, María, Os Amo, Salvad las Almas" Quede en nuestra mente y en nuestro corazón el deseo ferviente de orar, cada día, de manera permanente, por las almas del purgatorio, por quien Dios Padre quiera favorecer y por las personas que van a morir en el día, para que Dios les conceda, por su infinita bondad y misericordia, la gracia del arrepentimiento y la perseverancia final. __________________________________ En el Credo, decimos Creo en la resurrección de los muertos. Reflexionemos, a la luz del CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA sobre esta profesión de fe. Cómo resucitan los muertos 997 ¿Qué es resucitar? En la muerte, separación del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su omnipotencia dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida incorruptible uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la Resurrección de Jesús. 998 ¿Quién resucitará? Todos los hombres que han muerto: "los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Jn 5, 29; cf. Dn 12, 2). 999 ¿Cómo? Cristo resucitó con su propio cuerpo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo" (Lc 24, 39); pero Él no volvió a una vida terrenal. Del mismo modo, en Él "todos resucitarán con su propio cuerpo, del que ahora están revestidos" (Concilio de

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Tríptico. Apostolado de la Oración. Parroquia Santa Rosa de Lima. Zapopan, Jalisco. México.

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…Sagrada Forma, y cuando estoy elevando la sangre de Cristo en el cáliz, yo digo esto: «Señor mío y Dios mío: que tu santa redención consiga mi salvación eterna y la de todos los que van a morir hoy. Amén».

«Señor mío y Dios mío» que es un acto

de fe evangélico. Lo dijo Santo Tomás. Además es una devoción muy española y muy popular. Siempre nos han enseñado de pequeños que en la elevación digamos mirando a la Sagrada Forma y mirando al cáliz: «Señor mío y Dios mío». Después de este acto de fe tan bonito, tan español y tan evangélico «Señor mío y Dios mío», añado: «que tu santa redención» que se está repitiendo en la misa. El sacrificio de la misa es la repetición de la muerte de Cristo en la cruz. Sigo: «...que tu santa redención consiga mi salvación eterna». Todos podemos tener un mal cuarto de hora. ¡Dios nos tenga de su mano! Hay que ser humildes y reconocer nuestra fragilidad. Tendría poca gracia que ayudemos a otros a morir, y nos condenemos nosotros: «triste cosa será, pero posible». Termino: «...que tu santa redención consiga mi salvación eterna y la de todos los que van a morir hoy. Amén». Esto lo digo todos los días en la Santa Misa, mientras tengo la Sagrada Forma en mis manos, y mientras tengo el cáliz. Dice San Alfonso María de Ligorio que quien pide su salvación, se salva. Por mi salvación y por la de los demás. Hoy por los de hoy, mañana por los de mañana y pasado por los de pasado.”

“Rezar por los difuntos es la mayor obra de misericordia, aún más que rezar por los

vivos, ya que éstos pueden valerse por sí mismos.”

Santo Tomás

“El que oye Misa, hace oración, da

limosna o reza por las almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho.”

San Agustín

¿CÓMO PUEDO AYUDAR A LAS ALMAS DEL PURGATORIO?

Ofreciendo Misas por ellas.

“La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la gloria.”

San Bernardo de Sena.

Haciendo Actos de Amor continuos.

Jesús enseñó a Sor María Consolata Betrone un Acto de Amor sencillísimo que debía repetir frecuentemente, prometiéndole que cada Acto de Amor salvaría el alma de un pecador y que repararía mil blasfemias.

La fórmula de este Acto es: "Jesús, María, Os Amo, Salvad las

Almas"

Quede en nuestra mente y en nuestro corazón el deseo ferviente de orar, cada día, de manera permanente, por las almas del purgatorio, por quien Dios Padre quiera favorecer y por las personas que van a morir en el día, para que Dios les conceda, por su infinita bondad y misericordia, la gracia del arrepentimiento y la perseverancia final.

__________________________________

En el Credo, decimos “Creo en la resurrección de los muertos”. Reflexionemos,

a la luz del CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA sobre esta profesión de fe.

Cómo resucitan los muertos 997 ¿Qué es resucitar? En la muerte,

separación del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su omnipotencia dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida incorruptible uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la Resurrección de Jesús.

998 ¿Quién resucitará? Todos los hombres que han muerto: "los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Jn 5, 29; cf. Dn 12, 2).

999 ¿Cómo? Cristo resucitó con su propio cuerpo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo" (Lc 24, 39); pero Él no volvió a una vida terrenal. Del mismo modo, en Él "todos resucitarán con su propio cuerpo, del que ahora están revestidos" (Concilio de

Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será "transfigurado en cuerpo de gloria" (Flp 3, 21), en "cuerpo espiritual" (1 Co 15, 44):

«Pero dirá alguno: ¿cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano..., se siembra corrupción, resucita incorrupción [...]; los muertos resucitarán incorruptibles. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor 15,35-37. 42. 53).

1000 Este "cómo ocurrirá la resurrección" sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento; no es accesible más que en la fe. Pero nuestra participación en la Eucaristía nos da ya un anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo:

«Así como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido la invocación de Dios, ya no es pan ordinario, sino Eucaristía, constituida por dos cosas, una terrena y otra celestial, así nuestros cuerpos que participan en la eucaristía ya no son corruptibles, ya que tienen la esperanza de la resurrección» (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 4, 18, 4-5).

1001 ¿Cuándo? Sin duda en el "último día" (Jn 6, 39-40. 44. 54; 11, 24); "al fin del mundo" (LG 48). En efecto, la resurrección de los muertos está íntimamente asociada a la Parusía de Cristo:

«El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar» (1 Ts 4, 16)…

El sentido de la muerte cristiana 1010 Gracias a Cristo, la muerte

cristiana tiene un sentido positivo. "Para mí,

la vida es Cristo y morir una ganancia" (Flp 1, 21). "Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él" (2 Tm 2, 11). La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente "muerto con Cristo", para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este "morir con Cristo" y perfecciona así nuestra incorporación a Él en su acto redentor:

«Para mí es mejor morir en Cristo Jesús que reinar de un extremo a otro de la tierra. Lo busco a Él, que ha muerto por nosotros; lo quiero a Él, que ha resucitado por nosotros. Mi parto se aproxima [...] Dejadme recibir la luz pura; cuando yo llegue allí, seré un hombre» (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Romanos 6, 1-2).

INTENCIÓN GENERAL Y

MISIONAL DEL SANTO PADRE

PARA NOVIEMBRE DE 2011

General: Las Iglesias católicas orientales.

Por las Iglesias católicas orientales,

para que su venerable tradición sea reconocida y estimada como riqueza

espiritual por toda la Iglesia. Misionera: Justicia y

reconciliación en África. Para que el continente africano

encuentre en Cristo la fuerza para realizar el camino de reconciliación y

justicia señalado por el segundo Sínodo de los Obispos de África.

APOSTOLADO DE LA ORACIÓN “Un servicio a la Iglesia desde el

Corazón de Cristo.”

NOVIEMBRE

AYUDEMOS A LAS PERSONAS A BIEN MORIR Y A LAS ALMAS DEL

PURGATORIO

En este mes recordamos de manera

especial a los fieles difuntos. Podemos reflexionar un poco sobre el valor de la oración, la mayor obra de caridad que podemos ofrecer por ellos.

El Padre Jorge Loring, Sacerdote Jesuita, comenta en una Conferencia ofrecida a los socios del Apostolado de la Oración en Cádiz, España, que “la mejor obra de caridad que podemos hacer es ayudar a una persona a bien morir, y ayudar a un alma que está en el purgatorio”

“¿Cómo les ayudo a bien morir? –dice- …Rezando por ellos”… “… yo pido por todos los que van a morir hoy en el mundo, no todos van a rechazar la gracia recibida. Mañana pediré por los de mañana. Y pasado por los de pasado. Pero hoy, voy a pedir por todos los que van a morir hoy. Yo pido un aumento de gracia para todos los que van a morir hoy. Y Dios, seguro que les da ese aumento de gracia, porque pido una cosa buena”

“Y, ¿qué oración hago para que se salven? ¿Cuándo hago esa oración? Yo la hago en la santa Misa. En el punto central de la Misa. En el momento de la consagración. En la elevación, cuando estoy elevando la…