Aprendiendo a ser felices

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APRENDIENDO A SER FELICES Todas las personas, de una manera u otra, buscamos la felicidad. Pero, aquí en la tierra, la felicidad siempre es parcial y pasajera. Con mucha frecuencia se asocia a las riquezas y la posesión de cosas materiales, pero ahí tampoco está la felicidad. En último término la felicidad absoluta está en el cielo. El hombre más rico en su tiempo como fue Aristóteles Onassis, el famoso armador griego, dijo que "he sido el hombre más rico del mundo y no he sido feliz". El dinero ayuda a tener cubiertas las necesidades básicas, pero no lo es todo. La felicidad no está en el tener sino en el ser. El hombre que pone sus aspiraciones en poseer cosas, no se saciará nunca, siempre querrá más y más y siempre estará insatisfecho, porque el corazón del hombre no se llena de cachivaches. La solución está en el perfeccionamiento del ser persona, en crear hábitos y destrezas positivos, en fomentar virtudes que sirvan para hoy y para mañana. Algunos padres buscan la felicidad de sus hijos llenándoles de juguetes, de aparatos electrónicos y de todo lo que al chico le apetezca. A veces comentan que quieren para sus hijos lo que ellos no tuvieron de pequeños. Otros padres, además de darles a sus hijos lo justo, dedican más tiempo y energías en dejarles una buena educación y una buena instrucción. Es importante enseñar a los hijos a disfrutar con lo ordinario, con las cosas positivas de cada día. Los padres, juntamente con los hijos han de valorar las cosas que se tengan, para disfrutarlas y usarlas correctamente. Para la mayoría de los padres es fácil dar dinero a los hijos (si se tiene), pero darles tiempo y energías es entregarles parte de su vida. Y los chicos lo que desean es tener cercanos y disponibles a sus padres. Arturo Ramo

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APRENDIENDO A SER FELICES

Todas las personas, de una manera u otra, buscamos la felicidad. Pero, aquí en la tierra, la

felicidad siempre es parcial y pasajera. Con mucha frecuencia se asocia a las riquezas y la

posesión de cosas materiales, pero ahí tampoco está la felicidad. En último término la

felicidad absoluta está en el cielo.

El hombre más rico en su tiempo como fue Aristóteles Onassis, el famoso armador griego,

dijo que "he sido el hombre más rico del mundo y no he sido feliz".

El dinero ayuda a tener cubiertas las necesidades básicas, pero no lo es todo. La felicidad no

está en el tener sino en el ser. El hombre que pone sus aspiraciones en poseer cosas, no se

saciará nunca, siempre querrá más y más y siempre estará insatisfecho, porque el corazón del

hombre no se llena de cachivaches. La solución está en el perfeccionamiento del ser persona,

en crear hábitos y destrezas positivos, en fomentar virtudes que sirvan para hoy y para

mañana.

Algunos padres buscan la felicidad de sus hijos llenándoles de juguetes, de aparatos

electrónicos y de todo lo que al chico le apetezca. A veces comentan que quieren para sus

hijos lo que ellos no tuvieron de pequeños.

Otros padres, además de darles a sus hijos lo justo, dedican más tiempo y energías en dejarles

una buena educación y una buena instrucción. Es importante enseñar a los hijos a disfrutar con

lo ordinario, con las cosas positivas de cada día. Los padres, juntamente con los hijos han de

valorar las cosas que se tengan, para disfrutarlas y usarlas correctamente.

Para la mayoría de los padres es fácil dar dinero a los hijos (si se tiene), pero darles tiempo y

energías es entregarles parte de su vida. Y los chicos lo que desean es tener cercanos y

disponibles a sus padres.

Arturo Ramo