Apuntes

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Cap II: La República Posible: Un régimen político puede ser entendido como una estructura institucional de posiciones de poder, dispuestas en un orden jerárquico desde donde se formulan decisiones autoritarias que comprometen a la unidad. El problema de las constituciones es subordinar diferentes posiciones de poder al ámbito más amplio del poder político. Hay que tener en cuenta la organización y distribución de poder y el modo de la elección de los gobernantes y los limites entre estos y los gobernados. La estructura institucional de un régimen alberga la realidad del poder, y las relaciones de control se asientan sobre una constelación de intereses materiales y de valores que justifican la pretensión de unos de gobernar a otros. Fórmula prescriptita o principio de legitimidad: habla del mejor régimen adoptado (Ej: libertad o justicia), y pretende gratificar intereses materiales reivindicados por grupos o clases. Hay una contradicción entre el principio de monarquía autoritaria y república electiva. Las fórmulas republicanas o demócratas daban el poder a ámbitos más amplios que las antiguas aristocracias. Alberdi es autor de la formula prescriptita, pero no hay causalidad con su implementación tras el 80’, si no que se asume que: a) la fórmula influye en el Congreso Constituyente, b) se prolonga mas allá, c) tradujo valores e intereses dominantes. La población es el agente privilegiado del cambio cultural, junto con el ferrocarril y los capitales. Para alcanzar estas metas el camino es el régimen político y la figura del legislador se relaciona con la distribución del poder de modo que la elección de los gobernantes y las garantías de los gobernados procuran conciliar valores igualitarios de una república abierta a todos con valores jerárquicos de la república restrictiva de unos pocos. En la formula alberdiana el presidente materializa el poder central, pero no detenta todo el poder, no es dominio irresponsable el dominio de uno solos, sino que viene de la legitimidad investida por la constitución. Su legitimidad viene del cargo superior que ocupa, el rol que desempeña tiene mas valor que su propia virtud. (Gracias a la distinción entre rol y ocupante). Se busca hacer que un pueblo de miseria e ignorancia se transforme en una federación para el ejercicio del gobierno republicano. La libertad civil abre la ruta para implantar una nueva cultura para traer inmigración y riquezas. -Alberdi: el legislador debe discriminar la participación del pueblo soberano y los excluídos de la soberanía política. -Tocqueville: el sociólogo debe comprobar el eco igualitario que hace al habitante de una nación sujeto apto para constituir un pueblo que se manifiesta por el sufragio universal. Cap III: La Oligarquía Política:

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Cap II: La Repblica Posible:

Cap II: La Repblica Posible:

Un rgimen poltico puede ser entendido como una estructura institucional de posiciones de poder, dispuestas en un orden jerrquico desde donde se formulan decisiones autoritarias que comprometen a la unidad. El problema de las constituciones es subordinar diferentes posiciones de poder al mbito ms amplio del poder poltico.

Hay que tener en cuenta la organizacin y distribucin de poder y el modo de la eleccin de los gobernantes y los limites entre estos y los gobernados.

La estructura institucional de un rgimen alberga la realidad del poder, y las relaciones de control se asientan sobre una constelacin de intereses materiales y de valores que justifican la pretensin de unos de gobernar a otros.

Frmula prescriptita o principio de legitimidad: habla del mejor rgimen adoptado (Ej: libertad o justicia), y pretende gratificar intereses materiales reivindicados por grupos o clases.

Hay una contradiccin entre el principio de monarqua autoritaria y repblica electiva. Las frmulas republicanas o demcratas daban el poder a mbitos ms amplios que las antiguas aristocracias.

Alberdi es autor de la formula prescriptita, pero no hay causalidad con su implementacin tras el 80, si no que se asume que: a) la frmula influye en el Congreso Constituyente, b) se prolonga mas all, c) tradujo valores e intereses dominantes.

La poblacin es el agente privilegiado del cambio cultural, junto con el ferrocarril y los capitales.

Para alcanzar estas metas el camino es el rgimen poltico y la figura del legislador se relaciona con la distribucin del poder de modo que la eleccin de los gobernantes y las garantas de los gobernados procuran conciliar valores igualitarios de una repblica abierta a todos con valores jerrquicos de la repblica restrictiva de unos pocos.

En la formula alberdiana el presidente materializa el poder central, pero no detenta todo el poder, no es dominio irresponsable el dominio de uno solos, sino que viene de la legitimidad investida por la constitucin. Su legitimidad viene del cargo superior que ocupa, el rol que desempea tiene mas valor que su propia virtud. (Gracias a la distincin entre rol y ocupante).

Se busca hacer que un pueblo de miseria e ignorancia se transforme en una federacin para el ejercicio del gobierno republicano. La libertad civil abre la ruta para implantar una nueva cultura para traer inmigracin y riquezas.

-Alberdi: el legislador debe discriminar la participacin del pueblo soberano y los excludos de la soberana poltica.

-Tocqueville: el socilogo debe comprobar el eco igualitario que hace al habitante de una nacin sujeto apto para constituir un pueblo que se manifiesta por el sufragio universal.

Cap III: La Oligarqua Poltica:

La repblica restrictiva alberdiana no define ningn medio prctico para hacer efectiva la representacin. Confiaba en el valor prescriptito de las instituciones nuevas. El acto de seleccionar los medios para regular las acciones polticas no correspondan al legislador. Ante una propuesta prescriptiva haba que legitimar a travs de una estructura de papeles polticos dominantes y una regla de sucesin y en esas fronteras disear una formula operativa que permita a los actores construir una base de dominacin efectiva.

La repblica distingue entre la esfera pblica y la privada, ambos rdenes de actividad son pretejidos por una red de derechos y garantas estipulados de modo explicito. La otra distincin es entre soberano o entidad donde reside el poder de designar gobernantes que son causas y no efectos de la eleccin de los magistrados.

El elector tiene naturaleza poltica distinta que el representante. Hay siempre electores y poder electoral, pero los electores sern siempre gobernantes y no gobernados El poder electoral residir en el poder coercitivo o econmico del gobiernos y no en el soberano.

Las elecciones consistirn en la designacin de sucesor por el funcionario saliente y el control que ejercer el gobernante sobre los gobernados antes que el ciudadano sobre el magistrado.

Segn Alberdi, la frmula operativa del rgimen desde el 80 tiene un significado si se la entiende como un sistema de hegemona gubernamental que se mantiene gracias al control de la sucesin.

La eleccin se trastoc en designacin del gobernante por su antecesor y la fuerza se concentra en los titulares de los papeles dominantes revestido de la autoridad de los grandes electores.

La frmula prescriptiva ofrece una respuesta satisfactoria y no suficiente, los nicos que pueden participar en el gobierno son aquellos habilitados por la riqueza, la educacin o prestigio.

Desde el 80 el aumento de la riqueza consolida el poder econmico de grupos que fueron naturalmente aptos para el dominio. Se confunde el poder econmico con el poltico. La oligarqua tiene control econmico pero es tambin poltico que se corrompe por varios motivos, es una clase gobernante con espritu y conciencia de pertenecer a un estrato poltico superior. La oligarqua se da cuando un pequeo nmero de actores se apropia en los resortes fundamentales de poder sobre todo localizados en posiciones privilegiadas en la estratificacin social.

Cap IV: Electores, Gobernadores y Senadores:

En las elecciones de 1886 y 1892 se reforz la posicin de los distritos medianos, en 1898, 1904 y 1910 los bloques de electores comenzaron a distribuirse de acuerdo con la pauta que luego se mantiene. Buenos Aires y Capital casi duplicaron los electores.

En la formula prescriptiva la intencin del legislador al institucionalizarse la autonoma de los electores, procura favorecer las divisiones horizontales dentro de cada junta, y alentar el desarrollo de posibles coaliciones entre grupos de electores de distintos distritos. Esto luego nacionaliza la eleccin presidencial haciendo que dos o ms ciudadanos candidatos compartidos por corrientes de eleccin se den en las juntas electorales. En las categoras de "provincias de oposicin circunstancial" estn Mendoza en el 92 y Entre Ros en el 04.

En las "provincias de oposicin repetida" estn Buenos Aires en el 80, 86 y 98, Tucumn, Capital y Corrientes. Las Juntas Electorales tradujeron un propsito de control relacionado con negociaciones fuera de su recinto.

La particularidad daba a las provincias y gobernadores un peso poltico ya que los bloques de electores las provincias protagonizan la eleccin presidencial. En la eleccin presidencial la fragmentacin de la soberana propuesta por el sistema federal se combina con una rgida separacin de poderes por el cual el presidente no puede disolver al congreso ni este puede hacer obligatoria su renuncia.

Cap V: El Sistema Federal:

Alberdi propone una solucin federativa para incoprar las provincias a un sistema nacional, se llevara a la prctica la fragmentacin pluralista de la soberana entre poder central y unidades locales. El problema es el tema de la centralizacin. La precariedad de la confederacin se relaciona con que esta debe evolucionar a formas mas centralizadas (Suiza, EEUU) o se enfrenta a la disolucin.

La confederacin debe garantizar a las provincias el sistema republicano, la integridad del territorio y por primera vez el derecho de intervenir en su territorio. En el 53 esto se ve complicado en el Art. 6. Sarmiento: en la intervencin media legislatura o gobernador.

Entre 53 80 se da la guerra interna entre Bs. As. y la Confederacin y tres presidencias desde Bs. As. La aplicacin de una medida excepcional fue paralela con conflictos armados, la intervencin federal cubra con un manto jurdico los ejrcitos que queran imponer su concepcin de orden e integridad. El Ejecutivo dicta 35 intervenciones y el Congreso 5, se justifica por la constitucin de una unidad poltica.

Desde el 80 juega un papel diferente, sigue como instrumento de control pero cambia la naturaleza de su objeto, ahora se asienta sobre el poder poltico nacional.

El carcter monrquico del mando republicano supone centralizacin y predominio del Ejecutivo. El sistema de control transforma la ciudad o regin donde se ejerce en vrtice de un orden estratificado. De los 9 presidentes entre 1880 y 1816, 4 (Pellegrini, Senz Pea, Quintana Senz Pea) fueron de Bs. As. y 5 del interior.

Roy Hora -historiador argentino doctorado en la Universidad de Oxford- nos ofrece en esta obra un estudio sobre los terratenientes de la pampa argentina entre el ltimo tercio del siglo diecinueve hasta el surgimiento

del peronismo en la escena nacional. Este trabajo traduccin corregida y aumentada de la edicin original publicada en ingls en 2001-, tal como lo presenta el mismo autor en la introduccin, procura ofrecer un relato original sobre el origen, apogeo y declinacin de los grandes seores de la pampa analizando las dimensiones sociales, econmicas, polticas y culturales de una clase social que ha ocupado y ocupa en el imaginario social un lugar innegable. Este libro abarca, adems de su visin en perspectiva propuesta

como conclusin general, cinco captulos. Los tres primeros presentan un detallado anlisis del desarrollo de los seores dueos de las tierras y la emergencia de una conciencia terrateniente como eje central de su

estructuracin. En esta parte de la obra tambin se plantea la metamorfosis al interior de la clase a fines del siglo XIX junto con los cambios econmicos que permitieron el descollante papel que le asignara la historia

econmica argentina a las actividades rurales y sus actores principales y los cambios en la accin poltica de los propietarios y su relacin con el rgimen oligrquico. Se argumenta que si hasta entrado el siglo XX el orden imperante se sobrepuso por sobre cualquier tipo de manifestacin o descontento social, en la segunda y tercera dcadas del siglo la tensin social y poltica se incrementan, razones que habran generado enormes preocupaciones a los propietarios. El captulo cuatro analiza las modificaciones en la actitud de los estancieros en relacin a dichas tensiones en un contexto econmico que se signara por el debilitamiento

relativo de la demanda externa de los productos pampeanos. Por ltimo, se presentan las consecuencias que la crisis econmica mundial de 1929 tuvo sobre la actividad agropecuaria de exportacin y la erosin y cada

de la elite que constituyeron los estancieros que, segn el autor, terminaron por abandonar la cspide de la pirmide social con el advenimiento del peronismo y el impulso industrial que cambiara la fisonoma de la estructura econmica argentina.

Los terratenientes pampeanos en su devenir histrico no han actuado de manera homognea en el marco inisecular, no slo respecto a sus objetivos econmicos sino tambin a sus formas de asociacin y metas

sociales, a los distintos vnculos con la poltica, mostrando tambin diferentes actitudes y respuestas ante cambios exgenos en la configuracin del sistema en el que stos se situaban como motores dinamizadores

y modernizantes a fines del siglo XIX y a la visin que proyectaban hacia el conjunto de la sociedad.

Un ejemplo peculiar que describe esta situacin a nivel de las organizaciones de los estancieros es el caso de la Sociedad Rural Argentina, la que es detalladamente analizada por Hora, desde sus orgenes en 1866 y sus poco exitosas actividades iniciales, hasta entrada la dcada de 1880, momento a partir del cual las transformaciones polticas y econmicas -particularmente la incorporacin plena de Argentina en el mercado mundial- modificaran sustancialmente la fisonoma, la conciencia y las propuestas de los grandes terratenientes, cuestin que quedara reflejada en la atencin que concitaron las exposiciones de la Sociedad Rural.

Los terratenientes pampeanos veran mejoradas sus perspectivas de reproduccin social a partir de 1880, cuando se conjugan una serie de factores polticos relevantes -unificacin del pas, orden poltico y jurdico-

con los condicionamientos econmicos y tcnicos que provocaron las transformaciones de los estancieros, dando lugar a una profunda metamorfosis de la clase propietaria, y a la aparicin de nuevos tipos de empresarios que pudieron diversificar activos y riesgos en un marco social ms calmo que durante los primeros cincuenta aos despus de la independencia.

Distancindose de la tesis que han sustentado Jorge Sbato y otros investigadores, Hora argumenta que los terratenientes capitalistas argentinos aprovecharon las ventajas de la pampa, de su suelo y del clima

de forma que el negocio se concentr en la actividad agropecuaria. En este sentido, en vez de enfatizar la diversificacin de las inversiones como rasgo caracterstico de la elite, se afirma que si bien algunos terratenientes hicieron inversiones en los sectores secundarios y terciarios de la economa, a lo largo del perodo de apogeo de la Argentina agroexportadora la tierra siempre constituy su principal y ms segura base econmica.

Como demostracin de este argumento se presentan documentos y testimonios que fundamentan dicha interpretacin de la dinmica social de los propietarios terratenientes, pudiendo mencionarse, por ejemplo, su rectificacin respecto a la personalidad econmica de los Senillosa.

Vale aclarar que el autor tambin se aleja de las visiones crticas (Oddone, Giberti, Scobie, Ferrer) de la clase terrateniente, incluidos sus rasgos ausentista y rentista, que retratan a una clase terrateniente poderosa

y reaccionaria, que habra dominado la historia del pas desde los tiempos coloniales hasta la emergencia del peronismo. En esta direccin, Hora orienta su trabajo hacia el anlisis de los cambios ocurridos en los ltimos veinte aos del siglo XIX, arguyendo que los grandes propietarios progresistas se constituyeron en el principal canal de innovaciones tecnolgicas, y su ejemplo fue crucial para que otros productores ms

humildes tomaran el camino que conduca a la acelerada modernizacin de la produccin.

De este modo, mientras Argentina transitaba el cambio de siglo, los sectores rurales ms dinmicos de la clase propietaria eran percibidos como ejemplos de modernidad econmica y distincin social. As habra emergido una visin positiva sobre la contribucin de los terratenientes al desarrollo argentino, que paradjicamente ocurra mientras las excepcionales condiciones que lo haban hecho posible comenzaban

a desaparecer, a medida que se iba debilitando el impulso de la puesta en produccin de las tierras nuevas.

Este relativo descenso en la pujanza econmica del agro pampeano a partir de la segunda dcada del siglo XX, se articul con los cambios en el quehacer poltico determinados por la relativa democratizacin

que permiti la emergencia de los sectores medios de la sociedad en el plano de la expresin electoral. En estas circunstancias, segn Hora, los terratenientes dejaron de ser percibidos como elementos de mejora

social, en especial entre las clases ms bajas, como parte de la declinacin del dinamismo terrateniente ... tan tpicas del cuarto de siglo anterior.

A este proceso contribuy igualmente el freno en los flujos comerciales internacionales debido a la Gran Guerra, que afect a las exportaciones agropecuarias y a los principales beneficiarios de rentas y ganancias.

En este sentido, Hora describe las vicisitudes que vivieron los terratenientes en un contexto donde la gran propiedad y los grandes estancieros comenzaban a ser reconocidos como un obstculo que impeda la

construccin de un orden rural ms justo.

As, profundizando su hiptesis acerca de la progresiva y acelarada prdida de importancia de la elite terrateniente, el autor seala que con la crisis de 1929, el inicio del proceso de industrializacin sustitutiva

de importaciones y el ascenso en la participacin econmica de la mano de obra asalariada industrial dentro de la poblacin econmicamente activa, se consolidaba el fn del poder de la clase terrateniente: Para fines

de 1930, difcilmente pueda describrsela [a la elite terrateniente] como el grupo que se encontraba en la cspide de la elite econmica de la Argentina, en parte porque para entonces el sector industrial ya comenzaba a dominar la economa. La reforma agraria impulsada por el gobierno surgido del golpe militar de 1943, que puso en marcha un lento pero decisivo proceso de divisin de la gran propiedad, termin de marginar a la vieja elite terrateniente.

Como no podra ser de otro modo en una obra de la envergadura de la comentada, rica en hiptesis y sustento documental, su lectura promueve numerosas controversias, entre las cuales nos referiremos a dos ncleos interpretativos que nos resultan relevantes.

En primer lugar, tal vez sea posible sealar que los vnculos entre la elite de los terratenientes pampeanos con el capital extranjero, no aparecen suficientemente jerarquizados como factor explicativo de los conductas

econmicas y polticas de los estancieros con relacin a la estructuracin dependiente de la Argentina moderna, lo cual entraa el riesgo de dejar girando en el vaco parte de los rasgos econmicos, sociales y

polticos atribuidos a la clase terrateniente pampeana.

En segundo trmino, si bien el impulso industrial emergente de la crisis del treinta y de la segunda guerra mundial contribuyeron a la consolidacin de otros sectores econmicos y sociales, diferentes y en buena

medida contradictorios con los antiguos propietarios del suelo, no sera acertado afirmar tan rotundamente que los terratenientes haban dejado de ser parte de las clases dominantes del pas, no slo porque no se

verific ninguna reforma agraria, ni cambi la composicin de las exportaciones del pas, sino tambin porque una parte de la elite terrateniente particip activamente de los nuevos negocios que se abrieron con la crisis del treinta.

Sin perjuicio de estas y otras observaciones, que sin dudas entraan diferencias de fondo, nos hallamos ante una obra de imprescindible lectura, que cuenta entre sus mritos enfrentar crticamente a las interpretaciones

ms recientes que, poco atentas a la evidencia histrica, se proponen desestimar el papel central desempeado por la clase terrateniente en la historia de la Argentina.