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CRITICÓN, 61, 1994, pp. 57-68. Apuntes para un estudio de la vida y de la obra de Juan Bautista Escardó (Palma de Mallorca, [1581]-1652) por Jaume GARAU AMENGUAL (Universidad de las Islas Baleares) Pocos géneros han sido tan descuidados en el panorama crítico de los estudios áureos como el de la predicación sagrada. Pese a la lejanía en el tiempo, todavía están presentes en el recuerdo de quien se dedica a su estudio las palabras, varias veces citadas, pronunciadas en 1906 por Miguel Mir, defensor de la inclusión de la oratoria sagrada como una rama de la historia literaria, al lamentar la falta de interés crítico por el género: La historia de nuestra elocuencia sagrada es el mayor vacío que hay en nuestra Literatura. Hay en ésta partes muy desconocidas, pero que han sido en alguna manera estudiadas, de suerte que de ellas se puede formar idea siquiera aproximada. En lo tocante a nuestra elocuencia, se puede decir que se ignora todo. 1 Suele decirse que el teatro es el género de un mayor impacto social. Creemos que, en la primacía por la influencia en la sociedad de aquellos siglos, posiblemente la asistencia a comedias fuera muchísimo menor que la afluencia de un público amplio a la iglesia y, en consecuencia, a oír la predicación que en ella se desarrollaba como una parte fundamental del ministerio cristiano 2 . Según Ana Martínez Arancón, en un libro relativamente reciente: El teatro, como el sermón, transmitía una serie de valores sociales, morales e incluso dogmáticos. El sermón, como el teatro, utilizaba recursos literarios y aun dramáticos para aumentar su eficacia. Así 1 Citado por Miguel Herrero García, Sermonario Clásico, Madrid-Buenos Aires, Escelicer, 1942, p. vil. Afortunadamente asistimos, en los últimos años, a una inversión de esta tendencia. 2 No analizaremos aquí las vinculaciones de la predicación sagrada con la comedia ni, viceversa, las de la comedia con la predicación; véanse, de Emilio Orozco Díaz, El Teatro y la teatralidad del Barroco, Barcelona, Planeta, 1969, en particular el cap. IV, pp. 119-168, y «Sobre la teatralización del templo y la función religiosa en el Barroco: el predicador y el comediante», en Cuadernos para la Investigación de la Literatura Hispánica, n-IH, 1980, pp. 171-188.

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CRITICÓN, 61, 1994, pp. 57-68.

Apuntes para un estudio de la viday de la obra de Juan Bautista Escardó

(Palma de Mallorca, [1581]-1652)

por Jaume G ARAU AMENGUAL(Universidad de las Islas Baleares)

Pocos géneros han sido tan descuidados en el panorama crítico de los estudios áureos como elde la predicación sagrada. Pese a la lejanía en el tiempo, todavía están presentes en el recuerdo dequien se dedica a su estudio las palabras, varias veces citadas, pronunciadas en 1906 por MiguelMir, defensor de la inclusión de la oratoria sagrada como una rama de la historia literaria, allamentar la falta de interés crítico por el género:

La historia de nuestra elocuencia sagrada es el mayor vacío que hay en nuestra Literatura. Hay en éstapartes muy desconocidas, pero que han sido en alguna manera estudiadas, de suerte que de ellas sepuede formar idea siquiera aproximada. En lo tocante a nuestra elocuencia, se puede decir que se ignoratodo.1

Suele decirse que el teatro es el género de un mayor impacto social. Creemos que, en laprimacía por la influencia en la sociedad de aquellos siglos, posiblemente la asistencia a comediasfuera muchísimo menor que la afluencia de un público amplio a la iglesia y, en consecuencia, a oírla predicación que en ella se desarrollaba como una parte fundamental del ministerio cristiano2.Según Ana Martínez Arancón, en un libro relativamente reciente:

El teatro, como el sermón, transmitía una serie de valores sociales, morales e incluso dogmáticos. Elsermón, como el teatro, utilizaba recursos literarios y aun dramáticos para aumentar su eficacia. Así

1 Citado por Miguel Herrero García, Sermonario Clásico, Madrid-Buenos Aires, Escelicer, 1942,p. vil. Afortunadamente asistimos, en los últimos años, a una inversión de esta tendencia.

2 No analizaremos aquí las vinculaciones de la predicación sagrada con la comedia ni, viceversa, las dela comedia con la predicación; véanse, de Emilio Orozco Díaz, El Teatro y la teatralidad del Barroco,Barcelona, Planeta, 1969, en particular el cap. IV, pp. 119-168, y «Sobre la teatralización del templo yla función religiosa en el Barroco: el predicador y el comediante», en Cuadernos para la Investigación dela Literatura Hispánica, n-IH, 1980, pp. 171-188.

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se aproximan y se complementan, y se nos muestran como lo que fueron verdaderamente: las dosmanifestaciones más populares de la cultura barroca.3

Subscribimos, por tanto, con Francis Cerdan4, la opinión de la importancia fundamental quereviste la oratoria sagrada como vía de acceso al conocimiento de la mentalidad de una época, comola que atravesó la España contrarreformista, dominada por la ideología católica postridentína.

En esta línea y conscientes de la extraordinaria significación del género en el contexto de laEspaña del Siglo de Oro, intentaremos contribuir a su mejor conocimiento, presentando nuestro"estado de la cuestión" acerca de un personaje que no será desconocido para todos aquellos que sehayan dedicado al estudio de la predicación española. Nos referimos a la figura del jesuíta JuanBautista Escardó (Mallorca, [1581]-1652).

Su obra y la críticaLa bibliografía de Escardó es reducida en cuanto al número de los títulos que posee, aunque

densa por la extensión y calidad de su obra retórica. Si podemos dar crédito a la información quenos proporciona el erudito y bibliógrafo mallorquín Joaquín María Bover (Sevilla, 1810- Palma deMallorca, 1865), cinco son las obras que nos dejó nuestro autor. De éstas tres fueron escritas encastellano, una en latín y otra en catalán, lenguas que solía conocer una persona culta en laMallorca de aquella época. Nosotros únicamente hemos podido localizar una parte de su obra encastellano -sin duda la que creemos más interesante- y un manuscrito inédito, del que daremoscuenta en este artículo. Bover, en su Biblioteca (Palma de Mallorca, 1868)5, aporta una breveinformación biográfica y menciona las siguientes obras:

I. Dévorions molt profitoses del examen de conciencia, acte de contrició i meditado de la eternidatd,que predica en la Iglesia Catedral de Mallorca y en la Parroquial de Santa Eulalia en la quaresma any1638. Mallorca, impr. de Rodríguez y Pizá 1639, 16 s de 64 páginas.

II. Rhetorica Christiana o idea de los que desean predicar con espíritu y fruto de las almas, [,..]6

Mallorca, impr. de los herederos de Gabriel Guasp 1647, [...].

n i . Oración fúnebre pronunciada en las solemnes exequias que el dia 13 de julio de 1630 celebró laSanta Iglesia Catedral de Mallorca, al Eminentísimo Sr. D. Baltasar de Borja, [...].

TV. Modas variandi orationes, et parandi copiant qui tradisolet Us qui lingua latina dant operam inscolis societatis Jesu. Zaragoza, 1611, 8B. No hemos visto esta edición, pero sí el expresado

3 Geografía de la eternidad, Madrid, Tecnos, 1987, p. 42. No hay duda, como titulaba Dámaso Alonsoun ensayo, que la predicación constituía un «hecho social apasionante en el Siglo XVII»; véase«Predicadores ensonetados. La Oratoria Sagrada, hecho social apasionante en el Siglo XVII», en DelSiglo de Oro a este siglo de siglas, Madrid, Gredos, 1968, pp. 95-104.

4 «Como repito a menudo, creo que la Oratoria Sagrada, de una manera general, ofrece un manantial tanrico como mal aprovechado para el acercamiento pertinaz a la identidad de una sociedad en un momentodeterminado», («La oración fúnebre del Siglo de Oro. Entre sermón evangélico y panegírico poéticosobre fondo de teatro», Criticón, 30, 1985, p. 100).

5 Biblioteca de escritores baleares, Barcelona-Sueca, Curial, 1976, t. I, n8 371, pp. 252-253 y 582.6 Resumimos el título de esta obra y de la siguiente con el fin de aligerar la cita. Estas obras las hemos

localizado y les dedicaremos un epígrafe a cada una de ellas, con la correspondiente descripciónbibliográfica. Únicamente reproducimos la descripción completa de Bover en el caso de textos que nohemos hallado.

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opúsculo, inserto á lo último del Arte métrico de Antonio Lebrija. Con el mismo título publicó en1642 el distinguido humanista D. Antonio Garau7 Pr[esbíte]ro una obrita muy parecida.V. Sermón predicado en las exequias celebradas en 1621 en sufragio del alma del Rey don Felipe III.El cronista Serra8 lo supone impreso en esta capital, pero por más diligencias que hemos practicadonos ha sido imposible encontrar ningún ejemplar.'

De la obra de Escardó se han ocupado, brevemente, diversos autores de repertoriosbibliográficos. Algunos, como Nicolás Antonio, ya le habían dedicado unas líneas al mencionar,como Idea de Predicadores, el que creemos borrador de la Retórica cristiana, así como el Sermón de163010.

En el siglo XVm, el académico de la Española Juan Manuel de Santander y Zorrilla, en una delas cartas que preceden a la edición de la Historia del famoso predicador Fray Gerundio deCampazas, manifiesta su gran admiración por la Retórica de nuestro autor, contraponiéndola alestilo exageradamente conceptista del modelo de predicación que describe Isla. Es éste el primerjuicio crítico, de otra época, que registramos sobre la obra de Escardó:

Si alguno quisiere ver lo demás que añade aquel gran maestro de la predicación, envíele vuestra merceda la excelente Retórica cristiana del Padre Juan Bautista Escardó, de la Compañía de Jesús, donde nosolo hallará los avisos del Padre San Juan, sino también que el mismo autor que los refiere es de igualsentir, y lo confirma con muchos lugares que trae de otros escritores nuestros, y con admirablesejemplos y preceptos, hijos de su continua lección y larga experiencia en el tiempo en que enseñóretórica en Zaragoza, y en más de treinta años que ejerció después la predicación.1 *

Pocos años después del artículo de J. M. Boyer, Bartolomé José Gallardo, al mencionar la Ideapara predicar con espíritu y fruto de las almas12, cita el que estimamos él borrador, conservado

7 Antonio Garau (tPalma de Mallorca, 1657) fue sacerdote, geógrafo y matemático. Según Boverpublicó, a imitación de la obra de Escardó, sus Modus variandi orationes... (Palmae Balearium, GabrielisGuasp, 1642). Es sobre todo famoso por ser el autor del plano más antiguo que se conoce de la ciudad dePalma. Cf. Bover, Biblioteca, I, n2 509, p. 344.

8 Buenaventura Serra y Ferragut (Palma de Mallorca, 1728-1784) fue nombrado cronista general delReino el 27 de julio de 1759; dejó una vasta obra de compilación crítica y bibliográfica que se haconservado manuscrita. Se le conoce en la historia literaria balear por su única obra publicada: Glorias deMallorca (Palma, Miguel Cerda y Antich, 1755). Véase Bover, Biblioteca, II, n" 1183, pp. 367-378.

9 Biblioteca de escritores baleares. I, pp. 252-253.10 Hemos consultado la edición del bibliógrafo Pérez Bayer: Bibliotheca Hispana Nova, t .1 , Matriti,

Apud Joachimum de Ibarra Typographum Regium, MDCCLXXXJJI. p. 646. Antonio cita el título delsermón dedicado a las "honras del Eminentísimo Cardenal D. Gaspar de Borja, Obispo de Mallorca". Setrata de un error del ilustre erudito ya que el obispo de Mallorca era D. Baltasar de Borja. Al final delartículo, escribe: «Laudat quoque eum Vincentius Mut in II volumine Historiae Balearis, lib. VIH, cap.VI» (ibid). No hemos podido hallar este elogio de nuestro autor en el tomo II de la Historia del Reyno deMallorca (Mallorca, Herederos de Gabriel Guasp, 1650), que no en la Historiae Balearis, comoerróneamente cita.

1 ! Obras escogidas del Padre José Francisco de Isla, con una noticia de su vida y escritos, por donPedro Felipe Monlau, B.A.E., XV, Madrid, Rivadeneyra, 1850, p. 48.

12 Ensayo de una Biblioteca Española de Libros Raros y Curiosos, t. II, n° 2106, Madrid, Imprenta deManuel Tello, 1888, pp. 938-940. El título que transcribe es el de Idea para predicar con espíritu y frutode las almas, escondida en los tonos que se han de hacer en los sermones, delineada con puntos deRetórica divina y humana, platicada con ejemplos de varones eminentes en el oficio, y sermones delautor, útilísima á los predicadores y á los aficionados á la Elocuencia; sacada a luz por el Padre JuanBautista Escardo, de la Compañía de Jesús, y natural de la isla y ciudad de Mallorca. Con tres índices

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manuscrito, de la obra más importante -la Retórica cristiana- del jesuita. C. Sommervogel recogey resume las informaciones bibliográficas de los autores citados, en particular de Bover y deGallardo, y cree en una supuesta confusión en el título doble de una misma obra: Retórica cristianae Idea para predicar™.

Por nuestra parte, debemos señalar el hallazgo de un manuscrito inédito de J. B. Escardó en laBiblioteca Pública de Mallorca (ms. n° 973). Se trata de un libro incompleto y misceláneoformado a partir de textos de manos distintas, y quizá también de autores distintos, en el quehallamos una parte titulada «De las virtudes teologales» (ff. 90-137), que de un modo explícito seatribuye a nuestro autor ya que, al final de la exposición de la doctrina de la templanza, podemosleer lo que sigue: «Fin de las virtudes que pertenecen a la Templança. Compuesto por el Pe.Baptysta Escardo de la Compa. de Jesús. Mallorquín» (f. 114v.). En la última letra del apellido«Escardó» se observa una ene parcialmente tachada, lo que explica que el libro apareciera en elInventario de manuscritos de la Biblioteca Pública del Estado en Mallorca como de un tal BautistaEscardon (S. I.) y bajo el título de Tratado de las virtudes teologales y cardinales14. Se trata de untomo encuadernado en pergamino, en muy buen estado de conservación, que forma un volumen de194 folios de papel, de 145 x 95 mm, que, modernamente, se ha numerado a lápiz.

En nuestro siglo la mención de la obra de Escardó no se limita, como en general en otrasépocas, a la consignación bibliográfica, sino que asistimos, bien es verdad que tímidamente, a laredacción de diversos comentarios críticos acerca de la Retórica cristiana, su obra más destacada.Miguel Herrero García, en 1941, la califica de «obra cumbre de la retórica sagrada»15 y le dedica unpárrafo en el estudio que precede a su antología de sermones, describiéndola como:

una preceptiva de Oratoria Sagrada la más completa, amplia y bien escrita que hay en nuestra lengua.Todos los oradores de la docta antigüedad, más los del primitivo tiempo de la Iglesia, más loscontemporáneos de Italia y de España, surten de documentos al preceptista mallorquín. Toda suerte desermones y todos los modos de desarrollar cada parte del sermón están tratados y autorizados conejemplos. Todos los problemas debatidos anteriormente los desenvuelve con amplitud y caudal estaobra, que puede afirmarse llenaba el ideal acariciado por fray Luis de Granada. Y dicho esto, está dichotodo.16

copiosísimos, de los capítulos, de los lugares de la Escritura, y cosas notables de todo el libro. Acontinuación. Gallardo nos informa que esta obra es un «MS. en 4* - 356 h. útiles, sin las de los índices yprólogo», y transcribe el arranque del prólogo. Nosotros, gracias a la lectura de éste y cotejándolo con elcomienzo del de la Retórica cristiana, impresa en 1647, pensamos que este manuscrito constituiría unborrador de la Retórica. De hecho, la comparación entre ambos textos refleja leves cambios entre untexto y otro, que esperamos estudiar cuando nos llegue la fotocopia que hemos solicitado a la Academiade la Historia, donde se halla el manuscrito (véase J. Simón Díaz, Bibliografía de la Literatura Hispánica,t. DC, na 5077, Madrid, CSIC, 1971, p. 628). La mención de este texto por N. Antonio como Idea dePredicadores seguramente se deba a una confusión.

13 Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, t. III, Bruxelles-Paris, MDCCCXCII, p. 426. De hecho,cita ambos títulos como obras distintas, al tiempo que se pregunta si no se trataría de una misma obra.

14 Jesús García Pastor y María Marsá, Inventario de manuscritos de la Biblioteca Pública del Estado enMallorca, Madrid, Ministerio de Cultura, Dirección General del Libro y Bibliotecas, Centro deCoordinación Bibliotecaria, 1989, p. 132.

15 Sermonario Clásico, p. XV.16 Ibid. Somos conscientes de las limitaciones de las que partía el trabajo de Miguel Herrero García, al

investigar únicamente sobre los textos existentes en la Biblioteca Nacional de Madrid. Pese a ello, suaportación al estudio de la predicación española sigue siendo fundamental. Véase, en este sentido, laspáginas críticas de Francis Cerdan, «Historia de la historia de la Oratoria Sagrada española en el Siglo deOro», Criticón, 32, 1985, pp. 79-83.

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Ocho años después, Andrés Soria Ortega, en su análisis del uso de determinados recursosplásticos y de carácter retórico en la predicación de fray Manuel Guerra17, comenta el capítulo 76 dela Retórica cristiana, relativo al uso de las imágenes devotas en el pulpito para mover el ánimo delos fieles.

En 1972, Antonio Martí dedica tres páginas al comentario de la Retórica cristiana como obraanticonceptista, como en general solían serlo las retóricas de los jesuítas, y como textofundamental en el debate de la época entre los partidarios y detractores del conceptismo18.

Debemos esperar quince años para poder leer otro comentario crítico acerca de este libro. Éstenos viene de la pluma de Ana Martínez Arancón, quien define la Retórica cristiana como:

uno de los manuales más útiles para comprender la forma en que se construía un sermón en el sigloXVII es la Retórica cristiana de Escardó, delicioso libro que tiene la ventaja de resumir susconclusiones en una serie de reglas prácticas, destinadas a resolver los problemas más urgentes delpredicador.19

Por último, debemos señalar que, en 1988, Giuseppina Ledda, al analizar los elementosvisuales en la predicación, se apoya en varios textos de J. B. Escardó20.

BiografíaPocos son los datos que poseemos acerca de la historia de la vida de Juan Bautista Escardó.

Según el artículo que le dedica J. M. Bover, el escritor: «Fue natural de Palma, e hijo de LucasEscardó naviero y de Margarita Arrom. Nació en 23 de mayo de 1581»21. Es ésta la únicainformación que poseemos relativa a su nacimiento y familia, y que no hemos podido contrastarcon el hallazgo del acta de bautismo. De su infancia, no podemos aportar más datos que sirvan paraforjarnos una idea del Juan Bautista Escardó niño. Debemos suponer que, en la ciudad de Palma,aprendería las primeras letras que le capacitarían para abrazar el estado eclesiástico.

En cambio, gracias a la consulta de la crónica del colegio jesuita de Montesión de Palma deMallorca, hemos podido rastrear la trayectoria biográfica que va desde su juventud, con la noticiadel ingreso en el instituto de Loyola, hasta su muerte22. Así, sabemos que fue admitido en la

17 El Maestro Fray Manuel Guerra y Ribera y la oratoria sagrada de su tiempo. Universidad de Granada,1991, pp. 109-110.

18 La preceptiva retórica española en el Siglo de Oro, Madrid, Gredos, 1972, pp. 250-252.19 Geografía de la eternidad, pp. 48-49. Véase también la p. 50. Nos llama la atención la omisión de

la figura de Escardó o también la de Lorenzo Hervás y Panduro, y del género de la predicación en general,en el artículo de Ignacio Elizalde, «Aportación de los jesuitas a la literatura española. Ensayobibliográfico», en Varia bibliographica. Homenaje a José Simón Díaz, Kassel, Edition Reichenberger,1988, pp. 243-253.

2 0 «Predicar a los ojos», Edad de Oro, 8, 1989, referencias a Escardó: pp. 129, 130, 131 y 134.21 Biblioteca de escritores baleares. I, p. 252.2 2 Historia del Colegio de Nuestra Señora de Montesión de la Compañía de Jesús, desde su principio

con el orden de sus Rectores, y años, transcripción de Martín Gualba S. I., en Boletín de la SociedadArqueológica Luliana -citado a partir de ahora por BSAL-. XVII, 1918-1919, 40-44; 60-64; 78-80; 109-112; 138-142; 153-259; 174-176; 189-190; 220-222; 298-301; 349-351; 374-376. XVIII, 1920-1921, 21-42; 46-47; 77-80; 111- 112; 132-135; 148-152; 165-168; 234-240; 278-280; 308-316. XIX,1922-1923, 12-16; 21-23; transcripción de Jaime de Oleza y de España, 254-255; 269-270; 287-288;302-304; 316-320; 345-356; 377-384. XX, 1924-1925, 12-16; 38-49; 75-79; 108-111; 121-128; 139-144; 168-176; 188-189; 205-207; 238-240; 253-256; 280-287; 300-301; 317-320; 242-252. XXI.1926-1927, 13-16; 42-48; 74-79; 104-109; 126-128; 143-144; 169-176; 190-195; 213-224; 236-

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Compañía el 29 de abril de 1600 como hermano -la crónica dice de él que «salió buen estudian-te»-; que después recibió el orden sacerdotal, y, en fecha que no podemos determinar, pasó aZaragoza en donde se hallaba en 1613, cuando el cronista escribía la Historia del Colegio deNuestra Señora de Montesión23. Al año siguiente, según Bover24, estaría, de nuevo, en Mallorca.Parece, por lo que nos dice la crónica, que en esta ciudad Escardó dedicaba buena parte de susesfuerzos -desde hacía «mucho tiempo»- a la actividad que le otorgaría su merecida fama: laenseñanza de la retórica.

La documentación consultada enmudece hasta el año 1629, en el que, con bastante seguridad,podemos afirmar que Escardó se halla de nuevo en Mallorca en el colegio de Montesión, ocupandolos cargos de Prefecto Espiritual, Consultor del Colegio y Prefecto de la Congregación deClérigos25. Dichos cargos reflejan su preocupación por la organización y buena marcha de lainstitución religiosa a la que se halla unido, al tiempo que evidencian el ascendiente que debía detener sobre los miembros de la Compañía que lo habían elegido. En el año de 1629, según refiereP. Blanco26, se observa un incremento en el interés por la Congregación de Clérigos, en partedeterminado por la presencia del obispo don Baltasar de Borja, reputado entre sus contemporáneoscomo hombre santo, virtuoso, y probable amigo del jesuíta. Y, en parte debido, podemos pensar,por la prefectura desempeñada por J. B. Escardó.

239; 253-254; 270-272; 284-286; 301-304; 320; 333-336; 352; 364-365; 382-384. XXII, 1928-1929.28-30; 46-48; 60-61; XXIV. 1944-1946, transcripción de M. Batllori, 43-50; 80-86; 149-158; 247-254; 340-348; 718-750. En las citas tanto de este como de otros textos respetamos la ortografíaoriginal, puntuando los textos en aquellos casos de evidente necesidad para su comprensión. Tambiénhemos buscado datos, infructuosamente, en el Archivo del Reino de Mallorca y en el Archivo de laUniversidad Luliana de Mallorca, depositado en el Archivo Histórico de la Universidad de las IslasBaleares, en los fondos de jesuítas que esta última institución tiene en depósito. Esta labor de archivo seha completado con la consulta de obras en las que se registran series documentales. Entre ellas,destacamos la de Pedro Blanco Trias, Catálogo de los Documentos y Manuscritos pertenecientes a laAntigua Provincia de Aragón de la Compañía de Jesús que se conservan en el Archivo General del Reinode Valencia, Valencia, TO-DO, 1943. Véase de este autor. El Colegio de Nuestra Señora de Montesión enPalma de Mallorca. Apuntes históricos, Palma de Mallorca, Imprenta «Mossén Alcover», 1948. Estaúltima obra, presenta grandes deficiencias en lo que atañe al estudio del período en el que se incluye lavida de Escardó. De hecho, para estos años, resume el contenido de la crónica del colegio de Montesiónarriba citada. No menciona a nuestro autor en el capítulo dedicado a los «Varones ilustres y bienhechoresinsignes de Montesión» (pp. 189-200); únicamente aparece en la página 80, al dar cuenta de su muerte.Queremos aprovechar estas líneas para agradecer las inestimables referencias documentalesproporcionadas por D. Jordi Roca i Coll. S. I., del Archivum Historicwn Societatis lesu Cataloniae(citaremos estas referencias por AHSIC), gracias a las que nos hemos podido guiar en nuestra consulta, ensu versión manuscrita, de la Historia del Colegio de Nuestra Señora de Montesión y, también, aumentarlos datos biográficos expuestos.

2 3 «En este año [1600] fueron admitidos en este Collegio dos estudiantes en la Compañía el primerofue el H9 Joan Escardo el qual fue admitido en la Compañía a 29 de abril deste año 1600 este salió buenestudiante, fue sacerdote leyó Retorica mucho tiempo en el Coll. de Çaragoça y en el año 1613 en queescrivo esto residía en Çaragoça» (BSAL, XVIII, 1921, p . 148).

2 4 «Destinado poco después al de Zaragoza leyó en él cátedra de Retórica por espacio de siete años, yse dedicó al ejercicio del pulpito, con grande fruto de sus numerosos oyentes, logrando conciliar gravesdisensiones. Regresó á su patria en 1614 y aquí fue uno de los oradores que por su dulzura y elocuenciaatraían más concurso al templo donde esplicaba la palabra de Dios» (Biblioteca, I, p. 252).

2 5 AHSIC, Montesión, historia, visitas, temporalidades, memoriales, 1587-1762, f. 82.2 6 «En 1629 se hace observar aumento de fervor entre los clérigos congregantes con el ejemplo del

Prelado don Baltasar de Borja, que acude frecuentemente a los actos de esta Congregación» (P. BlancoTrias, El Colegio de Nuestra Señora, p . 56). Sobre la Congregación de Clérigos, véase, en esta mismaobra, las pp. 55-58.

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En 1630, varios son los sucesos protagonizados por nuestro autor. En este año predicó lacuaresma en la población de Muro (Mallorca)27 y se estampó el único sermón que hemos podidoconocer de entre los muchos que debió de pronunciar: el sermón funeral en las honras de suadmirado obispo y virrey de Mallorca el Dr. D. Baltasar de Borja, el día 13 de julio (Mallorca,Gabriel Guasp, 1630). Parece que la muerte del obispo Borja causó gran pesar no sólo entre losmiembros de la Compañía, con la que tuvo siempre excelentes relaciones de amistad que se poníande manifiesto en la frecuente asistencia del prelado a sus fiestas, sino también en toda la isla28.

La cuaresma de 1631 la predicó Escardó en la ciudad de Palma y en concreto en la parroquia deSan Nicolás. En estos años, la Compañía de Jesús es objeto de ataques diversos, por parte de otrasórdenes que veían peligrar sus intereses, con el fin de obstaculizar la fundación del nuevo colegiode San Martín, fundación que no se lograría hasta el 30 de abril de 164729, gracias a la decididacolaboración del también predicador y poeta Antonio Gual y Oleza (Palma, 1594-1655) y deltímido poeta en castellano Diego Dezclapés (tPalma, 1673), quienes, dadas sus buenas relacionescon los jesuitas, probablemente fueran amigos de nuestro autor30.

Pese a las dificultades por las que atravesaban los miembros de la Compañía, al cronista delcolegio de Montesión no le pasó inadvertido el gran éxito que obtuvo la predicación de Juan

27 «Las otras dos quaresmas fueron en dos Villas con igual fruto al celo de ambos predicadores, y aldesseo con que los oyentes aqudian a aprovecharse. El P. Batista Escardo predico la quaresma en Muro»(BSAL, XXI, 1927, p. 217).

2 8 «Perdió mucho este Collegio con la muerte del Sr. Obispo D. Baltazar de Borja; porque como a talnos favorecía en todo lo possible, sirviéndose de los nuestros en los negocios mas graves, acudiendo alColegio muy amenudo, assistiendo en nuestras fiestas con grande gusto, y haziendo en ellas dePontifical; y aunque hasta agora avia estado empeñado en adelante nos prometíamos grandes limosnas;murió a los 11 de julio con sentimiento universal de toda la Isla que lo amava como a Padre máximo delos pobres. Predico en sus exequias el P. Baptiste Ascardo [sic] de los nuestros que avia conocido a suIllma. y assi por este conocimiento, como por relación de su confessor, que también era de la Compañíasupo, y dixo en el sermon muchas de sus heroycas virtudes como se puede ver en el sermon impreso, queun canónigo de los mas aficionados a su lima, dedico al Eminentissimo, y Reverendissimo SeñorCardenal de Borja su Hermano» (ibid., p. 218).

2 9 Según el historiador Vicente Mut: «Algunos años ha padecido dificultades esta fundación [se refiereal colegio de St. Martín], y como Dios permite que hasta las glorias de su servicio se compren a peso detrabajos, finalmente se puso el Santísimo en el colegio a 30 de abril de 1647», Historia del Reino deMallorca, reedición de M. Moragues y J. M. Bover, Historia General del Reino de Mallorca, t. m . Palma,1841, pp. 690-691.

30 Diego Dezclapés redactó una de las licencias de la Retórica cristiana y fue autor de un poema decircunstancias titulado Breve noticia de un festín... (Mallorca, Herederos de Gabriel Guasp, 1652). Sobresu vida y obra y, en general sobre la literatura castellana en Mallorca durante el período, véase nuestro Elprimer siglo de la literatura castellana en Mallorca (J589-1688), Palma de Mallorca, Institut d'EstudisBaleàrics, 1990, pp. 164-171. Antonio Gual fue el mejor escritor en castellano de la isla en el Siglo deOro. Poeta de marcado culteranismo publicó La Oronta (Ñapóles, Egidio Longo, 1637), El Cadmo(Egidio Longo, Ñapóles, 1639). Marte en la paz (Mallorca, 1647) y El ensayo de la muerte que para lasuya escribió el Dr. Antonio Gual (poema fechado en «Mallorca a 14 de mayo de 1650»). Fue tambiénpredicador, como testifica su Sermón (Barcelona, Gabriel Nogués, 1636), y autor de teatro con lacomedia inmaculista El pleito de María y fiestas de la Concepción (anterior a 1636 y conservada envarias copias manuscritas). Sobre Antonio Gual véase, entre otras, nuestra monografía Antonio Gual, unescritor barroco, Palma de Mallorca, Departamento de Literatura Española, 1985; y «El teatro de AntonioGual», en El primer siglo, pp. 226-252.

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Bautista Escardó en San Nicolás, y -tal como aparece en el documento- el «grande concurso» defieles simpatizantes de los jesuítas que asistieron a escucharle31.

En 1635, el P. Escardó continúa en sus cargos de Prefecto Espiritual y de Consultor delColegio. A éstos se une, a partir de este año, el de Prefecto de la Congregación de losCaballeros32, agrupación piadosa y caritativa, destinada a socorrer a los pobres y a los presos y enla que, según Pedro Blanco, figuraban «muchos y muy principales caballeros»33.

El día 22 de enero de 1635, nuestro escritor se embarca con el P. Francisco Alzamora hacia lavecina isla de Menorca, con el fin de predicar una misión por la isla y la cuaresma en Ciudadela,ciudad que, en aquella época, era la capital. Cuando el autor de la Retórica cristiana se halla enMenorca cuenta con 54 años y se siente cansado. Así se desprende de la lectura de la Historia delColegio de Nuestra Señora de Montesión, que también deja a entender que la predicación de ambospadres había levantado una gran expectativa en la isla: de las cinco poblaciones que reclamaban supresencia, únicamente dos alcanzaron su deseo34.

En el mismo párrafo, el cronista refiere la vuelta de ambos predicadores a Mallorca, con granpesar del compañero de viaje de Escardó -el P. Alzamora-, y nos cuenta que, en los pueblos deArta y Capdepera, «predicaron ocho, o nueve sermones»35.

La crónica que consultamos no sigue un desarrollo expositivo lineal. De ahí que, trasrelatarnos la vuelta a la isla de ambos jesuítas vuelva a narrar su estancia en la isla y el éxitoextraordinario de la misión que allí siguieron. Así sabemos que, en la población de Mercadal, elejercicio de la predicación iba acompañado de manifestaciones extemas de gran fausto como eranlas procesiones y actos públicos de penitencia36. El relato de aquellos sucesos adquiere en la

3 1 «Ni fueron solos los de la Audiencia contra quien fulmino censuras el Vicario General porque elPadre Gabriel Domínguez declararon [sic] por descolmugado en varías Iglesias de la Ciudad, y en todas lasde las Villas por aver presentado como Procurador del nuevo Collegio suplicas a la real Audiencia; y al P.Pedro Onofre Ripoll mando no predicasse, y assi dexo la quaresma que hacia en Santiago. A otro que erael Padre Baptista Escardo que la predicava en San Nicolas no se le dixo nada, y assi la acabo con grandeconcurso; principalmente de los devotos de la Compañía que sintieron y se dolían mucho de nuestrasaflicciones» (BSAL, XXI, 1927, p . 222).

3 2 AHSIC, Montesión, historia, visitas, temporalidades, memoriales, 1587-1762, f. 87.3 3 P. Blanco Trias, El Colegio de Nuestra Señora del Montesión, p. 53 . Sobre esta sociedad, véase en

esta obra el epígrafe «Congregación de Caballeros», pp. 53-55.3 4 «Dos Padres navegaron a 22 de Enero a Mission a Menorca (eran el P. Bautista Escardo y el P.

Francisco Alçamora) de los quales el P. Escardo predico la quaresma en Ciutadella cabeza de aquella Isla.Todos los cinco pueblos de ella los deseavan pero solos dos alcançaron su deseo. Porque lo pareció al P.Escardo el tiempo después de la quaresma a proposito para Mission, ni que sus fuerzas eran bastantes paratanto trabajo. Y assi se bolvieron dexando en aquella tierra mucho deseo de su buelta, y harta lastima delP. Alzamora» (BSAL, XXI, 1927, p. 286).

3 5 «Y assi se bolvieron [de Menorca] dexando en aquella tierra mucho deseo de su buelta, y hartalastima del P. Alzamora. Y en Arta y Capdepera donde estuvieron a la buelta, e ida por no perder ocasiónde hazer bien predicaron ocho, o nueve sermones en otros tantos dias, de suerte que el fruto fue como deMission» (ibid.).

36 «En un lugar de Menorca que se llama Mercadal se hiço la mission y movióse de modo el Pueblo queordenaron un día una procession como de Viernes Santo en que ivan penitentes disciplinándose y otrosllevando algunos instrumentos, e insignias de penitencia. Acabada la procession se les hiço una platicadel pecado mortal, y después della siendo ya de noche se quedaron los hombres en la Yglesía, y uvodisciplina un buen rato. Y el día ultimo de la mission en que huvo comunión general se ordenoprocession con la solenidad del dia del Corpus; hicieronse 615 confessiones, restituciones, y amistadesentre desavenidos en buen numero» (ibid.).

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crónica un tono apologético que raya con la propaganda, y que no debemos olvidar para estableceruna justa valoración de los hechos descritos.

El desconocido autor de la Historia del Colegio de Nuestra Señora de Montesión concluye elrelato de la estancia de ambos padres en Menorca, refiriendo diversos casos de conversiones quefueron fruto de la actividad parenética del P. Escardó y del P. Alzamora37.

Al año siguiente, en 1636, Escardó sigue ocupando los mismos cargos, a los que debemosañadir el de Corrector de sermones38, relacionado, sin duda, con sus amplios conocimientos de laretórica eclesiástica. Podemos saber que predicó la cuaresma de aquel año en la parroquia de SanNicolás y que, juntamente con el ministerio del P. Buenaventura Vidal y del P. Luis Vida, seconsiguieron «algunas conversiones extraordinarias debidas después de la divina gracia al buenespíritu y celo de los Predicadores». El cronista, guiado seguramente por su celo apostólico yaleccionador, refiere la muerte súbita, un miércoles santo, de un hombre que se burlaba durante lacuaresma del espíritu de renovación que la animaba39.

37 «En Ciutadella toda la quaresma fue mission pues alli predicó el P. Escardo, y los dias de fiestasdespués de un exemplo que contava el P. Alçamora al anochecer se disciplinava gran numero de hombrescon mucho fervor. Tres dias en la semana enseñava el mismo P. la dotrina Cristiana en la Yglesiaprincipal, y los Domingos por la tarde predicava en el hospital. Vissitava las cárceles, haciendo platicasa los presos, confesándolos, y comulgándolos, para que goçasen también de la mission, lo mismo hiçoen las escuelas, conque se aficionó tanto la gente a la Compañía que pidian muy de veras se pussiese enaquella Isla una Residencia, ofreciéndose algunas personas al sustento de los Padres. El fruto principalfue el acostumbrado en las confesiones, principalmente generales, a que acudía tanto la gente a los PP.que para rezar y reposar apenas tenían tiempo. Una muger se convirtió con los sermones tan de veras queaviendo antes tenido malos tratos con un hombre, queriéndolos este continuar la muger retiróse, ydiciendole el, yo soi aquel; respondióle, yo no soy aquella; y porque al hombre le parecieron mugerilespropósitos, que con su violencia desquiciarían fácilmente, la muger con varonil coraje, se defendiódejándole escrito con las uñas el desengaño al lascivo en su misma cara.

A un hombre tenia tan rendido la costumbre de pecar deshonestamente, que aunque la conscienciavehementemente le reprehendiese, y veya caminava para el infierno, y es ta va corrido, y confuso de suñaqueza, el tener por ocasión y complice solo a su carne le hacia, que nunca acabase de enmendarseestando un dia delante de un crucifixo le descubrió Dios su alma tan horrible, y hedionda que no podíasufrir el mismo el mal olor. Con esto pidió a Dios con muchas veras perdón, confesóse generalmente congrande resolución de enmendarse.

Una madre arrebatada de colera hecho a su hijo esta maldición, mala muerte mueras y no te dure la vidasino ocho dias, no fue el plazo tan largo, que dentro de cinco dias le vio difunto. Reconoció la desdichadaMadre que aquella muerte no era menos castigo suyo que cumplimiento de maldición de Madre, y assillorando su culpa, y desgracia vino a confesarse resuelta de no maldecir mas. Devese este gran parte deeste fruto al Señor Paborde, que es la cabeça de los ecclesiasticos de Menorca, que fue el que procuró lamission, y ayudó con todas veras en lo temporal y espiritual a los Padres, y al Sr. Governador de la Islaque les hizo mucho favor» (ibid., pp. 286-287).

38 AHS1C, Montesión, historia, visitas, temporalidades, memoriales, 1587-1762, f. 87.3 9 «Las Quaresmas tuvo la Compañía fueron tres, dos en la Ciudad, una predicó el P. Bautista Escardo

en S. Nicolas, otra el P. Buenaventura Vidal en S. Miguel, la tercera el P. Luis Vida en Bañalbufar. Detodas en general se puede decir se cogió colmado fruto con algunas conversiones extraordinarias debidasdespués de la divina gracia al buen espíritu y celo de los Predicadores. Sucedió un castigo exemplar deuno, que no hizo caso de la divina inspiración por medio de sus predicadores, y de un fiel amigo, quemovido de Dios, tomó a pechos toda la quaresma persuadirle, que se confesasse y dexasse la mala vida;tomavalo el otro por risa a los principios, pero viendo la instancia, decía con enfado, ya confessaré laSemana Santa: llego el miércoles desta, que tan confiadamente guardava, y murió de repente dexandoafligido al amigo, y escarmentados a muchos» (ibid., p . 304).

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Como se observará, las noticias referentes a estos años, se refieren a la predicación de lascuaresmas. Así sabemos que la del año 1637 le fue encomendada por la parroquia de Santa Cruz. Ytambién que la actividad parenéüca del P. Escardó, pese a la resistencia de varios miembros de otrasórdenes a la Compañía, en manifiesta oposición a la fundación del colegio de San Martín, tuvo unéxito extraordinario, con varias conversiones espectaculares, ya que «salió tan gloriosamente lapredicación en esta Iglesia, que en 30 años no se ha visto tan colmada de gente»40, lo quedemostraría, de ser cierto el juicio altamente elogioso de su compañero, que con Juan BautistaEscardó estaríamos no sólo ante un buen teórico de la predicación sino ante un gran comunicadorde la palabra divina, sancionado por la popularidad.

Al año siguiente, en 1638, la única noticia que poseemos nos informa de la predicación denuestro orador sagrado en la parroquia de Santa Eulalia. Del celo apasionado que debía demostrar ensu ministerio, da cuenta el cronista al escribir que su actividad obtuvo «el fruto debido a sufervor»41.

En 1639, predica la cuaresma en el pequeño pueblo de Valldemossa42. En este año, a losdistintos cargos que desempeñaba en el colegio de Montesión, desde hace cuatro años, debemosañadir el de Prefecto de los Tonos43, responsabilidad de gran importancia para una persona quehabía consagrado su vida a la reflexión en torno a los problemas de la oratoria sagrada. El tonoconstituía, según la propia definición de J. B. Escardó en su Retórica cristiana*4, un modo deejercitarse los estudiantes de la Compañía en la práctica de la predicación, mediante la exposiciónde un sermón breve45.

Para la cuaresma del año siguiente se le destina a la parroquia de Santa Eulalia46, mientras queen el año de 1642, predica la cuaresma en la parroquia de Santiago, la actual parroquia de Sant

4 0 «El P. Bautista Escardó [predicó en] Santa Cruz. Quiso el demonio receloso del provecho destaquaresma, estorvaila, tomando por instrumento ciertos clérigos que llevan pleito con nosotros sobre lafundación del Colegio de S. Martin, pero prevaleció nuestra justicia, y salió tan gloriosamente lapredicación en esta Iglesia, que en 30 años no se ha visto tan colmada de gente. Efecto fue de estossermones librarse una persona de cierto vicio, en que estava tan cautiva, que no pudo jamas asta entoncesrescatarse de su tiranía: y de allí a 6 meses vino a dar las gracias a su predicador, diciendole, que aunperseverava en sus propósitos. Solicitada otra para que vendiesse la castidad de una hija suya; respondió,que antes la degollaría que tal consintiesse» (ibid., p. 335).

41 Ibid., p. 368.« Ibid., p. 383.4 3 AHSIC. Montesión, historia, visitas, temporalidades, memoriales, 1587-1762, f. 92.4 4 Esta acepción de la voz no aparece ni en el Covarrubias ni en el Diccionario de Autoridades.4 5 Siguiendo a J. B. Escardó, el tono es «un exercicio que se usa en la Compañía, con que los

Hermanos estudiantes se van imponiendo y exercitando en el ministerio de la predicación. El modo esrecitar un sermon breve y de pocas lineas delante de un Padre, que se llama Prefecto de los Tonos, que lesavisa de lo que han de hazer, para predicar bien y del modo como se han de portar, assi en regir la vozmudándola quando conviene para admirarse, enternecerse, exclamar, o reprehender como también en laacción que han de dar á las cosas que se dizen, según las reglas de la Rhetorica», Retórica cristiana,Mallorca, Herederos de Gabriel Guasp, 1647, f. 52v. Los tonos son doce {cf. en esta obra ff. 47lr.-479v.). Cf., también, sobre los tonos, A. Martí, La preceptiva retórica española en el Siglo de Oro, pp.251-252.

« BSAL, XXII, 1929, p. 29.

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Jaume47. El día primero de octubre de aquel aflo, parte el P. Escardó hacia la ciudad de Valenciacon el fin de predicar la próxima cuaresma en la parroquia de San Martín de aquella ciudad48.

La cuaresma en la parroquia de San Martín de Valencia se caracterizó, a tenor del relato delpropio autor en su Retórica cristiana, por la exagerada espectacularidad de su predicación. Así, enun sermón de muerte, utilizó un crucifijo y una calavera; simuló que ésta representaba a «unamuger deshonesta»49, muy conocida en Valencia, y que, como ya sucediera en el sermón funeralpronunciado en las honras de su amigo el obispo Baltasar de Borja, en 1630, que el muertoaparecía en el pulpito por «voluntad de Dios à predicar á estas hermanas suyas, que la imitan en elpecar, y en el perseverar en la mala vida»50. Este hecho, ejemplo de la predicación efectista de laCompañía de Jesús, nos recuerda el sermón atribuido a otro jesuíta eminente, Baltasar Gracián, dequien se cuenta que en un sermón, también predicado en Valencia, manifestó que iba a leer unacarta recibida del mismo inñemo.

El 28 de abril de 1643, Juan Bautista Escardó se halla, de nuevo, en Mallorca51. Y en el aflo1644 predica la cuaresma en la parroquia de Santa Eulalia52, predicando la del año siguiente en lade Santiago53.

La información que poseemos acerca del año de 1646 se abre con la noticia de que el 5 de enerose le adjudica una cantidad de dinero para editar su Retórica cristiana, hecho que, como se sabe, seproduciría al año siguiente54. Pero aparecen en la vida de Juan Bautista Escardó los primerosachaques de su salud: así comienza a predicar la cuaresma en la parroquia de San Miguel, pero alpoco tiempo enferma, y tiene que ser sustituido por el P. Alzamora55.

No tenemos otras noticias en el espacio de tres años, hasta 1649, en el que los textosconsultados refieren el aumento de las distintas congregaciones del Colegio, en particular de la delos Caballeros, en la que desempeña el cargo de Prefecto el P. Escardó56.

En 1650 registramos el último dato relativo a un acto de predicación de nuestro autor. Lacrónica refiere la procesión que recorrió el centro de la ciudad el día 15 de mayo efectuandorogativas por agua. De este desfile procesional se destaca que «en llegando a nuestra iglesia, queestava llena de gente, el P. Juan Baptista Escardó, con espiritu apostólico, hizo una fervorosa

41 BSAL, XXIX, 1958, p. 80.4 8 AHS1C, Historia del Colegio de N. S. de Montesion, 1561-1670, p. 654. La copia consultada de

este texto dice que fue el 7 de octubre. Se trataría, probablemente, de un error del transcriptor: «A 7 deoctubre 1642 se partió deste Collegio para Valencia el Pe. Juan Baptista Escardó, para predicar laquaresma siguiente en la parroquia de S. Martín» (BSAL, XXIX, 1948, p. 84).

4 ' Retórica cristiana, cap. 77, f. 349r.5 0 Ibid. La descripción de este sermón ocupa desde el f. 348v. hasta el 350v. Se hace eco de este pasaje

Andrés Soria, El Maestro Fray Manuel de Guerra y Ribera y la oratoria sagrada de su tiempo, p. 109.51 BSAL, XXIX, 1948, p. 151.52 Ibid., p. 248.« Ibid., p. 251.5 4 AHSIC, Historia del Colegio de N. S. de Montesion, resumen. De hecho, parece que la Retórica

cristiana fue una obra redactada a lo largo de varios años. A tenor de la primera de las aprobaciones quepreceden al texto, la de Domingo Langa (Zaragoza, 29 de septiembre de 1644), cuando a Escardó se leconcede una cantidad para la impresión, hace ya, como mínimo, dos años que el texto definitivo yaestaba redactado.

5 5 BSAL, XXIX, 1948, p . 342.5 6 «Las Congregaciones ha ido siempre en aumento, particularmente la de los cavalleros, con la

asistencia del P . Juan Baptista Escardó, acudiendo al consuelo de los pobres de la cárcel y hospital»(ibid., p . 730).

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plática, que acompañó el auditorio con muchas lágrimas y voces pidiendo misericordia. Fue estaacción de mucha gloria de Dios, edificación del pueblo y nombre de nuestra Compañía»57.

En el año de 1651 sabemos que Escardó sigue desempeñando los cargos de Prefecto de losTonos, de la Congregación de los Caballeros y de Consultor del Colegio. Además, se le nombraPrefecto de Predicadores y Examinador de Gramática58.

El día 2 de septiembre de 1652 muere, víctima de la peste que asolaba la isla de Mallorca. Poresta razón, se le enterró en secreto, sin funerales y sin que ni siquiera las campanas tocaran amuerto59. Fue, en verdad, una pobre despedida para un hombre que había hecho del uso de lapalabra su razón de ser, y de su estudio y enseñanza, su bandera intelectual.

Unas breves líneas de la prosa lacónica de la crónica del colegio compendian su trayectoriabiográfica:

Fue instruidísimo en literatura sagrada y profana, y en toda clase de ciencias; siendo incansable en lapredicación. Murió en 1652 auxiliando a los apestados, víctima de su celo cristiano. EscribióDevociones = Rhetorica Chris ti ana etc. Sermones.60

GARAU AMENGUAL, Jaume, Apuntes para un estudio de la vida y de la obra de Juan Bautista Escardó(Palma de Mallorca, /1581)-1652). En Criticón (Toulouse), 61, 1994, pp. 57-68.

Resumen. El artículo presenta un «estado de la cuestión» acerca de nuestras últimas investigacionessobre la biografía de Juan Bautista Escardó (Palma de Mallorca, [1581]-1652), al tiempo que damoscuenta del conjunto de su obra conocida, y del hallazgo de un manuscrito inédito.

Résumé. Bilan des recherches sur la biographie de Juan Bautista Escardó (Palma de Mallorca, [1581]-1652), ainsi que sur son œuvre écrite, avec la découverte d'un manuscrit inédit.

Summary. This article présents a «state of the matter» about our latest research on Juan BautistaEscardó's biography (Palma de Mallorca, [1581]-1652), at the same time we inform about the whole ofhis well-known work, and the finding of an unplishead manuscript.

Palabras clave. Juan Bautista Escardó. Obra y biografía.

57 Ibid., p. 737.5S AHSIC, Montesión, historia, visitas, temporalidades, memoriales, 1587-1762, f. 106.59 «A 2 de setiembre de 1652 entre diez y once de la noche murió de calenturas terribles el P. Juan

Baptista Escardó, Profeso de 4 votos, y por sospechas que estava herido del contagio no se tocaroncampanas sino secretamente fue enterrado en la primera capilla entrando por la puerta principal a manoderecha arrimado al mismo pie del altar con su ataúd bien breado y lleno de cal viva. Ordenóse que cadaPadre le dixesse tres missas y cada Hermano tres rosarios.» (AHSIC, Libro de la Sacristía del Colegio deMontesión, ss. xvn-xviii, f. 201). Hallamos otras referencias documentales a la muerte del P. Escardó en laobra de Pedro Blanco Trias, Catálogo de los Documentos y Manuscritos pertenecientes a la AntiguaProvincia de Aragón, donde da cuenta del legajo 124(72), 888, «Relación de la muerte de algunos de laCompañía sirviendo a los apestados en el contagio, de Mallorca, 1652», y cita la muerte, el día 2 deseptiembre (p. 138).

6 0 AHSIC, Historia del Colegio de N.S. de Montesión, 1561-1670, resumen. La transcripción de estosdos últimos documentos se la debemos a la valiosísima ayuda del Sr. D. Jordí Roca i Coll. S. I.