Las concepciones antiguas y modernas

Pensaba que cada ser humano es un ser social por naturaleza, la individualidad sólo se da dentro de la sociedad.

Personajes : Confucio, Sócrates y Aristóteles.

Hechos históricos que ejemplifican esta visión: el trabajo colectivo en el imperio incaico, el sacrificio humano, los grupos religiosos, etc.

Sócrates (s. V a.C.) fue condenado a muerte por la sociedad ateniense. Aunque la decisión fue injusta, él aceptó porque negarse era ir contra las leyes.

En la obra Critón se encuentran las justificaciones socráticas al respeto de la sociedad y las leyes.

Sócrates imagina que las leyes le dicen:

“Si gracias a nosotras naciste y fuiste criado y educado, ¿puede caber en ti ni por un momento la idea de que no eras hijo y aun esclavo nuestro, tú y tus progenitores? Y si es así, ¿crees que tus derechos pueden ser los mismos que los nuestros? ¿Y que es justo que, a lo que nosotras intentemos hacerte, pretendas tú responder de igual manera?...O quizá que eres tan sabio que se te oculta que más preciosa que la madre y el padre y que los demás antepasados todos es la patria...y que es fuerza venerarla y obedecer y halagar más a la patria que al padre...y si a la guerra te envía para ser herido o muerto, así ha de hacerse; y eso es justicia.”

Aristóteles (384-322), nacido en Estagira, discípulo de Platón y preceptor de Alejandro Magno. Fundó en Atenas una escuela, el Liceo, y desarrolló ahí su actividad filosófica. En él, el pensamiento griego alcanza su manifestación más rica y elaborada.

“Pues aunque sea el mismo el bien del individuo y el de la ciudad, es evidente que es mucho más grande y más perfecto alcanzar y salvaguardar el de la ciudad; porque procurar el bien de una persona es algo deseable, pero es más hermoso y divino conseguirlo para un pueblo y para ciudades.”

Aristóteles. Ética nicomáquea. Libro I

“...la ciudad es una de las cosas naturales, y que el hombre es por naturaleza un animal social. La razón por la cual el hombre es, más que la abeja o cualquier animal gregario, un animal social es evidente: la naturaleza, como solemos decir, no hace nada en vano, y el hombre es el único animal que tiene palabra...la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto y es exclusiva del hombre, frente a los demás animales, el tener, él sólo, el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc.,y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad. “

Aristóteles. Política.

La realidad está en movimiento.

Todo está organizado jerárquicamente.

La jerarquía apunta

hacia un fin (Finalismo)

La naturaleza inorgánica

El reino vegetal El animal El hombre

A diferencia de Platón, para Aristóteles el alma está totalmente ligada al cuerpo.

El alma es “potencialidad” del cuerpo, su finalidad.

Lo único real es el hombre concreto.

El hombre no puede desarrollarse viviendo aislado (animal político).

El hombre esta formado por un alma que le sirve para mandar, y un cuerpo que le sirve para obedecer, en los hombres corruptos suele dominar el cuerpo sobre el alma, que es lo contrario a la naturaleza. "...El alma manda al cuerpo como un dueño a su esclavo, y la razón manda al instinto como un magistrado, como un rey..."

El por qué sea el hombre un animal político, más aún que las abejas y todo otro animal gregario, es evidente. La naturaleza –según hemos dicho- no hace nada en vano; ahora bien el hombre es entre los animales el único que tiene palabra. La voz es señal de pena y de placer, y por esto se encuentra entre los demás animales (cuya naturaleza ha llegado hasta el punto de tener sensaciones de pena y placer y comunicarlas entre sí). Pero la palabra está para ser patente en lo provechoso y lo nocivo, lo mismo que lo justo y lo injusto; y lo propio del hombre con respecto de los demás animales es que él sólo tiene la percepción de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto y de otras cualidades semejantes, y la participación común en estas percepciones es lo que constituye la familia y la ciudad

Las familias surgen de la necesidad de la especie humana para procrear y subsistir como especie.

Luego surge la aldea o pueblo como agrupación necesaria para satisfacer las necesidades primarias y cotidianas.

La ciudad-estado es la culminación de este proceso. Su fin no es ya la subsistencia. No se trata ya de vivir, sino de "vivir bien"; es decir, de procurar la felicidad a todos sus miembros.

La razón de que el hombre sea un ser social, más que cualquier abeja y que cualquier otro animal gregario, es clara. La naturaleza, pues, como decimos, no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra [lógon de mónon ánthropos ékhei tôn zôon]. La voz es una indicación del dolor y del placer; por eso la tiene también otros animales [...]. En cambio la palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Y esto es propio de los humanos frente a los demás animales: poseer de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y de lo injusto, y las demás apreciaciones. La participación comunitaria en éstas funda la casa familiar y la ciudad.

Señor Marido Padre

Esclavo Mujer Hijo

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El que sea incapaz de entrar en esta participación común, o que, a causa de su propia suficiencia, no necesite de ella, no es más parte de la ciudad, sino que es una bestia o un dios.

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Desde el punto de vista del individuo como miembro de una comunidad, el Estado en anterior al individuo.

así como el hombre, cuando llega a su perfección es el mejor de los animales, así también es el peor de todos cuando está divorciado de la ley y la justicia. La injusticia más aborrecible es la que tiene armas; ahora bien, el hombre, dotado como está por la naturaleza de armas que ha de emplear en servicio de la sabiduría y la virtud, puede usarlas precisamente para lo contrario. Por esto es el hombre sin virtud el más impío y salvaje de los animales, y el peor en lo que respecta a los placeres sexuales y de la gula. Por otro lado la justicia es algo que se da en la ciudad, ya que la administración de justicia, o sea el juicio sobre lo que es justo, es el orden de la comunidad política.

Paradigma que surge en la modernidad y se ha hecho predominante debido al predominio de la cultura occidental.

Sostiene que nuestra naturaleza es primariamente individual y que la sociedad se constituye por y para este individuo.

Desde la literatura: El Quijote de la Mancha, Marqués de Sade, Raskolnikov, etc.

Desde la filosofía: Descartes, Hobbes, Rousseau, Kant, Nietzsche, etc.

Desde la vida: Napoleón.

Thomas Hobbes (1588-1679), teórico del gobierno absoluto, nació en Inglaterra.

Concibe al ser humano como sujeto movido por impulsos egoístas, por lo que nuestra condición natural es de lucha del hombre contra el hombre.

El gobernante debe tener poder absoluto para el beneficio de todos.

Thomas Hobbes pensó que en el "estado de naturaleza" los hombres eran individuos en guerra permanente de todos contra todos (bellum omnium contra omnes), donde cada uno resultaba siendo un lobo para el hombre (homo homini lupus). Y como cualquier otro animal es guiado por el egoísmo y el temor. En este estado de guerra permanente la vida es insegura. Por eso, Hobbes supone que los hombres hicieron un pacto para poder vivir seguros, por temor a morir, de ese modo dieron surgimiento al "estado civil", a la sociedad.

El Estado surge por el miedo a morir en ese "estado natural". Nacido del temor del individuo, el Estado surge como una institución coactiva para reprimir las tendencias destructoras y naturales del individuo. Pero es una coacción que busca proteger al individuo, por eso el individuo para proteger su vida de los demás debe renunciar deseos y derechos absolutos como individuo y obedecer al Estado. "El fin de la obediencia es la protección", dice Hobbes en su obra Leviatán.

Así, el fin del Estado es garantizar la existencia de los individuos, proteger a los ciudadanos:

“...dotado de tanto poder y tanta fuerza que puede, gracias al terror que inspira, dirigir las voluntades de todos hacia la paz interior y la ayuda mutua contra los enemigos exteriores.” (Leviatán )

Pero el Estado debe dirigirlo una sola persona, el monarca, convirtiéndose en defensor de la monarquía absoluta. De esa manera el soberano pasa a tener el poder absoluto y ser fuente de toda ley. El soberano está obligado a hacer buenas leyes para el bien del pueblo, por eso Hobbes no ve oposición sino identidad entre el bien del soberano y el bien del pueblo.

“El bien del pueblo y el bien del soberano no pueden separarse el uno del otro”. (Leviatán, Cap.XXX)

Y como todos los individuos le han dado poder al Estado, resulta que el Estado se convierte en un poder absoluto, de ese modo convirtiéndose en el Leviathan, monstruo bíblico. Por eso, ese poder puede ir contra el individuo que lo originó, porque puede exigir a los ciudadanos a ir a la guerra o pongan sus vidas en peligro por razón del Estado. De ese manera, posibilita el resurgimiento del "estado de naturaleza" que pretendía superar, contradicción insalvable dentro de la filosofía política de Hobbes.

Temas Aristóteles Hobbes

Concepción del hombre

Ser social por naturaleza

Individuo por naturaleza

Origen de la sociedad

Origen natural Pacto social

Concepción moral del hombre

Virtud como realización de la felicidad

Malo por naturaleza

Resultado del pacto social

El gobierno de los mejores

Monarquía absoluta