Arte Romano

47
Arte de la Antigua Roma Busto romano de Antínoo (Louvre ,París ). Las primeras manifestaciones del arte de la Antigua Roma nacen bajo el influjo del arte etrusco , enseguida contagiado del arte griego , que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia . Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego , y por supuesto del arte etrusco , pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente diferente de aquellos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían. Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante homogeneidad y autonomía desde el siglo III a.C hasta elsiglo V de nuestra Era. Siguiendo las etapas que su devenir histórico marca, destacan al menos la República, hasta el año 27 a. C., y el Imperio, que se extendió desde los tiempos de Augusto hasta la caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476 después de C. A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspectos de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más

description

Detalle intimos del arte y la cultura romanas

Transcript of Arte Romano

Arte de la Antigua Roma

Busto romano de Antínoo (Louvre,París).

Las primeras manifestaciones del arte de la Antigua Roma nacen bajo el influjo del arte etrusco, enseguida contagiado del arte griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a. C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a. C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.

Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente diferente de aquellos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.

Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante homogeneidad y autonomía desde el siglo III a.C hasta elsiglo V de nuestra Era. Siguiendo las etapas que su devenir histórico marca, destacan al menos la República, hasta el año 27 a. C., y el Imperio, que se extendió desde los tiempos de Augusto hasta la caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476 después de C.

A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspectos de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más tardíamente incorporadas a la cultura romana.

Arte romano (del siglo III   a.   C.  al siglo V d.C.):

Arquitectura

Arquitectura de la Antigua Roma(Redirigido desde «Arquitectura de Roma»)

Arco de Septimio Severo

La arquitectura de la Antigua Roma es probablemente uno de los testimonios más significativos de la civilización romana. Se caracteriza por lo grandioso de las edificaciones y su solidez que ha permitido que muchas de ellas perduren hasta nuestros días. La organización del Imperio Romano normalizó las técnicas constructivas de forma que se pueden ver construcciones muy semejantes a miles de kilómetros unas de otras..

Índice

  [ocultar] 

1 Historia 2 Órdenes de la arquitectura romana 3 Tipologías arquitectónicas en Roma 4 Véase también 5 Bibliografía

Historia[editar]

La arquitectura romana no tiene su origen en la etrusca, restada a influjos de la griega, sobre todo después de las guerras púnicas y por lo tanto, presenta rasgos de ambas. Hoy se hace datar la arquitectura romana de la fecha en que se construyeron la primera vía y el primer acueducto .Por esta época y durante las conquistas de Roma en Sicilia y en la misma Grecia, los generales romanos solían llevarse como trofeo de sus victorias gran cantidad de objetos artísticos. Por otro lado, los artistas griegos y etruscos, atraídos por el poder económico de la señora del Mediterráneo, llevaron a Roma el gusto e incluso la pasión por las Bellas Artes y en estas escuelas se formaron sus propios artistas.

El periodo de esplendor del arte romano abarca los dos primeros siglos del Imperio. Pero ya a principios del siglo II de nuestra era, se inicia la decadencia del buen gusto que se acentúa en el siglo III y se confirma en el siglo IV por efecto de cierto barroquismo o irregularidad y pesadez en los estilos aunque aumente el fasto y la magnitud de las obras. Pero la arquitectura, en cuanto arte de construir sigue desarrollándose hasta la invasión de los bárbaros, por lo menos, en los principales centros de cultura. Pruebas de esto son las grandes basílicas de Roma construidas en el siglo IV, no sólo las destinadas al culto cristiano, sino también las civiles. Los restos de la colosal basílica civil de Constantino (también llamada de Majencio) que todavía se alzan en Roma, sirvieron como fuente de inspiración a los arquitectos del renacimiento en el siglo XVI.

Los romanos emplearon profusamente el arco y la bóveda. Ésta no se forma con dovelas de piedra aparejada (salvo en algunas construcciones asiáticas), como se disponía en la bóveda etrusca, sino de una masa confeccionada con puzolana y cascajo. Las bóvedas solían tener gruesos arcos de ladrillo, ya paralelos, ya diagonales pero embebidos en la

bóveda misma, que servían como sujeción provisional y como refuerzo interior de la bóveda. Un ejemplo soberbio es la cúpula del Panteón de Agripa en Roma.

Los romanos no sólo construyeron bóvedas de cañón y cúpulas, sino rudimentarias bóvedas de arista y de crucería. Pero estas últimas debieron usarse con poca frecuencia fuera del Imperio de Oriente pues sólo se conocen las de las Termas de Caracalla y las de la Basílica de Majencio en la cual se advierte un sistema de contrarrestos interiores aplicados a la bóveda. También empezaron a aparecer en la arquitectura romana los capiteles historiados que tanto se hicieron en la Edad Media, pues de ellos se han descubierto algunos ejemplares en Pompeya y otros sitios.

Los edificios romanos, según su uso, podían ser muy sobrios o muy suntuosos. Puentes y acueductos son austeros y funcionales, mientras que templos y palacios son lujosos y monumentales, con un claro fin representativo. Las edificaciones más nobles se revestían de piedra formando órdenes, que no reflejaban la estructura interior real. Se decoraban los muros de los edificios suntuosos con pinturas y los pavimentos con mosaicos.

Órdenes de la arquitectura romana[editar]

El Coliseo de Roma, Italia.

La arquitectura romana adaptó los tres órdenes griegos y el llamado etrusco modificándolos y añadiéndoles otra forma de capitel que se definió por los arquitectos renacentistas con el nombre de orden compuesto. De esta suerte, se cuentan cinco órdenes, a saber:

el orden toscano o etrusco que permanece básicamente igual. el orden dórico romano que eleva su columna a dieciséis módulos, adorna su collarino o

garganta, añade un talón al ábaco, tiene elastrágalo en forma de junquillo que rodea al fuste y debajo de la corona de la cornisa lleva dentículos o mútulos. Esta última diferencia constituye respectivamente las variantes de dórico denticular y dórico modillonar, según los arquitectos del renacimiento.

el orden jónico romano, que adorna más su capitel que el griego, reduce la magnitud de sus volutas, suprime en ocasiones el astrágalo y eleva la proporción del fuste.

el orden corintio romano, se ostenta más florido aún que el griego y en él abunda, sobre todo, la hoja de acanto. De ésta, lleva dos o tres series el capitel, dobladas hacia adelante y además de los dentículos admite series de modillones adornados para sostener la cornisa.

el orden compuesto, que llegó a ser el predilecto de los romanos no difiere del corintio sino en engarzarse más los adornos y en alguna modificación accidental del capitel: éste se forma con hojas de acanto sin calículos y con cuatro volutas que salen por encima del cuarto de bocel de modo que parece compuesto de jónico y corintio.

La arquitectura romana adoptó con frecuencia la superposición de un orden arquitectónico a otro diferente en un mismo edificio, quedando el más sencillo y robusto debajo del más elegante y delicado, según es de notar en el grandioso Coliseo romano.

Teatro de Marcelo

Fueron modelos de dichos órdenes en Roma:

el Templo del Capitolio y el Foro Romano, del toscano el Templo de Marte y el Teatro de Marcelo, para el dórico parte del Teatro de Marcelo, el Templo de la Fortuna viril y el de la Concordia para el

jónico el Panteón de Agripa y el Templo de Antonino y Faustina, en el corintio el Arco Triunfal de Tito y de Vespasiano y el de Septimio Severo, en el orden compuesto el Coliseo de Vespasiano de tres órdenes a la vez: dórico, jónico y corintio

Templo en Palmira

En las colonias romanas se usaron también los mismos órdenes pero, generalmente, con menor perfección y con más alteraciones que en el de la metrópoli. Son muy celebrados entre otros edificios:

el anfiteatro y el templo de Roma y Augusto en Nimes (Maison Carrée) la Puerta negra en Tréveris el Templo de Vesta en [etapa pontificia]+ el Arco de Trajano en Ancona y en Benevento el palacio y el mausoleo de Diocleciano en Spalato (hoy, catedral) los templos de Baalbeck y de Palmira en Líbano y Siria respectivamente

Tipologías arquitectónicas en Roma[editar]

Artículo principal: Edificación pública (Roma Antigua)

Puente del Acueducto de Segovia

Los romanos recibieron diferentes tipologías que modificaron o adaptaron a sus gustos o necesidades, desarrollando algunas gracias a nuevas técnicas. Entre estas podemos señalar la domus, el templo, el teatro y los monumentos funerarios. Además desarrollaron otras nuevas como:

Basílicas . Eran palacios de justicia y también lonjas, las cuales tenían planta rectangular con su pronaos o pórtico, sus naves (central y laterales) para el público, su transeptum o chalcidicum para los abogados su absis o exedra para el tribunal, sus entradas principal y laterales y sus tribunas o galerías, sobre las naves laterales, con vistas a la central.

Arcos triunfales . Se dedicaban a honra de algún vencedor glorioso y se derribaban luego de haber pasado él en triunfo haciéndose permanentes los construidos durante el Imperio. También se elevaban estos monumentos lo mismo que las columnas u obeliscos en conmemoración de otros hechos gloriosos.

Termas  o edificios de baños para el servicio público. Anfiteatros , no conocidos por los griegos. Eran de planta circular o elíptica. Circos . Servían para las carreras de carros como los griegos hipódromos pero tenían una

espina o muro coronado de estatuas a lo largo de la línea media. Naumaquias . Eran anfiteatros cuyo fondo se llenaba de agua para representar combates

navales. Puentes  y Acueductos. Calzadas . Bien fundadas y sólidamente empedradas (ya con anchas losas, ya con

menudos cantos) que partiendo de Roma llegaban hasta los extremos del Imperio con susmárgines o aceras algo elevadas, sus columnas miliarias para señalar las millas (los miles de pasos), sus puentes, etc.

Foros

Teatro romano de Mérida

Asimismo, edificaron tipologías ya conocidas pero reinterpretadas:

Los Templos: los romanos dispusieron los templos de una manera similar a los de los griegos (si bien se adoptó mucho más que entre ellos la rotonda) hasta que al fin se modificaron disminuyendo el número de columnas exteriores o sustituyéndolas por pilastras abovedando las naves pero sin acusarse al exterior la bóveda ni el arco en los templos rectangulares.

Había dos tipos:

- Planta circular.

- Planta rectangular.

Sepulcros . Unas veces consistían sencillamente en una estela o cipos funerarios esculpidos o una simple lápida sobre el nicho que guardaba los restos y otras sobre todo durante el Imperio fueron suntuosos mausoleos como la mole Adriana (hoy castillo de Santángelo) y la tumba de Cecilia Metela, en Roma. También llegaron a formarse prolongadas series de sepulcros a lo largo de caminos como es muy de notar en la Vía Apia y verdaderos panteones de familia y enterramientos subterráneos con nichos agrupados o en filas que se llamaban columbarios conteniendo cada uno de éstos la urna cineraria de barro cocido o de piedra con relieves y con la inscripción correspondiente.

La Vivienda: la casa romana primitiva era de planta más o menos rectangular, tenía un patio en el centro (atrium) al que se abrían los locales. Las casas eran en medianería, y los tejados vertían sus aguas hacia el atrio, que solía tener debajo un aljibe, para guardar el agua. El local principal era el tablinium, donde se guardaban los archivos familiares y los dioses familiares (penates). Solía estar en la fachada del atrio enfrentada a la entrada, pero con el eje de la entrada desviado para que no pudiera verse la puerta desde la calle. Más adelante, por un pretendido influjo griego, se abrió otro patio en la parte posterior, el peristilo , en Latin PERISTYLVM (literalmente, rodeado de columnas).

Escultura

scultura de la Antigua Roma(Redirigido desde «Escultura de Roma»)

Augusto de Prima Porta, Museos Vaticanos.

La escultura de Roma se desarrolló en toda la zona del este del país influencia romana, con su foco central en la metrópolis, entre los siglos VI a. C. y V. En origen derivó de la escultura griega, principalmente a través de la herencia de la escultura etrusca, y luego directamente, por contacto con las colonias de la Magna Grecia y la propia Grecia, durante el periodo helenístico. La tradición griega siguió siendo una referencia constante durante todo el curso del arte escultórico en Roma, pero contradiciendo una creencia antigua y extendida de que los romanos eran sólo meros copistas, ahora se reconoce que no sólo fueron capaces de asimilar y desarrollar sus fuentes con maestría, sino también aportar una contribución original e importante a esta tradición, visible especialmente en elretrato, género que consiguió un gran prestigio y que dejó ejemplos singulares de gran técnica y de alta expresividad, y en la escultura decorativa de los grandes monumentos públicos, donde se desarrolló un estilo narrativo de gran fuerza y carácter típicamente romano.1

Tras la consolidación del imperio romano, otras influencias extranjeras, sobre todo orientales, determinaron una progresiva separación del canon griego hacia una simplificación formal de tendencia abstracta, que estableció las bases del arte bizantino,paleocristiano y medieval. Este proceso, sin embargo, se intercaló con varios períodos de recuperación del clasicismo, que además de fortalecer el vínculo simbólico con el pasado fueron útiles para el mantenimiento de la cohesión cultural y política del vasto territorio. Ni siquiera la cristianización del imperio pudo determinar la exclusión de referencias a la escultura clásica romana pagana, y hasta el siglo V, cuando la unidad política se rompió definitivamente, los modelos clásicos siguieron siendo imitados, pero adaptados a los temas del nuevo orden social, político y religioso que se había instaurado.2

El estudio de la escultura romana ha demostrado ser un desafío para los investigadores por su evolución que es cualquier cosa menos lineal y lógica. Los intentos de imponer un modelo de desarrollo formal como un sistema orgánico sobre la historia de la escultura romana se muestran inexactos y poco realistas. A pesar de algunos desacuerdos entre los especialistas en muchos puntos, ya se tiene una idea más o menos clara sobre las características

generales de cada etapa evolutiva, pero, cómo fue su desarrollo y cómo se transforman de una a otra etapa ha demostrado ser un proceso muy complejo y que aún está lejos de entenderse bien. Una tendencia duradera alhistoricismo y eclecticismo, aún más pronunciada que la observada durante el helenismo, junto con la presencia de diferentes estilos, en esculturas producidas en el mismo momento histórico para distintas clases sociales, e incluso dentro de una sola clase, atendiendo a las necesidades de cada tema y situación, hacen que su comprensión sea aún más compleja.3

Además del gran mérito intrínseco de la producción escultórica romana, el hábito generalizado de copias de obras anteriores griegas y alusiones al clasicismo griego a lo largo de toda su historia, incluso por los primeros cristianos, mantuvo viva una tradición y una iconografía que de otra forma podrían haberse perdido. Gran parte del conocimiento de la cultura y el arte de la Grecia antigua, y más, la escultura romana —junto con la griega— tuvo una importancia fundamental en la formulación de la estética del Renacimiento y el Neoclasicismo, que confirma su vitalidad y significado incluso en los tiempos modernos, y es considerado hoy como uno de los organismos artísticos más importantes de la cultura occidental, como lo demuestra el gran número de estudios especializados de que es objeto y de la fascinación que todavía tiene en el público en general.4

Índice

  [ocultar] 

1 Escultura y sociedad romana 2 Contexto histórico

o 2.1 Tradición etrusco-romanao 2.2 Helenismo y Neoclasicismo

3 Imperio romano 4 Tipos de escultura

o 4.1 Retratoo 4.2 Estatuaso 4.3 Sarcófagoso 4.4 Relieves arquitectónicoso 4.5 Camafeoso 4.6 Jugueteso 4.7 Estatuillas de culto privadoo 4.8 Objetos decorados

5 Escultura tardía imperial 6 Uso del color como un recurso mimético y expresivo 7 Legado 8 Véase también 9 Referencias 10 Bibliografía 11 Enlaces externos

Escultura y sociedad romana[editar]

Reconstrucción de la Via Appia, en la antigua Roma.

Roma era una sociedad muy visual. Con la mayoría de su población analfabeta e incapaz de hablar el latín erudito que circulaba entre la élite, las artes visuales funcionaban como una especie de literatura accesible a las grandes masas, lo que confirma las ideologías y la difusión de la imagen de personalidades eminentes. En este contexto, la escultura disfrutó de una posición privilegiada, que ocupaba todos los espacios públicos y privados y llenaba las ciudades con innumerables ejemplos de diversas técnicas. Gran parte de la escultura producida en Roma pertenece a la temática religiosa o está relacionada de alguna manera. Incluso los retratos a menudo tenían asociaciones con lo sagrado, como en todas las culturas, Roma no fue diferente en la práctica para producir imágenes de culto, que estaban presentes desde los grandes templos públicos hasta las viviendas más modestas. No sólo las grandes esculturas en bronce y mármol se convirtieron en algo común —las estatuas, grandes sarcófagos, relieves arquitectónicos, camafeos grabados en las piedras preciosas—, pero aún más en estatuillas de terracota, placas funerarias sencillas, máscaras mortuorias en cera , cuyo coste estaba al alcance de las clases más bajas, y en las monedas, que pueden ser vistas como una especie de relieve en miniatura y se encontraban entre la masa del pueblo.5 Jaś Elsner dice:

Lar de bronce del siglo I, (M.A.N., Madrid).

Este tipo de imágenes, la búsqueda de los súbditos imperiales en todas las formas de la vida social, económica y religiosa, ayudó a construir una unidad simbólica entre los diversos pueblos que componían el mundo romano, enfocando su sentido de la jerarquía en una persona suprema. Cuando

un emperador moría, sus herederos podían loar sus esculturas como a un dios —proclamando una continuidad en la sucesión y erigiendo templos en su honor—. Cuando un emperador era derrocado, sus imágenes eran violentamente erradicadas en damnatio memoriae, la supresión de la memoria que informaba a la población visualmente de los cambios en la autoridad política (...). El politeísmo no era una religión de escrituras y doctrinas, en la estructura de una Iglesia jerárquica y centralizada, era más bien un conjunto de lugares de culto, rituales y mitos, gestionados por las comunidades y, a menudo, por los sacerdotes hereditarios. Era ecléctico y diverso, amplio, pluralista y tolerante. Las imágenes y los mitos proporcionan las principales formas de «teología» en el mundo antiguo.6

Cuando el cristianismo se convirtió en la religión oficial, el papel del arte cambió radicalmente, aunque no había perdido su importancia central. El Dios cristiano no era conocido a través de imágenes, sino a través de las escrituras, de sus profetas y comentaristas. Sin embargo, la escultura y su repertorio de representaciones naturalistas convencionales fue adoptada por la iglesia naciente para la composición de alegoríasy continuó siendo practicada como decoración en el ámbito público y privado laico, como registro histórico o para el retrato hasta el final del imperio, incluso como forma de enfatizar la herencia clásica compartida por todos y con el fin de establecer la unidad cultural en un momento en que las periferias empezaban a desarrollar su propia cultura con un alto grado de independencia y se volvía cada vez más complicada la tarea de mantener el territorio unificado.7

Contexto histórico[editar]

Artículo principal: Antigua Roma

Artículo principal: Fundación de Roma

Escultura etrusca tardía, siglo II a. C.Museo del Louvre.

El origen de Roma es controvertida, probablemente fue fundada a mediados del siglo VIII a. C. por una mezcla de pueblos itálicos que vivían en la región de Lazio desde el siglo X a. C. Algunos sostienen la tesis de que fue fundada por los etruscos, que vivían en el norte, y un mito dice que su fundación se debe a Rómulo y Remo, descendientes de Eneas, héroe de Troya. Otras evidencias sugieren fuertemente la presencia de grupos de inmigrantes transalpinos, célticos y germánicos, que habrían dejado sus rasgos físicos en algunas familias de la aristocracia romana, como los Flavios, y sido la causa de la presencia de nombres como Rufos y Rutilius, en un pueblo de tez oscura, básicamente.8

Tradición etrusco-romana[editar]Artículo principal: Arte etrusco

Artículo principal: Escultura etrusca

Entre los siglos VII a. C. y VI a C. Los etruscos dominaron la parte norte central de la península Itálica, y al menos algunos de los semi-legendarios reyes de Roma fueron etruscos. Su arte, que ya estaba en gran medida interpretado del periodo griego arcaico, se convirtió en el arte de los romanos. Así como harían más tarde con el arte griego, los romanos no sólo copiaron los modelos etruscos sino que en sus guerras contra ellos, se apropiaron de sus obras de arte para la decoración de su capital. Las primeras esculturas realizadas en Roma de las que hay noticia datan del siglo VI a. C. y su estilo es totalmente etrusco. El famoso Apolo de Veyes, nos da una buena información sobre las tendencias estéticas vigentes en ese momento.

Hipogeo dei Volumni, en Perugia, arte etrusco de transición al dominio romano.

Los etruscos eran expertos en diferentes tipos de esculturas, desde la estatuaria fúnebre y sarcófagos hasta los grupos monumentales, y en muchos aspectos se anticiparon a la estética de lo prosaico que los romanos desarrollarían más tarde. Fueron maestros en escenas de género, que representaban la vida común, personajes del pueblo en actividades características, y también en el retrato se mostraron artífices de primer orden. Pero quizás donde habían sido más originales fue en el arte funerario. Desarrollaron una tipología específica para las urnas funerarias, que consistía en una caja decorada con relieves y cerrada por una tapa en la que había un retrato del fallecido de cuerpo entero reclinado, a veces acompañado por su esposa, un modelo que los romanos adoptarían en muchos de sus sarcófagos. El Sarcófago de los esposos delMuseo Nacional Etrusco, y el Hipogeo dei Velumni, una cripta en Perugia con varios sarcófagos, son ejemplos bien conocidos. A pesar del progresivo abandono de la tradición etrusca durante la época helenística que vendría después, se encuentran rastros todavía en el momento de la época de Augusto.9

Helenismo y Neoclasicismo[editar]Artículo principal: Periodo helenístico

Artículo principal: Escultura griega

Mientras tanto, Grecia evolucionaba hacia su clasicismo, cuyo apogeo ocurrió en el siglo IV a. C. En aquella época Roma inició su expansión hacia el sur, obtuvo la independencia de los etruscos después de casi un siglo de luchas por la supremacía regional, entrando en contacto más íntimo con el arte griego a través de las colonias de laMagna Grecia, cuya cultura sofisticada impresionó a los romanos. Los nobles de Roma empezaron a querer obras griegas en sus palacios, y se contrataban a artistas griegos para que realizaran copias de las composiciones más célebres, a veces pagando precios fabulosos por ellas.10

Un poco más tarde, Alejandro Magno, conquistó Grecia y llevó su arte hasta la India pasando por Persia y llegando a Egipto. El impacto de esta expansión tuvo dos significados, uno sobre los pueblos conquistados, definiendo nuevas orientaciones para su cultura y arte, y otro inverso, sobre la propia cultura griega que asimiló una variedad de elementos orientales. Con la fragmentación del imperio alejandrino después de la muerte del conquistador, se formaron varios reinos de raíz local —Bitinia, Galacia, Paflagonia, Ponto,Capadocia, el Egipto de la dinastía Ptolemaica—, que incorporaron nuevas costumbres griegas, evolucionando de manera propia. De esta fusión de influencias orientales y griegas se debe el nombre helenístico. El interés por el pasado fue un rasgo distintivo de la época. Fundaron los primeros museos y bibliotecas, como en Pérgamo y enAlejandría, hubo biografías de los más notables artistas, la crítica de arte se desarrolló y los viajeros describieron la geografía, la historia y costumbres de las diversas regiones que visitaban.11

Pseudo-Séneca, siglo I a. C., copia de un original helenístico del siglo II a. C.Museo Arqueológico

Nacional de Nápoles.

Hércules Capitolino, clasicismo, siglo II a. C.Museos Capitolinos.

El historicismo de la época dio lugar a que varios estilos anteriores fueran emulados en una síntesis ecléctica, pero con un progresivo laicismo en el tema y una preferencia por las obras dramáticas y en movimiento, cuya intensidad expresiva ha sido comparada por algunos con el estilo barroco. La infancia, la muerte y vejez, e incluso el humor, temas casi sin precedentes en el arte griego clásico, fueron introducidos y cultivados. Además, se desarrolló entre las élites de varias zonas el gusto por el coleccionismo de obras de arte, donde los romanos resultarían los más entusiastas.12 13 14

En 212 a. C., los romanos conquistaron Siracusa, una rica e importante colonia griega en Sicilia, adornada con una profusión de obras de arte helenístico. Todo fue saqueado y

llevado a Roma, donde sustituyó la línea de la escultura etrusca que todavía se estaba cultivado. El saqueo de Siracusa, fue el impulso final para el establecimiento definitivo de la norma griega en el corazón de la República, pero encontró también la oposición.

Catón denunció el saqueo y la decoración de Roma con las obras helénicas, consideró que era una peligrosa influencia para la cultura nativa, y deploró que los romanos aplaudieran las estatuas de Corinto y Atenas, y ridiculizaran la tradición decorativa en terracota de los antiguos templos romanos. Pero todo fue en vano. El arte griego había sometido el gusto etrusco-romano en general, al punto de que las estatuas griegas se encontraban entre los premios más codiciados de la guerra y eran exhibidas durante la procesión triunfal de todos los generales conquistadores.

Gradiva, ejemplo de escultura de la escuela del neoaticismo.

En el triunfo de Lucio Emilio Paulo Macedónico tras la conquista de Macedonia en el 168 a. C. desfilaron doscientas cincuenta carrozas llenas de estatuas y pinturas, y después de la conquista de Acaya en el 146 a. C., que decretó el fin de la independencia griega y su sumisión al Imperio Romano, Plinio dice que Cneo Lucio Mummio, literalmente llenó Roma de esculturas.15 Poco después, en el 133 a. C., el imperio recibió en herencia el reino de Pérgamo, donde había una escuela pujante y original de la escultura helenística. —El enorme Altar de Pérgamo, el Gálata suicida, o el intensamente dramático grupo Laocoonte y sus hijos, fueron tres de las creaciones más impresionantes de esta escuela helenística.—

Los artistas griegos se establecieron en Roma después de que Grecia fuera conquistada en el 146   a.   C. , y muchos de ellos empezaron a producir copias de esculturas griegas, que eran populares en Roma. Esta escuela helenística reprodujo los modelos de Praxíteles, de Lisipo y obras clásicas del siglo V a. C. En esta escuela neoática de Roma destacó entre otros el escultor Pasiteles, originario de la Magna Grecia, aunque convertido en ciudadano romano. Fue famosa la recopilación que hizo en un catálogo de las esculturas más famosas del mundo. Como escultor se le atribuyen un Júpiter en oro y marfil y numerosas obras en bronce. La escuela del neoaticismo representa la primera aparición en la historia de un movimiento que legítimamente puede ser llamado neoclasicismo.16

Imperio romano[editar]

Artículo principal: Imperio Romano

Un cambio en la tendencia puramente griega y en la formación de una escuela nacional de escultura en Roma se produjo entre finales del siglo II a. C. o inicios del siglo I a. C. Un buen ejemplo es el Altar de Ahenobarbus, considerado un precursor inmediato del gran arte imperial de Augusto. Creado como una ofrenda de Cneo Domicio Aenobarbus por el fin de la campaña militar en Brindisi fue instalado delante del templo de Neptuno, que se había construido al mismo tiempo. El altar fue decorado con varios frisos, algunos con escenas mitológicas más o menos convencionales y comunes en la tradición griega. En uno de ellos hay una escena de culto, que representa a un sacerdote preparando un sacrificio, a sus lados se encuentran los soldados y otros asistentes, que ya muestran la evidente transferencia del estilo clásico tradicional para un tema narrativo típicamente romano, una crónica de la vida diaria y al mismo tiempo, el éxito de su modelo político.17

Escena del sacrificio del altar de Ahenobarbus, siglo I a. C. Museo del Louvre, París.

Con Augusto, Roma se convirtió en la ciudad más influyente del imperio, y también el nuevo centro de cultura helenística, como lo habían sido antes Pérgamo y Alejandría, atrayendo a un gran número de artesanos griegos. Así como los sucesores de Alejandro habían contribuido a la supervivencia del arte griego, enriqueciéndola con nuevos temas, ahora, en la era Augusta, Roma quiso dar su propia contribución a la continuidad y la renovación de una tradición que ya había conseguido prestigio durante siglos y había dictado el carácter de todo el arte producido allí. Pero más que la sólo transferencia de la atención cultural a Roma, que dio lugar a un cambio en lo que era hasta entonces puramente griego y el surgimiento de una escuela romana, fue la formación de la idea de imperio y la aplicación de la técnica griega para la temática típica de esta nueva Roma.18

Artículo principal: Moneda en la Antigua Roma

En la consolidación del imperio fue de gran importancia la acuñación de monedas, que son en realidad bajo relieves en miniatura. Julio César legalizó en Roma una práctica helenista y oriental de impresión de la efigie con el gobernante vivo en las monedas, donde hasta entonces sólo había imágenes de dioses o personajes históricos fallecidos, y Augusto dirigió esta práctica con mayor conciencia y pragmatismo político, imponiendo su presencia visual y el mensaje del gobierno en la vida cotidiana de todos los ciudadanos, y que ilustran cómo el arte y la agenda política podían unir esfuerzos para garantizar un sistema de control social a gran escala. Este uso podía ejercer presión sobre la sociedad, corrían historias sobre la inaceptabilidad de las monedas que mostrasen la imagen de emperadores odiados como Nerón.19

La representación de Tellus en elAra Pacis.

El primer gran monumento de la escultura imperial fue el Ara Pacis entre el 13 y el 9 a. C., también obra maestra de la arquitectura romana. Dedicado a la diosa Pax, celebraba el éxito del regreso del emperador Augusto tras sus victorias en las campañas de Galia eHispania. El monumento está decorado con frisos y relieves escultóricos que muestran procesiones, escenas alegóricas de la mitología y sacrificios. En una escena se representa a Tellus, la Tierra Madre, en una interpretación muy diferente de su homóloga griega, Gea. Aquí se la personifica con una fuerza violenta e irracional de la naturaleza, como se veía en vasijas griegas, pero es una imagen realmente delicada y maternal de protección y nutrición. Otras escenas enfatizan los beneficios de la Pax Augusta, y proporcionan una visión clara de los valores que en ese momento tenían los romanos como verdaderos —una idea afirmada en repetidas ocasiones en la poesía laudatoria de la época—.20 Además, Strong afirma que en este inmenso altar aparece por primera vez en el arte grupos donde tanto espectadores como protagonistas participan de una misma escena, pero añade:

Un extenso estudio de los relieves del Ara Pacis tiende a mostrar que estamos en presencia de un arte en estado embrionario, aún lejos de la madurez, el escultor es heredero de la vasta experiencia del arte helenista, pero todavía no ha aprendido a seleccionar. Parece oprimido por la novedad y la grandeza del tema, y la indecisión sobre cómo se debe representar, se encuentra como probando un poco de todo. Pero vale la pena intentarlo, y a partir de aquí, en más de un siglo de práctica, se podrán observar los triunfos del arte flaviano. Los artistas de la época Augusta no eran ni académicos ni decadentes, ni siquiera imitadores. Eran pioneros recorriendo nuevos caminos que necesitaron mas de cien años para ser plenamente explotados.

Strong, Eugénie (1969) p.56

Genius de Augusto Museo Pío Clementino.

Si en términos puramente artísticos la madurez tuvo que esperar algún tiempo para desarrollarse, en términos ideológicos, el trabajo estaba bastante adelantado. Augusto demostró ser un gobernante capaz, y que contaba con el apoyo del pueblo. Desde su primer consulado, fue acumulando los honores hasta serle ofrecido el Imperio por el Senado y el estatus de «Augusto» a petición del pueblo. Su reinado fue un período de relativa paz y prosperidad. Organizó su país y fomentó las artes, no sin aprovecharse de ellas para promover su imagen personal, como era un uso generalizado entre los poderosos. Sobreviven muchas de las estatuas del emperador en los museos del mundo, mostrándolo con una variedad de atributos, militares, civiles y divinos. Una de los más famosas es Augusto de Prima Porta, que en realidad es una elaboración sobre el Doríforo de Policleto, demostrando que a pesar de los cambios sensibles en la cultura de su tiempo, la tradición griega seguía siendo venerada y los modelos más antiguos copiados, tanto por sus cualidades intrínsecas como por representar para la cultura romana una paternidad que le donaba mayor dignidad a la nueva condición de la Roma imperial, con la figura del emperador como el mayor de todos los mecenas y héroes.21 22 23

Otros historiadores consideran a la dinastía Julio-Claudia como un período de grandeza en el arte romano. Los aspectos que Strong considera indicativos de una fase de incertidumbre sobre la estética —el espíritu mismo de la investigación en varios frentes, la búsqueda de nuevos efectos de iluminación y tratamiento de superficies, nuevas formas para crear un sentido narrativo eficaz, estudiando la naturaleza y tratando de resolver los problemas de representación de los grupos en la perspectiva— se registran también como signos de consolidación de una escuela nacional de escultura genuina, se refuerza esta impresión en los logros en el campo de los retratos que se venían sucediendo desde la República. Sin embargo, es cierto que la influencia del neoclasicismo de la Escuela Ática se mantuvo firme, y modelos griegos idealizados siguieron siendo utilizados para la difusión de la majestad

imperial, combinados con un gusto por la semblanza estableciendo un modelo innovador que fue seguido aún por muchos años.24

Tipos de escultura[editar]

Retrato[editar]

Detalle de un busto de Marcus Porcius Cato Uticensis, circa 80 a.C.

En el retrato es donde Roma da su contribución más característica de la tradición fundada por los griegos, una contribución que ha madurado mucho antes que en otros tipos de esculturas y que hicieron que el desarrollo de la escultura en Roma, se dividiera en dos campos, con diferentes patrones de evolución, el retrato y los otros tipos. Desde la época de la República el retrato fue muy bien valorado y con el tiempo osciló cíclicamente entre una tendencia clasicista idealizante y otra de gran realismo, derivada en parte de la expresividad típica del arte helenista. Y entre los retratos, el busto y la cabeza eran las formas más frecuentes. Retratos de cuerpo entero fueron menos comunes, aunque no raros. La preferencia por el busto y la cabeza es un rasgo cultural típico romano que creó un enorme mercado en toda la cuenca mediterránea, y se explica primero, por razones económicas, siendo mucho más barato que una estatua completa, pero también por el convencimiento de una mejor identificación individual que prevaleció entre ellos. Para los romanos era la cabeza y no el cuerpo ni los trajes o accesorios, los atributos del centro de interés en el retrato.25 26

Robert Brilliant afirma:

...la identidad específica del sujeto, establecida por los rasgos particulares de la cabeza, había sido concebida como un apéndice simbólico que no tuvo en cuenta la integridad del cuerpo. Parece que los escultores crearon sus cabezas como la clave principal para la identificación, y se inserta en una bien orquestado parecido en el concepto, si no en su intención, en los guiones preparados, con una abertura para el rostro, —común entre los fotógrafos del siglo XX—. De hecho, innumerables estatuas sin cabeza que sobreviven de la antigüedad son similares a los escenarios sin actores, especialmente cuando el cuerpo fue hecho por los ayudantes con anticipación, esperando que la cabeza fuera tallada por el maestro escultor.26

Retrato de matrona de la dinastía Flavia,con la técnica de perforación en el peinado.

Con la ascensión de Vespasiano, fundador de la dinastía Flavia, el estilo mixto del idealismo y el realismo practicado por los artistas de ladinastía Julio-Claudia sufrió un cambio, con la reanudación de las formas helenistas y con una gran énfasis en la descripción realista del sujeto, incluso cuando se trataba del emperador. La técnica también se amplió con un uso innovador de perforación, y los retratos femeninos de esta fase están generalmente adornados con peinados muy complicados.

Retrato monumental del emperador Constantino el Grande.

Con Trajano, sin embargo, los cambios en este nuevo ciclo se inclinaron hacia la idealización, llevado a un grado aún mayor con Adriano, cuyas preferencias helenistas estaban bien marcadas. Los retratos de Marco Aurelio, también presentan la caracterización realista, mostrando un paso más hacia la descripción, consiguen un alto grado de expresividad y tienen un gran impacto en el arte de todo el imperio. Pero entonces, mediante la influencia oriental y el interés en los elementos geométricos consiguen los retratos adquirir un aspecto progresivamente más estilizado y abstracto. Con Constantino esta tendencia llega a su su punto más alto, junto con una sensación de monumentalidad que recuerda el clasicismo de la época de Augusto. El estilo desarrollado bajo su reinado sería un precursor directo del arte bizantino y representa el final de la edad de oro de la escultura romana.27 28

Mientras que los emperadores utilizaban los retratos principalmente para la reafirmación del poder y su programa político, en la esfera privada se utilizaban en el contexto funerario. Bustos, acompañados de inscripciones, elenco de familiares y amigos del fallecido decoraban

altares, tumbas y urnas cinerarias. Esta tradición estaba vinculada a una larga historia de mostrar máscaras mortuorias de cera o terracota de antepasados ilustres en las procesiones funerarias de élite, para celebrar y demostrar su linaje patricio. Estas máscaras estaban orgullosamente guardadas en el santuario familiar, el lararium, junto con bustos en bronce, terracota o mármol. Se supone que la costumbre de la confección de máscaras mortuorias, que copian con exactitud las características faciales de los muertos, fue una de las causas para el desarrollo del gusto para el realismo de los retratos romanos.29

Estatuas[editar]

Torso descubierto cerca de Curia Julia —se cree que es una estatua imperial deTrajano o Adriano—.

Expuesto en la Curia (Foro romano).

En el caso de la estatuaria cuando representaban los retratos del emperador en estado deificado, especialmente en períodos en que la descripción realista estaba en vigor con más fuerza, se observa de inmediato una incongruencia entre la forma de representación del cuerpo y la cabeza. Mientras que la cabeza se mostraba a menudo con todos los signos del envejecimiento, los cuerpos estaban representados de acuerdo con los antiguos cánones de la escultura clásica griega, idealizados con una eterna juventud y fuerza. Estas obras extrañas, a los ojos modernos, acostumbrados a disfrutar de una estatua como un todo homogéneo, resultan comprensibles cuando se recuerda los convenios que regían el arte del retrato, y cuando sabemos que las estatuas eran para los romanos una especie de simulacro simbólico y no una realidad.30

Así, se ha sugerido que en realidad se trataba de un acuerdo entre dos partes diferentes, una para representar el cuerpo en términos simbólicos y otra para la representación descriptiva de la cabeza con el fin de poder identificar claramente al personaje, con un rechazo de la interpretación literal del conjunto. Las mismas convenciones parecían regir la estatuaria privada a la hora de representar el genius del sujeto, y en este caso pertenecía al grupo de los monumentos funerarios. Con el mismo propósito se hacía a menudo simplemente sustituyendo la cabeza de una célebre estatua de un dios por la de un patricio romano o del emperador, pero parece no haber existido ninguna dificultad para los romanos en la diferenciación clara entre las estatuas de culto y estatuas simbólicas, entre una estatua de un dios y una estatua de una persona como un dios. Tampoco se dudaba en simplemente quitar

la cabeza de una estatua de cualquier otra persona y reemplazarla por otra, cuando se llevaba a cabo alguna damnatio memoriae. Esta práctica fue comentada de manera natural en la literatura de la época, lo que confirma la independencia entre la cabeza y el cuerpo en el imaginario romano.31

Otros tipos de estatuas, decorativas y de culto, en el arte romano no añade nada esencialmente nuevo, y sus ejemplares, aunque muchos de gran calidad, no muestran nada que no hubiese sido experimentado a fondo antes por los griegos clásicos y los helenistas, las copias romanas de obras de esta producción seminal continuaron produciéndose hasta el siglo V. Sin embargo, desde el siglo segundo, y con mayor fuerza a partir de Constantino I, la creciente penetración de la influencia oriental determinó una progresiva eliminación, con algunos períodos de recuperación, del canon griego, conduciendo a la formación de un estilo sintético y de abstracción que sería el puente para el establecimiento del arte bizantino.32

Sarcófagos[editar]

Sarcófago decorado con una escena de lucha entre romanos y germánicos, c. 180–190. Museo

Nacional Romano.

El uso de los sarcófagos era común entre etruscos y griegos, pero en Roma se usó extensivamente sólo desde el siglo II, cuando la costumbre de la cremación de los muertos fue sustituida por el entierro, y se extendió por todo el imperio. Su producción se estableció en tres centros principales —Roma, Ática y Asia— y se dividió en algunos modelos diferentes. Uno, el más común, era una caja decorada con relieves figurativos y con una cubierta más o menos lisa, otro tipo mostraba otra cubierta también decorada, que podrían incluir los retratos escultóricos del cuerpo completo de los fallecidos, como si estuvieran sentados en un banquete, era un modelo que derivaba del arte etrusco. Ambos dieron lugar a los ejemplares decorados con relieves de extraordinaria sofisticación y complejidad. Un tercer tipo, confinado en Roma, tenía una decoración abstracta o floral y cabezas de animales, principalmente leones, en los extremos. De todos modos había mucha variación y la mezcla entre estos modelos y su calidad y riqueza decorativa dependía de la riqueza de la familia que realizara el encargo.33

El centro de producción asiático se caracterizaba por una preferencia de cajas de gran tamaño y con formas arquitectónicas, con columnas a su alrededor y estatuas entre ellas, tenía una imitación de puerta en dos de sus laterales con placas ornamentadas, y un techo en forma de prisma con acroteras, simulando una verdadera casa o templo, y algunos podían tener unsa plataforma para su colocación en alto. Este tipo, a diferencia de los otros, fue condecorado con frecuencia por los cuatro costados y podía ser un monumento independiente, instalado al aire libre en cualquier necrópolis, mientras que los otros, aparecían usualmente en nichos de tumbas y su decoración se resumía a las partes que eran visibles. La práctica romana de enterramiento en sarcófagos se continuó en la era cristiana, constituyendo uno de los principales medios para el desarrollo de la iconografía religiosa.34

Columna de Trajano,

Relieves arquitectónicos[editar]

En la tradición de los altares monumentales, columnas conmemorativas y arcos triunfales, los relieves decorativos empleados en estas arquitecturas fueron un campo fértil para el desarrollo de un estilo narrativo típico de los romanos. Ejemplos clásicos precursores fueron, el Altar Ahenobarbus y el Ara Pacis. Otro que merece tenerse en cuenta es el friso de la Basílica Emilia (c. 54-34 a. C.) en el Foro romano, en un estilo helenizante vigoroso, con drásticos escorzos y complementado con escenas de paisajes. De la dinastía Julio-Claudia casi nada sobrevivió, pero una prueba que puede dar una idea del estilo de este período es un friso encontrado en Roma, que muestra una procesión de magistrados y sacerdotes que llevan estatuillas votivas, junto con ayudantes, animales, músicos y otras figuras. Su interés reside en el efecto de la perspectiva aérea producida por la inserción de las figuras en el segundo plano encima de la línea de la procesión, un recurso que más tarde fue ampliamente utilizado en escenas históricas.35

La decoración del Arco de Tito (c. 81-82) ha sido considerada como el punto más alto del estilo de Flavio. Los paneles que lo decoran y que muestran el triunfo de Tito tienen excelentes cualidades de estética y demuestran una gran habilidad en el uso del escorzo para la representación de la cuadriga del emperador, donde el carro aparece de frente hacia el espectador pero el artista puede crear la impresión de que está haciendo un giro a la derecha. El otro panel, representa el saqueo de Jerusalén, utiliza el mismo recurso, en otro contexto, y ambos tienen su efecto ilusorio reforzado por el uso racional de la luz y la sombra. Pero sí es difícil hablar de un «estilo de Flavio», ya que en otros lugares se encontraron relieves más estáticos, de índole bastante clasicista.36

Del reinado de Trajano es la famosa Columna de Trajano, que conmemoraba la campaña en Dacia entre el 101 y 106. Es una gran columna completamente cubierta por un friso continuo que forma una espiral hacia la parte superior, es un ejemplo perfecto del estilo narrativo de los relieves históricos romanos. Los episodios se funden unos en otros sin interrupciones, excepto de vez en cuando con un árbol de separación. Trajano aparece varias veces en diferentes situaciones. En total son casi 2.500 figuras talladas, y el nivel técnico se mantiene en todo el conjunto. Una característica innovadora es el abandono de la perspectiva y el uso de figuras desproporcionadas con su paisaje circundante, lo que delata la influencia oriental que penetró por aquel momento. Hoy sólo vemos las formas de mármol, pero su efecto cuando fue completada debió de ser sorprendente ya que de acuerdo con la práctica de aquel tiempo, todas las escenas fueron pintadas y adornadas con detalles de metal. Es posible que su autor fuera Apolodoro de Damasco.37 38

Friso del Arco de Tito.

 

Relieve del Arco de Septimio Severo.

 

Friso del Arco de Constantino.

 

Base del obelisco deTeodosio I, Hipódromo de Constantinopla.

Poco después se invierte la tendencia por el clasicismo. Destaca el Arco de Trajano en Benevento, en un excepcional estado de conservación —sólo las esculturas fueron completadas bajo Adriano— y los once paneles de similar estilo, pero más bien conseguidos, representan al emperador Marco Aurelio en varias escenas. Cuatro de ellos están ahora en los Museos Capitolinos, y los otros fueron reutilizados en la época imperial a la decoración del Arco de Constantino. La Columna de Marco Aurelio es otro gran ejemplo de la prevalencia clasicista en esta etapa, a pesar de que hay una multitud de figuras que se agolpan en la espiral continua del friso que rodea el monumento, conserva un sentido del orden, elegancia, ritmo y disciplina que está ausente en la columna de Trajano.38

Este interludio del clasicismo, sin embargo, terminaría con Septimio Severo, cuyo Arco se acerca de nuevo al arte oriental en su sistema de proporciones y el acortamiento de su organización de escenas sueltas, cuatro grandes paneles relatan las campañas en Mesopotamia.39 El mismo estilo continúa durante todo el siglo IV, como se puede ver en los frisos superiores del norte y del sur del arco de Constantino, que muestran un marcado contraste con los paneles más antiguos, de la época de Marco Aurelio.40 Los últimos ejemplos significativos de la escultura romana arquitectónica son la base del obelisco de Teodosio I en el Hipódromo de Constantinopla, que ya parece un arte más cercano al universo bizantino que romano.41

Camafeos[editar]

Gema Augustea, Kunsthistorisches Museum. Viena.

En estos géneros menores, los camafeos son los más lujosos, limitados a las clases altas y eran usados generalmente como joyas. Tallados en piedra semipreciosa como la ágata, calcedonia, jaspe, amatista y ónix, están considerados esculturas en miniatura desde su apreciación por John Ruskin, cuando hasta entonces se consideraban como una forma de grabado. Esta forma de talla fue introducida en Roma por los griegos helenistas, que fueron los primeros en conseguir un alto grado de refinamiento en este género. Su pequeño tamaño no nos debe inducir a error en cuanto a la pericia requerida para este tipo de trabajo, que requiere una intensa concentración y enorme sensibilidad para trabajar la veta de la piedra y sus diferentes capas para obtener sutiles matices de color y efectos de luz y transparencia. Su datación es muy problemática, y muchas piezas indican que se estaban

elaborando en momentos diferentes. Los mejores ejemplares se han convertido en piezas de coleccionista, y entre ellas podemos mencionar la fantástica Gema Augustea, un gran trozo de ónix bicolor tallada con dos escenas compuestas de varios personajes.42 43

Muñeca articulada, marfil,Museo Nacional Romano.

Durante el periodo imperial, los camafeos gozaban de gran prestigio, lo que inspiró a los romanos a inventar un vidrio, que ofrecía la ventaja de permitir un mayor control sobre el color y la transparencia, pero fue aún más difícil, largo y costoso trabajarlo que la piedra, presenta considerables desafíos técnicos, que aún no ha sido totalmente desentrañado por los vidrieros contemporáneos. Sin embargo se llegó a producir recipientes de camafeo de vidrio con decoración entera tallada, como los famosos Vaso de Portland y Vaso de las estaciones.44

Juguetes[editar]

Los juguetes se encuentran en todas las culturas, y los romanos no fueron una excepción. Referencias literarias abundan a partir del período helenístico, y todo indica que hubo una enorme variedad de objetos destinados al entretenimiento de los niños, desde las tradicionales muñecas hasta los carritos de ruedas, muebles, figuras de guerreros y animales, e incluso casas en miniatura de metal, madera o terracota. Los juguetes son objetos excelentes para el estudio de las condiciones económicas y sociales de la época.45

Estatuillas de culto privado[editar]

Estatuilla de culto privado de la diosa Fortuna, Discovery Place Science Museum, Charlotte (Carolina del

Norte).

En el ámbito religioso están las estatuillas de culto privado de muchas deidades del panteón romano y de las divinidades familiares y regionales. El hábito de antropomorfismo de los dioses fue heredado de los etruscos y los griegos, prácticamente todas las fuerzas naturales y poderes abstractos tomaron para los romanos un aspecto humano y recibieron culto, aunque su religión no fuese rígidamente organizada el culto privado tuvo un importante papel. Los museos están llenos de estatuillas de culto doméstico, lo que demuestra su amplia distribución por todo el imperio. Su calidad artística es muy variable, y se cree que la consumida por la gente común son poco atractivos, pero hay ejemplos de gran refinamiento. En este campo no era el valor estético lo que tenía valor, sino su eficacia para los romanos como puente de comunicación entre los mortales y lo sobrenatural.46

De función similar son las estatuillas-amuleto. En la compleja y polimorfa religión romana la magia tenía un papel nada despreciable, en la que los amuletos encontraron su lugar. Los griegos y los etruscos los usaban, y diversos autores clásicos hablan a su favor, comoPlinio y Galeno. Los romanos también hicieron una costumbre generalizada, especialmente durante la época tardo imperial. Aunque losamuletos eran generalmente objetos pequeños y portátiles y no necesariamente de figuras, han sobrevivido una serie de estatuillas que desempeñaban la misma función, representando a los espíritus protectores de los hogares asociados con los ancestros, los Lares, profundamente venerados en santuarios domésticos, como Príapo, el dios fálico, cuya imagen era considerada un poderoso remedio contra el mal de ojo, la esterilidad y la impotencia, y que estaba colocado en la parte exterior de la entrada de las casas.47

Objetos decorados[editar]

Los jarrones, vajillas, lucernas, tiradores de puertas y muchos otros tipos de objetos utilitarios con decoración que se aproxima a la escultura propiamente dicha, una categoría muy variada de piezas que da fe de la amplia aplicación de la escultura en la antigua Roma. Las lucernas y braseros estaban decorados con imágenes en relieve mostrando escenas religiosas, mitológicas y eróticas, de acuerdo con la ubicación para la que estaban destinados, y podían tener uno o más pies muy ornamentados. Platos, ollas, cuencos y vasos también podían

representar relieves, o los cuellos de formas extravagantes. En la cerámica destaca el tipo de la terra sigillata, una especie de vasija decorada con incisiones y relieves, que fue ampliamente difundida, y las antefijas decorativas instaladas en los bordes de los techos, que podían estar realizadas en formas abstractas o figurativas.48

Lucerna con relieve erótico, Museo Romano-

Germánico,Colonia.

Brasero decorado,Museo Arqueológico Nacional de

Nápoles.

Escultura tardía imperial[editar]

Durante los últimos siglos del imperio (siglo III al siglo V) se vio el nacimiento de un contexto cultural totalmente nuevo. A veces esta fase de transformación ha sido vista como una decadencia artística, pero el canon griego fue el resultado de una época y un contexto determinado, y aunque dio forma a los orígenes artísticos de Roma y a gran parte de su trayectoria, los tiempos y el territorio habían cambiado, y el clasicismo estaba empezando a convertirse en una reliquia del pasado y una referencia simbólica o del historicismo en lugar de una realidad viva. Ahora Roma tenía su propia historia, y entraba en un período de intensos intercambios con grandes culturas antiguas del Oriente Próximo, cuyo cuerpo de ideas, religiones, arte y aspiraciones se volvían parte de la cultura romana. Del mismo modo, las numerosas provincias imperiales, que se extendían desde Hispania, Galia y Britania a Persia, Arabia, Cáucaso y Norte de África, desarrollaban estilos sincréticos con sus propias tradiciones locales, creando obras que fueron aceptadas tanto para la visión metropolitana como para la provincial, aunque interpretados de manera diferente para cada lugar.32

El Buen Pastor, paleocristiano, siglo IV.Museos Vaticanos.

En una época de efervescencia cultural y gran diversidad de principios estéticos, la permanencia de los elementos clásicos en todas las partes, modificados, es cierto, en diversos grados, todavía posibilitaba mantener canales abiertos de comunicación y actuó como una especie de línea franca-artística. El sincretismo fue siempre una característica del arte romano, pero en la época tardo imperial asumió un papel de crucial importancia. Después de la cristianización del imperio, las normas del arte pagano fueron adoptadas por los emperadores cristianos sin dudarlo, aunque adaptadas a las nuevos temas. Cuando Constantinopla se convirtió en la nueva capital, se llenó de alusiones arquitectónicas y artísticas a la «antigua Roma», un deseo declarado de mantener la continuidad de las tradiciones antiguas, aunque fueran reformadas para satisfacer las necesidades de un nuevo contexto. En realidad no fue una permanencia literal del clasicismo, lo que ocurrió fue una continuidad «selectiva». Este proceso fue consciente y voluntario, como la literatura de la época lo confirma. Algunos prototipos oficiales se mantuvieron, mientras que un gran repertorio de otros modelos, simplemente fue condenado al olvido. El enmascaramiento de los rápidos cambios sociales y políticos que tuvieron lugar en las elegidas formas procedentes de la herencia clásica proporcionaron una cohesión cultural importante en un momento en que los elementos del imperio tendían a la diversidad, y cuando la fragmentación del estado se estaba convirtiendo en una amenaza real.49

Camafeo mostrando a Constantino en su coronación por Constantinopla, del siglo IV. Museo del

Hermitage.

La élite siguió recibiendo una educación clásica y se mantuvo conservadora. Leían autores de renombre, y se familiarizaron con la tradición ancestral, desarrollando el gusto por ella. Las ciudades, villas aristocráticas y los teatros estaban decorados con imágenes aún paganas. La conversión de Constantino al cristianismo en el 312 determinó una ruptura con esta tradición, aunque no inmediatamente ni de forma completa.

Según Rachel Kousser:

La aristocracia del siglo IV por lo tanto tuvo que negociar un lugar para ellos en este mundo contradictorio, sin ocasionar un conflicto abierto. Los monumentos que se realizaban conservaban las huellas de esa negociación: tradicionales en la forma, oblicuos en el contenido, ellos documentan la creación de un nuevo consenso. Las obras de arte que resultaron con más éxito, fueron providencialmente inespecíficas, su objetivo no era proclamar una identidad definida y única de sus clientes, sino que sugerían una gran cantidad de valores comunes, permaneciendo abiertos a una variedad de interpretaciones. Por lo tanto, en lugar de enfatizar los vínculos que esas obras e ideologías religiosas privadas, afiliaciones políticas, y así sucesivamente —lo que indicaría, en definitiva, un carácter separatista— (...) son resonantes y unificadoras. Para los aristócratas del siglo IV, estas imágenes basadas en modelos de estatuas clásicas eran vehículos útiles para una auto representación equilibrada y eficiente; se hablaba de un pasado compartido por todos y de un presente dividido. De este modo, contribuyeron a asegurar la supervivencia de las formas clásicas en el arte medieval. (...) Las obras de arte que resultaron tenían un aspecto familiar. Aunque hoy en día parecen monótonamente convencionales para muchos eruditos modernos, tuvieron un valor en la Antigüedad tardía. Estas obras determinaron la nueva orden cristiana con la venerable tradición, una tradición que consideraba la representación naturalista de la forma humana como el mayor logro de la escultura. En este sentido, los monumentos clasicistas de la Antigüedad tardía ayudaron a perpetuar un sistema y un conjunto de valores artísticos que se había originado en la Grecia clásica, se extendió en la Roma imperial, y que demostró una profunda influencia en el Renacimiento y también para periodos posteriores.4

El prestigio de estatuas paganas continuo en alza hasta el siglo VI, ni siquiera la aparición del cristianismo y el destierro del antiguo culto por Teodosio I en 391 provocó una inmediata destrucción de las imágenes religiosas y decorativas. Prudencio, a finales del siglo IV de nuestra era, también recomendó mantener las estatuas de los ídolos paganos como «ejemplos de la capacidad de los grandes artistas, y cómo espléndido ornato de nuestras ciudades», y Casiodoro relata cómo se hicieron esfuerzos todavía en el siglo VI de conservar

esculturas antiguas paganas como testimonio de la grandeza imperial para la posteridad. Con todo, poco después de la política del papado y del imperio cambió, y los monumentos de la antigüedad comenzaron a ser saqueados con el fin de retirar el material para su uso en otras obras mediante el estímulo de una ola asombrosa de iconoclasta por todo el imperio que decretó la desaparición de la gran mayoría de la fabulosa colección de obras de arte acumuladas durante siglos.50

Valentiniano II, siglo IV.Museo Arqueológico de Estambul.

 

Los Tetrarcas, siglo IV.Basílica de San Marcos.

 

Díptico de Estilisdao, c. 395. Catedral de Monza.

 

Teodosio II, siglo V.Museo del Louvre.

Uso del color como un recurso mimético y expresivo[editar]

Moderna reconstrucción de lapolicromía original en una réplica de un retrato de Calígula. Exposición

Bunte Gütter (2005).

Como complemento del trabajo de la talla de la piedra o el bronce fundido, el efecto final de la pieza de la escultura era modificado con la adición de policromía en la superficie, una práctica heredada de los griegos y realizada comúnmente, como lo demuestran los relatos históricos, y que daba a las esculturas un aspecto diferente de cómo las vemos hoy en los museos, de piedra y bronce solamente. Este hecho histórico, aunque conocido por lo menos hace dos siglos, todavía causa extrañeza, y de hecho dio lugar a una concepción errónea, incluso entre los arqueólogos y conservadores de museos que creían que las obras originales se llevaron a cabo dejando las apariencias del material empleado, error evidente que se perpetuó hasta hace poco. Este uso de pigmentos decorativos era en realidad un hecho fundamental en el arte antiguo, y no había ninguna estatua, frisos y relieves que no recibieran por lo menos detalles en color, si es que no estaban pintados completos.

Además de la pintura se usaban, para insertar piezas, otros materiales de colores como plata y oro, esmalte, nácar y vidrio, con lo que se conseguía poner en relieve ciertos rasgos o partes anatómicas, y ciertos tipos de mármol de color y piedras nobles como el ónix y alabastro ricas en vetas multicolores y transparencias, se utilizaba en algunas partes de las prendas de vestir de las estatuas para crear efectos más lujosos. Recientes investigaciones publicadas junto con exposiciones temáticas de réplicas de grandes obras con la restauración de sus colores originales, han ofrecido una visión completamente nueva del arte clásico.51 52

Legado[editar]

Los romanos fueron los primeros en estar orgullosos de florecer en la sombra de una cultura extranjera. Virgilio en su Eneida, hacia al espectro de Anquises declarar a Roma, aún por nacer, que estaría en las artes y las ciencias siempre por debajo de los griegos, pero que la superaría en la guerra y en la administración pública. En otra parte el poeta se jactaba porque su musa fue la primera en cantar versos a la manera de Teócrito, y otros casos similares abundan en la literatura contemporánea de la época. Como se ha demostrado, toda la

producción romana de escultura fue una devoradora del ejemplo griego, y lo mismo ocurrió con las demás artes, como la poesía, la música y la arquitectura. Esto es un hecho, pero ha sido interpretado por autores influyentes tales como Arnold Toynbee y Roger Fry en demérito de los romanos, mirándolos como un pueblo esencialmente imitativo, una subespecie de helenismo, y cuyo único valor artístico habría sido trasmitir para la posteridad la herencia griega. Esta opinión refleja la posición crítica de finales del siglo XIX, que, en esencia, culpaba a los romanos por no ser griegos, pero, irónicamente, se deriva de los propios romanos, que mantenían en relación con su papel de epígonos una actitud al mismo tiempo orgullosa y modesta. Pero, no ha impedido que sus escultores desarrollaran algunos rasgos evidentes de originalidad, reconocidos por otros críticos, lo que hace esa acusación, pese a basarse en una clara evidencia, no ser del todo justa.53 54

Por otra parte, juzgar una cultura antigua desde un punto de vista moderno es siempre maniobra temeraria. Los romanos han sido por lo general caracterizados por un alto espíritu público y una fuerte aversión al individualismo y excentricidades, que siempre causó terror a los griegos, donde las antiguas tradiciones, públicas y familiares siempre fueron objeto de veneración extrema. Virgilio cuenta en Eneida la historia de Eneas llevando en sus hombros a su padre en la huida de Troya, que se convirtió en un modelo de la «piedades» romanas, el honroso deber hacia los padres, e incluso en tiempos difíciles por disputas políticas y élites inmorales y decadentes, lo mismo si eran comunes entre toda la sociedad los comportamientos que hoy vemos cómo crueles, entre las cualidades más apreciadas en Roma, estaban la parsimonia ,  severitas ,  frugalitas y simplicitas —economía, dignidad y austeridad, frugalidad y sencillez— varias veces elogiadas en la literatura coetánea. Teniendo en cuenta estos factores, su aparente falta de originalidad se vuelve relativa y se hace un rasgo de identidad cultural. De cualquier manera, la escultura da mucho material para poder estudiar todo el legado romano y comprender su actitud peculiar en el ámbito cultural.55

Estatua ecuestre de Marco Aurelio, c. 176Museos Capitolinos.

La caída en la oscura Edad Media, tanto por la destrucción previa de la mayoría de los ejemplos, como el cambio en la concepción del arte y los valores culturales, la escultura romana tuvo en el renacimiento una oportunidad de hacer una nueva escena en el panorama del arte. Y más que una aparición, de hecho fue fundamental para el desarrollo de la nueva estética de la época. Rafael, consciente de la magnitud de la pérdida de obras antiguas en épocas anteriores, deploró el hábito de reutilizar el mármol y el bronce para crear otros objetos, y el descubrimiento de varios ejemplares de alta calidad de la escultura romana en este período causó sensación en la sociedad del renacentista, estimulando copias y nuevas interpretaciones, la búsqueda ansiosa de restos en numerosas excavaciones arqueológicas, y la salida de un flujo de reproducciones de grabados. Su influencia en la escultura de la época, es innegable.56

Durante el barroco el interés por la estatuaria antigua, no disminuyó. Maestros tales como Bernini eran notorios amantes del arte griego y romano, y su propia producción se debe en gran parte a ejemplos antiguos y a los temas clásicos. Tampoco se ha reducido durante los períodos siguientes. En el siglo XVIII, se formó la costumbre entre las élites del «Grand Tour Europeo», Roma era la visita obligada, y el deseo del conocimiento y de la adquisición de arte de la Antigüedad clásica se convirtió en una locura determinando la aparición del neoclasicismo. Entre los siglos XVIII y XIX se formaron varias colecciones privadas importantes en varios países, y en Inglaterra, en particular, servían también para garantizar la buena reputación social de los propietarios y facilitar su acceso a cargos públicos. A pesar que los artistas neoclásicos admiraban la producción griega, su reinterpretación del estilo clásico la realidad es que se basaba en los principios romanos, por el simple hecho de que las obras conocidas en ese momento eran casi todas romanas, no griegas. A mediados del siglo XIX, con la reapertura de Grecia hacia el occidente después de un largo dominio turco, con la realización de varias investigaciones arqueológicas que sacaron a la luz una gran cantidad de obras originales griegas, y bajo la influencia del gusto romántico del público que tendía hacia el helenismo, pero no al arte romano, éste cayó en desgracia. En el siglo XX, sin embargo, la revolución moderna condujo a una drástica disminución en la capacidad del arte romano para inspirar a las nuevas generaciones de artistas, mientras que las colecciones de escultura de la antigua Roma continúan hasta hoy atrayendo a multitudes en todos los museos donde se exponen y son parte importante del patrimonio de una civilización cuya memoria permanece viva, y de la que nuestra propia cultura nació.57 58

Pintura

Pintura de la Antigua Roma(Redirigido desde «Pintura de Roma»)

Fresco hallado en Pompeya.

Los orígenes de la pintura romana se confunden a menudo con los de su escultura y de tal modo se hallan en el arte helenista que aun los ejemplares que de ella se conservan, sobre todo, los mejores, se atribuyen hoy a mano griega si bien la escuela llegara por fin a romanizarse. Los romanos admiraban la pintura griega tanto como la escultura, y animaban a

los artistas que trabajaban para ellos a hacer copias de obras griegas especialmente famosas o populares. Los romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas murales, y aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y movimiento. Las pinturas, con figuras individuales, grupos o paneles enteros, se reproducían, se adaptaban, estropeaban o embellecían según el talento de los artistas y las exigencias del cliente.

Los procedimientos usados en esta pintura debieron ser el encausto, el temple y el fresco. Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos conocidos más importantes son de tipo mural, frescos protegidos con una capa de cera que avivaba los colores.

Sus géneros, el decorativo de vajillas y muros y el histórico y mitológico en los cuadros murales. Y aunque los descubiertos hasta el presente ofrecen más que todo un carácter decorativo llegan a ser verdaderas composiciones pictóricas y se juzga con fundamento que hubo también otros de pintura independiente a semejanza de los actuales de tabla o de caballete. Se cultivaron con dicho carácter decorativo mural el paisaje, la caricatura, el retrato, los cuadros de costumbres, las imitaciones arquitectónicas y las combinaciones fantásticas de objetos naturales constituyendo con estas últimas el género que los artistas del Renacimiento llamaron grutesco, hallado en las antiguas Termas de Tito y que sirvió al célebre Rafael como fuente de inspiración para decorar las Logias del Vaticano. Hay que citar los retratos pintados. En el Egipto romano se descubrió una excelente colección de retratos sobre tabla, realizados para ser colocados sobre las momias. Igualmente en Pompeya, y pintados al fresco, se descubrieron magníficos retratos como los del Panadero y su esposa, o el de una muchacha, ambos en el Museo de Nápoles.

Mosaico de la batalla de Isos, Casa del Fauno, Pompeya.

Destacó también el arte pictórico de la civilización romana en el procedimiento del mosaico. No obstante, y en general, el mosaico es usado sobre todo para suelos, siendo en época bizantina cuando sustituya a los frescos en los muros. También en época romana se encuentra el mosaico extendido a cuadros pensiles según lo revelan algunos ejemplares que se guardan en los museos y abrazando en uno y otro caso, asuntos y composiciones históricas. Se usaba para decorar interiores. Siguen utilizando el opus tesselatum de origen griego, aportando como novedad el opus sectile.

La miniatura sobre pergamino fue otro género que estuvo muy en boga entre los bibliófilos romanos de la época de Augusto, pero de ella no se han descubierto ni se conservan ejemplares anteriores al siglo III de nuestra era.

Los principales monumentos de pintura greco-romana que hoy existen se han extraído de las ruinas de Herculano, Pompeya,Stabia, el Palatino de Roma y de las necrópolis de El-Fayun, en Egipto, además de los mosaicos descubiertos en numerosas ciudades que fueron romanas. La mayor parte de las pinturas murales conocidas corresponde a casas particulares y edificios públicos de Pompeya y Herculano, dos ciudades italianas que estaban de moda y que fueron arrasadas por el volcán Vesubio en el año 79   d.   C. , aunque también se han

encontrado algunas pinturas en Roma y en otros lugares. El Museo de Nápoles, centro principal de estudio para el arte romano, conserva más de mil fragmentos de pintura al fresco, arrancados de los muros de Herculano y Pompeya. Entre los más famosos cuadros murales de este arte greco-romano se cuentan

el de las bodas aldobrandinas (Museo Vaticano) el de Paris juzgando a las tres Diosas el de Io libertada por Hermes el de Ceres en su trono (de Pompeya, hoy en el Museo de Nápoles)

Entre los mosaicos, el de la Batalla de Isso, en el referido museo napolitano con otros muchos. En cuanto a miniaturas, las más célebres y de las más antiguas de sabor pagano son

los fragmentos de una Ilíada del siglo III en la Biblioteca Ambrosiana de Milán las cincuenta viñetas de Virgilio de la biblioteca Vaticana que datan del siglo IV al V.

Romanizada la pintura griega, tomó un carácter propio según puede verse en las decoraciones murales de Pompeya que constituyen el llamado estilo pompeyano. Se distingue éste por la delicadeza, gracia y fantasía del dibujo, sobre todo, en vegetales estilizados, por la viveza del colorido por el realismo y la voluptuosidad en las figuras y por cierto contraste de colores y luces tal que aproxima el estilo al de la escuela impresionista moderna. Todo ello, aunque no sale del género decorativo, refleja el espíritu de una sociedad bulliciosa, elegante, frívola y voluptuosa.

Mosaico hallado en una villa en Palencia (España).

La cerámica hispano-romana carece de figuras pintadas y sólo las presenta en relieve y sin color distinto del fondo como puede observarse en los llamados barros saguntinos.

Índice

  [ocultar] 

1 Estiloso 1.1 Primer estilo o de incrustacioneso 1.2 Segundo estilo o arquitectónicoo 1.3 Tercer estilo u ornamentalo 1.4 Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico

2 España 3 Véase también 4 Referencias

5 Enlaces externos

Estilos[editar]

Se han distinguido cuatro estilos pictóricos diferenciados, y, por lo general, sucesivos cronológicamente; aunque a veces pueden coexistir en el tiempo. Al haberse definido por los ejemplos conservados en Pompeya, reciben habitualmente el nombre de estilos pompeyanos ("primer estilo pompeyano", "segundo estilo pompeyano", "tercer estilo pompeyano" y "cuarto estilo pompeyano", respectivamente). Aunque también hacían mucho uso de las figuras o representaciones geométricas, no las incluían necesariamente en todo su arte.

Primer estilo o de incrustaciones[editar]

Villa Boscotrecase, Pompeya. Segundo estilo.

Tiene origen helenístico y corresponde a la segunda mitad del siglo II   a.   C. , extendiéndose hasta principios del siglo I   a.   C.  Destaca por su decoración de paredes revestidas de mármol, donde la pared se divide normalmente en tres bandas horizontales. La inferior juega el papel de zócalo, la zona media se descompone a su vez en diversas capas de mármol, y la superior consta de un friso corrido generalmente blanco que completa la representación. Los mejores ejemplos de este tipo de pintura se encuentran en la Casa del Fauno y la Casa de Salustio ambas Pompeya. En Roma podemos destacar el palacio Flavio situado en el Palatino.

Segundo estilo o arquitectónico[editar]

Corresponde al siglo I   a.   C. , perviviendo hasta los comienzos del Imperio, concretamente se extiende desde época de Sila hasta Tiberio, pasando por César y Augusto. Muestra un deseo de abrir los muros a una cierta idea de la perspectiva con el propósito de ofrecer una sensación de profundidad. Para lograr esto incluye las denominadas arquitecturas pintadas sobre entablamentos, columnas, ventanas onichos, que conducen a un paisaje imaginario. Buenos ejemplos son la casa de Augusto y la de Livia en Roma, pero sin duda el mejor ejemplo es la Villa de los Misterios de Pompeya.

Tercer estilo u ornamental[editar]

Coincide con la primera mitad del siglo I d. C. En esta fase desaparecen los efectos espaciales arquitectónicos, y la decoración sigue enmarcando cuadros con figuras o paisajes, como los de la villa aparecida bajo la Farnesina en Roma. Hay una menor preocupación por dar profundidad a las escenas, aumentando por el contrario los elementos de carácter decorativo,

como ocurre por ejemplo en la casa de Lucrecia. Por no pretender fingir el espacio tridimensional, a este estilo también se le ha llamado de la pared real. Este estilo llega a su fin en época de Nerón con la Domus Aurea como obra cumbre.

Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico[editar]

Corresponde a la segunda mitad del siglo I d. C. y es una especie de síntesis de las tendencias anteriores, dominadas por una escenografía fantástica donde se combinan los motivos imaginarios y las perspectivas arquitectónicas, dentro de lo que podíamos llamar barroquismo conceptual, donde se acentúan los espacios y fingimientos ópticos. A estas pinturas se les da relieve por medio de estucos. Dentro de este período se sitúan, ambas en Pompeya, la casa de Lucretius Fronto o la casa de los Vettii, donde se aprecian algunos rasgos del mundo egipcio, y en la que destacan sus pinturas por las delicadas escenas con figuras de amorcillos. En Roma son fabulosos los corredores pintados y las grandes salas de la Domus Aurea que agrupa el tercer y cuarto estilo.

España[editar]

Floreció en España el cultivo del mosaico durante la dominación de Roma al estilo de la metrópoli y de ello son testimonio fehaciente los magníficos ejemplares que se guardan en el Museo Nacional y en los de Tarragona, Barcelona, Gerona, Pamplona, Lugo, Córdoba y Sevilla cuyas composiciones son de asuntos mitológicos y motivos geométricos.

Pero fuera de estas labores artísticas apenas se conservan otras de género pictórico en la Península correspondientes a la época y al estilo romano sino fragmentos decorativosmurales, hallados en Cartagena con otros de Tarragona de estilo más o menos pompeyano y las decoraciones de la necrópolis romanas de Mérida y Carmona entre las cuales figura un banquete funerario. El único ejemplo importante de pintura romana de la península ibérica pertenece al santuario de Cibeles de Bóveda (Lugo), hoy iglesia de Santa Eulalia. Datadas a finales de imperio y con un repertorio iconográfico vegetal y con distintas especies de aves.1 Recientemente se ha descubierto en el yacimiento arqueológico de Complutum la mejor colección de pintura mural de España y una de las mejores de Europa que están siendo restauradas para exponerlas en su ubicación original, la denominada Casa de los Grifos.2

Véase también[editar]

Pintura etrusca Pintura de la Antigua Grecia Cerámica romana Mosaico romano Museo Arqueológico Nacional de Nápoles#Frescos Oplontis#Decorado pictórico Villa de los Misterios Grutesco Retratos de El-Fayum

Esquema de las artes en la Antigua Roma[editar]

La Monarquía romana, República romana e Imperio romano, cubren el periodo desde el siglo VIII   a.   C.  al siglo V   d.   C. . Se localiza primero en el Latium (Italia Central), y se extiende por

toda la Cuenca del Mediterráneo (Mare Nostrum).- El periodo anterior a la recepción de la cultura helenística (siglo III   a.   C. ) desarrolla un arte latino emparentado con otros pueblos itálicos (sabinos y sobre todo etruscos) Loba capitolina .- El periodo clásico del arte romano dura hasta el triunfo del cristianismo (siglo IV). Asimila y desarrolla la cultura griega (órdenes arquitectónicos, diseño de los templos, concepción escultórica), incorporándole características propias, tanto en materiales de construcción (mortero y cemento y hormigón romanos) como en elementos arquitectónicos (el arco -Arco de triunfo- y la bóveda, orden toscano y orden compuesto, principio de superposición de órdenes) y formas escultóricas (el retrato romano -exigido por el culto a los antepasados y la propaganda política, y que permite datar la evolución estilística y de la moda, sobre todo en la expresión y el peinado- ya el relieve romano, caracterizado por la búsqueda de la profundidad y la perspectiva) y pictóricas (los estilos pompeyanos, decorativos, narrativos o procurando el trampantojo).- Desarrollo arquitectónico con gusto por lo colosal y magnificente, al tiempo que con un acusado sentido práctico y utilitario. (puentes y acueductos -puente de Alcántara, Pont du Gard, Acueducto de Segovia-, calzadas). Edificios públicos (termas -termas de Caracalla-, teatro romano -Teatro Marcelo-, circo romano -Circo Máximo-, anfiteatros -Anfiteatro de Capua, Coliseo, Anfiteatro de El Djem-, etc.), religiosos (templo romano -Templo de Vesta, Maison Carrée, Panteón de Agripa-) y civiles (foro romano, basílicas,palacio romano -Domus Aurea de Nerón, construcción original del Palacio de Letrán, luego convertido en residencia papal-, villa romana -Villa romana del Casale- con su versión de villa imperial -Villa Jovis o de Tiberio en Capri, Villa Adriana-, casa romana -domus, vivienda (Roma Antigua)-).- Escultura histórica narrativa (frisos corridos en relieve: Ara Pacis, Columna trajana), bustos, estatuas de cuerpo entero (Augusto de Prima Porta) y excepcionalmente ecuestres (estatua ecuestre de Marco Aurelio).