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    Puede que la mayora de los lectores nohayis escuchado nunca esta palabra, dehecho, no est reconocida por el dicciona-

    rio de la Real Academia Espaola Peropodis tener por seguro, que es uno de losprimeros verbos puestos en prctica por lahumanidad, junto con el comer, dormir,andar, orinar, respirar

    El significado popular de esta palabra es Compartir ellecho, es decir, compartir la cama con otra persona. Estees un acto que realizan millones de parejas todas las nochesen todo el mundo, y la mayora de los bebs y nios en lasdiferentes culturas del planeta Tierra. En algunas socieda-des, por mitos o tabs, no est bien visto el colecho, sobretodo en las occidentales, en las que somos ms interven-cionistas con la naturaleza, especialmente en los temas decrianza. En algunas de estas sociedades, se suele practicarcon los bebs la cohabitacin, pero lo ms frecuente esque a los pocos meses los padres estn luchando por poner

    a los pequeos en su propio cuarto, con no pocos llantos yno menos paseos nocturnos.

    Porqu est tan mal visto el

    colecho en nuestra socie a ?Somos muchas las familias que hemos podido comprobarlo mal visto que est el colecho en nuestra sociedad. Losmotivos son muy diversos: mitos extendidos por las prc-ticas temerarias de padres irresponsables o desinformados,alegaciones acerca de la vida ntima de los padres, el ritmode trabajo que marca la sociedad occidental, etc.. Nodejan de ser mitos que se han extendido en todas las clasesde nuestra sociedad, y que hacen sentir mal a los padrescuyo instinto les anima a practicarlo con sus hijos.

    Lo explica muy bien James McKenna, profesor de antro-pologa y Director del laboratorio sobre comportamientodel sueo madre-beb de la Universidad Notre Dame deIndiana en su estudio Why we never ask Is it safe forinfants to sleep alone? (Porqu nunca nos preguntamosEs seguro para los nios dormir solos?):

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    Las retricas malintencionadas, los

    ju icios de valor, las presuncioneserrneas y la confianza en datosanecdticos, han ejercido un papelinfluyente sobre los defensores delanti-colecho. Por ejemplo, las clarasdistinciones entre colecho y prcticaspeligrosas de sueo han sido igno-radas, y las desafortunadas cifras deesas prcticas inadecuadas (se refierea colechar sin seguir unas normas deseguridad bsicas), han sido utilizadaspara inflar las estadsticas mortales delcolecho (practicado de forma segura).

    Meredith F. Small (profesora de an-tropologa de la Universidad Cornellde Ithaca, Nueva York) dice as ensu libro Nuestros Hijos y Nosotros(re-editado en coleccin limitada porwww.CrianzaNatural.com en 2006):

    Las decisiones paternas no son deltodo instintivas; el que cuida a subeb toma todos los das decisionesconscientes e inconscientes. [] Cada

    decisin tiene su consecuencia. Peroquizs a los padres les guste saber que,aunque nuestra propia cultura lesdicte determinada solucin, existenms caminos alternativos de los queproporciona una sociedad.

    Mitos o FalsasCreenciasHay numerosos mitos sobre el cole-cho, quizs el ms conocido sea que elbeb puede morir si duerme con suspadres... Nada ms lejos de la reali-dad. En China, donde lo normal esque los bebs duerman con sus proge-nitores, ni siquiera tienen una palabrapara describir lo que aqu conocemoscomo el Sndrome de la Muerte Sbi-

    ta del Lactante.Quin no ha escuchado a familiareso amigos la tan socorrida frase? No lovayas a meter en tu cama que lo podisaplastar (o asfixiar!) entre los dos

    Las personas, aunque estemos dormi-das, tenemos un sexto sentido, quees el mismo responsable de que no noscaigamos de la cama cuando dormi-mos, por ejemplo. As lo demuestranlas investigaciones cientficas consul-

    tadas por Mckenna, las cuales mos-traban inequvocamente la habilidadhumana de la madre para responder alas necesidades de su beb, incluso enlos estadios ms profundos del sueo.Del mismo modo, este mecanismo,

    impedir que aplastemos a nuestro

    beb, siempre que se cumplan lassiguientes c aractersticas:

    Que los padres fumadores no com-partan la cama con un beb menorde 14 semanas.

    Que tampoco lo hagan los padresque tomen medicamentos talescomo somnferos, drogas ni alcohol.

    Los progenitores con obesidad mr-bida no deben compartir la camacon el beb.

    Existen otras medidas de seguridadque son de sentido comn pero quevamos a mencionar:

    No utilizar edredones demasiadopesados ni con lazos o pliegues.

    No poner al beb entre cojines.

    No colechar jams en un sof.

    Si la cuna se pega a la cama, tapo-nar todos los posibles huecos dondeel beb pueda quedar atrapado entre

    dos colchones.No tapar la cabeza del beb queduerme sin almohada entre los dosprogenitores que s la usan (en estoscasos mejor tener dos almohadas

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    pequeas si el beb no la usa yduerme entre los padres).

    Es preferible dejar la puerta abiertapara que el ambiente de la habita-cin no se vicie.

    Segn un grupo de investigacin enBoston a cargo de la Doctora Kinney(ver revista Mi Pediatra n 13 febre-

    ro 2007- www.aeped.es/mipediatra), seha demostrado en las ltimas semanasque las vctimas de sndrome de muertesbita tienen un defecto en el cerebro,concretamente en el sistema de detec-cin y alarma del CO2 (dixido decarbono). En condiciones normales, sien el ambiente hay demasiado CO2,el sistema hace que nos despertemos,tosamos o nos incorporemos para nointoxicarnos con el gas, pero en losnios con este sndrome, el sistema

    falla (segn demuestra este estudio),y esto puede explicar porqu algunosfactores influyen en estas muertes(como ambiente de fumadores, dormirboca abajo o entre muchas prendas deabrigo, etc...). Un nio sano no tienenada que temer, y uno con el defectono debera tampoco, siempre que sesigan unas pautas de seguridad. Y si estpredestinado a morir por el fallo de estesistema, dar igual que est durmiendocon sus padres o solo en su habitacin,aunque en ste ltimo caso tendr ms

    posibilidades, porque no habr apren-

    dido de forma inconsciente los patronesde respiracin de los adultos.

    Tambin hay otros mitos, como decirque se acostumbrar y no querr nun-ca dormir en su propia habitacin.Has visto t algn nio de 13 aosque quiera dormir con sus padres? Yalguno de 10? Puede que incluso no

    hayas visto ninguno de 8 aunqueesto es ms frecuente (sobretodo siestn enfermos).

    Ningn adolescente y muy pocosnios pre-adolescentes van a querertomar teta, ni dormir con sus padres,ni que los llevemos en brazos ni queles demos de comer ni llevar chupeteni tomar bibern. Todo est en loque los padres estemos dispuestos ainvolucrarnos: o bien respetarlos obien intentar dirigirlos hacia una

    mayor autonoma, o bien obligarlesantes de que estn preparados pararealizar un acto determinado que,de cualquier forma, antes o despus,superarn por s mismos.

    Los mitos tienen sus races en siglosde malentendidos que han corridode boca en boca. Hemos extrado estetexto que habla de la poca medievaly nos indica de donde pueden venirestos fantasmas que an a da dehoy hacen a muchos padres sentirseculpables de practicar lo que su ins-

    tinto les dicta (texto extrado de www.dardemamar.com):

    [ ]Tambin era una poca de muer-te. La mortalidad infantil era comn;por ejemplo, en el primer censo sue-co, realizado en 1749, llegaba a 200de cada 1.000 nacimientos (20 porciento) Gran parte de esta mortandad

    entre los nios se deba a enfermeda-des o a problemas en el parto, pero sepensaba que muchos bebs, sobre todoen los centros urbanos, hablan muertopor accidente mientras dorman enla misma cama con los padres. La cau-sa se atribua a sofocacin: la madreo el padre, al darse vuelta, aplastabanal beb y lo ahogaban. La asfixia seconsideraba tan problemtica que enItalia se invent un aparato llamadoarcucco para proteger a los recin na-cidos de sus peligrosos padres dormi-dos. Los dibujos muestran el arcuccocon aspecto de trampa para langostas;los costados de madera tenan grandesagujeros donde era posible poner unpecho para amamantar y una barraarriba, para sostener las mantas ofrenar a un progenitor. Aunque seaceptara la asfixia como motivo de laalta mortalidad infantil, en realidadmuchos de estos fallecimientos eransumamente sospechosos.

    En los siglos XVI y XVII, la mayora

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    de los pases europeos dictaron leyes para impedir quelos padres durmieran con sus bebs. En esencia, estabantratando de impedir el infanticidio. Cuando haba dema-siadas bocas para alimentar era fcil sofocar a un beb poraccidente. Por lo tanto, el gobierno deba intervenir.

    El miedo a la sofocacin persigue hoy a muchos padresoccidentales. A todos les parece posible aplastar al bebo ahogarlo bajo una montaa de mantas. Pero tal como

    apunta el investigador McKenna, los bebs nacen con fuer-tes reflejos de supervivencia, capaces de gritar y patalearantes de permitir que algo les obstruya las vas respirato-rias. La sencilla evidencia de que, en el mundo actual, lamayora de los bebs duermen con uno de los padres sinmorir asfixiados, debera convencer a los padres de que esbastante difcil arrollar a un beb sin darse cuenta.

    En algunas ocasiones, los propios padres ven el colechocomo algo sucio porque consideran que la cama es unlugar relacionado adems con el sexo. Esto no debera serun problema por varios motivos: el sexo se puede practicaren cualquier otro lugar de la casa, y adems, si el colecho

    se practica con una cama individual junto a la cama de lospadres, o una cuna adosada a nuestra cama, no hay nin-gn motivo por el que tengamos que abandonar nuestrascostumbres ntimas por practicar el colecho (siempre queno vayan a realizarse actividades sexuales extraordinariasque vayan a despertar al beb).

    Los estudios y las cifrasMckeena es el experto que ha realizado ms investigacionesen el mundo acerca del colecho. En uno de ellos concluye:

    Los cambios anatmicos que se produjeron con la evo-lucin de la especie (aumento del cerebro y disminucinde los dimetros plvicos) han hecho que el RN (recinnacido) nazca inmaduro y por tanto, sea necesario finalizarla gestacin, biolgica y socialmente, tras el nacimiento.

    Esto explica la gran cantidad de cuidados que necesitaun recin nacido tras el parto y as lo concluye tambinMeredith F. Small en el libro anteriormente mencionado,afirmando que Nacemos antes de tiempo por haber evolu-cionado hacia la bi-pedestacin (andar erguidos).

    Mckeena continua as en este estudio:

    El ser humano es uno de los mamferos con mayor inma-durez neurolgica al nacimiento. Experimenta el procesomadurativo ms largo en el aspecto social y biolgico. El75% del crecimiento del cerebro humano se produce en elperiodo postnatal. Como consecuencia de su inmadurez,el beb humano necesita un apoyo y regulacin externa.Constantes vitales como la frecuencia cardiaca, frecuenciarespiratoria, temperatura, sueo y despertar, dependen delcontacto con otros. Ms del 40% de los nios en pasesindustrializados sufren trastornos del sueo que sugierenque la cultura y las necesidades biolgicas y psicosocialesde los nios estn en conflicto.

    Estas son otras conclusiones de los estudios de Mckeena:

    La composicin y caractersticas de la leche maternatambin sustenta y justifica el contacto continuo madre-hijo, y por tanto el sueo compartido. Comparada con

    Desarrollo psicolgico de los

    nios.NOBUKO H. SASAKI, VOL 43.

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    la leche de otros mamferos, la lechehumana tiene menor contenido engrasas y protenas y mayor en hidratosde carbono, especialmente lactosa, unnutriente clave entre otras cosas, parael crecimiento cerebral. La concentra-cin de lactosa en la leche es mayorentre los primates, cuyos RN son losmenos desarrollados neurolgicamen-te al nacimiento. La composicin dela leche humana, que proporciona

    menos caloras por toma, indica lanecesidad de tomas ms frecuentes ypor lo tanto, de la proximidad con lamadre.

    Estudios sobre los efectos en laseparacin del RN de sus cuidadoresdurante perodos cortos, de 3 horas,constataron un descenso de la tempe-ratura corporal, secrecin de hormo-nas del estrs, arritmias cardiacas,trastornos del sueo y compromisodel sistema inmune. Fardig mostr

    como RN en incubadoras perdieron1,5 de temperatura corporal frentea RN que experimentaron el contac-to piel con piel con la madre tras elnacimiento.

    James McKeena realiz dos estudiosen 1997 que se publicaron en la pres-tigiosa Pediatrics. En ellos, controlcon monitores en laboratorio el sueode madres colechando con sus bebs.Se trataba de establecer las diferencias

    entre los bebs que dorman solos ylos que dorman acompaados. En di-chos estudios se registraron las ondascerebrales (EEG), los movimientos delos ojos, el mentn, el tono muscular,el ritmo cardaco y la respiracin.

    Los movimientos de madre e hijo seregistraron mediante una cmara deinfrarrojos y los resultados fueron

    asombrosos: madre y beb, cuandoduermen juntos, estn sincronizados.Los movimientos y la respiracin decada uno afectan al otro.

    Mckeena tambin realiza afirmacionescomo:

    Existe un mayor peligro en dejara un nio solo en una cuna, que en

    proporcionarle un entorno en el queduerma acompaado, con las debidasmedidas de seguridad. Estamos deacuerdo con otros autores en que hayque tomar precauciones especialespara reducir el riesgo de accidentescatastrficos. Sin embargo, la nece-sidad de tales precauciones ya no esun argumento en contra del colechoen su totalidad, y especialmente elcompartir el lecho ya que los acciden-tes de nios estrangulados, asfixia-dos o muertos a causa del sndromede muerte sbita suelen suceder encunas donde los bebs duermen solos,y cuyo sueo no est debidamentesupervisado.

    Cmo el colecho puede disminuir los

    riesgos del Sndrome de Muerte Sbita del

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    padres, reducen la frecuencia de apneas.

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    mantiene estables. Por eso no es conveniente tapar excesiva-mente al beb que duerme acompaado.

    De los estudios de McKeena, se obtienen resultados quenos indican que los bebs tienen apneas durante el sueoque en algunos casos pueden durar incluso 15 segundos,pero si el mecanismo automtico de la respiracin no sedispara por s mismo, el nio se despierta y reinicia surespiracin sin problema alguno. Este hecho es fcil que se

    produzca en las etapas de sueo ligero, y esta es la raznpor la que los bebs no duermen profundamente como losadultos y tienen ritmos diferentes: Necesitan estar alertaspara mantenerse vivos.

    Segn Mckenna el roce, el movimiento, el sonido de la res-piracin, la temperatura, el intercambio de gas carbnicoy las vocalizaciones del sueo del acompaante del beb,ejercen una influencia positiva. La sincronizacin entrelos ciclos de sueo madre-hijo cuando duermen cerca ycomparten la misma cama, aumenta la presencia de fasesREM en ambos, incrementando as la alerta de la madrey la sensibilidad del beb a cualquier movimiento de su

    madre, ayudando a disminuir y corregir los episodios deapnea. El SIDS (Sndrome de la Muerte Sbita del Lac-tante) se presenta ms en nios varones, con peso inferioral normal, prematuros, y entre los tres y cuatro meses deedad (Extrado de http://www.terra.es/personal8/inma.marcos/colecho.htm).

    McKenna tambin dice que cmo la postura natural quese utiliza en el colecho para amamantar es dejando al nioboca arriba tras haber mamado y con su madre de lado, enposicin protectora, esto ya est siendo un factor protectorpara prevenir el Sndrome de Muerte Sbita del lactante.

    Riesgos y/o inconvenientes detener al beb en otra habitacinQuizs el ms evidente sea la falta de descanso que acu-sarn los padres de los nios que duermen en otra habi-tacin, como millones de padres comprueban cada nocheen occidente: Cuando ms tarda la madre en acudir, mstiempo y mayor nmero de actividades se necesitan paravolverlo a calmar (ver http://www.lactaria.org/sueno.pdf ).

    En otras ocasiones, hay quien alega que el colecho les hacedespertarse ms a menudo (a los padres y a los nios) y se

    afirma tajantemente que los bebs deben dormir cuantoantes del tirn. Segn Mckenna, nada ms lejos de larealidad, y sugiere que los despertares frecuentes puedentener un sentido biolgico en el nio. Un desarrollo e ins-tauracin tarda del sueo nocturno puede ser ms seguro(lo acabamos de leer en las definiciones de Inma Marcos).

    Hemos visto en los mitos, que uno de los ms extendidoses el temor a asfixiarles. En los estudios realizados porMckeena, se ha demostrado otro hallazgo revelador En elsueo compartido, la concentracin de CO2 exhalada porla madre puede modificar la respiracin del nio hacin-dola ms rtmica. Esto quiere decir que el nio regular

    antes su respiracin, asemejndola a la de los adultos, ydisminuirn notablemente las posibilidades del Sndromede la Muerte Sbita del Lactante.

    Small tambin lo afirma: En la actualidad, los investigado-res creen que los infantes han evolucionado durmiendo en

    compaa y que utilizan el modelo de sueo de los padrespara aprender a respirar durante la noche. Hasta es posibleque el dormir en compaa est relacionado con la mayorproteccin contra el sndrome de muerte en la cuna.

    El Colecho en otros pasesComo ya hemos comentado, en China es habitual el co-lecho. Tambin lo es en Japn, donde la gran mayora delos bebs y nios duermen con sus padres hasta los 7 aos(comprobmoslo en cualquier captulo de Shin Chan).Cuando el nio alcanza esa edad, pasa a dormir en otrahabitacin, que generalmente comparte con el abuelo (sies que alguno de ellos reside en su casa) por cortesa consus mayores.

    Meredith Small nos ilustra:

    En Occidente, los padres utilizan los patrones de sueocomo medida del desarrollo del nio y suelen quejarseal pediatra si el recin nacido no duerme toda la noche;se considera que el beb insomne es anormal y queest retrasado en su desarrollo. Para el etnopediatra queestudia los patrones de sueo, ese insomnio es natural, yla costumbre occidental de ponerlo a dormir solo, resultaa cualquier edad, contraria a la biologa y la evolucin hu-manas. El sueo infantil se desarroll en una atmsfera deestrecho contacto entre madre e hijo; an hoy el 90% delos bebs del mundo entero duermen con un adulto.

    Pero China y Japn no son los nicos que practican el co-lecho: en otras muchas culturas el dormir con los hijos esaceptable e incluso la nica forma de dormir de los bebs,y (afortunadamente), no son pocos los padres en Europa

    y Amrica que tras informarse debidamente, estn dandoal colecho el valor que se merece, y hacindose or en unasociedad que cada vez aboga ms por los mtodos inter-vencionistas.

    Tanto es as que incluso en Espaa y Latinoamrica, sehan creado redes que difunden los beneficios del colecho,que apoyadas por padres y profesionales concienciadosde la importancia de esta prctica, informan a los padrespreocupados por el sueo de los grandes inconvenientesde forzar al beb a dormir solo y del tirn. He aqualgunas de ellas:

    www.dormirsi nllorar.comwww.suenoinfantil.org

    www.metodoestivill.com.a r

    Tambin es significativo el dato que nos confirma lainfluencia del colecho en la prevencin de la muertesbita, y es que entre poblaciones orientales residentesen occidente, es inusual encontrar bebs vctimas de estesndrome, mientras que s se encuentran algunos entre losdescendientes de los emigrantes, que ya han adoptado lascostumbres del pas anfitrin.

    Vence tus miedosPuede que an estis dudosos acerca de practicar colechocon vuestros hijos an despus de leer este artculo. Si yalo tenis claro, podis ver las recomendaciones de seguri-dad y diferentes tipos de colecho en http://www.crianza-natural.com/art/art65.html. Hay muchas familias que tras

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    tener a sus hijos en otra habitacindurante meses o aos, y en vista deproblemas en las relaciones cotidianas(celos por hermanos, rabietas, regre-siones, estrs por situaciones extraor-dinarias...) han decidido llevar a sushijos a su cama cuando han sabido delos beneficios del colecho, o inclusopor indicacin del psiclogo. Estosnios han mejorado mucho en surelacin con el resto de la familia, eincluso los problemas han desapareci-do o por lo menos se han atenuado.

    As lo corrobora Ibone Olz a, ps iquia-tra infantil (texto extrado de Dormirsin lgrimas, Rosa Jov):

    Dira que el colecho es una herra-mienta teraputica muy reparadora, yque sospecho que en aos venideros

    se descubrirn, probablemente, meca-nismos neurolgicos que demuestranque el contacto piel con piel inclusoen nios mayorcitos o en adultostiene un gran potencial teraputico.

    Yo he empezado re ci ente mente aprescribir el colecho. Hasta ahoralo que haca era que, cuando muchospadres o madres me contaban quedorman con sus hijos, les deca queme pareca bien, pero ahora he dadoun paso ms: y es que con nios quehan sido vctimas de violencia o hanpresenciado mucha violencia les re-comiendo a las madres que duermancon ellos y las madres expresan unanotable mejora en la relacin consus hijos y una disminucin de lossntomas de los nios que motivanlas consultas.

    No es estrictamente necesario sacar-los de su cuarto para meterlos en elvuestro si todo va bien, ni vale la penalamentarse por lo que nos hemosperdido. Lo mejor es quitarnos lascadenas, aceptarles el da que quieranvenir a la cama familiar, proponerlesdormir juntos en ocasiones especiales(festivos, vacaciones, etc...), aprove-char el tiempo perdido con los queestn por nacer o los que acabande hacerlo.... Y comprobar con lossucesivos hijos (en estos casos ms quenunca), como tomando las cosas connaturalidad, nuestra maternidad/pa-ternidad se convierte en algo agrada-ble, y no en una carrera de obstculosen la que llegar al final (de la crianza,se entiende) se convierte en una tareaestresante a realizar a toda costa.

    Texto: Irene Balsalobre

    Traducciones: Nacho Bonel Torresy Esther Martnez Bienvenido

    PARA SABER MS:

    Ar tculo en Cri anzaNa tural .com:Colecho o cama familiar. http://www.crianzanatural.com/art/art1.html

    Ar tculo en la web d el Sn dro mede la Muerte Sbita del Lactante,Argent ina : Colecho: Actua li za-cin y reflexin a comienzos delao 2000. http://www.sids.org.ar/infoc15.htm

    Artc ulo e n la web del ColegioOficial de Enfermera de Alican-te: Los nios deberan dormircon sus padres hasta los cincoaos. http://www.enferalicante.org/~formularios/matronas/cole-cho.doc, por Sian Griffiths.

    Encuentro Cara a Cara, de VctorColomer (Diari de Sabadell): Co-

    lecho, Mimar no es malcriar, porCarlos Gonzlez. http://www.drac.com/cac/200403/20040312.html

    Artcu lo Dormir con el beb, si ono?. http://www.zonapediatrica.com/mod-htmlpages-display-pid-995.html

    BIBLIOGRAFIA:

    Exposicin de M Jess Blazquez(Asociacin de Madres Va Lctea,Grupo de Lactancia Maternapionero en Espaa, desde 1985),publicada en:

    http://www.unizar.es/med_naturis-ta/lactancia%203/COLECHO%20Y%20LACTANCIA%20MATERNA,.pdf

    Estudio publicado por James J.McKenna: Why We Never Ask IsIt Safe for Infants to Sleep Alone?Historical origins of scientific biasin the bedsharing SIDS/SUDI De-

    bate. Publicado en ABM NEWSand VIEWS Vol. 7, N4, 2001.

    Ar tculos sob re co lecho en www.dardemamar.com/duermen_solos.htm

    Nuestros Hijos y Nosotros, Me-redith Small, Edicin Limitadapublicada por Crianza Natural en2006.

    Muerte Sbita del Lactante,nmero 13 revista Mi Pediatra(www.aeped.es/mipediatra), Ar-tculo del Dr. Federico MartinnTorres, Hospital Clnico Universi-tario de Santiago de Compostela.

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    Cuando estaba embarazada de mi primera hijapensaba en todo lo que tena que aprender siquera criarla bien, as que le toda la informa-cin que cay en mis manos sobre cuidados del

    beb, casi todo eran revistas y folletos informati-vos. Tambin me recomendaron un libro Dur-mete, nio, que por su puesto le.

    Despus de leerlo me qued una cosa clara: aunque medoliera, tena que conseguir que mi hija aprendiera a dor-mir sola, porque si no las consecuencias seran terribles:menor crecimiento, menor desarrollo cognitivo, insomniopara toda la vida Y como yo siempre he sido de las quetienen el sueo ligero, no quera que a mi nia le sucedieralo mismo. Adems, con el ritmo de vida que llevamos, -lasmadres trabajamos y queremos adems llevar la casa, criar

    a los nios, y estar perfectas,- cuanto antes aprendiera minia a dormir y desapareciera, antes podra empezar yo arecuperar el ritmo normal de vida y hacer esas cosillas quehacen las personas normales, como arreglar la casa, pre-parar la comida del da siguiente, o simplemente relajarseun ratito viendo la televisin al final del da.

    As que cuando naci mi hi ja procur desde el principioque aprendiera a dormir en su cuna. Tambin intentabaadaptarme al horario propuesto en el libro, pero lo pa-saba fatal porque quera darle el pecho, y claro la pobreno aguantaba ni dos horas entre toma y toma. Adems,

    como le daba el pecho tumbada y andaba tan cansada, mequedaba dormida y luego me despertaba sobresaltada aldescubrir que una vez ms me haba dormido con ella enla cama. Y me desesperaba cuando intentaba ponerla en sucuna despus de que se hubiera dormido al pecho, porqueen cuanto la nia tocaba la cuna se despertaba y peda msteta, o ms mam, -yo entonces no diferenciaba y crea quesiempre peda teta, con lo que pensaba que no tena sufi-ciente leche-. La sensacin que yo tena era de angustia,y de estar hacindolo muy mal, porque lo que yo queraera estar con mi nia y achucharla y darle todo lo que mepidiera, pero el entorno social y las apocalpticas conse-

    cuencias descritas en el libro me hacan estar en continualucha entre lo que yo senta que deba hacer y lo que medecan que deba hacer.

    Cuando la nia cumpli siete meses, decid que ya debapasarla a su habitacin, pues as aprendera antes a dormir

    Experiencias

    Durmiendo con mis hijas

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    sola, y de paso me evitaba que cuando fuera ms mayor sediera cuenta de la separacin, -como si con siete meses no sediera cuenta-. De esta forma, lo que consegu fue pasar lasnoches del siguiente ao y medio en el pasillo, porque al notener a la nia cerca, cada vez que ella se mova yo me le-vantaba a comprobar que no se le haba cado el chupete, ose haba destapado, o tena que darle su medicina..., porqueeso si, fue sacarla de mi dormitorio y, como tambin coinci-di con el fin de la lactancia, mi hijita cogi bronquitis tras

    bronquitis desde noviembre hasta junio. Por aqul entonces,me qued embarazada de mi segunda hija, fue un embarazomuy cansado porque adems de llevar a mi nia en brazostodo el da yo no dorma por las noches .

    Cuando naci mi segunda hija, estaba decidida a no fra-casar con la lactancia, as que esta vez busqu informacinen otras fuentes. Encontr mi grupo de apoyo, pusimosinternet en casa, donde descubr muchsima informacinde la buena y foros de madres, y lo ms importante, le ellibro Bsame mucho.

    Con este libro llor de rabia e impotencia. Gracias a l des-cubr que haba estado luchando conmigo misma durantelos dos primeros aos de crianza de mi primera hija. Medi cuenta de que mi obsesin por hacerlo bien me habaseparado de mi niita, sobre todo por las noches. La falta dereferentes y de confianza en mi capacidad como madre mehaban hecho victima de la ignorancia, y lo peor de todo,quien haba sufrido las consecuencias haba sido mi hija.

    Pero pude reaccionar. Para mi fue una liberacin darmecuenta de que no haba nadie que supiera mejor que yocmo tena que criar a mis hijas. Que poda hacer lo queme dijera mi instinto, sin preocuparme por unas con-

    secuencias que nunca llegaran. Y sobre todo, que harafuertes a mis hijas demostrndoles en todo momento yno solo de da- que podan contar con su madre, porqueestaba conectada con ellas.

    A part ir de ah fue todo seguido, primero empezamos aacostarnos con la mayor para que se durmiera acompa-ada. Luego, como segua despertndome por la nochecuando me llamaba o se mova, y yo estaba amamantan-

    do a mi hija menor, decidimos que la mayor se vendra adormir a la cama de matrimonio conmigo y la pequea, yel pap se fuera a la otra cama. Poco despus pusimos lacama de 90, junto a la de matrimonio, para dormir todos

    juntos , mi marido en la cama pequea y yo con las niasen la grande As conseguimos dos cosas, la primera dormircon mi hija mayor sin ningn cargo de conciencia, cosaque no habamos hecho desde que naci, y la segunda quecada vez que se mova o peda agua o chupete, con solo gi-

    rarme solucionaba el problema, y como no me despertabadel todo volva a conciliar el sueo sin problemas. Y estoera as porque yo estaba tranquila junto a mis dos niitas,una a cada lado, sabiendo que si me necesitaban solo contocarme se tranquilizaban. Mi hija mayor dej de llamar-me por la noche porque me saba cerca, y mi hija menormamaba a demanda, sin apenas despertarme.

    Ese invierno, mi hija mayor no enferm. Por increble queparezca se acabaron las bronquitis, los ataques de tos amitad de la noche, y las gastroenteritis. Se resfri, pero sinla gravedad y duracin del ao anterior. Y mi hija menortampoco cogi nada ms que algn resfriado.

    Ahora mi hi ja mayor va a cumplir cinco aos , y ya empiezaa decir que quiere dormir en su camita, as que le hemoscomprado una cama y la hemos puesto es su habitacin.De momento solo juega a hacer casitas dentro de ella,cuando est preparada se ir sola, y por supuesto ella sabeque puede dormir con nosotros hasta cuando decida dor-mir en su cama. Yo s que no va a dormir siempre conmi-go, as que no estoy deseando que se vaya a su habitacin.

    Dormir con mis hijas es para mi, junto con la lactancia,lo ms dulce de la crianza. Sentir que se duermen junto ami, relajadas y sabiendo que estoy cerca, or sus respiracio-nes pausadas, sus comentarios cuando duermen, oler suscabecitas, abrazarlas cuando me apetece, acercarme a ellaspara calentarme, o ponerles la mano en la cabecita cuandotienen un mal sueo y notar cmo se tranquilizan .

    Dormir con los hijos es una cosa que no debemos dejarque nos arrebaten.

    PEA JARA. Lactando - Lorca.