Asamblea 39. Discurso de Manuel Zavala
Click here to load reader
-
Upload
consejo-civico -
Category
News & Politics
-
view
171 -
download
1
Transcript of Asamblea 39. Discurso de Manuel Zavala
1
REPORTE DE ACTIVIDADES 2013
(Asamblea Anual 39)
Buenas tardes estimados Consejeros, Asociados y amigos de Consejo Cívico que hoy
nos acompañan. Como ustedes saben, este es mi último día al frente de esta
organización en la que participé 4 años y tuve el honor de presidir los últimos 2. De aquí
me llevo sobre todo una gran lección: unidos, en verdad podemos lograr grandes
transformaciones. Los últimos años han sido muy retadores para nuestra ciudad aún así
logramos fortalecer una agenda ciudadana única y vigorosa.
Uno de nuestros consejeros externos, hombre sabio que nos regaló su tiempo y cerebro
para algunas batallas importantes nos explicó que una sociedad tiene un nivel de
desarrollo en función de 3 niveles:
¿Sabe? ¿Puede? ¿Quiere? Esa se convirtió en una pregunta clave para nosotros.
Pero les tengo que reportar que hemos hecho y ustedes determinaran que hemos
logrado.
Incidir con una agenda ciudadana de seguridad; cambiarle el lenguaje al estado y a la
sociedad.
Contribuimos como nunca antes desde la sociedad civil, a recuperar la seguridad en el
estado pero, sobre todo, a lograr cambios duraderos en las instituciones de seguridad.
Colaborar en la instalación del nuevo sistema de justicia y empujar legislación en el
combate la corrupción
Fortalecer la participación ciudadana
Contribuimos con la formación ciudadana de nuestra comunidad a través de capacitación,
espacios de encuentro y frentes comunes para incidir en los grandes temas.
Dar visibilidad y capacidades colaborativas a la labor de organizaciones y asociados.
Los 12 meses del año narramos y difundimos las historias de éxito de la sociedad civil,
aportamos al debate público sobre los temas que nos preocupan y sumamos fuerzas con
nuevos asociados.
2
Consolidar una agenda ciudadana de colaboración y rendición de cuentas
En Alcalde ¿cómo vamos? iniciamos 40 y ahora participamos más de 60 organizaciones
que trabajamos en serio para fortalecer la ciudad a través de la mejora continua de la
policía, más y mejor información pública y el fomento de espacios comunes que a la larga,
cuando se fomenta la convivencia, la transparencia y las instituciones de seguridad nos
darán una base verdadera para reconstruir el tejido social y entonces entrarle de frente a
los verdaderos problemas estructurales.
Simplemente mantener cohesión con todos nuestros socios de proyectos, tanto líderes
como organizaciones ha sido un ejercicio inédito y ciertamente no fácil por la diversidad
que estamos acostumbrados a ver como obstáculo y no como riqueza.
Después de recordar lo que hemos logrado, es importante detenernos un segundo y
preguntarnos ¿qué hemos aprendido? Lo más importante para mí es que hemos
aprendido que SÍ podemos.
Han bajado sustancialmente los delitos de alto impacto y la percepción ciudadana sobre
seguridad ha mejorado. Sí; podemos decir que hemos cumplido la misión que la sociedad
y nuestros “stakeholders” nos pidieron.
Pero en el camino, hemos comprendido dónde vivimos. ¿Qué mejor forma de conocer
nuestra ciudad que trabajar todos los días para transformarla? Y entendimos que muchas
de nuestras dificultades son solo síntomas de problemas más profundos.
En su libro, Edward Glaser nos describe las condiciones necesarias para el triunfo de una
ciudad. Una ciudad es exitosa cuando facilita la colaboración y el intercambio de ideas:
dos patas de las que la nuestra, cojea. Si no hay unión y un aumento ordenado de la
densidad urbana, difícilmente habrá crecimiento. Sin capital humano y sin ciudadanos con
acceso a educación de calidad, no hay comunidad que prospere. El siguiente paso en la
transformación de nuestra ciudad es vencer estos dos retos.
Vivimos en una ciudad que nos separa, no que nos une.
3
Mientras la mayoría de los indicadores delictivos iban a la baja en nuestro estado, uno de
ellos no dejaba de aumentar: la violencia familiar. Durante todo 2013, mes tras mes,
señalamos este hecho, exhortando a las autoridades a que se invirtieran y coordinaran
recursos en políticas de prevención. Es un delito silencioso pero con un enorme impacto
social. La violencia en las calles inicia muchas veces al interior del hogar, sembrando una
semilla de dolor que quiebra el tejido social.
La violencia familiar se agudiza como resultado de una ciudad mal diseñada y poco
accesible. Un millón y medio de personas se mueven principalmente en camión. En poco
más de 30 años, la distancia promedio que una persona tiene que recorrer a diario en
este transporte se ha duplicado mientras el costo por viaje está en el punto más alto de su
historia, pagamos una de las tarifas más caras del país. Hace 10 años, el grupo de
menores ingresos destinaba alrededor del 6% de su ingreso familiar a los gastos en
transporte público: hoy destina prácticamente el 25% y si le sumamos el costo de vivienda
llega a ser más del 60% de sus ingresos. ¿Hay un futuro posible de paz, de crecimiento
económico, de democracia como sociedad plural y avanzada con tanta gente viviendo
así?
Transformar esta ciudad que nos separa, en una que nos una y ese es, sin lugar a dudas,
uno de los grandes retos que tenemos que enfrentar como sociedad civil en los próximos
años.
La falta de oportunidades educativas tiene un gran impacto en la ciudad
La situación que se vive al interior de muchos hogares en Nuevo León es consecuencia
de la falta de oportunidades al exterior. Vivimos en una ciudad en la cual sólo una quinta
parte de su población ha concluido sus estudios de bachillerato. Somos el estado con el
mayor índice de deserción escolar en este grado a nivel nacional. De cada 100 alumnos
que inician sus estudios en educación media superior, sólo 22.
Esta cifra refleja la falta de inversión en infraestructura escolar: en el área metropolitana
hay 2,414 primarias pero sólo hay 668 secundarias y apenas 47 preparatorias. Si a esto le
sumamos las enormes distancias y el alto costo que muchos jóvenes deben cubrir para
poder llegar a su escuela podemos comenzar a entender la dimensión del problema.
4
Nos vamos a trasformar en una ciudad de peones y no en una de emprendedores si no
atendemos esta urgencia. Esa fue la diferencia entre Detroit y Nueva York o Palo Alto.
En verdad creo que pensar en estas cosas como problemas para arreglar después o
incluirlas en el “costo de hacer negocio” es una visión de poco alcance; es patear el bote y
nos quita legitimidad en el reclamo hacia los malos gobernantes.
Comprender cuál es la raíz de nuestros problemas nos permite saber cuáles son los
siguientes pasos que debemos dar para resolverlos.
No olvidemos cuál es la lección más valiosa que nos han dejado los últimos años: desde
la sociedad civil somos capaces de contribuir activamente con las soluciones. Cuando
logramos trabajar juntos, por una agenda común, somos parte de esa gran transformación
que nuestra ciudad exige. Frente a los retos que tenemos enfrente, sabemos y podemos.
La pregunta que verdaderamente debemos hacernos, la que nos reta, la que nos va a
probar como visionarios, como solidarios, en fin… la que les dejo, con la que me quedo
es: ¿queremos?
Muchas gracias.