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TTB 5023 Página 1 de Programa No. 1057 PROGRAMA No. 1057 JOEL Capítulo 2:4 - 14 Continuamos hoy, nuestra marcha por el libro de Joel, y comenzaremos nuestro estudio en el capítulo 2, versículo 4. Ahora, en el capítulo 1, dijimos que se presentó una plaga de langostas en aquel día, y que Joel estaba diciéndole a la gente que eso era una advertencia de parte de Dios. Joel, el primero de los profetas que escribió, condena la embriaguez entre la gente. Él no está condenando la idolatría aquí. Aparentemente no había comenzado aún, y él es el profeta para el reino del sur, el reino de Judá. Ellos aún estaban yendo al templo, por lo menos estaban mostrando exteriormente cierta forma de adoración en esa época en particular. Pero el profeta, en su primer capítulo, describe esta gran plaga de langostas. Nunca ha habido nada como eso. Era un juicio de parte de Dios. Luego, él comparó esa plaga de langostas a un día que vendría, al cual él llamó “el Día de Jehová”. Ya que él fue el primero de los profetas que escribió, él colocó por así decirlo, como una barrera alrededor de ese período. Comienza de noche. Comienza con el período de la Gran Tribulación que está en el futuro todavía. Y será concluido al fin del milenio, cuando Cristo ponga fin a la rebelión final y comience el reino eterno. Así es que el “día deJehová” comienza de noche, y luego avanza hacia el día. Comienza con la Gran Tribulación y avanza hacia el reino milenario. Ahora, en el capítulo 2, como indicamos en nuestro programa anterior, tenemos una maravillosa mezcla presentada por el profeta de la plaga de langostas que entra al día de

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PROGRAMA No. 1057

JOEL

Capítulo 2:4 - 14

Continuamos hoy, nuestra marcha por el libro de Joel, y comenzaremos nuestro estudio

en el capítulo 2, versículo 4. Ahora, en el capítulo 1, dijimos que se presentó una plaga de

langostas en aquel día, y que Joel estaba diciéndole a la gente que eso era una advertencia

de parte de Dios. Joel, el primero de los profetas que escribió, condena la embriaguez entre

la gente. Él no está condenando la idolatría aquí. Aparentemente no había comenzado

aún, y él es el profeta para el reino del sur, el reino de Judá. Ellos aún estaban yendo al

templo, por lo menos estaban mostrando exteriormente cierta forma de adoración en esa

época en particular.

Pero el profeta, en su primer capítulo, describe esta gran plaga de langostas. Nunca ha

habido nada como eso. Era un juicio de parte de Dios. Luego, él comparó esa plaga de

langostas a un día que vendría, al cual él llamó “el Día de Jehová”. Ya que él fue el

primero de los profetas que escribió, él colocó por así decirlo, como una barrera alrededor

de ese período. Comienza de noche. Comienza con el período de la Gran Tribulación que

está en el futuro todavía. Y será concluido al fin del milenio, cuando Cristo ponga fin a la

rebelión final y comience el reino eterno. Así es que el “día deJehová” comienza de noche,

y luego avanza hacia el día. Comienza con la Gran Tribulación y avanza hacia el reino

milenario.

Ahora, en el capítulo 2, como indicamos en nuestro programa anterior, tenemos una

maravillosa mezcla presentada por el profeta de la plaga de langostas que entra al día de

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Jehová. Hay ciertas similitudes, y también, por supuesto, hay ciertos contrastes. Pero él

hace una tarea maravillosa de combinar uno con el otro. Es decir, que es, ha sido, y será el

método de todos los profetas que escriben, como hemos visto anteriormente, aquellos a

quienes se les ha llamado los profetas mayores. Y Oseas fue otro ejemplo de eso también.

Dios toma una situación local, y cada profeta tenía que hablar a una situación local.

Ahora, comenzando con el versículo 4 de este capítulo 2 de Joel, el profeta describe esta

plaga de langostas, y está comenzando a hacer una aplicación al Día de Jehová. Y él dice

en los versículos 4 al 6:

4Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán. 5Como

estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de

fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla. 6Delante

de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes. (Joel 2:4-6)

Es decir, que todo será quemado. Y el versículo 7, dice:

7Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual

marchará por su camino, y no torcerá su rumbo. (Joel 2:7)

El escritor de los Proverbios nos dice que las langostas avanzan como en un ejército,

pero que no tienen rey, no tienen ningún líder y no necesitan un lider. Aparentemente cada

uno conoce su propio lugar. Y vinieron en forma de bandas de un ejército, y creemos que

cuando él describió aquí cuatro grupos diferentes de langostas, lo que está describiendo, en

realidad, es el movimiento de grandes ejércitos; y aquí tenemos a un ejército de langostas.

Ahora, en los días postreros vendrá contra esa tierra otro ejército y será como una plaga de

langostas. Aquí se nos dice eso, y eso nos sirve de preparación para lo que Juan dirá más

adelante al escribir el libro de Apocalipsis. Él nos va a hablar en cuanto a una plaga de

langostas que tendrá lugar en esa tierra, durante la época cuando se toque la quinta

trompeta. Es en realidad el primer “ay”. Nosotros opinamos que aquí estamos en medio

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del período de la Gran Tribulación con todos sus horrores. Leamos en Apocalipsis,

capítulo 9, versículos 1 al 4: El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del

cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y subió

humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del

pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como tienen poder los

escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa

verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios

en sus frentes. Note usted: Se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa

verde alguna. Aquí tenemos a una langosta bastante diferente. Las cosas verdes son las

que las langostas atacan normalmente. Ellas no atacan a los seres humanos. Ellas han

atacado todo aquello que es verde, y dejan sin ninguna hoja aquello que antes era verde y

hermoso. Y ellas avanzan poderosamente y destruyen todo a su paso. Y aquí tenemos a

estas langostas que no van a dañar nada, que sea verde. Dice: Y se les mandó que no

dañaran a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna ni a ningún árbol, sino solamente a

los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes. Y les fue dado, no que los

matasen, sino que los atormentasen cinco meses; y su tormento era como tormento de

escorpión cuando hiere al hombre. Y en aquellos días, los hombres buscarán la muerte, pero

no la hallarán; y ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos. Será una época tan terrible,

amigo oyente, que los hombres buscarán morir pero no podrán hacerlo. Es decir que no

podrán suicidarse. Ahora, en el capítulo 9 de Apocalipsis, versículos 7 al 11, dice aquí: El

aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas

tenían como coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como

cabello de mujer; sus dientes eran como de leones; tenían corazas como corazas de hierro; el

ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos corriendo a la batalla;

tenían colas como escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a

los hombres durante 5 meses. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre

en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión. Amigo oyente, este tipo de langostas del cual se

nos habla en los primeros 11 versículos del capítulo 9 de Apocalipsis que acabamos de leer,

es algo muy fuera de lo común. Y eso tendrá lugar durante la Gran Tribulación.

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Usted puede apreciar, entonces, a Joel, muy allá al principio mismo de los profetas que

han escrito. Joel prepara el terreno para que Juan venga más adelante y nos dé una

descripción detallada de todo esto. Esa es la razón por la cual opinamos que hoy es trágico

para alguien que se convierta, y luego comience una clase bíblica. Hay tantos que están

haciendo esto hoy. Ellos comienzan una clase bíblica, y lo sorprendente es que comienzan a

enseñar el evangelio de Juan o comienzan a enseñar el libro de Apocalipsis. A nuestro

juicio, allí no es donde uno debe comenzar con los nuevos creyentes. Esa es la razón por la

cual decimos que se debe comenzar con el libro de Mateo, creemos que Mateo es un libro

clave para la Biblia, y mientras uno no llegue a comprender a Mateo, no creemos que uno

pueda llegar a comprender el mensaje de Juan. Y sabemos que uno pierde el mensaje

completo del libro de Apocalipsis. Por esa razón, amigo oyente, podemos apreciar a Joel,

ese pequeño profeta que ha sido ignorado tanto, y es algo esencial para entender el libro de

Apocalipsis. ¿Le parece a usted, amigo oyente, que somos dogmáticos cuando hablamos

así? Bueno, esperamos serlo, amigo oyente, porque queremos que usted sepa que somos

dogmáticos en cosas como estas, y si no podemos ser dogmáticos, entonces, lo diremos.

Pensamos que hoy la Palabra de Dios necesita ser enseñada con autoridad. Si es la Palabra

de Dios, lo cual creemos con todo nuestro corazón, es algo muy importante, y es mucho más

dogmático que algunas de las cosas que uno escucha hoy por allí, que vienen de parte del

gobierno, de los políticos, de los científicos, o que vienen de las entrevistas que uno ve en la

televisión. La Palabra de Dios, amigo oyente, tiene mucho más autoridad. Por tanto,

queremos ser dogmáticos en cuanto a esto, porque lo creemos con todo nuestro corazón.

Bien, regresemos ahora al libro de Joel al capítulo 2, y veamos lo que nos dice el

versículo 7:

7Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual

marchará por su camino, y no torcerá su rumbo. (Joel 2:7)

Usted puede apreciar que Joel está comenzando a salir de una plaga de langostas local

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hacia el futuro, hacia aquello que vendrá y lo que él ya ha llamado dos veces “el día de

Jehová”. Vamos a ver ahora que él está hablando en cuanto al “Día de Jehová”. Leamos

los versículos 8 y 9, ahora:

8Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo

sobre la espada no se herirán. 9Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por

las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones. (Joel 2:8-9)

Bien, así no era como actuaban las langostas en aquellos días. Ellas buscaban algo

verde, algo que comer. Y en el versículo 10, leemos:

10Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se

oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. (Joel 2:10)

Ahora, esto es algo más que una plaga de langostas, o de otra manera, Joel está

exagerando; y los profetas no exageraban, amigo oyente. Este es el cuadro que Juan nos

presenta allá en Apocalipsis y que tendrá lugar durante el período de la Gran Tribulación.

Ahora, el versículo 11 de este capítulo 2 de Joel, dice:

11Y Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su

campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y

muy terrible; ¿quién podrá soportarlo? (Joel 2:11)

El profeta menciona por tercera vez al día de Jehová. Y eso calza muy bien con aquello

que el Señor Jesucristo dijo, que si esos días no eran acortados, no habría carne que

pudiera sobrevivir. Y luego, dice: ¿Quién podrá soportarlo? Bien, Juan, en el libro de

Apocalipsis, nos da la respuesta. Él dijo que al comienzo de este período, Dios iba a

detener todo, todas las fuerzas de la naturaleza. Que no iba a soplar el viento. Y Dios dice

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que si alguien va a pasar a través de este período, será Su pueblo; ellos tendrán que ser

sellados. Y él selló a 144.000 de la nación de Israel, pero habrá una gran compañía de

gentiles que podrán pasar a través de ese período. Aquí tenemos, entonces, una buena

pregunta presentada por Joel, quien dijo: ¿Quién podrá soportarlo? ¿Soportar qué?

Soportar el día de Jehová. Y él ya ha dejado en claro que el día de Jehová comienza con la

oscuridad, como el día hebreo, con la caída del sol. Podemos soportar o aguantar durante

la noche, pero el gozo viene en la mañana. Y así es como Dios hace las cosas. Llegamos

ahora al versículo 12. ¿Qué es lo que puede hacer el pueblo de Dios, o qué puede hacer un

pecador en un período como este? Bueno, en el versículo 12 de este capítulo 2 de Joel,

leemos:

12Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con

ayuno y lloro y lamento. (Joel 2:12)

Dios está diciéndole a Su pueblo que se había apartado de Él, que se arrepienta. ¿Qué

es lo que quiere decir con convertirse o arrepentirse? Bueno, el arrepentirse no significa

primordialmente el derramar lágrimas. Eso es un resultado nada más. El arrepentirse

significa el cambiar su forma de pensar, y luego, usted indica que ha cambiado su forma de

pensar dando una media vuelta. El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon

McGee contaba que en cierta ocasión, él fue a visitar a un hombre que había sido como un

padre para él, era una persona que le había ayudado mucho en sus estudios, y que, en

realidad, le amaba como a padre. En cierta ocasión fue a visitarle al banco donde él

trabajaba, y le contó algo que había pensado, y este hombre le hizo saber a él que lo que

había presentado no era una idea muy buena, y se lo dijo de una manera muy clara.

Ahora, eso, hizo que el Doctor McGee se enojara y salió de la oficina de ese hombre

rápidamente. Pero cuando llegó a la puerta del edificio, él pensó: “Bueno, eso no está bien.

Yo le debo a este hombre mucho”. Así es que él dio media vuelta, y regresó. ¿Sabe por qué

regresó el Dr. McGee? Porque él pensó en su corazón que era algo que debería hacer.

Cuando regresó a la oficina de ese hombre, vio que lágrimas estaban corriendo por sus

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mejillas. Ahora, ¿qué fue lo que hizo el Dr. McGee? Él se arrepintió. Se arrepintió de lo

que había hecho, y lo manifestó dando media vuelta y regresando. Ahora, Dios aquí está

diciéndole a Su pueblo: Convertíos a mí con todo vuestro corazón. Es decir, que tenían que

arrepentirse. Y el resultado de eso será el ayuno y el lloro y el lamento. Ese es el resultado

de la conversión. Hay muchas personas que piensan que, si uno puede ir hasta el frente de

la iglesia y derramar algunas lágrimas, ah, que ya se ha convertido. Algunos de nosotros

hemos pasado por eso, y sabemos que no tiene ningún significado.

Ahora, el profeta sigue hablando, y nos dice algo maravilloso aquí en el versículo 13 de

este capítulo 2 de Joel; dice:

13Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios;

porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que

se duele del castigo. (Joel 2:13)

Esta tiene que ser una experiencia del corazón, no de sus vestidos. En realidad, al sumo

sacerdote se le prohibía que rasgara sus vestidos. Uno no demuestra eso siendo un

fanático. Debía rasgarse el corazón; dice: Y convertíos a Jehová vuestro Dios. Eso es

arrepentimiento. Bueno, veamos lo que dice el resto del versículo 13:

porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que

se duele del castigo. (Joel 2:13)

Cuando nos toque estudiar el libro de Jonás, vamos a hablar nuevamente en cuanto a lo

que significa que Dios se arrepiente. Eso lo vimos ya allá en el libro de Éxodo. Dios nunca

cambia su forma de pensar, amigo oyente. Dios es inmutable. Dios nunca cambia, pero

Dios, cuando le ha dicho al pecador que se arrepienta y se vuelve a Él, Dios le dice: “Yo te

voy a juzgar, pero tú ahora te has vuelto a mí, y no te voy a castigar”. ¿Por qué? Porque

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misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del

castigo. Parecería que hubiera cambiado Su forma de pensar, pero Él no ha hecho eso,

porque Dios siempre es bueno, y siempre es misericordioso. Eso es lo que parecía suceder

en Egipto, que Dios había cambiado su forma de pensar; sin embargo, Dios no había

cambiado su forma de pensar. Él continuó enviando las plagas a los egipcios. Y en cuanto

a la ciudad de Nínive, Dios dijo que la iba a destruir, pero no lo hizo. ¿Qué sucedió?

Nínive se arrepintió y se volvió a Dios, y parecería que Dios hubiera cambiado porque

había dicho que iba a destruir esa ciudad. Pero, amigo oyente, usted ve que Dios no lo

hace. Ahora, ¿por qué no lo hizo Dios? No es porque Él hubiera cambiado su forma de

pensar, sino porque es inmutable. Él nunca cambia. Es porque Él siempre es bueno, y Él

siempre es misericordioso. Él siempre es lento para la ira. Él siempre demuestra mucha

clemencia. Y, amigo oyente, usted puede depender de Dios, confiar en Él. No sabemos

cómo el mundo le está tratando a usted, amigo oyente, pero no creemos que el mundo

pueda ser muy clemente o misericordioso, en cambio Dios, sí lo es. Y ¿por qué es que

mucha gente no va a Él donde puede obtener muchas cosas buenas de su parte? ¡No lo

entendemos! Ahora, el versículo 14, de este capítulo 2 de Joel, dice:

14¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda

y libación para Jehová vuestro Dios? (Joel 2:14)

Dios les bendecirá a ustedes nuevamente en el campo, y en el viñedo, y tendrán ofrenda

y libación para Jehová. Y a propósito, la ofrenda de libación se menciona aquí ahora, pero

no hay instrucciones en el libro de Levítico para una ofrenda de libación. La ofrenda de

libación se derramaba sobre la otra ofrenda, y era parte de la otra ofrenda. Era

derramada sobre eso, y se elevaba como vapor sobre los carbones encendidos. Y usted

recuerda que el Apóstol Pablo dijo que él quería que su vida fuera así, como una ofrenda

de libación, una ofrenda sobre el sacrificio de Cristo. Él quería desaparecer así, como un

vapor porque pensaba que él no valía mucho. Lo que es importante, amigo oyente, es la

redención que tenemos en Cristo. ¡Qué cuadro más maravilloso el que tenemos aquí!

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Y vamos a detenernos hoy aquí. Continuaremos, Dios mediante, en nuestro próximo

programa. Mientras tanto, le sugerimos leer el resto de este capítulo 2 de Joel para estar

así mejor familiarizado con su contenido. Aunque este es un libro de apenas 3 capítulos, es

profundo en contenido y deseamos sacar el mayor provecho posible de él.