Bakker, Gerald y Clark, Len - La Explicación, una introducción a la filosofía de la ciencia

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    ililililtflilutll00102220El presente texto intenta mostrar, centrndoseen el concepto de explicacin, fa importanciaque tiene Ia filosofa para la ciencia natural.Vertebrado en un estilo dialctico y con un len-guaje accesible a lectores no-filsofos, desbro-za un camino indito por el que explorar losgrandes temas de la filosofa de la ciencia. Co-mienza por distinguir entre ciencia y pseudo-ciencia, como modo de comprender los mni-mos que requiere una explicacin para serconsiderada cientfica, y qu es lo que haceque una explicacin cientfica sea meTor o msadecuada que otra. A continuacin, se da unrepaso a Ia visin aristotlica y cartesiana; lascrticas de Hume a la causalidad y Ia induc-cin, y las rplicas kantiana y racionalista; latradicin positivista; Ia obra de Hempel, Scri-ven y/ a travs de sta, Ia de Wittgenstein. Ade-ms, temas tales como la realidad de los uni-versales, Iibertad humana y determinismo,relacin entre religin y ciencia, o Ia relacinde la explicacin cientfica con otras formas deexplicacin, como la que se da en Ia historia oen la tica, son tambin algunos de los asuntostratados en este libro.

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    CERALD BAKKER y LEN CLARKLA EXPTICACINUNA INTRODUCCIN A LA,FILOSOFIA DE tA CIENCIA

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    46 I.\ EXPLIC"{CINglado de seguridad cuando hayamos explorado las diferentes teoras sobrela ndole de la explicacin cientfica en las que dichojuicio poda basarse.Hemos planteado en este captulo cuesones acerca de la importanciade la comunidad cientfica, la ndole de la prueba y la relacin entre laprediccin y la explicacin. En el captulo III exploraremos estas cuestio-nes ms a fondo examinando el concepto de causalidad, un conceptofundamental en la ciencia: En la comunidad cientca existe desacuerdosobre la naturaleza de la causalidad y su papel en la explicacin cientfica.Del mismo modo que hemos hecho con la polmica entre ciencia ypseudociencia, intentaremos exponer distintas Posturas pero no dejare-mos resuelta la disputa. Esta tarea queda para el lector.Lecturas complementarias

    Gorosuru, DoNero, ed,: Scimtists confront Vekhoashi. lthaca, N.Y.: CornellUniversity Press, 1977En este libro se incluyen algunas de las ponencias presentadas en elsimposio sobre las opiniones de Velikovski, durante la reunin de laAsociacin Americana para el Avance de ta Ciencia de 1974.Tnecero, Paul: "Why Asology Is a Pseudoscience". Incluido en 1r-trod.uctqry Rzad.ings in the Philasoph! of Scimce, editado por E.D. Klemke, R.Hollinger, yA. D. Kline. Buffalo. N.Y.: Prometheus Books, 1980, pp.6e75.Es un punto de vista serio de cmo distinguir entre ciencia ypseudociencia. Es de destacar la importancia que Thagard da al papel quedesempea la comunidad cientfica.KrrcHER, PHrLrp: ,{u sing Science: The Case Against Creationisrn. Cvmbridge,Mass.: MIT Press, 1982.Kitcher ha hecho un buen trabdo sobre el {ebate creacin-evoluciny la forma en que debemos reconocer la pseudociencia.IIAIEN, N4ARsnA P., OsI-Er, MeRcerrJ. y Wrv.+{T, Rotrtr G., edsI Scimce,

    Pszudo-Scimce and. Society. Waterloo, Ontario: Wilfred Laurier U.P., 1980.Esta obra comprende las ponencias impartidas en la Universidad deCalgary. El tratamiento que se da al tema es sustancial y cubre la gama deopiniones de los que creen que la demarcacin entre ciencia y pseudocienciaest lo suficientemente clara para aquellos que mantienen qrre la dis-tincin entre ambas ya n es posible.G,cnnN, M,urr: Fds and Fallacies.2r cd. Nttcvt Vrkr l)ovcrPublications, 1959.Dis< rsi{n rolrrc la ls

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    48 l^ tx t, ,( !\( x)Nhan reaccionado contra Vclikovski (aun

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    50 r-4 ExpLrcACrNmovimiento de tierra sigue al impacto de la pala del bulld.oztr. Sir. embargo,la pala causa el movimiento de tierra, mientras que la noche no es causadel da en ningn sentido ordinario. La confianza que tenemos en la palade la mquina explanadora como causa se ve reforzada por nuestra per-cepcin de su impulso y aceleracin: de la fuerza que posee y que la calificacomo causa. La necesaria relacin entre causa y efecto parece explicarsepor las cualidades que la causa posee.El principio causal mantiene que los acontecimientos han de versecomo efectos de causas que han de ser necesarias y suficientes, y al sistemade causas y efectos interconectados se le denomina nexo causal. Si secontempla el universo en su totalidad como un nexo causal de este tipo,los acontecimientos que en l se dan puede decirse que estn determina-dos causalmente. Tambin podemos mantener que un acontecimientodado est determinado causalmente, o que un sistema dado constituye unnexo causal, sin afirmar que el universo en su totalidad est determinado.El que el universo en su conjunto est determinado o que puedan consi-derarse determinados sistemas aislados, forma parte de un problema sobreel que volveremos en el Captulo X.

    Por qu identificar la explicacin con la presentacin de las causas?Para muchos, la respuesta reside en los conceptos de poder y de fuerzageneradora que hemos mencionado antes. Parecea que localizar la fuerzaque se esconde tras la aparicin de los fenmenos fuera "revelar lossecretos de la naturaleza, "hallar lo que hace que las cosas funcionen"o ser capaz de controlar a la naturaleza manipulando las causas de lascosas, empresa que nos atrae a la mayoria de nosotros.Tipos de explicaciones causalesVamos a desarrollar, as pues, en este captulo, la idea de que explicar unacontecimiento es dar sus causas, y que una buena explicacin cientfica,sea lo que fuere adems, es al menos una explicacin que intenta con rigor,mejor que obtener explicaciones preas, Iocalizar las causas de los acon-tecimientos que nos interesan. Para cumplir este propsito, tendremos queexaminar el concepto de causa, que es a su vez complejo. Un poco dereflexin nos convencer de que, al interesarnos por las causas, podramosestarnos refiriendo a muy distintas clases de explicacin. A lo largo delcaptulo examinaremos los ataques que se han dirigido al principio dccausalidad como base de la explicacin cientfica, y las reipreitni (luc schan dado a tales ataqres.

    CAUSAUDADY EXPUCACIN 51Una forma de convencernos de la diversidad de las preguntas causalescs considerar las preguntas que hacen los nios. Suponte que tu hermanox:queo est mirando cmo juegas al billar americano. Mides el golpe, lerlas a la bola blancay sta golpea a la bola nmero cinco, la cual va rodandol(lntamente con un ngulo de 45 grados y se mete por la tronera de lacsquina. Tu hermanito pregunta: "Por qu ha pasado eso?". Pues bien:cn qu consiste la pregunta? Quiz piensas que tu hermano es un jovenB(:metra lleno de curiosidad, y procedes a explicarle que las direcciones(lre han adoptado la bola blanca y la cinco, a partir del impacto, sonr.jcmplos de un conjunto complejo de relaciones geomtricas que explicanxrr qu [a bola nmero cinco ha seguido derecha.Pero, supongamos que ofreces esta respuesta perfectamente razonabley tu hermano sigue mostrndose perpleio, Probablemente intentars en-lorrces explorar otras formas de aclarar lo ocurrido, sobre todo dado quetr sientes lleno de paciencia, toda vez que el disparo te ha salido bien. Yl() intentas de nuevo: "Quieres decir que por qu la bola nmero cincoo se ha roto en pedazos en vez de ir rodando y meterse en la tronera?".

    Al hacer esta pregunta tienes la sospecha de que tu hermano no quierelonnular aqu una pregunta de geometra, sino que est haciendo unalrrcgunta "material". Te dispones a ofrecer una contestacin relativa a losrrateriales con los que se fabrican las bolas de billar, materiales que laskrt;rn de un poco de elasticidad a la vez que de una considerable resirlcncia, pero observas que este tipo de respuesta causal tarnpoco ha con-rcguido que desaparezca ta perplejidad de la cara de tu hermano.Llegado a ete punto, puede que se te ocurra una tercera clase decxrlicacin causal. Quiz tu hermano no estaba atento al juego y no orrrc pegabas a la bola blanca y que sta haca impacto en la cinco. Alx'usarlo as, diras: "Esta bola, la blanca, ha pegado en la otra, y por esoc ha modo". En este caso, has apelado, no a la configuracin delirlontecimiento, ni a los materiales, sino a aquello que, con su momiento,Irir originado un momiento en otro sitio.Pcro imagnate que tienes un da malsimo, sin ganas de dar expli-tiu ioncs, y que tu hermano sigue perplejo respecto al curso de los acon-l('( iricntos. Observars que hay otro sentido "causal" ms de la pre-grurtr .Por qu ha ocurrido eso de la manera en que ha ocunido?". Unicrrti(lo (lcl que todava no nos hemos ocupado. Quiz tu hermano estiurrririr:n

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    52 tA EX?LICACIoNpartida. Y si no dejas de hacer preguntas te voy a meter a ti tambin porella".Uno de los primeros pensadores que se ocup de manera sistemticade las preguntas causales fue Aristteles. Como parte de su anlisis,Aistteles reconoci los cuato sentidos anteriores en los que cabra hacerpreguntas causales, e insisti en que, antes de que podamos estar segurosde haber alcar.zado un conocimiento cientfico de un hecho, deberemos,como mnimo, contestar a esas cuatro preguntas. Esos sentidos los deno-min y defrni de la manera siguiente 5:l. La causa fmmal es la "esencia" o estructura, la configuracin o formadel acontecimiento o del objeto. Al recurrir a los ngulos de impactoestaramos sin duda refirindonos a la causa formal.2. Lt causa material es la materia que interviene y que, en virtud de suscualidades (de dureza y elasticidad, en el ejemplo anterior) puedehacer que un acontecimiento se produzca de una manera determi-nada.3. La causa ertcinte es aquello que inicia el movimiento en cuestin (ulacausa primaria del cambio de estado, del paso al momiento o alreposo). En este caso hay toda una cadena de causas eficientes,empezando por la bola blanca y remontndose hasta el taco, tu brazo,etctera.4. La causa final (o causa tekolca) es "aqulla en razn de la cual sehace algo" que, en este caso, dando por supuesto que queas hacerel disparo que has hecho, sera el triunfo en el juego.

    Es edente que las cuatro preguntas causales no son siempre adecua-das. No se pregunta por una causa material para explicar las propiedadesde un tringulo. Ni nadie, salvo un fiscal suspicaz en exceso, insiste siempreen dar por supuesta una intencin, o una causa final, detrs de cadaaccidente de trfico. Estas categoras de preguntas causales no se excluyenpor lo dems mutuamente. Podramos exponer ejemplos dificiles en losque no se tendra clara la clase de causa implicada. Pero Aistteles pensque esta lista era exhaustiaa. Lo valioso de tener una lista exhaustiva resideen que de esa manera se conocen todos los tipos de pregunta que hay quehacer si se pretende buscar el conbcimiento cientfico. Las respuestas

    ' Aristteles, Ph)it, cn 'fh Barif Wori. of Ansb, tradr.cn dr R. MrKflrrr (NrrcvaV,rk: Random Housc, l94l), pp. 24G241, t,ar palalrri (lc Arlrl/lcht, rn l lthrhk.'l/nt (k'M(Kc()n. van cntrccorDilll(lri.

    C{USALIDAD y ExpLIc\crN 53r ornpletas a las cuatro preguntas causales deberan satisfacer el deseo derrr cientfico (o de un hermano menor) de entender por qu sucede algo.La clasificacin de las causas que hiciera Aristteles ha seguido siendoun importante marco para pensar sobre la explicacin. De hecho, pode-rros utilizar su clasificacin para comprender mejor algunas de las prin-r irales discusiones que han mantenido cientficos y filsofos de la ciencia.l,irr la mayor parte de estas discusiones han concurrido intentos de ponerr k relieve un tipo de explicacin causal que hace que sta sea especialmen-tc iluminadora, o de eliminar uno o ms tipos por anticientficos, o detl.tlrrcir unos tipos a otros. Vamos a examinar algunos de estos intentos.

    La insistr.cia at la anua fomul. Para Ren Descartes, las matemticasrloporcionaban el mtodo ideal para las ciencias. Convencido por suslr ll)ajos de geometra analtica que el mejor modo de abordar la fisica erafl r.rrfbque matemtico, argumentaba que la insistencia enla estructura deli rs acontecimientos debera sustituir a la preocupacin por la finadad quex'r'siguen. Esta recomendacin supona en realidad un respaldo de lasr,rrrsas formales con preferencia a las causas finales. Descartes estaba con-rtrrtido de que la "finalidad de la naturaleza", el de5igo de los acon-lri irnientos", los propsitos de Dios" no eran de todos modos cognosci-Irk s cuando se referan a las cosas fisicas, y que las especulaciones en torno lrs mismos eran por tanto una prdida de tiempo.

    ...1a especie de causa a la que se denomina final no halla til empleo enlas cosas fisicas [o naturales]; pues no se me antoja que )o pueda, sin in-currir en temeridad, trtar de investigar los frnes [inexcrutables] de Dios 6.I,ll punto de sta de Descartes constituy una parte importante de lattrxk:rna revolucin cientca. Con la creciente importancia de las mate-rrt'tli

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    54 !^ lxt't,tc^(xNdinas y del carcter razonalle rlt. la crcacin de Dios. En consecuencia,caba pensar que los argrmcnt()i (.artcsiarros pidiendo que se mantuvierandiferenciadas la teologa y la fisicl habln asostado un duro golpe al usode las causas finales en la ciencia natural. Sin embargo, las causas finalessiguieron siendo defendidas, no precisarentc por su utilidad para mezclarciencia y teologa, sino por su podcr para orientar los descubrimienroscientficos. Antes de Descartes, Kepler haba considerado que sus investi-gaciones conducan a explicaciones en trminos de causas finales, CreaKepler haber "alca\zado una nueva conccpcin de la causalidad, a saber;la idea de que la armona matemtica que poda descubrirse como algosubyacente en los hechos observados era la carsa de stos, [a razrr, comol sola expresarse, de por qu los hechos son como sono 7.Siguiendo a Descartes, incluso los pensadores que estaban de acuerdocon l reipecto a la importancia de las explicaciones basadas en la causaformal -la estructura matemtica de los acontecimientos como clave paracomprenderlos- seguan muchas veces exigiendo el reconocimiento delas causas finales. Leibniz, el gran filsofo alemn del siglo xr.rr, afirmabaque no hemos de tener escrpulos en apelar a las razones en el reino dela naturaleza, y citaba a Snell como alguien que fecundamente habarecurrido a las explicaciones segn la causa final:

    Parceme que Snell, que fue el primero en descubrir las leyes de larefraccin, habra tenido que esperar largo tiempo antes de hallarlas dehaber querido averiguar primeramente cmo es formada la luz. Peoal parecer sigui aquel mtodo que los antiguos emplearan para lacatptrica, es decir, el mtodo de las causas finales. Pues, mienrasbuscaban el modo ms sencillo para hacer llegar un rayo de luz desdeun punto dado hasta otro punto dado, mediante la reflexin desde unplano dado (suponiendo que tal fuese el designio de la naturaleza)descubrieron la igualdad de los ngutos de incidencia y reflexin, comopuede apreciarse en un pequeo tratado de Heliodoro de Larissa ytambin en otros sitios... La demostracin de este mismo teorema queha ofrecido Descartes, sirvindose de las causas eficientes, es muchomeno satisfactoria. Tenemos cuando menos motivos para pensar queste lDescartes] nunca habra hallado el principio por ese medio de nohaber tenido noticia en Holanda del descubrimiento de Snell s.? Edwin A. R^ttt, 'fhe Metapbs&l blndatiofls of Mulan I'hysnal ,\lriar (Nrlcv VrkrDoubleday, 1932), p. fi3, citado cn Bunge, (h1tsllitt, p.22tl.I f*ilniz. l)isaurs ot Mhlhlsi-\ cn lbnir, kh.lit' t (Nnrv[ York Sl.tlhllrr'i, lt)l'l),p. S2S.

    C{USAUDADY EXPLICACIN 55En tiempos ms recientes, la referencia a las causas finales, a los finesl llropsitos de la naturaleza, se ha \uelto cada vez menos aceptable paralir ruayora de los miembros de la comunidad cientfica. Por qu? La raznrriis convincente es que los cientficos han llegado a considerar inles laslxrlicaciones para las que no existe ninguna prueba adecuada. Esta caren-r i.r rle ensayabilidad parece caracterizar al menos a esas amplias referencias

    ,r lrs designios de la naturaleza que no tienen como resultado ningn tipor[' prediccin.I lay no obstante dos maneras en las que las explicaciones referidas al,r causas finales pueden resultar tiles todava. En primer lugar, desdeNcwton, la fisica pas a apoyarse mucho en el concepto de fuerza. Sinl.rrrlrargo, Descartes recomendaba que la nocin de fuerza no desempease

    rirrcl alguno en la fisica, ya que la consideraba una subrepticia apelacin lir causalidad frnal. Utilizar las fuerzas, pensaba, es atribuir un designion lir naturaleza. Las partculas, por ejemplo, "tienden naturalmente haciatrr rolo del imn. Trminos tales como atraccin o repuhin se le habran,rrloiado involuntarias revelaciones de que se haca referencia a intencio-rrt's all donde no haba lugar para ellas. Naturalmente que los fisicosr ontemporneos negaran estarse refiriendo a los propsitos de la natu-t rk'za o a las intenciones del imn, cuando utilizan palabras tales comottlurin. Pero, antes de que rechacemos la apelacin a la causa final comorrrrxkr legtimo de explicacin cientfica, habr que considerar deteni-rllrrrcnte, al menos, si conceptos tales como "fuerza" necesitan verselilx'rados de alusiones o sobreentendidos finalistas, o si ello es siquieraxrnible.l,a causa final o Ia explicacin teleolgica puede tambin tener im-lxrllancia en el campo de la biologa. Aunque los cientficos se resisten ltlibuir intenciones a la naturaleza inanimada o a los tomos, se sigue,t vcces haciendo referencia a las intenciones de los organismos e in-rlrrsr de las especies. Por qu teje una araa su tela? Sin duda ta res-rrrcsla ms directa, si tu insistente hermanito hace la pregunta, es: parar,rar insectos". La expresin qug se utiliza en esta respuesta parecer lirrrrente teleolgica o finalista. Hacemos referencia, aunque quiz loIr;rgarnos como metfora, a [a intencin de la araa. Por qu el pavo reallrr rlcsarrollado tan elaborado plumaje? Para atraer a las pavas? Obsrveserllre, arnque entendamos esta supuesta explicacin perfectamente, suninrplicitlad es engaosa. Un pavo real, en cuanto individuo, no elige entrirrgn scntido su plumaje. e trata de una caracterstica de la especiegcll1.1i( iuncnte determinada. Pero y la especie, elige, aunque sea metafGr k xrlcntc?

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    56 r,\ f,xpLIC"{cJNEntre los bilogos que estn de acuerdo en rechazar una atribucinliteral de intenciones reales a las especies y a los organismos individualmen-te considerados, se ha discutido sobre si incluso la metfora es necesariao til. Al fin y al cabo, parece existir un designio que adapta el compor-tamiento del animal a los mejores intereses de la especie. Un bilogocontemporneo que goza de gran respeto, Ernst Mayr, ha intentado

    mostrar en qu casos puede utilizarse la intencionalidad en ciencia demanera adecuada:Dnde es legtimo, as pues, hablar de intenciones e intencionalidaden la naturaleza y dnde no lo es? En la actualidad podemos dar unarespuesta firme y nada ambigua a esta pregunta. Un indiduo que-por usar el lenguaje de los ordenadores- ha sido "programado"puede actuar intencionalmente. Sin embargo, los procesos histricos zopueden actuar modos de un propsito. Un ave que inicia su migracin,un insecto que elige la planta de ta que va a ser comensal, un animalque eta a un predador, un macho que se pavonea ante una hembraactan todos ellos intencionalmente porque esn programados para

    actuar as. Cuando hablo del "indiduo" programado lo hago en unsentido amplio. Un ordenador programado es un indiduo" en estesentido, pero otro tanto ocurre, durante la reproduccin, con una parejade aves cuyos actos y culzt interaccin, instintivos y aprendidos, obede-cen, por as decirlo, a un slo programa.EI cdigo del ADN de cada cigoto (clula ovrica fertilizada), rotal-mente indidual, y sin embargo especifico de la especie, que controlael desarrollo de los sistemas nerviosos central y perifrico, de los rganossensoriales, de las hormonas, de la fisiotoga y la morfologa, es elprograma para el ordenador del comportamiento de ese individuoconcreto,La seleccin natural hace todo lo que puede para favorecer lareproduccin de los cdigos que garanticen un comportamiento queaumente la aptitud. Un programa de comportamiento que garantice lareaccin instantnea correcta ante una potencial fuente de alimento,ante un enemigo potencial ante una potencial pareja, ofrecer sinduda una mayor aptitud en el sentido darwiniano que un programa quecarezca d,e tales propiedades. Y una vez ms, un programa de compor-tamiento que permita un aprgndizaje adecuado y la mejora de lasreacciones conductuales mediante diversos tipos de retroalimentacinproporciona una mayor probabilidad de supervivencia qrre un prr)granal que falten tales propiedades.El acto intencional de un individur>, cn la rllklr.t rllc r. bnsct.n pr

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    58 lAExPLrcACrNsido la ofensiva llevada a cabo contra el concepto de causatidad en s. Msprecisamente: muchos pensadores han llegado a dudar de nues.a capa-cidad para conocer las causas reales de los fenmenos y han mantenido,en consecuencia, que los cientficos deben reducir al mnimo el uso delconcepto de causa o abandonarlo por completo.La crtica ms contundente del conocimiento causal se encuentra enla obra del empirista britnico David Hume. Su fitosctfia representa laculminacin del desarrollo del pensamiento empirista en Gran Bretaadurante los siglos xlrr y xr,,ru. La afrrmacin bsica de la escuela empirisrala haba bosquejado previamenteJohn Locke, en 7690, en sw Ensalo relatiuoal conocimiento hunano (Essay Concerning Human {Jnderstang) . Los empiristasempezaban por insistir en que reduzcamos nuestras afirmaciones refe-rentes a la realidad a afirmaciones que estamos en condiciones de hacer.Locke denominaba a esta premisa un paso hacia la filosofia crtica, con-cepto con el que quera decir que deberamos explorar los lmites denuestras posibilidades de entender antes de hacer afirmaciones excesivascuya verificacin es imposible.

    Cul era, as pues, para los empiristas, el lmite del conocimiento? Surespuesta rezaba que, para encontrar ese lmite, tendramo queremontarnos hasta las fuentes de nuestro conocimiento, y que, de hacerloas, hallaramos que todo nuestro conocimiento procede de la experiencia.De lo cual se sigue que, si no somos capaces de ofrecer el pedigree d.e rraafirmacin que dice contener una verdad citando las pruebas de la expe-riencia que la confirma, ms vale que no hagamos tal afirmacin enabsoluto.En Ia poca en la que Hume escriba, esta doctrina empirista haballegado a ser bastante especfrca. El programa general de Hume consistaen buscar las fuentes de todas nuestras id,eas m ku impresiones de las que esasid,eas son simplznent capia y no permitir luego que se haga afirmacinalguna sobre la realidad que no pueda obtenerse a partir de esas impre-siones originales. Hume quera localizar en nuestra experiencia [a fuentede la idea de causa. La seleccin que sigue es tomada de An InquiryC,oncuning Human Understand,ing (Indagacin en tqno al mtmd,imimto hutna-no) que publicara Hume en 174812.

    P Dad Hume, Az lnqu iry Con.r.ing Hunnn llnd.starutiryl, en nlryl,y'. lltna, t'it$olthi.dI/ork, vol, 3, eds. T. H. (;rccn y T. H. (;rosi, l,ondrcr, 1882, l nollr ll. rlt rlc glna rchrn oiti

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    I-A EXPLIC{CIONpud,iiramos d,enominar su efecto. Solid,ez, extensin, mooimiento: estas analid,adesson en s mismes Perfectemcnte comqleto,s, ) nunca sealan a otro conocimiznto quede ellas pud,iera d,eriuarse. El uniaerso cambia constantemznte d escena, ) un objetosigue a otro en inintenumpid,q sucesin; pero el pod,er o la fuaza con que actaln entera maquinaria pefinanea por enterc oanlta a nuestros ojos, 1 nunca se reuelaen ninguna d,e ku alalidndls smsibls d,e los atffPos. Sabumos d,e hecho que el calores constante acompaante d,e la llama; pero respecto a rul sea la conexin entreambos, no nos cabe sino conjeturar o imaginarla. Es imposiblc, as pues, que h ideade poder pueda d,niaarse d,e la conttnFlacin d,e hs ctterpos, m c"a,sos singularesd,e su fundonamimto, puesto que ningin cunpo reoeln jamas pod,er alguno quepueda constituir el rtriginal de esta idea.Dado p(n tanto que los objetos extmos, tal coro aparecen ante los sttid,os, nonos proporcionan idca alguna de pod,er o d,e conexin necesaria pm el modo m queo|eran ell los concretos cctsos, aearws si tal lea pudiera d,sriuarse de la reflexinsobre las opnaciones de nuestrq, m,tnte, 1 pueda ser copia d,e im,presiones intrna;Pod,ra decirse que somos m todo momao ctscientes d,e un poder inlerno, ya quesLtimos que, ?or el simplz mand,ato d,e nuestra ooluntad. Podmos moter los rganosd nueslro cuerpo o dirigir Las acultades d,e nuestra nelte. Un acto de lolicinProd,uc mouituiento tn nuestros miembros o suscita una nuaa ida dn nuestrainaginacin. Esta inJluencia d b voluntal, conocmosl,tt, por la conscimcia, Deaqu ad,quirimos la ilea dc pod,n o mnga I estamos cizrtos d,e que nosotros mismos! tod,os los d,em,s seres inteligentes estn Posedos d,e poder. Esta id,ea, as pues, esuna id,ea d,e la reJbxi,n, Puesto que surge de reflzxionar acerca d It s operacionesde nuslra mznte y del mand,o que 4ercita, la aoluntad,, tanto sobre los rganos d,elcuerpo como sobre ku faa tadzs dzl alma.Procd,nmos a examinar esta pretensin, y m prirwr lugar en rktcin con lainJlumca d,e Ia volicin sobre los rganos corlorales. Esta influencia, pod,ernosobsavar, es un hecho que, como todo otro humano suceso, sln puede conocerse porexprrienciq, ) ja,rrus pued prnerse parliend,o de ninguna a?arente merga ni pod,eren la causa que conecte a sta con el efeao y haga que el uno sea infaliblzconsecuencia d,e ln otra. El motimimto d,e nuestro ruer|o sigue a l,a ord,m de nuestrauolunlad,, De esto somos conscimtes m tod,o nxom.ento. Pno los mcd,ios por los queesto se ertcta,, la, merga med,iante la aul 4eanta la !oh-.ntad, tan etctraord,inariaoperacin, d esto distamos tanto d st inmed,iatamsnte conscientes que d,ebe pqrsiempre escaqar a nuestro, m,s d,iligmte ind,agacin.En primer lugar: hay m tod,a La, naturalea un principio ms misteioso queel d,e La unin d,el alma con el casrpo, put el que una subslancia suiuestarnenteespiritual ad,quiere tal nfluencia sobre otra naterial Ere el m&s rtfruulo lrtsmim-to s capaz de ponfi n movinictlo ln m,s gmsta ,na,Gri.tl Si r lihemo,t.faruados para, mediant s?fflo d.s r, rnovff flo lalkat o runtn n htt tthtittus

    CAUSALIDAD Y EX"LICACINn sus rtas, tan aasta autorid,ad, no sera ,ns erctraordinaria y caera ms alllt nuestra comlrensin. Pro si, por mdia d.e la conscimcia percihamos algnlod$ o enrrga m In ooh,mtad, habramos d conocer este poder; habramos d,etonocer sus conexiones con el efecto; habramos d conocer In secreta unin de alma' tuupo, kz natutal,ant dc ambas substancias, que hace que la una pued,a operar,ktntos casos, sobre le otra.

    En segundo lugar: no sotnos capa,ces d.e mooer todos hs organos d,el cuaporon igual autoridad,, aun atand.o no podamos asignar razn alguna a tan notablllffencia entre ste y aquL. Por qu time bt ooluntad influmcia sobre la. lcngua,t lo. ded,os, y no sobre el corazn o el hgaio? Esta cuestin nunca habra dhthamos si fuhamos conscintes d un poder m el primtr caso y no m el segundo.l\tdliranos sntonce, con i.nde?end,encia dc la. experimcia, por qu k autoridad,h h oohtntad, sobre los rganos del cuapo se circunscibe d,entro de tan partiatkashnilcs. Conocimdo erx tal caso pbnamente el podr o la, fuaza por hs que lanlunlad, opera, sabramos taxbin por qu slt inJluencia a,lcanza precisqfi,ente ahth'\ .frontsras y no ua ms al1,.IIn hombre que sufre un sbito ataque de parlisis m h piema y el brazo, oqw hubiera pnd,ido reciqntmente esos ni.tnbros, tratar a aeces con freanencia d,ennurlos 1 empbarl.os en sus habihtals mnesteres, Ser tan conscimte dcl podn d,ettt nar sobre tq,ls niembtos como un hom.bre que gozase de perfecta stlud, la esto,rah lnda accianar cualquier ruiunbro que consere su nq,tura,l estad,o ) cond,icin.lto h qnscimcia nunca mgaa. En consecumcla, ni at, un caso ni m el otroutt o conscimtes de pod,rr alguno. Aprend.tmos el influjo d nuestra loluntol, d,ehr nln experimcia. Y tan sla l,o, experiencia nos ensea cmo un q,contecimio\t(ut nn consttncia a otro, sin instn irnos etu el screto nexo que junto las ata,htr o uelae inseparablzs.f,ln tercer l\gar: sabem,os por ln. anatoma que el objeto inmed,iato d,el pod,ern h nocin voluntaria no es el mienbro nisrno que es mouido, sino d,etmninalosnuvulos, 1 neruios, y energas animalzs, 1 tal vez algo rus sutil y desconocid,o alut'tit le l anal el moaimisnto se propaga sucesiaammte antes d que ahance alntt ro misma atrya mocin es objeto inmed,iato d,e lt oolicin, Puede haber unaltuth ms certera d que el poder por el que la operacin tod,a se ejea.r,ta, tan bjosIt tr directa y pbnamente conocid.o por un inlerior sentimiento o conscimcia es,fit i na)or d.e hs grados, misterioso e inintligible? Quiere aqu la mmte unrltlntnirudo suaso, e inmzd,iatamenta o,cacce otro, desconocid,o para nosolros mismos,t l|lelmtnl,c dislinlo del qte intenhibamos, Est sucso ?roduce a su uez uno nueuo,it ttoorilo igualmcnte. Hasta que fnalmznte, tres larga sucesin, prod,cese elu nnlimimto dseado. Pero si el pod,er orinal fuere sentid.o, habra d ser conorido:\t htnr runorido, hmbin habra d srlo su eeclo, Ja que toda podr es reletiott rtt tfrrlo, Y tit:atsa: si l r[cato no fuac conorid,o, no pod,r el poder conocerse

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    62 Lq. f,xPuc.q.clNni $ntirse. mo Podrenos en aerd'qd ser conscitttzs de un poder para murrnuestros mienbros, anando carecemos d l,al ?oder, sino t&n sla aquel de mwercieas qnerga.s animals, las atalzs, aunque finalment producen ln, mocin dnuestros miembros, operan no obstante en tal manerQ que hllanse totalrnent masalhi de nuestra com|rmn?

    Podemos m consecumcia conclub d tod,o ello, et|sro, sin temtrid'ad' ptro conconfianza, que nuestra idca dzl pod,er no es copiada de ningn stntimi1to niconsciencia d,e pod.sr dmtro de nosotros cuando suscitamos el moaimiento dnimalo apkcamos nuestros miembros a su pro?io uso ) menester. Que su mocin sigue elmandato de la aohmtad es cuestin de cotnn exPericncict, &l igual que otrosnaturals aconlecintientos. Pero el podtr o exega Por la que esto se decuta, comoen otros neturals succtos, es desconocido e inconcebl...La generalidad d.el g?nero humano no halla dificultad alguna m dar cumtad,e las rns cotnunes y familiares operaciones de La naturabru', tales como el descensod.e cuetPos celzstes, el oecimimto de las pl&ntas, lt, gmeracin de los animabs o lanutricin de los at erpos Por el alintmto, Su|onganwt n|ero que en tod,os eslos casosPrcibm tls hombres la fuerza misma o merga de la causa, por la cual se hallaconectad,a a su efecto ) es pcrr sinLpre infalible m su operacin. En ubiul de laprolongad.a consturnbre, a.d'qui,erm tal htibito de Ia mzntc que, al aparecer ln causa,espffan d,e inmed.iato y con cnrtanza su usual acom|aante, 1 apmas rondhmcomo posiblc que otro cualquier acontecimienta pudiera deriaarse de ell,a, F's slo alWsent&rse fenmmos et traordinq,rios, tals corno terremolos, pestilencias y prod'igiosd,e cualquier nd,ob, qtando se endrcntra,n perdid,os po,rQ asignarks una dedacausa ) para expkcar el modo m que el efecto u prod,ucido por ella. Es habitualque hs hombres que se a(n en tamaq difiaitades eanrran { algn principiointeligente inaisibl como causa inndiata de ese suceso que lcs ha soQrmd,ido) que creen que no puede explicarse pm los comunes Podores d,e l,o naturalza- Pnolos f.hsofos, que lleuan su esoutinio un poco tns bjos, pncibm de inmediato queincluso m las ms familiares hechos, la rnerga de la causa es ton ininteligbk comom los rnds inhatuales, y que slo por experimcia a,prmdemos la frecuente con-jl;rncn de los objetos, sin que seamos nunca capaus de comprmder nada semdentea ura conexin ntlrc ?llos...

    PARTE IIPero, para a@surafls a una conclusin d esta argumtnlaein, que se ha

    extend.id,o y en exceso: hemos buscado tn lano una idea dt podet o onexinneusaria tn todas ku fumtes de dondt podramos supowlkt tLrilnd.t l'trtt:c tquc, m ningn caso singulur de h 4matin d nuslttt rurntn\ lmk n; ltrt.,

    CAUSAUDADY Expuo{crN 63lor nuestro mtiximo esmttinio, d.escubrir nada sino la, sucsn d,e un acontecimientol,or otro, sin ser capeces de comprendr ningunafuena ni pod.er por los que la ous&oluw, ni conexin elguna (ntre sta ) su suPuesto efecto. Igual dirtcutad, oaoretn contem|lnr kls o|erq,ci,ones de la nxente sobre el anerpo, all d,ond obsm.qmosh movmientos del ltima.seguir a Ia, uolicin d.e h, primera, pero no somos capacesth obseruar ni concebir el onatla que une maimiento y aohcin, ni b merga pmh pe lo, rnente produce tu efucto. La autmid.ad. dc la oluntad sobre sus propiaslttullad,es e ideas no es un pice ms comprmsiblc, d.e modo tal que, consid.erand,oi lodo, no apar?c? por parl? dlguna en la naturabza ningin easo dc rcnexin quenos sea d,ado concer. Todos los acontecimi.entos parecen por entero libra I sepa-rutlos. Un acontecimiento sigue a otro; rn& no pod,em,os nunca obsatar ningtinri .ulo entre ellos. ParecEn conjuntados, pero nunca conectados. Y com noh'tcmos l& nenor id,ea d,e algo que nunc.a, se ha Wsqntqdo a nuestro sentir exteriorni n nuestro i,nterior sentifiLiento, la conchtsin necesariaparece ser que no tenanosrln ninguna d,e ningn poder ni conexin, ! qe estas palabras carecm en absolutoti rmtido atando se mplan la sea en los razonamizntos flosficos o en la vida

    Subsiste empero un mitod,o que permite ruitar esta conch^in, ! una fuente queutit no hemos examinado. Cuando se nos prestnta alg.n objeto natural o algnu ontecimimto, nos es imposible, m virtud d,e sagaci.d.ad. o ?enetracin e.l,gunas,rlrvubrir, o hesta conjehffar, sin experimcia, qu acontecimiento d,erfuar d,elmirmo, o lbrar nuestra ptflisin.us elL dl objeto que hllase inmdiatamentel,,t,scnte a la mzmnria y los sentidos. Incluso tras un ejempln o experitwnto en quehqamos obseruado un paiicul.q.r acontecimieruto seguir a otro, no esta,rnos autori-vulos para fonnar una regl gnsral o pred,ecir la que aconteceni en senejantes casos,r\lmndose con justicia impe obablz temerid,atl juzgar el total curso de It natu-nlaa por un singular ercperimento, por xacto o ciato que ste fure. Mas atand,on t Pariicub,r especi d,c acontecirnimtos ha estqda siempre conjuntad,a en tados lastt\os con olr&, no Ponmos esc"rpulo en predcir lt una ante h. apuicion dc lanl L ni en tnplzar aquel raciocinio que nica,mtnt puede aseguranos de algunat utstin de hecho o d,e e,stqncia. Lb,mamos luego a- un obito Causai al otro,l,lt'

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    -66 r^ txt't,r r^r itrNAntisis de la argumentacin de HumeIe &t?4 de la argumcntacin lltrrc tcna razones para quejarse de quesus contemporneos prestaban es(:ilsa rtt:rci

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    68 ^ :xPLt("^(:l(iNla verdad basada en la correspondencia se han adscrito, generalmente, ala teora basada en la cohermcia, Esta teora niega que las proposicionessean verdaderas porque responden a una situacin real ms all de ia per-cepcin humana, y argumentan que las proposiciones son verdaderas slosi son coherentes con otras proposiciones relativas a nuestra experiencia.Est perfectamente claro que pioneros de la ciencia moderna talescomo Descartes y Kepler crean que su recurso a las explicaciones causalesestaba justificado desde el punto de sta cientfico, porque existen en elmundo causas reales y son cognoscibles para la mente humana. Crean,cada uno de ellos haciendo hincapi en determinados aspectos y con suspropias modifrcaciones, en la teora de la verdad basada en la correspon-dencia. El ideal consiste en que la relacin existente ente las ideas denuestra mente refleje o sirva de espejo a los objetos y acontecimientosreales que existen con independencia de que sepamos de ellos.Lo que Hume nos pide es que reflexionemos detenidamente sobre lajustificacin de mantener que nuestras ideas son imgenes reflejas de unarealidad que es independiente de la percepcin humana. Crea que po-demos remontar nuestras ideas slo hasta el punto de esas impresionessensoriales de las que las ideas son copia. Pero entonces resulta que, enseguimiento de las propias impresiones, no podemos ir ms lejos. Podemosconocer la relacin de esas impresiones en nuestra mente, y podemosorganizat sistemas coherentes mediante los que podemos comunicarnosacerca de la relacin de las ideas, pero no hay modo humano de quepodamos demostar que existe una clase determinada de realidad "ahfuera, en algn sitio" de la que nuestras impresiones son reflejo, o quepodamos siquiera alegar pruebas al respecto. Nuestro intento de adquirirconocimiento ha de ser, as pues, una empresa consistente en relacionarlas ideas unas con otras, en vez de un intento de acoplar nuestras ideasa las cosas reales. La causalidad, para Hume, pas a ser una simple relacinde ideas sin correspondencia cognoscible con una realidad que fuera msall de nuestas impresiones.Entendemos ahora por qu Hume se muestra tan deseoso de evaluarlas fuentes de nuestra creencia en las causas. Si preguntamos que cmosabe alguien que un acontecimiento u objeto dado es la causa de otroacontecimlento u objeto, y la persona en cuestin slo puede responderque ambos se han presentado jutos en nuestra experiencia anterior,seguiremos seguramente estando dispuestos a etiquetar como causa alprimero de los dos acontecimientos asociados entre s. Pcrt llttlrc nospide que no convirtamos esa decisin de etiquetarlo, o rottvettt itt,

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    10 l. EX"LIC{CINla naturaleza? O puede ser que Hume cometiera un error, en su uPues-tos preos o en su razonamiento, por lo que podemos rechazar su posturay mantener nuestra confianza en la explicacin como identificacin de lascausas?Desde los tiempos de Hume, la mayora de los lsofos de la cienciahan sto que su Postura era lo sufrcientemente importante como Paraexigir una respuesta. Sin embargo, no ha surgido ninguna posicin sobrela que reine acuerdo, ni en defensa de Hume ni como refutacin de susteoas. Para simplificar nuestra exposicin, agnparemo las respuetamodernas en torno a cuatro posiciones bsicas.

    Rechazo d,e l.a Posturq de Hume. Durante ms de un siglo despus deaparecer la obra de Hume, la actitud hacia la misma que goz de mayorpredicamento entre los filsofos profesionales consis en afirmar que elescepticismo al que nos lleva es prueba de que toda la tradicin empiristaiba encaminada en direccin equivocada. Quienes se oponan a losempiristas, a los que en la historia de la losofia suele llamarse rqcionalislas,sealaban los rpidos xitos que cosechaba la nueva ciencia. Hacanconstar que, a travs del uso de la razn, hemos desvelado muchos de lossecretos de la estructura de la naturaleza. En consecuencia, dificilmentepuede justificarse el escepticismo resPecto a nuestra capacidad Para conGcer el mundo tal como es.Aun cuando la aversin hacia el escepticismo hace comPrensible laoposicin a Hume, por s misma no puede decirse que constituya unargumento filosfico. Los Puntos sobre los que los oPonentes de Humehan dirigido sus ataques se circunscriben a dos cuestiones principales. Son,en primer lugar, el desacuerdo sobre si poseemos o no ideas que no esposible que procedan de la experiencia (y que por tanto la teora delconocimiento de Hume no puede explicar) y, en segundo lugar, la discu-sin en torno a si recibimos las impresiones de los sentidos en Partculasy trozos, tal como Hume pareca creer. Respecto a la primera de estascuestiones, los racionalistas (desde el profesor Thomas Reid, contempor-neo de Hume en Edimburgo, hasta pensadores.tales como Brand Blansharden nuestro siglo) han afirmado que el origen de muchas de nuestras ideasno puede hallarse en la experiencia sensorial, tal como proclamara Fftrme.Los racionalistas suelen citar ejemplos tales como los concePtos de infini-tud, materia, nmero o igualdad. Aseveran que estas i

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    72 l,\ EXPLICACIONHume estaba equivocado en este punto, es Posible asegurar que Percibi-mos directamente las conexiones causales. Al menos ya no es necesarionegar que tengamos alguna evidencia de la"s mismas debido al carcterdiscreto, a la separabilidad, de nuestras distintas percepciones sensoria-les 16.

    Lq. respuestrt handna a l1nw. Mientra que hay quienes dicen queHume no debe preocupar a los filsofos de la ciencia, Pueto que udoctrina es fundamentalmente errnea, otros pensadores han credo quelo fundado de algunos de sus puntos de vista, cuando menos, reclamaimportantes modificaciones en nuestra sin de la explicacin cientfica.Algunos de estos pensadores, siguiendo a Immanuel Nant, han aceptadola posicin de Hume de que la causalidad no e un rea adecuada paralas afirmaciones ontohgtcrs (es decir, afirmaciones relativas a cmo es elmundo en s y con independencia de Ia percepcin que los humanostengan de l), pero luego prosiguen y argumentan que esto no conducea las escpticas conclusiones que Hume sacara. Kant, eD la Crtica de lQ'Rnzn Pura|1, afirma que, para adaptar la verdad al anlisis de Hume,tendramos que clefinir de nuevo lo que queremos decir por experienciay por el mundo'. Aun admitiendo voluntariamente que las afirmacionesq.,e hacemos respecto al mundo, si han de manteerse dentro de lorazonable, deben reducirse a nuestra experiencia, Kant seala que lamente humana no experimenta unidades discretas y separadas de percepcin y fuego manipula Ia experienciencia para formar relaciones entre laspercepciones. Antes bien, arguye, Para cuando tenemo urra experiencia,Ia mente ha influido ya en ta multiplicidad de las impresiones sensoriale,de modo que nuestro mundo es un mundo que est ya afectado, demanera inherente, por categoras de organizacin humana. Tiene sentido,en consecuencia, que digamos que "el mundo est conectado causalmente",aun cuando admitamos que el mundo del clue hablamos es el mtntlo dela expnimcia humana, y no un mundo tal como Pueda existir en s mismoy con independencia de la experiencia humana. Kant sigui luego su

    16 Algunos estudiosos de Hume rechazan que Hume creyera verdaderamenre en los.tomos" de la percepcin. H. H. Price, Hum's Theory o th l)xutnal lvorrl (Oxford:Clarendon Press, 1963) hace una exposicin de la teora de la Percepci(in dc lltrinc qucresalta su atomismo; C. w' rlendel, Studi! in the Philoso\hj oI Da ho ('xlittnPnilBobbs-Merrill, 1963) argumenia.n contra de la oPinin dc qrc Ilt'nrc lir'ri. trrr "ir''nirrxdc la pcrccpci(in".l7 Irrrnrrcl Kt, llti ol t\? ltttltt, 1781). trr(hr.! l/r l Notltttt Ir"rlr Sttrilh(Ntl(!r V)rkr Sl Mnrlin'i Ptt r$, llnil).

    C-AUSALIDAD Y EX"LICACIN 73,r flrrnentacin afirmando que existen modos identificables y absoluta-rr'rtc universales en los que los seres humanos experimentamos eserrrrrrr

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    74 I-A EXI'tl(){()ONHay otros que proponen que abandonemos sin ms el concepto decausalidad en la ciencia. Recurdese que Ernst Mayr intent desterrar losusos indeseables de lz teleologa, pero considerando que segua siendovalioso para la ciencia conservar un remanente de su signicado. Con unaactitud semejante, pero ms radical, los filsofos de la ciencia tratan desuprimir el concepto d.e causa delvocabulario cientfico, pero conservando

    todo lo que resultaba til en el significado de tal trmino. Un ejemplotpico de este modo de pensar lo ofrece Bertrand Russell:I-a ley de la causalidad, creo yo, como otras muchas cosas que losfilsofos aceptan, es una reliquia de pasadas pocas que, cual Ia monar-quia, slo sobrevive porque eneamente se supone que no haceningn dao '0.

    Russell estaba dispuesto a reconocer que la ciencia acepta, "sobre basesinductivas" algo a lo que se denomina la "uniformidad de la naturaleza".En su opinin, esta aceptacin de la uniformidad de la naturaleza salvalo que se necesita de ta vieja "ley de la causalidad". Habr que recalcarque Russell da por buena la legitimidad del principio de induccin, esdecir, el principio de que podemos asignar una probabilidad a un aconteci-miento futuro sobre la base de nuestra experiencia en el pasado. Humeaceptara este principio slo como presuncin, y Russell no lo ha definidoen su obra como algo ms que una presuncin. Caba esperar, naturalmen-te, que los racionalistas que rechazan el escepticismo de Hume enseguidapolemizaran con la postura de Russell. Insistiran en que la nica raznpor la que puede justicarse la fe en la uniformidad de la naturaleza esque previamente se hayan recibido garantas de la fiabilidad de las causasy del poder de su accin 20.El positioismo y el rechazo ite la explicacin Todas las respuestas a laargumentacin de Hume que hemos expuesto tienen un elmento encomn. Todos los puntos de vista que hemos citado repiten la nocin deque [a ciencia, supuestamente, ha de explicar nuestra experiencia. Losrq Betand Russell, Mufi.ir, dnd /,o8r (Nueva York: w. W. Noton, Is29), p. 180.'o No deberamos deja esta beve descripcin de la postur no causalista sin hace laobseacin de que muchos ejemplos de eaplicacin parecen ser no causales. ()tro impor-tante argumento de este grupo de gente es que pueden desarrollar procclinicnti)s (lctraduccin mediante los que son capaces de formular de nlcvo, cn l(lrnrino$ rxr rirrsirlrs,cualquier cosa que alguien piensc qrre hay qtrc rlccir cn trninrx rk crrrlirlrul. Mxrio llung('hacc una cxposici(in m.ur arplin dt'cstll cucstiri cn lrrirt ntkl Mul.,,t l/,r, (N!.vVnk; l)ovcr. l116!l), pp. llltt$x.

    c-AUSALIDAD Y Ex?LlcAClNr iu ionalistas, por lo general, siguen identificando esa explicacin con laIx lizacin de las causas. Tambin los kantianos siguen respetando elx xler de losjuicios causales como componentes de la explicacin. Toulmin,llrrssell y otros que tratan de hacer menos hincapi en el conceptotrir(licional de causalidad, lo separaran de la explicacin sin abandonarll rropio concepto de explicacin. Pero, si los juicios causales acerca deltrrrrrrdo no pueden en principio disponer de evidencia a su favor, tal comorrorusiera Hume, no ser posible que esta debilidad la compartan todosI rs rlems tipos de pretendida explicacin, causal o no? Quiz deberamoslorrarnos ms en serio la proposicin general de que todo lo que cono-rln

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    l-A EXt'1.l(i\(:lNsugerimos que se intente leer el libro dc Oklroyd como exposicin alter-natila que acompae el desarrollo temtico que nosotros ofrecemos. Enlas pginas 373-383 ofrece una buena bibliogralia.

    CorlrsroN, Fxoxrcr: A History of Philosophy, Tomo 6. Londres: Burns,Oates and Washbourne Limited, 1964, pp. 231276.Se trata de una obra general de gran valor para quienes qrtieran teneruna buena perspectiva de las ideas de los filsofos y de su lugar en [ahistoria. La importancia de Kant se subraya por el hecho de que se lededica la mitad del tomo 6, de una obra que comprende ocho.

    t 17

    rV. EXPLICACION Y DESCRIPCIONllopuesta: la explicacin cientfica m,s adecuior simplemente la mejor descripcin

    I it,,llln r,xpLrc,ros un fenmeno, lo que hacemos ar, ,aarailla-arrta, dar-t t llirlo de un modo determinado. O hacemos algo ms que eso? En elr rtritrrlo III dbamos por supuesto que la explicacin era algo ms que laItrllr descripcin. Para hacerlo nos apoybamos en la distincin queI rrtrrinrnente se establece ente decir que algo es as y decir por qu esrtrl Sc Dos antojaba natural ver en la explicacin la respuesta a la preguntasllur..el porqu,.irr embargo, hemos podido ver que los intentos de caracterizar lastrtlnrcstas sobre "el porqu" haciendo referencia a la causalidad estnllrtirr rle dihcultades. Los empiristas nos preenen que hagamos afirma-I Irrrcs slo sobre aquello de lo que tenemos conocimiento: nuestra propiatlx't'icncia. Hume asevera que en ninguna parte experimentamos lat tttrlirlad ms que en forma de sensacin. Las respuestas a sus fgumen-Io, r ouo mnimo, o nos enmelven en complejas disputas filosficas o nosttllllgan a adoptar las desagradables consecuencias de la postura de Hume.

    l,lstas dificultades podran por s solas convencernos de que busquemosttltu rnido de caracterizar la explicacin cientfica. Es tan alejada laItlr t ilicacin de la explicacin con la descripcin del modo en que delttrliririo utilizamos estos trminos? Sin duda nos gustara a.firmar que laI lrtr i "nos dice cmo es el mundo". Lo que suena a empeo descriptivo.Y l r rrrc cs ms: los cientficos parecen estar de acuerdo entre s en otraslltttr lrils ( osas. Lo cual quiz se deba a que simplemente se ocupan delttlt rrrr

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    78 LAExPuo{cIoNraces, en la publicacin de la Filnsofa Positiaista de Auguste Comte, en1830 t. La influencia de este filsofo francs pronto se extendi a muchosotros pensadores de diversos campos. Uno de los ms importantes positi-stas tardos fue el fisico y frlsofo de la ciencia Ernst Mach, quien a suvez fue el gua espiritual del grupo de cientficos y filsofos que constituyel famoso Crculo de Viena a comienzos del presente siglo. Ha sido la obrade este grupo de pensadores la que, siguiendo a Mach, ha dado alpositismo su formulacin hoy clsica. Pueden hallarse resmenes delpunto de sta Positista en la obra de muchos autores contemPorneoPero, para mayor claridad y precisin, recurriremos a las palabra-s delpropio Mach. Su perdurable calidadjustica su inclusin aqu. El siguienteensayo, que hemos adaptado para que irva a nuetros propsitos, lo hemosextrado de un captulo sobre los principios formales de La ciencia d'e b,meainic.a. de Mach (1883). Al leer el anlisis machiano deben tenersepresentes los males que su autor tmtaba de evitar, Cmo podemos evitarlas especulaciones msticas en la labor cientltca? A qu base clara de laobservacin podemos remitir las disputas? 2

    "IA, ECONOMA DE TA. QET,]CTA"I. Es objai?o de la cimda suttituir, o qhoroL expri?,txcias mdiante la

    reprod,uccin j anticipacin d'e hechos m el pmsamimto. I-a menoria e msnanejabtt 1 est m,is a mano que la, exper,mcia, 1 a mrnudo responde a la mismaf.nalidad,. La funcin econmica d,e IQ ciencio', que llzna toda, su od'a, se nos aparecea primera aista, J con su ?kno reconocintiento dsaparece en l,a cien'ia todomistici;mo. La c.imcia se comunica a trats de la instrucdn, con elfn de que unaperson& puea aryuechar la exqffiencia d otra ) se l &hoe tener que a.xtmulnrl,apor s misma, y dz ese modo, para que kr' posteridad no tenga que repetirlgs, lasexpsriencias de gmeraciones enteras se alrnacnan qt las hibliotecas...2. Al reprod,ucir los hchos con el penQmiento, no los r4roducimos m sutotalidad, sino que tomatos solLngnte aquel lado d los m;ismos que es impot'tantepara nosotros, moaidos, directa o ind,irectamente, pqr un intes ptaico. Lasreprod,ucciones que de los hechos hacemos son, d invariabb manera, abstracr)ones.Tambin m esto aoenos a obseruar unl taxdencia a Ia economa.

    I Auguste Comte, Th Essf, iat Cont: Slactions fron C'urs d2 Phikso tit ''r']rid'l, l' S'Andreski, traduccin de M. Clarke (Nuera York: Barnes & Noblc. 11)74)'zErnstMach,IhtSjmaofM?.hani-t,6'ed.enin8lA,tra(hcclnrll,IMt{Irrtnack(lrsallc, III; Opcn (knrrt Prtblishing (k).. l${i0), pp, fi77'51)0. Sc hrn rrnllhlr l ttorrs lt'pi( (lr prginr.

    Ex"LrcACIN y DESCRtpcrN 79I-os elementos d,e que se.ampone la naturaleza son ku sensaiones. Ahora, bien,hombre primiao empiaa por selcccionar detetminados corxpuestos dc estos elemzn-lot, a satm: aquellos que son rele.livarnnle pemanmtes t que tienetu na)ortitlrot'tancia para 1. l,as primeras 1 ms anti.gucts palabras son nombres de ncosas".lnrluso aqu hay un proceso de abstraccin, una abstraccin de lo que rodca a esasrorrtt, y de los pequos ) continuos cambios que experimntan estas sensaciones

    to,t4)uestas quq al carecer prcticdrrre de impoa,ncia, pasan inadaertid,os. Not.\\l( nad,a inalterabl. La cosa s una abstraccin, el nombre un snbolo, quet,1,6enta1 a un compusto d,e elsnntos de anos carnbios ho.cemos abstraccin. La,trtzrin por l.

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    80 I l:x,t.t(tA{I()Nkt tintura de torn&sol, pero luego lrn nor r d ntroiedmimto como propiedaddel cid,o.

    Hume fue el primcro que propuso ln ltct{|ttt; imo pude una cosa A actuqrsobre otra cosa R7 Hume, de hecho, rcchtzt. kt utttalilad y slo reconoce unaacosturnbrad.a suusin en el tienx\o. Kanl obst, t orftdamente, que el necesaronexo entre A y B no podra, destehtrse por kr. simltlc obsantcin. Supone una ideao ta.tegora de La, mmte, innqta, zr? Verstandesbegrifl denl,ro del cual se clastficanlas casos dc la expetncia. Schopmhauer, que adopta.fundamentamnte ln mism&posicin, distiqu cuatro fonna.s del "principio de la razn suliciente": la formalgica, Lo. fsic.a. y la matemtica, a kt que se aade la lq de la moliuacin. Peroestas formas difieren nicamente en rela.cin con l materia a l que se aplican,que puede lertsnecer e, l.q ex|eriencia extrna o a la experienc.ia interior.La ex?licttcin natural l d.e sentido comn parece ser sta. Las ideas de causa1 efeao surgieron orinalmente del esfueno por relod,ucir los hechos en el pense-mio Iniciolmente, el nexo entre A yR, entre Q !D, entre E yF, etc. se consid,ertalgo sobradamente conocid,o. Pero, tras ad,quirir una experimc)a mucho ms amplia1 obseruar un nexo entre M J N, resulta a eces que reconocemos que M estconstituido ,orA, C ; E, 1 N porB, D 1F, anyo nexo era anleriormnte un hechofamiliar 1, en q,nsedlencia, posee una autordad ma)or para nosotros. Esto explicaPor qu una pnsona de expisncia considcra un acontecimiento nuquo @n ojosd,isntos de los dl nodo. La nueaa exPniencia la ilumina la masa acumuladade ln antigua acperimcia. Es un hecho, n esas c.iratnstancias, que realmente existeen kz ment una "idea" dentro dc la atal se inchtym las nueuas xperiencias; pToen, idea, a su uez, se ha desatrollado a partb de la experimcia. La idea de k'necesidad d,el nexo causal se $ea probablmnte gracias a nuestros moimimtosohtntuios ut el nxundo y a los cambios que stos producen indirectamnte, tal comosupusiera Hum, aunque Schopenhauer se opusiera a su punto d,e rista. En granParte, la autorid&d, d,e que gozan las ideas de causa ) efecto se debe a que sedesarolktn d,e manera instintiva e inuoluntariq, ) a que somos claramente cons-c)mtes de no habn eontribuido m nad,a a su oma:cin. Pod,emos d,ecir, m efecto,que el sentlo de la, cnusadad que poseemos no la hemos adquirido como indiuiduos,sino que se ha perfeccionado en el atrso del dsanolh d,e ln especie. Causa ) eectoson, en ctnseanencia, cosas del pensamiento que tienen una funcin econmica. Nopuede decirse que nrjan. Porque es Precisamnte md.iante La abstraccin d lasunifotmida.des corno conocetnos ln pregunta por qu?".4, En las detalls d la cimcia se pone toda a m.s de manirtesh su carctereanmico. Las ciencias llamadas descriptiaas deben dan princilnlmente ttorcontmtas con reconstnir los hechos singulnres, Sitmpre qu clb va lnsihb, lascaractosticas comunes d. muchos htchos sc ponm m rclian th uut tt1 lrot loQs.Pno rn h,s dmdas qu sln ms desanolkulos, kx 'rghu lnru h nntitttiu

    EXPLICACIN Y DESCRIPCINrlt grun nmrro de hechos puedtn conceto,rse n. una sola expresin. As, en ua,lt oh.t:.nar casos conoetos de refraccin d,e la luz, podemos remnslruir mntalmetutelulos los casos presmtes ) futuros, si sabemos que el rayo incidente, el rayo refractadoI h lxrpend,iathr est,,n situados m el mismo plano ! que sen a,/sen B = n, Aqu, ua le los numorotos casos d,e refraccin en difermtes combinaciones de materia htjo lotlos los d,istintos ngulos de incidencia, tenemos que anotar sitnpletunt lattglt tuntes expuesta ! los ualores de n, ln que resua mucho ms Jcil. La f,nadad,ttttnca resulta inconfundiblz m esk caso. En la naturalza no se d.a ningunah1 rlt kt refraccin, sino que se dan nicamente ftrenf,es aros d,e refraccin. Lafu rh la refraccin es una conrisa regln que sirue d,e compend.io ) que hemos ideadolnt, la reconshwccin mmtal de un hecho, reconstn ccin que sl,o es parcial, esrhtt, que se limita a su aspecto geomitrirc,l. Las ciencias tns d,esanolla.das desd,e un punto de sn de su economiatn tquellas cuyos hechos pued,en reduc.irse a unos anantos eltm.entos enumsre.blestlt tyta.l ndole. Tal l,ct ciencia de la mecnica, m kr. que nos las habetnostr ln\itamente con especios, Liempos ! masa' Tod la economa de k$ natemticas,Itiunnte establcida, se pone ql smicio de stas cienci&s, Las matemticasIunl dfnirse como La econonla dcl ctlculf) (la ecanoma m el contar). Losnturos son signos de ordmacin que, por mor de cktrid,ad 2 economa, s crdenantn tn islema simple. I-a,s opetaciones num^fucrs, encontrctmos, no depend,en dl tipola jttos con los que se st operando ), en, (onsearcnda, se dominan iLe una oezlt t h las. La primra oez que tngo la ocasin de sumar cinca objetos con otros sitrnnrh lodo el conjunto pato, conoMr Lq surna, Pro anndo Postriomnte dcscubrolrt luqlo comenza,r e contar a Partir de 5, mc ahono ptfe del trabajo !, m,stltltnh al guard,ar en la memoria que 5 1 7 siempre hacen 12, Wscind,o totalrnente

    /ll mal?.ntico que sigue sus estud,ios sin una ckra sin dc esta cuestin bwll a ue la incomod sensacin de que el papel y el lpiz son mds inteligentesqrr . l,as melemticas que se siguen cono objetn d instnccin de esa maneratlntlnenlc ttndrn un aa,lor eluclttioo maJqr que el que tendra oatparse de lnI itlu lt I\r el contrario: ind,ucen una tendcncia al misterio que can tod,, seguridadltn wt f'rutos.lt. 'l eml/in la cimcia jsica proporciona estos ejenplos de economa d pen-t nur ht, tnlnque sean similnres a los que acabamos d exatninar. Bstenos unahra,t rrltmciu ol efecto. El momnto d.e inercia nos ahora consid,nar por separad,otuh un k$ paafus d.e una masa. Rspecto a la. funcin dz ku fueaaslttnt,aot ln olto la instigadn, uno por uno, de los distintos conponentes d, lasfirrr.ur, I t tntilbz lel razonamienlo que inkruine m lns funciones d,e la,s fuenaslnlltr,u haho lc tuc hubo qu,e llanr a .bo una gran .ntidad de trabajoiln tnl ut ^ lr qw .litru lntihlt cl desrubrimimlo dc kt" propiedades de bs

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    82 t,\ t,txt,l.r i(:t( lNfunciones de la fuerza. l-a diEtrict. l Out;t noti dit'us. de tener que consiilerarpor sEaradn la,s distinas supnJides d.t rtliruliin uu sistema di.tptrico y losustituJe p.rr los puntos pnncipal y mod.1. I'no l ltntlrimiento de los puntosprincipal y mod,al tuuo que ir precedido tlc uut ntiodose consid.erucin d,e Ltsd,islintas superrtcies. La d,ioptrica de Gauss simlthmotlc ttos ahorta l,q, necesid.ad deftpplir mua! vere e a rcnsid,erucin.

    Hemos d,e admitir, P.)r tanto, que no haj nngn resulktdo de la ciencia al que,como ruestin de principio, no se hubera llegado sin oyud.tt. de m,tod,o alguno. Peroes eaid,ente que, ell el breue peiodo d una vlt huma.na 1 con las limitadascapacid,ades d,e memoria, no sera posiblz conseguir ningn aimulo de conocimimtosdigno de tal nombre ms que gradas a la mayor economa mentaL As pues, laPropia cenci& d,ebe consid,erarse como un ?roblzm mnimo, que const& d.e laWsentacin de los hechos mas conplzta posiblz ton l eor gasto posible dePensamiento.7 . La funcin de la ciencia, tomada en este sentido, es sustituir a la experim-cia. As, por una perte, kt dmcia tiene que mantenerse dentro del mbito d,e laexperimcia, pero, p otr& p(14, debe esfonarse por sakr aranto dntes de 1, en

    constante espera de conf,rmacin, esqerando consl&ntemente la refutacin. Y cuandono son posibl.es ni una ni olra, no es asunto de la cimcia, La cimcia acta, I lohece nicamrlle en el dotninio d.e la experimcia incompleta. Ejemplos de ramasd,e ln, cimcia en las que esto ocun-e son la.s teoras d,e la eh,sticidad 1 d,e ln conduccindel calor, ambas se adstriben a las parla as de nnateria ms pequeas y algunasPropiedad,es que la obsatacin aporta en el estud.io de porciones mayores. Lacomparacin d,e la teora con b experiencia pued,e extenderse cada a?z mtis, cono/menuestrcs mdios d,e obsmtacin ganan en rertnamiento.La experimcia por s sol.o, sin las id,eas que se asoci&n a ella, nos resultaraetem,q,mente extraa. Las id,eas que rnanti.enen su valil,ez a travt dc las ms ampliosterenos d,e la investigacin y que com.plm"ntan la mqor cantidad de experiencia,soz las ms cientficas. El principio de la continuidad,, la utikzacin del cualimpregna m todes Partes b ind,agacin mod,ema, se kmita a prescribir un mod,od concepcin que rcnd,uce, en el ms allo grado, a la economa d,e pensarnimto.8, Si se sulen una aarilla ehistil & un tomo, puede hacerse que ln uarillaejeatte aibraciones lzntos, stus pueln obset Lnrse d,ireclamente, pued,en trrse,tocarse ! registrarse grf,cammte. Si se acorta b varill,a' las uibraciqnes a.urzntarnsu rapidez ! no pueden arse directamente: la &rilla presentani a l aista unaimagen bonosa. Es un fenmeno nueuo. Pero la smsacin d.el tacto es toda ia cono"n el caso ant"rior; todaa potlemos hacer que la uarilkl registre sus movimicnloqy si consmtamos mentalmnte /n concepcin de kts vilmtriones, lot t lrod.nosanticipar los resulktlos de krs cxp?imm.to:. Al oatrkr kt vilkt lolunit tis, va r kt uts,ritin thl ttclo: romienztt. t! son,?t, (on lo'tttt vttthu tt l,rr\t lrr.t( |n

    EXPLICA.CIN Y DESCzuPCIN 83It oumo nueto. Prro estos fmm.enos no cartubian tod,os al mismo tiempo: slot rthia este knmno o aquel. Por tanto, la nocin d uibracin que los acom,paa,I tlut'no se limita a ninguno d llns m cancreto, sigue pud,iendo aplicarse, siguetttwlo econmica. Aun atand,o el sonido haya al.canzada un tono muj alto ! lnst\hnonet se hayan hecho tan pequeas que los med,ios de obselacin antrioresyr no sirum, seguimos Pudiendo imaginar con ver^taja que la oarilkr, que sumahtrtr ril/rqciones, J pod,enos pred,ecir ku vibraciones de las lneas oscuras en elr\l'ntro de luz polarizada d,e una aarilla d,e uid,rio. Con b aarill.a tod,a a msnulla, todos hs fmmntos pasarn d repente .t conteiirse m lennntostrrrt\l)s, la concepcin de la, oibracin ya no pod:ra qphcarse, puesto que )a no nosIrtrtlnrrionara un mcd,io de compbmentar bs nueuas experiencias con ku anteriorx.liu,ando aadimos mntahn"nte a. los atas de un ser humano que pod,emosItrtr thir sensaciones idas como las nuestras propias, que no podemos percir, elrb le la ide.a, que Jorma,mos d ese modo es econmico. La id,ea hace que la,\ l(t incia nos resulte inteligiblc; conxplmnta ) sustitu)e a Ia experiencia. Esta id,earru v nnsid,era un gran desat briminto c.intfia porque su lnnacin es tan naturaltttr lolo nio la conc)be. Ahora bim, eso es exactamenle lo que hactrnos cuandoI rrrginamos un curpo en moaiminto que acoba dc desaparecer d,etnl de unat tnna, o un conwtd, inuisibl en este monwntq que prosigue su d,esplazamimtoI tott!?n)a sus propiedades obsffvadas. Lo hacenos as dz fatna que no nostttll,rtrla su reaparicin. Llnamos lns hueas d la experielcia con lns id,eas queh tlnimcia sugiere,ll. Sin embq,rgo, no todas las teoras cientrtcas preaalecientes se han originad,ol tulo tan natural ! carente dz arlificio. Los fmm,mos qumicos, eliaricos yrlltttrot se explican mdiante hs tomas. Pero el arlificio mmtal llamado tomo nov loni gracias al principio dz continui&td,. Por el anlrao, es un producto id,ead,ot\ltt lment para la finalid,ad perseguida. Los tomas no pued,en ptrcirl,os losvnl os; como tod,as kts deruis substancis son cosa.s producid,as por el pensemimto.I h que es ms, a las torrws se bs atribuym propiedades que contradicen loslthulos que hasta ahora se han obseruao n las cuerpos- Por muy bim dotad,asttrt tsln hs teoras sobrc el tomo p(tr& rqrodacir drtnninados grupos d.e hechos,tl tnlr,gador dt la fsic.o que se hala tomnda a pecho hs regbs d,e Nanton shl, i'ti csas teoras corno e)ud,as provisionales, y tratard d,e hall,a,r, de un m,od,otrutt nthral algo qu lrs sustu)a satisfactqriatente.l, lora atniut destmpea ax fsica un pa.pe semejante al de d,etmninodostt|,los ouxiliares de lns nq,tentica,s: s zn modelo matzmco para faciktarht tfttrxlucrin mnk l tl" hs hchos. Aun cuando r$esentamos lns aibracioneslnlnntu kt,.liimnth armnirn, el lammo del mfiamiento por exponendalzt, ktsttkl^ lln nta mlo:.l 16 tic.nltos, ?tc., nadie imaginar que las uibraciones enil llilnu liovn ruul.l ttu ver nn liutriones rirm,ktres; o l mouimimk lc los

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    84 rA uxt' l(i^(:ta,Ncuetpos en cada, con .xtadrados. Seuillmrnt l lm bsmado que las rel.acionesel\tre las cantid,ads inaestigadas son s(.u!,jontcs a dk:nninadas relacio\es que sedan entre funciones matenticas conocis, y esr ileas mis familiares se utilizancomo mtdio fticil de compbmmtar la expeiauia. !,os fenmmos nanraks ruylsrelaciones no sean sandantes a las de funciones con las que stemos farniliarizadosson m b actualid,ad, muy dificibs de reconstntir. I'ro cl progreso de las m(ltemticaspuede faclilar la cuestin.Como aludas matmdticas d este tipo l)uden usarse espacios d ms d,e tresd,imensiones, como he mostado en otro lugar. Pero no es necesaro considerar a stos,en aista de ello, nada ms que como airtcios m.entals.Otro tanto octu.rre con todas J hiptesis que se forman para explicar losfmm.enos nueuos- Nuestra fqmta d.e concebir la elctricid.ad encaja enseguid,a conlos lmmcnos elictricos, 1 adopta un anrso que nos es Jamiliar, dsd, el momentom que obsmtamos que ku cosas se producen como si Jluid.os que ejercm atraccinl rQulsin se d,esplazasm sobre la superfcie de los conduclores. Pero estos recursosmmtals no tienen nada que aer con el fenmzno mismo.

    Tal como muestra la seleccin que antecede, muchos de los supuestos fundamentales de Mach son sorprendentemente semejantes a los deHume.En primer lugar, para Mach el material con el que se forma todoconocimiento humano lo constituyen nuestras sensaciones; colores, tonos,olores, etc. La adscripcin a este principio le sita firmemente en latradicin del empirismo de Locke y Hume. La frmula para evitar tantoel error como las disputas carentes de sendo sobre las cosas que nuncapodemos llegar a conocer, consiste en seguir la huella a nuestras afir-maciones sobre la naturaleza hasta llegar a las sensaciones que hemostenido.En segundo lugar, los objetos fisicos son simplemente cmulos desensaciones y, por tanto, son creacin nuesra (ya que somos nosoosquienes "formamos los cmulos") o, en expresin de Mach, "cosas delpensamiento". Los nmeros son tambin simples instrumentos organizarivoshumanos, que hemos extrado inicialmente de determinadas configuracio-nes de sensaciones o cmulos de sensaciones.En tercer lugar, la causalidad, lejos de ser una relacin real de poderentre los objetos, es meramente la forma abreviada que nos siNe pararecordar que determinadas sensaciones, o grupos de scrrsacioncs, h:rnocurrido en nuestra experiencia pasada antes o despr(-ts (l(. ()lr()s,En crarto lrrgar, el motivo qrre lray

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    86 tA uxrr( r^( ir)NAs, una teora verdadera D(, cs lutt t(.r)ra que ofrezca una explica-cin de una apariencia fisica (l(' it( tctrl(, c{r la realidad; es una teoraque representa, de modo satislhct()i(), llll gt rrpo dc leyes experimentales.Una teora falsa no es un intcrl() tk. cxrlira< i

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    88 I-A EXPuC"\CINrazn y no por medio de nuestros sentidos mudables. Exista amplioacuerdo entre racionalistas y empiristas en cuanto a que las sensacionestales como la rojez son subjetivas y no estn en el objeto.mismo, peromuchos racionalistas pensaban que algunas cualidades (como por ejemplolas cualidades universales tales como ocupar un lugar en el espacio y

    . desplazarse en ste) eran propiedades reales independientes de los obje-tos, y que esto poda conocerse mediante la raz6n.Hume no tena inters en discutir sobre la clase de entidades queexistan "realmente ah afuera". A los argumentos de este tipo se losdenomina ontoligicos, porque se reheren al ente, o ser tal como es en s"(del griego ontos = ette, ser). Pens que este tipo de polmicas eranintiles, puesto que ni la razn ni los sentidos podan tener acceso a esasrealidades. Si todo lo que nos es conocido son nuestras propias percepciones, ninguna candad de percepciones podr decirnos lo qle hay darsde ellas. Ytampoco puede servirnos aqu de nada la razn, que es un meromanipulador de la percepcin.La argumentacin de Hume concierne a la episternologa, o a la teoradel conocimiento. A la pregunta "qu podemos conocer?" contesta di-ciendo: "tan slo nuestras percepciones". Pero una respuesta as parecellevarnos a afirmar que no es posible ningn conocimiento ontolgico.Podramos decir que nunca podramos ir ms all de una percepcin delo blanco y llegar a un conocimiento de la nieve misma 1. Y asimismopodramos concluir que nunca podemos fasar al otro lado de nuestras .percepciones, o de nuesEas experiencias, y alcanzar ningn tipo de conocimiento de lo que hay detrs de ellas. Hemos sto un ejemplo de estaconclusin escptica en la exposicin que hace Hume de la causalidad, rSegn 1, por muchas repeticiones de una secuencia de percepciones quetengamos, stas nunca justificarn que hagamos afirmaciones ontolgicassobre causas existentes en la naturaleza.

    Pwitivi-smo y esepticivna Hemos descrito el positismo como escuelade pensamiento que se ocupa del conocimiento cientfico descriptivo.Mach tena el empeo de libera a la ciencia de las especulaciones meta-{ Podemos sentir la tentacin de salir de este dilema a6rmando: "Sabemos que la nievees agua helada que refleja la luz, lo que explica la percepcin de su blancura, y a la vz c!una realidad que es detis de nuestras percepciones,, Pro Humc nos rccordara quc untrmino tal como rad se define a su vcz como mera colcccin dc pcrccpaloncr. Hebrlamorhccho cn consecucncia quc la di*urin !c detplarale a orlr PlrcaP(lonor, pcro iln dud

    rio hablmo! ldo m ll dc lar pcrccpcioncr cn gcncr ,-aa ifl*+ i

    EXPLICACION Y DESCRIPCIONllrlr rrs. Mientras que originalrlrerrte maafsica significaba el estudio del ser 5,ltt ir Mach y los restantes positistas se haba convertido en un trminorlur cxpresaba rechazo y que aluda a especulaciones carentes de toda baseIl lir cxperiencia. Quera liberar a la ciencia, no con el frn de destruir lalxuillidad del conocimiento, sino para permitir que siguiera adelante cont lurcin de adquirir conocimientos. Pero aqu nos encontramos con unttrrlrlcma primordial. No obligaba a Mach su aanerd,o gmeral un Hum a lns$ttttos esFticas conclusiones que st? se vio impetido a adoptar? Si, como diceMru lr, el fundameito de ta ciencia son las sensaciones, cmo podemosllnnl a desarrollar un conocimiento ontolgico, es decir, un conocimientolh l;u realidades que explican el hecho de que tengamos determinadaslfttirtiones? La posicin que Hume y Mach doptan en relacin con lotlur lxldemos saber parece haber negado la posibilidad de que tengamosIt r r.lo al mundo real.

    ln doctrha ilcl fenmnouliozo. Mach y otros muchos positistas estabanlrlor rlc aceptar el escepticismo de Hume. Hallaron un modo de etar tallolrhsin modificando el diagrama que hemos considerado antes, entttlluirniento de la teora del filsofo britnico George Berkeley.La teora de Berkeley, a la que se denomina fenomenalismo, est det ttr,r'rlo en que de lo nico de lo que somos conscientes son las perceplkxrcs, Pero Berkeley argumenta que no necesitamos hacer afirmacionesltlllol(igicas respecto a la supuesta fuente de nuestras percepciones 6lttxrtrgamos que, en vez de ver las relaciones que intervienen enllltrx irniento como

    89

    el

    I-a mmte- - - -en- - - ierc,pciones- - - 4.e - - -la ralid.tdFltutcrros nuestra imagen del conocimiento de la manera siguiente:

    ^ Mtkllsim ca cl nombre que un tcmprano recopilador, Andrnico de Rodas, dio a laIlt{ rlr Arirtrtclc$ $obre .primeri filosofi,. Vase Richard McKeon, Thz Ba"ric Worhs o,ltlf ll, (Nucv N)rt: Rirndom [I{)tse, l94l), p. xurr.| l rr qrricrc lccr rnn dcfcnsa sistemtica de esra postura, consltese cualquiera de Iasdr rlr dc (;co4fr Bcrlclcy .i[ricntcsr .,1 'lhali* nmng the hinciptes o Hunanlln alp, l7l0 (ln(llnp(,llir Robbi.Mcrril, 19571, t Tht Din]r|8!,.s Bchnn H)ht and,l$lrx,r, lTlt (nrll{npollil tl()bl}M.rrlll, l94),

    La nunte - - -tin- - - - PercepciottsRzalid.ad

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    90 Li EpLICACTNDentro de esta forma de ver las cosas, ya no hay que pretender quenuesas percepciones representdn la realidad o las produce una realidadque existe detrs de ellas. En vez de e[o, las percepciones, junto con lamente que las tiene, son la realidad. La fuerza del fenomenalismo consisteen que interpreta el mundo como cognoscible por el hecho de quetengamos acceso directo a nuestras percepciones. ya no hay una realidadrespecto a la que meramente esperamos que est representada por nuestras percepciones, pero a la que no podemos observar directamente,Cmo es realmente la silla en la que estamos sentados? Bien, es marrn,quiz, dura, hecha de madera. Ah, pero esas son slo las percepciones quetenemos de ella. Con una luz distinta dejara de ser marrn. para unahormiga ser sin duda menos lisa de lo que nos parece a nosotros. As, almargen Ae cmo nos parezca que es, cmo es? Berkeley propone que estaserie de preguntas, que parece razonable, no lo es. Carece de sentido. Lasilla es un conjunto de sensaciones, a la que ponemos una denominacinpor conveniencia y economa, y eso es todo lo que es. Existir signif.capercibir o ser percibido.A quienes objetan que de esta manera no hemos localizado la causade las percepciones, Mach les contestaxa que el concepto de causa es unamera abstraccin humana que se extrae de las secuencias de nuestrapercepcin. Lo nico que pasa es que el diagrama incorecto que trazamosantes nos induce a forjar la creencia de que seguir buscando las causas quehay detrs de nuestras percepciones tiene sentido o lale la pena.

    El relativismo, menatza para el fenomenalismoLa doctrina fenomenalista, segn la cual nuestras percepciones son larealidad, trata de desterrar la distincin que hemos hecho entre cuestionesontolgicas y cuestiones epistemolgicas. Las preguntas 5e[re "qu pode_mos saber" y "qu es lo real" tienen la misma respuesta: nuestras percePciones. Si esa sin no encierra ningn error grave, proporciona, para elpositista, una slida alternativa al escepticismo. pero, desgraciadamente,hay un obstculo importante del que tratar antes de que el fenomenalismopueda sewir de gran cosa para el positista. Recordemos que Mach y otrospositivistas temen las intrusiones de la especulacin metafisica en la inda-gacin cientfica. Por qu? Una razn principal es que los positivistascreen que las discusiones metafisicas no pueden decidirse nrc

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    92 IA EX?LIGTCTONpautas fiables? De no ser as, cmo podremos justificar nunca hacerpredicciones basadas en la experiencia pasada? En segundo lugar, tenemosque asegurarnos de la universadad, de nuestxas percepciones, es decir, denuestra capacidad para estar de acuerdo unos con otros sobre lo quepercibimos, aun cuando las sensaciones parezcan r,aiiar considerablemen-te de una persona a otra.

    El problena .l la Mifoflnida Cuando se intenta dar cuenta de launiformidad de la naturaleza se llega a apreciar de nuevo la importanciadel principio de la causalidad at que Hume dirige sus ataques. Un conGcimiento de las causas en la naturaleza podra proporcionar conocimientode fuerzas uniformes en curso que producen efectos naturales. Esto Podrainfundirnos confianza en que el futuro, en lneas generales, sea igual queel pasado. Pero los fenomenalistas, siguiendo la crtica de Hume, no creenque poseamos ese conocimiento. Cmo puede aceptarse, en consecuen-cia, la uniformidad de la naturaleza? Implcitamente hemos visto la varie-dad de respuestas que se da a esta pregunta en las respuestas a Hume queconsideramos en el captulo III. Cabe mantener, como hiciera Hume, quela creencia en la uniformidad de la naturaleza es un sentimiento, ms queuna conclusin que se sostiene racionalmente. Segn esta opinin nonecesitamos buscar razones para creer en la uniformidad, puesto quecreemos en ella con independencia de la razn. No necesitamos justificartal creencia como no necesitamos justificar que nos gustan los helados dechocolate. Ambas aficiones son, en ltima instancia, cuestin de naturalsensibilidad. Pero, aunque este enfoque parece eliminar la necesidad dejustificacin de la creencia en la uniformidad, coloca tan gran losa de no.racionalidad en la fundamentacin de la explicacin cientfica que a pocoscientficos les resultar cmodo adoptarlo.

    La alternati kantiana consiste en ver la uniformidad de la naturaleza(es decir, la predecibilidad de determinados tipos de percepcin persisten-tes) como reflejo de la estructura ordenadora de la mente. Para nosotros,el mundo siempre ser causal, dice Kant, porque nuestra mente no puedeliteralmente pensar en nuestras percepciones de ningn otro modo. Auncuando este enfoque distingue el pensamiento del sentimiento, en vez demezclarlos, como hiciera Hume, su plausabilidad depende de la idoneidadde la argumentacin kantiana, segn la cual existen realmente esas estruc-turas mentales.La teora de Kant es atractiva como punto de pariid Para quienesquieren etar, tanto el subjetismo de la teora dc }Iune tlc lit .crccnciacomo sentimicnto como, en el polo opresto, ln rllrmtcilt tlcl conoci-

    rFl

    EX"LICACIN Y DES{RIPCINlllk'rlo (le la realidad que pudiera existir detrs de la percepcin humana l[rlrl)endiente de sta.Mach, en la seccin 3 de la seleccin que hemos citado antes en ellltrcrlc captulo, se mostraba de acuerdo con Hume y con Kant sobre laltltrpt.nsin humana a afirmar la uniformidad de las relaciones causales sinI rrtur cxplcitamente ninguna de las alternativas que representan los dostf trr.rrLrres citados:Podemos decir, en efecto, que el sentido de la causalidad queposeemos no lo hemos adquirido como indiduos, sino que se haperfeccionado en el curso del desarrollo de la especie. Causa y efectoson, en consecuencia, cosas del pensamiento que tienen una funcincconmica. No puede decirse por qu surgen. porque es precisamenrernediante la abstraccin de las uniformidades como conocemos la pre_Sunta por qu?.

    Qrizr el cientfio en ejercicio slo necesite llegar hasta este punro enlll ltrlngacin relatira a la uniformidad. Cabra que dijera: .Busco unifor-Hlhhrtlcs en la naturaleza (tanto si la naturaleza la constituyen mis percepdltltr. r'omo si son las'tealidades" que puda haber detrs de esas per-fttt hrrrcs) aceptando tal indagacin como la propensin normal de laittr cicntfica indagadora. Dejo para los frlsofos de la ciencia la labordt lrlxrrar una justifrcacin para seejantes supuestos.lh'lccho, identifrcando el uso del principio causal al que nos hemosItft kkr como el supuesto de la uniformidad de la naturaleza, Emest NagelItltt rrrr: los cientficos en ejercicio van adelante y, con justificacin o sinh, rtablecen el supuesto:

    No obstante, la bsqueda real de la ciencia terica en los tiemposrrodemos se dirige hacia determinados objetivos, uno de los cuales loslirrmula el principio de la causalidad... es dicil entender cmo seriaxrsible para la ciencia terica moderna abandonar la idea general quecxpresa ese principio sin transformarse eo i.pso el algo diferente, sin(r,nrparacin, con lo que esa empresa realmente es B.l(l lroblema de la uniformidad parece representar un cruel dilemaFlt rluicrres intentan que la explicacin cientfica tenga sentido. Si cree-tlt ttrn Mach que todos los conocimientos que podamos tener en relacintllll lH nntrralcua proceden de la experiencia, pareceremos en este punro

    r lltrrrrt Nrrcl, 'l'|, tt.ttu, o lttcn (Nucva York: Harcourt, Bracc and World, 196l),f, lli.

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    94 I-{ EXPUCACIONincapaces de proporcionarjustilicacin ninguna de las causas naturales, nide ninguna ota caracterstica de la naturaleza que nos haga confiar en lacontinuidad de ningn tipo de uniformidad. Si, por otra parte, seguimosbuscando la justificacin para esperar que sigan existiendo las uniformi-dades en la naturaleza, tendremos que hacerlo defendiendo nuestro co-nocimiento de ella frente al escepticismo de Hume, y ello puede requerirel abandono de la conanza exclusiva en la experiencia como fuente deconocimiento.

    El Prlent d Ia uniaercali.dad y la doctrba de la dado. La experienciasensorial pareca a los positivistas sumamente adecuada para proporcionarlas bases objevas, imparciales, a una ciencia liberada de especulacionesmetafisicas y subjetivas. El ideal es responsabilidad directa para los hechosde la experiencia sensorial. Estos datos de los sentidos dat ser los mismospara todos nosotros, y no verse afectados por la teora. Mach concede que,en nuestra investigacin de la experiencia, seleccionamos aquello que msnos interesa, con lo que afectamos a los resultados. Insiste, sin embargo,en que, en Ia buena prctica cientfica, no deben verse nuesas hiPtesiscomo algo que afecta a la realidad de nuestra experiencia. Son los hechoslos que tienen que determinar la verdad cientfica.

    Tiene sentido decir que existe en nuestra experiencia sensorial algo"dado", no terico y universal (es decir, suficientemente intersubjetivo) ?Existen hechos irreductibles, primarios, simples e indiscutibles? Los crGticos del posivismo dicen que no existen y que cuando los positivistasdan por supuesto que podemos confiar sin ms en los hechos a este ni-vel bsico, se muestran ciegos ante la interaccin real entre teoras yhechos y ante la importancia de las teoras en general. La cuestin, paraexponerla con sencillez, est de la manera siguiente. Los Positivistas, conel fin de encontrar una base para el amplio acuerdo que la ciencia necesita,tienen que armar que algunas sensaiiones se dan en todos nosotros demanera semejante. Lo cual significa que necesitamos hechos duros y fros.Pero si no disponemos de esos hechos dados universales, si [a visin quetenemos de los hechos se encuentra siempre vinculada a algn supuestopreo o interuiene en ella alguna teora, parece vano apelar a "los hechos"o a "las sensaciones" tan slo por mor de la universalidad que la ciencianecesita. Y si el positismo no puede justicar universalidad ninguna enla explicacin cientca, quedar condenado al relativismo que tantotema.

    Cmo podemos decidir si exis(en o no hcchts tlttrlts t'ittlisctttillc-[5gry6i(nc5 innegabk:s- cr rclit< i ( ()n nltcltll ittt tcltitcirltcs caP-

    f,xplr(crN y DEsaRrpcrN 95r r,r rk. r'csolver las disputas cientficas? Se ha propuesto que si ese algo dador tr., tendramos que poder decidir entre dos teoras contrapuestas,rrr.l.rrrrlo a los hechos. Esto es: si se comprueban las teoras exclusivamenter tr lrr< in de que representen o no leyes experimentales, y si esas leyesr rl lr( ros resmenes de la experiencia pasada y futura, los experimentosrr'lx,len de maniesto esas experiencias nos permitirn decidir enelrrr ilislirtas teoras, razn por la cual esos experimentos, si es que existen,rrrlrlr.n llamarse experimentos cruciales.l,lr Ia seleccin que incluimos a continuacin, Irving Copi examina lattr.rtirirr de los experimentos cruciales e.

    l\kli?a parecer que, dado un problema d,aerminad,o, todo lo que ha1 que hacert ttltbfuo tod,as las hiptesis pertinentes y lleuar a cabo una snie de experimentosttutt h,.\ t,ara ekninar tod,as menos una. Ld, hiptsis supstiviente ser mtoncesh tt\l t.t:sta", J estemos ya en cond,iciones de pasar al problenut siguiente. perotttnynt opinin podra resultar ms etrnea.I u hmos hecho la obsavacin de que formul,ol y drsanbrir l;r.s hilttesis

    ltfiltuntl(.\ no es un proceso menico, sino un proceso creatil)o: baj hiptesis quefir\tla el genio para ser dscubierfo,s. Se ha obsentado que los experimnl,osfirt nh'\ quz no siempre son posibls, !a, sea porque no pueden tle.ducirse de lashtlnlt \r altnntfuas consecumcias difermtes obseruablzs o porque carecemos d,e latttlttrt tlal para. organizar kts circunstancias experimental.es m las que habran d,ett tlr\l tse las d,ifffentes conseqtmcias. En este momento dlseamos sealar unaltt lltal leica que cala ms a Jondo m el programa un el que queremos decid,iraltlt/ htl itesis contrapustas ned.iante experimentos crucials. puetl sanos tilll \ltt ucstra exposicin md.iante un ejempb bastante smcillo. IJn genpla delrxhtt tonocilo es el de la fuma de b, Tierra,l't h (heda anttgua, los filsofos Anaxmenes y Enpetloclzs nantenan quel limt tt plnna, opinin prxima al smtida comn que tod,aaa tena sus adeptosttt h lilnl Meiia I en el R-enacimiento. Cristbal Coln insita, sin embargo en1tn fu liorrt cs rlnda o, por m$or decirlo: esfca.l lno lt ltts argumentos d Cohin era que, cuando un barco se abja de la orilla,lu lut,lt' \uf.rior sigue siendo aisibl a un obsmndor situado m tiena nuchoIlltutt fu qu su lrarle inJnior hay desaparecid,o d,e la uista. Nicols Co?lnicolhth/rl, u . vrrsin algo difc.rmte d esta mism.a argumentacin en su tretado Detrvoltttirrrilrs orbirm caelestium, que hizo pr.tcn. En la. Seccin II d,el LbroI l lu ht olnu, qte lktn tor ttub "(e la Tiera tambin es esfhca. presenta

    lrvlrfX I i'1,. lttfttltul'l to l.arr, tl. ert. (Nrrr.v:r Vrrk: Mrcmillan. ll)68), pp 40M06;ll rxrrltrtt l l|r,ti rh llc (k't,ltxinl.

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    I. EXPI,IC-ACIONunq, srie de argumintos que ffim pu finalidad estabbcer la atrd,a.d, de tal oqinin.De entre las nuchos que all se exponm ci,tatnos el siguimte:

    Que las mares a.doptan Juma esjhico pocbenlo las nal)egantes. Pues andoain no puedz diaisarse tiena dsd, la rubierta de un aoto, a en, cano dibldsd la alto dl tustil. Y si, al aljafie un barco, tase una antoch@ er, su totrN,pareaer a los obserualors sitalos m tiera q.u stt luz dsciend paltlatinarentehasto dsap@recer Por entoo, cual celst a@po ?n su ocaso.

    Para d.ecid,ir d.e entre estq,s d.os hiptai cqntra\uestas sobre to, fuma d,e tnTiena, pod,ramos consid,rrar h que antecede cono l& descri,pcin de un experimntotrucial. El esquema gmral es claro. De Lq. hiptesis segn h. aul b. Tierra es plana,HP se sigue que el barco habra de perderse grad,ualm,ente d,e uista, pues ni su mstilni su cubierTa segui,ran siend,o aisibles tras haberse d,estanecido la otra parte. Dela hi.ptesis dc b. aferici.d.ad. terrestre, H., se sigue en carnbio que, si un barco lad,esapareciend,o graduelmente da la vista, su espiga seguir simd,o aisiblc anndoln cuerta y hay desaparecid,o. El fund,ammto racional que aqu intuvime pued.cmu) en representarse con los siguimtes d,ibujos:

    La rtgura a r4resenta b situacin que se d,ara si fuese terd,ad, IJ.o- Est claroque si la Tiura fuae pktna, no habra razn o,lguna para que una Parte dl barcod,esapareciese d,e b, uista &ntes que otra, La f,gura b reptesenta, l,a situacincurespond,imte aH.. Al abjarse el barco, lq curvature de l,a tiqra, se int{rpone mtnste ! el obseruad,(n, impid,iend,o la uisin d,e la qltrlq mimtras que sigue siendnaible el ,nstil. En anbos casos, los rayos d,e luz que aan desd,e la anbarcacinhasta el obseruad,or se rEresenta,n pqr lnea,s Puntead,a,s, Se ha realizad,o el experi-mento, se obserua a,ttrltaBltte el barco que se abja 1 se conprueba que el tope dclmstil sigue err efecto simdo aisibl una oez, que b attna ha d.esaparecido. Puedeque nuestro exqerintnto no haJa d.anostrado b, oerd,ad, d,e H., cabe ad,mitirlo, pnosi.n dud,a habr. establccido La falsedad. tle Ho. T memos con l un $emplo ,an clatod,e experimznto ct-ucial como es posible obtener.Sin embargo, el et pffirntnlo que hcrnos