balassa

7
El modelo de Balassa-Samuelson: una revisi´ on de la literatura Ibeth Rivero Cantillo 1. Una aproximaci´ onte´orica Parece trivial, dado el estado actual del debate, enumerar las razones por las cuales el uso de las tasas de cambio para comparar ingreso entre pa´ ıses parece generar sesgos y, por lo tanto, resultar´ ıa poco confiable (ver por ejem- plo David, 1973) . Es por esto ´ ultimo que surgi´ o la necesidad de encontrar un conjunto de precios com´ un entre los pa´ ıses y emergieron , en respuesta, alternativas como las Penn World Tables, la cual espec´ ıficamente reun´ ıa esti- maciones basadas en los precios medios de los pa´ ıses (a los cuales se refieren usualmente como precios internacionales en d´olares). Surge as´ ı la tendencia de calcular indicadores basados en estas estimaciones, tendencia que llama- remos en esta revisi´on como ✭✭doctrina de la paridad del poder adquisitivo✮✮, bas´ andonos en el mismo nombre que le dar´ ıa el economista Bela Balassa en su art´ ıculo seminal sobre el tema: ✭✭The Purchasing-Power Parity Doctrine: a Reappraisal✮✮. Es importante hacer nuestra primera alusi´on a este art´ ıculo porque Balassa (1964) intenta hacer un recuento de las distintas interpretaciones que existen con respecto a esta doctrina, destacando especialmente dos versiones de esta: la absoluta y la relativa. La primera, seg´ un el art´ ıculo, relaciona la paridad del poder adquisitivo con las tasas de cambio de equilibrio, mientras que la segunda relaciona las tasas de cambio de equilibrio y los cambios en los pre- cios relativos. El autor hace hincapi´ e en la primera idea: las tasas de cambio reales no se pueden desviar mucho de esta paridad 1 . Surge entonces la idea de que el nivel de precios relativos de los bienes de consumo podr´ ıa sugerirnos la sobrevaluaci´ on o, en contraposici´ on, la infra- valoraci´on de las tasas de cambio. Balassa traslada este argumento al caso 1 Aunque Balassa sugiere tambi´ en que el sesgo persiste en la interpretaci´ on relativa de la doctrina. 1

Transcript of balassa

Page 1: balassa

El modelo de Balassa-Samuelson: una

revision de la literatura

Ibeth Rivero Cantillo

1. Una aproximacion teorica

Parece trivial, dado el estado actual del debate, enumerar las razones porlas cuales el uso de las tasas de cambio para comparar ingreso entre paısesparece generar sesgos y, por lo tanto, resultarıa poco confiable (ver por ejem-plo David, 1973) . Es por esto ultimo que surgio la necesidad de encontrarun conjunto de precios comun entre los paıses y emergieron , en respuesta,alternativas como las Penn World Tables, la cual especıficamente reunıa esti-maciones basadas en los precios medios de los paıses (a los cuales se refierenusualmente como precios internacionales en dolares). Surge ası la tendenciade calcular indicadores basados en estas estimaciones, tendencia que llama-remos en esta revision como ((doctrina de la paridad del poder adquisitivo)),basandonos en el mismo nombre que le darıa el economista Bela Balassa ensu artıculo seminal sobre el tema: ((The Purchasing-Power Parity Doctrine:a Reappraisal)).

Es importante hacer nuestra primera alusion a este artıculo porque Balassa(1964) intenta hacer un recuento de las distintas interpretaciones que existencon respecto a esta doctrina, destacando especialmente dos versiones de esta:la absoluta y la relativa. La primera, segun el artıculo, relaciona la paridaddel poder adquisitivo con las tasas de cambio de equilibrio, mientras que lasegunda relaciona las tasas de cambio de equilibrio y los cambios en los pre-cios relativos. El autor hace hincapie en la primera idea: las tasas de cambioreales no se pueden desviar mucho de esta paridad1.

Surge entonces la idea de que el nivel de precios relativos de los bienes deconsumo podrıa sugerirnos la sobrevaluacion o, en contraposicion, la infra-valoracion de las tasas de cambio. Balassa traslada este argumento al caso

1Aunque Balassa sugiere tambien que el sesgo persiste en la interpretacion relativa dela doctrina.

1

Page 2: balassa

del tercer mundo, sugiriendo que, a diferencia del dolar, las divisas de estospaıses tienden a ser infravaloradas, resaltando como solucion a dicho proble-ma la devaluacion del dolar. Lo inconveniente que podrıa resultar esta ideanos lleva, finalmente, a cuestionar el significado que podrıa tener la compa-racion de tasas de cambio y paridad de poder adquisitivo entre paıses.

Para solucionar esta inquietud teorica Balassa emplea como marco analıticoel tıpico modelo de 2x2 introduciendo bienes no-transables. Con dicho mo-delo llega a la conclusion de que el precio relativo de los bienes no-transablestendera a ser mayor en aquellos paıses con mayores niveles de productivi-dad, siendo esto ultimo posible gracias a un aumento en los salarios reales enambos sectores, o visto de otra forma, el nivel de precios tiende a ser mayoren aquellos paıses con mayores niveles de productividad. En este apartadoes conveniente mencionar que esta diferencia en el nivel de precios ha sidoverificada empıricamente varias veces, por ejemplo en Kravis et al. (1982),haciendo uso de los datos del programa para la comparacion internacionalde las naciones unidas, se destaca esta tendencia sugiriendo que los datosmuestran que los precios de los bienes no transables difieren mas que losprecios de los bienes transables entre paıses con diferentes niveles de ingreso(ver tabla II para verificar).

Este resultado, al cual nos referiremos como ((Efecto Penn)), serıa el motorde una discusion teorica respecto a los sesgos que podrıan presentar las ci-fras basadas en la doctrina del PPA, pues dicho resultado sugerirıa que, encontraposicion a lo que sugiere la doctrina, el valor de una cesta de consumono serıa aproximadamente igual entre paıses. Balassa resalta, finalmente, queesta diferencia de productividades tiende a resaltar la diferencia entre el ratiode paridades entre paıses y la tasa de cambio real (y entre mas grande seala diferencia, mas alejado estara el ratio de la tasa de cambio de equilibrio),esto es, si el diferencial de productividades en el sector de bienes transableses comparativamente mayor que el de los bienes no transables entre paısesla divisa de aquel paıs con mayor productividad tendera a sobrevalorarse enterminos de paridad de poder adquisitivo. Dicha conclusion, agrega el autor,se sostiene al introducir mas factores de produccion y coeficientes variables,manteniendo las diferencias en la productividad (Balassa,1964).

Es, nuevamente, trivial explicar por que estas conclusiones controvierten, porlo menos, la primera interpretacion de la doctrina. Y no serıa, por supuesto,la primera ni la ultima vez que se examinarıa dicha irregularidad.

Samuelson (1964) ya sugerıa que la doctrina era ingenua, a traves de su traba-jo concluye que a pesar de que habıa sido, de hecho, replanteada por diversos

2

Page 3: balassa

autores de distintas formas 2 dicha doctrina no solo era errada si no que eraademas pretenciosa, ((prometiendonos predicciones numericas detalladas ba-sadas simplemente en calculos historicos basicos)) (Samuelson, 1964).

Esta explicacion al fenomeno basada en en el supuesto de que la diferen-cia entre las productividades del sector de bienes transables entre paıses esmayor que la del sector de bienes no transables es usualmente conocida co-mo ((hipotesis de Balassa-Samuelson)). Existe, por supuesto, la posibilidad deencontrar explicaciones alternativas al efecto, por ejemplo Bhagwati (1984)sugiere en uno de los escenarios planteados en su trabajo que esto ocurredebido a las diferencias en dotaciones factoriales que existen entre los paıses,en este caso, que el ratio capital-trabajo es comparativamente mas alto enlos paıses ricos, lo cual implica que el trabajo serıa relativamente mas caroen estos y, a su vez, mas barato en los paıses pobres. Bajo estas condicio-nes, si asumimos que los bienes no-transables son intensivos en el uso detrabajo, estos serıan mas baratos en los paıses pobres. Para llegar a estaconclusion utilizo un modelo de equilibrio general con dos factores de pro-duccion, dos bienes transables, uno no-transable, dos paıses (uno rico y unopobre) y funciones de produccion identicas con retornos a escala constan-tes, esto ultimo significa que no se consideraron diferencias en productividad(Bhagwati,1984).

Kravis y Lipsey (1983) nos brindan una explicacion similar, sugiriendo queen los paıses ricos la elasticidad de sustitucion entre el trabajo y el capitales menor en la industria de los servicios lo cual les permite alcanzar salariosaltos en la industria de los bienes transables sustituyendo capital por trabajo,lo que les permite alcanzar una mayor productividad en esta industria quelos paıses pobres incluso si estan todos en la misma funcion de produccion(Kravis y Lipsey,1983).

La respuesta de Samuelson (1994) a esta explicacion alternativa se apoya endos argumentos: a)Es difıcil asumir que no existen diferencias de productivi-dad entre los paıses ricos y pobres, esto es, que tengan la misma funcion deproduccion, b)Si se considera la existencia de actividades intensivas en el usode tierra en el sector de los bienes no-transables se presentarıa un anti-efectopenn, lo cual va claramente en contra del argumento inicial . Sin embargoreconoce que uno de los escenarios planteados por Bhagwati, concretamenteaquel en el que usa funciones de produccion multifactoriales con diferencias deproductividad a nivel internacional asumiendo neutralidad de Hicks, explica

2como era el caso del economista Hendrik Houthakker quien trato de reemplazar losprecios relativos por costos en el calculo de la paridad.

3

Page 4: balassa

el efecto Penn aunque asuma condiciones muy especiales (ejemplo: retornosreales bajos para todo factor que no sea el trabajo)(Samuelson,1994).

¿Pero podemos decir realmente que el modelo Balassa-Samuelson explica elefecto Penn y ademas acierta en sus predicciones respecto a la tasa de cam-bio real?, hay trabajos que sugieren que no necesariamente, por ejemplo eltrabajo de Pancaro (2011) en el marco de un modelo RBC (Real BusinessCycle model), con dos paıses, dos sectores, ambos bajo mercados financieroscompletos e incompletos respectivamente, donde la respuesta de la tasa decambio real a un shock de productividad en el sector transable es llevada porlas dinamicas de los precios relativos y los terminos de intercambio sugiereque aunque un aumento en la productividad en el sector de bienes transablessiempre lleva a un aumento de los precios de los bienes no-transables, suefecto sobre la tasa de cambio real depende del trade-off existente entre losefectos de los movimientos en los precios relativos de los bienes no transablesy los terminos de intercambio en la tasa de cambio real, es decir, de la para-metrizacion del modelo (Pancaro,2011).

Otros intentos de abordar las implicaciones del modelo Balassa-Samuelsonusando herramientas macroeconomicas modernas no son mucho mas gene-rosos con este, por ejemplo, Rogoff (1992) bajo el marco de un modelo deequilibrio general dinamico estocastico con movilidad de capitales, sugiereque aunque las predicciones del modelo Balassa-Samuelson respecto al pre-cio relativo de los bienes no-transables se sostienen, el comportamiento de latasa de cambio real se aproxima a un camino aleatorio, por tanto, no es po-sible predecir la tasa de cambio real partiendo de los shocks tecnologicos enel sector de los bienes transables aun si existe una correlacion (Rogoff,1992).

Sin embargo, cabe aclarar que aunque la capacidad explicativa del modeloBalassa-Samuelson esta en entredicho en cuanto al efecto del cambio en laproductividad del sector de bienes transables en la tasa de cambio real, latotalidad de los modelos revisados coinciden en que este cambio en la produc-tividad conduce a un aumento en el precio relativo de los bienes no-transables.Es decir que el modelo explica, aunque existan autores que sugieran que soloparcialmente, el efecto Penn.

Finalmente, serıa interesante revisar el desempeno empırico del modelo, ademasde apreciar los diversos metodos de estimacion econometrica utilizados paradicho fin. Si bien no sera una parte muy extensa de la revision, no por elloes menos importante, pues aunque la consistencia teorica y la capacidad ex-plicativa sean escenciales, la relevancia del modelo a nivel empırico es lo quea fin de cuentas define su utilidad cientıfica.

4

Page 5: balassa

2. Una aproximacion empırica

El testear la relacion entre el nivel de productividad (relacionado con elingreso per capita) y el nivel de precios3 da pie a la utilizacion de distin-tos metodos dependiendo de la naturaleza de los datos. Officer (1976) porejemplo usa mınimos cuadrados ordinarios (OLS) para testear el impactooperacional del sesgo de productividad utilizando datos de corte transversalde 16 paıses. Los resultados no favorecen la hipotesis inicial de Balassa quiense baso principalmente en la interpretacion absoluta de la doctrina, pero sifavorecen las implicaciones del modelo asumiendo la interpretacion relativa.Esto ultimo le lleva a concluir que los fundamentos empıricos del modelo noson firmes (Officer,1976). En general los tests basados en este tipo de datosbrindan resultados mixtos en cuanto a la validez de la hipotesis, para apreciareste tipo de resultados conviene revisar trabajos como el de Balassa (1964)o el de Clague (1986).

Hsieh(1982) puntualiza que las regresiones con datos de corte transversal nopermiten divisar las caracterısticas individuales de cada paıs, por tanto, si lasdiferencias entre estos son demasiado grandes el desempeno de este metodoserıa pobre (Hsieh,1982). Es por esta razon que opta por la utilizacion de da-tos de series de tiempo, asumiendo las diferencias individuales constantes enel tiempo. Hsieh escoge el metodo de mınimos cuadrados ordinarios aunquetambien considera la estimacion de una variable instrumental debido a queeste metodo genera estimaciones inconsistentes cuando alguno de los regreso-res esta correlacionado con el error. Este ejercicio empırico es mas favorablea la hipotesis de Balassa-Samuelson que el utilizado por Officer.

Bahmani et al. (2001) optan por un metodo de datos de panel para 69 paısesen un perıodo de 30 anos y encuentran una tendencia favorable hacia lahipotesis. El ejercicio que realizan estos autores es interesante porque empleandistintas clases de datos y metodos de estimacion para testear la hipotesis.Primero hacen la prueba para estos paıses usando el metodo de mınimoscuadrados ordinarios con datos de corte transversal y la estimacion del coefi-ciente resulta positiva y significativa, un resultado con implicaciones distintasa las planteadas por Officer, aunque luego la descartan debido a problemas deheterocedasticidad. Para corregir esto ultimo estiman un modelo de autore-gresion heterocedastico con datos de corte transversal obteniendo los mismos

3En la literatura se refieren a esta hipotesis como “Productivity Bias Hypothesis”, oPBH.

5

Page 6: balassa

resultados positivos. Para ampliar el ejercicio y alentados por la inquietudque alguna vez impulso a Hsieh, empiezan a considerar las caracterısticasindividuales de cada paıs, lo cual les lleva a incluir 68 variables dummy ya estimar el modelo mediante los metodos de mınimos cuadrados ordinariosy mınimos cuadrados generales, obteniendo resultados que siguieron favore-ciendo la hipotesis.

Siguiendo la idea de utilizar datos de panel, Gobinda y Atiqur (2008) sos-tienen esta misma conclusion usando los datos de 109 paıses, aunque exa-minandolos a un nivel mas desagregado para 5 casos de estimacion distintosy estableciendo una relacion entre las implicaciones de la hipotesis y el gastopublico. El sesgo, concluye el estudio, esta concentrado en el gasto publicoporque una gran fraccion de este esta destinado a la adquisicion de bienesno-transables en comparacion con otros componentes del gasto agregado, co-mo la inversion y el consumo (Gobinda y Atiqur,2008).

La evidencia empırica, en general, sugiere resultados mixtos. Estos resulta-dos varıan de acuerdo al metodo de estimacion empleado, el tipo de datosutilizado y el tamano de la muestra, pero en general se pueden construirargumentos a favor de la hipotesis basados en los resultados de estos ejerci-cios empıricos, aunque siga siendo controvertido sugerir que el modelo puedepredecir el comportamiento de la tasa de cambio real al largo plazo. En estesentido el debate sigue abierto, y la literatura sigue expandiendose hasta eldıa de hoy.

2.1. Apendice: el modelo

El modelo estandar mas usado en este tipo de estimaciones empıricas esel siguiente:

lnRERit = β0 + βtlnRPRODit + εit (1)

Donde:

RERit =Pit

eitPit∗ ;RPRODit =

DPRODit

FPRODit

(2)

Siendo Pit el nivel de precios domestico,Pit∗ el nivel de precios del paıs ex-

tranjero, eit la tasa de cambio, DPRODit y FPRODit la productividaddomestica y extranjera respectivamente.

6

Page 7: balassa

3. Bibliografıa

Balassa, Belah,(1964),“The Purchasing-Power Parity Doctrine: A Reapprai-sal”, Journal of political Economy, vol. 72, pp. 584-596.

Bahmani-Oskooee, Mohsen and Abm Nasir,(2001),“Panel Data and Produc-tivity Bias Hypothesis”, Economic Development and Cultural Change, vol.49, pp. 395-402.

Bhagwati,Jagdish,(1984),“Why are Services Cheaper in the Poor Countries?”,The economic journal, vol. 94, pp. 279-286.

Clague,Christopher,(1986),“Determinants of the National Price Level: SomeEmpirical Results”, Review of Economics and Statistics, vol. 68, pp. 320-323.

David,Paul,(1973),“Just How Misleading are Official Exchange Rate Conver-sions?”,The economic journal, vol. 82, pp.979-990.

Gobinda,Gour and A.K.M. Atiqur Rahman,(2008),“Disaggregated Spendingand the Productivity Bias Hypothesis”,The Journal of Developing Areas,vol.41, pp. 79-90.

Hsieh,David,(1982),“The Determinations of Real Exchange Ratio”, The Jour-nal of International Economics, vol. 12, pp. 355-362.

Kravis,I., Heston and Summers, (1982),“The share of services in economicgrowth”,Global Econometrics: Essays in Honor of Lawrence R. Klein. Cam-bridge : M I T Press.

Kravis,I. and Robert Lipsey,(1983),“Toward an Explanation of National Pri-ce Levels.”, Princeton Studies in International Finance, No. 52.

Officer,Lawrence, (1976), “The Productivity Bias in Purchasing Power Pa-rity: An Econometric Investigation”, Staff Papers - International MonetaryFund, Vol. 23, pp. 545-579.

Pancaro, Cosimo,(2011),“The Balassa-Samuelson and the Penn Effect: AreThey Really the Same?”, National Centre of Competence in Research Finan-cial Valuation and Risk Management, working paper no. 700.

Rogoff,Kenneth,(1992), “Traded Goods Consumption Smoothing and theRandom Walk Behavior of the Real Exchange Rate”, Monetary and Eco-nomic Studies, vol. 10, 1-29.

Samuelson,Paul, (1994), “Facets of Balassa-Samuelson Thirty Years Later”,Review of International Economics, vol. 2(3), 201 -226.

Samuelson,Paul, (1964),“Theoretical Notes on Trade Problems”, The Reviewof Economics and Statistics, Vol. 46, pp. 145-154.

7