Baudelaire El Artista Moderno

20/5/2014 BABAB.COM - Baudelaire: el artista moderno y las drogas

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Baudelaire: el artista moderno y lasdrogas

por Julieta Valero

Mayo de 1843, Hotel Pimodan, en el Quai d'Anjou,uno de los ms famosos de la poca. CharlesBaudelaire ocupa dos habitaciones (ms retrete) porlas que paga trescientos cincuenta francos. Todo,incluso el techo, est empapelado de rojo; hay unanica ventana con cristales sin esmerilar "para poderver el cielo". Sillones y divanes de tamaosextraamente titnicos, forrados en seda. La coleccincompleta de los Hamlet de Delacroix sujeta a lasparedes con clavos y una mesa ovalada, tambingigantesca, de nogal macizo, sobre la que se come ysobre la que se van haciendo Las Flores del Mal.Lagartijas, cuervos y palomas han logrado ciertoestatus de paz con el rey del lugar, un gato. Esposible que Charles Baudelaire acabe de despedir aalguna prostituta del barrio latino o que el ltimo delos compaeros de farra, tambin joven, artista ypotencialmente clebre, se resista a marcharse y leest impidiendo disfrutar en soledad de una dulceresaca de vino y alguna otra cosa que an lemantiene en los poderes del viaje y la transfiguracin.Este es el mismo hotel en cuyos magnficos salonesestilo Luis XIV se rene el Club des Haschischins,formado por literatos, pintores, msicos y bohemiosen general, y al que, no poda ser menos, se unirnuestro poeta. Pero quin es este hombre que,repantingado en un sof y con la mirada luciferina oquiz idiota, se abisma por la ventana o desde lacontemplacin de un simple objeto hacia los tejidos detodo lo humano? Por qu se le ha llamadounnimemente "fundador de la modernidad"? Y porqu en su vida y en su trayecto intelectual tienentanta importancia las drogas?. Vamos all.

En 1821, en Pars y en la rue Hautefeuille nacaCharles Pierre Baudelaire. Era hijo de Joseph-FranoisBaudelaire, un hombre de sesenta aos, al parecerproducto tpico del s. XVIII, ex cura que haba hechocarrera en la administracin gracias a sus contactosentre los pudientes y aristcratas de la poca, y deCaroline Archenbaut-Defayis, que apenas rondaba lostreinta. Cuando Charles tena seis aos muri supadre dejando una renta aceptable y, al aosiguiente, la madre se cas con Jacques Aupick, militar

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cuarentn, cuyas capacidades imaginativas apenasexcedan el cdigo cuartelario. Para el nio fue unaautntica traicin. Se iniciaban unas relacionesfamiliares tormentosas. Charles siempre detest conautntica fidelidad a su padrastro. Aupick se empe,con poco xito, en disciplinarle, primero y en tratar deevitar su ruina y el escndalo familiar despus. Trasuna adolescencia brillante y conflictiva (que incluyeemblemtica expulsin de colegio) el joven Baudelaireva logrando parecerse ms a s mismo. Comienza afrecuentar los medios bohemios y se hace amigo dealgunos literatos (el escritor y aristcrata LeVavasseur, del que ser inseparable y Prarond). Y porley de probabilidades acaba cogiendo la sfilis, que yano dejar de crearle problemas de salud. La familia sedecide a castigarle con una especie de exilio martimoque ms bien parece un premio pero que al poeta leresulta insoportable. Abandona el barco antes detiempo y regresa del que sera el nico viaje de suvida.. Le esperan Pars, con las densidades de unapoca irrepetible y el viaje intenso y doloroso por unfascinante y complejsimo yo interior.

El artista de la modernidad. El joven dandi

Al poco tiempo de su regreso cumple la mayora deedad. Momento decisivo porque significa que yapuede recibir la herencia de su padre, que exige enmetlico y que le permitir ser independiente yacometer su proyecto vital ms inmediato, convertirseen un dandi. Se marcha de casa con un enrgicoportazo verbal dirigido a su madre, a quien se sientecontradictoriamente unido,

"Me es imposible hacerme como tu maridoquiere que me haga (...) no hay que quejarsesino comprenderme".

Su crculo de relaciones se va ampliando. En el Parsdel medio siglo conviven confusamente dos bohemiasque rivalizan y la vez se complementan: la de los hijosde familia bien, que juegan a la precariedad, comoGautier, Nestor Roqueplan, Houssaye, Ourliac y elmismo Baudelaire, y la de los otros, la de las miseriasnada virtuales; la bohemia de Murger, Nadar, pionerode la fotografa, materia que Charles siempre odi, oel desgraciado Barbara. Los va conociendo a todos ycongenia especialmente con Thophile Gautier yThodore de Banville. Encuentra un piso ad hoc parasu estilo de vida en la Isla de San Luis donde habrde pasar los das ms afilados de su juventud y dondese definir un programa oscuro y conscientementeautodestructivo de existencia.

Y es ste joven atrabiliario quien va a inventar lamodernidad, lo que, a mediados del siglo XIX es undeseo original: la aspiracin a la novedad perpetua. Al le debemos la transformacin semntica de lapalabra y una nueva concepcin de la esttica. Peropor qu esa fijacin con la novedad, que ya no nosha abandonado? y, quin era en aquel momentomoderno?

Hasta entonces la poesa haba sido la comparsa de loornamental, lo pedaggico o la filosofa. Elromanticismo le haba devuelto su funcin original, lade expresar al ser humano. Pero lo confesional seagota y el poeta, al cansarse de hablar de l mismoempieza a desear ser eco de otros mundos nuevos



(que son mundos habitados porque estn en este,aunque nadie los haya dicho). Baudelaire se proponedarles voz y alma. Pero la invencin de los nuevosmundos sensibles no puede surgir de ninguna idea ojuicio previo, debe darse dentro de un universocerrado en s mismo: la Poesa. Por eso hay querenunciar a la memoria, que certifica lo que ya existe,y excitar la imaginacin; por eso hay que llevar lossentidos hasta el extremo y entonces, al final delproceso, quiz, surga la idea.. Ese es el territorioartstico fundado por Baudelaire y que no ha sufridointerrupcin y es el contenido profundo de una formade vida en la que el trnsito por lo peligroso yprohibido no tuvo nada de trivial.

Dentro de la teora de lo moderno, que como vemosno era una rabieta reactiva contra la generacinanterior, Baudelaire intuy tambin el surgimiento deun nuevo pblico: las masas ciudadanas quenecesitaban ser expresadas, obtener su singularidad.Un pblico moderno asustado de no tener identidad. Elpoeta se convertir, al igual que su admirado EdgarAllan Poe, en el "detective", en el hombre de lamuchedumbre, que trata de dar sentido a aquello quese presenta de forma impersonal y catica, es decir, alalma de la ciudad. Hasta entonces todo el mundoestaba de acuerdo en ver a un Autor detrs de cadaObra de Arte. Baudelaire es el primero que rompe esaidentificacin, propone la desaparicin del autor (y conl de la crtica biogrfica) y rechaza la presencia delartista en su propia obra. Porque se da cuenta deque, en la modernidad, "yo es otro", aunque lafamosa frase la pronunciara unos lustros despusRimbaud.

Y si desaparece el yo de los poemas, habr en cambioque reafirmar la singularidad fsica del poeta. Ahsurge el dandi, producto de Pars, la gran ciudad (undandi de pueblo sera un loco o un imbecil). Lo quedistingue al dandi Baudelaire de sus vecinos es queha desaparecido detrs de su distincin y slo muestrala diferencia que le oculta, aquello que persegua eldetective detective. De modo que se crea unamscara que le aleje de su propio dolor y que, depaso, declare la guerra abierta a la burguesa y a loque el burgus desea, lo vulgar. El joven recinindependizado viste con afectacin (se dibuja suspropios trajes), se tie el pelo, se las da de gourmet,siembra ancdotas sobre su impertinencia yexcentricidad all por donde pasa, es una importantefuente de ingresos para las putas del barrio latino,asiste a todos los salones literarios y parece unaestampa fija en los cafs donde se emborrachasistemticamente con vino blanco y haschisch. Y, entretodo esto, trabaja; en verso y en prosa

La era del Hotel Pimodan

Volvamos a la escena del principio: Baudelairealucinado, una tarde cualquiera, en su habitacin delPimodan. Ya ha conocido a Jeanne Duval, actriz mulatacon quien mantendr una tempestuosa relacin elresto de su vida. De los gritos y los golpes alacoplamiento suelen mediar minutos. Este viejoprematuro y sifiltico que tiene un miedo sagrado alfracaso amoroso y sexual est ms o menosenamorado. Ya ha escrito varios de los poemas queformarn parte de su obra maestra, Las flores del mal.Y ha construido su propio personaje. Pero detrs de



los poemas y las borracheras persiste el tedio vital, elhasto, el famoso spleen. El dandi es un enfermo deaburrimiento. Todo cuanto le ofrece la realidad es lo desiempre. Su trabajo consiste en estar muy atento a lasnovedades precisamente para sepultarlas. Baudelairey sus colegas se aburren gracias a la novedad.

En las veladas del hotel se junta la extraa elite degente divertida y moderna que creen regir los destinosdel mundo intelectual. A veces aparecen consagradoscomo el mismsimo Balzac, a quien se intenta hacerperder la compostura. Beben vino, charlan,intercambian fluidos y, por supuesto, se drogan.Tambin lo hacen en otros muchos lugares,principalmente cafs (el Lemblin, el Tabourey) y casisiempre con haschisch. Lo toman por va oral, la deefectos ms salvajes y en forma de confitura. La quems se usa es el dawamesk, mezcla del extracto grasode la planta con alguna esencia que disimule su malsabor (azcar, vainilla, canela...). En el Pimodan lesuelen poner miel. El caf, el t, los licores o el ayunoayudan a acelerar el proceso y a que sea ms fuerteel ciego. Las dosis varan entre los quince y los treintagramos. La otra sustancia reina es el opio o ludano.

Baudelaire inicia una relacin intensa y prolongadacon los estupefacientes que le llevar a escribir LosParasos Artificiales, publicada en 1860 en su formadefinitiva, con dos partes, El poema del haschisch y Uncomedor de opio . De la primera ya se haban publicadoanteriormente dos versiones, Del vino y del haschisch,en 1851 y Del Haschisch, en 1858. La cuestin es dednde surge esta pasin investigadora y hedonistapor las drogas?

Baudelaire ha renunciado a la personalidad literariaporque el yo potico que busca es algo que va muchoms all, que se sita en la totalidad trascendente delLenguaje. Por lo tanto hay que olvidar al ciudadano,deshacerse de l para alcanzar el Paraso de lopotico. Se trata de separarse de uno mismo paraalcanzar a ese "otro" que es el poeta. Pero no valdramatarse porque entonces quin observara el xitode este viaje? Baudelaire quiere que, con la muerte, elcuerpo conserve su vida (es lo que l llama espritu) Laprimera medida es sacrificar, como vimos, al verdaderoyo bajo los aceites del dandi. El segundo grado tieneque ver con las mujeres a quienes admira y adoraporque le parecen "animales humanos en estadopuro". El dandi desnudo pierde su coraza y seenfrenta al otro ("Qu es el amor? La necesidad desalir de uno mismo.") y tambin tiene la oportunidad,a travs del sexo, de investigar el lado satnico de suexistencia, los lmites del yo que quiere aniquilar ("Lavoluptuosidad nica y suprema del amor se basa en lacerteza de hacer el mal" [Fusees]). Pero Baudelaire noera un psictico capaz de hacer dao sin inmutarse. Y,no pudiendo echar mano de la locura utiliz unatercera va para conocer la raz de la existencia: lassustancias multiplicadoras.

Los Parasos Artificiales

Este texto ha sido durante mucho tiempo un autnticomanual del toxicmano. Pero su lectura encierramuchas otras cosas. Adems de su importancia paraconocer a un sujeto como mnimo interesante, laperspectiva desde la que Baudelaire lo escribi es lade quien se mete en las drogas, placeres aparte, con



un afn profundo de conocimiento.

No es casual que la introduccin a El poema delhaschisch se titule El gusto por lo infinito. Baudelairepiensa que, desde el principio de los tiempos y entodas las culturas, el hombre ha buscado huir delespacio fangoso y chato de lo cotidiano. Aunque hayadas en los que de forma espontnea se levante msperceptivo y el exterior se le ofrezca con otro relieve,este estado artstico, encantador y paradisaco noobedece a causas que podamos controlar. De modoque siempre hemos buscado productos que nospermitan perpetuarlo ("Ay!, los vicios del hombre, tanllenos de horror como se les supone, contienen laprueba (...) de su gusto de lo infinito; slo que es ungusto que a menudo se equivoca de camino"). Ese esel problema, que el hombre "en su fatuidad, olvidaque se la est jugando con algo que le excede enfinura y en fuerza, y que el Espritu del Mal, (...) notarda en llevarse la cabeza".

El libro no tiene desperdicio. La segunda parte, Uncomedor de opio, es una glosa inteligente de lafamossima obra de Thomas De Quincey, Confesionesde un ingls comedor de opio. Se haba publicado en1822 con un xito fulminante (no en vano los sbadospor la tarde las farmacias de Manchester vendancientos de dosis de ludano). La obra refleja unaactitud ambivalente hacia esta droga, "cadenainexorable, llave del Paraso". Lgico en un hombreque empez a consumir para aliviar unos dolores deestmago brutales y que estuvo enganchado veinteaos. Lo suyo con el opio fue una autntica pasinintelectual y fsica de la que nunca logr prescindir deltodo. La literaturizacin de las visiones que leprovocaba, llenas de imaginera oriental, cuaj en unaprosa rtmica y retrica que fue el punto de partidaque seguiran Gautier, Baudelaire y, ya en nuestrosiglo, Henry Michaux, entre otros. Lectura tanrecomendable como el comentario profundo que lededica Baudelaire. Pero su experiencia con las drogasaparece de forma ms directa en la parte dedicada alhaschisch y lo esencial de sus conclusiones esaplicable a ambas sustancias.

Baudelaire, adems de ofrecer datos sobre el origen,procedencia y formas de preparacin del haschisch,realiza un autntico recorrido por los efectos fsicos ypsicolgicos de su consumo en forma de manual parala iniciacin. En primer lugar, desgrana el tipo deembriaguez que produce. Advierte a los "curiosos porconocer placeres excepcionales" que "no encontrarnen el haschisch nada milagroso, absolutamente nadams que lo natural en exceso". Es decir, que unosiempre se dar de bruces consigo mismo y con suinterior "el hombre ha querido soar; el sueogobernar al hombre; pero ese sueo serclaramente el hijo de su padre". Hace un anlisis,lleno de matices, de las fases por las que se pasa ylas va ilustrando con ancdotas de su experienciapropia y observada. Primero la risa incontenible, en laque empiezan a acelerarse las relaciones de ideas yuno establece cierta complicidad con sus compaerosde viaje, muchas veces ficticia, de la que se deriva unsentimiento de superioridad grupal. Aparece tambinotro de los rasgos comunes en esta fase, "unabenevolencia blanda, perezosa, muda, que se derivadel reblandecimiento de los nervios".

El segundo estado se caracteriza por una avalancha



de sensaciones fsicas ("frescor en las extremidades,(...) debilidad de todos los miembros (...) vuestrosojos se agrandan por un xtasis implacable (...)vuestro rostro se inunda de palidez (...) de cuando encuando, una sacudida os atraviesa"). Luego llega unaagudizacin de todas las percepciones sensoriales. Yes entonces cuando "empiezan las alucinaciones.Lenta y sucesivamente, los objetos externosadquieren singulares apariencias, deformndose ytransformndose". A veces ocurre que en lacontemplacin alucinada de los objetos externos unoacaba olvidando la propia identidad ("primero prestisal rbol vuestras pasiones(...) y pronto sois vosotrosmismos el rbol"). Inevitablemente el tiempo linealdesaparece y slo existe el psicolgico ("stainterminable fantasa slo ha durado un minuto (...)dirase estar viviendo varias vidas humanas en elespacio de una hora"). Baudelaire concluye que, eneste momento, "No hay ya ecuacin entre los rganosy los placeres; y es principalmente de estaconsideracin de donde surge la censura aplicable aese peligroso ejercicio en el que la libertaddesaparece". En medio de todo se dan "calmasengaosas" en las que sobreviene lo que hoy llamanhipoglucemia y que siempre ha sido un hambre voraz.

La "crisis definitiva" es un estado que los orientalesllaman kief. Hace mucho que uno no es dueo de smismo, pero tampoco le importa. Continan lasesplndidas visiones pero no hay vrtigo niturbulencia ni miedos. Llega entonces la alucinacinmoral "estado de beatitud sosegado e inmvil, de unaresignacin gloriosa".

Al da siguiente, cansancio de siglos, languidez ydispersin "Habis esparcido vuestra personalidad alos cuatro vientos del cielo y, ahora, cunto esfuerzopara reunirla y concentrarla!"

A partir de aqu Baudelaire entra en la dimensinmoral del haschisch, en sus efectos sobre la "parteespiritual del hombre", tomando como modelo de suanlisis al caracterstico hombre sensible de su poca,de espritu cultivado, "gran finura de sentidos" coninquietudes metafsicas, "corazn tierno" y alguna"antigua falta" que pueda removerse con toda estaexperiencia. Baudelaire hizo del remordimiento uno delos temas centrales del XIX Haciendo interesantesalusiones a su querido Poe "al que siempre se ha decitar cuando se trata de enfermedades misteriosas delespritu", compara haschisch y opio y los tipos derazonamiento que producen. Analiza la intensificacinde los sentidos y las posibilidades que cobra el sexodurante la embriaguez. Repasa tambin el paroxismosentimental que se produce, tan diferente al delalcohol. La belleza, el amor y la armona se conviertenen deberes universales. Y, finalmente, el proceso porel cual, bajo ese prisma de amor universal, losreproches internos que a uno le surgen por el daohecho a sus semejantes se convierten, por la mismarazn, en autojustificaciones que acaban conduciendoa un peligroso egocentrismo. Se llega a confundir elsueo de nuestras posibilidades con la accin que nollega a ser: "Soy el ms virtuoso de los hombres!"Incluso puede terminarse en la monomana "Hellegado a ser Dios!".

Las conclusiones, desde la resaca de toda una vidadedicada al vicio, son bastante disuasorias y puedenaplicarse a cualquier otra de las sustancias con las



que se li (opio, ter, cloroformo). Las drogas, a lalarga, acaban robndonos unos cuantos bienesnecesarios: la dignidad, el libre albredo, la voluntad.Los hbitos adquiridos como bienes se vanconvirtiendo en necesidades ("Quien haya recurrido aun veneno para pensar muy pronto no podr pensarsin veneno"). La posibilidad de retener los hallazgosde la embriaguez son bastante remotas. Y en elempeo por acceder a lo infinito lo nico queencontramos, una y otra vez, es nuestra propiaimagen ("lo nico que el haschisch revela al individuoes el propio individuo").

Baudelaire termina su aventura dejando un legado unpoco triste: la huda de este mundo no es posible ("alhombre le est prohibido, bajo pena de decadencia yde muerte intelectual, trastocar las condicionesprimordiales de su existencia (...) todo hombre que noacepta las condiciones de la vida vende su alma."). Elprecio, ya lo sabemos, es caro. pero conocerse a unomismo, ms si se es Baudelaire, no es poco. Y, entodo caso, quiz son cosas que no pueden sabersepor los libros.

Los aos que siguen a la poca del Pimodan son unviaje sin retorno hacia sus propsitos. El poeta se hapulido casi toda la herencia y est lleno de deudas.Cambia de residencia constantemente para huir de losacreedores (hasta seis veces en un mes). O sablea alos amigos, de la misma forma que, cuando puede, lesinvita, incluidos los que se han liado con Jeanne Duvalque nunca dejar de engaarle en ese y otrossentidos y a la que mantendr hasta el final.

La familia le obliga, por va judicial, a aceptar deadministrador a Aupick. Baudelaire casi muere derabia e indignacin. Hace un intento de suicidio que enrealidad es una puesta en escena dedicada a sufamilia ("Me mato porque soy intil a los otros ypeligroso a m mismo. Me mato porque me s inmortaly espero"). En un cabaret donde ha comido conJeanne y unos amigos saca en los postres el tema delsuicidio. De pronto se levanta y se clava un pual enel pecho. Poca cosa. La polica se lo lleva, la madrecree morir del disgusto y lo trasladan al domiciliofamiliar, ms que nada para evitar el escndalo. Elencuentro dura poco ("abandon aquello (...) no sebebe sino Burdeos en casa de mi madre y yo nopuedo pasarme sin Borgoa"). En fin, que suscostumbres no varan, borracho impenitente, yonkicada vez mas experto, navegante callejero...

Pasan los aos y, poco a poco, va incorporando elhbito del trabajo y empieza a tener ganas depublicar. Salen sus trabajos sobre pintura (otra de suspasiones) que muestran al mejor crtico del siglo,segn los entendidos. Publica poemas y artculos endiversos peridicos y revistas. En 1847 aparece lanovela corta La Fanfarlo, en la que hace suautorretrato como dandi. Al ao siguiente se une a losgrupos revolucionarios que se echan a la calle paraderrocar al lnguido Luis Felipe. Pero no hay en l unaprofunda conviccin ideolgica. Realmente es unsocialista repentino. Aunque se hace amigo derenombrados protagonistas, como Proudhon, a quienhaba insultado con frecuencia o Auguste Poulet-Malassis, que acabar siendo su editor, la verdaderarazn de su ramalazo revolucionario es el odioinveterado a su padrastro; en las barricadas trata deanimar a la gente al grito de "Hay que fusilar a



Aupick!".

A los trastornos de la sfilis se unen los del ludano,que llega a enfermarle seriamente. Pero la miseriafsica contrasta con las buenas nuevas del exterior. Apartir de 1851 su fama crece debido a sustraducciones de Poe, otro tipo atormentado, otroyonki y borracho, un verdadero hermano trasatlntico.

Pasin por Poe

"La primera vez que abr un libro suyo vi conespanto y asombro no solamente losargumentos soados por m, sino frases masescritas por l veinte aos antes".

As se refiere Baudelaire a su encuentro con el escritorde Baltimore que seguramente nunca supo de suexistencia. La identificacin, literaria y vital fuesiempre absoluta y profunda Poe era otro tipocargado de deudas, tragedia y oscura lujuria. Esindudable su influencia sobre la obra de Baudelairepero ste ya estaba hecho como poeta cuando tuvo elflechazo. Emprendi una labor de traduccin quedurara diecisiete aos y que abarc gran parte de suobra, segn muchos mejorndola. Todo lo relativo aPoe lleg a ser una especie de religin. Y la musafemenina del americano, dulce, tierna y desgraciada leprodujo un amargo contraste con su concepcin yexperiencia de las mujeres. Claro que, uno de lospatrimonios del francs, que le humanizan y le hanhecho ms perdurable es su inquietud ertica bestial.Poe tena la atraccin del misterio pero era un hombresimplemente enamorado y ordenadamente sexual.

En medio de la dispersin propiciada por suexperiencia con las drogas trabaj con ms fe yconstancia que nunca. Al igual que se haba fascinadocon el pintor Delacroix, con quien tuvo contacto y queilumin nuevos territorios de su imaginacin,Baudelaire vampiriza inconscientemente el universointerior de Poe y algo parecido le sucedera conWagner. Y todo porque vi en ellos unarepresentacin general del artista moderno.

Baudelaire ya es Baudelaire

En 1857 publica, por fin, Las flores del mal. En estaobra cristaliza toda su bsqueda potica y toda suvida. Los adelantos haban creado un ambiente deexpectacin y, en efecto, Baudelaire se convierte enuno de los personajes literarios ms conocidos deFrancia. No ser por las ventas (se tiraron 1320ejemplares) sino porque el mes siguiente se vemetido en un proceso judicial por atentar contra lamoral pblica. Es la primera vez, desde laRestauracin, que un libro de poesa sufrepersecucin oficial. Los crticos se enzarzan en unaguerra por el asunto (figuras como Sainte-Beuve yFlaubert le apoyan). La cosa termina con la condenadel autor (multa de trescientos francos), del editor yde los lectores, a quienes se les prohibe leer seispoemas.

Pero su vida es un antes y un despus de lapublicacin. Irn saliendo con xito las traducciones,las versiones definitivas sobre las drogas, los poemasen prosa y en 1861 la segunda edicin de sus flores,con treinta y cinco nuevos poemas. Su obra est



hecha, poco ms aadir antes de morir. A laposteridad nos ha quedado el resto. En 1865, dosjovencitos llamados Mallarm y Verlaine publicarnartculos apasionados sobre este libro. A Baudelaire leproducirn una mezcla de indiferencia y desconfianza.

Final y eternidad

Los ltimos aos de Baudelaire parecen un catlogodegenerativo de sus miserias de toda la vida. Eldesastre econmico es tal que hasta se le ocurreintentar el ingreso en la Academia para conseguir algode dinero. (de los inmortales de la poca slo le harcaso Vigny, que tambin pas lo suyo). Su amigo yeditor, Poulet-Malassis, que deba sacar varias de susobras huye a Blgica perseguido por sus acreedores yel editor de las traducciones de Poe corta la relacincuando an quedan dos volmenes por publicar.Desesperado, vende los derechos de toda su obra poruna cantidad ridcula.

Jeanne Duval tiene an fuerzas para engaarle perose consume an ms rpido que l. Acabaningresndola en un hospicio. La salud de Baudelairetambin es un desastre. Los males de la sfilis seagudizan. En 1864 intenta un pequeo renacimiento:viaja a Blgica para dar unas conferencias queprometen ingresos y difusin de su obra. El fracaso esabsoluto y se hunde definitivamente. En 1866 sufreun ataque de hemiplejia y es ingresado en una clnicareligiosa. Su madre se hace cargo de l. Morir en1867, en otro lugar, tras pasar un ao paraltico ymudo. Las monjitas de la clnica hicieron exorcizar lahabitacin.

La vida entera de Baudelaire es un intento deascenso hacia un estado que justifique nuestrapresencia en este mundo. El viaje satnico hacia loslmites del yo, de la propia tica, el descenso a travsde la ebriedad y las drogas son slo una preparacin,no valen como fin, estn condenados al fracasoporque no logran la permanencia. en ese espacio.Baudelaire llega al convencimiento de que el Edn esla Poesa como estado: la imaginacin transformandoconstantemente una realidad que as, sin ms,resultara insoportable. Vivir de esta forma es unproyecto tan totalizador que se sabe fallido deantemano. Pero donde hay proyecto hay esperanza. Ydonde hay esperanza, hay intensidad, placer, sentido.

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Sitios con artculos o bio-bibliografas sobre Baudelaire:

Sinopsis de sus puntos de vistaArtculo sobre su relacin con E.A.Poe: ("Poe andBaudelaire: A vast Ocean Apart" por Amy Jo Roy)Entrada de la Enciclopedia Britnica (muy completa)

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Bibliografa:

Aza, Flix de. Baudelaire y el artista de la vidamoderna. Barcelona, Anagrama, 1999.Benjamin, Walter. Baudelaire: poesa y capitalismo.(Iluminaciones II), Madrid, Taurus, 1993.Baudelaire, Charles. -Las flores del mal, Madrid, Alianza editorial, 1982.-Pequeos Poemas en Prosa. Los Parasos artificiales,Madrid, Ctedra, 1986.

http://www.fortunecity.com/roswell/tarot/266/baudelaireusa.htmhttp://www.usna.edu/EnglishDept/poeperplex/baudp.htmhttp://www.britannica.com/search?query=baudelaire&ct=&fuzzy=N



De Quincey, Thomas, Confesiones de un ingls comedorde opio, Madrid, Alianza, 1984.Gautier, Thophile, Baudelaire por Gautier, Madrid, Ors,1974Gonzlez-Ruano, Csar, Baudelaire, Madrid, Espasacalpe, 1958.Lpez Castelln, Enrique, Simbolismo y bohemia: laFrancia de Baudelaire. Madrid, Akal, 1999.Pinchois, C. Baudelaire, Valencia, Instituci Valencianad'Estudis i Investigaci, 1989.Sartre, Jean Paul, Baudelaire, Madrid, Alianza Editorial,1994.

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