Bbltk-m.a.o. - E-005 Vol IV Fas 039 - Lo Inexplicado - La Abducción de Pascaguola - Vicufo2

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ENCICLOPEDIA

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  • PI|\IIX?UCADOEL MUNDO DE LO EXTRAO,INSOLITO Y MISTER,IOSO

    Editor:Editorial Manager:

    Peter BrookesmithClare Byatt

    Publicado por Editorial Delta, S.A.-Barcelonay comercializado en exclusiva porDistribuidora Olimpia, S.A, - Barcelona

    Vol. lV - Fasc. 39

    Director: Jos Mas GodaYolJefe de Redaccin: Gerardo RomeroCoordinacineditorial: GloriaGutirrez

    Redactores y colaboradores :Prof. A. J. Ellison, Dr. J. Allen Hynek, Brian lnglis, Colin Wilson,Beatriz Podest, Jos Lorman.

    Para la edicin inglesa:Editorial Director: Brian lnnes

    El editor se reserva el derecho de modificar el precio de venta delfascculo en el transcurso de la obra, si las circunstancias delmercado as lo exigieran,Los fascculos atrasados podrn ser adquiridos, sin incrementoalguno en el precio de venta, en todos los quioscos y libreras,

    (O 1980 Orbis Publishing Ltd. LondonO 1981 Editorial Delta, S.A, BarcelonaISBN : 84-85822-35-8 (tomo) 84-85822-1 5-3

    (obra complela\ 84-85822-1 6-1 (fascculo)Depsito legal: B-1 263/1 982Fotocomposicin:

    Tecfa, S.A. Pedro lV, 160 - Barcelona-5lmpresin:

    Cayfosa, Santa Perptua de Mogoda (Barcelona) 9826lmpreso en Espaa - Printed in Spain mayo 1982

    Comercializa en exclusiva para Argentina, Chile, Uruguay, Per,Bolivia y Paraguay: Viscontea lnternacional,S.A. Buenos Aires.

    Distribuye para Espaa: Marco lbrica, Distribucin de Edicio-nes, S.A., Carretera de lrn, km 13,350 Va-riante de Fuencarral, Madrid-34.

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    Distribuye para Venezuela: Distribuidora Continental, S.A. Fe-rrenqun a Cruz de Candelaria, 178, Caracas ytodas sus sucursales en el interior del pas.

    Asesor para la edicin espaola: Julio Peradejordi

    Realizacin grfica:Luis F, Balaguer, con la ayuda de C. Esteruelas

    llustracin: Orbis. Atlas y agenciasBedaccin y administracin :

    Provenza, 290, entl.o 1 .4, Barcelona-8Tels.: (93) 21510 32-21510 50 - Tlex: 97848 EDLTE

    LO INEXPLICADO, EL MUNDO DE LO EXTRAO, INSLITO YMISTERIOSO se publica en forma de 120 fascculos de apari-cin semanal, encuadernables en diez volmenes. Cada fasccu-lo consta de 20 pginas interiores y sus correspondientes cubier-tas. Con el fascculo que completa cada uno de los diez volme-nes de que se compone la obra, se pondrn a la venta las tapaspara su encuadernacin. Adems, coleccionando la tercera ycuarta pginas de cubierta, se obtendr un interesante dossiersobre los MAESTROS DE LO INSOLITO.

    ()VNIS TERRESTRESNo sern algunos OVNIS las primiciasultrasecretas de modernos ingeniosaeronuticos, como en su da lo fueron losarcaicos monoplanos de los pioneros dela aviacin?

    ESTIGMATIZAD()SLa historia de la religin catlica presenta una larga lista deestigmatizados. Uno de ellos es el polmico ClementeDomnguez.

    AL0UltllllAUn alquimista alemn de principios de

    siglo invirti el resultado de sustransmutaciones... en financiar el naciente

    partido nazi.

    N()STRADAMUSLos sucesos de 1 981 hicieron que ste fuera el

    "ao-revelacin" de Nostradamus. Qu ms nos vaticina el

    famoso visionario?

    KASPAR HAUSERUn muchacho sin pasado y sin habla apareci en Nremberg en 1928.

    Quin era? Un halo de misterio envuelve todava. al desventurado Kaspar Hauser.

    fascculo

    Folo cubiena: Arnold Dessor

  • La experiencia que vivieron dos inglesas durante unavisita a Versalles en verano de 1901 fue discutida durantemuchos aos. Las seoritas Moberley y Jourdainafirmaban haber retrocedido alsiglo xvrr, en plena pocade Mara Antonieta.E\ uNA cALTDA rlrr de agosto de 1901, dosmaestras de mediana edad, las seoritas Anne\{oberley y Eleanor Jourdain, decidieronaprovechar sus vacaciones en Pars para visitarei palacio de Versalles. que ninguna de las dosconoca. Ambas se interesaban por la historiar posean cierto nivel cultural, y que la seo-ita Moberley era directora del Institulo StHugh, y la seorita Jourdain, de una escuelade nias en Watford. Ninguna de las dos ten-da a ser crdula ni neuriica.

    Despus de recorrer el palacio se sentaron adescansar en la Galera de los Espejos. Laslentanas abiertas y el aroma de lai fiores lasincitaron a volver salir. esa vez en direccinal Pequeo Triann, el palacete que Luis XVconstruy en los terrenos de Versalles, y quesu sucesor, Luis XVI, regal a la reina MaraAntonieta. Llegaron a un lago alargado, acuya derecha haba un bosquecillo con un cla-ro, y despus a otro estanque, junto al cual selevantaba el Gran Triann, palacio construidopor Luis XIV. Lo dejaron a su izquierda yllegaron hasta un sendero cubierto de hierba.

    No estaban seguras del camino y, en vez debajar por el sendero, que llevaba directamenteal'Pequeo Trian, io

    "rururo, y siguieron

    Cuando las seoritas Moberley yJourdain visitaron el palacio deVersalles el 10 de agosto de1901 , todo pareca normal, alprincipio. Despus de visitar laGalera de los Espejos (derecha)atravesaron el parque, buscandoel Pequeo Triann (abajo), lamansin aislada que habapertenecido a Mara Antonieta.Fue entonces cuando seencontraron en lo que parecaotra poca (fotos MichaelHolford).

    por un sendero lateral. La seorita Moberleyvio a una mujer asomada a la ventana de unedificio que haba en un recodo del sendero;sacuda una tela blanca. La inglesa se sorpren-di al ver que su amiga no se detena a pregun-tarle el camino. Despus se enter de que laseorita Jourdain'no lo hizo porque no habavisto ni a la mujer ni el edificio.

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  • Saltos en eltiempo

    A esas alturas, las dos mujeres no tenanconciencia de que sucediera algo extrao, yconversaban animadamente sobre temas queno tenan nada que ver. Doblaron a la dere-cha, pasaron junto a unos edificios y distin-guieron el final de una escalera tallada al otrolado de un portal abierto. No se detuvieron,sino que tomaron el sendero central de los tresque haba delante de ellas; la nica raztparaque lo hicieran fue la presencia de dos hom-bres que parecan estar trabajando all, conuna especie de carretilla y una pala puntiagu-da. Parecan jardineros, aunque las mujerespensaron que vestan de forma rara; llevabanlargas chaquetas gris verdoso y tricornios. Loshombres les dijeron que siguieran en lnea rec-ta y las amigas continuaron como antes, absor-tas en su conversacin.

    lrrupcin del pasadoFue ms o menos entonces cuando las dosmujeres comenzaron a sentir una cierta opre-sin (de forma independiente; no comentaronel hecho en aquel momento); observaron quesu entorno era curiosamente llano, y ambastuvieron la sensacin de que el paisaje se habavuelto bidimensional. Esas sensaciones se hi-cieron abrumadoras cuando se acercaron a unpequeo kiosco de jardn, circular, como unkiosco de msica; junto a l se sentaba unhombre. A ninguna de las dos le gust el as-pecto del hombre; su rostro era oscuro y repul-sivo. Notaron que llevaba una capa y un som-brero al estilo espaol. Aunque no se sentanmuy seguras de su camino, por nada del mun-do le hubiesen dirigido la palabra al hombredel kiosco.

    Sintieron alivio al escuchar pasos que seacercaban aprisa detrs de ellas pero, cuandose volvieron, el sendero estaba vaco. Con to-do, la seorita Moberley vio a otra personaque apareci sbitamente. Pareca sin duda,un caballero... alto, con grandes ojos oscu-ros... cabellos negros rizados. El tambin lle-vaba capa y sombrero espaol y pareca ner-

    750

    Las seoritas Anne Moberley(izquierda) y Eleanor Jourdain(derecha). Decididas a descubrirqu haba detrs de suexperiencia, las dos visitaronrepetidamente el PequeoTriann, pero descubrieron quelos jardines haban cambiandomucho desde su primera visita(fotos Aldus Books/cortesa dePrincipal, St Hugh's College,Oxford).

    En la pgina siguiente, arriba:parte del camino recorrido por lasdos maestras inglesas durante supaseo del 1 0 de agosto de 1 901 ,en las inmediaciones del

    "hameau,.El esquema constituye un sectorampliado de un mapa dibujado

    , por Richard Mique, arquitectopaisajista y jardinero de MaraAntonieta (Ed Stuart).

    A la derecha: Mara Antonieta(1 755-1 793), reina de Francia,cuyo

    "fantasma" fue visto por laseorita Moberley, sentado en elcsped cerca de la tenaza delPequeo Triann. Fue eldescubrimiento de que la seoritaJourdain no la haba visto lo quellev a las dos inglesas a escribirrelatos independentes de suexpedicin (foto Mary EvansPicture Library).

    vioso cuando les indic dnde estaba la casa.'Les sonri de una forma que les pareci pecu-liar pero, cuando se volvieron para darle lasgracias, haba desaparecido. Volvieron a escu-char el ruido de alguien que corra, aparente-mente muy cerca de ellas, pero no vieron anadie.

    Cruzaron un puentecito sobre un barrancoen miniatura, miraron la cascada que caa jun-to a l y, finalmente, llegaron a una mansincampestre pequea, cuadrada y slidamenteconstruida, con una feaza que daba al nortey al oeste. La seorita Moberley vio a una da-ma sentada en el csped, de espaldas a la terra-za, quc pareca estar haciendo un dibujo. Ladama las mir fijamente cuando pasaron juntoa ella. La seorita Moberley coment que,aunque era bastante bonita, ya no era joven, yno le pareci atractiva. Esto no le impidi ob-servar el vestido que llevaba, de una tela ligeray escotado. Sus abundantes cabellos rubios es-taban cubiertos por un gran sombrero blanco.

    Las'dos inglesas pasaron junto a ella en si-

  • lencio y subieron a la terraza; la seorita Mo-berley se senta como si estuviera andando ensueos. Entonces volvi a ver a la dama. estavez de espaldas, y sinti alivio porque la seo-rita Jourdain no le haba preguntado si podanentrar en la casa. En realidad, la seorita Jour-dain no la haba visto.

    Estaban ya en el ngulo suroeste de la terra-za. Cuando se volvieron, vieron una segundacasa de la que sali un joven (con aspecto delacayo) quien les ofreci acompaarlas en lavisita. Entonces se les uni una legre boda yse sintieron de mejor humor.

    Las dos seoritas no hablaron de estos acon-tecimientos durante la semana siguiente. Slocuando la seorita Moberley se puso a escribirsu versin de los hechos y volvi a sentir unasensacin de opresin, pregunt a su amiga:No crees que el Pequeo Triann est em-brujado? La seorita Jourdain pensaba 1omismo. Slo entonces compararon las notas ysupieron las diferencias existentes entre sus ex-perrenclas.

    Ambas mujeres escribieron, tres meses des-pus y por separado, sendos relatos completosde lo sucedido. Este lapso de tiempo fue uno delos factores que provocaron el escepticismo,de comentaristas posteriores: los recuerdos deun suceso, registrados al cabo de tres meses,eran menos exactos que si se redactaban deforma inmediata. Las maestras eran pues, sos-pechosas de reconstruccin imaginativa.

    Abajo: proyecto para el trazadode los fuluros jardines delPequeo Triann, realizado en1774por el jardinero jefe AntoineRichard. El crculo marca unkiosco de estilo achinado,parecido al que vieron lasmaestras, pero no exstenpruebas de que llegara a serconstruido alguna vez.

    Saltos en eltiempo

    Sin embargo, existan leyendas relacionadascon el Triann que apoyaban su versin. Unaamiga parisina de la seorita Jourdain le contque gente de Versalles haba visto a Mara An-tonieta, un da de agosto, sentada en los jardi-nes del Pequeo Triann, con un vestido rosay un gran sombrero de paja. El lugar, en suconjunto

    -las personas presentes y el tipo dediversiones- parecia, segn dijo esta amiga,una reproduccin exacta del fatdico 10 deagosto de 1792, da del saqueo de las Tulleras,de la fuga de la familia real a Pars y del encar-celamiento del rey y la reina en el Temple. Lasdos seoritas se preguntaron si se habran to-pado con algn recuerdo de la reina, proyecta-do por ella sobre el Triann o retenido por elpropio lugar. Desconcertadas por lo que ha-ban encontrado, decidieron comparar los de-talles de su experiencia con los hechos, y re-gresaron a Versalles.

    Un crculo de influenciaLa seorita Jourdain volvi sola al Triann enenero del ao siguiente, y de nuevo sinti unacualidad alucinatoria en el lugar, derivada enparte de la atmsfera y en parte de lo sucedidoanteriormente. Algunos detalles eran diferen-tes: el kiosco, por ejemplo, no pareca ser elmismo edificio, y al comienzo no sinti nadaextrao. Slo cuando atraves el puente queconduce al Hameau (Aldea), donde la reinaMara Antonieta y sus amigos jugaban a loscampesinos, sinti como si hubiese atravesadouna lnea, como si hubiese entrado en un crcu-1o de influencia. Vio un carro que estaba sien-do cargado de lea por dos peones que lleva-ban tnicas y capas con capucha. Volvi unmomento lacabeza hacia el Hameau, y cuandomir nuevamente los dos hombres y el carrohaban desaparecido.

    Hubo otros incidentes: la visin de un hom-bre embozado movindose entre los rboles,el crujido de vestidos de seda, la sensacin deestar rodeada por una multitud de seres invisi-bles. el sonido de una banda distante tocandomsica ligera; pero ninguna de esas sensacio-

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    kiosco

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    #1.il. (jardn ingls

    al Peqeo Triann

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  • Saltos en eltiempo

    nes era comparable a los hechos de agosto de1901.

    Las dos amigas volvieron varias veces a Ver-salles. pero nunca revivieron su primera expe-riencia. Por el contrario, descubrieron que ladisposicin del jardn haba cambiado muchodesde su primera visita. Algunos bosques ha-ban desaparecido; ciertos senderos tambin;haba edificios alterados; el kiosco haba des-parecido; el barranco, el puente y la cascadatambin. El Triann del siglo xx tena muypoca relacin con el que haban visto la prime-ra vez. Desconcertadas e intrigadas, las dosmaestras emprendieron una investigacin de lahistoria del Triann de la reina Mara Anto-nieta.

    Hay que tener en cuenta lo poco que se sa-ba en esa poca de las experiencias retrocog-nitivas a gran escala. Como esta aventura fueespecialmente compleja, la explicacin mssimple pareca ser que haban tenido una aluci-nacin, que sus recuerdos eran inexactos o queestaban adornando su experiencia; tambinse habl mucho de que ninguna de las dosmujeres se apercibi en aquel momento de queestaba viendo cosas que no existan.

    Las dos maestras se sentan lo suficiente-mente convencidas de larareza de su experien-cia como para querer comprobar los hechos,ya que en los aos siguientes se tomaron eltrabajo de investigar los detalles de la estructu-ra original del Triann, la disposicin primiti-va de los jardines y el nombre de su responsa-ble, la clase de trabajadores que poda em-plear la reina all y los uniformes que podranhaber llevado. A la luz de los resultados. elsarcasmo de un periodista que dijo que habanvisto a gente real en 1901, con ropas de 1901,no se sostiene. Los uniformes gris-verde y lostricornios no correspondan a funcionarios delTriann de 1901, ya que el verde era el colorde la librea real, y ahora nadie 1o lleva, segnlos resultados de la investigacin de Moberley

    '152

    Arriba: el Jeu de Bague, de plantasemicircular, que se alza en losjardines del Triann. Lon Rey,uno de los crticos del relatoMoberley-Jourdain, dijo que estoera el kiosco, pero las maestrasno estuvieron de acuerdo conesta apreciacin.

    Durante sus investigaciones, lasseoritas Moberley y Jourdainhallaron muchas pruebas queconfirmaron su creencia de quehaban estado en el mundo deMara Antonieta. Las ilustracionesde la moda de ese perodo (arribaa la izquierda) muestran ropasmuy similares a las que llevabanlas personas que vieron. Y al leerdescripciones del conde deVaudreuil (abajo), miembro delgrupo de amigos ntimos de lareina, decidieron que era elhombre

    "repulsivo" sentado juntoal kiosco (fotos Mary Evans P.1.,Mansell Collection).

    y Jourdain, publicada en las ltimas edicionesde su libro An adventure (Una aventura). Lasapariciones, pudieron ser una mascarada?; lamsica fantasmal, la de una orquesta real quetocaba fuera de la vista? Quiz, pero, por quhaba mscaras corriendo por bosques inexis-tentes y senderos desaparecidos en un clidoda de agosto de 1901? Se podr objetar queMoberley y Jourdain se paseaban por ese mis-mo paisaje en ese momento, pero no corran,ni iban disfrazadas. En cuanto a la msica queoy la seorita Jourdain en 1902, descubriinmediatamente que ninguna banda haba es-tado tocando esa tarde.

    Una ocurrenca tardaEl kiosco que vieron se pareca algo a uno quehaba figurado en los planos originales del Tria-nn como una ruine ---o sea. una locura decora-tiva-, pero no es seguro que fuera construidoalguna vez. De hecho, el kiosco fue una fuentede dificultades para las dos maestras en sus es-fuerzos por identificarlo con algn rasgo originaldel Triann; vacilaron y modificaron sus opinio-nes. Les parecia que tena algo de chino. Uncrtico francs, Lon Rey, que escriba en la Re-vue de Paris,lo identific con un edificio llama-do Jeu de Bague, que era de estilo vagamenteoriental. Pero las dos inglesas no estuvieron deacuerdo y sealaron las discrepancias entre elkiosco del 10 de agosto

    -que, despus de todo,ellas haban visto y Rey ne- y el Jeu de Bague.Su referencia a algo de chino no fue hechahasta 1909, lo que sugiere una ocurrenciafarda.Sin embargo existen datos de que. en 1174, eljardinero jefe de Maa Antonieta, Antoine Ri-chard, haba planeado la construccin de unkiosco pequeo, del tipo del que las dos maes-tras creyeron ver en 1901.

    A medida que uno examina los hechos na-rrados por Moberley y Jourdain, y las acusa-ciones y contraacusaciones que se les hicierona 1o largo de los aos (hasta los aos cincuen-ta), su relato y su interpretacin se vuelvencadavez ms confusos. El hombre moreno queinspir tanta aversin a las maestras fue iden-tificado como el conde de Vaudreuil, quiendesempe un siniestro papel en los ltimosmeses del reinado de Mara Antonieta, aun-que.otro crtico sugiri que la figura poda ha-ber sido el anciano Luis XV. Apenas existe undetalle en la narracin de las dos mujeres que

  • Saltos en eltiempo

    :-.:us no haya sido contradicho o discutido:,-'i otra explicacin, an ms improbable, de.: :ue haban visto originalmente.

    Resultara pesado reqonstruir los pasos de-.s investigaciones que Moberley y Jourdain:.aiizaron a lo largo de varios aos, o discutir-.s muchas formas en que han sido interpreta-:os los detalles de su aventura. Los crticos no>lo contradijeron a las maestras sino que se:-utradijeron entre s, e hicieron los mayoresestuerzos por demostrar que las mujeres ima-giaron 1o que vieron, lo malinterpretaron, 1oiistorsionaron o 1o desfiguraronj Sus investi-Eaciones, segn los crticos desfavorables, no:ueron suficientemente cuidadosas ni estuvie-ron bien llevadas; ellas dejaron que investiga-ciones posteriores influyeran en el relato quehicieron de los hechos, y adoptaron a posterio-ri sus propias experiencias para que coincidie-ran con 1o que haban descubierto. En otraspalabras,(los crticos afirmaron que Moberleyr Jourdain haban distorsionado sistemtica-mente los libros para que coincidieran con su

    Arriba: el Hameau, la aldea enminiatura construida para MaraAntonieta en los terrenos delTriann. Cuando la seoritaJourdain fue a Versalles sola, enenero de 1902, no sinti nadaextrao hasta que lleg a estelugar, Entonces, como dijodespus,

    "la antigua sensacinde opresin" del ao anteriorvolvi a hacerse presente (fotoMichael Holford),

    Abajo: el Temple de l'Amour que,segn algunos crticos, podra serel kiosco;sin embargo, lasmaestras aseguraron que deninguna manera era se eledificio que haban visto en 1901 .

    historia. Las dos damas, cuya inteligencia pa-rece haber sido tan aguda como la de sus crti-cos, fueron condenadas como una pareja desolteronas crdulas, cuyas cabezas estaban lle-nas de tonteras romnticas acerca de la des-venturada reina de Francia.

    Sin embargo, sta no es la impresin que seobtiene al leer los documentos Moberley-Jour-dain. Las mujeres parecen equilibradas, sensa-tas y verdaderamente intrigadas por 1o que lessucedi aquel da de agosto de 1901. Sus inves-tigaciones posteriores fueron tan completascomo permitieron la oportunidad y la disponi-bilidad de materiales, y aunque las dos muje-res fueron acusadas de alterar su relato origi-nal para adaptarlo a hechos revelados poste-riormente, bien podra ser que no hubieranentendido 1o que haban visto hasta que el des-cubrimiento de ciertos hechos 1o aclar. Desdeluego, Moberley y Jourdain no conservaron unregistro minucioso y un relato documentadode lo sucedido. Probablemente, nunca se lesocurri que eso sera necesario para probar suveracidad.

    No es posible jtzgar qu sucedi realmenteel 10 de agosto de 1901. Es probable que lasmaestras tropezaran con una alucinacin agran escala consecuente con las condiciones deun salto temporal retrocognitivo. El aspectoms interesante de la cuestin fue el constanteintercambio, visual y verbal, que al parecertuvo lugar entre las figuras del pasado y las delpresente.

    Tampoco fue nica, en cuanto a la escala, laaventura de Versalles, ya que otras dos ingle-sas vivieron una experiencia similar en Dieppe50 aos despus. Ser el aire de Francia, o suhistoria, lo que promueve esos fenmenos tancuriosos?

    Los saltos al pasado son con frecuencia exclusi-vamente auditivos, pero igualmente inquietan-tes. Vase pgina794.

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  • ILa ahduccin de Pasc@a

    EL ENcuENTRo on Pnsc,qcoulA es uno de losclsicos de la literatura OVNI, y lo merece... silo que dijeron los testigos era cierto. El caso estpiio de muchos informes sobre OVNIS: haypcos testigos

    -en este caso la mayor parte de

    ia informacin proviene de un solo hombre, yaque el segundo testigo perdi el conocimiento

    Qu pas rcalmente en elfamoso encuentro dePascagoula en f973?Algunos detalles nossorprenden todava.

    al comienzo del incidente- y no existen prue-bas dignas de confianza que corroboren la his-toria. En esas circunstancias, aun con tcnicassofisticadas como el detector de mentiras y lahipnosis regresiva, slo la integridad personalde los testigos puede ofrecer garantas de vera-cidad.

    Una experiencaespantosaEncuentro en la tercera lase:Pascagoula, MississiPPi,Estados Unidos,11 de octubre de 1973

    EL pERroDo DE ocruBRE de t973 a marzo de1974 fue notable en cuanto a informes sobreOVNIS. Fue, de hecho, una de las mayores..oleadasrr, que afect en particular a los Esta-dos Unidos, el noroeste de Europa, Espaa eItalia. Uno de los informes sobresalientes deese perodo en los Estados Unidos vino de Pas-cagoula, capital del condado de Jackson, en elestado de Mississippi. Esta ciudad, que tienealgo menos de 30 000 habitantes, est situadaal sur del ro Pascagoula, en la costa del golfode Mxico, a unos 160 km al este de NuevaOrleans.

    Hubo dos testigos, ambos obreros del asti-llero Walker de la localidad: Charles E. Hick-son, de 45 aos, capafaz, y Calvin R. Parkerhijo, de 18 aos. Ambos afirman que el 11 deoctubre de 1973 tuvieron un encuentro con unOVNI y sus ocupantes, siendo secuestradosmientras se encontraban pescando en el mue-lle del astillero Shaupeter, en el ro Pasca-goula.

    Eran las 9 de la noche cuando Hickson sevolvi para coger un cebo fresco. Dice que fue

    entonces cuando oy un ruido de cremalle-ra. Mir hacia arriba y vio una nave ovaladade color gris azulado

    -en una entrevista pos-

    terior dijo que era una nave espacial- quetena luces brillantes y destellantes de aspectoazulado. Ese objeto flotaba a unos 60 cm delterreno. Acto seguido, afirma el desconcerta-do testigo, pareci abrirse, pero en realidadall no haba ninguna puerta... y tres criaturasflotaron desde all hacia nosotros. Yo me ha-ilaba tan asustado que no poda creer lo queestaba sucediendo".

    Dijo que las criaturas era plidas, pareci-das fatasmas>>, y que medan alrededor de1,50 m. Su piel parcca arrugada y de un colorgrisceo; el lugr de manos tenan garr-as deangrejo" o pinzas. Segn el primer informedellesiigo, stos entes podran haber tenidoranuras en lugar de ojos, pero no los vio. Stenan dos pequeas orejas cnicas y una nari-cita puntiagud, con un agujero debajo, en ellugai de la boca. Se acercaron a los dos estupe-fatos pescadores, flotando por encima delsuelo sin mover las piernas. Una de las criatu-

    754

  • DOCUMEHTO OVN

    Calvin Parker, que tena 18 aosen el momento del encuentro dePascagoula. Al parecer, sedesmay cuando uno de loshumanoides le toc, y estuvoinconsciente durante todo elincidente. Se inform quedespus sufri un ataque denervios (foto UPl, Nueva York).

    ras emiti una especie de zumbido y, dijoHickson, estuvieron encima de nosotros an-tes de que nos diramos cuenta. El hombremayor estaba paralizado de miedo, y Parker sedesvaneci, al parecer cuando fue tocado poruno de los seres.

    Mientras tanto, dos de stos levantaron aCharlie Hickson y se deslizaron, inmviles,hasta la nave. Hickson afirma que perdi todasensacin fsica y de peso. Fue trasladado auna habitacin brillantemente iluminada que,sin embargo. no tena fuentes de luz visibles.Aparentemente, su amigo fue llevado a otra

    habitacin por,el tercer ser. Hickson dice quefue colocado en posicin reclinada y suspendi-do, de forma tal que no tocaba ninguna partede la nave. Sus miembros estaban completa-mente paralizados; slo poda mover los ojos.Un instrumento que pareca un gran ojo flota-ba libremente hacia atrs y hacia adelante aunos 25 cm de su cuerpo, y las criaturas ledieron la vuelta, para que todas las partes desu cuerpo fueran escudriadas por el instru-mento. Al cabo de un rato, Hickson fue saca-do de la nave y flot junto con Parker hastael lugar del muelle donde se encontraban an-tes, aterrizando de pie. Dice que tena las rodi-llas tan flojas que se cay.

    Calvin Parker estuvo insconsciente durantetodo el incidente, de modo que todos los datosprovienen de Charlie Hickson. En su primeraentrevista dijo que el OVNI tena unos 3 m dedimetro y 2,5 m de altura. Dijo que cuando semarch desapareci de la vista en menos de unsegundo. Sus ocupantes eran como robots; ac-tuaban

  • a-

    un informe publicado en la Flying Saucer Re-view.El sheriff Fred Diamon y el capitn GlenRyder interrogaron a los testigos haciendo to-do lo posible por desacreditar su historia, perofue intil. Las entrevistas fueron grabadas.Despus, los dos funcionarios dejaron solos alos testigos, que no saban que el magnetfonosegua funcionado. Hablaron nerviosamentede su experiencia y Calvin Parker estaba tanabrumado que se puso a rezar cuando Hicksonsali de la habitacin. El sheriff qued conven-cido de que los dos pescadores decan laverdad.

    A la maana siguiente, 12 de octubre, eldetective Tom Huntley, de la oficina del she-riff, llev a Hickson y Parker a la base de lasFuerzas Areas de Keesler, en Biloxi (Missis-sippi), donde se comprob si presentaban con-taminacin radiactiva. No era as. Mientras es-taban all contaron su experiencia al jefe deinteligencia de la base, que actu como si yaIo hubiera odo antesl

    El domingo 14 de octubre, los testigos fue-ron entrevistados en Pascagoula por el doctorJ. Allen Hynek, de la Universidad Northwes'tern de Evanston (Illinois), ex asesor cientficocivil sobre informes de OVNIS de las FuerzasAreas de los Estados Unidos

    -y colaboradorde Lo Inexplicado- y el doctor James Harder,de la Universidad de Berkeley (California). Eldoctor Harder hipnotiz individualmente a losdos hombres, regresndolos al momento de laexperiencia. Cada uno de ellos revivi el terrorde la ocasin, en medida tal que el doctor Her-der dijo: La experiencia que vivieron fue muyreal. Es prcticamente imposible fingir un granterror bajo hipnosis. El doctor Hynek fuems reservado: No tengo ninguna duda de

    X 321 Dbj tj3

    que estos hombres vivieron una experiencia te-rrible.

    El 30 de octubre, Hickson -pero no Par-ker, quien al parecer sufra un ataque de ner-

    vios- se someti a un examen poligrfico(prueba con un detector de mentiras) en laAgencia de Detectives Pendleton de NuevaOrleans. Se inform que el operador del poligrafo, un tal Scott Glasgow, se vio obligado aadmitir, despus de dos horas y media de prue-

    ,93='6

    Charlie Hickson, el principaltestgo, en el escenario delincidente de Pascagoula. Elhecho de que los detalles de suhistoria variaran sustancalmenteen cada narracin suscit dudassobre su veracidad (foto UPl,Nueva York),

    156

  • ?tr't*l

    4;

    Arriba: el doctor James Harder(izquierda) y el doctor J. AllenHynek

    -colaborador de LoI nexpl icado- entrevistando aHickson y Parker poco despusde su supuesto secuestro. Eldoctor Harder hipnotiz a los doshombres hasta hacerles regresaral momento de su experiencia(foto UPl, Nueva York).

    A la izquierda: un "ente OVNl",

    fotografiado con una cmaraPolaroid por el iefe de polica JeffGreenhaw en Falkville (Alabama),Ia misma noche del encuentro dePascagoula. Supuestamente, elente huy y Greenhaw lopersigui en su coche pero nologr alcanzarlo (foto ForteanPicture Library).

    #

    m&&M&Y& ovNlbas exhaustivas, que Hickson deca la verdad.Se trata de una observacin muy extraa enlabios de un operador de polgrafo. Las prue-bas poligrficas no son suficientes para decidirsi un sujeto miente, y cualquier especialista losabe. En su libro UFOS explained (Los OV-NIS explicadosl, Philip J. Klass afirma que susinvestigaciones demostraron que Glasgow, dehecho, no era un operador poligrfico cualifi-cado. De modo que, pese a la publicidad quehicieron los peridicos al hecho de que la his-toria de Hickson soport la prueba con el de-tector de mentiras, esta evidencia no es con-cluyente por s sola.

    La experiencia de Hickson fue objeto deuna considerable publicidad; apareci en pro-gramas de televisin y hasta escribi un libro.Pero, desgraciadamente, su historia cambimuchas veces. Al principio, por ejemplo, afir-m que el OVNI meda unos tres metros delongitud; en entrevistas posteriores dijo quemeda de siete a diez.metros.

    Las descripciones de las criaturas desconoci-das tambin variaron en diferentes ocasiones.En su relato original, Hickson dijo que tenanpequeas orejas cnicas, unas hendiduras enlugar de ojos, y narices pequeas y afiladascon un agujero debajo. Ms tarde, de nuevoen un programa de televisin, dijo que no te-nan ojos, y que el agujero debajo de la narizera una hendidura. Y ms de un mes despusdel incidente revel por primera vez que la luzdentro de la nave era tan fuerte que haba su-frido daos en los ojos, y que haban duradovarios das.

    Desde luego, estas discrepancias suscitandudas sobre toda la historia... aunque no lainvalidan. Hay informes que podran corrobo-rarla. Aunque slo Hickson y Parker vieron alOVNI

    -pese a que el incidente ocurri cercade la carretera 90, siempre muy concurrida-muchos propietarios de televisores de la zonade Pascagoula se dirigieron a las emisorasquejndose de interferencias.

    Tambin el 11 de octubre, a 700 km de dis-tancia, cerca de Hartwell, Georgia, un ex pas-tor metodista iba en su coche cuando vio ate-rizar a un OVNI en la carretera frente a 1.Tambin vio a sus ocupantes, y declar quetenan cabellos blancos y llevaban trajes pla-teados.

    Esa misma noche una mujer llam por tel-fono al jefe de polica Greenhaw de Falkville,Alabama, afirmando qe una nave espacialhabaaterrizado en un campo cerca de su casa.Greenhaw se dirigi all a toda velocidad, ar-mado de una cmara Polaroid. No haba nadaen aquel lugar, per Greenhaw dijo haber tro-pezado en un camino secundario con una cria-tura que llevaba ropas plateadas. Tom cuatrofotos Polaroid, que muestran a una criaturaque parece llevar un traje de papel de aluminioy mira complaciente a la cmara. Al parecer,el ente se alej y Greenhaw la persigui en sucoche patrulla, pero no pudo alcanzarla. Unfinal ambiguo para lo que parece ser un cuentochino.

    75'7

  • Los secretos de lacorte de Luis)ilI/La frtil imaginacin de los investigadores ha funcionadobrillantemente a propsito delenigma de la Mscara de Hierro: de losmuchos nombres propuestos, slo dos pueden considerarseseriamente; de ellos nos ocuparemos, tras descartar algunashiptesis falsas...

    EL 6ABALLERo DE RoHAN, implicado en una Posteriormenfe, el 22 del mismo mes, pudoconjura contra Luis XIV y decapitado por ese hacer ya mayores precisiones.moiivo el 27 de noviembre det674, no puede Se trataba de tt mylord ingls... queser el misterioso prisionero de Saint-Mars. Co- estaba complicado en el asunto del duquemo tampoco el cardenal de Retz, aun cuando de Berwick contra el rey Guillermo. Mu-su desaparicin y las condiciones en que se ri as para que ese rey no pudiera saberrealizaron sus funerales en 1680 siguen siendo nunca qu haba sido de 1.confusas.

    El abad Pregagni, agente francs en la cortede Inglaterra, podra haber sido el hombre de-tenido en Dunkerque en1669, es decir, el quees denominado Eustache Dauger. Pero poste-riormente se sigui su pista y se le localiz enRoma en 1679.

    Hay quienes han aventurado que el hombrede la mscara no era otro que el actor y come-digrafo Molire, que enferm de muerte so-bre el escenario elll de julio de 1673; en efec-to, se le neg la inhumacin, y su acta de de-funcin no presenta la firma de ningn testigo.A partir de fas peculiares condiciones que ro-dearon 1a mgerte del clebre dramaturgo, re-sulta imposible sacar ninguna conclusin quepermita identificarlo con el prisionero de Pine-rolo: ninguno de los elementos que conocemospuede apuntalar seriamente semejante hip-tesis.

    Ms bien cabe pensar que esta deliranteidentificacin tiene su origen en un hechocompletamente ajeno a esta historia: toda lavida del dramaturgo, desde que abandon sucarrera y su familia por el teatro hasta quemuri en las circunstancias citadas, pasandopor sus ambiguas. relaciones bon la familiaBjart (se aseguraba que su esposa, ArmandeBjart, era hija del propio Molidre y de Made-leine Bjart), tuvo como denominador comnel misterio.

    El espa Dubreuil, que estuvo recluido enPinerolo, no se puede confundir con el hom-bre de la torre de abajo. Sin duda muri en lafortaleza de Santa Margarita haca 1691 . '

    Fue la princesa Palatina, duquesa de Or-leans y madre del Regente, quien orient a loshistoriadores hacia otra pista. El 10 de octubrede 17ll escribi a Sofa de Hannover:

    Un hombre estuvo largos aos encerrdoen la Bastilla, y muri enmascarado. Co-ma y dorma con la mscara. Comulgabacon la mscara. Era muy devoto y leacontinuamente. Nunca se pudo saberquin era...

    758

    Berwick era hijo natural del rey Jacobo II, quevino a combatir en los ejrcitos de Luis XIVcuando la

    "Gloriosa Revolucin de 1688arranc del trono a su padre... As que lasfechas no concuerdan en absoluto, y no hay

    ninguna razn que justifique el encarcelamien-to de uno de sus secuaces.

    El nombre del duque de Monmeuth, hijonatural del rey Carlos II y de Luca Walters,tambin fue propuesto por quienes sostienenla hiptesis inglesa inspirada en la corres-pondencia de la princesa Palatina. Efectiva-mente, este prncipe haba intentado apode-rarse del trono de su padre, lo que le vali serdetenido y ejecutado... en 1685. Sin embargo,la leyenda que pretende que uno de sus parti-darios habra aceptado sustituirlo permitin-dole escapar al suplicio parece corresponderms bien a un folletn.

    El tercer hijo de Cromwell, Richard, que

    Arriba: Vaux-le-Vicomte, lamagnfica residencia delsuperintendente Foucquet.Apartado del poder por Luis XlV,Foucquet podra haber sido laMscara de Hierro (foto Explorer-Guy Plessy).

    A la izquierda: Molire. Laoscuridad que rodea la vida y lamuerte del famoso comedigrafohan llevado aventurar quepudiera ser la Mscara de Hierro.(foto Lauros-Giraudon).

  • abandon el poder en 1659, vivi despus enFrancia, discretamente, hasta 1680: sabemosque volvi a Inglaterra con nombre falso paramorir all en 1712. As que l no puede ser elhombre de la mscara, y no se entiende qumotivos poda tener Luis XIV para hacerlo en-carcelar.

    A fin de cuentas, la pista inglesa no lleva aninguna parte, y cabe imaginar que la Palati-na, asustada por su indiscrecin, se limitara acontestar con alguna mentira piadosa a lasapremiantes preguntas de su corresponsal, vi-da de saber ms.

    De la misma manera hay que descartar alconde de Vermandois, hijo natural del rey y deLouise de La Vallire, que habra sido encar-celado como consecuencia de una disputa conel delfn... Sabemos que este personaje murien el sitio de Courtrai en 1683. El monje jaco-bino, envenenador sin duda, compaero decelda de Mattioli, no puede ser el hombre de lamscara: lo prueba toda la correspondencia deLouvois con Saint-Mars. Lo mismo es vlidopara La Rivire, el desdichado criado deFoucquet.

    Es imposible pasar revista a los 60 candida-tos que se han propuesto sucesivamente. Losarchivos han hecho justicia de manera definiti-va ala mayora de ellos...

    Cules son, en estas condiciones, las expli-caciones e hiptesis que merecen ser tomadas

    A la derecha: Frangois deVendme, duque de Beaufort yprobable Mscara de Hierro. Eneste caso, l habra sido elverdadero padre de Luis XIV (fotoCFL-Giraudon).

    en consideracin? Hay dos que se nos apare-cen fundadas con solidez, aun cuando sea im-posible aportar la menor prueba que puedaconsiderarse definitiva para apoyarlas.

    El hombre de la mscara era obligatoria-mente una personalidad de gran importancia:el modo en que Saint-Mars y Louvois se preo-cuparon por ocultarlo de todas las miradas notiene otra explicacin. Esto nos lleva a descar-tar de entrada a la mayora de los personajesque hemos evocado con anterioridad. Salvodos de ellos, oficialmente muertos muchosaos antes que el prisionero de la Bastilla, ycuyas personalidades, por razones que habrque investigar, podran haber justificado que

    759

  • Mscara de Hierro

    se tomaran con ellos aquellas extraordinariasprecauciones.

    Se trata del duque de Beaufort y del supe-rintendente Foucquet.

    Franqois de Bourbon-Vendme, prncipe deMartigues y duque de Beaufort, haba nacidoen 1616 y era hijo de Csar de Vendme, naci-do a su vez de los amores de Enrique IV yGabrielle d'Estres. Tuvo una actuacin des-tacadsima ya desde sus primeros combatescon los espaoles, y en la Corte cosech gran-des xitos con las muieres. A Luis XIII no legustaba nada ese brillante nieto del rey muje-riego, y Mazarino vio en l a uno de sus msprobables adversarios entre la nobleza.

    Encerrado en el torren de Vincennes enmarzo de 1648, se escap en las circunstanciasrocambolescas que relat Alejandro Dumasen su novela Veinte aos despus.

    Despus escribi a Ana de Austria para pro-clamarle su lealtad. Vale la pena transcribir lostrminos: Siempre me he mantenido firme enlos trminos de respeto y obediencia que deboa Vuestras Majestades, y os aseguro que ni elpresente ni el pasado cambiarn nunca en mla extrema pasin que tengo por mantenermedurante toda mi vida, con mi ltima humildad,Seora, el sbdito y servidor obediente y fielde Vuestra Majestad.

    Al ao siguiente particip en la guerra de laFronda popular, y un diplomtico extranjeroescribi a propsito de 1 que el duque deBeaufort goza de un crdito tan alto que todaslas clases de la sociedad le consideran como sise tratara de la persona del rey; era muy ad-mirado por el pueblo de Pars. Terminara porreconciliarse con la Corte, lo que le valdra elcargo de almirante de Francia.

    Condujo con brillantez diversas operacionesnavales, pero se encontraba en permanenteconflicto con Colbert, quien se negaba a com-partir con 1 sus prerrogativas, pese al magnfi-co comportamiento del duque en ocasin de laexpedicin de Argelia...

    La lucha por Creta, isla donde los turcos sehallaban asediando Canda, sera para l oca-sin de nuevas hazaas. Sin embargo Colbert yel rey hicieron todo lo posible por limitar suautoridad. Confiaron el mando de Ia expedi-cin a Navailles, la flota de galeras a Vivonney la de veleros a Beaufort, quien normalmentehubiera debido supervisar toda la operacin.Presionado por el papa, que vea en 1 al jefenatural de la empresa, Luis XIV acept reco-nocerle el ttulo de capitn general de losejrcitos navales de la Iglesia.

    El 25 de junio de 1669 el duque desparecien el transcurso de un furioso combate contralos turcos, como consecuencia del cual los jen-zaros llevaron trescientas cabezas al gran visir.Pero el cadver del duque haba desaparecido.Un parlamentario se dirigi al gran visir paranegociar un eventual rescate, pero todas lasgestiones resultaron infructuosas, y no por fal-ta de inters de los turcos. El capitn generalde las fuerzas cristianas haba muerto heroica-mente en combate, y todas las Cortes europeasproclamaban su duelo...

    760

    No tardaron en circular rumores, especial-mente en la corte de Inglaterra, segn los cua-les Beaufort no habra muerto en Canda. Sehallara prisionero de los turcos. Estos rumo-res parecan confirmados por las informacio-nes que llegaban a Roma, y por el testimoniode muchos soldados que regresaban de Can-da. En julio de 1682 volvi a Francia un pri-sionero de los turcos: pretenda haber estadoencerrado en Constantinopla en la misma cr-cel que Beaufort.

    A partir de septiembre de 1669, la embajadade Inglaterra en Pars sealaba a Londres queel rey Luis XIV no est muy conforme con 1arepercusin que se le da a la muerte de Beau-fort, porque est seguro de que fue enviadopara exponerlo a esos peligros y de que no sedemuestra ningn inters por pagar su resca-te. Algunos bigrafos del duque aventuranotra hiptesis: Beaufort habra concluido suexistencia en un convento cretense, deseoso dehuir del mundanal ruido, y as lo habra argu-mentado anteriormente.

    Las incertidumbres que envuelven la desa-paricin del popular aristcrata no permitenconcluir que necesariamente haya que ver enl a la Mscara de Hierro... Luis XIV necesita-ba razones muy poderosas para terminar ascon un personaje de tanta importancia.

    Isabel de Broglie, que dedic un volumenentero a la biografa del duque, cree haberdescubierto esas razones: el rey detestaba aese partidario de la Fronda que gozaba en Pa-rs de una popularidad enorme. Le alentaba ensu desconfianza Colbert, que detestaba aBeaufort y se regocijaba con el hecho de que el.mando entero recayera en Vivonne tras ladesaparicin del hroe de Canda.

    Tal vez haya que remontarse 30 aos atrspara esclarecer cules eran las relaciones entreel rey y el almirante de Francia. Numerosostestimonios dan a conocer la relacin que unapor entonces a la reina Ana de Austria con elapasionado nieto de Enrique IV. Hemos vistocmo despus de su huida de Vincennes hablade la ,.extrema pasin que experimenta haciala reina. Uno de sus allegados, Henri de'Campion, nos dice que

  • Ariba: grabado que ilustra Ye,nfeaos despus, clebre novela decapa y espada en la queAlejandro Dumas relat la fugadel duque de Beaufort (foto J.-1.CharmeVcoleccin particular).

    Abajo: Colbert, uno de los quems temeron al hombre de laMscara de Hierro. Cul era larazn de Estado que le oblig aser tan severo con l? (FotoBulloz.)

    tiples interpretaciones, y resulta muy verosmilque el duque se atribuyera la paternidad delRey Sol. La actitud de Luis XIII con ocasindel nacimiento de su primer hijo parece confir-mar esta impresin, mientras que, cuando dosaos ms tarde vino al mundo Felipe de Or-lans, no ocult su alegria...

    Puesto en conocimiento de su condicin debastardo, que daba la preferencia a su herma-no menor en el orden sucesorio, el rey habraquerido suprimir a un testigo incmodo y quepoda hablar. En el momento en que Franciaimpona su ley sobre Europa, no caba poneren cuestin la legitimidad del Rey Sol. Porotra parte, Luis XIV no consigui decidirse aeliminar a aquel de quien se saba hijo. Si elduque no muri en Canda, como 1o permitensuponer muchos indicios, se vio obligado a ex-cluirlo del mundo de los hombres libres me-diante un encarcelamiento definitivo...

    Enterado de la supervivencia del duque, elrey pudo haberlo hecho secuestrar en el con-vento cretense donde se habra retirado. Obien pudo negociar secretamente su devolu-cin por los turcos: a propsito de esto se men-ciona una carta enviada por lord Montaigu, uningls que viva en Pars, a lord Arlington, se-gn la cual en verano de 1669 lleg a Toulonun enviado del Gran Seor y una vez cumplidasu cuarentena ser enviado a Pars.

    El encarcelamiento de Dauger en 1669 pre-par a las gentes de Pinerolo para la presenciade un prisionero misterioso y desconocido. Lallegada de Louvois en 1670 anunciaba fal vezla llegada de Beaufort, que se convirti a suvez en el detenido misterioso, cuando Daugerfue entregado como criado a Foucquet.

    El cuidado puesto en ocultar el rostro delprisionero, sobre todo en el traslado desdeExiles a Santa Margarita, podra justificarsepor el hecho de que Beaufort era muy conoci-do, especialmente en Provenza, donde poseael principado de Martigues. Cuando Saint-Mars escriba a Louvois que el prisionero eraidentificado con

  • f, J:,t

    Arriba: estatua de Seth, elhermano renegado del diosOsiris. Seth, envidioso de lospoderes superiores de Osiris, lomat y lo despedaz,dispersando sus reslos sobre latierra. El enfrentamiento deambos sigue fascinando a losestudiosos de lo oculto, quieneslo interpretan como la batallaarquetpica entre el bien y el mal(foto William McQuitty).

    A la izquierda: el Papiro de ladiosa Anhai, perteneciente a un"Libro de los mueos" egipcio. Elalma de Anhai es pesada, con laverdad y la justicia, representadaspor una pluma, en el otro plato:Horus, Anubis y Toth(representado alavez como unibis y un mandril) asisten a lapesada (foto Michael Holford).

    Abajo: "el Mago" del Tarot

    diseado por Frieda Harris paraAleister Crowley. Representa aToth disfrazado de Hermes y demandril (foto Michael Holford).

    Ya en 1781, un oscuro erudito francs llama-do Antoine Court de Gbelin asegur, sin msfundamento para ello que su propia imagina-cin, que los 22 arcanos del mazo del Tarotcontenan las enseanzas secretas de los egip-cios, deliberadamente disfrazadas para evitarsu explotacin por los no iniciados (idea quefue aceptada de buena gana por otros magosposteriores, como por ejemplo Eliphas Levi enel siglo xrx). Casi al mismo tiempo que Courtde Gbelin, el conde de Cagliostro fund suRito Egipcio de la Masoneia, y para sus reu-niones utilizaba a guisa de templo una sala de-corada con estatuas de Isis y Anubis. En supera La flauta mgica, Mozarf vincul tam-bin la francmasonera con el antiguo Egipto los misterios de Isis y Osiris.

    El antiguo Egipto estimula fcilmente laimaginagin de 1o oculto. En primer 1ugar. sehallan en 1 los signos de una civilizacin re-tusta y desconcertante, cuyas grandes obras de

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    fficqs deem'*m mgptoElantiguo Egipto sgue ejerciendo un poderoso hechzosobre nuestra imaginacin... y sgue estando en la basede numerosas sectas ocultstas. Qu clase de sabiduraencerra la tierra de las pirmides?cuANDo ALETsTER cRowLEy, llamado la Bestiadel Apocalipsisr>, mago de profesin, publicsu comentario sobre los naipes del Tarot, lotitul El libro de Toth, proclamando, comotantos otros msticos y magos, que contena laantigua sabidura de los egipcios.

    Toth era el escriba de los dioses, una figuradestacada en la ceremonia de la pesada delcorazn>r, rito fundamental en el paso del espiritu de la persona muerta desde este mundo alotro. En aquel momento del juicio, cuandoAnubis, el dios de los muertos, con su cabezade chacal, depositaba el corazn del difunto enun plato de la balanza para verificar si se equi-libraba respecto a una pluma que representabala justicia y la verdad, Toth se encargaba deanotar el resultado.

    Sin embargo, Toth tena tambin otra mi-sin, ms envidiable que la tarea de llevar elregistro de quienes podan entrar en el reinode los cielos. Era el dios del conocimiento y dela sabidura, y a la larga se convirti en el diosde la magia. Los antiguos egipcios crean queToth haba anotado, en libros escritos con supropia mano, los secretos ms importantes.Crowley y otros nigromantes modernos hanvenerado a Toth como fuente continuadoradel conocimiento de 1o oculto. realzando conello el atractivo de los rituales y los sistemasmgicos basados en el simbolismo egipcio.

    't62

  • .tT:-:1.:-: --]ll;---';ll i.-J:\lc C UCStfO IeC-Tlrl{,ri{ i - :-a, - 'j.- R=s;-: :ascinante. adems.:r

    -*rr.-- - :: .i::,--:1:. .- i:]S tien de la esperan--Jr ;f, -.:: .,r:i ,i:.::!rr. Estn los jeroglficos,r.jil; a'i.::-.:-:: :la:anJA qUe pareCe plOmeternL,:::

    --:: J-.';n simple alfabeto. Y est la': I {. - - a: :.. ;,1: su \ ariedad de seres trascen-rr':if ; :':- t;!l; itr: demiurgos ms poderososI.*--: : i::l:::-l: mas localizados.

    ):> :.is encumbrados, deidades con las;.r.: ;.- -:;.:ificaban los reyes, representabant::.ir--:rr,;rte todas las formas de poder ps-- -

    : - E. iirrs-sol. Ra, gobernaba a los dems:l.s> '* Ia humanidad, y el rey egipcio se

    haca llamar Hijo de Ra. O'tros dioses, quecomenzaron como deidades locales, se unierona Ra bajo frmulas de compromiso en vez deentablar rivalidades. As, Amn de Tebas seconvirti en Amn-Ra, y los sacerdotes dePtah, en Menfis, explicaban que Ra era el pa-dre de ste, y que Ptah era, a su vez, el padrede todos los dioses.

    En los mitos que hablan de la creacin, elcielo y la tierra engendraron a otros dioses,Seth y Osiris, as como a las diosas Isis y Nef-tis. Osiris, el dios de la fertilidad y de la resu-rreccin en el otro mundo, se convirti en elms importante de todos los dioses. De su es-posa Isis naci Horus, y con Neftis, cuyo su-puesto esposo era Seth, Osiris engendr aAnubis, el dios de la muerte.

    Osiris era bueno y magnnimo. Ense a losegipcios a cultivar los campos, y les dio ley yreligin. Sin embargo, Seth se dej llevar porlos celos y plane matarlo. Lo atac y lo des-

    En la parte superior: estatua deOsiris con su cayado y su mayal,en su papel de maestro de laagricultura egipcia. Estossmbolos forman tambin parte delas actuales insignias delocultismo; el propio dios Osirisconstituye todava el centro de losritos de numerosas sectasocultistas (foto MichaelHolford).

    Arriba: Thueris (o Ta-urt), diosade la gestacin y el parto, amenudo representada como unhipoptamo de pie sobre suspatas traseras (foto MichaelHolford).

    Arriba a la derecha: el dios-sol Raen su barca. Su cabeza de halcnexplica cmo lleg a seridentificado con Horus (foto SoniaHalliday).

    Arriba a la izquierda: lsisamamantando a Horus. Laimagen de madre e hijodesempe un papel importanteen la religin de Osiris, basada enla resurreccin (foto MichaelHolford).

    Misterios de Egipto

    rirembr, diseminando fragmentos de su cuer-po a travs de Egipto. Pero Isis pudo reunir denuevo sus pedazos, los vend hasta fabricar 1aprimera momia, y una vez ms insufl r'ida en1. Horus, el hijo que ambos concibieron en-tonces, sigui peleando contra Seth. Una tabli-lla funeraria dejada por un rey de Egipto ha-blaba del dios en los siguientes trminos:

    Tu naturaleza, Osiris, es ms secreta quela de los otros dioses. Adquieres la juven-tud de acuerdo con tu propia voluntad.Haces tu aparicin a fin de ahuyentar 1aoscuridad. ya que dioses y magia vienen aexistir para iluminar tu majestad y provo-car la ruina de tus enemigos.

    En el antiguo Egipto, los dioses de menor ca-

    tegora se ocupaban de los quehaceres cotidia-nos. Una de las deidades egipcias ms anti-guas, Thueris o Ta-urt, era la diosa de la gesta-cin y del nacimiento. Toda mujer egipcia po-da orar ante su estatua o llevar un amuletoque mostraba a la diosa en forma de hipopta-mo alzado sobre sus patas posteriores. El diosBes se convirti en esposo de Thueris, y tam-bin 1, a pesar de su temible aspecto, era ami-go de todos.

    La gente buscaba consultar con estos dio-ses mediante unos procedimientos emparenta-dos con las formas, mucho ms sencillas, delectura de futuro e interpretacin de sueos enuso hoy en da. Una frmula garantizada paraproducir una visin en sueos del dios Bes exi-ga, en primer lugar, escribir una peticin aste con una tinta en la que entraban ingre-dientes tales como la sangre de una palomablanca. Seguidamente:

    Haz un dibujo del dios en tu mano iz-quierda y envuelve la mano con una tirade tela negra que haya sido consagrada aIsis, y chate a dormir sin decir ni unapalabra.

    Gran parte del impacto de la antigua sociedadegipcia en la imaginacin moderna procedede la acumulacin masiva de material relacio-nado con las tumbas y las momias. Los egip-cios crean que la vida poda continuar despusde la muerte, y para asegurarse de que as ocu-rriera facilitaban al difunto una especie de guailustrada, el

    "Libro de los muertos", que poda

    ,'1-==.

    :sat'an estrechamente relaciona-. '.rla humana en el antiguo Egipto.

    163

  • Misterios de Egipto

    @ffir

    estar escrita en un papiro que se dejaba juntoal cadver o bien pintada en el sarcfago o enuna pared de la tumba. El Libro de los muer-tos explicaba las pruebas a las que el espritudeba someterse antes de fundirse con Osirisen una vida sempiterna. Ofreca, con detalladaprecisin, las respuestas que el espritu debadar para persuadir a los dioses de que atesti-guaran en su favor. Sus dibujos

    -escenas tales

    como la (ipesada del coraznr, dioses y criatu-ras como la espantosa bestia Amemt, que es-peraba para devorar el corazn que no diera elDeso requerido- han facilitado un punto departida desde el cual muchos artistas de todoslos tiempos han creado sus motivos simblicos.

    Las momias fascinaban a los viajeros proce-dentes de otros pases. En la Edad Media, hu-bo mdicos rabes que decidieron que el polvoobtenido moliendo una momia era un remediotil contra numerosas enfermedades; estacreencia pas a Europa, y en los siglos xvI yxvtt hubo especuladores que exportaron consi-derables cantidades de este medicamento.Durante el siglo xrx, quitar en pblico las ven-das de una momia lleg a constituir un espec-tculo popular, e incluso todo un arzobispo deCanterbury abandon una vez una sala de con-ferencias llena de pblico para asistir a 1. En1827, slo diez aos despus de haber escritoMary Wollstonecraft Shelley su novela Fran-kenstein, Jane Webb public La momia. En elpunto culminante de la historia, dos de suspersonajes trepan por el interior de la GranPirmide, provistos de una bateria de pilaselctricas, y devuelven literalmente la vida consus descargas a la momia del rey Keops.

    Un trueno terrible retumb en prolonga-das vibraciones mientras la momia se le-vantaba lentamente en su tumba. Edricvio que la momia extenda su mano mar-chita como para hacer presa en 1. Sintisu tremenda fuerza. Despus todo quedsumido en la oscuridad...

    Esta fantasa se ha convertido en fuentemuchos argumentos de pelculas, desde

    164

    momia, con Boris Karloff (1932) , hasfa El des-perar, con Charlton Heston (1980).

    Epocas posteriores establecieron sus inter-pretaciones

    -falsas interpretaciones- acercade las realidades del antisuo Egipto. Los grie-gos y romanos que dominaron este pas algu-nos siglos antes

    ,v despus de Cristo. considera-ban ya a Egipto como una tierra de misteriosinexplicables. Cuando 1o conquistaron 1os ra-bes, stos tejieron historias fabulosas acercade las riquezas y los poderes que los antiguosfaraones haban posedo. En estos relatos sehablaba de sarcfagos llenos de smbolos sa-grados de oro, de armas fabricadas con un hie-rro que no poda oxidarse, de un vidrio quepoda doblarse sin romperse, y de libros con-feccionados con hojas de oro que contenan lahistoria del pasado y profecas del futuro.

    Cuando empezaron a llegar viajeros euro-peos a Egipto, stos proporcionaron a Occi-dente fascinantes informaciones, y en el sigloxvru el estilo egipcio fue asumido por los ele-gantes como parte del clasicismo entonces im-perante. Los artistas hicieron encajar pirmi-des, obeliscos y esfinges en sus paisajes fants-

    A la izquierda: pintura egipcia querepresenta la unin de Geb, diosde la tierra, con Nut, diosa delcielo, de la que nacieron Osiris,lsis, Seth y Neftis. El mito de Geby Nut se halla en la base de todala mitologa egipcia (foto MichaelHolford).

    Todas las historias fantsticassobre la resurreccin de momiasdel antiguo Egipto tenen suorigen en La momia, obra escritapor Jane Webb en 1827 . En elsiglo xx, el argumento de eslerelato ha sido fuente inagotablede pelculas de terror,protagonizadas por diversosactores, entre ellos Lon Chaney Jren La maldicin de Ia momia(Themummy's curse) [abajo a laizquierdal y Christopher Lee enLa momia (The mummy)[abajo] (foto KobalCollection).

    deLa

  • ,!,ritr-rr ---iinas. ^A.unque en el curso de sus in-s*.rrrr-s Hasted introdujo una metodolo-ig :::rienional ms rgida, pronto se dioflrEti- c que ..para que se llevaran a cabo conr:;m: -" e:rperiencias con el metal, haba que:rmc: 3 Juenta otros muchos factores ms de-i'u:prL-.s En 1975. el profesor Hasted declargue .-.-s ienmenos psicokinticos, por lo ge-'e:L. :11 Se producen a menos que todos losir]rE :::1ipen estn en un estado de relaja-i:r, E1 dio por sentado que los fenmenosrr:;r:ieticos se producan gracias a la fun-lri:c ;. la pae inconsciente de la mente, yll:r: . 3.1r tanto. si se abusaba del esfuerzo cons-r*-:- - el proceso poda interrumpirse, al igual.i,: sl hubiea un ambiente de tensin, de es-:E:;:rsmo o de hostilidad.E: ios experimentos realizados por Hastedr:: Jue eliminar la posibilidad de que hubie-:i ::i..l.-Lr: \' para evitar que esto sucediera, el:r-::e:r-r ide unos experimentos en los cuales.:.- lrieto metlico estaba unido a un indicador:e :ensin y a un aparato registrador. Y, loir. .: ms importante, el individuo no estabar.*::izado en ningn momento a tocar el me--' Bajo estas condiciones, tres de sus jvenes:,:,:gas pronto fueron capaces de mostrar so-::e la grfica seales de fircrza muy diferentes;,; las que se producan cuando el metal se:r'laba por un medio fsico.

    Despus de este experimento, Hasted pro-:'iso a los jvenes una serie de pruebas impo-s:'nles", tales como estrujar unos clips sujeta-:.peles encerrados en una bola de cristal, o;rrbla lminas de aleaciones metlicas que,:ajo presiones normales, se romperan el vez;e doblarse. De nuevo los jvenes respondie-r.rn con xito a estos desafos. Consiguieron;pirar todos los clips, e incluso uno de lossujetos lleg a deformar cuatro lminas com-suestas de una aleacin que no poda doblar-:e. colocndolas simplemente en el bolsillo desu abrigo, y dejndolas all sin tocarlas durantecinco minutos. En diciembre de 1976, Hasteddaba fe de estos fenmenos en el Boletn de laSociety for Psychical Research.

    A1 ao siguiente, describi en la misma re-r.ista una serie de 13 tests que realiz con eljoven de 17 aos Nicholas Williams, y cuyoaspecto ms interesante fue el registro en lagrfica de -seales simultneas de fuerza queprovenan de tres llaves diferentes suspendidasen alambres e incluso de dos objetos metlicossituados a nueve metros de distancia en dife-rentes pisos del edificio. Ms tarde, Hastedconsigui aadir a sus pruebas algunas secuen-cias grabadas en video, en las cuales puedenverse los objetos doblndose sin ser tocados.Parecia, pues, que el fenmeno psicokinticohaba sido definitivamente confirmado.

    Este mismo fenmeno se haba repetidotambin en varios otros pases bajo la supervi-sin de investigadores competentes. En el la-boratorio Pchiney, en Francia, el profesorCharles Crussard y el doctor Jean Bouvaist,ambos tcnicos en metalurgia, publicaron uninforme detallado acerca de los poderes men-tales de Jean-Pierre Girard, que es la persona

    Abajo: una barra de metalprovista de un indicador detensin que fue doblada conpoderes paranormales en ellaboratorio del profesor Hasted.Unido a la barra haba tambin unaparato registrador y, para evitarcualquier trampa, no se permitique los individuos tocaran elmetal. Sin embargo, an as sedobl, mostrando unas sealesde fuerza diferentes de las que seprodujeron cuando se ntentdoblar la barra manualmente (fotoJ. Hasted).

    Abajo a la derecha: el profesorJohn Hasted en su laboratorio(foto Elmer Gruber).

    A la izquierda: el nio de sieteaos Mark Shelley dobl unacuchara y un tenedor despus dever a Uri Geller en televisin enoctubre de 1973. Siguiexperimentando con xito, perofinalmente afirm

    "Me parece unaestpida prdida de tiempo. Yopreferira jugar al ftbol en ellpswich" (foto Syndicationlnternational).

    La pes a prueba

    que ha sido estudiada ms a fondo en relacincon los fenmenos psicokinticos sobre el me-tal. Crussard y Bouvaist descubrieron que Gr-rard poda producir un extrao endurecimien-to o reblandecimiento en el metal a travs deunos medios que eran imposibles de explicaren trminos de metalurgia convencional. Gi-rard, que naci en 1942, desarroll numerosasfacultades psquicas poco despus, de ser al-canzado por un rayo cuando era nio. En 1975hizo su debut como doblador de metales. res-pondiendo al llamamiento que hizo el doctorWilliam Wolkowski por radio para que se pre-sentaran todos aquellos que tuvieran faculta-des psi. Girard consigui doblar una serie deobjetos de metal, incluyendo un muelle deacero encerrado hermticamente en un tubode cristal, bajo la supervisin de Wolkowski.En una de sus ms espectaculares demostra-ciones, consigui doblar un tornillo de ochocentmetros que estaba colocado dentro de untubo de plstico, sosienido durante unos 15segundos por el fsico sueco doctor GeorgWikman. Girard llev a cabo con xito el ex-perimento sin tocar ni el tornillo ni el tubo.

    El profesor Hans Bender, de la Universidadde Friburgo, en Alemania Federal, realiz unestudio sobre Girard con la colaboracin deWilliam Cox

    -conocido parapsiclogo y ma-gcF- y de un cameraman, y lleg a ser uno delos primeros en grabar fenmenos psicokinti-cos en pelcula. Con un estilo bastante infor-mal, Girard dobl ms de diez objetos mien-tras era observado detenidamente. (Dos ma-gos franceses, Ranky y Andr Sanlaville, handeclarado que los efectos que produce Girardro son fruto de los trucos convencionales reali-zados con las manos.) Por el ao 1977 , Girardya haba demostrado sus habilidades ante die-cisis cientficos, por lo menos.

    El profesor Bender tambin film a un adul-

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  • La pes a prueba

    to suizo llamado Silvio Meyer, cuando doblabavarias cucharas slo con la mente (lleg a rom-per algunas mientras lo haca) y tambin cuan-do doblaba varios tenedores (de un peso consi-derable) hacia arriba, sostenindolos ligera-mente con una sola mano. Mientras tanto, enJapn, varios nios haban desarrollado habili-dades psicokinticas tras la visita de Geller aTokyo en t973. Dos de ellos, Masuaki Kiyotay Jun Sekiguchi, fueron estudiados detenida-mente por varios cientficos, entre los cualesfiguraba el profesor Shigemi Sasaki, del depar-tamento de electrocomunicaciones de la Uni-versidad de Tokyo, y el doctor Matsumi Suzu-ki, del Instituto para la investigacin de instru-mentos aeronuticos.

    A medida que aumentaba la evidencia deestos casos en los laboratorios de todo el mun-do, los fsicos tericos empezaron a prestarlesapoyo, sosteniendo que no slo era posible la ! e;gar*

    accin a distancia segn las leyes de la fsicacuntica, sino que, de hecho, poda predecir-se. En un congreso celebrado en Islandia en1977 que trataba sobre el tema Las fronterasde la fsica, se acept, en el transcurso dediscusiones acerca'de la naturaleza de las on-das electromagnticas, de la intrnseca sime-tra del tiempo y de la propiedad aditiva delas amplitudes parcialesr, que la mente poseauna influencia potencial sobre los procesos fsi-cos. Los fenmenos psicokinticos sobre elmetal haban alcanzado casi una cierta respeta-bilidad.

    Los psiquiatras tambin se han sentido atra-dos por estos fenmenos. Despus de haberrealizado un extenso estudio sobre jvenes ca-paces de doblar objetos metlicos y sobre susfamilias, el doctor Robert Cantor descubrique la mayora de ellos mostraban tambinotras habilidades paranormales, tales como te-lepata, clarividencia y la facultad de curar en-fermos. Algunos haban visto cmo se movana su alrededor unas diminutas luces, y habanodo unos silbidos muy agudos. Otros afirma-ban sufrir dolores de cabeza mientras se con-centraban para doblar los objetos (1o cual tam-bin sucedi a algunos de sus investigadores),

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    Arriba:fotografas tomadas por unmicroscopio electrnico

    -yampliadas 750 veces- de untrozo de una llave de un automvilVolkswagen que se rompicuando Geller intent doblarla(fotografa superior), y de unallave parecida rota por mediosmecnicos (abajo). La llave quese rompi mediante una fuerzaparanormal muestra unaestructura uniforme, mientras quela otra llave muestra un dibujoms desordenado (fotos EldonByrd).

    as como una sensacin de escozor en los bra-zos y en la cara. Cantor tambin se dio cuentade que las experiencias psicokinticas sobre elmetal no parecan tener efectos dainos, y queen realidad contribuan a aumentar la confian-za de los nios en s mismos. El aspecto msalentador de todos fue el hecho de que todoslos nios a los que interrog insistan en quesus poderes deban utilizarse con buenos fines,y gue, si hacan un uso indebido de ellos, losperderan. La experiencia de uno de ellos pue-de servir como respuesta al comentario que amenudo hace la gente: Despus de todo, dequ sirve doblar cucharas?,

    Belinda H. contaba slo seis aos cuandoconsigui doblar objetos de metal, siguiendola invitacin que Uri Geller hizo durante latransmisin de un programa de televisin de laBBC. Belinda dobl en menos de un minutouna cuchara formando un ngulo de 40", y,ms tarde, consigui torcer un cristal que apa-rentemente era imposible de doblar, ante lapresencia del profesor Hasted. De todas for-mas, a Belinda le interesaba mucho ms reali-zar curaciones. Cuando tena tan slo tresaos, haba intentado curar de una forma es-pontnea a su abuela enferma, y, en otras oca-siones consigui aliviar a sus padres de sus in-tensos dolores colocando sus manos sobre laspartes afectadas de sus cuerpos.

    Se ha demostrado repetidamente que los fe-nmenos psicokinticos sobre el metal son unhecho real, y los cientficos, como consecuen-cia, han empezado ya a responder al desafoque plantean. La solucin del antiguo misteriode cmo se influyen mutuamente nuestrasmentes y la materia est ahora ms a nuestroalcance de lo que lo estaba cuando Uri Gellerapareci ante el pblico en 1972. Segn Jean-Pierre Girard, los fenmenos psicokinticossobre el metal constituyen un mecanismo evo-lutivo necesario para la supervivencia del hom-bre, y la ciencia no puede permitirse el lujo depasarlo por alto. A partir de esta habilidad,aparentemente intil, de doblar cucharas. pue-den originarse unos efectos de enorme trascen-dencia para el mundo.

  • Tonente BallesterEn 1972, en plena poca delboom de la literatura latinoame-:cana, se produjo silenciosa-r:rente lo que despus sera va-lorado como un acontecimientoen las letras espa.olas: la publi-cacin de una prolija novela decasi 600 pginas que llevaba eloriginal ttulo de La saga/fugade J.B. Su autor? Gonzalo To-nente Ballester.

    En aquel momento, TorrenteBallester era casi un perfectodesconocido, al menos para ellector medio. Tras haber publi-cado un par de novelas y algu-nas obras teatrales (nunca re-presentadas), al tiempo quegerca la crca teatal en el dia-rio madrileo Informaciones,haba dejado ese puesto y sehaba refugiado en un rincn deprovincias, en una especie deexilio interior. All se haba con'sagrado a la enseanza media-tarea que proseguira, conuna breve interrupcin comoprofesoi en la Universidad deAlbany (Estados Unidos), hastasu jubilacin en 1980- y a laelaboracin de una larga trilogade tipo barojiano: Los gozos ylas sombras (7957-1962). Des-pus de esto... silencio.

    El ndesconocido, TorrenteBallester de 7972 haba nacidoen El Ferrol (Galicia) en 1910,en el seno de una familia conhondas races en la tradicincltica de aquellos lugares, aun-que con cierta aportacin desangre mediterrnea.

    De pequeo, Gonzalo viviuna de las raras experienciasque les son reservadas a algu-nos privilegiados: a los seis aosde edad se encar, como nico

    oinocente, de su familia, con laSanta Compaa, la siniestra co-mitiva de las nimas que vaga-bundea.por las noches de Gali-cia. Esta vivencia, sin embargo,no afect en mucho a la sensibi-lidad del nio. Su espritu esta-ba ya dividido

    -y seguira astoda su vida- entre dos ver-tientes tericamente irreconci-liables: lo galaico y lo mediterr-neo, lo irracional y lo racional,lo fantstico y lo realista. Con elespritu imbuido por el ambien-te mgico de trasgos y meigaspropio de su tiena natal, y conla mente disciplinada por unaformacin semiautodidacta pe-ro rigurosa, el joven escritor pa-reci decantarse en seguida ha-cia la especulacin racionalista.

    Arriba: Gonzalo TorrenteBallester, un novelista que hasabido compaginar, portemperamento, el realismo y lafantasa.

    Abajo: Castroforte del Baralla,ciudad gallega mtica condenadaa la inexistencia, es quiz lamxima creacin de TorrenteBallester (en la foto, un rincn deLa Corua, una de las fuentes queinspiraron el ambiente mgico deCastroforte).

    El cronista dela Galicia mtica

    Sus primeras obras (entre lasque slo El golpe de estado deG uadalupe Limn prefigura

    -va-

    gamente el humorismo imagi-nativo que caracterizara suobra maestra) culminaran enun impecable estilo realista. Sinembargo, en lo profundo de suaislamiento intelectual se ibamacerando ao tras ao, comoen el crisol de un alquimista. suobra posterior.

    Esta haba tomado un giro yaperceptible en una de sus nove-las menores)), Don Juan(1963). En elprlogo, Torrenteaseguraba que aquella obra erafruto de un empacho de realis'mor, g pareca ya empezar aasumir su vocacin por lo fan-tstico: oNo soy un doctrinariodel arte. Lo admito todo, menosel gato por liebre. Por mi tempe-ramento y por mi educacin mesiento inclinado al ms estrechorealismo y, con idntica aficin,a todo lo contrario.,

    La fascinacin del mundo desu niez, al que el adulto, en elfondo, nunca haba renunciado,representaba ya para el escritormaduro la fuente primordial deinspiracin y, de hecho, la basede su concepcin del mundo.Pero para plasmarlo le resultabaimposible adoptar, una vez ms,un estilo realista. Se impona-o surga espontneamen-te?- otro camino: lo maravi-lloso.

    En La saga/fuga de J.8., laprotagonista es una ciudad ima-ginaria, Castroforte del Baralla(una quinta capital de provinciagallega), a la que un olvido mi-nisterial condena a la inexisten-cia. En ella pululan personajes

  • verosmiles e imposibles, alum-brados y lcidos, anopados to-dos en las arraigadas leyendaslocales, antiguas y modernas:santa Lilaila de Efeso, que subien su atad rodeado de lam-preas aguas arriba del ro Bara-lla hasta el lugar de eterno repo-so de su nSanto Cuerpo,t la in-

    a

    94feliz Lilaila Souto, transmutadaen la fascinante Coralin Soto;los pintorescos ucaballeros de laTabla Redonda,, mezcla de lo-gia masnica y de tertulia de ca-f, que cambian los nombres delas constelaciones y veneran lateora del nVaso Idneo,; la lo-gia femenina del uPalanga-nator...

    Pero quiz el mayor logro enesta novela repleta de rasgos degenio sea la serie de los siete