Becker - Los extraños. Caps. VIII y IX

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 8  s instigadores de la lTIoral La.,; r_eg)il~.-.s.O)L.P.E'?~~-<:.t,.oLde ¡¡ ..0..¡iciali va_ 0~.. _~.~g.~.I:;¡.J ~~~9': :..'.~- nersonas, y nodemos cali[ic;¡r a l;¡spciOSÓIi;¡s qtle exhwell una tal L .........•... _.-}I.:..--.-------.- __ .. ...__ ._ . .,-__ - _ -  m •••• _ : iciatlY~ __ _.q ... «.lnstJg;¡dores de la n1'6ral» vnorn1 c1l1rcfJrcnwrs . Do-s 'é:]i¡ses rcl;¡¿i¿ñ·:iaii~'i-cl-iTf·~-g¡\YC1fp:II';¡-nnueslra ;¡tendÓn: lo., creadores de reglas y los im positores de reglas.  os cre dores de regl s El prototipo del creador de reglas, pero, como veremo , no su tl[1ica variedad, es lo que podríamos llamar el ccn1705 .g_telor.m;ills>E:: A este individuo l<;jn_~cresacls;~~tenido dc'I-~ __e~L;¡s reglas existentes no lo satisfacen, debidoacFi-c'-l-jáy algÚn mal Cjue lo afecta profundamente, y siente que nada e el mundo puede estar bien hasla que se creen las reglas p;¡ra corregirlo. ~~~_~~~-i<2~.<:' están. g~liad;¡s por ul1a_~tjgl :0~~~:.~~_1as cosas Cjue él ve son total {vcnbt1áiiíl'Ú::iitc-inalas, sin alel1uaTlle alguno, y cualquier medio para acabar con las mismas est;, justificado. Este «cruzado. es un individuo fervoroso y recto, exigiendo a menudo no sólo la recli tud de los demás, sino también la propia. Resulta adecuado pensar en los rdormadores como «cruzados., porque lo típico es que consideren su misión como algo sagrado. El prohibi ionista· n s brinda un excelente ejemplo, ;¡l igual que la persona que quiere suprimir el vicio y la elincuencia sexual o la persona que quiere acabar con el j ego. Estos ejemplos su ieren que el cruzado 111or<l1es un molcslo entrometido, cuyo interés es imponer su propia moral a los demás; pero esta es una visión unilateral. Muchos cruzados morales prc sentan profundas motivacion s de naturaleza humanitaria. Al cru zado no s610 le irnCTeS<r'logriff-quc otrnpersó'ríasliagill110 que

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8Los instigadores de la lTIoral

La.,; r_eg)il~.-.s.O)L.P.E'?~~-<:.t,.oLde¡¡ ..0..¡icialiva_ 0~.._~.~g.~.I:;¡.J!~~~9':":..'.~-nersonas, y nodemos cali[ic;¡r a l;¡spciOSÓIi;¡s qtle exhwell una talL .........•... _.-}I.:..--.-------.- __.. ...__ ._ . .,-__ - _ "- "m •••• _:!iciatlY~ ___.q ... «.lnstJg;¡dores de la n1'6ral»" vnorn1 c1l1rcfJrcnwrs).

Do-s"'é:]i¡ses rcl;¡¿i¿ñ·:iaii~'i-cl-iTf·~-g¡\YC1fp:II';¡-nnueslra ;¡tendÓn: lo.,creadores de reglas y los im positores de reglas.

Los creadores de reglas

El prototipo del creador de reglas, pero, como veremos, no su tl[1icavariedad, es lo que podríamos llamar el ccn1705!.g_telor.m;ills>E::A este individuo l<;jn_~cresacls;~~tenido dc'I-~ __e~L;¡s reglasexistentes no lo satisfacen, debidoacFi-c'-l-jáy algÚn mal Cjue loafecta profundamente, y siente que nada en el mundo puede estarbien hasla que se creen las reglas p;¡ra corregirlo. ~~~_~~~-i<2~.<:'están. g~liad;¡s por ul1a_~tjgl :0~~~:.~~_1as cosas Cjue él ve son total{vcnbt1áiiíl'Ú::iitc-inalas, sin alel1uaTlle alguno, y cualquier medio

para acabar con las mismas est;, justificado. Este «cruzado. es unindividuo fervoroso y recto, exigiendo a menudo no sólo la reclitud de los demás, sino también la propia.Resulta adecuado pensar en los rdormadores como «cruzados.,porque lo típico es que consideren a su misión como algo sagrado.El prohibicionista· nos brinda un excelente ejemplo, ;¡l igualque la persona que quiere suprimir el vicio y la delincuencia sexual

o la persona que quiere acabar con el juego.Estos ejemplos sugieren que el cruzado 111or<l1es un molcsloentrometido, cuyo interés es imponer su propia moral a los demás;pero esta es una visión unilateral. Muchos cruzados morales prcsentan profundas motivaciones de naturaleza humanitaria. Al cruzado no s610 le irnCTeS<r'logriff-quc otrnpersó'ríasliagill110 que

él considera correcto, sino que también 2ec que si ellos haccn. -._~-_ .._- .•._------• Partidarios de la Prohibición (del alcohol). [N. dd -r.]

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lo c~l!_sc,to,_cs~_o_~r;i para su. propio bien. O puede pensar que'su-í:c[ornu impeuir ';r'éic"ilos"ti!Jos-de-c)¡plcmrción de una personapor otra. Los prol1ibicionislas sentían que no estaban simplementeimponiendo su criterio moral a otros individuos, sino que intentaban proveer las condiciones para una mejor forma de vida f

para las personas a quienes la bebida impedía llevar llna vidarealmente buena. Los abolicionistas" no estaban simplemente tratando de impedir que los propietarios de esclavos actuaran mal;estaban tratando de ayudar a los esclavos a lograr una vida mejor.Debido a la importancia de la motivación humanitaria, los erll·zados morales (a pesar de su devoción relativamente unilaterala su causa particular) a menudo prestan su apoyo a otras cruzadao humanitarias. Joseph Gusfield ha seiialado 10 siguiente:

El movimiento en pro de la templanza·· que se produjo en Est~dos Unidos

durante el siglo diecinuevc, cra parte de un intento gcncral de lograr elmcjor~micnto de la dignidad humana a travé~ del mejommlento de la mora!,

así como de las condiciones económicas. La mezcla de los aspectos religioso,igualitario y humanitario era una destacada caracteristica del reformismo

moral de muchos movimientos. Los partichrios de la templanza formahan"

una parte importante de otros movimientos como el sabatismo ••• , el aboJido·

nismo. el movimiento en 1'1'0' de los derechos de la mujer, el de la reforma

aflraria y los intentos h\imanit~rios de mejorar la suerte de los pobres ...

En sus intereses subsidiarios. la 'V.C.T.U.···· revelaba una gran preocupación

por el mejoramiento del bienestar de las clases bajas. Esta organización tomó

parte activa en campaiías para obtener la reforma penal. para acortar las

horas de trabajo y aumentar los salarios de los trabajadores. y para abolir

el trabajo de los nilíos. así como en una cantidad de otras actividades huma

Ililaria" e ig-ualitarias. En la década de 1880, la w.c:r·.u. trab~j<Í en pro de

una lcgislacióll para la protecci¡'JIl de las mujeres trabajadoras contra la ex·

plotaciÓn por parte de los hombres'!

Como dice Gusfield: «Este tipo de reformismo moral sugiereel acercamiento de una clase dominante hacia otros siluados en

• I'artidarios de la abolición de la escJavitlld. [N. del Y.]

•• Si bien .templanza, quiere decir especfficamente .moderación, o '~obrie.dad" en inglés se utiliza específicamcnte para referírse al príncil'io y lapdctica de la abstinencia total de las bebidas alcohólicas. [N. dd T.]

••• Movimiento en pro del muy estricto cumplimiento de la abstinencia delodo trabajo y de otras actividades (viajes, baile. deportes) en la fiesta deldomingo. [N. del Y.]

•••• Iniciales de la JVoman's Chr istian Ycm!¡crance Union (Unión de Mujeres( :r i.qi an~s para l a Templanza) . (N. del T.]

1. Jos('l'h R. Cmfield, .Social Structllre and Moral Rcform: A Study of the:\ l'OI lI ;l Il ', Chr is tian Tern rerance Unían, . American jouma[ o/ Socio[ogy, LXI(noviemhre. 1955), pág. 223.

/38

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forma rncnos favorablc cn la cstructura soci:d y económica.> J

L~ípico de los cruzados mO!;lI.~s.J,:s.g\lLClll,icrCJLilyv9aL;¡ '1llil'-lles sc-enCtlÚ1rf;in"fíor-(Tc[)i!J~ dc e]]o~ a lograr una oitt~,;-¡.c;jt!l1.ej,or_Erqnc';¡ 'aqtlcHÓs' sjfÚ~(ros po-r--ticJ)~}o-i1-os-íciTil)rcies gusten losmedios propuestos p;-¡ra su salv;¡ción, es problema aparte. Perocste hecho -el que las cruz<ldas morales típic;¡s sean domin;¡daspor individuos de los niveles superiores de la estructura socialsignifica que dichos individuos pueden agreg;n al poder queobtienen de la legitimid;-¡t1 de su postura mora], el poder quederiva. de su posiciÓn supcrior cn 1:1.sociedad.Desde luego, que muchas cruz;¡das obticnen el apoyo de persa·n;1S cuyos motivos son mucho mellos pllros que los del cruzado. r

J\sí, por ejemplo, algunos industriales apoyaron a la Prohibici()nporque pensaban que lcs permitiría COlllar con 11na fucrza ];¡lJ()·ral, más manejab1c.J Asimismo, a veces se rumorea quc los indus

triales del juego de Nevada brindan apoyo a la oposiciÓn a ]05intentos de legalizar el juego en California, debido a que estoperjudic;¡ría en grado sumo a sus negocios, que dependen en granmedida de la población de California del SUr.i•Al cruzado moral, sin embargo, le interes.m m;ís los filles qlle losmedios. Cuando llega el mome1rrOCl"dar-formn~1-.reglas-espccí:-ficas~abitualmente proycctos de legislación para ser propues·tos a la legislatura estatal o al Congreso Federal) , uliliza frecuen·temente el asesoramiento de los expertos. Este papel es a menudodesempciiado por los abogados, expertos en la creación de proyectos aceptables de legis];¡ción. Las entidades gubernamentalesen cuya jurisdicción v;l a caer el problema, vueden también lenersus propioo expertos, t;1I como ocurri(\ en el C;1S0del probk'nade la m;¡rihu;¡n;¡. COII b Oficina Fetler;¡] de NarcÓlicos.

A medida que la ideología psiqui:'ilrÍ\a 11;1 ]l~,g,a.(~o_1.._~!'_~jl~)!lS.!,~ll~~._::<:~p_t:l])I~l_)~<1:,ap~rc,cido.lln .nlley.9 ~x]1crto:_. eLpsiqui~I!r;¡'Suthcrland, en su análisis de ];¡ historia natural de las leyes "obrepsicópatas sexuales, se11alÓla influencia del psiquiatra.fi Él sugien~

~. lbld .

,l. Véase Raymontl G. McCarthy. editor, nrillJ¡i>l~ nnd ¡1IloxicnlioTl (Nr:wHaven y N\levÚ York: Yale Cente!" oE Alcohol Stlldies y The Free l'rc~~ ofClencoe. 19S!)) , págs. 395-3%.4. Esto ha sido sngerido en Osear Lewis. SngelJTlIsh Cns illos: Yhe Slnry rlf

l.ega[ Gllmú/illg in Nevada (Nueva York: Douuletlay and Co., 1%3), p;\f:';.233·231.• California y Nevada son dos Estados vecinos, y como el juego esd pCJ'lIIi,tido en el scgu\ldo y no en el primero (otra cOllSecuc\lcia del feder:lii"\Iloen F.stados Unidos). e.< eomÚn r¡ne los rcsidentes de California cr\lCCI1 aNevada par;¡ gozar de los plaecre~ del j\lego r¡\Ie les est:in l'rohiJ¡idl1~ en ("aS:1.[N. del :r.];1. Edwin Ir. S\lthcrl:1nd •• The Dif\lsiol1 of SexlIal I'syehopalh Law5'. Ame,

1'ical l ]OtlrTlfl [ of Soci%!;)'. LVI (septiemure, 1%0), p:ígs. H2·118.

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jas siguientes condiciones como requisitos para CJue se creen l~sleyes sobre psicópatas sexuales, por las cuales una persona qquien se diagnostica como psicópata sexual, puede scr confinadapor un periodo indefinido de ticmpo cn un hospital estatal parainsanos> :

En primer lugar. es costllmbre que estas lcyes se creen como consecuencia del

miedo desencadenado en una comunidad por unos pocos crlmenes sexuales

graves. cometidos en rápida sucesión. Podemos encontrar un ejemplo de estoen Indiana, donde se aprobó 'Una ley al respecto poco tiempo después de treg

o cuatro agresiones scxuales sucedidas en Indianápolis, en dog de las cuales

se cornctió un asesinato. Los padres de familia compraron armas de fueRO y

pcrro,~ guardianes, y las reservas de cerraduras y cadenas de todas lag ferre

tedas de la ciudad se agotaron por completo,.,

Un segundo elemento en el proceso de desarrollo de las leyes sobre p.,icópata~

.'lCxualcs es la agitada actividad provocada en la comunidad por el miedo. Laatención de toda la comunidad est;\. centrada en les crímenes sexuales. e in

dividuo" ubicados en las más variadas siiUaciones preven peligros y sienten

la necesidad y la posilJilidad de su control ... G

La tercera fase en el desarrollo de estas leyes sobre psicópatas sexuales ('.s

el nombramiento de un comité. El comité considera las numerosas y contra·

dictoria.5 recomendaciones de i'ndividuos y grupos de individuos, intenta de

terminar los .hechos., estudia los procedimientos adoptados en otros Estados

y emite sus recomendaciones, que habitualmente incluyen proyectos de le

yes para la legislatura. Aunque el miedo colectivo habitualmente se apacigua

en unos pocos dlas. un comité tiene la obligación formal de contill\lar con

su misión hasta que se tome alguna medida positiva al respecto. Es mucho

menos factible que un terror colectivo 'lue no haya traído como resultado la

creación de tll1 comité lleve a la creación de una ley.'

En el caso de las lcyes sobre psicÓpatas sexu;¡,les, no cxistc habi

tualmente ninguna entidad gubernamcntal encargada de ocuparse,en forma especializada, de las desviacioncs sexuales. En consecuellcia, cuando surge b necesidad de asesoramiento por parte de unexpcrto para plancar la nucv;¡, legislaciÓn, la gente sc dirige, frecucntemcnte, ;¡ ,lgrupo profesional cuya ;¡ ,ctividad se encucntra rn;ísíntimamente relacionada con estos problemas;

En algunos Estauos, los psiquiatras hall dcsempciiado un importante P;¡pel

en la etapa de comité del desarrollo de una ley sobre psicópatas sexuales. Lo,

Psirllliatr;¡s. más que cualquier otro grupo ele individuos. han sido el grupo

de interés que propulsó Ia.~ leyes. Un comité de psiquiatras y de neurólogos

de Chicago escribió el proyecto que luego llegó a ser la ley sobre psicópatas

6. [(,{d" pág. 112.7. ¡{,{d., p;Ígs. 113-115.

uo

sexu:1Jcs de Illinois; este proyecto rue :\p;1drillado por la ¡\soci~ción de Abo~;;;¡UOS de Chicngo (Chicago lJar Assodaliorl) y por el fiscal del Distrito de

Cook, y fue aprobado con un mfnimo de oposición en la siguiente sesión de

la L,g i:dalUl"a del E.l \tado. ! ':n ?vf inncsota, todo~ 105 lnkllllHos del cOlnité del

¡. ;obernadol', con exccpciÓn de \1110, e l':lll psi'llliaira.<. En \Visconsin, la Socie

dad Neuropsir¡ui:\trica de J\. [jlwaukee (Mi/wallhcl: NI:I/l' o/JJ ychialric Soc iely )

fue uno de los gT\lpOS que pl'csionó a la Comisión del Crimen de Milwaukee

(Mi /wal lhee Crime COl7I ll/ issi ol l) para que se creara una ley. En Indiana, el

comité del fiscal recibió de la Asociación l'siqui;ítrica Americana (Aml:ricllll

Psych ia tr ic AssociI lL Ío ,¡ ) las copias de todas las le¡'es sobre psicópatas sexuales

aprob:1<!as por o tros Estados .!

La influencia dc los psiqui:ltr;\s cn otros c:\IUPOS de la legis1aci<')~criminal ha ido en ;¡'Ulllento en los últimos ;¡¡ios.

Dc cualquier forma, lo importante dc este ejemplo no es que

los psiquiatras están adquiriendo una influenci;¡ , progresivam~nteen aumento, sino que el cruzado moral a menudo requiere, en;¡]gÚn punto del desarrollo dc su cruzae];)., los servicios de un prolcsional que pucda proyectar las reg];ls ;¡,propiadas en lln¡¡ forma:lpropiad;l. Al propio cruz;¡,do ;¡,menudo no le interesan estos deta-. Ilcs. A él lc basta con que se haya logrado el punto principal deJa cuestiÓn, y deja su instrument;¡,ción a otras personas.;\1 dejar la realización del proyecto de la regla específica en manosdc otras personas, el cruzado abre el camino para muchas influencias no previstas, ya que las personas que proyect¡¡n las leyes ¡nralos cruzados tienen sus propios intereses, los cuales pueden a[cct;lr ;¡, la legislación que preparan. Es factible quc las leyes sobrepsicópat<ls sexuales proyectadas por psiquiatras contengan muchospuntos jamás imaginados por los ciuebdanos que iniciaron elmovimiento p;¡,ra .hacer algo con respccto a los crímenes scxuales>.puntos que sin embargo rdlcjan los intereses profesionales de b

psiquiatría organiz;¡,c1;¡.

J~l destino de las cruUldas mondes

Un;¡, cruzada pucde obtener IIn éxito fllllllin;¡nte, como sllccdic'lcon el movimiento prohibicionista, al aprobarse 1'1 Enmicml;¡1)ccjmoctav;¡, de la Constitución. T;¡mbién pucde fracasar por corT!'pieta, como los intentos de acab;¡r con el uso del tabaco o el movimiento antiviviseccionista. Puede obtener un gran éxito, sÓlo paraCllcontr;¡rsc después con quc sus logros son cercenados y b;¡,rridos

8. [(n'd., p;ígs. 115-116.

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llf)r Jec Glmbios en la 1110ralidad pÚblica y que las interpretacioncs judiciales de las leyes les imponen restricciones constantes y('n aumento; éste ha sido el caso de la cruzada contra la literatura(1I'Sf,:l;11a.

Ulla de las principales consecuencias del éxito de una cruzada es,desdc luego, el establecimiento de una nueva regla o conjunto deIc¡\las, C[ ue habitualmente viene acompañado de la creación de la;¡dC'Cll;lda maquinaria de imposición. Pienso considerar esta con~,"ClI<:nciacon cierta extensiÓn m;\s adelante; pero existe, sin emI,;¡Igil, otra consecuencia dc! éxito de un¡¡ cruzada que merece:;n 1I1cllcionada.

(:ll.llldo un individuo ha tenido éxito en ];:¡ empresa de lognr elc·:,I.II>iccimicnlo de una nucv<l. regla -cuando ha encontrado, por

l' ;I',í dCI:irlo, su Santo Grial-'" se encuentra sin trabajo. La cru/.IILI que ocupara una porción tan grande de su tiempo, su energí;¡y :,11 pasiÓn, ha terminado. Es posible que este individuo fuera,,d cOllliem.o de su cruzada, un aficionado, un individuo que se;¡dltiriÓ a la cruzada por su interés en el problema, en el contenidodI: /;¡ regla que quería establecer. Kenneth 13urke señaló una vez<¡IIC la ocupación eJe un hombre pueeJe transformarse en su preocupaciÓn. Esta ecuación es también válida en su forma invers<l.:

la preocupación de un hornbre puede transformarse en su ocupa(i(\I1. Lo que comenzara como un interés de aficionado en unproblema moral, puede transformarse en un trabajo de dedicacir'1I1casi exclusiva, y, en realidad, así ocurre con muchos rdorlIl;¡dores. El éxito eJe l a cruzada deja, por lo t:mto, al crmado sil1~;IIvocación. Este individuo puede, en ese estado de crisis, gene¡;di,;ll- su illlerés y descubrir ;llguna cosa nueva ante la cu;ll alarll1arsc, un nuevo mal con respecto al cllal alg-o debiera hacerse.S(: tr;llls[orma en un descubridor profesional de males a corregir,de situaciones que requieren nuevas reglas.

Cuando la cnlz;H!<J. ha creado una gran organización t1edicac1a <l.SlI c¡¡usa, los funcionarios de la misma estadn aun más dispueslos a buscar nuevas causas para abrazar que el cruzado individual.l':ste proceso se dio en [arma dram;\tjca en el campo de los proI>lelll;1s sanitarios cllando la Fundación Nacional para la Par;\I¡sis r nfantil (N ational Foundation f or lnfanlile Paralysis) seeliminÓ a sí misma de su actividad al descubrir una vacuna que;¡el!)c') con );¡ poliomielitis epidémica. Tomando el nombre menos

restrictivo de Fundación Nacional (The National Foundation),SIlS funcionarios descubrieron prontamente otros problemas sa-

• Vaso mfstico del 'luc se habla en los libros dc caballería y 'lIle ,~e wponesirvió para rccop;er la sangrc de Jesucristo. Los cal)Jlleros andantcs realiza

ban pcrcgrinacioncs o cruzadas para intentar recuperado. [N. del T.]

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I

nitarios a los cuales pudiera. la organización dedicar sus energíasy recursos. '"Una cruzada fracasada, trátese de una cruzada que se encuentr;tcon que su misión ya no atr;te adherentes o de un;t que ha logrado su objetivo, sólo para perderlo nuevamente, tiene dos cursos para seguir. Por llna parte, puede simplemente abandonar Sllmisión y concentrarse en preservar 10 que queda en pie de borganización que se construyer;¡. Este, según un estudio al respecto, h;¡ sido el destino del r\'fovimiento Townsend.9u Por elcontrario, el 11lovimiellto puede adherirse e11 f orma rígida a unamisiÓn que es c;¡da día menos popular, como sucedió con el movimiento prohibicionista. Glls(ieltl describió a los actuales miembros de la vV.C.T.U. como «moralistas e11 retir;¡d;¡».l0 A medid;].que la opinión pÚblica predomill;¡nte e11 los Est;¡c!os Unic!os seh" vuelto catl" vez m¡'ls contra 1" templanza, est"s mujeres no han

suavizado su actitud hacia la bebida, sino que, por el contrario,han ¡¡tloptatlo un<l. a ctitud de ;¡margo resentimiento hacia las personas anteriormente nespetables» que, ya no están dispuestas aapoyar a un movimiento de templanza. El nivel social del cu;¡lproceden los miembros de la W,C.T.U. ha descendido de la clase media alta a la clase media baja. La "íV.C.T.U. dirige ahora susataques a la clase media de la cual antes recibiera apoyo, al ver

• Algo similar sucedió en nncstro país con A. L P. 1. (A,ociación para laLucha contra la Parálisis Infantil), 'lue dcbió extcndcr ,n campo dc actividades para incluir la rehabilitación dc todo tipo de lisiados. dcdic;\'Hloseespecialmelltc a todo,~ los problemas 'lue afcct;lll al apar;lto locomotor yque re'luiercn rchahilitadón frsica. [N. <Id T.l

!l. Sheldoll l\'lessinger, .Organizatioual Transforl1lation: A C;lse Study (lf alkcli ll inp; Movel1lcnt., AlIlcricrzn Sociological ]<clIiclU, XX (febrero, 1955),págs. 3-10 .•• Movimiento creado por Francis Everett TOIVnsend (1867-1960), médico;l111eriGlIlo. en 1931. Su nombre verdadero era Olr l-Agc I Ic ll olv i71g l 'e71SiO IlS I /l e.

(Pcnsioncs Rotativas para la Ancianidad, S. 1\.), pero fue popularmcnteconocido como el .['lan Townscnd •. Sus objctivm eran dobles: proveer apoyocconómico para los ancianos y los inv;i1idos y cstimular la deprimida economíanacional con el consiguiente aumento del dincro, circulantc (recuérdese q\leestos eran los tiempos de la Gran .Depresión). E_ste plan consistla en elpag-o de U$S 200 por mes a todos los ciudadanos retirados, de m~s dc sesentaaiíos de edad, con la obligación de gastarlo dentro de los treinta días y dcntro de los Estados Unidos. Este subsidio se financiaría con un impucsto Ikl2 % sobre todas las transacciones comerciales. E"te plan tuvo una cxtraordi·naria repercusión pÚblica y los Clubs Townsend surgicron en todos los rílleones del país. En el momento de su mayor auge. el movimiento lkgó atcner 2.5 millones de miemhros y 2:; milloncs dc simpatizantes, trans(onu;\ndose en una vcrdadera fucrza política. La creación de la Ley de ScguridadSocial (Soc ia l SCCIl1·i ly ACI ) de 19%, se atribuye, cn parte, a su inClucncía,pero, a partir de ese momento, los beneficios otorp;ados por csta Ley, sumadO.1 a la gradual recuperación econ{lInica del pals, disminnycron 1m alractivos de este plan a los ojos dcl pÚblico, Y el movimicnto cntró cn \Ina decadencia g1-adual y progrcsiva. [N. del T.)

10. Gusficld, 0i}. cit., págs. 227-223.

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;1.c,)tc grupo conlU el centru dt; la ;lccpLacj(')ll <k:i l)(~h~~ren (()l'lr,~~,1I10dcrada. LIs sie:uientes cit;¡s de las entrevistas de Gus[jel(( conlos dirigentes dev Ja vV.c.T.U. transmiten algo del sabor de 10que es un «monlista en retirada.:

Ci.ando se organizó esta unión por primera vez, cont:\bamos con la mayorparte de la.~ damas dc influencia de la ciudad, pero ahora tienen la idea de

quc nosotras, las damas que estamos en contra de tomar un copelln de Vez

en .cuando, somos un poco raras. Tenemos a la esposa del duelio de una

funeraria y a la de un pastor, pero las esposas de los abogados y 103 métlicosII(),~ evitan. No quieren que na(He piense que son raras.

TClnclIlos a la moderación [en la bebida] m:\s que a cualquier otra COS;¡. L;¡

¡,,;/¡ida ha llegado a .~er una parte importante de todo; incluso en nue!tr;¡vida Iclil{ima y en nlles tr08 colegios .

¡i.\ln 'c /llele en las eomisio/les oficiales de la iglesia: tienen bebida,~ en "IlS

IlcI;¡dcr;¡., ... El pa'tor de ae{¡ piensa que 1:1 iglesia ha ido t1emasiado lcjo.~.

'1"" c;:1{¡ll JI;l~:icndo dema.;iaJo para ayudar a la causa de la templanza. TieneIIlicdo de lnelcrse con gente influyente.ll

(;01110 vemos, s610 algu nos cruzados alcanzan el éxi t o en su mi.

si6n y crean, ;¡l crear una nueva regla, un nuevo grupo de marginales. Algunos de estos CTuz<ldos exitosos encuentr;¡n que tienen "fici6n por las cTundas y busc;:¡n nuevos problemas para ata.CI!', Otros cruzados fr;¡casan en su intento y, ya deciden preservarLt organización que han creaelo, abandonando su misión distin.

ti Vil Y concentrándose en el mantenimiento de la org;¡nizaciónen sí, ya se transforman ellos mismos en marginales, al seguir;tbrazi1ndo y predicando una doctrina que suena cada vez m;íscxtraíia a medida que ras;¡, el tiempo.

f.().) imjJosilores de reglas

I,;t COl1sccuellci;¡,m;'ls evidente de una cruzada exito.'ia es la creaI cj('m de un nuevo conjunto de reglas, y, con la cf(;;¡ción de unI nllCVO conjunto de regJ;¡s, a menudo encontramos que se esta.

\ hlccc un nuevo conjunto de entidades y funcionarios destinadosil su imposiciÓn. A veces, desde luego, la administración de lanll(~va regla es asumida por entidades preexistentes, pero lo másfrecllcnte es que se cree un nuevo conjunto de impositores dercghs. La apro/¡;¡ciÓn de la Ley Harrison precedió a la creaciónde la Oficina Nacional de NarcÓticos, del mismo modo que la

11. / I, id ., [1;"!i~.22i, 229-230 .

/./ ,/

;qn'oll;\{:i{I,Jt d~ !:t EI\l1\icuda 1)cci1' ilOC1;lV:¡ Ilc\'l'j :¡ 1;\ crc;¡Ci{'nl de

agencias policialcs encargadas de imponer las leyes de la l'rohibición.

Con ei establecimiento de bs organiz;¡ciones de ímpositores deregj;¡s, la cruzada se institucionaliza. Lo que comenz;¡ra como unac;¡mpaií.a para convencer al mundo de la necesidad moral de tinanueva regla, se transforma finalmente en una organización dedicada: a la imposición de dicha regla. De la misma forma en quelos movimientos políticos revolucionarios se transforman en partidos pollticos organizados y las vigorosas sectas evangélicas setransforman en austeras denominaciones religiosas, el resultado

final de la cruzada mor;¡l es una ~r,g~!1i.z<1.c.i(í.~..9.1,i.~i_~l:.E.~!:.a entender, por lo tanto, como se apl¡Gll1 las regl;¡s que cre;¡n unall\leV:l. clase (Lc.m.íltgLn.':!lesa los ind.iyjs11!QS_cxq)iln.iQ!.l:~r!debemos.

(;0'zlii)rCI1-(jé'I~-1o.~otivo's- c"íí1tcrcscs de 1;¡ polid;l, de los-I"¡;~"posi-lOreS' de-- h;'i:c~liC"." --.'"".' - - ---.-.-".---.---.-----AuiiqÚcinchiCTablemente ;¡Igunos policías tienen un interés deltipo de lns cruzadas en l;¡ eliminación del mal, es, probablemen.tc, una característica mucho m,ís típica del policía el tener unaconcepción más bien objetiva e impersonal de su trabajo. Lo quele interesa 1:lQ_ es ta n to eLCillltcn.ido_1Uu}.n.aJ~.gl¡L~}LEi!r.US;.~.!.Jil.!-sino el hecho <.feguesu trabajo consiste en imponer dicha reg!,')'Cuiñ,i"o"sC'éáiñGiari Eis 'reglas, 'i1ucStró--1Úimbi-c"Ós"tigaloC¡llc' antes fuera una conducta acept;¡ble, de la misma forma en que sedeja de castigar la conducta que ha obtenido su legitimidad a

través de un cambio en I;¡s reglas. Al impositor puede, entollccs.-j

no interes;¡rle el contenido de la regh como ud, sino solamcl1I.cel hecho de que la existencia de la regla le provee un Ir;¡!J;ljo,1Illa profesión y nna mison d' élre.· "

Dado que la imposiciÓn de ciertas reglas le provee 1Ina justific;¡,

ciÓn dc su forma de vida, el impositor tiene dos intereses quecondicion;¡n su actividad de imposición: en primcF'ÍtigÚ;c1cbc

justificar la existencia de Sll cargo, y, en segundo lug;¡r, elcbe ga-'Ln~~;e--ciiespetOde-aqm:llaryef!.¡6iÚs'con las que trati1.- 'f.Úos·intereses' no-constituyen 1ma car;¡cteríslica'TJCL1T1íar de losimposit.ores eJe reglas, ya que los miembros de loc];¡s las OCUP,¡-

ciones sienten la necesidad de justific;¡r su tr;¡bajo y g;¡nar el respcto de los demás. A los mÚsicos les gustaría, C01110 hemos visto,poder logr;tr esto, pero tienen di ficultaeles para e11contr<lr fOrTlL1S

de impresionar con éxito a los clientes con sus m~ritos. Los porteros fracasan en el logro del repeto de los im]uilinos, pero el1

cambio desarrollan una ideología que subraya Sll resrons;¡bilidadcuasi profesional de mantener como secreto confidencial los ea-

• En rr~nds en el origin~l; .razón de existir •. [N. dd T.]

J-(';

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nacimientos de la vida privada de los in'1'Jiliroos q,-"e ;:l.;:lqu:cr;::.

en el curso de su trabajo.!2 Los médicos, abogudos y otros profesionales, m~s exitosos en el logro del respeto de sus clientes,desarrollan elaborados mecanismos para mantener una relaciónadccuadamen te respetuosa.

Al justificar la existencia de su cargo, el impositor de reglas seenfrenta con dos problemas. Por una parte, debe demostrar a

\)os demás que el problema aún existe: las reglas que él debe imponer tienen algún sentido, debido <1, la existencia de las infracciones. Por otra parte, debe demostrar que sus intentos de imposición son efectivos y valederos, que 0_~.Lq¡¿~.!L~~~e _3.0~~i.9..:¡pr.está.s~encIo realmente manejado en una [arma adecua(Ja. Esasí que lo típico es' qÚc-Tas'orgaiiízací6ries--élefmp~siCi6íl-(1C reglas oscilen, particularmente cuando están buscando fondos, en{re dos tipos de afirmaciones. En primer lugar, dicen que, como

resultado de sus esfuerzos,_~I_F~?]JJ~_ma..que.J.es...tQJ:;Le.nfrm.~~~~cerc~n_o_~'__s\J_sglu_~ión. Pero, casi al mismo tiempo, afirmar queLl-'~:_,:.:'~dad_~lel_p-~!TI~.~ __~llo~ 10 que nunca ha sido(aunque no por culpa de ellos) y que requiere nuevos y mayoresesfuerzos para mantenerlo bajo control. Los funcionarios que seocupan de la imposicióJ;1 de reglas pueden llegar a ser muchomás vehementes que cualquier otra persona en su insistencia deque el problema que se supone deben solucionar tiene aún vigencia, que en realidad tiene más vigencia que nunca. Al hacer estasestas afirmaciones, los funcionarios impositores de reglas proveenbuenas razones para el mantenimiento de la existencia del cargoque ocupan.l'odrbmos tamuién seÍi:1]ar que los funcionarios y entidades responsalJlcs de la imposición ue reglas tienden a adoptar una con:cee~Ló.!2.J:esimista de la naturaleza humana. Si bien no creen rcáímente en

elpccado-ofí'giÚár,-ál-menos les gusta recalcar las di

ficultades de lograr que la gente acate las reglas, las características de la naturaleza humana que llevan a las personas hacia elmal, y adoptan una actitud escéptica ante los intentos de reformara quienes quebrantan las reglas.La actitud escéptica y pesimista del impositor de reglas es rdorzada, desue luego, por su experiencia diaria, ya que vé a las personas que continuamente repiten sus infracciones y ofensas, calífic;im!ose así definitivamente ante sus ojos como extrai'íos. No es,sin embargo, un esfuerzo demasiado grande para la imaginaciónsuponer que uno de los motivos subyacentes a este pesimismo delos impositores de reglas con respecto a la natl1raleza humana y

12, Vh~e Ray Gold. 'Janitors Vcrslls Tcnants: A Statn.s·lncol11c Dilemma.,Amcrican ¡oumal 01 Sociolog)' , LVII (marzo, ]952), págs. ~86--{93.

146

a las posibilidades de refonna es el hecho de que, si b mtur"~eza humana fuera perfectible y la gente pudiera reformarse el:J[onna permanente, su trabajo llegaría a Sll [in.En forma similar, es factible que U!! impositor de reglas crea qllees necesario que las person;¡s con quienes debe m;¡nejarse lo respeten, ya que, de no ser así, le resultad muy difícil re;¡lizar sutarea y Sll sensación de seguridad en Sll tr;¡bajo se habrá perdido.En consecuencia, una gran parte de las actividades de imposiciónestá dedicada, no a la propia imposición de reglas, sino a inHl<J.:

ner respeto a las personas con guienes el impositor debe tratar.Esto significa que uno puede ser catalogado C0l110 ( [esviado. 110

por haber quebrantado reóllmente regla algllnól, sino porque hamost~ad~_~~ [~~.!lc resEeta por el il11p~sjtor_~la~~.:..Ercstudio, realIzado por \Vestley-;<JcJos pOlTclólStIC Ulla pequelía ciudad industrial nos provee un buen ejemplo de este (Clte)

meno. En sus entrevistas, Westley pregullt6 a los policías: «¿Cu:índo piensa que está justificado que un policía maltrate a un individuo?, y encontró que «por lo menos 37 % de los policías creíanque el uso de la violencia para imponer respeto era algo lcgiti1110• .l3 También da algunas citas ilustrativas de SllS entrevisLas:

Bueno, hay ca.sos en que sí. Por ejemplo, cuando lUlO detiene a un individuo

para un interrogatorio de rutina, digamos C]ue es un tipo avivado y em.

pieza a contestar]e a uno y a llamarlc a uno ,inÚtil> y ese tipo dc Cl)~a';.

Uno sabe c¡ue puede arrestarlo con el cargo de desacato, pero .c¡uc pra('1 iu,mente nunc;¡ .se pucde lograr c¡ue este cargo corra. De 1110do C]uc lo que \1111)

hace en un caso así e.s joderJo nj tipo ha.stn l1"c dif(a nIgo 'lile jll.~ti[iquc: IIl1a

lJofctada y; eutonce~, si ej lipo la devuelve, sc lo pucde llamar 'I'esi~ten(ia alarresto·.

Bueno. un detenido merece que se le pegue cuando llega al punto de qU<'l'<:1'ponerse por encima de uno.

Uno tiene que ponerse duro cuando un tipo empieza a hablar demasiadomal, cuando trata de hacerla pasar a uno por tarado delante de todo <:1 1111111

do. Creo que la mayoría de los policías trat.an de portarse de buen;t [cl\'IlIa

con la gente, pero ]0 habitual e~ C]ue uno tenga C]ue ser bastante brll.'lCo,

r...a es la Única [arma de pal'ar!cs el can"o. de cllSeiiarlcs a mostrar un poco

de re.speto.H

Lo que Westley describe es el uso de medios ilegales __\e imponer,rt;.src:t<?~}os_~l"e!p_ás,en forma o;iei-citiva.:...Es evidente que, etla ndoun impositor de reglas tiene la opción de imponer UIla regla ono hacerla, la diferencia en lo que finalmente haga podd depen-

13. William A. ,\"estlcy, .Violencc and the Police., Amcrican ¡ollmal o( So.ciology, LIX (julio, ] 953), pág. 39.H. l/;id.

J.f7

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der de la actitud que hacia él tome el infractor. Si el infractores adecuadamente respetuoso, el impositor puede suavizar I~ si~tuación. Si el infractor es irrespetuoso, es posible que se lo someta a sanciones. Vlcstley ha demostrado que este [actor diferencialtiende a actuar en el caso de las infracciones de tránsi to, en lascuales el criterio personal del policía actúa tal vez con el m;íxirno de libertad.15 Pero es probable que este [actor actúe asimismoen otras áreas.

Lo habitual es que el impositor de regbs tenga un ;-¡mplio margen de libertad de criterio en muchas Arcas, aunque sólo sea porque sus recursos no son suficientes como para cnfrent;Hsc contodo el volumen ue infl'ilcciolles con el que sc suponc 'lIle debcríacnfrentarse. Esto significa que el impositor 110 puede h;¡ccrsecargo de touo a la vez, lo que lo lleva a tranSilr, dentro de c,~tos¡imites, con el mal. No puede realizar la totaliuacl del trabajo y

lo sabe. Hace sus dlculos de tiempo, partiendo de la suposiciónde que los problemas que debe enfrentar van a seguir actuando

por brgo tiempo. Establece prioridades, enfrenl:Ínclose con cada \\osa en su momento, manejando los problemas más urgentes enforma inmediata y dejando el resto para m;\s tarde. En resumen, .su actitud hacia su trabajo es la de un profesional, careciendodel ingenuo fervor moral que caracteriza al creador de reglas.Si el impositor no. va a enfrentar inmec.liatamente todos los C:lSOSde los que tiene noticia, debe tener una base para clecidi!:5lL1~ __do_i mpol1~r}a_ !~gla, a.3.'~(p"ersonáSc¡u~,3~ª.iITiJ~...:::::..c¡:r;'írG~._actos.-_¿it;lIogar como des";¡¡:icTos.Un critcfiéq:J:íra seleccionar :l l:1s per-SÓn;lS· cs-'crn;lY¡::egl<:t'";--Algull;ls personas tienen suficiente influencia política o llatililbd como para ser capaces c.le evitar los intentos de imposición, si no en el momento de su captura, en'etapas posteriores c.ld proceso. Muy frecuentemente, esta [unciónadopta características profesionales: alguien real iza este trabajo,cledidndole todo su tiempo, y se encuentra disponible para cualquiera que lo contrate. Un ladrón profesional describió a los«arregladores» >1< c.le la siguiente manera:

En toda ¡,rran ciudacl hay un arreglador habitual para los ladrones profc$io

nales, No tiene agentes, 110 busca clientes, y rara vez tom;¡ un caso que no

sea de un lad rón profesional, del mismo modo q uc ellos raras veces recu rren

a olra persona. Este sistema centralizado y monopolista del arreglo para la-

l!í, V<':ase William 1\. 'iVestlcy, <The l'olice: A Sociological Study of 1.aw.<:1I.,torn, and MoraJily" (tesis de doctorado no publicada, University of CldG¡~O, lJepartment of Sociology, 1951).

• !le traducido 'fix> y <fixers>, en el original, por <arreglo> y ,arregladorcs-, respectivamente. [N. del T.]

J.lS

drones profcsion;'tIcs se: encuentra en practi c: tD1cntc loJas las ciudíldcs ~ran·des y en muchas de las chicas.16

Dado que en general son los ladrones profesionales los que conocen la existencia del «arreglador> y sus actividades, la consecuencia de este criterio de selección para las personas a quienes seaplicarán las reglas es que los amaleun tienden a ser capturados,condenados, y catalogauos como desviados con mucha más frecuencia que los profesionales. As! lo observa el ladrón profesional:

Uno puede llarsc Cl1ellla, por la for1l1a el1 C¡lIe se maneja el caso en la corle.

Cldlldo ('~I;\ actllalHlo d alTq.;ladol'. ClIando el cana no es¡;\ nll lY sC¡;-lIro dc

c¡ue el dctenido e3 la persona bUKada, o 103 te.<till1onio.~ del cana y del de

llunciante no coinciden. o el r;,cal se la larga f~cil al aemado, o el jucr.

adopta una actitud arrogante en sus decisiones, uno puede est;¡r siempre se

guro de que alguien ha trabajado el asunto. Esto no se ve en mud103 C:l$O~

de robo, ya que hay un caso de un proksional por cada vcÍnticinco o treint •.

aficionados, q'ue no saben nada sobre el arreglo. Estos aficionados son sicmprc

103 que la ligan. Los cana3 se desgaflitan contra los ladrones, nadie apoya

Sll tcstimonio, el juez se manda una oración, y todos se lucen por estar frc.

nando una oleada de crímenes. Cuando el profesional escucha el caso queestá inrncdiat;¡mel1tc antes que el suyo cn la corte, picns;¡: <Dcbieran haberle

encajado noventa aflos. Son estos malditos aficionados los culpables de tanta

vigilancia cn las tiendas>. O si no piensa: <¿No es un;¡ vergilenza que ese

cana encierrc a cse pibe por un par dc mcdi:ls y dentro de pocos minuta>

me v;¡ a pcrmitir salir con una pec¡uelÍa mult;¡ por h;¡bcr robado un tapad0

de piel?>. 'Pero si los canas no enccrraran ;¡ lo, aficionados para ;¡UI11en(;\1'

:nl.~ cstadlstÍ<as de eondena$, 110 lcndrfan 111argcn para dcjar libres ;¡ los pro,fcsionales.17

Los impositores de reglas, ya. que no tienen interés alguno en el

contenic.lo de las reglas en particular, a menudo desarrollan supropia evalljaci.ón.. privac.la de la import;-¡ncia de los diversos tiposde reglas y de las infra¿dcii1~~ -'a, la_~ ¿iiliE1as:-Este--oroeñ-ac-príO::ridades· puede diferir considerablemente dCln1;-¡ntenido por el público en general. Por ejemplo, los consumidores de drogas habitualmente creen (y unos pocos policías me lo km confirmadopersonalmente) que la policía no considera que el consumo demarihuana sea un problema tan importante o una práctica tanpeligrosa como el consumo de opiÚceos. La policía basa. esta conclusión en el hecho de que, seg{m su experiencia, los opiómanos

la. Edwin 11. SlItherJancl (editor), Tltc I'rofC.lsiollnl T/¡icf (Chicago: Vlliversity of Chicago Pros, 1937), p;\gs. 87·88 .

17. [bid., p~gs. 91-92.

1'19

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cometen otros delitos (tales como robo o prostituciÓn) para obtener las drogds, mientras que no sll('~dc ::!.~i es:: lQ~ Lj.l-Úd(Jorcs demariÍJuana,

Es así que los imposilores, respondiendo a las presiones de Sll -)ropia situación de trabajo, imponen ]as reglas y crean nuevosmarginales en forma selectiva, El que lina persona que cometeJun acto desviado sea realmente catalogada como desviada, depen

de de muchos factores ajenos a su conducta real: de que el fun~ionatio impositor sienta (lue en este momento debe hacer un~ I

cierta exhibición de cómo cumple con su trabajo para justificar)

su cargo; de que el infractor demuestre la adecuada deferenciahacia el impositor; de que el qrrc¡~lo. haya sido puesto en acción; y de qlle el tipo de acto <¡ue ha cometido se enCllentre den·tro de la lista de prioridades del impositor,La falta de fervor del impositor pro[csional y la actitud rutin:1ria

con la que se enfrenta con el mal pueden ponerlo en con[!ictocon el creador de reglas, Al creador de reglas le interesa, como Y<1hemos dicho, el contenido de las reglas que le interes<1n, a hscuales ve como el medio por el cllal puede acabarse con el mal.No comprende el planteo a largo plazo con que el im]Xlsitor enfrenta los mismos problemas y no puede ver por qué no se suprime inmediatamente a tódo el mal que se encuentra a la vista.Cuando la persona interesada en el contenido de llna regla tom<1conciencia, por sí mismo o porque se ha llamado su atención hacia ello, del hecho de que los impositores están mancj;índose enforma selectiva con el mal que a él le interesa, puedc despertarscen él una virtuosa ira, El profesional es denunciado ]Xlr trataral m<11con demasiada suaviclad, por no cumplir con su deber, Elinstig<1dor moral, a instancias del cual se cre<1ra la regla surge nucvamente para decir que los resultados de la última cruzada !lOhan sido satisfactorios o que los logros obtenidos han sido eli

minados y se han perdido,

La desviación y la iniciativa: Resumen

La desviación -en el sentido en que he estado usando la palabra,como una actuación incorrecta publicamente catalogada como tal-es siempre el resultado de una iniciativa, Antes de que cual·quier acto pueda ser considerado desviado y antes de que cualquier,,¡ase. de .persona pueda ser catalogada y ttatadtcéÓmO--n1áfgínaljlor' habeT cornctidÓ ..c~·c.,aCtó;~alguic.n·~deb~~ '~_~~~:rJ:r~~_h_\?~Pij~La_que define alacto_coro..o_~~c.sy '~do, Las reglas no se crean autom{ttiClIltCllte, Au n cuando una pr;\ctTca pueda resultar perjudicial,desde 1111 punto de vista objetivo, para el grupo en el cual sc

f50

(lcs;¡rrolla, es todavía n~c(s;~ric q"..lC c:;tc pe:rjuicio ~;(~;l.d(','¡I'l1l11('III'

Y señ;:¡lado como t;1!. Es llcces;¡rio que la gcntt: ¡¡q;tH: ,1 ,'¡"IIIII([\le algo debe hacerse al respecto, Alguien debe lblllar l., 011"11ciÓn del pÚblico ]¡;¡cia estos ;¡SUlllOs, proveer el illll'u\:;() 111'1 '' ',,\

rio para q\le !as cos;:¡s s e kigan, y dirigir estas cllcrgías, ;1 IIH·rlirl"q\le van surgiendo, en la direccic'm adecuada para qUI' ~il' ¡ 1""una regla. La desviación es el resultado de la iniciativa ('11 1,1,',/'11lido m;\s amplio posible: sin la iniciativa necesaria para <1'1/: ,/'creen 1:15reglas, la desviación consistente en el qucl¡ralll; lllli"III01de esa regla no poclrla existir.La desviación es también el rCólllt<1do de la iniciativa ('1\ UII \1'11

lido m;\s p<1rticular y restringitlo, Una vez que se h;1 n(';lrI •• 1111"regla, la misma debe aplicarse a individuos en particliI;11 alllnde que la c1<1seahstracta de marginales creada por la ]('p,loI 1"It·da ]¡umaniznrse, Los infractoTes deben ser descubir:l'IWI, ¡d"1I1111

cados, capturados y condenados (o percibidos como .rli!"!"IlI''',.y estigmatizados por su inconformismo, como el1 d (;"", ,Ir 1,'"grupos (1csviOldos legales, tales como el de los llllt:;iIWI 1'1(11'''01''nales) , Este tndJ;¡jo est;! ]¡abitu;llmcnte en l11<1I\OSe 1m 11111'01'1tores profcsionales, los qlle, al imponer las Tegl<1sy¡¡ ní:;I"llI"1,cre;:¡n los desviados individualmente que la socicd;¡rl '11111101"11marginales.Es un hecho interesante que la mayor parte de ];¡ ¡¡Iv""'i¡.::,, 1.''''y la especulación científica sobre la desviación se d,:lIi',1 .\ 1•1personas que quebrantan las reglas, más que a aqur:lln:: '1'1/' I(\~crean y las imponen, Si queremos lograr una total t'1l1ll1"¡'II'iÍ"'1l

de la conducta desviada, debemos llegar a un ct¡uilil¡1 i•• /'1111"cstos dos focos de investigaciÓn posibles, Debemos COllll'l,il " 1 •desviación, y a los extraños o marginales que per~;()lIififa'l "',/"concepción 'abstracta, como una consecuencia de u I l 1'1'11' /',',11 dl'interacción entre personas, algunas de bs cllales, ell ~•.rví\ i" "/'

sus propios intereses, crean e imponen reglas que a[eel a Il ;1 'rf111"

que, en servicio de sus propios intereses, han cometido ;¡, III~ '1'1/'se califican como desviados.

1 \ I

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9Fl estudio de

. ,y SImpat1as

1'1.loa. desviación: problen1as

La dificululd m;\s persistcnte cn el cstudio cicnLÍ[ico dc la con·ducta desviada es la [alta de datos consistentes al respecto, lapobreza de información y de hechos reillcs sobre los cuales b;¡s;¡r

nuestras teorías. Pienso que el decir 'lue una teoria 'llle no esté:íntimamente unida a ulla rica colección de datos reales sobre eltema que pretende explicar tiene POc;¡S posibilidades de ser degran utilidad, es una verdadera perogrullada. Sin embargo, lainspección de la literatura científica sobre la conducta dcsvi;ldanos mostrará que ésta consta de una al ta proporción de teoríacon respecto a los hechos reales registrados. Una crítica reciente

sobre los estudios acerca ue la delincuencia juvenil seiíaló que lamejor [uente disponible de hechos observados con respecto a lasbandas juveniles sigue siendo el libro de Frederick Thras\1er, T/¡c

Gang (<<Lab;1I1da.) , publicado por primera vez cn 1927.1Esto no significa que no haya estudios sobre la conducta desvia·da. Los h;lY, pero S011,en su mayor parte y con esas pocas y notables excepciones, inadecuados para el trabiljo de construCCi(')llde teoria que debemos realizar; y esta inadecuación se presenta

en dos form;¡s diferentes. En primer lugar, simplemente !lO haysuficientes estuclios que aporten hechos re;¡les sobre las viebs delos desviados, tal como ellos las viven. Aunque hay una gran cantidad de estudios sobre la uelincuencia juvenil, lo habitual es qw'estén basados en los registros judiciales m;ís que en ];¡ obscrvacit'JIldirecta. ]\{uchos de estos estudios buscan correlaciones entre Lt

incidenci;l. de ]a delincuencia juvenil y [;l.ctores t;¡lcs como el I iJlo

de vecind;l.rio, el tipo de vida familiar o el tipo de person:didacl.Muy pocos son los 'luenos dicen en det;ll!e qué es lo qlIC: IIII

delincuente juvenil hace en l;¡s activi(bdes de su di;¡ria lutíl¡;¡ )'qué es lo que piensa sobre sí mismo, sohre la sociedad y sohresus actividades. En consecuencia, cuando teorizilll1os sobre l:t de

lincuencia juvenil, nos encontr;¡mos en la situilción de tener que

1. David J. TIorclua, .Dclinc¡t1cnt SubclIlttlTes: Sociological Inlerpre¡;¡lioll', ofGang DclinquencY', Thc Annals of (hc ATIlc,-iCflIl Acadc11lY of l'o/i¡iclIl IlrI,{

Social Scicllcc, 338 (noviembre, ] 964), págs. ] 19-136.

ni

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!!:.r'2!~~~~!~~cdG de "',,'idv. del jv':':C¡¡ dclL;,cLicJJLe lt pa.cLir de eS(.Llc1io~

fr~gmcntClrios y de relatos perioc.lísticos,2 en vez de poder basarnuestras' teorl<ls en un conocimiento <ldecu<ldo del fenómeno que

(¡ueremos explicar. Es como si trat;lramos, tal como los antropólagos debieron hacer en otras épocas, de componer una descripr.iÓn de los ritos de iniciación de alguna remota tribu afric<lna

a partir de desperdigados e incompletos informes de unos pocosIUj"ial1cras. (Pero tenemos menos motivos que los antropólogosde enlonccs para depender de las descripciones incompletas deUI10~;·aficionados. Sus sujetos de estudio vivían a miles de kiló¡UelloS de distancia, en junglas inaccesibles; los nuestros est;ln m;\s

u:n:;l de casa.)1.(J:; es\ Ildios sobre la. conducta desviada son inadecuac10s ~ra':1 «(J 11:;trlÚ:ci(')!l' 'dc-tcodá' 'cñ "otra"U[orm';l'-mucTió'fáás·'sí"rnÍ')"!c f]'ICh ;1;¡lf:rior: 't'¡o·'cxisTéñ-sufí(Icñtcs 'cs'tuu"]os-:-Muc!1os-rí [lcf:j\ l-c<ico

vi ;1(i~/,nn l ll l¿t]¡;¡n- 'siu(¡ --descfiTos' ·ciéi' it1fic;(fñC1Tte, o los estudios:;('11 1;111 (seISOS en número como para constituir apenas el co·111icIIlU de un estudio serio. Por ejemplo, ¿cuántas descripciones

,';o<,io!Ógic;IS lIay de la forma de vida de los distintos tipos de hoIIlOoCX11;¡JCS?Conozco solamente unas pocas,3 y éstas simplemente

Ilf):i ;H:1ar;¡n que existe una amplia variedad de culturas y tipos:;oci;¡Jes P;1I"<I describir. Para tomar un caso aún m;\s extremo, hay1111 ;\rea de desviación de suma importancia para los sociólogos

teÓricos que practicamente no ha sido estudiada en absoluto. Merdif:ro al quebrantamiento de la ética profesional. Es bien sabidoq\lf,~ 1m comités deontológicos de las asociaciones profesionales de;lIJogaclos y médicos tienen abundante trabajo de que ocuparse.Sin crniJ;¡rgo, a pesar de la riqueza de las descripciones sociológicas de la conc.lucta y la cultura profesionales, tenemos muy po,cos, o practic:lmente ningún estudio sobre la conducta anéticapor parte de los profesionales.

~Cll:llcs son las consecuencias de est'! . ..il1su.ficienci~,de. ~1at-º-s .rarac1csluclio de la desViac:iÓn? 'Una 'consecuencia es, como ya 11e"íñ'':-'cli~:;ldo, ia construcción ¿íe-teorías defectuosas o inadecuad<ls. Del

~, Dos nlllY conocidos e influyentes libros publicados recientemente sobre ];¡delincuencia juvenil, se basan en tales datos fragmentarios. Véase Albert K.Col1en, Delillqllenl Doys: The Cullure o{ Ihe Gong (Nueva York; The Free1'1(:ós of Glcncoe, 1955) ; Y Richard A. Cloward y LloyeL E. Oh]in, Delinqtlency

flllt! (Jj'!JOrlIlTlily: A Theory o{ Delinquenl Cangs (Nueva York: The Freel' r esó of Glcncoc. 1960).3. Evelyn Hooker, .A Prc1iminary Analysis oí Group Behavior of Homose·xuales-, The Jot/rnal o{ Psychology, 42 (1956), págs. 217·255; Mallricc Leznoff

y William A. \Vestlcy, .The Homosexual Comrnunity>, Social Problems, 1(abril, 1956), págs. 257-263; H. Lallrencc Ross, .Thc 'Hustler' in Chicago>, Th"JOllrn(]1 01 Student Research, 1 (septiembre, 1(59); Y Albert J. Rciss, Jr., .TheSocial IntC¡~Tatjon of l'e e1'5 and Queers>, Social Problc71Is, () (Oto lio, 1961) ,I';\rs~, 102,120.

15·1

mismo moclo en que necesitamos descripciones anatÓmic\s CX<1C

tas de los animales, antes de poder comenzar a teorizar sobre sufuncionamiento fisiolÓgico y bioquímico y experimcnt:u sobre ellnismOJ necesitamos descripciones cxnctas y dcudladas de la iJl1a~tomía social antes de saber exact;¡meJ1te qué fenómenos est;\npresentes para que podamos teorizar sobre ellos. Volviendo alejemplo de la homosexualidad, es probable f]uc nuestras teoríasresulten sumamente inadecuadas si creemos que todos los homosexuales son miembros m;\s o menos con[jrma~los de las subcultu

ras homosexuales. Un estudio recicnte revela que un importantegrupo de participantes cn relctciones homosexuales no son en ab·soluto homosexuales confirmados. Reiss ha demostrado que muchos delincuentes juveniles .levant;ll1 pntos> C0l110 UIl;]. forma relativamente segura de ronsegujr dinero. Estos jÓvenes no se consi·deran a si mismos como homosexuales y, cuando ;dcanzan un;].edad como par« participar en formas n¡;Ís ;lgresjvas y provechosasde dc1inCllCllCi;¡, ;¡bandonan esta pr;\ctjca.' ¿Cu;'lI1tas otras varie

dades de comportamiento homosexual <lguardan aÚn ser descu,biertas y descritas? ¿Y qué efecto tendrí<ln su descubrimiento y

descripción sobre nuestras teorías?No tenemos, entonces, estudios sobre la conducta desviada. No

tenemos estudios sobre suficientes tipos de conducta desviada. y,~

sobre todo, no tenemos suficientes estudios en los cu;].les la persona que reali~a la investigación ha logrado un íntimo contacto conaquellos a quienes estudia, de modo tal que pueda llegar a per,cibir las complejas y multiformes características de las activida,des desviadas.

Algunas de bs causas de esta deficiencia SOI1 técnicas. N.?__~~.L\r.i1. éstluT¡;ir;l"]o-S· (lc-s.:v.l'!~~l.S:'-Dcl3í11 o~nrl1(;ct-rcsto-rle- booci e da ti

lo~s"c6iisid6;l'iinos 'extr;¡íios y ;]. que ellos mismos tienden a con·siderar al resto de la sociedad como a extr;¡í'íos, el estudioso que

desea descubrir los hechos refcrentes a la desviación, tiene unaimportante barrera que sobrepasar antes de que se le permitaver las cosas que necesita ver. Dado que la actividad desviada esuna actividad que probablemente sed castigada si sale a la 1m,la misma tiende a ser mantenida en el ocultamiento y a no serexhibida ni comentada. jactanciosamente a los extrai1os. El estu

dioso de la desviación debe convencer a aquellos a quienes estudia de que no les resultar;í peligroso, de que ellos no su[rir;\n a

consecuencia de lo que le revelen. El investigador debe, en con·secuencia, .convivir en forma intensa y continua con.Jqs [email protected]~. tl<;:.s.<:.~s t.i!QpíCéré-'moc¡;·qile-clfós- Ilcguc'ñ' a'~~nocer lo lo su·ficientemente bien como para poder eV<llu<lr de alguna manerasi sus actividades afectarán adversamente a las de cllos o no.

1, R<;iss, op. cil .

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./'.qucllú:; ql.:(: CCn1C~C:i. actos dc.)·y"iádú3 5é p¡"otegen de dlvc:f5as [01."-

mas de la curiosidad de los extl-aÍÍos. La desviación que se da deIltro de instituciones convencionales organizadas se encuentra amenudo protegida por una forma de ocultamiento. Es asi que losprofesionales habitualmente no hablan en público acerca de casos de práctica anética. Las asociaciones profesionales manejan estos asuntos en forma privada, castigando a los culpables a su pro

pi~ manera, sin p~blicida(l. E~ así, también, que ~os médico.sadlc~os a los narcotIcos son castIgados en forma relativamente ll·

viana, cuando son descubiertos por las autoridades encargadas dela imposición de las leyes.5 Un médico descubierto en el acto derobar narcóticos de las reservas del hospital, no es habitualmenteentregado a la policía, sino que simplemente se le pide que dejeel hospital. El realizar investigaciones en organizaciones industri;1lc~, educacionales, o en otros tipos de organizaciones de gran

l.amaiío, habitualmente requiere la autorización de las personasque manejan estas organizaciones. Los administradores de unaorganización limitarán, si se les permite hacerla, el área de investigación en forma tal de ocultar la desviación que desean mantener oculta. Melville Dalton, al describir su propio enfoque parael estudio de la industria, dice:

En ninglll1 caso busqué un acercamiento formal al estrato supel'ior de la

administración de ninguna de las firmas para obtener su aprobación o apoyo

para la investigación. En diversas oportunidades he visto como otros invc$·

tigadores lo 1Jan hecho, y hc observado a los altos empresarios armar el

csccnario y limitar la encuesta a áreas cspecíficas -fuera de la administración

central- como si el problema existiera cn un vacío. Los hallazgos se COIl

sidcraron, en algunos de cstos casos, <cxperimentos controlados>, cuya versión

dcfinith'a impresionaba bastante al leerla. Pero las sonrisas y el divertido

manejo de los investigadores por parte del cauteloso personal, y las árca5

frecuentemente triviales hacia las cuales los perturbados y temerosos emplea·dos guiaron las encuestas, todo esto hacía surgir dudas acerca de quién con·

trolab:¡ los experimentos.a

Los miembros de grupos desviados que no cuentan con el <1royoy protección de las profesiones organiz;Hhs o las instituciones,usan otros mÚoelos para ocultar lo que el10s hacen de las miradasexternas. Dado que las actividades de los homosexuales, adictosa 1<1sdrogas y criminales se desa170llan sin los beneficios de puert<1Snstitucionalmente cerradas o vigiladas, éstos cleben idear otros

5. Charlc~ Winick, d'hysician Narcotic Addicts', Social problcms, 9 (Otono.1961), p;íg. In(l. ~[c1vil1e Dallon, Me" Who lo,[anage: Fl.lsiollS 01 Fccling and Theory in Ad·

IIlinistratio71 (Nueva York: ]ohn Wiley amI Sons, lnc .• 1959), pág. 275.

156

medios para mantenerlas ocultas. Lo típico es que consagren grandes esfuerzos para c()J.1d_uc;iL.sUS_;l.ctiv.idade-~.;U_~S!E..0' y que ;:¡queIJas actividades que deban realizar en pÚblico se desarrollen enÚreas relativamente controladas. Por ejemplo, puede haber unataberna que es p;:¡radero de ladrones. Si bien muchos tle los 1;1drones de la ciudad estar¡\n as! disponibles en un mismo lugarpara un investigador que desee estudiados, los mismos pueden.•hacerse los tontos» cuando él entra a la taberna, neg;\nuose a tener nada que ver con él, o simulando indiferencia con respectode las cosas que le in tercsan.E~tas formas de secreto crean dos problemas al investigador. Por

11na r;¡rte, uno t~~":'lS.c:;l.J2!Q..l!!S~~~!~._~~l~::?!l.tr:1r._a;:!U?~r.~9.!.HLLIXllas_("Lt¿,Ls~.J!!.~resa~ ¿Cómo encuentra uno a tlll méJico que es¡¡aicto a las drogas? ¿Cómo localiza a homo~exuales de diversos ti·

pos? Si yo quisiera estutli;1r la partición de honorarios entre los(iru janos y los médicos clínicos, ¿cómo me las arreglada para encontrar y tener acceso a l;¡s personas que participan en estos arreglos? Una vez encontr;¡dos, uno tiene el problema de convencerlos~1_~CJ uC.j2)J e!;l.Gn_ .ili~cu.i¡;__iJLP<;)jg[~ _e.~.lj!2~T~jif~~~I(~0:~~svla!..!._con uno.

T;¡miJi2:;'se presentan otros problcmas al estudioso (lc 1;1desvi;¡ciÓn. Si desea obtener una información exacta y completa sobrec¡ué es lo que hacen los desviados, ctdles son sus formas de asociarse, y así sucesivamente, elebe dedicar por lo menos cierto tiem·po a observarlos en su habitat natural, mientr;¡s ellos se dedican;¡ 'su~ actividades habitu<11es. Pero esto significa que el investigador elebe, durante ese período, desempeiíarse en horarios no habituales para él y penetrar en lo que para él son ;\reas desconocidasy posiblemente peligrosas de la sociedad. Puede encontrarse vi·viendo de noche y durmiemlo de día, porque eso es los que sus

sujetos de estudio hacen, y esto puede resultarle difícil, debido asus compromisos con su familia y trab;1jo. r,-I;\s ;11'1n,el proceso(1e gan;¡rse la confianza de aquellos a quienes estucJia puecJe sermuy largo, de modo que puede tener que perder meses en intenlOS relativamente infructuosos de ;¡cerr.:1miento. Esto significa íj\lCesta investig<1ción toma ¡mIs tiempo q\le otras investigaciones COI11parables en instituciones respetables.

Estos son problemas técnicos, y pueden encontr;1rse modos de manejarlos. Lo que resulta más difícil de m;1nejar son los problemasmorales implicados en el estudio de la desviación. -- .-'-- -----Est.~-~~';;apaile-del' prublem;rgc11"et¡Yl·-1.l~qt_Tt~Ti1Tnm:-clcYisla_5JLbiera uno tener haci<1 su sujeto de estudio, de cómo debe unoéva1u~i' lascos-;¡s-Lanvencianaimcnte-considerat1~ls como malas, de

dÓnde yacen sus simpatías. Estos problemas surgen, elesde luego,en el estudio de cualquier fenómeno social, pero pueden agravarse

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cuando estudiamos la dcsvhción, elelJido a que bs pdcticas y las

personas que estudiamos están convencionalmente condenaclas.7¿Qué punto cle vista debemos adoptar al describir la organizacióny el proceso social, y, en particular, al describir las organizacionesy procesos implicados en la desviación? Dado que generalmenteexisten varias categorías de participantes en cualquier organización o proceso social, debemos elegir entre adoptar el punto devista de uno u otro de estos grupos o el punto de vista de un observaclor externo. Herbert nlumer ha argumentado que las persOllas actúan hacienclo interpretaciones tIc la situación en la <luese encuentran y adecuando su conducta de modo tal como par;¡manejar la situ¡¡ci<Jn. Por lo tanto, prosigue, debemos tomar el

7. Ncd Polsky sugiere, en una comunicación personal, qllc lino de los prolJ!elllJ.:; r noralcs se relaciona con el hecho de que el científico se comprolncle

ell actiVidades ilegales. Aunque no he estudiado este punto, concuerdo totalmente con sus ideas al respecto, que reproduzco aqul con su autorizaciÓn:·Si uno va a estudiar cn forma efectiva a los desviados que qucbrantan lasleyes, mientras se dedican a su desviaci{¡n y en su ambiente natural -e,~decir, fuera de la cárcel- debe tomar la decisión moral de 'lue, en ciertaforma, él mismo deberá quebrantar la ley. No es gue deba ser l1n .observauor participante. y cometer los mismos actos dcsviados gue est;\ estudiando.pero debe. sin embargo presenciar tales actos o ser informado de los mismosen calidad de confidencia y no denundarlos. Es decir que el investigadortiene 'lile decidir que, cuando fuere necesario, .obstruirá a la justicia. ose trallsformad en .cómplice. o .encllbridor>, con todo el sentido le¡¡al dee,~tos términos. No se le permitir:\ discernir alp;unos de los aspectos vitalesdc la conducta desviada de natnraleza criminal y de la estrnctllra de j;l.~snbculturas de quienes quebrantan las le)'e~, a mcnos que tome una t:¡Jdecisi6n moral. log-re <¡ne los desviados le crean, Y. más a \'111, logre COII·veuccrlos dc su capacidad de actuar de acuerdo con su decisión. Este Últimopunto puede tal vez dejarse de lado en el caso de los delincueJltes juveniles,ya 'lue ellos saben que los profesionales que los estudian se enCllentran casisiempre exento.~ de toda presión policial para 'informar; pero los criminalesadult03 no tienen semejante seguridad, y cn consecuencia no sólo les inte·rcsan la,~ intenciones del investi¡:;ador. sino también su' capacidad de mantenerse C01110 .tipo de aguante> frente al interrogatorio policial.• Raras veces ]¡an llenado los científicos sociales cstos requerimientos. Espor eso gue, a pesar del hecho de que el] Estados Unidos sólo unos seisde cada cien delitos de importancia acaban en una sentencia de prisión,una porción tan grande de nuestro prctendido conocimiento de la crimi.nalidad se basa en el estudio de los presidiarios. Lo tlpico es 'lue el socióIog-o, no siendo capaz de o no estando dispuesto a hacerse definir por loscrimina1c~ en una forma tal que le permitida observarlos micntra.~ acubn,lrabajan y juegan cn su forma habitual, recoja ws datos del estudio dedesviados q'ue se encuentran en la cárccl o involucrados de alguna otra forl11:1con la ley - una mueslra viciada, con 1111exceso de no profesionales y chao]'l1cer03, los ,!ue se ven en un ambiente artificial, sin ser estudiados sistem;!·tical1lente tal C0ll10 funcionan normalmente cn Sll ambiente natnral. Es así

que el sociólo¡;o a menudo sabe menos sobre las subculwl'as desviadas ver·dader:ll11ente contemporáneas -particularmente aquellas compuestas por cri·minales adultos profesionales- que el periodista .•

158

punto de vista de la persona o gru po (la • unidad actuan te.) •.por cuya conducta nos interesamos, y:

... optar e! proceso de interprctación a través del cual construyen sus accio

nes .. , Para captar el proceso, el investigador debe hacerse cargo de! rol de

la unidad act1lante cuya conducta cst;\ estudiando. Dado gue la unidad ac·

tuante realiza la interpretación en términos de objetos que son designados y

evaluados, de sentidos que se adquieren y de decisiones Cjue se toman, el

proceso debe ser percibido desde el punto de vista de la unidad actuan·

te ... El tratar de captar el proceso interpretativo manteniéndose distantc,

en forma de lo que se llama un observador .objctivo., y ucp;:\noose a adoptar

el rol <.le la unidad actll:lIlle, es correr d ric'lio de raer en la peor forma de

sllujetivislllO. ya 'jue es probable 'lile el observador objetivo llene el proceso

de interpretación con sus propias premisas, en vez de captarlo tal como se

da cn la experiencia de la unidad actuante Cjlle lo utiliza.a

Si estudiamos los procesos implicados en la desviación, debemos,entonces, adoptar el punto de vista de por 10 mcnos uno de losgrupos im pllc;:\<lÓ:s;-ya-scaen.1c-los-que- 5lll1- tfacátl6SC6'"ffiO-(\csv¡ados"o' er-clc-á-querros que califican a otros de desviados.Es, desde luego, posible ver la situación desde ambos puntos devista, pero esto no puede hacerse simultáneamente. Es decir, queno podemos construir una descripción de una situación o procesoque fusiones, de alguna manera, las percepciones e interpretaciones l1ecl1;¡s por las dos partes implicadas en un proceso de desviaciÓn. No podemos describir una -realidad superior- que déoentido a ambos puntos de vista. Pode1110o dcscribir las perspectivas de un grupo y ver cÓmo engran;¡n o dej:ll1 de cngranar conlas perspectivas del otro grupo: las perspectivas de quienes que·brantan las reglas y cómo se encuentran y entran en conflicto conlas de quienes imponen las reglas, y viceversa; pero no podemos

comprender la siwación o proceso sin otorgar toda su importancia a las diferencias entre las perspectivas de los dos gruposimplicados.Es parte de la naturaleza del fenómeno de la desviación el queresulte difícil para cualquiera estudiar ambas partes del procesoy captar con exactitud las perspectivas de ambas clases de part~cipantes, los infractores y los impositores de reglas. No es quesea imposible, pero las consideraciones pdcticas de tener quelograr el acceso a las situaciones y a la confianza de las personasimplicadas en un período de tiempo r;¡zonable, detem1inan que

• .;!cting ll11il> en el original (N. dd T.]

8. Herhert Blnl1ler, .Society as SymboJie Inter.1ctioll", en Arnolci Rose, cditOl',I lu.matl / lchilvior ilnd Social Processes: An lnlcracl io ll isl f lpproach (lloston:Houghton Mifflin Company, 1962), pág. ISS.

15')

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"11" j'l'cj\);llJlcmcntc estudie la situación sólo' desde uno u otro1"111/0 de vista. Cualquiera sea la clase de participantes que elí1"llIt)'; estudiar y cuyo punto de vista decidamos, por lo tanto,.•d"jilar, es probable que se nos acuse de «prejuicio». Se dirá que11" IlaO:1I10S justicia al punto de vista del grupo opositor. AlI'II',';!'II! 11 las racionalizaciones y justificaciones con las que unod,· 1",; f',rllPOS explique el hacer las cosas como las hace, p:1Tecerá\1111:1< e [llamas sus racionalizaciones y justificaciones y que acusaIllt .:' .1 los otros grupos participantes con las mismas pabbras de'.11', tll"'ll'·lltcS. Si estudiamos a los ac1ictos a las drog;¡s, éstos nosdll.'111 :;"f',lllamcnte, Y nosotros 'nos veremos obligados a informar,

•11\1' ,·110" ('/'ccn que los extraños que los juzgan esdn equivocados',' ti"" 1',li'I'; Il\otivaciones los inspiran. Si señalamos aquellos aspec1"', d,· 1.1:, experiencias del adicto que le' parecen confiI111ar sus

'1""11' i;¡:;, p,\rcced que estamos haciendo Sll apología. IJar olra1',111", ,',i '''II~idcramos el fenómeno de la aclicción desde el punto,1,' .:j',la de los fUllcionarios impositores de reglas, los mi,>mos nos

.111.'111y Ilmulros deberemos informar CJue ellos creen 1ue los adicl.", ',1111 illdividuos criminales, que presentan personalidades per

11111,,1<1,1:.,1IIC no tienen mor<11, y que no son personas de fi<lr[',1,11"111'1'; en condiciones de seiíalar <1quellos <1spectos de las cxpe

1\I'II,i;I:; d(' los impositorcs que justific<1n este punto de vist<1, pero,11 11,111'110;\.~r, parecerá que concord<1mos con el mismo. En cun1·'1111<'1:1dI', los dos casos, se nos <1cusad de present<1r una visi<'Jl1IIII1I.IInal y distorsionada.1"'111 "11 1'(';i1icl<1d no es así. Lo que nosotros present<1mos no es1111,11'1~,i"l(1dislOrsionaeb de 111«realidach, sino que es la realidad

'111" "11,,:, 1'1('1111a través de su interpretación de sus experiencias,',' "11 ''''llllil\lIS de la cual ellos actÚan. Si no logramos presentar

",1,' 1",lli,bd, tia habremos logrado una comprensión sociológica11(1.11,1"1 II' II")Il1CI10 cuya explicación bUscamos.,11.11' 1'1111111c vista debemos, entonces, presentar? Hay dos tipos,1" "'II'oIdn,\('iol1cs p<1ra hacer, una estratégica y otra temperaIIlt'III,1I 11 1 II1Il'al. La consideración estratégica es que el punto de'.'I'iI ,1 d,' 1,\ ~;lIciedad convencional acerca de la desviaci('¡n es klbi

111,dlll"III,' IlicIl conocido. Debiéramos, por lo tanto, estudiar los

1'lllilt"1 d,' Vi\la de aquellos que participan en las activid;ldes des','11d ,1" I"ll' III(~ de ese macla aclararemos la parte más oscura ele!

1'1,,1,1"111.1 I',:;(a CS, sin emb¡lrgo, una respuesta demasiado simple."""1"',1111 '11il', ell realidad, sabemos muy poco <1cerca de los pun'1(" d,· vi',1.1 dc cualquiera de las partes implicadas en los fcnó1III'\ltI', di' ,1<-:,via<:Íóll. Si bien es cierto que no sabemos gran cosa

,1' "1'.1 d,' 111:;[lIllll0S de vista con que los desviados enfrentan sus',\111'\' illlll"" "~; lal1lhién cierto que no tenemos un conocimiento

1

,11 .d, 1"11 11'1 l1,dwrlos cstudiado 10 suficiente, cle los otros puntosrI" 1'1',1.1 illqdicados en esas situaciones. No conocemos toclos los

I,,(1

intereses de los impositores de rcgb.5, ni sabemos hasta qué puntolos miembros comunes de la sociedad convcncional realmcnte

·comparten, en cierto modo, las perspectivas de los gruj)os des·viados_ David Matza ha sugerido recientemente que las rormascaracterísticas de la desviación juvenil -delincuencia, extremismopolítico y vida bohemia- son realmente extensiones subterrá·neas de ciertas perspectivas sostenidas, en formas menos extremas,por los miembros convencionales de la sociedad. Así, la delincuencia juvenil es una versiÓn descarnada de la cultura de losadolescentes; las posturas políticas radicales constituyen una versiÓn extrema del vago liberalismo contenido en la inclinación delos americanos a «hacer el bien.; y la vida bohemia podría simpLemente ser una versiÓn extrema de la viela llevada en bs fraternidades del college,· por un ];¡do, y de los serios intereses intelec

tuales de la vida del college, por el atro.G Las consideracionesestratégicas no proveen, entonces, respuesta alguna al problema dequé punto de vista (lescribir.Pero tampoco las consideraciones temperamelltales y morales nosdan una respuesta. Podemos, sin embargo, tom<1r conciencia dealgunos de los peligros implicados en el estudio de la desviaciÓn.El principal peligro yace en el hecho de ljue la desviación tienefuertes conexiones con sentimientos de rebeldía juvenil, y éste noes un asunto que la gente tome con ligereza. Sicnten, en cambio,que la desvi;¡ción es ¡dgo muy malo y que debe ser erraclicada, o,por el contrario, que es algo que debe ser fomentado, 1m importante correctivo para el conformismo producido por la sociedadmoderna. Los personajes del drama sociológico de la desviaciÓnparecen ser, m;ís aÚn que los personajes de otros procesos sociales,o héroes o villanos. O cxponemos la depravaciÓn de los desvia-

• El collcgl! es una illslilución cducaclOual que carece dc clJ"ivalcnles fucra de los Estados Unidos. Consiste cn un C1ll';o dc fuatro alias, postcriora la escucla secundaria, pcro qne prccede a la \'enbdera universidad, quehabitualmente ofrecc 1111a e ducación n1¡\s concenlrada ell lo;; aspectos de cultura Rcnera! que en los aspectos I1l~S técniros o \'oC;¡ciOlla!cs, los cuales constiluyen el nucIco de la ensclianza lInivcrsila.ria. El lílulo rlue otorgan c.,

el de .bache/or, (,bachiller,).L'ls fratcrnidadcs son nr¡pni7acioncs o sociedades eS(lldialllil0, originall1lente~ecrelaj, lfpicas del colIcg~. F.xi.~len fra.tel'l1idades para varoucs y para lllujeres. E~tas sociedades reciben el nom hre de letras griegas. por cjelll plo. la.más antigua de la.s fraternidades es la Phi fldll KaPfJa, fllndada cn 17i6. En laactualidad, el elemento de .sociedad secreta. es pllramenle formal, siendomantcnido en una serie de rituales: lemas y seliales secretas, cercmonias rkiniciación. La mayorla han adquirido edificios donde suclen alojarse y comerlos miembl'Os de las mismas, y donde se realizan SIlS renniones. [N. riel T,l9,David ~rat7.;1, .Subterra.nean Traditions of YO\llh., The AlIllals al I/¡~l/mcricall Ar.ade7llY 01 !'olilical and Social SciCIICl!, 338 (no\·icmbrc. I!JG!) ,

I'~gs. 116-!l8.

1(,1

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cios, o exponemos" la. depravación de aquellos ,que ¡imponen 'las

rcglas"a'los' desviados. I ".' I ', .. ,,!";..... ;'1"1":"""';'''' ,'.

l'ero:arnbas posiciones deben ser evitadas. Esta'situación es muy

similar a la de las palabras obscenas: Algunas personas piensan

'que nunca debieran usarse. Otras'gustan de escribirlas en las parc

eles. En cualquiera de los dos casos,las palabra~ son consideradas

(¡)¡'IlO ;:lIgo especial, con un tipo especial de fluido. Pero es se'guramente mejor considerarlas simplemente como palabras, palabras

que cscai1dalizan a ciertas personas y hacen gozar a otras. Lo mislile, oC\lrre con la conducta desviada, No debiéramos considerarla

«()lllu also especial, ya sea como algo depravado o· como algo

Ill:'lgicarncllte mejor 'lue los otros tipos de conducta. Debiéramos

vI:I'la, simplemente, como un tipo de conducta desaprobado por

\lll(J'; y valorado por otros, y estudiar los procesos por los cu;¡les

cllalquiera de las dos· perspectivas,· o' ambas" se construyen y' se

IILllll.icnen. Tal vez la mejor defensa contra cualquiera eJe los

do:; extremos sea el íntimo contacto con ];-¡s personas a quienesestudiamos .

.,

162