Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

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OBRAS COMPLETAS DE ANDRES BELLO xxiv

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OBRAS COMPLETAS DE

ANDRES BELLO

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Primera Edición, 1957Ministerio de Educación,Caracas.

SegundaEdición Facsimilar, 1981FundaciónLa Casade Bello, Caracas

DepósitoLegal lf 81-2.708

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COSMOGRAFIAY OTROS ESCRITOSDE DIVULGACION CIENTIFICA

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COMISION EDITORA DE LAS OBRAS COMPLETAS DE

ANDRES BELLO

RAFAEL CALDERADIRECTOR

PEDRO GRASESSECRETARIO

AUGUSTO MIJARES (1897-1979)

ENRIQUE PLANCHART (1894-1953)

JULIO PLANCHART (1885-1948)

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FUNDACION LA CASA DE BELLO

CoNsEjo DIRECTIVO 1980/1983

OSCAR SAMBRANO URDANETADIRECTOR

RAFAEL CALDERA

PEDRO PABLO BARNOLA

PEDRO GRASES

JOSE RAMON MEDINA

LUIS B. PRIETO F.

j. L. SALCEDO BASTARDOVOCALES

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ANDRES BELLO

COSMOGRAFIAY OTROS ESCRITOS

DE DIVULGACION CIENTIFICA

PRÓLOGO Y NOTAS A LA

COSMOGRA FI APOR

F. J. DUARTE

DE LA

ACADEMIA DE CIENCIAS FÍSICAS, MATEMÁTICAS

y NATURALES DE VENEZUELA

LA CASA DE BELLOAÑO BICENTENARIO DE ANDRES BELLO

CARACAS, 1981

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RELACION DE LOS VOLUMENES DE ESTASEGUNDA EDICION

1. POESIASII. BORRADORES DE POESIA

111. FILOSOFIA DEL ENTENDIMIENTO Y OTROS ESCRITOSFILOSOFICOS

IV. GRAMATICA DE LA LENGUA CASTELLANA DESTINADAAL USO DE LOS AMERICANOS

V. ESTUDIOS GRAMATICALESVI. ESTUDIOS FILOLOGICOS 1. PRINCiPIOS DE LA ORTO-

LOGIA Y METRICA DE LA LENGUA CASTELLANA YOTROS ESCRITOS

VII. ESTUDIOS FILOLOGICOS II. POEMA DEL CID Y OTROSESCRITOS

VIII. GRAMATICA LATINA Y ESCRITOS COMPLEMENTARIOSIX. TEMAS DE CRITICA LITERARIAX. DERECHO INTERNACIONAL 1. PRINCIPIOS DE DERECHO

INTERNACIONAL Y ESCRITOS COMPLEMENTARIOSXI. DERECHO INTERNACIONAL II.

XII. DERECHO INTERNACIONAL III. DOCUMENTOS DE LACANCILLERIA CHILENA (Vol. XXI de la primera edición deCaracas)

XIII. DERECHO INTERNACIONAL IV. DOCUMENTOS DE LACANCILLERIA CHILENA (Vol. XXII de la primera edición deCaracas)

XIV. CODIGO CIViL DE LA REPUBLICA DE CHILE (Vol. Xli dela primera edición de Caracas)

XV. CODIGO CIVIL DE LA REPUBLICA DE CHILE (Vol. Xlii dela primera edición de Caracas)

XVI. CODIGOCIVIL DE LA REPUBLICA DE CHILE (Vol. Xiii dela primera edición de Caracas)

XVII. DERECHO ROMANO (Vol. XIV de la primera edición deCaracas)

XVIII. TEMAS JURIDICOS Y SOCIALES (Vol. XV de la primeraedición de Caracas)

XIX. TEXTOS Y MENSAJES DE GOBIERNO (Vol. XVI de la pri-mera edición de Caracas)

XX. LABOR EN EL SENADO DE CHILE (DISCURSOSY ESCRI-TOS) (Vol. XVJ1 de la primera ediciónde Caracas)

XXI. TEMAS EDUCACIONALES 1 (Vol. XVIII de la primera ediciónde Caracas)

XXII. TEMAS EDUCACIONALES II (Vol. XVIII de la primera ediciónde Caracas)

XXIII. TEMAS DE HISTORIA Y GEOGRAFIA (Vol, XIX de la pri-mera edición de Caracas)

XXIV. COSMOGRAFIA Y OTROS ESCRITOS DE DIVULGACIONCIENTIFICA (Vol. XX de la primera edición de Caracas)

XXV. EPISTOLARIO (Vol. XXIII de la primera edición de Caracas)XXVI. EPISTOLARIO (Vol. XXJV de la primera edición de Caracas)

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SIGLAS

O. C. Caracas.’ Obras Completasde Andrés Bello, Caracas, 1952.O. C..’ Obras Completasde don AndrésBello, 15 vois. Santiago.1881-1893.AMUNÁTEGUI, Vida Bello: Vida de don Andrés Bello, por M~gue1Luis

Amunátegui,Santiago. 1882.

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INTRODUCCIÓN

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A lo largode todala vida de Bello encontramosmuestrasde su dedicación a los temas científicos, desde los

mismos comienzosde su obra de escritoren Caracas,hastalos últimos años de su gloriosa producciónen Chile. Laamplitudde sus preocupacionesle llevó a laboraren un ex-tensocampode actividades,en las cienciasy en las letras,al servicio de una convicción que explica en el Discursoinaugural de la Universidadde Chile, del 17 de setiembrede 1843~piezamáximade supensamiento:uTodaslas ver-dades se tocan, desde las que formulan el rumbo de losmundosenel piélagodel espacio;desdelas que determinanlas agenciasmaravillosasde que dependenel movimientoy la vida en el universode la materia;desdelas queresumenla estructuradel animal,de la planta,de la masainorgánicaque pisamos;desdelas que revelanlos fenómenosíntimosdel alma en el teatromisteriosode la conciencia,hastalasqueexpresanlas accionesy reaccionesde las fuerzaspolíti-cas; hastalas que sientanlas basesinconmoviblesde la mo-ral; hastalas que determinanlas condicionesprecisasparael desenvolvimientode los gérmenesindustriales;hastalasque dirigeny fecundanlas artes”.

Paracomprenderla posicióndeBello nosparecenademásmuy elocuenteslas palabrasde Don Ignacio Domeycko,en su discursode incorporacióna la Facultadde Filosofíay Humanidades,de la Universidadde Chile, pronunciado

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Obras Completasde Andrés Bello

el día 8 de enero de 1866, al ocuparel puestode Bello, alos tres mesesde su fallecimiento. Entre otras cosasdice:

t~Atodas las bellas cualidadesque tenía nuestro sabioRector, uníauna muy rara,o cuandomenospoco comúna ios hombresque consagrantoda su vida a estudiosseriosy profundos:y es quesu inteligenciaestuvolibre de aquellaexclusiva predilecciónque suelenmanifestarlos hombresespecialespor el ramo a que consagransus estudios,predi-lección tan exagerada,que muchasvecesmenosprecianlasdemásobrasde la inteligencia y de la imaginacióno bienlas desconocen.El genio de don AndrésBello era más uni-versal, se esforzabaen abrazarel conjunto de las ideas yconocimientosque constituyenel verdaderoprogresodelespíritu humano,no se deteníaen una especialidadsin re-lacionarla con la tendenciageneralde la humanidad”.

***

En la trayectoria biográfica de Bello, es constanteelinterés por los temascientíficos. Basta recordarentre susescritosjuveniles las composicionesA la vacuna (1804) yVenezuelaconsolada (1804), fruto de su entusiasmoporel bien quea la humanidadhabíade producir la liquidaciónde una amenazaque tanto habíaperjudicadoa sus com-patriotas, como él mismo recuerdaen su Resumende laHistoria de Venezuela(1810). Es así mismo significativoqueenel prospectode la revistaEl Lucero (proyectadaen1809—1810) apareciesenconsignadas,entre otras, las si-guientessecciones:las Cienciasútiles, la Historia natural deVenezuela,la Física, la Medicina, y la Químicay Botánica.

Luego en Londres la divulgación científica ocuparábuenapartedel tiempoquecomo escritordedicaa sus her-manos de Hispanoaméricaen las columnasde El CensorAmericano (1820), La Biblioteca Americana (1823) y ElRepertorioAmericano (1826-1827). Y en Chile, aprove-charáEl Araucano, los Analesde la Universidado publi-

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introducción

caráen libro el resultadode sus inquietudesde lector y es-tudiosode los temasde la ciencia universal.

Un ejemplorotundo de la decisión de Bello en pro delos estudioscientíficos es el apoyo dadodesdesu alta po-sición de Rector de la Universidada la empresade la Ex-pedición Astronómica Norteamericanaa Chile1 presididapor JamesMelville Gilliss. La Comisión científica llegó aValparaísoel 25 de octubrede 1849 y en la sesióndel Con-sejo de la Universidadde 12 de enero de 1850, proponíaBello fuesen asociadosa la Misión astronómica algunosjóvenes chilenos, pues ‘~considerablesserían los beneficiosque de aquí resultaríanparala ciencia en general, por laespecialcircunstanciade ser tan raros hastaahora los ob-servatoriosastronómicosexistentesen el hemisferioaustral.”

De la eficiente colaboraciónde Bello ha quedadocons-tancia en las cartas cruzadascon Gilliss, conservadasenbuena parte en los Archivos Nacionalesde Washington,algunaspublicadasen los Analesde la Universidadde Chile.

* * *

En este tomo se recogela colecciónde sus escritosori-ginalesde divulgacióncientífica; quedanfuera de las ObrasCompletasun enormecaudalde traduccionesy extractos,de los quedamospormenorizadacuentaen esta Introduc-ción. Por el especialvalor quetuvieron en la vida de Bellosólo incluimosen la recopilaciónlas versionesde Humboldty de la ~Introducción” a los Elementosde Física del Dr.Nicolás Arnott, excepcionalmentereimpresaen Londresy en Santiago,y citada, además,en el Discurso inauguralde la Universidadde Chile.

En cuanto a la distribución del material incorporadoen este volumen, encabezala obra la Cosmografía,que es

1 Cf. WAYNE D. RAS~USSfN, “The United States Astronomical Expeditionto Chile, 1849-1852”, en His~anicAmerican Historical Review, XXXIV, 1, fe-bruary 1854, pp. 103 y ss.

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Obras Completasde AndrésBello

su trabajocientífico de másalcance.Siguen luego los Es-critos de Cosmografía,que de cierta manera completany redondeanel texto mayor. A continuación,hemosagru-padolos artículos sobreNaturalezaAmericana,ordenadoscronológicamente.La última partedel tomo la constitu-yen los Escritos varios, en donde aparecentrabajossobrediferentestemas,de química, física, medicina, geografía,etcétera.

LA COSMOGRAPÍA

El interésde Bello por los asuntoscosmográficosse ma-nifestó mucho antesde que escribiese el texto publicadoen 1848. Ademásde los artículosde Londres,encontramosen Chile antecedentesmuy claros de la Cosmografíaenescritosaparecidosen El Araucano.Así, en 1832 publicael artículo “Estrellas fijas”, que se trasformaráluego enel Capítulo XIII de la obra definitiva; en 1835 y 1836comentael pasodel cornetade Halley en variasnotas,queluego resumeen el capítulo XI de la Cosmografía; en1839, al comentarel Curso elementalde Geografía mo-derna, de don Tomás GodoyCruz, señalala necesidaddeun texto de Cosmografía,que a los pocosañosse encargaráde hacer realidad.Esta glosa a la obra de Godoy Cruz esla explicación más definida de ios propósitos que veníamadurandode largo tiempo atrás.

El texto de Bello no espropiamentede carácterescolar.Lo aclara en la Advertenciapuestaal libro: “Me atrevoaesperarque este trabajo será de alguna utilidad a las per-sonasde todaedady sexoque deseenformar una medianaideade las estupendasmaravillasde la creaciónen el de-partamentocientífico que más en grandelas presenta.Sino es ésteun cursode cosmografíabastanteelementalparala juventudde nuestroscolegios,me lisonjeo con todo, deque podrá servir a los profesoresque no hayanhechounestudioespecialde la astronomía;y creo tambiénque los

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Introducción

másde sus capítulosproporcionarána los alumnosla ven-taja de ver desenvueltascon alguna extensiónlas materiasque ordinariamentese enseñan”,

*,~*

Bello escribióprobablementela Cosmografíaen 1843,pues en variaspartesde su texto hay cifras y cantidadesastronómicasfechadasa 1 de enerode dicho año, que in-dican claramenteque para entoncesestaríaredactandoyalos capítulosdefinitivos de la obra. Talescifrasestánrecti-ficadasen notas,referidasa las mismas observacionesperodatadasa 1~de enerode 1848. Así, enel capítuloII, artícu-lo 6; capítuloIII, artículos2 y 5; capítuloIV, artículo 1;y capítulo Y, artículos2 y 3. Ello indica una correcciónposterioral texto elaboradoen 1843.

En 1845 insertaenEl Araucanolos capítulosVI, XI yXIII, con el aviso de queformanpartede la Cosmografía,redactadoscasi como van a apareceren la obra. Nos con-firma que la Cosmografíadebe haberseescrito en 1843 yesperadooportunidadpropicia para publicarse.

En 1847 recibe su forma definitiva, segúnlo revelanenel texto afirmacionesprecisas:por unaparte,la explica-ción de la Advertencia(“la noticia que doy de los últimosdescubrimientoshastael año47. . .“); y, además,la men-ción del cap. X, al final del art. 7: “Hastael mesde enerodelpresenteaño (1847) ...“. Por otrolado,en 1847sepublicólaobra deHumboldt, Cosmos,utilizadaporBello paraaña-dir algunasnotasal texto. La másexpresivaes la puestaalartículo 6 del capítulo III, en la quedice: “No podemosresistir al placerde extractardel Cosmosdel ilustre Hum—boldt, queha llegadorecientementea nuestrasmanos..

Del mismo modo, completacon citas de dichaobra las no-tas al artículo 7 del capítulo III, al artículo7 del capítuloVII, y al artículo7 del capítuloXI.

La Cosmografíade Bello se acabóde imprimir y se pu-

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Obras Completasde AndrésBello

blicó en abril de 1848, segúnlo afirma Miguel Luis Amuná-tegui Reyes (Introduccióna O. C. XIV, p. xiv), y lo de—muestrael hechode quedon BartoloméMitre publiqueenEl Comerciode Valparaísode 24 de mayo de 1848, su ex-celentecomentarioque reproducimosen nota2•

Las fuentesutilizadas las indica Bello en su obra. Pri-mero,en la Advertencia,al confesarseprincipalmentedeu-dordelos Outlinesof Astronomy,deJohnHerschel,y dear-tículosdel Foreign Quarterly Review;y, además,en diver-sos capítulosdel libro al citar trabajosde Arago, Biot, etc.A esasfuenteshubo de añadirsus propias observaciones.

~4c4c

2 “La prensa de Chile, que no sólo está al frente de la prensa hispano-ameri-

canaen el ramo de periodismo, sino también en publicacionessueltas de orden cien-tífico y literario, acabade dar a luz una obra que p~etodoa títulos merece sercalificada como sabia. Su título es el que encabezaeste artículo; y su autor, dis-frazado modestamentebajo simples iniciales, el señor don Andrés Bello. Las cienciasmorales deben a este sabio americano un excelente tratado de Derecho Inlernacional,que por su laconismo, erudición moderna y luminosa doctrina, entra ya a figurarentre las obras europeasde primer mérito en el ramo.

“Las ciencias naturales son deudoras hoy a su incansable actividad y fértiltalento de una publicación destinadaa popularizar el más precioso ramo de los queforman el dominio de la astronomía o estudio de los fenómenoscelestes.

“El señor Bello ha acertado, según votos más competentesque el nuestro, acomponerel mejor y más cabal libro que en este momento se conozca sobre laexposición del sistema del universo.A su lado, apareceincompleto el conocidotratadode cosmografía del célebre Arago, que parece no obstante, haber servido conside-rablemente a la confección de la obra chilena.

“No creemos que le excedanen ventajas de método y claridad los tratados deUranografía de Francoeur, y el Manual de Cosmografja de Rossenfeld, escritosambos en lengua francesa.

“El libro que el señor Bello parece haber tomado por base para la confeccióndel suyo, es el breve tratado de astronomía de sir John Herschel.

“Ha tenido a la vista el famoso Cosmos de Humboldt, llegado recientementeaChile, ‘y ha aprovechadode sus preciososmateriales.

“Aun ha excedido en novedadesa esta grande obra, porque ha podido consignaren su tratado cosmcgráfico los últimos descubrimientosde la ciencia, hechos hastael año pasadode 1847, sirviéndosepara ello del Foreign Quarterly Reviewde Londres.

“Siendo también el primer tratado que se haya escrito hasta ahora, en lenguasnuevas o antiguas, sobre cosmografíaen el hemisferio del sur, tiene la ventaja paralos países meridionales de América de las aplicaciones y ejemplos australes, de quecarecen los libros sobre la materia hechos al otro lado del equinoccio, es decir,todos los libros que no son hechos en la parte meridional de la América del Sur(porqueno toda la América del Sur es meridional); o mejor, todos los libros europeosy norteamericanos.

“El estilo del señorBello en esta obra, es el hermoso,claro y neto estilo didác-tico que a este sabio es tan familiar.

“La geografía matemática y descriptiva, y hasta la literatura propiamentedicha, deben un servicio utilísimo al señor Bello por su excelente tratado de Cos-mografía, con el que la prensa de Chile acabade conquistar un nueço título deilustración”.

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Introducción

La Cosmografíase editó en Santiago,1848, en un vo-lumen firmadosolamentecon las iniciales A. B., publicadoen la Imprentade la Opinión (15 ‘/2 cm. 2, 163 pp. y 1

hojalitografiada).

En Caracas,tuvo las siguientesediciones: 1. En 1853,

reimpresaen la imprentade Domingo Salazar (16 ‘/2 cm.144, 4 pp. y 1 planchalitografiada).

2. En 1865, segundaedición de Caracaspor el Licen-ciado Juan de Dios Morales, Imprenta de MelquiadesSo-riano (16 V2 cm. 8, 141 pp. y 1 lámina), y

3. En 1872, edición de Rojas Hermanos,libreros edi-tores (16 ‘/2 cm. 6, 141 pp. y 1 lámina litografiada). Nohemos visto esta última edición, pero seguimosel segurotestimonio de Manuel SegundoSánchez,quien conjeturaquefue impresapor J. A. Segrestáa,enPuertoCabello~.

La ediciónde 1853 llevabael siguienteprivilegio:

“REPÚBLICA DE VENEZUELA

“Dirección general de Instrucción Pública.“Caracas, 13 de Agosto de 18~3,año 24~de la Ley y

439 de la Independencia.“Sr. Licenciado Juande Dios Morales.“La Dirección General de Instrucción Pública, que ten-

go el honor de presidir, ha celebradoen sesión de 11 de loscorrientes,el acuerdosiguiente:

“Considerandola Dirección que la obra de Cosmograf’iadel Ilustre VenezolanoAndrés Bello, por la filosófica clasi-ficación de las materias,claridad, concisión y exactitud delas descripciones,es una rica adquisición para la juventudvenezolanay para todos los que deseentener conocimientosprecisosde los innumerablescuerpos que pueblan la bóvedadel firmamento, las grandesleyes que los rigen y producenla hermosaperspectivade los cielos en toda su magnificenciay esplendor;y que además,entreotros mil gratos recuerdosde su autor, es uno, no menos honoríficopara el país que levio nacer, resolvió: que la obra de Cosmografía del Sr.

~ Cf. M. 5. SÁNCHEZ, Bibliografía de obras diddcticas publicadas en Vene-zuela o ~or autores venezolanosen el extranjero, Caracas,1946, p. 14.

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Obras Completasde AndrésBello

Andrés Bello, se adopte como uno de los textospreferentespara la enseñanzaen las Universidadesy Colegiosde la Repú-blica, y que se participe así a quienes corresponda.

“Lo que participo a Ud. para su inteligencia y satisfac-ción.

“Soy de Ud. atento servidor. El Presidente

1. 1. Rojas”.

Dicha primeraedición de Caracas,1853,ofrece la par-ticularidadcuriosade conteneruna redaccióndiferentedelos artículos 6, 7, 8 y 9 del capítuloXIII, De las estrellas,como indicaremosenel lugarpertinentedel presentetomo.La segundaedición,de Caracas1865, restituyó el texto dela edición original de Santiago1848.

***

Parala presentepublicaciónhemos compulsadocuida-dosamenteel texto con el de la edición de 1848, y rectifi-cado algunoserroresde transcripciónque se habíandesli-zadoen O. C.

Hansido incorporadasal texto las pocasenmiendasma-nuscritasque Bello habíahechoen las páginasiniciales desu ejemplarde uso personalque se conservaen el MuseoBibliográficode la BibliotecaNacionalde Santiagode Chile.Empezóa corregir el original, pero desistió luego de pro-seguir la obra.

En la edición de 1848, las ilustracionesestánrecogidastodasenunahojafinal. En O. C. seintercalaronenel textolas figuras,colocadasenel lugaradecuado,segúnlas llamadaspuestaspor Bello. Hemos consideradomás cómodoel quelas figuras aparezcanen el cuerpodel escrito.

El Dr. F. J. Duarte,de la Academiade CienciasFísi-cas,Matemáticasy Naturales,de Venezuela,ha accedidoacolaboraren la presenteedición, con un Prólogo a la Cos-inografía,enel que analizael valor que en su tiempo tuvo

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Introducción

estaobra y la consideraciónque merecea la ciencia actual,Ha completadoel estudiode Bello con adecuadasnotasquehemos colocadoen el lugar correspondientedel texto, y,además,ha redactadodosnotaspreliminares,quesintetizanla historia de ios conocimientosastronómicos,antesy des-puésde la Cosmografía.

Con tan valiosa cooperaciónse enriqueceestevolumenquepresentaunafacetaimportanteen la obra de conjuntode Bello.

TRADUCCIONES Y EXTRACTOS

El propósito educadorque impulsó constantementelaobrade Bello, lo llevó a realizarla tareade traduciry extrac-tar unagran diversidadde artículosque iba publicandoenlos periódicos en que intervino. El gran número de tra-duccionesy extractosde artículos constituyenuna masade escritossignificativos por su mismaexistencia,pero quepoco añadenhoy a su obra inmanentede escritor. De ahíque la Comisión Editora haya decidido no incluirlos en laedición de las ObrasCompletas,salvocontadasexcepciones,ya sea por algunarazónde carácterliterario que los hagaen cierto modo obrade creaciónde Bello, ya seaporquesuintervenciónaporte algo más que la tareade simple tra-ductor, ya seapor la valía que la pieza traducidarevisteparael conocimientode las ideasde Bello ~.

Las versionesde varios textos de Humboldt merecenen verdad ser reproducidasíntegramenteen esta edición.Inician la obrade divulgaciónamericanistahechaenEuropapor Bello, pueslas empiezaa publicar en El CensorAme-ricano, en Londres 1820, y las prosigue asiduamenteenE! RepertorioAmericano,en 1826-1827.Formanun her—

4 La mayor parte de las traducciones y extractos fueron publicados en ElAraucano, y serán objeto de estudio especial en el volumen Bello en El Araucano,que la Comisión piensa incluir en la colección de Anexos a las Obras Completas.Del mismo modo se estudiaránlos artículos no traducidos, que, a nuestro juicio,se han adjudicado indebidamente a Bello.

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Obras Completasde Andrés Bello

moso conjunto de escritosen homenajede respetuosaad-miración al famosocientífico quehabíaconocidoy tratadoBelloen su mocedad,en Caracas,cuandorealizabanHum-boldt y Bonpland el Viaje por las regionesequinocciales.En la propia Cosmografía,muchos añosmás tarde, constaotro tributo de gratitud al extractaralgunasnoticias delCosmos,obra fundamentaldel “ilustre Humboldt”, comolo llama reiteradamenteBello. Entre el poetade las Silvas“Alocución a la poesía” y “A la agricultura de la ZonaTórrida” y el hombre de ciencia de la naturalezaameri-cana,hay unahondaafinidad, quepodemosapreciaren laatencióndedicadaa divulgar la obra de Humboldt y en elplacer con que Bello se dedicaa esta tarea.

No es fácil dictaminar con seguridadla adjudicaciónaBello de la obra de traduccióny extractode los artículosaparecidosen las publicacionesperiódicasde quefue redac-tor. Especialmenteen 1o que atañea El Araucano.Así loconfiesaMiguel Luis Amunátegui Reyes, quien por estarmás cercaen el tiempo y por conocerla tradición oral desu padrey su tío, pudo disponerde mejoreselementosdejuicio quenosotros,y, sin embargo,dice que “es difícil ha-cer unaselecciónirreprochable”y que en la atribución aBello “es posible, que, a pesardel cuidadopuestoparaevi-tarlo, se hayacaídoen algúndesliz a esterespecto”~.

La mayorpartede los artículostraducidosy extractadospor Bello son de divulgación científica, de modo que co-rrespondea esta Introducción la enumeraciónsucinta delas conclusionesbibliográficas a que respectoa ellosha lle-gadola Comisión. En dicha relación se comprendentresti-pos de escritos:

a) Traduccionesy extractosreproducidoso adjudicadosen la ediciónchilenade las Obras Completas,queno

~ Cf. Introducción a O. C. XV, p. xlii

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Introducción

incluimos en nuestracompilación, aunquesean re-dacciónde Bello, por las razonesantedichas;

b) Traduccionesy extractosreproducidoso adjudica-’dosen O. C. quedespuésde un detenidoestudio no

consideramosatribuibles a Bello; yc) Traduccionesy extractos,queestimamosredactados

por Bello, y no fueron incorporadosni adjudicadosen la edición chilena.

A continuacióninsertamoslas fichas de tales escritosen orden cronológico.

“Cordillera de Himalaya”, en Biblioteca Americana, 1, Londres 1823,

pp. 137-151. Firmado: A. B. Se insertó en O. C. XIV, pp. 187-199. (Es un extracto del Quarterly Review, nos. X, XXXIV yXLVII y del Quarterly Journal of Scienceaud the Arts, n°’.4, 11,y 22).

“Lista de algunosde los montes más elevadosde la tierra con susres-pectivasalturasen varascastellanas”,én: Biblioteca Americana, 1,Londres 1823, pp. 151-152. Firmado: A. B. Se insertó en O. C.XIV, pp. 200-201. (No indica fuente, pero es sin duda extractode obra ajena).

“Vacuna”, en: Biblioteca Americana, 1, Londres 1823, pp. 170-176.

Se insertóen O. C. XIV, pp. 223-228. (En nota inicial dice Bello:“Este artículo y el siguiente,tomadosdela Revistade Edimburgo,n’LXXIV, noviembrede 1822, son referentesa dos obrasque reciente-mentehanobtenido muchacelebridad”).

“Sobrela diferenciagenéricaentre las varicelasy viruelas”, en: Biblio-tecaAmericana, 1, Londres 1823, pp. 176-181. Se insertó en O. C.XIV, pp. 229-233. (En la nota anterior quedaexplicadala fuentede esteartículo, quelleva al pie las inicialesA. B.).

“Cultivo y beneficio del cáñamo”, en: &blioieca Americana, 1, pp.18 1-187.Firmado: A. B. Se insertóen O. C. XIV, pp. 23 5-240. (In-dica que ha sido tomado del NuevoDiccionario de Historia Na-tural. Sólo es dé Bello la nota con que encabezael extracto: “Co-mo esteproductorural ocupaactualmentela atenciónde los nue-vos gobiernosamericanos,el bosquejoque vamos a dar de su culti-vo y beneficiosen el mundo antiguo no carecerátal vez de utilidad,sea para perfeccionarloen los paísesde América donde existe detiempo atrás,como en Chile, sea para introducirlo en climas dondeno se conoceaún, y que parezcanadecuadosa estevegetal, comonopuedendejar de serlo algunosde Colombia, México, y Río de laPlata”).

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Obras Completasde Andrés Bello

“Planesde economíae instrucciónpara seminariosnumerosos”,en: Re-pertorio Americano, 1, Londres, octubrede 1826, pp. 41-54. Fir-mado: A. B. Sé insertó en O. C. XV, pp. 11-22. (En nota inicialconstaque son extractosde la Revista de Edimburgo, n9 82).

“Historia de la doctrina de los elementosde los cuerpos”, en: Reper-torio Americano, 1, Londres, octubre dé 1826, pp. 98-109. Fir-mado: A. B. Se insertó en O. C. XIV, pp. 263-273. (Consta ennota inicial que es extractodel artículo “Elements” por M. Mon-tegre en el Dictionnaire des SciencesMédicales, tomo XI, París,1815).

“Uso del barómetro”, en: RepertorioAmericano, 1, Londres, octubrede 1826, pp. 110-124.Firmado: A. B. Se insertó en O. C. XIV,pp. 275-288. (En nota inicial consta que és extracto del artículo“Météorologie” por M. M. Hallé y Thillaye, en el Dictionnaire desSciencesMédicales,tomo XXXIII, París, 1819).

“Cuadro estadísticodél comercio de la Francia en 1824, leído a laAcademiaReal del Instituto en sesióndel 3 de abril de 1826”, en:RepertorioAmericano, 1, Londres, octubre de 1826, pp. 212-230.Firmado: A. B. No se incluyó en O. C. (Indica no tan sólo lafuénte, Revista Enciclopédica,julio de 1826, sino que consta in-clusoel nombredel autor A. Moreaude Jonnés).

“Vida y organización”, en: RepertorioAmericano,IV, Londres,agostode 1827, pp. 160-175.Firmado: A. B. Se insertó en O. C. XIV,pp. 3 89-402. (Constaen nota inicial que es extractode la Revistade Westminster,tomo VII, enero de 1827).

“Situación progresivade las fuerzasde la Francia, por el Barón CarlosDupin”, en: RepertorioAmericano, IV, Londres, agosto de 1827,pp. 207-226. Firmado: A. B. No se incluyó en O. C. (Constaenel mismo título que es extracto. Es la introducción dé la obraFuerzas Productivas y Comercialesde la Francia).

“Editorial”, en: El Araucano,Santiago,n 3, de 2 de octubrede 183&.Se publicó un fragmentoen la Introducción a O. C. VIII, pp. 11-13, en la parterélativa a las cienciasnaturalesen Chile. (No cree-mos que sea atribuible a Bello, ni por el estilo, ni por el tema.Elartículo trata de política interior de Chile cuya redacción estabaencomendadaén estetiempo a Manuel José Gandarillas).

“El Etna”, en: El Araucano,Santiago,n°21, de 5 de febrero de 1831.(No ha sido atribuido a Bello, pero puedeser traducción suya deun artículo tomadode El Globo).

“Viaje científico, por don Claudio Gay”, en: El Araucano, Santiago,n°’.26, 35, 41, de 12 de marzo, 14 de mayo, 25 de junio de 1831;n9 77, de 3 de marzo de 1832; n°5 240, 242, 267, 268, de 10 y 24de abril, 16 y 23 de octubrede 1835; y 336 de 10 de febrero de1837. Son los informes de Gay a los miembros de la comisión cien-tífica: JoséAlejo Bezanilla,FranciscoHuidobro y Vicente Bustillos.Seatribuye la traduccióna Bello en O. C. XV, p. xiv,

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Introducción

“De la hidrofobia”, en: El Araucano,Santiago,n°31, de 16 de abrilde 1831. (Artículo tomado de la Revista Británica. No ha sidoatribuida a Bello la traducción,que creemosle es adjudicable).

“Sóbré el estudio de las ciencias naturales”,en: El Araucano,Santia-go, n9 44, de 16 de julio de 1831. (En O. C. VIII, pp. 169-174, seinsertó como artículo original de Bello, pero en el estudio de RaúlSilva Castroy Carlos StuardoOrtiz, “Escritos de don ClaudioGayatribuidos a Bello”, publicado en la Revista Chilena de Historia yGeografía,n9 105, Santiago,julio-diciembre de 1944, explican quees obra de Claudio Gay, pues se conservael manuscritoen francés,de letra de Gay en el tomo 56 del Archivo Moría Vicuña del Ar-chivo Nacional de Santiago,y que a lo sumo Bello no habrá sido“sino su traductor”).

“Sobrela utilidad dé un curso especialde química aplicado a la indus-tria y a la agricultura”, en: El Araucano,Santiago,nOS. 46 ~ 47,de 30 dejulio y 6 de agostode 1831. (En O. C. VIII, pp. 175-185,se publicó como artículo original de Bello. Esteartículo es de Gay,por las mismasrazonesexpuestasen la nota del artículo precedente).

“Cólera morbus”, en: El Araucano,Santiago,n 76, 25 de febrero de1832. Se reprodujoen la Introduccióna O. C. XIV, pp. xlvii-xlix.(Es una descripciónde los primeros síntomasdé la enfermedad,traducida del informe de la Comisión de Sanidadde Londres pu-blicado el 20 de octubre [1831]. Bello había anunciadolas pre-caucionestomadaspor el gobiernoinglés ante los éstragoscausadospor el cóleraen el norte de Europa, en una noticia consignadaenla secciónExterior de El Araucano, n 59, de 29 de octubre dé1831. Publica asimismo una brevenota sobreel cólera en México,en el n9 170 de El Araucano,de 13 de diciembréde 1833. Se re-produjo en O. C. XIV, pp. lii-liii. En el n9 81 de El Araucano, de31 de marzo de 1832, publica como editorial un artículo de supropia redacciónquereproducimosen él n°XXVII de estetomo).

“Cometas”,en: El Araucano,Santiago,n9 81, de 31 de marzo de 1832.(Al final del artículo constaque “son reflexionessacadasdel Ca-lendario y Guíadel Forastero de Lima para el año 1829,por el cos-mógrafo mayor don J. G. Paredes.

“Extracto de una carta del Doctor Coster al director de la RevistaBritánica sobre la naturalezade la cóleramorbus;y la posibilidad deprevenir su contagio”, en: El Araucano,Santiago,n9 86, de 5 demayo de 1832. (Se adjudica la traducción a Bello én la Introduc-ción a O. C. XIV, p. li. Anuncia en nota la publicación, en n°8sucesivosde El Araucano de un artículo publicado en la RevistaBritánica referido en la carta del doctor Coster.Lo anotamosen laficha siguiente).

“Caractéresy progresosde la ‘cólera morbus’, desdesu invasiónen 1817hasta 1831”, en: El Araucano, Santiago,n°5.90 y 101, de 2 dejunio y 17 de agosto de 1832. (La traducción está adjudicadaa

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Obras Completasde Andrés Bello

Bello en O. C. xiv, p. lii. Es el artículo referido en la ficha an-terior. La publicaciónquedó inconclusa).

“Serpiente marina”, en: El Araucano,Santiago,n9 92, de 16 de juliode 1832. (Es traducción del Portland-Courier, que no fue atri-buida a Bello en. O. C.).

“Dictamende la Sociedadde Medicina del Río Janeirosobre los mediosde impedir la introducción y estragosde la ‘cólera morbo’, en con-secuenciade una invitación de la augustaCámarade los Diputadospara ese fin, concluido en 28 de julio de 1832 y remitido en 2 deagosto de 1832”, en: El Araucano,Santiago,nOS. 115, 116, y 117,de 23 y 30 de noviembrey 7 de diciembre de 1832. Está referidaesta publicaciónen la introducción a O. C. XIV, p. lii, pero iuz-gamosque no es traduccióndeBello.

“Nueva revelación sobre la muerte del Capitán Cook”, en: El Arau-cano,Santiago,n°8.116 y 117, de 30 de noviembrey 7 de diciem-bre de 1832. (Se atribuye la traduccióna Bello en la Introduccióna O. C. XV, p. xii).

“Metales preciosos”,en: El Araucano,Santiago,n9 125, de 1~de febre-ro de 1833. (No fue atribuido en O. C. Es traducciónde la Edin-burgh Review).

“Sobre el guanoo coprolito moderno”, en: El Araucano,Santiago,n9129, de 1~de mayo de 1833. (No fue atribuido en O. C. Es tra-ducción de la EdinburghNewPhisycal Journal).

“París enfermo,por EugenioRoch”, en: El Araucano,Santiago,n 140,de 17 de mayo de 1833. (No fué adjudicadaen O. C. esta traduc-ción del artículo tomado del Jaurnal des Débats).

“Nueva enciclopedia”,en: El Araucano, Santiago,n 169, de 6 de di-ciembrede 1833. (No fue adjudicadaen O. C. esta traduccióndelprospectode la Enciclopediaportátil, en curso de edición en Fran-cia).

“Análisis de la expedicióndel CapitánRoss al N. E. dé América”, en:El Araucano,Santiago,n 196, de 13 de junio de 1834. (En O. C.XV, p. xii, se adjudica a Bello estatraducciónque fue tomadadelJournal de la Marine).

“Discurso de Mr. Renard,doctor de medicina en la Facultadde París,sobre la influencia de la medicina curativa de las enfermedades”,en: El Araucano,Santiago,n°5.196-200,de 13, 20 y 27 de junio,y 4 y 11 de julio de 1834. (No fue adjudicadaen O. C. estatra-ducción queposiblementesea obra de Bello).

“Zoo-magnetismo o magnetismoanimal”, en: El Araucano,Santiago,n9 197, de 20 de junio de 1834. Se publicó en O. C. XIV, pp. 413-

419. (Es extracto tomado de la Enciclopedia francesa moderna.Precedeal extractouna breve nota original de Bello: “La existenciade estenuevoorden de fenóménosfisiológicos absolutamenteinex-plicables por las leyes hasta ahora conocidasde la naturalezaani-

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Introducción

mada, se acredita en Europade día en día, no sólo por las expé-rienciasde profesoresdistinguidos,a quienesno se podría sin teme-ridad acusarde impostura,sino por la confesiónde un gran núme-ro de testigosinteligentes,aun de aquellos que habíanmanifestadomás repugnanciaa creerlos”).

“Viaje científico en Chile. Informes sobré las observacionesy coleccio-nes hechasen Chile por M. Gay”, en: El Araucano,Santiago,n°8.201, 203, 205 y 206, de 18 de julio, 1~,16 y 23 de agostode 1834.(Son actasde las sesionesde la AcademiaReal de Cienciasdel Ins-tituto de Francia, correspondientesal 25 de junio y 1 de julio de1833. Fueronrelatorespor la AcademiaA. Brongniart,A. de Jussieu,Savaryy Blainville. Se atribuye la traducciónde estos informés aBello en O. C. XV, p. xiv).

“Anales de la higiene”, en: El Araucano,Santiago,n°205, de 16 deagostode 1834. (No fue adjudicadaen O. C. la traduccióna Bello.Es de artículo tomado del Foreign Review).

“Comparacióndel productode las minas de oro de América con el delas del carbón de Inglaterra”, en: El Araucano,Santiago,n9 207,de 29 de agostode 1834. (Se publicó en la Introducción a O. C.XV, pp. xxxiii-xxxv, perojuzgamosque no es redacciónde Bello).

“Observacionéssobre el magnetismo terrestre hechasen Santiago deChile durantelos mesesde setiembrey octubrede 1834 por ClaudioGay”, en: El Araucano, Santiago, 14 de noviembrede 1834. (Nofue atribuida a Bello en O. C. la traducción de esteartículo).

“Geografía”, en: El Araucano,Santiago,n9 222, de 12 de diciembrede1834. (Sereprodujoen O. C. XV, pp. xvi-xxiv. Es artículo tomadodel RecueilIndustriel. Como en el editorial del mismo número,quehemosreproducidoen O. C. Caracas III, pp. 580-582,se refiere aestearticulo, no vacilaríamosen atribuir la traduccióna Bello).

“Consideracionessobre la estadística”,en: El Araucano, Santiago,n02.226 y 228, de 9 y 23 de enerode 1835. En O. C. VIII, pp. lvi-lviii. (El artículo es tomado del Foreign Review. Se atribuye latraducción a Bello y se reproducela nota final en que se habla dela utilidad de los estudiosestadísticosaplicadosa Chile. Juzgamosque no es adjudicablea Bello la réferida nota final así como laporción del editorial de El Araucano n9 244 que se reproduceenO. C. VIII, p. lviii).

“Breve noticia de los EstadosUnidos Mexicanos”, en: El Araucano,Santiago,n°~.258, 259, 261, 262 y 263, de 14 y 21 dé agosto,y4, 11 y 17 de setiembrede 1835. (Es traducciónde los Archivosde El Comercio, París, 1834. Se atribuye la traducción a Bello enO. C. XV, p. xii).

“Huesos fósiles de Talca”, en: El Araucano,Santiago,n9 266, de 9 deoctubrede 1835. (Fue reproducidoen O. C. VII, pp. lxxvi-lxxviii,como obrade Bello. No creemosle sea atribuible).

“Corneta de 1835”, én: El Araucano,Santiago,n9 267, de 16 de octu-

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Obras Completasde AndrésBello

bre de 1835. (Se reprodujoen O. C. XIV, pp. xxi-xxviii. Constaalpie del artículo quees extractode la Revistade Edimburgo).

“Observacionessobre la géografíade la extremidadsur de la América,la Tierra del Fuegoy el estrechode Magallanes;hechasen la visitade estas costaspor los buquesde 5. M. B. Adventure y Beagle, en1826 y 1830; por el CapitánPhilip ParkerKing, comandantede laexpedición.Leídasa la Real SociedadGeográficade Londres el 25dé abril y 31 de mayo de 1831”, en: El Araucano,Santiago,nos.270, 271 y 278, de 6 y 13 de noviembrey 31 de diciembrede 1835.(Se reprodujoen O. C. XV, pp. 135-150. Es traduccióndel Diariode la Real SociedadGeográfica, de Londres).

“Ensayo sobré la Geografía física de la provincia de Valdivia, porClaudio Gay”, en: E! Araucano, Santiago,n°5. 275, 280, 281 y283, de 11 de diciembrede 1835, 15 y 22 de enero, y 5 de febrerode 1836. (Seatribuye la traduccióna Bello en O. C. XV, p. xv).

“Apuntes sobré el Istmo de Panamá,por J. A. Lloyd”, en: El Arau-cano, Santiago,n°8.279, 281 y 282, de 8, 22 y 29 de enero, de1836. (De las tres inserciones,se publicaron dos en O. C. XV,pp. 15 1-171. Son extractosde los apuntescomunicadosa la RealSociedadGeográfica. Précedea la versión la siguiente nota: “Ennoviembrede 1827 Mr. Lloyd, que habíaservidopor algúntiempoen el estadomayor del General Bolívar, fue comisionadopor estejefe para éxplorar el Istmo de Panamá,y averiguarel mejor puntode comunicaciónentre los dos mares.El resultadode sus investiga-cionessobre el nivel del Atlántico y el Pacífico y la elevación dela tiérra intermedia, se ha publicado en las TransaccionesFilosófi-cas de 1830 y ha circulado en algunosdiarios. Pero las noticias quesiguen nos han parecidodignas tambiénde saberse”).

“Costumbresde los habitantesdel Istmo [de Panamá]”,en: El Arau-cano, Santiago,n°284, de 12 de febréro de 1836. (Es artículotomadodel Diario de la SociedadGeográficade Londres,relacionadosin duda con los extractosanotadosen la ficha anterior. Se atribu-ye la traduccióna Bello en O. C. XV, p. xii).

“Mutaciones obsérvadasen los animales domésticos trasportadosdelantiguo al nuevo Continente,por N. Roulin”, en: El Araucano,Santiago,n9 295, de 29 de abril de 1836. (Es tomado del Diariode los ConocimientosÚtiles, París. Se atribuye la traduccióna BelloenO. C. XV, p. xii).

“Estadística”, en: El Araucano,Santiago,n9 299, de 27 dé mayo de1836. (Es traducción del Foreign Quarterly Review, octubre de1835, no atribuidaaBello en O. C.).

“Estadística general y filosófica de la civilización europea,por Mr.JuanSchoen”,en: El Araucano,Santiago.n°0.301, 302, 304, 306-309, y 312, dé 10 y 17 de junio, 1~,15, 22 y 29 de julio, y 5 y 26de agostode 1836. (Seatribuyela traduccióna Bello en O. C. XV,p. xii. En nota inicial consta: “La análisis que damos en esta obra

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Introducción

es sacadadel Diario de los trabajos de la SociedadFrancesade Esta-dística Universal”).

“Noticia del grantérremotoacaecidoen Chile el 20 de febrerode 1835,por Alejandro Caldcleugh”, en: El Araucano,Santiago, n9 334,de 27 de enerode 1837. (Está tomado de las TransaccionesFilosó-ficas, parteprimera de 1835. Se reprodujoen O. C. XV, pp. 172-181. Dudamosqueséaversión de Bello).

“Antigüedadesmexicanas”,en: El Araucano,Santiago,n9 345, de 14de abril de 1837. (Es extractodel Foreign Quarterly lteview. Fuereproducidoel texto en O. C. XV, pp. 183-188).

“Noticia éstadísticade la República del Uruguay”, en: El Araucano,Santiago,n°8. 349-352, 363, 365, 366 y 368, de 12, 19 y 26 demayo, 2 de junio, 11 y 25 de agosto,y 1’? y 15 de setiembrede1837. (Trabajo tomado de los Archivos de Comercio,París, juliode 1836. Se atribuye la traduccióna Bello en O. C. XV, p. xii, perocreemosqueno le es adjudicable).

“Viaje científico. Memoriasobrelas minas de mercurioen la provinciade Coquimbo”, en: El Araucano,Santiago,n°5.370, 371, 372, de 29de setiémbre,y 6 y 13 de octubrede 1837. (Es trabajo de ClaudioGay, cuyatraducciónse atribuye a Bello en O. C. XV, p. xv).

“Relacióndel viaje de D. Basilio Villariño a las fuentesdel Rio Negro,en 1782”, en: E! Araucano,Santiago,si9 374, de 27 de octubréde1837. (Se reprodujoen O. C. XV, pp. 193-199. Consta,al pie deltítulo, queesextractodel Edinburgh Review,abril de 1837).

“Noticias históricasy descriptivassobre el gran país del Chacoy RíoBermejo, con observacionesrelativasa un plan de navegacióny có-Ionización que se propone,por JoséArenales, miembro correspon-salde la Real SociedadGeográficade Londres.BuenosAires, 1835”,en: El Araucano,Santiago,n°5. 375, 376, de 3 y 10 de noviembrede 1837. (Se atribuye la traducción a Bello en O. C. XV, p. xii.Es un comentarioa la obra, aparecidoén el Foreign Quarterly Re-view, enero de 1837).

“Sobre el perfil y configuración física de los Andes de Bolivia, conobservacionessobre la línea de nieve perpetuaentre los grados 15y 20 de latitud Sur, por J. P. Pentland”,en: El Araucano,Santia-go, noL 377, 378, 380 y 384, de 17 y 24 de noviembre, 8 de di-ciembrede 1837, y 5 de enero de 1838. (Está tomado del Diariode la SociedadGeográfica de Londres.Se atribuye la traducciónaBello en O. C. XV, p. xii).

“Viaje científico. Sobrelas causasde la disminución de los montes de laprovinciade Coquimbo”, en: El Araucano,Santiago,n9 399, de 20de abril de 1838. (Es traduccióndel informe de Claudio Gay alMinistro del Interior, atribuidaa Bello en O. C. XV, p. xv).

“Rio Beni”, en: El Araucano, Santiago,n9 408, de 22 de junio de1838. (Es traduccióndel Diario de la SociedadGeográficade Lon-dres.SeatribuyeaBello enO. C. XV, p. xii).

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Obras Completasde AndrésBello

“Sobre la erupción del Volcái-i de Cosigüina en Nicaragua, el 17 deenerode 1835, por el CoronelD. JuanGalindo, miembro correspon-sal de la SociedadGeográfica”, en: El Araucano, Santiago,n9 442,de 15 de febrero de 1839. (Está tomado del Diario de la SociedadGeográficade Londres,y se atribuye la traduccióna Bello en O. C.XV, pp. xii-xiii).

“Viajes por Chile, el Perúy el Río de las Amazonas,én los años 1827hasta 1832, por Eduardo Poeppig, profesor de la Universidad deLeipzig, 2 tomos en cuarto”, en: El Araucano,Santiago, si9 446, de15 de marzo de 1839. (Está tomado del Diario de la SociedadGeográfica de Londres.Se reprodujo en O. C. XV, pp. 201-206).

“Observacionessobre el terremoto de 20 de febrero, traducidasdel‘Bosquejo de los viajes de los buquesde guerrabritánicos «Adven-ture» y «Beagle»’en: El Araucano,Santiago,n9 447, de 22 de marzode 1839. (Está tomado del Diario de ¡a Real SociedadGeográficade Londres. Se reprodujoen O. C. XV, pp. 207-216).

“Centro América. Por el Coronel D. Juan Galindo, miembro corres-ponsal de la SociedadGeográficade Londres; leído el 9 de mayode 1836”, en: El Araucano,Santiago,nos. 463 y 470, de 12 de ju-lio y 30 de agostode 1839. (Tomadodel Diario de la SociedadGeo-gráfica de Londres,segúnconsta al pie del título. No fue adjudi-cada la traducción a Bello, pero entendemosque debemerecerlamisma consideraciónque el artículo del mismo autor publicado enel n°442 de El Araucano).

“Daguerreotipia. Demostraciónpública del procederdel dibujo fotogé-nico de M. Daguerre”, en: El Araucano, Santiago, n9 491, de 24de enero de 1840. (Traducido de Feuilleton. No ha sido atribuidoa Bello en O. C.).

“Narrativa de los viajes de los buquesde guerrade 5. M. B. «Adven-ture» y «Beagle»,por los capitanesKing y Fitzroy, dela Marina RealBritánicay por Carlos Darwin, escuderonaturalista de la «Beagle»,3 tomos 80. Londres 1839”, en: El Araucano, Santiago, n°’. 493-496, de 7, 14, 21 y 28 de febréro de 1840. (Es artículo traducidodel Edinburgh Keview.Se reprodujoen O. C. XV, pp. 217-245).

“Academia de las Ciencias de Francia”, en: El Araucano, Santiago,n9 512, de 19 de julio de 1840. (Artículo traducido del Journaldes Débats.No ha sido atribuida la traduccióna Bello en O. C.).

“Antigüedadesmexicanas”, en: El Araucano, Santiago, n9 513, de 26de junio de 1840. (Tomadodel Journal des Débats. Se atribuye latraducción a Bello en O. C. XV, p. xiii).

“Ruinasde Balbek, de Lamartine”, én: El Araucano,Santiago,si9 517,de 23 de julio de 1840. (Se atribuye la traduccióna Bello en O. C.XV, p. Xiii).

“Notas y reflexiones médicas por Enrique Holland, médico extraordi-nario de la Reina Victoria”, en: El Araucano, Santiago,si°8. 526,529, 533 y 536, de 25 de setiembre,~16de octubre, 13 de noviem-

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Introducción

bre y 4 de diciembrede 1840. (Tomadodel QuarterlyReview. Nose atribuye la traduccióna Bello en O. C.).

“Locomotor atmosférico”,en: El Araucano, Santiago,si9 541, de 8 de

enerode 1841. (Nota tomadadel Journal des Débais de 5 de julio.No ha sido atribuida la traducción~a Bello en O. C.).

“Descubrimiento del punto de apoyo en el aire”, en: El Araucano,Santiago,n°541, de 8 de enerode 1841. (Tomadodel Journal desDébats de 11 de julio. Es artículo de L. de Lomenie. No ha sidoatribuidala traduccióna Bello en O. C.).

“Texas”, en: El Araucano,Santiago,n°585, de 5 de noviembréde 1841.(Tomadode la Revistade Edimburgo. Se atribuye la traducciónaBello en O. C. XV, p. xiii).

“Trabajos geográficos ejecutadosen Venezuela”, en: El Araucano,Santiago,n9 590, de 10 de diciembre de 1841. (Artículo firmadopor Boussingault tomado del Diario de los Debates.Se atribuye latraduccióna Bello en O. C. XV, p. xiii, perodudamosque sea co-rrecta esa atribución).

“Sobrelasascensionesaéreas”,en: El Araucano,Santiago,si0 610, de 29de abril de 1842. Artículo traducido sin duda de alguna publica-ción de la Academiade las Ciencias,fechadoen París a 9 dé agosto[1841]. (No fue adjudicadoa Bello en O. C.).

“Antigüedadesmexicanas.Stephen’sTravels in Central America”, en:El Araucano,Santiago,nos. 657 y 659, de 24 de marzoy 7 de abrilde 1843. (Artículo tomado del Quarterly Review. Se atribuye enO. C. XV, p. xiii, la traducción a Bello, pero no creemosque lesea adjudicable).

“Agricultura”, en: El Araucano,Santiagosi0” 661, 662, de 21 y 28de abril de 1843. (Tomado del Quarterly Revie’zv. Se publicó unfragmentoen O. C. XIV, pp. lvi-lvii).

“Comunicacióndel Atlántico con el Pacífico”, en: El Araucano,San-tiago, si0 663, de 5 de mayo de 1843. (Artículo tornadodel Quar-terly Review, cuya traducción se atribuye a Bello en O. C. XV,p. xiii).

“Las islas Marquesas”, en: El Araucano,Santiago,n9 665, de 19 demayode 1843. (Artículo tomadodel Journal desDébats,atribuida aBello la traducciónen O. C. XV, p. xiii, perono creemospuedaad-judicársele).

“Fragmentode un viaje a Chile, y al Cuzco, patria de los antiguosIn-cas,por Claudio Gay”, en: El Araucano, Santiago,n°’. 674, 675,de 21 y 28 de julio de 1843. (Es un trabajo leído a la SociedaddéGeografíade Parísen su sesióngeneralde 30 de diciembrede 1842.Se atribuye la traduccióna Bello en O. C. XV, p. xv, pero no cree-mos le sea adjudicable).

“Química”, en: El Araucano,Santiago,n°~.684 y 685, de 29 de setiem-bre y 6 de octubrede 1843. (Traduceel artículo de M. Chevaliérsobre la “Estadísticade los cuerposorganizados”,de J. Dumas,pu-

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Obras Completasde AndrésBello

blicado en el Journal des Débats. No ha sido atribuida a Bello esatraducción que bien podría adjudicársele).

“Un mundo antiguo en el Nuevomundo”, en: El Araucano,Santiago,n9 695, de 15 de diciembrede 1843. (En O. C. XV, p. xiii, se atri-buye la traducción a Bello, pero lo más seguroes que se trate dela reproduccióndel texto traducidoy publicado en la Gacetade laNuevaGranada).

“Islas Hawaiasy Sandwich”, en: E! Araucano,Santiago,n~698, de 5de enerode 1844. (Se atribuyé la traduccióna Bello en O. C. XV,p, xiii, pero no creemosquela versión le sea adjudicable).

“La monografíadel té”, en: El Araucano,Santiago,n~708, de 15 demarzo de 1844. (Es la traducción dél comentario de EugeniodeLauneaua la obra de dicho título de J. G. Houssaye.Podríaatri-buírsele la versión a Bello).

“Istmo de Panamá”,en: El Araucano,Santiago,n9 711, de 5 de abrilde 1844. (Se atribuye la versión a Bello en O. C. XV, p. xiii, perono creemosle seaadjudicable).

“Incidentes de un viaje en Yucatán, por L. Stephens;excursionésporYucatán, o notasde un viaje en aquellaPenínsula,y de una visitaa las notablesruinasde Chichen,Kaba, Zayi y Uxmal por B. Nor-mand”, en: El Araucano,Santiago,n°5.722 y 724 de 21 de junioy 5 de julio de 1844. (Tomadadel EdinburghReview.Se atribuyela traduccióna Bello en O. C. XV, p. xiii, perono creemosle seaadjudicable).

“La religión comprobadauniversalmentepor medio de las ciencias yla erudición moderna;tratadogeneral de las pruebasde la religión,puestoal nivél de los conocimientoshumanos,22 edición corregida”,en: El Araucano, Santiago,n9 736, de 27 de setiembrede 1844.(Breve nota tomadadel Monitor Universal, cuya versión bien po-dríaatribuirsea Bello).

“Observacionessobre el Istmo de Panamá,leídas a la Real SociedadGeográficade Londres,en la nochedel 12 de febrero de 1844 porGuillermo Wheelwright”, en: El Araucano, Santiago,n°8. 752 y754, de 17 y 31 dé enerode 1845. (Seatribuye la traducción a Be-llo en O. C. XV, p. xiii, pero creemosqueno debeadjudicársele).

“Razasindias de la América Septentrional”,en: El Araucano,Santiago,n°8.756 y 758, de 14 y 28 dé febrerode 1845. (Tomadodel Edin-burgh Review. La traducción sé atribuye a Bello en O. C. XV, p.xiii, pero creemosque no ie es adjudicable).

“Astronomía”, en: El Araucano,Santiago,n°5 766, de 25 de abril de1845. (Fue publicadoen O. C. XIV, pp. 431 - 434. Es extractodelinforme dé Arago relativo al aumentode potencia de los instru-mentos de observaciónastronómica).

“Informe sobreel concursoal premio anualde la SociedadGeográficadeParis,presentadopor unacomisión especial,compuestade los séñoresGuigniaut,Jomard,Walckenaery RouxdesRochelle,enla JuntaGe-

XXXII

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1% 1$.

de la •oj,;rz;o;z.

Facsímil de la portadade la única edición hecha por Bello, en 1848, de la Cos1n0grafía o descriPción del tJniccrsO conforme a los últimos slessnbrimicntos.

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Introducción

neralde 2 de mayode 1845”, en: El Araucano,Santiago,~ 808, de13 de febrero de 1846. (El informe se refiere a ios trabajosde Gayen Chile. EnO. C. XV, pp. xiv-xv se atribuye la traduccióna Bello.Es dudosoquele sea adjudicable).

“Fragmento de GeografíaBotánica en Chile, por Claudio Gay”, en:El Araucano,Santiago,n9 809, de 20 de febrero de 1846. (Está to-madodel Boletín de la SociedadGeográficade París. JuntaGeneralde 2 de mayode 1845.Se atribuyela traduccióna Bello en O. C. XV,p. xv).

“La Italia, por Michael Chevalier”, en: El Araucano, Santiago,n9 810,de 27 de febrero de 1846. (Se atribuye la traducción a Bello enO. C. XV, p. xiii, pero nos parecedudosoque le sea adjudicable).

“Vacuna. Extracto del informe de la Comisión nombradapor la Aca-demiade Cienciasde París para el examende varias memoriasenconcurso a un premio de 10.000 francos”, en: El Araucano, San-tiago n°~897-901, de 15, 22 y 29 de octubre, y 5 y 12 de noviem-bre de 1847. (Se reprodujoen O. C. XJV,pp. 435-472.Desdeluegono es original de Bello y aun sospechamospor el carácterde lasnotas quepueda habersido transcritode otra publicación en caste-llano).

“Química animal, o aplicaciónde la química orgánicaa la elucidaciónde la fisiología y la patología,por JustoLiebig”, en: El Araucano,Santiago,n°’ 932 y 934, de 16 y 30 de junio de 1848. (Tomadodel Quarteriy Review. Se atribuye la traduccióna Bello en O. C.VI, p. xxxvii).

“Estadística. Sumario de la riqueza agrícola de la Francia, por Mr.Moreau de Jonnés; correspondencia”,en: El Araucano,Santiago,n9 977, de 4 de mayode 1849. (Tomadode Academiade las Cien-cias de París. Sesióndel 27 de marzo de 1848. Señalamosesta in-serciónen El Araucanoy el interésde la nota puestaa la afirmaciónde JoaquínAcosta, coronel neogranadinoy geógrafo, de que sutrabajo geográficoera el primero publicado “por un ciudadanodelas nuevasRepúblicasde la América española”.La nota dice: “~Hapodido olvidar el señor Acosta los trabajos geográficosdel inteli-gentey laborioso Codazzi en Venezuela!Codazzi no es natural deVenezuela,peroes ciudadano”.

“Informe sobreel cólera epidémico de 1848 y 1849. Presentadoa laReina de la GranBretañapor la Juntade Sanidad,y a las dos Cá-maras del Parlamentopor ordende S. M.”, en: El Araucano,San-tiago, n°’ 1193-1196, 1198,y 1200-i208, de 1~,4, 6, 8, 13, 18,20, 22, 25 y 27 de febreroy j9, 6, 8 y 11 de marzo de 1851. (Seatribuye la traducciónaBello en O. C. VI, p. xxxvii, y sereprodu-ce el texto en O. C. XIV, pp. 473-553).

“Cuarentenas,por Carlos Bernard”, en: El Araucano, Santiago, n°1242,de 12 de junio de 1851. (Tomadodel Siécle. Anotamossim-plementela publicación de esta traducción).

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Obras Completasde AndrésBello

“Geología rural, por Josuah Holbrook”, en: El Araucano, Santiago,~~OS 1249-1251,de 5, 8 y 10 de julio de 1851. (Anotamossimple-

menteesta traducción).“Señales de la muerte”, en: El Araucano, Santiago,n°8. 1249-1253,

1257, 1265, 1266, 1280 y 1282, de 5, 8, 10, 12, 15 y 24 de julio; 12y 14 deagosto,y 16 y 23 de setiembrede 1851. (Tomadodel Quar-terly Review. Se atribuye la traducción a Bello en O. C. VI, p.xxxvii, y en Amunátegui Ensayos Biogrdficos II, pp. 23 8-239.Afirma Amunáteguique ésta traducciónsiguió al fallecimiento dela hija de Bello, Ana, acaecidoel 9 de mayo de 1851).

LAS “VARIEDADES” DE EL REPERTORIOAMERICANO

Los cuatro númerosde la revista de Bello en Londres,El RepertorioAmericano (1826-1827),tuvieron unasec-ción permanente,la de ~cVariedades~~,en la que se recogíannoticias breves de carácterpredominantementecientífico,tomadasde gran diversidadde fuentes.Por dos veces, las‘tVariedades” fueron firmadas: A. B., aunqueconstasiem-pre la referenciade la publicaciónde dondeprovienenlasinformacionesque divulga. En ‘la edición chilena de lasObras de Bello se reprodujeronparcialmenteen algunadelas Introduccionesa los volúmenes.

Hemos preferido insertaríntegramenteal fin de estetomoel texto de dicha secciónporquevista ensu totalidadnosda ideade la amplitud de laslecturase interesesde Bello,enel momentoinicial de estatareade divulgaciónde temascientíficos,y, además,porquepor su misma concisiónlosresúmenestienenmás aire personalque las traduccionesyextractosmásextensos.

LAS ILUSTRACIONES DEL VOLUMEN

Las láminas con que ilustramos este tomo tienen uncarácterexcepcional.

Seguimosdandoen el frontispiciounapiezade la icono-grafíade Bello tal comose havenido haciendoen cadavo-lumen,y enel cuerpodel tomoaparecenlas reproducciones

XXXIV

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Introducción

facsimilaresdeportadasy páginasde la bibliografíabellista.Pero tenemosla fortuna de poder enriqueceresta edi-

ción conilustracionesde propiaplumade Bello, hastaahorainéditas.En cuadernillo,damoslos croquisy perfilesde aves,dibujadaspor Bello en Londres,sin duda con la intenciónde ilustrar alguno de los escritosde divulgación que pre-parabaparaLa BibliotecaAmericanao paraEl RepertorioAmericano.El casodel dibujo del ~‘Ñandú o Avestruz deAmérica”, láminaque reproducimosjunto con el artículocorrespondiente,es indicaciónclara del valor de estosdibu-jos: delcomentarioqueacompañaa estegrabadose despren-de queBello habíaestudiadovariasinterpretacionesde dichoanimal,de dondese colige queel artistaquelo grabódebióseguir las instruccionesdadasparaejecutarla ilustración.

Cobranentoncessentido las palabrasde Emilio Bello,hijo de don Andrés, en la carta dirigida a Diego BarrosArana,el 7 de noviembrede 1865,relativa a lavida de Belloen la capital inglesa: “Sobre los trabajos de mi padre enLondres,diré aUd., los que recuerdo,a másde los citadospor los Amunátegui... Comenzó también entoncessusinvestigacionessobreel Poemadel Cid y sobrela Gramáti-ca; dibujabaregularmente;y muchosde los grabadospu-blicadosen la “Biblioteca” y “RepertorioAmericano” fue..ron delineadospor él”.

Estanuevamodalidadviene a ratificar el afán de saberdel insignehumanista.

LA COMISIÓN EDITORA

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PRÓLOGOA LA COSMOGRAFÍA

POR F. 3. DUARTE

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La primera edicióndel tratadode Cosmografíade An-drés Bello vio la luz en Santiagode Chile en 1848, en unvolumenen 80 de 164 páginas,con el título: Cosmografíao descripcióndel Universo conformea los últimos descu-brimientos.

Está dividida en quincecapítulos,en oncede los cualesestudiala forma, dimensionesy movimientosde la tierra,el sol, la luna, los planetasy las estrellas.Uno de los capí-tulos restantesestá destinadoa la gravitaciónuniversal;otrosdos a los cometasy aerolitosy el final tratadel calen-dario con la exposiciónde métodosparael cálculo de laepacta,de la fechade Pascua,etc.

La obra revela la universalidadde los conocimientosdeBello y esnotablepara la épocaen que apareció.Es casisuperfluodecir que la Astronomíaha progresadoconside-rablemente,como todaslas ciencias,enel siglo transcurridodesdela publicaciónde la Cosmografíade Bello. En la pre-senteediciónse exponen,en notas, los principales de esosprogresos;algunasde ellas contienencorreccioneso soncomplementosa ios datosque encierra la obra. Las notaspreliminarespresentanun resumende la historia de la As-tronomíay delasmásimportantesconquistasde estacienciaen los últimos treinta aíios.

Si no puedecalificarse propiamentede original en elsentidousual,un libro destinadoa exponeruna cienciatan

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Obras Completasde AndrésBel!.

antiguacomola Astronomía,sí existenen él la que pudié-ramos decir originalidad de la forma. Bello no aspirabaainnovaren Cosmografía,massu exposicióntiene el sello desu estilo, de su redacciónclaray precisa.Sobretodoen unlibro de ciencia, la claridad y la precisión son cualidadesnecesariasy de inestimableprecio. “Como las palabrassonlas que conservanlas ideas y las trasmiten,resultaque no sepuedeperfeccionarel lenguajesin perfeccionarla ciencia,ni la ciencia sin el lenguajey, por ciertos que fuesenloshechos,por justasque fuesenlas ideasque ellosoriginen,notrasmitirían sino impresionesfalsas,si no tuviéramosexpre-

sionesexactaspara darlos a conocer”, decía el ilustre La-voisier, fundador de la Química moderna,en el discursopreliminarde su célebretratado.Y nadiemejor que Bello,pensadory gramáticoinsigne, poseíael arte de trasladaren frasesbien construidaspensamientosy hechos.

Los hombresmásnotablesde todoslos tiempos,fueranono profesionalesde la Astronomía,han sentido irresistibleatracciónpor el estudiode los astros.Con Hiparco, en elsegundosiglo antesde Cristo, comienzala Astronomíacien-tífica. Peroel espectáculoadmirabledel cielo estrelladohadebido llamar poderosamentela atencióndel hombredesdesu aparición sobre la tierra y darle idea de la regularidadde los movimientos de los astros.La sucesiónperiódica de lasestacionesy la necesidadde cultivar la tierra, hizo ver alhombrela utilidad de anotaren algunaforma —en colum—

nasde piedray de ladrillo dicen los antiguoshistoriadores—las observacionesconcernientesa los fenómenoscelestesy eltratarde conocersus causas.Ésteparecehabersido el origende la Astronomíaen todos los pueblos.Durantemuchossi-glos, hastafines del XVII, la Astronomíaestuvo, infortu-nadamente,ligada con la Astrología.Sin embargo,haceno-tar Henri Poincaré,esincreíblecómo la Astrología ha sidoútil a la humanidad.Si Tycho Brahe y Képler, que tantohicieronprogresarla Astronomía,pudieronvivir, fue por-que vendíana reyes supersticiosose ingenuos,predicciones

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Prólogo a la Cosmografía

fundadasen las conjuncionesde los astros.Si esospríncipes—añadePoincaré—no hubieransido tan cándidos,quizáscreeríamostodavía, como los hombresprimitivos, que laNaturalezaobedeceal caprichoy estaríamosaún sumidosen la ignorancia.Pues,fue enefecto la Astronomíacon susleyestan sencillasy tanprecisasla que “dio al hombreunespíritu capazde comprenderla Naturaleza”.Fue lo queexpresóen otros términos Fontenelle en el siglo XVIII:“Aunque la Astronomíano fuera,como lo es, absolutamen-te necesariaparala geografía,parala navegacióny aun parael culto divino, seríainfinitamentedigna de la curiosidaddetodoslos espíritusporel grandey soberbioespectáculoqueella les presenta.. . Fueron ios trabajosde los astrónomoslos quenosdieronojosy nosrevelaronla prodigiosamagnifi-cenciade estemundo,habitadocasiúnicamentepor ciegos”.Platóndecíaquelos ojos le fuerondadosal hombreparaad-mirar el cieloy Anaxágorasque sólo habíanacidoparacon-templar los astros.Es tambiénlo que dice Ovidio cuandoexpresaque, al levantar la frente del hombre“el Creadorle ordenómirar el cielo y contemplarlos astros”.

No espuesextrañoque a Bello comopoetay pensadorle interesarael estudiode la Astronomíay se dedicaraa ex-ponerla.Aún hoy su libro, con las correccionesy comple-mentos indicados,permite adquirir un conocimientobas-tante completode la Cosmografía.

Bello muestraconocimientosen Matemáticaselementa-les poco comunesen un literato. Si es poetay escritorno-table, fue también amantey cultivador de la ciencia.Louno no excluye, evidentemente,lo otro, emperopermitecomprobarque Bello fue un intelectualcompletoy no so-lamenteen la acepciónrestringidaque se da a estapalabraen ios paísesde la América llamadalatina, la cual le con-feriría ese título sólo porhabersido poeta.

Muchasveces,leyendolibros tenidos generalmentepornotables,se habrásentido la inquietud que señalaEçadeQueirozen su admirable“A Correspondenciade Fradique

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Obras Completasde AndrésBello

Mendes”cuandodescribea cierto profesory crítico Cor-nuski que exclamaba,desoladode encontrarmediocresal-gunasobrasde literaturay de arte quela opiniónunánime

desdesiglos tiene consagradascomomagistrales:“Mi cri-terio no puedesermásseguroque el de tan finas inteligen-ciasde todoslos tiempos. ¡Quiénsabe!Talvez existaen esasobrasla sublimidad y sólo mi espíritu sea impotenteparacomprenderlas”.Y Cornuski terminabaaceptandola opi-nión de los demás.

Con Bello nadiepodrásufrir nunca“las angustiascríti-cas del desdichadoCornuski” ni practicar su servilismointelectual.AndrésBello es, sin disputa,grandey su obra,ciertamenteadmirable.

Caracas,1955.F. J. DUARTE

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NOTAS PRELIMINARES

L ACERCA DE LA HISTORIA DE LA ASTRONOMÍA

La historia de la Astronomíasedivide generalmenteentres grandesperíodos:El primero o período antiguo, seextiendedesdela épocaen que el hombreapareciósobrelatierrahastamediadosdelsigloXVI. Abarcalasobservacionesmás o menosexactaso importanteshechaspor casi todoslos pueblos, como los chinos, los persas,los egipcios, losantiguospobladoresde México y el Perú,etc.; las hipótesisde Pitágoras,Platóny otros filósofos griegos acercade laconstitucióndelUniverso;las observacionesy descubrimien-tos de Hiparcoy la explicación de Ptolomeode los movi-mientos de los cuerpos celestesdel sistemaplanetario.

El segundoperíodoo períodomodernocomprendetressiglos: desdemediadosdel XVI hasta la mitad del XIX.Comienzacon la hipótesisde Copérnicoparaexplicar losmovimientos de ios planetas;las numerosase importantesobservacionesde TychoBrahe; las leyesde Képler del mo-vimiento de ios planetasalrededordel sol; los descubri-mientos de Galileo y de Huygensdespuésde la invencióndel telescopio;el descubrimientode la velocidadde la luzpor Roemer; la ley de la gravitaciónuniversaldebida algenio de Newton; la aplicación del Análisis matemáticoa los grandesproblemasastronómicosde las perturbacio-nes por Euler, Lagrangey Laplace,que permitió estable-cer las primerasteorías de los movimientos de los astrosdel sistema solar; el perfeccionamientode los telescopios

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Obras Completasde AndrésBello

que condujo a Herschela descubrirel planetaque recibióel nombrede Urano; el gran descubrimientoporel cálculomatemáticodel planetaNeptunopor Le Verrier, brillanteconfirmaciónde la ley de Newton.

El tercerperíodoo períodocontemporáneoabarcades-de 1850 hastala épocapresente.Se caracterizasobretodopor los grandestrabajosmatemáticosde Le Verrier,Adams,Cauchy,Jacobi,Hill, Newcomb,Tisserand,Henri Poinca-ré, etc.; el estudioespectralde las estrellasy nebulosas;elempleosistemáticode la fotografía; el extraordinariogra-do de perfecciónde los telescopiosy la construccióndegrandes observatoriosastronómicos;el establecimientodela teoríade la Relatividaddebidaal geniode Alberto Eins-tein y que tantasconexionestiene con la Astronomía,etc.

***

En China se efectuaronlas más antiguasobservacionesastronómicasconocidas,las cualesdatande másde veintesiglos antesde nuestraera.Pero,las primerasobservacionesútiles para la Astronomíason las de Cheu-Kong,once si-glos antesde la eracristiana.Ciertosdatoshistóricosno per-miten dudarde la autenticidadde esasobservaciones;mas,el incendiode los libros chinos ordenadoporel emperadorChi-Hoang-Ti en el segundosiglo antesde Cristo, hizodesaparecerlos métodospara el cálculo de los eclipsesymuchasobservacionesimportantes.

Despuésde los chinosdebencitarse los caldeospor suobservación,siete siglos antesde Cristo, de tres eclipsesdesol, empleadospor Ptolomeoen suteoría,de la luna. Cono-cíanel períodollamado Sarosde 18 añosy 11 días y quecomprende223 lunaciones,empleadoparala prediccióndelos eclipses.El único astrónomocaldeonombradoen la his-toria es Berose.

Los egipcios observaronmuchos eclipsesde luna y desol cuyacausaconocían.Por la precisiónde la orientación

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Notas preliminares

de las basesde las grandesPirámides,sesuponeque teníanConocimientosastronómicosavanzadosque les permitíantrazar con exactitudla meridiana.

Los griegos, especialmentePitágorasy Platón, teníanideasbastanteexactasacercadel sistemasolar. Pero,en rea-lidad fue despuésdela fundaciónde la Escuelade Alejandríaen 330 antesde Cristo cuandola Astronomíaseconstituyóen ciencia.Hay que citar los nombresilustres de Aristarcode Samos,Eratóstenesy sobretodoHiparco, el más grandeastrónomode la antigüedad.

Claudio Ptolomeovivió en Alejandríahaciael año 130de nuestraera. En su grande obra denominadapor losárabesAlmagesto,reunió los conocimientos astronómicosde su tiempo.La Escuelade Alejandríaduró todavíacincosiglos despuésde Ptolomeo,pero durantecerca de 600 añosno hubo observadoresde los fenómenoscelestes.

Entre los antiguos pueblos de América, los mexicanosposeíannociones astronómicas avanzadas.En la medidadel tiempo, el año secomponía de dieciochomesesde vein-te días o cuatro semanascada mes y añadíanal año cinco

días complementarios.También los antiguos peruanossededicarona la Astronomíay, como los mexicanos,constru-yeron columnasy pirámides para observarla sombra delSol en los solsticios y equinoccios.Como estos pueblos deAmérica conocíanladuracióndel añotrópicoconmásexac-titud que Hiparco, cree Laplace que esta determinaciónla recibierondel viejo continente,pero se ignora comple-tamentede qué pueblola aprendierony en qué época.

Los árabescultivaron la Astronomía a partir de me-diadosdel siglo VIII cuandoel califa Almanzor protegiólos estudiosde esta ciencia. Se distinguió sobretodo Alma-mún, hijo del famoso Harun-al-Raschid.Los astrónomosárabespublicaron tablas del sol y de la luna más exactasque las de Ptolomeo,las que fueron usadasdurantemuchotiempo en Orienteconel nombrede Tabla verificada.

Los persas,a mediadosdel siglo XI, modificaron el ca-

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Obras Completasde AndrésBello

lendarioa instanciasdel astrónomoOmar-al-Kayami,inter-calandoocho añosbisiestosen 33 años.En el siglo XV fi-guró Ulugh—Beg, quien compusoun catálogoestelary lasmejorestablasastronómicasque existieron antesde las deTycho Brahe.

Alfonso X, rey de Castilla en el siglo XIII, fue uno delos primeros soberanosque en Europa dieron aliento a laAstronomía renaciente.Hizo construirpor un grupo deastrónomostablas astronómicascuyo establecimientofuemuy costosoy no prestarontodos los serviciosque de ellasseesperó.Son las llamadasTablasAlfonsinas.

En esamisma época,FedericoII emperadorde Alema-nia hizo traducir el Almagesto,de la versiónárabeal latín.Figuraronen esepaís como astrónomosPurbachy Regio-montanoenel siglo XV.

Desdeque la Astronomíase constituyóen ciencia, losastrónomostrataron de construir tablasparadar las posi-cionesde los astros.Ptolomeosuponíaque la tierra ocupael centrodel Universoy quelos planetasgiranalrededordela tierradescribiendocírculosy con movimientouniforme.Parapoder acordarestashipótesiscon la realidad,tuvo querecurrir al sistemade círculosllamadosepiciclosy deferen-tes, imaginadopor el geómetragriego Apolonio. Basadoenestaconcepciónconstruyósus tablasquefuerondespuésco-rregidas y sirvieron hasta la épocade Copérnico (1473-

1543). Este gran astrónomo supone que la tierra y losdemásplanetasgiranalrededordel so1. Pero,como los an-tiguosastrónomos,no admitesinolos movimientoscircularesy para poder representarlos movimientosaparentesde loscuerposcelestesdelsistemaplanetario,tiene quevalerseaúnde los epiciclosy deferentes.

Tycho Brahe,quizásel másgrandede los observadoresde todos los tiempos,tratóde acordarlos sistemasde Ptolo-meo y de Copérnico,lo cual fue másbien, comodice Ma-thieu, una retrogradaciónde la ciencia.

Képler (1571—1630)a quienTychoBrahe (1546-1601)

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Notas preliminares

habíaconfiadolos resultadosde sus múltiples observacio-nes,dedujode ellos, inspiradopor sugenio y haciendousode las especulacionesabstractasde los geómetrasgriegossobrelas seccionescónicas,las tres leyes fundamentalesaque obedecentodos los planetasen sus movimientosalre-dedor del sol. Un siglo despuésde Copérnicoaparecióasíen las tablas astronómicasel movimiento elíptico en vezdel circular.

Después,el genio de Newton (1642-1727) descubrióla ley llamadade la gravitaciónuniversal.Las tablasastro-nómicasdebíansermodificadaspor la introducciónde lasinnumerablesdesigualdadesproducidaspor las atraccionesmutuasde los astrosdel sistemaplanetario.

En el siglo XVII apenasacababade nacerel AnálisisinfinitesimaldebidoalmismoNewtony a Leibniz.Poresto,fueron los sucesoresde Newton,sobretodo Euler,D’Alem-bert, Clairaut,Lagrangey Laplace,quienespudieronapli-car el potentemétodode cálculoal estudiode los grandesproblemasdel sistemadel mundo.Efectivamente,el objetode las investigacionesde los más ilustres matemáticosdelsiglo XVIII fue el estudiode las perturbacionesplanetarias.A fines del siglo fue cuandosellegó a descubrirla ley de lasgrandesperturbacionesdeJúpitery de SaturnoqueLamberthabía tratadode representarpor medio de fórmulas em-píricas,creyendoimposible someterlasal análisis. Fué La-place quien resolvió el problema, teniendoen cuenta laspotenciassuperioresde la excentricidady de la inclinaciónde las órbitas que Euler y Lagrangehabíandespreciado.Problemasanálogosperode complicaciónmayorsepresenta-roncuandosetratódeconstruirtablasde los satélitesde Jú-piter. Tambiéna Lagrangey a Laplacese debela soluciónde estos difíciles problemas.Después,otros científicos seocuparonde ellos y perfeccionaronlos métodos;por ejem-pio, en el estudiode las perturbacionesde los asteroidesesprecisocitar los nombrescélebresde Cauchy,de Hansen,de Glyden. En la teoríade la luna, los de Euler, Plana,

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Obras Completasde AndrésBello

Poisson,Delaunay,Adams,Hansen.Tambiénse debenre-cordar los métodosde Jacobiparala determinaciónde lasgrandesdesigualdadesde Júpiter y de Saturno;las hermo-sasinvestigacionesde H. Poincaréy las de Sundmannsobreel problemade los tres cuerposy los trabajosde Le Ve-rrier, continuadospor Newcomb,para confrontar la leyde Newtonconel conjunto de las observacionesde los pla-netas.El acuerdoes admirable,exceptoen pequeñasdifi-cultades que serán sin duda resueltasen el futuro, comoya ocurrió con la irregularidaddel movimientodel perihe-lio del planetaMercurio, explicadapor la teoría de la Re-latividad.

Fue Laplace, puededecirse, quien coronó la obra deNewton, los inmortalesPrincipios ‘matemáticosde la Fi-losofíanatural, con su monumentalMecánica celeste,lla-madael Almagestodel siglo XVIII, en la cual, dice Tisse-rand, cada capítulo ofrece todavía a ios astrónomostemas

variadosde fecundasmeditaciones.Tisserandfue el continuadorde Laplacecon su magní-

fico Tratado de Mecánicacelesteque vio la luz a fines delsiglo XIX.

II. GRANDES DESCUBRIMIENTOS DE LA ASTRONOMÍA MODERNA

En esta nota exponemosen resumen,extractadode larevista de la SociedadAstronómicade Francia,L’Astro-nomie, los principales progresosde la Astronomíaen losúltimos treinta años.

1923.— Evaluaciónde las estrellasde la Vía Láctea en 30 mii millo-nespor el norteamericanoSéares.

1924.— Estudio del estadointerior de las estrellas,descubrimientodéla relaciónmasa-luminosidady desarrollo de la teoría del équi-librio radiante de las estrellas por el inglés Eddington.

1924.— Resoluciónen estrellasy medida de la distanciade las nebulo-sas extragalácticasmás próximas (800 mil años de luz) ydémostraciónde la existenciade galaxias exteriores a la VíaLácteapor el americanoHubble.

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Notas preliminares

1924. — Descubrimientode un efectoespectroscópicoque demuestraenciertasestrellasdobles su rotación sobre sí mismas,por ios nor-teamericanosRossitcr y Mc Laughlin.

1924.—Medida directa de la temperaturade los planetas por mediodel par termoeléctricopor los norteamericanosCoblentz, Lam-plandy Menzel y también por Pettit y Nicholson.

1925.— Verificación de la teoría de la Relatividad por la medida dela traslaciónde las rayasespectralesdel compañerode Sirio, porel norteamericanoAdams.

1927. —Descubrimientode la rotación de la Galaxia por el holandésOort y el sueco Lindblad, quienescalculanla masa total de laVía Lácteaen 200 mii millones de vecesla delSol.

1927. —Se descubreque las rayasbrillantes del espectrode las nebulo-sasgaseosasque se atribuían a un cierto gas “Nebulium”, sonen realidadradiacionesde oxígenoy de ázoe,por el norteameri-canoBowen.

1927. — Teoría relativista del Universoen expansión,por el abatebelgaLemaitre.

1928. — Estudio de las rayasespectralesde las estrellassimples que poneen evidenciasu rotaciónsobre sí mismas,por el norteamericanoStruve y el ruso Shajn.

1929.— Descubrimientode una relación de proporcionalidad entre latraslaciónhacia el rojo de las rayasespectralesde las nebulosasextragalácticasy su distancia,por el norteamericanoHubble,lo cual da unabasea la teoría de la Expansióndel Universo.

1930.— Comprobaciónde la predicciónde Percival Lowell con el descu-brimiento del planetaPlutón,por el norteamericanoTombaughdel ObservatorioFlagstaff.

1930.— Invencióndel Coronógrafopor el francés Lyot que permiteob-servarla Corona solar en pleno día.

1930.— Descubrimientode la absorcióninterestelarpor el norteameri-canoTrumpler, queestablecela existenciade unamateriadifusamuy rarificada en todo el espaciointerestelar.

1931. — El abatebelgaLemaitreemite la hipótesisdel átomoprimitivo,como fundamentode una teoríanuevadel origen del Universo,que estáde acuerdocon la de su expansión.

1932. — Identificación de las bandasde absorcióndel gas carbónico enel espectromfra-rojodel planetaVenus,por los norteamericanosAdams y Dunham.

1932. — Atribuciónde las bandasde absorciónintensasde ios espectrosdelos grandesplanetasJúpiter, Saturno, Urano y Neptunoa losgasesmetanoy amoníaco,por el alemánWildt.

1932.— Recepciónen ondascortasde parásitosradio-eléctricosde origencósmico, por el norteamericanoJansky.

1934.— El número total de nebulosasextragalácticasquepuedenfoto-grafiarsecon el telescopiode 2,5 m del Observatoriodel Monte

XLIX

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Obras Completasde Andrés Bello

Wilson (California) es evaluadoen 60 inillonés por el norte-americanoHubble.

1935.— Comienzode los estudios sobre la absorciónintensa ejercidapor los átomos de hidrógenoen el espacioultra-violeta de lasestrellasde alta temperatura,por los francesesBarbier y Cha-longe.

1936. — El estudio de la expansióndel Universo es llevado hastala dis-tancia de 240 años-luz,por los norteamericanosHubble y Hu-mason.A esta distancialas nebulosasparecenanimadasde unavelocidadde 42 mil kilómetros por segundo.

1936.— Se reconocéde modo general la rapidez de la evolución cósmi-ca, lo que limita la edad del Universoa algunosmiles de mi-llones de años.

1936.— Principio del estudio sistemáticode las supernovasque apare-cen én las nebulosasextragalácticas,por el suizo Zwicky, enel Observatoriode Monte Palomar.

1938.— Descubrimientode un nuevo constituyentede las atmósferasestelares:el ion negativohidrógeno,al que se debesegúnWildt,en gran parte, la opacidad de la atmósferade las estrellas detipo solar en el espectrovisible e mfra-rojo.

1938.— Descubrimientode las tramutacionesatómicas,fuentesde ener-gíadel Sol y de las estrellas,por Betteen los EstadosUnidos deAmérica y von Weiszackeren Alemania.

1938. — Observación de la luminiscencia roja del hidrógeno interes-telar en vastasextensionésde la Vía Láctea, por los norteame-ricanosStruve y Elvey.

1939.— Principio del estudio sistemático de las ondas radioeléctricasprovenientesdel Sol y de la Vía Láctea, por ~1nortéamericanoReber.

1941.— Identificación de las rayas brillantes del espectro de la Co-rona solar a radiacionesde átomosde hierro, de níquel y de cal-cio, fuertementeionizados,por el suecoEdlen, quiendemostróasíla inexistenciadel “Coronium” y resolvióel último misteriode la espectroscopiaastronómica.

1942. — Descubrimientode compañerosplanetariosalrededorde algunasestrellas dobles, por Van de Kamp y Strand en ks EstadosUnidos de América, lo que pruebala existénciade Otros siste-mas planetarios.

1942. — Las masasde las dos mayores nebulosasespiralesmás próximas,son evaluadasrespectivamenteen dos mil millones y cien milmillonés de vecesla del Sol, por los norteamericanosBabcock,Wyse, Mayali y Aher, por medio del estudio de sus movimien-tos de rotación.

1943. — Identificación de las radiacionesde una molécula triatómica(CH2) en el espectrode los cometas,por el físico Herzbergen los EstadosUnidos de América.

L

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Notas preliminares

1943.— Resoluciónen estrellasde las regionescentralesde variasnébu-losas extragalácticaspróximas, por Baade del ObservatoriodeMonte Wilson, quien establecióasí la existenciade dos tiposdiferentesde grupos estelares.

1944.— Descubrimientode las bandasde absorcióndel gas metanoenel mayor de los satélites de Saturno (Titán), por el holan-dés Kuiper, quien revela así el primér satélite conocido ro-deadode atmósfera.

1946.— Aplicación del Radar al estudio de los enjambresmeteóricos,con motivo dé la gran lluvia de estrellas filantes del 10 deoctubre.

1946.— El inglés Holmes avalúa la edadde la Tierra en 3250 millonesde años, apoyándoseen el análisis isotópico con el espectró-grafo de masa de diversos mineralesque Contienenplomo.

1947.— Descubrimiento de “glóbulos galácticos”, pequeñasnebulosasoscurasmuy condensadas,quequizásseanestrellasgigantesenformación, segúnel holandésBok.

1947.— Descubrimientode un nuevoradiantéactivo de estrellas filan-tes observablesolamenteen pleno día con el Radar,por astró-nomos del ObservatorioFlagstaff.

1947.— Descubrimientode un campo magnéticogeneralalrededordela estrella 78 Vírginis, por el norteamericanoBabcock.

1947.— Descubrimientode trazasde gascarbónicoen la atmósferadelplanetaMarte, por el holandésKuiper.

1948.— Descubrimientode un 59 satélite de Urano, por el holandésKuiper en el ObservatorioMc Donald.

1948.— Comienza a utihizarse el telescopio gigante dé 5 metros dediámetro instaladoen Monte Palomar (California), con el cualse esperapoder conocerpor la fotografía galaxias a distanciade mil años-luzde la Tierra.

1949.— Déscubrimientode un segundosatélite de Neptunopor el ho-landésGerard P. Kuiper en el ObservatorioMc Donaid. Laórbita de estesatélitees circular, inclinada5°sobrela eclíptica.Su distanciaa Neptunoes de 8 millones de kilómetros. Su diá-métroes de 322 kilómetros.

1950.— Perfeccionamientoen la observaciónde la corona solar, fuerade los eclipses,por un nuevo procedimientodebido al astróno-mo francésB. Lyot.

1951.— Descubrimientopor 5. B. Nicholsondel XII satélite de Júpiter.Su movimiento es retrógradocomo el de los satélitesVIII, IXy XI y su magnitudesde 19.

1952.—Descubrimientodel más corto periodo conocido (4h 43 m)de unaestrella doble con eclipses:la UX UrsaeMajoris.

1952.— Nuevaprueba de la desviaciónde la luz (efecto Einstein) porla observacióndel eclipse total del 25 de febrero.

LI

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Obras Completasde Andrés Bello

1952.— Nuéva confirmaciónde la mutación relativistadel perihelio deMercurio.

1953.— El grantelescopiode 500 cm. de Monte Palomarha permitidoun conocimientomás perfecto dé las estrellasqueforman aglo-meracionesglobulares.

1953 - 1954. — Grandesprogresosen el conocimientode la estructuradel Universo mediante la radio-astronomía.

1954.— Teoría dél gran físico italiano E. Fermi para explicar el origende los rayoscósmicos.

LII

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1

COSMOGRAFÍA

O

DESCRIPCIÓNDEL UNIVERSO

CONFORME A LOS ÚLTIMOS DESCUBRIMIENTOS*

* Bello publicó en 1848, Santiago, Imprenta de la Opinión, este breve tratado

de carácterdidáctico, firmado solamentecon sus iniciales: A. B. Fue reproducidoen O. C. XIV, pp. 1-164. Damos en esta edición el texto de Bello, con algunas co-rrecciones manuscritaspuestas en el ejemplar de su uso personal, que se conservaen el Museo Bibliográfico de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chilc. Lasenmiendasde Bello sólo llegan hasta el párrafo del capítulo 1. Ignoramos las ra-zonespor las cualesinterrumpió la obra de corrección.

Anotamos en el lugar respectivo las publicaciones que en El Araucano, de 184~,había hecho Bello, de los capítulos VI, XI y XIII, y señalamos las enmiendasmásimportantes que tales capítulos sufrieron al editarse en el volumen.

Se le ha añadido al texto las notas preparadaspara esta edición, por el Dr.F. J. Duarte.

Al final del capítulo XII!, damoscomo Apéndiceel curioso texto de los artícu-los 6, 7, 8 y 9, nuevamenteredactadosen Caracas por ci editor venezolano alpublicarse la Cosmografía, en 1813, declarado texto oficial para la enseñanzaenUniversidadesy Colegiosde Venezuela.El Dr. Santiago Key-Ayala ha analizadoestepunto en el estudio ‘~Bello, cosmógrafo”, inserto en su libro Bajo el Signo delÁvila, Caracas,1949, pp. 131-136. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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ADVERTENCiA

En este libro me he propuestohacer una exposicióntan completa del sistema del universo, según el estadoactual de la ciencia astronómica,como lo permitía la li-mitada extensióna que me he reducido. Pero mi exposi-ción serásimplementedescriptiva.Referiré las formas, di-mensiones,movimientosy situación respectivade ios gran-des cuerposque pueblanel espacio; y daré noticia de lasgrandesleyes que dominan a todos ellos; y producen elhermoso espectáculode los cielos en su inmensa mag-nificencia, de que la vista no percibe más que una partepequeñísima,porquees la inteligenciahumana,armadadepoderososinstrumentosy del cálculola quenos ha reveladosu grandeza.En suma, referiré del modo más comprensivoy sencillo que me sea posible ios grandesresultadosde laciencia; pero los supondrédemostrados,y sólo haré méritode las pruebasmásobviasy que puedancon más facilidadcomprenderse.Me ha servido principalmentede guía lacuarta edición del célebre tratado astronómico de SirJohn Herschel (Outlines of Astronomy,Londres 1851)

y he tomadode otras fuenteslo relativo a los últimos des—cubrimientosde que tenemosnoticia ~

* Este último párrafo lo damos según la corrección manuscrita del autor

anotadaen su ejemplar de uso personal. En la edición de 1848, decía:“Me ha servido principalmente de guía el celebrado tratadito astronómico de

Sir John Herschei, y la noticia que doy de los últimos descubrimientoshasta el añode 1847, la he tomado del Foreign Quarlerly Review de Londres”.

Seguía luego el siguiente párrafo, que fue suprimido por Belio:

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Cosmografía

Me atrevoa esperarqueestetrabajoseráde algunauti-lidad a las personasde todaedady sexo que deseenformarunamedianaidea de las estupendasmaravillasde la creaciónen el departamentocientífico que más en grandelas pre-senta. Si no es éste un cursode cosmografíabastanteele-mental para la juventudde nuestroscolegios, me lisonjeo,con todo, de que podráservir a ios profesoresque nohayanhechoun estudioespecialde la astronomía;y creo tambiénque los másde sus capítulosproporcionarána ios alumnosla ventajade ver desenvueltasconalgunaextensiónlas ma-terias que ordinariamentese enseñan.

‘No debo pasar en silencio que el señor don Andrés Gorbea, decano de lafacultad de ciencias matem~tticasy físicas, ha tenido la bondad de revisar los pri-meros capítulos, en los cuales ha contribuido a la exactitud de algunos datos, segúnlas más recientes observaciones.~Ojalá que sus numerosasocupacionesle hubiesenpermitido continuar la revisión hasta el fin!” (CoMISIÓN EDITORA. CARACAS).

4

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COSMOGRAFÍA

La COSMOGRAFÍA es la descripcióndel universo.Ella daa conocerla naturaleza,magnitudes,figuras, distanciasymovimientosde los grandescuerposquepueblanel universovisible; es a saber,el sol, la luna, las estrellas,los planetas,los cometasy la tierra. Su objeto es el mismoque el de laastronomía;pero mientrasésta se apoya en observacionesy cálculos,la cosmografíase contentaconunasimpleexpo-sición, resumiendolos resultadosprincipales de la cienciaastronómica.La cosmografíadescribesólo; la astronomíademuestra.

Principiamospor la tierra,porquees de todoslosgrandescuerpos referidos, el más importante para nosotros, quevivimos en ella y contemplamosdesdesu superficie la her-mosadecoraciónde los cielos, y los movimientosde todoslosastros.

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CAPÍTULO 1

PRIMERAS NOCiONES DE LA TIERRA

1 , Idea general de la tierra. — 2. Efectos visibles de la redondez de la tierra:horizonte, vertical, zenit, nadir: depresión del horizonte. — 3. Grande aproxi-mación de la tierra a la forma esférica. — 4. Atmósfera. — 5. Refracción.

1

La tierraes un grancuerpo,separadode todos los otrosenel espacio,sin apoyoalgunosólido, de una figura que seacercamuchoa la esférica.

2

De la redondezde la tierra procedeque, cuandoen unanavenos alejamosde la costa dejamosde ver sucesivamentelas faldas, las cuestasy al fin las cumbresde una elevadacordillera; porqueentreestos objetos y nosotrosse va le-vantandopocoa pocola curvaturade la tierra cubiertaporlas aguasdel mar. Por la misma razón,para los que miranla navedesdeel puerto, desapareceprimero el casco,y des—pués gradualmentelas velas; como si se fuera hundiendopoco a pocoen el agua.Si la tierra fueseplana,pudiéramosalcanzara ver las regionesdistantesde que sólo nos separala mar, unavez queen éstano haymontesque embaracenla vista: desdelas playas de Chile, auxiliados de un telesco-pió, podríamosver las islas de la Oceanía,el Japóny laChina.

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Cosmografía

Muestrantambiénla redondezde la tierra los viajes quese hacenalrededorde ella, en los cuales, llevando una di-recciónconstante,puedevolver el viajero al parajede dondepartió despuésde haberatravesadoun espaciomáso menoslargo; como debe sucedernecesariamenteen la superficiede un cuerporedondo.

Cuandoembarcadosperdemosde vista el puerto y na-vegamosen una misma direcciónhastavolver al punto dedonde hemos partido, vemos siempre extendidaalrededorde nosotrosuna vastallanura circular que tocapor toda sucircunferenciala bóvedaceleste,exceptodonde lo impidenlas islas y continentes que en nuestro camino divisamos.Decimosentoncesqueel mar hacehorizonte,estoes, limitala vista: horizontese deriva de unapalabragriegaquesig-nifica limitar. Un vasto llano terrestre,comoel de las pam-pas de BuenosAires, hace también horizonte.

Consideradala tierra como esférica,el horizonte es unplanocircular, terminadopor el cielo, y tangentea la super-ficie terrestre en aquel punto dondese halla colocado elobservador.Con esteplano coincide a la vista la superficiede las aguas,y de las grandesllanurasque llamamoshorizon-tales: superficie realmenteconvexa, aunquea la distanciaa que alcanzala vista, no nos sea posiblepercibirlo. Cadapunto de la tierra tiene puessu horizonte. Pasamosde unoa otroinsensiblemente,y caminandohacia la circunferencianoshallamossiempreen el centro: fenómenoquesóiopuedetenerlugarenlasuperficiedeun grancuerporedondo.

La línea quedescribenlos cuerposcuandocaenabando-nadosa su peso,es vertical, esto es, perpendicularal hori-zonte; y si la prolongamosimaginariamente,pasarápor elcentro de la tierra, consideradacomo unaesferaperfecta,y susextremidadestocaránel cieloendospuntosopuestos:elsuperiorse llama zenit,y el inferior nadir. Comocadalugarde la superficie terrestretiene su horizonte, tiene tambiénsu vertical, su zenit y nadir peculiares;cadavertical pasa

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Cap. 1. Primeras nocionesde la tierra

pordospuntosopuestosdela supei~ficieterrestre;y el centrode la tierra es elpunto enquetodaslas verticalesse cruzan.

Si el ojo espectadorfueseun punto matemáticosituadoen la llanura horizontal que pareceextendersehastala es-feraceleste,el horizontedividiría la esferaen dos porciones,la unavisible, la otra interceptadapor la tierra. Pero comoesasuposiciónno es exacta,puesel ojo espectadorestásiem-pre más o menoselevado sobre la superficiehorizontal, elcírculo quele limita la vistadel cielo no coincidecon elver-daderohorizonteo planotangentequedejamosdescrito.Porun efectode la redondezde la tierra,haysiempredebajodelhorizontereal una bandao zonacelestevisible, cuyo límiteinferior se llama horizontesensible.El anchode esa zona sellama depresióndel horizonte;crece más y más a medidaque se eleva el observador;y auna pequeñaselevacionesesuna cantidadapreciable,que puedemedirsecon instrumen-tos acomodados.

El horizontesensibleabrazarátambiénunaporcióntantomayor de la superficie terrestre,cuantomás nos elevemossobreella; y sin embargo,el espacioqueabracenos parecerámenor y menor, porque se medirá por un ángulo cuyoápice estáen el ojo espectador,y cuyoslados,comolas pier-nas de un compás,van acercándosemás y más el uno alotro, a medida que nos elevamos.Esto se debe también ala esfericidadde la tierra; y podemospercibirlo, con buenosinstrumentos,aun a pequeñasalturas.

3

La figura de la tierra se acercamucho a la de una es-fera perfecta.Los montesque nos parecendar una formatanirregular a su superficie,son, respectode su magnitud,como las pequeñasasperezasde la cortezade una naranja,comparadascon el tamaño de estafruta. No hay en estola menor exageración.La alturadel Dhawalagiri,que perte—

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Cosmografía

necea la cordillera de Himalaya,y es el montemáselevadoquese conoce,no esigual a —o— deldiámetrode la tierra ~.

Si representamospuesla tierra por un globo de 16 pulgadasde diámetro,el montemás alto seríarepresentadoen él porunaprotuberanciade un centésimode pulgada,y no haríamás bulto que un menudograno de arena,La mina másprofunda seríacomo una picada de alfiler, imperceptiblea la simple vista2~Y siendoprobableque la mayorprofun-didad del mar no excedaa la mayor elevaciónde los conti-nentes,el océano,reducidoa la mismaescalaseríacomo ladelgadacapade líquido que un pincel mojado dejasesobrela superficiede ese globo.

Lo quehaceque la figura de la tierra no sea perfecta—menteesférica,no es tanto la irregularidadde sus montesy valles,como el estar,segúndespuésveremos,algo compri-mida o achatadaen dos puntosopuestosllamadospolos. Nosonpuesigualesentresí todoslos diámetrosde la tierra,co-mo debieranserlo en unaesferaperfecta.Pero esteachata-miento se computa en poco más de —~jj-- del diámetromáximo, y en el globo de que hemos habladoseríacomo5 a 6 centésimosde pulgada.

4

Cuandosubimosa grandesalturas,experimentamossen-sacionesdesagradables,porqueno respiramossuficientecan-tidad de aire a causade la menor densidadde este fluido a

1 Algunos hacensubir la altura del Dhawalagiri hasta8556 metros, que es algo

más de un mil y seiscientosayo del diámetro terrestre; pero no se puedemirar contanta confianza estamedida, como la del Jawagir en la misma cordillera (7848 me-tros), que es la cumbre más alta que ha podido medirse con exactitud. En Boliviael Sorata sube a 7696 metros, y el Illimani a 7315, descollando ambos sobre elChimborazo (6530), y todos ellos sobre el Monte Blanco de Europa (4808).(HUMBOLDT, Cosmos). (NOTA DE BEii~o).

2 Según Humboldt en su obra citada, las excavacionesnaturales y artificialeshan llegado apenasa 650 metros de profundidad bajo el nivel del mar. La máshonda conocida es acaso la de un pozo artesianocerca de Minden en Prusia, que en1844 era de 607 metros. Caminando de Jerusalén hacia el Mar Muerto anda elviajero a cielo descubiertosobre capas de roca que tienen 422 metros de profundidadbajo el nivel del Mediterráneo. (NOTA DE BELLO).

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Cap. 1. Primeras nocionesde la tierra

medida que nos elevamosen él. Si la densidaddel airç semantuviesesiempreunamisma, a diferenciasiguales de al-tura corresponderíandiferencias iguales en el peso de laatmósferasuperincumbente.Subiendoa unaaltura de 1000pies ingleses1~ dejamosdebajode nosotrosun treintavo detoda la masaatmosférica,segúnnos lo indica el barómetro.Subiendopuesa 2000 pies,deberíamosdejardos treintavos;a 3000 pies, tres treintavos;y asísucesivamente.Perono esestolo quesucede.El airees,comotodoslosgases,extremada-mentecompresible;y las capasinferiores, teniendoque so—portartodoelpesodelassuperiores,estánsucesivamentemáscomprimidas: de quese sigue que la densidadde unaco-lumna atmosféricadebeir disminuyendoprogresivamentedesdela superficiedela tierrahastalas regionesmáselevadasde la atmósfera.En efecto, a 10.600pies inglesesdeeleva-ción (algomenosque de la cumbredel Etna) tenemosdeba-jo de nosotrosun tercio de la masaatmosférica,y a 18.000pies (próximamentela altura del Cotopaxi) tenemosde-bajo la mitad; en lugarde 353 milésimosque corresponde-rían ala primeraaltura,y 600 milésimosa la segunda.Porcálculos fundadosen observacionesy experimentosse de-muestraque, subiendomástodavía,el pesode la atmósferasuperincumbenteseríacadavez másy más de lo que co-rrespondiesea la altura perpendicular.El aire, pues,se vaenrareciendosegúnnos elevamossobre la superficie de latierra, y suenrarecimientoes cadavez másrápido. Por losmismoscálculos,se demuestraque a la altura de un centé-simodel diámetroterrestre,la tenuidaddel aireestangrandeque ni la combustiónni la vida animal podríansubsistirenél; y nuestrosmásdelicadosmediosde apreciarunacantidadde estefluido, no nos daríanindicio algunode supresencia.Porlo tanto, los espaciosque se elevan a mayor altura quela de 125.000metros,puedenmirarsecomovacíosde aire,y consiguientementede nubes;pueséstasson merosagre-

1 El pie inglés tiene 0,305 metros (Maltebrun). La vara castellanaes al metrocomo 836 a 1000. (NoTA DE BELLO).

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Cosmografía

gadosde vaporesque flotan en el fluido atmosféricoy loenturbian. Parece por muchas indicacionesque la mayorelevaciónde las nubesvisiblesno pasanuncade 16 a 17.000

metros: el peso del aire es allí como una octavapartedelque tiene al nivel del mar

La atmósferaes,por lo dicho,comoun océanoaéreocuyadensidaddisminuye rápidamentea medida que nos eleva-mosen él, hastaun límite en queya no nosseríaposibleper-cibir su existencia.Este océano,en comparacióndel globoterráqueo,es comola pelusade un duraznomediano,com-paradacon el volumen de estafruta.

El aire, a pesarde su aparentediafanidad,interceptalaluz y la refleja, como los otros cuerpos.Perosiendopeque-ñísimasy estandomuy separadasunasde otraslas partícu-las de que se compone,no podemospercibirlo por la vista,sino cuando se extiendeen grandesmasasque ocupanunvastoespacio.Entoncesla multitud de rayosluminososquelas partículasaéreasreflejan, produceen nuestrosojos unaimpresiónsensible,y vemossu color, que es azul. De aquíel tinte azuladode los objetosentrelos cualesy nosotrosseinterponeunagranmasade aire. Este tinte cobra los mon-tes lejanos; y es tanto más vivo, cuantoa mayor distanciase hallan. Así, parapintar los objetoslejanos,es precisoapa-garlos, esto es, debilitar más o menossus matices propios,tiñéndolosde azul. Es tambiénel color propiodel aire el queatribuimos a la bóvedaesféricaque el vulgo llama cielo, yen queparecenestarclavadoslos astros;peroqueen realidadesunamerailusión de la vista. Elevándonosen la atmósfera,pierdeestecolor su brillo; en la cumbrede un alto monte,o en un globo aerostáticomuy elevado,el cielo parececasinegro.

1 Sir John Herschel fija este límite en lO millas. La milla inglesa tiene 5280

pies ingleses que equivalen a 1610 metros. (NOTA DE BELLO).

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Cdp. 1. Primeras nocionesde la tierra

5

La milla inglesa tiene 5.280 pies ingleses

1.000:305:280:x 6

305 1

26.400 3 .3

15840

1.610.400

1.760 yard

3

5.280 feet

Es unaley dela naturalezaquelos rayosde luz varíandedirección, siempreque pasanoblicuamentede un medio aotro de diferentedensidad,comodel aire al agua,o delvidrioal aire; fenómenoquese llama refracción, y quepodemosobservaren multitud de experimentos:así es quenosparecequebradoun bastónpor unade susextremidadesque se su-mergeoblicuamenteenel agua,y quelos objetosmiradosaltravésde un prismade cristal parecenmudar de situación.

Apliquemosestoa los rayos de luz que nos envía, porejemplo, unaestrella: muévenseen línea rectahastallegaral más alto límite de la atmósfera,y al penetraren ella sedoblanhacia abajo; inflexión inapreciableal principio porla tenuidadextremade las másaltascapasatmosféricasperogradualmentemayor, segúncrecela densidaddel aire. Va-riando, pues,continuamentede direcciónsegúnpasanporlas diversascapasA” A” A’ A (fig. 1).

13

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Cosmografía

E

,,,que suponemosrorman una serie continua, en que SR1V’ R’ O, cóncava hacia la superficie de la tierra. Losrayosde luz SR” R” R’ O, quedespuésde sufrir estarefrac-ción llegan al observadoren O, son los únicospor los cualesle esvisible laestrella;y comoes unaley de lanaturalezaqueveamos los objetos en la dirección en que nos hieren losrayosque nos vienen de ellos, se sigue queel observadorvela estrellaen la última direcciónde los rayosquese la hacenvisible. Esta última direcciónes la de una línea rectaOS’,tangentea dicha curvaen O, y terminada,no en el lugarverdaderode la estrella,como sucederíasi los rayosno hu-biesensufrido inflexión alguna,sino en un punto de la es-fera celeste,situado más arriba que la estrella. Por consi-guiente,vemosla estrella,no en su lugarverdadero,sino enotro más cercanoal zenit.

Si nos figuramosun planoverticalOSC,quepasapor unobjeto celeste,por el ojo observadory por el centrode latierra, este objeto en virtud de la refracción se acercaráalzenit: pero sin salir de aquelplano; a lo menosen circuns-tanciasordinarias.La refracción no alterapues la posiciónde los objetos,sino relativamenteasu altura angularsobreel horizonte. En el zenit, es nula; crececon la distanciaan-gular de los objetosal zenit; y el incrementoes másrápidocuantomásseavecinanal horizonte,dondellega a sumáxi-mo, que es una cantidadalgo más grandeque el diámetro

[fig. 1]

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Cap. 1. Primerasnocionesde la tierra

aparentedel sol o la luna. Así, cuandovemos que uno deestos astrostocaporsu bordeinferior al horizonte, todosudisco está en realidaddebajo,y la convexidadde la tierrano nosdejaríaverlo a no ser por la refracción.

De lo dicho se sigue quecuandovemosun objeto celesteque no estáen el zenit, es necesariodeducir de su alturaaparenteel efecto de la refracción,para saberdónde estárealmente.Háceseesadeducciónpor medio de tablasquelosastrónomoshan construidoal intento.

Otro efectode la refracciónes desfigurarlas formasyproporcionesde ios objetosque se ven a pocadistanciadelhorizonte.El sol, por ejemplo, que a unaaltura considera-blepareceredondo,cercadel horizonteparecede unafiguraovalada,en queel diámetrovertical es menor que el hori-zontal, y el borde superiormenoschatoque el inferior. Elsol y la luna nosparecentambiénde mayor volumen,y senos figura que las constelacionesse extiendensobre másancho espacio,cuandoestán muy cerca del horizonte1;

pero no se debe a la refraccióneste efecto, sino a nuestraimaginación sola. La parte del hemisferio celeste visible,que estácercanaal horizonte,se nos figura, por la interpo-sición de los objetos terrestres,más distante que la partecercanaal zenit; y supuestoqueen la estimaque hacemosde la magnitudde un objetoentracomoelementosu distan-cia, el sol, la lunay las constelacionesdebenparecernosma-yoresen la cercaníadel horizonte, que cuandolos vemosaisladosen la inmensidadde los cielos.

A este juicio erróneoque formamossobre la magnitudde los objetoscelestescolocadoscercadel horizonte, acom-pañaotro efecto,y es el de amortiguarsesu brillo, porquelos rayos luminosos que nos envían tienen que atravesarentoncesunaregión atmosféricamuchomásdensay vapo-rosa.

1 Esta aprensión nuestra es particularmente digna de notarse respecto de la

luna, cuyo dsámetroaparente, medido con exactitud, es mayor en el zenit que enel horizonte, por estar allí a menos distancia de nosotros. (NOTA DE BELLO).

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Cosmografja

Siempreque un rayo de luz pasaoblicuamentede unacapaatmosféricaa otrasde diferentedensidad,su cursonoes rectilíneosino curvo; de que se siguequetodoobjetoquese veapor mediode ese rayo,aparecerádesviadode su ver-daderolugar, seaque,comotodoslos objetoscelestes,estési-tuado fuera de la atmósfera,o que se halle sumergidoenella, como la cima de un monte mirada desdeun valle, ocomola cúspidede unatorre, miradadesdeunacumbrequela domina.

Toda diferenciade nivel, acompañada,corno no puedemenosde estarlo,de unadiferenciade densidaden las capasaéreas,debeproducircierta cantidadde refracción,y ciertodesvíovisual. La de los objetoscolocadosfuera de la atmós-fera, se llama refracción astronómica;la de los objetossu-mergidosen ella, refracciónterrestre.

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CAPÍTULO II

ESFERA CELESTE

1 . Espectáculodel cielo. — 2. Esfera celeste:estrellas fijas. — 3. Rotación de laesfera; eje, polos; línea equinoccial. — 4. Paralelos. — 5. Horarios. — 6. De-clinación; ascensión recta. — 7. Horizonte sensible y horizonte racional. — 8.Meridiano celeste.— 9. Puntos cardinales,y puntos medios de cuadrantey oc-tante. — 10. Varias posicionesde la esferaceleste respectode los varios horizon-tes. — 11. Altitud y azimut. ~—- 12. Puntos y líneas de la tierra, análogos alos de la esfera celeste: eje, polos, ecuador, meridiano, y paralelos terrestres.—13. Latitudes y longitudes de los diferentes parajesde la tierra. — 14. Conste-laciones; vía láctea; estrella polar.

1

Si en la tardede un día claro nos colocamosen unasi-tuación descubiertadesdedondepuedaverse gran parte dela esferaceleste,observaremosque despuésde ponerseel solapuntanenel cielo acáy allá estrellasde variasmagnitudes:sólo las más brillantes llamarán nuestraatenciónmientrasdura el crepúsculo; y sucesivamenteapareceránotras yotrasal pasoque la oscuridadse acreciente,quedandoal fintachonadode ellas todo el firmamento. Cuandohayamosadmiradola serenamagnificenciade este grandiosoespec-táculo, tema de tantasmeditacionespoéticasy filosóficas,fijémonos particularmenteen algunasestrellasque por subrillantez puedanfácilmente conocerse,y refiramossu si-tuaciónaparentea los objetosquenosrodean,comoparedes,pilares, árboles.Si despuésde unahora o dos las referimosotra vez a suspuntosde comparación,percibiremosquehanmudadodelugar,caminandotodascomoconun movimiento

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Cosmografía

común, de oriente a occidente; y si seguimosobservandoecharemosde ver queal fin se hundeny desaparecenpor elladooccidentaldel hori7onte; al pasoquepor el ladoorien-tal se venlevantarseotras,quese agregana la procesiónge-neral, tomandoel mismo rumbo que las primeras.

2

Repitiendo nuestrasobservacionesencontraremosqueestemovimiento es en casi todoslos astrosuniforme, comosi realmenteestuviesenclavadosen la concavidadde unagrandeesferahueca,que diese vueltas alrededorde un eje.Los astrosque semuevenconestaperfectauniformidad,sinvariar de situaciónentresí, se llaman estrel~asfijas, o sim-plementeestrellas.

3

De la esferaceleste,o cielo estrellado,no podemosveren un momentodadomásque unasola mitad o hemisferio,y aunparaver esamitad seríanecesarioquenos hallásemosen medio del mar o de una llanura que hiciese por todasparteshorizonte1•

Peroenel espacioquela vista abrazapodemosnotarfá-cilmente la rotación general que imprime un movimientocomún a todos los astros.El eje, o línea recta imaginariaalrededorde la cual se mueven,es de una largura inmensu-rable, de maneraque cualquier punto de la superficie dela tierra, en quese halle el observador,se puedeconsiderarcomo indiferenterespectode la esferaceleste,y comoidenti-ficadocon el centromismo de la tierra. Terminaesteejeendospuntosopuestosde la esferallamadospolos: el unovisi-ble paralos habitantesde Chile y de unagran parte de la

1 Prescíndesede la depresióndel horizonte y de la refracción. (NOTA DE BELLO).

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Cap. II. Esferaceleste

América Meridional; el otro visible para los habitantesdeVenezuela,de Nueva Granada,de México, de los EstadosUnidos de América, de toda la Europa.

Al polo que estásobrenuestrohorizontellamamosaus-tral y al opuestoboreal, porque desdeellos parecensoplarlos vientos que los antiguos llamabanAustro y Bóreas.Elpolo boreal se llama también ártico (de la palabra griegaarctos, osa, nombredadoa unaconstelacióno grupode es-trellascolocadoen aquellaregióndel cielo), y septentrional(de septemtriones, los siete trilladores, los siete bueyes,de-nominaciónconquefue conocidoel mismogrupode estre-llas entrelos romanos).Al polo austral,por su oposiciónalborealo ártico, se le da tambiénel nombrede antártico.

Eseeje ideal del universo,que,segúnse ha dicho, pasapor el centrode la tierra, taladra,por decirlo así, la super-ficie de éstaen dos puntosopuestos,quese llamanpoloste-rrestres. El que está del lado del polo australdel cielo, sellama polo sur; y el que estádel lado opuesto,poio norte:aplícanselestambién las mismas denominacionesque a losrespectivosde la esferaestrellada,a ios cualessuelendarsea su vez las de sur y norte. La línea que une los dospolosterrestres,es el eje de la tierra, el cual, por consiguiente,esunapartedel eje de la esferaceleste.

Figurémonos ahora un círculo máximo de la esfera,perpendicularal eje, esto es, equidistantede los polos. Lacircunferenciade este círculo dividirá la esferaen dos he-misferios: el hemisferioaustral y el hemisferio boreal. Estecírculomáximosellamaecuadorceleste,o línea equinoccial.

4

Las estrellas,en el movimiento de rotaciónde la esfera,describencírculos paralelos entre sí y al ecuador.Todosestosparalelosvaríanmuchoen susmagnitudes,queyendodel ecuadora los polos sonprogresivamentemenores.El ho-

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Cosmografía

rizonte divide el ecuadoren dos porcionesiguales: la unasuperior, patentea la vista, menos en cuanto algún ob-jeto terrestre la intercepte; la otra inferior, y por tantoinvisible. Los círculos paralelos (generalmentehablando)son divididos desigualmentepor el horizonte,y la desigual-dad de los segmentossuperiore inferior es más grandeencadaparalelo a medida que se aleja del ecuador,donde escero.

Yendodel ecuadoral polo visible, la porciónsuperiordecada paralelo va siendo progresivamentemás grande,y laestrellaque lo describepermanecea nuestravista en unapartecada vez mayor de su curso. Pero hay un límite enque la porcióninferior es como un punto: el paraleloy suestrella no hacenmás que rozarsecon el horizonte. Másallá los paralelosson visibles en toda su circunferencia,ylas estrellas respectivas,dandovueltas alrededordel polo,no se nos escondenjamás,y sólo dejamosde verlas porquese interponealgún objeto sobre la superficie de la tierra,o porque desaparecenofuscadaspor el esplendorde ios ra-yos solares.

Yendo del ecuadorhacia el poio invisible (que es paranosotros los chilenosel boreal) sucedetodo lo contrario.La porción superior de cadaparalelova siendoprogresiva-mentemáspequeña,y la estrellaque lo describenos ocultaunapartecadavez mayor de su curso. Perohay un límiteen que la porción superiores como un punto; el paralelono hacemás que rozarsecon el horizonte; y la estrella sedeja ver un instanteparaocultársenosde nuevo. Más allá,los paralelosestánenteramentefuera de nuestro alcance;y sus estrellas,dandovueltas alrededordel polo invisible,no se nos manifiestanjamás.

En virtud del movimiento común de rotación, que esuniforme, todas las estrellasdescribenarcos semejantesentiemposiguales;y por tanto,el tiempoquecadaestrellaper-manecesobreel horizontees, exactamente,comola porcióno segmentosu,periorde su paralelo. Entendemospor arcos

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Cap. II. Esfera celeste

semejanteslos que constande igual númerode gradosypartesde grado. La circunferenciade cada círculo se divi-de, comotodossaben,en 360 grados,cadagrado en 60 mi-nutos; cada minuto en 60 segundos.La subdivisióndel se-gundo es por fracciones decimales.

5

Llámasehorario de unaestrellaun círculo máximo quepasapor ellay por los polos.Es evidentepor estadefiniciónque los horarios de todas las estrellascruzan el ecuadorolínea equinoccialen ángulosrectos.

6

Se determinala posición de unaestrellaen la esferace-leste, conociendosu distanciaal ecuadory la posición desu horario. La distanciaa queunaestrellaestá del ecuador,se llama declinación,y se mide por el númerode gradosdesuhorario, interceptadosentresuparaleloy el ecuador,dis-tinguiendosi la declinaciónes australo boreal.Así la estrellaSirio, la máshermosadel cielo está (1~de enerode 1843) a16°30’20”69 (dieciséis grados, treinta minutos, veinte se-gundos,y sesentay nueve centésimos)de declinaciónaus-tral 1; y la estrellapolar, llamadaasí en el hemisferioborealpor su proximidad al polo, a 88°28’20”38 de declinaciónboreal2

La posicióndel horariode unaestrellase determinaconrelación a un primer horario convencional.Despuéslo de-signaremos;bastepor ahora saberque la distanciaentre el

1 En i~ de enero de 1848, a 16°30’43”49 (Nautical Almanac). (NOTA DE

BEllo).2 En 1° de enero de 1848, a 88°29’56”~72(Nautical Afsnanac). (NOTA DE

BELLO).

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Cosmografía

primer horarioy el horariode una estrellase llama ascen-sión recta, y se mide por el númerode gradosdel ecuadorinterceptadosentre los dos horarios.La ascensiónrecta secuentade occidentea oriente,desdecerohasta360 grados,o más bien, desdecero hasta 24 horas, correspondiendoacada hora 15 grados,y subdividiendola hora en minutos,segundosy decimalesde segundo,como el grado.La ascen-Sión rectade Sirio es (i~de enero de 1843) 6” 38~13~905

(seis horas, treinta y ocho minutos, trece segundos,nove-cientos y cinco milésimosde segundo)‘. El primer horario(1~de enero de 1843) está,pues,al occidentede la estrellaSirio, y distade ella 6” 38m 13’’ 905, medidosen el ecuador.

7

Dijimos que el horizontedivide la esferacelesteen dospartesigualeso hemisferios.Peroestono pareceenteramenteexacto.Porquesupongamosqueel círculo ABDF (fig. 2)representala tierra, y la circunferenciaZHNH’ la esfera

celeste.El centrode ambases un mismo punto C, y la lí-nea hAh’, tangentea la tierra en A, correspondeal hori-zonte del punto A, el cual horizonte divide la esfera,no

1 En i~de enero de 1848, 611 38’~’ 27’046. (Nautical Almanac). (NorA DE

BELLO).

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{fig. 2]

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Cap. II. Esfera celeste

en dos mitades,sino en dos porcionesdesiguales~porque lasuperiorhZh’ esnecesariamentemáspequeñaquela inferiorhNh’. Perola diferenciaentreestasdos porcionesno pareceimportante,sino porquela esferacelestese figura aquípo-co mayor que la tierra. Cuantomenor sea ABDF respectode 2HNH’, tanto menos importará la diferencia,y si laprimera es como un punto respectode la segunda,la dife-rencia seránula. Recíprocamente,si las observacionesnosmanifiestanque la diferenciaes absolutamenteimpercepti-ble, y queen un horizontedespejadono se nos oculta nin-gunapartedel hemisferiosuperior,auneliminadoslos efec-tos de la depresióny de la refracción, como realmentesucede;es preciso reconocerque el globo de la tierra escomoun punto respectode la distanciainmensaa que sehallan de nosotroslas estrellas.Todos los fenómenosastro-nómicos lo confirman. Por ahora nos limitaremos a unosolo. Miradas las estrellascontelescopiosde grandealcance,no presentanun disco cuya magnitud puedaapreciarse,yaparecencomo merospuntosluminosos.Paraquedisminu-yéndosecomo doscientasveces su distanciano percibamosun aumentosensibleen su diámetro aparente,es menesterque esténinconcebiblementelejos. La tierra es pues comoun punto comparadacon estadistanciaestupenda;y porconsiguiente,podemossuponerque,relativamentealas estre-llas, el plano hAh’ que toca a la tierra en A, se confundecon el planoHCH’, que es paralelo al primero, y pasandopor el centro de la tierra divide la esfera en dos partes,exactamenteiguales.Decimos relativamentea las estrellas;porque respectode los demásastrosseríanecesariodistin-guir el horizonte sensiblehAh’, tangentea la tierra en elparajedondeestásituadoel espectador,y el horizontera-cional HCH’, que es paraleloal horizonte sensible,y pasapor el centrode la tierra.

Siendo la tierra como un punto respectode la esferaceleste,el eje alrededordel cual gira ésta,pasapor el centro

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Cosnzog;’afía

de la tierra, al mismo tiempo queparecepasaren cada ho-rizonte por el ojo espectador.

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Llámasemeridianoceleste,con respectoa cadalugar dela tierra, un círculo máximo que es perpendicularal hori-zonte, y pasapor los polosde la esferaceleste.El horizontelo divide en dos semicírculos,superior e inferior.

Siendovertical, o perpendicularal horizonte,pasatam-bién necesariamentepor el zenit; y dirigiéndosede polo apoio, ya se echade ver quea cadameridiano correspondentanto númerode horizontesdistintos como puntospuedanconcebirsesobre la tierra en una línea que corra directa-mentede sur a norte.

Algunos danel nombre de meridiano,no al círculo en-tero, sino al semicírculosuperior.Cuandose dice absoluta-mentequeun astro pasaPor el meridiano de un lugar, seentiendeque cruza el semicírculo superior, que es ci solovisible.

La interseccióndel plano del meridiano celestecon elplano del horizonte,se llama meridiana.

Cadameridianocelestees tambiénperpendiculara todoslos paralelosy al ecuador,y divide cadaparaleloen dos se-micírculos; de quesesigue queen elperíodode unarotaciónde la esfera,que es algo menos de veinte y cuatro horas,cada estrellapasados vecespor la circunferenciadel me-ridiano; y como el movimiento de la esferaes uniforme, sesigue también que cada estrella gastatiemposexactamen-te iguales en recorrerlos dos semicírculosde su respectivoparalelo.

Las estrellasque hacenuna partede su carrerabajo elhorizonte, pasan una vez sola por el semicírculosuperiordel meridiano,y entoncesse dice queculminan.Las estrellasque hacen toda su carrera sobreel horizonte, cortaneste

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Cap. II. Esfera celeste

semicírculodos veces,y culminan cuandose hallan en elpunto de intersecciónmás cercanoal zenit.

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El ecuadory el meridianodeterminanparacadahorizon-te ios cuatropuntoscardinales.Lasinterseccionesde la cir-cunferenciadel ecuadorcon la del horizonte,fijan por unaparte el este, oriente o levante, que es la intersecciónqueestádel lado en dondenacenlos astros,y por otra parte,eloeste, occidente,ponienteu ocaso, que es la intersecciónqueestá del lado por donde ios astrosse ponen.De las in-terseccionesdel meridiano con el horizonte, la que corres-pondeal polo australes el verdaderosur, y la que corres-pondeal poio borealel verdaderonorte.

El estey oeste,el sur y el norte, son los cuatropuntoscardinalesdel horizonte. El sur dista del este 90°medidosen la circunferenciadel horizonte; entreel estey el nortemedianotros 90°;otros 90°entreel norte y el oeste;otros90°entreel oestey el sur. Los puntos mcdiosde cadacua-drante, y luego los de cada octante, y cada dieciséis ayode la circunferencia,se denominancombinandolas palabraseste, oeste, sur y norte, de la maneraque apareceen lalista siguiente, que manifiestael orden de estos puntos ylas abreviaturasde sus nombres:

Sur, S.Sur, cuartaal sudeste,S¼SE.Sudsudeste,SSE.Sudeste,cuartaal sur, SE’/4S.Sudeste,SE.Sudeste,cuartaal este, SE¼E.Estsudeste,ESE.Este, cuartaal sudeste,E¼SE.Este,E.Este, cuarta al nordeste,E¼NE.Estnordeste,ENE.Nordeste,cuartaal este,NE¼E.

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Cosmografía

Nordeste,cuartaal este, NE’/4NE.Nordeste,NE.Nordeste,cuartaal norte, NE¼N.Nornordeste,NNE.Norte, cuarta al nordeste,N’%NE.Norte, N.Norte, cuarta al norueste,N¼NO.Nornorueste,NNO.Norueste,cuarta al norte, NO¼N.Norueste,NO.Norueste,cuarta al oeste,NO’/40.Oestnorueste,ONO.Oeste,cuarta al norueste,0¼N0.Oeste,O.Oeste,cuarta al sudoeste,0¼S0.Oestsudoeste,OSO.Sudoeste,cuartaal oeste,SO’/40.Sudoeste,SO.Sudoeste,cuartaal sur, SO’/45.Sudsudoeste,SSO.Sur, cuarta al sudoeste,S¼SO.Sur, S.

Entre cadapuntoy el inmediato,la distanciaangularesun treinta y dos ayo de la circunferencia,u once gradosquince minutos. Las direccionesseñaladaspor estospuntosse llaman rumbos o vientos,y el conjuntode todasellas serepresentapor una estrella de 32 rayos llamada RosaNáutica.

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Fácil es, por lo dicho, formar idea de la posición de laesfera celesterespectode

1os diversos horizontes.El pOl9visible, el polo austral, tiene sobreel horizonte de Santiago33°27’34” de altura medidos en el meridiano’, y sobreelhorizontede Valparaíso,33°1’ 58” 2~ Así la posición de laesferacelestees respectode nosotrosob?~cua;el ecuadorytodos los paraleloscelestesforman ángulosoblicuos con elhorizonte.

1 Nota manuscritade don Claudio Gay. (NOTA DE BELLO).2 Según el capitán Fitzroy. (NOTA DE BELLO).

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Cap. II. Esfera celeste

Supongamosahoraqueun habitantede Chile emprendaun viaje hacia el norte. Su horizonteirá bajandocontinua-mentedelantede él, y subiendodetrás;por el lado del nor-te, el cursovisible de las estrellasdescribirácada día seg-mentosmayoresde los respectivosparalelos,y lo contrariosucederápor el lado del sur: cadadía verá aparecerpor ellado del norte estrellas que antesle eran desconocidas,ypor el ladosurveráescondersealgunasde aquellasquejamásse le perdíande vista: la visita de las primerasy la ausenciade las segundasserácadadía máslarga.

Durantetodoestetiempo,elejede la esferacelestese hamantenidooblicuo al horizonte, aunqueacercándoselecadadía más.La altura del polo visible es cadadía menor.Llegaal fin un momentoen quenuestroviajero tiene ambospo-ios en el horizonte, el uno delante,el otro a su espalda.Eleje de la esferaes ya una línea horizontal; y el horizontedivide en dospartes iguales todos los paralelosde las estre-llas, formandoángulosrectosconellosy conel ecuador,quepasaahorapor el zenit. La posición de la esferaes recta.

Nuestroviajero continúa caminandohacia el norte; cipoio antárticose le hundebajoel horizonte,y el polo boreales el solo visible. La posiciónde la esferaes oblicua otra vez,pero en sentido contrario. Por el lado del norte, el seg-mentovisible de cadaparaleloesmayor queun semicírculo,y por el lado del sur, es menor. La desigualdadcrececadadía más.Ciertasestrellasborealeshacentodo sugiro sobreelhorizonte, y ciertasestrellasaustralesdebajo: el númerodeunas y otras aumenta.Durante todo este tiempo, el eje,el ecuadory todoslos paralelosse mantienenoblicuos, acer-cándoseel eje a la vertical, y el ecuadoral horizonte. Y sinuestro viajero pudiesecaminar indefinidamentehacia elnorte, llegaría por fin el momento en que el horizontecoincidiría con el ecuador,el eje con la vertical, el poioboreal conel zenit; no habríapuntos cardinales,y las es-trellas girarían alrededordel poio en círculos paralelosalhorizonte, siendoperpetuamentevisibles todas las del he-

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Cosmografía

misferio boreal, y perpetuamenteinvisibles las del otro he-misferio. Éstaesla posiciónparalela de la esfera.

Si concebimosque nuestroviajero sigue navegandosinmudar de dirección, volveráotra vez a la posiciónoblicua;perola direcciónque llevaba al norte se le habrácambiadoen dirección al sur; verá nacer los astros a su mano iz-quierday ponérselea la derecha;bajaráel polo ártico; ensuma se le reproducirán en el orden inverso las mismasaparienciasde la esferaceleste.Sólo paralos dos horizontescuyo zenit se confundecon el polo visible, puedeserpara-lela la esfera; es rectapara sólo aquelloscuyo zenit coin-cide con el ecuador; para todos los demás el eje, y porconsiguienteel ecuador,estáninclinados al horizonte, yla posiciónde la esferaes oblicua; ya austral,ya boreal, se-gún lo fuere el poio visible.

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Sólo restadar a conocerlos círculosverticales,llamadostambiénazimutales;círculosmáximos de la esferaceleste,quepasanpor el zenit y el nadir. Por consiguienteson per-pendicularesal horizonte. Mídeseen ellos la altura de losobjetos sobre el horizonte, llamado propiamentealtitud,y su distanciaal zenit, quese denominadistanciazenital.

El azimut de un objeto celestees la distancia angularentre el círculo vertical del objeto, y el meridianodel ob-servador,medidaen la circunferenciadel horizonte.

Claroesque la posiciónde un objeto, sobreel horizonte,se determinapor estosdos datos,altitud, y azimut orientalu occidental.

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El eje celeste,pasandopor dos puntos opuestosde lasuperficie de nuestroglobo y por su centro, forma, como

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Cap. Ji. Esfera celeste

dijimos antes,el eje de la tierra: estosdos puntosopuestosson los dos polos terrestressur y norte.

De la misma manera,el plano del ecuadorceleste,cor-tando la superficie de la tierra, traza sobresu superficieun círculo máximo,equidistantede los polosy perpendicu-lar al eje. Este círculo máximo es el ecuadorterrestre. Porecuador se entiendehoy más comúnmenteel de la tierra,y por línea equinoccial el del cielo.

Concíbaseque por los dospolos y por cadapunto de latierra pasaun círculo máximo,dividido por el ecuadorendos partes iguales,unaborealy otra austral.Estoscírculosseránlos meridianosde la tierra, análogosa los horarios delas estrellas.El meridianode cadalugar de la tierra estáenel mismo plano que su meridiano celeste,o en otros tér-minos, es la línea trazadasobre la superficie terrestreporla interseccióndel meridiano celestecon ella.

Concíbasetambiénquepor cadapuntode la tierra pasaun círculo paraleloal ecuador.Es evidentequedel ecuadora los polos todoslos paralelosde la tierra seránprogresiva-mente menores,como en la esfera celesteios paralelosdelas estrellas.

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Se determinala posición de cadalugar de la tierra, co-nociendosu distanciaangularal ecuador,y la posición desu meridiano. La distancia angular al ecuador se llamalatitud, y se mide por el númerode gradosde un meridianocualquierainterceptadosentre el ecuadory el paralelo delrespectivolugar de la tierra; pero debe distinguirsesi lalatitud es al sur o al norte, lo cual se hacepor medio de lasiniciales de las palabrasnorte y sur, o respectivamenteconlos signos + y —. Así Santiagoestásituadoa 3 3°27’34”S,o biena —33°27’34”.La posicióndel meridianode un lugarsedeterminaconrelacióna un primer meridianoconvencio-nal, queordinariamentees el de algunode los más célebres

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Cosmografía

observatorios,como el de Paríso Greenwich.La distanciaentreel primer meridianoy el meridiano del lugar se deno-mina longitud, y se determinapor el númerode gradosdelecuadoro de cualquierparalelointerceptadosentre los dosmeridianos. Cuéntasela longitud desde cero hasta 180°;

distinguiendosi es oriental u occidental,estoes, si se cuentade occidentea oriente, o de orientea occidente,y señalán-dola con las inicialesde las palabrasestey oeste.La longitudde Santiago,por ejemplo,es de 70°58’41”O, del meridianode Greenwich1 Cuéntasetambién la longitud por horas,a razónde 15 gradosenhora,señalandocon el signopositivola longitud occidental,y con el negativola oriental. La deSantiago,contadaasí, sería, respectodel mismo meridiano,+ 4h 4350 545 73

A la regularidadsistemáticaconvendría(dice Sir JohnHerschel) que las longitudes se contaseninvariablementehaciael oeste,desdecerohasta360°o hasta2411. Así la lon-gitud de Parísquesegúnel modocomúnde hablar,es (conrespectoa Greenwich) 2°20’23”E, o bien ~Øh 9m 21’ ~, 2

debieraexpresarse(omitiendo como innecesarioslos signosdistintivosO y—) por 3 57°39’37”,o 23” so

tm 38° s.

La longitud y latitud de los varios puntos de la tierrason análogasa lo que se llama ascensiónrectay declinaciónen las estrellas.

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Las estrellashansido distribuidasen diferentesgruposoconstelaciones,a quese handadolos nombresde osa,serpien-te, dragón,ballena,paloma,balanza,y otros igualmentear-bitrarios, entre ellos los de varios personajesmitológicos,comoHércules,Orión, Andrómeda.Estosnombressignifican

1 Nota manuscritade don Claudio Gay. (NOTA DE BELLO).* La posición exacta de Santiago de Chile es: Lat. — 33°26’42”, O; Long. 4h

42m lSs, 16. La longitud de París admitida hoy es — Oh 9m 20s, 93. (NoTA DE

F. J. DUARTE).2 Naulical Almanacpara 1848. (NOTA DE BELLO).

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Cap. II. Esfera celeste

objetosque tienen poca o ninguna semejanzacon las res-pectivasconstelaciones,y no dan ningunaidea de la recí-procacolocaciónde las estrellas,ni prestanel menorauxi-lio a la memoria. Los astrónomoshacen poco caso de lasconstelaciones,exceptopara la designaciónde las estrellasque carecende nombrepropio, la cual se hacepor las letrasdel alfabetogriego,unidasa los nombresde las constelacio-nes, comoel alpha de la Ballena,la betadel Escorpión,etc.Cuandolas letrasno bastan,se recurrea los números.

Sólo hay un distrito naturalen el cielo, que es la víaláctea; gran zona luminosa, que atraviesael cielo todo dehorizonte a horizonte, y observadacon atenciónse ve queciñe como unafaja, toda la esferaceleste,casi en la direc-ción de un círculo máximo,peroqueni es horario, ni coin-cide con otra alguna de las delineacionesuranográficas.Ábrese en una parte de su curso, echandouna rama que,separadadel tronco por un espaciode 150°,vuelve despuésa juntarsecon él. Esta notablefaja ha mantenidodesdelamásremota antigüedadla posición en que la vemos hoy, yexaminadacon poderosostelescopios,se ha descubiertoquese componeenteramentede estrellasderramadasa millones,como unaarenillabrillante, sobreel fondo negro del cielo.

Hay a muy pocadistanciadel polo ártico una estrella,quepor ser de másquemedianamagnitud,y porquea causade su vecindadal polo se mantieneen una situación casiinvariable respectodel horizonte, ha servido largo tiempode faro a los navegantesen los maresdel hemisferioboreal.Estaes laestrellapolar, quehemosmencionadoen otra par-te. El hemisferioaustraldel cielo, aunquepobladode astrosluminosos,estácomparativamentedesiertoen las inmedia-cionesdel polo. Ninguna estrellapolar antárticadirige elrumbodel gauchoen sus correríaspor las dilatadaspampasde BuenosAires.

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CAPÍTULO III

IDEA MÁS EXACTA DEL GLOBO TERRÁQUEO

1 . Movimiento de rotación de la tierra. — 2. Tiempo que dura una rotacióncompleta ¿e la tierra: día sideral. — 3. Medida de las losigitudes terrestrespor el tiempo. — 4. Medida de las latitudes. — 5. Mapas. — 6. Verdadera fi-gura y dimensionesde la tierra. — 7. Pruebasfísicas del movimiento rotatoriode la tierra. — 8. Continentesy mares. — 9. Peso de la tierra.

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Lasaparienciasdela esferaen surotacióndiaria alrededorde los polos,puedenexplicarsede dos modos: o suponiendocon el vulgo que la tierra está inmóvil, y que las estrellasylos astros todos dan cada día en el espaciouna inmensavuelta de oriente a occidenteen torno a la tierra, o que elmovimiento de la esferaes sólo aparente,siendo la tierrala que gira sobresu propio eje en dirección contraria,estoes, de occidentea oriente. Lo único que puede alegarseenfavor de la primera suposición,es que, si se moviesela tie-rra,percibiríamosel movimiento,comolo percibimosen uncarruajeo en unanave.Perosi la tierra todase muevecontodo lo queencierray contiene,con el océanoque la baña,con el aire quedescansasobreella, y con las nubesqueflo-tanen el aire;y si, impelidapor unafuerzaigual y continua,no encuentraen su movimiento resistenciani obstáculoalguno; no viendo nosotros alteradala situaciónde los ob-jetos terrestres,ni sintiendoios vaivcnesy traqueosque loscarruajesy naves experimentanpor las variacionesde las

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Cap. III. Idea del globo terráqueo

fuerzasmotricesy por losestorbosquese les oponen,no po-dremos percibir de modo algunoque la tierra se mueve ynosotroscon ella: la sola diferenciaque notaremosconsis-~tirá en el movimiento aparentede otros cuerpos,indepen-dientesde la tierra,comosonelsol, la lunay losdemásastros.Así una nave que se desliza suavementesobreun mansorío, apenasparecemoverse;y yendo en ella se nos antojaqueestamosquietos,y que los edificiosy árbolesde la riberacaminanen dirección contrariaa la que nosotrosllevamos.En la cámarade un buque,andamos,nos sentamos,leemosy ejecutamostodas las accionesacostumbradas,corno si elbuque no mudasede lugar; si tirarnos una pelota haciaarriba,vuelve a la mano;si la soltarnos,caea nuestrospies:los insectosrevoloteanalrededor;y el humo sube,corno ennuestro hogar. A la verdad, sobre la cubierta del buque,como el aire no es trasportadocon él, sentimosquenos batela cara, y nos pareceque se lleva el humo, las plumas yotros cuerpecillosligerosen direccióncontrariaa la nuestra;pero éstaes sólo una traslación aparente,figurada por laverdaderadelbuque;como la aparenteretiradade la costa,cuandosomosnosotroslos quenos alejarnosde ella.

Esto manifiestalo poco que vale la objeciónque a ve-ces se ha hechocontraci movimiento rotatorio de la tierra,alegandoqueunapiedradesprendidade lo alto de unatorreno deberíacaer al pie de ella, sino a mucha distancia,su-puestoquedurantela caídahabríacorridoel pie de la torreun espacioconsiderable,envirtud de la rotación de la tie-rra.Perola experienciadesmienteestasuposición.Un cuerpoque se suelta o se arroja, participa del movimiento de lapersonade cuyamanoha salido.

La ilusión debeser,pues,perfectay completaen la hipó-tesisdel movimientoigual y continuode la tierra; los cuer-pos queestánen conexióncon ella, y que se muevende unpunto a otro de su superficie, harán sobreella el mismocaminoque si permanecieseinmóvil; y el sol, la luna y lasestrellasnospareceránmoversede orientea occidente,míen-

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tras la tierra da vueltassobresí mismaen sentidocontrario.Perosi no merececrédito algunoel informe de los ojos

en que se apoyala suposiciónvulgar, o por mejor decir, siese testimonio se presta igualmentea dos interpretacionesdiversas,hay por otra parteuna fuerte presuncióna favorde la teoría copernicana,queatribuye ci movimiento de laesferacelestea la tierra. Siendolas estrellascuerposde di-mensionesinmensas (pues de otro modo no pudiéramosverlasa tantadistancia),suspensosen el espacio,sin apoyoalguno, sin conexión material entre sí, ¿quées lo que lasimprime ese movimiento común, uniforme, de queparti-cipan tambiénlos demásastros,colocadosentreellas y nos-otros? ¿Y qué velocidad no seríapreciso atribuirles paraque en menosde veinticuatro horasdescribiesencírculosde tan estupendamagnitud, que el globo terráqueosería,comparadoconellos,un átomoimperceptible?¿Noesmuchomásnaturaly probableque seala tierra la quese mueveso-bre sí mismaeneseespaciode tiempo?Más adelanteveremosconfirmadaestapresunciónconpruebasincontestables.

Por ahoranosceñiremosa una.Dedoscuerpos,diceAra-go, que describenen un mismo tiempo dos circunferenciasdesigualmentedistantesdel eje de rotación, el que recorrela másdistante,y por consiguientela mayorde las dos, debemoverse con más velocidad que e1 otro. Supongamosquedesdeuna altísima torre se deje caerun pedazode plomo.Girandola tierra alrededorde su eje, la partesuperiorde latorre describeuna curva mayor que el pie por hallarse amásdistanci~del eje,y se muevepor tanto con unaveloci-dad superior, que se comunicaráal pedazode plomo, elcual en consecuenciano caeráverticalmente,sino quedebe-rá desviarseun pocode la verticalhacia el este;y así sucedeen efecto.

Cuandohablamos,pues,de la esferacelestey de sumo-vimiento diurno, debeentenderseque sólo tratamosde re-presentarla mera aparienciade los fenómenoscosmográ-ficos.

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El tiempoqueempleala tierra en unarotacióncompletaalrededorde sueje,es,en horassolaresreducidasa un térmi-no medio (puescomo veremosdespuéshay variedaden laduracióndel día solar,y por consiguienteen la de cadaunade las 24 horasen que sedivide), 23” 56~4’ 09. Esetiempo,llamadodía sideral o sidéreo,es el quedurala rotación apa-rentede la esferaceleste,o en otros términos,el que trascu-rre entredostránsitossucesivosde unaestrellapor el mismomeridiano’. Hay, por consiguiente,entre el día sideral yel día solarmedio,lamisma razónqueentre1 y 1.00273791,númerosquesonaproximativamenteeluno al otrocomo 359

a 360.El día sideral se divide, como el solar, en 24 horas.Por

consiguiente,recorre cadaestrella en cadahora sideral 15grados, que hacen la vigésima cuarta parte de 360. Esto~xplica la división de la equinoccialen 24 horas.Una estre-lla quepasapor el meridianoprecisamentedos horassidera-les despuésqueotra, tiene respectode ella, 2 horaso 300 deascensiónrecta (que, comohemosvisto, se cuentade occi-dentea orien~e),y dista del primer horario 2 horaso 300

másqueella. Pudieraservir para la medida del tiempo si-deral cualquieraestrella, cualquier objeto celeste que semoviesejuntamentecon la esfera.Pero los astrónomoshanelegido un punto invisible llamado equinoccio,situado enel ecuadorceleste.Estepuntodeterminala posición del pri-mer horario, y es el cerode la ascensiónrecta. Hemosvistoque la estrellaSirio está (1~de enerode 1843) a 6” 38~13’

905 de ascensiónrecta2• Por consiguiente,media este nú-mero de horasentre el equinoccioy la estrellaSirio: la es-trella Sirio pasapor el meridiano 6” 38~13° 905 despuésqueel equinoccio.

1 Un meridiano es aquí y en otras partes una misma semicircunferencia

de mo-idiano; es a saber, la que está sobre el horizonte. (NOTA DE BELLO).2 En 1° de enero de 1848, 6~’

38m 27° 046. (NOTA DE BELLO).

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Pero¿cuálesel momentoprecisoen que se entiendequeel día sideral principia? Es el momentoprecisoen que elequinocciopasapor el meridiano celeste.Así un reloj per-fecto, queseñalelas horassideralesdesdecerohasta24, debeseñalarcero, o lo quees lo mismo,24, en el instanteprecisode estetránsito. Por consiguiente,las horassideralesson di-ferentesen los diversosmeridianos.El 1 de enerode 1843el reloj sideral señalabaen Greenwich 18~141~57’, cuandolos relojes arregladosal tiempo solar señalabanel mediodía,y enel observatoriodeParíseraentonces1 8” 5 ~m30’ siderales.

Comoel equinoccio (y lo mismopuededecirse de cual-quierade las estrellas) pasaen 24 horassideralespor todoslos meridianos,se sigue,en virtud de la perfectauniformi-dad del movimiento rotatorio del cielo, queel intervaloen-tre los tránsitosde unaestrellao de cualquierpunto fijo dela esferapor dosmeridianos,correspondea la diferenciadelas respectivaslongitudesterrestres.Supongamos,por ejem-pb, queentre dos lugaresA y B de la tierra, estandoB aloestede A, la diferenciade longitud es de 30 gradoso 2horas.Cualquierpunto fijo de la esferaquepasepor el me-ridiano de B, lo harádos horasdespuésquepor el meridianodeA; y si la longitud se cuentahaciael oeste,el tiempotras-currido entredos tránsitosseráel excesode la longitud deB sobrela longitud de A, expresadoen horas.Luego si colo-camosen A el cerode las longitudeso el primer meridianoterrestre,el intervalo entre el tránsito de cualquier puntofijo de la esferapor el meridianocelestede A y el tránsitosucesivodelmismopuntopor el meridianocelestede B, ex-presarála longitud de B. Ahora bien: supongamosquemisobservacionesmedana conocerel momentode un tránsitodel equinocciopor el meridianocelestede B. Si yo logro po-nerenB un reloj sideralarregladoal meridianode A, la hora

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queésteseñaleen aquelprecisomomentoserála longitud deB, expresadaen horas. En general,el adelantode la horasideral de A sobre la hora sideral de B seráen cualquiermomentodadola longitud de B.

Es evidentequeparalas averiguacionesde las longitudesterrestresno es necesarioreducir el tiempo solar al sideral.Porquegeneralmente,sabidoel tiempoquegastaun astroendescribirun círculo completoalrededordel ejecelesteatra-vesandotodoslos meridianosde la esferaen ángulosrectosymoviéndoseen toda su carreracon velocidaduniforme, sipodemosaveriguarel tiempoqueese astrogastaen describirel arcointerceptadopor los meridianosde A y B, podremosdeterminarla diferenciadelongitudesentreA y B por mediode esta proporción:el tiempo consumidoen el círculo es altiempoconsumidoen el arco,como360 es a la diferenciadelongitudesexpresadaen grados,o como 24 es a la misma di-ferenciaexpresadaen horas.Mídasepuesel tiempo en horassiderales,o enhorassolaresmedias,queson las quecorrespon-derían al movimiento uniforme del sol en la esferaceleste,el númerode unasu otrasque se gastaen describir el arcointerceptadoexpresaráinmediatamentela diferenciade lon-gitudes.

Todo se reduceen realidada saberen un momentodadola diferencia de tiempos locales, medidos por revolucionesuniformes alrededordel globo terrestre.Lo que importa esfijar el momentoprecisode cualquier fenómenoceleste,re-ferido a los variostiemposlocales.El tránsito del equinocciopor cualquiermeridianocelestees un fenómenocomo otrocualquiera,corno, verbigracia, la ocultación de tal o cualestrelladetrásdel discode la luna, o como un eclipsede solo de lunao de un satélitede Júpiter,fenómenosde quehaytablasqueconmuchosañosde anticipaciónanuncianel mo-mentoprecisoen quesucedenrelativamentea un meridianodado. Supongamos,pues, que un viajero colocadoen B aunadistanciacualquieradel meridianode París,observaelmomentoprecisodela ocultacióndeunaestrellaen el tiempo

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local de B. Recurriendoa sus tablasverá la hora quees enel meridianode París,y la diferenciade tiemposle dará ladiferenciade longitudes~.

Los cronómetros,relojesfabricadosconel mayor esmero,demodo quemarchenconla másexactaregularidadposible,señalandoel tiemposolarmediobajoun meridianodado,sonde muchautilidadparala determinaciónde las longitudes.Selesponeexactamenteconla horadelmeridianoa quesequie-ren referir las longitudes,y averiguadapor observacionesprecisasla hora de los variosparajescuya longitud se deseasaber,se comparaconla horadel meridianoa queestáarre-glado el cronómetro.Si el cronómetrono señalacon enteraexactitudel tiempomedio, se puedecorregir fácilmenteestedefecto,cuandosu marchaes, por otra parte, regular,ade-lantandoo atrasandoen unarazónconocida.Esto es lo queordinariamentesucede;y los progresosde las arteshanlle-gadoa perfeccionarde tal modo estepreciosoinstrumentoque,mediantela correcciónindicada,se obtienenresultadosde unaexactitud aproximativa,que apenashubierapodidoesperarse.Para que esto se conciba mejor, copiaremoselsiguientefragmentode un tratado de Filosofía Natural ci-tado por el célebreArago. ‘~Permítaseme,dice el autor deestaobra, participar al lector la agradablesorpresaque ex-perimentédespuesde una larga travesíade la América delSur al Asia por el Mar Pacífico.Mí cronómetrode bolsilloy los demásque teníamosa bordo del buqueanunciaban,unamañana,queciertalenguade tierra indicadaen el mapadebíaencontrarsea 50 millas al estedel buque.Júzguesedelregocijode la tripulacióncuandoal despejarselanieblade lamañana,dio el vigía el alegregrito de tierra, tierra, corrobo-randola prediccióndelos cronómetrosconunasolamilla dediferencia,al cabode unatan enormedistancia.En momen-

1 La averiguación de las longitudes por la ocultación de una estrella detrás

del dieco de la luna, necesita de correcciones especiales,porque e1 momento de la

ocultación no es uno mismo para los diferentes parajes de la tierra. (NOTA DEBELLO).

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tos como éste,no puedeuno menos de sentirsepenetradode admiración,considerandoel poder de la inteligenciahu-mana.Compárenselos peligrosde la antiguanavegaciónconla seguridadde la nuestra,y niéguense,si es posible,las in-mensasventajasde la industria moderna.Si la marchadelpequeñoinstrumentohubiera tenido la más ligera altera-ción, en vez de útiles, hubieransido perjudicialessus avisos;pero de noche, de día, duranteel frío, duranteel calor, sesucedíansus pulsacionescon imperturbableuniformidad,llevando, por decirlo así, una cuenta exactade los movi-mientosdel cielo y de la tierra; y en mediode las olas delocéano,queno dejantrassí vestigioalguno,señalabasiemprela verdaderaposición del buquecuya salud le estabaenco-mendada,la distancia recorrida,y la que faltaba que re-correr”.

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La latitud de un lugar es exactamenteigual a la altituddel polo visible sobre su horizonte, la cual puede fácil-mente determinarsepor la altitud de la culminación decualquieraestrella,siempreque seaconocidasu declinación.Por ejemplo,la estrellaalpha al pie de la Cruz, bella conste-lación que tenemossiempresobre nuestro horizonte, está(1~de enerode 1843) a 62°13’ 40” de declinaciónaustral~.

Dista, pues,del polo austral 27°46’ 20”, quees el comple-mentode su declinación,o lo quedebeañadirsea éstaparacompletar90°.Si averiguo,pues,que el alpha de la Cruzculmina en algun punto de la tierra a la altitud de 60°50’

30”, deduciréde estacantidadsu distanciapolar; y el resi-duo 33°4’ 10” medarála altitud del polo sobreaquelhori-zonte,y la latitud del lugar.

1 En 10 de enero de 1848, a 62°15’ 19”. 55 (Nautical Alnzanac.). (NOTA

DE BELLO).

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Conocidala longitud y latitud de un punto de la tierra,podemosconforme a ellas colocar su nombreen un globoartificial; y haciendo10 mismo con los otros puntos nota-bles, llegaremosa tener una representacióncompletade lasposicionesde todos ellos en el globo terráqueo.Los mapasde particularesregioneso paísesson representacionespar-ciales, ejecutadassobreuna superficie plana segúnciertosmétodos convencionalesllamados proyecciones,cuyo ob-jeto es asimilar en lo posibleel bosquejode cada país a suverdaderaconfiguración en el globo terráqueo,o facilitarla averiguaciónde las longitudesy latitudes,o servir a otrosfines.

Constrúyensede la misma manera,por medio de la as-censión recta y la declinación, globosy mapasque repre-sentanla esferaceleste.

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Por medidasde gradosde longitud y de latitud endife-rentesparajes,y por cálculosminuciososfundadosen ellas,se sabehoy contodacertezaquela tierra es comounaesferaachatadao comprimidaen los polos, de maneraque sus pa-ralelos son aproximativamentecirculares, y sus meridianoselipses, cuyo diámetromáximo es el ecuador,y el mínimoestá entre los polos. La figura de la tierra es, por consi-guiente,un elipsoide.

Segúnlas últimas observacionesy cálculos,el diámetromáximo de la tierra, quees el del ecuador,mide 12.754,214

04 metros,y el diámetromínimo que va de polo a polo, yes el eje sobreque revuelve la tierra en 24 horas siderales12.712,39694 metros. Por tanto, la diferencia del radiopolar al radio ecuatoriales de 20,908-55 metros,quehacen0,00328, o cercade —~-- del radioecuatorial.

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Cap. III. Idea del globo terráqueo

Radioecuatorial,6.377,10702m.Radiopolar, 6.356,19847~.

Achatamiento polar en partes del radio ecuatorial,0,00164.

Circunferenciadel ecuador,40.068,548-52 m.Gradoecuatorial,111,30112.

Leguageográficade 25 al grado ecuatorial,4,45206.Milla geográficade 60 al gradoecuatorial,1,855025.Radio ecuatorial, 1,4324 leguaso 3,438 millas.Cuadrantede meridiano,entre el ecuadory uno de los

polos, 10.000,721 metros.2La superficie toda del globo terráqueo comprende

24.266,218 leguascuadradas*; las trescuartaspartesde estaextensiónestánocupadaspor las aguas,y apenasla mitaddel restoes habitadapor el hombre.~

1 El radio medio, correspondientea la latitud de 45° es de 6.366,699 metros;

y el que corresponde a la latitud de Santiago, mide 6.370,787 metros, según donAndrés Gorbea.

El gradode meridiano a la latitud de Santiagotiene, según el mismo, 110.9064y a la latitud de valparaíso, 110,904-6 metros: cada grado entre Valparaíso y Co-piapó puedeaprcciarsepor término medio en 110,8758; y entre Valparaíso y Chiloé,en 110,779-7.

Sabido es que, para cac’a lugar de la tierra, el gradode longitud, medido sobresu par.slelo, es tanto menor, ctsanto más alta la latitud del lugar. A la de 45° escomo 70000 snrtrcs, y a la de 35° como 54,700 metros. (NOTA DE BELLO).

2 Por consiguiente, no es enteramente exacta la base del sistema métrico fran-cas, en que se suponeque el metro es la cuarentamillonésima parte de la circunfe-reiscia del ecuador,y que un gradoecuatorial tiene de largo 111,111 metros. (NOTADE BELLO).

* Los datos más recientessobre dimensiones de la tierra son los siguientes:

Radio ecuatorial = 6 378 388,00m.Radio polar = 6356 911,95m.Achatamiento 1:297.Cuadrantede meridirno = 10 002 288,30.Grado ecuatorial = 111 307,03m.Circunferencia ecuatorial = 40 076 593,76 m.

Estcs datos corresponden al elipsoide de Hayford universalsnente adoptado.(NOTA DE E. J. DUARTE).

~ No podemos resistir al placer de extractar del Cosmos del ilustre Humboldt,que ha llegado recientementea nuestrasmanos, los datos siguientes, que pueden versecomo la última expresión de la ciencia astronómica sobre este interesante asunto.

El radio ecuatorial es de 6.377,3981 metros, y el radio polar de 6.359,0799;

el achatamiento es, por tanto, al radio ecuatori~Jcomo 1 a 29915. Estos datos,sin embargo, no representan sino el elipsoide de revolución que se acercamás a lsfigura irregular de la tierra.

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El descensode los cuerposa la superficie de la tierraen la direcciónde la vertical, manifiestala acciónde unafuerzaque los solicita hacia la materiade que se componeel globo terráqueo.Todo pasacomosi estamateriaejercieseuna especiede atracción sobreellos, o en otros términos,comosi loselementosde quese componeelglobo se atrajesentodosrecíprocamenteunosa otros.

Si la tiçrra estuvieseinmóvil, y si la suponemoscom-puestade materialeshomogéneos,o distribuidosde un modosemejanteen las diferentespartesdel globo,sus elementos,solicitadospor una atracciónrecíproca,tomaríanla figuraesférica,porqueno habríamotivo paraque se acumulasenenel ecuadormás queen los polos. El agua,cuyaspartícu-las son tan móvilesy buscantan ansiosamenteel equilibrio,no se mantendría,comose mantiene,formandounaprotu-beranciaconsiderableen el ecuador,antesbien,seprecipita-ría violentamentehacialos poloshastanivelarsecon la cur-vaturade unaesferaperfecta.La prominenciade las partessólidasde las regionesecuatorialescorroídaspor la atmósferay las aguas,se habríadesmoronadopoco a poco en el tras-cursodelos siglos, y habríacaminadogradualmentehacialasregionespolares,afectandoel mismonivel. ¿A quépodemospuesatribuir la forma actual de la tierra? Dos hipótesis sepresentanparadar razónde ella: la desigualdistribucióndematerialesindisolublesque desplieguenuna fuerzaatracti-va máspoderosaen el ecuadorque en los polos (suposicióndesmentidapor las observacioneshastadonde hanpodidoextenderse),o la rotaciónde la tierra alrededorde un ejeperpendicularal ecuador.

Admitida estasegundahipótesis,sucederíalo queen un

Once medidas de grados ejecutadas en diferentes parajes de la superficieterrestre (de las cuales nueve pertenecen a nuestro siglo), nos han enseñado a conocerla figura de nuestro planeta. Pero estas medidas no dan, para diferentes meridianos,igual curvatura bajo una misma latitud. (NOTA DE BELLO).

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vaso de aguacolgadode un hilo, que lo mantengaderecho.Si se hacedar vueltasa estevaso alrededorde la vertical quepasapor su centro,el aguase apartade la vertical, que esel eje de la rotación,y se acumulahacia la circunferencia,dejandouna cavidad en el centro. Hay una fuerza que lahace,por decirlo así, huir del eje, y que se llama por esocentrífuga: la cavidad central es mayor y mayor, cuantomás se aumentala velocidadde la rotación,y con ella lafuerza centrífuga;y tan grandepuede llegar a ser ésta,queel aguase escapepor líneastangentesa la circunferen-cia y se esparzaalrededordel vaso.

Ahora bien, si la tierra se moviesealrededorde un ejesituadoen la direcciónnorte-surse engendraríaenel océa-no, y en todoslos cuerpossueltos,derramadossobresu su-perficie, unafuerzacentrífugaque los solicitaríacontinua-mentea alejarsedel eje. La velocidaddel movimiento rota-torio podría ser tal que todosellosy el océano,sedisparasenpor la tangente,lanzadosen el sentidode la rotación.Peroen un giro menosveloz, su pesolos detendríasobre la su-perficie; y la fuerzacentrífugaquedaríasatisfechadepri-miendo un pocolos polos, como deprimeel nivel del aguaen medio del vaso.Calculadopor los matemáticosel efectode la gravedad,y el de la fuerzacentrífugade un cuerpocomo la tierra, que en 24 horassideralesdieseuna vueltacompletaalrededorde sueje,se haencontradoque la formadel equilibrio en ese cuerposeríala de un elipsoide, cuyaexcentricidadse acercaríamuchísimoa la que mensurasdiversas ejecutadascon escrupulosaprecisión han descu-bierto en el globo terráqueo.He aquípuesotra presunciónpoderosaa favor de la rotación de la tierra. Y nóteseque,cuandose adoptóla teoríade Copérnico,no se contabaconestaelipticidad de nuestroplaneta.Si los sabiosprefirieronel sistema copernicanoal antiguo de Ptolomeo,que colo-caba a la tierra inmóvil en el centro del mundo, fue sólopor la superior facilidad con queexplicaba las aparienciascelestes.Masuna vez admitida la idea de la rotaciónterres-

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tre, se dedujo de ella, como consecuencianecesaria,que lafigura de la tierrano podíasercompletamenteesférica,sinosemejantea la de un elipsoide, cuyo diámetro ecuatorialfuesemayorque el eje. Tan estrechaes la conexiónentreestasdos cosas,que la forma elipsoide de la tierra fue de-mostradapor Newton comoprecisoefectodel movimientorotatorio, y hastase llegó a calcularel aplastamientode lospolos, antes que por mensura alguna directa se hubiesepodido sospecharsu existencia.

Si el elipsoideterrestreruedaen efectoalrededorde unejeperpendicularal ecuador,la fuerzacentrífugadebecon-trarrestarunaporciónmayor del pesode los cuerposen lasregionesecuatoriales;y estotambiénhasido confirmadoporla experiencia.Un mismoe idéntico cuerpopesamenosenel ecuadorqueen los polos. Equilíbreseen el ecuadorel pesode un cuerpo dado, con otra potenciade diversaespecie:cuélguese,verbigracia,un pedazode plomo en la extremi-dadde un resorteespiral;y seecharáde ver que se extiendemásel resortey desciendemásel plomo en las altas latitudesque en las bajas.

Pudiera,contodo, creersequela configuraciónelipsoidede la tierra, supuestainmóvil, explica suficientementeestasuperior intensidadde la gravitación en las altas latitudes.Demuéstrase,enefecto,que las fuerzasatractivasde las mo-

léculasde un elipsoidehomogéneoobranjuntascomosi todasellas estuviesensituadasen el centrodel elipsoide;de que sesigue que obraráncon másintensidad sobreun cuerposi-tuadoa la superficiedel elipsoidecuantomenor sea la dis-tanciaentreel mismo cuerpoy el centro; y por tanto,conmás intensidadcerca de los polos terrestres,que cerca delecuador.Separemospues,si es posible,las influenciasde estasdos causas,la fuerzacentrífugay la configuraciónelipsoide.

La mecánicademuestraque,si se haceoscilarun péndulobajoel influjo devariasfuerzasen un tiempodado,lasinten-sidadesde éstasseráncomo los cuadradosde los númerosdelas oscilaciones.Por experimentosdirectossepruebaque un

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Cap. iii. idea del globo terráqueo

péndulode ciertalongitud hacemenornúmerode oscilacio-nes enel ecuadorqueen las latitudesintermediasy en lospolos.Luego es menorla fuerzade gravedaden el Ecuadorqueen las latitudesintermediasy en los polos. Pero¿cómomenor?Resultade los experimentosquela diferenciaentrela fuerzade gravedaden el ecuadory la misma fuerza enlos polos, es como -j-~-- de la primera; de maneraque, siun cuerpopesa 194 unidadesen el ecuador,pesará195 enlos polos. Por otra parte,se ha calculadoque en razón dela fuerza centrífuga sola, la diferenciadeberíaser como

y en razónde la figura de la tierra comoLa suma de estas dos fraccioneses con una cortísimadi-ferencia ~ 1

Estosdatosdansin dudaunagran probabilidada la ro-tación de la tierra. Perohaymás.

Es un hecho cuya explicación daremosmás adelante,queel aire ecuatorialse calientamásque el de las otrasla-titudes: por consiguiente,se enrarecemás, y enrarecidosehaceya incapazde resistir a la presiónlateral de la atmós-fera circunvecina,que se lanzasobreél y lo empuja haciaarriba. Acumulado allí se derramaalrededor, se enfría, ypasaa llenar el vacíoque se producehacia los polos por lacorriente atmosféricaque lo empuja. Establécensede estemodo en cada hemisferio dos corrientes atmosféricas,dos

1 Podemos pues valernos de las oscilaciones del péndulo para medir la cur-

vatura de la tierra. Los valores de la depresión polar deducidosde ellas han variadodesdeun doscientossesentay seis ayo hasta un trescientoscuatro ayo; pero prevale-ciendo números bastantecercanosa un trescientosayo.

De aquí la idea de emplear el largo dci péndulo de segundos en el ecuador comobase de un sistema métrico universal: voto expresadopor Bo.uguer,La CondamineyGodin, en un monumento célebre. Se lee, dice Humboldt, en la bella mesa demármol, que yo encontré intacta en el antiguo colegio de los jesuitas en Quito:“Penduli simplicis aequinoctialis unius minuti secundi archetypus,mensuraenaturalisexemplar, utinam universalis”.

El primero que propusoemplear el largo del péndulo de segundoscomo medidauniversal, tomando el tercio de este largo (que se creía constante sobre toda latierra) por el pie horario, unidad cuyo valor podría fácilmente comprobarse encualquier tiempo y país, fue Huyghens en su Horologium oscillatorium, 1673.

Las oscilaciones del péndulo están sujetas a influencias locales, que las hacendesviarsealgún tanto de su número normal. Se ha notado un aumento irregular dela fuerza de gravedad en muchas islas volcánicas. (Cosmos). (NOTA DE BELLO).

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Cosmografía

vientos:el uno del polo haciael ecuadoren las regionesin-feriores de la atmósfera;el otro del ecuadorhacia el poloen las regionessuperiores.

Pero supuestala rotación de la tierra, el aire que pasade los poios al ecuadortraemenor fuerzacentrífugaque lacorrespondientea las latitudes que nuevamenteocupa, yestedéficit de velocidadrotatoria haceque en cadapuntode suprogresose atrasealgo respectodel movimiento rota-torio de la tierra. La corrientede aire que,próxima a la su-perficie de la tierra, pasadel polo al ecuador,parecerápuesimpelidaensentidocontrarioal del globo, es decir,de orien-te a occidente;y combinadoeste aparenteimpulso con elmovimiento que la arrastraal ecuador,producirá una di-recciónresultante,queseráal sudoesteen el hemisferiodelnorte,y al noruesteen elhemisferiodelsur.

Habrá,por tanto, dos corrienteso vientosconstantes,ypor decirloasí,habituales,el nordesteenel hemisferioboreal,y el sudesteen el austral;y si es así,comolo es en efecto(sal-vas las irregularidadesproducidaspor accidenteslocalesycausasmeteorológicas),losvientos constantesde quehabla-mos (llamadosalíseos) nos ofrecenotro indicio no despre-ciable de la rotación de la tierra.

Compruébasela explicaciónanteriorpor la notabledi-ferencia de movimientosquese ha observadoentre las re-giones superioresy las inferiores de la atmósfera.SobreelPicode Tenerife reinacasi constantementeun viento fuerteen sentidocontrarioal de los alíseos,queagitana sus pieslasolas. En el año de 1812,el polvo volcánico arrojadode laisla de SanVicentepasóformandounaespesanubesobrelaBarbadacon asombrode sushabitantes,y fue a caeramásde cien millas de distancia,en opuestosentidoal de los vien-tosimpetuososqueallí soplan,y a que sólo puedensustraerselos buquespor un largo rodeo.En la travesíadel cabo deBuenaEsperanzaaSantaElena,eseclipsadamuchasveceslaluz del día por unamasainmensade nubesqueen las altascapasde la atmósferase dirige haciael sur.

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Cap. lii. idea del globo terráqueo

La región de los vientosalíseosabrazacomo 30 gradosaunoy otro ladodel ecuador.

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Aunque los pormenoresgeográficos no pertenecenanuestroasunto,no dejaremosde notar, como un hecho cu-rioso, que los continentesy maresestán distribuidosmuydesigualmentesobrela superficiede nuestroglobo,puespo-demosdividirla en dos hemisferios,uno de los cualescom-prendecasi todoslos continentes,y el otrose halla casiente-ramentecubierto por el océano.Los inglesesnotan con sa-tisfacción que Londres está casi en el centro del primerhemisferio.

En fin, paratener un conocimientocabal de la super-ficie del globo que habitamos,es necesariomedir tambiénla profundidadde las aguas,y la elevaciónde los montes.Paraaveriguarla profundidadde las aguas,se hace uso dela sonda; y venimos en conocimientode las elevacionesterrestrespor mensurastrigonométricasy por el barómetro.Comola atmósferapesamenossegúnnos elevamosen ella,el pesodel aire superincumbente,indicadopor el baróme-tro, da a conocerla alturadel parajea quese ha llevadoesteinstrumento.El nivel del mar es el plano aque se refierencomo líneasrectasperpendiculareslas alturasy profundi-dadesde nuestroglobo.

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Despuésde medida la tierra, era necesariopesarla.Loscálculosy experimentoshan dadocomo resultadoprobableque la densidadmediade toda la tierra, comparadacon ladel aguapura,eracomo 5.44a 1. Y como,por la naturalezade las rocasque componenlas capassuperioresde la partesólida del globo, se ve quela densidadde los continentesesapenascomo27, se sigueque ladensidadmediade los Conti-

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Cosmografía

nentesy mares,queforman comola cortezade nuestropla-neta,no alcanzaa 16 Estomuestraquela intensidaddelascapasinteriorescrececonsiderablementehacia el centro,seapor la presiónquesostienen,o por la naturalezade los mate-rialesde que se componen~.

* La densidadmedia de la tierra admitida hoy es 5,5.

La gravedadvaría según la latittsd mediante la fórmula:g = 978,049 (1 + 0,005288 scn

2q — 0,000 006 sen2p)

La cdrrección por altitud es: g = — 0,000 3086 h. (NOTA DE E. J. DUARTE).

1 Cosmos. (NOTA DE BELLO).

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CAPÍTULO IV

DEL SOL

1. Eclíptica, eq’uinoccios; signos; zodíaco. — 2. Movimiento aparente del sol entrelas estrellas; año sideral; solsticios; coluros; trópicos. — 3. Posiciones de losobjetos celestesreferidos a la eclíptica; eje y polos de la eclíptica; círculospolares;círculos de latitud; latitudes y longitudes de los objetos celestes.— 4. Paralaje.— 5. Variaciones en la velocidad del movimiento aparentedel sol en la eclíptica:variacionesen ci movimiento del sol en la ascensiónrecta, y en la duración deldía solar; día solar verdaderoy día sclar medio; tiempo aparentey tiempo medio;ecuación del tiempo. — 6. Movimiento elíptico del sol. — 7. Distancia de latierra al sol. — 8. Magnitud del sol. — 9. M’ovimiento aparentedel sol, explicadopor ci movimiento real de la tierra. — 10. Paralaje heliocéntrica; longitudes ylatitudes heliocéntricas. — 11. Paralelismo del eje terrestre.

1

La sendaaparentedel sol entrelas estrellases la circun-ferenciade un círculo máximo quese llama eclíptica,cuyoplano está inclinado al de la equinoccialen un ángulo decercade 23028’, llamadooblicuidadde la eclíptica~: la in-tersecciónde los dos planoses una línea rectacuyospuntosextremosse denominanequinocciovernal o de primavera,y equinoccioautumnalo de otoño,porqueel sol cruza laequinoccialpor el primerode estospuntoscuandopasadelhemisferioaustralal boreal,y la cruzaporel segundocuan-do pasadel hemisferio borealal austral; siendo el primerode estostránsitosel principio de la primaveray el segundoel principio del otoño paralos habitantesdel hemisferiote-rrestredel norte.Refiérensepuesestosnombresal hemisferio

1 El Naulical Almanac da para la oblicuidad de la eclíptica en !9 de enero

de 1848 un ángulo de 23°27’32”87. (NOTA DE BELLO).

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Cosmografía

norte, dondetuvo origen la astronomía,y se formó el len-guajede estaciencia; pero son enteramenteimpropios res-pectode nuestrohemisferio;por lo cual llamaremosal equi-noccio de primaveraequinocciode Aries, y al equinocciode otoñoequinocciode Libra, denominacionesqueconvie-nenen cualquierapartedel globo,y cuyosignificadovamosa explicar.

La eclíptica se divide en docepartes,de a 30°cadauna,llamadassignos,cuyosnombresson,por su orden:

Aries, . . . T Libra, .Tauro, . . ‘~‘ Escorpión, 111.Géminis, . . . Sagitario, .

Cáncer, . . . Capricornio,León, . . . . Acuario, . .

Virgo, . . . . Piscis, . . )-(

Paraauxilio de la memoria, se han comprendido (conligeras alteraciones)en estosversos:

Sunt Aries, Taurus, Gemini, Cancer,Leo, Virgo,Libraque, Scorpius, Arcitenens, Caper, Amphora, Pisces~.

El equinoccioen queel sol pasadel hemisferioaustralalboreal, es el primer punto de Aries; y el otro equinoccio,en quepasadel hemisferioborealal austral,el primer puntode Libra. Cuandose habla absolutamentedel equinoccio,se entiendeel de Aries, quees de dondeprincipian a con-tarse las ascensionesrectasy los horarios,y cuyo tránsitopor el meridianocelestefija el momentoprecisodel princi-pio y fin del día sideral de cadapaís.

1 Con respecto a Chile podemos traducirlos así:

Libra, Escorpión, Sagitarionos dan el tiempo florido:Capricornio, Acuario, Peces,el abrasador estío:Aries, Tauro y los Gemelos,el otoño en frutas rico:Cáncer, León y la Virgen,la estación de lluvia y frío.

(NOTA DE BELLO).

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Cap. IV. Del sol

Se llama zodíacouna zona celestequese extiende 9°aunoy otro ladode laeclíptica, notablepor serella el espacioen que vemosmoverselos principalesastroserrantes.Diví-deseelzodíacoen docecasillas,quese llaman tambiénsignosy correspondena los de la eclíptica.

Perono debenconfundirselos signosconlas doceconste-lacionescuyos nombresse les han impuesto. El signo deAries no tiene nadade comúnconla constelaciónde Aries.Despuésveremosla causadel doble significadoque tienenactualmentelos nombresde los signos.

Mientrasque laesferacelesteruedaal parecerde orientea occidente,llevándoseen movimiento uniforme el sol, laluna y todos los astros,el sol pareceademásmoverseen laeclípticaensentidocontrario,estoes,de occidenteaoriente;recorriéndolaen 365~’

6h 9m 9S. 6 solares,o 366d 6h 905 95. 6siderales.Enefecto,por el hechodeefectuarseel movimientoaparentedel sol entrelas estrellasen direccióncontraria alaparentemovimientodiurno del mismosol y de las estrellas,es necesarioque el sol se atrasecadadía respectode éstas;y de esos atrasosacumuladosreultará que al cabodel añohabráhecho unarevolución diurna menosque las estrellas;de maneraqueel mismoperíodode tiempo que se mide por366 días 6 horas9 minutos96 segundossiderales,se midepor 365 días6 horas9 minutos96 segundossolares.Por con-siguiente,el día solaresal sideralcomo1.00273791 a 1.

El períodoanualantedicho,compuestode 3650 6h ~m 95. 6

solares,se llama añosideralo sidéreo,porqueesel tiempoquegastael sol en volver a las mismasestrellas,estoes, al mismopunto de la esfera.

Suponemosque la posición de la eclíptica en la esferaestrelladaes invariable. Estasuposición,a la verdad,no esdel todoexacta;pero la variedades tan corta,quepodemos

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Cosmografía

mirar la eclíptica como fija en la esferapor muchosañossucesivos,y aunpor siglosenteros.

Caminandoel sol de occidente a oriente, su ascensiónrecta es másgrandecadadía, desdeque sale del equinocciode Aries, dondela ascensiónrecta es cero, hastaque vuelvea él. A susalidadel equinocciode Aries, se aleja de la equi-noccial, declinandoprogresivamenteal norte, hasta quellegaa los 90°de ascensiónrecta.Desdeestepunto retrocedehaciala equinoccial,hastaque la cruzaa los 180°de ascen-sión rectaenelequinocciode Libra. Llegado aesteequinoc-cio, declinaalsur; peroalos 270°de ascensiónrecta,cambiaotra vez de rumbo, acercándosemásy mása la equinoccial;y vuelve al fin a encontrarseen el equinocciode Aries, don-de empezósu carrera. Los puntosde máxima declinaciónse llamansolsticiosel primero de estíoel segundode invier-no; términosadecuadosal hemisferiodel norte, peroquenoconvienen al nuestro. Llamaremosal primero solsticio deCáncer,y solsticiode Capricornio al segundo,porqueen es-tos puntossolsticialesprincipianlos signosde Cáncery deCapricornio.

El círculo máximoquepasapor los polos de la equinoc-cial y por ios equinoccios,se llama coluro de los equinoccios;y el círculo máximoquepasapor dichospolosy por lossols-ticios, coluro de los solsticios.

Sellaman trópicosdos círculosparalelosa la equinoccialque pasanpor los solsticios,y que consiguientementedis-tan de la equinoccialun arco igual a la oblicuidad de laeclíptica. Dióseles ese nombreporque, llegado a ellos elsol, revuelvehacia la equinoccial: (trópico se deriva de unverbo griego que significa dar vuelta). Distínguenseconlos mismosnombresque los respectivossolsticios.

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Las posicionesde los astrospuedenreferirsea la eclíp-tica, lo mismo que a la equinoccial.

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Cap. IV. Del sol

Concibamosen la esfera celestedos puntos opuestos,equidistantesde la eclíptica en todas direcciones,y unalínea recta entre ellos, queserá,por consiguiente,perpen-dicular al planode la eclíptica, y pasarápor su centro; quees al mismo tiempo el centrode la equinoccialy el centrode la tierra. Estalínearectaes el eje de la eclíptica,y aque-llos dos puntossus polos, que se distinguencon los mismosnombresque los polos de la equinoccialvecinosa ellos. Eleje de la eclíptica está necesariamenteinclinado al delecuador celeste en el mismo ángulo que los respectivosplanos,que, como antesdijimos, es de cercade 23°28’;y esclaro que, entre cada polo de la eclíptica y el de la equi-noccial vecino a él, debehaberesa misma distanciaangular.

Si concebimos,pues, dos círculos paralelos a la equi-noccial quepasecadauno por un polo de la eclíptica, estosdos círculos (llamadospolares) estaráncomo a los 66°32’de declinación,que es el complementode la oblicuidaddela eclíptica.

Llámanse círculos de latitud en la esfera celeste, loscírculos máximos que pasan por los polos de la eclípticay le son consiguientementeperpendiculares.La latitud deun objeto celestees aquelarcode su círculo de latitud, quemediaentreél y la eclíptica; cuéntasedesdecerohasta90°,

estandoel ceroen la eclíptica, y el 900 en uno de los polosde ésta; y se distingueen borealy austral. La longitud deun objeto celestees aquel arco de la eclíptica, que mediaentreel equinoccioy su círculo de latitud. La longitud secuentasobrela eclípticade occidentea oriente, desdecerohasta 360°,tomandopor punto de partida el equinoccio.

Conocidala ascensiónrecta y la declinaciónde un ob-jeto celeste,es fácil deducirde ellaspor mediode la trigono-metríaesféricasu longitud y latitud; y viceversa.

La ascensiónrecta, la declinacióny la longitud del sol,varíande un instantea otro, la latitud no puedemenosdeser siemprecero.

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Cosniografía

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Paralas estrellas,como antesdijimos, es de ningunaim-portanciala diferenciaentreel horizontesensibley el hori-zonte racional. Pero respectode los demásastrosno es lomismo.

Si suponemosdos observadores,Pedroy Juan,que,co-locadosa cierta distanciade una torre, la refieran a la es-fera celeste,sucederáque la cúspideo punta de la torre seles proyectarásobrediferentespuntosde la esfera:si Pedroestá al este de Juan, su punto de proyecciónen la esferaestaráal oestedel punto de proyecciónde Juan, y recí-procamente.La distanciaangularentre los dos puntos deproyecciónserá tanto menor, cuantomás distante de losobservadoresestuvierela torre.

Esto mismo sucedecon los astros cuya distanciade latierra no es tan grandequepuedaconsiderarsecomo infinitarespectodel radio terrestre; que es el caso en que, se en-cuentrantodos los objetos celesteserrantes,o que varíande situaciónentre las estrellas.Así dos observadorescolo-cadosen distintos parajesde la tierra referiránestos astrosadiferentespuntosde la esfera: la distanciaangularde lospuntos d.c proyecciónserásin dudamuy pequeñacompara-da con la del ejemplo anterior,por lo muchoquedista denosotrosaunel máscercanode los astroserrantes;pero serásin embargo apreciable.Por consiguiente,para que seancomparableslas observacionesde estos objetos,es menestertomar en cuentala distanciaangularde la proyección,re-firiéndolas a un horizonte determinado,o mejor, al hori-zonte racional. Debe,pues,corregirsela proyección,redu-ciéndolaa la del ojo de un observador,colocadoen el centrode la tierra.

Figurémonos dos observadores,Pedro y Juan, aquélcolocado en la superficie y éste en el centro del globoterráqueo,mirando ambosun mismo objeto celesteen un

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Cap. IV. Del sol

momentodado.Los puntosde proyecciónde Pedroy Juanestaránen un mismocírculo vertical, y Pedroveráel objetomásabajoqueJuan.La distanciaangularentrelas dos pro-yeccionesdependemanifiestamentedel ánguloqueformandoslíneastiradas desdeel objeto celeste (que consideramoscomo un punto) a las dos extremidadesdel radio terrestreque terminaenPedro.Esteángulose llama paralaxeo para-laje, quequieredecir mutación; y por lo dicho es evidentequeel efectode la paralajeserásiempredeprimir el objetoen un círculo vertical.

La paralajede los objetosequidistantes,o de un mismoobjetoque no varíasensiblementede distanciacon respectoa nosotroses mayoramayordistanciadel zenit 1: la paralajede estosobjetosllega pues,a su máximo, cuandolos vemosen el horizonte: llámaseentoncesparalaje horizontal2,

La paralajede que hemoshabladose distingue con eltítulo de diurna o geocéntrica(relativa al centrode la tie-rra) ; hay otra de que hablaremosmás adelante,llamadaanual o heliocéntrica (relativaal centrodel sol). La palabra~ara!ajeusadaabsolutamentesignifica la paralaje geocén-trica.

Suponemossiempreque las posicionesdel sol se observandesdeel horizonteracional, o en otros términos,que se hacorregido en ellasel efecto de la paralaje,ademásdel de larefracción.

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Observadoel movimiento del sol en la eclíptica, desdeque saledel equinocciode Aries, se hechade ver que no es

1 Es en razón del sesao de la distancia zenital. (NOTA DE BELLO).

2 Como los arcos pequeñosson proporcionalesa sus senos, la paralaje corres-

pondiente a cualquier altitud aparentees igual al producto de la paralaje horizontalpor el seno de la distancia al zenit.

La distancia del objeto es al radio de la tierra, como la unidad es al seno de laparalaje horizontal. Se obtiene, pues, la distancia de un objeto celeste, dividiendoel radio de la tierra pcr el seno de la paralaje horizontal, y viceversa, el seno dela paralaje horizontal dividiendo el radio de la tierra por la distancia del objetoceleste. (NOTA DE BELLO).

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Cosmografía

uniforme. Si lo fuesepodríamossabersu longitud en cual-quier momentodado, porque entre la longitud y la cir-cunferenciaenterao 360°,habríala misma razónqueen-tre el tiempo quehastaaquelmomentohubieseconsumidoel sol desdesu salida del equinocciode Aries, y el tiempode su revolución completa.

El incremento de longitud en 24 horassolaresmediases, por término medio, 59’8”~33; pero hacia el 31 de di-ciembre el sol ganaen longitud, en ese espaciode tiempo,1°1’9” 9, y hacia el 1~de julio 57’l 1” 5. Tales son loslímites máximo y mínimo y el valor mediode la velocidadaparentedel sol en su órbita.

Aun cuandofueseuniforme el movimientodel sol en laeclíptica, el incremento de su ascensiónrecta de día endía no podría serlo,por la oblicuidad de aquelcírculo res-pecto de la equinoccial,en que se mide la ascensiónrecta.¿Qué será, pues, cuando a esta causa de diferencia sejunta la velocidadvariablecon queel sol recorresuórbita?El incrementode la ascensiónrectaes rápido hacia los sols-ticios y lento hacia ios equinoccios;hacia el solsticio deCapricornio llega a su máximo,y hacia el equinocciodeLibra a su mínimo.

Como el día solar verdaderoes el tiempoque trascurreentredos tránsitossucesivosdel sol por el meridianoceleste,es claro que, si el sol no variara de ascensiónrecta, la du-ración del día solar verdaderosería constantementeunamisma, y no se diferenciaríade la duración del sideral,porque ambosse mediríanpor el tiempo que gastala esferaen unarevolución completa,el cual es, como antesvimos,una cantidad invariable. También es claro que, si el solse movieseuniformementeen ascensiónrecta,si, por ejem-plo, se alejasedel equinoccioun gradocadadía, de occidentea oriente, habría una razón constanteentre la duracióndel día sideral y la del día solar verdadero.Pero ambassuposicionesson falsas. El sol se aleja del equinoccio enascensión recta, de occidente a oriente; y la oblicuidad

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Cap. IV. Del sol

de la eclípticapor unaparte, por otra la varia velocidaddel sol, hacen que su movimiento en ascensiónrecta seaunosdíasmás y otros menos.Prodúcese,por consiguiente,una fluctuación considerableen el tiempo del mediodíanatural,que es el momentoprecisoenqueel centrodel solatraviesael meridiano.Entre dosmediodíastrascurre,pues,más o menostiempo: en otros términos, el día solar ver-dadero es una cantidad variable. Es más largo hacia elsolsticio de Capricornio que hacia el solsticio de Cáncer,más largo hacia el solsticio de Cáncerque hacia el equi-noccio de Aries; y hacia el equinocciode Libra es máscorto queen ningunaotra épocadel año.

Tomemosun términomedio de todoslos días del año;tendremosasí el día solar medio, quees el queanteshemoscomparadocon el sideral. Distinguiremos,por consecuen-cia, un mediodía,natural o aparente,quees aquelmomentoprecisoen queel centrodel sol atraviesael meridiano,y unmediodíamedio, que es el que observaríamossi la eclípticano fueseoblicua ni la velocidaddel sol, variable. El tiempoaparentees el que correspondeal verdaderocurso del solen su aparenterevolución diaria, señaladopor un relojde sol bien construido;el tiempomedio,el de los péndulosastronómicosperfectos.

El mediodíaaparenteviene a vecesmás de 16 minutosantesqueel medio,y otrasvecesmásde 14 minutosdespués;io que hace una fluctuación de más de media hora. Ladiferenciaentrelos dosse llama ecuacióndel tiempo (por-queen la astronomíase llama ecuaciónla cantidadnumé-rica quedebeañadirseo quitarsea ios valoresmediosparaobtenerlos verdaderos,o recíprocamente),y se calcula einsertaen las efeméridesparacadadía del año.

Nótese que los astrónomoscuentan las horasdesde cimediodíaprincipiandoen 1 y acabandoen 24.El día civilprincipia a medianoche;y según costumbrede la mayorpartede los puebloscristianosse cuentanlas horasdesde1hasta 12, principiando la primera serie a la medianoche,

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Cosmografía

y la segundaa mediodía.Así 7” 4910 tiempo astronómico,son las 7 y 49 minutos de la tarde, tiempo civil: y las 1 5”35m del i°de enero,tiempo astronómico,son las 3 y 35 mi—nutosde la mañanadel 2 de enero, tiempo civil ‘~.

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Correspondena las variacionesde la velocidaddel solen su órbita, las de su magnitudaparente,pues medido sudiámetropor un instrumentopeculiarllamado heliómetro,parecetener hacia el 31 de diciembre32’35”~6, que es elmáximo,y hacia el 10 de julio 31’31”~0, que es el mínimo;y de estasvariacionesde su diámetro aparentese coligenlas de sudistanciacon respectoa nosotros,quedebeserenrazóninversadel diámetro..Por consiguiente,sus distanciasmáxima,media y mínima son como los números1,01679,1,00000,y 0,9832; de maneraquesu velocidaden longitudcrece cuandomenguasu distancia,y viceversa. La tierrapuesno está en el centro de la órbita solar: su distanciadel centro se llama excentricidady equivale a 0,01679 desu distanciamediaal sol, queparael asuntoquenos ocupapuedeconsiderarsecomola unidadde medida.

Multiplicadas las observaciones,se echa de ver que laverdaderaforma de la órbita solar no es un círculo sinouna elipse, y que la velocidaddel sol en ella no sigue lasimple razón inversa de su distancia a la tierra. Képler,a quien se debe el descubrimientode la elipticidad de laórbita solar, promulgó la ley de las variacionesde la velo-

* Los astrónomos cuentan ahora el tiempo a partir de medianoche, deO a 24 horas. De modo que las 3” 35°’ del día i

9 de enero, por ejemplo, son las3h 3505 de la mañana de ese día; en tanto que l5~’ 3505 son las 3 y 35 minutos

de la tarde de ese mismo día.La hora universal es la hora, tiempo medio, del meridiano del Observatorio de

Greenwich. En cada país se ha fijado por ley una hora para todo el tcrritcrio lla-mada hora legal. Es la hora de Greenwich aumentadao disminuida de urs númeroexacto de horas, según que el país se halle al Este o al Oestede Greenwich. Paraesto se ha dividido el globo terrestreen 24 husos horarios. En Venezuela la hcralegal es la de Grcenwich disminuida de 4” 30m. (NOTA DE F. J. DUARTE).

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Cap. IV. Del sol

cidaddel sol en ella, en estostérminos:suponiendola tierrainmóvil y el sol en movimiento,el radio vector (o la línearecta entre los centros de la tierra y del sol) describiráen iguales tiemposáreasiguales,y las áreasseránsiempreproporcionalesa los tiempos.

Podremos,pues,formular el aparentemovimientoanualdel sol, diciendoque se ejecutaen un plano, cuya proyec-ción en la esferacelestees el círculo máximollamadoeclíp-tica; que la órbita solares unaelipse; quesu excentricidades 0,01679 de la distanciamedia del so1 a la tierra; que latierra estásituadaen uno de los focos de estaelipse; y quela velocidaddel sol en la elipsees variable,pero de tal ma-nera,que el radio vector describesiempreáreasproporcio-nales a los tiempos.

Falta todavíadeterminarla posición de estaelipseen elplano de la eclíptica. Una elipseno es como un círculo, enque, conocidosel centro, el plano, y el tamañodel radio,está dicho todo. En la elipse, es necesarioconocertambiénla excentricidad,que determinasu forma, y la direcciónde su diámetromáximo,quepasapor los focosy el centro,y se llama su eje mayor. Además,en el caso presente,esprecisoquesepamosen cuál de los dos focos pareceestarla tierra.

Sabemosya la excentricidadde la elipse solar, y porconsiguiente,su forma que se aleja muy poco de la delcírculo. Por lo que toca a la direccióndel eje mayor, que-dará determinadapor las longitudes de sus extremidades,llamadas ápsides, que son necesariamenteel perigeo y elapogeodel sol, o los puntos de su máxima y mínima dis-tancia a la tierra. Peroen realidad bastasaber la posiciónde uno de ellos,porquesus longitudesno puedenmenosdetenerentre sí unadiferenciade 180°.Y conocidala longi-tud del perigeoo del apogeo,quedatambiéndeterminadoen ‘cuál de los dos focos pareceestarla tierra.

El perigeoestáactualmentecomo a 280°de longitud, ocomo 10°al estedel solsticio de Capricornio; y creciendo

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Cosmografía

la velocidaddei sol en razón de su cercaníaa la tierra, sí-guesequedescribeen menostiempo la porción austral dela eclípticaque la porción boreal; en otros términos, quegastamenos tiempo en pasardel equinoccio de Libra alequinocciode Aries, quedel equinocciode Aries al equinoc-cio de Libra.

7

En la astronomíase demuestraque,conocidala paralajehorizontal de un objeto celeste (para lo cual se empleanvariosmedios,uno de ellosel cotejode observacioneshechasenlatitudesterrestresremotas),sepuedepor ella determinarla distanciadel objeto en leguas,millas u otra medidaespe-cífica. La paralajehorizontaldel sol es como de 8”~6 portérmino medio; y de ella se deduceque sudistanciamedianopuedesermenosde 23,984vecesel radio terrestre,o como34‘/z millones de leguasde 25 al grado~.

8

Combinadoel dato de la distanciacon el del diámetroaparente,resulta que el diámetro real del sol es como de315.000 leguas (siemprede 25 al grado).Excedesu diáme-tro al de la tierra en la proporción de 109 . 93 a 1; y suvolumen es al de nuestroglobo como 1,328,460 a 1.

9

¿No seránatural, atendidala diferenciaenormede ve-lumen entreel sol y la tierra, que sea la tierra la que gira

* La paralaje horizontal del sol es de 8”,80. La distancia media de la tierra

al sol es de 23 439 veces el radio ecuatorial terrestre, o sea de 149 504200 ki-lómetros. (NOTA DE E. J. DUARTE).

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Facsímil de la portada de la primera edición de Caracas,1853, de la Cosmo-

grafía.

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Cap. IV. Del so1

en torno al sol, y no al contrario? Segúnel sistema de laatracción universal, cuya certidumbre está hoy perfecta-mentedemostrada,ninguno de los dos, rigurosamenteha-blando,debemoversealrededordel otro, sino ambosalrede-dor de su centro común de gravedad;y puestoque porcálculos fundadosen fenómenosbien observadosse pruebaque la masao cantidadde materiadel sol es a la de la tierracomo 355,000 a 1, el centro común de gravedadde estosdos cuerposno puedeestara unadistanciaconsiderabledelcentrodel sol. En efecto, se calcula por esosdatosqueestadistanciaes como de 95 leguaso 1/3300 del diámetrosolar.Miraremos, pues, al sol como el centro, comparativamenteinmóvil, alrededordel cual describela tierra una órbitaelíptica, de las dimensionesy excentricidad,y con las va-riacionesdevelocidad,arriba dichas,ocupandoel sol uno delos focos de la elipse; desdedondederramaen todasdirec-ciones la luz y el calor, tan necesariospara la vida de losseresorganizados.Despuésveremos confirmada esta idea.

10

Paraconcebircon claridad los movimientosverdaderosde la tierra y de los planetas,podemostrasladarnosen ima-ginaciónal sol, desdedondeios contemplaremosdespojadosde las aparienciasilusoriasqueles dé la instabilidaddel pun-to de observaciónen queestamosacostumbradosa verlos.A la maneraquepor la paralajediurna se refieren al cen-tro de la tierra posicionesque se observansobresu super-ficie, por la paralajeanual o heliocéntricalas referimos alcentro del sol, o más bien, al centro común de gravedaddel sol y de todoslos cuerposque forman un sistemaparti-cular con él y con la tierra. La paralaje diurna proyectalos objetossobreunaesferade infinito radio, cuyo centroes el mismo que el de la tierra; la paralaje heliocéntrica,sobreunaesfera casi concéntricaal sol. Nacende aquí las

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longitudes y latitudes heliocéntricas,que son las que unespectadorenelsol mediríasobrela eclípticay sobrecírcu—ios perpendicularesa la eclíptica, esto es, al círculo má-ximo trazadoen el cielo por la infinita prolongacióndelplanode la órbita terrestre.

Fácil es ver que la latitud heliocéntricade la tierra essiemprecero,y su longitud heliocéntricaigual siemprea lalongitud geocéntricadel sol —E- 180°.Cuando el sol estárespectoa la tierra en el equinocciode Aries, la tierra estárespectodel sol en el equinocciode Libra; y cuandoaquélestá paranosotrosen el solsticio de Cáncer,nuestrogloboestáparael sol en el solsticio de Capricornio.El apogeodelSol es el afelio de la tierra; y el perigeodel primero, el pe-rihelio de ésta.La longitud heliocéntricadel perihelio de latierra es corno de 100° (99°30’5” en 1801), o como 10°más allá del solsticio de Capricornio.

En general, se llama afelio el punto en que un astrodista más del sol; y perihelio, ei punto en que se acercamás a él.

11

El eje de la tierra mira constantementea dos puntosfijos de la esferaceleste,queson los dos polos australy bo-real; lo que no puedeexplicarsesino suponiendo:

i° Que el eje de la tierra se mantiene constantementeparalelo a sí mismo, describiendoen su revolución anualla superficie de un vasto cilindro, que tiene 69 millonesde leguasde diámetro,y cuyo eje o líneamedianapasaporel sol, y estáinclinadaal piano de la eclíptica en un ángulode 66°32’, quees el complementode la oblicuidad de laeclíptica; y

2~Que este inmensocilindro es como una línea recta,y 69 millones de leguas como un punto, respectode ladistanciaa que se hallan del sol las estrellas.

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CAPÍTULO V

DE LAS PERTURBACIONES DEL MOVIMIENTO ELÍPTICODE LA TIERRA

1 - Perturbacionesperiódicas y seculares.— 2. Oscilaciones secularesy periódicasde la oblicuidad de la eclíptica. — 3. Precesión de los equinoccios. ‘— 4. Añosideral y año trópico: relación del día solar al sic’eral. — 5. valor variable delaño trópico. — 6. Anomalía y año anomalistico. — 7. Variación de la excen-tricidad. — 8. Recopilación.

1

En la idea que hemosdadodel movimiento elíptico dela tierra, hemosprescindidode varias pequeñasperturba-ciones,que ya es tiempo de indicar.

Lasunasse llaman periódicas,y son las queoscilan,pordecirlo así, en cortosperíodos;las otrasson tambiénperió-dicas, pero se desarrollanen siglos y se llaman por esoseculares.

De ambasespecieslas hay en la oblicuidadde la eclíp-tica.

2

El plano de la órbita terrestre,que hastaahorahemosmiradocomofijo, varíade posiciónen el espacio.La eclíp-tica no pasaconstantementepor unosmismospuntosde laesferaceleste.

De aquí los varios valoresasignadosa la oblicuidaddela eclíptica por los astrónomosde diferentessiglos; valores

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Cosmografía

que han ido en diminución progresivahastanuestrotiem-po, y cuya variedadno puede,por consiguiente,atribuirsea lo imperfecto de las observaciones.De aquí tambiénlasvarias latitudes de las estrellasen épocasremotas.Las queantesestabanal ladoborealde la eclípticacercadel trópicode Cáncer,o al lado austral de la misma,cercadel trópicode Capricornio, se han alejadode la eclíptica, sin que lasestrellashayanvariadode posiciónentresí; al paso que lasestrellasqueestabanpróximasa los mismos solsticios,peroentrela eclípticay la equinoccial,se hanacercadoa la pri-mera,y algunasla tocanya, o hastase vendel ladoopuesto.

Pero en realidad todas las estrellas participan de estemovimiento,unasmás,otrasmenos;y la diferenciaes exac-tamentela que correspondea unadiminución de la obli-cuidad de la eclíptica, como si éstagirasesobrela línea delos equinoccios;de maneraque el plano de la eclípticaseva progresiva,aunquelentísimamente,acercandoalplanode la equinoccial.

La disminuciónde la oblicuidadde la eclíptica no serásiempreprogresiva.Vendrá tiempoen queestemovimientoempiecea retardarse;despuéscesaráenteramente,y la obli-cuidadpareceráinvariable.Peroen seguidase veráotra vezvariar en sentidocontrario; la eclíptica se alejará poco apoco de la equinoccialen los mismos términosy segúnlosmismos períodospor los cualesse habíaacercadoa ella; yestos movimientos alternativosproducirán una oscilacióneternacomprendidaentrelímites fijos. No hanpodido de-terminarsetodavíaconbastanteexactitudestoslímites; perose cree que abrazanun pequeñoespacio,que no llega a 1°21’ por un ladoy por otro ~.

La oblicuidad de la eclíptica decreceactualmente48”por siglo. En 1? de enerode 1843, era de 23°27’35”~15 1;

* La oblicuidad de la eclíptica el i9 de enero de 1955 es de 23°26’42”,N.

Para una fecha t cualquiera se la calcula por la fórmula: 23°27’08”,26 — 0,4684(t — 1900). (NOTA DE F. J. DUARTE).

1 En 1~ de enero de 1848,23°27’32”87. (Nautical Alsnanac). (NOTA DEBELLO).

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Cap. V. Perturbacionesdel movimientoelíptico

más éste es sólo un término medio, despojadode las per-turbacionesperiódicas.La más considerablede ellas estásujetaa un períodode 18 a 19 años,es decir, queal cabode este tiempo, todo lo que dependede esta variación secompensa,y no quedamás que el efecto constantede ladisminuciónprogresiva.La segundaesmuchomenosconside-rable,pues sólo dura medio año.

Atendiendopues,al solo efectode las causasconstantesque rigenactualmenteel sistemadel mundo,se puedeafir-mar queel plano de la eclíptica no ha coincidido ni coin-cidirá jamás, con el plano del ecuador; fenómenoque sisucediese,produciríasobrela tierra unaprimaveraperpetua.

3

Observandola ascensiónrecta de las estrellasen dife-rentesépocas,se notan, aun a cortos intervalosde tiempo,diferenciasnotables.La ascensiónrectade todaslas estrellasaumenta:sus horarios se alejan continuamentedel horariodelequinoccio,en el sentidodel movimientoanualde la tie-rra,estoes,de occidentea oriente.Al mismo tiempo,varíantambiénlas declinacionesde las estrellas: la equinoccialnopasaya por las mismasqueantes.De modoquela situaciónde las diversasconstelaciones,respectode la equinoccialy delos equinoccios,es muy otra de la que los antiguos astró-nomos describieron.

Estosmovimientosreferidos a la equinoccialno presen-tan unaley manifiesta;peroreferidos a la eclíptica, se des-cubreen ellosuna armoníamaravillosa.Al pasoque las la-titudes de las estrellasno experimentanmudanzaalguna,sino la que resulta naturalmentede la oscilación qu& pocoha indicamosen la oblicuidad de la eclíptica,las longitudesde todas las estrellascrecen, y el incrementoes igual entodas.De suerteque todosestos astrosparecenmoverseenel cielo paralelamenteal plano de la eclíptica; como si la

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esferacelesterodasealrededordel eje de la eclíptica conunmovimientolentísimo, de occidentea oriente.En virtud deestarotación,cadapoio dela equinoccialdescribeun círcu-lo alrededordel polo de la eclíptica vecino, con una velo-cidad de ~ 10 por año, recorriendo,por tanto, la cir-cunferenciaenteraen un períodode 25.868 años.

De aquí resulta que los equinocciosno correspondenconstantementea unos mismospuntos de la esfera; el solvuelvea laequinoccialantesde volver a las mismasestrellas;los equinocciosse adelantan,por decirlo así, a recibir alsol; y por esose ha llamadoa estefenómenola precesióndelos equinoccios.Cadauno de los puntosequinoccialestienepuesen el ecuadorcelesteun movimiento retrógrado,estoes, de orientea occidente,envirtud del cual corre cadaaño5O”~10 y toda la circunferenciaen 25.868 años.

Fácil es ver queestemovimientode la esferaes unaapa-rienciaproducidapor el movimiento verdaderodel eje dela tierra porquelos poios de la equinoccialno son másquelos puntosa queestá dirigido por sus dos extremidades’eleje terrestre; y si pareceque cadapolo de la equinoccialdescribeun círculo alrededordel respectivopolo de laeclíp-tica, consisteen que el eje terrestremira sucesivamenteacadapuntode la circunferencia;describiendoconsiguiente-mentedos conos,cuyo ánguloes de 46°56’, o dos veces laoblicuidad de la eclíptica, y cuyos ápices se tocan en elcentrode nuestroglobo. Combínansepues los movimientosdiurnoy anualde la tierra conel dela precesiónde los equi-noccios,exactamentecomo en un trompoque no baila de-rechose combinael movimientode todo el trompo sobreelsueloconel giro alrededorde supropio eje, y con el movi-miento cónico de este eje.

Un efectovisible de la precesiónes que ciertasestrellasy constelacionesse van acercandolentisimamentea los po-los, al paso que otrasse retiran. Consérvansememoriasdeun tiempoen que laestrellapolar, o el alpha de la Osame-nor, distaba 12°del polo norte; hoy sólo dista 1°34’, y se

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Cap. V. Perturbacionesdel movimientoelíptico

acercarátodavía más, hasta que sólo diste medio grado;despuésde lo cual se retirará, dandolugar a otras que lasucedanen el oficio de alumbrarel poio. De aquí a 12.000

años,la estrellaVegade la Lira, la másbrillante del hemis-ferio boreal, se acercaráhasta 5° del polo, de que ahoradistamásde 51°,y lo señalaráal marinero. Igualesmutacio-nes sucederánen nuestro hemisferio celeste.Achernar, enla constelaciónde Erídano,estaráalgun día a pocadistan-cia del polo antártico, y podrá guiar a los que naveguenpor los maresdel sur.

Para cadapueblo de la tierra variará en este inmensoperíodoel aspectograndiosoy pintorescode la bóvedace-leste.Vendrá un día (diceHumboldt) en que las brillantesconstelacionesdel Centauroy de la Cruz del Sur seránvisi-bles en nuestraslatitudes boreales,al paso que otras estre-llas, como Sirio y el Tahalí de Orión, no subirán sobrenuestrohorizonte. Estas consideracionesponen de bulto,por decirlo así, la grandezade estosmovimientos,que pro-ceden conlentitud, pero sin jamás interrumpirse,y cuyosvastosperíodosforman como un eterno reloj del universo.

El descubrimientode la precesiónsube sólo al tiempode Hiparco. Antes de él, se creíaqueel sol, retornandoalmismo equinoccio,retornabaa las mismasestrellas;y comola posiciónde esteastroenel cielo reglabalos trabajosde laagricultura,desdela más alta antigüedadse habíadivididola eclípticaen doceporcionesiguales,llamadassignos,quecorrespondíanjustamentea las constelacionesAries, Tauro,etcétera,comenzandopor el equinocciode Aries, principiodela primaveraenelhemisferioboreal.Perode entoncesacáha variadomuchoel aspectodel cielo; los equinoccioshanretrogradadoen la eclíptica; y si en tiempo de Hiparco elequinocciode Aries estaba en la constelacióndel mismonombrehoy no sucedeasí: el equinocciode Aries estáen laconstelaciónde Piscis,el solsticio de Cánceren la constela-ción de Géminis, el equinocciode Libra en la constelaciónde la Virgen, el solsticio de Capricornioen el Sagitario; y

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Cosmografía

todoha retrogradadoun signoentero. Débensepuesdistin-guir los signos,quetienenuna relaciónfija con los puntosequinocciales,de las constelacionesdel zodíaco,quesonmó-viles respectode esosmismospuntos

En la precesiónde los equinoccios,hay pequeñasper-turbacionesperiódicas,ligadascon las quehemosnotadoenla oscilaciónsecularde la eclíptica. Una de ellasestá sujetaa un períodocomode 19 años.Si no hubieseel movimientode precesiónde los equinoccios,cadapolo de la equinoccialdescribiríaen el cielo, en virtud de estaperturbaciónperió-dica, unapequeñaelipse; cuyo eje mayor, dirigido al polode la eclíptica,seríade 18” 5, y el menorde 13”74. Combi-nadoestemovimiento,llamadonutación, con el de la pre-cesión de los equinoccios,produceun giro undulado,que

* Es fácil determinar las ascensionesrectas del sol en los momentos en que

entra en los signos del Zodíaco. Las diferencias de ascensiones rectas sucesivas delsol, se hallan proyectando sobre el Ecuador, mediante círculos de declinación, losarcos correspondientesde la Eclíptica que son todos iguales a 300.

Así, se tiene en la figura adjunta: -

Ang. 5 ~y E = oblic. de la Eclíptica 23°26’45”,3.En los triángulos rectángulos5 ? E, S’ y E’, S” y E”, se tendrá,

por ser yS = S 5’ S’ 5” = 30°;

tg y E tg 30° cos 23°26’45”,3

tg y E’ tg 60° cos 23°26’45”,3

Luego, EE’1h 59m 37’,9; E’E” = 2”

Se obtiene así el cuadro siguiente:

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(NOTA DE F. J. DUARTE).

En el momento de entraren el signo de

y E = 1” Slm 38’,3

y E’ 3” Sim 16’,2

8m 43’,S.

Ar O Dif.Meses

Aries Marzo lbOOmOOs,O . - I”Sl°’38’,3Taurus Abril . - . . 1. 51. 38,3 . - . - 1. 59. 37,9Gemini Mayo . . . . 3. 51. 16, 2 . - - - 2.08.43,8Cancer Junio 6. 00. 00, 0 . . - 2. 08.43,8Leo Julio - - . . 8.08.43, 8 . . - - 1. 59. 37,9Virgo Agosto . . . . 10. 08. 21,7 . - . - 1. 51. 38,3Librae Setiembre . . . 12. 00. 00,0 , . - . 1. 51. 38,3Scorpii Octubre . - . 13. 51. 38, 3 . - . - 1. 59. 37,9Sagittarii Noviembre - . . 15. 51. 16,2 - - - - 2.08.43,8Capricorni Diciembre . - . 18. 00.00,0 . - . . 2.08.43,8Aquarii Enero 20. 08. 43, 8 . . - . 1. 59 37,9Piscis Febrero - - - . 22. 08. 21,7 . . . . 1. 51. 38,3Aries Marzo 24. 00. 00, 0

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Cap. V. Perturbacionesdel movimientoelíptico

puede representarsepor un círculo como el de la figura3, aunqueen él ha sido preciso exagerarenormementelasundulaciones.

Hay otra nutaciónmenor sujeta al periodo de medioaño,la cual produceen cadaundulaciónde lasqueacabamosde indicar otras undulacionesmás pequeñas.

De una y otra resultan fluctuaciones correspondien-tes en la posición del equinoccio de Aries y de todos iossignos,y por consiguiente,en todas las ascensionesrectas,y en todaslas longitudes.Hay, pues,un equinoccioverda-det~o,afectadopor las nutaciones,y un equinocciomedio,en que se despejanlos efectosde éstas; y la misma diferen-cia tiene lugar en las ascensionesrectasy en las longitudes,refiriéndose las verdaderasal equinoccio verdaderoy lasmedíasal medio.

La cantidad en que el equinoccio verdaderose dife-rencia del medio, se llama ecuaciónde los equinoccios,ypuede expresarseen longitud o en ascensiónrecta. En i°de enero de 1843, la ecuación de los equinoccios era +17” 31 en longitud, y + 1’06 (de tiempo) en ascensiónrecta~: el signo ± manifiesta que el equinoccio mediose adelantaal verdaderoenel sentidode occidentea orien-te. Por tanto,paradeducirde la longitud o ascensiónrectaverdaderala media, debe añadírselesla cantidad corres-pondiente;y por el contrario,para deducirde la medialaverdadera,debeesa cantidadsustraérseles.

1 En i” de enero de 1848, la ecuación en longitud es + l”94, y en ascen-sión recta ± 0’12. (NOTA DE BELLO).

[fig. 3J

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Cosmografía

4

El retrocesoanualdel equinoccio,o el arcoque describeanualmenteen la eclíptica en dirección contraria a la delsol, de que resulta su anticipación o precesión,es, comodejamosdicho, de ~ y el tiempo que el sol gastaenrecorrereste arco para volver a las mismasestrellases de20~19~~9.

De aquí resulta otro períodoanual, llamado año tró-pico, que es el tiempo que gastael sol desdesu aparentepartida del equinocciode Aries hasta su retorno a él. Elaño trópico tiene, pues,de menosque el sideral

20m 19~9,y dura, por consiguiente,365d 5h 48°’498. 7 (tiempo solarmedio). Este año se llama también equinoccial, porque semide por la vuelta del sol al equinocciode Aries, y civil,porque es el que sirve para la medida del tiempo en lasnacionescivilizadas.

El retornodel equinoccioal meridianoes paratodoslosefectos prácticos una cantidad invariable; pero teórica-mente no lo es. El retorno de una estrella al meridiano oen otros términosel períodode unarotación completadela tierra, es,sin duda,una cantidadinvariable; y lo mismodiríamos del retornodel equinoccio, si su posición en laesferafuesetan fija comolo es la de las estrellas,o si, a lomenos, su movimiento en ascensiónrecta fuese uniforme-mente progresivo.Pero ya hemos visto que fluctúa. De-beríamos pues distinguir un día sideral verdaderoy undía sideral medio, como respectodel día solar. Lo que haceque se desatiendaestafluctuación, es su extremadapeque-ñez, puestoque la diferencia entre el día sideral medio yel día sideral verdadero,sería,cuandomás, de 2’ 3 en unperíodo de 19 años.

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Cap. V. Periurbacionesdel movimientoelíptico

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Pero la variación de la oblicuidad de la eclíptica no esuniformementeprogresiva, como lo hemos notado, y suinfluenciaen la precesiónde los equinocciosdebe,por tan-to, sujetarla a fluctuacionesmuy lentasa la verdad, peroperceptiblesen el trascursode siglos. Así la retrogradaciónanual del primer punto de Aries es hoy mayor que entiempo de Hiparco; y, por consiguiente,el año trópico esahoramás corto queentonces.Se ha valuadola diferenciaen 4~21.

6

Hay otra perturbaciónsecular,que consisteen el mo-vimiento del eje de la órbita terrestre.

{fig. 4]

Sea S (fig. 4) el sol; AQMP la elipse que describelatierra en torno al sol; ECLI la proyección de esta elipseenel cielo, miradadesdeel centrodel sol, es decir, la eclíp-tica; A el punto más cercano al sol, o el perihelio de laórbita; M el punto más distante,el afelio (los mismospuntosque, referidos a la tierra, llamamosperigeoy apo-geo); y ASM, por consiguiente,el eje mayor de la elipse.

Cuandoel sol, para la tierra, pareceestaren L, primerpunto de Aries, la tierra parael sol, pareceestaren el pri-

E

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Cosmografía

mer punto de Libra, E, cero de la longitud heliocéntrica.EL es la línea de los equinoccios.La tierra se mueveen ladirecciónBPA.

La posición del perihelio de la tierra experimentaunavariación muy lenta, moviéndose en la eclíptica 11” 8cada año, de occidente a oriente; de maneraque cuandovuelve la tierra al punto de la eclíptica en que se hallabael perihelio el año anterior, no lo encuentraallí, y paraalcanzarlo tiene todavía que describir un arco de 11”8,en quegasta~ 39S7; tiempo queañadidoal de la revolu-ción sidérea,da 365” 6” 13m 495. 3. Esteperíodo,que es eltiempo consumidopor la tierra en volver al perihelio de suórbita, se llama año anomalístico, porque los astrónomoshan llamado anomalía la distancia angular de un astroerranteal perihelio o perigeode su elipse.

Corno al mismo tiempo que el perihelio progresadeoccidente a oriente 11” 8, el equinoccio retrograda deorientea occidente50” 1, es visto que con respectoal equi-noccio el perihelio progresacadaaño61”9, empleandounperíodode cercade 210 siglosen volver al equinoccio.En1 de enero de 1801 estabaa 99°30’ 5”, longitud heliocén-trica.

Supongamosahora que la órbita es dividida en dos seg-mentospor una línea recta cualquieraPSQ, que pasaporel sol; el segmentoPMQ se proyectarásobre 180°de lon-gitud, de la misma maneraqueel segmentoPAQ; pero latierra no emplearáel mismotiempo en recorrerel primeroque el segundo,porque moviéndosecon más velocidadenel segmentoque comprendeel perihelio, tardarámenosenPAQ, queen PMQ.

Estoes lo que sucedeactualmente;el perihelio estáunpoco al estedel solsticio de Capricornio; del equinocciodeAries al equinocciode Libra empleala tierra más tiempoque del equinocciode Libra al equinocciode Aries; la pri-maveray estíodel hemisferioseptentrionalde la tierra sonmáslargos queel otoñoy el invierno; y en nuestrohemis-

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Cap. V. Perturbacionesdel movimientoelíptico

ferio sucedelo contrario.En el añode 1848, la primaveraprincipia para el hemisferio boreal el 20 de marzo; paranosotros,el 22 de setiembre.La diferenciaes de 7 días.

Perono ha sido ni serásiempreasí. Como el eje de laórbitacaminaprogresivamentesobreel planode laeclíptica,es precisoquealgunavez hayacoincidido o coincidaconlalíneadelos equinoccios,y algunavez conla líneade lossols-ticios. En el primer casoladuraciónde la primaveray estíojuntoses igual paralos doshemisferios:en el segundola di-ferencia entre las dos duracioneses la mayor posible: tododependede la posición relativade la línea de los ápsidesyla línea de los equinoccios.Cuandoel perihelio estabaenelsolsticio de Capricornio,la diferenciaera mayor que ahoraa favor del hemisferioboreal.Desdeentoncesha sido menory menor,y continuarámenguandohastael añode 6485, enque el perihelio se confundirá con el equinocciode Aries.El sol morará entoncesigual tiempo en ios doshemisferioscelestesy habrá igualdadentre la primaveray el estío deChile y la primaveray el estíode Europa.Mas este estadode cosasdurarápoco. El sol harácadaañomáslarga man-sión en el sur queenel norte, hastaque, llegandoel perihe-lio al solsticio de Cáncer, comiencen a menguarpor losmismos pasos la primavera y estío del sur. Restituido elperihelio a la línea de los equinoccios,cesarála diferencia,paraprincipiar de nuevoen favor del hemisferioboreal.

7

La astronomíademuestraqueel movimientode los ápsi-desestáligado con unavariaciónprogresivade la excentri-cidad de laelipse.Estavariaciónconsisteen que la excentri-cidad, decrececomo0,0000417 por siglo, tomandopor uni-dad la distanciamediade la tierra al sol; lo queequivale a1.416 leguaspor siglo o 14 leguaspor año,valuandola dis-tancia mediaen 34 millonesde leguas.

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Si estadisminuciónfuese constantementeprogresiva,laelipse terrestrellegaríapor fin a seruna circunferenciadecirculo; perose ha demostradoquela variaciónde la excen-tricidad es periódica,de maneraque despuésde habermen-guadohastacierto término,creceráde nuevo,reproducién—doseen orden inverso los mismosvalores,hastallegar a unmáximo,enquevolveráadecrecer.Oscila,pues,la excentri-cidad entre dos límites queno estántodavía señaladosconexactitud1; oscilación eterna,si alguna causaexterior des-conocidano altera las leyesquerigen el sistemadel mundo.

8

Hemosvistocon quéfacilidad se explicapor la rotacióndiurna de la tierra el inmensogiro aparentede las estrellas,cuerposinmensosinconmensurablementedistantesunosdeotros y de la tierra, y entrelos cualeses imposibledescubrirtrabazónalguna,quelos hagacaminarenmarchauniforme,comolos soldadosde un.regimiento,pero con unavelocidada que nadade cuanto conocemospuedecompararse.Conigual facilidad seexplicala aparenterevolución anualdel solen torno a la tierra. A laverdad,e1 diámetrode la órbitaesunomismo,cualquieraqueseade los dosel quegira en tornoal otro. Perosi uno de los dosobraenel otro, y si columbra-mosya aquíuna influenciamisteriosade la materiasobrelamateria,¿noseránaturalproporcionarla acción al agente,ysubordinarmásbienla tierra al sol, queno esteinmensolu-minar al pequeñoglobo quehabitamos?Lo dicho de la ro-tacióndiurnase aplicaa la rotacióncircular del firmamentosobrelos polos de la eclíptica, de que resultala precesióndelosequinoccios;a lasvariacionesde la oblicuidadde la eclíp-tica; y a las fluctuacionesperiódicasde estosdos movimien—

1 Según Sir John Herschel, hay poco fundamento para dudar que el decre-

mento de la excentricidad continuará hasta cero, para desarrollarsede nuevo hastaun máximo que no está todavía determinado. (NOTA DE BELLO).

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Cap. V. Perturbacionesdel movimientoelíptico

tos. Paracada giro, para cadanutación de la esfera,seríaprecisosuponerentretantoscuerpos,tan vastos,tan distan-tes,un conciertoinconcebible.¡Cuántomássimple traducirtodaslas aparienciascelestesen movimientosterrestres,queno hacenmás quepresentarnosen grande las combinadasevolucionesy cabeceosde un trompo! Ahora bien, si cadaunade estasexplicaciones,consideradade por sí, es plausibleen alto grado,todas juntas se confirman y corroboranmu-tuamentedándonosunaclaveúnicaparainterpretarlos fe-nómenosdel cielo y del sol.

Esta teoría ha sido también confirmada en gran partepor pruebasfísicas directas(la forma elipsoidede la tierra,y los vientosconstantes);y aúnno hemoshecho usode losargumentosmás poderososque la apoyan.

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CAPÍTULO VI

CONSTITUCIÓN FÍSICA DEL SOL *

1 - Masa y densidaddel sol. — 2. Manc~has.— 3. Atmósfera solar. 4. Fáculas. —

5. Rotación. — 6. Luz zodiacal. — 7. Temperatura.— 8. Constitución físicadel sol, según Arago.

1

Ha podido apreciarsela masadel sol relativamentea lade la tierra, comparandolas atraccionesde estos cuerpos;laqueejerceel solsobrelosplanetasy tierra, conla queejer-ce la tierra sobrela luna y sobrelos cuerpossublunares.Laatracción,como veremosdespués,es proporcionala la masao cantidadde materia.

El volumen del sol comparadocon el de la tierra yahemosvisto que es como 1.328.460 a 1. Su masa, deducidade supoder atractivo,es como 355.000vecesmayor que lade la tierra. De estosdos datos se sigue que la densidaddelsol es considerablementemenor que la de la tierra, es asaber,como 0,267 a 1 ~

* Este capítulo se publicó en El Araucano, fl9 762, Santiago, 28 de marzo de

1845, con una nota puestaal título, en la que indicaba que el artículo formaba uncapítulo de un “Tratado de Cosmografía, extractado de Biot, Herschell, y otrosautores, por A. B.”. La obra contendríaen todo 14 capítulos, y llevaría “al fin unalámina con figuras que faciliten la inteligencia de algunos fenómenos celestes”.

Comenzaba con el siguiente párrafo que fue suprimido en la edición de laCosmografía: “Recordaremos que el diámetro del sol es como de 320.000 leguas, ysu masa como 354.936veces la de la tierra”.

Hay algunasdiferencias de redacción entre el texto de El Araucano y la ediciónde la Cosmografía.Además de las correccionesde estilo que mejoran la primera pu-blicación, rectifica Bello algunasfiguras y añadelas opiniones de Arago y Humboldtque no figuraban en El Araucano. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

** En la publicación de El Araucano (n” 762 de 28 de marzo de 1845) este

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Cap. Vi. Constitución física del sol

2

Miradoel sol con telescopiodemuchapotencia,se obser-vanen él a menudograndesmanchasperfectamentenegras,rodeadasde un borde menososcuro,llamadopenumbra,lascuales,deuno a otrodía, y a vecesdentrode pocashoras,seensanchano seencogen,mudandeforma, y al cabodesapare-cen del todo, para brotar dondeno las había.Cuandovandesapareciendo,la manchacentralse contraehastareducir-se a un punto,y lo último que se pierdede vista es la pe-numbra. Otras veces se rompen, y se dividen en dos omás. Presentanel aspectode una movilidad y agitacióninmensas,que sólo parecenpropias del estado de gas. Paraformar ideade la escalaen que se ejecutanestosmovimien-tos, reflexióneseque uñ segundode medida angular co-rrespondeen el disco del sol a cerca de 400 millas geográ-ficas; que un círculo de 1” de diámetro (que seríaparanosotrosla menor áreavisible en el disco del sol) conten-dría como 126.000 millas cuadradas*; que se han obser-vado manchascuyo diámetro pasabade 38.000 millas, yaun muchomayores.Paraque una de estasmanchasdes-aparezcaen seis semanas(y rara vez duran más), seríamenesterque su borde, al encogerse,anduviesecerca de500 millas al día~’~.

párrafo estaba redactado en la forma siguiente: “El volumen ¿el sol comparadoconel de la tierra, ya hemos visto que es como 1,384,472 ~ 1; y de aquí que la densidaddel sol es considerablemente menor que la de la tierra; es a saber, cc•mo 0,2543 a 1;poco más o menos como la de la madera del álamo”. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

La masa del sol es 324.000 veces la de la tierra. Su rotación la efectúa eni 25’

4h 29m. El radio del sol es 109 veces el, ecuatorial de la tierra, o sea 695.244 kiló-metros.La densidaddel sol es 1,4. (NOTA DE F. J. DUARTE).

* En la publicación de El Araucano (n

9 762, de 28 de marzo de 1845) decía

190,000 millas cuadradas. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

** En la publicaciónde El Araucano (n9 762, de 28 de marzo de 1845) decía:“anduviesemillares de millas al día”. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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Cosmografía

3

La parte del disco del sol queestá exentade manchas,no presentaun brillo uniforme. El fondo está delicada-mente salpicadode menudospuntos o poros que experi-mentanmutacionescontinuas.El aspectoes como de unfluido luminosomezclado,pero no confundido, con unaatmósferatrasparenteno luminosa, flotando en ella, comolas nubes en el aire, o atravesándolaen vastas mantasocolumnasígneas,a semejanzade los chorrosde luz de lasatmósferasboreales.

4

En fin, cerca de las grandesmanchas,se ven anchosespacioscubiertos de rayas curvasy ramificadas,más res-plandecientesque el fondo. Llámansefáculas,y entreellasbrotana menudomanchas,cuandono las hay de antemano.Son como la crestade inmensasolas en las regioneslumino-sasde la atmósferasolar, violentamenteagitada.

5

El sol da vueltas alrededorde su eje en25d 01154,se-

gúnDelambre;y segúnArago’, en 25°’12”.

La región de las manchasestá circunscrita a 30°delecuadordel sol, cuyo planoestá inclinado al de la eclípti-caen un ángulode7°20’, y la cortaenuna líneaqueformaun ángulode 80°21’ con la línea de los equinoccios.

1 Lecciones de Astronomía, traducción castellana. (NOTA DE BELLO).

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Cap. VI. Constituciónfísica del sol

6

Otro fenómenodigno de notarse,y que sin dudapendedel estadoactualy de la naturalezadel sol, es la aureolalu-minosaque lo acompaña,y a quese da el nombrede luzzodiacal. Se observapor la tarde, cuandoel sol acaba deponersey en el lugarmismo por dondeha cruzadoel hori-zonte.Su formaes la de unalenteja,colocadaoblicuamentesobreel horizontey bastanteprolongadaen el cielo: se ex-tiendesin dudahastamás allá de la órbita de Mercurio yaunde Venus; y su color es blanquecinocorno el de la víaláctea.~‘Seha querido atribuir la luz zodiacal, dice Hum-boldt, a ciertaatmósferadel sol; peroestasuposiciónes inad-misible, segúnlas leyesde la mecánica.Se explica mejor elfenómeno,suponiendoqueexisteentrela órbita de Venus yla de Marte un anillo ovaladoquegira librementealrededordelsol. Si la órbitadeMercurio o de Venus fuesevisible ma-terialmenteen todasu extensión,como un rastro indeleblequeel planetadejaseensucurso,la veríamosde la mismafi-guraquela luz zodiacal,y en lamismaposiciónconrespectoalsol. Yo nohe vistoen ellacoloraciónrojiza,ni arcoinferioroscuro,ni centelleo;perohe notadovariasvecesen la pirá-mide luminosa unarápida undulación. Su manso brillo esel eternoornamentode las zonasintertropicales”

Acompañaconstantementeal sol; y en los eclipsestota-les permanecealrededordel disco a semejanzade unacabe-llera luminosa. Está siempreen la dirección del plano delecuadorsolar; y comoéstevaríade inclinación respectodelhorizonte en razón de las varias posicionesdel sol en laeclíptica, la luz zodiacalse inclina con ~i, y a vecesse nosoculta en granparte, o a lo menosse amortiguamuchosubrillo por lo vaporosode la atmósferacercade la superficiede la tierra.

* Esta Cita de Humboldt no figura en la edición de este capítulo en ElAraucano, (n

9 762, de 28 de marzo de 1845). (CoafislóN EDITORA. CARACAS).

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Cosmo.~rafía

Pareceavivarsecuandoel sol tiene muchasmanchas,ydebilitarse en el caso contrario.

7

Quela temperaturadela superficiedel soles muchomásalta quecualquierade las producidasen nuestroshornos‘~,

o por operacioneseléctricaso galvánicas,pareceindudable:1~por el calor que desde tan estupendadistanciacomunicael sol a la tierra; 2~por la facilidad con que los rayos calo-ríficos del sol atraviesanel vidrio, como lo haceel calor delfuego artificial a proporción de su intensidad;y 30 por elhechode desaparecerlas más brillantes llamasy los sólidosmás intensamenteencendidos,ofuscándosey convirtién—dose a la vista en manchasnegrassobreel disco solar, cuan-do los colocamosentre él y el ojo.

Los rayosdel sol son en último resultadola fuente detodos los movimientosque se despliegansobrela superficiede la tierra. Su calorhacevariar la densidadde las diferen-tes regiones atmosféricas; produce los vientos; turba elequilibrio eléctricode la atmósfera;y da origen a los fenó-menosdel magnetismoterrestre.Por su acciónvivificante,naceny creceny fructifican los vegetalesquealimentanalos animalesy al hombre,y forman los venerosde carbónfósil, vastosdepósitosde actividad mecánica,destinadosalserviciode la industriahumana.Por ellos las aguasdel marse evaporan,para regar, en forma de lluvia, de nievey derocío, la tierra, y sustentarlas fuentesy los ríos. A ellos sedeben todaslas alteracionesde los elementos,que por unaserie de combinacionesy descomposicionesdana luz nuevoscompuestos.El viento y la lluvia y la alternativade las es-tacionesdesmoronana su vez los sólidos que componenlasuperficie terrestre,y que degradándoloslentamei~itecau-

* La temperaturaen el centro del sol se calcula entre diez millones y veinte

millones de grados. (NOTA DE E. J. DUARTE).

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Cap. VI. Constituciónfísica del sol

sanlas principalesmutacionesgeológicas.Y cuandoconsi-deramosla enormetraslaciónde materiasque de estemodose ejecuta,el aumentode presión de la superficie terrestreen anchurososespacios,y su correspondientedisminuciónen otros,no -extrañarnosque la fuerzaelásticade los fuegossubterráneos,máscomprimidapor unaparte,y menoscon-tenida por otra, reviente, donde no encuentrasuficienteresistencia,en explosiones terríficas, y hagaentrar hastalos fenómenosvolcánicos en la esferade la influencia solar.

El gran problema es explicar la estupendaconflagra-ción que se alimentade la masadel sol sin consumirla,sinproducir en ella el másleve menoscaboaparente.

8

La opinión que pasahoy por más probableconsideraalsol corno compuestode un núcleo sólido y oscuro, rodeadode dos atmósferas,la interior oscura, la exterior luminosa.La apariciónde las manchasconsistiría,segúneso, en que,abriéndosea trechosestasatmósferas,dejan ver el núcleodel sol. La penumbraes la extremidadde la atmósferaos-cura, menosrasgadaque la luminosa.

Estaopinión adquieremuchosgradosde probabilidadsise tiene presenteque la materia incandescentedel sol nopuedeser ni sólida, ni fluida, sino gaseosa,porque la luzqueemitenlos sólidosy fluidos enincandescencia,gozade lapropiedadde polarizarse,de que carecela de los gases,comola del sol.

¿Cuál es la naturalezade la luz del sol, y de la luz engeneral?Unos creencon Newton que ios cuerposlumino-sos arrojan partículassutilísimas de su sustanciacon unaceleridad prodigiosa; otros, que el fenómenode la luz esproducido por las vibraciones de un fluido llamado éter,esparcidoen toda la naturalezay puesto en movimientopor la presenciade los cuerposluminosos.El primer sistema,

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Cosmografía

el de la emisión, está hoy casi generalmenteabandonado,porque no se comprendecómo podría un cuerpo, el so1,por ejemplo, estar perdiendocontinuamenteuna parte desu sustanciasin que se note menoscaboalgunoen su volu-menni en su esplendor.E-l segundosistema,el de las vibra-ciones o undulacionesdel éter, satisfacem-ejor a todas lascondiciones,especialmentedesdeque los experimentoshanhechover una conexión íntima entre los fenómenoseléc-tricosy los de la luz. *

* En la física de hoy se emplean las dos hipótesis, según el fenómenoque se

estudie. (NoTA DE E. J. DUARTE).

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CAPÍTULO VII

DEL DÍA Y LA NOCHE, LAS ESTACIONES Y LOS CLIMAS

1 . Círculos trópicos y polares de la tierra: zonas. — 2. Postulados.— 3. Círculo deiluminación: día, nochey estaciones.— 4. Climas. — 5. Antípodas, periecos yantecos.— 6. Predominiode la luz sobre las tinieblas: crepúsculo. — 7. Tempe-ratura de la tierra.

1

Parael asuntode que vamosa tratar, advertiremospri-meramenteque,así como en el cielo, debemosconcebirtra-zadosenel globo terrestrecuatrocírculosparalelosal ecua-dor: dos trópicos, que distan del ecuadorcerca de 230 28’(oblicuidad de la eclíptica),y dos polares, que distan otrotanto de los respectivospolos. Por medio de estos círculosquedadividida la superficiede la tierra en cinco fajas o zo-nas: la comprendidaentrelos trópicos llamada tórrida; lasdos comprendidasentre los trópicos y [os polares, que sellaman templadas;y las otrasdos encerradasdentro de lospolares, y denominadasfrígidas o glaciales. Luego vere-mos la razón de estasdenominaciones.

Advertimos también que en este capítulo se toma lapalabradía, no por el tiempo queempleael sol o cualquierpunto de la esferaen volver a un meridiano; sino por eltiempo queestá el soi sobreel horizonte, contraponiéndoseen estesentidoa la palabranoche.

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Cosmografía

2

Siendoel sol mucho mayorque la tierra, es precisoquealumbre,a cadamomento,másde la mitad de la superficieterrestre,y que la tierra, bañadade un lado por su luz,arroje del otro una sombra cónica. Pero éste es un conoextremadamenteprolongado,por la distancia inmensadeaquel luminar, y los rayos solaresque limitan el cono secruzanen un ángulotan agudo,quepara el asuntode quetratamos,queno pideunaexactitudrigurosa,podemoscon-siderarloscomo paralelos,y la parteiluminada de la tierracomo de no más extensiónque la parte oscura.Prescindi-remos,por la misma razón, del achatamientode la tierrahacia los polos,y la consideraremoscomo una esferaper-fecta.

3

La oblicuidad de la eclíptica es la que producela des-igualdadde los días y la variedadde las estaciones,por losdiversosaspectosbajo los cualesse presentala tierra al solen el cursodel año.

Para concebirlo, supongamosque el círculo BEAQ(fig. 5, 6, 7) representela tierra, las líneasFG, F’G’ lostrópicos, IP, I’P’ los polares.El sol estáen uno de los tró-picos, el de Capricornio, por ejemplo, de maneraque loshabitantesde G’, que es un punto del trópico terrestreaus-

[fig. 5] {fig. 6] [fig. 7]

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Cap. VII. Del día y la noche

tral, ven aquel astroen la direcciónvertical G’S. Si nos fi-guramosunalínea rectaSG’C entreel centrodel soi y el dela tierra, e imaginamosun plano perpendiculara esta línea,representadopor la recta IP’, que pasapor el centrode latierra, este plano cortará la superficieterrestreen unacir-cunferenciade círculo,que limitará el hemisferioiluminadoIG’P’, y lo dividirá del hemisferiooscuro IFP’. Estelímitequeseparala nochedel día, se llama círculo de iluminación,y cuandoel solestáenel trópico deCapricorniotoca pordospuntosopuestosIP’ los círculospolaresIP, I’P’; de modoquelos paralelosde toda la zonaglacial del sur estáncompleta-mentedentrodelhemisferioalumbrado,al pasoque iospara-lelos de toda la zona glacial opuestaestáncompletamentedentrodel hemisferiooscuro.Los paralelosde las dos zonastempladasy de la tórrida tienentodosun segmentoilumina-do y un segmentooscuro;el primeromayor queel segundoen el hemisferiodel sur,y menoren el hemisferiodel norte,y la diferenciaes tanto menor, cuantoes menor la latitud.En el ecuador(igualador), la latitud es cero,y los dos seg-mentosson iguales.

En virtud del movimiento de la tierra sobresu eje AB,para cada punto de la superficie es de día desde que estepuntosalede lasombra,yes de nochedesdequeentraenella;y comoelmovimientorotatorioesuniforme,ya se compren-de que la duracióndel día y de la nocheson paracadapaíscomo los segmentosclaro y oscurodel respectivoparalelo.Si éstetiene, por ejemplo, 300 gradosen el hemisferioilu-minadoy 60 en el otro, el díadurará20 horasy la noche4.Por consiguiente,cuandoel sol estáen el trópico de Capri-cornio, para ningún punto de la zona glacial del sur haynoche, y ningún punto de la zonaglacial opuestave el día.

Todo estosucedeen el solsticio,aunquesólo aproximati-vamente,porqueel sol no hace másque tocarlo en un ins-tante indivisible, retrocediendoluego hacia la equinoccial.A medida que retrocede,y su declinación disminuye, elcírculo de iluminación IP’ se acercaa los poios A B, y los

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Cosmografía

paralelosde la zonafrígida del sur empiezanuno trasotroa tener un segmentooscuro, corno los paralelosde la zonaopuestaun segmentoclaro. Desdequeun paralelose hallaen estecaso,paralos pueblosde su latitud hay nochey díaen el espaciode 24 horas.Cuandoel sol se halla, por ejem-pio, a 10~de declinaciónaustral,haynochey día en las 24

horaspara todos los parajesde la tierra que tienenmenosde 80 gradosde latitud; mientrasque, para todos los quetienenunalatitud másalta,no haytodavíanocheen la zonaglacial delsur, ni día en la zonaglacial del norte. Disminu-yendola declinacióndelsol, elnúmerode paralelosquecom-prende totalmentela sombrao la luz, es cada vez menor,y la diferenciaentreel día y la nochees cadavez más cortaen todas las latitudes, durando siempreel día más de 12

horasen el hemisferioaustral, como la noche en el boreal;hastaque, llegadoel so1 a la equinoccial (fig. 6), el círculode iluminaciónalcanzaalos polos: cesaentoncesel largodíaen el polo del sur, comola larganocheen el polo del norte;y en todaslas latitudesde la tierra hay día y noche en las24 horas,y la nochees igual a! día. De aquí el nombredeequinocciosquese da a las interseccionesde la eclípticaconel ecuadorceleste (llamado por eso equinoccial), y a lostiempos del año que correspondena la posición del sol enellas.

Llegado esteastroa la equinoccial,sigue caminandoha-cia el trópico de Cáncer;el círculo de iluminación BA (fi-gura 6) se alejade los polos moviéndosehacia I’P; y segúnestosucede,vanentrandototalmentemásy másparalelosenel hemisferioluminosopor el norte, y en ci hemisferiotene-brosopor el sur.Desdequeun paralelose halla en estecaso,dejade haberparaél nochey día en el espaciode 24 horas.Si el sol se halla por ejemplo, a 10°de declinación boreal,haynochey día paratodaslas latitudesqueno llegan a 80°;mientrasque para todas las latitudes de 80 o más grados,principia en la zonaglacial del norte unaseriede días quecomponenun solo largo día en que nunca se pone el sol,

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Cap. VII. Del día y la noche

comoenlazonaglacial opuestaunaseriede nochesquecom-ponenunasola larganoche,en queel sol no subenuncaso-bre el horizonte.Creciendola declinaciónborealdel sol, elnúmerode paralelosquecomprendetotalmentela luz o lasombra,va siendo cadavez mayor, y la diferenciaentre eldía y la noche es cada vez másgrande en todas las otraslatitudes, durando siempreel día más de 12 horasen ethemisferioboreal, como la nocheen el austral; hastaque,llegadoel sol al trópico de Cáncer (fig. 7), y el círculode iluminación a ios polares,deja de habernochey día enlas 24 horaspara todas las latitudes superioresa éstos: enla zona glacial del norte no hay noche, como en la zonaglacial opuestano se ve el día.

Retrocediendoel sol del trópico de Cáncer,se reprodu-cenlos mismosfenómenosen los dos hemisferiossur y nor-te, pero en un ordeninverso, hastaquevuelve al trópico deCapricornio.

La épocadel añoen que el día crecedesdela duraciónmedia de 12 horashastala duraciónmáxima que corres-pondea la latitud de cadalugar, se llama primavera; y laépocadel añoen quela nochecrecedesdela duraciónmediade 12 horashastala máximaque correspondea la latitud,se llama otoño. Por consiguiente,desdeque sale el sol delequinoccio de Aries hastaque llega al solsticio de Cáncer,estoes,desdepor el 20 de marzohastapor el 21 de junio,es la primaveradel hemisferioborealde la tierra, y el oto-ño del hemisferioaustral; y por el contrario, desdequeelsol sale del equinocciode Libra hastaque llega al solsticiode Capricornio, estoes, desdepor el 22 de setiembrehastapor el 21 de diciembre,es el otoño del hemisferioboreal, yla primaveradel austral.

La épocadel añoen queel día decrecedesdela duraciónmáxima que correspondeal grado de latitud, hastala du-ración media de 12 horas,se llama estío o verano, y por

el contrario, la épocadel añoen que la noche decrecedes-de su duraciónmáximahastala mediaen que sólo tiene 12

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Cosinografía

horas, se llama invierno. Por consiguientedesde que saleel sol del solsticio de Cáncerhastaque llega al equinocciode Libra, esto es, desdepor el 21 de junio hastapor el 22

de setiembre,es el estíodel hemisferioborealde la tierra, yel invierno del hemisferio austral; y al contrario, desdeque deja el sol el solsticio de Capricorniohastaque vuelveal equinocciode Aries, estoes, desdepor el 21 de diciembrehastapor el 20 de marzo,es ci estío del hemisferioaustralde la tierra y el invierno del hemisferio boreal.

De la exposiciónque acabamosde hacer, se deducenlos corolariossiguientes:

1°Si el eje del globo no estuvieseinclinado sobre elplano de la eclíptica, no habría variedadde estaciones.Elsol, siempre en la equinoccial, presentaríauna sucesióneternade días y nochesiguales.

En el ecuador,no hay diferencias de estaciones.En lazonatórrida, la diferenciade las estacioneses pocosensible.En las zonas templadas,estánperfectamentedefinidas lasestaciones.En las zonas glaciales, hay para cada paralelounatemporadadel añoen que la noche sucedeal día en elespaciode 24 horas;otra temporadade día perpetuo;otraen quevuelve la sucesiónde nochesy días; y otra de per-petuanoche. En los dos polos, no hay másque un largodía de seis meses,y una larga noche de igual duración. Eldía máslargo y la noche más larga coincidencon las po-sicionessolsticialesdel sol paratodoslos puntosde la tierra.

2~Paracadalatitud la diferenciaentreel día y la nochecrece con la declinacióndel sol; y para cada declinacióndel sol la diferenciaentreel día y la nochees tanto mayor,cuanto mayor la latitud.

39 El sol en las 24 horas del día equinoccial pasasu-cesivamentepor el zenit de cadapunto del ecuador,y porel contrario, corre en ellas la circunferenciadel horizontede cada polo. Esto, con todo, no es más que una aproxi-mación, porque se supone que el sol permanece24 horas

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Cap. VII. Del día y la noche

cabalesen los equinoccios,cuandorealmcnteno hacemásque cruzarlos en un instanteindivisible.

4 El día del equinoccio,al mediodía,la altitud del solsobreel horizonte es el excesode 90°sobre la latitud. EnSantiagode Chile, por ejemplo, la altitud del sol es enton-ces 90°, menos 33°28’, esto es, 56°32’; altitud meridianamedia.

59 El día del solsticio de estíollega el sol a la altitudmeridianamáxima,que es la media, más la oblicuidaddela eclíptica (80°en Santiago); y por el contrario, el díadel solsticio de invierno desciendea la altitud mínima, quees la media, menosla oblicuidad de la eclíptica (en San-tiago 33°4’). De lo cual se sigue que la altura meridianamáxima, menosla altura meridiana mínima, es el duplode la oblicuidad de la eclíptica.

6~En la zona tórrida, pasael sol dos veces al añoporel zenit de cada punto: la sombra que arroja una estacavertical clavadaen el suelo es entoncesnula, y en lo de-másdel año la sombraque arrojan todoslos cuerposal me-diodía, se dirige ya al sur, ya al norte, segúnla declinacióndel sol es boreal o austral. En las zonas extratropicales,ellado de la sombra meridianaes constantementeci mismode su latitud; si éstaes sur, la sombraquearrojan los cuer—pos es al sur.

Peroen las zonasglaciales,duranteel gran día, la som-bra recorre un círculo enteroen el espaciode 24 horas.

En las zonasextratropicalesdel hemisferio norte, el solse ve siemprehacia el sur, y lo señalaexactamenteen,.elinstantedel mediodía;de lo queprovino el llamarseen ellasmediodíael sur. Por la misma razón, el mediodía de laszonas extratropicalesdel sur seríael norte, y en los paísesintertropicalesya el norte, ya el sur. Esta denominacióny su derivado meridional son, por consiguienté,equívo-cos, y en el uso común impropios. Si se dice la Europa me-ridional o el mediodíade Europa, designandoaquellapar-te que respectode los europeosestá situadahacia donde

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Cosmografía

ven el sol meridiano,¿por quéno designaríamosen el he-misferio austral con el título de provincias meridionalesde Chile las de Atacama y Coquimbo? Lo mejor es nousar nuncaestaspalabrasparasignificar el sur.

70 Dando a uno de los poios, sobreel horizontede unglobo celesteartificial, una altura igual a la declinacióndel sol (que puedeverse en las efemérides),el segmentosuperiorde cadaparalelo, expresadoen horas,designaráladuracióndel día, y el segmentoinferior ~[aduraciónde lanoche, respectode todoslos puntossituadosen el paralelocorrespondientede la tierra. Así, levantandoel polo aus-tral 230 y medio, que es la declinacióndel sol en el solsticiode Capricornio, y encontrandoque el segmentosuperiordel paralelo correspondienteal de Santiagoabraza como14 horas 54 minutos,y el segmentoinferior corno 9 horas6 minutos, estasdos cantidadesexpresaríanla duracióndel día más largo y de la noche más corta de Santiago.El sol se levantará sobreel horizonte de Santiago, haciael 21 de diciembre,como a las 4 horas 33 minutos, y sepondrá como a las 7 horas27 minutos, contadasdel mo-do vulgar ~.

Estaregla, con todo, no podrá aplicarsesino a los pa-ralelos que no entran totalmenteen el hemisferio ilumi-nado, Si se deseasesaber,por ejemplo, cuál es la duracióndel día para el paralelo terrestrede 80°N el 1°de junio,hallaríamosen las efeméridesque la declinación del solese día es como 22°N; el paralelo de que se trata estápues todoenterodentro del hemisferio iluminado, es decir,en su gran día, que dura desde que el sol declina 100 Nen su carrera al solsticio de Cáncerhastaque vuelve a lamisma declinación en su regreso,esto es (según las efe-mérides),desdeel 17 de abril hastael 27 de agosto.

1 Operacionesejecutadas de este modo en globos artificiales no dan más que

aproximacionesgroseras. (NOTA DE BELLO).

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Cap. VII. Del día y la noche

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Estonos conducea la división geográficade los climas.Se llaman climas las pequeñaszonascomprendidasen-

tre dos paralelos,en los cualesla mayor duración del díaestá circunscritaa ciertos límites determinados.

Climasde media hora son aquéllosen que la mayordu-ración del día no experimentamás variedadque la de eseespaciode tiempo. Hay 24 climas desdeel ecuadorhastacada círculo polar. En el primero, la duración del díavaríadesde12 horashasta12 horasy media;enel segundo,desde12 horasy mediahasta13; en el tercero,desde13 hasta13 y media; en el cuarto,desde 13 y mediahasta14; etc.¿En qué clima está Santiago,donde la duración máximadel día es de 14 horas54’? En el sexto,dondela duraciónmáxima varía desde 14 horasy media hasta15.

Climas de mesesson aquéllosen que la duraciónmá-xima del día llega a variar hastaun mesentero. En el pri-mero de estos climas, que principia en el círculo polar,el grandíavaríadesde24 horashastaun mes;en el segun-do, desdeun meshastados; en el tercero, desdedos meseshasta tres; y así sucesivamentehasta llegar al poio. Hay,por consiguiente,seis climas de mesesdesde cada círculopolar hastael polo.

Son, por todos, 60 climas; 30 a cadalado del ecuador.Esta clasificaciónes usual; y representahasta cierto pun-to la temperaturade los diversos paísesde la tierra, encuantodependede la dirección en que la hieren los rayosdel sol. Cuantomás se acercaesta dirección a la vertical,es más alta o calurosala temperatura;que baja, por tanto,gradualmentedel ecuador a los polos. Pero hay muchasotras influencias quemodifican los efectos de la latitud.

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Cosniografía

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La siguiente clasificación,aunqueantigua, es más cu-riosa que útil.

Antípodas (pies opuestos)son dos pueblos que vivena unamisma latitud, en hemisferiosopuestos,y con 1800

de longitud entre sí. El día máximo del uno es la nochemáxima del otro y el mediodía del uno la medianochedel otro.

Periecos (casaa la vuelta) son dos pueblos que vivena una misma latitud, en un mismo hemisferio, pero con180°de longitud entre sí. El día máximo del uno corres-pondea la nochemínima del otro, y el mediodíadel uno ala medianochedel otro.

Antecos (casa enfrente) los que viven a una mismalatitud en opuestoshemisferios,pero en un mismo semi-meridiano terrestre.El día máximo del uno correspondeal día mínimo del otro y el mediodíadel uno al mediodíadel otro.

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Hay varias~ausasque contribuyena dilatar el imperiode la luz y a estrecharel de las tinieblas.

La primera consisteen que los rayos del sol no sonverdaderamenteparalelos; de que resulta que la parte denuestroglobo alumbradapor la luz solar directa, es algomayor que la oscura.

La segundaes la refracción atmosférica, que, comodijimos en otro lugar, hace aparecer los astros sobre elhorizonte cuandoestántodavía debajo. Este efecto de larefracción es mayor cabalmenteen las regiones circum-polares, donde el frío condensael aire, y la congelacióncasi perpetuadel suelo hacemás rápida la disminución dela densidadde la atmósferaa pequeñasalturas.Así, en 1597

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tres holandesesque, aprisionadospor los hielos pasaronun invierno en la Nueva Zembla, vieron despuésde tresmesesde noche aparecerel sol al mediodía sobreel hori-zonte, catorce días antes, de lo que en aquella latitud leaguardaban.Por unarazón semejantedebeser más fuertela refracción atmosférica de la mañana, anticipando elnacimientodel sol algo más de lo que retardasu ocaso.

La tercera de las causasdichas es la magnitud consi-derabledel discosolar. Hastaaquíhemoscolocadoel prin-cipio de la duración del día en el momentoen que elcentro del sol atraviesael horizonte racional, siendo asíque debemos colocarlo en el momento en que el bordesuperiordel disco cruzael horizontesensible.Por unapar-te, la paralajeatrasael primer destello del día; por otra,la magnituddel disco lo adelanta.Pero la paralajehorizon-tal del sol no alcanza a 9”, y su mínimo semidiámetroaparentees de más de 15’ y medio.

La cuarta de las causasque contribuyen a hacer máslarga la duracióndel día, es el achatamientode la tierra,que aumentaun poco el alcancede los rayos solareshacialos polos.

La quinta es la reflexión atmosféricaque produceelcrepúsculo.

En efecto,la claridad no es sólo producidapor la luzsolar que viene a los ojos directamentedespuésde habersóio sufrido el leve desvío de la refracción atmosférica.Las partículasaéreasreflejan ademásuna no pequeñacan-tidad de rayos, dispersándolosen todas direcciones.Si nofuera -por eso, ningún objeto se nos hiciera visible fueradel alcancede los rayos directos; todo aposentoa que nollegasen,estuvieraenvueltoen espesastinieblas, y la som-bra de cualquieranube derramarauna oscuridadprofundasobre todos los objetosque cubriese;cuando,por el con-trario, vemos que hay siempreuna transición gradualdela luz a la oscuridadcompleta, sea que nos alumbremoscon los rayossolares,o con mediosartificiales.

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Cosmografía

A esta potencia reflectiva de la atmósferase debeelcrepúsculo,es decir, aquellaespeciede claridad, gradual-mentemásviva o más débil, queprecedeo sigue al apare-cimiento del sol. Cuandoprecede,se llama tambiénaurorao alba.

Por la mañanaios rayos del sol iluminan las nubes, lascumbresy cuestasde los montes,las torres y techos,antesde llegar al suelo; y por la tarde esos mismos objetossenos oscurecenuno en pos de otro; los más bajos primeroy sucesivamentelos más altos. Esto mismo sucedeen laspartículasaéreasde quese componela atmósfera,y cuyaelevación sobrepujaa la de las más encumbradascordille-ras. Recibiendolos rayos del sol, mucho antes que nos-otros,envíana la tierra unaclaridadtanto másviva cuantomás cercanoestá el sol al horizonte, y más grande es lamasa atmosféricaque ilumina.

Se sabepor la experienciaque el crepúsculono es sen-sible cuandoel sol está más de 18°debajo del horizonte;bien que algunos astrónomoscreen que el de la tardeduramásqueel de la mañana,acausade que la atmósferase calienta y se levantapor el calor del día; lo que haceque los rayospuedanreflejarsea mayor altura. Otra con-secuenciadel mismo principio es que la vislumbre crepus-cular dure menos en el invierno que en el estío, comoparecenconfirmarlo las observaciones.El círculo crepus-cular colocado a los 18°debajo del horizonte debe, pues,considerarsecomo un término medio.

La oblicuidad de los paralelosde declinacióncrece conla latitud terrestre; con la oblicuidad de los paralelos,seaumentael númerode gradosdel arcointerceptadoentreelhorizonte y el círculo crepuscular,y como la duracióndel crepúsculoes a proporción del número de grados in-terceptadosse sigue que,a unamisma declinación,es siem-pre más largo el crepúsculoen las latitudes más altas. Elmínimo de su duración estaráen el ecuadory el máximoen los poios.

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Cap. VII. Del día y la noche

Por otra parte,la magnitudde los paralelosde declina-ción rnenguacontinuamentesegúnse alejande la equinoc-cial, y estohacequeseanmáspequeñoslos grados,y mayorel númerode ellos que cabenen el arco interceptado;deque se sigue que,en general,a unamisma latitud terrestrese alargaet crepúsculosegún crece la declinación del sol.Atendiendoa estaconsideración,el crepúsculode los equi-nocciosseráel más corto del año, y el de los solsticioselmás largo. Cuando el segmento inferior del paralelo nollega al círculo crepuscular,el crepúsculodura toda lanoche, como sucedeen París y Londres en el solsticio deestío.

Los crepúsculosaumentanmás de dos horas la dura-ción del día, y en las zonas glacialesmuchísimomás. Laauroraequinoccialdel ecuador,quees la máscortaposible,no dura menosde unahoray doceminutos; y Biot calcutaque los dos crepúsculos,de la auroray de la tarde,reducena 70 díaslos seis mesesde la nochepolar.

Hemos dicho que en cada latitud el crepúsculode losequinoccioses el más corto del año. Una análisis rigorosademuestraque esta aserciónno es admisiblesino dando alas épocasequinoccialesuna significación lata, que abracecierto númerode días; porque los crepúsculosmás cortosdistan más o menos de los verdaderosequinoccios,segúnlas diferentes latitudes. Así los más cortos respectodeParísson hacia el día 2 de marzoy el día 10 de octubre:el primei~ocomo 19 días antesdel equinoccio, cuando elsol estáen el paralelode 7°20’ 5; el segundocomo 17 díasdespuésdel equinoccio, a la declinación de 6°30’ S. Estomuestra que en las pequeñasdeclinacionesde invierno yde otoño el crepúsculodura menos que en las declinacio-nes correspondientesde primaveray estío. Podemos,contodo, desatenderesta diferencia en una materia en quesólo es posible obtener resultadosgeneralesy aproxima-tivos, por las diversas configuracionesdel suelo, por las

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mutaciones atmosféricas,y por la dificultad de fijar elmomentoprecisoen que raya o expira el crepúsculo.

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Aunqueparecedesdeluego serel sol la fuentedel calorque fecunda la tierra, ¿no será posibleque nuestroglobotenga también un calor propio, independientede la pre-senciadel sol? La temperaturase mantieneconstanteenlos subterráneos.Más allá de los 27 a 30 metrosde pro-fundidad, no se sienten los crudos fríos del invierno, nilos calores ardientesdel estío. Los hielos acumuladosquecubrenlas másaltas cumbres,se derriten por la basecuan-do tienen bastanteespesorpara defenderdel frío exteriorios terrenosen que descansan;formando así corrientesdeaguaviva aun duranteel invierno. Algunos físicos miranestos fenómenoscomo señalesde una antigua conflagra-ción, y suponenque la superficie de la tierra, enfriándoselentamente,ha llegado a la tempertura que hoy tiene,mientras lo interior de la masaha podido conservarunaparte considerablede su calor, que llaman central. Otroscreenexplicarlos por la acción de los rayos solares.Cadaañoenvía el sol a la tierra una cantidad de fuego, que, sise acumulasesin cesar, la hubierapuestoen un estadoper-manentede combustión; pero una gran parte se disipaincesantementeen el espaciopor medio de la radiaciónqueexperimentan,como es bien sabido, todos los cuerposca-lientes. Estasdos causas,radiacionessolar y terrestre,ma-tenidas por millares de siglos, han debido al cabo equili-brarse,dandoa la tierra una temperaturaconstante.

Los varios parajesde la tierra no están colocadosensituacionesbastante favorables para recibir los rayos delsol, que hieren perpendicularmentela zona tórrida, caenoblicuossobrelas templadas,y abandonanlas glacialesdu-rante largas temporadas.Varía también la acción del sol

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Cap. VII. Dci cija y la noche

en las diversasestaciones,ya porque en la primavera, y elverano los rayos se acercana la dirección perpendicular,de que se apartanen el otoño y el invierno; ya por la acu-mulacióndel caloro sudisminuciónprogresiva,segúncreceo menguala duracióndel día. Es constanteque la tempe-ratura media del globo terrestre decrecedel ecuadora lospolos; no obstantelas vicisitudes de las estacionesy lo quecontribuyen a modificarla por una parte las circunstan—cias locales,por otra la habitaciónmismay los trabajosdelhombre.

Decrece también el calor a medida que nos elevamossobrela superficie terrestre;decrementomásrápidocuantomás alta la temperaturade los lugares inferiores. Así enEuropaes precisosubir 160 metrosen el estíopara queeltermómetrodesciendaun grado centesimal,y en inviernoes menestersubir 230 metrospara obtenerigual descenso.En virtud de estedecrecimiento,sucedeen todoslos países,aun los de la zona tórrida, que la cima de los monteselevadosse cubre de nieves eternas, más o menos altas,segúnla latitud de cada país. En las regionesecuatorialesempiezana verse a 4800 metros de altura, en las zonastempladasa 2900 metros; y bajan gradualmentehasta lasuperficie de la tierra en la cercaníade los polos, dondeel suelo se mantieneconstantementeen un estadode con-gelación.

La vecindad del mar influye también no poco en latemperatura,distribuyéndolacon más igualdaden el año;lo que proviene sin duda de que la masa de las aguas semezclay revuelvecontinuamentepor la acciónde los vien-tos, y del sol y la luna que las agitan,aunprescindiendodelmovimientocausadoen ellaspor las variacionesde la tempe-ratura sobre su superficie. Enfriadas las capasmás altasdel océano,descienden,y por el contrario, recalentadastrasmiten e1 exceso de calor a las inferiores, tendiendosiemprea producir unatemperaturamedia,que se difundepor las bajas regiones atmosféricas.Mitigan de estemodo

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Cosmografía

en las tierras vecinasel rigor del invierno, y las refrigeranen el estío, favoreciendoasí a la vegetacióny a la vidaorgánica.

Un fenómenocurioso es el de los grandesfríos del poloaustral, queexcedencon mucho a los que se observanenel norte a latitudesiguales; pueslos bancosde hielo queenel hemisferioborealno se alejan muchodel polo, en el he-misferio del sur se adelantansin derretirsehasta latitudescomo las de la Franciaseptentrional.Este efecto, que pa-recedeberseenteramentea causaslocales,se hacemás repa-rablepor la igualdadde la temperaturamediaa los dos ladosdel ecuadorhastalos 44°.1

1 El ilustre Humbcldt enumera cn su Cosmos las causas que modifican máso menos los efectos de la latitud sobre la temperaturaen los varios países.

Entre las que ccntribuyen a hacerla subir, cuenta:La configuración de un continente que termina en numerosaspenínsulas,y los

mediterráneosy golfos que penetran profundamente en él.La vecindad de un mar libre de hielos que se extiende más allá del círculo

polar, o de un continente extenso, situado en el ecuador o en la zona tórrida.La exposición a los vicntcs que soplan de países templados o cálidos, y las

cadenas de montes que sirven de muralla y abrigo contra los vientos que soplan ¿epaíses más fríos.

La falta de marjales cuya superficie permanezcacubierta de hielo cn la pri-mavera y hastaentrado el estío.

La falta de bosquesen un suelo seco y arenoso.La serenidadconstante del cielo en lcs meses de estío.La vecindad de una corriente marina que arrastra aguas más cálidas qua las

de la mar adyacente.Entre las causasque hacen bajar la temperatura,menciona:La elevación sobre ci nivel del mar.La configuración compacta de una costa sin golfos.La vecindad de una región cubierta de hielos y nieve todo ci año.La falta de una tierra tropical vecina.Montañas que impiden el accesode vientos templadoso cálidos.Cumbres nevadasde que desciendencorrientes de aire frío.Bosques extensos.Su sombra impide que los rayos solares hieran el suelo, y

sus hojas provocan la evaporación de una gran cantidad de agua en virtud de~ actividad orgánica, y aumentan la superficie capaz de enfriarse por la radiacióndel calórido. (NOTA DE BELLO).

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CAPÍTULO VIII

DE LA LUNA

1 Órbita y periodo sideral de la luna. — 2. Dimensionesde la luna. — 3. Mag-nitud de la órbita lunar; nodos; movimiento espiral de la luna; movimiento delos ápsides.— 4. Fases. — s. Eclipses y ocultaciones.— 6. Perturbacionesse-cularesy periódicasde la órbita lunar. — 7. Rotación de la luna; libración. —

8. Observacioneslunares. — 9. Constitución física de la luna.

1

La luna es del númerode los astroserrantes,quetienenun movimiento propio, con queparecentrasladarsede unapartea otra del cielo. Despuésde haber pasadopor el me-ridiano al mismo tiempo que una estrella o que el sol, seatrasamás y más cada día, en sentido contrario al de larotación diurna de la esfera.Parece,pues,moversede occi-dente a oriente, y aun con másvelocidad que el sol. Enefecto,da unavuelta completaal cielo en un períodome-dio de 27~7” 43” lis .5, que se llama períodosideral; alcabodel cual retornapróximamentea la posición que ocu-pabaentre las estrellasal principio de su carrera.

Gira alrededorde la tierra, y su órbita no difiere mu-chode un círculo,puestoqueel diámetroaparentedela lunavaría poco. La distanciamedia entre el centro de la lunay el de la tierra, deducidade su paralajehorizontal,y ave-riguada también por otros medios, es de 59 9643 radiosescuatorialesterrestres,que es muy cercade 60, y equivalea pocomás de 85.700 leguas.Por grandeque sea esta dis-

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Cosmografía

tancia, apenasexcedea la cuartapartedel diámetro del sol,de modo queen el espacioocupadopor este gran luminarpodrían caber casi dos órbitas de la luna, sin entrar unaen otra.

Hállase, pues, la luna, comparativamentehablando,bastantecerca del globo terráqueo;y de aquí nace que,cuandoestáen el zenit, y se la mira desdela superficiede latierra, seasensiblementemás grandesu disco (medido conexactitud), que cuando está en el horizonte; debiendohaberentre las dos distanciasla diferenciade un radio te-rrestre,estoes, de 1/60, o poco menos.

2

El diámetro de la luna es como 0,2729 del diámetroecuatorialterrestreo como 780 leguas geográficas.El vo-lumen de la luna es, por consiguiente,1/49, o como laquincuagésimaparte del de la tierra

3

La órbita aparentede la luna es elíptica, como la de latierra; pero más excéntrica. En efecto, el máximo del

* La distancia media de la tierra a la luna es de 60,266 radios terrestreso sea

384400 kilómetros.

mín 29’26”Diámetro aparente de la luna:

mix 33’24”

Radio de la luna 1741 kilómetros.Paralajehorizontalecuatcrial de la luna = 57’27”,4.Excentricidadde la órbita de la luna = 0,0549.Inclinación media de la órbita de la luna = 5°8’48”.Esta inclinación varía entre 5°0’l” y 5°17’35”.La masa de la luna esaproximadamente1/80 de la de la tierra.Su densidades 3,4.El movimiento medio en longitud de la luna en un día medioes de 13°10’35”,03.

Su longitud media en una época cualquiera t es:

L = 122°59’55” + ~ (t—t0)

siendo n el movimiento medio diurno y t—t,~ cI intervalo de tiempo transcurridodesdeel 31 de diciembrede 1849 hasta la ficha t. (NOTA DE F. J. DUARTE).

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Cap. VIII. De la luna

diámetroaparentede la luna es 33’32” y el mínimo 29’22”;el primero mayor que el máximo diámetro aparentedelsol; y el segundomenor que el mínimo: debepues haberigual razón entre los radios vectoresmáximo y mínimo.Así la excentricidadalcanzaa 0,05484 de la distanciame-dia o semi-ejemayor de la elipse; y en uno de los focosde esta curva está el centro de la tierra, alrededor delcual describeel centro de la luna áreas proporcionalesalos tiempos’. La luna es, por consiguiente, un planetasecundario,un satélite de la tierra. El plano de su órbitaestá inclinado al de la eclíptica en un ángulo de 5°8’48”,y la corta en dos puntos llamadosnodos; el nodo ascen-dentees en el quepasala luna del ladoaustral de la eclíp-tica al lado boreal; el descendentees el opuesto.Se consi-deran tambiénen la elipse lunar apogeo,perigeoy línea delos ápsides;palabrascuyosignificadosabemosya.

Pero si la elipse descritapor la tierra conservadurantemuchísimasrevolucionesuna misma situación respectodelas estrellas,no así la elipsede la luna,quemudade posiciónsideral aun en una sola revolución, y pasa continuamentede un plano a otro, trazandocomo una línea espiral; deque resulta que los nodos experimentanun retrocesocon-tinuo en la eclíptica.

Este atraso es de 3’lO” 64 al día por término medio,de maneraqueen un períodode 6793 39 díassolaresme-dios, que hacen como 18 6 años, corre un nodo toda lacircunferenciade la eclíptica; de quese sigue que hacia lamitad de este período tiene la órbita lunar una posicióninversa de la que tuvo al principio: el nodo ascendentehabrá ocupadoel lugar del nodo descendentey viceversa.La luna haráentoncessu caminoaparentepor constelacio-nes del todo diversas; y moviéndosecontinuamenteen estaespeciede espira a un tiempo u otro habrácubierto con sudisco cada punto del cielo queestádentro de aquella lati-

1 Esto no debe entendersesino aproximativamente, como se verá después.

(NorA DE BELLO).

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Cosmografía

tud a que la inclinación de su órbita a la eclíptica le per-mite llegar; es decir, cada punto de una faja de 10°18’

de anchura,cuya línea medianaes la eclíptica. Sin embar-go, en una sola revolución el lugar que en virtud de estemovimiento ocupa la luna, se desvía muy poco del queocuparíasi se mantuvieseninmóviles los nodos: partiendode uno de ellos, la latitud de la luna, despuésde dar éstaunavuelta completaen longitud, no pasade 8’.

El eje de la órbita lunar tiene también movimientodirecto, es decir, de occidentea oriente, mudandoconti-nuamentede direcciónen el espacio,como el eje de la ór-bita terrestre,pero con mucha másvelocidad,puesejecutauna revolución completaen 3232 57 días solaresmedios,que hacen cerca de 9 años; lo cual equivale a poco máso menos 3 gradosen una revolución completa de la luna;de modo que en 4 años y medio ocurre el apogeodondeantes el perigeo. Prodúcesepues por este medio una va-riación de la distanciade la luna a la tierra, que se apartade las reglasdel movimiento elíptico, y que, si bien insig-nificante en una sola revolución,en el transcursode mu-chasllega a ser bastanteconsiderable.

La revolución anomalísticade la luna, estoes, su revo-lución con respectoa los ápsides,o su retorno al perigeo,es de 27d 13” 18°°37544

4

Como la distanciadel sol a la tierra es de 23984 radiosterrestres,y la de la luna de no más de 60, la primera escomo 400 veces la segunda.Líneas, pues, tiradas del sola cadapunto de la órbita lunar puedenconsiderarsecomoparalelas.

Supongamosahoraque sea (fig. 8) 0 la tierra; A, B,C, D, etc., varias posicionesde la luna en su órbita; y Sel sol a la enormedistanciaque dejamosdicha. El hemis-ferio iluminado de la luna será siempreel queestá vuelto

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Cap. VIII. De la luna

s

Co •0

Cc

hacia el sol y el otro el oscuro.En la posiciónA, que es deconjunciónconel sol, el hemisferiooscuroestátodovueltohaciala tierra; no se ve puesla luna: es luna nueva.Llegadala luna a C, la mitad del hemisferio iluminado y la mitad

Cc

[fig. 8]

del oscuro se presentana O, y lo mismo sucedeen la po-sición opuestaG: cuarto creciente y cuarto menguante.En E, dondela luna se halla en oposicióncon el sol, todoel hemisferio iluminado estarávuelto hacia la tierra: lunallena. En las posicionesintermediasB, D, F, H, las por-ciones de la faz brillante presentadasa O, seránprimeromás pequeñasque la mitad del disco, luego más grandes,y luego otra vez menores,hasta que desaparecedel todo,encontrándosela luna otra vez en A. Llámansefasesestosdiferentes aspectos;ellos prueban que la luna es, comola tierra, un cuerpoopaco. A la oposicióny a la conjun-ción se da el nombrede sicigias; al cuarto crecientey alcuarto menguante,el de cuadraturas.

El meslunar es determinadopor la repeticiónde estasvarias fases, y corre de luna nueva a luna nueva. Comoel sol parececaminaren el cielo en la misma direcciónqueJa luna, aunquecon más lentitud, la luna tiene que haceralgo másque unacompletarevoluciónsidéreaparahallarseotra vez en conjuncióncon el sol: el meslunar, o el tiem-po que en ello invierte, es llamado en astronomíaperíodosinódico. Así, mientrasel período sideral dura, como an-

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Cos~nografía

tes dijimos, 27~7” 43”’ li~ 5, el períodosinódico alcanzaa 29d 12” 44” ~ 87.

Que la tierra envía luz a la luna, como la luna a latierra, y probablementemás viva en razón del mayorvolumende nuestroglobo, es una consecuenciaprecisadela propiedadque tiene la luz de reflejarseen los cuerposopacos.La que el sol emite a cada momento,recibida enestos dos globos, se absorbeenparte, y en partese refleja,esparciéndoseen todas direcciones,y pasandoasí de unode ellos al otro. Por estemedio se explica la aparienciadeaquellaporción oscuraquecompletael volumende la lunay que puede verse poco anteso poco despuésde la con-junción. Entoncesestá llena la tierra con respectoa la luna,estoes, tiene vuelto hacia ella todo su hemisferio ilumina-do, y alumbramás vivamenteel lado oscuro de luna conlos rayos solaresque la envía, y que reflejados de nuevoen él nos lo hacen visible. Obsérvaseentoncesque en laparte iluminada de la luna se aumentala convexidaddelborde o limbo; ilusión óptica producida por la mayor in-tensidadde la luz.

5

Siendo la luna el astro más vecino a nosotros,es denecesidadque algunasveces se interpoñga entre nosotrosy cualquierotro astroque se halle dentro de la faja de 100

18’ arriba descrita,ocultándoloen todo o parte a nuestravista. El sol mismo no está exento de estas ocultacioneso eclipses,cuandoel disco de la luna cubre para nosotrosel disco solar, en todo o parte. El eclipse de sol disminuye,como todos saben,la claridad del día; y cuandoes total(que rara vez sucede) produceuna oscuridadcompleta,que hace visibles las estrellas.El eclipse anular del sol esotro fenómenocurioso, en que el borde del sol presentapor unos pocosminutos la aparienciade un círculo lumi-

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Cap. VIII. De la luna

nosoalrededordel disco oscurode la luna, que se proyectasobreel disco solar.

El eclipse del sol no puede tener lugar sino cuandola luna estáa la misma longitud que aquelluminar; lo quesólo sucedeen la conjunción o luna nueva. Como la ór-bita lunar está inclinada más de 50 a la eclíptica, sucedea menudoque la igualdadde longitudesde los dos astrosseverifica cuandola lunadista demasiadode la eclípticaparaquesudiscose proyectesobreel del sol; y por consiguiente,hay muchasvecesconjunciónsin que este astrose eclipse.

Llámansepropiamenteocultacioneslas de las estrellas,cuando se interpone entre ellas y nosotros el disco lunar.Por supuesto,son siempretotales,y sucedenno menosde-trás de la parte oscurade la luna, que detrásde la parteiluminada. En este segundocaso, vemos acercarsepoco apocola luna a laestrellahastaquela tapa;al pasoqueen elprimero sucedede improviso el fenómeno,sin que se veala causaque lo producecomosi la estrellase apagasede unsoplo;delmismomodoquecuandoemergepor el ladooscuropareceinstantáneamenteencenderse.

La luna se eclipsacomo el sol; pero por una causadi-versa: la tierra interceptalos rayossolares,y arrojandosusombra sobre la luna, la oscurecetoda o en parte. En eleclipse solar, que siempre sucedeen conjunción o lunanueva,esteastrose interponeentre el sol y la tierra; en ellunar, queno puedeacaecersino en oposicióno luna llena,la tierra se interponeentreel sol y la luna.

En general,podemosconsiderarlos eclipsescomo pro-ducidospor la sombraqueun cuerpoarroja sobreotro, in-terceptandola luz de un luminar muchomayor que cual-quiera de ellos.

Sea(fig. 9) AB el sol, y CD un cuerpoesférico(la lu-na o la tierra) iluminado por el primero. Tírensey pro—lóngu.enselas tangentesAC y BD. Como AB es mayor queCD, AC y BD se encontraránen E, a máso menosdistanciadel cuerpoCD, segúnlos tamañosde los dos cuerposy la

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Cosnwgraf¡a

distanciaa queel uno se halle del otro. El espacioCED re-presentapues un cono, y todo él seráocupadopor la som-bra de CD, llamadaumbra. Un espectadorsituadodentrode ella, no puedever parte alguna del disco solar. Tírense

ahoray prolónguenseAD y BC. Más allá de la umbrahabrádosespaciosquela abracen(o másbienun espaciocontinuo,pertenecienteal cono FKG); en los cualescolocadoun es-pectador,por ejemploen M, veríasólo unaporciónAONPdel sol, y por tantono gozaríasino de unaluz solarcompa-rativamentedébil, pero tanto másclara cuantomásvecinose hallasea la líneaCF, DG, sin salir del espacioECF, EDG.Estasombramás o menos clarase llama penumbra.Todasestascircunstanciaspuedenmanifestarseponiendounape-queñabola en el sol, y recibiendo su sombra a diferentesdistanciassobreun pliego de papel.

En un eclipse lunar (figura superiorn9 9) la luna en-tra primero en la penumbra,y por gradosen la umbra,orlada ésta por aquélla corno por una especie de niebla.El cono de la umbra terrestrese extiendemuchomás alláde la lunapor el mayor volumende la tierra y la moderadadistanciaa quese halla aquel astro; lo quefacilita mucholos eclipseslunares.Perocuandoes la lunael cuerpointer-

[fig. 9]

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Cap. VIII. De la luna

puesto,la extremidadde la umbra unasvecesllega a la tie-rra y otrasno. En elprimer caso (figura inferior n 9), caesobre la superficie de la tierra una sombra negra rodeadade una sombramás débil, fuera de la cual no hay eclipseparaningúnpaísde la tierra; perodentrode este límite hayeclipse:parael espectadorcolocadoen la umbra,total; parael queestá colocadoen la penumbra,parcial.Cuandosóloel ápice de la umbra caesobreun puntode la superficiedela tierra, la luna respectode ese punto cubrirápor un ins-tante todoel sol; perosi el ápiceno toca la tierra, no habráeclipsetotal en ninguna parte de la superficie terrestre,yun espectadorcolocadoen la prolongacióndel eje del cono,o muy cerca de ella, veráproyectarsetoda la luna sobreelsol, sin taparlo enteramente;verá, por consiguiente, uneclipseanular.

En virtud del ajustenotablecon que se ejecutala revo-lución sinódicade la luna, y la de sus nodos, se repiten loseclipses,en ciertosperíodos,muy próximamenteen el mis-mo ordeny de la mismamagnitud; porque 223 lunaciones,o revolucionessinódicasmedias,ocupan6585 32 días, y29 revolucionescompletasdel nodo ocupan6585 78 días.La diferencia,pues,en la posición mediadel nodo, al prin-cipio y al fin de 223 lunaciones,es casi insensible;de quere-sulta la reproducciónde los mismos eclipsesen ese tiempo.Esto hace importantísimoel períodode 223 lunaciones,o18 añosy 10 días,en el cálculo de los eclipses.Créesequelo conocieronlos caldeoscon el nombre saros; lo cierto esque el retorno periódico de los eclipses fue conocido porsiglos corno un hechofísico, antesde habersecomprendidobien la teoría de estosfenómenos.

El principio, duracióny magnitud de un eclipse lunarse calculan mucho más fácilmente, que ios de un eclipsedel sol, por ser independientede la posición del espectadoren la superficie de la tierra, y aparecerlesiemprecomo silo viesedesdeel centro.La umbray la penumbratienenun

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Cosmografía

centro comúnsituadoen la eclíptica en un punto opuestoal sol. De aquí el nombre dado a la eclíptica: línea de loseclipses‘~.

6

En el estadoactual, el movimiento de la luna, tomandoun término mediode algunossiglos, se aceleraprogresiva-mente;perola teoríade la atracción,queha dadoa conocerla causa,demuestraque, despuésde haberseaumentadolavelocidadhastacierto punto,empezaráa retardarsede sigloen siglo, paravolver a acelerarsede nuevo. Grandees el es-paciode tiempoqueesteperíododebeabrazar,puestoquelaaceleraciónobservadaes como de 11 segundospor siglos;comparadacon él, puededecirseque la historia toda de laastronomíay de la razahumanaes un instante.La posteri-dad, dice Biot, notará con un sentimientode gratitud, quelos geómetrasde nuestrosiglo han previstoy calculadoes-tos grandesfenómenos,preparándoleasí los mediosde co-nocer lo pasadoy lo futuro en el sistemadel mundo, contanta seguridadcomo io presente.

Estavariación,en el movimientoseculardela luna,haceprecisamenteque duren máso menosen diferentesépocassus revolucionestrópicas,anomalísticas,sinódicasy sidera-les.La determinaciónde estosperíodosno podrá,pues,servir

* Eclipses. Habrá eclipse total de luna cuando la latitud de la luna en el

momento de la oposición sea inferior a 20’59”.Si la latitud de la. luna está comprendidaentre 20’59” y 31’20”, el eclipse será

total o parcial. Cuando está comprendidaentre 31’20” y 52’1 )“ habrá eclipse par-cial. Cuando está entre 52’29” y 62’SO”, el eclipse parcial es dudoso.Si es superiora 62’SO” no puede haber eclipse. El máximo de dar~ciónde un eclipse tot~sldeluna es de 2 horas y desdela entrada hasta la salida de la sombra, 4 horas.

Hay eclipse de sol cuando la latitud de la luna, en conjunción con el sol, esinferior a 1°24’.El eclipsees dudosocuando la latitud está comprendidaentre 1°24’y 1°34’.El eclipse es imposible cuando la latitud de la luna es superior a 10341.

El máximo tiempo de duración de un eclipse total de sol en el ecuador es de8 minutos y el de un eclipse anular es de 12 minutos. El máximo tiempo de duraciónde un eclipse de sol en el ecuadores de 411 30m~

El número máximo de eclipses en un año es 7:5 ó 4 de sol y 2 ó 3 de luna.El número mínimo es 2 eclipses y entonces ambos son de sol. (NOTA DE F. J.DUARTE).

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Facsímil de la portada de la segunda edición de Caracas, 1865 de la Cosmo-gr~fI~.

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Cap. VIII. De la luna

sino paraun cortonúmerode siglos; y los esfuerzosque sehaganpor formularlos con una exactitud invariable, seránsiempreinfructuosos.

El movimiento de los ápsidesy de los nodosde la órbitalunar se retardamientrasel de la luna se acelera.

La misma análisisque ha desenvueltoestos fenómenos,hace ver que la distanciade la luna a la tierra, la excentri-cidady la inclinación de su órbita, estánsujetasa fluctua-cionessecularesligadas a las del movimientomedio; y aun-quesus efectoshansido poco sensibleshastael día, en laseriede los siglos seránecesariotomarlosen cuenta.

Pero aun prescindiendode las variacionesseculares,elmovimientoelíptico que hemosdescrito representaimper-fectamenteel cursode la luna. Esteastroexperimentaper-turbacionesperiódicas cuyo efecto es bastantenotable.

En rigor, la luna no gira alrededorde la tierra, sinoambasalrededorde su centro comúnde gravedad,mientrasqueestecentrose mueve en órbitas elípticasalrededordelsol. Si trazamos,pues,la verdaderalíneadescritaporel cen-tro de la luna o la tierra,hallaremosqueambasgiranen tor-no al sol, describiendo,no unaexactaelipse,sino unacurvaunduladacomola de la figura 3; salvoquelas undulacionesno pasande 13 enunarevolución completa.Las excursionesde la tierra a los dos lados de la elipseson tan pequeñasqueapenaspuedenapreciarse.El centrocomúnde gravedaddela tierra y la luna está siempredentro de la superficie te-rrestre,de modo que la órbita mensualque trazael centrode la tierra en torno al centrocomún,estácomprendidoden-tro de un espaciomenor queel tamañode la misma tierra.Lasexcursionesde la luna tienenmuchamásamplitud.

De aquí resultandesigualdadesperiódicasde variases-peciesy de que no podemosni hacermenciónsiquieraenuna obra como la presente.Unas afectan la longitud dela luna, otras la latitud, otras el radiovector. Cuál desapa-receen las sicigias y llega a su máximo en las cuadraturas;cuál retardael movimiento de la luna en los seis mesesque

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Cosmografía

empleala tierra para pasardel perihelio al afelio, y lo ace-lera en los otros seismeses;cuál en fin produceunaespeciede oscilacióno bamboleoen la inclinación de la órbita. Hasido precisocalcularlastodasparala formaciónde las tablaslunares.

7

Observandolas manchasde la luna, se observaque nosprese~itasiemprecon cortadiferenciaun mismohemisferio,porquemientrasda unavuelta completaalrededorde la tic-rra, da también una vuelta completasobre su eje, que espróximamenteperpendicularal planode su órbita.Es puesigual el períodode sumovimiento rotatorio al de su movi-miento de revolución.El hemisferiovisible, sinembargo,noes exactoy constantementeunomismo; y en estoconsisteelfenómenode la libración, quevamosa describir.

Aunque las manchasson permanentesen su situaciónrelativa, y conservanunas mismas dimensionesy formas,manifestandoasíestarfijas enla superficiedela luna,varíanalgode posiciónaparenteen el disco,puesalternativamentese acercanal borde y se retiran,y las queestánvecinasa él,se nos muestrany se nos ocultan en oscilacionesperiódicas,que aparentanen el globo lunar una libración o balance.Estefenómenoes el resultadode varias ilusionesópticas.Laprimera consisteen que, mientrasel movimiento de revo-lución de la luna está sujeto a desigualdadesperiódicasquelo acelerany lo retardan,el de rotación es rigorosamenteuniforme; y no habiendoun perfectoajusteentreambos,esnecesarioquelas manchasparezcanmoverseya en un sen-tido, ya en otro, comosi la lunasemoviesea un ladoy otrodel radiovector queunesu centroal de la tierra.La segundaaparienciaóptica consisteen que el eje de rotación no esexactamenteperpendicularal planode la órbita: la luna,enconsecuencia,nosdescubreya uno, ya otro de suspolos, a lamaneraqueel eje de la tierra presentaalternativamentelos

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Cap. VIII. De la luna

suyosal sol; de lo cual procedeque las manchasno guardenunamisma elevaciónsobreel plano de su órbita,y queaunalgunasparezcanpasarde un ladode esteplano al otro. Enfin, la tercerailusión proviene de que la observamosen lasuperficiede la tierra y no en el centro,quees el verdaderopunto a que la luna tiene siemprevuelta unamisma faz;lo quehace queel contornoaparentede sudisco varíeparael observador,segúnes máso menosla elevaciónde la lunasobreel horizonte.Llárnasela primera de estasapariencias,libración enlongitud; lasegunda,libración enlatitud; la ter-cera, libración diurna.

8

La luna es el astrode que se sacamás partido en la as-tronomía,en la geografíay en la náutica.

Si hubieseen el cielo, dice Sir John Herschel,un relojcon muestray puntero,que señalasesiempreel tiempo lo-cal de Greenwich,se determinaríafácilmente la longitudde cualquierparajede la tierra comparandoel tiempo lo-cal de ese parajeconel que esereloj señalase.El oficio de lamuestray puntero es éste: la primera tiene una serie demarcas,cuya posición se sabe; el segundo,recorriendo lasmarcas,nos informa, por el lugar que con respectoa ellasocupa,de la horaque es, o del tiempo queha corrido desdequeestuvoen cierto parajede la muestra.En los relojeslasmarcasde la muestraestándistribuidasordenaday unifor-mementesobreunacircunferenciacuyo centroes el puntode apoyo, sobreel cual gira con movimiento uniforme elpuntero.Peroyase dejaver quesabríamosla horaconigualcertidumbre, bien que con menos facilidad, aunque lasmarcasno estuviesendistribuidas a intervalosigualesen lacircunferencia,y aunqueel punterono girasesobreel cen-tro, ni con movimientouniforme; con tal que supiésemos,primeramente,los intervalosexactosa que las horasy mi-nutos estuviesenmarcadosen la muestra(lo queseríapo-

lii

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Cosinografía

sibie conseguirpor medio de tablas en que los viésemosconsignadosa consecuenciade esmeradasmensuras),contal que supiésemosasimismo la excentricidad del puntosobrequegira el puntero;y con tal, en fin, que supiésemosa cadamomentola velocidadcon queel punterose mueve,de maneraque pudiésemoscomputar con toda seguridadcuántotiempocorrespondea cadaporción de su movimien-to angular.

Ahora bien, la esferaestrelladaes la muestra;las estre-llas son las marcas;y el punteroes la luna. A primeravista,el giro de este puntero parecehacersecon velocidad uni-

forme; pero bien mirado se nota que su marchaes regu-lada por leyesprodigiosamentecomplejase intrincadas,yque obedientea esasleyes, da cada mes una vuelta corn-pleta, pasandovisiblementesobreciertasestrellasy tapán-dolas, y deslizándoseal lado de otras, u ocupandolos es-pacios intermedios. Su posición entre las estrellas puedemedirseexactamentepor medio de un instrumentoa pro-pósito,el sextante;de la misma maneraque si en un relojde sol averiguásemoscon un compásel lugar preciso delpuntero entrelas marcasde la circunferenciapara deducirpor unareglade proporción la horaexactaque es. Perohaymás. En virtud de la paralaje, la posición de la luna esdiferente para los varios lugares de la tierra: el especta—dor de Londresno ve la luna en la misma situaciónsideralqueel de Roma o Constantinopla;y es necesarioreducir lasobservacionesa lo que seriansi se hiciesendesdeun mismopunto; desdeel centro de la tierra.

Un reloj parecidoa éste se miraría como extremada-mente incómodo,por exactoque fuera; pero si no tuvié-semos otro, y si nos importasesobremanerapoder medircon toda precisión el tiempo, lo estimaríamosen mucho,y trabajaríamospor conseguirun conocimientoperfectode su mecanismo,y por facilitar los mediosde leer en susmovimientosel trascursode las horas. A estose redúcelateoría lunar. Por medio de ella puedeanunciarse,de mu-

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C~J.VIII. De la lz:na

cho tiempo atrás y con una exactitud maravillosa, cuálserá la posición de la luna entre las estrellas,a cada hora,minuto y segundode cadadía del año,en tiempo local delmeridiano de Greenwich, París, u otro cualquieraque seelija. Las distancias angularesde la luna respectode lasprincipales estrellas que le salen al paso, se computan yregistran cuidadosamenteen almanaquespublicados bajola inspección de los gobiernosy de sociedadescientíficas.Y cuandoun observadoren cualquierparajedel globo, enmar o en tierra, mide la distancia a que se halla la lunarespectode unade esasestrellas(cuyo lugar en el cielo se hadeterminadocon la más escrupulosaindividualidad), sabela diferenciaentresu tiempo local, y el de cualquierobser-vatorio del mundo, y, por consiguiente,la diferenciaentresu longitudy la de cualquierade ellos.

9

Hemos visto que el volumen de la luna es como -~-

del de la tierra. La teoría de la atraccióndemuestraquesu masaes como 0,0146 de la del globo terrestre.Su den-sidad es, por consiguiente,menor.

La luna tiene la forma de un elipsoide,cuyo eje mayorestá vuelto constantementehacia la tierra, en el plano delecuadorlunar; ejecutándosela rotación en torno al ejemenor,comoen la tierra, y por la misma causa.

El telescopionos muestraen la superficie de la lunadesigualdadesconsiderables:montes y valles. Vemos pro-yectarsela sombrade los primerosy variar la de los segun-dos exactamentecomo correspondea la posición del sol:los montes arrojan una negra y tendida sombra, cuandoel sol nace o se pone a su espalda;pero a medidaque esteastro se levanta,la sombrase acorta,y en los plenilunios,

cuandola luz solar los bañade lleno, no se ve sombraal-guna. Los picos aparecensiempreiIu~ninadosantesque los

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Cosmografía

espacioscontiguos; y el limbo o borde se ve como dente-llado por las puntas salientesde la encumbradaserranía.Las mayoreselevacionesson como de milla y mediade al-tura perpendicular.

La luna es montuosaen extremo; sus serraníasocupanmuchomás de la mitad de la superficie; la forma de casitodos sus monteses exactamentecircular como la de unacopa;y los máselevadospresentancavidades,de cuyo fondose alzaen el centroun pequeñoy escarpadocono; suaspecto,en unapalabra,es volcánico, comoel del cráter del Vesu-bio, y en algunosde los principalesse notan señalesde es-tratificación volcánica,producidapor depósitosde materiasarrojadasen sucesivaserupciones.Sin embargode no habermaresen la luna, hayextensasllanurasde un carácterdeci-didamentealuvial.

La luna no tiene nubes,ni presentala menor señal deatmósfera.Su clima, por consiguiente,no puedemenosdeserunaalternativacontinuade quincedíasdeun veranomásardiente que el de nuestrasregionesecuatoriales,y otrostantos de rigurosa helada, mucho más cruda que la denuestrosinviernos polares. La consecuenciaprecisade se-mejanteorden de cosases la absolutaaridez de las regionesqueestánbajo el sol vertical, la constanteacumulacióndeescarchase hielos en las regionesopuestas;y acasounafajaperpetuade aguacorriente por la orilla del hemisferioilu—minado. Pero no es posible que la evaporación,por unaparte, y la condensación,por otra, mitiguen hasta ciertopunto la inclemenciade los dos extremosde temperatura.

Por la pequeñadensidadde los materialesde la luna,y la gravitación, comparativamentedébil, de los cuerposque ocupan el suelo, la fuerza muscular podría ser allíseisvecestanpoderosacomoen la superficiede nuestropla-neta. Pero por la falta de aire no es posible que la habitenseresorgánicosanálogosa los que conocemos;ni apareceenla lunael menorvestigiode vegetación.Si hayhabitantesallí, la tierra debepresentarlesel extraordinarioaspectode

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Cap. Viii. De ¡a luna

una luna de casi 20 de diámetro,ya llena, ya en creciente,ya en menguante,ya del todo oscura; eclipsadaa veces,avecesproyectadasobreel disco del sol, eclipsándolo; casiinmóvil en un mismo parajede la esfera celeste,pasandolentamentelas estrellasa su lado y a suespalda,anubladademanchasvariables,y fajadade zonasecuatorialesy trópicas,que correspondena nuestrosvientosconstantes;pero seríadudosoque las perpetuasmutacionesde nuestraatmósferales dejasendiscernir claramentelos contornosde nuestroscontinentes,cordillerasy mares

1 Mirada con el gran telescopio de lord Ross, se presenta la luna como un

globo de plata derretida, percibiéndosedistintamente sobre su superficie todos losobjetos de una extensiónde 90 o 100 metrcs. Podría divisarseen ella con facilidadun edificio como el de la Catedral de Santiago. El aspectogenerales como el de unavasta desolación: volcanes apagados,peñascosenormes, al parecer lanzados por ellos;picos solitarios como el de Tenerife; sierras de grande elevación; simas profundas,cuya boca está cercada de una gran muralla de risccs, que se levantan a diferentesalturas.Hay entre otros, en medio de un laberinto caótico de sierras,picos y redondosmontes,un precipicio circular, un vasto cráter, como de 50 millas de diámetro, aque se ha puesto el nombre de Tycho. El Dr. Niohol, para dar una idea de él,se figura un viajero q’ue, habiendo trepadoa la cumbre del Monte Blanco, viese delotro lado un escarpadoderrumbaderode 13,000 pies de profundidad, y a la distanciade 10 millas de su base,otro horroroso abismo tan hondo, como es elevado el MonteBlanco sobre el nivel del mar. En el fondo, hay varios montes, particularmenteunode 4,000 pies de altura, circunvalado de cinco o seis sierras circulares, concéntricasde casi igual elevación. En torno al gran cráter, toda la superficie está, por decirloasí, claveteada de redondas colinas, que son Otrostantos cráteres,todos de menor dii-metro que el Tycho, pero quizás no menos profundos. Lo más notable es que en cicentromismo del Tycho, cuandopenetranhastaallí los rayos del sol, se ve un fondobrillante y fuera de la muralla que lo rodea otro espaciode igual esplendor, de quesale una multitud innumerablede líneas vivamente iluminadas,que se esparcen sobreun tercio a lo menos de toda la superficie de la luna. Se cree que estas líneas songrietasoue comunicancon la grancaverna,y cuyo fondo refleja también vivamente laluz solar; es probable que fueron formadas al mismo tiempo por una terríficaconvulsión, que levantó como 4,500 millas cúbicas de roca, y despedazóen todasdireccionesel suelo, y en alguna de ellas hasta la distancia de más de 1,400 millasgeográficas. (Foreign Quarterly Review, número 77, enero de 1847). (NorA DE

BELLO).

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CAPÍTULO IX

DEL SISTEMA PLANETARIO

1 . Planetas en general. 2. Planetaszodiacales.— 3. Planetasinferiores. — 4. Pla-netassuperiores.— 5. Planetasultrazodiacales.— 6. Leyes de Képler. — 7. Ele-mentosde las órbitas planetarias.— 8. Perturbacionesde las órbitas planetarias.—9. Constitución física de los planetas: satélites. — 10. Aberración y velocidadde la luz. II. Pruebafísica del movimiento orbital de la tierra. — 12. Cuadrode los planetas.

Hay, ademásdel sol y la luna, otros astros quevaríande situaciónaparenteentrelas estrellas;y éstoslos llamadosplanetas (palabragriega que significa errantes) se puedenreducir a dosclases:ios unosapellidadoszodiacales(Mercu-rio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno,Urano), ejecutansusmovimientosdentrode aquellazonacelestea quese ha dadoel nombrede zodíaco;los ultrazodiacalesson Vesta, Juno,Ceresy Palas.Todosellosson cuerposopacos,comola luna;ruedansobresus ejes, de occidentea oriente; y circulan enel mismo sentidoalrededordel sol, peroen diversosperíodosy con velocidadesdiferentes.

Mercurio,Venus,Marte, Júpitery Saturnohansido co-nocidosdesdetiemposremotos; si bien es verdadque en laEscrituray en Homerose hacesólomenciónde Venus.Ura-no fue descubiertopor SirWilliam Herschelen 13 de marzode 1781. De los planetasultrazodiacales,Ceres fue descu-biertopor Piazzi, en Palermo,el primer día del siglo XIX;y a estedescubrimientose siguieronel de Junopor el pro-

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Cap. IX. D~¡ sistemapianctario

fesor Hardingen Gotinga,y el de Palasy Vestapor Olbers,de Bremen~

Los planetasen su movimiento aparenteavanzanalgu-nas vecescon rápida velocidad;otras lentamente;paran aveces;a vecesretroceden.Pero si su curso se refiere al sol,como un punto céntrico, todaesta irregularidaddesapare-ce,y se resuelveenunaley simpley general,quees la misma

° PLANETAS.

Distancia mediaal Sol

Res oluc~óizsideral en a,ios

trópicosEvccntricidad Inclinacióo

Mercurio . . . 0,387

Venus 0,723

Tierra 1,000

l~i’artc 1,524

Júpitcr 5,203

Saturno 9,539

Urano 19,191

Neptuno . . . 30,071

Plutón 39,457

0,241

0,615

1,000

1,~’81

11,562

29,458

84,015

164,788

247,697

0,206

0,007

0,017

0,03

0,015

0,056

•0,047

0,002

0,249

7~00’13”,4

3 2338 ,7

1 51 0’ .1

1 1822 .1

229 :s .7

04622 .7

1 46 29 6

17 08 34 ,9

Diámetro Volumen Masa Densidad

Mercurio . . . . 0,37

venus 0,966

Tierra . . . . 1

Marte 0,54

Júpiter .. 11,14

Saturno 9,4

Urano 4,0

Neptuno . . . . 4,3

Plutón 0,46

0,050

0,90

1

0,157

1295

745

63

78

0,10

0,056

0,817

1

0,108

318,36

95,22

14,58

87,26

0,09

6,2

5,0

5.52

3,8

1.36

0,7

1,3

1,2

5,5

(NoTA DE E. J. DUA&TE).

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Cosmografía

a queestásujeta la tierra, suponiendo(como es indudable)que ella circula también alrededordel sol. Las órbitas sonelípticas;el plano de cadaórbita pasapor el sol, colocadoen uno de los focos de la elipse,y cortael planode la eclíp-tica en una línea recta, llamada línea de los nodos. Nodoascendentees aquella intersecciónde la órbita del planetay de la eclíptica,en queel planetapasadel lado austral alboreal; nodo descendentees la intersección opuesta.Nohay suspensiónni retrogradaciónen la carrera de ningúnplaneta;y la velocidadde todos ellos varía no más que lonecesariopara que las áreasbarridaspor los radiosvectoresseanproporcionalesa ios tiempos.

2

De los planetaszodiacales,Mercurioes el más cercanoal sol. Envueltoen los rayosde estegran luminar, rara vezpodemosverle, y entoncesaparecebajo la forma de unalucienteestrella.SígueseVenus en el orden de la distanciaal sol, y sucesivamenteMarte, Júpiter, Saturnoy Urano.Si la tierra se muevetambiénalrededordel sol, comolo vere-mos probadocon argumentosirrefragables,su órbita tieneel tercer lugar, entrelas de Venus y Marte. De aquíel nom-bre de planetasinferioresdadosa Mercurio y Venus,y el deplanetassuperioresa los otros. Todos ellos, puestoque nosalendel zodíacocirculan próximamenteen el plano de laeclíptica, de que resultaqueno vemossus órbitasde frente,sino en una dirección muy sesga,en que sólo sus desvíosde la eclípticase nospresentanen su magnitud natural.

3

Los planetasinferioresen su curso aparentese apartanpoco del sol. Mercurio se aleja hasta29°;Venus hasta47°.

Éstosson los máximosde su elongacióno distanciaangular

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Cap. IX. Dci sistemaplairetario

al sol; la cual puedeser oriental u occidental.Cuandosehallan alestedel sol, resplandecenen ci occidenteal anoche—cer, y se llamanluceros de la tarde. Cuandoestánal oestedeaquelastro, le precedenal amaneceren la parteoriental delcielo, y se llaman luceros de la mañana.Venus, que es elque vemos a menudo,es al que damos ordinariamenteelnombrede lucero. Acercándoseal sol, dejan de sernosvi-sibles,porquesu luz solar los ofusca;unasvecespasanpordetrás del sol, otras delante; y en este último caso suelenproyectarsesobreel disco solar, bajo la forma de pequeñasmanchasnegras,redondas,bien definidas; fenómenollama-do tránsito, análogoal del eclipse del sol, ocasionadopor lainterposiciónde la luna. La conjunción,o mínima distan-cia angularal sol, se llama inferior, cuandoel planetapasapor entreesteastroy la tierra; y superior, cuandopasapordetrásde aquelastro.

E

Sea5 (fig. 10) el sol: abc la órbita deMercurio o Venusy ABC la órbita de la tierra, circulandoestos tres cuerposen unamisma dirección,que es la de la flecha. Supongamosque, cuandoel planetainferior está en a, la tierra se hallaenA, en la direcciónde la tangenteaA; el planetaaparece-,rá entoncesen su máxima elongación, porque el ánguloaASserámayorqueen cualquieraotra situacióndel planeta.

Si la tierra se mantuviesefija enA, ci lapsodel períodosideral del planetainferior, o suretornoal punto a, estoes,a la misma situación respectode las estrellas,reproduciríaaquellamáxima elongación.Pero la tierra no se mantiene

[fig. i0~

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Cos,nografía

fija. Cuandoci planetavuelve a encontrarseen a, la tierraha caminadoen la misma direcciónhacia E; y por tanto lasiguientemáxima elongaciónpor el mismo lado del sol, su-cederá,no en la posiciónaA; sino en la posicióneE: el pla-neta, descritasu órbita sidérea,habrá tenido que recorrerademásel arcoae. El períodosidéreo,más el tiempo quegastael planetaen recorrerel arcoae paravolver a su máxi-ma elongaciónpor el mismo lado del sol, serásu períodosinódico.

Durante este lapso, la conjunción inferior habrá su-cedido cuando la tierra se hallabaen la situación inter-media B, y el planetaen b, entre ci s~ly la tierra: lamáxima elongacióndel lado opuesto,cuandola tierra esta-ba en C y el planetaen c, dondela línea de unión Cc estangentea c; y en fin, la conjunciónsuperior,cuandolatierra se hallabaen D, y el planetaen d, en la prolongaciónde la línea DS.

Mercurioy Venus exhibenfasescomola luna.Bastaverla figura 11 para concebirque respectode un observadorcolocadoen la tierra E, un planetainferior iluminado porel sol, parecerálleno en la conjunción superiorA, análogaa la oposiciónde la luna; giboso,estoes,másde medio llenoentreA y lospuntosBC de susmáximaselongaciones,comola lunadespuésdel cuartocrecientey antesdel cuartomen-guante; medio lleno en los puntos BC; corniforme entrecualquierade éstos y la conjunción inferior D; invisible

[fi9. II~

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Cap. IX. Del sistemaplanetario

enD, exceptocuandose proyectasobreel disco solar comounamanchanegra.Todosestosfenómenosson exactamenteconformes a las observaciones,y prueban incontestable-menteque Mercurio y Venus son cuerposopacos; lo quetambiénse percibe por la falta de centelleo,que es propiade los cuerposque no resplandecencon luz propia, comolas estrellas.

Lasvariacionesa queestásujetoel brillo de Venus sonconsiderables,y dependende dos causas:la magnitud de suáreailuminada visible, y la mayor o menormagnitudapa-rentedesudisco.El diámetrode Venusvaría desdealgome-nosde 10” hastamásde 1’; a queno llega el de ningún otroplaneta.

4

Como las órbitas de los planetassuperioresabrazanlade la tierra, sucursono estácircunscrito,comoel de Mer-curio y Venus, a ciertos límites de elongación,antes bienaparecena todasdistanciasangularesrespectodel sol, y aunen la región opuestadel cielo o segúnsueledecirseen oposi-ción; lo queno podría suceder,si no se interpusieseenton-ces la tierra. Los que, por la pequeñezde sus paralajes,parecenmuy distantesde nocotros,a saber:Júpiter,Saturnoy Urano, se nospresentansiempreredondos;los vemos,portanto, en unadirecciónno muy distantede aquellaen queel sol ios ilumina; de que se sigue queocupamosun lugarque respectode ellosno distamuchodel centrode sus órbi-tas; o enotros términos,que la órbitade la tierra es, compa-rativamente,de pequeñodiámetro. Sólo Marte apareceavecesun poco giboso; pero su porcióniluminada visible noes nuncamenosde los sieteoctavosde su disco; y como enJúpiter, Saturnoy Uranono percibimosfases,es claro quesusórbitasincluyen,no sólo la de la tierra, sino la de Marte.

Los planetassuperioresse hallanen oposicióncuandosulongitud comparadacon la del sol da una diferenciaexacta

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Cosmografía

de 180°.El intervalo entre dos oposicionessucesivases superíodosinódico; y el tiempo que tardael planetaen vol-ver a la misma situaciónentre las estrellas,es su períodosideral. Ambos períodosvarían en cada planetadentro deciertoslímites,por causasquemásadelanteindicaremos.

5

Lo queacabamosde decir, se aplica a los planetasul-trazodiacales.Todoselloscirculan entreMarte y Júpiter.AMarte, en el orden de su distanciaal sol, se sigue Vesta; yconsecutivamenteJuno,Ceresy Palas Se ha conjeturadoqueestoscuatroplanetasvisiblessólo al telescopio,son frag-mentos de un globo muchomás grande,despedazadoporalguna tremendaexplosión.De aquí su aspectoangulosoyel enlacede sus órbitasquelos hacevolver sucesivamenteaun mismo punto; porque segúnlas leyesde la mecánica,siun planetaestallase,cadauno de sustrozos describiríaunanuevaórbita, al cabode la cual volvería siempreal puntode que la explosiónlo hubiesearrojado.

6

Todosestos astros,segúnla primera de las leyesde Ké-pler, describencon sus radios vectoresáreasproporcionalesa los tiempos.La segundaley es la eiipticidadde las órbitas,ocupandouno de los focosel sol. La tercera,manifestandoque los cuadradosde los tiemposperiódicosson como loscubosde las distanciasmediasal sol, es la quehacede todosios planetas,por decirlo así, una sola familia, sometidaa

* Para la épocade la publicación de la Cosmografíade Bello sólo se conocían

cinco de los asteroideso pequeñosplanetassituadosentre las órbitas de Marte y deJúpiter: Ceres, Pallas,Junón, Vesta y Astrea, descubiertosen 1801, 1802, 1804, 1807y 1845, respectivamente.Hoy el número de asteroidesconccidosllega a cercade 2 000.(NOTA DE F. J. DUARTE).

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Cap. IX. Dci sistema planetario

unamismainfluencia,que se extiendedesdeel centrohastalos últimos límites de este vasto sistema,de que la tierramisma es un miembro.

Debe notarse,con todo, que la fórmula de estaterceraley no es enteramenteexacta.Segúnsu verdaderaexpresión,el cuadradodel tiempoperiódicoes proporcionalaunafrac-ción que tiene por numeradorel cubode la distanciamedia,y por denominadorla masadel sol, más la masadel respec-tivo planeta.Siendolamasadel sol incomparablementema-yor que la de cualquierade ios planetas(la de Júpiter, porejemplO,que es el másgrande,no llega a un milésimode lamasasolar),el denominadores como una cantidadinvaria-ble, y la fórmula se reduceaproximativamentea la ley deKépler.

7

Los elementosde la órbita de cada planetason: 1 lamagnitudy forma de su elipse; 2~la situación de la elipseen el espacio;y 30 la situacióndel planetaen la elipseen unmomentodado.

La magnitudy forma de la órbitase determinanpor sumáximalongitud y sumáximaanchura,estoes,por susdosejes, mayor y menor, de cuya proporciónresulta la excen-tricidad de la órbita. Los astrónomosprefierenparaesade-terminaciónel semi-ejemayor y la excentricidad,quees laraíz cuadradade la diferenciade los cuadradosde los semi-ejes. Si, por ejemplo, el eje mayor es 10, y el menor 8, laexcentricidadserá 6; que expresada,segúnel uso astronó-mico, en partesdel semi-ejemayor,es 06.

La situaciónde la elipse en el espaciose determinaconrelación a la eclíptica; y depende,a su vez, de tres datos:1~la inclinacióndel plano de la órbita al planode la eclíp-tica; 20 la línea de intersecciónde estosdos planos,que pa-sannecesariamentepor el sol; y 30 la longitud del periheliode la órbita. Los dos primeros datos fijan la situación del

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Cosiizografía

planodela órbitay el terceroda a conocerde quémodoestácolocadala elipseen ese plano.

En fin, si se conocela duraciónde todo el período,y elmomentoprecisodel tránsito del planeta por el perihelio.o por otro cualquierpunto determinado,se saca de estosdosdatos,por la ley de las áreas,la localidaddel planetaenun momentodado.

8

Perodebenotarseque las órbitas de los planetasno sonperfectamenteelípticas, puestoque estánsujetas a grannúmerode pequeñasirregularidades,que la observaciónyla teoríahan reconocidoy determinadocon muchaexacti-tud. Varía la relaciónde la excentricidadal semi-ejemayor,y por consiguiente,la forma de la elipse: en Saturno,el másvariablede los planetasa este respecto,mengua0,0003124

cada siglo, al paso que crece en Júpiter 0,0001594. Varíala inclinaciónde la órbita a la ‘eclíptica, menguandoen Jú-piter hastacerca de 70” por siglo, y creciendoen Saturnohastamás de 66”. Varía también la longitud del perihelio.Sumovimiento secular es directo en Saturnoy másrápidoqueen todoslos otrosplanetas;retrógrado,y máslento queen otro alguno, en Venus. En fin, el movimiento seculardel nodo ascendenteen la eclíptica es en todos retrógradosy el planetaquemásrápidamentelo ejecutaesUrano.

Hay ademásen los planetasperturbacionesperiódicasde varias especies,dependientesde la varia configuración,estoes, de las situacionesen que se hallan recíprocamenteycon respectoal sol.

9

Hablaremosahorade la constituciónfísicay de las otrasparticularidadesquemásmerecennotarseen losplanetas.

Tres son los objetosque llaman aquí la atención comnQ

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concernientesa la vida animal: la distribuciónde la luz ydel calor; la intensidadde la pesantezo fuerzade gravedaden la superficiede cadaplaneta;y la naturalezade los ma-terialesde que se componen.

La radiaciónsolares sietevecesmásintensaen Mercurio,y 330 vecesmenosintensaen Urano, que en la tierra. Laproporciónentrelos dos extremoses más grandeque la de2,000 a 1.

Figurémonoslo queseríala condiciónde nuestroglobo,si el calory la luz se septuplicasen,o se redujesena —~-~-~--delo queson.

La intensidaddel pesoo su resistenciaa la fuerzamuscu-lar y su eficacia en reprimir la actividadde ios animales,nopuedemenosde ser en la superficiede cadaplanetapropor-cionala sumasa,la cual ha podidocalcularsepor la influen-cia queejercenunosastrossobreotros en virtud de su atrac-ción recíproca.En la superficiede Júpiter,la intensidaddela gravedades cercade tresvecesmayor queen la tierra,enMarte —~— , en la luna—~--, y en los planetasultrazodiacalesprobablementeno mayor que . La densidad,quees enrazóndirectadelamasae inversadel volumen,es en Saturno—~-- de la densidadde la tierra; de que se coligequeaquelas-tro se componede materialesno máspesadosqueel corcho.

El tiempoquedurala rotación sobreel eje, que es el díasideralde cadaplaneta,disminuye,en general,a medidaquese aumentala distanciaal sol; pero se acerca muchoa laigualdaden Mercurio, Venus,la Tierra y Marte; y en Jú-piter (

9h 56w) es menor queen Saturno (10h 16’~~).Y comoel tiempo de la revoluciónes progresivamentemásgrandeamayordistanciadel sol, desdeMercuriohastaUrano, sesiguequeel númerode díasqueforman el añode cadaplanetaesmuchísimomayoren Júpitery enSaturno(y probablemen-te en Urano, cuyomovimientorotatoriono ha podidoobser-varse) queen los planetasinferioresy en la tierra.

De la inclinacióndel eje sobreel plano de la órbita de-

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Cosmografía

pendeen cadaplanetala desigualdaddel día y la nochey ladiferenciade estaciones.Bajo esteaspecto,Júpitery Uranoocupan,por decirlo así, losextremos.El ejede la rotaciónescasi perpendicularen Júpiter, quegoza, por tanto, de unaprimavera perpetua,o sujeta a variacionespoco sensibles;mientrasen Uranohaymotivo de creerqueel ejeestáincli-nadoal planode la órbita en un ángulode 110 apenas:suscírculospolaresestarán,si es así, a 1 1~de latitud, y sustró-picos a 79°.

De Mercurio, por su pequeñezy su proximidad al sol,sabemossolamenteque es redondoy queexhibe fases.LasdeVenussepercibenmuybien. No divisamosenellani mon-tes ni sombras sino un brillo casi uniforme. Las ligerasmanchas, ralas, indistintas y en extremo variables, queambospre~entan,inducena pensarque no es la superficiede estos dos globos lo que vemos,sino sólo sus atmósferas,cargadasde nubes,quesirven quizás paramitigar el ardorexcesivo de los rayos solares. Se sabeya con toda certezaque Mercurio y Venus danvueltas alrededorde su eje enpoco más o menos el mismo tiempo que la tierra ~.

La luz que Marte refleja es de un color rojizo, que seatribuye a la atmósferaen que estáenvuelto,la cual es tanalta y densa,que amortiguala luz de las estrellas,y aun lashace desapareceralgunasveces, interponiéndoseentre ellasy nosotros.Cuandouno de los polos de Marte acabade sa-lir del invierno, presentaun resplandorvivísimo, que secree producidopor la reflexión de la luz solar en las nievesy hielos acumuladossobreaquellazona.

De los cuatroplanetastelescópicosno se conocenbienlas verdaderasdimensiones,pero no hay duda que son ex-tremadamentepequeñosen comparaciónde los, otros. Eldiámetro de cualquierade ellos llenaría difícilmente todala distanciaque mediaentreValdivia y Copiapó.

1 El telescopioha revelado a Schroeteren Mercurio montes altísimos que arro-

jan una ancha sombra sobre su superficie; el más encumbradoes como de 9,500metros de altura. (NOTA DE BELLO).

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Cap. IX. Del sistemaplanetario

El disco de Júpiter presentaen cierta dirección parti-cular rayas o fajas que varían de situación, magnitud yforma, y aunparecende cuandoen cuandopartirsey des-parramarsesobretodala superficie.Peroestoúltimo esraro.Los espaciososcurosse considerancomo partesdel cuerpodel planeta,y los luminosos como nubes trasportadasporlos vientosen diversasdireccionesy con diferentesveloci-dades.Su figura es manifiestamenteun elipsoide,comprimi-do, comola tierra,hacialos polos;compresióno achatamien-to queexactamentecorrespondea las dimensionesdel plane-ta y a suvelocidadrotatoria. Su diámetroaparente’varíade30” a 46”. Lleva consigounabellacomitiva de cuatrolunaso satélites,quegiranen torno a él de occidentea oriente,enplanosque casi coincidencon el del ecuadordel planeta.Lostres interioresatraviesanla sombrade Júpiter y se eclipsanen cadaunade sus revoluciones,lo queno sucedeal cuarto,quepor la mayoroblicuidadde suórbitadejaen algunasdeeclipsarse. Ocúltansea vecesdetrásdel primario; y otrasseproyectansobreel disco,y entoncesse muestranbajola for-ma de puntos brillantes o de opacos lunares.Este últimofenómenoha hechocreerque llevanen sus cuerposo en susatmósferasmanchasoscurasde considerableextensión.Pe-queñoscomo parecen,son globos de bastantemagnitud: eldiámetrodel más cercanoa Júpiteres de más de 2,200 mi-llas; el del segundo,1,800; el del tercero, 3,000; y el delcuarto,2,500. Susrevolucionessideralesson,en el mismoor-den id 18h, 3d 13”, 7d 4h 16” 16V2”. Susmasas173, 232, 885y 427 diez millonésimasdel planetaprimario.

El descubrimientode los satélitesde Júpiterpor Galileofue uno de los primerosfrutos de la invención del telesco-pio, y unade las épocasmásmemorablesen la historia de laastronomía.De ella data la primera solución astronómicadel gran problemade las longitudes terrestres,tan impor-tantesa la navegacióny a la geografía: ios diversosaspec-tos de estossatéliteshanservidode señalesparacalcularlas.Además, la observanciade las leyesde Képler en esta pri-

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Cosmografía

morosaminiatura, admirablecompendiode las armoníasdelgran sistemaplanetario,contribuyóbastanteal triunfo dela teoría de Copérnico,y suministró a la atracciónnewto-niana uno de sus máspoderososargumentos.

El sistemapeculiardeSaturnomanifiestaun complicadoy maravillosomecanismo.Este planetaes cercade 900 ve-ces mayor que la tierra, y sin embargosu diámetro apa-rentees como de 16”. Tiene no menosde 7 satélites.Llevaademásdos anillos concéntricosentre sí y con el planeta,situadosen un mismo plano, separadosel uno del otro porun angostointervalo,y del planetapor unadistanciamuchomayor.He aquí las dimensionesde este magníficoaparato,en millas geográficas.

Diámetroexteriordel anillo exterior 155,000

Diámetro interior del mismo . . 135,000Diámetro exterior del anillo interior 133,000

Diámetro interior del mismo 102,000Diámetro ecuatorialdel planeta 69,000El grosorde los anillos no pasade 90

Que los anillos son cuerposopacosno puededudarse,puessegúnla situación del sol sucedeque unasvecesarro-jan ellos sombrasobreel planeta, y otras el planetasobreellos. Parecequeel eje de rotación de Saturnoes perpendi-cular al planode los anillos.

A las regionesde Saturnoque se hallan superioresa loslados iluminadosde los anillos, debenéstospresentarun as-pectomagnífico, apareciendocomovastosarcosde luz queabrazanel cielo de horizontea horizonte. Por el contrario,las regionessituadasdebajode la faz oscurade los anillosexperimentanun eclipsesolar de 15 añosde duración,quedebehacerlas (según nuestrasideas) tristes e inhospitala-rias paralos habitantes,alumbrándolascon su débil luz lossatélites,como lámparasde la noche.

Si se exceptúanlos dos satélitesde Saturno,los de Ura-no son los más difíciles de verse.Dos existen sin duda, yse cree que hay otros cuatro. Pero en aquellosdos se nota

12~

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Cap. JX. Del sistemaplanetario

unasingularidad:al revésde lo quesucedeen todoslos otrosplanetasprimarios y secundarios,los planosde sus órbitasson casi perpendicularesa la eclíptica,y su movimiento esretrógrado,estoes, de orientea occidente.Susórbitas,ade-más, son casi exactamentecirculares; y el movimiento desus nodos,imperceptible.

La precedenteexposicióndel sistemaplanetariohubieraparecidocompletados añosha: en el día, es precisoagregara ella dos planetasnuevamentedescubiertos,de que trata-remosen otro capítulo.

10

Hemos dicho en otra parte que ios objetosse nos hacenvisibles por los rayosde luz que nos vienen de ellos; y quela direcciónen que estosrayos hierenel órgano,determinala situaciónque atribuimosa los objetosen el espacio.He-mos visto asimismo de qué modo influye en este juicio larefracción atmosférica; haciéndonosreferir los objetos aun lugardistinto de aquelen querealmentese hallan.Y enfin, hemos tomado en cuenta la paralaje con la mira dehacercomparableslas observacionesde espectadorescoloca-dosen diferentesparajesde la tierra, paraquienesvaríaporel efectode la perspectivala posiciónde los astrosen la es-fera celeste.Pero aún quedaotra causade inexactitud enlas observaciones,quees la aberración de la luz.

Debemospresuponerque la trasmisión de la luz no esinstantánea,como largo tiempo se creyó. Los satélitesdeJúpiterdieron a conocerque los rayosluminososatraviesanprogresivamenteel espacio,y proporcionaronel medio deapreciarla velocidadde su movimiento.Siendoconcéntricala órbita de la tierra con la de Júpiter,la distanciade estosdosplanetasvaríaa cadamomento, y la variaciónse extien-de desdela diferenciahastala suma de los radios de las ór-bitas; porq~ecuandoel sol estáen medio de Júpitery de latierra, la distanciade los dos planetases el radio de la órbita

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Cosmografía

de Júpiter más el radio de la órbita de la tierra; y cuandopor el contrarioes nuestroglobo el que está en medio, loque distan los dos planetasentre sí no es más que el radiode la órbitade ,Júpiter,menosel radiode la órbita terrestre.Ahora bien,Roemer,astrónomodanés,~chóde ver en 1675,comparandolas observacionesde mi’ .~nosaños,quelos eclip-ses de ios satélites,queacaecíanedandoel planetaprimarioestabadel mismo ladoque la tierra, se anticipabansiempreal tiempo calculado,y los queacaecíancuandoel primarioestabamás lejos de nosotros,parecíanconstantementere-tardarse.Esto le condujo a conjeturarquela luz no se pro-pagaba instantáneamente;que para hacernosvisibles loseclipsesnecesitabade menostiempo en el primer caso queen el segundo;y queen virtud de las diferenciasobservadas,gastabala luz 16~268 en andartodoeleje mayorde nuestraórbita, y por consiguientegm 13°en venir del sol a la tierra.Perolavelocidadqueen estasuposicióneramenester(70,000

leguaspor segundo)espantabaa la imaginación;se deseabaver confirmadala ideadeRoemerpor algúnotro fenómeno;y el de la aberraciónde la luz descubiertopor Bradley, su—ministró la confirmaciónapetecida“.

Si la tierra y un astroestuviesenen completoreposo,ve-ríamosel astroen la direccióndel rayo que nos trae su ima-gen. Pero si la tierra se mueve, y a proporción del tiempoquegastaen surevoluciónanual,anda16 o 17 millas geográ-ficas por segundo,variandode direccióna cadamomento,lamolécula luminosa que lanzadade un astro inmóvil va achocarconla retina del espectador,serárechazadaen el sen-tido del movimientoanualde la tierra, esdecir,en el sentidode unatangenteala órbita terrestre,y recibiráde esterecha-zounavelocidadquela haríacorrercomo 16 a 17 millas porsegundo.Experimentaremospues una sensaciónvisual que

* La velocidad de la luz es de 299 860 kilómetros por segundo, valor admitido

hoy.Un año luz equivale aproximadamentea 9 462 644 741 000 kilómetros.

El ~arsec es la distancia a la cual se ve el radio de la órbita terrestre bajo unángulo de un segundo (1”).

Un parsec = 3,26 años luz = 30 *48 221 856000 kilómetros. (NOTA DEF. 3. DUARTE).

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Cap. IX. Del sistemaplanetario

corresponderáa la resultantede las dos velocidadesy direc-ciones; a la maneraque,cuandovamosandando,nos parecequela lluvia nosda enla caraconunavelocidady dirección,queeslaresultantedelavelocidady direcciónquellevamosyde lasquetraela lluvia. Por consiguiente,no veremosel astroensu verdaderolugar, sinoen el quecorrespondaa la direc-ción dela resultante;lacual describiráanualmenteenel cielounapequeñaelipse,cuyo centroseráel lugar verdaderodelastro.Estoesexactamentelo quesucede.La resultantecalcu-ladaes exactamentela quehandadolas observacionesde ungrandísimonúmerode eclipsesde los satélitesde Júpiter,ysegúnella el grandeejede la elipsede aberración,producidapor el movimientoorbital de la tierra, es de 40” 492.

Pareceque la rotación de la tierra debieratenertamkiénsu parteen el fenómenode la aberración.Pero el cálculodemuestraquesus efectosson tan pequeños,quese confun-denhastaahora con los erroresinseparablesde la observa-ción.

Si el astroestáen movimiento, el mejor modo de consi-derar la aberraciónes éste.El rayo con que lo vemos,no esel rayo queel astro emite en el momentode la visión, sinoel queemitió algún tiempo antes,es a saber,el tiempo queha necesitadola luz paraatravesarel espacioquemediaen-tre el astroy nosotros.

Sobreestosdatosse han construidotablasparacorregirlos efectosde la aberración.

Síguesede lo dicho queen el lugaraparentede los obje-tos celesteshay siempredos elementosque despejar,la re-fracción y la aberración;cuandose tratade los astroscuyadistanciaes calculable,hay uno más, la paralaje.

11

Notaremosde pasoque el fenómenode la aberraciónde la luz es unapruebafísica del movimiento anual de latierra.

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Cosmografía

¿A qué otra causapodemosatribuir el aparentegiro delas estrellasen esasmenudaselipses,cuyos elementosguar-danunaconsonanciatan grandecon la velocidady las va-riadasdireccionesde la tierra en su órbita?

12

CUADRO SINÓPTICO DEL SISTEMA PLANETARIO

PLANETAS

Distancia media alsol, o semi-cje ma-yor de la órbita*

0387 -

0723

1000

1524

2368

2669

2767

2773

5203

9539

19182

La misma dista,:—cia en leguas de

25 al grado

13,400,000

• . . . 24,950,000

34,500,000

52,600,000

81,700,000

• . . 92,800,000

• . . . 95,500,000

95,700,000• . . 179,500,000

• . . 329,100,000

• . . . 662,000,000

de Bode” que puedeal Sol. Se escriben los

cada uno de los cuales, a partir del tercero, es doble del que le precede; se añad 4 acada uno de ellos y se divide el resultado por 10; se obtiene:

0,4; 0,7; 1,0; 1,6; 2,8; 5,2; 10,0; 19,6.Alsora, las distancias de los diferentes planetas al Sol son:

Mercurio 0,4

venus 0,7Tierra 1,0Marte 1,5Asteroides 2,7Júpiter 5,2Saturno 9,5

Urano 19,2

La cifra 2,7 corresponde n general a los aproximadamente1500 pequeños pla-netas o asteroides entre Marte y Júpiter, y, en particular, a los tres primeros: Ceres,Palas y Junón. La regla de Bode suministra resultados muy erróneos para losplanetas Siguientes, Neptuno y Plutón. (NOTA DF F. J. DUARTE).

¡32

PLANETAS

MercurioVenusLa Tierra

MarteVestaJuno

CeresPalasJúpiter

SaturnoUrano

1-U.

.8:2

* Regla de Bode.Existe una regla empírica llamada impropiamente “ley

servir para recordar las distancias aproximadas de los planetasnúmeros

0, 3, 6, 12, 24, 4’1, 96, 192

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Cap. IX. Dci sistema planetario

PLANETAS

MercurioVenus .

La TierraMarte .

Vesta .

Juno .

Ceres .

PalasJúpiter .

Saturno .

Urano .

Mercurio •

VenusTierraMarteVesta .

JunoCeresPalasJúpiterSaturnoUrano

Período sideral me-dio en días solaresmedios de la tierra

• 87969

• 224701

• • . 365256• • • . 686980

• • • 1,325743

• • • • 1,592661

• • • • • 1,681393• • . • 1,686539

4,332585

10,75922030,686821

Didmetroecuatorial, siendo

el del sol 109,93.

Volúmenes de losplanetas, siendo eldel sol 1,328,460.

• . • 006090

• 014

Excentricidad enpartes del semi-

eje mayor

02060007

• . 0017

• 0093

0039

• • . 0258

• 0078

• • . 0242

0048• . 0056

• . 0047

Período rotatoriocomparado co’:el de la tierra

1d004

0~975

1000

1027

0414

0428

Inclinación de laórbita a la

eclípticaPLANETAS

Mercurio .

VenusTierraMarteVestaJunoCeresPalasJúpiterSaturno .

Urano

PLANETAS

7° 0’

3’ 23’

1” 51’

7° 8’

13° 4’

10° 37F

34° 34~1” J$~

2°29’0°4~’

9” 1

28” 5

6” 2

9”• O

9”. 7

26” 2

55” 051” 3

35v. 7

28” 4

039• • 0•97

1•00

052

1136 . •

961 •

426 . •

133

147000887507730

Page 192: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

Masa, tomadala dela tierra ~or ufl~-riad, siendo la del

sol 355,000

SATÉLITES

LA LUNA

Distanciamediaa la tierra en radios ecuatorialesterrestres

Revolución sideral media en días solaresmediosRevolución sinódicamedia en días solaresmediosExcentricidadde la órbita

Revolución media de los nodosRevolución mediadel apogeoInclinación media de la órbita

Diámetro, tomado por unidad el de la tierraVolumen, tomado el de la tierra por unidadMasa, siendo la de la tierra 1

Densidad, siendo la de la tierra 1

Densidad, tomadapor unidad la de latierra, siendola del

sol 0,267

292097

1•00099

59960,000

~71 322

29~~530

005 5

6,793~391

5755°8’ 47”9

027

002

00146073

PLANETAS

Mercurio 0176

Vénus 0875

Tierra 1000

Marte 0139

VestaJuno

CeresPalas

Júpiter 338500 . .

Saturno 110000 . .

Urano 19800 . .

023

012026

Satélitesde

Júpiter

Distancia mediaen md. ccuat.del primario

Revoluciónsideral

Inclinación dela órbita a ladel primario

Masa; siendo lade Júpiter10,000,000

. 6048 -18h

28~ . 3° 5’ 30” . 173

2~ . . 9.623 . . . 3 13 14 . variable . . 232

39 15350 . . . 7 3 43 . variable . . 8854~ . . 26998 . . .16 16 32 .2° 58’ 48” . 427

134

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Cap. IX. Dei sistema planetario

SatélitesDistancia mediade en rad. ecuat.

Saturno del primario

Revoluciónsideral

1° . . 3351

2° . . 4300

39 - 5284

49 6819

59 9524

6° . - 22081

7 . . 64•359

Sitílitesde

Ura::o

0022h 38~

1 8 53

1 21 18

2 17 45

4 12 25

- .15 22 41

.79 7 55

1°? . . 13120 5d 21h 25”

2° . . . 17022 . . 8 16 563°? - . 19845 . . 10 23 4

49 . 22752 . . 13 11 9

5°? . - 45507 - - 38 1 48

6°?. . . 91008 . .107 16 40

Las excentricidadesdel 1°y 2°satélitesde Júpiter soninsensibles,las del 3 y 4°pequeñas,pero variablesa conse-

cuenciade sus mutuasperturbaciones.

Las órbitas de los seis satélitesinterioresde Saturnoson

casi circulares,y están próximamenteen el plano de losanillos. La del 79 está considerablementeinclinada a lasotras,y se acercamás a la coincidenciacon la eclíptica.

Lasórbitasde lossatélitesdeUranoestáninclinadasunos78°58’ a la eclíptica,y sumovimientoes retrógrado.Los pe-ríodos del 2°y 40 necesitande una ligera corrección.Lasórbitasparecencasi circulares.

135

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Cosmografía

Hay motivo de creerque los satélitestodosgiranen tor-no a sus ejes, ajustando,como la luna, los períodosde susrotacionesa los de sus respectivasrevoluciones alrededordel primario*.

SATÉLITES DE JóPITER

IIIII .

vrVII

VIII .

lx

SATÉLITES DE SATURNO

SATÉLITES DE URANO

Ariel2d 12h,5

Umbriel 4 03 ,5Titania 8 16 ,9Oberón 13 11 .15~satélite

SATÉLITES DE NEPTUNO

Tritón 5” 21”,O

2~satélite

(NOTA DE F. 3. DUARTE)

* SATÉLITES DE MARTE

Phobos 7h 39m~

Deimos 30 17 .9

i~

716o

266276738

1095

18h4

13 ,203 ,918 ,011 ,9

00 ,016 ,021 ,000 ,0

MimasEncelac~aTetisDionesRea

TitánHiperiónlapetoPhoebe

Themis

} Períodcs siderales

} Periodos sinódicos medios

Períodos sinódicos medios

Períodossiderales

-j

Períodossiderales

0’ 22”,61 08 ,91 21 ,32 17 ,74 12 .5

15 23 .321 06 ,679 07 ,9

550 11 ,620 20 ,4

136

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CAPÍTULO X

DE LA GRAVITACIÓN UNIVERSAL

1 . Gravitación terrestre y gravitación de la luna a la tierra. — 2. Gravitación delos satélites a sus primarios, y de los planetas al sol. — 3. Corolarios de lasleyes ¿e Képler: atracción universal. — 4. Perturbacionesde la elipticidad or-bital explicadas por la atracción. — 5. Forma esferoide de los cuerposcelcstcsproducida por la misma causa: precesión de lcs equinoccios; nutaciones lunary solar del globo terrestre, explicadas también por la atracción. — 6. Mareas. —7. Recientes descubrimientosen el Sistema planetario.

1

Hemosvisto queel movimiento de los planetasestá su-jeto a leyesconstantes,y de pasohemosindicadola existen-cia deunafuerzaqueobrandouniformementeen todosestoscuerpos,produceuna generalarmoníaen el sistema.Tra-temosahora de conocerla naturalezade esa fuerza o a lomenossu modo de obrar,

Puesque la luna acompañaconstantementea la tierraensurevolución anual,algohay que la retienealrededordenuestroglobo y que no la permite abandonarlo.Ese lazoinvisible es análogosin duda a lo que en los cuerpossublu-naresse apellidapesantezo gravedad.

Llamamosasí la fuerzaquehaceque los cuerposaban-donadosa sí mismosdesciendanen línea rectahacia la tie-rra. Si hanrecibidoun impulsoque losobligue a moverseenotra dirección,la gravedadlos solicita todavía, haciéndolesdescribirunacurvacuya concavidadmira hacia la superfi-cie terrestre;y cuantomayor es la fuerza de proyección,

137

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Cosmografía

mayores el espacioque atraviesanantesde volver a la tie-rra. Si caen,es por el efectocombinadode la gravedady dela resistenciadel aire, quedestruyenpoco a pocoel impulso;y a no ser por esa resistencia,un cuerpo lanzadocon sufi-cientefuerzadesdela cumbrede un monte,pudieradar unavuelta completaalrededordel globo. En estecaso,conserva-ríasuvelocidadde proyección,y volviendo al puntode don-de habíapartido,comenzaríade nuevosu revolución,y laejecutaríade la misma maneraque la anterior.No caeríapuesnunca,y seguiríagirandoperpetuamentecomo un sa-télite de la tierra. Siendoésteel caso de la luna, es naturalpensarquesu revolución seaproducidapor la combinaciónde la gravedadterrestrecon un impulso primitivo; pensa-mientotantomásprobable,queno vemosfallar la influenciade la gravedaden las cumbresde los montes,ni en las másaltas ascensionesaerostáticas;y no hay razón para que nose extiendahastala órbita de la luna.

2

Las mismas consideracionespuedenaplicarsea los otrossatélites.Es verosímil que todosellos pesen,graviten,haciasus planetasprimarios, como la lunahacia la tierra; y pre-sentandofenómenosanálogosel movimientode los planetas,es de creerqueéstospesandel mismomodo haciael sol, gi-randoalrededordel granluminar comootros tantossatélites.Somosconducidosasí a columbraruna causagenerala quese debentodoslosmovimientoscelestes.

3

Hasta aquí la gravitaciónuniversalno es más queunaconjeturaplausible. Pero recordemoslo que variasveceshasido preciso anticipar. Cuando el gran Newton formuló

138

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Cap. X. De la gravitacióii universal

su teoría, las observacioneshabíanestablecidode un modoincontestablelas leyesde Képler; a saber:

1 Las áreasrasadaspor los radios vectoresde los planetasen sugiro circunsolar, sonproporcionalesa los tiempos;dequese sigue que los planetasson continuamentesolicitadospor una fuerzaque, si obrasesola, los haríacaer acelerada-mentehacia el centrodel sol, como desciendeuna piedraa la tierra.

2°Las órbitas planetariasson elipses,y el sol ocupaunode los focos;de que se deducepor un cálculo rigoroso quela fuerzacon quecadaplanetagravita hacia el sol, decreceen razóndel cuadradode su distanciaa esteastro.

3°Los citadradosde los tiemposde las revolucionesde losplanetas,son proporcionalesa los cubosde los ejes de susórbitas; y de aquí resultademostrativamenteque la fuerzaqueparececomo atraerlos al soi, es una mismapara todos,y no varíade uno a otro sino por causade la distancia.

Se ha dado el nombrede atracción a esta fuerza; perose ignora su naturaleza.Lo que esta palabra significa, esque la gravitaciónse efectúacomo si un cuerpoatrajeseaotro en razón directa de su masa, y en razón inversadelcuadradode sudistancia.

Los cometasmismos se han encontradocomprendidosen el imperio de la atracciónsolar. Los satélites,a su vez,son atraídosa sus primarioscomo los primariosal sol; y lalunalo confirma del modo másclaro, puesla fuerzaque laretieneen su órbita es exactamentela quecorrespondea lagravedadde los cuerpossublunares,disminuida en razóninversadel cuadradode la distancia.

Dernuéstrasepuespor los fenómenoscelesteseste granprincipio de la naturaleza,promulgadopor Newton: quetodos los seresmaterialesse atraenmutuamenteen razóndirectade sus masas,einversadel cuadradode susdistancias.

No es sóloel movimientoelíptico el quepuedeajustarsea esta ley. La análisis manifiesta que la órbita puede sertambiénun círculo, unaparábola,unahipérbola; en gene-

139

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Cus~nografía

ral, unaseccióncónica.El génerode la órbita se determinapor la intensidaddel impulsoinicial que se combinacon lapotenciaatractiva;y lo másnotable es que la direccióndelimpulso no influye sobreeste resultado,sino sobre las di-mensionesde la órbita. Es probablequehayacuerposceles-tes que describenparábolaso hipérbolas; pero si los hay,sólo podemosverlos una vez, y cuandose retiran de noso-tros, es parano volver jamás.

4

Pero no bastaconsideraraisladamentecada cuerpo delos que componennuestro sistemaplanetario.Como todosellos se atraenunosa otros, y sus posicionesrecíprocassonextremadamentevarias, no puedenmenos de perturbarsemutuamente;y de aquí resulta que su movimiento no esexactasino sólo aproximativamenteelíptico; lo que ofreceotra pruebamásen favor de la gravitaciónuniversal.

Así el movimientoelíptico de la luna en torno a la tie-rra es perturbadopor la accióndel sol. Si esteastrolos atra-jese igualmente,sucederíaque al mismo tiempo que ambasgirasenalrededordel sol, describiríala luna verdaderaselip-ses alrededorde la tierra. Pero encontrándoseaquéllaunasvecesmásy otrasmenoslejos del sol, experimentadesigual-dadesen su gravitación, y por tanto en sus movimientos.En las conjunciones,la luna estáentrela tierra y el sol; ypor consiguienteel sol la atraemás,y aumentasudistanciaa la tierra. En las oposiciones,al contrario, la tierra es másatraídapor el sol, y se retira por consiguientede la luna.Crecepuesel radiovector de la luna en las sicigias,y men—guaen las cuadraturas.Por otra parte, estascausasobrancon máspoder en el perihelio que en el afelio de la tierra;nuevafuentede desigualdadesquese combinanconlasprece-dentes,y que terminan y se reproducencada año, comolas otrascada mes.El movimiento de los nodosde la órbita

140

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Cap. X. De la gravitación universal

lunary las variacionesde suinclinaciónal planode la eclíp-tica son tambiénconsecuenciasnecesariasde la acción delsol, quesolicita acercarlaa la eclíptica. Efectosanálogosseproducenen todaslas órbitas planetarias.Los movimientosde sus nodos,de sus perihelios,y las oscilacionesde los pla-nos de las órbitas,se deben a estasaccionesrecíprocas.Laleyde la gravitaciónuniversallas explicay las mide.

En la explicación de los movimientosde la luna, bastatomar en cuentala mutua influencia del sol, de la luna yde la tierra. La de los otrosastrospuededesatenderse,o por-quesu masaes demasiadopequeña,o porquesu distanciaesdemasiadogrande,paraqueproduzcanefectossensibles.Enla teoría de la tierra, es necesariocalcular las accionescom-binadasdel sol, de la tierra, de la luna, de Venus,de Marte,de Júpitery de Saturno.Uranopor sudistancia,y los otrosplanetaspor suspequeñasdimensiones,ejercenunainfluen-ciainsensible.Los efectosde estasaccionesmutuassonparti—cularmentenotablesen los movimientosde Júpitery de Sa-turno, quepor la grandezade sus masasse atraenel uno alotro poderosamente,produciendoen cada órbita grandesperturbacionesseculares,cuyasleyesha desenvueltola aná-lisis.

Por los efectosde la atracciónde cada cuerpoha sidoposiblecalcularsumasao cantidaddemateria:y determina-dos los volúmenespor las distanciasy los diámetrosaparen-tes,comparándolosconlas masas,venimosen conocimientode las densidades.

5

Débesetambiéna la gravitaciónla redondezde los cuer-poscelestes.Ella esla que,combinándosecon la fuerzacen-trífuga del movimiento de rotación, hincha el ecuadorycomprime los polos. Ella es la que,en consecuenciade esteachatamiento,produceel balancede estoscuerpossobresucentro de gravedad. Tomemosla tierra por ejemplo. La

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Cosmografía

teoría,pruebaque las partículasaglomeradassobreel ecua-dor no la permitengu~trdarel equilibrio quesería~ropiodeunaesfera perfecta; de ‘que resulta el movimiento cónicodel eje terrestre,queproducela retrogradacióndel ecuadoren la eclípticay la precesiónde los equinoccios;fenómenoqueno existiría, si fueseesféricala figura del globo terrá-queo. Modifican estefenómenolas atraccionesdel soi y dela luna, produciendolas nutacioneso cabeceosdel eje te-rrestre de quese ha hecho menciónen el capítulo V: lamás considerablede ellasguardaun períodode cerca de 19años, que correspondeexactamentea la revolución de losnodoslunares;la segunda,dependientedel sol, se reproducedos vecesen la duraciónde cada añotrópico.

Ni se limita la influenciade estosastrosal movimientodelos equinoccios;ella es tambiénla que produceen la obli-cuidad de la eclíptica la lenta oscilaciónde quehéniosha-blado en el mismo capítulo.

Por las atraccionesdel sol y de la luna se explica asi-mismo el fenómenode las mareas.Las moléculas líquidasquecubrenel elipsoideterrestrepor el lado del sol, pierdenuna parte de su peso en virtud de la atracción solar; loque hace que se acumulende ese lado en mayor cantidadpara compensaresta pérdida. Las que se hallan del ladoopuesto,pesan menos por una causadiferente; el centrode la tierra, gravitandohacia el sol con más fuerzaque lamar, se retira un poco de ésta; el pesode la mar disminuyea proporción, y se aglomerande ese lado las moléculas lí-quidaspara compensaresta pérdida.De aquí resultan dosperturbacionessobrela superficiedel océano,situadasam-bas en la línea rectaque une ios centros de la tierra y delsol, mediando180°entre sus puntos culminantes.Y comola masatotal de las aguasno creceni merma, es necesarioque se produzcapor vía de compensaciónuna bajao des-censo en las partes intermediasde la mar. La acción de laluna producefenómenosanálogos,y con mucha másener-gía queel sol por su proximidada la tierra, que compensa

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Cap. X. De la gravitacíónuniversal

con excesosu comparativapequeñez.Y ambascausasreu-nidas contribuyena las alternativasde flujo y reflitio ode alta y baja mareaa queestásujeto el océano.

La altura total de las mareasdependepues de la accióncombinadade nuestrosdos luminares; es la mayor posiblecuandolas dos accionesconspiran,como sucedeen las si-cigias; y por el contrario, nunca menor que cuandoellasobran en sentidocontrario, como se verifica en las cua-draturas.

Hay en realidaddos mareas,unasolary otra lunar, cu-yos efectosconspirana neutralizarsemás o menos,segúnla direcciónen que obran los dos luminares.En las sicigias,estandoambosen un mismo meridiano, trabajansimultá-neamenteen unamisma dirección,y su efecto combinadoes el mayor posible.

Si la tierra no tuviese un movimiento de rotación,nohabríaen cadapunto de la superficieterrestremásquedosmareaslunarescadames,y dosmareassolarescadaaño;pe-ro como en virtud de la rotación de la tierra, la luna y elsol pasáncada día dos veces por todos los meridianos,nopuedemenosde repetirsecon igual frecuenciael fenómenode las mareasparatodoslos puntosde la tierra.

De lo dicho pudiera inferirse que el fenómenode laalta mareao pleamardebecoincidir con el tránsito del solo de la luna por el meridiano;pero se oponena ello dife-rentescircunstanciaslocales,y en especialla configuraciónde las playas,queembarazay retardamás o menoslas os-cilaciones. Esteretardono se observaen alta mar; y comoproviene de causasconstantesen los puertos, es fácil ob-servarlo, y tomarlo en cuenta.

De estamaneratodoslos movimientoscelestespuedenrepresentarsepor una sola ley, la atracciónuniversal, puesque de ella se derivan todos, por ella se explican, y porella se miden y se anuncian;pero lo que le da másalto pre-cio es su perfectacertidumbre.El sistema de la atracciónuniversal se halla hoy establecidosobrebasesinconmovi~-

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Cosmografía

bies, sobre fenómenosobservadosy calculadoscon la másescrupulosaexactitud. Su duraciónserála del universo.

6

En 1845, fue descubiertoporEncke, astrónomode Ber—lín, un nuevo planeta, al que se ha dado el nombre deAstrea. Perteneceal grupo de los ultrazodiacalesque cir-culanentrelas órbitasde Marte y Júpiter; es de pequeñasdimensiones,como ellos, y al parecer,de la misma familia;procedente,según se presume,de algún gran globo, queantesabrazabaen su giro el de Marte, y despedazadoporuna violenta explosión,produjo los cinco fragmentosqueya conocemosy algunosmás quizá.

Peroel descubrimientode Astrease puedellamar insig-nificante comparadocon el del planetade Leverrier, quees uno de los más grandesde nuestrosistema.Lo que dauna importancia singular a este segundo descubrimiento,es que no se debea la casualidad,ni al aumentode los te-lescopios,sino al poderde una inteligenciaprofunda, auxi-liada solamentedel cálculo. La historia todade la astrono-mía no presenta un suceso comparable con éste. Engeneral, la observaciónha precedidoa la ciencia,y de loshechospreviamenteaveriguadoshan nacido las explicacio-nes teóricas,pero en estecasola ciencia ha seguidolas hue-llas de la teoría

* Descubrimiento de Plutón. — Así como Neptuno fue descubiertopor medio

del cálculo matemáticopor Le Verrier y Adams y observadopor Galle, el nuevoplaneta Plutón fue hallado por Percival Lowell y W. H. Pickering por el cálculoy visto por primera vezen placa fotográfica por Clyde Tombaugh.

Percival Lowell fue fundador del Observatorio de Flagstaff en Arizona. En 1914publicó los cálculos relativos a la órbita y posición de un planeta transneuptonianohipotético, cuya magnitud creía ser entre 12 y 13. En placas fotográficas q’ue tuvoen sus manos Lowell existía ya el nuevo planeta, pero él desdeñó examinar loscuerpos de magnitud inferior a 13 y murió en 1916 ignorando su gran descubri-miento. También Pickering había hecholos cálculos para un planeta transneuptonianoy halló que debía encontrarseen la misma región designadapor Lowell.

En placas fotográficas tomadas de enero de 1929 a enero de 1930 por Tom-baugh, asistente del Observatorio de Flagstaff, halló el mismo astrónomo un nuevo

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Cap. X. De la gravitación universal

Creíaseque era Urano, si no el postrerode los planetas,a lo menosel último de quepodía tener noticiael hombre.ttEl frío y triste Herschel (habíadicho en 1845 un astró-nomo célebre) corre para nosotrosel velo de la oscuridadsobreel gran teatro abiertoa las investigacionesde la mentehumana, separándolodel desconocido, inmenso universo,pobladode estrellas”. Estabarreraha sido derribadacomotantasotras.

Los movimientosde Urano eran todavía un problemainsoluble para los astrónomos.Las irregularidadesde suelipse no podíanatribuirse a la acción de ninguna fuerzaconocida.Júpitery Saturno,únicos planetasque pudieraninfluir en élde un modosensible,no bastabanparaexplicarel efecto. Notábaseconstantementeunadiferenciaentre civerdaderolugarde aquel astro y el quele asignabanlas ta—blas, calculadassobre los datos de que hasta entoncessehallabaen posesiónla ciencia. Estesolo cuerpoparecíanoajustarenteramentesu carreraa las fórmulas de la gravita-ción newtoniana,y no faltaba ya quien pensaseque eranecesariocorregirlas introduciendoen ellas algún nuevoelemento.M. Leverrier emprendiódescifrarel enigma. Re-corrió con infatigable perseveranciatodo el cúmulo deobservacionesy cálculos relativos al rebelde planeta; de-terminó exactamentela parteque debíaseñalarsea Júpitery a Saturnoen la produccióndel fenómeno; provisto deestos datos,comparóla sendacalculadacon la sendareal;y llegó por fin a convencerse,por el más rigoroso racio-cinio geométrico,de que no era, como algunos imaginaban,un vasto satélite,ni la resistenciadel éter, ni el encuentrode un corneta, lo queocasionabala discrepancia;que sóloera admisible la suposiciónde un nuevo planeta,y que éstedebíaser un granglobo paraproducir tan extrañaspertur-

cuerpo celestecerca de la estrella dei/a Geminis. Después de asegurarsepor la ob-servación directa de la realidad del descubrimiento,se anunció éste al mundo cien-tífico el 30 de marzo de 1930. Se dió el nombre de Plutón al nuevo astro. Se leencontró después en placas fotográficas del año de 1919 del Observatorio MonteWilson y de 1927 del Observatoriode Uccle. (NOTA DE F. J. DUARTE).

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Cosmografía

baciones,y debíagirar precisamentefuera y a grandistan-cia de la órbita de Urano para no afectar a Saturno.

La memoriaen que se desenvolvíanestasy otrasconsi-deraciones,fue leída a la Academiade las Cienciasde Pa-rís el 1 de junio de 1846, ye1 31 de agostosiguientepresen-tó Leverrier otra memoria en que asignabaal todavía novistoplanetaunamasacasi igual a la de Saturnoy unarevo-lución periódica de más de dos siglos, a unadistanciadelsol 33 vecesmayor que la de la tierra, o como de 1138 mi-llones de leguas; señalandoal mismo tiempo el lugar delcielo en que se le encontraría.En menosde un mes,se cum-plió la predicción. El 23 de setiembrelo vio, por primeravez, el doctor Galleenel observatoriode Berlín a menosdeun grado de distanciadel parajeindicado. De entoncesacáse le ha observadomuchasvecesdesdediferenteslugaresdeEuropay América. Dista del sol unos 1150 millonesde le-guas,y se calculasu diámetroen másde 17,000 leguas,o sea59 diámetrosterrestres;de maderaquedespuésde JúpiterySaturnoelplanetade Leverrieresel mayorde los quecompo-nennuestrosistema.Se anunciahabérseledescubiertoun sa-télite y ademásun anillo como el de Saturno;peroestone-cesitade confirmación.Hastael mesde enerodel presenteaño (1847) no estaba(si se mepermitela expresión)bauti-zado todavía el recién descubiertoluminar, proponiendounesque se llamaseJano,otrosNeptuno,Galia,Océano.

7

Así lasmisteriosasperturbacionesde Uranohanañadidounanuevay brillante comprobacióna las leyesde los movi-mcntoscelestespromulgadosen 1682 por el gran Newton.Pero ¿habremosllegadoya a ios confines de nuestromundopeculiar y al último de los globos que tiene encandenadonuestrosol? Seríatemeridadafirmarlo. ~El feliz resultadodemis trabajos,diceLeverrier,haceesperarqueal cabode 30 o

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Cap. X. De la gravitación universal

40 añosdeobservaciones,sirva tal vezesenuevoplanetaparadescubriral queselesigaen la vastaprocesión.Forzosamenteha de llegarsea un término en que la inmensalejaníade losastrosioshagainvisible~peropodremostodavíacolumbrar-los conlos ojos del cálculo,y trazarsusórbitas”.

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CAPÍTULO XI

DE LOS COMETAS *

1 . Número de cometas.— 2. Aspectos y constitución física de estos astros. — 3. Sumovimiento. — 4. Cometas de Halley, de Encke y de Biela. — 5. Perturbaciones.— 6. Cometas de 1843 y 1845. — 7. Magnitud de algunos cometas.

1

El extraordinario aspectode los cometas,sus rápidosy al parecerirregularesmovimientos, su inesperadaapari-ción y la prodigiosamagnitud en que a vecesse nos pre-sentan,los hanhechoen todostiemposun objeto de asom-bro, mezcladode supersticiosostemorespara el vulgo, ylleno de enigmasaun para aquellos espíritus que se hanfamili2rizado más con las maravillasde la creación y lasoperacionesde las causasnaturales.Aun ahora que sus mo-vimientos han dejado de mirarsecomo irregulares,o comoregidos por leyes diversasde las que retienena ios planetasen sus órbitas, su íntima naturaleza,y las funciones queejercenen la economíadel mundoparticular en quevivi-mos, son tan desconocidascomo en las edadesanteriores.

El númerode los que la historia recuerda,y de los quehan sido observadosastronómicamente,se cuentapor cen-

* Este capítulo fue publicado en El Araucano, n9 755, Santiago, 7 de febrero

de 1845. A continuación del título del capítulo consta la siguiente nota: “Lo quesigue se ha extractado de la Astronomía de Sir John F. W. Herschell, y forma unode los capítulos de un tratado de Cosmografía para uso de los colegios, por A. B.”Las variantes respecto al texto dado en la Cdsmografía son simplemente enmiendasde redacción que mejoran el estilo y la expresión ¿e los conceptos. (COMISIÓN Em-TORA. CARACAS).

148

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Cap. XI. De los cometas

tenares;y si reflexionamosque en los primeros siglos dela astronomía,y aunen tiemposrecientes,antesde la in-vención del telescopio,sólo los grandesy brillantes fijabanla atenciónde los hombres;y que de entoncesacá apenasha pasadoañoen queno se hayanvisto uno o dos de estosastros,y que a veceshan aparecidohastatresa un tiempo,se admitirá sin dificultad que llegan a muchosmillares losque vagan por los espacioscelestes.Grannúmero de ellosse sustraensin duda a nuestrasobservaciones,porque sóloatraviesanaquellapartedel cielo queestásobreel horizoti-te duranteeldía; puesenestecasoes necesariala raracoin-cidencia de un eclipse total de sol, paraquepuedanverse;

comoacaeció,segúnel testimoniode Séneca,el año 60 an-tes de Cristo, en que aparecióun gran cornetaa muy pocadistanciadel sol eclipsado.Algunos, con todo, hansido bas-tanteluminososparadejarsever aunal mediodíaen todoelesplendorde la luz solar, como lo hicieron los cometasde1402 y 1532, y el que apareciópoco antesde la muerte deJulio César.

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Compónenselos cometas,ordinariamente,de una masanebulosade luz, anchay espléndida,pero mal definida, lacual se llama cabeza,y suele ser muchomás brillante haciael centro, que ofrece la aparienciade un núcleo luminoso,parecidoa unaestrellao planeta.De la cabeza,en unadirec-ciónopuestaal sol, salencomodoschorrosdivergentesde unamateria luminosa; éstos se ensanchany difunden a ciertadistanciade la cabeza;a vecesse cierrany juntana pocotre-cho; otrascontinúanseparadospor un largoespacio;presen-tando un aspectocomo el del rastro que algunosmeteorosbrillantes dejanen el cielo, como el fuego divergentede uncohete,aunquesinchispay sin movimiento aparente.Éstaesla cola o cauda;magníficoapéndice,que tiene a vecesunamagnitudinmensa.De un cornetaaparecidoel año371 antesde CristorefiereAristótelesqueocupabala tercerapartedel

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hemisferio,o 60 grados;el de 1618 arrastrabaunacola deno menosde 104 grados;y el de 1680, el máscélebrede lostiemposmodernos,cubríaconsu cola un espaciode másde70 gradosdela bóvedaceleste,y segúnalgunasrelaciones,demás de 90.

La caudafalta a veces.Muchos de los másbrillanteslashantenido cortasy débiles,y no pocosse hanvisto sin ellas.Losde 1585 y 1763 no teníanvestigiode cola; segúnCassini,el de 1682 era tan redondoy tan luminosocomo Júpiter.Por el contrario,no faltan ejemplosdecometasataviadosdemuchascolas o emanacionesluminosasdivergentes.El de1744 teníaseis abiertascomo un inmensoabanico,y exten-didashastaunadistanciade 30 grados.Lascolasde los come-tas sonavecescurvas,doblándoseen generalhacia la regiónqueacabandeatravesar,comosi semoviesenmáslentamente,o encontrasenembarazoensu carrera.

Los pequeñoscometas,que apenaspuedenverse con elauxilio del telescopio,sonsin comparaciónlos másnumero-sos, y frecuentementecarecen de cola, presentándosenosbajo la forma de masasvaporosas,redondaso algoovaladas,más densashacia el centro, dondeno se percibe núcleo, nicosaalgunaquetengala aparienciade un cuerposólido.

Lasestrellasde menor magnitudpermanecenclaramen-te visibles, aunquecubiertaspor lo que parecela porciónmásdensade la sustanciade los cometas;siendoasíqueesasmismas estrellasse nos ocultaríancompletamenteen unamoderadaneblina que se levantasepocasvaras sobre la su-perficie de la tierra. Y supuestoqueaun ios cometasmayo-resenquese percibeun núcleo,no exhibenfases,sin embar-go de sercuerposopacosquesóio brillan porquela luz del so1se refleja en ellos, sígueseque aun éstosdebenconsiderarsecomograndesmasasdedelgadovapor,íntimamentepenetra-bles por los rayos del sol, y capacesde reflejarlos desdesuinterior sustanciay desdesusuperficie.Los máslevesnubla-dos que flotan en las altas regionesde nuestraatmósfera,yque,al ponerseel solsenosmuestrancomoempapadosdeluz,

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o como si estuviesenen completa ignición, sin sombranioscuridadalguna, son sustanciasdensasy macizas,compa-radoscon la tenuísimagasade la casi espiritualestructurade los cometas.Así es que aplicándolespoderosostelescopiosse desvaneceluegola ilusiónqueatribuyesolidez asunúcleo;aunquees verdadqueen algunosse ha dejadover unacomopequeñísimaestrella,que indicabaun cuerposólido.

Siendo tan pequeñala masacentral de los cometas,lafuerza de gravitación que ella ejerce sobre su superficieno bastaa sujetarel poder elásticode las partes gaseosas;y a esosin dudaes debidoel extraordinariodesarrollode laatmósferade estosastros.Quela parteluminosade un co-rnetaes parecidaal humo,la niebla,o las nubessuspendidasen una atmósferatrasparentese manifiestapor un hechofrecuentementeobservado,es a saber,que la porción deque está rodeadala cabezase ve separadade la cola porun intervalo menosluminoso, como si estuviesesostenidapor unafaja diáfana, al modo quevemosuna capade nu-bes sobreotra, mediandoentreambasun trechodespejado.Pero es probableque hayaen ellos muchasvariedadesdeestructuray constituciónfísica.

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Los movimientosde los cometasson al parecersuma-mente irregularesy caprichosos.A vecespermanecenvi-siblespor unospocosdías, a vecespor mesesenteros.Unosandan con extremada lentitud, otros con una celeridadextraordinaria; y un mismo cometa apareceaceleradoolento en diferentespartesde su carrera.El cornetade 1472

describió en un solo día un arco celestede 120 grados.Unos llevan un rumbo constante,otros retrogradan, otros

hacenun caminotortuoso;ni se limitan, como los planetas,a un distrito determinado,antes atraviesanindiferente-mente todas las regionesdel cielo. Las variaciones de sumagnitud aparenteson también notabilísimas;su primer

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aparecimientoes a veces bajo la forma de inciertos bultos,que andanmuy poco y arrastranmuy pequeñao ningunacola, y que por gradosaceleransu curso, se ensanchan,ydespidenuna caudacuyo grandor y brillo aumentan,hastaque (como sucedesiempreen tales casos) se acercanal sol,y los perdemosde vistaentresus rayos;perodespuésemer-gen por el otro lado, apartándosedel sol con una veloci-dad al principio rápida, y sucesivamentemenory menor;y entonceses, y no antes,cuandobrillan en todo suesplen-

dor, y cuando se desenvuelvecon más magnificencia sucabellera o cola; indicando así claramenteque la acciónde los rayossolareses 1o que produceesta singularemana-ción. Continuandosu receso,su movimiento se retarda;yla cola se desvaneceo es absorbidapor la masacentral, quetambién se debilita hastaperdersede n’uestra vista, acasopara no volver a ella jamás.

A no ser por la clave que la teoría de la gravitaciónsuministraa la ciencia,permaneceríasin solución el enig-ma de tan caprichososy al pareceranómalosmovimientos.Habiendo demostradoNewton, que un cuerpo que gira

alrededordel sol bajo el imperio de aquella ley, puededes-cribir en su órbita cualquierade las curvas que se conocencon el nombrede seccionescónicas,le ocurrió inmediata-mente que estaproposicióngeneralera aplicablea las ór-bitas cometarias;y el gran cornetade 1680, uno de los másnotablesde quehaymemoriapor la inmensalongitud de sucauda,y por lo mucho que se acercóal sol (hastala dis-

tancia de una sextaparte del diámetro de aquel luminar),

le proporcionóuna excelenteocasiónparaprobar su teoría.El sucesofue completo.Newton halló que el cometades-cribía en torno al sol una elipse de que esteastroocupabaun foco; pero una elipse tan excéntrica que no podía dis-tinguirse de unaparábola;y en estaórbita las áreasdescri-tas alrededordel sol eran, como en las órbitas planetarias,proporcionalesa los tiempos. Desdeentoncesfue una verL.dad recibida (y las observacionesposterioresla han con-

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firmado) que el movimiento de los cometasobedecea lasmismasleyesqueel de los planetasprimariosy secundarios,consistiendotodas las diferenciasen la extravagantepro-longación de las curvas, en la diversidad de direcciones(mientrasque los planetasse muevengeneralmentede oc-cidentea oriente); y en la sumavariedadde las inclinacio-nesde los planosde estascurvasal plano de la eclíptica.

La parábolaes el límite entre la elipse por una parte,que vuelve sobresi misma, y la hipérbola,por otra, cuyasramas divergen al infinito. El cometa que describe unaelipse,por largo queseael eje de ésta,no puedemenosdehabervisitadoantesal sol, y de volver avisitarle enperío-dos determinados.Pero si su órbita es parabólicao hiper-bólica, cuandoha pasadounavez el perihelio se aleja denosotrosparasiemprey se pierdeen la inmensidaddel es-pacio; a no ser que, atraídopor otro gran luminar de losinnumerablesque pueblan el universo, se incorpore enotro sistema.Pocoscometasde los que hanpodido obser-varse describenórbitas hiperbólicas;los más se muevenenelipses, y puedenmirarse como miembros permanentesdenuestro sistema,a lo menos en cuanto las atraccionesdeotros cuerposcelestesno les haganvariar de rumbo.

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Entre éstos,mereceparticular menciónel corneta* de

Halley, llamadoasí en memoria del célebreEdmundoHa-lley, que, calculandosu órbita a supasopor el perihelio ciaño de 1682, en que apareciócon grandeesplendorarras-trandouna cola de 30 gradosde largo, fue inducidoa juz-gar que este cornetay los de 1531 y 1607, cuyos elementos

habíaaveriguadotambién,eran en realidad uno solo. Co-mo los intervalos de estasaparicionessucesivaseran de 75y 76 años, Halley predijo su reaparecimientopara haciael año de 1759. Este anuncio llamó la atenciónde todos los

* La edición de 1848, dice “planeta” por “cometa”. (COMIs5ÓN EDITORA.

CARACAS).

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astrónomos;y al acercarseel tiempo, se tomó el mayor in-terésen sabersi las atraccionesde ios planetasmayoresal-teraríanel movimiento orbital del corneta. Clairaut em-prendióy efectuóel intrincadocómputode sus influenciasconarregloa la teoría newtonianade la gravitación,y hallóque la acción de Saturnoretardaríasu vuelta 100 días,yla de Júpiterno menosde 518, en todo 618 días;de lo queinfirió que su reaparecimientosucederíamá~tarde de loque habría correspondidoa su período regular sin estasperturbaciones,y que,en suma,su tránsito por el periheliose verificaría a mediadosde abril de 1759, un mesmás omenos.Verificóseenefectoel 12 de marzode aquelaño.Supróxima vuelta al perihelio fue calculadapor ios señoresDarnoiseauy Pontecoulant,por el primeroparael 4, por elsegundoparaci 7 de noviembrede 1835; y Sir W. Herschelanuncióque se vería como un meso seis semanasantesdeesafecha,y quecomoentonceshabríade acercarsebastantea la tierra, exhibiría probablementeuna bella apariencia,aunquejuzgandopor las sucesivasdegradacionesde su ta-mañoaparentey de la longituddesucola en susvariasapari-cionesde 1305, 1456,etc.,no eradeesperaraquelimponentey tremendoaspecto,quehabíallenadode supersticiososte-rroresanuestrosabuelosenla EdadMedia,y dadomotivosaquese decretasenoracionespúblicasparamitigar la malignainfluencia del corneta.Viósele en Roma el 5 de agostode1835,dandounanuevapruebade la diafanidaddel aire ita-liano; enBerlín el 13 y en Londresel 23 del mismomes.Enla primera mitad de octubre,se aumentómuchosu brillo; ysu movimiento aparenteentre las estrellas del hemisferioboreal fue bastanterápido. Su cauda se extendió notable-mente;y miradapor un telescopiode mucho alcance,eradoble. El cornetaparecíatenerun núcleo sólido.

En tiemposmásrecientes,se han identificadootros doscornetascon otros anteriormenteobservados.El primerofue el cornetaa que se dio ci nombrede Encke,profesorde

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Berlín, y cuya órbita extraordinariamenteexcéntrica,estáinclinada 13°22’ al planode la eclíptica, y es recorridaporel cornetaen 1207 días, o tres añosy medio. Observadoen1819, Encke anunciósu retornoen 1822, y se cumplió supredicción,corno lo hansido las de sus reaparicionesposte-riores, aunquecon alguna anticipación; circunstanciaqueha Jadomuchoquepensara los astrónomos,atribuyéndolaalgunosa la resistenciade un medio.

El segundofue el corneta de Biela, así llamado por elnombrede su descubridor.Describealrededordel sol unaelipsemoderadamenteexcéntricaen seisañosy trescuartos.Aparecióen 1832y en 1838.Es un cornetapequeño,insig-nificante, sin cola, y sin la menor aparienciade núcleosó-lido. Suórbitacortapróximamentela de la tierra,y si éstasehubieseadelantadoun mesen 1832, se hubieraencontradoconél; encuentroquequizáno hubieracarecidode peligro.

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Los cometasson perturbadosensu carrerapor los pla-netas,y Júpiteres el que les ha ocasionadomásembarazos.El de 1770,que,segúnlas observacionesde Lexeli, describíaunamoderadaelipseen un períodode cinco años,pocomáso menos,fue arrojadode su órbitapor Júpiter,y obligadoamoverseenotra de dimensionesmuchomayores,sin queunencuentrotan extraordinario causasela menor alteraciónen el movimiento de los satélites,aunquemetidoentreellos;delo quese colige la extremadapequeñezde su masa.

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El añode 1843 havisto el aparecimientode un cornetade extraordinariamagnificenciapor el esplendory exten-sión de su doble cauda,cuya longitud abrazabacomo 40grados~. Pasópor su perihelio el 27 de febrero, acercán-

1 Lo que sigue en este párrafo se ha tomado de una memoria presentada porM. Arago a la Academia de las Ciencias de París en los días 27 de marzo y 3 deabril de 1843. (NoTA DE BELLo).

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doseal soi hastala distanciade 32,000 leguas,y moviéndoseentoncescon tan extraordinariavelocidadque en el cortointervalo de 2 horas11 minutosrecorriótodalaparteborealde su órbita, y estuvodos vecesen conjuncióncon el sol.En la segundade estasconjunciones,se proyectó sobreelhemisferiosolar visible a la tierra, produciendoun eclipseparcial que no pudo observarseen Europa,puestuvo lugara esode la medianochedel meridiano de París.Del 27 al28 de febrerocorrió el corneta292 gradosde suórbita arre-batadoentoncespor unavelocidadquince vecesmayor quelade la tierra.Sudirecciónerade orientea occidente.

Por el mesde enerode 1845, aparecióen el hemisferiodel sur otro hermosocorneta,el mayorsin dudaqueha vistola generaciónpresenteconla solaexcepcióndel de 1843.Nohemos hallado quesu aparecimientohaya hechosensaciónenEuropa~.

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Digamosalgo sobrelas dimensionesde estos astros.Heaquíla de algunosde ellos.

La cola delgrancornetade 1680,inmediatamentedespuésde su tránsitopor el perihelio,se halló tenerveintemillonesde leguasde largo,y haberocupadosolamentedos díasen suerupcióndel núcleo; pruebadecisivade haber sido lanzadapor unafuerzapoderosa,cuyoorigen (comose ve por la di-recciónde la cola) debebuscarseen el so1. Su mayor lon-gitud alcanzóa 41 millones de leguas,quees muchomásdela distanciaentreel sol y la tierra; lacola del cornetade 1769se extendía 16 millones de leguas; la del gran corneta de1811, 36 millones. La porción de la cabezade éste, com-prendida dentro de la envoltura atmosféricadiáfana quelo separabade la cola, era de 180,000leg~iasde diámetro.Apenases concebiblequetantacantidadde materiaarroja-

* Este artículo, en la primera publicación de este capítulo XI (El Araucano,

fl’ 755, Santiago, 7 de febrero de 1845), apareció redactadoen la siguiente forma:“Cuando se escriben estas líneas (enero de 1845) tenernos a la vista en el hemis-ferio del sur otro hermoso corneta, acercadel cual aguardamosel resultado de lascbservaciones de los astrónomos europeos”. (COMISIÓN EDIr0RA. CARACAS).

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Facsímil de una página de la edición de la Cosmografía, Santiago 1848, con correcciones manuscritas de Bel!

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da a tan enormesdistanciaspuedarecogersey concentrarseotra vez por la débil atracciónde semejantescuerpos,y estoexplicala rápidadiminución de las colasde aquellosquehansido observadosmuchasveces.

La cola del cornetade 1843 se extendíaen 18 de marzode aquelañosobreun espaciode 60 millonesde leguas,con-tadasdesdeel núcleo;y se calculabaque,si hubiesetenidoigual longitud el 27 de febrero,cuandoel cornetapasópor elperihelio,su extremidadhabríaalcanzadoa muchamásdis-tancia que la de la órbitaterrestre.La tierra estabael 23 demarzoen la misma regiónquehabíasido ocupadapor el co-rnetael 27 de febrero,de maneraquesi él hubiesepasadopor el perihelio24 díasdespués,nuestroglobohabríatenidoforzosamenteque atravesarla cola en su mayor anchura.No ha podidoidentificarseestecornetacon~ninguno de losanteriormenteobservados1

1 Arago en la memoria citada.

Humboldt observa que es apenas posible atribuir las variaciones en e1 brillo de

los cometasa las de su situación con respectoal sol. Pueden,dice, proceder tambiénde su condensaciónprogresiva y de las modificaciones que deben sobrevenir en lapotencia refringentede lcs elementosde que se componen.

Otro corneta de corto período ha sido descubierto por Faye en el observatoriode Paris,en 1843: su órbita esta comprendidaentre las de Marte y Saturno, y esentre todaslas de los cometasconocidos la que se desvía menosde la figura circular.Su período es de poco más ele siete años.

Esta clase de cometas contrasta con otro grupo, cuyos períodos parecen abrazarmillares de años. Tal es el bello corneta de 1811 que, según Argelander, gasta3,000 añosen su revolución, y el espantosocorneta de 1680, cuyo tiempo periódicopasa de 88 siglos, según Encke. Estos dos astros se alejan del sol hasta la distancia,aquél de 21, éstede 44 radios de la órbita de Urano, es decir, hasta6,200 y 13,000millones de miriámetros.

Los temores que antes inspiraban los cometas han tomado una dirección másvaga. Sabemosque en el seno mismo de nuestro sistema planetario existen cometas quevisitan, a cortos intervalos, las regiones en que la tierra ejecuta sus movimientos;conocemoslas perturbacionesque sus órbitas experimentanpor la influencia de Jú-piter y de Saturno, perturbacionesnotabilísimas que pudieran alguna vez trasformarun astro indiferente en un astro temible: el corneta de Biela atraviesa la órbitade la tierra; la resistenciadel éter que llena los espacios celestespropende a estrechartodas las órbitas; y las diferencias individuales q’ue se observan en estos astros danmotivo de sospeoharque las hay en la cantidad de materiade que se componen susnúcleos. Tales son los fundamentosde nuestrasaprensionesactuales;y por más quese quiera tranquilizarnos con el cálculo de las probabilidades, que habla sólo alentendimiento ilustrado por un estudio filosófico, semejantemotivo de seguridad nopuede producir aquella convicción profunda que consiste en el asenso de todaslas facultades del alma; es impotente sobre la imaginación’, y el reproche que sC

hace a las ciencias de excitar alarmasque ellas mismas no pueden despuéssosegar,nocarecede fundamento. (Cosmos). (NOTA DE BELLo”.

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CAPÍTULO XII

DE LOS AEROLITOS

1. Su composición química. — 2. No se forman en la atmósfera, ni proceden devolcanes lunares o terrestres. — 3. Son pequeñosplanetas.— 4. Apariencias quepresentan. — 5. Su periodicidad.

1

Nosquedatodavíaquetratardela clasemásnumerosadecuerposquecomponennuestrosistemaplanetario;es a saber,las estrellasvolanteso piedrasmeteóricas,queelvulgo llamaexhalaciones,y se designanmásgeneralmentecon la deno-minación, tambiénimpropia, de aerolitos (piedrasdel aire).

Estos cuerpos caen frecuentementeen la tierra; y laanálisisquímicahamanifestadoque se componende hierro,azufre, níquel, cromo, cobalto, cobre, manganeso,sílice,magnesia,fósforo y carbón:el hierro y cobreen un estadometálico; lo que no sucedeen ningunade las agregacionesminerales-quese encuentrana la superficiede la tierra. Esdigno de notarqueestaspiedrasno son nuncaunapartein-tegrante de las capasque forman la corteza de nuestroglobo.

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Algunoshan creídoque los aerolitosse formabanen laatmósfera,como el granizo. En el día, se ha desechadoestaidea; porquelaatmósferano contienediseminadosensuseno

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Cap. XII. De los aerolitos

los elementosquehemosenumerado;porquese sabeque losaerolitosatraviesanregionesdel espaciosuperioresa las máselevadasde la atmósfera;y porqueno desciendenconla mo-deradavelocidady en la dirección casi perpendiculardelgranizo,sino en líneassumamenteoblicuas,y con una cele-ridad prodigiosa,comparablea vecesa la de la misma tierraen suórbita.

Se ha pensadotambiénquepodíanprocederde las erup-cionesde algúnvolcán de la luna,quelos arrojasea bastantedistanciaparaqueatraídospor la tierra girasenalrededordeella o se precipitasensobresusuperficie.Perolas últimasob-servacionestelescópicasno handescubiertovolcanesactual-menteactivos en la luna; aunquepareceindudablequehanexistidoy algunosdeellosprodigiosamentegrandesy podero-sos.Ni podríanexplicarsesatisfactoriamentede ese modolafrecuenciay la periodicidaddel fenómeno.Estasdosúltimasconsideracionesse aplicantambiénalosvolcanesdela tierra;en queno se ve, por otra parte,bastantefuerzaparalanzarmasasenormesa tantadistancia.

3

La opinión casi generalen el día es la que consideralasestrellas volantes como pequeñísimosastros (asteroides),quegiranalrededordel solengrannúmeroconunavelocidadplanetaria, describiendoseccionescónicas,y obedeciendo,del mismo modo que los planetasy cometas,a las leyesde la gravitación.

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Cuando llegan a los límites de nuestra atmósfera,seenciendeny suelen romperseen fragmentos,que cubier-tos de una cortezanegruzcay brillante se precipitana latierra en un estado de calefacción más o menos intensa.

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Cosmografía

Llárnanseentoncesbólidos y piedras meteóricas.Presénta-se a vecesuna nubecilla oscuraen un día sereno,y luegose oyen explosionescomo la del cañón, y desciendenmasasde piedra de la naturalezaque hemos descrito. A vecesbólidos enormes,despidiendohumo entre detonacionesrui-dosas,derramanen el cielo una luz tan viva, queha llegadoa percibirseen medio del día bajoel sol ardientede los tró-picos. Otrasvecesse ven descenderde un cielo enteramen-te despejado,sin nube alguna precursora: así se observóen el grandeaerolito que el 16 de setiembrede 1843 cayócon un estruendosemejanteal del rayo en Kleiwenden,no lejos de Mulhouse. Vense también estr~eliasvolantespequeñísimas;puntos luminosos, que parecen trazar enel firmamentoinnumerableslíneasfosfóricas. Son más fre-cuentesy de másvivos coloresen la zona tórrida; efecto,sin duda,de la mayordiafanidaddel fluido atmosférico.

Empiezana brillar o a inflamarseen alturas en queyareina un vacíocasi absoluto.Pero su elevaciónes variable,puesse extiendedesde 3 hasta26 miriámetros.Su velocidadllega a ser hastade 9 millas por segundo.

Lasmayorespiedrasmeteóricasde quehay noticia, sonla de Bahíaen el Brasil y la de Otumpa en el Chaco, quetienende dos a dosy mediometrosde largo.

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Las estrellasvolantesson las másvecesesporádicas,estoes, rarasy solitarias;perohay ocasionesen que forman en-jambresqueatraviesanel cielo, o se las ve caeramillares. Es-tas últimas, que los escritoresárabeshancomparadoconlosnubladosde langostas,son a menudoperiódicasy siguendireccionesparalelas.Las más célebresson las del 12 al 14de noviembre,y las del 9 al 14 de agosto,que se conocencon el nombre de lágrimas de San Lorenzo; y se notaronla primeravezenPostdamel año1823,y el de 1832en toda

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Cap. XII. De 1osaerolitos

Europa,y aun en la isla de Francia.Pero la idea de peno—dicidad no ocurrió hastael añosiguientede 1833, conmo-tivo del prodigioso número de estrellas volantes que sevieron en los EstadosUnidos de América en la nochedel12 al 13 de noviembre.Caíancomo coposde nieve,y huboparajeen que por espaciode nuevehorasse contaronmásde 240,000.Recordóseentoncesotra aparición semejante,simultáneapara muchos lugares del nuevo mundo entreel Ecuadory la Groenlandia,y se reconociócon asombrola identidadde las dos épocas.El mismo flujo de meteorosocurrióen 1834 en la nochedel 13 al 14 de noviembre; ydesdeentoncesha seguidoobservándoseen Europala perio-dicidad del fenómeno,segúnel ilustre autor del Cosmos.

Las lágrimas de San Lorenzohan presentadoigual ca-rácter; y es probable que se descubranotras épocasaná-logas.

Estastropasde asteroidesforman sin dudadiversasco-rrientesque cruzanla órbita terrestre,cornoel cornetadeBiela. Sujetasa considerablesperturbaciones,no es extrañoque su apariciónse anticipe o retarde, y varíe de inten-sidad y de forma.

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CAPÍTULO XIII

DE LAS ESTRELLAS

• Carácter general, clasificación y distribución de las estrellas en ci espacio.— 2Vía láctea; firmamentos diversos en las regiones celestes.— 3. Distancia de lasestrellas.— 4. Sus dimensiones.— 5. Su destino. 6. Estrellas periódicas. — 7.Estrellas dobles, triples y múltiples. — 8. Colores de las estrellas dobles. — 9.Movimiento de las estrellas.— 10. Nébulas.

1

Aunque diferentesentre sí bajo algunos respectos,lasestrellasconvienen todas en dos atributos generales:el debrillar con luz propia, y el de conservaruna inmovilidadcompleta,o al menosun alto grado de permanencia,en susposicionesrecíprocas.

Segúnsu brillo, se distinguenvarias magnitudesen ellashastala sexta o la séptima,en que terminan todas las queestán al alcancede la vista desnuda;pero la clasificaciónse ha llevado mucho más allá con el telescopio,y las hayhastade la décimasextamagnitud; sin que aparezcamo-tivo paracreerque cesaen éstasla progresión,puesa cadanuevo grado de poder en los instrumentos,se descubrenmultitudes innumerablesde astrosantesdesconocidos.Esta

* Este capítulo fue publicado en El Araucano n9 762, Saniiago, 28 de marzo

de 1845, con ci título de “Estrellas Fijas”, con una advertenciaque hemos repro-ducido en nota al título del capitulo VI.

Presentadiferencias sustancialesla t~ubiicaciónde El Araucano y el texto de laCosmografía. Aunque Bello desarrolla el tema sobre el plan inicial y reproducecasitotalmente el artículo aparecido en El Araucano, las modificaciones que introduce,para publicarlo en libro, son importantes. A veces párrafos enteros, para poner aldía los conocimientos de la ciencia astronómica. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Cap. XIII. De las estrellas

clasificacióntiene el inconvenientede no podersefijar conclaridad los límites en que una clase termina y principiaotra; y ademáses poco instructiva, pues no nos dice si elmayor brillo consisteen el resplandorintrínsecode la es-trella, en las dimensionesde la superficie iluminada, o ensu menor distanciade la tierra. Segúnexperimentosfoto-métricos1 de Sir W. Herschel,ejecutadosa la verdadsobreun cortonúmerode estrellas,la luz en las de primeramag-nitud es como 100, en las de segundacomo 25, en las deterceracomo 12, en las de cuartacomo 6, en las de quintacomo 2, y en las de sextacomo la unidad; pero su hijo SirJohnencontróque la de Sirio (la másbrillante de todas)era corno 324 veces la de una estrellade sextamagnitud.

Que las estrellas fijas son otros tantos soles o centrosde sistemas,es unacosade queya no se duda; no obstanteque, aunconel aumentode fuerzaa queha llegadorecien-tementeel telescopio,no se hanpodido descubrirlos orbesplanetariosque giran alrededorde ellas, y reciben de susrayos luz, calor y existenciavital.

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Aunquelas másnotablesestrellasestándistribuidasconbastanteimparcialidadsobrela esferaceleste,las de menormagnitud abundanmucho en las inmediacionesde la víaláctea;principalmentelas telescópicas,de que se presentanenjambresinmensossobre todo aquel círculo, y sobre surama accesoria;de modo que toda su luz se componesólode estrellas,queseráncomo de la décimao undécimamag-nitud. Sir W. Herschel (que armadode sus poderososins-trumentoshizo una análisis cornpleta de esta zona mara-villosa), contandolas de un solo campo de su telescopio,calculabaque en una faja de dos gradosde anchohabían

1 Fotometría es la medición de la intensidad o viveza de la luz. (NoTA DE

BELLO).

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pasadoa su vista cincuentamil estrellasduranteunahorade observación.Tan condensadasse presentanen algunaspartes.Parece,pues,que las estrellasno estánderramadasindiferentementesobretodoel espacio.

Nuestro sol con la tierra y los demás planetasque lerodean,está colocadohacia el centro de una capa o fir-mamentode estrellas,que, proyectadoalrededorsobre laesfera celeste,nos presentaun vasto anillo que llamamosvía láctea. En efecto, suponiendoun número incalculablede estrellasde diferentesmagnitudesy a diversasdistancias,entre dos planos paralelos de extensión indeterminada,siendonuestrosoi una de ellas, es precisoque las más dis-tantesse nos proyectencomo unazona anular en el cielo,al paso que las comparativamentecercanasnos apareceránderramadasen todas direcciones sobre la bóveda celeste.La lejanía de las primeraslas hará confundirsey perderseal cabo en una especiede luz nebulosa,oscura o clara atrechos,segúnse acumulenmás o menosen la perspectivalos luminaresque la componen.Las otras, al contrario, senos mostrarándiseminadasy solitarias.

Supongamosahoraque hacia el lugar que nuestrosiste-ma planetarioocupa,la capa o firmamentode estrellasdeque hablamos,se divida en dos. ¿No seránecesarioque laproyecciónanularaparezcahendidaen dos láminaspor casila mitad de su circunferencia?

Nuestrosoi no es puesmás que uno de los millones demillones de soles de que se componela vía láctea;un gra-no en la arenadoradade estamagníficazona.

Pero¿quédiremosal saberqueestavía lácteatan gran-diosay magníficano es másqueunade tresmil víaslácteassemejantesya descubiertasy contadas,fuera de otrasmásremotasque apenaspuedencolumbrarse,y que probable-mentesólo aguardana que se aumentemásel alcancedeltelescopio,para resolversede la misma maneraen inmen-sos agregadosde luminares separadamenteperceptibles?Entre estos firmamentos,ha descubiertoSir JohnHerschel

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uno queen su estructurase asemejamucho a nuestravíaláctea, porque se nos muestrabajo el mismo aspectoqueésta presentaríaa los habitantesde otra lejana región delcielo.

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Si se preguntaa qué distanciase hallan de nosotroslasmás cercanasde las estrellas, la ciencia tiene muy pocoquedecirnos.El diámetrode la tierra ha servidode medidapara computarel de la órbita que ella describealrededordel sol, y con el diámetro de la órbita se han prolongadodespuéslas mensurashastalos últimos confines de nuestrosistemaplanetarioy aun más allá, siguiendo las huellas delos cometasen sus dilatadasexcursiones.Peroentre la másremota de las órbitas planetariasy la más cercanade lasestrellas hay un golfo inmensurable,cuya anchura (ex-cepto en uno u otro casode que hablaremosluego) no seha podido ni aun aproximadamenteapreciar. Baste decirquemiradaunaestrellacualquieradesdelos extremosopues-tos de nuestraórbita,no se percibela máspequeñaparalajeni de un segundosiquiera;de que se deducepor el cálculoque la distanciaexcedesin duda a 200,000 vecesel radiode la órbita terrestre; lo cual equivalea 6 billones 900 miimillones (seisbillonesy novecientosmil millones) de leguas.Cuántomayor sea todavíala distancia,no se sabe.La ima-ginaciónse pierdeenestosnúmeros.Ayudémoslacomputan-do el tiempoque la luz empleaen atravesareseespacio.Laluzandacomo 70,000 leguaspor segundo.Debe pues recorrerese espacioen cerca de 100 millones de segundos,esto es,en más de tres años. ¿Cuálserá, pues, la distanciade lasinnumerablesestrellas de la más pequeñamagnitud queel telescopiodescubre?Una estrellade primera magnitudnecesitaríaponerse (según calcula Sir John Herschel), auna distancia362 vecesmayor que la actual para que pu-diese parecernosde la décimasextamagnitud. Por tanto,

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entre la inmensamultitud de las estrellas de esta últimaclase,debehabermuchascuya luz haya tardadoa lo menosmil años en llegar a nosotros;de modo que cuandoobser-vamossus posicionesy notamossus varios aspectos,esta-mos leyendouna historia de más de mil añosde fecha.

Recientementese hanencontradoparalajesde estrellasfijas por treseminentesastrónomos:Besselde Koenigsberg,Struve de San Petersburgo,y Hendersonde Edimburgo.La estrellaen queha trabajadoBessel,es la 61 del Cisne; sudistancia se ha calculadoen 670,000 veces el radio de laórbita terrestre; es decir, en 23 millones de millones deleguas.

La imaginacióndesfalleceal querer abarcar tan vastosespacios.

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De las dimensionesreales de las estrellasno nos da in-forme algunoel telescopio;el discoen quenos las muestra,es unailusión óptica, que se debea su brillo. Su luz es loúnico quepuede darnosalgún indicio. La de Sirio, segúnexperimentosfotométricosde Wollaston,es a la del sol,como 1 a20,000,000,000.Paraqueel sol nos pareciesepuesno más brillante que Sirio deberíaretirarsea 141,400 ve-cessu distanciaactual, supuestoque la intensidadde la luzdecreceen razón inversadel cuadradode la distancia.Porotra parte, de lo quese ha dicho en el númeroanterior sesigue que la distanciade Sirio es de másde 200,000 veceselradio de la órbita terrestre.Luego, segúnel cómputo másmoderado,la luz queSirio derramaes a la que derramaelsol como el cuadradode 200 es al cuadradode 141: excede,pues,siñ dudados vecesa la queel sol emite; y consiguien-temente Sirio es (juzgandopor su esplendorintrínseco)igual, cuandomenos,a dos soles,y probablementemayor.

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¿Para qué existen tan magníficos cuerpos,tan estu-pendasmasasde luz, en los abismos del espacio?No sinduda para alumbrar nuestranoche, pues una luna de lamilésimapartedel tamañode la que tenernos,desempeñaríamejor ese oficio; ni para presentarnosun espectáculodis-tantede quesólo alcanzamosa ver una pequeñísimaparte,o para descarriarnuestraimaginacionen vanasconjeturas.Útiles son ciertamenteal hombre,en cuanto le sirven deseñales;pero tampocosirven para eso las que no alcanza-rnos a divisar, que forman incomparablementeel mayornúmero. Poco fruto habrá sacadode la contemplaciónyestudiodel cielo, el quese figure que el hombrees el únicoobjeto de que cuidael Creador,y el queno vea en el vastoy prodigioso aparatode que estarnos rodeadosmedios deexistencia y conservación para otras muchas razas de vi-vientes.Las estrellas,como antesdijimos, son otros t4lntOS

soles; y cada una es acaso en su esfera el centro de unmundo peculiar de planetas,como el nuestro, o de otroscuerposde queno podemosformar idea.

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Entre las estrellashay varias, que,no distinguiéndosedelas otras en su apariencia,están sujetas a diminuciones y

aumentosperiódicos en su lustre, llegando en uno o doscasos a apagarseenteramentepara encendersede nuevo.Llárnanse estrellas periódicas. Una de las más notablesesla Ómicronde la constelaciónCetus,observadaprimeroporFabricio en 1596. Su periodo es cLe 334 días; dura en sumayor esplendorunos15 días, pareciendoa vecescomo desegundamagnitud; y decrecedespuéspor tres meses,hastaque se hace del todo invisible, y en ese estadopermanece

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cinco meses,al cabode los cualesvuelve a verse,y empie-za a crecer hastacompletar el período. Pero no siempreadquiereigual brillo, ni pasapor las mismas mutaciones,y aunen algunosperíodosha dejadode verse.

Otra notableestrellaes Algol o la Betade Perseo.Apa-receordinariamentecornode segundamagnitud,y así con-tinúa por 2~’ l4~~empiezaentoncesa amortiguarsesúbita-mente,y en treshorasy media quedareducidaa la cuartamagnitud; pero despuésde ese tiempo se avivaotra vez, yen otras tres horasy media recobrasu lustre; empleandoen estas mutacionescorno

2d 20h 48m~ Puedenexplicarseestas variaciones suponiendoque circula en torno a ellaalgún cuerpoopacode extraordinariotamaño.La Chi delCisne apenaspudo verse en los añosde 1699, 1700 y 1701.Otro hechocuriosoes el aparecimientode nuevasestrellas,que resplandecendesdeluego con una brillantez notable,y despuésde permanecerinmóviles algún tiempo se extin-guen, y no dejan vestigio de su existencia.Una de ellas,que aparecióel año 125 antesde Cristo, llamó la atenciónde Hiparco. Otra se dejóver el año 389 de la era cristianacercadel Alpha del Águila, se mantuvoallí por tressema-nastan brillante corno el lucero, y despuésdesapareció.En945, 1264 y 1572, se vieron nuevasy brillantes estrellasentre Cefeo y Casiopea,si ya no fueron una misma, su-jeta a un períodode 150 a 300 años,como algunos creen.La apariciónde la de 1572 fue tan repentina,que TichoBrahe, célebre astrónomodanés,volviendo de su labora-torio a casa,vio un grupode labradoresque se habíanjun-tadoa mirarla; y media hora antesno existía.Brillaba co-mo Sirio; crecióhastaexcederen esplendora Júpiter; eravisible al mediodía; principió a menguaren diciembre deaquelmismo año;y en marzo de 1574 no habíarastro deella en el cielo. El 10 de octubrede 1604 se dejó ver otraestrellade la misma clase,y no menosresplandeciente,enla constelaciónde Serpentario;y continuó visible un añosólo. En 1670, se observóunanuevaestrellacomo de ter-

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cera magnitud en la cabezadel Cisne; perdiósede vista;dejóse ver otra vez; y al cabo de dos o tres fluctuacionesde luz, se apagódel todo, y no se le ha visto más. En fin,recorriendoantiguoscatálogos,se echande menosmuchasestrellas.

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Otro fenómenocuriosoes queno pocasestrellas,exami-nadas con buenos telescopios,son dobles, y parecenteneruna íntima relaciónentre sí. Cástor, por ejemplo, se com-pone de dos estrellasde entre terceray cuarta magnitud,y éstees uno de muchoscasosde la misma especie.Sir W.Herschelcontó más de 500 estrellasdobles, y el profesorStruve quintuplicó este número,que es más y más grandecada día. Pero lo que sobre todo merecenotarsees la in-fluencia mutua que tienen entresí las estrellasque com-ponen estos grupos.De ellas las hay que circulan una entorno a otra, formandosistemassideralessujetosa períodosdeterminados.La revolución de Cástor, por ejemplo, dura334 años; la de Gammade la Virgen, 708; y la de Gammadel León, 1200. El períodode otrases mucho más corto;algunasde las observadaspor Sir W. Herschelhan reco-rrido ya la mayor parte de sus respectivaselipses,y a unade ellas (Eta de la Corona) se le ha visto haceruna revo-lución completa. El número de estrellasque forman sis-temassideralesreconocidos,era ya de 30 a 40, pocos añosha, cuandoescribiósutratadode astronomíaSir JohnHer-schel. Tenemosaquí, pues, no planetasque circulan al-rededorde un sol, sino paresde soles quegiran en torno aun centro común de gravedad,obedientesa las leyes des-cifradas por el gran Newton.

Ni sólo hay sistemassideralesbinarios. Los hay triples,cuádruplos,quíntuplos y aún más complejos.De maneraquelos sistemasbinariosdebenmirarsecomola mássencilla

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forma de unadependenciamutua, queprobablementedo-mina a todos los gruposde estrellas,que se nos presentanen el cielo.

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Un hermosofenómenoque se ha observadoen las es-trellasbinarias,es el de sus colorescontrastadoso comple-mentarios1, La estrella más grandees ordinariamentedeun tinte rojo o anaranjado,mientrassu compañerapareceazul o verde.Puedeconcebirsequévariedadde iluminaciónofrecerándos soles,el uno escarlatay el otro verde,o eluno anaranjadoy el otro azul, a los planetasque circulanalrededordel uno o del otro; un día rojo y otro verde,por ejemplo,alternandoconun día blanco, resultantede lamezclade los dos colorescomplementarios,o con la oscu-ridad de la noche, segúnestuvieseel uno de los dos soles,o ambos, o ninguno de ellos, sobreel horizonte. Hay es-trellas aisladasde un color rojo tan subido como el de lasangre;pero no hay ejemplo de estrellasverdeso azules,sino asociadascon otrasde matiz diferente

1 Colores complementariosse llaman aquellos que se completan mutuamente,y mezcladoscomponen todo el rayo luminoso. El color complementario del rojo esel verde, el del anaranjado el azul, el del amarillo el violeta. (NOTA DE BELLO).

* Análisis espectral de las estrellas. — Las estrellas tienen una constitucióq

parecida a la del sol. El hidrógeno existe en casi todasellas; también contienensodio,magnesioy hierro. Hay tres clasesprincipales de estrellas según sus espectros:

a) Estrellas blancas o azules. — Las rayas metálicas son muy débiles y lasdel hidrógeno muy pronunciadas. Las rayas son oscurascomo en las dos clases si-guientes.

b) Estrellas amarillas. — Las rayas metálicas del espectro son numerosas ybien visibles, muy semejantesa las del espectrosolar.

e) Estrellas rojas o anaranjadas. — Sus espectrostienen las rayas metálicas ynumerosasbandasoscuras.

Junto con la fotografía el espectroscopioes uno de los auxiliares más preciososde la Astronomía.

Los espectrosde las nebulosasresolublesen estrellas son continuos y presentanrayas oscurascuando las estrellasse perciben bien. Los espectrosde las nebulosasnoresolublesson discontinuos y se componen de un pequeñonúmero de rayas brillan-tes, lo que hacever que esos cuerpossongasesincandescentes.(NoTA DE F. J. DUARTE).

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A priori era de esperarque llegasena descubrirsemovi-mientosde traslaciónentre tan grandemultitud de cuer-pos, diseminadosen el espacio;de maneraque al cabo decierto tiempo los viésemosvariar de posiciónentre~sí. Susrecíprocasatracciones,aunquesumamentedebilitadasporla distanciay por las opuestasdireccionesen quese ejercen,no puedenmenosde producir efectossensiblespara noso-tros en una larga serie de siglos. Está probadoque estosmovimientosexisten: el nombre de estrellasfijas, como di-ce Arago, es ya una mentira. Muchasde las doblesno sólodan vueltasuna en torno a otra, sino que ambasen com-pañíase trasladana otra región del cielo. Así en el Cisneunaestrellabinaria, cuyosdos individuos se conservanentresí a la distanciade 15”, ha andadoen 50 años 4’23”. LaestrellaMu de Casiopeaandacada añocerca de 4”. Varíapuesla posiciónrecíprocade las estrellas,aunquesumarchaes lentísima.

¿No seráverosímil que varios gruposde estrellasfor-men sistemasaparte,ligadospor su recíprocagravitación;que las estrellas individuales que los componen,se mue-van en estupendosgiros; y que, como los planetascircu-lan en torno al sol, el sol mismo, acompañadode todoslos orbessujetos a su dominio, gire a su vez alrededordealgúnotro foco atractivo?Ya ci viejo Herschelhabíapro-clamadodesde1805 queel sol con todasu comitiva corríaapresuradamentehacia cierto punto de la constelacióndeHércules. Indagacionesposterioreshan confirmadoplena-menteeste aserto.Nuestravía lácteano es una zona fijaen el espacio,sino un ejército inmensode cuerposactivos,móviles, que desenvuelvenen el cursode los siglos los des-tinos estupendosque les ha señaladoel Creador.Pero¿cuáles el punto alrededordel cual gira el sol? El Dr. Maedle,director del observatoriode Dorpat, anuncióel descubri-

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miento de un gran centro, alrededordel cual da vueltastodo nuestrosistemay aun todo el universode las estrellas.~LasPléyades,ha dicho, sonel grupo céntricode la falangede las estrellasfijas limitadas por la vía láctea,y Alcyonees la estrella individual de este cuerpo, a que puedeasig-narsecon mayor probabilidadel carácterde verdaderosolcentral”. Él calcula que la distanciade este sol de soles escomo34 millones de vecesel radiode la órbita de la tierra;de manera que la luz necesita 537 años para atravesarel espacioquelo separade nosotros.Calcula tambiénque elperíodo de la revolución de nuestrosol con su numerosocortejo de planetas,satélitesy cometasen torno al grancentro, es de 18 millonesy 200,000años.Pero estos anun-cios son demasiadorecientesparaquehayan podidoconfir-marse o refutarse~.

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Echandouna mirada a los cielos en una noche serena,observaremosde trechoen trecho ciertos gruposen que lasestrellasestáncomo más condensadasque las de las regio-nesvecinas.En las Pléyadeso Cabrillasse notan seis o sietesi se las mira de frente, y muchasmás si se vuelve la caraa otro lado, manteniendola atención fija en ellas. Con eltelescopio se ven hasta 50 6 60. Otro grupo hay en la

* Gran número de estrellastienen movimientosprcpios. El más rápido es el de la

estrella 1830 Groombridgeque es de cercade 8” por año.Existen hoy cerca de 20 estrellas cuyas paralajes y, por consiguiente, sus

distancias a la tierra, se conocen con alguna precisión. Por ejemplo, de alpha delCentauro la luz llega a la tierra en cuatro años y medio; de Sirio, en 9 años. Delas más pequeñas estrellasvisibles sin instrumento, se calcula que la luz emplea enllegar a la tierra 140 años y de las más pequeñasque pueden versecon telescopios,varios millares de años.

Se conocela componentede la velocidad de varias estrellasen el plano tangentea la esfera celeste. Es de 23 kilómetros por segundopara alpha del Centauro, de17 km. para Sirio y de 55 km. para la 61 del Cisne.

Los movimientospropios de las estrellasson, en general, uniformes. Sin embargo,el movimiento de Sirio sufre de irregularidades que Bessel atribuyó a la atracciónde una estrella vecina invisible. Este astro fue descubiertoen 1862, confirmando lahipótesis de Bessel. Se le llama el compañero de Sirio y sus posiciones concuerdancon las que se habían calculadoantesde su descubrimiento.(NOTA DE F. J. DUARTE).

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cabellerade Berenice,de más lucidas estrellas,pero algomás esparcidas;y en la constelaciónde Cáncer se ve unamanchaluminosa llamadala Colmejia, que, observadaconun regulartelescopio,se componetodade estrellas.Lo mis-mo se notaen el puño de la espadade Perseo.Grannúmerode objetoscelestesse hantenido a vecespor cometas;man-chasnebulosasredondasu ovaladas,aunquesin la caudaocabelleraque suelen tener esosastros, examinadascon te-lescopiosde gran fuerza, aparecencompuestasde conden-sadas estrellas, circunscritasa límites bastantedefinidos,y con una aparienciade llama en el centro,dondela con-densaciónes ordinariamente más grande.Las hay exacta-mente redondas;vastosespaciosesféricos,pobladosde lu-minares, que forman familias aparte. Seríavano empeñocontar los astrosasociadosen uno de estos racimos esféri-cos; se calcula que muchosde ellos no contienenmenosde diez a veinte mil estrellas,reunidasen un espacioquepudiera cubrirse todo con la décima partedel disco de laluna.

Daseel nombrede nébulasa estasnubecillasmáso me-nos luminosas; prescindiendode que, como las que for-man la vía lácteay la Colmena,se compongande enjam-bradasestrellas,miradas a una inmensadistancia,o se de-bana modificacionesparticularesde una materialuminosaen diversosgradosde condensación;de lo cual trataremosdespués.

Presentanmultitud de formas que fueron analizadasy clasificadasmenudamentepor el viejo Herschel.

Lasquepertenecena la primera clase,llamadasracimos,son o esféricas,como las que poco ha describirnos,o irre-gulares.Estasúltimas parecenmenos pobladasde estrellas,menosdefinidas en su contorno,y menosdensashacia elcentro. Herschel las miraba como racimosesféricosen unestadomenos avanzadode condensación.

A la segundaclasede nébúlasse dio el nombrede re-solubles,porquesi bien era de creerquese componíande

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estrellasdistintas, no las dejabancolumbrar a los telesco-pios de másalcance.

Las nébulaspropiamentedichas forman la terceracla-se en la cual no se creíapercibir aparienciaalguna de aglo-meraciónde estrellas.Su variedades grandísima.Las másnotablessonla que rodeala Theta,estrellacuádruplao séx-tupla de Orión, y la del Roble de Carlos (Ps.obur Caroli),constelaciónaustral. La primera se componede pequeñoscopos adherentesa menudasestrellas,y en especiala unaestrellaconsiderable,a la que envuelveuno de estos coposen una atmósferanebulosade grandeextensióny de sin-gular aspecto.Otra de estasnébulaspropiamentedichasestá vecina a la Mu de Andrómeda;es visible sin telesco-pio, y ha pasadofrecuentementepor corneta. Forma unóvalo oblongo; y su lustre se aumentapor insensiblesgra-duacionesde la margenal centro, que es mucho más bri-llantequeel resto,aunqueno tiene la aparienciade estrella.Es muy grande; tiene casi un grado de largo y 15 a 20minutos de ancho.

Las nébuiasplanetarias forman la cuartaclase.Son deun aspectomuy extraordinario,parecidoal de los planetas:discos redondoso ligeramenteovalados;con bien definidocontorno, a veces algo oscuroy anublado,y con luz uni-forme o ligeramentesalpicadade manchas,que en su brillose acercaa vecesal de la luz planetaria.Cualquieraque seasu naturaleza,sus dimensionesson inmensas;bastantespa-ra llenar, segúnel más moderadocómputo, dice Sir JohnHerschel,la órbita todade Urano; y si son cuerpossolares,su esplendorno puedemenosde excedermuchoal de nues-tro gran luminar.

En algunasde estasnébulas, la condensaciónes leve ygradual;en otras,grandey súbita; tan súbitaquepresentanel aspectode una estrellaempañadacon una ligera borraen contorno, lo que ha hecho que se las llame nébulasestelares (quinta clase); al pasoqueotras ofrecenel bellofenómenode una estrellabrillante, cercadade una atmós-

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fera circular lánguidamenteluminosa, y cuyo lustre searnortiguapor insensiblesgraduaciones,o de golpe. Éstas,denominadasestrellasnebulosas, forman la sexta clase; ya ellas pareció pertenecernuestrosol, por la cabelleracó-nica o lenticularque le rodeaen la dirección de su ecuador,y a que seha dadoel nombrede luz zodiacal.Hay asimismonébulas anulares. La más notable es la que se halla entreAlpha y Betade la Lira, y puedeverse con telescopiosdemoderadafuerza.

Las nébulashan dadomotivo a muchasespeculacionesy conjeturas.Que la mayor parte se componíande estre-llas, no podíadudarse.Veíaseya en ellas una interminablecadenade sistemasobresistemao de firmamentosobrefir-mamento,de que apenasdivisamos una vislumbre, y enque la imaginaciónse confundey se pierde. Pero por otraparte se creyó muy probablela existenciade unamateriafosfórica o espontáneamenteluminosa, diseminadaen ex-tensasregionesdel espacio, tomando formas caprichosas,como nubesagitadaspor el viento, o concentrándoseen at-mósferascornetariasalrededorde ciertasestrellas.Sobre lanaturalezay destino de esta materianebulosa,se levanta-ron ingeniosashipótesis. Unos pensabanque era absorbidapor las estrellasvecinasy les servíade pábulo; otros creíanquepor su propia gravedadse concentrabaen masasqueen el largotrascursode los siglos engendrabanestrellasnue-vas y nuevossistemasplanetarios.SegúnSir William Her-schel las estrellaspasanpor diferentesgradosde conden-sación antesde tornar una forma definitiva, y las nébulasirresolublesson masasestelígenas,ora en un estadode em-brión, ora en el de formación más o menos adelantada.Estaidea fue acogidacon entusiasmopor los más célebresastrónomos.Arago,entreotros,mirabaya comounade lasmaravillasde que nos haríatestigosel progresivoaumentode poder de los telescopios,la generacióny nacimientodelas estrellas.‘CEstas nébulasde formasdiversas de que estásembradoel cielo, son, decía, anchurososespacios,llenos

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de materiafosforescentequepoco a poco se condensa.Estecampotodavía intactoseráexploradopor la ciencia: el as-trónomoobservarálos progresosde la concentración;seña-lará el momentoen que vea redondearseel contornoexte-rior; el instantede la aparicióndel núcleoluminosocentral;aquélen que esenúcleo,brillando con el esplendormásvi-vo, sólo se verárodeadode unaaparienciade vapor; aquél,en fin, en queestanubese acercaráy consolidará,y el astroreciénnacido serásemejantea los otros

La supuestairresolubilidad de ciertasnébulasera todoel fundamentode esta bella hipótesis.Pero los modernostelescopiosdisminuíancadavez másel númerode las quepasabanpor irresolubles,y el mundo científico aguardabacon ansiael resultadode un nuevoexamende la querodeaa la estrellaThetaen la espadade Orión, que habíasalidovictoriosa de cuantosesfuerzosse habíanhechopor anali-zarla o resolverlaen estrellas,aunpor el gigantescotelesco-pio de lord Ross.La expectativano duró largo tiempo. Enmarzo de 1846, se anunció al mundo que aquellanébulaera, como las otras, no unamasatenuede vapor fosfórico,sino un brillante firmamentode estrellas.La ingeniosateo-ría de Herschelse desvaneciócomo el humo.

APÉNDICE*

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Entre las estrellas hay varias, que no distinguiéndosede las otrasen su apariencia,están sujetas a disminucionesy aumentosperiódicosen su lustre, llegando en uno o dos casosa apagarseenteramenteparaencendersede nuevo. Llámanse estrellas periódicas. Una de las más

1 Journal des Débats, noviembre de 1844. (NOTA DE BELLO).

* Insertamos en forma de Apéndice, la curiosa redacción de los artículos6, 7, 8 y 9, de estecapítulo puestos en la edición de Caracas, 1853, para suplirlas páginas que faltaban en el ejemplar utilizado para la impresión. (CoMISIÓNEDITORA. CARACAS).

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notables es la Omicron de la constelaciónCetus, observadaprimeropor Fabricio en 1596. Su período es de 334 días; dura en su mayoresplendorunos 15 días,pareciendoa vecescomo de segundamagnitud;y decrecedespuéspor tres meses,hastaque se hace del todo invisible,y en ese estadopermanececinco meses,al cabo de los cuales vuelve averse,y empiezaa crecer hastacompletarel período. Pero no siempreadquiereigual brillo, ni pasapor las mismasmutaciones,y aun en al-gunosperíodosha dejadode verse.

Otra notable estrellaes Algol o la Beta de Perseo.Apareceordina-riamente como de segundamagnitud; y así continúapor

2d ~ em-pieza entoncesa amortiguarsesúbitamente,y en tres horas y mediaqueda reducida a la cuarta magnitud; pero despuésde ese tiempo seaviva otra vez,y en otrastreshorasy mediarecobrasu lustré; empleandoen estasmutacionescomo ~ 2011 48m~Puedenexplicarseestasvariacio-nessuponiéndoquecircula en tornoa ella algún cuerpo opacode extra-ordinario tamaño.La Chi del Cisneapenaspudo verseen los años 1699,1700 y 1701. Otro hechocurioso es el aparecimientode nuevasestrellas,que resplandécendesdeluego con una brillantez notable, y despuésdepermanecerinmóviles algún tiempo, se extinguen,y no dejan vestigiode su existencia.tina de ellas, que aparécióel año 125 antesde Cristo,llamó la atenciónde Hiparco. Otra se dejó ver en el añode 1572 queapareciócomodeprimeramagnitud,cuyaduraciónfué de 16 meses,segúnrefiere TichoBraheen su astronomíade nuevaestrella;y otra aparecidaen el añodé 1604, en el pie de la Serpientede igual magnitud y duró 13meses.Estasdos estrellas son dignas de particular mención: resplande-cían tanto, que sobrepujabana Sirio (que es la éstrellamásbrillante)~ aún a Júpiter perigeo,o en su mayor vecindada la tierra; y lo másraro es que la de 1572 aparecióde repente én su mayor resplandor,cicual, antes de desaparecerla estrella, empezóa disminuir gradualmenté.

Sería obra larga hacer relación de todas las estrellas nuevas queaparecen,y de las nuevasy antiguasquedesaparecen,guardandoperío-dos determinados:asíen la constelacióndeBublena, se ve una, que apa-reciendode segundamagnitud por 15 días, va disminuyendoen el es-pacio de 334 días, hasta desaparecertotalmente. En el siglo pasado,esta estrelladesapareciópor cuatro años.

* En el texto de la edición de Caracas, figura la siguiente nota: “Compo-

niéndoseestabala segundaentrega de esta obra, cuando desgraciadamenteadvertimosla falta en la obra de las páginas 135 y 136, sin podernosdar razón de esta falta,puesel examenprevio de ella no llegó a dichaspáginas. En tal conflicto solicitábamosotro ejemplar para continuar e

1 trabajo, pero fueron vanas nuestrasdiligencias, ase-gurándonosque no había otro en esta ciudad; por esta razón y para que no quedasetrunca una obra, que con anhelo esperanlos colegios y los numerosos suscriptores,hemos llenado el vacío, tratando las materias que faltan en dichas dos páginas,con las doctrinas de los más clásicos astrónomos que van citados. Confesamosqueno se explican con aquel estilo puro, conciso y pulido, propio de la excelenteplumadel Sr. Bello, pero si con la exactitud de los principios de la ciencia. EL EDITOR”,

(COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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En esa brillante región estrelladase obscrvaaparecery desaparecerastros, de los que unos tienen ciertamenteluz propia y otros la men-digan: vemos cuerpos lucientes anieblados,o estrellas nebulosasqueparecencometas,y vemosque unaestrellaapareceya sola, ya doblé, yamultiplicada,corno si se dividieseen partes:o tanto se juntaran,que suintervalo a nuestra vista desapareciera,por la inmensadistanciadesdedondela observamos.De las mismasestrellas conocidasy que tenemospor una sola, algunasson una colección de otras muchas,que por laaparentecercaníase confundeny son reputadaspor una sola estrella;de las tresgrandesde la espadade Orión, la del medio observóHuygensque era una colección de doceestrellitas compañeras(así las ha califi-cadoFlamsteed).Con infatigable laboriosidad Cristiano Mayer ha ob-servadoen las estrellasdobles y triples y principalmenteen las nuevas,rodeadasde estrellas cercanísírnas,que suelen tener luz pálida. Des-cubrió ocho estrellitas compañeras,cercade la nueva estrella de Hér-cides; cuatro de una estrella de Escorpión, y diez de una nuéva deLeón. Sobre las estrellas dobles muchasde las compañeras,son verda-deramentenuévas,quetienenmovimientopropio, que en algunasse co-nocenpor la aceleradamudanzade su luz, grandezay distancia.

Por tales descubrimientosy otros muchosde insignes astrónomos,con los que últimamenteha hechoMr. Herschelde estrellasplanetariasnebulosas,dobles y variantesde resplandor,le ha hechoconjeturarqueel sistema solar se va acercandohacia la constélaciónde Hércules.

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Nada es más conocido en las estrellasfijas que los diferentescolo-res que se observanen ellas: unas son muy brillantés como el Canmayor y la Lira; otras algo oscuras,otras nebulosas,comolas cercanasal cinto de Orión: otras hay dé color bermejo,como son el corazóndelEscorpión,Aldebarán,el Arcturo, Capela, Rigel y otras.La causapro-véniente es la materia de que se componen,que no es tan pura, yhomogéneaen unas estrellas, corno en Otras: aquellas que solamentecontienenpartículassutiles, cuyo movimiento vibratorio aumentasuluz, son más resplandecientes,y su resplandores más claroy hermoso:pero otras que tienenmezcladaotra materiamenosapta para el movi-miento sobredicho,son más oscuras,y causanentre las luminosas al-gunassombraspequeñas,qué si llegan a formar aquellaproporción ymezcla de materia, que requiere el color bermejo o azul &a. hacenponersede ese color la luz dé estasestrellas.De lo que tenemosun claroejemploen la llamaque se levantade los metalesen el crisol, que de lamezcla dé extrañas partículas,aparecela llama ya azul, ya bermeja,cenicientao de otro color.

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Cap. XIII. De las estrellas

A másde las causasreferidasdel color de las estrellashay otra queaumentala viveza de su resplandor,y es la luz que les comunican lasestrellitas compañeras,a las estrellas dobles, como observa CristianoMayer, que dice: que las estrellas dobles más conspicuas,cuyo movi-miento propio es más sensibleque en otras de la misma clase, tienenmayor númerode estrellitascompañéras:la estrelladobleArcturo tiene14 estrellitas: Sirio el mismo número, el Águila nueve, la Lira ocho&a; y tanto será mayor el aumentode luz de las estrellasprincipalés,cuantoes el número de lasestrellitascercanísimasque la rodean.

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Las estrellasen todos tiempos se habíanvisto como términos y lí-mites, que con su situación fija servíanpara conocerel movimiento delos planétas,sus órbitas y otros fenómenossemejantes.Ellas se habíanllamado fijas, porque se creíansiempre inmóviles en un mismo puntodel cielo; y el movimiento diurno que se advierteen ellas, se juzgabaprovénir de una esfera, que los antiguos llamaban cielo estrellado, elcual cada día se suponíadar unavuelta, sin que por esto ninguna es-trella mudasede sitio.

Los modernosconociendoquela tierra cada día da unavuelta sobresu eje, de occidentéa oriente, concibenmuy bien la quietud de las es-trellas; las cualespor la rotación diurna de la tierra, aparecendar unavuélta cada día alrededordel orbe terrestre;según,esto, se entiende einfiere claramente,que este movimiento de las estrellas es aparente.Otros movimientos se observanen las estrellas y vamos a exponerlos.

Otra clasede movimiento es el quese llama precesión, o mudanzade longitud; para cuya inteligencia debe suponerseque la longitud delas estrellas, se cuenta desde el punto en que sucede el equinoccio deprimavera, o en que la eclíptica corta al ecuadoren el principio delsigno zodiacal llamadoAries. En esta suposición,si se advierteque lasestrellas,en el discursode algunosaños, mudan de longitud, es nece-sario decir, o que ellas tienen movimiento rotatorio, o que le tiéne elpunto dicho en que la eclíptica corta al ecuador. Así, por ejemplo,cuando vemos que la estrellazodiacal llamada León, tiene de longitud4 signos, 26° y 53’: y que 128 años antes de Cristo, en tiempo deHiparco, tenía de longitud 4 signos menosdiez minutos, desdeluégoinferimos, o que la dicha estrella se ha apartado26° 43’ del puntodesdedondese cuentasu longitud: o que estepunto ha retrocedido,ose ha apartadoel número dicho de gradosy minutos de la estrella. Losantiguoscon Hiparco, creíanque las estrellasse iban poco a poco apar-tandodé! punto en quesucedeel equinocciode la primavera;y llama-ban año grande, o platónico, el tiempo que ellas tardabanen volverotra vez al mismo sitio, cuyo movimientoes de 2 5,920 años.

Los modernosnieganestemovimiento a las estrellas,y suponenquecada año va retrocediendoel dicho punto en que sucedeel equinoccio

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de primavéra; y este retrocesoes lo que se llama precesiónanual delequinoccio,la cualesde 2 minutos y 31 segundoscada tresaños.

Otra especiede movimientoque se advierteen las estrellas,es él quese llama de latitud, por el cual se ve en ellas variar su distanciahastala eclíptica desdecuya línea haciasus polos, se cuentala latitud de lasestrellas: de este movimiento descubiertopor Ticho Brahe, se podrádecir lo mismo que del antecedente;que por cuantola latitud de lasestrellasse Cuentadesdela eclíptica,si ésta muda de situación,dismi-nuyendoel ánguloqueella hacecon el ecuador,resultaráen las estrellasun movimientoaparenteen latitud; pérosi la eclíptica no se mueve,elmovimiento de las estrellasen latitud será verdadero;y en estecasoladiferenciaprovienede estrecharseo disminuirseel ángulo de la eclípticacon el ecuador.La disminución de esteángulo, calcula Lalandede 20segundospor año, y que én el espaciode 263.370 años,habrádesapare-cido totalmenteel dicho ángulo, coincidiendo la eclíptica con el ecua-dor; y entoncesfaltarán en el añola variedadde estaciones,y la dife-rénciade duración que tienen los días en diferentesclimas terrestres.

El tercer movimento de las estrellas,que se llama de mutación,consisteen un desvío de 9°que se las ve haceren él período de 18años. Bradley por observacionesdé 20 años advirtió en las estrellasvariedadde longitud, de ascensiónrecta y de declinación; y que estavariedad no provenía de la precesiónde los equinoccios.Continuó ensus observaciones,y notandoque la dicha variedad desaparecíaen 18

años conjeturóque ella era efecto de la acción de la luna, cuyos nodosrecorríanla eclíptica en dicho tiempo; y que el eje terrestre describíaen 18 años un círculo, cuyo diámetroera de 18 segundos,y qué porrazóndel movimientoretrógradode dicho eje, resultabaen las estrellasla variedadde longitud, ascensión,recta &a.

Otro de los movimientosaparentesde lasestrellas,es el que sellamade aberración. Hook, Flamsteedy otros astrónomos,observaronque enel espaciode un año, se notabaen las estrellasla diferencia de 40 se-gundos en su situación,y conjeturaronque ésto era efecto de la para-laje anual de las estrellas;pues por el movimiento de la tierra, las es-trellasvistas en diferentestiémposy desdediferentessitios de la órbitaterrestre, deben apareceren diferentes lugares, Bradley sé decidió aobservaresté fenómeno, que creyó efecto resultantedel movimientode la tierra y del tiempo que la luz de las estrellas tardabaen llegara ella. Los astrónomosuniversalmentehan adoptado este modo depensar.

Sin embargo de los movimientos aparentesque dejamosnotados,hay otros realmenteverdadérosobservadospor Riecioti y por Halley endiferentesestrellasde primeray segundamagnitud,como dejamosdichoen los parágrafosanteriores,de tenér movimiento propio muchasdeellas.

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CAPÍTULO XIV

RESUMEN DE LAS PRINCIPALES PRUEBAS DEL M~OVIMLENTODE LA TIERRA

El movimiento de rotación de nuestroglobo se pruebaprimeramentepor la protuberanciade las regionesecuato-riales y la compresiónde los poios, y por la constanciadelas corrientesatmosféricasdel este en los dos hemisferios;como lo hemosvisto enel capítulo III, artículo 7.

En segundolugar; pues que el soi y todoslos planetasquehanpodido observarse,tienenun movimiento de rota-ción alrededorde un eje quepasapor su centro,la analogíaconducea pensarque la tierra se muevedel mismo modo:analogíaque seconfirmapor la figura esferoidede todosesoscuerpos,semejantesen estoa la tierra, y por la alternativade luz y tinieblas queen ellos se produce, a consecuenciadel giro rotatorio, y que induce a creerel empleo de unmedio semejanteen nuestroglobo parala producción deiguales efectos.

En tercer lugar; se observaque los cuerposquecaendeunagran altura se desvíanun poco de la vertical hacia eleste,como debenhacerlosi la tierra da vueltasde occidentea oriente;véaseenel número1 del mismo capítuloel racio-cinio que hemoscopiadode Arago.

40 Si se suponeesemovimiento de rotación de nuestroglobo, los fenómenosdel movimiento diurno de la esfera,los de la precesiónde los equinocciosy de la nutación,apa-recenextremadamentesimples; suponiendola tierra inmó-

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vil, sonde unacomplicaciónextremada.La tierra es un glo-bo cuyo radio no llega a siete millones de metros; el sol esincomparablementemás grande. Si el centro de esteastro coincidiesecon ~ de la tierra su volumen abrazaríatoda la órbita de la luna y se extenderíacasi otro tantomás. ¿No es muchomás sencillo dar a nuestroglobo unarotación,indicada ya por otros fenómenos,que figurarnosla masainmensadel sol describiendoen veinticuatrohorasunacircunferenciade más de 200 millones de leguas?¿Quéfuerzaenormeno se necesitaríapara contenerla materiade que se componey contrarrestarsu fuerza centrífuga?Pero esoes nada todavía. Seríapreciso dar movimientossemejantesa todoslos planetas,a todoslos cometas,a todoslos satélites;movimientosexactamenteproporcionadosa susdistancias,como si se hubiesenconcertadoal intento. Y loque aunes más, seríamenesterextenderlosa las innumera-bleslegionesde estrellas,de queestásembradoel cielo: todosestos cuerpos,cuya distancia es tan grande que apenaslaimaginaciónla concibe,darían cada día una vuelta com-pleta alrededorde un átomo imperceptiblecon una regu-laridad inexplicabley con unavelocidad a la cual ni aunla de la luz se aproximaría.

El movimiento anual de la tierra se pruebapor argu-mentosno menos poderosos.

Primeramente,pues que todos los planetas,cometas ysatélitesgiran alrededordel sol, ¿porquéprincipio singularla tierra sola estaríaexentade esa ley? En nuestrosistemaplanetario,los pequeñoscuerposgiran siempreen torno alos grandes.

Según la terceraley de Képler, los cuadradosde lostiemposde las revolucionesde los planetasen torno al sol,son proporcionalesa los cubos de sus distancias medias.¿Porquéla tierra sola,entretantoscuerpos,algunosde ellosmuchomayores,habríade quebrantaresa ley? Júpiter,quepesa338 vecesmásqueel globo terráqueo,obedececon todoa ella.

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Cap. XIV. Pruebasdel movimientode la tierra

Si la tierra circula alrededordel sol, sus movimientosnotienennadade particular; son del todo semejantesa los delos otrosplanetas;pero si la suponemosinmóvil, es menesterqueel sol en su carreraanualse lleve trassí sobrela eclíp-tica todas las órbitas de los cuerposplanetarios.Todas lasanalogíasse destruyen;y los movimientos de esoscuerposse hacenextremadamentecomplejos.

La aberraciónde la luz es unapruebafísica del movi-mientode nuestroplaneta;sobrelo cual hemosdicho ya lobastanteen el capítulo IX, artículo 10.

En fin, prescindamospor un momentode la tierra enel sistema de la gravitación universal tan incontrastable-mente establecidopor el gran Newton. Los planetas, loscometas,los satélites,obedecentodos a esta fuerza miste-riosa, girando alrededorde un centro, con velocidadesdegravitaciónquesiguenla razóndirecta de las masasatra-yentes,y la inversadel cuadradode sus respectivasdistan-cias,y con perturbacionesperiódicasy secularesque la leysola de gravitación universal explica y desenvuelveen susmás pequeñospormenores.Introduzcamosahora la tierrainmóvil en estesistemade tantasy tan evidentesarmonías,y todoeseordenmaravillosose desvanece.La jerarquíade lasmasasno existe. ¡El soi, con todoslos cuerposqueobedecena su poderosainfluencia, gravita hacia un pequeñoglobo,cuya cantidadde materiacg a la suya sola, como la unidada 355.000!*

* En las pruebasde la rotación de la tierra deben añadirse los experimentos

del péndulo y del giroscopio de Foucault. También la desviación de los proyectiles,hacia la derechadel movimiento en el hemisferio boreal y hacia la izquierda en ciaustral.

La experiencia del péndulo de Foucault fue hecha en 1851, después de la pu-blicación de la obra de Bello. Un péndulo simple de gran longitud (64m.) fuesuspendido en la cúpula del Panteón de París y su plano de oscilación se moviólentamente, con movimiento uniforme, en el sentido retrógrado, lo cual es conse-cuencia~el movimiento de rotación de la tierra. (NOTA DE E. J. DUARTE).

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CAPÍTULO XV

DEL CALENDARIO

1. Año de 365 días. — 2. Año juliano. — 3. Corrección gregoriana. — 4. Ciclosolar y letra dominical. — 5. Ciclo lunar, áureo número, epacta.— 6. Indicciónromana y período juliano.

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Llámase calendario la descripcióndel año civil, deter-minado por el movimiento aparentedel sol, y dividido enmeses,semanasy días.

El tiempo que gastael sol en volver al equinoccio, es,como dijimos en su lugar, la duracióndel año trópico; pe-ríodo que ha interesadosiemprea los hombres,porque esunamedidanaturalde ios trabajosquedependende las es-taciones:suconocimientoes de unaaltaimportanciaparalaagricultura,el comercioy los viajes.

La duracióndel año civil es la misma del añotrópico;pero aquélprincipia actualmenteel i°de eneroen todaslasnacionescristianas,aunqueno paratodas es el 1~de eneroun mismodía, comodespuésveremos.

Bajo la segundaraza de los reyes de Francia, el añoprincipiabael día de Navidad. Bajo la terceraraza, preva-leció la costumbrede principiar el añoel día de PascuadeResurrección;de que resultabaque el número de días delañoera unacantidadfluctuante, cuyoslímites podíanex-tendersehasta33 díasde diferencia.Un edicto deCarlosIX,

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Cap. XV. Del calendario

del mes de enerode 1563 ordenóqueen adelantese fijaseel 1~de aquelmes como principio del año.

En España,si se contabanlos añospor la era española,queañadía38 a la eravulgar, se mirabacomoprincipio delañoel i° de enero.Duró allí el cómputo de los añospor laera españolahasta 1350, y entoncesempezarona contarsedesdeel 25 de diciembre; prácticaque todavíadurabaporel siglo XV, pues hablandodel fallecimiento del rey donEnriqueel Doliente, dice así el P. Juande Mariana: “Falle-ció el rey donEnriqueen la ciudad de Toledoen veinteycinco de diciembre,principio del añodel Señorde mil cua—trocientosy siete”. Ignoramosla fecha precisaen que sevolvió a la costumbreromanade principiarel añoen 1~deenero.

No estaráde másdar ideadel calendariode los romanos,queen parteha servidode modelo al nuestro.El primerode los mesesera primitivamentemarzo (martius), consa-grado a Marte; el segundoabril (aprilis), de aperii~eabrir,porqueen el clima de Italia pareceentoncesabrirsela natu-ralezaparadar a luz las nuevasproduccionesde la tierra;el tercero, mayo, del nombrede Maia, madre de Mercurio,o másbienla tierra; el cuarto, junio, consagradoa Juno; ciquinto, julio, dedicadoa Julio César,y ~llamadoantesquin-tuis; el sexto,agosto (augustus),llamado así en honor deAugusto, antessextilis; el séptimo, setiembre;el octavo,octubre,el noveno,noviembre;eldécimo,diciembre; el un-décimo,enero( januarius) , enhonordel diosJano,y el duo-décimo, febrero (februarius), de februae,sacrificios a lasalmasde los difuntos.Peroesteordense alterómuy tempra-no, y el mesde enerofue el que dio principio al añocivilromano.El númerode días de los mesesera el mismo queahora.

El primer día de cadamesse llamó calendas,de calare,llamar,porqueen él se cobrabanlos réditosy alquileres.Lasnonaseranel séptimodía de marzo,mayo, julio y octubre,y el quinto de los otrosmeses;se llamabanasí porquecaían

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constantementeen el novenodía antesde los idus. Final-mente,el nombrede idus se dabaal día 15 de los cuatromesesprecitados,y al día 13 de los otros: es dudosala eti-mología de esta palabra.

Los demásdías se denominabancon respectoa las ca-lendas,nonase idusen un ordenretrógrado:así el 2 de ene-ro se llamabacuarto nonas,y el 2 de marzo sextononas,porquecontandodesde las nonashacia atrás,eran respecti-vamenteel cuartoy sextodía. Por la misma razón, octavoidus era en todoslos mesesel día siguienteal de las nonas.De la misma manera,tertio calendasjanuarias era el 30 dediciembre; y décimo calendasfebruarias, el 23 de enero.El día inmediatamenteanterioral de las calendas,nonaseidus, se llamabapridie calendas,pridie nonas,pridie idus.

En los años bisiestos,se intercalabaun día despuésdelsextocalendas-martias, queera el 24 de febrero; y estedíaintercalar se llamó bis sextocalendasmartias, que corres-pondea nuestro25 de febreroen esosaños.

El nombrede los díasde la semananos havenido tam-bién de ios romanos:luneses el día de la luna, martesel díade Marte, miércolesel día de Mercurio, juevesel de Júpitero Jove,viernesel de Venus: exceptúanseel domingo (do-minica, día del Señor),llamadoantesdía del sol; y el sá-bado (sabbatum,día séptimç de la semanaentrelos judíos),llamadoantesdía de Saturno.Pero otras nacionesconser-van las denominacionesromanas,traducidaso adaptadas;como los ingleses,que llaman al domingo sunday (día delsol), al jueves thursday (día de Thor, que era el Júpiterde la mitología escandinava),al sábadosaturday (día deSaturno),etc.

Comoel períodosemanalo hebdomadarioes instituciónhebraicay no romanaparecea primera vistaextrañoque sehubiesendado a los días de la semanalos nombresde lossiete astrosque los romanoscontabanen el númerode susdivinidades.La causaes curiosa.Cadauna de esasdivinida-despresidíasucesivamentea las doce horasdel día y de la

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Cap. XV. Del calendario

noche,enel ordensiguiente:Saturno,Júpiter,Marte, el Sol,Venus,Mercurio, la Luna. Comenzandoa contarla primerahora de un día por Saturno,y siguiendohastacompletarlas 24, la primerahora del día siguientetocabaal Sol; laprimera horadel día tercero,a la Luna; la del día cuarto, aMarte; la del día quinto, a Mercurio; la del día sexto, aJúpiter; la del séptimo,a Venus; la del octavo,otra vez aSaturno; la del noveno, al Sol, etc. Resultóasí un períodoseptenarioque pudo conciliarseperfectamentecon el he-breo; y dándoseacadadía el título de la divinidadquepre-sidía a su primerahora, vinieron a quedarlos nombresdelos díasde la semanaen el orden quehoy tienen.

El calendariode la RevoluciónFrancesa,asociadoa he-chos históricosqueno se olvidarán jamás,merecetambiénser conocido. La ConvenciónNacionalpor decretode 5 deoctubrede 1793,sustituyóal calendariovulgar otronuevo.Segúnél, laeradelos francesesprincipiabael 22 desetiembrede 1792 de la era vulgar, día en queel sol llegabaal verda-deroequinocciode otoñoentrandoen el signode Libra. Ca-da año debíaprincipiar a la medianocheque precedealexactoequinocçiodeotoño,y se dividía en 12 mesesigualesde a 30 días, que se llamaban: ios de otoño, vendimiario,brumario, frimario (de las escarchas);los de invierno, ni-voso, pluvioso, ventoso; los de primavera, germinal, flo-real, prairial (de los prados);los de estío,mesidor,termidor(de los calores), fructidor. Añadíansea los 12 meses 5días llamados sansculótides,y luego despuéscomplemen-tarios, y de cuandoen cuandoun día máspara ajustar elaño civil al trópico. Además,abolida la semana,se divi-dió cadamesen tresdécadas,cuyos días se llamaban:pri-midí, duodí,tridí, quartidí, quintidí, sextidí,septidí,octidí,nonidí, decadí. El calendariorepublicanotuvo 13 años deexistencia.Bonaparte,primer cónsul, lo abolióel 21 de fruc-tidor año13, como incompatiblecon la existencialegal delculto católico.

Compóneseel año trópico de 365 días y una fracción

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más;perodespreciada,o másbienno conocidaestafracción,se dieron desdeluego al año civil, que regla los trabajosdela sociedad,365 días,ni másni menos.La inexactitudde es-ta regla se conociómuy pronto; porqueacumulándoselafracción ignorada,quees como la cuartapartede un día,producecomoun díaenteroen cuatroañosy seis mesesen750 años,haciendoal cabode estetiempo que la primaveray el estío, segúnel cómputocivil, coincidancon el otoñoe invierno verdaderos,en que decrecenlos días y sucedenlas heladasa los calores.

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Tal era el estadoen quese hallabael añode los romanoscuandoJulio Césardeterminócorregirlo, ayudadode Sosí-genes,astrónomode Alejandría.Pararestituir a las estacio-nesci lugarque les correspondía,le fue precisodeterminarque durase445 díasel añocorriente (llamado por eso añode la confusión),y quede allí en adelantese intercalaseca-da cuatroañosun día en el mesde febrero.Los añossujetosa esta corrección,quede su nombrese llamó juliana, cons-tan, pues,de 365 díasy seishoras;y comoel día intercalar,por su posición en el calendarioromano, se denominababis sexto,a los de la intercalaciónse dió el título de bisiestos.

Los puebloscristianosadoptaronla correcciónjuliana;perosuera es diferente de la de los romanos,quecontabanlos añosdesdela fundaciónde Roma. En la era vulgar, secuentandesdeel nacimientode Cristo, o más bien desdeciañoa que se conjeturóque debíareferirseestesuceso;cuyaépocaes incierta, como lo prueban las diversas opinionesde los cronologistas.

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El añojuliano se acercabastanteal añotrópico; peronocoincideexactamentecon él. El sol tardaen volver al equi—

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Facsímil de un~Pí~iflade la edición de la Cosnzogr~,fj~Ssntiago 1848, con Correccionesmanuscritasde B5

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Cap. XV. Del calendario

noccio, no y 6” cabales,sino 365” ~h y cerca de 49m ~

acumulándo~ela diferencia,componeen 131 añosun díacabal. El equinocciode Aries, que en el primer año de lacorrecciónjulianacaía en 25 de marzo,a la épocade la ce-lebracióndel concilio de Nicea o en el año 325 de la eracristiana, caíaen el 21 de marzo, y por el año 1582 en el11. Pararemediarestedefecto,el papaGregorioXIII deter-minó hacerotra correcciónen el calendario.Ordenóquese quitasen10 díasa octubre,y queel cincode aquelmessellamasequince;y paraprecaverla anticipacióndel equinoc-cio enadelante,dispusoque,conservándoselosotros bisiestosde la intercalaciónjuliana, dejasende serlo en general losañosseculares,como 1700, 1800, 1900, exceptuandosola-mente aquellos en que el númerodel siglo fuese divisiblepor 4, como 1600, 2000, 2400. La correccióngregorianaseacercade tal modo a la duraciónverdaderadel año trópico,que en cinco mil años producirá apenasuna diferenciadedía y medio.

La reglaque se sigue en la intercalación,reúneahora ala sencillez y la exactitud la facilidad de recordarse.Losañosdivisiblespor 4 son bisiestos;exceptolos seculares,queno 19 son sino cuandoel númerodel siglo es divisible por 4.

La correccióngregoriana,llamadacomúnmentenuevoestilo, fue inmediatamenteadoptadaen España,Portugale Italia. Introdújola en Francia,en octubredel mismo año,Enrique III, mandandoque el 10 de aquel mes se llamase20. En Alemania, la recibieronel año de 1583 los estadoscatólicos; ios protestantesno adhirieron al calendarioita-liano hasta el año de 1700. Lo mismo hizo Dinamarca.Inglaterratardó más: por actadel parlamentoel 3 de se-tiembrede 1752 se reputó 14, porquela diferenciaentreelantiguo y el nuevo estilo era ya de 11 días. Suecia imitóeste ejemploel año siguiente;y Rusia es hoy el único paíscristianoen quesubsisteel viejo estilo.

1 S9

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Cosmografía

4

Como el número365 no es divisible por 7, quees el nú-mero de ios díasde la semana,no correspondenéstoscons-tantementea unosmismos días del año. El 29 de marzo,queel año de 1845 fue sábado,fue domingo en el añosi-guiente de 46, y lunes en el de 47. Si a lo menoslos añosconstarantodos de igual númerode días, al cabo de cadasepteniovolveríana caeren los mismosdíasdel añolos sietede la semana,y bajo esterespectocadaseptenioreproduci-ría constantementeios anteriores.Pero los días intercalaresturban esteorden,y comola intercalaciónha variado,y aúndespuésde la correccióngregorianavaríaalgunasvecesdesiglo a siglo (pues,por ejemplo, desdei9 de enerode 1801

hasta31 de diciembrede 1900 inclusive, debehaber25 díasintercalares,y desde 1~de enero de 1901 hasta31 de di-ciembrede 2000 solamente24), no se puedeestablecerunafórmula generalpara la resoluciónde este problema: “en-contrar el día de lasemanaqueha correspondidoo debeco-rrespondera cualquierdía de cualquierañode la era cris-tiana”. Indicaremospues un métodoque, con algunasmo-dificaciones,es susceptiblede acomodarsea todos los casos.

Diose el nombrede ciclo solar a un períodode 28 añosen que los díasde la semanase repetíanexactamenteen losmismosdíasdel año,de modoquesi el 23 de setiembre,porejemplo,era viernesen el segundoañode un ciclo, eravier-nesen todosios añossegundosde todoslos ciclos. Se llamósolar, no porquetuviese nadaque ver con el curso del sol,sino porque servíapara fijar el domingo,que se llamabaytodavíase llama en muchaspartesdía del sol; fijado el cual,quedabadeterminadoel orden de los demásdías de la se-manaen el año.

LlamóseAel día 1°de enero;Bel día 2; Cel 3; Del 4;E el 5; F el 6; y Gel 7; y despuésde estovolvían aemplear-se las mismas letrasen el mismo orden para significar los

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demásdíasdel año;siendoA, por consiguiente,8 de enero,15 de enero,etc.; B, 9 de enero, 16 de enero, etc. Conti-nuandola serie, hallaríamosque el 15 de abril, por ejem-pb, es E, y el 8 de mayoB.

Así, en cadaañodeterminadodel ciclo solar, cadaletrasignifica siempreun mismo día de la semana:por ejemplo,si el 1~de eneroes domingo,A serála letra dominical, estoes, la letra que señalaráel domingo en todos los días delaño; a menosque el año sea bisiesto,en el cual el domingo(y lo mismo se aplica a los otros días de la semana)es re-presentadopor una letra en eneroy febrero,y por otra enlos demásmeses.La cuestiónse reducea saberla letra domi-nical del año común, o las dos letras dominicalesdel añobisiesto.

Debe también tenersepresenteque el primer año de laera cristiana no coincidió con el primero del ciclo solar,sino con el décimo. Por consiguiente,para saberel lugarde un añoenel ciclo solar, o segúnse dice abreviadamente,el ciclo solar de un año, debenañadírsele9, y dividir lasumapor 28. El residuo expresaráel lugar que al año deque se trata correspondeen el ciclo, o en otros términos,el ciclo solarde ese año.¿Cuál fue,por ejemplo,el ciclo so-lar del 679 de la era cristiana?Añado 9, y divido la suma688 por 28: obtengoel cociente24 y el residuo 16; el ci-clo solar de aquelaño fue 16; estoes, aquelañofue el dé-cimo sextodesuciclo solar. Pero¿cuálfue la letradominicalde ese año?La tabla siguientelo muestra.

1 G.F.2 E.3.. D.4 C.5 B.A.6 G.7 F.8 E.9 D.C.

10 B.

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Cosmografía

11 .. A.12 . . G.13 F.E.14 D.15 C.16 B.17 A.G.18 F.19 E.20 D.21 C.B.22.. A.23 .. G.24 .. F.25 .. E.D.26 C.27 .. B.28 A.

Enfrentedel número16, encuentrola letra B: B es laletra dominical del año 679, y de todoslos añoscuyo ciclosolarsea 16. El 2 de enerode todosesosañoses domingo,ypor consiguienteel 1°de enero, sábado;el 3, lunes; el 4,martes;etc. ¿Cuálfue la letra dominical de 692? Su ciclosolar fue 1; su letra dominical para enero y febrero, G;parael restodel año,F.Fuerondomingosel 7, 14, 21 y 28 deenero;el 4, 11, 18 y 25 de febrero: el 26 de febrero (A)fue lunes; el 27 (B) martes;el 28 (C), miércoles; el 29(D), jueves.Peroestaletracorrespondeal 1°de marzoy esprecisorepetirla; de que resulta queel 10 de marzo es D yviernes;el 2 de marzoE y sábado;el 3 de marzoF y do-mingo. Varía, pues,la letra dominical desdeeste mes,y lomismo sucedeen todoslos añosbisiestos.

Si el residuoes cero,el ciclo solar es 28. Por ejemplo, alaño 47 de la era cristiana,añado9: divido la suma 56 por28; el residuoes cero;el ciclo solares 28.

Desdeel año de 1582,en que se efectuóla correccióngregoriana,varió la cuenta. La letra dominical, según elantiguo estilo, era G; la correcciónla hizo C. Desde allíhastaelañode 1699,parahaçerusodela tablaanteriordebe

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Cap. XV. Del calendario

añadirse10 al númerode la letra dominical del viejo estilo,y deducirios múltiplos de 7. El residuo seráel númerodela letradominical,nuevoestilo.Por ejemplo,elciclo de 1661es 18, y su letra dominical, viejo estilo, F, cuyo númeroes6, porquela sextaen el orden alfabéticoes la F. De 16 de-duzco los múltiplos de 7, y quedael residuo 2, quecorres-pondea B, letra dominical,nuevoestilo. Otro ejemplo: sepide la letra dominical de 1660.La del viejo estiloes A, G.

A=l.1 + 10 = 11.

11 partido por 7 deja el residuo4 = D.G =7.

7 + 10 = 17.17 partido por 7 deja el residuo 3 = C.Letra dominical de 1660 (n.e.) D, C.

El añode 1700 introdujootranovedadenel ciclo. Comosegúnel estiloantiguodebierahabersido bisiestoy no lo fue,es precisoañadir 11 al númerode la letra dominical de latabla. ¿Sequieresaberla del añode 1714?Su ciclo es 15;letra dominical, antiguo estilo, C; añadiendo11 a 3, saco14; deducidoslos múltiplos de 7, quedacero, quees comosi quedara7: la letra dominical, nuevo estilo, es G.

El añode 1800 no fue tampocobisiesto.Es necesario,por consiguiente,en estesiglo añadir12 a la letradominicalantigua. Así el año de 1845, cuya letra dominical es G,antiguo estilo, me da parala del nuevo7 + 12, que hacen19, y deducidoslos múltiplos de 7, 5, númeroque corres-pondea E. En efecto,el 5 de enerofue domingo,como el12, 19, etc. En cadaañosecularque no seabisiesto, espre-ciso añadirunaunidadmása la diferenciaentreel antiguoy el nuevoestilo.

Ya se dejaver que, sin embargode quehacemosuso dela tabla del ciclo solar de 28, esteciclo desdela correccióngregorianano existe,porqueel orden en que los díasde lasemanase ajustan al mesno es uno mismo sino dentro deun ~mismosiglo, o dentro de dos a lo más.Los 28 añosque

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Cosmografía

corrieron desde1672 hasta1699, no sonbajo esterespectoenteramentesemejantesa los 28 siguientes,puesen aquélloshubo 7 añosbisiestosy en los últimos sólo 6. No hay unperíodode menosde 2800 añosen que se obtengala com-pletauniformidad queerael carácterdelantiguociclo de 28.

Comomuestradel usoque se hacede la letra dominicalen la cronología,proponemosla cuestiónsiguiente:supo-niendoque la fechade la famosabatalla del Guadalete,enque tuvo fin el reinadode los godosy principió la domina-ción árabeen España,hubiesesido el 31 de julio de 711,¿fue viernes aquel día, como dicen algunoshistoriadores?

711 + 9 = 720.720 dividido por 28 deja el residuo 20.A 20 correspondela letra dominical D = 4.

El 4 de enerofue domingo, por tanto lo fueron tambiénel 11, 18 y 25 de enero; el 1, 8, 15, 22 de febrero; el 1, 8, 15,22, 29 de marzo; el 5, 12, 19, 26 de abril; el 3, 10, 17, 24,31 de mayo; el 7, 14, 21, 28 de junio; el 5, 12, 19, 26 dejulio. Por consiguiente,el 31 de julio fue efectivamenteviernes.

5

La revolución sinódica de la luna ha llamado tambiénla atenciónde todos los pueblos,y tiene una importanciaespecialparalas nacionescristianascomovamosa ver. Lla-móse ciclo lunar un períodode 19 años julianos, al cabodel cual los noviluniosy las diferentesfasesde la lunase re-piten en el mismo orden.En efecto,la revolución sinódicade la luna es de 29~’ 530588, y 235 revolucionesde estaespecie,queentranen el ciclo lunar, hacen6939” 688180,que son con poca diferencia diecinueveaños julianos de365~’P25, pues éstos componen

6939d 75. La diferencia esde 0d ~06182. El ciclo lunar fue un períodode muchousoentre los griegos. Su descubridorMetón lo presentóa la

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Cap. XV. Del calendario

Grecia reunidaparala celebraciónde ios juegos olímpicos,y los atenienseslo hicieron inscribir en letras de oro. Deaquí el nombrede áureonúmero,quese da al númerodelañodel ciclo, que correspondea un año dado.

El primer añode la era cristiana fue segundodel ciclolunar.Seobtendrápuesfácilmenteel áureonúmeroañadien-do alnúmerodel añodela eracristianala unidad,y dividien-do la sumapor 19. El residuoes el áureonúmero.Así el de1808 es 4, y el de 1848,6.

En la correccióngregoriana,se da el nombrede epactaa la edadque tiene la luna el 1~de enero,estoes, al tiempocorrido desdeel último novilunio; y se suponeque el excesodel añosolar sobreel lunar, compuestode 12 revolucionessinódicas,es 11 días. En el primer año del ciclo lunar, laepactaes cero;en el segundo,la epactaes 11; en el tercero,22; en el cuarto, 3 (deducidoun meslunar); y así hastaelfin del ciclo, deduciendosiempreun meslunar de 30 días,cuandola epactaes 30 o más,y un mesde 29 díasen el últi-mo añodel ciclo, el cual termina,como principia, en novi-lunio. Estecómputo,sin embargo,es una aproximaciónqueen cuatrosiglos gregorianosanticiparámásde día y mediolos novilunios, y demandarácon el trascursodel tiempo unacorreccióncomo la del año civil.

En efecto, como 400 años gregorianosson justamente146097~’,el añogregorianomedioes de 365’ 2425. Dieci-nueve añosgregorianoshacen,por tanto,

6939d 6075.Pero235 revolucionessinódicasde la luna componenrealmente,según hemosdicho, 6939d 688180.El ciclo lunar del ca-lendario es, por consiguiente, demasiado corto; y la dife-rencia monta a 0d. 08068, que multiplicada por 21, nú-mero de ciclos lunaresen 4 siglos, hace 1d 69428.

La epactagregorianase computaparacualquiertiempodel modo siguiente:el númerodel siglo se divide por 4; elresiduo se multiplica por 17 y se le añadeel cocientemulti-plicadopor 43; la suma,más 86, se divide por 25, y el co-cientese sustraedel áureonúmeromultiplicado por 11. El

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Cosmografía

residuo,desechadoslos treintas,es la epacta.Búsquese,porejemplo,la de 1808.

18 dividido por 4 da el cociente4 y deja el residuo2.

2 x 17 = 34

43X 4=172172 + 34 = 206

206 + 86 = 292292 dividido por 25 da el cociente 11.

11 )< 4 (áureonúmero) = 44.44—11 = 33.

33, sacadoslos treintas,deja 3.

La epactaquese busca,es 3.Por un métodosemejanteencontraríamosque la epacta

de 1848 es 25.Para hallar la epactade un añode este siglo, se puede

adoptaruna reglamuy fácil. El áureonúmero,menos 1,se multiplica por 11. El producto, sacadosios treintas, esla epacta.

4 (áureonúmero) — 1 = 3.

11 X 3=33.

Sacadoslos treintas,queda3, epactade 1808,y de todosios añosde estesiglo quetenganel áureonúmero4.

¿Sepide la epactade 1845?

3 (áureo número) — 1 = 2.

11 X 2 = 22; epacta.

La luna tenía,pues,segúnestaregla, 22 díasde edadel1°de enerode 1845.

La iglesia se vale de la epactapara fijar el día del añoen quedebecaer la domínicade Pascua,que, segúnla in-tención del Concilio Niceno ha de ser la primera, despuésdel plenilunio que sigue inmediatamcnteal equinocciodeAries. De estadomínicadependencasi todaslas fiestasmo-vibles; lo queda a sufechauna importanciamuy grandeenlos pueblos cristianos. El método para determinarlaes elque vamos a indicar.

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1°Se fija un límite; y paraello se añade6 a la epacta,y si la sumaes 30 o más, se rebaja30; el residuose sustraede 50; y lb querestaes el límite. Si la epacta+ 6 no llegaa 30, se sustraede 50 la suma,y el residuoes el límite; queno debepasarnunca de 40, ni ser inferior a 21.

2 Fijado el límite, añádase4 a la letra dominical demarzo; rebájesedel límite esta suma; lo que restase reba-ja del próximo múltiplo de 7; añádaseel residuo al límite;y la sumaes el númerode díasdesdeel 1~de marzohastaeldía de Pascua, incluyéndose uno y otro.

Tómese por ejemplo el año de 1845.

6 + 22 (epacta)= 28.50 — 28 = 22: límite.

5 (letra dominical)+ 4 = 9.22 (límite) —9 = 13.14 (próximo múltiplo de 7) — 13 = 1.

1 + 22 (límite) = 23; 23 de marzodía de Pascua.

¿En qué día del añode 1812 acaeció el gran terremotode Caracas,que fue en juevessanto?

1812 + 9 = 1821.1821 dividido por 28 deja el residuo 1: ciclo solar. Le-

tra dominical,antiguoestilo, G, F = 7, 6.7, 6 + 12 (diferenciade estilo) = 19, 18; sacadoslos

sietes, 5, 4; letra dominical de marzo,nuevoestilo, 4.

1812 + 1 = 1813.1813 dividido por 19 deja el residuo 8, áureonúmero.

8— 1= 7.7 X 11 = 77; sacadoslos treintas 17, epacta.

17+ 6=23.50 — 23 = 27, limite.4 + 4 (letra dominical) = 8.

27— 8=19.21—.—19= 2.27 ± 2 = 29 de marzo, domínica de Pascua:26, jueves santo.

¿Enquédía del año~de 1810 fue la revolución de Ca-racas,quetambiénacaecióen juevessanto?

1810 + 9 = 1819.

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Divido por 28 y me da el residuo27, a quecorrespondela letra dominical (y. e.) B = 2. Añado la diferencia deestilo y saco 14; letra dominical (n. e.) G = 7.

1810 + 1= 1811.Partopor 19; residuo 6, áureonúmero.

6— 1= 5.

lix 5=55.55—30 = 25. Epacta.25+ 6=31.31—30= 1.50— 1 = 49. Límite.4+ 7 11.

49—11 = 38.42—38= 4.

49+ 4= 53.

De 53 rebajo los 31 días de marzo; y el residuoes 22de abril, domínicade Pascua:19, jueves santo.

Por medio de la domínicade Pascuase determinancasitodaslas otrasfiestasmoviblesdela iglesia católicadelmodosiguiente:

Domínica de Septuagésima 63 días antes.Miércoles de Ceniza 45Ascensión 39 ,, después.Pentecostés 49SantísimaTrinidad 56Corpus Christi 60

6

Hay otros dos ciclos, la indicción romanay el períodojuliano, que daremosa conocerpor el uso que se hace deellos en la cronología.

La indicción romana es un períodode quince años,quefue usadopor 1os romanos,y lo es todavíaen las bulas delsumopontífice, y en ciertostribunaleseclesiásticos.El añoprimerode la era cristianafue el 49 de la indicción

4a• Aña-diendo, pues,3 a la era cristiana, y dividiendo por 18, elresiduo es la indicción. La del año 1835, por ejemplo, fue

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Cap. XV. Del calendario

8; porque 1835 + 3 = 1838, y 1838 dividido por 15 dael cociente 122 y sobra 8.

El período juliano, llamado así del nombre de su in-ventor Julio César Escaligero, consta de 7980 años; produc-to de 28 (ciclo solar), 19 (ciclo lunar), y 15 (indicción).Sirve para referir a él, como término universal de compara-ción, los sucesoshistóricos; por él se determinantambiénfácilmentelos añosde ios otrosciclos. El 4714 de esteperío-do coincideconel 1°de la era cristiana. Añadiendo,pues,a la era cristiana4713, obtendremosel año del períodoju-liano a que corresponde un año dado. Así el de 1848 es 6561.

Si se divide este número por 28, por 19 y por 15, los res-pectivos residuos son: 9 (ciclo solarde dicho año), 6 (ciclolunar o áureo número), y 6 (indicción romana) ~.

* En esta nota resumimostodo lo principal relativo al calendario, exponiendo

los métodos simples para determinar los diferentes datos. Pongamos:A A A A

R = a R = b R = c, R = M\19/ \4 / \ 7 / \100/

A—M IM—17=N k=E(

100 \ 25La flotación R indica el resto de la división indicada en cada caso; así, por

ejemplo, a es el resto de la división de A por 19, etc. y la flotación E indica elmayor entero del cociente de la división indicada. Se tendrá entonces:

Aúreo número = a ± 1

/A + 9Ciclo solar = R

/A+3

Indicción romana = R (\ 15

Letra dominical = R[A + E(~)+ E(~)— N]

Epacta = R [8+ E (-~--) + E — k) + 11 a N]

Para la letra dominical se designa,como se sabepor las letras A, B, C, D, E, E, G,recomenzandosucesivamentesu ciclo, los días del aiío, de modo que A corresponda ali~de enerc. La letra que cae en ci primer domingo de enero es la letra dominicaldel año si éste es común. Pero, si es bisiesto, la letra D corresponderáal 29 de fe-bret1~,puestoque el resto de la división de 31 + 29 60 por 7 es 4. Al j9 demarzo se hace corresponder también la letra D y la letra que caiga en el primer do-mingo de marzo es la letra dominical del período del año a partir del 10 de marzo.De modo que el año bisiesto tiene dos letras dominicales: una para tnero y febrero

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Cosmografía

1’ L’~

II

SIGLOS

5 (‘)~ 9 09

O) H..t* 4 .*t. 507.1’) H..t. 5 *0. 1 562.

(1) Véase la nota: “El Calendario perpetuo por F. 2. Duarte, Anales de la UniversidadCenral de Venezuela, t. X. 1909. p. 614-625.

y otra para los meses restantesdel año. La segundaes la que precedea la primera enel orden alfabético. Por ejemplo, si la fórmula da G como letra dominical, éstaco-rresponde a enero y febrero y la correspondiente al resto del año será F.

La fórmula de la letra dominical dará uno de los siete números 1, 2, 3, 4, 5,6, 0 a los cuales corresponden, respectivamente las letras A, B, C, D, E, F, G.

Poniendo ahora

‘m + 19 a=d,

\ 30 ) / n + 2b + 4c + 6d)R(~ = e

se tendrá para la fecha de Pascuaflorida (domingo de resurrección),la fórmula

P = d + e,

siendo P el número de días entre la fecha de Pascuay el 22 de marzo, es decir22 + d + e (marzo) o bien, d + e — 9 (abril).

Los números m y n estándadosen la tabla siguiente:

Años m n

1582 a1700

1800

1900

2100

2200

169917991899209921992299

222323242425

23456o

Esta regla fue dada por el ilustre matemático C. F.Para determínar el día de la semana correspondiente

o después de la reforma gregoriana, se puede hacer uso del

CALENDARIO PERPETUO

Gauss (1777—1855).a una fecha dada, antescuadro siguiente (a):

AÑOS

24~75.

25

2956

26

3027

SI36’ 37

4)

38

42

59

4sSI56*

43

46

17

52’

58

06 07 as’ 09 lO II2’ 3 14 ¡5 16’

7 4 19 ¿O~ 21 22

95 91 92’ ~93 94~ 95

44~

5519

62

45~

54

65

556O~

‘o

61

73

64~

74

65

75

66

79

67

76’55.

77SI

7882 83

sI 71)4 171211251 29133 i

96 97

191’)) ~ L~L~J~—

98 99

F~~1:i 5 22 ~ ‘~I’~~6

1 ‘ 1 2 1 6 1 20 1 24 1 25 1 32 5 36

22 1 51 1 3~

161)31 5 2

Ml

�~

LIDlsi

MESES

VI

JI

5 F,b’5 M.,,[ Dk.JJaII. 0*5.1 1N..~ 1EV’.

OlAS

200

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Cap. XV. Del calendario

Ejemplo. — Se quieresaber qué día de la semanafue el 3 de agostode 1492.Se busca 14 en el pequeñocuadro a la izquierda cuyo título es “siglos” y 92

en el cuadro superior “años”. La intersección de la línea en que se halla 14 y de lacolumna correspondiente a 92, da 2. Se toma este número en el cuadro central en lacolumna a la derecha. La intersecciónde la línea en que se halla 2 y la columnacorrespondiente a agosto en el cuadro “meses” da 4. Se toma este mismo númeroen la columna a la derecha del cuadro central. La intersección de la línea en que está 4la columna correspondiente al día 3 en el cuadro “días” da 0. Tomando O en lacolumna de la derechase lee a la derechaV (viernes).

El esquemade las operacioneses el siguiente:14—). 92 4 ~— 2 0 ~— 4

1” 1¼2 agosto 3 0 .—~ V

Una vez hallado el número correspondienteal año dado, en el ejemplo queprecede, 2, el orden en que se efectúen las dos operaciones siguientes es indiferente.

Para fechas correspondientes a enero y febrero de un año bioiesto (indicadosen el cuadro “años” con un *), se tomará en el cuadro de los meses,los de eneroy febrero marcados con asterisco. (NOTA DE F. J. DUARTE).

201

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ESCRITOSDE COSMOGRAFÍA

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II

MAGNETISMO TERRESTRE*

* Este artículo se publicó en La Biblioteca Americana, 1, Londres, 1823.pp. 96-107, firmado con las iniciales A. B. Se reprodujo en O. C. XIV, pp. 165-17~.

(COMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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La formaciónde unateoríaqueunay expliquelos fenó-menos del magnetismoterrestreha. presentadotiempo ha,ya por su importanciabajo un aspectopuramenteespecu-lativo, ya sobretodo por suinmediataaplicacióna la náu-tica, un objeto de incesanteestudioal físico, al navegadory al geógrafo.Es precisoconfesarque lo quehastaahoraseha hechono ofrece resultadosmuy satisfactorios.Las irre-gularidadesen la declinacióne inclinaciónde la brújula pa-recenburlar todaslas combinacionesdel ingenioy del cálcu-lo. Mas no por eso debemosdesesperarque, mejor conoci-dos los fenómenosde este maravilloso principio en losvarios puntos de la superficie del globo, pueda hallarse alo menos una fórmula aproximativa que los represente.Tal es el motivo quenosinduce a hacerun breve bosquejode los pasosque ha dado la investigacióndel magnetismoterrestre en los últimos años, con la mira de promoverlaen nuestrospaíses,y de quese enriquezcade nuevasobser-vaciones la ciencia.

Desdeluegotomaremospor nuestroguía a Biot (Précisélémentaire, lib. y, cap. ix). Para descubrir la ley de lainclinación, dice este sabio físico, observemoslos puntosdel globo en que es nula,de modo que la agujamagnetiza-da se mantengaen elloshorizontal. Una seriede estospun-tos formará el ecuador magnético,que hasta aquí se hacreído era un círculo máximo, in~clinadocerca de l2~sobre el ecuador terrestre. Así lo indican en efecto lasobservacioneshechassobre una extensiónde más de 1800

de longitud, en el océano Atlántico, mar Índico, y partedel mar del Sur que bañalas costasde la América meri-

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Escritosde Cosmografía

dional. El nodooccidentalde estecírculo máximo, es decir,su intersecciónmás occidental con el ecuador,está a los115°34’ long. O. de París,estoes, en el mar del Sur, cercade la isla de Gallego, a 900 leguas1 de la costa del Perú(Quito); por consiguienteel nodo opuestodebe estar a295°34’ O., y así se ha creídohastaahora;pero ¡cosasin-gular! estos elementosse encuentranfallidos en todas laspartes del mar del Sur, situadasmás allá del nodo occi-dental, entre115°y 270°.Discutiendolas observacionesdeW. Baily y Cook, en 1777,hallo queunoy otro encontra-ron el ecuadormagnéticoa 158°50’ 9” longitud O. y a3°13’ 40” latitud 5.; siendoasí que,si se prolongael círcu-lo máximodeducidode las observacionesen el restodel glo-bo, esteecuadoren dichalongitud hubieradebidoestara 8°56’ 30” lat. N. De aquíse deducequeel ecuadormagnéticodespuésqueencuentraal terrestrehacialos 115°long. O., envez desubir hacia el norte,vuelvea bajarhaciael sur; y co-mo las observacionesde Baily y Dalrympleseñalanotra vezla línea de inclinaciónnula a los 7°lat. N. en los maresdela China, a 256°long. O., es precisoconcluir queentreestaúltima longitud y la de 158°50’, determinadapor la obser-vación de Cook, tienen a lo menosotra intersecciónmáslos dos ecuadores,sin contar el antédichonodo oriental si-tuadoen los maresde la India hacia los 29 5°.Habrá,segúnesto,tresnodos a lo menos,y tal vez cuatro,si el ecuadormagnéticocerca de su nodooccidental se eleva un poco alnorte antesde bajaral sur hacia el archipiélagode las islasde la Sociedad.Estoscuatronodos serán: el primero a los295°long. O. de París,el segundoa los 115°,el tercero entre115°y 158°,el cuartoentre 158°y 256°.La partedel ecua-dormagnéticoquecorre entrelos dosprimeros,mira al sur;la quecorre entreel segundoy el tercero,al norte; la entreel terceroy el cuarto,al sur; laentreel cuartoy el primero,alnorte.

1 Este número de leguas, que se halla también en los Elementos,parece errado;del cabo de San Franciscoa la isla de Gallego’ no hay 22° cabales. (NOTA DE BELLO).

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Magnetismoterrestre

un lado y otro de esteecuadormagnéticolas incli-

nacionesvarían, aumentandoa proporción que se alejande él. Limitándonosal hemisferioen que estalínea parecesercircular, el cual comprendea Europa,África, el océa-no Atlántico y las costasorientales de ambas Américas,se ve que la inclinación es constanteen paralelosequidis-tantesaunay otra partede ella. El máximo de inclinaciónserá,pues,en dos puntosopuestos,uno de los cualesparecequedebeestara los 25°de longitud y 90°—12°,ó 780 latitudboreal, y el otro, diametralmenteopuesto,a 205° long. y78°lat. austral.Talesson los polos del ecuadormagnético.En la porción de la tierra de queestamoshablando,nos esdado ir mucho más allá de estas indicacionesgenerales,pues podemos repr4esentarbien próximamente las incli-nacionesen número, imaginandoen el centro de la tie-rra un imán pequeñísimo,o lo que es lo mismo, dos cen-tros magnéticosinfinitamentevecinos,unoborealy el otroaustral,cuyas accionesse ejerzansegúnlas leyes ordinariasdel magnetismo,estoes, en razón inversadel cuadradodela distancia.Referidoslos puntos de la tierra por longitudy latitud al ecuadormagnético,consideradocomoun círcu-lo máximo,el cálculodemuestraque la tangentede la incli-naciónes doblede la tangentede la latitud magnética.Peroesta ley simple no puedeaplicarsea las partesdel globo enque el ecuadorsufre inflexiones: las inclinacionesque dapara algunas de las islas australesdel mar del Sur, sondemasiadofuertes; al contrario, las que da paralos paísesdel nortede Américaquese hallan haciala misma longitud,son demasiadodébiles. Estos extravíosresultannecesaria-mentede las inflexiones, y las confirman de un modo no-table.

«Parasatisfacera estosfenómenos,es menestersuponeralgunacausaperturbadora,un centroparticular, cuya in-fluencia se hagasentirparticularmenteen esteotro hemis-ferio, y modifique la accióngeneral.Paraesto, sólo se nece-sita un centro secundariodébil, cuya energíadependade

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Escritos de Cosmografía

su proximidad. Pero éstas son consideracionesen que nodebemosentrar sin explorar primero las leyesque sigue ladeclinación,y las de la intensidadde las fuerzasmagnéticas.

ttLOS puntosen que la declinaciónes nula, forman cier-

tas líneasque no siguen a ios meridianosgeográficos,antessonmuy oblicuasa ellos, y ofreceninflexioneshartoirregu-lares. Hay una de estaslíneasentreel antiguo y el nuevomundo, la cual corta el meridiano de París hacia los 65°lat. S., subeluego al NO. hastaios 35°long. a la altura delas costasdel Paraguay;se tuerceentoncesal N., costeaelBrasil, y conservaestadirecciónhastala latitud de Cayena;masallí, cambiandorepentinamenteal NO., se dirige a losEstadosUnidos, y sin variar de rumbo, atraviesalas demáspartesseptentrionalesde América.

ceLa posición de esta línea no es fija; antesen siglo ymedio ha andadoconsiderablementede E. a O. En 1657,pasabapor Londres; en 1664, por París; ha corrido, pues,sobreesteparalelo800 delongituden 150 añas~. Perosu mo-vimiento no es uniforme, y aunen diferentesparalelosesmuy desigual.La inclinación es también variable; pero notanto como la declinación.La primera en Londresera, por1775, 72°,por 1805, 700; resultado que los experimentosde Humboldt han confirmado en Francia2

1 Así en el texto, aunqueel sentido es confuso.2 Según Mr. Bain, la variación anual media de la declinación en Londres

por 213 años ha sido 10’4”, en París por 254 años 7’lO”, en Dublin por 134años 12’lO”, en el cabo de BuenaEsperanzapor 191 años9’5”, en el cabo de Hornospor 112 añcs se ha mantenido constantey es de 23° E. (Quari. Journal of Scienceana’ ¡he Arto, N9 7).

La inclinación media de la aguja en Londres, en agosto y setiembre de 1821,según experimentosexactísimos del capitán Sabine, se encontró ser 70°03’. Compa-randoeste resultado con el de Nairne en 1772 y Cavcndishen 1776, resulta que lainclinación ha disminuido en Londres, por un término medio, a razón de 3’ 02”, poraño, que es 2/~ menos que la disminución anual en París entre 1798 y 1814, segúnlos señoresHumboldt, Gay-Lussacy Arago; de que pudiera inferirse, si hubiese dedarseenteraconfianza a los resultados,que en estapartedel mundoes en el día mayorque ahora cuarentaaños el decrementode la inclinación magnética. (Quart. Journatof Scienceana’ ¡he Arto, N9 27).

Tam~én se ha averiguado recientementeen Londres y París que la declinaciónha empezadoa retroceder. El coronel Beaufoy dedujo de sus observaciones,publicadasen los Andes de Thomson, que la aguja había llegado al máximo de declinación, yvolvía ya lentamenteal polo N.; que durante los últimos 9 meses de 1818, aumentó

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Magnetismo terrestre

«Hay otra faja sin declinación,casi opuestaa la prece-

dente,y que, llevando constantementeel rumboNO. naceen el GrandeOcéanoaustral, corta la punta occidentaldeNuevaHolanda,atraviesael mar de las Indias, entra en elcontinenteasiáticopor el cabo Comorin, atraviesala Per-sia, la Siberia occidental,y se eleva hacia la Laponia. Perolo másraro es queestalínea se bifurca cercadel grandear-chipiélagode Asia, y da nacimientoa otra ramaque va alN. atravesandoeste archipiélagoy la China, y sale por laparte oriental de Siberia. Pareceque ambasramasse mue-ven consumalentitud, o no se muevenabsolutamente,puesla declinaciónno ha variadodurante140 añosen la NuevaHolanda.

eeHay indicios de otra cuarta línea de indeclinaciónenel mar del Sur, observadapor Cook, hacia el punto de lamayor inflexión del ecuadormagnético.Los navegadoresno la hanrastreadoal norte, pero es casi seguroqueexiste,porque, según una reflexión justísima de Humboldt, yaque a los dos lados de cada línea la declinación varía de sig-no, y de oriental se vuelve occidental,es precisoque en elámbito del globo sea par el número de las líneas de indecli-nación, para que después de las alternativas de másy menos,estey oeste,volvamosaencontrarel signo que dejamos.

«El máximo de la declinaciónforma líneas igualmenteirregulares,interpuestasentrelas anteriores.La mayor de-clinaciónobservadaen el hemisferioaustral lo fue por Cooka 60°49’ de lat. y 930 45’ long. O., contadadel meridianodeParís;estadeclinaciónera de43°45’. La mayorobservadaenelhemisferioseptentrionallo fue tambiénporCook a 70°19’

lat. y 161°1’ long. oriental, es a saber,46°19’ al este

gradualmentela declinación, fluctuó en enero de 1819, decreció en febrero, volvióa fluctuar en marzo, y despuésacá ha seguido decreciendocontinuamente.Más de15.000 observacioneshechas en Paris nochey día, confirman esteretroceso,que, segúnci cómputo de Arago, es de 1’ 55” por año. (Qu.art. Journal, ibid.). (NOTA DE

BELLO).

1 Las costas de la mayor declinación son cabo Farewell, estrechos de Davis yHudson, y bahía de Baffin. Mr. Bain dice haber observadoentre cabo Farewell yLabrador 42° y 50°; otros naveganteshan observadoen la bahía de Baffin 57°.

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Escritosde Cosmografía

«Sobrela intensidadde las fuerzasmagnéticas,las úni-cas observacionesconquepuedecontarse,son las de Hum-boldt en su gran viaje, y las de Russel en la expedición delalmirante Dentrecasteaux. Humboldt anunció el incremen-to de la intensidad yendo del ecuador magnético a sus polos.La misma brújula que a la partida de Humboldt daba enParís 245 oscilaciones en 10 minutos, no le dio en el Perúmás que 211, y varió constantemente en el mismo sentido;diferenciasque no puedenatribuirsea la disminuciónde lasfuerzas magnéticas de la brújula, debilitada por el calor oel tiempo, porque trasladada del Perú a México, osciló casitan rápidamente como en París. Las observaciones de Russelen Brest y en Nueva Holanda conducen a igual conclusión.

«Esfácil ver queun sólo imán colocadoen el centro dela tierra no pudiera satisfacer a estos fenómenos, porqueentoncesel ecuadormagnético debiera ser un círculo máxi-mo perpendiculara la línearectatrazadapor los dos centrosde acción, sin inflexiones ni irregularidades.Esta idea re-presentabien las observacioneshechasen Europay el océa-no Atlántico; démosle,pues,para acomodarlaa los fenó-menosdel mar del Sur y del continentede Asia, unamodi-ficación que se hagasentir exclusivamenteen esta últimapartedel globo. Para eiio, sólo se necesitaría suponer cercade la inflexión del ecuadormagnéticoun imán excéntrico,al que, según el cálculo, bastaría conceder una pequeñafuerza para explicar las anomalías.Colocandootros talesimanessecundariosen aquellospuntos en que las irregula-ridadesde las declinacionestoman másbulto, es probablequellegaríamosa representarlastodascon exactitud, comolas inclinacionesy las intensidades;a la maneraque en elsistemadel mundo,el movimientoprincipal producidoporla acción del sol es modificado por las perturbaciones quelas pequeñas masas de los planetas producen.

Pero lo más asombroso es que en la Groenlandia oriental sobre el paralelo deSpitzbergen la declinación no pasa de un punto (11° a 12°) y cesa enteramente apoca distancia al E. de la isla. (Quart. Journal of the Science ana’ ihe Arta, N’ 7).

(NOTA DE BELLO).

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Magnetismoterrestre

tt~Diremos que la acción central es realmente producidapor un núcleo magnético encerrado en el globo terrestre~o que es la resultante principal de todas las partículas mag-néticasdiseminadasensusustancia?Lo ignoramos;peroestosegundoparecelo más verosímil. En este caso,los centrossecundariosserán determinadospor las atraccionesloca-les, preponderantes.Efectivamente,las observacionesmues-tran queel sistemageneralde inclinaciones,declinacioneseintensidadesmagnéticas,es modificado de unamanerabas-tantesensible,y aunsúbita a vecese irregular, por la proxi-midadde las grandescordilleraso de los archipiélagos.Se hanvisto ejemplosde variacionesde estaespecieproducidasre-pentinamente.El barónde Humboldt notó algunas,acaeci-das despuésde un gran terremoto’. A causasde este gé-nero se debenprobablementelas variacionesque el tiempoacarreaa ladeclinación,y cuyairregularidadmismaanunciaqueno son efectode causasuniformesy fijas.

«La superficiedel globo no limita la acción magnética,pues M. Gay-Lussacy yo la hemosobservadoen los airesen un ascensoaerostático,sindisminuciónsensible.Probable-mentesiguela ley de las atraccionesmagnéticas,estoes, larazóninversadel cuadradode la distancia,y se extiendein-definidamenteporelespacio.La luna,el soly demáscuerposcelestesejercental vez accionesiguales,que, segúnlas posi-cionesy distancias,se hacensentir acábajoen la aguja. Deaquí las variacionesdiurnasy anuales.EnParís,segúnCas-smi, el máximo de la declinacióndiurna es entre las docey las tres de la tarde; fijase entoncesla aguja; luego seacercaal meridiano terrestre hasta las ocho de la noche;fíjase otra vez; y el día siguiente a las ocho de la ma-

1 La influencia de los terremotos sobre ci magnetismo terrestre se manifestó

con la mayor evidencia el año próximo pasado en Paris. S~gúnobservacionesquehicieron separadamenteArago y Biot, el uno en el observatorio,el otro en el Colegiode Francia, donde reside, ci temblor acaecidoen León y sus inmediaciones afectóen París la agujad El 19 de febrero se mantuvo éstaquieta hasta las ocho y media.y a lasnuevemenoscuarto se agitó extrañamentecon un movimiento oscilatorioen ladirección de su largura. Arago sospechóque este fenómenoera ocasionadopor algúnterremoto. (Quart. Jaurnal of ibe Scienceasid the Arte). (NOTA DE BELLO).

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Escritosde Cosmografía

ñanavuelve a alejarsedel meridiano. Las mayores varia-ciones diurnas son las de abril, mayo, junio, julio, queenParís llegan a 13’ hasta 16’; las menoresson de 8’ a 19’.Delequinocciode primaveraal solsticio deestíola declina-ciónmengua;y enlo restantedel añocrece.Últimamente,laaguja magnéticapadece otras variacionessúbitas y acci-dentalesque coincidencon la apariciónde las aurorasbo-reales: agítasevivamentemientrasdura el meteoro,y encesandoéste,vuelve a su posición ordinaria; pero a vecessuele experimentardesvíos durables”.

Hasta aquí Biot. El capitánFlinders ha añadido a ladoctrina del magnetismo terrestre observacionesde altaimportanciapráctica.Tiempo antesse habíannotadoirre-gularidadesinexplicables,en la dirección de la aguja. Losmás expertos navegantesse han visto en gran incerti-dumbrey embarazopor las diferenciasde declinaciónqueencontrabanen unas mismaslocalidadesa cortosintervalosde tiempo, diferenciasque a veces alcanzabana algunosgrados. Imputábaseeste efecto a imperfección del instru-mento: el capitánFlinders hizo ver que proveníade otracausadistintísima.Él averiguóen primer lugar que las ob-servacioneshechasen varios parajes de un mismo buque,discordaban,aun cuandoéste no mudabade sitio; ~r que,por tanto, era indispensablehacerlastodas en un mismoparaje del buque. Peroesta precauciónno basta, porque,cambiadala dirección de la navesse altera la direccióndela aguja. Paradeterminarla naturalezay cantidadde estedesvío, fue necesariohacer grandisimonúmero de obser-vaciones.El resultadode ellas fue que, cuandola proami-raba al este, las.diferenciaserande un modo, y cuandoaloeste, de un modo contrario. De aquí dedujo el capitánFlinders queel hierro empleadoen la construcciónde unanave atraía la aguja, y alterabasu dirección, no por suatraccióninmediatacomo simplehierro, sino por el magne-tismoque le dabala influencia del de la tierra, y que,con-siguientemente,obraba de diferente modo sobre la aguja

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Magnetismoterrestre

segúnla posición que tomabala naverespectodel meridia-no magnético.Estehábil navegadorcreyó ver probadalacertezade su primera idea en mil experimentosy observa-ciones durantesu viaje a la tierra Austral. Resulta de ellosque no puedenhacerseobservacionescorrectassobrela de-clinación, sino cuando la quilla del buque coincide con elmeridianomagnético;o que a lo menoses precisohacerlastodasen ángulosigualesa E. u O. de dicho meridiano.En-contró ademásel capitán Flinders que el error o desvíono era tan grandeen las latitudesbajas como en las altas,y al cabode laboriosasinvestigacionesdescubrióquedepen-díade la inclinación; quecuandobajabalaextremidadnortede la aguja, estaextremidadera la atraídapor el hierro delbuque;que, disminuidala inclinación, disminuía tambiénaquellaatracción; y queen el hemisferioaustral, dondelaextremidadsur de la agujaera deprimida, el error crecíatambiéncon la inclinación, pero en sentidocontrario; puesallí las declinacionesoccidentalesparecíandemasiadogran-des cuandola proa estabaal E. De todo ello, sometido alraciocinioy al cálculo,dedujoestaregla: «Queel error pro-ducidoenunaposicióncualquiera,es al error producidoporla direcciónde la proa al esteu oeste,bajo unamisma incli-nación, como el seno del ángulo entre dicha dirección yel meridianomagnéticoes al radio”. La doctrina del capitánFlinders fue comprobadapor experimentosy observacio-nes hechasde orden del almirantazgobritánico. (Quart.Journal,N 11).

De la razónantesindicada entre la tangentede la in-clinación y la tangentede la latitud magnéticase ha de—ducido que la fuerza magnéticade la tierra sigue la razóninversade la cantidad

— 3ss),

en que s representael senode la inclinación, es decir, quesi de 4 se rebajatres vecesel cuadradode dicho seno,y se

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Escritos de Cosmografía

saca la raíz cuadradadel residuo, esta raíz y la fuerzamagnéticade la tierra seráninversamenteproporcionales.El resultadogeneralde las observacionesen diferentespar-tes del globo concuerdabastantebien con esta inferenciateórica,quesólo se ha dadocomo unaexpresiónaproxima-tiva y provisionalde los hechos,mientrasse hacennuevasy másextensasobservaciones.Si esta fuerzaobra sobreunaaguja que no tenga más movimiento que el horizontal,vendráa ser, segúnel principio de la resoluciónde las fuer-zas, inversamenteproporcional a esta otra expresión

Cuandoesta fuerza es turbadapor otra, el principio de lacomposición de las fuerzas da este teorema: el seno delángulo de corrección,esto es, el senodel ángulo formadopor la dirección efectiva de la aguja con la que hubieratomadosin la perturbación,es al senodel ánguloformadopor la direcciónefectivade la aguja con la direcciónde lafuerza perturbadora,como la magnitud de la fuerza per-turbadora es a la magnitud de la fuerza natural. Si sesupone,pues,constantela fuerza perturbadoradel buque,el seno del primer ángulo será al seno del segundo como

j~y~+3): 1.

Conocidoel ángulo que la dirección efectiva de la agujaforma con la del buque, o con cualquieraotra línea, ex-perimentalmenteaveriguada,en que obre la fuerza per-turbadora,y llamando r el senode este ángulo,tendremosque el seno del ángulo de corrección será directamentecomo

rj/(~f~~L—+3);

estoes, como 3 añadidoal cuadradode la secantede la in-clinación, multiplicando la raíz cuadradade este total por

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Magnetismoterrestre

el senodel ángulocomprendidoentre la direcciónefectivade la agujay la dirección de la fuerza perturbadora.

Supongamos,por ejemplo, que dondela inclinación es74°23’el mayor desvíocausadopor la fuerzaperturbadorasea de 5°40’: a los 86°de inclinaciónel máximode estedes-vío será20°21’.Porqueen tal casosiendor=1, el senodelángulode desvío es proporcionala

j/(~+ 3);

de que resulta que el seno de 5°40’debeaumentarseen larazón de 1 a 3523. Este cómputo concordabaperfecta-menteconlas observacioneshechasa bordo de la Isabela,yasí se empleó para corregir los errores producidospor lafuerzaperturbadoraen todoslos casosordinarios.Sobreélse ha calculadouna tabla de correccionesde los desvíoscausadospor la atracciónpermanentedel buqueen la di-recciónde la agujanáutica,impresaen 1819 por orden delos comisariosde longitud, y publicadacon ciertasadicio-nesy reformasenel periódicode la Institución Real.

Cuandoes constantela atracción de la nave, los dospuntosneutralesen que no producedesvío, deben obser-varseen rumbosdiametralmenteopuestos.Mas a vecespa-rece haber una atracción irregular, que hace estar dichosdos puntos a la distanciade menosde 112°o tal vez 90°,desvíoqueno crececon la inclinación, y que se conjeturaserproducidapor el magnetismoaccidentalde algunapar-te del hierro dulceque hay a bordo.La experienciapruebaque una barra horizontal de hierro dulce deja de hacerefectoen la agujaencuatroposicionesqueestaránentresíen ángulosrectos. Si una barra, pues,se haceperpendicu-lar a la agujade inclinaciónenel plano del meridiano,per-derásu efectoen solasdosposicionesdiametralmenteopues-tas en aquel plano; pero obrará con muy diferentesintensidadescerca de ellas, produciendoefectos varios enposicionesdiametralmenteopuestas.De las varias combina-

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Escritosde Cosmografía

cionesde tales piezasmetálicas,diferentementesituadas,sesospechaque han nacido todaslas irregularidadesobserva-das en algunos poquísimoscasos.Segúnlos experimentosde Barlow, los cañonesdebenconsiderarsecomohierro dul-ce o conductordel magnetismo.(Quart. Journal, N9 18).

Pero el profesor dinamarquésHanstein ha anunciadorecientementequeestasatraccionesno se limitan al hierro,ni se observansolamenteen el mar. Estandoen Copenha-gue,alojadoen la torre que sirve de observatorio,encontrócon no pocasorpresaquepara 300 oscilacionesde su agujahorizontal se necesitabanno menosde 836 57”, al pasoque en un jardín contiguosólo eran necesarios779”. Estatorre es de 126 pies de alto, con gruesasparedes,y un ci-lindro huecoen el medio, que tiene alrededorunaescaleraespiral de siete vueltas. Despuésde haberhecho abajova-riasobservacionesquedieron 787”, volvió a la torre,y hallólos resultadossiguientes para el mismo númerode oscila-ciones a diferentesalturas de ella:

cima primera vuelta 3” 41/u~ 61/2~~ base

812. 836. 837. 834. 804. 813

Continuandosus observaciones,sacó por resultadogeneralque a la extremidadinferior de todo cuerpoperpendicu-lar la aguja magnéticaoscila más velozmentecolocadaalnorte de tal cuerpo,quecolocadaal sur, pero que, a la ex-tremidad superior, la aguja vibra más velozmenteal surque al norte. De aquí concluyeque todo objeto perpendi-cular, de cualquieramateriaque se componga,tiene a suextremidadsuperior un polo sur, y a su extremidadinfe-rior un polo norte. «He hallado,dice, constantementecon-firmada esta ley en mis experimentoscerca de las paredesde las casas,seande piedrao madera,y auncerca de árbo-les algocorpulentos.Estaaccióndebenecesariamentehacer-se sentiren la direcciónde la agujade marear.Todala ma-sa de maderade un buquetiene un ejemagnético;y a éstemás bien debenatribuirse los desvíosde la brújula, que no

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Magnetismo terrestre

al hierro, cañonesy lastre. Síguesetambién de aquí quetodas las observacionessobre las intensidadesmagnéticashechasdentrode casason algo inciertas”.

La fuerza magnéticade la tierra en diferentespuntosde susuperficie, es, segúnel mismo profesor, como sigue:

Inclinación intensidad

Perú 00 0’ 1.0000

México 42° 10’ 1.3155

París 680 38’ 1.3482

Londres 70° 33’ 1.4142

Bahía de Baffin . . 84° 25’ 1.6685

El profesor danés cree también haber descubiertoquela intensidadmagnéticade la tierra experimentauna va-riación diurna, menguandodesdelas primeras horas de lamañanahastalas diez o las once, que llega a su mínimo,creciendoluego hastalas cuatroy en ios mesesde veranohastalas siete, menguandootra vez durante la noche, ycreciendode nuevohastalas tresde la madrugada,que llegaa su máximo. El paso de la luna por el ecuadordisminuyetambién,segúnHanstein,la intensidaddel magnetismote-rrestrepor dos o tresdías,y el mismo efectoproducenaunmás sensiblementelas aurorasboreales.En fin, la intensi-dadmagnéticaexperimenta,según él, una variaciónanual,creciendode veranoa invierno, y menguandode inviernoa verano.Falta ver si otros sabiosconfirman estos intere-santesanuncios.

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III

HIERRO METEÓRICO DEL CHACO *

* Este artículo se publicó en El Repertorio Americano, III, Londres, abrilde 1827, pp. 147 - 151, firmado con las iniciales A. E. Se reprodujo en O. C. Xiv,pp. 369 -372. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Es célebreentrelos físicos y mineralogistasla granmasade hierro nativo queexisteen el Chaco,a 70 leguasde San-tiago del Estero,y quedieron a conoceren EuropadonMi-guel Rubín de Celis y don PedroCerviño, que la examina-ron en 1783 por orden del rey. Habiendosalidode aquellaciudad, cuya posición determinaron a la latitud de 27°

47’42”, y dirigiéndoseen línea recta por el rumbo norte85°al este,conducidospor algunos habitantesdel país, lahallaron a la distancia referida,despuésde haberatravesa-do llanurascontinuas,sin que se les ofreciesea la vista unasola piedra, que es lo quesucedeen toda la extensióndelChaco.Se sabepor el diario de Celisy Cerviño queel hierroestácolocadohorizontalmentesobreuna superficiearcillo-sa y desnuda,como se ha dicho, de piedras;y que no estáhundido en la tierra, de lo quese aseguraronhaciendounaexcavaciónlateral. Estehierroes puro, flexible, maleableenla fragua, obedientea la lima, pero al mismo tiempo durí—simo, y encierramuchozinc, y por esta razónse conservaen un ser, resistiendoa todaslas intemperiesdel aire. Aun-qu.e su superficiepresentadesigualdades,y se echa de verque se le han cortadograndespedazos,sus dimensionesson(o erana lo menosen 1783) las quesiguen: longitud 117pulgadas castellanas;anchura, 72; grosor, 54; volumen,porconsiguiente,454 896 pulgadascúbicas.

El origen de esta masa de hierro nativo en semejantesituaciónhabíaparecidoun fenómenoinexplicable,aunqueno único. Pallas encontró en Siberia, sobre la cumbre deun monte vecino al caudalosorío Yenisei, en la cordilleraKemir, una masa enormedel mismo metal, del peso de

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Escritos de Cosmografía

1,680 libras rusas.En Aken, cercade Magdeburgo,se halló,bajo el empedradode la ciudad, otra grandísimaen que sereconocierontodas las cualidadesdel mejor acerode In-glaterra.

Hoy se sabequeestos cuerpospertenecena la clasedeaquellos que recientementehan ocupadomucho la imagi-naciónde los sabios,y quese hanllamado bólidos,aerolitos,meteorolitos,como si dijésemospiedrasarrojadizas,piedrasdel aire, piedras meteóricas, porque efectivamente se les havisto caerde las regionessuperioresde la atmósfera,acom-pañadasde aparienciasmeteóricas,fenómeno atestiguadopor variosescritoresantiguos,y conocidoen todos tiemposdel vulgo, pero hastaestos últimos años contradichoporlos físicos, que lo contabanentrelas patrañasde la credu-lidad, porque no podían concebirlo ni ajustarlo con lasleyes de la naturaleza.Pero al fin, varias sociedadescéle-bres,y entreotrasel instituto de Francia,estimuladaspormultitud de comunicacionesde autoridadno despreciable,prestaronparticular atención a este fenómeno. Ofrecióseen Franciaunabuenaocasión.En 26 de abril de 1803, ca-yó en Langres (departamentodel Orne) una lluvia horro-rosa de piedras; todo el mundo hablabade ellas; mostrá-banse en los paseospúblicos; Chaptal, ministro entoncesdel interior, propusoa sus colegasdel instituto que envia-sen un comisarioa Langrespara certificarsede la verdad;y Biot, a quiense dio estacomisión,presentóun informetancircunstanciadodel hecho,y apoyadode pruebastan con-vincentes,que no se pudo ya revocaren duda que efecti-vamentecaen piedras de la atmósfera.

Los meteorolitos (o meteorites,como los llamanotros)se muestrandesdeluego bajo la forma de un globo de fue-go movido con sumavelocidad,y cuyo tamañoaparenteesa menudocomoel del discode la luna,menora veces,y otrasmuchísimomayor.Selesve arrojarchispasy llevar trassí unrastrode luz, que desapareceal cabode uno o dosminutos,dejandoen su lugar unanubecillablanquecinaa manerade

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Hierro meteóricodel Chaco

humo,quese disipa tambiénmuy presto.Óyeseluego unao másdetonacionestan fuertescomolas de unapiezade ar-tillería de gruesocalibre,a las cualesse sigue un ruido co-mo el queharíael redoblesimultáneode muchostambores,o el rodar de multitud de carrozassobreel suelo empedra-do,trasese ruido seoyesilbar el aire,y finalmentese vencaerpiedras que, precipitándosecon grande impetuosidad,sehundenmáso menosprofundamenteen la tierra. Varíanmucho estaspiedrasen númeroy tamaño, y al momentode caerestáncalientesy despidenun fuerte olor sulfúreo.Su caída no parecetener relación alguna con el estadometeorológicode la atmósfera,pues se verifica a todasla-titudes y en todas las estaciones.Largo seríaenumerarlosfenómenosde estaespecieque se hanobservado,desdequese averiguaronexactamentesus circunstancias.Ellos handado materia a varios catálogosy tratados,como los deChladni, Izarn y Bigot, en que se halla la lista cronológicade todaslas lluvias y descensosde piedrasde quese conser-va memoriadesdeel año 1478 antesde la eravulgar hastanuestrosdías.

Calificada la certezadel hecho, se trató de explicarlo.Unos suponenque estos cuerpossólidos se forman por lacondensaciónde sus elementos,que existen en las regioneselevadasde la atmósferabajo la forma de gases;teoría queapoyanvarios fenómenosobservadosen los laboratoriosdequímica, en que la combinaciónde sustanciasaeriformesproducesúbitamentecuerpossólidos y opacos.Pero se ob-jeta que los meteoritesse componende metaleso sustan-cias que tienenafinidad con esta clasede cuerpos,impo-sible de volatilizarsepor cuantosmediosse conocen,y queno es verosímil existan en el espacioprincipios metálicosen estadode gases.

Pero ¿quédatos ciertos tenemossobre la naturalezadelos quehemosqueridollamar cuerpossimples?¿Quépruebatenemosde que lo seanlos metaleso cualesquieraotrasde

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las sustanciasque no se han podido descomponertodavía?¿Quiénnos aseguraqueaquéllosno constande los mismosprincipios constituyentesque nuestraatmósferao que iosfluidos etéreossobrepuestosa ella? ¿Podemosmedir pornuestrosconocimientosquímicos las fuerzasy recursosdela naturaleza?

Otros imaginaron que,en virtud de alguna catástrofecuyas causasy circunstanciasignoramos,se hizo pedazosalgún planeta,y que sus fragmentos continuarondandovueltasenel espacio,hastaentraren la esferade atraccióndel globo terrestre,dondesu roce con el aire atmosféricolos calientahastael punto de encenderlosy de producir losfenómenosque dejamosexpuestos.Esta catástrofeplane-taria es una suposición algo aventurada,porque tales ac-cidentes, por parciales que sean, desdicende la armoníaconstanteobservadaen el sistema del universo. Sin em-bargo, el ilustre geómetraLagrange abrazó esta teoría,que cuentagran númerode partidarios.

Otros, en fin, conLaplace,han apeladoa volcanesexis-tentesen la luna, que se suponenlanzar los meteoritesconbastantefuerza para que lleguen a la esferade atracciónde la tierra y se precipitenen ella. La direcciónoblicua enque caen necesitaciertamentede una fuerza proyectriz,cualquieraquesea,y la hipótesisde los volcanesde la lunala explica.Ni debeadmirarnosla excesivapotenciadel im-pulsonecesarioparaarrojar estoscuerposa tantadistancia,porque se ha calculadoque bastaríaque fuese cinco vecesmayor que la que disparauna bala de cañón. ¿Osaríamospues,creer a la naturalezatan escasade medios,que ape-nas pudieseaventajara ios nuestros?Pero es de advertirque ella no emplea semejantesfuerzas en los volcaneste-rrestres.

La análisisquímica de los meteoritesha demostradoenellos la existenciade variosmetales,principalmentehierro

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en el estadonativo; y por consiguiente,los mineralogistaslos hanclasificadoconestemetal. Las subdivisionesde estosmineralessingulares, que a la verdad no tienen analogíacon ios demás cuerposinorgánicos que cubrenla super-ficie o estánescondidosen las entrañasde la tierra, se dis-tinguen entresí por caracteresexterioresconstantes;perotodas ellas ofrecen una composición que tiene por basesprincipalesel hierro, el níquel, el cromo, la sílice y la mag-nesia.

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IV

ESTRELLAS FIJAS *

* Este artículo se publicó en El Araucano n 94, Santiago, 30 de junio de

1832. Fué reproducido en O. C. XIV, pp. 407 -412. El tema de este artículo lodesarrollarusBello en el Capítulo XIII de la Cosmografía, pero en distinta forma.

(CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Los discos de las estrellas,mirados con los más fuertesanteojosastronómicos,no son más que unospuntoslumi-nosos.Estapequeñezaparente,unida a la viveza de la luzdelosmásbrillantes,nosda a conocerqueestánaunainmen-sadistanciade nosotros,y muchomásallá de nuestrosistemaplanetario,y quesu luz no es prestada,sino queson lumi-nosaspor sí mismas.Ademásconservanunasituacióncons-tanteentresí. Más o menosresplandecientes,forman con-figuracionesque son todavía las mismasque eran dos milaños ha, según resulta de la comparaciónde las medidasangularestomadaspor los astrónomosmodernoscon las deHiparco. Todasestán sujetasa unos mismos movimientosgenerales;y de aquí puedecolegirsequetodas son de unamisma naturaleza:podemosconsiderarlascomo otros tan-tos soles más o menos voluminosos,colocadosa distanciasdiferentese inmensasen la profundidadde los cielos.

Las estrellas dan una luz centellantemás o menosviva, máso menosintensa,cuyo colorvaríaacadainstanteenunamismaestrella,y cuyotinte generalno es unomismode unaestrellaa otra. Los astrónomosclasifican las estre-llas por el orden de grandor aparente,fundadoen la can-tidad de luz que nosenvían.Llaman de primera magnituda las másbrillantes,de cuyo númerohay quince. La vistadesnudano percibemásque la débil porciónque llega hastala sextamagnitud; pero el poderosoalcancede los teles-copios actualesha extendidoestevastocampo hastael dé—cimoquinto orden. Nada más asombrosoque la enumera-ción de estos astros.Cualquieraa quien se propusiesecon-tarlas, creeríadesdeluego que era unaempresatemeraria;

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y con todo eso, ios ensayos de los astrónomos prueban quea la simple vista no aparecenmásde cinco a seis mil, de lascualesla mitad solamentepuede verse a un tiempo. Peroel resultadoes muy diverso cuandonos servimosde ante-ojos. Herschelcontómás de cincuentamil estrellasen unazona del cielo queno teníamás de quince gradosde largoy dos de ancho. Suponiendoque estuviesenigualmentepobladastodas las partes de la bóvedaceleste,el númerode estrellasvisibles con el telescopiode Herschel sería de75 millones.Con instrumentosmás fuertes,podría llevarseeste númerohasta 100 millones; y esto probablementeespocoen comparaciónde lo que no podemosver: el espacioes infinito.

La distanciade las estrellases uno de los objetos másimportantede la astronomía,porquees la basede todaslasinvestigacionesrelativasala magnitud y naturalezade estoscuerpos.El medio de que se valen los astrónomosparade-terminar la distanciade un astroa la tierra,es el de encon-trar su paralaje,esto es, el ángulo en que un observadorcolocadoen este astroveríael radio de la tierra. Por estemedio, han llegado los astrónomosa conocer con muchaexactitudla distanciadel sol, y sucesivamentelas verdaderasdimensionesde los cuerposque componenel sistema solary de las órbitas que éstos describen.La unidad de medidade todasestasmagnitudesha sido el radio de la tierra,uni-dadqueconstade 1,432leguas,y que, miradadesdeel cen-tro del sol, apenaspareceríadel grosor de un cabello.¿Cuálsería,pues, su pequeñezaparentesi la contemplásemosamayordistancia,desdela regióndelas estrellas,por ejemplo,tanto máslejanasde nosotrosqueel sol? Sería,pues,super-fluo examinar si las estrellas observadasdesde diferentespuntosde l~ttierra danunaparalajeapreciable.Valgámonosde otra base,de otra escalamásvasta,de la más extensadeque el hombre puedehaceruso, del grandeeje de la órbitaque describela tierra alrededordel sol, y cuya longitud esde 68 millones de leguas.Los astrónomoshan reconocido

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que,observandounamismaestrellaa seismesesde intervalo,cuandola tierra ocupaalternativamentelas dos extremida-desdel eje, que estána 68 millones de leguasunade otra,se veríasi los elementosde posición de estaestrellason unosmismos o diferentesen esasdos épocas.En el primer caso,deberíamosinferir que la basede 68 millones de leguas esimperceptibley como nula, mirada desdeuna estrella; yen el segundo,queestabasees visible bajocierto ángulo; yentoncesla mitad del ángulo, llamadaparalaje anual,con-duciría por un pequeñocálculo al conocimientoexactodela distanciade la estrellaa la tierra.

Pero a pesarde las investigacionesque se hanhechopormás de un siglo, a pesardel cuidadoy esmerocon que sehan multiplicado las observacionesparahacerlasexactasyvarias, no se ha podido descubrirnadaque indique con al-gunacertidumbrela existenciade una paralajeanual; sien-do en medio de esto tan perfectoslos instrumentosy tanprecisaslas observacionesmodernas,que, si la paralajefuesede sólo un segundosexagesimal,es probablequeno se ocul-tana a los perseverantesesfuerzosde los astrónomos.

No pudiendo,pues,avaluarla distanciade las estrellas,interesaa lo menosdeterminarel límite mínimo más acádel cual podamosafirmar con toda seguridadqueno están.Supongamosquela paralajeanualfuesede un segundo:paraesto es necesarioque el límite anual de que hablamossehallasea unadistancia200 mii vecesmayor que la del sola la tierra; y como estadistanciacontiene24.030 veceselradio de la tierra, que vale 1,432 leguas, resulta que unaestrellaquenosdieseun segundode paralaje,sehallaríaamásde siete millonesde millones de leguasde nosotros.Y siendoprobable que la paralaje anual es más pequeñade lo quehemossupuesto,se sigue que las estrellasestánmuchomásallá de este límite.

Se sabecon certidumbreque la luz tardaocho minutosy trecesegundosen venirdel sol a la tierra.Paravenir de lasestrellasquenosdiesenun segundode paralaje,tardaríamás

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de tresaños.Acasolas hay tan remotasquenecesitande ungrannúmerode añosparatrasmitimossu luz, y vemosto-davía brillar algunasque han desocupadosu lugar muchotiempo ha, existiendoprobablementeotras sin que se noshayandejadover,porquesus rayosno nos han llegadoaún.En efecto,vamosa exponerhechosque atestiguanlas mu-danzasconsiderablesa queestaparte de la creaciónse hallasujeta.La astronomíadetienesuspasosanteestainmensadis-tanciaqueacabamosde presentarcomola máscortaposiblea queestánsituadaslas estrellas,y quepor venturaes nadaen comparaciónde las distanciasverdaderas.Pero aunestamínima distanciaes tal, que el sol y todos los planetasquelo rodeanno compondríanun puntoperceptiblea los ojosdelobservadorqueios mirasedesdeunaestrella.

Fuera de los movimientosgeneralesa que parecenestarsujetaslas estrellas por consecuenciadel movimiento realde la~tierra, se han reconocidoen algunasde ellas movi-mientosparticulares.Estasmutacionesson muy lentascon-templadasdesde la tierra; pero debenser rapidísimasa ladistanciaen que se verifican: la seriede los tiemposlas harámás sensibles,y manifestaráprobablementeotras semejan-tes en las demásestrellas.Conócenseestasvariacionesconel título de movimientos propios de las estrellas; y todonos induce a creerqueellas gravitanunashacia otrasy des-criben inmensasórbitasen virtud de la gravedaduniversal.Perosi unapartede su traslaciónrelativase debeen efectoa movimientospropios, otra parte puedeprovenir de lasaparienciasproducidaspor un movimiento del sistemaso-lar, que nos trasportaseen un sentido contrario. Por des-gracia,el intervalo entre las observacionesmodernases tancorto, y la cantidadde movimiento que se deducede ellas,tan pequeñay oscura,que nos es casi imposible determinarcon exactitudla parteque se debea cadaunade estascau-sas. La posteridadserá más favorecida que nosotros: paraella trabaja la generaciónactual; paraella estánreservadoslos descubrimientosque nosotros columbramosconfusa-

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mente. Los métodosestáncreados:mediantelas reglasque

ellosprescriben,podemosmarcharpaso a pasosin temor deengañarnos.Herschely Prév6t han creído percibir que elsol y todo su cortejo de planetasson arrebatadosalrededorde un centrodesconocidode gravedad,y queen la conste-lación de Hércules está ahora el punto a que parecemosencaminarnos.Algunas estrellasapoyanefectivamenteestaidea; pero hay otras que no permiten adoptarla.La análi-sis de estasvariacioneses dificultosísima; pero la existenciade este movimiento propio o de este resultadocompuesto,no admiteduda, porque cada vez que comparamosobser-vacioneshechasa grandes intervalos, hallamos diferencias

que excedenal máximo de error de que son susceptibles

las observaciones.

Hay muchasestrellasque presentanfenómenossingu-

laresen la intensidadde su luz; llámansepor esomudables.En unas,vemos aumentarsede repentela luz, amortiguar-se luego y desaparecercompletamente.Hiparco vio un fe-

nómenode este género,y se dice queesto fue lo que le hizoconcebir el designio de formar el catálogo de todas las es-trellas visibles, para que los astrónomosposteriorespudie-sen averiguarcon certidumbre las mutacionesque sobre-viniesenen el cielo. En el año de 389, aparecióunaestrellaen la constelacióndel Águila, que brilló por tres semanas

con un esplendorcomo el del planetaVenus, y desapareciópara siempre.Se habla todavía de unaestrellaque se dejóver en el Escorpiónpor espaciode cuatro meses,con unbrillo cuyaintensidadera comola cuartapartede lade la lu-na. Perolas másfamosasy ciertasson las estrellasqueapare-

cieron en 1572 y 1704, observadasla primera por TichoBrahe y la segundapor Képler. Aquélla estabaen la cons-telación de Casiopeay era más resplandecienteque Sirio.La luz del sol no la ofuscabadel todo. Debilitóse pocoa po-co, experimentandovariaciones considerablesen el color;y desaparecióal cabode 16 meses,sin habermostradoni

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movimientopropio ni paralaje.La segundaocupabaal Ser-pentario; sufrió mutacionesanálogasy duró un año.

En otras estrellas vemos ~lterarse periódicamente laintensidadde la luz. Su magnitud aparentevaría, y pasansucesivamentede su mayor brillo a un grado de amorti-guamientoque las hace a vecesinvisibles; y apareciendodenuevo, vuelven por gradosa su estado primero. De estaclasehay muchas;pero hastael presenteno hay más quetrececuyosperíodosestándeterminados.Mira, de laBallena,pasaen 355 díaspor todaslas mutacionesposibles,desdelasegundamagnitud hastala décima,y recíprocamente.Al-gol, o la cabezade Medusa,varíade la segundaa la cuartamagnitud en dos días y un tercio; las estrellasdel León yde la Virgen desciendendesdela quinta magnitud hastalainvisibilidad en períodosde 321 y de 146 días,y la de la Hi-dra gasta494 díasen recorrertodoslos gradosde luz entrela terceramagnitudy la invisibilidad total. Las otrasochoestrellasmudablesestánen las constelacionesde la CoronaBoreal, de Hércules,del Escudode Sobiesky,de la Lira, deAntínoo, del Cisne,de Cefeoy del Acuario. La observaciónha hecho percibir particularidadescuriosas en estasmuta-ciones.La degradacióno encendimientode la luz no sonproporcionalesa los tiempos: éste se verifica más rápida-mentequeaquélla.En la mudablede la Ballena, la luz seaumentaprogresivamenteen 40 días, y se debilita en 66;en las del León, estasépocasson de 30 y 48 días; en las dela Virgen, de 39 y 42.

Otras experimentanalteracionesen la cantidadde suluz, sin que se haya podido averiguar si son periódicas ono. En la constelacióndel Águila, Beta era más brillantequeNu; hoy es todo lo contrario. De la misma suerte, lasAlfas son ahoramenos brillantesque las Betasen las cons-telacionesde la Ballena y de Géminis.

¿Cuálesson las causasde estosmaravillososfenómenos?Sólo podemosresponderpor conjeturas.Grandesincendios,ocasionadospor causasextraordinarias,handestruidoquizá

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las estrellas que se mostraron casi súbitamente para luegodesaparecer. Se puede sospechar con alguna verosimilitud,que en las que sufren alteraciones periódicas, hay de trechoen trechograndesmanchasoscuras,que por el efecto de unarotación se ofrecen alternativamente a la vista; o tal vez,como supuso Maupertuis, se deben estas degradaciones dela luz a la combinación del movimiento rotatorio con elefecto de una forma extremadamente chata, de maneraque aparezca más o menos brillante según se nos deja verde frente o de lado; o quizá, en fin, circulan, alrededor deestas estrellas, grandes cuerpos opacos que nos interceptanperiódicamentesus rayos. Las generacionesvenideras,mul-tiplicando las observaciones,pronunciaránun juicio segurosobrela certidumbrede estashipótesis,que todavíano pue-densometerseal cálculo.

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y

EL COMETA DE HALLEY *

* Al hacersevisible desde Santiago de Chile el Corneta de Halley desde losmeses de octubre de 183~a febrero de 1836, publicó Bello, de su propia redacción,las tres notas que reproducimos seguidamente.Se ocupa del Corneta de Halley, en for-ma muy sintética, en el capítulo Xi, 4, de la Cosmo&rafía. (CoMIsIÓN EDITORA. Ca-PACAS).

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COMETA *

El cornetade Halley se ve ahorapor la nocheen Santia-go, aunquepor suinmediaciónal sol permanecemuy pocotiempo sobre el horizonte. Su tamaño es como el de unaestrella de primera magnitud, su luz algo amortiguada, ysu cola bastante perceptible, aun a la vista desnuda. Estáen el Ophiucuso Serpentario~, pocomáso menosa la al-tura de la estrellaRas Alhagus,y casi toca al ecuadorce-leste, como a los 254°de ascensiónrecta.

Estecornetano ha sido menoscélebreen lahistoriaecle-siásticaque en la civil. A su retornoperiódicoen 1456, laEuropa estaba asustada con los rápidos progresos de Ma-homet II, conquistadorde Constantinopla;y el apareci-miento de aquel astro aumentóla consternacióngeneral.El Papa Calixto III, que hacía los mayores esfuerzos parareunir las armas de la cristiandad contra los turcos, expidiócon este motivo una bula, exhortando a la oración y a lapráctica de las buenas obras, y ordenando procesiones pú-blic~s,que desarmasenla ira del cielo, si algún desastreamenazaba a los pueblos cristianos; y para advertir que seorase en esta intención, mandó que todos los días se tocasenlas campanas al mediodía, concediendo indulgencias a losquerecitasentresveces la oración dominical y la salutación

* Esta nota fue publicada en El Araucano, n9 268, Santiago, 23 de octubre

de 1835. Fue reproducida por Miguel Luis Amunátegui Reyes en la introduccióna O. C. XIV, p. XXIX. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

1 Estos dos nombres designan una misma constelación; opbiucus en griegoquiere decir lo mismo que serpentarioo el que tiene ¡a serpiente. (NorA DE Bni.Lo).

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angélica. Tal fue el origen de esta costumbre,que se ob-serva todavía en muchos países católicos. (Fleury, Hist.Eclesiast.,L. CXI).

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COMETA DE HALLEY *

Este astro, envuelto en los rayos del sol, desaparecióde nuestra vista en noviembre. En Europa ha podido vér-sele otra vez a fines de diciembre a las 6 de la mañana enel horizonte oriental. Su distancia de la tierra era entonces190 millones de millas. Pero en el presente mes de enerodebe presentarse de nuevo a los habitantes de Chile des-puésde las 3 de la mañanaenel hemisferiodel Sur. Seguiráapareciendo sobre el horizonte cada día más temprano, yen febrero se le verá poco después de medianoche; en mar-zo estará visible toda la noche; empezará entonces a ale-jarse de nosotros rápidamente, y en abril lo perderemos devista.

Su mayor cercanía a la tierra ha sido en octubre, antesde pasar por el perihelio, o punto de menor distancia alsol, lo que se ha debido verificar en noviembre; circuns-tancia desfavorable, porque el aspecto más brillante de loscometas es después de su tránsito por el perihelio, y estefenómeno no ha coincidido con la época de su mayor pro-ximidad a la tierra. Si el cornetahubieseadquiridosu ma-yor brillo en octubre cuando distaba de nosotros menos de23 millones de millas, su aparición en el cielo hubiese sidoprobablemente más lúcida y magnífica. En su reapareci-miento no puede ser así porque en diciembre se hallaba ya,

* Esta nota se publicó en El Araucano a9 281, Santiago, 22 de enero de

1836. Pue reproducida por Miguel Luis Amun~teguiReyes en la Introducción aO. C. XIV. pp. xxx-xxxI. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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como hemos dicho, a la distancia de 190 millones de millas,y debe irse alejando más y más de nosotros.

El doctor Fischer de Kornenburg ha publicado un re-sumende todaslas noticiasquese handadode estecometadesde 1005, y de los fenómenos atmosféricos que se hanobservadoen cada unade sus apariciones; análisis intere-sante que vamos a compendiar en pocas palabras. En 1005,escasez de frutos y hambre extraordinaria en Europa; en1080, un terremoto; en 1155, un invierno rigoroso y malascosechas; en 1230, lluvias e inundaciones (se inundó par-te de Frieslandia, y perecieron 100,000 de sus habitantes);en 1304, gran sequedad,y frío intensoen el próximo in-vierno, seguidode pestilencia;en 1380, un contagiodes-tructivo; en 1456, lluvias, inundacionesy terremotos;en1531, grandes inundaciones; en 1607, sequedad extremadaseguida de un invierno muy rígido; en 1682, inundacionesy terremotos;en 1759, lluvias y ligeros terremotos. A estalista del doctor Fischer podemos añadir el año pasado de1835, notable por el gran número de terremotos destruc-tivos. Parece, pues, que este corneta ha producido a vecescalor y sequedad, y más frecuentemente lluvias y fríos; siya no es que sean del todo independientes de su presenciaestos fenómenos meteorológicos.

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EL COMETA~

Este astro, que se aleja rápidamentede nosotros,se ha-lla ahora apoca distanciadel trópico de Capricornio,entreel escudodel Centauroy la extremidadde la cola de Hi-dra. Su aparienciaes la de unanubecilla luminosa, queescadanochemenosperceptible,y dentro de poco no podráverse, sino con telescopio. Actualmenteempiezaa levan-tarsesobre la cordillera a las nuevey media de la noche.(Santiago22 de febrero).

* Esta nota la publicó Bello en El Araucano, a9 286, Santiago, 26 de febrero

de 1836. Fué reproducida por Miguel Luis Amunátegui Reyes en la Introduccióna O. C. XIV, p. XXXI. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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VI

AEROLITOS*

* Este articulO se publicó en El Araucano, n9 764, Santiago, 11 de abril

de 1845. Fue reproducido en O. C. XIV, pp. 425-429. (COMISIóN ErnT0RA. CA-

RACAS).

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El lunes7 de abril a lascuatrode la tarde,se ha oídoenSantiagounadetonaciónlejana, pero bastantefuerte paraconmoverlas ventanasy producir una sensacióngeneralde alarma.Los que estabana la sazónen la calle, vieroncomoenlas altasregionesde la atmósfera,un rastro al pare-cer de humo,semejanteal de ios cohetes;y se sintió al mis-mo tiempoun rumorsordo,comoel de unacarretadistante,el cual se repitió distintamentepor segunday terceravez.

El fenómenode quehablamos,es hoy bastanteconoci-do; y se sabeque generalmentelo acompañala caída demasasmetálicasmáso menosvoluminosas,a las quese hadadoel nombrede bólidos (proyectiles),aerolitos (piedrasdel aire), uranolitos (piedrasdel cielo), y otrosvarios quehanreemplazadola denominaciónvulgar de piedras de ra-yo, equivalentea las antiguasbrontia y ceraunia.

tILos verdaderosaerolitos (dice M. Thillaye en la En-ciclopedia de Courtin) tienen ordinariamenteunasuperfi-cie negra,comovitrificada, por la quese ve queestasmasashan estadosujetasa la influencia de un intensocalor. Pordentro, su color es pardusco;y su contextura,granujientacon puntosmetálicos.Su densidadvaría. A la caída de losaerolitosprecedela aparición de un globo luminoso, queatraviesael espaciocon máso menosrapidez,y haceoir unruido que unasvecesse asemejaal del trueno, y otras a ladescargasimultáneade variaspiezasde artillería, o de unacarretaque llevaseunapesadacargasobreun caminoempe-drado. Sucedeavecesqueesteglobo se precipitaa la tierrasin dividirse; otrasestalla,y susfragmentos,lanzadosen to—

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Escritosde Cosmografía

dasdirecciones,se dispersansobreunaextensasuperficie.Avecesno haymásqueunaexplosión;otrasse repite a cortosintervalos; se prolonga un tiempo considerable,imitandoel estruendode unadescargade fusilería, bien sostenidaypoco distante.Es harto probable que los globos de fuegollamadosbólidos, que desaparecensin detonación,son ver-daderosaerolitos, que en razón de su velocidadno hacenmás que cruzar la atmósferao pasan a una distanciade-masiadoconsiderablepara que los detengala atraccióndela tierra.

ctDudóse mucho tiempo de la realidad de este fenó-meno.Una caídade piedrasquehuboenBarbotánel añode1790, fue mirada, a pesarde los testimoniosmás autén-ticos, como una patraña popular, y el redactor de undiario científico de aquellaépocase expresaasí: «~Cómono gemiránnuestroslectoresquesabenalgo de física y demeteorología,al ver que unamunicipalidad enteraatesti-gua,consignaenun documentoformal y solemneun rumorvulgar que no puedemenos de excitar la compasión,nodecimosya de los físicos, sino de todo hombre de buenjuicio?». Hoy día es indubitable el fenómeno.Desde1750hasta1826 se hancontado78 caídasde piedrasbien atesti-guadas; 50 de ellas en este siglo. En el mismo lapso,se hanobservado14 lluvias de materiaspulverulentas,o deotrassustanciasblandas,secaso húmedas.En 26 añosse havisto reproducirse64 veces un fenómeno que en 1803se mirabatodavía como físicamenteimposible.Por grandeque parezcaeste número,no es probablementela cuartapartede los aerolitosy lluvias de piedrasmetálicasque hanacaecido,puestodaslasquesucedenen elmar o enlas regio-nes inhabitadasdel globo son perdidasparala observación.Es de esperarqueeste ejemplonotablede los errores a quepuede arrastrarnosla precipitaciónde nuestro juicio, harámás circunspectosa los hombresque engreídosde su pro-fundo saber,niegantodo lo queno comprendeny colocanenel númerode los ignorantesy crédulosa los que piensan

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Aerolitos

queun hechopocoprobable,pero bien atestiguado,y cuyaimposibilidad no es evidenteni puededemostrarse,no debemirarseinconsideradamentecomo fabuloso.

~En 1803, se vio en variaspartesde Bretañay Norman-día un globo inflamadode un brillo extraordinario,que semovía con mucha rapidezen la atmósfera.Pocosinstantesdespuésse oyó en Laigle, y en un circuito de 30 leguas,unaexplosiónviolenta, que duró 5 ó 6 minutos. Percibiéronseal principio treso cuatrodetonacionescomocañonazos,se-guidasde unadescargacomparableal estruendode un fuegograneado;despuésdelo cualseoyó comoun espantosoredo-ble de tambor. El aire estabasosegado;el cielo, sereno.Elruido salía de unanube quepareció inmóvil durantetodoesetiempo, arrojandovaporesdivergentesen cadaunade lasexplosionessucesivas.En todo el cantón sobre el cual semantuvocomosuspensala nube,se oyeronsilbidossemejantesal de unapiedra lanzadapor unahonda,y se vio caerunamultitud de masassólidas,exactamenteparecidasa las quese conocíancon el nombrede piedrasmeteóricas,en nú-mero de 2 a 3,000,diseminadassobreun óvalo de cercadedos leguasy mediade largo y unade ancho.Esta relación,la más circunstanciadade cuantashemos obtenido hastaahora, se debe a M. Biot, que se trasportó al distrito, einterrogó a ios testigos.Examinadaslas piedras,se aseguróde que, entre las produccionesmineralógicasdel país, nohabía ninguna que se les asemejase.En una palabra, noomitió ninguna de las precaucionesque, segúnlas reglasde unasanalógica, compruebanun hechode tal modo queno quedaefugio a la incredulidad.

~Todos los aerolitosse componende sílice, magnesia,hierro, níquel, manganeso,cromo y azufre. Su densidadvaría de 3,2 a 4,3 (comparadacon la del agua); lo queprovienesin dudade algunapequeñadiferenciaen sus par-tes constituyentes,y de la temperaturamás o menoseleva-da a que hansubido en el momentode su descenso”.

“Estos caracteresconstantes (dice Biot) indican con

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Escritosde Cosmografía

la mayor evidencia un origen común. Es preciso notar,además, que el hierro no se encuentra nunca, o casi nunca,en estado metálico en los cuerpos terrestres. Las materiasvolcánicasno lo contienensino oxidado.El níqueles tam-bién muy raro, y no se encuentrajamássobrela superficiede la tierra; el cromo es todavía más raro.

ctMuévense en una dirección oblicua al horizonte y seven a muy grandes alturas, hasta la de diez leguas sobre lasuperficie de la tierra, según se colige de las observacioneshechas simultáneamente en parajes distantes, al momentode su explosión. No tienen una dirección determinada.

ce~ han imaginado diversas hipótesis para explicar estefenómeno. Laplace creía que estas piedras eran lanzadaspor los volcanesde la luna; y sometiendoestaidea al cálcu-lo, encontróque bastabapara ello una fuerza de proyec-ción cuádrupla de la de una bala de calibre lanzada con12 libras de pólvora. Esta fuerza, no teniendo resistenciaatmosféricaque vencer, porque la luna carece de atmós-fera, seriasuficiente para desprenderdel globo lunar unamasa metálica; y la gravitación terrestre la haría luegoprecipitarse a nuestro planeta. No es inverosímil que losvolcanes de la luna puedan dar tanto impulso a un cuerpo,supuestoque los de la tierra tienen unafuerzade proyec-ción muy superior, aunquela intensidadmayor de la gra-vitación en la superficie de nuestro globo, y sobre todo laenormeresistenciade nuestraatmósfera,no les dejen pro-ducir iguales efectos.Otros físicos creenque los aerolitosson pequeñísimos planetas o fragmentos planetarios, quecirculan en el espacio como los otros cuerpos celestes, y queencontrándoseavecesconlaatmósferade la tierra, se infla-man en ella por el roceviolento que sufren en razón desu velocidad, y caen por fin a la tierra por efecto de supeso. Esta idea parece apoyada por el descubrimientore-cientede cuatropequeñosplanetas;perono explicala iden-tidad de composiciónde los aerolitos”.

La misma objeción se aplica, hasta cierto punto, a la

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Facsímil de una comunicación oficial enviada por Bello, como Rector de la Uni-versidad de Chile, a James M. Gilliss, Jefe de la Comisión Astronómica Norteame-

ricana, que estuvo en Chile desde1849 a 1852.

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Aerolitos

hipótesisprecedente.Milita ademáscontraella la diferenciaesencialque se ha observadoentrela sustanciade ios aero-litos y la delas materiasvolcánicas.En cuantoa la hipótesisquesuponíaformadosestos cuerposen la atmósferapor lareuniónde ios elementosvaporizadosdebida a su afinidadquímicabajola influencia de la electricidado de otra causasemejante,esta idease ha desechadogeneralmentepor argu—mentosincontestables,uno de ellos la grandealtura de quedesciendenlos aerolitos,y a que no puedenelevarseni lasnubesni los vapores.

Uno de los más notablesaerolitoses la masaenormedehierro nativo que descubrió Bougainville no lejos del ríode la Plata,y cuyo pesose ha calculadoen 100,000 libras.¿Eséstala célebremasade hierro encontradapor Rubín deCelis en las pampasde Buenos Aires cerca de SantiagodeTucumán?La análisis de esteenormeaerolito ha dado 881

milésimosde hierro, y 119 de níquel, segúnHoward.

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VII

ÉPOCA VERDADERA DEL NACIMIENTO

DE JESUCRISTO*

* Miguel Luis Amunátegui Aldunate insertó este artículo en la Introduccióna O. C. VI, pp. xciv-xcviii. Había quedado inédito a la muerte de Bello. ExplicaAmunátegui que fue motivado por la publicación de un artículo traducido delAthenoeum de Londres, aparecido en El Mercurio de Valt’araíso, 23 de abril de1831. Como se refiere a un punto mencionadoen el artículo 2, del capítulo XVde la Cosmografía,lo incluimos en este tomo. (COMISIÓN EDITOstA. CARACAS).

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La costumbrede contar los años desde Jesucristonoempezó a introducirse en el mundo cristiano hasta princi-pios del siglo VI, en queDionisio, llamadoel Exiguo, que-riendo desterrarde ios cómputoscronológicosel nombreodioso de un perseguidor de la iglesia, sustituyó una nuevaera a la de Diocleciano, entonces generalmente seguida.Esta innovación se hizo el año248 de Diocleciano, que sedenominó 532 de Jesucristo,porque, segúnel cálculo deDionisio, éste era el número de los años que habían tras—currido desde la encarnacióndel Redentor. En esta era,apellidada Dionisiana, se empezaba a contar el año en25 demarzo.Bedaquisoque sevolvieseal 1 de enero,segúnla antiguaprácticade los romanos.Si el cálculo de Dioni-sio, adoptadopor Beda, fue correcto,el hijo de Dios nacióen el primer añode nuestraera; peroestoes lo quehamu-chotiempo se disputaentrelos cronologistas,pretendiendounos que la cuentade Dionisio es exacta; otros, que enella se anticipael nacimientode Jesucristo;y otros, que seretardaalgunos años.

Esta terceraopinión me pareceapoyarseen fundamen-tos mucho más sólidos que las otras. Voy a exponerlasucintamente.

El año 532 de nuestra era coincide con el 248 de Dio-cleciano;por consiguiente,el año 1 de Diocleciano fue el284 de la era vulgar.

El año 1 de nuestraera coincidecon el 754 de Roma,según el cómputo que pone la muerte de Augusto en elaño,767 de Roma (14 de la eravulgar). Herodes,llamadocomúnmente Herodes el Grande, padre de Arquelao, mu-

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Escritosde Cosmografía

rió pocos.días antesde la celebraciónde una Pascuaju-daica, según se deducede la relación de Josefo,tanto ensu Historia de la Guerra Jerosolomitana(libro 2, capítu-lo 3), como en sus Antigüedades(libro 17, capítulo 9).Este historiador refiere que Arquelao, habiendo pasadoen Jerusalénla Pascuaque siguió a la muerte de su pa-dre, se puso en camino para Roma, adonde le llamabacon urgenciael arreglo de la suceSiónal trono, que se ledisputabapor un competidor poderoso.De aquí se siguequeestostressucesos:la muertede Herodes,la Pascuay elviaje de Arquelaoa Romase verificaron uno trasotro conpequeñósintervalosde tiempo, presunciónque se confirmade un modo irrefragablepor la circunstanciaque voy adecir, referida también por Josefo.Arquelao, caminandoya a Roma, se encontróen Cesáreacon Sabino,procuradorimperial de la Siria, que,sabidoel fallecimientode Herodes,iba a toda prisa a Jerusaléncon el objeto de asegurarlostesorosde aquelpríncipe a nombredelenaperadorAugusto.

Pero hasta aquí sólo sabemos en qué circunstancia,~pocomás o menos, acaecióla muerte de Herodes: restaaveriguarel año. Herodesse hallabagravementeenfermo,en términosde haberseesparcidoel rumor de su muerte,cuandolos rabíesexcitaron a sus discípulos a derribar eláguila de oro colocadaen el templo. A consecuenciadeeste atentado,fueron llevadosa Jericó, residenciade He-rodes,el cual, irritado contra los sediciosos,se hizo conduciral tribunal parajuzgarlos él mismo en persona.Los rabiesfueron quemadosvivos; y aquellamisma noche, hubo uneclipse de luna, que,segúnel cómputoastronómico,acaecióel 13 de marzoel año de Roma 750. Herodesmurió pocosdíasdespués.Aquel año fue la Pascuaen 11 de abril. Coli-giéndoseclaramentede la relación de Josefo que Herodessobrevivió poco tiempo a la ejecuciónde los rabíes, debesu muerte colocarse entre e1 13 de marzoy el 11 de abrildel año 750 de Roma, tres añosy nuevemesesantesde la~eracristiana.

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Época nacimiento Jesucristo

SegúnJosefo,Arquelaofue acusadoanteAugustoy des-terrado el año 99 o iø~de su reinado; y Dion Casio poneel destierrode Arquelao en el año 759 de Roma. Debe,pues,Arquelao haber comenzadoa reinar en 749 o 750;y esta última suposición concuerdaperfectamentecon lafecha anterior.

Aún hay más.Joseforefiere queCirenio, gobernadordeSiria, confiscó los bienes de Arquelao el año 37 despuésde la batalla de Accio. Ésta la ganó Augusto sobreMarcoAntonio el añode Roma 723, o el 30 antesde la era cris-tiana. Si añadimos37 a 723, resultan760. Como la confis-caciónde los bienesde Arquelaodebióverificarsepoco des-puésde su acusacióny destierro,esta indicaciónde Josefoesenteramenteconformea las dos anteriores;y da a la cro-nología quesigue un grado de probabilidada que es difícilnegarel asenso.

Josefodice queHerodesreinó treinta y siete años des-pués queel senadoromanole reconociópor rey de Judea.Estereconocimientose verificó, segúnel mismohistoriador,en el año 714 de Roma (Antigüedades,libro 14, capítulo14, y libro 17, capitulo 8). Suponiendoque los treinta ysiete añosno fueron completos,que es un modo de contarfrecuentísimoen los historiadores,y añadiendo36 a 714,

resultaasimismoqueel reinadode Herodesterminóen 750.

Herodes,como testifica la historia,no empezóa reinarefectivamenteen Jerusalénhastael año 717,en que, segúnJosefo,se apoderóde aquellaciudad,e hizo matar a Antí-gofo, queocupabaentoncesel trono.Desdeestesucesohastala muertede Herodes,cuentaei mismo historiadortreinta ycuatroaños,que, suponiendono fueran completos,nos danel mismo resultadoque la indicación precedente.

Parece,pues,demostradoquela muertede Herodesacae-ció, como dije, tresañosy nuevemesesantesde nuestraeravulgar cristiana. Y siendo estepríncipe, segúnel evangeliode SanMateo, el mismobajo cuyo reinadonació en Belén

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EscritosdeCosmografía

el Salvador, y vinieron los tres magos o sabios del OrienteaJerusalén, y fueron degollados los inocentes, sacamos enlimpio que el nacimiento de Jesucristo precedió por lo me-nos cuatro años a la era vulgar.

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VIII

CURSO ELEMENTAL DE GEOGRAFÍA MODERNA

DESTINADO A LA INSTRUCCIÓN DE LASUR-AMERICANA

JUVENTUD

escrito por don ToMÁS GODOY CRTJZ*.

* Esta nota se publicó en El Araucano, n9 460, Santiago, 21 de junio de

1839. La reprodujo Miguel Luis Amunátegui en la Introducción a O. C. VII,pp. lxxix-lxxx. Se inserta en este tomo porque la mayor parte del comentariode Bello se refiere a la necesidadde un texto de Cosmografía, que publicó el pro-pio Bello nueve años más tarde. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Un tratado elemental de geografía para los estableci-mientos de educaciónno debeser másque un alfabeto,pordecirlo así,que habilite a los jóvenesparala debidainteli-genciade las obrasde historia,viajes, etc. Con este auxiliose puedenleer sin tropiezo y con placerlas obrasabultadasde geografíafísica y política; y de estamanerase extiendeny perfeccionanen la lecturaprivadalas nocionesnecesaria-menteabreviadasy diminutasde los colegios.

Bajo este punto de vista la obra que sirve de epígrafeal presenteartículoes acreedoraa la aceptaciónde los direc-toresy profesoresde nuestrosestablecimientosliterarios.Esdifícil reunir en más corto espaciolos elementosde esteramo indispensable de enseñanza; su método es excelente;su estilo, claro; y las ideas que da de ios extensosy varia-dosobjetosquerecorre,nos hanparecidogeneralmenteco-rrectas.

Desearíamosque a la par de la geografíase diese máscabiday ensancheentrenosotrosa la cosmografía,o cienciadel universo;estudioel mása propósitopara elevarla ima-ginación de la juventud, y para darle alguna idea de lasmaravillasde la naturaleza,y del poder y sabiduríade suinefable autor. Lo que hay sobre este asunto en todas lasobraselementalesde geografíaque conocemos,exceptuandola de Letronne,es sumamenteescasoy defectuoso;y aunen la que acabamosde citar (bien quesólo podemosjuzgarde ella por su traduccióncastellana),no encontramosaquelorden,aquellaexposiciónluminosa,queen composicionesdeesta éspecieson necesariospara formar buenos hábitos de

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Escritosde Cosmografía

raciocinio,y para dar al mismo tiempo un ejercicio agra-dablea la imaginación,queenningúnotrogénerode objetosencuentraun campotan vastoen que explayarse.

Una obrita que fuese poco más o menosde la mismaextensiónque la del señordon TomásGodoy Cruz seríasuficienteparallenar este vacío, que sin duda lo es en losinstitutos y colegios, destinadosa la educaciónliteraria ycientífica; y el trabajode redactarlase facilitaría muchocon el auxilio del elegantísimotratado de AstronomíadeHerschel,queforma parte de la Enciclopediade Lardner,y contieneunadescripcióncompletadelsistemadel univer-so,con todoslos portentososdescubrimientosde los últimosaños,y sin el embarazode cálculosy fórmulas algebraicas.No se podríahacerun presentemáshermosoa la juventudde ambossexos.

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PROFECÍAS *

* Este articulo se publicó en El Araucano, &‘ 510, Santiago, 5 de junio de

1840. No se incluyó en O. C. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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En un poema caballeresco, el Morgante Maggiore dePulci, compuesto a mediados del siglo décimoquinto, seencuentra un pasaje, que anuncia del modo más claro eldescubrimiento de América. Este pasaje se contiene en lasestancias 229, 230 y 231 del canto XXV. He aquí la ideaque da de él M. Ginguené, en su Historia literaria de Italia.

El diablo Astarot va al Egipto en busca de los paladinesReinaldo y Ricardeto, y les anuncia su misión; él se meteen el cuerpo de Bayardo, que era el corcel de Reinaldo, y sucamarada Farfadete en Rabicán, caballo de Ricardeto, yambos arrebatan por los aires a los dos caballos y a los doscaballeros. Al segundo día de este viaje aéreo pasan por sobreel estrecho de Gibraltar, y Reinaldo, reconociendo el lugar,pregunta a su conductor qué era lo que en otro tiempo seentendía por las columnasde HércuLes. «Esa expresión”,responde Astarot, «ha tenido su origen en un antiguo error,que ha durado en el mundo muchos siglos. Es una yana yfalsa opinión la de los que creen que no se puede navegarmás allá. El agua es plana en toda su extensión, aunque ellay la tierra tengan la forma de una esfera. La especie humanaera entonces ignorante y grosera. Si Hércules resucitase, seavergonzaría de haber plantado esos dos postes, porque lasnaves pasarán más allá. Se puede ir a otro hemisferio, por-que todaslas cosasgravitan asu centro,y ~or un misteriodivino la tierra está suspendida entre los astros. Debajo denosotros hay ciudades, castillos, imperios; pero la antigüedadlo ignoraba. Esos pueblos se llaman antípodas;adoran a losfalsos dioses; tienen, como vosotros, animales y plantas; ytambién viven en guerra unos con otros”.

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Escritosde Cosmografía

Paraquese admireestepasaje,comoél merece(continúaM. Ginguené),es precisorecordarque,cuandose escribió,aúnno existíanCopérnicoy Galileo, y queCristóbal Colónhizo su primer descubrimientoen 1492, algunosañosdes—puésde la muertede Pulci.

Otro anunciosingulares el que semencionaenel Diariode los Debates,de 8 y 9 de enerode este año.M. Ideler, deBerlín, calculandoa ruegodel barónde Humboldt,quéañosde nuestraera correspondena las grandesconjuncionesdeSaturnoquesegúnel cardenalde Ailly ensuobraintituladaTracÉatusde concordiaastronomicaeveritatis curnnarratio-vehistorica (impresaenLovaina,en 1490), debíanacarrearacontecimientosextraordinarios,halló queuno de los gran-desperíodosde aquelplanetadebíacumplirseen 1789.Ha-blando de eseañose expresael cardenalde estemodo: ~

el mundodurahastaentonces,lo que Dios sólo sabe,habráimportantesy numerosasvicisitudes,y revolucionesasom-brosas,sobretodoen materiasde leyes”: si inundususquealilla temporadur~averit,quod solusDeusnovit, inuitae tuncet magnaeet mirabiles alterationesmundiet ‘mutationesfu-turae sunt, et inaxime circa leges. El barón Humboldt alcitar estamaravillosacoincidencia,pregunta,si los aficio-nadosa lo místico y tenebrosohanreparadoen estepro-nósticode unarevolución queocupa un lugar tan señaladoen los anales del género humano.Como creemos (dice elDiario de los Debates)quesueruditaobra (Historía de lageografíadel nuevocontinente)es la primera queha dadonoticias de él, lo consignamosaquí como cosa verdadera-mentecuriosa.

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NATURALEZA AMERICANA

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VIAJE A LAS REGIONESEQUINOCCIALES

DEL NUEVO CONTINENTE,

POR

HUMBOLDT Y BONPLAND *

* Agrupamos en esta sección los escritos de Bello relativos a la obra Viaje

a las regiones equinoccialesdel Nuevo Continente, por Alejandro de Humboldt yAmado Bonpland, redactadapor Humboldt. En primer lugar insertamos los doscomentarios publicados por Bello en El Repertorio Ar,icricano; y a ccntinuaciónlas versiones que Bello hizo del texto de dicha obra aparecidas en El CensorAmericano (Londres 1820) y en El Repertorio Americano (Londres 1826 y 1827).La atribución de las versiones aparecidas en El Censor Americanono es tan segura.Por la reiterada atención que dedicó a esta obra, trascendentalpara América; y porel carácter tan personalcon que realizó Bello las versiones al castellano,estimamosque debe incorporarse la labor humboldtiana de Bello a la edición de sus ObratCompletas.

Anotamos algunas otras manifestaciones del interés de Bello por los estudios deHumboldt: 1). En El Repertorio Americano, II, Londres,enero de 1827, pp. 221-228 insertó la “Comparación de las grandesdivisiones políticas según el orden desu extensión respectiva”, ccn datos tomados de la Relación histórica del Viaje deHumboldt, con adiciones de los editores del Repertorio; 2). En las pp. 229-231 delmismo número, inserta la “Distribución de la población en América según razas,cultos y lenguas”, también tomada de Humboldt; y 3). En El Araucano, n

9 1~,Santiago, 15 de diciembrede 1830, publica “CálculosestadísticossobreAmérica extrac-tados de una carta de M. Hun~bo1dtal Presidente Bolívar”. (CoMIsIÓN EDIToRA.CARACAS).

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C O M E N T A R 10 S

VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE,HECHO EN 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 y 1804, POR AL. DE HUMBOLDT“ A. BONPLAND, Y REDACTADO POR. ALEJANDRO DE HUMBOLDT,

CON UN ATLAS GEOGRÁFICO Y FÍSICO.

Tomo VI, en 49, tomos Xl y XII, en ~ París, 1826*

Esta nueva parte de la relación histórica del viaje deHumboldt y Bonplandcontienemucho de nuevosobre lageografíay estadísticade América, interpolado de intere—santísimasobservacionesfísicas y meteorológicas,que elautor hacesobremanerainstructivascomparando,segúnsucostumbre,los aspectosy fenómenosde diferentesclimas ylocalidades.Despuésde exponeralgunosdatossobrela altu-ra media del barómetro en las regionesequinocciales,alnivel del mar, y sobre la temperaturamedia de Cumaná,y el estadohigrométrico y cianométrico del aire, cierrasu libro IX con varias notas,en que encontramosexquisi-tas noticiasacercade las líneasde fortificacionesy túmulosentrelos Montes-Roqueros(Rocky-Mountains),y la cordi-llera de los Alleghanys; monumentoscuriosos,a cuya luz secolumbranalgunasde las antiguasmigracionesy revolucio-.nesde las tribus americanas.Contienentambiénestasnotasla tabla de extensióny población de las grandesdivisionespolíticas, que hemosdado en otro lugar; un estadode las

* Esta ncta de comentario a la edición francesa, fue publicada en El Reper-

torio Americano, II, Londres, enero de 1827, pp. 301-303. No se íncluyó en O. C.(COMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Naturaleza Americana

misiones de Píritu en Nueva-Barcelona en 1799; otro delas misionesdel Orinoco,Casiquiarey Río Negro, en 1796;otro de las del Caroní, en 1797; una lista alfabética de lastribus indias del Orinoco y de sus ríos tributarios; noticiasnadacomunessobrela demarcaciónde límites entrelas po-siciones antes españolasy portuguesasde América; y, enfin, una carta de M. Boussingault escrita en Maracay, a 15de febrero de 1823, dondese da cuentade la composiciónquímica de la leche nutritiva del palo de vaca, analizadapor losseñoresBoussingaulty Rivero.En el capítuloXXVII(primero del libro X) se refiere la travesíade las costasdeVenezuelaa La Habana,y se danlas tablas,arriba copiadas,de la poblaciónde las Antillas, y de la distribución numé-rica de los habitantesdel Nuevo-mundopor razas, cultosy lenguas.El capítuloXXVIII tratade la extensión,pobla-ción, agricultura, comercioy rentasde la isla de Cuba,yse vende por separadocon algunasinteresantesadicionesbajo el título de EnsayoPolítico. Continúaseademásenestecapítulo la relación histórica hastael embarcode los dosviajeros en la bocadel río Guaurabo,con destinoa Carta-gena;y terminanel libro X otras notasen que,haciéndosemérito de un vasto caudalde noticias comerciales,se ave-rigua el consumode las produccionescolonialesen Europa;y despuésde discutirse algunascuestionesde física, se dauna análisis del mapa de Cuba del autor.

VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTEHECHO EN 1799, HASTA 1804, POR A. DE HUMBOLDT, Y A. BONPLAND,REDACTADO POR AL. DE HUMBOLDT, etc., CON MAPAS GEOGRÁFICOS

Y FÍSICOSParis, 1826, 5 tomos 89*

Tiempo ha que se echa de menos una traduccióndelviaje de Humboldt y Bonpland, y nos dolemos de que no

* Esta nota a la poco afcrtunada traducción castellana, de París 1826,

se publicó en El Repertorio Americano, III, Londres, abril de 1826, pp. 296-297.La reprodujo Miguel Luis Amunátegui en la Introducción a O. C. VII, pp. xxi-Xxii. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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Viaje a las regionesequinocciales

hayaemprendidoestaobraalgún escritordotadode las cua-lidadesnecesariasparasu desempeño,queademásdel cabalconocimientode los dos idiomas, requierecierta familiari-dadconel lenguajetécnicode las cienciasfísicas,y nocionesmás que medíanasde historia natural. Por falta de estosindispensablesrequisitosestáplagadade erroresla traduc-ción de quedamosnoticia,señalándosea menudolos objetoscon denominacionesbárbarase ininteligibles. He aquíunospocos ejemplos que nos han saltado a los ojos en menos de30 páginasdel tomo 1, y aun no son todos. A las hojas pin-nadas llama el traductorpeludas;a los cocos,cocoteros; alas casiasen general (cassiaL.), cañafístulas;a las tunas ocactos,raquetasy cacteros;a las garzas,agretas;a la maderade la tuna (le bois du cactus),el bosquedel cactus; a losfilos o bordesde los tallosdela tuna,pinchos;a la culebradecascabel (serpenta sonnettes),serpientede campanillas; alos garfiosvenenososde queestáarmadala boca de ésteyotros reptiles,saetas;a las palmas,palmeros; a los guaique-ríes,guaiqueros;a los mangles,paletuvieros;a los totumos(crescentiacujete), calabazeros;a las estufas (serres),sie-rras; a las cañas (roseaux),rosales,etc.

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VERSION ES

CONSIDERACIONES SOBRE LA PRIMERA POBLACIÓN Y LAS ANTIGt~E-DADES DE AMÉRICA

(De los Viajes de HUMBOLDT y BONPLAND) *

Seaqueexaminemosatentamentela Constitucióngeoló-gica de América,o que reflexionemossobreel equilibrio delos flújdos quecubrenla superficie del globo,no parecequehayafundamentoparacreerqueel Nuevo Continentesalióde las aguasmucho despuésque el antiguo; pues en aquéldiscernimosla mismasucesiónde rocas,quevemosen nues-tro hemisferio; y es probable que las varias capas,de quese componenlos montesperuanos,seancontemporáneasdelas de igualesdenominacionesde los Alpes de Suiza.El globoenteroparecehabersufrido unasmismascatástrofes.A unaaltura superior a la del Monte Blanco hallamos conchasmarinaspetrificadassobrelas cumbresde ios Andes; huesosfósiles de elefantesse encuentranesparcidosacá y allá porlos paísesequinocciales;y lo que es muy de notar, no sedescubrenal pie de las palmasen las llanurasardientesdelOrinoco, sino en las más frías y elevadasregionesde lasCordilleras. En el Nuevo Mundo como en el antiguo, gene-

* Esta versión de Humboldt y Bonpland se publicó en El Censor Ansericano,

n9 IV, Londres, octubre de 1820, pp. 303-315. No había sido reimpresa pcsterior-

mente. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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NaturalezaAmericana

raciones de especies, tiempo ha extinguidas, precedieron a lasque hoy pueblan la tierra, las aguas y el aire.

Tampoco se puede probar que la existencia del hombresea muchomás recienteen América que en el otro conti-nente.Entre los trópicos la fuerzade la vegetación,la an-churade losríosy las inundacionesparciales,hanpresentadopoderosos obstáculos a las trasmigraciones de los pueblos.El Asia septentrional no está mejor poblada que las sabanasdel NuevoMéxico y del Paraguay;ni haynecesidadde su-poner que los paísesque hoy contienenmayor númerodehabitantessonlos queprimerose poblaron.El problemadela primera población de América no pertenece con mejormotivo a la historia, que las cuestiones sobre el origen delas plantas y de los animales, y sobre la distribución de losgérmenes orgánicos, a la ciencia de la naturaleza. La historia,llevándonosa las épocasmás remotasde que se conservamemoria, nos informa que casi no hay parte del globo querio esté ocupadapor hombres,que se creenaborígenes,por-quehanolvidadosuorigen.Entreunamultitud de nacionesque se han sucedido o se han mezclado unas con otras, esimposibledescubrircon certezala primerabasede la pobla-ción, aquel tronco primitivo que precedióa las tradicionescosmogónicas.

Las naciones de América, exceptuando las que se rozancon el círculo polar, forman una sola raza, caracterizada porla formación del cráneo, el color del cutis, la extremadaescasezde barbay lo recio y lustrosodel pelo. La raza ame-ricana ofrece una notabilísima semejanzacon la de lasnacionesMogoles, que incluyen a los descendientesdeHiong-Nu, conocidos antes por ios nombres de Hunos, Kal-kas, Kalmucos y Burates. Las últimas observaciones handado a conocer que no sólo los habitantes de Unalashka,sino varias tribus de la América meridional,indican por loscaracteresosteológicosde la cabezauna transición de laraza americana a la mogola. Cuando hayamos estudiadomás completamente los hombres morenos de África, y aquel

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Versionesde Humboldt

enjambre de naciones que habitan el interior y el nordestedel Asia, y que iosviajerossistemáticosdescribenvagamente,bajo la denominación de tártaros y tschoudes, entonces lasrazascaucásea,mogola, americana,malayay negraapare-ceránmenosaisladasy reconoceremosen la gran familia delos hombresun solo tipo orgánico,modificado por circuns-tanciasque acasopermaneceráneternamentedesconocidas.

Aunquelas nacionesdelNuevoMundoestánunidasconvínculosestrechos,manifiestanen la movilidad de sus fac-ciones,en lo máso menososcurode la piel y ensuestatura,diferencias tan reparablescomo los Árabes, los Persas yEslavones,quepertenecentodosa la razacaucásica.Sin em-bargo, las tribus bárbarasquevagan por las llanurasabra-sadasde las regionesequinocciales,no tienen la piel másmorenaque los montañesesde la zona templada; sea queen la especiehumana,como en la mayor parte de los ani-males, haya cierto períodode la vida orgánica, pasadoelcual la influencia del clima y del alimento no produce efectoalguno,o quela alteracióndel tipo primitivo sólosehagaper-ceptible al cabode una largaserie de siglos. Además,todoconcurre a probar que los americanos,como los pueblosmogoles, tienen una organizaciónmenos flexible que lasotras naciones de Asia y de Europa.

La raza americana,aunquela menos numerosade to-das,es la que ocupamayorespacioen el globo. Extiéndesesobre ambos hemisferios entre los 60° de latitud septen-trional, y los 55°al sur; y es la única que ha fijado suhabitaciónen los llanos calurososcircundadospor el océa-no, como sobre las cordilleras de los montes, a alturas quese levantan1200 piessobreel Pico de Tenerife.

El númerode lenguas,que distinguenla varias tribusnativas,pareceaún más considerableen el Nuevo Conti-nenteque en el África, donde,segúnlas recientesinves-tigacionesde los señoresSeetzeny Vater, hay más de 140.

Bajo este respecto se puede comparar toda la América conel Cáucaso, con Italia, antes de la conquista de los Ro-

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Naturaleza Americana

manos,y con el Asia Menor, cuandoésta conteníaen unterritorio de poca extensiónlos Cilicios de raza semítica,los Frigios de origen tracio, los Lidios, los Celtas. La con-figuración del suelo, el vigor de la vegetación,la repug-nanciade los montañesesa la ardientetemperaturade losllanos, son obstáculosque embarazanla comunicaciónyque contribuyen a la prodigiosa variedad de dialectos enAmérica; variedadmucho menos considerableen las saba—nasy selvasdel norte, queel cazadorpuedeatravesarfácil-mentea las orillas de los grandesríos, sobre las costasdelocéanoy en todos los paísesen que los Incas habíanesta-blecido su teocraciapor las armas.

Cuando se aseguraque existen algunos centenaresdeidiomas en un continente,cuya población total no igualaa la de Francia, miramos como distintos los que tienenentre sí la misma afinidad que se observa, no diré entreel alemány el holandés,o entre el italiano y el español,sino entre el danés y el alemán, el caldeo y el arábigo, elgriego y el latino. A medida que penetramosen el labe-rinto de las lenguas americanas,percibimos que algunasde ellas son susceptiblesde clasificarsepor familias, al pasoque otrasen mayor númeropermanecenaisladas,como lavascongadaentrelas europeas,y la japonesaentre las asiá-ticas.Estaseparación,contodo,puedesersóloaparente;por-que es de presumirque las que no parecenadmitir ningunaclasificaciónetnográfica,tenganafinidad,o con otras len-guas ya extinguidas,o con las de algunastribus aún novisitadaspor viajeros.

La mayor partede las lenguasamericanas,aun las quese diferenciantanto entresí, comolos dialectosgermánicos,de los célticos y eslavónicos,no dejande presentarciertaanalogíaen el total de su organización;como, por ejemplo,en la complicaciónde sus formas gramaticales,en las mo-dificacionesque recibe el verbo, segúnla naturalezade susintaxis, y en el número de partículasiniciales, o finales,que se le agregan;uniformidad quedeja traslucir, si no un

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origen común, a lo menos una grande analogía en las dispo-sicionesintelectualesde las tribus americanasdesdeGroen-landia hasta las regiones magallánicas.

Investigacioneshechasconla exactitudmásescrupulosa,segúnun métodode quehastaaquí no se ha hecho usoenel estudiode las etimologías,acreditanquehay pocaspala-brascomunesen los vocabulariosde los dos continentes.Enochenta y tres lenguasamericanasexaminadaspor los se-ñoresBarton y Vater se han hallado 870 palabrascuyasraícesparecíanunasmismas;y ya se deja conocerqueestaanalogía no es accidental, pues no proviene meramente dela armonía imitativa, ni de aquella conformidad en losórganos, que produce una identidad casi perfecta en losprimeros sonidosarticuladosde los niños. En estas870 pa-labras, que tienentanta conexiónentresí, los tres quintosse asemejanal mantchou, tongues,mogol y samoyedo;ylos otros dosquintos al céltico y tschoud,al vascuence,y alos idiomascópticoy congo.Estassemejanzasse hanencon-trado comparandotodas las lenguasamericanascon todaslas del mundo antiguo; porque hastaaquí no conocemosidioma americanoque tengacorrespondenciaexclusivaconninguno de los de Europa,Asia o África. Lo quehan afir-madoalgunosliteratos, llevadosde teoríasabstractas,sobrela pretendidapobrezade todaslas lenguasamericanas,y laextremaimperfeccióndesusistemanumérico,es tan dudosocomo las asercionesque se han hecho sobre la debilidad yestupidezde la especiehumanaen el nuevo continente,elapocadoincrementode la naturalezaanimaday la degene-raciónde aquellosanimalesque se han llevado de un hemis-ferio al otro.

Varios idiomas, quehoy pertenecena pueblosbárbaros,parecenfragmentosde lenguas,en otro tiempo ricas, flexi-bles y apropiadasa mayorcultura. Lo poco quesabemosdela historia de los americanos indica que las tribus cuyastrasmigracionesse handirigido del norte al sur, hablaban,cuando aún residían cerca de las regionespolares,varios

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Naturaleza Americana

idiomasque al presenteencontramosen la zonatórrida; dedondepodemosdeducir por analogía que la ramificación,o más bien, empleando una voz independiente de todosistema,la multiplicación de las lenguas,es un fenómenoantiquísimo. Acaso las que llamamos americanasno per-tenecenmás a la América, que el magyary húngaro,eltschoudy finlándico a Europa.

Debemos confesar que el cotejo de los idiomas de losdos continentesno ha conducidoaún a ningunaconclusiónimportante;pero no desesperamosde que este estudioseamás fecundo de resultadosinteresantes,cuandohaya máscantidadde materialesen quepuedeejercitarsela sagacidadde los literatos. ¡Cuántaslenguasse hablanen América, yen el Asia central y oriental, cuyo mecanismonos es tandesconocido,como el de la tirrena, oscay sabina! Entrelas nacionesquehan desaparecidodel mundoantiguo, aca-so hay algunascuyos descendientes,reunidos en pequeñastribus, andanerrantespor las vastassoledadesde América.

Si las lenguassuministranmuy débiles indicios de an-tigua comunicaciónentre los dos mundos,esta comunica-ción resulta plenamenteprobadapor las cosmogonías,losmonumentos,los jeroglíficos y las institucionesde los pue-blos de América y Asia. Hasta aquí no ha sido posibledeterminarla épocaen que se verificaba; y nadaseríamástemerarioqueseñalarel grupo de nacionesde nuestrocon-tinente con quienes,ios toltecas,los aztecas,los muiscasylos peruanospresentanmás analogías;pues éstas sólo sedescubrenen tradiciones,monumentosy costumbres,talvez anteriores a la presente división de los asiáticos en chi-nos, mogoles, hindos y tanguses.

Cuando se descubrió el Nuevo Mundo, o más bien,cuandose verificó la primera invasión de ios españoles,losamericanos,que más habían adelantadoen civilización,eran los que habitaban ios montes. Era natural a hombresnacidos en las llanuras de las zonas templadas,seguir el

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Versionesde Humboldi

filo de las cordillerasque se levantana medidaque se acer-can al ecuador.

En estas elevadas regiones encontraban temperatura yplantas que congeniaban con las de su suelo nativo. Lasfacultades se desarrollan más fácilmente donde el hombreencadenado a una tierra estéril, se ve en la precisión deluchar con la parsimoniade la naturaleza,y no consiguela victoria, sino después de una larga contienda. Las áridasmontañasdel Cáucasoy del Asia Central sirven de asiloa naciones libres y bárbaras. En las partes equinocciales deAmérica, dondesabanasvestidasde perpetuoverdor estáncomo suspensas sobre la región de las nubes, no había másnacionescivilizadas que las que ocupabanlas cordilleras.Sus primeros progresos en las artes fueron tan antiguoscomo la forma singular de sus gobiernos, que no eranfavorablesa la libertad individual.

El Nuevo Continente, como el del África y el Asia,presentavariospuntos de civilización primitiva, cuyasre-lacionesmutuas son tan desconocidascomo las de Merse,el Tibet y la China. La civilización de México emanó deun país situado hacia el norte; en la América meridionallos grandes edificios de Tiahuanaco han servido de modelosa los monumentos que los Incas erigieron en Cuzco. Enmedio de las extensasllanurasdel Canadásuperior,en LaFlorida, y en los desiertos terminadospor el Orinoco, elCasiquiarey el Guaynía, hallamos diques de considerablelongitud, armas de bronce y piedras esculpidasque pre-sentanotros tantosindiciosde habersido habitadosen otrotiempo por pueblos industriosos estos mismos países ocupa-dos ahora por tribus errantesde cazadoressalvajes.

La desigual distribución de los animales sobre la faz delglobo ha tenido grande influencia sobre la suerte de lasnaciones,y sobresumáso menosrápido adelantamientoenlas artes que civilizan al hombre. En el continente antiguola vida pastoral ha formado la transición de las nacionescazadoras a las agricultoras. Los animales rumiantes, que

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se crían tan fácilmenteen todos los climas, han acompa-ñadopor todas partesal negro africano,al mogol, al ma-layo y a las tribus bárbaras,quemoran en el Cáucaso.Aun-que varioscuadrúpedosy un númeromayor de vegetales,soncomunesalos paísesmásseptentrionalesde ambosmun-dos, la América no tiene otros bueyesque el bisontey elbuey de almizcle, ambos difíciles de domesticar,y cuyashembrasdanpoca leche,no obstantela bondadde los pas-tos. Faltaban,pues,al cazadoramericanoel cuidadode losganadosy los hábitos de la vida pastoralpara pasarpormedio de ellos a la agricultura. El habitante de los Andesno pensójamásen ordeñarla llama, la alpacay el guanaco.La leche era, en otro tiempo, un alimento tan desconocidoa los americanoscomo lo es hoy a varios pueblosdel Asiaoriental.

Jamásel salvaje, que gozade una vida libre y vagaenlos bosquesde la zona templada,ha manifestadoinclina-ción a cambiarla existenciaactiva del cazadorpor la segu-ridad y reposode la vida rústica.Este tránsito, tan difícilcomo importanteen la historia de la sociedadhumana,seha debidosiempreal imperio de las circunstancias.Cuandoen sus distantestrasmigracionessucedíaque algunastribusde cazadores,acosadaspor pueblosbelicosos,llegabana losllanos del Ecuadorlo impenetrablede los bosquesy la loza-nía de la vegetaciónlos obligabana mudar de caráctery decostumbres.Hay regionesentreel Orinoco,el Ucayali y elrío de las Amazonas,dondeel hombre no encuentramásespaciolibre que el que ocupan las aguas. En el angostoasilo que les dejan los ríos y la espesurade las selvas, lastribus másbárbarascultivabanen torno a sus chozas,bana-nas~yucay otras plantas alimenticias.

No hay hecho histórico, no hay tradición que enlacelas nacionesde la América meridional con las que residenal norte del istmo de Panamá.Los analesdel imperio me-xicano parecensubir hasta el siglo sexto de nuestraera,pues a esta épocase refieren las fechas de las trasmigra-

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ciones, las causasque las produjerony los nombresde loscaudillos de la ilustre casa de Citin, que sacaronlos pue-blos septentrionalesde las incógnitas regionesde Aztlány Teocoihuacán,y los llevaron a las llanurasde Anahuac.La fundaciónde Tenochtitláno México, como la de Ro-ma, se pierde en los tiempos heroicos; porque en el sigloduodécimoes cuandoios analesde los aztecas,como los delos chinosy tibetanos,empiezana darnosunaserieseguidade fiestas seculares,la genealogíade sus reyes, los tributosimpuestos a ios conquistados,las fundacionesde las ciu-dades,los fenómenoscelestes y los más menudossucesosque influyeronen el estadode aquellassociedadesnacientes.

Pero aunque no hay tradiciones que indiquen una cone-xión directaentrelas nacionesde las dos Américas,su histo-ria no deja por eso de ofrecer muchas analogías en lasrevolucionespolíticas y religiosas, que dieron origen a lacivilización de los aztecas,ios muiscasy los peruanos. Hom-bres barbados,de cutis menososcuro que los naturalesdeAnahuac,Cundinamarcay el Cuzco,se presentansin darnosindicio del lugarde su nacimiento;y con el título de sumossacerdotes,legisladores,amigos de la paz y de las artes,producenuna mudanzarepentinaen la condiciónpolíticade lospueblos,quelos acogencon veneración.Quetzalcoatl,Bochica y Manco ‘Cápac son los nombressagradosde estospersonajesmisteriosos.Quetzalcoatl,vestidode negrasropassacerdotales,viene de Pánuco,de las playasdel golfo mexi-cano; Bochica,el Boudha de los muiscas,se presentaen lamesa de Bogotá, dejandolas sabanas,que se extiendenaleste de las cordilleras. La historia de estos legisladoresestáentretejidade milagros,fábulasmitológicasy caracteresqueparecen tener cierto sentido alegórico. Algunos literatoshan pretendidodescubrirque estos extranjeroseraneuro-peos náufragos, o descendientesde aquellos escandinavosqueen el undécimosiglo visitarona Groenlandia,Terranovay tal vez Núeva Esco’cia; pero basta una ligera refle-xión sobre la épocade las transmigracionesde los toltecas,

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sobrelas institucionesmonásticas,los símbolosdel culto, elcalendario y la forma de los monumentos de Cholula, deSogamozo y del Cuzco, para convencernos de que no fueen el norte de Europa donde Quetzalcoatl, Bochica y Man-co Cápac formaron sus códigos; y todas estas considera-cionesnos llevan más bien al Asia oriental, a las nacionescontiguasal Tibet, a los TártarosShamanistasy a los bar-badosAmos de las islas de Tessoy Sachalin.

Por lo demás, cuando se habla de los monumentos delNuevo Mundo, cuandoen el cursode estasinvestigacionessobre las antigüedadesde los pueblosamericanos,se hacemención de sus progresosen las artes de dibujo, y de sucultura intelectual, no se suponeun estado de cosasqueindique lo quese llama, conalgunavaguedad,un alto gradode civilización. Nada es más difícil que comparar nacionesque han ido por diferentescaminoshacia la perfecciónso-cial. Los peruanosy mexicanosno debenjuzgarse,segúnlosprincipios que aplicamosa la historia de aquellasnaciones,que forman el objeto de nuestro incesante estudio. Tanto sealejan aquellospueblosde ios quehabitarona Grecia y elLacio, como se asemejana los etruscosy tibetanos.El go-bierno teocráticode los peruanos,al paso que favorecíalaindustria, la construcciónde obraspúblicasy todo lo quepuedellamarsecivilización general,presentabaobstáculosalvigor e incrementode las facultadesindividuales. Entrelosgriegos, al contrario,desdeantesde la edadde Pendes,lostalentos de los individuos se adelantaron mucho en sus pro-gresosa los tardíospasosde la civilización general.El impe-rio de los Incas puedecompararsea un grandeestableci-mientomonástico,en que las operacionesde cadamiembroestabansujetasa ciertasreglas,dirigidas al bien‘de la comu-nidad. Cuandoestudiarnosen su propio territorio aquellosperuanos,que en el curso de tantos siglos han conservadosu fisonomía nacional, aprendemosa apreciaren su justovalor el código de MancoCápac,y sus efectossobrela mo-ral y la felicidad pública. Discernimosun estado general

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de prosperidady unapequeñaporción de bienestardomés-tico; másresignacióna los decretosdel soberano,que amora lapatria; obedienciapasivay pocoalientoparalas grandesempresas;un espíritu de orden,que arreglabacon menudaprecisiónhastalas accionesmásindiferentes,pero sin mirasgeneralesqueensanchasenla esferadel entendimiento,y sinaquella elevación de ideas queennobleceel carácter.Lasmáscomplicadasinstitucionespolíticas,de que haymemoriaenlos analesde las naciones,sofocaronla semillade la libertadpersonal;y el fundador del imperio del Cuzco, lisonjeán-dosede poder forzar los hombresa ser felices, los redujo ala condición de merasmáquinas.Sin dudala teocraciape-ruanafue menosopresiónque la dominaciónde los monar-cas mejicanos;pero una y otra contribuyerona dar a losmonumentos,ritos y mitología de estasdos naciones,unaire sombrío y melancólico, que forma un singularcontras-te con las arteselegantesy amablesficciones de Grecia.

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TOPOGRAFÍA DE LA PROVINCIA DE CUMANÁ

San l~ernando.— Arenas. — Tumiriquiri. — Valle de Caripe y cueva del Gu&charo.

(De Jos Viajes de HUM~BOLDT y BONPLAND) *

SanFernando,Misión de Indios Chaymas,fue la prime-ra quevimos enAmérica.Cierto númerode familias indiasquehabitanalrededorde una iglesita, en queun fraile ense-ña la doctrina cristiana y administralos sacramentos,es loque se llama en las coloniasespañolasPueblo de misión. Lasaldeasindias, a cargode sacerdotesseculares,se llamanPue-b~sde doctrina. Todo el gobiernoy economía,tanto tem-poral como espiritual, estáen manosdel Misionero; ios dedoctrina son gobernadosen lo temporalpor un Corregidorlego. También se diferencian ios curas doctrineros de loscuras rectores; el primer título es propio de los curatosdeindios; el segundose da a ios curas de las aldeasde blancos,mestizosy gentede color.

La regularidadde las calles,la uniformidady extremadoaseode las casas,el aire gravey taciturno de sushabitantes,noshizoacordarde losestablecimientosde los hermanosMo-ravios. Cada familia cultiva a cierta distancia, ademásdesu propia huerta, el conucode la comunidad.En las misio-nes de la costa,esteconucoes regularmenteuna hacienda

* Esta traducción de Bcllo había sido publicada en El Censor Americano,

n9 111, Londres, sctiembre d 1820, rp 207-224. No se había reimpresoposterior-

mente. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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Versionesde Humboidt

de añil o de azúcar, administradapor el misionero; cuyoproducto,segúnla ley, sólo puedeemplearseen la fábricaygastosde iglesia.La plaza de SanFernandoestáen el centrode la aldea,y contiene ademásde la iglesia y la casa delmisionero,un edificio humilde,condecoradoconel pompo-so título de CasadelRey,quees un verdaderocaravanseray,destinadoa alojar los pasajeros,y sumamentenecesarioenun país, dondehastael nombre de posadaes desconocido.Estascasasdel rey se encuentranen todaslas coloniasespa-ñolas,y parecenunainstituciónde los Tambosperuanos,es-tablecidossegúnlas leyesde MancoCápac.

Habíamos sido recomendadosa los misioneros de losChaymaspor su síndico, queresideen Cumaná; recomen-daciónquenosfué utilísima,porquelos misioneros,seaefec-to de celopor la purezade las costumbresde sus feligreses,o para ocultar su sistema monástico a la indiscreta curiosi-dad de ios forasteros,son rígidos en la observanciade laantiguaregla, queno permitea ningún blanco seglarpasarmás de una noche en una misión. El misionero de SanFernandoera un capuchino aragonés,de edad avanzada,pero sano y lleno de vivacidad. Su excesivacorpulencia,suhumorfestivo, y lo quegustabade charlaracercade batallasy sitios, no correspondíanbien con la idea que tenemosennuestrospaísesseptentrionalesde las melancólicasmedita-ciones y vida contemplativade los misioneros.Nos acogióconbondad,y nos permitió colgarnuestrashamacasenunagalería de su casa. Arrellanado en una silla poltrona, sinhacercosa alguna lo más del día, se quejabaamargamentede la indolenciay desidiade sus compatriotas.Hízonosmilpreguntassobreel verdaderoobjeto de nuestrosviajes, quele parecíanaventurados,y cuandomenos inútiles. Aquí,comoenelOrinoco,nosvimos fatigadospor aquellainquietacuriosidad, que los europeosconservanen los bosquesdeAmérica, acercade las guerrasy tempestadespolíticas delmundo antiguo.

Nuestro misionero sin embargo parecía contentísimo

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con su situación. Trataba a sus indios con dulzura; veíaprosperarla misión, y no se hartabade alabarlas aguas,lasbananas,la lechey quesodel distrito. Miró conunasonrisaburlonanuestrosinstrumentos,libros,y coleccionesde plan-tas;y confesó,con la ingenuidadpeculiarde aquellosclimas,que de todoslos gustosde la vida, sin exceptuarel dormir,ninguno le parecíatan grande como el de comer buenavaca: tan cierto es,que la sensualidadse apoderadel alma,cuandoel entendimientono tieneen quéocuparse.

El caminode SanFernandoa Cumanápasapor un va-lle abiertoy húmedo,cubiertode pequeñaslabranzas,y con-duceal pueblode Arenas,habitadode indios Chaymas,quetienenun curadoctrinero,y son menosbárbarosy desnu-dos que los de SanFernando.

En esta aldeavive un labrador,FranciscoLozano, quecrio a un hijo suyoconsupropia leche.Habiendoenfermadola madre, él, parasosegaral niño, le llevabaa su cama,y leestrechabaa suseno.Lozanoteníaentonces32 añosde edad:la irritación del pezón, chupado por el niño, produjo allíunaacumulaciónde este líquido.La leche eraespesay muydulce. Los pechos le crecieron considerablemente,y dabade mamara su hijo treso cuatrovecesal día; lo quedurócinco meses.Vimos el certificado extendidoen aquelmis-mo lugar para comprobaciónde este raro suceso,y aúnviven muchostestigosde vista, quienesnos aseguraron,queduranteaqueltiempo, el niño no tuvo otro alimentoque laleche de su padre.Lozano estabaausente,cuandonosotrospasamospor allí; pero algunosdías despuésnosvino a vera Cumanácon suhijo, queentoncesseríade treceo catorceañosde edad.Mr. Bonplandexaminóel seno del padre,yle halló los pechosarrugados,como los de las mujeresquehandadode mamar; siendoel izquierdode muchomásvo-lumen queel otro, por habersido, segúndecíaLozano,másabundantede leche.Don Vicente de Emparan,gobernadorde la provincia, envió a Españauna relación circunstan-ciada del caso.

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Versionesde Hurnboldt

Nadapuedecompararsecon la sensaciónde majestuosatranquilidad,queel aspectodel firmamentoinspira en estaregiónsolitaria. Tendiendolavista, al cerrarla noche,sobreaquellassabanasterminadaspor el horizonte, sobreaquellosllanos, cubiertosde verdor, y suavementeondeados,nos pa-recía ver a lo lejos, como en los desiertosdel Orinoco, laestrelladabóvedadel cielo apoyadasobre la superficie delocéano.El árbol, bajo el cual estábamosreclinados,los in-sectosluminososque atravesabanel aire, las constelacionesque resplandecíanhacia el sur, todo en fin nos decía, queestábamosdistantesde nuestro suelo natal. Cuandoentreestanaturalezaexótica,el cencerrode unavaca,el mugidode un toro, se oía desdelo profundo de un valle, el sonidodespertabasúbitamentela memoriade nuestrapatria,comovoceslejanasquenos llamabandesdeel otro lado del Atlán-tico, y cuyomágicopoder nos trasportabade un hemisferioal otro. ¡Maravillosa movilidad de la imaginacióndel hom-bre, eterna fuente de nuestrosplaceresy de nuestrospe-sares!

Con el frescode la mañanaempezamosa treparel Tu—miriquiri. Así se llama la cumbre del Cocollar, queconelBergantín,forma una sola masade montes,que los habi-tantesllaman la Sierra ‘de los Tageres.A la altura de 700toesas,o algo más, el Cocollarestá cubierto solamentedeplantasgramíneas.Esta faja de céspedempiezaa la alturade 350 toesassobreel nivel del mar, y en algunaspartesseeleva hastamil toesas.Más allá encontramosentre picoscasi inaccesiblesal hombre un pequeñobosquede cedrela,jabillo 1 y caoba; circunstanciaque me hizo creerque lafalta de árbolesprovienede la costumbredestructivade in-cendiarlas selvasparaconvertirlasen tierras‘de pasto.Cuan-

1 Hura cre~ítans,de la familia de los Euphorbios. Su tronco es tan grande,

que Wlr. BONPLAND midió una canoade jabillo, que tenía catorcepies de largo, y ochode ancho Estas canoas, hechas de una sola pieza, sirven para contener el guarapo,o jugo de la caña de azúcar, y el melado. Las semillas de este árbol son unveneno activo, y la leche que brota de los pecíolos produce inflamación en losojos, si la más pequeñagota llega a penetrarentre los párpados.Llámase en otraspartes habilla. (NOTA DE HUMBOLDT).

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do por efecto de esta práctica el suelo ha llegado a ocul-tarse bajo una espesa alfombra de plantas gramíneas yalpinas,las semillasde los árboles,aunqueacarreadasde losbosqueslejanospor las avesy vientos,no puedenprendernigerminar.

El clima de estosmonteses tan templado,que permiteel cultivo del algodón y café, y aun de la cañade azúcar.Digan lo que quieranlos habitantesde la costa,jamás se havisto escarchaa los 10~de latitud, en unaelevaciónqueape-nasexcedea la’ del monteDor, o el Puy de Dome. Los pas-tos de Tumiriquiri pierden en lozanía y riqueza cuantogananen altura. A la sombrade las rocas nacen lichenes,ymusgoseuropeos.Levántaseacá y allá el guacito,1 y unarbustocuyashojas anchasy correosascrujen como perga-mino, cuando las agita el viento 2, Pero el principal or-namentodel céspedde estasmontañases un lirio de floresdoradas,la maricamartinícencís,queen Cumanáy Caracasse da solamentea 400o 500 toesasde elevación.

Distínguenseen el paísla cima redondadel Tumiriquiri,cuya altura es de 707 toesas,y ios empinadoscucuruchos,cubiertosde lozanavegetación,y pobladosde tigres, que secazanpor el tamañoy belleza de sus pieles. Extiéndesealoeste una cadenade escarpadasrocas, interrumpidas a ladistanciade una milla por unahendedura,que corre hastael golfo de Cariaco.Al lado opuestose levantan dospicoscalcáreos,y elmásseptentrional,quees el máselevado,sella-ma particularmenteel cucuruchode Tumiriquiri, y secon-siderasermásalto queel del Bergantín,tan conocidode losnavegantes,que se acercana las costasde Cumaná.La al-tura absolutade este cucuruchoseráde unas 1050 toesas.

La vista de que gozamos sobre el Tumiriquiri es degrandeextensióny sumamentepintoresca.Entre su cumbrey elmar, se extiendencadenasde montañasen líneasparale-

1 Melastorna Xaizthostachyu;n. (NOTA DE HUMBOLDT).2 Paliscourea rígida, Chaparro bobo. (NOTA DE HUMBOLDT).

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las quecorrenE.O., formandovalleslongitudinales,cortadosen ángulosrectospor un númeroinfinito de pequeñasque-bradas,obra de los torrentes,a cuyoslados se levantanporconsecuenciaotras tantashileras de picos, unos redondos,otrospiramidales.La tierra forma en generalun mansode-clive hastael Imposible; másallá se venprecipiciospendien-tes, quecontinúanasí hastalas playasdel golfo de Cariaco.La estructurade estamasade montañasnos trajo a la me-moria la cadenade Jura; la única llanura que se presentaesel valle de Cumanacoa.Aricagua, aldea de indios, pareceocuparel fondo d~un embudo.Hacia al norte la punta opequeñapenínsulade Araya, formabauna lista oscuraso-bre la superficiedel mar, iluminadopor los rayos del sol; yal otroladode estapenínsula,las negrasrocasdel CaboMa-canao’ se levantan como un inmenso bastión sobre lasondas.

Lo que da máscelebridadal valle de Caripe, fuera de laextraordinariafrescuradel clima, es la Cuevadel Guácharoque ios naturalesllaman mina de Manteca; si bien estaca-vernano estáen el mismo valle de Caripe,sino a tres leguascortasdel convento,en la direcciónO.S.O. La bocade estavastagrutamira a un valle lateral, quetiene a su espaldalaSierra del Guácharo.Salimosa ver estasierrael 18 de setiem-bre, acompañadosde los alcaldesindios, y de la mayor partede los religiososdel convento.Seguimosunaveredaangosta,por espaciode horay media, hacia el sur, atravesandounaamenallanura, alfombradade bellísimocésped.Luegotorci-mosal oeste,por la ribera de un riachuelo,que sale dela bo-ca de la cueva,y fuimos río arribatrescuartosde hora. Noshallábamosya al pie de la elevadasierradel Guácharo,y asólo 400 pasosde la Cueva,sin ver todavíala entrada.An-dábamosbajo unaespeciede cornisa,cuya proyecciónnonos dejabaver el cielo, y siguiendoel cursotortuosodel to-rrente, dimos repentinamentecon la enorme boca de la

1 Punta occidental de Margarita. (NOTA DE BELLO).

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gruta. El aspectode este sitio es majestuoso,aun a los ojosde un viajero acostumbradoa las magníficasescenasde losaltos Alpes. Yo habíavisitado las cavernasdel pico de Ber-bychire, donde tendidos en un bote, atravesamosun ríosubterráneo,bajouna bóvedade dos pies de alto. Yo habíaestadoen la bella gruta de Treshemienshizen los montesCarpacios,en las de Hartz, y en las de Franconia,quesonvastos cementeriosde huesosde tigres, hienasy osos, tangrandescomo nuestroscaballos.La naturalezaen todaslaszonassigue leyes inmutablesen la distribución de las rocas,en la estructurade los montes,y aunen aquellasrevolucio’—nestumultuosas,queha sufrido la costraexterior de nuestroglobo; y esta grandeuniformidad me hacía pensarqueelaspectode la cueva de Caripe se diferenciaríapoco de loque en mis viajes precedenteshabíaobservado.La realidadexcediómuchoa mi expectativa.Si la configuraciónde lasgrutas,el esplendorde las estalactitas,y todoslos fenómenosde la naturalezainorgánica, presentananalogíasnotables,la pompade la vegetaciónequinoccialda al mismo tiempoun carácterpeculiar a la aberturade unacaverna.

La del Guácharoapareceabiertaen el perfil verticaldeuna roca. Su entradaes hacia el sur, y forma unabóvedade ochentapies de ancho, y setentay dos de alto. Su eleva-ción es sólo un quinto menor que la de la columnatadelLouvre. La rocaque le sirve de techosustentaunaselvadeárbolesde estaturagigantesca.El mamey, y el genipayer1de anchasy lustrosashojas levantan sus ramos verticaleshastael cielo; al pasoque los del curbaril y la eritrina for-man, extendiéndose,un espesotoldo de verdura. Plantascarnosasde la familia del pothos, oxalis y orquídeasde es-tructura,se asomanpor las más áridasgrietasde los peñas—cos; mientrasuna multitud de bejucosy plantasrastrerasse descuelgany entretejena modode festones,y mecidasporel viento coronanla entradade la cueva. Distinguimos en

1 Caruto, Genipa americana. (NOTA DE HUMBOLDT).

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estos festonesuna Bignonia de color azul violado, el doli—chos purpúreo, y por la primera vez aquella magníficasolandra’, cuya flor naranjadatiene un tubo carnosodemás de 4 pulgadasde largo. En la entradade las grutas,como en el aspectode las cascadas,la principal bellezacon-sisteen la situaciónmás o menos majestuosaen que estáncolocadas,y que en cierto modo determinael carácterdelpaisaje. ¡Quécontrasteentrela cuevade Caripe,y aquellascavernasdel norte, coronadasde encinasy sombríosalerces!

Pero esta lozaníade vegetaciónno 5610 adornala parteexteriorde la bóveda,sino tambiénel vestíbulode la gruta.Vimos conadmiraciónquelas orillasdel torrenteestabanves-tidasde soberbiasheliconiasde hojas de bananos,quesubena dieciochopies de alto, de palmaspragas,y de aros arbo-rescentes,que le acompañanhastadentro de la cueva. Lavegetacióncontinúaen lo interior, como en aquellashende-durasprofundasde los Andes, medio escondidasa la luzdel sol; y no desaparecehasta30 o 40 pasosde la boca.Se-guimos andando430 pies, sin necesidadde antorchas,por-que la gruta constade un solo cuerpo,queconservandolamisma dirección al N.O., deja llegar hasta allí la claridaddel día; y cuandoésta empiezaa extinguirse,se oyen a lolejos las roncasvocesde las avesnocturnas;voces,quesegúncreenlos habitantes,pertenecenexclusivamentea estos pa-rajes subterráneos.

El guácharoes del tamañode nuestrasgallinas; su bocase parecealadelosCaprimulgosy Proenias;suportees comoel de aquellosbuitres, cuyo corvo pico estárodeadode ma-nojitosde cerdas.Suprimiendocon Mr. CuvIER el orden delas Urracas (picae), debemosreferir esta avesingular a lospájaros (passeres),cuyos génerosestáneslabonadosentresí por transicionescasi imperceptibles.Yo le he descrito,bajo el nombrede Steatornis,en una monografíaparticu-..lar, contenidaen el segundotomo de mis observacionesso-

1 Solana!ra ScanJens, que los indios Chaymas llaman Gusaticha. (NOTA DE

BELLO).

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bre la Zoología y la Anatomía comparada.Forma ungéneronuevo, que se diferenciadel Caprimulgo en lo reciode la voz, en la fuerzadel pico, armadode dos dientes,y enque las falangesanterioresde las garrasno estánunidasconmembranas.Es el primer ejemplode un ave nocturnaentreios pájaros de picos dentados (~asseresdentirostrati). Ensus costumbresse asemejaal Caprimulgoy a la cornejadelos Alpes’. Su plumaje es de color cenicientoazulino, conpequeñaslistas y pintas negras,y en la cabeza,las alas y lacola tiene unasmanchasblancasacorazonadas,conperfilesnegros.Susojos no puedensufrir la luz del día; son azules,y máspequeñosque los del Caprimulgo.Sus alasconstandedieciséis o dieciocho plumas rémiges, y extendidasabra-zan trespies y medio. El guácharosale de la cuevaal cerrarla noche,especialmentecuandohaceluna, y es casi la únicaave nocturnafrugívora que se conoce; la conformacióndesus pies manifiestasuficientementequeno cazacomonues-tros mochuelos.Aliméntasede frutas muy duras,como al-gunasespeciesde cuervos.Es difícil formar idea del ruidoespantoso,causadopor millares de estospájaros,quehabitanen lo másoscurode la caverna,y sólo puedecompararseconlos graznidosde nuestrascornejas,que viven en sociedadenlos pinaresdel norte. Los agudosy penetrantesgritos de losguácharoshierenlas bóvedasde las rocas,y resurtenforman-do ecos en la profundidad de la caverna.Los indios nosmostraronsus nidos, por medio de antorchas,atadasa laextremidadde un largopalo. Estosnidos estabana la alturade 50 o 60 pies, en un sinnúmerode nichos cónicos, quedan al techola aparienciade una criba. El ruido crecía aproporción que nos internábamos;la iuz de nuestrasan-torchas los amedrentaba.Cuando este ruido cesabaporalgunosminutos, oíamosa cierta distancia los quejumbro-sos clamoresde las avesque estabanposadasen otrasramifi-cacionesde la cueva. Estasvarias tropassemejabanrespon—derseunas a otras alternativamente.

1 Cori’us pyrrhocorax. (NOTA DE BELLO).

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Los indios entranen la cuevadel Guácharounavez alaño,por el solsticiode estío,armadosde palos,conquedes-truyen la mayor partede los nidos. Mátanseentoncesmu-chos millaresde estospájaros;los adultos,como paradefen-dersus crías,revoloteansobrelas cabezasde losindios,dandoterribles gritos. Los pollos, que caen al suelo,son al instan-te abiertos.Su peritoneoestáaforrado de una gruesacapade unto, que forma unaespeciede acericoentre las piernasdel ave. E’sta cantidadde grasaen animalesfrugívoros, quehuyen de la luz, y queejercitanpoco susmúsculos,nos re-cuerdalo que tiempoha se ha observadoen cuantoal modode engordarlos pavosy bueyes,paralo cual sontan favora-blesla oscuridady el reposo.Si las avesnocturnasde Europasonmagras,es porqueen vez de alimentarsede frutos comoel guácharo,viven del limitado producto de la caza. Altiempode la cosechade la manteca,segúnse llama enCari-pe, los indioslevantanchozasde palma,cercade la entrada,y aunen el pórticode la gruta; de las cualesvimos reliquias.Allí hacenunahoguerade maleza,y derritenen ollasdeba-rro la grosurade los pájarosreciénmuertos;quees lo que sellama aceite,o mantecade guácharo.Es casi líquida, transpa-rente, sin olor, y tan pura que subsistemás de un añosinenranciarse.En la cocinadel conventode Caripe no se usaotro aceite,y jamásnotamosquedieseun gustou olor de-sagradablea la comida.

La cantidadde este licor que anualmentese recoge nocorrespondea la carniceríaquehacenios indiosen la gruta;puespareceno cosechanarriba de 160 botellasde la man-tecamás pura; la restantees menosdiáfana, y se conser-va en grandesvasijas de barro. Este ramo de industria essemejantea la cosechade aceitede ~aiornas,de que en otrotiempo se recogíanmillares de barriles en la Carolina. EnCaripe el uso del aceitede guácharoes antiquísimo,y losmisionerosno hanhechomás que arreglar el modo de ex-traerlo. Los miembrosde familia india, que tiene el apellidode Morocoyma, pretendenser los legítimos Señoresde la

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cuevay se arroganel monopoliode este artículo, comodes-cendientesde los primeros colonosdel valle: pero graciasalas institucionesmonásticas,sus derechosestánreducidosaun merohonor. Los indios debensuministrarel aceitenece-sario paralas lámparasde la iglesia; todoel restantese lescompra.

La razade los Guácharosse hubieraextinguido tiempoha, si varias circunstanciasno hubieran contribuido a suconservación.Los naturalespor sus ideas supersticiosastie-nenmiedode penetraren la cueva.Parecetambiénque al-gunascavernasvecinas,pero por su estrechezinaccesiblesal hombre,estánpobladasde avesde la mismaespecie,y quede ellas salencoloniasquevan a repararel estragoanual dela gran gruta; porque,segúnnos aseguraronlos misioneros,no se echade ver disminuciónen la especie.Cuandose abreel buchey estómagode los pollos,se les encuentratoda cla-se de frutas durasy secas,las cuales suministran,bajo elnombrede semil?adel guácharo,un remediomuy celebradocontralas calenturasintermitentes.Los pájarosadultos lle—van estassemillas a sus crías.Recógensecuidadosamente,yse envían a los calenturientosde Cariaco y de los otrosvalles.

Internándonosen la caverna,seguíamosel hilo del ria-chuelo,quenaceen ella, y tiene allí 28 a 30 pies de ancho.Andábamospor sus orillas, hasta dondenos lo permitíanlas colinas formadasde incrustacionescalcáreas.Cuandoeltorrenteserpenteabaentreelevadasmasasde estalactitas,nosveíamosprecisadosa descenderal cauce,quesólo tiene dospies de profundidad.Esteriachuelosubterráneoes el origendel río Caripe,queapocasleguasde distancia,habiendojun-tadosus aguasal SantaMaría, puedenavegarseen piraguas,y despuésentraen el Arco, bajo el nombre de Cañode Te-rezen.Sobre las orillas del torrente subterráneoencontra-mos gran númerode pedazosde troncos de palma; sobreestostroncostrepan los indios para alcanzarlos nidos quecuelgande la bóveda.Las impresionesanulares,que sus aba-

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nicos dejanen ellos al desprenderseforman comootrastan-tas gradasde unaescalaperpendicular.

La gruta de Caripe conserva la misma dirección, lamisma anchura,y su primitiva elevaciónde 60 o 70 pieshastala distanciade472 metroso 1458 pies,medidoscuida-dosamente.No he visto cavernaenningunode los dos con-tinentes, de tan uniforme y regular estructura.Tuvimosgran dificultad en persuadira que los indios pasasenmásallá de la parte que habíamosvisto, que es la que visitananualmentepararecogerla grasadel guácharo;y fue nece-sario toda la autoridadde los Padrespara inducirlos a quellegasenhastaun parajeen queel suelo se levantade golpe,a unainclinaciónde 60°,y dondeel torrenteforma unape-queñacascadasubterránea.Ciertas nocionesmitológicas delos indiosserefieren a estacuevapobladade avesnocturnas;y en cuyo fondo creenquehabitanlas almasde sus antepa-sados.“El hombre”, dicen ellos, “debe evitar’ unos lugaresque no son alumbradospor Zis ni por Nuna” (el sol y laluna). Ir a los guácharoses reunirsea sus padres,es morir.Los brujos (piaches),y losqueconfeccionanvenenos(imo-rones),celebransusritos nocturnos a la entradade la ca-verna,paraconjurar al Jefede los Malos Espíritus (Ivoro-Iziamo). Así en todos los climas las primeras ficciones deios pueblosse asemejan,particularmentelas relativas a losdos grandesprincipios que gobiernan el Universo, a lamansiónde las almasdespuésde la muerte, a la felicidadde los justos,y al castigode los malvados.Las lenguasmásdiferentesy bárbaraspresentancierto número de imáge-nes que se identifican, porque emanan de la naturalezamisma de nuestroentendimiento,y de nuestro modo desentir. En todas partes la oscuridadestá asociadacon lamuerte. La gruta de Caripe es el Tártaro; los guácharosque se ciernen sobre el torrente, hinchiendode dolorososgemidosaquel alberguede tinieblas, nos traena la memo-ria las avesestigias.

En el parajede la cascada,volviendo la carahacia atrás,

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se presentóa nuestravista,de un modomuy pintoresco,unpequeñocollado cubierto de plantas,situadoentrenosotrosy la aberturade la gruta, a la extremidad de un pasadizoestrecho,de 240 toesasde largo. Este fondo de verdurahace resaltarlas estalactitasque bajande la bóveda,y ofre-cenla aparienciade columnassuspensasen el aire. La bocade la caverna,vista hacia la hora de mediodía, iluminadapor la viva luz, que el cielo, las plantasy las rocas refle-jaban a un tiempo, nos pareció notablementecontraída.El distanteesplendordel día formabaunaespeciede con-trastemágico con las tinieblas que nos rodeabanen aquelantro inmenso. Disparábamosnuestrasescopetasa la ven-tura, dondela gritería y aleteode aquellospájarosnos ha-cía creer que había un gran número de nidos apiñados;y al fin logramosmatar un par de guácharos,que deslum-bradospor la luz de las antorchas,parecíanseguirnos;cuyacircunstanciame proporcionópoder dibujar estaave, hastaaquí no conocidade los naturalistas.Trepamosno sin tra-bajola pequeñacolina de dondebaja el torrente,y repara-mos que la grutase nos habíaestrechadoperceptiblemente,conservando5~iO40 pies de alto; y que continuabaprolon-gándoseal NE., sin desviarsede su direcciónprimitiva, quees paralelaal valle de Caripe.

En este sitio el riachuelodepositauna tierra negruzca,fina y esponjosa,compuestade sílice, alumine, y polvo ve-getal, queno sabemossi se calapor las grietasquecomuni-can con el suelo superior,o si es acarreadapor el aguadelluvia, que penetraen la cueva. Caminamospor un espesolodazalhastallegar a un parajeen quevimos una muestracuriosade vegetaciónsubterránea.Las semillas que los pá-jarosllevan allá dentropara alimentarsus poiios, germinandondequiera que puedenasirse a la tierra blanda vegetal,que cubre las incrustacionescalcáreas.Descoloridostallos,con algunashojasa medioformar, se habíanlevantadohastala altura de dos pies. Era imposible averiguarla especiedeaquellasplantas,cuya figura, colory aspectohabíansufrido,

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por la ausenciade la luz unametamorfosisextraña.Estosvestigios de organizaciónentre las tinieblas excitaron po-derosamentela curiosidadde los indios, que aunqueen ge-neral tan estólidos,y tan difíciles de mover, los contem-plabanen silencio, conun pasmoqueparecíainspiradoporlo horrorosodel sitio; como si estos vegetalessubterráneos,pálidos y desfigurados,se les figurasenfantasmasdesterra-das de la vista del Cielo.

Los misioneros con toda su autoridadno pudieron in-ducirlos a que siguiesenadelante.A medida que la bóvedase acercabaal suelo, los quejidosde los guácharosse hacíanmás agudosy penetrantes.Vímonos precisadosa cedera lapusilanimidadde nuestrosguías,y resolvimosvolvernos. Ala verdad,la aparienciadela cuevaeraenextremouniforme.Se nos aseguróque un obispode SantoTomásde Guayana,quepenetrómásallá quenosotros,habíamedido 960 varasdesdela bocahastael lugar en que se detuvo,y quesin em-bargo no llegó hastael fin; pero el obispo estabaprovistode hachasde cera,y nuestrasantorchas,compuestasde cor-tezasde árbolesy de resmaindígena,despedíangran can—tidad de humo, queen un canal subterráneotan angosto,ofendíamuchoa lavista,ydificultaba la respiración.

Desandamosel camino,siguiendoel cursodel torrente;yantesquenos deslumbrasela claridaddel día, vimos brillarel aguaentreel ramajeintrincado que la ocultabaa su sa-lida, figurando a lavista un cuadrodistante,al que la bocade la cavernaservía de moldura. Habiendo,en fin, salidoy reclinándonossobre‘la margendel riachuelo,descansamosde nuestrasfatigas.Alegrámonosde no oir ya la desagradablevoz dc~ios pájaros,y de vernos fuera de un sitio en que laoscuridadno tiene el atractivodel silencioy de la tranqui-lidad. Apenaspodíamospersuadirnosqueel nombrede lagruta de Caripe era todavíatotalmentedesconocidoen Eu-ropa. Los guácharosbastabanpara hacerlo célebre. Estasavesnocturnasno se han descubiertoaún en partealguna,sino en los montesde Caripe y Cumanacoa.

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DESCRIPCIÓN DEL ORINOCO DESDE SAN FERNANDO DE ATABAPO1-TASTA LA CATARATA DE ATURES

(Extracto de los capítulos 20, 21 y 24 del Viaje de HUMBOLDT y BONPLAND) *

Hemos navegadoel Orinoco río abajodesdela cascadade Guaharii~roshastael Guaviare, tendiendode cuandoencuandola vista por los montes vecinos, internándonosensus espesosbosques,y conversandocon el salvaje seden-tario de las misiones,que ha perdido la libertad sin adqui-rir la civilización. Hemos visto de lejos las tribus bár-baras,sus excursiones,sus guerras, sus atroces banquetes.Hemos indicado algunas de las principales produccionesde aquellosfrondososy apenasconocidosdesiertos;y des-pués de examinarel canalnatural de comunicaciónentrelas dos inmensashoyasdel Orinoco y el Amazonas,hemoshecho alto en la pequeñaaldea de San Fernando,situadaen la confluenciade los tresgrandesríos Orinoco,Atabapoy Guaviare.

La villa de San Fernandode Atabapo fue fundada en1756 por don José Solano, jefe de una expedición delímites. Lasorillas del bajo Orinocohabíansido largo tiem-po ensangrentadaspor la obstinadaluchade dos tribus po-derosas,los cabresy los caribes.Estosúltimos prevalecieronal fin, y casi exterminarona sus antagonistas.Señoresdel

* Se publicó este artículo, firmado con las iniciales A. B., en El Repertorio

Americano, IV, Londres, agosto de 1827, pp. 144-160. Se reprodujo en O. C. XIV,pp. 373-387. (CoMisión EDITORA. CARACAS).

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bajo Orinoco, sólo hallabanresistenciaentre los guaipuna-bis, ramade los maipures,quedominabaenel alto, y es unade las razasquemás gustabade alimentarsede carnehu-mana,sin embargo,de ser la másindustriosa,y casi pudie-ra decirse,la más civilizada de aquellaparte del Orinoco.Hacia el añode 1744,era apotó o reyezuelode los guaipu-nabis,Macapu, hombrede rara inteligenciay valor. Suce-dióle Cusero,a quien losespañolesllamabanel capitánCru-cero,aliadode los jesuitas.Éstey Cocuy, rey de los maniti-vitanosdel Río Negro, se hacíanguerraa muerte, cuandollegó Solanoa la embocaduradel Guaviare.Cocuyera aliadode los portugueses.Cusero,amigo de los jesuitas,les dabaaviso de los designiosde los manitivitanoscontra las misio-nesespañolas.En los combates,‘llevaba un crucifijo colgadoa la cinta, creyendohacerseasí invulnerable.Era hombrearrebatadoy violento. Cuéntaseque, irritado contrasusue-gro, jefe indio del río Temi, declaróque iba a medirseconél, y que, recordándolela mujer el valor y la fuerzaextra-ordinariadel padre,Cuserosin responderpalabra,tomóunaflecha envenenaday se la clavó en el seno.La llegadade laexpediciónde Solano, dio inquietud al apotó de los guai-punabis,quien, por mediaciónde los jesuitas,hizo amistadcon el jefe español,comió a su mesa,y seducidopor espe-ranzasde ayuda contrasus enemigos,de rey queera, pasóa ser alcalde de aldea,estableciéndosecon los suyos en lanueva misión. San Fernandoha decaídomucho. Toda lamisión no producearriba de ochenta fanegasde cacao alaño; y aunquehay sabanasy buenos pastosalrededor, elganadoque llevó la expediciónde limites estabareducido,cuandopasó por allí Humboldt, a media docenade vacas.Paujíesdomésticos1 graznanen torno a las cabañasde losindios.

Continuandoahoranuestranavegaciónpor el Orinocoabajo, dejamosa la mano derechalos’ conucosde siquita(plantacionesde los indios de SanFernando)y la emboca-

1 Crax Alector. (NOTA DE BELLO).

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dura del Caranaveni;luego sobrela izquierda la del Arapao Anapu; y otra vez sobrela derechael peñónde Aricagua,quealoja en sus grietasunamultitud innumerabledemur-ciélagos,de los que atacanal ganadoparachuparlela san—gre, y cuyos estragosson tan grandesen algunaspartesdela América ecuatorial,que destruyena veceshatos enteros.Enfrentede Aricagua está la boca del río Sucurivapu,yalgo másabajoel islotedel Castillito, rocagranítica,cuadra-da, que se levantaen figura de arcaen medio de las aguas,teñida de listas negras que parecenindicar que las másaltas crecientesdel Orinoco no suben aquí arriba de ochopies. Por entre orillas cubiertassiemprede selvas espesas,llegamosa las bocas del Mataveniy del Zama, ríos de losqueenla Guayanase llamande aguasnegras,porqueefec-tivamente,vistas en grandesmasas,parecende un color co-mo de café,y sin embargo,son las másbellas,clarasy agra-dables al gusto, teniendo también la ventaja de que lasevitan los cocodrilosy aun los mosquitos.Agitadaspor unligero soplode viento, verdegueancomo un prado,a la ma-nera de los lagos de Suiza; y sosegadas,reflejan los objetoscon unaclaridad y limpiezaadmirables.

Físicoscélebresquehan examinadolas aguasmáspurasque procedende los ventisqueros,páramosy sierrasneva-das,en que la tierra está desnudade despojosvegetales,hancreído que el color propio de este líquido podría sermuybien azul o verde, porquenada pruebaque el aguasea desuyo blanca,ni que, cuandovista por reflexión de la luzpresentaalgún tinte, sea necesariosuponeren ella algúnprincipio extrañoque la colore. Lo que hace más notableeste fenómenoen la Guayana,esque,sobreun mismo terre-no, bajounosmismosbosques,se atraviesanvertientesblan-casy negras.Ni es principalmenteen parajessombríosdon-de las aguasse muestranteñidasde coloresoscuros,pueslomismosucedecon muchafrecuenciaen las sabanasdel Metay Guaviare.

Por la misma bandade occidente,que es la del Matave-

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ni y el Zama, entraen el Orinoco el caudalosoVichada oVisata, a cuyas orillas, vestidasde una vegetaciónmenosdensa,se empina un gran númerode mogotes y peñonesde varias figuras, imitando prismas,columnatasderribadas,y de trechoen trecho torrecillasde 15 a 20 pies de alto. Aios unosda sombrala arboledadel bosque;los otros tienensus cimas coronadasde palmas,contrastandoacáy allá elcardóno cactocilíndrico, de la zonatórrida con los peñas-cos musgosos,que remedan la fisonomía de los paisajesseptentrionales.A las orillas del Vichada, como en el valledel Caura, en las cercaníasde la Esmeralda,y al estede lasgrandescataratasquedescribiremosmásadelante,creceunaespeciede canela muy olorosa, llamada por los españolescanelil.~a,y por los indígenas,varimacu’.

Esta canela y la de las misiones de los andaquies,cuyocultivo fue introducidopor Mutis en Mariquita, no son tanaromáticascomo la de Ceilán. Cadahemisferioproduceve-getalesde diferente especie,sin que baste la diversidaddeclimas para explicar por qué el África equinoccialcarecede laurelesy el Nuevo Mundode brezos;así como tampocopodemosexplicar con ella por qué brillan los pájarosconmaticesmenosvivos en el continentede la India, que en lasregionescálidasde América; por qué ci tigre es tan propiodel Asia, y el ornitorrinco de NuevaHolanda. E’n el reinode las plantas,como en el de los animales,las causasde ladistribución de las especiesson de aquellosmisterios a quela filosofía no puedealcanzar.Lo cierto es que los dos con-tinentesofrecensitios enteramenteanálogos,y que no es lahumedadlo que ha privado a la América de aquellasher-mosasespeciesde laurelesy mirísticas, quedan al Orientelas canelasde Ceilán, de Malabary de las Molucas,el alcan-for y la nuez moscada.Por esovemos que la industria lashaceviajar de unospaísesa otros,y que la verdaderacanelaempiezaya a cultivarsecon buensucesoen algunaspartes

5 I~sri,ss ~1it~1!ifOUIJí?C5. (NolA [E Bis~io)

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de América. Una zonaqueproducela cumaruna1, la vai-nilla, la toda-especie2 el ananás,el mirto pimienta, el bál-samode Tolú, el bálsamodel Perú, la pejua~, el inciensode la Silla de Caracas~, el quereme~, el pancracioy tantasotras soberbiasliláceas,no debeconsiderarseescasade aro-mas.Ni es tan cierto,comoalgunospiensan,quela sequedaddel aire favorezcala formaciónde los jugosolorososy exci-tantes,sino es en tal cual especie,puesla zonamáshúmedade América es la queproducelos tósigosmásactivosy bajola influencia de las largas lluvias de los trópicos crece lapimientaamericana,el ají, cuyo fruto no es menoscáusticoqueel de la pimientade Oriente.De lo dicho resultaque elNuevoMundoabundadeespecerías,aromasy vegetales,peroque difieren específicamentede los del mundo antiguo; yluego la distribución de las especiesen la zona tórrida nopuedeexplicarsepor el efectosolodel clima. Nuestrascorte-zasy frutosaromáticossehabríanhechoramosimportantesde comercio,si cuandose descubrióel suelo que habitamosno hubieseestadoEuropa acostumbradaa las especeríasyperfumesdel Asia.

Enfrentede los ríos Zama y Vichada, se extiendenporla orilla derechadel Orinoco los cerrosde Sipapo6 que,des-pués del pico del Duida, son tal vez los más altos de lasierraParima,y a cadahora del día se puededecir queva-rían de aspecto.Al amanecer,la frondosa vegetacióndeque están tapizados,los tiñe de aquel verde oscuro casipardo, que es propio de las regionesdonde dominan losárboles de hojas coriáceas,y se tiende sobre la llanura ve—

1 Grande árbol de la familia de las legumbrosas. Crece en los bosques de

Guayana; y su fruto encierra la almendra olorosa llamada haba de Tonga, conque suele perfumar el tabaco. El tronco es tan duro, como el del guayacán. (No-.YA DE BELLO).

2 Véase la página 320. (NoTA DE BELLO).3 Planta aromáticade Venezuela,Gaialtheria odorata. (NOTA DE BELLO).~ Trixis Neriifolia: arbolito de 10 a 1 ~ pies de alto, cuyas hojas coriáceas

están cubiertas, como la extremidad de los ramos, de una lanilla blanca. Esmuy resinoso, y sus flores tienen el olor suave del estcraq’ue. (NOTA DE BELLO).

~ Thibaudia Quere-,ne. (NOTA DE HUMBOLDT).~ Véase la pág. 365. (NOTA DE BELLO).

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cina un manchón de sombra, que hace resaltar el brillode la luz en el aire, el aguay la tierra. Poco a pocodesapa-recenlas sombras;y cuandoel sol llega al cenit se cubrela serraníade un velo aéreo,cuyo azul es muchomássubidoqueel de la parteinferior de la bóvedaceleste,y suavizan-do los efectosde la luz y los perfiles de los objetos, da alpaisajeaquelaire de calmay reposoque en las obrasde lanaturaleza, como en las de Claudio Lorrain y Poussin,nacede la armoníade las formasy de los colores.

Detrás de estos cerros, fue donde residió largo tiempoCrucero,jefe poderosode los guaipunabis,habiendoaban-donadocon su tribu guerreralas llanurasque se extiendenentreel Inírida y el Camochiquini, dos ríos que,despuésdejuntar sus aguas,las mezclancon las del Guaviare. De estaserraníanace el Sipapo, tributario del Orinoco; y en susorillas se da el bejucode maimure,de que los indios tejencanastasy esteras.

Encuéntrasemásabajola isletade Piedra-Ratón,que tie-ne como trescuartosde leguade largo, y presentael belloaspectode unavegetaciónnaciente.Su longitud es de 70°37’(meridianode París)y sulatitud 5°4’31”. Más abajoestáelraudalo cataratadeMaipures,quelosindiosllamanQuituna,dondeel Orinocoencuentraunacadenade colinasgraníticas,quevienede losmontesdeCunavamiy Calitamini1, ramadela sierraParima,y abriéndosecaminopor ella, forma un se-micírculo cuya concavidadmira al SO. De estacadenades-ciendentres pequeñosríos, que abrazanen algún modo lacatarata,el Sanariapopor la bandaoriental, el Cameji yToparo por la occidental;y en medio de estosdos últimos,a ios 70 37 longitudy 513 latitud, estasituadala iglesiadeMaipures,construidade troncosde palmasy rodeadade sieteu ocho cabañas.

Constala cataratade un archipiélagode islas, quellenanel lechodel río sobreuna longitud de más de 6,000 varas,y estánunidasentresí por diqueso antepechosde roca,en-

1 Véase la pág. 365. (NOTA DE BELLO).

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tre los cualesson los de más nombreel Purimarimi, el Ma-mimi y el Salto de la sardina.Los hemosmencionadoen elorden en quese sucedenyendodel sur al norte. El últimotiene cerca de 9 pies de elevación, y forma una cascadamagnífica; pero el fracaso con que se precipitan, chocany rompenlas aguas,no dependetanto d’e la altura de cadagrada o dique trasversal,como de la multitud de contra-corrientes,islas y escollos,y de la estrechezde los canales,que apenasdejan a la navegaciónun pasolibre de 20 a 30

pies. La parteoriental de la catarataes la más peligrosa,ypor eso los pilotos indios prefierencostearla orilla izquier-da;pero desgraciadamente,cuandobaja el río, estapartedelcaucesuele quedaren seco,y se hacenecesarioarrastrar lapiragua, esto es, trasportarlapor tierra sobre cilindros otroncosdesbastados.

Para abrazarde una mirada el gran carácterde estaperspectivasilvestre,es necesarioqueel espectadorsecoloquesobre la cima de uno de los peñascosvecinos. Preséntasedesdeluego a la vista un campo de espumade unamilla deextensión,de cuyo senose alzan masasenormesde piedras,negrascomoel hierro, unasen figura d’e piloneso de colum-nas basálticas,otras a manerade torres, castillos y ruinas,contrastandosus coloressombríoscon el brillo argentadode las espumas.Cadaislote, cadaroca,estácoronadade ár-boles vigorosos, que figuran como ramilletes sobre su ci-ma. De la basede estospilonessube,hastadondese extien-de la vista, un densovapor, que permanececomo colgadosobreel río; y por entreestagasade niebla se lanza la copade empinadaspalmeras,cuyo fuste tiene más d’e ochentapies de alto ~. Sus hojas lustrosasy apenachadassubencasirectasal cielo. A cada hora del día, presentadiferentesas-pectos aquellienzo de espuma,ya con las grandessombrasflotantesde las islas montuosasy de las palmas,ya con losrayos del sol quese quiebraen la húmedanubede queestá

1 Creen nuestros viajeros que la palma de esta catarataes el cucurito, nue-

va especie del género oreodoxa. (NOTA DE BELLO).

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cubiertala catarata,y conla multitud de iris que se forman,se desvaneceny renacenalternativamente:juguetesligerosdel aire, cuyasimágenesse columpiansobrela llanura.

Tal es (dice Humboldt) el carácterde este paisaje,queningún viajero ha descritohastaahora.Ni el tiempo, ni lavista de las cordilleras,ni mi residenciaen ios valles templa-dosde México hanpodidoborraren mí la viva impresióndelas cataratasdel Orinoco.Las escenasmajestuosasde la na-turaleza,comolas obrassublimesde la poesíay de las artes,dejanrecuerdosquese renuevana cadainstante,y queen elresto de la vida se mezclancon todoslos sentimientosde lograndey lo bello.

La calma de la atmósferay el movimiento tumultuosode las aguasproducenun contrastepropio de esta zona.Ningún soplo de viento agita el follaje, ningunanube velael esplendorde la bóvedaazul del cielo: unagran masadeluz se derramaen el aire, sobre la tierra vestida de un lus-troso verdor y sobre la anchurosasuperficie del río. Losmogotesde granito que se elevanacáy allá por la sabana,estánadornadosde plantas las más hermosasy odoríferas.En medio de las cataratas,sobreescollosde difícil acceso,vegetala vainilla, y da vainaslarguísimasde la másexqui-sita fragancia.

Los habitantesde la misión de Maipures, que bajo elrégimen de los jesuitaseran como 600, y bajo los padresde la observanciahanquedadoreducidosa la décimaparte,sonmansos,sobriosy sobretodo aseadísimos.La mayor par-te de los salvajesdel Orinoco no muestranaquelladesorde-nadaafición a bebidasfuertes,que se ve en la Américasep-tentrional: los viajeros han atribuido a todos los indios loque sólo es propio de las costumbresde algunastribus, Losindios de Maipures cultivan yuca y batianas,no maíz; ycomo casi todos los del Orinoco, usan bebidasnutritivas.Una de las máscélebreses la que suministraunapalmasil-vestre, que crececerca de la misión y se llama seje. En unracimo de esta palma, calculó Humboldt 44,000 flores y

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8,000 frutos, la mayorparte de los cualescaesin madurar.Los frutos son pequeñasdrupascarnosas.Sumergidosporalgunosminutosen agua caliente,se separala nuez de lapulpa, que tiene un gustoazucarado,y se pila y muele enunagran vasija llena de agua.La infusión fría daun licoramarillento, quesabe a leche de almendras,y a la que seañadea vecesun poco de papelóno azúcarbruto. Los in-dios engordanvisiblemente durante los dos o tres mesesquese alimentande este licor, remojandoen él su casabe.Los piachesvan al bosquea tocarel botutoo trompetasa-gradaparaobligar a las palmasa darlesunaabundanteco-secha, operaciónque les paga el pueblo, como entre losmongoles,morosy otrasnacionesmenosdistantesse paganlos conjurosy palabrasmísticasde que se sirven los sacer-dotes para ahuyentarios insectosdañinoso invertir el or-den de las estaciones.

Hay en estamisión (si es que existe todavía) unafá-brica de alfarería grosera, especiede industria propia dela gran familia de los maipures,y cultivada entre ellos detiempo inmemorial.Cavandola tierra en estosbosques,le-jos de todahabitaciónhumana,se encuentranpedazosdevasijas de barro y de loza pintada; y aun por las reliquiasque aparecena las orillas del río Jila, entre las ruinasdeuna ciudad azteca,en los EstadosUnidos del Norte, cercade ios túmulos de los indios maimis, en la Florida,y dondequieraquesehallanvestigiosde antiguacivilización, se echade ver que este gustoha sido comúna los pueblosindíge-nas de las dos Américas.

Pasadoel raudal o cataratade los Guaharivos,que sehalla un poco más adelante,la isla y confluencia del ríoTomo, queentra en el Orinoco por la bandade oeste,y elraudal de Garcita, fácil de remontar en las crecientes,sellega al puerto de la expedición,en la ribera oriental, nolejos de la célebre cavernade Ataruipe, sepulturade unatribu que ya no existe. Trépasecon dificultad, y no sinpeligro, un risco de granito desnudo,desdecuya cima se

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descubrenal oestelas sabanasdel Meta y del Casanare,co-mo un mar de verdura,y el pico aislado de Uriana. Lacuchilla del riscoconducea un cerro,cuya redondacumbresustentaenormesmasasde granito, que tendráncomo 40

a 50 pies de diámetro,y se acercantanto a la forma esfé-rica, que,pareciendono tocarel suelosino por pocospuntos,es de creerquea laprimerasacudidade terremotosseprecipi-taránal abismo.La partemásretiradadel valleestácubiertade un bosqueespeso.En este lugar sombríoy solitario, enla cuestadel cerro queacabamosde describir,se abrela ca-vernade Ataruipe. ‘~Enestatumbade unanaciónyaextin-guida, contamosen poco tiempo”, dicennuestrosviajeros,ttcerca de 600 esqueletosbienconservados,y colocadosconla mayor regularidad,cada uno en unaespeciede canastatejida de pecíolosde palmas.Los indiosllaman estascanastasmapires: tienenla forma de un sacocuadrado;y su tamañoes proporcionadoa la edaddel difunto. Las habíadesde10pulgadashasta 3 pies 4 pulgadasde largo. Los esqueletos,dobladossobresí mismos,estánenterosy completos;y loshuesosaparecenpreparadosde tresmaneras:o blanqueadosal airey al sol, o teñidosde onoto 1, o, comoverdaderasmo-mias, barnizadosde resinasaromáticasy envueltosen hojasde vijao 2 y de banano.Los indios dicen que,muerto el in-dividuo, se entierrael cadáveren un parajehúmedo,paraque se consumanpocoa poco las carnes;y que, al cabodealgunosmeses,lo desentierrany raen la carne que quedapegadaa ios huesos.Cerca de los mapiresse ven vasijasdebarro medio cocido, queparecencontenerlos restosde unamisma familia. Las más grandesde estas urnas funeralestienencomo 3 pies de alto y 4 pies 3 pulgadasde largo; sonde un color gris verduscoy de una figura ovaladaagra-dablea la vista; las asas,a manerade cocodriloso serpien-

tes, y el borde adornadode verdaderasgrecasde líneasrec-tas variamentecombinadas,especiede adorno que se en-

1 Materia colorante del fruto de la bija (Bixa orellana). (NOTA DE BELLO).

2 Heliconia (NOTA DE BELLO).

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cuentraen todas las zonas,entrepuebloslos más distantespor elsuelo queocupany por el gradode culturaa quehanalcanzado:en las ollas de los maipures, las adargasde losotaitinos, los instrumentosde pescade los esquimales,losmurosdel palaciomexicanode Mida y los vasosde la Mag-na Grecia. En todas partes,se complacela vista en la re—petición rítmica de las formas, como la de los sonidosli-sonjea al oído. Los indios guahívoscuentanque la belicosatribu de los atures,perseguidapor los caribes,se refugióentre los peñascosde las grandescataratas,dondeesta na-ción, en otro tiempo numerosa,se extinguió poco a poco.Juntoconlos esqueletosde los indígenas,vimosotros,cuyoscráneosde forma europeanos hicieron conjeturarque al-gunos mestizosde las misiones del Meta y del Apure ven-drían a establecersecercade las cataratasy se casaríanconmujeresatures.. . Alejámonossilenciosamentede la caver-na de Ataruipe. Había oscurecidoya, y la noche era unade aquellascuya calma y serenidadson tan comunesen lazonatórrida. Las estrellasbrillaban con unaluz mansapa-recida a la de los planetas.Una multitud innumerabledeinsectosbañabael aire de un tenueresplandorrojizo. Fes-tonesde vainilla y bejucosfloridos decorabanla entradadela caverna,y sobrela cima del cerro, los erguidosfustes delas palmasse mecíancon apaciblesusurro”.

Pasadala embocaduradel Cataniapo,a cuyas márgenesvagan los macos-piaroas,rama de la gran familia de lossalivas,como lo son tambiénlos macosdel Ventuari, del Pa—damoy del Jehete1, se llega a la catarata,o por mejor decir,la seriede cataratasde Atures,que los indiosllaman Mapasa.El río, hondamenteencajonado,tiene las orillas casi inacce-sibles,y salta sobreinnumerablesdiqueso barrerasde roca,quelo atraviesandejandoentresí espaciossembradosde is-las de diversas formas y dimensiones,unas montuosas,de

1 V&~.snselas pigs. 320 y 338. (NOTA DE BELLO).

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2 a 300 toesasde largo, coronadasde jaguas y cucuritos1,

otras bajasy pequeñasa manerade escollos. Estasislas di-viden el río en numerosostorrentes,quehierven, rompién-dosecontra los peñascos.La perspectivaes como la de lascascadasde Maipures, aunqueno tan pintorescay sublime.

Las aguasno siemprese precipitansobrelas barrerasodiques,sino que caenhaciadentro conun ruido sordo,bus-cando camino por conductossubterráneos,de modo queuna parte considerabledel cauce quedaen seco. En estasrocas solitarias, que apiladasforman a veces cavernases-paciosas,anidala pipra rupícuia, de plumaje dorado,unade las más bellasavesecuatoriales.El río despeñasus ondasarqueándosesobre la entradade algunasde estascavernas,cuyo interior suele estarenjuto. En otras, filtran chorreraspor la bóveda,y se pierdenentrelas grietas,queparecenco-municar entre sí a grandesdistancias.

Cuandolos diques o represasnaturales,si podemoslla-marlas así, no tienenmás de dos o tres pies de elevación,los indios se aventurana bajarpor ellas en canoas,lo quenos trae a la memoriael descensode las cataratasdel Nilo,de que Sénecanos ha dejado una descripción acasomáspoética que exacta.~Dos hombresse lanzanen una bar-quilla: el uno la gobierna,el otro la vacía amedidaque sellena de agua: arrojadosde acá para allá por los raudales,remolinos y contracorrientes,pasan por los canales másangostos,evitanlos escollos,y se dejandespeñarconel río,dirigiendo la navecilla en su precipitadodescenso”. Estopinta con la mayor fidelidad lo que se puedever cada díaen Atures, Maipuresy los pongosdel Amazonas.Parasu-bir el río, si la cascadaes de pocaelevación,se echapartede los indios a nado, atan la extremidadde una cuerda auno de los picosquesobresalenal agua,y tiran por mediodeella la barca.Si es alta la cascada,se echala barcaa tierra,y la arrastransobre palos. Esta operaciónse llama, como

1 Especiesde palmas,de hojas pinnadas;la primera se acercaal coco, la segunda

a la oieodoxa o palma real. (NOTA DE BELLO).

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dijimos arriba,arrastrar la piragua; elsitioen queesnecesariohacerlo,arrastradero.

Se confundengeneralmente,bajo los nombresvagosdecataratas,cascadas,saltos, raudales,pongosy otros, cosasmuy diferentes.A vecesse precipita un río entero de unagrandealtura por una sola caída, y hace toda navegaciónimposible.Tal es la soberbiacascadade Tequendama;taleslas de Niágara,del Rin, muchomenosnotablespor su ele-vación, quepor el caudalde aguasquellevan. Otrasvecessucedequehayunaseriede diquesde piedra,pocoelevados,a corta distanciaunos de otros: tales son las cachoeirasdelRío Negroy del río de laMadera, los saltosdel Cauca,y lamayor partede los pongosdel alto Marañón.Sucedetam-bién a vecesqueestosdiques se aproximantanto entre sí,que forman por muchasmillas una serie no interrumpidade chorrosy remolinosy éstosse llaman propiamenterau-dales, como los del Missouri, que tienen cuatro leguas delargo, y los de Atures y Maipures, únicos queen la regiónequinoccialdel NuevoMundo estánataviadosde unamag-nífica vegetaciónde palmas.Sucede,en fin, que el movi-miento tumultuosodelas aguasprovienede estrecharsecon-siderablementeel cauce,como en el pongo de Manseriche,del Marañón,y en la Angosturade Carare, del Magdalena,estrechoque embarazala comunicaciónentreCartagenayBogotá.

Los raudalesdel Orinoco, tan eminentementepintores-cospor la distribuciónvariadade las aguas,rocasy palmas,alpasoquelas cascadas,comola de Tequendamao Niágara,ofrecen un solo cuadro, admirablesin duda, pero único,no tienen probablementeen toda su longitud más de 28pies de altura perpendicular.Su fracaso se oye a más deunaleguade distancia,y es tresvecesmás fuerte de nochequede día, dandoa estos apartadosdesiertoscierto atrac-tivo, cierto encantoqueno puedeexpresarse.Aturesy Mai-puresestánentre los 50 y 6°de latitud boreal, cien leguasal estede las cordillerasde Cundinamarca,y a 12 leguasde

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Versionesde Jdumboldt

distanciauno de otro, dividiendo las misionesdel bajo Ori-noco, situadasentresu embocaduray el raudalde Atures,de las del alto Orinoco que se hallanentreel raudalde Mai-puresy el cerrodel Duida. El cursodel bajo Orinoco, ava-luando las sinuosidadesen 1/3 de la distancia recta, es de260 leguasmarinas;y el del alto Orinoco, suponiendosusfuentestres gradosal este del Duida, se puede estimaren167 leguas.

El Orinoco forma en el raudalde Atures un arcoabier-to al SE., queabrazaunasbellaspraderas,en queestála mi-Sión de SanJuanNepomucenode los Atures, fundadaporel padreFranciscoGonzález,jesuita, en 1748; a 5°38’la-titud y 70°19’ longitud (oestede París).Es el último de losestablecimientosfundadospor la Compañía;los del Ataba-po, Casiquiare,y RíoNegro fueronobrade los franciscanosobservantes.Estaaldea,que a la épocade la expedicióndeSolanoconservaba520 habitantes,ya sólo tenía47. Suspri-merospobladoresfueronprincipalmentedelas tribusatureymaipure; los actualeseran guahivos y macos. Los aturespertenecían,como los macos,a la gran razasaliva; los mai-puresy guaipunabis,a la cabereso cabres,célebrespor susguerrascontra la nación caribe. El Orinoco, que entre los4°y 8°de latitud separa los grandesbosquesde la Parimade las sabanasdel Apure, Mcta y Guaviare,forma tambiénla frontera entre tribus de costumbresdiferentísimas.Aloeste vagan por llanos inmensosdesnudosde árboles, losguahiv.os, chiricoasy guamos,pueblosasquerosos,pero en-greídosde su salvajeindependencia,y difíciles de habituara domicilio fijo y regularidad de vida. Los misionerosloscaracterizanllamándolosindios flaneroso andantes.Al este,entrelas fuentesdel Cauca,Cataniapoy Ventuari,viven losmacos,salivas,curacicanas,parecasy maquiritares,pueblosmansos,sosegados,dadosa la agriculturay fáciles de redu-cir a la disciplina de las misiones.El indio llanero se dife-renciadel indio montero,no menosen la lenguaque en lascostumbresy en las disposicionesintelectuales:uno y otro

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hablan idiomas que abundande frasesatrevidasy enérgi-cas;peroeldelprimeroesmásáspero,concisoy apasionado;el del segundo,más suave,más difuso, más abundantedeexpresionesindirectas.

Lo que despueblalas misiones,es la repugnanciade losindiosal régimen,la insalubridadde unclima cálidoy húme-do, los malosalimentos,eldescuidocon quesemiran las en-fermedadesde la infancia,la culpableprácticadel aborto,yla costumbrede matar a uno de los gemelosy a todoslosquenacencon algunadeformidadfísica. Las deformidades,segúnlos indios, indican ciertainfluencia del espíritu ma-ligno Yoloquiamo,o del pájaroTikitiki, enemigodel génerohumano.Los niñosde complexióndébil sufrena vecesigualsuerte.Preguntadal indio por uno de sus hijos: ttEl pobremure” (os dirá) «no podíaseguirnos;teníamosquedete-nernosa cadainstanteaaguardarle;leperdimosde vista; noanocheciócon nosotros”, Tales son el candory sencillez,y la decantadafelicidad del hombreen su estadode natu-raleza.Se damuertea un hijo por no exponerseala zumbade tenergemelos,parano aguardarleenel caminoo no so-meterse a una privación ligera. Estos actos de crueldadson menosfrecuentesde lo que se piensa; pero no dejande notarseaúnen las misiones,duranteel tiempo que losindios estánausentesde la aldeaen los conucosdel monte.Entre ellos, el padreno entra en casasino para comer ymecerseen su hamaca,y no prodiga sus cariciasni a losniños de tierna edad,ni a las mujeresque le sirven2• Elafectodel padreno empiezaamanifestarsehastaqueel hijotiene la robusteznecesariapara acompañarleen la pescay la caza,y ayudarleen el conuco.

El guardiánde ios observantes,espantadode la rápidadespoblaciónde las dos aldeas de los raudales, propusoalgunosañosha al gobernadorde Guayanasustituir negrosa los indios. Ya se sabeque la raza africana resistema-

Niño en lengua tamanaque. (NOTA DE BELLO).2 La poligamia es común entre los indios no catequizados. (NOTA DE BELLO).

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Retrato de Alejandro de Humbolde, a orillas del Orinoco. Óleo de F. C. Weitsch(1806).

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ravillosamentea la insalubridadde los climas ardientesyhúmedos.Una colonia de negros libres ha tenido el mejorsucesosobre las enfermizasorillas del Caura, en la misiónde SanLuis de Guaraguaraico,dondecogenriquísimas co-sechasde maíz. El padreguardiánquería trasplantara lascataratasuna parte de aquelloscolonosnegroso compraresclavosen las Antillas, agregándoles,como se practicaenel Caura, los cimarronesde Esequibo: proyecto juicioso yverdaderamentecristianoy caritativo, quese frustrópor unespíritudehumanidadmal entendida.El gobernadorrespon-dió a los frailes: que la vida del negrovalía tanto como ladel indio, y no erajustollevarlea aquellasmisionesmalsanas.

Las sabanasde Atures, alfombradasde yerba fina y degramíneas,son verdaderospradoscomo ios de Europa; ya pesarde suextensión,no tienenla monotoníade las lla-nuraseuropeas,porqueen mediode ellas se levantande tre-cho en trecho gruposy pilas de granito, y cañadasapenasaccesiblesa los rayos del sol, que pobladasde aros, helico-niasy bejucos,manifiestana cada pasola silvestre fecun-didad de la naturaleza.Cierran la perspectivamontes de7 a 800 pies de elevación, cuyas redondascumbres estánataviadascon unadensaselvade laureles,y en mediode iosárbolesde ramashorizontales,descuellanacay allá palmares,cuyas hojas1 rizadasa manerade penachos,se elevanma-jestuosamenteen ángulosde 70 grados,mientrassus desnu-dos troncos, como columnasde 100 a 120 pies de alto, re-saltansobre el azul del cielo, y forman con sus copas unbosquesobrepuestoa otro bosque.Al estede Atures se pre-sentan montes de diferente aspecto,cuya grupa erizadade rocas dentelladasdomina sobre la región de los árbolesy de los arbustos.En los más cercanosal Orinoco, las avespescadoras,los soldados2, ios flamencos,las garzas,encara-madossobrelospeñascosparecende lejoscentinelas.Adornan

1 Lo que se llama hoja (frons) en las palmeras, es cada una de las palmas que

forman la copa. (NOTA DF BELLO).2 Garzas de grande estatura. (NOTA DE BELLO).

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la llanura boscajesde anchoy lustrosofollaje, agigantadosbambúes,palmares de moriche’, jagua y cucurito. Des-cansemosa su sombra, y reservemosa otro artículo elresto de nuestraperegrinación‘por el Orinoco abajo. Elpico de Uriana al oeste,el río Anaveni al oriente, demar-canel límite septentrionaldel paísqueacabamosde recorrer.

1 Palma de hojas palmadas que da el sagú de los indios guaraúnos. (NOTA DEBELLO).

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DESCRIPCIÓN DEL ORINOCO ENTRE LA CASCADA DE GUAHARIVOS YLA EMBOCADURA DEL GUAVIARE, CANAL NATURAL DE COMUNICACIÓN

ENTRE EL ORINOCO Y EL AMAZONAS

(Relación histórica del Viaje a las regiones equinocciales por A. DE HUMBOLDTy A. BONPLAND, lib. VII, cap. 22, 23, 24) *

Nadase sabecon certidumbresobrelas fuentesdel Ori-noco.Ni ios misionerosde la Guayana,ni los jefesde expe-dicionesmilitares, que hanvisitado algunavez los desiertosdel este d.e la Esmeralda,parecenhaber exploradoaquelrío másalla del raudal o cascadade los Guaharivos,que sesitúa hacia ios 67°38’ de longitud occidental de París, ycomo a ios 3°17’ de latitud boreal.La noticia de esta cas-cada se debe principalmentea don FranciscoBobadilla,comandantedel fuerte de San Carlos de Río Negro, quea la cabezade una partida se propuso penetrar hastalasfuentes. Bobadilla llegó sin dificultad al pie de las rocasgraníticasqueforman la cascada,y peleandocon los indiosguaharivosy guaicas,tribus guerrerascélebrespor la acti-vidad del curare con que enherbolansus flechas, hizo enellos una horrorosacarnicería;pero aunquele costó pocola victoria, lo ásperoy montuosode aquellosdesiertos,ylo encajonadodel río, quecorre dandosaltosy formandoremolinos entre las rocas, le desanimaronde proseguir suempresa.Mas allá del raudalde Guaharivos,el Orinoco (si

* Este artículo, firmado con las iniciales A. B., se publicó en El Repertorio

Americano, 1, Londres, octubre de 1826, pp. 74-80. Se reprodujo en O. C. XIV,pp. 241-262. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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se ha de creer a los indígenas)apenastiene de dos a tres-cientos pies de ancho. Los indios tenían colgadode lospeñascos,sobre la cascadamisma, un puentede bejucos.

El ilustre Humboldt (a quien debemostoda la materiade este artículo, quesóio nos hemostomado la licencia dedisponer en otro orden) vio en la Esmeraldaalgunos deestosindios, quehabitansiglos ha, segúnla tradición,haciael nacimientodel Orinoco, y aseguraquese ha exageradoigualmentela pequeñaestaturade los guaicasy el colorblanco de los guaharivos.Los primeros le parecierontenerunaestaturamediade 4 piesy 7 u 8 pulgadas(medidaan-tigua de Francia). En cuanto a la blancurade los otros,quebajo un cielo ardientey en medio de tribus, que todastienenla tez oscurísima,no ha podidomenosde causarma-ravilla y dar motivo a conjeturasaventuradas,nuestrosabioviajero es de sentir queno provienede la mezcla de la razaamericanacon la holandesao la española.Su fisonomía nopermiteconsiderarloscomo mestizos,Tampocoson débiles,enfermizosni albinos; lo único quelos diferenciade las tri-bus de color cobrizoes el tenermuchomás claroel cutis.

Descendiendoel Orinoco entre el raudalde Guaharivosy la misiónde la Esmeralda,que dista como trescuartosdegrado al oeste, se encuentranprimero la confluencia delcañoChigüire, queentra en el Orinoco por la banda delnorte, y en cuyasorillas vagaunatribu, tambiénblanque-cina, de guaicas;luego la confluenciadel Jehete,quevienedel sur; la del Manaviche,del norte; y sucesivamentelostrescañosmeridionalesAmaguaca,Daracapoy Mavaca.En-treel AmaguacayelDaracapo,haygrandesbosquesdejuviaso castañosdel Marañón (Beriholietia excelsa);y el Mavacacomunicaconun lagosobrecuyasmárgenesvienenlos brasi-leños del Río Negro, a hurto de los habitantesde la Esme-ralda, a coger la zarzaparrillay las semillas aromáticasdelLaurus Pucheri, conocidasen el comerciocon el nombredehabas de Pichurin y de toda-especie.Entre el Mavacay lamisión de la Esmeralda,recibe el Orinoco varios caños

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septentrionales,queson, caminandodel orienteal poniente,el Ocamo (en que desembocael Matacona,sobre cuyasfuentesviven los guainares,otra tribu de indios blancos),el Padamo,el Simirimoni, el Caurimoni, el Guapo, el So-domoni y el Tamatama.Soberbiosbosquesde maderadeconstruccióncubrenla cordillera septentrional,cuyasver-tientesalimentanestosríos. El incrementode los vegetaleses tal en este clima ardientey húmedo,que se encuentranfrecuentementeceibasde 16 pies de diámetro.

Entre el Guapoy el Tamatama,se levantaen forma deanfiteatro el grupo granítico del Duida, que los misionerosllamanvolcán, y tiene cercade 8,000pies de altura. Tajadoperpendicularmentepor el sur y ei oeste, presentaconmajestadsu desnuday peñascosacima, pero donde quieraque lo rápido del declive deja formar una pequeñacapade tierra vegetal, se alzan dilatados y frondosos bosques,que parecenpendientesde los costadosdel Duida. Baja desus faldas, por entre los morichales (palmaresde mauri-cias) que rodeana la Esmeralda,el río Sodomoni,famosopor la excelenciade las piñasqu.e se producenen sus riberas.El Duida es poco inferior en altura al San Gotardo y a laSilla de Caracas,y así le miran en la Guayanacomo unamontañacolosal; por dondese ve queno puedeser grandela elevación de la sierra Parima y de ios demásmontesdeaquellaparte de la América. La cumbredel Duida es de talmodo perpendicular,que los indios no han podido subirla.Pero lo quepareceráalgo singular,es queal fin de la esta-ción de las lluvias brotan de estacumbrellamas, quevagande un parajea otro, lo quesin dudaha sido lacausade darsea estemonte el nombreimpropio de volcán. El mismo fe-nómeno ígneo se presenta (y esto en díasserenosen queno puedeatribuirse al rayo) en la cumbre del GuaracooMurciélago, colina situada frente a la embocadura delTamatama,sobre la ribera meridional del Orinoco. Acasoen el Duida y el Guaracohay algunacausasubterráneaqueproducelas llamas,pues no se ven jamásapareceren otros

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altos montes vecinos frecuentementeencapotadosen tor-mentaseléctricas.

Al pie del Duida, está la misión de la Esmeralda,que essólo un miserablecaseríode ochentahabitantesen mediodeunabellísima llanura, regadade arroyuelosde negrasperolimpias y trasparentesaguas; verdadera pradería, inte-rrumpida de trecho en trecho por boscajesde moriche(Mauritia), que es el sagúde la América. Allí se danpiñasde grandesdimensionesy de un aromadelicioso. Las piñasde la Esmeraldason célebresen toda Guayana.El que haprobado los sapotillos de Margarita y Cumaná) las chiri-moyas de Loja, las parchas (Passiflora) de Caracasy laspiñas de la Esmeralday de la isla de Cuba,no hallaráexa-geradoslos elogiosconqueencarecieronlos primerosviaje-ros la excelenciade los frutos de la zonatórrida. Las piñashermoseancercadel Duida el céspedde la sabana,levantan-do entrelas gramasy juncossus frutos amarilloscoronadosde un ramillete de hojas plateadas.Humboldt observa queesta planta (cuyo origen americanoes ya indubitable) sepropagó desdeel siglo XVI por el interior de la China, yquealgunosviajerosingleseslahanhalladotambiénencom-pañía de otras plantas americanas(el maíz, la yuca, cipapayo,el tabacoy el aji), sobrelas márgenesdel río Con-go en África.

A pesar de la escasísimapoblación de la Esmeralda,sehablanen ella (fuera del castellano) tres lenguasindias: elidapaminare,el catarapeñoy el maquiritano.Esta últimalenguaes la dominanteen el alto Orinoco; así como en elbajo domina el caribe; hacia la confluenciadel Apure, elotomaque;en lasgrandescataratas,el tamanaquey maipure;y sobrelas orillas del Río Negro, el maravitano.Estascin-co o seis lenguasson las queestánmás generalmenteexten-didasen las regionesque bañael Orinoco. Hay tambiénenla Esmeraldazambos,mulatosy otras razas mixtas. Estamisión debeel nombrea las fabulosasesmeraldasdel Dui-da; y a causade la prodigiosa muchedumbrede insectos

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queoscurecenel aireen todaslas estaciones,ha sido miradapor los misioneroscomo un lugar de destierroy maldición.

Si la villa de la Esmeralda(porque este pobre caseríofue en efecto condecoradoconel título de villa), si la Es-meraldase mira hoy como unamoradade horror, sólo de-bemos atribuirlo a la falta de agricultura, a la distanciade toda otra población, y a la plaga de los mosquitos yzancudosgritonesque, como dice fray PedroSimón, pare-cen criadosadredepor la naturalezaparatormento de loshombres.Pero nadamás bello y pintorescoque su situa-ción; nadamás risueñoy fértil que sus campos.“En nin-guna parte” dice Humboldt “he visto racimos de bananade tan desmesuradacorpulencia; allí se daría abundante-menteel añil, la cañade azúcary el cacao,si quisiesencul-tivarlos; hay tambiénbellos pastoshacialas faldas del Dui-da, y con un poco de industria se les vería poblados denumerososrebaños.Ahora no se ve allí ni una sola vaca,ni un caballo; y los vecinos, merced a su indolencia, sehallanmuchasvecesen la necesidadde alimentarsecon car-ne de araguatos(Simia seiticulus),y con la harina de hue-sos de pescado,de que hablarémás adelante.Cultivan unpocode yucasy bananas;y cuandono es abundantela pesca,se sufreunaescasezcruel.

“La Esmeraldaes el lugar más célebredel Orinoco porla confeccióndel curare,venenode grandeactividad muyusadoen la guerra,en la caza,y (lo que pareceráalgo ex-traño) como medicamentopara las congestionesgástricas.El venenode losindios ticunas del Amazonas,el upastieutéde la isla de Javay el curarede la Guayana,son las sustan-cias másmortíferasque se conocen.Ya se ve queno mere-cen crédito las asercionesdel padre Gumilla cuandodiceque es tal la actividad del curare, que sus exhalacionesaltiempo de confeccionarlodan la muerte, y que por eso seeligen para esta operación las viejas más inútiles; o que,cuando está suficientementeconcentrado,ejerce de lejoscierta acción repulsiva sobrela sangre,de maneraque,po-

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niendocercade unaheridauna flechaempapadaen curarelíquido, sehagaretrocederla sangresin tocarla,que es comose prueba,segúndice, la buenacalidad de este tósigo: ha-blillas vulgares como varias otras recogidaspor aquel mi-sionero.

“A nuestrallegadaa la Esmeralda,la mayorpartede losindiosestabande vuelta de unaexcursiónquehabíanhechoenlas tierrasdel estehastamásallá delPadamo,parala cogi-da anualdelas juvias o frutos dela Bertholietia,y del bejucode quese extraeel curare; sucesoque acostumbracelebrarseen la misiónconla fiestaque llaman de las juvias, que tienesemejanzacon las fiestaseuropeasde la mies y de la vendi-mia. Las mujereshabíanpreparadogran cantidadde licoresfermentados;y durantedos díasno encontramosmás queindios borrachos.Los pueblos para quienesson de grandeimportancia los frutos de las palmas y de otros vegetalesútiles, celebran la cosechade ellos con regocijos públicos,que dividen el períododel añoen ciertasépocasinvariables.Tuvimos la felicidad de encontrara un indio menosebrioque los otros,que se ocupabaen destilarel venenocurare;servíale su choza de laboratorio químico; vimos en ellagrandesollas de barro destinadasal cocimientode los jugosvegetales,y otrasvasijasque,presentandomenosprofundi-dady mássuperficie,debíanfavorecersuevaporación.Com-pletabanel aparatofarmacéuticodel amo del curare (queera elnombrequedabana este indio) unaespeciede embu-dos, hechosde hojas de bananoarrolladas,los cualesservíanpara filtrar líquidos, purgándolosde la materiahilachosa.Erannotablesel ordeny aseodela chozadel indio, no menosquesu aire magistraly tonoenfático, semejanteal de nues-tros farmacópolasde antaño.«Yo sé», nos decía gravemen-te, «queustedeslos blancosposeenel secretode hacerjabóny de fabricar aquelpolvo negro que tiene el defectode re-montar a los animalescuandose yerrael tiro. El curare,quenosotrospreparamosde padre en hijo, aventajaa todo lo

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queustedessabenhacerpor allá. Éstaes unaarmaquematay no hace ruido».

“La fabricación del curare es harto simple. La plantade que se extraese llamabejuco de mavacure,y se da abun-dantementeen las serraníasquehay entre los ríos JeheteyAmaguaca.Es falsoque carezcade hojas;parecepertenecera la familia delas Strychneas.Es indiferentequeelmavacuresea fresco o que tenga algunassemanasde cogido. La cor-tezay unapartede la alburaes dondese contieneel veneno.Ráensecon un cuchillo ramos de mavacurede cuatro ocinco líneas de diámetro; muélesela materia raída hastareducirla a hebrastenuísimas;y como el zumo es amarillo,daestecolor a toda la masa.Viérteseluegoestasustanciaenunode losembudosquehemosdescrito,queerande todoslosutensiliosde nuestroindio los quemáspreciabay encarecía.Preguntábanosrepetidasvecessi teníamospor allá (esdecir,en Europa) alguna cosa comparablea su embudo. El talembudose metedentro de otro instrumentosemejante,peromásfuerte, hechode hojasde palma, y sostenidopor cabosde hojas y de racimos de esta misma familia de vegetales.Lo primeroque se hace,es desleír en aguafría la cortezamolida; luego filtra durantealgunashorasgota a gota unlicor amarillento,que se concentra,evaporadoen una granvasija de barro: se pruebael licor, y cuandoestá bastanteamargo,se le cree suficientementeconcentrado.Restaotraoperación, que es darle cuerpo, esto es, hacerlo espesoyviscosoparaque se peguea la flecha.A estefin se hierve lainfusión con otro zumo vegetal,que es muy glutinosoy seextraede un árbol de grandeshojas,llamadoquiracagüero,queno tienenadade mortífero.Entoncesse cuaja la mezcla,y adquierela tenacidaddel alquitrán o de un jarabeespeso.El curarese vendedespuésque tomaestaforma, en totumas,que son los hemisferioshuecosy leñososde la corpulentafruta del totumo (crescentiacujete). Comosu fabricaciónsóloes conocidadeun cortonúmerode familias,el deprime-ra calidades carísimo;perobastaunapequeñísimacantidad

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para cadaflecha. Hay curare de raíz, y curarede bejuco:el que vimos preparar,fue estesegundo,quees muchomásactivoy sevendeamuchomásaltoprecio.

“A orillas del Orinoco,es raro que se coma gallina queno hayasido muertapor la hincadurade unaflechaenher-bolada,operaciónque se cree da un sabordelicadoa la car-ne. Lo mismo se hace con las pavasde monte, los hocosopaujíes (alector), los cerdos y báquiras (dicotyles), lasiguanas,los monos y peces.

“El interés con que nosotros contemplábamosaquellaoperación,llenó de gran complacenciaa nuestroindio, y ledio tan alta ideade nuestrainteligencia,queno dudó supié-semoshacerjabón,arteque (despuésdel de hacercurare) leparecíala másbella invención del espíritu humano.Guar-dado el curareen los vasosdestinadosa recibirle, fuimos aver la fiestade las Juvias,qu.ese celebrabacon danzasy conla más salvaje embriaguez.El caney o cabañade reuniónpresentabaun espectáculoverdaderamenteextraño; no seveía mesa ni banco; había sí arrimadossimétricamentealas paredesmonos asados,cuyas actitudes,por la semejanzaquetienen con las de nuestraespecie,no podíanmenosdecausarunaimpresióndesagr2dablea todo hombrecivilizado.Al ver a los indios devorarci brazoo la piernade un mono,ocurre la idea de que estehábito de alimentarsede anima-les tan semejantesal hombre,ha debidodisminuir hastacier-to punto el horror de los banquetesde carnehumanaentrelas tribus salvajes.La carnede estoscuadrumanoses en ex-tremo magray enjuta.

“La danza carecía de vivacidad y gracia; tanto más,cuantolas mujeresno se atrevíana mezciarseen ella. Re-ducíasea tenersepor las manosen rueda,ya columpiándosesin mudar de sitio, ya dandovueltasa derechay a izquierdacon gravedadsilenciosa,al son de una cañaso carrizosdediferentetamañoque,atadosentresí, semejabana la flautade Pan, cual la hallamos representadaen procesionesbá-quicassobrelosvasosde laMagnaGrecia,Los griegosdecían

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conrazón que las cañashabíanservidoparasubyugara loshombressuministrandoflechas, para suavizar las costum-bres por medio de la música, y para desenvolverla inteli-genciaofreciendolos primerosinstrumentosde la escritura;usos queseñalan,por decirlo así, tres épocasde la vida delos pueblos.Los del Orinoco se hallan en la infancia de lacivilización: la cañaentreellos es sólo un armaparala gue-rra y la caza;y la flauta de Panno da todavía en aquellasremotassoledadessonidoscapacesde inspirar afectosblan-dos y humanos.

“Vimos en aquelcaneyotrasproduccionesvegetalesquelos indios habían traído de su excursión;sólo mencionare-mos el almendróno juvia, unascañasde prodigiosalarguray las camisasde la cortezade marima.La juvia (Bertholle-tia excelsa),uno de los árbolesmásmajestuososde los bos-quesdel nuevomundo,erapocomenosquedesconocidaan-tes de nuestroviaje al Río Negro. Empiézaselea ver al finde la Esmeralda,entre los ríos Padamoy Ocamo,sobrelaribera derechadel Orinoco; pero abundamuchomás a laizquierdaen el cerro Guanaya,entre ios ríos AmaguacayJehete;y los vecinos de la Esmeraldanos aseguraronquemás allá del Jehetey del Chigüirc es tal la abundanciadejuviales y cacaotales,que los salvajesno se oponena quelosindiosdela misiónvengana cogerlos frutos deestasplantas:tan pródiga ha sido de ellas la naturalezaen aquel suelo.Es de maravillar que en los establecimientosdel alto Ori-noco no se haya tratado de propagarios almendrones;laprontitud con que se enrancian,ha tenido menosparte enello, que la perezade los habitantes.

“El árbol que da las juvias, llamadasalmendroneso al-mendrasde Guayanapor unos, por otros castañaso nuecesdel Brasil, no tiene generalmentearriba de dos a trespies dediámetro;pero se eleva hastala altura de 100 a 120 pies, ysus ramas son abiertas,larguísimas,casi desnudasa la basey cargadasde espesosramilletes de follaje hacia la punta.Las hojas son algo correosas,un poco argentadaspor el en-

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vés, y de más de dos pies de largo. Empiezaa dar flores alos quince añosde edad,y la inflorescenciaes entremarzoy abril; los frutosmadurana fines demayo,y algunostron-cos los conservanhastaagosto.Sondel tamañode la cabezade un niño, teniendoa veces hasta 12 a 13 pulgadasdediámetro,y por consiguientehacengranruido cuandocaende la cima de los árboles.Nada es másapropósitoparaha-cernosadmirarla valentíadelas fuerzasorgánicasen la zonaequinoccial,que aquellosgrandespericarpiosleñosos,comoel del cocomarítimo, la Lecythisy la Bertholletia. Este úl-timo árbol forma en menosde 50 o 60 díasun pericarpiocuyaparteleñosatiene mediapulgadade grueso,y es difícilde aserraraun con los instrumentosmás afilados. Pero ungrannaturalista1 ha observadoquelaparteleñosade los fru-tos suele adquirir un grado de durezaa que rarísima vezllega el tronco de los árboles.El pericarpiode la juvia pre-sentarudimentosde cuatroo cinco celdillas, y contienedes-de 15 hasta22 nuecestriangulares,pegadasa unapared ocolumnacentral,las cuales,desprendiéndosecon el tiempoymoviéndoselibrementedentro de la gran cubiertaesférica,hacenun ruido que excitaen sumo grado la golosina de losmonos.Cadanueztiene dos cortezas:la exteriorhuesosa,decolor acanelado,y cubierta de pequeñasprominencias; lainterior membranosay amarillenta.Son muy agradablesalgusto,cuandofrescas;peroel aceitede queabundan,al pasoquelas haceinteresantesa las artes,las enranciamuy presto,y muchasde las semillas pierden,por la descomposicióndelaceite,la facultad de germinar,antesque el tegumentole-ñosodel pericarpio se abraen la estaciónde las lluvias porefectode la putrefacción.Los monos (aunquese oiga decirfrecuentementelo contrario) carecendemediosparahendero perforarlas juvias, de lo quesolamentesoncapacesel acurey la lapa2 por la estructurade susdientesy por la increíbleconstanciacon que persistenen sus trabajos destructores.

1 Richard, Analyse Tes frnits, p. 9. (NOTA DE FIUMBOLDT).2 Cavia Aguti y C. Paca. (NOTA DE HUMBOLDT).

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Perodesdeque las nuecestriangularesse derramansobrelatierra, todoslos animalesdel bosquecorren a estebanquetequeles preparala naturaleza:los monos,los manavires’,lasardillas, las cavias,los guacamayos,los loros y pericos.Ellostienentambiénsu fiesta, dicen los indios, que se quejan delosanimales,comosi alhombresólohubiesedadolanaturale-za el señoríodel bosque.

“M. Bonpland ha expuestomuy bien los medios demultiplicar este preciosovegetal a orillas del Orinoco, delApure, del Mcta y en todaVenezuela.Paraesto, debenco-gerse,en los parajesdondecrece naturalmente,millares desemillasque hayanempezadoya a germinar,y plantarseencajonesllenos de la tierra misma en quevegetan.Las plan-tas tiernasse hande trasportarluego en piraguaso balsas,cubiertasde hojas de bananoo de palmas,que las defiendandel sol. De este modo hemos logrado nosotros trasportarplantasrarísimas (como la Coumarounaodora o haba deTongú) de las cataratasdelOrinoco a la Angostura,en cu-yas plantacioneshanprosperado.

“Las cañasde quehablamosarriba, tienende 15 a 17 piesde largo; y en todaestalongitud no se echade ver el menorvestigiode un nudoque sirvaa la inserciónde las hojas.To-das eran derechas,lisas y perfectamentecilíndricas. Estoscarrizosde laEsmeralda(queasí losllaman) sonmuy apre-ciados;y haygrandemandade ellosa considerabledistanciadelOrinoco. Hácenseconellos las cerbatanas.Cadacazadorconservala suya todasuvida,y alabasu tersuray certería,comonosotroslas de nuestrasarmasde fuego”.

Humboldt no pudoaveriguara qué géneroo familia deplantaspertenecíanestoscañutos,ni menosel vegetal quesuministralas camisas.“Vimos”, dice, “a la falda del Duidatroncosde marimade más de 50 pies de altura. Los indioscortande ellos pedazoscilíndricos de dos pies de diámetro,de queseparanluegola corteza,quees roja y hebrosa;y deestacortezase hacenvestidurasa la manerade sacossin cos-

1 Viv’erva Candivolvula. (NOTA DE BELLO).

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tura alguna,sirviéndolesla aberturasuperiorparala cabeza,y dos agujeroslateralesparalos brazos.Los indígenasllevanestascamisasen tiempo de lluvias.

“En el festína que asistimos,las mujeres,excluidasde ladanzay de todo regocijopúblico, estabantristementeocu-padasen servir a los hombresmonosasados,bebidasy cogo-llos de palma,quehacenvecesde hortalizay tienenel saborde nuestrascoliflores. Cito estaúltima producción,porqueen ningunapartela he visto de tan desmesuradovolumen,puesalgunosde estoscogollos teníanhastaseis pies de largosobrecincopulgadasde diámetro.Peromásnutritiva quees-ta sustanciaes la harina de pescado,que se preparafriendoel pez, secándoleal sol y reduciéndolea polvo, sin separarlos huesoso espinas.Paracomerla,se hacede ella unapastao masa, humedeciéndola.Los habitantesde las costasdelMar Rojo y del Golfo Pérsico, se alimentabantambiéndepan de pescado,segúnel testimoniode Plinio y de Dioscó-rides.

“La Esmeraldaestá a 68°23’ de longitud O. de París,y como a los 3°8’ latitud boreal. De aquí al punto de labifurcacióndel Orinocohay tres leguasde distancia.En es-te intervalo, recibe el Orinoco por la banda del sur el ríoCuca, casi en el meridiano de la Esmeralda,y por la delnorte, los ríos Sodomoniy Tamatama.El punto de la cé-lebre bifurcación del Orinoco,estáa los 3°10’ latitud bo-realy 68°37’ de longitud O. de París,y presentauna pers-pectiva grandiosa.Altas montañasgraníticasse levantansobrela riberaseptentrional,pero no hay montañaalgunaal E. ni al O. del brazoque se separade esterío, y queconel nombrede Casiquiareva, comodespuésveremos,a mez-clar susaguasconlas del RíoNegro, tributario del Amazo-nas. El tronco principal (que los indios llaman Paragua, ya quien nosotrosconservaremosel nombrede Orinoco) si-gue su camino hacia el ONO., doblándoseen torno a lasierraParima,queestáa suorilla derecha:el cursodel Ca-siquiarees al SO.; y entre ambosbrazosse extiendeunain-

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mensaMesopotamia,que,silos pueblosde la Américaequi-noccial hubieranalcanzadoparte de la cultura de la regiónfría y alpina,hubierafavorecidoen alto grado su industria,alentado su comercio, y apresuradolos progresosde lavida social. En todo el mundoantiguo,vemosestainfluen-cia de la localidadsobrela cultura del espíritu. La isla deMeroe entreel Astáborasy el Nilo, el Pendjaldel Indo, elDuabdel Gangesy la Mesopotamiadel Éufrates,nos ofre-cenejemplosjustamentecélebres.Perolas débilestribus quevaganpor las sabanasy selvasde la Américaoriental apenashansacadopartido algunode las riquezasde su suelo y dela ramificaciónde sus ríos. Las incursionesde los caribesquesubíanel Orinoco, el Río Negro y el Casiquiareparapillar y hacer esclavos, forzaban algunasde aquellas tri-bus embrutecidasa salir de su indolenciay a confederarseparala defensacomún; pero estepequeñobien ocasionadopor las incursionesde los caribes (que son los beduinosdeGuayana)compensababien imperfectamentelos males dela guerra, que, fuera de diezmar los pueblos, los hace deordinario másdepravadosy feroces.No se puededudarquela constituciónfísica de la Grecia,cruzadade pequeñasca-denasde montesy de golfos mediterráneos,contribuyópo-derosamentea desenvolverlas facultadesintelectualesde loshelenos.Pero esteefectodel clima no se revelaen toda sufuerza, sino donde razasdotadasde una feliz disposiciónnatural recibenalgúnimpulso externo.

“Despuésde nuestravuelta del Orinoco,ha amanecidootra era paralos pueblosdel Occidente.A las furias de lasdisensionesciviles sucederánlos bienesde la paz, y las artesindustrialescaminaránconpasomás libre y rápido. La bi-furcacióndel Orinocoatraeráentoncesla atencióndel mun-do comercial. El Casiquiare,que tiene la anchuradel Riny corre 180 millas de territorio, no formará en vano unalínea navegableentre dos hoyas1~ que tienen 190,000 le-

1 Así traducimos,por no ocurrirnos otra voz, la palabra bassin, que signi-

fica todo el ccnjunto de declives, valles y llanos, que llevan sus aguas a un río.(NOTA DE BELLO).

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guas cuadradasde superficie. Los granosde Cundinamarcanavegarána las riberasdel Río Negro; desdelas fuentesdelNapoy del Ucayali, desdelos Andes de Quito y del AltoPerú, se podrá venir por aguahastalas bocas del Orinoco,atravesandounadistanciaigual a la quehaydesdeTombuc-tú a Marsella.Un paísnuevea diez vecestan grandecomoEspaña,y rico de las másvariasproducciones,es navegableen todos sentidospor medio de este canal del Casiquiare,preparadoya por la naturaleza”.

El terrenoqueabrazanestosdosramosdel Orinoco,estácubierto de espesísimosbosques,en que apenasviven otrosanimalesque los que tienenmediosde trepar a los árboles,como los cuadrumanos,los cercoleptes,viverrasy variases-peciesdel génerofelis. Los jaguaresentre otros son allí deun tamañoy fuerzaextraordinarios.Bajandoel Casiquiare,se encuentraa la bandadel estela embocaduradel Pamoni,enfrentede la cual, sobrela ribera occidental,está o estabala misiónde Vasivala Nueva; luegotambiénpor el ladodelnorte, la del cañoDuractamuni,el cual atraviesaun peque-ño lago, y másabajola del Caramuni.Entre estosúltimos,las dos riberasdel Casiquiareestáncubiertasde cacaotalessilvestres,cuya almendraes pequeñay amarga; los indiosbravos chupanla pulpa y tiran la almendra,que los indiosde las misiones recogenluego, paravenderlaa ios quenoson de un gustomuy delicadoen chocolate.Más abajo, lapompa de la vegetaciónes tal, que es difícil formarseidea de ella, aunpor los que estánacostumbradosal aspectode las selvasequinocciales.No hay ribera: el río corre entredos enormesmurallastapizadasde bejucosy de verdura,donde no es posible abordar, sino abriendo con hachasypicos, y a costa de no poco trabajo, un espacioen que sepuedahacerpie.

Humboldt y Bonplandpasaronuna noche en un pal-mar al surdel lagode Duractamuni.Llovía a torrentes;perolos pothos, aros y bejucosentrelazabanun emparradona-tural o bóvedade hojas bastantedensapara darles abrigo.

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Los indios formarona la orilla del río unamanerade toldosobre sus hamacas,entretejiendohojas de heliconia y deotrasplantasmusáceas.“La luz de nuestrashogueras”,diceHumboldt “se reflejaba,hasta 50 a 60 pies de altura,sobretroncos de palmasy festonesde flores; el espectáculoeramagnífico; pero paragozar de él, hubierasido precisores-pirar otro aire libre de insectos”.

El Casiquiarerecibepor el oesteel cañoMaminavi, cuyaembocaduraestáentrelas del Duractamuniy el Caramuni,y másabajopor la misma bandase le separaun brazo, lla-mado Itinivini, que forma otra nueva bifurcación y vatambién a parar al Río Negro, formandocon éstey el Ca-siquiareuna isla cubierta de espesísimosbosquesy entera-mente inhabitada.Las riberaspantanosasdel Casiquiareseven aquí ‘cubiertasde guaduales,gramíneasarbóreasque seelevanhastaveinte piesde alturay tienenla extremidadsu-perior constantementearqueada.La guaduao bambúdelCasiquiarees una especienueva (bambusalatifolia), queparecepropiade las hoyasde esterío, del alto Orinocoy elAmazonas;plantasocial, como todaslas de la familia de lasnastoides;bien que en la Guayanano pareceformar aque-llas grandesasociacionesqueenAméricase llamanguaduales.

Más abajose ve sobrela izquierdaun lago,quecomunicapor trescañoso desaguaderosconel Casiquiare,y circundauna islita en queestála misiónde Vasiva. El paíscircunve-cino es sumamentecenagosoe insalubre;las aguasdel lagoson amarillas y desaparecenen la estaciónde los grandescalores,en cuya épocani aún los indios resistena las mias-mas que se levantan del fango; contribuyendomucho sinduda a la insalubridaddel sitio la calma constantede laatmósfera.A poca distanciade Vasiva, se ve a la derechadel río la embocaduradel caño Caterico, cuyas aguassonnegrasy de unatrasparenciaextraordinaria.Más abajoestáel raudalo cascadade Cunuri. Encuéntraseluego la embo-caduradel río Siapao Idapa, de aguasblancas,quenaceenla montañade Unturány corre del E. al O. Síguensela mi-

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sión de Mandavacaa 2°4’ 7” de latitud borealy 65°27’ delongitud O.; el raudal de Calamacariy la embocaduradelPacimoni, río de aguas negrasy de doble caudal que elSiapa.El Casiquiaretomaaquí unadireccióngeneralE. O.;y despuésde pasarpor el raudalde Cananivacariy de reci-bir los cañosGuachaparúy Daquiapo,forma un semicírcu-lo abiertohacia el sur.En este semicírculo,hay otro raudaly algunasislas; a unade sus extremidadesestá la misión deSanFranciscoSolano,y por la otra se juntansus aguasconlas del Río Negro, a los 2°2’ latitud y 70°cabalesde lon-gitud.

Las aguasdel Casiquiareson blancasy rápidas;su cursoes sinuoso;tiene entre Vasiva y su embocadura,de 250 a230 toesasde ancho.Susmárgenesestángeneralmenteguar-necidasde unavegetacióndensay vigorosa,en quedominanlas grandeshojas lustrosasy dentadas.Adórnalas tambiénla Carolinea princeps,que ios guayanesesllaman cacao sil-vestre,y da bellísimasflores purpúreasy unamazorcaquecontienealmendras,ala maneradelas del cacao,comestibles.También son notablesla palma chirivi, de hojas pinnadas,plateadaspor el envés; la palma chiqui-chiqui, y de cuan-do en cuandola juvia.

La misiónde SanFranciscoSolanose llamó así enhonorde donJoséSolano,uno de los jefesde la expediciónenviadapor el gobiernoespañol,a mediadosdel siglo pasado,paradeterminar los límites de las posesionesportuguesasen laGuayana;pero aquel instruido oficial no vio jamásni elRío Negro ni el Casiquiare.La misión de que hablamos,como la mayor parte de los establecimientoscristianos alsur de las grandescataratasdel Orinoco, fue fundada, nopor misioneros,sino por militares. Partede los indígenasseretiraron sin combatir, otros, cuyos jefes más poderososhabíansido ganados,se agregarona las misiones.En 1785,empezóel régimen de ios misioneros franciscanos,cuyosestablecimientoseran tan miserables,que en todo el curso

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del Casiquiareno había,cuandolos visitó Humboldt, 200habitantes.

Dícesequelos indios del Casiquiarey del Río Negro, seprefierenen la Angosturapor su inteligenciay su actividada los habitantesde las otrasmisiones.Los de Mandavacasoncélebrespor el curare que fabrican, que no es de inferiorcalidadalde la Esmeralda;peropor desgraciase aplicanmása estafabricaciónquea la agricultura;no obstantela ferti-lidad del suelo,queacudeconmuybuenascosechasde maíz,legumbres,algodón,azúcary añil dondequieraquese ha in-tentadocultivar estos frutos; si bien debeconfesarseque lahumedaddel aire y la abundanciade insectosoponenaquí,comoen Río Negro, obstáculoscasi invenciblesa las nuevassementeras.Abundanpor todaspartesaquellasgrandeshor-migasquemarchanen columnacerrada,dirigiendo sus ata-ques a las plantasherbáceasy jugosas,y cebándoseconpar-ticular voracidaden las cultivadas.Si un misionero tratadesembrarhortalizas, se ve precisadoa suspendersu huerto,por decirlo así,en elaire, llenandounacanoade tierra y col-gándolacon cuerdas,o sustentándolacon estacas,despuésde depositaren ella la semilla. Las hormigas,quehacenre-gularmentesusmarchasy migracionesen línea recta,no sedesvíande ellaparatreparsobremaderosque,despojadosdesu corteza,no les ofrecenalimento.Los indígenasse susten-tan de estashormigasunapartedel año.

“En Mandavaca”,dice Humboldt, “encontramosaquelbuenmisioneroancianoquehabíaya pasadotveinte añosdemosquitosen los bosquesdel Casiquiare’,y cuyaspiernases-tabande tal modo atigradaspor las picadasde los insectos,que era difícil reconocerla blancuraprimitiva del cutis.Hablónosde la tristesoledadenquevivía y delanecesidadnomenostriste en quemuchasvecesse hallabade dejar impu-nesaunios crímenesmásabominables.Pocosañoshabíaqueun alcalde indio se había comido una de sus mujeres,

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despuésde haberla llevado a su conuco1 y cebádola.Es-ta propensiónde ios pueblosguayanesesa alimentarsedecarne humana, no proviene de la escasezde alimentosni de la superstición;sino, o de un apetito desordenado,como dicen los misioneros, o de la animosidadexcitadapor la guerra. La victoria sobre una tribu enemiga daocasióna fiestasy banquetesen quese devoranalgunaspar-tes del cadáverde un prisionero.Otrasvecesse asaltaen laoscuridadde la nochea unafamilia indefensa,o se mataconunaflechaherboladaal enemigoque se sorprendeen el bos-que.El cadáverse cortaen tajadasy se lleva como un trofeoa la cabaña.La civilización es lo que ha hecho sentir alhombrela unidadde su especie;ella sola le ha reveladolosvínculos de consanguinidadque tiene conentescuyas len-guasno entiendey cuyascostumbresle parecenextrañas.Elsalvajeno conocemás que su familia; unatribu es paraéluna reuniónde parientes;y todo lo queno es desu familiao de sutribu es abominablea susojos. Matan alas mujeresyniños de una razaenemiga sin sentir compasiónalguna, yla carnede los últimos es la más apetecidaen el festín conquese celebraunavictoria o la vuelta de una incursiónle-jana.

“La antropofagiay la costumbrede sacrificarvíctimashumanas,que frecuentementela acompaña,se hallanen to-daspartesdel globoy entrepueblosde diferentísimasrazas;pero lo que másgolpe da leyendola historia es ver que lossacrificios humanosse conservanen medio de una civiliza-ción adelantada,y queaquellospueblosque tienena honordevorarsusprisioneros,no son siemprelos másferocesy em-brutecidos;observación que en algún modo contrista, yque no se ha escapadoa los misionerosquetienen bastanteilustraciónparameditarsobrelas costumbresde los salvajes.Los cafres,los guipunavisy los caribeshansido siemprelastribus máspoderosasy cultasdel Orinoco; yde ellas las dos

1 Cabaña rodeada de una pequeña porción de tierra cultivada. (NOTA DE

HUMBOLDT).

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primerasgustantanto de la antropofagia,comola repugnanlos últimos.Perodebendistinguirseunasde otraslas diferen-tes ramas de la gran familia caribe, ramas tan numerosascomola de los mogolesy turcomanos.Los caribesdel con-tinente,quehabitanlos llanosentreel Orinoco,Río Branco,Esequiboy las fuentesdel Oyapoc,tienenhorror a la cos-tumbrede devorara los enemigos.No así los caribesque altiempo de descubrirsela América habitabanalgunasde lasAntillas, y cuya ferocidad hizo sinónimaslas voces caribe,caníbaly antropófago.Vemos contrastesextraordinarios,ypor decirlo así,caprichososen este caosde pueblosy de tri-bus, de las cualesunasse alimentande peces,monosy hor-migas,y otrasson máso menosdadasa la agricultura,a lafábricay pintura de alfarería,y a ios tejidos de hamacasytelasde algodón;y lo másraroesquemuchasde estasegundaclaseconservanloshábitosde atrocidadquelas primerasig-norantotalmente.

“Las reprimendasde los misioneros no producenmásefectoen los indios,en cuantoa corregirlosde tan depravadapráctica, que produciríansobrenosotroslas de un bramadel Gangesque,viajandopor Europa,nos afeasela costum-bre de alimentarnosde animales.A los ojos del indio, el in-dio de otra razano es animalde suespecie,matarleno le pa-rece más injusto que matar a los jaguaresde la selva. ¿Ypor qué nos hemos de admirar de esta propensiónde lospueblosdel Orinoco, cuandotenemosejemplosterribles delo queha sucedidoaúnentre puebloscivilizados en tiempode escasez?La prácticade quehablamos,cundió enEgipto,en el siglo XIII, por todaslas clasesde la sociedad.Poníanseasechanzasunoshombresa otros; los que teníanhambresedecíanenfermos,y llamabanmédico, no paraconsultarle,sino paracomérsele.Alá Alcatif, testigo ocular y verídico,nosaseguraqueesteusode la carnehumana,miradoal prin—cipio con abominación,llegó a no causarla menorextra-ñeza”.

Dejemosya el Casiquiare,y retrocediendoa la bifurca-

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ción del Orinoco, sigamosel curso del brazo principal deesterío quese dirige al NO. Ya observamoslo comunesqueson allí losjaguareso grandespanterasamericanas.Tambiénse encuentraallí el tigre negro (felis discolor de Gmelin),animal célebrepor sus fuerzas,su ferocidad, su estaturayla bellezade su piel.

La vegetaciónno es menosvigorosay rica en estapartedel Orinoco, que en las que dejamosdescritas,y exhala aveces un olor aromático tan fuerte que molesta. Pásansesucesivamentelas embocadurasdel Cunucumemo,del Gua-nami y del Puriname.Las dos orillas del río principal estánenteramentedesiertas:hacia el norte, se divisan empinadasmontañas;hacia el sur, se pierdela vista sobreunadilatadallanura, que se extiendehastamás allá de las fuentesdelAtacavi, quemás abajotoma el nombrede Atabapo. “Hayno sé quéde melancólico”,dice nuestroviajero, “a la vistade un granrío, sobreel cual no se encuentraunanave,unapiragua siquierade pescadores.Indios independientes(losabirianosy los maquiritares) viven en la serranía;pero lassabanascircundadaspor el Casiquiare,el Atabapo, el Ori—noco y el Río Negro, no muestranhoy vestigio humano:hoy, digo, porqueaquí, como en otraspartesde la Guaya-na, se ven sobrelas rocasde granito figurasgroserasquere-presentanel sol, la luna y varios animales,y atestiguanlaexistenciaanteriorde un pueblo hartodiferentede los quevimos en el Orinoco”.

Síguenselas embocadurasdel Jao, del Zamacuri y delVentuari. Los indios pretendenque los cocodrilosno subenmás arriba que la bocadel Jao,ni los manatíessobrela ca-taratade Maipures.El río Ventuari es uno de los más con-siderablestributarios del Orinoco,y fue reconocidoen 1800

por el padreFranciscoValor. Algo másabajode la bocadeesterío, está (sobrela orilla izquierdadel Orinoco) la mi-sión de Santa Bárbara,de 120 habitantes,y con algunasseñalesde industria,pero de quesólo se utilizan los religio-sos,o como se dice por aquellaspartes,la iglesiay el conven-

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to. Hay bueyesen las sabanasvecinas,y sin embargono seles empleaen el trapiche de caña,prefiriéndoseocuparenesta faenaa los indios, que trabajansin salario, porque esen utilidad de la iglesia.

Las riberasdel Ventuari, habitadasantespor los maipu—res, lo son hoy por un gran númerode nacionesindepen-dientes,entrelas cualeses notablela de los indios curacica-nos, dadosa la pescay al cultivo del algodón,de quehacenhamacasy otros tejidos bastantefinos. El alto Ventuari seacercaal Caura, río tributario del bajoOrinoco.Comoesterío forma una especiede óvalo alrededorde la serraníadeParima,partede las aguasse dirigen alN., como sucedeconlas del Caura, y otra parte al S., como el Padamo,el Jao,el Ventuari; tributando Ufl2S y otras al Orinoco. La proxi-midadentrelas aguasquevan al Caroní,al Cauray al Ven-tuari, es lo quehadadomotivo muchasvecesa la apariciónde los caribesen el alto Orinoco.Expedicionesde estepue-blo guerrero y traficante subíanpor el Caroní hasta lasfuentesdel Paruspa;de allí pasabanpor los puertoso gar-gantasde lasierraal Chaparro,vertienteorientaldel Caura;iban luego el Chaparroabajo, y el Caura mismo, hastalaembocaduradel Erevato;y despuésde subir esteúltimo ríoenla direccióndel SO. y de atravesartres jornadasde vastassabanas,llegabanen fin por el Manipiari al Ventuari. “Tra-zo esta ruta con tanta especificación,no sólo a causa dehabersehecho por ella la saca de esclavosindígenas,sinoparallamar la atenciónde los hombresquegobiernenalgúndía la Guayanapacificada,a la alta importancia de estedédalode ríos.Por los dichoscuatrotributarios del Orinoco,los mayores que este majestuosorío recibe por su orilladerecha,el Caroní,el Caura,el Padamoy el Ventuari, pe-netrará algún día la civilización europeaen aquel país debosquesy montañasque ocupa una superficie de 10,600leguas cuadradas,circundadodel Orinoco por el norte, eloccidentey el sur. Los capuchinosde Cataluñay los obser-vantesde Andalucíay Valenciahanhechovariosestableci-

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mientosen los valles del Caroní y del Caura. En 1797, lasmisionesdelCaronícomprendíanya 16,600indiosreducidosa vivir pacíficamenteen aldeas. Bajo el régimende ios ob-servantes,no había por aquellaépoca, segúnlistas igual-menteauténticas,másque 640,diferenciadebidaa lo exce-lente de los pastosdel Caroni, a la mayor proximidad delas bocasdel Orinoco por aquellaparte,y al espíritu indus-trioso y mercantilde los misionerosde Cataluña.Mas hastahoy no se ha fundado una sola aldea sobre las riberasdelVentuari y del Padamo,sin embargode que ambosofrecenproporcionesparala agriculturay la cría de ganados,queen vanose buscaríaen el valle del gran río a quientributan.En estas regionessilvestres, donde en mucho tiempo nohabrá más caminosque los ríos, todos los proyectosde po-blación y civilización debentener ~or base el conocimientoíntimo de susistemahidráulico.

Descendiendoel río, se haila la isla deMinisi, y (despuésde las embocadurasdel Quejanuma,el Ubúay el Masao) lamisión de SanFernandode Atabapoen la confluenciadetresgrandesríos: el Orinoco,el Atabapoy el Guaviare.Lamisiónestásituadaentrelos dos primeros.El Atabapoes elmismorío que antesmencionamoscon el nombre de Ata—cavi. Los quevan a la Esmeralda,dejanel Orinoco en estamisión, subenel Atabapo,luego el Temi, sucesivamenteelTuamini, y de aquí, llevandola piraguaen hombrossobreun istmo anegadizode 6,000 toesas,llegan a las márgenesdel cañoPimnichin,dondeel caminantese embarcade nuevo,entra en el Rio Negro, y pasapor éste al Casiquiarey alalto Orinoco.Vase también,por el Atabapoy el istmo queacabamosde citar, a San Carlos de Río Negro, fortalezasituada sobre los confines de las posesionescolombianasybrasileras.

Pasandodel Orinoco al Atabapo,todosehalla diferente:la constituciónde la atmósfera,el color de las aguas y laforma de los árbolesde la ribera. Los mosquitosno moles-tan duranteel día, y los zancudosson rarospor la noche;

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y a cierta distanciade San Fernandodesaparecendel todoestosinsectosnocturnos.Las aguasdel Orinoco son turbias,cenagosas,y en las ensenadastienencierto olor desagradablede almizcle, debidoa la acumulaciónde cocodrilosmuertosy de otrassustanciaspodredizas,al pasoque las del Atabaposon puras, de buen gusto, sin rastro de olor, amarillentaspor la trasmisiónde los rayosde luz y de un viso pardo porla reflexión. Son también más ligeras y frías que las delOrinoco, reflejando y trasparentandolos objetos con unaprecisión y viveza grande,lo que sin duda proviene de supureza.La escenaquepresentael Atabapo,es bellísima. Susorillas estántupidasde vegetales,entrelos cualesdescuellanpalmasdehojasmatizadas;y su imagenpresentaen las aguascasi la misma intensidadde coloresque los objetos reales:tan líquida y homogéneaes la superficiedel río.

El Guaviare,mucho más ancho que el Atabapo, tieneblancaslas aguas;y el aspectode susorillas, por sus avespes-cadoras,sus pecesy grandescocodrilos,se parecenmás alOrinocoque la partede esterío queviene de la Esmeralda;por lo cual los indios de SanFernandosostienenqueel Ori-noconacede dosríos, el Guaviarey el Paragua(así llamanel que viene de la Esmeralda); y que el Casiquiarees unbrazodel Paragua.En realidad,lo másnatural seríaconsi-derar al Orinoco como una continuacióndel Guaviare,yal Paraguacomouno de sus ríos tributarios; porque el se-gundoes,segúnlas observacionesde Humboldt, el de menoscaudal,y porque de esta manerael Orinoco tendríadesdesus fuentes,es decir, desdeel declive oriental de los Andes,unadirecciónuniforme al NE. Las aguasdel Guaviaresonblancas,turbiasy del mismo gusto que las del Orinoco; losgrandesdelfines y cocodrilos son igualmentecomunesenambos;y por el contrario el Paragua(segúnaseguraronaHumboldt los indígenas)carecede estos animales,y es deaguasmás clarasy trasparentes.

San Fernandoestá situada a los 4°2’ 48” de latitudboreal,y 70°30’ 46” de longitud O. de París.El misionero

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que reside allí, tieneel título de presidentede las misionesdel Orinoco, y dependedel guardián de Nueva Barcelona,cuyo conventose llama “Colegio de la PurísimaConcep-ción de propagandafide”. El númerode los habitantesdeSanFernandoera, cuandolo visitó Humboldt, 226. Su si-tuación le haráalgún día uno de los lugaresmásimportan-tes de la Guayana.

“Lo que allí hizo más impresión en nosotros”, añadeHumboldt, “y lo que da no sé qué fisonomía peculiar alpaís, es la palma pirijao. Su tronco guarnecidode espinasse elevaa másde 60 pies de alto, sushojassonpinnadas,del-gadísimas,ondeadasy como rizadashacia la punta;pero lomássingularson los frutos. Cadaracimo tiene más de 50;son amarilloscomolas manzanas;purpureanal madurarse;llegan a 2 o 3 pulgadas de grueso, y generalmente carecende cuesco,porqueaborta.Entrelas 80 o 90 especiesde pal-maspropiasdel nuevo continente,no hay unacuya pulpdse desenvuelvade un modo tan extraordinario.Es harinosa,amarillentacomola yemade huevo, ligeramenteazucaraday muy nutritiva. Cómesea manerade la bananao la patata,cocidao asadaal rescoldo,y es tan sanacomo gustosa.Losindios y los misionerosno se cansande alabaresta soberbiapalma, que se cultiva abundantementeen San Fernando,SantaBárbara,y en todoel Atabapoy elaltoOrinoco.Atra-vesandola Guayana,no pudimosmenosde recordarmuchasveces queLinneo pone en la región de las palmas la cunadel hombre,y le haceesencialmentepalmivoro. Examinan-do las provisionesacumuladasen la cabañadel indio de SanFernando,se echa de ver queno contribuye menos a sumantenimientola fruta harinosadel pirijao que la yuca ola banana.El pirijao da unasolavez al año;pero cadaárbollleva hastatresracimos”.

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OROGRAFÍA AMERICANA. DESCRIPCIÓN DE LAS CORDILLERAS DE LAAMÉRICA MERIDIONAL

Debemosa los viajes y a las infatigables investigacionesdel barón deHumboldtun interesantebosquejode los mon-tes americanos,queocupan gran parte del libro IX, capí-tulo 26 de su Kelacióii Histórica, y nos parecedestinadoaformar la basede la geografíadel nuevo continente.¿Quées sin los contornosde las cordilleras la descripciónde latierra?Una sombraconfusade los objetos,que,privadosdesu forma natural,se proyectansobreuna superficieplana.La temperatura,las produccionesde cada suelo, las comu-nicacioneS entre los difeiientes pueblos, dependen de ladistribuciónde los montes;y Sin un medianoconocimientode ella, no es másfácil formar idea del sistemafísico, indus-trial y político de un continente,que comprenderel meca-nismo del cuerpohumanosin examinarel esqueleto.¡Concuánta fuerza se aplica esta observacióna paísesdondeladesigualelevación del suelo modifica los efectosde la lati-tud hastatal punto, que, juntando en una angostazonatodos los climas, convida al cultivo de todos los dones dela tierra, y sólo pide brazosy luces para hacerlacapaz detodos los ramosde industria!

Prescindimosde la íntima conexiónque tiene esteasun-

Se publicó este artículo, firmado con las iniciales A. B., en El RePerlorioAmericano, II, Londres, enero de 1827, pp. 117-140. Se reprodujo en O. C. XIV,

FP~301-322. (CoMisióN EDiTORA. CARACAS).

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NaturalezaAmericana

to conlas indagacionesde aquellaciencia,que, estudiandola estructuradel globo, lee en los bultos de su superficie(monumentosquehanprecedidoy sobrevivirána todaslasobrasdel hombre) la más antiguade las historias, la de lasrevolucionesquele prepararony enriquecierony adornaronlentamentesu habitación.Prescindimos(volvemos a decir)de estemodode considerarel asunto,porqueno nos propo-nemosengolfamosen las sublimes especulacionesde estaciencia.De intentohemosdescartado,no solamentelas dis-cusionesrelativas a la teoría física de nuestroplaneta, sinotodoslos pormenoresmineralógicosque pudieranhacerdi-fícil al mayor númerode lectores la inteligencia de esteartículo. Pero aun reducidala materia a lo que tiene depuramentegeográfico,es patentesuutilidad. Al economistaque deseaconocerlas ventajaso desventajasde un país,losrecursosqueya poseeo los quele es dadoadquirir, el plantrazadopor la naturalezaparasus comunicacionesinternasy externas,y los mediosde enmendarleo perfeccionarle;aljefe quedicta medidasde seguridad;al ministro que orga-niza el sistemade rentas;al legisladorllamado a regular losinteresesde unagranfamilia derramadasobreun extensoyvariado espacio;en suma,a cuantospuedaninfluir sobrela dirección de los negociospúblicos, que en un gobiernopopularson todos los ciudadanos,es máso menosnecesariotener conocimientosgeográficosexactos. Pero la base deéstosno puedeser otra que la orografíay la hidrografía,elconocimientode las formas del suelo y de la distribuciónde las aguas;y deestasdospartesde la descripcióndel globoterráqueo,la segundadependeinmediatamentede la pri-mera.

La geografíaamericanaha sido uno de nuestrosobjetosprincipales.Nosproponemosregistraren esteperiódicotodolo que nos parezcainteresanteen las observacionesde losviajerosquerecientementehanvisitado, o másadelantevisi-taren los paísesde Hispano-América.Las correspondenciasque tenemosya entabladasen ellos, nosproporcionaránpro-

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bablemente añadirnoticias no despreciables;y aunquenoes nuestroánimo (ni seríaposibleen unaobra de estanatu-raleza) sujetarnosa plan algunoen el ordende las materias,nos ha parecidoque el presenteartículo (extractoy a ve-ces meratraducciónde Humboldt) serviría para facilitarla inteligencia de otros, y que por consiguientele corres-pondíauno de los primeroslugares.

Para leerlo útilmente, es necesariotener a la vista unmapade los publicadosen estosúltimos años,que contienenya el resultadode los trabajosde Mr. Humboldt. Aun coneste auxilio, no podemosdisimular que su lectura parecerápoco entretenida.Una nomenclaturaseca de cadenas,ra-mas y nudos de montes,con la desnudaindicación de susrumbosy alturas,no es a propósitoparaocuparagradable-mentela imaginación.El asuntoes del todo didáctico,y enel modo de tratarlosólo hemosaspiradoa serclaros.

La América meridionales unade aquellasgrandesma-sastriangularesqueforman las trespartescontinentalesdelhemisferio austral del globo. Su configuración externa laasemejamásal África que a la NuevaHolanda.Lasextre-midadesaustralesde los tres continentesestán situadasdetal modo,que, si se navegadel cabode BuenaEsperanzaá~la puntasurde la Tierrade Diémen,y seguidamenteal cabode Hornos,se ven prolongarselas tierrastanto máshacia elpolo sur, cuantomás se caminaal este.De las 571,000 le-guasmarinascuadradasquecontienela Américameridional(superficiecasi doble de la de Europa), la cuartaparteestáerizadade montes,que se dilatan en vastascordilleras, o seacumulanen grupos.Lo restanteson llanuras,que formanlargas fajas no interrumpidas,cubiertasde bosqueso degramíneas,y más iguales que las de Europa; levantándoseprogresivamente, a 300 leguasde distanciade la costa,desde30 hasta 170 toesas sobre el nivel del océano. La cordilleramás considerable de la América meridional corre de sur anortesegún la mayordimensióndel continente; y no es cen-tral, como en Europa,ni está a gran distanciade la orilla

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del mar como el Himalayay el Hindoo-Cush,sino que,porel contrario, se aproximamucho al borde occidental,y casise apoyasobrelas costasdel Pacífico.Si bajoel paralelodelChimborazoy del GranPará, atravesamosde occidenteaorientelos llanos del río de las Amazonas,descendemosporun planoinclinadoquehacecon el horizonteun ángulodemenos de 25 segundossobre una longitud de 600 leguasmarinas.Si por algún casoextraordinarioen el estadoanti-guo de nuestroplaneta,el océanoAtlántico llegó a elevarse1,100 pies sobresu actual nivel, debieronde estrellarselasolasen la provincia de Jaénde Bracamoroscontralos arre-cifes del declive oriental de los Andes.La anchuradel con-tinentebajo el paralelode Paita es 1,400vecesmayor quela altura mediade estacordillera.

En la parte montuosade América, debemosdistinguirunagran cadenay tresgruposde montes,es a saber:la cor-dillera de los Andes, queel geognostapuede seguirsin in-terrupción desde el cabo Pilaresen la parte occidentaldelestrechode Magallaneshastala punta de Pariaenfrentedela isla de Trinidad; el grupo aisladode la sierra nevadadeSantaMarta; el grupo de los montesdel Orinoco, o sierraParima; y el de los montes del Brasil. Como la sierra deSantaMarta estáen el meridianode las cordillerasde NuevaGranada, se comete a menudoel error de considerarlascimas nevadasque se presentana la vista del navegantealpasarlas bocas del Magdalena,como el extremoboreal delos Andes.Pero este grupo colosal de SantaMarta no tieneconexiónalgunaconlos montesde Ocañay Pamplona,quepertenecena la rama oriental de los Andes de la NuevaGranada,y de los cualesle separanlos abrasadosvalles queriega el río Sesar.Contrario a este error es el que se hacometidosuponiendoinconexascon los Andes las montañaslitorales de Caracasy Cumaná,que, despuésde formar loscerrosde Paría,el istmo de Araya, la Silla de Caracasy lasalturasquesirvencomo de valla por el nortey el sur al lagode Valencia,van a juntarsecon los páramosde las Rosasy

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de Niquitao, quepertenecena la sierrade Mérida, prolon-gación de los Andes orientalesde NuevaGranada.Sin em-bargo como la denominaciónde Cordillera de los Andesesinusitadarespectode los montesque se extiendenal estedellago de Maracaibo, los llamaremosserraníalitoral o costa-iiera de Venezuela.

De los tresgruposaislados,uno estáal norte de la cor-dillera de los Andes, que es la sierra de SantaMarta, y losotros dos al este,que son la sierra Parimaentre los 4°y 8°de latitud boreal,y los montesdel Brasil entrelos 150 y 28°de latitud meridional. De esta distribución singular nacentresgrandesllanadasu hoyasque componenunasuperficiede 420,600leguascuadradasal este de los Andes. Entre laserraníalitoral de Venezuelay la sierraParima,se extiendenlos llanosdel Apure y del bajoOrinoco; entrelos dos gruposde la Parimay del Brasil, correnlos llanosdelAmazonas,delGuainiao RíoNegroy delMadeira;y entreestetercergrupoy el extremoaustraldel continente,los llanos o pampasdelrío de la Plata y de la Patagonia.Como los grupos de laParima y del Brasil no llegan a tocar la cordillera por eloeste,sígueseque entre éstay aquéllosquedandos espaciosconsiderables,que puedenmirarsecomo dos estrechoste-rrestres, mediante los cuales comunican las tres llanadasentre sí. Los estrechosde quehablamos,son tambiénllanosque se extiendendel norte al sur, y que, cortadospor filoso cuchillasinsensiblesa la vista, no dejanpor eso de dividirlas aguasy de formar linderosentrelas hoyasde diferentesríos. Dichascuchillas o líneasdivisoriasestánsituadasentre20 y 3°de latitud borealy entre 16°y 18°de latitud austral.La primera divide las vertientesque se dirigen al bajoOri-noco, de las quevanen busca delRío Negro y del Amazo-nas. La segundahace igual división entre las aguasque seencaminana la orilla derechadel Amazonasy al río de laPlata.Sudirecciónes tal, que, si se presentasenbajola formade serranías,enlazaríanel grupo de la Parimacon los An-desde Timaná situadosal este de Popayán,y el grupo del

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Brasil con el contrafuerteo promontorio que forman losAndes en Potosí, Cochabambay SantaCruz de la sierra;de maneraque correnparalelamentea la serraníalitoral deVenezuela,es decir, del O. al E.; la primera entre el Gua-viare y el Caquetá,la segundaentre el Mamoré y el Pu-comayo.De las tres llanadas que comunicanpor estrechosterrestres,las dos extremasson vastassabanascubiertasdegramíneas;y la intermedia,quees la del Amazonas,es unbosqueespeso.Los estrechospresentansabanasdesnudasoherbosas,como los llanosde Venezuelay del río de la Plata.

En el inmensoespacioque se extiendeal orientede losAndes y comprendemásde 420,000leguasmarinascuadra-das, de las cuales, 92,000 son de país quebrado,no haycima alguna que se levantea la región de las nieves perpe-tuas, ni que llegue siquiera a la elevación de 1,400 toesas.Las cumbresmás altas de la serraníalitoral de Venezuelayde los gruposde la Parimay del Brasil, se elevantanto me-nos, cuantomásse acercanal Sur. La Silla de Caracasllegasó~oa 1,350 toesassobreel nivel del mar,el pico del Duida(en la Guayana)a 1,300; el Itacolumi y el Itambe (en elBrasil) a 900. El pico del Himalaya que se ha medido conmás exactitud (el Jawagir, latitud 30°22’19”,longitud 77°35’ 7” al oriente de París) es 676 toesasmás alto que elChimborazo; el Chimborazo es 900 toesasmás alto queelMonte Blanco; y el Monte Blanco excedeen 663 toesasalpico de Anethou (llamado tambiénde Maladeta) que tiene1,787 toesasde elevación,y es la cumbremásempinadadelPirineo. Pero estas diferenciasno dan las relacionesde laaltura mediadel Himalaya,de los Andes, Alpesy Pirineos,es decir, la altura de la espaldade las cordilleras, sobre lacual descuellanpicos, agujas,pirámides y cúpulas de máso menoselevación.La altura mediadel Himalayapuedees—timarse (entre ios meridianosde 75°y 77° al E. de París)en 2,450toesas;la de los Andes (en el Perú,Quito y NuevaGranada) en 1,8¶0 toesas; la de los Alpes y Pirineos en1,150.Aplicandoigual raciocinioa la serraníade Venezuela

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y a los gruposde la Parimay del Brasil, podemoscomputarsus alturas medias en 750, 500 y 400 toesas. A pesar de laprodigiosaelevaciónde algunosmontes que forman siste-mas aislados,como el grupo de las Canarias,de las Azoresy de las islas de Sandwich,los puntosculminantesdel globoentero pertenecena las grandescordillerasdel Asia centraly de la América meridional.

CORDILLERA DE Los ANDES

De todas las del globo es la más continua, la más larga,la más constante en su dirección. Acércase desigualmentea los dos poios, 22°al del norte y 35 al del sur. Extiéndesecerca de 3,000 leguas (de 20 al grado),que es tanto comolo que hay del cabo de Finisterre en Galicia al cabo nordestedel Asia. Poco menos de la mitad de ella pertenece a laAmérica meridional, y sigue el hilo de sus costasde occi-dente. Puedenmirarsecomo sus dos extremosel escollo oislote graníticode Diego Ramírez,al sur del cabode Hor-nos, y los montesque terminan en la embocaduradel ríoMakenzie (latitud 69°,longitud 130°’/2).En la Américameridional, su anchura media es de 18 a 22 leguas. Sólo enlos nudos,estoes, en aquellos puntos de donde salen dif eren—tes ramas, que a veces vuelven a juntarse (como al sur dellago de Titicaca, en el Perú), suelellegar a 100 o 120 le-guasde ancho,en unadirecciónperpendiculara su eje. Lasuperficiequeocupanentreel caboPilaresy el Chocósep-tentrional,es como de 5 8,900 leguasmarinas cuadradas.

Andes (en lengua del inca, Antis o Ante) parecede-rivarsede la palabraperuanaanta, que significa cobre, yes nombregenéricode todo metal. Anti-suyu quiere decirpaísde cobre; y el inca Garcilasollama así la región de lascimas cubiertasde nieves eternas,por oposición a las lla-nuraso yuncas,esto es, a la región inferior del Perú.Laabundanciadel metal de que los peruanosfabricabansusutensilios,pudohaberdadomotivo a aquelnombre.

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El grupo de islas apiñadas,llamadovulgarmenteTierradel Fuego, es enteramentellano desdeel cabo del EspírituSantohastael canal de SanSebastián;y al occidentede estecanal, está erizado el país de montes graníticos, entre loscualesparecehaberun volcán todavíainflamado. Se igno-ra la altura de la cordillerapatagónica.Parece,empero,queal sur del paralelode 480 no hay cima quellegue a la eleva-ción del Canigou (1,430 toesas),colocadoal extremoorien-tal de los Pirineos.El pico occidentaldel caboPilares (lati-tud 520 45’) tiene sólo 218 toesas,y aunel cabode Hornosno llegaprobablementea más de 500. En estepaís austral,en que los estíosson tan fríos y tan cortos, el límite infe-rior de las nieveseternasdebedescender,a lo menos,tantocomoen el hemisferio boreal, a los 63°o 64°de latitud, esdecir, queno llegarátal vez a 800 toesas;de dondese sigueque la ancha faja de nieve en que aparecenenvueltaslascimaspatagónicas,no justifica la idea que hanformado losviajerosde su elevación,a los 48°de latitud austral.Cuantomásnos acercamosal archipiélagode Chiloé, tanto más searrima la cordillera a la costa,bañadaluego de esterosquellenan los valles inferiores de los Andes,sobrecuya espaldadescuellaunaseriede cumbresnevadas:lade Maca (latitud45°19’), la de Cuptana (latitud 44°58’), la de Yanteles(43°52’), deI Corcovado(frente al extremoaustralde Chi-loé), de Chayapirca(42°52’) y de Llebcan (41°49’). Elnevadode Cuptanase eleva,como el Pico de Tenerife, delseno del mar; pero divisándoseapenasa 40 leguas de dis-tancia, suelevaciónno puedepasarde 1,500 toesas.El Cor-covadoparecetenermásde 1,950 toesas,y es quizá la cum-bre más alta al sur del paralelo 42°latitud austral. El je-suita Molina afirma que la cordillera de Chile constade tresramasparalelas,de las cuales es más elevadala del medio;pero segúnla nivelaciónbarométricahechapor los señoresBauzá y Espinosaen 1794 entre Mendozay SantiagodeChile, el camino que conduce de aquella ciudad a la capitaldel estado chileno se eleva poco a poco desde 700 hasta

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1,987toesas,y pasadoel sitio llamadoLa Cumbre,hay undescensocontinuohastael valle templadode Santiago,cuyofondono tiene másde 409 toesasde elevaciónsobreel niveldel mar. El límite inferior de las nieves en Chile hacia los33°de latitud no baja de 2,000toesasen el estío.

Entre 33°y 18°,es decir, entre los paralelosde Valpa-raísoy de Anca, se apoyanlos Andes, por la parte del E.,sobretrescontrafuerteso estribos,queson la sierrade Cór-doba, la de Saltay los nevadosde Cochabamba.La de Cór-doba (entre 33°y 31°)es atravesadaen parte, y en partefaldeadapor los caminantesquevande BuenosAires a Men-doza; da nacimientoal gran río llamado DesaguaderodeMendoza,y se extiendehastaCórdoba.El segundoestribo,que es la sierra de Salta y de Jujuy, cuya mayor anchura sehallabajo los 25°,se ensanchaprogresivamentedesdeel vallede Cajamarcay desde San Miguel del Tucumánhacia elrío Bermejo (longitud 64°).El másmajestuosode todos esel tercero,que, formadopor la sierranevadade Cochabam-ba y de Santa Cruz (entre los 22°y los 17°’/2 latitud),y ligado con el nudo de Porco, divide las aguas entre la hoyadel río de la Plata y la del Amazonas.El Cachimayoy elPilcomayo, que nacen entre Potosí, Talavera de la Puna yChuquisaca, se dirigen al SE.; mientras el Parapiti y elGuapeivan al N. a derramarsus aguasen el Mamoré. Estecontrafuertedesaparecehacia el meridiano 66°Y2; y la in-tersecciónde dos planosdébilmenteinclinadosforma la lí-neadivisoria entrelas aguasvertientesdel Guaporé,tribu-tario del Madeira,y las del río de la Plata.Los dosestriboso contrafuertesde Córdobay Salta sólo ofrecenun terrenomontuoso de poca elevación; pero el de Cochabamba llegaal límite de las nieves perpetuas,y forma, por decirlo así,una rama latera! de la cordillera, desprendiéndosede sucuchilla misma entre La Paz y Oruro. Su declive oriental esrapidísimo.

La cordillera de Chile y del alto Perú,despuésde apo-yarseen los contrafuertesde Córdoba,Salta y SantaCruz,

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se ramificapor la primeravez de un modo bienmanifiesto,en el nudo de Porcoentrelos 19°y 20°de latitud. Los dosramalesen quese divide, abrazanla mesaque se extiendede Carangasa Lampa (de 19°3/4a 15°),la cual encierraelpequeñolagoalpino de Paria,el Desaguaderoy la granlagu-na Titicaca o Chucuito, cuya parte meridional se llamaVinamarca.Paraquese forme algunaideade las dimensio-nesagigantadasde los Andes,téngasepresentequela super-ficie de estelagodeTiticaca (448 leguasmarítimascuadra-das) es como 20 vecesla del lago de Ginebra.A orillas delTiticaca, cerca de Tiahuanacoy en las elevadasllanurasdel Collao, se encuentranruinasque atestiguanunaculturaanteriora la que los peruanosatribuyerona MancoCápac.La cordillera oriental, quees la de la Paz, Palca,Ancumay Pelechuco,vuelve a juntarsecon la cordillera occidental,quees la de Tacna,Moqueguay Arequipa;y la reunióndeambosramalesse verifica en el nudodel Cuzco,el másex-tensode toda la gran cadenade los Andes,entrelos para-lelos de 14°y 15°.La ciudad imperial del Cuzco está colo-cada cerca de la extremidad oriental de este nudo, queabrazasobreun áreade 3,000 leguascuadradasios montesde Vilcanota, Carabaya,Abancay, Huando, Parinacochasy Andahuailas.Es muy digno de notarquedesdeel paralelode Anca la costay las cordillerastuercenrepentinamentealNO., y que, reunidasen ci nudo del Cuzco, su direcciónllega a ser N. 80°0., formandoun verdaderorecodo,cuyaconvexidadmira al E. El paralelismoentre la costa y lacordillera es un fenómenotanto más digno de atención,cuanto le hallamos repetidoen varias partesdel globo enque las montañasno se acercantanto a la marina.

A los 14°latitud austral presentanlos Andes otra bi-furcaciónal E. y O. del Jauja,quedesembocaenel Manta-ró, tributario del Apurimac. El ramal oriental corre al E.de Huanta,del conventode Ocopay de Tarma; el de oc-cidenteva al O. de Castrovirreina,Huancavélica,Huaro-chin, y Yauli. Dos cumbresnevadas,quese alcanzana ver

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de Lima, y que los habitantesllaman Toldo de la nieve,pertenecena esta rama occidental.Reúnenseambas en elnudode Huánucoy de Pasco,célebrepor las minasde Yau-’nicocha o SantaRosa. Allí descuellandos picos de alturacolosal, los nevados de Sasaguancay La Viuda. La mesamismadel nudopareceteneren las pampasde Bombónmásde 1,800 toesasde elevaciónsobreel nivel del mar.

A la latitud 11°se dividen otra vez los Andes,pero entres ramos: el más oriental se alza entrePozuzuy Muña,entre el río Huallaga, que desembocaen el Marañón,y elPachitea,que va al Ucayali; el ramo central corre entre elHuallagay el altoMarañón;el occidental,entreel alto Ma-rañón y las costasde Trujillo y de Paita.El ramo centralseensanchaconsiderablementeen el paralelode Chachapoyas,formandoun terrenomontuosoatravesadode valles pro-fundosy enextremocálidos.A los 6°de latitud al nortedelpáramode Piscoguanunao Piscuayuna,salende estaserraníacentral varios ramossubalternos,a uno de los cualesper-tenecenlas rocasque forman el famosoPongode Manseri-che (cascadadel alto Marañón).Ni esteramo ni el orientalse elevan a la región de la nieve perpetua;el único que lohace es el occidental, que se prolonga por Cajamarca entreCajatamboy Huari, Conchucosy Guamachuco, y presen-ta entre 9°y 7°3/4 las tres cimasnivosas de Pelagatos)Mo-yopata y Huailillas. De esta última hastael Chimborazo,enunalongitud de 140 leguas,no hay unasolacumbrequeentre en la región de las nieves.

El Amazonaso alto Marañón corre lo más occidentaldel largovalle quedejanentresí las serraníasde Chachapo-yas y Cajamarca,así como el Jaujatiene a un lado y otro,como dos altas murallas, las serraníasde Tarma y de Hua-rochiri. Nacen estos dos ríos de dos pequeñoslagos alpinos(Launicochay Chinchaicocha)separadossolamentepor undique de rocas,que es unaprolongacióndel nudo de Huá-i~iuco.El Amazonas,parasalir del valle enquenace,rompepor la serraníacentral formandolos pongosde Rentemay

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de Manseriche.En este último, las rocas apenasllegan acuarentatoesasde elevación.

Por no interrumpir la descripción de las cordillerasentrelos 15°y 5°’/2, se ha dejadode mencionarel ensancheextraordinarioque recibenlos Andes cercade Apolobamba,y que por hallarseenél muchasde las vertientesdel Beni,queva a perderseen el Apurímac, podrá llamarsecontra-fuerte del Beni. DesdeLa Paz hastael nudo de Huánuco,se recuestanlos Andes a varioscontrafuertesde pocaeleva-ción, que llenan todo el espacioentreel Beni y el Pachitea.Hay también una hilera de colinas a la orilla oriental delBeni hastalos 8°de latitud.

Volviendo a los tres ramosquenacendel nudo de Huá-nuco, el más oriental de ellos termina a los 7°de latitudaustral,juntándoseal O. de Lamascon la serraníade Cha-chapoyas.Ésta (que es la del centro), despuésde haberformadolos raudalesy cataratasdel Amazonas,se junta conla serraníadeCajamarca,formandoel nudodelos montesdeLoja, cuyaaltura mediaes de 1,000a 1,200toesas,y cuyoclima templado le hace particularmentepropio para lavegetaciónde la quina, sobre todo en los célebresbosquesde Cajanumay de Uritusinga. Ocupa este nudo el vastoterreno entre Guancabamba,Ayavaca, Oña y las pobla-cionesarruinadasde Zamoray Loyola, desdelos 5°I/2 hastalos 303/4 de latitud. Algunas de sus cimas se elevanhasta1,500 o 1,700 toesas,pero sin cubrirse jamásde nieve, queen esta latitud no cae a menosde 1,860 o 1,900 toesasdealtura absoluta.

A los 3°15’ latitud austral, se ahorquilla el nudo deLoja, abrazandoel valle longitudinal de Cuenca; pero alos 2°27’ se juntande nuevoestosdos ramosparaformar elnudo de Asuay, cuya mesatiene 2,428 toesasde altura, yentracasi en la región de las nievesperpetuas.

Al nudode Asuay,queofreceun tránsitomuy frecuen-tadoentreCuencay Quito, se sigue,entrelos 2°V2y 0°40’latitud austral, otra ramificación de las cordilleras, célebre

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por los trabajosde Bouguery La Condamine,que coloca-ban sus señalesya en una ya en otra de las dos serranías.Corre entre ellas un largo y elevadovalle en que estánlaspoblacionesde Riobamba,Hambatoy Latacunga.La ramaoccidental es la del Chimborazo (3,350 toesas) y Car-guairazo;en la oriental, estáel volcánde Sangay;y rompepor ellas el río Pastaza,que lleva sus aguasal Marañón.Alnorte de Latacunga,a los 00 40’ latitud austral,entrelas ci-mas de Iliniza (2,717 toesas) y del Cotopaxi (2,950), la

primerade las cualespertenecea la serraníadel Chimborazoy la segundaa la del Sangay,se halla el nudo de Chisinche,más allá del cual se ramifica de nuevo la cordillera, hastalos 0°20’ de latitud boreal,es decir hastael volcán de Im-babura,cerca de la villa de Ibarra. El ramo oriental pre-sentalos nevadosde Antisana (2,992 toesas),de Guamani,de Cayambe(3,070 toesas)y de Imbabura; el occidental,los del Corazón,Atacazo, Pichincha (2,491 toesas) y Co-tocache(2,570). Entre estas dos serranías,que se puedenmirarcomoel sueloclásicode la astronomíadel siglo XVIII,se prolonga un valle en que se encuentranal E. las mesasde Puemboy Chillo; al O. las de Quito, Iñaquito y Turu-bamba.El ecuadorpasapor sobreel nevadode Cayambeyel valle de Quito. En ningunaparte de la cordillera de losAndes,hay,apiñadostantos montescolosalescomo a los dosladosde lavastahoyacompuestade los tresvallesde Cuenca,de Ambato y de Quito, separadospor dos vallas de pocamole en los nudosde Asuay y de Chisinche.Estahoya, cen-tro de la mayor cultura indígena,despuésde la del Titica-ca, terminaal suren el nudo de Loja y al norte en la mesade Pastos.

Más allá de Ibarra, se reúnenlas dosserraníasformandounamole maciza,quees el nudo de Pastos,en que descue-llan los volcanesde Cumbaly de Chiles,y cuyo terrenoha-bitadotiene másde 1,600 toesasde elevaciónsobreel niveldel océano.Éstees el Tibet de las regionesequinoccialesdelnuevo mundo. Al norte de la ciudad de Pastos, se dividen

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otra vez los Andes en dos ramasque rodeanla mesade Al—maguer:la de orienteencierrala ciénagade Sebondoy,lagoalpino queda nacimientoal Putumayo,las fuentesdel Ya-purao Caquetáy lospáramosde Apontey de Iscansé;la deoccidente,llamadade la costa,abrecalle al gran río Patias,que desembocaen el Pacífico. El valle intermedio ofrecegrandesdesigualdades;y en Mercaderes,hacia1°50’ latitudboreal, se precipita formando, segúnCaldas,un bajo nivelquetiene aparienciasde abismo,y desdedondese descubrenlas cimasde las montañasvecinas,y aunlos hieloseternosdelos Andes a una distancia prodigiosa; hondonadaabrasa-dora, quesólo tiene 349 toesasde altura,y es regadapor elQuilcasé,el Guachiconoy el SanJorge,que van a formarel Patias.La primera de dichasramasse ensanchadespuésconsiderablemente,y forma el nudo del páramode las Pa-pasy de Socoboni,de dondenacendosgrandesríos, el Cau-ca y el Magdalena;dividiéndose a los 2°5’ latitud en dosserranías,que amurallan el valle longitudinal del Magda-lena. Tenemosahora tresramosde serraníasdistintos: unoque, saliendode este nudo, se prolonga hacia SantaFe deBogot~y la sierrade Mérida; otro que, saliendodel mismonudo,correentreel Magdalenay el CaucahaciaMariquita;y la continuaciónde la cordillera de la costa,que separael valle del Cauca del terreno platinífero del Chocó. Losllamaremos respectivamentecordillera oriental, central yoccidentalde la Nueva Granada. El primero podría tam-bién llamarsede laSumaPaz,tomandoelnombredel grupocolosal de montesque alsur de Bogotáderramasusaguasenel Meta; el segundo,serraníade Guanacaso de Quindíu, acausade los dos célebrespasoso gargantasde los Andes enel camino de Bogotá a Popayán;y el terceroserranía delChocó. Este último es el menoselevadode los tres.

La tripartición de la cordillera, y sobre todo la diver-genciade sus ramas,influyen poderosamentesobre la pros-peridadde los pueblosde la NuevaGranada.La diversidadde climas, sobrepuestosunos a otros, varía considerable-

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mente las produccionesnaturalesy el carácterde los habi-tantes;y animandolos cambios,reproduceal norte del ecua-dor, sobreuna vastasuperficie, el cuadrode los valles ar-dientesy de las llanuras templadasy frías del Perú.

Mientras la serraníacentral o de Quindíu presentaci-mas nivosas,ningún pico de la serraníade orientealcanzaa la región delas nievesperpetuas.Las cimasde la SumaPaz,de Chingasa,de Guachanequey de Zoracá, no se elevanamás de 1,900 o 2,000 toesas;pero al norte de la mesadeErveo, último nevadode la cordillera central,se divisan yaen la de orientelos nevadosde Chitay Macuchíes.De aquíresultaquedesdelos 5°de latitud boreal, los únicosmontesqueconservannieve todoel añoson los de las serraníasdeleste,esa saber:la de la SumaPaz,y la sierranevadade San-ta Marta, que, comovimos arriba,es un grupo aislado,queno tiene conexión con los Andes.

La cordillera oriental es en extremo escarpaday pen-diente hacia el este, por dondesirve de vallado a los ríosMeta y Orinoco; y aunal oestese dilata en contrafuertes;sobrelos cualesestánsituadaslas ciudadesde Bogotá,Tunja,Leiva y Sogamozo;mesas recostadasa la cordillera y le-vantadashasta1,300o 1,400toesasde altura,entre las cua-les la de Bogotá (fondo de un antiguo lago) encierraenel campo de los Gigantes,cerca de Suacha,osamentasdemastodontes.Prolóngasepor unaserie de páramoshastalasierra nevada de Mérida, y por las sierras de Ocañay dePerijá hastael extremooriental de la penínsulade los Gua-jiros.

La serraníadel centro se dirige por el E. de Popayán,haciala provincia de Antioquía, y a los 5°15’ de latitud seensanchanotablementehaciael O. hastajuntarsecon la dela costa; de maneraque,quedandocerradala hoya de Po-payán,el río Cauca, al salir de las llanurasde Buga, tienequeabrirsepasopor entremontesdesdeel saltode SanAn-tonio hastala bocadel Espíritu Santo,es decir, en 40 a 50leguasde curso.Al contrario,la hoya del Magdalenase pro-

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longa casi sin interrupción hacia Mompox. La diferenciade nivel de estas dos hoyases notabilísima:la primera deCali a Cartagose mantieneentre 500 y 404 toesas;la se-gunda,entreNeiva y Ambalema,tiene sólo de 265 a 150.

Por el contrafuertede Muzo, y por los que vienen delO. se acercanentresí las dos cordilleras oriental y central,entreNares,Honday Mendales,formandola angosturadeCarare,en que seestrechael valley lechodel Magdalena.

En la cordillera central (latitud 4°46’), se elevael picode Tolima, quees la cima másempinadade los Andes enelhemisferio boreal, y cuya altura no baja de 2,865 toesas.Descuella,por consiguiente,sobreel Imbaburay el Coto-cachede Quito, sobreel Chiles de la mesade Pastos,sobrelos dos volcanesde Popayán,y aun sobre los nevadosdeMéxico, y sobreel monteSanElías de la América rusa.Elpico de Tolima, cuya forma trae a la memoria la del Coto-paxi, no cedequizáen alturasino a la sierranevadade San-ta Marta, que es un grupo aislado. El segundolugar en elorden de elevaciónparececorresponderen el hemisferiodelnorte al nevadode Huila, que también pertenecea la cor-dillera centralde NuevaGranada,y estáa la latitud 2°55’.Caldasle da 2,800 toesas.

La cordilleradel Chocóseparalas provinciasde Popayány Antioquía de las de Barbacoas,Raposqy Chocó. Aunquepoco elevada,oponegrandesobstáculosa las comunicacio-nes entre la costa del Pacífico y el valle del Cauca. A sudeclive occidental está arrimado el famoso suelo auríferoque hace siglos tributa al comerciomás de 13,000 marcosde oro por año.El Chocó,Barbacoasy el Brasil son los úni-cospaísesde la tierra en quehastaahorase ha podido ave-riguar con certezala existenciade platina y paladio. Estazonaaluvial tiene 10 a 12 leguasde ancho,y su mayor ri-queza pareceser entrelos paralelosde 2°y 6°.El terrenoaurífero llena el valle del Cauca,comolas quebradasy lla-nurasal occidentede los Andes del Chocó; pero la platinano se ha encontradohastaahoraen el valle.

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Versionesde Humboldt

La cordillera occidentaldisminuyeen altura en su pro-gresoal norte, y seensanchaformandoextensoscontrafuer-tes (4°V2 a 5°V2)hacia las fuentesdel Calima, del Tamanáy del Andágueda.Los dos primeros de estosríos auríferostributan al San Juandel Chocó;el otro lleva sus aguas alAtrato. Esteensanchede la cordillera forma lo que se dicemás particularmenteserraníadel Chocó; y en ella se en-cuentrael istmo de la Raspadura,que se ha hechotan cé-lebre desdeque un fraile abrió en él una línea navegableentrelos dosocéanospor mediodel SanJuany el Atrato. Elpunto culminantede este sistemade montespareceser cpico de Torrá, al SE. de Novita; pero su cumbreno entraen la regiónde las nieves,y ni aunllega a la de los páramos.

Los montesde Antioquía cierranpor el norte la hoya delCauca anudandolas dos cordilleras central y occidental.En estenudo, se puedendistinguir dos grandesmasas:unaoriental entreel Magdalenay el Cauca,otra occidentalen-tre el Caucay el Atrato. El punto culminantede laprimerapareceestarcerca de SantaRosa al SO. del valle de Osos:suspoblacionesde RíoNegroy de Marinilla ocupanmesetasde 1,060 toesasde elevaciónsobre el nivel del océano:enella, nacenpor el E. el río Miel y el Nares; por el N., elPorce y el Nechi. La masaoccidentaldel nudo de Antio-quíada origenpor el O. al río SanJuan,y llega a sumayorelevacióny la de toda la provincia de Antioquía en el Altodel Viento, al N. de Urrao, que los primeros conquistado-res denominaronsierrade Abeiba, y alcanzaa 1,500toesas.

No se conocenbien las ramificacionesdel nudo de An-tioquía. Desdela ribera septentrionaldel Nares, cerca desu confluenciacon el Samaná,se prolongaun contrafuerte,llamado la Cimitarra y San Lúcar. Éstees el primer ramo.El segundoparte de los montes de SantaRosa,prolóngaseentre Zaragozay Cáceres,y remataen la confluenciadelNechi y del Cauca;amenosque las colinasentrela emboca-dura del Sinú y el pequeñopueblo de Tolú, y aun las al-turascalcáreasde Turbacoy la Popacercade Cartagena,se

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Naturaleza Americana

miren como suextremidadseptentrional.Otro ramo avanzahaciael golfo de Urabao del Dariénentrelos ríos SanJorgey Atrato. Y el cuarto,al O. del Atrato, sufre tal depre-sión antesde entraren el istmo de Panamá,queel terrenoentreel golfo de Cupicayel río Naipi, tributariodel Atrato,haparecidoa propósitoparaabrirun canalde comunicaciónentre los dos océanos.

Interesanteseríasaberla configuración del suelo entreel golfo de SanMiguel y el caboTiburón, para averiguardóndecomienzanlas montañasdel istmo de Panamá,cuyacuchilla parece,no exceder100 toesasde altura.Esteterre-no húmedo,enfermizo,cubierto de selvasespesas,es abso-lutamente desconocidode los geógrafos: todo lo que sesabe con certeza hasta ahora, es que, entre Cupica y laorilla izquierda del Atrato, hay un estrecho terrestre,o desapareceenteramentela cordillera; y aunquelos mon-tes del istmo de Panamádebenconsiderarsepor su posicióny direccióncomoun apéndicedelos deAntioquía y del Cho-có, es constanteque al O. del bajo Atrato apenashayundébil antepecho,o línea divisoria entre las vertientes delos dosmares.

Paramejor grabar en la memoria la estructuray con-figuración de los Andes,recordamosqueestavastacordille-ra se ramifica en serraníasparcialesmás o menosparalelas,que entroncande nuevo formandoinmensasarticulacioneso nudos.Hoyas amuralladaspor las serraníaslateralesy porlos nudos, forman uno de los principales caracteresde laestructurade estos montes. Los nudos de Cuzco, Loja yPastos tienen 3,300, 1,500 y 1,130 leguas cuadradas.Elprimero, célebre en los fastos de la civilización peruana,ofrecea la altura mediade 1,200 a 1,400toesasunasuper-ficie casi tresvecesmayor que la de Suiza.Entre las hoyas,las de Titicaca, el Jauja y el alto Marañón tieneñ 3,500,1,300, 2,400 leguas cuadradasde superficie: y la primerade éstasse halla tan completamentecerrada,que no puedesalir de ella unagotade aguasino por mediode la evapora-

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ción; semejanteen esto al valle de México (en su estadoprimitivo, antesde abrirseel desagüede Huehuetoca)y alos estanquescircularesquese descubrenen la luna, circun-valados de altos montes.Un gran lago alpino caracterizala hoyade Titicaca; fenómenotantomásdignode atención,cuantoes raro en la América meridional encontrardepó-sitos permanentesde aguadulce, cualeshallamosal pie delos Alpes. No tenemosmedidaprecisade dichastreshoyas;de las otras seis que siguena manerade escaloneshacia elnorte, la del valle de Cuencatiene 1,3 50 toesasde alturamediasobreel nivel del mar, la de Hambato 1,320; la delvalle de Quito del ladodel 0. 1,490, y del ladodelE. 1,340;la de Almaguer 1,160; la del Cauca (entre Cali, Buga yCartago) 500; la del MagdalenaentreNeiva y Honda 200;entre Honda y Mompox 100.

GRUPOAISLADO DE SANTA MARTA

Estásituadoentrela cordillerade Bogotáy la del istmode Panamá.Álzaserápidamente,como una fortaleza,sobrelos llanos que se extiendenentre la cordillera de Bogotá yel Magdalena.Su cuchilla más elevadasólo tiene de 3 a 4leguasde largoen la direcciónEO., limitándola (a 9 leguasde distanciade la costa) los meridianosde los cabosde SanDiego y de SanAgustín. Suspuntosculminantes,llamadosel Picachoy la Horqueta (el segundode los cuales pareceestara 75°58’ longitud O. de París,y 10°51’ latitud) seacercanal borde occidentaldel grupo, y se hallanentera-menteseparadosdelpico de SanLorenzo (longitud 77°41’51 , latitud 10 18 5 ), el cual dista 4 leguasdel puertode SantaMarta haciael SE. No se tieneideaexactadela ele-vación de esta sierra, que algunos computan en más de3,000 toesas,fundándoseen el máximode distanciaa que sealcanzaa ver desdeel mar.

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Naturaleza A~nericana

SERRANÍA LITORAL DE VENEZUELA

La cordillera oriental de NuevaGranadase prolongaalNE. por la sierranevadade Mérida y por los páramosdeTimotes,Niquitao, Boconó y las Rosas, cuya altura abso-luta no puede bajar de 1,400 a 1,600 toesas.Despuésdelpáramode las Rosas,hay una gran depresión,siguiéndoseun terrenomontuosoen que estánsituadaslas ciudadesdeTocuyo y de Barquisimeto,y a que perteneceel cerro delAltar. Lo máspoblado de este terreno tiene de 300 a 350

toesasde elevaciónsobreel nivel del mar: limítale al N. elrío Tocuyo; al S., los llanosde SanCarlos. Por aquellapar-te, las aguasderramanen el golfo Triste del mar de las An-tillas; por ésta,en las hoyasdel Apure y del Orinoco. EnBarquisimeto,se forma un nudo; y ramificándosela cor-dillera, mandaal NO. la sierrade Coro, llamadatambiénde Santa Lucía, y acaba de formar con ella el valladooriental de la laguna de Maracaibo,rodeadaal 5. y al O.por las montañasde Mérida, Ocañay Perijá.Otro ramoseprolonga por el picacho de Nirgua (que se cree de 600toesasde altura) hacia Valencia. El tercer ramo nace enlas rocas graníticasque aparecenal E. de San Felipe entreBuria y Aroa, notable aquéllapor sus vetasauríferas,quea mediadosdel siglo XVI dieron celebridada estaserranía,y la segundapor susabundantesminasde cobre,quetodavíase benefician.El ramo de quehablamos,correen medio delos dos precedentes;y desdeel valle delYaracuy, se prolon-ga por PuertoCabellohastael caboCodera,mirandoal surlas ciudadesde Valencia y Caracas,al norte el océano.Elramo de Nirgua corre paralelamenteal de PuertoCabello,y por consiguienteforma con él una muralla doble, mi—rando el de PuertoCabello, comohemosdicho, al mar,y elde Nirgua a ios llanos de la antiguaprovincia de Caracas.Aquél forma la ramaseptentrionalde la serraníade Vene-zuela,que se atraviesapara trasladarnosde Valencia y los

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valles de Aragua a la costao de La Guairaa Caracas;éste,la meridional.Del decliveN. de la ramaseptentrionalbro-tan las aguastermalesde las Trincheras(a la elevadatempe-ratura de 90°4 del termómetrocentígrado) y del decliveS. las de Onoto y Mariara (a 44°5 y 59°2), unasy otrasextraordinariamentepuras.Otra cosa caracterizaa la ramaseptentrional,y es el estaren ella la más alta cumbre,nosólo del sistema de montes de Venezuela,sino de toda laAmérica del sur al estede los Andes.Tal es la cima orientalde la Silla de Caracas(1,350 toesas),que está al nivel delas llanurasde Bogotá,y aún le faltan 150 toesasparallegaral de la plazamayor de Quito.

Cuatroo cinco leguasal S. de la serraníaseptentrional(la de Mariara, la Silla y el caboCodera) pasala serraníameridional,quecorrepor Güigüe, las montañasde Güiripa,de Ocumarey de Panaquirehastala embocaduradel Túy.Júntanseambosramospor un nudo conocidopor el nom-bre de Altos de las Cocuizasydel Higuerote,a los 69°30’ y69°50’ de longitud, al O. del cual se halla la hoya entera-mente cerradade la laguna de Valencia y de los valles deAragua,mientrasal E. corren las de Caracasy el Tuy. Laprimera de estashoyasse eleva a 220 o 250 toesas; la se-gunda, a 460. Del nudo de las Cocuizasy del Higuerotenace la serraníade los Tequesy del Oripoto, que formados valles, el del Guaire y el del Tuy. En el primero, estáCaracas;y ambos se juntan en Caurimare. El Tuy correlo restantede la hoyaoriental, y desembocaen el Atlánticoal Norte de la montañade Panaquire.

En el caboCodera,desaparecela serraníaseptentrional;la meridional sigue su curso al E. acercándoseal mar, ydespuésde considerablesdepresionesentrelas bocasdel Tuyy del Neverí, se alza precipitadamenteal E. de la NuevaBarcelona,y forma el cerro del Bergantín,cuya situacióny altura precisason desconocidas,pero la segundase creede 800 toesas.Bajo el meridianode Cumaná,salede las on-dasy apareceotra vez la serraníade la Silla y del caboCo—

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dera, forma la penínsulade Araya, y se extiendehastalaextremidadoriental de la montañade Paria, dondeacaba;mientrasla serraníade Panaquirey del Bergantín,despuésde habersejuntado con la precedenteen el nudo de Mea-pire, se prolonga por las cimas de Turimiquiri (1,030 toe-

sas) de Caripe y del Guácharo,y va a terminar en el ríoGuarapiche.

GRUPO DE LA PARIMA

Los misionerosdel Orinoco llaman Parima todo el vas-to y montuosopaís comprendidoentre las vertientesdelErevato, del Orinoco, del Caroní, del Parima, tributariodel Río Branco,y del Rupunurio Rupunuwini, tributariodel Esequibo.Éstaes unade las partesmásdesconocidasdela América meridional; está cubierta de espesosbosquesyde sabanas;la habitan indios independientes,y es bañadade ríos de peligrosanavegaciónpor sus barrasy cataratas.

Estesistemade montesdivide los llanosdel bajoOrinocode los del Río Negro y del Amazonas,y ocupaun terrenode forma trapezoideentrelos paralelosde 3°y 8°y los me-ridianosde 61°y 7001/2; pero estoslímites sólo se refieren alo más empinadodel grupo, sin incluir sus prolongacioneshaciala Guayanafrancesay el Brasil. Extiéndesemásqueenningunaotra direcciónen laN. 85°E., y no tanto formaunacordillera o cadenacontinua, como un agregadoconfusode montes separadospor llanos y sabanasintermedias.

Son dignos de nota: 1~la sierra de Itacamaentre lasvertientesdel Orinoco y las del Cuyuní; 2~el cerro de laEncaramada,contra cuyo extremo occidental forcejea elOrinoco,mudandode direcciónen la confluenciadel Apu-re; cerro que presentavestigiosde oro y es célebre en lamitología de los tamanaquespor las antiguastradicionesgeogónicasde que se hallanindicios en sus rocaspintadas;30 la sierrade Paruaci,tributario del Orinoco; ruday fra-gosa,pero rodeadade amen’isimaspraderas,y pintoresca

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por sus columnasde granito, coronadasde árboles,y susrocasaisladasprismáticas;49 la de Quitanao Maipures,que,despuésde formar en elOrinoco la cataratade estenombre,levantaal E. de esterío las cumbresde Cunavami,el picotruncadode Calitamini, y el Jujamari,que se dice llegar agrandeelevación; 59 la serraníadel Sipapo,que,a la latitudde 40 30’ forma un enormemurallón dentado,quese pue-de mirar como el principio de aquellaseriede altos mon-tes quecubrenadistanciade algunasleguasla orilla derechadel Orinocoentrelas bocasdel Ventuari, Jaoy Padamo(la-titud 30°15’) y a los cualespertenecenDuiday Maraguaca,que son las cumbresmás empinadasde la Parima’.

Aquí empiezanlos llanos del Casiquiarey del Río Ne-gro, sabanasquesólo a orillas de los ríos se cubrende bos-ques y que, sin embargono presentanaquella uniformecontinuidadquese observaen los llanos del bajo Orinoco,del Mcta y de BuenosAires. Levántanseen ellas gruposdecolinas (los cerros de Daribaja, latitud 3°, longitud 69°,entreel Itinivini o Conorichitey las fuentesdel Tama,quedesaguaen el Atabapo)y rocasaisladasde formasextrañas,que llaman de lejos la atenciónde los viajeros,y semejanavecespadronesviejos y edificios arruinados.

Tal es el aspectodel suelo entre los 68°1/2y los 7001/2

longitud. Al O. del alto Río Negro (latitud 1°a 2°%,lon-gitud 72°a 74°)hay unamesetamontuosaen que las tra-diciones de los indios sitúan una laguna de oro, esto es,circundadade capasaluviales auríferas.Las serraníasmen-cionadaspertenecena la parte occidentaldel grupo de laParima: sigámosleen su dirección oriental. Los montesdelalto Orinoco al E. del raudalde Guaharivos(latitud boreal1°15’, longitud 67°88’) se juntan conla serraníade Paca-raima o Pacaraimo,queseparalas aguas del Caroní y delRío Branco,y abundade talcos,que por su brillo plateadohicieron gran papel en la fábula del Dorado de Raleigh.La partede esta serraníaen quenacenlas fuentesdel Ori-

1 Véase la página 321. (NoTA DE BEI.w).

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noco, es desconocida;su prolongaciónoriental corre entrelas aguasvertientesdel Río Brancoy las del Esequibo.

Otra ramadel grupode la Parimaes la serraníade Usu-pamay de Rinocote,quecorreentreel Cuyuní y el Caroní,y atravesandoel Masaruni, tributario del Esequibo,formaen este último gran númerode cataratasal S. del paralelode 5°30’.

Partiendodel extremo oriental de la serraníade Paca-ramio, se encuentrahacia el E. otra que los misioneroslla-mande Acaray y de Tumucuraque,y cuyo rumbo pareceserOE. entrelas vertientesdel Esequiboy las del Urixaminao río Trompetas.Suscontrafuertesmeridionaleslleganhasta15 leguas de distancia del Amazonas;los septentrionalesavanzanen la Guayanaholandesay francesahasta20 o 25leguasde la costa, y no se conocenbien sus límites.

Tales son las noticias recogidaspor Mr. de Humboldtsobre e1 grupo de la Parima, queocupa una extensión 19vecesmayor que la de la Suiza, y descansasobreun sueloligeramenteabombado,puessus llanos entre los 3°y 4°delatitud borealse elevan a vecesa 160 o 180 toesassobreelnivel del mar. Pero lo que caracterizaprincipalmenteestosmontes son las rocas graníticasque dominan en ellos, yaquellosbancosde piedra viva que a flor de tierra ocupaninmensosespaciosen las sabanas.

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ENSAYO POLÍTICO SOBRE LA ISLA DE CUBA

(Hu~sBo1.DT, Relación histórica, tomos XI y XII, edición en 8~, 1826)

La superficiede la isla de Cuba,segúnel mapaquedonFelipe Bauzáestá actualmenteacabandode trazar, y queesperamosse publicaráen breve, tiene, sin la isla de Pinos,3,520 leguas marinas cuadradas,comprendiendoesta isla,3,615; de queresultaser 1/7 máspequeñade lo que sehabíacreídohastaahora,excediendoen 33,/lOO el áreade Haití,e igualandola de Portugal, y con diferencia de 1/8 la deInglaterrasin el principadode Gales,de maneraque, si to-do el archipiélago de las Antillas presentauna superficiecomo la mitad de la de España,la isla sola de Cubaapenascedebajoesterespectoal total de las otrasgrandesy peque-ñas Antillas. Su mayor largura (entre el cabo de San An-tonio y la punta de Maisi) es de 227 leguas,y su mayoranchura,desde la punta de Maternillo hasta la emboca-dura del Magdalena,de 37 leguas.La anchuramediaes co-mo de 15, y en algunaspartesno hay arriba de 8V3 entrelas doscostasnortey sur. Bojeacomo 520 leguas,280 de lascualespertenecenal litoral del sur, entre el cabo de SanAntonio y la puntade Maisi.

La poblaciónes de 715,000 almas,mientrasla de Haitíes de 820,000, la de Jamaicade 402,000, y la de Puerto

* Se publicó este artículo, firmado con las iniciales A. B., en El Repertorio

Americano, II, Londres, enero de 1827, pp. 249-260. Se reprodujo en O. C. XIV,pp. 337-348. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Rico de 225,000,teniendopor legua cuadrada,Cuba 197habitantes,Haití 334, Jamaica874y PuertoRico 691.

La poblaciónde La Habana,capital de estarica colo-nia, ofrecíaen 1810 los resultadossiguientes:

La de la ciudad propiamentedicha 43,175

La del arrabal de la Salud 28,419La del arrabalde JesúsMaría 11,625La del arrabal del Horcón 2,290La del arrabaldel Cerro 2,000

La del arrabalde San Lázaro . 2,588La de Jesúsdel Monte 3,989

La de Regla 2,218

Total 96,304

De los cualeseran:

Blancos 41,227Pardos libres 9,743Negroslibres 16,606Pardosesclavos . . . . 2,297Negros esclavos . . . 26,431

Total 96,304

En 1825, la poblacióntotal de La Habana,con los sietearrabales,debíapasarde 13 0,000.La de NuevaYork es algomayor (140,000),México, que en 1820 contabamás de170,000habitantes,pareceser todavíala primerade todaslasciudadesdel Nuevo Mundo. En Río deJaneiro,de 13 5,000habitantes,105,000 son negros; en La Habana, los blan-cos componen2/5 de la población. México, Nueva York,Filadelfia,La Habana,Río de Janeiroy Bahíason lasúnicasciudadesamericanasque tienenmásde 100,000habitantes.EnLa Habana,se notalamismapreponderanciadel númerode las mujeres,queen las ciudadesprincipalesde México yde los EstadosUnidos del Norte.

Una sola audiencia,que reside desdeel año de 1797 enPuertoPríncipe, extiendesu jurisdicción a toda la isla. Elprimer obispadose fundóen 1518 en Baracoa,de dondefue

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Versionesde Humboldt

trasladadoen 1522 a la ciudad de Santiago,que en 1804fue erigidaenmetropolitana.El añode 1788,se fundóotroobispadoen La Habana.Estaúltima diócesisabraza40 pa-rroquias; y la de Santiago,22. Divídese la isla en dos go-biernos,dependientesdel capitángeneral.El de La Habanacomprendela capital,el distrito de las cuatrovillas (Trini-dad, hoy ciudad Santo Espíritu, Villa Clara y San Juande los Remedios),y el distrito de PuertoPríncipe. El ca-pitán generales al mismo tiempogobernadorde La Habana.El gobiernode Cubacomprendea Santiago,Baracoa,Hol-guín y Bayamo.Por lo que toca a la recaudaciónde rentas,se divide la isla en tresintendencias,Habana,PuertoPrín-cipe y Santiago,dependientesdel superintendentegeneralsubdelegado,quees al mismotiempo intendentede La Ha-bana. Pero la división territorial más usada es la de lasvueltasde arriba y de abajo,al estey al oestedel meridianode la capital.

La poblaciónde la isla de Cubaparael añode 1825 era45 5,000libres (blancos325,000; negrosy pardos,130,000),y 260,000esclavos.

No tiene esta isla aquellosgrandesy suntuososestable-cimientos,queson ya antiguosen México; peroLa Habanagoza de institucionesque el patriotismode los habitantes,vivificado por unafeliz emulaciónentreios diferentescen-tros de la civilización americana,sabráextendery perfec-cionar, cuandolo permitan las circunstanciaspolíticas, fa-vorecidaspor la tranquilidadinterior. La sociedadpatrióticade La Habana,establecidaen 1793; las de SantoEspíritu,PuertoPríncipe y Trinidad, quedependende ella; la uni-versidadconsus cátedrasde teología, jurisprudencia,medi-cina y matemáticas,establecidasdesde1728 en el conventode padrespredicadores;la cátedrade economíapolítica,fundadaen 1818; la de botánica agrícola; el museoy laescuelade anatomíadescriptiva,debidaal celo ilustradodedon Alejandro Ramírez; la biblioteca pública; la escuelagratuitade dibujo y pintura; la escuelanáutica;las escuelas

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lancasterianas,y el jardín botánico, son establecimientos,nacienteslos unos, los otros ya viejos, que experimentaránmejorasprogresivas,o tal vez reformastotales,que los pon-ganen armoníacon el espíritu del siglo y los menesteressociales.

AGRICULTURA

Cuandolos españolesempezarona colonizar las islas yel continenteamericano,los principalesobjetosde la agri-cultura fueron, como lo son todavía en Europa, las plan-tas que sirvenpara alimentodel hombre.Esteestadode lavida agrícola de los pueblos, el más natural y al mismotiempo el quemás seguridadinspira a la sociedadhumana,se ha conservadohastanuestrosdíasen México, en las regio-nes templadasy frías de Cundinamarca,y dondequieraque el dominio de los blancosse ha extendidoa un vastoespaciode tierra. Lasplantasalimenticias,el banano,la yu-ca, el maíz, los cerealesde Europa, la papa y la quinoason las basesde la agriculturacontinentalentrelos trópicos,vegetandoa diferentes alturas sobreel nivel del mar. Elañil, el algodón, el café y la caña de azúcar no aparecenen estasregionessino a manerade gruposinterpolados.Cubay las otrasAntillas presentaronpor dos siglosy medio estemismo aspecto.Cultivábanselas mismasplantasquehabíansuministradosustentoa los indígenas,y las sabanasde lasislas mayoresestabanpobladasde ganadovacuno.PedrodeAtienzaplantóen SantoDomingo las primerascañas,haciael año de 1520, y aun se llegaron a construir allí molinosde aguapara su beneficio; pero estosesfuerzosde unain-dustrianacienteapenasse hicieronsentir en la isla de Cuba,siendobien digno de notar que por 1553 los historiadoresde la conquistano hablande otra extracciónde azúcarquela de México para Españay el Perú. La Habana,hastaelsiglo XVIII, no dabaal comerciootro artículoqueel de loscueros.A la cría de ganadossucedióel cultivo del tabaco

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y la multiplicación de las abejas, cuyas primeras colme-nas se llevaron de Florida. La cera y el tabacollegaron aser en breve objetosmás importantesde comercioque loscueros;perosupreponderanciano duró mucho,porquetu-vieron que cederlaal azúcary el café. A pesarde la ten-denciaque se observageneralmentea favor de este últimofruto, las haciendasde azúcar son todavía las que rindenmásconsiderableproductoanual. La extracciónde tabaco,café, azúcary cera, por vías lícitas e ilícitas, sube a 14 o15 millones de pesos,segúnlos preciosque tienen actual-menteestosfrutos.

AZÚCAR

En 1768, se exportaronde La Habana63,274 cajas; en1794, 103,629; en 1801, 159,841; en 1802, 204,404; en1822, 261,795; en 1823, 300,211. Los últimos ocho añoshandadounoconotro 235,000 cajasde exportaciónpor LaHabana,a las cualesse puedenañadir 70,000 por los otrospuertoshabilitados;y estimandoen ‘/~el contrabando,subea 380,000cajas,o 6.080,000 arrobas, la exportacióntotalde la isla. Si se avalúael consumode los habitantesen ca-jas 60,000, quees,segúnHumboldt, a lo menosquepuedealcanzar,resultaráqueel producto total de las plantacionesde azúcardela isla deCuballega a 440,000cajas,o 7.040,000arrobasal año.

De Jamaicase extraenanualmentepara los puertosdeGran Bretaña e Irlanda, 1.597,000 cwts de azúcar, queHumboldt estima en 8 1.127,000 kilogramos, y a razónde 11 ‘/2 kilogramos por arroba, equivalen a 7.054,000arrobas.

Todas las Antillas inglesas (comprendidaJamaica) ex-portan 3.053,000 cwts equivalentesa 15 5.092,000 kilogra-mos, o 13.921,000 arrobas. Jamaica exporta, por con-siguiente,másde la mitad del azúcarde las Antillas ingle-sas, y excedea Cuba en 1/7.

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NaturalezaAmericana

LasAntillas francesasexportanparaFrancia42.000,000de kilogramos, o 3.652,000 arrobas.

La cantidadde este fruto que danal comercio las pe-queñasAntillas holandesas,danesasy suecas,se puede esti-mar, según Humboldt, en 18 millones de kilogramos, o1.565,000arrobas;y todoel quese extraedel archipiélagode las Antillas, en 287 millones de kilogramoso 25 millo-nesde arrobas.

La exportaciónde Haití es casi nula en estemomento.En 1788, era de 80.360,000kilogramos, o cerca de 7 mi-llones de arrobas.

La de la Guayanainglesa, por un término medio to-mado desde1816 hasta1824, es de 557,000 cwts, equiva-lentesa 28 millones de kilogramos o 2.460,000 arrobas.

La del Surinamo Guayanaholandesase calcula en 9 a10 millones de kilogramos, o de 800 a 850,000 arrobas.

Cayenao Guayana francesaempiezaa dar como unmillón de kilogramos (87,000 arrobas).

El Brasil exportóen 1816 la cantidadde 200,000 cajas(de 650 kilogramos),equivalentesa 130 millones de kilo-gramos,u 11.300,000arrobas.

La exportacióntotal de azúcarde América equinoc-cial y de Luisiana se estima en 460 millones de kilogra-mos, o 40 millones de arrobas, de la que Gran Bretañasola (sin comprenderIrlanda) consumemásde la terceraparte.

Exporta, pues,la isla de Cuba,por vías lícitas, 1/5 detodoel azúcardel archipiélagode las Antillas, y 1/~de to-do el azúcarde la Américaequinoccial,que se derramaenEuropay en los EstadosUnidos.

CAFÉ

La cultura de este arbustocuentala misma fecha quela mejorade la construcciónde las calderasen los ingeniosde azúcar, debiéndoseambasa la llegadade los emigrados

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de SantoDomingo, sobretodo desdelos años 1796 y 1798.Una hectárea (10,000 metroso 14,280 varas cuadradas)da 860 kilogramos (cerca de 75 arrobas), producto de3,500 árboles.En la provincia de La Habana,se contabanen 1800 sólo 60 cafetales,y en 1817 llegaban ya a 779.Comoel café no rinde buenascosechashastael cuartoaño,la exportaciónde este fruto por la aduanade La Habana,en 1804, era todavíade sólo 50,000 arrobas. En 1809, su-bió a 320,000 arrobas; en 1815, a 918,000; en 1821, a arro-bas661,674. En 1815, en queel cafévalía 15 durosquintal,el valor del quese exportópor La Habanaexcedióde duros3.443,000. En 1823, fue de 84,440 arrobas la extracciónpor Matanzas.En años de mediana fertilidad, la extrac-ción de toda la isla, por vías lícitas e ilícitas, excedepro-bablementede 14 millones de kilogramoso 1.218,000arro-bas, de las cuales 694,000 por la aduanade La Habana;220,000 por las de Matanzas,Trinidad, Santiagode Cu-ba, etc.; y 304,000 por vías ilícitas.

Es, pues,superiorla exportaciónde café de Cuba a lade Java,que se estimabaen 11.800,000 kilogramos, por1820, y a la de Jamaica,que en 1823 era de sólo 169,734cwts (8.622,478 kilogramos,o cercade 75 0,000 arrobas).En este msimo año, r~ecibióGran Bretaña de todas lasAntillas inglesas 194,820 cwts; de modo que Jamaicasolaprodujo los 6/7. Guadalupedio en 1810 a la metrópoli1.017,190 kilogramos, y Martinica 671,336 kilogramos.Haití, que antesde la RevoluciónFrancesaproducía kilo-gramos 37.240,000,da ahorauna cantidad mucho menor.La exportacióntotal del café del archipiélagode las An-tillas (sin la que se hace clandestinamente)puedeestimar-se al presenteen más de 38 millones de kilogramos,casi 5vecesel consumode Francia,que de 1820 a 1823 ha con-sumido por término medio 8.198,000 kilogramos al año.Gran Bretaña (excluyendo, por supuesto, Irlanda) sóloconsume 3.500,000. De modo que su consumode café

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es casi dosvecesy mediamenorqueel de Francia,mientrasel de azúcares tresvecesmayor.

TABACO

El tabaco de la isla de Cuba tiene gran nombradíaentodaslas partesde Europaen que se acostumbrael fumar,que los europeosaprendieronde los indígenas de Haití,y fue introducido en el mundo antiguo hacia fines delsiglo XVI o principios del XVII. Se creía generalmenteque el cultivo del tabaco,desembarazadoya de las trabasde un monopolio odioso, llegaría a ser un objeto conside-rable de comercio, para La Habana.Los deseosbenéficosqueha mostradoel gobiernode 6 añosaestaparte,abolien-do la factoría de tabacos,no han producido en este ramode industria las mejorasque parecíanatural esperar.Loscultivadorescarecende capitales;el arrendamientode lastierras ha encarecidoexcesivamente;y la predilección alcafé ha dañadoal cultivo del tabaco.

SegúnRaynal,escritor más exacto de lo que común-mentese piensa, la cantidadde tabacoque la isla de Cubaderramabaen los almacenesde la metrópoli, de 1748 a1753,un año con otro, era de 75,000 arrobas.De 1789 a1794, el producto de la isla había subido anualmentea250,000arrobas;perodesdeestaépocahasta 1803,el enca-recimiento de las tierras, la preferenciadada al café y lacaña, las vejaciones incómodas del estancoo monopolioreal y las trabas del comercioexterior, redujeron la pro-ducción de este artículo a menosde la mitad. Créese,em-pero, que, de 1822 a 1825, el tabacoproducidoen la islaha sido otra vez de 300 a 400,000arrobas.

El consumointerior es de más de 200,000 arrobas.En buenosaños,cuandola cosecha(producto de las anti-cipacioneshechaspor la factoría a cultivadoresde pocosmedios) ~Jcanzabaa 350,000 arrobasde hojas,que) reba-

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jando 10 por ciento de mermay averías, se reducen a315,000 arrobas,se fabricaban 128,000 para la Península,80,000paraLa Habana,9,200 parael Perú, 6,000 paraPa-namá,3,000paraBuenosAires, 2,240 paraMéxico y 1,000para Caracasy Campeche.La manutenciónde 120 escla-vos y los gastosde fábrica no pasabananualmentede 12,000duros, al paso que los empleadosde la factoría costaban541,000 duros. Después de suprimida ésta,la conservacióndel edificio y las pensionesde los empleadosretiradosoca-sionabanun gravamende 20,000 duros,

AÑIL

El añil es ramode pocaconsideraciónen la isla de Cuba,mientrasel Estadode San Salvador,de la confederaciónde CentroAmérica, derramaactualmentecada año 12,000tercios o 1.800,000 libras de añil en el comercio, extrac-ción cuyo valor sube a másde 2.000,000de duros.

ALGODÓN

El algodón es otro cultivo limitadísimo.

TRIGO

El cultivo del trigo pruebabastantebien (con no pocasorpresade los viajeros que hanrecorrido a México) cercade las Cuatro Villas, a pequeñasalturas sobreel nivel delocéano;perono se ha extendidomucho. Aunque la harinaes bella, las produccionescoloniales tienen más atractivoparalos labradores;y los camposde los EstadosUnidos delNorte, que son la Crimeadel NuevoMundo, dan cosechasdemasiadoabundantesparaque el comerciode los cerealesindígenaspuedaser eficazmenteprotegido por el sistema

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NaturalezaAmericana

prohibitivo de aduanasen una isla a tan poca distánciadelas bocasdel Míssissippiy Delaware.

LINO — CÁÑAMO — VIÑA

Iguales dificultades se oponen al cultivo del lino, delcáñamoy de la viña. En los primerosañosde la conquista,se hizo vino con uvas silvestresen la isla de Cuba; peroestasparrasmonteses,quedaban, segúnHerrera, un licoralgo ácido, eran de diferente especieque las comunes.Enningunapartedel hemisferioboreal,se cultiva la viña parala fabricaciónde vinos, al sur de 27°48’, que es la latitudde la isla del Hierro.

CERA

No es productode abejasindígenas,sino de las de Eu-ropa, que se introdujeron por Florida. Empezóa formarun ramode comercioconsiderableen 1772.Suexportaciónalcanzó en 1803 a 42,700 arrobas, de las cualesse llevaban25,000 a México, cuyas iglesias consumengran cantidadde esteartículo. En las comarcasde los ingeniosde azúcar,perecegrannúmerode abejas,embriagándoseconel meloteaqueson aficionadísimas;y generalmentehablando,se dis-minuye la producciónde la ceraa medidaquese extiendela agricultura. Según su precio actual, la extracción deesta materia, por vías lícitas, y clandestinas,alcanzaalvalor de medio millón de pesos.

COMERCIO

La importanciadel comerciode la isla de Cuba no sefunda tan sólo en la riquezade sus produccionesy las ne-cesidadesde sus habitantesen génerosy mercaderíasdeEuropa; sino quese apoyaen gran partesobre la feliz si-

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tuación del puerto de La Habana,a la entradadel golfomexicano, en la encrucijada,digámosloasí, de las grandesrutas de las nacionescomerciantesde ambos mundos.Yahabíadicho el abateRaynal,en una épocaen que su agri-cultura y comercio se hallaban todavía en mantillas, yapenasrendíanal comercioen azúcary tabacoel valor de2 millones de duros, que la sola isla de Cuba podía valerun reino a la España: palabrasmemorablesque tuvieronalgo de profético; palabrasque,despuésde perdidosparalametrópoli México, Perú y tantos otros Estadosahora in-dependientes,deben ser maduramentemeditadaspor losestadistasa quienes toque discutir los interesespolíticosde la Península.

La isla de Cuba,a que la cortede Madrid ha concedidotiempo ha una juiciosa libertad de comercio, exportaporvías lícitas e ilícitas, enazúcar,café, tabaco,ceray cueros,produccionesde su suelo,un valor de más de 14 millonesde duros, que es, con diferenciade un tercio, lo que su-ministrabaMéxico en metalespreciososdurante la épocade mayor prosperidadde sus minas. La capacidadde los1,000 a 1,200 buques mercantesqueentranactualmenteenel puertode La Habana,sube,sin contar las pequeñasem-barcacionescostaneras,a 150,000 o 170,000 toneladas.Vensetambién, aunen medio de la paz, surgir en La Ha-banade 120 a 150 buquesde guerra.De 1815 a 1819, lasproduccionesquepasaronpor la aduanasola de estepuertollegaron,un añocon otro, al valor de 11.245,000 duros. En1823, las produccionesde que se tomó razón en aquellaaduana,a menosde 2/3 de sus preciosefectivos, formaronun total de 12’/2 millones de duros, sin contar 1.179,000durosen metálico.Es probableque las entradasde toda laisla, teniendoen cuentael contrabando,excedande 15 o16 millones de duros, por precio efectivo de los géneros,mercaderíasy esclavos,sin quede estacantidadseexportende nuevo arriba de 3 o 4 millones. La Habanacompraalextranjeromásde lo quenecesita,y cambiasus produccio-

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nes coloniales por mercaderíasde Europa, para revenderparte de ellas en Veracruz, Trujillo, la Guaira y Carta-gena.

COMERCIO DE LA HABANA

Año de 1816

A. — Introducción 13.219,986 duros

Por 336 buquesespañoles 5.980,443 dur.Génerosy mercaderías. . . . . 1.032,135Esclavosafricanos 2.659,950Oro y plata 2.288,358

Por 672 buquesextranjeros 7.239,543

1,008 buques. 13.219,986dur.

B.—Extracción 8.363,135 duros

Por 497 buquesespañoles 5.167,966 dur.Para la Península 2.419,224Para los puertos españolesde

América 2.104,890Paralas costasde África . . . . 643,852

Por 492 buquesextranjeros 3.195,169

989 buques. 8.363,135 dur.

La exportaciónde dinero (por vías legítimas) subió sólo a 480,840duros.

Año de 1823

A. — Introducción 13.698,73 5 dur.

Por buquesespañoles 3.562,227

Por buquesextranjeros 10.136,508

B. — Exportación 12.329,169 dur.

Por buquesespañoles 3.550,312

Por buquesextranjeros . . . . 8.778,857

Entraron en La Habana 1,125 buques del porte de167,578 toneladas,y salieron 1,000, del porte de 151,161toneladas.

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Se introdujeron en metálico 1.179,034 duros, y se ex-trajeron 1.404,584.

Los datos queacabande exponerse,son sacadosde losregistrosde aduana,y por consiguiente,inferioresen cuan-to al valor de los artículos a su precio efectivo, e incom-pletos,por no comprenderla entraday salidade contraban-do, que en algunos artículos es considerable. La can-tidad de efectosextranjerosque se reexportade la isla deCuba,no e grande;y por consiguiente,es enormeel con-sumo que hace de ellos una colonia que sólo cuenta325,000blancosy 130,000pardoslibres.

Humboldt estimala extracciónde toda la isla en 1823,

añoen que el comerciofue extremadamenteactivo, en 20a 22 millones de pesos, incluyendo el contrabando. LosEstadosUnidos del Norte hacenmásde 1/3 de todo el co-mercio de Cuba.

RTAS

La aduanade La Habana,quedabaantesde 1794 menosde 600,000duros, y de 1797 a 1800, por término medio,1.900,000 duros, ha producido a la tesoreríadesdela de-claración del comercio libre más de 3.100,000 duros, im-porte líquido. Agregandoel producto de las otras aduanasy ramosde rentas, no pareceráexageradoel cómputo desu total en cinco millones.

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XI

CONSIDERACIONESSOBRELA NATURALEZA*

PORVIREY’

* Publicó Bello este artículo, firrna~o con sus iniciales A. B., en La

Biblioteca Americana, 1, Londres, 1823, pp. 77-95. Aunque es arreglo y extractode otras publicaciones, lo incluimos en esta edición, por tener buena parte deelaboración personal sobre las diversas fuentes utilizadas, y por las notas, sinduda originales, que le añadió Bello. No se había incluido en O. C. (CoMIsIÓN

EnrroRA. CAP~ACAS).1 Nouveau dictionnaire d’bistoire naturelle, ajsjsliquée aux arts, d l’agricutture,

el ~ll’économie rurale el domestique,Par une société de naturalistas et d’agriculteurs.36 vol. 1818-20. (NOTA DE Bni.Lo).

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La historia de la naturaleza,o física general,conside-rada en todos sus ramos,se componede vastose innume-rables objetos. Todo lo que podemos conocer en estemundono es más quela superficiede las cosasque tienenrelacióncon nosotros;y los mayoresesfuerzosdel entendi-miento se puededecir queson la medida de nuestradebi-lidad, cuandole comparamoscon el universo. Contemple-mos esa bóveda celeste tachonadade astros, esos espaciosaéreosen que vagan las tempestades,esos camposalfom-bradosde verdor y cubiertosde animales,esasmóviles ha’-nurasde los mares,esosmontesque levantansobrela tierrasus cimasvestidasde selvas;y aúnno formaremosmásqueunaescasay mezquinaidea de la naturaleza.Las entrañasde la tierra, los abismosdel océano,el velo azul del cielo,nos escondensus másmagníficostesoros;los secretosmue-lles que vivifican a ios entes, se ocultan al conocimientohumano; agentesinvisibles dirigen los movimientos delmundo, y presiden a sus incesantesrevoluciones;y en elseno de estos vaivenesy mudanzaseternas,la naturalezasubsisteinalterable, alimentándosede su propia inconstan-cia. Contemporáneade todoslos siglos, derramapor todaspartes la abundanciay la vida. Su manopoderosasiegalosentes,los sumergeen las tinieblas de la muerte,y los sacade nuevoa brillar en la escenadel mundo.

¿Y quées la naturalezamisma sino el brazodel Todo-poderoso,el ministro de su voluntad soberana,la parte dela divinidad quese revelaa nosotrosen la existenciade lascosascriadas?Penetradode respeto a vista de sus obras,el hombre se eleva al Ente Creador, y admira absorto las

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NaturalezaAmericana

leyes inmutables que mantienenla armonía,y equilibriode los mundos.Dios soio, desdelo alto de su trono de glo-ria, extiendesobreellos una manomoderadora,y contem-pla la ejecuciónde sus decretosirrevocables.

La palabra naturaleza se toma en diversos sentidos.Ya significa el poder general, que produce cuanto existe,y dirige ios movimientosde ios astrosy de la tierra, en cuyaacepción la naturaleza no es otra cosa que la voluntaddivina; ya denota la colección de todaslas sustanciasma-teriales,o el universo;ya el encandenamientode las causas,el ordenen que los seresnaceny se suceden;ya, en fin, laesencia de cada cosa en particular. Pero cualquier sentidoque le demos, siempre es necesario referir todos ios entesalprincipio de donde emanan, a las leyes establecidaspor ladivina sabiduría para la existencia y conservación del uni-verso. El principio y todas las modificaciones que experi-menta nuestra existencia, son un resultado de estas leyes.La causa de las causas,la fuente del ser, obra perpetua-menteen los cielos, como sobrenuestroglobo. Los innu-merableslinajes de animalesy plantasque habitanla tie-rra, todosbebenla vida en estemanantial celeste;un almageneral circula en sus varias especies,y produciendosincesar nuevosgérmenes,repara los estragosde la muerte,y mantieneunajuventudperpetua.La materia, impacien-te de reposo,se abandona a todas las afinidades que la fe-cundan: semejante al Proteo de la fábula, aparenta todaslas formas, y hurta a nuestravista su esenciabajo el velode metamorfosiseternas; y en medio de esteteatro siempremóvil, es donde nuestra especie ha sido colocada para sen-tir, conocer, y admirar, para alzar sus ojos al cielo, y ca-minar sin rival y sindueñosobrela faz de la tierra.

Así el hombrees el centroa que todo conspira,el es-pejo en que se refleja la imagen del mundo. El buey gozade la luz sin comprenderla,la hormigaacopia los materia-les de su ciudad republicana, y muere sin conocer la tierraque labra; al hombre sólo fue reservadocontemplarel uni-

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Sobre la Naturaleza,por Virey

verso, y abrir el santuariode las ciencias.Verdades que lanaturalezano nos revela todossus arcanos;pero no por esoes menos maravilloso el espectáculode las cosascriadas.Su historia abraza el campo más vasto que es dado a lainteligencia humana recorrer.

La astronomíanos informade lasituación,y de los mo-vimientosreales o aparentesde ios astros,desdelas estrellasfijas, esos grandesdiamantesde la naturaleza,que cente—itean en lo másretiradode los golfos etéreos,desdeesa víaláctea en que los soles están acumuladosen legiones,cuyonúmero incalculable espanta al pensamiento,hastanuestrosistema planetario. Aquí el sol, colgado,como una lámparaeterna, de la bóvedade los cielos, rodandosobresu propioeje, empañandoalguna vez de manchas fugitivas el esplen-dor de su rostro, lanza sin interrupciónlos vivos y abrasa-dores torrentesde su luz a distanciasinmensas.Como unsoberbiogigante rodeadode sus hijos, avanzamajestuosa-mente, llevando alrededor de sí el lucido cortejo de losplanetas.De éstos ios más distantes van acompañadosdesatélites,quegiran alrededorde elloscasien el mismo plan,y enel mismosentidode occidentea orienteen quese mue-ven sus astrosprincipales;y todosdescribenórbitas elipsoi-desalrededordel centro inflamadode estevórtice inmenso,presentandosucesivamentesu superficie a los rayosen susrevolucionesdiarias.Su añoes tanto máslargo cuantomásespaciosasu órbita; y la oblicuidad de sus ejes produceencadauno la sucesiónperiódicade las estacionesquecalientay refrigerasucesivamentesus varias zonas; al paso que suspoios,apenasligeramenteheridospor los rayos oblicuosdelsol, ofrecen un eterno asilo al invierno. Finalmente ungran númerode cometas,cruzandoel espacio,ya acelera-dos,ya lentos,y a vecesen otro plan queel de la eclíptica,vienen a calentarseal sol. Entonces destrenzansu cabe-llera flamanteestos mensajerosseculares,que amedrentana las naciones,y turban el movimiento de las esferasa quese ‘acercan; después,continuandosu vastaparábola,vuel—

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Naturaleza Americana

ven a hundirseen los abismosde los cielos. La armoníarei-na entre todosestos orbesdesde el origen de los tiempos;todos ellos publican en su carrera silenciosalas alabanzasde su eterno hacedor. ¡Qué incomprensible es aquel quelanzó los mundos en las profundidadesdel infinito! ¡Quées el débil entendimiento del hombre al lado de esta masadel universo, y delante de este ser todopoderoso,que puedede una sola mirada desmoronarla en menudosátomos, orestituirla a la nada!

Mas limitándonos a la tierra, hallaremos en ella objetosno menos dignos de nuestro estudio. La atmósfera que arro-pa el globo, las tempestades,el trueno amenazadory elrayo que alteran la serenidad de los aires, los volcanes quealzan sus cabezas inflamadas sacudiendo y despedazandocontinentes enteros, ese vasto océano que muge al embatede las tormentas, esos ríos viajadores que riegan y fertili-zan nuestrascampiñas,esossitios, paisajesy climas tan pro-digiosamentevariados, esos ricos mineralesque se cuajanen el senode la tierra; ¿noforman un espectáculoa todasluces interesante?Pero aún hay objetos más útiles y pre-ciosos paranosotros.Tal es el opulento reino vegetal, quecubrela tierra de bosques,miesesy flores; tal el maravillo-so reino animal, que vivifica la escenadel mundo con susjuegosy amores;que puebla el aire de cantoresalados, elsuelo de robustos cuadrúpedos,compañerosde nuestrostrabajoso adecuadospara nuestroalimento, y el aguademil fecundísimaslegionesde peces.¡Qué inagotabley mag-nífico patrimonio para el hombre, rey de la tierra, si su-piera gozar en paz de su dicha!

Subamosa la cumbrede un monte.Un vastohorizontese despliegaalrededorde nosotros,y va a confundirseconel azul pabellóndel cielo; selvassombrías,manida de lasfieras, campos floridos, verdes dehesas,tapizan el globoterrestre.A lo lejos se divisan las esparcidashabitacionesdelos labradores,la quinta deliciosa del rico, la choza del po-bre, el humo de las ciudades:allá se extiendenllanuras re-

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Sobrela Naturaleza,por Virey

gadasde ríos, que arrastranmansamentesus ondasde pla-ta; acá serpeanvegas sinuosas,al pie de sierras colosales,sobrecuyos flancos hacenalto las nubes,y cuya cima estáencapotadade nieves eternas.Al ver las grandesdesigual-dadesde la cortezade nuestroplaneta,el alma se remontahaciaestosantiguosdías,en que los continentesocupabanelfondodel mar,y las elevacionesdel suelo,debidasa la acciónde los volcanesy terremotos,abollonaron la superficie delglobo. Los bancosprodigiososde caracolesy de conchasmarinas,la forma de capashorizontalesquepresentael te-rreno,los eschislos1~ las tierrascalcáreas,las margas,anun-cian la antiguasumersióndel suelo. Bajo estacostrade cie-no, depósitode mares que ya no existen,encontramoslosdespojosde otro mundo; bosquessepultados,osamentasdegrandescuadrúpedos,estampasde animales y plantas detodas especies,son los monumentosde aquellas antiguascatástrofes.Hoy las turbas,el carbón de piedra, los betu-nes, residuos descompuestosy alteradosde las sustanciasorganizadasque lo habitaban,alimentanel fuego subterrá-neo.Los escombrosquehollamosatestiguanlas revolucionesque ha sufrido la tierra; sus vestigiosno desapareceránsinoparahacerlugara otrasrevoluciones.Por acá,el océanoco-rroelos continentes,sumergelos pueblos,trasformalas cum-bres en islas; por allá salen nuevasregiones, como jóvenesNáyades,del senode las ondas;su terreno fangosose con-solida a la luz, y se cubrede una gleba fértil; coloniasdeyerbasy árboles,tropasde cuadrúpedos,reptiles e insectosvienen a tomar posesiónde esta tierra virgen, que se ad-mira de su propia fecundidad. Mas algún día le llegaráotra vez su turno, y volverán a esconderlalas aguas; losmonstruosmarinos visitaránsus palaciosy torres; desapa-receráde la tierra, y la historia de sus habitantes,como la

1 Otros dicen esquistos, y es lo que ios mineralogistas extranjeros llaman

¡chistes, piedras de textura foliácea como pizarras, pero se da particularmenteestenombre a las de naturaleza arcillosa. (NOTA DE BELLO).

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de la Atlántida, será borrada de la memoria del génerohumano.

Si penetramosen lo interior de la tierra, veremoscombinarselos metales,conglutinarselas salesy piedras,ynacer las formas geométricasde los cristales; contempla-remoslas ramificacionesde los veneros metálicos; las co—lumnas trasparentesen que se levantan la esmeralda,eltopacio y el cristal de roca; las capas formadaspor loseschistosy mármoles;y los brillantes gruposcristalinos delos espatos.Veremosal aguaacarrearlas tierrasy filtrarseen manantialesperennes;veremos henderselas rocas engrutasoscuras,y concretarselos jugospedregososen esta-lactitas: oiremosla estrepitosadetonaciónde los efluvios ygases.Más allá, los azufresy piritas enciendenlas hoguerasvolcánicas;sus cráteresvomitan lavas ardientes,y arrojanal cielo una lluvia espesade ceniza,piedrapómez y humo;la tierra se estremeceen torno, y pareceque va a rasgarsehastasu centro: el mar brama,y ve brotar de sus abismosnuevas islas, que alzan sus cabezas fumantes sobre lasondas.

Los reinos vegetal y animal nos presentanotros fe-nómenos.Si en el menor insecto hallamos ojos a propósitopara percibir la luz, un estómagopara digerir, intestinospara extraerel quilo nutricio, miembros provistos de co-yunturas,músculos,y nervios para el movimiento volun-tarjo, órganosmasculinosy femeninosparala conservaciónde la especie,trompa o mandíbulasapropiadasa cadagé-nero de alimento, instinto, costumbres,y una pequeñaporción de inteligencia, como en todoslos otros animales;¿seráposible suponerque unaorganizacióntan primorosaes obra del acaso?Si al travésde nuestrapiel percibiésemosel artificio maravillosode nuestrocuerpo,y los finísimosmuelles de que se compone,nos llenaríamosde pavor, te-miendo hacernospedazosal menor movimiento. ¡Qué dehuesos,vasos, fibras, tendones,membranas!¡Qué de glán-dulas, víscerasy humores! ¡Qué de tejidos diversos! ¡Qué

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de canales, poros, articulaciones y ramificaciones! ¡Quémecanismo,en fin, tan delicado y tan incomprensible!Elmusgo como la palma, el mosquito como la ballena, ¿notienen por venturaórganosdispuestoscon un arte y unaprevisión asombrosa?¿No vemos acción mutua y corres-pondenciaentretodassus partes?

¿No descubrimosiguales relacionesentre cada ser or-ganizadoy las sustanciasque lo rodean?Las raícesestánevidentementeformadasparachupar ios jugos de la tierra;las hojasparaexhalary aspirargases;los pistilos paraem-beber el polen; los estambrespara producirle y lanzarle.En ios animalesla boca, los dientes,los ojos, las orejas, losmiembros,el estómago,los órganossexuales,estánen tanexactay tan necesariarelación con las necesidadesde cadaser, queno pudierantrasladarsea otro alguno,sin un com-pleto trastorno de toda su constitución. Todo está ligadoentresí, cadapartenecesitalas otras. ¿Pudoel acasocons-truir dos máquinascon tan perfectacorrespondencia,quede su comercioresultasenotras máquinasde la mismaes-pecie? ¿Pudoel acasohaber repetido este prodigio en tan-tas y tan varias especiesde animalesy plantas?¿Puesquédiremosde los instintos? ¿De quién aprendieronel castor,la abeja,y la hormiga, la sabiapolítica de sus repúblicas?¿Dequién aprendióla hormiga-león1 a excavarsu tolva enlaarenaparasorprenderenella supresa?¿Dequiénla perdiza contrahacerlacoja, y exponersupropiavida,parasustraersus polluelos a la persecucióndel cazador?¿Quién enseñó

1 Myrmeleon formicarius, Linn. La larva de este insecto tiene seis patitas, ysin embargo anda lentamente, y casi siemr re hacta atrás, por lo cual e es necc-sano valerse de industria para coger otros animales, con que ali-’entarse; loque hace de este modo. Llegada al lugar donde quiere establecerse. pónese aandar hacia atrás, ~escníbicndo líneas cst’irales cada vez m~no~e~,y a~ misrnotiempo se carga la cabeza de arena con una de las patas delanteras, y la avientaa 10 lejos, así forma en d suelo, ‘n e! espacio de m~d!aho~a.o p~comis, unhoyo en forma de embudo, y ocultándose en el fondo, aguarda que caiga unInsecto en estc precipicio; entcnces descargasobre él ccn la cabeza y mandíbulasuna lluvia de arena; atúrdele de este modo, le arrastra a su guarida, y despuésquele ha chupado a su sabor, arroja lejos de si el cadáver. (Cutier). (NOTA DF

BELLO).

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al cocodrilo, abandonadode sus padresdesdeantesde salirdel huevo, el modo de espiara ios otros animales,inmóvily cubierto de cieno,como un tronco podrido? Las manio-bras del menorinsecto,tan hábil desdesu nacimientocomolos individuos que le dieronel ser, la estructuray desarrollode un hongo, bastan para confundir al filósofo, y paraconvencerle de la existencia de una causa infinitamentesabiay poderosa.¡Qué débil es el entendimientohumano,si un gusanillo le abruma!Pero no bastacontar todos losmúsculosy los nerviosde un animal ni pararnosen los re-sultados exteriores de la mecánicaviviente. ¿Quién nosrevelarálos misterios de la vida de una sola fibra? ¿Cómoes capaz la materia de sentir dolor? ¿Cómo puede la vo-lición mover el brazo? ¿Quiéntrasformaeste pan en unacarneanimaday sensible?¿Qué sustancia es aquella que enel animal, quiere,obra, escoge,resuelve?¿Dedóndeemanaeste sentimiento ciego, este impetuoso instinto de amor,que se enciendeen todo lo que respira?¿Quées el arcanoimpenetrablede la generación?Estasmaravillas se renue-van cada instantea nuestravista; la costumbrede verlases lo que nos hace indiferentesa ellas.

Cuando los astrónomosnos muestranen el telescopiolos soles lejanos, y la inmensidad d.e ios cielos, quedamosestupefactosy pasmados,como si viésemosa Dios mismoen la magnificenciade sus obras.Pero si el naturalista va—lido del microscopio, nos hace bajar a otro universo nomenosadmirablepor su pequeñezque el primero por sugrandeza,nos hallamoscomo suspensosentreestosdos abis-mos de lo máximoy lo mínimo de extensióncasi infinita,y de exigüidad apenasperceptible. Newton y Huyghenspruebanla existenciade Dios con soles y mundos;Swam-merdamy Réaumurla demuestranen los mosquitosy gu-sanillos. Intérnenseen el templo de la naturalezalos queniegan una providencia eterna,y la verán velar sobre laproduccióny la vida del más sutil insecto, no menosquesobre la carrera de los astros. ¡Qué mezquinosconceptos

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tenían pues del Ente Supremoaquellos filósofos que noqueríanse ocupaseen desvolverlos pétalosde una flor, oel ala de unamariposa,suponiendoquetales cuidadoseranindignosde un dios? ¿Noeraestorepresentarsela divinidadcomo un rey mortal, que, no pudiendo verlo y abrazarlotodo por si mismo, distribuye sus órdenesa sus ministros,y abandona las menudenciasdel gobierno a mil agentessubalternos,mientrasél, encerradoen los oscurosretretesde su palacio, sólo piensa en disfrutar un ocio exento detoda molestia? Pero la omnipotencia llena el universo, y5U influjo no es mayor sobre un sol, que sobreel más me-nudo grano de arena. Respectodel ser universal, no haygrandezani pequeñezabsoluta;el espíritu de vida colmatodos los espacioscomo todos los tiempos.

Más la naturalezanos ofrece aún otros espectáculos.Veamoscómo las edadesse siguenunasa otras, tendiéndosemutuamentela mano.La infancia, acompañadade travie-sos juegos, y de gracias inocentes,camina ante la juven-tud; ésta, ardiente, presuntuosa,ataviadade belleza y deamor, se precipitaen pos del placer; sucédelela edadma-dura, llena de prudencia,de previsión,y de inquietud cui-dadosa;la vejez en fin, encorvadabajo los años,se arrastratristemente,y con unamanotrémulava a tocara las puer-tas de la muerte,y a pedirle un refugio seguro.Allí acabala granprocesiónde la vida. En vano apartamosla vistadeesta triste perspectivade la existencia, que nos descubrea lo lejos un sepulcro.Todossomosviajerossobrela tierra;los hombres,ios huéspedesde la selva, los habitantesdelaire, las flores del campo.Algún día es menesterque resti-tuyamosnuestrocuerpoa los elementos,desechándoleco-mo un viejo ropaje, y que nuestraalma vuelva a la divi-nidad, de que emana.

La muerte es, por decirlo así, una vida sorday oculta,unapausade la naturalezafatigada, un sueñoaparentedela materia.La naturalezaanimadaes un torbellino inmen-so, en que la materia organizada circula sin cesar, y no

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sube a la cumbre de la vida sino para bajar otra vez alprofundo de la muerte; porqueno sólo es éstael resultadonecesariode aquélla,sino su cuna, suapoyoy sustento.Lasmáquinasorganizadasno puedenrepararsesino con frag-mentos de órganos.Los animalesque devoramosse trans-forman en nuestrapropia carne; cuandomuramosnoso-tros, nuestroscuerpossuministraránalimentosa otros en-tes. Somosinmolados a las generacionesfuturas, como lasgeneracionespasadaslo fueron a nosotros, pues estamoscompuestos de sus despojos.

La multiplicación de los entessupone,pues,su destruc-ción: ambasentraronen el plan de la naturaleza.Si nadahubieselimitado la fecundidaden el pez o el insecto, quepulula pormillares, o en el árboly la yerba,quederramancon tanta prodigalidadsu semilla,el globo se vería prestoenjambradode criaturas,queno podríanvivir, porque nopodrían destruirsemutuamentepara alimentarseunas deotras.Así cuantomásdébil y perecederoes un ser, más fe-cundo lo ha hecho la naturaleza; tales son ios animalejosy yerbazuelasque hollamos,y queen el sistemadel mundoestándestinadosparapasto diario de las especiesrobustas.De estemodo se estableceuna jerarquía natural entre losseresvivientes. La tierra o suelo es la comúnmatriz de quehangerminadotodaslas produccionesvegetalesy sensitivas.Los hongos, algas, líquenes y musgos, son como la po-bjación primitiva, los colonos que preparan el terreno:vienen luego las plantas cereales,comparablesa los labra-dores,y traséstaslas yerbasde flores brillantes,las liliáceas,‘las labiadas,las jazmíneas;sucesivamentese elevan los ár-boles, noblezaorgullosa,magnatesdel reino vegetal; y enmedio de éstos descuellan las altas cabezasde las palmas,coronadasde hojas y de racimos,como princesasy reinasdelas innumerablesnacionesde plantasy de flores. Los ani-males herbívoros, apareciendoahora, refrenan la lozaníay exuberanciavegetal; unos desentierranlas raíces, otrosse regalanconlos cogollosy hojas; los másdelicadosse man—

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tienende la fruta y semilla.El reino de las flores, indefensoy mudo,hubierasido taladopor un númeroincalculabledelegionesdevastadoras,si la naturalezano hubieracriado alos animales carniceros, para comprimir la superabundanciade los herbívoros.Mas a su vez aquellos pacíficos habi-tantesdel campohubieransido exterminadospor las tribussanguinarias,si el hombreno viniese el último de todos aestablecerel equilibrio general, atacandosucesivamenteacada una de las especiessuperabundantesy dañinas. Enefectovivimos igualmentede animalesy vegetales;destrui-mos a los cruelescarnívorospor rivalidad, y hacemosgra-vitar la destrucciónsobre las plantasy sobre los animalesquese nutren de éstas,los cualesaventajanen fecundidada los otros. Pero tal vez la naturalezahubiera tenido quearrepentirsede su indulgencia, dejando crecersin límitesnuestrasupremacíaen detrimento de las demás especies.Tal vez las hambresy las pestesforman un contrapesoenel sistemadel mundo, y hacennuestro despotismomenosgravea la tierra. ¿Quédigo? El hombremismo tiene cui-dado de destruir al hombre, y de vengarcon sus propiosfurores sus atentadoscontra la naturaleza;su sangrefer-tiliza las campiñasque suambiciónha desolado,y su cadá-ver alimentaa los buitres y fieras, con quienescompiteencrueldad.

¿Estajerarquía no es, pues,otra cosa que una guerraperpetuade todoslos serescontra todos los seres,desdelaarañaque devorala mosca,hastael león, queclava sus ga-rras en el cuadrúpedo,hasta el águila, que despedazalapaloma, y el tiburón, queen las ondas cazaa los tími&ospeces?Todo es lucha y querella, todos subsistende depre-daciones.El derechoterriblede la fuerzaes la más antiguale las leyesy el ministro de la necesidad,gobernadoradeluniverso.

¿Conqueesta naturalezabenéfica, esta madre tier-na que alimentade suspechosa todoslos seres,queempleaen ellos un cuidadoy una previsión tan afectuosa,no lo

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hace sino parainmolarlos despuésa otros seres,a quieneshainspiradoun instinto atroz de sangrey de carnicería?Elladice al tigre: “ve a devorar al corderillo inocente: te doydientesy garrasparaquelo descuarticesvivo; tú te llenarásde unahorribledelicia al desmenuzarsuscarnespalpitantesyal arrancarleel corazón”.¿Así,pues,la naturalezano formóestasmansasy pacíficas criaturas,sino para que termina-sen tan dolorosamentela breve carrera de su existencia?¡Qué lección parael hombre,y québien ha sabidoaprove-charsede ella, auncontrasus semejantes!

Pero estasrigorosas leyes eran necesarias,pues ningúnentepodíasubsistirsin alimentarsede otros,ni gozar de lavida sin pagartributo a la muerte.Y pues todocuantovivedebeexperimentarestedestino,el tiempo que tocaensuer-te a cadaviviente es de pocaimportanciaen el plan de lanaturaleza.Se da la muertey se recibe,como se da y se re-cibe la vida; aquéllaes el precionecesariode ésta.Así todose eslabonay circula. Si el tigre mataal cordero, a éi tam-bién le llegará su turno de perecer,víctima de las iras deotrosanimales,o carcomidopor la vejez enojosa.El ser quepadecees el único que puedegozar; la sensibilidades unaprendaquenoshaceigualmenteaccesiblesal placery al do-lor; y la beneficenciade la naturalezaresplandeceen laliberalidad con que ha derramadola salud, la esperanzayla alegría.

Cadaviviente está coordinadopara los otros vivientesy cadaespecieparalos climas, elementosy estacionesen queexiste. El camello está en relación con los áridos desiertosque la naturalezale asignópor morada.Es sobrio, y susfaucescallosasse conformaronparalas yerbassaladasy es-pinosasque huella. Tiene cuatroestómagos,como los otrosrumiantesy ademásuna bolsa donde carga el agua, conque templala sed en el abrasadoSahara.Sus anchosy es-ponjadospies se apoyansobrela arenasin dolor ni fatiga;los callosdel pechoy de las rodillas le sirvencomo de cojinescuandose recuestaen la tierra. ¿Por qué ios animales del

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norte se cubrenen invierno de un vellón espeso,y las plan-tas mismasde los monteselevadosse acercanunasa otras, seapiñan,y se cubrende vello, comopara abrigarsedel frío?¿Por qué están vestidos de plumas hasta la punta losdedosdel lagópode1 y de las otrasaves quecorren sobre lanieve?¿Porquénaceel gusanode sedaprecisamentecuandoestá desarrolladala hoja que ha de sustentarle?De estamaneraha queridola naturalezarepartir el globo entresuscriaturas: cada cual de ellas ha recibido su herenciay supatrimonio. Los tarandos2 y los abetoseligieron su moradacerca de los hielos polares,el león y la palma bajo la zonatórrida, la ballenay las algasen el océano,el topo y la cria-dilla bajo la tierra, la gencianade doradasflores, el ligeroíbice~,el águila de pardoplumaje,en las cumbres,el brezoy la cabraen las colinas áridas, el junco y la garza en losmarjales. Así se pobló nuestroglobo, que ufano con estavistosacomparsade habitantespareceahora pavonearsedelsol.

¡Quésublimey majestuosaeres,oh naturalezaviviente!¡Cómo brillas en la primavera,llena de fecundidady gra-cia! ¡Qué ataviadate levantasen tus díasde gloria, cuandoabres los ojos paraver a tu esposo,que ahuyentalas som-brasde la noche,y enciendelas primerasllamasde la auroraen el oriente! Entonceslos árbolesde la selva,elevandosusramashacia el padrede la luz, como que quierenabrazara los cielos; y las mieses agitan sus olas de oro al apaciblesoplo del aura. En el huecode unaroca solitaria, la palomasuspirade amor; y la armoniosacurruca‘~, paradasobrela

1 Tetrao lago~usllamado también perdiz de los Pirineos. (NOTA DE BELLO).2 Renne; cervus tarandus; animal célebre por el uso que hacen de él los la-

pones, que le emplean para cargar y tirar, se alimentan de su leche y carne, sevisten con su pie!. (NOTA DE BELLO).

3 Capra ibex, Linn. (NOTA DE BELLO).

~ Este nombre conviene a varias especiesdel género Motacilla de Linn.; aquíse habla de la Mot. orphea, pajarillo de un canto muy agradable, y de plumajea trechos blanco y ceniciento. La Academia Española dice que el cuclillo pone sushuevos en el nido de esta avecita, lo cual es verdad, pero ni es la sola a quienjuega esta pieza el cuclillo, ni le correspondede modo alguno el nombre latinoNoctua, que le da la Academia. (NOTA DE BELLO).

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zarzarrosa1, entonael himno de la mañana.Lasnutrias,sa-liendo de entrelos juncosde un lago, traenpececillosa sutierna familia; y la veloz rupicabrase saboreacon la fresade los Alpes. El narcisose inc~inasobre el espejo de lasaguasvivas: ranúnculosy cañas,hijos de las ninfas de lafuente, enlazansus tallos fraternales.De la cima de unaroca se despeñaunavertientecristalina,que, rompiendosusbulliciosas ondas en la tierra, alza borbollonesde rizadasespumas;luego serpenteafugitiva por el prado,y fatigadaal fin, se adormecea la sombrade los melancólicossauces.Los nenúfareslevantansus amarillas rosassobre las aguasparafecundarse;y la húmedariberaengendrauna inquietanubede efímerosinsectos,que,batiendosus alitas de gasa,en que se pintan los coloresdel iris, vaganen buscade susamadas.Sobrela pardaloma de las colinas,se columpianalviento las anémonasy clavelessilvestres; las azules floresde la pervinca2 alfombranlas piedras,y la viña, abrumadacon el peso de sus purpúreosracimos,busca el apoyo delarbustovecino, a semejanzade una esposaencinta,que sesostienesobreel brazode sujoven esposo.Más allá el robleañoso,patriarca del bosque,el cedro, cuyas ramasformanandamiosde verdura, el serbal cargadode rojos racimos,mil formasdiversasde árboles,entoldanla faldadel monte,y ofrecenuna guarida a los brutos. Allí mora el esbeltocorzo, y el jabalí erizadode cerdas;allí el cervatillo reciénnacido cuelgadel pezónde la madre,y el mico trepasobreel troncocarcomido;el tordo vocingleroseembriagade uva,el paroy la motacilla~construyensusindustriososnidos,yel gavilánhendiendoel aire, asustacon sudísonogrito a lospajarillos cantores.Entretantolos entumidosreptiles des-piertan; los peces, cubiertosde argentadascorazassaltanen las ondas;el tiernopimpollo se hincha,y deja asomarelsenotímido de la rosa; todose arreade sus más ricas galas

1 Flor del escaramujo, Rosa canina. Linn. (NOTA DE BELLO).

2 Vinca mejor et minor, Lino. (NOTA DE BELLO).

3 Parus pendulinus, y Mot. Sutoria. (NOTA DE Bui.w).

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paraestafiestanupcialde la naturaleza.¡Quéde generacio-nesrejuvenecenla faz del mundo! ¡Quéde materiase orga-niza! ¡Oh amor, fuentede la vida! Tú hermoseasel aire querespiro, las olas que oigo bramar a lo lejos, y la tierra quehuello: yo te encuentroen la cima de los montes,en losvergelesdel valle, y a la sombrade la hojosafloresta; por tilas grietas de las rocas se coronande flores; tú conviertesen melodiososconciertosel silencio del bosque.Mas en losclimas ardienteses dondela naturalezahace alardede todasu magnificencia. ¡Qué de inagotablesproduccionesbajoel cielo de los trópicos, y qué tristespáramosen las regio-nes polares!

Cuandola nochetiende su oscuro velo sobre la tierra,y el silencio, bajandode las estrellas,derramaun blandole-targo sobre los animalesy las plantas,el naturalistacon-templativo,quemeditaen la soledad,oyeel graznidofúne-bre del buho; el tronco cavernosode las encinasparecere-petir los sordos murmurios de ios espíritus,el rumor delos tiempos que fueron; los animalesnocturnos salen en-tonces de sus manidas;el murciélagorevolotea; los pene-trantesojos del lince resplandecenen la oscuridad;el ano-u 1 subaen las ramas; tropas de cangrejossubendel senode los mares,y vienen a pastarpor la playa.Al travésde losnegrosabetos,la lunase refleja en las peñas,quebañadasdesupálida lumbre,semejanfantasmasde la noche.Musgosaspiedras repiten los gemidosde la fuente; las amapolasre-clinan sus cabezasbermejas.La tierra enmudece;los vien-tos duermen;ya sólo se oye a lo lejos la flauta quejumbrosade los pastores.

¡Cuántasotras escenasse nos presentanbajo diversosclimas! Ved esos yermos abrasadosdel África, esosmaresde arenadesnuda,en queel viajero sedientosuspiraenvanopor la sombradel bosque,y por el cristal de la fuente.Acá

1 Lagartos de América, de que Cuvier ha formado su género eno!tus;

representan en el Nuevo Mundo los camaleonesdel Antiguo, a quien exceden en lafacilidad de mudar colcres; y la mayor parte tienen una gran papera o coto,que se les bincha y pone de color rojo, cuando están irritados. (NoTA DE Buu.o).

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y allá unapalmasolitaria balanzaen el aire su pardofuste,y frondosocapitel de verdura.La cebraha fijado aquí sudomicilio; ignorando el freno del jinete y la prisión delestabloviaja en numerosastropas,y afeita a su arbitrio layerbasaladade estao de aquellacolina.

El avestruzconfíasus huevosal sol; y corriendoconlasalas abiertas,desaparecea la vista del cazador,que le persi-gue a caballo. Entre los corpulentosjuncos de un marjal,se revuelcael rinoceronteen el fango, hendiendoa corna-daslosarbustosde quese alimenta,henchiendode susclamo-resel desierto.Jaspeadasserpientesarrastransuvasto volu-men, imprimiendo dilatadossurcos en el lodo; sus ojos en-cendidos,la babavenenosaqueescupen,su infecto aliento,las hacenobjetosde horror a todanaturalezaanimada.Es-condidasbajola yerbaal pie de la acacia,acechansu presa,y cuandola tímidagacelaviene a templar la seden el arroyovecino, se lanza el reptil de repente,la envuelvede sus ro-bustasroscas,le quebrantalos huesos,y abriendosus pavoro-sas fauceslaengullepoco a poco, y la sepultacasienter.aensu vientre. El león tendido el cuello, la melena erizada,seazotalos flancos con la cola, estremecelos peñascoscon suronco rugido, y atemorizaa todoslos habitantesde la selva.El rey de las fieras atacaalguna vez al cocodrilo; con lasfauces abiertas,los ojos inflamados,la garraextendida,estereptil aguardadenodadamentea su terrible adversario,quemidiendola distancia,se arroja sobreél de un saltoy a pesarde las durasescamasde queestáguarnecido,le abrede unadentelladala piel. El fiero reptil da un grito espantoso,yespumajeandode rabia,seesfuerzaa despedazarcon susuñasal león, que,superioren agilidad, le fatiga. La tierra se en-sangrienta;el clamor de los combatientesse oye a distancia,y la victoria permanecelargo tiempoindecisa;hastaqueporfin el león postraa suporfiadoenemigo,y desgarrándolelasentrañas,se saciade venganzay de sangre.

¿Peroquévoz desconocidaes la quellama a las avesvia-jerasa los climas templadosde Europa?No bien terminael

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invierno, cuandoabandonanen bandadaslas orillas del Áfri—ca. Encomendándoseal viento, pasanal otro lado del mar,visitan los reinos de la tierra, y posandosobreel suelo queles brinda hospedaje, le saludan con cánticos amorosos.Allí encuentranfestinespreparadospor la mano de la na-turaleza; allí reconocenlos campospaternos,en que des-plegaronpor la primera vez las alas. La oropéndola1 hallasuolmo; el ruiseñorsu enramada;cadacual forma alianzasnuevasy se preparanuevosplaceres.Perocumplidala leyde la naturaleza,apenasel destempladocierzo anuncia lavuelta de las heladas,cuando cadaespeciecongregasu fa-milia paraconducirla a regionesmásprósperas.¿Quémanotraza entoncesa la cigüeña,y a la grulla, su caminoporlos espaciosaéreos?¿Quiénda la señal de la partida a lagolondrina, queva en buscade los paísesbenignosdel sur;o enseñaa los gansossilvestres a cruzar la atmósferaenfalangestriangulares?

La naturalezaes la madre universalde los seres; a nin-guno olvida; a ninguno deja sin recursos;a todos ha dadoinstintosy fuerzasconquesobrevivira susnecesidades.Con-templadese humilde escarabajo,le veréisprovistode cuantoha menester.Naturalezale guarnecióde espaldares,braza-letes y grebas;armóle,por decirlo así, de puntaen blanco:diole alas,pies veloces,y ojos de mil faces, para buscarsualimento, y precaverde todos lados las asechanzasde susenemigos.Cual insectolleva mandíbulasafiladas, cuál unaceradopico; éste una penetrantedaga,esotroun aguijónponzoñoso.Su teatro es limitado y oscuro, pero suficien-te a su destino. ¿Cuántono podríamosdecir aquí de lamágicametamorfosis,en quede la suciaorugasalela galanamariposa,que cubierta de oro y pedrería,descogesus alasal sol? ¿Delas especiesque,en las sabanasy colinas de Amé-rica, esparcenuna vislumbre fosfórica, y atravesandolastinieblas,sacudensus antorchasnupciales?¿Deaquellasra-

1 Oriolus galbula, Linn. (NOTA DE BELLO).

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zas músicas,que regocijanel aire, festejandosus amoresalsonde invisibles cítarasy tamboriles?¿Deaquelloscínifes’,ministros y confidentesde las flores, que llevan al pistilolejano el polvillo fecundadordel estambre?¿De aquellasinfatigables sociedadesde eunucos2 que vigilan con el

mayor celo y ternurasobrela educaciónde la especie,y sindisfrutar los solacesdel amor se echansobresí todas las so-licitudes y afanesde la maternidad?

Perono olvidemosla magníficaescenadel Nuevo Mun-do, aquellascordilleras agigantadas,aquellosríos inmensos,que arrastrandosus tumultuosasaguas,van a blanquearelocéano.A su margense extiendenbosquesdilatados,entre-tejidos de bejucos,quecolgandode los árboles,comode loscables y cuerdasde una nave, forman verdes bóvedasytoldos floridos impenetrablesa los rayos del sol. Allí du-ranteel ardor del mediodía,vienen a refugiarselos guaca-mayos~, los brillantes chupaflores~,las paraulatas,remen-dadoras~, los merlos de melodiosavoz; mil enjambresdeinsectoszumbancercade las lagunasy ciénagas,enquevana bañarselas dantas6 y báquiras ‘l~ El caimán se arrastralentamentea las orillas de los grandesríos, y el crótalo8

1 Insectosdel génerocyni~sde Linn. (NOTA DE BELLO).

2 Sabido es que en muchas especies de abejas, avispas, hormigas y otrosinsectos sociales, hay no sóio machos, y hembras, sino individuos neutros yestériles, que son los que principal o enteramente están encargados de los tra-bajos relativos al albergue y manutención de la sociedad, y a la crianza de laprole. En las abejas las hembras se llaman reinas, los machos zánganos, y lasobreras estériles son las abejas comunes, que forman casi toda la población dela colmena. (NOTA DE BELLO).

3 Así se llaman las mayores especies del género Psitacus, y las de más her-mosos colores; propias de la América equinoccial. (NOTA DE BELLO).

~ Bellísimos pájaros del género Trochi!us. Linn., célebres por el resplandormetálico de sus plumas, y por su modo de volar, como interrumpido, equilibrándosea menudo en el aire. (NOTA DE BELLO).

~ Turd~spo!ygtottus, Linn. (NOTA DE BELLO).6 Tapir americanus,Linn. (NOTA DE BELLO).

~ Dicotyles Torquatus, y Dic. labiatus, Cuvier, confundidos por Linneo bajo ladenominación de Sus Tajassu; animalesparecidosal cochino, sin cola, y con orificioglanduloso en la espalda, del cual sale un humor fétido. (NOTA DE BELLO).

8 Culebra de cascabel. (NOTA DE BELLO).

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Sobre la Naturaleza, por Virey

agita el cascabelde su cola entre las gramas;mientras elcóndor1 y el zamuro2 levantanel vuelo sobre la regiónde las nubes,y respiran,como el guanaco,y la vicuña, elairepuro de las cumbresnevadas.

¡Quiénpudieramostrar a los habitantesde las ciudadestodoslos atractivos,todaslas graciasde estanaturalezasil-vestre, todas las dulzurasde la meditaciónsolitaria, todoslos pensamientosque vienen a ocupar y embelesardulce-mente la imaginaciónen medio de estospáramos,de estasmontañas,de estosprecipicios, de estosbosquescontempo-ráneosde la creación,de estapasmosavariedadde animalesy plantas,de estasucesiónde tiemposy de mundos,quere-flejadosenel espíritu,parecentrasportarlea los límites deluniverso,y hacerleco-existir con todos los siglos! ¡Quiénpudiera bosquejarlesdignamente la majestad del océano,las pompasdel ecuador,y el bordadoropaje de la primave-ra! Pero es en vano quererexcitar con palabraslos senti-mientosque estasbellezas inmortalesinspiran. La natura-lezahabla al corazón;ella quisierarestituir nuestrasalmasa aquelestadode dichay de inocencia,quehemosperdidoen el vano estrépitodel mundo. ¡Venturosomil veceselque lejos de tantosvaivenesy tumultos,puedeen la oscu-ridad y el sosiego,dedicarsea estudiarsus maravillas! Satis-fecho con la medianíade su fortuna, prefiere la rocaanti-guay la fuentemusgosaa los altivos palaciosde los grandes,en quereinanla envidia, la disimulación,y los cuidadosde-voradores.Suvergel le ofreceauraspuras, frescasombra,ysaludablesalimentos,ni mendigadosde la mesadel rico, nirobadosa los sudoresdel pobre.Feliz en su independencia,se compadecedel insensato,quecorre ahundirseen las tor-mentasdel mundo,y no recoge,en recompensade sus afa-nes,sino desazóny amargura.Abandonandoa otros la ca-rrera de la ambición,se ríe del humoy vanidadde las gran—

1 Vultur Gryphus, Linn. (NOTA DE BELLO).2 Y.’ aura, Linn. (NOTA DE BELLO).

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dezashumanas,tantasvecescompradascon humillación eignominia. ¡Oh simple naturaleza,reposode los corazonesinocentes! ¡Oh grandeespíritudel universo! ¿Cuándoserá,que puedaelevarmea la luz de todaverdad,y contemplardesdelo alto, como remolinos de poivo, las frívolas agita-cionesde la tierra?Susurrossolitarios, flores de los desiertos,vagabundastribus de animales,apaciblesy encantadaspra-deras,entre vosotroses dondeyo buscaréen la tardede mivida, las meditacionesdeliciosasde la paz y de la satisfac-ción interior. Y cuandollegue mi última hora, no aspiraréa funeralessuntuosos;campestreshelechoscubriránmi se-pulcro. A él descenderé,contentocon mi humilde destino;mi existenciaterrenase disiparáen la naturaleza,como elvapor en los aires; y mi alma volverá a la fuentesupremadel ser.

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XII

PALMAS AMERICANAS*

* Este artículo firmado con las inkiales A. B., se publicó en La Biblioteca

Americana, 1, Londres 1823, pp. 129-137. Se incluyó en O. C. XIV pp.177-185. (COMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Las palmas’ constituyen una familia de plantas quecrecenpor la mayorparteentrelos trópicos,y sonde gran-de importancia para los habitantesde aquellasregiones,aquienessuministranalimento,vestido,habitacióny muchasotras comodidades,casi sin trabajo alguno. Ocupan,pues,las palmasuno de los primeroslugaresentre las produccio-nes vegetales;pero desgraciadamenteforman uno de losórdenesmenosconocidos,ya porquees difícil a los viajeroshallarlas a un mismo tiempo en flor y en fruto, ya por sualtura quehace incómodaslas observaciones.Nosotros de-dicaremosuna atenciónparticular a esta bella familia. Nosproponemosdesdeluego insertaren nuestro periódico lomásnotable que acercade las palmasamericanaspodamosrecogeren las obrasde los botánicosy viajeros; y suplica-mos a nuestroscompatriotas(entrequienescuentamuchosapasionadosel estudiode las plantas) que nos proporcio-nen añadir a ello sus observaciones.En este artículo, des-puésde dar una idea generalde la familia, nos limitaremosal ceroxylonandicola, o palmade la cera,quees unade lasmáshermosase interesantes.

El tallo o tronco de las palmas (que ios botánicoslla-man caudex) es simple; lo cubre una corteza,compuestade escamas,formadaspor la basede las hojas que caen; yno aumentade grueso,como el de ios otros árboles,por lasobreposiciónde capasanuales.Cadahojaes formadaporunaprolongación de las fibras leñosas y de la sustancia celular

1 La primera parte de este artículo es del Nuevo Diccionario a’e Historia

Natural (París, 1816-19), lo concerniente al ceroxylon se debe a los ilustres viajerosHumboldt y Bonpland. (Piantes équinoxiales). (NOTA DE BELLO).

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del tallo, como es fácil verlo, aun despuésquecae la hoja,en la parte del pecíolo que queda. Por consiguiente, lo quele hacecrecerson las hojasque da a luz anualmente.Comoéstassalen del centro, empujanlas hojas precedenteshaciafuera; de aquí resulta ser más compactala sustanciadeltallo hacia la circunferencia. Su densidad se aumenta hastaque llega el caso de no poder cedermás al empuje de laspartes internas. Llegado a este punto, cesa de engrosar.(Daubenton).

El tallo de unapalmano es igualmentegruesoen todasulongitud; las desigualdadesnacendel máso menosalimentoquerecibeelvegetal.Trasplántese,por ejemplo,unapalmajoven de un suelo árido a otro fértil; las fibras del nuevocogollo seránmásjugosasy rollizas que las anteriores,y eltallo engrosaráen estaparte, mientraslo restanteconser-vará el volumenque tenía. Si por un accidentecontrariose disminuyeel vigor de la vegetación,los nuevoscogollosseránmásdelgadosy endeblesquelos antiguos.La cortezade las palmases diferentísimade la de los otros árboles,por-queno es más que unaexpansiónde las fibras de la basedelos pecíolos,que,extendiéndosea derechae izquierda,for-man otras tantas redes,cuyas mallas varían de dimensio-nes y figura en cadaespecie.Estasredesson imbricadas,esdecir, quese cobijanunasa otras,comolas tejas; no adhie-ren entresí; y cadacual se componede tres láminasdistin-tas. Las fibras no estánentretejidas;masse unen por fila-mentoscapilares,quevan de unas a otras. Finalmente,estacobijadel tallo se destruyecon el tiempo, de maneraquenose debemirar como unaverdaderacorteza. (Desfontaines).

Las hojas de las palmas,que algunos botánicosllamanfrondes,y el vulgo ramas,son o palmadaso pinnadas,estoes, o las hojuelasestánreunidasa la extremidaddel pecíolocomún, como los dedosde la mano,o dispuestasa un ladoy otro del pecíolo, como las barbillas de una pluma. Elnúmerode las hojas es constanteen cadaindividuo, porquelas nuevasse desarrollanamedida que las viejas se secany

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caen.Las hojuelassuelenestardobladasen todasulongitud;y sus nerviosson longitudinales,como en la mayor partede las plantasmonocotiledóneas.

En rigor, las palmascarecende tallo; la parte a que seda estenombre,y que se eleva a vecesa másde 100 o hOpies, sóloes unaprolongacióndel cuellode la raíz: de que sesigue que sushojas son verdaderamenteradicales.De aquílo simple de estepretendidotallo, que rarísimavez bracea,y muere desdeque le cortan el penachode hojas que lotermina.

Las flores son por lo común pequeñas,amarillentasoverduscas;y su conjunto,sostenidopor un pedúnculoco-mún en forma de panojao racimo, se llama es~adixen bo-tánica.Losespádicesnacende lossobacosde lashojas,y antesde la inflorescenciaestánenvueltosen espatascoriáceasdeunao dospiezas.Ademásde la espatauniversal,suelehaberotras parciales,queenvuelven separadamentelas divisioneso ramosprincipalesde un espádiz.Las flores son dioicas omonoicas;en esteúltimo caso,las de unoy otro sexo estánreunidasen un mismo espádiz,o separadasen espádicesdis-tintos. En las flores de cadasexo,se observanlos rudimentosdel sexo que falta, lo cual muestraque las palmassólo sonmonoicas o dioicas por el aborto de ciertos órganos.Losespádicesmachos tienen rarísima vez flores hembras; iosespádiceshembras, al contrario, rematan frecuentementeen flores masculinas;en los que tienenflores de ambossexos,las femeninasocupande ordinario la parte inferior.

El polen (del dátil) contiene, según Fourcroy, grancantidadde ácidomálico,fosfatosde cal y magnesia,materiaanimal, que,precipitadapor la infusión de agallas,presentalas propiedadesde la gelatina,y unasustanciapulverulenta,cubierta por las antecedentes,insolubleen el agua,suscep-tible de convertirseen un jabón amoniacalpor la putre-facción, y en una palabra, análogaal gluten o albumenseco.

Los caracteresgeneralesde la fructificación puedenex-

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presarseasí: cáliz persistentede unao tres piezas; corola(que Jussieuconsideracomo un cáliz interno) ya mono-pétalade tresdivisiones;ya tripétala; estambres,de ordina-rio seis, insertosa la basede las divisionesde la corola; polencompuestode granitos ovoides amarillentos, trasparentes;estilos uno o tres; estigmasimple o trífido; ovario a vecesúnico, a menudotriple, de unao tresceldas,dos de las cua-les frecuentementeabortan; baya o drupa, de una o tressemillas huesosas,cuyo embrión es pequeñísimo,y unasveces está a la base, otras a un lado, otras en la parte superiorde un perispermogrande,al principio blando,luego sólido,el cual encierraun licor agradableal gusto.El huesosueletener dos o trescavidadeso agujerillos por dondegerminael embrión.

Divídense las palmas en cuatro secciones: l~ las deflores hermafroditas;2~las de flores polígamas; 3~las deflores monoicas,que es sin comparaciónla más numerosa;y

4a las de flores dioicas.El ceroxylonpertenecea la segun-da sección.

Ceroxyton.

Polygamiamonoecia,Linn. Palinae, Jussieu.

Caráctergenérico.

Hábito: tallo simple,hojas pinnadas,espádizen panoja.Inflorescencia: las espatassuperiores contienen flores

masculinasy hermafroditas;las inferiores,femeninas.Flores: cáliz doble, el exteriorpequeño,trífido, el inte-

rior mucho más grande,de tres piezaspetaloides,agudas:estambres,en las flores femeninas,ningunos; en las otras,12 a 14, insertosen el fondo del cáliz interior, con fila-mentoscortisimos,y anteraslineares: pistilo, en las floresmasculinasreducido a un rudimento; en las otras, estiloninguno, tres estigmas;el ovario, imperfecto en las flores

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hermafroditas;en las femeninas,pasaa drupa unilocular,con nuez globosa,monosperma,imperforada, y embriónsublateralbasilar.

Especie: Ceroxylon andicola.

Palma altísima, inerme, tallo incrustadode cera exte-riormenteendurecida,la faz inferior de las hojuelascubier-ta de un polvillo sutil argentado,la superior lisa y verde,espatade una pieza,espádizramosísimo.

La palmade la cera (diceM. Bonplanden unamemorialeídaa la primeraclasedel Institutoel 14 brumarioaño13)no sólo es notablepor haberestadodesconocidahastaaho-ra, sino por sulocalidad, la altura a quese elevasu copaenlos aires, el productosingular que ofrece, y los usos a quepuede aplicarse.Este producto, que ha dado motivo a sunombrevulgar, es también lo que nos ha hecho llamarlaceroxylon, de keros cera, y xyion, leño.

La montañade Quindiu,en quecreceestapalma,formaaquellaparteempinadade los Andes, que separalos vallesdel Magdalenay del Cauca, y que situada a los 4°3 ~‘ delatitud boreal,se componede granitoy de eschistomicáceo,quesostienenalgunasformacionesaisladasde rocastrapeas.Entrelas cumbresnevadasde Tolima, SanJuany Quindiu,es dondese halla principalmenteel ceroxylon, lugaressil-vestresy escarpadosa que no llegaron las investigacione;del sabio Mutis.

La elevaciónde estapalma sobreel nivel del mar pre-sentaen la geografíade las plantasun curioso fenómeno;porqueen general las palmasno crecen,entre los trópicos,sino hasta974 metroso 500 toesas,de altura,manteniéndosea considerabledistancia del límite de las nieves eternas;pero la palmade la cera forma unabien raraexcepcióndeestaley de la naturaleza,puesesquivandolas llanurasy tie-rras bajas,empiezaa mostrarsea la altura de 1750 metros,o 900 toesas,quees igual a la de lacumbredelPuy deDome,

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o a la del pasodel MonteCenis.Parece,pues,queno conge-nia conellalaardientetemperaturadelos llanosecuatoriales.Su límite inferior es másaltoqueelde laquina, puesmuchasespeciesde éstadesciendenhasta800 metros,y ocupanunafaja o zonade 600 toesasde altura. Hemosobservadoqueeiceroxylon creceabundantementehasta1,450 toesassobreelnivel del mar, distando, por consiguiente,400 toesasdeaquellaregiónen queel suelo se cubrealgunasvecesdenie-ve. Hemos visto individuos hasta los 17°del termómetrocentígrado;y el término medio de la temperaturaen quevegetaparecesera lo sumode 19°a 200, 17°menosque latemperaturade que necesitanlas otras palmas.No es,pues,imposiblequeestepreciosovegetalse dieseen lo másaustralde Europa,dondeel termómetrorara vez baja al punto dela congelación,y creceabundantementela palmadel dátil.

Al modo quela Myristica 1 en Asia, el caryocar amyg-dalinum 2 y la dionoea muscipula3 en América sóloocupanpequeñasporcionesdel globo, la naturalezaparecehaber destinadoal ceroxylon un terreno que no pasa deveinte leguas.Hemos recorrido por tres años la cordillerade los Andes,y no hemoshalladoni un solopie de estapalmaen el hemisferioaustral, a pesarde haberdirigido nuestrasindagacionesa parajesigualmenteelevados.Los indios sólola conocencercade las Guaduas(poblaciónal sur de Bogo-tá) y en la montañade Quindiu,entreios 4°y 5°de latitudboreal, no obstanteque su porte y su utilidad llaman laatencióndel vulgo.

Lleva drupasde media pulgadade diámetro, y. que almadurarpurpurean; que es cuando la corteza toma unsabor ligeramente azucarado,de que gustan mucho los

1 Género de árboles que ccmprende al de la nuez moscada, propio de las

Molucas. (NOTA DE BELLO).2 Grande árbol de la Guayanaholandesaque da una gruesa nuez con cuatro

almendras buenas de comer, cuyo aceite se extrae para usos dcmésticos.No es laalmendrodel Orinoco (Bertholletia excelsa). (NOTA DE BELLO).

~ ¿Quién no tiene noticia de este curiosísimo vegetal, cuyas flores dotadasde una maravillosa irritabilidad prenden al insecto que las pica? Encuéntrascs6loen un cantón de la Carolina de pocas leguas cuadradas, cerca de la ciudad deWilmington. (NOTA DE BELLO).

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pájarosy ardillas. La almendra, o meollo que es durísi—mo, tiene la trasparencia del cuerno, y encierra el embriónen unapequeñacavidad lateral hacia la base.Cúbrenladoscortezas:la una color de moho, crasa,venosa,que se des-prendepor si misma; la otra mucho más adherente,decolor acanelado,sutilísima.

Entre la multitud de palmasque hemosobservadodu-rantecinco añosde residenciaen América, ningunacierta-menteexcedeen la estaturaal ceroxylonandicola, quecar-ga su macetade hojas a 160 y aún a 180 pies de altura,cadauna de las cualestiene de 6 a 7 metrosde largo. Es,por consiguiente,uno de los vegetalesmás agigantadosquese conocen.Plinio refiere que en el anfiteatro de Nerónhabíaentre otras una viga de alerce de 120 pies de largo:y M. Labillardiéreen su Viaje en buscade La Peyrouseha-bla de enormeseucaliptos1 que observóen el cabode Die-men,y de quelosmáscorpulentosapenasllegabana 150 pies;nuestrapalmase levantaa diez metrosmás (doce varas).

Sus raícesson fibrosas,y de ellas el nabo o raíz prin-cipal es más rollizo que el tronco mismo de la palma; éstees abombadoen el medio, perpendicular;su diámetro,pocomás o menos,de cuatrodecímetros.En toda su longitud,presentaanillos formados por la caída de las hojas; y losespaciosintermedios,amarillos y lisos, estánbarnizadosdeunamistura de resmay cera,que haceunacapa de 5 a 6milímetros de espesor(2’/2 a 3 líneas). Los naturalestie-nenestasustanciapor cerapura, y la fundencon unater-cera parte de sebopara hacercirios y bujías, cuyo uso estan agradablecomo vario. Resultade la análisis hechaporel señorVauquelin,que esteproducto inflamable se compo-ne de % de resma,y 1/~deunasustanciaquese precipitaporsí mismadel alcohol y tienetodas las propiedadesquímicas

1 Eucalyplus, árbol de la icosandria monoginia, y de la familia de las

mirtoides, en que el cáliz de la flor tiene la singularísima propiedadde llevar unatapa o sombrereta,que en el estado perfecto de la flor se desprendey cae. Haymás de veinte especies,todas de la Nueva Holanda. (NOTA DE BELLO).

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de la cera:es, sinembargo,másvidriosa quela cerade abejas.No es la ceraun productovegetalnuevo;los frutos de

la myrica cerifera~ la ofrecenen gran copia, utilizada porlos habitantes de varias partes de América como Mompox,Bogotá, Popayány otras. Pero nuestrapalma es aún másabundantede cera. Su altura la hacetambiénpreferible aotras palmaspara la construcciónde canoas,acueductos,etcétera.Sumaderadurísimamereceigual preferenciaen laconstrucciónde edificios; y la hilaza que cuelgade la basede suspecíolosno es tal vez de peorcalidad que la suminis-trada por la arenga sacarífera2 de las Molucas, o por lapalmachiquichiqui~,quecreceen el alto Orinoco,río Ne-gro, río de las Amazonasy el Pará.

Prouetha anunciadoque aquelpolvo blanquecino,im-perceptiblea la vista, que da a las ciruelas su bello color,no es otra cosa que cera: el polvillo que da a las hojas denuestrosclavelessu color pálido, lo es también;y sin dudala encontraremosmás a menudo en el reino vegetal, amedidaque vaya penetrandoen él la antorchade la quí-mica, que ensanchalos límites de todas las ciencias~.

La sustanciaeminentementeinflamable, que cubre co-mo un bruñido barniz todo el tronco del ceroxylon, esproducto de un jugo vegetal tan insípido y acuoso,comoel que se exprime de la maderadel coco. En ciertaspalmas,ios jugos elaboradosse encaminanhacia los frutos, y éstosdan azúcary emulsionessemejantesa la leche de almen-

1 Árbol de la dioecia tetrandia, y del orden natural de las amentáceas;cuyos frutos están cubiertos de una cerilla harinosa. De ésta se hacen bujías, quearden con un olor agradable,pero dan una luz verde y triste. (NOTA DE BELLO).

2 Palma monoica de hojas palmadas, de cuyo espádice se saca un licor, quepor medio de la simple evaporación da un azúcar del color y consistencia delchocolate fresco. (NOTA DE BELLO).

3 No se sabe a qué género pertenece, o si forma género nuevo, por no

haberse observado la fructificación. (NoTA DE BELLO).~ El señor Correa me ha comunicado una carta de la correspondencia de

Jussieuen que se habla de una palma del Brasil, de cuyas hojas se saca cera. Losnaturales la llaman carnauba, y es de hojas palmadas (Bonpland). (NOTA DE

BELLO).

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dras; en otras, como el pirijao 1 del Orinoco, los frutosestánengastadosen unamateriaharinosa,semejantea la dela yucao las papas; otras, como el coco, y sobre todo elcocos butyracea,producencantidad de aceite. La palmamoriche2~ a que se refugian los indios guaraúnosen lasinundacionesdel Orinoco, haciendoenramadaso puentesde comunicaciónde unas a otras, encierraen su tallo unafécula, tan nutritiva como el sagúde la cycasde Asia, yde la sagusgenuina de las Molucas. Varias otras palmasofrecenjugos azucarados,propios a la fermentaciónvino-sa; pero éste azúcar no se elabora abundantemente,sinoal desenvolverseel espádiz,comosi lanaturalezalo destinaseal alimentode las flores y a la produccióndel polen. En lapalma que acabode describir, toda la masaacidificable sedirige a lo exterior del tronco, y la ceraparecehacer lasvecesde la epidermis;siendo digno de notar que los anillosformados por la caída de las hojas no trasudanmateriainflamable; verdaderascicatrices, en que la organizaciónse ha destruido,y en que está a descubiertoel carbono,separadodel hidrógeno,por el contactodel oxígenoatmos-férico. Así produce la naturalezaen una sola familia devegetales,y en órganoscuyaestructuraparecesobremanerauniforme, los resultadosmásheterogéneos,como si gustasede cambiar al infinito las combinacionesy los misteriososjuegosde las afinidades.

1 Parece formar un género nuevo, aunque imperfectamente conocido. (NOTA

DE BELLO).2 Mauritia, otra palma imperfectamente conocida, que crece en los bosques

de la Guayana. (NOTA DE BELLO).~ El sagú es una pasta vegetal y alimenticia, algo insípida, pero que guisada

de varios modos, como el arroz o los fideos, forma agradables manjares. (NOTA DE

BELLO).Cycas, género de plantas de la dioecia ~olyandria, que es en el método natural

un género aislado, aunque no deja de presentar ciertas relaciones con los helechosy con las palmas. Aquí se habla de la cycas revoluta, cuya médula da un excelentesagú a los japoneses.

Sagua, palma monoica de hojas pinnadas. La especiede que se habla aquí, es unade las más interesantes de todas las palmas. Las incisiones del tronco dan un licorque fermenta y sirve de vino; el tronco y hojas se aplican a la construcción delas casas;de las hojas se hacenesteras,cuerdasy otros artículos de utilidad dcmés-tica; y la médula da el verdadero sagú, que se consume en Amboina, Sumatra,las Molucas y otras partes de Asia, y de que los holandeses e ingleses traen grandescantidades a Europa. (NOTA DE BELLO).

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XIII

NUEVA ESPECIE DE PAPA EN COLOMBIA*

* Se publicó este articulo, firmado con las iniciales A. B., en La Biblioteca

Americana, 1, Londres, 1823, pp. 160-162. Se reprodujo en O. C. XIV, pp.213 -215. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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El doctor donEloy de Valenzuela,curade Bucaraman-ga, en el distrito de Girón de la NuevaPamplona,dio aconocerel añode 1809 unanuevaespeciede solanode raízcomestible,cuyadescripciónaparecióel añosiguienteen elSemanariodel wuevo reino de Granada,quedaba a luz elsabio y desgraciadoCaldas,unade las víctimasdel bárbaroMorillo. ‘~I~uehallada, dice el descubridor, en las vegascortasquehacela quebradade Malavida en el camino delcura al temple ~.° Réaumur,una hora antes del sol, y enun sitio a que ningún animal doméstico,ni los mismoshombres habíanllegado hastaahora por lo ásperode laspeñas.

~No hay quepensarsea de las comunes,a quienesseparecemuchísimo,cuya semilla por fruta o raíz bien pu—dieran haber arrastradolas aguas: esto es muy natural;perola presentese diferenciaevidentementede las conoci-das por subayaovilonga, queen las otrases un globo casitorneado”.

La frasecon que el doctor Valenzuelacaracterizaestanuevaespecie,es: solanumpapa, radice tuberosa;foliis pm-natis, fructu glaberrimo oblongo. Nosotrospensamos,co.-mo nuestrocompatriotadon Manuel Palacio (que dio no-ticia de estaplantaal señorDe Candolle en 1816) 1, que,en vez del nombreespecíficopapa,con quese conocege-neralihentela especieantigua solanumtuberosum,valdríamás asignarleel del descubridor,llamándolasolanumVa-lenzuelae.

~ Mémoires du Muséum d’bistoire naturelle, u, pág. 340. (NOTA DE BELLO).

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Naturaleza Americana

He aquí su descripción:Raíz: fibras largas desparramadas,a que están asidos

de uno en uno ios tubérculos,queson subglobosos,acha-tados,blancuzcos,de fácil cocimientoy buengusto.

Hojas: pinnadascon non, alternas,largas de casi unacuarta; las hojuelas aovadas,algo aguzadas,ya opuestasyya alternas,con pezoncillos cortos, y con el lobo o baseexterior, muchomás largay salida; en cinco o más pares,de cuatro pulgadasde largo a lo más; con orejuelasinter-puestaschicas, orbiculares,sentadas;el pecíolo comúncondos márgenesangostas,que aparentandos líneasparalelas.

Flores: en racimo ralo terminal, pedúnculohorquetea-do, cada brazo con tres a cuatro flores alternas;ios pedi-celos unifloro, articulados,de seis a nueve líneas.

Cáliz: campanulado, semiquinquéfido, permanente,las puntas pelosas;los senos o intermedios, tenues.

Corola: monopétala,tubo corto, limbo partido en cin-co, con las particionesreflejas.

Estambres: cinco filamentos aplanados,derechos,co-mo de una línea, insertosa la garganta;anteras lineares,cuadrangulares,biperforadasen el ápice,y no excedentesde la corola.

Pistilo: receptáculoliso; germenaovado; estilo cilín-drico de la altura de las anteras;estigmacabezudo,com-primido, ligeramentehendido.

Fruto: baya ovilonga comprimida, bilocular, de doso tres pulgadas; receptáculosgrandes convexos, pegadosa la telatrasversal;semillaspequeñas,orbiculares,conorilloy un dientecillo,engastadasen la pulpa de los receptáculos.

M. De Candolle, fundándoseen la indicación del ter-mómetro y la latitud del lugar, conjeturaque esta nuevaespeciede papavegetaa 1,600toesasde alturasobreel niveldel mar. El cuadrometeorológicode los Andes publicadopor Humboldt (Prologomenade distributione plantarum

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Nueva especiede papa en Colombia

secundumcoeli temperiem,al frente de su Nova generaplant. oequinoct.) da la elevacióndel suelo, sabida la in-dicación del termómetrode día o de noche.

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XIV

AVESTRUZ DE AMÉRICA *

(Strutbio rhea, Linn.) 1

* Se publicó este articulo firmado con las iniciales A. B. en La Bibliotec.

Americana, 1, Londres, 1823, pp. 162-168. Se reprodujo en O. C. XIV, pp.217 -222. (COMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

1 En este artículo se han recopilado los caracteres del orden, familia ygénero por Cuvier (Régne animal); ci artículo de Sonnini (Nouveau Dictionnaired’bist. nat.); la descripción de I-Iammer (Annales du Mus. d’hist. nat. XII);y lo que se halla sobre el mismo asunto en la historia de las aves del Paraguay porAzara; aíiadiendo a todo algunas observaciones de sujetos inteligentes que hanconocido esta ave en su país natal. La estampa es copia de la de Hammer, con unaleve alteración en el pico, la de Azara, la del Nuevo Diccionario, la de la ediciónde Buffcn por Lacépéde, son poco ezactas; la de Cuvier es buena, pero se hizo deun individuo que había perdido casi todas las plumas de las alas; la de Shaw(Naturaliat’a Misceltany) no puede ser peor. (NOTA DE BELLO).

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Las aves porta-zancos(grallae Linn., grallatores Vieill.,échassiersde ios naturalistas franceses),derivan su nom-bre de su conformaciónexterior, teniendo las piernasre-gularmentealtasy casi siempredesnudasde plumassobreel talón (que el vulgo llama rodilla). Casi todas ellas sonavesde ribera; y validasde lo elevadode sus tarsos,entranen el aguahastacierta profundidad,y pescanpor mediodesu cuello, y pico, cuya longitud es constantementepropor-cionadaa la de las piernas.Pero algunasviven lejos de lasaguas,y se alimentande granos,yerbase insectosterrestres,por lo cual el título de avesde ribera no puededarseconpropiedada todo esteorden.En las avesque lo componenel dedoexterior sueleestarunido en la baseal dedo mediopor unacorta membrana;a veceslo estátambién el dedomedio al interno; a veces faltan ambas membranas, y losdedos estándel todo separados.También sucede,aunquerarasveces,que tienenlos pies palmeados,o los dedosconorillos hastala punta,y en algunosgénerosfalta el pulgar:circunstanciasque influyen en su modo de vivir más omenosacuático.

A las avesgralatorias o porta-zancos que no frecuentanla orilla del aguani se alimentande la pesca,pertenecelaprimera familia de este orden, llamadapor Cuvier, brevi-penneso alicortas, y que, aunquesemejantesa las demásdel orden,se diferencianmucho de ellas en un punto, quees, como lo indica su nombre,lo corto de sus alas, que lesquita la facultad de volar. Por otra parte, su pico y surégimen les dan grandeanalogíacon las gallináceas,entrelas cuales las había colocadoLinneo.

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NaturalezaAmericana

En las brevipennes,los músculos de las alas son enextremodébiles; su esternón,parecidoa unarodela, carecede aquellaespeciede quilla o crestaque se observaen todaslas otrasaves, y que,aumentandola superficie, favorecelainserciónde los músculospor cuyo medioel ala bateel aireen el vuelo; pero en recompensasus miembros posterioresson robustísimosy estánprovistosde músculosde enormevolumen. De aquí proviene la celeridad con que corren.Ninguna de ellas tiene pulgar. Forman dos géneros: losavestruces(struthio), y los casoares(casuariusBriss.).

Las alas de los avestruces,aunqueguarnecidasde plu-maslacias y flexibles, son todavíabastantelargasparaace-lerar sucarrera.Todosconocenlaeleganciade aquellosdel-gadoscañones,cuyas barbas,aunqueprovistasde barbillas,no se engarzanentresí comolas de las otras aves.Su pico,horizontalmentedeprimido,es de medianalongitud, y enla punta romo; su lengua, corta y redondeadaen semi-círculo; sus ojos, grandes; sus párpados,con cejas; sustarsosy piernas,altísimos.Tienenel cuello largo; el buche,enorme; entre éste y la molleja, un ventrículo considera-ble; intestinos voluminosos,y una vasta cloaca, en queguardanla orina, comoen unavejiga. Estegénerocontienedos especies,de quealgunoshacendos génerosdistintos: elavestruzafricano (struthio camelus,Linn.) y el de Amé-rica (struthio rhea, Linn., rhea americana, Briss., Lath.,Vieill.).

Fi avestruzde América,que los indios guaraníesllamannandúy chur!, tiene el porte y cataduramuy semejantesa los del avestruzafricano; la cabezapequeñay chata,to-da cubierta de plumascortas y tiesas,negrasen lo alto dela cabezay a los dos ladosblancuzcas,el pico recto,un pocoabombado,corto, fuerte, amarillento, con las aberturasnasalesoblongas,y dos dientecilloshaciala punta; los ojosvivos, el iris pardo, la pupila grandey negra; las orejasmuy prominentescon una franja rala de pelos; el cuellovestidode plumas,semejantesa las de la cabeza,es por de-

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lante y a los lados blanco, por detrásnegruzco.Esteúlti-mo tinte se ensanchahacia la espalda,y desciendepor de-lantede las alas,rodeandoenteramenteel pecho. El cuerpoes ovoide, la espaldaconvexa, la rabadilla cónica, y algoencorvadahacia abajo. La espaldaestá vestida de plumascortas color de ceniza y la cobijan enteramentelas alas,pobladasde bellas y lozanasplumas.El color generaldelala es un gris azulado; pero las plumasque la componenson hacia su origen algo blancas,y hacia el medionegruz-cas.Hammerdice queel nandúcarecede aguijonesen lasalas; perodon Félix de Azara, que observóesta aveen supaísnativo, aseguraal contrarioqueel fuste del ala remataen unaespeciede espolónde seis líneasde largo. El nandúcarecede cola; tiene el pecho, vientre, rabadilla y muslosblanquecinos;estos últimos fortísimos; los tarsos igual-menterobustosy cubiertosde anchasescamas;tres dedos,situados hacia adelante,cortos en proporción al tamañodel ave, completamenteseparados,y el delgo: finalmente,las uñascortasy anchas.

He aquí las dimensionesde unade estasmer:

aspao distancia entre las puntas de las alas abiertas . 1,500 5,386

El nandú, considerablementeinferior al avestruz deÁfrica enestatura,casi igualaen ella a los casoaresde Asiay de NuevaHolanda. Habita las provinciasdel Tucumány Salta, el Paraguay,las llanurasde Montevideo,las pam-pasde BuenosAires; se dice quehay de estasaveshastaelestrechode Magallanes.Prefierenel camporasoa los bos-

De la punta del pico al extremode la rabadillaalzadalongitud de la cabezay picoanchode la cabezasobre los ojoslongitud del picoanchodel pico a la baselongitud del cuellode la basedel cuello al extremode la rabadillaalturade las piernashastael medio de las costillasaltura de los tarsos

medio máslar—

aves,por Ham-metrosJsiea casi.

1,499 5,382

1,589 5,7060,180 0,645

0,074 0,264

0,090 0,321

0,050 0,177

• 0,482 1,731• 0,837 2,984• 0,708 2,542

• 0,324 1,163

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Naturaleza Americana

ques,y se asocianpor pares,y a vecesen bandadasde másde treinta individuos. Donde no se les molesta,se acercana las habitacionescampestres,y no huyen de la gentede apie; pero dondese acostumbradarlescaza, son en extremoariscas,y huyen con tantavelocidad,que aun con buenoscaballoses dificultoso alcanzarlas.Los cazadoresles tiranal cuello unaespeciede lazo, que terminaen tres ramales,cadauno de éstos con una gruesapiedra a suextremidad.Cuandoel nandúha sido enlazadoy atajado en su carre-ra, esnecesarioqueel cazadorse le acerqueconprecaución,pues aunqueno ofende con el pico, tira cocescapacesdequebrantarlas piedras.Cuandovan a todo correr, llevanlas alas tendidashacia atrás, y mudan frecuentementededirección, abriendouna de ellas; con lo que el viento lesayuda a ejecutar rápidamenteestasvueltas, que frustranlos movimientos del cazador.Cuandoestántranquilos,suporte es grave,su modode andarmajestuoso,conla cabezay el cuello enhiestos,y la espaldaarqueada.Parapacer,ba-jan el cuello y la cabeza,y cortan la yerba de que se ali-mentan.

Los pollos que se críanen las casas,se hacenmansosyfamiliaresdesded primer día, entran en todosios aposen-tos,sepaseanpor las calles,salenal campo,y vuelven a casa.Son curiosos, y se paran a las ventanasy puertas,paraatisbar lo que pasa en el interior. Comengranos, pan yotros alimentos; no desdeñanlas moscasy demás insectosvolantes,que atrapandiestramenteen el aire; traganpie-zas también de metal, moneda,y aun las pedrezuelasqueencuentran.La carne de los polios es tierna y de buengusto; la de los adultosno vale nada.Creo (dice don Félixde Azara) queno bebenjamás; son buenos nadadores;laespeciese disminuye mucho cerca de las poblacionesporla destrucciónque se hacede huevosy pollos.

Su natural es simple, apacible,inocente;cobranaficióna las personascon quienesviven; gustande seracariciados.El mesde julio es la épocade sus amores:el machomuge

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Avestruzde América

entoncesde un modosemejantea la vaca; los primeroshue-vos parecena entradasde agosto,y los primerospolios ennoviembre.Los huevos tienen la superficie lisa, matizadade amarilloy blanco; los dosextremosson de igual grosor;el diámetro mayor de 5 ‘/~pulgadas,y el menor de 33/4

pulgadas;tienenbuen sabor,y se usanprincipalmentepa-ra hacerbizcocho. El nido se reducea un hoyo, esteradoa veces de paja; y el nandúno procura, como otras aves,ocultarlo,de maneraquenadaes más fácil quever de lejosel ave y los huevos.A veceshay setentau ochentahuevosen un solo nido; pero se aseguraque todas ‘las hembrasde un cantón depositanlos suyos en un mismo paraje,y queun solo macholos empolla.Lo que es constante,se-gún las observacionesde Azara, es que un solo individuose encargade esta operación, conduciendo y protegiendolos polluelos, sin que otro algunode los adultos le acom-pañeo le presteayuda. La voz del ave es entoncesa ma-nera de silbo. Se aseguratambién que, si alguien llegaa tocar ios huevos,el ave los abandona,y que si echa dever que la observanmientrasestá sobreellos, les tomaaver-sión y los rompe a coces.Otra opinión generales queel ma-cho separacuidadosamentealgunos huevos,y los quiebracuandose acerca la épocade salir a luz la cría, para quehalle alimento en la multitud de moscasqueacudea ellos.

La semejanzaentreel machoy la hembra,quea la vistasólo difieren en serel primero algo mayor y de tintes unpoco más oscuros, pero tan ligeramente, que es nece-sario tenerlosambospresentespara distinguirlos, es causade que aúnestemosen dudaacercade las curiosascostum-bres que se atribuyen a esta especie,y que, si son verda-deras,formanun ejemploúnico en la clasealada,y acasoentodo el reino animal. Se añadeque el macho más fuertey robustoes el que sueleencargarsede la educaciónde lajuventud, y que, más celososde estaautoridadpatriarcal,que de los favoresde las hembras,si casualmentese encuen-tran dos de ellos con dos manadasde pollos, se disputan

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la primacía,y el vencedorse las lleva ambasconsigo;resul-tando de aquí el versealgunasvecesbajo la tutela de unmismo macho individuos de diferentesedades.Desearía-mosque unaexcepcióntan singular a las leyesde la natu-raleza se comprobasede un modo irrefragable,y publica-remos gustososcualesquieranuevasobservacionesrelativasa estaave, hechaspor personasinteligentesy dignasde fe.Molina dice haber visto individuos todos negros, y otrosenteramenteblancos. Quisiéramostambién que se confir-masela existenciade estasvariedades,si es efectiva.

Los naturalesdelRío de la Plata separanel cuello ente-ro y parte del pecho del nandú, lo desplumany limpian,suavizanel cuero,y cosiéndolopor la extremidadinferior,hacen talegos, que llaman chuspas.Las plumas alares semandabana España,dondesolíanemplearseen plumeros,penachosy adornosde damas; las blancas (que se hallandebajodel ala) son las másestimadas,porquese puedente-ñir y rizar como se quiera. Sus cañonesson larguísimos,yaunquedelgadosno sirvenparaescribir,pero teñidosde en-carnadoy azul, se cortanen tiras, con quese hacenbellasriendasy látigos. Se exportaasimismograncantidadde estasplumasaChile y Perú,dondese aplicanalos mismosobjetos.

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Lámina publicada en La Biblioteca Americana, 1, Londres 1823, para ilustrar ti artículo“Avestruz de América”, que reproducimos en este volumen. Por el comentario quehace Bello en esta ilustración, nos inclinamos a creer que la hubiese diseñado personal-mente para el grabador ‘W. T. Fry. La nota de Bello dice: “La estampa es copia de lade Hammer con una leve alteración en el pico; la de Azara, la del Nuevo Diccionario,la de la edición de Buffon por Lacépéde, son poco exactas; la de cuvier es buena,pero se hizo de un individuo que había perdido casi todas las plumas de las alas; la de

shaw (Naturalise Miscellany) no puede ser peor”.

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AVES DIBUJADAS

POR.

ANDRÉS BELLO

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Es admirableque AndrésBello dedicasetambién horasde estudioen Londres a las ilustracionesque debíanacom-pañar sus propios escritosde divulgación científica.

Entre sus papeleshan permanecidoinéditos estosdieci-

séis dibujos o croquis de aves, que correspondena especiesde distintos continentes.De ellos, siete son típicamenteamericanos.

Casitodoslos dibujos hantenido comomodelo las lámi-naspublicadasen la obra de GeorgeShaw,General Zoologyor SysteinaticNatural History, Londres,1809-1826,en 14

volúmenes.Damos al pie de cada_reproducciónla filiacióncorrespondiente.(COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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Buceo Lalbami. — Dibujado sobre la lámina publicada en la obra de George Shaw,General Zoolo,gy or SystematicNatural History, London, 1815, vol. IX, p. 28.

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Tridaclyla hirsuta, Picus tridactylus, Linn. — Dibujado sobre la lámina publicadaen la obra de GeorgeShaw, General Zoology or SystemaiicNatural History, London,

1815, vol. IX, p. 219.

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Otis tarda. — Dibujado sobre la lámina publicada en la obra de George Shaw, GeneralZoology or SystematicNatural History, London, 1819, vol. XI, p. 443.

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Arenaria vulgaris, Shaw. — Dibujado sobre la lámina publicada en la obra de GeorgeShaw, General Zoology or SystematicNatural History, London, 1819, vol. Xl, p. 490.

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Charadrius Gallicus. (Coure-vite). — Dibujado sobre la lámina publicada en la obrade George Shaw, General Zoology or Syslema:icNatural History, London, 1819, vol.

XI, p. 500.

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Tringa vanellus. — Dibujado sobre la lámina publicada en la obra de George Shaw,General Zoology or SystematicNatural History, London, 1819, vol. XI, p. 509.

Page 505: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Stripsilas inter~res,Shaw. — Dibujado sobre la lámina publicadaen la obra de George

Shaw, General Zoology or SystematicNatural History, London, 1819, vol. XJ, p. 520.

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Grs~scinerea, Shaw. Ardea Grns, Lina. — Dibujado sobre la lamina de la obra deGeorge Shaw, General Zoology or Systetnatic Natural History, London, 18 19 vol.

XI, p. 524.

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C~. )23.

Ardea snins~ta.Enl. 323. — Dibujado sobre la lámina de la obra de George Shaw,

General Zoology or SystensaticNatural Hislory, Loodoo, 1119, vol. XI, p. 589

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Botai~russiellaris, Shaw.— Dibujado sobre la lámina de la obra de GeorgeShaw, Ge-neral Zoology ~r SystematicNatural History, London, 1819, vol. XI, p. 593.

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Botaurus lentiginosus.— Dibujado sobre la lámina de la obra de George Shaw, GeneralZoology or Systeinatic Natural History, London, 1819, vol. XI, p. 596.

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alo’ £~ra, &Á-C--~, /2. /3jhorc.ez~n-

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Nyctícorax Europaeus; le Bihoreau, EnI. 758. — Dibujado sobre la lámina publicadaen la obra de George Shaw, General Zoology or Syatematic Natural Hiatory, London,

1819, vol. XI, p. 609.

éL.

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Scopfrus Usnbretta. — Dibujado sobre la lámina publicada en la obra de George Shaw,General Zoology or SystematicNatural History, London, 1819, vol. XI, p. 636.

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Galbula viridis. — Lo trata Shaw en la obra citada, Londres, 1825, tomo XIII, p.107*, pero no lleva ilustración de dicho pájaro.

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Ardea Agami. Eni. 859.—Dibujado sobre la lámina de la obra de GeorgeShaw, Ge-neral Zoology or SystematicNatural History, London, 1819, vol. XI, p. 554.

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Ardea aequinoctialis, le Crabier blanc ~i becronge, Buíf. Little \v hite Heron, Lath. —Dibujado sobre la lámina de George Shaw, General Zoology or Systeinatic Natural

History, London, 1819, vol. XI, p. 571.

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DESCRIPCIÓN DE LA COCHINILLA MIXTECA

Y DE SU CRÍA Y BENEFICIO *

* Este artículo se publicó en El Repertorio Americano, fl, Londres, enero

de 1827, pp. 152-167, firmado con las iniciales A. B. Se incluyó en O. C. XJV,pp. 323 - 336. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Los cocosy cochinillas pertenecenal orden de los in-sectoshemípteros,caracterizadopor seis piesy cuatroalas,las superiores,por lo general,en forma de estuchescrustá-ceos;sin órganosmasticatorios,sino sólo unatrompa o picocon que chupanios líquidos de que se alimentan.En lascochinillas, este pico propio de las hembras,es cortísimo,y cilíndrico, y estásituadoentrelos dos primerosparesdepatitas,y armadointeriormentede tres filamentos agudos,con quepunzanla cortezade los vegetalesparaextraereljugo. Además, las hembrascarecende alas, y el machotiene sólo dos, faltándolelos estuches,lo cual presentaunaanomalía en el orden. Estos insectospasan, como otrosmuchos,por los cuatro estadosde huevo, larva u oruga,ninfa o crisálida, y el de la forma perfecta,en que pro-paganla especie.Las orugas, al salir del huevo, son muyágiles, y corren de acá paraallá sobrelas ramasy hojas dela plantaquehabitan;pero suextremadapequeñezno per-~mite verlassin el auxilio de un lente. Lashembras,armadasdel pico quehemosdicho, sorbenel jugo de la planta; mu-danvarias veces la piel; y en llegando acierto tamaño,sefijan definitivamenteen un punto, prefiriendoparasu ha-bitación lashorquillasde las ramas,dondemuchasespeciesseconstruyenun nido, que tapizan de unaespeciede borrao felpa, y en queexperimentansu segundametamorfosis.Llegadas al estado perfecto, crecen considerablemente,conservandosiempreel pico. Las larvasde ios machos,queson muchomenosnumerosas,se fijan en las ramassin to-mar alimei~to;su piel se endurece,y adquierela forma deuna concha,en que se verifica su trasformaciónen crisá—

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Naturaleza Americana

lidas; estaconchase abrepor detrás,y deja salir al insectoa reculonescon dos grandesalas cruzadas,y adornadas deuna finísima red de nervios.El machoes máspequeñoquela hembra,y aunquehacepoco usode las alas,no dejade serbastanteágil. Luego que sale de la concha,busca las hem-bras, las fecunday muere. La hembrano tarda en ponergran númerode huevos,abrigándolosen una cavidadex-terior del abdomen:de allí a poco muere también; y lapiel endurecidade su cadáversirve de cuna a los huevos,de quenacenfinalmente las larvas.

Los cocos o cochinillas son demasiadoconocidos porel dañoque hacena las plantas,picandosu tronco, ramos,hojas, frutos y aun raíces. Cébanse particularmente en losnaranjos,higueras,olivos, duraznos,etc. Pero algunases-pecies son útiles a las artes, como la de la India oriental,queda la goma laca; la de la China, queentraen la com-posición de ciertasbujías; la quese cría en la coscoja,queda el quermes,tintura carmesíde uso en BerberíaGrandey Levante, y antiguamenteen Europa, donde sigue em-pleándosecomo medicamento;la de Polonia, antes usadapara los tintes de escarlataen todaEuropa,y todavía enAlemaniay Rusia; y en fin la preciosacochinillamexicana,que,en clasede tinte, ha llegadocasi a desterrardel comer-cio las otrasespecies,y sin duda las haríaolvidar del todosi pudieseobtenersea menos alto precio. De esta últimavamos a tratar, con alguna extensión.

La cochinilla mexicana (llamada también inixteca porel nombredel país que la produceen mayor abundancia)vive en unaespeciede nopal. El machoes pequeñísimo.Susantenas(doshilos articuladosde queestácoronadala cabe-za de los insectos) son máscortasque el cuerpo, quees decolor rojo, y remataen dos cerdillas divergentesbastantelargas.Sus alas, grandesy blancas,se tiendeny cruzanso-bre el abdomen.La hembraes de doble grosor,y cuandohaacabadode crecer,es del tamañode un guisantepequeño,

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La cochinilla inixteca

y de color oscuro, con todo el cuerpocubierto de un pol-villo blanco harinoso.

Talessonlos caracteresespecíficosde la cochinilla mix—teca. Pero aquí se nos presentauna cuestión,o por mejordecir, dos, en que no concuerdanios autores,y que hansido tratadasrecientementepor nuestrocompatriotael sa-bio Caldasen la continuacióndel Semanariode la NuevaGranada, y casi al mismo tiempo por el barón de Hum-boldt en su EnsayoPolítico sobre la NuevaEspaña.¿Per-tenecena unamismaespeciela que se conoceen el comerciocon el nombrede grana fina o mixteca,que se beneficia enOaxaca,y la cochinilla o grana si~vestre,que es común aMéxico, Cundinamarca,Quito, el Perú y otras partes?¿Pertenecena unamisma especielos nopalesen que se críanestosinsectos?

La segundacuestiónes la que deberíaresolverseprime-ro, porque, dadocasoque fuesenespecíficamentedistintoslos nopalesde las dos cochinillas, pudierapresumirseconalguna probabilidad la distinción específicade los anima-lillos a que sirven de alimento. Pero aquí tropezamosconla dificultad de ignorarsea cuál de las especiesdescritasporlos botánicosdebareferirseel cacto o nopal de la cochinillamixteca,o si constituyealgunaespeciedesconocida.Dudo-sísimoes, segúnobservaHumboldt, que el nopal descritopor Linneo con el nombrede cacto de la cochinilla (cactuscoccinellifer) y que se cultiva en los jardines de Europa,sea la especiemisma que suministrahabitacióny alimentoal preciosoinsectode Oaxaca.Linneo dio aquella denomi-nación a un nopal de flores purpúreas,indígenade las An-tillas y del continente americano,y Humboldt aseguraque,habiendomostradoindividuos de esta especie a per-sonas inteligentesque habían examinado las plantacionesde 1~Mixteca, le respondierontodas unánimementeeradistinto el uno del otro, y que el nopal mixteco no se en-contraba silvestre. Es verdad que Thierri de Ménonville(que visitó a Oaxacacon el objeto de observarla cría y

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Naturaleza Americana

beneficio de la cochinilla, y estableciónopalerasen SantoDomingo) al paso que reconocela aparentediferenciadelos dos nopales, la atribuye al cultivo, fundándoseen lacircunstanciamisma de no encontrarsesilvestreel de Oa-xaca;pero éstaes unahipótesisaventurada.El cacto cocci-..nelífero se cultiva siglosha enEuropay en algunaspartesde América, sin que hastaahora se haya notadoalteraciónensu forma. Y cuandoadmitiésemosqueel nopal mixtecoha perdidosu natural fisonomíaduranteel largo trascursode siglos queha vivido sujeto al hombre,¿cómorastrearnossu tipo primitivo para identificarlo con estao aquellaes-pecie en un géneroque comprendetantasy de tantaafini-dadentresí?

Clavijero, que residió cinco añosen Oaxaca,dice queelfruto del nopal de la cochinilla fina es pequeño,pálido ydesabrido,señasqueno convienenal cactococcinelíferodeLinneo, que da una fruta roja. Perootro escritor de muybuenos informes asegura que la plantacultivada enOaxaca“da en abundanciaun fruto que de verde pasaa amarilloo rojo, y es muy estimado por algunaspersonas”’.

Resulta de lo dichoque aún no está bien determinadoel nopal mixteco, y quesegún todas las apariencias,es es-peciedistintadel cactoquese ha llamadococcinelífero.Tales la opinión de Humboldt. Caldas,quetuvo este segundopor el verdaderonopal de la cochinilla fina, establecelacomparaciónentrela planta descritapor Linneo, y la queda la cochinilla silvestre en Cundinamarca, y por consi-guiente no tocó el punto precisode la cuestión.

La cochinilla ordinariao silvestrese da en variasespeciesde cacto,es a saber,en el cacto opuncia,que tiene las pen-cas o palasaovadasy las espinasa manerade cerdas;en lahiguerade Indias (cactus ficus indica), que se diferenciade la opunciaen tener la pencaalgo oblonga;en el que losbotánicosllaman especialmentetuiza, que tiene las pencas

1 Ocios de Espaiioles emigrados,N~’26. (NOTA DE BELLO).

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La cochinilla mixteca

aovado-oblongas,y las espinasgruesecitaspor la base,tie-sas y aguzadasa manerade leznas;y en el cacto coccine—lífero, cuya pencaes de la mismafigura, pero estádel tododesarmado,o sólo presentarudimentos de espinas,dema-siado débilespara punzar.La mansiónde la cochinilla sil-vestre de Cundinamarcaes (segúnparecepor la descrip-ción de Caldas) la tuna. Thierri cultivó el cacto coccine—lífero. Además de las cuatro citadas, se mencionanotrasespecieshospedadorasde la cochinilla silvestre (cactuscain-pechianus,cactus splendidus,etc.); y en fin este insectose cría también sobreel nopal mixteco, en compañíadelqueda la cochinilla fina.

¿Es éstaespecíficamentedistinta de la ordinaria o sil-vestre?El aspectode ambosinsectoslo hace creer: el unoes más grandey está cubierto, como hemos dicho, de unpolvillo harinoso; el otro de una borra o felpa como algo-dón, queno deja ver los anillos o segmentosen que se divi-de ci cuerpodel animal.La cochinilla fina, al salir del huevo,tiene el cuerpecilloarrugado,y franjado de pelos a veceslarguísimos,que caen en pocosdías, dejándolacubierta deaquel polvo harinoso; al paso que la silvestre, tanto másafelpada cuanto más avanza en edad, se presentaen laépocade la fecundaciónbajoel aspectode un blancoy tu-pido copo. ¿Diremosque éstaes el tipo primitivo de la es-pecie,no alteradopor la educacióny la servidumbre,comosuponenalgunosqueel uro de Alemaniaes el toro, el cha-cal de Asia el perro, y el muflón la oveja? Difícil seríaexplicar en esta suposición (que no es más) por qué lacochinilla fina pereceen ios mismos cactosque alimentana la silvestre, como son la opuncia,la tunay la higueradeIndias, y por quéla silvestre,que se educay beneficiasiglosha en algunaspartesde la América meridional, aún no haperdidola borra.Thierri, sin embargo,dice queel cuidadoenrarecíala borra, y engrosabael insecto; y Caldas,queestá por la identidad de las especies,cree que la borra esproductonatural del insecto,que la forma para abrigarse

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de las inclemenciasy defendersede los bichosquele acosan.Se ha observado,dice, queen los lugaresardienteso de unasuavetemperaturadisminuyemuchoesta tela de la cochi-nilla; mientrasen los sitios elevados,en las cimas comba-tidas por vientos impetuosos,de granizo y páramos’, esmásabundanteestacubierta,másespesa,y estámásfuerte-menteprendidaal insecto.Así vemos que los animalesdelnorte tienendensoy largo pelo, y los de los trópicos llevanun vestido ligero; que las plantasalpinasson vellosas,y lasde ios valles carecenregularmentede este resguardo.Se haobservado,otra cosa, añadeCaldas,y es “que la cochinillaforma su tela más o menos abundante,segúnestá más omenosresguardadadel frío por los cuidadosdel cultivadór.En los nopalesaislados, expuestosa los vientos, a la lluvia,al granizo, la tela es muy abundante;y se viste menos deella la cochinilla, cuandolos nopalesestánaproximados,enmedio de los vallados,y a cubierto de las injurias. Está,pues,en manosdel cultivador disminuir estamateriahete-rogénea,que perjudicaa la bellezay precio del tinte”.

Algo favorecea estasideasde Caldasel hechode cubrirel macho silvestre a la hembra fina, como se ha observadoen las nopaleras de Oaxaca.Suponiendo,por otra parte, quela fina y la silvestre constituyen distintas especies, ¿cómoes que no vemos jamás la primera en su estado natural delibertad? ¿Cómo no existe sino en las nopaleras? ¿Nopareceesto indicar que es obra del arte? No nos satisfaceenteramentela explicación de Humboldt, que atribuye eldesaparecimientode la granamixtecanativaal grannúmerode enemigosque talan sus colonias, y a su menor robustezparatolerar la intemperie; porquela naturalezapareceha-ber compensadoen este pequeñoviviente, como en otrosmuchos,la debilidad conla fecundidad,y porque la vane-

1 Pdramo en Colombia significa un lugar desierto, elevado, cubierto sólo de

gramíneas,de musgos o de nieves, y también significa una llovizna menuda acom-pañadade un viento impetuoso y frío, meteoro frecuente en los páramos. (NOTA DEBELLO).

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dad de temperaturasen que prosperanlas crías, pruebanque este insecto participahastacierto punto de la notableflexibilidad de constituciónde la cochinilla ordinaria.Estaúltima, según las observacionesde nuestro Caldas, viveen las regionesecuatoriales,en una zona de 2,824 varasde altura perpendicular,desde 392 hasta3,216 sobreel ni-vel del océano,es decir, entre10.3 250 y los 4°del termóme-tro de Réaumur.Humboldt la encontróen climas diversí-simos: en los montesdeRíobambaa 2,900 metrosde altura,y en los llanos de Jaénde Bracamoros,bajo un cielo ar-diente, entrelas aldeasde Tomependay Chamaya.La finase puede beneficiaren mesasaltas en que el termómetrode Réamurse mantieneconstantementeentre8°y 10: 9°,5.

Ruiz de Montoya, subdelegadode la provincia de Oa-xaca, dice, en una memoria de Humboldt tuvo a la vista,que a 7 leguas de la aldeade Nejapase cogíala másbellacochinilla en nopalesno plantadospor la mano del hom-bre, altos y espinosísimos,sin que jamás se hubiesenlim-piado estas plantas,ni renovadola semilla del insecto.Co-mo Nejapa está en un distrito dondese ha cultivado detiempo inmemorial la cochinilla fina, no creemosse puedacitar este hechocomo ejemplode su existenciaen el estadonativo, sino másbien como unapruebade queeste insectono es tan delicadocomo se piensa,y de que la naturalezale ha dotado,como a las otrasespecies,de medios suficientesparasu conservación,colocadoen las circunstanciasque leconvienen.

Por otra parte, si reflexionamosque la gran mixtecano es más afelpada en las mesas altas que en los valles de Oa-xaca,y que la silvestreconservasu borra en los parajesmásardientesen que se ha encontradohasta ahora, no nossentiremosinclinados a mirar la formación de este tegu-mento exterior como un mero accidente debido a la in.~fluencia de la temperatura.Verdades que en las instruc-ciones que en 1777 remitió a la Nueva Granadael señor

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Bucareli, virrey de México, formadasen Oaxacapor doshombresprácticosen la cría de cochinillamixteca,se habladel tiasole, borra blanquecina semejantea la telaraña,queel uno de ellosdecíaeraproducidapor unaoruga del nopal,y el otro por la cochinilla misma.Humboldt, hablandodeltlasole, dice que le forman los despojosde los machosala-dos. Seade estolo que fuere, la borra o tela que se conocecon este nombre, no adhiereal cuerpode los insectos,nitiene que ver con la lana de la cochinilla ordinaria.

La cuestión,despuésde todo, nos parecede difícil re-solución. Tal vez no es mucholo queinteresaen ello la in-dustriarural. Los quecreanen la identidadde las dos espe-cies,no negaránquela trasformaciónde unaen otra es laobra de siglos, favorecidaacasode circunstanciasparticu-lares; y que para beneficiargranafina en pocosaños, nohay otro arbitrio que hacer ensayoscon semillas de lamixteca.

Pasemos a describir el método de la cría y beneficio defa cochinilla fina. Oaxacaes casi la únicaprovincia de Mé-xico y del mundo que la cultiva al presente;pero no hamuchotiempo quePueblay la NuevaGalicia poseíantam-bién este ramo de industria rural, anterior quizá (diceHumboldt) a la irrupción de los toltecas. Durante la di-nastíade los reyesaztecas,no sólo Mixtecapan(la Mixteca)y Huaxiacac (Oaxaca), sino Cholulay Huejotzingo, erancélebrespor sus nopaleras.Las vejacionesde los encomen-derosespañoles,y el bajoprecio a que los cultivadoreseranobligadosa vender la cochinilla, la hicierondesaparecerenmuchaspartes.No hace aúnsesentaañosque prosperabanestasplantacionesen Yucatán. En una sola noche, se des-truyeron todas las crías, y se cortaron todos los nopales.Los indios dicen que se ejecutó así por orden del gobiernoparafomentarel cultivo en la Mixteca; los blancos,al con-trario, aseguranque los indios mismos,despechadosdel bajoprecio a que se les forzaba a vender sus cosechas,des-truyeron insectosy nopalesde común acuerdo.La India

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oriental empiezaa dar alguna grana,pero en corta canti-dad. El capitánNelson tomó el insectoen Río de Janeiroen 1795: estableciéronse‘luego nopalerasen Calcuta, Chi-tagong y Madrás; pero no sabemossi esta cochinilla delBrasil es la harinosade Oaxaca,o la afelpadaquese da enmuchaspartesde América~,

La primeraoperaciónes plantar los nopales,empezan-do por limpiar el terreno de toda plantaextraña. Suelentambiénabonarloen Oaxaca,o plantar en tierras vírgenes,despuésde derribar y quemarel bosque,prefiriendo a ve-ceslas quebradasy cuestas.Cércaseluego el terreno;y ade-más del vallado exterior se hacenotros de menosfuerza ydensidad, que se cruzan en ángulos rectos, dividiendo elespaciode la plantaciónen pequeñoscuadros,que comu-nican entre sí mediante unos portillos que se dejan paraeste efecto en los vallados interiores. Esta práctica, quepareceno es general,tiene por objeto defenderlos insectoscontralos vientosimpetuosos.La extensiónde cadacuadroes como de 25 varas de lado; en cada cuadro, se tiran acordel 15 líneasparalelasa uno de los vallados,y en cadalínea, se hacen 24 hoyuelos. Otros aconsejan dejar un pocode más espacio entre ellos; lo cual dependerásin duda deljugo y fertilidad de las tierras, como sucedeen otrosplan-tíos.

Preparadode estemodoel terreno,se escogenlas estacasde nopal quehande plantarseen los hoyuelosmencionados,eligiendo ios renuevoslimpios, jugosos y de un verde su-bido. Cadaestacaconstaráde dos o tres pencas;y puestaen el hoyo que le corresponde,se cuidará de no amonto-nar mucha tierra alrededor, porque, lejos de necesitarloestas plantas, las perjudicaríaexponiéndolas a podrirse.Paraprecaverlo,suelen también dejarse orear las pencas,hasta que se cicatrizanlas heridas.Plantadaslas estacas,seles hacen frecuentes visitas para ver cuáles no prenden, y

1 Humboldt, Ensayopolítico, lib. IV, cap. 10. (NOTA DE BELLO).

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poner otras en su lugar. Es necesarioarrancartodo vegetalextraño,y quitar los gusanos,arañasy demásinsectosquealojan en el nopal, porquelo deterioran,‘le chupan la sus-tancia, y unavez establecidosen él, se hace difícil exter-minarlos. En los valles ardientes,basta año y medio paraque el nopal llegue a su perfección;en ios parajestempla-dos o fríos, es menesterdos o tres. Como es de la mayorimportanciamantenerla planta limpia de insectos,no sele dejalevantar a másde 4 pies; paraquepuedaejecutarsecon facilidad esta operación,se prefieren las variedadesdenopal más espinosasy peludas,porque protegenmejor lacochinilla contra los insectos volantes; y se les quitan lasflores y frutos, para que estosinsectosadvenedizosno de-pongansus huevosen ellos.

Cuando la planta ha llegado a su estadoperfecto, locual se verifica hacia el tiempoqueacabamosde indicar, seasemilla,que es establecer en los nopalesla colonia de insec-tos que ha de alimentarsede ellos. Empiézasepor compraren abril o mayo pencasde la que llaman tuna de Castilla,queesun nopalsin espinas,muyestimadoenAméricapor suestatura agigantada, su bello color verde-azul,y su sabrosafruta. Algunosbotánicosdistinguidoscreenqueesta plantaes unavariedaddela opunciaordinaria,mejoradapor el cul-tivo. Como quieraquesea,suspencassuministranun exce-lente alimentoa los tiernosinsectosde la cochinilla, que sevendencon ellas en los mercadosde Oaxaca,y se guardancomo 20 díasen cuevaso chozas,despuésde lo cual las p~-nen al aire colgadas bajo cobertizos de paja. La cochinillaprendida a las pencas de esta tuna, que se mantienenfrescasy jugosas muchos meses,crece tan rápidamente,que enagostoo setiembrese ven ya hembrasfecundas.Estashem-brasantesde nacer ios hijuelos, se colocan en nidos hechosde ciertas plantasparasíticas,llamadaspaxiles y rnaguei-tos1, de fibras de palma,o de otrasmateriasvegetales.Es-

1 Parecen ser de la familia de las bromelias o ananases y del género Ti—

llandsia. (NOTA DE BELLO).

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tos nidos,quecontienencadacual de 20 a 25 madres,se lle-van a las nopaleras, se prenden a las espinas del nopal, y sevan mudandode una pencasy plantasen otras, teniendocuidado de repartir bien la prole, y de dejarle bastante espa-cio para que no se acumuleen un punto, y agoteallí eljugo alimenticio con dañosuyoy de la planta.Es menestertambiénvolver de cuandoen cuandoel fondode los nidoshaciala luz, para quesuinfluencia vivifique los huevecilloscuantoantes.Duraestaoperacióntodoel tiempoquetardanlas madresen dar a luz sunumerosaposteridad,la cual enel momentode su nacimiento presenta a la vista unainfini-dad de átomosvivientes de color negro, que,saliendoporlos intersticiosde las hojas del nido, van a buscarsu ali-mentoen las pencas,derramándosesobreellas hastaque sefija cadacual en un punto.Lasmadresmuerenen los nidos;y suscadáveressecadosal sol forman la grana llamadasaca-tilios, que es de bello aspecto,y sin embargoproducepocotinte y tiene poco valor. Los hijos experimentanlas mudasque dijimos arriba, hastaque llegan a su estado perfectoy se reproducen.

Del modoqueacabamosde indicar, se asemillanlas plan-tacionesnuevas.En las otras, es mássencilla estaoperación.Con la puntade un punzónde maderase desmadra,estoes,se separanlos individuos más gruesos,que son las hembrasfecundas,teniendocuidadode no maltratarlas;y se colocanen los nidos que hemos dicho, de donde se trasladan a losnopales, que han de hospedar su descendencia.

La cochinilla es presade unamultitud de insectos,aves,lagartos,culebrasy pequeñoscuadrúpedos,en especialratasy armadillos,y poneal cosecheroen la necesidadde emplearcontinuavigilancia y cuidadocontra tantos enemigos,nomenos que contra los vientos y lluvias. Arriba hablamosdel tlasole, que uno de los prácticos cuyas instruccionesconsultó Caldasdescribeasí: “El tiasolees unaborra que seproducecon la granaen los nopales;se componede telas ybolsas de gusanosy arañasque las forman sobrela grana

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paradañarlamása su salvo”. Paraahuyentara los pájaros,se ponen,como en otraspartes,trampas,espantajos,y cuer-pos quesacudidospor el viento haganruido; pero el mejormodo de lograr esteobjeto es cogerviva un ave de rapiña,domesticarla,y colocarla todos los días a la aurora sobreun astil desnudo.A su vista huyen espantadaslas otrasaves. Contra los ratonesya se sabeel remediomás eficaz,que es mantenerdos o tresgatos.Es precisosumo cuidadoen limpiar las pencas:las indias lo hacen con unacola deardilla o de ciervo, manteniéndoseen cuclillashorasenterasal pie de una planta. La cochinilla silvestre es uno de losmás temiblesenemigosdel nopal; y dondequieraque se leencuentra,se le da muerte,sin embargode suministrartintemuy sólido y hermoso.La injuria de los vientosse precavepor medio de los vallados interiores que mencionamosenotra parte.De las lluvias frías y el granizose defiendea lacochinilla con esterasde juncos.

La cochinilla tiene también sus enfermedades.Al hacersuprimeramuda,sueleadolecerde lo quellamanchamusco,que la ennegrecey extenúa,y le causala muerte. A los dosmeses de edad, la asalta otro achaque, llamado chorreo,quees una diarrea mortal, que la reduce a una cascarilla vacíae inútil parala tintura. El remediode estasenfermedadesestan desconocido comosu causa.

El cosechero de cochinilla no se contenta con una solanopalera; es necesariotenerdos o tres para pasar ‘la cría deuna a otra, y dejarlas descansar alternativamente, porqueel nopal que ha alimentado una generación queda exhausto,o como dicen los mexicanos, quemado.Luego puesqueseacerca la época del nacimientode la segundageneración,se desmadra, trasportandolas hembrasfecundasa la nuevamansiónque se les tiene preparada.Los demásindividuosse condenana muerte,y sus cadáveresforman la cosecha.Verificada ésta,se trata de reparary fortalecerla nopaleraqueha rendido,limpiándola, cortandotodaslas pencasque

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hanperdidosu verdor natural, y dándoletiempo paraquerepongasusustancia.

Los indios nopaleros(diceHumboldt), particularmentelos que residencercade Oaxaca,observanuna antiquísimacostumbre,que esla de hacerviajar la cochinilla. En los lla-nos y valles de estaprovincia, lluevedesdemayo a octubre,al pasoqueen la sierravecinade Istepejeno hay lluvias fre-cuentessino entre diciembrey abril. ¿Quéhacenpues?Envez de abrigarel insectoen las cabañasdurantela estaciónlluviosa, colocanlas madres,capaa capa,cubiertasde hojasde palma, en canastosde bejucos,quese llevan a hombroconlamayor velocidada la sierra,a nueveleguasde Oaxaca.Al abrir los canastos,se hallanllenosde reciénnacidosque sedistribuyen por los nopalesde la sierra, y viven allí hastaoctubre que son restituidosdel mismo modo a ios valles.El mexicano hace viajar los insectospara sustraerlosa lahumedad,como el españolhace viajar los merinospara de-fenderlosdel frío.

Hácesela cosechaen menosde cuatromesesde asemi-llada la nopalera,aunqueestaépocasuelevariar muchoconla temperaturadel sitio. En los parajesfríos,, la cochinillaes igualmentehermosa,pero tardamás;en los valles ardien-tes, las madres adquierenmayor corpulencia,pero tienentambién mayor númerode enemigos.En muchos distritosde Oaxaca,se hacen dos o tres cosechasal año.

En Nejapa,en buenosaños,una libra de semilla de co-chinilla harinosa (se habla por supuestode las hembrasfe-cundas),colocadaen la nopaleraenoctubre,da en enerounacosechade 12 libras de cochinillas madres, dejando en laplanta suficiente semilla, es decir, comenzandola cosechacuandolas madreshan dado a luz como la mitad de sushijuelos.Estanuevasemillaproduceen mayo 36 libras más.En Zimatlán y en otras partes de la Mixteca, la primeracosechaes apenastres o cuatrovecesla cantidadde semilla.

Es importantematar estos insectosluegoque se hacelacosecha,porque de otro modo se empezaríana avivar los

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huevecillosde las hembras,lo cual las desmejoraría.Los mo-dos de matarla cochinilla son varios. Unos la sumergenenaguacaliente,y la pasanluego por un tamiz para recogerla cochinillamuerta,que se poneal sol hastaquedarperfec-tamenteenjuta; otros ponen al fuego una vasija con unacortacantidadde agua,y cuandoestábien caliente,metenen ella la cochinilla, y la meneansuavementecon unaespá-tula hastaquemuere toda,o como dice el mexicano,hastaquese fríe; sofócanlaotros al sol o en los hornoscircularesllamadostemazcalis,quesirven para los bañosde vapor yde aire caliente; otros la ahoganen aguafría, mezclándolealgunasveces vinagre; etc. El método seco es preferible,porqueel aguaarrebatapartede la materiacolorante,y daa la cochinilla unahumedadsuperflua,que la corrompeyaltera, si la estacióno el descuidodel cosechero la deja enella. El procederqueda la cochinilla másestimada,consisteen ponerlapor capasen unavasija honday angosta,y de-jarla así 24 horas, tiempo suficienteparaqueel calornatu-ral de estos insectos,aumentadopor su acumulación,lossofoque. La cochinilla conservaasí su polvo y se llama jas-peada;la que se hacemorir en agua, lo pierde, y por estarazónaparecede un color oscuro, y se llamadenegrida;enfin, laquesematasobreplanchascalientes,semejacomocha-muscada,y toma el nombrede cochinillanegra.Los comer-ciantes prefieren la blanquecinao jaspeada,porque estámenosexpuestaa la mezclafraudulentade pedacitosde go-ma, palo,tierra y otros ingredientesconquela adulteran.

La cochinilla muertay secaretienevariassustanciasex-trañas,comohuevecillos,orugas,los despojosde los machos,-el tiasole,etc., todo lo cual se le separapor medio de cribasy escobillas.Sígueseempacarlaen zurroneso cajasy si setiene cuidadode que,al hacerestaúltima operación,se hallebienenjutay acondicionada,no hayque temer que se altereo corrompa.

Parala descripciónqueacabamosde hacerde la cría ybeneficiode la cochinilla, hemostenidopresentela memoria

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Y publicadapor Caldasen la continuacióndel Semanariodela NuevaGranada,lo quetraesobreelmismoasuntoelbarónde Humboldt en el libro IV, capítulo X, de su EnsayoPo-lítico, y un artículo del N 26 de los Ocios, escrito al pa-recerconmuy buenasnoticias.La memoriade Caldases unextractode las instruccionesremitidasa Bogotápor el virreyBucareli.Humboldt consultóotrosdocumentosde la mismaespecie, redactadospor alcaldesy eclesiásticosde Oaxaca.

Algunas haciendas(segúnaseguraesteviajero) llegan a50 o 60,000 nopales; pero la mayorpartede lacochinillaqueentra en el comercioes suministradapor las pequeñasnopa-lerasde los indios.Expórtansede Oaxaca,en grana, granillay polvo de gran-a 4,000 zurrones,o sea 32,000 arrobas: eldistrito de Guadalajaraapenasda una

40a partede estepro-ducto. El cultivo, a la épocaen que escribióHumboldt, semanteníacasi estacionario,y no es de presumirquehayaau-mentadoen los añossiguientes.

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XVI

CASCADAS PRINCIPALES

DEL PARANÁ, EL IGUAZÚ Y EL AGUARAY,

RÍOS TRIBUTARIOS DEL DE LA PLATA *

(Viajes de Azara, tomo 1, cap. IV)

* Se rublicó este artículo, firmado con las iniciales A. B., en El Re/sertorio

Americano, 11, Londres, enero de 1827, pp. 114-117. Se reprodujo en O. C. XIV,pp. 297 - 300. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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El Paranátiene sus fuentesen la sierra aurífera de losgoyaces,pertenecienteal Brasil, entre 17°30’ y 18°30’delatitud austral; y engrosadocon los caudalesde gran nú-mero de ríos, algunosde ellos mayoresque los másgrandesde Europa,como sonel Iguazú,el Paraguayy el Uruguay,forma el río de la Plata, que estáreputadopor uno de losprimeros del mundo, y arrastraquizá tanta cantidad deaguas, como todos los de Europa juntos. Su corriente esrápida,porqueviene del lado del estey de las tierrasmon-tuosasdel Brasil. En Candelaria,dondesólo tiene 400 toe-sas de ancho, empieza a crecer considerablemente;y enCorrientes, llega a 1,500, formando una multitud innume-rablede islas, entrelas cualeshay algunasde grandeexten-sión. Sus principales crecientesse verifican en diciembre,y son en mayor númeroy más prontasque las del Para-guay. Sus aguas son de muy buena calidad, no obstanteencontrarseen él a menudomaderosy huesospetrifica-dos. Pero a pesardel gran caudalque arrastra,no es nave-gable en todasu longitud, por las cataratasy arrecifesqueinterrumpensu curso. Una de estas cataratasestá algo alnorte del río Tiete o Añembi, que se junta con el Paranáa los 20°35’ de latitud. Pero es mucho más notable la quese llama salto de Canendiyú,del nombrede un caciquequehabitabacercade ella al tiempo de la conquista,y salto deGuaira, por estarvecina a la provincia de estenombreenel Brasil. Su situación precisa es a poca distanciadel tró-pico de Capricornio, a los 24°4’27” latitud, segúnlas ob-servaciones.Es cascadaterrífica, y digna de ser descritaporlos poetas.Trátasedel Paraná,de aquelrío quemás abajo

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toma el nombrede la Plata; de aquelrío queen este lugarmismo lleva más aguaque una multitud de los de Europajuntos, y queal momentode precipitarse,tiene en su estadomediomucho fondo y 2,100toesasde ancho (medidasporAzara), que hacencasi una leguamarina.Esta enormean-churase reducesúbitamentea un solo canal de 30 toesas,a que se agolpatoda aquellamasade aguas,precipitándosecon furor espantoso.Pareceque el río, ensoberbecidoconel volumeny la velocidadde sus aguas,hace estremecerlatierra hastasu centroy producela nutación de su eje. Nose despeñan sus ondasverticalmente,sino en un plano de5Ø0 de inclinación sobreel horizonte y 52 pies de alturaperpendicular. El rocío que se levanta al estrellarse el aguacontra las paredes interiores de la roca y contra los peñas-cos que encuentraen el canal del precipicio, se alcanzaaver a distancia de muchas leguas en forma de columnas, yde cerca presenta, herido por los rayos del sol, multitudde iris de varios colores, en que se percibe un movimientode trepidación. De estos vapores se alimenta una lluvia quehumedece eternamente los contornos; el estruendose oyea seis leguas; y parece que se ven temblar las rocasvecinas,que están erizadasde agudísimaspuntas.

Para visitar este salto o catarata, es necesario andar 30leguas de desierto desde el pueblo de Curuguati hasta el ríoGatemí. Llegados a este punto, debenlos viajeros buscaruno o dos árboles gruesos,de cada uno de los cuales selabraunacanoaparael trasportede cierto númerode per-sonas con las provisionesy demás necesario.Quedan entierra para cuidar de los caballos algunos hombres bienarmados (porque hay en estas cercaníasindios bárbarosqueno dancuartel), y los restantesse embarcany navegan30 leguas por el Gatemí abajo, siempre alerta contra losindios que habitan las márgenesde este río, cubiertasdeespesísimosbosques.Hay pasos en que los viajeros se venprecisadosa arrastrarsus canoassobre los arrecifes,y auna llevarlas algunas veces a hombro. Llégase, en fin, al Pa-

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Cascadasprincipales

raná; y desde ailí a la catarata faltan tres leguas,que sepueden andar por agua, o a pie por las orillas del río, fal-deandounaselva dondeno se ve ave chica ni grande,perosí se encuentrade cuandoen cuando algún jaguar, fieramás terrible queel león o el tigre. Desdela ribera puedeel viajero medir la catarataa su sabor,y aun reconocerlaparte inferior de e la, internándoseen el bosque;pero llue-ve tantoen las inmediaciones,que esprecisoponerseencue-ros para acercarsea ella.

He habladosólo de lo másrecio de estacascada,que esla parte formada por una colina llamadasierra de Mara-cayú, que atraviesael río. Pero se pueden,y aun se debenmirar como continuación de ella, las 33 leguas en línearecta que hay desde aquí hastala confluencia del Iguazúo Curitibá, a los 25°41’de latitud observada,porque entodo este espaciotienen las aguas un declive considerable,y corren por un lecho de rocastajadasa plomo, y tan an-gosto, que dos leguas bajo la cataratano tiene el río másde 47 toesasde ancho.Susondasluchan embravecidasunascontraotras,y forman un laberinto de remolinos,sumide-ros y abismosque tragarían en un instante cuantasnavesintentasenpasarlo.

Otra cascadahay en el río Iguazú o Curitibá, de quehemoshablado,y cuyo caudal iguala a los dos mayores ríosde Europa juntos. Hállase ésta a dos leguas de su con-fluencia cone1 Paraná:su longitud total es de 656’/2 toe-

sas, sobre una altura perpendicularde 172 pies de París;pero se divide en tres principalesescalones,y cada uno deéstos tiene diferentescanales.El aguase precipita de mu-chos de ellos a plomo, y la mayor altura de su caídaes de18 pies. El estruendo, los vapores, la espuma, los iris, soncomo en a cataratadel Paraná.

Hay otra en el Aguaray, río que se puede comparar conel Sena,y que,mezclandosus aguascon las del Jesuí,llevaunas y otras al Paraguay.Esta última cascadaes perpen-

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dicular, y de 384 pies de París de altura. Hállase a los23°28’de latitud observada.

Comparandoestascataratascon el salto de Tequenda-ma y el de Niágara,hallamosque la más perpendiculardetodas es la del Aguaray, siguiéndoselas otras por este or-den: Tequendama,Niágara, Iguazú, Paraná.Si atendemosalvolumende agua,las de Tequendamay Aguaraysonhartoinferiores a las del Iguazú, Niágara y Paraná. Pero ningu-na puedecompetir con estaúltima, puesmientrasel Niá-gara forma en su caída una anchacortina de 371 toesas,que iguala a toda la extensióndel río, el Paranáse preci-pita formando un solo y enorme prisma de 30 toesas,llenoy sólido.

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XVII

EXTRACTOS DEL VIAJE

DEL CAPITÁN HEAD POR LAS PAMPAS DE BUENOS AIRESY LA CORDILLERA DE CHILE *

* Se publicó este artículo, firmado con las iniciales A. B., en El R/scrtorio

Americano, II, Londres, enero de 1827, pp. 141 - 152. Se reprodujo en O. C. XV~pp. 23-33. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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COSTUMBRES DE LOS GAUCHOS1

La situacióndel gauchotiene poco quever con las tur-bacionespolíticas que hacen tanto ruido en las ciudadesvecinas.Su número es corto, y viven esparcidossobreunavasta superficie. Tienen buenos modales,y sentimientosaveces elevados. Habitan por lo general la choza que losvio nacer, y en que vivieron antes de ellos sus padresyabuelos, por más que la tal chozaparezcaa los extran-jeros desnudade casi todos los atractivosdomésticos.Sushabitacionestienen todas una misma traza, y ésa senci—llísima; pues aunqueel lujo varíe al infinito la forma yelevación de los endeblesedificios que destina al abrigode huéspedesaun más endebles,la choza es en todas par-tes una misma cosa, y entre la del gauchoy la del mon-tañésde Escociano hay másdiferenciaque ser la primerade barro, cubiertade una largapaja amarilla,y la segundade piedra, techadade brezo. Los materialesde ambas soninmediatamente suministrados por el suelo que ocupan, yambasarmonizande tal modo con el aspectodel país, quemuchasvecesno es posibledistinguirle de ellas; y como enAmérica se andaregularmentea todo galope,y el terrenoes llano, el caminanteno echa de ver la habitaciónhasta

1 Rcsngh S/zetches,etc. Véase el Boletín Bibliogr~ifico. (NOTA DE BELLO).

Se refiere a la sección de comentarios de El Repertorio Americano, donde sedaba cu~nr~.rn e) mismo tomo II, de la aparición de esta relación del capitánHead. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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llegar a la puerta. El corral está a 50 o 60 varas de ella,formando un círculo de 30 varas de diámetro, con unafuerte valla de palos sin labrar, clavadosen la tierra poruno de sus extremos, y en que regularmenteposauna ban-dadade perezososbuitres, atraídosdel olor infecto de loscaballos muertos, huesos,cuernos,lana, etc., que cubrenla tierra alrededor.

La choza se reduce a un solo aposentoen que vivela familia: hombres,mujeresy niños, todos apiñados.Lacocina está a pocasvaras de distancia; y ni en el techo,ni en las paredesde la habitación, faltan jamásgrietas yagujeros. Como en la estación del calor está enjambradade pulgasy de una especiede chinchestan grandescomonuestrosescarabajos,se prefiere dormir al raso; de modoque, si el viandantellega de noche,y despuésde desensillarsu caballo, busca sitio en donde acostarse,puede colocarsu aparejo de dormir junto al compañeroo compañeraque másle acomode.El admiradorde la inocenciase echa-rá junto a un niño de pechos;el melancólicoprefiere la an-cianidad; y el gustode los atractivosde la partemás bellade la creación,pondrábonitamentela silla de montar queha de servirle de almohada,a pocas pulgadasde distanciadel ídolo que adora:bien entendidoque los pies y tobillosdel adormecidogrupo es lo único que determinarásu elec-ción, porque lo demásdel cuerpoestá envuelto en pielesy ponchos.

En el invierno, se duermepuertasadentro.Luego quela cenadel caminanteestá pronta,se trae a la chozael asa-dor de palo en quehan asadola carne,y se clava la puntaen el suelo: el gauchoofrece a su huéspedunacalaveradecaballo, que hacelas vecesde silla; y la familia ocupaotrosasientos de la misma especieen torno al asador, de quecortancon largoscuchillos grandespedazosde carne.Todoestopasaa la débil luz de una lámparade sebode vaca,yal abrigo de una lumbre de carbón.De huesosclavadosenla paredpendenfrenosy espuelas,lazosy bolas,Divísanse

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varios bultos por el suelo; y al irme a sentaren algunosdeellos, me ha sucedidohacergritar a un niño que dormía,o ver saltar un disforme mastín. El gallo ha llamado mu-chas vecesla aurora encaramadosobre mi espalda.

La vida del gauchoes curiosaen extremo.Reciénna-cido se le mece en un cuerocolgadodel techo. El primeraño gatea desnudo.Sus primeros juegos son un ensayodesu vida futura: póneseleun lazo de mimbresen la mano,ycon él se adiestraa coger pájarosy perros. A los cuatroañosse le montaa caballo,y desdeentoncesempiezaa serútil, ayudandoa encerrar el ganado. Sus pasatiemposyocupaciones son cada día más varoniles. Sin temor de losvizcacheros (madrigueras que hace en el suelo el animalllamado vizcacha1, y de que están minadas aquellas lla-nuras,ocasionandomucho peligro al que corre a caballo)galopa en seguimientode los avestruces,gamos, leones ytigres 2, doma los potros, enlaza las reses bravías, y laslleva al corral paramatarlaso herirlas. En estos meneste-res, pasaa vecesmuchosdías ausentede casa,mudandodecaballoluego quese le cansaci que lleva, y durmiendoalaire. Como se alimenta constantementede carne y agua,adquiere utia constitución vigorosa, capaz de soportar lasmayores fatigas, permaneciendo tanto tiempo a caballo, yhaciendotales jornadas,que pareceincreíble. La ilimitadaindependencia de que goza, y que ama con pasión, engen-dra sentimientosde libertad tan nobles como inocentes,aunquemodificadospor su modo de vivir errantey salva-je. En vano seríahablarle de los bienesy regalos de otravida másculta: sus ideasno le permitenconcebirquehayacosa másdigna del hombre, que alzarsede la tierra y ca-balgar; la faltade un caballono la compensanen suestima-ción ricos vestidosni manjaresexquisitos,y la huella del

1 Pequeño cuadrúpedo algo parecido a la marmota, y de costumbres análogasa las del conejo. (NOTA DE BELLO).

2 No creemos que haya en aquella parte de América animal alguno que

renresenteal león del mundo antiguo. Lo que se llama allí tigre, es el jaguar.(Fellis onza Linn.). (NOTA DE BELLO).

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hombreestampadaen el suelo le pareceuna señal de de-generación.

Los que le ven a la puerta de su pobre chozacon losbrazoscruzados,terciado el poncho a guisa de capa espa-ñola, y la chozahechauna criba, cuandobastaríandos otres horas de trabajo para hacérselacómoda y abrigada;los queobservanqueen un clima tan bello carecede frutasy hortalizas,querodeadode ganadono tiene leche quebe-ber, queno comepanni conocemásalimento que carneyagua; comparandosu vida con la del campesinode In-glaterra, le acusande indolencia; pero la comparaciónesinaplicabe, y la acusación injusta. Cualquiera que vivacon el gauchoy le acompañeen sus correrías,lejos de juz-garle indolente, se admirará de que tenga aguantepararesistirunavida tan laboriosa.Si carecede regalos,tampocosientenecesidades:acostumbradoa dormir al rasoy sin máscamaque la tierra, no le pasapor la imaginaciónque unaparedhoradadaseaun mal.

El carácterdel gaucho es a veces muy estimable. Suchozaestásiempreabiertaal caminante.Recibea sus hués-pedescon un agradoy unadignidad natural, quenadie es-peraríadel habitantede tan humilde albergue.Siemprequeentrabayo en una de ellas, se levantabael gauchode suasiento para ofrecérmelo; yo me excusaba,él insistía, ydespuésde recíprocoscumplidos y cortesías,me veía yoprecisadoa aceptar la oferta, queera una calaverade ca-ballo. Es curiosover a los gauchosquitarseinvariablementeel sombrerouno a otro, para entrar en una cabañacasidestechada,sin ventana,y con una puerta de cuero.

La vida del gauchoes a caballo. Cuandose trata debau-tizar a un niño, se le lleva de estemodo a la iglesia. El noviosienta la novia a las ancas,para ir a recibir la bendiciónnupcial; y en los entierros todos van a caballo, incluso eldifunto.

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II

MINA DE SAN PEDRO NOLASCO

El valle de Maipo es famosoen Chile por su amenidad.Ceñidode amboslados por las áridasfaldas de la cordillera,sigue el curso serpentinodel torrente o río que le da elnombre, y, aunque no cultivado, le adornagran variedadde arbustosfloridos y de frutales.

Atravesamosleguas enteras pobladas por una y otraparte de árbolescargadosde cerezasmaduras,y de duraz-nos bajo cuyo pesose doblabanlos ramosal suelo ~.

La tierra estabacubi~rtade huesosde duraznosde lacosechaanterior; y seguramentehaymillares de estasplan-tas cuyos donesjamáshan llegado a los labios del hombre.Aunque la tierra produce abundanciade árbolesmayoresy menores,no vimos en ella la menor señalde pasto, queen un clima cálido no puedeexistir sin riego.

Despuésde haber andado como 30 millas, pasamoselMaipo por un puentesuspensoriode sogasde cuero, cuyaconstrucciónexaminécon cuidado, y me parecióen todosemejantea la de los puentesde hierro que habíavisto enInglaterra, sin embargode existir éste allí de tiempo in-memorial. Como el río estabaa la sazóncrecido, el aguasaltaba impetuosamentepor encima, haciéndolo inclinarde un lado. Nuestrasmulas mostrabanpoca inclinación apasarlo; y yo ciertamentelo hubieracreído peligroso, siun hombreque se dejó ver del otro lado no nos hubierahechoseñasquepasásemos.El puentese dobló bajo nuestropeso,y el aguase estrelló con gran fuerza contra las ca-ballerías,pero éstas cargaronel cuerpoen dirección con-

1 El capitán Head debió de pensar que ei suelo daba espontáneamente estascosechas.La verdad es que el valle de Maipo es uno de los mejor cultivados de todala América. Si el señor Head hubiera transitado por allí algunas semanas antes, lehubiera visto cubierto de ricas mieses. Pero quizás hubiera creído que se nacían sincuidado ni diligencia alguna. (NOTA DE Bnu~o).

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traria; y llegamosal otro lado sin accidente,A la vuelta lepasamosa oscuras.

Habiendo seguido nuestra jornada cuatro millas, lle-gamosa un pequeñoestablecimientoen que se trabajanlosmineralesde San PedroNolasco,y se ejecutala interesanteobra de la amalgamación;y allí pasamosla tardey la no-che con intento de observarlo.

Sin meternosa describir el establecimiento,bastedecir~ue a disposiciónde los trabajos nos pareció bastantein-

y económica, y que, aunque no se han aplicado aello (ni debíaesperarse)muchosde los inventosmecánicoscue requierenun gran capital, el planen lo generalera tanbueno,como permitían ios recursosdel paíspara la reduc-cón y amalgamaciónde mineralesen pequeñaescala,con-sultando la economía.

El día siguiente, antesde amanecer,continuamosnues—~ ~ a San Pedro Nolasco,siguiendopor cuatro ocinco horasel hilo del río. El valle era cadavez más angos-to; los árboles y matas, menos vigorosos; y los Andesempinabanalrededorde nosotrossus cumbresnevadas.La8endapresentabaa cada pasopeligros infinitamente mayo-res que en parte alguna de la cordillera en el camino deMendozaa Chile. Las laderas sólo dejaban un trecho depocas pu1gadasde ancho, cubierto de piedras tan flojas,quea cadainstantese desprendíanbajo los cascosde nues-trasmulas, y se precipitabancon aceleradaviolencia al to-rrente. Yo hubierade buenaganaechadopie a tierra, perolas mulas no se dejan llevar de diestra; y ademáscuandouno se encuentraen la laderaa caballo, es imposible des-montar por falta de espacio;y el intentarlo haría tal vezaueperdierasuequilibrio la mula, y se despeñaraa la pro-funda sima queservíade cauceal torrente.En algunoslu-gare~,el agua había derrumbadola ladera,y no quedaba~ de senda,de modo que la mula teníaquetrepar porun plano inclinadopara recobrarla;pero es singular la se-guridad con que pisa este animal, y para apreciarleen su

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justo valor, es preciso verlo en la cordillera. Despuésdepasarcon gran dificultad dos o tres rapidisimostorrentes,que se precipitabande los Andes, y mezclabansus aguascon las del Maipo, llegamos a uno que parecíaaún máspeligrosoque los anteriores,y no habíamodo,sino atrave-sarlo o volvernos a Santiago.Tratamos de hacer que lasmulas que iban sueltaslo pasasenprimero; pero no bienmetió una de ellas los pies en el agua, la arrebatóla co-rriente, y a menosde veinte varasde allí fue hecho peda-zos el cajón que llevaba a cuestas.Atámonos,pues, consogas,y espoleamos;pero tales eran los hoyos, que no po-cas vecescubría el aguael cuellode la mula. Estospobresanimalestienen gran miedo a los torrentes,y sólo a espo-ladas se les puede hacerentrar en ellos; y aun entoncessucedeque, llegandoal mediode la corriente,resistenpasaradelante.Cuandoel aguaes profunda,los arrierosse enla-zanunos a otros, comolo hicimosnosotrosen estaocasión,aunque,a decirverdad,yo nuncapudecomprenderqueesodiera seguridadalguna, porque, si el torrente hace añicosun cajónde madera,¿porquéno el cráneode un hombre?

Por fin nos vimos con harta satisfacciónnuestraen laorilla opuesta;y empezamosa trepar el cerro de San Pe-dro Nolasco,que sólo descríbirédiciendo es el más escar-padoque se nosofreció subir en todasnuestrasexpedicionespor los Andes. Cinco horasanduvimosasidosde las orejasde nuestrasmulas; y tan pendienteeraen algunasparteslasenda,queno podíamosen muchotiempohaceralto. Prestodejamos a la espaldalos límites de la vegetación.El camino(que a vecesno se parecía) iba haciendopuntasa un ladoy otro; y si alguna de las mulas que iban delante,o máspropiamente, encima, se hubiera deslizado o caído, era ne-cesarioquerodarasobrenosotrosy nos ilevaracerro abajo.

Durante la subida, preguntábamoscontinuamentealarriero si el punto más alto que descubrimosera la cima;peroen llegandoa él, encontrábamosque aun restabamásquesubir. En esto,empezamosa ver a un lado y otro mon-

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toncitos con pequeñascruces de palo, que señalabanlosparajesen quehabíaperecidogentede lamina, sobrecogidapor las tempestades.Por fin, llegamosa la cima, cercade layeta de plata de SanPedroNolasco,situadaen uno de losmásempinadospicos de los Andes. Ofreciósenosa la vistaunapequeñay desamparadachoza,de dondenos salieronal encuentrodos o tres mineros, cuyo triste y macilentosemblanteestabaen perfecta armonía con la escenaquenos rodeaba.La perspectiva desde aquella eminencia eragrandiosa... era sublime; pero tan terrífica al mismotiempo, que no pudimos contemplarlasin estremecernos.

Aunque estábamos en la mitad del estío, la nieve quepisábamostenía, segúnnos dijo el mayordomode la mina,de 20 a 120 pies de profundidad; y amontonadapor elviento en pilas de formas sumamenteextrañas,dejaba atrechosdescubiertala roca,queera de color oscuro. Abajoalcanzábamosa ver el río y valle de Maipo, engrosadoporuna multitud de arroyos tributarios, que bajaban comohebrasde plata por las quebradas.Mirábamos a vista depájaro la gran cordillera erizadade picos de varias e inde-finibles figuras, todosencapotadosde nieves eternas;y porningunaparte descubríamosvestigios de verdura: la pers-pectivaque se nos presentabaera unaescenade universaldesolación,cuya magnificencia misma dabagrima; mien-tras reflexionandoque aunesta vasta masade nieve, tandesapaciblea la vista, había sido destinadaal servicio ybienestary aunregalodel hombre,puesella, como un ina-gotabledepósito,abastecíade agualos valles, reconocíamosque en realidad no hay en la creación parte alguna quepuedallamarseestéril, aunquehaya muchasque la natura-lezano ha destinadopara habitaciónde la especiehumana.Una espesanube de humo salía de uno de los picos, queerael gran volcánde San Francisco;y la yeta de plata enque estábamos,parecíadirigirse hacia el centro del cráter.

Como era entoncesestío,no pude dejar de reflexionarcuánhorribledebíade seraquelsitio enel invierno, y pro—

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curé informarmedel guíay de los minerossobreesteasun-to. Ellos por primera respuestame mostraronsilenciosa-mente las cruces,que de dos en dos, de tres en tres, y decuatro en cuatro, se dejaban ver en todas direcciones; yluego me dijeron que, aunquela mina era enteramentein-accesibledurante los siete mesesde invierno, los minerospermanecíanallí todo el año; que el frío ciertamenteeraintenso;pero que nadalos asustabatanto como los despia-dados temporaleso ráfagas de nieve, a que estabanex-puestos; ios cuales venían tan de improviso, que muchosperecíanenvueltosen ellos, sin tener tiempo de salvarse,aunquesólo se hallasena 150 varas de distanciade la cho-za como habíasucedidoa varios de los individuos que ya-cían bajo las cruces.Con tan funestosmonumentosdelan-te de mí, se me representabavivamentela agoníade aque-llos infelices, buscandoa tientas la habitación,y luchandocontra la irresistible violencia de la tempestadque no lesdejaba respirar un momento. Rastreabayo, o parecíamerastrear,por la posición de las cruces, las circunstanciasde su muerte. Unos habíanmuerto apiñadosen el camino,otrosextraviadosa máso menosdistancia,haciendovanosesfuerzospor hallarle. Uno de estos grupos excitabapar-ticular compasión.

Durante un invierno rigorísimo, en que comenzabana escasearlas provisiones (reducidascasi enteramentea car-ne seca)unapartidade minerosse ofrecióvoluntariamenteapasarla nieve y bajar al valle de Maipo en buscade ví-veres para sí y sus compañeros.Pero a pocospasos de lachoza,sobrevinoun temporal,y perecierontodos. Las cru-ces manifiestanque todos habíanperdido el camino: dosmurieronjuntos; otros,a diezvarasde distancia,y el cuartohabíatrepadoa la cima de un gran peñasco,desprendidodel cerro, conel objeto, sin duda, de averiguarla situaciónde la thoza. Los alrededores,en fin, de San PedroNolasco,por todas sus circunstancias,forman la perspectiva másmelancólicay horrorosaquehe visto en mi vida...

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Despojándomede la ropa, descendía la mina que mehabíapropuestoexaminar.Todas las otrasestabanabando-nadasde tiempo atrás; pero en ésta quedabanunospocostrabajadoresquerecientementehabíansido enviadosa ella,y la beneficiabansegúnel métodoantiguo de los españoles,al queestos hombreshabíanestadoacostumbradostodasuvida. Bajamospor una galería o plano inclinado; y luegonosdescolgamoscon suma dificultad por las muescasde losmaderos,que en todas las minas de Hispano-Américaha-cen el oficio de escaleras~. Despuésde bajar como 250pies andandoa vecespor planos,llenos de lodo y nieve, enque nos hundíamos hasta media pierna, llegamos al lugardonde a la sazónse trabajaba.Era asombrosover la fuerzacon que ios trabajadores manejaban sus pesados mazos, sinaflojar un momento; y por extraño que parezca, todosconvenimos en que jamás habíamosvisto inglesesde igualv~or.ni aue trabajasentan recio. Mientras los barreteroslaboreabanla yeta, los apires 2 extraíanel mineral a hom-bros.Luegoquehicimosnuestrasobservacionesy recogimosalgunasmuestras,subimosacompañadosde estos peones.

La fatiga de gatearpor aquellasescalasera tan grande,quenos faltabanya las fuerzasparaseguirsubiendo,mien-tras los peonesqueveníandetrás (con una larga estacaenuna mano, cuya extremidad hendida sosteníauna vela)nos dabanprisa para que no les cerrásemosel paso. El queiba adelante, silbaba cuando llegaba a ciertos parajes,yentoncesdescansabatoda la partida unos pocossegundos.Era cosa de ver cómo trepabanaquellos hombrespor lasmuescas,embarazadauna mano con la vela con quecada cuil se alumbraba, y sosteniendo una pesada carga acuestas;bien que a vecesno dejaba de darme temor de quetropezasealgunode los que iban delante,en cuyo casoera

1 No ces todas. La grandiosidad de las fábricas subterráneas de algunas minasde México ha llenado de admiración a los viajeros. (NOTA DE BELLO).

2 En Chile, se llama así a lcs cargadores. (NOTA DE BELLO).

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necesarioque le acompañásemostodos los demás en sucaída.

No podíamosya de fatiga, cuandollegamos a la bocade la mina: uno de mi partida estabaa punto de desmayar-se; y como el sol se habíapuesto, soplabaun airecillo tandestemplado y penetrante, nos hallábamos tan acalorados,y la perspectiva era por todas partes tan lúgubre y medrosa,que nos apresuramosa volver a la habitación, donde nosaguardaba una postade carne,junto a la cual nos sentamostodos a la redonda en el suelo. Luego que nos refrescamoscon un poco de aguardientey azúcar,envié por uno delos apires y su carga. Entró con ella, púsolaen tierra, yyo traté de levantarla, pero no pude; dos o tres de miscompañerosme la pusieronsobrelos hombros,y apenaspo-día movermeconella. El minero inglés quenos acompaña-ba, era un hombrefortísimo de Cornwall, y puestoa ello,apenaspudo dar paso con aquella carga.Otros dos de lapartida queprobaron a sostenerla,tuvieron que renunciara ello, temerososde algún accidente.

La cargaque probábamos,era una de las muestrasqueyo habíacompradoa los mineros,y pesabaalgo más de Lo

ordinario; pero no era grande el exceso,y el apire la habíatraído delante de mí por toda la subida. Mientras a unaextremidadde la sala bebíamosnuestroaguardienteaguado,sentadosen nuestrassillas de montar, y alumbradosporuna suciavela de sebo, a que servía de candelerouna bo-tella (y es de notar quesólo estábamosa tresvaras de dis-tancia de un zurrón de pólvora), los pocosbarreterosquehabíamosvisto en la mina fueron relevados por otros aquienestocabaestarde faenaaquellanoche.Vinieron, pues,a la habitacióny sin decirnospalabra,comenzarona ade-rezar su cena,lo que hicieron facilísimamente,quitandolas velasde las estacas,y poniendoen éstassendospedazosde tasajo, que calentaronpor unos pocos segundossobrelas brasas;hecholo cual, comieronde él, y bebieronencimaaguade nieve derretida,llevándolaa la bocaen un cuerno.

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Concluida esta parca refacción, se entregaronsilenciosa-mente al descanso,único placer que no les había podidonegar la fortuna. Diles el aguardiente que me quedaba,y les preguntési teníanlicores, a quese me respondióaquí,comoenotraspartes,quea los minerosles estabaprohibidosu uso; privación a que me parecieroncompletamentere-signados. Comparandola trabajosa existencia de estoshombres con la alegre independenciadel gaucho, no secomprendecómo hay quien se sometavoluntariamenteaunavida tan dura.

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XVIII

PRODUCCIONES DE LA PROVINCIA DE

COCHABAMBA

(Extracto de la introducción a la Historia Natural de aquella provincia por don

Tadeo Haenke; 15 de febrero de 1799). *

* Este artículo fue publicado en El Repertorio Americano, III, Londres, abril

de 1827, pp. 112432. Apareció firmado con las iniciales A. B. Se reprodujo enO. C. XIV, pp. 349 - 367. (CoMssIóN EDITORA. CARACAS).

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El territorio de la provincia de Cochabambaforma unafaja largay angosta,queseextiendeexactamentedel orien-te al ocaso.Su longitud será como de 130 leguasgeográfi-cas, y su anchurade 20 a 30. No hay provincia en las dosAméricas cuyos límites haya trazadola naturalezade unmodo tan claroy tan invariable,como los de Cochabamba;y la geografíano adoptó jamás una división política quemejor se conformasecon los límites naturales. El RíoGrandeo Guapeylos demarcacon la mayor precisión po-sible, dividiéndola de los distritos de Chayanta, Yampa-raesy Charcas.Una alta serranía(el contrafuertede Co-chabamba,de quehablamosen un artículo anterior) * lacubre por el lado del norte, haciéndoleuna barrera respe-table que se eleva a la región de las nubesy la separadelos Andes. La industriadel hombreha llegadoa pasoslentosa abrirse camino en regionesque a primera vista parecenimpenetrables,aprovechándosede ellas para ensancharsudominio. Al oestetoca las faldas de la masaenormede lacordillera de los Andes que se llama ordinariamentede laCosta; y al estese pierdeen aquellasvastasllanurasque es-tán casi a nivel del mar, y cuyaextensióny situaciónno sedeterminaránexactamentesino en los siglos venideros.Elterrenobaja insensiblementeformandoun plano inclinado,cuya extremidadmás alta se apoya sobre la cordillera y lainferior descansasobrelo másbajode la superficie del con-tinente: posiciónsingulara que debeestepaíssu fertilidad,

~ Véase: Orografía americana. Descripción de las cordilleras de la América

meridional, publicado en este tomo. (CoMsslóN EDSTORA. CARACAS) .

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por la variedadde temperaturasde que goza, juntandoenpequeñoespaciotodoslos climas de la tierra. En las cum-bres de la cordillera, reina una perpetuoinvierno; los ha-bitantes de la Siberia y de Kamschatkacreeríanreconocersu suelo nativo en las tierras altas de Chile y del Perú,como si se hubiesecolocado un mundosobreotro entera-mentediverso.En lo interior de la cordillera,hayunamasaenormede metalesde todas especies;y sobreel declive delos montesy en los llanos se encuentrauna maravillosaabundanciade todo génerode produccionesminerales,sa-linas y terrestres.Los lagos ofrecen allí depósitos inago-~tablesde la sal común,quelas aguasdisuelvenen las tierrasqueocupandurantela estaciónde las lluvias; y se cristalizaen tiempo secopor la evaporacióndel disolvente, la cuales rapidísimaen un país cuya elevaciónes tan grande.Enotraspartes,se encuentranllanurascubiertasde álcali mi-neral (carbonatode sosa), sal admirable (sulfato de so-sa) y magnesiavitriolada (sulfato de magnesia).Bajandolos montes,se hallan entrerocasescarpadasvitriolo y alum-bre, llamado allí cachinay millo, cuyas vetasdescomponela mano poderosadel tiempo. En las cimas nevadas,dondela ligerezay extremadararefaccióndel aire no per-miten a los otros animales respirar, viven el guanaco,lallama, la alpacay la vicuña, cuya lana, particularmentela de las dos últimas, se cuentaentrelas más preciosasdelmundo. A pesardel rigor del clima, la naturalezaha vesti-do las cumbres y precipicios de una multitud de plantasenanasinteresantísimasa la medicina. Descendiendoa losvalles vecinos, se goza de un temperamentoapacible,quese puedellamar unaprimaveraperpetua.Allí creceel maízal ladode la cebaday el trigo; allí prosperanla vid, el olivoy los árboles frutales del antiguo continente.En las gar-gantas o cañadasestrechas,abiertaspor los ríos, que seprecipitande la cordillera, la reflexión de los rayos solaresaumentael calor; y amboslados comienzana poblarsedeárboles,cuya vegetaciónse hacemásy más lozana,cuanto

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Produccionesde la Provincia de Cochabamba

más caminovan andandolas aguas y más se va elevandola temperatura.Más abajo empiezael temple de la zonatórrida; y la fecundidadde la naturalezase manifiestaentoda su lozanía y vigor, presentándosea la atencióndelfilósofo innumerablesvegetalesy animales, cuya variedad

y belleza excedencuanto la imaginaciónpuedefigurarse.Un calor igual y considerable,y una humedad continua,son los grandesmediosde que se sirve la naturalezaen sustrabajos.Crecenallí las palmas,el ananá,las varias espe-cies de banano,el algodón, el cacaoy el árbol bienhechorde la quina. En fin, al pie de la cordillera empiezanlas tie-rras bajasy los vastosllanos cuyos límites ignoramosaún.

Tales son las modificacionesdel suelo y del aire quedistinguena la provincia de Cochabamba;y puedejuzgarsepor ellas cuálesserán su fertilidad y la multitud de susproducciones.

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Entre las MINERALES, son dignos de nota:1. El alumbre nativo, de que se conocenvarias espe-

cies, a saber: la cachina blanca, el millo y el colquenillo ocachina amarilla. En las fábricasde Europa,el beneficiode la mina de alumbreexige operacioneslargasy compli-cadas,ya parala extracciónde las piedrasimpregnadasdeesta sustancia,ya para prepararla,separarlas materiashe-terogéneasy cristalizar la sal repetidasveces, hasta quellega al grado de purezaque piden las fábricas a que seaplica, las cuales consumenuna cantidadinmensade ellacadaaño.El de Roma pasapor el máspuro; bien que me-diante algunasmanipulacionesparticularesy un poco másde costo,todoslos conocidospodríanllegar al mismo gradode pureza. Pero en esta parte de América, la naturalezapresentaesta sal en su estadonativo y tan puro como esposible,sin quese necesiteel auxilio del arte paraemplear-la aunen las operacionesmás delicadas.Tal es la cachina

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blancaque se halla en las fronteras de la provincia de LaPaz,en forma de vetas,cuyo quijo es la pizarra o esquisto,tan blancacomo el azúcar, medio trasparentea la luz, ya vecesrojiza como el alumbrede Roma, sin el menor in-dicio de hierro, sustanciaque ordinariamenteempañael deotros países,y altera y oscurecelos tintes.

El millo se encuentraen todaslas gargantasde la cor-dillera. La accióncombinadadel sol y de las aguasdescom-poney ablandasucesivamenteel quijo en la estaciónde laslluvias; y la sequedadde los mesessiguientesextrae, con-centray acumulaesta sal sobre las rocas, cubriéndolasamanerade costra blancay a vecesamarillenta, cuya sus-tanciaes alumbrepuro, con un ligero excesode ácidosul-fúrico. Los tintorerosdel paísempleanen todassus opera-cioneseste alumbre nativo sin preparaciónalguna.

El colquenillo se halla principalmenteen los confinesde los distritosde Porcoy Chayanta,y se componede alum-bre y sulfato de hierro íntimamenteunidos.Empléasesóloen el blanquecimientode la plata; pero es sobre todo apre-ciable para los químicos por el excesoextraordinario deácido sulfúrico que contiene.

2. La catarrosa (sulfato de hierro). Hay gran núme-ro de especiesde estemineral en el Perú.Formatinta conlas sustanciasvegetalesastringentesde que poseemuchísi-mavariedadestepaís;y los tintorerosla empleanparael ne-groy paralos coloresoscuros.Su abundanciaes tan grande,quese puedencompraren algunaspartescincoo máslibraspor medio real.

3. La sal de Inglaterra o magnesiavitriolada (sulfatode magnesia).Abunda mucho en toda la América meri-dional, en su estadonativo, mayormentesobre el decliveoriental de los Andes,y en las quebradasdel Pilcomayo yCachimayo,en las del Ayopayaque pertenecea esta pro-vincia, y en multitud de otras,presentándosebajo la formade polvo blanco o de capasde considerableextensión,enque a veceshay pedazosde media libra o de una libra de

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sal purísima. Podríanextraersede Cochabamba,si se em-pleaseen ello algún capital e industria, cantidadesinmensasde estasustancia,que bastaríanparaproveer todo el Perúy aun el universoentero.

4. La sal admirable (sulfato de sosa). Hállase abun-dantísimamente,mezcladacon la sal común, en todo elcaminodel Cuzco al Potosíy aJujuy, en las mesetasde lacordillera,y sobre todo cercade los grandeslagos de Chu-cuito y de Oruro, y nadaseríamás fácil quebeneficiarlacon tantautilidad, quepudiesevendersea cuartillo de realla libra, que hoy cuestacuatro realesde plata.

5. El nitro Puro (nitrato de potasa). Su abundanciaen la Américameridional,mayormenteen el declive o fal-da de las colinas poco elevadas,cubiertasde tunas y otrasplantas suculentas, es verdaderamentemaravillosa. Lasprovincias que la benefician en mayor cantidad para lasfábricas de pólvora, son las de Lampa o Masuyos, Paria,Oruro y Cochabamba;y en algunasde ellas se fabrica alpresente pólvora de excelentecalidad. Su bajo precio laharía muy a propósitoparafabricar el aguafuerte que sedestina a la separaciónde los metalespreciososen la casade monedadel Potosí,lo queno ha podidoverificarsehastaahora, con harto perjuicio del erario y minería del país,por la necesidadde emplearel ácidoque se envía de Eu-ropa, cuyo precio es exorbitante.Sería también ventajo-sisima su introducción en España,extrayéndolopor iospuertosdel Perú y Chile. Debe también observarse,comofenómenorarísimo en química y mineralogía,que se ha-lla abundantementeen Cochabambael nitro cúbico nati-vo (nitrato de sosa),mientrasqueenel antiguo continentees tan difícil encontrarlo formado.

6. El álcali minera! o sosanativa. Abunda mucho entodoel Perú,a todas las temperaturas.Estasal es la mismaque se obtiene en las provincias meridionalesde España,por la combustióne incineraciónde unaplantaquese cul—tiva al intento (la barrilla), y que forma un ramo de co-

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.1a/ural~zaAmericana

merciointeresantecon el norte de Europa.Mucho pudierasacar Cochabambay el Perú entero del beneficio de unmineral de tan variase importantesaplicacionesa la meta-lurgia, tintes, fábricasde vidrios, cristales,porcelana, ja-bón, etc.

7. El cardenillo (carbonatode cobre). Hállasenativoen las minas de cobre; y se empleaen lugar del artificialpara todos los usos domésticos,y sobre todo en la pinturay alfarería.

8. El oropimente (sulfuro de arsénico).Lo dan dife-rentesminasde la cordillera, sobre todo las de Parrinacota,nombrecon que se le conoceen el Perú. Empléaseen lapinturay tintes.

Lassustanciasmineralesprecedentesse hallan formadasde todo punto por la manomisma de la naturaleza,y sinla más ligera ayuda del arte. Además,el país está copio-samenteprovisto de materialespara la fabricación de losácidos sulfúrico, nítrico y muriático; del vitriolo de cobre(sulfato de cobre); del tártaro vitriolado (sulfato de po-tasa); y de la magnesiablanca.

El cristal es uno de los productosmáshermosose inte-resantesde la química, y la materia más noble, limpia ycómodaque puedeemplearseen los menesteresordinariosde la vida. Casi todos ios reinos de Europa se han empe-ñadoen establecerfábricasde vidrios y cristales,pero conmuy desigual suceso,porque no todos los paíseshan sidoigualmentefavorecidosde la naturalezaparaeste ramo deindustria, y aquellosque poseyesenlos mejoresy más co-piosos materiales, difícilmente podrían aprovecharlos,sicareciesende grandesbosqueso minas de carbónde tierra,de dondeproveersede la inmensacantidadde combustibleque consumenen brevetiempo estasfábricas,a algunasdelas cualesse havistodestruir selvasespesísimas,quese creíadurasensiglos. Se ha observadoen Europa que la manu-factura de cristales ha desmontadovastos terrenos, aya—sallándolosal dominio del hombrey al arado; y dondela

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humedady las malezassofocabanlos gérmenesde todaslasplantasútiles, aparecieronluego campiñasfértiles, queali-mentaronnuevospueblos.Pero si estoshornos devoradoreshan producido ventajososefectos en paísesde escasapo-blación y cubiertos de bosques,ha sucedido todo lo con-trario dondela tierra, desnudade ellos, apenaspodía su-ministrar a sus habitantesel combustiblenecesarioparaiosmenesteres domésticos.

Cochabambaofrece las mejores proporcionespara elestablecimientode fábricasde cristales.Lashay tiempo hade vidrio comúnen las quebradasvecinasal Río Grande;y no habiéndoseinterrumpidonunca sus trabajos,estosólopruebaque las puedehaber de otra especie.En efecto,ellaposee cuantosmaterialesse necesitanpara tales fábricas,no sólo en abundancia,sino de la másbellacalidad;y tienebosquesquepodrían alimentarlos hornospor siglos, y cu-yo desmonteredundaríaen gran provechode la agricultu-ra. Los materialesnecesariosson sales y otras sustanciasfundentes,como sosa,potasa,nitro, plomo, arsénico,man-ganesa,arenao piedras vitrificables, y finalmente, arcillaparalos crisolesy otrasvasijas.Ya se ha dicho lo abundan-tequees lasosaen todoel Perú.Conestasustancia,y sinotroprocederque una calcinación incompleta, se fabrican ha-ce muchosañosen Río Grandeutensilios groserosde unaespeciede vidrio verduscoy de otros coloresoscuros,perotan delicadoy quebradizo,que a la más leve impresióndecalor estalla: defecto que proviene de emplearsela sosaenel estadomismoen que la cogendel campo,sin preparaciónni purificación alguna. Compóneseestevidrio de sosafun-dida, sin la agregaciónde ninguna sustanciavitrificablequele dé cuerpoy solidez;y los hornosson de la peorcons-trucción que imaginarsepuede,dandosólo el calor precisopara fundir la sosa,que es bien inferior al que se requierepar,aunamasade cristal bien acondicionada.

El segundomaterial es la potasa,álcali que se extraedela cenizade diferentesvegetales.La proximidadde la cor-

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dillera ofrece un anchurosocampo para esta operación.Susdilatadasselvas,que se prolongana centenaresde leguaspor lo interior del continentey danen abundancialas ma-derasmás útiles y exquisitas,apenasse conocen,si no esdesde su orilla hasta la subida de los montes, y eso sóloparael cortede la que se destinaa los mueblesy utensiliosdomésticosmásindispensables.Peroaúnno se ha penetradoen ellas,y no se tiene idea de la inagotableriquezade pro-duccionesderramadasen el seno fecundo de estassoleda-des inmensas.Aun sin subir a los Andes,hay mil plantasde que se sacaestasal, como son las tunasy cardones(cac-ti) quecubrenlas márgenesde todaslas quebradasde tierracaliente.Lo mismo puededecirsede los desechosdel maíz,y particularmentede la tusa1, que reducida a ceniza, dagran cantidadde potasa,y de superiorcalidad a la de otrosvegetales.

Hemos habladodel nitro y del oropimenteo arsénicomineralizadopor el azufre. El plomo no abundamenos.La manganesa,que suele agregarseen pequeñadosis a lamasaparadestruir todoprincipio colorante,se conoceaquíbajo el nombrede negrillos; y se aumentala dosisen lasfábricas de vidrio para darle diferentescolores, en espe-cial el violeta.En cuantoa las sustanciasvitrificables, en lacordillera de los Andes se hallan todas,y en un grado depurezaextraordinaria.En fin, por lo quehace al combus-tible, Cochabambatiene un acopio queno podrá agotarseen siglos. El cultivo y comercioactivo de la coca es loúnico queha inducidohastaahora a sus indolentesmorado-res a explorar los bosquesvecinos, que son espesísimos,yrenacenbajo la mano que los derriba. Puede decirse sinexageraciónque, en todo el espacioocupadopor ios An-des, aúnno se ha empezadoa calar la espesurade las selvasparasacar provechode ellas y del terreno,y que los des-monteshechoshastaahorason casi nadarespectode lo que

1 Llámase así la espiga o mazorca desgranada;rachis, en la bot~ínica; y envulgar castellano, ras/sa. (NOTA DE BELLO).

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resta,y sólo merecencompararsea pequeñasislas circun-dadas de un vastoocéano.Unas pocas fábricas de cristaldespejaríandentro de poco algunasleguasde superficie, ydarían al estado terrenosfértiles, sepultadosahorabajo lasombra de la impenetrablevegetaciónque los cubre.

II

1. La oveja.Entrelas produccionesANIMALES, mencio-naremosen primer lugar la oveja, don precioso que losconquistadoresde América hicieron a sus antiguoshabitan-tes,y quehanenriquecidoconsiderablementela clasede losanimalesdomésticosdel país. En las tierras altas del Perú,se ha multiplicadode tal modo,queconstituyehoy la partemás esencialde la felicidad del indio, sirviéndole la lana deabrigo contra las intemperies,y la carnede alimento.Esteanimales másvigorosoen las regioneselevadasy frías de lacordillera,que en las bajasy templadas;y la diferenciadetemperamentoinfluye visiblemente en la lana, pues lasovejasque se críanen ios jugosospastosde las tierras altasladanmásfina y espesaquelas otras. Comola oveja del Pe-rú desciendede una razaexcelente,ha conservadopor logeneralla bondady finura del vellón, sin embargode ha-cérselepasarcontinuamentede unas a otras temperaturas.El mayorconsumoactual de esta lanaes en ios tejidos ordi-nariosdel país, queel gobiernoespañolha permitido hastaahora,aunquesujetandosu fabricación a privilegios exclu-sivos. Los ensayoshechospor mí en estalana (dice el señorHaenke),mehan convencidode que podríaemplearseconigual sucesoen telasde mejor calidady de coloresmásfinos.

2. La vicuñahabita la partemásescarpadade la cordi-llera, de donde el rigor del clima y las nieves continuasahuyentana todos los otros vivientes menos el guanaco,que, comola vicuña,es unaespeciede camello,y frecuentalos mismossitios que ella. Ambas especiesson bastanteco-

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munesen Cochabamba.El alto precio quetiene la lanadela vicuña en Europa,ha ocasionadouna extracciónconsi-derableen esteartículo, a costa de la vida de gran númerode los animalesque lo producen,por la detestableprácticade matarlavicuñaparaesquilarlaunavez y lograr así comounamedialibra de lana. La destrucciónquede ello resultaes increíble, y acabarápor exterminarestepreciosoanimal,amenosque se halle algún medio de esquilarlo conserván-dolela vida, economíaprudente,quecon el tiempo multi-plicaría los productos.Algunoshantenido la ideade criar-los como las ovejas; pero ademásde las dificultades desemejanteplan, hayel inconvenientede queun animalacos-tumbrado como éste a la más ilimitada libertad, no pro-crearíasi se le encerrase,como seríaprecisohacerlo, paraqueno burlasela vigilancia de los pastorespor su velocidad,y la costumbrequetiene de refugiarsea lo más alto y es-carpadode la cordillera.El medio másadecuadoa esteobje-to seríaformar grandescercosen parajesaltos, extraviadosy de buenospastos,lo queseríatantomás fácil de ejecutar,quesu construcciónestáya, por decirlo así, comenzadaporla naturaleza;encontrándosea cadapasoriscos inaccesibles,quebradasy precipiciosespantososquecortantodacomuni-cación;de modo queel perfeccionarestaobra seríacosadepoco dispendioy trabajo.No sólo serviríanlos tales cercosparaguardarestosanimalestan celososde su libertad, sinopara juntar de tiempo en tiempo los rebañosvecinospormediode unabatidageneral.

3. La alpaca es un animal doméstico,y pertenecealmismo géneroqueel precedente.Los indios no lo empleancomobestiade carga,prefiriendola llama, que es másfuer-te. Vive en los parajesvecinosa la cordillera,cerca de lascabañasde ios indios, que lo críanparaaprovecharsede subella lana.Es máspequeñoque la llama; y su vellón espeso,ordinariamentecrespo,le desfiguraalgo ci cuerpo,queca-rece de la gallardía,graciay hermosurade las otrasespecies.La mayorpartede las alpacasson negras;y sólo en algunos

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distritos se hallan rebañosblancos,que se perpetúancomolos otros. La lana de ambasvariedadeses muy fina y suave,de largoshilos, y de un lustre singular,en que los tintesnocausanalteraciónalguna.

4. La cochini~’la.La fina de Oaxacaes hartosuperior ala silvestredel Perú,en la cantidady viveza del color; demaneraque,paraproducir igual efecto,es menesterel cua-druplicadopesode la segunda.Pero su bajoprecio y facili-dad de procurarla en estas provincias interiores, ofrecenventajasno despreciablesa los habitantes,que se aplicancon bastantegusto al arte de la tintura, suministrándolesla naturalezacon liberalidad cuanto es necesariopara esteramointeresantede industria.La afición a los coloresvivosy brillanteses generalen todas las clases,empleándoseconpreferenciala grana; cuyo color no ha podidoaún imitarseperfectamentepor medio de sustanciasvegetales,aunquees probabilísimo que la química 1o logre algún día. Másadelanteveremosel usoque se hacedel cha~i conesteobjeto.

5. Sal amoníaco (muriato de anmonia).~‘En mis inda-gacionesbotánicasy físicas sobre la cordillera, me sucediómuchasveces(dice nuestroautor) yerme obligado por al-gunaráfaga de nieve o granizo a buscarel asilo de las mi-serablescabañasde indios pastoresque habitan esta zonaglacial. La falta de arbustosen regionestan elevadashaceemplearen el hogar de la cocina una especiede paja altallamada ichoicho,del génerode la festuca; la cual se mezclacon los excrementos secos del guanaco, vicuña, alpaca y prin-cipalmentela llama. El calor producido por este combus-tible es considerable;y el humo quedespidebastantedenso,se pegaa las paredesy pajizos techosde las cabañas,depo-sitandoun hollín duro,macizoy brillante, que forma pocoa pocounacapabastantegruesa.Alojan en ellas los pastoresindios y aderezansu comida, acompañándolosvarios ani-males domésticos.La primeravez que meencontréen estascabañas,me vino a la memoria el método de fabricar elmuriatoamoniacalen Egipto, cuyoshabitantessuplentam-

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bién la falta de lejía con los excrementosde sus camellosyotros animales domésticosmezclándoloscon la paja dearroz y reduciéndolosa la forma de ladrillos para el con-sumodel hogar.Los ganadosde los egipciosse alimentandeplantassaladas,de cuyas cenizasse extraesosa: otra analo-gía entre el Egipto y la cordillera, cuyos pastosestáncu-biertos de sal común,sulfato de sosay álcali minera1puro.El hollín producidopor este combustiblees el material dedondese extraeel muriato amoniacalen Egipto; y misex-perienciasme hanconvencidode que las incrustacionesdelas cabañasde los Andes lo contienentambién abundante-mente, y pudieran suministrarloal comercio”.

III

SUSTANCIAS VEGETALES MEDICINALES

1. Gomaárabiga. Sabidoes queun árbol corpulentodelgéneromimosa produce esta goma en Egipto, Arabia yotrasprovinciasdel Oriente. Úsasemuchola goma arábigaen la medicinay la pintura; pero su mayor consumoes enlas tintoreríasy en una infinidad de menesteresdomésti-cos. Estaparte de la América meridional, que es el jardínbotánico másrico y mejor provisto de plantasútiles,poseemultitud de especiesde ella. La mimosaalgarrobo,el espino,los árbolesmáscomunesla danen muchacantidad,sin quehastaahora se hayapensadorecogerla,sin embargode pa-garsela que viene de Europa a cuatro realesla onza, y avecesmáscaro. Los árbolesde queacabamosde hablar,sondel mismogéneroqueel de Oriente.Hayotro quela produ-ce en abundanciay de bonísimacalidad, llamado vilca, ycuya cortezacontieneademásun principio astringentetanfuerte, que, pulverizada,sirve parael curtimientode pieles,a las que, mezcladacon un poco de cal o lejía, comunicaun bello color rojo.

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Prodzicc2onesde la Provincia de Cochabamba

2. Alcanfor. En las cañadashondasy angostasque ba-jan de la cima de los Andes a los distritos de Ayopaya yArque, pertenecientesa Cochabamba,se halla frecuente-mente un arbustopenetradode esta sustancia,cuyo olorse percibe a grandesdistancias.Naceen terrenosescarpadosde unatemperaturasuave,y crecehasta3 o 4 pies a lo sumo.Todaslas partesde estearbusto,principalmentelas hojas yflores, despidenel olor fuerte y picanteque caracterizaalalcanfor; y destiladasenel alcohol, danun espíritu aromá-tico, parecidoal espíritu de vino alcanforado,cuyas vir-tudesmedicinalesposee.El polvo de las hojas es antisépticoexterior e interiormente,calmantey antiespasmódicoen lasafeccioneshistéricas;y variaspreparacionesde lamismama-teriasonpoderososdiaforéticos.

3. Hamahíma,especiede valeriana.Su raíz es un exce-lente específicocontra los ataquesde epilepsia.

4. Catacata (valeriana catacata).Su raíz se administracomo estomacal,fortificante y antispasmódica,y produce,como la anterior,los mejoresefectosen los ataquesde epi-lepsia.

5. Tamitami (gentianatamitami). Raíz vivaz, perpen-dicular, de 2 a 5 pulgadasde largo, redonda,guarnecidadefibras amarillas amarguísimas,eminentementefebrífugas.Los indiostienenla costumbrede frotar con las hojasy flo-res de estagencianalas piernasy muslosde los niños, cuan-do muestranalguna dificultad paraandar, y pareceque lavirtud tónica de la plantalos fortifica, puesjamás se ob-servaentreellos la raquitis, tan comúnen el norte de Eu-ropa.

6. Árnica de los Andes.Es de la clasesyngenesia,y seacercamás al géneroárnica, que a otro alguno conocido;sus hojasson sinuosas,y salentodas de la raíz, y del centrode ellasunasolaflor de color amarillodoradoy de extraor-dinariasdimensiones.Una flor tan hermosaes un fenómenoque sorprendey maravilla en las regioneselevadasde laatmósfera,dondeaparece,es decir, en los últimos confines

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de la vegetación.La raíz constade fibras de un saborpar-ticular, picantey amargo;y se aplica con muy buenosre-sultados a los casos de obstruccioneshipogástricas,queson la verdaderacausade las hidropesías,enfermedadtancomúnenel Perú.Adminístraseen cocimiento,y es un po-derosodiurético.Una de las causasquedisponena la hidro-pesía,es la grandeelevacióndel país, y la consecuenterare-faccióndel aire, de que resultaque,experimentandomuchomenor presiónque la acostumbrada,los sólidos de nuestramáquinaresistenmenos al impulso de los fluidos, y debe,por tanto, ocasionarseunaextravasaciónde humoresen eltejido celular. Aplícase también el árnica en las enferme-dadesvenéreasy en variasespeciesde exantemascutáneos.

7. Cariofiata de los Andes. Perteneceal géneroGeum.Es plantade un olor aromáticosuavísimo,como el de losclavos de especia,a que se asemejaademásen el sabor.Em—pléasecomo estomacaly fortificante, y pudiera tambiénusarsecomo condimento.

8. Guachanca (euphorbiaguachanca).Su raíz pulve-rizadaes el purgantemásusadode los indiosperuanos;peroes menestercircunspecciónpara administrarle, porque esun remedio activo. Abunda principalmenteen el distritode Yapayade la provincia de Cochabamba.

9. Agave vivípara. El jugo de la parte superior de laraíz se aplica a las llagasy úlcerasmalignasinveteradas,sinexceptuarlas venéreas;y en la mayor partede los casosselogra una curaciónperfecta. La raíz pulverizadaposeelasmismasvirtudes, pero en un grado más débil. Aplícasein-teriormenteen forma de píldoras, infusión o extracto, yexteriormenteen unturas,emplastos,puchadas,etc. Su ad-ministración interior debe ser circunspecta,porque irritaviolentamenteel sistemanervioso.Se ven excelentesefectosde su usointerior y exterior en los tumoresescrofulososyserosos,las llagasdel útero, las flores blancasprocedentesdecausavenérea,la clorosis, los doloresreumáticosy artríti-cos,y las afeccionesescorbúticasde la boca. Tomadainte-

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Produccionesde la Provincia de Cochabamba

riormentea gran dosis, es un vehículocaliente adecuado,excitaun sudorcopioso.Se hanponderadomucholas virtu-desmedicinalesde unaagaveo magueyde México; peronose sabesi es la misma especiequeel queacabamosde men-cionar.

10. Begoniaanemonoides.Tampocose sabesi la begoniaprobada con tan buensucesoen los hospitalesde Madrid, deordendel rey, es la peruanade hermosasflores rosadas,queexcedenen el tamañoa las de todaslas especiesconocidasdeestegénero.Estaplanta suministraun purgante.

11. Varias especiesde qui;za, excelenteárbol que cubrecentenaresdeleguas,adondeel hombreapenasha penetrado.

Iv

TINTES VEGETALES

1. Árbol de tara (ccesalpiniatara).Cultívaseen los jar-dines de casi todoslos lugarestempladosdel Perúpor el palode tinte que suministra,y por su fruto leguminosoastrin-gente,quese aprovechaparatinta. Conservasu verdor todoel año; y en los montesresistea las heladasde junio y julio,que hacenbajarel termómetroal punto de la congelación.La parteexteriordel paloesblanca; la interior, que es la quese aplicaa la tintura, de color bermejo;y no deja de serno-tablequeel palode tinte máscélebrede la India y de la Chi-na, la coesalpiniasa~an,perteneceal mismo género.El de latara es diferentedel campechey del moralete;y creoquenose le haextraído jamásdel Perúparaemplearlocomo mate-ria de tintura, sin embargode dar coloresrecomendablesporsufijeza y permanencia,porquefuera de la partecolorantecontieneun principio astringente.Reducidoa polvo y her-vido en agua, la tiñe primero de color violeta, quepasaporgradosa un pardo opacodesagradablea la vista, pero quepor medio del alumbrevuelve a su primitivo color. Las di-

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solucionesde hierro producenun violeta oscuroque tira anegro,y elprincipio astringenteprecipitaenparteestasus—tancia metálica. Las disolucionesde cobre, particularmen-te el vitriolo (sulfato), producenigual efecto; pero esteprecipitadoes disoluble por el álcali, en cuyo esi~adoda latintura al algodón un color azul turquí como el del añil,que resisteal jabóny a la lejía, perose alteracon los ácidos.Con el acetatode plomo y el alumbre da hermososcoloresvioletas de unafirmeza a toda prueba.

El fruto encierra otra sustanciacolorante más débil,pero lo que le haceparticularmenteapreciablees su prin-cipio astringente.Pulverizado (despuésde quitarle la se-milla) y mezcladocon cualquierapreparaciónde hierro,verbigracia, el vitriolo o caparrosa,da una buenatinta;aplicadoen los mismostérminosa la tintura, da a la lana yal algodónun color negro bastantebueno,pero con ciertoviso violeta. Sabidoes que las sustanciasastringentessonesencialesparala bondady firmeza de los colores,y que lasmaterias colorantesque carecende este principio, exigenmezclarsecon otras que lo suministrensin alterar el colorprimitivo. El fruto de la tara es unade estassustancias.

2. Algarrobilla. Especie de mimosa. Su fruto, que estambiénleguminoso,reducidoa polvo, tieneun color ama-rillo, y un sabor,no sólo astringente,sino casi estíptico.Lastelas de algodón adquierenen la infusión de este fruto untinte amarillo pálido, en quemuerdenmuchomejor ios co-lores y sonmásdurablesque sin la preparaciónindicada.

3. Chirisigui (BerberisChirisigui). Todo el palo es deun amarillohermoso,y se empleamuchoen obrasdeembu-tido, y parateñir de amarilloel algodóny lana.

4. Palo amarillo de SantaCruz. Lasmontañasde las cer-caníasde esta ciudadproducenesteotro palode tinte, quese cree pertenecera un árbol de considerablecorpulencia,pero aún no reconocidobotánicamente.

5. Paloy hojasdel moi~eo moli (Schinusmolle). Árbolde bello aspecto,siempreverde. Su raíz, tronco, ramasy

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Produccionesde la Provincia de Cochabamba

hojas estánfuertementeimpregnadasde unasustanciaresi-nosa,balsámica,aromática,y tan copiosaa veces,quegoteade la puntade los ramosy hojas.Haciendohervir estaspar-tesdel árbol, y principalmentelas hojas,comunicanal aguaun hermosotinte amarillo pálido, que muerde luego en lalana y el algodón, siempreque se les haya antesempapadoen unafuerte soluciónde alumbre; y repitiendolos baños,se les da un amarillosubido tan brillante como durable.

6. Tola.Así se llamandiferentesespeciesde arbustosquecrecenen el declivede la cordillera,y que ios indios distin-guen denominándolasninactola, guirutola, i,natola: todaspertenecientesal géneroBaccharis. Todassus partes estánimpregnadasde una sustanciaresinosa,pegajosa,de olornadagrato; lo que loshacepreciososparalos hornosde ladri-lbs, las alfareríasy variasoperacionesmetalúrgicas,y sobretodo la calcinaciónde algunosmetales,aunqueel calor queproducenes pasajeroy casi momentáneo:defecto que secompensacon la abundanciade estecombustible.Lasramasy hojashervidasdanal aguaun tinte tan buenocomoel delmolle, y contienenmás principo astringente.El color pro-ducidopor algunosde estosarbustostira a verde.

7. Chapi de Yungas.Planta trepadora conocida vul-garmentecon el nombrede paico, y de que se cogen anual-mentecantidadesconsiderables,por el grandeuso que tieneen la tintura. El tallo pulverizadoy hervido da al aguauntinte rosadopálido, quepor medio del alumbremuerdelue-go en las telas de algodón, aunqueel color es siemprealgodébil; pero a la lana, con las preparacionesnecesarias,le daun tinte rojo parecidoal de la grana, aunquede inferiorcalidad.

Esta materia vegetal suministra el color más favorito enel país,cuyoshabitantes1o preparande estemodo. El hilode lanase remojaenuna solución de alumbre,paralo cualse hace ordinariamenteuso del millo, mencionadoarriba.Lavados y secos los hilos, se les da un ligero color amarillopor medio del molle, o un color violeta claro por medio de

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la cochinilla silvestre. Lávaseotra vez el hilo, y se le da unbaño fuerte de chapi, empleandoen vez de aguaun coci-mientoligero y trasparentede harinade maíz, cuya tenden-cia a la fermentaciónácida,aumentadapor un calor suave,pareceinfluir sobre la sustanciavegetalque forma la basedela tintura. Échasetodoen unavasija de tierra de granca-pacidad,quese tapay poneal sol, teniendocuidadode me-neary revolver los hilos de tiempo en tiempo; y al cabodetres días,se hallan perfectamenteteñidosde un color rojoencendido.Esta invenciónes de los indios peruanos.Antesque el célebrequímico holandésDrebbel inventasela pre-paraciónsingularqueen el arte de la tintura se conocehoygeneralmentecon el nombre de composición,era descono-cido el color escarlata,porqueninguno de los mordentesque se usabantenía la propiedadde avivar el carmesíde lacochinilla hasta aquel grado de brillantez que deslumbrala vista. Mases precisoconfesarqueel tinte peruanocarecede la viveza quecaracterizaal de la grana,y queno resisteal aireni a las pruebasordinarias,queno causanalteraciónen ésta.

8. Achiote (bixa orellana).Además de la útil materiade tinte queda este árbol, comúnen todaAmérica, le hacerecomendablela bellezade sus flores rosadas.El tinte tieneun olor desagradable,quese conservasiemprede cualquiermodo que se preparey se alterafácilmente al aire y al sol.

9. Airampo (cactusairampo).La semillada un hermosocolor violeta claro, perode pocafirmeza.

10. Papade color violeta. No sirve de alimentocomolasotrasespeciesde papas,ni tiene otro uso que teñir de azulo violeta. El alumbrele conservael color; el sulfato de co-bre le convierteen un bello azul turquí; y la lejía le haceverdearmáso menos.

11. Añil. Es abundante;perohastaahora nadieha hechoios ensayosnecesariosparautilizar unamateriatan intere-santea las artesy al comercio.

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Produccionesde la Provincia de Cochabamba

y

Además de los vegetalesmencionados,hayotrosmuchosútiles como alimentos,o por los materialesquesuministrana las artes,por ejemplo la oca (oxalis tuberosa),la quinoa(atriplex quínoa), el cacao, el algodón,etc.

El señorHaenkerecomiendaestablecerfábricasde gé-nerosde algodón en América. uEsta materia”, dice, ~y lasobraspreciosasen que se emplea,fueron unade las princi-palesrazonesqueexcitarona las nacioneseuropeasa dirigirsus primerasnavegacionesal oriente. Las fábricas de Asiay el comerciode Europahansacadodel algodón riquezasinmensas.Pero los paísesde Oriente no aventajana estapartede Américaen lo que es la producciónde la materiaque nos ocupa, y aundebodecir que la disposicióndel te-rreno y su singular temperaturason acá másfavorablesalcultivo de la planta que la produce. Las montañasde losAndes y todas las provinciasdel interior situadasal estedela cordillera, se asemejan mucho a la India oriental en si-tuacióny temple,y aquí como en Asia, llueve la mitad delaño,y laotra mitad se gozade un cielo sereno,necesariopa-ra queel algodón fructifique y madure. Si una moderadahumedad es ventajosa al terreno en que se le cultiva, no poreso dejan de perjudicarle las lluvias, mojandoy pudriendolas cápsulas,y empañandoasí la blancurade ios copos.

‘~Américatienevastasprovinciasexentasde esteincon-veniente,y en que no se conocenlluvias ni tempestades,como en toda la costa del Pacífico por más de 500 leguas

de largo. Reinaen ella un estíoperpetuo,al paso que, sinnecesidadde lluvias, le suministrala cordillera cuantaaguaha menester,sea paralas necesidadesde los habitantes,seapararegarsus fértiles campiñas.Allí ofreceel algodóntodoel año flores y frutos en diferentesestadosde madurez;ysucosechaes doblede la deios paísesen que seexperimentan

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alternativasde tiempo seco y lluvioso, porque en ellos lamitad del producto se debeconsiderarcomo inútil.

“Las ventajasconsiderablesde que gozaexclusivamenteenesterespectoel bajoPerú,handadoallí muchoestímuloal cultivo del algodón.De las otrasprovincias,hay algunasqueexpendengrancantidadde dineroparahacerlevenir deotro suelo,en vez denaturalizarleen el suyo.La de Cocha-bamba,queconsumeen sus fábricastanta cantidadde estefruto comotodaslas otrasprovinciasjuntas,ofrecegrandesproporcionesparasu cultivo, quepodría suministrarletodoel necesario.Sin embargo,permanecióen la inacciónhastaestosúltimos años,en que las sabiasmedidasdel gobernadoractualpudieron al fin despertara los habitantesde la indo-lencia y perezaen queestabansumidos.Segúndocumentosde la tesorería,la ciudad sola de Cochabambaconsumíaanualmenteen sus fábricasde 30 a 40,000 arrobas de algo-dón, siendoeste génerode industriael único queocupa losbrazos de su numerosapoblación. De aquí saca grandesgananciasel comerciode la ciudad; y el pueblo,su subsis-tencia. Lastelas de Cochabamba,aunqueinferiores a las delAsia, han sido en esta guerra (contra Gran Bretaña) elúnico recurso de las provinciasde tierra adentro,vistiendomillares de individuos, quesin esono hubieran tenido conque cubrirse, por la dificultad de comunicacionescon Eu-ropa.

“Las circunstanciasdel paíshacen,pues,convenienteyaunnecesarioel fomentarlas plantacionesy fábricasde al-godón.La tierra lo daexcelentey abundante.El flete, tras-porte y derechosde aduanaaumentanel precio de los gé-nerosextranjerosde tal suerte,quesólo puedeconsumirlosla genteacomodada,quees incomparablementelamenosnu-merosa.Lasrazasmixtas forman en Américael mayornú-mero en todas las ciudadesy pueblosde alguna considera-ción; los individuos que las componen,carecende tierraspropias a la labranza; y la falta de ocupacionesútiles loscondenaríaa vivir en la ociosidad y miseria, llenándoseel

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Produccionesde la Provincia de Cochabamba

paísde gentevagay perdida,capazde cometerlos mayoresdesórdenes.Los tejidos de algodón pudieran ocupar estaclasede gentescon bastanteprovechode ellas y del estado.La industriadel paísestá todavíaen su infancia; pero si seconsideracuánescasasson las ideasy los auxilios que los co-chabambinoshan podido lograr hasta ahora, tal vez nosadmiraremosde lo quehanhecho. Susinstrumentosson lospeoresquejamásse hanvisto; sustelares,de mala construc-ción; máquinasqueabrevieny faciliten las operaciones,nose conocen.

“Los mojos han hecho en este ramo de industria másprogresosque ninguna otra tribu indígena, gracias a lasmedidasque tomó el gobiernopara sacarlosde la barbarie;y sólo la opresiónen que ahoragimen hubierapodido re-tardar el adelantamientoquede sus disposicionesnaturalesparecíaesperarse.Suminístrensetelares construidos segúnprincipios,proporciónenseinstrumentosy utensiliosde bue-na calidad,déseaconocerel uso de las máquinas;y se veráque los habitantesde esta parte de América tienen tantaaptitud paralas artes,como los del mundoantiguo”.

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XIX

PRINCIPIOS DEL CLIMA DE LA AMÉRICA

DEL SUR *

* Este artículo se publicó en El Araucano n9 8~,de 28 de abril de 1832.

Fue reproducido en O. C. XIV, pp. 403-406. (COMISIóN EDITORA. CARACAS).

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El espectáculovariadoqueofrece la naturalezaen estapartedel NuevoMundo, no ha cesado,por el espaciode dossiglos, de llamar la atenciónde los naturalistas,que, si-guiendocadauno caminosdiversos,hanllegadoa dar cono-cimientosbrillantesde la historia natural de estepaís.Masel contrastequeexisteentrela vegetacióngrandiosay vivazquese desenvuelvebajomil formasen ciertaspartesde estecontinente,y la aridezextremaquereinaen unagranpartede suscantones,aunqueha asombradoa los másde losviaje-ros, sólo ha sido ligeramenteindicada, sin que nadie hayatratadode explicar esta anomalía.Seaquela investigaciónde las causasque puedanocasionarestadiferencia,exigieseunalargaserie de observaciones,seaque la solución de se-mejanteproblemano hubiesesido el objeto de los trabajosde los sabios, la soluciónno ha sido tentadaaún.Los redac-toresde la EnciclopediaBritánica hanintentado,en uno desus tratados,llenar esta laguna en lo que conciernea lascausasatmosféricas.

“Se sabe,dicen, que los vientosdel estesoplanperiódi-camentey por un largoespaciode tiempo en estapartedelnuevo mundo sobre una extensión de 60 grados, desdeel 30 latitud sur hastael mismolatitud norte. Como estosvientosestánnaturalmenteimpregnadosde los vaporesdelocéanoy como al contactomás o menosdirecto de estasemanacionesse atribuye generalmentela fertilidad de loscontinentes,examinemosla influencia que debenproducirsobrela vegetaciónde estapartede la América,entrecorta-da por diferentescadenasde montañas,que, atrayendolahumedadque flota en la atmósfera,favorecensu precipi-

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Naturaleza Americana

tación sobrela tierra. En la región comprendidaen el para-lelo 30, la humedadconducidapor las brisas del Atlánticoes primeroaspiradapor las montañasdel Brasil, y despuésdistribuida por las corrientesen sus ramificaciones;así esqueen ningunaparteprodiga la naturalezasus tesorosconmásabundanciay variedad.Maslas partículasque,cediendoa la impetuosidadde los vientos,no puedencondensarseso-bre sus cumbres,se dirigen hacia los Andes,dondellegan alfin a detenerse.

“Aquí la vegetación,aunquemenosbrillante, ofreceentodaspartesel másbello aspecto.Las corrientesde aire, des-pojadasde todala humedadde queestabanantessaturadas,lleganhastael Perúen un completoestadode sequedad,yallí cesa este pomposo espectáculode vegetaciónde iostrópicos.

“Más acádel paralelo30 son muy diferentesestos efec-tos. Aquí absorbenlos Andes la humedadque los vientosdel oesteconducen del océano; y por esto se nota que laslluvias son abundantes en las vertientesoccidentalesdeChi-le, mientras en los llanosdel oriente sólo caen cuando soplanvientos del Atlántico. No sólo se notanestosfenómenosenAméricao en montañas de mediana altura. Se observa en laIndia que la cadenade Ghauts,queapenastiene tresa cua-trocientospies de alto, interceptacompletamentela hume-dad conducidapor las brisas;y así es que,mientrasla parteexpuestaa su corrientese cubrede nieblasy lluvias, la otraestáenteramenteseca.Mascuandolas brisastoman unadi-recciónopuesta,se produceel mismo fenómenoen sentidoinverso. Observacionesverificadasen un mismo lugar con-firman esta teoría. Sobrelas costasdel océanoPacífico,enel trigésimo paralelo, de Coquimbo a Atacama,no lluevecasi nunca,y el espaciocomprendidoentreestosdos puntossólo presenta un desierto arenoso, a excepción de algunaspartesregadaspor arroyosque bajande ios Andes. Del pa-ralelo 30 al sur, la escenacambiacompletamente:son fre-cuenteslas lluvias; la vegetación,vigorosay variada;y los

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Clima de la América del Sur

bosques ostentan por todas partes su imponentemajestad.Sigamos al capitán Hall en su incursión en las cordilleras,porque las observaciones sagaces de este viajero sirven paraconfirmar la exactitudde nuestrateoría.

‘En Concepción,dice, se deleita la vista en terrenosdeunavegetaciónbrillante; en Valparaíso,empiezala varia-ción: las montañasestáncubiertassolamentede arbustosyde un pastomuy diseminado.El aspectodel distrito deCo-quimbo es generalmentetriste y estéril: no se ven allí másque árbolesespinososy algunosretazosde un pastopardus-co. En el Huascono se encuentrancasi vestigiosde vegeta-ción; la campañano presentamás que terrenosáridos’ “.

Segúnesta exposición,es evidenteque, si en esta partedelcontinenteamericano,los terrenossituadosal orientede losAndes son absolutamenteáridos, es porque se encuentranfuera de la influencia directade los vientos cargadosde lasemanacionesdel océano,pues la naturalezadel terreno,aexcepciónde algunaspequeñasvariaciones,es en todaspar-tes la misma.No puede,pues,atribuirsemás quea la faltade lluvias y nieblasla diferenciaque existeen la atmósferay productosde las dos regiones;y vamosademostrarloconuna serie de observaciones.

En Mendoza,enunaextensiónde 30 grados, llueve rarasveces; y el terreno que sigue la baseorientalde los Andes,es conocido por su extrema aridez: no se ven allí más quealgunos árboles achaparrados;el terreno es tan seco, quelos torrentesquebajande los Andes se pierdenenteramenteen el cursode algunasmillas. Todos los lugaresal sur de laPlata, expuestossin cesara una atmósferade fuego, cuyoardor no llegan jamása templar las brisasdel océano,estándominadospor la mayor sequedad,aunqueciertos puntosseanrefrescadospor vientosdelestey sudestequeocasionanlluvias de borrasca bastanteabundantes,mientrasque, aunapequeñadistanciadel oeste,cercade Atacama,el suelo,humedecidoconstantementepor lluvias y nieblas,es de unafertilidad notable. Estasobservaciones,a las quepodríamos

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añadir otras muchas, tales como el contraste del valle de laPrimavera en Quito y los distritos áridos del Perú, pruebande un modo evidente, que a la atracción más o menos pode-rosa ejercidapor las montañassobre las nubescargadasdela evaporaciónde las aguasdel océano,se debenatribuir, nosólo la 1nás o menosfecundidadde algunoslugaresde estecontinente,sino tambiénlas variacionesquese notanen latemperatura, frecuentemente en parajes situados bajo lasmismas latitudes. Sin embargo, esta teoría está muy lejosde ser absoluta; porque siempre es preciso contar con lasdiferentes calidades del terreno, con el cursode las aguasycon las lluvias que circunstancias locales pueden producir.

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xx

NARRATIVA

DE LA EXPEDICIÓN EXPLORADORA DE LOS ESTADOS UNI-DOS DE AMÉRICA DURANTE LOS AÑOS DE 1838 HASTA 1842,

POR CARLOS WILKES, DE LA MARINA DE LOSESTADOS UNIDOS

(Cinco tomos y un atiad, Filadelfia, 1844. Reimpresa en Londres en 1845) *

* Este artículo fue publicado en El Araucano n~852, Santiago, 11 de di-

ciembre de 1846. Se reprodujo en O. C. XV, pp. 357-367. (CoMIsIÓN EDITOKA.CARACAS).

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Esta espléndida obra, de que el gobierno de los EstadosUnidos ha presentadorecientementeun magnífico ejem-plar al gobiernode Chile, contienela historia de unaexplo-raciónmarítima,en grandeescala,conducidapor el capitánWilkes, de la marinade aquellosEstadosy dirigida princi-palmenteal océanoAustral y al Pacífico,parareconocerencuantofueseposiblela verdaderasituacióndel gran conti-nenteantártico,que se suponíavagamenteal sur de la Aus-tralia y resolvervariascuestionesimportantesa la navega-ción de los maresde Polinesia.La escuadra,a las órdenesdelcapitánWilkes, tardó en cumplir estamisión cercade cua-tro años;pasótresde ellosen los maresdesconocidosy peli-grososqueseparanel sur del Asia de la Américaoccidental,y completó la vuelta del globo antes de su retorno a losEstadosUnidos.

No consiste el mérito de esta obra en lo que la mayorparte de los lectores buscan principalmente en las relacio-nesde viajes marítimos:descripcionespintorescasde las es—cenasqueofrecela naturaleza;exposiciónde lo queen lascostumbrese institucionesde las razasnativas presentauncontrastemás fuerte con la forma y las leyesde la civiliza-ción europea,animadocon incidentes dramáticosque lopongan a la vista y lo caractericen. Este mérito, de que handado bellas muestras otros viajeros norte-americanos en lanarrativa de sus excursionesterrestres,no debebuscarseenla obra del capitánWilkes, que se ocupa casi enteramenteen la partecientíficay técnicade los objetos,y sólo da bos-quejosligeros de las’costumbresy usanzasde los pueblosqu<~visita, en un estilo destituido de toda pretensión,de todo

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ornato.El que apetezcainstrucción geográficay náutica,leeráconinteréssunarrativa;el quebusqueentretenimien-to, lo encontrarápocas veces.

Chile es uno de los paísesvisitadospor el capitánWil-kes; y estapartede la obraes la quesuponemosllamarádes-de luego la curiosidadde los lectoreschilenos, quegustaránsin dudade ver en ella la impresiónquehanhechola natu-raleza materialy el estadosocial de Chile en un extranjeroinstruido,en un hijo de la nación poderosaque se cuentayaentre las primeras del mundo, y que es llamada a ejerceruninflujo cada día mayor sobre el continente americano.

La expedición se componía de las corbetas de guerraVincennesy Peacock,del bergantín Porpoise, del buque-almacén Kelief y de los patachesSeaguil y Flying-Fish.dice el autor, “y antesde mediodíafondeamosen la bahía,

“El 15 (de mayo de 1839) avistamosa Valparaíso”,dondeencontramosal Peacock.El Porpoise llegó a Valpa-raísoel 16 y el Flying-Fish el 19, despuésde haberexperi-mentadomuy fuertesvientos.

“Al llegar a la costadeChile, no hayquienno tengadeseode echarunaojeadaa la cordillera.En dos partes del día, escuandose puedecontemplarlamejor: por la mañanaantesde amanecer,y por la tardeal ponerseel sol. La primera pre-sentaun viso dorado,y puedefácilmente trazarseen unalarga líneade norte a sur, la cual se ilumina gradualmente,y se pierde al momento de dejarse ver el sol. La segunda nosatisface igualmente. Los montes aparecen a gran distancia(ochenta millas a vuelo de pájaro), reflejando el sol quedesciende al ocaso, y en consecuencia no descubren toda laelevaciónquese espera.

“Las autoridades,a quienesvisité acompañadodel cón-sul, nos manifestaronla mayor afabilidady atencióny nosofrecieron todos los auxilios de que pudiésemosnecesitar.Los empleadosde la aduaname dieronpermisoparadesem-barcar todosmis instrumentos.Mr. Cood,caballeroinglés,tuvo la bondadde poner a mi disposiciónuna casaen el

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Expedición del capitán Wil/zes

cerro que a la sazónestabadesocupada.Aunque algo dis-tante parala subida,la circunstanciade estaren un parajeretiradodel bullicio, me decidió a aceptarla oferta, y paséa ella.

“Deseoso de evitar toda innecesaria demora, no sólo porlos retardos que habíamos ya experimentado, sino porquese acercaba la estación de los nortes, tomé todas las medidasposibles para proveer nuestras necesidades; y mediante labondad y atención de nuestro cónsul el señor G. G. Hob-son, se efectuó este objeto en el más corto tiempo posible.Se tiene aquí bastantemiedoa los nortes,aunquea mi juiciosin mucho fundamento. Uno de ellos, el último de los algonotables, lo había experimentado yo mismo en junio de1822 (mandando un buque mercante): perdiéronseen éldieciocho embarcaciones. Pero de entonces acá se ha cuida-do de tenerbuenasanclasy cables;y lo queen aquellaoca-sión fue unatormentadesastrosa,ahora apenasse haríano-tar.No tengoa labahíapor tan peligrosa,comogeneralmen-te se dice. La grandificultad del puerto consisteen su redu-cido espacio;y cuandosopla una ráfaga, el mar lleva contanta fuerzaa la playa,quelos buquescorrenriesgode en—contrarseuno con otro, y de hacersemáso menosdaño. Elpuertoes demasiadoestrechoparala comodidaddel comer-cio quese haceen él. Se hablade varios planesde mejora,pero ninguno factible. La profundidaddel aguaoponeunobstáculocasiinsuperablea mejorarlopor mediode muelles.El espíritude que está animado el gobierno, como los habi-tantes de Valparaíso,estoy segurode que podrá llevar aefecto cualquierempresapracticable.

“Según ios mejores informes, estoy persuadido de que elfondeaderose va llenandopor los materialesque acarreanlas aguasde los cerros.Por poco que estoparezca,al cabode dieciséis años la alteración era enteramentepercepti-ble para mí; y los que han resididoallí largo tiempo, meconfirmaronel hecho. Se ha mudadola situación del fon-deadero;y la que antespasabapor sumamentepeligrosa,se

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tiene en el día por lamejor de todasparael mal tiempo. Elmar es más de temer queel viento, porqueésterara vez so-pla directamentehacia tierra, a causa de los cerros a laespaldade la ciudad, queson escarpados,y subena una al-tura de ochocientoshastamil quinientosy dosmil pies.

“Valparaísohacrecidomuchoenmagnitude importan-cia en estospocosañosúltimos; y seha hechoel granpuertode Chile, y realmentede toda la costa.Aunquecon muchasdesventajaspor lo tocanteal fondeadero,que es inferior aotros de la costa,es el máscercanoy cómodoparala capitalSantiago.

“Yo he tenido la ocasión de conocer a Valparaíso y decompararsu estadopresentecon el de 1821 y 1822. Enton-ces no era másqueunaaldea,compuesta,conpocasexcep-ciones,de esparcidosranchos.Ahora ofrece el aspectodeuna ciudad densamentehabitada, con una población de30,000 almas, que es cinco vecesel númerode la que enaquella fecha contenía.Divídese en dos partes, el Puerto,o la ciudadantigua,y el Almendral, queocupauna llanuraal oeste. Su localidad es ciertamentela menos a propósitopara darle un aspectofavorable. Sus principalesedificiosson la aduana, dos iglesias y las casas de la calle principal.La mayor parte de los edificios son de un solo alto y estánformadosde adobes;las paredestienende cuatroa seis piesde grueso. La razón de estemodo de edificar es la frecuen-cia de los temblores. Se están haciendograndesmejorasyse levantanactualmentemuchosedificios.

“En los cerros hay casas muy lindas y cómodas, rodeadasde jardines. Ocúpanlasprincipalmentelas familias de loscomerciantesnorte-americanose ingleses. Esto es lo másagradablede la ciudad,y se gozaallí de unahermosavistasobreel puerto.La subidaessuavemedianteun caminobienconstruidoque atraviesaunaquebrada.El extremodel Al-mendral es ocupadotambién por vecinos ricos. La claseinferior vive en las quebradas.Muchasde estashabitacionesson apenassuficientespara preservarlosde la humedaden

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Expedición del capitán Willzes

el invierno: su construcciónes de cañascubiertasde barroy con techosde paja. Raravez tienenmásde unapieza.

“Valparaíso,y aunpuededecirsetodoChile, hamejoradomucho: reina en todas partes el orden; rara vez se oyehablarde crímenesatroces,y cuandose cometen,se casti-gan; hay en todo un aspectode regularidad y decencia;se ha establecidouna policía activa y eficaz, instrumentonecesariode todo buen gobierno.Está admirablementere-gladay en plenoejercicio, no sólo parala protecciónde laspersonasy propiedades,sino paracontribuir a la comodidadde los habitantes.

“No haypaísquemásdecididamentepresentela estam-pa de la acción de una grande alma unida a las buenasdisposicionesdel pueblo a favor del orden por medio deun buen gobierno, que Chile.

“El rasgo predominantede los chilenos, cuandose lescompara con los otros suramericanos, es el amor a su paísy el afecto a sus hogares. Éste es un sentimientocomún atodas las clases. Hay también un sentimientovigoroso deindependencia e igualdad. La opinión pública influye enla dirección de los negocios del estado. Se gustamuchodelas empresas agrícolas, y el bajo pueblo manifiesta mejoresdisposiciones hacia los extranjeros que en otros países.Sehanestablecidoescuelasy colegios,y se echade ver en todosel deseode extenderlos beneficiosde la educación.Éstehasido uno de ios constantesobjetosdel gobierno.

“El crédito de estapolicía se debea Portales. (Sigue ladescripciónde los serenosy vigilantes.)

“Las tiendasestánllenas de casi todos ios artículos demanufacturainglesa,norteamericanay francesa: los mer-cados bien provistos. No hay huertascerca de Valparaíso,y casi todoslos vegetalesque se consumen,se traendel vallede Quillota, en mulas. Es singularel modo de traer pastoal mercado:la cargacubre a vecesenteramenteal caballoy al conductor.Las provisionesson abundantesy de exce-lente calidad; comprendentodaespeciede frutos, verdu-

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ras, etc. Los preciosse diferencian poco de los nuestros:la carnede vaca,por ejemplo, cuestaseisy medio céntimosla libra.

“Diversiones,pocas: un teatropequeñoe incómodo,y lachingana;ambosabiertosgeneralmenteel domingo por lanoche. Los chilenosgustanmucho de un baile llamadolazamacueca,que puede decirse el baile nacional, y es elfavorito de la clase inferior... Lo ejecutanun hombreyunamujer; los movimientostienenmuchagracia: las mu-danzasbonitas; la expresiónenteramenteamorosa;las ac-titudes se dejan entenderfácilmente, no sólo por los delpaís, sino por los extranjeros.A favor de su tendenciamoral, no puedodecir mucho.

“Las señorastienenla reputaciónde virtuosasy estima-bles en el trato doméstico; pero no podemosdecir queseanhermosas.Se peinancon muchoesmeroy buengusto;los piespequeños,el andargracioso.Reinanlas modasfran-cesas,y ya principian a usarsombreretes.

“El progresode la civilización es rápido. La imitaciónde los usosextranjerospredominaráen brevetiempo sobrelos de Chile; y lo quees de más importancia,se atiendeala educación.

“Quiso la casualidadque nos hallásemosen Valparaísodurantela visita del presidente,la que,por la conexiónquetenía con las recientesvictorias y sucesosobtenidosen elPerú, causómucho regocijo, haciéndosetodas las demos-tracionesposibles de atención al primer magistrado,porlos naturalesy los extranjeros.Entre otras cosas,fue con-ducidoen unaexcursiónacuáticaa un pequeñobergantín,adornadoconlas banderasde todas las naciones,y en la quele acompañaronlas autoridadesciviles de Valparaíso, elalmiranteinglés y varias otras personas.Al pasarpor losbuquesde guerra,recibió de todos, exceptode nosotros,elacostumbradosaludo. No nos era posible hacerdescargasde artillería por causade nuestroscronómetros,pero di-mos alegresaclamaciones,que, por la novedaddel cumpli—

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Expedición del capitán Wilkes

miento, hicieron, según se nos ha dicho, una grata im-presiónenel presidentey sucomitiva.

“Diéronse tres bailes durantenuestraresidenciaen elPuerto: uno en honor de la recientevictoria de Yungay,los otros por varios ciudadanosy extranjeros.Como elprimero fue de unaespecieno común,su descripcióndaráalguna idea al respectodel modo como se conducenestascosasen Chile. En todostres,la función fue de aquellasquehubieranhechohonor a cualquierpaís del mundo.

“La localidad elegida para el gran baile fue entre lasparedesde dos vastosalmacenesaún no acabadosde edifi-cary sus dimensioneserande cientocincuentapiesde largo,y noventade ancho.Habíanseerigido en ella arcadascubier-tas de lienzo forrado de azul, y sembradode estrellas,delquependíanunasveinte hermosísimasarañas.El piso estabatodo alfombrado;y las columnasquesosteníanel techo,de-coradascon emblemasde la nacióny de la victoria. En latestera,se dejabaver una trasparenciadel generalBuines,el héroede Yungay, rodeadode inscripcionesalusivasa sushechos.En todoslos corredores,habíalargashilerasde sofaesy sillas; y en las paredes, cuadros y espejos, éstos apoyadosen sólidasmesasde arrimo, en queresplandecíancentenaresde luces, al pasoque el agraciadocortinaje de banderasygallardetesnacionales,mezcladosde guirnaldasde flores,quebordabanen interminablevariedadlos símbolosde lasglorias nacionales,hacíanuna vista extremadamenteagra-dable. Un salón destinadoal presidenteestabaentapizadode rojo, conpinturas,espejos,mesas,espléndidasarañas,etc.Había salonespara el juego de naipes,para la comodidadde los fumadores,parala cena, y para las señoras,en quehabíacierto númerode peluquerosy modistasen constanteasistencia.Todo perfectamentedispuesto,único, verdade-ramenteespléndido;todo Valparaísohabía contribuido alamueblamiento,y hastalas iglesias tuvieron su parteen elaparatode esta gran fiestanacional.El concursofue comode quinientaspersonas,la terceraparte de señoras.Costo-

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sos uniformesde variosmodelosy de bastantecapricho,au-mentabanla brillantez del espectáculo.

“A las diez abrió el baile el presidentedon JoaquínPrieto; cosanueva para nosotros.Llevaba un vestido rica-mentebordado,charreterasde oro y banda.Danzó un mi-nuécon unaseñorade Valparaíso;y despuésse hizo generalel baile, danzándosecuadrillas,contradanzas,valses,sin quefaltasela liviana zamacueca,la cachuchay londú, quepar-ticipan de bolero y fandango,o del baile españoly africano.

“Por vía de intermedio, se tocarony cantaronmarchase himnos nacionales.El baile no terminó hasta las ochode la mañana del día siguiente; y a estahora el presidentey suhija fueronescoltadoshastasu casapor unaprocesiónde los danzantes,tocandola música tonadasnacionales,yformandotodoello unaescenaalgo grotescaparalos espec-tadorespor el cambiode sombrerosy sobretodos.

“Llegados a la moradadel generalPrieto, se entonóotravez el himno nacional; la comitiva fue convidadaa entrar;y se siguió bailandohastamediodía.

“No deboomitir que,pasadala medianoche,las señorasse peinarony adornaronde nuevo.

“Todo ello igualó, si no excedió,a cualquierade nuestrasfiestas en los Estados Unidos; cuantos asistimos quedamosaltamente sorprendidos, no teniendo idea de que Valparaísopudiesepresentartantahermosuray un espectáculodetantogusto,brillo y magnificencia.

“Nos pusimosen caminoparaSantiagoen birlochosal-quilados. Se hallabanéstosen un estadocompletode vejezy descalabro;susdiferentespartestrabadascon látigos; perolos birlocherosson muy diestros,y los caballos,aunque pe-queños,briososy sufridoresde fatiga. Andan a razón denuevea diezmillas por hora.Pocoscarruajespodráncompa-rarseconestasraquíticasmáquinas,que corren a vecesdes-aforadamentepor cuestasy valles con su respectivoacom-pañamientode caballos,guasos,etc.; y no es pocadiversiónparalos de a pieel ver la consternaciónde los amedrentados

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Expedición del capitán Wilkes

pasajeros,que temen por momentos se haga pedazoselvehículo,conno poco peligro de suspescuezosy miembros.Por fortuna,el caminoesexcelente,aunqueen estemes demayodespojadode muchapartede subellezapor la falta devegetación.La atención,sin embargo,sedirige a los encum-bradospicos de los Andes, cuyas cumbresse dejan ver detiempoen tiempo,deslizándosela vistasobrelas escenasquepresentapor todas partesel camino, y que en cualquieraotro país pareceríangrandiosas,para fijarse sobrealgunagigantescacima, quese descubrea lo lejos. Entre éstas,elpico de Tupungatoes la másnotable,por serel que,segúnla medidade King, seacercamásen elevacióna la cordille~ra de Himalaya...

“Casablancaestáa la alturade unos598 pies sobreel ni-vel delmar. . Curacaví,a la de 344. . . La perspectivaquese descubredesdela cima de la cuestade Prado,es extensay magnífica.Al frente, la dilatadallanura de Maipo, conuna u otramontañacónicaaislada.A la extremidadde estellano, las soberbiascumbresde los Andes,coronadasde nie-ves eternas,levantadasalgunasde ellassobrelas nubes.Pa-recenestara pocashorasde distancia,aunqueno menorde20 leguas.Debajo, tierrasde pasto, cubiertasde ganadosyrebaños.Da muchavida y animaciónal paisaje la vista delcamino,enquesedivisan grannúmerode vehículos,recuas,etcétera,subiendoy bajando,cargadosde productosnacio-nalesy extranjeros.

“La elevaciónde Santiagoesde 1,591 pies; y estásituadoen el tercerllano o mesaqueseencuentradesdela costa.Laentradaes por vallesy paredesde adobe,que interceptantodos ios objetos,exceptola cordillera,que1o domina todo.

“Cuantomás se contemplala cordillera, más atractivotiene parala vista. Suirregular perfil variacontinuamentecon los efectosde la luz y la sombra. Los rayos del sol alponersedan un atrevidorelieve a los innumerablespicos, yproducena vecestintesrojos y amarillos,quedan un carác-ter muy notablea la perspectiva.Al tinte rojo, acompaña

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Naturaleza Americana

frecuentementeun viso verde en el cielo. La ciudad estárodeadade huertas, jardines, quintas, tierrasde pasto. Lascasas de adobes le dan un aspectodesagradable,hastaque seacaba de entrar en ella, y se atraviesan sus calles, pobladasde edificios nuevos y aseados. La ciudad está dividida enmanzanascuadradas.En el centro, está la plaza mayor,donde se hallan situados los principales edificios públicosconstruidosde unaespeciede pórfido tosco,que se sacadelos montesvecinos.Son en grandeescala.En ci medio de laplaza, hay una fuenteconun grupo de estatuasde mármolde Italia, perodemasiadopequeñoparaqueproduzcaefectoalguno en un espacio tan vasto. Todos estos edificios hansufrido bastantepor ios temblores,y necesitande repara-ción. La Catedralesespaciosa.La Monedaocupaotra plaza.La operaciónde acuñaresen la forma másruda y antigua,cual seejecutabaenEuropaenel siglo pasado.Las diversio-nespúblicasno sonmuy dignasde atención: teatroy chin-gana.No parecehabermuchocomercio,y Santiagose puedellamar unapoblaciónsosegada.La siestaes de rigorosa ob-servancia:hastalas tiendasse cierran;y la ciudad estáen unreposocomo el de la medianoche.Hay un hermosopaseo,con calles de álamos,árbol que medranotablementeaquí.La Alameda es en todas las estacionesfrescay agradable.La prima nochese pasaen visitasy tertulias,y en recorrerlas tiendas.Los habitantesson muy aficionados al juego.Las damaschilenasson despejadas,cariñosas;y tratan conmucha urbanidada los extranjeros.Gustande diversionesde todas clases, particularmente el baile y la música, en quese ejercitanmucho. La mayorpartetienencuerposairosos;y algunaspodrían llamarseperfectamentehermosas,si nofuesequeladentaduraes generalmentedefectuosa,lo quelesda un aspectoprematurode vejez. Su modo de vestir sediferenciapoco delnuestro,exceptoque no usansombrero.Los caballerosse vistengeneralmentea la europea.El pue-blo es de buenaíndole; y tiene un aire de contentoquenohe visto en ningún otro de la Américameridional.

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Expedición del capitán Wilkes

“Los mercadosestánbien provistos. Hay uno bastantegrande a la orilla del río Mapocho; rodeado de edificiobajo, con techode teja, sostenidopor pilares, bajo el cualse vende carnede todas clases. El centro se reservaparahortalizas,frutas, flores, aves,etc. Todo estábastanteasea-do, y es agradablea la vista. Las frutas y verdurassonabundantesy baratas,de buenacalidad; uvas y duraznossobretodo; abundantambiénlas manzanas,pero no parecehabersecuidadode cultivar las más apreciablesvariedadesde esta fruta.

“El clima deChile es justamentecelebradoen el mundo,y elde Santiagopasapor deliciosoen Chile: la temperaturaordinariaes entre 60°y 75°.No obstante,tiene defectos.Es extremadamenteseco;y a no ser por las vertientesdelos cerros,que suministranmedios de riego, todo el paíssería un árido desierto durantedos tercios del año. Nolluevesino en los mesesde invierno (de junio a setiembre);y desdelas primerasaguas la tierra se cubre de flores. Avecesla lluvia dura algunosdías y con bastantefuerza; yentoncesios ríos se vuelven torrentes intransitables.Latemperaturade la costano bajade 58°.La temperaturame-dia deducidade las observacioneshechasen Valparaíso,de63°.En Santiago,el aire es másfrío y másseco; pero rarasvecesnieva.Al subir la cordillera, se aumentala aridezconel frío. La nieve presentaallí el mismo aspectoque en laTierra del Fuego,en capasque a trechoscubrenlas cimas.Aun la del Tupungatoestabaen parte desnuda;y a juzgarpor las apariencias, rara vez llueve en las regionesmásaltas,y a estacausapuedeimputarse la ausenciade los ventis-queros”.

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ESCRITOS VARIOS

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XXI

TEORÍA DE LAS PROPORCIONESDEFINIDAS Y

TABLA DE LOS EQUIVALENTES QUÍMICOS *

~ Este artículo se publicó, firmado con las iniciales A. B., en La BibliotecaAmericana, 1, Londres, 1823, pp. 152 - 160. Se reprodujo en O. C. XIV, pp.203 - 212. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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La doctrina atómicao teoría de las proporcionesdefini-das, separadade toda consideraciónhipotética, se puedereducir a los hechossiguientes:

1. Si dos cuerposse unen formandoun compuesto,éstecontendrásiemprelas mismasproporcionesrelativasde suscomponentes.Así el agua se componeinvariablementede8/9 de oxígeno, y ‘/o de hidrógeno; el ácido hidroclórico(gas ácido muriático) de 1/37 de hidrógeno,y 36/37 de cio-rina; etc.

II. Los gasesse unen en razonessimples de volumen.Así pues,la gravedadespecíficadel hidrógenoes a la deloxígeno, como 1 a 16; de que se sigue que 8/9 de oxígenoocupan solamente la mitad del espacio que 1/9 de hidrógeno;y por tanto los volúmenes de oxígeno y de hidrógeno quese combinan para formar el agua, están entre sí en la razónde 1 a 2.

III. Si dos cuerposse unenen másde unaproporción,las proporcionessegunda,tercera,etc., se hallan en razonesbastante simples con la primera. Por ejemplo, el gas ácidocarbónicose combinacon la potasa en dos proporciones;en el carbonatode potasa,24 granosde potasase combinancon 11 de ácidocarbónico; y en el bicarbonatode potasa,24 granosdel primer elementose combinancon 22 del se-gundo.En el primer compuesto,las proporcionesde los ele-mentosson como 11 a 24; y en el segundocomo 22 a 24,que es exactamenteel duplo de ácido carbónico.

El plomo se combinacon el oxígeno en tres proporcio-nes: en el protóxido de piorno, 2 granosde oxígenose com-

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Escritos varios

binan con 26 de plomo; en el deutóxido, tres granos deoxígenose combinan con 26 de plomo; y en el peróxido,4 granos del primerelementose combinan con 26 del se-gundo.Son,pues,en el protóxidolas proporcionescomo2 a

26; en el deutóxido como 3 a 26; en el peróxido como 4a 26; y las cantidadesde oxígenoquecorrespondena unamisma de plomo puedenrepresentarsepor los números2, 3, 4.

IV. Todos los casosde combinaciónquímicaen que lascualidadesde las partescomponentesno se percibenya encompuesto,o en que se produceun cuerponeutro, se su-jetan a las leyes precedentes;perohay cuerposqueparecenunirse en todas proporcionescomo el agua y el alcohol.Otros se combinanen todasproporcioneshastacierto pun-to; y más allá de estepunto,no sonya susceptiblesde com-binarse.Así el agua disuelvevarias porcionessucesivasdesal común,pero llega un términopasadoel cual rehusadi-solvermás:entoncesse dice queestásaturada; y la satura-ción sólo severifica cuandoel aguaha disueltounacantidaddeterminadade sal.

Y. La palabraneutralizaciónse aplica a todoslos casosen quelos cuerposse disfrazany ocultan mutuamentesuspropiedades,como se ve en las combinacionesde ácidos yálcalis,porejemplo,del ácidosulfúricoy la potasa.El ácidoenrojecela tintura de violetas,y es agrio; la potasavuelveverdeslos coloresazules,y es acre: y si mezclamosla solu-ción áciday la alcalina,llega un punto en que el gustonoes agrioni acre, sino ligeramentesalino y amargo,y la so-lución no producirá efecto alguno sobre el azul vegetal.

Seanconocidaslas proporcionesen quedos o más cuer-pos a, b, c neutralizanotro cuerpox de diferenteclase: sehallaráquelas mismasproporcionesrelativasde dichos cuer-posa, b, c son necesariasparaneutralizarotro cuerpoy delamismaclasequex. Por ejemplo,10 granosde ácidosulfú-rico, y 19 de ácidoclórico neutralizan8 de potasa: si 10

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Equivalentesquímicos

granosde ácidosulfúrico neutralizan7 de cal, 19 de ácidoclórico neutralizaránla misma cantidadde cal. Las canti-dadesde a, b, c, que se necesitanparaneutralizar un pesodadodex, sellamanequivalentes:10 de ácidosulfúrico,porejemplo, equivalena 19 de ácidoclórico.

En la tabla siguiente,se consideracomo unidad el hidró-geno: todoslos otros simplesy compuestoscuya equivalen-cia es conocida,se representancon la expresiónnuméricamáscortaposible,guardandola debidaproporciónentresíy conla unidad.De aquí vieneel llamarseestasexpresionesnúmerosprimos equivalentes.El númerode cadasustanciaesigual a lasumade ios númerosquerepresentanlas propor-ciones de sus elementos;y cada uno de estosnúmeros,o esel queen la tablarepresentael respectivoelemento,o es unmúltiplo suyo. Así el aguaes representadapor 9 = 1 hi-dróg. + 8 oxíg.; elóxido de carbonopor 14 = 8 oxíg. + 6carb.;el ácidocarbónicopor 22 = 2X 8 oxíg. + 6 carb.;la potasapor 48 = 40 potasio + 8 oxíg.; el carbonatodepotasapor 70 = 22 ácidocarb. + 48 potasa;el bicarbonatode potasapor 92 = 2 X 22 ácidocarb. + 48 potasa; etc.

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Escritos varios

TABLA ALPABÉTICA DE LOS NÚM’EROS PRIMOS EQUIVALENTES PARAEL USO DE LOS ALUMNOS DE QUÍMICA DE LA INSTITUCIÓN

REAL DE LONDRES

(Octubre de 1822)

ÁCIDO aCétiCo

arsénicoarseniosobenzoicoborácicocarbónicocítrico (seco) .

(cristalizado2 agua)clóricocloriódico .

clorocarbónico .

coh~smbicocrómicoferrociánicofluobóricofluóricofluosilícicofosfóricofosforosogálicohidriódicohidrociánicohidroclórico .

hidrofluórico .

hiposulfúrico .

hiposulfuroso .

iódicomálicomolíbdicomolibdosomuriáticonítrico (seco) .

(líquido, grav. espec.1.50)

nitrosooxálico(cristalizado4 agua)oxiódicooxiclóricosacoláctico

50 succínico62 sulfúrico (seco)

• 54 líquido (grav. espec.120 1.85)

22 sulfuroso22 tartárico58 (cristalizado1 agua)

• 76 túngstico76 úrico161 AGUA

5~ ALMIDÓN

1 152 ALUMBRE (seco) .

52 (cristalizado25 agua)? ALÚMINA

22 sulfato de17 ANMONIA

24 acetatode28 arseniato20 bicarbonato63 borato (seco)

126 carbonato27 citrato37 clorato17 fluoborato36 fosfato24 fosfito

165 hidriodato70 iodato72 molibdato64 muriato37 nitrato54 oxalato

succinato72 sulfato46 sulfito36 tartrato72 potasa-tartrato

165 ANTIMONIo92 clórido de

105 iódido

so40

49

32

6776

• 12045

9

142

260

485

• 26

66

1767

79

• 61• 39

3975933945

37143182

8954

7153

67

57

4984

19845

81170

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Equivalentesquímicos

peróxidoprotóxidosulfuropotasa-tartrato

ARSÉNICOclórido deiódidoóxido blanco •

ÁZOEAZÚCAR

AZUFRE

carburo defosfuro

• iódidoBARIO

clórido defosfuroiódidoperóxidosulfuro

BARITA

acetatodearseniatoarsenitobenzoatoboratocarbonatocitratocloratocromatofosfatofosfitohidratoiodatonitratooxalatosuccinatosulfatosulfitotartratotungstato

BISMUTOacetatode .

arseniatobenzoatocitrato

clóridofosfatofosfuroiodatoiódidonitratooxalatoóxidosulfatosulfurotartrato

CALCIOclórido de

BonoBÓRAX

CADMIO

carbonato de •

clóridofosfatofosfuroiódidonitratoóxidosulfatosulfuro

CALacetatodearseniatobenzoatobifosfatoboratocarbonatocitratocloratocromatofosfatofosfitohidratoiodatooxalatosuccinatosulfato(cristalizado) . .

sulfitotartratotungstato

107

107

83

244

196133

11579

11987

1466

568692

92

68181118

6410472

2878

90148

84soso86

10480

5648

37193

6478

68866095

1482056

6153

• 61• 288

• 38

• 110

• 288

• 54• 1~

• 16• 38• 28• 141

70• 106• 82

• 195• 86• 86• 78• 128• 140

• 132• 198

• 100

• 100• 136

• 154

• 130• 106

98• 87

• 243• 132• 114

128

• 118

• 110• 145• 198

71129

• 141199137

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Escritosvarios

fluórido 36 C0LUMBI0 ?fosfuro 32 CROMO 28iódido 145 óxido de 36óxido •......•

peróxidosulfuro

28•...

36

ESTAÑObisulfuro defosfuro

599171

CARBONO 6 iódido 184fosfuro dehidroclóridoóxido ••......

protoclóridosulfuro •.....

•... 185014

•. 4238

perclóridoperóxido •......

protoclórido •...

protóxidosulfuro

131759567

75CERIO ...... 46 ESTRONCIA 55CIANÓGENO 26 acetatode •.... 105

CLORINA .......

COBALTO •....

acetatoae.

arseniatobenzoatoboratocarbonato

.

citratoclóridofosfatofósforoiódido • • . .

nitrato •.....

oxalatoperóxidoprotóxidosulfato (seco)(cristalizado 7sulfuro

36

30

iuu158

•....... 60•.... 60

•...... 96

66

6642

. • 1 • 155• 92

74?

•..... 38. • • . 78agua) . 141

•......

borato •... •

carbonato • . • • •.

citrato •......•

fosfato •.......hidrato ......

oxalato ..•..

sulfatotartrato ....••.

ESTRONCIO

clorido de •...

fosfuro •...

iódido •..•••

sulfuro •.....

ESTRICNIA •.....•.

nitrato de •...

sulfato •....

FLUORINAFÓSFORO

carburode •....

77

7711383649195

122478359

17263

380434420

161218

tartrato •..... 105 GLUCINA 26

COBRE •..... 64 GLucIN0 ..... 18

bisulfuro de •... 96 HIDRÓGENO 1fosfuro •..... 76 carburado •.... 7

iódido •.... 189 sulfurado ..... 17percióridoperfosfatopernitratoperóxidopersulfato(cristalizado10protoclóridoprotóxido

•... 136136

..•... 18880

160agua) • 250

10072

HIERRO •.......

perclórido de ....

peróxido •.....

protoclórido ....

protóxido •....

protosulfurosulfato (seco) • . . .

(cristalizado 7 agua) .

28824064364476

139

522

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Equivalentesquímicos

IODINA

ITRIAITRIO

LITIAcarbonatodefosfatonitratosulfato

LITIOclórido deiódidosulfuro

MAGNESIAanmonio-fosfatodebicarbonato •

boratofosfatohidratonitratosulfato (seco)(cristalizado 7 agua)tartrato

MAGNESIOclórido defosfuroiódidosulfuro

MANGANESAacetatodebenzoatocarbonatocitratocloratoclóridodeutóxidofosfatofosfurooxalatoperóxidoprotóxidosuccinatosulfatotartrato

MERCURIO •.•.. 200bicianuro ••••. 252bisulfuro •... 232

perclóridoperfosfatoperiódidopernitratoperóxido • •

persulfatoprotoclóridoprotonitratoprotosulfatoprotóxido

MOLIBDENO

protóxido de

NÍQUELacetato dearseniatobenzoatoboratocarbonatocitratoclóridofosfatofosfuroiódidonitratooxalatoperóxidoprotóxidosulfato (seco) • •

(cristalizado 7 agua)sulfurotartrato

NÍTRICO (óxido) • •

NITRÓGENO

carburodeNITRoso (óxido) •

OLEÍFICO (gas)ORO

clórido declórido de, y sodio (se-

MORFIA

carbonato de •

nitratosulfato

272272450324216296236262248208

48

56

232

344376362

3088

100158606096

66

66

421559274

38

78

14146

105301426227

200236

125

• 40

• 32• 18• 40• 46

72• 58

• lo• 46• 135• 26

• 20

• 93• 64• 42

• 48

• 29

• 74

• 60• 123• 87

• 12• 48

• 24

• 137• 28

• 28• 86• 156• 58• 94• 112• 64• 40

64• 40

• 72• 44

36• 86• 76• 103

co) •.... 296(cristalizado 8 agua) • 368iódido • ~ 325

523

Page 608: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Escritos varios

óxido •••.. 224 iódido 229sulfuro .•.. 248 malato •~... 182

OSMIO ••.•. molibdato ••.. 184OXÍGENO •••.. 8 nitrato ••.. 166PALADIO ••.. ? oxalato •.... 148PLATA •••. 110 peróxido 120

acetato de •.. 168 protóxido 112arseniato •.. 180 succinato •.•.. 162arsenito •..•. 172 sulfato ••... 152benzoato •..... 238 sulfito •.. 144

borato •... 140 sulfuro •.... 120citrato •... 176 tartrato •.. 179clorato •.... 194 POTASA (seca) •... 48clórido •..... 146 acetato de •.. 98cromato •..... 170 arseniato •.. 110fosfato •.. 146 arsenito •.... 102iodato •..... 283 benzoato •..... 168iódido •••.. 235 bicarbonato •.. 92molibdato •..... 170 bifosfato •.... 104nitrato •.... 172 binarseniato ••.. 172oxalato •...... 154 binoxalato •.. 120óxido •...... 118 bisulfato •... 128sulfato •..... 158 bitartrato •... 182sulfito •...... 150 borato •... 70sulfuro •...... 126 carbonato •.. 70tartrato •..... 18 5 citrato •... 106tungstato •..... 238 clorato •.... 124

PLATINA

bifosfuro•......

•.....

96120

cromatocuadroxalato

•.. 100•... 192

bisulfuroperóxido

PLOMO •...

acetato dearseniatobenzoatoboratocarbonatocitratocloratoclórido

•.....

•....

•....

•.....

•.....

•...

•...

•....

•..

•..

128112104162174232134134170188140

fosfatohidratoiodatornolibdatonitratooxalato

succinatosulfatosulfitotartratotungstato

•..... 76•..... 57•...... 213

•.... 120•... 102

•.~ 84•.. 98

•.. 88•... 80•... 115•... 168

cromato •..... 164 POTASIO •..•• 40deutóxido •..... 116 clórido de •.... 76fosfato •...... 140 fosfuro •.. 52fosfito •..... 132 iódido •... 165fosfuro •.... 116 peróxido •.. 64iodato •..•.. 277 protóxido •.. 48

524

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Equivalentesquímicos

RODIOSELENIO

SILICA

SILICIOSODIO

clórido defosfuroiódidoperóxidoprotóxidosulfuro

SOSAacetatodearseniatoarsenitobenzoatobicarbonato • •

sulfuro

boratocarbonato (seco) •

(cristalizado 7 agua)citratocloratocromatohidratoiodatomolibdatonitratooxalatosuccinatosulfato (seco) • •

(cristalizado 10 agua)sulfito • •

tartratopotasa

SUBLIMADO CORROSIVO

TANINOTELURIO

clórido deóxido

TITANIOTUNGSTENOURANIOZINC

acetatodearseniatobenzoatoboratocarbonatocitratocloratoclóridofosfatofosfuroiodatoiódidonitratooxalatoóxidosuccinatosulfato (seco) •

(cristalizado 7 agua)sulfitotartrato de •

ZrncoNIA

99214

• 272• 71• 38• 74

46• ?• 96

• 35• 93• los• 163

65

• 65• 101• 119• 71• 71• 47• 208• 160• 97

• 79

• 43• 93• 83• 146• 75• 110• 45

56?4116

8246036

14936324032829486

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5454

11790

1088441

197104

866882

72

16264 ZIRCONIO ••... ••• 37

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XXII

ELEMENTOS DE FÍSICA Y FILOSOFÍA NATURAL,

GENERAL Y APLICADA A LA MEDICINA, TRATA-

DA SIN CÁLCULOS Y FÓRMULAS MATEMÁTICAS

Por N. ARNOTT, doctor en medicina y del realLondres, 1827. 4to.*

colegio de médicos.

* Este comentario a la edición inglesa fue publicado en El Repertorio America-

no, IV, Londres, agostode 1827, pp. 296-298. Lo reprodujo Miguel Luis Amunáteguien la Introducción a O. C. VII, pp. vnl-x. Véase el artículo siguiente. (CoMIsIÓNEDITORA. CARACAS).

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He aquí unade aquellasobrasque desearíamosver há-bilmente traducidasa nuestralengua,y quenosparecemuya propósitoparainspirarla afición al estudiode la natura-leza,dandoa conocersusleyesy los grandesdescubrimien-tos que se han hechoen ella desdela edadde Bacon y deGalileo hastanuestrosdías.El Dr. Arnott cree con mucharazónque las cienciasnaturales,no menospor la influenciaque tiene su cultivo sobreel espíritu, que por el inmensoycadadía mayor númeroe importanciade sus aplicacionesprácticas,deben formar uno de los principalesramos deeducacióngeneral. ¡Cuántomás provechosoa la juventudes el conocimientoque puedeadquirir en el gran libro dela naturaleza,tan bellamente compendiadoy comentadopor el Dr. Arnott, queel de las lenguasantiguas,o por me-jor decir, el latín soio, queconsumetanto tiempo y trabajoen ias universidadesamericanas,sin que apenasuno entreciento saque el solo fruto que pudiera mirarse como unarecompensaproporcionada,la inteligencia de ios modelosde elocuenciay poesíaquenosha dejadola antigüedad!Es-tamosmuy lejos de deprimirel estudiode la literaturaclá-sica; peroquisiéramossele considerasecomoun ramode im-portanciasecundaria,o como una especiede lujo literario,que el latín dejasede ser, como ha sido hastaahora entrenosotros, la puerta de las ciencias, tratándosetodas ellas(menospor supuestolas eclesiásticas)en el idioma patrio.La verdaderapuertade todaslas ciencias y de todas las arteses el conocimientode las leyesgeneralesde la naturalezain-telectualy corpórea.

Nadamásamenoni más elegantequeel modo con que

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el doctorArnott ha tratadosu asunto,despojándoloesmera-damentede las espinasquepudieranretraeral ignoranteo aldesaplicado,e ilustrando amenudolas grandesverdadesdela física con ios fenómenosmás familiares. Los instrumen-tos y juguetescomunesforman gran partede su colecciónde máquinasexperimentales.Y no por esose desdeñala ins-trucción encerradaensuobracomosuperficialo paraniños.El que entienday retengael contenido de este pequeñovolumen (pequeñocomparadocon la doctrina que com-prende)puedelisonjearsede poseerun gran caudalcientífi-co, aplicablea infinitos objetosy usosde los quesuelenocu-rrir en la vida. Entre las dotesque le hacensingularmenteapropiadoa su objeto, no olvidemosla religiosa reverenciaque inspira hacia el autor de la naturaleza,y el amor de lahumanidady la libertad, que lo ha dictado. El que lo tra-duzcaharáalos americanosun presentequeaseguramosserárecibidocon entusiasmo;pero querríamosse encargasendeestatareamanosque la desempeñasendignamente.

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XXIII

FÍSICA

INTRODUCCIÓN A LOS ELEMENTOS DE FÍSICA DELDOCTOR ARNOTT

(LONDRES 1827)*

* Los Elementosde Física, del Dr. Arnott se editaron en Londres, en 1827. En

el mismo año, vertió Bello al castellano la Introducción del volumen y la publicó,firmada con sus iniciales A. B., en El Repertorio Americano, IV, Londres, agosto de1827, pp. 122-144. En dicha entrega insertabaademásun comentario a la obra delDr. Arnott, que hemos reproducido en el artículo precedente de este tomo. Haytodavía otros hechos que ratifican la alta estima en que había tenido Bello el trabajodel Dr. Arnott. En El Araucano, n

9 62 y 63, de 19 y 26 de noviembre de 1831, re-produjo con algunos retoques el texto de su traducción, cosa realmente excepcionalen las costumbres periodísticas de Bello; y por si todo ello fuese poco, cita en nuevaversión unas frases de la Introducción del Dr. Arnott, “sabio inglés, que me ha hon-rado con su amistad”, en el Discurso Inaugural de la Universidad de Chile, de 17 desetiembre de 1843.

Por todas estas razones recogemosen el presente volumen este texto que no habíasido reimpreso en O. C. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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Proponiéndonosapreciar la importancia de la física ofilosofía natural como objetode estudioparaios queprofe-sanla medicina, paraios quecultivan cualquier ramo cien-tífico, y aunen nuestrosdías, paratodos aquellosque aspi-ran a unaeducaciónliberal,echaremosunaojeadarápidaso-bre la naturalezade los conocimientoshumanos,y sobresus

relacionescon el estadopresentede nuestraespecie.Consi-deraremospues:

La condición progresivadel génerohumano,Lo que en ella influye el incrementode las luces,La conexióny mutuadependenciade los diversosramos

científicos,El ordennatural de su estudio,Y la importanciade la física.Mientras las razasinferiores de animalesparecenhaber

experimentado tan poca variedad, bajo respecto alguno des-de los primeros tiemposde que haymemoria, como los ár-bolesdela selvaqueda a muchosde ellosabrigo, lacondicióndel hombre, al contrario, ha fluctuado, y generalmente ha-blando, ha progresadodel modo más extraordinario. Losanimales inferiores fueron formados por el Creador talesque en el espacio de una vida o generación adquierentodala perfecciónde quesu naturalezaes susceptible.O seproveyó inmediatamente a sus necesidades, vistiendo, porejemplo,a las avesde plumas,y a loscuadrúpedosde vellosasy afelpadaspieles,o sus necesidadesfueron tan pocasy tansimples,queparasubyenira ellas bastaronlimitadísimasfa-cultades;y en aquellospocoscasosen queera menestercon-siderableindustria,como a la abejaparafabricarsucolmena,

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o al pajarillo paraconstruirsu artificioso nido, se les infun-dió cierta aptitud e instinto particular. Así el cocodrilo nobien sale de su huevoenterradoen el arenalardiente, llegaaser tan perfecto y astutocomo cualquierade sus antepasa-doso de su posteridad.¡Cuándiferente la historiadel hom-bre! Su entradaen el mundoes la del másendebley desam-paradode ios vivientes: esteestadodura largo tiempo; y sisus padresle abandonanen aquellaedad tierna, de modoque no aprenda sino lo que su experiencia individual le en-seña,como ha sucedidocon algunospocos que han crecidoy llegado a la edad adulta en bosquesy desiertos,quedainferior bajo muchos respectos a las más nobles especies debrutos. Echando la vista a los diversos puntos del globo,la historia representa a sus primeroshabitantessumidosenuna ignorancia y barbarie que los hombres civilizados nopueden contemplar sin estremecerse. Pero aquellos países,ocupadosantespor esparcidastribus, quepudieranllamarsemanadasde miserablessalvajes,queapenaspodíanrechazarlos ataques de las fieras, con quienes les era común la vi-vienda del bosque, o ponerse al abrigo de la intemperie, oproveer escasamente a sus primeras necesidades a costa deincreíble fatiga, y que eran los unos para los otros más detemer que las mismas fieras, hostilizándose y destruyéndosecon una crueldad, no ya de bárbaros, sino de caníbales;estospaíses son ahora mansión de muchos millones de hom-bres civilizados, que mantienenpaz y amistadentre sí; yla yerma impenetrable selva se ha trasformado en campiñasfértiles, vistosos jardinesy ciudadesmagníficas.

El vigoroso entendimiento del hombre, con el instru-mento del lenguaje,es quien ha producido esta mutaciónasombrosa. Por medio del lenguaje los padres han legado aios hijos su experiencia, y éstos a ios nietos la suya propia,acumulada a la de sus padres; y cuando al cabo de muchasgeneraciones había crecido tanto aquel caudal precioso, queno bastaba a contenerle la memoria, nacieron la escrituray la imprenta, que fijaron e hicieron visible el lenguaje, y

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ensancharon sin límite el depósito de ios conocimientos.Así el lenguaje en la época presente del mundo se puededecir, que hace de los innumerados millones de quese com-pone la razahumanaun serúnico y agigantado,cuyame-moria se extiendea cuantoalcanzanlas historiasy lo retienepara siempre: cuya razón, escudriñandolos tesoros de lamemoria,ha descubierto muchas de las sublimese inmuta-bles leyes de la naturaleza,ha cimentadoen ellas todas lasartesde la vida, y anticipa por medio de ellas lo por venir,columbrándolo a una larga distancia; y cuyos ojos y oídosy espíritu observador están ahora en todos los ángulos de latierra acechandoy tomando razón de nuevos fenómenos,con el objeto de comprendermejor la magnificenciay ad-mirableordende la creacióny de adorarmásdignamenteasu benéficoautor.

Interesantesería,si no nos desviasedemasiadode nuestropropósito, mostrar aquí circunstanciadamente cómo es quelas artesy la civilización han progresadoa medida que elhombreha ido avanzandoen el conocimientodel universo;pero no estaráde más inculcar estasverdadesanimadoras:que el progresono ha cesadoaún; que en estos últimostiemposha sido sin comparaciónmás rápido que nunca; yque parececontinuar todavíacon aceleradavelocidad,sinquepuedadescubrirseel término que el Creador le tieneprefijado.Aunquelos analesdel mundoabrazantantosmi-llares de años,nuestroBacon, queenseñóa ios hombreselverdadero camino para investigar la naturaleza, existió ayer.SucedióloNewton, e ilustró sus preceptosconlos máspor-tentososdescubrimientosque jamás cupieronen suerte aun soiohombre.No ha másquedoscientosaños,queHarveydescubrió la circulación de la sangre. Adam Smith, el Dr.Black y Jacobo Watt, fueron amigos; y este último, cuyasmáquinas de vapor están ahora mudando las relacionesdelos imperios,acabade bajaral sepulcro.JuanHunter mu-rió pocotiempo ha, y las noticiasque debemosa Herschelde nuevos planetas y de la estructura de los cielos, están en

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los últimos númerosde nuestrosdiarios científicos. Y estosilustres hijos de Gran Bretañatienendignos sucesoresquesiguen sus huellascon gloria. Durante estemismo períodoha sido iluminado el continenteeuropeopor unabrillanteconste~laciónde ingenios,y Laplacees la estrellade primeramagnitud que une lo pasado con lo futuro.

Perounagranmutaciónse está verificando ahoraen elmundo, estrechamente enlazada con el adelantamiento dela ciencia,y más importanteella sola que la mitad de losdescubrimientoscientíficos: tal es la difusión de los conoci-mientosen la masadel génerohumano.Antes estabanéstosconcentradosen las escuelasy las universidades,y confia-dos alibros escritosenlas lenguasmuertas;o, si por venturase componían en las vivas, erantan abstractosy artificiales,quemuy pocosllegabana entenderlos;y así considerandolaraza humana como una gran criatura inteligente, sólo unapequeña fracción de su entendimientoestabaal alcancedela ciencia y ejercitaba su natural actividad; y aun esa frac-ción, careciendomuchasvecesde suficienteestímulo, caíaen el desaliento y la indolencia. En estasépocaslos progre-sos eran proporcionalmentelentos. Mas ahora las densasbarrerasque tuvieron estancadoslos conocimientos,hanvenido al suelo, y toda la tierrava a ser bañaday fecundadapor ellos: los antiguos establecimientos se adaptan al espíritudel siglo; las escuelasinferioresmejoransus métodosde en-señanza;los buenoslibros hacende cadahogar unaescuela;y todasestascausascontribuyena formar unaopiniónpú-blica ilustrada,que estimulay dirige los progresosde todaslas artesy ciencias, y por medio de una prensalibre, sehace rápidamente,aunquemuchosno lo perciben, la po-tenciareguladorade todoslos grandesinteresesde la humani-dad. En Gran Bretaña los progresosde la ilustrada opi-nión pública hansido másdecididosqueen otro estadoal-guno; y la primeraconsecuenciade ellos fue la libertad delas institucionespolíticas, a que se siguieronotras y otrasmejoras,hastaqueGranBretañaha llegado a serverdade-

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ramente la reina de las naciones. Una noble colonia de hijossuyos, imbuida de su espíritu, ocupa ahora un vastoy mag-nífico espacioen elmundode Colón,y aunqueapenascuen-ta mediosiglo de independencia,tiene ya máshabitantesqueEspaña,y dentro de poco no reconoceráprimacíaa ningúnpueblo de la tierra. El hemisferio occidental es ahora lacuna de otros muchos estadosgigantescosy libres, que si—guenlas huellas de los E. U. ingleses.En otro mundo aúnmás recientemente descubierto, más vasto que la E•uropa,y vacío de pueblos, se extiendeahorala colonización conuna rapidez nunca vista, y otra rama de ios libres e ilustra-dos inglesescubriráen brevela bella y rica Australasia.Susinstitucionessepropagaránsobreel inmensoarchipiélagodelPacifico, tachonadode paraísos.Tal es la extraordinariatransiciónen queseencuentraactualmenteel génerohuma-no, ¿y cuál (preguntamos otra vez) cuál es el límite pre-destinadopor el Creadora esta pasmosacarrera?Lo quesabemosesquela providencianospresentaahorael alegrees-pectáculode unaaceleradamultiplicación de vida y de fe-cundidad, dándonosa conocerque mediantelos inventosde las artesy ciencias,viven cómodamentemillaresde per-sonasen aquel mismo sitio, dondeantes,merceda la igno-rancia, tres o cuatro familias podían procurarsea duraspenasuna existenciamiserable.

El progresode las lucesque nos ha elevadode la anti-guabarbarie a la civilización actual, se ha hecho por gra-dos que es fácil señalar,siendoal mismo tiempo utilísimoconsiderarlos,porquede estemododescubrimoslas relacio-nese importanciade ios diferentesramosde conocimientos,allanamos su estudio, y aceleramos su adelantamiento ul-terior.

El espírituhumano,al ver delantede sí la casiinfinidadde objetos que pueblan el universo, no pudo menos de per-cibir quehabíasemejanzasentre ellos, o en otros términos,que la infinidad no era más que una repeticiónde ciertonúmero de especies, y que estudiando cuidadosamente un

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ejemplar de cadaespecie,la memoria,no obstantesu limi-tación,era capazde adquirirunaideatolerablementeexactadel todo. Como este conocimientoproporcionabamediosparaprocurarlo útil y evitar lo dañoso,el deseode poseerlodebehaberbrotadocon el primer ejercicio de la razón. Untrabajode siglos ha producido finalmente un sistemacasicompletode todoslos materialesconstituyentesdel univer-so,esparcidoen las tresgrandesclasesde minerales,vegetalesy animales,que se llaman comúnmente los tres reinos de lanaturaleza,y cuyasespeciesmenudamentedescritasformanel objeto de la Historia Natural. Un museo completodehistoria natural puedeconteneruna muestrade casi todaslas especiescontenidasen todosios tres reinos, de maneraqueseadableal joven alumnodentro del recintode un jar—dín haceruna reseña,por decirlo así, de todo el universomaterial.

Al examinarel hombrelas formasy las demáscualidadesde los objetos,no pudo menosde repararen los movimien-tos o mutacionesque se verificaban en ellos, ni de percibirque en estos movimientos habíatambién semejanzas:des-cubrimiento importante, que aprovechadopor el interés,condujo a una cuidadosaclasificaciónde los movimientos,como antes había conducido a la de los cuerpos.En virtudde las innumerables observaciones y experimentos hechosdurante una serie de siglos, podemos decir que todos losmovimientos,mutacioneso fenómenosdel universo (puesestas tres expresiones tienen aquí un mismo valor) sonmeramente repeticiones y combinaciones de unos pocos mo-dos o especies de movimientos simples, tan constantes yregularesen cada caso,como cuandoproducen los invaria-blesperíodosde los díasy de las estaciones.Refiérensetodosestos fenómenos a cuatro clases distintas que llamamos,Físicos, Químicos, Viiates y Mentales; y las expresionessimplesque los describense denominanleyesde la naturale-za, que constituyenun grancuerpode conocimientos,lla-mado la ciencia o filosofía de la naturaleza,para distin-

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guirlo de su historia. La historia y la filosofía completantoda la suma de nuestros conocimientos de la natura-leza.

Paradar un ejemplode los pasospor dondesuele alcan-zar el hombre al descubrimientode una ley, valgámonosde la ley físicade la gravedado atracción.Observóse i~quelos cuerpos privados de apoyo caían; y 2~que la llama, elhumo, las nubesy vapores,abandonadosa sí mismos, lejosde caer, se elevaban, alejándose de la tierra. Se supuso pues,que el ser graves o pesados ios cuerpos, era ley general, perosujeta a las excepciones que acabamos de mencionar, y lasmaterias exceptuadas se llamaron leves o ascendentes.39

Descubrióse que nuestro globo está rodeado de un océanoaéreo, un pie cúbico del cual, tomado cerca de la superfi-cie de la tierra, pesacerca de unaonza; y se percibió quela llama, humo,vapores,etc. subenen el aire por la mismarazón que el aceite sube en el agua, es a saber por ser menospesadosqueel fluido que los rodea; y que consiguientemen-te nadase conoceen la tierra que seanaturalmenteleve en~dantiguo sentidode la palabra.49 Echóse de ver que loscuerpos que flotan en el agua a poca distancia unos de otros,se aproximan y adhieren levemente: que los cuerpos col-gadosa pocadistancia,se atraentambién unosa otros,des-viándosede la perpendicular:y que la plomadasuspendidacerca de un cerro es atraída hacia el cerro, y con fuerzatanto menor que su peso, cuanto el cerro es de menor vo-lumen que la tierra entera.Probósede estemodoqueel pesomismono es más queun casoparticular de una ley univer-sal de atracciónmutua, queobra entretodosios elementosque constituyen el globo terráqueo, y produce la redondezdel globo, juntando las partes alrededor de un centro, y laforma también esférica y las gotas de lluvia y rocío, de losglóbulos de mercurio, de plomo derretido, y de muchasotras sustancias. 59 Observóse además, que todos los cuerposcelestesson redondos, y deben por tanto componerse de ma-terialesque obedecena estamisma ley. Y en fin, se notó

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que todos estos cuerpos, por distantes que se hallen, seatraen recíprocamente, por cuanto las mareas de nuestroocéano suben obligadas de la atracción de la luna, y llegana su mayor altura, cuando el sol y la luna obran en unamisma dirección. De este modo llegó el ingenio creador deNewton al descubrimiento de aquella ley sublime: que laatracción es la potencia que enlaza entre sí los cuerpos denuestro sistema solar, y probablemente no conoce otroslímites que ios del universo.

¿No es verdaderamente maravilloso que el entendimien-to humano sea capaz de entrever en esta variedad y aparenteoposiciónde fenómenosla operaciónde un principio úni-co? Esta análisis de los hechos,ora aprendidospor meraobservación,ora por experimentosartificiales, encadenadade modoquese deduzca de todos ellos la circunstancia gene-ral en que se asemejan,es el métodode filosofar por induc-ción, y la tal circunstancia es la verdad o la ley bajo la cual seclasifican los hechos. Todo el conocimiento que de la mar-cha de la naturalezaadquirirnosdesdela infancia hastaelprincipio de nuestrosestudiosmetódicos,se obtienede estemodo; así que, el proceder inductivo se puede decir ense-ñadopor ella misma.Y sin embargo,se necesitónadamenosque el impulso de uno de los entendimientosmásvigorososque hayan adornado el mundo, el de Bacon, para probarque este soio proceder es el que puede llevarnos adelante yconducirnosa los másaltosobjetosde la filosofía. El errorde otro entendimientopoderoso,el de Aristóteles,que tomóel caminode suponero imaginar leyes naturales (que es loque se llama formar hipótesis),y de fijar la vista en aque-iios hechossolamenteque cuadraban con ellas, ha mante-nido la mentehumanaen esclavitudy tinieblaspor dosmilaños.

El descubrimiento de las leyes naturales se ha obtenidomuy lentamentepor la complicación de los fenómenos or-dinarios, que resultande la operaciónsimultáneade mu-chas de ellas,y de la variedadde circunstanciasque las mo-

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Introduccióna la física del Dr. Arnott

difican. Con respecto a muchas leyes químicas y vitalesno estamos más adelantados de lo que nos hallábamos con res-pecto a la ley física de la atracciónuniversal, cuandosólosabíamosque los graves caían. Pero hemos progresadolobastantepara percibir que el grande universo es tan sim-ple y armoniosocomo inmenso,y queel Creadorno inter-pone particular o milagrosamentesu mano todopoderosapara producir cada fenómeno, sino que ha determinadoque todos ellos se verificasensegún ciertas leyes generales.Nada hay en la naturalezatan verdaderamentemilagrosoy tan adorable, como la ilimitada y benéfica variedad deresultados que vemos nacer de tan pocos y tan sencilloselementos. En tiempos de ignorancia no era extraño quelos hombresatribuyesentodas las ocurrenciasque no en-tendíana una intervención inmediata del ente supremo;y de aquí procedeque por muchos siglos, y aun actual-mente en algunasnaciones, se hayan reputadoy reputensobrenaturaleslos eclipses y terremotos,las irregularida-des de las estaciones,y muchasenfermedades,particular-mentelas que afectanal entendimiento.Esto es lo quetan-tas vecesha dadoocasióna quese procurasepropiciar consacrificios bárbarosla divinidad ofendida, por no haberllegado los pueblos a la noción sublime de un Dios quesujetó la naturaleza a leyes permanentes,que nos es per-mitido indagar para dirigir nuestraconductaen la vida;leyes tan invariables que por medio de ellas se puedencalcular eclipses por millares de años, remontándonos apasado, o descendiendo a lo por venir, sin errar en unaoscilación del péndulo; y que al compás de nuestros ade-lantamientosen la ciencia de la naturaleza,nos facultaránpara explicar y prever otros fenómenos con igual preci-sión...

El que entienda las leyes de la naturaleza, aun en elgrado en que las conocemos ahora, tiene tal presciencia delo futuro, es decir, de los efectos que resultarán de estaso aquellas causas,que muchasveces puedeinterponer su

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acción, modificando los fenómenosnaturalesy haciéndo-los servir a su interés propio. Así llega a mandara la na-turaleza,y (segúnla expresiónde Bacon) su conocimien-to es poder. Y como todos los objetos materialesy susvarios estados resultan de la previa experiencia de estasleyes, cuanto más familiarizado esté con ellas, tanto mejorconocerá los objetos que se ofrecen a su vista en el examende la naturaleza, y llevando estudiada de antemano suhistoria, parecerá aprenderla por una especie de intuición.Un hombre instruido lleva en su memoria una miniaturadel universo, a que puede comparar lo pasado, presente yfuturo. Mas, engreído con este poder, no olvide que suscálculos reposansobre la suposición de que las leyes de lanaturaleza, según se las representa su entendimiento, nose han alterado ni se alterarán. Pero aunque millones deaños parezcan justificar esta suposición, ¿qué son estosmillares comparados con la eternidad pasada y futura?Menos todavía de lo que comparada con la carrera de lossiglos es la hora meridiana que abraza toda la vida de unanimalillo microscópico; animalillo que muere sin cono-cer la aurora ni la noche, la primaverani el invierno. Elhombre puede predecir, es verdad, las revoluciones de losdías, de las estaciones,de los fenómenoscelestes:pero losvientos, las lluvias y otros infatigables agentesdesmoro-nan poco a poco las cordilleras del globo que habitamos,y van cegando al mismo tiempo los abismos del océano; yastros que nuestros antepasados vieron resplandecer en elfirmamento, se han apagado o desaparecido: mutacionesterríficas, cuyo principio y fin no podemos alcanzar connuestrosconocimientos actuales, fundados en tan cortaexperiencia...

Física. Las leyes físicas regulanlos fenómenosnatura-les en que hay sensiblemutaciónde lugar, y son la causaúnica de la mayor parte de todos ellos. Regulan tambiénestasleyes los queprocedende accionesquímicasy vitales.Las grandes verdades físicas se reducen a cuatro, embebi-

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das en las palabrasátomo, atracczón,repulsión, inercia. Elque entiende estas palabras, el que sabe cómo es que losátomosmaterialesse atraen y pegan formandomasas,queson sólidas,líquidas o aeriformes,segúnes menor o mayorla cantidad de calóricorepulsivoque las penetre,y que envirtud de su inercia ganany pierdenmovimiento con ex-acta proporción a las fuerzas que obran en ellas; puededecirsequeentiendela mayor partede los fenómenosde lanaturaleza. Los cuerpos sólidos, sujetos a estas leyes, pre-sentanlos fenómenosde la -ineccmnica; los líquidos ios de lahidrostáticay la hidráulica; los aires o gaseslOS de la neu-mática; la luz los de la óptica; los astroslos de la astrono-mía, etc.

Química. Si sólo hubiese una especie de sustanciaomateria, las leyes físicas darían razón de todos los fenó-menos; pero existe hierro, azufre, carbón, y cincuentaotrasque en el estadopresentede la ciencia parecenesen-cialmentedistintas.Cadauna de ellas, en sí, obedecea lasleyesde la física; pero si el hierro y el carbónse tocan ycalientan,desapareceny forman otra masa,queen la mayorparte de sus propiedadesno se asemejaya ni al uno ni alotro. Puestasen otras circunstancias,vuelven a separarseaquellasdos materiasy recobransus primitivas formas.Ta-les son las mutacionesque se llaman químicas. Pero lassustanciasen que se verifican no dejande estarun momentobajo la jurisdicción de las leyes físicas: su pesoo su inercia,por ejemplo, permanecen. Y aun hay mutaciones químicasqueson inmediatamenteseguidasde mutacionesfísicas ex-citadaspor el calor en los átomosde la pólvora, causanelmovimiento de expansiónsúbita, llamado explosión... Laquímicapor tanto, descansasobre la física, como sobresubase,y ni puedeentenderseni practicarsepor los que igno-ran esta ciencia.

Vida. El estadomás complejo de la materiaes aquelenque, bajo la influencia de la vida, forma cuerposprovistosde una curiosa estructurainterna, compuestade tubos y

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cavidades,en que se muevencontinuamenteciertos flúidosy producenmutacionesincesantes.Llámanse organizadosestos cuerpos a causa de los varios órganos que contienen.Pertenecen a la vida ios fenómenosde incremento,deca-dencia, muerte, sensación,movimiento espontáneo,y mu-chos otros; pero verificándosetodos ellos en aparatosma-terialessubordinadosa las leyes físicas y químicas,debemosconsiderarla vida como un tercer orden sobrepuestoa losdos precedentes, y que no puedeentendersesin ellos. Sí—guesede aquí que ios fenómenosvitales, como queenvuel-ven la agenciade tres distintos cuerposde leyes, son sincomparaciónlos más complicadosde todos; de lo que pro-viene en parte que en la exploración de las leyes vitales,aunqueno menosfijas y regularesque las otras, hayamosandadomuy lentamente,y estemosmuy lejos de poseerunsistemade ellas que puedadecirse completo.Aún no po-demosexplicar, por ejemplo,cuál es la causade la limita-daduraciónde la vida, cuálla de las constitucionesheredita-rias, porquélas variasespeciesse mantienendistintas,y mu-chísimasotrasparticularidadesde los animalesy vegetales.Pero tantos entendimientosvigorosos sé ocupan ahora eneste grandeasunto,sobre todo entre los profesoresde me-dicina, a quienes concierneespecialmente,que podemosaguardarresultadosimportantísimos.Se hanobservado,re-cordado,y hastacierto punto, clasificado,muchoshechos,y acasono tardaráen presentarsealgún ingenio privilegiadoque los reduzca todos a un pequeño número de leyessimples,como lo hizo Newton con respectoa las clasifica-ciones inferiores de la física, cuando descubriólas leyesgeneralesde la gravedady la inercia.

La mente. La partemás importantede las cienciasesel conocimientode las leyes que regulan las operacionesde nuestroespíritu. Estedepartamentose distingue de to-dos los otros bajovarios respectos.Si el de la vida orgánicano pudo entendersesin que le precediesela investigaciónde las leyes físicas y químicas, éste al contrario subió a un

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grado extraordinario de perfeccióndesdemuy temprano,cuandolos otros apenashabían comenzadoa existir. Enpruebade ello bastaremitirnos a los escritosde los filóso-fos griegos. Pero los descubrimientosbrillantesestabanre-servadosa los modernos,como percibirá cualquieraquere-corriendola tabla de las subdivisionesde este departamen-to, traiga a la memorialos nombresilustresasociadoscon lahistoria de cada una.

Cuantidad.Muchos de los hechosy leyes de la física,la químicay la vida se expresanen términos de cuantidad,como cuandodecimosque la fuerzade atracciónentre doscuerpos disminuye en la misma razón que se aumentaelcuadradode su distancia... Resulta de aquí la necesidadde comparartodas las especiesde cuantidades;y las leyesrelativas a esta comparación constituyen un cuerpo de doc-trina, llamado ciencia de la cuantidado matemáticas,quepuede considerarsecomo la quinta seccióno rama de losconocimientoshumanos...

Por las matemáticassuele principiarse comúnmenteelestudio de la naturaleza,y se recomiendaesteplan, alegan-do queapenashayobjetoen la física, la química,o la cien-cia de la vida orgánica, que pueda describirse sin apelar ala cuantidado las proporciones,y sin usarpor consiguientetérminosmatemáticos.

Es así sin duda; pero tambiénes cierto, que las ideasmatemáticas adquiridas por todos los hombres en la limi-tada experienciade la niñez, bastan para hacerperfecta-mente inteligibles todas las grandesleyes de la naturaleza.Pocaspersonashay en una sociedadcivilizada tan igno-rantes, que no sepanio que es un cuadradoy que en elcírculo todoslos puntos de la circunferenciaestána igualdistancia del centro: verdades, que como otras de la mis-ma categoría, forman un gran caudal de conocimientosmatemáticos, y abren franco pasoa la inteligenciade todaslas leyes generales del universo. Comprendidaséstas,y fa-miliarizado el entendimiento con las realidades materiales.

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el estudiode otrasmatemáticasmáselevadasadquieregran-de interésy atractivoparanosotros,porquese percibenin-mediatamente,llegado este caso, una multitud de aplica-cionesútiles, y un buencurso de matemáticases al mismotiempo un nuevo cursode física, de químicay vida orgá-nica, profundamenteestudiadas.Por seguir otro métodosucedequemuchosencuentrantan penosoy cansadoel es-tudio de las matemáticaspuras preliminares, como si setratasede aprenderde memoriael vocabulariode unalen-gua, sin leer jamásunacomposiciónescritaen ella; y estoexplicapor quéson tan contadosios estudiantesque lleganaun conocimientocabal de las matemáticas,porque,hechaestaciencia el vestíbulode la física, se descuiday abandonaa su vez la filosofía natural.Estasobservacionesse aplicana la lógica, ramode la filosofía mental,quesuele tambiénmirarse como preparatoriode los demásconocimientos,ycon no mejoresfundamentosque las matemáticas.

Las nociones que han prevalecidoen el mundo hastade pocos años a esta parte, han sido tan erróneasrespectode la importancia comparativa de los diferentes ramoscientíficos como respecto del orden en que conviene estu—diarios. Así en muchasde nuestrasmás afamadasescuelas,y aun en nuestrasuniversidades,se dirige casi exclusiva-mentela atencióna las lenguas,la~lógicay las matemáticasabstractas, olvidando que estos objetosno tienenvalor sinoen cuanto son aplicables a la física, la química, la cienciade la vida orgánicay la ciencia del alma; y procediendodel mismo modo, que si un hombre a quien se permitieseentrar a un magnífico jardín y disfrutarle a condiciónde procurarseuna llave y utensilios de varias clases parahaceruso de las cosascontenidasen él, gastasetoda la vidaen el camino,puliendola llave, y combinandode mil ma-neraslos utensilios.Éstey otroserroressemejantesnacendeno haberse dado a los hombres un concepto adecuado delámbito de los conocimientos humanos, y de la mayor omenor importanciade los variosdepartamentosqueabraza.

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Aquél cuya perspectivase limita a unao dos pequeñassec-ciones,tendráprobablementemil falsas ideas aun respectode éstas, y sin duda alguna las tendrá de las otras y delconjunto,exponiéndosede estemodo a cometeryerrosda-ñosos a sí mismoy a los demás.Su entendimientoes, res-pectodel bien regulado entendimiento que ha recibido unaeducacióncompetente,lo que respectode un hombre degallarda y airosa figura el disforme y jorobadomenestral,cuya vida ha sido unaconstanterepeticiónde unas mismasoperaciones,actitudesy movimientos.

Distribuyendopues la ciencia segúnlas relacionesna-turalesde los objetos,demodo que se evitasetodarepeticióny anticipación,pudieradarsede toda ella un sistemacom-pleto en el pequeñoespaciode cinco tomos, cuyostítulosfuesen física, química, fisiología o ciencia de la vida or-gánica, ciencia del entendimiento,y -matemáticas;y pormediode unaobrade esta especie,seríaposible acualquierhombreinternarseen las ciencias, y adquirir un conoci-mientogeneralde ellas,con menostrabajoqueel de fami-liarizarseconun idioma extraño.Y tal es la estrechacone-xión de las cienciasentre sí, que un hombrepuede estarsegurode llegar con másfacilidad a la posesiónconsumadadel ramo a que se aplique, adquiriendoprimero conoci—mientos generales, que no consagrándole exclusivamente suatención desde el principio.

Esta obra mereceríaliamarse libro cte la naturaleza.Paraquerecibiesetoda la perfecciónde quees capaz,seríanecesarioconfiar su composición a una academiao socie-dad científica. Por falta de ella, se desperdiciaactualmentemucho trabajo, ingenio y existencia.Careciéndosede di-rección, o no recibiéndoseuna buena,se estudianlos obje-tos en orden contrario al de sus relaciones, y ni puedencomprendersebien, ni fijarse en la memoria. Los que leenmuchasobras a un tiempo para que se suplany corrijanmutuamente, sienten embarazada y confusa su atenciónpor la diferencia de plan,y raravez lograndesenmarañarsus

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ideas, resultando del desorden y del aumento de dificultad,que los más se aburren,y abandonanparasiempreel estudio.Si el gobiernoo lasuniversidadescuidasende presentaral pú-blico estos cinco pequeñosvolúmenes,el joven de talentoque al principiar sus estudios viese cuán limitado campole espera, lo emprendería con un denuedo y satisfacción,que se lo harían señorear en breve. La completa reseña queentonces haría de todas las ciencias y artes, le proporcio-naríaelegir la carreramás acomodadaa sus facultadeseinclinaciones.Tomado este informe en la edad del vigory elasticidad, el ingenio desplegaría su vuelo desde mayorelevación,y podría lisonjearsede alcanzara máslevantadosobjetos.Las más noblesempresasdel entendimientohuma-no se idearon, acometieron,y frecuentementese llevarona cabo en la edad florida. Además, ocupado el espíritudesde tan tempranoen contemplar e investigar la hermo-suray grandezade la creación,se acostumbraa cierta ele-vación de ideas,quele aleja de aquellossumiderosde desidiay disolución, en que caeny perecentantos... El libro dela naturaleza sería de más utilidad al género humano, queaun la existencia de otro Newton u otro Watt, porque con-vertiría millones de almas en órganosde adelantamientointelectual, y haría brotar muchos Newtones y muchos‘sWatts

Hemos visto que la física es el cimiento de las otrasciencias.Por consiguientees la más indispensablede todas.Fundadamente la llamó el canciller Bacon “raíz de todaslas cienciasy artes”. Si no ha sido igual a su importanciael lugar que se le ha dadoen los sistemas comunes de edu-cación, se debe principalmenteal error, ya desvanecido,de serle necesarioel conocimiento de las matemáticas,ya la opinión que se tiene generalmentede que,paralos ob-jetos comunesde la vida, basta aquella tintura de físicaque todos adquirimos por la experiencia. A la verdad, losjuguetes del niño, su molino de viento, su cometa, su trom-po y otros mil, suministranotros tantosejemplosde las le-

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yes de la naturaleza,y forman un verdaderoaparatode fí-sica experimental;peropor éstosy otros mediosno adqui-rimos más que conocimientos vaguísimos,y de ningúnmodo comparables con los que ahora se necesitan en lapráctica de muchas artes. El estudio de la física es faci-lísimo sin duda alguna, y si es tan importante como vamosa demostrar, el descuidarlo no admite disculpa.

El mayor caudal de conocimientos alcanzado con me-nos trabajo, es el que se adquiere con el estudiode unaspocasy sencillasverdadesfísicas. Parael hombre instruidode ellas muchos fenómenos que a los ignorantes parecenprodigios, no son más que bellas ilustraciones de sus cono-cimientosgenerales,adquisiciónque lleva a todaspartes,nocomoun pesoopresivo,sino como el apoyoque sostieneto-dos sus otros conocimientos,y la llave mágicaque le abrenuevos tesoros. La ciencia, por su arreglada distribución, envez de parecerse a un montón confuso de escombros, toma laforma de un grandiosoedificio de firme estructuray ele-gantesproporciones,que se consoliday hermoseacada díamás ‘~. Se ha creído infundadamenteque las personasqueposeen este conocimiento de las leyes generales, tienen de-masiadoderramadasu atención, y no pueden sabernadaperfectamente. Al contrario, las nociones generales hacenmás claras y precisas las otras. El hombre ignorante, porvalernosde un símil grosero, lleva cada uno de sus conoci-mientoscolgadode un gancho;el hombre de instrucción

* Desde este runto hastael fin del párrafo, Bello lo tradujo nuevamente para

citarlo en el Discurso inaugural de la Unir’ersidad de Chile, de 17 de setiembre de1843. Dice: “Ha sido una preocupaciónel creer que las personasinstruid-ss así en lasleyes generalestengan su atención dividida, y apenas les quede tiempo para aprenderalguna cosa perfectamente.Lo contrario, sin embargo,es lo cierto; porque los conoci-mientos generaleshacen más claros y precisoslos conocimientos particulares.Los teo-remas de la filosofía son otras tantas llaves que nos dan entrada a los más deliciososjardines que la imaginación puede figurarse; son una vara mágica que nos descubrela faz del unive~~~y nos revela infinitos obietos que la ignorancia no ve. El hombreinstruido en las leyes naturales está, por así decirlo, rodeado de seresconocidos y ami-g~s,mientras el hombre ignorante peregrina por una tierra extraña y hostil. El quepor medio de las leyes generalespuedeleer en el libro de la naturaleza, encuentra en eluniverso una historia sublime que le habla de Dios, y ocupa dignamente su pensa-miento hasta el fin de sus días”. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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lleva pendiente de cada gancho una larga cadena, a que vanenlazadosmillares de objetosútiles. Lasleyesde la filosofíason una puerta que nos da entrada a los más abundantes ydeliciosos jardinesque la imaginaciónpuede figurarse; untalismán, ante el cual se descorre el velo que cubre la fazdel universo, y deja visibles innumerables bellezas y mara-villas, escondidasa la ignorancia.El hombre de instrucciónse ve siemprerodeado,por decirlo así, de conocidosy ami-gos,mientrasel ignoranteestáenmedio del mundomaterial,como en una tierra extranjera y hostil. Un hombre leerámil libros como pasatiempo agradable, que sólo dejará im-presionesvagas;pero el quepor mediode las leyesgeneralesestudiael libro de la naturaleza,hace del grandeuniversounahistoria sublime que le habla de Dios y quepuedeocu-par dignamentesu atenciónhastael fin de sus días.

Hemos dicho ya que las leyes físicas rigen ios grandesfenómenos naturales de los astros, mareas, vientos, corrien—tes, etc., etc. Ahora mencionaremos algunos de los objetosartificiales a que concurrenestasleyes, aplicadaspor la in-ventiva del hombre.Casi todo lo queel ingenierocivil eje-cuta, es del dominio de la física. Tomemos por ejemploesas admirables obras derramadas sobre la superficie de lasIslas Británicas; esos numerosos canales de navegación inte-rior; esasdársenasen que se recibenlas riquezasdel mundo,que de todas partes se agolpan a torrentes; esas bahías queofrecen asilo al mareante derrotado; esos puentes magní-ficos que tanto facilitan las comunicaciones;esoscerrosta-ladradosparadar pasoa las embarcacionesy a los carruajes;el comerciotrasportandosin interrupción las produccionesde la tierra y de las artes,sin que le detenganvalles ni ríos,y presentandoalgunavez el singularespectáculode un bu-que, que navegaperpendicularmenteencimade otro: y laagriculturaalimentandonuevospueblosen lo que anteserapantanosy ciénagas,queel arteha desaguadoy fertilizado.En Holandauna granpartede la tierra, robadaal mar, re-

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conoce este mismo poder creador, y las lagunas y fangalesque vio César, son ahora ciudades opulentas y un continuadojardín. ¿Y quién contemplará con indiferencia el noblefaro, que descuella entre las tormentasmientrassu seguromorador adereza tranquilamente la lámpara, que sirve deguía a sus hermanos zozobrados?

Donde el rudo salvaje veía en otro tiempo a la catarataprecipitarseentrelas rocas,o al viento encorvarlos árbolesdel bosque, barrer las nubes sobre la ceja de los montes, oemblanquecer el océano, y contemplaba estos fenómenoscon espanto, como indicios de la cólera de una divinidadque amenazabadestruirle: su civilizado descendientequetrabaja ahora con las leyes de la naturaleza, como con otrostantos instrumentos, conduce las aguas de la catarata por ca-nales suavemente inclinados, y las obliga a mover sus in-geniosy a trabajarde otros mil modos;y los vientos,obe-dientestambiéna sus órdenes,muevenlas anchasaspasdelmolino, y ie hacenejecutarmil operacionesen beneficiodelhombre,su dueño; o recogidosen las hinchadasvelas de lanavele trasportana ély a sustesorosa dondelo pidesu con-venienciao su antojo.

En la arquitecturacampeatambiénla física: ella ha di-rigido la construcciónde los templos, pirámides, cúpulas,torresy palaciosqueadornanla tierra.

Por lo que hace a la maquinariaen general, la física esla antorcha que guía el ingenio del hombre. Basta hacermenciónde la poderosamáquinade vapor; de las máquinasde hilar y tejer,y de amoldarotroscuerpos,dándolescuantasformasse quiere,sin exceptuarel hierro mismo,comosi fuerablanda greda; los molinos de aguay de viento; los carrua-je~el aradoy demásinstrumentosde agricultura; la ar-tillería y el arte de la guerra;la imprenta,el dibujo, la pin-tura, la escultura,la música; los instrumentosmatemáticosy físicos; y otros innumerables.

Adem~sde estosy otros usos,la físicaes uno de los más

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importantes fundamentos del arte de curar. El médico esel ingenieropor excelencia,porqueen el cuerpoanimal esdondese halla la verdaderaperfeccióny la máscopiosava-riedad de mecanismos.¿Dóndehay, para ilustrar la mecá-nica,un sistemade palancas,goznesy movimientoscomoelquepresentanlos miembroshumanos;dóndeun aparatohi-dráulico,como el del corazóny losvasossanguíneos;dóndeun aparatoneumático,comoel del pecho; ni instrumentosacústicos, como el oído y la laringe; ni instrumentosópti-cos, como el ojo; en una palabradónde podrá hallarse elprimor y variedadde maquinariaque en toda la anato-mía visible?

La ciencia de la naturalezaforma cada día una partemás y más considerable de la educaciónliberal. No hayciudad,y apenas hay casa, en que el hombreno sevea rodea-do de los milagros de la mecánica;¿y le dejarásuorgullosarazónusar de ellos, sin cuidarsede investigarlos,semejanteal caballo que consumeel grano sin pensar cómo le vieneal pesebre?La difusión generalde los conocimientosva ele-vandoahorael carácterdel hombreen todaslas clasesde lasociedadconun ascensotan rápido, queno puedecontem-plarse sin asombrola condición de las remotasgeneracio-nes que nos han precedido.Estasformabanpor lo generalpequeñosestadoso sociedades,que teníanpocas relacionesde amistad con las tribus circunvecinas,y cuyos pensa-mientose interesesestabanpoco menosque limitados al es-trechorecinto de susrudascostumbresy del pequeñoterri-torio que habitaban.En las edadessiguientesios vemos yaformar asociacionesalgo más numerosas,pero sin tenertodavíacomunicaciónalgunacon los estadosalgo distantes,de la mayor parte de los cualesni aun el nombresabían.Mas ahora cada cual puededecirsemiembrode unavastasociedadcivilizada, que cubrela faz de la tierra; y ningunapartede la tierra le es indiferente.Un hombre de tal cualconveniencia en Inglaterra puede mirar alrededorde sí, y

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decir con satisfacción: “La casaquehabito me suministracomodidadesy regalos, que los reyes mismos no teníanasu disposiciónalgunossiglos ha. Innumerablesnavíoscru-zan los maresen todasdirecciones,para traermede todoslos puntosdel globo lo que necesito.Paramí se hace en laChina la cosechadel té; paramí se plantael algodóny elcafé, y se preparael azúcaren América; paramí se cría elgusanode la sedaen Italia; los pastoresde Sajoniaesquilansusovejasparavestirme,y en mi patria la potentemáquinade vapor hila y teje paramí, me fabrica mueblesy utensi-lios, y extraede la minalos materialesqueme convienen.Mipatrimonioes escaso,y sin embargotengoun gran númerode cochesde posta,que corren en todasdireccionesllevan-do mi correspondencia;tengo caminos,canalesy puentesparael transportedel carbónqueconsumemi hogar; y loque es más,tengoflotas y ejércitosque custodian y defien-denmi afortunadapatria,dándomeel dulcesentimientodela seguridad.Millares de editorese impresoresse afananendarme noticia de todo lo que pasaen el mundo,entre esasgentes que me sirven. Y en un rinconcillo de mi casa tengolibros! la mayor maravilla de cuantas poseo, más prodigiosamil veces que el gorro de los deseosde los cuentosárabes,pues me trasportancuandoquiero, no sólo a todas partesdel mundo, sino a todoslos tiempos.Por medio de mis li-bros,hago levantarsedel sepulcroy respiraranimadosde-lante de mí, todos los hombresgrandesy buenosde la an-tigüedad,que parami instruccióny recreoejecutanotravez sus famososhechos: los oradoresdeclaman,los histo-riadores recitan,los poetascantan;el espaciose concentraa mi vista y el tiempo desandasu carrera”.Estapintura noesexagerada;y tal es el prodigio de la bondady providenciadel padre de los hombres,que entrelos millares de millaresque cubren la tierra civilizada, cadaindividuo puedegozarcasi de las mismas conveniencias y placeres,que si fueraúnico señor de todo.

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La religión misma ha sentidoen todoslos siglos y paísesla influencia de la verdaderailustración.A quien conocelanaturalezacomonosotros,las licenciosasfábulasy abomina-cionesde las teologíasgriegay romana,el dios del fuegodela China, el Vishnoode la India, las imposturasde Mahoma,no puedenmenosde parecerabsurdasy repugnantesen elmás alto grado. Pero el ilustrado ministro cristiano reco-miendacon ahincoel estudiode la naturaleza;lo primero,porque al contemplarla bellezadela creación,y la sabiduríay benévola intención que se echade ver en todaslas partesde ella, es imposiblequeno brotenen un alma no depravadaaquellos sentimientosdeliciosos de reverentegratitud, queconstituyenel culto de la religión natural, y forman (segúnhamanifestadoPaleyy otros escritoresde teologíanatural)el mejor cimiento parala sublime doctrina de la inmortali-dad; y lo segundo,porque la revelación debeprobarseporlos milagros que acompañana su establecimiento,y paradistinguir entre lo milagroso y lo que no excede el cursoordinario de la naturaleza,es esencialel conocimientode lasleyesde ésta.¿Y quiénquecontempleci orden y hermosuradel universomaterial,y vea las horribles deformidades queafeanel mundomoral,dondeelvicio triunfa tan a menudo,y la modestavirtud desmayay perece,podrá persuadirseque sean ambos obra de unas mismas manos, sin una retri-bución futura, y no se acogeráa las dulcespromesasde lareligión cristiana? Sin embargo, no han faltado en variostiemposentrelos cristianoshombresde buena fe, pero decortos alcanceso de escasosaber,que difamaronci estudiode las ciencias naturales, comopeligrosoa la religión; ¡cómosi la continuadamagnífica revelación de los atributos deDios en la estructuradel universo pudiesecontradecir aotra revelación verdadera! Ante las ciencias naturalesladegradantey sombría supersticióndesaparece.No es unabatido y servil terror el sentimiento que nos inspiran la

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majestady el poderdel Eterno,segúnse nosmuestranen susobras, sino un tierno respetoy confianza, como los quesienteun hijo favorecidoal acercarsea un padre lleno debondad.

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XXIV

NAVEGACIÓN DE VAPOR *

* Este artículo fue publicado con este título en El Araucano, n~251, Santiago,

26 de junio de 1835. Fue reproducido por Miguel Luis Amunátegui Aldunate en O. C.ViII, pp. 467-471, como el primero de varios artículos que agrupó bajo el rubro de“La Asociación en Chile”. Restituimos el título original a este primer articulo quecolocamos en el tomo de Escritos de divulgación científica. El segundo y tercerartículo, de la serie recogida por Amunátegui se insertan en el volumen de TemasJurídicos y Sociales. El cuarto artículo no lo creemos de Bello. (CoMISIÓN EDITORA,

CARACAS).

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El planrecientementeproyectadode introducir la nave-gacióndevaporen elPacíficomerecelaatencióny apoyodelpúblico todo, porque nada puede ser más interesanteaChile que el ver aplicada a sus comunicaciones marítimasla potenciaextraordinariade este agente,que, sin embargode estartodavíaen su infancia, ha hechoya tanto en bene-ficio de la especiehumana.

Muchadiversidadde opinionesha habidoacercadel pri-mer descubrimientode la navegaciónde vapor; masal pre-sente no admite duda que Barcelonafue el primer pue-blo en queapareció.En 1543, Blasco de Garay, oficial dela marina española,despuésde repetidasrepresentaciones,logró inducir a Carlos V a que se nombraseuna comisiónpara examinar este descubrimiento,debido a Garay. Elresultado fue decisivo; y las playas resonaroncon los aplau-sos de los espectadoresal ver las evolucionesnáuticas delbuqueejecutadassin el auxilio de velaso remos.Los comi-sionadosdieron al emperadorun informe favorable; peroelministro de hacienda,sea por Supersticiónu otro motivo,desaprobóel proyecto. Este gran descubrimiento,que hu-bierasido la gloria y la esperanzade España,quedósepulta-do en olvido por más de dos siglos; y Garay, con su geniodigno de la édadpresente,bajó al sepulcrosin recompensay sin gloria; de maneraque ignoraríamossu nombre si nohubiera sido por Navarrete, cuyas eruditas indagacionessacarona luz la existenciade este grandehombre al cabode cerca de tres siglos.

Poco más de cien años despuésdel descubrimieflto de

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Garay, el marquésde Worcesterintrodujo el mecanismodevapor en algunasmanufacturas;y no hacemucho tiempoque se aplicó el mismo medio en Escocia (aunqueno conenterosuceso)paradar movimientoa un buque.Finalmen-te Fulton, aprovechándosede los conocimientosde sus con-temporáneos,y aplicándolos con mucho talento, llevó acabola grandeobra, que en menosde veinticinco años haefectuado una tan gran revolución en el mundo comercial.Si Carlos Y hubiesealargadounamanoprotectoraal primerdescubridor, ¡ qué grandes resultados se hubieran obtenidoprobablemente!España, con su riqueza, inteligencia y co-mercio, hubiera señaladopara siempreen su historia estebrillante y magnífico invento.

Los rápidos progresos del vapor sólo guardan proporcióncon las ventajasqueofrece al mundo. Todo el continenteeuropeo goza ya de su saludable influencia. Gran Bre-taña, quizá más que ninguna otra nación, animó y per-feccionóestenuevoramo de la náutica. Suspaquetescru-zan todoslos maresde Europa;y su comunicacióncon lascoloniasorientalesha llegadoa tal punto de celeridad,quesólo exige ahora algo menos que la mitad del tiempo queantes se empleaba en ella. La India ha comenzado a sentirsus efectos:desdeel Mar Rojo hastalas playasdel Indostánse haextendidorápidamentela navegaciónde vapor; y aunNueva Holanda, que apenasempiezaa salir de la barba-rie, participaya de sus beneficios.

Franciaes la nación que ha sabidoaplicarla más ex-tensamentea la guerra;y en su expedicióna Argel la adop—tó con el mejor sucesoa las operacionesofensivas.Ella hallevado la navegación de vapor a los estadositalianos, lasislas Jónicas,el Archipiélago y Austria, reportando unarica recompensaparasuindustria.Los estadosde Alemania,Rusia, Sueciay Dinamarcaparticiparon del bien general.

Los Estados Unidos, que tienen ventajas peculiares parala navegación de vapor, la han adelantado de un modo in-creíble: como que se hallan situados sobre una inmensa

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costa marítima, con una cadena de lagos que cierran casitodasu frontera occidental, y bañadospor los ríos más cau-dalososdel mundo, cuyosbrazosse ramifican y serpenteanpor todos los valles, y riegan sus hermosaspraderas,aca-rreandobuquesy botesen todasdirecciones,impelidosporla prodigiosafuerzadel vapor.El Mississippi, que recibelostributos de infinitos ríos y raudales y lleva sus caudalosasaguas al océano, desafiando el poder del hombre, se ha so-metido al yugo de la ciencia; y sus fértiles valles y prados,quepocosañosha eranunosdesiertosimproductivos, rebo-san ahora de vida y alegría.

Tales han sido los prodigiososefectosdel vapor respec-tivamenteal comercio.En las manufacturasy caminos,suinfluencia sobre la sociedad ha sido inmensa: las distanciasparecenaniquilarse;y puntosentreios cualesmediabaantestoda la extensión de la América comunicanahoraentre símediante un viaje de pocos días. Sin embargo, este asom-broso mecanismose halla todavía en su infancia; y estáreservadoa las edadesveniderasver el complementode sumaravillosopoder.Pero los que hemosmencionadono sonsus más benéficosefectos: acercandolas nacionesunas aotras y cimentandola alianza de todos los pueblos,suavizalas asperezasde carácter, da más elasticidada las almas,promueve las ciencias y armoniza los sentimientos.

Si tales han sido las felices consecuencias de este descu-brimiento en casi todas las seccionesdel mundo cristiano,¡cuáles seríansus efectosprobablesen Chile y en los de-más paísessituadossobre la costadel Pacífico! Si no nosengañamos,la situacióngeográficade Chile hacemás inte-resanteel usodel vapor paraestarepública,queparala mis-ma Europa.Es verdadquesus ríosno son tan a propósito,como algunos otros, para la navegacióninterior. Sin em-bargo,puedellevarseestanavegaciónhastael centromismode su territorio, y sus costas y desiertos se llenarán de viday actividad; brotaránnuevas fuentes de agricultura e in-dustria; se sentiránlos admirablesefectosde la civilización

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en los más remotos ángulos de la república; se extenderá elgoce de las comodidades de la vida, y crecerá con ellas rá-pidamentela población.

Habiendo hecho ver las ventajas que se han realizado,y pueden realizarse todavía, con ci auxilio de este poderosoagente del hombre, trataremos ahora del medio que se haadoptado y puede también adoptarse aquí para obtenerlas.Todos confesarán que el principio de vida que lo animaconsisteen el espíritu de asociación,a quedebetantosbe-neficios el mundo civilizado. Los esfuerzosindividuales nohan alcanzado nunca grandes objetos, a lo menos objetos deinterés general. Tanto en Europa, como en América, sehan ejecutadocasi todas las obraspúblicaspor medio decompañías,y éste ~s el único arbitrio parallevarlas fácil-mentea cabo,puesen él se combinael biende los individuoscon el del público sin menoscabo del uno o del otro; ydespertándosela emulación,se excita la actividad del almapara nuevosdescubrimientosy nuevasasociaciones,en quese concilian de la misma maneralos interesesde los indivi-duosy de la comunidad.El espíritu de asociaciónproducelos más benéficosefectossobre la sociedadhumana,inspi-randola mutuaconfianza,que es la basedel crédito comer-cial, difundiendolas noticiasy conocimientos,y dandonue-vas garantíasa la seguridadde toda clase de propiedades.Si no fuesepor él, ¿cuálseríael estadode la gran familiamercantil?¿Quién arriesgaríasus bienes,enviándolosa losúltimos confines de los mares,si las compañíasde segurosno tomasensobresí el peligro? ¿Cómo establecería su cré-dito unagran naciónmarítimasin las asociacionesde ban-cos? ¿Cómose construiríanlas obraspúblicas, los puentesy caminosnuevos,sino por estemedio? El espíritu de aso-ciación ha establecidouniversidadesy colegios, ha fornen—tadolas artesy-las letras,ha hermoseadolas ciudades,vivifi-cadolos camposy levantadoasilos de beneficenciaparalosafligidosy menesterosos.A él debemos,enunapalabra,toda

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la riqueza,abundanciay felicidad que se gozanen el gradomás alto de civilización y cultura.

Esperamos ver naturalizado y arraigado en Chile esteespíritu de asociación; y nos prometemos que esta primeratentativaseráel preludio de otrasmásimportantesy gran-diosas.Volvamos la vista a lo queha hechoen otraspartes,y colegiremoslo que hará entre nosotros;porque unavezpuestoen movimiento,la esferade su actividad no tiene lí-mites.El siglo en quevivimos es un siglo de maravillas.Lahistoria no nos presenta época alguna en que la marcha de lacivilización y el cultivo de las artesy cienciashayan hechoprogresos tan rápidos como al presente. El honor de la nacióny nuestro interés propio deben estimularnos a tomar parteen este movimiento general, que se deja ya sentir aun en paísesqueparecíancondenadosa unaeternabarbarie.

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DESCUBRIMIENTO DE UN NUEVO REMEDIOCONTRA LA PAPERA

COMUNICADO A LA SOCIEDAD HELVÉTICA DE CIENCIAS

NATURALES *

* Este artículo fue publicado en El Repertorio Americano, 11, Londres, enerode 1827, pp. 107 - 114, firmado con las iniciales A. B. Se incluyó en O. C. XIV, pp.

289 - 295. (CoMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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Mucho se ha disputado en Europay América1 sobrelas causasremotaso predisponentesde la paperao coto2,

particularmentede la endémicay hereditaria. Sabido esque en ciertos paises es tan común esta enfermedad, quedifícilmente se encuentra una persona que no la padezcamáso menos.Pareceque los lugaresmontuososy elevadosson los más favorables a su producción: los Alpes, ios An-des, los Pirineos, las Cevennes presentan infinitos ejemplosde ella; pero lo raro es que no la vemos uniformemente es-parcida sobre la superficie de estas cordilleras, sino concen-trada en ciertos parajes donde ejerce su maléfico imperiosobrecasi todaslas familias,mientrastal vez a pocadistan-cia se encuentranpueblosy provinciaslibres de esteazotehorrible. De aquí se deduce (y esta consecuenciase hallageneralmenterecibida) queestáafectaa cierta constituciónparticular del aire, de las aguas o de la tierra; pero quéconstitución particular sea ésta es lo que no ha podido de-terminarse con certidumbre hasta ahora.

Es general en América la opinión que la atribuye a lascualidadesde las aguaspotables.En Cundinamarca,dondees tan grandeel númerode individuos que adolecende esteachaque(llamadoscotosos),y tal la rapidez con que cun-de, que acaso (dice Caldas) en veinte años el tercio de lapoblación será de insensatos,es donde se encuentramásarraigadaen los ánimos la aprensiónde quesu origen exis-

1 Esta comunicación forma el asunto del tratado Décout’erte d’un nouseauremIde con/re le gol/re, por el doctor Coindet, Ginebra, 1820, 8vo. (NOTA DE BELLO).

2 Palabra usada en Cundinamarca, y derivada probablemente (ccmo la fran-cesa gol/re) de gutiur. Los latinos llamaban esta enfermedadhernia gnttnris. (NOTADE BELLO).

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te en las aguas.En el Semanariode la Nueva Granada,N925, leemosunaobservacióncuriosa.En todos los países queriegael Magdalenadesdesuorigen hastaTacaba,elTimaná,Neiva, Honda,Mariquita y Mompox, reinael coto, y abun-dan por consiguientelos mudos y los insensatos;mientraspartiendodeTacaba,ysubiendoel impetuosoCauca,enAn-tioquíay en Zupía, países bajos, montuosos, húmedos, en to-do semejantesa los quebañaelMagdalena,no se conoceestaenfermedadde la garganta.Lo mismo sucedeen el espacio-so valle de Buga. En Popayán,no se tendríaidea de él, sino lo frecuentasen los que viven cerca del Magdalena y enlugares distantes del Cauca. Caldas, en fin, sienta como unaverdad incontestable que a las orillas del Cauca no haycotos.

Este fenómeno, tal vez único en Nueva Granaday Qui-to, no se puedeexplicar por el aspectode los paísesqueriegaeste río, los cualesse asemejanen todo a los del Magdalena.Los habitantesdel Caucausanlos mismosalimentos,respiranel mismo aire; tienenlas mismascostumbresy ejer-cicios que los del Magdalena.Parece,pues,que la diferenciaestá sólo en las aguas.El río Vinagre nace del volcán delos Coconucosa seis leguasal SO. de Popayána unagrandeelevación sobre el nivel del mar; y después de varios saltosy cascadas, se junta con el Cauca. El Vinagre recibe porel sur un arroyo de una temperaturaelevada,llamado poresoVinagre caliente; y las aguas de ambos son ácidas. Ana-lizadas por don Tomás Antonio Quijano, por Caldas,yúltimamentepor Humboldt, dieron una cantidadconside-rablede ácidosulfúrico. ¿No es probable,preguntaCaldas,que las aguasdel Vinagredenal Caucala virtud preciosadepreservarnos de esta enfermedad?

Se pudieraen rigor concederesta cualidadpreservativaa las aguasdel Cauca,sin que por eso fuese necesario atri-buir una cualidad contrariamorbífica a las demásque sebebenen la Nueva Granada.El hecho siguiente era algomása propósitoparafundarla firme persuasiónen que se

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hallabaCaldasde que las aguasproducíanlos cotos,y quemudar de clima para curarloserasolamenteir a beberotrasaguas. ~Los hombres”, dice, ~que viven en las faldas y alpie del Corazón(al norte de Quito), y que beben las aguasminerales y volcánicas que manan de sus pendientes, ado-lecende coto, y se ve entre ellosgran númetode insensatosy mudos. No lejos de allí, en los pueblosque bebenotrasaguas, no se padece esta enfermedad. El país es el mismo,tiene la misma elevación sobre el nivel del mar, la mismatemperatura, los mismos alimentos, las mismas costumbres:sólo difieren las aguas”.

Ésta fue también largo tiempo la opinión de los mé-dicos en Europa. S~ussure’,Cullen 2 y principalmenteFodéré ~, la han combatido con tan fuertes razones yobservaciones,queal presente está poco menos que abando-nada.Atribúyese generalmenteesta enfermedada las cua-lidadesdel aire atmosféricoque se respira,y determinada-mente,a cierta combinaciónde calory humedad.En Euro-pa, se ha notadoque los lugaresexpuestosal mediodía,ycerradosen cierto modoa los vientosdel norte, como suelehaber muchosen las gargantasde las cordilleras y en lasselvas espesas que dificultan la renovación del aire, y ma-yormenteaquellosque rodeadosde rocasañadena la accióndirectade los rayossolaresla de una fuerte reverberación;se ha notado, decimos, que estos lugares son los más infesta-dosporla papera,y queen ellos, en la primaveray el otoño,losvientosqueaumentanla humedady elevanla temperatu-ra del aire, agravanel mal; alpasoqueel estío,los vientosdelnorte, y sobre todo el invierno, cuandoes seco y frío, loalivian considerablemente.Pero estas observacionesno sehan confirmado en América. Caldas,que prestó grandeatención a este punto, y corrió mucha parte de la NuevaGranada,se manifiestapoco inclinadoa abrazarla doctrina

1 Voyage dan: les Alpes, t. IV, pág. 391 y sig. (NOTA DE BELLO).

2 A Treatise of the Materia Medica, t. s, cap. 3. (NOTA DE BELLO).

3 Traité du gol/re et du crítinisme, pág. 83 y sig. (NOTA DE BELLO).

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de Fodérésobrela influencia de la humedady el caloren laproducciónde coto. ¡Ojalá que los felices resultadosde laaplicación del remedio descubierto por el doctor Coindet,hagan de menos importancia la investigación de las causaspatogénicasde esta plaga de la Nueva Granada! Se nos ase-gura habersehechoya algunosensayoscon buenosefectos.A fin de quese repitan las observacionesy se administreelremedio en todos los lugares en que es endémica la papera,trasladamos aquí algunos pasajes del tratado del doctorCoindet.

UU año ha (dice) que, buscandouna fórmula en laobra de M. Cadetde Gassicourt,hallé que Russelaconse-jaba contra la paperael varec (fucusvesiculosus)bajo elnombrede etíopevegetal.Ignorandoentoncesqué afinidadpudiesehaberentre esta planta y la esponja,sospechéporanalogíaque la iodina debíaser el principio activo comúna estas producciones marinas: hice ensayos, y las curacionesmaravillosasquelogré, me animarona llevar adelanteinves-tigacionestantomásútiles, cuantoteníanpor objeto descu-brir todo lo quepodíaesperarsede un medicamento,toda-vía desconocido,en una enfermedadtan difícil de curar,cuandosobrevieneen la edadmadura,o cuandolos tumo-res que la constituyenhan adquirido cierto volumen ydureza.

~tHay en la esponjatan pequeñacantidadde iodina, quees imposible determinar en qué proporción se halla con losOtros elementos que la componen. Yo me he valido de laque dan las aguas-madresdel varec. Es propiedadde estasustancia, que todavía se conoce tan poco, formar ácidos,combinada con el oxígeno o con el hidrógeno. Las sales queresultande las combinacionesdel ácido iódico, formadoporla iodina y el oxígeno, son poco solubles en el agua, y portanto no he probado su acción. He preferido las que se ob-tienenpor mediodel hidrógeno,conel cual tiene tantaafi-nidad la iodina, que se apoderade él dondequiera que loencuentra,resultandode estaunión el ácidohidriódico.Este

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ácido satura todas las bases, y forma sales neutras, entre lascualeshe elegido por medicamentos los hidriodates de po-tasay de sosa.El primeroes unasal delicuescente:48 gra-nos de ella, que hacen dos escrúpulos,representanen unaonza de aguadestilada36 granos de iodina aproximativa-mente.Estapreparacióna estadosises unade las quepres-criboconmásfrecuencia.La solucióndeestasalensuficien-te cantidadde aguapuededisolvermásiodina, y formarasíun hidriodatede potasaiodurado, propiedadde que me hevalido paraaumentarla fuerzade esteremedio,cuandounapaperamás dura, voluminosay antigua parecíaresistir ala acción de la solución salina simple; y de este modo helogrado las curasmás notables.

“La iodina se disuelvesegúnciertasproporcionesen eléter y el espíritu de vino. M. Gay-Lussac ha hallado queel aguadisolvíasolamente1/7000 de su peso.

“Una onza de espíritu de vino de 35 gradosdisuelvea15 del termómetro de Réaumur, y bajo la presión ordina-los

ria, 50 granos de iodina, que viene a ser ‘/o de su peso. Acuarentagradosde concentración,y bajo las mismas con-diciones, disuelve84 granos,o ‘/o; de donderesulta queelespíritu de vino disuelvemáso menoscantidadde estasus-tancia, segúnse halla máso menosrectificado.

“Para evitar todo error de dosis en estapreparación,deque me he servido con el nombre de tintura de iodina, heprescrito 48 granos de dicha sustancia para una onza deespíritu de vino a 35 gradosde concentración.He prefe-ridoestapreparación(y tal vez conmejor suceso),porque,siendo fácil de obteneren los pueblospequeños,dondenosiempre se hallan boticarios bastante hábiles para lograrhidriodatessalinos puros, he debido hacerlaobjeto princi-pal de mis indagaciones,a fin de asegurarmede la eficaciade un remedioquevendráa ser de uso general.No se debepreparar esta tintura muy de antemano, porque no puedeconservarse largo tiempo sin deponer cristales de iodina.Por otra parte,la gran cantidadde hidrógenoqueentraen

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el alcohol, y suextremadaafinidad conla iodina, hacenquela tintura se convierta dentro de poco tiempo en ácidohidriódico iodurado,remedio sin duda de los más activos;pero como en ciertos casoshay motivo de preferir una delas trespreparacionesque dejo indicadas,es menesterqueseaprecisamentetal, cual la apeteceel médico, paradirigircon másseguridadla cura, y graduarlos efectosde su ad-ministración.

«Yo prescriboa los adultos 10 gotas de cualquieradeestastres preparacionesen medio vasode jarabe de culan-trillo y agua,tomadomuy de mañanaen ayunas,otra dosisigual a las diez, y otra por la noche al acostarse.Al fin dela primerasemana,prescribo15 gotasen lugar de 10, tresvecesal día. Algunos días después,cuandoya la iodina hamanifestadoun efecto sensiblesobrelos tumores,aumentola dosishastala cantidadde 20 gotastresvecesal día, parasostenersuacción.Veintegotascontienencercade un granode iodina. Raravez he pasadode estadosis: conella he disi-pado las paperasmásvoluminosas,cuandosólo eran produ-cidas por una evoluciónexcesivadel cuerpo tiroide, sin máslesión orgánica. Sucedea menudoque la paperase disipaincompletamente,pero lo bastanteparaquedejede serdis-forme y molesta.En gran númerode casos,se disuelveydestruyeen el espaciode 6 a 10 semanas,sin dejarni ves-tigios de su existencia.La iodina es un estimulante;excitael apetito; no obrasobrelas evacuacionesdel vientre,ni so-bre la orina; no provocael sudor;su acciónse dirige prin-cipalmenteal sistemareproductory sobretodo al útero. Sise administrapor algún tiempo,a cierta dosis, es uno de losemenagogosmás activosque conozco,y quizá es esa ac-ción simpática la que cura la paperaen gran númerodecasos.La he administradocon buensucesoen casosde clo-rosis,en quetal vez hubieraprescritola mirra, las prepara-cionesdehierro,etc., ano habersospechadoen ellaestemodode obrar”.

En el diario complementariodel Diccionario de las

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ciencias medicales (febrero 1821, cuaderno 32), se hablade este remedio del doctor Coindet en términos que noshacen esperar muy buenos efectos de su aplicación en Amé-rica. “Como son tantos”, dice el profesorFabret,“los me-dicamentosque, celebradosal principio, se condenandes-puésa un justo olvido, todo médicoque honra su profesiónse abstienede proclamarla eficacia de unasustanciaparacualquierenfermedadque sea, antesde haberseaseguradode ella por medio de los más reiterados experimentos; y nun-ca es de tan absolutanecesidadesta circunspección,comocuando se ignora la naturaleza del mal que se combate, ycuandola estructuray funcionesdel órgano en que residesonigualmentedesconocidas.El doctorCoindettienedema-siadojuicio y delicadeza,parano haberpenetradotodala im-portanciade esta máxima; y así fue quehastadespuésdeemplear un año entero la iodina, y curar por medio de ellaalgunos centenares de pacientes, no se resolvió a publicarla maravillosavirtud de esta sustanciacontra la papera,paraque se extendiesesu benéficouso. Durantesu adminis-tración, se abstuvode todo otro medicamento,ya interno,ya externo.

“Experimentoshechoscon tantaprudenciay sagacidadexigíanser repetidospor otros médicos,paraque inspirasentoda la confianza posible. Podemos asegurarque lo hansido por los profesoresde varios cantonessuizos, con elfeliz sucesoanunciadopor el doctorCoindet”.

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XXVI

ORIGEN DE LA SÍFILIS *

* Miguel Luis Amunátegui Aldunate en la Introducción a O. C. Vi, pp. xxxviixxxviii, rehizo a base de notas inéditas “un punto de la historia de la medicina quellamó particularmente la atención de Bello, y sobre el cual ejecutó muchasinvestiga-ciones durante su permanencia en Inglaterra, aunque, por desgracia, no tuvo tiempode coordinarlas, y mucho menos darlas a luz”.

Por no haber podido examinar los originales manuscritos de Bello, no nos quedaotro recurso que reproducir la versión dada por Amunátegui, que si bien no ofrecedudas en cuanto a su autenticicad, no nos da claramente diferenciada la parte quecorresponde textualmente a Bello, de la raree que es glcsa o comentario del editor.Tampoco aparecen bien precisas las citas de autoridades, que debían constar en lospapeles de Bello. (CoMIsIÓN ED1TOF~A. CARACAS).

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Esta enfermedad, dice Bello, en unos apuntes inéditosque tengo a la vista, “se apareció en Italia en la primaverade 1495, y en el mismo año se manifestó en París, Estras-burgo, Suiza y aunen Cracovia,segúnaseguranGuicciar—dini, Astruc, Stumpf y Curoeus.

“En 1496, cundió por toda Alemania y los Países Ba-jos; por Escocia,en 1497; y por Inglaterra,en 1498”.

Todasestasfechas,comúnmenteequivocadas,o no bienprecisas, en las obrasque tratan del asunto,se mencionancon la mayorexactitud en el apuntede Bello.

Ese año de 1495, en que empezó tan espantosoazote,fue el mismo de la entrada de Carlos VIII de Francia enNápoles (22 de febrero), de su salida de esta ciudad (20de mayo), de la batalla que ganó en Fornovo contra losvenecianos, ios cuales intentaron cerrarle el paso (6 dejulio), y de la retirada a su reino.

Aquella enfermedad era repugnante y monstruosa.Sólo podía compararse con la lepra, de la cual algunos

pretendíanque era una degeneración.Era ademáspegajosa.Desdeel principio, hubo diversidadde pareceressobre

la comarcade dondehabíavenido.Mientras los doctoresle dabandenominacioneslatinas,

como la de lites venerea,pudendagra,mentulagra, inen-tagra, y otras; mientrasla gentepiadosa,para proporcio-narseamparoen el cielo, la poníabajo ci patronatode al-gún santo,llamándolamal de Job, mal de San Mevio,malde San Semento,mal de San Evagrio, mal de San Roque,

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cada nación le asignóel nombrede aquella de que creíahaberrecibido el contagio.

Los napolitanos, y todos ios italianos, la denominaronmal francés, por haber aparecido en el ejército con queCarlos VIII de Francia invadió la Italia el año de 1494.

Los franceses, mal de Nápoles,por haberloadquiridocuandoconquistaronestereino.

Los alemanes y los ingleses, mal francéso viruela fran-cesa, porquesuponíanque los francesesfueron los que lescomunicaronestaenfermedad.

Los flamencos,los holandeses,los portugueses,los mo-ros, los africanos,mal caste~’ano,o viruela de España,porla misma razón.

Los indios orientales y los japoneses, mal portugués.Los pobladoresde las costas bañadas por el Mediterrá-

neo, mal francés,o mal de los cristianos.Los persas,mal de los turcos.Los polacos,mal alemán.Los rusos, mal polaco.Los españoles,mal de bubas,o de búas, o mal curial,

o gálico.Esta diversidad de denominaciones indica que los pue-

blos europeosimputaronpor lo generalel origen de aquellaenfermedada sus vecinos,o mejor dicho quizá, asus ene-migos.

Sin embargo, desdeel primer tiempo, se propagó laespeciede que los compañerosde Colón eranlos que ha-bían llevado de América a Europaesta enfermedadantesdesconocidaen el anti,guomundo.

Un poemalatino, muy gustadoy aplaudidoen el sigloXVI, tuvo muchaparteen que se difundieseesta idea deque la sífilis era americana.

GerónimoFracastor,natural de Verona, cultivó simul-táneamentecon distinción la medicina, la poesíay la as-tronomía.

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Se adquirió en estastres carrerasgran reputaciónentresus contemporáneos.

Fue primer médico del papa Paulo III.

Críticos muy respetables sostenían que era aquel de lospoetas latinos modernos que más se había acercado aVirgilio.

Su fama de astrónomo fue tan grande, que, trascu—rriendo los años, algunos biógrafos le supusieron errada-mentehaberideadoel telescopiocien añosantesqueGalileo.

Fracastor dio a luz, el año de 1530, un poema tituladoSyphilis, sive de morbo gallico, y dedicado al cardenalBembo, poema que fue consideradouna obra maestra,yque, según parece, tiene realmente bastante mérito.

Escalígero declaró que era una producción divina.Quiénes lo compararon a las Geórgicas; quiénesdije-

ron que el alma de Virgilio habíadescendidoa animar elcuerpodel autor.

Aunque Fracastor, en el primero de los tres libros desu poema,asigna a esta horribledolencia unacausaatmos-férica, en el tercero,despuésde describir el descubrimientode América, finge que un bello joven americano,llamadoSyphilus, fue el primero que contrajo tan cruel enferme-dad en castigode habersenegadoa tributar culto al sol.

Este poema fue extraordinariamente leído.

Se hicieron de él gran número de edicionesy de tra-ducciones.

Su popularidad fue tanta, que Fracastor vino a ser elpadrino de la dolencia que había cantado, pues el públicodio a ésta el nombre del poema.

Se concibe que un poema semejante contribuyese ageneralizar la especie de que la sífilis provenía del NuevoMundo.

Esta opinión fue sostenida en el siglo XVIII por tresescritores célebres, aunque no puedan colocarse en la mis-ma línea.

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El francésJuanAstruc, médico de Luis XV, imprimióel año de 1736 una obra titulada De Morbis Venereis.

El holandésCornelio de Pauw, el de 1768, la titulada:RecherchesPhilosophiquessur les Americains.

El escocés Guillermo Robertson,el de 1777, la titulada:Historia de América.

Estos tres autoresafirmabanmás o menos categórica-mentehabervenido de América la sífilis.

Astruc, dice Bello en sus apuntes, “procura demos-trar, con mucha erudición, que aquella enfermedad,en-teramentedesconocidaen Europaantes de fines del sigloXV, la trajeron a Españalos buques que volvieron delNuevo Mundo en 1493 y 1494; que las tropasde CarlosVIII, rey de Francia, atacadasdel mismo mal durante laexpedición napolitana de aquel príncipe, la comunicarona Francia en el curso del año de 1495; y que de Francia

se propagó con increíblerapideza todaspartesde Europa”.

Cornelio de Pauw, escritor asaz ligero, y aficionado asostener tesis paradojales, compuso su obra para demostrarque la raza indígenade América era muy inferior a lasdel antiguo mundo; y defendió, como estaba en la lógica,que esa enfermedadpor la cual el génerohumano habíacorrido riesgo de extinguirse, era originaria de las regionesdescubiertas por Colón’.

Robertson procedió con más circunspección; pero, sinser tan decisivo como Astruc, ni tan temerario como Pauw,se adhirió a la opinión de ellos acerca de este punto.

“Una formidable enfermedad, azote el más terriblecon que el cielo irritado ha querido castigaren estavidala licencia de ios deseoscriminales, dice, parecehacer sidoprivativa de los americanos. Al comunicarla a sus conquis—tadores, vengaronsuperabundantementelas injurias queéstos les hicieron; y esta nueva calamidad,añadidaa las

1 Pauw, RecherchesPhilosophiquessur les Américains, tomo 1, parte i~. (NOTADE BELLO).

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que empozoñan la vida humana, ha compensado, pue—de ser, todas las ventajasque la Europa sacó del descu-brimiento del Nuevo Mundo” 1

Estasconclusionesde Astruc, de Pauwy de Robertsonprovocaron una interesante controversia, en la cual inter-vinieron escritoresde distintos países.

Bello menciona algunos.“Antonio SánchezRibeiro, portugués, en dos diserta-

ciones publicadasen 1750 y 1774, combatió a Astruc conargumentosbastanteespeciosos,y procuró establecerque,lejos de haber ido el gálico de América a Europa, habíanacido en la Europa misma; y que era consecuenciadeuna enfermedadepidémicacausadapor las alteracionesdelos elementos.

“Van Sureten,médicoimperial, combatióesta asercióndel doctor portuguésen sus comentariossobreBoerhaave.

“Hemler, físico en Altona, defendió al portugués,ytrató de probar que el gálico habíasido conocido de losantiguos.

“Girtanner, médico alemán, trató después de probarel origen americanodel mal venéreo.Su obra tiene ideasmuy luminosas y noticias literarias muy detalladassobrela cruel enfermedad.

“Swediaur, sabio doctor inglés, ha sostenidoen 1784,en su tratado Practica! Observationsmi venereal disease,etcétera,que, si no se puedecasi negarque el mal venéreohizo su apariciónen Europa a fines del siglo XV, es, sinembargo,difícil, por no decir imposible, fijar la épocayel añoprecisoen que se manifestópor primeravez; y quese ignora igualmentede qué modo, y en qué país, tuvosu origen aquel virus; si nos ha venido de América, deÁfrica o del Indostán,o si se engendróen Europapor al-guna causadesconocida.PretendeSwediaurque ha estadoen vigor este mal en las Indias Orientales desde tiempo

1 Robertson, Historia de América, libro 49, (NOTA DE BELLO).

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inmemorial, y que se conocíaallí con el nombrede fuegopersa”.

Los españoles-americanos se sintieron muy ofendidoscon las aseveracionesde Astruc y de Robertsonsobreesteparticular, y especialmentecon las harto despreciativasdePauw, comolo manifiesta,entreotros escritos,la interesan-te y erudita disertaciónsobreel Origen del mal venéred,compuestaen 1780por el ex jesuitamexicanodonFranciscoSaverioClavijero.

Don Andrés Bello, al formar la reseñaque acabo deinsertar, no conocíaeste trabajo, cuya traduccióndel ita-.liano al castellanopor don JoséJoaquín de Mora sólo seimprimió el añode 1826. 1

Tales fueron los antecedentesque movieron a Belloparaestudiarestepunto con la detenciónque acostumbra-ba, y parajuzgar acercade él conpleno y razonadocono-cimiento de causa.

Conforme a sumétodo,se puso a investigaren los do-cumentosprimitivos las circunstanciasdel caso.

Desdeluego le atrajo la atención la rapidez con quela enfermedadhabíaextendidosus estragosa diversospaí-ses de Europa.

Era esto algo demasiadodigno de considerarse.Y en efecto, ello no había pasado desapercibidopara

el sagazy penetranteRobertson,a pesar de haberseple-gado al dictamen de ios que pensabanhaber venido delNuevo Mundo la sífilis.

“La comunicación rápida de este mal, de Españaatoda Europa, escribe, se parece más al progreso de unaepidemia,que a una enfermedadtrasmitida por contagio.En Europa,se habló de ella por primera vez en 1495; yantes de 1497 se había declaradoeste mal en casi todoslos paísesde Europa con síntomastan alarmantes,que se

1 Clavijero, Historia Antigua de México, tomo 2, disertación 9. (NOTA DE

BELLO).

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creyó necesariointerponer la autoridadcivil para detenersus progresos” ~.

El mismo Cornelio de Pauw, a pesar de su petulanteligereza,o quizá en razón de ella, reconoce la efectividadde unacircunstanciaquedebióhacerlereflexionar.

Léanse sus propiaspalabras.“El primer europeode distinción a quien el mal de

América arrebató fue el rey Francisco1; pero antes deeste sucesorealizadoen 1547, esta enfermedadhabía yaproducido inmensosdestrozosen nuestro continente.Larapidez de su propagaciónfue asombrosa.Los moros ex-pulsadosde Españala inocularon a los asiáticos y a losafricanos.En menos de dos años,penetródesdeBarcelonahastala Franciaseptentrional.En 1496, todas las cámarasreunidasdel parlamentode Parísdictaron el famoso edictoque prohibía a todos los ciudadanosatacadosdel mal deAmérica presentarseen las calles so penade ser ahorcados,y queordenababajo igual penaa los extranjerosinfectadosdejar la capital en veinticuatro horas. Dos años después,se ve ya aparecerel contagioen Sajonia; por lo menos,losescolásticosde Leipsick sostuvieronla tesis del mal vené-reo, queno conocíansino desde1498; y se dirigieron coneste motivo injurias espantosasen latín bárbaro, hicieronmuchosargumentosen forma, y no curarona ningún en-fermo” 2

Convieneobservarqueel edicto del parlamentode Pa-rís a que alude Pauwdesignala enfermedadcon el nom-bre, no de mal de América, como dice Pauw, sino con elde grossevérole.

“No es, pues, extraño que esta súbita propagación”,dice don Andrés Bello en sus apuntes,“haya hechocreer avarios sabios autores que la enfermedadde que se tratafue unaepidemiaoriginariade Europa”.

1 Robertson, Historia de América, libro 4, nota 22. (NOTA DE BELLO).2 I~auw,KechercbesPhilosophiqnessur les Anzéricains,torno 1, parte1. (NoTA DE

BELLO).

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Por cierto, una semejanteceleridad,que no se expli-caríapor la trasmisiónde contactosindividuales,debíaserproducidanecesariamentepor influencias físicas generales.

De otro modo, no se comprendería.Muy satisfactoriohabríasido paraBello si hubierapo-

dido saDer que, muchos años más tarde, dos sabios tanversadosen la historia de la medicina como Emilio Littréy Carlos Robin habían de arribar a la misma conclusión.

He aquí lo queéstosescribenacercade estamateriaenel Dictionnaire de Médecine (enero de 1865), verbo Sy-philis.

“Es imposible no reconocer que, aun cuando hubierahabido importación de la sífilis en Europa, la comunica-ción por el coito no habríabastadoparapropagaresta en-fermedad,la cual, poco tiempo despuésde su primera apa-rición, se mostró de una maneraformidable en Italia, enFrancia,en España,en Alemania, en Inglaterra.Lo ciertofue que hubo entoncesuna epidemia de sífilis muy vio-lenta, epidemia que pareceenteramenteextraña al descu-brimiento de América, y que se esparciócomo todas lasepidemias”.

Don Andrés Bello recogió las opinionesde varios au-tores más o menos contemporáneosde la aparición deaquellaplaga, los cualesla considerabannacidaen Europa,atribuyendosu origen a causasgeneralesy locales, sin su--ponerlaimportadapor los descubridoresdel NuevoMundo.

Estateoría hacía comprenderla rapidezde la propaga-ción, que la trasmisión por el contactode los individuosno explicaba.

Voy a dar a conocerestos extractos;y como se tratade simples notas quesu ilustre autor no explanó,agregaréalgunos esclarecimientosque permitan apreciarsu impor-tancia.

Nicolás Leoniceno fue un célebre filólogo y médicoitaliano, quenació en 1428,y murió en 1524.

Empezó por ser profesor de la Universidad de Padua,

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y concluyó sus días siendo profesor de la Universidad deFerrara.

Leoniceno, dice uno de sus biógrafos, “era, no sóloun médico distinguido, sino también un literato eminente.Fue uno de ios sabios del siglo XV que lograron restituira la lengualatina su purezaprimitiva. El atrevimientoconquese apartabadel dictamende los antiguoscuando,en suconcepto, habían sostenido doctrinas erróneas, fue viva—mentecensuradopor grannúmerode sus contemporáneos;pero la extremadadulzura de su carácter,y la exquisitacortesaníade sus manerascontribuyerona que estas discu-sionesno salieran jamás de los límites de la urbanidad.Elprincipal título de Leoniceno como médico se basaen lacrítica que hizo de la historia natural de Plinio, cuyoserrores manifestó. Debe tambiéntenerseen cuentael libroque dio a luz sobrela enfermedadque los italianos deno-minabanel mal francés, esto es, sobre la sífilis. Demostróqueestaenfermedadno puedeequipararseni a la elefantia-sis, ni a la lepra, ni a ninguna otra enfermedadconocidacon un nombreparticular; pero que debetenersepor unaepidemiacompleja, análogaa unade las descritaspor Hi-pócrates”.

La denominaciónexacta de esta obra es: Libellus deepidemiaquamvidgo morbum gallicam vocant.

Fue impresaen Venecia el año de 1497, esto es, máso menosa los dos años de haberseexperimentadoel tre-mendoazote.

Bello sacóde estaobra ci interesanteextracto,que pasoa copiar traducido al castellano.

“Antiguamente se creyó que habían invadido Italiaenfermedadesdesconocidasen siglos anteriores... Unacosa parecida sucedeen el siglo actual, pues ya Italia yotras muchasnacioneshan sido invadidas por una enfer-medadde naturalezaignorada”.

Despuésde describirel gálico, Leonicenoagrega:“Los médicosde nuestrotiempo no handadohastahoy

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una denominaciónexactaa esta enfermedad,y la desig-nan con el nombre vulgar de enfermedadgálica, comodandoa entenderque su contagiofue traído a Italia porlos franceses,o que la Italia fue invadidasimultáneamentepor esta enfermedad y por las tropas de los franceses”.

Leonicenoclasifica el gálico entre las epidemias.“Ahora bien, dice, las epidemias sobrevienen, o por una

ira divina, como creenios teólogos;o por influencia de losastros,como opinanlos astrólogos;o por cierta intemperiedel aire, como juzgan los médicos.Nosotros,siguiendoenesta parte a los médicos, hemosindicado las causasnatu-rales más próximas. Es bien sabidoque, en el año en queempezóa aparecerla enfermedadgálica,hubo en toda Ita-lía una gran superabundanciade aguas. Testigo Roma,primeravíctima de estemal, en dondeel Tíber crecióhas-ta el punto de que toda la ciudad llegó a ser navegable.Pomponio,conocidísimopoetade nuestrotiempo, ha con-signado el recuerdode este sucesopor una elegantems—cripción grabadaen una columnapúblicá:

En tiempo de AlejandroVI, y en cinco de diciembre,Se hinchó el Tíber hastacerca de docebrazas(ulnas).Cadacasa fue convertidaen isla; y de repente,La barcaarrastradapor las calles visitaba las ventanas.

- También se lanzaron fuera de sus acostumbradoscauces:el Renoen el campode Bolonia, el Poen Ferrarayen Mantua, el Adige en Venecia. Por fin, tantas fueronen todasparteslas lluvias de aquelaño,etc.”.

FranciscoLópez de Villalobos, médico del emperadorCarlos V, imprimió en Salamancael año de 1498 un poe-ma titulado: Sobrelas contagosasy malditasbubas: histo-ria y medicina,en el cual, como otros de los escritorescon-tempor~neos,da por principales causasa esta enfermedadla maléficainfluencia de los astros,y la corrupcióndel aire,sin presumir ni remotamenteque ella hubiera venido deAmérica.

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GasparTorrella fue un presbísterode Valencia que lle-gó a ser obispo de Santa Justa en Cerdeña,y sirvió demédico a Alejandro VI, a Julio II, y a CésarBorgia.

Este eclesiástico dio a luz en 1497, en 1500, en 1505 yen 1506, cuatro tratadossobrela curaciónde la nuevaen-fermedad,quedenominó pudendagra.

La segundade estas obrastitulada Dialogus de dolorecum tractatu de ulceribus in pudendagraevenire solitis, ydedicadaa CésarBorgia, contiene los siguientespasajesco-piadospor Bello:

“Cuandolos francesesinvadieronla Italia conun grue-so ejército, y principalmentecuando tomaronel reino deNápoles,y se establecieronahí, se descubrióestaenferme-dad, que, por ese motivo, fue llamada por los italianosenfermedadgálica, pues creyeron que era propia de losfranceses.En Francia, por el contrario, viendo que estaenfermedadhabía comenzadoa aparecera la vuelta aFranciadel rey Carlos con sus tropas,y juzgandoque lahubieratraído de Nápoles,la llamaron enfermedadnapoli-tana. Los valencianos,catalanesy aragoneses,despuésdeun largo registrode libros, la llamaron enfermedadde SanSemento,por haber encontradoen un libro la noticia dequeel maestroFranciscoJiménezhabíadicho queunaen-fermedadsemeja*nehabíainvadido la tierra en otras par-tes. Pero éstos se alejan no poco de la verdad,porque laenfermedad,que se mencionaen el libro a que se alude,es frecuentey antiguaen Francia.A ese mal antiguo, losfrancesesllaman el mal de San Semento,a causade que,con el auxilio de éste,obtienenmuchossu curación.En laEspañaUlterior, la llaman enfermedadcurial, porque si-gueal concejo.En París,y en algunasciudadesde Francia,se llama esta enfermedadgruesaviruela. Ya he manifesta-do que se equivocanlos que tal dicen, etc.”.

“Dicen los astrólogosque estaenfermedadproviene deunacolocaciónde los cuerposcelestes...por encontrarse

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Saturnoen Aries, pues en Aries y en Piscisexisten ciertasestrellasque tienen la virtud de producir monstruos”.

Téngase presente que el opúsculo de donde se han sa-cadoestostrozosfue publicadoen 1500,estoes,cinco añosdespuésde la apariciónde la enfermedad.

Resulta entonces que la opinión general en Italia, enFrancia y en Españano considerabaaquellaenfermedadcomo una importación americana.

El 13 de junio de 1502, salió a luz en Veneciaun opús-

culo latino cuyo título vertido al castellanodice así: Mé-todo para evitar y curar la enfermedadgálica.

La portadaexpresaqueel autor es “Juan Almenar, es-pañol, doctor eximio en artesy en medicina”.

Don Andrés Bello tomó de este opúsculolos siguientesapuntes.

~Capítulo 1. Su origen Saturno —acausa de la entradade este planeta a la constelación Aries, concurriendo otrasdisposiciones de la esfera celeste—.

~Capítulo 6. Y en caso que se preguntepor qué ra-zón el mercurio es más eficaz que las otras medicinas,es,entre otras razones, porque esta enfermedad tiene su origenen Saturno, como se ha demostrado”.

La precedentecita ratifica que la idea de que aquellaenfermedad había nacido espontáneamente en Europa, sinhabervenido de América, era bastantecomún.

Esta opinión prosiguió siendo sostenida por muchosaños más.

Bello invoca en apoyode estaaserciónel siguientetrozode una obra latina publicada en Venecia el año de 1538por Tomás Filólogo con el título de Los DiversosProce-dimientospara curar el mal gálico.

“La llamadaenfermedadgálica”, dice elautoren elcapí-tulo l~,“no tiene de nuevo ni de reciente, sino el nom-bre, y ni aun éste, a mi juicio. En efecto, el principio dequeprocedees el mismo de que se originan las otrasenfer-medades.Ese principio y causaha podido parecernuevo

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y reciente por estas razones: en primer lugar, porque nofue conocidode nuestrosmayoresantesde la venida de losfrancesesa Italia; y en segundolugar, porque al principiode la guerrade Italia, en octubre de 1494,en Rapallo, pue-blo de los genoveses,el grandeejército de CarlosVIII, reyde los franceses,ejércitoqueconstabade quince mil jinetes,y sesenta mil infantes, fue invadido por úlceras incurables,postillas, dolores, hinchazones y podredumbres. En efecto,como asaltase un soldado al hospital de peregrinosde SanLázaro, matando a los enfermos; y como tomase y vendieselos catres y colchones por sólo un denario de oro, sucedióque, en un brevísimo espacio de tiempo, o más bien, en unpequeñísimo instante, como por milagro divino, aparecióuna llaga en medio de la palrra de la mano de aquel soldado,y luego quedó todo el cuerpo cubierto de postillas, y ago-biado por los dolores, como en los males que éstos llamantabelle, los toscanosbitlle, los lombardosbrogiole, y los es-pañoles¡abones.No habiéndoseconocidolo contagiosaqueeraestaenfermedad,en pocotiempo se encontródisemina-da por todo el ejército de los franceses,y de aquí provinoel nombre de mal francés o gálico. Sin embargo, comoprincipió o se manifestó primeramente en Nápoles, losfrancesesla llamaron mal italiano. Se manifestó especial-mente en Nápoles,ya por el uso desordenadode diversascomidasmezcladasen abundancia,ya por el desaseode loshombres, ya más probablemente por alguna mala cualidaddel aire. Dicen también que los napolitanos pusieron calal vino, que era muy buscado por toda clase de personas,no únicamente por los franceses; y la sangre corrompidade este modo en las venas, fue causa de la enfermedad”.

Bello cita con idéntico objeto estas palabras de AurelioMinandoo, sacadas del capítulo 30 de una obra impresa enVçnecia el añode 1596:

“Pertenezcoa la clase de aquellos que piensanhaberexistido siempre esta enfermedad”.

Los testimonios enumerados demuestran que, en el siglo

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XVI, fue válida, no sólo en el pueblo, sino también entrelos sabios, la opinión de que la peste gálica o sifilítica habíatenido nacimientoespontáneoen la Europamisma.

Sin embargo, desde principios de ese siglo, coincidióconla mencionadala otra opinión de quela cruelenferme-dadhabíasido importadade la América reciéndescubierta.

El primer escritor que, según parece,pusoen circula-ción esta especie fue el famoso cronista contemporáneoGonzaloFernándezde Oviedo.

El añode 1525, Fernándezde Oviedo presentóa Car-los V una obra titulada: Sumariode la Natural Historiade las Indias, impresaen Toledo al año siguientepor ordendel emperador.

En el capítulo 75, el autor escribe lo que sigue:“PuedeVuestra Majestadtener por cierto que aquesta

enfermedadde las búas vino de las Indias, y es muy co-mún a los indios; perono peligrosatanto en aquellaspartescomo en éstas (Europa); antesmuy fácilmente los indiosse curanen las islas conel palo santo,que ellos llamangua-yacán,y en Tierra Firme con otrasyerbas,o cosasqueellossaben,porque son muy grandes herbolarios. La primeravez que aquestaenfermedaden Españase vio, fue despuésque el almirante don Cristóbal Colón descubrió las Indiasy tomó a estas partes; y algunos cristianos de los que conél vinieron que se hallaron en aquel descubrimiento,y losqueel segundoviaje hicieron, que fueron más,trajerones-ta plaga,y de ellos se pegó a otraspersonas;y después,elañode 1495, que el gran capitán don GonzaloFernándezde Córdobapasó a Italia con genteen favor de don Fer-nandoJovende Nápolescontrael rey Charlesde Francia,el de la CabezaGruesa,por mandadode los católicosreyesdon Fernandoy doña Isabel, de inmortal memoria, abue-los de VuestraSacraMajestad,pasóestaenfermedadcon al-gunos de aquellosespañoles,y fue la primera vez en queen Italia se vido; y como era en la sazónque los francesespasaron con el dicho rey Charles, llamaron a este mal los

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italianos el mal francés,y ios francesesle llaman el malde Nápoles,porque tampocole habían visto ellos hastaaquellaguerra;y de ahí se esparciópor toda la cristiandad,y pasó en África por medio de algunasmujeresy hombrestocados de esta enfermedad,porque de ninguna manerase pegatanto como del ayuntamientode hombrea mujer,como se ha visto muchasveces,y asimismo de comer enlos platos, y beberen las copasy tazasque los enfermosde este mal usan,y muchomásen dormir en las sábanasy ropa do .ios tales hayandormido; y es tan grave y traba-joso mal queningún hombrequetengaojos puededejardehabervisto muchagentepodriday tornadade San Lázaroa causade esta dolencia, y asimismohan muerto muchosde ella; y los cristianosque se dan a la conversaciónyayuntamientode las indias, pocoshay que escapende estepeligro; pero, comohe dicho, no es tan peligrosoallá (islasy Tierra Firme de América), comoacá (Europa),así por-que allá este árbol (el guayacán) es más provechosoyfresco, hacemás operación,como porqueel temple de latierra es sin frío; y ayudamása los tales enfermos,quenoel aire, y constelacionesde acá. Donde más excelenteesesteárbolparaestemal, y por experienciamásprovechoso,es el que se trae de una isla que se llama la Beata,que escercade la isla de SantoDomingo, de la Españolaa la ban-da del mediodía”.

El año de 1535,Fernándezde Oviedo dio a la estampaen Sevilla la primerapartede la Historia Generaly Naturalde las Indias.

En el capítulo 14, libro 2, y enel 2, libro 10, de estaobra, Fernándezde Oviedo repite los que acabade leerseacercade existir el gálico, o sea las búas en las islas y TierraFirme de América, y acercade habersetrasmitido de alláa España,a Europa,y al resto del mundo.

Estaaseveraciónde Fernándezde Oviedo, fue adopta-da por variosautorescontemporáneosmás o menos respe-tables.

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Un médico de Sevilla, nombradoRodrigo Ruiz Diazde Isla, imprimió el añode 1542 una obra titulada: Tracta-do llamado fructo de todos los sanctos contra el mal ser-pentino venido de la Isla Española,fecho y ordenadoenel grande y famosohospital de Todos los Sanclos,de lainsigney muy nombradaciudad de Lisboa,dirigido al muyalto y poderososeñordon Juan el Tercer de este nombre.

Se leeen el capítulo 1~de estaobra lo quesigue:~Del origen y nascimientode estemorbo serpentinode

la Isla Española,y de cómofue hallado y aparescido,y desu propio nombre.

“Prugo a la Divina Justicia de nos dar y enviar dolen-cias ignotas,nuncavistas,ni conoscidas,ni en libros de me-dicina halladas,así como fue esta enfermedadserpentina.La cual fue aparesciday vista en Españaen el añodel Se-ñor de 1493 añosen la ciudad de Barcelona;la cual ciudadfue inficionada, y por consiguiente,toda la Europa, y ciuniverso de todas las partes sabidas y comunicables; el cualmal tuvo su origen y nascimientode siempreen la isla queagora es nombrada Española, según que, por muy larga ycierta experiencia, se ha fallado. Y como esta isla fue des-cubierta y hallada por el almirante don Cristóbal Colón,al presenteteniendoplática y comunicacióncon la gentede ella; e como él de su propia calidad sea contagioso, fá-cilmentese les apegó;y luego fue visto en la propia arma-da; y como fuesedolencianunca por los españolesvista niconoscida,aunquesentíandoloresy otros efectosde la di-cha enfermedad,imponíanlosa los trabajosde la mar o aotras causas,segúnque a cadauno le parescía.Y a tiempoque Ci almirantedonCristóbal Colón llegó a España, esta-ban los reyes católicos en la ciudad de Barcelona;y comoles fuesena dar cuenta de sus viajes, y de lo que habíandescubierto,luego se empezóa inficionar la ciudad y a seextenderla dicha enfermedad,segúnque adelantese vidopor largaexperiencia;y como fuesedolenciano conoscida,y tan espantosa,los que la veían acogíansea hacermucho

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ayuno,devocionesy limosnas,queNuestroSeñorlos quisie-se guardarde caeren tal enfermedad.Y luego, al año si-guiente de 1494 años,el cristianísimorey Carlosde Fran-cia, queal presentereinaba,ayuntó grandesgentes,y pasóa Italia; y a tiempo que,por ella, entró con su hueste,ibanmuchos españoles en ella inficionados de este enfermedad,y luego se empezóa inficionar el real de la dicha dolencia;y los franceses, como no sabían qué era, pensaban que delos aires de la tierra, se les apegaban; los cuales pusiéronlemal de Nápoles.E los italianos e napolitanos,como nuncade tal mal tuviesen noticia, pusiéronle mal fran.cés;y deallí adelante,segúnfue cundiendo,así le fueron imponien-do el nombre cada uno, segúnparescíaque la enferme-dad traía su origen. En Castilla, le llamaron bubas; y enPortugal, le impusieronmal de Castilla; y en la India dePortugal, le llamaron los indios mal de los portugueses;losindios de la Isla Española,antiguamente,así como acá de-cimos bubas,doloresy apostemasy úlceras, así llaman ellosesta enfermedad guainaras, y hipas, y tainastizas; yo lepongo morbo serpentinode la Isla Española,por no salirdel camino por donde el universo le imponía cada uno elnombreque le parecía que la enfermedad traía su princi-pio; y por esto le pusieronlos francesesmal de Nápoles;los italianos, mal francés;los portugueses,mal de Castilla;los castellanos,mal gálico; y los indios de Arabia, PersiaeIndia, mal de Portugal”.

El presbítero Francisco López de Gómara afirma estomismo en la Historia General de las Indias, parte 1’, ca-pítulo 29, dadaa la estampael año de 1552.

Quelas bubasvinieron de las Indias.“Los de aquestaIsla Españolason todos bubosos; y co-

mo los españolesdormían con las indias, hincháronseluegode bubas,enfermedadpegajosísima,y queatormentacon re-cios dolores. Sintiéndoseatormentary no mejorando, sevolvieron muchosdellos a Españapor sanar,y otros a ne-gocios, los cualespegaronsu encubiertadolencia amuchas

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mujerescortesanas,y ellas a muchoshombresque pasarona Italia, a la guerra de Nápoles en favor del rey don Fer-nandoel Segundocontra franceses,y pegaronallí aquelsumal. En fin, quese les pegó a los franceses;y como fue aun mesmotiempo, pensaronellos que se les pegóde italia-nos, y llamáronle mal napolitano. Los otros llamáronleusa! francés,creyendohabérselopegadofranceses.Emperotambién hubo quien lo llamó sarna española.Hacen men-ciónde estemalJamesde Vigo, médico,y Antonio Sabelico,historiador,y otros, diciendoquese comenzóa sentir y di-vulgaren Italia elañode 1494y 1495;y Luis Bertoman,que,en Calicut, por entonces,pegarona ios indios este mal debubasen viruelas,dolenciaqueno teníanellos, y quematóinfinitos. Así comovino el mal de lasIndias,vino el remedio,quetambiénes otrarazónparacreerque trajo de allí origenel cual es el palo y árbol dicho guayacán,de cuyo génerohaygrandísimosmontes.Tambiéncuran la mesmadolenciacon palo de la China, que debeser el mesmoguayacánopalo santo, que todo es uno. Era este mal a los principiosmuy recio, hediondoe infame; agorano tiene tanto rigor,ni tanta infamia”.

Guicciardini está conforme acerca de este punto conios tres autoresprecedentes.

Léase lo que escribe en la Historia de las Guerras deItalia, libro 2, publicadael año de 1561, muchodespuésdesu fallecimiento, sucedidoel año de 1540.

«Pareceoportunodecir quefue en estetiempo cuandose vio aparecerunaenfermedadnueva.Los francesesllamanel mal de Nápolesa esa enfermedad,que generalmentesedenominó en Italia la bolé o mal francés,porque,habién-dola contraídocuandose hallabanen Nápoles,la esparcie-ron por toda Italia al regresara su país. Esta enfermedad,desconocidahasta estos últimos tiempos a nuestrohemis-ferio, exceptotal vez en sus extremidadesmás apartadas,fue por algunosañostan terrible, quedebeser mencionadacomoun azotemuy cruel. Se manifestabapor pústulasma-

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lignas, que muchas veces degeneraban en úlcerasincurablesy por dolores agudos en las junturas y en los nervios detodo el cuerpo.Los médicos,que no conocíaneste mal, nole aplicaban los remedios que podían curarlo; con fre-cuencia, prescribíanalgunos absolutamentecontrarios, loscuales lo agravaban. Un gran número de personas de todasedades, de uno y otro sexo, murieron por causa de él; yotro no menorde las que lo experimentaronquedaroncon-trahechosy mutilados, soportandotormentos casi conti-nuos; la mayoría de los que parecían curados recayeronpronto en los mismos accidentes.Es verdad que, despuésde muchosaños,estevenenoperdió sumalignidad, seaquela influencia de queproveníase hubieraendulzado,seaqueuna larga experiencia hubiera descubierto remedios con-venientes.Se ha aundividido por sí solo en muchasclases;y es ahora cosaaveriguadaqueaquellosque lo sufrendebenculparse a sí mismos; porque el dictamen unánime de losque han estudiado la naturaleza de esta enfermedad, es queno se contraenunca, salvo tal vez algunasraras excepcio-nes, sino por contactode los dos sexos.Además,es precisojustificar a ios franceses a este respecto, pues posterior-mentese ha adquirido el convencimientode que este malfue traído de Españaa Nápoles; de que los españoleslohabíancontraídoen las islas descubiertaspor CristóbalCo-lón (SantoDomingo); y de que no es peligroso, porquees fácil curarlo, bebiendoel jugo de un árbol (guayacáno guayaco) que crece en esas islas, y que poseemuchasotraspropiedadesadmirables”.

Gabriel Falloppi, o Fallopus, fue un célebre anatomistay botánico italiano, profesor en las universidades de Fe-rrara,Pisay Padua,que,entreotrasobras,dio a luz el añode 1564 una titulada De Morbo Gallico Tractatus.

Don Andrés Belio copió de esta obra el siguientepa-saje:

“Volvió Colón a Españael año de 1494...; y comocon él vinieron los soldadosque traían un cargamentode

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enfermedadesmásbien que de oro, trasmitieron unapartede esta mercadería a otros que prestaban servicios en lascampañas de Italia en la época del memorable sitio de Ná-poles, en que estuvo mi padre. Los soldados españoles, que,

a fuerza de astuciay cautela,dañarona sus enemigosconla espada,no menos que con el engaño y la artería... sien-do escasosu número, y casi infinito el de los franceses,hacían salidas de noche, abandonandosus puestos,con elobjeto de envenenarlas aguas.Y estoera poco. Ganaroncon dinero a algunospanaderosítalianos que se encontra-banen el ejército enemigo;y por medio de ellos, introdu-jeron yeso en el pan. Habiendo conocido la fuerza deaquella afección contagiosa,hicieronsalir públicamentelasbocasinútiles a pretextode escasezde provisiones,y al mis-mo tiempo arrojaron ocultamentede la ciudad a las ra-meras,especialmentea las de mejor aspecto.Los francesesaceptarongustososestaocasión...;y así poco a poco, todoel ejército quedó contaminado”.

Los escritoresdel siglo XVI, aun ios sabios, se mos-traban generalmentepoco solícitos por la averiguacióndelos hechos,y nadaescrupulososparaaceptarlos.

Falloppi suministraun ejemplocurioso de esta ligereza.SegúnPauw, Falloppi cuenta lo que sigue sobre Gon-

zalo Fernándezde Oviedo:

“Oviedo, que se habíacontagiadoen Nápoles,fue bas-tantehábil para conjeturarque,viniendo de las Indias oc-cidentalessu enfermedad,encontraríaen esa comarca elmás eficaz remedio,o la mejor receta.Emprendióel via-je, y no se engañó.Los salvajesde SantoDomingo, consólomirarle en la frente, conocieronqueestabagangrenado,yle mostraron el árbol del guayacán. Oviedo encontró la

felicidad en la desgracia,pues reunió un caudal inmensoen España,a dondellevó la resma,la cortezay la albura

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del guayacán,con la verdaderapreparaciónsegúnel mé-todo de los americanos”1

Don JoséAmador de los Ríos, que ha estudiadoconesmeradodetenimientola vida y los escritos de GonzaloFernández de Oviedo, ha protestado enérgicamente con-tra estas arbitrarias invenciones,a las cuales con justiciacalifica de “mal fraguadasimaginaciones”2~

Fácilmentese advierteque Díaz de Isla, Gómara,Guic-ciardini y Fallopi hanseguidocon más o menosvariantes,con más o menosagregaciones,la versiónprimitiva de Fer-nándezde Oviedo, acercadel mal gálico.

Ahora bien, esa versión, por poco que se la examinecon algún cuidado,surninistramateriaparalas objecionesmás serías contra su verdad.

El mismo Pauw, no obstante su deliberado propósitode deprimir a los americanos, y de imputar a los pobladoresdel NuevoMundo, la trasmisiónde estaterrible enfermedad,se ha visto obligado a reconocer la fuerza de una de esasobjeciones, que se ha empeñado por desvirtuar, pretendien-do, contra la realidadde las cosas,propagarsedicha dolen-cia por otros medios que el contacto.

“Cristóbal Colón, dice Pauw, trajo de su primer viajea la América ochenta y dos individuos entre soldados ymarineros,y nueve americanos;pero no fueron más decuarentalos que le acompañarona Barcelona; los demásquedaronen el puerto de Palos para recobrarse de las fa-tigas del mar”.

Esto, agregaPauw, “parece probar incontestablementeque la enfermedad venérea fue al principio, y poco des-pués de su importación, en extremo maligna y contagiosa,y que se propagabasin contacto inmediato,y sólo por elde la atmósferaambiente. ¿Cómo,de otro modo, hubiera

1 Pauw, Recherches Philoso~hiquessur les Atnéricains, parte ~ (NOTA DE

BELLO).2 Ríos, Vida y Escritos de Osiedo, al frente de la Historia General y Natural de

las Indias, edición de 18~1,párrafo ¶, página LXXXIII, nota 1. (NOTA DE BELLO).

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sido posible que treinta o cuarenta personas, venidas deAmérica a Barcelonaen 1493, hubieraninfestadode repen-te esa ciudad inmensa,tresvecesmás pobladaentoncesdelo que es ennuestrotiempo (1768), hastael punto de queella se creyeraamenazadapor la mayorcalamidadquepue-de abrumaral génerohumano?La trasmisióny la marcharápida de este azote confirman que se comunicaba porotros órganos que los de la generación” ~.

Los que creen que el mal gálico, o napolitano, o lláme-sele como se quiera, no pasó de América a Europa, y entreéstos, don Andrés Bello, han opuesto a la versión de Fer-nándezde Oviedo, una observaciónaúnmás contundente,que la que acabode mencionar.

“Gonzalo de Córdoba,escribeBello en sus apuntes,nollegó a Mesina en Sicilia con las tropas españolas hasta el24 de mayo de 1495, mientras queCarlosVIII habíasalidopor tierra de NápolesparaFranciael 20 del mismo mesyaño,con una partede su ejército”.

No faltan, como se ha visto en esta introducción, au-tores que fijan en el añode 1494 la aparicióndel mal gá-lico en Italia; pero la opinión más dominanteafirma queesto sucedióen la primaverade 1495, y que el ejército deCarlosVIII, infestadode estapeste,fue el quela difundió.

Si tal versión fuesela verdadera,los soldadosespañolesde Gonzalo de Córdobano habríanpodido ser los que lle-varon el contagioa Italia.

El ilustre don Manuel JoséQuintana,quehabíaadop-tado sobre este particular el dictamen de FernándezdeOviedo y de ios que siguen a éste,trató, el año de 1807,

en la Vida del Gran CapitánGonzalode Córdoba, de pa-rar estaobjeción, pretendiendoqueel azotehabíaapareci-do, no en la retiradade CarlosVIII al travésde la penín-sula italiana, sino en el sitio puestopor el rey FernandoIIa Nápoles,donde los francesesse habíanencerrado,sitio

1 Pauw, RecherchesPhilosophiquessur les Américains, parte 2, sección 3. (NOTA

DE BELLO).

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que duró desdeel 6 de junio de 1495, hastaprincipios de1496.

Bello replicabaque Gonzalo de Córdobacon las tropasespañolas habíavenido directamentede Mesina a Reggio;que habíapermanecidohaciendola guerra en Calabria; yque en todo ese tiempo, y en mucho más, no había entradoen Nápoles.

En la hipótesisde Fernándezde Oviedo, sería difícilexplicarcómo el gálico aparecióen Nápoles,donde no es-taban los españoles,en lugar de apareceren la Calabria,donde estaban.

“Importa a mi objeto, dice Bello en los ligeros apuntesque hacíaparaauxilio de la memoria,manifestar las con-tradiccionesque se echan de ver en los autoresque hantratado de estamateria”.

En efecto, cualquierapodrá notar en los diversostro-zos citados,no sólo contradicciones,y errorespatentes,si-no también vaguedade incongruenciaentre los diversostestimonios.

El médico Díaz de Isla, verbigracia,aseveraque el gá-lico aparecióen BarcelonacuandoColón se presentóa darcuenta del resultadode su primer viaje; y que la propa-gación de la enfermedadfue tan rápiday devastadora,quehubo de recurrirse a los ayunos,a las limosnas y a otrosejerciciosde devoción paraaplacaral cielo.

Así, segúnDíaz de Isla, la primera apariciónen Euro-pa de la nueva dolencia traída de América no pudo sermás estrepitosa.

Mientras tanto,Fernándezde Oviedo, quese hallaba ala sazónen Barcelonacon los ReyesCatólicos,y que entróentoncesen relaciones con Colón y sus hijos, no alude si-quiera a esa conmociónproducidapor un motivo tan sin-gular y extraordinario,en la cual, de haberexistido,habríafijado naturalmentela atención.

Contralo que asientaDíaz de Isla, Fernándezde Ovie-do, aunquedice queeste mal fue llevado a Españaal re-

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Escritos varios

gresodel primer viaje por los compañerosde Colón, agregaexpresamenteque no se generalizósino al regreso del se-gundo en 1496.

He aquí sus propiase instructivaspalabras.“El caballeromosén PedroMargarite (uno de los que

fueron con Colón en el segundoviaje), andabatan do-liente e se quejabatanto, que también creo yo que teníalos dolores que suekn tener los que son tocadosdestapa-sión, pero no le vi búas algunas. E desde a pocos meses, elaño de 1496, se comenzó a sentir esta dolencia entre algu-nos cortesanos; pero en aquello principios, era este malentre personasbajas e de poca auctoridad, e así se creíaque le cobraban, allegándose a mujeres públicas, e de aqueltacto libidinoso; pero después extendióse entre algunos delos mayoresy másprincipales” ~.

Según se ve, Fernández de Oviedo está muy distantede dar a entender que la propagación del gálico fuese enBarcelona el año de 1493 tan rápida y desastrosa como Díazde Isla io pretende.

No puedo prescindir de mencionar aquí un ejemplo dela ligereza con que han procedidolos que sostienen que lasífilis fue llevada de América a Europa.

“Algunos autores,dice Pauw, quieren que los negroshayan traído del África a las Indias occidentales, esta en-fermedad;pero estaopinión, cien veces refutada,es tantomás ridícula, cuantoque esosautoreshan ignoradola ver-daderafecha de la llegadade los primerosnegrosal nuevomundo.Aunqueseadifícil fijarla, se sabe,sin embargo,concertidumbreque es posterior al tiempo en que los compa-ñerosde Cristóbal Colón, y sobre todo un tal Margarite yun fraile nombradoBuellio, trajeron de SantoDomingo elmal venéreo.En la historia generalde Ferreras (sic), estefogosomisioneroes llamadoPedroBoil, superiorde la ordende SanBenito. Tanluegocomodesembarcóen SantoDomin-

1 Oviedo, Historía General y Natural de las indias, parte 1, libro 2, capítulo 14.

(NOTA DE BELLO).

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Origen de la sífilis

go,excomulgóa CristóbalColón, queha sido, por lo tanto,el primer europeo excomulgado en América. Buellio, nocontento con esta vil maldad, regresó aEuropa,dondeinfestóa sus compatriotas e intrigó tanto en la corte, que logróhacer encadenara Colón. Este grande hombre, al verseel blanco de los furores de tan soezfanático, i se arrepintióde haberdescubiertoun mundonuevo!”

Se ha visto lo que Fernándezde Oviedo cuentaacercade la enfermedad de Margarite.

No conozco ningún documento del cual pudiera infe-rirse que el padre Boil volvió aquejado de una dolenciaparecida.

Estosdos personajes salieron de la Española para la Pe-nínsulaallá a mediadosde 1494.

Si, como lo aseveraPauw, fueron los principalescon-ductores del contagio, la enfermedadno pudo hacer enBarcelonael año de 1493 los estragosque refiere Díaz deIsla, y por lo tanto, es más difícil comprender cómo pudocontaminar el ejército de Gonzalo de Córdoba, que salió deEspañaa principios de 1495.

Aparece que don Andrés Bello decía con razón que lasafirmaciones vagas,incongruentesy contradictoriasde losautores mencionados y de sus secuaces daban margen paraobservaciones muy serias.

Residía a la sazón en la Península un literato italiano demucha nota, justamente estimado de los reyes don Fernandoy doñaIsabel, y cuyos escritosson unafuenteindispensablede información para la historia de España en esa época,y del descubrimientode América.

Me refiero a PedroMártir de Anglería.Era un hombredocto y curioso, que cultivó relaciones

personales con los grandes magnates, y que se complacía enaveriguarlo todo y en anotarlo diariamente a medida que loiba sabiendo.

1 Pauw, Recherches Philosophiques sur les Asnéricains, parte 1. (NOTA DE

BELLO).

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Escritos varios

Mártir estabaen BarcelonacuandoColón se presentóen estaciudadal regresode suprimer viaje.

Continuóen Españahasta1501,añoen quefue enviadocomoembajador,primeroa Venecia,y despuésa Babilonia.

Regresóen 1502 a laPenínsula,de dondeya no se movióhastasumuerte,acaecidaen 1526.

Así, pudo observartodos los hechosocurridos en Es-paña,en Italia y en Américahastaesa fecha.

“Los numerososescritosde PedroMártir de Angleria”,dice el historiadornorteamericanoPrescott,“en particularsu correspondencia,son el verdaderoespejode aquellaépo-ca. Mártir tuvo el mayor interésen los descubrimientosquese hacíanentoncesenel Nuevo Mundo. Permitióseleasistira las sesionesdel consejode Indias cuandose tratabaalgúnasuntoimportanterelativo a ellos; y fue despuésnombradoindividuo de este cuerpo.Todo lo pertenecientea coloniaspasabapor sus manos.La correspondenciade Colón, Cor-tésy demásdescubridorescónla cortede Castillafue some-tida asu examen.Cuandoestosilustrespersonajesvolvierona su patria, tuvo el placer de visitarlos, y muchasvecesdeconvidarlosa su mesa,como nos los hacesaberél mismo ensuscartas”~

Un erudito de esta clase habría debido mencionarlaaparicióndel gálico, si hubieravenido de América, y sobretodo, si ella se hubieraverificado en las condicionesqueFernándezde Oviedoy otros refieren.

“Largo seríaenumerartodaslas cartasde PedroMártirde Anglería en que habla del descubrimientodel nuevomundo, la primeravuelta de Colón, etc., sin decir unapa-labradel gálico,escribeBello en sus apuntes.En la epístola156, daunadescripciónmenudade la Isla Española,asuntoquetrata muchasvecesen el curso de los libros 6, 7 y 8.

Describeotros lugaresy sushabitantes;entraenpormenores

1 Prescott, Historia de la Conquista de México, libro 2, capítulo 9, apéndice.(NoTA DE BELLO).

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de naturaleza(por ejemplo,epístola168) queno es creíbledejasede apuntaralgo del gálico,silo supiese”.

Ahora bien, dado caso que esta enfermedadhubierasido importadamani-fiestamentede América, y quehubieracausadodesdeluegoen Españalos estragosquese pretenden,PedroMártir deAngleríano habríapodidomenosde fijar enesto la consideración,y de haber recogido noticias, y dehaberlastrasmitidoa la posteridad.

Su silencio a este respectodemuestraque, en su con-cepto, aquel azoteno vino del Nuevo Mundo.

Y lo demuestratanto más, cuanto que Mártir ha ha-blado del gálico, atribuyendosu origen,no a las tierrasre-cién halladas,sino a Saturno,estoes, a influenciasatmos-féricasy climatológicas.

Don AndrésBello tomónotade unacarta,muy intere-santeparaesta cuestión,dirigida por PedroMártir de An-glena a PedroArias Barbosa,catedráticode griego en launiversidadde Salamanca,la cual lleva el número68 en eltomo 1 del OpusEpistolaruin.

Esa carta vertida al castellanodice así:“Me escribesfrancamentehaber incurrido en un mal

particular que ios españolesllaman bubas, los italianos gá-lico, algunos médicos elefantíasis, y de distinta maneraotros. Explicas con admirableeleganciatu desgracia,tuspérdidas,el impedimentode tus articulaciones,la debilidadde tusligamentos,los cruelesdoloresde tus coyunturas,yademáslas úlcerasy fetidez de tu boca. Compadezcotusuerte,amadoArias; desearíatu salud completa,pero no teperdonoel quete abatasasí.Es ajenode un sabioangustiarsetanto en la adversidad,ni ensalzarseen la fortuna; antespor el contrario,es digno de elogio el que,con constanciay serenidad,sobrelleva cuantosgolpes y contratiemposledeparala suerte.Paramostrarfortalezade ánimo,es necesa-rio ser el blanco de todoslos males.Tú poseesa fondo lasletrasgriegasy latinas;eresen ellasmuy afluente,y puedescolegir lo quedirías a tu amigoen igual caso.Aprovéchalo

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Escritos varios

para ti, y aún serás más sabio. Mal y afrentosamente sabequien para sí no sabe. ¿No sería todavía peor encontrartepobre y hechoun terrón de tierra, que rico y provisto deoro, en el estadoen quete hallas?Óyeme,pues.y aplica lamedicina a tus desgracias. Las virtudes del alma son aúnmás estimadas que el oro y las piedras preciosas, y esto nadielo niega; las del cuerposon hecesy hediondez.Éstees mor--tal y perecedero; aquélla, inmortal y gloriosa. El autor dela naturaleza lo oprime así para que no te venza,y luego tedomine. Corrige tu orgullo para que no haga armas contrati. La júventudsiempreestá cercadade peligros. Convienemásque ilustres con las letrasquehas aprendidoen Italia,fuente de la sabiduría, a esa esclarecida ciudad, madrede losbuenos, que el que te entristezcas con tu mal. Se dice quePlatón,paradomarsu cuerpo,y que éste no le dominaseaél, eligió un país poco saludable. Es mucho más conducentepara la libertad del alma y elevación del ingenio, que unsabio se vea obligado con algún trabajo, que vivir vagandoen unafeliz fortuna. Y si es cierto que a ti se te ha dadomás que quitado, dirige siempre tus pensamientos a Dios,principio y fin de todas las cosas. Si lo haces así, te reputarásno menos feliz ahora que te oprime Saturno, del que sedice proviene este mal, que si te fuera dado volar por losaires con las alas de Mercurio. Pásalo bien, Jaén, 5 de abrilde 1488”.

Don Andrés Bello tuvo sobrado motivo para fijar laatención en la carta precedente, cuya fecha es cuatro añosy medio anterior al descubrimiento de América.

Esa carta patentiza que la enfermedad designada con losnombresde bubas,o de gálico, y con otros, era experimen-tadaen Españaconmucha anticipacióna la primeravueltade Colónen 1493.

Tal documento es, pues, completamente decisivo en lacuestión.

Sin embargo, debo advertir que la autenticidad de esacarta ha sido negada.

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Origen de la sífilis

Aunque Bello no tuvo noticia de este incidente, creooportuno tomarlo en consideración,a fin de queel lectorpueda formar juicio con todos los datos a la vista.

El distinguidomédico don Antonio HernándezMore-jón citó, en la Historia Bibliográfica de la Medicina Espa-ño/a, la carta mencionada como una prueba concluyente,atendida la fecha, de que la enfermedadllamada bubas, ogálico, no habíapasadode América a Europa.

Don Antonio Chinchilla, en la Historia de la MedicinaEspañola,ha invocado dos razonespara redargüir de apó-crifo este importantedocumento.

La primera,que, el añode 1488,PedroMártir de An—glería se hallabaen Roma.

La segunda, que, ese año, no había, en la Universidad deSalamanca, cátedra de griego, y que, por lo tanto, PedroArias Barbosa no podía a la sazón enseñar allí ese idioma.

Don José Gutiérrez de la Vega, en la Historia de la Sí-filis, se ha adherido a la opinión de Chinchilla, reconociendola fuerza de las observacionesde su colegaen la profesión.

Mientrastanto,las dos objecionesde Chinchilla se basanen dos erroresmuy fáciles de rectificar.

Pedro Mártir de Anglería se trasladó a España en 1487,y no en 1492, como Chinchilla y Gutiérrez de la Vega losuponen equivocadamente.

“Pedro Mártir fue natural de Anghiera, territorio de Mi-lán, que él llamó en latín Anglería”, dice don JuanBautistaMuñoz; “y así le apellidamos comúnmente. Puede reputar-se español, atento a que se naturalizó en España, donde vivióy sirvió la mayor y mejor parte de su vida, desde fines delaño 1487, que le trajo de Roma el conde de Tendilla, hastael 1526,que falleció a los sesenta y nueve años de su edad”.

Muñoz ilustra este pasaje con la siguiente nota.“Mártir se despi~lió del Papa en 29 de agosto de 1487,

como dice en la primera de sus cartas impresas fecha enZaragoza1 de enerode 1488. Escribíael capítulo últimode su década8~ya entradoen 1526, como demuestrael

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contexto;y ese añomurió, segúnel epitafio sepulcralquetraeNicolás Antonio” 1

Don Diego Clemencín,tan escrupulosoparalas investi-gaciones,como don JuanBautista Muñoz, ratifica la asen-ción deéstepor lo quetoca a la fechade la llegadade Mártira España.

He aquí lo que refiere acerca de estepunto:“En 1487, el conde de Tendilla, embajadoren Roma,

habíaconvidadoa venir aEspaña,y traido consigo,a PedroMártir de Anglería, erudito milanés,que se presentóa losReyesen 2~aragoza”2•

Estomismoafirma donMartín Fernándezde Navarrete,escritorno menosexactoy prolijo, que los dos anteriores.

“Pedro Mártir de Anglería es otro de los escritorescoetáneos que debe consultarse para los sucesos de los prime-ros viajes y descubrimientos de Colón (dice), porque letrató con intimidad aun antesde la conquistade Granada,y se halló presenteen Barcelona,cuandole recibieron losReyesde vueltade suprimenviaje. Informábasede élmismo,y de otros que le acompañaron,acercade todaslasocurren-cias; y todo lo escribíadiariamentesegúnsu costumbredes-de quevino a España,y fue presentadoa los ReyesenZara-gozaa principios del año1488” ~.

Tres extranjeros,que hanpracticadoindagacionesdi-rectasy personalessobrela historia de esaépoca,y tan en-tendidosy expertosen la materia,queson unaautoridadenella, testifican lo mismo que Muñoz, Clemencíny Fernán-dezde Navarrete.

“PedroMártir, o Mártyr. . . se educóen Roma”,escribeWashingtonIrving; “y en 1487,habiendoadquiridodistin-guida reputaciónpor su saber,le invitó el embajadorespa-ñol, condede Tendilla, a quele acompañaseaEspaña.Acep-

1 Muñoz, Historia del Nuevo Mundo, prólogo, XI. (No’rA DE BELLO).

2 Clemencín, Elogio de la Reina Isabel, ilustración 16. (NOTA DE BELLO).

~ Fernández de Navarrete, Colercdn de lnç Vaies y Descubrimientos ¿e losEspaiioles, Introducción, nómero 45. (NOTA DE BELLO).

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tó gustosoestaproposición,y fue presentadoa los soberanosenZaragoza”’.

“La colecciónde las cartasde PedroMártir de Anglería(así llaman los españolesa este célebrehombre de estado,naturaldeAnghieraen el Milanesado)“, dice AlejandrodeHumboldt,«esunodelos monumentoshistóricosmáscurio-sos de los dos reinadosde Fernandoel Católico, y de CarlosV. Abrazatreinta y siete añosdesdeenerode 1488, en quedon Íñigo de Mendoza,condede Tendilla, condujoal autora España, hasta mayo de 1525,enquehaceunarelaciónani-madade la batallade Pavía”2

“En 1487, cediendoa las instanciasdel conde de Ten-dula,embajadordeEspañaen Roma”, aseveraPrescott,“Pe-dro Mártir de Anglería acompañóa este señorcuandore-gresóaCastilla” ~.

En vista de lo quequedadicho, no hay el menor fun-damentopara poner en dudael quePedroMártir de An-glería estuvieseen Españael añode 1488.

Tampoco puedenegarseque el portuguésPedroAriasBarbosadesempeñarapor ese tiempo la cátedrade griegoen la universidadde Salamanca.

Todo lo que la carta en discusión expone sobre esteparticular se ajusta perfectamentea lo que don NicolásAntonio refieredel profesorArias Barbosaen su BibliothecaHispanaNova.

Arias Barbosaestudiócon mucha perfecciónen Italiael latín y el griego,recibiendoleccionesde Angelo Policiano;y en seguidaenseñóconbrillo y universalaplausoel segundode estos idiomas en la universidad de Salamanca, donde tuvopor colegaa Antonio de Lebrija el Nebricense.

«Loquedebióla lengualatina aLebrija”, diceClemencín,

1 Irving, Vida y Viajes de Cristóbal Colón, apéndice, número 27. (NOTA DE

BELLO).2 Humboldt, Histoire de la Géographie dx Nouveax Continent, tomo 2, nota

A. (NOTA DE BELLO).

3 Prescott, Historia de los ReyesCatólicos, parte 1, capitulo 14, apéndice.Histoire de la Conquéte du Méxique, libro 2, capítulo 9, apéndice. (NOTA DE BELLO) -

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“debió a Arias Barbosa la griega, cuyo conocimiento se hizocomún, no sólo entrelos alumnosde Salamanca,sino tam-biénentretodoslos castellanosestudiosos”1

Prescott,enumerandolas personasquesobresalieronporla literatura o por la ciencia en el reinadode don FernandoV y de doña Isabel 1, se expresacomo sigue:

“Otro literato digno de recomendarse fue Arias Barbosa,sabio portugués, que, despuésde haberpasado,comoLebri-ja, algunosaños en las escuelasde Italia, dondeestudió laslenguas antiguas bajo la dirección de Angelo Policiano) vinoa avecindarseen España.En 1489, se hallaba ya en Sala-manca,donde, por espaciode veinte años,o de cuarenta,segúnalgunos,continuóenseñandoel griego y la retórica” 2~

Fácil es advertir que Prescottdice, no que PedroAriasBarbosaprincipiasea enseñaren Salamancael añode 1489,sino que ese añoestabaya enseñandoen esaUniversidad”~.

A pesar de todo, quiero suponer que la fecha de estacarta de Pedro Mártir de Anglería, como ha sucedido conotras del mismo autor, haya sido alterada por descuido altiempo de imprimirse 4; y que corresponda, no al año de

1 Clemencin, Elogio de la Reina Isabel, ilustración 16. (NOTA DE BELLO).2 Prescott, Historia de los Reyes Católicos, parte

1a, capítulo 19. (NOTA DE

BELLO) -

~ El texto inglés es el que sigue: “in 1489, we find him at Salamanca”. (NOTADE BELLO).

~ Don Andrés Bello creía que la carta de Mártir a Arias Barbosa fué escrita elaño de 1489.

Para que se vea la prolijidad con que Bello procedíaen sus investigaciones,voy areproducir las notas referentes a este punto, que redactó durante su permanencia enLondres:

“Las cartas de Pedro Mártir están repartidascrcnológicamenteen libros: el primerlibro comprende las del año 1488; el segundo, las de 1489; el tercero, las de 1490; etc.

Siguesepor lo común el orden de tiempo, aun dentro de un mismo año; así laprimera carta es de fecha 1° de enero; la segunda,del 4 de las calendasde marzo, latercera, idem; la cuarta, de las calendas de abril; etc.

Infiérese de aquí el estar errada la fecha, o ser impropia la colocación, de la epís-

tola 68; y se ve ser aquello, por cuanto:1’ En la Epístola 5a (del 10 de las calendas de abril de 1488) dice: — Con el fin

de marcharnos ya de Zaragoza a Guadalajara, comenzamos a reunir nuestras provisio.nec. — La siguiente carta es escrita del mismo lugar, el 8 de las calendas de abril; la71, de Guadalajara, en las calendas de abril; la 8~y 91, no dice de dónde,pero fueronescritas el 3 ¿e las norias de abril. En estaúltima carta,habla de los Reyescomo pre—senres, y dice que los seguirá donde quiera q’ue fueren. — Veo que de estos tus Reyesemanan grandes y suavesraudales de toda clase de virtudes; y espero que prcnto he de

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1488,sino al de 1489,o al de 1490,o alde 1491,o al de 1492,o a los mesesde 1493 que precedieron a la primera vueltade Colón (15 de marzo).

La fuerzadel argumento contra la importaciónameri-canadelgálicoquedaríaen pie.

Quiero llevar aún más lejos la concesión.Supóngase que esta carta fue escrita después de 1493.Siempresuministraríarazonespoderosascontra la opi-

nión de Fernándezde Oviedo.PedroMártir testifica en esa carta el que algunosmé-

dicos daban al mal llamado bubaso gálico el nombredeelefantiasis,estoes, quelo asimilabancon la lepra.

Ahora bien, ha de saberseque autoresmuy respetablesantiguosy modernossostienenquela leprade la EdadMediay la enfermedad sobre que voy discurriendo son una mismacosa o algo muy parecido.

Si tal sinonimia fuera exacta,la versión de Fernándezde Oviedo sería inadmisible.

ver otros más gratos y copiosos,y dignos de tan excelsos monarcas. . . Se piensa muyseriamenteen llevar la guerra a Granada.Los seguiré a donde quiera que fueren. —

Estaba, pues, entonces con los Reyes, que creo se preparaban a bajar a la Andalucía.“2’. Las epístolas que siguen hasta la 51, no traen el nombre del lugar donde se

escribieron, o sólo — Ex curia, Ex hispana curia, — Ex reginoli curia, Ex meo ccn-tubernio. — La 52 tiene fecha de Guadalajara, donde anuncia su viaje a Salamanca dentrode tres días; y tiene fecha 10 de las calendasde octubre. La 53 empieza así: — partíde Guadalajara en dirección a Salamancael 14 de las calendasde abril. Despuésdecinco días continuosen que no se dejó ver el sol ni estrella alguna, llegué por fin el 10de las calendas de octubre; — tiene fecha del 9 de las calendas,por donde se ve quela fecha anterior, del 10 de las calendasde octubre,es algo errónea.La 54 es Ex meocontubernio,el 9 de las calendasde octubre, y se ve por e

1 contexto habersido escritaen Salamanca.De Salamancason también las55, 56, 57, 58, 59; y en éstadice: — Mepondré en marcha mañana; han desaparecidoya las nieves que antes me impedíansalir. . . El día antes de las calendas de octubre.— La carta 60 parece escrita deGuadalajara, pues dice así a Fernando de Talavera, obispo de Ávila: — Antes de ayercomía contigo, después de mi vuelta de la ciudad de Salamanca.— Es de fecha — Exmeo contubernio, en los idus de octubre,— pero la 61 es— Ex curia,el 4 de los idus;— hay, pues, aquí otro error de fecha. La 62, — Ex curia, el 4 de las calendas de

noviembre, — la 63, sin nombre de lugar, la misma fecha. En estas dos, habla desucesosde la guerrade Granada,a que no estuvo presente. La 64, Ex curia, el 4de las nonas de noviembre; la 65, lo mismo. La 66 dice así: — En Guadalajara,adonde he vuelto y me preparo para la guerra. En los idus de diciembre de 1488. — La67 es de Jaén, en los idus de diciembre. Échasede ver en la carta que sirve en el ejér-cito: — Aquel Mártir a quien veías en otro tiempo cubierto con la toga, ha tomadoahora la pretexta, y prepara su lanza y su espada. . . Estoy en Jaén; y luego en lafecha: — en Jaén, etc. — Por donde se ve que la fecha de esta carta es errónea, y

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Escritos varios

Aún haymás.PedroMártir dice terminantementeen la carta prove-

nir de Saturno,estoes, de la influencia atmosférica,la do-lenciade que se trata.

Luego, si se pretendeque esa carta fue escritadespuésde la primera vuelta de Colón, ella manifestaríaque unsabio tan escudriñadorcomo PedroMártir pensabaqueelgálico habíanacidoespontáneamenteen Europa.

El argumentoquepuedededucirsede la fecha conqueapareceen el OpusEpistolarumla cartaa Arias Barbosanose funda en estesolo dato.

Se invocan otros varios para demostrarque la epide-mia del siglo XV estallóen varios lugaresantesde que hu-bierapodido serpropagadapor los descubridoresde Amé-rica.

Léaselo queLancereauxenseñabaacercade estoel añode 1866.

debe postergarse. La 68 es la que dirigió a Arias Barbosa. La 69, que es la primera dellibro 2~,es de las nonas de abril, Jaén, 1489.

La carta 7~ comienza así: — Hasta ahora te he trasmitido aquellas hazañas deguerra que han llegado a mí por la tuerta ebúrnea,es decir, por narraciones que heoído a otras personas. Pero en adelante, la puerta córnea te suministrará algunascosas de aquellas que, según dices, son gratos manjares al paladar. — Tiene la fecha —

en el campamento de Baeza, en los idus de junio de 1489. —

“Parece por todo esto que la carta 68 es del año 1489. Acaso lambién la 67,siendo natural que hubiesepartido al ejército en la primavera.

“Por las cartas 105, 106, 107, se ve que salió (dejada la milicia, como consta enla carta 100) de Granada por abril de 1492; estaba en Segovia (epístola 107) el 6 delas calendas de mayo; en Valladolid, el 4 de las nonas de junio; en Zaragoza, ci 19 desetiembre; en Barcelona, el 14 de las calendas de noviembre; allí permanecióhasta finesde 1493; está en Valladolid el día antes de las calendas de febrero de 1494; en Alcaláde Henares, el 13 de las calendas de noviembre de 1494, y permanece allí hasta lasnonas de febrero de 1495.

“Otro error análogo al de la carta 68 ocurre en la 154, donde esta fecha ~— EnAlcalá, el cuatro de las nonas de febrero de 1494 — se halla entreestas dos: En Al-calá, en los idus de diciembre de 1494 — y — En Alcalá, el día antes de las nonas deenero de 1495; —por donde se ve que la carta última del libro 7 perteneceal 8°,ydebe mudarse el IV en V.

“Permaneceen Compluto hasta el 18 de las calendasde febrero de 1495, y semarchaa Burgos, deallí a Zaragoza,de Zaragozaa Tortosa, etc.

“Escribe de Alcalá de Henaresen las nonas de abril de 1498.‘Parte a Granada entre el 12 de las calendasde octubre y los idus de noviembre.

Estaba en Sevilla en las calendas de marzo de 1500, y en Granada por los idus deagosto de 1501, de donde es enviado a Venecia por los Reyes, y al soldán~ de Babilonia.Vuelve a España en 1502. Volvió a Granada a fines de 1504, donde estabapor losprincipios de 1505”. (NOTA DE AMUNÁTEGUI).

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Origen de la sífilis55Según Fulgosi (1509), dos años antes de la expedición

de los franceses contra los napolitanos, y por lo tanto, en1492, el mundose vio asaltadopor unaenfermedadnueva.Romarus (1496) atestigua la aparición de esta enfermedaden la Sajoniael añode 1493.

‘~Sedice en Sprengel:—al principio de 1493, esta en-fermedadnuevaestabaya enAuvernia,y juntamenteen laLombardía.En el estíode ese mismo año, se manifestóenHalle, en la marcade Brandeburgo,en Brunswick, y en elMecklenburgo.—

55S’eiphower refiere que el año de 1494 estalló en laWestfalia,de dondeno tardó en esparcirsepor las costasdelMar Báltico, por la Pomeraniay por la Prusia.

uSegún Linturus, se manifestó el año de 1494 en los

bordesdel Rin, en la Suabia,en la Franconiay en la Ba-viera”’

Don Andrés Bello ha tomadonota en sus apuntesdeun datoquecorroboralas citas precedentes.

Cayóen sus manosun libro titulado: TablettesRoinai-nes contenantdes faits, des anecdotes,et des observationssur les ina’urs, les usages,les céréinonies,le gouvernementde Romepar un français qni a récernrnentséjourné danscelteville, Paris,février 1824.

En este libro, se mencionala siguiente inscripción, que,segúnse asegura,se lee en uno de los sepulcrosde mármolembutidosenunade las paredesde la iglesiade SantaMaríadel Pópulo.

MARCO ANTONIO,

equitis romani filio, ex nobili Albertorum familia,corpore animoque insigni, qui, annum agens XXX,

pesteinguinaria interiit.

An. Sal. Chris. MCCCCLXXXV.

1 Lancereaux, Traité Historique et Pratique de la Sy~hilia,página 20. (NoTa

DE BELLO).

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Escritos varios

La traduccióncastellanade este epitafio es la queva aleerse:

~‘A Marco Antonio, hijo de un caballero romano, dela noble familia de los Albertos, el cual, a los treinta años,falleció de pesteinguinaria. Año 1485 de Cristo Salvador”.

La denominación de la enfermedad corresponde al gálico.Si así fuera, quedaría patentizado que esta dolencia

daba la muerte en Europa años antes del descubrimientode América.

Los médicosmodernosdistinguenentre el venéreo, en-fermedadque atacasólo una cierta parte del cuerpo,y lasífilis, enfermedadque atacael organismoentero.

Esta distinción muy sustancial data únicamente desdefines del siglo XVIII.

Todas las personas entendidas en la materia creen ahoraperfectamente probado que el venéreo ha existido desdela antigüedad en todas las comarcas del viejo continente.

Esa enfermedadno es, pues, peculiar de la América.No hayigual uniformidadpor lo que tocaa la sífilis.5’Las afeccionesvenéreas,dicen Emilio Littré y Carlos

Robin, son de la más alta antigüedad; y en efecto, se en-cuentra mención de todas ellas en los autores antiguos.Pero la cuestiónvaría cuandose trata de la sífilis propia-mentedicha. Es cierto queno se encuentraningunaindica-ción precisade ella en los médicosde Greciay de Roma; yesto introduce la duda sobreel particular”.

Como se ve, Littré y Robin no se atreven a afirmar laantigüedadde la sífilis; pero tampocola niegan.

Otros se manifiestanmenosindecisosy sostienenhabertestimoniossuficientes para aseverar que la sífilis es tan an-tigua como el venéreo.

Sin embargo,los mismosLittré y Robin refieren que elprimero ha descubiertoen un manuscritode Gerard,mé-dico del Berry en el siglo XIII, un pasajeen que “se designala infección generaldespuésde una lesión contraídapor elCoito, y que es favorable a la opinión de los que quieren

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Origen de la sífilis

hacer subir más allá del siglo XV el origen de la sífilis”.Aceptado este hecho, no puede pretenderse razonable-

menteque esta enfermedadha sido llevadade la Américaa la Europay a las demásregionesdel orbe.

La cuestiónhistóricadel origen de la sífilis ofreceotroaspecto que es precisono desdeñar.

Algunos médicos, y entre ellos el especialistaRicord,(el cual se ha burlado de ios que se han imaginado habervenido del nuevo mundo el gálico), han sugeridola dudade si la terrible epidemiade fines del siglo XV fue o nolo que se ha dicho.

Léase lo que publicaba sobre esto el año de 1851.

“Estudiando con cuidado la descripción de la epidemiadel siglo XV, descubro un hecho, en mi concepto intere-sante,y digno de aprecio. El modo de trasmitirselos acci-dentes,su gravedad,el predominio de la infecciónconsti-tucionalsobrelos fenómenoslocalesque faltabano pasabandesapercibidos,todo esto se parece,segúnmi opinión, mu-chomása lo queactualmenteconocemosdel muermoagudoy de los lamparones,quede la sífilis. Van Helmont ha emi-tido una idea análoga,que se ha consideradocomo comple-tamenteridícula: él atribuyeel origende la sífilis a los lam-paronesa consecuenciade no sé qué innoblesrelacionesdebestialidad.Prescindiendodel vergonzosoorigen de su opi-nión, Van Helmont no estabaquizás distantede la verdad.

“Considerad,amigo mío, queel conocimientodel muer-mo y de los lamparonesen el hombre es reciente;y dadala aptitud del mismo paracontraerestaenfermedad,quehaexistidoen todoslos tiemposen la especiecaballar,dichaap-titud no debe ser un he~horeciente. ¡Cu~mntoshombresatacadosde las expresadasenfermedadeshan debido ser, yhan sido mirados como sifilíticos!

“El modo de trasmisiónde la epidemiadel siglo XV nodejará de sorprenderos. La enfermedad se comunicaba fre-cuentementepor el aliento de la respiraciónen las iglesias,en los confesonarios,de tal suerteque el cardenalWolsey,

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Escritos varios

acusadode sifilítico, fue enjuiciado por haber habladoaloído del rey Enrique VIII. Este modo de propagaciónesenteramenteinexplicablerespectode la sífilis, la cual exigeun contactoinmediato.

“Bien sé que no todos los autores de la época admitenel modo de trasmisiónpor el solo contactodel hálito res-piratorio. Fallopi se burla grandementede Víctor Benito,quehabíaconocidoa algunassantasmujeresde un conventoque adquirieronla sífilis al través de las espesasrejas dellocutorio; Fallopi creequese habíamezcladoen esto,segúndice, un poco de aguabendita. Pero en todoslos casos,laepidemia, que ya ciertos autores,y Paracelso, entre otros,considerabancomounamezcladelas antiguasenfermedadesvenéreas y de la lepra, ¿no puede más probablemente ser con-siderada como una mezcla de las antiguasenfermedadesve-néreascon el muermoy los lamparones?El muermo, tanespontáneoy tan fácil de producirseen los caballos,espe-cialmente en tiempo de guerra, y con las incomodidadesquela acompañan.

“Estudiad los síntomas;y veréis manifestarse,primera-mente,y comode improviso, los accidentesmás graves,locualno sucedeen la sífilis actual; veréisproducirsepus ino-culableen todaslas partesdel cuerpo,lo cual no se observaen la sífilis de nuestrosdías.

“No sé si me engaño;pero me pareceque hay en estouna materia realmente interesantede investigación; mefiguro distinguir los primeros resplandoresde una verdadque, al presente,se nos oculta aún: verdadque deberemosa los bellos trabajos de Mr. Royer y de su escuela,de M.Renaud de Alfort, sobre esta terrible enfermedad, con queel hombre ha sido tan tristementedotado,y en la cual en-cuentro tan notablessemejanzascon la epidemia del si-glo XV” ~.

1 Ricord, Lettres sur la •Syphilis, carta 10. (NOTA DE BELLO).

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Origen de la sífilis

Littré y Robinse inclinan a aceptarestaopinión.«Hubo,dicen,entre 1490 (sic) y 1500,unagrande epi-

demia de afección sifilítica. Como los primeros períodosde la erupciónen la cara, etc., causadospor el muermocrónico, tienen mucha analogíacon ciertos accidentesse-cundarios,y sobretodoterciariosde la sífilis, algunospien-sanqueestaepidemiahapodidocoexistir conel muermo,elcual quizáestuvotambiénmuy esparcido,cuandoaúneraimposible distinguir estasdos especies”.

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XX VII

EL CÓLERA*

* Bello publicó esta nota, sin título, como editorial de El Araucano, n5 81,

Santiago, 21 de marzo de 1832. Lo reprodujo Miguel Luis Amunátegui Reyesen laintroducción a O. C. XIV, pp. 1-li. Al principio del artículo se refiere a las listMsde defunciones ocurridas en los curatos durante las tres semanas anteriores a la pu-blicación del artículo. (COMIsIÓN EDITO,.A. CAItACAS).

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Aunquela escarlatina,segúnmanifiestanlas listas ante-riores, se ha mantenidoestacionariaen las tres últimas se-manas,no podemosmenosde repetir que sus estragos hansido exagerados,y queel terrór quereinaen estaciudad nonos pareceproporcionadoa su causa. En el mes de julio delañopasado,hubosemanasen que la mortandadpasóde 130

individuos, y la epidemiade aquellaépocaapenashizo im-presiónen los habitantesde Santiago.La de los mesesdeabril y mayode 1823 fue notablementedestructora.Murie-ron en ellos 1,032 personas(como aparecepor los estadosde los números7 y 13 del tomo 1 del Boletín); lo queex-cedebastantea la mortandadactual; y sin embargo,no re-cordamosque hubiesecausadoel terror pánico de que estáafectadala ciudad.Ha contribuidosin duda a ello la noti-cia anticipadade losefectosdel contagioen Valparaísoexa-geradospor la distancia.

Lo que no debemosdisimular, es que Santiago,por elconjuntode varias causas naturales y artificiales, es actual-menteun pueblo extremadamenteinsalubre. Alguna másatenciónal aseo,en:lo interior de las casas,y sobretodo enlas estrechasy ahogadashabitacionesde los pobres;unapo-licía másvigorosay con másmediosparaprotegerla saludpública; másabundanciade aguas,y másigualdady ordenen su distribución, mejoraríanmuchoel aire y harían másseguray agradablela residenciaen esta ciudad, donde,sino se piensaseriamenteen mitigar el efectode tantascausasmortíferas,quepor el incrementode la poblacióny del co-mercio debennecesariamenteaumentarse,es muy de temer

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Escritos varios

la repetición anual de epidemiasacasomásdestructorasquela presente.

Ha corrido el rumor de habersepresentadoalgunosca-sosdecóleramorbo.Conestenombreseha conocidosigloshaunaenfermedad,que es bastantecomúnen Santiago,comoen todoel mundo; pero queno se propagapor contagio,nitiene otra semejanzaque la del nombreconel cóleraespas-módicoo asiático,queaflige actualmentea Europa,Asia yÁfrica, y que la experienciaha manifestadoser contagio-so, no obstantelos argumentosconqueel doctor Mac Leanintentó probar lo contrario.

El cóleraespasmódicose ha propagadohastaahorapro-gresivamente,y por decirlo así, paso a paso,y no es pro-bableque se presenteen Chile, atravesandomaresinmensos,ni que aparezcaen el interior, antesde habervisitado lospuertos. Si este azote ha de recorrer la tierra, seráChile,según el orden natural, uno de los últimos paísesque losufran. Nuestro comercio es limitado; nuestrapoblaciónescasa y esparcida; y si aparece en un punto, hay aquí másfacilidad paraaislarel mal y atacarsus progresos, que en lamayor partede las otrasnacionesdel globo.

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XXVIII

DE LOS SUEÑOS*

Por ci DR. ABERCK0MD5E

* Esta nota se publicó en El Araucano, n9 99, SantiagO, 3 de agosto de 1832,

en la sección de “Variedades” y con el pre-título de “Psicología”. No se recogióen O. C. (CoMISIÓN ED5T0RA. CARACAS).

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La teoría de las facultadesdel alma se hará unaverda-deraciencia cuandolos hechosen quese apoya,observados.on exactitud, hayan sido registradosy clasificados concuidado.El juego de esta fuerza, duranteel sueño de losórganosquele sirveny de la voluntadque la dirige, es muydigno de observarse,porqueen ese estado sólo obedecealas leyes de la naturaleza.Así el psicólogo no debe des-preciarel estudiode los sueños,si quiereconocerla natura-lezadel principio que los produce.El Dr. Abercrombie,ensus investigacionessobrela inteligencia cita muchoshechosextraordinarios,de cuya realidadresponde.He aquí unoquecolocaen la clasede los sueñosquedespiertanseriesde ideasadormecidas.“Uno de mis amigos,dice, cajeroenunade lasprincipalescasasde bancode Glasgow,estabaen suoficinaocupadoen pagar, cuandollegó unapersona a presentarleun biLete de seis libras esterlinas.Había otras muchases-perandosu turno, que debíanser pagadasantesque el re-cién llegado; pero éste, tartajosoinsoportable,manifestabatanta impaciencia,hacía tanto ruido, e incomodó tanto alos demás,que uno de ellos suplicó a mi amigo que pagase

de unavez a aquelimportuno, y le despachaseinmediata-mente.Lo hizo así,no sin un movimientode mal humor, ypasó a otra cosa,olvidándosede registraren sus libros y ensu memoria aquel lance de favor. Al fin del año, ocho onueve mesesdespuésde esta aventura,no pudo saldar suscuentas;y por más que hacía, encontraba siempre un dé-ficit de seis libras esterlinas.Despuésde muchos días ynochespasadasen averiguacionesinfructuosas,molido defatiga, tomó el partido de acostarse.Mientras dormía, mi

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Escritosvarios

cajerosoñócon su tartajosoque le reclamabaen altavoz elimporte de su billete, y se presentóa sus ojos la escena,queacabode contaren todossuspormenores.Despertómi ami-go con la esperanzade queeste afortunadosueñole haríadescubrirsudéficit, y que las seis libras del balbucientepo-drí~nser las que faltabanen su caja: en efecto, despuésdehaberexaminadolos libros, halló que se habíadescuidadoen apuntarlas”.

El doctorAbercrombiecuentaaúndossueñosqueél co-loca en la clasede aquéllosen queun sentimientovivo delalma toma cuerpobajo una imagenquecorresponde,no sesabepor quémisteriosavía, a un hechoposterior simultá-neo. “Un sacerdotequeiba a Edimburgo, de unaaldeaveci-na, pasóla noche en un mesón: duranteel sueñoimaginóque su casa se quemaba,y que uno de sus hijos corría elriesgo de perecer. Se levanta inmediatamente,se apresuraa dejar laciudady apenassale fuerade las murallas,cuandove arder su casa,y llega a tiempo de salvar a uno de sushijos menoresque en el desordencausadopor el incendiohabíaquedadoen mediode las llamas”. El segundoes comosigue: «Un vecino de Edimburgo estabaafectadode unaneurismaen la arteria crural. Dos cirujanos distinguidosque le asistían,debíanhacerleoperacióndentro de algu-nos días. La mujer del pacientesoñóqueel mal habíades-aparecido,y que la operaciónproyectadaera inútil: enefecto, examinandoel enfermo en la mañanasiguienteellugar de suafección, se sorprendióal ver queno habíade-jado el menor vestigio”. Es importante añadir que estascuracionesson enteramenteraras, y que no hay ningunaverosimilitud de que la enfermedadse resuelvaasí sin elauxilio del arte.

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XXIX

NARRATIVA

DE LOS VIAJES Y DESCUBRIMIENTOSHECHOSEN EL ÁFRICASEPTENTRIONALY CENTRAL, EN 1822, 23 y 24,

POR EL MAYOR DENHAM, EL CAPITÁN CLAPPERTONY ELDOCTOR OUDNEY

Londres, 1826, 1 tom. 4to. *

* Esta nota a la edición inglesa de la obra fue publicada en El Repertorio

Americano, 1, Londres, octubre de 1826, pp. 298-300. No se reprodujo en O. C.(COMISIÓN EDiTORA. CARACAS).

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Despuésde los trabajosde tantos animososexplorado-res, la geografíadel África central permaneceenvueltaendudasy contradicciones.El resultadode los últimos des-cubrimientospareceser, que no existe aquel afamadoymisteriosorío Níger, sobreque se han formado tan opues-tashipótesis.Primeramentese supusoqueeste río atravesa-ba el África en la direcciónEO., y que suembocaduranoera otra quela del Senegal.Los viajesde MungoParkecha-ron por tierra esta suposición.Park encontró un río cau-daloso, llamado por los naturalesJoliba, Colle o Cuarra,que naciendono lejos de las fuentesdel Senegal,corría endirección enteramente opuesta, y se creyó iba a perderseen un gran lago interior llamadoWangara.Esterío se alzóconel nombrey famadel Níger: pero aunquelas noticiasque se tienen de su curso son todavía vagas, dudándose sidesembocaen algúnlago, o en el golfo de Benin, parece in-contestable, después de los descubrimientos del mayor Den-ham,queno va a parara aquelgran depósitode aguasco-locado casi en el centrodel África, y llamado, no Wan-gara, sino Tchad, que visitaron este oficial y el capitánClapperton. Tributa al Joliba otro caudaloso río, cuyoconocimientose debe a esta expedición, llamado Cuarra-ma, y quecorriendo a O., seríatal vez lo que sugirióa losprimeros árabesla idea del Nilo de los negros, que se su-ponía atravesarel África en aquel sentido; y puedetam-bién haber apoyado la creenciade la dilatadacarrera delNíger en la direcciónEO. Entra en el Tchad,no el ,Jolibao Níger de Park, sino otro río de gran caudal,el Yeou, queviene del ocaso, y debe de haber sido el Nilo occidental

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Escritos varios

de Heródoto, a que llegaron los exploradores nasamonesdespués de pasar el desierto, y donde encontraron una ciu-dad de negrosy un anchorío queencaminabasu curso aleste.Nuestrosviajeros desembarcaronen Trípoli (el paísde los antiguosnasamones),procedieronde allí a Mour-zouk, capital de Fezzan,quedependedel bajá de Trípoli;atravesaron el desierto; reconocieron las dos al parecer an-tiquísimas razas de tibboosy tuaricks; llegaron a Lan, ciu-dad considerabledel territorio de Kanem; seguidamentealgran lago Tchad (que es como de 200 millas de largo y150 de ancho) y al río Yeou qu’~desembocaen él; luegoa Kouka, residencia del soberanode Bornou, ciudad demucha población. Hay en este reino varias ciudades de 10hasta 3 0,000 almas, y su población total se computa encinco millones, sin que por eso deje de estar harto atrasadoen toda especie de cultura y de industria. Tres pueblossehan disputado el dominio del África central: los kashman,los felatahsy los bornueses.Los felatahs,cuya capital Sac-katoo está a gran distancia al occidente, habían prevale-cido sobre los otros; pero Bornou ha recobradopoco hasu independencia.El capitánClappertonvisitó el imperiode los felatahs,pueblosuperior a los otros del África cen-tral; y allí vio a Kano, grande emporio que se cree tenerde 30 a 40,000 habitantesdomiciliados, y es frecuentadode muchos millares másen la estación del tráfico; a Kashmao Kasina, considerablementedecaída después de la con-quista de los felatahs,pero que hace todavía bastanteco-mercio con los tuaricks y con Tombuctoo; y la capitalSackatoo,ciudad bien construida, de gran población, enque se tejen paños finos por esclavos de Niffee, que aven-tajan a todas las otras naciones de Sudán en hilar y tejer.Los pormenores de estos viajes no presentan menor interésque novedad,pero no podemosdetenernosen ellos ahora.

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XXX

EXTRACTO DEL VIAJE DE MR. EVEREST A

NORUEGA, SUECIA Y LAPONIA *

* Este artículo fue publicado en El Araucano, n9 38, Santiago, junio 11 de

1831. Ftse reproducido por Miguci Luis Amun~ítcgui Reyes en la Introducción a

O. C. XV, pp. viii - xi. (COMISIÓN EDiTORA. CARACAS).

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Las maravillas de las artes,los placeresqueabundanenlas grandes ciudades, y las escenas ya risueñas, ya terriblesde la naturaleza,atraena Italia y a Suiza la mayor partede los viajeroseuropeos.Algunos, sin embargo,despuésdehabervisitado estospaísestan interesantes,perono menosconocidos,buscanemocionesnuevasen sitios más selváti-cos y poco examinados.En Noruegay Laponia, ha obser-vado Mr. Everestcuadrosy costumbresno contadoshastaahora por ningún viajero. La patria de los primeros bar-dos, los descendientesde ios sectariosde Odín, los maresen que se creyópor muchossiglosquenadabael fabulosoycolosal Kra/zen,merecenserobservadosy descritos. Ya nohay gigantesprodigiososen Escandinavia;pero las costum-bres sencillasy hospitalariasde sus habitantes,y los fenó-menosdel clima, dan a la obra de Mr. Everestun interésque nunca se desmiente.

Entre Fredenikstadty Trondjendvisitó la cataratadeRiukan,montañacuya altura es de 800 pies. En la espaldade ella, observóun nubladode vaporesmoviblesy encendi-dos. Él y sus compañerosdejaronlos caballosen una pe-queñamesa,cubiertade verdura,y empezarona subir porun senderoestrechoy escarpado,que apenaspodría servirde camino a las cabras.Treparoncasi perpendicularmentecercade unamilla, asiéndosede los matorralesy de laspun-tas de las rocas.Así llegaron a la cascada:«menosfamosa,dice, que otras más conocidas;pero presentalas mismasbellezas,aumentadaspor la profunda soledadde las cerca-níasy el aspectoselváticode la naturaleza.El bramidode

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Escritos varios

las aguas hace creer al viajero que la tierra tiembla bajosus pies; los visosmóviles quecoloranlas espumasformadasen el abismo,y la altura del precipicio, causanunaimpre-sión profunda, queno he sentidojunto a las cascadasmáshermosasde los Alpes”.

Después visitó el monte de Sniatan, el más alto de laNoruega.

“Las tierras cultivadas llegan en la montañahastalaregión de las nieves,y se puededecir que los paisanos labo-ran en los nublados.Debajo de los campos,hay como uncinto de tejas y de riscos. Al subir no podíamosver porcausa de la niebla la cumbre del Sniatan, donde quería-mos ascender. Subimos más arriba de los camposcultiva-dos, y llegamos a una gargantaestrechay solitaria, dondesólo se oía el triste y lamentablegrito del chorlito dorado,único habitante de aquellas asperezas. Los matorrales eranmás pequeños y raros conforme subíamos; al fin desapare-cieron, vimos solamentepeñascoscubiertos de un musgopálido. Llegamos al pie del pico, que pareceuna forta-leza accesiblesólo por un lado; dondevimos un lago deagua helada. Nos admiramos de oir en aquel sepulcro de lanaturalezael cantode una alondramuy pequeña,que sólovive en un invierno perpetuo y anida entre la nieve.

“Las dificultades se aumentabana cada paso: la nievecrujía bajonuestrospies, y algunasvecesnos sumergíamosen ella hastala cintura. Llegamosen fin a la cumbre,quetiene la figura de un gran cráter semicircular. Aunque estamontaña no es tan alta como el Monte Blanco, pues sólotiene 7,500 pies de elevación, se sentía dificultad en res-pirar, y uno de nuestroscompañerosse tendió, apenaslle-gó a la cumbre,desmayadodel cansancio.Le hicimos vol-ver en sí. no sin dificultad; y se atribuyó su accidente alaguade nieve derretidaquehabíatenido la imprudenciadebeber”.

Los habitantesdel país, aunquesus costumbresson sua-ves y patriarcales, son inclinados a la superstición y a la

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Viaje de Mr. Everest

embriaguez.Mr. Everestcuentaque un aldeanodijo a unmarineroinglés que habíavisto una montañatoda de co-bre, y que le llevaría adondeestaba,Pusiéronseen cami-no; y como la montañano pareciese,el noruegojuró queel diablo se la habíallevado. Otro paisanoprometió a Mr.Everestvenderleno muy caro todoel viento de quenece-sitabapara volver a su patria.

La falta de limpieza es un defecto casi general.El ri-gor del clima los obliga a dormir enel único aposentodon-de puedehaberfuego; en él, hay una gran cama,llena depaja musgacon pielescrudas: allí duermentodoslos de lafamilia, o a la par o sucesivamente,segúntienennecesidadde reposo.“En Da!, estuvimosalgunosdíasen casade unpaisano;y si nosotros no lo pasamosmuy bien, nuestroperropor lo menosdescansóperfectamenteen el lechoco-mún, donde lo hallábamosdormido por la mañanaentrelos muchachosy suspadres.Susmueblestienenunalimpiezaqueno sueleextendersea las personas,sino los díasde fiesta.Entoncesla mejillasrosadasde los niños y sus negros cabe-llos tendidos sobre sus espaldasnos los hicieron parecerdignos de mejor suerte. Uno de ellos leía la Biblia; y heobservadoqueni en la chozamásinfeliz deja de haberunlibro de religión. En todas partes los pensamientosde lavida futura alivian las penas de este valle de lágrimas”.

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mi

VAR IEDADES*

* En cada uno de los cuatro números de El Reperiorio Americano, Londres,

octubre de 1s26 - agosto de 1s27, se puolicó regul.umenLe la seccion Variei.ades,con noticias resumidas, extractos y comentarios breves, de una gran diversidad detemas, que podían interesar al mundo americano y ademas daban amenidad a larevista. Esta parte de El Repertorio corrió sin duda a cargo de Bello, ya que es

uniforme el estilo en todas sus publicaciones y dos de ellas (n°’ 1 y III) van fir-

madas con sus iniciales A. B. Miguel Luis Amunátegui Reyes reprodujo algunosfragmentos en la introducción a O. C. XlV. Creemos que es m~s recomendablerecoger la sección Variedades en su integridad, pues aunque un buen número de sus

noticias son extractos y versiones con la indicación de la fuente respectiva, el con-junto indica la amplitud de inquietudes de Bello, sus lecturas, y la vastedad delpropósito educador dirigido al continente americano. (CoMIsIÓN EDITOR A. CASACAS).

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1*

Telescopios.— M. TULLY, de Islington, ha construidoun telescopioacromáticomás grandey perfectoque cuan-tos se han hechohastaahoraen Inglaterra. La lente obje-tiva es de 7 pulgadasde diámetro,y el telescopio tiene 12pies de largo, y está sostenidoen unaarmadurasusceptiblede variosmovimientospor medio de tornillos y garruchas,que le dan la dirección conveniente,manteniéndoleper-fectamentefijo. Aumentalos objetosde 200 a 780 veces;pero su principal mérito no tanto consisteen las dimensio-nes,cuantoen la claridady brillantezconque los hacever.Al grado de 240 de aumento,la luz de Júpiteres tan fuer-te quecasi no puedesoportarlala vista; sus satélitesapare-cen tan luminosos como la estrella Sirio, pero su luz esclara y tranquila; y las manchasy fasesdel planetase de-terminan con una precisión extrema.Al grado de 400, seve con igual claridad a Saturno,y es uno de los másher-mosos objetosque puedenconcebirse.La gran ventaja deeste telescopiosobre los de reflexión de igual tamañoes elpresentar los más delicados objetos celestes con una distin-ción y brillantez incomparables. Inglaterra tuvo la gloriade descubrirel principio del telescopioacromático;y acabade establecerseenSurreyunafábrica de lentesparalos ins-trumentos de esta especiebajo la inspecciónde hombresinteligentes,y con facultad de hacer experimentossin la

El Repertorio Americano, tomo z, Londres, octubre de 1826, pp. 160-167(CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Escritos vario:

intervenciónde los empleadosde rentas, quesegúnlas le-yes a que está sujeto este ramo en Inglaterra, los habíanembarazadohastaahora.

Vapor. — M. FARADAY habló en la salade leccionesdela Institución Real, el 7 de abril último, sobre la extrematenuidad del vapor, refutando la opinión común de quesu tensiónpuededecreceral infinito, y afirmando habíamotivo para creerqueexistíaun límite, vario en los dife-rentescuerpos,bajoel cual dejabande soltar vapores.

Sangre.— M. SEGALAS, de París,se ha ocupadoenvas-tas y profundasinvestigacionessobre el asientode las en-fermedades,con el objeto de resolver aquella tan antiguay disputadacuestiónde si la sangrepuedeserlode algunas;y ha comunicadorecientementea la Academiade las cien-cias el resultado de varios experimentós hechos en perroscon alcohol, y con el extractoalcohólicode la nuezvómi-ca. Con respectoal primero,parecefuera de todadudaqueel alcohol concentradoobra químicamentesobre la sangredel animal vivo: que, diluido, e inyectado en las venas oen los bronquios,produceinmediataembriaguez,e inyec-tadoen otra partecualquiera,unaembriaguezmás o me-nos lenta: que los efectos del alcohol depositadoen otraparte que las venasguardanexactaproporcióncon la iii-.

tensidadde la fuerzaabsorbentede la tal parte, y en nadadependende los nerviosentretejidosen ella, especialmentelos nerviosdelestómago:queestosefectosse acelerany au-mentan,o se retardany disminuyen,segúnlas circunstan-cias que favoreceno embarazanla entradadel alcohol enla sangre:que la embriaguezse disipa a medidaque el al-cohol abandonala sangre,y con más o menosprontitud,en razón de las circunstanciasquepromuevensu exhala-ción: que los efectosno guardanproporción con la can-tidad de alcohol que se ha puestoen contactocon el ór-gano, sino con la que ha entradorealmenteen la sangre:en fin, que laembriaguezprofunda,y la muerteocasionadapor ella, coincidenconun desordenmanifiestode lasangre,y

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Variedades

con unadesorganizaciónmenosnotable de los sólidos.Es-toshechos,al pasoquepruebanserproducidala embriaguezpor un verdaderomorbo de la sangre,sirvenparaexplicarvarios otros hechosque se han observado,como la accióndel aceiteen cuantoimpide los efectosdel alcohol, y la dela anmoniay del acetatode anmoniaen disiparlos.El acei-te obstruye la absorcióndel alcohol, y la anmoniao ace-tato de anmoniafacilita suescape;y aunno es improbableque estas dos últimas substanciasobren inmediatamentesobre la sangrede un modo contrario al del alcohol. Conrespectoal extracto alcohólico de la nuezvómica, pareceque este veneno obra casi al mismo instantequeentra enla sangre,produciendoun tétanogeneralo parcial, segúnse ha mezcladocon la masa de este fluido, o solamentecon unaporción de él: quedepositadoen otra partequeelsistema sanguíneo,no obra sino por medio de la circula-ción; y sus efectos,independientesde los nervios, guardanproporción con la intensidad de la fuerza absorbentedeaquella parte: que los fenómenos locales del envenena-miento generalpuedenmanifestarsesin enervacióngeneral,y dependenenteramentede la circulación local; y que,en fin, muchísimosfenómenos,absolutamenteinexplicablespor medio de unaafecciónmorbífica del sistemanervioso,puedensólo provenir de un desordenparcial de la sangre,y ni aunadmitenconcebirsesi no es atribuyéndolosa la ac-ción anómataque la parteenferma de la sangreejerceso-bre las partesdel sistema nerviosoque estánen contactoconella.

Aguja 1na~nética.— Se ha dicho que la agujamagné-tica no experimentabavariación diurnaen Rusia.M. Kup-P~R, viajero francés, ha confirmado lo que tiempo hase sospechaba;que esta inexplicable excepcióndebíaatri-buirseúnicamentea lo imperfectode los instrumentoso delas observaciones.En una carta a M. Arago, de la Acade-mia de las ciencias,le dice, que habiéndoseprocuradobue-nos instrumentosen Paris,halló, a su llegadaa Kasán,en

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los confinesde Europay Asia, que la variación diurna noera menor que en París, con la sola diferenciade que ladeclinaciónno era al oestecomoen aquellacapital, sino aleste.M. Kupffer creetambiénhabernotadoque la inten-sidadmagnéticade la tierra varíasegúnla hora del día yla estacióndel año. Pareceporsus observacionesque el 13de noviembrede 182~experimentóla agujaen Kasánunavariaciónmuy sensibley extraña.El mismo día a la mismahora se observóigual fenómenoen París;y despuésse haaveriguadoque precisamenteal mismo tiempo se veía unabrillantísimaauroraborealen el norte de Escocia.Es dignode notar que aunquerara vez se vea la auroraboreal enParís, no por esodejande sentirseallí en la agujamagné-tica los fenómenosde estaespecieque aparecenen las re-giones polares.

Historia natural de Chile y Perú. — M. DESSALINES

D’ORBIGN!, joven naturalistafrancésde grandeaprovecha-miento,ha sidoenviadoa Chile y al Perúparaexploraraque-llas vastasregiones,y recogerobjetoscuriososy nuevosenlos tres reinosde la naturaleza,a fin de enriquecerconelloslos museosy gabinetesfranceses.

Mal de piedra. — M. THIBAULT DE L’ORNE, joven pro-fesor de medicina y de los más distinguidos de Francia,acabade presentara la Academiade cirugía de París unnuevométodode disolver la piedra o cálculoen la vejiga.A pocosinventoshan contribuidomayor númerode cien-cias, y pocosha habidoque prometanmás feliz resultado.Un instrumentoingeniosamenteconstruidointroduce en lavejiga una bolsitade tejido finísimo, pero capazde resistira la acciónde los ácidosmáspoderosos;y por un mecanis-mo admirableentra la piedraen la bolsa, la cual se cierrasucesivamente,pero de tal modoquees imposible se escapeninguno de los líquidos que hande inyectarseen ella. Laacción de los disolventes,poderosaen sí, es coadyuvadapor una corriente eléctrica de la pila voltaica, que solaseria capazde disolver los cuerposmás duros.

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Y a rl e d a ¿ es

Navegaciónfluvial. — MR. M. ROBERTSON, de Glas-gow, ha inventadoun flotante (float) sobreel principiode los que usanlos holandesespara suspenderunaembar-cación cargada,haciéndolasubir y bajar ríos de profun-didadinferior a la del aguaque cala. Redúcesea un bote defondo chatoy cubierta, de dos o tres vecesel tamaño dela nave,y con una aberturaen el medio de bastantecapa-cidadpararecibirla. Estebote constade dos piezas;unidaspor un fuerte gozneen la proa, y una gruesaabrazaderaa popa. Sueltala abrazadera,divergenios dos costados;lanaveentraen el espaciointermedio;ios dos costadosvuel-ven a juntarse,cogiendoen medio la nave, y la abrazaderase asegurade nuevo. Pásansecuatro gruesascadenas (omás, si fuere necesario) porbajo la quilla de la nave,y seengarzana doble número de tornillos en la cubierta delflotante. Dasevuelta a ios tornillos por medio de ruedasy piñones;acortándoselas cadenas,levantanpoco a pocola nave,trasfiriendosu presiónal flotante; y de estemodoel pesode la navese distribuye sobreuna superficie doble,o si fuere menestertriple de la suya,disminuyéndoseenigual proporciónel aguaque cala. Una nave,por ejemplo,que cala 16 pies, es levantada9 pies por las cadenas;y su-poniendoque hagahundir el flotante 4 pies, no llegará acalarmásque 11.

Meteorología.— M. RAMOND ha leído a la Academiade las cienciasla conclusiónde su memoriasobrela mete-orologíadel Pico del sur (Pic du midi), y en ella estableceun hechoimportante,a saberque mientrasel viento al piedel montesoplaen todasdirecciones,en la cumbreescons-tantementesur, y que estacorrientedel ecuadorhacia lospolos en las regionesaltas de la atmósfera,es efecto delmovimiento de la tierra. Un día presencióM. Ramonden aquelpico un espectáculosingular: su sombray la dedos personasque le acompañabanse reflejó en una nubeque estabaencimade ellos a poca distancia,pero con unaexactitudy unaviveza de perfil asombrosa;y lo más raro

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es que circundabaestassombrasun resplandorde visos ymatices brillantísimos. A vista de este magnífico espec-táculo pudierauno creer (dice M. Ramond) ser testigo desu propia apoteosis.Bouguer, los hijos de Saussurey otroshangozadode igual fenómeno,peroninguno de ellos notóaquellaextremadaclaridad y precisión de contornos,quesólo puedeatribuirse a lo terso de la superficie en que seproyectabanlas sombras.En cuantoal resplandor,Bouguercreeque puedeprovenir de la descomposiciónde la luzproducidapor las partículasde hielo suspensasen la nube:que interceptándoselos rayos del sol en el lugar en quecaela sombra,se ocasionaun aumentode frío; y que ha-biendoporesomásnúmerode partículascongeladasallí ysobreel borde de la sombra, causanmediantela descom-posiciónde la luz estejuego de rayosy visos. M. Ramondno adoptaesta teoría, antesbien tiene por cierto que enel caso de que fué testigo, la nube poco e1evadaen queaparecieronlas sombras,no podía; segúnla temperaturaque dominabaen el pico, teneren susenopartículascon-geladas.La extrematrasparenciadel aire en las alturasim-pide que los rayos caloríficosque lo atraviesanlo calien-ten, y diversifica así ios efectosque se observanen la su-perficie de la tierra. Por eso el calor del sueloque absorbelos rayossolaresno guardaen ellas proporción alguna conla de la atmósfera.Por esotambiénlos rayos concentradosen el foco de una lente tienenallí muchomás fuerzaquesi hubiesenatravesadocapasde aire más grueso y menosdiáfano.M. Ramondnotó que una lente de pequeñísimodiámetro era suficiente para poner en combustión uncuerpoqueotra lente de doblesdimensionesapenashabríacalentadoen parajespoco elevadossobreel nivel del mar.La siguientees otra observaciónaún más importante. Labrillantez extremadade los coloresen las cumbresde lasaltas montañashace creer a M. Ramondque tal vez seríafácil probar allí el aumentode la temperaturaproducidopor los diferentesrayos del espectrosolar. El no poderse

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estoprobaren sitios bajos consisteprobablementeen que elaire grueso,por su falta de trasparencia,es susceptibledecalentarsehasta el punto de hacerinapreciablela dif eren-cia de los rayos. La disminución del peso de la atmósferahacemucho más rápida la evaporaciónde los líquidos enlas cumbres:los animalestraspiran,pues,allí más copiosa-mente;y estoexplicapor qué,no obstanteel intensofríoquese sienteen ellas cuandono las alumbranlos rayos so-lares,no se experimentanaquellosaccidentesquesuelenserocasionadospor las mutacionessúbitasde temperatura.Loque sucedees que la traspiracióncontinúa a despechodelfrío. Pero bajandode las cumbreselevadas,y entrandoen un aire másdenso,se exponeel cuerpoa peligrosasalter-nativascuyosefectossondifíciles de precaver.

Digestión. — Dos añosha que los señoresBRESCHET yEDWARDS trataron de manifestarante la sociedadfilomá-tica de París, las causasde la diferencia de opinión quehabíaen cuantoa lo que influye el sistemanerviosoen losfenómenosde la digestión; y de entoncesacá hanhechoexperimentos(juntamentecon el Dr. Vavasour) que pa-recenhaber decidido la cuestión, y cuyos principales re-sultadosson éstos:“1. La división deloctavopar de nerviosretardaconsiderablemente,mas no ataja la. trasformacióndel alimentoen quilo. 2. Esteretardode la función diges-tiva proviene principalmentede la parálisis de las fibrasmuscularesdel estómago.3. Los vómitos que sobrevienenfrecuentementepor esta división, son ocasionadospor laparálisisde las fibras muscularesdel esófago.4. El restable-cimiento de la quilificación, despuésde dicha división, pormedio de una corriente eléctrica, resulta, no de la acciónquímica de esteagente,sino de queproducelos movimien-tos necesariospara ren~varla superficiede la materiaali-menticia, y para que las partículasque la componenseponganen contactocon las túnicas del estómago.s: Unairritación mecánicadel extremo interior del nervio pro-duce resultadosanálogos.La conclusiónque se deducede

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los experimentoses que tuna de las funcionesprincipalesde los nervios neumo-gástricoses el regular los movimien-tos del estómago;movimientos que aceleranla digestiónfacilitandoel contactodel jugo gástricocon las variaspartesde lamateriaalimenticia’ “.

Medicina. — Una comisión de la Academiade medici-na de París,ha dadosu dictamensobrela obra de M. Le-sueur, relativa al nuevo modo de administrar remedios.M. Lesueurconsiderala absorcióncutáneacomo el mejormodo de introducir, en gran númerode casos,las sustan-cias medicinalesen la economíaanimal; pero creeque envez de unasimple fricción sobreel cutis, debepreviamentequitarsela epidermispor medio de un vejigatorio. Catorceexperimentos,hechosantela comisión, la indujerona creerqueel métododeLesueurpodíallegar a serutilísimo. Entreotros efectos,vieronel acetatode morfina,en casosde ca-tarro crónico, efectuarcuras, que la introducciónde estamisma sustanciapor la boca apenaspudierahaber produ-cido. Una causaevidente de la diferencia que resultadeestemodo de administrarremedioses que, adoptándole,noexperimentanciertassustanciaslas alteracionesa que estánexpuestaspermaneciendoen el estómago.La Academia hanombradootra comisión, compuestade cinco miembros,paraque a presenciasuya se repitan estos importantesex-perimentos.

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II *

Localidad nativa de ~aplatiiia, por BOUSSINGAULT. —

En cartade Bogotáde 18 de abril de 1826,escribeestesa-bio a M. de Humboldt, haberpasado6 mesesrecorriendolaprovincia de Antioquía, y visitado últimamentelas minasde oro de Santa Rosa, donde encontró el fenómeno inte-resantede la localidad nativa de la platina.

SantaRosade Osos dista 10 leguas al N.E. de Medellín,y es aldea considerable,situadasobreuna altallanura, quedomina a todo el territorio en contorno.Su elevaciónsobreel nivel del mar, según observaciones barométricas, es de2,775 metros, (3,319 varas) 1: al mediodíase mantieneelbarómetro a 59°,9Far. Boussingaultcree que ésta es unade las más elevadas poblaciones de la provincia de Antio-quía, y su latitud deducidade la altura meridianadel solel 19 de diciembre, le parecióde 6~37’43”.

La rocade SantaRosa es una sienita descompuesta,que tiene conexión con la que forma el hermosoy fértilvalle de Medellín. A pesardel estadode descomposiciónenque se encuentra, se mantiene en pie y aún conserva su for-~ma estratificada.Todaslas minas de oro que se laboran

* El Repertorio Americano, tomo II, Londres, enero de 1827, PP. 167 - 178.

(COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

1 Suponemos el metro equivalente a 1, varat, la toesa francesa a1000

‘ 331 16~52, varas: y el pie francés a 1, — pies castellanos. La toesa franc. ti~nc

1000 100007 pies casts.próxima. (NOTA DE BELLO).

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cerca de Santa Rosa se hallan en esta roca. Algunas de ellasno son más que lavaderos de arena, pero el orose extraegene-ralmente de las vetas auríferas, que son numerosasen lasienita descompuesta,y contienenóxidos de hierro hidra-dos, que llaman pacos,mezclados con cuarzo o con gredaamarilla, a que los mineros dan el nombre de azufre. Lasvetas no tienen por lo regular más que unas pocas pulgadasde ancho, y generalmente son verticales. El oro se encuen-tra diseminadoen los pacos,y en el cuarzo y gredaquehemosdicho. Las minasy laboreosde SantaRosaestánto-dos al aire. Removida la tierra vegetal, y abiertas las cabe-zas de las vetas, se conduce a ellas una copiosa corrientede agua,la cual en fuerzadel declive dado a la superficieque se laborea, la atraviesa rápidamente. En medio del aguahay barreteros, que desprenden pedazos de roca, los cualesson inmediatamente arrastrados por la fuerza de la corrien-te: otros trabajadoresdesmenuzanlas grandesmasas,paraque el aguaarrebatemás fácilmente los fragmentos.Re-cíbelos un largo y angosto canal abierto al pie de las obras,el cual, teniendopoco declive, retardael movimiento delagua, y le haceconsiguientementedepositarlos pedazosderoca y los granos de oro, dejándole llevar solamente las másmenudas partículas térreas. Después que el hierro y el aguahan trabajado así algunos días, y producido un sedimentoaluvial aurífero dentro del canal, se procede a lavarle delmodo acostumbrado, con esta diferencia, que el lavadorpone de un lado todos los fragmentos de paco que encuen-tra en su batea;estospacosse juntan con los que se reco-gendirectamenteen el fondo del canal,se mueleny lavan,y la cantidad de oro que rinden es considerable.

Con el oro en polvo de una de estas vetas se encuentranfrecuentementegranos de platina, cuya forma y aspectoson semejantesa los del Chocó. El hecho de existir Ea pla—tina en unayeta de óxido de hierro da algunaluz sobreelorigen de la que se encuentra en regiones aluviales, quehasta ahora ha sido bastanteproblemática.La forma de

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chapasredondeadasen que se presentala del Chocó, hamovidoa pensarque el metal ha estadorodandoy sufrien-do fricción largo tiempo. No deja pues de ser bastantenotablequela platinade SantaRosa, acabadade salir de laganga,nos muestreestamisma apariencia,que tambiénesfrecuentementela del oro contenidoen los pacos. (Jour-nal of ihe Scienceand the Arts, N9 43).

Miel venenosadel Uruguay. — Los antiguoshablaronde una miel de los paísesvecinos al Cáucaso,que ocasio-naba delirio a los que se alimentabande ella. Américada también mieles peligrosas, como lo ha experimentadopersonalmenteM. Auguste de Saint-Hilaire, en las orillasdel Uruguay. Dos cucharadasde estasustanciale causaronagoníascrueles,y desmayosquele parecieronprecursoresdela muerte;a dos de laspersonasque le acompañabanacome-tió un delirio furioso,y tuvieronque tomar muchos vomiti-vos y aguacalienteparalibertarsede estehorrorosoacciden-te, que les duró24 horas.Eraestamiel de color rojizo, y ha-bía sido cogida en la colmenade una avispallamadaen elpaís lecheguanade me! ves~melho;pero no siemprees tanvenenosa, y probablemente debió su actividad a las plantasde que la habíasacadoel insecto.Latreille ha descritoestaavispamelífica, cuya colmena, que suele estar colgada dearbustos, tiene un pie de largo, y parece hecha de cartón.La miel de que hablamosse disuelveenteramenteen el al-cohol, a •diferencia de la de abejas, que desleídaen esteliquido, deponeuna azúcarsólida y cristalizable. (Archi-ves desdécouvertes).

Hombresalvaje. — En medio de los bosquesy monta-ñasde Hartzwalden Bohemia,se haencontradopocoha unhombre salvaje,que,segúnse presume,debede haberseex-traviadoen ellos en su infancia. Parececomode edadde 30años,pero no articulapalabraalguna: lo quehacees aullara la manera del perro. Anda y corre en cuatro pies, y lue-go que alcanzaa ver una criatur~hup~iana,trepa al pri-mer árbol queencuentracomo un mono, y salta de ramo

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en ramo con increíbleagilidad. Da cazaa las aves, conejosy liebres,y rara vez deja de atraparlos.Le han llevado aPraga,pero no se ha logradocivilizarle, ni vencer su aver-sión a la vida ordinaria de los de su especie. (Archives desdécouvertes).

Origen de la yuca, (jatropha maníhot).— La yuca esun arbusto, cuyas raíces (despuésque se ha extraído deellas el jugo venenosoque contienen) dan aquella féculanutritiva y saludable, llamada casabe,que es uno de losprincipales alimentosde las regionesecuatorialesen Amé-rica y África. Colón, Drakey Newport la encontraronsil-vestre en las Antillas. Américo Vespucio la vio servir dealimento ordinario en la Guayana,como Bastidasen San-ta Marta, y Cabral en el Brasil; al paso que, por una sin-gularidad notable, era desconocidaen la América septen-trional y en todas las provincias de la Mar del Sur. PedroMártir refiere una antiguatradición de los haitianos,quepudierahacer creer que la yuca era primitivamente natu-ral de SantoDomingo; mas al presenteno existeallí en suestadosilvestre.M. Moreaude Jonnes,habiendocomparadolas denominaciones con que se conoceneste vegetaly laspreparacionesde sus raíces entre los variospueblos,las haencontradomás numerosasen el Brasil que en otra partealguna, y ha averiguado que las que se usan en el nortese derivan de las del Brasil deduciendode aquí, que esteúltimo países la verdaderapatria de la yuca; lo que seconfirma con la circunstanciade ser tambiénallí dondelayuca ha dado mayor número de variedades,pueshabíaya23 en tiempo de Margrave, al paso que los indios galibisde la Guayanano han tenido nunca más de 6 o 7, y loscaribes4. La isla Españolasólo tenía dos al tiempo de sudescubrimiento.Segúnesteautor, la cordillera de los Andesy la poca comunicación que había entre los habitantes delas Antillas y los de México y la Florida, limitaron la pro-pagaciónde estaplanta al espacioen que estabacomo en-cerradaal tiempo del descubrimientode América, es decir,

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entreel río de la Plata al sur, los Andes al oeste,y el canalde Bahamaal norte. (Archivesdesdécouvertes).

Cultivo del caféen Arabia. — Los cafetalesse plantancerca de Moka en bancales casi paralelos, construidos so-bre las cuestasde los monteso sobreel bordede los torren-tes. Las semillas se ponenen almácigahacia el equinocciode marzo,y cuandolas plantasque de ellas provienenlle-gan a 18 mesesde edad,poco más o menos, se trasladanal sitio que han de ocupar, colocándosecuanto es posibleen hileras tiradas a cordel, y en hoyos que distan entre sí8 a 10 pies en una dirección y 4 a 5 en otra.En las tierrasde riego se hace la plantaciónen bancalesde 15 a 18 pul-gadas,colocándosede trechoen trechootros árbolesllama-dos teck, destinadosa dar sombraal cafetal. Es costumbredarleunao dos laboresal año,hastaque llega a tener 3 o 4de edad.No se les desramani descopajamás, pero el sueloes tan pobre,quenuncase levantana mayor altura que lade 8 a 10 pies. Empiezana cargar a los 3 o 4 años. Lacosechaprincipia enoctubre,y continúade mesa meshas-ta febrero: cógeseel fruto a mano, y llévase a los terradosde las casas, donde le secan, y después le venden a los quellaman banianes. La provincia cuya capital es Oudén oEdén, es la que da más café, por ser la que tiene mejorestierras de regadío:la que reconocepor capital a Outhema,cuyo suelo es en extremomagroy estéril, da el de mejorcalidad, que vale 3 o 4 pesosfuertesmás que el de Edén,por quintal, y se distingue en el color verdoso, y en lopequeño y redondo del grano. Arabia rinde al comerciocomo 8 millones de qui’logramos (cerca de 174,000quin-tales) que se vendenregularmentea 19 o 20 pesosel quin-tal. Los mercaderesbanianesle despojande la piel, molién-dole entre dos piedras a mano; despuésde esto le ponenotra vez a secary le llevan a Moka, que es casi exclusiva-menteel mercadode dondese surteel comerciode Europa.La cáscarao piel se vende a los habitantes,que hacencon

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ella una infusión a manerade té, a la que son muy aficio-nados. (Archivesdes découvertes).

Árbol deileche. — He aquí la noticiaqueda Humboldtde este curioso vegetal, que hasta ahora sólo se ha descu-bierto en las provincias de Venezuela. “Hb’mos oídohablar.de un árbol cuyo jugo es una leche nutritiva, llama-do por esta razónpalo de vaca o árbol de leche, y se nosasegurabaque los negrosde la plantaciónde Bárbula (en-tre Valencia y Puerto Cabello) que beben copiosamentede esta especiede leche vegetal, la creían alimentosalu-dable. Como todos los jugos lechosos de las plantas sonacres, amargos y más o menos venenosos,nos pareciómuyextraordinaria aquella aserción. La experiencia sin embar-go nos demostró, durante nuestramansiónen Bárbula,queno se nos habíanexageradolas virtudes del palo de vaca.Estebello árbol tiene el porte del caimito (chrysophyllumcaimito) ; las hojas oblongas, puntiagudas,coriáceas,al-ternas,y de hasta10 pulgadasde largo; el fruto poco car-noso, con unao dos nuecesdentro: la flor no la vimos.Cuandose hacenincisionesen el tronco, da mucha canti-dadde leche untuosa,de bastantecuerpo,y de un suavísi-mo olor de bálsamo, pero sin la más leve acritud. Nos ladabana beber en totumas‘~, y tomábamosgran cantidadde ella por la mañana y al acostarnos,sin experimentarningúnmal efecto.Lo único que la haceun poco desagra-dable es su viscosidad.Los negrosy jornaleros libres quetrabajanen las haciendasla bebenmojandoen ella el casabey las tortas de maíz llamadasarepas. El mayordomode lahaciendaen que morábamos,nos aseguróque los esclavosengordabanvisiblementedurantela estaciónen queel pa-lo de vaca es más abundantede leche.Expuestaal aire, seforman en su superficie telillas de una sustanciafuerte-menteanimalizada,amarillenta, fibrosa, y como de la apa-

* Bello refiere a su explicación de la palabra totumos dada en el artículo quepublicamos en este mismo tomo (véase p. 325), que dice: ettotumas, son los bemis-ferios huecos y leñosos d~ela corpulenta fruta del totumo (Crescentia cujete)“.(COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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riencia del queso.Estastelillas separadas del líquido son casitan elásticascomo el cauchuc (goma elástica), mas expe-rimentan en breve los mismos fenómenosde putrefacciónque la gelatina de los animales. El pueblo llama queso alcuajoque se separade este líquido expuestoal aire: ágriaseen cinco o seis días. Guardadala leche en un frascobientapado, depone un poco de cuajo, sin que por eso adquieramal olor, antesexhala constantementesu perfume balsá-mico. . . El árbol extraordinariode que tratamosparecepropio de la cordillera litoral de Venezuela,y particular-mentedesdeBárbulahastael lago de Maracaibo.Hállaseletambién cerca de SanMateo (en ios valles de Aragua), ysegún M. Bredemeyer,cuyosviajes han enriquecidotantolas estufas de Sch~nbrun y de Viena, lo hay en el valle deCaucagua,tres jornadasal oriente de Caracas.Estenatu-ralista encontró,como nosotros,un gusto agradabley unolor aromáticoa la leche vegetaldel palo de vaca.

Perteneceeste árbol, segúnKunth, a la familia de lossapotil’Ios; el primeroque dio noticia de él en Europa (des-pués de los escritores españoles) fue el holandés Lc~t~.

~Yo confieso queentreel gran númerode fenómenoscuriosos que se me han presentado en mis viajes, ningunoha herido tan vivamentemi imaginación como el aspectodel palo de vaca. Todo lo concernientea la leche y a lasplantascereales,nos inspiran un interés que no es única-mente el del conocimientofísico de las cosas, sino que serefiere a otro orden de ideasy de sentimientos.Se nos haceduro concebirque la especiehumanaexista sin sustanciasharinosas,o sin el licor nutritivo, encerrado en el seno ma-ternal, y apropiadoa la largadebilidaddel niño. La mate-ria amiláceade los cereales,objeto de veneraciónreligiosaentre tantos pueblos antiguosy modernos,está guardada

1 ~‘Inter arbores quae sponte hic (en la frrm’incia de Cumaná) passim nas-cuntur, memorantur a scriptoribus hispanis quaedam quae lacteum quemdam liquoremfundunt, qui durus admodum evadit instar gummi, et suavem odorem de se fundit:aliae quae liquorem quemdam edunt instar lactis coagulati, qui in cibis ab ipsi~usurpartur sine noxa~’. (ini. occ. lib. 18, cap. 4). (NoTA DE HUMBOLDT).

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en las semillas y raícesde los vegetales,al paso que mira-mos la leche alimenticiacomoproductoexclusivode la or-ganizaciónanimal. Tales son las impresionesque recibimosdesdenuestrainfancia, y tal tambiénla causade la admira-ción que excitó en nosotrosel árbol que acabamosde des-cribir. No era ya el sombríoy frondosofollaje de los bos-

ques, ni el cursomajestuosode un río, ni aquellosmontessobre cuyas cimas reinan hielos eternos,lo que producíasemejantesensaciónen nuestraalma. En el jugo que desti-laba gotaa gotade las venasde un vegetal,eradondeveía-mos todo el poder y la fecundidadde la naturaleza.Sobreun risco árido se levantaun árbol de hojas secasy acarto-nadas,quedurantemuchosmesesdel añono son humede-cidas por un solo aguacero;sus gruesasy leñosasraícespe-netran con dificultad la piedra, sus ramosparecendesti-tuidos de jugo y de vida; y con todo eso, si se punza eltronco, deja correr una leche agradabley sustanciosa.Alamanecer,cuandoes mayor su abundancia,se ven llegarde todaspartes los negrosy los indios provistos de grandeshorterasa recibir la leche queya amarilleay se agolpaa lacorteza. Los unos empinan sus horteras al pie del árbol:otros las llevan a sus hijos. La escenaes como la de la fa-muja de un pastor que distribuye la leche de su vacada.

‘~Siel árbol de leche nos descubrela inmensafecundi-dady la beneficenciade la naturalezabajo la zonatórrida,también nos trae a la memoria la multitud de causasqueen aquelloshermososclimas fomentanla descuidadaindo-lencia del hombre.Mungo Park nos dio a conocerel árbolde mantecadel Bambarra,que M. De Candolleconjeturaser de la familia de los sapotillos, como nuestro árbol deleche. Los bananos,los sagúes, las palmas moriches delOrinoco, son árbolesde pan, como el rima de la mar delsur (artocar~usincisa). Los frutos del totumo y de otrosárbolesanálogossirven de vasos; la corteza de ciertos ve-getales,y la membranaquesueleenvolver los tiernos raci-mos de las palmas,suministrantela para gorros y vestidos,

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en que no hay necesidadde emplearla aguja; los troncosnudososde las guaduas* proporcionanescalasy facilitande mil modos la construcción de la cabaña, delas sillas, camasy demás mueblesen que consisteel ajuar del salvaje. Enmedio de una vegetación tan abundante, y de tan variosproductos,se necesitanmotivos muy poderosospara esti-mular al trabajo, paradespertarel hombre de suletargoydesarrollar sus facultadesintelectuales”.

Culebra de cascabel (Crotalus). Se dice que Mr. Neale(en Norte-América) ha logrado amansarlas culebrasdecascabel por medio de la música hastael gradode impedir-les que hagan daño. Este caballero aseguraque las talesculebrasposeenrealmentela facultad de encantara los ani-males,privándolosde movimientopor el terror que les ins-piran, de lo que ha Visto repetidosejemplosen su jardín.Los efluvios de estereptil no son,segúnél, hediondosy nau-seativos,como se ha creído.

Hay ahora una persona en Londres que ha juntado nomenos de 50 de estos peligrosos animales, que parecen gozarde excelentesalud,y viven en muy buena armonía. Sonaseadísimos,y por la mañanacuandolos despiertan,y sepone alguien a mirarlos, hacen tanto ruido con sus cascabeles,que apenas es posible a las personas que están en la mismasala oirse unosa otros. Son lentos, pero agraciadosen susmovimientosy actitudes.Las ratas, ratonesy otros anima—litos que se ponenen el cajón dondeviven los crótalos,sesobresaltanen gran manera,corren a un lado y otro, y aunhubo rata que mordió a las culebras. Éstas, si hay quienlas mire, casi nuncase atrevena molestarni hacerel menordaño al animal, por inquieto que esté; pero luego que seausentanlos observadores,le muerdeny matan,aunquea

* Bello refiere a su explicación de la palabra guadua dada en el artículo que

publicamosen estemismo tomo (véasep. 333), que dice: ‘La guaduao bambúdel Casi-quiare ls una especienueva (Bambusalatifolia) que parecepropia de las hoyas de este río,del alto Orinoco y el Am~seonas;planta socia

1 como todas las de la familia de lasnastoides; bien que en la Guayana no parece formar aquellasgrandesasociacionesqueen América se llaman guadasales”. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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la sazónno tengannecesidadde alimento. (Journal of theScienceand ihe Aris).

Cascadadel río Vinagre.La ciudadde Popayán está si-tuadaen el hermosovalle del Cauca,al pie de los grandesvolcanesde Puracéy de Sotará.Su altura sobreel nivel delmar es de 1,800 metros,y así aunquesu latitud es sólo de2°26’ 17”, gozade un clima delicioso, muchomenoscálidoque el de Cartagoy de Ibagué,e infinitamentemás tem-plado queel de Quito y Bogotá.Subiendode Popayánhaciala cima volcánicade Puracé,que es de las máselevadasdelos Andes,se halla a 2,650 metrosde altura un pequeño lla-no llamadodelCorazón,pobladode indios y cultivado conel mayor esmero.Estaamenísimallanura tiene por límitesdos quebradasde gran profundidad,y las casasde la aldeaestánconstruidasa la margenmisma de los precipicios.Dela roca porfídica que le sirve de asientobrotan por todaspartesfuentes,y cadajardínestácercadode un setovivo deeuforbias,cuyas delicadashojas presentanuna suavísimaverdura,que resaltadeliciosamentesobre la cortina de ne-grosy peladosmontes,destrozadospor los terremotos,quese extiendealrededordel volcán. La pequeñaaldea de Pu-racé es particularmentecélebrepor las bellas cascadas delrío Pusambiode aguasácidas, llamadopor esta razónVi-nagre. Sus fuentesson cálidas,y quizás debensu origen alas nievesdiariamentederretidasy al azufreque arde en lasentrañasdel volcán. Cerca del llano que acabamosde des-cribir forma tres considerablescascadas.Una de ellas, des-puésde abrirsecaminopor unacaverna,se precipitaa másde 120 metros de profundidad, formando una magníficaescena,que llama la atenciónde los viajeros.Abundaaquelsitio de achupallas1, cuyo tallo está lleno de una médulaharinosa,que sirve de alimentoal grandeoso negro de losAndes,y aunen tiempo de escaseza los hombres. (Hum-boldt, Vues des Cordillt~res).

1 Pourrettia pyramídata. (NOTA DE BELLO).

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El Cauca,despuésde la mezclade sus aguascon las delrío Vinagre, carecede pecespor un trechode 4 leguas. Lasaguas del Vinagre contienen por litro: ácido sulfúrico,1,080 gramos;ácidomuriático,0,184; alúmina, 0,240; cal,0,160; y algunosindicios de hierro.

El volcán de Puracé,o de los Coconucos,es un domo ocúpula,queno presentaun grancráter en la cima, sino mu-chaspequeñasbocaslaterales.Una de ellas es unagrietaper-pendicular,cuya aberturavisible tiene sólo 6 pies de largo,cubriéndolaa manerade bóvedauna capade azufre purí—simo de 18 pulgadasde espesor.El ruidoque se oye cercadeella no puedecompararsesino conel queresultaríade mu-chasmáquinasde vapor reunidas,que dejasenescapara unmismo tiempounagrancantidadde fluido. La aberturaco-munica con unabalsa de aguaen ebullición. Esta agua.notiene gustoagrio, pero exhalaun fuerte tufo de hidrógenocondensado,y contieneácido muriático. Los vapores,quesalenimpetuosamentede la grieta,son de ácidosulfuroso,yesprobablequeala reacciónde estasustanciasobreel hidró-genosulfuradose debala produccióndel azufreque se acu—mula en los bordes.

Lasnievesperpetuassobrelas cualesdescuellanlos volca-nesde los Andes,les hacenocasionarde tiempo en tiempoinundacionesterribles.En el Vesubio las eyeccionescenago-sasson tan sólo aparentes,y ni procedende lo interior delcráter,ni de las hendeduraslaterales.Manifiéstaseunagrantensióneléctrica en la atmósfera,el rayo surca el aire, losvaporesacuososdespedidosdel cráterse enfrían,cúbreselacima de densasnubes,y mientrasduraestatempestad,cuyaviolenciase hacesentirsobreelpequeñoespacio,se despeñaelaguaa torrentes,y se mezcla con las materiastobosasquearrastra. (Archivesdesdécouvertes).

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III *

1. Análisis química de la leche del talo de vaca. — LosSres.Boussingaulty Riveroanalizaronestalecheen Maracay(Venezuela),y el primerodio una individual exposicióndelos resultadosen su cartade 15 de febrerode 1823 al barónde Humboldt,de queestesabioha publicadoun curiosoex-tractoen el tomoXI (edic. 8vo.) del Viaje,pág.113 y sigtes.Laspartesconstituyentesde la leche vegetalde Venezuelason, 1 cera; 20 fibrina; 30 un poco de azúcar; 49 una salmagnesiaqueno es acetato; 5” agua.No contienequeso,nicautchuc (goma elástica). Por la incineración da sílice,cal, fosfatode cal y magnesia.Tal es,dice el señorBoussin-gault, el resumende los experimentosque hicimos el señorRivero y yo sobreeste jugo nutritivo. La presenciade lafibrina explica su propiedad alimenticia. En cuanto a lacera, ignoramosel efecto que produce ordinariamenteenla economía animal; la experienciaprueba aquí no serdañoso,puesconstituyela mitad del pesode la leche vege-tal. El árból que la da mereceríacultivarseparaextraerdesu jugo la cera que forma su principal ingrediente,que esde muy buenacalidad,y añadiríaotro ramomásde riquezaa la hermosay variadaagriculturade los valles de Aragua.

2. Hutia, cuadrúpedoroedor, de la isla de Cuba. — M.Desmarets ha establecido paraesteanimal un nuevogénero,llamado capromyscomo si dijésemos jabalí-ratón. Hásele

* El RepertorioAmericano, tomo III, Londres, abril de 1827, pp. 15 1-159. (Co-

M5S5ÓN EDIToRA. CARACAS).

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dadoeste nombrepor io bastoy ásperodel pelaje. Formauna transición entre las ratas propiamentedichas, a lascualesse pareceen la cola escamosa,redonday cónica, ylas marmotas,con quienes tiene afinidad por lo corto yrollizo de los miembros,por el modo de andarasentandolaplanta del pie, y por los dientesincisivos inferiores lateral-mente comprimidos.Desmaretspuso a la única especiedeque tuvo noticiaelnombrede CapromysFurnieri, capromisde Fournier,en memoriadel viajero que la ha dadoa cono-ceren Francia,aunqueya desdeel siglo XVI la habíamen-cionadoOviedo, conel nombrede hutia que le dan los ha-bitantes de Cuba. Es del tamaño de un conejo mediano;tiene largosmostachos,pobladosy bastantemóviles; espaldaen arco;ancasabultadas;manode cuatrodedoscon corvasy fuertesuñas,y un rudimentode pulgarconlauñatrunca;pie de cinco dedos,máslargosy robustos,y mejor armadosque los de la mano; dos tetillas pectoralesy otrasdos abdo-minales pequeñísimas:su color generalpardo—verduscopi-cadode amarillo. Vive en los bosques;trepa con gran fa—cuidad a los árboles;álzase,,como el canguro,sobre los piesy la cola; y se alimentade vegetales,particularmentede lacorteza verde, tomando a veces, como otros roedores,elalimentoconlas manos.

Mr. Poepigg,naturalistade los EstadosUnidos de Nor-te-América, acabade añadirotra especiea estegénero,de-nominándolaC. prehensilis,por la destrezacon que se sirvede la cola para trepar a los árbolesy bejucos. Vive en laspartes meridionalesde la isla de Cuba, manteniéndosees-condidaen lo másespesode los bosques.Tiene 25 pulgadasde largo, inclusala cola. Supelaje es tupido, blandoy negroa la base,gris en el medio, y hacia la punta de los pelostieso y de color de herrumbre.La frente, mejillas y cuelloson de un blanco amarillento.Perseguidodel cazador,arro-ha la cola a las ramasde las innumerablesplantasparásitasque se descuelgande la copa de los árboles, ocultándoseentre ellas de modo, que nadie sospecharíaque entre los

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débilesvástagosy tiernashojasde las orquídeasse alojaseunanimalquesuelepesarhasta7 y 9 libras. Ambasespeciessonnocturnas. (Journal of the Acad. of Natural ScienceofPhiladelphia, July 1824).

2. Serpienteamarilfia de la Martinica, o trígonocéfalohierro de lanza. — El trigonocéfalopertenecea aquelJadi-visión de los reptilesserpientesque tiene los huesosmaxila-res superioresarmadosde un solo diente, agudo,perforadopor un canalitoquederramael venenoalmorder;y alasub-división o familia de víboras, que tienen chapasenterasbajo el vientre y divididasen dos bajo la cola, y cuyoshijosnacenvivos, porque salen de los huevosantes de ponerlosla madre,lo que les valió el nombrede vivíparaso víboras.Los trigonocéfalos,así dichos por la figura triangular dela cabeza,apenascedena los cascabelesen la actividad delveneno.Su cola terminaen unapequeñapunta córnea.

El trigonocéfalohierro de lanza es la serpientemáspe-ligrosa de las Antillas, pero en ningunaparte ha inspiradomás terror que en la Martinica, donde a pesarde la cazacontinua que le dan, causa todavía la muerte de muchaspersonas,particularmenteen las plantacionesy entre losnegros.Esde coloramarillo, a vecestiznadode negro,y sue-le tenerhastasiete o máspies de largo, con 240 a 260 cha-pasbajoel vientre, y 62 bajola cola. Su agilidad, cuandonoestá digiriendo, es formidable. Un instinto feroz la excitaa lanzarsesobre los pasajeros;y cuandoéstos la alcanzana ver,yaestáen actitudhostil, enroscadaen espiral,forman-do un cono cuyo ápice es la cabeza,y pronta a dispararsecomounaflecha sobresuvíctima. Álzase a vecessobre lacola, y entoncessobrepujaal hombre en estatura.Su oídoes finisimo, y el ruido másligero basta a despertarla;susojos vivos, y comoquequierensaltarde las cuencas;su pu-pila se ensanchay se encogecomo la de los gatos,lo que leproporcionaver igualmentede nochey de día. Mantiénesepor lo regularen parajessombríos,y sale a cazaral ponerseel sol, o en los días nublados.Su vitalidad es tal, que ocho

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horasdespuésde cortarlela cabezatodavíase mueve.Exha-la por lo regularun olor infecto. Su fecundidades espanto-sa,puespare de 30 a 60 viboreznos,queal nacertienenyadeochoa docepulgadas,y estándotadosde todassus facul-tades. Infesta sobre todo las plantaciones de azúcar, y sealimentade pájaros, reptiles, ratas, etc.

Lo mássingulares quetodaslas Antillas estánlibres deesta plaga, menos la Martinica, Santa Lucía y Begoña.Abunda tambiénmucho en algunaspartesdel continente.

Es peligrosopasarpor sobre los huecosde los troncosde árboles,porqueen ellos reposay sueleestaren asechanzael trigonocéfalo.También lo es meterla manoen los nidos,adondeacostumbraagazaparsedespuésde devorar los hue-vos o pollos. Visita los gallineros, escóndeseen el encañadode los techos,y en las madriguerasde las ratasy cangrejos,pero rara vez entraen las ciudades,si no es cuandovieneenvuelta en ios haces de yerba que se traen a las caballerías.La inutilidad de los esfuerzosdel hombrecontraestaterri-ble plagaha hechorecurrir a unaclasede podencosinglesesquehansido ya bastanteútiles. Se ha aconsejadointroducirel serpentariodel cabode Buena Esperanza,ave de rapiñade piernasaltas, quepersiguey destruyelos reptiles. (Ar-chives des découverteset inventionsnouvelies).

3. Leche venenosadel ajua~ar(hura crepitans). — Elajuapares un bello árbol, de la familia de las euforbiáceas.Daseen ios valles calientesde la zonatórrida, y de sus fru-tos, que llegadosa cierta épocade madurezse abrencon unrecio estallido, suelenhacersearenillerosen las Antillas, enVenezuelay otraspartesde América. La leche de que estáimpregnadoestevegetales venenosa,y en tanto grado quebastainspirarsus emanaciones,parasentiruna incomodidadgrave.Tendríala misma aparienciaque la de la vaca,si nofuesealgo amarillenta; carecede olor; gustadahace desdeluego poca impresión, pero produce en breve una fuerteirritación en el gaznate;y analizadapor los señoresBoussin-gault y Riveroha dado: V gluten: 2” un aceiteesencialque

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kvanta ampollas aplicado a la piel: 39 un principio acre,cristalizable y alcalino: 4” malate ácido de potasa: 5” nitratode potasa: 6~malate de cal: 79 osmazoma.El principioactivo del jugo de ajuapar es volátil. (Anualesde chimie,Avril, 1825).

4. Longevidadde losárboles.— En un corte de maderasque se hizo poco tiempo ha en Berkland y Bilhaugh (In-glaterra) se hallaron grabadasen el tronco de algunos ár-boles letrasqueindicabanel reinadoen que se habíahechoesta operación,parala cual se quitó, segúnparece,la cor-teza,quedandolas letrasen la maderadesnuda,y cubrién-dolasla saviade los añossiguientessin hacerlasdesaparecer.Las inscripcionesson deJacobo1°,de Guillermo y María,y lo queaúnes másextraordinario,del rey Juan.Una de lasdel rey Jacobose encontró cerca de un pie de distanciade la circunferencia,y a un pie del centrode un árbol cor-tadoen 1786; de modoque esteárboldebió de habertenidocomo 6 pies de circunferencia,cuando se esculpieronlasletras.Se estima generalmenteen 120 añosla edadde un ár-bol de estegrueso,y rebajadoestenúmerodel añomedio delreinado de aquel príncipe, resultará haberseplantado eltal árbol en 1492.Las marcasde Guillermo y María se ha-llaron a 9 pulgadasde la circunferencia,y a tres pies trespulgadasdel centrode un árbol cortadoel dicho año de1786. La del rey Juanestabaa 18 pulgadasde la circunfe-rencia,y a pocomásde un pie del centrode un árbol cor-tadoen 1791. El año medio del reinadode Juan es 1205.Rebajando120, quedan1085,épocade la plantación.Teníapuesesteárbol706añosde edadcuandole derribaron.Comose encontraroniguales marcas en varios árboles cortadospor el mismo tiempo, no hay motivo de sospecharerror ofraude. (Archivesdes découvertes).

5. Árbol de pan. Se llama así toda la especieconocidabajoel nombrede artocarpusincisa, la cual contienealgunasvariedadesque se deben al cultivo, y cuyosfrutos se diferen-cian en tamañoy sabor.Una de ellas difiere poco de la es-

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Varieda des

pecie silvestre, y da un fruto redondo,de 3 a 4 pulgadasdediámetro,conlos estilos persistentes,y un gran númerodesemillas cubiertas de una pulpa carnuda poco estimada;perolas semillas se comentostadas,y sabena castaña.Otravariedades la que forma el sustentoprincipal de los isleñosde la mar del sur, y en que los estilos abortan,y no verifi-cándosela fructificación, resulta que el jugo destinadoalas semillas se convierteen beneficio de la pulpa, que llegaa doble volumen que en el fruto de la variedadprecedente.

Hay otra especie mayor y másbella, que es la artocar~usintegrifolia. Su fruto es de 1 a 2 pies de diámetro,harinoso,pero de calidad inferior al de la variedadque acabamosdedescribir.Otra terceraespecie,de pocaaltura,y de rollizasy tendidasramas,da frutos de 2 a 4 pies de largo, y 6 pul-gadashasta2 pies de grueso,y del pesode 50 hasta200 li’-bras,que se comencocidos,o másordinariamenteen reba-nadas tostadas. (Archíves des déconvertes).

6. Descripcióndel cráter de Kirauea en ~aisla de Ha-waii. Estadescripciónse ha sacadodel diario de un viaje al-rededor de Hawaii (Owhyhce), la mayor de las islas deSandwich,publicadoen Boston,en 1825. El cráter de Ki-raueadista como unas veinte millas de la costa,y el autorle describeasí:

~‘Inmediatamenteapareció a nuestravista una inmensasima de figura semilunar, de más de 2 millas de largo,unamilla de lado a lado, y como 800 pies de profundidad.El fondo estaba lleno de lava, y hacia los puntos norte ysudoeste presentabaun abismode fuego líquido en un estadode hervor terrífico. Cincuentay un cráteresde varias for-masy tamañosse levantaban,comootros tantosislotes cóni-cos, del senode aquelardientelago.Veinte y dos despedíansin intermisión columnas de humo pardo, o pirámides dellamabriIIan~e,y muchasde ellasvomitabanal mismo tiem-po de sus inflamadasbocasraudalesde lava encarnada,queiban rodandopor sus negrasy erizadascuestashastaabsor-berseen el hervideroinferior.

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‘~Loslados o paredesde estagransimaeranperpendicu-lareshastala profundidadde 400 piespoco más o menos,y allí formabanuna anchagaleríao terradohorizontal delava negraendurecida,quese prolongabapor todoel ámbitodel cráter, ensanchándosemás o menos. El descensodesdeesteterradohastael fondo era por unacuestao declive,yalcanzaba,cuanexactamentenosfue posiblejuzgar, a otros3 a 400 pies de profundidad. El cráter, segúntodas lasapariencias,habíaestadolleno de lava líquida hastael terra-do que dejamosdescrito,y por medio de algún conductosubterráneohubo de vaciarseenel mar,o tal vez inundaríalas playasvecinas.El color gris y como calcinadode suspa-redes,las grietas abiertasen la superficiede la llanura quepisábamos,los dilatadosbancosde azufre, las columnasdehumo y vapores,y la cadenade escarpadospeñascosquece-rraba la perspectiva alrededor, empinándoseen algunaspartesa 400 piesde altura perpendicular,todoestoformabaun granpanoramavolcánico,cuyo efectorealzabanno pocolos incesantes bramidosde las vastashornazasque ardíanbajo nuestrospies.

~‘Entre las nuevey las diez de la nochelas oscurasnubesy nieblasquedesdeel ponerseel sol habíanestadocomo sus-pensassobreel volcán,se disiparongradualmente,y las lla-mas de Kirauea, rasgandocon su luz las atezadassombrasde la noche, nos pusierondelanteun espectáculoaún másterribley sublimequecuantohabíamosvisto hastaentonces.La lava líquida se agitabaen tumultuosos remolinos, ysobresus ondasnadabanllamaradasde azules y rojos ma-tices, que bañabande un vivo y variado resplandor loscostadosde los cráteresinferiores, cuyas bramadorasbo-cas arrojabantorbellinos de fuego,y disparabande cuandoen cuando, entre espantosasdetonaciones,masasesféricasde lava y de piedraencendida.La erizadasuperficie de lospeñascosperpendicularesquemirábamosen torno, formabaun singularcontrastecon el lagoluminoso que hervíade-bajo, y cuyos reflejos repetidosen los riscos y en las nubes

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completabanel efecto de esta grandiosay estupendaes-cena”.

Lo mássingularde estevolcán es susituación,no en lacimade un monteo colina,comosucedeen todaslas demáspartesdel mundo,sinoen un llano, o más biena la basedelagigantadoMouna Loa. Ni rebosa,como los otrosvolcanes,antes bien la lava se abre camino por bajo de tierra. Lasdimensionesdel cráter hansido averiguadasrecientementecon más exactitudpor Mr. Goodrichy Mr. Chamberlain.El borde superiores de 7’/2 millas de circunferencia,y a laprofundidadde 500 pies su ámbito parecíaser todavía de5 ‘/~ millas al menos. Su profundidad total se estimó en1,000 pies.

Otro cráter haypequeñoa poca distanciadel anterior;y sobre las cuestas del MounaLoa se alcanzana ver algunosotros ya apagados.Toda la región es volcánica,y la lavase presentaacáy allá bajo mil figuras fantásticasde riscos,cavernas,precipicios, formando una superficie llena deasperezasy quiebras,y teñidade varios colores. Es másqueprobableque todasestasislas salierondel fondodel mar porefectode convulsionesintestinasdel globo, y que sus gran-desmontesno son otra cosaquepilas de productosvolcáni-cos. Las tradicionesde los naturalesse conformanen estapartecon el aspectodel suelo.

No tenemosunamedida exactade la altura del MounaLoa, que se computaentre 16 y 18,000 pies. Mouna Kea,al N.E. de la isla, es casi tan elevado como Mouna Loa.(Quarterly Journal of the Sciencesand the Arts, Oct.1826).

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IV *

Altura comparativade los montes.— Comparando lascumbresmáselevadasde los montesde Europa,América yAsia, se halla que son como los números 10, 14, 18, 24, querepresentan los Pirineos, los Alpes, los Andes y el Himalaya.

La altura mediade los continentessobreel nivel de losmaresestálimitada entre120 y 160 metros.

Una de las cimasdel Himalaya, el pico de Jawagir,so-brepuja 676 toesas al Chimborazo; y el Dhawalagiri oMonte Blanco llega a la prodigiosaaltura de 4,390 toesas.

Lasnievesperpetuasempiezanen el Chimborazoa 2,460toesas,al pasoqueen el declive septentrionaldel Himalayaprincipian140 toesasmásarriba,enconsecuenciadela fuertereverberación del calor en las levantadasmesasdel Asia.(Humboldt citado en los Archivos desDécouvertes,1827).

Minas de oro y platina descubiertasen los MontesUra-les.— Estosmonteshansido largo tiempo célebrespor susriquezasminerales,y recientementese han hecho descu-brimientosen ellos, que puedentener resultadosen el co-mercio.El másimportanteesel de las minasde platina,cuyoproductoha sido tan abundante,queha hecho bajar cercade un tercio elprecio de estemetalen el mercadode Peters-.burgo. Estacordillera rinde al presentetanto oro como elBrasil en la épocade la mayor opulenciade sus minas, quefue en 1755,cuandoprodujeron6,000 kilogramos.Actual-

* El Repertorio Aanericancs, torno IV, Londres, ¡gosto de 1827, pp. 199-206.(CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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menteno producenni mil. Perosiendo tan grandela can-tidad de oro que estáen manosdel comercio,es probableque,auncuandocontinúepor algún tiempola prosperidadde lasminas rusas,apenasbastarána compensarla progresi-va decadenciade las americanas,y no afectaránpor consi-guienteel valor de este metal precioso. (Humboldt, en elGlobo, 20 de Julio de 1826).

Gay-Lussita,nuevasustanciamineral.— EncontrólaM.Boussingault abundantementeen Lagunilla, pueblo indio,aun día de distanciaal S.O. de la ciudad de Mérida de Co-lombia. Goza de la doble refracciónen alto grado; no esfosforescentepor frotación, ni elásticapor el calor. Cienpartesde Gay-Lussitacontienen32,95 de carbonatode cal;34-76 de carbonatode sosa; y el restode agua. Por consi-guiente es un verdaderobicarbonatohidráteo de sosay decal. (Archivesdes Découvertes,1827).

Temperaturadel hombrey de los animalesde diversosgéneros.— Los hombresde diversasrazas,colocadosen cir-cunstanciassemejantes,tienenexactamenteunamismatem-peratura,es decir, queen los climas cálidosla tienen cons-tantementemáselevada,seaque se alimentensólo de carne,como los vaidas o wadasesde Ceilán, o quesólo coman le-gumbres,comolos sacerdotesde Bouddhaen el Asia, o quea la manerade los europeosusendiariamenteambasespeciesde alimentos.Lasavesson,de todoslos animales,los quetie-nenunatemperaturamáselevada;los mamíferosocupanelsegundolugar: siguenlos anfibios, pecesy ciertosinsectos;y la última clasecomprendeios moluscos,crustáceosy gu-sanos. M. Davy, autor de estasobservaciones,atribuye laintensidaddel calora la cantidadde oxígenoconsumidaporel animal. (Ibid.).

Figura de la tierra. — De las observacioneshechassobreel péndulo por M. Freycinet, durantesu viaje alrededordel mundo, resulta: 1” que nuestroglobo es, hacialos polos,sensiblementemás chatode lo que se habíadeducidode lasmedidasdel meridianoo de la teoría de la luna, y las ob-

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escritosv.rios

servacionesposterioresdel capitánSabinelo confirman; 2~

queno haymotivo de suponer,comoseha hecho,queel unode los dos hemisferiossea sensiblementemás chato que elotro; y 39 queen algunospuntosdel globo las circunstan-cias localesproducenen las oscilacionesdel pénduloirregu-laridades muy considerables.En la isla de Francia, porejemplo, la influencia local produceunadiferenciade másde 14” en 24 horas. (Ibid.).

Aceite esencialque mana de un árbol de la Américameridional.— El árbol quesuministraestelíquido sube agrandealtura; sumaderaes aromáticay durísima;sucolorpardusco.Los indios se procuran el aceite esencialence-rrado en ella, haciéndoleincisiones entre la corteza y laalbura; el líquido empieza inmediatamentea manar, y lorecibenen totumas.

Este aceitegoza de las propiedadesde los otros de suclase,que se logranexprimiendoo destilandosustanciasve-getales;pero es más volátil y trasparenteen su estado depureza; su sabores cálido y picante;su olor aromáticoseasemeja al del aceite de trementina; volatilízase a latemperaturaordinaria sin dejar residuo; es sumamentein-flamable; y sin embargomezcladoconel alcohol, ardedes-pidiendounahumaredaespesa.Los álcalisy ácidosno tienenacciónen él. Disuelve el alcanfor, el cauchuc,la cera, lasresinas,y se combinafácilmentecon los otrosaceites;es in-solubleen el agua,masno en el alcoholy en el éter; y so-brenadaen esteúltimo, siendopor tantoel líquido máslevequese conoce.Créeseque el árbol de quese le extraees ellaurus jaritensesdescritopor Kunth, especiequeabundaalas orillas del Orinoco, y cuyashojas huelen a trementina.(Ibid.).

Estragosocasionados~or una trombao mangade aireinflamada.— El 26 de agostode 1826, el viento estabaalsur, y el calor de la mañanasofocaba.A esodel mediodía,se acumularonnublados al oeste; hízose luego sentir unviento impetuoso,mensajerode tempestad;y una densa

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y negranubeparecíacomocolgadasobreel pedazode tierrallamado Champ-rouge,a 100 toesasde la quinta de Laco-nette,al norte de Carcasona.Los nubladosdel O. chocabanviolentamenteuno con otro, y se veían bajar a poca dis-tanciade la tierra,como atraídospor ella. El truenobrama-baen todasdirecciones:percibíaseun rumorsordocomodecochesa distancia;y los animalesdomésticoshuían despa-voridos asus habitaciones.Óyesede improviso un estallidoespantosohacia O.; el aire vivamente agitado corre consumaceleridadhacia la nube opacaque cubríaa Champ-rouge; y en el momentode unirse a ella, se verifica unafuerte detonacióny la apariciónde unaenormecolumnadefuego, que rasandoel campo arrancade raíz cuanto en-cuentra.Un joven quese hallabaal paso,fue envueltoen eltorbellino de este meteoro,levantadoen el aire, y arrojadocontra una peña; catorce carnerosfueron arrebatadosdelmismo modoy cayeronen un estadode sofocación.La co-lumna de aire y fuego se dirige a la quinta, derriba las pa-redesdel parquepor el lado de O., mueve rocasenormes,desarraigalos árbolesmás corpulentos,solevantalos postesde la puerta cochera,la rompe,le tuercetodoslos pernos,destrozauna ventana; penetraal salón, atraviesael cieloraso, álzasedel segundopiso al techo,y hacehundirseestostresaposentoscon un fracasohorroroso.Dos damasquees-tabanen el salónvieron introducirseun globo de fuego, yen medio de tantosestragosdebieronsu salud a una vigaenorme,quecayendoal través,hizo bóveda,y sostuvotodoelenmaderamiento;masquedaronenterradasen la argamasay escombrosmenudosde los aposentossuperiores,y cubier-tas de contusiones.Al mismotiempo penetrauna mangadeaire por unaventanasituadasobrela cocina, echa al sueloun tabique, hacepedazoslos muebles,trastornalas camas,abretodas las alacenas,se hacecalle por una gruesapared,arroja los materialesde ella a gran distancia,y continuandosuvuelodestructor,desbaratalos tejados,arrancay levantaen pesounaenormeencina,igualacon la tierra dos casitas

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Escritos varios

vecinasa la quinta, arrastralas carretas,se precipitaen lasquebradas,desarraigaen ellas un gran númerode robustosnogales, asuelamuchasviñas dejando en la tierra surcosprofundos,y esparcepor todasparteun hediondotufo deazufre.A estemeteorosiguió un fuerte aguacero,que res-tableció la serenidadde la atmósfera. Hay memoria deotras trombasinflamadas,pero de ningunatan destructoracomo la de Laconette,dondetodo presentaseñalesde unadevastaciónterrífica, y de la más irresistibleviolencia.

Terremotosde 1826.— Enero7, 7 de la mañana, Mar-tinica. Enero,26,Prevesa;violentasacudida,quehizomuchodañoen la ciudad. Febrero,principios de mes, Constanti-nopla, tres fuertessacudimientosque hicieron algunos da-ños.Febrero8, Esmirna.Marzo18, 19, 20,Pésaroen el estadoromano,varios sacudimientosfuertesacompañadosde agi-taciónen el mar. Abril 6, 1 de la mañana,Pésaro.Abril 14,Saint-Briene,sacudidade 12 a 15 segundos,acompañadadeun ruido como el de un coche que rodasesobreguijarros.Mayo 2, Martinica. Mayo 15 a las 11 de la mañana,Grana-da: terremoto fuerte con ruido subterráneo,seguido devariasotrassacudidassin ruido. Mayo 17, al amanecer,Gra-nada, sacudidasviolentas, acompañadasde bramidos ho-rribles, con ruina de edificios. Junio, Granada,sacudidas,muchos de los vecinosabandonanla ciudad. Junio 17, alas 103/4 de la noche, Bogotá, sacudimiento espantoso queduró 8 segundos,con dirección horizontal norte-sur; si-guióle otro de ondulación violenta que duró de 40 a 45

segundos;los habitantesconsternadospasan el resto de lanoche en las plazas. Al momento del terremotoel cieloestabanebuloso,la luna oculta tras una nube, y el aire enuna calma completa. A medianochehubo otro ligero mo-vimiento acompañadode un ruido sordo al E. Al díasiguiente se echaron de ver daños considerablesen los edi-ficios, particularmentela bella catedral, una de las másmagníficas de América; la torre de SantaClara, cayó; lasdemásiglesias padecierontambiénmás o menos: la capilla

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Variedades

de Guadalupe,a 650 metrosde alturasobrela ciudad,quedóenteramentedestruida.Junio 19, 20, 21, Bogotá,sacudidasy oscilaciones.Junio22 a las 41/2 de la mañana,Bogotá,vio-lentassacudidashorizontales,norte-sur, por medio minu-to; cielo nublado, aire en calma; partedel hospiciovino atierra. A éste siguieron otros movimientos poco fuertes.Agosto 12,5 de la mañana,Martinica. Setiembre18, entre3 y 4 dela mañana,Santiagode Cuba,tressacudidasfuertes,cadaunadecercade un minuto,precedidade un ruidoseme-jante al de carrospesadamentecargadospor una calle em-pedrada.A esteruido siguió unaexplosiónterrible, y granparte de la ciudad quedódestruida.El mismo día y a lamisma hora que en Cuba hubo en Jamaicados sacudidasfuertes.Diciembre 15, 3’/2 de la tarde,y 16,4 de la tarde,Zurich, Inspruck, etc., sacudidasfuertes. (Ibid.).

Causasfísicas de la locura. — Los cerebros de los pa-cientes presentanen general dos aspectosdiversos. O lainyección, la rubefaccióny blanduradel tejido cerebral in-dican una afluencia considerablede sangre,un estadodeirritación continua y de exaltación patológica; o bien seobservalo contrario, la palidez, la densidaddel tejido, y lapocaprominenciade las circunvolucionesmanifiestanqueesteórganoha experimentadounaafecciónlenta y crónica,que ha desnaturalizadogradualmentela pulpa cerebral.Elprimerode estos estadosproducela maníaagitaday el de-lirio furioso; el segundodeterminala decadenciadel enten-dimiento,la demenciay la parálisis.M. Pinel (hijo) conclu-ye de estasobservaciones,queel cerebro,comolos otros teji-dos, ofrece fenómenosde irritación; que ésta puedeteneruna marcha aguda o crónica, y terminar por resolución,inflamación o induración; y que este último modo de de-generescencia,segúnel grado a quellega, causala demenciay la aboliciónmáso menoscompletade la inteligenciay delmovimientovoluntario. (Ibid.).

Remediocontra la fiebre amarilla. — Según noticiasrecibidasde Pointe-~-Pitre,isla de Guadalupe,se ha admi—

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Escritosvarios

nistradocon el mejor sucesoen el hospital de esta ciudadel aceitede olivas contra la fiebre amarillay la cólera-mor-bo; dándolea bebercon frecuencia,se han logradobuenosefectosen los casosmás desesperados.(Ibid.).

Lluvias e inundacionesen las Canarias. — En los días7 y 8 de noviembreúltimo experimentaronlas islas Cana-rias un horroroso temporal, que principiando a las nuevede la mañanadel 7 con viento fuerte al este,fue acompa-ñado de una copiosísimalluvia, que sin intermisión duró48 horas,cuyo torrente,cambiadoel viento al noroestea lasdiez de la noche del mismo, tomó tanto incremento,quedesdeestahora hastalas ocho de la mañanasiguiente,oca-sionó una infinidad de desgraciasen diversospuntosde lasislas.

Los desastresmás notables que habíanpodido averi-guarse,según las noticias recibidas por el último correo,seránde unatan triste como duraderamemoriaparaaque-llos desgraciadoshabitantes.Naufragaron 13 buques dedistinto porte y bandera,de los cuales fue arrojadouno acatorce varas de la orilla del mar, y sus cargamentoscasitodos perecieron;entre las tripulacionesque no pudieronsalvarse,y las demáspersonasahogadaso sepultadasentrelas ruinas, porque en aquel terrible momentoestabanen-tregadasal sueño,se contaban145 hombres,85 mujeres,y además1,600 resesde ganadovacuno, lanar, caballar yalgunode cerda:quedaronarruinadosenteramente346 ca-sas de teja, 96 de paja y 4 iglesias,entre ellas la del con-vento Realde PadresDominicosde nuestraSeñorade Can-delaria,en la isla de Sta. Cruz de Tenerife, de suma vene-ración ya antesde suconquista,cuyo simulacro se llevaronlas aguas,habiéndoseconservadoentreescombrosla divinaMajestad,sin queel copónse hubieseabierto: fueron des-truidos completamenteen el distrito de las islas diez puen-tes, siendo uno de ellos el de Tenerife, que compuestodetres ojos era de muchaconsistencia:cuatrocastillos de losque constituían la fortificación de varias islas (habiendo

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V~riedad,s

quedadoilesa la de Canaria) desaparecieronenteramentecon su guarnición, artillería y pertrechos,habiendo sidotantoslos escombrosy tierras de labor que arrebataronlasaguas por la parte donde estabasituado el nombrado deSan Carlosen el Puertode la Orotava,quela mar seretirómá~de 200 varasdesu centroordinario, y el pueblode LaGuanchaen Tenerife dejó de existir en términos,que ensuterrenono ha quedadoel máspequeñovestigiode haberhabidopoblación.La mar continuópor muchotiempo arro-jando •cadáveresy fragmentosde buques náufragos, cal-culándoseprudencialmenteque el valor de las pérdidasydestrozos que ocasionó tan furioso temporal, asciendeamás de 30 millones de reales,sin incluir el de las iglesiasquepadecieron,ni el de los castillos y puentesarruinados,buques perdidos, montesy caminos que quedarontotal-mentedestruidose interceptados.

Las aguas fueron generalesen las siete islas; pero conel mayor extremoen las de Tenerifey Canaria,dondeporconsecuencialos estragosfueron muchomás considerables:la salobridadquese notóen ellas hizo conocerqueno ha-biéndolassubido las nubes a la correspondientealtura nopudieronpurificarse:sumayor fuerzadescargósobrelas co-linas y montañasmás elevadas.

Últimamente es de observar,como cosa notable, queeste espantosohuracán,que ha llenado de terror y de lamás cruel desolación a las islas Canarias,que han estadomuy próximas a desaparecerdel globo, ha tenido precisa-menteprincipio en el mismodía en queocurrió el del año1825 en Holanda,Alemaniay Rusia.

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AP1~NDICE

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LA ACTUACIÓN DEANDRÉS BELLO EN LA JUNTACENTRAL DE VACUNA, EN CARACAS

1807- 1808 *

* En el Archivo del Ilustre Concejo Municipal de Caracas se conserva manus-

crito un legajo intitulado Libro en que se asientan los acuerdos de la Junta Centralde la Vacuna, en el que se recogen las actas de dicho organismo desde el 24 deabril de 1804 hasta el 13 de setiembre de 1810. De tal fuente sacamos los princi-pales testimonios para este Apéndice. Ha estudiado últimamente la historia de laJunta el Dr. Ricardo Archila en su obra Historia de la Sanidaden Venezuela,Cara-cas, 1956, en su tomo 1, pp. 49 y siguientes. Es justo consignar nuestro agradeci-miento al Dr. Archila por su valiosa cooperación. (COMISIÓN EDITORA. CARACAS).

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NOTA PRELIMINAR

Desdeel mesde abril de 1804 se establecióen Caracas,en la oportunidadde la visita de FranciscoJavier Balmis,la Junta Central de Vacuna, la cual estabacompuestademiembrosprotectores,el CapitánGeneral,el Obispoo Arz-obispo de la Diócesis, el Intendente del Ejército y RealHacienday el Regentede la Real Audienciay un númerode miembrosvocales designadosentre las apersonascon-decoradasy distinguidas del vecindario que hayan dadomuestrasde amor al bienpúblico”, y otro númerode ~Pro-,fesoresde Medicina y Cirugía, que observeny hagan ob-servar un régimen fijo, inalterable, y capaz de llenar tansaludable objeto”.

La Junta tenía dos secretarios,~de los cuales uno seráel particular o empleadoIndividuo de ella quese tengaporconveniente,y tendrá la obligación de llevar la correspon-dencia que se ofrezca con las demásProvincias y Pueblosinteriores en cuanto al gobierno, ocurrencias económicas,mediosde suministrarsemutuamenteel fluido y demásasun-tos no científicos; y el otro deberá ser un facultativo quelleve un libro de asientosde todo lo que ocurra en la prác-tica de la vacunación.

El primero se designaSecretarioen lo político, y el se-gundo en lo científicd.

Andrés Bello fue propuestocomosecretariointerino enlo político al reorganizarsela Junta el 26 de octubre de

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Cosmografía

1807, en lugar de Don Gabriel de Ponte, ausentede Ca-racas. El nombramientofue de fecha13 de noviembre,se-gúnDecretodel CapitánGeneralJuande Casas. La primeracta que redacta y autentica Bello correspondea la se-sión de 16 de noviembrede 1807,en la que constaque laJuntahabía interrumpidosus actuacionesrepor gravesocu-rrencias desdeprincipios de 1806”. La última acta quees-cribe y firma Bello es la de 9 de abril de 1808.En total 19sesiones.*

Las actas son generalmentede redacción rutinaria porlos asuntosque se consideran,aunqueno dejase de tenerinteréspor estarescritas en primera persona (yo, el secreta-rio; informé; sometí; leí; etc.) y Por aparecerconfrecuen-cia opinionespersonalesde Bello.

Pero ¡os escritosprincipales de Bello son los que siguena esta nota preliminar: 1) Regiasquepuedenservir a lacreación, forma y primeras funcionesde las JuntasSubal-ternas de Vacuna;y 2) Plan de arbitrios presentadoa laJunta Por el Secretario.

El primero de fecha12 de diciembrede 1807 no figuraen el referido Libro de Actas, pero debe haber sido abro-bado,por cuantoqueen la sesiónde 16 de enero de 1808,se acordó que el Secretarioen lo científico, Don AntonioGómez,hiciese un resumen para ser enviadoal interiordel país.

En cuanto al segundotexto fue encargado a Bello enla sesiónde 20 de febrero de 1808, con el fin de que laJunta pudieseatendera los gastosde las dos secretarías,yaqueel Regentede la Real Audiencia había negadola Pro-posiciónhechapor el CapitánGeneral en cuanto a provi-

Sión de fond.os. Bello debe haber redactadoseguidamente

* Esta escrita de pulio y letra de Bello el acta de la sesión de 8 de marzo

de 1806, pero no la firma, lo que indica que se limitó a transcribir unos acuerdosen que no participó. Las páginas manuscritas de Bello están en el referido legajoconservado en el Concejo Municipal, en los foilos 86 y

9 ~ 119 r9. Fué secretariointerino, pues en la sesión del 27 de febrero de 1807 se acordó ofrecer al Secretarioen propiedad Don Gabriel de Ponte que aceptaseser vocal d~la Junta en la vacantedejada por Francisco Javier de Ustáriz.

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Apéndice

su Plan, puesen la sesióndel 27 de febrerolo tenía ya pre-parado aunqueno fue presentadohasta la sesión del 5 demarzo,en la queconsta lo siguiente:

reLeí el plan que se me había mandadoformar sobrearbitrios y fondos para la subsistenciade todo el ramo; yacordaron los señoresvocalesse me diesen las gracias, sepasaseel plan al exameny discusiónde los señoresDr. D.José AntonioMontenegroy D. Luis de Ribas; y se copiaseen el libro de Actas Por lo que en lo sucesivopudieseim-portar a la Junta tener presentelas consideracionesqueallíse le ofrecían. Con esto se concluyó la presente,de quecertifico.

AndrésBello, Secretario”.

En el acta correspondientea la sesión de 15 de marzode 1808 constaque el Dr. José Domingo Díaz rehaciendoel másexpresivoelogio del plan de fondos y arbitrios pre-sentado últimamente a la Junta, manifiesta sus deseosdequelleguea ponerseenejecución,y le recomiendaa la Juntacomo el másPropio para asegurarsu existencia,y el goceperpetuode los beneficiosde la vacunación”.

Don Luis de Ribas y el Dr. JoséAntonio Montenegro,quieneshabían sid.o encargadospor la Junta de examinarel Plan de arbitrios, informaron en la sesión del 9 de abrilde 1808, con la manifestaciónde que lo estimabanbuenoy acertado,pero queentendíanqueno podíaaplicarseinme-diatamentey de un todo, Por lo que presentabanotro pro-yecto Cecon un métodoy orden progresivo,que reglado porla experienciaasegureel resultadode su eficacia”. En suinforme recomiendanque se forme uno solo con el eepros~pectode arbitrios formado ~or el Sr. ComisarioD. AndrésBello, manda’nd.osePasar copiasde ambosa las JuntasSub-alternas, Por considerar al segundouna obra enriquecidapor susabio autor con varias ideas de economíay utilidadque podrán ser provechosasen todos tiempos”.

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Cosmografía

No hayduda que Bello habrá sentidosatisfacciónpro-funda ante el elogio de su maestro el Dr. José AntonioMontenegro.

* * ‘l•

Es propicia esta nota preliminar para dejar constanciade un incidente ocurrido en la Junta, que contribuye aconocerel carácterde Bello,a los 26 añosde edad.

En la sesiónde la Junta correspondienteal 15 de marzode 1808, se da cuentade un Decreto de Juan de Casasdela mismafecha,Por el quese comisionaal Dr. JoséDomingoDíaz—quiense dirigía a Europa—,para que hagauna his-toria de la vacuna en la Provincia y a tal fin se ordenaa la Juntase le dentodoslos antecedentes,y con todo infor-me al Rey. Tal disposiciónde Juan de Casasse toma eren

atencióna las muchasy urgentesocupacionesdel actualSecretario de lo Político [Bello] en clase de oficial 2~dela Secretaríade la Capitanía General”.

Ante esta resolución Bello formuló una enérgicapro-testa,tal comoconstaen el actade la referida sesión:

rey0 el Secretariohice tambiénpresentea la Junta conrelacióna la cláusuladeldecretode estedía en quese comi-sionabaal Dr. Díazpara la formación de una relación, quesirviere de parte a S. M., comprensivade todas las provi-denciasgubernativasde estecuerpo,resultadosy fenómenosfacultativos,a causade mis~ocupaciones,como oficial de laSecretaríade la Capitanía General, que jamás me habíaexcusadocon ésteni con algún otro motivo de aceptar lascomisionesno sóloordinariasyprivativas demi encargo,sinoextraordinarias y ajenas de éste, que había tenido a bienconferirme la Junta, a cuya satisfacciónla había desempe-ñado, que el exonerarmeoficiosamentede una función delas más importantesque como a Secretariome correspon-dían, Parecíadesairarme,dando fundamentoa juicios queno podían sermefavorables; en cuya virtud suplicaba alSeñorCapitánGeneral y a los otros vocalestuviesenpre-

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Apéndice

sentesaquellasconsideracionesbara determinar; en inteli-gencia de quesi el anterior SecretarioD. Gabriel de Pontehabía consentidoen ello sin manifestarla menoroposición,yo no creía que la conductade mi antecesordebía ser elmodelode la mía,y reclamabade la Juntael pleno ejerciciode mi empleo.Enteradode todoel señorCapitánGeneral sesirvió resolver con acuerdo de la Junta que formaseyo elSecretarioel parte de lo económicoy gubernativodel ramo,refiriéndorne a la nota que ~or lo tocante a lo facultativodeberíapresentarel Dr. Díaz, segúnyo mismohabía pro-puesto;y habiendomanifestadoa consecuenciaquequedabasatisfechocon sólo esta disposición,y queestabapronto aceder~or ahora el usode aquella función al Dr. Díaz, comoun obsequioque le hacía la Junta en los últimos días de suasistencia a ella, lo aprobaron unánimementelos SeñoresVocales”.

* * *

A continuacióndamosel texto completode los dosescri-tos elaboradosPor Bello, como Secretarioen lo político dela Junta de Vacuna.

LA COMISIÓN EDITORA.

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1.

REGLAS QUE PUEDEN SERVIR A LA CREACIÓN,FORMA Y PRIMERAS FUNCIONES DE LAS JUNTAS

SUBALTERNAS DE VACUNA *

Señores:

Apresurándome a desempeñar el encargoqueen la Se-sión de 5 del corrientetuvieron VSS. la bondadde confe-rirme ofrezcoa suconsideraciónlas reglasquepuedenservirpor ahoraa la creación,forma y primerasfuncionesde lasJuntasSubalternasde Vacuna.

VSS. previeron que el Reglamentocuya formación seme hizo el honor de encargarme,no podía menos de serprovisional, en atencióna que la parte administrativadelramoestabatodavíapor fijarse, a quese dabanlos primerospasospara ello, y a que se ignoraba todavía el resultado.Puestoen el casode correspondera la lisonjera confianzade VSS. trabajandoen el objeto que se me habíaindicado,me he convencidode que las ideas de VSS. en esta parte,

* Fue publicado en La Unión Médica, año 1, mes X, n9 19, Caracas, 16 de

noviembre de 1881, en edición facsimilar del manuscrito de Bello, como “respetuosohomenaje de la «Unión Médica» al eminente publicista Don Andrés Bello en suCentenario”. Impreso en la Litografía de Félix Rasco, calle de San Juan, Caracas.Se reproducen los dos folios, con la siguiente nota: “El autógrafo que precedees el deun informe que presentó el eminente publicista Don Andrés Bello, el 12 de diciembrede 1807, a la Junta General de Vacuna, sobre las reglas que pueden servir a lacreación, forma y primeras funciones de las Juntas Subalternas”. Esta inserciónmotivó una carta de elogio de Salvador Plaza, que se publicó en La Unión Médica,n9 21, de Caracas, 16 de diciembre de 1881. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS).

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Cozmografla

eranexactas;y de queparadar solidez y consistenciaa lanueva institución era necesarioapoyarla sobre las circuns-tancias políticasy geográficasde los Pueblos,y por tantooír previamenteel informe de las mismasJuntas.

De consiguienteno abrazaráel pequeñoReglamentoque someto a la discusión de VSS., sino las reglasde primerainstitución pero indicará al mismo tiempo los objetosenque debenocuparsedesdeluego las Juntas,y cuyo resul-tado participarán a la central para la formación de otromás completo,que individualice las funcionesde aquelloscuerposrelativamentea la conservacióny propagacióndelfhuido vacuno y las que les correspondan con respecto alos Pueblosde su comprehensión, como asimismo con res-pectoa la Central.

Sobreestos principios propongo a VSS. las reglas quesiguen.

ARTÍCULO 1~

Ereccióny forma de las JuntasSubalternas

N. 1. — CadaJunta Subalternase compondráde los Si-

guientesvocalesnatos: el tenienteJusticia Mayor, que lapresidirá;el VenerablePárrocoo Vicario; el Administradorde Real Hacienda;elel SíndicoProcuradorGeneral.

N. 2. — Estosvocalesnombraránotros cuatro o seis delos primerossujetosdel Vecindario,prefiriendoa los que sedistingan no sólo por su esfera, sino por su patriotismoyconocimientos.

N. 3. — Serán tambiénvocalesde la Junta,por lo quetoca a lo facultativo, el Individuo corresponsaldel Secreta-rio científicode la Central; el. Profesorde Medicinao Ciru-gía, si le hubiere,quehayatenidoo tengaa su cargolavacu-nación;y a faltade Profesores,la personaqueejerzael artede curar y haya obtenido u obtengatítulo de vacunador,

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1a primera página manuscrita de Bello sobre la creación de Juntas Subal-sernas ~e Vacuna, de 12 de diciembre de 1 807.

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Apéndice

expedidopor el Sr. Presidentedela JuntaCentraly refren-dado por el Secretarioeconómicode la misma.

Además de estos Individuos podrá tener la Junta unSecretarioparaextenderlos acuerdosconun cuadernofolia-do, autorizarlosy llevar el despacho;perodondeno hubierepersonaquepuedao quieraencargarsede tan delicadacomi-sión, lo harápor sí mismo el tenienteJusticia Mayor.

N. 5. — Se estableceráuna Junta subalternaen cadaciudad o villa, y el distrito de cadaJunta abrazarálos pue-blos mayoresy menores,quesegúnla división civil se hayanagregadoal Ayuntamientorespectivo.

N. 6. — Se estableceránigualesJuntasenPuertoCabelloy la Guaira, con atencióna las circunstanciaspolíticas deestaspoblaciones:seránvocalesnatosdeellasel Comandantede la Plaza,quepresidirá;el Subdelegadode RealHaciendacuandola Subdelegaciónno esté anexaa la Comandancia;el Vicario, el Alcalde ordinario o primer Diputado; y elque haga funcionesde Síndico Personero;y en cuanto alos otros vocalesse observarálo dispuestoen los númerosprecedentes.

N. 7. — Se celebrarándichas Juntasunavez a la sema-na en la casadel tenienteJusticia Mayor, o en la que decomúnacuerdose tengaa bien.

N. 8. — El tenienteJusticiaMayor, inmediatamentequese verifique la erección,dará partede ella al Gobierno,ex-presandolos vocaleselectosque lo seránprovisionalmente,hastaqueobtenganla aprobacióndel Sr. CapitánGeneral.

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Cosmografía

ARTÍCULO 2~

Objetos en que debenocuparsedesdeluegolas JuntasSubalternas

N. 1. — Siendola intencióndel Rey que los beneficiosque proporcionaa la humanidadel fhuido vacunose gene-ralicen cuanto sea posible, y que todos los Pueblosde susdominiosparticipende estadádivade suReal Generosidad;y por cuanto la considerableextensiónde estasProvinciasdejaríaincompletaslas piadosasmiras del Soberano,si sola-mentela Capital gozaseel preservativodel contagiodesola-dor de las viruelas; debenlas Juntas Subalternasdedicartodo su esmeroal restablecimientode la vacunaciónen lasciudadesy villas respectivas,donde se hubiereperdido elfluido, quesegúnnoticiasque tieneestaJuntaCentral,~soncasi todas; a propagarla preciosavacunaa todaslas perso-nas, que no hayan antesrecibido su benigna influencia nipadecidolas viruelas;y a conservarlay trasmitirla a las ge-neracionessucesivas.

N. 2. — En este conceptoseráel primer objeto de laJuntaproporcionarsela presenciadel fluido a cuyo fin tra-tará de que se forme unaexpedicióncon el menor costoposiblepara transportarledel parajemáscercano; en inte-ligencia de que se ha tenidopor convenientequevaya gra-dualmentellevándosede Caracasy de los otros lugaresenqueexistaa los demás,y quelas poblacionesle tomensuce-sivamenteunas de otras, paraevitar todaespeciede gastoqueno sea absolutamentenecesario.

N. 3. — Uno de los primeros deberesde la Junta seráprecaverpor todoslos mediosquequepanen las facultadespúblicasy personalesa los Individuosque la componganelhacerodioso a los Pueblosuno de losmásgrandesbeneficiosque la ClemenciaPaternalde 5. M. ha querido derramarsobreellos,y procediendoconarregloaesteimportanteprin-

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Apéndice

cipio en todas sus deliberacion,es,le tendránmuy especial-menteen consideracióncuandose trate de costearla expe-dición referida, ya se hagaa suscripcióndel vecindario,oya medianteotros arbitrios que la Junta considerepreferi-bles, y que anticipadamentepondrán en noticia de laCentral.

N. 4. — LaJuntameditarádeantemanosobrelos mediosde conservarel fluido vacunobajo sucustodiay responsa-bilidad, practicándosevacunacionespúblicas de nueve ennuevedías,por un operarioque reúnalos conocimientosydestrezaposibles.

N. L — Verá igualmentequéarbitriospuedenadaptarsepara conseguirque ocurrana vacunarsetodas las personasque lo necesiten;para estableceruna oportuna y activacirculacióndel fluido enlos Puebloscircunvecinos,teniendoa la mira su poblacióny sus recursos:para que haya unjusto balanceentreel númerodenacidosy el de vacunados;paragratificar al vacunador,sea de las rentasmunicipales,cajasde comunidadesde Indios, &., seapor la contribuciónIndividual de los que recibanel beneficio, detallandolacuotaqueen estecasoestimenproporcionada,y la diferen-cia queconsiderendebahacerseentrelas variasclases;y porúltimo tratará sobrecuantocrea conducentea realizar lasintenciones del Soberano,proponiéndolotodo a la JuntaCentral.

N. 6. — Seráuno de los principales cuidados de la Juntaquetodossus Individuos conspiren con su influencia públicay persona!a removerlos obstáculosque unavanidadinsen-sata,la Ignorancia,y las preocupacionesmásvergonzosashaopuestoen muchaspartesa la organizacióny subsistenciade unaramatan interesantea laPoblacióny a lahumanidad.

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ARTÍCULO 3 ~

Reglas que deberdn tener presenteslas JuntasSubalternaspara su correspondenciaentre sí, con los tenientesde su

distrito, con la Central, &.

N. 1. — La correspondenciade las JuntasSubalternastanto entresi, cuandolo exijan las ocurrencias,como con

‘los Justiciasde la comprehensión,las llevarán ios tenientes,quienes,por lo respectivoa la JuntaCentralse entenderánen los casos•de mayor entidad con el Sr. Capitán General,y en los otros con el Secretarioeconómico.

N. 2. — Como las facultadesde las JuntasSubalternasno sonotrasquelas del Justiciaquelas preside,no ejerceránninguna autoridaddirecta ni indirectamentesobre los te-nientazgosanexos,ciñéndoseen suscorrespondencias,al tonode aviso, advertenciau amonestación,y limitando sus fun-cionesa laconservacióndel fluido vacuno,a sudistribución,a poner ennoticia de estecuerpocuantoconsiderenconve-nientesobreambosobjetos,y a serúnicamenteel conductopor dondese trasmitanlas disposicionesde la JuntaCentral,y por dondepasena ella las listas o estadosperiódicosqueen adelantese indicarán.

N. 3. — Unidospor un interéscomúna favor de la uti-lidad pública,y movidosporel ejemplode la JuntaCentral,los Miembros de las subalternasprocuraránguardaren susdeliberacionesel conciertoy unanimidad,sin los cualeslasmejoresInstitucionesse hacenviciosas,y la distribucióndelos bienesque interesana la Sociedadse obstruyey paraliza.

Tales son, señores,los puntos que me han parecidoesencialespara la plantaprovisionalde las JuntasSubalter-nasde Vacuna,y sobre los queva a recaerla deliberación

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Apéndice

de VSS. Si no he logrado llenar las esperanzasde VSS. mequedaráal menosla satisfacciónde presentarlesen este in-completoy ligero bosquejodel interesanteasuntoque se handignadoconfiarme,un testimoniod.c mi respeto,y de missincerosdeseosde ocuparmeen cuantome considerenútil.

Caracas, 12 de diciembre de 1807.

ANDRÉS BELLO

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2.

PLAN DE ARBITRIOS PRESENTADOA LA JUNTA

POR EL SECRETARIO*

Señoresde la JuntaCentralde Vacuna:

PresentoaVSS. el resultadode mis reflexionessobreelinteresante asunto, que tuvieron la bondadde confiarmeensu última sesión.Abrazo en estamemoria todos los gastosque me han parecidoindispensables,como igualmenteelmodo que he creído más equitativo, más fácil, y mássegurode subvenira ellos.

El sistemaadoptadopor ci difunto CapitánGeneralD.Manuel de GuevaraVasconcelos,gloriosoFundadorde estaJunta,tenía por baseprincipal excusara los Pueblostodaespeciede gravamen,hasta la precisagratificación de losvacun\adores.Movido aquelgeniotutelar de la saludpúblicapor el laudabledeseode imitar la generosabeneficenciadeNuestroAugustoSoberanoseempeñóen trasmitir a las per-sonasde todasclasesel mismo entusiasmoque le animaba,yen derramarpor todaspartesel preciosofluido vacuno,sinproponerotrarecompensaalos querealizabanmaterialmentelas miras del Gobierno, que el honor de servir al público,y de promoverel bien de la humanidad.La experienciahademostradola insubsistenciade un plan, quesiendoel más

* La copia manuscrita de Bello constaen los folios 104 r9 a 108 y9 del Libro

de Acuerdosde Ja Junta Central sic Vacuna. (COMIsIÓN EDITORA. CARAcAS).

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Cosmografía

propio para el establecimientode la vacunación,no eraigualmenteadaptableparaasegurarleen todaspartesla per-petuidad.La escasez,o por mejor decir la absolutafalta demédicosen casi todas las poblacionesde estasprovincias,exigía se asignasealguna recompensapecuniaria, aunquemoderada,a losoperariosde lavacunación,quepor lamayorparteerany sonpersonasparticularesde poquísimasfacul-tades,que miran este encargocomo un arbitrio parapro-porcionarse en partela subsistencia.No es dablevalersedeotra especiede manos, ni es posible inspirar a otra clasede individuos la desinteresadafilantropía que promuevelasúltimastareasde VSS.En lospaísesdeEuropala abundanciade facultativos,quemiran lapropagacióndel fluido vacuno,como uno de sus principalesdeberes,y la cercaníade laspoblaciones,quehacemenosdispendiosasu conduccióndeun parajea otro, contribuyenmuchoa disminuir las difi-cultadesy gastosdel sistemaeconómicoy facultativo delramo. Perola experienciahamanifestadolos superioresobs-táculosque provienende nuestralocalidad, y a muy pocotiempo de creadaestaJunta se creyó necesariasll condes-cendenciaa quede los fondos de propios y cajasde comu-nidades,o porotrosmediosse abonaseunacortagratificacióna los vacunadores.VSS. se serviránigualmenteobservarqueno ha sidola mentedel Soberano,quese administregracio-samenteel fluido a toda clasede personas;y cuandosu Pa-ternalPiedadeximea lospobresde todacontribución,mani-fiestabien claramenteque debecostearsepor los queno lofueren la conservacióny gocede aquelinestimablepreser-vativo. Una de las medidasque VSS. han creídoabsoluta-mentenecesariaspara unay otro es la recompensade losvacunadores,y de consiguienteestarecompensadebemirarsecomo uno de los gastosindispensablesdel ramo.

De la misma clasees el abonode los gastosde escritorioqueocasionenlas dos Secretaríasde estaJuntaCentral.Di-chosgastosasciendenanualmentea unasuma de cortacon-sideración,y por otra partees tan visiblequeno podríasub-

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Apéndice

sistir sin ellos la JuntaCentral, queseríasuperfluodetenerla atenciónde VSS. en este punto.

Es igualmenteprecisodeterminargeneralmentede dóndedeben deducirse los gastosque ocasioneel transportedelfluido de un parajea otro, en inteligenciade quedebepre-sentarseeste caso con menos frecuenciacuandose hallenreducidasa la prácticalas últimas disposicionesde VSS.; ydequeen estandodotadoslosvacunadores,parecejustoy na-tural cargarestecosto a elloso a los tenientesen los lugaresdonde haya suficientepoblación para hacerseperennelacomunicaciónde brazoabrazo,y dondeconsiguientementeno hayamotivo de perderseel fluido, cuandounosy otrosempleenel cuidadonecesarioensu conservación.

Resultade esteprincipio queen los lugaresde las cir-cunstanciasinsinuadasno debesufrir el público sino poruna sola vez el costo de la conduccióndel fluido; y queen los pueblosde cortovecindario, dondeno puedaconser-varseperennementeel fluido es necesarioo que se les llevede tiempo en tiempo, o quesi estáncercanosaotraspobla-cionesdondeexista,ocurranlos vecinosde aquéllasa vacu-narseen éstas,como sucedeen Macuto con respectoa laGuaira.

Deben pues contarseentre los datos indispensableslaconduccióndel fluido vacunopor primeravez a todas laspoblacionesdondeno exista,y las otrasconduccionesperió-dicas de que acabode hablar a VSS. y cuya necesidadesevidenteen los lugaresde cortovecindario.

Enumerandolos gastos indicadosen el orden que meparecemáspropioparala discusiónqueVSS. mehanencar-gadoresultaquesonde tres clases:

1a Lo~de la gratificaciónde vacunadores.2a Los de las primeras conduccionesdelfluido vacunoa lugarespoblados,y los de las conduccionesperiódicas a vecindariospoco numerosos;y 33 Los de lasdos Secretarías de esta Junta Central. Paso a proponer a VSS.los medios de cubrirlos.

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1. Gratificación de los vacunadores

Puedehacerseuso de tres arbitrios para asegurarunarecompensaa los vacunadores.El más obvio consisteen lacontribucióninmediatade ios querecibanel beneficio,per-mitiendo se cobreunapropinapor cadaoperación,peroexi-miendo de ella a los pobres,segúnlas piadosasintencionesde 5. M. Estearbitrio estásujetopor unaparte al inconve-niente de que los vacunadoresabusende aquel permiso, ypor otra al de que la necesidadde gratificar la operaciónen el actomismo de practicarse,disminuya la concurrenciaa ella con peligro de la conservacióndel fluido en lospueblosdondeel númerode nacidosexcedapoco al quesenecesiteparala comunicaciónperennede brazoa brazo.

El segundoarbitrio que propongoes abrir en cadapar-tido una suscripción de contribuyentesa tanto por año,comola que se halla establçcidaen esta capitalparael sus-tento de los encarcelados.Será menosembarazosoy preca-rio este arbitrio, y al mismo tiempo menos gravosoa losvecindarios,si en lugarde una suscripcióna pequeñascon-tribucionesanuales,prefieren VSS. otra por una sola vez,perode cuotasconsiderablesy suficientesa formarun capi-tal, cuyosréditosequivalgana lo quepor el primer métodose recogeríacada año.

El terceroconsisteen deduciranualmentede los fondosmunicipalesy cajas de comunidadesla gratificación ex-presada.

Las circunstanciasde cadapueblodeterminaránel arbi-trio de quedebahacerseuso parapagar al vacunador.Enaquellasdondelas rentasde propiosde ciudad,y las comu-nes de los naturalesfueren abundantes,se adoptaráel ter-cero, suponiendo,como es natural, que los cabildos con-sientan,y la Real Audiencia apruebeun pequeñogasto,dirigido al benéficoobjeto deexterminarlas desoladorasvi~ruelas. En las poblacionescuyos fondos no seantan ricos,

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Apéndice

puedecombinarseeste arbitrio con el segundo;deducirsede ellos partede la gratificación, y solicitarsede los vecinoslo restantepor medio de unasuscripciónvoluntaria. Don-de no haya la una, ni la otra especiede fondos, dicta lanecesidadque se hagausode la suscripción; y por últimodonde éstano alcancea producir lo absolutamenteindis-pensablepara gratificar al vacunador,puedepermitirse eluso del primer arbitrio, previniendoa los tenientesJusti-cias Mayores la más cuidadosavigilanCia para q~ueno re-sulten de este método los inconvenientesque d~joapun-tados.

En las poblacionesque como estaCapital tenganfacul-tativos dotadosparael socorrode los hospitaleso del pú-blico, puedeimponersea éstoslaprecisaobligacióndeconser-varel fluido vacuno,seaasignándolesun moderadosobresuel-do de los mismos fondos, en caso de correr a cargode unosolo la vacunación,sea estableciendoque rote por todos,en cuyo caso debeesperarsede su patriotismo, que sirvangraciosamente al público. Esto parecetan conforme a losprincipios de beneficencia y desinterés que deben animarles,y al espíritu de la instrucción comunicada últimamente deRealordenpor el Excmo. Sr. Ministro de Graciay Justicia,quedebeesperarsefundadamentese prestengustososa ello,en honor de su profesión,y en obsequiode la humanidad.

No deboterminar”esteartículo sin recordara VSS. queen unade las sesionesprecedentes,hablandoel Sr. SíndicoProcuradorGeneralde los servicioshechosal ramode vacu-na el M.I.A., expusoque el sobresueldoque de ios fondosde propios de esta capital gozabael cirujanoD. JoséJustode Aranda, se entendíacon la precisa condición de queadministrasesemanalmenteel fluido y cuidasede su perpe-tuidad. La Junta Central no ha tenido hasta ahora nin-guna otra noticiade estaparticularidad,queel sencillo re-lato del expresadoSr. Síndico, de que ni aun se ha hechomérito paraestamparloen el libro de actas,por haber sidode paso,y no haber tenido relación con lo acordadoen

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aquellatarde.VSS.conoceránquees de la mayorimportan-cia calificar estepunto,y quesi el encargode lasvacunacio-nessemanalesestáanexoal empleode cirujanotitular de ciu-dad,debetenerconocimientode ello laJunta,no sólo porquetodo io respectivoal ramode vacunaes de su incumben-cia, y porquesemejantenoticia le es indispensablepara elmejor aciertode las determinacionesque tengan por ob-jeto la economíadel ramoenesta‘capital, sino porquepare-cenatural sehalle instruídade lo queel M.I.A. o cualquieraotro cuerpoo personase hayaservidodisponerconla ideade contribuir a los interesantesfines desu instituto.

II. Conduccionesdel fluido

He indicado anteriormenteen qué casosdebecostear-las el público. Establecidala gratificaciónde los vacunado-res serásu primera,y casi su únicaobligaciónconservaryperpetuarel fluido; y cuandoéste lleguea perderseestaránobligadosellosy los tenientesa restituirle a los vecindarios,pagandopor mitad los pequeñoscostosnecesariosparalle-varle de un parajecercano.

En orden a las primerasconduccionespuedenVSS. de-terminar se observeio practicadoen el primer estableci-miento de la vacuna;pero permitiendose ocurra por ella,a cualquieralugar dondeexista, y sea cómodotomarla, porcuyo medio se excusamuchaparte de los viajes y costos,queocasionabaal principio su trasportedesdeesta capital.

Por último, en orden a las conduccionesdel fluido quede tiempo en tiempo debehacersea los pueblos,dondenosea posible conservarleperennementepor su limitada po-blación, he indicado también a VSS. dos medios, por loscualespuedeconseguirsequeno quedenprivadostales pue-blos de los beneficiosde la vacunación; a saber,o que seles lleve de tiempo en tiempo el preciosofluido, o que ocu-rran sus habitantesa vacunarsea otraspoblaciones,cuando

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Apéndice

las hayainmediataso exista en ellas la vacuna. En el pri-mer caso, podrá hacersecargode las conduccionesperió-dicasdel fluido al vacunadordel parajemás cercanodondele hubiere,teniendopresent.eesta consideraciónen la asig-naciónque sele haga,y estableciendoque los habitantesdelas poblaciones,a quienesresulte el beneficio sufran laparterespectivade ella. Deberáasimismo tenersepresenteel segundocaso,no sólo paragraduarel trabajode los va-cunadores,sino para que también contribuyana su dota-ción todoslos vecindariosbeneficiados,distribuyéndosepro-porcionalmenteesta carga,y dejándosea la prudenciadeVSS. determinarlas excepcionesqueresultende laslocalida-des. Tampocome pareceinoportuno inculcar el principiode que no es absolutamentenecesariose conservela vacunaen todoslos pueblos. Basta que no haya ninguno de ellos,queen casode no poseerlaconstantemente,no estécercanoo poco distantede otrosen que se halleestablecidala prác-tica de la vacunación,y en que se conservecomo en depó-sito el fluido bajo la custodiay responsabilidadde las Jun-tas y de los tenientes,para conducirle y administrarle acuantosquierangozarde suinfluencia preservadora.Unavez que las viruelasse hallen casi enteramenteexterminadasde estaprovincia, creo que la actividad y perpetuidaddela vacunaciónconvieneprincipalmenteen las poblacionesque han sufrido por algúntiempo aquelcontagio,y dondemil causaspodrían reproducirie, como igualmenteen lospuertosy costas,para evitar se nos introduzca por ellos,segúnha sucedidorecientementeenCumaná. Los estragossufridos poco tiempo hace en la N. Jersey por este azote delgénerohumano,y la facilidad con quepodría venirnosdelos EstadosUnidos, con quienestenemosrelacionesde co-mercio, justificarían todaslas precaucionesy medidasqueen estaparte acordasela Junta.

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III. Secretaríasde la Junta Central

Según las cuentaspresentadasa la Juntapor suSecreta-rio de GobiernoD. Gabrielde Pontey por el de lo cientí-fico, Dr. D. JoséDomingoDíaz, y fundándomeigualmen-te en la experienciade algunos mesesqueha corrido a micargola PrimeraSecretaría,puedoafirmar a VSS. que losgastosde escritorio de ambas,manejadoscon economía,ysubsistiendolas circunstanciasordinarias,no pasande 300a 400 pesospor año.

Mediante la imposibilidad,en que el M.I.A. haexpues-to hallarsede exhibirlos,y que consiguientementees precisoalterarlo acordadoen la Acta de erecciónpor lo respectivoa estepunto,no hayotro mediodesubvenira ellos queel derepartir esta carga entretodoslos fondosmunicipales,y cajasde comunidadesdelaprovincia. Siendodeestemodo tandes-preciablela cantidadquecorresponderáexhibir a cada unode ellos,inclusoel depropios deestacapital,quedebecreerseno se presentaráembarazoen la ejecuciónde un plan tanequitativo.

No puedomenosde recordara la Juntacon estemotivolo expuestopor unode susvocales,tratándoseporincidenciael mismo punto,que hantenido VSS. la bondad de encar-garme. Toda la provincia, dice el Dr. D. JoséDomingoDíaz en la memoriapresentadaaVSS. con fechade 20 denoviembre último, toda la provincia participa del bene-ficio que resultade las tareasde la Junta,y debecontribuirtodaella a mantenery recompensarestebeneficio. Porcon-siguientelos fondos públicos de los lugaresde su compre-hensióndeberánestarobligadosa contribuir proporcional-mente con determinadas cantidadespara componerotrofondosuficientea cubrir las atencionesde la mismaJunta.

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Arbitrios generales

Por último y con relación a las tres clases de gastosquedejoindividualizados,si el gobiernocreyeseconvenienteimponer sobre las diversiones y espectáculospúblicos algu-nas erogacionesen favor de un ramo tan interesantea lahumanidado si consintieseen que se abriesensuscripcionesparticularesen las poblaciones,cuyos habitantes,como losde esta capital, se han beneficiado y siguen beneficián-dose con la vacuna,sin haber exhibido personalmentelamáspequeñacantidadni parala gratificación de vacuna-dores,ni paraotros gastosdel ramo, se habríanen mi jui-cio tentadotodos los recursos,y podríamosprometernosde su combinacióny oportunousoun resultadoqueasegu-rasela existenciade estasociedadfilantrópica, generalizaseel preciosoantídoto y precaviesepara siempre la reapari-ción de las viruelas.

PermítanmeVSS. queparamayor claridad,y a fin deque la Junta puedaver de unaojeadatodas las partesdelpequeñosistema administrativoque propongo, las recapi-tule brevemente. Los fondosde propios y cajasde comu-nidadesde cada pueblo costearánla primera conduccióndel fluido, cuyo gasto,observadaslas disposicionesde VSS.relativas al modo,progresivocon que debenverificarseta-les conducciones,creo no excederáde 10 pesos, siempre,queen ello se empleela debidaeconomía. Los mismosfon-dos y cajasexhibirán la gratificación anual del vacunador,que seráde 80 a 100 pesos,quedandoal arbitrio de VSS.aumentarlao disminuirla con respectoa las circunstanciasde cadapoblación. Donde aquellosfondosy cajasseantanescasas,queles ocasionenun gravamenconsiderabletal con-tribución, se sacaráde ellos lo que cómodamentepuedanabonar,ocurriéndosea la suscripciónde los vecinospudien-tesparaformar o completaraquellasuma,y permitiéndose

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el cobro de alguna moderadísima propina a ios vacunadorescuandosea insuficientela combinaciónde ambosarbitrios.

Se deducirádelos mismosfondosy cajasla parteque lesquepa,destinadaa completarla sumanecesariaa cubrir losgastos que ocasione la subsistenciade la Junta y cuyacantidad debiendoproporcionarsea la escasezo abundan-cia de cada fondo o caja, no puede fijarse hasta que nose tengaconocimientode lo que anualmenteingresacadauno. Pero conformándonoscon un término medio, y su-poniendo que ‘sólo fuesen 30 los fondos contribuyentes,bastaríaqueexhibiesecadauno la despreciablecuotade 10

a 12 pesos. Una suscripciónen Caracas,Puerto Cabello,la Guayray otros lugares,que siendo acasoios más ricos,son al mismo tiempo los menosgravadosen la conserva-ción del inestimable fluido vacuno, podría producir uncapital, cuyos réditos aumentasenlas rentas de la Juntay cubiertassusnecesariasatencionesle dejaríanun sobrante,y las habilitarían para pensaren otros objetos interesantesa la salud pública, o para auxiliar a algunosvecindariosyfinalmentela imposiciónsobretodaclasede diversionespú-plicas, tendríala misma tendenciaa disminuir el gravamen~lelos vecinosy de sus fondoscomunes,y a multiplicar losrecursosde la Junta.

Es cuantopuedohacerpresentea VSS. en cumplimien-to desuencargo.Caracas,27 febrero1808. — AndrésBello.

Es copia del original que presentéa fa Junta. Caracas16 de marzode 1808.

ANDRÉS BELLO.

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ÍNDICES

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ÍNDICE ONOMÁSTICO

Este índice, preparadocon la colaboraciónde la señoritaMaría RosaAlonso, ordena los nombresde los autorescitados en el volumen. Lanumeraciónremite a las páginasdel texto. (CoMIsIÓN EDITORA. Ca-racas,)

A

ABERCOMBIE, Dr. Juan (1780-1844):621, 623, 624.

ACADEMIA ESPAÑOLA: 395 n.ADAMS, Juan C. (1819-1892): 144 si.

AILLY, Pedro de (1350-1420): 268.ALA, Alcatif: 337.ALEJANDRO VI: (1431-1503): 586, 587.ALFORT, Renaud de: 614.ALMENAR, Juan (S. XV, médico espa-

ñol): 588.ÁLVAREZ CABRAL, Pedro (1460-1526):

648.AMUNÁTEGUS ALDUNATE, Miguel Luis

(1828-1888): 255 si, 261 si, 527 n,557 n, 575 n, 610 n.

AMUNÁTEGUIREYES, Miguel Luis (1862-

1949): 241 n, 243 n, 245 si, 617 si,

629 n, 635 n.ANGLERIA, Pedro Mártir (1457-1526):

601, 602, 603, 605 606, 607, 608 yn, 609 n, 610, 648.

ANTfGONO, de Judea (m. 35 a. J. C.):259.

ANTONIO, Nicolás (1617-1684): 606, 607.ARAGO, Domingo Francisco (1786-1853):

34, 38, 76 y n, 78, 155 n, 157 n, 171,175, 181, 210 n, 211 n, 213 si, 639.

ARGELANDER, Federico (1799-1885):157 n.

ARIAS BARBOSA, Pedro (S. XVI, huma-nista portugués): 603, 605, 607, 608y si., 610 si.

AIUSTÓTELES (384-322 a. J. C.): 149,540.

ARNOTT, Neil (1788-1874): 527, 529,530, 531 y n.

ARQUELAO DE JUDEA (m. 7 d. J. C.):257, 258.

ASTAROT (personaje del “Morgante” dePulci): 267.

ASTRUC, Juan (1684-1766): 577, 580,581, 582.

ATIENZA, Pedro de (S. XVI, conquistadorespañol): 370.

AUGUSTO (68 a. J. C. — 14 d. J. C.):185, 257, 258, 259.

AZARA, Félix de (1746-1821): 423 n,425, 427, 449, 452.

B

BACON DE VERULAN, Francisco (1561-1626): 529, 535, 540, 542, 548.

BASLY, W. (1774-1844): 208.BAIN: 210 n, 211 n.BARLOW, Pedro (1780-1862): 218.BARTON, Lingüista: 281.BASTIDAS, Rodrigo de (1460-1526): 648.BAuZA, Felipe (1769-1834): 350, 367.BEAUFOY, Francisco (1774-1857): 210 n.

BEDA (672-735): 257.BEMBO, Pedro (1470-1547): 579.BERTOMAN, Luis: 594.BESSEL, F’ederico Guillermo (1784-1846):

166, 172 n.

703

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Cosmografía

BIELA, Guillermo, barón de (1782-1856):155, 157 n, 161.

BIGOT de M~oroguei, Pedro, barón de(1776-1840): 225.

BIOT, Juan Bautista (1774-1862): 76 o,95, 108, 207, 213 n, 214, 224, 251.

BLACK, José (1728-1799): 535.BOBADILLA, Francisco, comandante: 319.BOCHICA (Sacerdotede los muiscasde Co-

lombia): 285, 286.BODE, Juan (1747-1826): 132 ti.

BOERHAAVE, Armando (1668- 1738): 581.BOIL, Fr. Pedro (S. XV-XVI): 600, 601.BOLíVAR, Simón (1783-1830): 271 n.BONPLAND, Amado (1773-1858): 271 y

ti, 273, 274, 277 y n, 288, 290, 291 rs,302, 319, 329, 332, 405 n, 409,412 n.

BORGIA, César (1474-1506): 587.BOUDDHA [Buda] (S. IV a. J. C.): 665.BOUGAINVILLE, Luis Antonio de (1729-

1811): 253.BOIJGTJER, Pedro (1698-1758): 45 n, 355,

642.BOUSSINGAULT, Juan Bautista (1802-

1887): 274, 645, 656, 659, 665.BRADLEY, Jacobo (1692-1762): 130, 180.BRAHE, Ticho (1546-1601): 168, 177,

180, 235.BREDEMEYER,M. (naturalista): 651.BRESCHET, Gilberto (1784-1845): 643.BRISSON, Maturino Jacobo (1723-1806):

424.BUCARELI y URSÚA, Antonio ?y1~aria(m.

1779): 440, 447.BUELLIOS Vid. BOIL.BUFFON, Jorge Luis, conde de (1707-

1788): 423 n.BULNES, Manuel (1799-1866): 507.

C

CABRAL, Vid. ÁLVAREZ CABRAL.CADET DE GAssscoustT,Carlos Luis (1759-

1821): 570.CALDAS (1768-1816): 356, 358, 417, 435-

439, 443, 447, 567-589.CALIXTO III, Papa (1378-1458): 241.CANDOLLE, Agustín Piramo de (1778-

1841): 417, 418, 652.CARLOS Y (1500-1558): 559, 560, 586,

590, 607.CAIu~os VIII de Francia (1470.1498):

577, 580, 587, 589, 590, 593. 598.CARLOS IX de Francia (1550-1574): 184.CASINI, Jaime (1677-1756): 150, 213.CAVENDISH, Enrique (1731-1810): 210 a.

CERVIÑO, Pedro (m. 1816): 223.CÉSAR, Julio (102 6 100-44 a. J. C.):

149, 185, 188, 551.CIRENIO, (gobernador de Siria, S. 1.. a.

J. C.): 259.CLAIRAUT, Alejo Claudio (1713-1765):

154.CLAPERTON, Hugo (1788-1827): 625,

627, 628.CLAVIJERO, Francisco Javier (1731-1787):

436, 582 y n.CLEMENCÍN, Diego (1765-1834): 606, y

rs., 607, 608 ti.

CLYDE TOMBAUGH: 144 n.Cocuy, (rey de los manitivitanos): 303.COINDET, Dr. Juan Francisco (1774.

1834): 567 ti, 570, 573.COLÓN, Cristóbal (n. h. 1451-1506):268,

537, 578, 580, 590, 592, 595, 597, 599,600-602, 604, 606, 609, 610, 648.

CoMsssÓN EDITORA: 2 ti, 4 ti, 76 n, 77 ti,

79n, 148n, 153n, 156n, 162n, 176n,177 n, 205 ti, 221 ti, 229 n, 239 ti, 241 n,243 n, 245 n, 247 ti, 255 ti, 261 ti, 265 ti,

271 n, 273 n, 274 n, 277 ti, 288 ti, 302ti, 319 ti, 343 ti, 367 ti, 381 n, 403 n,415 ti, 421 ti, 430 n, 431 n, 449 ti, 455ti, 457 n, 469 ti, 471 ti, 493 n, 499 ti,515 ti, 527 n, 531 ti, 549 ti, ¶57 ti, 565n, 575 rs, 617 n, 621 ti, 625 ti, 629 ti,

635 o, 637n, 639n, 645n, 650n, 653o, 656 ti, 664 n.

CONDAMINE, Carlos La, (1701-1774): 45ti, 355.

Coon, Mr. (caballero inglés residente enChile por 1839): 502.

CooK, Jaime (1728-1779): 208, 211.COPÉRNICO, Nicolás (1473-1543): 43,

128, 268.CORTÉS, Hernán (1485-1547): 602.CORREA, Jacobo (1750-1823): 412 ti.

COURTÍN, Eustaquio (1768-1839): 249.CRUcERo: vid. CUSERO.CULLEN, Guillermo (1712-1790): 569.CUROEUS: 577.CUSERO(caudillo guaipunabis): 303, 307.CUvIER, Jorge (1769-1832): 295, 389,

n, 397 ti. 400 n, 423 y n.

CH

CHAMBERLAIN: 663.CHAPTAL, Juan Antonio (1756 - 1832):

224.CHARLES DE PRANCIA: Vid. CARLOS VIII.CHINCHILLA, Antonio: 605.CHLADNI, Ernesto (1756-1827): 225.

704

Page 791: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Índice onomdstico

D

DALRYMPLE, Alejandro (1737-180$): 208.DAMOISEAU: 154.DAUBENTON, Luis (1716-1799): 406.DAVY, M’. Humphry (1778-1829): 665.DELAMBRE, Juan Bautista (1749-1822):

78.

DENHAM, Dixon (1786-1828): 625, 627.DENTRECASTEAUX, (Almirante): 212.DESFONTAINES, Renato (1750-1833): 406.DESMARETS: 656, 657.DESALINES de Orbigni, Alcides (1802-

1857): 640.DIOCLECIANO (245-313): 257.DsoN CAsso (170-235): 259.

DIONISIO EL EXIGUO (S.VI): 257.DIOSCORIDF.S, Pedanio (S. 1): 330.DRAKE, Francisco (1540-1595): 648.

DREBBEL, Cornelio van (1572-1634): 488.

DUARTE, F. J. (1883-....): 2 n, 30 ti,

41 n,48 n, 58n,60n,64n,68 ti,

77 ti, 80 ti, 100 ti, 108 ti, 117 ti, 122o, 130 ti, 132 rs, 136 ti, j45, 170 ti,

183 o, 200 o, 201 rs.

E

EDWARDS, Guillermo Federico (1777-1842): 643.

EMPARAN, Vicente (gobernadorde Vene-zuela a principios del S. XIX): 290.

ENCKE, Juan Francisco (1791-1865): 144,154, 155, 157 n.

ENRIQUE III, El doliente (1379-1406):185.

ENRIQUE III, de Francia (1551-1589):189.

ENRIQUE VIII, de Inglaterra (1491-1547):614.

ESCALIGERO, Julio César (1540-1609):199, ¶79.

ESPINOSA, José (1763-1815): 350.EVEREST, Mr. Jorge (1790-1866): 629,

631, 633.

F1~ABRET: 573.FABRICIO (1564-1617): 167, 177.FALLOPPI, Gabriel (1523-1562): 595, 597,

614.FALLOPUS, Vid. PALLOPPI.

FARADAY, Miguel (1791-1867): 638.FAR~ADETE (personaje del “Morgante” de

Pulci): 267.

FAYE, Hervé Augusto (1814-1902):157 ti.

FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, Gonzalo (1453-1515): 590, 598, 599, 601.

FERNÁNDEZ DE NAVARRETE M a r t í ti

(1765-1844): 559, 606 y ti.

FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo (1478-

1557): 590, 591, 596, 597, 598, 599,600 y ti, 601, 602, 609, 657.

FERNANDO EL CATÓLICO (1452-1516):590, 601, 607, 608.

FERNANDO II de Nápoles, el joven (1469-1496): 590, 594, 598.

F’ERRERAS, Juan (1652-1735): 600.FISCHEK Dr.: 244.FITZROY, capitán (1805-1865): 26 si.FLAMSTED, Juan (1646-1719): 178, 180.FLEURI, Claudio (1640-1723): 242.FLINDERS, capitán (1774-1814): 214, 215.FODERE, Francisco Manuel (1764-1835):

569, 570.FOUCAULT, Juan (1819-1868): 183 ti.FOURCROY,Antonio (1755-1809): 407.FOURNIER, (viajero): 657.FRACASTOR, Gerónimo (1483-1553): 578,

579.FRANCISCO! de F’rancia (1494-1 547): 583.FREYCINET, Vid. SAULCES DE FREYCINET.FULGOSI, (5. XVI): 611.FULTON, Roberto (1765-1815): 560.

G

GALILEO (1563-1642): 127, 268, 529,579.

GALLE, Juan Godofredo (1812-1910):144ti, 146.

GARAY, Blasco de (S. XVI): 559.GARCILASO, EL INCA: Vid. VEGA, GARCI-

LASO DE LA.

GAuSs, C. F. (1777-1855): 200 ti.

GAY, Claudio (1800-1872): 26 ti, 30 ti.

GAY-LUSSAC, José Luis (1778-1850): 210n, 213, 571.

GEKARD, (médico del Siglo XIII): 612.GINGUENE, Pedro Luis (1748-1816): 267,

268.GIRTANNEB. (médico): 581.GMELIN, Juan Federico (1778-1804): 338.G0D5N: 45 ti.

GODOY CRUZ, Tomás: 261, 264.GOMARA: Vid. LÓPEZ DE GOMARA.GONZÁLEZ, Francisco S. J. (S. XVIII, mi-

sionero fundador): 315.

GONZALO DE CÓRDOBA: Vid. FERNÁN-DaZ DE CÓRDOBA, Gonzalo.

GooDRich: 663.

705

Page 792: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

GORBEA, Andrés Antonio (1792.1852): 4n, 41 ti.

GREGORIo XIII (Papa de 1572-1585):189.

GUICCIARDINI, Francisco (1483-1540):577, 594, 597.

GUII.LERMO III de Inglaterra (1650-1702): 660.

GUM5LLA, José (1687-1750): 323.GUTIÉRREZ DE LA VEGA, José: 605.

H

HAENRE, Tadeo (naturalista): 469, 479,489.

HALL, Basilio (1788-1844): 497.HALLEY, Edmundo (1656-1742): 153,

180, 239, y ti, 241, 243.HAMMER: 423 ti, 425.HANSTEIN, (profesor danés): 218, 219.HARDING, Carlos Luis (1765-1834): 117.HARVEY, Guillermo (1578-1658): 535.HAYFORD: 41 o.HEAD, Prancisco (1793-1875): 455, 457

ti, 461 n.HELMONT, Van (1577-1644): 613.HEMLER, (físico alemán): 581.HENDERSON, Tomás (1798-1844): 166.HÉRCULES: (héroe mítico): 267.HERNÁNDEZ MOREJÓN, Antonio (1773-

1836): 605.HERODES EL GRANDE (72 a. J. C. - 1 d.

J. C.): 257, 258, 259.HERÓDOTO (ti. 484 a. J. C.): 628.HERRERA: 376.HERSCHEL, Sir Guillermo (1738 - 1822):

116, 145, 154, 163, 169, 171, 173, 175,

176.HERSCI-rEL, Sir Juan (.1792-1871): ~ y ti,

12 o, 30, 74 rs, 76 ti, 111, 148 ti, 163,164, 165, 169, 174, 178, 232, 235, 264,535.

HIPARCO DE NICEA (160-125 a. J. C.):67, 71, 168, 177, 179, 231, 235.

HIPÓCRATES (ti. 460 a. J. C.): 585.HOBSON G. G. (cónsul inglés en Chile por

1839): 503.HOMERO(S. VIII a. J. C.): 116.HooK, Roberto (1635-1703): 180.HOWARD: 253.HUMBOLDT, Alejandro de (1769-1859):

10 n, 41 ti, 45 ti, 67, 76 n, 79 y n,98 ti, 157 ti, 210 o, 211, 212, 213, 268,271 y si, 273, 274, 277 y ti, 288, 291,292 sin, 294 ti, 302, 303, 306, 309, 319,320, 322, 323, 328 no, 329, 332, 333,

335, 336 ti, 341, 342, 343, 345, 366,

367, 371, 372, 379, 405 n, 419, 435,436, 438, 439, 440, 441 ti, 445, 447,568, 607 y rs, 645, 650, 651 ti, 654,656, 664, 665.

HUNTER, Juan (1728.1793): 535.HUYGHEN5, Cristián (1629-1695): 45 0,

178, 390.

IDELER: 268.ISABEL LA CATÓLICA

601, 608.IRVING, Washington

607 ti.

IZARN~ 225.

J

JACOBO 1 de Inglaterra (1566-1625): 660.JIMÉNEZ, Francisco (maestro): 587.JosEFo, Flavio (S. 1.): 258, 259.JUAN (Sin Tierra) Rey de Inglaterra

(1166-1216): 660.JUAN III de Portugal (1502-1557): 591.JULIO ~I,Papa (1443—1513): 587.JUsssEu, Antonio Lorenzo (1748-1836):

408, 412 o.

K

KEI’LERO, Juan (1571-1630): 58, 116,122, 123, 127, 139, 182, 235.

KEY-AYALA, Santiago (1874-....): 2 ti.

KING: 509.KUNTH: 651, 666.KUI’FFER (viajero francés): 639, 640.

L

LABILLARDIÉRE: 411.LACEPEDE, Bernardo (1756-1825): 429 ti.

LAGRANGE, José Luis (1736-1813): 226.LA LANDE, José Gerónimo (1732-1807):

226.LANCEREAUX (médico francés del siglo

XIX): 610, 611 ti.

LAPLACE, Pedro Simón (1749-1827): 226,252, 536.

LARDNER: 264.LATHAM, Juan (1740-1837):424.LATREILLE: 647.LEBRIJA, Antonio de: Vid. NEBRIJA.LEONICENO, Nicolás (1428-1524): 584,

585, 586.LESUEUR, M’.: 644.LETRONNE, Juan Antonio (1787-1848):

269.

(1451-1504): 590,

(1783-1859): 606,

706

Page 793: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Índice onomástico

LEVERRIER, Urbano (1811-1877): 144 yti, 145, 146, 147.

LEXELL, Andrés (1740-1784): 155.LINNE0, Carlos (1707-1778): 342, 389 ti,

395 ti, 396 ti, 399 ti, 400 n, 401 ti,

408, 421, 423, 424, 435, 436, 459 n.LINTURUS: 611.LITTRÉ, Emilio (1801-1881): 584, 612,

615.LOET, (holandés):651.LÓPEZ DE GOMARA, Francisco (1511-

1566): 593, 597.LÓPEZ DE VILLALOBOS, Francisco (h.

1473-1549): 586.L’ORNE, Thibault de (médico del siglo

XIX): 640.LORRAIN, Claudio (1600-1682): 307.LOWELL, Percival (1855-1916): 144 rs.LOZANO, Francisco [natural de Arenas]:

290.Luis XV, de Francia (1710-1774): 580.

M

MAc LEAN, Dr.: 620.MACAPU (caudillo de los guaipunabis):

303.MAEDL.E, Dr.: 171.MAHOMA (571-632): 554.MAHOMET II (1430-1481): 241.MALTEBRUN, Conrado (1766-1826): 11 ti.

M’~NCO CAPAC (S. X): 285, 286, 289,352.

MARCO ANTONIO (83-30 a. J. C.): 259.MARCO ANTONIO, (joven romano, 1485):

611, 612.MARGARITE, Pedro (S. XV): 600, 601.MARGRAVE: 648.MARÍA de Inglaterra (m. 1694): 660.MARIANA, Juan de (1535-1624): 185.MAUPERTUIS, Pedro (1698-1759): 237.M’AYER, Cristiano: 178, 179.MENDOZA, Iñigo, Conde de Tendilla (S.

XV-XVT): 606, 607.METON (5. V a. J. C.): 194.MINAN000, Aurelio (S. XVI): 589.MOLINA, Juan Ignacio S. J. (1740-1829):

350, 428.MORA, José Joaquín de (1728-1864):

582.MOREAU DE JONES, Alejandro (1776-

1870): 648.MORILLO, Pablo (1778-1837): 417.MUÑOZ, Juan Bautista (1745-1799): 606

y ti.

MUTIS, José Celestino (1732-1808): 305,409.

NNAIRNE, (S. XVIII): 210 n.NAPOLEÓN (1769-1821): 187.NAVARRETE, (Vid. F’ERNÁNDEZ DE NAVA-

RRETE).

NEALE: 653.NEBRIJA, Antonio de (1444-1522): 608.NELSON, (capitán): 441.NERÓN, (37-63): 411.NEWPORT, Jorge (1803-18 54): 648.NEWTON, Isaac (1642-1727): 44, 81, 138,

139, 147, 152, 169, 183, 390, 535, 540,

544, 548.NICHOL, Dr.: 115 ti.

O

ODIN, (dios de la mitología nórdica):631.

OLBERS, Enrique Guillermo (1750-1840):117.

OUDNEY, Dr.: 625.

P

PALACIO, Manuel (1784-1819): 418.PALEY, Guillermo (1743-1805): 554.PALLAS, Pedro Simón (1741-1811): 229.PARACELSO, Teofrasto (1493-1541): 614.PARE, Mungo (1771-1806): 627, 652.PAULO III, (1468-1550): 579.PAUW, Cornelio de: 580 y rs, 581, 582,

583 y n, 596, 597 y n~600 y ti, 601.PERICLES (499-429 a. J. C.): 286.PIAZZI, José (1746-1825): 116.PICKERING, W. H.: 144PINEL, Felipe (1745-1826): 669.PLATÓN (427-347 a. J. C.): 604.PLINIO, Cayo (23-79): 330, 411, 585.P0EPIGG: 657.POLICIANO, Angelo (1454-1494): 607.POMPONIO (1425-1497): 586.PONTEGOULANT (S. XVHI): 505.PORTALES, Diego (1793-1837): 505.Pu5SIN, Nicolás (1594-1665): 307.PRESCOTT, Guillermo (1796-1859): 602 y

n, 607 y ti, 608 y ti.

PREVOT: 235.PRIETO, Joaquín (1786-1854): 508.PROUET: 412.PTOLOMEO: Vid. TOLOMEO.

PULCI, Luis (1432-1484): 267, 268.

QQUETZALCOATL: 285, 286.QUIJANO, Tomás Antonio: 568.QUINTANA, Manuel José (1772-1857):

598

707

Page 794: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

B.

RALEIGH, Gúalterio (1552-1618): 365.RAMÍREZ, Alejandro: 369.RAMOND, M. Luis (1753-1827): 641,

642.RAYNAL, Guillermo (1713-1796): 374,

377.REAUMUR, Renato (1683-1757): 390, 417,

439, 571.REINALDO, (personaje del ~ de

Pulci): 267.REYES CATÓLICOS: 599, 606, 608 ti, 610 ti.

RICARDETO, (personaje del “Morgante” dePulci): 267.

RICORD, Felipe (1800-1889): 613, 614 ti.

RICHARD, Luis Claudio (1754-1821):328 o.

RIECIOTI: 180.Ríos, José Amador de los (1818-1878):

597 y ti.

RIVERO, Mariano (t 1857): 274, 656,659.

ROBERTSON, Guillermo (1721-1793): 580,581 y rs, 582, 583 n.

ROBERTSON, Felipe (1821-1885): 641.ROBIN, Carlos: 584, 612, 615.ROEMER, Olao (1644-1710): 130.ROMARUS (S. XV): 611.Ross,Guillermo Parsons,Condede [Rosse]

(1800-1867): 115 n, 176.ROYERI 614.RUBIN DE CELIS, Miguel (S.XVIII): 223,

253.Rusz DíAz DE ISLA, Rodrigo (S. XVI):

592, 597, 599, 600, 601.RUIZ DE MONTOYA: 439.RUSSEL: 212, 570.

sSABELICO, Antonio: 594.SABINE, Eduardo (1788-1883):

666.SABINO, (procurador de Siria, S. 1 a. J.

C.): 258.SAINT-HILAIRE, M. Augusto de (1779-

1853): 647.SÁNCHEZ RIBEIRO, Antonio (5. XVIII):

581.SAULCE5 DE FREYCINET, Luis Claudio

1779-1842): 665.SAUSSURE, Horacio (1740-1799): 569,

642.SCHROESTE~:126 ti.

SBE1ZZN: 279.SEGALAS: 638.SIIPH0WER: ~11.

SÉNECA (4 a. J. C. -65): 149, 313.SHAW, Jorge: 423 ti, 430.SIMÓN, Fray Pedro (1574-?): 323.SMITH, Adam (1723-1790): 535.SOLANO, José (1726-1802): 302, 303,

315, 334.SONNINI DE MANONCOURT, Carlos Nicolás

Sigeberto (1751-1812): ‘23 rs.SOSIGENES [de Alejandriaj (S. 1 a. J.

C.): 188.SPRENGEL: 611.STR.UVE, Otón Guillermo (1819-1905):

166, 169.STUMPF: 577.SURETEN, Van: 581.SWAMMERDAM, Juan (1637-1680): 390.SwEDIAUR (S. XVIII): 581.

‘rTALAVERA, F’ernando de (1428-1507):

609 ti.

TENDILLA, Conde de: Vid. MENDOZA,Iñigo.

THIERRI DE M’ENONVILLE: 435, 437.THILLAYE, M.: 249.THOMSON, Tomás (1773-1852): 210 rs.TOLOMEO, Claudio (5. II): 43.TOMÁS FILÓLoGo (S. XVI): 588.TORRELLA, Gaspar (S. XVI): 587.TULLY: 637.

Y

VALENZUELA, Eloy (1756-1833): 417.VALOR, P. Francisco (S. XIX): 338.VATER, Juan Severino (1771-1826): 279,

281.VAUQUELIN, Luis Nicolás (1763-1839):

411.VAVASOUR, Dr.: 643.VEGA, Garcilaso de la, el Inca (1540-

1616): 349.VESPUCIO, Américo (1454-1512): 648.VÍCTOR BENITo: 614.VIEILLOT, Luis JuanPedro (1748-1831?):

423, 424.VIGO, James de: 594.VIREY: 381.VIRGILIO MARON, P. (70-19a. J.C.):579.

W

WATr, Jacobo (1736-1819): 535, 548.WsLz.Es, Carlos (1798-1877): 499, 501,

502.W0LIBY, Tomás (1471.1530): 613.VOLLAsTON, Guillermo (1766-1828): 166.Wois.CESTEK, Marquésde: 559.

210 o,

708

Page 795: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

A

Anales, de Thomson: 210 ti.

Anales de la Universidad Central de Ve-nezuela: 200 ti.

Analyse des fruits, de Richard: 328 ti.

Anisales de chimie: 660.Annales ¿u Musée d’Histoire Naturelle:

423 ti.

Antigüedades,de Flavio Josefo: 258, 259.El Araucano: 1 n, 76 n, 77 n, 79 ti, 148 ti,

156 n, 162 rs, 229 ti, 241 ti, 243 o,245 ti, 247 ti, 261 rs, 265 ti, 271 ti,

493 ti, 499 ti, 531 n, 557 n, 617 ti,

621 n, 629 ti.

Archives des découveries el inventiovsnouvelks, París: 647, 648, 649, 650,655, 659, 660, 661, 664, 665, 666, 669,670.

Astronomía, de Sir John W. Herschell:148 n, 264.

Athenoeum,de Londres: 255 ti.

B

Bajo el Signo del Ávila, del Dr. SantiagoKey-Ayala: 1 ti.

Biblioteca Americana, Londres: 205 ti,

381 n, 403 ti, 415 n, 421 ti, 515 n.

BíbjiothecaHispana Nova, d~Nicolás An-toniO: 607.

Boletín Bibliogra’fico: 457 ti.

C

CtzlendarioPcr~etno,El, çor F. J. Duarte:200 ti.

Censor Americano, El, Londres 271 rs,277 n, 28~ n.

Colección de los Viajes y Descubrimientosde los Espaiioles, de Fernández de Na-

varrete: 606 ti.

Cosmografía,de Bello: 1 ti, 76 n, 122 ti,

148 ti, 162 ti, 229 n, 239 ti, 255 ti,

261 rs.Cosmos,de Humboldt: 10 ti, 41 ti, 45 ti,

48 n 98 n 157 ti, 161.Curso elemental de Geografía moderna, de

TomásGodoy Cruz: 261-264.

D

Découverte d’un nouveau reméde contrele goitre, por Coindet: 567 si.

De Morbis Venereis (1736), de Juan As-truc: 580.

De Morbo Gallico Tractatus (1564), deGabriel Fallopps o F~ilopus:595.

Dialogus de dolore cumtractatu de Ulce-ribus in pudendagra ei’enire solitis, deGasparTorrella: 587.

Diario de los Debates.París: 268.Diccionario de las CienciasMedicales: 572-

573.Dictionnaire de Médecine, (1865): 584.

ÍNDICE DE TÍTULOS

Este indice, preparadocon la colaboración de la señorita MaríaRosa Alonso, ordena los títulos tratadospor Bello en el volumen. Lanumeración remite a las páginasCARACAS.)

del texto. (COMISIÓN EDITORA.

709

Page 796: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

Discurso Inaugural de la Universidad deChile (1843), de Bello: 531 n, 549 ti.

Diversos procedimientospara curar el malgálico, Los. Venecia (1538), de TomásFilólogo: 588.

E

Elementos de Física y Filosofía Natural,general y aplicada a la medicina, tra-tada sin cálculos y fórmulas matemá-ticas, del Dr. N. Arnott: 527, 531 y ti.

Elogio de la Reina Isabel, de Diego Cle-mencín: 606 rs, 608 n.

Enciclopedia, de Courtin: 249.Enciclopedia, de Lardner: 264.Enciclotedia Británica: 495.

Ensayo Político, de Humboldt [capítuloXXVIII del Viaje a los regios/esequinoc-ciales]: 274, 435, 441 ti, 447.

Evangeliode San Mateo: 259.

F

Filosofía Natural: [cit. por Arago]: 38.Foreigu Quarterly Review, de Londres:

3 ti, 115 ti.

G

General Zoology or Systesnatic NaturalHistory, Londres, 1809-1826: 430.

Geórgicas, de Virgilio: 579.Globo, El: 665.

H

Histoire de la Geographie du NouveauContinent, de Alejandro de Humboldt:607 ti.

Historia de América (1777), de Guiller-mo Robertson: 580, 581 ti.

Historia antigua de México, de Clavijero:

582 ti.Historia Bibliográfica de la Medicina Es-

pañola, de HernándezMorejón: 605.Historia de la Conquista de México, de

Prescott: 602 ti, 607 ti.

Historia Eclesiástica, de Fleuri: 242.Historia General de las Indias, de Fran-

cisco López de Gomara, (1552): 593.Historia General y Natural de las Indias

(1535), de Fernándezde Ovieéo: 591,596 ti, 600 ti.

Historia de la Geografía del Nuevo Con-tiisesste,del Bsrón de Hurnboldt: 268.

Historia de la Guerra Jerosolomitana, deFlavio Jo~cfo:258.

Historia de las Guerras de Italia, de Gui-cciardini: 594.

Historia Literaria de Italia, de M. Gin-guené: 267.

Historia de la Medicina Española, de An-tonio Chinchilla: 605.

Historia Natural, de Tadeo Haenke: 469.Historia del Nuevo Musido, de JuanBau-

tista Muñoz: 606 rs.Historia de los Reyes Católicos, de Pres-

cctt: 607 ti, 608 ti.

Historia de la Sífilis, de José Gutiérrezrio la Vega: 605.

Horologium oscillatoriuns, de J-Iuyghcns:45 ti.

Introducción a los elementosde Física,del Dr. Arnott: 531.

J

Journal of the Academy of NaturalScienceof Philadelphia: 658.

Journal des Débats: 176 ti.

L

Leccionesde Astronomía, de Arago: 78 ti.

Lettres sur le Syphilis (1851), ¿e Ricord:614 n.

Libellus de epidemiaquam vulgo morbumgallicam voca;st (1497), de NicolásLeoniceno: 585.

M

Mémoires ¿u Museumd’histoire naturelle,de De Candolle: 417 ti, 423 n.

Mercurio (El) de Valparaíso: 255 ti.

Método bara evitar y curar la enfermedadgálica, de Juan Almenar: 588.

Morgante Maggiore, de Pulci: 267.

N

Narrativa de’ la expediciónexploradoradelos EE. UU. de América durante losaños de 1838 hasta 1842, por CarlosWilkes, de la marina de los EE. UU.:499 y ss.

Narrativa de los viajes y descubrimientoshechos en el Africa Septentrional yCentral, en 1822, 23 y 24, por el Ma-

710

Page 797: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Índice de Títulos

yor Denham, el capitán Clapperton yel Dr. Oudney, Londres 1826: 625.

Naturalist’s Miscellany, de Shaw: 423 si.

Nautical Almauac: 21 nn, 22 ti, 30, 39 ti,

49 ti, 64 ti.

Nouveaudíctionnaire d’histoire naturelle,appliqseéeaux arts, si l’agriculture, el sil’économie rurale el dosnestique,par unesocieté de naturalistes el d’agriculteurs,de Virey, (1818-1820): 381 ti, 405 n,423 ti.

Nove genere Jda;st. oequinoct. (Prologo-suenade distributione plautarstr~ssecun-duns coeli temperiem), de Humboldt:419.

O

Ocios de EspañolesEnsigrados:436 si, 447.Opus Ejsistolarsem, de Pedro Mártir de

Anglería: 603, 610.Origen del mal venéreo(1780), de Fran-

cisco Saverio Javier Clavijero: 582.Outlines of Astronomy,de Sir John Hers-

abel: 3.

P

Plantes equinoxiales,de Humboldt y Bon-pland: 405 ti.

Practical Observations on veneral disease(1784), de Swediaur: 581.

Précis élémentaire,de Biot: 207, 208 ti.

QQuarterly Journal of Scieuces and the

Arts: 210 si, 211 n, 212 n, 213 si, 215,218, 647, 654, 663.

R

RecherchesPhilosophiques Sur les Ame-ricains (1768), de Cornelio de Pauw:580 y ti, 583 ti, 597 ti, 598 n, 601 o.

Relación Histórica, de Humboldt: 343,367.

El Repertorio Americano, Londres: 221 si,

271 ti, 273 ti, 274 ti, 302 si, 319 si,

343 n, 367 ti, 431 ti, 449 n, 455 rs,457, 469 n, 527, 531 si, 565 ti, 625 ti,

635 si, 637, 645 n, 650 si, 653 ti,

656 n, 664 ti.

Rough Sketches, del capitánHead: 457 ti.

Semanario del Nuevo Reino de Granada:417, 435, 447, 568.

Sobre las contagiosas y malditas bubas:historia y medicina (1498), de FranciscoLópez de Villalobos: 586.

Sumario de la Natural Historia de lasIndias (1526), de Gonzalo Fernándezde Oviedo: 590.

Syphilis, sine de morbo galico (1530), deGerónimo Fracastar: 579.

T

Tabletas Romainescontenantdes faits, desanecdotes,et des observations, sur lesmoeurs, les usages, les cérémonies, legouvernementde Romepar sor françaisqui a récesnsnentsejourné dans celleville, París, fébrier 1824: 611.

Tractado llamado fructo de todos lossanctos contra el mal repentino venidode la isla Española, etc., 1542, de R~—drigo Ruiz Díaz de Isla: 592.

Tractatus de concordia astronomicaeven-taus cum narratione historica, Lovaina,1490, deI Cardenal Ailly: 268.

Traité du goitre et du crelinisme, da Fo-déré: 569 si.

Traité Historique el Pratiqsee de la Sy-philis, 1866: 611 si.

A Treatiseof the Materia Medica, de Cu-lIen: 569 n.

y

Viaje en busca de La Peyrouse, de M.Labillardiére: 411.

Viaje a las regiones equinoccialesdel Nue-vo Continente, por Humboldt: 271 y si

273, 274, 653 si, 654, 656.Viajes, de Azara: 449.Vida del Gran Capitán Gonzalo de Cór-

doba, 1807, de Quintana: 598.Vida y escritos de Oviedo, en Historia

General y Natural de las Indias, 1851,por José Amador de los Ríos: 597 rs.

Vida y Viajes de Cristóbal Colón, deWashingtonIrving: 607 ti.

Voyagedans les Alpes, da Saussure:569 rs.

711

Page 798: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Page 799: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

INDICE DE MATERIAS

Este indice, preparadocon la colaboraciónde la señoritaMaría RosaAlonso, ordena los temas tratadospor Bello en el volumen. La numera-ción remite a las páginas del texto. (CoMIsIÓN EDITORA. CARACAS.)

A

Aberración de la luz: vid. Luz.Achiote: vid. Plantas, lintórcas.Achupallas: 654.Aerolitos: 158-159, 224-227, 247—253.Afelio: 62.Agave vivípara: vid. Plantas, medicinales.Aguja magnética: 639-640.Aguas negras: 304.Airampo: vid Plantas, tintóreas.Aire: enrarecimiento en la altura: II.Ajuapor (enfobia), leche venenosa: 659.Alba: vid. Aurora.Álcali mineral: vid. Sosa nativa.Alcanfor: 483.Algarrobilla: vid. Plantas, tintóreas.Algodón: 375, 489-491.Alpaca: 480.Altitud: 28.Alumbre: vid. Minerales.Andes, origen de la voz: 349.Anomalía: vid. Astros.Anomalística: vid. Luna, revolución.Anomalístico: vid. Año, anomalístico.Antecos: 92.Antípodas: 92, 267.Antropofagia: 336-337.Añil: 375, 489.Año, onosnalístico: 72, equinoccial o ci-

vil: 70-71, 184; luz: 130n; sideral: 51;trópico: 184-187, sus estaciones: 87-88.

Apires [cargadores chilenos]: 466.Apogeo, de la Luna: vid. Lun.; del Sol:

vid. Sol.

Apotó [reyezuelo de los guaipunabis]:303.

Apsides, de la luna: vid. Luna; del sol:vid. Sol.

Arbol, del aceite esencial: 666; de leche:650, 651, 656; de la manteca: 652; depan: 660-661.

Arboles, su longevidad: 660.Arr/sas: 650.Árnica de los Andes: vid. Plantas, me-

dicinales.Arrastradero: 314.Asemillar: 442.Asteroides: 132, 159-161.Astros, anomalía: 72; ascensión recta: 22;

atracción: 139; declinación: 21.Atlántida, La: 388.Atmósfera: 12.Atomos, su doctrina: 517.Atracción de los astros: vid. Astros.Áureo número: vid. Ciclo, lunar.Aurora: 94.Austro: 19.Azimut: 28.Azúcar de las Antillas: 371-372.

Banianes: 649.Barrilla: 475-476.Begonia anemonoides:

cina! es.Bejuco de maimure: 307.Bólidos: 160, 224, 249.Bóreas: 19.

B

vid. Plantas, mcdi-

713

Page 800: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

Botuto [trompeta sagrada]: 310.Brontia: vid. Aerolitos.

CCachina: 472.Cachoeiras: 314.Cactos, especies: 436-437.Café, de las Antillas: 372-374; su cultivo

en Arabia: 649-650.Calendario: 184; romano: 185-187; de

la Revolución Francesa: 187; segúnReforma juliana: 188; según Reformagregoriana: 189, 195.

Canelilla: 305.Cáñamo: 376.Caparrosa: vid. Minerales.Carbonato de cobre: vid. Minerales.Cardenillo: vid. Minerales.Cariofilata de los Andes: vid. Plantas,

medicinales.Casabe: 648.Casas del rey: 289.Catacata: vid. Plantas, medicinales.Cauchuc: 653.Caudex [en las palmas]: 405.Cera en América: 376.Ceraunia: vid. Aerolitos.Ciclo, lunar: 194-195; solar: 190-194.Cielo, su espectáculo: 17-18.Círculo, crespuscular: 94; de ilumina-

ción: 85.Círculos, azimutales: 28; del globo te-

rrestre: 83; de latitud: 53; polares:53; verticales: vid. Azimutales.

Climas: 91; clasificación antigua: 92.Cochinillas: 433 y sigts., 481; denegrida:

446; jaspeada:446; negra: 446.

Cólera: 619 y sigts.; espasmódico a asiá-

tico: 620; morbo: 620.Colquenillo: vid. Cachina.Coluros: 52.Comercio de Cuba: 3 76-379.Cometas: 148; de Biela: 155, 157n., 161;

de Encke: 154-155; de Halley: 153-154; 241-245.

Constelaciones: 30-31; Acuario: 236,Águila: 168, 179, 235, 236; Aldebrán:178; Andrómeda: 30, 1.74; Antinoo:236; Arcturo: 178, 179; Aries: 67;Ballena: 31, 236; Bublena: 177; Ca-bellera de Berenice: 173; Cabrillas: 172,Can Mayor: 178; Cáncer: 173; Capela:178; Casiopea: 168, 171, 235; Cefeo:168, 236; Centaurc: 67, 172 n., 245;Cetus: 167, 177; Cisne: 166, 168, 169,171, 172 n., 177, 236; Colmena: 173,Corona: 169; CoronaBoreal: 236; Cruz

del Sur: 39, 67; Erídano: 67; Escor-pión: 3l, 178, 235; Escudo de So-biesky: 236; Géminis: 67, 236; Hér-cules: 30, 171, 178, 235, 236, Hidra:236, 245; León: 169, 178, 179, 235;Lira: 67, 175, 178, 179, 236; Orión:30, 174, 176, 178; OsaM~enor:66; Per-seo: 168, 173, 177; Piscis: 67; Pléya-des: vid. Cabrillas; Rígel: 178, Roblede Carlos: 174; Sagitario: 67; Serpen-tario: 168, 177, 236, 241; Serpiente:vid. Serpentario:Tauro: 67; Virgen: 67,169, 236.

Continentesy mares: 47.Conuco: 288, 336 y ti.; de siquita: 303.Cosechade la manteca: 297; de aceite de

palomas: 297.Cosmografía,definición: 5.Coto: vid. Papera.Cotosos: 567.Crepsísculo: 94.Cristal, su fabricación: 476-477.Cuadraturas: vid. Luna, fases.Cuantidad en las ciejscias: 545.Cucuritos: 313.Cucnruchos: 292.Culebra ele cascabel: 653.Curare: 319, 323, 326.Curas, doctrineros: 288; rectores: 288.

CH

Chamusco [enfermedad de la cochinilla]:444.

Chapi de Yungas: vid. Plantas, tintóreas.Chirisigui: vid. Plantas, tintóreas.Chorreo [enfermedad de la cochinilla]:

444.Churi: vid. Nandú.Chuspas [talegos]: 428.

D

Declinación de los astros: vid. Astros.Día: su duración: 83, 90-93; civil: 57;

sideral: 35, 56; sideral medio: 70; si-deral verdadero: 70; solar medio: 35,57; solar verdadero: 5’~-57.

Digestión, su estudio: 643-6 4.Doc/rina atómica: vid. Álusnus.Dorado, El: 365.

E

Eclipses: vid. Luna.Eclíptica: 49; eje: 53; oblicuidad: 63, 64;

714

Page 801: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Índice de Maícrias

origen de su nombre: 108; polos: 53;posIción de los objetos cclcscesrcfcrdosa ella: 52-53; signos: 50.

Ecuación, de los equinoccios: 69; deltiempo: 57.

Ecuador,celeste:19, 29; magnético:207;terrestre: 29.

Efemérides: 57.Eje, de la eclíptica: vid. Eclíptica; de la

esferaceleste: 18; de la Tierra: 19, 29;su paralelismo: 62.

Elipse: 73, 74.Elongación: vid. Planetas.Epacta: 195-196; su obtención: 197-198.Equinoccios: 35, 49; de Aries: 50, 55,

56, 57, 60, 62, 67, 69, 70-73, 87, 88;¿e Libra: 50, 52, 56, 57, 60, 62, 67,72, 87, 88; medio: 69; verdadero:69.

Era dionisiana: 257.Eschistos: 387 y ti.

Esfera celeste: 17, 18.Esjsadiz [en las palmas]: 407.

Esquistas: vid. Eschistos.Estaciones: vid. Año.Estrellas: 18, 162, 176; colores: 170, 178-

179; compañeras: 178; destino: 167;dimensiones: 166; distancias: 165-166;dobles, triples, múltiples: 169, 170, 178;

esporádicas: 160; falsedad del nom-bre: 171; fijas: 163, 231-237; horario:21; lluvia de: 160, 161; movimien-

tos: 171, 179, 180; ocultaciones: 105;periódicas: 167, 168, 177. Estrellas no-tables: Achenar [de Erídano]: 67; Al-cyone: 172; Algol o Beta [de Cabeza deIViedusa]: 168, 175, 177, 236; Alpha:168, 175; Cástor: 169; Chi: 168; DeltaGéminis: 145 n.; Mira: 236; Mu: 171;Omicrón: 167, 177; Polar: 31; Ras Al-hagus: 241; Sirio: 21, 22, 35, 67, 163,166, 168, 172 ti., 177, 179, 235, 637;

Tahalí de Orión: 67; Theta: 176; Vega[de Lira]: 67.

Éter: 81-82.

F

Fáculas: vid. Sol.Fiebre amarilla: 669, 670.Fiestas de las juvias: 324, 326.Física: 542.Flujo: vid. Mareas.Frondes [en las palmas]: 406.Fuerzacentrífuga: 43.

Gay-Lussita, sustancia minera1:

Goma arábiga: 482.

Gravedad: vid. Gravitación universal.Gravitación universal: 137-144.Guachanca: vid. Plantas, medicinales.Guácharo: 295-298.Guaduales: 333, 653 y ti.

Guanaco: 480.Guarapo: 291 ti.

Guirutola: vid. Plantas, tintóreas.

H

Hamahama: vid. Plantas, medicinales.Harina de pescado: 330.Heliómetro: 58.Hemisferios: 19, 22.Hombre salvaje de Bohemia: 647.Hora: legal: 58 ti.; universal: 58 ti.

Hori~conte:8, 20; depresión: 9; racional:23; real: 9; sensible: 9, 23.

Husos horarios: 58 ti.

Hutia, roedor de Cuba: 656.

¡choicho [paja alta]: 481.¡ma/ola: vid. Plantas, tintóreas.Imorones [confeccionadores de veneno]:

299.Indicción romana: 19 8-199.Indios, andantes: 315: llanero: 315; mon-

tero: 315-316.Ivorokiamo [Jefe de los malos espíritus]:

299.

JJaguas: 313.Junta Central de Vacuna, Caracas,1807-

1808: 673 y ss.

L

Lágrimas de San Lorenzo: vid. Estrellas,lluvia de

Laguna de Oro: 365.Latitud: 29; celeste: 53; heliocéntrica:

62; terrestre: 39.Letra dominical: 191, 192, 193, 194, 198,

199 n., 200.Ley de la gravedad: 539-540.Leyes, de Keplero: 122-123, 139, 182; de

la naturale~Za:538.Lbración: vid. Luna, rotación.Línea, eq~uinoccial:vid. Ecuador celeste,

de los nodos, vid. Planetas.

G Lino: 376.Locura, causas físicas: 669.

667. Longitud; 30; celeste: 53; heliocéntrica:62; terrestre: 36-38.

715

Page 802: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

Luceros, de la mañana: 119; de la tar-de: 119.

Luna: 134, alteraciones de su órbita:108-110; apogeo: 101; ápsides: 101;constitución física: 113-115; dimen-siortes: 99-100; eclipses:104-108; fases:103; movimientos: 101-102; nodos:

101; observaciones lunares: 111—113;órbita: ¡00-101; perigeo: 101; peno-do sideral: 99; revolución: 10?; rota-

ción: 110-111.Lunaciones: 107.Luz, aberración 129; zodiacal: 79-80.

Magnesia vi/rolada: vid. Minerales.Magnetismo terrestre: 207-219.Magueitos: vid. Plantas, parásitas.Mal de piedra: 642.Manganesa:vid. Minerales.Mapas: 40.Mapires [canasta india funeraria]: 311.Mareas: alta o flujo (pleamar): 143;

baja o reflujo: 143; causas:142.Mediodía, medio: 57; natural o aparente:

57.Mente, La: 5~4.Meridiana: 24.Meridiano, celeste: 24; terrestre: 29.Mes lunar: 103.Meteorolitos: 224-225-227.Meteorología: 641.Miel venenosa del Uruguay: 647.Millo: vid. Cachina.Minerales, alumbre: 473; carbonato de

cobre (cardenillo): 476; manganesa:478; nitrato de potasa [nitro puro]:475;. nitrato de sosa: 475; plomo: 478;sosa nativa [álcali mineral]: 475; sul-fato de hierro [caparrosa]: 474; sul-fato de magnesia [sal de Inglaterra,magnesia vitrolada]: 474; sulfato desosa [sal admirable]: 475; sulfuro dearsénico [oropimente]: 476.

Molle, inolli: vid. Plantas, tintóreas.Montes, su altura comparativa: 664.Movimiento de nutación: 68.Mure: 316.Muriato de anmonia: vid. Sal amoníaco.

N

Nacimiento de Jesucristo: 2 57-260.Nader: 8.Nandsí:424.

Naturaleza y sus sentidos: 384; sus leyes,vid. Leyes.

Navegación fluvial: 641.Nébulas [nebulosas]: 172-176.Negrillos [matiganesa]: 478.Neutralización de los cuerpos: 518.Ninactola: vid. Plantas, tintóreas.Nitrato, de potasa: vid. Minerales; de

sosa: vid. Minerales.Noche, su duración: vid. Día, su dura-

ción.Nodos: vid. Luna; ascendente y descen-

dente: vid. Plane/as.

OOnoto: 311.Oro de los Urales: 664.Oropimente: vid. Minerales.Oveja, propagación en América: 479-

480.

P

Pacos [minerales]: 646.Paico: vid. Plantas, tintóreas.Palma: ceroxylón; su descripción: 408-

409; ceroxylon andicola: 409-414; mo-riche: 413; pirijas: 342, 413; sagus:413.

Palos, amarillo de Santa Cruz: vid. Plan-tas, tintóreas; de vaca: vid. Árbol, deleche.

Pan de pescado: 330.Papa de color violeta: vid. Plantas, tin-

tóreas.Papelón: 310.Papera: 567.Paralaje: 54-55; geocéntrica: 55; helio-

céntrica: 55, 61.Paralelos: 19, 20; de la Tierra: 29Páramo: 438 y ti.

Parsec: 130 rs.Paxtles: vid. Plantas, parásitas.Penumbra, en los eclipses: ¡06; en las

mandaas solares: 77.Periecos: 92.Perigeo, de la luna: vid. Luna; del Sol,

vid. Sol.Perihelio: 62.Período, juliano: 199; sideral: 119, 122;

sideral de la Luna: vid. Luna; sinó-dico: 120, 122; vid. Mes lunar.

Piaches: 299, 310.Piedras: meteóricas; vid. Aerolitos; de

rayo, vid. Aerolitos.Planetas, configuración respecto al Sol:

124; conjunción inferior: 119; supe-

716

Page 803: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Índice de Materias

nier: 119; constituciónfísica: 124; cua-dro sinóptico: 132-136; elongación:118; inferiores: 118; línea: 118; no—dos: 118; órbitas: 123; perturbacio-nes: 124; tránsito: 119; ultrazodiaca-les: 116, 122, 125; zodiacales: 116,118.

Planetas notables:Astrea [asteroides]: 122rs, su descubrimiento: 144; Cercs [aste-roides]: 116, 122 y rs, 132 y n, 133, 134;Galia: 146; Jano: 146; Juno [asteroi-des]: 116,’ 122 y ti, 132, 133 y n,134; Júpiter: 37, 116-118; 121—127;130, 132 y n, 133, 134, 141, 144, 145,150, 155, 157 n, 168, 177, 182, 637;Satélites: 127, 129, 131, 135, 136 rs;Mv~te 79. 1<. 117, 11k. 121. 122 yn,125, 126, 132 y n, 133, 134, 141,144; satélites: 136 ti, 157 ti; Mercurio:

79, 116, 117 ti, 118, 119, 120, 121,125, 126 y n, 132 y ti, 133, 134; Nep-t’.~ro: 117 ti. 132 ti; descubrimiento:144, 146; satélites: 136 n; Océano: 146;Palas [asteroides]: 116, 117, 122 y n,132 y n. 133, 134; PI’i’ón: 117 rs,132 ti; descubrimiento: 144, 145 n; Sa-turno: 116, 117 ti, 118, 121, 124, 125,128, 132, 135; satélites: 136, 141, 145,146, 154, 157 ti, 268, 588, 603, 604,610, 637; anillos: 128; Tierna: 117 si,125, 132 y ti, 133, 134, 141, 177, 179,180; Urano, descubrimiento: 116, 117n, 118, 121, 124, 125, 126, 125. 132 yn, 133, 134, 144, 145, 146, 147; Sctéli—tea: 135, 136 ti, 157 n, 174; Venus 79,116, 117 rs, 118, 119, 120, 121, 124,125, 126, 132 y n, 133, 134, 141, 235;Vesta [asteroides]: 116, 117, 122 y ti,

132, 133, 134.

Plantas, medicinales:agave vivípara: 484-485; árnica de los Andes: 483;begoniaanemotioides: 485; caniofilata de los An-des: 484; catacata: 483; guachancaeufobia guachanca]: 484; hamahama:

483; tamitami: 483-484; Parásitas: ma-gueitos: 442; paxtles: 442. Tintóreas:achiote (bixa orellana): ‘~38; airampo(cactos airampo) : 489; algarrobilla:486-487; añil: 488; chapi de Yungaso paico: 481, 487-488; chinisigui (Ber-berís Chirisigui): 486; Molle o molli(Schinus molle): 486; palo amarillo de6anta Cruz: 486; papa de color violeta:488; tara (caesalpina tana): 485-486;tola (mitiactola, guirutola o imatolaBacchanis): 487.

Platina [platino], yacimientos: 645; delos Urales: 664.

Pleamar: vid. Mareas.Plomo, vid. Minerales.Polos, de la eclíptica: vid Eclíptica: de

la esferaceleste: 18; de la esfera terres-tre: 19, 62; austral o ártico: 19; borealo antártico: 19.

Precesión: 179; de los equinoccios: 65-69.Proyecciones:40.Pu,’bl(s.ç, de doctrina: 288; de misión 288.Puntos cardinales: 25-26.

Quermes: 434.Química: 543-544.Quina: 485.

R

Radio vector: 59.Reflujo: vid. Mareas.Reformao corrección gregoriana: vid. Ca-

Reforma Juliana vid. Calendario.Refracción, en qué consiste: 13, 14, 15;

refracción astrotiómica: 16; refracciónterrestre: 16.

Rentas de Cuba: 379.Rosa Náutica: 26.

SSacatillos: 443.Sal, admirable: vid. Minerales; amoníaco:

481; de Inglaterra, vid. Minerales.Sangre, su estudio: 638.Sanos: 107.Satélites: 126-129, 134-136.Seje [belida de palma]: 309.Semilla del guácharo: 298.Serpienteamarilla de la Martinica: 658.Sicigias: vid. Luna. fases.Sífilis, sus nombres diversos: 577-578.Signos,de la eclíptica: vid. Eclíptica; del

Zodíaco: vid. Eclíptica, signos.Sol, apogeo: 69; ápsides: 59; atmósfera:

78; constitución física: 81: distanciadela Tierra: 60; fáculas: 78; magnitud:60; manchas: 77; masay densidad:76;movimientos: aparente: 51, 60-61; elíp-tico: 58-59; su perigeo: 59; rotación:78; temneratura: 80-81; velocidad apa-rente: 56.

Solsticios: 52; de Cáncer: 52, 57, 62, 67,73, 87, 88, 90; de Capricornio: 52, 56,57, 59, 62, 67, 72, 73, 87, 88, 90.

Sosa natis’a: vid. Minerales.

Q

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Page 804: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosinografla

Sulfato, de hierro: vid. Minerales; demagnesia: vid. Minerales; de sosa: vid.Minerales.

Sulfuro de arsénico: vid. Minerales.

T

Tabaco en las Antillas: 374-375.Tabla alfabética, de equivalentesquími-

cos: 520-525.Tamitami: vid. Plantas, medicinales.Tara: vid. Plantas, tintóreas.Telescopios: 637.Temazcalis:446.Temperatura, en los seresvivientes: 665.Temporales,en Canarias:672.Terremotos de 1826, en Bogotá: 668-

669; Constantinopla: 668; Esmirna:668;. Granada: 668; Insbruck: 669;Jamaica:669; Martinica: 668, 669; Pé-saro: 668; Prevesa: 668; Saint-Briene:668; Santiagode Cuba: 669.

Tibboos, raza africana: 628.Tiempo, aparente: 57; medio: 57.Tierra, La, densidad:47-48; dimensiones:

40; excentricidad: 58; figura: 40, 665-666; generalidades:7; movimientos: 32-34, 42-46; perturbacionesperiódicas:63;Pruebas: 131-132, 181; redondez: 7-8;seculares: 63; superficie: 41; tempera-tura: 96.

Tikitiki, pájaro maligno: 316.Tintura de iodina: 571.Tlasole: 440, 443.Tola: vid. Plantas, tintóreas.Totumas: 325, 650 y ti.

Tránsito de los planetas: vid. Planetas.Trigo en América: 375-376.Trigocéfalo hierro de lanza: vid. Serpien-

te amarilla de la Martinica.

Tromba de aire: 666-668.Trópicos, de Cáncer: 64, 86, 87; de Capri-

cornio: 64, 84, 85, 87, 245, 451; comocírculos polares: 52.

Tuaric/es, raza africana: 628,Tuna: 436; de Castilla: 442.Tusa: 478.Tycho, monte lunar: 115 rs.

Umbra, en los eclipses: 106.Uranolitos: 249.

Vacuna: 673 y ss.Vapor: 638.Varimacu: vid. Canelilla.Vía Láctea: 31, 164-165.Vicuña: 479.Vida: 543.Vientos: alíseos: 46.Vilca [árbol gomoso]: 482.Viña: 376.

Y

Yoloquiamo, espíritu maligno: 31 6.Yuca, su origen: 648-649.Yuncas: 349.

z

Zodíaco, sus signos: 51; vid. Eclíptica,signos.

Zonas, glaciales o frígidas: 83; templa-das: 83; tórrida: 83.

Zenit: 8, 28.

U

y

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ÍNDICE TOPONÍMICO*

Este índice, preparadocon la colaboraciónde la señoritaMaría RosaAlonso, ordena los nombresde las partes del mundo tratadaspor Belloen el volumen. La numeraciónremite a las páginas del texto. (COMI-SIÓN EDITORA. CARACAS.)

A

Adén: vid. Edén.Accio [Grecia]: 259.África: 209, 278, 279, 281, 283, 322, 345,

378, 397, 399, 426, 581, 591, 600, 620,625, 627 628, 648.

África equinoccial: 305.Aken [Alemania]: 224.Alcalá de Henares [España]: 610 n.Alejandría [Egipto]: 188.Alemania: 189, 434, 437, 560, 577, 584,

671.Almendral [Valparaíso]: 504.Alto Perú: 332.Altona [Alemania]: 581.Ambalena [Nueva Granada]:358.Ambato [Ecuador]: 355.América: 146, 209, 210, 267, 273 274,

277, 278, 279, 282, 283, 284, 285,288, 289, 305, 306, 310, 321, 322,331, 333, 337, 346, 378, 397 ti, 399,410, 411, 412, 421, 424, 436, 441, 442,457, 459 rs, 461 ti, 473, 479, 488,489, 490, 491, 495, 496, 501, 553,561, 562, 567, 569, 573, 578, 580,581, 583, 584, 586, 588, 590, 591,597, 598, 599, 600, 601, 602, 603, 604,605, 610, 612, 613, 647, 648, 653 ti,

657, 664, 668.América ecuatorial: 304, 372, 400 ti.

América equinoccial: vid. América ecua-torial.

América meridional: 19, 38, 207-208,278, 283, 345, 349, 361, 363, 364,437, 471 ti, 474, 482, 493, 510, 668.

América septentrional: 309, 648.América del Sur: vid. América meri-

dional.Ansénica Rusa [Alaska]: 358.Anahuac [México]: 285.Ancssma [Perú]: 352.Andalucía [España]: 339, 609 ti.

A’zghiera [Italia]: 605, (07.Angostura [Ciudad Bolívar, Venezuela]:

329, 335.

Antioquía [Provincia de Nueva Granada]:357, 358, 359, 368, 645.

Apolobamba [lugar de Bolivia]: 354.

Arabia: 482, 593, 647.Arenas [Venezuela]: 288, 290.Arequipa [Perú]: 352.Argel [África]: 560.Anca [Chile]: 351, 352.Aricagsra [Venezuela]: 293.Arizona [Estados Unidos]: 144 si.Aroa [Venezuela]: 362.

Arque [en Cochabamba,Bolivia]: 483.Asia: 38, 212, 279, 282, 283, 305, 306,

349, 410, 413 y n, 426, 437, 489, 490,501, 610, 640, 664, 665.

Asia Central: 282, 283, 349.

* [Partes del mundo, países, estados,territorios, regiones, provincias, ciudades

y pueblos].

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Page 806: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

Asia Menor: 280.Asia Oriental: 282, 284, 286.Asia Septentrional:278.Atacama [provincia de Chile]: 90, 496,

497.Australasia [Oceanía]: 537.Australia: 501.Austria: 560.Auvernia [Región de Francia]: 611.Avila [España]: 608 n.Ayavaca [lugar del Perú]: 354.Aztldn [región de México]: 285.

B

Babilonia [Mesopotamia, hoy Irak]: 602,610 rs.

Baeza [España]: 610 n.Bahía [Brasil]: 160, 368.Bambarra [Africa]: 652.Baracoa [Cuba]: 368, 369.Barbacoas [Provincia de Nueva Granada]:

358.B.arl’otdn [Francia]: 250.Bárbu(a [Venezuela]: 650, 651.Barcelond [España]: 559, 583, 592, 597,

598, 599, 600, 601, 602, 606, 610 rs.Barquisimeto [Venezuela]: 362.Baviera [Región de Alemania]: 611.Bayemo [Cuba]: 369.Belén [Jordania]: 259.Berbería [África]: 434.Berkland [Inglaterra]: 660.Berlín [Alemania]: 144, 146, 154, 155,

268.Berry [Región de Francia]: 612.Btlhaud [Inglaterra]: 660.Bosotá [Nueva Granada]: 285, 314, 356,

357, 363, 410, 412, 447, 645, 654, 668,6(9.

Bohemia [Checoslovaquia]: 647.Bolivia: 10 n.Bolonia [Italia]: 586.Bonnou [África central]: 628.Boston [Estados Unidos]: 661.Brandeburgo [Alemania]: 611.Brasil: 160, 210, 327, 348, ~8, 364, 372,

412 ti, 441, 451, 496, 648, 664.Brensen [Alemania]: 117.Brest [Francia]: 212.Bretaña [Francia]: 251.Brunswick [Alemania]: 611.Bucaramanga [Nueva Granada]: 417.Buenos Aires [Argentina]: 8, 31, 351,

375.Buga [Nueva Granada]: 361.Burgos [España]: 610 n.Buría [Venezuela]: 362.

c

Cáceres [Nueva Granada]: 359.Cafamarca [Provincia del Perú]: 351,

353, 354.Cajanuma [Perú] :~ 54.Cajatambo (Perú]: 353.Calabnia [región de Italia]: 599.Calcuta [India]: 441.Cali [Nueva Granada]: 358, 3’l.Catícist [India]. 594.Campeche [México]: 375.Canadé [América del Norte]: 283.Candelaria [Argentina]: 451.Caracas [Venezuela]: 197, 292, 322, 362,

363, 375, 651.Carangas [Perú]: 352.Carare [Nueva Granada]: 358.Carcasona [Francia]: 667.Cariaco [Venezuela] 298.CaniJ~e[Venezuel.]: 288, 293, 297, 300,

301, 364.Carolina [Estados Unidos]: 297, 410 n.Cartagena [de Indias, Nueva Granada]:

274, 314, 359, 378.Cartago [NuevaGranada]:358, 361, 654.Casablanca [Chile]: 509.Castilla [España]: 593, 602, 607.Castrovirreina [Perú]: 352.Cataluña [España]: 339, 340.Cáucaso [Rusia]: 279, 283, 284, 647.Caurimare [Venezuela]: 363.Cayena [Guayana Francesa]: 210, 372.Ceilán: 305, 665.Centro América: 375.Cerdeña: 587.Cerro [La Habana]: 368.Cesárea [Asia Menor]: 258.Cochabamba [Bolivia]: 348.Cochabamba,Provincia de [Bolivia]:469,

471, 473, 475, 476, 477, 478, 480,483, 484, 490.

Colombia: 415, 438 n. Vid. Nueva Gra-nada.

Compluto: vid. Alcaid de Henares.Concepción (Chile]: 497.Conchucos [Perú]: 353.Constantinopla [Turquía]: 112, 241, 668.Copenhague [Dinamarca]: 218.Copiapó [Chile]: 41 rs., 126.Coquimbo [Chile]: 90, 496.Córdoba [Argentina]: 351.Corrientes [Argentina]: 451.Cornwall [Inglaterra]: 467.Cracovia [Polonia]: 577.Cuatro Villas [México]: 375.Cuba: 274, 322, 367, 368, 369, 370,

371, 372, 373, 374, 375, 376, 377,379, 656, 657, 669.

720

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Indice Toponímico

Cuenca [Ecu..dor]: 354.Cumaná [Venezuela]: 273, 289, 290, 292,

322, 363.Cumaná [provincia de Venezuela]: 288,

651.Cumanacoa [Vetiezuela]~ 293, 301.Cundinamarca [provincia de Nueva Gra-

nada]: 285, 314, 332, 370, 435, 436,437, 567 y n.

Curacavi [Chile]: 509.Curuguati [Paraguay]: 452.Cuzco [Perú]: 283, 285, 286, 287, 352,

475.

CH

Chaco [región Argentina]: 160, 221, 223.Chachapoyas[lugar del Perú]: 353.

Cbamaya [Perú] 436.Cbamji-rouge [Carcasotia, Francia]: 667.Charcas [provincia de Bolivia]: 471.Chayanta [provincia de Bolivia]: 471,

474.Chile: 7, 18, 27, 73, 90, 243, 428, 461,

462, 466 n, 472, 475, 496, 501, 502,504, 505, 506, 507, 511, 559, 561,562, 620, 640.

Chiloé: 41 n, 350.China: 7, 211, 283, 322, 434, 485, 553,

554, 594.Cbitagong [India]: 441.Çholula [México]: 286, 440.Chocó [provincia de Nueva Granada]:

358, 646, 647.Chuquisaca [Departamento de Bolivia]:

351.

D

Dat [Suecia]:633.Dinamarca: 189, 560.Dorpat [Estonia, Rusia]: 171.Duab [India]: 331.Dublín [Irlanda]: 210 a.

EEcuador: 161.Edén [Adén, Arabia]: 649.Edimburgo [Escocia]: 166, 624.Egipto: 267, 337, 481, 482.Escandinavia: 631.Escocia: 457, 559, 577, 640.Esmeralda[lugar de Venezuela]: 305, 319,

320, 321, 322, 323, 324, 327, 329, 330,335, 340, 341.

Esmirna [Asia Menor, Turquía]: 688.

España: 185, 189, 290, 332, 367, 370,375, 377, 428, 475, 537, 559, 580, 582,583, 584, 588, 590, 591, 592, 593, 595,596, 599, 600, 602, 603, 604, 605,606, 607, 608, 610 n.

Española: vid. Santo Domingo.Estados Unidos de Norte América: 19,

161, 210, 310, 368, 372, 375, 379, 499,501, 508, 537, 560, 653, 657.

Estrasburgo [Francia]: 577.Europa: 10 n, 19, 73, 97, 146, 156,

161, 209, 212, 223, 243, 244, 274,279, 281, 282, 306, 317, 325, 337,345, 370, 372, 374, 376, 378, 398, 410,413 ti, 434, 435, 436, 451, 452, 453,473, 475, 476, 480, 482, 483, 489, 490,510, 537, 560, 561, 567, 569, 578, 580,581, 582, 583, 584, 588, 590, 591, 592,597, 598, 599, 600, 605, 610, 612, 613,620, 640, 649, 651, 664.

Ferrara [Italia]: 585, 586, 595.Fezzan [región de Libia, África]: 628.Filadelfia [Estados Unidos]: 368, 499.Florida [Estados Unidos]: 283, 310, 648.Floridas, Las [Estados Unidos]: 371, 376.Fornove [Italia]: 577.Francia: 98, 161, 184, 189, 210, 224,

280, 320, 372, 373, 374, 560, 580, 583,584, 588, 598, 640, 657.

Franconia [Alemania]: 611.Frederilzstadt [Noruega]: 631.Frieslandia [Alemania]: 244.

G

Gales [principado deGran Bretaña]: 367.Galicia [España]: 349.Ginebra [Suiza]: 567 ti.

Girón’ [Distrito de Nueva Granada]: 417.Glasgaw [Escocia]: 623, 641.Gotinga [Alemania]: 117.Gran Bretaña: 371, 372, 373, 490, 536,

537, 560.Gran Pará [Brasil]: 346.Granada [España]: 606, 609 rs, 610, 663.Grecia: 195, 286, 287, 331, 612.Greenwich [Inglaterra]: 30, 36, 58 n,

111, 113.Groenlandia [Provincia de Dinamarca]:

161, 212 n, 281, 285.Guácharo [Venezuela]: 364.Guadalajara [España]: 608 n, 609 n.Guadalajara [México]: 447.Guamachuco [Perú]: 353.Guancabamba [Ecuador]: 354.Guayana [Venezuela]: 304, 306 n, 316,

319, 321, 322, 323, 327, 331, 333. 334,

721

Page 808: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

338, 339, 342, 348, 413, 648, 653 n.Guayanafrancesa: 364, 366, 372.Guayana holandesa:366, 372, 410 n.Guayana inglesa: 372.Giiigüe [Venezuela]: 363.Güiripa [Venezuela]: 363.

1-1

Haití: 367, 368, 372, 373, 374.Halle [región de Alemania]: 611.Hayopaya [Cochabamba, Bolivia]: 483.Higuerote [Venezuela]: 363.Hispano-América: 344, 466.Holanda: 550, 671.Holguín [Cuba]: 369.Honda [Nueva Granada]:358, 361, 568.Horcón [La Habana]: 368.Huancavélica [Perú]: 352.Huanta [Lugar del Perú]: 352.Huarí [Perúl: 353.Huarochirí [Perú]: 352.Huasco [Chile]: 352.Huaxiacac: vid. Oaxaca.Huehuetoca [México]: 361.Huejotzingo [México]: 440.

Ibagué [Nueva Granada]: 654.Ibarra [villa de Ecuador]: 355.Jndia: 305, 485, 496, 554, 560, 581, 593.India Oriental: 434, 440, 441, 489, 581.India portuguesa: 593.Indias Occidentales[América]: 436, 437,

590, 593, 594, 596, 600, 602.Indias Orientales: vid. India Oriental.Indostán: vid. India.Inglaterra: 189, 224, 367, 460, 461, 474,

550, 552, 575 n, 577, 584, 637, 638,

660.

lnspruck [Austria]: 669.Irlanda: 371, 372, 373.Isla de Francia [departamento francés]:

161, 666.Islington [Inglaterra]: 637.Italia: 189, 279, 510, 553, 578, 584, 585,

586, 587, 588, 589, 590, 593, 594, 596,598, 602, 604, 608, 631.

Jaén [España]: 604, 609 n, 610 n.Jaén de Bracamoros [Perú]: 346.Japón: 7.

Jericó [Jordania]: 258.Jerusalén[Palestitia]: 10 n, 258, 259, 260.JesúsMaría [La Habana]: 3~,8.Jesúsdel Monte [La Habana]: 368.Judea: 259.Jujuy [Argentina]: 475.

K

Kanem [territorio de África]: 628.Kano [Nigeria, Africa]: 628.Kasán [Irán]: 619, 640.Kasbma [región de Africa central]: 628.Kasina: vid. Kashma.Kleiwenden [Francia]: 160.Koenigsberg [Kaliningrado, Rusia]: 160.Kornenburg [Austria]: 244.Kouka [Nigeria, África]: 628.

L

La Guaira [Venezuela]: 363, 378.La Guancha [Tenerife]: 671.La Habana [Cuba]: 274, 368, 369, 370,

371, 373, 374, 375, 377, 378, 379.La Paz [Bolivia]: 351 352, 354.La Paz [provincia de Bolivia]: 474.La Plata [Argentina]: 497.La Salud [La Habana]: 368.Labrador [Canadá]: 211 n.Lacio [Italia]: 286.

Laconette [Francia]: 667, ~68.Lagunilla [Venezuela]: 665.Laigle [Francia]: 251.Lamas [Perú]: 354.Lampa [lugar del Perú]: 352.Lampa [provincia del Perú] 475.Lsngres [Frencial: 224.Laponia [región de Suecia]:211, 629, 631.Larí [África Central]: 628.Las Guaduas [Nueva Granada]:410.Las Trincheras [Venezuela]: 363.Latacunga [Ecuador]: 355.Leipsik [Alemania]: 583.Leiva [Nueva Granada]: 357.León [Francia]: 213 ti.

Linsa [Perú]: 353.Lis&oa [P~srtugal]: 592.Loja [Ecuador]: 322.Lonsbardía [región de Italia]: 611.Londres [Inglaterra]: 47, 95, 112, 154,

205 n, 207, 210 y si, 219, 221 ja, 430,499, 520, 608, 653.

Lovaina [Bélgica]: 268.Loyola [Ecuador]: 354.Luisiana [Estados Unidos]: 372.

722

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Índice Toponímico

M

Madrás [India]: 441.Madrid [España]: 377, 485.Magdeburgo [Alemania]: 224.Magna Grecia [Sur de Italia y Sicilia]:

312, 326.Me:ipnres [Venezuela]: 307, 309.Malabar [India]: 305.15ls;.’!.ii’aca, snGióss de [Venezuela]: 334,

335.Man/ita [Italia]: 586.M~eccay[Venezuela]: 274, 656.~Jericra [Venezuela]: 363.3Ja,jnj!lj [Nueva Granada]: 359.Mariquita [lugar de Nueva Granada]:305.

356, 568.Marsella [Francia]: 332.Masuyos: vid. Lampa, proviticia de.Matanzas [Cuba]: 373.Mecklenburgo [región de Alemania]: 611.

Medellín [Nueva Granada]: 645.Mendalcs [Nueva Granada]:358.Mendoza [Argentina]: 350, 351, 462,

497.Mérida de Cclombia: 665.Mercaderes [Nueva Granada]:356.Merse: 283.Mesina [Sicilia, Italia]: 599.Mesopotamia [Irak]: 331.Mévtco: 19, 212, 219, 283, 309, 369,

370, 375, 376, 377, 435, 440, 466 ti,

485, 648.

Méxtco [capital]: 285, 368.Milán [Italia]: 605.Milanesado [Italia]: 607.Minden [Prusia, Alemania]: 10 n.Mitla [México]: 312.Mixteca [México]: 435, 440, 445.Mixtecapan: vid. Mixteca.Moke [Arabia]: 649.Monspox [Nueva Granada]: 358, 361, 412,

568.ls’Íoquegua [Perú]: 352.Mourzouk [África central]: 628.Muihonse [Francia]: 160.Muña [Perú]: 353.

N

Nápoles [Italia]: 577, 587, 589, 590, 593,594, 595, 596, 598, 599.

Nares [Nueva Granada]: 358.Neiva [Nueva Granada] 358, 361, 568.Nejapa [México]: 439, 445.Nicea [Asia Menor, Turquía]: 189.Niffee [Africa central]: 628.

Nirgua [Venezuela]: 362.Normandía [Francia]: 251.Norte América: vid. Estados Unidos de

Norte Aassérica.Noruega: 629, 631, 632.I\TOt3fC [Nueva Granada]: 359Nueva Barcelona [Venezuela]: 274, 342,

363.Nueva Escocia [provincia del Ca.adá]:

285.Nueva Galicia [antigua audiencia de Mé-

Xico]: 440.NuevaGranada [hoy Cclombia]: 19, 346,

348, 336, 439, 368, 569, 570.NuevaHolanda [Oceanía]: 205, 211, 212,

345, 411 n, 426, 560.Nueva Zembla: 93.Nuevo Mundo [América]: 277, 279, 282,

283, 286, 305, 306, 375, 580.Nueva York: 368.NuevoMéxico: 278.

O

Oaxaca [México]: 435, 436, 438, 439,440, 441, 442, 445, 447, 481.

Oceanía: 7.Oco~a[lugar del Perú]: 352.Ocaamare IVenezuela]: 363.Onoto [Venezuela]: 363.Oña [Perú]: 354.Oree [región de Francia]: 224.Oruro [Bolivia]: 351.Oruro [provincia de Bolivia]: 475.Otumpa [Argentina]: 160.Ouden: vid. Edén.Outhema [Arabia]: 649.

P

Padua [Italia]: 584, 595.PaísesBajos: 577.Paita [Perú]: 346, 353.Palca [Bolivia]: 352.Palermo [Sicilia, Italia]: 116.Pamplona [C.clombia]: 417.Panamá: 375.Panaquire [Venezuela]: 363.Pánuco [México]: 285.Paraguay: 210, 278, 423 rs, 426.Paria: 475.París [Francia]: 30 y ti, 36, 37, 38, 95,

113, 146, 155 n, 156 y ti, 157 si, 183ti, 208, 210 y rs, 211 y ti, 212, 213y n, 214, 219, 273, 274, 307, 315, 319,330, 341, 348, 361, 405 ti, 453, 454,

723

Page 810: Bello, Andrés - Obras completas. Vol. 24. Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmografía

577, 583, 587, 611, 638, 639, 640,643, 644.

Parrinacota, minas de [Perú]: 476.Pastos [ciudad de Nueva Granada]: 355.Pavía [Italia]: 607.Pelechuco [Bolivia]: 352.Pendjal [India]: 331.Persía: 211, 593.Perú: 208, 212, 219, 306, 348, 349, 357,

370, 375, 377, 428, 435, 472, 474, 475,476, 477, 479, 481, 484, 485, 490,496, 498, 506, 640.

Pésaro [Italia]: 668.Píritu [Venezuela]: 274.Pisa [Italia]: 595.Pointe-a-Pitre [isla Guadalupe]: 669.Polonia: 434.Polinesia (Oceanía): 501.Pomerania [región de Alemania]: 611.Popa [Nueva Granada]: 359.Popayán [Nueva Granada]: 274, 356, 357,

358, 412, 568, 654.Porco [distrito de Bolivia]: 474.Portugal: 189, 367, 593.Postdam [Alemania]: 160.Potosí [Bolivia]: 348, 351, 475.Pozuzu [Perú]: 353.Praga [Checoslovaquia]:648.Prevesa [Grecia]: 688.Prusia [Alemania]: 10 n, 611.Puebla [México]: 440.Puerto [en Valparaíso]: 504, 507.Puerto Cabello [Venezuela]: 362, 650.Puerto de la Expedición [Venezuela]: 310.Puerto de la Orotava [Tenerife]: 671.Puerto de Palos [España]: 597.Puerto Príncif,e [Cuba]: 368, 369.Puerto Rico: 367, 368.Puracé [Nueva Granada]: 654.

Q

Quito [Ecuador]: 45 ti, 208, 348, 354,358, 363, 435, 498, 568, 569, 654.

R

Ra~allo [ítalia]: 589.Raposo [Provincia de Nueva Granada]:

358.Regla [La Habana]: 368.Reggio [Italia]: 599.Río de Janeiro [Brasil]: 368, 441.Río Negro (pueblo de Nueva Granada]:

359.Río de la Plata [Argentina]: 428.

Riobamba [Ecuador]: 355.Roma [Italia]: 112, 154, 188, 257, 258,

259, 285, 473, 474, 586, 605, 606, 607,611, 612.

Rusia: 189, 434, 560, 639, 678.

S

Sackatoo [África Central]: 628.Saint-Briene [Francia]: 668.Sajonia [Alemania]: 553, 583, 611.Salamanca [España]: 586, 603, 605, 607,

608 y ti, 609 ti.

Salta [provincia de Argentina]: 426.San Carlos [Venezuela]: 362.San Carlos de Río Negro [Venezuela]:

319, 340.San’ Felipe [Venezuela):362.San Fernando [Venézuela]: 288, 289,

290.San Fernando de Atabapo [Venezuela]:

302, 303, 340, 341, 342.San Francisco de Solano, misión [Vene-

zuela]: 334.San Juan Nepomucenode los Atures [Ve-

nezuela]: 315.San’ Juan de los Remedios [Cuba]: 369.San Lázaro [La Habana]: 368.San Luis de Guaraguaraico [Venezuela]:

317.San Mateo [Venezuela]: 651.San Miguel de Tucumán [Argentina]:

351.San Pedro’ Nolasco [Chile]: 461, 462,

463, 464, 465.San Petersburgo [Rusia]: 166, 664.San’ Salvador: 375.Santa Bárbara, misión de [Venezuela]:

338, 342.Santa Cruz de la Sierra [Bolivia]: 348.Santa Cruz de Tenerife [Canarias]: 670.Santa Fe de Bogotá: vid. Bogotá.Santa Justa [Cerdeña]: 587.Santa Marta [Nueva Granada]: 648.Santa Rosa de Osos [Nueva Granada]:

359, 645, 646, 647.Santiago de Cuba: 369, 373, 669.Santiago de Chile: 26, 29, 30 y a., 41 rs.,

89, 90, 91, 115 ti., 239 n., 249, 350,351, 373, 463, 504, 508, 509, 510,511, 619, 620.

Santiago del Estero [Argentina]: 223,253.

Santiago de Tucumán: vid. Santiago delEstero.

Santo Domingo: 370, 373, 436, 591, 592,593, 595, 596, 600, 601, 602, 648.

724

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Índice Toponímico

Santo Espíritu [Cuba]: vid. Trinidad.Santo Tomás de Guayana [Venezuela]:

301.Scbijnbrun [Austria]: 651.Segovia [España]: 610 n.Senegal [África]: 627.Sevilla [España]: 591, 592, 610 n.Siberia [Rusia]: 211. 223, 472.Sicilia: 598.Siria: 258, 259.Sogamozo [Nueva Granada]: 286, 357.Soudán [Sudán, Africa]: 628.Spitzbergen: 212 n.Suabia [Alemania]: 611.Suacha [Nueva Granada]: 357Suecia: 189, 560, 629.Suiza: 277, 304, 360, 366, 577, 631.Surinam: vid. Guayana holandesa.Surrey [Inglaterra]: 637.

T

Tacaba [Nueva Granada]: 568.Tocna [Perú]: 352.Talavera de la Puna [Bolivia]: 351.Tarnsa [lugar del Perú]: 352.Tenochtitldn: vid. México, capital.Terranova [Provincia de Canadá]: 285.Tiahuaisaco [Bolivia]: 283, 352.Tibet: 283, 286, 355.Timaná [Nueva Granada]: 568.Tierra Austral: 215.Tierra de Diemen [Australia]: 345.Tierra Firme: 590, 591.Tierra del Fuego [Argentina y Chile]:

350, 511.Tocuyo [Venezuela]: 362.Toecolbuacán [región de México]: 285.Toledo [España]: 185, 590.Tolú [Nueva Granada]: 306, 359.Tombuctoo: vid. Tombuctú.Tombuctú [Africa central]: 332, 628.Tomeptrnda (Perú]: 439.Tortosa [España]: 610 n.Trinidad ~Cuba]: 369, 373.Trípoli [Africa]: 628.Trondjend [Noruega]: 631.Trujillo [Perú]: 353, 378.Tucumán [Argentina): 426.Tunja [Nueva Granada]: 357.Turbaco [NuevaGranada]: 359.

Uccle: 145 n.Unalashka: 278.Uritusinga [Perú]: 354.Urrao [Nueva Granada]: 359.

y

Valdivia [Chile]: 126.Valencia [España]: 339, 587.Valencia [Venezuela]: 362, 650.Valparaíso [Chile]: 26, 41 n., 351, 497,

502, 503, 504, 505, 506, 507, 508, 511,619.

Valladolid [España]: 610 ti.

Vasiva la Nueva [Venezuela]: 332, 333,334.

Venecia [Italia]: 585, 586, 588, 589, 602,610 ti.

Venezuela: 19, 274, 306 ti., 329, 650, 653,656, 659.

Veracruz [México]: 378.Verona [Italia]: 578.Viena [Austria]: 651.Villa Clara [Cuba]: 369.Vueltas, de abajo [Cuba]: 369.Vueltas, de arriba [Cuba]: 369.

wWestfalia [región de Alemania): 611.Wilmington (Estados Unidos): 410 n.

Y

Yamparaes[distrito de Bolivia]: 471.Yapaya (distrito de Bolivia): 484.Yauli [Perú]: 352.Yucatán [México]: 440.

Yungay [Chile]: 507.

Z

Zamora [Ecuador]: 354.Zaragoza [España]: 606, 607, 608 n.,

610 n.Zaragoza [N. Granada]: 359.Zimatlán [México]: 445.Zupia [N. Granada]: 568.Zurich [Suiza]: 669.

U

72 ~

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ÍNDICE DE NOMBRESGEOGRÁFICOS

Este índice, preparado con la colaboración de la señorita María RosaAlonso, ordena ios nombres geográficostratadospor Bello en el volumen.La numeraciónremite a las páginasdel texto. (CoMIsIÓN EDITORA.CARACAS.)

A

Altos, ¿e las Cocuizas [Venezuela]: 363;del Viento [en Nudo de Antioquia]:359.

Alturas, de Jawagir [en Himalaya]: 10 ti.,

348, 664; de la Popa [en Nueva Gra-nada]: 359; de Turbaco [en NuevaGranada]: 359.

Angostura, de Carare [en el Magdalena]:314.

Archipiélagos de Asia: 211; Egeo: 560.

B

Bahía, de Baffin: 212 rs., 219.Boca, del Espíritu Santo [en e

1 Cauca]:357.

C

Cabos,BuenaEsperanza:46, 210 ti., 345,659; Codera: 362, 363; Comorín: 211;Chocó: 349; Diemen: 411; del Espí-ritu Santo: 350; Farewell: 211 ti.; Fi-nisterre: 349; de Hornos: 210 ti., 345,349, 350; Macanao: 293; Pilares: 346,349, 350; San Agustín: 361; San An-tonio: 367; San Diego: 361; San Fran-cisco: 208 ti.; Tiburón: 360.

Cadena, del Jura: 293.Campo,de Bolonia: 586; de los Gigantes

[en Bogotá]: 357.

Canal, de San Sebastián:350.Caños: Amaguaca: 320,, 325, 327; Ca-

terico: 333; Caurimoni: 321; Chiguire:320, 327; Daquiapo: 334, Daracapo:320; Duractamuni: 332, 333 Gua-chaparú: 334; Guapo: 321; Mamiva-ni: 333; Matacona: 321; Mavaca: 320;Ocamo: 321, 327; Padamo: 321, 324,

327, 339, 340, 365; Pimichín: 340; Si-mirirnoni: 321; Sodomoni: 321, 330;Tarnatama: 321, 330; Terezén: 298.

Cascadas (Cataratas,raudales): del Agua-ray: 454; de Atures: 312, 313, 314,

315; Calamacari:334; de Cananivacari:334; del Cunuri: 333; ¿e Garcita:310; de lc’s Gusharivos:302, 310, 319,320, 365; del Iguazú: 454; del Niá-gara: 314, 454; del Nilo: 313; delMapasa, vid, de Atures; de Maipures:307, 313, 314, 315, 338, 365; del Pa-raná: 454; Quituna, Vid. de Maipu-res; del Rin [Rhin]: 314; de Riukan:631; de Tequendama: 314, 454; delVinagre: 654.

Cavernas (Cuevas,grutas): De Ataruipe:310, 311, 312; de Caripe: 293, 294,295, 297, 299, 301; del Guácharo,Vid. Caripe; del Pico de Berbychire:294; de 1 r~shemienhiz(en los Carpa-cios) : 29.

Cerros: Del Altar: 362; del Bergantín:291, 363, 364; de Daribaja: 365; de laEncaramada: 364; Guanaya: 327; dePara: 346; de Sipopo: 306.

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Cosmografía

Cimas (Cumbres): Del Corcovado: 350;La Cumbre (en Chile): 351; Cuna-vami: 365; Cuptana: 350; Chayapirca:350, Chingasa: 357; Guachaneque: 357;del Guaraco: 321; Hualillas: 353; 1Ii~niza: 355, Lleb~an: 350; de Maca: 350;Maraguaca: 365; Moyopata: 353; delMurciélago, Vid. del Guaraco; de Pe-lagatos: 353; de San Juan: 409; deTolima: 409; Tumiriquiri: 291, 292,364; Tupungato: 509, 511; de Yan-

teles: 350; Zoracá: 357.Columnas de Hércules: Vid. Estrechos,

de Gibraltar.Contrafuertes: de Cimitarra: 359; de

Muzo: 358; de San Lúcar: Vid. de Ci-mitarra.

Cuesta: de Prado: 509.

E

Estrechos,de Davis: 211 ti.; de Gibraltar:267; de Hudson: 211 n.; de Maga-llanes: 346, 426.

G

Golfos, de Benín: 627; de Cariaco: 292,293; de Cupiaca: 360; de Darién: 360;Pérsico: 330, de San ?vliguel [Panamá]:360; Triste: 362; ¿e Uraba: 360.

H

Hoyas, de Almagt.er: 361; del Apure:362; del Cauca: 359, 361; de Ham-bato: 361; del Jauja: 360; del Mag-dalena: 361; del Marañón: 360; delOrinoco: 362; de Popayán: 357; delTiticaca: 360, 361; del valle de Cuen.ca: 361; del valle de Quito: 361.

Islas, Amboina: 412 n.; Antillas: 274,317, 337, 367, 370, 372, 373•, 435,648, 658, 659; Antillas danesas: 372;Antillas francesas: 372; Antillas holan-desas: 372; Antillas inglesas: 371, 373;Antilla sueca: 372; Azores: 349; Ba-hania: 649; Barbada: 46; Beata: 591,Begoña: 659; Canarias: 349, 670, 671;Castillito [islote del Orinoco]: 304;

Ceilán: 305, 667; Cerdeña: 586; Chi-lof: 41 n., 350; Diego Ramírez, islote

de: 349, Gallego: 208 y rs.; Gran Ca-naria: 671; Groenlandia: 161, 212 rs.,281, 285; Guadalupe: 373, 669; Ha-waii: 661; Hierro: 376; Jamaica: 367,368, 371, 373, 669; Java: 323, 373;Jónicas, 560; Margarita: 293 n., 322;

Martinica: 373, 658, 659, 668, 669;Meroe: 331, Minisi: 340; Molucas: 305,410 n., 412, 413 y n.; Nueva Zembla:93; Piedra Ratón, isleta: 307; Pinos:367; Sachalín: 286; Sandwich: 349,661; San Vicente: 46; SantaElena: 46;Santa Lucía: 659; Sicilia: 598; Socie-dad, islas: 208, Spitzbergen: 212 rs.;Sumatra: 413 rs.; Tenerife: 670, 671;Terranova: 285; Tesso: 286; Trini-dad: 346.

Istmos, de Araya: 346; de Panamá:284,360, 361; de Raspadura:359.

L

Lagos, C1~inchaicocha:353; Chucuito:349, 352, 355, 360, 475; de Ginebra:352; Lauricocha: 353; de Maracaibo:347, 362, 651; de Oruro: 475; deParia: 352; Sebondoy: 356; Tohad:624, 628; Titicaca, vid. Chucuito; deValencia [Venezuela]: 363, 346; Vi-namarca, Vid. Chucuito; ‘Wangara:627.

LL

Llanos: del Amazonas: 347; del Apure:347; de Buenos Aires: 365; del Casi-quiare: 365; del Corazón: 654; delGuainía: 347, 365; de Jaén de Braca-moros: 439; del Madeira: 347; delMcta: 365; del (bajo) Orinoco: 347,365; del Rio de la Plata: 348; del RíoNegro, Vid. llanos del Guainía; deVenezuela: 348.

Llanuras: de Buga: 357; del Collao: 352;de Maipo: 509; de Montevideo: 426.

M

Mares: de las Antillas: 362; Atlántico:207, 209, 212, 291, 346, 363, 496;Báltico: 611; de la China: 208; Gran-de Océano Austral: 211, 501; de las In-dias, vid. Índico; Índico: 207, 211;Mediterráneo: 10 rs.; Muerto: 10 n.;Pa4fico: 38, 346, 356, 358, 489, 496,101, 137, 559, 561; Rojo: 330, 560; delSur: 207, 209, 211, 212, 648.

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Índice de Nombres Geográficos

Mesas: de Alniaguer: 356; de Bogotá: 357;de Chillo: 355; «de Erveo: 357; deIñaquito: 355; de Pastos, 355, 358; dePuembo: 355; de Quito: 355; de Tu-rubamba: 353.

Minas: de Manteca, Vid. Cavernas, deCaripe’; de Yauricocha o Santa Rosa:353.

Montes (Cordilleras, Montañas, Serrra-nías, Sierras): Abancay: 352; de Abes-ba: 359; de Acaray: 366; Alpes: 294,296, 348, 396, 567, 632, 664; Alpesde Suiza: 277; del Alto Perú: 351;de los Alleghanys: 273; Anc’ahuailas:352; Andes: 277, 284, 295, 341, 346,347, 348, 349, 350, 351, 352, 353,354, 355, 356, 357, 358, 360, 363,409, 410, 419, 462, 463, 464, 471,474, 478, 482, 483, 484, 489, 496,497, 509, 567, 648, 649, 654, 655, 664;Andes orientales de Nueva Granada:346, 347; Andes de Quito: 332; An-des de Timaná: 347; de Antioquía:359, 360;, Bergart.íti (en los Tageres):291, 292; Blanco (Francia): 10 n., 115n., 277, 348, 632; de Bogotá: 361; delBrasil: 346, 347, 348, 349; de Caja-marca: 353, 354; Calitamini: 307; Ca-nigou (Canigó): 350; Carabaya: 352;de Caracas: 346; Carguairazo: 355; Car-pacios: 294; Cenis: 410; Central deNueva Granada: Vid. Quindíu; Ce-vennes: 567; Cocollar (de los Tageres):291; de Córdoba: 351; de Coro: 362;Costanera de Venezuela, Vid. de Ve-nezuela; Cotocache: 355; de Cumaná:346; Cunavami: 307; Chachapoyas:353, 354; de Chile: 350, 351, 455;Chocó: 356, 358, 35~9,”7360’; Dhawa-lagiri (en Himalaya): 9, 10 n., 664;Dor (Francia): 292; Duida, Vid. Picodel Duida; de Franconia: 294; Ghauts(Ghates): 496; del Guácharo.: 293; deGuanacas, Vid. Quindíu; Hartzwáld”Hartz: 294, 647; Himalaya: 10, 346,348, 509, 664; Hindoo-Cush (HinduKusch): 346; Huando: 352; Huarochi-ni: 353’; Imposible [Veng~uela]: 293;Istepeje: 445; Itacama: 364; Itacorumi:348; Itambe: 348; Jujuy: 351; Ke—mir: 223; del Litoral, Vid. de Vene-zuela; de Loja: 354; de Maipures: 365;de Maracayú: 453; de Mariara: 363, deM’érida: 347, 356, 357, 362; Mouna[Mauna] Loa [Hawaii]: 663; Mouna[Mauna] Kea [Hawaii]: 663; de Oca-ña: 346, 357, 362; Occidental de

Nueva Granada, Vid, del Chocó;

Oriental de Nueva Granada, Vid. Su-ma Paz; del Oripoto: 363; Pacaraima:365, 366; de Pamplona: 346; de Pa-naquire: 363, 364; de Parauaci: 364;Paria: 346, 364; Parime: 306, 307,315, 321, 330, 339, 346, 347, 348,349, 364, 365, 366; Parinocohas:352;de Perijá: 357, 362; de Pichincha:355; Pirineos: 348, 350, 395 rs., 567,664; Puy de Dome (Francia): 292, 409;de Quindíu: 356, 357, 358, 359, 409,410; de Quitana,Vid, de Maipures; Ri-nocote: 366; de Ríobamba: 439; Riu-kan: 631; Roqueros: 273; de Salta:351; San Elías, en América rusa (Alas-ka): 358; San Gotardo: 321; SantaCruz: 351; Santa Lucía, Vid. de Coro;Santa Marta: 346, 347, 357, 358, 361;Santa Rosa: 359; Silla de Caracas:306, 321, 346, 348, 363; Sipapo: 365;Sniatan: 632; Suma Paz: 356, 357, 358,362; de los Tageres: 291; de Tarma:353; de los Teques: 363’, Toldo dela Nieve: 353; de Unturán: 333; Ura-les: 664; de Usapama: 366; de ‘Vene-zuela: 347, 348, 362, 363, 651; Vil—capota: 352; Wilson: 145 rs.

Nevados: de Antisana: 355; de Atacazo:355, de Cayambe: 355; de Cocha-bamba: 351; del Corazón: 355, 569;de Cotocache: 355, 358; de Chita: 357;de Guamani: 355; de Huila: 358; deImbabura: 355’; de Mucuchíes: 357;de México: 358; de Pichincha: 355;de Santa Marta: Vid. Montes, de Sasa-guanca: 353; de la Viuda: 353.

Nudos: de Antioquía: 359; de Asuay: 354,355; del Cuzco: 352, 360; de Chisin-

s che: 355; de Huánuco: 353, 354; deLoja: 354, 355, 360; M!eapire: 364; dePasco: 353; de~Pasto: 355, 360; dePorco: 351, 352.

O

Océanos: Vid. Mares.

P

Pampas: de Bombón: 353; de BuenosAires: 8, 31, 253, 426, 455; de la Pa-tagonia: 347; del Río de la Plata: 347.

Páramos: de Aponte: 356; de Boconó:362; de Iscansé: 356; de Niquitao: 347,362; de las Papas: 356; de Piscogua-numa: 353; de Piscuayuna: Vid, de Pis—

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Cosmografía

coguanuma,de las Rosas: 346, 362; deSocoboni: 356; de Timotes: 362.

Penínsulas: de Araya: 293, 364; Crimea:375; de los Guajiros: 357; Ibérica: 375,377, 378, 602; Kamschatka: 472.

Peñón: de Acarigua: 304.Picos: de Anethou (Aneto): 348; de Ca-

litamini: 365; del Duida: 306, 315, 321,322, 323, 329, 348, 365; de la Horque-ta (en Santa Marta) : 362; Jawagir,Vid. Alturas; de Jujamari: 365; de Ma—ladeta: 348; de Nirgua: 362; El Pica-cho (en Santa Marta): 361; de SanLorenzo: 361; de Suma Paz: 356, 357;del Sur (Francia): 641; de Tenerife,Vid. Volcanes; de Tolima: 358; deTo-rrá: 359; de Tupungato: 509; deUna-na: 311, 318.

Pongos*: de M~anserriche:314, 353, 354;de Rtnterna: 353.

Puntas: Maisi: 367; M’aternillo’: 367; Pa-ria: 346.

R

Ríos: A. - Adige [Adigio]: 586; Aguaray:449, 453; Amazonas: 284, 302, 313,319, 323, 330, 333, 346, 347, 348, 351,353, 354, 364, 366, 412, 653 ti.; Anapu:304; Anaveni: 318; Andágueda: 359;Añembí: Vid. Tiete; Apure: 312, 315,322, 329, 347, 362, 364, Apurimac:352, 354; Arapa: Vid. Anapu; Arco:298;Astáboras:331; Atabapo:302, 315,338, 340, 341, 342, 365; Atacavi: Vid.Atabapo; Atrato: 359, 360; Ayopaya:474.

Ríos: B - Bení: 354; Bermejo: 351; Bran-co: 337, 364, 365, 366.

Ríos: C - Cachimayo: 351, 474; Calama-cari: 334; Calima: 359, Cameji: 307;Camochiquini: 307; Catianivacani: 334;Caquetá: 348, 356; Caramunsi: 332,333; Caranaveni:304; Caripe: 298, Ca-roní: 274, 339, 340, 364, 365, 366;Casanare: 311; Casiquiare: 274, 283,315, 330, 331, 332, 333, 334, 335,337, 338, 340, 655 ti.; Cataniapo:312, 315; Cauca: 314, 315, 356, 357,359, 409, 568, 655; Cauta: 317, 339,340, Cc.lle: Vid. Joliba; Congo: 322;Cotiorichite: Vid. ‘Itinivini; Cuarra:Vid. Joliba; Cuarrama: 627; Cuca:330; Cunucumemo:338’, Curitivá: Vid.Iguazú; Cuyuní: 364, 366.

Ríos: CH-Chaparro: 339.Ríos: D - Desaguadero[en Bolivia]: 352;

Desaguaderode Mendoza [en Argenti-na]: 351; Delaware: 376.

Ríos: E-Esequibo: 317, 337, 364, 366;Erevato: 339, 364; Éufrates: 331.

Ríos: G-Ganges:331, 337; Gateiní: 452,453; Guachicono: 356; Guainía: 283,347; Guanami: 338; Guapey: Vid. RíoGrande; Guaporé: 351; Gusrapiche:364; Guaurabo: 274; Guaviare: 302,303, 304, 307, 315, 319, 340, 341, 348.

Ríos: H - Huallaga: 353.Ríoa: I-Idapa: 333, 334; Iguazú: 449,

451, 453, 454; Indo: 331; Inír~da:307;Itinivini: 333, 365.

Ríos: J—Jao: 338, 339, 365; Jauja: 352,353, 360; Jehete: 312, 320, 325, 327;Jcsui: 453; Jila: 310; Joliba: 627.

Ríos: M - Madeira: 314, 347, 351; Made-ra: Vid. Madeira; Magdalena[en Cuba]:367; Magdalena [en N. Granada]:314,346, 356, 357, 358, 359, 361, 409, 568;Maipo: 461, 463, 464; Makenzie: 349,M’alavida, quebrada[N. Granada]:417;Mamoré: 348, 351; Manaviche: 320;2~atiipiari:339; Mantaró: 352; Mapo-cho: 511; Marañón: 314, 320, 353,355, 360; Masan: 340; Masaruni: 366;Mataveni 304; Meta: 304, 311, 312,315, 329, 356, 357; Miel: 359; Mississi—ppi: 376, 560; Missouri: 314.

Ríos: N — Naipi: 360; Napo: 332; Nares:359; Nechi: 359; Neverí: 363, Níger:627; Nilo: 331, 628.

Ríos: O - Orinoco: 274, 277, 283, 284,289, 291, 302, 303, 304, 305, 307, 309,310, 314, 315, 317, 318, 319, 320, 321,322, 323, 326, 327, 329, 330, 331, 332,333, 334, 336, 337, 338, 339, 340,341, 342, 346, 347, 357, 362, 365,412, 413, 652, 653 rs., 666; Oyapoc:337.

Ríos: P - Pacimoni: 334; Pachitea: 353,354; Padamo: 312; Pamoni: 332; Pará:412, Paragua:341; Paraguay451, 453;Paraná:449, 451, 452-453, 454; Para-pití: 351; Paruspa: 339; Pastazo: 355;Patias: 356; Pilcomayo:348, 351, 474;Po: 586; Porce: 359; Puriname: 338;Pusambio: Vid. Vinagre; Putumayo:356.

Ríos: Q - Quejanuma:340; Quilcasé:356.Ríos: R-Reno: 586, Rin [Rhin]: 331,

611; Río Grande [en Bolivia]: 351,471, 477; Río Negro: 274, 303, 314,

* Pongose dice en Ecuador y Perú de una angosturaen los ríos.

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Índice de Nombres Geográficos

315, 320, 322, 327, 330, 331, 332, 333,334, 335, 331, 313, 317, 364, 365, 412;¿e la Plata: 253, 347, 348, 351, 449,451, 452, 649; Rupunuri: 364; Rupu-nuwini: Vid. Rupunuri.

Ríos: S - Samaná: 359; San Jorge: 356,360; San Juan:359; San Juandel Cho-có: 359; SantaMaría: 298; Saraniapo:307; Sena:453, Sésar: 346; Siapa: Vid.Idapa; Sinú: 359; Sipapo: 307; Sucuni-vapu: 304.

Ríos: T - Tama: 365; Tamaná: 359; Te—mi: 340; Tíber: 586; Tiete: 451; To-cuyo: 362; Tomo: 310; Toparo: 307,Trompetas:366; Tuamitii: 340; Tumu-curaque: 366; Tuy [en Venezuela]:363.

Ríos: U - Ubúa: 340; Ucayali: 284, 332,353; Urixamina: Vid. Trompetas; Uru-guay: 451, 647.

Ríos: V—Ventuari: 312, 315, 338, 339,340, 365; Vichada: 305; Vinagre: 568,654, 655; Vinagre Caliente: 568, 569;Visata: Vid. Vich~d~.

Ríos: Y - Yapura: Vid. Caqu:tá; Yenisei:223; Yeou: 627, 628.

Ríos: Z - Zama: 304, 305; Za:nacuri: 338.

5

Sabanas,de Atunes: 317; del Nuevo Mé-xico: 278; del Paraguay:278.

Saltos,de Canendiyú [en el Paraná]: 451;de Guaina: Vid. de Canendiyú; del Niá-gara: Vid. Cascadasde San Antonio [enel Cauca]: 357.

y

Valles: de Ambato: 355; de Aragua: 363,651, 656; de Buga: 568, de Cajamar-ca: 351; de Canipe: 293, 300; del Cau-ca: 356, 358, 654; de Caucagua: 651;del Cauta: 305; de Cuenca (Ecuador):354, 355; del Guaire: 363; de Maipo:461 y ti., 464, 465; de México: 361;de Osos: 359; de la Primavera: 498;de Quillota: 505, de Quito: 355; deSantiago de Chile: 351; del Tuy: 363;del Yaracuy: 362.

Volcanes: de Coconucos:Vd. de Punacé;Cotopaxi: 11, 355, 358; Cumhsl: 355;Etna: 11; de Chiles: 355, 358; Chimbo-razo: 10 ti., 346, 348, 353, 355, 664;Illimani: 10 n.; Imbabura: 355, 358;Kirauca: 661, 662; Mouna Kea: Vid.Mcntes; Pico de Tenerife [Teide]: 46,115 n., 279, 350, 465; Puracé: 568,654, 655; San Francisco: 464; Sangay:355; Sonata: 10 n.; Sotará: 654; Vesu-bio: 114, 655.

73!

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ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

Óleo de Andrés Bello, existente en la Universidad deChile

Facsímil de la portada de la s’snica edición hecha porBello, en 1848, de la Cosmografía o descripción delUniverso conforme a los últimos descubrimientos

Facsímil de la portada de la primera edición de Caracas,18~3,de la Cosmografía

Fscsímil de la portada de la segundaedición de Caracas,1861, de la Cosmografía

Facsímil de una página de la edición de la Cosmografía,Santiago 1848, con correcciones manuscritas de Bello.

Facsímil de una página de la edición de la Cosmografía,Santiago 1848, con correcciones manuscritas de Bello.

Pacsímil de una comunicación oficial enviada por Bello,como Rector de la Universidad de Chile, a James M.Gillis, Jefe de la Comisión Astronómica Norteameri-cana que estuvo en Chile desde 1849 a 1812

Retrato de Alejandro de Humboldt, a orillas del Orinoco.Óleo de F. C. Weitsch (1806)

Lámina publicada en La Biblioteca Americana, 1, Londres1823, para ilustrar ei artículo “Avestruz ¿e América”,que reproducimos en este volumen. Por el comentarioque hace Bello a esta ilustración, nos inclinamos acreer que la hubiese diseñado personalmente para elgrabador W. T. Fry. La nota de Bello dice: “La estam-pa es copia de la de Harnmer con una leve alteración

en el pico; la de Azara, la del Nuevo Diccionario,la de la edición de Buffon por Lacép~de, son poco

exactas; la de Cuvier es buena, pero se hizo de unindividuo que había perdido casi teJas las plumas delas alas; la de Shaw (Naturalisi Miscel!any) no puede

ser peor

Aves dibujadas por An’drés Bello

Facsímil de la primera página manuscrita de Bello sobre lacreación de Juntas Subalternas de Vacuna, de 12 dediciembre de 1807

ENTRE VI-VIZ

ENTRE XXXii-XxXiii

ENTRE 60-61

ENTRE 108-109

ENTRE 156-157

ENTRE 188-189

ENTRE 252-253

ENTRE 316-317

ENTRE 428-429

ENTRE 430-431

ENTRE 684-685

733

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ÍNDICE GENERAL

Pág.Introducción XIPrólogo a la Cosmografía,por F. J. Duarte XXXVII

Notas preliminares XLIII

1. Cosmografíao descripción del Universo conforme a los ultimosdescubrimsentos 1

Advertencia 3CosmografíaCapítulo 1. Primeras nocicnos de la Tierra 7Capitulo II. Esfera celeste 17Capítulo III. Idea más exacta del globo terráqueo 32Capítulo IV. Del Sol 49Capítulo V. De las perturbacionesdel movimiento elíptico de

la Tierra 63Capítulo VI. Constitución física del Sol 76Capítulo VII. Del día y la noche, las estacionesy los climas . . 83Capítulo VIII. De la Luna 99Capítulo IX. Del sistema planetario 116Capítulo X. De la gravitación universal 137Capítulo XI. De los cometas 148Capítulo. XII. De los aerolitos 158Capítulo XIII. De las estrellas 162Capítulo XIV. Resumende las principales pruebasdel movi-

mientode la Tierra 181Capítulo XV. Del calendario 184

ESCRITOS DE COSMOGRAFÍA

II. ?v~agnetismoterrestre 205

III. Hierro meteórico del Chaco 221

IV. Estrellas fijas 229

V. El corneta de Halley 239

VI. Aerolitos 247VII. Época verdadera del nacimiento de Jesucristo 255

VIII. Curso elementalde Geografíamoderna,destinadoa la instrucciónde la juventud sudamericana,escrito por dc.n Tomás GodoyCruz 261

IX. Profecías 265

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Cosmografía

NATURALEZA AMERICANAPág.

X. Vsaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, porHumboldt y Bonpland 271

Comentarios 273Versiones 277

1 - Consideracionessobre la primera población y las anti-

güedades de América 2772. Topografía de la Provincia de Cumaná 2883. Descripción del Orinoco desde San Fernando de Ata-

bapo hasta la catarata de Atures 302

4. Descripción del Orinoco entre la cascada del Guaha-nivos y la embocaduradel Guaviare, canal natural ¿~ecomunicaciói~ entre el Orinoco y el Amazonas 319

5. Orografía americana. Descripción de las cordilleias dela América meridional 343

6. Ensayo político sobre la isla de Cuba 367XI. Consideraciones sobre la Naturaleza, por Virey 381

XII. Palmas americanas 403

XIII. Nueva especiede papa en Colombia 415

XIV. Avestruz de América 421Aves dibujadas por Andrés Bello 429

XV. Descripción de la cocjainilla mixteca y de su cría y beneficio . - 431

XVI. Cascadas principales del Paraná, el rguazú y el Aguaray 449

XVII. Extractos del viaje del capitán Head, por las pampas de BuenosAires y la cordillera de Chile 455

XVIII. Produccionesde la provincia de Cochabamba 469

XIX. Principios del clima de la América del Sur 493

XX. Narrativa de la expedición exploradora de los Estados Unidos deAmérica, durante los años 1838 hasta 1842, por Carlos Wilkes,de la marina de los Estados Unidos 499

ESCRITOS VARIOS

XXI. Teoría de las proporciones definidas y tabla de los equivalentescluímiCOs 515

XXII. Elementos de física y filosofía natural, general y aplicada a lamedicina, tratada sin cálculos y fórmulas matemáticas 527

XXIII. Física. Introducción a los Elementos de física del Dr. NicolásArnott 531

XXIV. Navegación de vapor 557

XXV. Descubrimiento deun nuevo remediocontra la papera. Comunicadoa la SociedadHelvética de Ciencias Naturales 565

XXVI. Origen de la sífilis 575

XXVII. El cólera 617

XXVIII. De los sueños,por el Dr. Abercrombie 621XXIX. Narrativa de los viajes y descubrimientos hechos en el Africa

Septentrional y Central, en 1822, 23 y 24 por el mayor Denham,el capitán Clapperton y el Dr. Oudne~y 625

736

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Índice General

l’íg.XXX. Extracto del viaje de Mr. Everest a Noruega, Suecia y Laponia 629

XXXI. Variededes 635

XXXII. Apéndice 673La actuación de Andrés Bello en la Junta Central de Vacuna,

en Caracas 1807-1808 67.5Nota preliminar, por la CoMISIÓN EDITORA 677Reglas que puedenservira la creación, forma y primeras fun-

ciones de las Juntas Subalternas de Vacuna 683Plan de arbitrios presentadoa la Juntapor el Secretario - . - - 691

Índice onomástico 703Indice de títulos 709Índice de materias 713Índice toponímico 719Índice de nombres geográficos 727Índice de ilustraciones 733Índice general 735

737

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SE TERMINÓ DE IMPRIMIR ESTE TOMO EN I.OS TALLERESDE EDITORIAL ARTE, EN LA CIUDAD DE CARACAS, EL DÍAVEINTINUEVE DE NOVIEMBREDE 1981, AL CUMPLIRSE EL

BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE

ANDRES BELLO

SE HAN IMPRESO CINCO MIL EJEMPLARES. LA EDICIÓNHA SIDO HECHA. BAJO LA DIRECCIÓN DE LA COMISIÓN

EDITORA DE LAS OBRAS COMPLETAS DE ANDRÉS BELLOY LA FUNDACIÓN LA CASA DE BELLO, AMBAS CON SEDE

EN CARACAS. VENEZUELA.

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