Biffi, V. (2006). Los Dilemas de La Representación y La Etnicidad Desde El Turismo Cultural....

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Biffi, V. (2006). Los Dilemas de La Representación y La Etnicidad Desde El Turismo Cultural. Experiencias Turísticas Desde Tambopata

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    LOS DILEMAS DE LA REPRESENTACIN Y LA ETNICIDAD DESDE EL TURISMO

    CULTURAL. EXPERIENCIAS TURSTICAS EN UNA COMUNIDAD ESE EJA DE

    MADRE DE DIOS.

    Valeria Biffi

    Artculo publicado en la Revista de Antropologa de la Universidad Nacional Mayor de San

    Marcos. Ao IV, N 4: Diciembre del 2006. Lima.

    Deseo haber vivido en esos das de verdaderas expediciones, cuando an era posible ver todo el esplendor de un espectculo que no haba sido arruinado, contaminado y daado (...)

    Cundo fue el mejor momento para ver la India? En qu momento debi ser el estudio de los brasileos salvajes para abordar la ms pura satisfaccin y poder descubrirlos en su menor estado posible de adulteracin? (...)

    En algunos cientos de aos en este mismo lugar, otro viajero, tan desesperado como yo, se quejar de la desaparicin de lo que yo habra visto, pero fallado en ver. Soy sujeto de una doble debilidad, todo lo que percibo me ofende y a la vez, me reprocho por no ver lo que realmente debera.

    Claude Levi-Strauss, Tristes Trpicos (1955)

    La introduccin

    El creciente inters por impulsar la actividad turstica en el Per debido a su supuesta

    rentabilidad econmica trae consigo la implementacin de nuevas polticas pblicas y

    privadas, al igual que la apertura de nuevos circuitos y la definicin de nuevos lugares

    exticos, salvajes y prstinos para ser vistos . Es dentro de este proceso de crecimiento,

    que cada vez se plantean ms comunidades nativas y reas naturales protegidas de la

    amazona como lugares de alto inters turstico, pues encajan con las tendencias actuales

    en el turismo mundial, de apostar por viajes ligados a la cultura y la naturaleza. El llamado

    el turismo cultural y ecolgico1. Esta fascinacin por lo diferente se intensifica tambin

    ante la preocupacin de la sociedad por los perjuicios del calentamiento global, el

    bombardeo meditico de programas de viaje y la agenda de la cooperacin internacional

    1 En la selva amaznica suelen implementarse ambos tipos de turismo, el cultural y el ecolgico en un mismo viaje

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    focalizada en apoyar y conservar el patrimonio material e inmaterial de grupos minoritarios

    e indgenas. De ese modo, existe el deseo por ver aquellas poblaciones cuya subsistencia

    recae directamente de la naturaleza y que mantienen estilos de vida distintos a los que

    Occidente ofrece, las cuales estaran por extinguirse sea por la contaminacin del medio

    ambiente, como por los pasos agigantados con los que la globalizacin y urbanizacin se

    apodera de todos los rincones de la tierra. Es en base a este discurso de desarrollo

    sostenible, de tolerancia y respeto intercultural que el turismo cultural se posicionara

    como una estrategia alterna de conservacin cultural y ambiental y de comprensin del

    otro.

    El turismo cultural se define por el acto de visitar una comunidad portadora de patrones

    culturales cargada de otro sistema cognitivo-valorativo que implica, en cierta medida,

    modos de actuar distintos de los del turista y donde los sistemas simblicos son tambin

    parte de la experiencia. Adems, este tipo de turismo permite que el turista tenga la

    capacidad de compartir y de performar dicho estilo de vida por un periodo corto de

    tiempo, el cual que puede durar desde horas hasta algunos das. El turismo ecolgico se

    distingue del simple turismo de naturaleza por tratarse de viajes ambientalmente

    responsables a las reas naturales, con el fin de disfrutar y apreciar la naturaleza y

    cualquier elemento cultural, que promueva la conservacin, produzca un bajo impacto de

    los visitantes y proporcione la activa participacin socioeconmica de la poblacin local.

    Es este contexto el que nos ha incentivado a explorar de qu manera, ms all de las

    estrategias de representacin desde el turismo de lo indgena y la amazona, se redefinen

    nociones de etnicidad y se reproducen nociones exoticistas acerca del indgena y su

    cultura, legitimando las diferencias entre el nosotros y los otros. De manera los anhelos

    interculturales de entendimiento, acercamiento y dilogo que el turismo cultural permitira,

    se ven cuestionados. Pensar esta problemtica implica adems tomar en cuenta que la

    publicidad turstica, es uno de los principales portales para representar a los pueblos

    amaznicos en la esfera pblica y con mayor capacidad de difusin. As, esta

    investigacin permitir analizar las nociones y los procesos de definicin de etnicidad y

    pueblos indgenas que se manejan desde la esfera pblica. En las lneas que siguen,

    presentaremos una breve reflexin acerca de los dilemas de la representacin del

    indgena de la Amazonia y las repercusiones de esta en el imaginario colectivo y en la

    accin pblica. Una vez que definamos esto, podremos analizar los encuentros y

    desencuentros reales en la desfase representacional con la experiencia turstica, y

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    finalmente analizaremos de qu manera se redefinen las nociones de etnicidad y se

    producen los juegos de la alteridad.

    El anlisis que este documento2 presenta parte del trabajo de campo realizado en la

    comunidad indgena Ese Eja de Palma Real, una comunidad que combina el turismo

    cultural con el turismo ecolgico, gracias a las vistas de algunos eco albergues

    ubicados en la Provincia de Tambopata. Esta comunidad se ubica en la rivera del ro

    Madre de Dios, a cinco horas de viaje en bote desde la ciudad de Puerto Maldonado,

    capital de la regin de Madre de Dios. Palma Real est situada entre la zona de

    amortiguamiento de la Reserva Nacional de Tambopata y del Parque Nacional

    Bahuaja Sonene. El grupo tnico Ese Eja, al cual pertenecen los miembros de esta

    comunidad, es parte de la familia lingstica Tacana, que tambin incluye el grupo

    Taraona. Ese Eja es una de las cuatro familias lingsticas que habitan el

    departamento de Madre de Dios. Las otras tres familias son la familia Pano (que

    incluye a los Amahuaca, Yaminahua),Harakmbut (Amarakaeri, Arasaeri) y Arawak

    (Machiguenga, Piro). El grupo Ese Eja se ubica tanto en Per como en Bolivia en

    territorios fronterizos entre ambos pases. En Per, las comunidades indgenas Ese

    Eja se ubican en el departamento de Madre de Dios, dispersas en los ros Tambopata

    (comunidad de Infierno), Madre de Dios (comunidad de Palma Real) y Heath

    (comunidad de Sonene). Se estima que la poblacin de Ese Ejas en el Per es de 640

    habitantes (Chavarra 2002a).

    Madre de Dios tiene una extensin de unos 85,182.63 km2, de los que el 31% tiene

    status de rea protegida, lo que le brinda el ttulo de ser la regin con mayor cantidad

    de reas protegidas del pas y uno de los bosques tropicales ms biodiversos del

    mundo. Madre de Dios cuenta con tres reas protegidas: El Parque Nacional Manu, la

    zona Reservada Tambopata-Candamo y el Parque Nacional Bahuaja-Sonene. Ellos

    juntos comprenden un rea de 3.5 millones de hectreas de ecosistemas de selva.

    Madre de Dios posee el territorio con la densidad poblacional ms baja de Per,

    60,000 habitantes en 80,000 km2 de selva. Estos datos favorecen la llegada de

    turistas a una amplia red de albergues. El tipo de turismo en Madre de Dios combina

    el ecoturismo y el turismo cultural y se desarrolla principalmente con dos de las tres

    comunidades nativas de la familia etnolingstica Ese Eja, Infierno y Palma Real.

    2 El trabajo de campo realizado y el anlisis presentado en este documento forman parte de la Tesis de la

    autora para optar por el grado de Licenciada en Antropologa de la Pontificia Universidad Catlica, en

    agosto del 2005.

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    A Palma Real llegan turistas desde hace ms treinta aos aunque con una leve

    afluencia. Hoy no llegan ms de cincuenta turistas al mes. Debido al bajo porcentaje

    de recepcin de turistas, la espectacularizacin de la cultura para ser presenciada por

    los turistas es nula. Los nativos siguen con sus mismas actividades con o sin turistas

    en su comunidad. Salvo algunas mujeres que venden artesanas, que siempre se

    apresuran para encontrar un lugar estratgico para la venta de sus productos. No se

    trata de ninguna puesta en escena, ya que el espectculo es la cotidianeidad.

    Algunas notas sobre las representaciones del turismo cultural

    La literatura turstica suele representar al indgena amaznico con ciertas

    caractersticas recurrentes rescatando el carcter tnico y tradicional. No obstante,

    estas adjetivaciones no son fortuitas ni responden nicamente a un proceso de

    mercadeo. El representar se lleva a cabo dependiendo de la idea que los individuos

    tienen gracias al conocimiento a priori del imaginario colectivo, y estos a su vez, de los

    resultados de complejas interrelaciones polticas, sociales, econmicas y culturales,

    entre quien representa y el representado, en el que importan las relaciones de poder y

    subordinacin. El imaginario colectivo es un sistema de referencias con respecto a

    algo o alguien, siempre cambiante. Dichas referencias suelen desbordar las

    comprobaciones de la experiencia y encuentra profundas relaciones con la fantasa, la

    sensibilidad y el sentido comn de cada poca o lugar; alterando, constantemente, la

    lnea por donde pasa la frontera entre lo real y lo irreal. El imaginario es entonces una

    categora flexible, adaptable al tiempo, viva y constituye un fenmeno social e histrico

    que est presente en todos los grupos humanos. Acta como un sistema de ideas que

    condiciona juicios de valor, opiniones y conductas de una determinada poca. De

    manera que un individuo representa dependiendo de la informacin que el imaginario

    colectivo brinda desde un determinado contexto.

    La representacin no es la realidad del sujeto (representado), ni lo ideal, es la forma

    cmo el que representa quiere que sea en un contexto dado. En el caso del turismo,

    las agencias de viaje, los albergues ecolgicos, los guas de turismo y la literatura

    turstica en general, han hecho de la selva y sus pobladores un producto

    promocionable y vendible y son uno de los principales responsables de la

    ficcionalizacin de stos. Adems, son algunos de los principales actores

    responsables de la alimentacin de dicha imagen en el imaginario colectivo, de

    manera, que la forma de pensar al indgena se mantiene vlida e incuestionable.

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    Cualquier representacin para legitimarse y colocarse como verdadera en el

    imaginario colectivo hegemnico debe apoyarse en ideas e imgenes que hagan

    aceptable y valedera la misma accin de representar.

    La selva de Madre de Dios es principalmente representada como un espacio en s

    conservacionista. Por un lado, conservacionista y depositaria de un considerable

    nmero de grupos tnicos que todava viven con sus tradicionales estilos de vida,

    sociedades de sagaces botnicos y de farmaclogos. Por el otro, conservacionista de

    los recursos naturales. La selva amaznica es todava considerada desde la esfera

    pblica el pulmn de nuestro plantea y su principal reserva de biodiversidad. La

    amazona encarna actualmente esta nostalgia que experimenta el mundo

    industrializado por un modo de vida en el que el equilibrio entre el hombre y la

    naturaleza debera haberse conservado en armona (Descola: 2004: 25). Laboratorio

    propicio para el imaginario, la selva supo enmarcar en su ambiente extrao y poco

    accesible, desde su descubrimiento hasta el da de hoy, muchos de los miedos y

    sueos de Occidente, lo cual la hace ms atractiva de conocer y dominar. La selva

    produce en la gente la elaboracin de cientos de historias, testimonios, rumores y

    confesiones que alimentan el imaginario sobre ella misma. Ms an siendo Madre de

    Dios la regin con mayor porcentaje de reas protegidas, stas evocan la percepcin

    de ser algunos de los ltimos espacios significativos de tierra que conservan reservas

    de la diversidad cultural, de plantas, animales, agua y aire limpio.

    A pesar del inmenso territorio de la selva que tiene el Per y la considerable cantidad

    de familias etnolingsticas que la habitan, en el imaginario colectivo el indgena es

    visto como uno solo, un gran bloque homogneo. Exotismo, salvajismo, tradicin y

    naturaleza son caractersticas tan habituales para definir a los indgenas de los

    pueblos amaznicos que se encuentran en el constante riesgo de generalizar

    inadecuadamente y estereotipar a los sujetos. El estereotipar puede ignorar aspectos

    centrales de la identidad de los diferentes grupos vctimas del estereotipo, de sus

    culturas y estilos de vida y con ello, simplificar un solo tipo de representacin

    impidiendo formas alternativas de ver y comprender. Se acomoda al indgena negando

    su individualidad, su subjetividad, de manera que es percibido como un ser genrico

    que puede ser intercambiado por otro indgena (Counsell 1995). Al indgena an se le

    piensa y se le representa con una mirada controladora, dominante, aunque

    ciertamente paternalista, pero que ahora en estos tiempos, se hace a travs de los

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    nuevos discursos de la interculturalidad, el derecho a la diferencia y la reivindicacin

    de las minoras tnicas.

    Por otro lado, la selva como espacio y el indgena como sujeto existen tambin gracias

    a la ciudad, al imaginario que alimentan sus habitantes y los discursos que circulan

    sobre ella. Los citadinos construyen y reconstruyen la imagen de la selva. No es

    necesario viajar a ella, para saber o pensar cmo es (lo que pasa con otros espacios

    tambin no es exclusivo de ella). La amazona es un espacio opuesto a la ciudad, es la

    anttesis de la vida de la ciudad, por ello, es necesario que exista para darle sentido a

    lo que uno vive da a da. La ciudad la nutre, la hace presente a travs de fotos,

    discursos, propagandas de viaje, proyectos de desarrollo e investigaciones

    acadmicas. (Aug 1998). La selva pues, puede tener una existencia imaginaria

    porque tiene una existencia simblica; la selva simboliza quienes viven en ella. Todos

    sus elementos constituyen una colectividad, se complementan y su relacin tiene un

    sentido que da vida a la selva. Mientras la sigamos pensando, seguir existiendo. Su

    sola existencia consiste en hacer que el lugar sea a la vez real y virtual. Real porque

    en efecto existe geogrficamente y virtual porque es una construccin y una imagen

    que circula en las estructuras mentales y tambin en los medios de comunicacin

    (Aug 1998).

    El ideal de sujeto del imaginario se plasma tambin visualmente a travs de diferentes

    medios: pelculas, comerciales, cuentos, folletos y tambin por medio de la publicidad

    turstica. Dicha publicidad parte pues del sentido comn, es su primer referente de

    accin. Pero, en qu radica la eficacia de las imgenes y de las representaciones de

    lo diferente si todos en mayor o menor medida nos imaginamos lo mismo? Por qu

    las imgenes de indgenas nos empujan a mirarlas? Por qu nos atrae ms cuando

    se trata de figuras, lugares e individuos que nos son extraos? El encanto de las

    imgenes de gente del mundo no occidental que al parecer, se asemejan y no se

    asemejan a nosotros, es un inters casi morboso por conocer lo que an queda de

    desconocido, misterioso, inexplorado, como resulta la selva hmedo tropical y sus

    habitantes.

    Hoy en da, los efectos de la globalizacin, de las migraciones, las disporas en

    aumento y las facilidades para viajar repercuten en el desvanecimiento de la

    dimensin mtica de los indgenas que viven en espacios inaccesibles y con estilos de

    vida significativamente distintos. Sin embargo, es esta situacin la que hace ms rica

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    la bsqueda de pueblos indgenas en espacios delimitados. De modo, que se enfatice

    el hecho que al indgena amaznico no se le define solo por el cuerpo y la cultura (en

    tanto patrimonio material e inmaterial) sino tambin por el espacio que habita. Si bien

    la distancia geogrfica es una categora relativa, la idea de viaje, no importa el

    tiempo real, es suficiente para determinar la distancia simblica. Las representaciones,

    en especial las visuales, conjugan determinados lugares con especficos grupos,

    naturalizando la relacin entre identidad y lugar. Este tipo de territorializacin de los

    grupos nos invita reflexionar en dichos sujetos ajenos a procesos migratorios, a

    desplazamientos y mestizajes (Cnepa, por publicar). Las representaciones visuales

    ms all de la exotizacin del cuerpo sugieren el anlisis de la relacin entre sujeto,

    identidad y espacio, es decir un enfoque desde las identidades territorializadas o

    geografa de la identidad (Cnepa: por publicar). Los destinos del turismo cultural

    enfatizan el carcter natural, casi no urbanizado que terminaran por perfilar el estilo

    de vida ajeno a lo que conoce Occidente. La constitucin de este impone la

    delimitacin de un espacio geogrfico, simblico y cultural.

    Un determinismo geogrfico es lo que acompaar el discurso de las caractersticas

    culturales de los pueblos indgenas y por ello, de las propias cualidades de su

    identidad. As, la geografa de la identidad se ha configurado no solo discursivamente

    sino que visualmente tambin. El espacio condicionara las costumbres, creencias y

    estilos de vida. El caso de la selva amaznica es bastante claro en ese sentido. Segn

    la publicidad y tambin en el imaginario colectivo, el indgena amaznico vive y

    desarrolla determinados estilos de vida condicionado por la geografa en la que habita.

    Estas imgenes, por otro lado, evocan un concepto de tradicin, apelando a la

    pureza de las costumbres, las cuales funcionaran como principales soportes de la

    identidad tnica, aun cuando dicha evocacin no necesariamente parta de hechos

    histricos y reales. La pureza cultural es una fantasa occidental de la otredad, una

    fantasa colonial, lo que conlleva a pensar a los indgenas como puros y en sus

    espacios exticos intocados (Hall 1996). Las tradiciones que aparecen o se reclaman

    por ser antiguas son a menudo bastante recientes en su origen y a veces inventadas

    (Hobsbawn 2002). As, las tradiciones que se legitiman por su antigedad y que en su

    mayora son recin inventadas, mantienen su valor de verdad en la medida que el

    grupo que lo posee las reclame como propias. La referencia a la ancestralidad y a los

    tiempos antiguos provee las fuentes de la autenticidad que solo lo antiguo es

    verdadero.

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    En el mundo del turismo, el continuo reclamo de la tradicin como eje de lo autntico,

    lo tnico, lo verdadero da valor agregado a la publicidad en todos sus niveles, desde

    los albergues, hasta los mismos indgenas que intentarn vender artesanas apelando

    a la tradicin y originalidad de sus productos, de modo que se mantiene en un ejercicio

    constante reinventando la tradicin, lo cual sugiere pensar en la complejidad de la

    relatividad de lo definido como tradicional. Especificar qu es tradicional es uno de los

    debates inacabables de la antropologa. Pero lo til de rescatar en este caso, ms all

    de dicha clasificacin, es analizar el significado que evoca la tradicin en la esfera

    pblica. Qu piensa el potencial turista y la opinin pblica con ello?cmo se retro

    alimenta en este circuito de informacin y cmo condiciona la forma de pensar y

    referirse hacia el sujeto y a la sociedad tradicional?. Lo tradicional se suele ligar a lo

    rural, lo ancestral y bsicamente a la desmodernizacin. Es ms, tradicin se presenta

    casi como el antnimo de moderno, reforzando dicotomas frente a las cuales la

    antropologa ha pretendido luchar desde hace algunas dcadas. Lo tradicional evoca

    la continuidad desde un pasado mtico (aunque no real) sin transformaciones ni

    cambios. Evoca estilos de vidas diferentes, ajenos y distantes. La tradicin como eje

    de la etnicidad y antnimo de modernidad debilita formas de comprender al indgena

    inserto en procesos de modernizacin y regionalizacin, alimentados representaciones

    de exotizacin.

    Turismo y etnicidad

    El tratamiento que se le da a la etnicidad desde la literatura turstica y las

    representaciones visuales se construyen a partir del tener o no tener. Para Susan

    Paulson, la etnicidad, es algo que se tiene o no, es tratada simplemente como un

    conjunto de cualidades del cuerpo humano y del espacio que ste habita (Paulson

    1997 en Stronza 2002: 167). La identidad tnica debe ser entendida como el marco de

    significados, patrones de conducta y de pensamiento desde el cual se desarrolla y

    acta un grupo tnico. Estas prcticas que producen el carcter diferencial de otros

    grupos suele diferenciarse de la cultura nacional a la cual est integrada el grupo

    tnico. Dicha diferencia es asumida por el grupo y por aquellos de quienes se

    diferencia, de manera que, si la etnicidad se define a travs de la diferencia, una de

    sus caractersticas principales es la complementariedad e interaccin con otros

    grupos. Ninguna identidad se construye aisladamente sino en el marco del contacto

    con otros grupos sin que ello determine la aculturacin y la prdida de identidad. Bajo

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    esta lgica, la interaccin generalmente es el fundamento mismo sobre el cual estn

    construidos los sistemas sociales que las contienen y es el elemento que marca los

    lmites entre unos y otros (Barth 1976: 15).

    As, la etnicidad se define a travs de la presencia de fronteras tnicas, ms que por

    los contenidos culturales del grupo. Estos lmites entre el nosotros y los otros no son

    aspectos rgidos pues no son siempre los mismos sino que estn abiertos al cambio

    de acuerdo a las transformaciones de corte endgeno y exgeno que atraviesen los

    grupos. El grupo tnico puede apropiarse en el tiempo de distintos rasgos que

    permitan su diferenciacin basndose en el contexto del devenir. De modo que, el

    foco de investigacin es la frontera tnica que define el grupo, y no el contenido

    cultural que encierra (Barth, 1976: 17).

    En cambio, la nocin de etnicidad que se maneja desde la esfera pblica y promovida

    desde el turismo dista de parecerse a una visin acadmica como la que hemos

    presentado en prrafos anteriores. Si bien la etnicidad se concibe como marco de

    significados, patrones de conducta y de pensamiento desde el cual se desarrolla y

    acta un grupo tnico, el contacto necesario y la interaccin con otros grupos, como

    elemento que permite la diferenciacin entre un nosotros y un otros, se ve como un

    riesgo de prdida de costumbres y del sentido de la identidad. De ah, que se

    manifieste una concepcin de etnicidad rgida, sin capacidad transformadora en el

    tiempo, ya que resultara incoherente con las apelaciones de pureza cultural, vista

    como una continuidad con un pasado mtico o real. El desarrollo de la etnicidad es

    pues vista como aislada de procesos y cambios sociales, polticos e incluso

    ambientales, ya que se correra el riesgo de modernizacin y de aculturacin. Hacer

    evidente que el indgena como el resto de la poblacin mundial es receptor de los

    efectos de la globalizacin y de la transformacin de los contenidos culturales de la

    etnicidad, aun cuando se mantengan las fronteras tnicas, no resulta ser sugerente

    para el mbito turstico. En el campo del turismo, se brinda el mismo nfasis a los

    contenidos culturales como a las fronteras tnicas que erigen la identidad tnica en

    forma diferenciada de otros grupos.

    La identidad tnica supone legitimar su diferencia a travs de la imagen y la

    representacin que hace de los otros, pero tambin a partir de la representacin que los

    otros hagan de uno. La etnicidad se construye sobre la representacin y no al margen de

    ella. Las identidades tienen que ver con el en qu podramos convertirnos, cmo nos han

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    representado y cmo atae ello al modo como podramos representarnos (Hall 2003: 18).

    Este proceso de representacin y auto representacin est expuesto al cambio, por eso,

    es visto como proceso y no como una forma definida exacta. La etnicidad es pues un

    proceso de seleccin de cualidades que se instrumentalizan con la finalidad de marcar la

    frontera entre un nosotros y ellos. En el caso del turismo cultural se enfatiza la mirada

    hacia al etnicidad como el sinnimo ms cercano de otredad, del otro tradicional y

    visible. Bajo esta definicin, no es pues ilgico, que se escuchen expresiones tales como

    pueblos que pierden su cultura, que no tienen costumbres, cuando se encuentren frente

    a grupos que no sean visiblemente tradicionales, con una concepcin de cultura y

    costumbres definida por la cultura material y exotizacin de cuerpo a travs de los

    tocados, trajes y las pinturas corporales. Los otros son los alejados, los que tienen una

    identidad marcada y como hemos visto anteriormente un espacio marcado.

    Por ejemplo, en el caso de Palma real, aun cuando no es determinante que el turista

    que llega a Palma Real crea todo lo que se le dice e imagina, piensa que algo de

    verdad debe existir en la medida que muchas agencias de turismo y literatura turstica

    en general apelan al mismo tipo de representaciones. Siguiendo a Durkheim, una

    representacin colectiva, solo por el hecho de ser colectiva, presenta garantas de

    objetividad, pues no es sin razn que ella ha podido generalizarse y mantenerse con

    una persistencia suficiente. (Durkheim1968:446). El turista, con el paseo, tendra la

    posibilidad de corroborar si es que los indgenas que son representados en la literatura

    turstica. Este ejercicio lo llevara a cuestionarse acerca de las definiciones y

    percepciones sobra la etnicidad y el ser indgena. No obstante, el turista ms que

    develar la verdadera identidad de los indgenas, busca encontrar los patrones

    estticos que suponen las culturas indgenas amaznicas. La experiencia turstica se

    construye ms como una experiencia esttica que ontolgica por conocer el ethos

    cultural. El turista que visita Palma Real presenta expectativas sobre la comunidad y el

    indgena que encontrar, como tiene expectativas ante el viaje en s, el albergue, los

    tours, la comida, el gua de turismo, las artesanas y la msica. Pero, ms que pensar

    cmo es el indgena amaznico, piensa si el poblador de Palma Real, ser cmo lo

    representan en las propagandas de las agencias de viaje o en los programas de

    televisin o bsicamente como se lo imagina?

    Para el turista, el ser indgena puede desmembrarse en grados o niveles. Segn

    nuestras conversaciones con los turistas hospedados que visitaron la comunidad de

    Palma Real, para unos lo indgena se mide a travs: del uso de la vestimenta tpica y

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    otros bienes de cultura material, el uso de la lengua propia; la presencia de

    infraestructura rstica, precaria; el uso de artefactos primitivos; por el fenotipo

    indgena y por el equilibrio y conservacin del medio ambiente. Lo indgena puede

    presentar una, varias o todas las caractersticas mencionadas. Muchas de estas

    caractersticas se pueden ver, por ello, los turistas se centran en clasificar los

    indgenas segn las caractersticas visibles. En la medida que en Palma Real no han

    visto manifestaciones performticas visibles de etnicidad, los turistas no han

    terminado de sentirse satisfechos con el paseo a dicha comunidad. La insatisfaccin

    de muchos de los turistas con las visitas a Palma Real es resultado del anhelo a priori

    de consumir visualmente las imgenes y los discursos pre-fabricados que la empresa

    de turismo ofreci, es decir, poder ver la cultura y las costumbres concebidas desde

    su imaginario.

    Las comunidades que suelen ser promocionadas como tradicionales, autnticas,

    exticas, podran aprovechar dichas formas de representacin (no necesariamente

    acorde con la realidad o cotidianeidad del sujeto y su entorno) para legitimar su

    categora tnica y respaldar el reclamo de derechos. Desde que las minoras tnicas

    han asimilado y racionalizado la desigualdad en temas polticos, sociales, econmicos

    y de desarrollo, la identidad tnica ms que apostar por el desarrollo de un mismo

    inters y forma de pensar al interior de un determinado grupo, sirve como un acto

    poltico de manera que logre asumir beneficios, derechos y poder sobre s mismos.

    (Stavenhagen 1989). Mas an cuando la globalizacin est impactando a todos lados,

    incluyendo occidente y la periferia, aunque en procesos ms lentos, logrando forjar a

    las diversas identidades ms polticas, ms posesinales, ms plurales, menos

    arreglados, unificadas y transhistricas. En este sentido, el turismo vendra a ser una

    de las plataformas de insercin en un panorama mayor. Situacin puede acompaarse

    de la exageracin escnica y performtica de manifestaciones culturales para llamar

    ms la atencin y legitimar an ms su carcter tnico, cuando muchas de estas

    manifestaciones estn en desuso o no sean propias del grupo que las porta.

    Los Ese Ejas de Palma identifican las costumbres y la naturaleza como principales

    intereses de los turistas, siendo las costumbres para ellos, el rasgo caracterstico de

    su etnicidad. Sin embargo, la lengua rasgo principal en la identidad tnica al igual que

    las costumbres, no les parecen de inters tursticos. La lengua es un elemento central

    en la cohesin de grupo, ya que proporciona elementos de comunicacin, ubicacin y

    socializacin entre los individuos y los identifica adems como indgenas, ellos usan el

  • - 12 -

    trmino nativos para definirse a s mismos. La lengua tambin funciona como frontera

    tnica entre los que hablan y no hablan Ese Eja, incluso en procesos de

    transformacin, como la inclusin de otra lengua como el espaol y el contacto cada

    vez ms frecuente con la ciudad. Los palmarrealinos no dejan de identificarse como

    Ese Ejas a pesar de las variaciones estructurales y de las interacciones con otros

    grupos y de homogenizarse paulatinamente en los bienes de consumo con la ciudad.

    El indgena de Palma Real mantiene y reconoce su ser nativo, ser Ese Eja sin

    contradecir el uso y apropiacin de tecnologas propias de la modernidad, que mejor le

    acomoden a su vida diaria y a su entretenimiento.

    Las costumbres, lejos de ser definidas por la presencia de cultura material tradicional y

    de las manifestaciones festivas del grupo -como suele conocerse en la opinin pblica

    a travs de fiestas, cantos, danzas y creencias tradicionales- estn constituidas por la

    cotidianeidad de sus acciones, de sus labores domsticas y de su estilo de vida. Para

    los palmarrealinos, sus costumbres no seran las que son si es que no vivieran en la

    selva. De manera que el territorio de Palma Real se convierte en espacio no slo

    geogrfico sino tambin social, que rene y cohesiona al grupo y que condicionara los

    estilos de vida. Esta situacin refleja la importancia que tiene el territorio para las

    comunidades amaznicas, no solo de manera simblica, sino de subsistencia tambin.

    Sin embargo, el territorio est fuera de constituirse como una categora estrictamente

    rgida y visible, los linderos tnicos sobrepasan los hitos geogrficos y ubicables a

    travs de un mapa (Chavarra 2002a).

    El Ese Eja de Palma Real desarrolla estereotipos y expectativas sobre los individuos

    que van a visitarlos al igual que el turista tiene del indgena. Ser turista est definido

    por la presencia de una serie de caractersticas tanto visibles como invisibles, como

    que se dan por asumidas. Uno de los principales rasgos identificados para el turista es

    el color de la piel tez blanca. El turista es gringo, casi como si fueran sinnimos. Una

    persona con fenotipo andino, no ser considerada turista, aunque lo sea. Es

    considerado una persona con dinero, ya que viaja por placer. Vive lejos, en una ciudad

    en la cual no se pueden encontrar animales ni vegetacin como en la selva, por eso

    est all.

    Se ha identificado la atraccin de su comunidad por la oposicin y contradiccin en los

    espacios que habitan ellos y los turistas y el estilo de vida que este espacio permite,

    de manera que un determinismo geogrfico se sigue reproduciendo en los mismos

  • - 13 -

    oscuros indgenas, Para los habitantes de Palma Real, los turistas visitan la

    comunidad para ver costumbres que se realizan en ese espacio, opuestas a las suyas

    y apreciar aquellas actividades que ellos no podran, no saben, ni tendran la

    oportunidad de hacer, como cazar, pescar, navegar, tejer, confeccionar artesanas,

    pelar arroz y navegar. Se tratara de la extensin materializada de un mundo de

    fantasa, donde se puede apreciar aquello de lo cual el turista no tiene acceso en su

    vida real. Para los palmarrealinos, ser Ese Eja es suficiente para seducir al turista sin

    necesidad de que se exhiban objetos, bienes tangibles tradicionales que se

    exterioricen. Importara ms ver las actividades que hacen en la vida cotidiana, que los

    objetos y la infraestructura que tienen.

    Poniendo a cada quien en su lugar. Reflexin y juegos de alteridad a travs del turismo cultural

    Ense algunas postales que haba comprado en Lima. Eran fotografas de cuatro pueblos indgenas del Per, Boras, Yaguas, Ashuar y Ashninka

    3. En todas las postales, los indgenas usaban

    vestimentas tpicas, collares, tocados de plumas o caras pintadas. Al mostrar las fotos, en un primer momento afirmaron estos son nativos de verdad (entre entusiasmo y confusin)!; as le gusta al turista no?. Al rato, sin haberles quitado la mirada a las postales, Lucio dijo As no

    son en verdad, no Valeria?. ((Notas de campo. Setiembre 2004).

    Para ahondar sobre el tema de las costumbres y su relacin con el turismo, hicimos un

    pequeo proyecto de fotografa en el cual los pobladores tomaran fotos a aspectos de

    su entorno, pensando en que dichas imgenes seran mostradas a los turistas.

    Quisimos adems, explorar de qu manera el Ese Eja de Palma Real se apropia de la

    imagen del indgena que esperan encontrar los turistas cuando llegan a su comunidad.

    Haciendo un inventario de los eventos/ sujetos / objetos fotografiados encontramos

    que la mayora de ellas fueron lo que hemos llamado actividades domsticas,

    personas cocinando, comiendo, tejiendo, pelando arroz, pelando castaas, ahumando

    carne, arreglando redes, haciendo artesanas, buscando piojos. Luego, vienen las

    fotos de animales (vivos y aquellos que han sido cazados por ellos mismos),

    seguidamente, plantas y paisajes y por ltimo, los retratos individuales y grupales. Al

    menos el 50% de los fotgrafos respondieron que al turista le gustara ver las

    costumbres porque son diferentes, tal como se registr en las entrevistas. Las

    percepciones acerca de inters de los turistas por la simpleza de su vida cotidiana se

    vieron reflejadas en las fotografas. Este registro expresa adems las actividades y

    3 Actualmente algunas comunidades Yaguas, Boras y Ashninkas se dedican al turismo en el Per

  • - 14 -

    elementos (como los animales y plantas) que los turistas no tendran en sus ciudades

    de origen y por eso les gusta ver. No hubo registro de eventos festivos, ni

    escenografas, ni posibles demostraciones fsicas que connoten exotismo, tocados de

    plumas, cushmas, collares, caras pintadas, ni arcos y flechas. Al discutir las utilidades

    de ste, se manifest la posibilidad de exhibir las fotos para que los turistas que visiten

    la comunidad puedan verlas y que stos puedan apreciar en las imgenes los

    aspectos de la comunidad que los mismos nativos han definido cmo representativos y

    atractivos. En ello se devela una conciencia y reflexin de ellos como un grupo, como

    una colectividad objeto de fascinacin para otros.

    Si partimos de que Palma Real es algo ms que un simple espacio fsico, que es el

    resultado de la proyeccin cultural del grupo social que en l habita y que se toma

    como smbolo de identidad ms que como mero entorno, se suele decir que la

    interiorizacin de la nueva imagen para el turismo por parte de los palmarrealinos

    debera causar, cuando menos, modificaciones culturales a corto plazo. Pero en vista

    que no hay modificaciones no es posible hablar de interiorizacin de nuevas imgenes

    de ningn tipo. El indgena Ese Eja de Palma Real no se adapta a lo vendible, es

    decir, no existe la lgica por la cual lo cotidiano por extensin de la lgica de mercado

    se reinventa en una copia cuya claridad se mide en trminos de parecido a, parecido a

    la representacin de vida de indgena que vende el turismo. Ser Ese Eja para los

    palmarrealinos es el indgena de todos los das, el que habla Ese Eja en su vida. Dicha

    diferencia no es especficamente reflejada en el aspecto fsico sino en la misma vida

    que llevan. Por ello, la diferenciacin frente a otros debe ser entendida ms en

    trminos morales que en trminos preformativos, cuando es la performatividad el

    rasgo ms visible para determinar la etnicidad. A partir de esta desfase

    representacional podemos entender cmo el indgena de Palma Real se define a s

    mismo en trminos morales, por el cual no es necesario hacerse visible, ni

    demostrarlo, ya que sigue siendo nativo, no es necesario parecerlo porque ya lo es. La

    representacin de la cultura de los Ese Ejas de Palma Real es menos fotografiable

    que lo que cualquiera considerara. El Ese Eja de Palma Real tampoco ha desarrollado

    una doble conciencia sobre la definicin de identidad tnica. Las nociones de identidad

    entre Ese Ejas de Palma Real trascienden las seas exteriores, por ello es que la

    lengua viene a ser el rasgo principal de la identidad para, pero no un rasgo significativo

    para los turistas. Las caractersticas importantes de la identidad para el Ese Eja son

    invisibles al turista

  • - 15 -

    La representacin como imagen o concepto no es una mera reproduccin del objeto

    ausente. La representacin se define por su contenido (informaciones, imgenes,

    opiniones y actitudes), pero tambin como una relacin entre sujetos. Es la

    representacin que se forma un sujeto de otro sujeto, relacin que adems se

    determina por cargas valorativas en un esquema de jerarquas donde el nosotros

    suele estar por encima del otros, un nosotros somos siempre mejores que ellos. Desde

    que el nombre Ese Eja significa gente verdadera, ellos son pues el punto de

    referencia y de la creacin de jerarquas en relacin con otros grupos. Los no Ese Ejas

    son los llamados Dejas (extranjeros). La identidad del Ese Eja es etnocntrica al igual

    que otras etnas amaznicas (Santos Granero 1991 en Chavarra 2002a: 93). La

    alteridad se ha mantenido cargada con nociones de peligro y amenaza, ya que se

    culpa a la presencia de los Deja los problemas en la comunidad a pesar de existir

    relaciones de matrimonio, intercambio, comercio y amistad con los mestizos colonos.

    Hoy en da est prohibida la residencia de forneos casados con mujeres Ese Ejas.

    La diferencia tnica, geogrfica y espacial entre los Ese Ejas de Palma Real y los

    turistas, es clave para entender el reconocimiento de los indgenas de Palma Real

    como atractivos para los turistas. Pero, a pesar de reconocer las diferencias

    geogrficas del hbitat de ellos y los turistas como gringos que viven en ciudad, no

    existe un conocimiento real de estos lmites. El punto de referencia para imaginar

    distancias y diferencias es Puerto Maldonado, principalmente. Saben que fuera de sus

    fronteras borrosas y simblicas, existen otras naciones de las cuales no tienen mucha

    referencia, ms que el saber que de esos sitios llegan los turistas. No existe distincin

    entre los turistas, sea por el pas de origen o alguna otra calificacin, todos son

    gringos.

    Los palmarrealinos al encontrarse en interaccin con los turistas, gente de fuera, de

    ciudad se reconocen en ellos la pauta de clasificacin en un sistema jerrquico social,

    donde los turistas como representantes de la sociedad central son el punto de

    referencia. Ante esta conciencia de clase y de jerarquas en cuestiones econmicas, el

    indgena de Palma Real reconoce su superioridad ante el turista frente a la

    incapacidad de este de sobrevivir en el monte. Los palmarrealinos tienen la percepcin

    que los turistas son gringos, en algunos casos hasta calificacdos de poco hbiles o

    torpes, pues no saben cazar, pescar, navegar y no podran sobrevivir solos en el

  • - 16 -

    monte, a diferencia de ellos que s lo saben. As, ellos tendran superioridad cultural

    mas no social. En este sentido, el turismo ha generado una sobre expectativa hacia

    esta actividad como la solucin a la pobreza. Por ello, no resulta descabellado, que se

    haga uso de la pobreza como estrategia de marketing desde la esfera pblica y

    meditica, pero tambin desde los mismos grupos sujetos de destino turstico como

    ocurre en Palma Real. Los grupos minoritarios suelen agruparse alrededor de una

    posicin de clase determinada dentro del sistema de estratificacin social,

    victimizacin y empobrecimiento (Stavenhagen 1989: 22). Definirse como pobres, al

    igual que la apelacin a lo tnico suelen tener poder en los medios de comunicacin,

    en la esfera poltica nacional e internacional. Estrategias como estas dejan ver las

    aparentemente lgicas correlaciones entre lo indgena, su espacio, con la pobreza y la

    tradicin. No obstante, la conciencia de clase, de materialmente pobre, son

    cuestionamientos ya existentes entre los Ese Eja debido a los continuos contactos con

    mestizos colonos del ande, que por aos de conciencia y contacto generalmente en la

    ciudad de Puerto Maldonado han discriminado a los Ese Ejas, llamndolos

    despectivamente chunchos, huarayos, salvajes, trminos despectivos (Burr 1997).

    El reconcerse sujeto de fascinacin remarca la conciencia de la diferencia y su

    posicin jerrquica menor frente a ese otro turista en trminos de clase. Pero el

    trmino indgena no puede entenderse tampoco como un trmino que genere

    automarginacin entre los Ese Ejas. La conciencia tnica no es arbitraria. El

    reconocerse nativo, pobre y diferente, no es casualidad. Desde que las minoras

    tnicas han asimilado y racionalizado la desigualdad en temas polticos, sociales,

    econmicos y de desarrollo, la identidad tnica ms que apostar por el desarrollo de

    conservacin de s misma sirve como un acto poltico de manera que logre asumir

    beneficios, derechos y poder sobre s mismos. A travs de esta representacin y

    definicin del yo Ese Eja, se refuerza la identidad del turista como ser superior en

    cuanto agente poltico y econmico, una identidad del otro de fuera, una identidad que

    no es nueva, es una imagen del otro histrico a quien se le ha constituido desde los

    caucheros, comerciantes, y dems gente de fuera, no mestiza necesariamente. No

    obstante, la presencia del turista no es ofensiva.

    Cuando un turista visita una comunidad que es promocionada en la literatura turstica,

    suele nutrir y afinar las representaciones, imgenes y estereotipos sobre el indgena

    que se visita, y el indgena en general. Pero el caso de Palma Real es distinto. Cuando

    el turista no ve lo que le fue ofrecido de consumir visualmente, debe re plantear el

  • - 17 -

    concepto de etnicidad que se forjaba como reducido a las expresiones literarias o

    artsticas de un pueblo o como reliquias del pasado. No obstante, este ideal no

    siempre se logra. En todo caso, lo que impera en una u otra postura es que la

    etnicidad siempre carga con connotaciones diferenciales y valorativas.

    Por ejemplo, la caracterizacin del exotismo como uno de los factores principales de la

    etnicidad en las representaciones tursticas genera una doble connotacin en el sector

    turstico, una carga tanto negativa como positiva. Negativa en el sentido de que ese

    extico podra denotar una significacin de diferente, raro y anormal, adjetivos que

    permiten posicionar al extico en una relacin jerrquica menor frente al sujeto que lo

    representa. En la representacin extica, el otro es utilizado como alegora para

    criticar aspectos de la sociedad que el sujeto que representa quiere transformar.

    (Cristofanini:www.discurso.aau.dk/pablo_final_maj03.pdf). En cuanto a su connotacin

    positiva, los turistas ansiosos de conocer y descubrir espacios rurales y sus tranquilos

    estilos de vida, alejados del ruido y la contaminacin vern en estos otros, los

    indgenas, los depositarios de virtudes y cualidades de las que ellos no participan ni

    comparten. Los indgenas son representados como el paradigma de la armona con la

    naturaleza. Una forma de expresin actual de la fascinacin por los otros exticos se

    expresa como la nostalgia por los estilos de vida, las culturas y tradiciones que la

    expansin de la economa occidental ha destruido.

    Por ms que exista un caso, el de Palma Real, en el que se haya podido ver un

    grupo indgena que no sigue los paradigmas estticos del turismo y que por ello logra

    impactar al turista frente a los prejuicios de ste sobre cmo es una cultura y cmo la

    cultura material es el rasgo fundamental de la autenticidad del grupo, las viejas

    opiniones y afirmaciones sobre la tradicionalidad, el exotismo y etnicidad, no se

    desvanecen, solo se redefinen. La reaccin ante la desilusin del buen salvaje

    ecolgico que esperaba ver el turista no basta para combatir las percepciones

    mentales ya arraigadas en el sentido comn. An cuando el turista no se siente

    satisfecho con la venta preestablecida por el albergue de turismo, acomoda su visita y

    sus experiencias a sus ideales previos en bsqueda del indgena extico. El turista no

    slo tiene acceso a una nueva y adaptable manera de ver las cosas, sino que escoge

    adems las imgenes que mantendr grabada en su memoria y las fotografas que

    tome irn acompaadas de narraciones que logren presentar la experiencia de la selva

    misteriosa, lo ms misteriosa posible, para ser contadas a los familiares y amigos en

    su pas de origen.

  • - 18 -

    De esa manera, se acomodan las imgenes, los discursos y las propias percepciones

    para intentar dar vida a esa experiencia que desde el comienzo se quiso vivir logrando

    reproducir aquella imagen de indgena extico que se quiso ver. El viajero al igual que

    el etngrafo tiene que dejar en claro que estuvo ah. De este modo, el turista

    desilusionado opta por acomodar nuevas herramientas que denoten manifestaciones

    culturales diferentes y tradicionales antes de caer en el fracaso social de no haber

    visto nativos de verdad. El inters por conocer al indgena refleja no slo la nostalgia

    por ver culturas en extincin sino por remarcar diferencia y cargas valorativas entre

    unos y otros. Esa imagen redefinida pero mantienen las posiciones de cada quien en

    la sociedad globalizada y obstaculiza formas de pensar al indgena como agente

    poltico y social protagonista de su propio desarrollo.

    Las culturas indgenas son consideradas como desviaciones que se apartan de la

    norma establecida, de ah que se les piense desarticulados, no integrados de las

    sociedades nacionales. Este enfoque no solo seala las diferencias culturales sino

    tambin las coloca jerrquicamente, las transforma en desigualdades. Ambos actores

    estn de acuerdo en que lo indgena representa lo tradicional, lo arcaico, lo pequeo

    simple. Esta visin de lo indgena fue ampliamente difundida a raz de los estudios

    antropolgicos que proliferaron a partir de la dcada de los cuarenta hasta los setenta,

    se integr a la opinin pblica y fue transmitida (hasta el da de hoy). (Stavenhagen

    1992: 88)

    Cuando el turista define el carcter diferente para el indgena, tambin lo hace para s

    mismo. El turista por ms que haya tenido el anhelo de vivir una experiencia

    inolvidable, aventurera y de conocer el estilo de vida de una comunidad nativa,

    admirable por su equilibrio con el medio ambiente, no lo piensa como un estilo de vida

    apropiado para l, solo para ser apreciada por un tiempo limitado. El turista regresa a

    su hogar seguro y aliviado de vivir donde vive. El exotismo y la bsqueda del buen

    salvaje no logra enaltecer dicho estilo de vida o considerarlo como mejor, al contrario,

    la sociedad occidental sigue mantenindose y reconfirmndose en una posicin de

    superioridad, salvaguardando la diferencia y la carga valorativa entre las partes.

    Afincando adems, la nostalgia y compasin por los pueblos amaznicos desde una

    postura paternalista, les da pena que no sea como quisieron que sean, no por un

    inters de conservar la pluriculturalidad sino por la pena que ellos no hayan podido

    verlos como salvajes de pelcula, de foto y de folleto turstico. El imperialismo visual,

  • - 19 -

    del cual forman parte las representaciones sobre el indgena amaznico en el turismo,

    es el mensaje subliminal de jerarqua cultural donde la condicin de una cultura sobre

    otra cultura es comunicada presentando lo que es natural, normal y deseado a travs

    del estereotipo dominante de estilo de vida deseable y lo que es anormal e indeseado

    a travs de la exhibicin de manifestaciones culturales del grupo subordinado,

    marginado, indgena. El turista expresa cierta ambigedad en su posicin frente a los

    otros. Culturalmente los reconocen como superiores pero socialmente no.

    Al ser las representaciones visuales sobre los pueblos indgenas de la amazona

    expuestas ampliamente en la esfera pblica, se retoman y se reafirman las formas de

    representacin del indgena amaznico como la encarnacin del Otro. La idea de

    querer plasmar la existencia de este otro a un nosotros ha servido a lo largo de la

    historia como fuente complementaria y contraria de construccin de la identidad. En

    este sentido, los grupos tnicos de la Amazona peruana han servido (entre otros, no

    siendo el nico, como el caso de las sociedades andinas) como icono de un salvaje

    imaginado para redefinir hegemnicamente el poder social de otros grupos que se

    definen como distintos y superiores a este. A travs de la definicin del otro, se

    refuerza la identidad de quien representa y permite develar no solo cmo es el otro

    sino cmo es quien lo representa.

    Para terminar

    La etnicidad tiene una mirada distinta desde fuera, de la manera cmo es sentida

    desde dentro de la comunidad. La etnicidad para los turistas se manifiesta a travs de

    las representaciones visuales, la cultura material y la corporeizacin del exotismo. Por

    ende, la ausencia de cultura material tradicional es un rasgo que desmotiva a los

    turistas a pensar que se trata de una cultura autntica.

    La desfase representacional nos permite entender cmo el indgena de Palma Real se

    define a s mismo en trminos morales, ms que en aspectos performativos. Los

    rasgos a los cuales se acogen los Ese Ejas para marcar su etnicidad y su diferencia en

    el contexto de turismo, no difieren de aquellos que escogen para su vida cotidiana u

    otro espacio. No es necesario hacerlo visible, demostrarlo, no es necesario parecer

    nativo porque ya lo es. La representacin de la cultura de los Ese Ejas de Palma Real

    es menos fotografiable que lo que cualquiera considerara, la cultura visual no es pues

    desarrollada.

  • - 20 -

    El turismo contemporneo muestra que ya no se buscan realidades nuevas, sino

    escenarios codificados por distintas formas de ficcin. Con el ojo atentamente fijado en

    el objetivo de la cmara, en vez de contemplar la realidad, los turistas transforman un

    mundo en imgenes. Lo que pone en marcha a tantos turistas es la nostalgia del "viaje

    de descubrimiento", no de encuentro. Uno descubre al otro y el que descubre es el

    hroe. El viaje se ha convertido en la persecucin de vivencias de realidades

    imaginarias previamente garantizadas.

    Ms all de ver la ropa o la cultura material en la comunidad y en los indgenas, el solo

    espacio evoca un significado. El solo contexto representa. En este caso se da sentido

    a lo que se ve durante lo que uno piensa de ella, es decir, de los estereotipos y la

    imagen ya pre fabricada y vendida sobre los indgenas. Se da sentido a los indgenas

    y a su identidad por la forma en que son representados en el turismo, los sentimientos

    con los que se le asocia, las imgenes que se utiliza y las historias que se cuentan.

    La alteridad se mantiene. El ver al otro similar al nosotros en bienes de consumo,

    produce reaccin de alejamiento y reflexionar en la superioridad de uno antes que el

    turismo fomente la apertura a espacios y dilogos desde la interculturalidad. La

    alteridad permanece pero es la nocin de exotismo lo que se desvanece. Este dilema

    de la representacin ms que decirnos sobre la verdad de los nativos, nos dice sobre

    la mentalidad de quienes lo representan, de cmo quieren ver y cmo quieren que sea

    el nativo de la selva. Esto respondiendo, a su pretensin de consumir un viaje en

    busca del buen salvaje. La alteridad no tiene un sentido estricto, marcado solo por el

    aspecto racial, social, la cultura material u otro tipo de expresin. La alteridad se

    manifiesta de diversas maneras que los turistas como representantes de la opinin

    pblica de la sociedad global escogen en la medida que las comunidades nativas, van

    cambiando tambin, y que estas a su vez con el tiempo van utilizando diferentes

    rasgos para mantener las fronteras tnicas

    El turismo cultural que se desarrolla en Palma Real puede entenderse como la

    extensin del discurso hegemnico de la superioridad de occidente, frente a las

    comunidades indgenas. Se instrumentaliza la relacin indgena naturaleza, cargado

    de exotismo y autenticidad para legitimar la alteridad. Se trata pues de un viaje de

    fantasa, de apreciar un mundo, las vivencias y la cotidianeidad de un grupo de

    personas que es ajena a las posibilidades de vivir de los turistas en su vida real en sus

  • - 21 -

    lugares de origen. La dinmica de superioridad, es una forma de conocer, de

    categorizar y de dar sentido a las relaciones de poder. La representacin social, vuelve

    visible lo invisible. Palma Real es una comunidad que manifiesta mantener su

    identidad Ese Eja a travs del mantenimiento de costumbres y de la lengua y por ello,

    no necesita manifestarlo a travs de otras herramientas tangibles o performticas.

    El ver y el representar son actos "materiales" en la medida en que constituyen medios

    de intervenir en el mundo."Vemos" simplemente lo que est all, ante nosotros. (Poole

    1997). Las representaciones a travs de discursos e imgenes de la literatura turstica

    hace a los Ese Ejas de Palma Real presentes en el mundo, estn porque se dicen que

    estn y adems se les puede ver. No obstante, en este caso, se les puede ver de una

    manera distinta a la que se promociona, de tal manera que resultan ser invisibles a los

    ojos de la habitual representacin que se hace de ellos como indgenas. Mientras siga

    existiendo la selva y los indgenas como idea tendr una existencia simblica vigente,

    que la har ms real y ms cercana a la esfera pblica que la realidad.

    El otro seguir siendo el otro aun si se moderniza, se volver entonces un civilizado

    salvaje. Normalmente se tiene una imagen de cmo es el indgena amaznico, de

    cmo era y cmo debera seguir siendo para no dejar de serlo. Desde hace muchos

    aos atrs se representa el indgena en un proceso de prdida de su cultura, siempre

    en proceso, el considerarlo ya perdido causa inestabilidad al nosotros, pues la

    alteridad y la distancia se va acortando entre unos y otros. Cuando el otro imaginado

    es puesto en confrontacin con el otro encontrado, la imagen mtica se resiste a su

    adecuacin con la realidad, hasta que las caractersticas del otro consiguen disolverla

    o hasta que no se produzca una nueva imagen mtica que salvando algunos

    elementos de lo anterior, se nutra de otras imgenes ms flexibles a la confrontacin

    con la realidad. En este sentido, nunca el otro llega a ser verdaderamente conocido.

    (Amodio1993: 23).

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