Boletín Página al viento-N°13

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En este número: Gustavo Armijo en el tiempo / 2 “Las artes son la cara limpia de Honduras”: Entrevista a Gustavo Armijo / 3 El Cementerio General: del ideal de la ciudad letrada a la marginalidad/Edgar Soriano Ortíz / 5 Armijo paso a paso / 7 Boletín informativo de la Editorial Universitaria Año II, No. 13 Octubre de 2013 Universidad Nacional Autónoma de Honduras Ciudad Universitaria, Edificio Juan Ramón Molina Tel. (504) 2232-4772 / 2232-2109 ext. 208 Correo elect.: [email protected] editorialUNAH Diseño gráfico: Rony Amaya Mercadeo y publicidad: Tania Arbizú Apoyo logístico: Alejandra Vallejo, Maryori Chavarría Director: Rubén Darío Paz Edición: Néstor Ulloa Suny del Carmen Arrazola D esde su proceso de reforma, uno de los com- promisos más vitales establecidos por la Edi- torial Universitaria ha sido el brindar un apoyo incondicional a personajes cuyo aporte y reco- nocimiento no pueden pasar desapercibidos en nuestro entorno. Por ello, Página al viento dedica esta edición -que será la primera de muchas otras que ofreceremos a figuras de renombre dentro y fuera del país-, a la obra que durante años ha realizado uno de los hombres más importantes en el mundo de las artes plásticas nacionales: Gustavo Armi- jo. Esto aprovechando que próximamente se presentará en el Centro de Arte y Cultura de la UNAH su más reciente trabajo, “Cementerio General”, una muestra que viene a alimentar la memoria histórica del país y de la cual ahonda- mos más adelante. Un reconocimiento para un nombre tan destacado en las artes nacionales no puede estar completo sin un recorri- do pictórico por su trabajo, su período de juventud, escenas junto a compañeros de generación e imágenes de su consoli- dación como artista. Con el fin de acercarnos más a su lado humano y personal, presentamos la entrevista que brindó es- pecialmente para este número, en la cual nos habla de sus inicios, su cotidianidad y de toda su trayec- toria cultural. De igual forma, subrayar el valor del camposanto en la memoria ciudadana no es algo que debe apreciarse únicamente desde la perspectiva artísti- ca, por ello incluimos un artículo del historiador Edgar Soriano sobre el proceso de declive que ha sufrido el Cementerio General desde su construcción hasta nuestros días. Finalmente, por ser octu- bre un mes de valiosas efe- mérides, con el nacimiento del paladín centroamericano, Francisco Morazán, y el ani- versario de la autonomía de nuestra Universidad, Página al viento saluda de manera especial a la comunidad universitaria y a nuestro público lector. Entre bigotes, colores y formas

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En este número: Gustavo Armijo en el tiempo / 2

“Las artes son la cara limpia de Honduras”: Entrevista

a Gustavo Armijo / 3

El Cementerio General: del ideal de la ciudad letrada a la marginalidad/Edgar Soriano Ortíz / 5

Armijo paso a paso / 7

Boletín informativo de la Editorial UniversitariaAño II, No. 13 • Octubre de 2013

Universidad Nacional Autónoma de HondurasCiudad Universitaria, Edificio Juan Ramón MolinaTel. (504) 2232-4772 / 2232-2109 ext. 208 Correo elect.: [email protected]

editorialUNAH

Diseño gráfico: Rony Amaya Mercadeo y publicidad: Tania ArbizúApoyo logístico: Alejandra Vallejo, Maryori Chavarría

Director: Rubén Darío Paz Edición: Néstor Ulloa Suny del Carmen Arrazola

Desde su proceso de reforma, uno de los com-promisos más vitales establecidos por la Edi-

torial Universitaria ha sido el brindar un apoyo incondicional a personajes cuyo aporte y reco-nocimiento no pueden pasar desapercibidos

en nuestro entorno. Por ello, Página al viento dedica esta edición -que será la primera de muchas otras que ofreceremos a figuras de

renombre dentro y fuera del país-, a la obra que durante años ha realizado uno de los hombres más importantes en el mundo de

las artes plásticas nacionales: Gustavo Armi-jo. Esto aprovechando que próximamente se presentará en el Centro de Arte y Cultura de

la UNAH su más reciente trabajo, “Cementerio General”, una muestra que viene a alimentar la memoria histórica del país y de la cual ahonda-mos más adelante.

Un reconocimiento para un nombre tan destacado en las artes nacionales no puede estar completo sin un recorri-do pictórico por su trabajo, su período de juventud, escenas

junto a compañeros de generación e imágenes de su consoli-dación como artista.

Con el fin de acercarnos más a su lado humano y personal, presentamos la entrevista que brindó es-pecialmente para este número, en la cual nos habla de sus inicios, su cotidianidad y de toda su trayec-toria cultural. De igual forma, subrayar el valor del camposanto en la memoria ciudadana no es algo que debe apreciarse únicamente desde la perspectiva artísti-ca, por ello incluimos un artículo del historiador Edgar

Soriano sobre el proceso de declive que ha sufrido el Cementerio General desde su construcción hasta nuestros días.

Finalmente, por ser octu-bre un mes de valiosas efe-

mérides, con el nacimiento del paladín centroamericano, Francisco Morazán, y el ani-

versario de la autonomía de nuestra Universidad,

Página al viento saluda de manera especial a la comunidad universitaria

y a nuestro público lector.

Entre bigotes, colores y formas

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Gustavo Armijo en el tiempo...

Con el profesor Max Euceda y compañeros de generación, 1969.

Con Ernesto Cardenal en Tegucigalpa, (s.f.).

De izq. a der., Juan Domingo Torres, Gustavo Armijo, Alejandra Armijo (hija) y su esposa Clara, año 2000.

En plaza “La Merced” con sus compañeros del taller “Dante Lazaronni”, 1 de mayo de 1983.

Junto a José Adán Castelar y Evaristo López (s.f.).

Gustavo Armijo en el tiempo...

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Gustavo Armijo en el tiempo...

¿Cómo fueron sus inicios, sus primeros intentos?

GA: Desde niño siempre me gustó di-bujar. Tuve el respaldo de mi familia y, además, recibí la influencia de un primo hermano, el poeta y pintor sal-vadoreño Roberto Armijo. Él estaba en su apogeo y me entusiasmó, me daba libros, me presentaba a los poetas jó-venes de aquel tiempo de El Salvador, autores como Roque Dalton, Manlio Argueta, Roberto Cea. Ingresé a Bellas Artes y mi visión del mundo cambió, fue una experiencia única. Y en los se-sentas, una década interesante en casi todas las artes, di mis primeros pasos. Vivíamos una época de diferentes cam-bios y todos queríamos ser algo.

Era una Tegucigalpa única. El arte lo hallábamos por doquier, se celebraba todo: la presentación de un libro, de una obra, siempre se terminaba con una reunión en casa de alguien. Así, descollé siendo un estudiante: Se dio una exposición que preparó la direc-ción de Bellas Artes, en Vermont, Esta-dos Unidos y me incluyeron.

Después me incliné más por el dibujo -desde aquel tiempo, me considero un dibujante con resabios de otras cosas, pues yo no le rehúyo a las influencias. Tener maestros como Dante Lazaron-ni, Max Euceda, Mario Castillo, que me formaron con una inquietud de trabajar y salir del anonimato a base de trabajo me motivó todavía más. Mi primera exposición individual fue recién egresado de Bellas Artes, ca-sualmente se inauguró aquí en Ciudad Universitaria, pero como necesitaban espacio para otras cosas solo duró un día. Después se presentó en el IHCI y fue un proyecto que me marcó mucho. Eduardo Bähr la bautizó como Los gi-gantes tristes, eran figuras grandes, el

hombre con grandes proporciones, algo así como como boteros en carbón.

¿Cómo surgió la posibilidad de viajar a México?

GA: En parte por amor. Me fui siguien-do a una persona. Habíamos conveni-do seguir estudiando allá y entramos a la Academia San Carlos de la UNAM. Era un México marcado: recién había pasado Tlatelolco. Pese al apoyo de mis padres hubo problemas, como suele ser la vida de todo estudiante. De ahí salie-ron dos hijas hermosas. Luego de cua-tro años, pasamos a Estados Unidos: yo llego como un emigrante y conozco lo duro que es eso, al principio, como de-cía Roque Dalton “haciéndole de todo y sobreviviendo”. Uno se da cuenta de que cada inmigrante es una nove-la: deja un mundo atrás y va buscando otro, no siempre conquistándolo. Así se pasaron diez años hasta que regresé a Honduras en los ochenta, soltero, y ahí es cuando conozco a mi esposa Cla-ra, quien ha sido un bastión en mi vida. Ahora puedo decir que tengo la satis-facción de vivir con quienes quiero, donde quiero y hacer lo que yo quiero.

¿En su juventud, cómo veía el futuro del arte en el país y qué espera en la actualidad?

GA: En aquel tiempo, Bellas Artes y el IHCI en Comayagüela eran quizá los centros de arte más importantes; también estaba el Teatro Nacional y la UNAH durante los años en que estuvo Leticia de Oyuela en extensión cultu-ral. Tegucigalpa era una ciudad peque-ña donde todos nos conocíamos y no teníamos miedo a nada. De esa época surgieron personajes importantísimos en todas las artes, que sentaron las ba-ses de lo que hoy tenemos. Hay circuns-tancias que definitivamente mermaron lo que se podía ser, la situación política por ejemplo, que es un tema del cual no me gusta hablar porque siento que me traicionaron. Nos traicionaron y nos robaron los sueños. Ahora, igualmen-te, veo el futuro del arte con mucho op-timismo, ya que el país tiene elemen-tos que sobresalen a nivel mundial. En algún momento dije algo que unos me han cuestionado, otros no, y es que las artes son la cara limpia de Honduras, y lo sostengo.

¿Cómo vive un artista en Honduras? ¿Cuál es su día a día?, ¿le da para vivir del arte?

GA: Hay días difíciles. La unión de la familia, las responsabilidades, a veces hacemos piruetas pues hay que sacar para todo. Si no, cualquier día puedes estar leyendo un libro y de pronto lle-gan a cortarte la luz –lo digo porque me ha pasado- y te arruinan el momento. Vivimos en la eterna disyuntiva de que hoy pago los servicios públicos y ma-ñana, si puedo, compro los óleos. Y es algo de todos los meses.

“Las artes son la cara limpia de Honduras”

Armijo “garabateando” en un café de la ciudad. Foto: Evaristo López.

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Gustavo Armijo en el tiempo...

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Sentimos que la carga es más pesada que en otros años y por momentos uno quisiera salir corriendo. Si se mira la historia de la mayoría de artistas, son gente humilde: no tenemos el apoyo que realmente se merece la cultura, somos como fantasmas en la sociedad, pero fantasmas positivos, y seguimos confiando que el futuro va a ser mejor.

Háblenos de su proceso creativo. ¿Tiene algún método? ¿Trabaja un número de horas al día o todo surge espontáneamente?

GA: Trato de garabatear en todo ins-tante. Puedo estar en un café, con una servilleta, en mi casa, cualquier mo-mento es apropiado. Me influye lo que pasa alrededor, en un mundo global que va en constante cambio; cualquier noticia –ya sea mala o buena– nos pue-de impactar aunque se dé al otro lado del mundo. Siempre procuro estar maquinando cosas, lo disfruto. Y hago mucho trabajo de cama: ahí es donde me surgen incontables ideas.

¿Qué nos puede decir de los modelos de arte contemporáneo en general?

GA: Es una controversia desde el mo-mento que decimos “contemporáneo”. Contemporáneos somos casi todos los

que estamos vivos y hacemos algo, es el día de hoy. A veces sucede que nos ven ya un poco viejos y piensan que lo nuestro no encaja bien en esta idea, y sí, en muchos casos pueden ser cosas completamente diferentes a las tenden-cias que se bautizan así, pero a la larga lo nuestro es contemporáneo también. Muchas cosas de lo que vemos en esas líneas, por lo general, son influencias tardías que llegan a Honduras. No lo rechazo, pero por ser algo que comien-za a germinar en el país quizá aún no ha descollado su concepto como tal. Y nosotros como artistas trabajamos en ello.

¿Cómo cree usted que se aprecia la obra de Gustavo Armijo fuera de Honduras?

GA: No puedo decir que tenga gran re-cepción. A veces los medios de comu-nicación juegan en nuestra contra y es mínima la atención que se recibe. Mi trabajo es muy acumulativo. No tiene gran repercusión en el campo econó-mico, no se vende mucho. Personal-mente, tengo gran pasión por el papel y en el mercado el papel no es muy valo-rado, la gente lo rechaza por puro des-conocimiento, porque en los grandes museos hay trabajos hechos en papel de siglos atrás; o artes como el graba-

do también son poco receptivos ya que al público le gusta tener la pieza única y en óleo, y yo trabajo con productos más abiertos a las masas. Uno quisiera que las exposiciones fueran itineran-tes, pero a lo sumo se presentan en una o dos plazas aquí en el país. Las casas de la cultura no funcionan y además es complicadísimo en estos tiempos montar una exposición sin el apoyo de los entes gubernamentales. Las pocas presentaciones que se dan son fruto del puro empeño de la gente y del amor que tenemos hacia todo este universo cultural.

Trabajando en casa. Foto: Alejandra Armijo.

Estudios artísticos

- Escuela Nacional de Bellas Artes (Honduras).- Academia San Carlos, Universidad Nacional Autónoma de

México (México).- Taller de Fotografía con Judy Blankership (Costa Rica).- Taller de Xilografía con Rolando Garila (Costa Rica.- Taller de ilustraciones para libros infantiles con Vicky Ramos,

UNESCO-CAP (Honduras).

Premios obtenidos

- Premio Nacional de Arte, 2009.- Premio No profesional VII Salón de Pintura Anual, IHCI.- Premio Salón de Dibujo, Centro Cultural Sampedrano.- Primer Premio Embajada de España con la obra “Pasajero de

octubre”, 1998.- Mención de Honor en Cerámica, V Concurso de Escultura y

Cerámica del IHCI, 1995.

GUSTAVO ALBERTO ARMIJO VARGAS

- Mención de Honor en Pintura, VIII Salón de Pintura Nacional, Centro Cultural Sampedrano, 1993.

- Mención de Honor en Cerámica, IV Concurso de Escultura y Cerámica del IHCI, 1993.

- Mención de Honor, Concurso de Fotografía, Revista Geomundo, U.S.A.

Membresías profesionales:

- Miembro fundador, Asociación Artistas Plásticos de Honduras.- Miembro de la Asociación “Viernes culturales”, Miami, USA.- Miembro de Art Museum, Miami, USA.- Miembro de la Asociación Difusora de Obra Gráfica

Internacional, “ADOGI”, Barcelona, España.

*Ha realizado múltiples exposiciones en Honduras, España, Pa-namá, Santo Domingo, Costa Rica, Guatemala y El Salvador, tan-to a nivel personal como colectivo.

(Comayagüela, 1945)

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A partir del 1 de noviembre estará abierta al público en el Centro

de Arte y Cultura de la UNAH la muestra “Cementerio General” que reúne alrededor de 600 placas res-tauradas con la técnica del grafiado.

Según el artista, la idea surgió en una de sus tantas visitas al cementerio, “cerca de la tumba de mis abuelos está Pablo Zelaya Sierra, el padre de la pintura hondureña y se me ocu-rrió recolectar la memoria del lugar a base de fotografías. Anduve de tum-ba en tumba buscando lo agradable y me encontré con gente tan valiosa en nuestra historia, figuras que de-berían merecer un monumento, con unas placas que dan pena; fue cuan-do pensé que sería mejor restaurar-las, aunque de forma simbólica”. Y es que en el imaginario de la gente se suele tener la creencia de que hasta entre los muertos hay clases socia-

les, sin embargo, nos explica Armijo, “como todo en el país, ahí las cosas están patas arribas y hay una verda-dera democracia: todos son iguales”. Desde personajes ilustres a simple-mente desconocidos han sido vícti-mas de la delincuencia y del olvido. Por ello, la exhibición tiene como fin revertir el abandono en que se ha dejado el Cementerio General, resca-tando la memoria de familias ente-ras, de casi todo un pueblo, al traerla de un lugar que casi no se visita a una sala de exposiciones.

El artista nos cuenta que a un inicio el proyecto se manejó de forma más desordenada, “me fui más por el lado anímico, buscando placas que me recordaban algo, siguiendo sende-ros que me interesaban. A veces me acompañaban mis hijos o estudian-tes de Bellas Artes” pero, para bien, cayó en las manos de los historiado-res y de la UNAH, quienes formaron un equipo que organizó el trabajo de mejor manera.

Policarpo Bonilla, Visitación Padilla, Tiburcio Carías Andino, Juan Ramón Molina, Ramón Rosa, Amanda Cas-

tro, y muchos otros personajes de la historia del país estarán presen-tes en una tarde de nostalgia que promete estar llena de emociones encontradas. “No sé muy bien dónde va a encajar, si como un fenómeno artístico o históri-co. Me complace que la ex-posición se presente un día antes del día de los muertos pues le otorga un valor muy simbólico, pero sobre todo espero que esto motive a las familias y en especial a los entes gubernamenta-les para que recobren el interés por algo que ha sido muy nuestro.”

La historia de Comayagüela estuvo marcada por albergar como po-

blación a indígenas tributarios, sin embargo, en el siglo XIX la situación comenzó a cambiar cuando las tierras comunales fueron enajenadas por la presión mercantil que traía consigo la llegada de extranjeros y sus alianzas familiares con las familias de poder lo-cal. El ayuntamiento fundado en 1820 tras la segunda jura constitucional de la monarquía española comenzó a pro-piciar el camino a la nueva dinámica económica y política que se fraguaba en el siglo XIX. Así, en 1849 Coma-yagüela obtuvo el título de villa y se emitieron disposiciones municipales para permitir el desarrollo urbano. En la década de 1870 cuando las primeras influencias de las reformas liberales se asimilaban como el futuro para el desa-rrollo, la municipalidad contrató al in-geniero José Esteban Lazo (quien cursó estudios de ingeniería en Europa) para realizar el trazado urbanístico de Co-mayagüela.

La apertura de un cementerio general se convirtió en una necesidad urbana ante el insuficiente y pequeño cemen-terio del Barrio Abajo de Tegucigalpa y por la urgencia de ordenar la salubri-dad de la ciudad y la gemela Villa de Concepción de Comayagüela –durante todo el siglo XIX, el juicio pre-dominante sobre las epidemias recaía en la exigencia de llevar

El Cementerio General: del ideal de la ciudad letrada a la marginalidad

Honrando la memoria

Edgar Soriano Ortíz*

Foto: Paúl Martínez.Sigue en la página 6

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un mejor control de los entierros– que tanto promulgaban las élites en su afán de consolidar la “ciudad liberal” o “ciu-dad letrada” de finales del siglo XIX.1

El cementerio se edificó entre 1879 y 1880, y la propiedad pasó a ser de la municipalidad de Tegucigalpa. Sin embargo, se realizaron varios diálogos para fusionar la administración del camposanto y mejorar la vía desde el otro lado del río y de la quebrada (El Sapo) para ingresar a dicho lugar. En el ideal de las élites liberales que habían tomado el poder en 1876, el desarrollo urbano y la preocupación por la hi-giene estaban presentes. El presidente Luis Bográn (1883-1891) donó un ca-rro fúnebre en 1889 para contribuir a la ritualidad de la procesión de entie-rro desde Tegucigalpa.2 Otro ejemplo serían las decoraciones y limpieza de la calle al cementerio al acercase el día de muertos, así lo exponía en 1890 el re-gidor municipal de Tegucigalpa, Jesús Estrada.3

La ampliación y la alianza entre los ayuntamientos de ambas ciudades gemelas se convirtió, en muchos mo-mentos, en un malestar. Por ello, los intentos de mejorar el funcionamiento

del cementerio se manifestaban en el discurso y en las mociones durante las sesiones de cabildos. Entre las medidas tenemos, en 1901, la de Francisco Mar-tínez, quien presentó un plan para la venta de lotes que propiciara un mejor ordenamiento. El 29 de agosto de 1907 ambos ayuntamientos suscribieron un acuerdo para darle mantenimiento en condiciones igualitarias, pero que en la realidad fue un problema entre ambas municipalidades; por ejemplo en 1913 el alcalde de Comayagüela, Herme-negildo Valle, mocionó para que se le exigiera a la municipalidad de Teguci-galpa cumplir con el acuerdo de cons-trucción del muro frontal.4

Comayagüela durante el proceso de reformas liberales planificó con ciertas limitantes su urbanidad y se convir-tió en un punto vital para la dinámica mercantil de la ciudad, incluyendo a Tegucigalpa. No obstante, en el in-tento de centralizar la política y tener mayor control de la población, el Parti-do Nacional, encabezado por Tiburcio Carías Andino abolió su ayuntamien-to en 1937 y creó la municipalidad del Distrito Central. Los efectos de la abolición del cabildo de Comayagüe-

la no se han estudiado a profundidad, pero es perceptible que la ciudad cre-ció sin planificación urbanística y que el mercado se desarrolló sin controles adecuados. El Cementerio General y el Centro Histórico de la ciudad co-menzaron un proceso de detrimento que se evidencia en las calles daña-das, drenajes colapsados, un mal ma-nejo de los desechos sólidos, asaltos a mano armada, extorsión, disputas de territorios por pandillas, corrupción institucional del Estado, entre otras cosas. La idea de las élites gobernantes de finales del siglo XIX y de la prime-ra mitad del siglo XX de desarrollar la ciudad se esfumó frente a una realidad de exclusión social y de explotación económica mercantil sin planificación. El Cementerio General es la prueba del descuido patrimonial y de la margina-ción de Comayagüela: este espacio se ha vuelto peligroso para los familiares de los difuntos enterrados o para las exequias actuales. Para el caso están los hechos dados el 11 de agosto de 2013, en el funeral del ex director técnico del equipo de fútbol Olimpia, Carlos Cruz Carranza, cuando asaltaron e hirieron de bala a un asistente.5

En conclusión, el Cementerio General alberga una diversidad de criptas de hondureños y hondureñas de la histo-ria política, económica, artística y cul-tural de país, sus diseños arquitectóni-cos son parte del patrimonio tangible de la ciudad y es urgente su rescate y mantenimiento adecuado.

Notas

1 Rama, Ángel, La ciudad letrada, Editorial Arca, Montevideo, 1998.

2 Archivo Municipal de Tegucigalpa (AMT). Actas, 1889.

3 AMT. Actas de Tegucigalpa, 1890.4 AMT. Actas de Comayagüela, 1911-1913.5 Disponible en: http://www.latribuna.hn/

movil/2013/08/12/leones-caen-en-ga-rras-de-los-chirizos/ (Consultado en oc-tubre de 2013).

Puerta principal del Cementerio General, 1889.

✳ (Choluteca, 1980). Docente, investigador y columnista de medios de comunicación impresos y digitales. Es máster en Historia de Ibe-roamérica por la Universidad Jaume I, máster en Historia de América por la Universidad Pablo de Olavide (España) y egresado de la carrera de Historia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Autor de 1924. Caudillos: entre la matanza del pueblo y el poder (2009) y 1812: La rebeldía popular de Tegucigalpa en el contexto de los levantamientos en Centroamérica, 1809-1812 (2013).

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Es muy probable que desde que Armijo nació en un pueblo de Honduras, empezó a intuir

una relación muy particular sobre las formas y comportamientos de su entorno natural

(…) su dinámica en la composición, la deformación y la relación entre los elementos formales protagonistas quizás sean aspectos

que caracterizan a una experiencia psico-visual cuando nos adentramos ante un trabajo del mundo de Gustavo Armijo.”

Gilberto Arriaza

En el panorama general de la historia de las artes visuales hondureñas, Gustavo Armijo representa una de las más firmes

y más desarrolladas vocaciones de dibujante –entre otras cosas- que se han dado en este país (…) De tal forma que lo

que encontramos en esta etapa actual de la obra armijiana es el resultado de una serie de decantaciones, de depuraciones, de

correcciones de trayectoria y de intensos procesos de autocrítica.”Donaldo Altamirano

El trabajo de Armijo por muchas razones se ha convertido en una referencia forzosa para los artistas plásticos del terruño, sobre todo porque hay en su madera de artista la vitalidad del cabal desempeño de su oficio.”Víctor Manuel Ramos

“Abhu Gharib” Primer lugar del Concurso de Arte del Centro Cultural Sampedrano (2004).

“Elegía al corazón enfermo” Colección SOLO COM. CUERDAS, Dibujo (2010).

Pieza de la colección En espiral. Escultura (2005).

Armijo paso a paso...Armijo paso a paso...

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“Gustavo Armijo posee un talento innato que ha mejorado gracias a la

experiencia ininterrumpida a lo largo de los años y posee la cualidad de que con suma facilidad hace lineamientos

para cualquier rama del arte. Para él, todo el arte que ha practicado es

diferente y reflejan su estado de ánimo, pero asegura que aunque se trabaja

en forma distinta –pintura, escultura, fotografía, dibujo y grabado- están

unidas por un solo sentimiento”.Rosa Delia Santos

“Gustavo Armijo, experto y valioso alfarero, ciudadano del arte comprometido como un templario con la figura humana a la cual simplifica con una hondura y tensión en altos y bajorrelieves (…) está de nuevo aquí, de pie, frontal. Él y su obra. Su obra y él, como dos yo, de un yo frente a nosotros.” José Adán Castelar

Pieza, Dibujos con café (2010).

“Pasajero de octubre” Primer Premio de la Embajada de España (1998).

Colección Neruda en la plástica de Armijo. Acuarela (2005).