Boletín de la Asociación Argentina de Ecología · pagando la cuota del año en curso, perdiendo...

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CONTENIDOEditorial .......................................................................... 21

Noticias Institucionales ......................................................... 21

Ecología Argentina: La sección autóctonaLa enseñanza de la ecología en la Universidad: una preocupación poco común (M. Kaufman) . 23

Estuvimos Allí1998 Society for Ecological Restoration International Conference (D. Bilenca) . . . . . . 26

Correo de Lectores .............................................................. 27

Novedades en la Biblioteca ..................................................... 28

Libros con EcoEcología sensorial: D. Dusembery. Sensory ecology (C. Lazzari) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30Cuando pa’ Chile me voy…: J. Armesto et al. Ecología de los bosques nativos de Chile (M. Aizen) 30

HerramientasEl método comparativo filogenético: su aplicación en ecología (A. Ruggiero) . . . . . . . . . . . 32La explicación en ecología (L. Marone y M. Bunge) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

Competencia Difusa: una sección orientada al debateY la única sabia, ¿será la vaca? (A. Premoli) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38Rol de la ecología del comportamiento en la conservación de la fauna (M. Cassini) . . . . . . 38Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA): ¿una victoria del “enemigo”? (A. Farji-Brener) 40

ObituarioAlberto Soriano (1920-1998) (M. Aguiar y R. León) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

Ecología Astral ................................................................... 42

Agenda ........................................................................... 43

Chau .............................................................................. 44

El Boletín de la AsAE es una publicación semestral que llega a todos los socios regulares sin cargo extra. Su contenido puedereproducirse siempre que la fuente sea citada. Los editores no se hacen responsables por las opiniones vertidas por los colum-nistas invitados, los entrevistados y los colaboradores espontáneos.

Editores: Javier Lopez de Casenave y Alejandra M. Ribichich

Comité Editorial: Ricardo Gurtler, Rolando León, Juan C. Reboreda y Osvaldo Sala

Diseño y composición: Javier Lopez de Casenave, Fernando Milesi y Alejandra M. Ribichich

Armado y compaginación: Fernando Milesi

Tirada: 500 ejemplares

Correspondencia:Boletín AsAE, Eds. J. Lopez de Casenave y A. M. Ribichich, Lab. 76, Depto. de Biología, FCEyN, UBA, Ciudad Universitaria, pabellón 2, piso 4, 1428 Buenos AiresCorreo electrónico: [email protected]

Durante la década del 70, Roger Dean (n.Kent, Reino Unido, 1944) ilustró las portadasde numerosos álbumes de rock sinfónico(en especial, los del grupo británico Yes).Su estilo, que iba de la mano con la músi-ca, se hizo rápidamente famoso en el mun-do entero. En los años 60, Dean había es-tudiado en la Canterbury School of Art y enel Royal College of Art de Inglaterra. Tam-bién ha incursionado en la escenografía, eldiseño y, más recientemente, en la arqui-tectura. Su arte ofrece una visión de otrosmundos, de tierras góticas y fantásticas,emparentadas con la ciencia ficción peroempapadas de realismo, habitadas por bes-

tias mitológicas, construcciones extrañas ypaisajes fantasmales, espaciosos y tranqui-los. Dean nos permite echar una mirada através de una ventana inexistente, en laque no importa la técnica o el materialusados por el artista. Lo que allí se ve es loúnico que interesa, lo único que hay… A lolargo de su obra se identifican temas recu-rrentes. Como ejemplos de sus paisajesdesérticos, en este número mostramos “Re-latos del ayer” (pág. 34) y “Relatos de losocéanos topográficos” (pág. 37). “Islas flo-tantes” (pág. 25) es una de las tantas ilus-traciones de una temática que obsesiona aDean. Los animales bizarros están repre-

sentados aquí por “Dragón rojo” (tapa),“Yesshows” (pág. 22), la mosca-caracol(pág. 29) y “Aqua” (fragmento, contra-tapa). Los paisajes de ensueño son uno delos sellos característicos de la obra del ar-tista: “Drama” (pág. 26, y fragmentos enpág. 21, 36 y 40) y “Relevo” (pág. 31) sondos de sus obras más famosas; “Ciervo”(pág. 44), aunque menos conocida, está tanlograda como las anteriores. Finalmente,presentamos “No maten a la ballena” (pág.32), y una ilustración de Dean para el jue-go interactivo “El secreto del Onyx negro”(pág. 39). Todas las imágenes © Roger Dean.Todos los derechos reservados.

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EEEEEditorialditorialditorialditorialditorial

Noticias Institucionales

Gremio y Comunidad

Noticias de la tesorNoticias de la tesorNoticias de la tesorNoticias de la tesorNoticias de la tesoreríaeríaeríaeríaería

Recordamos que la mayor parte de la financiación de laspublicaciones de la AsAE depende de los aportes de losasociados. La Comisión Directiva ha decidido que los so-cios que no estén al día con sus cuotas no recibiránEcologia Austral hasta cuando regularicen su situación.

Cuotas societarias.- Socio activo: $35; Estudiante degrado: $20; Matrimonios (con derecho a un ejemplar decada publicación): $40. Los socios que viven en el extran-jero deben agregar $15 para gastos de envío.

Morosos.- Los socios que adeuden cuotas podrán optarpor pagarlas y recuperar los beneficios (antigüedad, bo-letines y revistas) por el período adeudado o reasociarsepagando la cuota del año en curso, perdiendo la antigüe-dad como socio y recibiendo solo el material del año.

Modalidades de pago.- Las cuotas pueden abonarse: 1)a través de los delegados regionales, 2) en persona (aMariano Oyarzabal, en: Ecología, Fac. de Agronomía, UBA,

Av. San Martín 4453, Buenos Aires), 3) mediante giro pos-tal (a nombre de: Mariano Oyarzabal, oficina destinata-ria 41), o 4) a través de un depósito bancario (Banco Na-ción, Caja de Ahorro 93008983/6, Sucursal 0019, Av. delos Constituyentes). En los últimos dos casos, enviar porcorreo, FAX (514-8730) o correo electrónico ([email protected]) el aviso de pago. Los socios que viven en elexterior pueden pagar sus cuotas mediante un chequepersonal de un banco de EEUU, a nombre de Juan Loreti(enviarlo a: Dept. Botany, Duke University, Durham, NC27708-0339, EEUU; correo electrónico: [email protected]).

¿Cuál es el rol social que podemos y debemos cumplirlos ecólogos? Existen razones éticas y pragmáticas queimponen esta reflexión. En nuestro país, la mayoría delos ecólogos hemos obtenido nuestra formación académicaen las universidades públicas que, bajo la entelequia dela educación gratuita, brindan educación no arancelada,subsidiada por el conjunto de la sociedad. También unaimportante fracción del trabajo de los ecólogos argenti-nos está sostenida por fondos públicos. Esta realidad nosenfrenta, por un lado, a la deuda ética que tenemos conla comunidad; y por otro, a la justa demanda de nuestrasociedad que, sensibilizada ante la creciente presióntributaria, exige una clara definición del destino y la com-pensación que tendrán sus aportes financieros.

Juzgada por la casi excluyente exaltación que recibeentre propios y extraños, la “ecología aplicada” pareceser la única posibilidad de acción para recompensar elesfuerzo comunitario. Sin embargo, acorralados dentrodel amplio espectro de las aplicaciones que abarca des-de la “solución de un problema” hasta el “desarrollo tec-nológico”, los ecólogos enfrentamos serios obstáculos parala efectiva transferencia de nuestros conocimientos a lasociedad. Por un lado, la entronización de la investiga-ción aplicada fomenta, en el ecólogo y en la comunidad,el desarrollo de prejuicios en favor de las hipótesis detrabajo que promueven una acción, poniendo en peligrola objetividad de las recomendaciones 1. Por otro lado,el poder para manipular los procesos ecológicos dependeprogresivamente de grandes capitales y está cada vez másen manos privadas. Muchos beneficios tecnológicos pro-metidos son caros y oscuros, y menos influyentes en la

calidad de vida de las personas que algunas aplicacionesbaratas y simples que ya han probado su efectividad 2. Lapeor consecuencia práctica previsible es la manipulaciónespuria de la información, orientada por los intereses delmercado antes que por los de la sociedad en su conjunto.

Menos preconizadas, otras formas de relación con lacomunidad, tales como dictar conferencias de divulga-ción, informar a líderes de opinión, orientar a funciona-rios y políticos o difundir opiniones sobre temas ecológicosde relevancia social a través de los medios de comunica-ción, son alternativas de acción poco exploradas por losecólogos locales. Los pasillos de nuestras institucionesacadémicas suelen llenarse de enojo ante la mala cober-tura de los medios o el sesgo de opinión de un adminis-trador frente a un tema ecológico de interés comunita-rio, pero rara vez la indignación se trasforma en una ac-ción concreta de contrastación pública. La aplicación denuestras sugerencias no está de ninguna manera garanti-zada, pero podemos esperar que, a medida que nuestraparticipación y nuestra democracia crezcan, la sociedadrecibirá la información y decidirá qué influencia ejercersobre los gobernantes, por ejemplo, a través de su voto 3.

Por ahora, nuestro papel social parece ser una cavila-ción que no trasciende las fronteras del gremio, peropronto la comunidad nos demandará una decisión. Y ha-brá que tomarla.

1 Marone L. 1994. Interciencia 19:264-266.2 Powers R. 1998. ¿Quién decide el uso social de la ciencia? DiarioClarín: 30/11/98.3 Cole N. 1996. Bull. Ecol. Soc. Am. 77: 174-175.

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Próxima RPróxima RPróxima RPróxima RPróxima Reunión Areunión Areunión Areunión Areunión Argggggentina de Ecologíaentina de Ecologíaentina de Ecologíaentina de Ecologíaentina de Ecología

Se encuentran avanzados los preparativos para la XIXRAE. Entre las actividades confirmadas, se cuentan unamesa redonda (Siembra directa, organizada por J.Adámoli), un taller (¿Qué impacto tienen los estudios deimpacto?, organizado por A. Grau y C. Daniele, un sim-posio (Interacciones planta-animal: ¿qué hay de nuevo,viejo?, organizado por M. Aizen y A. Farji Brener) y unaconferencia (Variabilidad ambiental y conducta individual— Una revisión crítica de las teorías vigentes y su signi-ficado ecológico, a cargo de A. Kacelnik). Durante eltranscurso de la Reunión se entregará el Premio “Asocia-ción Argentina de Ecología”. Recuerde que la recepciónde los resúmenes es hasta el 13 de febrero de 1999. In-formes: Laboratorio de Investigaciones Ecológicas de lasYungas (LIEY), Universidad Nacional de Tucumán, C.C. 34,4107 Yerba Buena, Tucumán. TE/FAX: (081) 304957;correo electrónico: [email protected].

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Durante la XIX RAE en Tucumán se realizará la AsambleaAnual de la Asociación Argentina de Ecología. En el trans-curso de la misma se elegirán las nuevas autoridades dela AsAE. La nueva Comisión Directiva (para el período abril1999 - abril 2001) será elegida por votación directa. Es-peramos que los socios interesados conformen las listasal principio de la Reunión, para que éstas puedan serevaluadas con anticipación.

Sitio de la AsAE en InternetSitio de la AsAE en InternetSitio de la AsAE en InternetSitio de la AsAE en InternetSitio de la AsAE en Internet

Nuestro sitio en Internet ya está instalado (http://www.ifeva.edu.ar/asae). En él podrán encontrar, entreotras cosas, información general de la AsAE, de la próxi-ma Reunión en Tucumán, los contenidos de Ecología Aus-tral y algunos artículos del Boletín. Estamos trabajandoen la base de datos de socios, la cual, esperamos, estarápronto ingresada.

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La Comisión Directiva de la AsAE invita a nominar a doso tres nuevos Socios Honorarios de la AsAE. Los socios in-teresados en proponer candidatos deben enviar una car-ta justificando la nominación y un breve curriculum. Es-tos serán evaluados por la Comisión, que designará losnuevos Socios Honorarios que serán oficialmente nombra-dos durante la RAE en Tucumán, en abril de 1999. La in-formación deberá ser enviada a: Osvaldo Sala, Presiden-te AsAE, Depto. Ecología, Fac. de Agronomía, Univ. deBuenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417, Buenos Aires.

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AcuArg es una nueva lista de correo electrónico desti-nada al intercambio de información, bibliografía y nove-dades entre aquellos interesados en problemas relacio-nados con el ambiente acuático. Los interesados en in-gresar a la lista deben enviar sus datos (nombre y correoelectrónico) a: [email protected]

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La enseñanza de la ecología en la Universidad:una preocupación poco común

Miriam KaufmanSecretaría de Extensióny Asuntos Estudiantiles

Facultad de Agronomía, UBAAv. San Martín 44531417 Buenos Aires

En el númerEn el númerEn el númerEn el númerEn el número anterioro anterioro anterioro anterioro anterior, Mar, Mar, Mar, Mar, Martín Aguiar y William Batín Aguiar y William Batín Aguiar y William Batín Aguiar y William Batín Aguiar y William Batistatistatistatistatistaprprprprpropusieropusieropusieropusieropusieron un enfon un enfon un enfon un enfon un enfoque paroque paroque paroque paroque para la enseñanza de la ecolo-a la enseñanza de la ecolo-a la enseñanza de la ecolo-a la enseñanza de la ecolo-a la enseñanza de la ecolo-gía en la univgía en la univgía en la univgía en la univgía en la univererererersidad en el cual los alumnos y sus ideassidad en el cual los alumnos y sus ideassidad en el cual los alumnos y sus ideassidad en el cual los alumnos y sus ideassidad en el cual los alumnos y sus ideasadquieradquieradquieradquieradquieren un paen un paen un paen un paen un papel prpel prpel prpel prpel protaotaotaotaotagónicogónicogónicogónicogónico. En esta nota se anali-. En esta nota se anali-. En esta nota se anali-. En esta nota se anali-. En esta nota se anali-za más detenidamente este modelo de enseñanza.za más detenidamente este modelo de enseñanza.za más detenidamente este modelo de enseñanza.za más detenidamente este modelo de enseñanza.za más detenidamente este modelo de enseñanza.

En este espacio se publican contribuciones sobre cualquiertema relacionado directa o indirectamente con la historia, eldesarrollo, la situación actual o las perspectivas de la ecologíacomo ciencia en la Argentina. Los aportes pueden abarcaraspectos académicos, sociales, políticos, de investigación y/oeducativos. La sección está abierta a nuevas ideas, asuntoscontrovertidos y materias opinables propuestas por los lecto-res, pero se sugiere contactar previamente a los editores paradefinir la orientación de los artículos.

ECOLOGIA ARGENTINALA SECCION AUTOCTONA

No podemos dejar de manifestar sorpresa y alegría alleer, en un boletín dirigido a investigadores, un artículocentrado en una preocupación poco frecuente en esteámbito: la enseñanza de la ecología en la universidad 1.En él, los autores plantean una disyuntiva entre dos pro-puestas de enseñanza y sostienen que prepondera la queintenta provocar transformaciones “deseables” en el sis-tema de concepciones que los alumnos traen consigo,sobre la que se centra en el traspaso de un cuerpo de co-nocimiento nuevo desde los docentes hacia los alumnos.Nuestra experiencia dentro del ámbito educativo en ge-neral, y del universitario en particular, nos lleva a estaren desacuerdo: lamentablemente, es la última propues-ta la que domina en la enseñanza de las ciencias. Si bienes cierto que ningún profesor universitario dudaría de quesus alumnos ya traen consigo “un conocimiento”, no pa-rece frecuente que se tome en cuenta.

Desde nuestra perspectiva, las dos propuestas mencio-nadas son los extremos de un continuo y se correspon-den con dos modelos de enseñanza: el modelo tradicio-nal y el modelo por investigación. A lo largo de este artí-culo describiremos brevemente ambos modelos, y anali-zaremos en particular las características y dificultadesque trae aparejada la implementación del modelo porinvestigación. El objetivo es que los lectores encuentrenpuntos de coincidencia o discordia y, tal vez, puedan re-conocerse y tomar posición frente a la enseñanza de laecología en la universidad.

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Este modelo plantea una relación jerárquica, vertical,individual y unidireccional entre “el conocimiento”, elprofesor y el alumno. El conocimiento científico es elúnico presente en esta relación y a él hay que llegar, yaque es considerado objetivo, absoluto y verdadero. Elprofesor es sólo un nexo entre éste y los alumnos, sinninguna intencionalidad explícita, sin tener en cuenta quéotros conocimientos entran en juego. También se man-tienen en un plano implícito los procesos de selección,organización y formulación de lo que se pretende ense-ñar en la materia y en cada clase en particular. Se remi-te exclusivamente a “la ciencia”. Los alumnos, en unpapel pasivo, aprenden apropiándose del conocimiento,prestando atención. Lo que ellos saben sólo se pone demanifiesto, en el mejor de los casos, a través de pregun-tas a lo largo de la intervención del profesor o en su ren-dimiento en exámenes parciales o finales.

En cursos de formación docente universitaria, muchosprofesores nos han manifestado que ellos no piensan nadaacerca del “acto de enseñar”: sólo enseñan. Saber cien-cias es suficiente. No obstante, refuerzan la idea del fra-caso en el aprendizaje de las ciencias por parte de losalumnos. Quienes están a cargo de este proceso se resis-ten a asumir sus responsabilidades como profesores.Creen que el hecho de que los alumnos aprendan o no,fin último de la intervención educativa, no les atañe de

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manera directa: el alumno reprueba porque no estudia.¿Acaso el hecho de ser un “investigador que enseña” norequiere poner en funcionamiento otros conocimientospara lograr objetivos harto diferentes de los de hacerciencia?

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Este modelo responde a características muy distintas,a pesar de que en él participen los mismos actores. Aquílas jerarquías entre los conocimientos de quienes inter-vienen se diluyen, las relaciones tienden a ser horizon-tales, colectivas y bidireccionales. El conocimiento cien-tífico es uno de los conocimientos con los que se traba-ja, no el único. Además, es considerado como un conoci-miento relativo, resultado de un proceso de construccióncolectiva, con formulaciones de progresiva complejidad,y provisorio. El profesor guía y participa activamente delcamino que pretende recorrer con sus alumnos. Entra alaula con una hipótesis explícita de trabajo que, eninteracción con los alumnos, sufrirá numerosos ajustes.Bajo esta hipótesis, define qué contenidos seleccionar enla materia (dentro de un plan de estudios general), cómoorganizarlos y formularlos, qué ideas supone que tendránsus alumnos al respecto, qué dificultades podrían presen-tar en el aprendizaje y cómo hacerles frente, y qué es-trategias utilizará para reafirmar o reformular el caminoelegido. De este modo, reconoce que, cuando enseña,además de su conocimiento sobre el contenido de la ma-teria, hace uso de un conocimiento didáctico que le per-mite tomar decisiones a la hora de enseñar (y no de in-vestigar) en ciencia.

Un tercer tipo de conocimiento con el que se trabajaen clase es el conocimiento que los alumnos traen consi-go: un sistema de ideas que resulta de la integración desus concepciones cotidianas y científicas. A lo largo desu vida y de los años deescolaridad cada alum-no ha realizado su pro-pia interpretación y haotorgado significados alas diferentes temáticasabordadas que pocasveces coinciden con los otorgados por la ciencia. Resultade interés transcribir algunas observaciones realizadas porAguiar y Batista 1 al incorporar en clase esta propuesta:“En la primera clase del curso pedimos a los alumnos quedefinieran el objeto de estudio de la ecología. Un grupoimportante indicó a los problemas ambientales y no hizoalusiones relacionadas con la organización y el funciona-miento de los ecosistemas, cadenas tróficas, interaccio-nes interespecíficas. Esto parece extraño si se consideraque los programas regulares de la escuela primaria y se-cundaria incluyen estos temas”.

En este modelo los alumnos participan activamente desu propio aprendizaje. De este modo, aprenden comoresultado de un proceso a la vez individual y colectivo.En este proceso de construcción de su conocimiento,interactúan el conocimiento de cada alumno con el deotros alumnos, con el conocimiento del profesor y con lanueva información que se pretende enseñar. En definiti-va, se pretende incidir sobre el conocimiento que losalumnos ya poseen, no para sustituirlo por el conocimien-to científico, sino para hacerlo más complejo.

La incorporación del conocimiento de los alumnos enel trabajo del aula complejiza la enseñanza tradicionalde las ciencias en la universidad. La participación del co-nocimiento de los alumnos en su propio aprendizaje esuna idea ampliamente defendida por distintas teoríaspsicológicas del aprendizaje. La información que se ofre-ce a los alumnos interactúa con sus ideas y, como resul-tado, puede ocurrir una reorganización de las mismas. Encambio, si la información que los profesores aportan esseleccionada suponiendo que los alumnos están pensan-

do en ciertos términos (cuando en realidad lo están ha-ciendo de otro modo), difícilmente se produzcaninteracciones entre ésta y su sistema de ideas. Es posi-ble que los alumnos la memoricen, pero que al poco tiem-po quede relegada en el olvido. Por lo tanto, no se tratasimplemente de transmitir conocimientos, sino de faci-litar la evolución del conocimiento de los alumnos.

AlgAlgAlgAlgAlgo más que cienciao más que cienciao más que cienciao más que cienciao más que ciencia

Para que el proceso de evolución del conocimiento pue-da ocurrir, es necesario tomar decisiones sobre distintosaspectos del proceso de enseñanza-aprendizaje. Anali-zaremos brevemente algunos de ellos, sobre la base dealgunas ideas expresadas por Aguiar y Batista 1.

1- Criterios de selección, formulación y organización delos contenidos

“En cada reunión, una comisión (…) discute un texto y resuel-ve una serie de problemas preparados por el personal de laCátedra de Ecología”.Frente a cualquier tema que se pretenda enseñar, hay

una selección intencional. En este caso, de entre nume-rosos textos disponibles, se eligió sólo uno que, por al-gún motivo, se consideró mejor que otros. A su vez, lapreparación de problemas revela que hubo una elabora-ción específica para esta situación por parte de los pro-fesores. En este sentido, un aspecto a tener presente esel que se refiere a la naturaleza de los problemas. ¿Sonproblemas para quién?: ¿para los científicos, para los pro-fesores o para los alumnos? Si los alumnos no son capa-ces de reconocer problemas (si lo son sólo para otros),no pondrán en funcionamiento sus capacidades paraaprender e irán perdiendo progresivamente el interés, noleerán las lecturas sugeridas y no participarán en clase.En cambio, si lo que se les plantea les permite sacar a laluz ideas que ellos ya tienen, querrán participar en dis-

cusiones y posicionarsefrente a la cuestión.Sólo así adquiere senti-do para ellos incorporarnueva información, con-trastarla con la que has-ta el momento maneja-

ban, reformularla, analizar el proceso recorrido, etc. Des-de nuestra perspectiva, la definición de problemas rele-vantes tanto desde un punto de vista científico como di-dáctico (donde confluyen los intereses del profesor y delos alumnos) facilita este proceso. Tal como mencionanAguiar y Batista 1, la problemática socio-ambiental ayu-da a seleccionar y organizar los contenidos, ya que es unatemática que despierta el interés de los alumnos y sobrela cual ellos “tienen cosas que decir”.

2- Estrategias para conocer el conocimiento de los alum-nos

“…les preguntamos estas cosas (¿Qué creen que es la ecología?¿Qué ideas tienen sobre cómo están organizados y sobre cómofuncionan los sistemas ecológicos?) antes de comenzar concada uno de los grandes temas del curso (…), y se pidió a losalumnos que contestaran por escrito o en forma de diagramas.”Los alumnos llegan a la universidad con una fuerte carga

de “cultura escolar”, que juega un papel fundamental ala hora de aprender. Están acostumbrados a que el pro-fesor explica y ellos escuchan, toman notas, leen guías,las memorizan y dan lo mejor de sí en los exámenes. Sesuma a esto un entorno donde no es frecuente que se lesdé oportunidades para manifestar sus ideas y sus inter-pretaciones de los problemas que se abordan. De estemodo, no van a tomar rápidamente y con alegría estanueva propuesta: ellos saben detectar qué es lo que seespera que contesten. Por lo tanto, cuanto menos teñi-das por el entorno y menos “académicas” sean las tareasque se planteen a los alumnos, tanto más probabilidadeshabrá de acercarse a lo que en realidad piensan. Lo queuno “dice que piensa” es como la punta emergida de un

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témpano, en el cual lo que uno“piensa y no dice” es lo que no seve.

No existen reglas ni pautas espe-cíficas acerca de la mejor estra-tegia para explorar el conocimien-to de los alumnos. Según las eda-des, se recurre a dibujos, relatos,discusiones, preguntas, análisis desituaciones. Todo aquel profesorque tenga la “convicción” de quesus alumnos tienen ideas y que élnecesita esta información paratrabajar con ella, encontrará múl-tiples modos de “hacérselos de-cir”, de manera que él pueda “es-cucharlas”. Otra dificultad se pre-senta posteriormente, al analizarlas ideas de los alumnos. A prime-ra vista parece imposible poner unorden a la diversidad presente. Noobstante, es abundante la litera-tura que ilustra las ideas de losalumnos en edad escolar acerca de contenidos específi-cos, organizadas según ciertos patrones o, también, se-gún gradientes de progresiva complejidad.

3- Metodología de investigación y tratamiento de pro-blemas

“ El instructor asiste a cada reunión con un programa de lospuntos a tratar in mente pero, durante el desarrollo de la re-unión, debe adecuar su programa a las preguntas o planteosde los alumnos, frecuentemente enriqueciéndolo. Este siste-ma es deliberadamente interactivo y (…) la interacción resul-ta en una retroalimentación positiva.” Todo lo dicho anteriormente se concreta finalmente en

el diseño, organización y secuenciación de actividadesque deberían favorecer el contacto directo y personal conel objeto de estudio; la explicitación, movilización ycuestionamiento de las ideas de los alumnos; la contrasta-ción de ideas con diferentes fuentes de información; laconclusión y síntesis en torno a la información puesta enjuego, y el planteo de nuevos interrogantes. De estemodo, es necesario distinguir entre diferentes tipos deactividades: las que facilitenla búsqueda, reconocimien-to, selección y formulaciónde problemas; las que faci-liten la interacción entre lasconcepciones de los alumnosy la información procedente de nuevas fuentes de infor-mación; las actividades que faciliten la elaboración deconclusiones, la aplicación y la generalización de los re-sultados obtenidos y, finalmente, las que faciliten elanálisis del aprendizaje realizado.

4- Evaluación“ Cuando el docente trabaja atendiendo deliberadamente alas concepciones de los alumnos, pierde en buena medida elcontrol sobre el desarrollo de cada clase pero, al mismo tiem-po, gana control sobre la dirección general de la enseñanza”.En coherencia con los tres primeros puntos, la evalua-

ción es concebida ya no como un “control” sobre lo quelos alumnos fueron capaces de aprender, sino como el pro-ceso permanente de ajuste entre la hipótesis de trabajodel profesor y la evolución de las ideas de los alumnos.Lo que el profesor propuso, la selección, organización yformulación de los contenidos, las actividades desarro-lladas, ¿facilitaron la evolución del conocimiento de losalumnos? Como en los casos anteriores, el proceso deevaluar involucra al profesor, a los alumnos y al conoci-miento que se puso en juego. Y no sólo se controla alalumno, sino que también se incorpora su propio desem-peño profesional.

Tal como mencionan Aguiar y Batista 1, a lo largo deldesarrollo de su propuesta existe una permanente nego-ciación entre el profesor y sus alumnos: de intereses, designificados, etc. Esto ocurre exclusivamente cuando los

alumnos confían, por un lado, en la necesidad de su ac-tiva participación a la hora de aprender y, por otro, enque el profesor asume el papel que le corresponde. Den-tro de este marco, tanto la ciencia como el profesor pier-den progresivamente “el poder sobre el saber”.

El “conocimiento univEl “conocimiento univEl “conocimiento univEl “conocimiento univEl “conocimiento univererererersitario”: un conoci-sitario”: un conoci-sitario”: un conoci-sitario”: un conoci-sitario”: un conoci-miento por constrmiento por constrmiento por constrmiento por constrmiento por construiruiruiruiruir

El desarrollo de todo este proceso, la implementaciónde todas estas decisiones que se toman para facilitar laevolución del conocimiento de los alumnos, no puedenlimitarse a la consideración exclusiva de la ciencia. Laciencia es sólo una de las fuentes de información de loque, a nuestro entender, podría llamarse “conocimientouniversitario”. El conocimiento universitario es el resul-tado de la interacción de la ciencia, la problemática am-biental, las ideas e intereses de los alumnos y el conoci-

miento científico-discipli-nario y didáctico del pro-fesor. Para construir el co-nocimiento universitarioes necesario detenerse yahondar cada uno de estos

elementos. Ya nos posicionamos, a lo largo del artículo,respecto de alguno de ellos. En relación con el aprendi-zaje, lo consideramos como un cambio gradual e irrever-sible en los sistemas de ideas de los alumnos, que es elresultado de una reorganización continua de las ideas,en la que lo nuevo se construye a partir de lo que yaexiste, a través de pequeños o grandes ajustes. De estemodo, es necesario que los contenidos sean formuladossegún niveles de progresiva complejidad que permitan laelaboración por parte de los alumnos, tomando comopunto de partida el conocimiento que ya poseen.

En definitiva, hay que definir distintos itinerariosdidácticos y secuencias de actividades que permitan abor-dar los contenidos en sus progresivos niveles de formula-ción. Tal como minuciosamente describen Aguiar y Batis-ta 1, esta propuesta no es tarea sencilla. No obstante,no sólo desde nuestra perspectiva, sino también desdeun nutrido respaldo bibliográfico 2-4, se puede sostenerque, de este modo, se “corre el riesgo” de que los alum-nos aprendan. Nos referimos a aprendizajes que les seanútiles, en particular, en su vida profesional.

1 Aguiar MR y Batista WB. 1998. Bol. Asoc. Arg. Ecol. 7:8-9.2 García JE. 1995. Aula de Innovación Educativa 51:13-18.3 García JE y Rivero A. 1996. Investigación en la Escuela 28:37-58.4 Porlán. 1998. Hacia un modelo de enseñanza-aprendizaje de lasciencias por investigación (en prensa).

“…no se tr“…no se tr“…no se tr“…no se tr“…no se traaaaata simplemente de trta simplemente de trta simplemente de trta simplemente de trta simplemente de transmitiransmitiransmitiransmitiransmitirconocimientosconocimientosconocimientosconocimientosconocimientos, sino de f, sino de f, sino de f, sino de f, sino de facilitar la eacilitar la eacilitar la eacilitar la eacilitar la evvvvvolu-olu-olu-olu-olu-ción del conocimiento de los alumnosción del conocimiento de los alumnosción del conocimiento de los alumnosción del conocimiento de los alumnosción del conocimiento de los alumnos.”.”.”.”.”

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una relación ecológicamente sana entre la naturaleza yla cultura”. En este contexto, no debería resultar enton-ces muy llamativo -aunque no dejó de serlo para mí- queuna parte nada despreciable de la conferencia fuera des-tinada a expresiones artísticas y culturales, como lostalleres ofrecidos por la Orion Society -una sociedad depoetas, científicos y educadores dedicados a lo que handado en llamar la “alfabetización natural” (naturalliteracy)- o a sesiones enteras de comunicaciones en te-mas relativos a filosofía ambiental, paisajismo o conoci-miento ecológico tradicional. Esta última sesión tuvocomo moderador a Dennis Martínez, quien está a cargode la Red de Restauración de Pueblos Indígenas y es miem-bro de la comisión directiva de SER.

La primera de las tres sesiones plenarias estuvo dedi-cada a la educación en restauración. En ella, tanto eletnobotánico Gary Nabhan como el ecologista Bill Neimandestacaron que la progresiva falta de contacto directo denuestra sociedad, y de los científicos en particular, conlos sistemas naturales debía ser contrarrestada con cla-ses al aire libre y actividades afines. Las restantes sesio-nes plenarias correspondieron a dos temas muy aprecia-dos en Texas: la restauración en rangelands y la restau-ración a través de las fronteras. Encontré a estas ponen-cias muy generales, a excepción quizás de la presentadapor el argentino Exequiel Ezcurra, actual director delBiodiversity Research Center of the Californias, con sedeen San Diego. Ezcurra presentó un minucioso estudioenfatizando el alto valor para la conservación que tie-nen los diferentes desiertos que atraviesan la fronteraentre México y Estados Unidos, y los principales impac-tos que los amenazan. Por otro lado, usando los resulta-dos de un elegante experimento de remoción de poliniza-dores de agave en el cual se observó que las plantas sereproducían clonalmente, Ezcurra puso de manifiesto quedos sistemas estructuralmente similares puden serfuncionalmente muy distintos. La última sesión plenariaestuvo “coronada” por la presencia de Bruce Babbitt,

Los socios que estuvieron presentes en eventos científicos nacionales o internacionales relacionados con la ecología nos brin-dan sus impresiones acerca de las novedades y avances presentados. Invitamos a todos aquellos que quieran comentar sobrelos aportes de alguna reunión o congreso a enviar material para esta sección. Recomendamos comunicarse con anticipacióncon los editores; éstos facilitarán una guía para la confección de la nota.

dfESTUVIMOSfALLI.

1998 Society f1998 Society f1998 Society f1998 Society f1998 Society for Ecological Ror Ecological Ror Ecological Ror Ecological Ror Ecological RestorestorestorestorestoraaaaationtiontiontiontionInternaInternaInternaInternaInternationaltionaltionaltionaltional Conf Conf Conf Conf ConferererererenceenceenceenceenceAustin, EEUUAustin, EEUUAustin, EEUUAustin, EEUUAustin, EEUU28-30 Se28-30 Se28-30 Se28-30 Se28-30 Sep 1998p 1998p 1998p 1998p 1998

La Sociedad para la Restauración Ecológica (Society forEcological Restoration -SER-) organizó este año su déci-ma reunión científica en el imponente campus que laUniversity of Texas posee en Austin, capital del “Estadode la estrella solitaria”, como les gusta llamarlo a lostexanos. Se trata de una sociedad científica muy joven,fundada en 1988 en el ámbito del Arboretum de laUniversity of Wisconsin en Madison, y creada con la mi-sión de “avanzar en la ciencia y el arte de restaurarecosistemas degradados”. Actualmente la SER congregaa más de 2500 socios distribuidos en más de 20 países y,desde 1993, publica Restoration Ecology, la primera re-vista con referato dedicada íntegramente a la temáticade la restauración ecológica y que, a menos de 5 añosdesde su aparición, ya se encuentra indexada en elCurrent Contents y en las más prestigiosas y consultadasbases de datos de búsqueda bibliográfica (interesante,¿no?).

El “leit-motiv” que dio su nombre a la conferencia deeste año, a la que asistieron cerca de 750 participantes(solo 30 extranjeros), fue Making Connections (haciendoconecciones). Según lo explicaron oportunamente en sunota de bienvenida los directores de la reunión, SteveWindhager y David Mahler, la intención del tema elegidofue resaltar “la importancia de formar sociedades entrelas agencias gubernamentales, las corporaciones priva-das y las comunidades locales para poder garantizar eléxito de los proyectos de restauración en el futuro”. Eneste sentido, cabe destacar que en la leyenda del posteralusivo a la conferencia se aclaraba que “SER busca pro-mover la restauración ecológica como un medio de resti-tuir la diversidad de la vida en la Tierra y de restablecer

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Secretario de Interior de los Estados Unidos. Al cabo desu discurso, en el que pronunció frases como “los diquesson herramientas y no las pirámides de Egipto” (en alu-sión a la posibilidad de desmantelar y tirar abajo variasde las represas hidroeléctricas actualmente en funciona-miento en su país) el secretario se “sometió” a respon-der preguntas del auditorio. Si bien Babbit se mostróbastante evasivo y dilataba sus respuestas, considero detodos modos altamente rescatable y deseable el hechode que una sociedad científica procure trascender fueradel ámbito académico relacionándose con personas e ins-tituciones que detentan el poder de tomar decisionespolíticas en materia ambiental.

Las sesiones ordinarias estuvieron agrupadas en 29 te-máticas diferentes. De los casi 250 trabajos que figura-ban originalmente en el libro de resúmenes (¡hubo almenos un 15% de ausentismo!), yo tuve oportunidad decubrir una muestra (seguramente sesgada) de 35-40 co-municaciones. Algunas características interesantes deesta muestra fueron:

1) Una abrumadora proporción de comunicaciones ora-les (>80%). Considero que éste es un aspecto que debe-ríamos imitar y estimular en nuestras reuniones, ya queencuentro que de esta manera se “fuerza” a que en los10-12 minutos disponibles -moderador mediante- se pre-senten las ideas en forma clara y sintética. Por otra par-te, las cancelaciones producidas a último momento pue-den llevar a que algunas presentaciones se extiendaninútilmente, pero esto es relativamente fácil de contro-lar. Una ventaja adicional de algunas sesiones orales dela reunión fue que, al final, los organizadores y los asis-tentes intentaron hacer un repaso y una síntesis de lostrabajos presentados, algo que difícilmente podría pro-ducirse en una sesión de posters.

2) Las presentaciones más cuidadas estuvieron a cargode los estudiantes de postgrado, quienes prácticamentesin excepciones plantearon claramente sus hipótesis yexplicaron detalladamente las características de sus di-seños experimentales.

3) Una mayor preocupación de ciertos autores por pre-sentar fotografías o gráficos que fueran “elocuentes” delaspecto que deseaban ilustrar que por presentar la sig-

Señores Editores:

Les escribo a propósito de la réplica de MartínOesterheld a mi nota “Composición. Tema: La Vaca”,publicada en la sección “Competencia difusa” del Bo-letín 7 (1). Es evidente que en el país hay buenosecólogos del pastoreo que han publicado bastantestrabajos (¡como mil quinientos!). Está bien queOesterheld haya enfatizado esa involuntaria omisiónmia que fue, si cabe, injusta. Es evidente que los estu-dios sobre pastoreo tienen un patrón espacial fuerte-mente agregado hacia el sudeste del pais. Solo así seexplica que de esos mil quinientos trabajos, poquísi-mos se hayan hecho, por ejemplo, en la selva misio-

nera, las yungas, la puna, la prepuna, el altoandino,donde también está lleno de vacas. Y también es evi-dente, a mis ojos al menos, que los ecólogos influimospoco sobre el pastoreo como factor ecológico en unagran variedad y extensión de ecosistemas. Creo queeste tipo de debates es saludable para una comuni-dad cientifica y que identificar evidencias como estaspuede ayudar a orientar prioridades, lo que, como diceOesterheld, no es tarea obvia ni sencilla.

Atentamente,Ricardo Grau

Lab. de Investigaciones Ecológicas de las YungasUniversidad Nacional de Tucumán y

Dept. of Geography, Colorado Univ., Boulder, EEUU

Hágase oir; envíe sus reclamos, propues-tas e inquietudes a este boletín. Eso sí, seabreve: para ser incluídas, las cartas quesuperen las 400 palabras deberán ser edi-tadas.

CCCCCorororororreo dreo dreo dreo dreo de Lee Lee Lee Lee Leccccctttttoresoresoresoresores

nificación de los análisis estadísticos correspondientes adichas fotos o gráficos.

4) Una importante cantidad de presentaciones por par-te de sectores no académicos, como consultores indepen-dientes, miembros de organizaciones no gubernamenta-les (The Nature Conservancy) y de agencias de gobierno(National Park Service, US Fish and Wildlife Service, etc.).

5) Una manifiesta preocupación por la factibilidad eco-nómica -y no tan sólo por la sustentabilidad- de la apli-cación exitosa de técnicas de restauración.

Además de las sesiones plenarias y ordinarias, la reuniónofreció una abundante oferta de talleres y de viajes decampo, que estuvieron eficazmente organizados, y unasesión de entrega de premios. Este año el premioTheodore M. Sperry, otorgado a pioneros e innovadoresen restauración, correspondió a Thomas Goreau y WolfHilbertz -de la Global Coral Reef Alliance-, quienes de-sarrollaron un método económico y sustentable (basadoen el uso de paneles solares) para construir estructurasde piedra caliza capaces de facilitar el desarrollo de arre-cifes de coral, y de albergar a su flora y fauna asociadas.Goreau y Hilbertz fueron reconocidos por sus esfuerzospara proteger uno de los ecosistemas más ricos y com-plejos de la biosfera y por su contribución al desarrollode las costas en islas como las Maldivas, que están sien-do amenazadas con desaparecer bajo las aguas del mar,cuyo nivel aumenta como consecuencia del calentamien-to global. Creo que de alguna manera este premio ilus-tra el espíritu de SER: una sociedad científica que, si bienpuede resultar un tanto heterogénea en cuanto a su com-posición e intereses, encuentra en todos sus miembrosuna fuerte vocación por aplicar la teoría ecológica pararesolver problemas ambientales y por utilizar a la prác-tica de la restauración ecológica como la última y defi-nitiva prueba para corroborar o refutar la teoría.

David BilencaDepto. Biología, FCEyN,

Universidad de Buenos AiresPiso 4, Pab. 2, Ciudad Universitaria

1428 Buenos [email protected]

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Novedades en la biblioteca

NueNueNueNueNuevvvvvas ras ras ras ras reeeeevistasvistasvistasvistasvistas

Perspectives in Plant Ecology, Evolution and SystematicsVolumen 1 (1998) 2 númerosSuscripción personal: £ 57Gustav Fischer

Esta nueva revista internacional publica revisiones, monografías y artículos conceptua-les en los campos de la ecología, la evolución y la sistemática de plantas. Pretende pro-veer perspectivas actualizadas de temas de interés, tanto básicos como aplicados, quepuedan ser útiles para fisiólogos de plantas, ecólogos, sistemáticos, biólogos evolutivosy botánicos.Selección de artículos: Grubb, A reassessment of the strategies of plants which cope withshortages of resources; Hulme, Post-dispersal seed predation: consequences for plantdemography and evolution; Fenner, The phenology of growth and reproduction in plants.

Ecology LettersVolumen 1 (1998) 3 númerosSuscripción personal: £ 22Blackwell

“Ecology Letters” publica rápidamente artículos originales relacionados con la ecologíade cualquier taxa, bioma o área geográfica. La revista acepta tres tipos de contribucio-nes: cartas (importantes hallazgos en tópicos de avanzada), ideas (ensayos muy brevessobre nuevas ideas) y comunicaciones (artículos más largos de interés general).Selección de artículos: Frank & Amarasekare, Increasing resource specialization amongcompetitors shifts control of diversity from local to spatial processes; Huisman & Olff,Competition and facilitation in multispecies plant-herbivore systems of productiveenvironments; Komdeur, Long-term fitness benefits of egg sex modification by theSeychelles warbler.

Advances in Complex SystemsVolumen 1 (1998) 4 númerosSuscripción personal: $ 115Hermes

Se entiende como sistema complejo a aquel que está constituído por un múmero usual-mente grande de entidades, procesos o agentes que interactúan, a menudo fuertemen-te. “Advances in Complex Systems” intenta proveer un medio de comunicación para elestudio de sistemas complejos en campos tan diversos como la biología, la física, las cien-cias económicas y sociales (y la lista no es exhaustiva), a través de aproximacionesmultidisciplinarias ricas en intercambios de ideas entre las distintas áreas del conoci-miento.Selección de artículos: Hordijk & Stadler, Amplitude spectra of fitness landscapes; Postnovet al., Synchronization in an array of population dynamic systems; Sole & Alonso, Randomwalks, fractals and the origins of rainforest diversity.

Marine protected areas and ocean conser-vation.Agardy TS1997, Academic Press, 244 pp, $69.95 (tapadura)

So fruitful a fish: ecology, conservation,and aquaculture of the Amazon’s Tambaqui.Araujo-Lima C & Goulding M1997, Columbia, 192 pp, $45 (d)

Ecoregions. The ecosystem geography ofthe oceans and continents.Bailey RG1998, Springer, 192 pp, $79.95 (d), $39.95(rústica)

Modeling spatiotemporal dynamics in ecol-ogy.Bascompte J & Sole RV (eds)1997, Springer, 215 pp, $112 (d)

Fauna in soil ecosystems: recycling pro-cesses, nutrient fluxes, and agriculturalproduction.Beckinser G (ed)1997, Marcel Dekker, 414 pp, $150 (d)

Carbon and nutrient dynamics in naturaland agricultural tropical ecosystems.Bergstrom L & Kirchmann H (eds)1998, CAB, 336 pp, $90 (d)

Ecosystems and sustainable development.Brebbia CA, Power H & Uso JL (eds)1997, Computational Mechanics, 704 pp,$295 (d)

Techniques in microbial ecology.Burlage RS, Atlas R, Stahl D, Geesey G &Sayler G (eds)1998, Oxford, 480 pp, $65 (r)

American Pronghorn: social adaptationsand the ghosts of predators past.Byers JA1998, Chicago, 300 pp, $70 (d), $23.95 (r)

Driven by nature: plant litter quality anddecomposition.Cadisch G & Giller KE (eds)1997, CAB, 409 pp, $100 (d)

Handbook of ecotoxicology.Calow P (ed)1997, Blackwell, 888 pp, £65 (r)

The encyclopedia of ecology and environ-mental management.Calow P (ed)1998, Blackwell, 805 pp, £125 (d)

Feminism and ecological communities: anethic of flourishing.Cuomo CJ1998, Routledge, 192 pp, $65 (d)

Spatiotemporal models of population andcommunity dynamics.Czaran T1997, Chapman & Hall, 284 pp, £59 (d)

The economics of landscape and wildlifeconservation.Dabbert S, Dubgaard A, Slangen L & WhitbyM (eds)1998, CAB, 304 pp, $90 (d)

Methods in ecological and agricultural en-tomology.Dent DR & Walton MP (eds)1997, CAB, 387 pp, £55 (d), £24.50 (r)

Ecology.Dodson SI, Allen TFH, Carpenter SR, Ives AR,Jeanne RL, Kitchell JF, Langston NE &Turner MG1998, Oxford, 464 pp, $50 (r)

A world of wounds: ecologists and the hu-man dilemma.Ehrlich PR1997, Ecology Institute, 210 pp, £47.50 (d)

Managing environmental pollution.Farmer A1997, Routledge, 246 pp, £16 (r)

Scaling-up. From cell to landscape.van Gardingen PR, Foody GM & Curran PJ(eds)1997, Cambridge, 386 pp, £70 (d)

Habitat creation and repair.Gilbert OL & Anderson P1998, Oxford, 304 pp, $75 (d), $35 (r)

Behavioural ecology of teleost fishes.Godin J-GJ (ed)1997, Oxford, 398 pp, £55 (d)

Effect of habitat loss and change on water-birds.Goss-Custard JD, Rufino R & Luis A (eds)1997, ITE, 144 pp, £35 (r)

Biodiversity information: needs and op-tions.Hawksworth DL, Kirk PM & Dextre-Clarke S(eds)1997, CAB, 288 pp, $60 (d)

Ecological dynamics.Gurney WSC & Nisbet RM1998, Oxford, 352 pp, $39.95 (r)

English/Spanish and Spanish/English dictio-nary on environmental science and engi-neering.Headworth H & Steines S1997, J. Wiley & Sons, 312 pp, £17.99 (r)

Extreme environmental change and evolu-tion.Hoffmann AA & Parsons PA1997, Cambridge, 259 pp, £55 (d), £19.95(r)

Past and future rapid environmentalchanges. The spatial and evolutionary re-sponses of terrestrial biota.Huntley B, Cramer W, Morgan AV, PrenticeHC & Allen JRM (eds)1997, Springer, 521 pp, £114.50 (d)

Multivariate models and dependence con-cepts.Joe H1997, Chapman & Hall, 399 pp, £39 (d)

Geographic Information Systems in ecology.Johnston CA1998, Blackwell, 240 pp, $69.95 (r)

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Exploring ecology and its applications.Kareiva PM (ed)1997, Sinauer, 277 pp, £17.95 (r)

Tropical environments: the functioning andmanagement of tropical ecosystems.Kellman MC & Tackaberry R1997, Routledge, 380 pp, £60 (d), £18.99 (r)

Frontiers in ecology: building the links.Klomp NI & Lunt ID (eds)1997, Elsevier, 344 pp, £60 (d)

Grassland dynamics. Long-term ecologicalresearch in tallgrass prairie.Knapp AK, Briggs JM, Hartnett DC & CollinsSL (eds)1998, Oxford, 386 pp, $65 (d)

Dictionary of environmental science.Lawrence E, Jackson ARW & Jackson JM1998, Longman, 491 pp, £15.99 (r)

Recreation ecology.Liddle M1997, Chapman & Hall, 639 pp, £55 (d)

Phenology in seasonal climates 1.Lieth H & Schwartz MD1997, Backhuys, 143 pp, £35.50 (r)

Instant notes in ecology.Mackenzie A, Ball AS & Virdee SRK1998, BIOS, 320 pp, $25 (r)

Our Biosphere.Margalef R1997, Ecology Institute, 176 pp, DM 48 (d)

Slanted truths: essays on Gaia, symbiosisand evolution.Margulis L & Sagan D1997, Copernicus, 368 pp, $27 (d)

The science of overabundance: deer ecol-ogy and population management.McShea WJ, Underwood HB & Rappole JH(eds)1997, Smithsonian, 402 pp, $63.95 (d),$37.50 (r)

Genetic structure and local adaption innatural insect populations. Effects of ecol-ogy, life history, and behavior.Mopper S & Strauss SY (eds)1997, Chapman & Hall, 449 pp, £65 (d)

Wildlife issues in a changing world.Moulton MP & Sanderson J1997, St. Lucie, 352 pp, $34.95 (r)

Principles of sustainable development.Muschett FD (ed)1997, St. Lucie, 192 pp, $49.95 (d)

Invertebrate surveys for conservation.New T1998, Oxford, 208 pp, £40 (d), £18.50 (r)

Dynamics of tropical communities.Newbery DM, Brown N & Prins HHT (eds)1998, Blackwell, 648 pp, £60 (d)

Marine biodiversity: patterns and pro-cesses.Ormond RFG, Gage JD & Angel MV (eds)1997, Cambridge, 432 pp, £40 (d)

Ecology of dunes, salt marsh and shingle.Packham JR & Willis AJ1997, Chapman & Hall, 335 pp, $99.95 (d)

Environmental education in the 21st cen-tury. Theory, practice, progress and prom-ise.Palmer JA1997, Routledge, 284 pp, £50 (d), £15.99 (r)

Population and global security.Polunin N (ed)1998, Cambridge, 324 pp, £55 (d), £19.95(r)

Evolutionary ecology of parasitism.Poulin R1998, Chapman & Hall, 212 pp, £55 (d)

Ecosystem health.Rapport D, Constanza R, Epstein PR,Gaudet C & Levins R (eds)1998, Blackwell, 372 pp, $45 (r)

Ecology and biogeography of Pinus.Richardson DM (ed)1998, Cambridge, 544 pp, £95 (d)

Wildlife resources: a global account of eco-nomic use.Roth HH & Merz G (eds)1997, Springer, 403 pp, £83 (d)

UV-b and biosphere.Rozema J, Gieskes WWC, van de Geijn SC,Nolan C & de Boois H (eds)1997, Kluwer, 319 pp, £135 (d)

People and the land through time: linkingecology and history.Russell EWB1997, Yale, 306 pp, $35 (d)

Global challenges: an approach to environ-mental, political and economic problems.Sandler T1997, Cambridge, 234 pp, £12.95 (r)

Ecology of shallow lakes.Scheffer M1998, Chapman & Hall, 357 pp, $79.65 (d)

Ecotoxicology. Ecological fundamentals,chemical exposure, and biological effects.Schuurmann G & Markert B1997, J. Wiley & Sons, 900 pp, £95 (d)

Ecology and management of the NorthAmerican moose.Schwartz CC, Charles C & Franzmann AW(eds)1998, Smithsonian, 640 pp, $47.95 (d)

Terrestrial ecosystems in changing environ-ments.Shugart HH1998, Cambridge, 537 pp, £75 (d), £27.95(r)

Plant life histories: ecological correlatesand phylogenetic constraints.Silvertown JW, Franco M & Harper JL (eds)1997, Cambridge, 330 pp, $29.95 (r)

Principles of ecology in plant production.Sinclair TR & Gardner FP (eds)1998, CAB, 208 pp, $28 (r)

Conservation science and action.Sutherland WJ (ed)1998, Blackwell, 376 pp, £24.95 (r)

Concise dictionary of environmental terms.Theodore L, Reynolds J & Morris K1997, Gordon & Breach, 382 pp, $98 (d), $48(r)

Grassland dynamics: an ecosystem simula-tion model.Thornley JHM1998, CAB, 256 pp, $90 (d)

Spatial ecology: the role of space in popu-lation dynamics and interspecific interac-tions.Tilman D & Kareiva P (eds)1998, Princeton, 416 pp, $85 (d), $28 (r)

Northern forested wetlands: ecology andmanagement.Trettin CC, Grigal DF, Jurgensen MF, GaleMR & Jeglum JK1997, Lewis, 512 pp, $79.95 (d)

Restoration ecology and sustainable devel-opment.Urbanska K, Webb N & Edwards P (eds)1997, Cambridge, 416 pp, £55 (d)

Eucalypt ecology: individuals to ecosys-tems.Williams J & Woinarski J (eds)1997, Cambridge, 442 pp, £95 (d)

Ecology of arctic environments.Woodin SJ & Marquiss M (eds)1997, Blackwell, 286 pp, $75 (d)

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Ecología sensorialEcología sensorialEcología sensorialEcología sensorialEcología sensorial

“Sensory Ecology“Sensory Ecology“Sensory Ecology“Sensory Ecology“Sensory Ecology. How. How. How. How. Howorororororggggganisms acquiranisms acquiranisms acquiranisms acquiranisms acquire ande ande ande ande andrrrrrespond to infespond to infespond to infespond to infespond to informaormaormaormaormation”tion”tion”tion”tion”DaDaDaDaDavid Bvid Bvid Bvid Bvid B. Dusembery. Dusembery. Dusembery. Dusembery. Dusembery19921992199219921992WWWWW.H.F.H.F.H.F.H.F.H.Frrrrreeman & Coeeman & Coeeman & Coeeman & Coeeman & Co.....558 pp558 pp558 pp558 pp558 ppISBN 0-7167-2333-6ISBN 0-7167-2333-6ISBN 0-7167-2333-6ISBN 0-7167-2333-6ISBN 0-7167-2333-6$54.95 (ta$54.95 (ta$54.95 (ta$54.95 (ta$54.95 (tapa durpa durpa durpa durpa dura)a)a)a)a)

Buena parte del trabajo en ecología se ha enfocado ha-cia el análisis del intercambio de materia y energía delos organismos con el medio ambiente, incluidos otros or-ganismos. Relativamente menos atención se ha dedica-do al estudio de otro tipo de interacción, esto es, el in-tercambio de información. Este es precisamente el cam-po de interés de la “Ecología Sensorial”, disciplina surgi-da hace relativamente pocos años. Paradójicamente, esteenfoque no surge desde la ecología, sino de los estudio-sos de las bases neurobiológicas del comportamiento. Deacuerdo con David Dusembery, la ecología sensorial seinserta entre el enfoque sintético de la ecología del com-portamiento y el analítico de la fisiología sensorial. Esasí que, de los tres tipos de interacciones entre los orga-nismos y su ambiente, esto es, físicas (e.g., fuerzasgravitacionales, energía calórica), tróficas (e.g.,nutrientes y toxinas) e informacionales (genética y sen-sorial), esta disciplina se concentra específicamente enel intercambio de información sensorial. Las relacionesconceptuales que el enfoque de Dusembery estableceentre mecanismos y estrategias permiten conjugar temastan divergentes como neurociencia y ecología en el es-tudio del comportamiento. Esto último tal vez no suenetan novedoso, pero sí es la primera vez que se presentaordenada y sintéticamente en un libro de texto.

Luego de una introducción general, la primera parte dellibro está dedicada a la discusión de aspectos básicos delintercambio de información, tales como medición de lacantidad de información, transmisión de estímulos y de-tección de señales. La segunda sección discute las pro-piedades de los diferentes tipos de estímulos (térmicos,químicos, mecánicos, etc.). La tercera parte está dedi-cada a la generación de estímulos y a la comunicación.La cuarta y última discute las estrategias de explotaciónde señales para localizar recursos, analizando los meca-nismos de orientación, incluyendo navegación, y final-mente presentando algunos problemas relativos a la mi-gración.

Tal vez para el especialista en un aspecto particular, eltratamiento de algunos capítulos (e.g., visión de colores,navegación) no resulte del todo satisfactorio por su ex-tensión o la manera de enfocar los problemas. Sin em-bargo, el esfuerzo de integración y la capacidad de sín-tesis de Dusembery hacen que el conjunto sea un texto

verdaderamente original y una referencia necesaria paratodos los interesados en cómo los organismos adquiereny hacen uso de la información para localizar recursos.

¿Por qué recomendar un libro aparecido hace ya 6 años?Porque es un texto que ha tenido un gran impacto entrelos fisiólogos del comportamiento, pero poca difusiónentre otros especialistas. Este enfoque sintético puedeser de mucho interés entre los ecólogos, en particularpara los dedicados al estudio del comportamiento.

Claudio R. LazzariDepto. Biología, FCEyN, Univ. de Buenos Aires.

Piso 4, Pab. 2, Ciudad Universitaria,1428 Buenos Aires.

[email protected]

Cuando pa’ Chile me vCuando pa’ Chile me vCuando pa’ Chile me vCuando pa’ Chile me vCuando pa’ Chile me voooooy…y…y…y…y…

“Ecología de los bosques na“Ecología de los bosques na“Ecología de los bosques na“Ecología de los bosques na“Ecología de los bosques nativtivtivtivtivos de Chile”os de Chile”os de Chile”os de Chile”os de Chile”Juan JJuan JJuan JJuan JJuan J. Armesto. Armesto. Armesto. Armesto. Armesto, Car, Car, Car, Car, Carolina Volina Volina Volina Volina Villaillaillaillaillagggggrán yrán yrán yrán yrán yMary KMary KMary KMary KMary Kalin Aralin Aralin Aralin Aralin Arrrrrroooooyyyyyo (editoro (editoro (editoro (editoro (editores)es)es)es)es)19961996199619961996Editorial UnivEditorial UnivEditorial UnivEditorial UnivEditorial Univererererersitaria, Santiasitaria, Santiasitaria, Santiasitaria, Santiasitaria, Santiagggggooooo469 pp469 pp469 pp469 pp469 ppISBN 965-1180-2, ISBN 965-1180-2, ISBN 965-1180-2, ISBN 965-1180-2, ISBN 965-1180-2, £ 37.50 (rústica)£ 37.50 (rústica)£ 37.50 (rústica)£ 37.50 (rústica)£ 37.50 (rústica)

Por si usted no conoce, mi amigo, Chile es ese país lar-go y finito que queda ahicito nomás, del otro lado de losAndes. No, no queda en Júpiter. Claro, la pampa tiene elombú y es tan grande que usted tal vez no sepa… Peromire, yo le cuento. Muchas cosas interesantes, y otraspreocupantes, ocurren allí. En el sur de ese país largo yfinito hay unos bosques lindísimos con muchas plantas yanimales raros, vió, de esos que no tienen parentela cer-cana en ningún otro lado del planeta. Posiblemente us-ted haya venido por mis pagos sureños y también hayavisto unos bosques lindísimos. Por si no adivinó, se tratade los mismos bosques que, desconociendo fronteraspolíticas, se desparraman de este lado de los cerros. Unadiferencia entre ambas vertientes de los Andes, sin em-bargo, es que mientras de este lado a los bosques se losdevoran lentamente las vacas, del otro se los devoranaceleradamente las vacas, las topadoras y las plantacio-nes de pinos. Usted no sabe la pena que da andar por allá.

Claro, mientras nosotros tuvimos una pampa para des-truir, ellos solo pueden optar entre el bosque y el desier-to. Pero mire, para levantarle el ánimo le voy a seguircontando. Usted es ecólogo, ¿no? Yo también, y del otrolado hay muchos más, y algunos muy buenos. A ellos, tantocomo a muchos de nosotros, les preocupa que sus, per-dón, nuestros bosques estén siendo convertidos en unamontaña de astillas, grande como las de endeveras, es-perando en el puerto de Puerto Montt que se las lleven

Libros conLibros conLibros conLibros conLibros conEsta es la sección de revisiones de libros. Todos aquellos que deseen realizar

críticas y comentarios de libros relacionados con la ecología tienen laspáginas abiertas de la sección. Recomendamos avisar con anticipación

a los editores para evitar superposiciones.

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pa’ Japón. Una de las cosas importantes que han hecholos colegas chilenos es juntar información y voluntadespara editar un libro, en español, con todo lo que se sabesobre estos bosques. Le cuento de este libro. En totalcomprende 21 capítulos escritos por 36 autores, en sumayoría investigadores trasandinos (e.g., Armesto, Arro-yo, Donoso, Lara, Murúa, Smith-Ramírez, Soto, Villagrán),algunos gringos (e.g., Rebertus, Veblen, Willson) y unospocos compatriotas (Faggi y Kitzberger).

Usted, mi amigo, va a encontrar una gran variedad detemas en este libro, desde muy buenas síntesis sobre lafascinante historia biogeográfica (Arroyo y colaborado-res) y del cuaternario (Villagrán y colaboradores), hastaun capítulo sobre diversidad de líquenes de los bosquesde Sudamérica austral (Galloway). Allí, por ejemplo, unopuede enterarse de que estos bosques contituyen uno delos biomas del planeta más ricos en líquenes. Hay capí-tulos sobre ecología de plantas (San Martín y Donoso),aves (Rozzi y colaboradores) y mamíferos (Murúa). Otrostienen su foco en aspectos más funcionales como son lasinteracciones mutualistas (Willson y colaboradores), ladinámica de bosques (Veblen y colaboradores), lafenología (Riveros y Smith-Ramirez) y la ecofisiologíavegetal (Alberdi). Tambien hay capítulos que analizandistintos procesos que influyen sobre los ciclos denutrientes en ambientes terrestres (Pérez) y acuáticos(Soto y Campos). A pesar de cubrir una amplia gama te-mática, llama la atención la ausencia de uno o más capí-tulos dedicados a la ecología de insectos y las interac-ciones en que estos están involucrados. Posiblemente,esto refleja el hecho que los artrópodos constituyen unode los grupos menos estudiados en este bioma. Los últi-mos capítulos tratan sobre la utilización y conservacióndel bosque templado, incluyendo el uso tradicional porcomunidades indígenas (Smith-Ramírez), su explotaciónactual (Donoso y Lara) y los problemas y desafíos queinvolucran su conservación (Lara y colaboradores).

El libro, en general, está bien organizado con un capí-tulo de apertura, “Los bosques templados del sur de Chi-le y Argentina: una isla biogeográfica”, y otro de cierre,“Ecología de los bosques chilenos: síntesis y proyeccio-nes” (Armesto y colaboradores), que constituyen muybuenas síntesis sobre cómo estos bosques llegaron a serlo que son, sus rasgos ecológicos más sobresalientes, ylas implicancias que tienen estos rasgos para su manejo.El resto de los capítulos, en su gran mayoría, están bien

escritos y su lectura es amena. Muchos contienen infor-mación inédita o de fuentes de difícil acceso.

Este es un libro “harto” recomendable para los que tra-bajan o planean trabajar en este bioma (ya sea de este odel otro lado de los Andes), para los que alguna vez sesintieron atraídos por la magia de los bosques del sur, opara los que por simple curiosidad quieren saber que tie-nen de particular estos bosques. Esta es una referenciadonde no solo encontrarán información, sino tambiénideas. El título del libro, “Ecología de los bosque nativosde Chile”, suena geográficamente poco abarcativo paraquien trabaja en los bosques de este lado de los Andes ymientras escribe este comentario ve, a través de la ven-tana, a los cipreses y coihues mecerse al compás del vien-to del Pacífico. Tal vez, sí sea el título adecuado desdeel punto de vista de los colegas trasandinos que activa-mente están tratando de convencer a los políticos de supaís de cambiar el curso de los acontecimientos, ydesacelerar la pérdida de un bioma de rasgos únicos yfascinantes.

Como es verdad en muchos otros ecosistemas de estecontinente, es relativamente poco lo que sabemos sobrela ecología del bosque templado de Sudamérica austral.Sin embargo, la recopilación de gran parte de la infor-mación existente sobre la ecología de este bioma porparte de autores que trabajan y conocen este ambienteconstituye una iniciativa excelente. Este libro contribu-ye en gran medida a aumentar nuestra valoración delbosque templado, a determinar cuánto sabemos y tam-bién cuáles son las preguntas relevantes que necesitanrespuestas. Desde un punto de vista personal, esta es unade mis referencias más valiosas. Para los ecólogos quetrabajan en otros ecosistemas, este libro puede ser unbuen ejemplo para tomar en cuenta. Sería de gran im-portancia, tanto para los investigadores como para los quetrabajan en el manejo de los recursos naturales, podercontar con una referencia similar sobre la ecología e his-toria natural del Chaco, del Monte, de los pastizalespampeanos y de cada uno de los biomas principales quese encuentran en nuestro pais.

Marcelo A. AizenDepto. Ecología, CRUB

Universidad Nacional del Comahue8400 San Carlos de Bariloche

[email protected]

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El método comparativo filogenético: su aplicación en ecología

Adriana RuggieroLab. Ecotono, Depto. de Ecología

Centro Regional Universitario Bariloche,Universidad Nacional del Comahue

Unidad Postal Universidad. 8400 [email protected]

HERRAMIENTASLos autores de las notas de esta sección revisan la importancia de nue-vos instrumentos o materiales (en sentido amplio) que sirven de apoyopara la investigación o la enseñanza de la ecología. Esperamos el apor-te de todos aquellos que quieran informar sobre novedades de interés oproponer revisiones.

El método comparEl método comparEl método comparEl método comparEl método comparaaaaativtivtivtivtivo fo fo fo fo filogilogilogilogilogenético permiteenético permiteenético permiteenético permiteenético permitecontrcontrcontrcontrcontrolar la deolar la deolar la deolar la deolar la dependencia entrpendencia entrpendencia entrpendencia entrpendencia entre especies em-e especies em-e especies em-e especies em-e especies em-parparparparparentadas cuando se analiza el ventadas cuando se analiza el ventadas cuando se analiza el ventadas cuando se analiza el ventadas cuando se analiza el valor adaalor adaalor adaalor adaalor adap-p-p-p-p-tatatatatativtivtivtivtivo de los ao de los ao de los ao de los ao de los atribtribtribtribtributos biológicosutos biológicosutos biológicosutos biológicosutos biológicos. Pr. Pr. Pr. Pr. Presentamosesentamosesentamosesentamosesentamosun run run run run resumen del método y vesumen del método y vesumen del método y vesumen del método y vesumen del método y valiosa infaliosa infaliosa infaliosa infaliosa informaciónormaciónormaciónormaciónormaciónsobrsobrsobrsobrsobre las técnicas y los pre las técnicas y los pre las técnicas y los pre las técnicas y los pre las técnicas y los progogogogogrrrrramas disponibamas disponibamas disponibamas disponibamas disponibleslesleslesles.....

¿Por qué realizar estudios comparativos?

La puesta a prueba de hipótesis en ciertas áreas de laecología se ve complicada por la imposibilidad de reali-zar experimentos. No todos los atributos biológicos de lasespecies son susceptibles de manipulaciones experimen-tales, porque observar cambios en ciertas variables “res-puesta” puede requerir de tiempo evolutivo. Esto esparticularmente común cuando se intenta explicar elvalor adaptativo de la presencia de atributos biológicosdiferentes entre distintas especies. Por ejemplo 1: Lasaves tienen que acicalarse eficientemente con sus picospara cuidar sus plumas y protegerse de ectoparásitosdañinos. Algunas especies (e.g., picaflores, tucanes) tie-nen picos largos y poco manejables que son menos efi-cientes para el acicalamiento que los picos cortos. Se hasugerido que estas aves compensan comportamental-mente, gastando relativamente más tiempo de acicala-miento en rascarse el cuerpo con sus patas. ¿Cómo po-demos poner a prueba esta hipótesis? Los distintos tiposde pico pueden considerarse distintos “tratamientos” ypodemos comparar, entre distintas especies, la relaciónentre la proporción de tiempo dedicado a acicalarse conlas patas y la cualidad de poseer o no un pico poco ma-nejable. Un análisis de estas relaciones podría sugerir-nos un escenario adaptativo.

¿P¿P¿P¿P¿Por qué consideror qué consideror qué consideror qué consideror qué considerar la far la far la far la far la filogilogilogilogilogenia?enia?enia?enia?enia?

Los caracteres de las especies cambian a través de suhistoria evolutiva. Aquellos taxones más estrechamenteemparentados tienden a ser más similares entre sí por susimilitud genética. Esto se observa aun cuando los carac-teres examinados no se heredan genéticamente (e.g.,rango geográfico, abundancia poblacional), por la influen-cia de otros factores que sí pueden heredarse y afectana estos caracteres. Así, por ejemplo, el tipo de pico y laproporción de tiempo dedicado a acicalarse con las pa-tas (tp) es similar entre especies estrechamente relacio-nadas. Distintas cigüeñas, con pico poco manejable,muestran similares tp (Ciconia abdimii = 0.12; Ciconiaciconia = 0.13); los pingüinos, con pico manejable, nose acicalan con las patas (Eudyptes chrysocome, tp = 0;Spheniscus demersus, tp = 0; Spheniscus humboldti, tp =0). Esta similitud entre especies congenéricas sugiere queparte de la variación en las conductas de acicalamientoobservada a nivel de especies se debe a que compartenun ancestro común reciente. Entonces, desde el puntode vista estadístico, ¿son las especies puntos independien-tes para examinar la relación tipo de pico: tiempo dedi-cado a acicalarse con las patas?…

La respuesta es NO. La existencia de relacionesfilogenéticas determina que las especies sean pseudorré-plicas. Si analizáramos la asociación entre el tipo de picoy la proporción de tiempo dedicado a acicalarse con laspatas sobre la base de considerar a las especies comounidades independientes, sobre-estimaríamos los gradosde libertad para nuestra prueba estadística y no podría-mos confiar en los valores de probabilidad asociados. Lafalta de independencia no se soluciona tomando datos enun nivel superior de la jerarquía taxonómica (e.g., exa-minando la relación tipo de pico: conducta de acicala-miento a escala de géneros). Esto resultaría simplemen-te en un paliativo, porque los taxones a escalas superio-res de la jerarquía taxonómica también comparten ca-racterísticas, debido a su historia evolutiva común, quepueden estar afectando las relaciones examinadas. Porotra parte, a medida que ascendemos en la jerarquíataxonómica el número de observaciones que pueden in-cluirse en una prueba estadística se reduce. La pruebade nuestra hipótesis de trabajo se torna cada vez másconservadora y, a la vez, menos reveladora.

El método comparativo filogenético comprende unaserie de técnicas para combinar información filogenéticacon datos comparativos, para analizar si diferencias en(o relaciones entre) determinados atributos biológicos,observadas entre distintos taxones, son evidencia deadaptación. En realidad, existen dos enfoques de traba-jo diferentes y complementarios: uno busca reconstruiry explicar eventos históricos únicos o secuencias de even-tos únicos a lo largo de las ramas en un árbol filogenético 2.

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El otro permite un análisis estadístico de la adaptación.En esta nota, sólo me refiero a este último enfoque, quesupone que grupos de eventos evolutivos similares queocurrieron independientemente a lo largo de la historiaevolutiva del grupo estudiado (i.e., convergencia) eviden-cian adaptación 3. Por ejemplo: si la asociación entre laevolución de un pico poco manejable y una mayor pro-porción de tiempo dedicado a acicalarse con las patasocurrió varias veces a lo largo de la filogenia de las espe-cies analizadas, entonces esta relación tiene valoradaptativo. En este contexto, el método comparativofilogenético sirve para asegurar REPLICACIÓN e INDEPEN-DENCIA al planear un estudio comparativo, utilizando alas filogenias para distinguir los eventos evolutivos inde-pendientes (i.e., réplicas) para efectuar las comparacio-nes (cuadro 1). En revisiones mayores 2-7 se pueden con-sultar los alcances, aplicaciones y problemas conceptua-les y metodológicos asociados al método comparativofilogenético.

La aplicación del método comparativo filogenético noestá muy difundida entre los ecólogos en la Argentina.Al menos, esto es lo que sugiere una rápida inspecciónde los resúmenes de trabajos presentados en la XVIIIReunión Argentina de Ecología (1997). Esto no sólo po-dría explicarse por las temáticas de trabajo. También in-fluye que no siempre se cuenta con la informaciónfilogenética de las especies estudiadas, tal vez se des-conoce que existen métodos flexibles que pueden apli-

carse sobre las clasificaciones taxonómicas (mejor estoque ignorar el problema), o se desconocen las técnicas yprogramas con que actualmente se cuenta para contro-lar los efectos de la filogenia. Esta nota pretende brin-dar información útil respecto de este último punto.

Guía de métodos y prGuía de métodos y prGuía de métodos y prGuía de métodos y prGuía de métodos y progogogogogrrrrramas disponibamas disponibamas disponibamas disponibamas disponiblesleslesleslesparparparparpara usuarios potenciales del método com-a usuarios potenciales del método com-a usuarios potenciales del método com-a usuarios potenciales del método com-a usuarios potenciales del método com-parparparparparaaaaativtivtivtivtivo fo fo fo fo filogilogilogilogilogenéticoenéticoenéticoenéticoenético

Los métodos de Ridley 3,4 y de los cambios concentra-dos de Madisson 3 prueban asociación entre dos variablesdiscretas. Mapean los valores de las variables estudiadassobre la filogenia, utilizando parsimonia para establecerlos estados ancestrales de los atributos analizados. Lue-go, cuentan el número de transiciones (cambios en losestados de los atributos) a lo largo de la filogenia y -porcriterios que difieren entre los métodos- prueban si exis-te un cambio evolutivamente correlacionado entre am-bas variables. Para su aplicación es necesario contar conalgún programa que permita la reconstrucción de la evo-lución de caracteres sobre las filogenias. Uno de uso muydifundido, para Macintosh, es MacClade.

Una familia de métodos deriva del método de los con-trastes independientes de Felsenstein 8. El modelo CAIC(Comparative Analysis by Independent Contrasts) 9 calculalas diferencias (i.e., contrastes) en los valores de las va-riables analizadas entre pares adyacentes de nodos otaxones terminales de un árbol filogenético. Debido a quedos contrastes nunca comparten las mismas ramas delárbol, ellos son estadísticamente independientes. Paravariables continuas, CAIC sigue exactamente el métodode Felsenstein 8 sobre filogenias resueltas y usa el méto-do de Pagel 10 sobre filogenias no resueltas (i.e., conpolitomías). Cuando una variable es discreta, CAIC usael método de Burt 11. La asociación estadística entre lasvariables analizadas se mide aplicando pruebas estadís-ticas corrientes sobre sus contrastes (e.g., regresión delos contrastes de rango geográfico sobre los contrastesde latitud). CAIC es un programa para Macintosh de dis-tribución gratuita. En PC se pueden usar CMAP y COMPA-RE. El método de Felsenstein 8 también puede implemen-tarse usando PHYLIP, disponible para DOS/Windows,Macintosh y UNIX.

El método de Grafen 12,13 de regresión filogenéticaparticiona la varianza de un carácter (variable respuestao “Y”) en varios componentes. Algunos de estos compo-nentes son otros caracteres (predictores o “X”). Grafencombina la técnica de cuadrados mínimos generalizadoscon el análisis de contrastes para incorporar la filogeniaa un análisis de regresión múltiple. El modelo resultanteestima la relación entre la variable respuesta y lospredictores como evidencia de adaptación reciente y eltérmino de error describe la correlación filogenética. Estemétodo es uno de los más poderosos y se espera que enel futuro su uso sea más difundido. Permite combinar va-rias variables continuas y discretas sin problemas. No esmuy aplicado en la actualidad porque el programa deaplicación está escrito en GLIM y requiere conocimien-tos sustanciales de este lenguaje de programación parapoder usarlo.

El método de autocorrelación filogenética o modeloautoregresivo 14,15 está basado en la estadística utilizadapara el análisis de problemas de autocorrelación espa-cial. Divide la variación de un carácter (variable respuestao “Y”) en un componente filogenético y otro residual es-pecífico que es independiente de la filogenia. Se suponeque este último refleja el efecto de la selección natu-ral. El método está basado en las técnicas de regresiónlineal y está diseñado para el análisis de variables conti-nuas, aunque variables discretas pueden incorporarse almodelo transformándolas en dicotómicas (“dummy” va-riables). A diferencia de los métodos basados en contras-tes, este es un modelo puramente estadístico (no supo-

Cuadro 1.- Las especies no son puntos independientes paraexaminar la relación entre el tipo de pico y la proporción detiempo dedicado a acicalarse con las patas (tp), debido a susrelaciones filogenéticas. La figura muestra la filogenia de lasaves estudiadas. Las ramas del árbol resaltadas en negro se-ñalan las especies con pico largo y poco manejable. Las otrasespecies poseen pico corto y manejable. Para identificar loseventos independientes que permitan efectuar comparacio-nes estadísticas: 1) Buscar en el árbol filogenético pares deespecies estrechamente relacionados (grupos hermanos). 2)Si los grupos hermanos tienen el mismo tipo de pico: asumirque su ancestro común más cercano también tenía ese tipode pico y que tenía un valor promedio en el atributo continuoanalizado (tp). Con esto el ancestro se transforma en un taxónterminal y las especies se eliminan. 3) Si los grupos hermanosdifieren en el tipo de pico: realizar una comparación. 4) Re-petir el procedimiento hasta hallar todas las comparaciones.Con este método, una comparación válida y que soporta nues-tra hipótesis de trabajo -i.e., mayor proporción de tiempo de-dicado a acicalarse con las patas en especies con pico pocomanejable- es entre:el ancestro común de Ciconia spp. (pico largo, tp = 0.125) yCathartes aura (pico corto, tp = 0.01). Si fuera posible esta-blecer otras comparaciones independientes en nuestro aná-lisis podríamos someter a prueba estadística a nuestra hipó-tesis de trabajo. Pero…¿Se anima a descubrir cuántas comparaciones independientesson posibles sobre la base de aplicar el algoritmo arribadescripto sobre la filogenia considerada?…

Respuesta: sólo dos.

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Cuadro 2.-

Maddison WP & Maddison DR. 1996. MacClade: Analysis ofphylogeny and character evolution. Version 3.06. SinauerAssociates, Sunderland.Comercializado por: Sinauer Associates, Inc., 23 Plumtree Road,Sunderland, MA 01375-0407, EEUU ([email protected])

Purvis A & Rambaut A. 1994. Comparative Analysis by Indepen-dent Contrasts (CAIC), version 2. Oxford University.Está disponible en Internet. Via Anonymous FTP, el server esevolve.zps.ox.ac.uk y CAIC está en //packages/CAIC/CAIC.sea.La página de WWW de CAIC está en http://evolve.zps.ox.ac.uk/CAIC/CAIC.htmlTambién puede solicitarse por correo a los autores: Andy Purvis,Dept. of Biology, Imperial College at Silwood Park, Ascot, Berks,SL5 7PY, Reino Unido ([email protected] ). Andrew Rambaut, Dept.of Zoology, University of Oxford, South Parks Road, Oxford, OX13PS, Reino Unido ([email protected])

Martins EP & Garland T Jr. 1991. CMAP: Comparative MethodAnalysis Package.Dept. of Zoology. University of Wisconsin, Madison.Implementa varias variantes del método de Felsenstein.

Martins EP. 1995. COMPARE: statistical analysis of comparativedata, version 1.0.Dept. of Biology. University of Oregon. Eugene.Disponible para DOS/Windows, Macintosh y UNIX; calcula loscontrastes de Felsenstein y varios otros métodos. Contactar a:Emília P. Martins, Dept. of Biology, University of Oregon, Eugene,97403, EEUU ([email protected])

Felsenstein J. 1993. PHYLIP (Phylogeny Inference Package)version 3.5. Dept. of Genetics, University of Washington.Seattle.Distribuido por el autor.

Los que se atrevan a aplicar regresión filogenética, contactarsecon: Grafen A. Dept. of Plant Sciences, University of Oxford,South Parks Road, Oxford OX1 3PS, Reino Unido.

Luh H-K, Gittleman J & Kot M. 1994. PA: Spatial autoregressioncomputer program.Dept. of Zoology, University of Tennessee, Knoxville.Contactar a: H-K Luh, Dept. of Mathematics, Ecology andEvolutionary Biology, University of Tennessee, Knoxville, 37996-1610, EEUU. JL Gittleman, Dept. of Zoology, Univ. of Tennessee,Knoxville, 37996-1610, EEUU ([email protected])

ne ningún tipo de modelo evolutivo). Un paquete esta-dístico para Macintosh bastante difundido es PA.

Otros métodos estadísticos como el ANOVA y el ANCOVAanidados, disponibles en muchos de los paquetes esta-dísticos comerciales, también pueden aplicarse para con-trolar los efectos confundidos de la filogenia. De hecho,fueron las primeras técnicas aplicadas con este fin a fi-nes de los setenta 3. La idea básica es que las relacionesfilogenéticas entre las especies pueden describirse como

un conjunto de factores jerárquicos en el modelo deANOVA. Una vez estimados los efectos debidos a perte-necer a un mismo género, familia, orden, etc. se puedeestudiar la adaptación en aquellos niveles taxonómicosque estén relativamente libres de efectos filogenéticos.Actualmente, se considera que estos métodos son “dé-biles” comparados con las técnicas más específicas men-cionadas arriba porque controlan los efectos filogenéticossólo parcialmente, pero todavía se utilizan en determi-nadas circunstancias.

En realidad, no hay una “receta” para saber qué méto-do es mejor aplicar y se necesita un análisis de cada pro-blema particular. No es recomendable considerar a losmétodos como simples “cajas negras”. Es útil profundi-zar el estudio de técnicas comparativas (i.e., saber cómofuncionan realmente) para entender la forma de las re-laciones entre las variables estudiadas y la justificación(o no) de determinados supuestos -explícitos en algunosmétodos- para el problema analizado. A aquellos intere-sados, sugiero que tengan en cuenta, por su claridad, elcapítulo 2 del libro de Martins 6 y, para los más escépti-cos, recomiendo el trabajo de Harvey 16.

Agradezco a C. Ezcurra, A.H. Ladio y A.G. Farji-Brener la lecturade esta nota.

1 Clayton DH & Cotgreave P. 1994. Anim. Behav. 47: 195-201. (Elejemplo presentado en esta nota utiliza -por simplicidad y confines didácticos- sólo una fracción de los datos analizados en esetrabajo y, por lo tanto, no refleja los resultados y conclusionesdel mismo).2 Brooks DR & McLennan DA. 1991. Phylogeny, ecology, andbehavior. A research program in comparative biology. The Univ.of Chicago Press, Chicago.3 Harvey PH & Pagel MD. 1991. The Comparative Method inEvolutionary Biology. Oxford Univ. Press, Oxford.4 Ridley M. 1983. The explanation of organic diversity. Thecomparative method and adaptations for mating. Clarendon Press,Oxford.5 Eggleton P & Vane-Wright RI. 1994. Phylogenetics and ecology.Academic Press, London.6 Martins EP. 1996. Phylogenies and the comparative method inanimal behavior. Oxford Univ. Press, New York.7 Harvey PH, Leigh Brown AJ, Maynard-Smith J & Nee S. 1996. Newuses for new phylogenies. Oxford Univ. Press, New York.8 Felsenstein J. 1985. Am. Nat. 125: 1-15.9 Purvis A & Rambaut A. 1995. CABios 11: 247-251.10 Pagel MD. 1992. J. Theor. Biol. 156: 431-442.11 Burt A. 1989. Comparative methods using phylogeneticallyindependent contrasts. Pp: 33-53 en: Harvey PH & Partridge L (eds)Oxford Surveys in Evolutionary Biology. Vol 6. Oxford Univ. Press,Oxford.12 Grafen A. 1989. Trans. R. Soc. London Ser. B 326: 199-157.13 Grafen A. 1992. J. Theor. Biol. 156: 405-426.14 Cheverud JM, Dow MM & Leutenegger L. 1985. Evolution 39:1335-1351.15 Gittleman JL & Kot M. 1990. Syst. Zool. 39: 227-241.16 Harvey PH. 1996. J. Anim. Ecol. 65: 255-263.

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Explicación y prExplicación y prExplicación y prExplicación y prExplicación y predicciónedicciónedicciónedicciónedicción

Existe un acuerdo bastante generalizado entre episte-mólogos y científicos sobre cuáles son los principalesobjetivos de la ciencia: descripción, explicación y pre-dicción de hechos. También hay acuerdo en que la mejormanera de hacer explicaciones y predicciones es median-te una teoría. Esta última afirmación se explicita en elmodelo nomológico-deductivo de explicación, referido enla literatura inglesa también como “covering lawexplanation”. Según este modelo, una explicación con-siste en mostrar que un hecho es un caso particular deuna regularidad conocida. En su contexto, la explicacióndifiere de la predicción sólo por el orden en que ocurrenteoría y observación. En la predicción la teoría se usa paraidentificar la posible observación, mientras que en la ex-plicación ya se cuenta con la observación, y se intentamostrar que ella era esperable en el contexto de la teo-ría en cuestión. Anticipamos que sostendremos que el“modelo” nomológico-deductivo no constituye una expli-cación propiamente dicha porque (1) sólo atiende a losaspectos lógicos de la explicación, dejando de lado losepistemológicos y ontológicos, y (2) no invoca necesaria-mente mecanismos 1. Volveremos sobre este punto.

Aunque el énfasis en explicar y predecir parece habersido equilibrado, una revisión del “estado del arte” enepistemología en general (y en epistemología de laecología en particular) indica que existe una larga tradi-ción (o más de una) que ha desatendido la explicaciónen favor de la predicción. Para analizar las razones porlas que se desatiende la explicación (llegando incluso aconsiderársela un objetivo inalcanzable) debemos estu-diar su relación con mecanismos.

Explicación y mecanismoExplicación y mecanismoExplicación y mecanismoExplicación y mecanismoExplicación y mecanismo

El modelo nomológico-deductivo de explicación consisteen incluir (en inglés, “subsume”) particulares en univer-sales. Puede explicar un hecho mediante una generali-zación y un dato (caso A), o bien explicar una generali-zación por medio de dos o más generalizaciones (caso B).

Caso A:

Ley: Para todo x: si x es un P, entonces x es un QDato: b es un PConclusión: b es un Q

Por ejemplo: Para todo x, si x es la especie Chenopodiumpapulosum, entonces x es una hierba anual; b es un indi-viduo de la especie Chenopodium papulosum: entoncesb es una hierba anual.

Caso B:

Ley 1: Para todo x: si x es un P, entonces x es un QLey 2: Para todo x: si x es un Q, entonces x es un RLey 3: Para todo x: si x es un P, entonces x es un R

Por ejemplo: Para todo x, si x es la especie Chenopodiumpapulosum, entonces x es una hierba anual; si x es una

La explicación en ecología

Luis Marone a,b y Mario Bunge b

a Grupo de Ecología de Comunidadesde Desierto (Ecodes), UF&EV, IADIZA

Casilla 507, 5500 Mendozab Foundations & Philosophy of Science Unit

McGill University, Montreal, Canada

La ecología ha desaLa ecología ha desaLa ecología ha desaLa ecología ha desaLa ecología ha desatendido la etendido la etendido la etendido la etendido la explicación en fxplicación en fxplicación en fxplicación en fxplicación en fa-a-a-a-a-vvvvvor de la pror de la pror de la pror de la pror de la predicción. ¿Pedicción. ¿Pedicción. ¿Pedicción. ¿Pedicción. ¿Por qué no se le otoror qué no se le otoror qué no se le otoror qué no se le otoror qué no se le otorggggga a laa a laa a laa a laa a laeeeeexplicación el paxplicación el paxplicación el paxplicación el paxplicación el papel que merpel que merpel que merpel que merpel que merece? En este arece? En este arece? En este arece? En este arece? En este artícu-tícu-tícu-tícu-tícu-lo se analizan los prlo se analizan los prlo se analizan los prlo se analizan los prlo se analizan los proboboboboblemas de la elemas de la elemas de la elemas de la elemas de la epistemologíapistemologíapistemologíapistemologíapistemologíaempirista, la imporempirista, la imporempirista, la imporempirista, la imporempirista, la importancia de los mecanismos entancia de los mecanismos entancia de los mecanismos entancia de los mecanismos entancia de los mecanismos enecología y el paecología y el paecología y el paecología y el paecología y el papel de las epel de las epel de las epel de las epel de las explicaciones históricasxplicaciones históricasxplicaciones históricasxplicaciones históricasxplicaciones históricas.....

hierba anual, entonces x forma bancos de semillas per-sistentes; por lo tanto Chenopodium papulosum formabancos de semillas persistentes.

Todos estos ejemplos son inferencias lógicamente váli-das, pero no tienen poder explicativo porque se limitansimplemente a identificar un hecho como miembro de laclase definida por la generalización o a relacionar gene-ralizaciones. Por ejemplo, no es muy informativo razo-nar que alguien eventualmente va a morir porque es hu-mano (generalización: todos los humanos son mortales),porque ese razonamiento no propone ningún mecanismopara explicar el proceso en cuestión. En resumen, la in-clusión no explica por qué ocurre el patrón general, in-dica cómo son las cosas sin decir por qué debe esperarseque sean así.

Si se desea comprender por qué ocurre un hecho dado,debemos enterarnos de cómo funciona (i.e., debemosdevelar sus mecanismos). Para ello es preciso reempla-zar el modelo nomológico-deductivo por un modelo deexplicación mecanísmico 1,2. La diferencia entre inclusióny explicación propiamente dicha no es lógica, sino quela explicación contesta preguntas encabezadas por cómoy por qué, mientras que la inclusión sólo responde a pre-guntas encabezadas por cómo (i.e., la explicación inclu-ye a la inclusión). En el caso de la inclusión, el patróngeneral sigue sin ser explicado, mientras que en la ex-plicación propiamente dicha se explica el patrón median-te hipótesis o teorías mecanísmicas.

La forma lógica de una explicación mecanísmica ele-mental es:

Ley 1: Para todo x: si x es un P, entonces x es un M (hipótesis mecanísmica)

Ley 2: Para todo x: si x es un M, entonces x es un QConclusión: Para todo x: si x es un P, entonces x es un Q

donde M describe un mecanismo. Por ejemplo, para todox, si x es la especie Chenopodium papulosum, entoncesx es una hierba anual; si x es una hierba anual, entonceslas semillas de x presentan dormición (Mecanismo); si lassemillas de x presentan dormición, entonces x formabancos de semillas persistentes; por lo tantoChenopodium papulosum forma bancos de semillas per-sistentes.

De más está decir que la validez lógica de estasinferencias no garantiza la verdad de las premisas. Vol-viendo a la explicación mecanísmica, podemos concluirque ésta incluye a la inclusión desde el punto de vistalógico (porque toda explicación es una inclusión, pero noa la inversa), gnoseológico (porque la explicación presu-

Cuadro 1.- GLOSARIO

Sistema: Objeto complejo (cosa o constructo) cuyos componen-tes están ligados entre sí. Se comporta hasta cierto punto comouna unidad y, a excepción del universo, está incluido en un am-biente determinado.

Proceso: Sucesión de estados de una cosa.

Mecanismo: Tipo especial de proceso que ocurre en un siste-ma concreto y que es capaz de provocar o bloquear cambiosen el sistema.

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pone más conocimiento que la mera inclusión) y ontológi-co (porque la explicación es más profunda al postularalgún mecanismo, sea conjeturado o establecido, percep-tible o imperceptible) 1 .

GenerGenerGenerGenerGeneralizaciones valizaciones valizaciones valizaciones valizaciones vererererersus conjetursus conjetursus conjetursus conjetursus conjeturasasasasas

¿Por qué entonces no se le suele otorgar a la explica-ción el papel central que merece? La mayoría de losmecanismos en ciencias naturales y sociales no son evi-dentes, sino que están ocultos. Por eso no se los puedeinferir directamente de los datos, sino que hay que con-jeturarlos (obviamente, para que la conjetura sea consi-derada científica debe poder ser corroborada empírica-mente). Aquí surgen algunas objeciones muy difundidas.Positivistas y descriptivistas en la tradición de Tolomeo,Hume, Comte, Mach, Duhem y los neopositivistas recha-zan las explicaciones en términos de mecanismos invisi-bles porque los consideran monstruos metafísicos. Así, lasgeneralizaciones que aceptan son superficiales, no vanmás allá de reglas empíricas. Otros (instrumentalistas)ven a las teorías científicas sólo como instrumentos oherramientas para predecir y controlar la naturaleza ola sociedad. Suelen considerar que la explicación es in-alcanzable porque (1) cualquier grupo de observacioneses potencialmente compa-tible con infinitas explica-ciones, y (2) la historia dela ciencia enseña que lasexplicaciones son abando-nadas y reemplazadas porotras (huelga decir que losinstrumentalistas rechazanque este proceso de cambioconduzca a explicacionescada vez más profundas).Influenciados por el escep-ticismo popperiano, el cualsugiere que aun las teoríasmás fuertes deben ser con-sideradas hipotéticas oconjeturales, consideran“extravagante” la preten-sión de que una explicaciónpueda calificarse como co-rrecta o realista (e.g.,Peters 3 pág. 105). Otrasobjeciones provienen de lospragmatistas y toman la si-guiente forma: la crisis am-biental es evidente, la bús-queda de explicaciones en ecología es lenta, por ello sedebe enfatizar la predicción de hechos de importanciapráctica usando correlaciones (e.g., cómo varía labiodiversidad en función de la heterogeneidad ambien-tal, o la densidad en relación al tamaño corporal de losmamíferos).

La filosofía de la ciencia sostenida por descriptivistas,instrumentalistas y pragmatistas dicta que el principalobjetivo de un proyecto de investigación es juntar datosy (a veces usando técnicas estadísticas complejas) hallar

generalizaciones empíricas “útiles”, absteniéndose deconjeturar los esquivos mecanismos que subyacen hechosy explican datos. Entre los principales problemas quepresenta el fundar la investigación científica en una epis-temología empirista figuran: (1) renunciar a formas deconocimiento profundas, (2) dejar librado el conocimien-to y control de la naturaleza a una ciencia y tecnologíaque, por reemplazar conocimiento genuino por genera-lizaciones empíricas, pueden perder el control de lo quedesean controlar, (3) impedir la formulación de predic-ciones que pueden convertirse en herramientas útiles, esdecir, aquellas que están asociadas a las explicacionesmecanísmicas.

Mecanismos en ecologíaMecanismos en ecologíaMecanismos en ecologíaMecanismos en ecologíaMecanismos en ecología

Connell 4 y Schoener 5 revisaron más de 150 experimen-tos de campo diseñados para poner a prueba la manifes-tación de competencia interespecífica en distintas comu-nidades. Concluyeron que había sido detectada en lamitad de los casos. Los experimentos revisados consis-tían en la extracción de una especie del sistema paramedir las modificaciones en las abundancias de las res-tantes. Usaban un criterio (y no una verdadera definición)no mecanicista (o fenomenológico) de competencia, ba-

sado en las ecuaciones deVolterra-Lotka: dos espe-cies compiten cuando unincremento en la densidadde una de ellas conduce auna disminución en la den-sidad de la otra, y vicever-sa 6. Sin embargo, aunqueestos experimentos apor-tan información útil sobrelas consecuencias de la ex-tinción de una especie parala comunidad, no permitenaprender mucho acerca dela importancia de la com-petencia en la naturaleza.En comunidades con más dedos especies, una especiepuede afectar a otra tantodirecta como indirecta-mente (i.e., a través deuna tercera). Por ello, loscambios en abundancia re-gistrados en los experimen-tos no pueden ser adjudica-dos inequívocamente a

interacciones directas como la competencia. Este es unejemplo de los alcances y limitaciones de estudios nomecanísmicos. Tilman 6 propuso que la única manera deevaluar interacciones ecológicas para construir modelospredictivos es estudiar mecanismos reales de interacción.Un estudio de esta naturaleza debería abarcar los siguien-tes pasos 2: (1) ubicar el hecho de interés en un contex-to (o sistema) amplio, analizando la composición, ambien-te y estructura del sistema; (2) conjeturar los mecanis-mos que mantienen funcionando al sistema, tomando pre-

Cuadro 2.- MECANISMO Y REDUCCIONISMO

La reducción es una estrategia de investigación que se aplicacuando, por ejemplo, se usan mecanismos autoecológicos (e.g.,ecofisiológicos) para explicar propiedades poblacionales (e.g.,densidad). Su versión radical adopta el principio metodológicoque la reducción siempre es suficiente y necesaria para expli-car el todo y sus propiedades (su ontología es el individualis-mo). El reduccionismo moderado, en cambio, sugiere como es-trategia reducir todo lo que sea posible, pero sin ignorar la di-versidad, la emergencia y el pluralismo (su ontología es el ma-terialismo emergentista). El reduccionismo moderado no sóloconsidera la composición del sistema estudiado, sino tambiénsu estructura (i.e., la red de interacciones) y ambiente (i.e.,el o los sistemas que contienen al estudiado). La estrategia deinvestigación que alienta la búsqueda de mecanismos favorece(en lugar de desalentar) el estudio de interacciones y, aunquesuele pensarse lo contrario, es un reaseguro contra quienespretenden reducir (radicalmente) la biología a la química y fí-sica. El término “reduccionista” suele usarse para descalificarlos estudios mecanísmicos. Esta interpretación superficial ya fuecriticada por Wimsatt 8, para quien los investigadores en biolo-gía conciben su trabajo como la explicación de hechos usandomecanismos (búsqueda de mecanismos) y no como la explica-ción de teorías derivándolas o reduciéndolas de otras teorías(reducción a la Nagel). Esa búsqueda de mecanismos suele con-siderarse (sin suficiente fundamento y, por ello, desafortuna-damente) una forma de reducción radical.

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cauciones respecto a su plausibilidad; (3) poner a prue-ba la hipótesis mecanísmica a escala reducida; y (4) usarlos resultados de los experimentos para inventar hipóte-sis acerca del hecho que dio origen al proceso de inves-tigación.

El hecho a explicar podría ser que la especie granívoraA abandona sitios perturbados donde la cobertura depastos se reduce, mientras que la B permanece en ellos.Se puede conjeturar que mientras B es capaz de consu-mir (digerir) semillas de hierbas anuales oportunistas, Aconsume mayoritariamente semillas de gramíneas. Des-taquemos que esta conjetura sólo pudo proponerse alubicar los hechos en un contexto amplio, ya que suponeconocimiento sobre la dominancia de semillas de hierbasanuales en los bancos de suelo después de perturbacio-nes, sobre una respuesta similar de A y B a la simplifica-ción estructural del hábitat, sobre diferencias en la fi-siología digestiva de A y B, etc. En este punto hay queprobar experimentalmente la eficacia del mecanismopropuesto (mayor capacidad de B para digerir semillas dehierbas anuales). Si la hipótesis mecanísmica fuere co-rroborada, entonces podrá usarse para predecir (o pro-vocar) hechos específicos en el campo. Algunos de estoshechos coincidirán con los que dieron origen al procesode investigación, por lo que su corroboración requeriráusar un grupo diferente de datos.

Las generalizaciones empíricas no sólo consisten en untipo de conocimiento poco profundo, sino que no debe-rían usarse para evaluar el papel de mecanismos porque,simplemente, dichas generalizaciones no postulan meca-nismos. Es cierto que, metodológicamente, algo depragmatismo es aceptable en ciencia porque es mejorcontar con un conocimiento poco profundo para tomardecisiones que hacerlo intuitivamente. Lo que no debe-ría aceptarse es usar hipótesis fenomenológicas preten-diendo develar el papel de mecanismos en la naturaleza.

Explicación históricaExplicación históricaExplicación históricaExplicación históricaExplicación histórica

Quienes postulan que las teorías en ecología sólo soninstrumentos para predecir hechos de importancia prác-tica (e.g., Peters 3) han encontrado un escollo importan-te: la historia (i.e., las condiciones iniciales y los proce-sos subsiguientes de los que hoy sólo queda evidencia

indirecta 7) desempeña un papel central en la determi-nación de los patrones actuales en la naturaleza. Peters 3

intentó salvar el escollo dividiendo a la ecología en “cien-tífica” (donde estarían las teorías capaces de formularpredicciones riesgosas) e “historia natural” (donde pre-dominarían las explicaciones históricas). Peters 3 propu-so dedicarse sólo a la primera. Esta manera de “resolver”problemas nos recuerda a la de aquel individuo que te-nía dos autos, uno de los cuales funcionaba y el otro no:¡resolvió el problema decidiendo que sólo tenía un auto!Si pretendemos conocer procesos y consecuencias, debe-mos aceptar tanto los “tratables” como los “díscolos”.De otro modo, impondríamos un límite peligroso al avancedel conocimiento.

Aunque su propuesta no parezca razonable, Peters 3

planteó un problema importante: no se puede pretenderque las explicaciones históricas sean generalizables, estoes, que se usen para dar cuenta de cada hecho ecológicosignificativo. Esa es una posición epistemológicamentecómoda porque, según ella, los ecólogos podrían dedicar-se a inventar lindas explicaciones y conjeturar bellosmecanismos compatibles con sus datos, y todo esto sinpreocuparse por corroborar la plausibilidad de los meca-nismos, poniendo como excusa que su efecto cesó hacealgunos millones de años. Por ello, el recurso a explica-ciones históricas no debería generalizarse, sino que di-chas explicaciones deberían permanecer latentes y pro-ponerse ad hoc cuando sean plausibles. Esta posición esepistemológicamente optimista porque invita a desarro-llar una ecología explicativa y predictiva, y no sólo a for-mular “reconstrucciones racionales”. Además, la ecologíano “sufre” un estatus especial por el papel que en ellatiene la historia. Dicho estatus es común a muchas otrasciencias, tales como la astrofísica, la geología y la biolo-gía evolutiva. ¡Habrá entonces que seguir trabajandoduro!

1 Mahner M & Bunge M. 1997. Foundations of biophilosophy.Springer, Berlin.2 Bunge M. 1997. Philos. Soc. Sci. 27:410-465.3 Peters R. 1993. A critique for ecology. Cambridge Univ. Press,Cambridge.4 Connel J. 1983. Am. Nat. 122:661-696.5 Schoener T. 1983. Am. Nat. 122:240-285.6 Tilman D. 1987. Am. Nat. 129:769-774.7 Marone L. 1988. Rev. Chil. Hist. Nat. 61:11-18.8 Inchausti P. 1994. Am. Nat. 143:201-221.

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Espacio de opinión abierto a todos los lectores del Boletín. Los interesados en generar debate pueden enviar sus explosivos ysintéticos artículos sobre cualquier tema relacionado con la ecología, fundamentando sus afirmaciones. La responsabilidaddel contenido de cada nota es exclusiva de quien la escribe. No permita que opinen siempre los mismos de la manera mássimple: escribiendo. Sea valiente, envíe sus puntos de vista sobre estos temas u otros, …y miles de lectores podrán criticarloen los pasillos de su Facultad o Instituto.

COMPETENCIA DIFUSA Una sección orientada al debate

Y la única saY la única saY la única saY la única saY la única sabia, ¿será la vbia, ¿será la vbia, ¿será la vbia, ¿será la vbia, ¿será la vaca?aca?aca?aca?aca?

Ante todo, debo reconocer que la vaca despierta en mícierta ternura. Con su personalidad soñadora y bonda-dosa, echada a lo ancho y a lo largo del suelo argentino,alimenta a nuestros niños, alegra nuestros espíritus car-nívoros los mediodías de domingo y acompaña nuestrotransitar por la vida a aquellos que aún gustamos delcalzado “nunca plástico”. Pero luego de este breve re-conocimiento de sus virtudes, coincido con Grau 1 en queson variados los efectos negativos que la vaca ha causa-do y sigue causando en nuestros ambientes naturales, yque buscar una salida a los disturbios producidos por esteapacible rumiante representa un verdadero desafío.

Mientras la vaca continúa pastoreando, los interesadosen la conservación de recursos naturales continuamospreguntándonos: ¿por qué nos sigue ganando la vaca? Unarespuesta posible planteada por Grau 1 se relaciona conla falta de datos acerca de las consecuencias ecológicasdel “efecto vaca”. Si bien Oesterheld 2 advierte sobre laexistencia de trabajos publicados sobre el “efecto vaca”,los mismos no parecen ofrecer la información necesariapara el diseño de prácticas de mitigación del menciona-do efecto. ¿O será que dicho conocimiento no llega adonde debería? Si queremos conservar nuestros recur-sos, estoy de acuerdo con Grau 1 en que deberíamos pro-mover cambios culturales, más aun en el caso de la vacaque juega un rol protagónico en el quehacer popular,seamos o no vegetarianos.

Pienso que en este y en otros temas manejamos infor-mación que podría utilizarse a la hora de tomar decisio-nes y preservar mejor nuestros recursos naturales. Sinembargo, a menudo no estamos ahí. ¿Por qué? Es ciertoque nuestra ausencia se debe parcialmente a la falta deconsulta por parte de los medios de comunicación y/oinstituciones afectadas cuando se tratan temas relacio-nados con alguna problemática ambiental o ecológica. Esmás, muchas veces presenciamos cómo los “opinólogos”vierten sus conocimientos desde entretenidos programasde TV sobre diversos temas que abarcan desde cambioglobal y el fenómeno de “El Niño”, hasta la Biblia y elcalefón. Es difícil apreciar y consecuentemente conser-var lo que no se conoce. Tal vez los resultados que pro-ducimos serían un valioso aporte a la conservación derecursos si fueran asequibles a través de la educación ensu sentido más amplio, de tal manera de contribuir agenerar un ámbito formador de opinión. Si los cambiosocurren, aunque tengan lugar a largo plazo, evitaremosque la única sabia sea la vaca.

1 Grau R. 1998. Bol. Asoc. Arg. Ecol. 7: 16-17.2 Oesterheld M. 1998. Bol. Asoc. Arg. Ecol. 7: 17.

Andrea PremoliCentro Regional Universitario Bariloche

Universidad Nacional del ComahueQuintral 1250 - 8400 Bariloche

RRRRRol de la ecología del comporol de la ecología del comporol de la ecología del comporol de la ecología del comporol de la ecología del comportamientotamientotamientotamientotamientoen la conseren la conseren la conseren la conseren la conservvvvvación de fación de fación de fación de fación de faunaaunaaunaaunaauna

Los conocimientos sobre el comportamiento animal seaplican cada vez con más frecuencia a diversas áreas dela biología de la conservación. En este artículo discutiréel rol de los estudios etológicos en una de esas áreas, laconservación de fauna. Tradicionalmente, las estrategiasde preservación y uso sostenido de especies “clave” devertebrados se han confeccionado en el marco teórico dela biología de poblaciones. La influencia de la ecología ygenética de poblaciones es evidente en los métodosempleados actualmente, como: (1) el uso de modelos deviabilidad poblacional para estimar el riesgo de extinciónde especies en peligro y el tamaño mínimo de áreas pro-tegidas, (2) la aplicación de modelos de explotación sos-tenida para garantizar la conservación de especies bajouso comercial y (3) la conservación “ex situ” junto a lare-introducción de especies en peligro. En contraste conla importancia que ha tenido la biología de poblacionesen el diseño de métodos de manejo y conservación, labiología del comportamiento ha cumplido históricamen-te un rol secundario o inexistente. La conducta animalha sido frecuentemente considerada un carácter anec-dótico, fijo, simple o de fácil interpretación. En los últi-mos años se han producido grandes avances en la aplica-ción de conocimientos sobre el comportamiento animala la conservación y manejo de fauna. Me atrevo a sugerirque este cambio va a permitir mejorar significativamentelos resultados de los métodos tradicionales de conserva-ción.

El comportamiento fue tenido en cuenta en la conser-vación de fauna a partir del enorme desarrollo que hatenido una disciplina surgida en la década del 60, laecología del comportamiento. Esta disciplina combinaideas provenientes de la teoría de la evolución, de laecología y de la etología para explicar el valor adaptativoy las consecuencias ecológicas del comportamiento ani-mal. La ecología del comportamiento ha demostrado quela conducta de los vertebrados no es un carácter fijo sinoque varía plásticamente entre individuos y condicionesambientales. Además, nuevos desarrollos teóricos seña-lan el papel fundamental que cumple la conducta en lospatrones de distribución y abundancia de poblaciones, yen la estructura y la dinámica de las comunidades. Aaquellos ecólogos de poblaciones y comunidades intere-sados en esta aproximación, les sugiero la lectura del li-bro de Sutherland 1 y del de Fryxell & Lundberg 2.

En los últimos años, los ecólogos del comportamientohan comenzado a preocuparse por la aplicación de estosconocimientos a la conservación de las especies que es-tudian. Esta preocupación se refleja en numerosas reunio-nes científicas dedicadas total o parcialmente a estetema3.

Las aplicaciones de la ecología del comportamiento ala conservación de fauna pueden clasificarse en tres gran-des categorías: (1) modificación de suposiciones de los

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paradigmas convencionales de la biología de poblaciones,(2) incorporación generalizada de la variable conductuala la conservación y explotación “ex situ”, y (3) resolu-ción efectiva de problemas específicos de conservación“in situ”. A continuación realizaré una breve descripciónde estos aportes, intentando demostrar que los conoci-mientos sobre el comportamiento animal pueden cum-plir un rol fundamental en la conservación de fauna.

1) Los modelos de viabilidad poblacional dominan elcampo de la planificación de la conservación “in situ”.Estos modelos predicen el tamaño mínimo y el arregloespacial que debe tener una población para no desbarran-carse en el abismo de las catástrofes genéticas que ter-mina en la extinción. Estos modelos tienen suposicionessimplistas respecto a varios aspectos de la conducta, enparticular, sobre los patrones de dispersión, la organiza-ción social y el costo de la migración. Diversos desarro-llos teóricos que relajan estas suposiciones e incorporanla diversidad conductual, generan predicciones muy di-ferentes a las de los modelos convencionales.

Más interesante que discutir acerca de estos modeloses analizar el “dogma genético” que subyace a la teoríade la viabilidad mínima. En los últimos años se ha dispa-rado la denominada “controversia del chita”, uno de cu-yos líderes es T. M. Caro (Davis, EEUU). Esta postura cues-tiona el axioma que establece que el monomorfismogenético es el factor principal de la extinción de espe-cies. Por ejemplo, el dogma genético postula que al achi-carse las áreas protegidas donde habitan grandes carní-voros sus poblaciones se reducen en número, disminuyela heterocigosis y aumenta la acción de los mecanismosgenéticos que aceleran la extinción. Recientemente sedemostró que factores conductuales y demográficos pue-den determinar el destino de las poblaciones pequeñasde grandes carnívoros antes que la reducción en la va-riabilidad genética.

En los casos de uso sostenido de especies bajo explota-ción “in situ”, el criterio estándar consiste en utilizarparamétros demográficos y las estructuras de edad y sexopara determinar cuántos y qué tipos de individuos pue-den extraerse de la población sin alterar la estabilidadpoblacional. En un artículo que estoy preparando anali-zo programas de uso sostenido que se han desarrolladoen Latinoamérica. Una constante de estos estudios es queterminan apoyándose en criterios basados en el compor-tamiento, especialmente en la conducta social, para pro-poner estrategias de manejo. Un ejemplo repetido es larecomendación de cazar a los machos no reproductoresen las especies poligínicas para minimizar el impacto so-bre la tasa de natalidad. El problema con esta consignaes que ignora la complejidad y plasticidad del comporta-miento reproductivo. La ecología del comportamiento hadescripto recientemente que la organización reproductivano es un carácter fijo de las especies sino que puede variarenormemente dependiendo del tamaño poblacional y las

condiciones ambientales. Además, el grado de poliginiaestá normalmente sobre-estimado cuando se lo calculaa partir de la estructura espacial o la observación direc-ta de la conducta. Así estimado, el éxito reproductivo delos machos “dominantes” es significativamente mayor alcalculado mediante estudios genéticos de paternidad.

2) Una de las áreas donde las políticas de conservaciónde fauna han acumulado mayor cantidad de fracasos esen la de la conservación “ex situ”. Numerosos proyectosmuy costosos de cría en cautiverio de especies en peli-gro no funcionaron porque la población cautiva no cre-cía o porque los individuos liberados tenían una tasa demortalidad del 100%. Diversos estudios demostraron quemuchos de estos fracasos fueron consecuencia de la fal-ta de consideración de las necesidades conductuales delos animales en cautiverio. La composición de los grupos,la formación de parejas reproductoras o la alimentaciónestuvieron basados en criterios genéticos, demográficoso fisiológicos pero no conductuales. Se ignoraron los pro-cesos de aprendizaje en la conducta social, alimentariay de defensa anti-predatoria. No se controló la improntadel hombre o la riqueza ambiental del cautiverio. Paula-tinamente, los estudiosos del comportamiento se han idoincorporando a los grupos de especialistas que manejanla cría en cautiverio de especies en peligro y han aumen-tado el éxito de estos programas.

En el caso de la cría de animales silvestres para explo-tación comercial, también existe un reconocimiento dela importancia del comportamiento animal para aumen-tar la productividad. En casi todos los artículos del librode Robinson y Redford 4 que describen programas de apro-vechamiento de animales criados en forma intensiva, semenciona algún aspecto de la conducta que debe sertomado en cuenta para mejorar el rendimiento. Paradó-jicamente, sólo en uno de esos artículos se realizó unestudio sistemático dedicado a estudiar el comportamien-to de la especie en cautiverio.

3) Numerosos ejemplos puntuales demuestran la efica-cia de conocer el comportamiento para generar solucio-nes concretas a problemas específicos de conservación.El espacio de esta nota no me permite extenderme so-bre este tema, pero invito a los lectores a hurgar porejemplos en las publicaciones de: Clemmons y Buchholz5, Curio 6, MacDonald 7, Monagham 8 y Ulfstrand 9.

En síntesis, creo que ha llegado el momento de que labiología de poblaciones integre formalmente losparadigmas de la ecología del comportamiento en unaaproximación sintética a los problemas de conservacióny uso sostenido de fauna.

1 Sutherland WJ. 1996. From individual behaviour to populationecology. Oxford Univ. Press, Oxford.2 Fryxell JM & Lundberg P. 1998. Individual behavior andcommunity dynamics, Chapman & Hall, New York.3 Las más significativas fueron: (1) Simposio “Conservation andbehavior in the wild”, Lincoln, EEUU, 1995, organizado por laAnimal Behavior Society; (2) Primer Simposio Internacional deOikos “Behavioural ecology as a tool in conservation biology”,Uppsala, Suecia, 1995; y (3) Simposio “Behaviour andconservation”, Londres, Inglaterra, 1997, organizado por TheZoological Society of London y The Association for the Study ofAnimal Behaviour.4 Robinson JG & Redford KH. 1991. Neotropical wildlife use andconservation, The Univ. of Chicago Press, Chicago.5 Clemmons JR & Buchholz R. 1997. Behavioral approaches toconservation in the wild, Cambridge Univ. Press, Cambridge.6 Curio E. 1996. Trends Ecol. Syst. 11:260-263.7 MacDonald DW. 1990. Behavioural studies as a tool for vertebrateconservation. Proceedings of the I International Symposium ofWildlife Conservation (Tsukuba, Yokohama, Japón) 129-133.8 Monagham P. 1993. Etología 3:79-93.9 Ulfstrand S. 1995. Oikos 77:183-237

Marcelo H. CassiniGrupo de Estudios en Ecología y

Etología de MamíferosDepto. de Ciencias Básicas

Universidad Nacional de LujánRutas 5 y 7, 6700 Lujá[email protected]

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pre pueden determinar las reales consecuencias de laobra sobre el ambiente, invalidando las indicaciones quepuedan surgir de la evaluación. Esta jugada merece unanálisis detallado, ya que por ella los ecólogos siempresomos derrotados.

El desarrollo de una EIA debería ser muy parecido al deuna investigación científica, ya que su estructura lógicaes similar: se basa en una pregunta que genera una hipó-tesis de trabajo, la cual se pone a prueba con datos ob-tenidos mediante una metodología. Las preguntas queguían una EIA no son muy diferentes a las que se formu-lan en una investigación. Sin embargo, el poco tiempoque la empresa otorga al desarrollo de la EIA “obliga” alecólogo a realizar un muestreo sin tener en cuenta lasvariaciones espaciales y temporales del sistema en estu-dio. En consecuencia, la metodología que se utiliza esgeneralmente tan incorrecta que con los datos obteni-dos no se puede responder a la pregunta que dio origen ala EIA. ¿Cómo conocer las consecuencias de la extracciónde una especie maderable sin estudiar, por ejemplo, losciclos anuales de otras especies asociadas y el nivel dedependencia de esta asociación? ¿Cómo estimar el impac-to de un camino que atraviesa una reserva sin conocer ladistribución y la dinámica de las poblaciones potencial-mente afectadas? Algunos ecólogos involucrados en lasEIA argumentarán que no estudian los efectos de las obrassino que recomiendan modificaciones para mitigar dichosefectos. ¿Pero cómo pueden hacer recomendaciones paraminimizar efectos que realmente desconocen? Yo les pro-pongo a los ecólogos que trabajan en EIA el siguienteejercicio: supongan que la pregunta que guió su últimaevaluación es la que titula su proyecto de investigación,propongan un cronograma y un diseño de muestreo pararealizarlo, y compárenlo con el realizado en la EIA. ¿Sonestos muestreos iguales en tiempo y diseño? Personalmen-te, no encuentro ninguna justificación académica paraque no lo sean. Algún especialista en EIA podría decir-me: ¡hacemos el mejor trabajo posible en el corto tiem-po que tenemos! El ingenuo especialista supone que, enel universo de las EIA, la buena información proviene másde la buena voluntad que de un buen diseño de muestreo.¿Por qué una EIA debe ser de menor calidad que un pro-yecto de investigación, o su información menos confiable?¿Cuántas EIA aprobarían un proceso de revisión similar alque atraviesa un trabajo científico para ser publicado?

Esta nota no pretende sugerir que las EIA no deben ha-cerse, sino que deben hacerse correctamente. Algunasposibles soluciones para evitar el jaque mate nosinvolucran como ciudadanos, ya que muchas de las críti-cas descriptas podrían solucionarse con una legislaciónadecuada. Por ejemplo, multas para las empresas quehacen las obras antes o durante las evaluaciones, o queno siguen sus sugerencias. O proponer que el dinero parapagar las EIA provenga de un fondo aportado por las em-presas que van a realizar las obras, manejado por un or-ganismo independiente. Pero un muestreo inadecuado nosinvolucra directamente como científicos. Quizás empe-zar a decir “no” cuando el tiempo para realizar una EIAsea poco (aunque el dinero ofrecido sea mucho), sea lamovida por la cual mejoremos un poco nuestro juego,evitando el jaque mate que actualmente le otorga al“enemigo” la victoria de esta partida por el ambiente.

Alejandro G. Farji-BrenerDpto. de Ecología, CRUB,

Univ. Nacional del Comahue8400 Bariloche

EvEvEvEvEvaluaciones de Impacto Ambientalaluaciones de Impacto Ambientalaluaciones de Impacto Ambientalaluaciones de Impacto Ambientalaluaciones de Impacto Ambiental(EIA): ¿una victoria del “enemig(EIA): ¿una victoria del “enemig(EIA): ¿una victoria del “enemig(EIA): ¿una victoria del “enemig(EIA): ¿una victoria del “enemigo” ?o” ?o” ?o” ?o” ?

Las empresas hacen obras para ganar dinero. Si finan-cian una EIA es por obligación, ya que es un gasto que nogenera ganancias. Esta situación coloca desde el inicio ala empresa y al ecólogo que trabaja en la EIA en posicio-nes antagónicas, enfrentados ante un metafórico table-ro de ajedrez en donde la empresa y el ecólogo muevensus fichas para intentar ganar el juego. Ganar la partidapara la empresa significa dedicarle a la evaluación elmenor tiempo posible y que sus indicaciones no atraseno encarezcan la obra. Para la empresa, la EIA tiene unsignificado político o económico. Por otro lado, una “vic-toria” para el ecólogo representa determinar los efectosreales de la obra sobre el ambiente para brindar indica-ciones que minimicen su impacto negativo, utilizando uncriterio independiente de los inconvenientes que sus in-dicaciones puedan ocasionarle a la empresa. Desde elpunto de vista del ecólogo comprometido con su traba-jo, la EIA es una actividad eminentemente científica.Planteado este panorama, ¿quién va ganando el juego?Personalmente, creo que los ecólogos estamos perdien-do la partida. O dicho de otra forma, creo que la granmayoría de las EIA no generan información fidedigna paraminimizar el impacto negativo de las obras sobre el am-biente, sino que son sólo una formalidad que permite alas empresas realizar sus obras y/o mejorar su imagenante la opinión pública. Pero vamos al desarrollo de lapartida, para analizar detenidamente los movimientos dela empresa por los cuales nos dan jaque mate en 6 juga-das.

Jugada 1: su reina acorrala a nuestros peones. Losecólogos contratados dependen económicamente de laempresa para la cual se hace la EIA, lo cual plantea apriori un obvio conflicto de intereses. Es fácil pensar laspresiones directas o indirectas que pueden ejercer loscontratantes sobre los ecólogos contratados para que sudictamen sea favorable a los objetivos de la empresa. Silos resultados son adversos, el ecólogo puede ser despe-dido y suplantado por otro profesional más flexible. Opara mantener al animal dentro de la jaula, algunasempresas cometen la ironía de poseer sus propios depar-tamentos de evaluación ambiental. ¿Usted confiaría enellos?

Jugada 2: nunca podemos comer su torre: no existe laopción de impedir la obra. Esto implica un supuesto pe-ligroso e irreal: que hasta los más catastróficos efectossobre el ambiente pueden minimizarce siguiendo las re-comendaciones de una EIA.

Jugada 3: nos quedamos sin peones. La mayoría de lasEIA que conozco no realizan muestreos en el campo niexperimentos para evaluar los efectos de las obras. Cual-quier investigador conoce las limitaciones de interpre-tar resultados provenientes de enfoques correlativos ocomparativos si no van acompañados de la experimenta-ción. Pese a que existe información bibliográfica quepuede (y debe) ser utilizada en las EIA, es insostenibleque las sugerencias estén basadas solamente en ese tipode información.

Jugada 4: perdemos nuestra reina. Muchas veces lasrecomendaciones de las EIA no son tomadas en cuenta. Ysi lo son, la mayoría de las veces no existe seguimientoni control por parte de los ecólogos, ni penalización a lasempresas por el incumplimiento de las medidas sugeri-das.

Jugada 5: jaque a nuestro rey. Algunas EIA se hacendurante o después de haber finalizado la obra, lo cualtransforma cualquier sugerencia que provenga de esosestudios en algo completamente irrelevante.

Jugada 6: jaque mate, ecólogos abandonan. El pocotiempo que la empresa otorga para la realización de lasEIA generalmente impide que los ecólogos hagan un buendiseño de muestreo. Por ende, estos estudios no siem-

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Obituario

Alber Alber Alber Alber Alberto Sorianoto Sorianoto Sorianoto Sorianoto Soriano1920-19981920-19981920-19981920-19981920-1998

El profesor Alberto Soriano falleció el 20 deoctubre, luego de una dolorosa enfermedadque lo obligó a ausentarse de su laboratorioen marzo de este año. Soriano, Socio Hono-rario de la AsAE, era Profesor Emérito de laUBA, Investigador Superior del CONICET, di-rector del IFEVA y miembro de la AcademiaNacional de Agronomía y Veterinaria (desde1975) y de la Academia Nacional de CienciasExactas, Físicas y Naturales (desde 1981). Elhecho que fuese miembro de ambas acade-mias resalta uno de los aspectos más signifi-cativos de su trabajo: que partiendo de laAgronomía, haya realizado aportes originalesy fundamentales a varias ramas de la biolo-gía. Su pasión por la investigación fue acom-pañada por una gran pasión por la enseñan-za: formó más de 50 discípulos e influyó de-cididamente en la carrera de un número ma-yor de alumnos a través de diferentes cursosde grado y postgrado en diferentes universi-dades.

Alberto Soriano se graduó en la Facultad de Agronomía(UBA) en 1942, con medalla de oro. Fue ayudante de laCátedra de Fisiología Vegetal y Fitogeografía y, más tar-de, profesor en la Universidad del Litoral. Entre 1948 y1956 fue técnico del Instituto de Botánica del Ministeriode Agricultura y Ganadería y, durante 1956 y 1957, Jefede la División Ecología y Fitogeografía del mismo institu-to. Finalmente, desde 1957 fue Profesor Titular de la Cá-tedra de Fisiología Vegetal y Fitogeografía en la Facul-tad de Agronomía (UBA). Este sería su lugar definitivo detrabajo.

Inicialmente, trabajó en botánica taxonómica bajo lasupervisión de Lorenzo Parodi. Sus primeras exploracio-nes de la flora patagónica, en los ’40, fueron motivadaspor un objetivo estrictamente botánico. Estas culmina-ron en 1956 con la publicación de la primera descripcióncompleta de la fitogeografía patagónica. Su interés porcomprender los ecosistemas patagónicos se cristalizó nosólo en investigación de gran originalidad, que relacionóla estructura con el funcionamiento de las estepaspatagónicas, sino también en algunas de las líneas deinvestigación que dirigió durante toda su vida: la econo-mía del agua en las plantas y los procesos de germinación.Durante 1950 y 1951 obtuvo una beca Guggenheim paratrabajar en el Instituto Tecnológico de California bajo ladirección de Fritz Went. Durante la década del 60 conso-lidó su interés por estudiar las malezas de los cultivosdesde una perspectiva ecofisiológica y ecológica. Duran-te la década del 70 lideró los esfuerzos por caracterizarla productividad de los pastizales en Argentina (PampaDeprimida y Estepa Patagónica) dentro del marco delInternational Biological Program. A principios de los 80lideró dos emprendimientos fundamentales en su carre-ra. El primero, el Programa de Productividad de SistemasAgropecuarios (PROSAG) del CONICET, que funcionaba enla Facultad de Agronomía y reunía, principalmente, a ungrupo de investigadores de la UBA y del CONICET. ElPROSAG fue el antecedente del IFEVA. El segundo, lacreación de la Escuela para Graduados en la Facultad deAgronomía, de la cual fue director hasta fines de 1997.

En los últimos diez años de su vida, Soriano siguió traba-jando activamente en la enseñanza y la investigación enecología y ecofisiología. La agronomía de esta última dé-cada se ha caracterizado por un cambio del paradigma“productivista” por el paradigma de la “sustentabilidad”.En este nuevo escenario, Soriano renovó su prédica, ini-ciada en 1950, en favor del estudio de procesos ecológicoscomo una manera de llegar al diseño de manejos racio-nales de los agroecosistemas. Durante los últimos añosvolvió a las exploraciones de la flora patagónica: esta vezel objetivo era identificar y domesticar nuevas especiesvegetales como alternativa productiva para áreasagropecuarias marginales.

Aquellos de nosotros que tuvimos la oportunidad decompartir el trabajo de campo y de laboratorio, las cla-ses de grado y postgrado y las discusiones académicas ode pasillo, hemos podido enriquecernos también con otrosaspectos de la personalidad de Alberto Soriano. Los másnotables, tal vez, fueron su versación literaria (frecuen-temente leía en el idioma original), sus amplios conoci-mientos musicales, su curiosidad por los fenómenos so-ciales o religiosos, históricos o actuales. ¿Quién de noso-tros no se ha visto motivado para leer un cierto autor ouna determinada poesía o escuchar un lieder aún desco-nocido siguiendo su consejo? Los doce últimos años nosmostraron a un Soriano nuevo que la Providencia enfren-taba con un evento doloroso: la enfermedad de Perla, suesposa. A las actividades habituales agregó su interéscientífico por toda novedad relacionada con el mal deAlzheimer y el solícito cuidado personal de su esposa.

Por todo eso recordaremos con afecto y respeto a Al-berto Soriano. Su energía para el trabajo, una curiosidadinfinita por comprender los fenómenos de la naturaleza,una gran amplitud para discutir el “fenómeno humano”,y su tremenda generosidad intelectual nos van a acom-pañar en el futuro.

Martín R. Aguiar y Rolando J.C. LeónDepartamento de Ecología e IFEVA

Facultad de Agronomía, UBAAv. San Martín 4453, 1417 Buenos Aires

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ASTRILOGiA... CHINA

Por Lao-Ton, Pseudo horoscope Doctor

Según cuentan las crónicas, fue alrededor del año1600, en la antigua Inglaterra, cuando nació la magní-fica obra ecológico-astral del anglo-sinense Pseudohoroscope Doctor Gre-Mu. Sin embargo, sólo reciente-mente ha sido considerado en su justa dimensión elepítome de la trayectoria literaria de Gre-Mu:“Planetary Structures and Vitalization Proceeds” -en es-pañol: “Los Arreglos Planetarios y sus Beneficios Vita-

Corolarios de Predicciones 1999:

Los chanchos podrán aprovechar las oportunidades que se les presentarán para publicar sus escritos; las cabrastendrán la oportunidad de bajar su estrés; los gallos demostrarán su competencia como autores y los búfalos la suyacomo revisores; serpientes, ratas, caballos y conejos quedarán al descubierto como críticos incompetentes; los perrosy los monos deberán tolerar el estrés que produce el rechazo de la comunidad; dragones y tigres pondrán de mani-fiesto su intolerancia al estrés producido por los pocos recursos de algunos autores.

Triangulaciones Disarmonicas

Triangulaciones Armonicas

les”, 1979, Juan Truco y sus hijos, 222 pp, $50 (rústi-ca)-. “Planetary Structures…” es, en esencia, el des-cubrimiento del trílogo astral que rige la capacidad re-productiva o improductiva del ecólogo universal, deter-minando su éxito o su fracaso en la comunidad acadé-mica. La revelación central de la obra es la existenciade triangulaciones armónicas y disarmónicas que con-dicionan la buena estrella de cualquier papiro ecológicoy el acceso al estrellato de cualquier pobre ecólogo.

En esta entrega les ofrecemos las triangulaciones cla-ves para 1999 que, de acuerdo con su seudosigno, de-terminarán el reclutamiento o la extinción de su buennombre en el gremio ecológico, urbi et orbi, per seculaseculorum.

ECOLOGIA ASTRALECOLOGIA ASTRAL es la sección legítimamenteseudocientífica y pretendidamente humorística del Bole-tín de la AsAE.

El Mono escribirá una monada; la Serpientebuscará la vuelta para destrozar el trabajo; laRata se deleitará con los restos: un buen ma-nuscrito no se publicará (Yang-Yang).

El Chancho embarrará, al escribir, su yadesprolija faena; el Conejo se dejará seducir poralguna zanahoria y recomendará publicar elmanuscrito; el Caballo caerá con patas y todo:un manuscrito malo se publicará (Ying-Ying).

El Gallo cacareará muy bien sus resultados; elBúfalo apreciará la solidez del trabajo, sus da-tos de gran peso; la Cabra estará saltando en-loquecida de trabajo y confiará plenamente enel revisor: un buen manuscrito se publicará(Yang-Ying).

El Perro sólo conseguirá ladrar sus datos; elDragón recomendará quemar el trabajo; el Ti-gre desgarrará el manuscrito en mil pedazos: unmanuscrito malo no se publicará (Ying-Yang).

“Buen señor, ¿querréis cuidar de que los cómicos queden perfectamente alojados? ¿Oís? Que se les tratebien; porque son el compendio y breve crónica del tiempo. Más os valiera un mal epitafio después de muertoque un mal dictamen de ellos en vida”.

William Shakespeare, 1600, “Hamlet”

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OporOporOporOporOportunidades latunidades latunidades latunidades latunidades laborborborborborales yales yales yales yales yde inde inde inde inde invvvvvestigestigestigestigestigaciónaciónaciónaciónación

q La Fundación Konrad Adenauer ofre-ce becas para realizar estudios en Alema-nia, de una duración de 1-3 años, comen-zando en abril de 2000. La presentación desolicitudes vence el 31 Ene 1999. Informes:[email protected] Se solicitan voluntarios para trabajaren las costas sudafricanas, en un proyec-to sobre pingüinos. Se reciben solicitudesdurante todo el año en: [email protected] Se ofrecen ayudantías para graduadosen el Depto. de Biología de la Universidadde Alabama en Birmingham. En especial,se buscan interesados en ecofisiología,ecología química y/o traducción de seña-les. Más información: [email protected];http://www.uab.edu/uabbio/amsler. htmq El Depto. de Entomología de la Univer-sidad de California en Riverside busca in-teresados en realizar estudios sobre cual-quier área de la entomología, incluyendocomportamiento, control biológico y mane-jo de plagas, ecología, toxicología y biolo-gía de la conservación. Enviar solicitudantes del 31 Dic a: Student Affairs Assistant,Dept. Entomology, Univ. of California,Riverside, 92521, EEUU ([email protected])q Las Becas de Investigación AlexanderVon Humboldt están dirigidas a científicosmenores de 40 años, para desarrollar in-vestigaciones postdoctorales en una uni-versidad o centro de investigación alemán.La fecha límite de presentación es el 31 Dic1998. Información: [email protected] Se buscan voluntarios para trabajar conaves marinas en Punta San Juan, Marcona,Perú, durante todo el año. Comunicarsecon Jaime Jahncke en: [email protected] Se ofrecen oportunidades para la ob-tención de un MS en las áreas de compor-tamiento animal y ecología, en el Depto.de Biología de la University of CentralArkansas. Para mayor información contac-tar: Graduate Coordinator, Dept. of Biology,Univ. of Central Arkansas, 72035, Conway,EEUU ([email protected])q Se necesita asistente de investigacióngraduado para participar en un proyectointernacional sobre los efectos del aumentoen los niveles de CO2 sobre ecosistemasarbustivos en Florida, EEUU. Contactar a:Dr. Frank Day, Dept. of Biological Sciences,Old Dominion University, Norfolk, 23529,EEUU ([email protected])q Se buscan interesados para trabajar enun proyecto sobre la ballena franca, enBrasil. Informes: José Truda Palazzo jr.([email protected], y [email protected])q Se ofrece un cargo de Asistente de Di-rector Científico en la Fundación Loro Par-que, Islas Canarias. Se requiere experien-cia en la conducción, monitoreo y adminis-tración de proyectos de investigación enconservación en los trópicos. Enviar cartade interés, CV y tres referencias a: Presi-dente, Fundación Loro Parque, Av. LoroParque, 38400, Puerto de la Cruz, Tenerife,Islas Canarias, España. Mayor información:[email protected] (http://www.loroparque-fundacion.org)q El Wellcome Trust ofrece becas de dosaños para capacitación en investigaciónsobre conservación de vida silvestre. Lasbecas proporcionan apoyo para cursar es-tudios en Reino Unido y/o República de Ir-landa, seguidos por un período de entrena-miento en investigación en el país de ori-

gen. Se reciben solicitudes hasta el 22 Ene1999, contactar a: The Wellcome Trust, 183Euston Road, Londres, NW1 2BE, Reino Uni-do (http://www.wellcome.ac.uk)q Se buscan voluntarios para trabajar enel campo con tortugas marinas. En la ac-tualidad se desarrollan cinco proyectos: 1)St. James, Barbados, de mayo a noviem-bre ([email protected]); 2) Playa deTortuguero, Costa Rica, de marzo a mayo([email protected] o [email protected]);3) National Wildlife Refuge, Florida, EEUU,de mayo a agosto ([email protected]); 4) Zakynthos e isla de Creta, Gre-cia, de mayo a octubre ([email protected] [email protected]); y 5) Guanacaste, CostaRica, de noviembre a marzo ([email protected])q Se ofrece un cargo de asistente gradua-do para trabajar en ecología y ecofisio-logía de raíces de árboles en bosques. In-formes: David Eissenstat, Penn StateUniversity, Dept. of Horticulture, 103 TysonBldg, University Park, 16802-4200, EEUU([email protected]; http://hortweb.cas.psu.edu/faculty/eissenstat)q El Dept. of Plant-Animal Interactionsdel Centre for Limnology, NetherlandsInstitute of Ecology, busca un investigadorpostdoctoral en Biología Teórica. Requisi-tos: PhD en Ecología o Biología Teórica.Enviar CV (hasta el 15 Ene 1999) a: M. vanRaaphorst, head, Central Services Depart-ment, Netherlands Institute of Ecology -Centre for Limnology, P.O. Box 1299, 3600,BG Maarssen, Países Bajos. Más informa-ción: [email protected]; http://www.nioo.knaw.nl/index.htm)q El Graduate Group in Ecology, del Dept.of Animal Science de la University ofCalifornia en Davis, busca voluntarios parasu trabajo sobre la Nutria de río en Califor-nia. Más información: [email protected] Está abierta la convocatoria para elcargo de Director Ejecutivo de la entidadconservacionista Pronatura Veracruz,México. Las responsabilidades incluyen ladirección y coordinación de estrategias delargo plazo, de los programas implementa-dos y de los recursos financieros y humanos.Más detalles en [email protected] La ONG Idea Wild apoya proyectos deconservación en América Latina mediantela donación de equipo. Enviar propuesta,descripción completa del equipo, númerode catálogo y precio a: Idea Wild, Bio-diversity Research Assistance Organization,420 Riddle Drive, Fort Collins, 80521, EEUU([email protected]; http://www.feist.com/~ideawild)q Se ofrece beca para graduados para es-tudiar patrones de movimiento y uso dehábitat de aves rapaces de bosque enPuerto Rico. Requisitos: licenciatura envida silvestre, biología, zoología, o discipli-nas relacionadas, buen promedio, GRE yTOEFL. Enviar carta de interés, CV y tresreferencias a: Francisco Vilella, MississippiCooperative Fish and Wildlife ResearchUnit, Mail Stop 9691, Dept. Wildlife andFisheries, Mississippi State, 39762, EEUU([email protected])q El Buxton Climate Change ImpactsLaboratory, de la Universidad de Sheffield,ofrece sus instalaciones para realizar es-tudios sobre efectos de largo plazo de lamanipulación de la fertilidad y la pertur-bación de suelos, precipitaciones, tem-peratura, UV-B y CO2. Informes: KenThompson, Dept. Animal and Plant Science,Univ. of Sheffield, Sheffield S10 2TN ([email protected]; http://www.shef.ac.uk/~nuocpeq La Universidad de Harvard ofrece susCharles Bullard Fellowships para investiga-dores avanzados, en el campo de la inves-

tigación de ecosistemas forestales. Inclu-ye montos de hasta $30.000 y la oportuni-dad de usar los recursos e interactuar conel personal de Harvard. Fecha límite: 1 Feb1999. Más información en: Committee onthe C. Bullard Fund for Forest Research,Harvard University, Harvard Forest, P.O.Box68, Petersham, 01366, EEUU.

Maestrías y doctorMaestrías y doctorMaestrías y doctorMaestrías y doctorMaestrías y doctoradosadosadosadosados

Maestría y Doctorado en Ecología, Conser-vación y Manejo de Vida Silvestre. Univer-sidad Federal de Minas Gerais, Belo Hori-zonte, Brasil ([email protected]; http://www.icb.ufmg.br/~ecmvs)Magister en Economía de Recursos Natu-rales y del Medio Ambiente. Centro deEconomía de Recursos, Facultad de Cien-cias Económicas y Administrativas, Univer-sidad de Concepción, Concepción, Chile([email protected])Maestría en Conservación y Gestión delMedio Natural: Integración de SistemasNaturales y Humanos. Universidad Inter-nacional de Andalucía, Sede Iberoamerica-na, La Rábida, España ([email protected]; http://www.uniara.uia.es)Maestría en Ecología de Zonas Aridas.Albert Katz International School for DesertStudies, Ben Gurion University, Israel([email protected]; http://www.bgu.ac.il/bidr)Maestría y PhD en Limnología y Ecosiste-mas de Humedales. International Institutefor Infrastructural, Hidraulic and Environ-mental Engineering, Países Bajos; Instituteof Limnology, Austria y Makere University,Uganda ([email protected]; http://www.ihe.nl)Maestría en Ecología Marina Bentónica.Facultad de Ciencias Naturales, Universi-dad Nacional de la Patagonia San JuanBosco, Comodoro Rivadavia, Chubut ([email protected])

CurCurCurCurCursossossossossos

uuuuu Las Tecnologías de Percepción Remo-ta en el Uso Sostenible de los Recursos Na-turales y la Protección del Medio Ambien-te en el Gran Caribe. 4-15 Ene 1999. Ma-tanzas, Cuba ([email protected])uuuuu Ecología de Insectos. 9-19 Feb 1999.Anillaco, La Rioja ([email protected])uuuuu Herbivoría. Interacciones Vegetación- Herbívoros Domésticos. 15-26 Feb 1999.Balcarce, Buenos Aires ([email protected] o [email protected])uuuuu Bases conceptuales e instrumentalespara el manejo de lagos y ríos oligo-tróficos. 9-19 Mar 1999. Valdivia, Chile([email protected])uuuuu Entrenamiento en Conservación Te-rrestre. 4 Jun-14 Ago 1999. Chicago, EEUU([email protected])

CongCongCongCongCongrrrrresos - Resos - Resos - Resos - Resos - Reuniones - Teuniones - Teuniones - Teuniones - Teuniones - Ta-a-a-a-a-llerllerllerllerlleres - Simposioses - Simposioses - Simposioses - Simposioses - Simposios

British Ecological Society Winter and An-nual General Meeting. 5-7 Ene 1999. Leices-ter, Reino Unido (http://www.demon.co.uk/bes)Change and Disturbance in Tropical RainForest in South-East Asia. 20-21 Ene 1999.Londres, Reino Unido (http://www.royalsoc.ac.uk)

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Les decimos hasta pronto, no sin antes agradecer a los autores de las notas por suinestimable colaboración. También deseamos expresar un agradecimiento espe-cial a Amanda y Roger Dean por compartir con nosotros (¡gratis!) todo su arte. Comosiempre, también agradecemos a M. Bolkovic y R. Milesi, por estar al pie del ca-ñón. Y cerramos con nuestra súplica de siempre: recuerden, lectores, que preten-demos que se conviertan en autores, y esperamos ansiosamente sus contribucio-nes a este Boletín. ¿O es que piensan como el ornitólogo Audubon?:

“…hasta preferiría ir sin camisa (…) a través de los panta-nos de la Florida en la época de los mosquitos antes quetrabajar como lo he hecho (…) con la lapicera.”

(John James Audubon, Carta a J. Bachman, 1834)

I National Conference on Marine Bio-invasions. 24-27 Ene 1999. Cambridge,EEUU ([email protected])MEDPINE: International Workshop on Medi-terranean Pine Ecosystems. 7-12 Feb 1999.Mount Carmel, Israel ([email protected])Life History Ecology: a Behavioral EcologyPerspective. 1-5 Mar 1999. Umea, Suecia([email protected] o [email protected])I International GIS Symposium in FisherySciences. 2-4 Mar 1999. Seattle, EEUU([email protected]; http://www.esl.co.jp/sympo.htm)Population Viability Analysis: AssessingModels for Recovering Endangered Species.15-16 Mar 1999. San Diego, EEUU ([email protected]; http://www.cccweb.com/tws-west/pva)Ecosystem Effects of Fishing. 16-19 Mar1999. Montpellier, Francia ([email protected])British Ecological Society Annual Sympo-sium: Ecological Consequences of Environ-mental Heterogeneity. 23-25 Mar 1999.Sussex, Reino Unido (http://www.demon.co.uk/bes)International Sustainable DevelopmentResearch Conference. 25-26 Mar 1999.Leeds, Reino Unido (The Conference Mana-ger, ERP Environment, PO Box 75, Shipley,West Yorkshire BD17 6EZ)Ecology and Geomorphology of CoastalShingle. 8-10 Abr 1999. Ashford, Reino Uni-do ([email protected])XIX Reunión Argentina de Ecología. 21-23Abr 1999. Tucumán ([email protected])World Aquaculture Society Annual Interna-tional Conference. 26 Abr-2 May 1999.Sydney, Australia ([email protected])IV International Symposium Isolated Verte-brate Communities in the Tropics. 13-17

May 1999. Bonn, Alemania (Prof. W. Bohme,Adenauerallee 160, 53113, Bonn, Alemania)VIII International Conference on the Con-servation and Management of Lakes. 17-21May 1999. Copenhage, Dinamarca ([email protected]; http://www.discongress.com)Tropical Restoration for the New Millen-nium. 23-28 May 1999. San Juan, PuertoRico ([email protected]; http://www.fs.fed.us/global/iitf/welcome.htm)V International Conference on Water Pol-lution: Modelling, Measuring and Predic-tion. 24-26 May 1999. Lemnos, Grecia([email protected]; http://www. wessex.ac.uk)II International Conference on Ecosystemsand Sustainable Development: ECOSUD 99.31 May-2 Jun 1999. Lemnos, Grecia([email protected]; http://www.wessex.ac.uk)ASLO/ESA Joint Meeting: The Land-WaterInterface: Science for Sustainable Bio-sphere. 7-12 Jun 1999. Missouri, EEUU([email protected]; http://www/sdsc.edu/~esa/)VII International Conference of the IsraelSociety for Ecology and EnvironmentalQuality: Environmental Challenges for theNext Millennium. 13-18 Jun 1999. Jerusa-lem, Israel (http://www.kenes.com/ecol-ogy99/inform.html)How Nutrient Cycles Constrain Carbon Bal-ances in Boreal Forests and Arctic Tundra.15-18 Jun 1999. Abisko, Suecia ([email protected] o [email protected])The Society for Conservation Biology’s 1999Annual Meeting. 17-21 Jun 1999. CollegePark, EEUU ([email protected])VI International Rangeland Congress. 19-23Jul 1999. Townsville, Australia ([email protected])

International Plant Protection Congress:Plant Protection Towards the ThirdMillenium - Where Chemistry Meets Ecol-ogy. 25-30 Jul 1999. Jerusalem, Israel([email protected])VII International Conference: Air Pollution99. 27-29 Jul 1999. Palo Alto, EEUU ([email protected]; http://www.wessex.ac.uk)XXCIV Ecological Society of America’s An-nual Meeting: Landscapes, legacies, andlimits: bridging borders. 8-12 Ago 1999.Spokane, EEUU (http://esa.sdsc.edu/futmeet.htm)Ecology and Management of Ungulates: In-tegrating Across Spatial Scales. 25-27 Ago1999. Nelson, Canadá ([email protected];http://wildlife1.uwsp.edu/ungul99)XII International Association of Phytoplank-ton Taxonomy and Ecology’s Workshop. 6-16 Sep 1999. Ontario, Canadá ([email protected]; http://www.limnology.org/iap/)Habitat Loss: Ecological, Evolutionary andGenetical Consequences. 7-12 Sep 1999.Helsinki, Finlandia ([email protected];http://www.helsinki.fi/ml/ekol/hleegc.html)VIII European Ecological Congress (Eureco’99): The European Dimension in Ecology.18-23 Sep 1999. Halkidiki, Grecia([email protected]; http://www.eureco99.auth.gr)Food and Forestry: Global Change and Glo-bal Challenges. 20-23 Sep 1999. Reading,Inglaterra ([email protected];http://www.elsevier.nl/locate/gcte99)XV Biennial International Estuarine Re-search Federation Conference: Where theRiver Meets the Sea. 25-30 Sep 1999. NewOrleans, EEUU (R. Twilley, Dept. Biology, P.O. Box 42451, Univ. of Southwestern Loui-siana, Lafayette, LA, 70504 EEUU).

Page 27: Boletín de la Asociación Argentina de Ecología · pagando la cuota del año en curso, perdiendo la antigüe-dad como socio y recibiendo solo el material del año. Modalidades de

ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ECOLOGÍA

PrPrPrPrPresidentes Anterioresidentes Anterioresidentes Anterioresidentes Anterioresidentes Anterioreseseseses

Jorge Morello (1972-1974), Ricardo Luti (1974-1978),Clarice Pignalberi de Hassan (1978-1982), Raúl Monte-negro (1982-1985), Jorge Frangi (1985-1987), MarceloSagardoy (1987-1989), Jorge Rabinovich (1989-1995),Eduardo Rapoport (1995-1997)

PrPrPrPrPropósitosopósitosopósitosopósitosopósitos

La Asociación Argentina de Ecología fue fundada en 1972y recibió su personería jurídica en 1973. Desde 1989 estáafiliada al Foro de Sociedades Científicas Argentinas. Agru-pa a investigadores, profesores, becarios, profesionales yestudiantes de todas las ramas de las ciencias ambienta-les. Sus propósitos fundamentales son estimular y promo-ver la investigación, favorecer la enseñanza, auspiciar ladivulgación de conocimientos en ecología y contribuir a laprotección del patrimonio natural del país. La Asociaciónorganiza bienalmente una Reunión Argentina de Ecología.

AfAfAfAfAfiliacióniliacióniliacióniliacióniliación

La Asociación Argentina de Ecología está abierta a cual-quier persona interesada en los propósitos arriba enun-ciados. Dentro de este ejemplar del Boletín se incluyeinformación sobre las distintas categorías de socios, elcosto de las cuotas y las formas de pago. Se puede solici-tar más información en la cuenta [email protected]

PubPubPubPubPublicacioneslicacioneslicacioneslicacioneslicaciones

La Asociación publica la revista científica Ecología Austral(anteriormente denominada Ecología) y el Boletín de la Aso-ciación Argentina de Ecología. Todos los socios reciben lasdos publicaciones. Ecología Austral, de aparición semes-tral, publica trabajos originales e inéditos de investiga-ción científica teórica o experimental en cualquier ramade las ciencias ambientales, así como revisiones y actua-lizaciones que resumen el estado actual del conocimien-to sobre un tema y ayudas didácticas destinadas a sermaterial de lectura para alumnos de grado. El Boletín dela Asociación Argentina de Ecología, también semestral,contiene información de interés para los ecólogos, no-vedades institucionales, comentarios bibliográficos yde reuniones científicas, así como artículos de opinión.

XIX RXIX RXIX RXIX RXIX Reunión Areunión Areunión Areunión Areunión Argggggentina de Ecologíaentina de Ecologíaentina de Ecologíaentina de Ecologíaentina de EcologíaSan Miguel de Tucumán21 al 23 de abril de 1999

Fecha límite de presentación de resúmenes: 13 de febrero de 1999

Laboratorio de Investigaciones Ecológicas de las Yungas (LIEY)Universidad Nacional de Tucumán

C.C. 34, 4107 Yerba Buena, TucumánTE/FAX: (081) 304957

correo electrónico: [email protected]

Comisión DirComisión DirComisión DirComisión DirComisión Directivectivectivectivectiva 1997-1999a 1997-1999a 1997-1999a 1997-1999a 1997-1999

PresidenteOsvaldo Sala. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ. de

Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos Aires

VicepresidenteRolando León. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ. de

Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos Aires

SecretarioJuan Carlos Reboreda. Depto. Biología, Facultad de Cien-

cias Exactas y Naturales, Univ. de Buenos Aires. Piso 4,Pab. 2, Ciudad Universitaria, 1428 Buenos Aires

ProsecretarioWilliam Batista. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ. de

Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos Aires

TesoreraSusana Perelman. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ.

de Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos Aires

ProtesoreraMarta Collantes. Centro de Ecofisiología Vegetal,

CONICET. Serrano 665, 1414 Buenos Aires

VocalesMartín Aguiar. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ. de

Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos AiresMarcelo Cassini. Depto. Ciencias Básicas, Univ. Nacio-

nal de Luján. Rutas 5 y 7, 6700 LujánRicardo Gurtler. Depto. Biología, Facultad de Ciencias

Exactas y Naturales, Univ. de Buenos Aires. Piso 4, Pab.2, Ciudad Universitaria, 1428 Buenos Aires

Javier Lopez de Casenave. Depto. Biología, Facultad deCiencias Exactas y Naturales, Univ. de Buenos Aires.Piso 4, Pab. 2, Ciudad Universitaria, 1428 Buenos Aires

Alejandra Ribichich. Depto. Biología, Facultad de Cien-cias Exactas y Naturales, Univ. de Buenos Aires. Piso 4,Pab. 2, Ciudad Universitaria, 1428 Buenos Aires

Revisores de CuentasSilvia Burkart. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ. de

Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos AiresJosé Paruelo. IFEVA, Facultad de Agronomía, Univ. de

Buenos Aires. Av. San Martín 4453, 1417 Buenos Aires

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