Borrador, El Anticleralismo en El Lazarillo de Tormes

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El anticleralismo en el Lazarillo de TormesEl Lazarillo de Tormes es considerada como la primera novela picaresca de la literatura espaola por la mayor parte de la crtica. Escrita al rededor del ao 1554 (fecha en la que no todos los investigadores estn de acuerdo (Lacau, 10)), por un autor que hasta hoy da permanece en el anonimato, es considerada como una de las manifestaciones ms tempranas del gnero literario que hoy da designamos como novela.La narracin est a cargo del mismo Lzaro, en ella da cuenta de quin es y cmo ha llegado a dnde est. Esta narracin se encuentra enmarcada en la forma de una carta destinada a vuestra merced, enigmtica figura que pide informacin acerca de un hecho obscuro al que Lzaro debe responder: en resumidas cuentas, se le acusa de permitir el adulterio de su esposa con el Arcipreste de San Salvador. En este sentido, Lzaro deber contar su historia, y para responder a vuestra merced, deber remontarse aos atrs, hasta el da de su nacimiento, contando las peripecias por las que ha tenido que pasar con el fin de dar una satisfactoria explicacin de lo que le ha sucedido, y as, al dar entera noticia de su persona, se dispone a explicar cmo es que lleg a proceder de tal manera. Sin embargo, esta explicacin se dar con el fin de mostrar que no fue algo que hiciera por total malicia (en s, Lzaro se haba arrimado a los buenos para ser uno de ellos, y el arcipreste era uno de esos hombres, un aspecto, ambiguo por dems, que se abordar ms adelante).Muchas han sido las anotaciones que ha merecido el Lazarillo a lo largo del tiempo; empero, aqu slo me interesa mostrar, si bien someramente, un aspecto de la vida de Lzaro de Tormes: su relacin con figuras relacionadas a la institucin de la Iglesia: de los nueve amos que Lzaro tendr, cinco estn ligados al clero, y en ellos se encarnan algunas faltas que no deberan (entendiendo esto como al quebramiento de una obligacin, o un defecto en el comportamiento esperado de estas personas). Los cinco amos son el clrigo de Maqueda, el fraile de la Merced, el buldero, el capelln de la iglesia mayor y el arcipreste de San Salvador. El sufrimiento de Lzaro por conseguir el diario alimento se ver de manera ms activa en su estada con estas personas (Piero, 365) y sobre ellos recae la crtica principal del libro: el bajo clero (Piero, 366). Para encontrar el elemento anticlerical de esta obra, primero haremos una descripcin general de estos personajes, despus revisaremos con mayor atencin las faltas cometidas por ellos, --esto nos ayudar a evidenciar ese mensaje en contra de la institucin clerical. Entenderemos este anticleralismo no slo como la actitud contraria al clero, sino como una forma de atacar directamente a este estrato social de un pas propiamente catlico, y no sobrepasaremos este grupo ya que la institucin religiosa en s (la catlica) nunca es atacada directamente. No trataremos de desentraar la intencin exacta que el annimo autor quiso conferir en este texto, sino que abordaremos el hecho como una forma hacer notar (an ms) la considerable circunstancia a la que estn sujetos los personajes religiosos de este libro. Destacaremos el papel que juega la crtica (en contra del clero) en la obra, y nos aproximaremos a una posible interpretacin de la misma. -El clrigo de Maqueda: de este personaje Lzaro nos dice que era un verdadero tacao, an ms que el ciego, su anterior amo, y lo compara con un Alejandro Magno al lado de este nuevo, a quien le dar nombres como cruel cazador o cruel sacerdote. Lzaro nos dice acerca de la llegada de este personaje a su vida: Escap del trueno y di en el relmpago. Y al referirse a su avaricia vuelve a comentar: No s si de su cosecha era, o lo haba anexado con hbito de la clereca.La actitud del clrigo se construye gracias a lo que Lzaro nos comenta de l, y las acciones que realiza; lo relativo a su tacaera est ligado a la crtica del hbito de la clereca (el hecho de que est mucho ms pendiente de la limosna que del oficio sagrado en cierta forma lo demuestra). Tambin le gusta aparentar, como cuando manda a Lzaro por su porcin de una cebolla para cada cuatro das y le dice, si hay alguien enfrente, tmala y vulvela luego, y no hagas sino golosinar, cuando sabemos por palabras del Lazarillo que en un viejo arcaz guarda los bodigos que le dan de ofrenda de la manera ms fiel y devota. Tambin encontramos esta actitud cuando sermonea a Lzaro con los hbitos alimenticios de un sacerdote y le dice que deben ser templados en su comida y bebida, cosa que desmiente Lzaro cuando dice que a costa ajena coma como un lobo y beba como un saludador. De estas caractersticas podemos deducir que el clrigo posee una falta ms: la hipocresa; este elemento se dejar observar al final del tratado segundo, cuando el fraile, sin considerar la condicin del nio falto de hogar, se persigna despidindose de l como si estuviera endemoniado. Tambin con el ejemplo utilizado anteriormente, en el que explica al nio que los sacerdotes deben ser mesurados en su alimentacin: Mas el lacerado finga falsamente, dice Lzaro acerca de esto. Adems, debemos recordar la escena en la que este clrigo daba al nio los huesos de una cabeza de carnero, ya rodos por su dientes, y le aseguraba mejor vida tienes que el Papa. Estas notables circunstancias en las que se desarrolla el clrigo de Maqueda, demuestran que encarna uno de los siete pecados capitales: la avaricia. l jams daa al nio directamente, slo que no le daba lo suficiente como para sobrepasar el hambre, hecho que desencadena el sagaz comportamiento de Lzaro.-El fraile de la Merced: Este personaje nos es presentado totalmente por Lzaro, no comete ninguna accin. Es ms dado a los negocios seglares que a los eclesisticos, y muy propenso a no estar dentro del convento. Nuestro personaje principal lo abandona por no soportar sus trotes y por una razn que Lzaro no especifica, pero que da pie a algunas interpretaciones acerca de la sexualidad de este personaje enemigo del coro y el convento: Y por esto y otras cosillas que no digo, sal de lPor malicioso que pueda sonar el siguiente dictamen, el comportamiento del fraile para con el nio nos delata un hecho que debe tomarse en cuenta, ya que, podramos decir, que a este personaje se le imputa la falta de ser homosexual o pedfilo. Independientemente del motivo por el cual Lzaro haya optado por dejar al fraile, es evidente que hay en l un comportamiento que ni siquiera el pcaro aprueba, ya que cuando relata sus peripecias infantiles l ya es un adulto; y tambin, muy probablemente, para no decir tal infoemacin de manera tan directa, ya que vuestra merced, la persona a quien va dirigida la carta, es un amigo del Arcipreste de San Salvador y se podra deducir que es alguna otra persona relacionada con el clero (un alto mando de la iglesia, slo por suponer algo). Tambin debe de tomarse en cuenta para la crtica hacia el clero el poco tiempo que nuestro personaje dura con el fraile, algo que nos demuestra una desconfianza muy grande hacia este representante de la iglesia.-El buldero: Este personaje no es sacerdote, es un hombre seglar cuyo oficio es el de comisario. Lazarillo nos cuenta los actos de este amo, que a diferencia de los anteriores no le trae muerto de hambre; es interesante que Lzaro no intervenga en los actos cometidos por l, sino que se mantiene alejado, ms bien como un espectador (se reserva los comentarios acerca de sus intervenciones? No podemos saberlo, slo especularlo). El buldero representa la mala o falsa religiosidad, ya que lo nico que le interesa es el dinero que pueda obtener de la venta de las bulas papales. Es presentado como sutil y meticuloso a la hora de realizar sus ardides: lleva presentes a los curas de las iglesias con el fin de que prediquen sus bulas a la concurrencia de la iglesia; tambin, en su avaricia, concierta un plan con un alguacil , lleva a cabo una treta para engaar a todos con el fin de que compren su producto, y es en esa misma escena cuando se hace notar, desde lontananza, la falsedad de este personaje por actuar la religiosidad de manera tan afectada mientras se encuentra de rodillas en el plpito en que momentos antes haba rogado por algo a dios. Lzaro nos dice algo al respecto de este comportamiento, y no slo del buldero en cuestin: Cuntas dstas deben hacer estos burladores entre la gente inocente! Una ltima observacin acerca de este personaje es que, aparte de representar la falsa religiosidad, tambin representa la corrupcin dentro de la iglesia al vender la fe a los devotos, y al organizar ese tipo de faltas (ya que fingir es mentir). Otro hecho interesante es que nuestro protagonista jams critica a la iglesia en s misma, sino que solamente a los que hacen artimaas a su costa.-El capelln de la iglesia mayor: En una primera lectura de el Lazarillo de Tormes, este personaje pasara sin la menor tacha en su contra, pero observando detenidamente, este capelln es un oportunista que se vale de otras personas para conseguir dinero u algn beneficio. l ofrece a Lzaro su primer trabajo con sueldo fijo como vendedor de agua. Treinta maraveds era la cantidad que tena que entregarle al capelln de lunes a viernes (si haba algn excedente era para l) mientras que la ganancia del da sbado perteneca a Lzaro. Cuatro aos trabajara con l hasta el da que junt la cantidad suficiente para adquirir ropa vieja y una espada (cosa que revela la miseria que ganaba) aunque no parece estar molesto con el trabajo: Fueme tan bien en el oficio que al cabo de cuatro aos ahorr para vestirme muy honradamente de la ropa vieja. La ltima cuestin que quisiera mencionar acerca de este personaje, es que podra pensarse que Lzaro no tiene ninguna objecin para con el capelln, pero al conseguir vestirse como un hombre bueno lo deja inmediatamente, demostrando que el trabajo de aguador patrocinado por el capelln no es suficiente, ni siquiera, para alguien que pertenece a las clases sociales ms desfavorecidas.-El Arcipreste de San Salvador: Al igual que el buldero, ste representa la corrupcin del clero. Es l quien consigue esposa a Lzaro y quien le incita a vivir cerca de l, y tambin quien lo persuade a hacerse de la vista gorda con la situacin que se da entre su mujer y l: Lzaro de Tormes --dice el arcipreste-- quien ha de mirar a dichos las malas lenguas nunca medrar. Digo esto porque no me maravillara alguno, viendo entrar en mi casa a tu mujer y salir de ella no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca, digo a tu provecho. En un principio se habl sobre cmo Lzaro haba decidido arrimarse a los hombres buenos, y que este personaje era uno de ellos ya que es calificado como tal. Nuestro principal protagonista nombra bajo esta forma a aquellos sujetos que puedan remediar la mala situacin por la que pasa, por este motivo Lzaro no justifica el dejarle, ya que con l puede prosperar, y se sabe en el texto que no le importa, ya que comenta que nada quiere saber de habladuras y quien lo contradijese se metera en problemas con l: Mira, si sois amigo, no me digis cosa que me pese, que no tengo por amigo al que me hace pesar Qu yo jurar sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer Quien otra cosa me dijere, yo me matara con l.Al ser un hombre bueno poda proveer a Lzaro de bienes materiales que en otros lugares no podra obtener con la misma facilidad. Estos asuntos puestos a la luz nos muestran la respuesta que a Lzaro se le peda contestar, y tenemos que analizarlo un poco ms para poder ver de mejor manera la intencin del autor en su afn de manchar la figura del clero. Al principio de la obra, en el tratado primero, al descubrirse el crimen de Zaide (padrastro de Lzaro) el autor nos dice algo acerca de las faltas cometidas por un clrigo y las de un simple civil, que el primero no es considerado como criminal, mientras que el segundo s: No nos maravillemos de un clrigo ni un fraile, porque el uno hurta de los pobres y el otro de casa para sus devotas y para ayuda de otro tanto, cuando a un pobre esclavo el amor le animaba a esto. En este hecho del adulterio consentido, el arcipreste no es cuestionado por sus faltas, ms Lzaro s (tambin Zaide y su madre fueron castigados por la misma falta). Con esto se demuestra que la accin culposa del religioso, en caso de que el adulterio sea real, no es castigada (tal vez por su posicin) mostrando cierto grado de culpabilidad corrupta en este miembro del clero, aunque todos sepamos que en la tradicin catlica el adulterio es un grave pecado, y ms an si uno de los que lo practican est relacionado con la iglesia. Esta ausencia de culpa que se le atribuye a los personajes religiosos, durante todo el transcurso de la obra, nos demuestran que ellos, aunque cometan faltas y no sean muy cristianos, no son castigados de ninguna manera, sino que se acepta que sean as.

A raz de las descripciones que se han hecho sobre el comportamiento de los personajes religiosos aparecidos dentro del libro, encontramos que sobre ellos recae la mayor parte de la crtica que ofrece esta obra. Es claro que el autor ataca este estrato, de la sociedad en la que le toc vivir, en mayor cantidad y atencin que a cualquier otro (ms de la mitad de los amos de Lzaro pertenecen a la iglesia). Sea cual haya sido la condicin del autor, est claro que siente alguna clase de aversin hacia este grupo social. Cabe que recordar que el siglo XVI fue el siglo de la reforma en Europa, y en ese tiempo la iglesia catlica empezaba a ser cuestionada de manera ms fuerte de la que antes se acostumbraba, podramos decir que estos ataques son causa de la inconformidad que se siente con este grupo que empezaba a perder popularidad en el viejo continente. As, pues, podemos apreciar que el clero, o mejor dicho el bajo clero, es duramente vituperado, ya sea por su avaricia, o por la poca culpa que se le otorga a esta clase de personas. El hecho de que los hombres de Dios lleven a cabo estos actos nos dice que era su falsa religiosidad lo que se pona en entredicho (de manera ms acentuada que otras faltas). Este aspecto de la obra nos relata una severa crtica social hacia ese estrato en especfico: la falta de la virtud teologal de la caridad por parte del clrigo y el seglar (Rico, 374). Las repetidas muestras de violencia que se observa a travs de la obra, que van desde los simples golpes hasta maneras ms sutiles (como la casi esclavitud del capelln o la forma en la que Lzaro es utilizado por el arcipreste de San Salvador) vienen a demostrar, independientemente del perodo histrico o las preferencias religiosas del autor, como la intencin fue conferir a estos personajes con la anttesis de la cristiandad: la maldad humana (Rico, 375). El clero aqu es atacado fuertemente, y no slo de manera social, sino tambin religiosa ya que se le toma como la fuente de mala cristiandad. Para finalizar este trabajo, quisiera recalcar que el comportamiento deshonesto del clero no es la nica crtica en la obra, pero s la ms sobresaliente; en el texto se observara una diatriba hacia otras personas encarnadas en figuras prototpicas de la sociedad en la que el texto se desenvuelve (como el Escudero); tambin pone en entredicho los tratos que se dan entre las clases ms favorecidas para con las menos. La historia del Lazarillo de Tormes es, entre otras cosas, la crtica hacia un mundo sin verdaderos ideales cristianos (Rico, 374).Bibliografa:Lacau, Mara. El lazarillo de Tormes. Argentina: Kapelusz, 1992.Rico, Francisco. Historia y crtica de la literatura espaola II siglos de oro: Renacimiento.2da.ed. Espaa: Editorial Crtica, 1980.Piero, Pedro. Dejar hablar a los textos. 3ra.ed. Espaa: Universidad de Sevilla, 2005.

UNIVERSIDAD DE SONORA

DIVISIN DE HUMANIDADES Y BELLAS ARTES

DEPARTAMENTO DE LETRAS Y LINGSTICALICENCIATURA EN LITERATURAS HISPNICAS

EL ANTICLERALISMO EN EL LAZARILLO DE TORMES

PATRICIO NIEVES BERNAL

PROFR. CESAR AVILS ICEDOMATERIA: LITERATURA ESPAOLA II

Hermosillo, Sonora, mayo 2010.