Brevísima historia de las radios libres

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DANIEL ULANOVSKY ARGENTINA Brevísima historia de las "Radios Libres" Se trata de las radios comunitarias y el adjetivo es aplicable en tanto están ligadas a lo local y, por ende, prestan importancia a los temas "de base"y dan micrófono a los actores sociales de la zona. Pero en cuanto a las decisiones internas de la radio -tipo de programación, elección de personal, inversiones- la comunidad no tiene, generalmente, nada que hacer. Son miles en Argentina y se extienden por todo el continente. Todos las conocen y millones las escuchan pero, estrictamente, casi todas están fuera de la ley. El estudio abierto de una FM comunitaria en Buenos Aires E l fenómeno de las radios de baja potencia -generalmente en frecuencia modulada- llegó a la Argentina quince años después de su furor como "emisoras libres" en Europa o como parte de sis- temas educativos en Estados Unidos y algunos países de América Latina. Este retraso no se debió a causas técnicas, sino, principalmente, a cues- tiones políticas: los años 70 fueron los más violentos de la historia argentina contemporánea. Los gobiernos militares, especialmente el Proceso de Reor- ganización Nacional que gobernó entre 1976 y 1983, combatió la posibilidad de DANIEL ULANOVSKY es Profesor de Políticas de Comunicación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (Argentina) y periodista del diario Clarín de Buenos Aires. que surjan nuevas voces en el espectro radiofónico argentino. Justamente, la FM significó en casi todo el mundo el paso del "broadcasting" al "narrowcasting": medios menos masivos y más segmentados. Esto con tradecía la voluntad de los gobiernos autoritarios que preferían pocas voces, siempre más fáciles de controlar. Así, una vez lograda la democracia, empezó la explosión de radios de corto alcance que transmitían en la banda de frecuen- cia modulada, hasta ese entonces utiliza- da en la Argentina -casi en exclusividad- para emisiones musicales. El fenómeno fue arrollador: en pocos años surgieron alrededor de 1.500 radios tanto en la ciudad de Buenos Aires y su conurbano como en el interior del país. ¿Cuáles son las características de estas nuevas radios? 104 CHASQUI 44, enero 1993

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DANIEL ULANOVSKY ARGENTINA 104 CHASQUI 44, enero 1993 DANIEL ULANOVSKY es Profesor de Políticas de Comunicación en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (Argentina) y periodista del diario Clarín de Buenos Aires. El estudio abierto de una FM comunitaria en Buenos Aires

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DANIEL ULANOVSKY

ARGENTINA

Brevísima historia de las

"Radios Libres"

Se trata de las radioscomunitarias y el adjetivoes aplicable en tanto están

ligadas a lo local y, porende, prestan importancia

a los temas "de base"ydan micrófono a losactores sociales de la

zona. Pero en cuanto a lasdecisiones internas de la

radio -tipo deprogramación, elección depersonal, inversiones- la

comunidad no tiene,generalmente, nada que

hacer. Son miles enArgentina y se extiendenpor todo el continente.

Todos las conocen ymillones las escuchan

pero, estrictamente, casitodas están fuera de la ley.

El estudio abierto de una FM comunitaria en Buenos Aires

El fenómeno de las radios debaja potencia -generalmenteen frecuencia modulada- llegóa la Argentina quince años

después de su furor como "emisoraslibres" en Europa o como parte de sis-temas educativos en Estados Unidos yalgunos países de América Latina.

Este retraso no se debió a causastécnicas, sino, principalmente, a cues-tiones políticas: los años 70 fueron losmás violentos de la historia argentinacontemporánea. Los gobiernos militares,especialmente el Proceso de Reor-ganización Nacional que gobernó entre1976 y 1983, combatió la posibilidad de

DANIEL ULANOVSKY es Profesor de Políticas deComunicación en la Universidad Nacional deLomas de Zamora (Argentina) y periodistadel diario Clarín de Buenos Aires.

que surjan nuevas voces en el espectroradiofónico argentino.

Justamente, la FM significó en casitodo el mundo el paso del "broadcasting"al "narrowcasting": medios menosmasivos y más segmentados. Esto con-tradecía la voluntad de los gobiernosautoritarios que preferían pocas voces,siempre más fáciles de controlar. Así,una vez lograda la democracia, empezóla explosión de radios de corto alcanceque transmitían en la banda de frecuen-cia modulada, hasta ese entonces utiliza-da en la Argentina -casi en exclusividad-para emisiones musicales.

El fenómeno fue arrollador: en pocosaños surgieron alrededor de 1.500 radiostanto en la ciudad de Buenos Aires y suconurbano como en el interior del país.¿Cuáles son las características de estasnuevas radios?

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TENDENCIAS: RADIO, VIDEO, TV CABLE

A diferencia de las emisoras ligadasa programas de desarrollo -que hubo enotros países latinoamericanos- o de lasradios europeas y estadounidenses cer-canas, en un principio, a movimientossociales (ecologistas, mino-rías raciales,culturales, sexuales) o a ideas políticas,las FM argentinas nacieron en for-ma mucho más anárquica. A menudo,un grupo de jóvenes se juntaba y de-cidía invertir sus ahorros para instalaruna antena y un transmisor y empezar aemitir.

El mensaje venía después

Muchas veces, primero se salía alaire y recién después se pensaba en elmensaje. Si bien había satisfacción yplacer por gozar del "derecho a emitir",no había una planificación social ni políti-

I ca -menos aún comunicacional- de lasemisiones. Se puede asegurar, en esesentido, que la mayor parte de las radiosno nacieron como una necesidad de lasinstituciones (partidos políticos, asocia-ciones barriales, organizaciones nogubernamentales, sindicatos) si no comouna iniciativa libre de sus dueños.

Esto no significa que, luego, muchasradios no se relacionaran -sea pormotivos económicos o ideológicos- congrupos de poder o con "lobbies" locales.Incluso, muchas empezaron a ser la vozoficiosa de algunas agrupaciones políti-

k cas a nivel municipal pero sin llegar aconferir al sistema de radios de bajapotencia en FM un carácter globalmentepartidista.

Hasta ahora, en este trabajo se hautilizado el término "radio de baja poten-cia" y no el de "emisora comunitaria oalternativa". Esto ha sido adrede ya quees necesario debatir si todas las transmi-siones de FM surgidas en los últimosocho años, son comunitarias. Para ello,es necesario tener en claro varioshechos.

En primer lugar, la ley de radiodi-fusión que rige el sistema de mediosaudiovisuales en la Argentina es de 1980y fue sancionada por el entonces generalEduardo Rafael Videla. Este marcojurídico, que no es acorde con un paísdemocrático, sigue en vigencia porquelos dos gobiernos constitucionales -el deRaúl Alfonsín y el actual de CarlosMenem- prefirieron trabajar con una leyautoritaria antes de crear un marco nue-vo, plural y participativo.

TESTIMONIO DE UN EMISORGABRIEL MARIOTTO

"Descendí entonces al infierno de las broadcastings humildes, allá donde seproponían encuestas de ingenio y buen humor que se premiaban con artículos de bazar ode lencería."

Leopoldo Marecbat, Eí banquete de Severo Arcángelo *

A fines de 1987, en el momento de la aparición masiva en el dial de las/i emisoras de baja potencia, surgieron dos entidades que agruparon a los

X JLnuevos radiodifusores "truchos" (en lunfardo, todo lo que no es legal). Setrataba de ARCO -Asociación de Radios Comunitarias- y de ARLIA -Asociación deRadios Libres Argentinas.

ARCO agrupó a aquellas emisoras que intentaban un perfil social. El barrio, lacomunidad, las voces de la calle fueron fundamento de estas radios que paraingresar a la institución debían certificar tai fin. ARLIA, en tanto, involucraba aemisoras que, anteponiendo un esquema comercial, repetían las pautas de losmedios establecidos difundiendo en un 90% música extranjera, vendiendo espaciossin unidad temática y soñando convertirse en los nuevos ricos del espacioradtoeléctrico.

Esta división entre ios nuevos emisores se produjo al poco tiempo de andar. Enseptiembre de 1987 comenzaron las primeras reuniones de todos los que habíanocupado el dial y necesitaban aunar fuerzas para que se les reconozca el derecho aemitir. Hubo muchos y prolongados encuentros en un club -"El Cóndor", delporteño barrio de Almagro- donde se acentuaron diferencias entre las doscomentes. ARCO vislumbró regularizar la situación de ilegalidad vía contactos conel entonces recién asumido gobierno de la provincia de Buenos Aires (1987)perteneciente al peronismo renovador. ARLIA se refugió en el gobierno nacional -en ese momento en manos del radicalismo- y logró frenar los cierres de lasemisoras afiliadas a esa entidad.

Las radios comunitarias debieron soportar golpes muy duros. Hubo muchas quefueron cerradas y decomisadas. Su criterio de comunicación, los informativos encadena que realizaban las emisoras de la seccional Sur del Gran Buenos Aires losviernes al mediodía, la opción por la música nacional y latinoamericana, eran vistoscon desconfianza por las autoridades nacionales que atacaban sistemáticamente supermanencia en el aire. Muchas de estas emisoras, luego de ser vaciadas por laSecretaría de Comunicaciones, retomaron sus transmisiones a partir de lacolaboración solidaria de los oyentes.

Con la obtención del Permiso Precario de Radiodifusión en 1990 (fruto delblanqueo provisorio sancionado en agosto de 1988), las radios se encerraron en símismas. Problemas económicos y de creatividad afectaron a todas las emisoras debaja potencia. Las comunitarias tuvieron que emprolijar sus propuestas para ganarun espacio en el mercado que permitiese su continuidad. Las "libres" y máscomerciales necesitaron bajar a sus comunidades para tener repercusión. Losdogmas que habían sellado las distancias quedaban superados.

Las radios de baja potencia fueron proponiendo formas de comunicación queadoptaron los medios ya establecidos. El viraje en la música, el cambio de códigos,los temas fuertes son, hoy, moneda corriente en casi todo el dial. Un nuevofenómeno -la llamada "lógica del espiral"- se está llevando adelante en cada radiode bajo alcance. Todo acontecimiento cultural que se motoriza en la comunidadpasa indefectiblemente por estos medios. Así, las radios "truchas" potencian yalimentan un discurso que ni la más férrea dictadura pudo vulnerar: el que es partedel espíritu mismo del barrio.

GABRIEL MARIOTTO. Director de F.M. Ciudades, en Lomas de Zamora, Provincia deBuenos Aires.

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TENDENCIAS: RADIO, VIDEO, TV CABLE

Además de las limitaciones queimpone la ley, los gobiernos ya men-cionados prefirieron obviar el llamado alicitación para nuevas emisoras. Así,cualquier persona que quiera instalaruna radio o un canal de TV no tiene, enestos momentos, otra opción que la"clandestinidad". Si va a recabarinformes al Comité Federal deRadiodifusión -ente que se ocupa de laslicitaciones- se le dirá que desde 1984hay un decreto (el 1.151) que paralizalos llamados a concurso.

Por esta razón, bajo el manto de"radio comunitaria" entraron, en laArgentina, aquellos que querían cumpliruna función social o política no tradi-cional (o alternativa) y, también, quienessólo pretenden instalar una emisora parapasar informaciones o música y-a travésde la venta de espacios y de la publici-dad- ganar dinero. Sucede que ladecisión de no llamar a nuevas licita-ciones puso a todos los emisores nuevosen pié de igualdad.

¿Qué es una radio comunitaria?Además, ¿qué significa ser una radio

comunitaria? En la Argentina, rara vez sedio el caso de que estas emisoras esténgobernadas por un sistema que incor-pore orgánicamente a los líderessociales o a los dirigentes de base de lazona. Casi siempre se trataba de una ini-ciativa privada o de una cooperativa de

pocos miembros que intentaba ocuparun espacio que no llenan las grandesemisoras.

Se podría decir que la palabra comu-nitaria es aplicable a estas radios en tan-to están muy ligadas a lo local y, porende, prestan importancia a los temas"de base", dan micrófono a los actoressociales de la zona. Pero en cuanto a lasdecisiones internas -tipo de progra-mación, inversiones- la comunidad notiene, generalmente, nada que hacer.

En cuanto al alcance de estas radios,el promedio de su potencia de emisiónoscila entre los 50 y los 100 vatios, perohay algunas que han crecido y lleganhasta los 10.000 vatios. Estas emisorasya no se pueden considerar comunitariaspero, paradójicamente, siguen siendo"radios libres" ya que carecen del per-miso para funcionar y, más allá de quese las sancione o no, son clandestinas.

El aspecto legal es aberrante: pese aque una cantidad tan grande de nuevasemisoras implica una democratización yuna mayor utilización del derecho acomunicar, los gobiernos constitu-cionales -como ya se ha dicho- nada hanhecho por ellas. Al contrario, por lo ge-neral las han combatido. Durante el go-bierno radical de Raúl Alfonsín (diciem-bre 1983/julio 1989) no se les ha otorga-do ningún tipo de permiso, siquiera provi-sorio, ni tampoco se abrieron licitacionespara esas frecuencias. Más aún, en algu-

Pese a que unacantidad tan grandede nuevas emisoras

implica una democratizacióndel derecho a comunicar, losgobiernos constitucionalesnada han hecho por ellas.Por el contrario, las hancombatido, clausurandovarias decenas de estasradios, las cuales -a lospocos días y con un nuevotransmisor- estaban otra vezen el aire.

Los niños también acceden a los micrófonos de las "comunitarias"

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PENDENCIAS: RADIO, VIDEO, TV CABLE ;

El CEDEP de Ecuador adaptando para radio la novela Las cruces sobre el agua

ñas épocas hubo una política de repre-sión y se clausuraroh varias decenas deestas radios, la mayor parte de lascuales -a los pocos días y con un nuevotransmisor- estaban otra vez en el aire.

Apenas asumió el gobierno justicia-lista de Carlos Menem, en 1989, se votóuna ley que otorgaba un blanqueo condi-cional a las emisoras que estaban fun-cionando "clandestinamente" hasta esemomento. Se inscribieron alrededor de

I 1.500 radios, muchas de las cuales hanvuelto a la ilegalidad porque en estostres años y medio han cambiado partede su equipo técnico, posibilidad prohibi-da por la norma de blanqueo. De todasformas, el gobierno dijo que el hecho de"estar en el aire" antes de 1989 no impli-

[ caba privilegios para el momento en quelesa onda se licitara. Cualquiera podrá

participar en igualdad de condiciones•con los actuales emisores el día en quei se decida concursar esa frecuencia.

I La economía de las radios libres

Mientras tanto, el surgimiento defcuevas radios "clandestinas" -en reali-l dad, todos saben que existen-, agravai este desfase que hay entre la realidad y

las políticas del gobierno. En algunasI ocasiones, además, se siguen de-Hxnisando equipos por "emisión ilegal".

En cuanto a la programación,muchas de estas radios están volcadas atemáticas locales, sean de orden político,educativo o social. Varias de ellas combi-nan música -tanto local como extranjera-con comentarios sobre hechos que acon-tecen en la zona. Dentro de esta descrip-ción general, hay algunas radios quetienen un perfil más inclinado hacia lopolítico o hacia lo musical.

En los últimos años han surgido, jus-tamente, varias emisoras de música debailanta- un género argentino, pseudotropical, poco elaborado y muy de modaen los sectores populares- que no tienenmensajes políticos ni sociales. Otro tipode radios que ha crecido enormementeson las pertenecientes a institucionesreligiosas, especialmente las ligadas asectas evangelistas que, en estemomento, hacen furor entre los sectoresmenos favorecidos de la población.

La economía de las radios libresplantea un problema fundamental. Cuan-do sus fundadores se les termina laenergía de los primeros meses, ven quees necesario conseguir dinero para se-guir funcionando. Las alternativas sonvarias: publicidad, auspicios, coproduc-ciones con empresas, "dádivas" de par-tidos políticos o programas de organi-zaciones sociales. Es curioso que, pese

a su "clandestinidad", muchas de estasradios reciben aportes publicitarios deempresas públicas o de gobiernoslocales.

¿Millones de radioescuchas?

En cuanto a su audiencia, no haydatos certeros. Los estudios de ratingradial otorgan a las radios libres -enCapital Federal y Gran Buenos Aires conuna población superior a los 10 millonesde habitantes- el 9% de la audienciacomo promedio. Sin embargo, parte delas entrevistas a partir de las cuales seinfiere este porcentaje son realizadascon automovilistas, hecho que puedeviciar un poco las cifras: las radios debaja potencia -por su bajo alcance- nosuelen ser escuchadas en un vehículoque se traslada de un suburbio a otro,sino por la gente que está en su casa.

Aunque hoy no se ve claro cuál seráel futuro de las emisoras de baja poten-cia, resulta indiscutible que han abierto laparticipación social en los medios. Másallá de la forma anárquica en que se hadado su desarrollo, estas emisoras cam-biaron la forma de entender la comuni-cación social que tenían los argentinos:ya no impera la ¡dea que, para decir algofrente a un micrófono, hay que ser unaestrella. Basta con ser un ciudadano. *

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