Buscando Andar-Ecuador

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El equipo de Buscando Andar les presenta la 3ra Edición del boletín online acerca de nuestro recorrido por Latinoamerica. Esta edición da a conocer como fue empezar a recorrer oficialmente Sur América. Como en ediciones anteriores nuestro deseo es que puedan trasnportarse a las vivencias de las distintas realidades.

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Introducción

Respaldan esta iniciativa

El equipo de Buscando Andar les presenta la 3ra Edición del boletín online acerca de nuestro recorrido por Latinoamerica.

Esta edición da a conocer como fue empezar a recorrer oficialmente Sur América.

Como en ediciones anteriores nuestro deseo es que puedan trasnportarse a las vivencias de las distintas realidades.

Buscando Andar

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Es una iniciativa que surge para llegar a escuelas y comunidades remotas para identificar problemáticas, iniciativas y propuestas de la población latinoamericana sobre su realidad en es, particularmente de la niñez y adolescencia de diferentes sectores urbanos y rurales, a través de un análisis investigativo enmarcado en tres aspectos; medio ambiente, educación e identidad cultural.

Nuestra metodología contempla una presentación de ciclotíteres, charlas, ponencias y una diversidad de intercambios con escuelas, instituciones, asociaciones locales, grupos focales, universidades a fin de generar los insumos y conocimientos para el proceso del análisis investigativo.

En el desarrollo del proyecto estaremos recorriendo alrededor de16 países latinoamericanos de Centro y Suramérica por más de 24,000 km en bicicleta, partiendo de Nicaragua hasta el extremo sur del continente americano y retornando hacia Nicaragua nuevamente.

¿Buscando Andar?

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Embajada de Nicaragua en Ecuador Julio Cruz y Familia Tatiana y Patricio

Integración Americana Mybike Ecuador Radio Municipal de Quito

Martha y Rosa Bomberos de Amaguaña Bomberos de Riobamba

Ofician de Gestion Social, Riobamba Programa Adulto Mayor Latacunga

Bomberos de Girón Bomberos de Santa Isabel

Escuelita Santiago de Compostela Bomberos de Guamote Hotel Majestic

Iglesia de Alausí Bomberos de Arenillas

Agradecimientos

Como Buscando Andar queremos agradecer a todas las personas, amistades, escuelas e instituciones que nos dieron la mano en nuestro paso por Ecuador, ya que sin ustedes no hubiera sido posible llegar hasta donde estamos hoy.

A partir del día que nos despedimos viajan con nosotros y están en nuestra mente y corazón. Son parte de este proyecto que es no solo nuestro sino de ustedes y de aquellas personas que se sientan identificadas.

Quizás se nos escapa más de alguna persona pero sepan que estamos completamente conectados por un vinculo que dura de por vida.

Gracias por todo! Buscando Andar

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Embajada de Nicaragua en Ecuador Julio Cruz y Familia Tatiana y Patricio

Integración Americana Mybike Ecuador Radio Municipal de Quito

Martha y Rosa Bomberos de Amaguaña Bomberos de Riobamba

Ofician de Gestion Social, Riobamba Programa Adulto Mayor Latacunga

Bomberos de Girón Bomberos de Santa Isabel

Escuelita Santiago de Compostela Bomberos de Guamote Hotel Majestic

Iglesia de Alausí Bomberos de Arenillas

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Ecuador - Introducción Ecuador es un país pintoresco al cual llegamos por avión

(Samira y Ariel). Lo primero que nos llamó la atención sobre este país fue su eslogan: “Ecuador ama la vida”. De una forma espectacular este país tiene vida en cada rincón. En cada pequeño pueblo, cada ciudad y caserío que hemos recorrido, la vida fluye, haciendo de esta tierra un lugar especial y único.

Rodamos de la ciudad capital a los Andes, siendo aquí en donde más tiempo estuvimos. Fuimos recibidos con un cariño inigualable en cada lugar en donde nos detuvimos. La población serrana nos ofreció algo más que un lugar para pasar la noche, estas personas nos dieron alegría, amor y mucha confianza. Nuestras piernas fueron testigos y vivieron en la máxima expresión la majestuosidad de los Andes Ecuatorianos, los cuales están marcados de una manera espectacular por la fuerza de la naturaleza.

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Datos de la PedaleadaKm Recorridos: 615 km aprox

Altitud Max: 3615 m.s.n.m

Altitud Min: 13 m.s.n.m

Temperatura Max: 39 grados cent

Temperatura Min: 1 grados cent

Días de Lluvia: 8

Días de Sol: 52

Acampadas: 10

Pinchazos: 1

Breakdowns: 4

Presentaciones 3

Ciclistas Amigos 5

La población dedicada por siglos a la agricultura vive de igual manera a los campesinos de Centroamérica, en pie desde muy temprano 4am-5am. Labrar la tierra, ordeñar, cosechar el choclo (maíz), pastar el ganado, son algunas de las primeras tareas de cada día en las chacras. Estas normalmente vienen acompañadas por el consumo de coca por parte de los andinos, quienes mastican la hoja de la coca. Esta es un símbolo que ha pasado de generación a generación en estas tierras. Quienes consumen la hoja de coca, lo hacen ya que esta causa un efecto energético, lo que ayuda en el trabajo en las chacras a más de 3000 msnm.

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Por otro lado el colorido de la sierra se ve expuesto en sus trabajos de artesanías. Un ejemplo de esto es el pueblo artesano de Otavalo, que es reconocido por la UNESCO por el arduo y fino trabajo desempeñado por sus pobladores. En el centro de la ciudad se encuentra un mercado de artesanías que es el punto de referencia para el trabajo artesanal. Aquí se puede apreciar el excelente resultado final del trabajo de los atavaleños.

La experiencia de pedalear entre los 2500 y 4500 msnm es algo que nunca habíamos experimentado. Somos jóvenes que nos gusta y sentimos aprecio por la bicicleta y este sentimiento de hacer este tipo de caminos y carreteras es algo único. Sentirse cansado, exhausto, sin fuerzas, con frio y hambre son sentimientos que te hacen pensar en cuan vivo estás. Por otro lado es obligatorio mencionar que los colores y detalles naturales de la ruta hacen que la experiencia sea un contacto directo con la Pachamama, con la vida misma, con todo lo que nos rodea.

La sierra sin duda fue algo impresionante, pero de igual manera la ruta planteada que nos llevaría a recorrer parte del bosque tropical del sur del Ecuador, una zona en donde el verde se muestra en su máxima expresión. Los ríos y quebradas que siguen bajando desde lo alto de los andes siguen su camino y cortan la carretera haciéndose cada vez más grandes. La flora y la fauna cambian radicalmente convirtiéndose en un lugar donde los ecosistemas se multiplican y la vida surge en cada milímetro de estos. Aunado a esto esta zona se ve interrumpida por una cobertura desértica que luego se transforma nuevamente en un verde que cubre diferentes chacras dedicadas a la producción de frutales, siendo el principal rubro la producción del banano. Amplios terrenos bananeros se dan hasta llegar a la ciudad de Arenillas, en donde una vez más todo se transforma en un bosque seco hasta topar casi con la frontera con el norte del Perú.

Ecuador como dije antes, tiene en cada rincón la vida que fluye y por ende se vuelve algo que se aprecia, que se ama, que se admira. Nosotros recorrimos por dos meses estas tierras. Un lugar mágico, lleno de costumbres y tradiciones que hacen culto a esa vida. Aprendimos del día y de la noche y a su vez compartimos con una parte de este país un poco de lo que sabíamos y dimos sin interés nuestro amor a esas personas que en el camino nos apoyaron increíblemente.

Ecuador, infinitas gracias. Carlos Ariel Herrera

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Saliendo de Quito Solo unos días después de haber salido de Quito, dejando la familia Cruz atrás, ya llegamos a nuestro primer “highlight”

de todo el viaje (creo lo puedo decir así). Entrando a los Andes por primera vez fue algo especial y muy emocionado. También algo nuevo en el sentido de que nos sorprendimos que no directamente hiciéramos muchos kilómetros en un día sino solo como 30km y estar muerto después. Pero eso fue un día de pura subida. En Nicaragua y Costa Rica era normal algo entre 50 y 70km. Nos faltó el aire, nos movimos más lentos, además con más peso en la bici que jamás hemos tenido (60-70kg). El primer día llegamos a un pueblito llamado Amaguaña donde pasamos la primera y tal vez mejor noche en los cuerpos de bomberos. Nos recibieron muy amables y con los brazos abiertos. Nos dieron un cuarto con colchones hasta un plato de comida. Fue increíble esta bienvenida. Todavía no sabíamos que era la manera de ser de los bomberos en Ecuador. Además estuvieron muy curiosos e interesados en nuestro recorrido. Solo que era el inicio del viaje así que no podíamos contar tanto todavía. Pero fue una tarde muy bonita y con risas. Al siguiente día nos despertó la música alta de la bailo terapia abajo de nuestra ventana. Echamos una mirada medio dormidos y vimos como treinta mujeres y hombres haciendo lo mismo que el instructor directamente enfrente de nosotros.

El Cotopaxi, el volcan con la nieve eterna

Salimos y nos esperó aquel día de pura subida, pasando por peajes, pueblos, campos. Dejamos Machachi atrás y seguimos con la ilusión de poder llegar al Cotopaxi ese mismo día. La gente nos dijo que éramos cerca pero todavía no sabíamos que a veces la sugerencia de la gente de cómo perciben los caminos no son como la realidad en bici. Siempre dicen “si está cerca”, “ahí no más”, “de frente” pero en bici es otro cuento. Cada inclinación sentimos, cada metro (al final) duele.

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El BolicheBueno, nos indicaron a un desvío arriba de la subida y nosotros

emocionados haciendo los últimos kilómetros hasta que llegamos a unos rieles de tren y un gran bosque enfrente de nosotros. Toda la gente que estuvo salía y nos quedamos solo los dos. Estuvo un señor de seguridad, don Rafael, a quien preguntamos donde estábamos. “El Boliche” dijo. Entonces no Cotopaxi. Pero ya era tarde y estuvimos muy cansados. Preguntamos si nos pudiéramos quedar con nuestra tienda de acampar y don Rafael dijo que sí. Dormimos completamente solos en el gran campo, solamente acompañados por las llamas, los alpacas y las montañas en el horizonte. Para cocinar don Rafael nos prestó su cocina en la casa donde duermen los guardias. Entonces compartimos una buena cena con él, platicando, conociendo la vida del otro que más diferente no podría ser. Uno siempre al mismo lugar, siempre con la misma rutina- los otros siempre en movimiento, siempre algo nuevo. La noche está completamente tranquila. No se escucha nada. Fue bonito.

Nos quedamos otra noche conociendo el lugar un poco más, haciendo una caminata por el bosque que tiene varios tipos de árboles (en una parte hay pinos y después pasas a un sector donde parece jungla), hongos, animales y una misteriosa tranquilidad.

La aventura el Cotopaxi

El Cotopaxi es el segundo volcán más alto (5.897msnm) de Ecuador después del Chimborazo y es uno de los volcanes que todavía están activos. A 4.800m empieza la nieve que supuestamente esta eterna pero tomando en cuenta el grave cambio climático

está desapareciendo poco a poco.

Otra vez en la carretera. Ahora si al Cotopaxi. Estuvimos bien optimistas porque según don Rafael solo eran como más o menos 20 y algo kilómetros. Subida por supuesto. La primera parte fue bajada hasta la entrada a la zona del Cotopaxi. En la última tiendita compramos los alimentos para los próximos días y empezamos a subir. Los perros al inicio te ayudan un poco a empezar rápido porque te ladran unos 50 metros. La subida comenzó suave. Poco a poco 16km hasta el punto de control. Eran la una de la tarde cuando llegamos y realmente ya estuvimos con hambre y poco cansados pero los chicos de la entrada dijeron que no faltaba mucho solo 22km hasta el área de camping entonces decidimos seguir y llegar a este lugar.

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Y ahí empieza la aventura. Subida, subida, subida. Ya no tan suave sino con más vueltas y sin fin de una recta. Al inicio por lo menos asfaltada la calle pero después los últimos 7km de tierra. No había ni un lugar donde hubiéramos acampado en el camino. No habíamos comido desde el desayuno. Los carros que pasaron nos pitaron e indicaron que ya no faltaba mucho. Pero nunca llegamos. Nunca terminó la subida y el camino. Al final cunado supuestamente solo quedaban 2km nos pusimos mini metas como llegar hasta aquel árbol, llegar hasta aquella sombra. Las llantas se hundieron en las piedritas del camino. Arrancar ya no fue tan fácil. Por fin llegamos a una vuelta donde hubo un edificio. LLEGAMOS! Pensamos. Pero solo era como otra media estación con un café y una tienda y la gente ya salió porque se hacía tarde. Eran como las cuatro y media y nosotros todavía con hambre y cansadísimos. Nos dolieron las piernas. La gente nos mandó a unas vueltas más para llegar al área del camping y cándidos seguimos. Hasta que empezó a llover y después de un minuto la lluvia se volvió en granizo. Nos pasamos al lado del camino en el bosque a esperar y pensar. Realmente era una locura seguir pero que hacer?! Ariel fue hasta la esquina a ver si ya se viera el lugar pero dijo que no que más subida y más vueltas.

Entonces bajo del granizo nos bajamos otra vez hasta la media estación. Ya no había nadie. En la situación no sabíamos qué hacer entonces en la desesperación tuvimos que montar la carpa bajo la lluvia y recalentarnos. Cuando ya cayó la noche estábamos listos, adentro de la tienda y calentándonos con gorro, guantes, calcetines de lana, bolsa de dormir y sabana de alpaca. Sin comer porque teníamos tanto sueño. Al próximo día nos tuvimos que levantar antes de que llegaran los turistas y nos vieran. Entonces hicimos todo rápido y cuando ya llegaron los buses nos vieron comer el desayuno. Tan rico!

La subida- altura, nieve y tormenta

Ahí empezamos a pensar de lo que pudiéramos hacer ahora. No tuvimos mucho dinero y rápido nos dimos cuenta de que todo costaba bastante. Hablamos con la muchacha de la tienda que nos pareció más confiada y ella nos llamó un chofer que nos llevó arriba del volcán Cotopaxi con las bicis para después bajar nosotros solos. No hubiéramos hecho el camino en bici. Siguió subiendo y eran como 40 y algo kilómetros más. Llegando al lugar tuvimos que seguir subir caminando. Nos pareció tan increíble que tuvimos la posibilidad de subir este gran volcán cubierto en nieve arriba. Sentimos la altura, cada rato nos detuvimos para respirar, tomamos refresco TAN y comimos bombones. Nos adelantó un burro llevando carga muy pesada con su dueño. Son los trabajadores que construyen el refugio, la casa a 4.8000msnm. A veces bajan y suben hasta 3 veces o más al día. Todo el día están trabajando ahí en el frio con poco aire. Los turistas los pasan. Están casi invisibles. Y otra vez empezó a granizar y nevar y cubrió todas las partes que antes no estaban en blanco.

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Al bajar nos subimos a nuestras bicicletas. No éramos los únicos. Es una atracción turística bajar en Mountain Bikes y después estar recogido del bus. En diferencia a nosotros ellos bajaron súper rápidos gracias a sus llantas gruesos. Nosotros a su lado bajamos como tortugas con muchísimo cuidado. No solo eso sino que de largo se acercó una tormenta oscura. Ya vimos los rayos y con cada trueno nos estremecimos. Casi llegando a nuestro lado ya tuvimos demasiado miedo de la tormenta porque las bicis son como un imán para los rayos y preguntamos al próximo bus si nos puede llevar abajo hasta la estación. Por coincidente era el bus de los otros turistas así que todos nos reencontramos en el bus con frio y adrenalina.

Cuando bajamos hasta la media estación también todo estuvo cubierto en blanco. Otra vez ya se nos hizo tarde y ya no podíamos bajar así que nos quedamos otra noche más esta vez atrás de la tienda donde nadie nos pudiera ver. En el atardecer tuvimos tanta suerte de ver la luz del sol conectándose con el Cotopaxi y dando un espectáculo único de que estamos seguros que fuimos casi los únicos que lo vieran gracias a nuestra ubicación especial. Completamente solos en la naturaleza sin gente, sin sonidos, sin destrucciones. Bonito y un poco angustioso.

En la mañana del próximo día por fin bajamos. El Cotopaxi nos despidió con toda su belleza, despejado y con un cielo más azul que la palabra. Nos fuimos felices con ganas de conocer más de la increíble sierra del Ecuador.

Samira Lintzen

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Riobamba, San Nicolás

Viajar en bicicleta y coordinar lo que vamos a hacer con el proyecto siempre es una tarea interesante. Las cosas en su mayoría de veces van de la mejor manera, otras veces salen por otro lado. En general cada experiencia nos deja un aprendizaje, aspectos para mejorar, cosas de que reírnos pero en sí cada momento es algo inolvidable del trabajo con el proyecto hasta el día de hoy.

Llegamos a la ciudad de Riobamba, una ciudad muy dinámica reconocida por ser una de las primeras en ser fundadas e independizarse en el Ecuador. Tuvimos la oportunidad de dirigirnos a la Casa de Cultura y compartir con ellos la idea del proyecto. El encuentro con las autoridades culturales dio como resultado que pudiéramos coordinar con la oficina de Gestion y Desarrollo Social visitas a algunas comunidades de Riobamba, una de estas comunidades “San Nicolas”.

Para llegar a San Nicolas, dejamos en Riobamba las bicicletas y nos unimos al convoy que viaja a las distintas comunidades. El trabajo que desempeña el convoy se basa en charlas sobre el medio ambiente y la salud, también se hacen chequeos médicos y desparasitación de las y los estudiantes, y también cuentan con un vehículo/camper el cual tiene computadoras con acceso a internet donde lxs niñxs pueden acceder y aprender con un facilitador.

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La comunidad se dedica a la agricultura. La producción de cuyes es una de los rubros que más se da en la zona. La escuela está ubicada en un valle muy pintoresco, en donde están las casitas de los productores y sus parcelas de producción. La infraestructura de la escuela cuenta con no más de 5 salones de clase, siendo uno de estos también el lugar en donde está ubicada la cocina. Nuestra parte del trabajo es el primer punto en la agenda del día. Los docentes nos recibieron con mucho entusiasmo y colaboraron en la instalación de todo lo que íbamos a presentar. Afuera de los salones había un montón de niñas y niños con sueter azul con cara de emoción por ver a todos los del convoy.

Después de unas palabras de bienvenida de parte de la directora de la escuela iniciamos con la sesión de trabajo. –Aplausos y risas en el salón– “Buenos días!, Cómo están? Están listos? Hora de comenzar”. Preguntamos si sabían que íbamos a hacer, que si habían tenido antes una oportunidad como esta, algunos contestaron que no, otros que si en otra escuela. Siempre nos llena de alegría hacerlo para quienes no han tenido la oportunidad de hacerlo.

La obra duro aproximadamente una hora, participaron aproximadamente entre 25 niñas y niños acompañados de algunas madres y padres de familia. Era nuestra primera presentación en donde las mamás y los papás formaron parte y que podíamos ver en ellos sonrisas, aplausos y participación. Haber iniciado nosotros también fue algo muy valioso ya que la obra que presentamos estaba basada en una buena alimentación y el cuido y preservación del medio ambiente, punto que hacía una excelente conexión con la charla siguiente por parte de la oficina de Gestión Social.

Antes de irnos de la escuela también abrimos un pequeño espacio para que las y los que quisieran pudieran hacer una representación con los títeres de lo que habían aprendido en toda la mañana. Creo una de las cosas más bonitas es apreciar como las y los niños se abren y dejan la pena, fluye la creatividad, la alegría y lo más importante dan a conocer lo que aprenden y lo dicen con sus palabras, lo que demuestra que se da frutos lo que tratamos de hacer.

Latacunga!

Carlos Ariel Herrera

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Latacunga

Llegar a un lugar el jueves y adelante siempre nos complica un poco la organización. Los pasos que seguimos son más o menos estos: Llegar, buscar un lugar seguro y preferiblemente gratis, comer, buscar una autoridad como la municipalidad o un centro cultural o social, ver las posibilidades de realizar una actividad, hacer citas, actuar. Si llegamos un jueves entonces ya casi no es posible hacer algo antes del fin de semana y seria esperar hasta el lunes o martes. Eso extienda la estadía y el ritmo del viaje y hay que pensar en cómo se puede aprovechar los días. Así nos pasó en Latacunga. Fue el inicio en retomar el proyecto en Suramérica. Sentimos ciertos nervios y alguna barrea de empezar. Los días anteriores ya habíamos hablado de esto y resultamos con la conclusión de que hay que empezar si o si sin miedo, sin preocupaciones, que se va hacer solo si empezamos.

Después de haber platicado con los bomberos y de comer fuimos a la Casa de los Marqueses de Latacunga. Ahí nos encontramos con la coordinadora del programa de la “Integración de los adultos mayores”. Ella y un grupo de interesados -entre ellos trabajadores sociales y estudiantes- se pusieron la meta de visitar, apoyar e integrar a las personas de la tercera edad de nuestra sociedad. Perfecto para Buscando Andar en la parte de “Entre vistas y miradas”. Coordinamos los días lunes, martes y miércoles para acompañar las visitas, ver el trabajo que realizan ellos y hacer algunas entrevistas con las señoras y los señores.

Latacunga!

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Ya íbamos a regresar a los bomberos a descansar cuando nos llamó la coordinadora de regreso a presentarnos con Patricio quien trabaja en el sector turístico de Latacunga. Él se enteró de nuestro viaje y el proyecto y nos ofreció quedarnos en su apartamiento. Por educación no queríamos molestar y no íbamos a aceptar pero el insistió y así nos fuimos juntos después de que salió del trabajo caminando a la casa. Ahí nos encontramos con Tatiana su esposa y los dos hijos Dulce (2) y Matías (7). Nos recibieron con tanto cariño y tanta alegría que directamente nos sentimos muy cómodos. Platicamos un montón sobre música, Ecuador, Nicaragua, el mundo, la naturaleza y todo lo que nos mueve e inspira. Tati y Pato tienen una historia bastante interesante. Hace unos años vivían en un lugar que se llama “La Montaña” en la plena naturaleza con casi nada de electricidad, ningún acceso al mundo “desarrollado”. Sembraron sus propios alimentos, aprendieron vivir con lo básico y ser felices. Ahí es donde nació y creció sus primeros añitos Matías. La gente que conocieron en este lugar es para siempre, dicen.

Además organizaron festivales con música, teatro, comida, juegos y mucho más para niños, adultos, mayores, para cualquier. Se llama “Callejearte”. Para este año en julio están planificando otro. Que ganas tenemos de ir! Por el momento están viviendo una vida “normal”, trabajando para ganar suficiente dinero para después realizar su sueño de un centro cultural afuera de la ciudad, viviendo de sus propias verduras, frutas, hierbas buenas. Cocinando y ofreciendo cultura. Viviendo tranquilo, compartiendo, felices. Unas grandes personas y amigos.

El comedor de las generaciones

En la tarde fuimos a conocer una constelación de familia bien especial y única. En un comedor viven todas las generaciones juntas. Abuelos, padres, primos, hijos, nietos. Son muchos. Y a veces uno se pierde quien está relacionado con quien dé cual manera. Hubo una pareja, la más vieja y todos pensábamos que eran esposos pero cuando le preguntamos a la señora por su esposo ella casi se molestó y dijo que era su padrastro. Tienen una diferencia de edad de 5 años. Entonces ahí uno se queda pensando cómo fue la convivencia, como la relación, como el trato. La entenada estuvo muy introvertida y no quería hablar mucho pero cuando hablaba dijo que su vida era dura, que sufrió mucho (de cual manera no sabemos) y que desde niña tenía que trabajar. También habló de un maltrato de un tío pero no pudimos saber más. Solo eso ya nos dejó con cierta pesadilla y pensando. En esta familia también hay dos casos de niñas con discapacidad. Ya son mayores, tienen sus hijos. Pero nunca salen de su cuarto, están ahí todo los días, a veces solo llorando o gritando. La coordinadora nos dijo que también hubo casos de violencia y abuso. Muy fuerte. Ahí uno quisiera quedarse mucho tiempo con esta familia para conocerlos más y entrar a la profundidad del sistema en que Vivian y viven todavía. Y al mismo tiempo no porque es su vida y querer cambiar algo ahora sería tal vez demasiado fuerte para ellos. Todo los años con el trauma a dentro y sacarlo después de tanto tiempo pudiera ser un choque. Ojala que los hijos y nietos pueden crecer con menos dolor para que cuando estén viejos digan que tenían una vida feliz.

Samira Lintzen

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Una escena un poco más amigable al lado en la otra mesa: Dos señoras están sentados en un rincón hace horas platicando y riéndose, como tres litros de cerveza enfrente de ellas. Forman un imagen bonito, simpática, de confianza. Esto es una opción para los adultos mayores. Si no tienen una familia con quien pueden compartir y hablar por lo menos que haya uno o dos amigos para estar un rato. Tal vez está aún mejor porque están en lo mismo, tal vez comparten la misma soledad y aun no hablan sobre esto ayudara estar en compañía.

Cuando nos levantamos para ir ellas nos llaman con una risa grande. Quieren darnos por lo menos un traguito de su cerveza y saber un poco de dónde venimos. Que buen final para un día tan difícil con tanto de procesar. Hay tantas maneras como nuestra tercera generación trata su situación. Algunos se quedan tristes y con melancolía, otros se quedan esperando por sus miembros de la familia, otros se quedan sonriendo.

Estos programas de la integración de los adultos mayores es una iniciativa muy importante- en todo el mundo. Es lo mismo que ocurre en la sociedad. Los hijos crecen y empiezan su propia vida, su propia familia. Tienen mucho estrés y no queda tiempo para visitar sus viejos. Pero para mí eso es la esencia de la vida. Te educan, te entregan su tiempo, su amor toda su vida y esto debería ser suficiente para después tener el derecho recibir lo mismo a cambio. Porque la vida es un círculo repetitivo. Un día nosotros vamos a estar viejos y también necesitáramos apoyo en el futuro. Y ahí cada uno se debería preguntar a sí mismo: “Como quisiera estar tratado yo?”. Es siempre lo mismo. Trata como quisieras que te tararan a vos. Es mucho trabajo en nuestra sociedad pero también como siempre, los cambios necesitan tiempo, sensibilización y educación. Como estos programas que visitamos en Latacunga.

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Cuenca, La banda de los Muffins

Cuando uno sale de viaje con pocos recursos hay un par de cosas que se debe tener en cuenta, una de ellas es que vas a tener que vivir muy con lo básico y por otro lado que se va a tener que pasar por frio, hambre, calor, estrés, desesperación. Hay que tener presente que estas cosas son parte de la vida “normal” pero vivirlas cuando estas en bicicleta es otro cuento o como diríamos en Nicaragua son “”otros cien pesos”. Hacer frente a la carencia de dinero puede llevarte a pensar locuras como renunciar a un sueño, pero en nuestro caso fue un tanto distinto, dejar a un lado muchos estereotipos y la vergüenza.

Cuenca es una ciudad muy bonita, muy limpia, verde con un clima de montaña. Su estructura y sus colores la hacen como un imán para los que viajamos. El primer día fue duro casí no teníamos dinero en nuestras bolsas, la Sami venía con su rodilla muy mal (tuvimos que ir al médico/especialista), lloramos cuando nos dijo que no podía seguir en el viaje, corrimos desesperados y terminamos en un hostal cerca del centro para poder descansar. Al ingresar nos topamos con tres chicos de Argentina muy buena onda, nos presentamos y seguimos hasta la habitación.

Al subir nuestras ultimas cosas a la habitación notamos que los argentinos preparaban unas bandejas de muffins (un tipo de torta con fresa, waffles y azúcar en polvo), no pude hacer ocultar mi curiosidad y pregunte que para que era, así que me contaron un poco la idea: comprar las cosas, preparar, adornar, poner en bandeja, reírse, comerse más que alguno en el proceso, salir a la calle, pararse en un semáforo, ofrecer, sonreir, hablar un poco y hacer la venta. Mi primer pensamiento fue ni loco podría hacer eso…

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Al día siguiente ya casí por salir del hostal hable con uno de los chicos argentinos, Pablo Tapía, le comente porque nos íbamos ($$$) y me dijo que nos animáramos a probar, yo le conteste que no sabía en realidad que iba a pensarlo. En mi cabeza pensaba en la pena o vergüenza, miedo… necesidad… fuimos a comprar unas cosas para el viaje y al regresar pasamos por donde unas amigas de los argentinos, dos chicas ecuatorianas muy buena onda, quienes al saber que teníamos un poco de interés en hacerlo nos dijeron tomen esta bandeja y háganlo, para nosotros fue como “ok…intentémoslo”. Pablo nos prestó de las cosas, y así preparamos nuestra primera bandeja.

Nos cambiamos de ropa, nos medió peinamos, preparamos los muffins y salimos al “puente” –el mejor punto para vender– ahí comenzamos la prueba, dejar el miedo, la pena y todo eso a un lado. Nos acercábamos y: “buenos días, le gustaría colaborar con la compra de un muffin, viajamos en bici por Latinoamérica y así nos financiamos” algunas veces fue un simple no, otras veces que bonito pero no tengo, pero siempre al final del día acabamos con toda la bandeja. Así de esta manera transcurrimos dos semanas en ese “puente” en donde hicimos a un lado una gran parte de nosotros.

Aunado a esto es válido poner en este papel que no solo fue la experiencia de vender lo importante, creo aún más fue la de compartir desde un inicio con este grupo de jóvenes de Argentina (Pablo, Carolina, David, Demis y Julian) quienes viajan de igual manera pero hacia el norte con su proyecto de viaje Integración Americana. Compartir un mate, una sonrisa, un rato en el puente, tener 8 o 9 bandejas y tratar de vender todo y lograr la mitad, son momentos que pasaron no por casualidad, fuimos por unos días como una familia, unos ayudando a otros hasta convertirnos en la banda de los muffins del puente.

Carlos Ariel Herrera

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Mi mundo en una Carta: Cuenca

Encontrar una escuela u institución con que se podía trabajar se nos hizo medio difícil durante estuvimos en Cuenca. Pero ahí era el lugar donde pensamos conectar a las escuelas de los países ya recorridos con Ecuador.

Los días que pasamos en Cuenca siempre fuimos a lugares donde pensamos encontrar gente con interés. Fuimos al centro alemán que al final solo era una escuela de idiomas en clases individuales, fuimos al centro cultural, al centro de desarrollo social, a una institución de preescolares. Nada. En uno no se podía hacer por edad o por cantidad de gente, en otro por mucha burocracia. Querían empezar un trámite de papeles y permisos que para nosotros es demasiado. Ofrecemos un rato alegre para l@s niñ@s y chaval@s y son ellos que nos importan.

Pero como siempre en la vida: hay que buscar, hay que ser terco y no rendirse tan rápido. Fuimos y fuimos a la Municipalidad y al final un número, un contacto, una escuela. Nos contactamos con la directora y solo por teléfono escuchamos y sentimos que eso era un buen lugar. Muy abierta la Señora, dinámica y cariñosa. Organizamos dos días seguidos. Y dos días después nos encontramos enfrente de las puertas del colegio “Santiago Compostela”.

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Esta vez nos enfrentamos a más de 100 niñas y niños en el aula grande de la escuela. Tantos niños a la vez fue algo nuevo. Eran tantos que tuvimos que usar micrófono. Y claro – eran como 70 más que querían participar y dar su opinión. Con más nervios empezamos pero rápido se mostró una vez más que los títeres tienen cierta magia y que todo sale bien porque lo más importante es que se divierten l@s niñ@s y que al final queda algo adentro de ellos. Después de la obra la reflexionamos sobre lo que han visto y pusimos a unos voluntarios del público y un profesor a jugar los títeres. Todos estuvieron alegres. Niñxs y profesores.

Al próximo día cuando entramos a la escuela lxs niñxs acudieron corriendo hacia nosotros gritando los nombres de los títeres y de lo que pasó en la obra. Otra vez en el aula grande con los más grandes. Hicimos un taller incluyó dinámicas para romper el hielo, un rato para avergonzarse y reírse, un poco de clase geográfica (donde esta Nicaragua, donde están ellxs lxs chavalxs) y el intercambio de las cartas. Una chavala voluntaria leyó una carta de un niño de Estelí, Nicaragua. Se sintió la emoción de lxs chavalxs conocer otra parte del mundo de esta manera. Formamos grupitos de mesas para que leyeron las cartas de lxs niñxs de Nicaragua y Costa Rica y para que escribieron una carta en común para responder como es su vida, su escuela, su naturaleza, su cultura. Pintaron, escribieron y tal vez lo más bonito que comunicaron entre ellos mismos y asi reflexionando mucho sobre su vida misma.

Este proceso repetimos una vez más en otra clase y recibimos muy buenos resultados y buenas vibras. Samira Lintzen

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