Buscando Flores en Israel

3
Buscando Flores en Israel Posted Dec 6 2011 http://elinternacionalista.com/2011/12/06/buscando-flores-en-israel/ Por: Manuel Férez Los árabes nunca esperan recibir flores por eso cuando les regalan flores se ponen muy contentos. Abraham B. Yehoshua en La Novia Liberada En su libro “Presencias Ausentes” el novelista y activista político israelí David Grossman realiza un viaje, tanto físico como mental y espiritual, a la vida cotidiana, ideas y posturas políticas y religiosas, aspiraciones educativas y ubicación (real y percibida) de la minoría árabe israelí. A través de pláticas casuales y entrevistas, Grossman nos lleva a un mundo que muy pocas veces es mencionado o analizado en los medios de comunicación fuera de Israel y que siempre ha estado envuelto en un manto de prejuicios e ideas preconcebidas: ¿cómo vive realmente la minoría árabe del Estado de Israel que representa más del 20% del total de la población? Es dentro de la última parte de la obra que se reproduce un interesantísimo debate entre Abraham B. Yehoshua (reconocido escritor y profesor judío israelí) y Antón Shammás (famoso poeta y novelista árabe israelí), teniendo al mismo Grossman de testigo, y que en la coyuntura actual me parece totalmente adecuado retomar. Dicha discusión gira en torno a lo que implica ser un árabe israelí en un país que busca ser definido oficialmente como un Estado judío y sobre el significado de lo que implica ser “israelí “y la identidad que de ese concepto se construye y reconstruye constantemente dentro del Estado. Si bien el encuentro entre Shamás, Yehoshua y Grossman fue en el ya lejano año de 1986, el tema tratado en aquella ocasión resuena hoy en mis oídos ante la

description

ES UN CUENTO CORTO REFERIDO A LAS FLORES DE ISRAEL.

Transcript of Buscando Flores en Israel

Page 1: Buscando Flores en Israel

Buscando Flores en Israel

Posted Dec 6 2011 http://elinternacionalista.com/2011/12/06/buscando-flores-en-israel/

Por: Manuel Férez

Los árabes nunca esperan recibir flores por eso cuando les regalan flores se ponen muy

contentos.

Abraham B. Yehoshua en La Novia Liberada

En su libro “Presencias Ausentes” el novelista y activista político israelí David Grossman

realiza un viaje, tanto físico como mental y espiritual, a la vida cotidiana, ideas y posturas

políticas y religiosas, aspiraciones educativas y ubicación (real y percibida) de la minoría

árabe israelí. A través de pláticas casuales y entrevistas, Grossman nos lleva a un mundo

que muy pocas veces es mencionado o analizado en los medios de comunicación fuera de

Israel y que siempre ha estado envuelto en un manto de prejuicios e ideas preconcebidas:

¿cómo vive realmente la minoría árabe del Estado de Israel que representa más del 20%

del total de la población?

Es dentro de la última parte de la obra que se reproduce un interesantísimo debate entre

Abraham B. Yehoshua (reconocido escritor y profesor judío israelí) y Antón Shammás

(famoso poeta y novelista árabe israelí), teniendo al mismo Grossman de testigo, y que en

la coyuntura actual me parece totalmente adecuado retomar.

Dicha discusión gira en torno a lo que implica ser un árabe israelí en un país que busca ser

definido oficialmente como un Estado judío y sobre el significado de lo que implica ser

“israelí “y la identidad que de ese concepto se construye y reconstruye constantemente

dentro del Estado. Si bien el encuentro entre Shamás, Yehoshua y Grossman fue en el ya

lejano año de 1986, el tema tratado en aquella ocasión resuena hoy en mis oídos ante la

Page 2: Buscando Flores en Israel

propuesta que se debate actualmente en la Knesset de eliminar el árabe como idioma

oficial del Estado de Israel (cabe recordar que desde su fundación en 1948, el Estado de

Israel reconoce al hebreo y al árabe como sus dos idiomas oficiales).

Cómo si la presión internacional a la que está sometido Israel por su política de

asentamientos en territorios ocupados no bastara; como si los movimientos palestinos en

la arena internacional no fueran suficientemente graves; como si la amenaza nuclear iraní

no fuera un gran peligro que debería poner a pensar en establecer alianzas regionales

para contenerla; como si el actual aislamiento internacional israelí no tuviera comparación

en la historia de este país; como si los reclamos de estudiantes, doctores, desempleado,

académicos y periodistas no fueran un indicio de la descomposición social, económica y

política del país; a la actual Knesset (totalmente dominada por los sectores más radicales

de la derecha judía) se la ha ocurrido la grandiosa idea de cuestionar la conveniencia de

mantener el idioma árabe como una lengua oficial.

Es imposible entender la profunda intención de esta propuesta parlamentaria basándose

en una lógica de integración lingüística. La inmensa mayoría de la población árabe israelí

habla un hebreo suficientemente bueno como para realizar sus actividades cotidianas en

las escuelas, universidades, trabajos o centros sociales, cumpliendo, en ese sentido, su

obligación como minoría nacional; sin embargo, la gran mayoría de los judíos israelíes no

sólo carecen de un nivel suficiente de árabe para comunicarse, sino que manifiestan un

enorme desprecio por todo lo árabe, siendo el idioma sólo un simple reflejo de lo que en

realidad se esconde detrás. (Idioma y cultura incluido).

Personajes como Shlomo Avineri y Moshe Arens han manifestado su inconformidad ante

este panorama en sendos artículos de opinión aparecidos en el periódico Haaretz. Ambos

coinciden en que con este tipo de propuestas sólo se logra dañar la libertad de expresión y

la democracia israelí, lanzando un mensaje violento y agresivo hacia la minoría árabe

israelí.

No obstante, las cosas no siempre han sido así. La página de internet del Israel Ministry of

Foreign Affairs[1] respalda la contribución de los árabes a la literatura israelí

mencionando, en un artìculo de Shmuel Moreh, a figuras como Michel Jadad, Nazih

Page 3: Buscando Flores en Israel

Kajyhr, Shimón Balas, Naím Araide, Suleimán Masalja, Samih al-Qassim, entre otros. Todos

estos árabes israelíes, en palabras de Shmual Moreh, profesor de lengua y literatura árabe

de la Universidad Hebrea de Jerusalén (él mismo un judío proveniente de Irak y ganador

en 1999 del Premio Israel), muestran la riqueza cultural que se ha logrado generar en el

pasado a pesar de todos los problemas. En ese mismo Israel que ahora duda de la

conveniencia de tener al árabe como un idioma oficial, lo cual, en mi opinión, era un

símbolo de la buena voluntad que en algún punto de su historia se convino, hoy es un

tema que viene a alimentar la tensión entre esto dos pueblos que comparten territorio.

Actualmente, al igual que en 1986, surgen múltiples preguntas: ¿Cómo construir una

israelidad que incluya lo judío y lo árabe en un mismo nivel? ¿Se puede agregar realmente

a lo no judío dentro del discurso y la cultura israelí contemporáneos? ¿Encontrarán su

lugar en la igualdad los ciudadanos árabes israelíes en este Estado Judío que se perfila

cada vez más intolerante? Y, para mí, la más importante ¿Por qué de todos los problemas

y desafíos que enfrenta Israel actualmente se decide debatir este específico tema? ¿Algo

bueno saldrá de esta discusión?

Independientemente del resultado del debate y del futuro de la propuesta de ley en la

Knesset , el mismo hecho de que este tema se plantee en estos días en las esferas poíticas

y gubernamentales le da la razón a Yehoshúa: ¨Hoy no se regalan flores para el árabe en

Israel.¨