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CULTURA [email protected] Tel.: 5709 1313 Exts. 4430 y 4431 www.eluniversal.com.mx/cultura EL UNIVERSAL Viernes 18 de noviembre de 2011 Su llegada a México, la vida cultural del país, la pasión por la pintura y las artes gráficas son temas que el artista aborda a un día de recibir la Medalla Bellas Artes CORTESÍA DE VICENTE ROJO 1950. El artista pintando en un caballete la pirámide del Sol en Teotihuacan, cuando se podía llegar en coche al pie de la edificación Sonia Sierra [email protected] V icente Rojo tenía unos me- ses de haber llegado a Mé- xico cuando en enero de 1950 comenzó a trabajar en el Instituto Nacional de Bellas Artes como asistente de Miguel Prieto, en el área de Publicaciones. Rojo tenía 17 años, y veía de lejos a un grupo singular de artistas que conducía la re- cién creada institución: Carlos Chávez era el director; como subdirector y di- rector de Artes estaba Fernando Gam- boa, el director de Teatro y Literatura era Salvador Novo y el de Danza, Mi- guel Covarrubias. Aquella fue su escuela: “Estaba recién llegado y para mí era un acontecimien- to, un momento que había deseado siempre para comenzar a adquirir co- nocimientos culturales que no tenía”. Las historias se empatan otra vez. mañana, en el Museo de Arte Moderno -que ha albergado las dos grandes re- trospectivas del artista, en los 80 y 90- Rojo recibirá la Medalla Bellas Artes. “En el 50 entré a Bellas Artes. Me di cuenta de que yo había nacido ahí. No sé, con relación a mi obra, lo que la medalla pueda significar, pero significa mucho por el recuerdo de esa época. Trabajé dos años con Prieto y él también tuvo el extraordinario hecho de llevarme como asistente al suplemento México en la Cultura, de Novedades, que dirigía Fer- nando Benítez, y allí era, otra vez, una apertura enorme a lo que era la cultura... De entonces tengo algo insólito que es una foto mía pintando en un caballete la pirámide del Sol de Teotihuacan. ¡Se podía llegar en coche al pie de la pirámi- de! Era una época extraordinaria para México, de un gran desarrollo cultural y fui, poquito a poco, aprendiendo en el campo de la cultura”. Este 2011 ha sido un año de intensa actividad para el pintor, grabador, es- cultor, diseñador y editor de origen es- pañol. Después de publicar Puntos sus- pensivos. Escenas de un autorretrato, presentó la muestra Volcanes inventa- dos en la UAM; ahora exhibe en la gale- ría Juan Martín El Salón de la Fama y presentará en la Feria de Guadalajara el libro que hizo con Arnoldo Kraus, Apo- logía del lápiz. Pero 2012, dice Rojo, estará “peor”: el 15 de marzo cumplirá 80 años y para el 17 de ese mismo mes planea la inaugu- ración de una exposición en la galería López Quiroga, donde se van a reunir obras antiguas y nuevas, en un itinera- rio visual que ni él mismo imagina. “Se van a enfrentar obras que nunca he visto juntas, por ejemplo una hecha en el 52 con una de 2012. El proyecto es un poco ese juego; he trabajado con series y siempre las he mostrado juntas; creo que nunca he visto en una pared M é x i co bajo la lluvia y Volcán construido”. En 2012, además, presentará la expo- sición Alfabetos, en el Centro Nacional de las Artes y, casi al mismo tiempo, en la librería Rosario Castellanos del Cen- tro Cultural Bella Época del FCE reuni- rá las imágenes hechas para libros, no los de obra gráfica, sino imágenes crea- das para acompañar textos de escrito- res: desde Discos visuales, que hizo con Octavio Paz, y del que conserva algunos de los bocetos, hasta una edición con- memorativa que está en proceso, Aura, de Carlos Fuentes. A esa muestra lleva- rá piezas que hizo para Apología del Lá- piz, la antología Cien años de literatura mexicana -con Philippe Ollé-Laprune-, los alfabetos secretos para acompañar Leer, escribir, de Bárbara Jacobs, las imágenes de Escenarios, con poemas de José Emilio Pacheco, o las de La tinta negra y roja, poesía náhuatl al alimón con Miguel Leon-Portilla. Un viaje definitivo Diez años luego de que su padre se exi- liara en México, en 1939, Rojo llegó a este país con su madre, tras un vuelo de 36 horas, en un avión que paró en Lis- boa, islas Azores, Bermudas, Miami y La Habana. “Es el viaje más largo y más hermoso que he podido hacer en mi vi- da. Un viaje definitivo”. Antes de México, Rojo había hecho “malos estudios de escultura en Barce- lona, malos porque la escuela era muy mala”, recuerda el artista, en su estudio en Coyoacán. Lo que es un hecho es que siempre tuvo vocación para dibujar. “Desde niño me ha acompañado to- do eso. Lo que me ha gustado ha sido usar las tijeras, pegar, combinar, no ne- cesariamente hacer collages aunque los he hecho, pero sí jugar con esos ele- mentos que son tan sencillos, tan cer- canos, de tal uso común que a veces no se les da mucha importancia pero que nos acompañan toda la vida”. En cierta forma, la Apología del lápiz, que publica con Kraus, donde hace una serie de ilustraciones, da cuenta de ese gusto por esa herramienta. “Sigo trabajando a la antigüita, con el lápiz, con el compás -instrumento que me parece tan extraordinario como un lápiz-, con las tijeras, la goma, el pega- mento. Comencé a trabajar con esos materiales y sigo con ellos. Uso todos los lápices. Comento con muchos ami- gos que ellos saben la diferencia entre un B1, B2, o un H3... yo nunca he cono- cido las diferencias entre los lápices. Cuando tengo un lápiz, yo le puedo sa- car el provecho si me da lo que necesito. Pero los matices del lápiz son riquísi- mos. Además es riquísimo el olor a la madera y al grafito”. Aunque su paso por Publicaciones del INBA habría de ser definitivo para esa pasión por la tipografía, que lo ha llevado al mundo del diseño y la edición, y a dar vida a series como los Alfabetos, todavía en España, Rojo trazó unos pri- meros diseños en torno de esa pasión por la cultura tangible gracias al cine. “En Barcelona, la única manifesta- ción estética a la que podía asistir era el cine, me gustaba hacer anuncios de las películas, dibujaba a artistas, hacía las letras, a veces hasta ponía un comenta- rio, pero no sabía que eso era diseño grá- fico; jugaba con imágenes y letras”. Rojo conserva siete u ocho de aque- llos diseños hechos cuando tenía 14 o 15 años, alusivos a filmes como Arco del triunfo y Que el cielo la juzgue. Esos ma- teriales nunca se han exhibido. “Era un mundo que se me empezaba a abrir sin entender muy bien lo que estaba pasan- do. Afortunadamente encontró camino cuando llegué a México”. Todo lo concerniente a la tipografia sigue dando pie a nuevas obras y cons- trucciones suyas: “Siempre he trabaja- do sobre las cosas que me rodean, el al- fabeto es lo que tengo más cercano”. Los amigos Premio Nacional de Arte y Premio Mé- xico de Diseño, cofundador de la Edito- rial Era en 1960, promotor de la cultu- ral, miembro de la generación de la Ruptura, autor de libros básicos en la historia del arte como Diseño Gráfico, creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte, Rojo ha sido tes- tigo y animador de muchos procesos culturales en el país. Desde que llegó a México no sólo dio pasos para consolidar su propia obra y aportar así a la cultura nacional, sino que formó amistades que a más de 60 años aún mantiene; la lista es larga y só- lo anuncia unos cuantos -varios ya au- sentes- temiendo dejar fuera a otros: Miguel Prieto, Fernando Benítez, Juan García Ponce, Emilio García Riera, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Lilia Carrillo, Fer- nando García Ponce, Arturo Ripstein, Felipe Cazals, Jorge Fons, José Luis Ibá- ñez, Juan Ibáñez, Héctor Azar. “Ediciones Era, otro milagro de la amistad, si no hubiera sido porque nos encontramos cinco amigos, la editorial no existiría... Ha sido una felicidad po- der contar con amigos. Con los años me he dado cuenta de que todas las cosas que he hecho, si han sido buenas, es por- que he estado muy bien acompañado, si no hubiera tenido ese apoyo, ese cariño, esa confianza, esa protección de gran- des amigos... No están presentes todos, pero me acompañan toda la vida”. De toda la vida es también su lazo con México. “Desde que llegué me enamoré de él, y quizás se sabe que el amor no es el mejor punto de partida para definir ciertas situaciones; el México actual que está tan lleno de problemas, pero no por eso mi enamoramiento ha desa- parecido, al contrario. Hay que seguir trabajando mucho. La cultura de Méxi- co está muy firme, muy buena y va a vencer sobre todos los obstáculos que tiene México en este momento”. Junto a los amigos están los homena- jes, ese es el motivo de la muestra en la Galería Juan Martín; en ella da continui- dad a una serie que inició en el Centro Cultural Indianilla, como homenaje a una serie de personalidades. Entre los 12 a quienes ahora rinde ho- menaje figuran Paul Klee, Mark Rot- hko, Piet Mondrian, Joseph Cornell, Louise Nevelson, Italo Calvino con Las ciudades invisibles, Carlos Pellicer con su poema “Las flores”, Agatha Christie y Julio Verne, dos lecturas de su adoles- cencia, el cineasta Georges Méliés, pio- nero del cine y los artistas Jean Dubuffet y Germán Cueto. “No se trataba de ilustrarlos. Era par- tir de recuerdos, del tono de Calvino; está hecho de todo lo que me ha acom- pañado a lo largo de la vida. Por ejem- plo, para Julio Verne me basé en La isla misteriosa, que debí leer a los 15 años, que no quiero volver a leer porque pre- fiero tener ese recuerdo. A Christie sí la he seguido leyendo, en momentos en que me detengo en ciertas cosas, digo ‘voy a recurrir a Ágatha Christie que siempre es muy ingeniosa’. Todos sus misterios son un modelo a seguir en cuanto uno tiene que acercarse a una obra de arte, por lo menos para mí: tiene que tener una estructura muy precisa, puede haber zonas misteriosas, pero hay que tener los pies en la tierra”. Rojo recibirá mañana la Medalla Be- llas Artes a las 12 horas en la sala Gam- boa del Museo de Arte Moderno. ALMA RODRÍGUEZ I EL UNIVERSAL ENTUSIASMO. Con apenas 17 años, Vicente Rojo comenzó a trabajar en enero de 1950 en el Instituto Nacional de Bellas Artes como asistente de Miguel Prieto, en el área de Publicaciones www. eluniversal.com.mx Video. Mira la entrevista con el destacado pintor, grabador y diseñador El México actual está tan lleno de problemas, pero no por eso mi enamoramiento ha desaparecido. Hay que seguir trabajando. La cultura de México está muy firme y va a vencer sobre los obstáculos que tiene México ahora” Vicente Rojo, pintor LEA MAÑANA Tras su muerte, publicamos una entrevista con la escritora Pilar Donoso sobre cómo cambio su vida en 2009 al publicar el libro “Correr el tupido velo”

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C U LT U R [email protected] Tel.: 5709 1313 Exts. 4430 y 4431 w w w. e l u n i ve rs a l . c o m . m x /c u l t u r a

EL UNIVERSALViernes18 de noviembre de 2011

Su llegada a México, la vida cultural del país, la pasión por la pintura y las ar tesgráficas son temas que el artista aborda a un día de recibir la Medalla Bellas A r tes

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1950. El artista pintando en un caballete la pirámide del Sol en Teotihuacan, cuandose podía llegar en coche al pie de la edificación

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Vicente Rojo tenía unos me-ses de haber llegado a Mé-xico cuando en enero de1950 comenzó a trabajaren el Instituto Nacional de

Bellas Artes como asistente de MiguelPrieto, en el área de Publicaciones. Rojotenía 17 años, y veía de lejos a un gruposingular de artistas que conducía la re-cién creada institución: Carlos Chávezera el director; como subdirector y di-rector de Artes estaba Fernando Gam-boa, el director de Teatro y Literaturaera Salvador Novo y el de Danza, Mi-guel Covarrubias.

Aquella fue su escuela: “Estaba reciénllegado y para mí era un acontecimien-to, un momento que había deseadosiempre para comenzar a adquirir co-nocimientos culturales que no tenía”.

Las historias se empatan otra vez.mañana, en el Museo de Arte Moderno-que ha albergado las dos grandes re-trospectivas del artista, en los 80 y 90-Rojo recibirá la Medalla Bellas Artes.

“En el 50 entré a Bellas Artes. Me dicuenta de que yo había nacido ahí. No sé,con relación a mi obra, lo que la medallapueda significar, pero significa muchopor el recuerdo de esa época. Trabajédos años con Prieto y él también tuvo elextraordinario hecho de llevarme comoasistente al suplemento México en laCultura ,de Novedades, que dirigía Fer-nando Benítez, y allí era, otra vez, unaapertura enorme a lo que era la cultura...De entonces tengo algo insólito que esuna foto mía pintando en un caballete lapirámide del Sol de Teotihuacan. ¡Sepodía llegar en coche al pie de la pirámi-de! Era una época extraordinaria paraMéxico, de un gran desarrollo cultural yfui, poquito a poco, aprendiendo en elcampo de la cultura”.

Este 2011 ha sido un año de intensaactividad para el pintor, grabador, es-cultor, diseñador y editor de origen es-pañol. Después de publicar Puntos sus-pensivos. Escenas de un autorretrato,presentó la muestra Volcanes inventa-d os en la UAM; ahora exhibe en la gale-ría Juan Martín El Salón de la Fama ypresentará en la Feria de Guadalajara ellibro que hizo con Arnoldo Kraus, Apo -logía del lápiz.

Pero 2012, dice Rojo, estará “peor”: el15 de marzo cumplirá 80 años y para el17 de ese mismo mes planea la inaugu-ración de una exposición en la galeríaLópez Quiroga, donde se van a reunirobras antiguas y nuevas, en un itinera-rio visual que ni él mismo imagina.

“Se van a enfrentar obras que nunca hevisto juntas, por ejemplo una hecha en el52 con una de 2012. El proyecto es unpoco ese juego; he trabajado con seriesy siempre las he mostrado juntas; creoque nunca he visto en una pared M é x i cobajo la lluvia y Volcán construido”.

En 2012, además, presentará la expo-sición A l fa b e t os , en el Centro Nacionalde las Artes y, casi al mismo tiempo, enla librería Rosario Castellanos del Cen-tro Cultural Bella Época del FCE reuni-rá las imágenes hechas para libros, nolos de obra gráfica, sino imágenes crea-

das para acompañar textos de escrito-res: desde Discos visuales, que hizo conOctavio Paz, y del que conserva algunosde los bocetos, hasta una edición con-memorativa que está en proceso, Aura ,de Carlos Fuentes. A esa muestra lleva-rá piezas que hizo para Apología del Lá-piz, la antología Cien años de literaturam e x i ca n a -con Philippe Ollé-Laprune-,los alfabetos secretos para acompañarLeer, escribir, de Bárbara Jacobs, lasimágenes de Esce na rios, con poemasde José Emilio Pacheco, o las de La tintanegra y roja, poesía náhuatl al alimóncon Miguel Leon-Portilla.

Un viaje definitivo

Diez años luego de que su padre se exi-liara en México, en 1939, Rojo llegó aeste país con su madre, tras un vuelo de36 horas, en un avión que paró en Lis-boa, islas Azores, Bermudas, Miami yLa Habana. “Es el viaje más largo y máshermoso que he podido hacer en mi vi-da. Un viaje definitivo”.

Antes de México, Rojo había hecho“malos estudios de escultura en Barce-lona, malos porque la escuela era muymala”, recuerda el artista, en su estudio

en Coyoacán. Lo que es un hecho es quesiempre tuvo vocación para dibujar.

“Desde niño me ha acompañado to-do eso. Lo que me ha gustado ha sidousar las tijeras, pegar, combinar, no ne-cesariamente hacer collages aunque loshe hecho, pero sí jugar con esos ele-mentos que son tan sencillos, tan cer-canos, de tal uso común que a veces nose les da mucha importancia pero quenos acompañan toda la vida”.

En cierta forma, la Apología del lápiz,que publica con Kraus, donde hace unaserie de ilustraciones, da cuenta de esegusto por esa herramienta.

“Sigo trabajando a la antigüita, con ellápiz, con el compás -instrumento queme parece tan extraordinario como unlápiz-, con las tijeras, la goma, el pega-mento. Comencé a trabajar con esosmateriales y sigo con ellos. Uso todoslos lápices. Comento con muchos ami-gos que ellos saben la diferencia entreun B1, B2, o un H3... yo nunca he cono-cido las diferencias entre los lápices.Cuando tengo un lápiz, yo le puedo sa-car el provecho si me da lo que necesito.Pero los matices del lápiz son riquísi-mos. Además es riquísimo el olor a la

madera y al grafito”.Aunque su paso por Publicaciones

del INBA habría de ser definitivo paraesa pasión por la tipografía, que lo hallevado al mundo del diseño y la edición,y a dar vida a series como los A l fa b e t os ,todavía en España, Rojo trazó unos pri-meros diseños en torno de esa pasiónpor la cultura tangible gracias al cine.

“En Barcelona, la única manifesta-ción estética a la que podía asistir era elcine, me gustaba hacer anuncios de laspelículas, dibujaba a artistas, hacía lasletras, a veces hasta ponía un comenta-rio, pero no sabía que eso era diseño grá-fico; jugaba con imágenes y letras”.

Rojo conserva siete u ocho de aque-llos diseños hechos cuando tenía 14 o 15años, alusivos a filmes como Arco deltriunfoyQue el cielo la juzgue. Esos ma-teriales nunca se han exhibido. “Era unmundo que se me empezaba a abrir sinentender muy bien lo que estaba pasan-do. Afortunadamente encontró caminocuando llegué a México”.

Todo lo concerniente a la tipografiasigue dando pie a nuevas obras y cons-trucciones suyas: “Siempre he trabaja-do sobre las cosas que me rodean, el al-fabeto es lo que tengo más cercano”.

Los amigos

Premio Nacional de Arte y Premio Mé-xico de Diseño, cofundador de la Edito-rial Era en 1960, promotor de la cultu-ral, miembro de la generación de laRuptura, autor de libros básicos en lahistoria del arte como Diseño Gráfico,creador emérito del Sistema Nacionalde Creadores de Arte, Rojo ha sido tes-tigo y animador de muchos procesosculturales en el país.

Desde que llegó a México no sólo diopasos para consolidar su propia obra yaportar así a la cultura nacional, sinoque formó amistades que a más de 60años aún mantiene; la lista es larga y só-lo anuncia unos cuantos -varios ya au-sentes- temiendo dejar fuera a otros:Miguel Prieto, Fernando Benítez, JuanGarcía Ponce, Emilio García Riera,Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska,José Emilio Pacheco, José Luis Cuevas,Manuel Felguérez, Lilia Carrillo, Fer-nando García Ponce, Arturo Ripstein,Felipe Cazals, Jorge Fons, José Luis Ibá-ñez, Juan Ibáñez, Héctor Azar.

“Ediciones Era, otro milagro de laamistad, si no hubiera sido porque nosencontramos cinco amigos, la editorialno existiría... Ha sido una felicidad po-der contar con amigos. Con los años mehe dado cuenta de que todas las cosasque he hecho, si han sido buenas, es por-que he estado muy bien acompañado, sino hubiera tenido ese apoyo, ese cariño,esa confianza, esa protección de gran-des amigos... No están presentes todos,pero me acompañan toda la vida”.

De toda la vida es también su lazo conMéxico. “Desde que llegué me enamoréde él, y quizás se sabe que el amor no esel mejor punto de partida para definir

ciertas situaciones; el México actualque está tan lleno de problemas, perono por eso mi enamoramiento ha desa-parecido, al contrario. Hay que seguirtrabajando mucho. La cultura de Méxi-co está muy firme, muy buena y va avencer sobre todos los obstáculos quetiene México en este momento”.

Junto a los amigos están los homena-jes, ese es el motivo de la muestra en laGalería Juan Martín; en ella da continui-dad a una serie que inició en el CentroCultural Indianilla, como homenaje auna serie de personalidades.

Entre los 12 a quienes ahora rinde ho-menaje figuran Paul Klee, Mark Rot-hko, Piet Mondrian, Joseph Cornell,Louise Nevelson, Italo Calvino con Lasciudades invisibles, Carlos Pellicer consu poema “Las flores”, Agatha Christiey Julio Verne, dos lecturas de su adoles-cencia, el cineasta Georges Méliés, pio-nero del cine y los artistas Jean Dubuffety Germán Cueto.

“No se trataba de ilustrarlos. Era par-tir de recuerdos, del tono de Calvino;está hecho de todo lo que me ha acom-pañado a lo largo de la vida. Por ejem-plo, para Julio Verne me basé en La islamisteriosa , que debí leer a los 15 años,que no quiero volver a leer porque pre-fiero tener ese recuerdo. A Christie sí lahe seguido leyendo, en momentos enque me detengo en ciertas cosas, digo‘voy a recurrir a Ágatha Christie quesiempre es muy ingeniosa’. Todos susmisterios son un modelo a seguir encuanto uno tiene que acercarse a unaobra de arte, por lo menos para mí: tieneque tener una estructura muy precisa,puede haber zonas misteriosas, perohay que tener los pies en la tierra”.

Rojo recibirá mañana la Medalla Be-llas Artes a las 12 horas en la sala Gam-boa del Museo de Arte Moderno.

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Video. Mira la entrevistacon el destacado pintor,grabador y diseñador

El México actual está tan lleno de problemas, perono por eso mi enamoramiento ha desaparecido. Hay

que seguir trabajando. La cultura de México está muy firmey va a vencer sobre los obstáculos que tiene México ahora”

Vicente Rojo,pintor

LEA MAÑANA

Tras su muerte, p u b l i ca m o suna entrevista con la escritoraPilar Donoso sobre cómo cambiosu vida en 2009 al publicar ellibro “Correr el tupido velo”