lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que...

69
……………….…………………………………..……&……………………………………………………… CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de poderosos estados y fructíferos pueblos, cuales convivían en armonía y respeto, bajo las órdenes del Rey Ludovico, cuál gran personaje en la historia, pudo establecer un irrompible pacto de hermandad, en donde se fijaba como regla principal, la existencia de un solo soberano, quién era acompañado de sus fieles guías, estos que solo podían ser miembros de la ilustre Iglesia, era uno de ellos, su mano derecha, un hombre llamado Germán. Mandrágora, era el nombre bendito que se le atribuía a la fecundidad y maternidad, esto fue en honor a la Reina, cuya muerte sucedido al dar a luz a su único hijo, al quién le fue dado el nombre de su madre, Britain. Este muchacho, creció junto a las enseñanzas pulcras de Germán, mismo que al pasar los años, antes de su muerte, le coronó. Britain, fue también un gran Rey, quién enseñó a su gente la gracia de un matrimonio perfecto. Sin embargo, donde hay suprema luz, también tiene que haber densas tinieblas y como era ley, la mujer de Britain dio a luz a un castaño, un bebé de ojos chispeantes como el trueno, aquel que fue llamado Bedah, debido a su exigente naturaleza. Bedah, es nuestro actual Rey, único en su leyenda, su espíritu feroz y destructor ha acabado con pueblos y con amistades, su ambicioso y preponte corazón ha roto los protocolos de sus antepasados. Bedah, cree que es fuerte, invencible, su orgullo trabaja silenciosamente dentro de él, es un tipo sin escrúpulos, alguien que se cree Dios mismo y se levanta ante sus leyes. ¿Fue siempre así? No lo sé, yo creo que sí. Empero, soy joven para reconocer en carne y hueso, las cosas que pasaron… Dicen que el odio de Bedah creció cuando su hermosa esposa se unió a las enseñanzas de la Iglesia, rumores declaran que esta le abandonaba por mucho tiempo y que él era tan desconfiado, que cuando ella le dio a su único hijo, William, este no le reconoció. Y tal acto tuvo su rumor, era debido a que se hablaba sobre el ficticio amor que en la Reina creció hacia uno de los, en ese entonces, rectores de la Iglesia, Germán, un joven Sacerdote, no la culpo, él es tan hermoso…. Pero, tal murmullo fue la raíz de una gran venganza; pues, Bedah se puso en contra de todas las decisiones de la Iglesia, no les oía y trataba a todos como esclavos, sin contar, que puso precio a la cabeza de Germán, aquel Sacerdote especial, a cuál, según historias, tiene el don de la juventud; pues, nadie lo puede matar…. Esto es comprensible y se los digo yo a ustedes, Germán, quién se convirtió en un preso de la Iglesia también, es un Teúrgo de élite, fue mi maestro y este pequeño detalle lo supo también Bedah, quién aparte de darle guerra a la Iglesia, se encadenó a una sangrienta cadena de asesinatos a

Transcript of lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que...

Page 1: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

……………….…………………………………..……&………………………………………………………

CAPITULO 1: SONICK.

Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un

hermoso estado que abarcaba con la unión de poderosos estados y fructíferos pueblos,

cuales convivían en armonía y respeto, bajo las órdenes del Rey Ludovico, cuál gran

personaje en la historia, pudo establecer un irrompible pacto de hermandad, en donde

se fijaba como regla principal, la existencia de un solo soberano, quién era acompañado

de sus fieles guías, estos que solo podían ser miembros de la ilustre Iglesia, era uno de

ellos, su mano derecha, un hombre llamado Germán.

Mandrágora, era el nombre bendito que se le atribuía a la fecundidad y maternidad, esto

fue en honor a la Reina, cuya muerte sucedido al dar a luz a su único hijo, al quién le fue

dado el nombre de su madre, Britain. Este muchacho, creció junto a las enseñanzas

pulcras de Germán, mismo que al pasar los años, antes de su muerte, le coronó. Britain,

fue también un gran Rey, quién enseñó a su gente la gracia de un matrimonio perfecto.

Sin embargo, donde hay suprema luz, también tiene que haber densas tinieblas y como

era ley, la mujer de Britain dio a luz a un castaño, un bebé de ojos chispeantes como el

trueno, aquel que fue llamado Bedah, debido a su exigente naturaleza.

Bedah, es nuestro actual Rey, único en su leyenda, su espíritu feroz y destructor ha

acabado con pueblos y con amistades, su ambicioso y preponte corazón ha roto los

protocolos de sus antepasados.

Bedah, cree que es fuerte, invencible, su orgullo trabaja silenciosamente dentro de él, es

un tipo sin escrúpulos, alguien que se cree Dios mismo y se levanta ante sus leyes. ¿Fue

siempre así? No lo sé, yo creo que sí. Empero, soy joven para reconocer en carne y hueso,

las cosas que pasaron… Dicen que el odio de Bedah creció cuando su hermosa esposa se

unió a las enseñanzas de la Iglesia, rumores declaran que esta le abandonaba por mucho

tiempo y que él era tan desconfiado, que cuando ella le dio a su único hijo, William, este

no le reconoció. Y tal acto tuvo su rumor, era debido a que se hablaba sobre el ficticio

amor que en la Reina creció hacia uno de los, en ese entonces, rectores de la Iglesia,

Germán, un joven Sacerdote, no la culpo, él es tan hermoso….

Pero, tal murmullo fue la raíz de una gran venganza; pues, Bedah se puso en contra de

todas las decisiones de la Iglesia, no les oía y trataba a todos como esclavos, sin contar,

que puso precio a la cabeza de Germán, aquel Sacerdote especial, a cuál, según historias,

tiene el don de la juventud; pues, nadie lo puede matar…. Esto es comprensible y se los

digo yo a ustedes, Germán, quién se convirtió en un preso de la Iglesia también, es un

Teúrgo de élite, fue mi maestro y este pequeño detalle lo supo también Bedah, quién

aparte de darle guerra a la Iglesia, se encadenó a una sangrienta cadena de asesinatos a

Page 2: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Aprendices, Alquimistas, Magos y Teúrgos… todos morían ahorcados, quemados y

torturados.

Esto se escribió con sangre, gritos y desesperación en la inolvidable historia de nuestro

Reino, cuál abarca con 4 estados y 20 ciudades - pueblos, cuya gente no echó de menos

a estos seres, ya que Bedah se encargó de transmitir aquel odio hacia los Magos. Así,

cuando un ciudadano veía a un brujo, este se encargaba de eliminarlo, todo, para que

supuestamente la paz de “Dios” nos de riquezas y armonía…

¿Quién podría ser tan inocente para creer en las palabras de este tipo?...

………………………………………………………………æ…………………………………(Fin de las palabras)…..

La mañana resplandecía en su décima hora, con sus cantares cotidianos que no solo de

los pajarillos eran, sino de esos pueblerinos que vendían mil cosas para subsistir entre la

pobreza… Más, los rayos solares daban esperanza y por qué no a esa sala parroquial, cuál

acogía a esos mensajeros de la paz, a los llamados misioneros, esos jóvenes selectos para

calmar el furor de la guerra contra el Reinado de Bedah.

—¡Jah! Ese Bedah es caso perdido… cada vez salen peores cosas de él… definitivamente no sé

porque estamos de su lado… —La chica, tirada en el piso, leía el diario. —A veces, me avergüenzo

de la Iglesia… Sí Germán estuviese a la cabeza, como en otros tiempos… de seguro que ya hubiese puesto

cartas en el asunto.

Habitual, el día siempre afloraba con las críticas de Sonick, ante una política injusta y

antisocial, así como con los finísimos bostezos de la normalmente cansada, Leticia, una

mujer alta, cabellos rubios, de severos ojos cafés, y dogmático como fuerte carácter. Esta

era la compañera de misión de Sonick.

—¿Cansada?... pero nunca hace nada… Murmuró Sonick volviendo a leer su periódico,

todo mientras los delicados pies de Leticia caminan rápido hacia ella.

—¡Sonick! ¿!Por qué no me has despertado!?. Grita la rubia, como si fuese un ciclo sin

fin. —¡Teníamos una reunión muy importante!. Dijo ella, Sonick la ve. —Ya fui yo. Respondió

cortante, esto causó la rabia intolerable de quién volvía a lanzarle sus acostumbradas

cátedras. —Sonick… yo soy tu superior. A mí me mandaron aquí, porque esto merece la presencia de

una Misionera elite y con experiencia… ¡Cuando entenderás! A ti te falta demasiado, eres una niña…

¡Nosotras no difundimos la paz, la creamos!. Grita.

Sonick sentía la presión de su compañera, pero no era para menos, las gentes temían la

guerra y por ende a sus muertes esporádicas.

—Lo siento, pensé que podría hacer algo sola nuevamente. Clamó Sonick suspirando

hondamente, más sabia que los reclamos de la rubia no terminaban ahí.

—¡Y has vuelto a leer mis cartas!. Gritaba a la distancia.

Page 3: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Sonick continuaba leyendo, ciertamente a veces entre la desgracia, una sonrisa surcaba

su rostro, una al momento de recordar a Germán, de remembrar el Monasterio y a sus

amigas. —Solo he leído las que Germán te mandó… después de todo, siempre hablan de mí. Mencionó

la muchacha con molesto y consentido tono.

Leticia le veía con fastidio, esta era celosa y envidiosa, más tenía que comportarse como

“Misionera de elite” por eso, volteó y se encerró en el baño.

Era notable que dos personalidades tan distintas no gustaran de estar juntas.

—Llevamos casi dos años juntas… a veces me pregunto hasta cuándo vamos a aguantarnos…

pero sobre todo… cuando me vas a dejar de torturar, Germán… Dijo Sonick para sí, a momento

que entrecerraba sus ojos.

…….……………………………………………….…………..…….…æ……………………..……….…………………………………………

Bueno, al decir Misionera, pareciese que yo fuese grande, alguien que pertenece a

alcurnia de la Iglesia, pero no es así.

Yo soy Sonick, una joven de apenas 17 años, no pertenezco ni a la nobleza, ni a la

belleza… les cuento mi historia.―Yo fui abandonada cuando era una simple bebe, a la

quién dejaron en las puertas del templo, esto ya era costumbre por parte de las madres

despreocupadas, solo espero que mi madre haya sido una excepción y sus motivos

hayan sido necesarios. No obstante, al ruido de mi llanto, fui recogida entre los brazos

de la monja Gracel, ella me crio junto a Germán, quién fue el segundo en verme, ella me

puso frente a sus enigmáticos negros ojos.

….Entonces, digamos que ellos son mis padres, me ilustraron en tantas cosas… Bueno,

Germán me mostró la magia y Gracel, me incluyó como una futura monja, algo que yo,

sinceramente, no quiero ni quisiese ser… mi sueño está más allá de eso.

Más, estimo mucho lo que ella hizo por mi… quisiese volver a verla… más tristemente

partió hacia el horizonte desde que yo tenía seis años, hasta ahora regresa... este es otro

de los motivos por los que acepte ser misionera y viajar de lugar a otro, para algún día…

encontrármela.

Pero… ¿Cómo es que yo llegué a ser Misionera?... eso es algo de mucha polémica, el

primer porque resultó con la llegada de mi adolescencia, ahí donde ya no te aguantas

estar callada, donde tu interior rebelde defiende lo que es justo… en fin, esto me causó

problemas con los integrantes de la corte eclesiástica…. Cuales estaban dispuestos a que

yo me marche de las barreras de la Iglesia, algo que Germán, aun siendo prisionero, no

estaba dispuesto a tolerar. Por ello, Germán rogó y rogó al actual Rector del Monasterio,

Oz, quién fue el único rector que se dio el atrevimiento de cambiar a todos los veteranos

líderes de la institución y los reemplazó por adultos jóvenes… (Me da igual, todos son

unos incapaces) Más, no detesto a Oz; pues, también fue el único que le dio libertad a

Germán para que este caminase libremente por las instituciones del Monasterio, tal vez

Page 4: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

lo hizo, por respeto a que fue un gran Sacerdote. En fin, también, por tal motivo, aceptó

la propuesta de Germán… que yo sea misionera y por ende pase lejos de las cuatro

paredes del Monasterio.

Esa es la realidad…. No es porque sea excepcional, buena monja, buena estudiante, nada

de eso… solo era insoportable. ¿!Qué!? ¡Hay que ser sinceras! Algo que yo tengo como ley,

es no mentir, no llorar y no temer.

Empero, regresando al tema, tristemente el ser Misionera me ha alejado de todo lo que

siempre amé… no sé qué pensar de las decisiones de Germán, él es impredecible y

misterioso; como amable y alegre hombre… él fue quién me envió a la señorita

perfección, Leticia, quizás para que me cuide… más, ya hemos recorrido ocho de los

veinte pueblos que pertenecen al Reino Mandrágora… la paz no se logra… temo porque

la guerra nos abata, Bedah no dejará el Reino sin un río de sangre en medio. ….Y ya

saben, siempre mueren primero, los inocentes.

En fin… a veces creo que Bedah obligó a la Iglesia a hacer este frente de la paz, algo

intolerable… más, sé que sí no hacemos caso… la Iglesia sería destruida. Bedah vive en la

capital, en la ciudad de Mandrágora, donde también está el Monasterio, cuál acoge con

las cuatro Catedrales y las veinte Iglesias, cuales obedecen a Mayor, él que está por

encima de Oz. ….Bueno, ¿Habló mucho? Lo sé… pero sin mí, no sabrías la historia….

Más, para terminar, esta es nuestra misión, ayudar a que el amor reine sobre la guerra

―Es nuestro lema.

…….………………………………………………………...……………æ……………..…………………………………………………………..

Y Sonick dejaba la revista, esta era llamada por el brillo del cielo, mismo que empezaba a

pintar de un cálido naranja, la mitad del día empezaba a sonar con las campanas de la

Iglesia pueblerina. Todos salían a comer, a darse un espacio de sus atareadas jornadas,

así como Leticia, la cual se arreglaba para reunirse con el Sacerdote de la parroquia.

—Y dime, que hay en los diarios ¿Algo interesante?. Mencionó la rubia.

—No… lo mismo de siempre. Respondió Sonick perdiéndose en las nubes. —Aunque…

sí consideras interesante, que Bedah haya vuelto a abusar de otra chica… o que Williams, su hijo, haya

rechazado a otra mujer, humillándola en público… pues, sí ¡Que interesantísimo!..... Habló la castaña

de ojos turquesas e indomable espíritu, Sonick, el dolor de cabeza de Leticia, la cual por

más que intentaba, nunca encontraba palabra adecuada ni pensamiento afín. Leticia

creía de Sonick una rebelde sin causa.

—Eso que dicen de Bedah no es cierto… son acusaciones de forajidos que están a su contra. Dijo

Leticia con despreocupación. Sonick levantaba su mirar. —¿Y el sufrimiento de las familias?

También… ¿Es falso?. Acusó la castaña sin verla. Leticia chasqueaba sus labios, tomaba del

Page 5: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

diario botándola a la basura, expresaba que en vez de envenenarse, debía dar atención a

la misión y a la paz, como también, arreglarse y bajar a comer.

—Todo lo que tu tengas en contra de Bedah, debes guardártelo para ti… ¡A nadie le importa! Lo

primordial es la paz. Aclamó Leticia abriendo la puerta, ella iría a comer.

—¿La paz?... y porqué sí tanto admiran esa palabra, no se la dan a los Magos que en las calles a

escondidas, viven. Los ojos turquesas de Sonick se clavaban con fiereza a medida que la

insospechada Leticia, soltaba una carcajada. —Sonick, eres una ingenua… —Leticia entre

cierra sus ojos. —Sí es por esos Magos que nuestro Reino sufre… que la armonía entre el Rey y la

Iglesia se rompieron… ellos, con sus poderes, dañaron la mente de los habitantes, con su ingenio maligno

destruyen nuestras reglas, todo lo malo, es por ellos… ¡No merecen la paz!. Y dicho esto, Leticia se

marchó. Sonick quedaba en la habitación, sus entristecidos ojos y su suspiro inmortal

hacían de ella una joven mártir preocupada.

—Sí esto sigue así… no habrán Magos que canten a la naturaleza, ni alegría que hagan latir los

corazones de los humanos… ¿Por qué? Antes no era así… todos gustaban de la presencia de los Magos,

ellos ayudaban en muchas cosas y hasta a veces gratuitamente… De esa manera, Sonick se perdía

entre sus ideas, la verdad, no había día en que no piense en Germán y su bienestar.

Sin embargo, cortando con su concentración, una pequeña piedrecilla golpeó su frente,

este iba acompañado de un pequeño silbido que le invitaba a bajar su mirada.

—¡Sonick!. —Susurró un jovencito. —El líder dijo que sí. Concluyó aquel, este que

conquistaba la sonrisa de la misionera, cuál llena de emoción, no demoró en bajar rápida

y descuidadamente alado de Leticia, quién era obvio, se extrañaría de sus sospechosas

andanzas, aquellas que ya se habían hecho costumbre desde que llegaron a ese pueblo.

Más entonces, Sonick abrió la puerta chocándose con su amigo, aquel llamado Love, un

joven bajito, aquel, la jalaba y la introducía en la algarabía del pueblo de Esperanza. Los

ojos de Sonick volvían a brillar, ella, con su túnica de misionera, esa de verde color

pasto, chal blanco y la cruz sobre su pecho, corría tal como una niña alegre junto a Love,

el chico pelinegro de azules ojos, mismo que la llevaba por los coloridos paisajes que el

lugar tenía a sus ocultas. Todo mientras Leticia comía del polvo; pues, ella sabía muy

bien que su compañera salía con un pueblerino… Pero… ¿Quién era este chico?.

—Sonick, el día de hoy… el líder del gremio ha aceptado tu asistencia a nuestra fiesta… no tengo

de mucho tiempo, porque debo ayudar a arreglar todo… pero todos están gustosos con tu presencia. Dijo

el chico con igual o más dicha que Sonick, esta que le abrazaba con satisfacción.

—¡Increíble, Love! …pero, ¿No habréis dicho quién es mi padre, no?. Interrumpió la chica.

—Claro que no, Sonick. Respondió el pelinegro, robando un beso a la mejilla de esta.

—¿!No me estarás engañando, Love!?... en verdad voy a estar junto a todos ustedes. Habló ella.

—¡Claro que no miento! Soy un Mago. Respondió ofendido, Sonick ríe, ambos sabían

que harían lo que sea por cada uno. Empero más, Love, el enamorado, cuál convenciese a

Page 6: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

todo el gremio de que Sonick era alguien de confianza, después de todo, esta era una

aprendiz de Magia.

Y Sonick saltaba de la alegría. —¡Voy a ir! ¡Que felicidad!. Agarraba la mano de Love.

—Yo vendré por ti en la tarde… vamos a pasar una noche inolvidable… pero debes ser precavida,

nadie de la Iglesia puede saberlo. Y Love se despedía, tras sus numerosos pasos, estaban cerca

de la casa parroquial, este le dejaba con disimulo, como un pequeño caballero que dejase

a su doncella, Sonick.

—Mi querida Misionera, nos vemos… recuerda de nuestra cita. Habló Love besando de su

muñeca, Sonick sonreía. —Claro que no lo olvidaría. Guiña su ojo, despidiéndose.

Empero, tras las paredes, Leticia, quién le llevaba esperando, le veía con suma vigilancia,

como detestaba que Sonick haga con su vida lo quiera.

—¡Muchachita malcriada! Pero vamos a ver en que te hayas, de seguro que no te molestará que

una compañerita te acompañe a tu fiestecilla. Murmuró a la vez que regresaba a su habitación.

Sonick iba tras ella, esta miraba como Love se alejaba de la parroquia.

—Qué pensaría de esto… tu querido Germán. Pensaba Leticia.

…………………….………………………………………………..……æ…………………..…………………………………………….........

No voy a negar que he escuchado rumores que cuentan que nuestro Rey Bedah fue

hechizado a muerte muchas veces, también que dentro del Monasterio, brujos y brujas

hacían de las suyas para derrocar las leyes. Pero para mí, estas son opiniones de

personas, no negaré mi interés ante el más allá, mi sueño de ser una gran Teúrga… pero

yo creo que la energía depende de quién la maneje, yo por ejemplo, no haría nada malo

en contra de los demás…. Pero, me pregunto qué pasaría si Oz y su corte eclesiástica o si

Leticia y sus monjas se enteraran de ello, seguramente me condenen a muerte, como a

veces creo que lo hicieron con Gracel, mi maestra, mi madre... es seguro que eso pasó y

que Germán por no verme triste, no me lo confiesa… Es bueno saber que Germán es muy

fuerte y no se dejará lastimar ni lastimarme de nadie.

……………….………………………………………………………..……æ………………………………………………………..…….........

Más, por otro lado, surcando de las montañas rocosas del estado de Anima, cuál era

madre del pueblito “Esperanza”, estaba el desierto que llevaba a la ciudad “Mandrágora”

en cuyo corazón era edificado el Monasterio. Ahí vivía Oz —Rector de la Iglesia. —Este

que subiendo de las largas escaleras, iba hacia una de las torres del lugar, él visitaba la

pequeña morada de Germán, el Teúrgo y Sacerdote que tanto era buscado por malvados

que le odiaban; pues, su cabeza tenía precio.

Así, Oz tocó la puerta y el amable Germán le hizo pasar.

—Ya extrañaba ver tu cara merodeando en lo que hago… puedo saber a qué debe tu alejamiento

¿triste otra vez?. Exclamó Oz, el tipo de largas hebras negras y mieles ojos, de una sonrisa

Page 7: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

retorcida y bipolar carácter. Germán solo sonreía. —Que gusto me da que me visites, Oz. La

verdad pienso constantemente en Sonick, solo es eso. —Germán entrecierra sus ojos.

Oz le miraba con su indescifrable mirada, este se sentaba en el sofá, de donde veía los

raritos adornos, los sellos y libros de magia que el excéntrico personaje poseía en su

habitación. Poco a poco mostraba de su fingida sonrisa.

—Bueno brujito que te puedo decir… Tú quisiste alejarnos a Sonick y te lo agradezco porque ya

no soportaba sus travesuras, este lugar transmite paz, lejos de sus pócimas raras y sus nauseabundos

hechizos. Decretó Oz dando un bostezo cansado, Germán se sentaba a su lado, siempre

atento. —Te entiendo Oz… debe ser muy cansado para ti, muchas gracias por lo que estás haciendo

conmigo y con Sonick, a pesar de que la Iglesia no nos acepta, tu nos ayudas. Mencionó Germán

brindándole té, más Oz sin recibírselo aún, le mira y todo se queda en quietud.

—¿Tiene magia?. Preguntó Oz algo odioso, Germán sonríe. —Claro que no… ¿Por qué te

hechizaría?. Sí quisiese embrujarte, lo haría en tus ojos. Dijo el amable Germán, así Oz desviaba

su mirada y empezaba a servirse de la bebida.

—No te agradezcas conmigo, lo que hago por ti, es solo mi trabajo. Habló Oz con seriedad.

—Lo sé, gracias por ello, pero Sonick es mi hija, un padre siempre amará a su hija, aunque sea

una Alquimista novata llena de errores, destrucciones y travesuras… es así. Mencionó Germán, el

castaño de ojos negros. Oz entrecerraba sus ojos, intentaba ser tolerante.

Oz y Germán se conocían desde hace mucho tiempo atrás, no se podría decir que eran

buenos amigos; pues, Oz, debido a su naturaleza bipolar, era de esos camaradas que

nunca quisieses tener, esos que ríen junto a ti y después ríen de ti, como también esos

que te traicionan sin dolor alguno, aquellos que sus palabras son más crueles que los

comentarios incómodos, simplemente Oz era especial y Germán le apreciaba mucho,

este jamás se lastimaba de sus frases y confundidos sentimientos.

Ellos formaban una amistad muy rara.

—Sabes, Germán. —Habló Oz. —Otra vez regresaron los rumores de los abusos de Bedah

hacia otra jovencilla, esto ya es demasiado... no sé porque lo hace… a veces pienso que busca a alguien…

¿No te das cuenta? Las agredidas tienen las mismas características. Mencionó el Rector principal,

el Vicario del Templo, Oz.

Germán, quedaba en silencio, desviaba su atención al retrato de Sonick, aquella que de

igual manera, ganaba el mirar de Oz. —Las violaciones van por todas partes… ¿Qué raro? Todas

son castañas… ¡Ah! y ojos verdosos… tal vez, parecidas a Sonick… ¿No parece Germán?. Expresó Oz

con sus sospechas. Germán regresaba sus sorprendidos ojos hacia el rector. —¡Que

coincidencia!. Exclamó Oz con retorcida sonrisa. —Se parecen al monstruito.

—No sé qué hablas. Declaró Germán siendo enfrentado por el paranoico Oz, mismo

que agarrando sus brazos, aseguró su dicho. —Este es el verdadero motivo por el cuál la

alejaste… Bedah te odia y él no puede matarte, entonces busca venganza y la desea con la persona que

más quieres… Sonick. —Oz golpea la espalda del triste Germán. —No debiste alejarla, amigo…

Page 8: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

mejor era que este a tu lado. Dijo Oz, más Germán se levantaba, asomaba sus ojos en la

ventana, desde ahí, se veía la fortaleza del Castillo de Mandrágora, del maligno Bedah.

—Créeme amigo Oz… que lejos de mí, ella está segura… yo puedo verlo tras mis visiones… sí ella

se acerca a mí… su felicidad se borrará. Mencionó Germán sin siquiera pensar en los pasos

que su despistada hija diese de instante en instante.

……………………………………………………………………

Y Sonick se alistaba para la fiesta, esta con sus sigilosas pisadas, se alejaba del lecho

adormitado de Leticia. Sonick estaba feliz y su alegría se reflejaba en las miles estrellas

que preparaban su velada. Así, la chica salió de la casa parroquial y se entremezcló con

la gente que en las calles paseaba; sin embargo, esta no sospechaba que cerca de ella, los

pasos de la molesta Leticia le seguían con atención, estaba decidida a arruinar los planes

de la menor.

Más entonces, Sonick llegó al lugar de encuentro, donde Love le saludó y le llevó, tras

un paseo en caballo, al escondido refugio donde los Magos se reunían. Sonick, veía con

admiración todo el color que había alrededor de la vieja casucha, la vida que destilaban

las flores y su dulce olor que le empujaba a entrar.

—¡Esto es increíble Love!. Exclamó Sonick.

—Pero sí siquiera has entrado, vamos. Love tomaba su mano y juntos se adentraban a

donde la música y el baile se contagiaban en lo ancho de la sala. Las mesas eran llenas de

bebidas frutales y dulces de lo más ricos sabores, las personas hablaban sin parar, más

otros leían de su suerte tanto en cartas o esferas de cristal.

Sonick se pasmaba de contemplar a los grandes hombres que podían cambiar su tamaño

a antojo, de los que aparecían y desaparecían, de los que de sus sombreros, sacaban

animales y estrellas, todos en una atracción y suma enseñanza. Sonick sonreía de lado a

lado, no demoró en unirse al festejo y danzar junto a Love. Más contrario a esta, Leticia

quedó desentablada, jamás pensó que Sonick estaría vinculada con la magia, esto era

algo que no podía consentir. Ver la dicha de Sonick, era similar a un golpe al estómago.

Por ello, Leticia contraía sus puños, era de suponerse; pues, Sonick siempre les defendía

y abogaba por ellos. Pero… ¿Qué debía hacer?.

—Espero que esta niñita no les aprenda nada… sí no yo mismo me encargaré de ella. Pensó la

mujer, sin imaginar, que Sonick, era una aprendiz de la magia y que sus maestros fueron

los tan nombrados, Germán y Gracel.

Entonces, Leticia tomó una negra capucha, ella aprovechaba a entrar con otros seres que

saludaban a los demás. Rápidamente, la mujer se cubría con la poca sombra del lugar,

esta caminaba lentamente hacia Sonick, quién se sentaba a tomar una bebida con Love.

Page 9: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—¡Esto es vida, bien vivida!. Gritaba Love abrazándola de lado, todo a medida que

Sonick le miraba. —Has cumplido uno de mis sueños, Love. Murmuró ella besando su mejilla,

el chico regresaba a verla, ambos eran cerca, pero… ¿Qué podía ser mejor que su rato de

diversión?.

Love, riendo, jaló de su mano y la echó nuevamente hacia la fiesta, justo antes de ser

agarrada por las manos de Leticia, cuál pobre desdichada, pasase por muchas peripecias,

ejemplo de ellas, caídas, invitaciones sin rechazo alguno a bailar, a tomar, a cantar, etc…

Leticia estaba harta, no soportaba una más por parte de los escandalosos Magos. Por

ello, esta avanzaba sin pudor alguno hacia Sonick, sus manos llenas de rabias anhelaban

agarrarla y así, arrastrarla hasta la casa.

Empero, Sonick llamaba la atención de Love, ella estaba decidida a mostrarle a su gran

amigo, su mayor truco de magia, este que ella solita lo crease.

—Mira… puedo crear un holograma en miniatura de cualquier persona en el mundo… así veo lo

que esta hace… es mi estrategia para no extrañar a mis amigas. Confesó Sonick.

—Así también puedes ver a tu padre. Interrumpió Love sorprendido de su truco.

—No… —Baja la vista. —No funciona con los Magos, pero igual te lo enseñaré… vamos a ver

dónde está… mmm… ¡Leticia!. Mencionó Sonick emocionada e insospechada.

Y todo ocurría como una confluencia involuntaria… Sonick entreabría sus manos, listas

para dar vida a su olvidada magia; y Leticia, estiraba las suyas con el afán de reprenderla.

¿Qué pasaría sí Leticia se enterará de que su compañera era una Maga?. Más, así son las

cosas, el destino siempre está del lado de quién cree y confía en él; pues, gracias a la

misericordia de la vida, antes de siquiera mostrar su poder, Leticia jaló a Sonick y en

cuestión de segundos, la tenía afuera, en las calles.

Entonces, Sonick se veía frente a aquella encapuchada, esta que enseñando de sus

enfurecidos ojos, dejase a la menor en asombro.

—Tú y yo tendremos una muy fuerte conversación. Amenazó Leticia.

Y la castaña se alejaba un poco. —¡Me perseguiste! ¿Estás loca?. Gritaba ella.

—¡Los Magos son una escoria! Sí yo te veo nuevamente con uno de ellos… te juró que diré a Oz y

a toda la corte eclesiástica para que te den castigo. Y la rubia apretaba el brazo de la obstinada

Sonick, esta que se enfurecía ante sus palabras despectivas.

Empero, el problema no fue hasta allí; pues, preocupado, Love salió tras de ellas, este no

esperaba chocarse con Leticia, cuál que al verlo, se abalanzó a lastimarlo. Love la evadió.

—¡Tu! Muchachito del demonio… será mejor que te alejes antes de que llame a las autoridades,

da gracias que estoy de buenas y no destruyo toda tu pocilga y a tus ¡anormales amigos!. Gritó la

rubia pasmando en gran manera al pequeño, quién bajando su mirar, dejaba que aquella

se aleje con su doncella.

Page 10: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Adiós, Sonick… —Sollozaba él. —Fue bonito mientras duró. Pensó mientras que de

una manera algo lenta, se daría paso a su retirada, no obstante, nadie imaginaría que

Sonick, aquel intrépido dolor de cabeza, con astucia, lograse zafarse de Leticia. Ella muy

ágilmente, corrió hasta Love y jalando de sus manos, se echaron a la carrera contra la

colérica Leticia, quién por más que quiso, no los pudo alcanzar.

—No interesa… de todas maneras, tendrás que regresar, Sonick. Pensó Leticia con la suma

rabia que invadía su mirar. —Y Germán sabrá de tu gran traición y malísimo comportamiento…

Y Sonick tras sus aceleradas pisadas, tomaba descanso, no podía dejar de reír por su

travesura, contrario a Love, quién estaba impregnado del valor de la chica; pues, él temía

mucho de la Iglesia y de lo que estos podían hacer con ellos.

—Discúlpame por no defenderte… Sonick, yo tengo muchos temores. Susurró Love, Sonick se

sentaba en el prado, contemplaba el cielo, ciertamente ella era la que se sentía culpable.

—No digas eso, Love… la magia es parte de mí... yo aunque pertenezco a la Iglesia, soy también de

tu gremio, yo quiero ser una Teúrgo, como mis padres. Expresó Sonick, viendo impotente ante

los regaños y limitaciones, tanto de Leticia, su “guardaespaldas” como de la Iglesia.

De tal manera, Love se acercó a ella, le abrazaba, mencionaba lo muy paciente que debía

ser con el destino, él era sabio y sabría en que momento podían ser libre. Empero,

aquella de impulsiva y arrasadora fortaleza, no se quería dejar vencer del tiempo…

—Debo irme… —Pierde su vista. —Tengo que ver a Germán… ¡Me quiero alejar de Leticia!.

Confesaba esta con decisiva voz. Era obvio que ante tales palabras, Love se sorprenda y

hasta le rechace tal posibilidad.

—¡No puedes!. —Pausa. —Diré… es peligroso, Sonick… ella es tu destino.

—El destino cambia, Love… y tengo ese poder. Lo he dicho, ¡Hoy me regreso a Mandrágora!.

Sonick estaba enfrascada en su nueva idea, esta se levantaba con sus puños en alto, con

sus brillosos ojos, cuales eran la señal de que no habría frase que cambie su opinión…

pero qué podía hacer el joven enamorado, debía dejarla volar, aunque su corazón quede

entristecido.

—Al menos… déjame acompañarte. Love tomaba de las cálidas manos de la chica, cuál

con sonrisa valerosa, aceptaba su pedido. —Volveré Love… tú estás en mi corazón. Dijo ella.

Entonces, sin perder tiempo, ambos regresaron al dormido pueblo, Love debía conseguir

un caballo, algo que no era muy difícil; pues con su intrépido carácter, logró adentrarse

en los establos y con su cariñoso rostro, ganó la confianza del animal. Este no demoró en

salir a los ojos de Sonick, en el lomo del potrillo.

—¡Eres increíble! Hoy le daré a Germán una gran sorpresa… él no esperaría que su amada hija

llegase repentinamente. Exclamó la emocionada mientras que dándose espacio, tomó de las

riendas de la caballería. Love le veía, más con coqueta sonrisa, se agarró de la cintura de

Page 11: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

la misionera. Después de todo, este detalle sería un pequeño capricho, cuál se daría por

el momento. Love sonreía de oreja a oreja.

……………….………………………………………………………..……

Empero, por otro lado, dentro de la torre alta del Monasterio, estaba Oz viendo del cielo

y su anochecer, ciertamente no podía dormir, a veces este hombre, quién era el Vicario

de toda la Iglesia, sentía la presión ante tantas obligaciones, más la principal, no eran las

monjas ni los monjes, era Germán, su viejo amigo, por el cuál siempre se preocupaba….

—Germán sufre por su hija… pero sin embargo, debe tenerla lejos por su bien. Y Oz recuerda

las frases del Sacerdote. «Sí ella se acerca a mí, su felicidad… se borrará…»

—¿Qué tan perverso puede ser Bedah? Y sobre todo hasta donde llega su venganza por los

Magos y en principal hacia Germán…

……………….…………………………………..……&………………………………………………………

CAPITULO 2: ENTRECRUCIJADA

Y los rayos del sol se apoderaban de Mandrágora, de sus sin número de cactus que

rodeaban la carretera, de los céspedes que cercaban las casas y las mansiones, más todos

salían hacer sus obligaciones, no había excusa alguna para quedarse en cama y aún más,

cuando sabían que los impuestos para el Rey, habían aumentado.

Así, las calles se llenaban de esos vendedores que con sus habituales gritos y tropiezos,

molestaban de en gran manera a Oz, el Sacerdote Vicario de poca paciencia, cuál entre

dientes, siempre les mandaba a callar.

—Señor Oz, sí me permite, pienso que le falta más humildad para cerrar sus labios y voluntad

para controlar su mente. Expresaba la seria Anabela, esa mediana chica albina de cafés ojos.

Oz regresaba a verla con retorcida sonrisa. —Anabela… y a ti te faltan muchas cosas… una de

ellas es poder ver… ¡Lo hacen apropósito! …Además, ten en cuenta el respeto hacia mí y tu comprensión,

soy un hombre muy estresado. Dijo al rato que, con compras en manos, regresaban hacia la

casa, hacia ese Monasterio de donde salían las amables, rectas y amorosas almas, prestas

al servicio de la humanidad.

—Además… debes de agradecer que hoy, el corazón se me conmovió y me he facilitado para

acompañarte en tus obligaciones. Recriminó Oz con la vista en alto.

—Como me gustaría que ese sentir se le despierte a menudo. Susurró Anabela ganándose la

fría vista del superior, cuál incitó a las debidas disculpas de la nerviosa joven.

Page 12: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

En fin, ambos entraron a las instalaciones, donde tras dejar la comida en el comedor, se

dieron un espacio para descansar y tomar una bebida. Anabela, era la monja encargada

del cuidado de Oz, ella debía hacerlo, ya que esta pulcra tenía el sueño de convertirse en

Misionera y debía por ende, ganarse la aprobación del receloso Vicario.

—Tú quieres seguir los pasos de tu amiguita Sonick… y yo te recomiendo, Anabela, no lo hagas.

Hablaba Oz mientras se relajaba, estiraba sus piernas y dejaba su mente en blanco. Era

algo notable que Anabela no guste de los comentarios ni tampoco del comportamiento

de su amiga Sonick; pues, ella se consideraba distinta y doctrinal. Pero no le diría nada a

Oz, puesto que le daba alegría verle tan calmado.

—Le dejaré espacio, señor Oz… Dijo la chica a la vez que Oz le gratificaba. —Sigue así,

Anabela, y pronto serás una buena Misionera. ¿Quién entiende a Oz?

No obstante, Anabela sonreía gustosa, esta iría hacer sus acostumbradas plegarias, más

antes de siquiera dar un paso, la rubia se chocó con otra monja de su edad, ambas

aparentaban tener entre 15-17 años.

—¿A quién buscas?. Respondió la serena Anabela deteniendo el paso de la otra.

—Es obvio… ¿De quién es el estudio? Necesito a Oz. Respondió la morena de negros ojos

y de apresurado como preocupado carácter.

Era obvio que con esa actitud ganase la atención de la testaruda, quién por más que le

rogase, no dejaba pasar a la morena, no sin que le confiese su motivo de visita. Empero,

quién podía con la personalidad de cada chica; pues, no faltaba fuerzas a la morena para

arrebatarla del camino y entrar escandalosa hacia el asombrado Oz, cuál yacía estirado

en su sofá.

—¿¡Pero acaso aquí no hay descanso!?. Gritaba Oz reponiéndose.

La morena se abalanzó a su lado, esta levantaba su asustada vista, a la vez que, detrás de

ella, se excusaba Anabela.

—Bueno ya… y… ¿Quién eres tú?. Mencionó el Vicario rehaciendo de los papeleos y sus

deberes. La morena le mira con resentimiento. —Me llamo Esmeralda… siempre me pregunta lo

mismo… voy a pensar que ya está viejito. Mencionó haciendo que el molesto Oz, le levante una

ceja, una mueca que no era tan agradable.

—Y porque entraste similar a una forajida. Dijo retomando el humor.

—Es Germán… —Respondió Esmeralda y Anabela se acercó con curiosidad. —Está

teniendo pesadillas y no despierta, creo que la está pasando mal… lo he intentado todo, pero continúa

temblando. Explicaba la alarmada Esmeralda y no era para menos, esto ya había pasado en

veces anteriores.

Así, sin perder tiempo, Oz se levantó junto con las dos monjas, quienes veloces subieron

y se adentraron a la torre alta, ahí donde era el extraño aposento del que, una vez, fue el

más emblemático Sacerdote y Vicario del Monasterio.

Page 13: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Y así pasó que Oz vio a German, sus convulsiones no paraban por más que su voz lo

exigía, no había más que hacer, quedaba administrarle del ya conocido sedante, este que

mandó a ver en manos de Anabela.

Empero, Esmeralda quedaba con Oz, aquel se sentaba alado de su amigo, mismo que

tomando su mano, le pedía cosas incoherentes. Era de suponer que él era sumido bajo

algún trance debido a sus visiones, estas que eran a causa de la incontenible magia que

debía retener.

—No lo permitas. —Murmura Germán adolorido. —Oz… no obedezcas a Mist, ¡ordena y

manda! Bedah… no… Balbuceaba entre fuertes movimientos. Oz le miraba con cierto temor.

—Parece poseído… Pensaba aquel viendo de reojo a Esmeralda, tranquilizándole con

frases como «Él estará bien» «No le pasa nada, es solo una pesadilla» etc… Sin embargo, Oz veía

a Germán conocía que las cosas no eran así, esto era grave.

Más, no había cabida para entender los asuntos del joven Mago; pues, ya era hora de que

Anabela llegue y con ella el final de sus advertencias.

Entonces, Germán, con tal inyección, calló sus frases y se devolvió a caer en el silencio y

vacío de sus privados sueños. Oz daba un pesado suspiro.

—Esto es lo que hace la magia en los hombres. Pensaba Oz con recelo; empero, para

ocultárselo a ellas, giró su rostro y sonriéndoles, les dijo. —Esto es lo que hace el estrés en los

hombres, la verdad no se me carguen, porque no querrán verme así. Y Oz sacaba a las monjas de la

pacífica habitación, él era el último en salir, era determinante que cada uno tenga su

debida percepción ante lo sucedido, más Anabela no quitaba la dramática idea de que a

Sonick, algo malo le sucediese.

—Con tal ampolla, Germán no despertará hasta mañana. Habló Oz saliendo de la sala.

En cierto modo, Germán, aparentemente, volvía a quedar solitario, más no era así; pues,

aquel Mago era vigilado por unos celestes y traicioneros ojos, los que acompañaban, a la

distancia de su ubicación, una sonrisa complaciente. —Vaya Germán, a pesar del tiempo y la

inercia… tus poderes no se han perdido… más ¿Qué puedo decir? El verte en este estado me asegura a mí y

a mi Rey Bedah, muy buenas noticias. Mencionaron los labios de aquel joven, de aquel brujo

enemigo, que feliz, intuía de la futura desgracia.

—Bien dijiste, German… Sí la niña se acerca a ti, nosotros la raptaremos. Mencionó aquel

hombre, cual poseía el temible nombre de Mistora, o Mist como muchos le conocían.

Era visible que nadie en el Monasterio captase la vibra del anormal, todos realizaban sus

cotidianas tareas y de igual manera, más tranquilo, el Vicario Oz.

—¡Ha! Anabela, voy a leer los reportes de los Misioneros… por favor, tráeme un emparedado

con miel, gracias… no demores, ¡Lo quiero ya!. Mencionó Oz encerrándose en su despacho.

Page 14: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Anabela suspiraba, a veces carecía de tiempo para ella misma. Esta sentía que el mundo

le ponía obligaciones encima y además, sus amigas, quienes, por ser la mayor, veían en

ella, un ejemplo.

—Anabela… ¿Has visto a Envy?. Mencionó Esmeralda enganchándose de su brazo.

—Es tu amiguita no la mía… tu debías saberlo, más de seguro que anda en la calle, paseando,

bailando y haciendo las travesuras que Sonick le dejó encargada. Anabela se dirigía hacia la cocina

general, ahí donde eran las monjas adultas junto con los Sacerdotes, cocinando.

—Todas somos amigas, Envy te quiere como Sonick… más, tú…. Murmuraba Esmeralda,

apoyándose ahora del mesón, viendo como Anabela se metía de lleno en la refrigeradora.

Poco a poco, esta desesperaba, era incuestionable que no encontrase lo que buscaba, de

eso que era el manjar de Oz, de la miel.

—Se me ha olvidado comprar los frascos de miel. Aseguró Anabela después de buscar

también en las alacenas. —Seguro te manda a comprar… Dijo la otra.

Así, Anabela salió de la cocina, chocándose ahora con su nueva amiga, Envy, la fastidiosa

que, supuestamente, era el reemplazo de Sonick.

—Por la cara que llevas, te mandaron al mercado. —Sonríe maliciosa,—No te preocupes…

nosotras te acompañaremos… después de todo, intuyo algo muy bueno… ¡Hasta me he puesto mi mejor

ropa!. Aseguró la delgada de cabellos negros mal cortados, ojos verdes y labios pintados.

Una total rebelde para Anabela, ella cuál se preguntaba, que pasó con Oz para que

aquel, estricto, le aceptase dentro de las filas de la Iglesia.

—Sí, Anabela… nosotras te acompañamos. Expresó Esmeralda, esta que iba detrás de

ambas muchachas. —Qué alegría tan inmensa… Murmuró Anabela con sarcasmo.

—Échale la culpa a los Sacerdotes, son unos vagos. Soltó Envy, abriendo la puerta y

adentrándose entre las transitadas calles.

…………………………………………………………………………………….

No obstante, en las afueras de la ciudad de Mandrágora, una vieja carroza se detenía de

improviso y con ello, los tristes y serios ojos de Love, despertaban de su doncella, cuál

no dudó en bajarse y contemplar su presente. Sonick había regresado a casa.

—Mira Love, aquí yo crecí… cuantos años han pasado desde que me fui… Dijo ella y Love le

miraba de lado, levemente agarraba su mano. —No me gusta que regreses a Mandrágora, cosas

he oído de esta ciudad y de Bedah… además sé que te trae malos recuerdo. Dijo él.

—No es así, Love… —Respondió ella. —La verdad necesito ver a Germán, a mis amigas… y

hasta, aunque nunca creí decirlo, hasta Oz… Mencionó la emocionada chica, que se perdía en

los azules ojos del hechicero muchacho. —Love… yo te prometo que regresaré… Expresó la

delgada abrazándole fuerte, el chico, le correspondió.

—Y yo prometo esperarte… para tu regreso, yo me he de haber convertido en un gran Mago.

Page 15: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Y guiñando su ojo, Love se alejaba de la chica, era hora de regresar, él tenía obligaciones

dentro de “Esperanza” hijo del estado de Anima.

—Cuídate, Love…. Expandió Sonick con dulce voz, esta que rozaba las mejillas del

menor, quién besando de su mano y sonriendo, se dio media vuelta, trepándose en el

caballo y cabalgando hacia el poniente.

Así, Sonick le veía marcharse, pero ella no podría perder de su tiempo, tenía tantos

lugares que visitar, gente que reconocer y muchos paisajes que la inspiren. No obstante,

con sus cien pasos y sus miles vueltas, aquella perdía sus ojos tanto en lo nuevo como en

lo antiguo. Muchas eran las veces que Sonick sonreía, muchas eran las veces que esta

entristecía; pues, a pesar de que había más niños y más comercio; también había menos

flores, la naturaleza estaba seca y muerta.

—No pensé que sería verdad lo que en los diarios decían… Bedah, ha matado con todo lo verde

que hacía tributo a nuestra tierra… ¿!Pero qué se cree!?. Pensaba Sonick cruzando de sus brazos,

sentándose en las bancas de la plaza. Desde ahí, levemente suspiraba enajenada.

—Qué me dirá Germán… —Susurraba. —Mmm… seguro se molestará de verme aquí, intuirá

que me le escapé a Leticia. Y soltando una sonrisa, volvía su vista hacia las calles, donde los

mercaderes cruzaban ofreciéndole cosas novedosas, perfumes, joyas o simples frutas.

La alegre Sonick levantaba, esta respiraba de aquel aire familiar… ciertamente, no quería

esperar para llegar al Monasterio, empero, algún regalo quería darle a su padre para que

le perdone su capricho. Entonces, Sonick caminaba hacia la concurrida feria, donde era

llevada de lugar en otro, de precios a precios, de calidades a caridades. Más, era difícil

quedarse en un solo lugar por cuenta propia; pues, el mismo movimiento de la gente, le

hacían estar de un opuesto a otro, esto era algo que Sonick no podía soportar.

Y fue así, que con el siguiente empujón, la castaña reaccionó, aquella giró bruscamente y

tomando del brazo a su agresor, le reclamó; sin embargo, cierto asombro le cayó, al notar

que era una joven y además, llevaba la sotana de la Iglesia, esa muchacha era una monja.

—¡Ah! lo siento… soy algo impulsiva. Excusó la avergonzada Sonick, esta que arreglaba

de sus ropajes. Más, la otra chica también le examinaba, percatándose de que Sonick era

una superior, una misionera.

—Yo debería pedir disculpas… Interrumpió la monja de cariñosa voz, aquella morena

que con su familiar sonrisa, robaba la atención y recuerdo de Sonick.

—Oye… ¿Te conozco?. Preguntó Sonick parándose a su frente.

—Eh… tal vez… no lo sé. Dijo la otra graciosa.

Más, entre los transeúntes, los rápidos pasos de aquella astuta delgada, jalaban, casi

arrastrando, a Anabela, quién aun con sus advertencias, no lograba detener a Envy, esta

que con un gran saltó, cayese encima de Sonick.

Page 16: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—¡Sabía que mis predicciones eran ciertas!. —Envy ve a la misionera. —Has vuelto mi

querida ¡Sonick!. Exclama ganándose la atención de las otras dos.

Y Sonick veía a la rubia, cuál de inmediato reconoció, ella levantándose, abrazó de sus

tres amigas. Sonick estaba dichosa y que coincidencia que las encontrase en aquel lugar

donde ella paseaba.

—¿!Sonick!? ¡Imposible! Oz no le ha dado convocatoria. Habló Anabela.

—¡Sonick! Te extrañábamos. Interrumpió Esmeralda abrazándola.

—¿Extrañar?... Ni siquiera se reconocían. —Susurró Envy. —Amiga… he cumplido de tus

instrucciones al pie de letra… Yo molesto a Anabela las 24hrs al día, acompañó a la pequeña Esmeralda

a que su presencia no sea tan insoportable y saco de quicio a Oz, aquel ingrato que nunca me recuerda…

Informó Envy enojando a Anabela. —A mí tampoco me reconoce. Opinaba Esmeralda.

Sonick las miraba, realmente había pasado mucho, todas eran en cierto punto distintas.

Y la castaña, saltaba en una pata, esta no esperaba para caminar junto a ellas y hacerles

olvidar del mandado de la miel.

……………………………………..……………………….…………æ………………………………….…………………………………………

Esmeralda y Anabela, igual que Sonick, fueron en tiempo, abandonadas a puertas de la

Iglesia. Anabela, creció bajo la vigilancia estricta de Oz, cuál siquiera pensaba en que

“Mayor” le convirtiera en Vicario. Más, Esmeralda, fue educada por monjas, entre ellas,

Leticia, quienes al no tener tiempo, la dejaban con Naturaleza, cual creo, le dio ese toque

risueño e inocente. …Bueno, y yo, ya saben… La cosa es que fuimos y somos buenas

amigas, siempre estuvimos en las mismas habitaciones. Estas conocen de mí y yo de

ellas… estas son de las pocas personas que saben que yo, Germán y Gracel somos brujos.

……………..……………………………………………………………æ………………………………..……………………………………………

Y Sonick hablaba con sus amigas, todas se ponían al día en las varias cosas importantes

que habían pasado durante los ausentes años, Sonick hablaba de sus aventuras, estas

asombraban en gran manera a las demás, así como también, Anabela confesaba de su

deseo por convertirse en Misionera. —¡Jah! Solo sí Oz le permite salir del Monasterio… y ¡Es

obvio que no! otra sirvienta como Anabela no encontrará. Opinó Envy con su malicia.

Más, como era costumbre, tras las peleas de aquellas dos, siempre surgía la perdida

Esmeralda, quién siempre buscaba como cambiar los temas de conversación.

—Sonick… y ¿Sigues enamorada de Germán?. Pregunta la morena, ganándose del pasmo

de las peleonas. Sonick, se asombra y se echa a reír.

—¡Qué pregunta es esa!... ¡Germán es su padre!. Exclamaba Anabela casi que perdiendo

la paciencia, más Envy, riéndose no se quedaba atrás. —Él crio a una hija, no a una esposa.

—No, Esmeralda, ahora tengo a Love. Expresó al tiempo que caminaban y entraban a

una cafetería. Era lógico que las diversas caras y juicios se abalancen frente a la liberal

misionera, todas callaban a Anabela, querían saber todo sobre Love, Sonick habló sin

Page 17: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

censurar nada. —Le vi en Anima, hace espectáculos en la calle, le gusta el arte y además es ¡Mago!.

Gritó causando temor y admiración en las dos monjas que con disimulo le callaban.

Era prohibido hablar siquiera de magia.

—Sonick… deberías de olvidarte de ello; pues, mira a Germán, él está pagando con esclavitud,

por ese maligno atributo. Expresó la fría Anabela, cuál veía a Envy, esta imaginaba que ella

también era bruja, de esas amiguitas mundanas de Sonick.

Y Sonick veía el área, no entendía como estas personas que tan amables parecían,

podían transformarse en asesinos al momento de tratarse de un Mago. Más, lentamente

ella terminaba de su helado, sus ojos eran atentos, miraba a las personas que transitaban

afuera del local, notaba la cantidad de guardias que parecían buscar de alguna cosa,

otros, buscaban problemas, golpeando a los vendedores, o llevándose su dinero.

—Tal vez no pagaron los impuestos… de todas maneras, no es tu problema, Sonick… no te metas.

Anunció Anabela, adelantándose a sus impulsos. Sonick se aferraba a su silla, molesta,

se hacía de ojos ciegos, más, Envy, sonreía de lado, no dejaría que el ánimo decaiga.

—Oye… y ¿Leticia sigue enamora del Príncipe William?. Interrumpió Envy.

—¿Príncipe William? ¡Ah! Siempre me habla de él. —Se sorprende. —¡Jah! Era por eso…

bueno, pienso que sigue prendida de él. Pero hasta ahora sé cómo es ese tipo, nunca hay fotos de él… debe

ser bien feo. Ríe Sonick.

—Tampoco le he visto… nunca sale del castillo. ¿Pero Leticia no es monja y de élite?. Responde

Esmeralda a la vez que Anabela se sentía escuchada.

—Oí que William se había casado hace tiempo… más, de la mujer no se sabe nada… —Anabela

quedaba pensativa. —Unos dicen que ella se mató, no soportaba estar cerca de ese hombre.

—Yo le he visto. —Se adelanta Envy a las especulaciones. —Pero… da algo de temor…

presiento que guarda cosas… más, bueno… yo aún no he encontrado a mi alma gemela… Conversa

Envy enajenada. —Nadie es suficientemente bueno para mí.

—¿Sí? ¿Y Germán u Oz? ¿No son tus tipos?—Interrumpe Esmeralda y con sus palabras,

las varias reacciones no se dieron a esperar, los celos de Sonick, la risa de Envy y la ira de

Anabela. Pero, que más daba, todas reían de sus ocurrencias.

Así pasaron unas largas horas en donde ninguna de las cuatro, siquiera sospechaban de

la gravedad que transcurría a las afueras, del porqué de la presencia de los guardias y

aún más peligroso, de la nombrada salida del Rey Bedah hacia las calles.

………………………………………………………………………………………………….

Y el pueblo esperaba lo peor, los ciudadanos veían al majestuoso como alto hombre

musculoso y amargado, Bedah, este que caminaba junto a todo su pelotón de guerreros,

quizás iban a pelear con alguna ciudad, decían unos, otros, temían porque las tantas

amenazadas que la Iglesia tenía, sobre su destrucción, se cumplieran.

En fin, la gente, atemorizada, recogía sus cosas y se encerraban en sus casas.

……………………………………………………..……………....…æ………………………….…………..………………………………………

Page 18: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

El hijo de Britain, Bedah, aquel que el destino marcase como maldito, ese que nunca

debió nacer, pero que por misericordia de su madre, le permitieron la vida.

Bedah, es quién empezó a crear las guerras y enemistades, el único, cuyos negros ojos no

tenían miedo a Dios ni a la justicia; pues, era dicho que en medio de sus plomas hebras,

yacían enredados todos los demonios existentes del universo.

……………………………………………………..……………....…æ………………………….…………..………………………………………

Y Bedah llevaba horas fuera de su Castillo, merodeaba por los límites de Mandrágora,

más por su brutal carácter, aquel no había encontrado lo que venía a buscar.

—Creo que se han dado cuenta… después de todo, las cosas no son como Mist la pinta, Germán

no es idiota… —El gigante detuvo sus pesados pasos, veía a su comando. —¡Sigan buscando,

inútiles!. Expresó con la cólera que le identificaba. Por ello, nadie quedó alrededor del

infeliz soberano, solo eran unos cuantos, los que le seguiría hacia su nuevo destino.

—Pienso que es hora de darle visita a la Iglesia. Aclamó Bedah con desgraciada sonrisa

de corazón ausente. Este giraba sus pasos y los demás, sedientos de crueldad, le seguían.

Más la historia cuenta que Bedah tiene un hijo, uno, cuál rumorea la gente es poseedor

de un espíritu temerario, audaz y peligroso, un alma de arrasadoras brasas… alguien a

quien pocos se le acercaban, peor conocían, una persona solitaria y seca, ese era

William. Y ese mismo, era el último en salir del Castillo, acto que nunca tenía

permitido, no sin la autorización de Bedah, cuál con cada paso sobre la calle, pisaba

valerosamente.

—Príncipe William ¡Usted debe regresar!. Y viéndole, uno de los guardias, se acercó a

intentarle convencer. William era sumamente orgulloso e irritable. —¡Nadie me da órdenes

soldado! y peormente alguien por debajo de mi rango. —El Príncipe miraba a su alrededor. —Sí

quieres vivir… dime ¿Qué es lo que busca mi padre?. Mencionó William con áspero tono.

Era notable que el Príncipe sea tomado como un insensible, muchos actos de violencia le

enredaban al instante de una batalla, era capaz de todo. Y siempre hablaba en serio. Así,

el soldado vio desenvainar la espada del Príncipe, una advertencia muy clara, por lo que

el temeroso empezó a rogar. —Señor William… su padre nos ha ordenado no decirle nada.

—¿Desde cuándo él me hace partícipe de sus problemas? Ni siquiera el Rey me puede prohibir mi

papel de Guerrero ¡Soy tu superior! ¡Y me obedeces!. Bramó William sin paciencia alguna.

—El Rey Bedah mandó a buscar a otra joven… de iguales características que las otras que han

caído por su mano… —Y el soldado veía la adusta cara del pensativo príncipe. —No sé más…

sus motivos no logro comprenderlos… cumplo sus órdenes, General William.

De tal manera y dicho esto, aquel impotente se arrodilló a los pies del poderoso noble y

así, como este, muchos de los guardias, le imitaron. Más, Williams no esperó, teniendo

tales especificaciones en su cabeza, se daría tarea a encontrar a tal muchacha antes que

los guardias y su padre, el nefasto Rey Bedah.

Page 19: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—No sé qué es lo que trama junto a ese imbécil de Mist… pero lo que sé es que quiero ese maldito

trono y no permitiré ser pisado por sus trucos, ni sus insultos… yo he de reinar estas tierras y sobretodo

de descubrir cuál es el centro de tanto misterio que Bedah esconde. Pensaba William a la vez que

con la capucha sobre su cabeza, se obligaba a cruzar de las fronteras, a pasar entre los

normales y a romper de sus temores.

Sin embargo, no muy lejos de él, estaba Bedah, aquel maligno que yacía en las puertas

del Monasterio, era notable que su presencia maliciosa haga temblar las vibras del valor

de Oz, este que junto a sus selectos Sacerdotes, le recibían con recelo.

—Parece una reverenda gracia el verte aquí… acaso quieres unirte a la Iglesia, porque de ser así,

regresa… no te aceptaré. Expresó Oz cubriendo la entrada, la que era amenazada por los

guardias del furioso Rey.

—Déjate de bromas, pacotilla… ¡Dame a la chica! O todos tus jardines e incluyéndote, serán

quemados con mi voraz fuego. Y Bedah veía a los suyos, ellos se acercaban con antorchas que

rozaban de los verdes céspedes. Oz tragaba saliva, más no lograba entender los objetivos

del Rey, simplemente que se iba a imaginar que se trataba de Sonick.

—1Ya te dije que Germán no te puede atender! Sus peleas ya deben terminar.

—¡Terminan cuando yo lo decida!… él debe sufrir, que sus penas carcoman su corazón… por ello

¡Dame a la chica!. Gritó Bedah perdiendo de sus estribos, mandando a quemar los jardines

y entrando a la fuerza a las áreas del Monasterio. Ahí, cayeron algunos de los Sacerdotes

que junto a Oz se rehusaban a darles paso. Y todo mientras Bedah reía emocionado.

……………………………………………………………………………………………………………….

No obstante y como opuesto dramático, sin siquiera sospechar, Sonick junto a sus tres

amigas, salían de la cafetería, riendo y diciendo una que otra incoherencia; pues, estas

alucinaban ver la cara de Oz con el pasmo de ver que su pesadilla habría regresado.

—Pero principalmente quiero ver la cara de German… después de lo que me contaste Anabela…

me he quedado preocupada, me gustaría cuidarle durante mi estancia. Expresa Sonick viendo de la

sonrisa de la rubia, esta que opinaba la gran alegría que traería la castaña a la Ciudad.

—¡Sonick! Pero… ¡Qué aburrido! primero vamos a apostar… contigo a lado, de seguro que gano

buena pasta. Mencionaba la pelinegra acercando los rojos labios al oído de la castaña.

—Hemos perdido mucho tiempo y Oz nos reprenderá, además… ¡La Miel!. Interrumpe

Anabela recordando, recién, de su mandado. Esta les pedía que le perdonen, pero debía

regresar al mercado. Y así, se marchó la rubia.

—Bueno se fue la censuradora… vamos a apostar, ¡El club espera por verte!. Exclamó Envy

tomando la mano de la risueña Esmeralda, quién no ponía objeción a sus pasos. —Ella no

le tiene miedo a los Magos… Aseguraba Envy, Esmeralda sonreía, ella abrazaba a Sonick.

Page 20: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—El club es un gremio de Magos, cuales son aliados de German. Sonick guiña su ojo, a la

vez que se introducían entre callejones. —Para entrar debes aparecer la puerta con magia. Dijo

Sonick hacia la morena interesada. Envy reía. —Cuidado y Oz la ve unirse a nosotras.

—Pero tú te uniste a nosotras, también. Intervino Esmeralda hacia Envy.

—Lo hice con motivos y Sonick los sabe… quiero obligar a que Germán me instruya… él hace

mucho ya no enseña magia, pienso convencerlo. Confesó la delgada de labios pintados.

Así, el trio de chicas se alejaban de las vistas, ellas eran a punto de bajar al subterráneo,

más cómo era el caprichoso destino, entre los fuertes guardias, apareció dentro de unos

ojos austeros la imagen de Sonick, única, que vale la pena recalcar, quedaba en la ciudad

con tales rasgos. Así, aquel hombre se detenía a examinarla, vigilaba de Sonick, era tal

como los soldados la habían descrito, no había equivocación, Sonick era la que Bedah

buscaba con anhelo desde hace años… ¿Por qué? El joven Príncipe iría a descubrirlo.

Entonces, él levantó, abalanzándose decidido y veloz, tal como la ráfaga o un huracán,

este veía de su objetivo, instantáneamente desenvainaba su espada, aquella que entre las

risas, atravesó con amargura el camino de la asombrada Sonick, misma que ni siquiera

tuvo tiempo a girar; pues, el hombre, la tomó brusco entre sus brazos, levantándole a los

ojos de sus amigas. Y Sonick se notaba en los aires, no podía bajar, ni tampoco zafarse

de la presión que sobre su pecho, obstruía su agitada respiración. Ni siquiera sus amigas

pudieron hacer algo, en aquel corto momento que supo a eternidad; pues, el Príncipe

encubierto las amenazaba con su filosa arma.

—Esta mujer es rehén del Rey Bedah… será mejor que por su vida, se larguen de mi camino…

¡Ahora!. Exclamaba la impaciente voz del hombre, que con dificultad, retrocedía junto a

Sonick, quién obviamente, hacia malabares para soltarse, desde morderlo hasta patearlo.

Más, el miedo inundaba la escena, Esmeralda se refugia en la arriesgada Envy, quién

reuniendo fuerzas, no permitiría que su amiga sea raptada, aquella utilizaría hasta de su

magia contra el Príncipe, quién raramente no fue dañado ni tocado.

—Así que eres bruja… —Y el hombre volteó a ella. —¡Deberías irte a ocultar en tu propia

basura! Pues; sabed que ustedes caerán en la mano de Bedah. Y el noble sin deparo alguno, tiró

impulsivamente de su espada, contra la bruja, quién cayese en el piso, lastimada.

—Sí tu no quieres sufrir la misma suerte… recoge a tu amiga y ocúltenseme entre las faldas de su Dios… ¡No me sigan si no quieren morir!. Y este gritó a la congelada Esmeralda, quién veía la sangre de la adusta Envy, misma que desde el piso lo supo reconocer. La pelinegra pudo ver por debajo de su capucha, aquel hombre era William, el Príncipe guerrero más poderoso que tenía Mandrágora, era imposible vencerle. Y Sonick veía la miseria de sus compañeras, esta se llenaba de rabia e impotencia, pero William no le permitía movimiento alguno. —¡Cobarde! ¡Como yaces lastimar a una mujer!. Gritaba Sonick.

Page 21: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—En la guerra no hay sexos… hay soldados, fuertes y débiles. Respondió este tapando rudamente los labios de Sonick, aferrándola a sí y escapando de los llorosos ojos de sus amigas, estas que saboreaban del fracaso y de la soledad. —Sonick regresa… Susurraba Envy con las lágrimas que ahogaban a sus propios labios. Esmeralda le abrazaba. Ninguna, ni siquiera Sonick, imaginaba tal desgracia.

Y William se movía con destreza entre las personas y las calles, este no se dejaba ver de

casi nadie, así en poco tiempo, llegaba a las solitarias calles aledañas al Castillo, a su

hogar, ahí donde se encontró con otros guerreros, cuál al verlo, cayeron al piso. Sonick

veía la escena, pero aún no entendía lo que sucedía.

—Príncipe William. —Dijo uno del pelotón. —Quiere que informemos a su padre sobre su

cometido. Y ante lo dicho, William aceptó y dijo. —Dile que yo el próximo heredero al trono he

capturado a su preciado tesoro… no hay duda de que su búsqueda terminase… dile que yo he superado la

inteligencia de todos ustedes, inservibles, buenos para nada. Aclamó el gran hombre, mismo que

dándose vuelta, obviando la admiración de los demás, entró con Sonick entre sus brazos

hacia el inmenso lugar, hacia el Castillo, cuál más bien, parecía un cementerio.

Así, Sonick veía del tétrico lugar, más, su mente acaparaba de lleno su atención, esta

intentaba mirar la cara del agresor, no podía creer que se tratase del famoso William; no

podía creer que era buscada por el Rey Bedah y además como seguramente, su próxima

víctima.

—¿William?... ¿Por qué este hombre me raptó?... ¡Qué es lo que sucede aquí! Pareciese como que

esta gente haya esperado mi regreso… dime… —Hablaba para sí sola. —Dime… que me has estado

ocultando, Germán… dime… ¿Qué tengo que ver yo con Bedah? Y sobre todo… ¿Qué quiere Bedah de mí?...

Y Sonick gritaba, más sus gritos quedaban en el vacío del frio lugar, ahí donde nadie le

ayudaría, ahí donde todos eran los cómplices del maligno Bedah.

……………….…………………………………..……&………………………………………………………

CAPITULO 3: WILLIAM; ATADURAS Y COMPROMISOS

Y la mañana nueva y triste, llegaba nuevamente a los cielos, cuales eran cubiertos por las

grises y pesadas nubes… el olor de las flores quemadas, llamaban la conciencia de aquel

adormitado. Poco a poco, este hedor se apoderaba del olfato de German, mismo que

rápidamente, se levantaba agitado y con su corazón en la mano, este veía de su tétrico

alrededor, ahí era el triste semblante de Oz, cuál llevaba tiempo custodiándole.

Page 22: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Creo que ya lo intuiste… la verdad, es ahora que entiendo el suceso que nos hiciste pasar, tus

pesadillas eran la realidad a ocurrir… lo siento. Murmuró Oz, resentido.

—No tienes culpa alguna, el destino está escrito de tal manera que a él no se le puede engañar…

la guerra entre ambos se dará. Aseveró con fortaleza, el Mago poderoso, el padre de Sonick.

—¡Basta Germán! ¡No más peleas!. —Grita Oz. —Por aquellos roces, es que muchas mujeres

han sufrido lo indecible… y ahora, por tal abrasador odio es que ves a Sonick en sus garras. Determina

el serio hombre. Más Germán no se quedaba callado. —Así no quiera, Oz… debo hacerlo para

recuperar a mi hija. Habló el Mago, cuál sin esperar palabra, fue hacia el baño.

Oz le miraba, levemente suspiraba, no había que hacer, cómo entender a los Magos y

peor como ponerse en tremenda posición; pues, era Sacerdote, jamás tendría hijos.

Y German asomaba su reflejo al espejo, este recordaba a Gracel, aquella mujer a la única

que su frio interior puedo acoger con mucho amor. La fémina que ayudó a criar a Sonick.

—Por qué me has dejado Gracel… ¿Qué debo hacer?... Sonick, nuestra hija, está en los perversos

planes de Bedah… debería pelear, pero esto no es nuevo… porque ya me lo habías declarado. Murmuró

el cobrizo de negros ojos, este que se perdía en el recuerdo de la ennoblecida chica que

con sus castañas hebras y mieles ojos, supo robar el aliento de este.

……………………………………………..……………………………æ…………………….…….………………………………………………

En el mundo, existen nombres comunes, ese es el caso de Gracel, tal nombre podía

tenerlo desde una noble hasta una plebeya… más, esta Gracel, era una buena ciudadana

que daba su vida porque la pobreza y enfermedad se acabasen. Empero, es triste que

pocos la hayan conocido y las que sí, cuentan siempre sobre el encuentro que Gracel y

German tuvieron; pues dicen que un día habitual de trabajo, ella era ayudando a una

mujer a parir, a la vez, que en ese mismo instante, German paseaba con el antiguo

Rector. Muchos rumorean, que el llanto de esa niña fue lo que atrajo la vista de German,

otros dicen que fue la belleza de Gracel… en fin, él se acercó a saludar a la recién nacida,

este le daba la bienvenida al mundo, acto que cautivó en gran manera a Gracel, ella

quién no dudó en presentarse.

Y así empezó la admiración de Gracel, cuál ante tanto misterio, no dudó en aceptar las

propuestas del rector para que se una a la Iglesia… Es obvio determinar que ambos se

volvieron buenos amigos y como era de suponerse, persiguiéndole de lado a otro, ella

descubriese del secreto… Germán era un Teúrgo (Rango mayor al de Mago) cuál tenía a

su cuidado, cincuenta Magos y claramente, tras los ruegos, a cincuenta y uno; pues, ella

se abrió paso con increíbles habilidades, convirtiéndose en la mano derecha de Germán.

No obstante, lastima fue que llegase la guerra y con ello, aunque Germán no lo confiese,

Gracel pereciese entre las manos sangrientas. Germán quedó destrozado, le vi suspirar

ciento de veces… él me decía: Sé misionera, así encontrarás la figura de Gracel,

nuevamente… y tenía razón, al serlo me encontré con su verdad, con su estela, cuál

desde el mundo del más allá… me cuidaba.

Page 23: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

……………………………………………………………….……………æ……………….………(Fin del Recuento)………………

No obstante, por el lado de la nombrada chica, todo era soñoliento y lleno de memorias

y es que esta joven no podía creer lo que le había pasado, como era que estaba en las

manos de Bedah, más era de imaginárselo, de razonarlo un poco.

—Todo pintaba para que nunca regrese a esta ciudad, era el motivo ¡De las insistencias de

Germán!. Sé misionera para que te escapes de Bedah… Bedah, quién odia la magia y por ende a Germán,

quién es el exponente uno de esto… aquel quién fue vinculado en el romance de su esposa… ¡Yo soy su hija!

¡Maldita sea! Su gran venganza. Se abstraía Sonick en su interior, no obstante, no de su

exterior, cuál veía con mucha cautela; pues, ella era dentro de una señorial habitación,

cuyo dueño al parecer, estaba ausente, más definitivamente no era alguien en quien

confiar.

—Es claro que Bedah conociere que soy hija de Germán… y de seguro ahí no terminan las cosas,

él quiere guerra con los brujos… ¿Pero cómo le hará?. Y Sonick era recogida en un rincón,

recibiendo de la mañana que con dificultad, traspasaba de las pesadas cortinas.

Era notable que con tales horas, las personas empezasen a levantar y de tal manera se

oigan de los pasos, voces y algarabías del Castillo. Algo que Sonick, gracias a sus

habilidades de bruja Alquimista (Transforma algo pesado en sublime o viceversa),

manejase y entendiese bien, algo de provecho para esta, ya que no le fue complicado,

agudizar sus sentidos para poder oír la voz de Bedah, este que no se escuchaba nada

feliz; pues, su voz rompía con los cielos y su enojo con lo poco que le quedaba de

corazón.

—¡Necesito que vengas ya! No te voy a esperar dos días ¡Yo soy tu Rey!... me valen las reuniones

y el pueblo. Gritaba Bedah muerto del desespero e indignación. Sonick se concentraba en

él, así pudo de igual manera, escuchar de la voz del otro, de un pacífico varón, que

rogaba de su serenidad. —Mi señor Bedah, debe entender que como gobernador fiel a usted, estoy

tranquilizando al pueblo de esa tan anhelada guerra para desbocarlo. Dijo aquel.

Bedah, fastidiado, tumbaba las cosas de su recamara, aparentemente, un dolor carcomía

su corazón. —Más que mi gobernador… ¡Eres mi maldito brujo! Sí no vienes en dos días, juro que te

mandaré a matar… Amenazó despiadado. Más el otro, cuál robaba la atención de Sonick, le

calmó con tranquilidad. —Bedah… sé que estás enfermo, por ello aun en la distancia, te estoy

curando… pero, ya no importa; pues, puedo saber que a ti ha llegado tu antídoto… la hija de Germán está

en tus manos. Habló aquel, este que se llamase Mist, el mismo muchacho que una vez,

fuese el fiel discípulo de Germán. Y dicho esto, el joven de sonora voz, se despido, así, al

cortar su llamada, el dolor del Rey, desapareció; sin embargo, las dudas y la curiosidad

de la joven creció, esta no podía dejar de pensar en ello y en su primera vez, dentro del

Castillo, ahí cuando la encerraron.

Page 24: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

……………………………………………...………..(Recuerdo de Sonick)………………………………………………………….

William botaba a la inquieta al piso, Sonick le clavaba sus adustos ojos y continuaba

con sus filudos insultos, más él no le respondía, solo quitó su capucha y enseñó a la

joven su real apariencia, la que no era igual a las descripciones ni chismes. Williams,

poseía un rostro de rasgos fuertes y temibles, unos hermosos ojos mieles pero una seca y

muerta mirada; su pelo castaño se entrelazaba entre sí, como una mezcla de belleza y

fealdad. Sonick quedaba impregnada de William, este que ante tanto silencio, no

demoró en regresarle su mirada.

—Yo soy William, futuro Rey… te aconsejo ¿Mujer? Que guardes más respeto por los que tienen

tu vida en su mano... Habló William, al tiempo que el bullicio de Bedah tumbó las puertas.

Bedah, era hinchado del coraje, este no demoró en lanzar a su hijo contra la pared, a la

vez que con su espada le advertía que no haga más desobediencias; pues, todos conocían

que aquel joven no podía salir del Castillo.

—¡Tú no puedes salir sino es conmigo! Además mis asuntos nunca te incumben a ti.

—¡Claro! ¡Porque estás en contra de mí!. Soltó el encrespado, este que recibió otro de

los fuertes golpes de su Padre, aquel que con insultos, le hacía hacerse más pequeño.

Y Sonick se saturaba del despeado, más era notable que esta fuera una escena de donde

no podía huir. Más, tocaba dar cara y así, se paró, llamando la atención de Bedah, quién

vio en su voluntad, la gallardía de Germán.

—Imaginaba que la hija de Germán sea tan poca cosa como su padre.

—¿Qué puedes saber? Da gracias que es poca cosa, porque sí fuese mucho… te hubiese partido…

pues; siendo tan pequeño, te ha hecho parir. Gritó Sonick con su habitual rebeldía.

—Muy fuertecita, escuincle… —Decretó Bedah dando un sonoro y asqueroso beso

sobre su mejilla. —Vive tu gloria, porque pronto serás mía. Y hecho esto, Bedah ordenó

encerrarla, más no era dentro de las mazmorras que esta estaría; pues, para sorpresa de

todos en el salón, el majestuoso, Bedah, obligó que está fuese una prisionera de William

y que su cárcel, sea la misma habitación de su guardián. Era notable que el Príncipe se

prendiera de rabia y que con muchos gritos e insultos, una gran pelea se armase, ¿Más

que podía hacer este? Bedah le calló con manotazos y a este no tuvo más que aceptar.

Así William, casi que arrastró a Sonick hacia su recamara, ahí donde un frío tétrico

rodeaba del ambiente, donde su seriedad se cubría de odio y muerte.

……………………………………………………………..….……æ…………………………(Fin del recuerdo)……………………

Sonick recogía sus piernas y disimuladamente, viendo todo el detalle de la seria

habitación, de su colección de armas, de sus rotos cuadros, y el vino; pero, sobre todo de

William, aquel que saliese de su tocador y se echase fuertemente sobre su cama,

refunfuñando de manera incomprensible, tomando su arco y lanzando flechas a la ya

dañada pared.

Page 25: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Sonick… qué pasará contigo. —Ella se enajenaba del ambiente. —¿Qué pasará sí Bedah

te toma? ¿Qué hará cuando ya lo haya hecho?... te matará…así sin que tus sueños se hagan realidad...

Una guerra se encamina y por lo que veo, Bedah también tiene Magos. Pensaba Sonick para sí, a

medida que las muchas flechas de William caían a su lado.

Y todo era envuelto en un silencio enternecedor, algo que encendía la ira de William,

quién estaba acostumbrado a escuchar llantos y ruegos.

—¡Oye! regresa a tu realidad. —Intervino él ganando su atención. —¡Deja de elevarte!

Pensar en fantasías no te liberará de tu angustia… mejor haz algo útil y ¡pásame las flechas!. Obligó el

hombre a medida que la rebelde, con muecas, entrecerraba sus ojos intentando

ignorarle, algo que sacaba de casillas a William, cuál no demoró en lanzarse a ella,

estrujándole de su rostro, gritándole de las reglas, él era el Príncipe, ella, la esclava.

Así, de tal forma, a Sonick no le daba más que hacerle caso y con algo de pesadez, tirarle

sus flechas sobre su pecho, muy molesta. William no se molestó, contrario, vio una idea

para sacarle información, así el príncipe empuñó su arco y con la flecha apuntando el

pecho de la joven, empezó a hacerle preguntas.

—Dime ¿Mujer? Por qué Bedah te quiere.

—No lo sé… Respondió, recibiendo con asombro la flecha que caía a las cercanías

de su pie, Sonick le regresaba su odio. —Sé inteligente, William… sí Bedah me ha dejado a tu

cargo, tan sencillo, es por qué sabe que no tengo en que delatarlo. Mencionó Sonick con seriedad,

más para William no dejaba de apuntarla, esto parecía un pasatiempo.

—¿Quién eres tú?. Dijo él, casi que haciendo perder la paciencia de la otra.

—¡Es que eres ciego! Soy una monja… diré ¡Misionera!. Respondió dejando la libertad de

que William estudiase de su vestimenta y acción; pues, era la primera vez que veía a una

mujer de la tal Iglesia, esa que odiaba al igual que Bedah.

Más, William continuó.

—De todas maneras no importa quién hayas sido o seas… Pues; en unos días Bedah te tomará…

me pregunto porque Bedah debe esperar la presencia de Mistora… es enfermizo, pero creo ya comprender

de ello… Bedah trae chicas vírgenes, seguro les roba su juventud… Él esta maldito… ¿Lo sabes? Está

muriendo e intenta luchar contra ello… —William veía la admiración de la joven. —Pero…

sinceramente, él te busca a ti, de seguro que tú eres diferente, más especial que las demás… me pregunto

qué le darás tu… ¿Quién eres tú, para él?. Murmuró William, clavando sus ojos en los

temblorosos de Sonick, esta que no tenía ni idea de lo que pasaría, ni de lo que estaba

envuelta.

…………………………………………………………………………………………………………………

No obstante, por otro lado, dentro del Monasterio, estaba Oz junto con sus habituales

quejidos, este era lleno de resentimiento; pues, no podía olvidar el desastre que Bedah y

sus guardias causaron, esto comprendía desde los heridos Sacerdotes, el jardín muerto

hasta las antigüedades rotas, estas que eran una perdida monetaria muy grande, tal vez,

Page 26: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

esto era lo que más dolía a Oz, quién comentaba de la supuesta subasta que harían con

tales objetos. —Y volvemos a quedarnos como pobres bonachones. Suspira Oz.

—¿Habla de estar chiros?. Interrumpe la delgada bruja, la amiga de Sonick, Envy.

—¿Quién eres tú?. Pregunto incómodo, viendo de su desubicada figura, cuál lucia

con sus cabellos alborotados y sus labios como uñas pintadas. —Yo nunca te acepté en mis

filas… no de tal manera. Determinó Oz al rato que ella colocaba su brazo herido en la pierna

del alarmante, del cual esperaba le cure. —Mi nombre es Envy… y claro que me aceptó; pues soy

una fuerte monja que dio su brazo porque no se lleven a Sonick… ahora, cúrelo. Contó Envy viendo

de la mueca de Oz, aquel que se rehusaba a limpiarla.

—Me voy a desangrar. Respondió dramática, molestándole y ventilándole su herida.

Más, en medio del bullicio, Anabela y Esmeralda se acercaban a Oz, era notable que la

presencia de Germán no apareciese por ningún lado.

—De seguro que Germán fue por Sonick…—Pensó Anabela. —Espero que regrese con ella

—¿Ha pasado algo, Anabela?. Mencionó Oz al denotar su preocupación.

Esta no demoró en informarle… aun buscando por todas partes, nadie, ni sacerdotes ni

monjas, habían logrado encontrar a Germán, inevitablemente este no era en la Iglesia.

—Ha ido por Bedah… Determinó Envy ganando de la atención de Oz, cuál alejándose

de ellas, se encaminase a la guardia de sus Sacerdotes especiales, con los mismos con los

que empezaba a ingeniar de su pronto plan, no había tiempo, todos tenían que ir ya al

Castillo de Bedah, aquel que de seguro esperaría a Germán con alguna trampa.

—Germán, pero… ¿Qué te ha pasado?. —Pensó Oz. —Te has dejado llevar de la ira… Y Oz

tomaba de las negras capuchas y se lanzaba a las calles.

…………………………………………………………………………………………………………………………………

Ahora bien, el Castillo de Mandrágora, cuál era el destino de muchos, en pocas horas, se

había llenado personas, ciudadanos que en sumo silencio esperaban, dentro de la sala

principal, el tal comunicado del Rey, aquel que maliciosamente astuto, esperaba en un

sillón, dentro de su habitación, al aparecimiento de Germán. Era obvio que este le haría

una mala pasada y sí los hombres veían a Germán, iban a pedir su muerte al instante.

—¡Vamos Germán!… no demores ¡Mago de pacotilla!, sé que vienes por tu deliciosa hija, esa que

ya hace mucho, ha probado mis carnosos labios. Gritaba Bedah evocando de la especial energía

del hechicero, quién lentamente aparecía entre las blancas cortinas.

—Quiero que me des a Sonick. Exigió Germán con profunda y no muy alegre mirada.

Era extraño ver a Germán muy serio y aún más, irritado.

Así, este se puso cara a cara con Bedah.

Page 27: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—No es tan fácil, Germán… la chica se ha encantado de mi cuerpo, que la verdad, dudo que

quiera irse. Exclamaba Bedah con su sarcástica y odiosa voz, esta que desencajaba en gran

manera al otro, quién sin demorar, le abalanzó a la pared con un fuerte puño.

Y Germán iba en serio, aquel, recogiendo de sus manos y de su extrema energía, invocó

la presencia de sus poderes, de esa habilidad raramente vista, quién nadie podía hacer,

manejar el fuego, pero uno de llamas blancas e incandescentes. Y Bedah, le veía y reía.

—Germán, es la segunda vez que lucharás conmigo… pero, esta vez te veo decidido a matarme…

al parecer la engendra es más importante que la zorra de Gracel y tus idiotas discípulos ¡Esos que

murieron bajo mi mano!. Gritó Bedah sacando su filuda espada, cual se unía a la feroz

batalla que no medía vida ni misericordia; pues, ambos estaban encaprichados en darse

definitivamente un final.

Sin embargo, tal esencia de Germán no podía pasar desapercibido en el Castillo y no por

los jóvenes que encerrados en la habitación estaban. Así, de tal manera, Sonick, de rato a

otro, abrió sus ojotes, esta precipitadamente se paró y sin pensar fue hasta la puerta, ahí

donde, el también confundido William, la detuvo.

—¡Déjame salir! Sí me liberas nadie te hará daño. Exclamó seria.

William la miraba mientras que la empujaba lejos, este intentaba comprender de quién

se trataba, quién era el ruidoso que atacaba a su padre, el fuerte que rompiese con toda

la seguridad del lugar, no había que dudar, solo había una persona capaz de ello, un

Mago y el único en contra, Germán. —Acaso puede tratarse de él… Murmuró William con

mucha intriga, este no prestaba atención a los ruegos de Sonick, quién quería la salud de

su padre.

—Germán es mi padre… él más poderoso Teúrgo. Déjame verle y seguro te perdonará. Habló

Sonick con valentía, cuál se apocaba ante la risa de William, este que colocándola de

espalda le arrimase a la pared. —¿Tu padre? ¿Es que acaso tú no nos conoces? ¡Jah! Mírame bien,

niñita… capta mi rostro, la cara de aquel que matará a tu padre. Exclamó William, a la vez que

sin darle tiempo, con cuchillas y flechas, guindaba y clavaba a Sonick sobre su pared,

esta quedaba imposibilitada de zafarse.

—¡Tu no podrás hacerle nada a Germán!. Gritaba Sonick enfurecida.

—Yo no estaría tan segura… te traeré su cabeza, cuando termine. Expresó William, riendo

y tumbando de su puerta.

No obstante, entre la pelea de los mayores, el colérico Bedah cortaba de las llamas de

Germán, aquel que de alguna manera, le hacía retroceder con agiles patadas, pero aun en

sus heridas y cansancio, Bedah continuaba, usaba de expedita maña con las armas, este

lo esquivaba y lograba herirle. Más, vale recalcar que esta lucha, aunque invencible, las

Page 28: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

tenía de perder Germán, ya que era visto, que ante tanta tristeza, los poderes de este, se

apagaban en gran número, aun cuando él no lo deseaba.

—Ven, Germán… te tengo una gran sorpresa. Aclamó Bedah tomando de los cobrizos

cabellos de Germán, estos que le ayudaban a arrastrarlo fuera de la habitación. Pues; el

propósito de este era mostrar la buscada cara del mago delante del sediento pueblo,

quiénes con su miedo, no demorarían en dar tortura y golpes al hombre.

Empero, ante los cercanos pasos de Bedah a la esperada sala, llegaba Oz al Castillo,

estos sin problema, se mezclaron con los ciudadanos a la supuesta fiesta.

—Es seguro que Bedah enseñará a Germán… es claro, a este pobre hombre no se le ocurren

ideas mejores… ¡No tiene cerebro!. Aclamó Oz adelantándose a sus amigos, yéndose por los

extremos oscuro de la sala, escondiéndose entre adornos y telas, todo a medida que los

monjes llamaban la vista de la gente; pues, estos exhibían sus ropajes y la gente les

adoraba. Así fue también como los guardias se distrajeron. —¿Ellos también están invitados?

—Vengan valerosos guardias, les vamos a bendecir. Decían mientras que mojaban la

cabeza de los confundidos, pero creyentes soldados. —Todos vamos a festejar el oportuno

llamado de Bedah… hoy es un día de gran importancia. Aclamaba otro monje creando la armonía

y animo de la gente, quién más aliviada, sonreían.

Y Oz cruzaba de las vigilancias, él subía las escaleras rápidamente, más antes de siquiera

ir al pasillo, se chocó con el ajetreo de ambos, Germán y Bedah, cuales se debatían entre

los pasos. Oz, no demoró en ocultarse, este, con sus exasperados ojos, esperaba de la

oportunidad perfecta para bajar a Bedah. Sin embargo, nada se daba como lo esperado,

poco faltaba a Bedah para pararse en el podio, los gritos y gruñidos llamaban la atención

de los presentes, mismos que veían la discusión, más nadie podía definir a Germán.

Todo esto era un drama trágico, una entrecruzada desesperante, en la cual, se sumaría

otro personaje, el violento y temible William. Más, Bedah, quién empezaba a llamar al

pueblo, recibió un fuerte puño por parte del molesto Germán, esto, que el orgulloso Rey

no resistió, echándolo al piso del mismo modo. Así, tal acto y gracia, fue aprovechado

por Oz, quién de inmediato tomó la capucha del mago, jalándole hacia él, todo mientras

el pueblo aclamaba al Rey.

Entonces, Oz habló a Germán, quién con asombro le observó.

—Debes irte… yo tomaré tu lugar. ¡Esto hazlo por Sonick!. Mencionó el serio Oz, quién

tapó su identidad con misma capucha negra.

Y Oz salió del escondite, se levantaba para darle, supuestamente, cara a Bedah, mismo

que sin perder tiempo, tiró el cuerpo del hombre frente a todos los curiosos ojos de los

ciudadanos. —¡Este es el hombre por el cual todos ustedes han sufrido!. Gritó desde el podio, el

eufórico hombre que aprisionaba con los hombros de Oz.

Germán, seguía escondido, estaba impresionado de su compañero, cuál jamás había

hecho algo así por él. Por ello, no quitaba la vista ante lo sucedido y más aún, cuando

Page 29: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

aquel notase la cercana y arrasadora figura de William, quién sin segundo alguno ni

remordimiento, jaló a Oz, según era Germán, y le lanzó al piso con un estrepito puño.

Era notable que ante el imprevisto, todos incluyendo al Rey, quedasen impactados.

—He venido a matarte… Germán. Murmuró William levantando al adolorido frente

a las masas; sin embargo, nunca nadie imaginó, que bajo esa capucha, apareciese la

figura plomada de Oz, quién clavaba sus ojos en William. —Me has golpeado niño tonto…

por este desenfreno ¡Te irás al infierno!. Exclamó Oz soltándose del pasmado William, cuál

jamás creyó a Germán de tal manera tan debilucha.

Y la gente contemplaba tal atrevido suceso, tanto por parte de Bedah como, peor por

parte de William. Así, era obvio intuir que el religioso gentío, en poco rato, armase fea

revuelta contra el gobierno. —¿Oz? ¡Donde esta Germán!. Reclamaba Bedah mientras veía

como todos intentaban abalanzársele y aún en cantidad ante el doloroso y barato teatro

de Oz.

—Yo ya le he dicho que no quiero más peleas… quiero que el pueblo sepa que he venido por lo que

es mío…. Murmuró Oz al ver como el pueblo le prestaba atención. —Pues; Bedah ha raptado

a una de ¡mis monjas! Y no se lo permitiré. Exclamó teniendo el furor de la gente.

Y Oz veía a Bedah de manera vengativa. —Esta me la debías, Bedah. Así, Oz se retiraba

junto con sus sacerdotes y entre esos, Germán, quién regresando la vista, veía al grande

William, quién sin prestar atención a las demandas del Rey ni del pueblo,

decepcionado, regresaba hacia su habitación.

………………………………………..…………….………………………æ……………….………………………………………………………

Más, ¿Qué les puedo contar?… Bedah, estaba asustado, este no podía controlar la furia

de su propio pueblo con palabras, así que terminó por optar en lo que es bueno, así,

Bedah mandó a expulsar a la fuerza y con golpes a todo cuál se le resista…. Está de más

decir, que este problema encolerizó como nunca al Rey, quién como toro encendido

entró feroz a la habitación donde estaba, aquel no le dejaría pasar esto a William… y así

presencié como aquel, con sus duros golpes y latigueadas, sometiese a su hijo a dar sus

disculpas y humillarse… gracias a Dios, este ni me vio… ¡Jah! ¿Cómo puede haber un

padre así?... más por mi lado, y con suma tristeza, no pude ver al mío…

Germán solo yacía en mis pensamientos y en mi corazón…

………………………………………………………………………………æ………………………………………………………………………

Y así, durante esa noche de impiedad, los ojos de Sonick se perdían entre las paredes del

oscuro cuarto ajeno, donde los quejidos inconscientes de William, llenaban del

ambiente, era notable que nadie curase las heridas de este pobre hombre, a quién a

menudo dejaban abandonado. Y esto se intensificaba, Sonick, era llamada por el dolor

de aquel, esta le hacía mala cara, más después de todo lo malo que le hizo, esta, no podía

soportarse dejarlo así, por ello, levantándose de su puesto y arrodillándose cerca de su

cama, le observó.

Page 30: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Siento pena por ti, William… Murmuró al denotar sus heridas y también de su

espada, la cual con mucho tacto, la alejó de él, no vaya a ser que se despierte y la lastime.

Entonces, Sonick mojó de su capa, rozando suave con la piel de aquel, así como también,

utilizaba de la magia para cerrar y detener el sangrado. Y todo iba bien, la chica con su

delicada voz, le susurraba que se calme, las cosas se solucionarían, todo pasaba y que así

mismo lo harían sus pesadillas. No obstante, quién creería, el roce de ambas pieles hizo

un corto, como una corriente que despertó instantáneamente a William.

Y aquel vio la cercanía de la congelada Sonick, quién solo se echó alejándose sentada,

algo que William, no le permitió; pues, sin pensar, se tiró de la cama y atrapándola, la

arrimó a la pared, apretando fuertemente de su cuello.

—¡Suéltame William!. —Expresaba entrecortada. —Solo… quería ayudar… ¡suéltame

idiota!. Las explicaciones de Sonick no cambian las acciones de William, este que con

penetrantes ojos, buscaba de su espada. Y Sonick, rasguñaba sus muñecas, esta poco a

poco se ahogaba.

—Has apartado mi espada… William veía el piso, notaba la capa de la chica, esta que

era manchada con su propia sangre, así como miraba que sus heridas estaban bastante

bien.

—¿Por qué me curaste?. Habló William juntando, aun amenazante, su frente con la

de la desesperada misionera. —Por qué aunque eres de lo peor… —Ella entrecierra sus ojos.

—Eres un ser humano y merece cuidados. Soltó Sonick sintiendo luego de eso, el alivio de

volver a respirar; pues, William le soltaba y regresaba a su cama, no sin antes, ver sus

brazos cuales parecían todavía estar electrizados por la energía de esta.

—Nunca, me vuelvas a tocar… ¡Entendiste!. Gritó viéndola de perfil, Sonick acariciaba

de su cuello, sus resentidos ojos se clavaban en el amargo hombre.

—¡Así te estés pudriendo!. Respondió ella regresando a su rincón. No obstante, esta

veía la sonrisa retorcida de William, este que sentándose en el colchón, dirigía su

atención a Sonick y ella viceversa. Al parecer, tal vez, William estaba de buen humor, lo

suficiente como para poder entablar una conversación con él, según Sonick.

—Eh… William, yo… —Sonick tragaba saliva. —¿Qué fue ese fenómeno de hace un

momento? esa electricidad que chocó entre ambos. Preguntó la joven y William, entrecerrando

sus ojos con cierta molesta, chasqueó sus labios y sin darle importancia a su pregunta,

se dio vuelta y se tiró a dormir. Sonick quedaba intrigada, esta estaba segura que se

trataba de su magia, cuál quedó al descubierta por William, más no había sorpresa,

después de todo, Sonick era hija de Germán. —Quiero regresar a casa… quiero verte, amado

padre… Murmuró Sonick sintiendo el desamor que la habitación de William transmitía.

Empero, no fuera del Castillo, los insomnios pasos aturdidos de Bedah, no dejaban de

recorrer de su habitación, aquel estaba enfurecido, tanto, que moría de ganas, por volver

Page 31: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

a golpear a William. Y es que todos sus planes se dañaron por él, todo el pueblo lo

odiaba y creían, aunque era verdad, que aquel estaba en contra de Iglesia. Acto que se

demostró por sí solo, al maltratar a Oz, el Rector de la religión en Mandrágora.

En cierto modo, Bedah no aguantaba la presión, algo tenía que ocurrir para mañana, con

para que el pueblo se calme; pues, aun se podía oír uno que otro reclamo a las afueras.

Notablemente, el gran Rey, tenía temor y este era el ser expulsado de su atesorado

trono. Algo que ni que quería imaginar, por ello, sin dar vueltas al asunto, tomó del

teléfono de abajo, y adentrando sus dedos en los huecos, comenzó a girar o más bien, a

marcar.

—¡Contéstame Mist!. Exclamaba fastidiado del longevo timbre.

Empero, Mist veía la noche, dentro de su habitación, se arrimaba a la pared, ciertamente

no estaba solo; pues, sentado frente a la radio, era un alto y fuerte rubio de buen parecer,

uno cuyos azules ojos bailaban con galantería, él no dejaba de ver la intranquilidad de

Mistora.

—Ese William ha hecho una grande a su padre… ¿Cómo es que se hará cargo de tal asunto?.

Decía el rubio, ese que respondía al nombre de Barbee.

—Pues; pidiendo disculpas no lo creo. Respondía el castaño de ojos celestes, el Mago

Mist, mismo que cruzaba la habitación para responder la llamada. Barbee le veía, este

junto a su amigo recapitulaban las acciones de William. —Haber… este golpeó al Rector de la

Iglesia, cuál venía a ayudar a Germán, quién obviamente venía a salvar la virginidad de su hija… quién

está encerrada con William… —Barbee hace pausa y se carcajea. —¡Que comprometedor!.

Exclamó aquel a la vez que se daba espacio para beber otra cerveza. Mist, sonreía

nervioso, tomaba de la llamada, pero revisaba las frases de Barbee.

—Que comprometedor… ¿No verdad?. Repetía Mistora enajenado.

Y Bedah encolerizaba, este empezaba a llenarle de quejas a su Mago, mismo que

quedaba en silencio, pensando en todas las respuestas que le pondría a dar a su amo.

—¡Bedah, lo tengo!. Exclamó Mist llamando la atención del Rey y de su amigo, que

en distintos lugares estaban. —William se hará cargo… ¿Cómo? pues armaremos una buena

historia… que te parece que William, en aquel instante, solo estaba defendiendo su voto de amor…

obviamente el príncipe y la monja se quieren casar, aun en las estrictas políticas de la Iglesia, quienes no

estaban de acuerdo… Dijo Mistora, imaginándose con su magia lo que la gente diría. —

Escúchame, es un perfecto plan. El pueblo anhela que William se casé, ellos aún creen que este se

convertirá en Rey… la gente gusta de tal farándula. Mist convencía al brutal hombre con su

serena voz

Bedah, con algo de dudas y confusiones, aceptó, obedecería a Mistora al pie de la letra,

más una advertencia estaba vigente, debía ver muy bien los movimientos de William, no

vaya a ser que él destruya todos los proyectos que tantos años les costó. Así, tras eso,

Page 32: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Bedah cortó y más animado fue a descansar. Pero esto fue contario a Mist, quién

dejando el teléfono, se acercó a Barbee, aquel amigo y compañero de trabajo, un político.

Barbee levantaba sus ojos hacia él, una sonrisa sarcástica cruzaba su rostro.

—Recién estoy empezando a comprender tus movimientos, Mist… no era para la política que tú

me necesitabas... ¿Verdad?. Mencionaron los vanidosos labios del rubio, este que siempre

cargaba medio pecho descubierto. Mist, sonríe. —Me gusta trabajar con los míos… confío más

en los brujos.

—¡Dale Mist! Quieres arrancarte de las uñas de Bedah… —Interrumpe el otro. —Más,

dándole sexo, Juventud y curando su rara enfermedad, no lo lograrás… Barbee ve a Mist, quién

desviando su mirada, tomaba de su embriagante esclavitud.

—No es tan fácil, Barbee… Bedah tiene una maldición, cuál le lanzó su mujer antes de él mismo

asesinarla… esta es qué, por todo acto malo, su corazón se apuñale por sí solo… es un dolor que no tiene

nombre… Murmuraba Mist perdido en él.

—Y ¿Eso que tiene que ver contigo? Déjalo que se pudra. Aclamó Barbee.

—Barbee, Bedah me salvó de la hoguera y no por simpatía… como tampoco, le sirvo por

gratitud… ambos hicimos un pacto de sangre… Mist bebía amargo, Barbee entreabría sus ojos,

este conocía bien lo que encerraban tales palabras. —Así que lo que él sienta o atente contra su

vida, tú también lo sentirás… es dueño de tu alma. Barbee peina sus cabellos, suspirando

lentamente. —No importa, Mist… algo hemos de hacer para cortar con tal maldición, los Magos no

son ¡siervos de nadie!. Dijo él.

—No importa. —Intervino Mistora. —Por ahora quiero ver que hace sin mí… también,

conocer y hacerle imposible la vida a la hija de Germán, así veré nuevamente la furia de mi querido

Maestro.

……………………………………………………………………………………………………………………………….

Más con los cabizbajos, la noche acogía el cansancio de los ciudadanos, y este, cuál

magia natural, volvía a reponer su vitalidad, para que con energías, vuelvan a recibir de

la mañana, misma que no tardó en llegar, con pájaros y rayos del sol. Empero, el

despertar variaba según la persona; pues, en Monasterio, las personas eran en medio de

sus tareas, trabajando arduamente en los jardines, en las capillas y limpiando de los

pisos, para que así, el lugar brille con la presencia de las virtudes y lo hacendoso. Por el

contrario, dentro del Castillo, William, recién abría de sus ojos y ello, gracias al bullicio

de Bedah, quién tumbaba de su puerta a golpes. Sonick, también despertaba, ya que no

pudo dormir en toda la noche, esta contemplaba como William, bostezando, abría la

puerta con parsimonia, chocándose con la intolerable mirada de su padre.

—¿Quieres volverme a golpear?. Dijo William estirándose de a poco. Bedah le

insultaba, aquel jalaba sus cabellos, sacándole del cuarto. —¡Eres estúpido! No tienes cerebro

para denotar la ¡brutalidad! que has hecho ayer. Bedah quedaba con William en el pasillo.

Page 33: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

El Príncipe miraba a Bedah con sus mieles y serios ojos, definitivamente algo tenía que

tener planeado su padre y aquel no demoró en exigírselo.

—Tú debes arreglar esto y la única manera que he pensado es que finjas un matrimonio… ¡Dirás

al pueblo que te casarás con la muchachita!. Gritó Bedah al tiempo que él se negaba

rotundamente.

—Yo no tengo porque hacerlo… Golpeé a Oz porque pensé que era Germán y eso lo puedo

expresar al pueblo ¡y ya!. Bramó William desviando su mirar. Más, Bedah frenético, no se

dejaría burlar de su hijo, por ello, aquel lo tiró contra la pared y lo apuntándolo con su

espada y la de los guardias que lo acompañaban, todos amenazaban a William.

—No te he preguntado, te he ordenado que lo harás. Exigió el Rey.

William bajaba su cabeza, su corazón se aceleraba de la rabia, más nada podía hacer,

aquel levantó su rostro y con sus fieros ojos, le habló.

—Qué debo hacer… esta parece ser una de las ideas que te suelta Mist.

—¡Eso no te importa!. —Bedah acerca la espada a su cuello. —Pero, así me gusta,

William… te quiero listo en la tarde, quiero que le digas a todos que te has enamorado de otra mujer, que

quieres darle vida a este reino y que esperas que te comprendan y rueguen a la Iglesia por desistir de su

oposición. Contó Bedah al exaltado William, quién no esperaba para que su padre se

calle, quién no esperaba a que Sonick se largue del Castillo. —Pero algo te digo, William…

esto es un drama, la chica es mía… le tocas un pelo y no responderé de mis actos. Amenazó Bedah con

peligrosidad, William le veía.

—Qué pasará sí me rehusó, padre… ¿Matarás a tu hijo?. Volvió William con su rebeldía,

esta que conllevaba con la irritación de Bedah, mismo que sosegado de odio, tomó la

cara de William y la golpeó contra su pierna. —No me preguntes estupideces ¡Sabes que lo

haría! Así como lo hice con la ¡mujerzuela de tu madre!. Gritó Bedah dándole la espalda, William

bajaba su mirar, estaba avergonzado frente a los guardias, quienes eran sus propios

subordinados.

Por tanto, William con la tristeza y amargura a flor de piel, entró casi que destrozando

su puerta, este iría a darse un baño, más en su camino, se chocó con la figura de la mártir

Sonick, quién oyendo de los insultos de Bedah, le mirase con pena y melancolía.

William, tragaba de su propio aliento, inhalando fuertemente, se llenaba de la energía

para responder a Sonick, como, según él, debía.

—¿!Qué es lo que me ves, tonta!? ¿Acaso te ha gustado la idea de Mist?.

—¿Mist? ¿De qué idea hablas?… Sonick se arrimaba a las cortinas, William le miraba

con antipatía, sinceramente no quería ni dirigirle la palabra, pero tenía que hacerlo.

—Vamos a fingir que nos casaremos… esto es para calmar al pueblo sobre las cosas que de

Bedah están diciendo; pues gracia a ti, Germán ha armado revueltas. Mencionó William, Sonick se

enojaba.

—¿!Qué hablas!? No son mentiras, ¡son verdades!... Bedah es un trastornado de ¡Mente enferma!

Y Germán es obvio que haga algo para desenmascararlo. Gritó la justiciera, que con valerosa

Page 34: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

actitud, se acercase frente a frente con William, quién bajaba su mirada, viéndole con

cautela.

—No me importa tu opinión… esto no es algo que me agrade. Dijo él.

—Ni a mí tampoco… pero contrario a ti… yo sí me puedo negar, William... Y Sonick, dejando

frio al adulto, se dio la vuelta y se volvió a sentar en el piso. William crujía de sus

dientes, aquel apretaba sus puños y se entró al baño, debía refrescar su siempre caliente

cabeza.

Así, Sonick contemplaba del cerrado portón, escuchaba la ducha y expulsaba un

lamento, conocía que le causaría serios problemas al Príncipe con Bedah, pero esta, no

imaginaba, ni de drama, con tal malvado hombre a su lado, peormente, tener que fingir

ante el pueblo, quién no se dejaría llevar de palabras.

—Al menos que acepte y allá delante… diga otra cosa. —Y ella pensaba, más algo, tal

como presentimiento, negaba de sus ideas. —Ahí mismo me matan y eso lastimaría a Germán…

mejor es que quede fuera de esto. Murmuró.

No obstante, en la Iglesia, Oz se acercaba hacia Germán, ambos insospechados de los

ocultos planes de Mist, cuál con su magia, se sabía manejar muy bien.

—Oye, brujito… creo que me merezco agradecimientos… ¡Jah! Te salve el gollete. —Oz

chocaba su palma con el sonriente. —Y admite que me pasé con el drama… ahora todo el pueblo

sabe que Bedah se robó a una de nuestras monjas y ante tanto escándalo… ¿Quién le creería?.

Mencionaba Oz.

—La verdad que no me imaginé verte allí… Respondió Germán cortando de las flores

secas.

—¿Tus potencias no me presintieron? —Ríe Oz.—Yo debería ser nombrado el mejor brujo, en

vez de ti. Alardeó Oz tumbándole a Germán, quién admirado, le seguía. ¿Él hablando de

magia?.

—Créeme que el monstruito regresará a ti este mismo día… ¡Pero que luego se vaya hacer

misión! ¡No la aguanto!. —Oz ve la seriedad de Germán. —No hay de qué preocuparse… los

Sacerdotes me informaron que afuera del Castillo, hay una gran revuelta, Mandrágora exige a tu hija.

Y Germán apretaba la mano de su amigo, más con una sonrisa, negaba sus triunfos. —

Oz… sé que has hecho mucho… te lo agradezco, pero yo siento la soledad, un halito de tristeza, cuál me

susurra al oído que ella no vendrá… pasarán muchas cosas, para que esté a mi lado. Determinó

Germán subiendo las escaleras, abandonando a Oz y encerrándose en su habitación,

donde vigilaba el Castillo y los movimientos de Bedah. —Sé bien, Mist… que alguna cosa has

planeado… quiero desilusionarme de ti… yo quiero ver en que se han convertido tus buenas ideas. Pensó

viendo de la multitud, de la violencia y de los reclamos.

Page 35: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Entonces, los poderosos ojos de German veían salir la presencia tan ofendida de Bedah,

aquel que con fingida sonrisa, se presentaba a su pueblo, él informaba de una noticia

que, debido a la presión, debían adelantar, debían delatar.

—Más, me temo decir que yo no lo declaré… lo hará mi hijo William, cuál espero, tenga de la

sagrada bendición de todos ustedes. Clamó Bedah simulando alegría, dejando a todo el

pueblo, ante sus frases, confundido.

Y William caminaba por los pasillos y subía las escaleras, cuales le llevaban hacia el

podio, donde Bedah le estrechaba un hipócrita abrazo. —No lo arruines, estás sobre aviso.

Advirtió él, más William continuó sus pasos, mostrándose ante el pueblo que exigía sus

palabras.

Así, arreglando de su sedosa capa verde y su corona, sacó su tonante voz, cuál se amplió

por todas la amplitud, no hubo ciudadano que no le oiga.

—Quiero que sepan, pueblo de Mandrágora, que yo, Príncipe William, me pienso casar

nuevamente, quiero renovar votos con el amor… —Él veía al sorprendido gentío, cuales

hablaban entre sí. —Y sí quieren saber… ya tengo a una elegida… a una mujer que ha robado de mi

aliento. Confesaba William de una manera cortante y casi que poco creíble, algo que

Bedah, no podía permitir. Por ello, uniéndose a la falsa dicha, este ofreció una fiesta en

nombre del ocaso.

William veía a Bedah con seriedad, a la vez que el viejo continuaba. —¿Puede haber jubilo

más grande para un padre?... ¡No lo creo! Mi hijo se ha vuelto a enamorar… más siempre he pensado que

el destino es irrazonable, ya que es mi deber consultar con mi gente de tal problema. Comentaba

Bedah ganando de la mirada de los presentes. —La mujer de mi hijo… es una monja… pero ¡Qué

se puede hacer! Sí Dios es amor… usted deciden… pero negarlo… que triste. ¿Separar a estos tortolos?.

Gritó Bedah con su total seguridad y confianza.

Y la multitud mostraba interés, estos adoraban de la noticia; pues, mucho se había

hablado de la soledad del joven y codiciado Príncipe.

—Así es padre… —Interviene William. —Es por ello de la presencia de la iglesia en aquel

desliz de nuestro escape… ¡Cuánto lo siento! Que sea de tal forma tan incorrecta. Mencionó el

cordial, cuál compadecía a masas, aquellas que dando de su veredicto, aceptaban entre

gritos y triunfos, el romance ficticio de William, quién no mencionaría el nombre de la

muchacha, algo que los demás respetaban. Empero, ante la atestiguada victoria, el

gentío insistía testarudo, en que la mujer, ósea Sonick, se presentase en los días

próximos, para así confesar también de su amor. William, aceptaba con leve sonrisa

maliciosa… ¿Qué hará Sonick?.

En resumen, la noticia volaba como la brisa, y esta no demoró en adentrarse por todas

partes, por las mansiones y las casuchas, por los nobles y los mercaderes, por los

escépticos y los religiosos, todos asombrados de la bendición o maldición que había de

acarrear el destino sobre estos dos jóvenes. Entonces, las opiniones no se daban

Page 36: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

tardanza, los llantos y las iras relucían a flor de piel. ¿Pero… es cierto o no?—Decían

muchos, entre ellos, Oz.

—Lo sabias, tú lo sabias Germán… ¡Estoy estresado! ¿¡Sí eres brujo, porque no evitaste que

Sonick venga a Mandrágora!?. Exclamó Oz alarmado.

—No sé Oz… sabes que… ayer he soñado con Gracel, sé que ella me habla desde el mundo de los

muertos, me ha dicho que las cosas están saliendo bien… que no me preocupe, que deje a mi hija en manos

del Rey Bedah ¿No te parece una locura?. Mencionó Germán con una inusual seriedad, algo

que Oz no pudo soportar, aquel saltó del pasmo. —¡Estás mal! ¿!Como puedes decir eso!?... La

presión ha agujerado tu cavidad cerebral. Expresó disgustado, más Germán se arrimaba a la

pared, este respiraba hondo, pronto volvía asegurar su postura.

—Sabes Oz… dejaré que el destino obre y tú harás lo mismo… yo confió en que Gracel sabe de

algo… pues; ella conocía a Bedah y sobre todo a Mist, mi discípulo, más que yo. Y Germán le regalaba

una sonrisa que Oz no le correspondió, este echándole a un lado, se fue tumbando la

puerta.

—Yo creo en ti, Gracel…—Germán ve al cielo. —Más, eso no cambia el que esté inundado

en la tristeza, por favor, Cuida de mi Sonick.

……………………………………………………………………………………………………………….

Más, entre las murallas del Castillo, Sonick miraba a William con resentimiento, este

que malicioso, entrecerraba sus ojos, cubriéndose del frío con sus calientes cobijas. Era

increíble como la noche había vuelto a caer rápidamente y este con su necrófago frío.

—De seguro que te dolió decir lo que dijiste afuera… —Mencionaba Sonick. —Pero…

William, no sé porque te pones de ese estado, sí lo que mejor sabes hacer es fingir. La muchacha

estaba harta de los insultos, de los padecimientos e injurias.

William, levantó su mirada, levemente sonreía de lado.

—No te preocupes, tal vez el drama no demore mucho… pues; mañana, llegará tu peor pesadilla…

mañana, será tu último día de pureza y tal vez, hasta de vida… por eso, ruega monja-gata, que no llegue

ese brujo, ese temible Mist... Confesó William y tales dichos se clavaron en los oídos de la

pensativa Sonick, esta que encerraba el nombre del brujo en sus oídos, ella sabía que le

había oído antes, no era coincidencia, tal vez tales crímenes y venganzas estaban

planeadas desde hace muchos años atrás.

—Mist… el famoso Mago, sucesor de Germán… su discípulo, él único que aprendió sus grandes

secretos de magia. ¿Cómo pudo traicionarlo?... y es más, vengarse de tal manera tan despiadada… ¿Qué

harán conmigo?. Y Sonick veía de la luna, esta que tragaba de todos sus suspiros.

……………….…………………………………..……&………………………………………………………

CAPITULO 4: MIST, EL GALAN MISTERIOSO.

Page 37: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

…………………………………………………………………………æ…………………………………..……………………………………

Gracel, el conocido amor de Germán, su maestro y amante, aquel que la convirtió en una

de sus discípulas, llevándola a obtener un nivel como el de Mistora, el llamado “Sucesor”

con cuál compartió una estrecha amistad. Se dice que este la quería como madre; pues

aquel para la apariencia adulta de los dos, era jovencillo. Recuerdo, algo borroso, cuando

este vino al Monasterio, yo ya estaba junto a Gracel, debí haber tenido tres años, bueno,

junto a él, casi que conformábamos una familia.

No obstante, vale recalcar que Gracel, se hacía conocer por sus especiales habilidades,

como manejar el fuego, algo que pocos lograban, como también, ver el futuro, destreza,

que salvase la vida de Mist, muchas veces. Tal vez sea por esta razón, que Germán confié

ciegamente en Gracel, esta que entre sueños, le declarase de una vieja profecía.

«Todo principio tiene su final… toda guerra, por muy perversa y devastadora que sea, cae por las manos

del bien y la justicia… Así, dicho esta que solo el amor puede contra la guerra y es aquel, cuál intenta

nacer entre aquellos jóvenes… el único que detendrá la batalla y la sangre… Tranquilo, Germán…

William y Sonick deben estar juntos, el destino obra por ello… aun cuando es tal acercamiento, lo que sea

lo más peligroso para ella...»

……………………………………………………………………..…………æ………………………..……………………………………………

Y la noche transcurría con una pesadez, con sus tinieblas y misterio, cuál rosando la piel

de William, le hacían adentrarse en sus cotidianas pesadillas, esas que rechazaba con

fiereza, entre insultos y patadas, con las cuales intentaba despertar, más, era imposible,

lo único que lograba William, era interrumpir el ligero sueño de Sonick, cuál soñolienta,

le miraba desde su rincón. Ella regresaría a su sueño, más los movimientos y saltos que

William daba en la cama, le preocupaban en una manera, por ello, con cautela, volvía a

acercarse, como en otras ocasiones, a despertarle.

Así fue entonces que Sonick escuchó de sus refunfuñados susurros: «Suéltame… —Él se

mueve. —No quiero de ti, aléjate, déjame en paz… No- ¡No te necesito!. —Apretaba fuertemente

sus dientes. —Yo no me… no- no me cansaré…. Yo ¡Odio la Magia!» Exclamó William.

Y tales frases, llamaron la suma atención de Sonick, cuál sorprendida, posase su mano

sobre el pecho de este, contacto que nuevamente, provocó la leve electricidad, que hizo

despertar a William.

Entonces, el agitado Príncipe quedaba frente a la pasmada Sonick, esta que no entendía

lo que sucedía y el porqué de tales reacciones. Más, este respiraba hondo, sus cansados

ojos, viajaban alrededor de las arrugas de la sabana.

—Pensé que no levantaría. Murmuró enajenado.

Page 38: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Pues; agradécemelo. Brotó la voz de Sonick, quién se erguía frente al observador

hombre que se mantenía callado, viendo de las delicadas manos de la chica, estas que las

movía a medida que le hablaba. —¿Así que odias la magia?… bueno, algo que no te soportaré es

que, en mi cara, discrimines mi pasión… a mí me gusta la magia. Exclamaba Sonick, más William

parecía no oírle, solo veía sus pequeños y carnosos labios, cuales no quedaban quietos.

—Oye ¿!Te comió la lengua los ratones!?. Gritó Sonick chaqueando sus dedos cerca de

sus perdidos ojos, los cuales junto a su conciencia, regresaron al instante, al rato, donde

el impulsivo William no respondiese con palabras, contrario a lo pensado, este levantó

tomando prisioneras las manos de Sonick, quién admirada, se notaba enredada entre los

brazos del fuerte Príncipe. —¿¡Estas mal del cráneo!? ¡Suéltame grandulón!. Exigió creyendo

que William le volvería a abalanzar por la ventana.

Sin embargo, William cargaba de ella, esta que desesperadamente no tocaba del piso,

que con golpes y patadas, intentaba zafarse de cuál, con agilidad, le arrimaba a la pared.

Así, nuevamente, Sonick sentía la cálida respiración de William, aquel que le miraba sin

siquiera pestañar.

—Oye, idiota… ¡Aléjate de mí!. Murmuró Sonick atestiguando la poca atención de

este; pues opuesto a ello, William arrimaba de su pecho y abdomen hacia ella, tanto, que

parecía fusionarse en uno.

—Mmmm… —Y William ve del delgado cuerpo de Sonick, cuál al estar estrujada,

dejaba al descubierto de sus pronunciadas caderas. —No eres tan mala. Sonríe William, de

manera pecaminosa, así para luego, adentrar su pierna en medio de las de ella, alzando

con esta, del largo vestido de la Misionera, quién al sentirlo, no pudo más que gritar.

Más, nadie salvaría a Sonick de los deseos de William, el Príncipe, quién podía hacer lo

que desease a escondidas de Bedah.

—Tranquila… —Y él frota sus labios con la sensible piel del cuello de Sonick. —No

te voy hacer nada… tu eres propiedad de Bedah. Exclamó el castaño que con ojos chispeantes,

devoraba del tan nombrado valor de Sonick, quién sentía de la nueva sensación.

Y William era un galán, él levemente, sentaba a Sonick sobre su pierna, todo a medida,

que la comprimía con sus atrevidas caricias, ellas que tocaban de los muslos desnudos

de la inexperta Sonick, quién percibía que debajo de su hábito, los dedos de William no

quedaban quietos, estos estimulaban a que se ahogue entre sus pequeños suspiros. Más,

William sonreía insatisfecho, este subía sus tactos hacia su cintura, cuál poseía en sus

cercanías, el tensionado abdomen de Sonick, ese que con sus contracciones, la llevaban

a apenarse.

—Dime que esto no te gusta monja-gata. Expresó William avecinando sus labios a los

carnosos de ella, estos a cuales le robaban de su aliento.

Más, ahí no era todo; pues Sonick, aunque faltaba de atención, veía del momento para

arrebatarse del seductor William, cuál suspirando lento, llevaba de sus manipuladoras

Page 39: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

yemas, hacia los cubiertos pechos de Sonick, quién al presentir de sus planes, olvidase la

calma y el orden. Así, aquella, instintivamente, obró por su naturaleza, así, tomando los

hombros de William, soltándose bruscamente de su mano, con su nombrada magia y ese

chispazo casi electricidad, casi fuego, abalanzarlo a William lejos de ella, mandándolo a

estrellarse con su cama. Sonick caía al piso, con sus ojos desconcertados y su corazón

muy agitado.

—¡No me vuelvas a tocar!. Bramó Sonick con dificultad.

Más, William no se levantaba del suelo, no expresaba nada, él solo le miraba concierta

admiración, este ya tenía sus sospechas, pero no imaginaba crearlas. No obstante, aquel

recogía sus puños, muchas preguntas invadían su cabeza. Pero Sonick, quedaba en

silencio, con temblorosas pisadas, regresaba al rincón, pensando en la horrenda decisión

que fue despertar a William.

—Tienes magia… Rompiendo del vacío, habló William clavándole sus ojos.

—Con la que me defenderé sí te atreves a volver hacer lo que hiciste. Exclamó ella con su voz

de ruda. Empero, Sonick no contaba con el trastorno de William, aquel que no escondía

su pavor y detesto hacia tales engendros con poderes, estos a los cuales mandaba a

matar y rogaba porque se exterminen. Así, aquel, con suma rabia, se acercó a la chica,

quién no logro atinar con su magia, misma que consistía en un eterno fuego de llamas

naranjas, como de las famosas llamas blancas, estas que fueron heredaras por Germán.

No obstante, William, jaló de los cabellos de la chica, quién notaba el desequilibrio del

Príncipe, quién no sabía dónde colocar a la muchacha, este quería alejarla de todo lo

suyo, que no tocase absolutamente nada. Entonces, William abrió su armario, sacando

toda su ropa y sus cosas, ahí lanzó a Sonick, la misma a la que dejase encerrada en tal

pequeño y oscuro lugar.

—¿Qué fue eso?… Murmuró Sonick alarmada y entristecida, todo mientras cubría

sus avergonzados ojos sobre sus rodillas. Más, de William, no se oyó más, este cerró la

recamara y salió hasta que duró el desvelo de Sonick.

……………………………………………………………………….

Más, a pesar de todo, la mañana regresaba a formar su ciclo sin fin, las claras nubes

recibían a los comerciantes, cuales en medio de sus duras jornadas, comentaban sobre

los chismes de la Iglesia y la política, están que siempre eran de la mano, pero no con

una buena relación. —¡El Príncipe William se va a casar!. Mencionaba uno. —¿Será que pronto

tendremos un nuevo Rey? —Expresan otros. Sin embargo, era por en medio de ellos, que dos

hombres se abrían paso con sus escondidas presencias, aquellos comprarían uno que

otro dulce, para luego, encaminarse hacia el castillo.

Esos eran Mist, el castaño de ojos celestes; y Barbee, el rubio de verdes ojos.

—Eres antojado… siempre tienes hambre y eso que ya viniste desayunando…

Page 40: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—No es culpa, Barbee. Mencionaba el joven y amable Mago a la vez que negociaba

de un sin número de postres.

—La gula te lleva purito, Mist. Dijo el otro a medida que se sentaba a escuchar de los

chismes, ciertamente, una sonrisa pícara brotaba de sus labios. Y pensar que este fue el

creador del inconveniente entre William y Sonick. —Sabes… quiero conocer a la futura esposa

de William. Bromea Barbee, mientras que Mist se sentaba a comer, aquel le levantaba una

ceja, le recordaba que ya estaba casado y con una esposa muy celosa.

—Tiwa conoce lo que haces… no quiero que me culpe de tus escapadas… Habló Mist mientras

el otro le decía. —La que ama, ama con defectos. Vaya suspiros los de ambos ocupados, más,

Mist no ocultaba las ganas que tenia de también reconocer a la hija de su maestro.

—Quiero que Germán venga por mi… quiero demostrarle que yo soy más que él... Murmuró el

castaño Teúrgo, cuál rival, había fundado una secta de magos, donde acudían todos los

traidores de Germán, entre ellos, Barbee.

—Bueno, trague de una vez… ya llegamos tarde, Bedah se va a enfurecer y más cuando me vea

llegar contigo… él de seguro que sueña con poseer a la chica apenas llegues, no nota sí has tenido un largo

viaje ni nada. Expresaba Barbee de vez en cuando piñizcando de la comida de Mist, cuál

enfurecía de ello.

………………………………………………….

Más, ahora bien, luego de degustar, Mist y Barbee llegaban al portón del Castillo, donde

recibidos por el personal de Bedah, le llevaban hacia el comedor, donde inusualmente

encontraron a Bedah, junto a su hijo y, tal como Barbee predijese, también con Sonick, a

quién tenían clavada en la mesa, amenazada con las puntas de las lanzas de los guardias.

—Sí parecen la familia unida. Murmuró Barbee entre risas, a la vez que se hacia el de

ojos ciegos, dejando pasar a Mistora primero.

—Rey Bedah, he llegado… Declaró Mist llamando la atención de los presentes, más en

principal la del Rey, quién jalando la mano de Sonick, la arrastrase con impaciencia

hasta el mago, quién con su serenidad y seriedad, mirase de la colérica chica. —Bueno,

empecemos el ritual Exclamó Bedah, más Mist, habló. —No tan pronto, Bedah. Así, Mist veía

hacia atrás, donde el “despistado” Barbee se acercaba con una mortal sonrisa.

Era notable que Bedah al verlo, sintiese una rabia; pues, había esperado las 48 horas

para estar con la joven muchacha y ahora más, gracias a la presencia y estadía del

Gobernador de Virtus, una de las grandes ciudades del Reino de Mandrágora.

—Es un gusto verle, Rey Bedah. Y dando la reverencia, Barbee veía de la molesta joven,

que clavaba sus turquesas ojos en todos los nuevos.

—El placer es mío, Gobernador… ¡No le esperaba!, sino hubiese mandado hacer un banquete en

su nombre. Respondió Bedah entre dientes, intentando controlar de su ira, a la vez que

veía con odio a Mist, quién seguía con sus ojos a su “compañero de trabajo” aquel que

observaba de los cuadros dispuestos en todo el comedor.

Page 41: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Cuando Barbee se valla, quiero la desgraciada vida de esta bruja. —Jala a Sonick, quién

le oye atenta. —Quiero su poder, su energía… ¡Quiero destruir a Germán!. Abalanzó Bedah sin

cuidado alguno hacia Mist, quién con leve sonrisa, asentía los caprichosos de su Rey,

algo que Sonick no podía soportar. Esta no imaginaba su vida sin magia.

Y Sonick veía fijamente a Mist, cuál sin quererla notar, murmuraba con el Rey. —Bedah,

todo está listo… Germán no te la va quitar… tienes todo el tiempo para hacer con ella lo que quieras…

despreocúpate. Expresó sonriendo.

—Yo no quiero perder segundos… ¡No robes mi paciencia, Mist! sabes cuales son mis propósitos.

Bramó Bedah, controlando más a Barbee que a Sonick, cuál como la espuma de una

cerveza bruscamente destapada, engrandecía de indignación.

Y fue así, que en cortos e inesperados segundos, la impredecible chica, se lanzó con furia

hacia el místico Mist, quién intuyera de sus actos. Más, Sonick utilizaba de su magia,

esta concentraba la vida de su cuerpo y la llevaba hacia sus manos, las cuales con su

particularidad, despertaban de su natal fuego, ese de naranjas llamas, que amenazaban

con lastimar al astuto Mist, quién retrocediendo, la detuvo con una sola mano.

—Eres una chica muy impulsiva. Mencionó Mist hundiéndose en sus ojos, ambos en

un momento de silencio y combate.

—No te atrevas hablar de Germán con tus labios viperinos y peor… anhelar quitar mis poderes

para ¡Dárselos a ese sucio tipejo!. Exclamó Sonick a medida que Mist veía como Bedah, algo

impactado por lo sucedido, distraía al “mortal y normal”, Barbee.

—Baja tus energías para cuando sepas que tienes opción a ganar. Y Mistora activaba sus

poderes, este manejaba el aire, cuál se acortaba alrededor de Sonick, esta intrépida, que

no se dejaría vencer y que para asombro de Mist, delante de los ojos admirados de

William, diese a sus llamas una octava más alta y con ello, de naranjas, se tornasen

blancas, así como las leyendarias que solo poseía hacerlas Germán. Esas que los magos,

nombrasen como las llamas invencibles, superior a todos los elementos.

Y Mist quedaba impresionado, dejándose arrebatar un estrepito puñete por parte de la

chica, esta que cayó encima de él.

—Utilizó el poder de Germán… Pensó Mist al estar debajo de ella, viendo y grabando

en su memoria de su singular y valeroso rostro.

—¿Qué decías de ganar?. Expresó Sonick levantándose, con su vista adusta, cuál solo

fue detenida por William, aquel que jalándole de su hombro, le reprendiese en nombre

del Rey. —Eres idiota, acaso no te das cuenta que Barbee es un mortal y que la magia merece la

muerte… aquí la magia es un secreto… así que cálmate monja-gata. Y él aprisionaba su mano,

extrañamente, calmando a la eufórica Sonick, cuál entendía de la posición de los demás

y primordialmente, la de ella y la conservación de sus poderes.

—Tu pelea y la mía quedan para luego. Mencionó Sonick alejándose de Mistora junto

con William, quién se sentaba en la mesa. —Y ya come… porque tal vez mañana, no lo hagas.

Entabló William con su sonrisa retorcida.

Page 42: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Cállate, William. Murmuró la chica, extrañada de su semblante, William parecía

estar feliz; pues, era presente que este no tenga ningún gusto por Mist. —Mira, Sonick…

hasta te ganaste mi porción de postre… —William le da su plato. —Le has callado la boca a Mist.

Susurra, siendo oído por el tolerante Mago castaño.

—No quiero, no soy ¡Glotona!. Criticó Sonick notando la pesada cara que llevase el

resentido de Mist, al parecer todo lo que estos decían era un indirecta directa para él.

—Es chocolate… ¿No te gusta?. Mencionaba William llamando la atención de Sonick,

quién sin esperar, tomó del dulce, emocionada.

Y allí, en medio de la curiosa mirada de Mist, brotaron las palabras de Barbee, cuál junto

con Bedah, se acercaba a William, este no demoró en felicitarlo por su compromiso con

la agradable Sonick, quién estaría a punto de negarlo todo. No obstante, el Príncipe,

debido a la severidad de Bedah, tomó a Sonick por su cadera, acercándole con una nueva

y rara, sonrisa amigable.

—Bueno, Gracias… siempre es un placer tener a tu familia en Mandrágora, aunque ahora este

solo tu... mándale mis saludos a tu esposa, Tiwa y a tu sobrino, mi amigo, Celeste. Dijo William.

—Claro, William. Oye, es linda tu futura esposa… —Barbee besa la mano de ella. —Estoy

honrado de conocerle antes que cualquier Gobernador, ¡Ah! En excepción de Mistora, el Gobernador de

Mandrágora. Barbee sonreía galante, tenía un carácter que ganaba la candidez de Sonick.

—Usted viene de Virtus (Ciudad del oeste)… yo estuve allí haciendo Misión, Tawa es el rector

de la Iglesia de allí, él es muy amable y habla bien de usted, frente a sus desempeños. Dijo Sonick

congelando de los gestos del rubio, cuál con fría sonrisa, regalaba un abrazo. —Con que

Tawa, eh. —Barbee mira a Mist, quién sin descifrar sus muecas, entrecerrase sus ojos.

—Me gustaría confirmar de su amor con un gran beso apasionado… ¿Será posible?. Preguntó

Barbee de la nada, haciendo que los jóvenes saltasen.

Así, William veía al adusto Bedah, cuál haría lo que sea, al obtener la gratitud de Barbee,

un inteligente político; como también, Sonick veía a William, rogando porque aquel se

negase salvajemente como siempre.

—Digamos que sería una bienvenida. Acotó Barbee alegre.

—No creo que sea molestia, ¿verdad?. Respondió Bedah sobresaltando por encima de

los presentes. ¿Qué más podía hacer William? Tuvo que aceptar, y así, giró hacia su

“Prometida” tomándola de la espalda e imponiendo su rostro sobre el de ella, esta que ni

siquiera había superado lo de la noche anterior. Empero, William no la besaba, este con

cierto rechazo, solo rosaba sus labios y su nariz empinada. Y este rato fue como una

eternidad, donde Sonick quería hundirse en la vergüenza.

Más luego de tal acto fingido, William “seco” los labios de ella y sonrió frente a Barbee,

quién “gustoso” de lo visto, aplaudió y se encaminó con Bedah a una pronta reunión;

pues, era dicho que barbee se quedaría por esta noche y mañana saldría a Virtus.

Page 43: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Entonces, Barbee continuaba al despacho de Bedah, no sin antes, clavar su misterioso

mirar en Mist, quién miraba de ambos jóvenes.

—Así que te llamas, Sonick. —Mist se acerca a la chica. —Con mi llegada, William dejará

de acosarte, yo me haré cargo de ti. Mencionó fríamente, besando obligatoriamente la mano

de la rebelde. William, se fastidiaba de las frases del Mago poderoso. —¿Acosar? ¡Nunca le

haría nada a esta cosa!. Y parándose, el Príncipe se fue a su habitación, mejor para él, no

tendría intrusos en su privacidad.

Más, Sonick suspiraba sarcástica, perdiendo sus ojos en lo poco que le quedaba del

chocolate de William, este dulce que siempre le regalaba su querido Germán.

—Yo sé que extrañas a Germán. Mencionó el sereno sentándose a su lado, Sonick le

ignoraba. —Quiero que sepas que yo también le extraño. Dijo Mist ganándose la mirada de la

pequeña. —¿Para qué? ¿!Para hacerle daño!?. Aseguró la Misionera, Mist le sonría casi que

de manera inocente. —El destino nos ha hecho rivales, más no enemigos… una de las reglas que

Germán me enseñó es nunca tener odio ni enemistades. Compartió Mistora.

Y el joven hechicero lograba sacar una tímida sonrisa en Sonick, cuyas mejillas rojas, se

mostraban con libertad, Mist las acariciaba.

—Tienes su mismo corazón… bueno, eres su hija, por bendición y maldición.

—¿Por qué dejaste a Germán?... Preguntó Sonick alejando las manos del afectuoso

Mist, quién con un suspiro, perdía su voz y sus palabras. —No entenderás… es algo que no

hablo, pero la vida lo quiso y eso respeto. Y Mist se levantaba de la mesa, expresaba de su

confianza para con él; pues, igual no había a quién más acercársele en este Castillo.

—Soy Mago, íntimo de tu padre… es mejor que nos caigamos bien… ya que de este Castillo,

créeme que no saldrás. Habló Mist y esta entreabrió sus ojotes con admiración. —Germán, se

ha rehusado a meterse en esto… y con la justa razón de que está enfermo, la tristeza devora sus poderes y

no se puede dar el lujo de morir, en medio de tremenda guerra. Y diciendo esto, Mist desapareció

de en frente de Sonick, quién entristecida de las aseveraciones de aquel, se echó a

suspirar sobre la mesa.

William les espiaba, este era cubierto desde las escaleras. —Malditos, brujos. Mencionaba.

Sin embargo, un aire de amistad y risas, salían de adentro de la oficina de Bedah, cuál

mantenía buenos vínculos con sus Gobernantes, aquellos que de su lado, ocultaban los

crímenes del Rey.

—Y como está tu mujer… ¿Tiwa, no?. Mencionaba la ronca voz de Bedah.

—Sí… ella está bien hasta ahora, se ha unido a la Iglesia… es una buena mujer, nos queremos.

Responde el rubio Barbee, perdido como siempre en los ambientes de la sala. Más, la

voz seria de Bedah, llamó su atención. —Ten mucho cuidado con esa Iglesia… pues; no te vaya a

pasar lo que me pasó con mi mujer… yo sé que te sabes la historia... Mencionó Bedah viendo del

cambiante rostro que Barbee expresaba. —¿Me estás hablando enserio?.

Page 44: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Conozco de muchos jóvenes y escándalos dentro de la Iglesia… y tu mujer, con su delicadeza,

es un blanco perfecto para esos descarados. Criticó Bedah a la vez que organizaba sus papeles.

Barbee quedaba quieto, recordando del hermoso rostro de su envidiable Tiwa, cuál no

soportaría que nadie la viese, peor, compartirla.

—Le pondré cuidado a lo que dices… ahora que recuerdo, hay un hombre de buen padecer, que se

le acerca a veces… Aseguró Barbee botando su respiro sulfuroso, más cambiando de tema,

el rubio detuvo los movimientos del Rey, a cuál miraba con una seriedad.

—Bedah, siento decirte el porqué de mi visita… pero hay problemas… y ese mal está dentro de

nosotros, es Robinson… ha puesto a toda la ciudad de Sophia en tu contra… —Barbee ve la ira de

Bedah. —Sinceramente, como Gobernador se ha ganado el consentimiento de todos… no podemos

matarlo, él ha asegurado que sí algo le pasa, tú serás el culpable, conoces que Sophia es una de las

ciudades más grandes, después de Mandrágora y posee muchas riquezas minerales. Contó el rubio.

—¡Me importa! Mátenlo y ¡Esclavicen a su gente!. Gritó Bedah botando sus documentos,

jalando la camisa del rubio, quién le pedía de su calma, había que pensar muy bien.

—Robinson tiene la amistad del Gobernador del estado de Anima, de Peo, quién no es ningún

humilde, aquel es manipulado por Robinson, créeme que sí entramos en guerra, todo se va abajo.

—¿!Qué demonios sugieres que hagamos!? ¿Darle un abrazo?. Gritó el Rey haciendo burla

de los acuerdos de Barbee, cuál aguantaba su furia y desviaba su mirar. —¿¡Qué diablos¡?...

Escucha Bedah, debes ir a hablar con Robinson, sí lo vas a amenazar, ¡Hazlo! Pero el pueblo no se debe

enterar… ya nos hemos dado el lujo de que la gente del Reino crea mucho de los pésimos rumores… uno de

ellos, él que te robaste a la monja… —Barbee clava sus verdes ojos en Bedah. —Lo cual, obvio,

fue un mal entendido, ella es la futura mujer de tu hijo.

Bedah suspiraba de mala gana, aquel era rojo de la rabia, este expresaba un sin número

de torturas y maldades, cuales administraría al infiel Gobernador del estado de Anima,

ahí de donde vino Sonick.

—Por favor, venga conmigo mañana… le haremos una “visita amigable.”

—Llevaré a mi tropa. Aseveró Bedah con la rabia de percibir que perdería otro día,

sin tocar a Sonick y así, recuperar longevidad.

Entonces, ante los buenos términos, Barbee salió en busca de Mist, a quién le propuso

visitar de la ciudad, la verdad, él no conocía mucho de Mandrágora. Mist, no se lo negó.

Y ambos salieron por los secos jardines del Castillo, introduciéndose en las copuladas

calles, donde a pesar de la venta y los alimentos, el orden estaba por primero, esto era

debido a las estrictas reglas de Mistora, quién al ser visto por la gente, era cordialmente

saludado.

—Has hecho un buen trabajo… de seguro les compras mucha comida… oye, ¿Cómo es que no

engordas?. Preguntaba el incómodo Barbee, quién ganaba del disgusto del castaño, cuál

caminando por el mercado, se topase con los resaltantes trajes de la Iglesia.

Page 45: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Mira, son de la Iglesia. —Señala Mist, viendo a su frente a Oz, cuál nuevamente

acompañaba a Anabela en sus compras, aquel no dejaba de ver los enormes frascos de

miel, aquel exigía que se le compre. Barbee lo miraba con curiosidad a medida que se

avecinaban. —Así que este es el que cubre a Germán… Murmuró el rubio.

—Anabela, no compres el arroz, pero compra la miel. Ordenó Oz, más la rubia suspiraba,

le explicaba que no podía hacer eso. —No sé, porque no utilizaste las limosnas o los diezmos de

los fieles… Mencionaba él, la otra le silenciaba. —¡Por favor! Señor Oz, guarde su tono de voz…

¡Qué dirán de nosotros!. Dijo la pequeña perdiendo de su paciencia, todo a medida que otra

chica, tomó la espalda de Oz con una palmada.

—Es decir, que no se den cuenta que usted es un aprovechador… Ríe la maliciosa pelinegra,

Envy, quién robaba del hastió del Rector del Monasterio.

Y Barbee veía de la rebelde de labios pintados, a la vez, que ambos les daban la espalda,

cuchicheando entre ellos.

—Germán vive en la torre del Monasterio… —Mist, disimula. —Te voy a explicar ya que tú

no sabes nada de religión… el Monasterio es la madre de todas las Catedrales, cuales tienen sus Rectores

Sacerdotes, estos que mandan a las iglesias de los pueblos, en donde están los Sacerdotes. Es decir que Oz

es el Vicario de todos.

—Eso lo conjetura hasta un idiota, Mist. Expresó Barbee con mohines.

—Bueno… y en ¿Qué estás pensando?. Mist veía como Oz se alejaba con Anabela, cuales

dejaban atrás a Envy, cuál que le hacía relajo a un comerciante. —¡Crees que soy extranjera!

—En esa chica… —Menciona Barbee. —Ella es una bruja, lo noto.

Mist volteaba hacia la problemática, dándole una sonrisa. —Tiene cualidades de una bruja

callera… seguramente que sí.

Entonces, sin perder tiempo, los políticos tomaron del hombro de la insospechada, cuál

atestiguó como ambos pagaron por su caprichoso objeto, Envy, notaba su extrañeza, no

confiaba en ellos, mismos que con una ligera platica, llevaban sus pasos, alejándola de

los aldeanos ojos. Y era en un instante, que la sorprendida Envy se vio solitaria con los

dos que mostraron claramente sus rostros, la pelinegra reconoció a Mist.

—Es que todos conocen a Mist y a mí nadie me conoce. Mencionó el pesado Barbee, quién

no tardo en presentarse. —Soy Barbee, segundo Mago al orden de Mistora… —Lo señala. —El

rival de tu seguro maestro, Germán. Dijo Barbee.

Envy retrocedía, esta enseñaba de su feroz magia, cuál era similar a los rayos del cielo.

Ambos le miraban como una niñata.

—No temas… no te haremos nada, queremos pedirte un favor… dile a Germán… —Hablaba

Mist. —Que yo tengo a Sonick en mis manos… que no se moleste en pensarla… yo haré que ella se olvide

de él, después de todo, su destino es prestar de su vida a Bedah… lastima. Terminó, a la vez que se

alejaba, regresando a la civilización, obviando los insultos de Envy, cual furiosa, saltaba

Page 46: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

eufórica. Barbee sonreía, este desaparecía junto con Mist. —No nos tientes bruja… nosotros

somos Magos… no brujitos callejeros. Criticó Barbee dándose la libertad de carcajearse de ella.

…………………………………………………………….

Y así, llegaba el atardecer, Mist y Barbee arribaban en la misma recamara, donde el

castaño, después de terminar su baño, se sentase en el muro de la ventana, secando su

cabello, sin ignorar al inmaduro de su amigo, cuál apareciendo una que otra cerveza, se

limitaba a hundirse en su vicio.

—Oye Mandrágora es grande… pero hay más desierto que pueblos… moría de sed… ¡No me mires

mal!. Murmuró Barbee acostándose en la cama. Mist, no podía enojarse con su discípulo,

este solo suspira y reía de sus ocurrencias, no obstante, antes de decir palabra, un

movimiento bajo sus ojos, entre los jardines, llamó su atención.

Así, Mist vio a una muchacha, cuál en secreto, se agachaba hacia la negra tierra que sin

casi vida, anhelaba de sus suaves manos, mismas que con cuidado, le devolvían del

halito. Así, Mist parecía reconocerle, por ello se asomó, notando con cierta admiración,

como la chica plantaba de unas hermosas rosas, de las cuales Mist, con su innato poder,

oyere de sus inspiradores cantos, cuales eran más preciosos que una caída de sol, estas

rosas estaban contentas de volver a vivir.

Mist, estaba mudo, sin palabra alguna, con una expresión melancólica pero cautivada;

pues, Mistora, adoraba la naturaleza, esa que en su Reino, se desaparecía como ráfaga.

—Esa chica… a la que tus ojos están viendo. —Interrumpe Barbee desde la cama. —No es

nada más ni menos que Sonick, la hija de Germán. Levemente Barbee caminaba hacia Mist,

colocándose tras su espalda, viendo con disimulo a la joven. Barbee regalaba una pícara

sonrisa al intimado amigo, cuál intuyendo de sus ideas, negase cualquier conjetura.

—Soy Mago, Mist… no me niegues lo que veo en tu destino… yo sé que te gusta esa chica y por

ello, alejaré a Bedah por ciertos días, en los que puedes conversar con ella… —Barbee volteaba el

hombro del confundido Mist.

—Barbee, estas mal. Escudó Mist muy confundido.

—Mist, cada mago desconoce su destino, pero son los terceros los que ven la ruta que la vida les

teje… lo que te digo es cierto. —Barbee se enseria. —Además, alejo a Bedah para que pienses con

cabeza fría… piensa Mist, no puedes estar a su servicio, debes eliminar a Bedah y curando su enfermedad

con Sonick, quién es su antídoto, no será buena idea… Determinó Barbee dejando pensativo a

Mist, quién con algo de temor, desviaba su mirar hacia Sonick.

—La hija de Germán y Gracel… la hija de los grandes Magos… la única que con su energía,

pueda eliminar la maldición que la esposa de Bedah pusiese sobre él.

—Mist… sí ella puede romper la amenaza de Bedah, puede romper tu enlace maldito con aquel

demonio, con el Rey… con ella, tú serás libre Mist. Exclamaba Barbee con su habitual misterio,

tomando los hombros de Mist y sacudiéndolos.

Page 47: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

El joven castaño, jamás imaginó tal posibilidad y quedándose en suma quietud, sonrió

de lado, veía la osadía del inteligente rubio.

—¿Así que me gusta la chica?. Dijo Mist enajenado.

—Ella es el boleto para destruir a tus enemigos, incluyendo a Germán. Él, quién es el invencible

hombre inmortal… ¿Será verdad?... Compruébalo Mist, es tu única oportunidad. Murmuró Barbee

regresando a las sombras del cuarto, dejando al pensante Mistora, entre sus ilusiones y

sueños.

—Nunca lo pensé… pero, es una excelente idea… Barbee. Repetía Mist con su indescifrable

sonrisa de cuentos.

……………….…………………………………..……&………………………………………………………

CAPITULO 5: EL ROMANCE PROHIBIDO.

Y dentro de una oscura habitación, tal como la neblina, se expandía espesa y ciegamente

la voz de los cómplices, de aquellos de opuestos poderes, pero de similar liderazgo; Mist

y Bedah, el Mago y el Rey. De tal manera, Mist era sentado en uno de los sillones, frente

al fornido hombre, cuál preocupado no dejaba de dar vueltas.

—Esta maldición avanza demasiado rápido. ¡No me puedes pedir paciencia! Mi cuerpo se está

pudriendo. Exclamaba Bedah ante los serios ojos de Mist, quién veía el pecho putrefacto y

maloliente del Rey.

……………………………………………………………………………æ…………………………….……………………………………………

Cuenta la historia… que la mujer de Bedah, antes de desfallecer en sus propias manos,

lanzó al Rey una terrible maldición, cuál dictaba de esta manera: 1) Serás tú maldito por la

naturaleza; quién aboga por justos y cobra a perversos… —Esta fue la primera frase de su

concubina, quién peleando con espada en mano, posase sus dedos sobre la frente de

Bedah, en la cual con su magia, dibujó una línea roja. 2) Serás tú maldito en doble manera por

la vida y los hombres, quienes ven tus obras y el significado de tu nombre. —Y en la segunda frase, la

mujer cayó al piso, derrotada por Bedah y su gran guardia que la acorralaban con sus

lanzas, más esta se las ingenió, para dibujarle otra línea. 3)—Y serás triplemente maldito por

mí, quién cercana, vio tu odio hacia William, tu infidelidad y desprecio a lo que tiene bondad… —Y en

su última oración, la mártir veía a una esquina, ahí donde su hijo de apenas 14 años,

presenció su muerte, esa que sucedió cuando Bedah, con rabia atravesase su corazón,

penetrando su espada en la tierra cuál, dichosa, bebía de tal sangre ennoblecida.

Empero, ella aún con vida, terminó su decreto. —Te maldigo por bien de muchos… pues; será

que cuando un mal hagas, tu corazón, repudiándote, se suicidará lento, consumiendo de tu propia

Page 48: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

existencia. Así te diré por último que, solo tú serás el culpable de tu muerte. Y tras ello, todos los

barones respiraron del último aliento de la famosa doncella.

Desde ahí, cantos y dramas, describen ante cualquier fiesta, sobre el vil crimen, por el

cuál muchos odian a Bedah y por el cual, muchos odian a Germán, su amante. Más,

entre los pocos, que dicen haberlo visto todo, murmullan que no solo Bedah fue maldito

esa noche; pues, la susodicha tomó audiencia primeramente con William, a cuál mimó y

rogó perdón. Gentes relatan que ella besó a su hijo y tal caricia hechizada y mágica,

convirtió al amable Príncipe, en una persona diferente, en un ermita de carácter

iracundo, temerario y casi que sin corazón.

Pero… ¿Serán verdad, todas estas paganas recitaciones?....

………………………………………………………………………….…………æ……………………………………………………………………

—Esta maldición no solo la tienes tú. Recriminó Mist desabotonando de su camisa,

enseñando la herida que su corazón poseía. —Recuerda que hicimos un pacto, lo que te pase,

pasará a mi… por eso, protejo tu vida y me preocupo por tus necesidades… tu muerte y todo lo malo es lo

mío… Recordó el impotente Mago, quién ocultando su fealdad, volvió a arrimarse al sofá.

—Debes proteger a la chica… ella es mi medicina, su energía, su vitalidad, su poder, sensualidad

y virginidad son lo único que me ayudará a liberarme y liberarte del maldito destino… pues; yo sé que

ella es parte de la profecía… yo la vi cuando ella murió, ese rostro de niña que corría con Germán… en

aquel día. Y Bedah perdía de su cordura, este se dejaba caer en el piso, se veía miserable

frente al otro estancado Mago.

—Nunca dejaría que se la lleven ni que nadie la toque… además, que me he fijado de que esta

predicción no la sepa nadie. Mencionó Mist sintiendo más allá de la soledad, unos ojos

mieles que se entrecerraban con fastidio. El Mago entendía que ambos estaban siendo

espiados, más en silencio, solo miró hacia la puerta, en donde notó la energía de

William. Tal vez había oído lo suficiente.

—Nunca pensé que esa mujerzuela, madre del bastardo, me haya hecho esto...

—Bedah, ella fue una gran Maga… además, recuerda que no eres el único que tiene de una

maldición… debes tener cuidado con tu alrededor… Susurró Mist. Bedah, chasqueó sus labios.

—William me tiene sin cuidado, este no puede ni con su propia existencia, peor como para

debatirme… ¡Soy su mayor temor!… fue una ineptitud de su madre hacer aquello con William, ¡Basura!.

Bramó Bedah. Su gritó llegó a los atentos oídos de William, cuál con ira y resentimiento,

retrocedió, chocándose con la fría pared, este miraba de las numerosas baldosas, él era el

único en el pasillo, sinceramente se sentía ofuscado pero a la vez solo, solitario en tal

mundo que a sus ojos, era diferente, peligroso. Más, William, debía demostrar fortaleza,

este no hizo más que reprender a su corazón, cuál estrujó con severidad, para luego, con

su adusta cara, regresar, como sí nada, a su habitación.

—Maldiciones… el mundo está lleno de ellas… más, sabré defenderme, yo seré Rey. Murmuraba

William dándose fuerzas.

Page 49: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Entonces, el Príncipe entró a su recamara, más antes de siquiera dar un paso, sus

trastornados oídos, se llenaron de una bella melodía, de un silbido agudo que se

levantaba con el aire, una música poseedora de una agradable letra. Y William caminó

en silencio, robando de aquella, un segundo de estabilidad. Más, al acercarse, aquel noto

que la dueña de tal voz, era Sonick, la que con su magia atraía mariposas y vida, detalle

que cambió en gran manera al hombre, quién empujándola, le calló.

—Mistora te dio la libertad de largarte donde sea… ¡Vete ahora de mi cuarto! Ándate al patio,

al comedor… ¡Donde sea! Pero lejos de mí. Gritó William quebrando de su voz, jalando su

mano y echándola con desprecio.

Sonick le veía, esta, cuál orgullosa, se detuvo y le dio frente al chico.

—¡Cálmate! No me trates así de la nada… sí alguien te ha sacado de casillas, yo no tengo porque

pagar sus deudas. Gritó Sonick al tiempo que vio la mano de William, cuál se alzaba por

los aires para callarla de un manotón.

—Vete al diablo, ¡Bruja sucia!. Bramó William con tanto odio, cuál pasmó a la chica

que solo se perdía en sus vacíos ojos.

Sin embargo, el destino, ayudando a la Misionera, presentó la cortante presencia de la

puerta y con ello, los guardias, quienes exclamaban que Bedah quería que todos bajen,

incluso Sonick. Era obvio que ante ello, William, baje su ataque e ignorando a esta, se

adelante refunfuñando.

Así, por esta razón, luego de minutos, todos estaban reunidos en la sala principal del

Castillo, donde se hallaba Bedah anunciando de su viaje repentino, cuál haría con la

mitad de sus buenos guerreros y junto con la compañía del Gobernador Barbee.

—Más no me preocupo por el bienestar de mi pueblo… queda el príncipe y Guerrero William

bajo mi trono, él sabrá consultar bien con mi sabio Mist, aquel consejero, mi mano derecha. —Y Bedah

actuaba frente a los ojos de Barbee, cuál sonriendo, se unía al drama. —Y también no temo

del cuidado de mi nuera, quién en mano de dos valientes, estará segura a mi regreso.

Sonick, torcía sus ojos sin vergüenza alguna, más no podía hablar, no con la magia de

Mist encima de sus labios.

—Vaya en paz, mi Rey Bedah. Afirmó Mist dando reverencia, viendo del callado

William, quién penetraba su fría mirada en el viejo hombre.

—William ¿Acaso tu no dirás nada?. Intervino Bedah dándole un extrañísimo abrazo,

algo que William no pudo concebir ni continuar. Solo sus taciturnos ojos se asomaban

por el hombro del Rey y sus palabras por su oído. —Espero que te mueras. Dijo William.

Y Bedah sin poder abusar de su feroz poder, sonrió fingido, dándole una palmada. —Ni

en tus mejores sueños, bastardo. Habló entre dientes.

Bedah exponía su orgullosa grandeza frente a todos, aquel con falsa etiqueta y cortesía,

dejaba el Castillo, no sin antes dirigirse a Sonick, a cuál también, diese un abrazo.

Page 50: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Tú y yo tenemos cuentas pendientes… sí intentas algo estúpido, juró por mi avaricia que

destruiré tu paupérrima iglesia junto a tus idiotas amigas. Amenazó Bedah, Sonick respiraba

hondo, este era muy capaz y lo sabía. —Germán no te lo permitiría. Dijo ella.

—Su tristeza lo hace un inservible… mírate, su tesorito, sigues en mis manos. Habló Bedah

sonriendo perverso, yendo en cortos pasos hacia el esbelto Barbee, quién vigilaba de

Mist, más este no demoró en dar su despedida, con esa naturalidad y frescura.

—Bueno, yo aunque deseo ir con mi esposa… debo cumplir mis obligaciones, así es el destino…

más debes agradecer, William… tú tienes a tu mujer alado. —Barbee se acercaba con amabilidad

indomable. —Les echaré de menos aunque ni siquiera hallamos hablado. Confesó abrazando a

ambos jóvenes, uniéndoles el uno al otro, por medio de sus fuertes brazos, así, en pocos

segundos, Sonick quedaba frente al irritado William, quién a la fuerza, besase de los

labios de su “prometida”.

—Con esto estoy satisfecho, William, tal vez mi sobrino venga a visitarte pronto… él te extraña

y me imagino, tu también. Mencionó Barbee con muchos ánimos. Más, este se iba, no sin

antes, despedirse de Mist, cuál sin comprenderlo, desviaba su mirar resignada. —De que

vas, Barbee. Pensó Mistora ante tal desaire.

—Bueno Rey Bedah no se hable más… sé que Mist cuidará muy bien del amor de su hijo y su

nuera. Decretó Barbee dirigiéndose con Bedah a la puerta, siendo escoltados por aquellos

fuertes hombres de temibles rostros.

Entonces, de momento a otro, la sala quedó vacía, solo la presencia de los tres jóvenes

quedaba reunida, viéndose, por leves segundos, de sus distintos rostros y expresiones.

—Bueno… me he quedado a cargo del Castillo. Interrumpió Mist acercándose a los

demás, donde William mostró disgusto a sus palabras, aquel con un insulto, dio vuelta y

subió las escaleras, no sin antes, intimidar a Sonick, a cuál ordenaba no entrar a su

habitación.

—Idiota, está mal del cráneo. Murmuró Sonick contrariada, robando una sonrisa a

Mist, quién tomando de sus manos, asegurase lo erróneas que fueron las palabras de

Bedah para con ella; pues, Mist no le dejaría jamás lastimar a la Iglesia y sobre todo a

más mujeres.

—¡Qué! se cansaron de inmolar a muchas otras… vaya suerte que yo seré la última ¿no?. Dijo la

arisca chica que aún no confiaba en Mist.

—Es un peso que llevo en mi conciencia y que de seguro me jalará al infierno... Más, prefiero de

ello, antes que seguir con Bedah… —Mist entrecierra sus ojos. —Tu entiendes la magia… sabes lo

que es un pacto de sangre… ser esclavo de lo que te dice un sencillo pero magnate humano. Confiesa

Mist sorprendiendo a esta, la cual no dudó en presentar de sus incógnitas.

—Pero cómo pudiste hacer algo tan delicado. Pregonó Sonick sin creer.

—Por creer que ganaría a la suerte… Sonick, ¿Germán no te ha contado esta historia? En mi

predestinación estaba morir muy joven, morir sin cumplir de mis sueños, sin ser nadie… entonces, me

Page 51: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

propuse a pensar que podía negociar el ocaso, yo hice muchas cosas… más nunca pensé que luego de

tantos años, cuando ya fuese un Mago… me encontraría con la guerra y en medio de mi inmolación… con

la propuesta de Bedah. —Mist se sienta en el sillón, juega descuidadamente con sus frías

manos. —Entiendes que Bedah era mi única salida de la muerte… Dijo él.

Por lo tanto, Sonick, casi que asintiendo, se sentó a su lado.

—Es decir que esa fue la vez que traicionaste a Germán. Habló la chica.

—Sí, fue por ello… ahora le sirvo a otro maestro, o mejor digamos, amo. Él no tiene ni idea sobre

la magia. Comentó Mist viendo de Sonick, esta que usaba de la vestimenta del convento,

Mist veía de su suciedad. —Seguro que has de querer estar más cómoda… porque no te das un baño

y yo me encargaré de una nueva vestimenta.

Y Mist levantaba a Sonick, este la llevaba hacia una habitación, la cual poseía de una

elegante bañera. —Yo saldré, más dejaré la ropa en la cama… Expresó Mist sin siquiera dejar

hablar a Sonick, cuál ya se veía encerrada en el baño.

—Qué tipo tan extraño…—Murmuró Sonick quedándose en quietud, viendo luego

de los segundos, sí en verdad aquel castaño se hubiese ido. Y sí era verdad, este ya no

estaba, pero un hermoso vestido, había dejado sobre las sabanas. Entonces, ante esa

manera, Sonick se metió en las burbujas, hundiendo de su cabeza y sus preocupaciones,

cuales diariamente le aturdían sin misericordia alguna. Ella dejaba que se vayan, que se

alejen. —Debo ser fuerte… estoy aquí y debo siempre ser el ejemplo de mis amigas… ellas nunca me

vieron débil. Pensó Sonick mientras que masajeaba su cabello y enjabonaba de todo su

cuerpo, cuál luego enjuagase y secase, listo para vestir tan caro presente.

No obstante, Sonick al salir, buscaba de Mist, quería agradecerle por su cordialidad, sin

embargo no le encontró en ningún lugar, mejor, Sonick no depositaba seguridad en el

Mago. Aunque su cuento le sensibilizó.

Entonces, Sonick se dedicaría a lo suyo, iría a observar de su escondido jardín, de ese

pedazo de tierra en donde sembrase rosas, mismas que daban la valentía y la delicadeza

para su vida. Empero, antes de llevar el agua, esta se fijó de la presencia del buscado

Mist, aquel que era cuidando de sus flores.

Y Sonick caminó con cautela, más sus pasos fueron sentidos por Mist, él que al verla,

sonrió, abriéndose paso para que ella vea de tal milagro.

—Mira Sonick… estos rosales han crecido por sí solos… ¡Que increíble lo que hace la Naturaleza

por los mortales!. Mencionó a tono de poema. Sonick le veía seria. —Increíble es tu falsedad.

Respondió a la vez que regaba agua a sus plantas. Más, Mist sonreía descubierto, este se

sentaba en el piso, veía del roció.

—Así que me viste en la noche… eres inteligente, bueno… he de intentar algo mejor… sabes, las

rosas poseen de tu mismo canto… aquel que llegó hasta mis oídos, es el canto de la vida… ¿Lo conoces?.

Page 52: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Murmuró Mist enajenándose con las formas de las rosas, Sonick lo observaba, al parecer

notaba de su inspiración.

—No lo sé, yo no lo he escuchado. Respondió ella, sentándose a su lado.

Mist la ve y con cierta presura, tomó sus manos, cubriéndola con las de él, pidiendo del

silencio y la concentración, para así hacer de su truco. Sonick le hacía caso y este con su

poder, llevaba los sentidos de esta por encima de lo normal, así, en poco tiempo, Sonick

escuchaba de un cantico, con igual tonalidad que la de ella, esta era coreada por las

rosas y por la vida.

—¿Le escuchas?. —Murmuró Mist viéndole asentir. —Ellas pusieron de su melodía en tu

cabeza… más ahora puedes cantar con ellas. Y Sonick estaba extasiada de la maravilla, ella se

sentía bien y reía junto con el amable y sencillo Mago.

Sin embargo, por encima de ellos y de su amigable escena, estaban los severos ojos de

William, estos que los devoraban con rabieta y fastidio. No podía creer lo que estaría

pasando, pero era obvio que no era nada bueno, no para él, quién se veía en la mano de

ambos Magos.

………………………………………………………………………………………………………………………………..

Más, por otro lado, en el cercano Monasterio, entre las altas torres, los murmullos de la

pelinegra se hacían, con el acercamiento del viento, más fuertes y preocupados. Envy,

era encima de la cama de Germán, aquel que recibía de la brisa, el Mago que tenía

asomado su rostro en la ventana, inhalando de la preciada vida.

—Germán… —Murmura Envy viendo la contemplación del Sacerdote. —Escúchame

por favor… debemos unirnos, todos los magos podemos con Mist y su grupo, así derrotaremos a Bedah.

El hombre le oía atento, más con su resplandeciente sonrisa, dio la vuelta, clavándose en

los esmeraldas ojos de ella.

—Como apagarías un fuego… ¿Con más fuego aún?. Preguntó él.

—Pero, Germán no podemos darle paz mientras lastiman a Sonick… ¡A tu hija!. —Envy,

alarmada, sacudía del Maestro, quién posando su mano sobre su cabeza, besase su

frente, tal como una hija. —Envy… —Ambos se ven. —Ese beso es el vínculo que demuestra que

desde hoy, yo seré tu Maestro y tu mi discípula. Mencionó Germán de la nada, Envy quedaba

boquiabierta, sin poder llegar su mente a entenderle.

—¡Germán! Sé que soy ambiciosa, pero yo me ¡preocupo por mis amigos!... Sonick es primero

que mi capricho… por favor ¿!Qué te sucede!?. Y Envy seguía a Germán por toda la habitación.

Más, este hasta con una despreocupada sonrisa, tomó un libro y se sentó encima de su

escritorio, Envy le miraba, aquel la llamaba y le mostraba de aquel, cuyas letras eran

escritas por la famosa Gracel. Germán decía que sería esta la primera clase de Envy.

Page 53: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Germán, no voy a hacerlo. Se negaba la bruja exclamando que ella mismo iría por

su amiga. Germán tomó de su mano, jalándole leve hacia la silla, en donde le hizo tomar

asiento.

—Debes conocer muchas cosas… debes saber que busca Bedah de Sonick al igual de quién Mist y

porqué le sirve… Expresó Germán, Envy veía los textos, muy atenta, más por moverse en

medio del mágico mundo, conocía de lo suficiente, esta sabia del pacto de Mist y Bedah.

—Pero no es solo un rumor… es real, además Mist cree que ella es mi hija… mi hija de sangre,

entiendes… Expresó Germán seriamente. —Él simplemente está confundido; pues, cuando él llegó a

mí y a Gracel… Sonick ya estaba con nosotros.

—Germán… pensé que secuestraban a Sonick solo por venganza… ¿Hay algo más allá de eso?

Será lo de la supuesta maldición del Rey… —Envy se cambiaba a su lado, Germán le mostraba

de la profecía de Gracel, a la vez que le decía. —Solo mi primogénito es capaz de romper con la

maldición de tal maga…

—¡Pero Sonick no lleva tu sangre!. Exclamó Envy asombrada.

—Ellos lo creen así, solo tres personas saben que Sonick era huérfana, esos son Sonick, Gracel y

yo… ahora tú. Confesó Germán enseñando la imagen de Gracel. —Yo me encargue de que nadie

dude de ello… y con mucho esfuerzo le enseñé a Sonick a invocar mis llamas blancas, el signo para que

todo Mago piense que es mi hija… Decía él.

—Es decir que Sonick no hará nada a Bedah… ¡Este la matará!. Y Envy se levantaba

nuevamente, pero Germán volvía a detenerle, le enseñaba las afueras de la desértica

ciudad de Mandrágora, era en el horizonte, que Bedah se veía junto a su ejército.

—No hay nada que temer… la advertencia de Mist no me preocupa como la presencia de Bedah…

y él ya no está… debemos saber aprender del destino, eso es lo que nos convierte en Magos, no son los

poderes… —Germán abrazaba a la triste Envy, cuyas lagrimas caían sobre sus pechos. —

Sonick, es una gran Maga… la vida la cuida demasiado… ahora, es su camino, Envy… Lo que nosotros

podemos hacer es ayudarle, más no romper con el presente y peor con el cambiante futuro. Dijo él.

Y entendiendo Envy, secó sus lágrimas y tomó del diario de la difunta mujer, Gracel,

cuyos ojos podían ver el futuro, ella todo lo supo y lo escribió. Entonces, Envy agradeció

a Germán, más antes de irse, algo quería preguntarle.

—Germán… sí lo que dices es cierto… por lo tanto, sí existe una hija, sí existe una primogénita

¡De tu sangre! Hija de Gracel… Murmuró Envy intrigada, Germán sonría, mencionaba que

debían ir de a poco. Más, este le abrazaba familiar, mirándole con ojos amables.

—Tú me ayudarás, Envy... pero no debo decirte muchos detalles. —Germán ve a Envy. —No

confió en ti. Dijo aquel cortando de la inspiradora atmosfera, era obvio que la pesada cara

de la chica se dé a notar con algo de resentimiento.

—Pero, Maestro… Mencionó Envy estirando de su mano, Germán sonreía.

Page 54: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Sin embargo, entre sus risas, el sonido prolongado y retumbante de las trompetas,

llamaron a su quietud, ambos se miraban, tales sonidos eran propios de la Catedral, un

anuncio importante, alguien había llegado y no cualquiera.

—¿Qué sucede abajo?. Y Envy jalaba a Germán, ambos bajaban de las largas

escaleras, todo mientras las voces y las bienvenidas se oían en lo ancho y largo del salón.

—Las trompetas solo son utilizadas cuando arriba un miembro del círculo eclesiástico. Dijo

Germán hacia Envy, quién deteniendo su paso, observaba desde los pisos superiores a

Oz, el alto vicario, quién con sus Sacerdotes especiales, se dedicaba a dar una venia al

hombre, que dejando sus capas, presentaba su uniforme de rector.

Germán le veía, este sabia de quién se trataba, aquel era llamado Mori.

—Es el Rector de la Catedral de Anima, además que controla todas las iglesias parroquiales y

pueblerinas. Mencionó Germán caminando con Envy.

Y Oz abrazaba a Mori, hombre increíblemente alto, más que el pelinegro. Mori, poseía

unos azules ojos y cabellera sedosa, de un color azulado grisáceo, algo que llamaba la

atención de muchos, más no tanto como sus educados gestos y distinguida etiqueta,

cuál cautivada de las gentes y mujeres, quiénes se resignaban de su responsable cargo.

—Un placer verte Oz. Expresó Mori viendo por debajo del hombro a los presentes.

Así, tal perfección, escondía un pequeño detalle… Mori era vanidoso y de tal manera,

muy orgulloso.

—La verdad no te espera… nunca te espero, llegas siempre de nada… Critica Oz.

—Si lo aviso, no sería una sorpresa. Expresó Mori pidiendo que todos los hombres se

retiren, que le dejasen solo con Oz, quién no demoró en cumplir su capricho. Quedando

ambos superiores solitarios.

—Bueno, a qué has venido… tu solo me traes quejas. Mencionó Oz a la vez que caminando

a su despacho, dejaba atrás al apresurado Mori.

—Mira ¡No son quejas! Son sugerencias…. —Mori se agitaba. —Y son también reportes, r-e-

p-o-r-t-e-s. Exclamaba el religioso de Ánima.

—¡Esos que nunca das! Solo cuando te convienen, Mori… Más, bueno, habla. Dice Oz y Mori,

detenía los rápidos pasos de Oz, ambos eran fuera del despacho.

—Tus misioneras… ¡Disque misioneras! Dejaron a mi pueblo de esperanza botado, nunca me

avisaron nada… es que desde que las vi, supe era mala idea. Habló Mist botando de su suspiro, Oz

golpeaba su cabeza, refunfuñaba para el mismo, al parecer todo le recordaba a Sonick.

—Me dio jaqueca. Susurró Oz entrando a su oficina, Mori también. —Y te dará más

Jaqueca cuando te cuente lo que me hizo ese tal Tawa, T-a-w-a. Me volvió a visitar en !Mi ciudad! y me

suspendió que use todas las limosnas, me cortó el dinero que viene del Monasterio para remodelación… y

me dio una catedra de cultura ¡A mí, Oz!. Gritó el joven y a veces insoportable Mori.

—Un día de estos te casarás con Tawa. Murmuró el descuidado Oz.

Page 55: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Mori quedó boquiabierta. —¡Es hombre, Oz! Soy homofóbico y además, soy un recto Sacerdote.

Aseveró volviendo en sí al pelinegro, quién nervioso, se riese de sus propias palabras.

—¡Claro! No puedes. Acotó Oz abriendo de su agenda.

—Tampoco quisiese. Susurró Mori, a la vez que se ponía al día, este se enteraba de lo

sucedido con Sonick, del alejamiento de Leticia y la preocupación de Germán… esto era

como una guerra entre la Iglesia y el poderoso Bedah.

—No Oz. —Y Mori golpea la mesa. —Esto es una pelea entre los magos del diablo y el

malvado Bedah, no nos corresponde, la Iglesia no apoyará a aquellos engendros y peor a Germán, por

aquel muchos murieron. Dijo el peli-azul. Oz suspiraba, conocía del gran resentimiento que

Mori guardaba por el Mago Germán, este no le podía ni ver.

—Mori, esa chica es una misionera de nuestra Iglesia… es miembro de esta familia, además, sí es

con nosotros, porqué Bedah nos tiene amenazados… me da impotencia no hacer nada por ella. Explicó

Oz con cierta molestia. Mori golpeaba su espalda, no toleraba de ello. —Esas fatalidades

son la que les espera a todos los Magos, ellos van contra nosotros y tú, con ingenuo corazón, lo cubres…

como lobos vestidos de ovejas. Criticó Mori.

—¡Mori! No solo las Magas sufrieron las indolencias de tal infame… muchas jóvenes creyentes,

se bañaron con el marrano sudor de Bedah… no entiendes. —Aclamó Oz. —Estamos incluidos en la

Guerra, Bedah no hace separaciones con nosotros y por ello, nosotros tampoco lo haremos, porqué sí no,

será nuestro final. Explicó el Vicario, Más Mori reafirma no necesitar de la ayuda de los

famosos Magos, este estaba muy decepcionado de su amigo.

—¡La paz vendrá cuando los magos ya no existan!. Y diciendo de esto, Mori salió de la

sala, este se chocaba con Anabela, le ordenaba que le diese un cuarto, pasaría la noche

en Mandrágora.

—No sé cómo actuar… pero, no puedo rechazar a Germán, es el único que protegió, protege y

protegerá esta Iglesia… él, junto con sus magos. Pensó Oz ocultando su estresada cabeza en la

mesa. —Mori solo es un infante…

……………………………………………………………

Si bien, todo era confuso, por qué no más dentro del Castillo, donde William intentaba

ignorar a Mist, cuál como un sol, era imposible tapar con un dedo. William, odiaba de

su voz, su amabilidad e ingenio, más sobretodo, su enredado pensar, cuál era como una

maquinita para crear planes e ideas, un tanto trastornadas para el agrado de William.

Más, William suspiraba, en la tranquilidad de su habitación, se dio un estirón y se

acostó en la cama, ciertamente las palabras de Bedah, le hicieron un hueco en su frio

pecho, cuanto quería olvidar de su madre y de la dicha maldición que poseía, más era

imposible, todos los días, estaba allí… No obstante, antes de siquiera moverse, la puerta

se abrió sin permiso, era Sonick, quién pensando que William dormía, pasaba con sumo

silencio hacia su acostumbrado rincón.

Page 56: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

William, entrecerraba sus ojos, más veía de los actos de la pequeña, esta que sacó de

entre las cortinas, su mediana cruz dorada, esa que veía con algo de tristeza.

—Cuanto luchaba por ya no tenerla sobre mí… y es ahora que ya no la tengo, que me duele y que

mis actos, como pensares, no dejan colocármela. Y Sonick tomó la cruz de madera y la aferró a

su pecho. —Dios… perdóneme.

Y el Príncipe contemplaba la privacidad de la chica, más su tristeza era basta como para

ver la de otro, por ello, simulando despertar, se sentó. Su voz tomó de sorpresa a Sonick,

quién rápidamente guardó su preciado objeto, William se percató pero lo obvió a ella.

—¿Desde cuándo entraste? Se pide permiso. Mencionó William de pie, viendo como la

chica se alejaba, encaminándose al portón, no se quedaría. —Oye, niñata… oí lo que dices…

—William toma su mano. —Acaso dijiste que tus pensares han cambiado… ¡Qué tonta eres!.

—¿Qué quieres señor curioso?. Interrumpió Sonick soltándose de él.

—Mist es amable contigo porqué te utiliza… es manipulador, malvado, frío y tu caes como abeja

a la miel. William le ve detenerse, Sonick lo mira fijo, ella pestañaba sin creérselo. ¿Qué

era lo que pensaba William?. —Yo no tengo nada con nadie… ¡No soy una boba! Conozco cuando

alguien me miente y sé quién es Mist. Exclamó Sonick acercándose con valentía a William,

quién desviaba su mirar.

—No lo conoces… él es tu enemigo ¡Yo lo sé! He vivido junto a él, casi la mitad de mi vida… ¡Es

un maldito!. Confesó William ante la desconfiada chica, cuál no entendía porque el

Príncipe abría de su confianza para por fin, contar de su vida.

—A dónde quieres llegar, William… ¡A ti poco te ha importado mis enemigos o amigos! Sí lo que

quieres es hacerme la vida imposible, ¡No te lo permitiré más!. Sonick golpeaba del pecho de

William, este que le miraba asombrado de su atrevimiento.

—No me vas a prohibir nada… sí te quiero hacer pedazos, ¡Lo hago cuando quiera! No pienses

que Mist te dará una vida de cuento de hadas, porque aquí tú eres la prisionera y me encargaré de que

vivas como ello. Y el hombre arrancaba de la libertad de Sonick, quién relajándose un poco,

se ponía a pensar.

—William. —Mencionaron sus serenos labios. —Dime la verdad… que quieres de mí, que

quieres de mí y Mist. Y Sonick hacía notar de su paz.

William tragaba saliva. —Que lo mates… Susurró determinante. Esto causó el asombro de

la chica, quién no estaba dispuesta a hacer de ello, no sería parte del odio de William.

—No te he dicho sí lo quieres hacer… ¡Lo harás! Porqué es una orden… eso, sí es que quieres que

deje ser cruel contigo y te dé una estadía placentera… créeme, Sonick, que no me querrás como enemigo.

Y este veía de la indefensa muchacha, quién hundía sus ojos en su alrededor. —Yo sé que

puedes acabar con él… eres la hija de Germán. Mencionó este.

—¡Y él, su discípulo! Es descabellado… aparte, no te ayudaría, Mist no me ha hecho nada aun, y

sé que ambos quieren matar a Germán… ¡Seré estúpida!. Dijo Sonick casi que tumbando al fuerte

William, quién riéndose incrédulo de lo que veía, detuvo la euforia de Sonick.

Page 57: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Hasta aquí llegaste.

Y William tomaba de los brazos de la joven, cuál nuevamente se veía entre los aires, este

la lanzaba a la cama y él, encima de ella. Sonick, volvía a sentir el aprisionamiento del

cuerpo del adulto.

—Tienes razón, monja-gata… ambos queremos la cabeza de Germán, tal vez con diferentes

motivos ¡Quiero matar a Germán!. —William aplastaba a esta, a la que acariciaba con frenesí

sus desnudas piernas. —Pero… ahora, quiero matarte a ti. —William sonreía. —Matarte de

pasión. Entonces, él se aferraba de sus labios prohibidos, de esos suspiros deleitosos y de

su imagen, esa mezcla entre inocencia y rebeldía, entre indefensa y atacante.

—No te puedes zafar… pero ya sabes mis límites. Mencionó rosando de su cuello cuál lo

llevaba a la desembocadura de su pecho agitado.

Sonick intentaba mover sus manos, pero era atraída por el deseo y por la repulsión de

estar con el que le hacía daño. —William… ¡Déjame en paz!. Hablaba Sonick con dificultad;

pues el seductor hombre le ahogaba con su saliva y su movimiento labial.

—No quiero… no hasta que me asegures que matarás a Mist. Decretó con seriedad, Sonick

lo negaba; pues, eso le traería problemas con Bedah.

—Mist oculta muchas cosas… William se dejaba embelesar de la sometida, suspiraba

hondo. Sonick le veía sentado encima de ella. —También ocultas muchas cosas… Respondió

ella viendo como las manos del hombre acogían con facilidad de todo su busto, tal acto

indiscreto, hizo que la muchacha se hunda en las fibras más sensibles de la vergüenza.

Aquella le rogaba que se detenga, no iba a aguantar sus extremos ni un segundo más.

Empero, William reía, jugaba con las emociones de la irritada, cuál resignada, se ofreció

a rechazar a Mist, esto hizo que William se detenga y que agradado del hecho, con más

calma, se recueste sobre su pecho. Y todo queda en tranquilidad, no obstante, aun libre,

Sonick no se movía, sus músculos estaban paralizados.

—Eres una idiota monja-gata… yo no quiero que rechaces a Mist. —Y este cerraba sus ojos,

se dejaba serenar del corazón de Sonick. —Quiero que lo mates. Susurró cada vez más lento

y suave, esto pasaba a la vez que insospechablemente se dormía.

Sonick lo veía, ella se movía y le gritaba que se levantase, más ninguna frase lo regresaba

a sí, William estaba atrapado entre sus sueños, estos que pronto darían de la cotidiana

señal. Entonces, al cabo de unos segundos, William comenzaba a moverse y a cambiar

su estado, él apretaba sus ojos y sus dientes, empezaba nuevamente a desesperarse, a

aruñar la sabana y maldecir.

—¡Estoy harto! ¡Déjame en paz! No quiero de ti… ¡Aléjala de mí!. Bramaba William con

todo su aliento y alarido que dejaba estupefacta a Sonick, cuál intentaba despertarlo.

—¡Es un sueño, William! ¡Despierta ya!. Exclamaba preocupada.

Page 58: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Maldita sea el día… —Entre lanzaba William. —¡No quiero tu maldición!. Y el joven

estaba en trance, en medio de esas visiones que le hacían caminar por la fina línea de lo

real y lo mítico. —William… mírame. Más, Sonick tomaba de su rostro y este ligeramente

entreabría sus ojos, la veía, pero no estaba allí.

—Sonick… —Murmuraba él. —Tú… tú eres maldita… ¡Aléjate de mí! No me toques, no me

hables. Gritaba alarmado, aprisionando del cuello de Sonick, quién sin más, gritó por el

auxilio de Mist.

Entonces, el Mago no demoró en aparecer, aquel tomó con fuerza el cuerpo de William

y lo echó al piso, colocando su mano frente a su cabeza y por ende, con energía, dándole

paz, tranquilizándole y hasta sedándolo. Sonick estaba encrespada de los nervios, jamás

había visto algo así, más Mist le reconfortaba, la hacía sentar y respirar.

—¿Qué ha pasado, Sonick?. Mencionó Mist atendiendo a William.

Sonick juntaba sus manos. —Se puso de repente así. Respondió cortante.

Sin embargo; Mist la veía de reojo, su estrujado vestido y sus mejillas avergonzadas, este

intuía lo sucedido, ligeramente apretaba sus labios, veía del otro atrevido. —Acaso quería

que me molestase… Pensó el castaño entrecerrando sus ojos, alimentando de su paciencia y

dirigiéndose a Sonick, a quién peinaba y aseguraba no tener culpa en ello.

—Algo debo decirte… y no con el afán de pasarme de listo. —Mist veía de William junto

con Sonick. —William odia la magia y no la soporta…

—Ya lo sabía. Interrumpió Sonick escapándose de las manos de Mist, mismo que

continuó. —La magia es energía sublimizada, la energía está en todo y esta se renueva y necesita de

una materia constantemente, ella busca crecer, mezclarse y transformarse. —Él aprieta suavemente

la mano de la confundida chica. —La magia está en tu cuerpo, en cada átomo, en cada palabra

que murmullas, en cada uno de tus gestos y por qué no, tus emociones que destilan un sin número de

aromas, ellos que están cargados de magia.

Sonick se hundía en cada una de las frases de Mist, estas que parecían acariciar sus

oídos y obtener de sus sentidos.

—La magia envuelve a la persona… y cuando ella encuentra otra energía, la funde consigo... es lo

que pasó con William, ante el mínimo contacto, tu magia se adentra en él, haciéndole experimentar de

sus efectos. Él no soporta la magnificencia de esto y te repudia de maldita. ¿Ahora entiendes?. Terminó

Mist viendo de la asombrada cara de Sonick.

—La energía es fabulosa, transforma estados, convierte pensamientos y es capaz de crear hasta

una criatura… pero la energía, cuál es magia, es peligrosa… ella fue hecha para mutar a un humano en

Mago, en señor de todo… como también, en esclavo empedernido, ella es la cobradora de todo el destino,

pasa karmas, pasa bendiciones… Mist se perdía entre sus palabras, aquellas que venían con el

familiar tono de Germán en su cabeza. —Claro… esto no te enseñó papi… Sonick. Sonríe Mist

explicándole lo prestigioso que era ser Mago, pocos sabían de ello y aún menos, lo

Page 59: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

aceptaban. Sonick, asentía su cabeza, demostrando entendimiento. Más, no quitaba de

vista la ahora serena imagen de William. ¿Por qué este hombre odiaba tanto la magia?.

Mist, se levantaba, acariciaba las mejillas de Sonick, ambos se daban una cálida sonrisa,

ya todo estaba bien. —Intenta no tener problemas con William… entiendo como es… —Mist le

observa con amabilidad. —Más… eso que te conté, sucede con los humanos… más entre Magos es

diferente… porque sabemos controlar la magia, cuál nos alimenta y nos rehabilita. Y Mist retomaba

las muñecas de Sonick y con un grato y amable tono, le dio una venia, este le confesaría

algo importante.

—Sonick… eres alguien especial, yo juro protegerte; pues, te has robado mi corazón… —Sonick

se impacta. —Y créeme que sí dejas robar el tuyo, tu vida, cambiará para bien… Así con tal

declaración, Mist besó la mejilla de esta, cuál avergonzada, no hizo más que retroceder,

que abrir la puerta y escapar de tal comprometerá escena, donde Mist solo quedase

sonriendo.

………………………………………….

Más, de entre el silencio, el corto drama de William finalizaba; pues, este luego de que

Mist lo acueste, despertó, más sereno se hallaba.

—¿Qué planeas, Mist?. Surgió la voz del Príncipe.

—¿Acaso no es normal que un hombre se enamoré de una mujer?. Respondió Mistora.

—Sea cuál sea tu jugada… no te lo permitiré. Y William se ponía frente a el Mago, quién

le veía en silencio, adentrándose en sus ojos.

—Tú quieres traicionar a Bedah. Aseguró William.

—Igual que tú. Respondió Mist, a la vez que se retiraba, no sin antes, regresar unas

palabras, casi de advertencia al admirado Príncipe.

—Solo estás celoso, William, yo sé que Sonick es tu prometida, pero puertas para adentro, no es

nada para contigo, ni siquiera te quiere… Sonick no es de nadie… ni de Bedah. Y Mist sonreía de

lado, daba la vuelta y se perdía de los ojos delirantes de ira de William, quién temía de

ambos brujos, de su padre y sus endiablados planes.

……………….…………………………………..……&………………………………………………………

CAPITULO 6: CONFLICTOS Y RAZONES.

Y con las salidas y llegadas de la luz, los días iban transcurriendo y alrededor de tres

días ya se habían cumplido y con ellos, la ausencia del Rey Bedah en su castillo, y con

ello, la impaciencia de las personas frente a la desconocida prometida de William; así

como las horas de estudio de Envy y las vigilancias del atento Germán.

Page 60: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Tres días habían pasado y esto completaba los 6 días de ausencia que llevaba Sonick.

Sin embargo, no todo pintaba de soledad, no en la recamara del Rector Oz, quién

sonriendo alelado, se hundía en las sabanas, conservando de su agradable sueño. —Sí

Germán… ahora soy el del orden. Balbuceaba entre sus fantasías, donde aquel era el

mandamás. Empero, entre su susurro, una afilada cuchilla rosaba la cálida piel del

hombre, este que al sentir de su frialdad, con lentitud despertase, para así encontrar,

con sumo asombro, a tres personas paradas alrededor de su cama, estos con cara de

seriedad y el de en medio, amenazándole con una espada.

Oz, obviamente saltó ante tal violación a su privacidad.

—¿¡Qué demonios pasa aquí¡?. Gritó Oz apartando la espada de su rostro, clavándose

de los personajes, cual uno de ellos, era Mori, mismo que se abalanzó a hablar. —Los he

citado a todos a una suma reunión…

—Pero… hemos querido asustarte poniendo caras malas e intimidándote con la espada de Tawa.

Y de atrás, salió un hombre un poco más bajo que Oz, de corto cabello rojizo y

musculosa contextura, este era Tay, el Rector de la Catedral del estado de Sophia. —Qué

hubo, Oz… te extrañábamos. Dijo al darle un abrazo, que el amargo pelinegro no

correspondió.

—¡Tú no puedes citar a todos cuando se te dé la gana!. Gritó Oz hacia el resentido Mori,

quién le giraba la cara, quitando atención.

—Cálmate, Oz… hemos venido por cuenta propia; pues sabíamos que Mori es un exagerado,

pero aprovecharemos para entablar unos asuntos. Dijo el último de los tres, uno rubio pequeño

de ojos felinos y azules.

—Los políticos están buscando guerra… han callado a los misioneros que me mandaste… la

situación está difícil. Intervino Tay con preocupación.

Empero, Oz los miraba incomodo, aquel veía de los Rectores, estos que conformaban el

círculo eclesiástico.—Pero primero me podrían dar ¡libertad! Déjenme ¡cambiarme!. Clamó Oz y

con ello, todos los adultos, se retiraron en silencio.

Más, no fue mucho lo que esperaron afuera; pues, Oz salió y los llevó a la oficina, en

donde cada cuál tomó asiento en distintas partes, era de hecho que Oz veía la

personalidad de cada uno, en realidad eran de lo peor. Tawa en la mesa, Tay en la

esquina y Mori, en el sofá.

—Bueno, Oz… —Hablaba Tawa. —Mori llamó porqué dice que te fuiste del lado de la

magia, es decir… según él, que nos estás traicionando… ¿Es verdad?.

—¿!Qué cosa!?. Expresó Oz disgustado, Mori lo aseveraba.

—Ha de ser genial verte a ti como Mago. Se burla Tay, con su molesta carcajada. Oz

suspira y oye a Tawa. —Sería una deshonra para los magos, ni siquiera es recto con su papel.

Mencionó ella y Mori intervino. —¡Los magos son enemigos!. Más, Mori fue callado por los

otros, cuales detenían su discusión frente a la seria voz de Oz.

Page 61: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—De eso tenemos que hablar… estos momentos son difíciles y sé que en ellos, la palabra Dios o

Religión, es obstáculo para los planes de los malos hombres… pero quiero expresarles que he recibido

muchas amenazas de Bedah, sí el destruye de este Monasterio, todo se perderá… —Oz entrecruza sus

dedos. —Pero… estamos siendo ayudados y esos salvavidas, que nos guste o no, son los Magos de aquel

que tenemos como prisionero, de Germán. Mencionó Oz notando de la molestia de Mori, de la

inmunidad de Tawa y de la frescura de Tay.

—Tratas de decir que sí vemos a un Mago en nuestras filas, no lo echemos, al contrario, ¿Nos

aliemos?… Interrogó Tawa callando los labios de Mori.

—Qué pasaría si el pueblo se enterará… tal vez los fieles nos maldigan. Dijo Tay ayudando a

Tawa con Mori, quién se resignaba a callarse.

Oz respiraba hondo, ciertamente así debía de ser y nadie de las gentes debían saberlo;

pues la amenaza de Bedah estaba aún clavada en los habitantes, cuales temían de los

Magos.

—Debemos evocar la paz… cada cual tiene libre albedrío. Determinó Oz levantando la

sección, invitándoles amigablemente a desayunar, algo que ninguno negó.

Y así causando de la algarabía, monjas y sacerdotes clavaban su mirar en los

distinguidos rectores, cuales formalmente se reunían en la mesa.

Era notable que entre el gentío esté Envy y Anabela, quienes veían de estos y daban su

comentario de cada uno, idea que empezó Envy.

—Mori se ve guapo… lo fui a espiar en la noche mientras dormía, parece un Ángel, más es

demasiado chillón, engreído y detesta a los Magos. Mencionó Envy.

—El Rector Tay es alegre, siempre vive simplificando las cosas, nunca le he visto molesto,

siempre muestra una sonrisa... es deportista y come saludable. Habló Anabela con una amable

sonrisa, Envy le golpeaba con el codo, ambas disimulaban comer elegantemente. Más,

Oz les contemplaba sin estar convencido de tanta belleza.

—Tawa también es increíble, he escuchado mucho de él… justo y aficionado al orden y la

perfección, atrae a mucha gente a la Iglesia y dicen que sus sermones son tan inspiradores y llenos de

fuerza. Susurró nuevamente Anabela, de cierto modo, Envy estaba asombrada de la

soltura que a veces tenía la rubia.

—Y a mí ¿Quién más me toca?… —Envy mira, ya solo faltaba Oz. —Él es tan… olvidadizo,

no quiero hablar de nuestro Rector e imagino que tú tampoco… Y Envy daba un bostezo, no

sacaba ojo en Oz, cuál platicaba suavemente con los mayores. —Los Magos son nuestros

amigos. Susurraba él.

Y Envy que poseía de su oído mágico, le oyó, levemente una sonrisa cálida brotaba entre

sus mejillas. —O quizás… no sea tan malo, después de todo, Oz nos cuida bien. Opinó la pelinegra,

más Anabela asintió distraída, aquella se preocupaba, al no ver nuevamente a Esmeralda

en la mesa. Aquella estaba deprimida por el secuestro de Sonick.

—Amiga… vuelve pronto. Pensó Anabela perdiendo su mirar.

……………………………………………………………………………………………………………………………

Page 62: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Sin embargo, por otro lado, a las afueras del Castillo, los pueblerinos se acumulaban,

todos pedían a William por la presencia de su mujer, esa la cual habían prometido

enseñar. Más, William ni se asomaba, este era tirado en el mueble, fumando una pipa, a

la vez que veía de los diarios, riéndose solitario. —Pero que cara de tonto tiene Celeste en esta

foto, se ve tan pequeño frente a su tío Barbee y su esposa. Decía burlón cortando de la figura.

No obstante, ante su presente tranquilidad, la voz de Mist, rompía con el momento, este

preocupado de las exigencias del pueblo, pedía a William, se hiciese cargo.

—El pueblo de tu padre quiere verte, reclaman al Príncipe… no te parece que deberías salir.

Mencionó ganándose la mueca disgustada del otro, este que parándose se alejase sin

prestarle atención. Mist suspiraba, le perseguía, sin notar que Sonick era sentada viendo

desde hace tiempo, a los mayores. —Entiende que es importante. —Habla Mist. —La gente

hace mucho no oye sobre mujer alguna… ahora dices que tienes prometida, debes actuar con la misma

sensación que cuando tenías a tu difunta mujer. Mencionó Mist logrando que William se

detenga fastidiado, este que sin medir, tumbó al Mago contra la pared. —¡Nunca hables de

ella!. Amenazó William con tal cara de impotencia y rabia.

Así, Mist solo pidió disculpas y se fue a las afueras, a calmar a la gente. Más, Sonick veía

a William, notaba que eran ciertos los rumores, este ya había estado casado y su mujer

fallecida. ¿Pero por qué?. Sonick, no se lo preguntaría, más antes de retirarse, escuchó el

fuerte golpe del hombre, aquel hacía temblar de las paredes, era a veces que Sonick se

sentía con piedad hacia él, más sabia que esto no gustaba al orgulloso hombre, por ende,

imprudentemente, haciéndose notar, caminó a las afueras, pero al jardín. William la veía

encendido, este no pensó, solo levantó tras ella, aquel le seguía con cautela, tenía su plan

bien puesto en la cabeza, a la vez que la imagen de su exesposa se clavaba con llanto y

miseria.

Y Sonick se detenía, se inclinaba cuidando de sus rosas, William le veía, ciertamente

dudaba de sus pasos; pues, hace mucho que no notaba color dentro del tétrico Castillo,

que no visualizaba la vida crecer y dar su olor. Empero, no podía dejarse debilitar, este

continuó, con su fuerte semblante cuál relámpago. Así, Sonick, percibiendo de la

sombra que este provocaba encima de ella, la hizo levantar, quedando frente con el

impío, quién gritándole, sin poder ser detenido, alzó su pie y aplastó con furia de las

flores que Sonick veía con pasmo, desfallecer.

—¡Como puedes ser tan cruel!. Gritó Sonick golpeándole el pecho.

—Por qué así soy yo… y así debe ser tu vida. Y William dio vuelta, más Sonick le jaló de

la camisa, le detenía con su mártir voz. —Tu no debes ser así… no puedes seguir como Bedah…

¿Qué te hicieron, William, para que seas tan indolente a todo? ¿Tanto temor le tienes a lo hermoso?.

Sonick quebraba su voz, William regresaba a verla, nervioso sonreía, no se podía creer

ver tan débil a la robusta chica, quién solo cayó de rodillas.

—Yo te advertí… mata a Mist. Susurró William viendo el horizonte.

Page 63: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Sonick suspiraba entristecida. —No puedo William…¡Qué quieres oír! ¿!Qué soy débil!? No puedo

ante ti, ante Bedah y peor, Mist. A veces, sollozo y me digo porque la vida es injusta... ¡Maldita sea! Will

déjame en paz… —Y Sonick hundía su cabeza en tierra, más como siempre, no concibió

llorar, pobre desgracia. William tragaba de su saliva.

—Monja-gata… sí te digo que lo mates, es porque puedes y sí puedes con él… puedes con Bedah…

Mist es quién le hace invencible… Dijo él.

—¿Por qué quieres de ello?... Sonick levantaba su cara hacia el cielo, William, igual. —

Por qué hasta los malos tienen metas… la mía es ser Rey.

Sonick le veía, comprendía aunque él no lo mencionaba, que este temía ante Bedah y que

era imposible para él.

—Bedah trama con Mist hacerse inmortal, nunca pensará morir...

—Toma la vida de las jóvenes. Murmura Sonick. —Y tomará también la mía. Y

levantándose débil, continuó su camino, William la empujó, este con suma rabia, le

insultaba. Sonick entreabría sus ojos, aquella no se dejaba, su valentía volvía a subir

como la espuma. —William… tal vez no te pueda ganar, pero no te tengo miedo. Además, no quisiese

un Rey como tú, alguien que odia a los Magos, alguien que nos esclaviza y humilla… Gritó Sonick con

ira.

Más, William sonreía retador, se dirigía nuevamente a Sonick. —Hasta que no aprendas a

decirme quién soy… tu crucecita seguirá escondida en mis manos. Dijo William y dicho esto, se fue

hacia la sala en donde se encontró con Mist, cuál iba saliendo del podio, aquellos se

miraban.

—¡Anda consuélala! mientras tanto, iré a descansar. Decretó William.

Y Mist, extrañado, fue hacia el jardín, más ya no encontró a Sonick, solo vio con

inmensa admiración de las moribundas rosas.

No obstante, los problemas no terminan; pues, cuando William entrase a su recamara,

Sonick se colgó de su brazo, este regresaba a ella con su rostro de amargura.

—¡Devuélveme mi cruz!. Gritó Sonick.

—¡No bruja cochina!. Respondió queriendo cerrar la puerta, más ella lograba entrar,

se imponía con coraje. —¿Por qué odias la Magia? Acaso por tu madre, crees que no sé la historia,

sé que tienen una maldición… ¡No soy tonta! Necesitan de Germán para curase, pero él no lo hará… Date

cuenta, William ¡Sin los Magos, no son nadie!. Gritó la impulsiva ganando la cachetada de

William, cuál irritado en manera, jaló a la obstinada hacia afuera, más Sonick,

continuaba. —¡Yo sé que tu madre se enamoró de Germán! Pero créeme, William, que no fue

correspondida… Pues; Germán ya estaba enamorado de otra… Exclamó Sonick distraídamente.

Y William crujía sus dientes ante Sonick.

—Ella murió y tú la viste… Murmuró esta, a la vez que notaba de su frialdad, poco a

poco se dejaba arrastrar del Príncipe, ese a quién le pedía disculpas, pero ya era tarde.

Page 64: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

William, la lanzaba al corredor y se encerraba cruelmente entre las cuatro paredes de su

habitación.

—Como pude ser tan idiota… Sonick se sentaba en el piso, con su rostro amargo y

decepcionado de ella misma.

…………………………………………………………………………………………………………………………………

Más, por otro lado, por más allá de la ciudad de Mandrágora, cerca de las montañas

propias del estado de Sophia, estaba el gran Bedah, este que en sumo silencio, como

ladrón, acudía nuevamente a una audiencia con Robinson, más estaba con Peo,

Gobernante aliado del opositor, aquel que lideraba el gentío del estado de Anima.

Barbee abría de las puertas, todos ya esperaban al Rey, quién con su colérico semblante,

se postraba en el asiento.

—Sabes cuál es mi petición… no quiero que mi gente pague el incremento de tus impuestos. —

Resaltaba la voz de Robinson, el hombre de severa cara, de ojos y cabellos negros. Este

que en silencio, había impuesto en el pueblo, la guerra y la idea de derrocar a Bedah, al

fuerte Rey.

—Vamos, Robín. —Intervino Barbee. —Lo que quieres con el dinero es gastarlo en ti

mismo… ¡No piensas en tu pueblo! Debes ser comprensible, la plata va a manos de Mist, quien lo

administra según la necesidad de cada estado. Dijo este.

—¡Nadie ha pedido tu opinión!. Más interrumpiendo, el gobernador Peo se alzó, pedía

la misma demanda. Barbee suspiraba. —Sus estados son ricos en minerales… esos vendidos en

otros Reinos ¡Les da dineral!. Soltó el rubio, amigo de Mist, más Robinson estaba terco,

aquel mostraba de sus papeles, ahí donde estaban las firmas de todas las cabeceras del

estado, todos abogaban por que Bedah sea puesto fuera de sus tareas.

—Esto no es una advertencia… es la realidad, sí no nos dejas independizar del Reino de

Mandrágora, nosotros empezaremos la Guerra. Avisó Robinson.

Y Peo, el adulto rubio fortachón, se levantó. —No somos idiotas, Bedah… el estado sabe que

estás aquí y sí no salimos vivos, todos los guardias, están a la orden de matar a tus guardias y a ti

mismo.

—Menudos idiotas… —Intervino Barbee a la vez, que detrás de su abrigo, sacase una

pistola, haciendo lo mismo, Bedah. —No nos interesan sus guardias y que nos ataquen, ¡No sean

niñatos! quién manda es Bedah y sin ustedes, esos infelices debiluchos se rendirán… o simplemente, yo

tomaré las riendas de este estado. Aseveró Barbee y Bedah, sonriendo con suma malicia, no se

quedó callado. —Por mí, púdranseme… no le temo a la Guerra. Yo mismo mataré a todo su pueblo

ahora mismo… ¿Conocen de las bombas? ¿Conocen lo que es una explosión masiva?. Reía a carcajadas

el odioso Rey.

Page 65: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Así, el miedo de Peo veía hacia el firme Robinson, quién no esperaba de las mañas del

Rey, solo quedaba resignarse ante Bedah y Barbee, quién hundía su pistola en su cabeza.

—La verdad, teníamos planeado enfurecerlos, que provoquen a Bedah, cuál buen soberano les regalaría

de un pequeño espectáculo.

Y dicho esto, por detrás de su voz, una fuerte exposición inundó los oídos de aquellos

dos, estos que al asomarse vieron a unos kilómetros, un gran fuego, allí era sabido que se

encontraban la mayoría de sus guardias. —Nos vemos, Robinson y Peo, un placer. Dijo Barbee

saliendo hacia el pasillo, cerrando la puerta, no sin antes, decirles. —Quédense calmados,

porque sus familias serán las siguientes. Y así, Barbee se retiraba con Bedah.

No obstante, la noche se opacaba con el olor a muerte y la sabana de cenizas, todo a la

vez que ambos hombres, junto con sus intocables guardias, se subían a la carroza que

les esperaba, serían dos días más de regreso. Barbee, se sentaba, miraba de reojo a Bedah,

aquel que se pintaba de mortecino y debilidad, era obvio que ya no soportase de sus

heridas y que por ende, el rubio, intuya que Mist estaba igual.

—Pero llegará también tu hora… Bedah; pues los magos, amigos o rivales, te tenemos como

enemigo… y créeme que un mago, es tu peor enemigo. Pensó el rubio perdiendo su vista en el

vidrio de la ventana, jugando con su relicario, cuál al abrirse, mostrase aquel retrato

donde era su esposa, su sobrino y él, Tiwa, Celeste y Barbee. —Por qué Germán te ha

robado… Tiwa, ahora yo lo presiento, cumpliendo de sus órdenes, te has alejado nuevamente de la casa…

ruego, porque Celeste nunca sepa de nuestros secretos, no quiero que tal inocente siquiera le lastimen por

confundirlo con sangre de Magos… Barbee suspiraba, cerraba sus ojos y se echaba a dormir, su

viaje sería más largo que Bedah.

Empero, Bedah no se quedaba callado, él también pensaba bastante.

—Pronto llegará la hora de que todos vean levantarse a un Rey… a un nuevo Bedah, fuerte y

grande, sin maldiciones y siguiendo tus pasos querida difunta, siendo el Mago más terrible… —Bedah

veía las montañas. —La gente no responde a la bondad… responden al miedo y humillación… Mist, tu

harás de mí, con la vida de esa niñita, un gran hechicero y así destruiremos a Germán… una nueva etapa

acogerá a Mandrágora. Mencionaba Bedah con una sonrisa temeraria, con un sueño no

muy lejano y ansias de llegar a la casa y tomar de su grata prisionera.

……………………………………………………………………………………………………………………………….

No obstante, la noche caía sin excepción, las estrellas daban luz a los estados, como

también brillaba en los ojos de Tawa, quién asomado en el balcón del Monasterio,

brotaba de sus labios un ligero silbido que daba espacio a una pacífica melodía. Tawa, se

enajenaba del tiempo y el espacio, al parecer era habitual en él, más no para los demás,

como para Mori, quién veía con admiración, como aquel compañero, con éxtasis, poco a

poco, arqueaba su delgado cuerpo hacia atrás, ahí donde ambos ojos se chocaban. Mori,

quedaba prendido de la extraña personalidad y belleza de Tawa. —Pausa larga.—

Page 66: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—¿Me estabas espiando, Mori?. Y con su gruesa voz, el rubio se puso al frente de

Mori, quién sentía algo de vergüenza y además, nervios ante el más pequeño pero más

serio de todos los Rectores.

—Lo siento, Tawa… —Reverencia. —Es que me dio curiosidad por lo que estabas haciendo…

¿Te han dicho que eres raro?. Mori hacía sus mohines, este continuaría su paso, más Tawa,

jaló su mano, le sonreía con candidez.

—Vamos… te enseñaré algo en el jardín. Mencionó Tawa sin soltar sus dedos, Mori casi

que era obligado por el pequeño.

Y así, sin más quehaceres, ambos se adentraron al hermoso patio, este había quedado

aún más bonito que antes, Germán se había encargado de sembrar rosas y muchas

flores. Mori se sienta en el césped, Tawa de igual manera, ambos contemplando su

alrededor.

—Yo lo lamento, no es que quiera ser malo contigo, solo es que… tú eres el ejemplo de nosotros, el

mayor, después de Oz… Tawa veía con sus cristalinos ojos a Mori, quién se perdía en su

misteriosa vista, cuál solo titubeaba y aceptaba las dispensas. —Pero… yo te vigilo por una

razón… —Tawa respira hondo. —¿No te das cuenta?... Y Mori, levemente quedaba en ascuas.

Empero, en su recóndita soledad, los mieles ojos de Oz se asomaban escondidos, veían

de ambos rectores, levemente tragaba saliva y volvía a hablar con Germán. —¿Qué vamos

a hacer?... los Rectores están aquí para tener una reunión con “Mayor”… nadie quiere irse sin hablar

contigo… además, Mori dice que quiere verte la cara y sí descubre que “Mayor” es Germán!… se

desahuciaría.

—Lo primero es mantener la calma… puedo oler sangre desde el horizonte hermano… grandes

catástrofes se avecinan por el odio de otros… no puedo presentar mi rostro, yo aún necesito mucho de

Mori… de todos. Y no me daré el lujo de que por roces, nos alejemos… Mayor se presentará, más no

mostrará rostro. Dijo Germán con serenidad y seriedad. Oz le veía de reojo, levemente

volvía hacia Tawa y Mori.

—Realmente… a veces no entiendo por qué nos escogiste a nosotros… siempre dices que somos los

peores…. —Oz sonríe retorcido. —Pienso que estabas, como dice tu hija… “Muy mal del cráneo”.

Mencionaba Oz, y Germán sonreía, este iba hacia a Oz, asomándose a la ventana, viendo

también de los jóvenes, cuales sonrientes, continuaban hablando.

—Créeme que el destino no se equivoca… Tawa ha venido a nosotros por una misión y una de

ellas, es sacarle la bondad a Mori, esa virtud por la que lo escogí…

—Tawa no puede gustar de Mori y viceversa, tú lo sabes… ¿Qué intentas?. Más, cortando las

palabras del otro, Oz se ponía con contra. Germán no mencionó comentario, solo

continuó a la puerta, no sin antes, quedar a primera hora, con la grata reunión.

El Rector del Monasterio suspiró, francamente, su mente no codificaba las decisiones de

su Mago amigo.

……………………………………………………………………………………………………………………………….

Page 67: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

Sí bien, por otra parte, el resentimiento de William se incrementaba dentro de sus

solitarias paredes. Sin embargo, los sonoros pasos entre saltados que daban las sandalias

negras, se acercaban a la morada, ya había pasado lo suficiente para olvidar el tema, más

no para Sonick.

Y William escuchaba de su puerta, más como era costumbre, quedó en silencio,

esperando que la persona se identificase. Esto no demoró.

—Soy Sonick… yo lo lamento, William… quiero disculparme. Dijo ella.

—¡No me importa! Vete. Respondió el hombre acostado sobre su cama, viendo del

portón. Sonick chasqueaba sus labios. —¡No me ignores! Yo cociné tu postre favorito… además,

el cocinero se enfermó… al igual que el otro y el otro… así que no habrá comida. Comentó

arrimándose a la madera, viendo del vacío pasillo, nada se escuchaba de él, más no se

rendía.

—Príncipe, le dedicaré una canción. Expresó, conociendo lo mucho que le molestaba

oírla cantar. Entonces, Sonick levantó su voz, ella se deleitaba cantando, William le oía,

su sonora letra se impregnaba en su cuerpo, acogiéndolo y dándole calor, algo que el

Príncipe no aceptaba.

Por ello y con suma rabia, se levantó y abrió la puerta, viendo frente a él, a la sonriente

Sonick.

—Ya estoy empezando a conocerte, Will. Mencionó llevando el dulce detrás de su

espalda. William se molestaba de su nuevo apodo.

—Dame lo que me vas a dar y vete. Acusó el hombre sin paciencia.

Sonick le veía con sus chispeantes ojos. —¿Sabes que tengo detrás de mí?.

—¿Mi postre preferido?. Señaló desviando su mirar de la impulsiva personalidad de

esta, que aprovechando la distracción, lanzase uno de los dulces a la boca del adulto. —

El cocinero me dijo que te derrites cada vez que comes bizcotelas... sé que son extranjeras, pero en misión,

yo aprendí a hacerlas.

Y William enojado, escupió, dándose vuelta y queriendo adentrarse a la habitación, más

Sonick tomó su brazo. —Recuerda que no hay comida hasta la tarde… te dará hambre. Aseguró

ella, viendo con asombro, la reacción de William, este que girando, arranchó el plato y

tumbó el portón en las narices de la muchacha.

—Al último se dice ¡Gracias!. Gritó Sonick pero con una sonrisa.

—¡Jah! Sí era el precio de tus insultos, infame. Mencionó William desde su privacidad.

Sonick, entrecerraba sus ojos. —Gracias, por perdonarme, William… Dijo ella, William comía

bizcotelas. —¡Cállate! dijiste la verdad… después de todo, disque tu no mientes… Aclaró con mal

humor.

Sonick sonreía, ahora un gran peso se iba de su interior, estaba feliz consigo misma y

esto lo quería expresar, que todo estaba bien y que no guardaba resentimiento con

William.

Page 68: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Eres fuerte William… tu eres grande, yo sé que esas pequeñeces no te hacen nada… Y la

insospechada Sonick mencionó tales palabras de aliento, sin si quiera imaginar o

esperar, que la bizcotela de William cayese al piso, este le oía, sus frases retumbaban su

interior, aquellas que eran tan iguales a las de su madre.

Entonces, William se levanta de inmediato, abría la puerta y salía al corredor, más, ya no

había rastro de Sonick, no obstante, el confundido Príncipe se dio a la tarea de buscarla,

este caminó hacia la sala, cuarto, comedor, empero, aun no aparecía, solo habría un lugar

en donde esta mártir podría estar, su jardín. Y William salió al patio, este caminaba por

los senderos iluminados hasta el escondite de la muchacha, cuál para sorpresa, no

estaba sola, Mist estaba con ella.

Y William veía la escena, al parecer, Mist le daba un obsequio, este le había arreglado

todo su deplorable huerto, estaba aún más bonito que antes. Y aquello, alegró en gran

manera a Sonick, misma que se lanzó a los brazos de Mist. —¡Estoy tan feliz, Mist!. Dijo

Sonick clavándose en los celestes ojos del galán. —Yo estoy feliz, de verte alegre. Contestó el

Mago.

—Es bueno que te integres con la Naturaleza. Exclamó Sonick apenada.

Esto hacia brotar una tierna sonrisa en Mist, quién acariciaba la cara de la joven, este le

volvía a mencionar de su confianza y amistad, él no se alejaría de ella y de algún modo, le

defendería de Bedah. William, retrocedía. ¿Defenderla de su amo? Era obvio que el

Príncipe asegurara que Mist tenía otros planes de por medio.

Y Sonick quedaba avergonzada, sus piernas temblaban levemente, sus nuevas

emociones y sensaciones surcaban su pecho, esta tragaba saliva.

Sin embargo, antes de ello, William, cuál los espiaba, notaba la molestia en Mist, al

parecer, su grave herida, esa que en otro tiempo, William ya había visto, le transmitía de

su sumo dolor, limitándole a marcharse, así, Mist, sin decir palabra, desapareció de la

presencia de Sonick, esta que quedase confundida de su ausencia.

Con todo, casi que en la misma escena, dentro del Castillo, el intrépido William,

perseguía a Mist, este que gracias a su desesperación, ni le sintió, aquel se lanzaba sobre

su sofá, agitado, se rompía de los botones de su camisa, los cuales le dejaban su pecho

desnudo, este nuevamente atrajo en William un sin número de arcadas. ¿Cómo le

pesaba ver la podredumbre piel de Mist? Pues; su corazón se estaba muriendo.

—Es la maldición de mi padre… ahora es obvio que Mist la comparta, pobre miserable. —

William se arrimaba, su corazón agitado le recordaba la herida de Bedah. —Lo que Bedah

sienta de mal, lo sentirá el Mago… Y William veía de los esfuerzos de Mist por cerrar sus

heridas con su sobresaltada magia, más era imposible, una ley por superior acogía a

estos mártires.

Page 69: lytanoh.files.wordpress.com · CAPITULO 1: SONICK. Érase una vez en otro mundo paralelo, que había un Reino llamado Mandrágora, un hermoso estado que abarcaba con la unión de

—Mist está sufriendo… Bedah también. Este alardea necesitar de la monja-gata para

rehabilitarse, más, para eso estaban las otras mujeres… aunque estás solo le reanimaban, más Sonick es

su cura definitiva… empero, ¿Solo para eso la quiere?... le he investigado mucho, siempre he estado

atento, yo oí lo que le dijo a Mist… quiere más de ello. El Príncipe se marchaba, este caminaba

por el pasillo, hacia aquella lejana ventana, esa que conectaba con el patio, ahí donde

veía a Sonick, la feliz mujer, que cantaba y hechizaba a sus rosas, dándole de un singular

brillo. —La brujita y mi padre... será tan notable que quiera de su magia... —Murmura

despreocupadamente, pero al mismo tiempo, se queda levemente admirado. —¿Su

magia?. ¿Para qué? Acaso, Bedah quiere a la Monja-gata para robarle su poder. Bedah quiere

convertirse en Mago… no- no puede ser… no debería. Y el Príncipe William salía corriendo, con

sus temores, se encerró en su habitación, rogando por lo que en su mente pasó, haya

sido no más una especulación.

………………………………………………………………………………

Más, la noche continuaba brillando, esta, llena de misterio, secretos y dolores, acogían

de las nuevas determinativas de Germán, el líder de los Magos, el Mayor de la Iglesia.

No habría más paz, todo se sumaría en la Guerra. Todos, misioneros y brujos,

mostrarían los crímenes de Bedah.

Y Germán se encontraba privadamente con los suyos, luego de hablar con Oz, se

encaminó a la recamara de Tawa, su mejor amigo, ese que confiaba ciegamente en él y

viceversa. El rubio llevaba tiempo oyéndole, no podía imaginar lo que causarían las

decisiones de su señor, pero cada cosa que le mencionaba, parecía impactarle más.

—Bedah tiene que morir por las llamas de su propio odio… la guerra es de una manera necesaria

para todo, Tawa… además, Gracel me ha dicho: “Pronto es, Germán… el Mago más poderoso levantará

sobre ustedes… una nueva generación brillará… todos los Magos se unirán por su voz… no más paz,

Germán.”. Contaba el Sacerdote hacia el pasmado Tawa.

—Pero, Germán… tú eres el Mago más poderoso…. Si no eres tu… ¿Quién es?.

—Tal vez… los más jóvenes conquisten los cielos. Murmuró Germán con su mística

sonrisa, esta que daba por terminada su conversación, para así, desaparecer frente al

impactado Tawa, cuál mirando a su alrededor, se interrogaba a sí mismo.

—Podría tratarte… —Tawa se asombra. —Que Mistora… regrese con nosotros… sea, él

quién será el Mago más poderoso…. Susurra pasmado.

Esta obra no está terminada… para leerla completa debe adquirir el

libro. Puede comunicarse directamente con el Blog o ver el Link que

está publicado debajo de la sinopsis de la correspondiente obra.