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CAPITULO II RECONSTRUCCIN DE LAS RELACIONES SOCIALES RURALES A LA FORMACIN ECONMICO SOCIAL CONTEMPORNEA

Para reconstruir la historia de La Dolorita es indispensable acceder a la historia de Petare, capital actual del municipio Antonio Jos de Sucre, territorio poltico administrativo que cobija a nuestra parroquia en estudio. Sin embargo aclaramos que esta investigacin coyunturalmente se va delimitar entre 1959 y 1993, las razones que se toman para utilizar estos hitos se exponen a continuacin: es para 1959 cuando el ilustrsimo Concejo Municipal del Municipio compra las tierras que conforman La

Hacienda La Dolorita para darle paso al barrio y en 1993 con la Ley Orgnica de Rgimen Municipal donde se estipulo el cambio de Distrito por Municipio Autnomos y la creacin de Parroquia por Municipio forneos posterior al proceso de

descentralizacin a nivel nacional, nacer la parroquia La Dolorita.

A. La Dolorita y las temporalidades a. Notas acerca de Petare en la Historia de Venezuela. Petare cuenta con una superficie aproximada de 146.275 metros cuadrados y esta aproximadamente a 820 metros sobre el nivel del mar a orillas del ro Caurimare. Para la poca prehispnica Petare as como todo espacio que comprende el Este del Valle de Caracas, formaban parte del dominio de los indios Mariches, en un principio fue una ranchera de asiento aborigen, entre cuyos jefes cabe mencionar a Tamanaco, de origen Caribe. Debern pasar ms de 450 aos, para que los censos arrojen que aproximadamente 856.436 mil personas ocupan hoy el mismo asiento.1

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Segn se estima en el censo 2000, elaborado y procesado por el Instituto Nacional de Estadstica INE, el municipio Antonio Jos de Sucre, del estado Miranda cuenta con una poblacin estimada de 856.436 hab., en una extensin de terreno de 662 Km., Petare alberga un estimado de 546. 766 hab. Y La Dolorita es ocupada por 36. 400 hab.

Este Valle era un territorio frtil, rico en variadas especies vegetales que proporcionaban frescura, y materia prima para el sano desenvolvimiento en la regin, all abundaban lastaracas, mijaos, apamates, cascarones, bucares, lecheros, guamos, moncillos, ceibos.2 Esa era la plaza cuidada con esmero por el Mariche. Si se confronta ese territorio con lo que es actualmente, nos topamos con barriadas, nuevos asentamientos urbanos no regulados (otro tipo de ranchera), llenos de hombres, mujeres y nios con caractersticas tnicas muy diferentes, productos de los cambios migratorios inmigratorios. Lorenzo Vargas que ha estudiado con detalle este tema afirma al respecto lo siguiente: por determinantes antropolgicos, ya no pertenecen a esta raza de aborgenes [El autor hace referencia a los nuevos habitantes de Petare], sino que forman parte de esa - raza csmica de Vasconcelos. Raza combustionada en el crisol del tiempo. All estn La Dolorita, Julin Blanco, Carpintero, Barrio El Carmen, todos los sectores de La Urbina y mas all el sector rural, que lentamente se integra al lmite de la poblacin. Se extienden esos parajes para lindar con el Tuy por una parte y por la otra con Guarenas...3 Desaparece la nacin Mariches, se unen en mestizaje, gracias al fuego del conquistador, por una parte el aborigen lucha amparando sus tierras y por la otra perece abrazado por el testarudo conquistador dando paso a nuevos patrones de productividad, que cambiaran la morfologa del cultivo y la nueva cra. En 1545 lleg Francisco Fajardo en su papel colonialista, lo hace por el abra de Catia, recorre el ro Guaire, se percata de la existencia de muchos poblados y llega a las posesiones de Los Mariches las cuales ataca con xito4, luego hacia 1568 Diego de Losada, con predominio de fuerza se posesionar en nombre de la corona espaola de

Coromoto Mndez Sereno. Petare a travs del tiempo, Los Teques; Biblioteca de autores y temas mirandinos, 1995. p. 19 3 Lorenzo Vargas Mendoza. Aspectos Biogrficos de Petare, Petare: Imprenta Universitaria, UCV, 1986. p.20. Las negritas son nuestras. 4 Ibdem, p. 20

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las vastas riquezas que promova esta zona, sin embargo, es 1572 cuando muere Tamanaco mordido por una fiera espaola, esta situacin desmoraliz a su pueblo y les hizo huir hacia los montes crcanos que conocan muy bien. Correspondi a Taparacay, Pariacare y Karimao continuar las luchas entre 1573 y 1576, cuando Aricabuto lejos de proteger a su gente, decidi entregarla a Losada para proteger su existencia y lograr parte de esas fortunas as como objetos desconocidos que posean los europeos.5 Es en 1580, cuando se inicia el nuevo proceso de ocupacin y aprovechamiento de estas tierras por razn de la encomienda, institucin anunciada por el Rey de Espaa y que expresa con claridad quienes deban vivir en ellas. La real cdula se refiere a los Encomenderos. Ordena y manda el monarca que estos seores; asistan, vivan y residan en las ciudades, villas y lugares donde son encomenderos. El rey quiere por todos los medios, que los naturales reciban la atencin debidasiendo el deber de seoresadoctrinarlos y ensearles la fe y que por ningn motivo reciban vejaciones ni agravios.6 Esta institucin llevaba como objetivo central la proteccin de los indios de la esclavitud, as como su evangelizacin y espaolizacin7, esta tarea era delegada por los reyes a los encomenderos quienes a su vez deban recibir tributo de los indgenas. Surge entonces la encomienda llamada del Buen Jess esta se le otorg primero a Cristbal Gil, luego a Francisco Infante, Juan Rangel, Diego Ladrn de Guevara, Gabriel de Ibarra, Alonso Gonzlez y Pedro Alonso Galeas, entre otros que durante

Coromoto Mndez Sereno. Op. Cit. P.20 Ibdem. p.20 7 Wiliams Alexander Rubio Serrano. Alcances del concepto de encomienda en la obra Thesarus Indicus de Diego de Avendao, En: Libro de Resmenes de I Congreso Internacional de Ciencias Historicas y XI Jornada de Investigacin y Docencia en la Ciencia de la Historia, Barquisimeto; Fundacin Bura, (Julio 2005). P. 65. Tambin ver a: Reinaldo Rojas. El Rgimen de la Encomienda en Barquisimeto Colonial (1530 -1810), Caracas; Ediciones de la Biblioteca de la UCV/ Universidad Pedaggica Experimental Libertador, 2 edicin, 2004, pp. 33-65.6

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mucho tiempo y a travs de la herencia sostuvieron este rgimen totalmente desafortunado para los aborgenes. Se funda entonces un pueblo de Doctrina de Indios, y quedando establecido de la siguiente manera: Petare, vocablo derivado de la lengua caribe cuyos fonemas significan pet: cara y are: ro, fue fundado el 17 de febrero de 1621 como pueblo de doctrina de indios bajo la advocacin del Dulce nombre de Jess de Petare, por Pedro Gutirrez de Lugo y el Padre Gabriel Mendoza, quienes demarcaron el sitio donde se construa la plaza, el cementerio y bendijeron el lugar donde sera levantada la iglesia para impartir la doctrina cristiana. Sus lmites eran: al Norte las tierras de la que ser La Urbina, por el Sur El Guaire, por el Este La Quebrada El Oro Y por el Oeste el Ro Caurimare.8 Este momento histrico se puede pensar como el hito de una comunidad. A partir de ese instante los indios y los encomenderos, comenzaron el proceso de edificacin del templo y del poblado aprovechando la materia prima de la zona. En este sentido, Hctor Seijas nos aclara que tipo de planificacin se utiliz en la fundacin de ciudades para la Amrica Hispana: La solucin urbanstica implementada consisti fundamentalmente en el traslado del modelo de ordenacin conocido como cuadrcula espaola. Se trataba de frmulas burocrticas: leyes, normas, reglamentos que determinan el desarrollo, crecimiento y defensa de las ciudades.9

La vida del poblado aconteci en contorno a la plaza; frente a la iglesia donde se ubicaba el mercado y en la zona posterior del templo se encontraba campo santo que resultara insuficiente con el transcurrir del tiempo, las actividad econmica predominarte era comunidad10. agricultura de subsistencia, para satisfacer las necesidades de la

Coromoto Mndez Sereno. Op. Cit. p. 21 Hctor Seijas. Op. Cit., p. 23 10 Marta Daz, Yanira Rivera, Leida Zumosa. Importancia de los principales cultivos que se desarrollaron en Petare entre los aos 1650 1750. En Boletn del Centro de Historia Regional de Petare, Petare; Fundacin Cultural Jos ngel Lamas / Alcalda del Municipio Sucre, N 4, 1995 p.p.14359

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Por su parte, los habitantes de Caracas, entre los que se destacan espaoles del sector la Candelaria, como por ejemplo canarios agricultores, llegan a Petare con el fin de trabajar la tierra y hacerla productiva: Muchos son canarios que se han venido de otros sectores de Caracas. Con ello la vecindad se ha incrementado. El clima lo ha hecho posible. Es muy propicio para la salud. La naciente poblacin caraquea ha tenido muchos contratiempos, como el de la viruela a finales de los quinientos. Esto dej un saldo bastante triste para una comunidad que trataba de cimentarse. Por otra parte el romadizo, el catarro y el sarampin son males constantes en el lugar. El valle petareo se abre acogedor: Por ello, muchas familias lo han buscado una vez que ya en verdad hay poblado. Esto ocurre para ir dando perfil a la Villa del Buen Jess de Petare11 Esta actividad reinicia con la preparacin de los campos para la labranza y la incursin de nuevos elementos en la vida diaria de la poblacin, cabe mencionar el provecho de los conucos con ayuda de lo herramientas de labranza como el arado, el azadn, se organiza la faena del esclavo y se adquieren destrezas ajustadas para el trabajo con el ganado as, como se experimenta con nuevos mtodos para el transporte. En cuanto a la salud de los habitantes de esta localidad lucharon contra las endemias y pandemias de las que fueron vctimas y que diezmaron su escasa poblacin, situacin enfrentada por los ediles encargados de mantener el orden, administrar la justicia, llevar la caja de la comunidad indgena, adems por su puesto de cristianizar la poblacin aborigen. Despus de las consideraciones anteriores, resulta oportuno indicar que incluso fue a fines del siglo XVII, cuando las viviendas proliferaron en torno a la iglesia y en las cercanas del poblado. Petare se convirti en parada obligatoria a los transentes, viajeros y cargas que iban y venan de Caracas hacia Barlovento y los Valles del Tuy, en una carretera empezaba en lo que hoy conocemos como San Bernardino, y que

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Lorenzo Vargas Mendoza. Op. Cit. p.62

continuaba por Quebrada Honda, Sabana Grande, Chacaito y Chacao, hasta llegar a Petare. La ciudad fue progresando, y con ella naci una elite donde los apellidos de las grandes familias caraqueas sonaran tal es el caso de Francisco de Berrotern (el Marques del Valle de Santiago), dueo de la Quebrada La Veja; Diego Jos Muoz, propietario del Helechal; Los Surez Urbina entre otros. El factor comn en la llegada de esta familias a estas tierras era el excelente clima que brindaba la zona, sus tierras frtiles y esta situacin di paso a la constitucin de inmensas haciendas donde se sembr caa de azcar, para la comercializacin de papeln y aguardiente. Entre estas haciendas se destacan: La Bolea, La Urbina, Guereguere, Los Ruices, Los Marrones pero por otra parte, connotados hombres como Andrs Bello, Jos Antonio Rodrguez Domnguez, Jos Flix Ribas, asentaron sus haciendas hacia Caucaguita, lo que se nos proporciona como evidencia para exponer el uso agrcola de la economa del Valle de Petare. Se destaca en esta poca, diferentes formas y clasificaciones para los trabajadores del campo, entre las cuales se destacan los braceros jornaleros que se ubicaban en las cercanas de las haciendas y con ello evitaban caminar durante largas jornadas a sus sitos de trabajo, dando el origen a caseros como Los Dos Caminos, Carpintero y a la par de los grandes cultivos, continuaba los conucos para la subsistencia familiar e intercambio comercial. Continuamos argumentado desde la obra escrita de Vargas Mendoza: La realidad es otra. Hay que salvar siempre a toda costa la permanencia de los tablones de caa. Es necesaria la existencia de braceros para la recogida del caf. La vida del pueblo est en las siembras. En el abastecimiento de mercados forneos. El inters colectivo se centran en La Urbina, Guere- Guere, Marrn, El Convento, Mariches, Lira, Maturn, Limoncito, Las Tapias, Turumo [La Dolorita es una posesin dentro de esta Hacienda], La Esperanza, La Estrella, San Rafael, Las Mercedes, La Florida; Santa Ana e innumerables hectreas de terrenos sembrados. Por

obligacin haba que mantener la calidad de la papa cultivada en el Cerro de Arvelo.12 El hecho de conservar productivas todas estas haciendas y cultivos, se

transcribe en la demanda de productos intrnsecamente ligado al comercio local en todos sus sectores. Esta situacin citada influy para el crecimiento y auge del pueblo. Petare suministraba a Caracas y sus zonas vecinas productos agrcolas y su vez emergieron familias que mantendran el control de las actividades comunitarias estas fueron, los Surez, los Monegui, los Poleo y los Arrechedera entre otras.

b. Notas acerca de Petare en la poca del caf 1870 - 1935. Existen estudios especficos donde podemos ubicar las particularidades de la economa del caf en la poca de la Venezuela Agro exportadora, este cultivo constituy la base sobre la cual se alz la sociedad venezolana, para la segunda mitad del sigo XIX, aproximadamente. El cultivo del caf en tierras venezolanas, se inicia segn el Carlos Gimnez, quien cita al padre Jos Gumilla con su libro Orinoco Ilustrado y Defendido de la siguiente forma: El caf fruto tan apreciable, yo mismo hice la prueba lo sembr, y creci de modo que se vio ser aquella tierra muy a propsito para dar copiosas cosechas de este fruto.13 Del anterior planteamiento se deduce, que esto data de los aos 1730-1732, y se considera como una de las primeras experiencias de la siembra del cafeto en nuestro pas. No obstante, seala Arstides Rojas que correspondi a los padres Blandn y Sojo Mohedano para 1784, el segundo intento en el cultivo del grano y en correspondencia

Ibdem. p.175. Las cursivas son propias y se utilizan para sealar los lmites actuales de nuestra localidad en estudio y las negritas indican las haciendas que en este momento forman parte de los barrios de la parroquia por otra parte, llamamos la atencin al informar que La Dolorita fue una posesin dentro de la Hacienda Turumo, dato que se corrobora en el siguiente subcaptulo. 13 Carlos Gimnez. Duaca en la poca del caf, Duaca; Biblioteca de temas y autores duaqueos. Vol. 2, 2001. p. 26. Cita a Gumilla, Jos. El Orinoco Ilustrado y Defendido. Caracas. 1993. p. 249

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este planteamiento se asevera que fue en Chacao atendiendo a las tcnicas antillanas, logrando cincuenta mil arbustos que produjeron una significativa cosecha.14 Ante la situacin planteada citamos a Eduardo Arcila Farias, quin indica con relacin al origen del cultivo: Se extendieron a la Gobernacin de Caracas hacia el ao 1740, segn la relacin de Miguel de Santiesteban quin vio cultivos de caf en Coro en ese fecha, y en 1755, consta en los libros de la Real Hacienda la exportacin por la Guaira con destino a Cdiz, la primera de que tenemos noticia en nave de la compaa Guipuzcoana.15

Sobre lo ya expuesto, consideramos que las tierras venezolanas resultaban frtiles y proporcionaban las condiciones necesarias para la siembra del cafeto.

Aclaramos entonces, que la economa cafetalera se haba desarrollado en Java con destino a Europa, durante el siglo XVIII, colocando su presencia en las colonias de Amrica. Se deduce entonces el comienzo de sustitucin del producto que hasta ese momento haba sido el garante de la economa venezolana, es decir el cacao, para ser sustituido por el producto que marc el siglo XIX, el caf. En este propsito, Nunes Daz expresa en relacin al caf que a finales del siglo XVIII en Venezuela existe un movimiento comercial exterior que registra el Real Consulado de Caracas; as, encontramos que por Cuman (1793), Maracaibo Cdiz (1793) y La Guaira Cdiz (1793), se aprecian significativamente cantidades en exportacin de caf. Es de aclarar, que la dimensin no esta por encima de los rubros del cacao, tabaco, pieles, ail y otros que conforman los significativos productos de exportacin por los mas importantes puertos venezolanos.16

Rojas, Arstides. Leyendas Histricas de Venezuela. Caracas. Tipografa El cojo Ilustrado, 1888. p. 125 15 Arcila Farias. Eduardo. Historia de la ingeniera en Venezuela. Tomo II, Caracas; Colegio de Ingenieros de Venezuela. Ao Centenario 1861-1961. p. 480 16 Cf. Nunes Daz, Manuel. El Real Consulado de Caracas (1793- 1810), Caracas; Fuentes para el Estudio de la Historia Colonial de Venezuela, Ediciones de la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia 1971, pp. 546 550.

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Dadas las condiciones que anteceden, de igual manera Alejandro de Humboldt, a propsito del tema nos dice, con la finalidad de crearse una imagen general de la importancia de este sector de comercio, ha de recordarse que toda la Provincia de Caracas, en la poca de su mayor prosperidad antes de las guerras revolucionarias de 1812, produca ya 50.000 a 60.000 quintales de caf. Este conjunto, casi igualaba las cosechas reunidas de Guadalupe a Martinica.17 El sabio consideraba, la existencia de un avance vertiginoso y franco en el cultivo del caf, en las reas circundantes a Caracas y muy especialmente en el este del valle, donde se encontraba muchas haciendas. En relacin a este ltimo nuevamente confrontamos al Humboldt: La suma predileccin que se nota en esta Provincia por el cultivo del cafeto se funda en parte en las circunstancias de que el grano se conserva durante gran nmero de aos, mientras que el cacao, a pesar de los cuidados que ponen, se corrompe en los almacenes pasados diez meses o un ao.18 Se coloca entonces dos razones para favorecer el cultivo del caf: la resistencia en comparacin a lo perecedero del cacao y la propiedad de los terrenos para desarrollar los cultivos. Llega el caf a Petare segn Mndez Sereno, a fines del siglo XVIII (1784), esto impulsa la diversificacin de las actividades econmicas de las haciendas. Se tendrn dos cultivos principales, la caa de azcar en las tierras bajas y el caf en las altas, respalda tal afirmacin Ramos Guedez cuando nos informa: En las subzona integrada por Petare, Baruta, El Hatillo, Chacao y la Fila de Mariches, persistan los sembrados de cafetos y de caa de azcar, como cultivos dominantes19.

Humboldt, Alejandro. Viajes a las regiones Equinocciales del Nuevo Continente, Caracas; Monte vila editores Tomo III, 1991. p.53 18 Ibdem. p. 54 19 Jos Marcial Ramos Guedez. Historia del Estado Miranda, Caracas; Ediciones de la Presidencia de la Repblica, 1981, p. 91.

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Esto contribua a una ampliacin comercial, efecto que se dirigi a los sectores circundantes a la carretera del este, de libre trnsito y por donde se efectuaban el transporte de productos entre Caracas, Petare y La Guaira Para ilustrar lo ya expuesto, consideramos al maestro Pedro Cunill Grau: A partir de la Quebrada de Anauco se inician paisajes de suburbios caraqueos que se extienden hacia el oriente por el Valle del Guaire, hacia el casero de Sabana Grande, la villa de San Jos de Chacao y la ciudad de Petare, lmite oriental de este valle de Caracas, emplazadas a una altitud promedio de 850 m. que posibilita el cultivo del caf, caa de azcar y frutos menores. Estos paisajes se prolongan en reas onduladas inmediatas hacia el este de Petare para ir descendiendo hacia las comarcas ms bajas de los valles de Guarenas y Guatire donde se emplazan las villas homnimas; a 321 m. de altura Guatire y a 328 m. Guarenas, producindose aqu optimas condiciones climticas para el cultivo de la caa de azcar20.

Estos lugares estn disgregados

en haciendas, posesiones y conucos,

convirtindose algunos en villas y otros en pueblos, pero siempre cuidando que su acceso este prximo a las haciendas cafetaleras y de caa e azcar. Ambiente

diseminado en aldeas y poblaciones que se ubican en las orillas de las quebradas y del valle del Guaire disienten con los bosques del sistema orogrfico de la Cordillera Litoral. En referencia a la idea mencionada Humboldt acota: El pico redondeado o cpula occidental de la Silla nos quito la vista de la ciudad de Caracas; pero distinguimos las casas mas prximas, las villas de Chacao y Petare, plantaciones de cafeto y la corriente del ro Guaire, hilo de agua que refleja una luz argentada. La faja estrecha de terreno cultivado contrastaba agradablemente con el aspecto osco y salvaje de las montaas circundantes21.

La Dolorita estar enmarcada en estos referentes, posesin dentro la Hacienda Turumo y esta a su vez tutelada por lo fue el pueblo de Libertad o Mariches, se une con Petare y Santa Lucia de Pariguan por el Camino Real, pero en realidad son caminos

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Pedro Cunill Grau. Geografa del Poblamiento Venezolano del Siglo XIX, tomo I, Caracas; Comisin presidencial del V centenario/ Facultad de Humanidades y Educacin de la Universidad Central de Venezuela, 1998, p. 477. 21 Humboldt. Op. Cit. Tomo V, p.141.

muleros, que en tiempos de cosecha de caf aumentan su trfico, que es la produccin predominante en el rea. Poblados y plantaciones de caf se emplazan en las alturas del conjunto de montaas de la Cordillera de la Costa que dividen las aguas del Tuy de la de su tributario el Guaire en la parte superior de esta ltima corriente fluvial. La hacienda La Dolorita se localiza a 1000 m. de altura sobre la penillanura de la cordillera. Su produccin se ve protegida por las condiciones de un microclima templado ptimo para el cultivo del caf. Esta complejidad de microclimas templados de altura se ve en las pequeas comarcas situadas entorno a los pueblos y villas ya sealados22. En lo tocante, al cambio del factor principal de nuestra economa, recurrimos a Carlos D`Ascoli, desde su texto Del mito del El Dorado a la economa del caf: El nervio de la produccin agrcola, se traslada as de las tierras bajas hasta entonces cultivadas por la mano de obra esclava hacia tierras templadas o semiclidas de altitud mediana donde la tierra es laborada generalmente por indios y mestizos libres y pertenece a menudo a gentes de un sector social diferente al de la antigua aristocracia agraria23. El proceso de trabajo de estas tierras escabrosas de montaa se inicia a fines del siglo XVIII, como ya hemos sealado, la mayora de estos pueblos vivan del cultivo de papa, maz, caraotas en pequeas reas enmarcadas en selvas nubladas de seoriales rboles. Esto comienza a cambiar cuando en se desarrolla el cultivo del caf, invencin inducida por su aclimatacin en la Villa de Chacao, Se emprende entonces un proceso de deforestacin y la selva nublada es suplida por cafetales, cultivo permanente y de sombra. Durante 1822, crece las plantaciones de caf en los alrededores del Camino que une la villa de San Jos de Chacao con Petare y tierras altas que se precisan como las

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Pedro Cunill Grau. Op. Cit. Tomo I, p. 473. Carlos DAscoli, Del Mito del El Dorado a la Economa del caf, Caracas; Monte vila Editores, 1980, p.253.

faldas del vila y en numerosos conos de deyeccin constituidos por pequeos ros que le llegan al valle del Guaire desde la Sierra del vila. En la zona de influencia del poblado de Petare se organizan significativas haciendas en la primera dcada XIX: en el Alto de Valencia se sita hacia 1807 una plantacin que cuenta con 20.000 cafetos, cultivo asociado con plantos de maz, caraotas y frutales24, en Aguaycoco en 1811 ya hay estructurada una hacienda de caf con 80.000 matas, casa patronal, oficinas y esclavos, para la misma fecha hay otra importante hacienda de caf en el sitio de Cabeza de Tigre25. Todo esto favorecido por el Camino Real que lleva a Barlovento, hace que Petare sea descubierto en esa poca como ciudad. informa: En efecto, [hacemos referencia a Petare] su poblacin e 4.559 habitantes ha conformado un paisaje urbano de significacin, que es promovido en estos aos al ser designada capital de Cantn de los Altos irradiando su jurisdiccin hasta Guarenas y Guatire. El Poblamiento rural de sus entornos, que alcanza tambin a haciendas de caa de azcar como las emplazadas en Curimare26. Ser para 1832 cuando Petare adquiera el rango de Cantn y contar con tres parroquias27. La parroquia capital Petare, Baruta y El Hatillo y por algn tiempo Guarenas y Guatire. Cita Vargas Mendoza un boletn de la Sociedad Amigos del Pas, donde se ofrece un censo realizado en toda la Repblica y en el cual se destaca con relacin a nuestro sector el siguiente informe:Cuadro 1 Informe de las principales Haciendas de Caa de Azcar. 1832Total de Haciendas de Caa: 15 Rendimiento: Instrumentos: 204 tablones, 4 alambiques Papeln 1748 (cargas) Aguardiente: 582 Caameleras: El Rosal, La Floresta, Santa Cecilia, La Carlota, Los Ruices, Los Cortijos de Lourdes, Humboldt. Op. Cit. Tomo III, p.151. OLeary, Daniel F. Memorias del General Daniel Florencio O`Leary. Caracas; Imprenta Nacional, Tomo I, 1952, pp. 19-25 26 Pedro Cunill Grau. Op. Cit. Tomo I, p. 481. 27 Lorenzo vargas Mendoza, El tiempo esta puesto en Petare, Distrito Sucre- Miranda, 1980, p. 60.25 24

Sobre este aspecto, Cunill Grau nos

Boleita, Tcome, La Urbina, Arvelo. Con el nombre de sus dueos: Moreno, Clemente, Arrechedera, Berrotern, Poleo, Guzmn. Fuente: Lorenzo Vargas Mendoza, Aspectos Biogrficos de Petare. Elaboracin: Suzuky Gmez

Es 1844, cuando se funda el pueblo de Libertad o Mariches28, y ese mismo ao pero en el mes de diciembre, este y otros sitios obtendrn sus propios comisarios de polica con la finalidad de mantener el orden y el control de estos poblados, tambin se requera un representante del gobierno que tutelar el censo del Cantn con sus respectivas parroquias, todo se lograr por ordenanzas del Cabildo de Petare, bajo el mandato local de Francisco Antonio Amos, y se publica en las actas de 1845,

observemos esta designacin en el siguiente cuadro:

Cuadro N 2 Comisarios de Polica para la Parroquia Petare (1845).Sitios Buena Vista Tcome Dos Caminos Sebcan Caada Pritu Alto de la Cuesta Pie de la Cuesta Playa Grande Laguna Carrizal Guayrita Abajo (sic) Guayre Abajo (sic) Guaycoco Carpintero La Vega Cabeza de Tigre Rodeo Lira Potrero del Burro Caballo Mocho Cedrito Loma Larga Alto de Marichez (sic) Tass28

Produccin Caa de Azcar Caa de Azcar Caa de Azcar Caa de Azcar Caf Caf Caf Caf Caf Caa de Azcar Caa de Azcar Caf Caf Caa de Azcar Caf Caf Caf Caf Caf Caf Caf Caf Caf

Comisarios Gabriel Arvelo Juan Francisco Arvelo Antonio Toro Concepcin Mijarez Jos Antonio Prez Narciso Rosa Jos Maria Aguirre Gervasio Carrasquel Juan Surez Lorenzo Ramirez Bonifacio Carpio Felipe Vargas Antonio Jos aez Bernardo Noria Jos Crespo Jos Maria Ramrez Justo Arvelo Miguel Fagundez Anselmo Fernndez Eusebio Viana Manuel Velsquez Francisco Mijarez Valentn Rodrguez Pablo Ruiz Andrs Sandoval

Cf. Eugne Andr. Un Naturalista en la Guayana, Caracas, Coleccin Cuatricentenaria de Caracas, 1964, p.145. Se dice que en 1844 se funda un pueblo llamado Libertad Mariches, que tutelar caseros, haciendas y posesiones de la zona, all esta incluida nuestra rea de estudio.

Chaguaramas

Caf

Lino Arvelo

Fuente: Actas del Cabildo de Petare VI (1841 -1845). Concejo Municipal Actas de Petare 1845, pp. 418-419. Subrayado es nuestro e indica que estos sitios forman parte en la actualidad de los barrios de la Parroquia la Dolorita Elaborado por Suzuky Gmez.

Durante el Gobierno de la hegemona Monagas especficamente 1855, la Diputacin Provincial presenta un informe estadstico sobre la Provincia de Caracas, en correspondencia con el Cantn de Petare, cuenta con 18. 582 hab. Y en relacin a los cultivos se expresa que entre las Parroquias Petare, Baruta, El Hatillo, Monagas y Libertad, las cuales ofrecan 18 haciendas en produccin con 424 tablones, que

llevados a la moneda de la poca se cuentan en 190.800 por ao. En 1857 se nombran nuevos Comisarios Municipales para algunos sitios poblados de la parroquia Libertad, resultando elegidos: Cuadro N 3 Comisarios Municipales para la Parroquia Libertad (1857)Sitio Comisario Municipal Caballo Mocho Carlos Len Cedrito Bonifacio Polanco Loma Larga Clemente Alvarado Jos Figueredo Mariches Chaguaramas y Fila Isidro Guevara Tass y la Planada Jos Miguel Plaza La Palma Francisco Arenas Fuente: Actas del Cabildo de Petare IX (1854 -1857), Cuaderno de Actas del Consejo Municipal de Petare 1857, p.274. Elaborado por Suzuky Gmez

Durante 1866 se inaugura el tramo del ferrocarril central de Venezuela que empalmaba Caracas con Petare, siendo extendido en 1888 hasta el casero de El Encantado, revisemos la siguiente cita: Hacia el este, a lo largo del valle y lamiendo las laderas de la montaa, hay una larga serie de plantaciones de caf que se extienden hasta donde alcanza la vista y su verde oscuro, denso, ofrece un contraste artstico con el esmeralda luminoso de los campos de caa de azcar. Existe en esta

direccin un ferrocarril de veinticuatro millas de largo, que conduce a una poblacin denominada El Encanto29. No obstante, para 1876 durante el gobierno de Antonio Guzmn Blanco en comparacin a 1832, el cantn aumenta significativamente su produccin, el papeln alcanza 903.100 kilogramos y el aguardiente lleg a 67.000 litros. Esto motiva la necesidad de mejorar los caminos para el traslado de los productos. El camino del este y los rieles atraviesan muchas haciendas en busca de la Estacin del Ferrocarril Central, y en otros casos se utilizaran los caminos de recuas.30 Se recuerda el ferrocarril no slo por las hazaas alcanzadas, sino las tragedias que se vivieron junto a l, como la de 1910 en la Lira: Guillermo Jos Schael recuerda en su libro Imagen y Noticia de Caracas el accidente conocido como la catstrofe de Lira, en el sitio llamado La vega del Muerto, en la va Caracas- Santa Teresa, donde volc la locomotora cuyo maquinista era Pedro Gonzlez, quin result ileso. En el suceso que tuvo lugar el 16 de mayo de 1910 perdieron la vida el italiano Jos Pru y el frenero del casquero Modesto Herrera, resultando heridos un nio y siete trabajadores del Ferrocarril Central, rescatados del fondo de la quebrada en la volc la locomotora y sus siete furgones La mquina desliz en circunstancias inexplicables, declar en Chacao el maquinista31. En los aos posteriores de 1890 y 1891 esta lnea frrea penetra hasta 40 Km. en la Fila de Mariches dando lugar a una nueva expansin del poblamiento petareo en los caseros que van surgiendo espontneamente en las estaciones de Lira, Tumare, La Envidia, Los Mangos y Arenaza. Llega a Santa Lucia de Tuy en 1910 y en 1928 a Ocumare del Tuy, hoy Municipio Toms Lander32.

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Andrs Level, Informe sobre el estado actual de los distritos de reduccin de indgenas, Alto Orinoco, Central y Bajo Orinoco y medidas que reclaman. Presentado a su Excelencia el Poder Ejecutivo por el visitador nombrado al efecto, Caracas, Imprenta Diego Campbell, 1950. pp. 11-12 30 Lorenzo Vargas Mendoza. Aspectos Biogrficos en Petare. Op. Cit. p.346. 31 Schael, Alfredo y Martn Enrique. Transporte en Venezuela (Tomo II), Caracas; CONAC, s/f, p.19 32 Se aprueba un contrato para la construccin de un ferrocarril de Caracas a Santa Lucia, Los Mariches - Guarenas, 1885, A.H.A.N, Ferrocarriles, Tomo 455, Folios 222 233, N 20

En contraposicin a lo ya sealado, consultamos a Deyanira Mndez la cual asume el siguiente planteamiento: La Venezuela de 1870 hasta 1883, se encuentra desarticulada por la falta de caminos que enlacen los ncleos urbanos y centros de produccin agrcola y pecuaria, sostenes de la economa nacional. Los caminos de trnsito terrestre y de herradura son los que prcticamente dej el trajn de las guerras libertadoras y de la guerra federal. En cuanto a los medios de transporte no son otros que bestias, burros, mulas y caballos, los cuales trasportaban los productos de las cosechas en las regiones del interior del pas. Por las vas fluviales corresponda la mayor fuerza del transporte, constituyendo la primera red de comunicaciones entre las regiones.33 En concordancia con la cita anterior, es necesario aclarar que la fuente consultada nos lleva a formular el siguiente planteamiento, en primer lugar que el sistema ferroviario no ofreca la salida adecuada a la produccin ya que los trabajos de

conexin de vas frreas, as como las diferentes concepciones ferroviarias haban sido interrumpidas en mltiples ocasiones por las diferentes guerras y revueltas que viva nuestro convulsionado pas, mas la inadecuada aplicacin de polticas publicas34. En segundo lugar, Petare se convierte en un punto de encuentro y trnsito obligado por los comerciantes, contribuyendo entre otros factores al crecimiento de los sectores aledaos a la ciudad. En tercer lugar se da una transformacin de las caractersticas fsicas del rea, surgiendo nuevas necesidades en relacin a los servicios pblicos y sanitarios. Pero el medio de produccin para 1880 y la articulacin econmica predomnate sern un factor determinante, para que esos caminos continen transitados por campesinos dedicados al cultivo del caf, explotacin de madera con la finalidad de

Cf. Deyanira Mndez. Vas de comunicacin y medios de transporte en el municipio Sucre, el Estado Miranda. Siglos XVIII; XIX y XX. En Boletn del Centro de Historia Regional de Petare, N 7, 2002. p.42 34 Suzuky Gmez. LA EMPRESA: FERROCARRIL CENTRAL DE VENEZUELA. Petare Valles del Tuy, 1985-1936. (The Venezuelan Central Railway Company Limited), Trabajo mimeografiado, UCV, 2002. p. 20. Tambin ver a: Samuel Hurtado, Ferrocarriles y Proyecto Nacional en Venezuela (1870-1925), Caracas; Ediciones UCV/FACES, 1990, pp. 54, 186-188, 209-210, 215

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ampliar las zonas de cultivo y poder abastecer al mercado

de la metrpolis, an

predomina la caa dulce o de azcar, para la elaboracin del tabln de papeln y el aguardiente, aunque tambin hay siembra de frutos para la subsistencia y lo que se considera una naciente produccin cafetalera. Al finalizar el siglo decimonnico, destacamos la siguiente informacin con reciprocidad a la caa de azcar: Cuadro 4 Principales Haciendas de Caa y su produccin a finales del siglo XIXHaciendas Guere-Guere San Jos Caucaguita La Vega Vega Las Mercedes La Carlota Caurimare Bello Monte Los Sosa Propietario JM Caneln Juan Daz Juan P. Palacios (antiguo dueo Antonio Guzmn Blanco). Pedro Vega JM Ros Madrid Pedro Arvelo Juan Casanova Carlos Sosa Produccin (En tablones) 27 10 20 50 60 50 30 20 40

Fuente: Lorenzo Vargas Mendoza, Aspectos Biogrficos de Petare. Elaboracin: Suzuky Gmez

Se establece en la fuente referida para la elaboracin de nuestro cuadro, que a nivel mundial los precios de los productos agrcolas registran una baja y por ende las ganancias por la produccin no fueron las esperadas. Por otra parte, destacamos como estas haciendas productoras de caa son el origen de los topnimos de urbanizaciones del este, de lo que hoy conocemos como el rea metropolitana de Caracas35. Retomando nuevamente la cita hecha, en la cual hacemos referencia al informe presentado por la Sociedad de Amigos del Pas en 1832, pero en este momento haciendo hincapi en el caf obtenemos, que para ese momento nuestra rea de estudio contaba

Susana Rivas. Produccin y comercializacin de la caa de azcar en el entorno petareo durante el siglo XIX (aportes para su estudio). En Boletn del Centro de Historia Regional de Petare, Petare; Fundacin Cultural Jos ngel Lamas / Alcalda del Municipio Sucre, N 4, 1995 pp.35-66

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con 145 haciendas de caf las cuales tenan sembrados 2.295.571 rboles. Y continuando sobre la misma referencia encontramos que 1885, se estimaba que existan 295 haciendas de caf, cuyas cosechas alcanzaban 223.550 pesos y que proporcionaban al Consejo Municipal del cantn 6922 pesos en impuestos. Esto enunciado desde la recaudacin de la cosecha se evala de la forma consiguiente; Parroquia Unin con 7199 quintales, Petare 5775 quintales, la regin Mariches Turgua, 4331 quintales, pero su comercializacin esta dirigida slo a satisfacer las necesidades de la agricultura y demandas que realicen desde Caracas. Desde las haciendas de Mariche, se producir aproximadamente 25.000 quintales y en la regin de Turgua unos 15.300 quintales, esto nos indica como en estas dos zonas se polariza la produccin cafetalera, alcanz el quintal el precio de Bs. 34,40. Se debe sealar como dato importante, que algunas haciendas de caf, en vista de su acelerada produccin comenzaron un proceso de modernizacin del instrumental de procesamiento en concordancia a esta idea expuesta, hacemos inmediata referencia a Vladimir Acosta a los efectos del tpico que hemos venido tratando: Algunas haciendas de caf de los alrededores de Caracas, o de los Estados Miranda, Aragua y Carabobo, estn avaluadas de cifras importantes y tienen una alta capacidad productiva, que alimenta la prosperidad- pero tambin frecuentemente el carcter parasitario- de sus propietarios. En esas haciendas aparecen, en el curso de las dcadas finales del siglo, algunas innovaciones que se difunden, lentamente en cuanto al procesamiento del caf. Aumentan las descerezadoras y aparecen estufas y trilladoras ms modernas para el secado y despergaminado. En algunas haciendas ricas, estas ltimas desplazan a las trilladoras tradicionales aunque estas sobreviven en la mayor parte de los casos, modificando la traccin animal y reemplazndola por energa hidrulica. Se trata de estufas y trilladoras como las de marca GordnEn las haciendas menos prosperas o ms tradicionales, los mtodos se siguen basando en viejas descerezadoras y en secadoras y trilladoras mas sencillas, con el agravante de que en muchos casos ni siquiera estas ltimas existen y el caf se comercializa, despus del secado, bajo la forma de pergamino.3636

Vladimir Acosta. Op. Cit. p.436

En 1876, Petare se denomina Distrito Urbaneja, y la produccin de los cafetales se cifra en 3.960.000 kilogramos, como apunta el censo econmico ordenado por Antonio Guzmn Blanco37. En esta obra se mencionan entre otras las haciendas El Marques, Pedregal, Sebucan, Palos Grandes, Los Chorros, y las plantaciones emplazadas en la serrana de Mariche, Maca, Carpintero, Turgua y otras que se destacan en el Hatillo. Otro aspectos digno en recordar, esta referido a los acontecimientos suscitados en Venezuela alrededor de 1860, con la Guerra federal, espacio temporal donde si bien se haba comenzado a desarrollar nuevos cultivos, la situacin de conflicto social y las pestes naturales afectan en forma severa estas plantaciones, en muchos casos las haciendas fueron casi abandonadas hasta el acuerdo de Coche donde estudio formo parte del Estado Caracas38. Como hemos venido sealando el territorio petareo, descansa sobre una base agrcola, durante el ltimo tercio del siglo XIX se obtuvo 3.900.000 kilos de maz por ao, 2.185.900 kilos de caraotas y un aproximado de 25.700 de almidn, en relacin a la produccin de frutas sin discriminar estas oscilaban en 4.378.050 kilos, las papas dan una cosecha de 110.400 kilos y en miel de abejas la produccin es de 1840 kilos de cera. De igual manera, reconocemos establecimientos de servicio asentados en los poblados que hemos venido trabajando y los cuales cancelaban al Concejo Municipal sus derechos de funcionamiento a travs de los impuestos detallemos el cuadro: nuestra rea de

Lorenzo Vargas Mendoza. Op. Cit. p.348 Domingo Manuel Garca Prez. El Estado Miranda y su evolucin, En: Boletn del Centro de Historia Regional de Petare, Petare; Fundacin Jos ngel Lamas, N 6, 2000, p. p. 3-1838

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Cuadro N 5 Establecimientos Comerciales de Petare y sus poblados (1864).Nombres y Apellidos Juan Vaamonde Ricardo Pacheco Francisco J. Gonzlez Jos Delgado G. Antonio Padrn Simn Borges Pedro Martnez Juan Nez Jess M. Padrn Pedro Rodrguez Establecimiento (Tipo) Pulpera Pulpera Canastillas Pulpera Pulpera Pulpera Ventorrillo Pulpera Posada Posada Sitio Carimao La Laguna Poblado Poblado Poblado Chupulun Poblado Poblado Poblado Poblado Derechos P. 35.00 P. 50.00 P. 40.00 P. 40.00 P. 30.00 P. 60.00 P. 10.00 P. 60.00 P. 30.00 P. 30.00

Fuente: Actas del Cabildo de Petare XII (1864-1866), Cuadernos de Actas del Concejo Municipal de Petare, 1864, p. 91. Elaboracin Suzuky Gmez.

Luego de 1885, se ha conformado un hinterland alrededor de Petare, surgieron nuevos ncleos de poblamiento tales como; Monagas, Libertad y Unin, fruto de la expansin cafetalera. Estos nuevos poblados contribuyeron a fortalecer lazos

comerciales con el hinterland agrcola,

considerndose al cantn de Petare

esencialmente agrcola sin embargo, no existi comercio al mayor y las casas de venta cumplan slo para llenar las necesidades de la agricultura. La antigua villa asciende a Ciudad de Petare, tomndose en cuenta entre otro factores, su situacin en la entrada del Valle de Caracas que la beneficiaba con abundante trafico, su actividad agrcola cafetalera y caera, lo que va atrayendo a pobladores al recinto urbano que va enriqueciendo sus funciones econmicas y diversificando su composicin geosocial39. Para 1873 esta ciudad de calles rectas y empedradas cuenta con 5.621 habitantes, su clima es recomendado como sano y agradable, pero tambin Cunill Grau afirma que en las zonas bajas del cantn hay epidemias frecuentes, recuerda la peste de 1854, y en

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Pedro Cunill Grau. Op. Cit. tomo III, p. 1725.

las Actas del Cabildo se reconoce una grave situacin en el antes pueblo de Libertad Mariches, para este ao parroquia, donde se seala la epidemia de viruela de 1862 y en la cual se reconoce: De una comunicacin del Seor Jefe Poltico, participando que existe un caso de viruela en esta poblacin y que est, informado de que los hay muy frecuentes en la parroquia Libertad y excitando al cuerpo a que resuelva lo que crea mas conveniente para evitar el contagio. Se puso al orden del da40. A los efectos de este, Mndez Sereno comenta sobre otra tragedia en el mbito de la salud dentro nuestra rea de trabajo, la fiebre amarilla (conocida tambin como vomito negro por ser este uno de los sntomas de la enfermedad) de 1868, y curada gracias a la f del pueblo por el Cristo de la Salud: Hacia 1868, despus de haber enfrentado varios episodios de la terrible enfermedad, un nuevo y terrible brote diezma lentamente la poblacin local. Diariamente salan hacia el cementerio de la Candelaria, en urnas, hamacas o carretas, llevando difuntos hacia su ltima morada. El pueblo catlico acudi a su iglesia y a su f, como ltimo recurso para enfrentar un enemigo contra el cual ni los hombres ni los pocos medicamentos conocidos nada podan hacer. El Padre Rosendo Orta, al frente de su feligresa decide sacar en procesin al Nio Jess, Patrono del Pueblo, pero considerando que la misin encomendada era de mucha responsabilidad, se consider al nio muy pequeo para asumirla, por lo que a instancia de Celestino Lira, maestro de Capilla de Petare, se opta por sacar en la procesin al Cristo Crucificado, una hermosa imagen que data del siglo XVIII, a el se rogara por la salvacin del pueblo el 29 de Septiembre de 196841. La estampa finaliza, cuando un significativo grupo de pobladores que an conservaban su salud se renen en la plaza junto a los enfermos, que casi no podan sostenerse en pie, realizan entonces una procesin, al paso entre rezos y cnticos, se escucharon voces que gritaban milagro! Y los enfermos iban recobrando su salud. Obra agradecida tres das despus en una misa de accin de gracias a la que acudieron aquellos vecinos que lograron escapar de tan terrible fin, esta prctica se adoptoActas del Cabildo de Petare. Cuaderno de Actas del Consejo Municipal de Petare en 1862, Petare; Publicaciones del Consejo Municipal del Distrito Sucre del Estado Miranda XI, 1861-1862, p.124. 41 Coromoto Mndez Sereno. El Cristo de la Salud, En Serie: Tradiciones Culturales de Petare, Petare; Centro de Historia Regional de Petare/Fundacin Jos ngel Lamas, 1998, p.240

inclusive en pocas donde la fuerte sequa poda amenazar las cosechas y las plagas los cultivos. En los marcos de las consideraciones anteriores, descubrimos que es en esta misma dcada donde se producen tentativas de industrializacin de la zona con los

intentos de instalar una fabrica de papel y por la decisin de Ricardo Zuloaga de fundar en la zona del Encantado de Petare la primera empresa elctrica que hoy da se conoce como Electricidad de Caracas, utilizando la corriente del Guaire. Se reconoce que en 1877, existe en la ciudad de Petare varias imprentas, tiendas de importancia, dos empresas de coches, ocho rancheras, platera, billares, posadas y numerosos establecimientos de artesanas. Para 1881 la poblacin de la ciudad de Petare se increment a 6.311 habitantes y en 1891 a 8.538 habitantes42. La Ciudad de Petare, sufre un ascenso jerrquico y con ella su rea de influencia, la antigua villa presentaba signos de progreso esto se explica entre otros factores por su esplendida situacin en la entrada del valle de Caracas, estampas culturales son dignas de mencionar como es la presencia del ya aludido maestro Lira, quien inicia sus practicas musicales arriba en la montaa sembrada de cafetos, en la hacienda que lleva su apellido y ser este personaje quin funde los estudios musicales de Petare junto a grupo de jvenes a los cuales convence para crear la Banda Pacheco, recibida con beneplcito por el entonces Presidente del Estado Bolvar, General Jos Rafael Pacheco, quien apoyo la idea y ordeno traer de Europa todos los instrumentos necesarios, adems de contratar en Caracas un nuevo profesor que le ayudara en la ardua tarea, la Banda adopto su nombre a favor del General, esta nota nos invita a considerar la bonanza econmica de la zona, que ya destinaba recursos para la cultura.

42

Pedro Cunill Grau. Op. Cit. p. 1726

Tambin crea el maestro Lira en 1889, la Sociedad Filarmnica Santa Cecilia con los mismos msicos que le acompaaron en la Banda mas otros que provenan de Caracas, esta vez tambin participara su hijo el maestro Jerman Ubaldo Lira, todos trabajaban bajo una visin de colaboracin desinteresada y pasaban a ser miembros honorarios de la Sociedad, tenan la oportunidad de participar en los grades eventos parroquiales tal es el caso de la fiesta de la Patrona Santa Cecilia, no reciban ningn pago por lo que cada uno ejerca una actividad paralela a la msica a manera de sustento, entre estas actividades se contaba la zapatera, la agricultura, la sastrera entre otras43. La ciudad de Petare continua irradiando su influencia social y econmica en su zona de influencia administrativa y recibiendo poblacin de zonas aledaas que traen consigo sus costumbres y patrones de vida. Es comn en este tiempo escuchar escndalo en los solares de las casas de hacienda, sobre todo en poca de cosecha,

existen comentarios sobre los forneos, En la poca de cosecha se renen all un nmero de hombres que van a todo: unos a trabajar, otros a jugar y otros a vagar y a causar males.44 Entre los juegos mencionados se recurre a la pelea de gallos, los cuales como aves de corral fueron trados por los espaoles en los siglos XVI y XVII, para su consumo y como mecanismo de diversin, este juego fue apoyado inclusive por las autoridades, quienes no lo consideraban delito e incluso lo legalizaron y establecieron galleras para su practica, en este propsito expresamos: los mejores gallos de pelea llegaban de Jerez de la Frontera todas las regiones de habla hispana. En 1876 en muchos solares caraqueos se criaban ejemplares de mucho valor. Cedeo y Pez autoridades de la poca, eran aficionados a esta practica, por lo que firmaron el primer reglamento que reconoca al juez de la gallera como nica autoridad civil durante laCoromoto Mndez Sereno, Bandas Corales y Asociaciones Musicales, En Serie: Tradiciones Culturales, Petare; Centro de Historia Regional de Petare/Fundacin Jos ngel Lamas, 2005, pp.2-3 44 Eugne Andr. Op. Cit. p.110.43

celebracin de los combates; este junto a un incontable nmero de apostadores forman el espectculo, en el cual se enfrentaba duelo dos valientes ejemplares que tienen como armas el pico, las espuelas y las uas, despus de cerca de media hora de lucha y estridentes gritos de la muchedumbre, la muerte se hace presente como principal invitada, el triunfador suele salir ileso an cuando en algunas ocasiones queda ciego. El juez puede declarar tablas cuando se cumple el tiempo reglamentario y los animales han dejado de pelear o ambos estn ciegos. Las caractersticas de esta distraccin la hacen tpicamente masculina y no existe all distingo de clases sociales, raza o profesiones, cuando de apasionarse por este juego se trata45. Es nuestra localidad criadero de gallos de pelea, entre las razas mas aguerridas se cran maraones, zambos y guajiros, y la fineza de su raza exige clima fresco, esmerado cuidado y una alimentacin sobre maz y leche. Con base en la misma forma, Norelky Meza nos explica: La relacin entre galleros est fundamentada en la amistad, ella es ms importante que el valor monetario de la apuesta y sta tiene una caracterstica particular por el sentido de la palabra, lo que dicen, en lo que se comprometen, eso lo cumplen46. El hoy Municipio Sucre alberg durante mucho tiempo galleras y galleros importantes como las de El Matadero, Los Dos Caminos, Los Palos Grandes y La Dolorita47, Esferas donde se reuna la poblacin como centros sociales y de inters colectivo para hablar, pedir opiniones y entablar relaciones con los galleros del pueblo as como tambin con los forneos, se jugaban pollos de muchas partes y exista incluso la costumbre entre algunos caballeros generosos de obsequiar el gallo ganador al dueo del perdedor, luego de cobrar la apuesta, como signo de respeto y futura amistad. 48 Por todo lo dicho, aadimos esta cita:

Coromoto Mndez Sereno. Peleas de Gallo / La Burriquita, En Serie: Tradiciones Culturales, Petare; Centro de Historia Regional de Petare/Fundacin Jos ngel Lamas, 2003, p.1 46 Norelky Meza. Estudio sobre Relaciones Compartidas en Poblados Rurales (1919-1939), Barinas; Ediciones de la Universidad Ezequiel Zamora, Coleccin Ciencias Sociales, 2000, p.67 47 Coromoto Mendez Sereno. PeleasOp. Cit. p.2 48 Norelky Meza. Op. Cit. p. 67.

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El que no conoce de ello, no comprende toda la significacin y simbolismo existentes en la crianza del gallo, su alimentacin, cuido, entrenamiento, as como el contenido de la pelea tanto en su cazada, es decir, con cul gallo va enfrentarse, como el lxico utilizado en la jugadas comprometidas, en las que se usa el peso y el real como monedas de apuesta y el valor de la palabra empeada se mantiene y se respeta. Pero no queda all todo lo concerniente a esta actividad que apasiona a los hombres del campo, sino que previo a la ejecucin de la pelea, un especialista en la colocacin de las espuelas (montador), se ocupa decididamente a esta tarea, que es sumamente laboriosa y decisiva para garantizar el ataque gallo. Dicha tarea se ejecuta en un lugar que slo el montador, los gallos y el juez pueden compartir49. As, de la misma manera, continua durante los aos siguientes la expansin cafetalera petarea y esto contribuye al nacimiento de nuevos poblados y con ellos medianas y pequeas plantaciones, se cita nuevamente a Cunill Grau en este sentido: En todas estas comarcas desde Petare a Araira, las tierras altas en el piedemonte y alturas de la Cordillera de la Costa son deterioradas singularmente por la convergencia del avance de las roturaciones de conuqueros y hacendados y medianos y pequeos ocupantes para incorporar tierras nuevas para cultivos cafetaleros, junto a la accin destructiva de taladores y carboneros50

Del mismo modo, llegan mas habitantes a Filas de Mariche, especficamente al Municipio Libertad, beneficindose con la mejora de los caminos locales que facilitan as la comercializacin del caf de estas fecundas tierras altas, en este sentido

explicamos: El municipio Libertad es como el Unin, pero sus habitantes son activos y emprendedores, y naturalmente marcha en progreso aumentar considerablemente, merced de os esfuerzos del general Guzmn Blanco, que se ha propuesto llevar a cabo la carretera de Petare a Monroy, va de Santa Lucia, pasando por Los Mariches51. La Libertad refera 1373 habitantes para 1873, en su mayora concentrados en el pueblo que llevaba el mismo nombre y en 1881 se incrementa a 1.436 habitantes52.

49 50

Ibdem. p. 66. Pedro Cunill Grau. Op. Cit. p.1731 51 Eugne Andr. Op. Cit. p.157. 52 Ibdem. p.158.

Llega el siglo XX y con el una nueva crisis econmica mundial, situacin que repercuti en los precios del caf, existe por otra parte un agotamiento en los suelos, poca renovacin de los arbustos y esto arroja como resultado una disminucin en la produccin, lo mismo ocurri con la caa de azcar. Foto N 1

Petare 1909. En www.viejasfotosactuales.org Adaptado por Suzuky Gmez.

Si bien Petare vivi gracias al caf pocas memorables, como se observ en la imagen anterior, esta situacin va quedando en el pasado, las haciendas productoras como la Turgua, mantiene su produccin hasta bien entrada la dcada de 1920, encuentran situaciones de avance tecnolgico como en la hacienda Pacheco, donde se lleg a utilizar la energa elctrica para mover la maquinaria, cuando en otros tiempos se haba recurrido a las cadas de agua o calderas de vapor, pero continuaron los altibajos en la produccin y los precios, debido a dos grandes acontecimientos: las I Primera Guerra Mundial, la aparicin del petrleo, la crisis econmica mundial de 1929 y la expansin del cultivo en Brasil53.53

CF. Consuelo Ascanio. Consideraciones sobre el caf venezolano entre 1908-1935. En Revista Tierra Firme, Caracas; N 12 (Octubre- Diciembre), 1985, pp.613-623

Los volmenes del caf descendieron y los valores llegaron a los mas bajo de toda la historia, el gobierno intento adoptar medidas pera proteger la caficultura, pero se enfrentaban dos grandes problemas la baja produccin de divisas y el agotamiento erosionado de los suelos, entre los patrones de proteccin es importante mencionar la creacin del Instituto Nacional del Caf, sustituido por el fondo Nacional del Caf, la Compaa Cafetera Nacional, y diversos mecanismos de subsidio. Esta compleja situacin influyo en forma directa sobre las relaciones de socioeconmicas entre trabajadores y propietarios, nacen entonces nuevas miradas sobre el Este del Valle, se expone en el Estudio de Caracas, realizado por el Instituto de Antropologa de la UCV que es a partir de 1920 cuando se da uno de los mayores pasos de penetracin a la ciudad en sus alrededores, comienza a complicarse los esquemas de ubicacin de viviendas, las relaciones y el entorno de la vida urbana en Caracas, crece la ciudad hacia el Este, recordando que esta direccin exista poca poblacin y los espacios eran agrcolas o para el descanso, tal es el caso de Los Chorros, recordando que Petare y los Dos Caminos eran consideradas de importancia por las condiciones productivas de sus haciendas y el volumen de trabajadores que sostenan, comienza as en el Este del Valle, el proceso de compraventa de terrenos, que otro momento haban servido para el cultivo de caa y caf. Esta situacin continuar, en 1929 como ya se ha sealado la crisis de sper produccin a nivel mundial, los bajos precios impulsan el abandono de los fundos cafetaleros, los gastos en mantenerlos en muchos casos es mayor a la ganancia, sin embargo, algunos productores lucharan por mantenerlos, ya que es su nico medio de sustento. En otros casos, el proceso que se inicio en Los Chorros de venta de tierras para urbanizar, ira ganando espacio, desde Caracas se desarrolla un proceso de

sustitucin del trabajo rural por la de construccin, la parcela dar paso al ncleo

habitacional, pero los topnimos se mantendrn en honor a la noble labor desempeada en los siglo anteriores; El Rosal, Las Mercedes, Bello Monte, La Castellana, La Carlota, La Floresta entre otras54. Al mismo tiempo y a pesar de las fortalezas naturales con que contaba el caf como cultivo y el hecho de haber mantenido la economa venezolana hasta bien entrado el siglo XX, no cont con el soporte obligatorio durante la poca gomecista, a pesar de que el basamento ideolgico del pas estaba soportado en la corriente positivista y el tren ministerial se compona de brillantes intelectuales. La perspectiva que se traza es que las relaciones de produccin en la faena agrcola no toler cambios patentes ya que la mano de obra segn el censo Agrcola y Pecuario (1937) estaba expresado por propietarios, arrendatarios, colono medianero, colono-fundadores, etc., lo cual lleva a considerar que existen fuerzas productivas que no exhiben la propiedad de las tierras que trabajan, ya que esta clasificacin implica el repartimiento de la cosecha entre patrones y campesinos o la aprovechamiento de terrenos baldos que en numerosos casos eran vendidos por el gobierno55. La situacin agrcola trazada, manifiesta que la propiedad territorial estaba acaparada y atrasada por la utilizacin de procedimientos rudimentarios; mostrando un patrn de vida lamentable en el campesinado por la privacin de polticas encausadas a favorecer este sector y as lograr un impulso justo en su desarrollo.Cf. El Estudio de Caracas: Importante experiencia de Investigacin cientfica e interdisciplinaria. En: Anuario del Instituto de Antropologa e Historia, Tomo II, 1965, Facultad de Humanidades y Educacin, UCV, Caracas. pp. 453 no estudiamos a Caracas de manera exhaustiva, sino integral. Es decir nos orientamos hacia el conocimiento concreto de las relaciones trascendentes, el descubrimiento de sus formas organizativas, la direccin de su desarrollo y el ritmo de sus avances en la ruta del progreso. P. 365. Cf. Maruja Acosta, Roberto Len Briceo, Ciudad y Capitalismo, Caracas, Ediciones UCV, 1987, p.286 En la historia de la humanidad la ciudad no es un hecho uniforme y repetitivo sobre el cual podemos establecer lneas homolgicas fundamentales y sobre las cuales podamos sacar conclusiones evolutivas o de linealidad en la transformacin; la ciudad es un hecho socialmente determinado, en consecuencia, las aglomeraciones humanas con alta densidad, dedicadas a labores no agrcolas, presentan entre si tales diferencias que no podemos decir que ha existido en una ciudad, existen muchas ciudades que debemos intentar comprender.. 55 Elicer Hernndez. Produccin de Caf en Petare (1920-1940), En Boletn del Centro de Historia Regional de Petare, Petare; Centro de Historia regional de Petare/ Fundacin Jos ngel Lamas, N 6, 2000, pp. 104-118.54

Continua el predomino de los asentamientos agrcolas rurales tanto

en Petare

como en su rea de influencia pero con predominio en las tierras altas, se esta viviendo la segunda dcada del siglo XX, y predomina la estructura agraria, elemento que podemos sostener sobre la base del censo de 1925 decretado en el Gobierno del Benemrito Juan Vicente Gmez: Cuadro N 6 Censo de Petare (1925) VaronesHabitantes Agricultores 93.136 39.121

Hembras96.376 3.051

Total189.572 42.172

Fuente: Ministerio de Relaciones Interiores: V Censo Nacional, p. 10 Elaborado por: Suzuky Gmez

Obtenemos de la informacin presentada que la cuarta parte de la poblacin censada y que habita la localidad de Petare, se dedica a las labores del campo; mientras que en el mismo orden de ideas, en el siguiente cuadro lograremos observar quin detentaba la propiedad territorial del rea, pero en esta ocasin sobre la base del Censo agrcola y pecuario (1937), diez aos despus: Cuadro 7 Censo Agrcola y Pecuario en Petare (1937)Total de Fundos 506 Propietarios 59 Arrendatarios 02 Colonos Arrendatarios 283 Colonos Medianeros 00 Colonos 162

Fuente: Ministerio de Fomento: Direccin General de Estadstica. Censo Agrcola y Pecuario (1937), Estado Miranda, p.3 Elaborado Por: Suzuky Gmez

De la informacin suministrada en el cuadro anterior deducimos que la situacin del agro es de atraso, puesto que las tierras se hallan bajo el privilegio de los latifundistas y a su vez el campesino o agricultor es abatido por la extrema miseria a desde el punto de vista econmico.

Asimismo; en 1937 esta en el Gobierno Eleazar Lpez Contreras, Venezuela ha sufrido un cambio importante pasa de ser un pas precapitalista agro exportador a una economa capitalista minero exportadora, sin embargo, en las provincias ese cambio no haba llegado puesto que para ese mismo ao Petare produca 3.149 toneladas de caf en una superficie de 106.406 hectreas cultivadas56. Como consecuencia de esto y aunado a factores como la competencia internacional entre los productores que en el caso de Amrica Latina estaban

representados por Brasil, Colombia y Venezuela, la produccin de caf fue seis veces mayor a la demanda. Esta crisis bajo los precios del caf de un ingreso a 11.822.513 en 1940 en comparacin con 130.860.870 durante 1930. Otro punto importante, continuando el plano internacional lo represent la II Guerra Mundial, ya que los primeros compradores de caf representados por Europa y Estados Unidos, estaban en conflicto situacin que deprimi los precios del grano. La decadencia del caf marca el fin de una poca, en Petare y su rea de

influencia esto se observo a travs de perdidas materiales importantes, dando paso a nuevos modos de vida, con el caf tambin se fue el ferrocarril que pasaba al lado de las haciendas, se desmantelaron las maquinas, las casonas comenzaron a derrumbarse y los vecinos de sitos como La Dolorita, tomaron los rieles del ferrocarril para construir sus casas, estaba llegando la poca del concreto y su huella queda en las grietas que hoy poseen las viviendas, que ya no soportan el peso de la va frrea a travs del tiempo. c.- Origen de la posesin La Dolorita 1912 1947

La Dolorita es una de las cinco Parroquias del Municipio Sucre, durante esta investigacin se presentar su historia contempornea, para obtener esta informacin

56

Ibdem. p. 109.

se verificaron documentos que reposan en los anaqueles del registro subalterno del circuito N 1 del municipio. La Posesin cafetalera La Dolorita nace dentro la Hacienda Turumo la cual perteneci en comunin familiar (hasta 1912, cuando deciden dividir sus bienes) a los hermanos Matas, Santiago y Simn Gmez quienes a su vez la haban adquirido bajo la figura de compra al seor Graciliano Gmez a fines del siglo XIX (especficamente 1889)57 y estaba conformada por las posesiones El Rodeo y Hoyo del Rodeo, tambin perteneca a esta propiedad otra hacienda llamada Las Margaritas, que haba sido adquirida del seor Gil Ruiz Cadenas (1896), mas otras posesiones entre las que mencionaremos; las haciendas de caf Punto Fijo que fue de Gregorio Galindo (1903), y Carimao todas registradas en el archivo subalterno del municipio58, dicha hacienda se estim en un costo de 298.793, bolvares, incluyendo el valor de las bestias e instrumentos de trabajo, oficinas, edificios e inversin de las futuras cosechas. En 1918, Matas Gmez vende su parte de la hacienda cafetalera Turumo

(incluyendo sus posesiones y fundos), a su hermano Santiago Gmez, por la cantidad de 78.000 bolvares, los que se describen de la siguiente forma: la suma de (Bs. 37.500) treinta y siete mil quinientos bolvares en el valor de una accin del Banco de Venezuela, marcada con el nmero 425; y (Bs. 18.600) diez y ocho mil seiscientos bolvares en acciones de la Compaa Annima Telares de Caracas y Valenciael resto del precio de (Bs. 40.500) cuarenta mil quinientos bolvares, se obliga al comprador pagarlo dentro del termino de tres aos contados desde hoy, abonando el intersal vencimiento de cada mes y pudiendo hacer abonos parciales a cuenta del precio , no menor de (Bs. 1000) un mil bolvares59 Para 1932, ya ha fallecido el seor Santiago Gmez, su esposa Doa Mara Teresa Hernndez de Gmez decide realizar una nueva venta por (Bs.134.000), en

Documento inscrito 04 de Octubre de 1889.ARSMS (Archivo del Registro Subalterno del Municipio Sucre). Protocolo Cuatro, Tomo U, Nm. 1 58 Documento inscrito 16 de septiembre de 1896. ARSMS, Protocolo 1, nm. 1 59 Matas Gmez vende a Santiago Gmez su parte de la Hacienda Turumo, ARSMS. 1918, Tomo U, Nm. 82.

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esta ocasin nace por primera

vez en los documentos estudiados el topnimo La

Dolorita60, es decir se distingue dentro de la descripcin de posesiones y fundos. Regresa la hacienda a la posesin familiar, ya que Simn Gmez, ngela Gmez, Dolores Gmez de Urosa y Maria Gmez de Garca, sern los compradores, que realizarn la transaccin en partes iguales, ella sede todos los derechos de propiedad que le correspondan sobre los inmuebles, entre los cuales se mencionan: sobre la hacienda de cafetos denominada Turumo formada por las posesiones El Rodeo, Hoyo del Rodeo, La Margarita, Punto Fijo y sobre la hacienda anexa a la anterior denominada El Porvenir, formada de las posesiones El Rodeo, La Dolorita y Turumito 61

Se realizar el negocio y la venta ser completada con una hipoteca contrada ante la seora Mara Teresa Castillo, sobre el inmueble para completar el pago, la misma fue honrada en el plazo previsto y bajo las condiciones establecidas como consta en este mismo documento bajo nota marginal, fechada el 5 de agosto de 1947, bajo el N 17, tomo 2. Continuando con la sucesiones por compra tenemos que en 1947, la familia Gmez, nuevamente vender la hacienda Turumo, pero esta vez se deslindarn de todo lo concerniente al manejo de la misma, el comprador es un industrial comerciante de nombre Telesforo Ramrez, quien la adquiere por (Bs. 200.000), doscientos mil bolvares. Comprende la venta la Hacienda Turumo junto a sus posesiones: El Rodeo, Hoyo del Rodeo, La Margarita, Punto Fijo, y las haciendas anexas El Porvenir formada por La Dolorita y Turumito, cuyo uso era la produccin de caf.Cf. Deyanira Mndez. Parroquia La Dolorita, En: Serie Quines somos?, Origen del Nombre [La Dolorita], el origen de su nombre se encuentra estrechamente vinculado con Nuestra Seora de Los Dolores, expresin sublime de nuestra madre la Virgen Maria, representada con el corazn traspasado por siete puales. No obstante, en este lugar existi entre otras tantas, una hacienda con el nombre de La Dolorita, heredando as, el nombre tanto el barrio como la parroquia. Op. Cit. p.1 61 Mara Teresa Hernndez vende la Hacienda Turumo, ARSMS. 1932, Tomo U, Protocolo 1, Folio 188, Nm. 122.60

La gratificacin por la hacienda se hizo de la siguiente manera, el seor Ramrez entreg una serie de inmuebles de su propiedad, por un valor de de (Bs. 35.000) treinta y cinco mil, entre los cuales se destacaron un saln y terreno ubicados en Petare calle Guanchez, por un costo de (Bs. 4000) cuatro mil, tambin ofreci como parte de pago un lote de terreno en Los Dos Caminos de (525 mts), por un costo de (Bs. 15.000) quince mil, una casa con terreno en el sector el Dorado antiguo Chupuln, por (Bs. 16.000) diez y seis mil, para cancelar el resto contrajo una hipoteca por (Bs. 165.000), la cual se comprometi a pagar (Bs. 100.000) en tres aos y el resto en un ao a partir de la firma del documento. Es importante acotar que en este mismo documento consta en notas marginales que los compromisos fueron honrados62. En la imagen siguiente podemos observar, en foto de Alfredo Boulton los espacios donde se encontraban parte de los bienes entregados, por el seor Alfaro a la familia Gmez Foto N 2

Panormica de PetareFuente: Coleccin Alfredo Boulton, Fundacin Boulton63 Adaptacin propia. La Familia Gmez venden a Telsforo Ramrez la Hacienda Turumo ARSMS. 1947 Tomo 3, Protocolo 1, Folio 77-85, Nm. 32. 63 Algunos petareos an recuerdan haber jugado en los campos sembrados de las haciendas cercanas, y nadado en las riberas de los ros Guaire y Caurimare. Hoy todo eso se ha perdido y para el recuerdo slo queda esta fotografa del reconocido crtico de arte Alfredo Boulton, cuya fecha se desconoce, pero que seguramente fue tomada entre 1940 y 1950 desde la casa del pintor Tito Salas, quien vivi la mayor parte de vida en Petare. Comentario en nota junto a la imagen.62

B. La Dolorita y su Contexto histrico 1952-1993 Para 1952 La hacienda la Dolorita es propiedad del Sr. Telsforo Ramrez, comerciante e industrial, quien manifest en un documento de compra venta, que la propiedad la haba adquirido por compra a la familia Gmez en 1947. Esta hacienda va ha limitar al norte con la hacienda Caucaguita, al sur con la hacienda la Lira, al este con la hacienda las Tapias y la Providencia y al oeste con las haciendas Cabeza de Tigre, el Refugio y el Sitio64 Durante este La

ao (1952), ocurre un incidente importante de sealar la Compaa Annima

Electricidad de Caracas manifest al Sr. Telsforo Ramrez la necesidad de atravesar por la posesin unas lneas de transmisin de energa elctrica para llevar corriente a los hornos crematorios del Este y con este motivo se convino en favor de la Ley de Servidumbre de paso de conductores elctricos, otorgar el permiso para las mencionadas lneas o conductores elctricos areos o subterrneos, con sus respectivas lneas de tierra, telfonos y accesorios, incluyendo el ancho de terreno necesario para que la compaa transportar e instalar las torres, y se tomaran las picas y caminos

necesarios para el acceso de los empleados que tendran la tarea de trabajar en la faja de terreno seleccionado para la instalacin, vigilancia y reparacin de las lneas, torres y telfonos mencionados. Se desforestar parte de La Hacienda La Dolorita para cumplir con esta disposicin, los terrenos son heridos por el capitalismo industrial representado en la compaa Electricidad de Caracas. Esta servidumbre se otorg de manera permanente y queda establecida en aquella extensin de terreno que ocupo 400 metros pese a, esta servidumbre se extendi para dar paso a los caminos generales de acceso a la finca. La misma se otorgo por un precio

Telesforo Ramrez compra la finca La Dolorita a la familia Gmez. ARSMS. (Municipio Sucre). 1947 (Tercer Trimestre), Protocolo Primero, Tomo 3, Folio 76, Nm. 32.

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de cuatrocientos bolvares (Bs. 400,00), que recibi Ramrez de la Compaa Annima Electricidad de Caracas en dinero efectivo. La transaccin se hizo entre Nicomedes Zuloaga Presidente de la Compaa y Telesforo Ramrez propietario del inmueble65. Posteriormente la hacienda es vendida por el Sr. Ramrez al Sr. Cesar Alfaro, quien a su vez vende en 1954 mil metros cuadrados (1000 mts) de la propiedad al Sr. Enrique Giral como consta en documento registrado el 28 de abril de 1954, ante el Juzgado del Distrito Sucre del Estado

Miranda, distinguindolo con el N 102, folio 100. Es para 1959, cuando comienzan cambios profundos en esta localidad, el Sr. Cesar Alfaro propietario de la mayor parte de la hacienda decide vender al ilustre Concejo Municipal del Distrito Sucre, (418.047,46 metros cuadrados) de la propiedad junto a todas las bienechurias que se encontraban en el rea a negociar. Los lmites espaciales de la hacienda la Dolorita para esta poca son: al Norte con la Hacienda Turumo, propiedad de Telesforo Ramrez y con la carretera que conduce a Santa Lucia antiguo camino real; al sur con la hacienda Lira que perteneca a Rafael Palacios y con extensin de una hacienda propiedad de Manuel Surez; al Este con la hacienda Las Tapias que fue de Manuel Surez; al Oeste con la hacienda El Sitio que fue de los sucesores de Tomas Bueno, la hacienda el Refugio que perteneci Hctor Rodrguez y con otra hacienda que es o fue propiedad de Bonifacio Fagundez. Esta finca se vendi por un total de (Bs.2.403.772, 90). Observemos el cartograma N 4:

La compaa annima La Electricidad de Caracas( representada por el Dr. Nicomedes Zuloaga), ha manifestado la necesidad que tiene de atravesar la posesin cuyos senderos generales he expresado (Finca La Dolorita), con unas lneas de transmisin de energa para llevar corriente a los hornos crematorios del este por Ley de Servidumbre y compra al Sr. Telesforo Ramrez 400 mts aproximadamente por Bs. 400 . ARSMS. (Municipio Sucre). 1952 (Segundo Trimestre), Protocolo Primero, Tomo 7, Folio 223, Nm. 69.

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LEVANTAMIENTO TOPOGRAFICO DE LA HACIENDA LA DOLORITA. 1959 (Lmites Espaciales)

N: Hacienda Turumo y Camino Real a Santa Lucia del Tuy

O: Hacienda El Sitio y Hacienda el Refugio

E: Hacienda Las Tapias

S: Hacienda La Lira y Hacienda Las Tapias Fuente: Levantamiento Topogrfico de la Hacienda La Dolorita, 1959.Propiedad del Concejo Municipal del Distrito Sucre. Superficie 418.047.46. Escala original 1:500. ARSMS. Adaptacin Suzuky Gmez

Dadas las condiciones que anteceden,

es primordial informar que junto al

documento que apoya a esta venta se anexo al cuaderno de comprobantes dos ejemplares del levantamiento que hemos presentado (en copia digitalizada), estos estaban firmados por el vendedor y los representantes del Consejo Municipal, los cuales reposan bajo resguardo en el Archivo del Registro Subalterno del Municipio Sucre, bajo el N 51, tomo 17, del tercer trimestre, en el ao 1959. Son varios los procesos que estn presentados en el rea de estudio y es a partir de aqu cuando los comenzaremos analizar; la Dolorita no escap a los cambios que se

produjeron con el proceso de migraciones e inmigraciones que se desarrollo en Venezuela a partir de la dcada del cincuenta. En referencia a al planteamiento anterior Mario Sanoja comenta: Los cambios sociales, produjeron una modificacin profunda de la sociedad para transformar nuestro pas en una estructura industrial, agroindustrial y urbana dentro de una filosofa poltica, el Nuevo Ideal Nacional, que consagraba, la economa mixta con un instrumento aadido, la inmigracin, que segn las propuestas positivistas en boga desde finales del siglo XIX. Venan a mejorar la raza y a introducir nuevas prcticas, sociales y tecnolgicas Venezuela se hizo mucho mas capitalista y dependiente, se mejor el nivel general de vida y aumento la poblacin.66 Para comprender lo antes expuesto, es necesario analizar la siguiente informacin; es posible distinguir en una misma ciudad venezolana la convivencia de dos o ms modelos urbanos. En el caso de La Dolorita este fenmeno es consecuencia de las diferencias en los niveles de ingreso de los habitantes, que tiene una influencia en el espacio urbano, su paisaje y en su estratificacin. Otro elemento de disparidad territorial en la ciudad lo constituyen las distintas funciones que se materializan en la ciudad, que forjan un espacio urbano. Es posible discriminar tres categoras espaciales de la morfologa de una ciudad: el ncleo urbano consolidado, el espacio subintegrado y el paisaje informal67. El ncleo urbano consolidado se caracteriza porque predominan espacios integrados a la funcin primordial de la sociedad, se ofrecen calidad de vida a partir de la dotacin suficiente de servicios y equipamiento. Se pueden identificar algunos rasgos del paisaje que permiten distinguir tres tipos de espacio en el ncleo urbano consolidado: el centro urbano, la zona comercial y residencial y el sector industrial. El centro urbano se distingue por un paisaje que recuerda la disposicin en forma de

Mario Sanoja. Crisis, Educacin y Cultura, Caracas; Centro de Estudios de Historia Actual, FACESUCV, s/f, s/p. 67 Alicia Nuo. Op Cit, pp. 250-251.

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damero de sus calles y avenidas, heredado del perodo colonial, donde se ubican residencias y comercios. Cuando la ciudad comienza a perder su forma de cuadrcula para desprenderse en arterias viales comienza un proceso de segmentacin de la ciudad. En cuanto a los espacio subintegrados estos albergan a la poblacin de medianos o bajos recursos tal es el caso de La Dolorita, con predominio del ltimo. Se caracterizan por la precariedad de algunos servicios factor que reduce la calidad de vida. La conectividad con el resto de la ciudad es de mediana a alta, en el caso de estudio se encuentra laderas con pronunciadas pendiente; poseen alta densidad

poblacional, se dificulta la prestacin de los distintos servicios y su equipamiento. En el rea metropolitana de Caracas existen muchas barriadas subintegradas para este estudio se escogi la Dolorita ya que desde su consolidacin como barrio presenta unas caractersticas de estudio bien particulares. En definitiva este, espacio subintegrado esta constituido por un significativo contingente poblacional. Estos para efecto del presente estudio se clasificaron segn Pablo Gonzlez68 en los conuqueros (habitan la zona antes de 1950) poblacin de la zona dedicada a la labranza de conucos para su subsistencia y el comercio menor por la dificultad de acceso a Petare preferan mantener sus relaciones comerciales con los habitantes de Santa Lucia del Tuy, poblacin a la que se poda llegar por el antiguo camino real. Para ilustrar lo ya mencionado observemos la siguiente foto N 3:

Pbro. Pablo M. Gonzlez. La Parroquia eclesistica San Francisco de Sales, (La Dolorita), Testimonios de Chucho, Archivo del Centro de Historia Regional de Petare, ACHRP, s/f, carpeta La Dolorita, f. 15.

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Coleccin privada de la familia Mrquez Adaptacin Propia.

En la foto observamos a Don Avelino Mrquez, en su caballo un 13 de diciembre de 1946, en la Hacienda La Dolorita, donde se realizan la fiesta de Santa Lucia , es de notar al fondo el relieve de montaa propio para el sembrado de caf, el patio empedrado propio de la poca de abundancia y la vieja casona en ruinas, al fondo se logra ver el deposito y al frente se tenia un patio de secado, las fanegas de caf se trasladaban al Ferrocarril Central de Venezuela cuya estacin pasaba cerca, por la hacienda la Lira. Hechas las consideraciones anteriores retomamos el testimonio: siguiente

...Con respecto a la va de acceso es importantes acotar que la carretera nacional Petare con Santa Luca y el Tuy pasaba por toda la entrada de la Dolorita. En ella transitaban algunos camiones y carretones con los que se trasladaba la mercanca de las haciendas y de Santa Lucia a Caracas. Esa es una carretera que existe desde la poca de Gmez. Yo conoc esa carretera desde siempre, solo que era una carretera de tierra y de aqu de Baloa hasta Santa Luca. Eso no tenaeso era pura tierra (sic).69

Los conuqueros y parceleros de la zona se enfrentaban a dificultades para trasladarse por la deficiencia que presentaban los caminos, as como por la

carencia de transporte pblico situacin que podemos observar con alguna dificultad en la siguiente imagen, la cual esta fechada mas no identificada como de 1959. (Foto N 4)

Cf. Verificado en documentos del archivo subalterno del circuito N 1 del Distrito Sucre donde se describen los limites espaciales de la Dolorita para 1959.

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Foto N 4

Imagen de los caminos de PetareFuente: fotosviejasactuales.com Coleccin Ernesto Len Adaptacin propia

. Otro testimonio digno de acotar es el siguiente:

...no estaban as como ahora, eran carreteras de tierra y se pasaba fila arriba por todo el sector del El Limoncito, hasta caer a la Vega de Petare, donde hoy es Palo Verde, inclusive se llegaba a este lugar con el pie pelao, con las chancletitas guindando en la cintura. Haba un punto de agua, donde uno se lavaba los pies para ponerse las alpargatitas para entrar al pueblo. En aquella poca se venan grupos de personas caminando en la madrugada y nos apresurbamos para alcanzarlas e irnos juntos (sic).70.

En igual forma, debemos sealar la ausencia medico asistencial, por estar el rea fuera de la metrpolis, y que en muchos casos le ocasiono a estos habitantes graves

dificultades, que deban subsanar por sus propios medios, tal como se puede observar: Cuando una persona se enfermaba, haba que bajar a Petare, porque aqu no venia mdico, para ac solamente vena el cura cuando uno estaba grave, para recibir la comunin (sic) (Monico).Mi abuela y mi mam eran parteras, recuerdo que cuando yo viva en la Lira, me encontr con una mujer a la orilla de la carretera que tena una barrigota. Yo le pregunt: seora que tiene?, ay, seora, que iba a Petare a dar a luz y me agarr el parto aqu. Entonces ah mismo recog la mujer, y la sub para arriba y la70

Pbro. Pablo Gonzlez. Testimonio de Monico, Op. Cit. f.8.

acomod en una casa, ah mismo llegu y le corte la tripa al muchachito y lo bae. Yo aprend viendo lo que hacia mi mam, en esos tiempos uno tena en sus casa yodo, aceite, por si acaso una cortada, y yo que era una muchacha, parti al muchachito, que le pusieron de nombre Manuel, despus parti a Agustina, Maraco, Diana, Agustn que ya son viejos (sic)(Mara)71. En medio de los aprietos, los sacrificios y los grandes esfuerzos para subsistir, en estos tiempos se viva con una tranquilidad y naturalidad que constitua un profundo sentimiento de solidaridad y cooperacin. Pasa algn tiempo y se producen cambios en la Dolorita, estos se originan en el paso a su fase urbana, y la primera muestra se dar cuando el Presidente Prez Jimnez instala en la entrada de la hacienda mquinas recicladoras con las que se pretende solucionar un problema que trae el progreso, la produccin excesiva de basura en la ciudad de Caracas pero las mquinas no funcionaron y as comenz el bote (relleno sanitario de Mariches, tambin conocido como el bote de Filas De Mariches, principal deposito de basura de Caracas durante las dcadas de los sesenta y setenta) que un principio estuvo propuesto para Palo Verde. Hecha las consideraciones anteriores, estudiamos la opinin de lvaro Mrquez y Lubio Cardozo: Las ciudades hoy son el centro del drama de la polucin, degradacin del suelo y prdida de la diversidad de las especies. La intensa concentracin de los procesos econmicos y los altos niveles de consumo de las ciudades incrementarn sus niveles de consumo de las ciudades incrementarn sus demandas de recursos. En sus cercanas, las ciudades tambin afectan las tradicionales economas rurales y su adaptacin a la diversidad biolgica. A medida que mejores caminos son construidos, y el acceso de los productos son garantizados, la poblacin rural adquiere los estndares urbanos de vida y la ideologa que los acompaaLas ciudades actuales se han convertido en sistemas altamente ineficientes, devoradores de energa y materiales, y con una gran salida de desperdicios72.

Ibidem. Testimonio de Monico y Mara, f. 9. lvaro Mrquez., Lubio Cardozo. Una propuesta de desarrollo de lo local para la re-creacin del espacio urbano ambiental en las sociedades sustentables. En Revista UNICA, ao 3, N 5, Enero Junio 2002, p. 5472

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Simultneamente a lo antes expuesto, se instala en la hacienda una fabrica para hacer ladrillos y bloques el motivo de esta instalacin era cubrir las demandas que exiga la poltica de construccin implantada por Prez Jimnez y fue entonces cuando se produce el cambio en la actividad econmica se dej de producir caf para producir bloque y ladrillos. En este propsito Diego Bautista Urbaneja con relacin a Prez Jimnez y la construccin seala: La industria nacionalen este caso es la industria de la construccin que se aprovecha de los planes de obras pblicas del gobiernoque prosiguen su proceso de integracin econmica particularsustitucin de importaciones. La inversin extranjera, capitales externos, sobre todo norte americanos, penetran variadas actividades manufactureras, llegando a representar el 19, % de la inversin industrial en 1955 de 10, 7% que representaba en 1950. Por su parte el sector estatal de la economa obedece a la idea de transformacin del medio fsico y las aspiraciones de grandeza nacional que posee el rgimen, mediadas tambin en su traduccin concreta por los intereses particulares de un estrecho circulo de colaboradores73. Mientras tanto en las conubarcines del bote de basura se va ha instalar una actividad que hasta ese momento era desconocida en la zona y que llega de Palo Verde (el lugar donde se haba instalado el bote por primera vez), esta actividad consistir en el reciclaje de la basura que llega a ese lugar. Precisando una vez mas, cabe incorporar el siguiente testimonio: Aqu mucha gente se cri con el bote, mi pap me cuenta que el y otros vecinos esperaban que llegarn los camiones de basura a ver que traan, acurdate que es la poca del gobierno de Carlos Andrs [La Gran Venezuela], el revisaba la basura haber que consegua, juguetes, ropa, telas para que mi mam cociera, una vez me acuerdo que consigui una mueca grande Belinda estaba sucia mi mam me la lavo la visti y ya tenia juguete nuevopero comida si no recogamos, a mi mama no le gustaba, pero otras familias de por aqu si la recogan, sobre todo dulces trados de muchas fabricas, verduras y frutas de los mercados, como el de Mesucaluego la cosa se puso peligrosa porque tambin encontraron gente muerta, dicen que los traan de otra parte, pero bueno ya crecimos y el bote no esta y nosotros tenemos otra mentalidad, estudiamos y eso no lo queremos para nuestros

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Diego Bautista Urbaneja. Pueblo y petrleo en la poltica venezolana del siglo XX, Caracas; Ediciones Siglo XXI, pp. 128-129.

hijosmi pap en realidad es albail yo no se porque revisaba el bote, el siempre dice: ya los basureros no son como los de antes(Sic)74. Sin embargo, a la par de esta actividad se desarrolla otra que marca el abandono de la agricultura, muchos de los llamados conuqueros se integran como obreros a trabajar en la alfarera buscando integrarse a la vida urbana. Precisando una vez ms el testimonio de Monico deducimos: All estuve trabajando hasta el ao 58, cuando se echaron a perder las maquinas. El seor Aliano, que todava vive en el barrio, estuvo arreglando el motor de la planta que hacia bloques. Cuando ya se estaba arreglando y se peg a trabajar de nuevo, Cayo Prez Jimnez y no se continu trabajando, no s por qu. Cuando Prez Jimnez haba mucha salida de bloque para el centro de Caracas pero con su cada todo se paralizo y tambin nuestra fuente de trabajo75. Con la cada de Prez Jimnez llega una nueva desgracia a La Dolorita, pues se paralizan en Caracas la poltica del concreto y por su puesto la demanda de bloques, la alfarera permanecer cerrada y es cuando en 1959 el Concejo Municipal del Distrito Sucre adquiere del Sr. Alfaro la hacienda con su alfera mecnica y sus repuestos, los edificios de acero armado (que se van a convertir en barracas), viviendas para obreros76. Despus de lo anteriormente expuesto Deyanira Mndez aclara: En la dcada de los cincuenta la Fabrica all instalada va generando un flujo de personas, las cuales han ido abandonando el campo y los conucos, hasta 1958 la industria de bloques se mantiene, con la cada de Prez Jimnez esta fabrica cierra sus puertas, quedando muchas personas sin empleo. Posteriormente el consejo del Distrito Sucre la adquiere y con el plan de emergencia de Wolfgang Larrazaval (sic) se inicia nuevamente; ubicando adems barracas para los damnificados en las adyacencias, las barracas fueron insuficientes por lo que comenzaran a proliferar los ranchos que crecieron prcticamente de manera descontrolada y anrquica.77

Se comienza a percibir en la zona los destellos de la naciente democracia y esto se sella cuando se ubica en la zona un nuevo tipo de poblacin los damnificados,Relato de Mineida Surez, 27 aos viviendo de rea de estudio, entrevista realizada el 30 de mayo de 2005. 75 Pbro. Pablo Gonzlez. Testimonio de Monico, Op. Cit.. f. 11. 76 Cf. Documento contenido bajo el tomo 17, nmero 51 de 1959, ARSMS. (Municipio Sucre). 77 Deyanira Mndez. Parroquia La Dolorita, En: Serie Quines somos? Op. Cit. p.274

que procedan de diferentes barrios de Caracas, y que haban sido vctimas de las lluvias esto fue el resultado del llamado plan de emergencia de Wolfand Larrazabal, lo que trajo a la zona un nuevo tipo de problema como el miedo ante los recin llegados, la proliferacin de delitos y la imposicin de sus costumbres a los habitantes de la zona. Es evidente entonces que: En estas barracas, sinceramente, es cuando comienzan los muchachos a andar ociosos y comienza a nacer la malandrera. A mis hijos, que se criaron junto con esos muchachos, les di todo lo que yo pude de buen ejemplo y lo que tenan que hacer, hacindole ver las cosas malas y que no se juntaran y no hicieran lo que ellos hacan y que todo el tiempo escogieran el camino recto, que tenan que estudiar y el que no estudiara que trabajara y as sucesivamente. Y cualquier muchacho que me llevaba una flor, por lo menos, yo tena que saber de donde haba salidoPero si le digo una cosa, de ah para ac fue donde naci la semilla de malandro aqu en la Dolorita. El primero que destaco, la primera hazaa que hizo fue al seor de la luz que lo mato ah mismo en la panadera. Por cierto que era hijo de una seora que le decamos la seora de las argollas porque usaba unos aretes muy grandes como zarcillo (sic)78. De manera semejante observamos un fenmeno que se repetir tanto con los damnificados, como con los invasores, si bien traen consigo algunos servicios pblicos, as mismo descargan los desamparos de la exclusin. Especialmente en caso de las madres solteras que deban dejar solos a sus hijos para ir trabajar todo el da. Brotan las bandas, las pandillas y se despliega en el rea la incertidumbre y el crimen, en este sentido expresa Yves Pedrazzini la relacin de la violencia en Caracas con su rea de influencia: Caracas (), se ha caracterizado por una rpida urbanizacin, sin industrializacin y por un proceso creciente de poblacin. Que sin poder acceder a los mecanismos del mercado formal de vivienda, ha hecho realidad una forma habitacional que ha conformado barrios. Los barrios de Caracas representan mas del 60% de la poblacin urbanalos nios comienzan trabajando en la calle y terminar quedndose en ellas, la violencia se convierte en una forma de sobrevivir79.

Pbro. Pablo Gonzlez. Testimonio de Monico, Op. Cit.. f. 19. Yves Pedrazzini, Magali Sn