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Informe Final Proyecto de Grado
CARACTERISTICAS SOCIODEMOGRAFICAS DE LOS PACIENTES
DIAGNOSTICADOS CON TRASTORNO DE PERSONALIDAD EN COMORBILIDAD
CON CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS, QUE ACUDIERON A
CONSULTA Y SE ENCUENTRAN EN LOS REGISTROS DE LAS HISTORIAS
CLINICAS DE LA ESE HOSPITAL MENTAL UNIVERSTARIO DE RISARALDA
PARA EL AÑO 2008
JUAN GUILLERMO ALVAREZ VELASQUEZ
UNIVERSIDAD CATÓLICA POPULAR DEL RISARALDA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
PEREIRA
2009
Informe final 2
CARACTERISTICAS SOCIODEMOGRAFICAS DE LOS PACIENTES
DIAGNOSTICADOS CON TRASTORNO DE PERSONALIDAD EN COMORBILIDAD
CON CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS, ESTABLECIDAS A PARTIR DE
LOS REGISTROS ENCONTRADOS EN LAS HISTORIAS CLINICAS DE LA ESE
HOSPITAL MENTAL UNIVERSTARIO DE RISARALDA PARA EL AÑO 2008
Juan Guillermo Álvarez Velásquez
9772230
Gloria Stella Jaramillo
Asesora
UNIVERSIDAD CATÓLICA POPULAR DEL RISARALDA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
PEREIRA
2009
Informe final 3
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION
1. Formulación del problema 13
1.1 Antecedentes 13
1.2 Planteamiento de la Pregunta 21
1.3 Justificación 25
1.4 Objetivos 28
2. Marco Teórico 30
2.1 Personalidad 30
2.2 Trastornos de la personalidad 39
2.2.1 Trastornos de la personalidad del grupo A 44
2.2.1.1Trastorno de personalidad paranoide 44
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2.2.1.2 Trastorno de personalidad esquizoide 48
2.2.1.3 Trastorno de personalidad esquizotípico 50
2.2.2 Trastornos de la personalidad del grupo B 53
2.2.2.1 Trastorno de personalidad antisocial 54
2.2.2.2 Trastorno de personalidad limítrofe 57
2.2.2.3 Trastorno de personalidad narcisista 60
2.2.2.4 Trastorno de personalidad histriónico 63
2.2.2.5 Trastorno pasivo-agresivo 66
2.2.3 Trastornos de personalidad del grupo C 68
2.2.3.1 Trastorno por evitación 68
2.2.3.2 Trastorno por dependencia 72
2.2.3.3 Trastorno Obsesivo-compulsivo 76
2.3 Historia de las sustancias psicoactivas 85
2.4 Consumo de sustancias psicoactivas 92
2.5 Abuso de Sustancias psicoactivas 97
2.6 Trastornos de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas 103
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3. Metodología de la investigación 109
3.1 Tipo de investigación 109
3.2 Diseño de la investigación 109
3.3 Población 110
3.4 Muestra 110
3.5 Técnicas de recolección de la información 111
3.6 Instrumento 112
3.7 Procedimiento 112
3.8 Estrategias de análisis de la información 114
3.9 Cronograma de trabajo 115
3.10 Recursos 117
4. Presentación y Análisis de Resultados 118
5. Discusión 131
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6. Conclusiones 138
7. Recomendaciones 140
8. Referencias Bibliográficas 141
9. Anexos 148
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TABLAS Y GRAFICAS
Tablas
Tabla No 1: Creencias irracionales. 80
Tabla No 2: Trastornos relacionados con sustancias 94
Tabla No 3: Fase anteproyecto 115
Tabla No 4: Fase proyecto 116
Tabla No 5: Fase Informe Final 116
Tabla No 6. Edad y trastornos de la personalidad 119
Tabla No 7: Trastornos de la personalidad según el género 120
Tabla No 8: Consumo de sustancias psicoactivas según el género 121
Tabla No 9: Consumo de sustancias psicoactivas por edades 122
Tabla No 10: Datos referentes a las historias clínicas 124
Tabla No 11: Pacientes con diagnostico dual 125
Tabla No 12: Genero para los diagnósticos duales 125
Tabla No 13: Edades prevalentes para los diagnósticos duales 126
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Tabla No 14: Sustancia con mayor incidencia de consumo por pacientes duales 126
Tabla No 15: Otras sustancias consumidas por los pacientes duales 127
Tabla No 16: Trastorno de la personalidad más frecuente 127
Tabla No 17: Escolaridad según grados académicos 128
Tabla No 18: Procedencia de los diagnósticos duales 128
Graficas
Grafica No 1. Edad y trastornos de la personalidad 118
Grafica No 2. Trastornos de la personalidad por género 120
Grafica No 3. Consumo de sustancias psicoactivas según el género 121
Grafica No 4. Consumo de sustancias psicoactivas por edad 122
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ANEXOS
Anexo 1. Trastornos de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas rejilla de análisis
Anexo 2. Imagen validador de Rips
Anexo 3. Datos por consumo de sustancias psicoactivas como primer diagnóstico
Anexo 4. Datos por trastornos de la personalidad como primer diagnóstico
Anexo 5. Imagen trastornos por consumo de sustancias psicoactivas.
Anexo 6. Imagen trastornos de la personalidad
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INTRODUCCION
Los trastornos de la personalidad incluyen un vasto grupo de manifestaciones, sin
embargo, y a pesar de sus variaciones, los sujetos con este tipo de patologías comparten algunos
rasgos: En la mayoría de los casos las manifestaciones se hacen levemente evidentes a temprana
edad, pero con el paso de los años se van profundizando; igualmente es usual encontrar que los
individuos no detectan ninguna falla en ellos, por el contrario, consideran que es el resto del
mundo el que se equivoca y que sus conductas son absolutamente normales; finalmente, para
muchos de ellos no es demasiado difícil mantener sus conductas, dado que estas no presentan el
grado de alteración de otro tipo de trastornos (Papalia, 1997).
Al revisar los aspectos teóricos referentes a este tipo de patologías se detectó una
evolución constante en la definición del término “personalidad”, sin embargo para fines prácticos
se optó por la realizada por Rojas (2001) quien la define como “aquel conjunto de elementos
físicos, psicológicos, sociales y culturales que se alojan en un individuo” (p. 22-23). Dado que
esta conceptualización además de encontrarse actualizada corresponde al enfoque teórico
cognitivo conductual que enmarca la investigación.
Estos elementos, le permiten al individuo condicionar tanto su pensamiento como sus
acciones, presentando en los trastornos de personalidad un objeto de estudio, el cual ha tenido
gran acogida en las diferentes comunidades académicas, atendiendo a la inflexibilidad que estos
Informe final 11
demarcan en las acciones que emplean los sujetos, quienes utilizan como regla general el mismo
mecanismo de funcionamiento, lo cual conlleva diferentes problemáticas adaptativas.
De otra parte el consumo de sustancias psicoactivas considerado una de las principales
problemáticas de salud a nivel mundial, ha desencadenado una serie de investigaciones con las
cuales se trata de comprender el fenómeno y brindar alternativas de control. En este sentido ha
sido abordado desde perspectivas médicas, sociales, económicas, políticas etc. sin embargo es tal
la complejidad del fenómeno que aún se encuentran grandes vacíos en su comprensión.
La presente investigación realiza una aproximación al fenómeno del consumo de
sustancias psicoactivas asociado a los trastornos de la personalidad, tema que ha tomado gran
relevancia en los últimos tiempos, gracias a los hallazgos de algunos estudios que describen una
estrecha relación entre estas problemáticas (Pedrero, 2003., Utges, 2005., Asociación española de
patología dual, 2008).
A falta de investigaciones en este sentido para el contexto Risaraldense, emerge la
posibilidad de equiparar teorías e hipótesis verificables para otros contextos, razón por la cual se
diseña el presente estudio, partiendo de una metodología cuantitativa no experimental, con un
diseño de corte descriptivo transversal. Con el objetivo de identificar y describir las
características de los pacientes diagnosticados con trastornos de la personalidad que presentan co-
morbilidad con el consumo de sustancias psicoactivas.
Informe final 12
Para lograr dicho objetivo se realiza una revisión de los documentos presentes en la
institución, abordando los registros generales de los usuarios, los cuales dan cuenta de las cifras
de pacientes diagnosticados con trastorno de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas,
se identifican los pacientes que poseen ambos diagnósticos hallando un total de 7; posteriormente
se revisan las historias clínicas de cada uno de ellos identificando elementos de su estructura de
personalidad, su evolución, contexto social y familiar que permiten establecer una relación con
los elementos descritos en el marco teórico y los antecedentes investigativos.
El análisis de resultados da cuenta de una muy baja comorbilidad entre los trastornos de la
personalidad y el trastorno por consumo de sustancias, contrario a lo presentado en
investigaciones anteriores realizadas en otras ciudades o países. Así mismo se identifica el
trastorno antisocial de la personalidad, como el de mayor incidencia en este grupo, y la
marihuana y el alcohol como las sustancias con mayor índice de consumo. Dentro de este grupo
se halló igualmente la presencia de una mujer y seis hombres, que presentaban los trastornos en
comorbilidad. . Los datos obtenidos durante la recolección de información, su posterior análisis y
discusión permitieron cumplir con los objetivos planteados.
Palabras Claves: Personalidad, consumo, sustancias psicoactivas, compulsión, obsesión,
ansiedad, farmacodependencia.
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1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
1.1 Antecedentes
El elevado índice en el consumo de sustancias psicoactivas, tanto en nuestra región, como
en el país y en el contexto internacional ha generado una serie de situaciones que ponen en
riesgo el bienestar de los consumidores y la comunidad en la cual se encuentran inmersos, aunado
a este fenómeno se vienen identificando problemáticas consideradas como factores de
predisposición o mantenimiento de las conductas de consumo, las cuales han sido objeto de
investigaciones llevadas a cabo en diferentes contextos.
En el año 1994 se desarrolló la investigación denominada “Trastornos psiquiátricos en
diez comunas de Santiago: prevalencia de seis meses” efectuado en chile a cargo de Vicente,
Benjamín; con el objetivo de analizar la co-morbilidad de los trastornos afectivos y el abuso y
dependencia de sustancias psicoactivas, para lo cual se aplicó la entrevista psiquiátrica
estandarizada compuesta (CIDI/DIS) a una muestra probabilística de población general en el
contexto del Programa de epidemiología psiquiátrica para Chile. De lo anterior, se logró
determinar que el 24 % de la población mayor de 15 años de la provincia de Santiago reunía los
criterios para alguno de los trastornos psiquiátricos estudiados y éste se encontraba activo en los
seis meses previos al estudio.
Informe final 14
En el año 2002 se presentó la investigación denominada: “Perfiles clínicos de la
personalidad en consumidores de sustancias psicoactivas” En la ciudad de Lima, Perú, a cargo
de Milton Rojas y Luis Espinoza. En esta investigación se planteó como objetivo analizar,
conocer y describir el perfil clínico de la personalidad promedio de una muestra de consumidores
de drogas de ambos sexos (18% mujeres y 81% hombres), de diversas sustancias psicoactivas
(Marihuana: THC, PBC, Alcohol: OH y Clorhidrato de Cocaína: CLC), participantes en las
sesiones de consejería y sesiones motivacionales del Programa “Lugar de Escucha” de la
institución CEDRO, lima. El procedimiento llevado a cabo contó con una muestra constituida por
40 personas con edades comprendidas entre los 18 y los 46 años de edad (Media = 24,3;
Desviación Estándar = 7,65).
El período de trabajo analizado comprende noviembre del 2002 y junio del año 2003. De
lo anterior se puede destacar el análisis de datos, ya que los resultados más resaltantes son el alto
número de escalas con indicadores significativos de trastornos de personalidad en relación al
promedio de la muestra, encontrándose el puntaje más alto en Agresivo-Sádico (93,3). También
se encontraron indicadores elevados en las escalas Antisocial (9,5), Pasivo-Agresivo (91,3) y
Narcisista (89,1); los resultados observados tienen compatibilidad con investigaciones realizadas
en otros contextos que encontraron indicadores significativos en estas áreas en poblaciones
similares.
En el año 2003 se realizó la investigación denominada “Los trastornos de la personalidad
en drogodependientes desde la perspectiva de los cinco grandes factores”, llevada a cabo en el
Informe final 15
centro de Atención a Drogodependencias del Ayuntamiento de Madrid (CAD-4) adscrito al Plan
Municipal contra las Drogas. En esta investigación presentada por Pedrero Pérez se planteó como
objetivo explorar las relaciones entre las dimensiones básicas de personalidad, propuestas por el
modelo de cinco factores y medidas a través del Big Five Questionnaire (BFQ), y los trastornos
de personalidad, estimados dimensional y categorialmente mediante el Millon Clinical Multiaxial
Inventory II (MCMI-II) en sujetos que se encuentran en tratamiento por abuso o dependencia de
sustancias psicoactivas; atendiendo a la metodología, se tomó una muestra compuesta por 187
sujetos que están realizando su tratamiento ambulatorio por abuso o dependencia de heroína,
cocaína, alcohol, cannabis o benzodiazepinas, y que cumplimentan ambos cuestionarios
simultáneamente.
Se efectuaron pruebas de correlación bivariada entre las dimensiones y sub dimensiones
del BFQ y las escalas de trastornos de personalidad del MCMI-II. Se efectuó posteriormente un
análisis de regresión de las dimensiones y subdimensiones del BFQ sobre cada una de las escalas
del MCMI-II. De lo anterior, se encontró que los trastornos de personalidad pueden ser
caracterizados a partir de peculiares configuraciones de rasgos, lo que además de tener
repercusiones para los sistemas clasificatorios, es de especial relevancia para el diseño de
intervenciones psicoterapéuticas y farmacológicas.
En el transcurso del año 2003, se presentó la investigación sobre consumo de sustancias
psicoactivas en una muestra de jóvenes universitarios, realizada por la Universidad Veracruzana
de España, con el objetivo de conocer los hábitos de consumo (sustancias más consumidas y
Informe final 16
frecuencia de consumo), y en segundo lugar, determinar las dimensiones de personalidad
asociadas a las conductas de consumo en una muestra formada por 90 estudiantes de
Psicopedagogía. Se aplicó un cuestionario elaborado por los autores del estudio, cuyo objetivo
genérico era el de recabar información acerca de los conocimientos y conductas de los jóvenes
relacionadas con determinados ámbitos de la salud, concretamente el consumo de sustancias
psicoactivas y el comportamiento sexual. (López; 2003).
Los resultados encontrados, indican una elevada incidencia en el consumo de alcohol y
cannabis, mientras que el consumo del resto de drogas (cocaína, éxtasis, alucinógenos,
tranquilizantes e hipnóticos) es prácticamente inapreciable. Así mismo, con respecto a las
variables de personalidad asociadas a las conductas de consumo, tanto los consumidores de
cannabis como los de alcohol se caracterizan por poseer una actitud muy favorable hacia todo lo
novedoso, destacándose además por un mayor nivel de extroversión que los no consumidores. Se
discuten las implicaciones de los hallazgos obtenidos para el desarrollo de programas de
prevención.
En este mismo país en el año 2005, se presentó la investigación sobre características de
personalidad en adolescentes como predictivas de la conducta de consumo de sustancias
psicoactivas, realizada por la universidad de las islas Baleares, Palma de Mallorca, a cargo de
Llorens. Su objetivo se enmarca en examinar el papel explicativo que tienen diferentes
indicadores de personalidad y el auto concepto en el consumo de sustancias adictivas (alcohol,
cannabis y tabaco), comprobando también el carácter predictivo que presentan estas variables en
Informe final 17
el consumo futuro de cada una de las sustancias analizadas. Para ello se tomó como muestra 1378
sujetos con edades comprendidas entre los 13 y los 19 años quienes contestaron un cuestionario
anónimo desarrollado para medir la cantidad de sustancia consumida en una semana, indicadores
de personalidad, de auto concepto, así como variables personales.
Las variables de respuesta analizadas fueron las cantidades consumidas de cada sustancia
en una semana. El análisis se realizó a través del modelo de regresión de Poisson con ceros
aumentados. Teniendo en cuenta los resultados encontrados se pudo establecer que a mayor edad,
mayor consumo o mayor probabilidad de pasar a ser consumidor. Las mujeres consumen más
tabaco que los varones. La impulsividad predice un mayor consumo de tabaco en sujetos
consumidores. En consumidores de bebidas destiladas y de cannabis, un buen auto concepto
protege del abuso. No aparece una personalidad adictiva, pero hay indicadores de personalidad
que parecen explicar mejor o predecir el consumo futuro de los adolescentes, sin embargo estos
indicadores influyen de forma diferente en función de la sustancia.
En el año 2006 se presentó la investigación denominada “Violencia conyugal y trastornos
de personalidad en drogodependientes”, la cual se desarrolló en los ambientes del instituto
nacional de rehabilitación, reinserción social e investigación en drogodependencias Intraid,
encargado de elaborar programas de prevención, tratamiento y rehabilitación para personas con
problemas de dependencia al alcohol y otras drogas ubicados en la ciudad de la Paz, Bolivia a
cargo de Verónica Hernaiz y Margaret Hurtado, con el objetivo de describir los rasgos
desadaptativos de la personalidad, que se presentan en el momento de la evaluación en sujetos
Informe final 18
drogodependientes, poliadictos y sus compañeras con quienes mantienen una relación de pareja
disfuncional violenta.
En la presente investigación se trabajó con dos variables centrales: como primer variable
se tiene a la violencia conyugal, como segunda variable se tienen los 11 trastornos de la
personalidad. Para la evaluación de dichas variables se utilizaron 4 instrumentos: Cuestionario de
violencia conyugal; international personality disorders examination (IPEDE); Historia clínica;
cuestionario de dependencia afectiva. De lo anterior se pudo establecer, que el drogodependiente
además de presentar una dependencia a las sustancias psicoactivas presenta una dependencia
afectiva, por ello se puede decir que estos sujetos presentan una bidependencia o doble
dependencia, es decir, que son individuos pasivos, que se instalan en una deliberada falta de
autonomía, salvo en lo referido a mantener su adicción.
En España durante el año 2006 se presentó la investigación sobre los trastornos de la
personalidad en adictos a la heroína y la seroconversión al VIH, una asociación relevante
presentada por la Universidad Autónoma de Barcelona a cargo de Miquel Casas Brugué, cuyo
objetivo se basó en la profundización de la pluripatologia que presentan los sujetos, así como la
comprensión de los factores determinantes en el desarrollo de su patología. Para esto se
desarrolló un estudio descriptivo transversal llevado a cabo en el sector sanitario en la región
Lleida, en el que se incluyeron 349 pacientes que en el año 1999 realizaban tratamiento con
metadona en el hospital de Lleida. En esta investigación se encontró que el 55% de la muestra
utilizada, presentó algún tipo de patología psiquiátrica además de tener un diagnóstico de
Informe final 19
adicción a los opiáceos. Así mimo, se encontró la existencia de un riesgo de 80% en pacientes
VIH positivos para desarrollar una patología psiquiátrica.
En la ciudad de Medellín, se realizó igualmente una investigación denominada “Análisis
de asociación entre el trastorno de personalidad antisocial y los trastornos por consumo de
sustancias” en el año 2008. Estudio de corte transversal realizado por parte de la Facultad de
Medicina de la Universidad de Antioquia. Los investigadores tomaron como objetivo de
investigación la asociación entre el Trastorno de Personalidad Antisocial (TPA) y los Trastornos
por Consumo de Sustancias Psicoactivas (TCSP). Teniendo en cuenta que en la sociedad
Colombiana un gran número de delitos están relacionados directa o indirectamente con el
consumo de dichas sustancias, es posible que los individuos con TPA y TCSP tengan mayor
riesgo de transgredir las leyes.
En este estudio se evaluaron 182 individuos utilizando la Entrevista Diagnóstica para
Estudios Genéticos en Psiquiatría (Diagnostic Interview for Genetic Studies in Psychiatry)
(DIGS), en la cárcel Bellavista de Medellín. Los participantes fueron seleccionados de manera
aleatoria y entrevistados por clínicos expertos. Se hizo diagnóstico categórico de TPA y de los
TCSP; además se evaluaron algunas características sociodemográficas. Se realizó un análisis de
regresión logística basado en varios modelos clínicos, se calcularon OR crudos y ajustados con
sus respectivos intervalos de confianza del 95%.
Informe final 20
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, se determinó que el promedio de la
población es menor de 30 años, con educación secundaria incompleta y dos terceras partes viven
en los estratos socioeconómicos más bajos: 1 y 2. La prevalencia de TPA es de 63,2%, el TCSP
más prevalente en los internos en general es la dependencia a la marihuana con 57,7%, mientras
que las prevalencias de dependencia a la marihuana y a la cocaína en los individuos con TPA son
78,3% y 63,5%, respectivamente; así mismo, estos TCSP están más asociados con el TPA (OR:
12,48; IC 95%: 6,04 25,78) y (OR: 11,2; IC 95%: 6,56 24,88), respectivamente. Los OR
ajustados para la asociación entre el TPA y los TCSP son 9,08 (IC 95%: 4,0820,17) para la
dependencia a la marihuana y 5,98 (IC 95%: 2,4814,41) en el caso de la dependencia a la cocaína
existe una fuerte asociación entre el TPA y los TCSP en la población carcelaria masculina de
Medellín. Los investigadores recomiendan realizar otros estudios con diferentes diseños
metodológicos (Mejía, 2008).
Las anteriores se consideran las investigaciones más relevantes y que guardan especial
relación con el estudio presente. Los datos obtenidos en estas y las conclusiones encontradas
serán tenidos en cuenta como insumo de gran importancia durante las diferentes etapas de esta
investigación.
Informe final 21
1.2. Planteamiento de la pregunta
El consumo de sustancias psicoactivas es un fenómeno que ha tenido gran impacto en la
población actual, atendiendo diferentes elementos desde la psicología tales como la evitación, los
conflictos en la auto imagen, déficit en habilidades sociales y la toma de decisiones, así como la
adherencia a grupos, según lo plantea Beck en su texto terapia cognitiva de las
drogodependencias. Así mismo diferentes son los estudios que se han realizado en los diversos
contextos (Pedrero, 2000; Llorens & Cols ,2005; Hernaiz & Cols, 2006), los cuales han
posibilitado una visión holística en lo referente al consumo de sustancias psicoactivas y han
permitido el establecimiento de hipótesis referente a la co-morbilidad entre el consumo de
sustancias psicoactivas con características de la personalidad, más explícitamente con la
referentes a los s trastornos de la personalidad.
A partir de los hallazgos de dichas investigaciones se ha logrado un impacto en la
comunidad científica, gracias a lo cual se han venido desarrollando diferentes contextualizaciones
sobre la incidencia de dichas categorías. En el contexto colombiano, ya se empiezan a vislumbrar
investigaciones y estudios referentes a trastornos de la personalidad asociados al consumo de
sustancias psicoactivas, prueba de ello es la investigación denominada, “Análisis de asociación
entre el trastorno de personalidad antisocial y los trastornos por consumo de sustancias”
realizada en la ciudad de Medellín, presentada en el año 2008, y en la cual se describe una
estrecha relación entre el trastorno de personalidad antisocial y el trastorno por consumo de
sustancias, especialmente marihuana y cocaína.
Informe final 22
En el texto sobre Terapia cognitiva de las drogodependencias, los autores plantean el
término “Diagnóstico doble” como ampliamente utilizado para referirse al abuso de sustancias
psicoactivas en comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos que van desde aquellos referidos
al estado de ánimo, o la ansiedad hasta los trastornos de la personalidad. Los estudios
mencionados por estos autores dan cuenta de cifras de comorbilidad de un 14% entre los
diagnósticos de alcoholismo y trastorno de personalidad antisocial (TPAS), así mismo se
encontraron cifras de un 15% de comorbilidad entre este mismo trastorno y el consumo de
marihuana, un 43% en cocaína, un 33% en opiáceos y cifras similares para barbitúricos,
anfetaminas y alucinógenos (Beck y cols; 1995).
En este mismo sentido, los trastornos de personalidad Borderline suelen asociarse con
consumo de sustancias psicoactivas con relativa frecuencia. Para estos autores el terapeuta deberá
detectar la presencia de trastornos de personalidad concomitantes con consumo de sustancias
psicoactivas considerando los cambios de personalidad que suelen presentar los pacientes con
esta problemática.
Según Beck y cols (1995), los pacientes con trastorno de personalidad suelen presentar
patrones más rígidos y compulsivos de consumo, lo cual se explica desde las características
propias del trastorno, claro ejemplo de ello son los pacientes con trastorno de personalidad
evitativo, quienes encuentra alivio a sus preocupaciones excesivas en el consumo de sustancias
como cocaína, así mismo algunos pacientes con trastorno de personalidad borderline encuentran
en las drogas una forma de autodestrucción o manipulación.
Informe final 23
Sin embargo, si bien se estableció la relación entre estas dos categorías de análisis, aun es
mínima la información presentada, ya que no se efectúan estudios acerca del impacto que genera
la relación entre un trastorno de la personalidad con el consumo de sustancias psicoactivas, así
como no se han establecido aun particularidades en los trastornos, las cuales hagan a los
pacientes más susceptibles de abusar de sustancias psicoactivas; razón por la cual surge la
pretensión de identificar los trastornos de la personalidad que se asocian al abuso de sustancias
psicoactivas, posibilitando así establecer un posible criterio o factor de riesgo, atendiendo unos
rasgos particulares en la personalidad, con el fin de obtener mayor claridad sobre el tema se
plantea igualmente la posibilidad de describir las características de la personalidad de estos
pacientes, determinando además aspectos sociodemográficos, sociales , familiares o evolutivos
que pudiesen ser considerados influyentes en los trastornos.
Es decir, finalmente se busca describir las características que presentan los pacientes
diagnosticados con trastorno de la personalidad y que además han presentado consumo de
sustancias psicoactivas. Para ello se pretende identificar el número de pacientes que se presenta
con trastorno de la personalidad y abuso de sustancias psicoactivas, identificar el trastorno con
mayor prevalencia en relación al abuso de sustancias psicoactivas, la sustancia con mayor
prevalencia en relación al trastorno de personalidad y finalmente establecer relaciones entre las
sustancias psicoactivas y el trastorno de la personalidad.
En este contexto la pregunta que guía la presente investigación es: ¿Cuáles son las
características sociodemograficas de los pacientes diagnosticados con trastorno de personalidad
Informe final 24
en comorbilidad con consumo de sustancias psicoactivas, establecidas a partir de los registros
encontrados en las historias clínicas de la ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda para el
año 2008?
Informe final 25
1.3. Justificación
El consumo de sustancias psicoactivas se ha presentado desde los inicios de la humanidad,
puesto que ya en las culturas indígenas se incluía el uso de estimulantes en ceremonias y rituales,
sin embargo, en la actualidad, distando de un acto ceremonial, esta conducta se presenta
atendiendo a diferentes elementos como la aceptación social, la evitación y enajenación del
sujeto, la búsqueda del placer, la curiosidad, entre otras; de allí, que el aumento en el consumo de
este tipo de sustancias se presente como uno de los elementos que más llama la atención, debido
al crecimiento que ha tenido en nuestro tiempo, siendo los jóvenes la población más afectada
como lo demuestra la encuesta nacional realizada por el programa RUMBOS de la presidencia de
la república en donde se resaltan como características de la farmacodependencia la necesidad de
estar consumiendo, la tendencia a aumentar la dosis, y finalmente la dependencia física y
psicológica a la sustancia (Programa Rumbos, 2001).
Así mismo, siendo los jóvenes la población más afectada por el abuso de las sustancias
psicoactivas, se evidencia una relación cada vez menor con la edad del sujeto consumidor de
sustancias, razón que ha generado inquietudes en las comunidades médicas y académicas, lo cual
ha servido como fuente de motivación de investigaciones que se preguntan por las causas que
llevan a los sujetos al consumo.
Informe final 26
Diferentes investigaciones han girado en torno al establecimiento de un diagnóstico claro
en relación al consumo de sustancias psicoactivas, lo cual ha permeado los manuales de
clasificación de enfermedad mental actual como el DSM IV, en donde se le da prevalencia a la
existencia de un diagnóstico dual, es decir, se tienen en cuenta los casos en los que el consumo de
las sustancias psicoactivas se presentan como producto de un trastorno siquiátrico.
Sin embargo, en nuestro contexto, a falta de investigaciones en relación a las sustancias
psicoactivas y los trastornos de origen psiquiátrico, se asumen posturas científicas validadas en
otros países, siendo escasas las intervenciones realizadas en esta comunidad, salvo estudios
adelantados en Medellín, como la investigación “Análisis de asociación entre el trastorno de
personalidad antisocial y los trastornos por consumo de sustancias”, realizado por la
universidad de Antioquia en el 2008.
Esta investigación de corte transversal, presentó como correlación el consumo-abuso de
sustancias psicoactivas con conductas delictivas, llegando a la conclusión que existe una fuerte
asociación entre el Trastorno de personalidad antisocial y los trastornos por consumo de
sustancias psicoactivas en la población carcelaria masculina de Medellín; sin embargo, se dejó
abierta la posibilidad de investigación ante otros trastornos asociados.
Si bien es en la ciudad de Medellín donde se comienzan a vislumbrar resultados en relación
al fenómeno de la farmacodependencia en el contexto colombiano, aun se presentan dificultades
Informe final 27
atendiendo muestras representativas sobre la relación entre el consumo de sustancias psicoactivas
y los trastornos de la personalidad, razón por lo cual la presente investigación presenta utilidad
en cuanto la creación de planes de prevención del consumo, estableciendo características de la
personalidad como factores de co-morbilidad al abuso de sustancias psicoactivas, atendiendo a
una muestra poblacional asistente al centro de atención psiquiátrico ESE Hospital Mental
Universitario de Risaralda , ubicado en la ciudad de Pereira, teniendo como novedad la ausencia
de investigaciones en relación a la co-morbilidad de los trastornos de la personalidad con las
sustancias psicoactivas en el contexto risaraldense, permitiendo de esta manera generar un
conocimiento tanto a nivel regional como nacional acerca del trastorno con mayor prevalencia en
relación al consumo de sustancias.
Así mismo, como se pretende identificar el número de pacientes que se presenta con
trastorno de la personalidad y abuso de sustancias psicoactivas, se trata de establecer la
sustancia con mayor prevalencia en relación al trastorno de personalidad y la posible relación
entre la sustancia psicoactiva y el trastorno de la personalidad, teniendo pertinencia en el
establecimiento de características de riesgo para la población, especialmente si se tienen en
cuenta factores como el género, la edad, el tipo de sustancia.
Lo anterior, posibilitará un panorama sobre salud mental, del cual se puedan desprender
nuevos estudios, así como generar conocimiento acerca del consumo en la población risaraldense,
permitiendo la creación de planes de prevención, atendiendo a factores de riesgos particulares en
la población como podrían ser características propias de la personalidad de los sujetos.
Informe final 28
1.4. Objetivo General y Específicos
Objetivo general
Describir las características sociodemográficas de los pacientes diagnosticados con
trastorno de la personalidad en co-morbilidad con consumo de sustancias psicoactivas,
establecidas en los registros encontrados en las historias clínicas de la ESE Hospital
Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Objetivos Específicos
Identificar el número de pacientes que tienen un diagnostico por consumo de sustancias
psicoactivas en la ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Identificar el número de pacientes que tienen un diagnostico por trastorno de la
personalidad en la ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Informe final 29
Identificar el número de pacientes que se presenta con trastorno de la personalidad y
consumo de sustancias psicoactivas en la ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda
para el año 2008.
Identificar la sustancia con mayor prevalencia de consumo en los pacientes con trastorno
de la personalidad que acudieron a la ESE hospital mental universitario de Risaralda para
el año 2008.
Identificar las edades pertenecientes a los diagnósticos duales que se presentaron en la
ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Establecer el género de los pacientes que presentaron un diagnostico dual en la ESE
Hospital Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Identificar la escolaridad de los pacientes que presentaron un diagnostico dual en la ESE
Hospital Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Establecer el trastorno de personalidad más frecuente de los pacientes que presentaron un
diagnostico dual, en la ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda para el año 2008.
Informe final 30
2. MARCO TEÓRICO
A continuación se realizará el desarrollo del marco teórico teniendo en cuenta el concepto de
personalidad, así como los diferentes autores que hacen mención a este; seguidamente se
presentan los trastornos de la personalidad, realizando especial énfasis en los criterios
diagnósticos establecidos por el DSM IV, subdividiéndolos de acuerdo a las categorías, así
mismo teniendo en cuenta los aspectos cognitivos de cada uno de los trastornos. Posteriormente
se presenta la historia de las sustancias psicoactivas, y aspectos referentes al consumo y abuso de
ellas, finalmente se aborda la relación entre los trastornos de la personalidad y el consumo de
sustancias.
2.1 Personalidad
La personalidad entendida en su sentido estricto, es decir, referente a la traducción del
término, proviene del latín personare, lo cual significa “resonar a través de algo”, así como del
griego proposon, referente a “cara, rostro, mascara”, lo cual configura la connotación de
personalidad que si bien tiene su origen en el mundo grecorromano, adquiere significancia
atendiendo a la máscara que utilizaban los actores en las representaciones de sus personajes
pictóricos “en el mundo grecorromano, la personalidad era la máscara que se ponían los actores, a
través de la cual salía resonando su voz” (Rojas, 2001. p. 22). En este sentido, la personalidad es
entendida como el papel que representa cada sujeto con su actuar, en donde cada una de las
situaciones en las que se desenvuelve, pone en juego un rol característico asumido por él. De allí
Informe final 31
que Rojas (2001), plantee que “la vida es como un teatro en el cual cada uno desempeña un
papel, muestra una conducta, juega un determinado rol” (p. 22).
Así mismo, el término latino perisoma, connota una directa relación con el concepto de
personalidad en sus diferentes acepciones. Por una parte, perisoma, hace referencia a lo que rodea
al cuerpo, en segundo lugar el concepto también del latín, Per se unum: el cual corresponde a la
unidad, lo único, lo singular y particular; el Phersum, el cual atribuye a espejo, es decir, “la
personalidad es aquello que primero se ve a través del cuerpo y, en especial, de la cara” ; y
finalmente el Rostrum, atendiendo a la implicación del rostro por cuanto la expresión y
resonancia que este tiene en el otro. Teniendo en cuenta el origen gramatical del concepto de
personalidad, se puede decir como lo expresa Rojas, que la personalidad “es aquel conjunto de
elementos físicos, psicológicos, sociales y culturales que se alojan en un individuo” (Rojas, 2001.
p. 22-23)
Sin embargo, y si bien articular una definición sobre la personalidad resulta complejo, a la
hora de describirlo esta dificultad se incrementa, dado que la personalidad es generalmente
entendida desde el lenguaje común bajo denominaciones como por ejemplo, al referirse a
cualidades de una persona como “tiene mucha personalidad” o “le falta personalidad”, en el
momento de concretar un concepto general sobre la personalidad, se dificulta establecer un
consenso.
De allí que la psicología se ha preguntado por una definición propia de la personalidad,
producto de lo cual han surgido diferentes acepciones en búsqueda de una unificación en la cual
Informe final 32
intervengan los diferentes elementos que la constituyen. Teóricos como Gordon Allport en el año
de 1937 y Henry Murray en 1938 al preguntarse por dicho concepto, ya se veían enfrentados
con el problema de una definición exhaustiva de este término.
Dicha problemática, conllevó a la no presentación formal de un concepto puntual sobre
personalidad, sino a un conjunto de características en las cuales tenía cabida, emergiendo
categorías como los efectos sociales, cualidades de la mente, cualidades del cuerpo,
características internas, entre otras, todas ellas enfocadas hacia un punto común.
En la actualidad, una definición de la personalidad no es exenta de las dificultades que
enfrentaban los precursores de este concepto, sin embargo se ha tomado como un criterio
unificador: “El conjunto de rasgos psicológicos y mecanismos dentro del individuo que son
organizados y relativamente estables, y que influyen en sus interacciones y adaptaciones al
ambiente intrapsiquico, físico y social” (Larsen, 2005, p. 4).
Sin embargo, antes de establecer el producto final, es necesario recurrir al proceso que ha
llevado a esta caracterización, para lo cual es necesario remitirse al año 1975 en donde Allport
presenta sus disertaciones sobre la personalidad, atendiendo las subdivisiones por grupos que de
esta se desprenden.
Informe final 33
Según Allport existen tres grandes grupos o divisiones sobre la personalidad, en donde
encontramos las teorías basadas en el efecto exterior, las teorías basadas en la estructura interna
y las posturas positivistas (Allport, 1975). Según las primeras, es decir, las teorías que avalan la
influencia de lo externo, el concepto de personalidad surge como una condición producto de la
relación entre varios sujetos, de allí que se resalte el impacto que genera la impresión de una
persona en los demás.
En este sentido, la personalidad es definida como “un cierto conjunto de cualidades que
resulta socialmente agradable y eficaz” (Allport. 1975. P. 42), claro está que la psicología
amparada bajo la óptica del efecto exterior, se ha esmerado por aportar definiciones más elaboras
tales como:
“El efecto total (suma de los efectos parciales) ejercido por el individuo sobre la sociedad;
el modo de comportarse o de actuar que influye con éxito sobre otras personas; las
respuestas de otras personas al individuo en cuanto a estímulo” (Allport, 1975. P. 42).
Siguiendo esta lógica, la tesis central sobre la cual se construyen las diferentes teorías
sobre el impacto de lo exterior, radica en la percepción, en la cual el conocer la personalidad de
un individuo solamente es posible atendiendo al impacto generado sobre otro.
Informe final 34
Esta tesis, se ha visto enfrentada con la idea de que existen por tanto diferentes
personalidades, en cuanto que al centrar su importancia en las reacciones que pueda desencadenar
en los otros, estas pueden variar dependiendo del agrado, gusto, interés de los sujetos, razón por
la cual se presenta la confusión entre los conceptos de personalidad y reputación. Según Allport
(1975), “las definiciones basadas en el efecto exterior confunden la personalidad con la
reputación. Una persona puede tener muchas reputaciones.” (p.43).
Si bien esta teorización de la personalidad tiene vigencia en la medida en que ha servido
como plataforma explicativa de un fenómeno, también ha posibilitado la emergencia de posturas
contrarias como lo refieren las teorías en las que prima la estructura interna sobre el “efecto
exterior”.
Según estas, la personalidad es entendida como una unidad objetiva en donde si bien se
reconoce que una persona influye y es influida por el mundo que le circunda, la personalidad
deviene de una historia y por tanto posee una “existencia propia”, razón por la cual no se debe
confundir con la sociedad ni con las percepciones particulares de las personas, sino que debe ser
entendida como “el conjunto de todas las disposiciones, impulsos, tendencias, apetencias e
instintos biológicos innatos del individuo, unido a las disposiciones y tendencias adquiridas por
experiencia”(Prince, 1924. P. 532).
Informe final 35
Sin embargo, es claro que esta definición aunque evidencia especial interés por establecer
la personalidad como un elemento de acceso, el cual posibilita su estudio, aun es un concepto
muy amplio y generalizado, desde donde posteriormente se desprenderían definiciones
estructurales enfocadas al establecimiento de características internas y particulares de la
personalidad.
Como lo presenta Warren:
“Es la organización mental total de un ser humano en cualquiera de los estadios
de desarrollo. Comprende todos los aspectos del carácter humano: intelecto,
temperamento, habilidad, moralidad y todas las actitudes que han sido elaboradas en el
curso de la vida del individuo” (Warren. 1930. P. 3339).
Sin embargo, esta teorización sobre la estructura interna en la cual se enmarca la
definición de personalidad es cuestionada, puesto que hacer referencia a la estructura interna, es
una percepción que carece de un sustento científico en la medida que no es posible evidenciarlo,
manipularlo, razón que ha llevado al surgimiento de postulados positivistas, los cuales cuestionan
la idea de una estructura interna en la medida en que esta no puede ser estudiada directamente.
La idea entonces de la personalidad desde el positivismo, se evidencia como la
conceptualización que se hace en relación a las conductas de los sujetos, en cuanto estas pueden
ser medibles, verificables, cuantificables; sin embargo, al ser elementos considerados desde el
Informe final 36
actuar de los sujetos, estos comparten la lógica del “efecto exterior”, atendiendo no a algo
existente en el sujeto, sino producto de las percepciones que los otros tengan de él y que de esta
manera le permiten ser objetivados, lo cual finalmente nos llevaría a la conclusión de la
personalidad como un algo no existente en el sujeto, sino producto de la percepción que los otros
puedan llegar a construir, por tanto la personalidad seria “una construcción” o como lo expone
Allport en su libro “la personalidad”: algo que es pensado, no propiamente una característica que
se encuentre allí en términos objetivos.
Si bien de lo anterior se puede resaltar la complejidad que enmarca el posicionar una
definición puntual sobre un elemento, en este caso la personalidad, cabe destacar que la
personalidad es, desde el marco sobre el cual se defina, más no es algo que signifique por sí
misma, en este sentido, no se puede atender a definiciones como correctas o equivocadas, sino
como construcciones teóricas complejas, por lo cual la personalidad debe ser entendida
finalmente como lo define Allport, atendiendo la organización dinámica que se presenta en el
individuo, la cual lo hace particular, así como los elementos psicofísicos, los cuales responden a
lo objetivado de las conductas y por ende la posibilidad de influencia en los otros, llevándolo
finalmente a condicionar sus acciones y las características de su pensamiento (Allport, 1975).
Razón por la cual, según este autor, no es posible referir que un recién nacido tenga ya
establecida y definida una personalidad, atendiendo a la falta de organización en los sistemas
psicofísicos, sin embargo, plantea que desde este momento, comienza la personalidad, lo cual le
posibilita a este concepto, un proceso y si se puede denominar una construcción.
Informe final 37
En este sentido se establece el concepto de una “personalidad potencial” (Allport, 1975),
refiriéndose al desarrollo de diferentes capacidades y características que responden a las
exigencias que se le van presentando al individuo, teniendo en cuenta lo que respecta a una
constitución física, el temperamento y la inteligencia como los materiales de la personalidad, que
tienen directa relación con la herencia biológica.
En lo referente al aspecto biológico, el cual tiene una directa relación con la constitución
física, es necesario tener en cuenta el organismo, ya que se encuentra compuesto por diferentes
líquidos, huesos, piel, tejido muscular, conectivo nervioso, etc., gracias a lo cual se desprende la
tesis de la fisiología del organismo. Ligado a esto, Allport afirma que no existen procesos
psicológicos, ni la personalidad, sin la existencia de los respectivos procesos fisiológicos.
Según este autor, una de las relaciones existentes entre el aspecto biológico y el
psicológico, tiene que ver con la tendencia hacia la adaptación, en este sentido refiere que así
como un determinado organismo adopta formas distintas, las cuales representan la lucha por la
supervivencia como especie, esta misma característica es reflejada en la personalidad, atendiendo
al manejo de las necesidades particulares según el ambiente en el que se encuentre. En palabras
de Allport, “mi personalidad es el modus vivendi único, al que he llegado en mi lucha por la
supervivencia.” (1975. P. 101).
Informe final 38
En este sentido, los prototipos, así como nuestras pautas de personalidad, devienen de un
contenido producto de la herencia filogenética, en donde las estrategias empleadas en el
favorecimiento de la supervivencia, obedecen a un proceso de selección natural (Beck, 1995).
Por tanto, se puede decir, que la personalidad juega un papel en el proceso de adaptación
y supervivencia, producto de la interacción entre las necesidades y las exigencias del medio,
partiendo de unas limitantes orgánicas, las cuales se ven reguladas por el contexto, por ejemplo
la alimentación, la reproducción, la socialización; Sin embargo, cabe resaltar que no sólo
comprometen al individuo las características orgánicas, ya que factores intelectuales, también
convergen en él, los cuales representan en gran medida las respuestas que este emplea ante el
medio, tales como la curiosidad, la espiritualidad y sus ideales.
En este sentido, se diría que teniendo en cuenta el contexto, y amparado bajo la lógica de
cuestiones éticas y morales, el alcance de una personalidad madura, será por tanto aquella que se
adapte a las características y dificultades que le provee el medio, como lo plantea, Allport (1975),
en donde se refiere a este concepto como al dominio activo del ambiente y al logro de la
capacidad de percibir correctamente tanto al mundo como a sí mismo. Lo anterior, teniendo en
cuenta que alcanzar este estado no le impide tener un reconocimiento de la realidad ya que
conoce sus propias limitantes y por tanto ejerce un control sobre los demás, respondiendo a la
exigencia que de estos pueda provenir.
Informe final 39
Así mismo como debe cumplir con características acordes al medio en el que interactúa,
desde allí se puedan resaltar algunas generalidades como: Eficiencia a la hora de enfocar los
objetivos de un trabajo a realizar; correcta percepción de la realidad, la cual converja con la
realidad aceptada social y culturalmente, tener un carácter e integridad atendiendo el sentido
ético; y finalmente tener la capacidad de adaptarse interpersonalmente e intrapersonalmente.
Teniendo en cuenta estos presupuestos, se puede decir que en la medida que estas
características presentan una disfuncionalidad, entran a conformar una anomalía, de allí que se
desprenda el concepto de trastornos de la personalidad, atendiendo a dificultades en la capacidad
de adaptación.
2.2 Trastornos de la personalidad
Los trastornos de la personalidad son manifestaciones sintomáticas que se presentan de
forma crónica, lo que quiere decir que acompañan al sujeto a lo largo de su existencia, son poco
flexibles y generalmente conllevan a alteraciones en la cognición, el afecto, las relaciones
interpersonales, generando conflictos con la auto imagen e impulsividad (Beck, 1999).
Entre los trastornos de la personalidad se encuentran tres grandes grupos: el grupo A, se
caracteriza por sujetos aislados que se presentan como extraños o raros para el común de las
personas, así mismo son poco comunicativos y poco afectuosos; En el grupo B, encontramos
Informe final 40
sujetos cuya característica principal es el hecho de vivir en una perpetua crisis, presentan severas
alteraciones en la auto imagen, se sienten vacíos y presentan un alto riesgo de mortalidad por
consumo de sustancias psicoactivas e ideas suicidas; y finalmente en el grupo C encontramos
sujetos que presentan una ansiedad extrema, así como dificultades para relacionarse con el otro,
bien sea para iniciar una relación o para mantenerla, en cuanto suelen ser sujetos que se creen
inferiores a los demás.
De igual manera, los trastornos de la personalidad, tal como se encuentran especificados
en los manuales diagnósticos como el DSM IV y el CIE 10, se caracterizan por la existencia de
patrones cognitivos, afectivos y conductuales duraderos, inflexibles, rígidos, los cuales son poco
adaptables, disfuncionales en algunos casos y finalmente presentan resistencias a su modificación
(Beck, 1999).
Entre las características propias de los trastornos de la personalidad, se puede resaltar la
tendencia en la cual los sujetos no conciben el estar mal o que algo este mal en ellos, elemento
que se afianza en la medida en que se relaciona con consumo de sustancias psicoactivas, razón
que les lleva a iniciar un tratamiento, con motivo de disminuir la ansiedad o por depresión. En
estos sujetos es usual encontrar también el egoísmo, el engaño, las mentiras, la manipulación, la
evitación de responsabilidades entre otras, las cuales no son abordadas, puesto que no son
consideradas como problemas ni con implicaciones sociales por parte del sujeto (Beck, 1999).
Informe final 41
Como tercer elemento característico de este grupo poblacional, se encuentra la resistencia
al cambio, resistencia que se centra en la imposibilidad para reconocer sus propias dificultades y
fallas, lo cual los lleva a la incapacidad para modificar los comportamientos desadaptativos y
disfuncionales. Los sujetos con trastornos de la personalidad presentan unos esquemas poco
flexibles, los cuales conllevan diversas dificultades adaptativas. Los esquemas, son
construcciones teóricas propias de las teorías cognitivas y del procesamiento de la información,
los cuales cumplen un papel en la organización y estructuración de la información, una vez es
asumida por los sujetos, “En la práctica, los esquemas operan como reglas para la organización
de la información, la evaluación de las experiencias y la selección de respuestas conductuales”
(Beck, 1999. Pág. 274).
Los esquemas son estructuras perdurables, que se encuentran en la memoria de largo
plazo, desde donde evocan información acerca de sí mismo o de la identidad personal. Estos
esquemas, almacenan información con base en creencias, supuestos, proposiciones, premisas o
juicios, incluyendo fragmentos de vida, igualmente involucran reglas para la auto-evaluación
(Beck, 1999. Pág. 274)
Los esquemas, según los modelos de aprendizaje cognitivo, intervienen en los procesos
de asimilación y acomodación, según los cuales el primero está ligado con la incorporación de
información congruente con el esquema cognitivo, a diferencia de los procesos de acomodación,
en los cuales al no presentarse congruencia entre la información y el esquema predominante, este
Informe final 42
debe modificarse, sin embargo, manteniendo continuidad en la comprensión y organización de la
experiencia. (Beck, 1999. Pág. 274)
Por tanto los esquemas en pacientes con trastornos de la personalidad, cumplen con las
características expuestas anteriormente, sin embargo, atendiendo a su rigidez, los procesos de
acomodación, se activarán en situaciones diversas e inapropiadas, lo cual genera interpretaciones
limitadas sobre los acontecimientos, así como respuestas emocionales excesivas y conductas
desadaptativas. Estos esquemas, al encontrarse continuamente reforzados por factores
conductuales, afectivos y cognitivos, se presentan como resistentes a la modificación.
Igualmente las experiencias negativas son asimiladas con base al esquema como profecías auto
cumplidas (Beck, 1999. Pág. 275).
En los trastornos de personalidad, a diferencia de lo que ocurre en cuadros clínicos como
por ejemplo en la depresión y las crisis por pánico, los esquemas se encuentran continuamente
accesibles y operativos, activándose ante situaciones específicas por ejemplo, el esquema de
desvalimiento el cual se activa cuando no se dispone fácilmente de ayuda. Al experimentar
trastornos de ansiedad o depresión, los esquemas de base pueden hacerse más influyentes, debido
a la pérdida temporal de la capacidad de verificar la validez de las propias interpretaciones. Como
resultado de esto, los esquemas invaden el concepto de sí mismo, comandando los sentimientos y
la conducta.
Informe final 43
Cognitivamente, los rasgos de personalidad son función de conglomerados diversos de
esquemas. Así, un rasgo determinado (como dependencia o autonomía) puede ser expresión de
diversas configuraciones esquemáticas.
En individuos con trastornos de personalidad pueden observarse patrones de
comportamiento excesivamente desarrollados o hipertrofiados, junto a otros que están
minimizados. Por ejemplo, en pacientes narcisistas se encuentran hipertrofiadas la auto
exaltación y la competitividad versus el compartir y la identificación con el grupo mientras que
en pacientes esquizoides, la autonomía y el aislamiento se ven enfrentados con la intimidad y
reciprocidad (Millon, 1994).
De otra parte Beck menciona también las creencias, las cuales son las ideas y
pensamientos que sustentan los esquemas. Para este autor, estas se dividen en creencias nucleares
y creencias intermedias: Las creencias nucleares son incondicionales y absolutas, un claro
ejemplo de ellas es “soy incompetente”, estas ideas operan de forma automática y constituyen
parte de la “verdad personal del sujeto”; Las creencias intermedias por otra parte incluyen
supuestos o creencias condicionales, como por ejemplo “si no me comporto de modo adecuado
no me aceptarán” (1995. Pág. 275).
Finalmente encontramos que los sujetos con trastornos de la personalidad presentan una
marcada dificultad para imaginarse a sí mismos actuando de otra forma, razón que les lleva a no
concebir el actuar diferente, lo cual genera un mantenimiento de su propio malestar (Beck, 1999).
Informe final 44
A continuación se realizará una breve descripción de cada uno de los trastornos de la
personalidad de acuerdo al grupo en que se encuentren, sus características más relevantes, los
criterios diagnósticos establecidos por el DSM IV y los esquemas cognitivos predominantes
descritos por Beck:
2.2.1 Trastornos de la personalidad del grupo A
Entre los cuales encontramos el trastorno paranoide de la personalidad, esquizoide y
esquizotípico. Los pacientes con este tipo de trastornos se caracterizan por parecer raros o
excéntricos.
2.2.1.1 Trastorno de personalidad paranoide.
Como características predominantes en este grupo poblacional, es de resaltar la excesiva
desconfianza hacia los demás, en donde priman las creencias de estar en riesgo, razón que les
lleva a la idea de mantenerse libres de relaciones personales íntimas, ya que a través de estas,
creen que pueden perder poder, independencia o autocontrol.
Los individuos con este tipo de trastorno dan por hecho que los demás van a aprovecharse
de ellos, a engañarlos o hacerles daño, aunque no tengan ninguna prueba que lo confirme.
Siempre intentan encontrar en los actos de los demás situaciones que les permita confirmar
Informe final 45
sus sospechas de traición Estos sujetos, suelen ser suspicaces, resentidos y hostiles, lo cual los
lleva a emitir conductas de ira, ante la mínima posibilidad de quedar en ridículo, decepción o
desprecio (Millon, 1994).
En los casos más graves, estos individuos manifiestan unas conductas defensivas
preparándose ante emergencias o ante la percepción de cualquier posible amenaza; en este
sentido, atendiendo a la severidad del trastorno, estos individuos presentan oscilaciones entre
el permanecer vigilante y atento, con el estar en pie de guerra y a la defensiva (Millon, 1994).
Atendiendo a la desconfianza como factor predominante, a los individuos paranoides, se
les dificulta el tener que depender de otros, en cuanto esto pone de manifiesto la activación de
sus esquemas de inferioridad y debilidad, como consecuencia, estos individuos permanecen
esquivos ante la influencia del medio, así como a situaciones en donde se les ejerza control
(Millon, 1994).
Dentro de la estructura en el procesamiento de la información, los individuos con
trastorno paranoide presentan una marcada tendencia por transformar los acontecimientos
neutros, en marcadas situaciones potencialmente riesgosas, motivo que les lleva a la crítica o
el desprecio, en donde sus preocupaciones constantes e irracionales referentes a los otros, los
pueden llevar a la constitución de delirios persecutorios (Millón, 1994)
La excesiva desconfianza de los individuos con trastorno paranoide de la personalidad
ocasiona en ellos una necesidad de autosuficiencia, autonomía y control sobre quienes los
Informe final 46
rodean, estas características se acompañan de rigidez, incapacidad para colaborar y poca o
ninguna aceptación de las críticas (DSM IV).
Los criterios diagnósticos establecidos por el DSM IV para este trastorno son los siguientes:
A. “Desconfianza y suspicacia general que inicia en la edad adulta, de manera que las
intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en diversos
contextos, e incluye cuatro o más de los siguientes puntos”
Sospecha, sin base justificada, que los demás se van a aprovechar de él, le van a hacer
daño o le van a engañar.
Preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de los amigos y
socios.
Reticencia a confiar en los demás por presencia de temores injustificados a que la
información que comparten vaya a ser utilizada en su contra.
En las observaciones o hechos más inocentes vislumbra significados ocultos que son
degradantes o amenazadores.
Albergan rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o
desprecios.
Percibe ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para los demás y está
predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar.
Sospecha repetida e injustificadamente que su conyugue o su pareja le es infiel.
Informe final 47
B. “Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia,
un trastorno del estado de ánimo con síntomas sicóticos u otro trastorno sicótico y no son
debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.”
Los individuos paranoides a su vez presentan como mecanismo de defensa, la proyección,
el cual conlleva dos procesos: el primero, hace referencia a reprimir o repudiar los motivos
personales indeseables los cuales suelen presentar, mientras que el segundo proceso, hace
referencia a la atribución de estos mismos motivos a las otras personas; en este sentido, el
paranoide se permite repudiar a los otros, así como justifica su agresión en cuanto esta la
coloca en los demás, permitiéndose así defenderse ya no de sus motivos personales, sino del
de los otros (Millon, 1994).
Entre las creencias centrales propuestas por Beck, se pueden resaltar para este trastorno:
• No puedo confiar en los demás.
• La gente actúa por motivos ocultos.
• S i no me mantengo alerta, trataran de usarme o manipularme.
• Tengo que estar constantemente en guardia.
• No es seguro confiar en otras personas
• Si las personas actúan amistosamente, quizás traten de usarme o explotarme.
• La gente se aprovechara de mi si le doy la oportunidad.
• En su mayor parte, las otras personas son hostiles.
• Trataran deliberadamente de rebajarme.
Informe final 48
• A menudo la gente trata deliberadamente de molestarme.
• Si llegan a pensar que pueden tratarme mal, tendré un problema grave.
• Si descubren cosas sobre mí, las usaran en mi contra.
• A menudo la gente dice una cosa y quiere decir otra.
• Una persona próxima a mí puede ser desleal o infiel.
2.2.1.2 Trastorno esquizoide de la personalidad.
Como características de este trastorno, es de resaltar la conducta de interacción social, la
cual varía desde el ser reservados a la ausencia, es decir, no suelen implicarse en relaciones
interpersonales, así como presentan dificultad para responder ante las acciones o
sentimientos de otras personas (Millon, 1994).
Estos individuos pueden presentar conductas de hostilidad o rechazo hacia las otras
personas, pero realmente, esto obedece a su incapacidad para percibir el humor así como las
necesidades de los otros.
Los sujetos con este trastorno, presentan una aparente deficiencia a nivel cognitivo, en
cuanto presentan una inadecuada capacidad de introspección, en la medida en que no
encuentran recompensas como resultado de su autoevaluación. (Millon, 1994).
Informe final 49
Como se mencionaba anteriormente, estos individuos presentan dificultades en las
relaciones interpersonales, sin embargo, ligado con lo anterior, se resalta contrario a otros
trastornos como la evitación, el no desear tener relaciones sociales (Beck, 1995).
Como mecanismo psicológico empleado, estos individuos recurren a la
“intelectualización” la cual consiste en la tendencia por el pensar y describir sus experiencias
afectivas así como interpersonales, en términos de hechos reales. Este mecanismo, posibilita
el centrar la atención sobre los aspectos formales y objetivos de los acontecimientos sociales,
lo cual activa pensamientos en los cuales las muestras emocionales son percibidas como
infantiles e inmaduras (Millon, 1994).
Los individuos con este trastorno suelen ser productivos en términos laborales, sin
embargo, restringen su campo de acción al mínimo de contacto interpersonal. (Beck, 1995)
Estos individuos presentan los siguientes criterios diagnósticos, según lo establecido por el
DSM IV (2003):
A. “Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la
expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de la edad
adulta y se da en diversos contextos.”
Ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una
familia.
Escoge casi siempre actividades solitarias.
Informe final 50
Tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona.
Disfruta con pocas o ninguna actividad.
No tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer
grado.
Se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás.
Muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad.
B. “Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia,
un trastorno del estado de ánimo con síntomas sicóticos u otro trastorno sicótico y no son
debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.”
2.2.1.3 Trastorno esquizotípico de la personalidad.
Como características principales se encuentran los constantes cambios en sus actitudes,
las cuales presentan variaciones que van desde conductas excéntricas a aberrantes o
completamente extravagantes. Suelen presentar un continuo patrón de inestabilidad en las
actividades realizadas, evidenciándose dificultades para permanecer en una misma actividad
(Millon, 1994).
Sin embargo, si bien presentan dificultades en sus comportamientos, así como en sus
relaciones interpersonales, lo más destacable de estos sujetos, en relación a los demás
trastornos de la personalidad, radica en sus cogniciones, las cuales giran en torno a cuatro
temas: en primer lugar, prima la ideación suspicaz o paranoide, en donde el sujeto desconfía
Informe final 51
constantemente de las otras personas. En segundo lugar, se encuentran las ideas de referencia,
y las creencias en las cuales todo acontecimiento tiene una relación directa con ellos. En
tercer lugar, se destacan las “creencias extrañas y el pensamiento mágico”. Finalmente, se
encuentra las ilusiones, las cuales obedecen a percepciones distorsionadas de un estímulo.
(Beck, 1995).
Atendiendo a los criterios diagnósticos establecidos por el DSM IV (2003) se resaltan para
este trastorno:
A. “Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una
capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o
perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al principio de la edad
adulta y se dan en diversos contextos.”
Ideas de referencia (excluidas las ideas delirantes de referencia).
Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es
consistente con las normas sub culturales (por ejemplo, superstición, creer en la
clarividencia, telepatía o sexto sentido; en niños y adolescentes, fantasías o
preocupaciones extrañas).
Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales.
Pensamiento y lenguaje raros (por ejemplo: vago, circunstancial, metafórico,
sobrevalorado o estereotipado).
Suspicacia o ideación paranoide.
Afectividad inapropiada o restringida.
Informe final 52
Comportamiento o apariencia rara, excéntrica o peculiar.
Falta de amigos íntimos o de confianza aparte de los familiares de primer grado.
Ansiedad social excesiva que no se disminuye con la familiarización y que tiende a
asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo.
B. “Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia,
un trastorno del estado de ánimo con síntomas sicóticos u otro trastorno sicótico y no son
debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.”
Entre las características propias de este tipo de trastorno, sobresalen el aislamiento social
y afectivos extremos, así como un estilo cognitivo extraño y autístico, lo cual lleva a la
emergencia de un mecanismo psicológico empleado conocido como la “anulación”; este
mecanismo consiste en una forma de compensación, en cuanto lleva al sujeto a la
implementación de comportamientos auto purificadores, que le permitan arrepentirse de
conductas indeseables. De allí que en sus formas más graves, estos individuos empleen
rituales complejos y extraños, así como actos “mágicos”, en búsqueda de la purificación del
sujeto (Millon, 1994).
Entre las creencias propias de los trastornos esquizoide y esquizotípico, es de resaltar según Beck:
• No importa lo que las otras personas piensen de mi.
• Para mi es importante ser libre e independiente de los demás.
• Disfruto mas haciendo cosas a solas que con otros.
Informe final 53
• En muchas situaciones, estoy mucho mejor si me dejan solo.
• En lo que decido hacer, los otros no influyen sobre mí.
• Para mí no tiene importancia la intimidad con otras personas.
• Yo establezco mis propias normas y metas.
• Para mí la privacidad es mucho más importante que la relación con la gente
• No me importa lo que piensan otras personas.
• Puedo manejar las cosas a mi manera, sin la ayuda de nadie
• Es preferible estar solo y no sentirse “pegado” a otras personas.
• No debo confiar en los demás.
• En la medida en que yo mismo no me comprometo, puedo usar a la gente para mis
propios fines.
• Las relaciones son complicadas y coartan la libertad.
Es de resaltar que las tres personalidades que conforman el grupo A de los trastornos de la
personalidad, presenten como característica común, un evidente comportamiento socialmente
inadecuado, lo cual conlleva un aislamiento y un posterior agravamiento de los síntomas.
2.2.2 Trastornos de la personalidad del grupo B.
Entre los trastornos de personalidad que conforman el grupo B se encuentran:
Informe final 54
2.2.2.1 Trastorno antisocial de la personalidad.
Este tipo de trastorno se caracteriza por la ambición, la persistencia, el direccionamiento
de sus conductas hacia un objetivo especifico, una marcada necesidad por controlar el
ambiente, así como dificultades para depositar su confianza en las habilidades de los demás
(Millon, 1994).
La personalidad antisocial, comienza con sus manifestaciones sintomáticas, antes de los
15 años de edad; este trastorno, se presenta comúnmente en clases socioeconómicas bajas, así
como es más prevalente en hombres que en mujeres (Millon, 1994).
Así mismo, es poco frecuente encontrar este tipo de pacientes en consulta, ya que si llegan
a consulta externa, lo hacen atendiendo a la presión de cambio, como por ejemplo: “sus
empleadores o maestros, insisten en que el antisocial busque tratamiento porque tiene
problemas para conducirse con normalidad o por sus relación personales tensas” (Beck, 1995
pág. 219).
En lo que respecta a sus expresiones afectivas, estos individuos, presentan una marcada
tendencia a vigilar sus emociones, de manera que no se permitan fugas de “emociones
tiernas”, ya que estas son entendidas como signos de debilidad. Así mismo, ante este tipo de
manifestaciones emocionales por parte de los demás, estos individuos se presentan
suspicaces, en cuanto las emociones son consideradas bajo los criterios de amenaza y como
barreras en la consolidación del éxito (Millon, 1994).
Informe final 55
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, estos individuos presentan una baja
tolerancia de la frustración, la cual es activada, cuando las cosas no salen como eran
esperadas, debido a sus ideas en torno a la pérdida de control, motivo que les lleva a ser
fácilmente provocados, respondiendo a través del desprecio, la humillación y la dominación,
sin que existan muestras de remordimiento al rememorar dichos hechos (Millón, 1994).
Se presenta de acuerdo con los siguientes criterios diagnósticos, establecidos por el DSM IV
(2003):
A. “Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta
desde la edad de 15 años.”
Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal,
como lo indica el perpetuar actos que son motivo de detención.
Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para
obtener un beneficio personal o por placer.
Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro.
Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones.
Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con
constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas.
Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación al haber dañado,
maltratado o robado a otros.
B. “El sujeto tiene al menos 18 años.”
C. “Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de la edad de 15 años.”
Informe final 56
D. “El comportamiento antisocial no aparece exclusivamente en el transcurso de una
esquizofrenia o un episodio maníaco.”
Como mecanismo de defensa se encuentra el “acting aut”, el cual se refiere a la tendencia
por mostrar sus pensamientos, emociones y acciones, altamente ofensivas socialmente, en
este sentido, el objetivo del mecanismo defensivo, es de alivianar la tensión interna producto
de la frustración, la cual es resuelta por medio de su exposición social, sin que existan
temores o preocupaciones por las consecuencias de esta descarga emocional (Millon, 1994).
Entre los esquemas cognitivos planteados por Beck para este trastorno, se resaltan:
• Tengo que preocuparme por mí mismo.
• La fuerza o la astucia son los mejores medios para hacer las cosas.
• Vivimos en una selva en la que sobreviven los más fuertes.
• Me golpearan a mi si no golpeo primero.
• No es importante cumplir las promesas ni pagar las deudas.
• Mentir y hacer trampas está bien, mientras a uno no lo atrapen.
• He sido tratado injustamente y tengo derecho a conseguir por cualquier medio lo que
me corresponde.
• Los otros son débiles, y merecen que los dominen.
• Si no desplazo a los demás, ellos me desplazarán a mi.
• Debo hacer todo lo que puedo hacer.
• Lo que los demás piensen de mi no tiene ninguna importancia.
Informe final 57
• Si quiero algo, debo hacer todo lo necesario para conseguirlo.
• Puedo hacer las cosas y no tengo que preocuparme por las malas consecuencias.
• Si una persona no sabe defenderse ese es su problema.
2.2.2.2 Trastorno límite de la personalidad.
Los individuos con este tipo de trastorno, presentan comportamientos erráticos, los
cuales oscilan entre el oposicionismo a comportamientos paradójicos e impredecibles.
Presentan conductas de manipulación e impulsividad, pese a su marcada necesidad
de atención y afecto; así mismo, la ansiedad que se produce ante la angustia de
separación, es el principal activador de sus comportamientos impulsivos y desesperados
(Millon, 1994).
Su expresión afectiva, también suele verse comprometida, de manera que estos
sujetos, presentan una marcada labilidad en el estado de ánimo, lo cual los lleva a
presentar variaciones entre comportamientos volubles a comportamientos
temperamentales, por ejemplo, estos individuos presentan constantes variaciones en su
estado de ánimo normal, lo cual les lleva a presentar ira intensa, que pasa fácilmente a la
excitación o euforia (Millon, 1994).
Informe final 58
Ligado con sus constantes estados de ánimos sobresaltados y cambiantes, estos
individuos además presentan trastornos en su identidad, lo cual los lleva a no saber
quiénes son, ni saber hacia dónde proyectar su vida. El resultado de tales conflictos de
identidad, suele desembocar en una auto percepción perturbada que varía entre la
confusión, la contrariedad y el conflicto (Millon, 1994).
Como mecanismo de defensa, estos individuos recurren a la “regresión”, la cual
les permite evitar la tensión y la presión. Este mecanismo psíquico, representa un retraerse
frente a las situaciones particularmente aversivas, en cuanto la incapacidad de enfrentar y
sobrellevar la ansiedad y el estrés del adulto, razón por la cual estos sujetos eligen
regresar a un nivel de funcionamiento más temprano e inmaduro en el cual la vida no es
tan compleja y estresante (Millon, 1994).
Según los criterios diagnósticos, establecidos por el DSM IV (2003) para este trastorno, se
deben tener en cuenta:
A. “Un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la
efectividad, y una notable impulsividad, que comienza al principio de la edad adulta y se
da en diversos contextos.”
Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado.
Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la
alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
Informe final 59
Alteración de la identidad: auto imagen o sentido de si mismo acusada y persistentemente
inestable.
Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo (por
ejemplo: gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida).
Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o comportamiento de auto
mutilación.
Inestabilidad afectiva debida a una notable reactividad del estado de ánimo (por ejemplo:
episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara
vez unos días).
Sentimientos crónicos de vacío.
Ira inapropiada e intensa o dificultades para controlar la ira (por ejemplo: muestras
frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
Según Beck, los supuestos básicos del individuo desempeñan un papel central, en cuanto
estos influyen en la percepción e interpretación de los acontecimientos y las situaciones, lo cual
lleva a la correspondiente conformación de conductas y respuestas emocionales. Entre estos
supuestos básicos, para el trastorno de personalidad limite, Beck destaca: “el mundo es peligroso
y malo”, “Soy impotente y vulnerable” “Soy intrínsecamente inaceptable”
De allí que Beck retome los esquemas inadaptados propios del trastorno planteados por
Young, como sigue:
• “Siempre estaré solo. Nunca podré contar con nadie”.
Informe final 60
• “Nadie me amaría o querría estar cerca de mí si realmente no me conociera”.
• “Puedo valerme solo. No necesito a alguien en quien pueda apoyarme”.
• “Debo someter mis deseos a los deseos de los otros, o ellos me abandonaran o atacaran.”
• “La gente me hará daño, me atacará, se aprovechará de mi. Tengo que protegerme”.
• “No puedo controlarme o adoptar ninguna disciplina.”
• “Debo controlar mis emociones o sucederá algo terrible.”
• “Soy una mala persona. Merezco ser castigado.”
• “Nunca hay nadie que satisfaga mis necesidades, que vele por mi, que me cuide.” (Beck,
1995).
2.2.2.3 Trastorno narcisista de la personalidad.
Como característica predominante de este tipo de trastorno, es de resaltar la creencia en la
cual el narcisista se encuentra por encima de las convenciones y éticas del grupo cultural al cual
pertenece, lo cual lo lleva a actuar por encima de este. En este sentido, los narcisista son
considerados como personas frías, carentes de humildad, presuntuosos, centrados en sí mismos,
así como mimados y altaneros (Millón, 1994).
Este tipo de trastorno, se presenta como aquel que tiende a tener a los demás a su
merced, es decir, trata de sacar provecho en las relaciones sociales con las demás personas, en
busca de beneficio propio, a costa de limitar al otro.
Informe final 61
En las relaciones interpersonales que establecen los narcisistas, prima la falta de empatía,
así como esperan favores o consideraciones especiales por parte de los demás, sin que existan
presiones o sentimientos de reciprocidad (Millon, 1994).
Según los criterios diagnósticos, establecidos por el DSM IV (2003) para el trastorno
narcisista de la personalidad, se entiende:
“Un patrón general de grandiosidad, una necesidad de admiración y una falta de empatía,
que empieza al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos.”
Un grandioso sentido de auto importancia (por ejemplo: exagera los logros y capacidades,
espera ser reconocido como superior, sin unos logros proporcionados).
Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor
imaginarios.
Cree que es especial y único y que sólo puede ser comprendido o sólo puede relacionarse
con otras personas (o instituciones) que son especiales o de alto estatus.
Exige una admiración excesiva.
Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irracionales de recibir un trato de favor
especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas.
Es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar
sus propias metas.
Carece de empatía: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y
necesidades de los demás.
Informe final 62
Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbias.
Así mismo, el narcisista presenta una marcada preocupación por lo externo, en cuanto tiende
a confiar en las circunstancias externas, en búsqueda constante de elogio o exaltación. “los
narcisistas tienden a confiar en ciertas circunstancias externas, como el elogio repetido o la
atención de los demás, para regular sus estados de ánimo” (Beck, 1995, pág. 338).
Como mecanismo de defensa se encuentra la racionalización, empleado para la distorsión de
la realidad, el cual se basa en el auto engaño como estrategia cognitiva, este lleva al sujeto a
constituir un alivio a partir de la justificación de sus frustraciones o repercusiones por actos
socialmente inadmisibles. Estas justificaciones se basan en premisas falsas, en donde la creación
de explicaciones, le permite ocultar las razones reales de la frustración, lo cual se traduce en la
ganancia por la evitación de la frustración (Millon, 1994).
Entre las creencias predominantes de este trastorno, se pueden resaltar según Beck:
• Soy una persona muy especial.
• Puesto que soy superior, tengo derecho a un trato y privilegios especiales.
• A mí no me obligan las reglas que valen para los demás.
• Es muy importante obtener reconocimiento, elogio y admiración.
• Si los demás no respetan mi estatus, deben ser castigados.
• Todos tienen que satisfacer mis necesidades.
Informe final 63
• Los demás deben reconocer lo especial que soy.
• Es intolerable que no se me tenga el debido respeto o que no consiga aquello a lo que
tengo derecho.
• Las otras personas no merecen la admiración o riqueza que tienen.
• La gente no tiene ningún derecho a criticarme.
• Mis necesidades están por encima de las de cualquier otro.
• La gente debería preocuparse por promocionarme, porque tengo talento.
• Sólo me comprenden las personas tan inteligentes como yo.
• Tengo todas las razones para esperar grandes cosas.
2.2.2.4 Trastorno histriónico de la personalidad.
Como característica predominante en sujetos con este trastorno, se resalta la constante
búsqueda de refuerzo por parte de los demás. En las formas leves del trastorno, se puede
pasar por una persona con rasgos coquetos o con encanto interpersonal en lo que refiere a sus
relaciones interpersonales; a diferencia de las formas más graves, en donde predominan,
conductas excesivamente dramáticas, exageradas, así como se presentan afectivamente como
débiles, razón por la cual, sus relaciones interpersonales son disfuncionales en las cuales
predomina la inmadurez, la seducción y la manipulación. Este trastorno, se presenta con
mayor incidencia entre las mujeres, así como se encuentra agrupado en un mismo patrón
familiar (Millon, 1994).
Los individuos histriónicos, presentan a su vez una marcada tendencia por la dependencia
hacia los demás, en su búsqueda constante de refuerzo, razón que les lleva a presentar
Informe final 64
resolución a sus inseguridades tan solo al presentarse, ánimo, apoyo u afecto por parte de los
demás (Millon, 1994).
Como mecanismo de defensa empleado, estos sujetos, recurren a la “disociación”, la cual
se caracteriza por la tendencia a separar la identidad “real” de la identidad “publica”, tras lo
cual se busca mantener una imagen cambiante y socialmente aceptada, evitando así que se
conozca su verdadera condición desadaptativa, al mismo tiempo que se presenta un proceso
de autodistracción, el cual le permite al individuo evitar reflexiones sobre pensamientos y
emociones desagradables (Millon, 1994).
Según los criterios diagnósticos establecidos por el DSM IV (2003), la personalidad
histriónica se caracteriza por:
“Un patrón general de excesiva emotividad y una búsqueda de atención, que empieza al inicio
de la edad adulta y que se da en diversos contextos.”
No se siente cómodo en las situaciones en las que no es el centro de atención.
La interacción con los demás suele estar caracterizada por un comportamiento
sexualmente seductor o provocador.
Muestra una expresión emocional superficial y rápidamente cambiante.
Utiliza permanentemente el aspecto físico para llamar la atención sobre si mismo.
Tiene una forma de hablar excesivamente subjetiva y carente de matices.
Muestra auto dramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional.
Informe final 65
Es sugestionable, por ejemplo, fácilmente influenciable por los demás o por las
circunstancias.
Considera sus relaciones más íntimas de lo que son en realidad.
Atendiendo a esta dependencia interpersonal, los individuos con este trastorno, presentan
especial grado de vulnerabilidad ante la angustia que les produce la separación, lo cual
constituye en la mayoría de los casos la razón de realizar tratamiento (Beck, 1995).
Entre las creencias características de este trastorno, se pueden resaltar según Beck:
• Soy una persona interesante, estimulante.
• Para ser feliz necesito que las personas me presten atención.
• Si no entretengo o impresiono a la gente no soy nada.
• Si no atraigo la atención de los demás no les gustaré.
• El modo de conseguir lo que quiero consiste en deslumbrar o divertir a la gente.
• Las personas que no me responden muy positivamente, son malas.
• Es terrible que la gente me ignore.
• Debo de estar en el centro de atención.
• No tengo que preocuparme por pensar mucho las cosas: puedo seguir mis intuiciones.
• Si me entrego a la gente, no advertirán mis debilidades.
• No soporto el aburrimiento.
• Si siento que me gusta hacer algo, debo hacerlo.
• La gente solo me prestara atención si actuó de manera extrema.
Informe final 66
• Los sentimientos y las intuiciones son mucho más importantes que el pensamiento y
la planificación racional.
2.2.2.5 Trastorno pasivo- agresivo de la personalidad.
Entre las características de este trastorno, encontramos un patrón de negativismo,
en el cual estos sujetos se basan en la no complacencia, el mal humor, pesimismo, así
como el contagio emocional, estos sujetos, desalientan a las personas a su alrededor,
producto de su actitud negativista (Millon, 1994).
Los individuos pasivo agresivos, son resistentes en sus creencias erráticas, lo cual
los lleva a ser altamente obstinados u oposicionistas a las creencias de las demás
personas, presentan tendencia a la terquedad y la obstinación, así como impaciencia e
ineficiencia intelectual, impulsividad y persistencia de conductas erráticas (Millon,
19994).
En las formas más marcadas del trastorno, prima la naturaleza oposicionista, la
cual se deja al descubierto por su tendencia al pesimismo, la irritabilidad, resentimientos
hacia los demás, así como se presentan intencionalmente olvidadizos y tienden a
desmoralizar a los demás debilitándoles los placeres y las aspiraciones (Millon, 1994).
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, es notorio que estos sujetos, se
presenten especialmente irritables al tener que conformarse con las normas establecidas
por otros (Beck, 1985).
Informe final 67
Entre las creencias irracionales que presentan estos sujetos según lo plantea Beck,
se pueden resaltar:
• Soy autosuficiente, pero necesito que los otros me ayuden a alcanzar mis objetivos.
• El único modo de seguir respetándome a mi mismo es afirmarme de modo indirecto por
ejemplo, no cumpliendo exactamente con las instrucciones.
• Me gusta tener relaciones estrechas, pero no a costa de ser dominado.
• Las figuras de autoridad tienden a ser intrusivas, exigentes, entrometidas y controladoras.
• Tengo que resistir la dominación de las personas con autoridad, pero al mismo tiempo
conservar su aprobación y aceptación.
• Ser controlado o dominado por los demás es intolerable.
• Tengo que hacer las cosas a mi manera.
• Establecer plazos, satisfacer los requerimientos y adaptarse a los demás son golpes
directos a mi orgullo y autosuficiencia.
• Si sigo las reglas como la gente espera que lo haga, limitare mi libertad de acción.
• Es mejor no expresar mi ira de modo directo, sino demostrar mi desagrado
desobedeciendo.
• Se lo que es mejor para mi, y nadie tiene que decirme lo que debo de hacer.
• Las reglas son arbitrarias y me asfixian.
• Todos suelen ser demasiado exigentes.
• Si una persona me parece demasiado mandona, tengo derecho a no hacer lo que me pide.
Informe final 68
Como características propias de los trastornos de la personalidad del grupo B podemos referir
por tanto, conflictos en la auto imagen, así como se presenta la impulsividad como su mayor
problemática, la cual conlleva a repercusiones en las relaciones interpersonales, sin embargo, a
diferencia de los trastornos del grupo A, donde hay un rechazo directo hacia las personas, estos
recurren a los otros para el alcance de sus objetivos.
2.2.3 Trastornos de la personalidad del grupo C.
Entre los trastornos de personalidad del grupo C se presentan los siguientes trastornos, así
como sus respectivos criterios diagnósticos.
2.2.3.1 Trastorno de personalidad por evitación.
La característica principal de este trastorno, radica en el constante aislamiento social, los
individuos con este tipo de perturbación se presentan como retraídos o reservados.
El trastorno de personalidad por evitación comprende diferentes grados de severidad en
sus síntomas, los cuales van desde las formas leves hasta conductas extremas. En las
primeras es común encontrar sensaciones y sentimientos de soledad, así como temor al
rechazo y humillación interpersonal; a diferencia de las formas más graves, donde además se
Informe final 69
presenta, hipersensibilidad, no sólo ante la humillación y el rechazo, sino ante la vergüenza
(Millón; 1994)
Así mismo, es notoria una baja autoestima, lo cual los lleva a evitar y huir de las
situaciones en donde se requiera un contacto interpersonal. Como características de este tipo
de individuos, se encuentra el lenguaje lento, parco, poco expresivo, así como dificultades
para tomar decisiones, confusión y divagaciones (Millon; 1994).
Estos individuos presentan excesiva preocupación por el manejo y movimiento corporal,
razón que les lleva a conductas hipoactivas, presentándose constantes arranques de nervios,
así como movimientos rápidos y bruscos (Millon, 1994).
El DSMIV establece los siguientes criterios para realizar el diagnóstico del trastorno de la
personalidad por evitación:
“Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una
hipersensibilidad a la evaluación negativa, que comienzan al principio de la edad adulta y se
dan en diversos contextos”:
Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al
miedo a las críticas, la desaprobación o el rechazo.
Es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar.
Demuestra represión en las relaciones intimas debido al miedo a ser avergonzado o
ridiculizado.
Informe final 70
Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las situaciones sociales.
Está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos de
incapacidad.
Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los
demás.
Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas
actividades debido a que pueden ser comprometedoras.
Como mecanismo psicológico empleado por estos sujetos, se encuentra la fantasía la cual
consiste en un proceso semiconsciente de imaginación, en donde se cumplen las necesidades
y los anhelos que no llegan a ser realizados en la realidad.
En este contexto, Beck manifiesta que los pacientes que presentan trastorno de
personalidad por evitación, tienen como mayor anhelo acercarse a otras personas y tener
relaciones interpersonales, sin embargo, para ellos es demasiado difícil, ya que poseen pocas
habilidades sociales y severos temores infundados en torno a iniciar una conversación o al
responder ante la iniciativa de personas que quieran relacionarse con ellos (Beck, 1995).
En relación a este trastorno, es de destacar igualmente la capacidad de autocrítica que
poseen estos individuos, evidenciada en una cadena de pensamientos automáticos referentes
a las situaciones sociales o a futuros encuentros (Beck, 1995). En concordancia, la percepción
que poseen estos individuos de si mismos, es de personas tensas y fatigadas, diferentes a los
demás, inseguros y con poca o ninguna valoración de su identidad (Millón, 1994).
Informe final 71
Entre las creencias más comunes en este tipo de trastorno según Beck, podemos
encontrar:
• Soy socialmente inepto e indeseable en el trabajo y en las situaciones sociales.
• Las otras personas son potencialmente críticas, indiferentes o despectivas, o pueden
rechazarme.
• No tolero los sentimientos desagradables.
• Si los demás se acercan a mí, descubrirán mi yo “real” y me rechazarán.
• Quedar expuesto como inferior o inadecuado sería intolerable.
• Debo evitar a toda costa las situaciones desagradables.
• Si siento o pienso algo desagradable, debo tratar de apartarlo de mi mente o
distraerme – por ejemplo, pensando en otra cosa, tomando trago, con drogas o viendo
televisión.
• Debo de evitar las situaciones en las que atraigo la atención o ser lo menos llamativo
posible.
• Los sentimientos desagradables aumentan de intensidad y se vuelven incontrolables.
• Si otros me critican deben de tener razón.
• Es mejor no hacer nada que intentar algo que pueda fracasar.
• Si no pienso en un problema, no tengo que hacer nada al respecto.
• Cualquier signo de tensión en una relación indica que va mal; por lo tanto debo
cortarla.
Informe final 72
2.2.3.2 Trastorno de personalidad por dependencia
Como característica predominante en este tipo de trastorno, encontramos la falta
de confianza que existe en sí mismos, lo cual llega a ser evidente, tanto en sus posturas
corporales, como en el tono de voz y los gestos.
Son personas que proyectan una imagen de generosidad y amabilidad, así mismo
son reflexivos y detallistas, entre otras cualidades como la humildad, la cordialidad y la
gentileza. Sin embargo, debajo de este manto de valores, se esconde un sujeto “solemne y
algo aprensivo que busca aceptación, aprobación y apoyo” (Millon, 1994. pág. 93).
La percepción que los sujetos con este trastorno tienen de sí mismos, es de
personas incapaces e ineptos, motivo que les lleva a fortalecer sus creencias de
inseguridad amplificando sus fallos y sus deficiencias. En este sentido, estos sujetos
suelen atribuirse dificultades y problemas de los demás, así no tengan ninguna culpa en la
situación (Millon, 1994).
Los sujetos dependientes se presentan afectivamente como pacíficos y en
ocasiones tímidos, sin embargo, presentan un temperamento melancólico, atendiendo a su
estado de ánimo ansioso- depresivo, consecuente con sus temores de pérdida y abandono.
Así mismo estos sujetos, limitan su capacidad de aprensión propia así como la de los
demás, optando por una actitud de minimización de las dificultades.
Informe final 73
Como características de este grupo poblacional es de resaltar: la inseguridad, la
ingenuidad, así como la influenciabilidad, lo que genera que sean fácilmente utilizados
por los otros, así como se presten para realizar actividades las cuales no sean de agrado
para ellos mismos.
Estos individuos presentan sentimientos de pesimismo, desanimo y tristeza, así
como dan la impresión de sufrir solos y en silencio, motivo que les lleva a recurrir a la
racionalización de las dificultades (Millon, 1994).
Como mecanismo psicológico empleado, estos sujetos recurren a la
“introyección”, lo cual se explica como una tendencia por la devoción hacia las personas
de las cuales depende. Dentro de esta “introyección”, interviene no sólo la identificación y
la dependencia, sino también las creencias por lograr una unión interpersonal estable con
la otra persona, lo cual les lleva a sobrepasar su identidad y autonomía, bajo el propósito
de mantener la relación con la otra persona (Millon, 1994).
Entre los criterios diagnósticos, establecidos por el DSM IV (2003) para este trastorno, se
encuentran:
“Una necesidad general y excesiva de que se ocupen de el que ocasiona un comportamiento
de sumisión, adhesión y temores de separación, que empieza al inicio de la edad adulta y se da en
varios contextos”.
Informe final 74
Dificultades para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo
aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás.
Necesidad de que otros asuman la responsabilidad en las principales áreas de su vida.
Tiene dificultades para expresar el desacuerdo con los demás debido a un temor a la
pérdida de apoyo o aprobación.
Tiene dificultades para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la
falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una falta de
motivación o de energía).
Va demasiado lejos llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás,
hasta el punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables.
Se siente incomodo o desamparado cuando esta solo debido a sus temores exagerados a
ser incapaz de cuidar de sí mismo.
Cuando termina una relación importante, busca urgentemente otra relación que le
proporcione el cuidado y el apoyo que necesita.
Está preocupado de forma no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar
de sí mismo.
En su búsqueda de aprobación y apoyo, existe también un gran temor a la soledad,
razón por la cual, estos sujetos se someten totalmente ante los deseos y las ordenes de los
demás. Bajo las creencias que de esta forma, serán aceptados y los demás no los
abandonaran (Millón, 1994); ya que al presentar incapacidad para tomar decisiones
cotidianas, es preciso el recurrir al apoyo y consejo de las otras personas (Beck, 1995).
Informe final 75
Entre las creencias que presenta este tipo de sujetos, podemos resaltar según Beck:
• Soy alguien necesitado y débil.
• Necesito que alguien esté siempre a mi alcance para ayudarme en lo que tengo que
hacer; de lo contrario sucederá algo malo.
• La persona que me ayuda puede ser segura, darme lo que necesito y apoyarme, si
quiere hacerlo.
• Si me dejan solo, no puedo valerme por mi mismo.
• Estoy básicamente solo, a menos que pueda aferrarme a una persona más fuerte.
• Ser abandonado es lo peor que me puede pasar.
• Si no me aman, seré siempre infeliz.
• No debo de hacer nada que ofenda a quien me apoya o ayuda.
• Debo ser sumiso para conservar su benevolencia.
• Debo tener acceso a esa persona en todo momento.
• Debo cultivar la relación mas intima posible.
• No puedo tomar decisiones por mi mismo.
• No se desenvolverme bien como otras personas.
• Necesito que otros me ayuden a tomar decisiones o me digan que tengo que hacer.
Informe final 76
2.2.3.3 Trastorno obsesivo-compulsivo.
Este trastorno, refleja un constante conflicto entre sentimientos y pensamientos los cuales
por un lado, representan un deseo de afirmación y autonomía, sin embargo por otro lado,
representa la necesidad de conseguir apoyo y conformismo (Millon, 1994).
Socialmente, estas personas suelen ser vistas como disciplinadas o perfeccionistas, así
como muestran una imagen de eficiencia en términos laborales, sin embargo, se destaca la falta
de flexibilidad y espontaneidad, atendiendo a esto, presentan altos niveles de ansiedad y angustia,
al encontrarse ante situaciones poco familiares, así como ante hechos inesperados (Millon, 1994).
Estos individuos presentan un patrón de comportamiento social basado en reglas, en
donde se comportan de manera formal, sin embargo las relaciones con los demás las basan
atendiendo al rango y el estatus de las personas. Como característica predominante, estos
individuos son autoritarios en sus relaciones, de manera que ante sus superiores o figuras de
autoridad, sus comportamientos son educados y formales a diferencia de las personadas que están
por debajo de su nivel las cuales son tratadas de forma agresiva, autocrática y censurada (Millon,
1994).
El procesamiento de la información de estos individuos, se caracteriza por la
inflexibilidad cognitiva en donde prevalecen los dogmas, motivo que les lleva desde el reprimirse
hasta el bloqueo mental. En este sentido, la represión lleva a la creación de normas, reglas, así
como esquemas y jerarquías las cuales inhiben la imaginación, razón por la cual esta falta de
Informe final 77
flexibilidad, les deja frágiles ante la emergencia de la ansiedad que produce lo nuevo, lo
inesperado (Millon, 1994).
Se presenta de acuerdo con los siguientes criterios diagnósticos, establecidos por el DSM
IV (2003):
“Un patrón general de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control mental e
interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la espontaneidad y la eficiencia, que empieza al
principio de la edad adulta y se da en diversos contextos”.
Preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los
horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.
Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas (por ejemplo: es incapaz de
acabar un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado
estrictas).
Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de
ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes).
Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no
atribuible a la identificación con la cultura o la religión).
Incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor
sentimental.
Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que estos se sometan exactamente a
su manera de hacer las cosas.
Informe final 78
Adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo
que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.
Muestra rigidez y obstinación.
Estos individuos se ven a sí mismos como personas justas, rectas y escrupulosas, en cuanto
procuran un esfuerzo por evitar contradicciones entre el comportamiento manifiesto y los
impulsos inconscientes. Se empeñan en presentar una imagen de sí mismos como personas
trabajadoras, constructivas, fiables, seguras y meticulosas, las cuales no aceptan errores ni
equivocaciones (Millon, 1994).
Como mecanismo de defensa, estos individuos recurren a la “formación reactiva”, la cual
representa un proceso de represión de impulsos indeseables, posibilitando como resultado una
actitud consciente totalmente opuesta (Millon, 1994).
Entre los esquemas cognitivos empleados por este trastorno, según Beck, se pueden resaltar:
• Soy totalmente responsable por mi mismo y los demás.
• Para que las cosas se hagan, solo debo contar con migo mismo.
• Los demás tienden a ser demasiado informales, a menudo irresponsables,
autocomplacientes o incompetentes.
• Es importante que cualquier tarea se realice a la perfección.
• Necesito orden, sistema y reglas para que la tarea se realice bien.
• Si no soy sistemático, todo se derrumbará.
Informe final 79
• Cualquier falla o defecto en la ejecución puede provocar una catástrofe.
• En todos los casos es necesario atenerse a las normas más estrictas, o las cosas se
derrumban.
• Necesito un control total de mis emociones.
• La gente tiene que hacer las cosas a mi manera.
• Si no actuó con la mayor competencia, fracasaré.
• Los fallos, defectos o errores son intolerables.
• Los detalles son extremadamente importantes.
• Por lo general, mi modo de hacer las cosas es el mejor.
Como características propias de los trastornos de la personalidad del grupo C sobresale la
marcada ansiedad que se produce en el contacto interpersonal, en donde se activan los diferentes
esquemas en relación a las atribuciones que estos sujetos sitúan en lugar de las otras personas.
Según Julio Obst Camerini, los trastornos de la personalidad, presentan unas creencias
propias, así como unas estrategias de afrontamiento, propias de cada trastorno.
Según este autor, los “DEBO y NESECITO” señalados en mayúscula, expresan las demandas, a
diferencia de los “SOY y SON” que se refieren a las creencias nucleares como sigue a
continuación (Obst; 2005. Pág. 105-106).
Informe final 80
Tabla No 1: Creencias irracionales.
Creencias Estrategias
Esquizoide NECESITO tomar distancia
SOY autosuficiente
Las personas SON
reemplazables
Las relaciones son
problemáticas
Las relaciones no valen la
pena
Es mejor estar solo
Aislamiento
Tomar distancia
Paranoide DEBO estar alerta
Yo SOY inocente,
vulnerable.
Las personas SON
malintencionadas.
Las personas SON
peligrosas.
Vigilancia.
No confiar.
Contraatacar.
Informe final 81
Es peligroso confiar en las
personas
Histriónico NECESITO impresionar
SI no impresiono es
insoportable
Soy encantador
Dramatismo
impresionar
Antisocial Para sobrevivir NECESITO
agredir.
Los otros SON tontos,
débiles.
Las personas están para
usarlas
Manipulación
Ataque
Engaño
Robo
Narcisista Los otros DEBEN
someterse.
SOY especial, mejor que
otros.
ESTOY por encima de las
reglas.
Usar a los demás.
Transgredir las reglas
Obsesivo NECESITO el control Perfeccionismo, control
Informe final 82
DEBO hacerlo a la
perfección.
NO DEBO equivocarme
SOY responsable,
competente.
Evitativo DEBO evitar que me
conozcan.
NECESITO evitar todo
riesgo.
Es horrible ser rechazado.
SOY incompetente,
vulnerable.
Pueden hacerme daño.
Evitar situaciones
Evitar pensamientos
Evitar intimidad.
Dependiente NECESITO el apoyo de
otros.
SOY débil, desvalido,
incapaz.
Los otros SON capaces.
Los otros son contenedores
Apego.
Relaciones de dependencia.
Informe final 83
Pasivo-agresivo NO DEBEN dominarme.
Los otros SON
dominadores.
Intentan dominarme.
Es insoportable ser
dominado
Resistencia
Pasiva
Así mismo, como existe la clasificación general de criterios diagnósticos que constituyen
cada uno de los trastornos del eje II de la evaluación multiaxial del DSM IV, existe una
clasificación planteada en términos estructurales, la cual es presentada por el doctor Rafael
Alarcón en su texto Estrés y desarrollo humano, en donde establece diferencias en el
procesamiento de la información, lo que desencadena características generales de la personalidad,
las cuales a su vez establecen la diversidad entre los sujetos.
El primer grupo denominado “los cerebrales”, atendiendo a la prevalencia que se le da al
pensamiento antes que a la acción. En este sentido, se encuentran sujetos, en los cuales las
cogniciones son el factor determinante en la medida que se caracterizan por el raciocinio, el
control de sus emociones y sus impulsos, dado que comparten una dinámica de funcionamiento,
la cual inicia con un pensamiento, este a su vez posibilita una sensación y finalmente, se presenta
la acción (Alarcón, 1997).
Informe final 84
En un segundo grupo, se encuentran los “emocionales”, individuos que recurren a los
sentimientos y sensaciones antes que a la razón. Se caracterizan por ser afectivos y con control de
emociones, así como impulsivos, manipuladores y seductores. Siguen una misma estructura
mental, la cual se activa por medio de una sensación, de esta se desprende un pensamiento y
como resultado, se produce la acción (Alarcón, 1997).
Existe un tercer grupo, denominado “los exaltados”, los cuales tienen como característica,
el predominio de sentimientos ligados con acciones; suelen ser marcadamente emocionales,
impulsivos, suelen perder el control sobre sus acciones, así como se destacan entre sus
características de estructuración, la manipulación, lo poco analíticos y racionales. Su estructura
mental se basa en una sensación, la cual genera una acción y finalmente esto lleva a un
pensamiento (Alarcón, 1997).
Finalmente, encontramos “los actuadores”, como su nombre lo indica actúan, son
impulsivos, no presentan un control sobre sus emociones, son exaltados y presentan dificultad
para tolerar las frustraciones, evidencian un déficit en su capacidad de análisis y racionalización
en la medida en que emplean una estructura en donde primero se presenta la acción, esta
desencadena un sentimiento y finalmente se produce el pensamiento (Alarcón, 1997).
Cabe resaltar que ambas clasificaciones comparten un eje común en la medida en que
presentan elementos constitutivos fijos, no flexibles los cuales demarcaran las acciones así como
Informe final 85
el pensamiento de los sujetos presentando como principal dificultad la forma en que se
establecen las relaciones intersubjetivas.
2.3 Historia de las sustancias psicoactivas
El uso de sustancias psicoactivas es un fenómeno que se viene presentando desde hace
muchos años, incluso las esculturas y pinturas precolombinas representaron personajes en el acto
de fumar; cuando los españoles llegaron a América se sorprendieron al ver cómo los indios
aspiraban el humo del tabaco quemándolo, en unos recipientes que ellos denominaron
“Tabascos” o en rollos encendidos por uno de los extremos (De la Garza, 1990). De allí en
adelante navegantes, comerciantes y aventureros, fueron los propagandistas del tabaco; fumar les
facilitaba su trabajo, entreteniéndoles en sus largos viajes; además lo utilizaban como un medio
para facilitar el contacto con los nativos.
Después, los grandes personajes de la política fueron entusiastas propagadores del tabaco.
De este modo, el nombre de nicotina se tomó del embajador Nicot para dárselo al principal
alcaloide de esta planta. El almirante inglés Francis Drake difundió el tabaco en Inglaterra y el
cardenal español Santa Cruz lo extendió más tarde por Italia, Filipinas y Japón. A principios del
siglo XVII el uso del tabaco se había extendido prácticamente por todo el mundo.
Informe final 86
Sin embargo, antes de referirse sobre los orígenes de las sustancias psicoactivas en sus
múltiples manifestaciones, es preciso delimitar lo que en adelante se entenderá por sustancias
psicoactivas, entendidas como lo define Beck: “productos químicos que afectan el sistema
nervioso central, alterando el pensamiento de la persona que abusa de los mismos, su estado de
ánimo y/o sus conductas” (Beck, 1999. P. 20).
Así pues, encontramos ligado a la historia del consumo de sustancias psicoactivas el
impacto y la influencia de estas en las diferentes sociedades, razón por lo cual en adelante
estableceremos la ruta del opio, una de las sustancias psicoactivas con mayor prevalencia en la
actualidad, la cual a su vez se remonta al año 1600 antes de Cristo.
Según Mark David Merlín la ruta por la cual se difundió el opio, partió de Europa central
hasta el mediterráneo oriental alrededor del año 1600 antes de Cristo, los pueblos neolíticos de
Suiza, situada entre los Alpes y las montañas Jura, descubrieron el opio como una hierba que
crecía entre los residuos. En sus inicios, esta droga aportó efectos psicoactivos, así como
medicinales, motivo que sirvió para su posterior mantenimiento.
El opio tuvo una gran difusión por Grecia, Creta, Chipre, Egipto y por la costa
mediterránea, inicialmente fue utilizado para dar alivio a las enfermedades de los pueblos más
civilizados, disminuyendo sensaciones de angustia, aburrimiento, fatiga así como dolores
crónicos. Atendiendo a dificultades por el manejo de los residuos orgánicos, los médicos griegos
Informe final 87
y romanos, comenzaron a implementar preparados de opio en el control de enfermedades
gastrointestinales (Courtwright, 2002).
De esta manera, el opio se convirtió en elemento esencial de la medicina empleada por los
árabes el cual posteriormente se propagaría por Irán, India y China. Entre las razones por las
cuales se popularizó el consumo de opio en la región, se encuentra el aumento del rendimiento
de la mano de obra, así como el hecho que el islam, la religión dominante, desaprobaba el
consumo de licor, sin embargo, no objetaba el consumo de opio, respondiendo a la popularidad
alcanzada en el manejo de diferentes enfermedades (Courtwright, 2002).
Así mismo, el opio se convirtió en una sustancia que permitía el subsistir con una cantidad
menor de alimentos, y se conseguía a un bajo costo, ya que se encontraba al alcance de la
población, diferente a otras sustancias con fines de entretenimiento.
La morfina, considerado como el principal derivado del opio, descubierto por el
farmacéutico alemán Fiedrich Sertüner, hacia el año 1805, no obtuvo la importancia debida hasta
el año 1807, en un artículo publicado para la revista Annalen der physik, tras lo cual el fundador
de laboratorios Merck, Heinrich Emanuel Merck, tomó la decisión de comercializarla, teniendo
gran acogida en la medida que el opio se transformó en una sustancia sumamente adulterada,
mientras la morfina al ser inyectable se convirtió en un elemento con una acción terapéutica
predecible, en cuanto al ser inyectada desaparecían los efectos secundarios como la gastritis, así
Informe final 88
mismo se descubrió que su poder de acción se incrementaba al igual que alcanzaba un efecto más
euforizante, lo cual aumentó la adicción a la sustancia.
Así como aparece la historia del opio remontada antes de Cristo, la marihuana o
cannabis, emerge cerca de seis mil años atrás en china, atendiendo a múltiples aplicaciones, como
aceite para cocinar, semillas comestibles, forraje para los animales, así como la fibra de cáñamo,
además de su efecto como sustancia psicoactiva.
Debido a sus múltiples servicios así como la fineza de sus textiles, esta planta tuvo una
notoria difusión, en especial en la India donde se encuentra la primera referencia escrita conocida
como “bhang” cercano a la fecha entre 2000 y 1400 antes de Cristo. Este bhang consistía en hojas
secas, semillas y tallos tanto de la planta masculina como femenina, la cual se mezclaba con
azúcar, pimienta negra y agua o leche.
Por otra parte, la ganja elaborada a partir de flores disecadas de las plantas hembras, posee
un alto contenido en delta-9-tetrahidroca-nabidol, el cual duplica o triplica los efectos de la
sustancia, haciéndola mucho más estimulante que la bhang. La vía de administración de esta
sustancia conocida como ganja, puede ser tanto fumada como ingerida. Así mismo, se encuentra
el “charas”, el cual es la resina pura que se halla en la planta femenina una vez procesada
(Courtwright, 2002).
Informe final 89
Otra de las sustancias psicoactivas que en la actualidad ha retomado gran relevancia es la
coca, la cual ha tenido como su principal alcaloide la cocaína, sustancia que tiene su origen en el
hemisferio occidental. Según registros arqueológicos, el consumo y la recolección de hojas de
coca era una actividad común para los pueblos indígenas que habitaban la zona de los andes, para
estas culturas el mascar las hojas de coca tenía una función no sólo alimenticia, sino también,
medicinal y estimulante.
Para los indígenas, el consumo estaba ligado a fines religiosos razón por la cual se
mezclaban las hojas de coca con ceniza vegetal o cal, lo cual aumentaba su absorción, sin
embargo, es con la llegada de los españoles y la colonización, que el consumo de esta sustancia
se implementó para el favorecimiento de las extenuantes jornadas laborales tanto en las minas,
como en los largos viajes hacia España.
Hacia el año 1860 un estudiante de postgrado, Albert Niemann, descubrió el aislamiento
de la cocaína en su tesis doctoral, la cual pasó desapercibido hasta el año1862, en donde la
empresa Darmstadt, empezó a implementar la cocaína en el tratamiento de la adicción a la
morfina.
El interés terapéutico que había generado la cocaína, la había posicionado en el
tratamiento de múltiples afecciones como la “debilidad nerviosa”, la indigestión, la caquexia, la
adicción a la morfina, el alcoholismo, así como el asma y la impotencia (Courtwright, 2002), sin
Informe final 90
embargo, los altos costos que involucraba no sólo la consecución del alcaloide, sino también el
envío de la sustancia, provocó el surgimiento de roces económicos, motivo que llevó a la
creación de grupos encaminados al trasporte de la sustancia y con ello el auge de otras
problemáticas asociadas.
De otra parte el alcohol, el tabaco y los productos en los cuales el ingrediente clave es la
nicotina, se consideran como los grandes en la revolución psicoactiva, en la medida en que
debido a su escala en la producción, distribución y consumo, así como el elemento integrador que
subyace a estas sustancias, las cuales lograron la unificación de diferentes culturas a lo largo del
planeta, explica las razones por las cuales permanecen en la actualidad inmunes a la prohibición y
restricción en la mayoría de la culturas existentes (Courtwright, 2002).
Sin embargo, el opio, el cannabis y la coca, no contaron con una salida similar, en la
medida en que en primer lugar, su consumo no obtuvo la misma proporción en cuanto se hizo
más frecuente el consumo de alcohol, tabaco y cafeína, así mismo, fueron convertidos en
elementos marginantes y restrictivos sin desconocer la funcionalidad lucrativa que conllevan.
Todas las sociedades han producido y consumido sustancias psicoactivas, y estas siempre
han sido un reto en cuanto a estrategias destinadas a controlarlas. Lo que las sociedades perciben
como drogas pueden variar enormemente en el tiempo y en el espacio. Muchas drogas que hoy
se consideran peligrosas han sido ampliamente utilizadas en el pasado, con la creencia de que sus
Informe final 91
efectos eran deseables. Algunos problemas relacionados con las sustancias psicoactivas y el
alcohol se pueden considerar, de manera significativa, como construcciones sociales.
Por ejemplo, cuando la sociedad era eminentemente rural, se creía que tanto el alcohol
como otras drogas psicoactivas aumentaban la productividad laboral, y estas eran utilizadas para
aliviar el aburrimiento del trabajo solitario en los campos. Cuando la sociedad se industrializó, las
necesidades propias de la organización y la producción manufacturera hicieron de las drogas un
obstáculo para la productividad; de esta manera, la mayoría de la gente empezó a contar con
cierta cantidad de tiempo libre, el cual podía utilizar según su deseo, y las drogas se convirtieron
en artículo de consumo en tiempos de diversión; sólo hasta entonces empezaron a constituir un
peligro para la sociedad (Thoumi, 2002).
Otras sustancias como los inhalantes, han sido utilizadas como pegamentos por parte de
los zapateros y de menores de edad que lustran zapatos en países subdesarrollados, quienes
descubrieron accidentalmente en el contacto con las tinturas su poder intoxicante y su capacidad
para alterar los estados de conciencia (De la Garza, 1990).
En la actualidad, el uso de sustancias psicoactivas se ha controlado de diversas maneras:
castigando a los involucrados, controlando su uso por medio del proceso de socialización,
aplicando presiones sociales suaves o sutiles, ritualizando el uso de drogas (ceremonias
Informe final 92
religiosas, ritos de iniciación), o estableciendo períodos o fiestas a lo largo del año durante las
cuales se pueden utilizar (carnavales).
Hasta el momento no se ha realizado un consenso sobre la clasificación de muchas
drogas. Así, las drogas psicoactivas en general son aquellas que alteran la percepción de la
mente humana. Dada la variedad de alteraciones, se ha hablado de drogas estimulantes,
depresivas, alucinógenas, narcóticas, estupefacientes, entre otras, de igual manera se ha dicho que
las drogas que alteran la mente pueden o no, ser adictivas (Thoumi, 2002).
2.4 Consumo de sustancias psicoactivas
Según los criterios establecidos en el manual diagnóstico DSM IV, se diferencian 11
clases de sustancias psicoactivas como: el alcohol, los alucinógenos, las anfetaminas, la cafeína,
el cannabis, la cocaína, la fenciclidina, los inhalantes, la nicotina, los opiodes, los sedantes tanto
hipnóticos como ansiolíticos; así mismo, se establecen los diagnósticos asociados a cada clase de
sustancias, como se muestra en la tabla No 2.
Algunas de estas sustancias como por ejemplo los alucinógenos, presentan un bajo nivel
adictivo, tales como el tetrahidrocanabinol, cannabis, LSD, yahe, psilocibina (hongos) y el polvo
de ángel; a diferencia de las sustancias estimulantes, las cuales presentan un gran poder adictivo
tales como la cocaína, las anfetaminas, la cafeína y la teofilina (Beck, 1999).
Informe final 93
Tabla No 2. Trastornos relacionados con sustancias
Diagnósticos
asociados a la clase
de sustancias
dependencia Abuso intoxicación abstinencia
Alcohol X X X X
Alucinógenos X X X
Anfetaminas X X X X
Cafeína X
Cannabis X X X
Cocaína X X X X
Fenciclidina X X X
Inhalantes X X X
Informe final 94
La forma de administración de estas sustancias, puede variar dependiendo de los efectos
buscados, va desde el fumar, inhalar, inyectar, hasta la suministración por vía anal. Algunas de
las sustancias consumidas al fumar son la nicotina, el cannabis y la cocaína, mientras las
sustancias suministradas por vía oral son los alucinógenos y los sedantes, así como las sustancias
consumidas por inhalación son la cocaína y los inhalantes (Beck, 1999).
Entre los efectos provocados por el consumo de las sustancias psicoactivas, se pueden
resaltar sensaciones de fuerza y ánimo, como las producidas por el consumo de la cocaína y las
anfetaminas, igualmente se originan sensaciones de relajación y tristeza, efecto provocado por el
consumo de alcohol, hipnóticos y ansiolíticos.
La cocaína es un estimulante del sistema nervioso central, de la cual se pueden resaltar
como efectos producto de su consumo, la sensación de bienestar, euforia, disminución de la
Nicotina X X
Opioides X X X X
Sedantes X X X X
Varias
sustancias
X
Otros X X X X
Informe final 95
ansiedad, así como potenciar las habilidades sociales en la medida en que incrementa los niveles
de energía, fortalece la autoestima y favorece la respuesta sexual.
La cocaína se produce al extraerse de las hojas de coca, las cuales pueden ser consumidas
en forma oral masticándolas, práctica que es realizada en mayor medida en países andinos por
poblaciones indígenas, atendiendo factores culturales; sin embargo en países Europeos así como
en Estados Unidos, el consumo de cocaína es frecuente empleado por vía nasal, en donde el
consumidor extiende sobre una superficie plana, el polvo de cocaína “hidroclorada” el cual
posteriormente prepara en líneas que son “esnifadas” o aspiradas por las fosas nasales. Así
mismo, la cocaína, también puede ser mezclada con agua, para luego ser administrada por vía
intravenosa, lo cual acelera el proceso de estimulación del sistema nervioso central, proceso
denominado “chutarse” (Karan, 1991, citado por Beck 1999).
Por otro lado, los derivados del opio como la heroína, la metadona y la codeína, son
drogas que presentan características similares a la morfina, en especial la marcada dependencia
que estas generan en el organismo. Estas sustancias psicoactivas, se caracterizan por producir
efectos enfocados en la euforia y la relajación, así como la notable mejora del estado de ánimo,
ligados con la reducción de respuestas de dolor, ansiedad y agresividad.
Debido a la marcada dependencia que genera esta sustancia como depresor del sistema
nervioso, las respuestas del individuo se ven encaminadas hacia la consecución de la sustancia,
Informe final 96
independiente de la implementación de medicamentos agonistas, a diferencia de otras sustancias,
las cuales producen una menor reacción en el organismo como respuesta por la falta de su
suministración (Beck, 1999).
Así mismo, si bien algunas sustancias atendiendo a sus efectos y al contexto en el que se
han presentado han logrado su aceptación, también adquieren la caracterización como sustancias
psicoactivas de acuerdo a los efectos que producen en el sistema nervioso central de los
organismos. Sustancias psicoactivas que se han mantenido en el medio, y han superado la
prohibición, lo constituye la nicotina y el alcohol, como elementos aceptados en la integración
social, minimizando sus efectos nocivos, los cuales pueden llegar a afectar en menor medida en
relación a los provocados por otras sustancias.
La nicotina, correspondiente al ingrediente psicofarmacológico adictivo que se encuentra
en los cigarrillos, causal de diferentes enfermedades médicas, en especial las referentes al sistema
respiratorio y circulatorio, presenta una marcada tendencia a la predisposición al consumo de
otras sustancias psicoactivas, una vez su inicio en el consumo en edades tempranas (Beck, 1999).
Por su parte, el alcohol, el cual es definido por su composición como “sustancia química,
un brebaje y una droga que modifica intensamente el funcionamiento del sistema nervioso”
(Levin, 1990, citado en Beck 1999), presenta un efecto anestésico, en la medida que afecta
algunas funciones mentales como el pensamiento y el razonamiento, así como la afección
Informe final 97
generalizada en los órganos del cuerpo tras su uso de forma crónica. Entre las principales
complicaciones orgánicas producto del consumo prolongado del alcohol, como lo destaca el
instituto nacional de abuso de alcohol y alcoholismo, NIAAA, se encuentran los daños en el
hígado, el páncreas, el tracto gastrointestinal, el sistema cardiovascular, el sistema inmunológico,
así como los sistemas endocrino y nervioso (Beck, 1999).
2.5 Abuso de sustancias psicoactivas
Las sustancias mencionadas producen no sólo efectos somáticos sino también psíquicos,
puesto que los efectos físicos empiezan a generar cierto malestar en la vida cotidiana, en la
relación con los demás e incluso en la vida social.
Las sustancias psicoactivas tienen la capacidad de llevar a la persona al abuso de las
mismas. Una de sus principales características es que hace que el individuo utilice la droga
reiteradamente debido a que crea dependencia física y psíquica. El uso de estas sustancias puede
convertir a los sujetos en drogadictos o fármaco dependientes, pasando por tres etapas:
Uso experimental: durante esta etapa puede probar gran variedad de drogas
psicoactivas.
Descarta unas cuantas drogas y solo se queda con una o algunas de ellas,
las cuales consumirá periódicamente.
Informe final 98
Finalmente, llega al uso compulsivo de la droga, denominado “abuso de la
droga”, porque se consume hasta llegar a destruir la salud y la situación social y
económica del consumidor (Programa Rumbos, 2001).
El estado físico y psíquico que experimenta el sujeto, gracias a los efectos de los
fármacos, se caracteriza por modificaciones del comportamiento y reacciones que hacen
consumir la droga de manera continua, con el fin de experimentar periódicamente los efectos
físicos y psicológicos; todo ello convirtiendo al sujeto en un farmacodependiente, es decir, en una
persona a quien la droga le produce dependencia, hábito y grave dificultad para dejarla.
Las principales características de la farmacodependencia según el Programa Rumbos
presentadas para el año 2001, son:
La necesidad de estar consumiendo.
Tendencia ha aumentar la dosis, con el fin de obtener los mismos efectos.
Dependencia física o estado de adaptación que se manifiesta con trastornos
físicos si se interrumpe la ingestión del fármaco.
Dependencia psíquica, caracterizada por la sensación que produce la droga
y un impulso psíquico, el cual lleva a consumirla seguidamente.
Informe final 99
Para llegar al consumo de sustancias psicoactivas, existen ciertos factores que ponen al
individuo en un escenario vulnerable a dicho consumo. Dentro de los más importantes se
mencionan los factores biológicos, que se refieren a los antecedentes genéticos que han sido
aceptados, a pesar del énfasis del estudio en el aspecto social. Dichos factores se han comprobado
en estudios de laboratorio, como por ejemplo “la aceptación del componente genético en el
modelo multicausal del alcoholismo” (Brown, H. 1982). Otro de los aspectos principales es el
factor familiar donde se tiene en cuenta que el individuo no es sólo el resultado de la interacción
entre la herencia y el ambiente físico; sino también de las interacciones entre los miembros de la
familia.
Es en la familia donde el individuo aprende como actuar frente a las diversas situaciones
de la vida, por ello el manejo de la autoridad y el afecto retoman importancia en el inicio y el
mantenimiento del consumo de drogas en los miembros de una familia, ya que la ausencia de
autoridad o el exceso de ella es muy probable que fomente el uso del alcohol y otras sustancias,
ocurriendo lo mismo en familias donde hay carencia o demasiado de afecto.
Selnow (1987) indagó con un cuestionario distribuido entre dos grupos de
más de tres mil sujetos la importancia de la calidad de la relación entre padres e
hijos y la presencia o no de ambos padres en relación a la elección toxicómana.
Las preguntas inquirían, asimismo, si también estos últimos hacían o no uso de
sustancias estupefacientes. Los resultados pusieron en evidencia que en las
familias mono parentales la incidencia de abuso y dependencia de sustancias en el
Informe final 100
padre es más frecuente (en particular cuando el único progenitor es el padre), y
que en las familias en las que la relación con los padres es vivida como intensa y
gratificante es menos probable la aparición de las toxico dependencias, incluso en
las familias con un único padre. (Cirillo, 1999, p.44).
Los padres y personas cercanas a un niño, actúan en diferentes circunstancias de manera
que él, va aprendiendo por imitación. Cuando el hogar carece de valores definidos y claros, o
están limitados a factores insignificantes, se olvida que esos principios son los que regirán el
comportamiento del individuo durante toda su vida. La mayoría de los padres se limitan a
satisfacer las necesidades primarias como alimentación, vestido y vivienda; sin tomar tiempo para
enseñar a sus hijos lo que significa una adecuada relación interpersonal, la ética, las creencias, los
valores, entre otros, surgiendo insatisfacción de las necesidades en los miembros de la familia,
llevándolos a buscar esa satisfacción por otros medios (personas y/o situaciones ajenas a ella);
que en ocasiones resultan ser mortalmente peligrosas.
Las tasas más altas de farmacodependencia corresponden a los jóvenes que no viven con
ninguno de sus padres o viven en condiciones mono parentales, ya que “la familia constituye un
grupo humano centrado en la tarea de la crianza y de la inserción social de los hijos, que puede
ser llevada a término gracias a una equitativa distribución de las funciones y de los roles afectivos
materno, paterno y del niño” (Cirillo, 1999.p.41).
Informe final 101
El mayor número de jóvenes experimentadores o adictos viven solos; los escolares que no
tienen una buena interacción con sus padres y su relación con ellos es indiferente o violenta,
tienden a abusar de las drogas; cuando la comunicación de los padres entre si y con sus hijos es
deficiente o aún nula, lo único que se espera es que los problemas de la vida diaria no sean
enfrentados de una manera adecuada, recurriendo en estas circunstancias a las drogas como salida
para sustituir dicha comunicación (González, 2002).
Además del núcleo familiar, también ejerce influencia el medio sociocultural. Este es un
factor decisivo, tanto en su relación causal, como en el aspecto de la salud; ya que la satisfacción
profesional, la salud y la dedicación al trabajo, se encuentra de gran importancia en el aspecto
social de un ser humano, puesto que da a la persona la sensación de pertenecer a un sector de la
vida social, se considera importante, necesario y valioso, además porque le proporciona la
oportunidad de desarrollar y ampliar sus conocimientos; permitiéndole hacer parte de un grupo,
donde podrá interactuar con los demás. En caso contrario, estos individuos sufren de una
frustración permanente al no sentir que tienen un lugar en la sociedad que compense sus
necesidades. Es claro que actualmente la situación política, social, económica y moral, se ha
deteriorado radicalmente y esto afecta indiscutiblemente a los sujetos, puesto que ellos buscan
evadir esta clase de violencia, intentando habitar en un mundo diferente, donde no existan
presiones (González, 2002).
En dicha búsqueda se presenta un camino que conduce a la rebeldía que según las
investigaciones está asociada con la etapa de la adolescencia, denominada como Rebelión
Informe final 102
Adolescente (Programa Rumbos, 2001). Tal rebelión puede ir acompañada no sólo de conflictos
familiares sino también de un aislamiento de la sociedad adulta y una hostilidad hacia sus
valores, además los jóvenes atraviesan dificultades cada vez mayores, debido a la presión de los
problemas que el mundo presenta, por esto es que los adolescentes comienzan a experimentar esa
crisis de identidad intensamente, logrando que se de una confusión frente a lo que desea hacer en
la actualidad y más aún en el futuro, siendo éste el resultado que se ve reflejado en el alto índice
de consumo de sustancias psicoactivas.
Una reciente investigación del doctor Augusto Pérez director del programa nacional de
prevención de la drogadicción en Colombia, muestra que en nuestro medio las familias donde no
se presentan problemas de drogadicción tienen como características: una buena relación de
pareja, con respeto, afecto, capacidad mutua de escuchar y solución de los conflictos sin violencia
física o psicológica. Ausencia o bajo consumo de bebidas alcohólicas por parte de los padres y
otros familiares cercanos. Ausencia de consumo por parte de los padres y otros familiares
cercanos de otras drogas, como el tabaco, la marihuana, la cocaína, las pastillas para los nervios
o el bazuco (González, 2002).
En el caso de las familias mono parentales, los adolescentes son más propensos a
involucrarse en la problemática de la toxicomanía, teniendo en cuenta que en la mayoría de los
casos no se cumplen las características mencionadas anteriormente; como lo demuestra otro
trabajo que ha tomado en consideración la calidad de la relación padres-hijos en cuanto al uso de
drogas realizado por Coombs y Ladsverk (1988). Los autores sometieron a entrevistas y
Informe final 103
cuestionarios estructurados a 443 chicos y chicas, en parte toxico dependientes (esporádicamente
o no), en parte sujetos que habían hecho uso de drogas, más o menos recientemente, y en parte
sujetos que no se habían acercado nunca a las sustancias estupefacientes.
Los resultados pusieron en evidencia que el rol paterno es determinante para impedir la
implicación de los hijos en la droga, mientras que parecen más expuestos al riesgo los jóvenes
que se sienten investidos por sentimientos de desconfianza por parte de la madre.
2.6 Trastornos de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas
Los trastornos de la personalidad, como se mostraba anteriormente, se caracterizan por la
configuración de patrones cognitivos, afectivos y conductuales fijos y duraderos, lo cual se
presenta como un determinante en la forma en que se relacionan los sujetos; de igual manera,
atendiendo a las sustancias psicoactivas, se hacia alusión a productos químicos, los cuales
producen diferentes reacciones en el sistema nervioso central, de allí, que se pueda decir que una
vez encontradas estas dos características, el resultado puede verse encaminado hacia el
incremento de acciones por parte del sujeto en las cuales se demuestra en mayor medida un
patrón de inestabilidad, como lo expone Beck, en cuanto al consumir sustancias psicoactivas un
sujeto con un trastorno de la personalidad determinado, evidencia alteraciones atendiendo un
consumo más rígido y compulsivo.
Informe final 104
Tal como lo refiere Beck en su libro “Terapia cognitiva de las drogodependencias”, en
donde aborda el fenómeno de la fármaco dependencia desde el modelo cognitivo, y presenta los
resultados obtenidos en una investigación, referente a la relación entre el abuso de sustancias y
los trastornos de la personalidad encontrada en un número representativo de 20.000 casos.
En esta investigación se logró establecer que el 14% de los sujetos que presentaban abuso
de alcohol, reunían los criterios propios de un diagnóstico de personalidad antisocial, así como un
15% de los sujetos consumidores de marihuana, un 43% de cocaína, un 37 % opiáceos, 30%
barbitúricos, 25% anfetaminas, 29% alucinógenos. De acuerdo con lo anterior, se estableció la
incidencia del trastorno de personalidad antisocial en el consumo de sustancias psicoactivas, lo
cual posibilitó el abordaje de otros trastornos asociados, en donde el trastorno de limítrofe,
también presentó relación con el consumo de sustancias psicoactivas (Koenigsberg, 1985).
En esta medida, el término de diagnóstico dual o “diagnóstico doble”, se ha presentado
como un concepto emergente, que ha permeado los manuales de diagnóstico y ha sido utilizado
para hacer referencia a la relación o vínculo entre consumo de sustancias y un trastorno de índole
psiquiátrico, de allí que se establezca de entrada que existe una relación entre el consumo de
sustancias psicoactivas, bien sea desde el uso, abuso o dependencia, con trastornos de índole
mental, lo cual es un factor a contemplar, ya que se deja a un lado la hipótesis única de la
consecución de nuevas sensaciones o placer a través del consumo, para mirar el fenómeno desde
una óptica más compleja la cual alberga características propias en el sujeto que le llevan a la
sustancia, más no es la sustancia quien termine por llevar al sujeto.
Informe final 105
Si bien se ha mencionado acerca de las ideas y los esquemas propios que marcan cada
trastorno de la personalidad, es preciso considerar, que existen muchas conductas propias de
sujetos abusadores de sustancias psicoactivas, las cuales si bien se asemejan a los trastornos, no
hacen parte de este, atendiendo la cronicidad de los síntomas así como la rigidez cognitiva de los
mismos.
Por ejemplo: robar a los miembros de la familia, amigos o vecinos, para conseguir dinero
y así manejar una ansiedad de consumo, podría asociarse con rasgos de personalidad asocial; el
recelo infundado producido por el efecto de la cocaína, lo cual se asocia con rasgos de
personalidad paranoide; rabia, ira y violencia hacia si mismo y otros, producto de sobredosis, o
síntomas por abstinencia, pueden relacionarse con rasgos de personalidad limítrofe. La evitación
de actividades sociales, hasta el llegar a un consumo en solitario, se asocia con rasgos de
personalidad esquizoide; así mismo como se podría decir que rasgos en los cuales se incrementa
el que la persona se centre en si misma, llegando a ignorar sus responsabilidades con los demás
pueden se elementos propios de una personalidad narcisista. (Beck, 1999).
De allí, que se deba de tener en cuenta la relación entre las ideas predominantes en cada
trastorno, con su consecuente vulnerabilidad para asociarse con el consumo de sustancias
psicoactivas, sin embargo teniendo en cuenta, que los rasgos predominantes en un trastorno por
personalidad, se mantienen, sin consumo de sustancias, pero al contacto con estas, estos
adquieren elementos reforzadores, los cuales atenúan estas ideas a través del proceso de
reforzamiento.
Informe final 106
Con base en lo anterior, es preciso mostrar las relaciones propias de las ideas
predominantes en un trastorno como se han evidenciado anteriormente, con el efecto provocado
por las sustancias.
Por ejemplo en el caso de los pacientes evitativos, en los cuales priman los sentimientos
de amenaza a su bienestar, un mantenedor de estas creencias harían que el uso de sustancias
parezca excitante, y más atractivo que el tener que afrontar y solucionar los problemas reales. En
este sentido, las ideas propias serían “no puedo tolerar sentimientos desagradables, y si pienso o
siento algo desagradable, debería intentar eliminarlo con una copa o con droga” (Beck, 1999.
Pág. 364).
En pacientes con personalidad dependiente, los cuales no creen que puedan desenvolverse
por sí mismos, el abuso de drogas es facilitado por ideas como: “no puedo luchar tal y como lo
hacen los otros” y “estoy necesitado y soy débil”, los cuales al asociarse con estimulantes como
la cocaína, el Crack o las anfetaminas, posibilitarían sensaciones temporales de confianza y
control, en lo referente a etapas iníciales del consumo.
En pacientes con trastorno de personalidad pasivo agresivo, la utilización de drogas, hace
parte de la forma de revelarse ante los miembros de su familia y la sociedad que los desaprueba,
mientras se refuerzan las ideas prevalentes de “No hago daño a nadie, así que, ¿cual es el
Informe final 107
problema?”(Beck, 1999, pág. 365) y de esta forma, las obligaciones y responsabilidades, serán
relegadas a un segundo plano.
Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo, en los cuales priman ideas de perfección
y control, al combinar estas creencias con abuso de sustancias, estos sujetos se convencen ellos
mismos de que saben que es lo mejor para ellos, lo cual lleva finalmente a la consideración en la
cual “tomar drogas, no se debe considerar un problema”, esto, ligado por ejemplo con el consumo
de cocaína en donde se produce la falsa sensación de omnipotencia, lo cual sería un potente
reforzador de sus creencias nucleares (Beck, 1999, pág. 365).
En los narcisistas por el contrario, donde priman las ideas de trato especial y superioridad
ante los otros, estas ideas, se presentan como un activador en el cual la sensación de libertad que
les lleve a cualquier sensación gratificadora será la atenuante de un consumo, el cual cono será
tomado como algo mal hecho o desaprobado.
Los histriónicos por su parte con ideas como “no puedo tolerar el aburrimiento” y “si me
siento como si hiciera algo, debo seguir adelante y hacerlo” junto con sus ideas de llamar la
atención, una intoxicación bastaría para el reforzamiento de sus creencias extrovertidas (Beck,
1999, pág. 365).
Informe final 108
Las implicaciones del consumo de sustancias y su posible relación con los trastornos de la
personalidad son en la actualidad una grave fuente de preocupación, porque cada vez es mayor el
número de personas que se vinculan a este fenómeno social a más temprana edad (De la Garza,
1990).
Informe final 109
3. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
3.1 Tipo de investigación
La presente investigación cuantitativa se presenta como no experimental, en cuanto se
caracteriza por una recolección sistemática de la información, sin generar manipulación de
variables o una reproducción de condiciones antecedentes de las mismas en la medida en que se
toman las categorías de análisis como se encuentran establecidas, dando cuenta de las relaciones
que subyacen entre estas (Ramos, 2004).
En este tipo de investigación, contrario a la investigación experimental donde se evidencia
la influencia de una variable independiente sobre una variable dependiente, prima el
establecimiento de descripciones o relaciones entre las categorías de análisis. Así pues la presente
investigación, se limita a establecer relaciones entre las diferentes categorías por medio de la
revisión de documentos en los cuales se encuentran inmersas.
3.2 Diseño
El presente estudio parte de un diseño transversal descriptivo. En el diseño transversal los
datos o fenómenos a investigar son recolectados durante un solo momento (Hernández, 1998), su
principal ventaja radica en su practicidad, economía y facilidad de aplicación. De otra parte en el
Informe final 110
diseño descriptivo se busca caracterizar el objeto de estudio, en este caso los pacientes que
asistieron ala ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda y fueron diagnosticados con
trastorno de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas, describiendo como su nombre
lo indica sus características o propiedades. Este tipo de investigaciones son consideradas una
importante fuente de información para futuros estudios que requieran mayor profundidad o de
intervenciones en el objeto de estudio (Polit y Hungler, 2000).
3.3 Población
Según Hernández (1998), la población hace referencia a los sujetos u objetos de estudio,
los cuales deben ubicarse de acuerdo a sus características de contenido, lugar y tiempo. La
población se define de acuerdo a la forma como se plantea inicialmente la investigación. En el
presente estudio la población estuvo constituida por todas aquellas personas que presentaron
diagnostico por trastorno de la personalidad y consumo, uso, abuso o dependencia de sustancias
psicoactivas que asistieron a la ESE Hospital Mental Universitario del Risaralda durante el año
2008.
3.4 Muestra
La presente investigación cuenta con un tipo de muestra denominada emergente, es decir,
esta basada en la información obtenida durante las primeras etapas en las cuales se realizó el
Informe final 111
análisis que permitió determinar el número de pacientes que asistieron a la ESE Hospital Mental
Universitario del Risaralda en el transcurso del año 2008, que fueron diagnosticados con
trastorno de la personalidad y presentaron consumo de sustancias psicoactivas, en total n= 7. Sin
embargo, en esta investigación la población corresponde en igualdad a la muestra N=n.
3.5Técnicas de recolección de la Información
Como técnica para la recolección de la información se tiene en cuenta el análisis de
documentos. Según Polit y Hungler (2000), este mecanismo de información es ventajoso por su
economía en cuanto a tiempo y dinero, igualmente obtener información de registros puede
eliminar sesgos en las respuestas y no exige la colaboración de participantes, lo cual es
especialmente relevante si se tiene en cuenta que algunas instituciones médicas y en este caso la
ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda controlan el acceso a sus registros, con el fin de
proteger la identidad de sus pacientes. La información utilizada en la presente investigación
provino de las historias clínicas halladas en medio magnético, por tanto las característica de ella
obedecen a políticas de la institución.
Informe final 112
3.6 Instrumento
Como instrumento para recolección de la información se conto con el programa Excel, el cual
permitió organizar los datos que se encontraban en el validador de RIPS, de tal manera que fuese
posible sistematizar la información que posteriormente sería utilizada para la realización del
análisis y la discusión final. Igualmente se tuvieron en cuenta las historias clínicas de los
pacientes que conformaron la muestra, organizando los datos más relevantes en una rejilla de
análisis (ver anexo 1. Trastornos de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas rejilla
de análisis).
3.7Procedimiento
A partir de la experiencia obtenida en la realización de la práctica profesional, se planteó
la pregunta por las relaciones existentes entre el consumo de sustancias psicoactivas, con los
diferentes trastornos psiquiátricos, propiciando la discusión de la cual se presentó la propuesta de
investigación atendiendo la relación de los trastornos de la personalidad y el consumo de
sustancias psicoactivas, tras lo cual se procede al establecimiento de contactos que posibilitan el
desarrollo de la misma. Paralelamente se realiza la construcción del marco teórico y se define la
metodología.
Informe final 113
Una vez aprobada la investigación por la institución ESE Hospital Mental Universitario
de Risaralda, se posibilitó la capacitación de los programas internos los cuales permitieron
acceder a las historias clínicas.
En primer lugar, se abrió la carpeta de “ Validador en subcientifica”, carpeta que permitía
ejecutar el programa “Validador de Rips”, el cual arrojó el total de datos, referentes a las
consultas realizadas en el año 2008, así como los diagnósticos por consumo de sustancias
psicoactivas y por trastornos de la personalidad.
Sin embargo, esta información, no permitía el acceso a las historias clínicas, en cuanto se
encontraba en otro programa así como se desconocían los números de identificación de las
historias clínicas, ya que sólo se precisaba información general de número total de consultas. Por
tal razón, se optó por la organización de la información, previamente avalada por la institución, la
cual se encontraba en el “Archivo planos”, donde quedaba consignada todo registro perteneciente
al total de consultas en la institución.
Este proceso, permitió establecer todos los consultantes, teniendo en cuenta el número
referente a la institución, documento de identidad, primer, segundo y tercer diagnóstico y fecha
de la valoración. Una vez organizada esta información en el programa de Microsoft Office Excel,
se seleccionaron los pacientes que tenían diagnósticos por consumo de sustancias psicoactivas y
trastornos de personalidad.
Informe final 114
Posteriormente, con la obtención de la información de identificación de cada paciente, así
como los diagnósticos, se procedió a la revisión de las historias clínicas de estos pacientes, las
cuales se encontraban en el programa “Dinámica gerencial”, tras lo cual se obtuvo la
información de los pacientes que presentaron tanto un diagnóstico por consumo de sustancias
psicoactivas, como trastorno de la personalidad, teniendo en cuenta el código de identificación
que permitía el acceso a las historias clínicas, la edad, el diagnóstico, las sustancias consumidas,
el trastorno de personalidad presentado, así como la escolaridad y el género.
Por último, se analizan los datos obtenidos por la investigación, los cuales serán
presentados en la institución, así como serán consignados en el documento de informe final.
3.8 Estrategias de Análisis de la Información
La presente investigación presenta un análisis por edición, dado que se trata de interpretar
los datos obtenidos en las historias clínicas identificando patrones y estructuras significativas.
Para ello se tendrán en cuenta los procesos establecidos por Morse y Field (1995, citados por
Polit y Hungler, 2000), a saber: Comprensión, se realiza al inicio del proceso y su objetivo es
encontrarle sentido a los datos obtenidos y describir el fenómeno de interés; síntesis, durante esta
etapa el investigador identifica patrones o situaciones que se repiten en la información, así como
variaciones y alcances, el proceso de síntesis termina cuando se logran establecer los primeros
enunciados generales sobre el fenómeno a investigar; teorización, implica la formulación de
Informe final 115
explicaciones alternas al fenómeno investigado, las cuales deben ser validadas o descartadas, con
el fin de llegar a la más precisa; recontextualización; durante este proceso se profundiza aún mas
en la teorización, explorando la posibilidad de aplicarla a otros contextos.
3.9 Cronograma de trabajo
FASE ANTEPROYECTO
Tabla No 3. Fase Anteproyecto
ACTIVIDAD DURACIÓN Agosto Septiembre Octubre Noviembre
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
Delimitación del tema X X X
Exploración de antecedentes X X X X X X X X X X
Construcción de pregunta X X X X X X X X
Construcción de objetivos X X X X X X
Tópicos del marco teórico X X X X X X X X X X
Propuesta investigativa X X X X X X
Discusión metodológica X X X X X X X X
Elaboración de documento X X X X X X X X X X X X X
Informe final 116
FASE PROYECTO
Tabla No 4. Fase Proyecto
ACTIVIDAD DURACIÓN Febrero Marzo Abril Mayo
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
Delimitación conceptual X X X X X
Recolección de antecedentes X X X X X X
Construcción de marco teórico X X X X X X X X X X X X
Construcción metodológica X X X X X X X
Establecimiento de contactos X X X X X
Elaboración de documento X X X X X X X X X X X X X X
FASE INFORME FINAL
Tabla No 5: Fase Informe Final
ACTIVIDAD DURACIÓN Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
Establecimiento de contactos X X X
Recolección de la información X X X X X X X X
Sistematización de la información X X X X X X X
Informe final 117
Análisis de la información X X X X X X X
Discusión de la información X X X X
Conclusiones X X X
Elaboración del documento X X X X X X X X X X X X X
3.10 Recursos
ESE Hospital Mental Universitario de Risaralda
Rejillas de análisis
Microsoft Office, programa Excel.
Historias clínicas
Computador
Informe final 118
4. PRESENTACION Y ANALISIS DE RESULTADOS
Con el objetivo de realizar una presentación y análisis de resultados de manera clara y
ordenada, los datos obtenidos en la investigación serán descritos en el mismo orden en el cual
fueron encontrados, de acuerdo a los pasos que se fueron llevando a cabo para obtener la
información final, que si bien es considerada la de mayor relevancia, no desconoce la importancia
de los datos que la anteceden. En este sentido la información presentada a continuación
corresponde a los totales de consultas realizadas en el 2008, para los diagnósticos duales.
En este contexto la información inicial da cuenta del número de atenciones que se
realizaron en la institución:
Gráfica No. 1.Edad y trastornos de la personalidad.
Informe final 119
Tabla No .6 Edad y trastornos de la personalidad.
Edades Total atenciones 0-10 años 9 11-15 años 14 16-25 años 142 26-35 años 117 36-45 años 89 46-65 años 36 66-95 años 2
Respecto a la edad en la cual se realizan los diagnósticos de trastorno de personalidad, se
encuentra una cifra significativamente mayor en el rango comprendido entre los 16 y los 25 años,
lo cual guarda coherencia con lo establecido en el DSM IV en donde se aclara que los trastornos
de personalidad tienen su inicio generalmente en la adolescencia o principios de la edad adulta,
aunque por definición un trastorno de personalidad debe tener un inicio en edades anteriores al
inicio de la adultez, es común que este tipo de pacientes sólo reciba atención profesional uno años
después de la presencia de los primeros síntomas, lo cual se hace evidente en la segunda cifra que
corresponde al rango de edad de los 26 a los 35 años. Un dato que se resalta dentro de estos
resultados es la cifra de diagnósticos en niños menores de 10 años, de acuerdo al DSM IV este
tipo de diagnósticos es bastante inusual, sin embargo no se debe descartar cuando los rasgos de la
personalidad del niño son particularmente desadaptativos y presentan tendencia a prolongarse a
través de las siguientes etapas del desarrollo.
Informe final 120
Tabla No.7 Trastornos de la personalidad según el género
Hombres Mujeres total
139 270 409
Gráfica No 2. Trastornos de la personalidad por género
Con base en la información suministrada en la tabla y grafica anteriores, se evidencia una
mayor presencia de mujeres diagnosticadas con trastorno de la personalidad en relación a los
Informe final 121
hombres, por cuanto de un total de 409 consultantes, las mujeres presentan una diferencia de 131
personas en relación a los hombres.
Tabla No.8 Consumo de sustancias psicoactivas según el genero
Hombres Mujeres Total
2076 506 2582
Grafica No. 3 Consumo de sustancias psicoactivas según el genero
Informe final 122
Según la grafica anterior, se presenta en mayor medida el consumo de sustancias
psicoactivas en la población masculina consultante de la ESE Hospital Mental Universitario de
Risaralda, a diferencia del género femenino, el cual se presenta en una menor proporción.
Grafica No. 4 Consumo de sustancias psicoactivas por edades
Tabla No.9 Consumo de sustancias psicoactivas por edades
Edades Total atenciones
0-10 años 14
11-15 años 126
Informe final 123
16-25 años 1548
26-35 años 581
36-45 años 172
46-65 años 129
66-95 años 12
Los datos obtenidos sobre la edad y el consumo de sustancias psicoactivas hacen evidente
una cifra significativamente mayor en el rango de edad comprendido entre los 16 a 25 años. Esta
cifra presenta la adolescencia como la etapa de mayor riesgo para el inicio de consumo de
sustancias psicoactivas. Es usual encontrar que los adolescentes se inicien en este tipo de
adicciones como una manifestación de rebeldía en contra de las normas de padres, cuidadores o
la sociedad, así mismo las condiciones de soledad en las cuales permanecen muchos de los
adolescentes favorece la presencia de este tipo de conductas desadaptativas. Según datos
arrojados en la investigación realizada por el programa Rumbos y Gonzáles (2002), los
adolescentes y jóvenes viven una confusión entre lo que desean ser en la actualidad y lo que se
desea hacer en el futuro y encuentran el consumo de sustancias psicoactivas como una forma de
evadir sus conflictos.
Ahora bien en lo que respecta a la revisión de la información por paciente, atendiendo el
acceso a las historias clínicas que se encontraban en medio magnético, se encontró que:
Informe final 124
Tabla No. 10 Datos referentes al total de historias clínicas.
Total datos Pacientes sin
diagnostico
Total
trastornos de
personalidad
Total pacientes
SPA
Total
correlación
entre SPA y T.
Personalidad
8521 60 112 329 7
Con base en el cuadro anterior, es preciso mencionar que el total de datos, hace referencia
al número de pacientes atendidos para el año 2008. Este número se diferencia del total de
atenciones, en cuanto un solo paciente es valorado en distintos momentos atendiendo la
evolución del tratamiento, razón por la cual el número de consultas es superior al número de
pacientes. En segundo lugar, se encontró un total de 112 casos en los cuales se hizo evidente un
diagnostico por trastorno de la personalidad, así mismo como se presentaron 329 pacientes que
presentaron un diagnostico por consumo de sustancias psicoactivas.
En lo que respecta a los diagnósticos duales, se encontraron 7 casos en los cuales se
presento consumo de una sustancia psicoactiva, así como un diagnostico por trastorno de la
personalidad, como se muestra en la siguiente tabla.
Informe final 125
Tabla No. 11 Pacientes con diagnostico dual
Edad Dx Sustancias consumidas T person. Escolaridad Genero
22 f142 y f602 cannabis, heroína, bazuco Asocial 9° masculino
16 f102,f602 licor, cannabis, cocaína,
popper
Asocial 9° masculino
20 f122,f603,f641 marihuana, alcohol Limítrofe Bachiller masculino
68 f132,f607 benzodiazepinas, alcohol Dependiente 6° femenino
67 f102,f630,f428 Alcohol obs-
compulsivo
10° masculino
20 f112,f602 Heroína, cannabis Asocial 11° masculino
33 f121,f320,f607 Thc Dependiente Bachiller masculino
El género sobresaliente para los diagnósticos duales, lo respecta el masculino, el cual se
presento en 6 de los 7 casos, siendo el género femenino, evidenciado en un solo caso.
Tabla No. 12 Genero para los diagnósticos duales
Masculino Femenino Total
6 1 7
Informe final 126
La edades en las cuales se encontraron los diagnósticos duales varían, presentándose las
edades comprendidas entre los 16 a 33 años con un total de 5 casos, mientras las edades
comprendidas entre los 67 a los 68 años, presentaron 2 casos, para un total de 7 pacientes con
diagnostico dual.
Tabla No.13 Edades prevalentes para los diagnósticos duales.
16-33 Años 67-68 Años 16-68Años
5 2 7
Las sustancias con mayor incidencia de consumo lo refieren el alcohol, el cannabis y la
heroína respectivamente como se evidencia en la siguiente tabla.
Tabla No. 14 Sustancias con mayor incidencia de consumo por pacientes duales
alcohol cánnabis heroína
4 3 2
Informe final 127
Otras sustancias consumidas por los pacientes con diagnostico dual, lo refieren la cocaína,
el bazuco, el popper y las benzodiacepinas, como se muestra en la siguiente tabla:
Tabla No. 15 Otras sustancias consumidas por los pacientes duales.
cocaína bazuco popper benzodiacepinas
1 1 1 1
Entre los diagnósticos duales, el trastorno de la personalidad que se presento con mayor
frecuencia lo refiere el trastorno asocial con un total de 3 casos, seguido por el dependiente con 2
casos y por último los trastornos limítrofe y obsesivo compulsivo, ambos con un solo exponente.
Tabla No. 16 Trastorno de la personalidad más frecuente
Asocial Dependiente Limítrofe Obsesivo
compulsivo
Informe final 128
3 2 1 1
La escolaridad en los pacientes duales, se hace evidente en 3 casos como se presenta a en
la tabla, sin embargo, cabe resalta que los pacientes escolarizados, no cuentan con ningún
estudio técnico ni profesional diferente al ser bachiller.
Tabla No. 17 Escolaridad según grados académicos
(grado) 6° (grado) 10° (grado) 9° (grado) 11°
1 paciente 1 paciente 2 pacientes 3 pacientes
La procedencia para los pacientes con diagnósticos duales, lo refieren Pereira,
Dosquebradas y Caicedonia, presentándose el grueso poblacional en Pereira y Dosquebradas.
Tabla No. 18 Procedencia de los Diagnósticos duales
Pereira Dosquebradas Caicedonia
Informe final 129
3 pacientes 3 pacientes 1 paciente
Al revisar el tipo de drogas que se consumen se hace evidente que la droga mas común es
el cannabis, que es consumida por tres de los pacientes, quienes igualmente tienen en común el
diagnóstico de trastorno de personalidad asocial. Se encontró igualmente que en estos tres casos
loa pacientes consumen otras drogas como cocaína, heroína, bazuco, licor y popper, los tres
pacientes son poli consumidores. No se encuentran datos sobre la evolución, frecuencia o
cantidad de sustancias que se ingieren. En este contexto es importante mencionar también que
uno de los pacientes manifiesta consumir Thc (tetrahidrocanabidol), sustancia derivada del
cannabis, lo cual reafirma esta sustancia como una de las de mayor consumo en esta población.
Respecto al uso de alcohol, se encontró en cuatro pacientes, esto confirma igualmente que
el uso de esta sustancia continua vigente sin discriminarse por edad o género. En esta sustancia
no se encontró relación directa con un trastorno específico, ya que es consumida por pacientes
con trastorno asocial, limítrofe, obsesivo y dependiente, igualmente se encontró que en general
los pacientes acompañan el consumo de alcohol con otras sustancias, lo cual como se mencionó
anteriormente es una conducta usual en los pacientes consumidores.
Con una cifra menor aparece la heroína que es consumida por dos pacientes, ambos con
diagnóstico de personalidad asocial y poli consumidores. Finalmente respecto al tipo de
Informe final 130
sustancias se encontró la cocaína, el bazuco, y popper en un caso cada uno, en pacientes
igualmente poli consumidores.
Aunque los paciente encontrados con trastorno de personalidad en comorbilidad con
consumo de sustancias no alcanzaron estudios posteriores a el bachillerato, no se encuentra una
relación directa de esta característica con los trastornos de personalidad o el consumo de
sustancias, la bibliografía revisada establece relación entre estos trastornos y algunas
características sociales que incluyen la escolaridad, pero no se habla de ella puntualmente como
factor determinante para estos trastornos.
Informe final 131
5. DISCUSION
Según la información obtenida por la investigación, en donde se encontraron 441
pacientes por trastornos de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas, sobresale una
relación de 7 casos en los cuales convergen ambos diagnósticos.
Teniendo en cuenta lo anterior, es posible decir que en el contexto hospitalario donde se
llevo a cabo la investigación, no se presenta una relación significativa de comorbilidad entre
ambos diagnósticos, como lo evidencian diferentes autores, Benjamín y Millon (1994), Beck
(1999), Urrego (2001), Rojas (2002), Perez, lopez (2003), Llorens (2005), Hernaiz, Brugué
(2006), Mejia (2008), los cuales refieren que la relación entre estos diagnósticos es del 17 %
mientras que los datos obtenidos por la investigación arrojan como indicador una relación de
0.1 % para el total de la población. En este sentido, se sugiere identificar factores causales, de
estos resultados entre los cuales podrían suponerse, falencias en el proceso de organización de la
información por parte de la institución, así como posibles elementos contextuales, los cuales
afecten directamente el diagnóstico.
Cabe mencionar, que la incidencia en el consumo de sustancias psicoactivas se presentó
en mayor medida que un diagnóstico por trastorno de personalidad, en donde el consumo
presentó un total de 329 pacientes, mientras que el número de pacientes con diagnóstico de
personalidad no superó los 112, lo cual llama la atención, en la medida que, en primer lugar se
encontraron los dos diagnósticos, lo cual de entrada descarta la hipótesis por dificultad para el
Informe final 132
establecimiento del diagnóstico de personalidad, la cual se asume atendiendo la complejidad que
conlleva el proceso de valoración y posterior establecimiento de este tipo de trastorno, a
diferencia de un diagnóstico por consumo de sustancias psicoactivas, en el cual sólo basta que el
sujeto refiera haber consumido.
En segundo lugar, llama la atención, la cifra de sujetos consumidores de sustancias
psicoactivas, por cuanto al relacionarla con el total de diagnósticos, se presenta como mínimo y
poco significativa, en relación a las estadísticas que manifiestan una mayor incidencia de
consumo de sustancias en la población colombiana.
Tomando lo anterior, se encontró que la relación existente entre los trastornos de la
personalidad y el consumo de sustancias psicoactivas se hace evidente en lo referente a los
trastornos antisocial, limítrofe, dependiente y obsesivo compulsivo; mientras los trastornos que
conforman el grupo A como el paranoide, esquizoide y esquizotípico, no se presentaron. Así
mismo, en los trastornos histriónicos y el trastorno por evitación, no se presentó incidencia en el
consumo de sustancias.
Por otro lado, las sustancias consumidas por estos sujetos, hacen referencia al alcohol, la
marihuana, la cocaína, la heroína, el bazuco, las benzodiacepinas y el popper; siendo el alcohol y
la marihuana, las sustancias con mayor auge entre este grupo poblacional. Lo cual puede verse
como resultado de factores socio-culturales, en donde prima la facilidad de acceso a estas
Informe final 133
sustancias, así como diferentes creencias que rigen alrededor de las mismas en las cuales el licor
y la marihuana “no producen daños en el organismo, no son adictivas”, sin desconocer los efectos
buscados en estas sustancias como las sensaciones de relajación y tristeza.
Sin embargo, otros son los elementos a considerar en relación a estas sustancias, como por
ejemplo en el caso del alcohol, el cual produce no sólo un efecto anestésico en el organismo,
(como lo menciona Beck, de acuerdo a lo establecido por el Instituto nacional de abuso de
alcohol y alcoholismo), sino además, daños en páncreas, hígado, tracto gastrointestinal, el
sistema cardiovascular, el sistema inmunológico, así como los sistemas endocrino y nervioso.
(Beck, 1999).
Según Courtwright (2002), estas sustancias se han mantenido a lo largo de la historia, así
como se presentan en diversas culturas, atendiendo factores como la escala en la producción,
distribución y consumo, en la medida en que alrededor de estas se equiparan factores integradores
las cuales posibilitan su aceptación y el posicionamiento en el mercado.
Así mismo sustancias como las benzodiacepinas, suelen presentar un mayor grado de
consumo en la población femenina, atendiendo las facilidades en el acceso a estos medicamentos,
como resultados de dictámenes médicos.
Informe final 134
Entre los trastornos de personalidad allí diagnosticados, se presenta en mayor medida el
trastorno de personalidad antisocial, seguido por el trastorno de personalidad por dependencia,
sin embargo, contrario con la teoría, se presentó una mínima aparición del trastorno de
personalidad limítrofe, el cual según los estudios de Beck (1995) y Millon (1994), presenta una
alta comorbilidad con el consumo de sustancias psicoactivas.
El trastorno de personalidad asocial se presentó en tres de los siete pacientes encontrados,
en cuyos casos las edades no sobrepasaron los 22 años de edad, así como la sustancia de
consumo común a los tres individuos es la marihuana. Es preciso hacer mención en este punto
común en los tres sujetos, ya que si bien existen otras sustancias de consumo, esta última se
presenta como la sustancia de iniciación en la vida adictiva, al mismo tiempo que la edad de estos
sujetos de relaciona según los datos arrojados en la investigación, con el grupo poblacional de
mayor nivel de consumo. Así mismo, una de las dificultades culturales en relación a la
marihuana, radica en los efectos producidos por el consumo de esta sustancia, por cuanto difieren
según la personalidad del individuo (Beck, 1995). Motivo que ha llevado a que los sujetos
supriman los efectos adversos bajo la sensación de sedación y relajación que esta produce.
Sin embargo, efectos que van desde labilidad afectiva y depresión, hasta síndromes
amotivacionales y disminución de la memoria a corto plazo, así como enfermedades pulmonares
(Weiss y Cols. Citado por Beck,1999), son los elementos encontrados, en relación a los trastornos
de personalidad y consumo de esta sustancia, como por ejemplo en los trastornos antisociales,
Informe final 135
los cuales se caracterizan por la apatía y la falta de motivación hacia las actividades diarias, sin
mencionar las dificultades afectivas referentes a la expresión de sentimientos y emociones.
En lo referente al trastorno de personalidad por dependencia, se encontraron dos casos, de
los cuales se resaltan las edades de 68 y 33 años, siendo estos al igual que el sujeto con trastorno
de personalidad obsesivo-compulsivo con 67 años, los mayores del grupo.
Así mismo es de resaltar entre los datos obtenidos, la prevalencia masculina en este tipo
de población, en donde solamente se encontró la presencia de una mujer, la cual fue
diagnosticada con trastorno de personalidad por dependencia, lo anterior llama la atención en la
medida que los datos obtenidos para los trastornos de la personalidad según el género, arrojan un
porcentaje mayor en el número de mujeres en relación a hombres con este diagnóstico, lo cual
sugeriría una mayor presencia femenina en la relación, sin embargo, es explicable para un total de
7 casos la presencia de una mujer, si se tiene en cuenta que el diagnóstico por consumo de
sustancias psicoactivas, se presenta no sólo en mayor medida que los trastornos de la
personalidad, sino además, el género dominante en este trastorno, lo refieren los hombres.
Teniendo en cuenta factores como el número de sujetos encontrados con estas dos
categorías (trastornos de la personalidad y consumo de spa), como lo son: 3 personas son
diagnóstico de personalidad antisocial, 2 personas con trastorno por dependencia, 1 diagnóstico
por personalidad obsesivo-compulsivo y una persona con diagnóstico de personalidad limítrofe,
Informe final 136
se resalta la relación establecida por Beck, quien plantea que el trastorno antisocial de la
personalidad, así como el trastorno limítrofe presentan relación con el consumo de sustancias, al
igual que los trastornos obsesivo compulsivo y el trastorno por dependencia.
Sobresale así mismo, en este tipo de población la ausencia de estudios superiores,
encontrando en 2 casos, el ser bachilleres como el estudio de mayor nivel académico,
evidenciado en el trastorno de personalidad limítrofe y en uno de los dos casos de trastorno de
personalidad por dependencia. Lo anterior justificado en relación al auge de consumo de
sustancias psicoactivas entre los 16 a los 25 años; edades en las cuales se encuentra un estimado
de la población en los grados superiores de la básica secundaria, motivo que explicaría tanto
índices de deserción escolar, como bajo nivel académico.
Por otro lado, en el trastorno de personalidad por dependencia para los dos casos
encontrados, se presenta como rasgo común, el ser bachiller, así como las edades encontradas
corresponden a 68 y 33 años. En ambos casos, no se presenta el consumo de una sustancia
común, en cuanto uno de los casos presenta consumo de alcohol y benzodiacepinas, y el otro
presenta consumo de tetrahidrocanabidol.
Los trastornos de personalidad obsesivo-compulsivo y trastorno de personalidad limítrofe,
al presentarse como casos únicos en cuanto los resultados arrojados, presentan relación por el tipo
Informe final 137
de sustancia consumida como lo es el alcohol, la cual es explicable atendiendo al alto valor
integrador que presenta esta sustancia.
En lo referente a los trastornos de la personalidad como se hace mención en el marco
teórico, se presentan alteraciones en las cogniciones, las cuales se hacen manifiestas en los
sujetos al encaminar su pensamiento hacia la consecución de las sustancias psicoactivas,
limitando sus capacidades para reconocer la magnitud del problema así como el daño ocasionado
tanto al organismo, como a la familia y la sociedad.
Las alteraciones en el afecto, manifestadas por la hostilidad, la irritabilidad y la
impulsividad, desencadenan repercusiones en las relaciones interpersonales, generando
exclusión, como se encontró en varios de los sujetos, en los cuales se evidencia la expulsión de
colegios, así como el estar cumpliendo condena domiciliaria, o por el contrario, realizando
actuaciones en las cuales se llama la atención, como en el caso del trastorno limítrofe, donde el
sujeto recurre a la realización de actos con fuego así como cambios estéticos en su cuerpo.
Lo anterior evidenciando como característica de los trastornos de la personalidad el
pensamiento dicotómico, donde las acciones adquieren un carácter polarizado, extremista, donde
no se toleran puntos intermedios, sino que los sujetos atendiendo a las características del
trastorno, recurren al agravamiento de sus síntomas potenciado al agregar el componente de
consumo.
Informe final 138
6. CONCLUSIONES:
• El número diagnósticos por consumo de sustancias psicoactivas para el año 2008 fue
de 2582.
• El total de diagnósticos por trastornos de la personalidad para el año 2008 es de 409.
• El número de pacientes que presento consumo de sustancias psicoactivas en el año
2008 es de 329.
• El número de pacientes que presento un diagnostico de trastorno de la personalidad
en el año 2008 es de 112.
• Se encontró un total de 7 pacientes los cuales presentaron un diagnostico dual, en lo
referente al año 2008.
• La sustancia con mayor prevalencia en los pacientes duales, lo constituye el alcohol,
el cual se presento en 4 de los 7 pacientes, seguido por el cannabis con 3 pacientes y la
heroína con 2 pacientes.
Informe final 139
• 6 pacientes presentaron consumo de múltiples sustancias, presentándose en uno solo
de los casos el consumo de una única sustancia.
• Las edades de los pacientes con diagnostico dual, se encuentran comprendidas entre
los16 a los 33 años y de los 67 a los 68 años, presentándose en mayor medida la edad
de los 16 a los 33 años con un total de 5 casos de los 7 encontrados.
• El género masculino se presenta en mayor medida en relación al diagnostico dual,
presentándose en 6 casos, a diferencia del género femenino, el cual se evidencio en
uno de los casos.
• El trastorno de la personalidad más común en relación al consumo de sustancias
psicoactivas lo refiere el asocial, el cual se presento en 3 de los 7 pacientes, seguido
por el trastorno dependiente con 2 pacientes y los trastornos limítrofe y obsesivo
compulsivo, con 1 paciente cada uno.
• 3 de los pacientes con diagnostico dual, se presentan como bachilleres, seguido por 2
pacientes que cursan grado 9°, un paciente que se encuentra en 10° y uno en 6°, sin
embargo, los anteriores datos no se relacionan con un trastorno especifico de la
personalidad.
Informe final 140
7. RECOMENDACIONES
• Se recomienda establecer programas de prevención al consumo, enfocados en las
características descritas en el presente estudio, en cuanto estas posibilitan abordar las
problemáticas desde sus elementos susceptibles, posibilitando un mejor alcance en la
prevención de problemáticas como el consumo de sustancias psicoactivas, así como
una disminución de los factores agravantes en los trastornos de la personalidad.
• Es preciso establecer criterios en relación a la población femenina referente al
consumo de sustancias psicoactivas, atendiendo el descuido y la falta de investigación
en esta población especifica.
• Se debe tener en cuenta, una exploración más general en lo que respecta a los
antecedentes de los trastornos de la personalidad, en cuanto la información recolectada
presenta vacios referentes a la forma de valoración y establecimiento de los
diagnósticos.
• Atendiendo a la dificultad para el establecimiento de un diagnostico de personalidad,
es preciso el recurrir a otros medios de análisis como por ejemplo las distintas pruebas
psicométricas, enfocadas a delimitar los rasgos propios de la personalidad.
Informe final 141
8. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Informe final 148
ANEXOS
Anexo 1 Trastornos de la personalidad y consumo de sustancias psicoactivas rejilla de análisis
Código Edad Diagnóstico sustancias consumidas
T. Personalidad
Escolaridad Genero Procedencia
Anexo 2. Imagen validador de Rips
Informe final 149
Anexo 3. Datos por consumo de sustancias psicoactivas como primer diagnóstico
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Informe final 150
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Informe final 152
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Informe final 154
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Informe final 155
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Informe final 156
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Anexo 4. Datos por trastornos de la personalidad como primer diagnóstico
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Informe final 157
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Informe final 158
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Informe final 159
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Anexo 5. Imagen trastornos por consumo de sustancias psicoactivas.
Informe final 160
Anexo 6. Imagen trastornos de la personalidad
Informe final 161