“CARACTERIZACIÓN DE LA CANAL Y LA CARNE DEL · PDF fileEsta tesis Doctoral ha...
-
Upload
truongdien -
Category
Documents
-
view
280 -
download
33
Transcript of “CARACTERIZACIÓN DE LA CANAL Y LA CARNE DEL · PDF fileEsta tesis Doctoral ha...
““CCAARRAACCTTEERRIIZZAACCIIÓÓNN DDEE LLAA CCAANNAALL YY LLAA CCAARRNNEE DDEELL CCEERRDDOO CCRRIIOOLLLLOO YY DDEE LLOOSS PPRROODDUUCCTTOOSS CCÁÁRRNNIICCOOSS EENN EELL DDEEPPAARRTTAAMMEENNTTOO DDEE TTUUMMBBEESS ––PPEERRÚÚ””
Memoria presentada por
DAPHNE DORIS RAMOS DELGADO para optar al grado de Doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos
León, Octubre de 2008
Esta tesis Doctoral ha sido desarrollada principalmente con fondos del proyecto “A demostration project to eliminate cisticercosis in Perú and thus develop a model by which the disease may be eradicated in other parts of the world” CC80147. Financiado por la fundación Bill y Melinda Gates. Lima, Perú. Además, ha sido, también, financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional AECI, proyecto titulado “Actividades de formación y capacitación sobre tecnologías apropiadas de transformación de carne de cerdo con miras a la erradicación de la cisticercosis en el departamento de Tumbes”, del Programa de Cooperación Interuniversitaria para Latinoamérica A5909/2006. Finalmente, ha recibido apoyo económico de los fondos de investigación del Área de Tecnología de los Alimentos, de la Universidad de León.
A Dios, por estar conmigo en cada paso que doy y por haber puesto en mi camino a aquellas personas que han sido mi soporte y compañía durante el desarrollo de esta tesis.
A mi familia: mis padres, Silvia y Raúl y a mi hermana, Susanne, por que a ellos les debo el desarrollo de mi vida personal y profesional. Gracias por enseñarme lo que es la constancia y disciplina.
AGRADECIMIENTOS En primer lugar, agradecer a mi director de Tesis, Dr. Javier Mateo Oyagüe, por haber confiado en este proyecto y haber contribuido a su culminación, por su espíritu de trabajo, entrega constante, apoyo científico, y sobre todo, por su amistad. Al Dr. Armando González, por sus consejos, su apoyo incondicional, su amistad y confianza. Gracias por todo. A la Dra. Mª. Teresa López, por su ayuda para poder venir a León, por todos los consejos y datos de esta ciudad. Gracias. Al Departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos por haberme permitido utilizar y disponer de sus instalaciones y equipos. A todos los profesores y compañeros del Departamento de Higiene y Tecnología de los Alimentos, que de alguna manera han contribuido a que el trabajo diario sea más ameno y llevadero. Gracias: Montse, Avelino, Domingo, Ricardo, Dolores, Tania, Inés, Noelia, Pedro, Chema Castro, Chema Fresno, Hilda, Araceli, Mª. Eugenia, Teresa, Leticia y Bernardo, quien siempre está con una sonrisa y presto a ayudar, mi afectuoso reconocimiento. A los compañeros del Doctorado, Ana, Manuel, José Alfredo, Alicia, Avelino y muy en especial a Beatriz, por los momentos vividos desde el inicio del Doctorado y por brindarme su amistad.Gracias. A todas aquellas personas que contribuyeron en la realización de las diferentes fases de esta investigación, Martha, Viviana, Brenda, Gianina y Janine, a todos los trabajadores del CWGP de Tumbes, productores de cerdos, vendedores de productos cárnicos, gracias por su colaboración en todo momento. A todos los compañeros de Latinoamérica, que al igual que yo tienen que separarse de sus familias para poder realizar el sueño de ser Doctor. Hugo, Hilda, Julio, Francisco, Carmen, Adrián, Sandra, Jhon, y especialmente a Bettit y Mayte, por todos los momentos que hemos pasado, buenos y malos. Siempre las recordare como mis amigas y compañeras de viaje. Gracias. A la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, por haber contribuido a la realización de este trabajo mediante la adjudicación de la licencia. Al Cisticercosis Working Group in Perú, por haber contribuido económicamente. Muy en especial a Jaime Romero y Guillermo Gonzálvez, quienes me dieron todas las facilidades para realizar la tesis.
Resumen
RESUMEN
El cerdo criollo en Latinoamérica es un animal que ha sido tradicionalmente
aprovechado por su rusticidad y adaptabilidad al medio adverso donde vive.
Numerosas familias en el medio rural de Tumbes se dedican a la producción de
cerdo de traspatio. La economía de las familias que tiene este tipo de animales es
una economía de subsistencia, donde hay poca o nula inversión para la engorda del
cerdo. El presente trabajo se ha realizado para conocer las cualidades de la canal y
la carne del cerdo criollo de traspatio en la región de Tumbes, así como de los
principales tipos de productos cárnicos elaborados artesanalmente en la región con
la carne de esos cerdos: salchicha, cecina y rellena. El propósito de este estudio es
que sirva de base para futuras investigaciones conducentes a la optimización de la
producción porcina y de productos cárnicos y a la realización de actividades de
capacitación o de desarrollo rural.
En un primer experimento, se eligieron 6 villas del departamento de Tumbes y
se compraron 326 animales (aproximadamente 90% de animales de las 6 villas) de
los cuales se escogieron al azar 62, que se encontraban en la talla comercial de la
zona. Estos animales estuvieron sometidos a un sistema de crianza extensivo cuya
base de alimentación son los pastos naturales y una comida preparada por los
pobladores a base de restos de comida del hogar y de subproductos agrícolas que
son sometidos a ebullición antes de ser consumidos por los animales. Sobre estos
animales se evalúo la calidad de la canal y de la carne: peso vivo al sacrificio, peso y
rendimento de la canal, porcentaje de vísceras y cabeza sobre el peso vivo, medidas
morfométricas de la canal, % de cuartos traseros y delanteros sobre el peso de la
canal, porcentaje de los principales tejidos de la canal (hueso, músculo, grasa), pH
de la carne, composición proximal del músculo Longissimus dorsi y de la grasa
subcutánea, contenido en elemento minerales del músculo L. dorsi, perfil de ácidos
grasos y contenido en retinol y tocoferoles de la grasa subcutánea y, finalmente, las
características de calidad tecnológica de la carne como la dureza, la capacidad de
retención de agua y el color.
En un segundo experimento se realizaron 2 encuestas a más de 200 familias
de distintas villas de Tumbes. En estas encuestas se preguntó a los productores de
cerdo su apreciación sobre diferentes aspectos relativos a la elaboración de
Resumen
productos cárnicos: en qué medida se conocen, en qué medida se elaboran y cómo
se valora la posibilidad de su elaboración. La segunda encuesta se realizó a los
consumidores preguntando sobre el consumo y la aceptación de los productos
cárnicos de cerdo.
La tercera parte del trabajo consistió en caracterizar el proceso de elaboración
y la composición de los productos cárnicos típicos de la zona como son la salchicha,
cecina y rellena, así como estudiar la evolución de su calidad durante el secado y/o
conservación. Para ello se tomaron de 11 a 16 muestras de cada uno de los
productos mencionados se determinaron diferentes parámetros físico-químicos: pH,
aw, color, composición proximal, colágeno, contenido en elementos minerales, ácidos
orgánicos, azúcares y sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico. Además, se
tomaron otras 6 muestras de cada producto y se estudió la evolución de los
parámetros mencionados parámetros y de parámetros sensoriales durante el secado
y/o la conservación de la salchicha, cecina y rellena. El secado y conservación
fueron llevados a cabo de la forma más frecuentemente utilizada en la zona. En esta
parte, también se realizaron encuestas abiertas a varias familias elaboradoras de
esos productos cárnicos en las que se preguntaban la metodología de elaboración.
El cerdo criollo de Tumbes de traspatio, en comparación con los datos
consultados en la bibliografía para los tipos de cerdos más convencionales, criollos o
no, producidos en unidades productivas con mayor grado de tecnificación, presentó
un muy bajo peso vivo a edad adulta, bajo rendimiento de la canal y, en general, una
mala aptitud para la producción cárnica. El estado de engrasamiento de la canal fue
pobre, aunque el contenido en grasa intramuscular fue relativamente elevado.
Aproximadamente un 10% de los cerdos presentaron en la grasa subcutánea un
inusualmente elevado contenido acuoso y bajo contenido graso. El perfil medio de
los ácidos grasos de la grasa subcutánea presentó un alto contenido en ácidos
grasos poliinsaturados y bajo contenido en monoinsaturados comparado con los
valores normales de la carne de cerdo; especialmente elevada fue la cantidad de
C18:3 n-3. Los contenidos en tocoferoles fueron claramente superiores a los
encontrados en carne de cerdos alimentados en sistemas intensivos con dietas no
suplementadas con tocoferoles. Para la mayor parte de las características de la
calidad tecnológica, los valores encontrados estuvieron dentro de los rangos
Resumen
obtenidos de la bibliografía para la carne de cerdo. No obstante, se observó un valor
b* inusualmente elevado.
Por otra parte, la producción de cerdo criollo de traspatio en el ámbito familiar
es una práctica extendida en el medio rural del departamento de Tumbes. Los
productores de cerdos suelen vender el cerdo vivo a intermediarios. El sacrificio del
animal, la obtención de carne fresca y/o la elaboración de productos cárnicos parece
ser mucho menos frecuente y tiene la finalidad del autoconsumo, venta vecinal y en
unos pocos casos en mercados locales. El consumo de carne fresca se prefiere
sobre los productos cárnicos. Actualmente, no parece haber suficientes recursos
como para que los pobladores de la región incrementen la elaboración de productos
cárnicos respecto a la cantidad y los tipos de productos.
La salchicha elaborada en Tumbes de forma artesanal es un preparado
cárnico fresco embutido, que es mantenido antes de su consumo, al menos parte del
tiempo, a temperatura ambiente (25-30 ºC). Las características intrínsecas del
producto (pH próximo al de la carne y alta aw) y las condiciones de conservación
más usuales en la zona hacen que el producto a las pocas horas de su elaboración
represente un peligro bacteriano de enfermedad alimentaria asociado a su consumo
y que la vida útil sensorial sea corta (pocos días), debido probablemente a acción de
la microbiota o de las enzimas endógenas.
La cecina es un preparado cárnico adobado sometido a un breve secado a
temperatura ambiente. Al igual que lo dicho para la salchicha, el consumo de cecina
a las pocas horas de elaboración representa un peligro sanitario y su la vida útil
sensorial es corta, inferior a la de la salchicha, debido a una evidente alteración
microbiana.
La rellena es un embutido de sangre cocido, con una contaminación
microbiana después de la cocción extremadamente elevada y, consecuentemente,
una vida útil muy corta (menos de una semana), que podría aumentarse mediante
higiene en la elaboración, buena calidad higiénica en la materia prima, suficiente
tratamiento térmico y conservación en frío. La rellena es un buen sustrato para el
crecimiento de todos los grupos microbianos estudiados.
Como conclusiones del trabajo, en primer lugar, cabe señalar que el sistema
de producción de este cerdo, aunque tiene un costo de producción casi nulo, no
parece ser ni apropiado, ni sostenible, requiriéndose medidas para su optimización.
Resumen
Dos medidas que se podrían estudiar para dicha optimización son: i) mejorar el
sistema actual de producción de traspatio con miras al autoconsumo familiar o
vecinal, ii) favorecer la concentración de la producción en menos unidades de mayor
tamaño a la vez de fomentar la aparición de microempresas locales dedicadas a la
comercialización de carne y elaboración y comercialización de de productos cárnicos
a nivel local o vecinal.
Los resultados obtenidos de la medición de las características de calidad de la
carne de cerdo criollo de traspatio de Tumbes pueden servir como punto de partida
para el estudio del efecto que puede tener cualquier acción de mejora del sistema de
producción porcina en la zona sobre la calidad de la carne.
Además, con el estudio de la salchicha, cecina y rellena se ha caracterizado
el proceso de elaboración y conservación, así como la composición química de los
preparados cárnicos principales de la zona: salchicha, cecina y rellena. Estos
resultados se pueden utilizar para acciones de capacitación y para la búsqueda de
alternativas que mejoren la conservabilidad de los productos mencionados. En este
sentido, probablemente, la mejor opción para conseguir eliminar el peligro bacteriano
y aumentar la vida útil significativamente de la salchicha sea la adición de azúcares
fermentables a la masa en cantidad suficiente como para que el pH descienda a
valores de 4,6 o inferiores. Además, una opción para eliminar el riesgo sanitario y
aumentar la vida útil podría ser el salado intenso de la carne para reducir su aw por
debajo de 0,85 y la posterior preparación de la cecina mediante desalado en agua,
adobo y secado, previa al consumo (que debería realizarse en las horas siguientes).
Índice
ÍNDICE
I-INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 1
I.1.-GENERALIDADES............................................................................................................ 1
I.2. EL CERDO CRIOLLO EN LATINOAMÉRICA Y EN PERÚ............................................... 3
I.2.1. Generalidades ........................................................................................................ 3
I.2.2. Ejemplos de estudios sobre cerdos criollos latinoamericanos................................ 5
I.3. EL DEPARTAMENTO DE TUMBES, CARACTERÍSTICAS SOCIO-ECONÓMICAS Y
CRIANZA DEL CERDO EN LA REGIÓN .............................................................................. 10
I.3.1. Generalidades ...................................................................................................... 10
I.3.2. Características socio-económicas de la población campesina en la región......... 11
I.3.3. Actividad pecuaria en Tumbes.............................................................................. 12
I.3.4. La crianza del cerdo criollo en la región ............................................................... 13
I.4. CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN LA CALIDAD DE CANAL PORCINA ................... 16
I.4.1. Generalidades ...................................................................................................... 16
I.4.2. El rendimiento de la canal al sacrificio.................................................................. 17
I.4.3. Peso de sacrificio.................................................................................................. 19
I.4.4. La conformación ................................................................................................... 20
I.4.5. Engrasamiento...................................................................................................... 22
I.4.6. El despiece o composición regional...................................................................... 25
I. 4.7. La composición de la canal.................................................................................. 25
I.5. CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN LA CALIDAD DE LA CARNE DE CERDO........... 30
I.5.1. pH de la carne ...................................................................................................... 32
I.5.2. Color de la carne .................................................................................................. 35
I.5.3. Capacidad de Retención de Agua ........................................................................ 38
1.5.4. Dureza ................................................................................................................. 40
1.5.5. Composición química de la carne, composición proximal ................................... 41
I.5.6. Composición de la grasa ...................................................................................... 46
I.6. CONSUMO Y CONSERVACIÓN DE CARNE, DE LA PREHISTORIA A LA HISTORIA 52
I.7. PRODUCTOS CÁRNICOS EN EUROPA Y EN LATINOAMÉRCIA. PERSPECTIVA
HISTÓRICA. CLASIFICACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS ................................... 54
I.7.1.Perspectiva histórica en Europa ............................................................................ 54
1.7.2. Perspectiva histórica en Latinoamérica ............................................................... 57
I.7.3. Productos cárnicos latinoamericanos ................................................................... 61
Índice
I.7.3.1. El charqui (o charque) y otros productos cárnicos crudos de humedad
intermedia elaborados en diversas regiones de latinoamérica.................................. 61
I.7.3.2. Productos y preparados cárnicos criollos ...................................................... 64
I.7.3.3.Productos cárnicos similares a los europeos.................................................. 66
I.8. EMBUTIDOS FRESCOS DE CERDO (SALCHICHAS O CHORIZOS)........................... 68
I.8.1. Introducción .......................................................................................................... 68
I.8.2. Proceso de elaboración de los embutidos frescos ............................................... 69
I.8.3. Materia prima e ingredientes utilizados ................................................................ 71
I.9.CECINA DE CERDO ........................................................................................................ 77
I.10. EMBUTIDOS DE SANGRE ........................................................................................... 78
I.10.1. Introducción ........................................................................................................ 78
I.10.2. Proceso de elaboración ...................................................................................... 79
I.10.2. Clasificación de los embutidos de sangre........................................................... 83
I.10.3. Consideraciones sobre las materias primas....................................................... 84
I.11. PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS PERUANOS ELABORADOS CON CARNE DE
CERDO.................................................................................................................................. 90
I.11.1. Salchicha tipo Huacho o Colorada...................................................................... 91
I.11.2. Chorizo Fresco ................................................................................................... 93
I.11.3. Morcilla y relleno (o rellena)................................................................................ 96
I.12. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS................................................................................. 101
Contexto y precedentes ............................................................................................... 101
Primer objetivo ............................................................................................................. 101
Segundo objetivo ......................................................................................................... 102
II- MATERIALES Y MÉTODOS ........................................................................................... 103
II.1.-PLAN EXPERIMENTAL, ESTRUCTURA DEL TRABAJO ........................................... 103
II.2-EXPERIMENTO 1. CALIDAD DE LA CANAL Y LA CARNE DE CERDO ..................... 104
II.2.1. Localización del estudio..................................................................................... 104
II.2.2. Material animal .................................................................................................. 105
II.2.3. Materiales y equipos generales ......................................................................... 105
II.2.4. Metodología ....................................................................................................... 107
II.2.4.1. Muestreo y determinación de los parámetros definitorios de la calidad de la
canal ........................................................................................................................ 107
II.2.4.2. Análisis proximal del músculo Longissimus dorsi y de la grasa dorsal....... 111
Humedad ..................................................................................................................... 111
Grasa ........................................................................................................................... 112
Nitrógeno Total (NT) – Proteína bruta ......................................................................... 113
Índice
Cenizas........................................................................................................................ 114
II.2.4.3. Determinación del contenido en elementos minerales ............................... 116
II.2.4.4. Capacidad de retención de agua (pérdidas por goteo y cocción)............... 117
II.2.4.5. Determinación instrumental del color y la concentración de mioglobina .... 118
II.2.4.6. Determinación instrumental de la dureza ................................................... 118
II.2.4.7. Ácidos grasos ............................................................................................. 119
II.2.4.8. Retinol y Vitamina E.................................................................................... 121
II.3-EXPERIMENTO 2. ENCUESTAS DE APRECIACIÓN DE LOS PRODUCTOS
CÁRNICOS TÍPICOS DE LA REGIÓN POR LOS PRODUCTORES DE CERDO Y DE
ACEPTACIÓN DE DICHOS PRODUCTOS POR LOS CONSUMIDORES......................... 123
II.3.1. Lugares del estudio ........................................................................................... 123
II.3.2. Tamaño de muestra........................................................................................... 123
II.3.2. Validación de las encuestas .............................................................................. 124
Encuesta Nº 1...................................................................................................................... 125
Encuesta Nº 2...................................................................................................................... 128
II.4. EXPERIMENTO 3. CARACTERIZACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS
DE LA REGIÓN (SALCHICHA, CECINA, RELLENA) ......................................................... 131
II.4.1. Lugares del estudio ........................................................................................... 131
a) Caracterización de los productos cárnicos típicos (salchicha, cecina y rellena) . 131
b) Evolución de los parámetros físico-químicos y microbiológicos de los productos
cárnicos típicos durante su secado-conservación ................................................... 131
II.4.2. Materiales y equipos generales ......................................................................... 132
II.4.3. Metodología ....................................................................................................... 132
II.4.3.1. Recopilación de datos sobre el proceso de elaboración de los productos
cárnicos típicos mediante encuesta a los elaboradores .......................................... 132
a) Caracterización de los productos cárnicos típicos (salchicha, cecina y rellena) 133
b) Estudio de la evolución de los parámetros físico-químicos y microbiológicos de los
productos cárnicos durante su secado-conservación.............................................. 133
II.4.3.3. Análisis realizados en la caracterización de los productos y en la evolución
durante secado y conservación. .............................................................................. 134
II.4.3.4. Composición proximal................................................................................. 135
II.4.3.5. Fibra dietética total...................................................................................... 135
II.4.3.6. Colágeno (hidroxiprolina)............................................................................ 136
II.4.3.7. pH ............................................................................................................... 138
II.4.3.8. aw ................................................................................................................ 139
II.4.3.9. Parámetros del color L*, a* y b*.................................................................. 139
Índice
II.4.3.10. Sustancias reactivas al ácido 2-tiobarbitúrico (ATB) ................................ 139
II.4.3.11. Azúcares ................................................................................................... 140
II.4.3.12. Ácidos orgánicos....................................................................................... 142
II.4.3.13. Determinación del contenido en elementos minerales ............................. 143
II.4.3.14. Análisis microbiológicos............................................................................ 143
II.4.3.15. Análisis sensoriales .................................................................................. 147
III. RESULTADOS ............................................................................................................... 149
III.1. PRIMER EXPERIMENTO. CARACTERIZACIÓN DE LA CARNE DEL CERDO
CRIOLLO EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ............................................... 149
III.2. SEGUNDO EXPERIMENTO. ENCUESTAS A LOS POBLADORES DE VARIAS VILLAS
DEL DEPARTAMENTO DE TUMBES SOBRE APRECIACIÓN Y ACEPTACIÓN DE LOS
PRODUCTOS CÁRNICOS ELABORADOS CON CARNE DE CERDO ............................. 160
III.2.1. Encuesta sobre la apreciación que tienen los productores de cerdos de los
productos cárnicos elaborados con carne de cerdo .................................................... 160
III.2.2. Encuesta sobre aceptación de los productos cárnicos elaborados con carne de
cerdo por los consumidores del medio rural la región ................................................. 163
III.3. TERCER EXPERIMENTO. CARACTERIZACIÓN Y ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE
LA CALIDAD DURANTE EL SECADO Y CONSERVACIÓN DE LOS PRODUCTOS
CÁRNICOS TÍPICOS ELABORADOS EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ
(SALCHICHA, CECINA Y RELLENA) ................................................................................. 169
III.3.1. Caracterización de los productos cárnicos típicos elaborados artesanalmente en
el departamento de Tumbes – Perú ............................................................................ 169
III.3.1.1. Salchicha ................................................................................................... 169
III.3.1.2. Cecina........................................................................................................ 175
III.3.1.3. Rellena....................................................................................................... 180
III.3.2. Evolución de los parámetros físico-químicos de los productos cárnicos típicos de
Tumbes durante el periodo de secado y/o conservación en las condiciones utilizadas
por los productores ...................................................................................................... 185
III.3.2.1. Salchicha ................................................................................................... 185
III.3.2.2. Cecina........................................................................................................ 190
III.3.2.3. Rellena....................................................................................................... 194
IV. DISCUSIÓN ................................................................................................................... 198
IV.1. CARACTERIZACIÓN DE LA CANAL Y CARNE DE CERDO CRIOLLO EN EL
DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ........................................................................... 198
IV.1.2. Características de la canal del cerdo criollo de Tumbes .................................. 205
IV.1.3. Características de la carne y de la grasa ......................................................... 211
Índice
IV.2. APRECIACIÓN Y ACEPTACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS ELABORADOS
CON CARNE DE CERDO ................................................................................................... 230
IV.2.1. Encuesta sobre la apreciación que tienen los productores de cerdos de los
productos cárnicos elaborados con carne de cerdo .................................................... 230
IV.2.2. Encuesta sobre aceptación de los productos cárnicos elaborados con carne de
cerdo por los consumidores del medio rural la región ................................................. 231
IV.3. CARACTERIZACIÓN Y ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE LA CALIDAD DURANTE
EL SECADO Y CONSERVACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS
ELABORADOS EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ (SALCHICHA, CECINA Y
RELLENA) ........................................................................................................................... 233
IV.3.1. Salchicha.......................................................................................................... 233
IV.3.2. Cecina .............................................................................................................. 243
IV.3.3. Rellena ............................................................................................................. 248
V. CONCLUSIONES ........................................................................................................... 259
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS............................................................................... 263
Índice
LISTA DE FIGURAS
Figura Página
I.3.1. Ubicación del Departamento de Tumbes, Perú 11
I.8.1. Diagrama del proceso de elaboración de los embutidos 71
I.10.1. Diagrama de flujo del proceso general de elaboración
de los embutidos de sangre. 83
I.11.1. Diagrama de flujo de la fabricación de la salchicha
de Huacho o colorada. 92
I.11.2. Diagrama de flujo de la fabricación del chorizo fresco. 95
I.11.3. Diagrama de flujo de la fabricación de la morcilla. 97
II.2.1. Mapa de Tumbes donde se resaltan las villas
muestreadas en el primer experimento. 104
II.2.2. Estándares propuestos por la UE para obtención de
canales de cerdo 108
III.2.1. Histograma donde se representa la distribución de las
villas en función del número de familias encuestadas
por villa. 160
III.2.2. Histograma donde se representa la distribución de las
villas en función del número de familias encuestadas
por villa. 164
III.2.3. Distribución del consumo de carne y productos derivados
por las familias encuestadas en distintas villas de la
región de Tumbes. 165
III.2.4. Frecuencia mensual de consumo de carne y otros
Índice
productos cárnicos por las familias de las villas de la
región de Tumbes. 166
III.2.5. Distribución del consumo de carne de cerdo y
productos derivados por meses por las familias de las
villas de Tumbes. 167
III.3.2. Apariencia de la salchicha de Tumbes elaborada
artesanalmente. 172
III.3.2. Apariencia de la cecina después del adobo y antes de ser
colgada para su secado. A la izquierda se adobaron
costillas y a la derecha filetes de pierna. 177
III.3.3. Foto con los ingredientes de la rellena (izquierda) y con las
rellenas en la cocción. 182
III.3.4. Evolución de los recuentos de flora aerobia mesófila viable
(FAMV) en la superficie de la tripa o en la masa de la
salchicha a lo largo del secado-conservación. 189
III.3.5. Evolución de los recuentos de micrococos, enterobacterias,
mohos y levaduras y bacterias ácido lácticas (BAL) en la
masa de la salchicha a lo largo del secado-conservación. 189
III.3.6. Evolución de los recuentos de flora aerobia mesófila viable
(FAMV) en la superficie de la tripa o en la masa de la cecina
a lo largo del secado-conservación. 193
III.3.7. Evolución de los recuentos de micrococos, enterobacterias,
mohos y levaduras y bacterias ácido lácticas (BAL) en la
masa de la rellena a lo largo del secado-conservación. 193
III.3.8. Evolución de los recuentos de flora aerobia mesófila viable
(FAMV) en la superficie de la tripa o en la masa de la rellena
a lo largo del secado-conservación.
196
Índice
III.3.9. Evolución de los recuentos de micrococos, enterobacterias,
mohos y levaduras y bacterias ácido lácticas (BAL) en la
masa de la rellena a lo largo del secado-conservación. 197
IV.1.1. Histograma de la distribución de los cerdos muestreados
por edad estimada. 201
IV.1.2. Ecuación de la regresión lineal entre peso vivo de los
cerdos y edad estimada. 201
IV.1.3. Histograma con la distribución de los cerdos muestreados
de acuerdo a su peso vivo. 202
IV.1.4. Foto con alguna de las muestras del lomo utilizadas para
el análisis de la composición proximal del músculo
Longissimus dorsi. 214
IV.1.5. Distribución de las muestras según el % de grasa en el
tejido graso subcutáneo (grasa dorsal). 217
IV.1.6. Distribución de las muestras según el % de humedad en
el tejido graso subcutáneo (grasa dorsal). 218
Índice
LISTA DE TABLAS
Tabla Página
I.2.1. Población Porcina por departamentos en Perú. 9
I. 2.2. Categorización de la población del porcino peruano. 9
I.4.1. Distribución de la grasa de la canal según especies. 23
I.5.1 Composición proximal de la carne de distintas especies
animales. 42
I.5.2. Contenido lipídico (%) de algunos músculos del cerdo
Large White en edad de sacrificio. 45
I.5.3. Contenido en triglicéridos y fosfolípidos (en g por 100g
de músculo) de diferentes músculos. 47
I.5.4. Comparación en lípidos intramusculares de Longissimus
dorsi de razas de cerdos puros. 48
I.5.5. Perfil de ácidos grasos de depósito intramuscular de
las diferentes especies animales de consumo. 49
I.8.1. Composición de diversos embutidos frescos de
Latinoamérica. 72
I.10.1. Composición de diversos embutidos de sangre latinoamericanos. 89
I.11.1. Cantidad de productos cárnicos producidos en el 2006 en Perú. 90
I.11.2. Composición de la salchicha de Huacho o colorada. 92
I.11.3. Composición química de salchichas tipo Huacho. 93
I.11.4. Contenido de ácidos grasos en salchichas tipo Huacho. 93
Índice
I.11.5. Composición química del chorizo 95
I.11.6. Contenido de ácidos grasos en el chorizo 96
I.11.7. Calidad extrafino, fino y extra del Relleno y la Morcilla
según sus ingredientes. 98
I.11.8. Requisitos de composición de la Morcilla y el Relleno
de primera categoría. 98
I.11.9. Valor nutritivo del relleno, expresado por 100 g de producto. 99
I.11.10. Valor nutricional de hortalizas utilizadas en la elaboración
del relleno expresada por 100 g de hortaliza. 100
II.1. Distribución de villas por estrategias del proyecto
“Eliminación de Cisticercosis”, Tumbes, Perú. 123
III.1.1. Peso vivo, medidas morfométricas y peso post mortem
(cm o kg) y porcentaje en peso de la canal y otras partes
comestibles del animal con respecto al peso vivo. 150
III.1.2. Peso de la canal fría (kg), medidas morfométricas de la canal
y la media canal (cm) y medidas del estado de engrasamiento
de la canal del cerdo criollo (cm, g o porcentajes). 151
III.1.3. Peso de la media canal (kg) y porcentajes de los cuartos
delantero y trasero y de los tejidos obtenidos por disección
de la media canal izquierda del cerdo criollo peruano. 153
III.1.4. Determinaciones del pH de la canal a nivel de los músculos
Longissimus dorsi thoracis, Longissimus dorsi lumborum
y Semimembranosous a los 45 min y 24 h post mortem. 154
III.1.5. Porcentajes de la composición proximal del músculo Longissimus
dorsi y de la grasa subcutánea del cerdo criollo peruano.
Los porcentajes de proteína, grasa intramuscular y cenizas
Índice
se xpresaron en base seca. 155
III.1.6. Contenido de minerales en el músculo Longissimus dorsi
del cerdo criollo peruano. 155
III.1.7. Propiedades funcionales de capacidad de retención de
agua, color y dureza del Longissimus dorsi del cerdo criollo. 156
III.1.8. Ácidos grasos presentes en la grasa subcutánea del
cerdo criollo peruano (porcentaje respecto al total de
ácidos grasos). 158
III.1.9. Resumen (sumatorias y cocientes de interés) de la
composición media de los ácidos grasos de la grasa
subcutánea del cerdo criollo de Tumbes. 159
III.1.10. Concentración de retinol y tocoferoles en la grasa
subcutánea del cerdo criollo, expresado en µg 100g -1 de
tejido graso. 159
III.2.1. Promedio, desviación estándar y rango del tiempo de
duración de los productos cárnicos (cecina, salchicha
y rellena) conservados en refrigeración y sin refrigeración
(Tumbes, Perú). 163
III.2.2. Número de familias de acuerdo a la fuente de abastecimiento
de la carne de cerdo y de sus productos derivados. 168
III.3.1. Frecuencias de uso de diversos ingredientes utilizados en la
elaboración de salchicha. 170
III.3.2. Parámetros de la composición de la salchicha de Tumbes. 174
III.3.3. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB),
expresado como mg de malonaldehído por kg de
producto en la salchicha de Tumbes. 174
Índice
III.3.4. Frecuencias de uso de los diversos ingredientes utilizados en
la elaboración de cecina.
III.3.5. Parámetros de composición de la cecina de Tumbes en
el expendio. 178
III.3.6. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido
en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB),
expresado como mg de malonaldehído por kg de producto
en la cecina de Tumbes. 179
III.3.7. Frecuencias de uso de diversos ingredientes utilizados en
la elaboración de rellena. 181
III.3.8. Parámetros de composición de la rellena de Tumbes. 184
III.3.9. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB),
expresadas como mg de malonaldehído por kg de producto
en la rellena de Tumbes. 185
III.3.10. Cambios en la composición de la salchicha de Tumbes
durante el periodo de secado-conservación. 186
III.3.11. Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y
contenido en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
(SRATB), expresado como mg de malonaldehído por kg
de producto, durante el secado-conservación de la salchicha
de Tumbes. 187
III.3.12. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas
alteraciones sensoriales en la salchicha de Tumbes. 187
III.3.13. Cambios en la composición de la cecina de Tumbes durante
el periodo de secado-conservación. 191
III.3.14. Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y
Índice
contenido en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
(SRATB), expresado como mg de malonaldehído por kg
de producto, durante el secado-conservación de la cecina
de Tumbes. 191
III.3.15. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas
alteraciones sensoriales en la cecina de Tumbes. 192
III.3.16. Cambios en la composición de la rellena de Tumbes durante
el periodo de secado-conservación. 194
III.3.17. Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color
y contenido en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
(SRATB), expresado como mg de malonaldehído por kg
de producto, durante la conservación de la rellena de Tumbes. 195
III.3.18. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas
alteraciones sensoriales en la rellena de Tumbes. 195
IV.1.1. Contenido en elementos minerales (mg 100 g-1) de la carne
del lomo de distintos tipos de cerdos, cerdo comercial del
mercado occidental, cerdo autóctono Chato Murciano y sus
cruces, cerdo criollo de Tumbes de traspatio. 219
Índice
LISTA DE TABLAS
Tabla Página
I.4.1. Distribución de la grasa de la canal según especies. 23
I.5.1 Composición proximal de la carne de distintas especies
animales. 42
I.5.2. Contenido lipídico (%) de algunos músculos del cerdo
Large White en edad de sacrificio. 45
I.5.3. Contenido en triglicéridos y fosfolípidos (en g por 100g
de músculo) de diferentes músculos. 47
I.5.4. Comparación en lípidos intramusculares de Longissimus
dorsi de razas de cerdos puros. 47
I.5.5. Perfil de ácidos grasos de depósito intramuscular de
las diferentes especies animales de consumo. 49
I.8.1. Composición de diversos embutidos frescos de
Latinoamérica. 72
I.10.1. Composición de diversos embutidos de sangre latinoamericanos. 89
I.11.1. Cantidad de productos cárnicos producidos en el 2006 en Perú. 90
I.11.2. Composición de la salchicha de Huacho o colorada. 92
I.11.3. Composición química de salchichas tipo Huacho 93
Índice
I.11.4. Contenido de ácidos grasos en salchichas tipo Huacho 93
I.11.5. Composición química del chorizo 95
I.11.6. Contenido de ácidos grasos en el chorizo 96
I.11.7. Calidad extrafino, fino y extra del Relleno y la Morcilla
según sus ingredientes. 98
I.11.8. Requisitos de composición de la Morcilla y el Relleno
de primera categoría. 98
I.11.9. Valor nutritivo del relleno, expresado por 100 g de producto. 99
I.11.10. Valor nutricional de hortalizas utilizadas en la elaboración
del relleno expresada por 100 g de hortaliza. 100
II.1.1. Distribución de villas por estrategias del proyecto
“Eliminación de Cisticercosis”, Tumbes, Perú. 123
III.1.1. Peso vivo, medidas morfométricas y peso post mortem
(cm o kg) y porcentaje en peso de la canal y otras partes
comestibles del animal con respecto al peso vivo. 150
III.1.2. Peso de la canal fría (kg), medidas morfométricas de la canal
y la media canal (cm) y medidas del estado de engrasamiento
de la canal del cerdo criollo (cm, g o porcentajes). 151
III.1.3. Peso de la media canal (kg) y porcentajes de los cuartos
delantero y trasero y de los tejidos obtenidos por disección
de la media canal izquierda del cerdo criollo peruano. 153
III.1.4. Determinaciones del pH de la canal a nivel de los músculos
Longissimus dorsi thoracis, Longissimus dorsi lumborum
y Semimembranosous a los 45 min y 24 h post mortem. 154
III.1.5. Porcentajes de la composición proximal del músculo
Longissimus dorsi y de la grasa subcutánea del cerdo criollo
Índice
Peruano. Los porcentajes de proteína, grasa intramuscular
y cenizas se expresaron en base seca. 155
III.1.6. Contenido de minerales en el músculo Longissimus dorsi
del cerdo criollo peruano. 155
III.1.7. Propiedades funcionales de capacidad de retención de
agua, color y dureza del Longissimus dorsi del cerdo criollo. 156
III.1.8. Ácidos grasos presentes en la grasa subcutánea del
cerdo criollo peruano (porcentaje respecto al total de
ácidos grasos). 158
III.1.9. Resumen (sumatorias y cocientes de interés) de la
composición media de los ácidos grasos de la grasa
subcutánea del cerdo criollo de Tumbes. 159
III.1.10. Concentración de retinol y tocoferoles en la grasa
subcutánea del cerdo criollo, expresado en µg 100g -1 de
tejido graso. 159
III.2.1. Promedio, desviación estándar y rango del tiempo de
duración de los productos cárnicos (cecina, salchicha
y rellena) conservados en refrigeración y sin refrigeración
(Tumbes, Perú). 163
III.2.2. Número de familias de acuerdo a la fuente de abastecimiento
de la carne de cerdo y de sus productos derivados. 168
III.3.1. Frecuencias de uso de diversos ingredientes utilizados en la
elaboración de salchicha. 170
III.3.2. Parámetros de la composición de la salchicha de Tumbes. 174
III.3.3. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB),
expresado como mg de malonaldehído por kg de
Índice
producto en la salchicha de Tumbes. 174
III.3.4. Frecuencias de uso de los diversos ingredientes utilizados en
la elaboración de cecina. 177
III.3.5. Parámetros de composición de la cecina de Tumbes en
el expendio. 178
III.3.6. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido
en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB),
expresado como mg de malonaldehído por kg de producto
en la cecina de Tumbes. 179
III.3.7. Frecuencias de uso de diversos ingredientes utilizados en
la elaboración de rellena. 181
III.3.8. Parámetros de composición de la rellena de Tumbes. 184
III.3.9. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB),
expresadas como mg de malonaldehído por kg de producto
en la rellena de Tumbes. 185
III.3.10. Cambios en la composición de la salchicha de Tumbes
durante el periodo de secado-conservación. 186
III.3.11. Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y
contenido en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
(SRATB), expresado como mg de malonaldehído por kg
de producto, durante el secado-conservación de la salchicha
de Tumbes. 187
III.3.12. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas
alteraciones sensoriales en la salchicha de Tumbes. 187
III.3.13. Cambios en la composición de la cecina de Tumbes durante
el periodo de secado-conservación. 190
Índice
III.3.14. Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y
contenido en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
(SRATB), expresado como mg de malonaldehído por kg
de producto, durante el secado-conservación de la cecina
de Tumbes. 191
III.3.15. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas
alteraciones sensoriales en la cecina de Tumbes. 191
III.3.16. Cambios en la composición de la rellena de Tumbes durante
el periodo de secado-conservación. 193
III.3.17. Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color
y contenido en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico
(SRATB), expresado como mg de malonaldehído por kg
de producto, durante la conservación de la rellena de Tumbes. 194
III.3.18. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas
alteraciones sensoriales en la rellena de Tumbes. 194
IV.1.1. Contenido en elementos minerales (mg 100 g-1) de la carne
del lomo de distintos tipos de cerdos, cerdo comercial del
mercado occidental, cerdo autóctono Chato Murciano y sus
cruces, cerdo criollo de Tumbes de traspatio. 218
Introducción ___________________________________________________________________________
1
I-INTRODUCCIÓN
I.1.-GENERALIDADES
El panorama actual de las actividades agrarias y ganaderas predominantes en
el sistema pecuario peruano parece insostenible. El proceso de globalización en el
país ya está en marcha, vistos los tratados de libre comercio que se evalúan en la
actualidad. En este contexto, el país debe buscar un desarrollo apropiado, como el
que persiguen diversas iniciativas para propiciar una serie de cambios en la
producción animal relacionadas con el desarrollo sostenible de las explotaciones
pecuarias y el aprovechamiento integral de los recursos naturales. Algunas de estas
iniciativas se basan en la explotación de plantas y animales de razas o tipos rústicos
adaptados a medios adversos (Chou, 2006). Los animales autóctonos o introducidos
hace ya mucho tiempo han estado ligados por siglos a medios ambientes
característicos que han hecho que se adapten y seleccionen, creándose en estos
aptitudes que aportan un desarrollo económico sostenido y sostenible, asegurando
el arraigo de los pueblos a su tierra, evitando la transculturación y la implantación de
modificadores de las más ancestrales tradiciones (Delgado, 2000). Más aún el
consumo y uso local de tipos o procesos especiales ha creado nichos de mercado
localizados que de alguna manera han preservado costumbres regionales.
En este sentido, el Perú cuenta con una gran riqueza de animales autóctonos
completamente adaptados al medio ambiente en sus ocho regiones naturales, que
tienen características altitudinales y meteorológicas completamente diferentes
(Gómez, 2004). Entre ellos está el cerdo, introducido por los colonos de la península
Ibérica hace más de 4 siglos, del cual se desarrolló el tipo ”local“ llamado “indígena”
o “criollo” (Scarpa et al., 2003). Estos cerdos criollos esta adaptados, más que nada,
a la supervivencia en un entorno de recursos nutritivos y de manejo limitados. Por
ejemplo, el tamaño de camada y la velocidad de crecimiento son menores que en el
caso de razas mejoradas, pero esto les ayuda para enfrentarse a condiciones de
crianza más bien limitadas.
El cerdo criollo es considerado como una especie que ha ayudado a la
economía de subsistencia característica de muchas familias campesinas, que han
dependido y dependen económicamente de su producción, para lo cual han utilizado
Introducción ___________________________________________________________________________
2
un sistema de producción de traspatio o trasero. La producción agrícola y pecuaria
son las actividades económicas centrales en las comunidades rurales del Perú. En
este contexto, la actividad pecuaria de traspatio constituye un componente
importante en donde los animales, cerdos incluidos, son utilizados para consumo
familiar y en algunos casos sirven para producir y vender carne y productos
cárnicos. En cualquier caso representan un medio de ahorro, requieren poca
inversión y son una fuente de liquidez inmediata para el productor (González, 1993).
Al igual que en otros países latinoamericanos donde también existen cerdos
criollos, estos son considerados como rústicos por naturaleza ya que toleran
elevadas temperaturas, no tienen una piel fotosensible y pueden caminar por
terrenos agrestes, además, de no ser fácilmente afectados por ectoparásitos, como
la sarna; a esto se suma su capacidad digestiva. Todas estas características de
adaptabilidad que tiene el cerdo criollo lo hace ser un recurso importante desde el
punto de vista genético para el desarrollo de los sistemas de producción alternativos
que son menos perjudiciales ecológicamente (Scarpa et al., 2003).
En el departamento de Tumbes, al norte de Perú, limitando con Ecuador, el
cerdo juega un papel muy importante en la actividad agropecuaria ya que es una
especie criada comúnmente por los pobladores de la zona. La carne de cerdo
constituye una fuente de proteínas y desde el punto de vista económico representa
un ingreso adicional de dinero para el poblador.
Introducción ___________________________________________________________________________
3
I.2. EL CERDO CRIOLLO EN LATINOAMÉRICA Y EN PERÚ
I.2.1. Generalidades
El Cerdo Criollo tiene su origen en el cerdo traído por los colonizadores
españoles a finales del siglo XV cuando desembarcaron en América,
específicamente en las costas orientales venezolanas o haitianas (Fuentes, 2003;
Benítez-Ortíz y Sánchez, 2001) – este cerdo es originario del cerdo Ibérico de
aquella época, y de otros cerdos del tronco ibérico como el cerdo negro canario. Los
cerdos ibéricos gozan en la actualidad de gran prestigio internacional, por la
exquisitez de sus carnes (Fuentes, 2003). Estos animales, procedían a su vez del
Sus scrofa mediterraneus que pobló la región mediterránea de Grecia, Portugal,
Italia y algunos países del Norte de África (Benítez-Ortíz y Sánchez, 2001). Los
ejemplares traídos por los colonizadores y su descendencia se diseminó por toda
Suramérica (desde México hasta el sur de Argentina), donde ha convivido en forma
silvestre o como animal doméstico adaptándose al medio tropical, consumiendo
predominantemente frutos y hierbas, siendo utilizado por las comunidades indígenas
y pobladores de las zonas bajas de los llanos como proveedor de proteína animal
(Fuentes, 2003).
Actualmente, se puede encontrar una gran cantidad de fenotipos con una
diversidad de colores, longitud y forma de pelo, formato corporal y aptitud
reproductiva (Benítez-Ortíz y Sánchez, 2001). No obstante, en general, los cerdos
Criollos son unos animales de tipo graso y de mediano tamaño, que presentan
diferentes coloraciones en su capa, ya que, en muchos casos, se han venido
cruzando con otras razas a lo largo de los años, pero predomina la capa negra. Los
cerdos Criollos son animales rústicos con bajo rendimiento en términos de
reproducción y crecimiento cuando se les compara con los procedentes de razas
mejoradas bajos regímenes intensivos. Bajo la práctica habitual de manejo,
alimentación y sanidad en que se encuentran no requiere de grandes insumos
(Santana, 1999; Gómez, 2004). En la Fig. I.2.1 se muestra una foto con un ejemplo
del cerdo criollo de Tumbes.
En muchos países latinoamericanos el cerdo criollo es una de las razas con
mayor número de cabezas (Santana, 1999), aunque su población está disminuyendo
progresivamente por la agresiva introducción de razas mejoradas, lo cual pone en
Introducción ___________________________________________________________________________
4
riesgo un recurso genético con aptitudes interesantes como, la alta resistencia a las
enfermedades, rusticidad y capacidad transformadora de alimentos variados
(Benítez-Ortíz y Sánchez, 2001). Así pues, con un fin inicial de mejorar los
rendimientos de los cerdos criollos ha existido una tendencia en muchos países
latinoamericanos de cruzarlos con razas modernas del tronco celta importadas de
países desarrollados, en vez de tratar de mejorar sus marginales condiciones de
explotación o llevar a cabo programas de selección. En muchos de estos países, la
práctica de este tipo de cruzamiento ha sido de tal magnitud, que algunos expertos
han visto que esta puede producir en un futuro la extinción de las razas Criollas
(Santana, 1999).
El cerdo criollo, representa un potencial genético susceptible a ser utilizado y
mejorado en su hábitat natural sin perder las perspectivas de una nueva actividad
económica en esas zonas deprimidas comercialmente. La protección de este
material genético, que por cientos de años se ha adaptado y sobrevivido a las
inclemencias del medio ambiente y del manejo, ocasionadas estas últimas por la
escasez de recursos, requiere de inmediato de un estudio que permita la
conservación y el mejor uso a favor de las comunidades indígenas, manteniendo las
condiciones naturales del hábitat e introduciendo normas de manejo, reproducción y
alimentación, así como un estudio de las características de sus carnes de acuerdo al
tipo de alimento que reciben, que proporcione un valor agregado al producto
(Fuentes, 2003).
En general, los pequeños productores de las áreas latinoamericanas prefieren
las crías de cerdos criollos a las de animales cruzados o de razas mejoradas, debido
no sólo al costo, sino también a su rusticidad y adaptación al medio ambiente,
incluidos los de áreas tropicales y subtropicales. El contenido de grasa y las buenas
condiciones de sus carnes y productos derivados son también características
reconocidas y apreciadas (Santana, 1999).
El principal problema para el desarrollo de estos cerdos radica en la forma de
crianza y la pobreza de los lugares donde se crían. Normalmente, los cerdos criollos
son explotados en América Latina en crianza extensiva y de traspatio, siendo
alimentados o suplementados con residuos de cocina, forrajes, frutos silvestres o
subproductos agroindustriales (Benítez-Ortíz y Sánchez, 2001). En general, son
Introducción ___________________________________________________________________________
5
sacrificados y procesados en las casas y bajo precarias condiciones higiénicas
(Santana, 1999). Según dice Benítez-Ortíz y Sánchez (2001) “las normas sanitarias
son inexistentes en los poblados, los cerdos se pasean por calles y veredas en
busca de alimento, agua y espacios para protegerse del sol o de la lluvia o, en otras
ocasiones, los animales son amarrados con una cuerda a una estaca, método que
en la región andina se lo conoce como «sogueo»”.
I.2.2. Ejemplos de estudios sobre cerdos criollos latinoamericanos
En Venezuela se realizó el estudio del cerdo criollo del estado de Apuré.
Estos animales son criados en condición agro-pastoril en ambiente de sabana
tropical. Es un animal rústico, adaptado al medio ambiente en el que vive, producto
de su proceso de selección natural, que presenta un cuerpo de tamaño medio,
delgado, alargado y poco voluminoso, costillares semicurvos, perfil convexo
siguiendo una línea dorso lumbar ligeramente arqueada. Se concluyó que este cerdo
posee promedios que se encuentran entre los valores encontrados para otros cerdos
Criollos latinoamericanos (Hurtado et al., 2004).
En Argentina, se ha realizado otro estudio morfométrico de los cerdos criollos
en las provincias de Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa, Santiago del Estero,
Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca, y el norte de Santa Fe, Córdoba y La Rioja,
pertenecientes a la región nordeste de este país, zona de clima húmedo y
subtropical. Estos animales son criados de forma extensiva, semisalvaje, y los
lugareños de la zona acostumbran cazar estos cerdos, encerrarlos en pequeños
corrales y mantenerlos en régimen de engorde y estabulación permanente hasta el
momento de su comercialización, sobre todo a fin de año (fiestas de navidad o año
nuevo); o bien retenerlos e incorporarlos a la explotación familiar. De este estudio se
pudo concluir que la rusticidad de esos animales y su forma de crianza permiten
obtener ingresos mínimos con un producto (carne y preparados cárnicos) que es
utilizado para el autoconsumo y/o la comercialización, representando, este sistema
de explotación, una vía de sostenibilidad para la producción de la región (Revidatti et
al., 2004).
En Cuba, también se han realizado estudios sobre su cerdo autóctono
(Diéguez et al., 1997). Este tipo de cerdo, se encuentra principalmente en la zona
oriental del país, en explotaciones familiares, en las que los cerdos aprovechan los
Introducción ___________________________________________________________________________
6
recursos naturales y subproductos agrícolas. Se trata de un cerdo de perfil craneal
subcóncavo, línea dorso lumbar ascendente, grupa larga y derribada, y de capa
generalmente negra, algunos animales carecen de pelo y otros presentan escaso
pelo. Los cerdos criollos tienen menores ganancias de peso y mayor engrasamiento
que los cerdos de otras razas de aptitud cárnica. Además la proporción de corazón y
pulmones en relación al peso corporal es baja. Este cerdo presenta una gran
similitud de rasgos corporales con los actuales cerdos del tronco ibérico en España
por lo que es de suponer que sus antepasados llegaron a Cuba procedentes de
estas regiones. Esta especie posee valores morfométricos sensiblemente inferiores
al antiguo cerdo ibérico (Aparicio, 1960). Además, existe un dimorfismo sexual
marcado en esta raza, propio de una población ambiental adaptada al medio natural
y poco influenciada por el hombre. Se trata de una población donde la selección
natural ha formado unos animales rústicos, resistentes al medio y que albergan
grandes posibilidades dentro del desarrollo sostenible de Cuba, aprovechando los
recursos naturales (Capote et al., 1998).
En el trabajo de Trejo-Lizana (2005) sobre cerdos criollos en zonas tropicales
y subtropicales se especifica que existen dos tipos principales de cerdo criollo: el
cerdo pelón mexicano, con un formato medio-pequeño – los lechones entorno a 20
kg que fueron engordados durante 90 días no superaron los 50 kg de peso vivo,
mientras que el de cerdos mejorados el peso alcanzado fue de 70 kg –, y el cerdo
Cuino, de mucho menor tamaño. También se puede considerar otra variedad
conocida como Mula, que es similar al Cuino pero con una pezuña prominente que
recuerda a la de la mula.
En México la producción de cerdo criollo descendió dramáticamente en el
siglo XX (del 95% a menos del 30%), estando actualmente en tendencia de
desaparecer. Castellanos y Gómez (1984) y Méndez et al. (2002) estudiaron las
características de las canales del cerdo pelón mexicano, en los estados de Yucatán
y Veracruz. Según los últimos autores, la carne de estos animales tiene un valor
comercial entre un 30-40% inferior al de los cerdos de razas mejoradas, debido a la
mayor cantidad de grasa en su canal. En el estudio de Castellanos y Gómez (1984),
los cerdos se criaron hasta un peso vivo de 81 kg, mientras que en el de Méndez et
al. (2002), los cerdos, que fueron alimentados con pienso comercial, llegaron a un
Introducción ___________________________________________________________________________
7
peso vivo entorno a los 115 kg (no se indica la edad de los animales). Después de
ser criados los cerdos se sacrificaron y se determinaron las características que
definen la calidad de sus canales. De los resultados obtenidos cabe destacar los
elevados perímetros torácico y abdominal y los reducidos perímetros de las cañas
(extremidades delgadas). El espesor graso dorsal y lumbar es aproximadamente de
3.5 cm en ambos estudios, lo que recuerda al cerdo ibérico (ancestro de esta raza
local). Los cerdos pelones mexicanos son animales brevilíneos, anchos y muy
engrasados.
En México también se ha elaborado un reciente trabajo sobre la crianza del
cerdo pelón criollo en Yucatán en un contexto de economías marginales (traspatio),
abordando aspectos socioeconómicos y productivos (Scarpa et al., 2003). En este
estudio se habla de un cerdo que en el sistema marginal de economía de
subsistencia tiene una ganancia de peso a los 6 meses de edad de 25 kg. y que se
vende a 35 kg. de peso vivo.
En Perú, el cerdo criollo (Fig. I.2.1) se caracteriza por ser poco musculoso, de
baja estatura y baja conversión alimenticia. Al año produce una camada de sólo 5 a
7 crías, de las que sobreviven 2 ó 3 lechones. En cuanto aspecto sanitario, existe el
problema de enfermedades parasitarias zoonóticas, especialmente la cisticercosis
que esta ampliamente difundida. (Gómez, 2004; Olivera y Nuñez, 2005).
El Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA), publicó en el año 2000
datos interesantes sobre índices productivos y reproductivos en porcinos locales
mediante la caracterización fenotípica de cuatro ecotipos por color: Ecotipo Puno
(color negro), Ecotipo Collao (color plomo), Ecotipo San Román (color rojo), y
Amarillo con manchas (Yorkshire mejorado). Se observó dominancia del color negro
uniforme sobre el negro manchado y rojo, el color negro manchado fue dominante
sobre el rojo. Existió un efecto significativo del ecotipo de cerdo en ambos sexos
sobre el peso al nacimiento (p<0,05), siendo mayor el peso en animales mejorados
en relación a aquellos animales criollos. También, se observó un efecto significativo
(p<0,05) del tipo de cerdo mejorado sobre el criollo en cuanto a peso al destete.
Igualmente, se encontró una conversión alimenticia en cerdos criollos y mejorados
de 8:1 y 4:1 respectivamente. La proporción de crías machos y hembras en cerdos
criollos y mejorados fue de 30.43% y 69.56%, respectivamente, siendo el tamaño de
Introducción ___________________________________________________________________________
8
camada mayor en cerdos mejorados con dominancia en el tipo de camada
numerosa. El peso medio al sacrificio (kg) en cerdos criollos y mejorados fue de 44 y
70 respectivamente. La edad al sacrificio fue de 300 días en cerdos criollos y de 100
días en cerdos mejorados. Los factores genéticos, medio ambientales y de manejo
alimentario influyeron en los resultados obtenidos.
Fig. I.2.1 Cerdo criollo de Tumbes, Perú.
Otros trabajos referidos a porcinos criollos de traspatio muestran los
siguientes parámetros productivos y reproductivos: peso vivo (PV) promedio al
nacimiento 0.875 kg, PV promedio a los 15 días, 2.30 kg, PV promedio a los 45 días
5.07 kg, PV promedio a los 3 meses 8.17 kg, PV promedio a los 4 meses 10.77 kg;
número de lechones por camada 4.5. El peso vivo promedio de la madre al destete
fue de 34 kg, la mortalidad de crías al nacimiento 2.3% y al destete 2% no se
registró mortalidad de reproductores.
En las Tablas I.2.1 y I.2.2 se muestran datos sobre la población porcina en
Perú y sobre la caracterización de dicha población. La población porcina supera los
2 millones de cabezas distribuidas en más de 600 mil unidades agropecuarias. Muy
pocos son cerdos puros o de raza mejorada, la mayoría de los animales proviene de
cruces entre criollos y otras razas.
Introducción ___________________________________________________________________________
9
Tabla I.2.1. Población Porcina por departamentos en Perú.
Fuente: INEI (2005)
Tabla I. 2.2. Categorización de la población del porcino peruano.
Fuente: INEI (2005)
DEPARTAMENTOS Miles de CABEZAS % AMAZONAS ANCASH APURIMAC AYACUCHO CAJAMARCA CALLAO CUSCO HUANCAVELICA HUANUCO ICA JUNÍN LA LIBERTAD LAMBAYEQUE LIMA LORETO MADRE DE DIOS MOQUEGUA PASCO PIURA PUNO SAN MARTÍN TACNA TUMBES UCAYALI
34, 421 182, 391 123, 038 47, 067 83, 501
183, 616 39, 874
122, 167 169, 139 45, 682 96, 834
115, 366 62, 123
220, 466 69, 092 13, 655 15, 021 41, 179
164, 819 86, 458
120, 474 14, 605 12, 357 24, 529
1,65 8,73 5,89 2,25 4,00 8,79 1,91 5,85 8,09 2,19 4,63 5,52 2,97
10,55 3,31 0,65 0,72 1,97 7,89 4,23 5,76 0,70 0,59 1,17
TOTAL 2´186, 867 100%
CATEGORIA DE GANADO PORCINO
TOTAL UNIDADES AGROPEC.
UNIDAD AGROP.
CON GANADO PORCINO
TOTAL DE CABEZAS
VERRACO MARRANA GORRINO LECHON
PUROS O
DE RAZA
UNID. AGROP.
SIN PORCINOS
TOTAL UNID. AGROP SIN TIERRA UNID AGROP CON TIERRA
1756141
10368
1745773
648460
3002
645458
2186867
12301
2174566
441103
1902
439201
723178
4242
718936
480828
2748
478080
541758
3409
538349
319572
2093
317479
1107681
7366
1100315
Introducción ___________________________________________________________________________
10
I.3. EL DEPARTAMENTO DE TUMBES, CARACTERÍSTICAS SOCIO-ECONÓMICAS Y CRIANZA DEL CERDO EN LA REGIÓN
I.3.1. Generalidades
El departamento de Tumbes fue fundado el 25 de noviembre de 1942 y esta
ubicado al extremo noroeste del Perú. Por el norte, este y sureste limita con la
república del Ecuador en los hitos definidos por el protocolo de Río de Janeiro. Por
el oeste limita con el Océano Pacífico, por el sur con el departamento de Piura
(Perú). Se sitúa en las coordenadas geográficas 03º23’ y 04º13’ de Latitud Sur y
80º07’ y 81º02’ de Longitud Oeste (Medina y Calmet, 2006).
Tumbes, es considerado como la región de menor superficie del Perú
(4.669,20 Km2) se encuentra dividido políticamente en tres provincias y doce
distritos. Está formado por las provincias de Zarumilla, Tumbes y Contralmirante
Villar.
Por su situación geográfica, cercana a la línea ecuatorial, presenta un clima
subtropical, que corresponde a una zona de transición entre el ecuatorial y el
desértico de la costa peruana. El Departamento de Tumbes es considerado como la
regia de la costa peruana, presenta una temperatura promedio casi uniforme en todo
el año, siendo las temperaturas más altas promedio entre los meses de enero a abril
(30°C) y las más bajas o frescas, entre junio a septiembre (23°C). La Corriente del
Niño y la migración hacia el sur de las aguas del frente ecuatorial ocasionan la caída
de fuertes lluvias estacionales en verano (Medina y Calmet, 2006).
Desde el punto de vista morfológico, se pueden distinguir las siguientes
zonas: El delta formado por los ríos Tumbes y Zarumilla; una llanura aluvial al norte
del río Tumbes, con modelado de quebradas secas poco profundas; terrazas
antiguas que han sido fuertemente erosionadas en la zona de Máncora y el relieve
de amotape al oriente y sur, con su punto culminante en el Cerro el Barco, a 1500
metros sobre el nivel del mar. El litoral presenta costas bajas en su sector norte y
hacia el sur alternan playas con acantilados y poca altura.
Las lluvias de verano que caen en la sierra se extienden hasta el mar,
presentándose una vegetación exuberante y diversa. Sin embargo, el resto del año
está área está desprovista de precipitación. La vegetación arbórea que crece en la
Introducción ___________________________________________________________________________
11
zona capta el agua subterránea con sus raíces. La vegetación herbácea es
diseminada y escasa, sus ciclos vegetativos son rápidos como consecuencia del
clima desfavorable. Este tipo de vegetación debe su existencia a la presencia de
algunas lluvias, a la alta temperatura y a la luminosidad de los rayos de sol. La
vegetación herbácea llega a ser abundante cuando la precipitación también es
abundante, constituyéndose en un recurso importante a ser aprovechado por la
ganadería.
Fig I.3.1. Ubicación del Departamento de Tumbes, Perú.
I.3.2. Características socio-económicas de la población campesina en la región
La economía campesina de esta región se basa en un sistema
socioeconómico y cultural de producción-consumo fundamentado en el trabajo
familiar. Esta articulado al sistema socio-económico y a los mercados, operando
dentro de un modo de vida rural, en contacto directo y permanente con la naturaleza
(Vargas, 1987; Machado, 1993).
La producción agrícola y pecuaria son las actividades económicas centrales.
Los ingresos derivados de la agricultura y la ganadería pueden ser monetizados o no
monetizados, en la medida que son comercializados o producidos para
Introducción ___________________________________________________________________________
12
autoconsumo. La mayoría de las explotaciones de América Latina y el Caribe son de
índole semi-comercial, en el sentido de que producen para el mercado y para el
autoconsumo. La cría de pequeños animales se incluye dentro de las actividades
productivas familiares en donde muchas veces representa la única fuente de
proteínas (Kleysen, 1996).
En muchas de las zonas del Perú, y concretamente en esta región, la
agricultura constituye una economía de pequeños parceleros. En el país el 85% de
los agricultores tienen parcelas con menos de 10 hectáreas, predominando las
unidades con un área de entre 3 y 10 hectáreas. El fraccionamiento de las parcelas
en pequeños minifundios y su gran dispersión representan un límite a la eficiencia
productiva al tiempo que eleva los costos de transporte (Portal Agrario, 2005).
El nivel educativo de los productores agropecuarios del departamento de
Tumbes es bajo. El 8.79% no cuenta con educación primaria ni secundaria, el
46.61% cuenta con educación primaria incompleta, el 22.94% cuenta con educación
primaria completa, el 7.45% cuenta con educación secundaria incompleta, el 8.08%
cuenta con educación secundaria completa y el 6.13% con educación superior (III
Censo Nacional Agropecuario, 1994).
I.3.3. Actividad pecuaria en Tumbes
La crianza de animales ha sido siempre un aspecto importante en la
economía campesina, especialmente en los sistemas de manejo integral de
recursos. Desde los sistemas de pastoreo hasta los sistemas de crianza intensiva, el
componente animal ha sido un factor esencial para el desarrollo. La importancia de
la crianza animal en una visión de manejo sostenible de los agro-ecosistemas reside
principalmente en la capacidad de los animales de transformar la biomasa que el ser
humano no puede utilizar directamente. Así tenemos el aprovechamientote de
rastrojos de cosecha como forraje, que permite una transformación mucho más
eficiente y rápida de la biomasa de lo que sería su descomposición natural. Esta
característica adquiere importancia cuando se trata de unidades agropecuarias de
pequeña escala, donde la eficiencia de manejo integral de los recursos hace posible
el uso de un recurso de doble propósito, como es el caso de los animales menores
Introducción ___________________________________________________________________________
13
que mediante la fertilización del suelo son fuente de productos en beneficio directo
del hombre y también para los cultivos (Preston, 2005).
La actividad pecuaria constituye un componente importante de la economía
peruana (Portal Agrario, 2005). La importancia radica en que los animales son un
producto de subsistencia usado para el consumo familiar y otros propósitos
domésticos, son utilizados para el control de la vegetación, representan un medio de
ahorro, requiere una inversión baja y bajos riesgos financieros, y son una fuente de
liquidez inmediata para el productor (Arroyo, 1998; Preston, 2005). En muchos
lugares de América Latina los animales son considerados como ‘el banco del
campesino’, pues en situaciones de emergencia se constituyen en un bien de
intercambio, ya sea por trueque o por venta (Preston, 2005). La crianza de especies
menores es de vital importancia para los campesinos y criadores latinoamericanos.
Estos animales se caracterizan por su rusticidad, capacidad de adaptación,
contribuyen al sustento de las familias es un medio de diversificación genética y
contribuye a aumentar los ingresos familiares (Preston, 2005).
Las razas criollas o autóctonas, no mejoradas, suelen ser consideradas
negativamente por lo expertos en ciencias debido a sus bajas tasas de crecimiento o
de producción. Sin embargo, para que un animal de raza exprese su potencial
genético para una elevada productividad requiere alimentos de un elevado valor
nutritivo, y estos no son precisamente los que se pueden producir cuando los
recursos disponibles para ello son solo la energía solar, el suelo y el agua, con un
mínimo de recursos externos (Preston, 2005).
El sistema productivo pecuario en la zona de Tumbes se caracteriza por una
mano de obra familiar y un sistema extensivo y rústico, en donde la rentabilidad de la
actividad se ve afectada por la actividad agrícola, las características geográficas de
la zona, el clima, el recurso hídrico disponible y el acceso a los mercados además de
otros factores (Chou, 2006)
I.3.4. La crianza del cerdo criollo en la región
En Perú, la crianza del cerdo criollo es atractiva para el pequeño productor
por ser el cerdo un eficiente cosechador de gran variedad de materiales vegetales y
Introducción ___________________________________________________________________________
14
consumidor de residuos domésticos que le sirven de alimento, representando en
cierto modo una forma de generación de fuente de proteínas que no implicará
mayores costos por el tipo de alimentación recibida (Portal Agrario, 2005).
En las familias con menores ingresos la crianza de cerdos criollos se realiza,
generalmente, de manera abierta, como animales comedores de residuos. En este
tipo de crianza abierta se presenta la dificultad para controlar a los animales y
prevenir el daño a los cultivos (Preston, 2005). El sistema de crianza abierta se
caracteriza por mantener a los cerdos libres en los campos de pastoreo en donde se
alimentan de materia vegetal, restos de comida casera y ocasionalmente una ración
de alimento balanceada. Durante la cosecha de papa (patata), ésta se constituye en
su principal alimento, especialmente la papa pequeña y podrida, y las que quedan
en el terreno. Sin embargo, el mayor problema se presenta durante los meses de
enero a abril, debido a que el alimento almacenado para el año empieza a escasear
(Gómez, 2004).
Este tipo de crianza de cerdos constituye una actividad secundaria,
complementaria a otras actividades de carácter agropecuario o de una crianza
doméstica con fines de consumo (Portal Agrario, 2005). En este sistema tradicional
de manejo de cerdos, la mujer es la encargada de la crianza, por lo tanto la
capacitación en manejo, educación sanitaria, salud pública y comercialización debe
estar dirigida hacia ella (Gómez, 2004).
En la región, las instalaciones utilizadas para la crianza, se caracterizan por
ser corrales de madera. El tamaño de los corrales depende de la cantidad de
animales que posee el criador estos pueden ser desde 5 metros cuadrados hasta 70
metros cuadrados. Los bebederos y comederos están hechos a partir de cubiertas
de neumáticos viejos que están cortados por la mitad (Chou, 2006). Los animales
son liberados al campo durante el día y durante la tarde retornan a pernoctar en los
corrales o alrededores de la casa del propietario, para ser alimentados. Las
marranas preñadas son confinadas en corrales 2 semanas antes de la parición,
alimentándose de lo que el propietario le provee. Generalmente la marrana pare en
los alrededores de la granja y retorna a esta para que la alimenten (Olivera y Nuñez,
2005; Chou, 2006).
Introducción ___________________________________________________________________________
15
Los cerdos que no van a ser utilizados como reproductores son castrados a
los 3 - 4 meses de edad aproximadamente, esta actividad realizada por el
propietario, utilizando un cuchillo caliente con el cual a la vez cauterizan la herida.
Cuando deciden engordar un cerdo lo encierran en un corral o lo atan a una estaca
mediante una soga, alimentándolo exclusivamente con polvillo de arroz, rastrojos de
los cultivos y lavaza, que consiste en restos de alimentos que se obtienen de a
preparación de los alimentos y de los colectados de los platos y utensilios antes de
ser lavados. El 96% de propietarios alimenta a sus animales con polvillo de arroz,
ofreciéndoles 0,5 kg diarios por animal y 2 kg durante el engorde (Chou, 2006).
Los animales de una villa pueden tener dos destinos: i) para consumo interno
dentro de la villa, en este caso la familia consume todo el animal o vende parte a los
pobladores de la villa, ii) para consumo externo en cuyo caso es vendido a gente
que no es de la villa. El precio por kilo de carne con hueso es de aproximadamente
1.5 dólares. Por otra parte, existen también los animales de pie de cría los cuales
son vendidos cuando tienen entre 2 a 4 meses. En este caso, el costo del lechón
dependerá del tamaño del lechón, la edad y las características del lechon (Chou,
2006).
La carne de cerdo es utilizada para preparar potajes y productos cárnicos
como cecina, salchicha, elaborando con la sangre el relleno. Estos productos son
consumidos por la familia y en algunos casos es vendido; el tiempo de duración es
variable pero la cecina puede durar hasta 7 días (Chou, 2006).
Introducción ___________________________________________________________________________
16
I.4. CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN LA CALIDAD DE CANAL PORCINA
I.4.1. Generalidades
La investigación de la calidad de la canal y de la carne es una disciplina
práctica, enfocada fundamentalmente a la mejora de la capacidad del sector cárnico,
para satisfacer las necesidades de los consumidores de carne y productos cárnicos
de calidad a un precio aceptable (Kempster, 1989).
Las características que influyen en la calidad de canal tienen importancia
desde un punto de vista comercial, ya que como indicó Colomer–Rocher (1976), las
transacciones comerciales en el mercado de la carne tienden a realizarse cada vez
más sobre la canal y menos sobre los animales en pie. Esta afirmación sigue siendo
totalmente válida en la actualidad (Begoña, 1999). Es por esto que en los mataderos
se imponen los sistemas de clasificación de las canales que establecen distintas
categorías. Para Soltner (1971) la calidad de la canal es el grado de adaptación a la
carnicería, es decir, la aptitud de la canal para dar al carnicero el máximo de
músculos y el mínimo de huesos, desechos de grasa y aponeurosis. La calidad de
una canal en cualquier mercado depende fundamentalmente de sus proporciones
relativas en términos de hueso, músculo, grasa y desechos, ya que esto es lo que se
va a consumir (Ruiz de Huidobro et al., 1996). Estas proporciones varían de unas
canales a otras, dependiendo del crecimiento diferencial y del desarrollo que ha
tenido lugar desde el momento de la concepción hasta el sacrificio (Begoña, 1999)
Las características de calidad de las canales se establecen principalmente a
partir del peso de la canal, la conformación y el grado de engrasamiento. Estos
parámetros proporcionan información, sobre la cantidad de músculo, la grasa y el
hueso en la canal, así como la cantidad y composición de las piezas, cantidad de
tendones y constitución de la musculatura y el tejido graso, información obtenida
matemáticamente mediante análisis de regresión (Schön, 1973). La proporción de
cada una de las piezas cárnicas denominadas “despiece de la canal”, obtenidas por
la partición de la canal que tiene lugar después del oreo, así como la composición
tisular y composición química de la canal son también características de calidad de
la canal no viables o no utilizadas a escala de matadero. Como principal crítica a los
Introducción ___________________________________________________________________________
17
sistemas de clasificación de la canal, está la de la falta de una clara correlación entre
calidad de la canal y calidad de la carne. El actual sistema de valoración de las
canales es insuficiente ya que no permite emitir juicios precisos sobre índices de
calidad de carne como la palatabilidad (Kirton, 1989).
En el cerdo, los sistemas de clasificación de canales más extendidos se
realizan mediante la medida de la profundidad de grasa dorsal y músculo dorsal, que
proporciona una estimación del porcentaje de magro de la canal. En Europa se
utiliza el sistema SEUROP basado en dichas mediciones, donde S corresponde a
las canales con un porcentaje magro mayor al 60% y P menor al 40% (Reglamento
CE 3220/84, Art. 3; Reglamento CE 94/337/CE). Los algoritmos de conversión de los
parámetros de profundidad de músculo y grasa en % de magro dependen del peso
de la canal y raza, y están desarrollados para los híbridos comerciales. En un
estudio realizado en diversos mataderos españoles mediante el sistema oficial de
clasificación con el aparato conocido como Fat-O-Meater (FOM) se ha observado en
la mayoría de estos que las medias de espesor de grasa, de músculo y de
porcentaje de magro fueron de 15 mm, 58 mm y 58% respectivamente (Gispert y
Font i Furnols, 2007). En el caso de razas autóctonas, estos sistemas de
clasificación tendrían que ser revisados, calibrados y adaptados para cada caso
concreto.
I.4.2. El rendimiento de la canal al sacrificio
El rendimiento de la canal se define como el cociente entre el peso de la canal
caliente o fría y el peso del animal vivo en el momento del sacrificio, expresado en
porcentaje. La Unión Europea define la canal de cerdo (Reglamento 3220/84) como
el cuerpo de un cerdo sacrificado, sangrado y eviscerado, entero o dividido por la
mitad, sin la lengua, las cerdas, las pezuñas y los órganos genitales, pero con la
manteca, los riñones y el diafragma. Las canales de cerdo blanco de razas híbridas
mejoradas de unos 100 kg de peso vivo tienen un rendimiento de la canal en
caliente, con cabeza y sin cabeza, respectivamente, de aproximadamente el 80% y
75%, y en frío del 78% y 73% (García, 1992). Mientras tanto, en razas autóctonas
tradicionales, el rendimiento suele ser superior, aunque no siempre se ha observado
este hecho Pugliese et al., 2003; Peinado et al., 2004; Daza et al., 2006; Ramírez y
Introducción ___________________________________________________________________________
18
Cava, 2006; Renaudeau y Mourot, 2007). Según recoge la revisión de Galián (2007),
los rendimientos determinados en la canal en cerdos autóctonos españoles
estuvieron entre el 75 y 89%, con una variabilidad muy marcada debido a la forma
de faenado, edad, peso, sexo y sistema de explotación.
Kempster et al. (1982) afirman que el rendimiento de la canal es una medida
del grado de muscularidad en canales poco engrasadas. Además, el aumento del
rendimiento va ligado a la deposición de grasa, pero también depende del peso de
los despojos. Para algunos autores (Kirton y Barton, 1962; Espejo y Colomer–
Rocher, 1972; Berg y Butterfield, 1976) el rendimiento de la canal es un dato
confuso, ya que puede ser influenciado por otros factores. Dichos autores afirman
que para que esta información sea interesante, se debe describir las condiciones del
peso en vivo y de la canal, así como describir el faenado.
Sañudo y campo (1997) proponen una serie de factores que influyen en el
peso y rendimiento de la canal en mayor o menor medida entre los que figuran
factores intrínsecos (raza, individuo, sexo y edad) y factores pre y post mortem
(ayuno y transporte, temperatura y tiempo de refrigeración). Son varios los autores
que hacen referencia a las diferencias interraciales en cuanto al rendimiento de la
canal. Según Buttler–Hogg et al. (1981), Bailey y Lawson (1989) y Martin et al.
(1992), las razas más musculosas tienen un mayor rendimiento. Sin embargo, en
otros trabajos se ha visto que no existen diferencias en el rendimiento de la canal
entre genotipos cuando se comparaban a igual edad, peso o nivel de engrasamiento
(Koch et al, 1976). En relación con el sexo, los estudios realizados por Carballo et al.
(1995) y Dios et al. (1997) muestran que hay mayor rendimiento en la canal de los
machos que en las hembras.
El rendimiento de la canal depende del peso vivo, de forma que los animales
más pesados tienen mayores rendimientos de canal que los que tienen menor peso
(Seebeck y Tulloh, 1966; Buttler- Hogg et al., 1981, Kempster et al, 1982, More
O´Ferrall y Keane, 1990), lo que se ve acompañado de una disminución porcentual
del peso del tracto digestivo y un aumento del contenido en grasa (Sainz y Torre,
1993). Según Preston y Willis (1974), el rendimiento de la canal aumenta también
con la edad. Martin et al (1992) apunta que en aquellos animales que aumenta el
Introducción ___________________________________________________________________________
19
grado engrasamiento con el aumento de la edad de sacrificio, el engrasamiento
redunda en un mayor rendimiento de la canal.
Tartari et al., (1993) encuentran diferencias en el rendimiento de canal según
el nivel de nutrición. Estos autores coinciden con Barriada et al. (1993) quienes
además apuntan que los rendimientos de la canal son más altos en el sistema
intensivo, especialmente en los pesos más bajos. En este mismo sentido, Gómez
(1974) concluyó que una alimentación con concentrado produce una mayor
deposición de grasa, aumentando el rendimiento de la canal.
I.4.3. Peso de sacrificio
Comercialmente, el peso determina el valor económico de una canal, ya que
la industria comercia sobre la base de peso por kilo (Harris, 1982). El peso también
es empleado como factor de clase por algunos sistemas de clasificación (Flamant y
Boccard, 1966). En concreto el peso se incluye en el sistema de clasificación
europeo anteriormente mencionado.
El peso de la canal del cerdo viene dado por un equilibrio entre el tipo de carne
demandada por el consumidor y el tipo de canal ofertada por el productor. En
España, el peso al sacrificio varía desde el cerdo de verdeo o para consumo directo
con 65-80 kg de PV, hasta el cerdo polivalente, utilizado tanto para consumo de su
carne en fresco como para la elaboración de productos cárnicos con 115-120 kg de
PV (Ciriá y Garcés, 1995). En Europa el peso promedio varía desde los 63 kg de
Portugal a los 169 kg de Bélgica (MAPA, 2004). Los cerdos sacrificados en Europa
son mayoritariamente cerdos que provienen de cruces comerciales obtenidos como
resultado de esquemas de selección y cruzamiento de diversas líneas de las razas
especializadas en uno o varios caracteres (Galián, 2007). En Perú, las explotaciones
porcinas industrializadas siguen el mismo esquema, pero en la producción de
traspatio de cerdos criollos la situación es distinta y los pesos de las canales son
mucho menores, tal y como se mencionó anteriormente.
El peso, por una parte, constituye un indicador de la cantidad de músculo en
la canal (Barton y Kirton, 1958; Tulloh, 1963; Russel y Barton, 1967; Robelin y
Geay, 1975) al estar ambos íntimamente relacionados, como también lo es de otros
Introducción ___________________________________________________________________________
20
criterios de calidad: conformación, composición regional, cantidad de grasa, hueso y
composición química de la carne. Sin embargo, la relación entre peso y cantidad de
carne no siempre ha sido suficientemente clara y depende de cada caso en
cuestión. En un estudio realizado por Brungardt y Bray (1963) se determinó que el
peso de la canal es un indicador deficiente del porcentaje de carne comestible de
una canal. Así mismo, Henderson et al. (1966) encontraron una pobre relación entre
el peso de la canal y el porcentaje de carne que contiene. El aumento de peso de la
canal se refleja en un incremento de los espesores musculares y acumulación de
tejido adiposo y por lo tanto de las dimensiones de la canal, así como de todos los
componentes que la conforman (Sañudo y Campo, 1997). En valor relativo, un
aumento de peso de la canal supone un incremento del tejido adiposo y de las zonas
de madurez tardía, una disminución del tejido óseo, y de los componentes del
desarrollo precoz, y una estabilización, más o menos clara, del tejido muscular y de
las zonas isométricas, es decir, aquellas cuyo crecimiento es proporcional al
crecimiento del todo.
Diversos estudios realizados sobre la calidad de la canal y de la carne en 4
razas comerciales (Large White, Landrace, Duroc y Pietrain) encontraron que al
aumentar el peso de sacrificio (de 90 a 110 kg) existió una tendencia marcada hacia
canales con un mayor rendimiento al sacrificio, menor porcentaje de magro y similar
porcentaje de despiece. El efecto del peso sobre los distintos tejidos va en relación
con el estado de madurez de los mismos. En diversos estudios se ha establecido
que el grado de madurez se alcanza en el orden cronológico siguiente: nervioso,
óseo, muscular y graso (Hammond, 1932). Wood (1984) estableció diferencias en la
composición del cuerpo según la edad del animal.
I.4.4. La conformación
La conformación o morfología de la canal, esta dada por la composición y la
proporción de sus partes, entendiéndola como el conjunto de factores morfológicos
que determinan líneas, perfiles y ángulos corporales (Poto, 2003). Este tipo de
estudio tiene importancia para predecir la cantidad de los componentes tisulares de
la carne obtenida y de las piezas comerciales. Cabrero (1991) define la
conformación, como aquella característica que evaluada subjetivamente pretende
Introducción ___________________________________________________________________________
21
evaluar el contenido en carne de una canal, considerando especialmente las zonas
donde se ubican los mejores cortes de la misma. Una canal bien conformada es
aquella en la que predominan los perfiles convexos sobre los cóncavos, y las
medidas de anchura sobre las de longitud (Begoña, 1999). Si la conformación de la
canal presenta grupos musculares redondeados, cortos y gruesos, esta canal
presentará un mayor rendimiento. La conformación de la canal, como medida de la
composición y calidad, ha sido durante un tiempo bastante discutida presentándose
incluso planteamientos antagónicos (Boccard y Dumont, 1960; Colomer- Rocher et
al., 1982). Sin embargo, la decisión última se posiciona en el sentido de incluirla en
el sistema de clasificación de canales, por ser las canales mejor conformadas las
que brindan una mayor proporción de los cortes de mayor valor comercial. Además,
la conformación de la canal es un carácter susceptible de estimarse mediante
apreciación subjetiva, mediante patrones fotográficos o escalas, y de cuantificarse
objetivamente, a través de la toma de una serie de medidas morfométricas. El
método más extendido para la valoración de la canal es la apreciación visual de los
perfiles de las diferentes regiones anatómicas, lo cual se realiza mediante
comparación con patrones fotográficos (Kempster et al., 1982; Bass et al. 1977). En
estudios científicos se suelen determinar perímetros y longitudes de la canal. Otra
medida que se puede entender como conformación es la medición directa del área
de la cara expuesta del músculo L. dorsi, después de dividir la media canal, que nos
da una idea del desarrollo muscular (Sánchez, 1999). Esta medida es el equivalente
a la profundidad del músculo que se determina mediante radiación de infrarrojos en
los sistemas oficiales de clasificación de la Unión Europea.
La conformación de una canal se ve afectada por diversos factores. La estirpe
y la raza afecta a las características de conformación de la canal porcina (Cabrero,
1991., Martín et al, 1992; Keane, 1994; Fisher et al., 2003). Estos últimos autores
encontraron que las canales de híbridos comerciales con predominancia de genes
de la raza Pietrain mostraron una mayor anchura del jamón y de la espalda que los
híbridos influenciados mayoritariamente por las razas Landrace y Meishan. Por su
parte, los híbridos con genes Meishan tuvieron una mayor anchura en vientre,
presentando atributos de conformación poco deseados en el comercio de las
canales porcinas.
Introducción ___________________________________________________________________________
22
También se han encontrado diferencias relativas al sexo, correspondiendo
una mayor clasificación a los machos no castrados que a las hembras y machos
castrados, dado que las de los primeros son canales más pesadas, de mejor
conformación y algo más magras (Carballo et al., 1995; Sueiro et al., 1995; Dios et
al., 1997) encontrando diferencias significativas en la conformación por efecto del
sexo.
El aumento de peso contribuye a una mejora en la conformación, haciéndose
la canal con el tiempo más corta, más ancha y compacta (Colomer–Rocher et al.,
1980; Kempster et al., 1982; Colomer – Rocher et al., 1986; More O´Ferrall y Keane,
1990). Sánchez et al. (1997), también indicaron que las canales mejor conformadas
se incluyen dentro del las categorías de mayor peso. Este aumento en la
conformación se corresponde con un incremento en la cantidad de grasa intra y
extramuscular de los espesores musculares (García de Siles et al., 1977., Colomer –
Rocher et al., 1980., Bass et al., 1981), paralelamente a la edad del animal (García
de Siles y Giles, 1976; Sánchez et al., 1997).
La alimentación también modifica la conformación de los animales y de sus
canales. More O´Ferrall y Keane (1990) observaron que un ritmo de crecimiento alto
(dieta alta en energía) durante el acabado, mejora sustancialmente la conformación.
Igualmente, una mayor duración del engorde (Keane et al., 1989) o una alimentación
ad libitum frente a una restringida permite obtener canales con mejor conformación
(Andersen et al., 1984).
I.4.5. Engrasamiento
El estado de engrasamiento se define como la cantidad de grasa que
presentan las canales respecto a su peso así como su reparto en las distintas partes
de la canal. Es uno de los factores que producen mayor variación en el valor
comercial de una canal (Brieskey y Bray, 1964) y por lo tanto, es uno de los criterios
de calidad más importantes en la clasificación comercial de las canales. Su valor es
paradójico, por una parte, la grasa no es bien vista por el consumidor debido a su
alto valor energético y el elevado contenido en colesterol y ácidos grasos saturados
(Chizzolini et al., 1999), pero por otra, el nivel de grasa influye positivamente en la
Introducción ___________________________________________________________________________
23
jugosidad, la terneza y el flavor de la carne (Begoña, 1999). Así pues, el estado
óptimo de engrasamiento es el que compagina una cantidad mínima de grasa para
satisfacer los gustos del consumidor con la cantidad suficiente para asegurar las
condiciones de suculencia y presentación de la carne (Ruiz de Huidobro et al. 1996).
Además, la grasa presenta propiedades funcionales tecnológicas; por ejemplo, la
grasa de cobertura protege la canal de las pérdidas de agua durante la conservación
en refrigeración o congelación.
El tejido adiposo de la canal está constituido por cuatro tipos de grasa: la
interna, la intermuscular, la subcutánea y la intramuscular. Ya en 1965, King et al.,
observaron que todas las medidas de grasa de la canal están correlacionadas entre
sí. En todas las especies animales existe una elevada relación positiva entre la
cantidad de grasa intramuscular o de infiltración y la de grasa total de la canal
(López- Bote, 1992). Según Kempster y Harrington (1980) el crecimiento de la grasa
pélvica y renal, en relación a los demás depósitos grasos, es el que presenta más
variaciones en las diferentes fases del desarrollo. En el cerdo, la grasa interna está
representada principalmente por grasa perirenal e intestinal, que representa el 5%
de la grasa total (Mourot y Hermier, 2001). La grasa intermuscular está asociada con
el tejido conectivo entre los planos musculares profundos y medianos y representa
30% de los tejidos adiposos separables. La grasa subcutánea representa entre el 50
a 65% de los tejidos grasos totales (Cava et al., 1999; Mourot y Hermier, 2001). En
la Tabla I.4.1. se muestra la distribución de la grasa según especies.
Tabla I.4.1. Distribución de la grasa de la canal según especies.
UBICACIÓN DE LA GRASA CERDOS BÓVIDOS OVIDOS
Grasa subcutánea % Grasa muscular % Grasa perinatal % Grasa pervisceral %
68,0 21,5 6,1 4,5
24,0 36,5 17,2 22,4
43,3 32,7 9,5 14,5
Fuente: Wood, 1986.
Las diferencias de velocidad, orden y extensión del desarrollo de cada parte
anatómica y de cada tejido son los responsables de la variación en la conformación
y en la composición química y anatómica de los animales de diferentes pesos y
razas (Berg y Butterfield, 1976; Butterfield, 1988). El contenido y distribución de la
Introducción ___________________________________________________________________________
24
grasa en los cerdos parece ser dependiente de la raza, del cruce y del nivel
energético de la dieta. Wood et al. (1983) observaron que las razas mejoradas
poseen mayor cantidad de grasa subcutánea, mientras las no mejoradas poseen
más cantidad de grasa pelvicorenal y omental. En este sentido, también se ha
puesto de manifiesto en recientes estudios que el nivel de infiltración muscular es
ligeramente superior en cerdos Ibéricos que en cerdos cruzados a igual nivel
energético de la dieta, y que la distribución de esta grasa en los músculos se
produce en vetas finas y distribuidas regularmente, en claro contraste con lo que
sucede en el caso de los músculos de cerdos cruzados, en los que estas
infiltraciones o vetas son de mayor tamaño y menos repartidas (Cava, 1993). Los
cerdos Ibéricos puros presentan un alto grado de engrasamiento de la canal, tanto
en lo relativo a la grasa subcutánea como a la de sus músculos. Así mismo, en otro
estudio sobre el efecto de la raza en el estado de engrasamiento (Suzuki et al.,
2003) se encontró que los cerdos de raza Berkshire acumularon más grasa
subcutánea y abdominal que los cerdos de raza Duroc, pero presentaron menor
cantidad de grasa intramuscular.
El sexo también influye significativamente en el estado de engrasamiento. Los
machos depositan menos grasa que las hembras y machos castrados (Carballo et
al., 1995; Sánchez et al., 1997). Finalmente, por el propio desarrollo morfológico del
animal, se puede afirmar que a medida que aumenta el peso de la canal se
incrementa también el grado de engrasamiento (Begoña, 1999). No obstante, a un
peso de canal constante, es la cantidad de grasa la principal responsable de la
variación del resto de los componentes.
La determinación del estado de engrasamiento en la canal de cerdo se suele
realizar mediante la medida del espesor de la grasa subcutánea dorsal. El espesor
de la grasa de la canal es la característica con efectos mayores sobre el
rendimiento de la carne (Ramsey et al., 1963; Cuthbetrson y Kempster, 1979; Boggs
y Merckel, 1984), conforme aumenta el espesor de la grasa, el rendimiento de carne
magra disminuye. El grado de engrasamiento también se determina evaluando la
cantidad de tejido graso que tiene la canal por disección. Más adelante se hablará
de la composición de la canal y en concreto de la cantidad de grasa de la canal
como parámetro de calidad.
Introducción ___________________________________________________________________________
25
I.4.6. El despiece o composición regional
Desde el punto de vista anatómico, la canal tiene una composición regional
que resulta en una serie de piezas comerciales, que se clasifican en categorías
según su potencial calidad comestible. Las piezas de cada región obtenidas serán
destinadas a la comercialización y posterior consumo en fresco, o serán
transformadas en productos cárnicos. El despiece puede realizarse de diversas
maneras, aunque la unificación de criterios de mercado ha llegado a establecer un
despiece normalizado para la comercialización de canales de cerdos magros
destinados al consumo de carne fresca. Velarde et al. (1999) describen un despiece
formado por 17 piezas diferentes. El método de referencia europeo de despiece de
cerdo se basa el descrito por Walstra y Merkus (1995), citado por Gisper y Font i
Furnols (2007). Recientemente, la Unión Europea ha elaborado un procedimiento
estándar para el despiece de porcino (Anónimo, 1997). En cualquier caso, las piezas
de mayor valor comercial son el jamón, el costillar, la cabeza de lomo y las de menor
son aquellas que tienen mayor cantidad de grasa o hueso (Poto, 2003).
El porcentaje del despiece viene determinado claramente por la raza.
Diversos trabajos indican que las razas o cruces mejorados para la producción
cárnica presentan un rendimiento en piezas de categorías extra o primera respecto a
las obtenidas de canales de razas tradicionales (Tibau et al., 1997; Barba, 1999;
Fischer et al., 2006; Ramírez y Cava, 2006; Renaudeau y Mourot, 2007). Por otra
parte, aunque el peso de sacrificio influye en el tamaño de las piezas cárnicas
(Harris, 1982), no está claro si el peso de la canal, dentro de los rangos típicos del
comercio, influye en la proporción del despiece de los músculos de las piezas (Tibau
et al., 1997).
I. 4.7. La composición de la canal
La valoración cuantitativa de una canal comprende la evaluación de los
principales tejidos que lo componen determinando la cantidad y la proporción en la
que se encuentran. Desde el punto de vista histológico, la canal está formada por
varios tejidos (muscular, óseo, adiposo, conjuntivo, epitelial, nervioso, sangre, linfa,
Introducción ___________________________________________________________________________
26
etc.) siendo los tres primeros de mayor interés desde el punto de vista productivo,
por lo que de forma práctica se resumen en tres: grasa, músculo y hueso. Esta
conformación tripartita depende del crecimiento alométrico de los tres tejidos citados,
correspondiendo los valores de 0.85, 1.0 y 1.5 al hueso, músculo y grasa
respectivamente (Tulloh, 1963). En consecuencia, a medida que el animal crece
(madura) y aumenta el peso total, el porcentaje de hueso disminuye, la proporción
de grasa en la canal aumenta proporcionalmente y el porcentaje de músculo se
mantiene constante (Sañudo y Campo, 1997).
Desde el punto de vista económico, la relación entre estos tres tejidos
principales constituye el determinante casi exclusivo del valor económico del animal.
Wolf y Smith (1983) proponen que exista una proporción máxima de músculo, una
proporción mínima de hueso y unos niveles óptimos de grasa. Según Robelin (1986)
la canal ideal es aquella que tiene un alto porcentaje de tejido muscular, una
cantidad suficiente de grasa infiltrada y una proporción de grasa de cobertura
limitada. En el trabajo de revisión de Goldstrand (1988) se recoge una tabla donde
indica que en cerdos comerciales el tejido muscular y la grasa representa alrededor
del 52% del peso vivo, los huesos el 17%, las vísceras el 7%, la piel y grasa
adherida a la misma el 6%, la sangre el 3%, los recortes grasos, patas y otros
recortes el 9% y el contenido el 6%.
La grasa es el componente físico de la canal que presenta mayor variabilidad
en el aspecto cuantitativo y cualitativo (Briskey y Bray, 1964) y condiciona la
proporción relativa de los otros dos componentes de la canal (Berg y Butterfield,
1976). Tanto la cantidad como la composición de la grasa y de los demás tejidos,
pueden variar en función de la especie animal, edad, sexo, régimen alimenticio,
localización anatómica y el entorno medioambiental (Boccard y Duplan, 1961; Valls,
1980; Kempster, 1980; Wynn y Thawaites, 1981).
El genotipo determina diferencias en la velocidad del desarrollo de los
distintos grupos de tejidos (razas precoces y razas tardías), por lo que afecta a los
porcentajes de grasa, músculo y hueso. La influencia del factor raza sobre la
composición de la canal varía en función del acabado. La raza influye en el formato
del animal adulto y por lo tanto en su composición; sin embargo, el grado de
dispersión de los resultados depende de cómo se hagan las comparaciones (edad,
Introducción ___________________________________________________________________________
27
peso y acabado; Wood, 1983; Wheeler et al., 1989; Zea y Díaz, 1990). Fisher et al.
(2003), observaron que comparando cerdos del mismo peso con influencia genética
de la raza Meshian (raza rústica autóctona de China) con cerdos con influencia de
las razas Pietrain y Landrace, los primeros tuvieron el mayor contenido en grasa,
menor contenido en magro y menor proporción magro/hueso, así como el mayor
porcentaje de piel; mientras, en los cerdos con influencia Pietrain se observó un
menor contenido en grasa subcutánea.
Respecto al sexo, Conrand et al. (1996) encontraron una mayor proporción de
grasa intramuscular en las hembras que en los machos enteros. Según Butterfield
(1988) los distintos sexos, macho entero, macho castrado y hembra, presentan
diferentes pautas de desarrollo de los tejidos. Las mayores diferencias se producen
a nivel del desarrollo del tejido adiposo, siendo las hembras las más precoces que
los machos. Wynn y Thawaites (1981) afirman que los machos poseen más hueso y
menos grasa que las hembras.
Kirton (1976) afirma que el peso de la canal está relacionado con la
composición, ya que las canales más pesadas tienen menos proporción de hueso y
músculo, y más de grasa. Su determinación es muy importante, ya que dentro de un
grupo de animales del mismo sexo y raza, el peso de la canal puede predecir más
fiablemente la composición de la canal que algunos índices propuestos para ello
(Curthbertson y Kempster, 1979) pues conforme aumenta el peso de la canal, el
rendimiento de carne magra disminuye (Butterfield, 1974). Según Johnson et al.
(1972) con el aumento de peso y de la edad, la grasa total también se incrementa
correspondiendo las mayores cantidades a la intermuscular, seguida de la
subcutánea, intramuscular e interna (renal y pélvica). Allen et al., (1981) encontraron
un efecto significativo del peso de la canal en los pesos de la grasa, músculo y
hueso.
El parámetro de la edad está muy relacionado con el peso del animal. Según
afirman Tulloh (1963) y Boccard et al. (1976), con la edad aumenta la deposición de
grasa en la canal. Huth, (1983) observó que la edad ejerce una influencia
significativamente mayor sobre la composición corporal que las condiciones de
manejo (nivel de alimentación), apuntando Coleman et al, (1993) que la edad del
animal es un condicionante importante del efecto que pueda tener la restricción de la
Introducción ___________________________________________________________________________
28
alimentación sobre la composición de la canal, de manera que no afectaría en
animales jóvenes, pero sí disminuiría el porcentaje de grasa y aumentaría el de agua
y proteína en animales de más edad.
El nivel nutricional produce variaciones en el crecimiento ponderal del animal
y por tanto en la composición tisular de la canal. El efecto de la dieta tiene dos
puntos de vista el cuantitativo y cualitativo. Dietas ricas en energía ofrecen un ritmo
de crecimiento alto, produciendo principalmente un aumento de la proporción de
grasa en la canal (Zea, 1978; Byers, 1982; Sully y Morgan, 1982; Korver et al, 1987),
Esto es debido a que la grasa es utilizada por el organismo como reserva para evitar
cambios en el resto de los tejidos cuando se producen modificaciones en la ingestión
de energía. Según Murray y Slezacek (1976), la cantidad de grasa aumenta con
raciones ricas en concentrado, aumento que también se puede observar cuando los
periodos de acabado tienen una mayor duración (Keane et al., 1989).
El nivel energético de la dieta afecta el ritmo de crecimiento de los distintos
tejidos de la canal, pero la magnitud de la respuesta depende de la raza y del sexo
de los animales que se consideren (Geay y Beranger, 1969; Fortín et al., 1981). Para
una misma edad, en las canales de las razas más precoces, el aumento de energía
incrementa considerablemente más los depósitos grasos y disminuye el músculo y el
hueso. En razas más tardías, todos los tejidos evolucionan de forma similar y no se
modifica sustancialmente la composición.
De acuerdo con las experiencias de Robelin y Daenicke (1980) y Micol
(1993), las variaciones en el nivel de los aportes alimenticios, principalmente
energéticos, permiten modificar la velocidad del crecimiento diario y la composición
de la canal – la cantidad de lípidos depositados aumentan en mayor cantidad
cuando la ganancia de peso es mayor. Este efecto de mayor engrasamiento con
ritmos de crecimiento altos varía en función al peso que tenga el animal, pues
aquellos animales que tienen menor peso van a acumular grasa durante el periodo
de crecimiento rápido. Es por eso que Privanto et al. (1992) indican que las
diferencias debidas a este factor se deben observar cuando se comparan animales
con pesos similares. Haskins et al. (1967) sostienen que si se mantiene positivo el
balance energético, la composición corporal a un peso determinado es
Introducción ___________________________________________________________________________
29
independiente de la nutrición, es decir, de la relación proteína/energía, y de la forma
física de la dieta, así como de la frecuencia de alimentación.
La ganancia de peso diaria depende de factores genéticos (Desvignes et al,
1966) y de factores de cría, principalmente de valor alimenticio (Pálson, 1940). Estos
factores además de modificar la curva de crecimiento de los animales, también
modifican la composición corporal (Boccard y Duplan, 1961) y el desarrollo
anatómico (Knight y Foote, 1965), los que dependen también del peso al sacrificio
(Lambuth et al., 1970). Murray et al., (1974).y Murray y Slezacek (1976) indican que
el crecimiento compensador en los animales produce un mayor engrasamiento,
especialmente en los depósitos de grasa intermuscular y subcutánea, sin embargo,
otros autores como Ledin, (1983) y O´Donovan, (1984) indican que esto es variable,
dependiendo de la edad del animal y del periodo de subalimentación.
Finalmente, el aumento en el aporte de materias nitrogenadas da lugar a un
aumento en el consumo de alimento y de la velocidad de crecimiento (Theriez et al.,
1976). Según Andrew y Orskov (1970) los niveles más adecuados de proteína para
machos y hembras disminuyen al aumentar el peso vivo, así como al disminuir el
nivel energético de la ración. Estos mismos autores afirman que la composición de la
canal depende tanto del contenido en materias nitrogenadas totales como del nivel
energético de la misma, aumentando el contenido en proteína en razón directa
respecto a las materias nitrogenadas e inversamente al nivel energético de la ración.
Según Zea (1978) no se producen cambios importantes en la canal, al aumentar el
nivel proteico de la dieta, pero si hay una ligera tendencia de aumento de grasa.
Micol y Robelin (1990) indican que niveles muy altos de proteína digestible en el
intestino delgado produce un incremento de la síntesis muscular y una limitada
deposición de tejido graso.
Introducción ___________________________________________________________________________
30
I.5. CARACTERÍSTICAS QUE DEFINEN LA CALIDAD DE LA CARNE DE CERDO
La industria porcina tiene presente que tanto la calidad de la canal como la
calidad de la carne son dos factores que se deben de tener en cuenta en el control
de calidad. La calidad de la carne se puede definir de varias maneras, siendo una
definición representativa la siguiente: “La calidad de la carne consiste en la
combinación de características que son indicativas de su valor comercial y del grado
de aceptabilidad del consumidor”. Esta definición incluye criterios o características
cuantitativo y el criterio cualitativo (Sánchez, 1999). El criterio cuantitativo se refiere
a las características medibles relacionadas con el valor de las canales y la carne y el
cualitativo se relaciona con la aceptabilidad de la carne por el consumidor, y que
derivan de la palatabilidad de la carne (Sánchez, 1999; Ramírez, 2003). Entre los
distintos aspectos que determinan la calidad de la carne: sensorial, nutritiva,
funcional, higiénica etc. Wood et al. (2004) consideran que el aspecto más
importante de la calidad de la carne es la “calidad comestible o calidad para el
consumo” (“eating quality”), definida habitualmente como la puntuación dada por una
panel de catadores en los aspectos terneza, jugosidad y sabor.
Para valorar la calidad de la carne de forma directa existen diversos
parámetros como los caracteres organolépticos: color, olor, flavor, terneza,
capacidad de retención de agua y cantidad y composición de la grasa, que no son
fáciles de determinar en la cadena productiva (Hoving- Bolink et al., 1998, Joo et al.,
2002; Andersen et al., 2004).
La calidad de la carne de cerdo está influenciada por un gran número de
factores de tipo genético y no genético. Estos se pueden clasificar en:
• Factores ante mortem: dentro de ellos tenemos al estado fisiológico del
animal, predisposición genética, alimentación, alojamiento y transporte.
• Factores en matadero: corrales, manejo de los animales, tipo de
Aturdimiento y desangrado.
• Factores post mortem: temperatura de la canal, efectividad del enfriamiento,
condiciones higiénicas.
Uno de los factores ante mortem con mayor influencia en la calidad de la
carne de cerdo es la genética. Los programas de selección genética de las razas
Introducción ___________________________________________________________________________
31
cárnicas mejoradas en las últimas décadas han estado orientados hacia rápidos
crecimientos de las canales, buena conformación de las canales, alta proporción
muscular y bajo contenido en grasa. Se han conseguido buenos resultados en los
parámetros mencionados pero muchas veces se ha empeorado colateralmente la
calidad de la carne. Este empeoramiento se ha achacado a una mayor presencia de
fibras blancas en el músculo que trae asociado un color más pálido, un menor pH,
una menor capacidad de retención de agua y, desde un punto de vista fisiológico
una peor capacidad de las células musculares a adaptarse a situaciones de estrés
(De Vries et al., 1999). Las revisiones bibliográficas de Klont et al. (1998) y Karlson
et al. (1999) describen detalladamente cómo afecta el tipo de fibra a la calidad de la
carne de cerdo. En estos trabajos se sugiere modificar los esquemas de selección
manteniendo los buenos parámetros productivos pero consiguiendo carne de mejor
calidad y células musculares de menor tamaño, con mayor número de fibras de
contracción lenta y mejor adaptadas al estrés (Rehfeldt et al., 2008). En este sentido,
una de las estrategias es la inclusión en los programas de mejora genética animales
procedentes de razas que aportan mayor calidad a la carne como la Duroc,
Hampshire y Berkshire (Plastow et al., 2006). También se está planteando la
inclusión de razas rústicas autóctonas de distintos lugares no consideradas
anteriormente.
En los estudios sobre el mapa genético de la especie porcina y la influencia
de determinados genes sobre la calidad de la carne, se han descrito como genes
especialmente implicados en la calidad: el “gen halotano”, responsable del síndrome
de estrés porcino (Channon et al., 2000) y el “gen rendimiento Napole” (Gen RN-),
responsable de la carne ácida (Alarcón, 2005). Ambos generan carnes con una
calidad disminuida. El primero es responsable en gran parte de la carne pálida,
blanda (deformable) y exudativa (PSE), mientras que el segundo es responsable de
carne con bajo pH y por lo tanto con baja capacidad de retención de agua (Moelich
et al., 2003). Otros genes principales o genes específicos/únicos cuya implicación en
la calidad de la carne se está considerando son el gen HIMF responsable de la
presencia de niveles elevados de grasa muscular” o también genes relacionados con
el olor sexual (gen de la androstenona) etc. (De Vries et al., 2000; Kocwin-Podsiadla
y Kuriz, 2003). Sin embargo, la mayoría de los atributos de calidad vienen
Introducción ___________________________________________________________________________
32
determinados por factores en los que intervienen varios genes. En cualquier caso, la
información a nivel del ADN puede ayudar a productores, y criadores de cerdo a
seleccionar los animales. Otro de los grandes grupos de factores que afectan la
calidad de la carne de cerdo (especialmente a la cantidad y calidad de grasa) es la
nutrición y sistema de explotación (Lobley, 1998; Cameron et al., 2000; Nilzen et al.,
2001; Wood et al., 2003). Se están desarrollado distintas estrategias de alimentación
que contribuyan no solo a un rápido crecimiento, sino a la mejora de la calidad de la
carne de cerdo: aumento de la estabilidad a la oxidación, disminución de la pérdida
de líquidos durante el almacenamiento, cantidad de grasa en el músculo y calidad
nutritiva de la grasa. Estas estrategias incluyen el uso de suplementos de
aminoácidos, minerales (Cr, Mg o Cu), vitamina E, ácido linoleico conjugado,
inhibidores enzimáticos glicolíticos, etc. (Pettygrew y Esnaola, 2001).
Interrelacionados con la genética, alimentación y sistema de explotación, otra
gran parte de los caracteres de calidad de la carne de cerdo son función del manejo
de los animales previo al sacrificio y su influencia sobre el pH post mortem, así como
los factores post mortem de faenado y tratamiento de la carne (Rosenvold y
Andersen, 2003; Hambrecht, 2004; Olsson y Pickova, 2005; Silva et al., 2005). Los
principales mecanismos que actúan sobre la calidad de la carne en estas fases
están relacionados con la velocidad y la magnitud del descenso del pH después del
sacrificio. Además de la cinética de acidificación de la carne, el estado higiénico y la
contaminación química son otros factores de calidad indirectos o indicadores de
calidad (Díaz et al., 1999; Velasco, 2001; Ramírez, 2003; Silva et al., 2005; Alarcón
et al., 2006). A continuación se hablará de las principales características que definen
la calidad de la carne de cerdo.
I.5.1. pH de la carne
El pH de la carne tiene gran importancia ya que influye sobre las
características de color, terneza, sabor, capacidad de retención de agua y
conservación, afectando por lo tanto a las propiedades organolépticas de la carne,
calidad higiénica y su aptitud tecnológica para la elaboración de productos cárnicos
(Alarcón et al., 2006).
Introducción ___________________________________________________________________________
33
Tras la muerte del animal cesa el aporte sanguíneo de oxígeno y de
nutrientes al músculo, que para mantener su metabolismo post mortem debe utilizar
sus reservas de energía, sintetizando ATP con el fin de mantener activos los
mecanismos enzimáticos. La demanda de ATP es mayor que lo generado y
conforme se reducen los niveles de ATP se genera simultáneamente fosfato
inorgánico, que a su vez estimula la degradación de glucógeno a ácido láctico
mediante la glucólisis anaerobia (Garrido et al., 2005). La formación de ácido láctico
y de otros ácidos orgánicos va a provocar un descenso del pH muscular que
continúa hasta que se agotan las reservas de glucógeno o hasta que se inactivan las
enzimas que rigen el metabolismo muscular (Lawrie, 1998). En bastantes casos la
degradación del glucógeno cesa antes que las reservas se agoten, esto debido a
que el propio descenso en el pH muscular llega a inactivar las enzimas glucolíticas,
conservando el músculo hasta un 20% de la cantidad inicial (Ordoñez et al, 1998). El
descenso del pH acerca a las proteínas de la carne a su punto isoeléctrico (5,1-5,2)
disminuyendo su capacidad de retención de agua, también produce un efecto de
desnaturalización más intenso cuanto menor es el pH y mayor es la temperatura de
la carne. Además, la baja disponibilidad de ATP impide que se mantenga la
integridad estructural de las membranas y proteínas, lo que provoca fenómenos
adicionales de desnaturalización. La desnaturalización proteica es responsable de
una reducción en la cantidad de agua retenida, afectando el color, la textura y el
grado de exudación de la carne (Sellier, 1988).
El pH muscular en los animales vivos se sitúa en 7,08 y 7,30. En condiciones
normales, el pH en la carne de cerdo suele descender hasta valores de 5.6-5.8 a las
24 h posteriores al sacrificio. Existen parámetros como el sexo, la edad y el peso al
sacrificio que no tienen efecto sobre el pH final de la carne, mientras que la raza, el
sistema de aturdimiento y el tiempo de maduración de la carne si parecen influir en
los valores finales del pH (Silva et al, 1999; Oliván et al, 2003; Hambrecht, 2004;
Monsón et al, 2004; Önenc y Kaya, 2004). No obstante, algunos autores indican
diferencias según el sexo en los valores y evolución del pH debido a un distinto
potencial glicolítico (Larzul et al., 1997), aunque este efecto se mantiene en
controversia.
Existen numerosos estudios realizados sobre razas autóctonas (Labroue et
al., 2000; Peinado et al., 2001; Pugliese et al., 2004b; Franci et al., 2005; Renaudeau
Introducción ___________________________________________________________________________
34
y Mourot, 2007) y sobre razas comerciales (Lebret et al., 2002; Fischer et al., 2006;
Ruusunen et al., 2007), de manera independiente o comparándolas, encontrándose
habitualmente unos valores de pH superiores en las primeras. Un caso particular es
la raza Duroc, que a pesar de ser una raza altamente seleccionada, mantiene
elevadas características de rusticidad, y ofrece valores de pH típicamente asociados
a las razas tradicionales (Tibau et al., 1997). Este hecho se explica por la mayor
cantidad de fibras blancas en las razas mejoradas y la mayor susceptibilidad al
estrés.
El descenso del pH dependerá del tipo de músculo y de la actividad a la que
este es sometido antes del sacrificio. En condiciones normales, los músculos de
contracción rápida alcanzan valores de 5,5, mientras que en los de contracción
lenta el pH se acerca más a 6,0 (Ordoñez et al, 1998). Así mismo los músculos que
desarrollan más actividad antes del sacrificio son los que presentan un pH
postmortem más elevado (Tarrant y Sherington, 1980). La duración del ayuno previo
al sacrificio también es determinante en la evolución y valor final del pH (Rosenvold
y Andersen, 2003; Faucitano et al., 2006). Cuando se obtienen valores de pH por
encima de los normales se podría deducir que el glucógeno muscular estaría en
cantidades inferiores a las normales, aunque algunos músculos pueden contener
hasta 1% de glucógeno residual y presentar un pH final por encima de 6. La
depleción del glucógeno dependerá de todos aquellos factores que causan estrés
crónico físico y fisiológico de los animales (Sanz et al., 1996). En este caso se
presenta un defecto en la carne asociado al rigor mortis conocido como carne DFD
(carne dura, firme y oscura).
La velocidad de la glucógenolisis en porcino es más rápida que en otras
especies como el bovino, debido a que la implicación del sistema simpático-
méduloadrenal durante el transporte y manejo es mucho mayor (Tarrant y
Sherington, 1980). El descenso de pH en el cerdo es más rápido cuando el animal
sufre un estrés agudo en el momento del sacrificio, ya que su temperatura corporal
es mayor y la velocidad de la glucolisis se ve aumentada con la temperatura, al igual
que cuando la temperatura de la carne durante oreo es más elevada debido a una
baja velocidad de refrigeración (Hambrecht, 2004).
En animales que sufren estrés agudo en el momento del sacrificio, como se
indicó anteriormente, la temperatura post mortem de la carne es elevada y se
Introducción ___________________________________________________________________________
35
acelera la glucolisis, provocando un rápido descenso del pH mientras la canal está
aún caliente lo que resulta en una gran desnaturalización de las proteínas
miofibrilares (Ramírez, 2003). Además, el valor de pH suele ser más bajo de lo
normal, así, conforme disminuye el pH, se va aproximando al punto isoeléctrico de
las proteínas miofibrilares (5,1), las repulsiones electrostáticas entre proteínas
disminuyen y la cantidad de agua situada entre las mismas es cada vez menor. En
definitiva, se obtiene una carne pálida, blanda (deformable) y exudativa (PSE).
I.5.2. Color de la carne
El color es el principal atributo que valora el consumidor a la hora de comprar
carne fresca y determinados productos cárnicos, siendo uno de los factores que
determina el valor del producto en el momento de su comercialización y por lo tanto
uno de de los parámetros que se utilizan para medir la calidad de la carne (Mancini
y Hunt, 2005). El consumidor relaciona el color de la carne con la calidad sensorial y
microbiana (carne sana y comestible) de la carne. Judge et al., (1989) y Mancini y
Hunt (2005) indican una serie de factores que afectan al color, tales como: genética,
alimentación, conservación de la carne, etc. Según Honikel (1998) existen tres
fuentes de la variación del color en el músculo:
1. El contenido en pigmentos (mioglobina), que es el factor intrínseco más
importante, y está relacionado con la especie, la edad del animal, la raza, el
sexo y el tipo de alimentación.
2. Las condiciones del periodo pre y post sacrificio (estrés, temperatura y
humedad de la cámara, etc.) que afectan al color al variar la velocidad e
intensidad de caída del pH, con las correspondientes repercusiones sobre la
desnaturalización y los cambios de estructura proteicos, así como el grado de
acortamiento del sarcómero.
3. El tiempo de almacenamiento y las condiciones de comercialización que
afectaran los procesos de oxigenación y oxidación afectando el color.
La mioglobina es el pigmento que se encuentra en mayor cantidad en la carne
aunque también está el pigmento hemático. La mioglobina es la responsable del
color rojo de la carne fresca y actúa como depósito o transportador de oxígeno en el
músculo vivo. El oxígeno que llega al músculo con la hemoglobina se difunde desde
Introducción ___________________________________________________________________________
36
los capilares a la fibra muscular, donde se une a la mioglobina para su posterior uso
en el metabolismo aerobio, actuando de esta manera como almacén de oxígeno. La
cantidad de mioglobina presente en el músculo depende del tipo de fibra muscular
(Poto, 2003). Otros pigmentos de la carne son los citocromos, las flavinas y la
vitamina B12, pero sus concentraciones son muy bajas y no intervienen directamente
en el color de la carne. La carne de cerdo comercial de 90-100 kg de peso vivo se
caracteriza por tener un contenido en mioglobina en torno a 2 mg/100 g, que es
inferior a la de la carne de rumiantes.
En el músculo, el hierro se encuentra en la mioglobina en forma de ión
ferroso, y así se encuentra en la superficie de la carne fresca. En la superficie
expuesta al oxígeno, el grupo hemo tiene asociado una molécula de oxígeno,
formando entonces la oximioglobina, de color rojo brillante, que es el que se
observa, y produce el color deseado. En el interior, la mioglobina no tiene oxígeno
unido, estando entonces en forma de desoximioglobina, que tiene un color púrpura
más oscuro que el de la oximioglobina. Estas dos formas son interconvertibles,
dependiendo de la presión parcial de oxígeno de la superficie de contacto (Mancini y
Hunt, 2005). A bajas presiones de oxígeno (pero no nulas), el ión ferroso, inestable,
pasa a férrico, oxidándose con gran rapidez. La mioglobina con el hierro en forma
férrica recibe el nombre de metamioglobina o ferrimioglobina, es de color marrón
poco atractivo, propio de la carne almacenada demasiado tiempo. Esta
metamioglobina puede ser convertida a desoximioglobina siempre que la carne
tenga capacidad reductora de aquella (Mancini y Hunt, 2005). La vitamina E, cuya
concentración en la carne depende claramente de la dieta, es un potente
antioxidante, que retarda los procesos de oxidación y aumenta la vida útil de la
carne, contribuyendo al mantenimiento de su color deseable (Bosi et al., 2000; Wood
et al., 2003; Álvarez et al., 2005).
El método más usado para determinar el contenido de pigmentos en el músculo es
el de Hornsey (1956). Los diferentes estados químicos del pigmento tienen las
curvas de reflectancia y de absorción diferentes (Renerre, 1982). A 525 nm existe un
punto isobéstico donde la absorción de la luz es idéntica para los tres tipos de
pigmentos (Stewart et al., 1965) y en ello se basa la evaluación de los pigmentos
totales.
Introducción ___________________________________________________________________________
37
La percepción del color de un producto es la respuesta del sistema visual de
un observador real al estímulo producido por la energía radiante que procede de la
capacidad de de reflexión por la materia de las diferentes radiaciones luminosas del
espectro visible. La comisión internacional del color CIE define el color percibido
como el atributo visual que se compone de una combinación cualquiera de
contenidos cromáticos y acromáticos. Este color no depende sólo del color físico del
estímulo sino también de su tamaño, forma, estructura y estímulos que le rodean,
aparte del estado del sistema visual del observador y de su experiencia en
situaciones de observación semejante o relacionada.
Los atributos son:
1. La claridad, según la CIE es la luminosidad del estímulo juzgada en relación
a la luminosidad de otro estímulo que aparece como blanco o transparente.
Se halla correlacionada con el estado físico de la carne, la cinética en la
instalación del rigor mortis, al pH final del músculo y sus correspondientes
efectos sobre la estructura de las fibras musculares.
2. El tono, Para la CIE, sería el atributo de la sensación visual según el cual el
estímulo aparece similar a uno de los colores percibidos como rojo, amarillo,
verde o azul, o a ciertas proporciones de dos de ellos. Al calcularlo si el valor
es negativo se le suma 180 grados. En el caso del color del músculo, el
estado químico del pigmento influido por la oxidación de la mioglobina,
determinará el tono del color. Esta correlacionado con los factores post-
mortem.
3. El croma, es el atributo que permite valorar el color de un área que aparece
más o menos coloreada, dando la sensación de colores vivos y apagados.
Para la CIE, el croma es el colorido del estimulo juzgado en proporción a la
luminosidad de otro estimulo que aparece como blanco. Se le relaciona con
los valores ante mortem. La cantidad de pigmento en el músculo determinara
la saturación del color. En la grasa será depósito de pigmentos procedentes
de la alimentación como xantofilas, carotenos, etc.
Los aparatos de medida de color suelen estar determinados por las
coordenadas L*, a*, b* del espacio CIELAB donde:
1. L*: es el valor de la claridad ya definido (0= negro; 100= blanco).
Introducción ___________________________________________________________________________
38
2. Coordenada a*: representa la oposición visual rojo-verde (a*>0 rojo; a*<0
verde).
3. Coordenada b*: representa la oposición visual amarillo-azul (b*>0 amarillo;
b*<0 azul).
I.5.3. Capacidad de Retención de Agua
La textura es una palabra simple que engloba un concepto muy complejo. Hay
muchas definiciones de textura. Szczesniak (1995) la definió como “la manifestación
sensorial de la estructura del alimento y el comportamiento de dicha estructura del
alimento frente a la aplicación de fuerzas externas”. Las propiedades de textura son
las características de calidad de la carne más apreciadas por el consumidor
(Issanchou, 1996) y se caracterizan por ser difíciles de definir, ya que, al igual que el
color, una misma muestra puede tener diferente significado para cada persona. La
capacidad de retención de agua (CRA) y la dureza son los dos aspectos de la
textura de la carne a los que más importancia se ha atribuido.
La Capacidad de Retención de Agua (CRA) se define como la propiedad o
aptitud de la carne para mantener su agua durante la manipulación e incorporar y
retener agua añadida durante el procesado (Offer y Knight, 1988). Es un parámetro
físico-químico importante por su contribución a la calidad de la carne fresca
(Wierbicki et al., 1957; Wierbicki y Deatherage, 1958; Hamm, 1960) y la de sus
productos derivados. La CRA está relacionada con la textura y color de la carne
cruda y jugosidad y firmeza de la carne cocinada.
La carne cruda de los mamíferos inmediatamente tras el sacrificio contiene, por
término medio, un 75% de agua (Lawrie, 1991). Tras el sacrificio, parte de este agua
se pierde con la manipulación de la carne: por evaporación durante el enfriamiento
de las canales, por goteo como consecuencia de la sección de los tejidos (hasta 6
%, el cual puede doblarse tras la descongelación), por pérdida de jugo durante el
tratamiento térmico (las mayores pérdidas de agua se producen como consecuencia
del cocinado de la carne), pudiendo superar el 40% (Offer y Knight, 1988).
Considerando la forma en que el agua esta presente en el músculo y los distintos
mecanismos que la retienen en él. Hamm (1986) propone cuatro maneras para
medir la capacidad de retención de agua en la carne, que han sido estandarizadas
en el trabajo de Honikel (1998):
Introducción ___________________________________________________________________________
39
1. Perdidas por goteo (drip loss) determinada por la formación de exudados
sobre la carne, sin aplicación de fuerzas externas.
2. Perdidas por descongelación (thawing loss), que originan un exudado sobre la
carne tras su congelación y descongelación, sin aplicación de fuerzas
externas.
3. Perdidas por cocinado (cooking loss) fluidos liberados tras el calentamiento
de la carne sin aplicación de fuerzas externas tales como la centrifugación o
la presión.
4. Jugo exprimible (expressible juice) de la carne no calentada (incluso de la
descongelada), mediante la aplicación de fuerzas externas originadas por
métodos de compresión, centrifugación o succión.
La liberación de jugo (post mortem) que tiene lugar en la carne desde la fibra
muscular al espacio intercelular y de ahí al exterior de la carne parece ser
dependiente, por una parte, del estado de contracción de la proteínas contráctiles
(sarcómeros contraídos, fibrillas o fibras) que tiene lugar en la instauración del rigor y
es debida a la reducción del espacio entre miofibrillas y miofilamentos (Honikel et al.,
1986) y, quizá también, a cambios en la membrana celular (fenómenos osmóticos y
cambios en la permeabilidad). En definitiva el rigor (contracción) actuaría
exprimiendo el músculo, que soltaría el agua por goteo a través de las superficies de
corte (Sierra, 1973). Además, tal y como se mencionó anteriormente, la liberación de
jugo depende del pH de la carne y del grado de desnaturalización proteica debido a
los cambios de pH.
Offer y Knight (1988) establecieron una serie de factores que determinan la
CRA de la carne fresca, dentro de ellos tenemos: grado de corte de la musculatura,
tamaño del trozo de carne, método de sujeción/suspensión, tiempo tras el sacrificio,
pH final de la carne, tasa de glucólisis post mortem y condición PSE, temperatura
post mortem previa al rigor mortis, acortamiento muscular, fuerzas en el
empaquetado o embalado, temperatura de almacenamiento, congelación y
descongelación, especies y corte.
Por su parte, las pérdidas por cocción se deben a la rotura de la membrana
celular mediada por el tratamiento térmico, y además a las modificaciones de las
proteínas en relación con el cambio en la estructura tridimensional ocasionada por el
calentamiento (encogimiento, modificación de la polaridad, etc.). Durante el
Introducción ___________________________________________________________________________
40
calentamiento de la carne, al llegar a los 50 ºC aproximadamente comienza a
experimentar una desnaturalización proteica que resulta en una destrucción de
membranas celulares, encogimiento longitudinal y transversal de las fibras,
agregación de proteínas sarcoplásmicas y encogimiento del tejido conjuntivo. Todos
estos fenómenos, originan una disminución de la CRA en la carne cuando se somete
a calor (Pla-Torres, 2005).
Rosenvold y Andersen (2003) indicaron que los animales que han sido
criados en un sistema de producción extensivo generan menores pérdidas por
cocinado. Aunque los trabajos de otros autores (Pugliese et al., 2004a, Pugliese et
al., 2004 b) muestran resultados contradictorios. Edwards (2005) indica que las
razas tradicionales pierden menos agua durante su almacenamiento, lo que coincide
además con los resultados de Franci et al. (2005) y Renaudeau y Mourot (2007),
quienes compararon cerdos Cinta Senese y criollos con cerdos de la raza Large
White, obteniendo las razas autóctonas una mejor CRA.
1.5.4. Dureza
La mayoría de consumidores consideran a la dureza como el factor más
importante que determina la calidad de la carne. Tal es así que cuando se habla de
carne, frecuentemente se utilizan indistintamente términos textura y dureza, los que
no son sinónimos. La textura es una propiedad sensorial, mientras la dureza es un
atributo de textura (Chrystall, 1994).
La dureza de la carne está determinada directamente por las propiedades de las
estructuras proteicas contráctiles, del citoesqueleto y conjuntivas, las cuales son
muy variables dependiendo de la genética, edad, nutrición y factores de manejo pre
y post mortem. Además, todos los factores que influyen en la cantidad de grasa
intramuscular afectan a su vez a la terneza o resistencia al corte de la carne de
cerdo y de otras especies animales. Wood et al. (2003) indicaron que los lípidos
neutros situados en los adipocitos que están ubicados en el perimisio podrían tener
un efecto físico al separar los haces de fibras musculares, resultando en un efecto
de ablandamiento de la carne al “abrir” la estructura del músculo. Finalmente, se ha
de tener en cuenta que el método de cocción o calentamiento de la carne afecta a la
dureza.
Introducción ___________________________________________________________________________
41
En relación al sistema de explotación, se ha encontrado que los cerdos
criados extensivamente (al aire libre) tienen una carne más dura, especialmente
cuando el contenido en grasa intramuscular se compara al de los cerdos criados en
un sistema intensivo (Pugliese et al. 2004 a; Pugliese et al., 2004 b, Hansen et al.
2006; Teye et al. 2006).
La textura de la carne puede ser evaluada por diferentes métodos subjetivos
(pruebas de consumidores y/o paneles de catadores) y objetivos (mecánicos,
estructurales, químicos y otros). Para evaluar la terneza muchos autores utilizan el
método Warner-Bratzler (Honikel, 1997). Este método mide la fuerza necesaria para
cortar un cilindro de carne de 1 cm de diámetro con una cuchilla de borde romo.
Cuanto mayor es la fuerza, mas dura es la carne (Szczesniak y Torgeson, 1965).
Muchos factores influyen en la medición, como: la temperatura de cocinado, la
uniformidad de la muestra a analizar, la dirección de las fibras musculares, la
cantidad y distribución del tejido conjuntivo y materia grasa, la temperatura de la
muestra, y la velocidad de la célula Warner-Bratzler. Los estudios indican que el
ensayo de Warner-Bratzler puede proporcionar información sobre las propiedades
de textura debida a los dos componentes estructurales de la carne, los miofibrilares
y los del tejido conectivo (Mφller 1980; Poste et al., 1993; Honikel, 1997).
1.5.5. Composición química de la carne, composición proximal
La composición química de la carne es importante desde el punto de vista de
su calidad ya que afecta la calidad tecnológica, higiénica, sanitaria, sensorial y
funcional (Marcos, 1991; Sañudo et al., 1999). Además, en relación con la calidad
nutricional, la carne tiene especial relevancia ya que es un componente de la
alimentación humana que aporta un amplio rango de nutrientes como proteínas,
grasas, minerales, vitaminas, etc., siendo una fuente importante de proteínas,
minerales como el Fe, P y Mn y vitaminas liposolubles. Un aspecto característico de
la composición de la carne de cerdo es que contiene de 5 a 10 veces más tiamina
que otras carnes (Schweigert, 1987).
El análisis más básico de la composición de la carne es la determinación de la
composición proximal, es decir, del contenido de humedad, grasa, proteína y
cenizas. Estos análisis revelan el valor nutritivo básico de un producto y cómo puede
Introducción ___________________________________________________________________________
42
ser combinado con otras materias primas para alcanzar el nivel deseado de los
distintos componentes principales de una dieta (Izaurieta, 1994). Para estas
determinaciones, con fines de caracterización, se suele utilizar el músculo L. dorsi.
En general se puede decir que el músculo de los animales adultos contiene
70-78% de agua, 15 a 22% de proteínas, 1-13% de grasa, 1-% minerales y menos
de 2% de hidratos de carbono (Pearson y Young, 1989). Existen factores que
influyen sobre la composición química de la carne, como el genotipo, el estado
fisiológico, la dieta, el sistema de manejo, el tipo de músculo, etc. (Huerta-Leidenz,
2003). En la Tabla I.5.1. se muestra la composición proximal media de la carne de
distintas especies animales.
Tabla I.5.1. Composición proximal de la carne de distintas especies animales.
Especie Humedad (%)
Proteína (%)
Lípidos (%)
Cenizas (%)
Ternera 71,4 21,2 5,0 1,08
Cordero 72,5 20,9 5,9 1,06
Cerdo 71,8 21,8 5,3 0,98
Pollo 75,5 21,4 3,1 0,96
Pavo 74,2 21,8 2,9 0,97
Cabrito 75,8 20,6 2,3 1,10
Conejo 72,8 20,1 5,6 0,72
Fuente: Martín Cáceres (2001)
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, 2004) ha
realizado una publicación donde señala que el contenido de grasa para cerdo esta
entre 9.4 y 7.8% para pierna y lomo, respectivamente, aunque estos valores varían
con la raza y el tipo de corte en cada país. Los valores de las tablas de composición
química de los diferentes tipos de carne deben observarse cuidadosamente porque
muy pocas especifican el tipo genético, músculo, grado de separación/recorte de
grasa (Ramírez, 2004).
El agua, que es el componente mayoritario de la carne, influye sobre la
calidad afectando la jugosidad, la blandura, el color y el sabor. Como la mayor parte
de agua se encuentra atrapada entre las proteínas miofibrilares (70%; Carballo et al.,
2001), existe una relación casi constante entre el contenido de proteína miofibrilar de
Introducción ___________________________________________________________________________
43
la carne y de su agua (Sánchez, 1999). El contenido en agua disminuye a medida
que aumenta el contenido de grasa en el músculo (Forrest et al., 1979). Así, en
cerdos autóctonos con alto grado de engrasamiento muscular los contenidos en
humedad son inferiores a las razas mejoradas con bajo grado de engrasamiento.
Por ejemplo, en autóctonos chinos, las mediciones de humedad en el músculo
Longissimus fueron de 71,4 % para la raza Neijiang de 90 kg de peso vivo, 60%
para la raza Rongchang y 63,9% para la raza Chenghua, con un peso vivo de 85 kg
(Meiqing, 2001).
En la carne, el agua se encuentra distribuida en tres formas diferentes: el
agua ligada, el agua inmovilizada y el agua libre (Forrest et al., 1979; Swatland,
1991). La pérdida de esta última tiene lugar durante el enfriamiento de la canal y
ocurre por evaporación o por goteo (CRA). La pérdida de agua en la carne toma
importancia debido a que esta es vendida por peso y la cantidad de agua que se
pierde durante su almacenamiento afecta el rendimiento (Roseiro et al., 1994; Joo et
al., 1995; Warris, 2000). Así mismo, muchas de las propiedades físicas de la carne
(color y textura en carne cruda) y de aceptación (jugosidad y terneza en carne
cocinada) dependen de su capacidad para no perder esta agua (Forrest et al., 1979;
Warner et al., 1993).
Todos los cálculos de valor nutricional requieren del conocimiento del
contenido de humedad, el cual varía enormemente para poder expresar los
resultados sobre extracto seco y húmedo. El método comúnmente usado para la
determinación de humedad en la carne es el de secado en un horno. Al someter la
carne a altas temperaturas se pierde agua libre en medida proporcional a la
temperatura aplicada (Carballo et al., 2001).
La grasa es un atributo muy valorado para los primeros cazadores o
pobladores del mundo. Además de aportar calorías Delfa (1994) y Gandemer (1998),
señalan que la grasa intramuscular da el sabor y el aroma característico y particular
a la carne de cada especie. Varios trabajos (Sánchez, 1999; Fernández et al. (1999)
además, encuentran que la grasa intramuscular contribuye a la palatabilidad de la
carne de cerdo.
En la actualidad los hábitos alimenticios han cambiado respecto a los de hace
varias décadas y, en muchos de los países económicamente desarrollados, se
busca una reducción en la ingesta de grasa animal (Chizzolini et al., 1999). Una
Introducción ___________________________________________________________________________
44
dieta alta en grasas es considerada indeseable por su vínculo con el colesterol y su
asociación con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, en estos días se
destaca también la importancia de la composición o tipo de grasa (Chizzolini et al.,
1999; Warris, 2000; Santrich, 2006).
El contenido en grasa intramuscular tal vez sea el parámetro de la
composición proximal con mayor efecto sobre la calidad de la carne. Como se ha
indicado anteriormente, la calidad sensorial de la carne de cerdo depende del
contenido en grasa intramuscular (GIM), considerando que en general mejora dicha
calidad y que una cantidad por debajo del 2% en el músculo podría ser responsable
de rechazo en el consumidor (Mabry y Bass, 2001).
En la carne de cerdo el contenido de lípidos es muy variable. La cantidad de
GIM dependerá principalmente de la genética, del peso vivo, de la alimentación y
sistema de explotación. De Vries et al. (2000) mencionaron la existencia de un gen,
identificado en cerdos de la raza Meshian (autóctona de China), relacionado con una
mayor cantidad de GIM en la carne de cerdo – en un experimento con cerdos de
razas cárnicas mejoradas cruzados con Meshian, los portadores de dos copias de
ese gen tuvieron 3,9% de GIM en el músculo L. dorsi, mientras que el resto de
animales tuvieron de media 1,8%. Para García de Siles (1973) y Scarth et al. (1973)
cada raza presenta un patrón característico en la deposición del tejido graso. En
general las razas más rústicas presentan mayor contenido de grasa intramuscular
que las razas especializadas, aunque los resultados obtenidos con distintas razas
han de ser considerados en el contexto del peso vivo del animal y de las condiciones
de nutrición y manejo. Mayoral et al, (1999) analizaron los músculos Longissimus
dorsi y Bíceps femoris de cerdos ibéricos. Sus resultados indican la habilidad de esta
raza para la deposición de grasa infiltrada. Así mismo, las mediciones en el músculo
Longissimus de un cerdo de Neijiang, en China, de 90 kg, dieron un contenido de 3,7
% de grasa y en el cerdo Rongchang, también de China se encontró 3,2 % (Meiqing,
2001). El cerdo criollo Chato Murciano, en España, tiene 6,39% de grasa
intramuscular en el músculo Longissimus (Peinado et al., 2004). Devol et al. (1988)
luego de evaluar 120 canales del cerdo blanco encontró que el contenido de grasa
intramuscular en el músculo Longissimus, fue de 3,18%, mientras Séllier (1988)
encontró niveles mas bajos en el mismo músculo, 2,33% para la raza Landrace. Sin
Introducción ___________________________________________________________________________
45
embargo, Lo et al. (1992) encontraron casi un 5% de grasa intramuscular en el
músculo Longissimus en una línea Duroc.
Además de lo dicho anteriormente sobre la variación en el contenido de GIM,
esta también depende del músculo que se considere. Por ejemplo, en el lomo están
entre 1,5 % a 2% (Mourot y Hermier, 2001) (Tabla I.5.2.).
Tabla I.5.2. Contenido lipídico (%) de algunos músculos del cerdo Large White en
edad de sacrificio.
Músculo Contenido de lípidos (%)
Longissimus dorsi
Abductor femoris
Bíceps femoris
Trapezius
Masseter
Semimembranosus
Semitendinosus
1,3 ± 0,3
2,0 ± 0,5
1,4 ± 0,4
2,0 ± 0,7
1,8 ± 0,5
1,7 ± 0,4
3,5 ± 0,5
Fuente: Mourot y Hermier (2001)
Las proteínas constituyen el componente mayoritario de la materia seca del
músculo estriado. La proteína cárnica tiene un elevado valor biológico. Esta proteína
representa entre el 25 y 30% del total de proteínas consumidas en países
industrializados y entre el 12 y 20% en los países en vías de desarrollo (López de
Torre et al., 2001).
La carne de cerdo contiene por término medio 14,5 g de proteína por cada
100 g (López de Torre et al., 2001).aunque este nivel es mayor cuando se habla de
porción muscular y no de carne. Por poner un ejemplo de contenido en proteínas de
cerdos autóctonos de razas rústicas, el contenido de proteína en el músculo
longissimus de un cerdo de 90 kg de raza Neijiang fue de 23,9%, en el cerdo de raza
Rongchang 24,8 % y en un cerdo de 85 kg de Chenghua de 25,8% (Meiqing, 2001).
La clasificación más aceptada de las proteínas cárnicas tiene lugar con
respecto a su solubilidad y localización. Así tenemos tres grupos: las proteínas
sarcoplásmicas (mioglobina, hemoglobina y enzimas asociadas a la glucólisis, al
Introducción ___________________________________________________________________________
46
ciclo del ácido cítrico y a la cadena transportadora de electrones); las proteínas
miofibrilares (entre otras, actina, miosina, tropomiosina, troponina, actinina α y ß,
proteína C y proteína M) y las proteínas del estroma (constituyentes del tejido
conectivo, que son comparativamente insolubles) (López de Torre et al., 2001.;
Santrich, 2006). La cuantificación de la proteína total se efectúa mediante el método
de Kjeldahl, después de ser digerida la muestra con ácido sulfúrico en presencia de
un catalizador (Olvera et al., 1993).
Las cenizas es el indicador indirecto del contenido en minerales de un
alimento. La determinación de cenizas es referida como el análisis de residuos
inorgánicos que quedan después de la ignición y oxidación completa de la materia
orgánica de un alimento. La ceniza remanente es el residuo inorgánico y la medición
de la ceniza total es útil en el análisis de alimentos (Olvera et al., 1993). Las cenizas
están compuestas de elementos minerales (calcio, fósforo etc.). La carne contiene
metales alcalinos, alcalinotérreos, hierro, cloro, azufre, fósforo y diversos
oligoelementos. Los minerales están presentes en la carne de cerdo en 1%, siendo
los más importantes el hierro, manganeso y fósforo, los cuales son de gran
importancia para el organismo humano, pues intervienen en la formación de huesos
y dientes (Eusse, 2000).
I.5.6. Composición de la grasa
Los triglicéridos constituyen la familia más abundante de los lípidos y son los
principales componentes de los depósitos grasos de reserva de los animales. La
grasa extramuscular está compuesta principalmente por lípidos neutros o
acilgliceroles. La grasa intramuscular la componen tanto los lípidos neutros
(triglicéridos), que llegan a representar el 80% del total (dependiendo del grado de
infiltración grasa), como los lípidos polares (fosfolípidos o lípidos de membrana), que
representan por término medio el 20% restante (Tabla I.5.3.). En el caso del cerdo
Ibérico el contenido en triglicéridos es mayor, aproximadamente el 90%, debido a la
alta infiltración grasa (Cava et al., 1999). La proporción de lípidos neutros y lípidos
estructurales varían de acuerdo al tipo de músculo (Tabla I.5.3.). Así mismo, la
comparación de contenido de grasa intramuscular entre razas muestra fuertes
variaciones (Tabla I.5.4).
Introducción ___________________________________________________________________________
47
La mayoría de los ácidos grasos de las grasas animales presentan un número
par de átomos de carbono y de longitud comprendida entre 14 y 22 átomos de
carbono, siendo los más abundantes los de 16 y 18 átomos de carbono (Cobos,
1994). Aunque en grasas de corderos y bovinos se han encontrado ácidos grasos de
cadena impar y ramificada, además de ácidos grasos trans e isómeros posiciónales
del ácido oleico y linoleico (Enser et al., 1996; Rhee, 1992). Los ácidos grasos
impares y/o ramificados son componentes de las células bacterianas. También
llegan a estar presentes en la grasa animal, siendo los mayoritarios el
pentadecanoico (C15:0) y el heptadecanoico (C17:0) (Body, 1988). La proporción de
ácidos grasos de cadena impar y ramificados es más importante en los rumiantes
que en otras especies ya que son sintetizados por los microorganismos de su
aparato digestivo, luego son absorbidos e incorporados en sus tejidos incluyendo la
carne (Smith, 1993).
Tabla I.5.3. Contenido en triglicéridos y fosfolípidos (en g por 100g de músculo) de
diferentes músculos.
Músculos Triglicéridos Fosfolípidos
Longissimus dorsi
Bíceps femoris
Psoas major
Trapezius
1,0
0,8
0,7
1,3
0,48
0,63
0,72
0,69
Fuente: Leseigneur et al. (1991)
Los ácidos grasos se dividen de acuerdo al grado de saturación en ácidos
grasos saturados (AGS), monoinsaturados (AGMI) y poliinsaturados (AGPI). En
general los AGS y AGMI son los mayoritarios en los acilgliceroles de las grasas
neutras de la carne de los animales (Ramírez, 2004). Entre los principales AGS en la
grasa de origen animal de mayor a menor concentración se encuentran el palmítico
(hexadecanoico o C16:0), esteárico (octadecanoico o C18:0) y mirístico
(tetradecanoico o C14:0). Por su parte, los AGMI más importantes cuantitativamente
en la carne son el ácido oleico (C18:1) y el palmitoleico (C16:1). Normalmente, los
dobles enlaces de los ácidos grasos insaturados se presentan en la configuración
cis, siendo menos frecuente la configuración trans.
Introducción ___________________________________________________________________________
48
Tabla I.5.4. Comparación en lípidos intramusculares de Longissimus dorsi de razas
de cerdos puros.
Raza Contenido lipídicoa
Large White
Landrace francés
Landrace belga
Piétrain
Duroc
Tia Meslan
Gallia
Penshire
Laconie
Meishan
1,24
1,19
1,67
1,35
2,41
1,53
1,51
1,66
1,60
3,07 a expresados en % de peso fresco, animales en edad de sacrificio.
Fuente: Mourot y Hermier (2001).
Los AGPI son constituyentes básicos de los fosfolípidos y determinan la
fluidez de las membranas y la modulación de las actividades enzimáticas, actuando
como portadores y receptores de membrana (Zamaria, 2004). Los AGPI son
necesarios para las funciones vitales y no son sintetizados por los organismos
superiores, por lo que son llamados ácidos grasos esenciales. Dentro de los AGPI
de la carne tenemos principalmente los ácidos linoléico (C18:2n:6), el linolénico
(C18:3n:3) y el araquidónico (C20:4). A partir de los dos primeros la mayoría de
carnívoros son capaces de sintetizar el resto de ácidos de la familia n-3 y n-6 (Lebret
y Mourot, 1998).
El cerdo posee una mayor proporción de ácidos grasos insaturados que el
bovino y tiene a su vez un punto de fusión más bajo (Sánchez, 1999). El National
Livestock and Meat Board (NLSMB) recoge la composición en ácidos grasos de la
carne magra (depósito intramuscular) de diferentes especies de animales de
consumo (Tabla I.5.5)
En el cerdo, el perfil lipídico está relacionado fuertemente con el de la dieta.
Este hecho es especialmente notable con el ácido linoleico y otros AGPI debido a la
Introducción ___________________________________________________________________________
49
imposibilidad de los sistemas enzimáticos de los animales superiores de sintetizar
ácido linoleico y linolénico (Cava et al., 1999). Es por tanto, esperable una mayor
concentración de ácido linoleico en los animales alimentados con dietas ricas en
este ácido graso, tal y como se ha observado en experimentos llevados a cabo con
distintas razas de cerdo blanco (Morgan, 1992). La grasa de la dieta se asimila y
deposita casi sin sufrir modificación, por lo que la dieta influye en el tipo de lípidos
existentes en el tejido muscular y graso, los que serán responsables de las
características organolépticas (sabor, aroma, terneza, jugosidad, etc.) de la carne y
también en su aptitud tecnológica (De Pedro, 1999).
Tabla I.5.5. Perfil de ácidos grasos de depósito intramuscular de las diferentes
especies animales de consumo.
Ácidos grasos Cordero Vaca Ternera Cerdo Pollo
C12:0 (laúrico)
C14:0 (mirístico)
C16:0 (palmítico)
C16:1 (palmitoleico)
C18:0 (esteárico)
C18:1 (oléico)
C18:2 (linoleico)
C18:3 (linolénico)
C20:4 (araquidónico)
Saturados
Monoinsaturados
Poliinsaturados
0,22
3,13
22,82
3,58
13,87
42,3
8,05
1,57
1,12
41,96
47,20
10,74
0,00
3,1
25,96
4,39
13,53
43,88
3,66
0,18
0,54
44,79
50,45
4,75
0,00
1,92
23,56
4,33
14,42
39,42
10,10
0,48
3,85
41,35
44,23
14,42
0,16
1,31
24,39
3,44
11,95
45,50
9,66
0,65
1,31
38,30
50,08
11,62
0,00
1,10
23,08
3,30
10,99
27,47
18,68
1,10
4,40
36,26
32,97
30,77
Fuente: NLSBM (1999).
El peso de la composición lipídica de la dieta sobre el perfil lipídico de los
animales varía según la etapa de crecimiento que se considere. En las primeras
etapas de crecimiento del cerdo, el 80% de los lípidos son sintetizados a partir de la
glucosa de la dieta el cual es el principal precursor fisiológico de ácidos grasos
(Henry, 1977) – el sitio mas activo de síntesis de ácidos grasos “de novo” es el tejido
Introducción ___________________________________________________________________________
50
adiposo. Estos lípidos sintetizados “de novo” se caracterizan por un alto porcentaje
de ácidos grasos saturados (ácido palmítico C16:0 y esteárico C18:0), aunque su
composición viene regulada por mecanismos enzimáticos específicos (Periago et al.,
1989; Chang et al., 1992; Cava et al., 1999).
En épocas posteriores de crecimiento, cuando el engrasamiento comienza a
ser predominante, el efecto de la dieta sobre el perfil lipídico es cada vez más
notorio. A medida que aumenta el estado de engrasamiento se produce una
disminución de los ácidos grasos saturados, incrementándose los restantes,
reflejando el perfil de ácidos grasos de la grasa del alimento. Esta inhibición de la
síntesis endógena viene determinada tanto por la falta de substratos (hidratos de
carbono) para la síntesis “de novo” como por la inhibición que ejerce la grasa sobre
las enzimas encargadas de sintetizar ácidos grasos (Cava et al., 1999).
Son varias las características de calidad de la carne que se ven influenciadas
por el perfil lipídico de la misma. Así, la consistencia de la grasa, que determina la
apariencia, la facilidad de manipulación de la carne (Swatland, 1995) y la sensación
en boca (punto de fusión, jugosidad; Wood et al., 2003), depende de la composición
de ácidos grasos de la grasa. No obstante, la consistencia del tejido graso depende
de otros factores como el grado de humedad, la cantidad y estructura del tejido
conjuntivo.
Dentro de las grasas saturadas el ácido esteárico es el que se encuentra en
mayor proporción en el tejido adiposo y esta correlacionado con la consistencia y el
punto de fusión de la grasa (Wood, 1984). El punto de fusión de la grasa aumenta
con la longitud de la cadena de los ácidos grasos; así mismo, éste es mayor en los
ácidos grasos de naturaleza saturada que en los insaturados (Lehninger, 1981). De
los ácidos grasos insaturados, el ácido oleico no parece guardar correlación con el
punto de fusión y la consistencia de la grasa. El ácido linoleico, otro ácido abundante
en el tejido adiposo porcino, presenta una correlación negativa con la consistencia
de la grasa y el punto de fusión (López de Torre et al., 2001).
Los AGPI son sustratos de la oxidación lipídica, en sus dobles enlaces se fija
oxígeno comenzando la reacción de oxidación. Por lo tanto, cuanto más presencia
de AGPI, mayor susceptibilidad de la oxidación (deterioro del color y enranciamiento)
en detrimento de la calidad (López-Bote, 1998a), aunque una oxidación moderada
contribuye a la aparición de compuestos volátiles responsables del aroma deseable
Introducción ___________________________________________________________________________
51
de la carne (Rhee et al., 1988). Si se llega a producir una oxidación excesiva
aparecerán olores anómalos y coloraciones amarillentas y pérdida del color (Girard,
1988). Se ha observado que cuando las concentraciones de ácido α-linolénico (18:3)
se acercan al 3% se produce un claro efecto adverso oxidativo en la calidad de la
carne (Wood et al., 2003).
Los AGMI y AGPI se consideran ácidos grasos deseables para la salud
humana ya que están relacionados con un efecto hipocolesterolémico. Además, los
ácidos grasos saturados incrementan la presencia de las LDL (lipoproteínas de baja
densidad) en el suero sanguíneo asociadas a la aparición de enfermedades
coronarias; los ácidos grasos poliinsaturados reducen los niveles de LDL, mientras
que los ácidos grasos monoinsaturados reducen los niveles de LDL y aumentan los
HDL (lipoproteínas de alta densidad) no asociadas con la aparición de
enfermedades cardiovasculares (Smith, 1993).
En la actualidad se están llevando a cabo estrategias de alimentación de los
cerdos con aceites de pescado o lino con la finalidad de aumentar el contenido de
AGPI, que se cree reducen el riesgo de arterioesclerosis y enfermedades cardiacas,
sin embargo, como efecto colateral, esta alimentación aumenta la blandura de la
grasa y su predisposición a la oxidación, en caso de que no se tomen medidas
adicionales (Swatland, 1995).
Además de la alimentación, la raza, el sexo y el peso al sacrificio influyen
sobre la cantidad de grasa y el perfil lipídico. En general, los animales con mayor
grado de engrasamiento tienen más lípidos neutros y por lo tanto más grasas
saturadas que los menos engrasados (Wood et al., 2003). También se ha observado
que las razas de cerdos locales (comparadas a las comerciales) están
caracterizadas por una tasa de crecimiento lento, un alto depósito de grasa
(Casabianca, 1995) y una gran predisposición al depósito de ácido oleico
(Gandemer et al., 1990; López-Bote, 1998a). Estas características se acentúan
debido a la crianza al aire libre. Por ejemplo, el cerdo Cinta Senese que muestra
ganancia diaria baja, alta adiposidad en la canal y malas características físicas de la
carne, posee mejores propiedades dietéticas de la grasa cuando es criado al aire
libre que bajo techo (Franci et al., 2001; Acciaioli et al., 2002; Franci et al 2003;
Pugliese et al., 2003).
Introducción ___________________________________________________________________________
52
I.6. CONSUMO Y CONSERVACIÓN DE CARNE, DE LA PREHISTORIA A LA HISTORIA
En el momento actual, los humanos tenemos la condición de ser omnívoros y
probablemente nuestros ancestros más lejanos también tuvieron la misma condición.
La alimentación, cuya función básica es la de mantenernos vivos y con salud, es una
parte inherente a la experiencia humana y a su historia. En la prehistoria las
evidencias sobre alimentación se basan en hallazgos arqueológicos y, por lo tanto,
en una importante cantidad de asunciones e incertidumbres.
El consumo de carne debe haber sido un punto clave en la evolución del ser
humano. El consumo de carne, comparado con el de vegetales, implica una
digestión más larga y un aporte alimenticio más calórico, lo que permitió a los
homínidos o a los seres humanos de la prehistoria tener más tiempo para realizar
actividades diferentes a la recolecta de frutas y vegetales para su consumo.
Además, el consumo de carne generó o propició el que los humanos adquirieran
habilidades para cazar y criar animales.
Parece ser que la especie porcina fue una de las primeras en domesticarse y
ser usada para la producción de carne. Las primeras granjas de cerdos aparecieron
probablemente hace unos 12000 años y lo hicieron en Oriente próximo (Delgado et
al., 2004). Después, acompañando migraciones humanas, la presencia de cerdos
domésticos fue expandida a otras partes de Asia y también a Centro Europa y el
área Mediterránea. De esta forma se diferenciaron tres troncos de cerdos, los
asiáticos, celtas y mediterráneos de los cuales, por medio de cruces se han
originado los cerdos actuales. La producción de cerdo fue ampliamente desarrollada
en China, Egipto y Grecia.
Parece lógico pensar que las ventajas derivadas del aprovechamiento (el no
desperdicio o pérdida) de los excedentes eventuales de alimentos que pudiera haber
en momentos determinados condujeron a los humanos a buscar métodos de
conservación de alimentos. En este sentido, se desarrollaron técnicas empíricas de
conservación basadas en el salado, fermentación, secado y ahumado (Zeuthen,
1995). Por ejemplo, se tienen evidencias del salado y el secado al sol de la carne en
la época de los antiguos egipcios (Pearson y Tauber, 1984). Aún hoy en día, muchas
de las técnicas empleadas para la conservación de alimentos hoy en día tienen su
Introducción ___________________________________________________________________________
53
reflejo en los conocimientos exhibidos por culturas primitivas, como es el caso del
secado, el uso de sal o salmueras, la congelación, la fermentación o el tratamiento
térmico (Peterson, 1963). Las técnicas de procesado de alimentos han
experimentado un desarrollo gradual a medida que el ser humano avanzó en la
explotación de los recursos de la tierra, cada vez más eficientemente, por medio del
dominio de habilidades manuales y tecnológicas y del desarrollo social (organización
social), a medida que se consolidaban las distintas comunidades humanas, con
creciente grado de civilización (Blucher, 1991).
Los embutidos, consistentes en una mezcla de carne picada en trozos de
pequeño o mediano tamaño mezclada con sal, especies y otros ingredientes que ha
sido embutida en tripas debió ser en su día una invención muy sofisticada. La
evidencia del embutido más antiguo se remonta a más de 5000 años y se encontró
en la cultura Sumeria (en la antigua Babilionia). La primera referencia escrita sobre
embutidos procede de textos de aproximadamente 600 años antes de Cristo, tanto
en la antigua China como en la antigua Grecia. En los textos chinos, se menciona un
embutido conocido como ‘Lachang’ (que es dulce, especiado y ahumado); en los
griegos, se nombran los embutidos en los trabajos de Homero y Epicarmo, este
último escribió una comedia titulada ‘El embutido’ (Anónimo, 2006).
Introducción ___________________________________________________________________________
54
I.7. PRODUCTOS CÁRNICOS EN EUROPA Y EN LATINOAMÉRCIA. PERSPECTIVA HISTÓRICA. CLASIFICACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS
I.7.1.Perspectiva histórica en Europa
Desde la antigüedad, la comida, la forma de alimentarse y los estándares
nutricionales de las distintas poblaciones humanas han estado en función de los
recursos ambientales y de factores culturales, estableciéndose así diferencias entre
regiones (Sobal, 1999). Estas costumbres alimenticias han venido experimentando
variaciones constantemente debido a los continuos cambios sociales acaecidos. Por
ejemplo, como resultado de los grandes movimientos poblacionales que tuvieron
lugar a lo largo de la historia de la humanidad, debidos a conquistas, comercio, etc.,
tanto históricamente como en el momento actual, los productos tradicionales de una
determinada región del mundo estuvieron o están continuamente influenciados por
costumbres o conocimientos de otras culturas, procedentes de diversas regiones del
mundo.
En la época clásica, los griegos y romanos utilizan profusamente la carne de
cerdo para la elaboración de productos cárnicos (Anónimo, 2006). Las técnicas y
tradiciones desarrolladas por los griegos fueron compartidas y mejoradas por los
romanos, de quienes se puede decir que dominaban el arte de curar carne y que
apreciaban considerablemente y consumían gran cantidad los productos cárnicos.
Un procedimiento típico consistía en salar la carne, eliminar la sal de la superficie,
cubrir la superficie con una mezcla de hierbas y especias, como la pimienta, o
cenizas, y colgar la carne en un ahumadero o en un lugar frío y seco (Shepard,
2000). Los romanos fueron probablemente los primeros en percatarse del efecto
positivo de la sal procedente de ciertos yacimientos (enrojecimiento, conservante)
ahora atribuido a la acción de los nitritos (Ray, 1994) – los nitratos se presentaban
como impureza en la sal utilizada para el curado de la carne y sin saber cuál era
este compuesto químico, llegó a ser una sustancia clave para el proceso de
elaboración de muchos productos cárnicos. Los textos contemporáneos de la época
describen un número de productos cárnicos típicos tales como ‘botulus’, ‘lucanica’,
‘farcimen’, ‘mirtatus’, ‘pendulus’, ‘hilla’, ‘tomacula’, ‘circeli’, ‘perexsuccus’, etc.
(Giacosa, 1992; Aguirrezábal, 1993; Shepard, 2000) – algunos de estos nombres
Introducción ___________________________________________________________________________
55
recuerdan a los nombres actuales de embutidos Italianos, Portugueses, Españoles o
Latinoamericanos. Por ejemplo, es posible que el término ‘perexsuccus’, que
significa muy seco, fuera usado para el jamón de cerdo salado y madurado,
derivando en el término actual ‘prosciutto’ empleado en Italia para denominar al
jamón (Comunicación personal).
Los productos cárnicos estuvieron muy vinculados a la sociedad del imperio
romano. En los aspectos legislativos, por ejemplo, la ley castigaba a los
elaboradores cuyos productos cárnicos hubiesen sido causa de enfermedad
alimentaria. En los aspectos lúdicos, los embutidos, conocidos en latín con la
palabra ‘farcimen’ formaron parte de rituales y simbologías asociados a fiestas como
el festival de Lupercalia – del que se dice ser el origen del actual día de San Valentín
(Coxe y Coxe, 1987; Panati, 1989). En este sentido, la iglesia católica pareció
oponerse a las fiestas paganas y lúdicas romanas, prohibiendo el consumo de
embutidos y/o de sangre animal durante sus primeros años de existencia. Sin
embargo, a pesar de prohibiciones religiosas, la producción de embutidos y su
consumo fueron actividades comunes durante el final del imperio romano y la edad
media en la Europa cristiana. Lo que es más, el consumo de cerdo ha sido un
elemento diferenciador, dentro de las religiones abrahámicas, entre Cristianos por
una parte y Judíos y Musulmanes por otra.
Más tarde, durante el renacimiento, aunque basado en tradiciones previas, el
arte de hacer productos cárnicos experimentó un nuevo impulso. En los siglos XV y
XVI, la producción de productos cárnicos salados, curados y secados experimentó
un crecimiento debido a que estos eran demandados para proporcionar alimento a
los hombres que emprendían expediciones y guerras. Los productos cárnicos
formaban una parte muy valiosa de la escasa cantidad y variedad de alimentos
disponible para la gente del medio rural y los pobres en general (Wright, 1999).
En las regiones más gélidas de Europa, donde el clima frío posibilitaba la
conservación de alimentos perecederos por un tiempo prolongado, los principales
productos elaboraron eran de dos tipos, los frescos y los semi-secos, curados,
ahumados y cocidos. Mientras tanto, en el más cálido sur de Europa, los principales
productos cárnicos consistían en carnes crudas-curadas (secas y maduradas),
algunas veces fermentadas, las cuales eran secadas en los meses más fríos del año
y así podían conservarse en los meses más calientes. Con el tiempo, muchos tipos
Introducción ___________________________________________________________________________
56
de productos cárnicos europeos se hicieron famosos, las familias en el medio rural
los elaboraban y los vendían en las ciudades. Por su parte, los musulmanes y judíos
también elaboraban productos cárnicos, pero en este caso la carne era de oveja o
vacuno (Wright, 1999), como por ejemplo la ‘pastirma’, raíz de la palabra ‘pastrami’
que es carne de vacuno salada y seca.
En la fecha actual, siguiendo la bibliografía alemana (Heinz, 1985); con
algunas modificaciones), los productos cárnicos se clasifican en los siguientes
epígrafes:
Productos crudos-curados en cortes o trozos de carne. Elaborados con
carne cruda que se somete a salado y maduración, sin ser aplicado
ningún tratamiento térmico. Como ejemplos se puede citar el jamón
serrano y el lomo embuchado.
Embutidos crudos curados. Elaborados a partir de una masa de carne
y grasa picadas a la que se agrega sal y otros ingredientes y aditivos
que se embute y se someten a un proceso de maduración. El chorizo
madurado o los salamis son dos ejemplos de este grupo.
Productos cocidos en trozos o cortes de carne. Elaborados con carne
que se sala y se somete a un tratamiento térmico. Ejemplos: jamón
cocido.
Embutidos cocidos. Elaborados a partir de una masa de carne y grasa
picadas a la que se agrega sal y otros ingredientes y aditivos que se
embute y se somete a un tratamiento térmico. Ejemplo: salchichas
cocidas.
Productos precocidos y cocidos. En estos productos se utiliza carne,
grasa y/o vísceras que han sido previamente cocidas. También se
utilizan vísceras o sangre crudas. Las materias primas cárnicas se
suelen picar, se les añade sal y otros ingredientes y aditivos, se
embuten y se vuelven a calentar. Como ejemplos cabe mencionar los
embutidos de sangre o el paté.
Preparados de carne. Elaborados con carne cruda o cocinada,
troceada o cortada, embutida o no, a la que se añade sal y otros
ingredientes. Estos productos se definen en el Real Decreto 1376/2003
(BOE, 2003) en la legislación española, homologada con la europea
Introducción ___________________________________________________________________________
57
como los productos elaborados con las carnes o las carnes picadas, a
las que se les hayan añadido otros productos alimenticios,
condimentos o aditivos y/o que hayan sido sometidas a un tratamiento
insuficiente para modificar la estructura celular de la carne en la parte
central de la superficie de corte y hacer desaparecer así las
características de la carne fresca. Se entenderán aquí incluidos, entre
otros: 1. Los preparados cárnicos frescos (antes llamados productos
cárnicos frescos), que son aquellos elaborados con carne de una o
varias de las especies animales autorizadas, con o sin grasa, picadas,
adicionadas con sal, condimentos, especias, otros productos
alimenticios y aditivos, no sometidos a tratamiento de desecación,
cocción o salazón, embutidos o no; 2. Los preparados cárnicos crudos-
adobados (Antes llamados productos cárnicos crudos-adobados), que
son aquellos elaborados con piezas cárnicas enteras o trozos
identificables, según la clasificación comercial tradicional de carnicería,
o por trozos de carne que no reúnan dichos requisitos de identificación,
pertenecientes a las especies animales autorizadas, adicionados o no
de otros productos alimenticios, sometidos a la acción de la sal,
especias, condimentos y/o aditivos que les confieren un aspecto y
sabor característicos, recubiertos o no de pimentón u otros productos,
sin sufrir un proceso de curación posterior. Su temperatura máxima de
conservación ha de estar comprendida entre 2 y 7 ºC, según la materia
prima y la especie animal de la que se obtiene. Ejemplos:
hamburguesas, salchichas frescas, chorizo fresco.
1.7.2. Perspectiva histórica en Latinoamérica
En el contexto perfilado anteriormente sobre la situación europea en el
renacimiento y después de éste, pobladores procedentes de la península Ibérica,
llegaron a Latinoamérica y trajo consigo tanto el ganado (vacuno, caballar, ovino,
porcino, aviar), como su saber hacer respecto a la elaboración de productos
cárnicos. En relación al ganado porcino, se introdujeron en América poblaciones
ascendentes de razas locales de la Europa Mediterráneo: Negro Mallorquín,
Introducción ___________________________________________________________________________
58
Alentejano, Ibérico, Negro Canario, Bísaro Portugués y Celta Gallego. De las cuales
se han originado los cerdos criollos (Delgado et al., 2004).
De esta forma, después de la llegada de los colonizadores europeos tuvo
lugar uno de los cambios en la producción y procesado de alimentos, fruto de
interacción o choque intercultural en el último milenio ocurrió en el Nuevo Mundo.
Estos cambios tuvieron repercusiones importantes, entre ellos el incremento del
consumo de carne en América (Blucher, 1991).
Se sabe que los pobladores americanos prehispánicos conservaban mediante
el secado y, eventualmente, ahumado de tiras o piezas de carne colgadas en
cuerdas o similares (Ray, 1994) y probablemente desarrollaron productos cárnicos
como el ‘chaqui’ – que consiste en tiras de carne saladas y secas, del que existen
versiones actuales en distintas regiones latinoamericanas – o el pemmican – carne
de búfalo seca al aire mezclada con grasa fundida, frutos secos y hierbas (Pearson y
Tauber, 1984). Con la llegada de los europeos, las técnicas y el saber hacer de los
colonizadores en cuanto a la elaboración de productos cárnicos se diseminaron y
asimilaron por los territorios y culturas latinoamericanas. Sin embargo, estas técnicas
tuvieron que ser modificadas para adaptarse a las nuevas circunstancias: clima
local, recursos disponibles, influencias culturales, tanto de los pobladores nativos
(principalmente), como de otras poblaciones de inmigrantes africanos, asiáticos y/o
europeos. Por una parte, los descendientes de los colonizadores/inmigrantes
tuvieron que modificar el conocimiento heredado a las nuevas circunstancias cuando
fuese necesario, con el fin de adecuar y optimizar procesos y productos (Monín,
1991). Por otro lado, por parte de los pobladores latinoamericanos se ejerció la
correspondiente influencia sobre la forma de procesar aprendida de los
colonizadores europeos, ocasionando también cambios importantes en las técnicas
de elaboración de productos cárnicos. Bastantes de estos cambios tuvieron
repercusiones en Europa. Entre ellos, merece la pena mencionar el uso del
pimentón (obtenido de diversas variedades de pimiento Capsicum annuum) para
elaboración de productos cárnicos en la península Ibérica y en menor extensión en
otras partes de Europa (Zapata et al., 1992).
Con el paso del tiempo, el procesado tradicional de productos cárnicos en
Latinoamérica se ha diversificado de múltiples formas, generándose una amplia
gama de técnicas de elaboración y de productos. Esto parece lógico debido a que
Introducción ___________________________________________________________________________
59
Latinoamérica es una región muy extensa, mucho mayor que la península Ibérica,
con una geografía física compleja y llena de contrastes, con sistemas montañosos
en el oeste, altiplanos, bosques, valles, desiertos y costa, y una climatología no
menos variable, con zonas áridas y semi-áridas, tropicales y subtropicales secas y
húmedas, zonas templadas, zonas frías de montaña, incluso zonas polares (Mata et
al., 2001). A esta diversidad geoclimática hay que añadir la diversidad sociocultural,
principalmente basada en los contrastes étnicos y económicos – la gran brecha
existente entre pobres y ricos ha traído consigo el deterioro del medio rural y los
movimientos migracionales hacia las grandes ciudades (Mata et al., 2001). Toda
esta variabilidad se ve reflejada en la diversidad en las actividades agrícolas,
ganaderas y agroindustriales.
En definitiva, hay una gran variedad de productos cárnicos en Latinoamérica,
que presentan numerosas similitudes y, también, diferencias con los productos
tradicionales europeos, especialmente con aquellos de la península Ibérica. Los
principales tipos de productos cárnicos en Latinoamérica de acuerdo a su origen
histórico pueden clasificarse de la siguiente forma:
Productos cárnicos de humedad intermedia (con valores de actividad
de agua (aw) entre 0,60 y 0,90, que están elaborados a partir de finas
piezas de carne (en forma de filete o sábana), que son saladas y
secadas y se cocinan antes de su consumo. Su origen podría estar en
los productos nativos precolombinos. Este grupo está formado por el
ancestral charqui y productos similares, prehispánicos, habiendo
experimentado cambios por distintas influencias.
Los productos cárnicos criollos, que pueden ser definidos como
productos que, siendo introducidos por primera vez por los
colonizadores inmigrantes que llegaron a Latinoamérica, evolucionaron
como resultado de la adaptación a las condiciones ambientales,
recursos y culturas, hacia variedades tradicionales latinoamericanas
con identidad propia. A este grupo pertenecen numerosas variedades
de chorizos o salchichas frescas (preparados cárnicos), embutidos de
sangre, etc.
Productos cárnicos que son prácticamente los mismos que los
europeos actuales, los cuales son importantes en poblaciones o
Introducción ___________________________________________________________________________
60
colonias de descendientes de los europeos, como por ejemplo en
diversas áreas de Brasil, Argentina o Chile.
Hay numerosas evidencias del pasado común de los productos cárnicos
tradicionales en la península Ibérica y en Latinoamérica. Es posible encontrar
coincidencias en los nombres de algunos productos cárnicos tradicionales
latinoamericanos (de los dos primeros grupos anteriormente descritos) e ibéricos,
aunque su apariencia y flavor pueden ser diferentes. Por ejemplo, hay una gran
variedad de preparados cárnicos frescos llamados ‘Chorizo/Salchicha/Longaniza’ o
‘Chouriço/Salsichão/Linguiças’ (según se hable en español o portugués) en ambas
partes de la tierra. También, la palabra ‘Chicharrón’, que se define en lengua
española como los restos sólidos resultantes de freír o fundir tocino, piel y carne
grasa de cerdo, se utiliza en distintos países latinoamericanos con distintas
acepciones: diversos productos cárnicos, cortezas de cerdo fritas o carne frita en
abundante aceite. Otro ejemplo el la cecina, que se utiliza para nombrar a carne
seca pero con diferencias en la especie animal, forma y tamaño de las piezas
cárnicas, ingredientes utilizados o grado de deshidratación en función de la región
considerada. Del mismo modo, es posible encontrar productos con la similar
apariencia o flavor, pero con distinto nombre, como es el caso de la cabeza de
jabalí, que en otros países latinoamericanos se la conoce como queso de chancho o
queso de puerco.
Comparando los productos tradicionales ibéricos y los latinoamericanos se
pueden establecer también claras diferencias. En primer lugar, los productos
cárnicos crudos-curados no son tan populares en Latinoamérica como en la
península Ibérica. Por otra parte, los productos cárnicos basados en carne salada y
parcialmente deshidratada no madurada, que se cocina antes de su consumo tiene
más importancia en Latinoamérica que en la península ibérica. En tercer lugar, el
consumo de vacuno tanto fresco como procesado representa una mayor proporción
respecto del total de consumo de carne en Latinoamérica que en la península ibérica
(FAO, 2006; http://faostat.fao.org/).
Tanto en la península Ibérica como en Latinoamérica, aunque los productos cárnicos
se producen cada vez más a escala industrial, los productos artesanales coexisten
con los anteriores teniendo un nicho de mercado importante. Cabe destacar que la
puesta en común del conocimiento de la comunidad iberoamericana respecto al
Introducción ___________________________________________________________________________
61
procesado de la carne puede representar grandes oportunidades para acciones
económicas e innovadoras.
I.7.3. Productos cárnicos latinoamericanos
I.7.3.1. El charqui (o charque) y otros productos cárnicos crudos de humedad
intermedia elaborados en diversas regiones de latinoamérica.
Entre los productos cárnicos latinoamericanos cabe destacar el grupo
caracterizado por elaborarse con piezas de carne de fino grosor y con gran
superficie (en forma de sábana o filete) que son saladas y parcialmente
deshidratadas, de humedad intermedia (con una aw entre 0,60 a 0,90; Leistner y
Rodel, 1976), teniéndose que cocinar antes de su consumo. Este grupo está
compuesto por el charqui y otros productos relacionados. En su elaboración se
emplea principalmente carne de vacuno o cerdo, aunque se puede utilizar carne de
otras especies animales como la de camélidos, ovinos, caprinos, etc. Estos
productos cárnicos de de humedad intermedia están ampliamente extendidos por
Latinoamérica, aunque también se elaboran productos similares en otras regiones
del mundo, como son el Jerky en Estados Unidos, el Bitong en Sudáfrica.
Este grupo de productos cárnicos presenta gran variabilidad respecto a su
apariencia, textura, flavor, composición y propiedades funcionales de acuerdo con
las características de la carne de partida (especie animal, localización anatómica, el
tamaño y forma de corte de la carne), las condiciones del salado (salado en seco,
con salmuera o ambos tipos, con o sin inyección o masajeo, composición de la
salmuera, tiempos y temperaturas), las condiciones de secado (tiempo, temperatura,
que puede llegar hasta 70 ºC, humedad ambiental, eventual ahumado, etc.) y el
procesado post-salado (reducción de tamaño, envasado, etc.).
La palabra charqui se emplea para denominar a un producto cárnico salado y
parcialmente deshidratado. En Quechua la palabra usada para charqui o charque es
‘ch’arki’, y su origen se pierde en la historia. En la zona andina de Suramérica desde
la época precolombina se ha elaborado charqui de carne de llama y de carne de
Introducción ___________________________________________________________________________
62
caza y en la actualidad se hace además de carne de vacuno y equino (LeMaguer y
Jelen, 1986).
El charqui andino es un producto elaborado con carne generalmente magra
cortada en forma de filete o sábana, que ha sido salada y secada, normalmente a la
intemperie, expuesto al viento y al sol. Antes de su consumo y para la venta al por
menor las piezas de carne se cortan en finas tiras, que posteriormente se desalan y
se utilizan como ingredientes de diversas comidas típicas. De acuerdo con Collazos
(1993), la composición proximal del charqui peruano es: humedad, 26%; proteína
58%; grasa 4%; cenizas, 12%.
En la zona andina, además de charqui, hay otros productos cárnicos típicos
de humedad intermedia. Uno de ellos es la chalona, que consiste en piezas de carne
de ovino, con hueso, cortadas en forma plana (de 1-3 cm de grosor), saladas e
intensamente secadas. Otro producto afín al charqui, pero más húmedo es la cecina,
hecha con carne de vacuno o porcino, la cual ha sido ligeramente salada y secada
durante un corto periodo de tiempo (unas horas) a temperatura ambiente, bajo el sol
o cerca del fuego de una cocina, de unas brasas o una hoguera, en condiciones que
dependen de las características climatológicas locales. En el caso de que la cecina
sea elaborada con carne de cerdo, la carne se impregna en superficie con una
mezcla fluida elaborada con agua, especias y condimentos entre los que predomina
el ají (nombre dado a distintas variedades locales de Capsicum spp).
En Argentina, Uruguay y Brasil, principalmente en la región de la Pampa, se
elabora un tipo de Charque tradicional a base de piezas de carne de vacuno u ovino
con forma de sábana (gran superficie pero poco grosor), normalmente procedentes
del cuarto delantero de la canal. Las piezas son sometidas a un proceso de salado
en seco apilando la carne en capas, disponiendo capas de sal gruesa y de carne en
forma alternativa Durante este proceso la carne es periódicamente desapilada y
reapilada con el fin de que las piezas de carne de la parte superior vayan a la parte
inferior y viceversa. Después de 3-5 días, las piezas de carne son lavadas para
eliminar el exceso de sal de su superficie y son colgadas en varas y secadas bajo el
sol. Por la noche y en días nublados o lluviosos las piezas de carne se retiran del
secadero y se apilan en un lugar bajo techo. Después del secado, que dura
normalmente entre 10 y 20 días, el charque es embalado (Torres et al., 1994).
Introducción ___________________________________________________________________________
63
La producción industrial de charque en la Pampa se remonta al siglo XVIII
(Monín, 1991) y tuvo un enorme impacto económico y social hasta las primeras
décadas del siglo XX. El charque de esta zona se exportaba a Inglaterra y otras
partes del mundo. Sin embargo, en el momento actual el charque se elabora como
un producto tradicional.
De acuerdo con los parámetros oficiales brasileños, la composición del
charque tradicional es de hasta un 50% de humedad y 20% de sal y tendrá una aw
menor de 0,75; el contenido en grasa está normalmente entre el 6 y el 10% (Torres
et al., 1994; Pardi y Col, 1996). Finalmente, para su distribución y consumo el
charque es cortado en piezas, desalado y utilizado como ingrediente de platos
regionales.
En el mercado brasileño se ha introducido recientemente un producto
derivado del charque tradicional denominado ‘jerked beef’, que difiere de aquél en
que se emplean agentes del curado, salmuera de inmersión e inyección (además del
salado en seco) y envasado al vacío (Pardi y Col, 1996). La legislación brasileña
especifica que el jerked beef debe de tener un máximo de humedad del 55% y una
aw inferior a 0,78, además ha de llevar nitritos agregados y comercializarse
envasado al vacío (Youssef et al., 2003).
En la región del Nordeste de Brasil se elabora un tipo de charque con carne
de vacuno o caprino conocido como ‘carne-de-sol’ (Norman y Corte, 1985). Debido a
las diferencias climáticas existentes con respecto a las de la Pampa, la ‘carne de sol’
es menos salada y es secada al sol durante periodos más cortos de tiempo y
mayores temperaturas que el charque (aw 0,91-0,95). Este producto cárnico tiene un
sabor más fuerte y es más oscuro que el charque de la región de la Pampa y su vida
útil es de 3-4 días a temperatura ambiente.
Más al norte del continente Americano, en México, se elabora una cecina con
carne de vacuno o de cerdo, en este último caso además de sal, se utiliza un adobo
con chile (Capsicum spp.) y otras especias. En apariencia y al tacto la cecina
mexicana es bastante semejante a la carne fresca pero es más oscura y ligeramente
más seca (Reyes-Cano et al., 1994). El proceso de elaboración de la cecina de
vacuno incluye el cortado de la carne en largas rebanadas o filetes de fino grosor
(hasta 1 m de largo, 10-25 cm de ancho y 2-8 mm de grosor), en la dirección de las
fibras musculares, el salado, en algunos casos agregando aceite y vinagre, y el
Introducción ___________________________________________________________________________
64
secado de las piezas de carne colgadas, al aire libre o en locales o secaderos con
temperaturas que rondan los 50 ºC de temperatura, durante un tiempo variable que
normalmente está comprendido entre las 4 a 24 horas. Las piezas de cecina una vez
preparadas son dobladas y cubiertas con tela, papel o plástico para su distribución.
De acuerdo a los autores anteriormente mencionados, la cecina de vacuno
mexicana es un producto de humedad intermedia con un contenido en humedad de
60-65%, una aw de 0,85-0,90 y un contenido en sal entre el 8 y 10%. La vida útil de
este producto varía de días a semanas a temperatura ambiente, dependiendo
principalmente del contenido en humedad, la temperatura de almacenamiento, la
protección frente a la evaporación de agua y la oxidación de la grasa.
Hay otro producto cárnico tradicional en México consistente en carne seca
conocido como‘Machaca’. El proceso de elaboración de Machaca consiste en cortar
la carne en filetes, salarla hasta conseguir un 2-7% de sal en la carne, secarla,
primero al aire y luego con la ayuda de aire caliente, y después machacarla y
deshebrarla con mortero o molino con el fin de conseguir pequeñas partículas con
forma de fibras o hebras (González-Méndez et al., 2002). La machaca se consume
normalmente después de su cocinado con huevos, cebolla y chile.
I.7.3.2. Productos y preparados cárnicos criollos
Los productos y preparados cárnicos criollos se pueden definir como
productos cárnicos latinoamericanos que se originaron por la adaptación de
productos procedentes originariamente de la península ibérica, traídos como
consecuencia de la llegada de los inmigrantes, a las condiciones y circunstancias
locales, generando nuevos productos que han llegado a ser tradicionales en
aquellos lugares donde se elaboran. Este fenómeno de adaptación significó un
proceso de innovación en su día. También se considerarán como criollos aquellos
productos que tienen origen en la inmigración procedente de lugares diferentes a la
península Ibérica. La mayoría de los productos cárnicos criollos son preparados
cárnicos (anteriormente definidos) y productos cárnicos cocidos.
La popularidad de los preparados cárnicos embutidos o no es elevada en
Latinoamérica y esto se ve reflejado en el difícilmente contable número de
Introducción ___________________________________________________________________________
65
variedades tradicionales existente. Las distintas variedades difieren entre sí en la
formulación (especie animal utilizada, localización anatómica de las materias primas
cárnicas utilizadas, proporción de carne y grasa, el uso de determinadas especias e
ingredientes o el empleo de diversos aditivos) y en el proceso de preparación
(tamaño de los trozos de carne o, en el caso de los embutidos o productos con carne
picada, grado de picado de la carne, uso o no de tripa y en el primer caso
características de la tripa, empleo de ahumado, etc. No obstante esta variabilidad, el
principal ingrediente no cárnico distintivo presente en casi todos los productos
criollos latinoamericanos es el fruto fresco o seco Capsicum spp. Además, otros
ingredientes comúnmente utilizados son el achiote, ajo, vinagre, pimienta o comino.
Los preparados cárnicos embutidos están ampliamente difundidos y
mantienen los nombres originarios ‘chorizo’, ‘longaniza’, ‘salchicha’ (en español), o
‘chouriço’, ‘linguiça’, ‘salcichão’ (en portugués). Pueden presentar no solo color rojo
(por la adición de Capsicum spp.) sino también color blanco, amarillo o verde.
Ejemplo de esta última coloración son los chorizos de Toluca (México) que llevan
verduras como las espinacas y frutos de Capsicum spp. de color verde.
Además de estos productos embutidos, hay numerosos preparados cárnicos
adobados, que tienen forma de filetes, pequeños cubos o grandes piezas. Un
ejemplo característico es el jamón serrano peruano. Este producto se elabora con la
pierna de cerdo, sin piel y sobre la que se han hecho varios cortes profundos con
cuchillo. La superficie del jamón, incluida la de los cortes, es frotada con una mezcla
de sal y agentes del curado y, entonces, es mantenida a temperatura de
refrigeración durante unos 3 días. Después, el jamón es ahumado y se cubre
superficialmente con una pasta hecha con ‘ají panca’ y ‘ají amarillo’ (ambos
Capsicum spp), comino, una especie conocida localmente como azafrán (pero
distinta del azafrán con nombre científico Crocus sativus), achiote, aceite y ajo. El
jamón se prensa y se mantiene a baja temperatura por otras dos semanas. Después
de esto se agrega otra capa de la pasta indicada anteriormente antes de salir al
mercado (comunicación personal). En México hay un producto similar consistente en
la pierna de cerdo adobada conocido como jamón enchilado, que cuando es
elaborado industrialmente se sala y cura mediante inyección.
Algunos preparados cárnicos adobados tienen además de influencias
europeas, influencias africanas. Por ejemplo, el origen de los anticuchos peruanos
Introducción ___________________________________________________________________________
66
se remonta a la época en la que en Perú había esclavos procedentes de áfrica, que
no tenían otra fuente proteica más que las vísceras. Los anticuchos se elaboran con
trozos de corazón de forma cúbica de de aproximadamente 1 pulgada de lado, que
son adobados en una mezcla de sal, ají panca y ají amarillo, comino, ajo, pimienta,
vinagre y aceite. Estos trozos son ensartados en palos de madera. Otro ejemplo,
esta vez con influencia de los inmigrantes llegado a México procedentes del Líbano,
son los ‘tacos al pastor’. Los tacos es un plato tradicional mexicano consistente en
tortillas blandas, usualmente de maíz, dobladas o enrolladas en cuyo interior se
coloca carne, salsa picante a base de chile, cebolla, cilantro, etc. Los tacos al pastor
llevan como ingrediente cárnico una carne adobada que recuerda al ‘kebab’ de la
comida turca o pakistaní. Aunque originariamente podría haber sido elaborado con
cordero, actualmente se hace con filetes de cerdo adobados con sal, chile rojo,
achiote, vinagre y especias que son ensartados y apilados en una estaca metálica
formando una especie de trompo con un extremo fino en la parte inferior y una piña
colocada en la parte superior. La carne se cocina en la barra en posición vertical con
fuego procedente de un quemador de gas también vertical. Cuando la carne de la
superficie de la pila se está cocinada se corta en finas tiras para que se cocinen las
siguientes capas. Una vez que la carne ha caído del trompo en pequeñas capas, se
pone dentro de la tortilla y se come el taco.
Otro grupo de productos cárnicos criollos son los embutidos de sangre. Estos
se conocen con distintos nombres en Latinoamérica dependiendo del país: Morcela’,
‘Morcilla’, ‘Morcillón’, ‘Moronga’, ‘Rellena’, ‘Prieta’. Al igual que en la península
Ibérica la formulación de los embutidos de sangre es muy variable.
I.7.3.3.Productos cárnicos similares a los europeos
En Europa, los productos tradicionales están ligados a la producción
artesanal, familiar. Los productos más representativos de Europa mediterránea son
los productos crudos-madurados, generalmente secos. Un grupo de estos productos
cárnicos son los elaborados con grandes piezas cárnicas como: el jamón serrano en
España, pressunto en Portugal o proscuitto en Italia, hechos con la pierna de cerdo,
o la cecina (España) o la bresaola (Italia), hechas con grandes piezas de la pierna
Introducción ___________________________________________________________________________
67
de vacuno. El otro grupo lo constituyen los embutidos crudos curados como
salchichones, chorizos, longanizas o salamis madurados. Por otra parte, en Europa
Central y en el Norte de Europa, predominan como tradicionales productos curados-
cocidos-ahumados, como las salchichas Frankfut, la mortadela o el jamón cocido
(Flores, 1997).
En Latinoamérica hay una tanto productos cárnicos crudos madurados como
productos cárnicos cocidos prácticamente iguales a los de la contraparte europea.
Estos productos son tradicionales en regiones con gran influencia europea y, tal vez,
con cierta similitud climática. Estas regiones se ubican principalmente en Argentina,
Chile, Uruguay y parte de Brasil. Los productos cárnicos similares a los Europeos
tienen a veces denominaciones que incluyen el lugar geográfico europeo de
procedencia ‘chorizos de Cantimpalo’, ‘longanizas calabresas’, ‘morcillas vascas’,
‘chorizo candelario’, etc.
Introducción ___________________________________________________________________________
68
I.8. EMBUTIDOS FRESCOS DE CERDO (SALCHICHAS O CHORIZOS)
I.8.1. Introducción
El chorizo o la salchicha en Latinoamérica es un embutido crudo, blando, de
picado relativamente grueso, altamente condimentado, de origen español. Aún
cuando existen diversas definiciones del producto, el término más conveniente
aplicado a las condiciones de elaboración puede definirse como: “Un embutido de
nula, corta o mediana maduración elaborado a base de carne y grasa (regularmente
de cerdo) picada y adicionada con sal, frutos frescos y/o secos de Capsicum spp, y
una mezcla de especias, pudiendo llevar también achiote, vinagre o zumo de limón,
que puede o no llevar sales de curado, azúcar y diversos aditivos, embutida en tripa
natural de cerdo, resultando un embutido de color generalmente rojo – naranja, con
un aroma característico” (Comunicación personal, 2006).
Durante el proceso de elaboración de los chorizos o salchichas en
Latinoamércia, inmediatamente después del embutido y antes de su
comercialización éstos son sometidos a una corta deshidratación a temperatura
ambiente mediante secado, y opcionalmente ahumado, presentándose en forma
ristra o sarta.
El chorizo y la salchicha son preparados cárnicos frescos, que bajo la óptica
europea necesitan refrigeración. Sin embargo en Latinoamérica hay un gran
porcentaje de estos productos que no siguen la cadena del frío (Kuri et al., 1995). En
este caso, los embutidos frescos se mantienen a temperatura ambiente, más o
menos calurosa, hasta el momento de la venta. Durante este tiempo, los embutidos
se secan y fermentan y en su interior se pueden desarrollar reacciones lipolíticas y
proteolíticas típicas de la maduración (Escartin et al., 1999). La cuantía de estos
procesos de fermentación y secado ‘espontáneos’ depende principalmente de las
condiciones atmosféricas y del tiempo transcurrido desde el embutido hasta la venta
para el consumo.
Tradicionalmente la elaboración de estos productos, ha sido realizada de
manera empírica ya que la gran mayoría de los productores no han tenido ni tienen
los conocimientos científicos ni tecnológicos más apropiados para la elaboración y
Introducción ___________________________________________________________________________
69
conservación de dichos embutidos. La mayoría de los fabricantes desconocen
parámetros importantes de calidad de carne como el pH, la capacidad de retención
de humedad, la actividad de agua, la estabilidad oxidativa o la carga microbiana
entre otros, y como éstos influyen determinantemente en la calidad y estabilidad del
producto terminado. La calidad microbiológica de los chorizos elaborados por
pequeños productores y vendidos en los mercados de grandes ciudades
latinoamericanas como México D.F. es generalmente pobre (Kuri et al., 1995).
I.8.2. Proceso de elaboración de los embutidos frescos
Las distintas fases de que se compone el proceso de elaboración de los
embutidos se esquematiza en la Figura I.8.1. Después de la selección de las
materias primas (de lo que se hablará posteriormente), el primer paso del proceso es
el picado de la carne. El picado es importante pues las características básicas de
muchos embutidos de este tipo se relacionan con el tamaño de partícula cárnica
(Rust, 1994). En general los embutidos admiten grados muy distintos de picado,
yendo desde los muy atomizados hasta los groseramente picados. Según lo que se
pique sea más o menos magro o tenga más o menos tendones, se pueden separar
las carnes de distintas categorías y usar diversos grados de picado para cada una.
En general, la carne grasa y/o con muchos tendones se pica más finamente. Hay
procedimientos que consisten en picar en dos veces. Primero un picado grosero, de
unos 25 mm, tras el cual se agregan sal, agentes del curado y especias, y después
un picado más fino (Comunicación personal, 2006).
Todo embutido debe presentar una adecuada consistencia y apariencia al
corte. Normalmente la superficie de corte debe ser limpia y neta, esto se consigue
mediante el uso de cuchillas bien afiladas y máquinas de picado bien ajustadas que
eviten el calentamiento de la carne que debe mantenerse siempre bajo ciertos
limites (Leistner, 1995), recomendándose el picado de la carne junto con la grasa, a
baja temperatura, preferiblemente congelados (Frey, 1985).
Tras el picado de la carne y grasa se procede a la adición de sal y del resto
de los ingredientes y a su mezcla mediante amasado. Se debe evitar una
temperatura de trabajo demasiado elevada, propiciada por alta temperatura de las
materias primas cárnicas o por un tratamiento mecánico excesivo durante el picado.
Introducción ___________________________________________________________________________
70
Alrededor de la fracción muscular e inmediatamente debajo de la tripa se forma un
estrato graso impermeable que obstaculiza la migración de agua e interacciona con
las proteínas miofibrilares alterando la consistencia del embutido (Frey, 1985). Este
defecto se conoce como embarrado.
En algunos casos para conseguir mezclar mejor los componentes de la masa,
desarrollar el color del curado, eliminar oxígeno en el producto final, la masa se
mantiene de uno a tres días a 0-5º C antes de ser introducida en las tripas (Leistner,
1995).
Una vez elaborada la masa es introducida en tripas naturales o artificiales.
Estas tripas deben tener la capacidad de ser permeables a la humedad y adherirse a
la superficie de la carne de modo que no se desprendan mientras el embutido se
deseca y se contrae (Rust, 1994). Las tripas más utilizadas son las de ovino
(estrechas, 16-18 mm, o medias, 18-20 mm) o tripas de cerdo (estrechas, 28-32 mm
o medias.
Durante el rellenado de las tripas es importante que la masa esté fría, ya que
en caso contrario la grasa podría licuarse presentando problemas de
pringosidad/embarrado. También es necesario evitar durante esta fase la entrada de
aire en la tripa, ya que la cantidad de oxigeno presente en el producto ejerce
influencia sobre la estabilidad del color y sobre los fenómenos microbianos que
tienen lugar posteriormente (Frey, 1985).
El atado facilita el manejo y la distribución. Pueden presentarse diferentes
longitudes, desde ausencia de atados hasta embutidos de unos pocos cm.
Una vez introducida la masa en tripas los embutidos son llevados a un lugar
donde son colgados y permanecen desde unas horas a un par de días para su
secado, descendiendo así su aw y aumentando así su capacidad para la
conservación. En esta fase, si la temperatura ambiental es lo suficientemente alta
tiene lugar el proceso de fermentación láctica de los azúcares presentes en la masa
lo que baja produce un descenso de pH y proporciona al embutido fermentado su
sabor característico (Rust, 1994). Aproximadamente, se considera que 1 g de azúcar
(dextrosa) por kg de masa produce un descenso de pH de aproximadamente 0.1
décima (Feiner, 2006).
Introducción ___________________________________________________________________________
71
En algunos casos los embutidos son sometidos a un proceso de ahumado
durante el oreo. Este proceso da al producto un aroma, color y sabor característico y
retrasa el enranciamiento de las grasas (Leistner, 1995).
Después de este oreo los embutidos deberían ser refrigerados, envasados o
no. Pero como se ha dicho gran parte de los embutidos frescos de Latinoamérica no
se comercializan refrigerados, sino que son mantenidos a temperatura ambiente
hasta su venta.
Carne Grasa
Mezcla de ingredientes
Picado de la carne y grasa
Reposo de la masa
Embutido
Secado/oreo
PRODUCTO FINAL
AzúcaresNitratos y/o nitritosSalEspeciasOtros aditivos
Tripas
Figura I.8.2. Diagrama del proceso de elaboración de los embutidos
I.8.3. Materia prima e ingredientes utilizados
La Tabla I.8.1, muestra la composición básica de diversos embutidos frescos
de Latinoamérica. En esta tabla se aprecia la variedad de ingredientes no cárnicos
utilizados en los diferentes tipos y países.
La selección de la carne es indispensable en la manufactura de todos los
embutidos, ya que de ella dependerá en gran medida la calidad del producto final.
Introducción ___________________________________________________________________________
72
Las carnes más apreciadas son las carnes magras obtenidas de los músculos
esqueléticos principalmente ganado porcino y vacuno (López et al., 1999). La carne
más apropiada es aquella que después de enfriada, posee valores de pH entre 5,4 y
6,0; una baja cantidad de tejido conectivo también es una característica deseable
(Pezacki, 1981).
Tabla I.8.1. Composición de diversos embutidos frescos de Latinoamérica.
ARGENTINA, Chorizo criollo (Feldman, 2000) ‘Ají’ (Capsicum annuum), ajo, nuez moscada, pimienta, orégano, vinagre o vino blanco. ARGENTINA, Chorizo rojo (Feldman, 2000) ‘Ají’ (Capsicum annuum), ajo, pimentón (Capsicum annuum), estragón, vino blanco. ARGENTINA, salchichas parrilleras (Feldman, 2000) Ajo, Pimentón (Capsicum annuum), pimienta y vinagre. COLOMBIA, Chorizo de pollo (Personal communication) Pimentón (Capsicum annuum), cerveza, vino, harina y especias. MEXICO, Chorizo de Toluca (http://mexico.udg.mx/cocina/carnes/ChorizoToluca.html) ‘Chile ancho’ (Capsicum annuum), ‘Chile pasilla’ (Capsicum annuum), canela, clavo, semilla de cilantro, comino, ajo, cebolla, orégano, pimentón Capsicum annuum, pimienta y vinagre. MÉXICO, Chorizo verde de Toluca (Arellano-Recio y Del Río-Olague, 2003). ‘Chile jalapeño’ (Capsicum annuum) fresco y verde, ‘chile chilaca’ (Capsicum annuum) fresco y verde, espinacas y colorante verde. MEXICO, Chorizo Tulancingo, Hgo. (Comunicación personal) ‘Chile guajillo’ (Capsicum annuum), clavo, comino, ajo, orégano y pimienta. PERU, Salchicha Tumbes (Comunicación personal) Achiote (Bixa orellana), comino, ajo, glutamato sódico, pimienta. PERU, Salchicha de Huacho (http://www.saboresdelperu.com/cont_recetas/detalle.php?sec=2&cat=1&id=165) Achiote (Bixa orellana), Ají panca (Capsicum chinese), ajo, pimienta, comino, vinagre y vino.
Introducción ___________________________________________________________________________
73
La proporción de carne y grasa tiene incidencia sobre el gusto, textura y
terneza del producto. La grasa en los embutidos de carne proporciona sabor y
aroma, apariencia y características de textura determinadas al embutido. Se trata de
un componente esencial de los embutidos, ya que les aporta determinadas
características que influyen de forma positiva en su calidad sensorial (Roncalés,
1995). Estas características son:
a) Facilita la masticabilidad.
b) Proporciona sensación de jugosidad, untuosidad o suavidad características
altamente deseables.
c) Participa en gran proporción en el aroma y sabor del embutido a través de los
cambios lipolíticos que se producen durante la maduración.
d) Forma una emulsión durante el amasado del producto que es imprescindible
para asegurar la correcta ligazón de los diferentes componentes de la masa.
La grasa comúnmente utilizada es de consistencia dura, proveniente de la
región dorsal de las canales de cerdo. Es importante la elección del tipo de grasa, ya
que una grasa demasiado blanda contiene demasiados ácidos grasos insaturados
que aceleran el enranciamiento y con ello la presentación de alteraciones de sabor y
color, motivando además una menor capacidad de conservación. Igualmente la
masa puede resultar demasiado blanda, con una deficiente consistencia al corte y
superficies de sección grasientas (Frey, 1985). La utilización de grasas oxidadas o
de grasas propensas a la oxidación ocasiona defectos en el sabor del producto o un
acortamiento de su vida útil. Las bajas temperaturas de almacenamiento, una mayor
integridad física del tejido graso, la ausencia de luz y/o oxígeno ambiental
contribuyen al retraso de la oxidación lipídica (Zumalacárregui et al., 2000). También
se puede utilizar materias primas ricas en vitamina E y hacer un ahumado en frío
mediante el cual penetran los fenoles del humo en la masa del embutido, actuando
como antioxidantes (Pezacki, 1981).
Además de estos factores tecnológicos, actualmente se está dando
importancia a diversos parámetros relacionados con el valor nutritivo de las grasas
animales, como son la relación entre ácidos grasos poliinsaturados y ácidos grasos
Introducción ___________________________________________________________________________
74
saturados, la relación entre ácidos grasos omega-3 y omega-6, la cantidad de ácido
linoleico conjugado o ácidos grasos trans o el colesterol (Valsta, et al., 2005).
Los embutidos frescos contienen generalmente contienen un 1,5-2% de sal
(Rust, 1994). La sal retarda el crecimiento microbiano de manera que actúa más
como agente bacteriostático que bactericida. Esta acción está en relación con la
concentración de sal de la fase acuosa, lo que explica que en los productos
sometidos a desecación sea necesario utilizar el frió al comienzo de la fabricación
cuando el contenido en agua es importante y por tanto la concentración salina es
más baja (Goutefonguea, 1991). Por otro lado, favorece la solubilización de las
proteínas miofibrilares, las cuales una vez en solución sirven como envoltura a las
partículas de grasa y retienen agua dando lugar a una emulsión estable. La sal
también tiene un efecto directo evidente sobre el sabor. A pesar de estas acciones
favorables durante la elaboración de los embutidos, la sal constituye un elemento
indeseable ya que favorece el enranciamiento de las grasas, tanto por la acción de
los metales pesados que posee la sal como impurezas, como por el efecto oxidante
de la sal por si misma (Rust, 1994).
A escala industrial se utilizan en algunas ocasiones diversas sales
consideradas como aditivos entre los que cabe destacar los nitritos, los acidificantes
o reguladores del pH (ácido láctico y cítrico) y los emulsionantes (Frey, 1985). Los
nitratos y nitritos desempeñan un importante papel en el desarrollo de características
esenciales en los embutidos, ya que intervienen en la aparición de color rosado
característico de éstos, dando un sabor y aroma esencial al producto y poseen un
efecto bacteriostático sobre determinados microorganismos como Clostridium
Botulinum (Goutefonguea, 1991).
También se usa el ácido ascórbico, el ascorbato sódico o eritorbato como
antioxidante; el ácido láctico y sus sales como regulador del pH y también como
conservante; y el ácido cítrico y sus sales que actúan como quelantes de los metales
pesados que promueven la oxidación (Rust, 1994).
Los azúcares se emplean en los embutidos fermentados como sustrato para
el crecimiento microbiano. Es decir, principalmente sirven de fuente de energía para
las bacterias ácido-lácticas (BAL) que a partir de los azúcares producen ácido
láctico, reacción esencial para la producción de embutidos fermentados (Rust,
Introducción ___________________________________________________________________________
75
1994). Los más comúnmente utilizados son sacarosa, lactosa, dextrosa, glucosa,
jarabe de maíz almidón y sorbitol (Rust, 1994).
Como se ha mencionado, el ácido láctico es un producto de la degradación de
los hidratos de carbono sumamente necesario para la estabilidad del embutido, pero
si la cantidad de este ácido es demasiado elevada, entonces la calidad sensorial
puede verse afectada (Pezacki, 1981).
Para provocar la acidificación también se puede emplear glucono-delta-
lactona que bajo la influencia del agua contenida en la mezcla se hidroliza y
transforma en ácido glucónico, con lo que desciende el pH sin que intervengan los
microorganismos integrantes de la biota iniciadora (Frey, 1985).
Los condimentos y las especias constituyen otro elemento clave entre los
ingredientes empleados en la formulación de los productos cárnicos en general y de
los embutidos en particular. La adición de determinados condimentos y especias da
lugar a la mayor característica distintiva de los embutidos crudos curados entre si.
Por ejemplo el salchichón se caracteriza por la presencia de pimienta y el chorizo
por el pimentón (Roncalés, 1995). Normalmente se emplean mezclas de varias
especias que se pueden adicionar enteras o en varias de estas formas: molidas,
aceites esenciales y oleorresinas. La mayoría suelen usarse en forma procesada,
aunque en algunos casos como en el de la pimienta es más frecuente encontrarla
entera. Lo más común es no añadir más de un 1 % de especias. Sin embargo
algunas variedades como el chorizo pueden contener más de un 2% de pimiento
seco. Además de impartir aromas y sabores especiales al embutido, ciertas especias
como la pimienta negra el pimentón, el tomillo o el romero y condimentos como el
ajo tienen propiedades antioxidantes (Rust, 1994).
Las especias soportan una gran carga microbiana que al ser añadida a la
masa cárnica puede modificar el curso de las transformaciones microbiológicas
esperadas en este producto (Roncalés, 1995). Además se pueden encontrar otros
elementos no cárnicos en el chorizo y salchicha con el fin de disminuir la cantidad de
carne. En México, los principales elementos no cárnicos utilizados en la elaboración
de chorizos, son la soya texturizada, gluten y fibra de trigo. Todos ellos le confieren
al producto características determinadas en éstos embutidos (Comunicación
personal, elaboradores de embutidos mexicanos, 2006).
Introducción ___________________________________________________________________________
76
Finalmente, las tripas normalmente son naturales, estas, una vez obtenidas
de los animales de abasto y limpiadas se conservan en sal, o salmuera. La calidad
microbiológica de las tripas depende de la higiene de su obtención, del manejo y las
condiciones de almacenamiento. Este tipo de tripas antes de su uso deben ser
escrupulosamente limpiadas y secadas ya que pueden ser vehículo de
contaminación microbiana. Las tripas han sido los envases tradicionales para los
productos embutidos (Rust, 1994).
Introducción ___________________________________________________________________________
77
I.9.CECINA DE CERDO
Como se ha mencionado anteriormente, la cecina en Perú y México, y tal vez
en otros países de latinoamérica, es un producto cárnico elaborado con carne
cortada en filetes ligeramente salada y secada durante un corto periodo de tiempo
(unas horas) a temperatura ambiente, bajo el sol o cerca del fuego de una cocina, de
unas brasas o una hoguera, en condiciones que dependen de las características
climatológicas locales. No se ha encontrado más información bibliográfica sobre este
producto que la ya referenciada anteriormente (Ver I.7.3.1).
La cecina, dado que se seca, aunque por un breve periodo de tiempo,
alcanzándose aw de aproximadamente 0.90, no puede adscribirse al grupo de
preparados cárnicos adobados, pues probablemente haya perdido la estructura
histológica típica de la carne fresca. La cecina es un producto cárnico de humedad
intermedia, pero por su alta aw no se puede conservar a temperatura ambiente
elevada sin sufrir un pronto deterioro o representar un riesgo sanitario.
Introducción ___________________________________________________________________________
78
I.10. EMBUTIDOS DE SANGRE
I.10.1. Introducción
Dentro de los diversos tipos de embutidos existentes en el mundo, aquellos
que tienen a la sangre procedente de diversos animales domésticos como
ingrediente más característico – embutidos de sangre – destacan por su tradición
diversidad y regional. Su elaboración parece estar ligada a la intención de
aprovechar la sangre de los animales domésticos, aumentando su vida útil y
generando productos diversos alternativos a la sangre cocida. Por otra parte, existe
una gran variedad de embutidos de sangre típicos en el ámbito mundial, teniendo
constancia de su amplia existencia tanto en Europa como en Latinoamérica. Sin
embargo, son pocos los trabajos publicados sobre formulación y tecnología de
elaboración de estos productos cárnicos en comparación con otros más conocidos,
lo que puede deberse a que los embutidos de sangre son alimentos ligados a la
elaboración artesanal a pequeña escala en zonas rurales.
En Alemania se define a los embutidos de sangre como una masa de sangre,
cortezas y de trozos de mayor o menor tamaño de carne magra, tocino, vísceras o
corteza embutida y escaldada - alcanzándose una temperatura en el centro del
producto de 65-75ºC, almacenándose normalmente en refrigeración y a veces en
congelación. (Wirth, 1992; Dehmer, 1995). La sangre es el principal ingrediente
responsable del color característico de esta clase de embutidos (Reichert, 1988). Por
otra parte, la presencia de una cantidad considerable de cortezas o piel de cerdo es
una característica típica de gran parte de los embutidos de sangre alemanes,
generando un embutido cocido que se puede rebanar en frío debido a la acción de la
gelatina procedente de la corteza del cerdo y las proteínas de la sangre (Stiebing,
1992).
En España, el Código Alimentario define a los embutidos de sangre como
“aquellos de consistencia blanda o semiblanda, crudos o cocidos, en los que su
principal constituyente es la sangre, a la que se ha adicionado carne, vísceras,
manteca, tocino y productos vegetales varios, introducidos en tripa ancha”. Por su
parte, Marcos (1989) define a la morcilla como el producto elaborado con sangre,
Introducción ___________________________________________________________________________
79
procedente de animales de abasto, principalmente cerdo, bóvidos, óvidos y cabras,
cuya carne haya sido considerada apta para el consumo, siendo aquella el
ingrediente característico y que mezclada con cebolla, calabaza, arroz y grasas
comestibles de origen animal, condimentos y especias, experimenta un proceso de
calentamiento que logra la coagulación de las proteínas de la sangre. A parte de
estas definiciones generales, además de embutidos de sangre cocidos o
escaldados, hay variedades que se consideran embutidos crudos-curados, pues no
sufren tratamiento térmico y por el contrario existen variedades esterilizadas. Los
embutidos de sangre están considerados como productos típicos regionales y
normalmente no poseen una norma específica al respecto.
I.10.2. Proceso de elaboración
El proceso de elaboración de los embutidos de sangre difiere
sustancialmente, no solo en función de la región o variedad, sino incluso
dependiendo de cada industrial. En la Figura I.10.1. se muestra un diagrama general
del proceso de elaboración de embutidos de sangre. Las operaciones preliminares
son diversas y para un mismo ingrediente varían de acuerdo al tipo de embutido de
sangre que se considere. Algunas de estas preparaciones son: la eliminación de
partes no comestibles, reducción de tamaño, salado o curado, precocción y
escurrido. Estas etapas pueden ser realizadas sobre alguno de los ingredientes de
forma individual o pueden mezclarse dos o más ingredientes para ser preparados
simultáneamente.
El proceso de mezclado de los ingredientes puede realizarse en una etapa o
en varias. Según la temperatura a la que se haga el mezclado, este puede en frío o
en caliente. Estas dos variables vienen condicionadas por la naturaleza de los
ingredientes utilizados, las tecnologías disponibles y las propiedades que se
busquen en el producto final (Stiebing, 1990; Frentz y Migaud, 1976; MAPA, 1983;
Schiffner et al., 1996; Luzón-Merino y Martín-Bejarano, 2001). El proceso de
mezclado más simple es aquél en el que los ingredientes, una vez pesados, y en su
caso tras haber sido reducido su tamaño y/o calentados/precocidos, se llevan a la
amasadora y se mezclan a la temperatura adecuada para obtener una masa
Introducción ___________________________________________________________________________
80
homogénea. En este caso, la sangre frecuentemente se va adicionando poco a poco
al resto de la masa.
Otra modalidad diferente de mezclado seguido en los procesos de algunos
embutidos de sangre consiste en poner la grasa a calentar, y que en su caso funda,
y entonces agregar algunos ingredientes, como por ejemplo los vegetales, cereales
y derivados, carne y vísceras, pimentón, ajo, etc., para freírlos/sofreírlos, y
finalmente, normalmente en caliente, a una temperatura en torno a los 50-70ºC,
agregar la sangre, las especias y el resto de los ingredientes. Otra forma de
mezclado requiere el uso de la cúter, según se menciona en algunos tipos de
embutidos de sangre franceses y alemanes (Frentz y Migaud, 1976; Stiebing, 1990;
Schiffner et al., 1996), especialmente en aquellos que llevan cortezas y/o carne rica
en tejido conjuntivo. Una forma de trabajar con la cutter consiste en que las cortezas
precocidas, el caldo de cocción y, en su caso la carne y las vísceras, se trabajan en
la cúter en caliente (40-95ºC) hasta formar una pasta homogénea, y una vez
alcanzado el grado de molido deseado se adiciona la sangre, a temperatura entre
40-60ºC, junto con las especias y los condimentos y posibles aditivos. Si al adicionar
la sangre la temperatura es superior a 60ºC, el color de la sangre se tornará café
oscuro y si es inferior a 40ºC la gelatina puede melificar, dificultándose así el
proceso de mezcla y embutido. La carne y la grasa se pueden fraccionar y añadir
una parte al principio y otra hacia el final del proceso, de tal manera que parte esté
en forma de pasta fina y otra parte en trozos visibles más o menos grandes.
La masa de los embutidos de sangre es generalmente embutida en tripas,
que suelen ser naturales, normalmente de vacuno, porcino o de ovino. Las partes
empleadas son todas las posibles: intestino delgado, grueso, ciego y vejiga.
También se utilizan tripas finas comestibles de colágeno (MAPA, 1983; Frentz y
Migaud, 1976). Como casos particulares hay productos embutidos funda de tela o
piel de cerdo (MAPA, 1983; Schiffner et al., 1996). También hay productos enlatados
o en frascos de vidrio (Comunicación personal, 2006). Las tripas se atan
normalmente con hilo o cuerda, o se grapan, formando piezas unitarias de formas
diversas, vela, herradura, o ristras con un número variable de unidades; su tamaño
es variable dependiendo del tipo de embutido. La presión de la masa dentro de la
tripa no ha de ser elevada, ya que la consistencia del embutido debe ser blanda
antes del cocimiento, con objeto de evitar que la tripa reviente durante la cocción por
Introducción ___________________________________________________________________________
81
efecto de la dilatación que pueda experimentar por hidratación de alguno de los
componentes o por simple efecto del calentamiento. Una pauta práctica consiste en
unir varias unidades con una misma cuerda para que una vez cocidas se puedan
sacar rápidamente y a la vez de la caldera de cocción (Luzón-Merino y Martín-
Bejarano, 2001).
El proceso de cocción de los embutidos de sangre se realiza normalmente en
agua caliente a 80-100ºC en caldera abierta. Cuando se utiliza tripa natural, uno de
los principales problemas al cocer el embutido es que la tripa reviente por no resistir
las altas temperaturas y presiones en el interior, o los largos tiempos de cocción. La
tripa de cerdo resiste menos que la de vacuno el calor. En caso de problemas de
este tipo se aconseja embutir con menos presión, mantener la temperatura cerca de
los 80ºC y no alargar el tiempo de cocido (Luzón-Merino y Martín-Bejarano, 2001).
El tiempo de cocción es variable y depende fundamentalmente de las
dimensiones del embutido. En general se busca que el interior del embutido se
pasteurice, lo que se consigue al alcanzarse 65-75ºC (Wirth, 1992). Además de la
eliminación de microorganismos, el tratamiento por calor tiene como funciones
consolidar la coagulación de la estructura proteica característica de los embutidos
escaldados, inactivar las enzimas endógenas de los ingredientes y obtener las
características sensoriales deseadas de color y sabor.
Después de la cocción los embutidos de sangre experimentan un enfriamiento
en aire o mejor en agua fría, de manera que se alcance lo antes posible una
temperatura suficientemente baja, que no permita el crecimiento de
microorganismos esporulados y alterantes mesófilos, contribuyendo así al aumento
de la vida útil. Además, ese descenso rápido de temperatura contribuye a la rápida
solidificación de la grasa y gelificación de la red proteica en la superficie del
embutido, disminuyendo la salida y acumulación de grasa o gelatina bajo la tripa.
Hay algunas variedades de embutidos de sangre que después del cocido se
someten a secado por un tiempo variable – días o meses – dependiendo del
producto. Algunas de las morcillas españolas cocidas o no, se secan, como es el
caso de la Lebaniega, la Gallega, la de cebolla de Alicante, la Rondeña, la Asturiana,
la Extremeña o la de la Sierra de Huelva (MAPA, 1983). El proceso de secado puede
combinarse con un ahumado.
Introducción ___________________________________________________________________________
82
Los embutidos de sangre son generalmente productos cárnicos pasterizados
y por lo tanto su conservación o almacenamiento se ha de realizar a refrigeración,
siendo la temperatura de conservación un factor clave para su vida útil. También es
importante la carga microbiana del producto que ha sobrevivido a la pasteurización.
Los principales factores limitantes de la vida útil de los productos cárnicos cocidos
son la oxidación de la grasa, la oxidación de los pigmentos hémicos, el crecimiento
microbiano y la desecación. En el caso concreto de los embutidos de sangre, su vida
útil suele ser bastante limitada debido a que generalmente tienen un pH próximo a la
neutralidad y una actividad de agua (aw) elevada. No obstante lo dicho, hay
embutidos de sangre que no cumplen el estándar descrito pudiendo ser cocidos y
secados y por tanto con baja humedad, o bien crudos-fermentados y secados, con
baja humedad y bajo pH.
El tipo de envasado también influye considerablemente sobre la vida útil de
los productos cárnicos cocidos. El envasado a vacío es una práctica común para
este tipo de productos cárnicos con la que se aumenta la vida útil, debido
principalmente a la inhibición que produce sobre el desarrollo de diversos
microorganismos alterantes y la oxidación de las grasas (Borch et al., 1996; Gray et
al., 1996; Korkeala y Björkroth, 1997; Samelis et al., 2000). A pesar del alargamiento
de la vida útil, el envasado a vacío de productos blandos, como es el caso de
algunos embutidos de sangre, tiene el inconveniente de que puede producir
deformación de los mismos, además en el caso de productos con gran contenido
acuoso o graso escasamente retenido puede producir exudados importantes. El
envasado en atmósferas modificadas, que usualmente se lleva a cabo con mezclas
de CO2 y N2, también contribuye significativamente al aumento de la vida útil de los
productos cárnicos cocidos, a la vez que se previenen o minimizan los defectos
anteriormente mencionados.
En la práctica, en el mercado español, los embutidos de sangre se conservan
colgados en cámaras frigoríficas en contacto directo con el aire e intercambiando
humedad con el ambiente a través de la tripa. O también pueden ser envasados en
envases herméticos a vacío o en bandejas o bolsas con o sin atmósferas
modificadas. A veces los embutidos de sangre son productos de precio bajo y el
envasado en bandejas de pequeñas cantidades de producto encarece
Introducción ___________________________________________________________________________
83
considerablemente el coste del mismo (Industriales del sector, comunicación
personal).
Mezclado
Tratamientos preliminares de las materias (reducción de tamaño, premezclas, precocción, salado/curado, etc.
Embutido y atado
Cocción y enfriamiento
Secado y ahumado (opcionales)
Selección de materias primas
Almacenamiento y Conservación
Fig. I.10.1. Diagrama de flujo del proceso general de elaboración de los embutidos
de sangre
I.10.2. Clasificación de los embutidos de sangre
La clasificación de los embutidos de sangre es compleja puede realizarse
siguiendo bastantes criterios. De acuerdo con Stiebing (1992), los distintos tipos de
embutidos de sangre se pueden diferenciar por:
• La composición de la masa (en función de los ingredientes mayoritarios:
sangre, cortezas, cebolla, arroz, etc.).
• La presencia de trozos visibles de carne, grasa y/o otros ingredientes en la
masa (masa homogénea, masa con trozos de grasa y/o de carne…).
• La adición de especias y condimentos (condimentado).
Introducción ___________________________________________________________________________
84
• El tipo de tripa, calibre, especie animal de procedencia, localización
anatómica, material, etc.
Los franceses Frentz y Migaud (1976) incluyen también como criterio de
clasificación la forma de consumo: sin tratamiento térmico previo en forma de finas
lonchas, cocinada en trozos más o menos gruesos, etc. Además, teniendo en cuenta
que algunos embutidos de sangre no son cocidos, sino crudas-curadas, también
podríamos establecer una diferencia en si se someten o no a tratamiento térmico.
Finalmente, el ahumado podría ser otro criterio de clasificación.
I.10.3. Consideraciones sobre las materias primas
La sangre es considerada como un subproducto del proceso de sacrificio de
los animales de abasto bajo condición de que sea recogida bajo condiciones
higiénicas. Aproximadamente se obtienen 2,5 litros de sangre en el sacrificio de un
cerdo de 100 kg y entre 5 y 12 litros en el caso del vacuno (Wismer-Pedersen,
1979). En muchos mataderos, bien por no tener un sistema adecuado de recogida o
bien por carecer de las infraestructuras necesarias para su almacenamiento y
comercialización que hagan posible y rentable su venta, la sangre es considerada y
tratada como un residuo industrial; y por lo tanto mucha de la sangre producida no
se aprovecha (Parés y Carretero, 1997).
La calidad de la sangre empleada posee influye en gran medida sobre el
sabor y el aspecto (color) del producto final y sobre su vida útil. Resulta
imprescindible la inmediata refrigeración de la sangre después de su obtención
(Lynn-Knipe, 1988; Parés y Carretero, 1997). El desarrollo microbiano causa
problemas de olor y flavor en la sangre y los productos que con ella se elaboren;
además una manipulación excesiva y una refrigeración insuficiente puede favorecer
la presencia y el crecimiento de S. aureus productor de enterotoxinas capaces de
soportar los tratamientos térmicos. La alta susceptibilidad de la sangre al desarrollo
microbiano se debe a su riqueza en nutrientes y a su elevada actividad de agua
(0,99) y alto pH (7,3 a 7,5). Para retrasar el crecimiento microbiano podría ser útil
bajas su pH o adicionar sal. Para utilizar la sangre en la fabricación de embutidos es
normalmente necesario evitar su coagulación, lo cual puede conseguirse por dos
procedimientos: mecánico (agitación en un recipiente con pala en el momento del
Introducción ___________________________________________________________________________
85
desangrado, con lo cual se separa la fibrina y el resto de la sangre permanece
líquida) o con el empleo de estabilizadores “anticoagulantes” en cantidades
suficientes que inactivan o inhiben la acción de los iones de calcio en el proceso de
la coagulación: polifosfatos (5 g/l), citratos (4 g/l), sales disueltas de algunos ácidos
como el oxálico o trihidroxiglutárico, o incluso la sal común (>2,5%).
La grasa en los embutidos de sangre proporciona un sabor y aroma, una
apariencia y unas características de textura determinadas al embutido (Heinz, 1985;
Reichert, 1988; Wirth, 1992). Como el caso de la sangre, es de cerdo la grasa más
empleada en la elaboración de morcillas, pudiendo proceder de diferentes depósitos
grasos. A veces se prefiere una grasa blanda como manteca fresca o incluso
fundida, otras veces una grasa más firme como el tocino o lardo y, otras veces,
tejidos grasos con presencia de carne y/o colágeno como la grasa de panceta o
papada. La firmeza de la grasa además de estar determinada por el depósito graso
que se considere, también es función de los ácidos grasos que la constituyen,
procedentes a su vez de la dieta del animal. En ocasiones se emplea el sebo de
vacuno o de ovino, pero el sebo confiere a los embutidos una consistencia más
firme, un sabor más ‘fuerte’ y además es menos emulsionable que la grasa de cerdo
(Heinz, 1985). También, algunos embutidos de sangre franceses contienen grasa
butírica procedente de la nata que se usa en su formulación. La carga microbiana de
la grasa, su grado de oxidación y la susceptibilidad a la misma, como en cualquier
producto cárnico cocido, son tres factores de gran importancia para la vida útil del
producto final que conviene minimizar mediante controles tanto en la
selección/recepción de la materia prima como durante el almacenamiento de la
misma (Stiebing, 1990).
Las cortezas de cerdo son un ingrediente distintivo de bastantes tipos de
embutidos de sangre. Las cortezas – con un 30-35% de colágeno – proporcionan a
la masa de esos embutidos cantidades importantes de colágeno, que debido a sus
propiedades funcionales, entre las que destaca su capacidad de gelificación,
aumentará la firmeza, la elasticidad y contribuirá a la capacidad del embutido de
sangre de ser rebanado finamente sin romperse (Stiebing, 1990). Como caso
peculiar, las cortezas también pueden servir de envoltorio, hay un embutido de
sangre español, el Camayot, que se embute en la piel de jamones y paletillas
(MAPA, 1983). Normalmente las cortezas se separan lo más completamente posible
Introducción ___________________________________________________________________________
86
de la grasa subcutánea y se les quita bien el pelo que puedan tener. El tiempo de
conservación de las cortezas crudas, aún en refrigeración, es corto debido al alto
contenido microbiano de las mismas y al elevado pH; una forma de alargar el
periodo de conservación sin que se alteren consiste en salarlas (Stiebing, 1990).
Antes de su uso las cortezas se cortan y generalmente se cuecen en agua a
85-100ºC. El grado de cocimiento de las cortezas influye sobre la textura del
producto (Frey, 1985), las cortezas han de quedar reblandecidas al cocerlas pero un
exceso de cocimiento hace que gran parte del colágeno pase al agua de cocción, y
por lo tanto estas cortezas sobrecocidas generan una blandura excesiva en el
producto. Por el contrario, si el grado de cocido de las cortezas está bajo el óptimo,
la textura del producto puede resultar granulosa-arenosa. Por otra parte, también se
observa que un exceso de cortezas puede generar en el embutido de sangre una
consistencia gomosa. Una vez cocidas, bien se trocean con cuchillo o se pican con
la picadora con una placa de diámetro variable, normalmente de 2-8 mm, solas o
con otros ingredientes, o bien se trabajan en la cúter. Las cortezas también se
pueden trabajar crudas en potentes cúteres o en molinos coloidales, después de
haber estado en salmuera unas 48 horas. La masa de cortezas cocidas picadas o
bien la masa de cortezas obtenida en la cúter se incorpora con los otros ingredientes
en el proceso de mezcla antes de embutir. También se puede añadir a la masa parte
del caldo de cocción de las cortezas, generalmente con el fin de compensar las
pérdidas de humedad de los ingredientes durante la cocción o para ajustar la
consistencia de la masa a un valor deseado.
La carne es un ingrediente utilizado en ciertos embutidos de sangre en
proporciones muy variables; la incorporación de este ingrediente aumenta
considerablemente el costo del producto. Las partes más utilizadas son la carrillada
u otras partes gelatinosas, o también partes grasas como las papadas y pancetas.
La carne se puede añadir picada (en picadora con placa de 2 a 18 mm) o cortada en
trozos más o menos gruesos. La carne se puede incorporar cruda o escaldada a la
mezcla del embutido; los trozos de carne gruesos se suelen añadir precocidos. A
veces, con el fin de mejorar el color, las piezas o trozos de carne se someten
previamente a un proceso de curado por inmersión, inyección o ambos, luego se
cuecen y finalmente se pican o trocean en cubos uniformes (Frenzt y Migaud, 1976;
MAPA, 1983; Frey, 1985; Stiebing, 1990; Schiffner et al., 1996).
Introducción ___________________________________________________________________________
87
Son diversas las vísceras que se utilizan en la elaboración de embutidos de
sangre. Por una parte se encuentran las vísceras de tipo muscular como la lengua o
el corazón y por otra parte vísceras rojas como el hígado, los pulmones, los riñones
o el bazo. Las vísceras se alteran con facilidad durante su conservación debido a los
altos contenidos microbianos que alcanzan en el momento de su obtención y en
algunos casos a su alto pH y elevado contenido acuoso. Para su incorporación en la
masa de los embutidos de sangre, las vísceras se tratan de manera similar a la
carne (Frenzt y Migaud, 1976; MAPA, 1983; Stiebing, 1990; Schiffner et al., 1996).
Algunas vísceras rojas como el hígado se suelen picar y se incorporan crudas a la
masa del embutido.
Los ingredientes no cárnicos empleados en los embutidos de sangre son muy
variados. Uno de los más característicos en los embutidos de sangre españoles,
franceses y portugueses es la cebolla (Allium cepa L.), que puede llegar en algunos
casos a representar el 70% del total de la formulación (MAPA, 1983). La variedad de
la cebolla es un criterio de calidad importante. Específicamente en la elaboración de
dos tipos de morcillas españolas (la de Burgos y la de León) se considera que la
mejor variedad de cebolla es la conocida como ‘horcal’ o de ‘horco’, también llamada
matancera o de matanza o denominada por otros como “la de invierno”
(Comunicación personal, 2006).
Otras hortalizas incluidas en la formulación de ciertos embutidos de sangre, mucho
menos frecuentemente que la cebolla, son los puerros, acelgas, espinacas,
pimientos, calabaza, patata, etc. (Frenzt y Migaud, 1976; MAPA, 1983) Estas
pueden agregarse troceadas a la masa, bien sean crudas, escaldadas o sofritas.
El arroz por una parte y el pan por otra, también se pueden considerar como
ingredientes característicos y, a veces, mayoritarios de algún tipo de morcillas. El
arroz en la mezcla de los embutidos de sangre se suele incorporar precocido,
aunque también en algunos tipos o algunos elaboradores lo pueden añadir crudo.
Respecto al pan, es frecuente emplear pan duro, con mucha miga o a veces
solamente ésta. A veces el pan se puede remojar en leche, en caldo de carne u otro
ingrediente líquido para su ablandamiento o incluso se podría freír con manteca
fundida y otros ingredientes antes de incorporarlo a la mezcla. Hay variedades de
embutidos que usan pan rallado o harina de trigo. Además de arroz y pan algunos
embutidos de sangre llevan cereales o derivados como granos o copos de avena,
Introducción ___________________________________________________________________________
88
cebada o trigo, sémolas, harinas, féculas, etc. En caso de llevar cereales en grano o
sémolas, estos se pueden someter a un proceso de remojo o precocción para que
se ablanden antes de ser incorporados a la masa. Las dos funciones primordiales de
todos estos ingredientes, en el proceso de elaboración de embutidos de sangre,
debido a su riqueza en almidón, son contribuir a la absorción de agua aportada por
otros ingredientes como la sangre o la cebolla, e influir sobre la textura del producto
como espesante o gelificante.
Los condimentos y las especias constituyen otro elemento clave entre los
ingredientes empleados en la formulación de los productos cárnicos en general y de
los embutidos de sangre en particular. El uso de las especias en los alimentos se
remonta a la antigüedad y se usan con fines como condimentar o potenciar el sabor,
ocultar ciertos olores, inducir una sensación picante y conferir un color atractivo
característico. Además, no se debe olvidar que muchos de estos ingredientes tienen
también propiedades antioxidantes, conservantes (antimicrobianas) y nutritivas
(Madsen y Bertensen, 1995; Sebranek et al., 2005).
La sal tiene el efecto directo sobre el sabor y también aumenta la capacidad
de conservación de la morcilla al contribuir a la disminución de la actividad de agua.
A escala industrial se utilizan en algunas ocasiones diversos aditivos como los
nitritos, los acidificantes o reguladores del pH (ácido láctico y cítrico) y los
emulsionantes (Frey, 1985; Stiebing, 1990).
La relación de ingredientes no cárnicos utilizados en los embutidos de sangre
no incluidos en los apartados anteriores son diversos y variopintos: leche, nata,
huevo, frutas, azúcar y frutos secos. Todos ellos aportan características
determinadas a los embutidos y se suelen agregar sin tratamiento previo salvo la
eliminación de partes no comestibles o la reducción de tamaño.
En la Tabla I.10.1. se muestra la composición de diversos embutidos de
sangre latinoamericanos. Se aprecia gran variedad en los ingredientes utilizados en
los distintos tipos y países.
Introducción ___________________________________________________________________________
89
Tabla I.10.1. Composición de diversos embutidos de sangre latinoamericanos.
ARGENTINA, Morcilla de hígado (Feldman, 2000) Sangre, grasa, sal, cortezas, hígado, pimienta, oréganos, clavo, cilantro, cebolla y una fuente de almidón. ARGENTINA, Morcillón de lengua (Feldman, 2000) Sangre, sal, cortezas, lengua, pimienta, clavo, orégano, tomillo, cilantro, mejorana, cebolla. ARGENTINA, Morcilla criolla (Feldman, 2000) Sangre, grasa, carne de cabeza, sal, oregano, tomillo, nuez moscada, canela y clavo. CHILE, embutido de sangre (Bunger et al., 1992) Sangre, grasa, sal, cortezas, cebolla, especias. COLOMBIA, rellena (Agudelo et al., 2003) Sangre, grasa, sal, cebolla, hierbabuena, perejil, poleo, comino, harina de maíz, arroz, patatas, guisantes, pimienta y vinagre. MEXICO, rellena o moronga (Comunicación personal) Sangre, grasa en cubos, hierbabuena, mejorana, tomillo, orégano y cacahuetes. PERU, rellena, Tumbes (Comunicación personal) Sangre, grasa, sal, repollo, cebolla, hierbabuena, cilantro, ajo, pimienta, comino y glutamato de sodio.
Introducción ___________________________________________________________________________
90
I.11. PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS PERUANOS ELABORADOS CON CARNE DE CERDO
En el Perú la producción de carne de cerdo para el año 2006 fue de 102,903
toneladas (Tabla I.11.1.) de las cuales 14,807 toneladas fueron destinadas a la
producción de productos cárnicos como Salchicha, Hot dog, Jamonada,
Hamburguesa, Chorizo, etc. (APP, 2006).
Tabla I.11.1. Cantidad de productos cárnicos producidos en el 2006 en Perú.
Cantidad (TN) Porcentaje Hot-dog Salchicha 5,19 35,1 Jamonada 3,47 23,5 Hamburguesa 1,55 10,5 Jamón 1,48 10,0 Chorizo 0,87 5,9 Otros 2,22 15,0 Total 14,807 100, 0 Fuente: Asociación peruana de Porcicultura (2006).
http://www.peruchile.org/oportunidades-negocio/ana-maria-trelles.ppt#18
En el año 2005 se totalizó, una producción de 31,600 Toneladas de productos
cárnicos, que representaron ingresos entre 70 - 75 millones de dólares. El consumo
de estos productos en Perú esta relacionado al número de días de fines de semana
largo y días festivos en el año (Boletín de estadísticas Ocupacionales, 2005; INEI,
2006). Cabe resaltar que la salchicha y la jamonada concentran el 71.4 % de las
ventas de productos cárnicos (Boletín de estadísticas Ocupacionales, 2005; INEI,
2006).
En Perú la industria cárnica presenta unos niveles de productividad y
capacidad instalada del 75%. En cuanto a los insumos utilizados para la producción
de estos la mayoría es nacional siendo solo un pequeño porcentaje importado.
Según la Norma Técnica Peruana (NTP) 201.007 (1999) que clasifica a los
productos cárnicos de acuerdo a sí reciben o no tratamiento térmico, los embutidos
crudos son aquellos que en su procesamiento utilizan materias primas crudas,
Introducción ___________________________________________________________________________
91
curadas o no, y que no requieren tratamiento térmico. El ahumado no está
considerado dentro del proceso de tratamiento térmico por lo tanto los embutidos
crudos pueden ser ahumados o no. Dentro de ellos tenemos los tradicionales como
la salchicha de Huacho y el chorizo fresco. Por otra parte, entre los productos
cárnicos con tratamiento térmico están la morcilla, el relleno, el paté, el queso de
chancho y el chicharrón de prensa, el jamón del país, las jamonadas, la mortadela,
la salchicha tipo frankfurter, la salchicha tipo Viena y el salchichón cocido.
I.11.1. Salchicha tipo Huacho o Colorada
La salchicha tipo Huacho es un producto crudo y curado constituido por carne
de bovino, porcino, ave y "otras carnes", grasa de porcino y pellejo de porcino,
debidamente molidas y mezcladas con agregados de condimentos uniformemente
distribuidos y adecuadamente coloreada. Entre "otras carnes" se consideran las de
ovinos, caprinos, equinos, camélidos americanos o ballena (INDECOPI, 1980). Los
condimentos que dan color rojo-naranja a la salchicha de Huacho son achiote (Bixa
orellana), el pimentón (páprika) y ají (Comunicación personal, Bettit Salvá Ruíz,
Universidad Agraria de la Molina, Perú, 2008). El diagrama de flujo de esta salchicha
se muestra en la Fig. I.11.1.
Los niveles recomendados para el curado de carnes destinadas a la
elaboración de salchichas tipo Huacho son: 300 ppm de nitrato de potasio o 150
ppm de nitrito de sodio o 300 ppm de mezcla de ambas. Los fosfatos y la sal común
se pueden emplear en cantidad máxima de 10 g kg y 15 g/kg, respectivamente
(Sociedad Nacional de Industrias, 1995).
Introducción ___________________________________________________________________________
92
Carne Grasa
Curar
Moler Moler
Colorante achiote
Condimentos
Mezclar
Embutir
Orear
SALCHICHA DE HUACHO
Figura I.11.1. Diagrama de flujo de la fabricación de la salchicha de Huacho o
colorada.
La composición de la salchicha de Huacho según recoge textos legales o
normativos peruanos se muestra en la Tabla I.11.2. En esta tabla se establecen
diferentes categorías diferenciadas básicamente por la cantidad de grasa y carne
utilizadas en su elaboración.
Tabla I.11.2. Composición de la salchicha de Huacho o colorada.
Componente/Calidad Máx/min. Fino Extra Económico Proteína total min. 9.00 6.00 6.00 Carne min. 50.00 20.00 20.00 Grasa máx. 50.00 50.00 50.00 Fuente: INDECOPI (1980); NTP 201.012.(1999).
Nota: En la clase fino, la carne provendrá exclusivamente de carcasas cuya clasificación sea de
primera y deben ser de porcino, bovino o ave. En la clase económica se permitirá también el uso de
carne industrial.
Elías et al. (2000) y Collazos et al. (1996) presentan en sus trabajos cuadros
de composición química de las salchichas tipo huacho que complementan la
información anterior (Tablas I.11.3. y I.11.4., respectivamente)
Introducción ___________________________________________________________________________
93
Tabla I.11.3. Composición química de salchichas tipo Huacho
Composición por 100g de porción comestible Gramos (g) Agua 38,2 Proteína 12,9 Grasa 44,0 Carbohidratos - Fibra - Ceniza 2,5 Miligramos (mg) Calcio 80 Fósforo 92 Hiero 5,5 Fuente: Elías et al. (2000) Tabla I.11.4. Contenido de ácidos grasos en salchichas tipo Huacho. Ácidos grasos Porcentaje Oleico (C:18,1) 43,5 Palmítico ( C 23,5 Esteárico ( C:18) 16,5 Linoleico 15,1 Mirístico 1,0 Total 100,0 Relación Polinsaturados/saturados 0,37 Fuente: Collazos et al. (1996)
I.11.2. Chorizo Fresco
El chorizo es un embutido de gran aceptación, debido a la versatilidad de su
uso y a sus cualidades sensoriales. Sin embargo existen muchas maneras de
elaborarlo de acuerdo al mercado al cual va dirigido y a las costumbres de los
grupos humanos.
El chorizo es un embutido crudo, que puede ser curado (agentes del curado)
y/o ahumado, constituido por una masa hecha a base de 60% de carne, como
mínimo, y 40%, como máximo, de tejido graso de porcino, todo lo cual debe ser
perfectamente triturado y mezclado con agregados de condimentos uniformemente
distribuidos. El porcentaje de carne señalado debe estar constituido en un 50%
como mínimo por carne de porcino y el otro 50% como mínimo, por carne de bovino
Introducción ___________________________________________________________________________
94
y/o porcino (INDECOPI, 1980). Se puede utilizar en el caso de cerdo, carne
proveniente de la panceta. El diagrama de elaboración del chorizo se muestra en la
Fig. I.11.2.
Cuando las carnes son muy húmedas, se contraen mucho durante el secado
lo que influye desfavorablemente en la calidad. Las grasas a usar deben ser firmes,
compactas y frescas, preferiblemente congeladas de antemano. El tocino dorsal es
una grasa que se presta muy bien para este tipo de embutido. No se deben usar
grasas oleosas, untuosas, que contribuyen a que la pasta quede suelta y exista
riesgo de rancidez. Las tripas son generalmente naturales, frescas o saladas, sin
grasa pues esta provoca la oxidación y cierra los poros impidiendo la deshidratación
posterior (Elías et al, 2000). El color del chorizo puede ser blanco, sin la adición de
ingredientes no cárnicos o aditivos que den color, o rojo, color conseguido
mayoritariamente mediante la adición de ácido carmínico u otros colorantes
(Comunicación personal, Bettit Salvá Ruíz, Universidad Agraria de la Molina, Perú,
2008).
Según Riera (1989) existen 4 grandes categorías de chorizo:
a) Chorizo recto: Los trozos de carne y grasa son grandes y diferenciables. Se
embute en tripas con calibres de 60 a 80 mm y la longitud de las piezas
supera los 40 cm. Se expende en rodajas.
b) Chorizo Sarta: Es un chorizo embutido en tripa natural formando sarta, su
calibre es de unos 40 mm de diámetro y se expende por piezas. Suele usarse
para guisar y contiene más grasa que el chorizo recto.
c) Chorizo Pamplona: Los trozos de carne magra y grasa son de pequeño
tamaño (inferior a 3 mm), se embute en tripa de calibre grueso (60 a 100 mm
de diámetro) y las piezas son largas (mínimo, 40 cm). Se expende en rodajas.
d) Chorizo fresco: Se trata de un chorizo sin fermentar o apenas fermentado. Se
embute en tripa natural de pequeño calibre (20 a 25 mm); es un producto
perecedero, aunque empacado al vacío puede conservarse un mes bajo
refrigeración. Se expende por paquetes o piezas y se usa para guisar o asar.
Es el que más se comercializa en nuestro país.
Introducción ___________________________________________________________________________
95
El consumo de 100 g de chorizo aporta en promedio 287 kcal. La composición
química del chorizo se detalla en la Tabla I.11.5. (Collazos et al., 1996). Asimismo,
en la Tabla I.11.6. se muestra el contenido de ácidos grasos. El chorizo tiene más
proteína, y por lo tanto más carne que la salchicha de Huacho.
Carne Grasa
Curar
Moler Moler
Condimentos
Mezclar
Embutir
CHORIZO
2 g de sal de cura20 g sal común4 g de azúcar
Figura I.11.2. Diagrama de flujo de la fabricación del chorizo fresco. Tabla I.11.5. Composición química del chorizo
Composición por 100g de porción comestible gramos (g)
Agua 52,3 Proteína 21,0 Grasa 21,9 Ceniza 3,8
miligramos (mg)
Calcio 56 Fósforo 149 Hierro 4,0 Tiamina 0,3 Riboflavina 0,36 Fuente: Collazos et al. (1996)
Introducción ___________________________________________________________________________
96
Tabla I.11.6. Contenido de ácidos grasos en el chorizo
Acidos Grasos Porcentaje (%) Mirístico (C14:0) 0,8 Palmítico (C16:0) 26,6 Esteárico (C18:0) 12,0 Oleico (C18:1) 40,5 Linoleico (C18:2) 15,4 TOTAL 100,0 Relación Poliinsaturados / Saturados 0,39 Fuente: Collazos et al. (1996)
I.11.3. Morcilla y relleno (o rellena)
Según el Proyecto de Normas de Productos Cárnicos (1995) del Comité de
Fabricantes de Embutidos de la Sociedad Nacional de Industrias, la morcilla o
relleno son embutidos cocidos preparado por una masa hecha a base de sangre de
porcino preferentemente, recortes de vísceras y verduras, todo lo cual debe estar
perfectamente triturado, molido y mezclado, pudiéndosele añadir aditivos.
La Norma Técnica Peruana (NTP) 201.014 (1999) y el INDECOPI (1980)
define a la morcilla como un embutido cocido constituido por una masa hecha en
base a carne de cabeza, orejas, hocico y cachetes de porcino picados, pellejo y
grasa de porcino triturados; los cuales deben estar perfectamente mezclados.
Además tiene agregados de especias uniformemente distribuidas.
La NTP 201.014 (1999) define al relleno como un embutido cocido constituido
por una masa hecha en base a sangre, grasa, carne de porcino, pellejo y grasa de
porcino, recortes de vísceras; puede o no tener hortalizas, las cuales deben estar
adecuadamente picadas y mezcladas. Además tiene agregados de especias. El
proceso de elaboración de la morcilla y también del relleno se muestra en la Fig.
I.11.3.
La mencionada NTP recoge distintas categorías de calidad para la morcilla o
relleno según las proporciones que contenga de las principales materias primas. Se
mencionan cuatro categorías: i) extrafino, fino y extra, cuyos límites en cuanto a
ingrediente se muestra en la Tabla I.11.7 y ii) primera (Tabla I.11.8).
Introducción ___________________________________________________________________________
97
Carne de cerdo Grasa de cerdo Verduras Sangre de cerdo Pellejo de cerdo
MORCILLA
Curar
Escaldar Escaldar Escaldar EscaldarSalar
Cortar Cortar Desgrasar
Cutterizar
Embutir
Cocer
Enfriar
Escurrir
Aditivos
Temperatura interna 75ºC
Figura I.11.3. Diagrama de flujo de la fabricación de la morcilla.
El principal ingrediente utilizado en la elaboración del relleno es la sangre, a la
que ocasionalmente se le agrega grasa procedente del mesenterio y carne de cerdo,
pero que siempre se acompaña de hortalizas, hierbas aromáticas y condimentos. El
valor nutritivo del relleno se muestra en la Tabla I.11.9. (FAO, 2007).
Las hortalizas aportan minerales, vitaminas y agua (Astiasarán y Martínez,
2000). Su composición química es variada, el contenido acuoso oscila entre 80 y
90%, los hidratos de carbono entre 3 y 20% , los compuestos nitrogenados 1-5% , la
fibra bruta 0.6-2.5%, los minerales 0.5-1,5% y los lípidos 0.1 a 0.9%. En cantidades
aún más pequeñas se encuentran otros compuestos químicos, como ácidos
orgánicos, compuestos fenólicos, sustancias aromáticas, pigmentos y otros
(Astiasarán y Martínez, 2000). En cuanto a las vitaminas es importante el aporte de
vitamina C, proveniente de las coles, espinacas, pimiento y perejil. La Vitamina A es
aportada por el tomate, zanahoria, pimiento y perejil. Entre los minerales los más
abundantes son el calcio, el potasio y el hierro. Algunas presentan alto contenido de
Introducción ___________________________________________________________________________
98
azufre como los berros, las cebollas, los ajos y las coles. (Astiasarán y Martínez,
2000).
Tabla I.11.7. Calidad extrafino, fino y extra del Relleno y la Morcilla según sus
ingredientes.
Componente/Calidad Extrafino Fino Extra
Relleno
%
Morcilla
%
Relleno
%
Morcilla
%
Relleno
%
Morcilla
%
Sangre (Máx.) 30 30 40 45 40 45
Carne ( Mín.) 25 20 15 10 5 -
Vísceras ( Máx.) - - - - 5 5
Grasa (Máx.) 20 20 15 20 20 20
Pellejo (Máx.) - 10 5 10 10 10
Hortalizas (Máx.) 25 20 30 20 35 20
Fuente: NTP 201.014.
Tabla I.11.8. Requisitos de composición de la Morcilla y el Relleno de primera
categoría.
Morcilla (%) Relleno (%)
Carne de cerdo (Mín) 30 0
Grasa de cerdo (Máx) 10 20
Pellejo de cerdo (Máx) 30 0
Sangre de cerdo ( Mín) 25 70
Verduras (Máx) 5 15
Vísceras (Máx) 0 10
Introducción ___________________________________________________________________________
99
Tabla I.11.9. Valor nutritivo del relleno, expresado por 100 g de producto. Componente Cantidad
Energía 115 kcal Agua 75,5 g
Proteína 14,4g Grasa 5,0g Ceniza 1,9g
Carbohidratos 3,2g Calcio 63mg
Fósforo 41mg Hierro 16,9mg
Tiamina 0,02mg Rivoflavina 0,06mg
Niacina 0,9mg Vitamina C 3,4mg
Fuente: FAO (2007)
Entre las hortalizas utilizadas en la elaboración del relleno tenemos:
a) La Col o repollo (Brassica oleracea var. Capitata)
Llamada también Berza, pertenece a la familia de las crucíferas. Presenta un
contenido de agua de 92%, fibra, pocas calorías e hidratos de carbono. Es un
alimento rico en vitamina C, ácido fólico, y minerales (Bromo, aluminio, bario,
calcio, flúor, manganeso, fósforo, azufre). Se caracteriza por tener un fuerte
olor el cual se debe a la presencia de compuestos azufrados conocidos como
isotiocianatos o aceites de mostaza. (Astiasarán y Martínez, 2000).
b) Cebolla china (Allium cepa var. Aggregatum)
Conocida también como: cebolla cambray, cebolla de rabo, cebolla regional;
es de cabeza blanca pequeña y tallo largo de color verde y sabor un poco
picante. (Perú gastronómico, USMP)
c) Hierba buena (Mentha spicata)
Conocida también como menta dulce, menta verde o albaina es una hierba
aromática de la familia de las Labiadas
d) Culantro o cilantro (Coriandrum Sativum)
También llamado coriandro, pertenece a la familia de las umbelíferas y
además de poseer propiedades aromáticas es particularmente notable por su
contenido de calcio. Es una importante fuente de minerales como el fósforo,
Introducción ___________________________________________________________________________
100
hierro, magnesio, sodio y potasio y vitaminas como la A, C, E, K y riboflavina.
(Pérez, 1958)
e) Ajo (Allium sativum)
Planta perenne, bulbosa, de la familia las liláceas. Es usada como
condimento, posee un sabor y aroma fuerte como la cebolla. Ha sido muy
valorado desde la antigüedad por sus propiedades medicinales.
El valor nutritivo de estas hortalizas se recoge en la Tabla I.11.10.
Tabla I.11.10. Valor nutricional de hortalizas utilizadas en la elaboración del relleno
expresada por 100 g de hortaliza.
Componente Repollo cocido
Repollo crudo
Cebolla roja
Cebolla China
Hierba buena
Culantro
Agua % 95,55 94,0 89% 88,7 86,7 86.5 Energía (kcal) 13,0 25,0 38,0 39,0 33,0 44.82 Fibra % 1,5 6,3 1,8 1,3 2,5 1.49 Carbohidratos % --- 4,8 8,6 7,5 7,0 6.12 Grasa % --- 0,3 0,16 0,4 1,0 1.2 Proteínas % --- 1,4 0,8 2,3 3,1 2.78 Vitamina A (UI) 13,3 16,7 --- --- --- Tiamina (mg) 80,0 110,0 20,0 20,0 60,0 60 Riboflavina (mg) 35,0 60,0 40,0 10,0 130,0 --- Niacina (mg) 0,250 0,400 120,0 400,0 1000,0 --- Vitamina C (mg) 17,6 41,3 6,4 10,5 2 45.7 Cobre (mg) 0,06 0,023 --- --- --- --- Azufre (mg) 329,0 --- 70,0 --- --- --- Magnesio (mg) 35,0 15,0 --- --- --- 45.8 Manganesio (mg) 4500,0 0,159 --- --- --- 26 Cinc (mg) 3400,0 0,180 --- --- --- --- Potasio (mg) 108,0 160,8 157,0 --- --- 542 Sodio (mg) 11,8 41,10 --- --- --- 28 Calcio (mg) 47,0 53,0 20,0 141,0 206 243 Hierro (mg) 0,340 0,570 1,0 1,1 9.1 4.7 Fósforo (mg) 47,0 32,0 33,0 61,0 70 66.1 Ác. glutámico (g) --- --- 0,118 --- --- ---
Fuente: Collazos et al. (1996)
Introducción ___________________________________________________________________________
101
I.12. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS
Contexto y precedentes
En la actualidad en la ciudad de Tumbes – Perú, se viene trabajando un
proyecto de investigación conducente a erradicar la Cisticercosis, enfermedad
prevalerte en la zona. Uno de los objetivos finales de este proyecto es promover una
modificación en la manera local en el medio rural de criar y alimentar a los cerdos
(pasando de un sistema de coste cero o coste mínimo a otro más apropiado con
unos mínimos de inversión y tecnificación). Este propósito solo se puede lograr si se
consigue una vía para dar un mayor valor añadido a la producción porcina que
compense el trabajo y la inversión requeridos. Con esta finalidad se viene trabajando
en la actualidad con los pequeños productores tanto de cerdos como de productos
cárnicos para que mejoren, optimicen, de forma más apropiada su actividad
productiva dentro del contexto en el que están inmersos. De hecho en la actualidad
se tienen ya grupos organizados que a futuro se espera elaboren productos
cárnicos, que puedan ser fácilmente comercializados en la zona.
Hasta ahora nadie se había propuesto llevar a cabo actividades de
investigación conducentes a conocer las cualidades del cerdo criollo de traspatio en
la región de Tumbes y de los principales tipos de productos cárnicos elaborados
artesanalmente en la región. Por este motivo y considerando lo expuesto en el punto
anterior, se estimó conveniente el desarrollo de estudios que abarquen esta área.
Primer objetivo
El objetivo específico inicial del estudio ha sido la caracterización de la canal y
carne de cerdo criollo de traspatio tal en la zona de Tumbes, tal y cómo se produce
actualmente.
La justificación de este objetivo se basa en que esta información va a servir para
estimar la aptitud tecnológica de esta carne para la elaboración de productos
cárnicos o para realizar estudios económicos de rentabilidad de la producción de
animales y productos cárnicos. Además, y más importante aún, la información será
Introducción ___________________________________________________________________________
102
una base de futuras mejoras mediante estrategias diferentes de alimentación,
mejora genética, etc. de la carne.
Segundo objetivo
Por otra parte, y como segundo objetivo, se ha buscado conocer el proceso
de elaboración, las características de los productos cárnicos más populares en la
zona, elaborados con carne o sangre de cerdo: cecina, salchicha y el relleno.
También se ha querido indagar sobre la disposición del productor de cerdo para
elaborar los productos cárnicos mencionados y del consumidor para consumirlos.
La justificación de este objetivo radica en que a partir de los resultados de los
análisis a los productos cárnicos y las encuestas a pobladores de la región sobre la
elaboración o propiedades de estos productos, se tienen bases para: i) establecer
procesos estandarizados de elaboración de los productos cárnicos, ii) conocer los
factores que influyen sobre su vida útil y, finalmente, iii) proponer o evaluar
alternativas al proceso actual para aumentar la estabilidad, microbiológica o no, de
estos productos cárnicos con tecnologías apropiadas a las características de la
región: por ejemplo, almacenamiento en manteca o aceite, salado y secado más
intenso, mayor acidificación, etc..
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
103
II- MATERIALES Y MÉTODOS
II.1.-PLAN EXPERIMENTAL, ESTRUCTURA DEL TRABAJO
El presente trabajo se ha estructurado en tres partes
i) En la primera parte (experimento 1), se ha muestreado en diferentes villas
de la región de Tumbes, Perú, una determinada cantidad de cerdos
criollos criados en traspatio (explotaciones con prácticamente nula
inversión) en el momento en que estaban listos para su venta, y se han
determinado diversos parámetros de calidad de la canal y de la carne
obtenidas de dichos animales: pesos en el faenado, medidas
morfométricas de la canal, pH de la carne, composición regional de la
canal (despiece), composición tisular de la canal (disección).
ii) En la segunda parte (experimento 2), se han realizado 2 encuestas a los
pobladores de varias villas del departamento de Tumbes con el fin conocer
la apreciación que tienen los productores de cerdos de los productos
cárnicos de cerdo, así como la aceptación de los mismos por los
consumidores. Las encuestas una vez elaboradas fueron validadas antes
de ser aplicadas.
iii) En la tercera parte (experimento 3), se ha tomado una muestra
representativa de los tres productos cárnicos tradicionales más
abundantes elaborados con carne de cerdo en el departamento de
Tumbes de Perú (salchicha, cecina y rellena) y se han determinado
diferentes parámetros físico-químicos y microbiológicos que definen su
calidad (pH, Aw, color, composición proximal, colágeno, contenido en
elementos minerales, ácidos orgánicos, azúcares y sustancias reactivas al
ácido tiobarbitúrico, análisis microbiológicos), estudiando además la
evolución de dichos parámetros y la evolución sensorial durante el secado
y/o la conservación de los productos mencionados. En esta parte, también
se han realizado encuestas abiertas a varias familias elaboradoras de
esos productos cárnicos en las que se preguntaban la metodología de
elaboración.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
104
II.2-EXPERIMENTO 1. CALIDAD DE LA CANAL Y LA CARNE DE CERDO
II.2.1. Localización del estudio
El trabajo se realizó en las villas de Papayal, Teniente Astete, Chicama, El
Cardo, Capitán Hoyle y Fernández, pertenecientes al departamento de Tumbes (Fig.
II.2.1). Las villas de Papayal, El Cardo, Chicama y Fernández presentan topografía
de Quebrada y las villas de Capitán Hoyle y Teniente Astete topografía de Bosque
Seco en donde hay abundante cantidad de vegetación. En general, en todas estas
villas el clima es tropical y caluroso, siendo la temperatura promedio de 25 ºC. Sin
embargo, durante los meses de lluvia, que van de diciembre a marzo, las villas se
suelen aislar debido a que las vías de comunicación se inundan. La crianza de
cerdos es tipo casera (traspatio) y constituye una importante actividad económica de
subsistencia en estas villas.
Fig. II.2.1. Mapa de Tumbes donde se resaltan las villas muestreadas en el primer
experimento.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
105
La metodología analítica desarrollada en el presente trabajo fue realizada en
los laboratorios pertenecientes a la Facultad de Medicina veterinaria de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en los siguientes laboratorios
pertenecientes a la Universidad de León: Área de Tecnología de los Alimentos de la
Facultad de Veterinaria, Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos (ICTAL) y
Laboratorio de Técnicas Instrumentales (LTI).
II.2.2. Material animal
De acuerdo a una encuesta previa al muestreo realizada en julio de 2005, la
población de cerdos en edades comprendidas entre los 6 y los 36 meses en las
villas contempladas en el presente estudio fue de 376 animales, pertenecientes a 51
hogares o unidades familiares, con la siguiente distribución: Papayal 46 animales en
8 unidades; Teniente Astete 67 animales en 6 unidades; Chicama 44 animales en 4
unidades; El Cardo 61 animales en 4 unidades; Capitán Hoyle 108 animales en 16
unidades; y Fernández 50 animales en 17 unidades (Comunicación personal,
González, 2006).
El muestreo, que se realizó en agosto del 2005, consistió en prácticamente la
totalidad de los animales entre las edades anteriormente mencionadas, 326
animales, de los cuales se eligieron para los análisis una muestra de 62, elegidos al
azar entre los que cumplieron con los siguientes criterios de selección: pesar más de
20 kg en vivo y tener una relación longitud de la cabeza respecto a la longitud del
cuerpo superior a 0.5, con el fin de eliminar animales con alto grado de desnutrición.
II.2.3. Materiales y equipos generales
• Micropipetas automáticas: Eppendorf y LAB Mate de volumen variable.
• Balanzas: balanza precisa A “Swiss Quality” modelo 125, Sartorius modelo
BP410 y granatarios electrónicos “Mettler” modelo PC 2000 y modelo Toledo
AB204; DENVER INSTRUMENT COMPANY, modelo PM6000,
• pH-metro Metter GLP 22 CRISON.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
106
• Picadoras y homogenizadores: picadora doméstica marca “Luxe Moulinex”
tipo 643, homogeneizador Sorvall “Omni-mixer marca IVAN SORVALL Inc.
• Agitadores: agitador de tubos IKA®, modelo MS1 Minishaker, y agitadores
magnéticos Agimatic-N (P-Selecta) y HB502 (Ribby).
• Estufas de desecación: P-Selecta modelo Digitronic, Kowell modelo D1-I; P-
Selecta de aire forzado DRYGLASS modelo 2000381 y marca MEMMERT
• Mufla Heterotec modelo 10-PR/300 serie 8B; horno mufla modelo 2804, marca
NABER.
• Horno microondas modelo FM411 “Moulinex”.
• Rotavapor LABOROTA 4000 WB Heidolph.
• Centrifugas: SIGMA modelo 2-15 Laborzentrifugen (Laboratory Centrifuges
GMBH, Osterode am Harz, Germany) y Eppendorf Centrifuge 5804R
refrigerated.
• Baños de agua: Tectron-Bio 3473100 y Digiterm 100 (P-Selecta) con
regulador de temperatura y agitación constante.
• Baño de ultrasonidos BLANSONIC 221.
• Baño de arena Combiplac P-Selecta.
• Cámara de frío Chiloverg Koxka
• Digestor de Proteínas Digestion System 12, modelo 1009, marca TECATOR.
• Destilador de Proteínas Kjeltec System, modelo 1002, marca TECATOR.
• Extractor de Grasa o Aparato de Goldfisch, marca LABCONCO.
• Congeladores: congelador de –40ºC modelo Öko-Arctis y congelador de –
18ºC White-Westinghouse
• Otros equipos que serán mencionados posteriormente.
Los productos químicos utilizados en todos los casos fueron de al menos
calidad para análisis y se suministraron por las firmas Panreac (Barcelona, España),
Merck (Darmstadt, Alemania), Sigma (St. Louis, MO, USA). El agua empleada en la
preparación de las disoluciones en los análisis fisicoquímicos fue de calidad Mili-Q
(Millipore Corporation, Billerica, MA EEUU). El agua utilizada para preparar los
medios de cultivo, la suspensión inicial, las diluciones decimales y los reactivos
microbiológicos (suplementos selectivos) tanto para la caracterización como para la
evolución microbiológica fue de calidad Mili-Q gradient A10 de Millipore,
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
107
respectivamente. También se utilizó material diverso de laboratorio o de medida:
papeles de filtro, espátulas, material de vidrio, crisoles, desecadores, cinta métrica,
etc.
II.2.4. Metodología
II.2.4.1. Muestreo y determinación de los parámetros definitorios de la calidad
de la canal
Los animales fueron comprados a los productores y llevados vivos a una
granja ubicada en la villa de Cabuyal en Tumbes. Allí se tuvieron en corrales con
alimento balanceado y agua ad libitum durante un máximo de 8 días. El día anterior
del sacrificio se les quitó el alimento. Inmediatamente antes del sacrificio se procedió
a pesar a todos los animales (peso vivo) con una balanza de reloj de 120 kg de
capacidad. También antes de proceder a su sacrificio se midió con cinta métrica la
longitud corporal, comprendida entre el extremo proximal de la inserción de la cola
hasta la punta del hocico, y la longitud de la cabeza, distancia que va desde la punta
del hocico hasta el punto medio de la línea que une los puntos más distales de la
inserción de ambas orejas.
Posteriormente los animales se sacrificaron y tras el sacrificio, entre los 30 y
45 min posteriores, se tomó el peso del animal desangrado. Después se procedió al
eviscerado, pelado, eliminación de patas y cabeza y otras operaciones hasta obtener
la canal, tal y como la define el estándar “style 3” propuesto por naciones unidas y la
unión europea (Anón., 1997; Fig. II.2.2). En este paso se determinaron los siguientes
pesos: canal, cabeza, patas, aparato digestivo lleno de contenido gastrointestinal y
con la grasa asociada al mismo, pulmón, hígado, bazo, corazón, grasa perirrenal y
pélvica y riñones, calculando el porcentaje que representaba cada parte con
respecto al peso vivo.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
108
Fig. II.2.2. Estándares propuestos por la UE para obtención de canales de cerdo
(Anón., 1997).
A los 45 min post mortem y a las 24 h se midió el pH en los músculos
Longissimus dorsi thoracis, L. dorsi lumborum y Semiembranosus con un pHmetro
de punción. Para realizar esta medida se hicieron cortes en la canal de cerdo a nivel
de los músculos mencionados y en el lugar de la incisión fue introducido el electrodo
tipo punzón que fue previamente calibrado. Tras la evisceración, la canal se colgó verticalmente y se dejó orear a
temperatura ambiente en un lugar cerrado pero ventilado, a la sombra, durante 6
horas aproximadamente, momento en el que se determinó el peso de la canal fría y
se tomaron las siguientes medidas morfométricas con un calibre de acuerdo a la
metodología descrita por Fisher et al. (2003):
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
109
Anchura de las piernas, la medida más ancha (lateral – lateral) de la región de
los miembros pélvicos con el animal en decúbito ventral.
Anchura del vientre, la medida más ancha (lateral – lateral) de la región del
abdomen con el animal en decúbito ventral.
Anchura de la espalda, en la zona más ancha de la región torácica con el
animal en decúbito ventral.
Profundidad del tórax, la máxima longitud (dorsal – ventral) desde la cruz hasta
la región del esternón, con el animal en decúbito lateral.
Tomadas estas medidas, la canal se cortó en dos medias canales (Anón, 1997)
(el rabo se dejó en la canal derecha) y se tomó el peso y las siguientes medidas
morfométricas de la media canal izquierda (con cinta métrica) colgada de acuerdo a
la metodología indicada por Peinado et al. (2001):
Longitud de la canal, longitud entre la mitad del borde craneal de la primera
costilla hasta la sínfisis isquiopúbica.
Longitud de la espalda, entre el punto final del olécranon hasta el punto distal
del miembro delantero (espalda).
Longitud de la pierna, entre el borde caudal de la sínfisis isquiopúbica hasta el
extremo distal de la pierna.
Longitud del jamón, desde la sínfisis isquiopúbica hasta el punto medio interno
del hueso calcáneo.
Perímetro máximo del jamón, en el área de máxima amplitud, cerca de la base
de la cola.
Perímetro de la mano, en el punto más angosto en la mitad de la región del
metatarso.
También se determinó sobre la media canal izquierda el espesor de la grasa
dorsal a la altura de la 10ª costilla y el espesor promedio entre los espesores de la
grasa dorsal a la altura de la primera y última costilla y la última vértebra lumbar.
La media canal se conservó a refrigeración y a las 24 h tras el sacrificio, se
seccionó en dos partes (mediante corte perpendicular a nivel de la penúltima
vértebra lumbar): pierna (cuarto trasero) y el resto (cuarto delantero) (Anón., 1997),
pesándose ambas partes y calculándose el % que representó cada una con respecto
a dicho peso. Sobre el cuarto delantero se hizo una sección transversal al nivel de la
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
110
10ª costilla y se determinó el área del músculo L. dorsi thoracis con papel
milimetrado transparente así como su diámetro mayor y menor.
Después se procedió a la separación de los tejidos de la media canal, para lo
cual se separó con cuchillo de cada uno de los cuartos i) la piel, ii) la grasa
subcutánea, iii) el conjunto de músculo con grasa intramuscular (con la precaución
de mantener entero el músculo L. dorsi thoracis y iv) los huesos (dejando el periostio
en el hueso salvo en la escápula) junto con los grandes tendones y fascias,
formando una fracción tisular llamada huesos más desechos. Todos estos
componentes tisulares fueron pesados y se calculó el porcentaje de cada uno sobre
la suma total de los mismos. También se calculó una variable que se define como el
porcentaje que representa sobre el peso de la media canal la suma de la mitad del
peso de la grasa pélvico-renal de la canal y el peso de la grasa subcutánea de la
media canal, y que se ha llamado estimación del estado de engrasamiento de la
canal.
Mediante disección se obtuvo una sección integra de unos 12 cm
aproximadamente del músculo L. dorsi comenzando en el nivel de la 10ª costilla y en
dirección hacia la zona caudal. La sección fue dividida mediante cortes transversales
en cuatro subsecciones (i a iv), o partes (comenzando a cortar en dirección de la
parte proximal a la distal) de las siguientes longitudes respectivas i) 5,5, ii) 2, iii) 1,5 y
iv) 2 cm aproximadamente. Estas porciones fueron utilizadas para las
determinaciones de i) pH, pérdidas por cocción y análisis de textura, ii) color, iii)
composición química, iv) pérdidas de humedad por goteo, respectivamente.
También se tomó una muestra de unos 15 g de grasa subcutánea a nivel de
la décima costilla sobre la que se determinó el contenido en humedad, grasa, ácidos
grasos y vitaminas. Como se mencionará posteriormente, parte de los análisis se
realizaron en el momento de la obtención y otros se realizaron con posterioridad.
Para estos últimos las muestras de carne y grasa correspondientes se congelaron y
mantuvieron a -70 ºC hasta su análisis o hasta el transporte isotermo a la
Universidad de León donde permanecieron congeladas a -40ºC hasta el momento
del análisis (por un máximo de tiempo de 3 meses).
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
111
II.2.4.2. Análisis proximal del músculo Longissimus dorsi y de la grasa dorsal
Los análisis proximales se realizaron a partir de muestras de L. dorsi y grasa
subcutánea congeladas que fueron descongeladas y homogeneizadas con una
picadora doméstica como paso previo a la realización de los siguientes análisis.
Humedad
La determinación del contenido en humedad se realizó por desecación en
estufa de aire forzado caliente hasta peso constante, siguiendo la Norma ISO 1442
(1973).
Reactivos
• Alcohol etílico al 96 % (v/v).
• Arena de mar lavada grano fino.
Procedimiento
Se tomaron unas cápsulas de acero inoxidable y se dejaron 1 hora a 100ºC,
luego se pesaron aproximadamente 15 g de arena de mar de grano fino en cada
cápsula, colocando a continuación en su interior una varilla de vidrio. El conjunto
(cápsula, arena y varilla) se introdujo en una estufa, donde se desecó durante 30
min a 102 ± 2ºC, trasladándose seguidamente a un desecador donde se dejó enfriar
hasta temperatura ambiente, pesándolo a continuación con ± 0,01 g de precisión.
Posteriormente se colocaron en la cápsula aproximadamente 5 g de muestra
y se pesó nuevamente, se añadieron 5 ml de alcohol etílico al 96%, se mezcló la
muestra con la arena con la ayuda de la varilla de vidrio. Las cápsulas se colocaron
en baño de arena caliente hasta la evaporación del alcohol, agitando periódicamente
para prevenir la formación de costras y de proyecciones. Finalmente se sometió el
conjunto a desecación a 102 ± 2ºC durante 4 h. transcurrido este tiempo, se
procedió al enfriamiento en el desecador y el conjunto se pesó.
El contenido en agua de la morcilla se calculó por diferencia de pesada antes
y después del tratamiento.
La humedad se expresó como porcentaje en peso y se calculó según la
siguiente fórmula:
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
112
10001
21×
−−
=PPPPHumedad %
P0 = Peso, en gramos, de la cápsula, varilla y arena.
P1 = Peso, en gramos, de la cápsula, varilla, arena y muestra, antes de desecar.
P2 = Peso, en gramos, de la cápsula, varilla, arena y muestra, después de desecar.
Grasa
Para la determinación de la grasa se siguió la Norma AOAC 960.39 (AOAC,
1999b), utilizando el extractor de grasa automatizado modelo “SOXTEC System HT
1043 Extraction Unit” y la unidad de servicio, TECATOR.
Reactivos
• Éter de petróleo 40-60ºC.
Procedimiento
Primeramente, se secaron los vasos metálicos (conteniendo cada uno 3
perlas de vidrio), en los que posteriormente se recogió la grasa, durante 30 min a
102 ± 2ºC, se enfriaron en el desecador y se pesaron con precisión de ± 0,1 mg (al
igual que el resto de las pesadas que se indican a continuación). Se partió de la
muestra seca obtenida tras la determinación de la humedad. Se introdujo
cuidadosamente y de forma cuantitativa en un cartucho de extracción de celulosa.
Dichos cartuchos se taparon con algodón y se les acopló el correspondiente
anillo para sujetarlos en el instrumento de extracción Soxhlet. Los cartuchos una vez
acoplados se sumergieron en los recipientes metálicos – que contenían 40 ml de
éter de petróleo – y se comenzó la extracción manteniendo a ebullición durante 15
min; durante los 30 min siguientes, se sacaron los cartuchos de los recipientes
metálicos y se siguió con la destilación a reflujo.
Posteriormente se cerró la válvula de reflujo durante 5 min con el fin de
evaporar el éter de las cápsulas y finalmente durante otros 5 min se mantuvo el
modo de evaporación con aire para secar el éter de los cartuchos. Por último, se
retiraron los vasos metálicos con la grasa, se introdujeron 45 min en la estufa a 102
± 2ºC, se llevaron al desecador hasta alcanzar la temperatura ambiente y se
pesaron.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
113
La grasa se expresó como porcentaje en peso según la siguiente fórmula:
1002
01×
−=
PPPGrasa %
P0 = Peso en g de cada vaso metálico vacío
P1 = Peso en g del vaso metálico con la grasa
P2 = Peso en g de la muestra
Nitrógeno Total (NT) – Proteína bruta
Para la determinación de la proteína se siguió el método de la AOAC 992.15
(1999c), cuantificando el nitrógeno total por el método Kjeldahl, utilizando un digestor
“Tecator” modelo “1007” y una unidad de destilación “Tecator” modelo “Kjeltec
System 1002 Distilling Unit”.
Reactivos
• Ácido sulfúrico al 98% (v/v).
• NaOH al 40% (p/v).
• Disolución valorada de HCl 0,1 M.
• Pastillas catalizadoras “Special Kjeltabs S 3,5” (3,5 g de sulfato
potásico y 0,0035 g de selenio) (Panreac química S.A.).
• Disolución de ácido bórico al 4% con verde de bromocresol y rojo de
metilo como indicadores. Se preparó disolviendo 40 g de ácido bórico en
aproximadamente 600 ml de agua destilada caliente. Una vez disuelto, se
añadió más agua destilada hasta un volumen de 900 ml. Se dejó enfriar a
temperatura ambiente, tras lo cual se añadieron 10 ml de una disolución de
verde de bromocresol (100 mg en 100 ml de alcohol etílico) y 7 ml de una
disolución de rojo de metilo (100 mg en 100 ml de alcohol etílico). Se enrasó a
un volumen final de 1 L con agua destilada y se mezcló homogéneamente.
Procedimiento
Se pesó con exactitud de ± 0,01 g una cantidad de 1 g de muestra en el tubo
de digestión, añadiendo unas perlas de vidrio y una pastilla de catalizador.
Seguidamente se añadieron 12 ml de ácido sulfúrico concentrado, se agitó
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
114
suavemente por rotación y se introdujo en la unidad de digestión, a una temperatura
de 420ºC a la que se llegó progresivamente; se mantuvo la digestión durante 3
horas, hasta la total clarificación, transformándose el nitrógeno en amoniaco y
quedando éste en forma de sulfato amónico. Una vez realizada la digestión, se liberó
el amonio del sulfato amónico mediante la alcalinización del medio con 25 ml de
NaOH al 40% después de haber añadido 100 ml de agua Mili-Q y 5 a 6 gotas de
fenolftaleína.
El amoniaco se arrastró en una corriente de vapor durante aproximadamente
7 min en la unidad de destilación, hasta alcanzar un volumen de 150 ml de destilado,
que se recogió sobre un matraz con 40 ml del reactivo de ácido bórico al 4%, el
contenido se valoró por titulación con ácido clorhídrico 0,1 M hasta el viraje del
indicador, midiendo el volumen gastado con una bureta graduada. Además de las
muestras se realizaron dos blancos.
El porcentaje de nitrógeno total se determinó mediante la siguiente fórmula:
MP
VVf f ×−×
=)(4,1 0 Total Nitrógeno %
f = Factor del ácido clorhídrico
Vf = ml de HCl gastados en la valoración de la muestra
V0 = ml de HCl gastados en la valoración del blanco
P = Peso en g de la muestra.
M = Molaridad del ácido clorhídrico.
El porcentaje de proteína se calculó a partir del porcentaje de nitrógeno del
modo siguiente:
% Proteína = % Nitrógeno x 6,25
Cenizas
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
115
Para la determinación de las cenizas se siguió el Método Oficial de Análisis de
Productos Cárnicos (Presidencia del Gobierno, 1979) consistente en la calcinación
en mufla.
Reactivos
• Agua Mili-Q.
• Acetato de magnesio anhidro al 15% (p/v).
Procedimiento
Se introdujeron las cápsulas de porcelana en una estufa a 102 ± 2ºC durante
al menos 30 min. para su desecación. Se sacaron y se enfriaron en el desecador
durante otros 30 min. y se anotó su peso. En dicha cápsula se pesaron 5 g de
muestra, se le añadió 1 ml de solución de acetato de magnesio, se mezcló
uniformemente y se introdujo en la mufla a 100ºC para ir subiendo la temperatura
50ºC cada 30 min. hasta llegar a 250ºC. Posteriormente se subió a 550ºC y se
mantuvo a esa temperatura 1 h, se comprobó que las cenizas tenían un color blanco
o ligeramente gris – en caso contrario se añadieron 2 ml de agua Mili-Q y se repitió
el proceso de calcinación –. Finalmente, se enfriaron las cápsulas con las cenizas y
se mantuvieron en el desecador hasta pesarse.
Paralelamente al análisis descrito se realizó un blanco por duplicado,
incinerando una cápsula con 1 ml de acetato de magnesio, sin muestra, y se anotó
el incremento de peso.
Las cenizas se expresaron como porcentaje en peso según la siguiente
fórmula:
100)(
)(21
302×
−−−
=PP
PPPCenizas %
P0 = Peso en g de la cápsula
P1 = Peso en g de la cápsula conteniendo la muestra
P2 = Peso en g de la cápsula y el residuo después de la incineración
P3 = Peso en g del óxido de magnesio proveniente de la disolución de acetato de
magnesio añadido (blanco)
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
116
II.2.4.3. Determinación del contenido en elementos minerales
El contenido en elementos minerales – K, P, Na, Mg, Ca, Zn, Fe, Cu y Mn –
se realizó a partir de la muestra digerida con ácido nítrico concentrado – digestión
húmeda –, siguiendo básicamente el método 986.09 propuesto por la AOAC
(AOAC, 1999d), incluyendo algunas modificaciones, mediante espectrofotometría de
emisión atómica acoplada inductivamente (ICP-AES), utilizando un
espectrofotómetro Perkin Elmer modelo 1000 Emission Spectrometry.
Reactivos
• Ácido nítrico concentrado.
Procedimiento
A partir de 1 g de muestra homogeneizada pesado con una precisión de ± 0,1
mg y 10 ml de ácido nítrico concentrado se procedió a realizar una digestión húmeda
durante 18 h a temperatura ambiente y otras 4 h en baño de agua a 90ºC.
Posteriormente los tubos se dejaron enfriar a temperatura ambiente y se realizaron
diluciones de las muestras digeridas para analizar el contenido de minerales. Para
Mg, Ca, Zn, Fe, Cu y Mn (elementos minerales presentes en menor cantidad), se
tomaron 3 ml de la muestra digerida y se trasvasaron a tubos de plástico, a los que
se añadieron 6 ml de agua Mili-Q. Por otra parte, para el K, P y Na (minerales
presentes en mayor cantidad), se tomó 1 ml de muestra digerida y se diluyó con 9 ml
de agua Mili-Q. Finalmente, los tubos se agitaron y se llevaron al Laboratorio de
Técnicas Instrumentales de la Universidad de León para su análisis
espectrofotométrico (espectrofotometría de emisión atómica de plasma acoplado).
Parámetros instrumentales del espectrofotómetro “Perkin Elmer” modelo “1000
Emission Spectrometry”.
• Potencia de radiofrecuencia (RF): 1400 W.
• Flujo de nebulización: 0,75 ml/min.
• Flujo de plasma: 15 ml/min.
• Flujo auxiliar: 0,2 ml/min.
• Bomba peristáltica: 1 ml/min.
La longitud de onda de emisión seleccionada para cada elemento mineral, así
como los límites de detección indicados en el manual del equipo en las condiciones
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
117
de trabajo utilizadas fueron las siguientes: K, 766,5 nm, 3 ppm; P, 213,6, 3; Na,
589,6, 0,3; Mg, 279,6, 0,3; Ca, 393,4, 0,1; Zn, 213,9, 0,3; Fe, 238,2, 0,3; Cu, 224,7,
0,05; Mn, 257,6, 0,05.
El espectrofotómetro, después de hacer el autocero, fue calibrado para las
determinaciones de Cu, Mn, Zn, Fe, Ca y Mg con una solución multielemento de 10
ppm en ácido nítrico/agua (1/2) (v/v). Mientras que para el Na, P y K la calibración se
realizó con soluciones 10 ppm de cada uno de ellos en ácido nítrico/agua (1/9) (v/v).
Los efectos de viscosidad fueron corregidos utilizando Sc como patrón interno que
fue introducido en el plasma por medio de un canal adicional de la bomba
peristáltica. La calibración se realizó por duplicado.
La curva de calibración se obtuvo para cada elemento a partir de las señales
de emisión de dos réplicas de la solución multielemento forzando a la recta a que
pasara por el origen. Los valores de R2 fueron superiores en todos los casos a 0,999.
II.2.4.4. Capacidad de retención de agua (pérdidas por goteo y cocción)
Pérdidas por goteo
Las pérdidas por goteo evalúan el exudado de la carne sin aplicar fuerzas
externas y se determinaron a partir de la sección de L. dorsi referida en II.2.4.1, de 2
cm de grosor y 30 g de peso aproximadamente (que fue obtenida a las 24 horas post
mortem). La carne se introdujo en una bolsa hermética y se mantuvo en refrigeración
apoyada sobre una mesa durante 48 h. Se determinó el peso de la carne en el
momento inicial, a las 24 y a las 48 h. Antes de pesar se secó la superficie de la
carne con un papel. Las pérdidas de humedad por goteo se calcularon como las
pérdidas de peso de la carne durante su conservación respecto al peso inicial.
Pérdidas por cocción
Nada más obtenida la sección de L. thoracis de unos 5,5 cm de longitud
cortado aproximadamente a nivel de la 10ª costilla referida en II.2.4.1., se pesó, se
envolvió en papel aluminio y se introdujo en una bolsa hermética eliminando el aire
de su interior, sumergiéndola en agua a 75 ºC durante unos 45 min, hasta alcanzar
los 70 ºC en el interior de trozo de la pieza. Posteriormente, se retiró la envoltura, se
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
118
escurrió la carne, se secó la superficie con papel y se pesó. Las pérdidas se
calcularon a partir de los pesos de la carne antes y después de la cocción.
II.2.4.5. Determinación instrumental del color y la concentración de mioglobina
La determinación instrumental del color se llevó a cabo sobre las porciones de
músculo L. dorsi referidas en II.2.4.1. Estas secciones fueron congeladas tras su
obtención y 24 h antes del análisis se descongelaron en refrigeración siendo
colocadas en una bandeja plástica que fue cubierta con una película plástica
transparente y permeable al oxigeno. El color fue medido tres veces sobre la
superficie de corte expuesta al aire usando el sistema CIELab con un colorímetro
Minolta (CM-500) utilizando el iluminante D65 y 10º como ángulo del observado. Se
siguió la metodología recomentada por Honikel (1997).
La determinación del contenido en pigmentos hémicos de la carne,
principalmente mioglobina, se llevó a cabo por el método de Hornsey (1956). Se
pesaron 5 g de muestra homogeneizada de la sección de L. dorsi destinada a
análisis químicos y se introdujeron en tubos de vidrio con cierre de rosca a los que
se añadió 1 ml de agua destilada y 20 ml de acetona. Los tubos se cerraron y el
contenido se mezclo durante 30 s en un agitador de tubos. A continuación se
añadieron 0,5 ml de HCl concentrado (35%). Esta mezcla se agitó y se dejó en la
oscuridad, herméticamente cerrada, durante 12 h. Posteriormente se filtró y midió la
densidad óptica a 640 nm. Las determinaciones se hicieron por duplicado.
II.2.4.6. Determinación instrumental de la dureza
La dureza de la carne se valoró de una manera objetiva sobre prismas
obtenidos de la sección de músculo L. dorsi sometida al proceso de tratamiento
térmico descrito en 2.2.4.4.2. y después de ser enfriado a temperatura ambiente Se
utilizó un método mecánico de corte o cizalla realizado con un texturómetro TA.XT2i
tipo Instrong (Stable Micro Systems, Ltd., Godalming, Inglaterra) equipado con una
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
119
cuchilla Warner-Bratzler de borde romo, tal como se explica en el trabajo de Honikel
(1997).
La medida de la textura se llevó a cabo por triplicado sobre los respectivos
prismas de 1 cm2 de sección transversal y 3 cm de largo cortados en dirección
paralela a las fibras musculares.
Los parámetros instrumentales fueron: velocidad de la cuchilla de preensayo,
ensayo y retorno de 180, 100 y 600 mm s-1, respectivamente; umbral de fuerza, 50 g;
distancia de corte, 25 mm. Los parámetros determinados en el ensayo fueron la
fuerza máxima de corte y la energía total necesaria para romper la muestra
totalmente.
II.2.4.7. Ácidos grasos
La formación de los ésteres metílicos de los ácidos grasos que forman parte
de los glicéridos y fosfolípidos de la grasa dorsal se determinó mediante el método
de transesterificación in situ descrito por Carrapiso et al. (2000), utilizando la
cromatografía gaseosa para su identificación.
Reactivos
• Cloruro de Acetilo.
• Metanol anhidro.
• Solución acuosa de K2CO3 al 6% (p/v).
• Tolueno.
• HCl metanólico al 5% (v/v): se añadieron lentamente 5 ml de cloruro de
acetilo a 50 ml de metanol anhidro (Sukhija y Palmquist, 1988). Se preparó
en campana de seguridad por las posibles proyecciones.
Procedimiento
La muestra de grasa congelada se homogeneizó con una picadora doméstica
y se pesaron 25-35 mg de la grasa con precisión de ± 0,01 mg en tubos Pyrex con
tapón de rosca, se añadió 1 ml de solución estándar interno (ácido tridecanoico –
C13:0 –) y 3 ml de HCl metanólico al 5% recién preparado. Después de mezclar
cuidadosamente el contenido, los tubos se cerraron herméticamente y fueron
calentados en un baño de agua a 70ºC durante 100 min. Después de enfriar a
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
120
temperatura ambiente se añadieron 5 ml de K2CO3 al 6 % para alcalinizar el
medio. A continuación se agitaron los tubos y se sometieron a una centrifugación
de 100,8 g durante 5 min con el fin de favorecer la separación de fases. La fase
orgánica fue transferida a un tubo Pyrex y secada con aproximadamente 1 g de
Na2SO4 anhidro. Los tubos fueron agitados y centrifugados a 100,8 g durante 5 min.
La capa de tolueno que contuvo los ésteres metílicos de los ácidos grasos fue
transferida a un vial de cromatografía y se añadió tolueno hasta un volumen final de
1 ml.
La separación e identificación de los ácidos grasos se llevó a cabo empleando
un cromatógrafo de gases (Hewlett Packard-6890 Series GC system; Hewlett
Packard, Palo Alto, CA, EEUU) acoplado a un detector selectivo de masas (Hewlett
Packard-5973 Inert MSD Mass Selective Detector), equipado con un inyector
automático (HP 7683 series inyector) y con una columna capilar Supelco 2-4136
OmegawaxTM 250 Fused Silica (Sigma Aldrich, Madrid, España), de longitud 30 m,
0.25 mm de diámetro interno y 0.25 µm de espesor de relleno. Las condiciones de
trabajo utilizadas fueron las siguientes:
• Gas portador: He.
• Velocidad de flujo inicial: 1 ml/min.
• Temperatura del inyector: 200 ºC.
• Programación de temperatura del horno: inicial 50ºC mantenida 1 min,
aumento a 150 ºC a velocidad de 10 ºC por min y mantenimiento a esa temperatura
durante 1 min, subida a 180 ºC a 12 ºC por min, incremento a 188 ºC a 2 ºC por
minuto y mantenimiento durante 6 min, subida a 220 ºC a 2 ºC por min y 2 min de
mantenimiento, e incremento de temperatura hasta 260 ºC a 20 ºC por min a la que
se mantuvo durante 7 min.
• Volumen de inyección: 1µl.
• Inyección: Modo split.
• Relación del split: 30:1.
• Temperatura de transferencia en el detector 300 ºC.
La identificación de los ácidos grasos se llevó por comparación de los tiempos
de retención con los de 19 patrones externos (Sigma-Aldrich) y posterior
confirmación con los espectros de masas de los picos con los ácidos grasos de la
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
121
base de datos HP Willey 275.L Mass Spectral Library (Hewlett Packard, revisión D
01.00, de Nov de 1998) proporcionada por el fabricante del equipo.
En el caso de los picos con tiempos de retención diferentes a los patrones, se
llevó a cabo su identificación tentativa mediante la comparación de su espectro con
los espectros que figuran en la base de datos (a través de los cuales se obtuvo la
longitud de la cadena y el número de instauraciones) y teniendo en cuenta además
el orden de elución consultado en la bibliografía disponible. Este fue el caso de los
ácidos grasos tentativamente identificados como isómeros metil ramificados y algún
ácido graso insaturado.
La cuantificación se realizó a partir de los factores respuesta obtenidos por
regresión lineal de las áreas de los picos de los cromatogramas de los patrones, que
fueron inyectados a tres concentraciones diferentes por duplicado. Los resultados se
dieron en % de cada ácido graso sobre el total de ácidos grasos. En aquellos casos
en los que no se dispuso de patrones de metil-ésteres para la cuantificación, se
tomó como factor respuesta el del isómero correspondiente.
II.2.4.8. Retinol y Vitamina E
Procedimiento
En primer lugar se extrajo la grasa (Bligh y Dyer, 1959) de las muestras
pesando 4 g de tejido graso dorsal de los cerdos una vez homogeneizado, y
utilizando 8 ml de cloroformo y 16 de metanol. La mezcla se homogeneizó con un
homogeneizador Ultraturrax, se centrifugó y filtró. Al residuo se le agregaron 4 ml de
cloroformo, agitando y filtrando, uniendo el filtrado al anterior. El cloroformo del
filtrado se evaporó en un rotavapor a 40 ºC y finalmente con corriente de nitrógeno.
La grasa así extraída se congeló hasta seguir con el análisis (-40 ºC, 2 meses).
De la grasa se extrajeron las vitaminas según el método de Yang et al. (1992)
modificado. Un total de 0,25 g de grasa fue depositada en un tubo de ensayo al que
se añadieron 250 µl de una solución acuosa de ácido ascórbico al 20% y 1 ml de
KOH en metanol al 20% (p/v). La mezcla se agitó y se sometió a saponificación en
un baño a 68 ºC durante 45 min. Tras enfriar los tubos se añadieron 3 ml de éter
dietílico, se agitó y se centrifugó recogiendo la fase etérea con una pipeta Pasteur.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
122
El proceso se repitió 3 veces. La fase etérea se lavó 3 veces con 5 ml de agua,
centrifugando para favorecer la separación entre fases. Posteriormente el éter se
evaporó bajo corriente de nitrógeno quedando en el tubo las vitaminas. Éstas se
redisolvieron en 1 ml de metanol y esta solución se inyectó en el cromatógrafo.
La separación por HPLC fue llevada a cabo usando un equipo Waters 2690
(Waters Coorporation, Mildford, MA, EEUU) con un detector Waters 996 Photodiode
Array. La columna utilizada fue una OmniSpher 5, C18, de dimensiones 250 x 3 mm.
Las condiciones cromatográficas fueron las descritas por Rodas-Mendoza et al.
(2003). La fase móvil utilizada fue metanol para HPLC con un flujo de 1 ml min-1. La
columna fue mantenida a 50 ºC durante el análisis. El volumen de inyección fue de
60 µl y el tiempo total de análisis de 30 min. La detección fue llevada a cabo a 292
nm para los ácidos grasos y d-tocoferoles y a 325 nm para el retinol.
Los picos cromatográficos fueron identificados comparando los tiempos de
retención con los de soluciones patrón de vitaminas (retinol, α-, δ- y γ-tocoferol;
Sigma-Aldrich). Para la cuantificación se elaboró una curva patrón utilizando
concentraciones conocidas de los estándares que fueron sometidos al mismo
procedimiento de extracción que las muestras de grasa, que fue mencionado
anteriormente.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
123
II.3-EXPERIMENTO 2. ENCUESTAS DE APRECIACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS DE LA REGIÓN POR LOS PRODUCTORES DE CERDO Y DE ACEPTACIÓN DE DICHOS PRODUCTOS POR LOS CONSUMIDORES
II.3.1. Lugares del estudio
Las encuestas (de apreciación y aceptación de productos cárnicos) se
realizaron en 42 villas del departamento de Tumbes, con el fin de abarcar la mayor
extensión de territorio, estas villas fueron previamente censadas para estimar la
población y determinar el número de casas por villa. En la Tabla II.1.1 se muestran
las villas en donde se realizaron las encuestas las cuales están agrupadas en 6
grupos.
Tabla II.1.1. Distribución de villas por estrategias del proyecto “Eliminación de
Cisticercosis”, Tumbes, Perú.
Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6 San Juan de la Virgen
Pedregal Angostura Becerra Belén Papayal-Casitas
La Arena Pueblo Nuevo/Casitas
Tamarindo El Palmo Tacural Chicama
Cruz Blanca
Trigal Cerro Blanco
Rinconada Rodeo El Cardo
Averías Miraflores Santa Maria
Chacritas Pueblo nuevo MD
Quebrada Fernández
Charanal Cabeza de Lagarto
Cardalitos Cherrelique Tacna Libre
Teniente Astete
La Choza El Limón Peña Blanca
Garbanzal Bellavista Capitán Hoyle
El Cienego Cabuyal Bigotes Casitas Huaquillas Cañaveral
II.3.2. Tamaño de muestra
Se estimó hacer un mínimo de 386 encuestas de acuerdo al número total de
familias. Se acordó hacer 66 encuestas por cada uno de los grupos mencionados.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
124
Dichos grupos se estratificaron en 3 subgrupos de acuerdo al número de casas por
villa y las 66 encuestas por grupo se repartieron en 22 por subgrupo de la siguiente
forma:
1. Villas con 10 o menos casas: 22 encuestas
2. Villas con 11 a 50 casas: 22 encuestas
3. Villas con más de 50 casas: 22 encuestas.
II.3.2. Validación de las encuestas
Una vez elaboradas las encuestas sobre estas se realizó una primera
validación para lo cual fueron aplicadas a un grupo de 12 trabajadores del “Proyecto
eliminación de Cisticercosis”, una vez aplicadas las encuestas se procedió a realizar
una discusión de las dudas y a realizar la aclaración de los términos que crearon
dudas para luego realizar las correcciones luego de lo cual se realizó una segunda
validación en una villa cercana a la ciudad de Tumbes luego de la cual ambos
instrumentos quedaron expeditos para ser aplicados.
En la misma hoja de las encuestas las personas firmaron un consentimiento
permitiendo de esa manera que los datos obtenidos en las encuestas puedan ser
procesados y utilizados para alguna investigación. Finalmente las encuestas
quedaron de la manera siguiente:
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
125
Encuesta Nº 1
APRECIACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS DE CARNE DE CHANCHO EN LA REGIÓN DE TUMBES POR LOS CRIADORES DE CHANCHOS
Febrero - 2007
1. ¿Tiene usted chanchos? Si No 2. ¿Sabe qué productos se hacen con carne de chancho? __________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 3. ¿Usted prepara algún producto con carne de chancho? Si (pasar pregunta 7) No (solo hasta pregunta 7) 4. ¿Qué le parecería a usted más conveniente? vender el chancho vivo, vender la carne o
procesar el chancho y vender los productos procesados?
Chancho vivo Carne Fresca Productos procesados ¿Porqué? ____________________________________________________________ _____________________________________________________________________ 5. ¿Procesaría usted sus chanchos y haría productos con ellos? Si No
¿Por qué?__________________________________________________________
6. ¿Le gustaría que le enseñen a preparar productos cárnicos? Si No
7. ¿Para qué procesa usted la carne de chancho? (puede marcar varias opciones)
a) Para consumirlos en familia
b) Una parte para consumirlos en familia, otra para venta a los vecinos
c) Una parte para consumirlos en familia y otra para venta en el mercado o ferias
d) Todo lo vendo a los vecinos
e) Todo lo vendo en mercados
f) Otras opciones, Indicar ________________________
8. ¿Considera Usted que es fácil vender los productos de carne de chancho?
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
126
Si No Si es difícil, indicar el ¿por qué?____________________________________________ _____________________________________________________________________
9. Aproximadamente cuantos chanchos cría al año?___________________________ 10. a)Aproximadamente cuántos chanchos procesa al año, es decir dedica a la elaboración
de productos cárnicos_______________________________________
b) Dentro del año, marque con una cruz los meses en los que consume o elabora MÁS
productos de Chancho
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic 11. ¿Cuál es el peso medio de los chanchos que dedica a la elaboración de productos de
chancho?_______________________________________________________
12. Aproximadamente cuántos chanchos vende vivos al año?____________________
13. ¿Cuál es el peso medio de los chanchos que vende vivos?_________________
14. ¿Cómo le parece conviene vender el chancho?
Chancho vivo Carne Fresca Productos procesados
¿Porqué? ____________________________________________________________ _____________________________________________________________________ 15. Qué productos de carne de Chancho elabora?
a) Cecina b) Salchicha c) Rellena d) Otros (indicar cuales)
16. En caso de que los comercialice, dónde vendería esos productos?
Vecinos Mercado local Mercado regional Cecina Salchicha Rellena Otros (indicar cuales)
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
127
16. ¿Cuántos días le duran los productos que elabora con carne de chancho sin que se le
malogren?
Producto Número de días Cecina Salchicha Rellena Otros, indicar cuales
17. Tiene alguna idea o realiza algún sistema de conservación para que le duren el mayor
tiempo posible, cuáles?
____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________ 17. Cuál es la causa más frecuente para que el producto de carne de chancho se malogre,
marcar con una cruz, y si quiere describa brevemente el defecto, por ejemplo olor a podrido,
color café, ablandamiento…
Causa Alteración
en color Alteración en
olor/sabor Alteración
consistencia/textura Cecina Salchicha Rellena Otros/especificar 18. a) ¿Considera Usted que el proceso es trabajoso? Si No b) ¿Qué producto es más trabajoso elaborar?________________________________ _____________________________________________________________________ 19. ¿Le gustaría que le muestren formas de preparar productos cárnicos, recibir asesorías
técnicas, elaboración de nuevos productos?
Si No Si está interesado, sobre qué le gustaría tener asesoría __________________________________________________________________________________________________________________________________________
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
128
_____________________________________________________________________
Encuesta Nº 2
ACEPTACIÓN DE LA POBLACIÓN DE CONSUMIR PRODUCTOS CÁRNICOS ELABORADOS CON CARNE DE CHANCHO CRIOLLO EN TUMBES
Febrero -2007
1-Consume usted carne de Chancho o productos cárnicos elaborados con carne de
Chancho?
Si No
2-Dentro del año, marque con una cruz los meses en los que consume MÁS carne de
Chancho
Ene Feb Mar Abr May Jun Julio Jul Ago Sep Oct Nov Dic
3-Dentro del año, marque con una cruz los meses en los que no consume NADA de carne
de Chancho
Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic
4-¿Qué opina sobre la variedad de productos de carne de Chancho que usted puede
comprar y consume?
Hay mucha variedad Hay variedad suficiente Hay poca variedad 5-¿Consume usted carne de chanco y productos elaborados con esta y con qué
frecuencia?
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
129
Veces por semana Producto
Nunca 1 2 3 4 5 o 6 Todos los días
Carne de chancho Cecina de chancho Salchicha de chancho Rellena Jamón del país Jamón Inglés Jamonada Otros: (Poner cuáles)
6-De los productos de carne de chancho que escribió en la pregunta anterior señale con un
“1” el que más le gusta, con un “2” el siguiente, “3” el siguiente y así sucesivamente
Producto Aceptabilidad
Cecina de chancho Salchicha de chancho Rellena Jamón del país Jamón Inglés Jamonada Otros: (Poner cuáles)
7- ¿Qué es lo que más le gusta de los productos de carne de Chancho que consume
¿(puede señalar varias respuestas y poner los productos en los que está pensando al
responder).
Características Marcar
con “ X” Productos de Chancho en los que está
pensando al poner una “X” Sabor agradable Son nutritivos Fáciles de preparar Fáciles de encontrar Otros 8-Qué es lo que menos le gusta de los productos de carne de Chancho que consume
(puede señalar varias respuestas)
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
130
Marcar con “ X”
Productos de Chancho en los que está pensando al poner una “X”
Puede producir enfermedad Tienen sabor desagradable No saben a nada Tienen textura desagradable Tienen color desagradable Son caros No tiene confianza respecto al tipo de carne que utilizan
Llevan poca carne Otros 9-De los productos de carne de Chancho que escribió en las preguntas anteriores señale
con una ‘X’ el lugar donde los compra o adquiere con más frecuencia.
Elaboración
propia Vecinos Mercado,
elaborado por productores de la villa
Mercado elaborado por productores regionales o nacionales
Otras (especificar)
Cecina de chancho
Salchicha de chancho
Rellena Jamón del país Jamón Inglés Jamonada Otros: 10-¿Compraría usted productos de carne de Chancho de su villa? Sí No Porque ? _____________________________________________________________ ______________________________________________________________________
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
131
II.4. EXPERIMENTO 3. CARACTERIZACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS DE LA REGIÓN (SALCHICHA, CECINA, RELLENA)
II.4.1. Lugares del estudio
a) Caracterización de los productos cárnicos típicos (salchicha, cecina y
rellena)
Las encuestas a las familias productoras sobre el proceso de elaboración de
los productos a nivel artesanal y el muestreo de productos cárnicos típicos para su
caracterización en laboratorio se realizaron en la ciudad de Tumbes, pueblo joven El
tablazo y barrio de Buenos Aires, y en la provincia de Zarumilla, villas de Uña de
gato y Realengal.
Los análisis físico-químicos se llevaron a cabo en los laboratorios
pertenecientes a la Facultad de Medicina veterinaria de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos, en el laboratorio del Proyecto “Eliminación de Cisticercosis“,
perteneciente al “Cisticercosis Working Group in Peru” (CWGP) en Tumbes y en los
siguientes laboratorios pertenecientes a la Universidad de León: Área de Tecnología
de los Alimentos de la Facultad de Veterinaria, Instituto de Ciencia y Tecnología de
los Alimentos (ICTAL) y Laboratorio de Técnicas Instrumentales (LTI).
b) Evolución de los parámetros físico-químicos y microbiológicos de los
productos cárnicos típicos durante su secado-conservación
Los lotes de productos cárnicos estudiados en el presente estudio se
elaboraron a las afueras de la ciudad de Tumbes por productores artesanales, en
sus instalaciones. Los productos cárnicos se secaron y conservaron en locales
acondicionados, de acuerdo a las condiciones seguidas por los productores, en tres
lugares diferentes del departamento de Tumbes (Uña de Gato, Zarumilla y Buenos
Aires).
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
132
Los análisis físico-químicos se llevaron a cabo en los laboratorios
anteriormente citados.
II.4.2. Materiales y equipos generales
Los mencionados en II.2.3.
II.4.3. Metodología
II.4.3.1. Recopilación de datos sobre el proceso de elaboración de los
productos cárnicos típicos mediante encuesta a los elaboradores
La recopilación de datos sobre el proceso de elaboración de la salchicha, cecina
y rellena se llevó a cabo por medio de una entrevista. La entrevista fue de tipo
estandarizado y abierto, es decir, se establecieron las preguntas de antemano y su
secuencia, y se permitió al entrevistado dar una respuesta abierta, libre, no fija,
interaccionando verbalmente el entrevistador con el entrevistado con el objeto de
alargar u obtener la máxima información posible de las preguntas.
Se preguntaron las cuestiones que se muestran a continuación a pequeños
productores (11 para salchicha, 12 para cecina y 15 para rellena) que elaboraban los
productos cárnicos bien para la venta local bien para autoconsumo o para ambos
fines. Las encuestas fueron realizadas en el lugar de elaboración. Las preguntas
realizadas fueron las siguientes:
1) Materias primas cárnicas utilizadas, partes del cerdo utilizadas en la
elaboración, cantidad de cada parte, características de las tripas (cuando
procede)
2) Tecnología de elaboración, descripción por pasos del proceso
3) Forma de secado, conservación y/o comercialización, descripción sobre los
locales, las condiciones y los tiempos de secado (cuando procede),
conservación y de comercialización para su venta al público.
II.4.3.2. Muestreo y preparación de las muestras de embutidos analizadas
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
133
a) Caracterización de los productos cárnicos típicos (salchicha, cecina y
rellena)
Se muestrearon diferentes puntos de venta en la ciudad de Tumbes y los
alrededores, tanto del mercado minorista como directamente de los obradores de
pequeños productores: salchicha (11 puntos de venta), cecina (16) y rellena (13);
adquiriéndose la cantidad de 1 kg de los productos cárnicos muestreados. Una vez
comprados, una porción de aproximadamente 300 g de cada muestra fue colocada
en su bolsa respectivas con cierre hermético, se colocaron dentro de una caja
térmica conteniendo bloques de refrigerante y se trasladaron al laboratorio del
CWGP en Tumbes. Allí se determinó el pH, y el contenido microbiano y la
composición proximal. Después, las muestras se congelarón a -70 ºC hasta su hasta
el transporte isotermo a la Universidad de León donde permanecieron congeladas a
-40 ºC hasta el momento del análisis. Antes de realizar los análisis las muestras se
descongelaron a refrigeración en las bolsas (24 horas). Algunos análisis se
determinaron en las muestras intactas (sin homogeneización previa, se indicará
cuáles). Para el resto, se tomaron 150 g de cada muestra y se homogeneizaron en
una picadora doméstica, se empaquetaron en bolsas y se congelaron a -40 ºC hasta
la realización de los análisis posteriores (por un máximo de 2 meses). A las muestras
de salchicha y rellena se les eliminó la tripa antes de su homogeneización.
b) Estudio de la evolución de los parámetros físico-químicos y microbiológicos
de los productos cárnicos durante su secado-conservación
Se pidió a varios elaboradores locales de las zonas indicadas anteriormente
(6 de salchicha, 5 de cecina y 6 de rellena) que produjeran cada uno lote del
producto cárnico respectivo. Después de su elaboración, los productos cárnicos se
secaron y conservaron en locales acondicionados, de acuerdo a las condiciones
seguidas por los productores, en tres villas diferentes del departamento de Tumbes
(Uña de Gato, Zarumilla y Buenos Aires).
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
134
Para la salchicha y cecina, los lugares de secado-conservación fueron locales
abiertos al exterior (patios ventilados) con sombra (techos). Los productos cárnicos
se colgaron en cuerdas extendidas a lo largo de esos patios durante el día,
aproximadamente desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la noche, con una
temperatura media de 30 ºC y un nivel de humedad medio de 80 %. Llegadas las 7
de la noche, los productos se colocaron apilados en bandejas, sin ningún
recubrimiento, y fueron introducidos en un arcón refrigerador a 5 ºC. Este proceso se
realizó durante 3 días, tras los cuales el producto se mantuvo a refrigeración de
forma constante. A partir de los lotes elaborados, se tomaron muestras de 300 g
periódicamente, en los días 0 (el mismo día de la elaboración), 3, 6 y 9 después de
la elaboración. Las muestras fueron tratadas como se indicó en el punto anterior
(punto a).
Las condiciones de secado y conservación descritas son las que siguen los
pequeños productores que venden en mercados o a los vecinos. Estas condiciones
se explican de la siguiente forma: después de embutir la salchicha o preparar la
carne adobada (cecina), los productos se secan durante unas horas al aire, tras lo
cual se mantienen colgados, expuestos a la vista de los compradores, a temperatura
ambiente en los locales de venta. Por la noche, el producto se guarda en frío (a
veces refrigeradores, a veces armarios con hielo). Al día siguiente los productos se
vuelven a sacar al exterior, exponiéndose para su venta. Después de 3 días de estar
expuestos al aire la salchicha y la cecina han perdido demasiada humedad y los
productores, entonces, de no haber vendido el producto, prefieren guardarlo en el
refrigerador con el fin de frenar el secado.
En el caso de la rellena, el producto no fue secado al medio ambiente. El
mismo día de la elaboración, tras una hora de oreo-enfriamiento se colocó en
bandejas y estas se introdujeron en el arcón refrigerador. En la rellena, también se
tomaron muestras de 300 g en los días 0, 3, 6 y 9 siguientes a la elaboración.
II.4.3.3. Análisis realizados en la caracterización de los productos y en la
evolución durante secado y conservación.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
135
a) Análisis realizados en la caracterización Para caracterizar los productos cárnicos (salchicha, cecina y rellena) se
realizaron los siguientes análisis en laboratorio: composición proximal, contenido en
azúcares, contenido en ácidos grasos de cadena corta, contenido en sal, colágeno,
fósforo, pH, aw, parámetros del color, sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico.
Además en el caso de la rellena se hizo un análisis de fibra dietética y contenido en
elementos minerales.
b) Análisis realizados en el seguimiento de la evolución de los productos
durante el secado y/o la conservación Los análisis llevados a cabo para seguir la evolución de las características del
producto durante su secado y conservación fueron los siguientes: humedad, sal,
azúcares, ácidos orgánicos de cadena corta, pH, aw, parámetros del color,
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico y análisis sensorial para la detección de
alteración en el producto. Como se dijo anteriormente, los análisis de la evolución se
realizaron los días 0, 3, 6 y 9 después del embutido o preparación.
II.4.3.4. Composición proximal
La composición proximal se llevó a cabo según lo descrito en II.2.4.2. para la
carne.
II.4.3.5. Fibra dietética total
La determinación de la fibra dietética total se llevó a cabo en las muestras de
rellena mediante una unidad de filtración marca “Tecator” modelo “Fibertec System E
1023 Filtration Module”, según el método enzimático gravimétrico descrito por la
norma AOAC 985.29 (AOAC, 1999a).
Reactivos
• Solución de α-amilasa termoestable.
• Solución de proteasa.
• Solución de amiloglucosidasa.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
136
• NaOH 0,275 M.
• HCl 0,325 M.
• Etanol al 95% (v/v).
• Acetona.
Procedimiento
Se partió de dos muestras de 1 g de producto seco y desengrasado, que se
trituraron manualmente con ayuda de un mortero hasta un tamaño de partícula entre
0,3 y 1 mm. Posteriormente, se procedió a la digestión enzimática: primero con α-
amilasa disuelta en 50 mL de tampón fosfato a pH 6 en un baño de agua hirviendo
durante 15 min, agitando cada 5 min; luego con proteasa, después de ajustar a pH
7,5 con NaOH 0,275 M, durante 30 min en un baño a 60 ºC con agitación continua; y
finalmente con amiloglucosidasa, después de ajustar a pH entre 4,0 y 4,6 con HCl
0,325 M, incubando 30 min en un baño a 60 ºC con agitación continua. Después, se
añadieron a cada muestra 280 mL de etanol al 95% a 60ºC, dejándolo precipitar
durante 1 h. Seguidamente se procedió a la filtración de las muestras y al lavado del
residuo con etanol y acetona. El residuo se secó en estufa a 100ºC y se pesó.
Finalmente, en uno de los residuos se determinó la proteína bruta (Anónimo,
1997) y en el otro las cenizas (según el procedimiento descrito). El peso del residuo
seco menos los de la proteína y el de las cenizas corresponde a la fibra dietética
total, que se expresó como porcentaje en peso fresco.
II.4.3.6. Colágeno (hidroxiprolina)
Para la determinación de la hidroxiprolina (Hpro) se siguió la técnica descrita
en los Métodos Oficiales de Análisis de Productos Cárnicos (Presidencia del
Gobierno, 1979). A partir del contenido en Hpro se calculó el de colágeno
multiplicando por un factor de 8.
Reactivos
• Solución acuosa de HCl al 50% (v/v).
• Solución concentrada de NaOH al 40% (p/v).
• Solución de NaOH al 10% (p/v).
• Alcohol isopropílico puro.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
137
• Solución acuosa de Cloramina T al 10,5% (p/v).
• Solución tampón de pH 6, que se preparó disolviendo 34 g de acetato
sódico anhidro, 36,5 g de citrato trisódico monohidratado, 5,5 g de ácido
cítrico en 385 ml de alcohol isopropílico puro y enrasando 1000 ml con agua
destilada.
• Solución oxidante, que se preparó en el momento de su empleo,
compuesta por 1 volumen de la solución acuosa de cloramina T y 4
volúmenes de la solución tampón de pH 6.
• Ácido perclórico al 17,5% (v/v).
• Solución de p-dimetilaminobenzaldehído (p-DMAB) al 5% en alcohol
isopropílico.
• L-hidroxiprolina.
Procedimiento
Se pesaron aproximadamente 5 g de muestra homogeneizada que se
colocaron en un matraz de 100 ml, se añadieron unas perlas de vidrio y 50 ml de
HCl al 50%. Los matraces con la mezcla se llevaron a un destilador de reflujo
manteniendo una ebullición suave durante al menos 7 h. Se enfriaron los matraces
con agua corriente inmediatamente se neutralizó el contenido con 28 ml de la
solución concentrada de NaOH, y agitando vigorosamente. Posteriormente, se dejó
enfriar al chorro de agua y el pH final del contenido de los matraces fue ajustado
entre 6 y 7 con la solución diluida de NaOH. Entonces se transfirió el contenido a un
matraz aforado de 200 ml y se enrasó dejándolo en reposo durante 1 h, se tomó una
alícuota previa filtrada de la solución, para la determinación espectrofotométrica.
Para realizar la curva patrón Se preparó una solución madre conteniendo 400
µg ml-1 de Hpro en agua destilada. Se hicieron diluciones acuosas de 10, 15 y 20 µg
ml-1. A continuación en una serie de tubos de ensayo aforados de 12 ml, se colocó
en el primer tubo (testigo) 1 ml de agua destilada y en los tres siguientes la misma
cantidad de las soluciones que contenían 10, 15 y 20 µg ml-1 de Hpro.
Posteriormente se añadieron a cada tubo 2 ml de isopropanol puro y 1 ml de la
solución oxidante recientemente preparada y se agitó dicha mezcla. Se dejó reposar
durante 10 min y se añadió a cada tubo 3 ml de la solución de ácido perclórico al
17,5% y 2 ml de p–DMAB al 5%. Se homogenizó y se llevó al baño de agua a 60ºC
durante 2 min. Entonces se ajustó el volumen hasta 12 ml con isopropanol, se agitó
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
138
y se leyó la densidad óptica de cada tubo a 560 nm. Se realizó la correspondiente
curva patrón colocando en las ordenadas la absorbancia y en las abscisas las
concentraciones (µg ml-1 de Hpro) y ajustando los pares de valores mediante
regresión lineal.
Determinación espectrofotométrica de la Hpro.
Para la determinación de la Hpro de las muestras se procedió de la misma
forma que para la curva patrón, pero en lugar de 1 ml de las soluciones patrón se
tomó 1 ml de cada una de las alícuotas del filtrado con la muestra problema y la
lectura en el espectrofotómetro se interpoló en la curva patrón para obtener la
concentración de Hpro.
El contenido en Hpro se expresó en términos de mg 100 g-1 de producto.
dP
X×=
50HPRO %
X = Concentración de Hpro leída en la recta patrón
P = Peso inicial de la muestra en g
d = Dilución del filtrado realizado
El contenido en colágeno se calculó a partir del contenido en Hpro mediante
la siguiente fórmula:
% Colágeno = % HPRO x 8
II.4.3.7. pH
La medida del pH se llevó a cabo siguiendo el método de análisis de
productos cárnicos de la Presidencia del Gobierno (1979). La medición del pH se
realizó con un pH-metro Crison modelo GLP 22 (Crison, Barcelona, España)
acoplado a un electrodo de pH 52-02 de la misma marca.
Reactivos
• Solución tampón de pH 7,02.
• Solución tampón de pH 4,00.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
139
• Disolución de KCl 3M + AgCl.
Se pesaron aproximadamente 10 g de la muestra homogeneizada y se
procedió a realizar una dilución 1:1 (P/V) en agua destilada por duplicado. Se midió
el pH de cada dilución y se calculó el valor medio. Las medidas se efectuaron a
temperatura ambiente (~ 20ºC).
II.4.3.8. aw
La medida del aw se determinó en un aparato Aqualab CX-2 (Decagon
Devices, Inc.).
Reactivos
• Solución Standard de aw 0,760 ± 0.003 (NaCl 6,0 M en H2O).
En una cubeta de plástico se depositaron aproximadamente 5 g de la muestra
homogeneizada y se procedió a realizar dos mediciones calculando posteriormente
el valor medio entre ambas medidas. Las medidas se efectuaron a temperatura
ambiente (~ 20ºC).
II.4.3.9. Parámetros del color L*, a* y b*
La determinación instrumental del color se llevó a cabo sobre los productos
cárnicos con el instrumento y las condiciones del mismo descritas en II.2.4.5. La
preparación de las muestras fue diferente de acuerdo al producto analizado. En el
caso de la cecina el color se midió en la superficie muscular de los trozos libre de
grasa y hueso asegurándose que la profundidad de dichos trozos era mayor de 1,5
cm. En el caso de salchicha y rellena, la medida se realizó en 50-100 g de la masa
homogeneizada que fueron puestas en un film plástico, el cual se colocó en cajas de
Petri de 90 mm de diámetro; la masa se compactó hasta alcanzar una profundidad
de 1,5 cm. Sobre este homogenizado se realizaron las lecturas de color por
triplicado. Se siguieron las recomendaciones de la AMSA (1991).
II.4.3.10. Sustancias reactivas al ácido 2-tiobarbitúrico (ATB)
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
140
Reactivos
• Ácido perclórico
• Ácido 2-tiobarbitúrico
• 1,1,3,3-tetra-ethoxypropane (TEP)
Las sustancias reactivas al ATB se determinaron por reacción del ácido
tiobarbitúrico directamente sobre la muestra, mediante espectrofotometría según el
método de Pikul et al. (1989). Una cantidad de 10 g de muestra se homogeneizó con
35 ml de solución de ácido perclórico al 4% añadiéndose 1 ml de una solución de
butil-hidroxi-anisol (BHT) para evitar la oxidación durante la preparación de las
muestras. La muestra se filtró a través de papel de filtro y el filtrado se ajustó a un
volumen de 50 ml. Para cada muestra, un total de 5 ml de filtrado se mezclaron con
5 ml de solución de ATB 0,02 M en tricloroacético y otros 5 ml de filtrado se
mezclaron con la solución de TCA sin ATB. Ambos tubos se introdujeron en un
baño de agua a 80 ºC y se mantuvieron 60 min. Los tubos se centrifugaron y se
midió la absorbancia de los sobrenadantes a 532 nm. La absorbancia del tubo con
muestra y solución sin ATB se restó de la absorbancia del tubo con muestra y
solución de ATB y el valor de esa resta se utilizó para calcular la cantidad de
malonaldehído a partir de una curva patrón, realizada con una solución de
cantidades crecientes de TEP sometida al mismo tratamiento que las muestras.
II.4.3.11. Azúcares
La extracción de azúcares se realizó siguiendo el método de análisis de
productos cárnicos de la Presidencia del Gobierno (1979). A partir del extracto, la
cuantificación se llevó a cabo por HPLC según el método descrito por Van Riel et al.
(1986) aunque con ligeras modificaciones.
Reactivos
• Etanol 80% (v/v).
• Ácido sulfúrico 5 mM.
• Ácido sulfúrico 1 mM.
• Acetonitrilo al 5% (v/v) en ácido sulfúrico 5 mM.
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
141
Procedimiento
Para la extracción de los azúcares, se pesaron con una precisión de ± 0,01 g,
10 g de muestra, se adicionaron 50 ml de una solución caliente de etanol-agua al
80% (v/v), a continuación se homogenizó la muestra en Sorvall durante 1 min y
luego se transfirió a tubos de centrífuga de 100 ml. Se centrifugó la muestra a 3000
rpm durante 5 min, pasado este tiempo se filtró el sobrenadante en papel Albet 400.
Acto seguido, fue llevada a cabo una segunda extracción del residuo añadiéndose
nuevamente 50 ml de alcohol etílico al 80%, homogenizando, centrifugando y
filtrando en las condiciones descritas anteriormente. Una vez recolectada las dos
fracciones del sobrenadante, se procedió a la evaporación del disolvente de las
mismas con un rotavapor a una temperatura de 40ºC aprox. durante 20 min, hasta
obtener 20-30 ml de volumen final. La solución obtenida fue enrasada con agua
destilada a un volumen de 50 ml.
Previamente a la inyección, las muestras fueron diluidas en ácido sulfúrico 1
mM en una proporción 1:1 (v/v) y posteriormente fueron filtradas a través de un filtro
de 0,45 µm de diámetro de poro. 15 µL de esta solución fueron inyectados en un
cromatógrafo modelo Alliance – Waters 2690 –, equipado con un detector de
refractometría – Waters 410 – una columna de separación de intercambio iónico Bio
Rad-Aminex HPX-87H de longitud 300 mm x 7,8 mm, protegida con una precolumna
Micro-Guard H+ (Bio-Rad Laboratories) de 3 cm x 4,6 mm.
Las condiciones del análisis cromatográfico fueron:
• Fase móvil: ácido sulfúrico 5 mM, isocrático.
• Velocidad de flujo: 0,6 ml / min.
• Temperatura de la columna: 60ºC.
• Duración de la carrera: 30 min.
Para la identificación de los compuestos se inyectaron patrones de azúcares
(Fluka) y de NaCl y fueron comparados los tiempos de retención obtenidos para los
patrones con los de las muestras. Los patrones empleados en la identificación de
azúcares fueron NaCl, galactosa, rafinosa, fructosa, maltotriosa, manitol, meletriosa,
ramnosa, sacarosa, arabinosa, threalosa, ribosa, maltosa, xilitol, lactosa, xilosa y
glucosa.
Para la cuantificación de los azúcares identificados se realizó una curva de
calibración usando soluciones con 3 cantidades crecientes de azúcares y de NaCl e
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
142
interpolando el valor del área obtenida para cada azúcar identificado en la recta de
regresión respectiva. El contenido final de azúcares se expresó en g 100 g-1 de
producto.
II.4.3.12. Ácidos orgánicos
El contenido en ácidos orgánicos se determinó de acuerdo al método descrito
por Bruna et al. (2003) con ciertas modificaciones.
Reactivos
• Ácido sulfúrico 4,5 mM.
• Ácido sulfúrico 3 mM.
Procedimiento
Para la extracción, se pesaron 10 g de muestra con una precisión de ± 0,01
mg, se adicionó 50 ml de una solución de ácido sulfúrico 4,5 mM y se homogenizó
en Sorvall durante 1 min, trasvasándose el homogeneizado a un matraz y dejando
enfriar durante 1 h en cámara fría a 5ºC. Después, se obtuvo el filtrado obtenido
mediante filtración a través de papel de filtro Whatman 54. Previamente a la
inyección en el cromatógrafo, la solución obtenida fue filtrada a través de un filtro de
0,45 µm de diámetro de poro y fueron inyectados 30 µl para la identificación de los
ácidos orgánicos. Los análisis se hicieron por duplicado.
Se utilizó el mismo cromatógrafo y las mismas precolumna y columna que las
descritas en el apartado anterior. Como detector se empleó un detector de ‘Diode
Array’ – Waters 996 –.
• Fase móvil: ácido sulfúrico 3mM.
• Velocidad de flujo: 0,5 ml min-1 los primeros 30 min, se sube el flujo hasta 0,8
ml/min durante los diez min siguientes hasta completar los 40 min, posteriormente el
flujo se redujo hasta 0,5 ml min-1 durante los últimos 5 min.
• Temperatura de la columna: 65 ºC.
• Duración: 45 min.
• Detección: UV 210 nm.
Para la identificación de los ácidos orgánicos se inyectaron patrones de
diferentes ácidos y los tiempos de retención obtenidos para los patrones fueron
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
143
comparados con los tiempos de los picos de las muestras. Así mismo, se comparó el
espectro obtenido para cada pico patrón frente al respectivo espectro del pico
problema para confirmar la pureza de los compuestos.
Finalmente, para la cuantificación de los ácidos orgánicos se realizó una
curva de calibración para cada ácido identificado con cantidades crecientes del
mismo, ajustando los valores con una regresión lineal, e interpolando el valor del
área obtenida para cada ácido identificado en la curva patrón respectiva para
obtener la concentración final de dicho ácido. El contenido en los distintos ácidos
orgánicos se expresaron en mg/100 g de producto. Los patrones empleados en la
identificación fueron los ácidos oxálico, fórmico, aconítico, úrico, cítrico, acético,
tartárico, piroglutámico, pirúvico, propiónico, málico, isobutírico, masónico, butírico,
ascórbico, isovalérico, succínico, valérico, láctico, glutámico y fumárico.
II.4.3.13. Determinación del contenido en elementos minerales
El contenido en elementos minerales se determinó de acuerdo a lo explicado
en II.2.4.3.
II.4.3.14. Análisis microbiológicos
Muestreo
Se debe mencionar que por problemas con la disposición del laboratorio no se
pudieron realizar los análisis microbiológicos en las fechas programadas, conforme
se realizó el muestreo previamente descrito.
Debido a esto y con el fin de tener una idea de las características
microbiológicas de los productos se realizó un nuevo muestreo (diferente del
descrito en II.4.3.2.). Se tomaron 2 muestras de cada uno de los productos cárnicos
a estudiar (salchicha, cecina y rellena) en puntos de venta de la ciudad de Tumbes.
Los productos fueron adquiridos al día siguiente de su elaboración.
Una vez comprados, una porción de aproximadamente 300 g de cada
muestra fue colocada en su bolsa respectivas con cierre hermético, se colocaron
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
144
dentro de una caja térmica conteniendo bloques de refrigerante y se trasladaron al
laboratorio del CWGP en Tumbes. Allí, se llevaron a cabo, en el mismo día, los
análisis microbiológicos.
El resto de cada muestra de salchicha y cecina se secó y conservó en locales
acondicionados, de acuerdo a las condiciones seguidas por los productores, en tres
villas diferentes del departamento de Tumbes. Los lugares de secado-conservación
fueron locales abiertos al exterior (patios ventilados) con sombra (techos). Los
productos cárnicos se colgaron en cuerdas extendidas a lo largo de esos patios
durante el día, aproximadamente desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la noche,
con una temperatura media de 30 ºC y un nivel de humedad medio de 80 %.
Llegadas las 7 de la noche, los productos se colocaron apilados en bandejas, sin
ningún recubrimiento, y fueron introducidos en un arcón refrigerador a 5 ºC. Este
proceso se realizó durante 3 días, tras los cuales el producto se mantuvo a
refrigeración de forma constante. A partir de los lotes elaborados, se tomaron
muestras de 300 g periódicamente, en los días 4 y 7 después de la elaboración. Las
muestras fueron tratadas y transportadas al laboratorio para su análisis
microbiológico como se indicó anteriormente.
En el caso de la rellena, el producto no fue secado al medio ambiente. El día
de toma de muestras se las rellenas en bandejas y éstas se introdujeron en el arcón
refrigerador (3 ºC) en el propio laboratorio de análisis. En la rellena, también se
tomaron muestras de 300 g en los días 4 y 7 siguientes a la elaboración.
Preparación de las muestras, suspensiones iniciales y diluciones decimales
Para la preparación de las muestras y obtención de las diluciones decimales
necesarias se siguió básicamente el método descrito en la norma ISO 6887-2 (ISO,
2003a). Se pesaron asépticamente con una precisión de ± 0,1 g 25 g en una bolsa
estéril de Stomacher, se diluyeron con 225 ml de una solución estéril de agua
peptona al 0,1% y NaCl al 0,85% y se homogenizó en Stomacher durante uno a dos
minutos para obtener la primera dilución (1:10 p/v); a partir de ella se realizaron las
siguientes diluciones con la misma solución estéril.
Flora aerobia mesófila viable (FAMV)
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
145
El análisis de FAMV se llevó a cabo según se describe en la norma ISO 4833
(ISO, 2003b).
Material – reactivos – medios de cultivo
• Agar Standard plate count (SPC-APHA) (CM0463, Oxoid Ltd.).
Procedimiento
A partir de la serie de diluciones decimales y por duplicado, se depositó con
una pipeta estéril 1 ml de cada dilución en placas de petri estériles de 90 mm de
diámetro. A cada placa se le añadieron unos 15 ml de medio SPC a una temperatura
de 45ºC ± 0,5ºC, se mezcló cuidadosamente y se dejó solidificar, colocando las
placas sobre una superficie horizontal (Método de siembra en profundidad). Una vez
solidificadas las placas se introdujeron invertidas en estufa de incubación a 30ºC ±
1ºC durante 72 h ± 3 h.
Mohos y Levaduras
Para el recuento de mohos y levaduras se empleó el método propuesto por la
norma ISO 13681 (ISO, 1995).
Material – reactivos – medios de cultivo
• Agar Oxitetraciclina – glucosa – extracto de levadura (OGYE) (CM545,
Oxoid, Ltd.)
• Suplemento de oxitetraciclina (SR0073A).
Procedimiento
Se realizó el mismo procedimiento descrito para la flora aerobia mesófila
viable empleando agar OGYE, al cual se le adicionó antes de ser vertido sobre las
placas de petri el suplemento selectivo de oxitetraciclina (1 ml 100 ml-1 de medio).
Una vez solidificadas las placas se introdujeron boca arriba en estufa de incubación
a 25ºC ± 1ºC de 3 a 5 días, con lectura a los 3, 4 y 5 días. En caso de requerir
confirmación se hizo un examen microscópico con preparaciones en fresco usando
azul de lactofenol para la visualización.
Enterobacteriaceae
Las Enterobacteriaceae se analizaron siguiendo las directrices propuestas en
la norma ISO 7402 (ISO, 1993).
Material – reactivos – medios de cultivo
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
146
• Agar Cristal violeta – rojo neutro – bilis – glucosa (VRBGA) (CM0485,
Oxoid, Ltd.).
• Agar OF según Hugh y Leifson (HL) (1.10282, Merck KGaA).
• Reactivo de N,N-dimetil-p-fenilen-diamina para oxidasa.
Procedimiento
Se realizó el mismo procedimiento descrito en para la flora aerobia mesófila
empleando el método de siembra en profundidad, adicionando una segunda capa de
medio. Una vez solidificadas las placas de agar VRBGA se introdujeron invertidas en
estufa de incubación a 35ºC ± 2ºC durante 24 h - 48 h. Concluido el periodo de
incubación, se seleccionaron las placas que contenían colonias rojas rodeadas de
un halo de precipitación rojizo-violeta.
De las colonias presuntamente positivas, se tomaron 5 colonias y se
subcultivaron en agar nutritivo durante 18 h a 35ºC ± 2ºC, finalizado el tiempo de
incubación se confirmaron mediante las dos pruebas siguientes:
a) Test de Oxidasa: se tomó una pequeña porción de cada colonia sobre papel de
filtro, se adicionó una gota del reactivo para oxidasa y al cabo de 30 seg se observó
la formación de color en el papel filtro alrededor de la colonia. Con el reactivo
empleado, la formación de un color rosado indica que la prueba fue positiva.
b) Prueba de fermentación de la glucosa: en tubos con medio OF se sembró por
picadura hasta el fondo una porción de la colonia a confirmar, se incubó a 35ºC ±
2ºC durante 24 h y se procedió a la lectura del mismo. Una coloración amarilla indico
que ha habido una degradación fermentativa del carbohidrato.
Se consideraron como Enterobacteriaceae si la reacción fue oxidasa negativa y
fermentación de glucosa positiva.
Bacterias ácido lácticas (BAL)
La enumeración de las BAL se llevó a cabo siguiendo la norma ISO 15214
(ISO, 1998).
Material – reactivos – medios de cultivo
• Agar MRS (de Man, Rogosa y Sharp) (CM0361, Oxoid, Ltd.).
Procedimiento
Se realizó el mismo procedimiento descrito para la flora aerobia mesófila,
empleando el método de siembra en profundidad, adicionando una segunda capa de
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
147
medio. Una vez solidificadas las placas de agar MRS se introdujeron invertidas en
estufa de incubación a 30ºC ± 2ºC durante 72 h.
Micrococcaceae
El análisis de Micrococcaceae se realizó de acuerdo como lo describe
Cordero et al. (2000).
Material – reactivos – medios de cultivo
• Agar sal manitol (MSA) (CM85, Oxoid, Ltd.).
Procedimiento
Se realizó el mismo procedimiento descrito para la flora aerobia mesófila total
empleando el método de siembra en profundidad. Una vez solidificadas las placas
de agar MSA se introdujeron invertidas en estufa de incubación a 35 ºC ± 2 ºC por
48 h.
Expresión de resultados Las colonias se contaron dentro de las cuatro horas siguientes a la
finalización del periodo de incubación. Se seleccionaron las placas en las cuales se
desarrollaron entre 30 - 300 colonias para los medios no selectivos y entre 15 - 150
para los medios selectivos. Los recuentos obtenidos se expresaron como Log10 de
unidades formadoras de colonias (ufc) por g masa.
Sensibilidad de los métodos Los métodos de siembra empleados para el recuento microbiano tienen una
sensibilidad de 10 ufc g-1 para FAMV, FAPV, mohos y levaduras, micrococáceas,
enterobacteriáceas y BAL. Esto quiere decir, que poblaciones inferiores a estos
valores no pueden ser detectados por los métodos empleados anteriormente.
II.4.3.15. Análisis sensoriales
Los análisis sensoriales se realizaron solamente sobre las muestras de productos
cárnicos sobre los que se estudió la evolución de los parámetros físico-químicos y
microbiológicos durante su secado-conservación (II.4.3.2.). Estos análisis
Materiales y métodos ___________________________________________________________________________
148
consistieron en observar y describir los cambios más notorios de color, olor y textura
de los productos durante los días de muestreo anteriormente indicados (días 3, 6 y 9
después de la elaboración) con respecto al producto recién elaborado, con el fin de
detectar signos de alteración a lo largo del secado-conservación. Los análisis fueron
realizados por 4 estudiantes de último curso de veterinaria quienes con el producto
delante procedieron a su apreciación visual, olfativa y táctil, comentando entre ellos
lo observado, describiendo de forma consensuada los cambios, signos de alteración,
que pudieran presentar los productos. Los evaluadores fueron entrenados en una
sesión de 6 horas en el mercado sobre las características normales o deseables de
los productos analizados y sobre los cambios alterativos que iban a ser evaluados
(vocabulario y apreciación sensorial de los mismos) según se describe a
continuación:
a) Color: color normal o típico, empalidecido, oscurecido, falta de uniformidad del
color por aparición de colores atípicos –aparición de manchas o puntos de
coloraciones y formas diversas.
b) Olor: olor normal o típico, atípico desagradable no definido, a putrefacción,
rancio, agrio o ácido.
c) Textura: normal, ablandamiento, endurecimiento, sensación pegajosa o
limosa al tacto.
d) Criterio de aceptabilidad o rechazo para el consumo.
Resultados ___________________________________________________________________________
149
III. RESULTADOS III.1. PRIMER EXPERIMENTO. CARACTERIZACIÓN DE LA CARNE DEL CERDO CRIOLLO EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ
Los 326 animales muestreados para este estudio, con edades estimadas
entre los 6 y 36 meses, representaron en el momento del muestreo el 86,7% de la
totalidad de los cerdos mayores de 6 meses de las seis villas muestreadas en el
departamento de Tumbes, según un censo realizado unos meses antes – de esos
animales se eligieron al azar 62 (ver materiales y métodos).
La Tabla III.1.1 recoge los valores medios y las desviaciones estándar del
peso vivo, la longitud corporal y la longitud de cabeza, el peso post mortem, así
como el porcentaje que representa la canal y los despojos respecto a dicho peso.
Además, se puede observar la correlación de las variables mencionadas con el peso
vivo y el estado de engrasamiento de la canal – entendido éste como el porcentaje
en peso de la grasa subcutánea más la grasa pelvicorenal de la media canal, con
respecto al peso total de la media canal.
En los animales utilizados para este estudio se obtuvo una media de peso
vivo de 35,4± 8,3 kg; los valores estuvieron comprendidos entre 20,3 y 53,7 kg. El
porcentaje medio de la canal respecto al peso vivo fue de 56,2 ± 8,3%. Asimismo, se
puede observar un porcentaje en peso de la cabeza de 9,3 ± 1,1%. Entre los
despojos, fue el aparato digestivo (12,8 ± 3,5 %) el que se encontró en mayor
porcentaje, seguido por el hígado (2,3%) y las patas (1,7%). La suma de los pesos
de la canal más los pesos de los despojos considerados en la Tabla III.1.1.
representó aproximadamente el 93% del peso post mortem del cuerpo del animal y
el 85% del peso vivo.
Por otra parte, el peso vivo tuvo correlación significativa (p<0.001) positiva
con la longitud corporal y la de la cabeza, mientras que la misma variable tuvo un
coeficiente de correlación significativo negativo con los porcentajes de los pesos de
la cabeza (p<0.001), el pulmón (p<0.01), las patas (p<0,05), el bazo (p<0,05) y los
riñones (p<0,05), sobre el peso vivo del animal.
El porcentaje de engrasamiento corporal presentó una correlación significativa
positiva con el porcentaje de canal sobre peso vivo (rendimiento de la canal) y el
Resultados ___________________________________________________________________________
150
porcentaje de la grasa pelvicorenal (p<0,001), mientras que con los porcentajes
sobre peso vivo del aparato digestivo (p<0,001), las patas (p<0.01), los riñones
(p<0.01) y la cabeza (p<0.05), presentó una correlación significativa negativa.
Tabla III.1.1.- Peso vivo, medidas morfométricas y peso post mortem (cm o kg) y
porcentaje en peso de la canal y otras partes comestibles del animal con respecto al
peso vivo.
Parámetros M±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Medidas en vivo Peso vivo 35,4 ± 8,3 20,3 53,7 1 0,15 Longitud corporal (LC) 75,3 ± 7,5 60,0 91,0 0,83*** -0,07 Longitud de cabeza (LCab) 32,3 ± 3,1 27,0 39,0 0,59*** -0,12 LCab/(LC+LCab) 0,3 ± 0,1 0,3 0.4 -0,21 -0,10 Peso post mortem 33,7 ± 8,1 19,0 51,5 1,00*** 0,17 % en faenado % canal 56,2 ± 8,3 45,0 66,3 -0,15 0,48*** % cabeza 9,3 ± 1,1 7,6 11,9 -0,48*** -0.25* % patas 1,7 ± 0,3 1,6 3,1 -0,15 -0,38** % aparato digestivo 12,8 ± 3,5 5,9 23,5 0,02 -0,45*** % pulmón+traquea 0,8 ± 0,3 0,4 1,6 -0,34** -0,16 % hígado 2,3 ± 0,5 1,4 3,6 0,02 0,09 % bazo 0,2 ± 0,1 0,1 0,3 -0,27* 0,20 % corazón 0,4 ± 0,1 0,3 0,7 0,31* -0,09 % riñones 0,3 ± 0,1 0,2 0,5 -0,21 -0,40** % grasa perirenal y pélvica 0,9 ± 0,7 0,1 2,7 0,08 0,69*** EP Efecto del peso: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso vivo. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el estado de porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. LC: Longitud de la canal LCab: Longitud de la cabeza *p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001
En la Tabla III.1.2 se recogen los pesos de la canal fría junto con las medidas
morfométricas de la canal, la media canal y el músculo Longissimus dorsi. También
se muestran el espesor de grasa dorsal, el peso de la grasa pélvicorenal y variable
definida como estado de porcentaje de engrasamiento corporal (anteriormente
mencionada). Se pueden apreciar también las correlaciones del peso de la canal fría
y estado de engrasamiento corporar con las variables mencionadas anteriormente.
Resultados ___________________________________________________________________________
151
Tabla III.1.2.- Peso de la canal fría (kg), medidas morfométricas de la canal y la
media canal (cm) y medidas del estado de engrasamiento de la canal del cerdo
criollo (cm, g o porcentajes).
Parámetros M±SE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Medidas obtenidas de la canal Peso de la canal fría (PCF) 19,7 ± 5,1 10,2 33,4 1 0,42***
Anchura de las piernas (grupa) 17,2 ± 3,1 12,4 28,0 0,49*** 0,23 Anchura del vientre 26,2 ± 4,3 12,0 38,0 0,37** 0,15 Anchura de la espalda 19,4 ± 2,7 11,7 28,0 0,62*** 0,31* Profundidad del tórax (PT) 28,2 ± 3,1 18,7 33,1 0,48** 0,18 Medidas obtenidas de la media canal Longitud de la canal (L) 55,8 ± 4,3 48,5 66,5 0,59*** -0,07 Longitud de la espalda 31,5 ± 2,6 27,0 38,0 0,44*** -0,21 Longitud de la pierna 49,8 ± 3,5 41,5 58,5 0,39** -0,27* Longitud del jamón 28,3 ± 2,3 23,5 34,0 0,41** -0,15 Perímetro máximo del jamón 41,6 ± 5,4 33,0 54,0 0,60*** 0,02 Perímetro de la mano 11,1 ± 1,4 8,5 15,0 0,37** -0,15 Índices de compacidad PT/L 0,5 ± 0,1 0,31 0,62 0,07 0,24 PCF/L 0,4 ± 0,1 0,19 0,60 0,96*** 0,52***
Medidas del L dorsi (10ª costilla) Diámetro mayor del L. dorsi (A) 6,1 ± 0,7 4,3 7,9 0,18 -0,14 Diámetro menor del L. dorsi (B) 3,1 ± 0,8 1,5 5,1 0,12 -0,10 Area del L. dorsi (cm2) 14,8 ± 3,8 6,6 23,6 0,20 -0,17 Medidas de engrasamiento Espesor grasa dorsal (10a costilla) 1,1 ± 0,7 0,2 4,0 0,51*** 0,74***
Espesor grasa dorsal (promedio #) 1,4 ± 0,7 0,4 4,0 0,48*** 0,81***
Peso de grasa pélvico renal 315±263 25 1100 0,59*** 0,67***
Porcentaje de engrasamiento corporal # 12,5±7,29 2,65 33,20 0,40** 1 EP Efecto del peso, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la canal fría. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. # Promedio de tres medidas sobre la línea media dorsal: a la altura de la primera costilla, última costilla y última vértebra lumbar. * p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.
La variable peso de la canal fría presentó un valor medio de 19,7± 5,1 kg, con
valores individuales que fluctuaron entre 10,2 y 33,4 kg. Los valores medios para
longitud de la canal, longitud de la pierna y longitud de jamón fueron de 55,8 ± 4,3,
49,8 ± 3,5 y 28,3 ± 2,3 cm, respectivamente. Así mismo, las medidas morfométricas
de la media canal, longitudes de la canal, la espalda, la pierna, el jamón y los
perímetros del jamón y la caña mostraron valores medios de 56, 32, 50, 28, 42 y 11,
respectivamente. También se puede observar que las medias y desviaciones
Resultados ___________________________________________________________________________
152
estándar para los diámetros mayor y menor del músculo L. dorsi fueron de 6,1 ± 0,7
cm y de 3,1 ± 0,8, respectivamente. Por su parte, el valor promedio de los espesores
de grasa dorsal fue de 1,4 ± 0,7cm.
El peso de la canal fría tuvo correlación significativa positiva con todas las
medidas de longitud y anchura, de la canal y media canal, y los perímetros medidos
(p<0,01). También tuvo correlación significativa con los espesores de grasa dorsal,
la cantidad de grasa pélvicorenal (p<0,001) y el porcentaje de engrasamiento
corporal (p<0.01). Por su parte, el porcentaje de engrasamiento corporal tuvo una
correlación significativa positiva con el peso de la canal fría (p<0,001), anchura de
espalda (p<0,05), espesores de grasa dorsal y peso de grasa pélvicorenal (p<0,001).
En la Tabla III.1.3 quedan recogidos el peso de la media canal y los
porcentajes de los cuartos delantero y trasero respecto a dicho peso, así como los
porcentajes de los pesos de músculo más grasa intermuscular, grasa subcutánea,
huesos más desechos y piel, sobre la suma total de los pesos de los mismos. Se
observa, además, la correlación de las variables mencionadas con el peso de la
media canal y el estado de engrasamiento de la canal.
En las canales de este estudio se obtuvo un peso de la media canal promedio
de 9,8 ± 2,4 kg, con valores que fluctuaron entre 4,9 y 15,6 kg. En la Tabla se
observa que la media del porcentaje del cuarto delantero superó en más de 20
unidades porcentuales a la del cuarto trasero (61,4 ± 2,3 % y 38,6 ± 2,3%,
respectivamente). Así mismo, el músculo más la grasa intermuscular represento el
56,6% del total de los grupos de tejidos obtenidos, los huesos más desechos el 22%
y la grasa subcutánea el 12%.
El peso de la media canal mostró una correlación significativa positiva con el
porcentaje de grasa subcutánea (p<0,001), mientras que mostró una correlación
significativa negativa, aunque ligeramente inferior al anterior, con el porcentaje de
músculo más grasa intermuscular (p<0,05). Por su parte, el porcentaje de
engrasamiento corporal tuvo una correlación significativa positiva con el porcentaje
de cuarto delantero y negativa con el del cuarto trasero (p<0,001). También el
porcentaje de porcentaje de engrasamiento corporal estuvo correlacionado con el
porcentaje de grasa subcutánea (p<0,001), con un coeficiente de 0,95, mientras que
la correlación fue inversa con el resto de los grupos de tejidos.
Resultados ___________________________________________________________________________
153
Tabla III.1.3.- Peso de la media canal (kg) y porcentajes de los cuartos delantero y
trasero y de los tejidos obtenidos por disección de la media canal izquierda del cerdo
criollo peruano.
Parámetros M±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Peso de media canal 9,8±2,4 4,9 15,6 1 0,40 Despiece % cuarto delantero 61,4±2,3 54,2 66,2 0,35** 0,45*** % cuarto trasero 38,6±2,3 33,8 45,8 -0,35** -0,45*** Disección % músculo + grasa intermuscular 56,6±7,0 37,4 68,4 -0,30* -0,47*** % hueso + desechos 21,7±5,1 11,1 32,5 -0,22 -0,56*** % grasa subcutánea 11,9±7,1 2,2 32,2 0,48*** 0,95*** % piel 9,7±2,7 4,9 16,6 0,09 -0,24 EP Efecto del peso de la media canal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. * p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.
En la Tabla III.1.4 se pueden observar los diferentes valores de pH tomados
en los músculos Longissimus dorsi thoracis, Longissimus dorsi lumborum y
Semimembranosous a los 45 min y 24 h post mortem. Los valores de pH observados
fueron, a los 45 min, de 6,86 ± 0,2 para el músculo L. dorsi thoracis, 6,81± 0,21 para
el L. dorsi lumborum y 6,75 ± 0,20 para el Semimembranosus, mientras que a las 24
h estos valores fueron 5,72 ± 0,2, 5,72 ± 0,22 y 5,83 ± 0,19, respectivamente.
El peso de la media canal tuvo una correlación significativa negativa con los
valores de pH del L. dorsi lumborum a los 45 min (p<0,01) y 24 h (p<0,01) y del
músculo Semimembranosous a las 24 h (p<0,001). El porcentaje de engrasamiento
corporal presentó una correlación significativa negativa con el pH del músculo L.
dorsi lumborum (p<0.01) y del músculo Semimembranosous (p<0.01) a las 24 h post
mortem.
En la Tabla III.1.5 se recoge la composición proximal del músculo L. dorsi, así
como los porcentajes de humedad y grasa (química) de la grasa subcutánea. La
humedad representó el 68% del peso fresco del músculo. En términos de materia
seca, la proteína representó aproximadamente el 70%, mientras que la grasa el 26%
y las cenizas el 4%. En la grasa subcutánea se observó unos porcentajes medios de
humedad y grasa de 19,53 % y 71,81%, respectivamente. Al realizar la correlación
de las variables mencionadas con respecto al peso de la media canal se observó
Resultados ___________________________________________________________________________
154
que no hubo coeficientes significativos. Mientras, el porcentaje de engrasamiento
corporal tuvo una correlación significativa positiva con la grasa química del tejido
graso subcutáneo (p<0,001) y negativa con la humedad de la grasa subcutánea
(p<0,001) del cerdo criollo.
Tabla III.1.4.- Determinaciones del pH de la canal a nivel de los músculos
Longissimus dorsi thoracis, Longissimus dorsi lumborum y Semimembranosous a los
45 min y 24 h post mortem.
Parámetros M±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
45 min pH L. dorsi thoracis 6,86±0,20 6,36 7,16 0,20 0,12 pH L. dorsi lumborum 6,81±0,21 6,23 7,05 -0,38** -0,15 pH Semimembranosus 6,75±0,20 6,29 7,03 -0,13 -0,21 24 h pH L. dorsi thoracis 5,72±0,20 5,04 6,47 0,21 0,14 pH L. dorsi lumborum 5,72±0,22 5,31 6,25 -0,36** -0,39** pH Semimembranosus 5,83±0,19 5,47 6,03 -0,42*** -0,33** EP Efecto del peso de la media canal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. * p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001
En la Tabla III.1.6 queda recogido el contenido de los elementos minerales
determinados en el músculo L. dorsi. Se observa que el elemento mayoritario fue el
K con un contenido promedio de 330 mg 100 g-1 en peso fresco, seguido por el P,
Na y Mg que tuvieron una media de 267 y 61 y 22 mg 100 g-1 respectivamente;
mientras, el resto de elementos mostraron un valor medio inferior a 10 mg 100g-1,
estando el contenido en hierro en torno a 1 mg 100 g-1. Asimismo, se puede
observar que la correlación del peso de la media canal y del porcentaje de
engrasamiento de la canal con las variables anteriormente mencionadas no fue en
ningún caso significativa.
Resultados ___________________________________________________________________________
155
Tabla III.1.5.- Porcentajes de la composición proximal del músculo Longissimus dorsi
y de la grasa subcutánea del cerdo criollo peruano. Los porcentajes de proteína,
grasa intramuscular y cenizas se expresaron en base seca.
Parámetro M±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Carne Humedad 68,08 ± 2,97 64,13 73,90 0,08 0,06 Proteína 67,58±6,48 52,81 76,08 0,10 0,15 Grasa intramuscular 24,72±7.84 7,58 32,82 -0,04 -0,04 Cenizas 3,64 ± 0.68 1,86 4,45 -0,09 0,04 Grasa subcutánea Grasa 71,81 ± 17,05 37,12 90,72 0,24 0,56*** Humedad 19,53 ± 13,87 3,99 59,92 -0,16 -0,51*** EP Efecto del peso de la media canal, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. *p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001
Tabla III.1.6.- Contenido de minerales en el músculo Longissimus dorsi del cerdo
criollo peruano.
Minerales M±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
mg 100 g-1 K 330,0 ± 34,7 249,5 433,5 -0,08 -0,09 P 266,9 ± 40,2 195,5 458,0 -0,04 0,03 Na 61,1 ± 11,7 36,9 84,2 -0,14 -0,21 Μg 21,9 ± 2,8 13,6 28,6 -0,04 0,11 Ca 7,0 ± 3,8 2,7 22,9 -0,10 -0,08 Zn 2,7 ± 0,7 1,8 5,1 -0,23 -0,16 Fe 1,0 ± 0,4 0,4 2,2 -0,20 0,08 µg 100 g-1 Cu 260 ± 280 25 330 0,07 0,06 Mn 8,0 ± 5,5 1,5 29 -0,02 0,03 EP Efecto del peso de la media canal, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. * p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.
Resultados ___________________________________________________________________________
156
En la Tabla III.1.7 se pueden observar los resultados de las determinaciones
realizadas en las propiedades determinantes de la calidad tecnológica de la carne en
estudio, evaluadas en el músculo Longissimus dorsi: capacidad de retención de
agua (CRA), color y dureza. Las pérdidas medias por goteo a las 24 h fueron de
5,3%, con valores que variaron entre 0,2 y 18%, mientras que la misma variable pero
a las 48 h tuvo una media de 8,3%. Por su parte, las pérdidas por cocción llegaron a
ser del 44%. En los resultados de las determinaciones colorimétricas puede
observarse que la luminosidad (L*) mostró una media de 49,3 con una desviación
estándar del 8%, el componente rojo-verde (a*) tuvo una media de 5,2 y una mayor
variabilidad (21% de desviación estándar) y el componente azul-amarillo (b*) fue de
14,3 ± 1,3. Por su parte, el valor de dureza de la carne fue de 52,4 ± 15,3 N, con una
desviación estándar del 30%. Finalmente, en la Tabla III.1.7 puede observarse que
el peso de la media canal tuvo una correlación significativa positiva con la
mioglobina (p<0,05) y el porcentaje de engrasamiento corporal tuvo una correlación
negativa con las perdidas por cocción (p<0,05).
Tabla III.1.7.- Propiedades funcionales de capacidad de retención de agua, color y
dureza del Longissimus dorsi del cerdo criollo.
Parámetro M±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Capacidad de retención de agua Perdidas por goteo a las 24 h 5,3 ± 4,6 0,2 18,0 0,05 -0,14 Perdidas por goteo a las 48 h 8,3 ± 4,3 2,0 20,5 0,16 -0,12 Pérdidas por cocción 44,0 ± 6,3 16,1 56,1 -0,23 -0,29* Color Mioglobina (mg g-1) 1,4 ± 0,5 0,5 2,8 0,28* 0,22 L* 49,3 ± 3,4 43,9 58,9 0,18 0,14 a* 5,2 ± 1,1 2,8 8,5 -0,19 0,13 b* 14,3 ± 1,3 11,7 16,5 0,05 0,25 Dureza Fuerza máxima (N) 51,3 ± 12,4 28,3 83,4 0,04 -0,07 EP Efecto del peso de la media canal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. *p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.
Resultados ___________________________________________________________________________
157
La Tabla III.1.8 recoge el perfil de ácidos grasos presentes en la grasa
subcutánea del cerdo criollo. En orden sucesivo los ácidos grasos que se
encontraron en mayor porcentaje fueron el C18:1 n-9 (ácido oleico) con el 37,9 ±
4,1%) del total de ácidos grasos, el C16:0 (ácido palmítico) con el 22,3 ± 2,1%, el
C18:2 n-6 (ácido linoléico) con 14,1 ± 5,0% y el C18:0 (ácido esteárico) con 12,7 ±
2,8%. El resto de ácidos grasos se encontraron en niveles inferiores al 3%. Además,
se puede observar la presencia de una cierta cantidad de ácidos de cadena impar y
ácidos grasos ramificados, no característicos en esta especie. Hubo una alta
variación entre muestras para algunos ácidos grasos importantes: C18:0, C18:1,
C18:2 n-6 o C18:3 n-3, entre otros. Esta variación es extremadamente evidente
para el último ácido graso. Comprobando los datos individuales, hubo cuatro
muestras con un contenido en C18:3 n-3 mayor al 5% y estas muestras tuvieron un
contenido en C18:1 n-9 menor al 30% (datos no mostrados en las Tablas).
El peso de la media canal presentó una correlación significativa negativa con
el ácido C18:2 n-6 (p<0.01). El porcentaje de engrasamiento corporal tuvo una
correlación significativa positiva con el ácido C18:1 n-9 (p<0,001) y una correlación
significativa negativa con el ácido C18:2 n-6 (p<0,01) y el ácido C20:0 (p<0,05).
En la Tabla III.1.9 se pueden observar las sumatorias y cocientes de los
principales grupos de ácidos grasos. La fracción mayoritaria fue la de los ácidos
grasos monoinsaturados (AGMI) con 44 ± 8%, seguida de los saturados (AGS) con
38 ± 1% y en tercer lugar los poliinsaturados (AGPI) con 17 ± 1%. Además, el valor
de la relación AGPI/AGS fue de 0.5 y de omega 6 / omega 3 (n-6 / n-3) fue de 7.
El peso de la media canal tuvo una correlación significativa negativa con el
porcentaje en ácidos grasos n-6 (p<0.01). El porcentaje de engrasamiento corporal
tuvo una correlación significativa positiva con los AGMI (p<0,001) y correlaciones
significativas negativas con los ácidos grasos n-6 (p<0,01) y la relación AGPI/AGS
(p<0,05).
En la Tabla III.1.10 se recogen los resultados de las determinaciones de
retinol y tocoferoles realizadas en la grasa subcutánea del cerdo criollo de Tumbes.
El contenido medio de retinol fue de 70 ± 25 µg 100 g-1 de tejido graso, mientras que
los valores medios de alfa-, gamma- y delta-tocoferol fueron 833 ± 789, 731 ± 502 y
27 ± 45 µg 100g -1 de grasa respectivamente. Los coeficientes de variación de los
Resultados ___________________________________________________________________________
158
tocoferoles fueron cercanos al 100% para los dos primeros compuestos y superiores
al 100% para el último.
Tabla III.1.8.- Ácidos grasos presentes en la grasa subcutánea del cerdo criollo
peruano (porcentaje respecto al total de ácidos grasos).
Acidos grasos Media ± DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
C10:0 0,06 ± 0,07 0,0 0,36 -0,10 0,03 C10:1 no diferenciado (1) 0,04 ± 0,16 0,0 1,17 -0,13 0,12 C12:0 0,12 ± 0,11 0,03 0,60 -0,10 0,07 C12:1 no diferenciado (1) 0,11 ± 0,10 0,03 1,22 -0,14 -0,09 C13:0 0,11 ± 0,10 0,0 1,22 -0,14 -0,09 C14:0 1,48 ± 0,46 0,67 3,45 -0,12 0,01 C15:0 ramificado (1) 0,02 ± 0,04 0,0 0,25 -0,04 -0,07 C15:0 0,24 ± 0,13 0,09 0,70 0,03 -0,16 C15:1 n-5 0,02 ± 0,05 0,0 0,22 0,10 -0,02 C16:0 ramificado 0,04 ± 0,08 0,0 0,47 -0,05 -0,24 C16:0 22,28 ± 2,10 17,83 26,94 0,04 -0,12 C16:1 n-7 1,68 ± 0,70 0,07 2,85 0,10 0,24 C16:1 no diferenciado (3) 0,85 ± 0,63 0,19 3,00 -0,04 -0,00 C17:0 ramificado (1) 0,43 ± 0,39 0,0 1,61 0,03 0,01 C17:0 0,28 ± 0,32 0,0 1,02 -0,06 -0,13 C17:1 n-7 0,42 ± 0,24 0,10 1,03 0,11 0,24 C18:0 12,69 ± 2,77 7,44 20,07 0,20 0,17 C18:1 n-9 37,89 ± 4,08 27,89 47,15 0,14 0,45*** C18:1 no diferenciado (4) 2,32 ± 1,06 0,07 4,14 0,18 0,11 C18:2 n-6 14,12 ± 5,03 4,96 25,20 -0,36** -0,35** C18:2 no diferenciado (2) 0,26 ± 0,42 0,07 2,40 0,12 0,04 C19:0 0,04 ± 0,06 0,0 0,23 -0,02 -0,07 C19:1 n-9 0,05 ± 0,07 0,0 0,31 0,03 0,0 C18:3 n-3 1,75 ± 2,50 0,21 16,92 0,13 -0,17 C18:2 CLA no diferenciado (2) 0,07 ± 0,16 0,0 0,85 -0,07 0,06 C20:0 0,33 ± 0,25 0,0 1,23 -0,07 -0,31* C20:1 n-9 1,00 ± 0,48 0,12 2,28 0,09 -0,14 C20:2 n-6 0,62 ± 0,39 0,11 2,52 0,00 0,03 C20:3 n-6 0,14 ± 0,16 0,0 0,81 0,05 0,11 C20:3 n-3 0,28 ± 0,39 0,0 1,86 0,19 -0,05 C20:4 n-6 0,26 ± 0,22 0,0 1,08 0,01 -0,16 (n) Entre paréntesis se indica el número de isómeros detectados. C18:2 CLA: ácido linoleico conjugado EP: Efecto del peso de la media canal, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC: Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal, coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. *p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001
Resultados ___________________________________________________________________________
159
Tabla III.1.9.- Resumen (sumatorias y cocientes de interés) de la composición media
de los ácidos grasos de la grasa subcutánea del cerdo criollo de Tumbes.
Sumatoria o cociente de los respectivos ácidos grasos
Media±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Saturados 38,23 ± 4,68 28,18 47,57 0,10 0,01 Monoinsaturados 44,5 ± 4,57 34,18 54,06 0,18 0,46*** Poliinsaturados 17,49 ± 5,63 5,82 29,39 -0,24 -0,39** n-3 2,03 ± 2,75 0,21 18,78 0,15 -0,17 n-6 15,16 ± 5,47 5,32 25,98 -0,34** -0,34** Ramificados 0,47 ± 0,42 0,0 1,86 0,02 -0,03 Impares 0,78 ± 0,44 0,12 2,40 -0,12 -0,19 Poliinsaturados/saturados 0,5 0,13 0,96 -0,21 -0,32* n-6/n-3 7,5 0,56 66,68 -0,01 0,16 EP Efecto del peso de la media canal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. *p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.
Tabla III.1.10.- Concentración de retinol y tocoferoles en la grasa subcutánea del
cerdo criollo, expresado en µg 100g -1 de tejido graso.
Parámetro Media±DE (n=62)
Mínimo Máximo EP EC#
Retinol 69,6 ±25,4 29,5 143,6 -0,11 -0,12 Alfa-tocoferol 833,4±789,5 62,8 5705,2 0,05 0,23 Gamma-tocoferol 731,1±502,4 - 2225,2 -0,00 0,03 Delta-tocoferol 26,6±44,6 - 219,8 -0,08 -0,08 EP Efecto del peso de la media canal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el peso de la media canal. EC Efecto del porcentaje de engrasamiento corporal: coeficiente de correlación de Pearson entre cada variable y el porcentaje de engrasamiento corporal. # Porcentaje de engrasamiento corporal: porcentaje en peso de la grasa subcutánea y cavitaria de la media canal con respecto al peso total de la media canal. *p<0,05, ** p<0,01, *** p<0,001.
Resultados ___________________________________________________________________________
160
III.2. SEGUNDO EXPERIMENTO. ENCUESTAS A LOS POBLADORES DE VARIAS VILLAS DEL DEPARTAMENTO DE TUMBES SOBRE APRECIACIÓN Y ACEPTACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS ELABORADOS CON CARNE DE CERDO
III.2.1. Encuesta sobre la apreciación que tienen los productores de cerdos de los productos cárnicos elaborados con carne de cerdo
Se encuestó a un total 402 familias en 42 villas de la Región de Tumbes. La
distribución del número de familias encuestadas por cada villa se presenta en la Fig.
III.2.1. Se puede apreciar que la cantidad de familias encuestadas no fue uniforme
entre las villas encuestadas, encontrándose villas con cerca de 50 familias
entrevistada, así como villas con una sola familia entrevistada.
Histogram: Var1K-S d=,25744, p<,01 ; Lilliefors p<,01
Expected Normal
0 10 20 30 40 50
Rango de número de familias encuestadas por villa
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Núm
ero
de v
illas
Fig. III.2.1. Histograma donde se representa la distribución de las villas en función
del número de familias encuestadas por villa.
Resultados ___________________________________________________________________________
161
De las 402 familias, el 72,1% (290/402) indicaron tener crianza de cerdos. De
las familias que no tenían cerdos, 2 de ellas, sin embargo, comercializaban cerdos,
compra-venta.
En lo sucesivo, sólo se han recogido las respuestas de las familias
productoras de cerdos. El promedio y la desviación estándar del número de cerdos
por familia fue de 7,6 ± 8,3 (rango de 1 a 79). De las 290 familias que poseían
cerdos, el 84,5% (245/290) vendían sus cerdos, ya sea vivos, como carne fresca o
como carne procesa. También se encontró que la cantidad de cerdos vivos que
puede vender una familia al año va desde 1 animal hasta 60, con un peso promedio
y desviación estándar de venta aproximado de 12.3 ± 16.7 kg (rango de 1 a 80 kg).
La mayoría de personas entrevistadas que crían cerdos prefirió opinar que
preferían la venta de cerdo vivo (n=126), seguido de venta de carne fresca (n=99) o
ambas opciones (n=26). Ninguna familia consideró como opción preferente el
procesado del cerdo para la venta o consumo, a pesar de opinar en su mayoría que
sabían que el procesamiento incrementaría la rentabilidad de la producción y la
economía de sus familias. No obstante, de las 290 familias productoras de cerdo,
165 manifestaron hacer algún tipo de procesamiento con la carne de cerdo, en
algunas circunstancias.
El motivo para no considerar como preferente el procesado fue que la
elaboración de productos cárnicos suponía un trabajo que no podían realizar por
falta de tiempo, medios o por desconocimiento del proceso. Sin embargo, en líneas
generales, para ninguna de las familias que se dedican a la preparación de
productos cárnicos (165) resultó especialmente trabajosa la elaboración de los
mismos. No obstante, al momento de decidir por alguno de los productos respecto al
grado de dificultad, el 53.3% (88/165) indicó que la salchicha era más laboriosa que
la cecina y rellena, siendo esta última incluso más trabajosa que la cecina.
La encuesta reveló que el 63,6% (105/165) de las familias participantes
mostraba su gran interés en recibir ayuda para mejorar la elaboración de sus
productos cárnicos. Igualmente, el 77,6% (128/165) de las familias estuvieron
dispuestas a recibir asesoría en la elaboración de dichos productos de la carne de
cerdo.
Resultados ___________________________________________________________________________
162
Los productos procesados de carne de cerdo más conocidos por los
pobladores, productores de cerdo, fueron: salchicha, rellena y cecina. También se
mencionaron con cierta frecuencia el chicharrón, jamón, hot dog y mortadela, y muy
esporádicamente el tocino, la jamonada, la manteca, picado de menudencias y
chorizo. Entre las familias que elaboran productos cárnicos, la mayoría elabora
cecina, salchicha y rellena simultáneamente (52.8%, 87/165); nadie se dedicaba sólo
a la preparación de cecina, únicamente 2 familias sólo elaboraban salchicha y 17 se
dedicaban exclusivamente a preparar rellena. La combinación más frecuente de
productos cárnicos, después de cecina+salchicha+rellena, fue salchicha+rellena
(27,9%, 46/165).
Un gran porcentaje de familias que elaboran productos cárnicos en estas
villas de Tumbes destinaban los productos elaborados exclusivamente al consumo
familiar (67,9%, 112/165), mientras que la venta exclusiva a vecinos la realizaban
sólo 3 familias y únicamente 1 familia se dedicaba primordialmente a elaborar
productos cárnicos para la venta en mercados locales. Además, 4 familias producían
productos cárnicos para cubrir su demanda interna, vender a vecinos y en el
mercado local. Por otro lado, se pudo apreciar un porcentaje interesante de familias
que producían estos productos para el consumo familiar y la venta a vecinos (26,1%,
43/165). En cualquier caso, el 77% (127/165) de familias consideró que la venta de
productos de carne de cerdo era fácil.
Los meses de más consumo o elaboración de productos cárnicos de cardo en
las villas encuestadas correspondieron, en primer lugar, a diciembre y agosto y, en
segundo lugar, se indicaron los meses de enero, julio, junio y noviembre.
Finalmente, el consumo parece ser mínimo en los meses de febrero, marzo, abril,
mayo, septiembre y octubre.
En cuanto a las técnicas empleadas para la conservación de los productos
cárnicos, el 66,1% (109/165) de familias encuestadas empleaba alguna forma de
conservación de sus productos terminados. Entre las metodologías más usadas por
los pobladores, según sus respuestas, estaban el cocinar el producto, el uso de
limón o vinagre, el secado al sol, el empleo de sal y otros aliños. Son pocas las
familias que usaban la refrigeración por no tener acceso a ella - algunas sustituían
este método por el uso de hielo en depósitos donde guardaban los productos
Resultados ___________________________________________________________________________
163
cárnicos. De acuerdo a la información conseguida, el promedio de duración de la
cecina cuando han tenido oportunidad de refrigerarla fue de 5 días, mientras que la
cecina sin refrigerar duraba en promedio sólo 3 días. Igualmente, la salchicha
refrigerada puede durar hasta 7 días y sin refrigerar únicamente 4 días. Finalmente,
la duración de la rellena refrigerada se estimó en 5 días y sin refrigerar apenas 2
días. Los detalles de los días de duración se pueden observar en la Tabla III.2.1.
Tabla III.2.1. Promedio, desviación estándar y rango del tiempo de duración de los
productos cárnicos (cecina, salchicha y rellena) conservados en refrigeración y sin
refrigeración (Tumbes, Perú).
Refrigerado (días) Sin refrigerar (días) Producto cárnico Media ± D.E Rango Media ± D.E Rango
Cecina 5.6 ±7.7 0-30 4.4 ± 4.9 0-15 Salchicha 7.5 ± 8.2 0-45 4.4 ± 4.2 0-30 Rellena 5.0 ± 5.4 0-30 2.1 ± 1.9 0-15
Con relación a las causas que originan la descomposición del producto
cárnico, mencionaron con más frecuencia la temperatura ambiental (calor), la
presencia de moscas y la falta de refrigeración. También indicaron, entre otras
causas, la poca cantidad de sal en la preparación. La alteración del olor/sabor fue la
característica más común de descomposición identificada por las familias
encuestadas tanto para salchicha como para cecina y rellena. La alteración del color
fue moderadamente señalada para los tres productos cárnicos mencionados. Por
otro lado, la cecina fue mencionada como la que menos manifestó alteraciones de
consistencia/textura en comparación a la salchicha y rellena.
III.2.2. Encuesta sobre aceptación de los productos cárnicos elaborados con carne de cerdo por los consumidores del medio rural la región
En esta parte del estudio se encuestó a un total 292 familias (consumidoras
reales o potenciales de productos cárnicos elaborados con carne de cerdo) en 42
villas de la Región de Tumbes. La distribución del número de familias por cada villa
se presenta en la Fig. III.2.2. Se puede apreciar que 5 villas fueron las que tuvieron
Resultados ___________________________________________________________________________
164
la mayor cantidad de familias encuestadas. El resto de villas tuvieron menos familias
entrevistadas.
Histogram: Var1K-S d=,26011, p<,01 ; Lilliefors p<,01
Expected Normal
0 5 10 15 20 25 30 35 40
Rango de número de familias encuestadas por villa
0
5
10
15
20
25
30
Núm
ero
de v
illas
Fig.
III.2.2. Histograma donde se representa la distribución de las villas en función del
número de familias encuestadas por villa.
De las 292 familias, el 69,9% (204 familias) manifestaron consumir carne de
cerdo o productos cárnicos elaborados con carne de cerdo. El 17,1% (50 de las 292
encuestadas) dijeron sólo consumir carne de cerdo, pero no productos cárnicos, y
ninguna familia consumía exclusivamente productos cárnicos. El 12,3% (36 familias)
dijeron no consumir ni carne de cerdo ni productos cárnicos derivados del mismo.
Como se puede apreciar en la Fig. III.2.3., la mayoría de las familias consumían
carne de cerdo fresca, mientras que los productos elaborados con dicha carne y de
mayor consumo por las familias son la rellena, la cecina y la salchicha,
respectivamente. Muy pocas familias consumen jamón y chorizo o prefieren el
consumo de otras fuentes proteicas de origen animal
Resultados ___________________________________________________________________________
165
Fig. III.2.3. Distribución del consumo de carne y productos derivados por las familias
encuestadas en distintas villas de la región de Tumbes.
Sólo 18 familias consumía carne fresca de cerdo entre 1 o más veces por
semana. Y son 10 las que consumen cecina, salchicha, rellena, jamón o chorizo con
dicha frecuencia. En la Figura III.2.4., sobre consumo mensual de carne de cerdo y
productos derivados, se puede apreciar que la mayor parte de las familias
consumían con más frecuencia la carne de cerdo que los productos elaborados. Así
pues, los productos elaborados pasan a un segundo plano en cuanto a la frecuencia
de ingesta. No obstante, los productos elaborados consumidos con mayor frecuencia
fueron la cecina, la salchicha y la rellena.
Lo que la gente de las villas de Tumbes más le gustaba en cuanto a la carne
de cerdo y los productos elaborados con la misma era el sabor agradable, gustando
más la carne fresca, seguido de rellena, cecina y salchicha. El resto de productos
elaborados son escasamente mencionados por las familias en cuanto a su sabor
agradable, tal vez por el escaso conocimiento de los mismos. Igualmente, 52
familias opinaron que lo que menos les gustaba del jamón, chorizo, salchicha y
rellena era el sabor desagradable de estos productos cuando se adquieren en el
mercado. El color desagradable no tuvo importancia en la presente encuesta. Por
otra parte, el precio de compra sólo fue una limitante para 18 familias, en lo que se
refiere al jamón, la salchicha y la cecina.
Figura 2. Numero de familias que consumen carne de cerdo y productos elaborados
243
143 141177
28 18 70
50
100
150
200
250
300
carne cecina salchicha rellena jamon chorizo otros
Tipo de producto
Num
ero
de fa
mili
as
Resultados ___________________________________________________________________________
166
Fig. III.2.4. Frecuencia mensual de consumo de carne y otros productos cárnicos por
las familias de las villas de la región de Tumbes.
Fueron muy pocas las familias que señalaron que lo que más les atraía de la
carne y los productos elaborados eran sus aspectos nutritivos, su fácil preparación o
su fácil acceso. Aproximadamente, 42 familias opinaron que los productos
elaborados, principalmente, salchicha, rellena, jamón y cecina, son causa de
enfermedad.
La mayor cantidad de familias encuestadas manifestó que existe poca
variedad de productos de carne de cerdo para comprar o consumir (75,7%,
221/292). Sólo 4 familias indicaron que hay mucha variedad y 26 creen que la
variedad de productos es suficiente.
El consumo de carne de cerdo varía durante los meses del año, notándose un
claro aumento del número de familias que consumen carne de cerdo entre los
meses de mayo a agosto. Aparentemente los meses de septiembre a noviembre son
los de menor consumo de carne de cerdo y nuevamente el consumo se
incrementaba hacia finales de año. Posteriormente, existió un descenso ligero en los
050
100
150
050
100
150
050
100
150
0 2 4 6 0 2 4 6
0 2 4 6
carne cecina salchicha
rellena jamon chorizo
otros
Num
ero
de f
amilia
s
Frecuencia mensual de consumoGraphs by Cod_Productos
Resultados ___________________________________________________________________________
167
primeros meses del año para luego completar el ciclo con el incremento en mayo. Se
puede apreciar esta tendencia en la Fig. III.2.5.
Entre los motivos de preferencia por unos meses que por otros, las familias
indicaron, entre otras cosas, la disponibilidad de dinero para comprar la carne, la
fiesta del pueblo u otra fiesta, la matanza de cerdos por algún familiar u otros
vecinos, sobre todo si les avisan que el cerdo está “limpio” (que no tiene quistes de
cisticercos en su carne). Existió también un grupo de familias que mencionaron
consumir cerdo todo el año sin preferencia de un mes específico.
Fig. III.2.5. Distribución del consumo de carne de cerdo y productos derivados por
meses por las familias de las villas de Tumbes.
En la Tabla III.2.2. se puede observar que las mayores fuentes de
abastecimiento para la carne de cerdo, cecina, salchicha y rellena, lo constituyen la
propia familia, los vecinos y los familiares, mientras que en menor cantidad las
familias consiguen la carne y los productos cárnicos en mercados locales o de otras
villas. Por otro lado, se pudo comprobar que el abastecimiento principal de jamón y
chorizo son los mercados de otras villas.
Figura 1. Consumo de carne de cerdo por meses en 42 villas de Tumbes
16 15 1613
26 25
5044
16 7
21
0
10
20
30
40
50
60
ene feb mar abr may jun jul ago set oct nov dic
meses
Num
ero
de fa
mili
as
Resultados ___________________________________________________________________________
168
Tabla III.2.2. Número de familias de acuerdo a la fuente de abastecimiento de la
carne de cerdo y de sus productos derivados.
Tipo de producto Fuente de
abastecimiento Carne cerdo Cecina Salchicha Rellena Jamón Chorizo Otro
Propia 123 96 89 107 2 0 6
Vecinos 164 60 53 78 2 0 1
Familiares 127 56 60 82 2 0 7
Mercado en villa 23 7 7 7 5 1 2
Mercado otra villa 19 9 5 4 16 13 5
Finalmente, el 68,5% (200/292) de las familias encuestadas en estas villas de
Tumbes indicó que sí que compraría productos de carne de cerdo en su propia villa,
y el 18,8% (55/292) mencionó que no lo haría. Cabe mencionar que el 12,7%
(37/292) de estas familias se abstuvo de contestar esta pregunta.
Resultados ___________________________________________________________________________
169
III.3. TERCER EXPERIMENTO. CARACTERIZACIÓN Y ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE LA CALIDAD DURANTE EL SECADO Y CONSERVACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS ELABORADOS EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ (SALCHICHA, CECINA Y RELLENA)
III.3.1. Caracterización de los productos cárnicos típicos elaborados artesanalmente en el departamento de Tumbes – Perú
III.3.1.1. Salchicha
Proceso de elaboración de la salchicha
Preparación de las materias primas
De acuerdo con la información obtenida de las entrevistas, después del
sacrificio del cerdo, la canal se suele cortar a la mitad y después en cuartos. Son los
cuartos delanteros son que se destinan con mayor frecuencia a la elaboración de
salchicha. Para ello, en primer lugar se elimina la piel y luego se van obteniendo
trozos de carne, cortándolos y separándolos de los huesos, sin que haya separación
entre músculo y grasa, subcutánea e intermuscular. La carne así obtenida se pica
con ayuda de cuchillos o con picadora. En algunos lugares (en la villa Uña de gato),
el picado se hacía con una picadora (moledora) manual (Fig. III.3.1), mientras que
en otros (villa de Buenos Aires) se hizo en el mercado con una moledora eléctrica,
pidiendo prestada la máquina a un vendedor (diámetro de placa de 4-5 mm).
Por otra parte, se preparan los ingredientes y aditivos no cárnicos. Estos
consistieron generalmente en un refrito en aceite vegetal de achiote (Bixa orellana)
molido, sal, pimienta, ajo, comino, cebolla (finamente picada), jugo de limón o
vinagre. En la Tabla III.3.1. se muestra la frecuencia de adición de cada uno de los
ingredientes, de acuerdo a la encuesta realizada. Algunos elaboradores compraron
la mezcla de ingredientes y aditivos no cárnicos ya preparada a vendedores locales
(vecinos).
Resultados ___________________________________________________________________________
170
Fig. III.3.1. Imagen de una picadora manual utilizada para elaborar la salchicha por
algunos pequeños productores locales.
Tabla III.3.1. Frecuencias de uso de diversos ingredientes utilizados en la
elaboración de salchicha.
Insumo Frecuencia (n=12)
Carne de cerdo 1,0 Manteca de fresca de cerdo# 0,4 Intestino delgado 1,0 Sal 1,0 Pimienta 0,9 Azúcar 0,1 Ajo (Allium sativum) 0,9 Achiote (Bixa orellana) 0,8 Aceite vegetal 0,7 Comino 0,7 Limón (Citrus limonum) 0,6 Glutamato monosodico (Ajinomoto) 0,5 Cebolla (Allium cepa) 0,3 Aliño* 0,2 Vinagre 0,2
# Principalmente grasa omental * Mezcla para salchicha preparada artesanalmente por expertos locales para su comercialización local.
Mezclado y amasado
La mezcla de carne, grasa e ingredientes no cárnicos era amasada con las
manos, mientras que era probada por varias de las personas que elaboran el
producto, con el objeto de percibir el grado de condimentación y, después, si se
daba el visto bueno, se procedía al llenado de los intestinos, en caso contrario se
rectificaba, añadiendo más sal, limón, etc.
Resultados ___________________________________________________________________________
171
Embutido
Para el embutido se utilizó generalmente intestino delgado del propio cerdo
sacrificado. En primer lugar, se eliminó todo el contenido intestinal, empujando
manualmente para que saliera el contenido y luego procediendo a arrastrar los
restos de ese contenido con agua. Algunas personas usaban manguera para facilitar
el arrastrado, mientras que otras los lavaban en el cauce del río eliminado en éste el
contenido (en la villa Realengal) y otras más lavaban las tripas en bateas con agua.
Una vez eliminado el contenido se volteaba el intestino con ayuda de un palo de
madera. Una vez volteado, la mucosa se eliminaba frotando o raspando. Algunas
personas frotaban la tripa como si estuvieran lavando ropa, otras se ayudaban con
detergente, en pastilla, para vajilla (en la villa Uña de Gato) o con jugo de limón.
Una vez realizadas las operaciones de limpieza, los intestinos se cortaban en
segmentos, según el tamaño deseado – en porciones normalmente de 50 cm a 1 m
de longitud. Como forma de conservación de las tripas, algunas personas amarraban
los segmentos del intestino en un extremo y las inflaban como globos, con ayuda de
su boca. Posteriormente, ataban el otro extremo y luego colgaban las tripas y las
secaban al sol, conservándolas así hasta que éstas fuesen llenadas (en las villas de
Realengal, El Tablazo y algunas zonas de la villa Uña de gato).
Para el llenado, los elaboradores artesanales se ayudaban de una cuerda o
hilo de atar (pabilo o cinta) que amarraban a uno de los extremos de los intestinos y,
luego, por el otro extremo iban embutiendo con la mano la masa de carne molida
preparada – algunas personas se ayudaban de un embudo de plástico. Conforme se
iba llenando la tripa, manualmente se subía y bajaba la masa dentro de ésta de
forma periódica, para ir eliminando el aire que pudiera quedar dentro. Una vez llena
la tripa se ataba el otro extremo de la tripa. Algunas personas picaban con
mondadientes o alfileres las tripas, para contribuir a la eliminación del aire que
pudiera quedar entre la tripa y la masa cárnica. En la Fig. III.3.2. se aprecia la
apariencia de la salchicha de Tumbes.
Secado, conservación, comercialización
La salchicha se puede comercializar el mismo día de su elaboración. En
algunas ocasiones se prepara el embutido por la mañana y por la tarde-noche se
vende en la feria. La mayoría de las productoras hacían la salchicha un día antes de
su venta, en este caso, una vez terminada la preparación, el embutido era colgado
Resultados ___________________________________________________________________________
172
en cordeles para que secara en un patio o habitación abierta, a temperatura
ambiente y al abrigo de la luz y la eventual lluvia (a la sombra de un árbol, bajo un
techo, que a veces se improvisaba con mantas), permaneciendo allí hasta la puesta
de sol, momento en el cual eran recogidos y puestos en bandejas de plástico, que se
acomodan en un refrigerador doméstico o en un armario con hielo, permaneciendo
en éste hasta que se llevaban a vender. Si no era vendido todo el producto en ese
día, se hacía lo mismo el día siguiente.
El producto se destina bien para autoconsumo o bien para la venta en
mercado y ferias. En el momento de la venta o la preparación del producto para su
consumo, el producto era cortado en pedazos de aproximadamente 4 cm de
longitud, frito en abundante aceite y finalmente colocado en un plato con plátano
verde cortado en hojuelas y frito (chifles) antes de ser servido para consumo.
Fig. III.3.2. Apariencia de la salchicha de Tumbes elaborada artesanalmente.
Caracterización de los parámetros fisico-químicos de la salchicha de Tumbes
en expendio La Tabla III.3.2. muestra los valores de la composición proximal (proteína,
humedad, extracto etéreo, cenizas), contenido en sal, cantidad de colágeno,
concentración de fósforo y de azúcares simples obtenidos a partir de diferentes
muestras de salchicha de Tumbes.
La humedad del producto estuvo en torno al 52%, mientras que los valores de
grasa y proteína fueron de 24 y 17%, aproximadamente, y las cenizas del 3%. Estos
Resultados ___________________________________________________________________________
173
porcentajes suman 96%, el resto podría deberse al menos parcialmente a sustancias
de diversa naturaleza diferentes a las mencionadas, principalmente hidratos de
carbono.
En relación al contenido en azúcares, la cantidad de glucosa estuvo
comprendida entre 0,1 y 0,3% y la fructosa y sacarosa en cantidades inferiores a 6
mg 100g-1.
En la Tabla III.3.2. también se muestra el perfil de ácidos orgánicos de cadena
corta determinado en la salchicha de Tumbes en el análisis con HPLC, ordenados
según el tiempo de retención. Se puede observar que el ácido láctico fue el
mayoritario, con un valor medio de unos 458 mg 100 g -1, seguido por el ácido
identificado como cetoglutárico (72,2), el ácido acético (66,5), ácido cítrico (60,4) y
ácido succínico + desconocido (55,9). La variación entre muestras fue elevada, a
juzgar por las altas desviaciones estándar. La desviación estándar fue superior al
valor medio en el caso del ácido cítrico, detectado en 4 muestras en altas
cantidades, mientras que en el resto los valores fueron bajo o a nivel de trazas.
Asimismo, hubo algunos compuestos con espectro ultravioleta típico de ácidos
orgánicos, que no han sido identificados por tiempo de retención con los patrones
utilizados (aparecen en la Tabla como ácido indeterminado), que, expresada su
cantidad como ácido láctico, representan aproximadamente el 11% de los ácidos
hallados.
Finalmente, la cantidad media de sal fue de 1,7% con variaciones entre el 0,7
y el 3%. La cantidad de colágeno fue de 0,62 ± 0,39 % y la cantidad media de
fósforo fue de 150 mg 100 g-1 de producto.
Los valores de pH y aw de la salchicha de Tumbes se pueden observar en la
Tabla III.3.3. El valor medio de pH medido en la salchicha fue de 5,56 – los valores
fluctuaron entre 4,9 y 6,3. Para la aw, se obtuvo un valor medio de 0,97 ± 0,01,
siendo el valor mínimo 0,95 y el máximo 0,99. También en esa Tabla, se pueden
observar los valores medios de las determinaciones de luminosidad (L*),
componente rojo-verde (a*), y el componente azul-amarillo (b*), para los que se
obtuvieron valores medios de 44,8, 23,1 y 36,6, respectivamente. Por su parte, la
concentración de sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB) fue de 2,7 ±
2,6 mg de malonaldehído (MA) kg-1 de producto, estando los valores entre 0,40 y
8,40 mg kg-1.
Resultados ___________________________________________________________________________
174
Tabla III.3.2. Parámetros de la composición de la salchicha de Tumbes.
Parámetro Media±DE (n=11)
Mínimo Máximo
Composición proximal (%) Humedad 51,90 ± 7,87 40,97 62,01 Extracto etéreo 23,77 ± 5,64 15,92 32,91 Proteína 16,74 ± 3,22 11,22 22,88 Cenizas 3,18 ± 0,89 2,13 4,66 Azúcares (mg 100g-1) Glucosa 182,6 ± 52,9 103,6 263,7 Fructuosa 5,6 ± 12,6 - 35,2 Sacarosa 0,3 ± 0,4 - 3,4 Ácidos orgánicos de cadena corta (mg 100 g-1) Aconitico 0,8 ± 0,9 - 2,5 Cítrico 60,4 ± 89,0 - 209,2 Pirúvico 2,4±1,8 0,7 5,7 Cetoglutárico 72,2 ± 43,5 30,1 173,6 Ácido indeterminado (12,32)* 44,4 ± 34,4 25,6 122,3 Succínico+desconocido 55,9± 40,1 9,9 143,2 Láctico 458,3 ± 257,1 204,6 901,1 Fórmico 0,5 ±1,5 - 5,0 Fumarato 0,1± 0,1 - 0,3 Acético 66,5 ± 55,6 - 165,6 Ácido indeterminado (20,75)* 1,4 ± 2,5 - 5,8 Ácido indeterminado (22,04)* 33,0 ± 18,3 9,6 67,6 Ácido indeterminado (39,84)* 5,2 ± 11,7 - 31,4 Otros NaCl (%) 1,70 ± 0,64 0,73 2,97 Colágeno (%) 0,62 ± 0,39 0,27 1,38 P (mg 100 g-1) 150,1 ± 51,8 117,0 197,0 * En relación a los ácidos orgánicos, entre paréntesis se indica el tiempo de retención en s de los compuestos no identificados que presentaron un espectro ultravioleta típico de los ácidos orgánicos, estos compuestos están expresados como mg de ácido láctico 100 g-1 de producto.
Tabla III.3.3. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en sustancias
reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB), expresado como mg de malonaldehído por
kg de producto en la salchicha de Tumbes.
Parámetro Media±DE (n=11)
Mínimo Máximo
pH 5,56±0,36 4,94 6,29 aw 0,970±0,010 0,951 0,987 L* 44,84±5,44 37,67 52,90 a* 23,10±7,62 14,95 41,02 b* 36,63±9,35 22,23 49,08 SRATB 2,73±2,60 0,40 8,40
Resultados ___________________________________________________________________________
175
Finalmente se calcularon las correlaciones lineales simples entre los diferentes
parámetros físico-químicos analizados en las muestras de salchichas. De estas
correlaciones cabe destacar los siguientes resultados:
La grasa estuvo significativamente (p<0.05) correlacionada con la humedad
(r = -0,65) y con la proteína (r = -0,98).
La correlación P con proteína fue positiva (r = 0,54), pero no fue
significativa.
El pH no estuvo significativamente correlacionado con la concentración de
ninguno de los ácidos estudiados. Sin embargo estuvo correlacionado con el
valor de a* (R = 0,77).
La aw estuvo inversamente correlacionada con la concentración de sal (r = -
0,65) y directamente correlacionada con el contenido acuoso (r = 0,64).
El contenido en SRATB estuvo directamente y significativamente
correlacionado con el valor L* (r = 0,81) y con la grasa total (r = 0,72).
* Realizando una correlación lineal múltiple entre la aw y el contenido en sal y humedad se
obtuvo la siguiente ecuación:
aw = -0,000009 x Sal% + 0,000476 x humedad% + 0,961130; r = 0,7103; p < 0,060 (n=11)
III.3.1.2. Cecina
Preparación de las materias primas
De la entrevista realizada a los elaboradores se obtuvo la información que se
detalla a continuación. Para elaborar cecina se usan normalmente los cuartos
traseros del animal, aunque también se hace cecina de los cuartos delanteros,
incluido el costillar. Se corta la carne en porciones con forma de manta, de poco
grosor y gran superficie, es decir, la carne se filetea con ayuda de un cuchillo hasta
conseguir láminas de carne, relativamente delgadas y grandes. La carne así
preparada puede llevar hueso (fundamentalmente en el caso del costillar), cartílago
o fascias. La mayoría de las elaboradoras utilizaba solo tejido muscular,
acompañado de una pequeña cantidad de tejido graso; sin embargo, algunas
elaboradoras también incluían en sus filetes de cecina una parte considerable de
Resultados ___________________________________________________________________________
176
tejido óseo, cartilaginoso, procedente principalmente de las costillas, tejido graso y
piel.
Por otra parte, las materias primas no cárnicas más utilizadas fueron la sal,
pimienta, ajo (Allium sativum), un refrito de achiote molido (Bixa orellana) en aceite,
comino, jugo de limón o vinagre y glutamato monosódico. Algunas productoras,
además, agregaban cebolla y pimiento finamente cortados (ver Tabla III.3.4. donde
se muestra la frecuencia de adición de distintos ingredientes).
Mezclado
Cuando ya estaba el refrito de achiote preparado, éste se mezclaba con los
demás ingredientes y con esta mezcla se embadurna la carne, frotándola con la
mano constantemente hasta que adquiriera el color deseado (rojo–anaranjado). En
la villa de Pampa Grande, la preparación del aderezó fue de diferente manera: en
una licuadora se colocó el ajo con el vinagre y se procedió al licuado de la mezcla.
Aparte, el achiote entero se colocó en una olla con aceite que se calentó con fuego
hasta que el achiote reventara y soltara su color, dejando posteriormente enfriar.
Entonces, primero se le puso a la carne la sal, la pimienta, el comino y el glutamato
monosódico. Tras echar estos ingredientes, se frotó la carne con el ajo licuado con
el vinagre, luego, con una cantidad abundante de aceite solo, y finalmente con otra
cantidad de aceite, pero esta vez de la mezcla coloreada con el achiote.
Secado, conservación, comercialización
Las piezas de cecina una vez cortadas y aderezadas eran tendidas en
cordeles, bajo techo, en los exteriores o los patios de las casas, para que
escurrieran, permaneciendo allí durante todo el día. Al oscurecer, a eso de las 8 de
la noche, eran recogidas en bandejas y colocadas en un refrigerador hasta el día
siguiente, en que se procedía a su venta o consumo. Si no se vendían o consumían
ese día eran colgadas nuevamente y almacenadas en bandeja con frío por la noche,
repitiendo esta actividad durante todo el tiempo que se tiene el producto
(normalmente no más de 3 días porque si se tuviese más tiempo se alteraría). Al
igual que lo dicho para la salchicha, la cecina se puede consumir o vender el día
mismo de la elaboración o al día siguiente. Sino fuera posible, como mucho, se
tendría que vender o consumir durante los dos días siguientes (se suele preparar los
viernes para venderla los fines de semana). La cecina se consume frita o a la brasa,
se sirve en plato acompañada de verduras u otra guarnición.
Resultados ___________________________________________________________________________
177
Tabla III.3.4. Frecuencias de uso de los diversos ingredientes utilizados en la
elaboración de cecina.
Insumo Frecuencia n=12
Carne (normalmente magra) 1,0 Sal 1,0 Aceite 0,84 Ajo ( Allium sativum) 0,84 Pimienta 0,84 Achiote (Bixa orellana) 0,76 Glutamato monosodico (Ajinomoto) 0,76 Comino 0,76 Limón (Citrus limonum) 0,46 Vinagre 0,30 Cebolla (Allium cepa) 0,30 Aliño* 0,15 Pimiento verde (Capsicum annuum) 0,07 Cilantro (Coriandrum sativum) 0,07
*Mezcla para cecina preparada artesanalmente por expertos locales para su comercialización local.
Fig. III.3.2. Apariencia de la cecina después del adobo y antes de ser colgada para
su secado. A la izquierda se adobaron costillas y a la derecha filetes de pierna.
Caracterización de los parámetros fisico-químicos de la cecina de Tumbes en
expendio La Tabla III.3.5. recoge los valores medios de la composición proximal
(humedad, extracto etéreo, proteína y cenizas) determinados en las muestras de
Resultados ___________________________________________________________________________
178
cecina de Tumbes. Se observa que la humedad presentó una media de 53,4, la
grasa de 20,6%, con valores que fluctuaron entre 11,3 y 27,4%, la proteína de 19,6%
y las cenizas de 2,61%. Igualmente se recoge el contenido en azúcares simples,
siendo la glucosa el único azúcar con cierta importancia cuantitativa (0,2 %).
Respecto a los ácidos orgánicos de cadena corta, el ácido láctico fue el
predominante (423 mg 100 g-1), seguido del ácido acético, el succínico+desconocido
y el ácido cítrico. Hubo además varios compuestos detectados en los
cromatogramas con espectros ultravioleta típicos de los ácidos orgánicos – en la
Tabla son llamados ácidos indeterminados –, algunos de ellos en cantidades
relativamente importantes. Finalmente, el contenido en sal de la cecina fue en
promedio de 1,4% y el del colágeno de 0,67%.
Tabla III.3.5. Parámetros de composición de la cecina de Tumbes en el expendio.
Parámetro Media ± DE (n=16)
Mínimo Máximo
Composición proximal (%) Humedad 53,43 ± 11,77 26,85 67,84 Extracto etéreo 20,60 ± 4,90 11,30 27,36 Proteína 19,65 ± 5,03 13,43 30,27 Cenizas 2,61 ± 0,96 1,54 4,30 Azúcares (mg 100g-1) Glucosa 203,61 ± 87,15 45,80 385,33 Fructuosa 0,0 ± 0,0 0,0 0,0 Sacarosa 0,44 ± 1,73 0,0 6,70 Ácidos orgánicos de cadena corta (mg 100 g-1) Aconitico 0,5 ± 0,7 - 1,9 Cítrico 25,1 ± 42,4 - 90,0 Ácido indeterminado (10,00) 6,0 ±12,1 - 43,7 Pirúvico 2,0 ± 2,7 - 9,8 Ácido indeterminado (12,32) 31,8 ± 29,4 4,7 116,5 Succínico+desconocido 36,4 ± 27,4 - 108,6 Láctico 423,0 ± 246,8 146,6 928,3 Fórmico 4,6 ± 9,6 - 28,4 Fumárico 0,1 ± 0,1 - 0,4 Acético 66,0 ± 83,7 - 230,5 Ácido indeterminado (20,75) 1,00 ± 3,8 - 14,9 Ácido indeterminado (22,05) 165,0 ± 232,6 8,3 631,2 Otros NaCl (%) 1,37 ± 0,93 0,45 3,36 Colágeno (%) 0,67 ± 0,40 0,32 1,27 * En relación a los ácidos orgánicos, entre paréntesis se indica el tiempo de retención en s de los compuestos no identificados que presentaron un espectro ultravioleta típico de los ácidos orgánicos, estos compuestos están expresados como mg de ácido láctico 100 g-1 de producto.
Resultados ___________________________________________________________________________
179
Los valores de de pH y aw de la cecina se pueden observar en la Tabla III.3.6.
El valor medio de pH medido en la cecina fue de 6,2 ± 0,6 – el valor mínimo de fue
de 5,4 y el máximo fue 7,1. Para la aw, los valores fueron de 0,97 ± 0,01, siendo el
valor mínimo de aw de 0,95 y el máximo de 0,99. Igualmente, se pueden observar
los valores medios de las determinaciones de luminosidad (L*), componente rojo-
verde (a*), y el componente azul-amarillo (b*), que presentaron una media de 34,6,
17,9 y 23,5, respectivamente. La concentración de SRATB en la cecina mostró una
media de 2,19 mg kg-1, estando los valores comprendidos entre 0,03 y 7,82 mg kg-1.
Tabla III.3.6. Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en sustancias
reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB), expresado como mg de malonaldehído por
kg de producto en la cecina de Tumbes.
Parámetro Media ± DE (n=16)
Mínimo Máximo
pH 6,16 ± 0,65 5,36 7,08 aw 0,970 ± 0,010 0,952 0,990 L* 34,57 ± 6,32 24,75 44,25 a* 17,87 ± 5,47 11,10 28,54 b* 23,46 ± 7,94 12,69 41,24 SRATB 2,19 ± 2,18 0,03 7,82
Los resultados más relevantes de la regresión lineal entre los parámetros físico-
químicos de la cecina fueron los siguientes:
La grasa estuvo significativamente (p<0.05) correlacionada con la humedad
(r = -0,57) y con la proteína (r = -0,92). Y la humedad presentó una
correlación positiva con la proteína (r = 0,61).
El pH estuvo significativamente correlacionado con la concentración de uno
de los ácidos identificados, el ácido cítrico (r = -0,53).
La aw estuvo inversamente correlacionada (p<0,05) con la concentración de
sal (r = -0,78), pero no presentó correlación significativa con la humedad.
Los parámetros de color estuvieron significativamente correlacionados entre
sí, L* presentó correlación con a* (r = 0,62) y a* con b* (r = 0,69).
Resultados ___________________________________________________________________________
180
* Realizando una correlación lineal múltiple entre la aw y el contenido en sal y humedad se
obtuvo la siguiente ecuación:
aw = -0,000015 x Sal% + 0,000226 x humedad% + 0,983074; r = 0,8702; p < 0,0002 (n=15)
III.3.1.3. Rellena
Caracterización del proceso de elaboración de la rellena
Preparación de las materias primas
De acuerdo a la información proporcionada por los entrevistados, durante el
sacrificio del cerdo se recolecta toda la sangre de éste en ollas o baldes de plástico.
Una vez en el balde, ésta es agitada con un palo para evitar su coagulación.
Simultáneamente, se va preparando el resto de ingredientes: el repollo o la col
(Brassica oleracea var. Capitata), en abundancia, la cual era cortada a manera de
rodajas de unos 0.5 cm de grosor, el cilantro (Coriandrum sativum), el ají amarillo
(Capsicum baccatum), la hierba buena (Mentha spicata) y la cebolla de rabo (Allium
fistulosum), que se picaban e iban guardando en un recipiente plástico. También se
preparaba la sal, el glutamato monosódico y otras especias. En la Tabla III.3.7.
figura la frecuencia de uso de los ingredientes mencionados, según se ha obtenido
en la encuesta realizada.
Mezclado
A la sangre cruda líquida se le añaden todos los ingredientes (Fig. III.3.3)
picados y se mezcla todo con la mano. En algunos casos, se añade directamente la
manteca omental picada (en la villa de El Tablazo) y en otros se fríe la grasa con ajo
y achiote para luego agregarla a la sangre (en la villa de Buenos Aires). Al final, se
añade sal, comino, pimienta, orégano y el glutamato monosódico.
Embutido
Una vez lista la mezcla, se buscan pedazos de intestino (mayoritariamente
intestino grueso), los cuales habían sido lavados y volteados de la misma manera
que se explicó con los intestinos delgados en la elaboración de salchicha (III.3.1.1.).
Se suelen emplear segmentos no muy largos para evitar que se rompan fácilmente y
con la menor cantidad posible de saculaciones. Un extremo del intestino es atado y
luego la tripa es llenada con embudo, intentando coger tanto ingredientes sólidos
como sangre para que ingrese una cantidad homogénea de ambos. El llenado no es
Resultados ___________________________________________________________________________
181
muy tenso para evitar que se rompa la tripa durante el cocido. Una vez embutida
toda la masa se amarra el otro extremo de la tripa con hilo de atar (pita o pabilo).
Cocido
Las tripas embutidas se colocan en la olla de agua hirviendo donde se
sumergen hasta su adecuada cocción (Fig. III.3.3), alcanzándose una consistencia
relativamente sólida o consistente por la coagulación de la sangre. Para verificar la
cocción se pincha con un palito y si sale sangre se vuelve a sumergir prosiguiendo la
cocción, puesto que eso indica que falta más tiempo de cocción.
Tabla III.3.7. Frecuencias de uso de diversos ingredientes utilizados en la
elaboración de rellena.
Insumo Frecuencia n=15
Sangre de cerdo 1,0 Manteca (principalmente grasa omental) 0,9 Intestino grueso (tripa) 1,0 Sal 1,0 Col (Brassica oleracea var. capitata) 1,0 Hierbabuena (Mentha spicata) 1,0 Culantro (Coriandrum sativum) 0,9 Ají mirasol (Capsicum baccatum) 0,6 Cebolla de rabo (Allium fistulosum) 0,6 Glutamato de sódio (Ajinomoto) 0,6 Comino 0,5 Ají panca (Capsicum Chinense L.) 0,3 Ajo (Allium sativum L.) 0,3 Orégano (Origanum vulgare) 0,3 Pimiento verde (Capsicum annuum) 0,1 Aliño (mezcla preparada)* 0,1 Cebolla en cuadritos (Allium cepa L.) 0,1
*Mezcla para rellena preparada artesanalmente por expertos locales para su comercialización local.
Conservación, comercialización
El embutido, una vez cocinado, se escurre y es guardado en refrigeración
hasta el momento de la venta o consumo – este producto, al igual que los otros, se
destina para autoconsumo o venta. En cuanto a la comercialización, ésta se realiza
de dos maneras, en ferias o en mercado. En el caso de las ferias, la rellena es
vendida cortada en pedazos de unos 4 cm de longitud, se fríe y luego se coloca en
un plato con chifles.
Resultados ___________________________________________________________________________
182
La venta de mercado se realiza generalmente 2 o 3 veces por semana
(jueves, viernes y sábados) y el producto es colgado en ganchos a temperatura
ambiente y vendido por cuartas (una cuarta es la longitud entre el dedo pulgar y el
dedo medio abiertos ambos). La conservación del producto que no se vende en
mercado se hace en refrigeración.
Fig. III.3.3. Foto con los ingredientes de la rellena (izquierda) y con las rellenas en la
cocción.
Caracterización de los parámetros fisico-químicos de la rellena de Tumbes en
expendio
En la Tabla III.3.8. se recogen los valores de composición proximal en las
muestras de rellena de Tumbes. La humedad de la rellena fue de 72%, el contenido
en proteína de 12%, la grasa 9%, las cenizas 2% y la fibra 1%. En esta Tabla se
recogen los contenidos en azúcares, según los cuales la cantidad de glucosa fue de
276 mg 100 g-1, la fructosa de 148 y la sacarosa de 7. Igualmente, se muestran las
concentraciones de diversos ácidos orgánicos de cadena corta. Los más abundantes
fueron el ácido láctico (72 mg 100 g-1) seguido por los ácidos málico+desconocido,
cítrico y acético (28, 18 y 13 mg 100g-1, respectivamente). En los cromatogramas se
observaron picos correspondientes a compuestos con espectro típico de ácido
orgánico que no pudieron ser identificados, dos de ellos con un área considerable,
que eluyeron a los tiempos 12,48 y 22,02 min.
En la Tabla III.3.8. también se puede observar el contenido de minerales en la
rellena de Tumbes. El elemento mineral que estuvo en mayor cantidad fue el Na,
con una media de 706 ± 335 mg 100g-1 y con valores entre 279 y 1100 mg 100g-1,
Resultados ___________________________________________________________________________
183
seguido del K, con valores medios de 142 ± 55 mg 100g-1, el S, con una media de
116 ± 22 mg 100g-1, el Ca y el P, con cantidades próximas a 50 mg 100g-1, el Mg,
con 14 mg 100g-1, el Zn, con 0,7 mg 100g-1, y, finalmente, el Mn y el Cu, con
concentraciones de 0,014 y 0,013 mg 100g-1, respectivamente. Finalmente, en esta
Tabla se muestra el contenido en sal, que por término medio fue del 1%, y el
contenido en colágeno (%), con valores de 0,04 ± 0,05.
En la Tabla III.3.9. se pueden observar los valores de pH y aw en la rellena de
Tumbes. La media del pH fue de 6,6 ± 0,6, fluctuando los valores entre 5,4 y 7,7. Los
valores de la aw fueron de de 0,99 ± 0,01, con un rango entre 0,97 y 0,99. En esa
Tabla, también se pueden observar los valores medios de las determinaciones de
luminosidad (L*), componente rojo-verde (a*) y azul-amarillo (b*), que fueron de
22,1, 21,4 y 14,6 respectivamente. El contenido medio en maloaldehído fue de 3,1 ±
1,8 mg kg-1, estando los valores comprendidos entre 0,83 y 7,14 mg kg-1.
Los coeficientes de correlación más significativos obtenidos a partir de los
datos de composición de la rellena fueron los siguientes:
La humedad estuvo significativamente (p<0.05) correlacionada con la fibra (r
= 0,88), con la grasa (r = -0,79) y con las cenizas (r = 0,72). La grasa tuvo
además una correlación significativa negativa con la fibra y las cenizas (r = -
0,63 y -0,65).
El pH no estuvo significativamente correlacionado con los ácidos orgánicos
pero sí con la proteína (r = 0,60).
Los contenidos en elementos minerales como el Ca, Fe, Mg y Mn
presentaron correlaciones significativas entre sí, destacando las altas
correlaciones entre el Mg y Mn (r = 0,94) y entre el Ca y el Mg y Mn (r = 0,86
y 0,88, respectivamente). También hubo correlaciones significativas
positivas entre los contenidos en P, K y Na, con coeficientes de correlación
(r) de 0,63 (P vs K) y 0,89 (K vs Na).
Las SRATB estuvieron inversamente correlacionadas con el contenido en
fibra (r = -0,61).
La fibra además estuvo correlacionada con el contenido en cenizas (r =
0,78).
Los parámetros de color estuvieron significativamente correlacionados entre
sí, L* presentó correlación con a* (r = 0,88) y a* con b* (r = 1,00).
Resultados ___________________________________________________________________________
184
La aw estuvo significativamente correlacionada con el contenido en sal (r = -
0,75), pero no con la humedad. * Realizando una correlación lineal múltiple entre la aw y el contenido en sal y humedad se
obtuvo la siguiente ecuación:
aw = -0,000011 x Sal% + 0,000082 x humedad% + 0,983074; r = 0,9968; p < 0,0040 (n=13)
Tabla III.3.8. Parámetros de composición de la rellena de Tumbes.
Parámetro Media±DE (n=13)
Mínimo Máximo
Composición proximal (%) Humedad 71,79 ± 6,90 57,14 82,96 Proteína 11,89 ± 2,85 5,00 16,49 Extracto etéreo 9,40 ± 3,95 4,63 19,04 Cenizas 2,14 ± 0,90 1,54 3,91 Fibra digestible total 1,10 ± 0,37 0,47 1,88 Azúcares (mg 100 g-1) Glucosa 276,63 ± 131,07 10,97 525,68 Fructuosa 148,29 ± 105,29 41,26 393,40 Sacarosa 7,07 ± 5,14 - 14,97 Ácidos orgánicos de cadena corta (mg 100 g-1) Aconitico 0,2 ± 0,2 - 0,5 Cítrico 18,3 ± 11,5 6,5 41,5 Pirúvico 2,0 ± 1,6 - 5,4 Málico+desconocido 28,4 ± 17,1 11,2 58,5 Ácido indeterminado (12,48) 23,5 ± 12,4 - 42,9 Succínico+desconocido 68,9 ± 73,4 - 255,4 Láctico 71,9 ± 106,3 14,2 433,2 Fórmico 1,4 ± 3,0 - 9,2 Fumárico 0,2 ± 0,1 - 0,4 Acético 13,4 ± 34,2 - 98,5 Ácido indeterminado (22,03) 47,9 ± 37,3 13,0 139,6 Elementos minerales (mg 100 g-1) Na 706,2 ± 335,4 279,0 1100,0 K 142,1 ± 55,5 92,6 221,0 S 115,7 ± 22,0 92,7 154,8 Ca 49,6 ± 15,7 21,4 76,0 P 48,2±19,1 39,2 84,1 Fe 29,0 ± 8,6 14,9 40,8 Μg 13,8 ± 5,5 6,6 24,5 Zn 0,7 ± 0,1 0,57 0,81 Mn 0,014 ± 0,007 0,004 0,025 Cu 0,013 ± 0,006 0,008 0,032 Otros NaCl (%) 1,03 ± 0,40 0,39 1,55 Colágeno (%) 0,04 ± 0,05 - 0,16 * En el caso de los ácidos orgánicos de cadena corta, se indica entre paréntesis el tiempo de retención en s de los compuestos no identificados que presentaron un espectro ultravioleta típico de los ácidos orgánicos, estos compuestos están expresados como mg de ácido láctico 100 g-1 de producto.
Resultados ___________________________________________________________________________
185
Tabla III.3.9.- Valores de pH y aw, parámetros del color y contenido en sustancias
reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB), expresadas como mg de malonaldehído
por kg de producto en la rellena de Tumbes
Parámetro Media ± DE (n=13 )
Mínimo Máximo
pH 6,55 ± 0,57 5,40 7,65 aw 0,990 ± 0,01 0,986 0,997 L* 22,13 ± 5,27 16,46 34,16 a* 21,38 ± 4,81 13,02 27,86 b* 14,65 ± 2,25 10,55 18,03 SRATB 3,12 ± 1,76 0,83 7,14
III.3.2. Evolución de los parámetros físico-químicos de los productos cárnicos típicos de Tumbes durante el periodo de secado y/o conservación en las condiciones utilizadas por los productores
III.3.2.1. Salchicha
Según se aprecia en la Tabla III.3.10, la humedad de la salchicha durante su
secado o conservación descendió durante los tres primeros días, aunque las
diferencias no fueron significativas (p>0,05). Los valores de NaCl tampoco
presentaron diferencias significativas durante la conservación del embutido. En
cuanto a la evolución del contenido de azúcares se observó un descenso no
significativo en la cantidad de glucosa a los 3 días de elaboración del embutido, pero
el descenso más acusado y significativo tuvo lugar entre los días 6 y 9 de
conservación. La cantidad de fructosa descendió progresivamente entre los días 3 a
9, siendo significativo entre el sexto y noveno día de elaboración. Respecto al
contenido en sacarosa, el descenso más marcado tuvo lugar entre los días 3 y 6 de
conservación.
La evolución de los ácidos orgánicos de cadena corta en la salchicha de
Tumbes durante su conservación queda recogida en la Tabla III.3.10. Los ácidos
aparecen ordenados por el tiempo de retención. Dentro de los ácidos identificados
se observa un aumento en la cantidad de ácido láctico, acético y una disminución en
Resultados ___________________________________________________________________________
186
los ácidos aconítico y succínico + desconocido. El resto permaneció más o menos
constante.
En la Tabla III.3.11 se muestran los resultados obtenidos para la evolución del
pH, aw, color y del contenido en SRATB en la salchicha de Tumbes. Se observa una
disminución del pH de 0,3 unidades del día 0 al día 3 y una estabilización hasta el
día 6 con una ligera subida el día 9 (las diferencias no fueron significativas, p>0,05).
La aw disminuyó significativamente los primeros 3 días (p<0,05), alcanzándose un
valor de 0,974, que permaneció casi constante hasta el día 9.
Por su parte, la luminosidad (L*) disminuyó ligeramente durante los primeros 3
días y se mantuvo relativamente constante el resto del tiempo de secado-
conservación, aunque no se observaron diferencias significativas entre las distintas
medidas (p>0.05). El valor a* permaneció constante durante todo el periodo,
mientras que el b* mostró una ligera tendencia a la baja, pero sin ser significativa
(p>0,05). Finalmente, en cuanto al contenido en SRATB, no se observó una
tendencia al aumento durante su secado-conservación, siendo en todos los casos
los valores cercanos a 2 mg kg-1.
Resultados ___________________________________________________________________________
187
Tabla III.3.10.-Cambios en la composición de la salchicha de Tumbes durante el
periodo de secado-conservación.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n= 6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
Humedad (%) 58,73±11,08a 52,16±7,44a 52,26±6,92a 53,71±6,56a
NaCl (%) 1,17±0,40a 1,12±0,32a 1,32±0,63a 1,17±0,42a
Azúcares (mg 100 g-1) Glucosa 374,5±235,2a 285,0±178,7a 286,3±195,3a 41,5±45,9b
Fructuosa 15,8±11,9ab 19,0±12,6a 10,3±8,8a 4,2±6,9b
Sacarosa 5,5±6,9ab 9,1±3,9a 1,5±2,3b 2,8±6,3ab
Ácidos orgánicos de cadena corta (mg 100g-1) Aconitico 1,6±0,9a 0,2±0,1b 0,1±0,1b 0,2±0,1b
Cítrico 145,0±106,3a 44,9 ±62,8a 69,2±77,9a - Pirúvico 2,5±1,4a 3,2±2,3a 4,6±2,1a 3,1±1,6a
Cetoglutárico 77,6±47,2a 61,1±66,7a 56,2±40,1a 85,1±43,9a
Ácido indeterminado (12,32)* 54,6±30,6a 46,6±44,2a 87,6 ±52,7a 31,0±17,7a
Succínico+desconocido 93,4±41,6a 34,5±19,2b 30,8±11,0b 44,4±11,1b
Láctico 312,3±135,9b 606,8±318,2ab 844,8±153,6a 879,3±190,6a
Fórmico - 1,0±2,2a 0,5±1,3a - Fumarato 0,2±0,1 - - - Acético 16,8±41,1b 86,6 ±48,5a 123,5±52,8a 87,3±32,7a
Ácido indeterminado (20,75)* - 2,1±3,0a 1,1±2,6a 6,0 ±5,2a
Ácido indeterminado (22,04)* 25,1 ±9,1b 40,4±24,0ab 56,7 ±19,7a 59,2 ±19,9a
Ácido indeterminado (39,84)* - 11,6 ±15,9a 23,2±22,9a 8,2 ±14,1a
* En relación a los ácidos orgánicos, entre paréntesis se indica el tiempo de retención en s de los compuestos no identificados que presentaron un espectro ultravioleta típico de los ácidos orgánicos, estos compuestos están expresados como mg de ácido láctico 100 g-1 de producto. a,b Medias de la misma fila con ninguna letra en común presentaron diferencias significativas con el análisis de varianza (p<0,05).
Tabla III.3.11.-Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y contenido
en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB), expresado como mg de
malonaldehído por kg de producto, durante el secado-conservación de la salchicha
de Tumbes.
Parámetro Día 0 (n=6)
Día 3 (n=6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n= 6)
pH 5,70 ± 0,72a 5,41 ± 0,35a 5,44 ± 0,49a 5,58 ± 0,55a
aw 0,984 ± 0,006a 0,974 ± 0,005b 0,973 ± 0,004b 0,973 ± 0,007b
L* 48,32 ± 5,17a 42,83 ± 5,86a 45,14 ± 5,05a 43,18 ± 7,07a a* 21,67 ± 6,42a 23,23 ± 5,68a 23,50 ± 5,15a 23,64 ± 6,43a b* 44,30 ± 7,42a 41,24 ± 4,39a 43,47 ± 4,77a 39,58 ± 3,98a SRATB 2,21 ± 2,19a 2,24 ± 2,34a 1,83 ± 2,38a 1,76 ± 2,96a a,b Medias de la misma fila con ninguna letra en común presentaron diferencias significativas con el análisis de
varianza (p<0,05).
Resultados ___________________________________________________________________________
188
La Tabla III.3.12 muestra el momento en el que se detectaron alteraciones
sensoriales en las salchichas durante su proceso de secado-conservación. Un tercio
de los lotes analizados mostraron defectos de color en la tripa y del olor a partir del
día 3 de elaboración. La frecuencia de aparición de estos defectos así como la de
aparición de decoloración de la masa se incrementó con el tiempo. Prácticamente
todas las salchichas presentaron alteraciones en la textura tras 9 días de
elaboración.
Tabla III.3.12. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas alteraciones
sensoriales en la salchicha de Tumbes.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n=6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
Alteración Color Tripaa 0 2/6 3/6 3/6 Masab 0 0/6 2/6 2/6 Alteración olorc 0 2/6 3/6 4/6 Alteración textura Tripad 0 1/6 1/6 6/6 Masae 0 0 1/6 5/6
a El defecto en color consistió en el empalidecimiento de la tripa. b La alteración de la masa se manifestó con la aparición de una coloración marronácea. c Los olores de alteración detectados fueron los de ‘putrefacción’ y ‘desagradable no definido’. d Aparición de una textura limosa, pegajosa o grasosa al tacto. e Ablandamiento de la masa (masa pastosa).
Las Figs. III.3.4 y III.3.5 muestran la evolución de los distintos grupos
microbianos en la salchicha durante el secado-conservación. Inicialmente, la flora
aerobia mesófila viable (FAMV), tanto en masa como en superficie, al día siguiente
de la elaboración superó la cantidad de 108 UFC/g o cm2. Esta cantidad experimentó
un aumento de aproximadamente 0,5 unidades logarítmicas a lo largo de los 6 días
de conservación. La contaminación superficial fue ligeramente superior a la de la
masa (Fig. III.3.4.).
El grupo de las BAL fue el predominante en la masa de la salchicha y su
evolución fue equivalente a la de la FAMV, incrementando sus recuentos
ligeramente del día 1 al 9 de elaboración.
Los mohos y levaduras estuvieron inicialmente en concentraciones entre 107 y
108 UFC/g y experimentaron un ligero incremento durante la conservación. El
comportamiento de los micrococos fue de descenso en los primeros 4 días y
posterior recuperación, alcanzando valores cercanos a 108 UFC/g. Finalmente, las
Resultados ___________________________________________________________________________
189
enterobacterias presentaron recuentos iniciales de 106 UFC/g y una tendencia al
descenso a lo largo del periodo de conservación.
456789
10
0 5 10Días
FAMV Superficie
FAMV Masa
Log UFC/g o cm2
Fig. III.3.4. Evolución de los recuentos de flora aerobia mesófila viable (FAMV) en la
superficie de la tripa o en la masa de la salchicha a lo largo del secado-
conservación.
Fig. III.3.5. Evolución de los recuentos de micrococos, enterobacterias, mohos y
levaduras y bacterias ácido lácticas (BAL) en la masa de la salchicha a lo largo del
secado-conservación.
456789
10
0 5 10Días
Micrococos
Enterobacterias
Mohos y Levaduras
BAL
Log UFC/g
Resultados ___________________________________________________________________________
190
III.3.2.2. Cecina
En la Tabla III.3.13 se muestra la evolución de la humedad y la sal, el
contenido en azúcares y en ácidos orgánicos de cadena corta de la cecina a lo largo
de su secado-conservación. La humedad descendió durante el proceso,
fundamentalmente en los 3 primeros días, mientras que el contenido en sal aumentó
en este periodo. El contenido en azúcares y en la mayor parte de los ácidos
orgánicos no experimentó variaciones significativas durante el secado-conservación
de la cecina.
La Tabla III.3.14 recoge los valores de pH y aw durante la conservación de la
cecina. Se observa que la media inicial del pH del producto fue de 5,60 ± 0,49 y este
valor aumentó ligeramente hasta el día 9 de conservación del producto,
detectándose diferencias significativas entre el día primero y el último. En el
parámetro aw, se puede observar que los valores presentaron una ligera disminución
significativa del día 0 al día 3.
En esa misma Tabla III.3.14., se muestran también los resultados obtenidos
en las determinaciones colorimétricas. La Luminosidad (L*) se mantuvo constante, el
componente rojo-verde (a*) disminuyó progresivamente desde el inicio de la
conservación hasta el día 9 y, finalmente, el componente azul-amarillo (b*) presentó
una variación muy semejante al componente rojo. En cuanto al contenido SRATB,
no se observaron diferencias significativas a lo largo de la conservación.
En la Tabla III.3.15 se muestran las manifestaciones de alteración de la
cecina durante su secado-conservación. La mitad de los lotes evaluados
presentaron evidencias de alteración en el tercer día de secado-conservación. En el
día 6 la totalidad de los lotes presentaron malos olores. En la mayoría de los lotes
coexistieron alteraciones por cambio en el color, olor y textura (datos no mostrados
en la Tabla).
Resultados ___________________________________________________________________________
191
Tabla III.3.13.-Cambios en la composición de la cecina de Tumbes durante el
periodo de secado-conservación.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n= 6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
Humedad (%) 60,4±11,8a 53,2±11,0a 50,4±11,6a 49,4±12,3a
NaCl (%) 0,70±0,21c 1,07±0,53b 1,21±0,33ab 1,58±0,45a
Azúcares (mg 100 g-1) Glucosa 227,2±125,4a 209,5±94,8a 172,2±38,0a 211,4±36,8a
Fructuosa - - - - Sacarosa 2,8±2,5a 1,1±2,7a - - Ácidos orgánicos de cadena corta (mg 100 g-1) Aconitico 0,5±0,6a 0,6±0,9a 0,8±1,0a 0,6±0,8a
Cítrico 35,1± 75,8a 28,6±56,0a 23,6±50,8a 22,8±20,9a
Ácido (10,00)* 9,6±18,6a 6,7±8,7a 2,4±4,1a 4,0±8,9a
Pirúvico 0,9±0,6a 2,8±3,4a 3,9±4,4a 3,0±4,0a
Ácido (12,32)* 31,3±28,9a 36,0±40,9a 75,4±48,3a 47,8±27,1a
Succínico+desconocido 55,1±59,6a 42,2±38,8a 97,0±26,1a 77,4±37,9a
Láctico 446,3±181,0a 528,5±314,3a 419,2±331,3a 435,4±239,5a
Fórmico 0,3 ± 0,7a 4,7±11,6a 19,7±31,0a 2,6±6,2a
Fumárico 0,09 ± 0,05a 0,07±0,04a 0,08±0,03a 0,11±0,10a
Acético 106,8±35,5a 102,5±33,2a 193,2±123,1a 187,9±208,2a
Ácido (20,75)* - 2,47±6,07a - 5,0±8,4a
Ácido (22,05)* 80,5±137,5b 258,7±262,2b 713,1±10,8a 948,8±133,0a
Ácido (39,86)* - - 4,5±11,1a 12,6±26,6a
* En relación a los ácidos orgánicos, entre paréntesis se indica el tiempo de retención en s de los compuestos no identificados que presentaron un espectro ultravioleta típico de los ácidos orgánicos, estos compuestos están expresados como mg de ácido láctico 100g-1 de producto. a,b Medias de la misma fila con ninguna letra en común presentaron diferencias significativas con el análisis de varianza (p<0,05).
Tabla III.3.14.-Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y contenido
en sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB), expresado como mg de
malonaldehído por kg de producto, durante el secado-conservación de la cecina de
Tumbes.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n=6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
pH 5,60 ± 0,49b 6,13 ± 0,49ab 6,15 ± 0,73ab 6,44 ± 0,60a
aw 0,988 ± 0,004a 0,972 ± 0,013b 0,957 ± 0,029b 0,962 ± 0,024b
L* 35,39 ± 7,61a 34,89 ± 5,58a 35,49 ± 6,62a 37,64 ± 5,26a
a* 19,92 ± 4,14a 16,41 ± 3,94ab 15,46 ± 2,11ab 12,03 ± 3,62b
b* 33,94 ± 6,29a 26,34 ± 8,33abc 20,84 ± 10,64bc 17,33 ± 4,95c
SRATB 3,07 ± 2,89a 3,64 ± 3,25a 5,83 ± 2,90a 3,83 ± 3,10a
a,b Medias de la misma fila con ninguna letra en común presentaron diferencias significativas con el análisis de
varianza (p<0,05).
Resultados ___________________________________________________________________________
192
Tabla III.3.15. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas alteraciones
sensoriales en la cecina de Tumbes.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n=6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
Alteración colora 0 3/6 3/6 5/6 Alteración olorb 0 2/6 3/6 6/6 Alteración texturac 0 2/6 3/6 5/6
a el defecto en color consistió en la aparición de manchas de diversos colores y tamaños y en el cambio de color de la cecina, en algunos casos empalidecimiento y en otros una acentuación del color. b Los olores anormales se describieron como agrio, a putrefacción, amoniacal. c Aparición de una textura en algunos casos pegajosa y chiclosa. En un caso se vio que la textura era dura por efecto posiblemente de la desecación excesiva.
En la Fig. III.3.6. se muestra la evolución de la FAMV en superficie y en el
conjunto superficie e interior (masa) de la cecina de Tumbes. Los recuentos
estuvieron cerca de los 108 UFC/g o cm2. Se observa una tendencia al incremento
de esos recuentos con el tiempo de secado-conservación.
Los cambios en la población de micrococos, enterobacterias, mohos y
levaduras y BAL se recogen en la Fig. III.3.7. Las BAL fueron el grupo de bacterias
predominante. Los recuentos en micrococos experimentaron un incremento
considerable los 4 primeros días de secado-conservación y después se
estabilizaron. Los mohos y levaduras presentaron su mayor crecimiento hacia el
final de la de conservación (del día 4 al 7). La concentración de enterobacterias
mostró un descenso paulatino con el tiempo de conservación.
Resultados ___________________________________________________________________________
193
4
5
6
7
8
9
10
0 2 4 6 8Días
FAMV SuperficieFAMV Masa
Log UFC/g o cm2
Fig. III.3.6. Evolución de los recuentos de flora aerobia mesófila viable (FAMV) en la
superficie de la tripa o en la masa de la cecina a lo largo del secado-conservación.
4
5
6
7
8
9
0 2 4 6 8Días
MicrococosEnterobacteriasMohos y levadurasBAL
Log UFC/g
Fig. III.3.7. Evolución de los recuentos de micrococos, enterobacterias, mohos y
levaduras y bacterias ácido lácticas (BAL) en la masa de la rellena a lo largo del
secado-conservación.
Resultados ___________________________________________________________________________
194
III.3.2.3. Rellena
En la Tabla III.3.16 se recoge la evolución de los valores de humedad, cloruro
de sodio (NaCl), azúcares y ácidos orgánicos durante la conservación a refrigeración
de la rellena de Tumbes. Se puede observar que el contenido de humedad y NaCl
se mantuvieron constantes. Por su parte, el contenido en glucosa descendió
significativamente (p<0,05) entre el día 6 y 9 de conservación. También se pueden
apreciar descensos en los contenidos de fructosa y sacarosa a partir del día tercero.
En relación a los ácidos orgánicos de cadena corta, se detectaron descensos en los
contenidos de succínico + desconocido y fumárico y un incremento en láctico y
acético.
Tabla III.3.16.-Cambios en la composición de la rellena de Tumbes durante el
periodo de secado-conservación.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n= 6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
Humedad (%) 69,7±9,9a 70,0±10,3a 70,0±8,9a 70,2±10,5a
NaCl (%) 1,11±0,40a 1,12±0,32a 1,32±0,63a 1,16±0,42a
Azúcares (mg 100 g-1) Glucosa 374,5±235,2a 284,9±178,7a 286,3±195,3a 41,5±45,9b
Fructuosa 158,5±118,7a 189,8±126,4a 102,7±87,7ab 41,7±69,6b
Sacarosa 5,5±6,9ab 9,1±3,9a 1,5±2,3b 2,8±6,3ab
Ácidos orgánicos de cadena corta (mg 100 g-1) Aconitico 0,20±0,21a 0,08±0,08a 0,16±0,19a 0,10±0,06a
Cítrico 12,1±7,9a 14,1±6,5a 19,2±13,4a 5,0±8,5a
Pirúvico 2,8±1,8a 2,4±1,6a 1,8±2,1a 1,2±0,9a
Málico +desconocido 33,9±23,4a 34,2±15,4a 32,5±22,2a 19,3±19,5a
Ácido(12,48)* 19,8±12,1a 18,3±11,9a 22,9±11,0a 19,0±9,7a
Succínico+desconocido 48,6±21,0a 13,0±15,3b 22,1±14,9b 20,3±8,2b
Láctico 68,3±116,4ab 35,7±24,3b 102,4±76,2ab 226,0±151,4a
Fórmico - - - - Fumarico 0,18±0,10a 0,23±0,11a 0,18±0,12a 0,04±0,04b
Acético 18,8±46,0b 17,9±40,0b 68,4±97,4ab 87,9±53,8a
Ácido(22,03)* 64,0±41,3a 54,1±39,0a 78,9±38,1a 62,2±22,8a
Ácido(39,74)* - - - 8,5±19,0 En relación a los ácidos orgánicos, entre paréntesis se indica el tiempo de retención en s de los compuestos no identificados que presentaron un espectro ultravioleta típico de los ácidos orgánicos, estos compuestos están expresados como mg de ácido láctico 100 g-1 de producto. a,b Medias de la misma fila con ninguna letra en común presentaron diferencias significativas con el análisis de varianza (p<0,05).
La Tabla III.3.17 recoge los valores de pH y aw durante la conservación de la
rellena de Tumbes. En los valores de pH se observa que la media inicial del
Resultados ___________________________________________________________________________
195
producto fue de 6,8 ± 0,5 disminuyendo este valor conforme iban pasando los días.
Respecto a la aw, se puede observar que los valores fueron constantes. Igualmente
fueron constantes los valores del color y de las SRATB.
La Tabla III.3.18 muestra el tiempo y frecuencia de aparición de evidencias de
alteración sensorial de la rellena a lo largo de su conservación a refrigeración. La
alteración de la apariencia de la tripa fue el síntoma predominante más prematuro. A
partir del día 6 de conservación la gran mayoría de los lotes evaluados presentaron
alteraciones en el color o apariencia de la tripa, en el olor y en la textura, tanto de la
tripa como de la masa. En algunas muestras el deterioro de la textura interior se
manifestó con licuefacción.
Tabla III.3.17.-Evolución de los valores de pH, aw, parámetros del color y contenido en
sustancias reactivas al ácido tiobarbitúrico (SRATB), expresado como mg de malonaldehído
por kg de producto, durante la conservación de la rellena de Tumbes.
Parámetro Día 0 (n=6)
Día 3 (n=6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
pH 6,84 ± 0,50ab 6,83 ± 0,23a 6,20 ± 0,58bc 5,71 ± 0,56c
aw 0,993 ± 0,010a 0,992 ± 0,007a 0,993 ± 0,004a 0,992 ± 0,006a
L* 24,14 ± 4,44a 21,89 ± 3,59a 24,70 ± 6,58a 23,49 ± 4,48a
a* 18,12 ± 4,10a 20,43 ± 4,21a 18,23 ± 4,22a 17,55 ± 4,94a
b* 15,07 ± 1,31a 14,56 ± 1,22a 14,63 ± 2,19a 13,35 ± 1,90
SRATB 2,77 ± 2,77a 2,26 ± 2,64a 2,92 ± 2,25a 2,59 ± 2,04a
Medias de la misma fila con ninguna letra en común presentaron diferencias significativas con el análisis de
varianza (p<0,05).
Tabla III.3.18. Tiempo y frecuencia acumulada de aparición de diversas alteraciones
sensoriales en la rellena de Tumbes.
Día 0 (n=6)
Día 3 (n=6)
Día 6 (n=6)
Día 9 (n=6)
Alteración color Tripaa 0 4/6 5/6 5/6 Masab 0 0 0 2/6 Alteración olorc 0 1/6 4/6 5/6 Alteración textura Tripad 0 3/6 5/6 5/6 Masae 0 2/6 5/6 5/6
a El defecto en color consistió en la aparición de manchas de diversos colores y tamaños y en el empalidecimiento del color de la tripa. b La alteración de la masa se manifestó con la aparición de coloraciones verdes y la perdida del color marrón (color más pálido). c El olor agrio fue el que mas se manifestó, aunque en el 30% de las muestras alteradas también se detecto olor a putrefacción.
Resultados ___________________________________________________________________________
196
d Aparición de una textura limosa o pegajosa al tacto. e Ablandamiento de la masa (puede llegar a la licuefacción).
En la Fig. III.3.8. se muestra la evolución de la FAMV en superficie (tripa) y en
la masa de la rellena. Como se puede apreciar los recuentos iniciales están entorno
a 108 UFC/g o cm2. Los recuentos en la superficie fueron superiores a los de la
masa. Ambos recuentos se incrementaron con el tiempo de conservación del
embutido en más de una unidad logarítmica.
La Fig. III.3.9. muestra los recuentos de micrococos, enterobacterias, mohos y
levaduras y BAL de la rellena de Tumbes. Todos los grupos microbianos
experimentan un ascenso en su concentración a lo largo de la conservación. Las
BAL y los micrococos fueron los grupos predominantes en los primeros días de
conservación, seguidos de cerca por los Mohos y levaduras que llegaron a ser los
más abundantes al final de la conservación. Por su parte, las enterobacterias,
inicialmente con recuentos de 106 UFC/g, llegaron a valores superiores a 108 a los 7
días, igualando su concentración a la de los micrococos y situándose muy cerca de
BAL y Mohos y levaduras.
5
6
7
8
9
10
0 2 4 6 8
Días
FAMV SuperficieFAMV Masa
Log UFC/g o cm2
Fig. III.3.8. Evolución de los recuentos de flora aerobia mesófila viable (FAMV) en la
superficie de la tripa o en la masa de la rellena a lo largo del secado-conservación.
Resultados ___________________________________________________________________________
197
5
6
7
8
9
10
0 2 4 6 8Días
MicrococosEnterobacteriasMohos y levadurasBAL
Log UFC/g
Fig. III.3.9. Evolución de los recuentos de micrococos, enterobacterias, mohos y
levaduras y bacterias ácido lácticas (BAL) en la masa de la rellena a lo largo del
secado-conservación.
Discusión ___________________________________________________________________________
198
IV. DISCUSIÓN
IV.1. CARACTERIZACIÓN DE LA CANAL Y CARNE DE CERDO CRIOLLO EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ
IV.1.1. Comentarios generales sobre el peso vivo y el sistema de explotación del cerdo criollo de traspatio
El primer experimento de esta tesis, consistente en la caracterización de la
canal y carne de cerdo criollo en el departamento de Tumbes, se realizó con una
muestra representativa de los cerdos criollos producidos en ganadería de traspatio,
no tecnificada, en 6 villas (o pequeñas poblaciones), ubicadas en diferentes lugares
del departamento de Tumbes – se muestreó aproximadamente un 20% de la
población de cerdos púberes y adultos de las villas, según un censo elaborado
meses antes del muestreo.
Dentro de esa población, se consideraron aquellos animales con peso vivo
suficiente como para proceder a su comercialización (> 20 kg), entendiendo como
tal, el peso al cual pueden entrar los cerdos en los canales de comercialización
locales. Los destinos más frecuentes de los cerdos muestreados hubieran sido: i) la
venta a compradores de cerdo en vivo, para su posterior cebo (días o semanas) y
reventa a carniceros o procesadores; ii) el sacrificio para autoconsumo familiar o
vecinal o la venta local como carne fresca o, más raramente, como productos
elaborados. En este último caso, el sacrificio hubiera sido realizado normalmente en
la propia casa o ganadería (Comunicaciones personales, productores de la zona,
2006).
La media y desviación estándar del peso vivo de los animales muestreados
fueron de 35,4 y 8,3 kg. Ese bajo peso vivo observado no es insólito ni sorprendente
si se tiene en cuenta el estudio de Benítez-Ortiz y Sánchez (2001), dónde se
menciona que, según datos de la FAO, el peso medio de la canal porcina en países
como Guatemala o Ecuador fue de 32 y 45 kg, respectivamente. Además, se han
encontrado dos estudios (Scarpa et al., 2003; More et al., 2005) donde se recogen
pesos vivos similares para cerdos nativos de 6 o más meses de edad. En ambos
estudios, los cerdos fueron criados por campesinos mediante un sistema traspatio
Discusión ___________________________________________________________________________
199
con economía de subsistencia, aunque uno se desarrolló en México y otro en
Filipinas. En el primero de los dos estudios se observó que la ganancia de peso
media en los cerdos del primero al sexto mes de vida fue de 25 kg, que los costos de
producción (veterinario, baños, alimentación, etc.), a excepción de compra del
lechón, fueron nulos y que las ganancias por cerdo para el productor rondaron los 10
dólares. En cierta manera, este sistema de producción en México presenta bastante
semejanza al observado en la región de Tumbes, Perú (Comunicación personal,
González, 2006).
En estudios como los de Diéguez et al. (1997), Méndez et al. (2002), Revidatti
et al. (2005), en los que se determinan las características productivas y de las
canales de cerdos criollos latinoamericanos alimentados en granjas experimentales
con dietas apropiadas, se alcanzaron pesos vivos mucho mayores (entre 73 y 115
kg) a los observados en este estudio. Esta diferencia se ha de deber en mayor
medida a las diferencias en manejo y alimentación de los animales considerados en
los correspondientes estudios. En el presente estudio la alimentación de los cerdos
fue deficiente y de escaso valor nutritivo. Además, se podría decir que,
independientemente de la alimentación, el cerdo criollo de Tumbes es un animal de
pequeño tamaño corporal posiblemente por la condición de asilvestrado en la que se
han mantenido los animales desde su introducción en Perú hasta la actualidad, así
como por la carencia de programas de selección. Se requeriría hacer estudios sobre
el crecimiento de estos cerdos en condiciones apropiadas de manejo, con una
buena alimentación. En cualquier caso, los cerdos criollos parecen tener menor
ganancia de peso, e índice de conversión del alimento en peso corporal, que otras
razas mejoradas, lo que es achacable a un menor uso metabólico de los nutrientes,
por ejemplo a una menor retención de nitrógeno (Trejo-Lizama, 2005).
En el muestreo también se estimó la edad de los cerdos recogidos, valorando
las respuestas de los productores de dichos cerdos a las preguntas de: ¿Qué edad
tiene el animal? ¿Cuánto tiempo hace que adquirió el animal? ¿Qué edad tenía en el
momento de la compra? – la mayoría de los productores compra el lechón a las
pocas semanas de vida en lugar de llevar a cabo el ciclo reproductivo completo – y
contrastando dichas respuestas con el aspecto del animal en vivo. La edad estimada
(de una forma muy aproximada) de los cerdos muestreados estuvo comprendida
entre los 6 a 36 meses.
Discusión ___________________________________________________________________________
200
Según se aprecia en la Fig. IV.1.1., por una parte, la práctica totalidad de los
animales muestreados fueron adultos – la edad adulta se alcanza aproximadamente
a los 12 meses en cerdos criollos; Benítez-Ortíz y Sanchez, 2001 – y, por otra, hubo
dos rangos de edad que presentaron la mayor frecuencia (el de 20 a 25 meses y el
de 35 a 40 meses), lo que hace que el histograma no se ajuste a una distribución
normal. El hecho de que casi no hubiese ningún animal entorno a 6 meses de edad
se puede explicar por la circunstancia de que no alcanzaran el peso antes
mencionado (20 kg) a dicha edad. No obstante, los datos sobre la edad de estos
animales resultan contradictorios con lo encontrado por Scarpa et al. (2003), quienes
afirman que los productores de cerdo criollo de traspatio con economía de
subsistencia, en Yucatán, México, según un sistema que presenta muchas
similitudes con el sistema seguido en Tumbes, vendían los cerdos preferentemente
a los 6 meses de edad. Por otra parte, desconocemos la causa de que haya dos
picos máximos en el histograma, aunque, como se dijo, a los resultados de edad no
se les debe de dar una excesiva confianza, son estimaciones aproximadas.
En el presente estudio, el peso vivo estuvo correlacionado positivamente con
la edad (r = 0,60; Fig. IV.1.2), pero esta correlación fue moderada, comparada con
las correlaciones que se pueden encontrar al estudiar poblaciones de cerdos en la
fase de máximo crecimiento (antes de alcanzar la madurez sexual) – de hecho fue
bastante inferior que la correlación (r = 0.90) encontrada por Fuentes et al. (1995) en
cerdos de diferentes razas en edades comprendidas entre los 4 y 10 meses, criados
en unas determinadas condiciones experimentales constantes, alimentados con
alimento concentrado, Por otra parte, cabe mencionar que la distribución de los
animales por peso vivo, a diferencia de la distribución por edad, sí que se asemejó a
una distribución normal (Fig. IV.1.3.).
Para justificar los hechos relativos al peso vivo (moderada correlación edad-
peso y la falta de relación entre la distribución de los cerdos por edad y la
distribución por peso), se ha de tener en cuenta que se han muestreado animales en
pubertad o adultos (6-36 meses; principalmente adultos), cuyo peso fue función de
dos variables: i) el peso alcanzado al llegar a la edad adulta o de madurez, que
depende del ritmo de crecimiento y la precocidad de la raza y ii) las modificaciones
en el peso que tuvieron lugar durante la vida adulta de los animales. En este sentido,
ha de haber influencia de factores adicionales a la edad, como son aquellos de tipo
Discusión ___________________________________________________________________________
201
genético, nutricional, sanitario, etc. sobre el peso vivo, además del posible efecto de
la imprecisión (antes mencionada) a la hora de calcular la edad.
Histograma: edadK-S d=,20280, p<,05 ; Lilliefors p<,01
Expected Normal
5 10 15 20 25 30 35 40
Rangos de edad aproximada de los animales
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
Núm
ero
de a
nim
ales
mue
stre
ados
Fig. IV.1.1. Histograma de la distribución de los cerdos muestreados por edad
estimada.
Scatterplot: edad vs. peso vivoPeso vivo = 18,128 + ,64133 * edad
Correlación: r = ,59543
0 5 10 15 20 25 30 35 40
edad
15
20
25
30
35
40
45
50
55
60
peso
viv
o
95% confianza Fig. IV.1.2. Ecuación de la regresión lineal entre peso vivo de los cerdos y edad
estimada.
Discusión ___________________________________________________________________________
202
Histogram: peso vivoK-S d=,09639, p> .20; Lilliefors p<,20
Expected Normal
20 25 30 35 40 45 50 55
Rango de peso vivo
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
Núm
ero
de c
erdo
s.
Fig. IV.1.3. Histograma con la distribución de los cerdos muestreados de acuerdo a
su peso vivo.
Al respecto del sistema de producción del cerdo criollo de traspatio en
Tumbes, hay que tener en cuenta que esta actividad productiva se contempla como
una inversión familiar. En la mayoría de los casos, el productor adquiere el lechón –
que puede ser adquirido por trueque – y sin apenas costes (a coste prácticamente
cero), el cerdo engorda unos kg y es vendido y/o se utiliza para autoconsumo. Por lo
tanto, el cerdo criollo peruano del departamento de Tumbes es un animal mal
alimentado. Su alimentación se basa en pastos, residuos de cocina caseros,
subproductos agrícolas y en algunas ocasiones, al estar buscando alimento en el
campo, los animales pueden consumir heces y basura. La cantidad de pastos y
cultivos es escasa y las economías de los productores son economías de
subsistencia. El cerdo recibe poco alimento y al cerdo se le hace difícil buscar
alimento por su cuenta y, como consecuencia, el valor calórico y nutricional, en
general, de su dieta es deficiente, lo que hace que el cerdo no pueda crecer, ni
acumular mucha grasa, lo que repercute un peso vivo de los animales
considerablemente bajo y por ende inferior al adecuado. Además, su estado
sanitario es en general deficiente – por ejemplo la cisticercosis es endémica en la
zona (González, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú, 2006). Con este
Discusión ___________________________________________________________________________
203
trabajo se pretende conocer el estado del cerdo criollo en un sector campesino
deprimido, conocimiento que sirva de punto de partida para posteriores actuaciones.
La realidad sobre este tipo de cerdo con crianza de traspatio y en economía de
subsistencia probablemente no sea viable y seguramente sea muy mejorable.
El sistema parece no ser viable (no ser sostenible), tal como lo demuestra la
cada vez menor población de cerdos criollos, el cada vez menor número de
productores que siguen el sistema (Scarpa et al., 2003), así como los problemas
asociados inherentes al sistema de producción: baja competitividad económica,
peligro para la salud pública, bajo nivel de ingresos y bienestar de los productores,
etc. Más evidencias de la no sostenibilidad se pueden deducir de lo siguiente:
normalmente, el productor que tiene una pequeña extensión de tierra donde tener
los animales (traspatio) compra un lechón de aproximadamente 10 kg de peso y,
aparentemente, de forma ventajosa, sin apenas inversión en su producción, lo vende
casi un año después (de acuerdo con los rangos de edad encontrados), con un peso
vivo de unos 30-35 kg. Así pues, el productor obtiene una pequeña ganancia, pero a
costa de bastantes perjuicios asociados, como por ejemplo: i) mantener
enfermedades zoonóticas endémicas, ii) perjudicar el bienestar de los animales
(animales desnutridos y enfermos), iii) obtener una ganancia que no mejora
sustancialmente el bienestar del productor, pues el precio que se paga por el cerdo
es bajo, iv) obtener una ganancia después de muchos meses de inversión (los
necesarios para conseguir el peso adecuado para la venta).
El sistema parece ser susceptible de mejoras, siempre que se aumente la
eficiencia en el uso de los recursos productivos (de por sí muy limitados en zonas de
trópicos deprimidas económicamente). Desde un punto de vista técnico, el aumento
de eficiencia puede plantearse en dos aspectos, por una parte, en la mejora en los
parámetros productivos de los animales, mediante modificaciones en la alimentación
y probablemente también en la genética, dentro de las limitaciones existentes, y, por
otra, en la optimización de la relación animal-planta (Trejo-Lizama, 2005).
En una producción agropecuaria con bajos insumos como la de los pequeños
productores de países del sur hay un interés especial y forzado en mejorar la
eficiencia en la alimentación de los animales de granja, debido al bajo capital
invertido y el bajo capital operativo. Algo parecido ocurre con la agricultura ecológica
o producción de cerdos ecológica (Edwards, 2005).
Discusión ___________________________________________________________________________
204
Respecto a la mejora genética porcina, siempre que se vayan a utilizar
alimentos de escaso valor nutritivo o una alimentación hipocalórica y a someter a los
cerdos a un ambiente agresivo, es preferible contar con los cerdos criollos que con
razas mejoradas, ya que aquellos están más adaptados a situaciones desfavorables
(Santana, 1999). Las especies o razas locales tienen ventajas en la agricultura y
ganadería de bajos recursos (supervivencia y reproducción en condiciones
desfavorables), así como ventajas socioculturales. La población atribuye un mayor
valor social a unos animales de unas determinadas características conocidas,
presentes en la cultura como tradición (Trejo-Lizama, 2005). Sobre esta afirmación,
hay que tener en cuenta que, en la producción marginal a bajo coste, son los
productores, más que los consumidores, los que definen o determinan las
características apropiadas de los animales (Scarpa et al., 2003).
La forma de enfocar una solución a la situación actual de la cría de cerdos en
la región de Tumbes podría ser la de conseguir una producción porcina sostenible
(la actual parece no serlo). Sostenibilidad que, de acuerdo a Preston (1991), citado
por Trejo-Lizama, 2005), ha de ser evaluada desde los puntos de vista económico
(competitiva), social (bienestar social y aceptación), ecológico y ético (bienestar
animal y otros aspectos éticos). En Europa, un referente, aunque el contexto es
totalmente distinto, es la cría de cerdos al aire libre o en pastoreo, unida en algunos
casos a la producción ecológica.
Así pues, para conseguir un desarrollo sostenible de la producción de cerdo
criollo en la región, habría que aumentar la eficiencia en el aprovechamiento de
recursos (alimenticios) locales susceptibles de ser destinados la crianza de cerdo y,
a la vez, optimizar la relación animal-planta-suelo. Para contribuir a la mejora de la
alimentación animal, se tendría que estudiar el efecto que, sobre el crecimiento de
los cerdos, ejerce la alimentación con diferentes raciones, en las que se incluyan
materias primas de bajo coste, preferiblemente aquellas de producción local
insuficientemente aprovechadas (no utilizadas con ningún fin). También se podría
estudiar la viabilidad de realizar cruces controlados del cerdo criollo con razas
cárnicas mejoradas que no lleguen a modificar la apreciación del productor y
consumidor local sobre el cerdo y sus productos elaborados y, además, que
mantengan la rusticidad de las razas locales (Trejo-Lizama, 2005).
Discusión ___________________________________________________________________________
205
Sobre los cambios (mejoras) en los sistemas de producción porcina, desde un
punto de vista económico, se podría pensar, por una parte, en promover el
abandono de la producción de cerdo criollo a escala traspatio y destinada a la venta
en vivo a intermediarios, por ser poco rentable y causante, en gran manera, de la
situación insostenible actual. En su lugar, habría que fomentar, alternativamente, la
producción porcina con un nivel apropiado de tecnificación, a pequeña-media escala,
dirigida a crear una oferta local de carne de cerdo y a un coste apropiado, que
garantice la rentabilidad al productor y un precio asequible para el comprador o
consumidor. Además, la oferta surgida de esta producción de cerdo a pequeña-
media escala tendría que ser aprovechada por una red de pequeñas empresas
locales dedicadas a la preparación de carne fresca y elaboración de productos
cárnicos. Para ello se tendría que garantizar la oferta a un precio atractivo, que
permitiera obtener beneficios a los elaboradores de carne y productos cárnicos. Por
lo tanto esa producción porcina a pequeña-mediana escala, más apropiada
(optimizada), no solo sería destinada para la venta de cerdos a intermediarios, sino
fundamentalmente a la venta de cerdos a microempresas cárnicas locales de nueva
creación.
Por otra parte, y debido a la importancia de la ganadería de traspatio en el
mantenimiento y subsistencia de la población rural en zonas deprimidas de países
del Sur (Scarpa et al., 2003) – esta economía significa ahorro, seguridad y fuente de
proteínas de alto valor biológico –, se podría pensar en fomentar, de forma
simultánea a la opción del párrafo anterior, una crianza de traspatio más eficiente
que la actual, destinada al autoconsumo familiar o vecinal.
Ambas estrategias (la formación de pequeñas-medianas empresas y el
autoconsumo) se harían competencia una a la otra, pero podrían coexistir llegando a
un equilibrio más o menos balanceado, o pudiera ser que una acabara
predominando claramente sobre la otra. En cualquier caso, el resultado sería un
sistema productivo a priori mejor que el actual.
IV.1.2. Características de la canal del cerdo criollo de Tumbes
El rendimiento de las canales estudiadas (56,2%; Tabla III.1.1.) fue muy bajo
en comparación con los datos obtenidos en híbridos de razas mejoradas (García-
Discusión ___________________________________________________________________________
206
Martín, 1992; Correa et al. 2006), que rondaba el 80%. También fue menor que el
encontrado en otros cerdos criollos latinoamericanos, de mayor peso vivo (90-110
kg) y hasta un año de edad, criados según sistemas de explotación diferentes al
seguido en Tumbes (mejor alimentación) y de otros países: 67,4% (México; Sierra et
al., 2005; 72% (Argentina; Revidatti et al., 2005) y 83% (Indias Occidentales
Francesas; Renaudeau y Mourot, 2007) – en el último estudio el rendimiento fue
mayor que en cerdos de raza Large White del mismo peso vivo (90 kg) y criados en
las mismas condiciones.
El bajo rendimiento se puede atribuir al escaso desarrollo corporal de unos
animales subalimentados. Sorprende que este rendimiento no estuviese
correlacionado con el peso vivo (correlación normalmente encontrada en cerdos
híbridos comerciales a pesos normales de sacrifico: 100-125 kg; Correa et al., 2006),
lo que indica que en el tipo de cerdo estudiado hay otras variables que lo
condicionan. Uno de estos factores responsables del rendimiento de la canal fue el
engrasamiento de la canal ya que el rendimiento de la canal aumenta cuando el
animal está engrasado.
El desarrollo de las vísceras en los cerdos depende de factores como el
genotipo, la ingesta de alimento, las condiciones ambientales, el sexo o el peso/edad
(Diéguez et al., 1995; Chiba et al., 2002). Los pesos de hígado y pulmones de los
cerdos criollos de Tumbes (0,81 y 0,28 kg, respectivamente) fueron ligeramente
inferiores a los encontrados en cerdos criollos de traspatio en Venezuela (1,01 y
0,41 kg, respectivamente; Hurtado et al., 2003). No se puede establecer una
comparación relativa al % que representan esas vísceras respecto al peso vivo o
peso canal debido a que, en dicho trabajo, estos pesos no estaban indicados.
Suponemos, no obstante, que sean cerdos de pequeño formato ya que fueron
criados en traspatio. En otro estudio sobre morfología de vísceras de cerdo criollo,
en este caso cerdos criollos cubanos con 100 kg de peso vivo, (Diéguez et al., 1995)
se encontraron porcentajes de pulmones, corazón, hígado y bazo respecto al peso
vivo ligeramente inferiores (entre 0,1 y 0,2 unidades porcentuales) a los del presente
estudio, coincidiendo ambos estudios en el porcentaje que representaban los
riñones. Tal vez las diferencias observadas se puedan atribuir al mayor peso vivo de
los cerdos cubanos y el mayor peso relativo corporal respecto a órganos vitales.
Discusión ___________________________________________________________________________
207
De la comparación del porcentaje de las vísceras de los animales estudiados
con el encontrado en otros estudios para cerdos híbridos de razas mejoradas de
aproximadamente 100 kg de peso vivo se observa que i) los porcentajes de corazón
y riñones coincidieron con los encontrados por Ruusunen et al. (2007) y/o Rehfeldt
et al. (2008), ii) el porcentaje de hígado, sin embargo, fue superior al 1,5%
encontrado por Ruusunen et al. (2007), no encontrándose una explicación
contundente para este hecho. Tal vez, en animales desnutridos y con escaso
crecimiento, el hígado se desarrolle en mayor medida que el resto del cuerpo.
Hubo, además, elevada variabilidad entre los animales estudiados en cuanto
a los porcentajes del peso del aparato digestivo sobre peso vivo. La variabilidad
mencionada se explica por haberse incluido el contenido intestinal y la grasa que le
acompaña.
A pesar de que en el presente trabajo se han estudiado cerdos adultos, y no
cerdos en fase de crecimiento – y por tanto en este estudio no son aplicables los
coeficientes alométricos para interpretar los resultados –, se pudo observar
correlación significativa, en la mayoría de los casos negativa, entre el peso vivo y el
porcentaje que representan la cabeza y algunas vísceras (bazo, pulmón y corazón)
sobre el peso vivo. Una explicación del menor porcentaje de cabeza en los animales
con mayor peso vivo (r = -0,48), es que en estado de desnutrición el peso de cabeza
representa un mayor porcentaje sobre peso del resto del animal que en los animales
bien alimentados. En relación con las vísceras, al igual que se argumentó con la
cabeza, tal vez cabe pensar que el mayor peso de los animales menor peso relativo
tienen las vísceras.
En la bibliografía se ha encontrado un solo estudio morfométrico de cerdos
criollos, en este caso venezolanos (Hurtado et al., 2004) con similitud a los
estudiados en el presente trabajo (Tabla III.1.2.). Esos cerdos presentaron una
longitud de cabeza de 32 cm, un ancho de grupa de 17 cm y un índice cefálico de
0,34 – desconocemos el peso vivo de los cerdos estudiados.
Las medidas morfométricas obtenidas de la canal y la media canal, debido al
bajo peso vivo de los animales estudiados, fueron menores que las encontradas en
otros cerdos de mayor peso (Fisher et al., 2003; Pedauyé, 1993; Peinado et al.,
2004) – como se puede observar en la Tabla III.1.2., la correlación entre el peso de
la canal y estas medidas fue significativa y positiva.
Discusión ___________________________________________________________________________
208
A modo de ejemplos, comparando el grado de compacidad de las canales de
los cerdos del presente trabajo con las obtenidas en otros estudios con otros cerdos
surgen los siguientes comentarios:
En primer lugar, en el trabajo de Fisher et al. (2003), se observó que el índice de
compacidad de la canal de la canal de cerdos híbridos comerciales de razas
mejoradas (obtenido mediante el cociente peso de la canal entre longitud de la
canal) varió con el peso de sacrificio, así fue, aproximadamente, 0,5, a un peso
vivo de 30-35 kg (cerdos sacrificados con unas 6 semanas de edad) y de 1,0 en
cerdos de aproximadamente 110 kg. En el presente trabajo, el promedio de dicho
índice de compacidad fue de 0,4 en animales adultos de unos 30 kg de peso vivo
– este índice fue ligeramente menor que el de cerdos de pocas semanas de vida
del estudio anterior (las canales de los cerdos de Tumbes respecto a las de
cerdos comerciales fueron muy largas en relación a su peso). Igualmente, en el
anteriormente mencionado estudio, los cocientes entre peso de canal y las
medidas morfométricas obtenidas en la canal (anchura del jamón, vientre y
espalda) en cerdos de 100 kg de peso vivo fueron más del doble (2,5-2,6 veces
más) que los obtenidos en los cerdos de Tumbes. Además, si comparamos entre
ambos estudios los cocientes ‘anchura de pierna / anchura de vientre’ y ‘anchura
de espalda / anchura de vientre’, observamos que en el cerdo de Tumbes los
valores fueron 0,65 y 0,73, respectivamente – en las canales de este cerdo la
anchura de vientre predominó sobre la anchura de pierna y espalda y la espalda
fue más ancha que la pierna; mientras que en los cerdos híbridos comerciales
estudiados por Fisher et al. (2003), con pesos vivos comprendidos entre 40 y 110
kg de peso vivo y distintas edades, mostraron valores para dichos cocientes de
1,1 y 1,0, respectivamente – la mayor anchura fue la de las piernas.
En segundo lugar, el índice de compacidad (cociente peso canal fría / longitud de
la canal) fue de 1,1 en el cerdo Chato Murciano de 97 kg peso canal (Peinado et
al., 2004) frente al 0,4 del cerdo criollo de Tumbes criado en traspatio. Además,
los otros índices de compacidad de las canales de los cerdos del presente
trabajo, estimados mediante el cociente del peso de la canal fría entre cada una
las siguientes longitudes o perímetros determinados en la media canal (longitud
de la espalda, pierna, jamón, perímetro de jamón y perímetro de la mano, fueron
entre 3 y 5 veces menores que los encontrados en otros el cerdo Chato
Discusión ___________________________________________________________________________
209
Murciano, siendo las diferencias más marcadas en las longitudes de pierna y
espalda.
El área del músculo L. dorsi de los cerdos de Tumbes (valor medio de 14,8, con
un máximo de 23,6 cm2) estuvo muy lejana de los valores encontrados en cerdos
de razas mejoradas: 35-38 cm2 (Chiba, 1994; cerdos de 107 kg de peso vivo), 44
cm2 Gentry et al., 2002; cerdos de 115-120 kg de peso vivo), 45-50 cm2
(Rehfeldt et al., 2008; cerdos de 110 kg; 27-41 (revisión bibliográfica con cerdos
de distintas razas y pesos vivos; Pettigrew y Esnaola, 2001). Sin embargo, los
valores del cerdo de Tumbes estuvieron más cercanos a los 25 cm2 determinados
por Rey et al. (2006) en cerdos ibéricos de 115 kg o por Renaudeau y Mourot
(2007) en cerdos criollos de 90 kg, cerdos con alto grado de engrasamiento.
El grado de engrasamiento de los animales estudiados puede ser estimado a
partir de las siguientes medidas realizadas: % y peso de la grasa pélvico-renal
(Tabla III.1.1. y 2., respectivamente), espesor de la grasa dorsal (Tabla III.1.2.) y %
de grasa subcutánea (Tabla III.1.3.). También se ha calculado otra variable, que se
ha llamado porcentaje de engrasamiento corporal, que consiste en el porcentaje que
representa la suma de la grasa subcutánea y de la pélvicorrenal sobre el peso de la
canal. Esta variable, que estuvo significativamente correlacionada con las anteriores
(especialmente con la grasa subcutánea, r = 0,95), se considera que es la que mejor
representa el estado de engrasamiento, ya que tiene en cuenta la mayor parte de la
grasa de la canal – los animales estudiados tuvieron visualmente escasa cantidad de
grasa intramuscular.
Hubo una falta de correlación significativa entre el peso vivo y el porcentaje de
de engrasamiento corporal de los cerdos criollos de Tumbes. Sin embargo, el peso
vivo de sacrificio y el grado de engrasamiento estuvieron positivamente
correlacionados en el caso de cerdos híbridos comerciales (Fisher et al., 2003;
Correa et al., 2008). La falta de correlación en los cerdos de Tumbes podría
explicarse por dos razones. La primera es el escaso porcentaje que supone el peso
de la canal sobre el peso vivo (56%), y por tanto, presumiblemente, el bajo
porcentaje de grasa de la canal sobre el peso vivo del animal. La segunda es la gran
dispersión existente entre animales en cuanto a porcentajes de despojos y caídos
(todo aquello que no sea canal). Por el contrario, el peso de la canal de los cerdos
Discusión ___________________________________________________________________________
210
de Tumbes, sí que estuvo correlacionado (correlación positiva y significativa) con el
porcentaje de engrasamiento corporal.
Tampoco la edad de los animales estuvo correlacionada positivamente con el
porcentaje de engrasamiento corporal, sino negativamente (r =-0,26), a pesar de que
lo normal en cerdos comerciales es encontrar una estrecha correlación entre edad y
% de grasa (Nürnberg et al., 1998). Estas observaciones llevan a la sugerencia de
que lo que más influiría sobre el porcentaje de engrasamiento sería lo relacionado
con alimentación de los animales en general, pudiendo destacar el balance calórico
(calorías ingeridas vs. gastadas).
A pesar de que los cerdos criollos son cerdos tendentes al engrasamiento, en
el presente estudio, el estado de engrasamiento de los animales ha sido bajo en
comparación con otros estudios sobre cerdos criollos o híbridos de razas mejoradas,
con formatos más típicos del mercado global y, por tanto, con una mejor
alimentación y mayor peso de sacrificio.
Así por ejemplo, el porcentaje de grasa pélvicorrenal encontrado en el
presente estudio (0,9% sobre peso vivo) fue bajo comparado con el de otros
estudios. Así por ejemplo, García-Martín (1992) se refieren a una cantidad promedio
en grasa perirenal (pella) en cerdos híbridos comerciales (100 kg de peso vivo) de
1,6% sobre peso vivo y Rehfeldt et al. (2008) observaron un 1,7-2,0% de grasa
perirenal respecto al peso vivo en cerdos de razas mejoradas de 180 días de edad.
Además, en relación al espesor de la grasa subcutánea dorsal, los valores
medios de las canales del presente estudio (1,4 cm) también fue inferior a los
valores mostrados en otros estudios (Gentry et al., 2002; Hamilton et al., 2003;
Sierra et al., 2005; Rey et al., 2006) realizados con cerdos de diversas razas, entre
las que se incluye el cerdo ibérico y cerdos criollos, con pesos de sacrificio
convencionales (de 90 a 115 kg). Los valores encontrados en dichos estudios
estuvieron entre 2,0 y 6,0 cm, presentando variación de acuerdo al peso, raza,
condiciones ambientales, lugar de medida, etc. No obstante, algunos estudios sobre
razas híbridas mejoradas muy magras mostraron valores de espesor de grasa dorsal
tan bajos como 1,4-1,6 cm (Litten et al., 2004; Strudsholm y Hermansen, 2005).
Finalmente, el % de grasa subcutánea respecto al peso de la canal de los
cerdos criollos de traspatio en Tumbes, que fue en término medio de 11,9%. Este
valor estuvo comprendido entre los valores de 8 y 13% encontrados por Fisher et al.
Discusión ___________________________________________________________________________
211
(2003) en cerdos en crecimiento de razas cárnicas mejoradas, sacrificados con
pesos canal entre 25 y 75 kg, respectivamente. Con esta comparación se quiere
indicar que los cerdos de Tumbes tuvieron un % de grasa subcutánea similar al de
cerdos de razas mejoradas de pocos meses de edad (entre 2 y 4 meses
aproximadamente), edad a la que el estado de engrasamiento es claramente inferior
al alcanzado en el momento óptimo de sacrificio (5-6 meses). En el trabajo de
Monziols et al. (2005) se recogen los porcentajes de grasa subcutánea observados
en cerdos de unos 115 kg de peso vivo y 5-6 meses de edad, registrándose valores
entre el 16 y 31%. Esta gran variación en los valores observados en este estudio se
basa en el efecto de la raza; los cerdos más grasos procedían de un cruce de la raza
Meshian con Large-White y los más magros eran cerdos de cruce de Large-White
con Pietrain.
Sobre los resultados del despiece (Tabla III.1.3.), no se han encontrado
estudios en donde se determinen los porcentajes de los cuartos traseros (pierna) y
delanteros en las canales de cerdo. En relación a los resultados de disección (Tabla
III.1.3.) – ya se ha discutido lo relativo a la cantidad de grasa subcutánea –,
considerando que la grasa intramuscular representa un pequeño porcentaje en
relación al del músculo, los valores encontrados en el cerdo criollo de Tumbes en el
presente estudio (músculo + grasa intermuscular, 57%; grasa subcutánea y
perirrenal, 12%; huesos + desechos, 22%; piel, 10%) se alejan de los valores típicos
de las canales del mercado occidental: músculo, 48-55%; grasa, 20-30%; hueso, 10-
12%; con una estimación para la piel del 4-8% (García Martín, 1992; Gispert y Font i
Furnols, 2007). Las diferencias más notables fueron el menor porcentaje de grasa (y
mayor relación magro/grasa) y mayor porcentaje de hueso de canal del cerdo de
Tumbes, siendo la principal justificación de esta observación la desnutrición y el
consecuente formato reducido de estos cerdos estudiados.
IV.1.3. Características de la carne y de la grasa
El pH de la carne de cerdo es una característica de calidad importante
relacionada con la calidad sensorial y tecnológica. La carne cerdo de traspatio de
Tumbes presentó valores promedio de pH45 (determinado a los 45 min) entre 6,8 y
6,9 y de pH24 (a las 24 h) entre 5,7 y 5,8 (Tabla III.1.4.). Los resultados de estas
Discusión ___________________________________________________________________________
212
medidas se caracterizan por su elevada dispersión (gran diferencia entre valores
máximos y mínimos) y por ser ligeramente elevados respecto a los rangos de
valores encontrados en la bibliografía en músculo L dorsi o en diversos músculos de
la pierna para carne de cerdos con distintos genotipo, niveles de ejercicio y nutrición,
pesos vivos, tipos de aturdimiento, etc. (pero que, en todos los casos, fueron
trasladados al matadero y sacrificados en condiciones apropiadas, evitando al
máximo los factores estresantes). Esos rangos fueron de 6,0-6,6 para el pH45 y de
5,4-5,8 para el pH24 (Gentry et al., 2002; Chanon et al., 2003; Hamilton et al, 2003;
Latorre et al., 2003; Franci et al., 2005; Correa et al., 2006).
La gran dispersión de los valores encontrados en la carne analizada en el
presente estudio se puede achacar a diferencias en la crianza de los animales entre
familias (alimentación, espacio físico), el estado de salud de los animales y la edad.
Respecto a este último punto, el pH24, de acuerdo a Cisneros et al. (1996), decrece
con la edad de los animales, lo que explicaría, al menos parcialmente, la correlación
negativa del pH24 con el peso vivo (ya que el peso vivo, a su vez, estuvo
positivamente correlacionado con la edad).
El elevado valor de pH45, que parece tener la carne de los cerdos de traspatio
de Tumbes, es indicativo de una glucolisis post mortem lenta. Por su parte, el hecho
de encontrar también un valor medio de pH24 relativamente elevado se puede
explicar, además de por la elevada edad de los animales, por la rusticidad de la
raza. En este sentido, se ha sugerido que la carne de cerdos de razas autóctonas
rústicas presentan mayores valores de pH24 que la de razas mejoradas (Serra et al.,
1998; Franci et al., 2005) – lo que tiene relación con la distinta distribución de los
tipos de fibra muscular en cerdos de uno y otro tipo (más fibras de contracción lenta
en cerdos más rústicos). Finalmente, cabe mencionar que una baja cantidad de
glucógeno muscular en la carne, debido a escasez de alimentos o ejercicio
continuado previo al sacrificio, también puede ser responsable de un elevado valor
de pH24. En dos casos (2 muestras analizadas) los valores de pH24 excedieron el
valor 6,2, que puede considerarse como el valor límite para considerar una carne
como DFD, y en cuatro los valores de pH estuvieron comprendidos entre 6,0 y 6,2.
El componente más abundante de la composición proximal del músculo
Longissimus dorsi del cerdo criollo de Tumbes de traspatio (Tabla III.1.5.) fue la
humedad (68,1 ± 3,0%). Este valor fue ligeramente inferior al encontrado por otros
Discusión ___________________________________________________________________________
213
autores (72-74%) en razas mejoradas o híbridos de aptitud cárnica y sacrificados
con aproximadamente 110 kg de peso vivo (Gentry et al., 2002; Hamilton et al.,
2003; Latorre et al., 2003; Correa et al., 2006). En la carne, la humedad y la grasa
están inversamente correlacionados (McBee y Wiles, 1967; Wood, 1984). Esto
explica que el contenido de grasa en el músculo L. dorsi en los cerdos criollos de
Tumbes (7,9%) fue, con diferencia, más alto que el obtenido en los estudios
mencionados, en los que se encontró mayor humedad en el músculo. Por ejemplo,
se ha encontrado un contenido de grasa intramuscular para el cerdo Duroc entre 2,3
y 5% (Devol et al., 1988; Séllier et al., 1988; Oliver et al., 1993; Lo et al., 1992); para
el cerdo Landrace de 2,33% (Séllier et al., 1988); para el cerdo Large White de
1,62% (Oliver et al., 1993) y para el cerdo Pietrain de 1,65% (Oliver et al., 1993).
El porcentaje de grasa intramuscular obtenido para el cerdo criollo de Tumbes
fue más parecido a los valores encontrados en cerdos autóctonos iberoamericanos,
con unos 110 kg de peso canal y edades comprendidas entre 8 y 16 meses. Así el
cerdo Chato Murciano, en España presentó un 6,39% de grasa intramuscular
(Peinado et al., 2004), el cerdo Pelón Mexicano un 6,51% (Méndez et al., 2002) y el
cerdo ibérico aproximadamente el 7% (Mayoral et al., 1999). Estos hechos indicarían
la habilidad del cerdo criollo de Tumbes para la deposición de grasa infiltrada, al
igual que su ancestro el cerdo ibérico y otros cerdos con un origen común. No
obstante, cabe destacar la gran dispersión encontrada en la cantidad de grasa
intramuscular en el cerdo de Tumbes, con más de un 25% de coeficiente de
variación. En la Fig. IV.1.4. se muestra una foto con varias de las muestras de lomo
del cerdo criollo utilizadas para el análisis de la composición proximal del músculo L.
dorsi, se puede apreciar en algunas de ellas el veteado.
A pesar de los bajos contenidos de grasa subcutánea y cavitaria que muestra
el cerdo de traspatio de Tumbes, y que hemos atribuido principalmente a
deficiencias nutricionales, el contenido en grasa intramuscular parece ser elevado. El
contenido en grasa intramuscular no estuvo correlacionado con el grado de
engrasamiento corporal (Tabla III.1.5.), ni con espesor de la grasa subcutánea o %
de grasa subcutánea de la canal. Así pues, la grasa intramuscular parece ser
independiente de los otros indicadores de engrasamiento de las canales (depósito
graso subcutáneo y cavitario).
Discusión ___________________________________________________________________________
214
Fig. IV.1.4. Foto con alguna de las muestras del lomo utilizadas para el análisis de la
composición proximal del músculo Longissimus dorsi.
Un posible factor responsable del alto contenido en grasa intramuscular,
además del genotipo, podría ser la elevada edad de los animales estudiados. Varios
autores han encontrado un aumento en la grasa intramuscular en los cerdos con la
edad (Cisneros et al., 1996; Candek-Potokar et al., 1998). Sin embargo, en el
presente estudio no se ha observado correlación entre peso canal o edad y la
cantidad de grasa intramuscular. Habría que considerar, por tanto, otros factores
como el sistema de crianza de los animales, que puede afectar los depósitos de
grasa en la canal. De acuerdo a lo señalado por Pugliese et al. (2004 a,b), el sistema
extensivo produce mayor nivel de grasa intramuscular y menor nivel de grasa
subcutánea. Así también otros autores, Franci et al. (2001), en cerdos Cinta Senese,
y Andrés et al. (2001), en cerdos ibéricos, registraron contenidos más altos de grasa
intramuscular en cerdos criados en forma extensiva que intensiva.
Finalmente, que el porcentaje de grasa intramuscular tiene un efecto genético
contrastado. En este sentido, en concordancia con lo encontrado en nuestro estudio,
Monziols et al. (2005) indicaron que la selección genética de los cerdos con fines de
conseguir un alto contenido en magro en las canales parece estar poco relacionada
Discusión ___________________________________________________________________________
215
con la cantidad de grasa intramuscular. Janss et al. (1997) han detectado un gen
recesivo en la raza Meshian responsable de la presencia de un elevado contenido
en grasa intramuscular y se está investigando su presencia en otras razas (De Vries
et al., 2000). El reto parece ser el conseguir, mediante selección genética, canales
de cerdo con alto contenido en grasa intramuscular sin que se vean incrementados
los contenidos en grasa subcutánea y cavitaria.
El contenido en grasa intramuscular tal vez sea el factor de la composición
proximal más estudiado y al que se le ha atribuido un mayor efecto sobre la calidad
de la carne de cerdo. El elevado contenido en grasa intramuscular se considera
como un elemento positivo a tener en cuenta en las estrategias de mejora genética
porcina ya que influye positivamente sobre la calidad sensorial: sabor, terneza,
jugosidad y aceptabilidad en general (Ellis et al., 1996; Barton-Gade, 1987;
Bejerholm y Barton-Gade, 1986; Fernández et al., 1999).
Por otra parte, el promedio de proteína en el músculo L. dorsi de los cerdos
criollos de Tumbes, que fue de 21,6%. Este resultado estuvo en consonancia con el
contenido en grasa y humedad en dicho músculo. Así, en otros cerdos con menor
contenido en grasa y mayor contenido en humedad, el contenido en proteína fue
ligeramente mayor: entre 23 y 24% (Latorre et al., 2004; Correa et al., 2006)
También se analizó el contenido en grasa y humedad del depósito graso
subcutáneo (grasa dorsal) de los cerdos criollos de Tumbes de traspatio (Tabla
III.1.5.). El principal fin de este análisis ha sido conocer en qué medida el bajo nivel
nutricional de los animales podría afectar a la composición de este depósito graso.
Según se recoge en el estudio de Pettigrew y Esnaola (2001), criando cerdos con
restricción alimentaria se obtiene una carne más magra (menor estado de
engrasamiento) y un depósito graso subcutáneo con más agua y menos grasa. Una
alimentación acusadamente insuficiente implicaría que los animales llegaran a ser
caquécticos, lo que haría que la grasa tuviera un muy elevado contenido en
humedad y bajo contenido en grasa química. De acuerdo con Nürnberg et al. (1998),
los tejidos adiposos del cerdo contienen habitualmente entre el 70-90% de grasa y el
5-20% de agua. En el caso de los cerdos de Tumbes de traspatio, al menos 13 de
62 cerdos estudiados (21%) se salieron de ambos rangos mencionados para la
grasa y humedad (tejido subcutáneo más húmedo y con menos grasa; Figs. IV.1.5 y
Discusión ___________________________________________________________________________
216
IV.1.6.), lo que se puede considerar como indicios de caquexia, por su bajo
contenido en grasa y alto contenido en humedad. En esta misma línea, se puede
apreciar que el contenido en grasa química de la grasa subcutánea dorsal estuvo
significativa y positivamente correlacionada con el estado de engrasamiento
corporal, al contrario que el contenido en humedad de dicha grasa dorsal.
La comparación en el contenido medio en elementos minerales del músculo L.
dorsi de los cerdos criollos de traspatio con los obtenidos, en este mismo músculo, a
partir cerdos convencionales de cría intensiva del mercado occidental (USDA, 2007)
y de cerdo autóctono de la raza Chato Murciano (y cruces del mismo con otras
razas) criado al aire libre (Poto et al., 2007) se resume en la Tabla IV.1.1. Los
números de esta tabla arrojan como principal hecho a tener en cuenta el menor
contenido en Cu en la carne de cerdos comerciales de razas mejoradas recogidos
por la USDA, que en la de los cerdos criollos de Tumbes y los cerdos Chato
Murciano y sus cruces. Poto et al. (2007) justifican la mayor cantidad de Cu en el
cerdo Chato Murciano y sus cruces, con respecto a otros estudios con cerdos
híbridos en cría intensiva, en el mayor metabolismo oxidativo muscular de esta raza,
que haría que los músculos presentaran mayor cantidad de fibras rojas.
Posiblemente este argumento sirva también para la carne cerdo criollo de Tumbes,
cuyo, comparativamente, alto contenido en Cu podría venir dado por un componente
genético y por la forma de explotación en traspatio (que implica ejercicio físico). Es
de destacar, no obstante, con respecto a los valores de Cu, la gran dispersión
observada en los animales criollos estudiados (rango mínimo y máximo de 0,025 a
0,33) – hay unos pocos animales con muy poca cantidad de Cu y otros con mucha.
Esta variación podría achacarse a diferencias y deficiencias eventuales en la
cantidad de cobre de la precaria dieta que consumen los cerdos.
El elevado contenido en Cu en la carne de los cerdos criollos de traspatio de
Tumbes no estuvo acompañado por un elevado contenido de Fe lo que, al estar
también asociado al metabolismo oxidativo, supone una discrepancia con el trabajo
de Poto et al. (2007). El cerdo de Tumbes presentó un contenido en Fe bastante
inferior al del Chato Murciano y sus cruces, siendo similar al del cerdo comercial del
mercado occidental. Tal vez, esa discrepancia entre las cantidades de Cu y Fe y, en
concreto, el bajo contenido en Fe se deban a carencias de Fe en la dieta. En
Discusión ___________________________________________________________________________
217
cualquier caso el contenido en Cu y Fe en los cerdos de Tumbes estuvo
significativamente correlacionado (r = 0,50).
Son numerosos los estudios donde se han realizado pruebas de
determinación la capacidad de retención de agua (CRA), color y dureza de la carne
a nivel del músculo L. dorsi, con el fin de cuantificar la calidad tecnológica y sensorial
de la carne de cerdo (Tabla III.1.7). Dichos trabajos suelen estudiar el efecto del
genotipo (raza o cruce y sexo), de la alimentación (por ejemplo el nivel proteico), el
ejercicio físico (extensión de terreno donde se crían los cerdos), peso vivo al
sacrificio, etc. El planteamiento experimental de esos trabajos suele consistir en
comparar entre unos pocos tratamientos (no más de cuatro generalmente),
abarcando por tanto un espectro experimental muy limitado, por lo que se hace difícil
establecer comparaciones entre estudios y sacar conclusiones fuera de las
condiciones experimentales.
Histograma: %GrasaEnGsubK-S d=,16951, p<,10 ; Lilliefors p<,01
Expected Normal
20 30 40 50 60 70 80 90 100
% de grasa en el depósito graso subcutáneo
0
5
10
15
20
25
30
Núm
ero
de m
uest
ras
Fig. IV.1.5. Distribución de las muestras según el % de grasa en el tejido graso
subcutáneo (grasa dorsal).
Discusión ___________________________________________________________________________
218
Sobre la CRA de la carne de cerdo, el parámetro más frecuentemente
estudiado es la pérdida por goteo tras 48 horas de refrigeración. Los valores
obtenidos con las muestras de cerdo criollo de Tumbes entran dentro del rango, de 4
a 12 %, encontrado en la bibliografía para la carne de cerdo (Olsson et al., 2003;
Otto et al., 2004; Millet et al., 2005; Renaudeau y Mourot, 2007; Ruusunen et al.,
2007; Latorre et al., 2008). Por este motivo podemos considerar que la carne de
cerdo de traspatio de Tumbes no presentó valores anormales de CRA.
Histogram: %HumGraSubcutK-S d=,18852, p<,05 ; Lilliefors p<,01
Expected Normal
-10 0 10 20 30 40 50 60
% de humedad en la grasa subcutánea
0
5
10
15
20
25
30
Núm
ero
de m
uest
ras
Fig. IV.1.6. Distribución de las muestras según el % de humedad en el tejido graso
subcutáneo (grasa dorsal).
Las pérdidas por goteo de la carne de cerdo criollo de Tumbes después de las 48 h
de almacenamiento estuvieron claramente correlacionadas con las pérdidas a las 24
h (r = 93). Esta correlación fue similar a la hallada por Otto et al. (2004). Sin
embargo, a diferencia de lo encontrado por estos autores, en el presente trabajo no
se obtuvo una correlación significativa entre pérdidas por goteo y pH45 o pH24. No
obstante, como señalan Otto et al. (2004), auque el valor de pH afecta
negativamente a la pérdida por goteo, la magnitud de la correlación entre ambos
Discusión ___________________________________________________________________________
219
parámetros difiere según el estudio que se considere, siendo a veces significativa y
a veces no.
Tabla IV.1.1. Contenido en elementos minerales (mg 100 g-1) de la carne del lomo de
distintos tipos de cerdos, cerdo comercial del mercado occidental, cerdo autóctono
Chato Murciano y sus cruces, cerdo criollo de Tumbes de traspatio.
Elementos minerales
Magro de lomo (USDA, 2007)
L. dorsi de cerdo o chato murciano y cruces (Poto et al., 2007)
L. dorsi cerdo criollo Tumbes (Tabla III.1.6.)
Calcio 5,0 5,3 7Hierro 1,0 5,3 1,0Magnesio 27 22 22Fósforo 247 209 267Potasio 399 355 330Sodio 53 42 61Zinc 1,9 1,5 2,7Cobre 0,090 0,470 0,260Manganeso 0,015 No determinado 0,008
En los estudios indicados anteriormente se ha investigado el efecto del
genotipo, sistema de explotación, dieta, etc. sobre la CRA. En los planteamientos
experimentales concretos de los estudios mencionados no se encontraron
diferencias en la CRA entre la carne de de diferentes sexos y, tampoco, en la carne
de cerdos alimentados con distintos niveles proteicos. Sin embargo, la cría de
cerdos al aire libre, según se recoge en la revisión de Edwards (2005), suele causar
una reducción en el pH de las razas cárnicas mejoradas y una reducción en la CRA,
achacable a una mayor susceptibilidad de los cerdos al estrés pre mortem – aunque,
posiblemente, este hecho no sea aplicable a cerdos rústicos. Por otra parte, en
relación al genotipo, Renaudeau y Mourot (2007) observaron que la carne de los
cerdos criollos de las Indias Occidentales Francesas mostró una mayor CRA que la
de los cerdos Large White usados en su experimento.
Respecto a las pérdidas por cocción, la carne de cerdo analizada en el
presente experimento mostró un valor medio del 44% (con una gran dispersión de
resultados entre muestras y con una correlación con las pérdidas por goteo a las 48
h que, aunque fue significativa, p<0,05, no fue muy elevada: r = 26). Estos valores
Discusión ___________________________________________________________________________
220
de pérdidas por cocción fueron más elevados que los encontrados por Lloveras et al.
(2008) en cerdos híbridos argentinos (33-36%), Latorre et al. (2003) en cerdos de
razas mejoradas o sus cruces de unos 117 kg de peso vivo (23-24%) o Millet et al.
(2005) en cerdos híbridos alimentados con distintitos niveles de proteína (24-26%).
Las diferencias observadas entre estudios podrían deberse en parte a diferencias en
la metodología: tamaño de los trozos de carne, tiempo y temperatura del tratamiento
térmico.
De forma paralela a lo dicho para la CRA, numerosos trabajos han evaluado
el color de la carne determinado en el músculo L. dorsi mediante el sistema CIELab.
Los rangos obtenidos de los estudios consultados para los valores medios de L*, a*
y b* en la carne de cerdos de razas cárnicas mejoradas han sido 44-58, 5-10 y 4-9,
respectivamente (Hamilton et al., 2003; Latorre et al., 2003; Olsson et al., 2003;
Simek et al., 2004; Millet et al., 2005; Correa et al., 2006; Ruusunen et al., 2007;
Renaudeau y Mourot, 2007; Latorre et al., 2008; Rehfeldt et al., 2008). Por poner un
ejemplo de cerdo autóctono, en la carne de Chato Murciano estos valores fueron de
47, 10 y 6 (Peinado et al., 2004). En todos esos estudios no se han detectado
diferencias en los parámetros del color entre pesos al sacrificio, sexo o raza. En
relación al sistema de explotación, Millet et al. (2005) y Poto et al. (2007)
encontraron mayor valor de a* (color más rojo) en la carne de cerdos criados
mediante sistemas extensivos o semiextensivos, con más espacio para moverse,
que en la de los criados mediante un sistema intensivo convencional, mientras que
Olsson et al. (2003) se detectó diferencia entre los citados sistemas de cría. Por su
parte, Renaudeau y Mourot (2007) no encontraron diferencias entre el color de la
carne del cerdo criollo de las Indias Occidentales Francesas y la del cerdo Large-
White. La carne del cerdo criollo de Tumbes entraría dentro de los rangos indicados
anteriormente para a*, aunque mostró valores relativamente bajos. El valor a* está
relacionado con la concentración de pigmentos de la carne y con el pH de la misma,
baja concentración de pigmentos y bajo pH hacen que la carne presente un menor
valor.
La carne del cerdo criollo de Tumbes entraría también dentro de los rangos
indicados en el anterior párrafo para L*, aunque igualmente mostró valores
relativamente bajos. El valor L* parece estar positivamente relacionado con el
Discusión ___________________________________________________________________________
221
contenido en humedad y en grasa de la carne (Pedauyé et al., 1994) y también es
afectado por el pH de la carne (altos valores de pH ocasionan que la carne sea más
oscura y con menor valor de L*). Dado que valores de L* ≤ 48 junto con valores de
pH45 ≥ 6,4 son indicativos de carne DFD (Alarcón et al., 2005), algunas de las
muestras analizadas (14%) podrían ser catalogadas como DFD, aunque como se
dijo antes sólo el 3% de las muestras tuvo un pH24 > 6,2, valor también indicativo de
carne DFD.
Más notorio fue el hecho de que la carne de cerdo criollo de traspatio de
Tumbes excediera el rango mencionado para el parámetro b* (índice amarillos-
azules), lo que implica un color más amarillo de la carne. Incluso el mínimo valor
encontrado para la carne del cerdo criollo de Tumbes excedió el rango señalado
anteriormente para b*. Es posible que esta coloración amarilla tenga algo que ver
con el componente graso de la carne, y a su vez, con la alimentación.
Finalmente, y también respecto al color, el contenido en mioglobina de las
muestras analizadas (1,4 mg/g) ocupó un lugar intermedio entre los 0,6 y 1,1 mg/g
encontrados en carne de cerdo blanco comercial (Henry y Bratzler, 1960; Estévez et
al., 2003; Latorre et al. 2003; Latorre et al. 2007) y los 1,6 y 1,7 mg/g encontrados
por Estévez et al. (2003) en cerdo Ibérico. Tanto la edad como el ejercicio físico son
dos factores que hacen que la carne tenga más contenido en pigmento (Tikk, 2007)
y, por lo tanto, que explican la presencia de un mayor contenido en mioglobina en
cerdo ibérico y en cerdo criollo de traspatio de Tumbes en relación con el cerdo
blanco. Además, tanto por factores genéticos como de ejercicio físico, los cerdos
rústicos, como es el caso del cerdo criollo de Tumbes, criados al aire libre tendrían
probablemente mayor contenido en fibras de contracción lenta o fibras rojas, que a
su vez tienen mayor cantidad de pigmento.
La dureza de la carne de cerdo criollo de Tumbes, determinada con la sonda
Warner-Bratzler de acuerdo a la metodología descrita por Honikel (1997), dio un
resultado promedio de 50 N como la fuerza máxima al romper el prisma de carne. A
priori, los factores que influirían sobre la dureza de la carne (más dureza) de este
cerdo con respecto a la de los otros convencionales serían: la mayor edad de los
cerdos criollos de Tumbes, el mayor ejercicio físico y la restricción de alimentos –
según Tikk (2007), una restricción alimentaria sería responsable de carne de peor
Discusión ___________________________________________________________________________
222
calidad con respecto a la alimentación ad libitum, entre otras cosas por ser más
dura. Por el contrario, el alto contenido en grasa intramuscular encontrado en los
cerdos criollos de Tumbes sería un factor que contribuiría a una menor dureza.
En otros trabajos con carne de cerdo, que han empleado la misma
metodología que en el presente para evaluar la dureza, se han encontrado valores
entre los 40 a 80 N (Mabry y Baas, 2001; Hamilton et al., 2003; Olsson et al, 2003;
Lambooij et al 2004; Swigert et al. 2004; Lloveras et al., 2008). De estos trabajos
cabe destacar que las diferencias detectada en la dureza de las muestras analizadas
fueron debidas al genotipo o las condiciones de sacrificio, no estando claro si la cría
al aire libre genera o no una carne más dura que la cría en confinamiento.
Los cuatro ácidos grasos mayoritarios encontrados en el presente trabajo y su
orden por abundancia (Tabla III.1.8.) fueron concordantes con los encontrados en
grasa de cerdo por otros autores (Serra et al., 1998; Nürmberg et al., 1998; Serra et
al., 1998; López de Torre et al., 2001; Delgado et al., 2002b; Wood et al., 2003;
Pugliese et al., 2004a). Además, los porcentajes de los ácidos grasos mayoritarios
en la grasa subcutánea de cerdo criollo fueron en líneas generales similares a los
mostrados por Wood et al. (2003) y Nguyen et al. (2003) en grasa subcutánea de
cerdos de otras razas y sistemas de producción más convencionales, intensivos. No
obstante, cabe destacar el bajo valor de ácido oleico en la grasa de los cerdos
criollos de traspatio Tumbes con respecto a los valores observados por Pugliese et
al. (2004b), Coutron-Gambotli et al. (1998) y Ventanas et al. (2006) para este ácido
en cerdos, también, criados al aire libre, como los cerdos Nero Siciliano, de Córcega,
e Ibérico, donde se encontraron cantidades de oleico claramente superiores al 45%.
Debido a que el cerdo criollo de Perú tiene su origen en el cerdo ibérico,
merece la pena comparar los perfiles de ácidos grasos de este trabajo y los de cerdo
ibérico, tomando como ejemplo los encontrados por Ventanas et al. (2006). De
acuerdo a esta comparación el cerdo criollo tuvo aproximadamente un 10 unidades
porcentuales menos de C18:1 n-9 (ácido oleico), que es abundante en la bellota que
ingieren los cerdos ibéricos de montanera (Cava et al., 1997; Ruiz et al., 1998), 4
unidades porcentuales más de C18:2 n-6 y el doble o el triple de C18:3 n-3. Por lo
tanto, el perfil de ácidos grasos de uno y otro cerdo presentó diferencias y estas
diferencias se podrían asociar principalmente al tipo alimentación.
Discusión ___________________________________________________________________________
223
Respecto a las sumatorias de los ácidos grasos de los cerdos criollos de
traspatio de Tumbes (Tabla III.1.8.), la fracción mayoritaria fue la de los AGMI con 44
± 8%, seguido de los AGS con 38 ± 1 y en tercer lugar los AGPI con 17 ± 1. El
porcentaje de AGS observado en la grasa de cerdo criollo de Perú se encuentra
próximo al valor medio dentro del amplio rango de valores obtenido de la bibliografía
consultada (referencias citadas anteriormente). Entre los factores que podrían influir
sobre la concentración de AGS de la grasa subcutánea de los cerdos criollos de
Tumbes, además de la alimentación, se podrían considerar:
i) La escasez de grasa en la dieta podría ser un factor que propiciara un
aumento en el % de AGS, ya que cantidades de grasa en la dieta
inferiores a 4% están relacionadas con un mayor contenido de AGS, lo
que es debido a que la mayor parte de los ácidos grasos producidos lo son
por síntesis endógena (Scott et al., 1981).
ii) La edad es también un factor importante que influye favorablemente en el
contenido en AGS (Scott et al., 1981). Estos autores señalan que en
animales jóvenes la composición de la grasa del alimento influye más que
a mayor edad, cuando tendrá más protagonismo la síntesis endógena. Sin
embargo, en el presente estudio, en el que se ha analizado la grasa de
animales mayores de 6 meses, no se ha encontrado correlación
significativa entre la edad y el contenido en AGS.
Los porcentajes de AGMI de la grasa de los cerdos criollos de Tumbes fueron
relativamente bajos, aunque dentro de los rangos anteriormente mencionados,
mientras que, por el contrario, el porcentaje de AGPI fue relativamente alto. A modo
de ejemplo, por considerar otro cerdo criollo, esto se observa comparando con los
resultados de Delgado et al. (2002a) obtenidos en la grasa subcutánea del cerdo
Pelón Mexicano, de aproximadamente 100 kg de peso: AGMI (48,0 ± 0,29%), AGS
(37,52 ± 0,33%) y AGPI (9,56 ± 0,32%).
Desde el punto de vista nutricional, el valor del cociente
poliinsaturados/saturados en la grasa subcutánea de los cerdos criollos de traspatio
de Tumbes fue de 0,5, por lo que está muy cerca del 0,45 recomendado. El cociente
omega 6 / omega 3 (n-6 / n-3) fue de 7, que es un valor cercano a 4 y menor de 10,
siendo 4 o 10, dependiendo de la fuente consultada, los límites máximos
Discusión ___________________________________________________________________________
224
recomendados para la grasa de la dieta (Williams, 2000). Estos valores se verían
modificados, posiblemente favorablemente, al considerar la grasa intramuscular o la
grasa de la carne, más rica en AGPI.
Los ácidos grasos además de ser nutricionalmente importantes, influyen
sobre la calidad sensorial de la grasa y de la carne. La concentración de los ácidos
C18:0 y C18:2 es particularmente importante para la consistencia de la grasa (Wood
et al. (2003). Cuando el C18:2 está en niveles superiores a 15% en la grasa del
tocino, este adquiere una apariencia aceitosa, pudiendo no resultar agradable al
consumidor (Wood, 1984). Así, podríamos pensar en una consistencia blanda y una
apariencia aceitosa en la grasa de bastantes de los cerdos criollos de Tumbes,
debido a su alto contenido en C18:2 (el 13% de las muestras superaron el nivel
indicado de C18:2).
También sobre el C18:2, Wood et al (2003) señalan que cuando la cantidad
es elevada los compuestos de la oxidación por el calor generados a partir de ese
ácido graso durante el cocinado son muy abundantes, pero que su repercusión
sobre el flavor no es muy acusada. Mayor efecto negativo sobre el flavor se le ha
atribuido al C18:3, estableciéndose un límite en la carne del 3% sobre el total de
ácidos grasos, por encima del cual este ácido graso repercute negativamente sobre
el flavor (Wood et al., 2003). En la grasa del cerdo de Tumbes hubo un 2%
aproximadamente de este ácido graso; no obstante, esta cantidad sería mayor en el
músculo, más rico en AGPI por su mayor contenido en membranas.
En relación al ácido oleico, que estuvo relativamente en baja cantidad en el
cerdo criollo de traspatio de Tumbes, cabe señalar que se podría entender que su
concentración podría ser considerada como no positiva. La alta concentración de
C18:1 n-9 en la carne de cerdos ibéricos criados en régimen extensivo parece ser
responsable de una mejora en la calidad sensorial de los productos cárnicos, ya que
estos han mostrado un alto contenido de aldehídos derivados de C18:1 n9 (García et
al., 1991; Antequera et al., 1992), que confieren a los productos un sabor agradable
(Persson y Von Sydow, 1973; Specht y Baltes, 1994). En el cerdo Ibérico el acido
oleico también es responsable de la fluidez de la grasa (Flores et al., 1988).
En cualquier caso, para explicar el perfil de ácidos grasos obtenido en el
cerdo criollo de traspatio de Tumbes y compararlo con los perfiles obtenidos de la
Discusión ___________________________________________________________________________
225
grasa de otros tipos de cerdo, disponibles en la bibliografía, se debe considerar que
el perfil de los diferentes estudios varió ampliamente según el experimento que se
considere. Como se ha señalado en la introducción, el contenido en ácidos grasos
de la grasa de los cerdos depende de factores inherentes, como son el tipo genético,
el sexo, el peso y edad, el grado de engrasamiento, y de factores externos, como el
sistema de producción, donde la composición de alimento consumido juega un rol
determinante.
En relación al estado de engrasamiento se ha obtenido que el % en AGPI
estuvo correlacionado significativa y negativamente con el engrasamiento, mientras
que los AGMI lo estuvieron positivamente. En la grasa de la carne magra, cuanto
más grasa intramuscular haya menor es el contenido de AGPI pues menor es la
importancia de los lípidos de membranas, ricas en fosfolípidos y por lo tanto en AGPI
(Wood et al., 2003). En grasa subcutánea, podría ocurrir algo paralelo, aunque se
necesitaría estudiar las relaciones entre concentración de membranas celulares,
cantidad de grasa y AGPI.
En diversos estudios se ha detectado el efecto que puede ejercer la
composición lipídica de la ración sobre los perfiles de ácidos grasos de los diferentes
depósitos grasos (Larick et al., 1992; Morales et al., 2002). El efecto de la grasa de
la dieta es más acusado en los AGMI y, especialmente, en los AGPI que en los
AGS, más relacionados, estos últimos, con la síntesis de novo. En el estudio de
Nürnberg et al. (1998) se encontró que suplementando la dieta con torta de semilla
de colza, rica en AGPI, hasta un 30% del total de la dieta, los AGPI de la grasa
subcutánea de los cerdos llegaban a incrementarse en un 10% con respecto a los
cerdos control, no suplementados con ese alimento.
Los cerdos de la zona de Tumbes son animales alimentados con dietas
diversas. Uno de los componentes principales de su alimentación es la ‘lavaza’, que
es una combinación de restos de comida de casa, cáscara de plátano y papa, y
vegetales, que se hierve. Alguno de los productores de traspatio suplementa a la
lavaza con una ración a base de maíz, polvillo de arroz y forraje. Además los cerdos
consumen el pasto natural de la zona y algunos frutos de árboles que caen al suero,
como por ejemplo el de los algarrobos, insectos presentes en el suelo, y en muchos
casos heces de otros animales e incluso humanas. Su dieta es compleja y no se ha
Discusión ___________________________________________________________________________
226
valorado el perfil lipídico de la misma lo que dificulta la presente discusión – en
general la dieta que reciben de los productores es hipocalórica e insuficiente, los
productores dedican una nula o mínima inversión en la producción de los cerdos de
traspatio; en el argot local, a los cerdos que buscan parte de la comida en el campo
se los conoce como ‘patrulleros’.
Cabe comentar que el contenido en el ácido graso C18:3 n-3 (Tabla III.1.8.)
fue relativamente abundante en la grasa del cerdo criollo de Tumbes comparado con
los resultados de otros estudios sobre perfil lipídico en grasa subcutánea de cerdo.
Este ácido graso podría proceder en gran parte de la hierba y forraje de la dieta.
Esta suposición se puede sustentar con los resultados del trabajo de Rey et al.
(2006) en el que se observó que la ingesta de hierba por cerdos ibéricos generó un
incremento significativo del contenido en C18:3 n-3 en su grasa subcutánea. Los
animales que se crían al aire libre tienen la oportunidad de ingerir muy diversos tipos
de alimentos de forma poco controlada y en el caso de consumir elevada cantidad
de hierba y forrajes los niveles de AGPI de la familia n-3 serían elevados (Edwards,
2005). En este mismo sentido, en el estudio de Pugliese et al. (2004b) se ha
observado que, comparando los cerdos criados en pastoreo respecto a los criados
en granja, la grasa subcutánea de los primeros contuvo menos porcentaje de AGS y
más de los AGMI y AGPI.
También, respecto a ese ácido graso (C18:3 n-3), es notoria la gran
desviación estándar obtenida, que supera a la media encontrada para este ácido
graso. Esta gran dispersión se debe a que unas pocas muestras (4) presentaron
cantidades inusitadamente elevadas, superiores al 6%. Se da además la
circunstancia de que estas muestras con alto contenido en C18:3 n-3 presentaron un
bajo contenido en C18:1 n-9 (<30%) y que tres de cuatro estas muestras
pertenecían a animales con alto contenido en humedad de la grasa subcutánea, que
se podrían considerar como caquécticos. Esta circunstancia se puede explicar de
una forma tentativa, en primer lugar, por la alimentación y, también, podría deberse
a una alteración metabólica de los animales implicados.
Por otra parte, también observando la tabla III.1.8., es remarcable la cantidad
relativamente elevada de ácidos grasos de cadena ramificada (AGCR), típicos de la
grasa de rumiantes, en la grasa subcutánea del cerdo criollo de traspatio de Tumbes
Discusión ___________________________________________________________________________
227
(esta cantidad llega en promedio al 0,5% y en algunos animales supera el 1%). En la
bibliografía, no se ha encontrado ningún trabajo que cuantifique este tipo de ácidos
grasos en carne y grasa de cerdo, probablemente debido a que los AGCR están
presentes en cantidades muy bajas, casi nulas. El origen de AGCR en la grasa de
rumiantes se debe a la formación de los mismos en el rumen, procedentes del
metabolismo bacteriano que allí tiene lugar. La presencia de AGCR en los cerdos es
en principio difícil de explicar. Una posible vía de incorporación de estos ácidos
grasos en la dieta de los cerdos podría ser la ingesta de heces. Las heces al ser
ricas en microorganismos presumiblemente tendrán cantidades suficientemente
elevadas de AGCR como para hacer que los niveles de estos ácidos grasos en los
cerdos sean detectables, alcanzando valores cercanos a la mitad de lo que se
observa en rumiantes (Nürnberg et al., 1998). También podría deberse a la
presencia de grasa de pescado en la lavaza, ya que los AGCR son relativamente
abundantes también en grasa de pescado, procediendo, en la cadena alimentaria,
de los sedimentos marinos.
Se ha determinado la concentración de tocoferoles en la carne de cerdo
criollo de traspatio de Tumbes. Esta cantidad podría ser elevada debido a la ingesta
de estos animales de forraje y hierba, rico en tocoferoles, pero por otra parte podría
ser baja debido a la escasa ingesta de alimentos. La grasa de los cerdos del
presente estudio contuvo cantidades semejantes de alfa- y de gamma-tocoferol y
cantidades menores de delta-tocoferol, con un contenido medio total de tocoferoles
de aproximadamente 1600 µg 100 g-1 de grasa.
Los estudios realizados con cerdos criados mediante los sistemas intensivos
convencionales en el mundo occidental encuentran principalmente alfa-tocoferol
(Högberg et al., 2004; Rey et al., 2006). Sin embargo, en estudios realizados con
cerdos en pastoreo, siendo la hierba un elemento importante de su alimentación, se
han encontrado cantidades importantes tanto de alfa- como de gamma-tocoferol
(aproximadamente la mitad de este con respecto al otro). Este resultado está en
concordancia con lo obtenido en el cerdo criollo de traspatio de Tumbes, lo que
sugiere que la hierba y forrajes son parte importante de su dieta – en la mayoría de
las muestras de grasa subcutánea se detectaron cantidades de gamma-tocoferol en
grasa superiores a 500 µg 100 g-1 y lo que es más significativo, el promedio del
Discusión ___________________________________________________________________________
228
cociente gamma- entre alfa-tocoferol fue de 1,6 (el más alto encontrado en la
bibliografía consultada).
La cantidad de tocoferoles totales varía entre los estudios consultados. La
mayoría de trabajos analizan el contenido en tocoferoles en músculo, obteniendo
valores entre 20 a 200 µg 100 g-1 siempre que no haya suplementación de
tocoferoles en la dieta de los animales antes del sacrificio (Högberg et al., 2004;
Jensen et al., 1988).
La cantidad de tocoferoles en grasa subcutánea de cerdo también ha sido
determinada en algunos estudios (Gebert et al., 2006; Rey et al., 2006). Los
resultados de estos estudios, que también determinaron tocoferoles en músculo L
dorsi, indican que la cantidad total de tocoferoles viene a ser similar en grasa
subcutánea y en músculo L. dorsi cuando es expresada sobre materia seca. Así
mismo, fue similar la relación entre cada uno de los tocoferoles detectados en
ambas localizaciones. Haciendo un cálculo estimativo de la cantidad de tocoferoles
que tendría el músculo de cerdo criollo de Tumbes, según lo anteriormente
comentado, y considerando un contenido de materia seca de la grasa del 15% y de
la carne del 70% se obtiene la cifra de 540 µg de tocoferol por 100 g-1 de músculo.
En los estudios de Gebert et al., 2006 y Rey et al., 2006 se encontraron
niveles de tocoferoles en grasa subcutánea de cerdos alimentados con dietas
formuladas no suplementadas con tocoferol en sistemas intensivos de 300 y de algo
menos de 1000 µg 100 g-1, respectivamente. Además, de acuerdo con Rey et al.
(2006), la cantidad de tocoferoles en grasa subcutánea fue mayor – se obtuvieron
entre 1200-1500 µg 100 g-1 – en animales criados en pastoreo que en animales
alimentados en sistema intensivo. En el presente estudio, a pesar de la deficiente
alimentación de los cerdos, los contenidos en tocoferoles en grasa subcutánea, y
presumiblemente también en músculo, fueron claramente superiores a los
contenidos de cerdos alimentados en sistemas intensivos con dietas formuladas no
suplementadas con tocoferoles. Incluso, los valores del presente estudio fueron
mayores que los valores encontrados por Rey et al. (2006) en grasa de cerdos
ibéricos en pastoreo. No obstante, la dispersión de las muestras fue grande, hubo
animales con un contenido en tocoferoles no detectable (en dos muestras no se
detecto gamma-tocoferol).
Discusión ___________________________________________________________________________
229
La suplementación de las dietas de los cerdos con tocoferoles (vitamina E)
por encima de sus necesidades nutritivas es una práctica común en la producción
porcina industrializada. Niveles más elevados de vitamina E en la carne, respecto a
los de la carne de cerdos alimentados con dietas no suplementadas, protegen a la
carne frente a la oxidación lipídica, mejoran la estabilidad del color y reducen las
pérdidas de líquidos durante el almacenamiento (Rosenvold y Andersen, 2003). Con
el hecho de conseguir 300-400 µg 100 g-1 de tocoferoles en el músculo, ya se
observan los efectos señalados, con respecto a cantidades inferiores.
En relación al retinol, poco se ha encontrado en la bibliografía. La cantidad
encontrada en grasa subcutánea de los cerdos criollos de traspatio de Tumbes (70
µg 100 g-1) fue menor a la encontrada por Högber et al. (2002) en grasa
intramuscular de cerdos alimentados en confinamiento o al aire libre (160-170 µg
100 g-1) con sendas dietas que contenían 7 y 8 µg de retinol por g de alimento,
respectivamente.
Discusión ___________________________________________________________________________
230
IV.2. APRECIACIÓN Y ACEPTACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS ELABORADOS CON CARNE DE CERDO
La discusión de este experimento se basa en comentarios surgidos de la
reflexión tras el análisis de los datos de las encuestas a los productores o
consumidores reales o potenciales de las villas (medio rural) de Tumbes, donde es
frecuente la cría de los cerdos estudiados en este trabajo. Esas encuestas se han
elaborado con objeto de plasmar un contexto en el que se enmarquen los resultados
de los análisis experimentales realizados. No se pretende hacer una discusión de la
situación socio-cultural, socio-económica o de posibilidad de mercado, sino sólo
crear un marco obtenido a partir de las personas implicadas en la producción de los
cerdos y el consumo de los productos cárnicos.
IV.2.1. Encuesta sobre la apreciación que tienen los productores de cerdos de los productos cárnicos elaborados con carne de cerdo
De los resultados de la encuesta realizada sobre las características de
producción de cerdo de traspatio y la opinión de los productores ante la elaboración
de productos cárnicos, en primer lugar, hay que comentar que la crianza de cerdo es
una actividad agraria muy implantada en las familias del medio rural en Tumbes. El
número de cerdos promedio de cerdos por unidad familiar es muy bajo (menos de
8), aunque la dispersión de este dato fue elevada, y casi todas las familias
productoras vendían los cerdos en vivo, principalmente a intermediarios que se los
compran con un peso mínimo que ronda los 12 kg. Además, fue frecuente la venta
de carne fresca, principalmente a los vecinos.
La elaboración de productos cárnicos fue secundaria frente a la venta en vivo
y frente al autoconsumo y venta de carne fresca. Aunque más de la mitad de
productores elaboraban uno o más productos cárnicos, su elaboración normalmente
era esporádica y para autoconsumo (casi nunca cubren sus necesidades familiares),
venta a vecinos o venta directa en días de mercado y en ferias.
Al a preguntar la opinión de los encuestados sobre su disposición para
elaborar productos cárnicos como forma de ahorrar o ingresar más dinero en su
unidad familiar, hubo una respuesta positiva bastante generalizada para ello, pero
quedó claro que hay impedimentos que no lo permiten: falta de tiempo, falta de
Discusión ___________________________________________________________________________
231
recursos materiales y/o de conocimientos. Para entender estos impedimentos, hay
que tener en cuenta los enormes limitantes tecnológicos ya que, por ejemplo, el
picado de la carne y, si procede, el embutido se realizan en muchos casos a mano,
sin más equipo que un cuchillo y a veces un embudo. También, hay que pensar que
en muchos casos los pobladores no tienen acceso, por falta de mercado, a los
insumos necesarios de elaboración, como tripas (diferentes a las obtenidas del
animal sacrificado), sal de grano grueso o material fungible de uso asociado los
eventuales equipos de trabajo. Finalmente, se ha de considerar que la disponibilidad
de dinero por la mayor parte de los habitantes es muy escasa y probablemente
irregular en el tiempo, por lo que no hay medios económicos como para comprar
materia prima, construir, adquirir o rentar un local y, en general, formar una empresa.
A este respecto se podría pensar en los microcréditos para las familias interesadas.
Los productores de cerdo conocen los productos típicos de la zona: salchicha,
cecina y rellena, pero desconocen otros productos que tienen importancia en
poblaciones más grandes del país, lo implica un aislamiento de la zona respecto a
un mercado de ámbito nacional.
Finalmente, cabe señalar que los elaboradores de productos cárnicos parecen
conocer de forma empírica que el uso de sal, de ácidos (limón y vinagre), el secado
al sol, el frío, la fritura y conservación posterior en el propio aceite, son medios de
alargar la vida útil de sus productos de por sí perecederos (a lo más una semana de
duración) en un clima caliente a lo largo del año. Esos métodos deberían de ser
optimizados estandarizados y se debería comprobar y medir el efecto sobre la
conservación y sobre la inocuidad de los productos, con el fin de obtener procesos
apropiados de conservación.
IV.2.2. Encuesta sobre aceptación de los productos cárnicos elaborados con carne de cerdo por los consumidores del medio rural la región
Es de destacar, en primer lugar, que muchas familias (el 30%) no consumen
habitualmente ni carne de cerdo ni sus productos derivados, bien sea por motivos
religiosos, como por falta de dinero para su compra o, bien, por que no les atrae
como consumidores, prefiriendo otros alimentos en su lugar.
Discusión ___________________________________________________________________________
232
En segundo lugar, que, tal vez por cuestiones económicas (aunque los
consumidores no lo reconocen así), solo aproximadamente la mitad de familias
consumen productos cárnicos, y, de las familias que consumen, la frecuencia de
consumo es muy baja – la mayor parte de las familias consumen carne de cerdo o
productos cárnicos de cerdo menos de una vez por semana – comparada con la
habitual en los países del Norte o industrializados. Además, este consumo presenta
variaciones importantes a lo largo del año, variaciones asociadas entre otras cosas a
fiestas. Los productos más consumidos, son lógicamente los más conocidos y
mencionados anteriormente: la salchicha, la cecina y la rellena.
Las mayores fuentes de abastecimiento para la carne de cerdo, cecina,
salchicha y rellena, lo constituyen la propia familia, los vecinos y los familiares,
mientras que en menor cantidad las familias compran en mercados locales o de
otras villas. Este hecho da una idea de la importancia del autoabastecimiento local, a
nivel familiar o vecinal.
La preferencia de los consumidores, según se desprende de la encuesta, fue
mayor por la carne fresca que por los productos elaborados, especialmente cuando
esos productos son comprados en el mercado (no hay una buena opinión sobre la
calidad de los productos en el mercado). De acuerdo a los consumidores, los
aspectos más negativos de los productos cárnicos que potencialmente pueden
consumir son el sabor desagradable, la falta de variedad, el que pueden causar
enfermedad (ya que hay una alta incidencia de cisticercosis en la zona). En nuestra
opinión, los productos cárnicos serían adecuados y se les daría mayor importancia si
se pudiera mejorar su calidad y su tiempo de conservación. Este último punto,
parece especialmente importante, ya que permitiría tener una reserva de proteína
animal a nivel familiar o vecinal, de forma semejante al fenómeno de las matanzas
familiares en el medio rural español.
Discusión ___________________________________________________________________________
233
IV.3. CARACTERIZACIÓN Y ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE LA CALIDAD DURANTE EL SECADO Y CONSERVACIÓN DE LOS PRODUCTOS CÁRNICOS TÍPICOS ELABORADOS EN EL DEPARTAMENTO DE TUMBES – PERÚ (SALCHICHA, CECINA Y RELLENA)
IV.3.1. Salchicha
Sobre la forma de elaboración de la salchicha en el medio rural de Tumbes,
se puede decir que se sigue un procedimiento típico de elaboración de un embutido
fresco a nivel artesanal, eso sí sin apenas tecnología, que recuerda, con sus
diferencias peculiares en ingredientes principalmente, al proceso de elaboración
artesanal del chorizo en España.
Algunas de las deficiencias o limitaciones más destacables sobre el proceso
descrito por los propios productores son: i) el error, podríamos decir higiénico-
sanitario, de utilizar detergente por algunos elaboradores a la hora de limpiar las
tripas, ii) la escasa tecnología que implica picar la carne a mano, con cuchillos, o
embutir a mano, iii) la falta de continuidad de la cadena de frío durante la
conservación del producto, que es un preparado cárnico fresco. Como tal, debería,
de acuerdo al enfoque occidental (legislación europea), conservarse continuamente
en frío después de su oreo. En su lugar, cuando se dispone de frigorífico o cámara
cerrada con hielo, el frío se usa intermitentemente – por las noches se refrigera el
producto, mientras que por el día se seca. No obstante, lo que se quiere es vender o
consumir el producto lo antes posible, es decir, la conservación solo tiene lugar
cuando el producto no se vende o, en el caso de autoconsumo, cuando hay que
dejar parte del producto para comer otros días. Esto no quiere decir que la idea de
poder conservar el producto durante más tiempo en buenas condiciones no pueda
ser atractiva.
Los resultados de la encuesta sobre elaboración de salchicha se expusieron
en un curso de formación realizado en septiembre de 2007 dirigido a unas 40
mujeres de la región de Tumbes. Conjuntamente, entre formadores y participantes,
se estableció el procedimiento estandarizado de elaboración de la salchicha que se
describe a continuación. El producto elaborado según este procedimiento fue
degustado, generando opiniones favorables. Esta información recoge las cantidades
Discusión ___________________________________________________________________________
234
de los ingredientes utilizados – valores no obtenidos a través de la encuesta a los
elaboradores.
Procedimiento estandarizado de la salchicha tumbesina (obtenido en un curso de formación a partir de la discusión entre los docentes y las mujeres participantes) Punto 1. Preparar las tripas. a) Lavar y limpiar las tripas b) Si la tripa es conservada en sal, desalar lavando 3 o 4 veces con agua. Punto 2. Mezclar 3 partes de carne con 1 parte de grasa y picar o moler todo junto. Se recomienda utilizar carne de espalda, de falda y de cuello; y la grasa que está debajo del pellejo, especialmente que está en el dorso o espinazo del chancho. Punto 3. Pesar y preparar los siguientes ingredientes: Ingrediente por cada kilo de carne molida o picada Cantidad pesada Cantidad aproximada Sal 20 gramos 1 cucharada y media Pimienta 2 gramos 4 puntas de cuchara Ajo 5 gramos 2.5 dientes de ajo Comino 0.5 gramos 1 punta de cuchara Ajinomoto (glutamato monosódico) 0.5 g Máximo dos pizcas Limón 10 ml Jugo de 4 limones Aceite con achiote (2 partes de aceite por 1 de achiote) 10 ml 1.5 cucharadas Ají panca seco sin pepas, hervido en agua y licuado 10 gramos 2 a 3 piezas Punto 4. Refreir el achiote con el aceite. Punto 5. Mezclar la carne con la sal, la pimienta, el ajo, el comino, el ajinomoto y el limón Punto 6. Agregar el licuado de ají panca y mezclar. Punto 7. Agregar el refrito de aceite coloreado con el achiote, sin echar las pepas del achiote (colar) y mezclar. La cantidad de aceite será la necesaria para obtener un buen color. Punto 8. Embutir la mezcla en la tripa delgada de chancho con la máxima presión posible dentro de la tripa sin que reviente y sin dejar aire o espacios dentro. Punto 9. Se puede picar la tripa con alfiler para eliminar el aire que pueda quedar bajo la tripa. Amarrar uno de los extremos con pita. Si la tripa está blanda o flácida apretar o presionar para juntar la carne para dar más consistencia. Amarrar el otro extremo. Punto 10. Colgar el embutido en varas o cordeles sin que se toque uno a otro hasta el día siguiente. Evitar que se moje y que lleguen las moscas (se puede embadurnar con aceite vegetal). El lugar ha de tener ventilación. Nota: Se recomienda guardar el producto en la refrigeradora como máximo 15 días. De lo contrario se ha de consumir antes de 3 días.
En relación a la composición proximal de la salchicha de Tumbes, de su
comparación con la observada en otros estudios o textos legales sobre embutidos
frescos de Perú, similares a la salchicha de Tumbes, cabe decir que dicha
composición proximal fue muy similar a la mostrada por Collazos et al. (1996) para
muestras de chorizo, en general, obtenidas del mercado peruano.
Por otra parte, la salchicha de Tumbes contuvo mayores porcentajes de
humedad y proteína y menores grasa que la salchicha de Huacho (INDECOPI,1980;
Collazos, 1996; NTP 201.012. 1999). La salchicha de Huacho de mejor calidad ha
Discusión ___________________________________________________________________________
235
de tener un mínimo del 9% de proteína y la salchicha de Tumbes tuvo un valor
promedio del 17% y la de menor contenido proteico superó el 11% de proteína.
Los términos de salchicha y chorizo parecen no estar basados en la
composición de los embutidos correspondientes. Esta diferenciación lingüística tal
vez se deba más a costumbres locales.
Comparando la salchicha de Tumbes con otros embutidos, pertenecientes a
este tipo de embutidos, de Latinoamérica, el contenido de grasa (23,7) fue
relativamente bajo comparado con los chorizos frescos mexicanos obtenidos en el
mercado minorista de la ciudad de Tulancingo (34,80 ± 9,78) por González Tenorio
(2007). Sin embargo, tanto el contenido en grasa, como el resto de la composición
proximal, fue similar al de otro tipo de chorizos frescos mexicanos, en este caso, de
la región de la Huasteca (Austria et al., 2006). En cualquier caso, la cantidad de
grasa de la salchicha de Tumbes seguramente que estuvo limitada por el hecho de
que las canales de los cerdos utilizados presentaron un bajo estado de
engrasamiento corporal.
La variabilidad o dispersión de los resultados obtenidos en la composición
proximal de la salchicha de Tumbes fue elevada, los valores mínimos y máximos de
humedad y los de grasa se distanciaron en 20 unidades porcentuales,
aproximadamente. Esta variabilidad se explicaría por un distinto grado de secado o
deshidratación de los chorizos en el momento de su comercialización, así como por
diferencias en los porcentajes de grasa-carne utilizados en la formulación – una
mayor proporción de grasa en la masa inicial implica un menor contenido en
humedad debido a que el contenido en humedad de la grasa es muy bajo en
comparación con el de la carne.
El porcentaje en grasa sobre materia seca, cuyo valor medio en la salchicha
de Tumbes fue del 44%, da una idea de la cantidad de grasa utilizada en la
formulación. Este parámetro presentó una diferencia entre valor mínimo y máximo,
aún mayor a la referida para grasa sobre peso fresco: 30%. González-Tenorio
(2007), en los chorizos mexicanos anteriormente mencionados, encontró una
dispersión similar a la descrita para la salchicha de Tumbes en los parámetros de la
composición proximal. Tal variación da una idea de falta de uniformidad en la
materia prima utilizada y, por lo tanto, en la calidad de este tipo de embutidos.
Discusión ___________________________________________________________________________
236
La concentración de proteína sobre materia fresca varió entre el 11 y el 23 %.
Pese a que la salchicha sufrió una deshidratación, en 10 muestras de las 11
analizadas, el porcentaje proteico fue inferior al esperado en la carne magra (en
torno al 20%). Este hecho se debe a la presencia de grasa en la mezcla del
embutido. Por otra parte, la relación ‘humedad/proteína’, que representa el grado de
secado del embutido, tuvo un valor promedio de 3,1, con valores mínimos y
máximos de 2,1 y 4,3. En 3 de las muestras analizadas esta relación fue similar o,
incluso, superior o al valor de 3,4-3,7 esperado para la carne de cerdo (USDA,
2006), de lo que se deduce que esas muestras apreciablemente no sufrieron
deshidratación (o, incluso, que en alguna de ellas hubo adición de agua a la masa).
Mientras tanto, en las otras 8 muestras (la mayoría de las salchichas) se deduce que
hubo una deshidratación más o menos intensa antes de su venta. Una de las
salchichas de Tumbes presentó una relación de humedad proteína inferior a 2,3,
límite al cual se considera un embutido en la categoría de embutidos secos de
acuerdo a Adams (1986). Las otras 7 muestras se considerarían dentro de la
categoría de embutidos semisecos según dicha clasificación.
La cantidad de fósforo en el presente estudio fue determinada con el fin de
inferir acerca de la posible adición de polifosfatos a la mezcla de la salchicha. La
cantidad media de fósforo en la salchicha expresada como g de P2O5 por 100 g de
proteína fue de 2,5 y todas las muestras, excepto una, presentaron valores entre 2 a
2,5 g de P2O5 por 100 g de proteína – la muestra discordante presentó un valor de 4.
Teniendo en cuenta que el contenido en fosfatos de la carne de cerdo (que se sitúa
entre 2 y 2,5 g de P2O5 por 100 g de proteína; USDA, 2006) fue prácticamente el
mismo que el observado en casi la totalidad de salchichas analizadas en el presente
trabajo, se puede llegar a la conclusión de que la adición de polifosfatos no es una
práctica común en el proceso de elaboración de la salchicha de Tumbes.
Finalmente, el porcentaje de cenizas mostró valores medios del 3,2%, siendo
valores normales para la carne fresca del orden del 1%. Las diferencias entre la
salchicha de Tumbes y carne fresca se deben, sin duda, a la adición de sal y
especias y a la eventual deshidratación. En este sentido, el contenido medio en sal
de la salchicha representó un 1,7%, valor que se considera normal para un
preparado cárnico embutido tipo chorizo fresco. Los contenidos en cenizas y en sal
sobre materia fresca y seca, al igual que lo que ocurre con grasa y proteína,
Discusión ___________________________________________________________________________
237
presentaron una elevada variabilidad (rango de cenizas sobre materias seca 4,4 a
9,7% y rango de sal sobre materias seca de 1,5 a 5,4%, respectivamente). Esta
dispersión presumiblemente se justifica por la utilización de cantidades de sal
diferentes por los distintos elaboradores, lo que supone una variación importante en
las características de calidad de las salchichas muestreadas. Por otra parte, la sal,
como se sabe, es un factor de estabilidad microbiológica de los embutidos (Leistner,
1995), pero también influye en el sabor, calidad nutritiva, etc.
La cantidad de colágeno en la salchicha de Tumbes fue de 0,6% sobre
materia fresca, lo que equivale aproximadamente a 1,2% sobre materia seca. Esa
cantidad fue superior al límite fijado en la norma de calidad española (Presidencia
del Gobierno, BOE n. 70 de 21/3/1980; Orden de 7 de febrero de 1980 por la que se
aprueba la norma de calidad para los productos cárnicos embutidos crudos-curados
en el mercado interior) para el chorizo crudo curado extra (0,6% de colágeno sobre
materia seca), incluso mayor que para el chorizo categoría tercera (0,9%). Esta
circunstancia implica que la cantidad de colágeno en la salchicha de tumbes fue
elevada.
En general, las salchichas analizados presentaron un valor de pH ligeramente
inferior al obtenido para la carne de cerdo criollo (unas 0,1-0,2 unidades menos, la
carne de cerdo presentó valores de 5,7-5,8). La variabilidad en este parámetro fue
importante ya que el valor del pH más elevado fue de 6,3 y el mínimo de 4,9, aunque
la mayor parte de las salchichas presentaron valores entre 5,3 y 5,6. La causa
principal de que varias muestras mostraran altos valores de pH podría ser el alto pH
de la carne utilizada (por ejemplo carnes DFD). Por el contrario, las causas de que
varias muestras tuviesen bajos valores de pH serían, bien la acidificación de la masa
mediante la adición de limón, vinagre o algún otro ingrediente antes del embutido, o
bien la formación de ácido láctico en la salchicha embutida mediante la fermentación
espontánea durante el oreo y/o la conservación; o; también pudieron tener lugar
ambos fenómenos a la vez.
Dada la elevada temperatura de la región (temperaturas entorno a 30 ºC)
sería de esperar que, cuando se dejan colgados los embutidos a temperatura
ambiente y si hubiese una cantidad suficiente de azúcares, se produciría un
fermentación láctica espontánea de los azúcares presentes en el embutido a las
pocas horas de su elaboración. Esta fermentación, de acuerdo a la cantidad de
Discusión ___________________________________________________________________________
238
ácido láctico presente en las muestras de salchicha de Tumbes y el pH alcanzado,
no parece haber tenido lugar, a excepción de en unas pocas muestras. Exceptuando
carnes DFD y PSE, la carne magra de cerdo tiene una cantidad promedio de ácido
láctico entre 0,6 y 0,8 g por 100 g (Simek et al., 2003), considerando que la cantidad
de carne magra de la salchicha estuvo entorno al 80% de la masa total, la carne
aportaría aproximadamente a la salchicha entre 0,4 y 0,6 g por 100 g de salchicha
(solo 3 muestras superaron esa cantidad).
A este respecto, para explicar la ausencia o débil fermentación láctica hay que
tener en cuenta dos hechos: i) que los embutidos comúnmente son guardados en
frío por las noches (práctica habitual entre los elaboradores) o ii) que la masa tenga
una escasa cantidad de azúcares fermentables (lo que es normal sino se agrega una
fuente de azúcares a la misma). De acuerdo a Lücke (1998), el contenido en glucosa
de la carne de cerdo post mortem no es suficiente como para que se produzca una
reducción apreciable en el pH de un embutido fermentado. Hace falta agregar a la
masa una cantidad extra de azúcares, que normalmente está entorno 0,4 a 0,8 g de
azúcar por 100 g de masa, para bajar el pH significativamente. Se calcula que
aproximadamente un 0,1% de azúcar añadido es responsable de un descenso de
0,1 unidades de pH (Frey, 1985).
En este sentido, los azúcares residuales presentes en la salchicha de Tumbes
fueron aproximadamente unos 0,3 g por 100 g (Tabla III.3.2), siendo el azúcar
dominante la glucosa. Esta cantidad, que es aproximadamente el doble a la cantidad
de glucosa residual normal en la carne de cerdo (Lücke, 1998), considerada junto
con la cantidad de ácido láctico y el pH de la salchicha de Tumbes, conducen a la
conclusión de que la salchicha de Tumbes tiene una cantidad insuficiente de
azúcares como para hacer que se forme suficiente ácido láctico que produzca un
descenso de pH significativo, hasta valores de 5,3 o inferiores.
Cuando los embutidos no secados o semisecos, como es el caso de la
salchicha de Tumbes, son conservados a temperaturas superiores a 15 ºC, tanto el
hecho de conseguir un pH de 5,3 en el embutido, como el tiempo que se tarda en
alcanzar dicho pH, son puntos críticos para garantizar su inocuidad (Incze, 1992;
Canadian Food Inspection Agency, 2007). Así pues, la salchicha de Tumbes
conservada a más de 15 ºC presenta un riesgo para la salud debido principalmente a
la producción de toxina estafilocócica.
Discusión ___________________________________________________________________________
239
Otros embutidos similares, como muchos tipos chorizo español o mexicano,
pueden tener una cantidad de azúcares suficiente como para conseguir que, en caso
de ser fermentados, se alcance un descenso del pH en el embutido suficiente como
para llegar al valor de 5,3. La materia prima que aporta los azúcares al embutido en
esos casos además de la glucosa residual de la carne es el pimentón, en el chorizo
español (Aguirrezábal et al., 1998), o el chile seco, en el chorizo mexicano (ambos
obtenidos de frutos secos de Capsicum annuum), que se llegan a agregar en
cantidades de superiores a 2-3 g por 100 g de masa de embutido (Comunicaciones
personales, fabricantes de chorizo de León, fabricantes de chorizo mexicano, 2006).
La adición de esas cantidades de 3 g/100 g de Capsicum annuum a la masa del
embutido suponer más o menos la incorporación de 0,2-0,25 g de azúcar por 100 g
(Aguirrezábal et al., 1998). La salchicha de Tumbes lleva menor cantidad de
Capsicum annuum (ají panca seco) que los chorizos españoles o mexicanos –
aproximadamente se usa 1 g por 100 g – por lo tanto el aporte de azúcares a la
masa por este condimento es menor.
Finalmente, cabe comentar que la falta de correlación entre pH y el láctico u
otros ácidos orgánicos como el cítrico o el acético indica que el valor de pH de la
salchicha de Tumbes depende de varios factores simultáneamente como son: el pH
de la carne de partida y, en su caso, la cantidad de limón o vinagre añadido y/o el
ácido láctico formado por fermentación láctica. Estas fuentes de variabilidad serían
además la causa de la elevada dispersión observada en los valores de pH.
El valor mínimo de la aw de las muestras de salchicha de Tumbes analizadas
fue de 0,95 y el máximo de 0,987. A pesar de la adición de sal y de la deshidratación
que pueda tener lugar durante el oreo y conservación de la salchicha de Tumbes, el
valor de aw fue alto (>0,95). Con este valor de aw, la salchicha no se puede
considerar un producto de humedad intermedia (0,60-0,90; Leistner y Rodel, 1976).
Además, de acuerdo con su aw, la salchicha de Tumbes no es un embutido seco,
sino que es semiseco o no desecado, dependiendo de la muestra considerada
(Lücke, 1998). Con estos valores de aw y dado que el pH no fue en ningún caso
inferior a 4,6, la salchicha de Tumbes necesita refrigeración para su conservación. Si
no se respeta la cadena de frío, el consumo de la salchicha de Tumbes representa
un riesgo importante de producir enfermedad microbianaen el consumidor (Canadian
Food Inspection Agency, 2007).
Discusión ___________________________________________________________________________
240
Los parámetros de color CIELab en la masa de la salchicha de Tumbes
fueron: L*, luminosidad, 44,8 ± 5,4; a*, rojo-verde, 23,1 ± 7,3; b*, amarillo-azul, 36,6
± 9,6. El rango encontrado en la bibliografía para los parámetros CIELab del color
interno de diversos chorizos (embutidos españoles con pimentón o mexicanos con
chile) determinado con distintas cantidades y tipos de pimentón/chile y en distintas
fases de elaboración fue de: L*, 30-50; a*, 16-26 y b*, 14-29 (Ansorena et al., 1997;
Pagán et al., 2000; Gómez et al., 2001; González-Tenorio, 2007). Los parámetros de
color medios L* y a* determinados la salchicha de Tumbes estuvieron dentro de los
rangos (en la parte alta de los mismos) anteriormente mencionados para chorizos
españoles y mexicanos. Respecto al parámetro b*, su valor fue superior al rango de
la bibliografía. Esta discrepancia se puede atribuir a diferencias en los ingredientes
utilizados para dar color, ya que el color de la salchicha de Tumbes depende no solo
del Capsicum annuum (ají) añadido – como se vio anteriormente es utilizado en
menor cantidad que en los embutidos españoles y mexicanos – sino también del
achiote (Bixa orellana).
Finalmente, los valores medios de las sustancias reactivas al ácido
tiobarbitúrico SRATB (2,7 mg kg-1) estuvieron en el límite de la cantidad necesaria
para la detección sensorial de rancidez en carne fresca (3 mg kg-1; Fernández et al.,
1997). Probablemente en la salchicha haga falta una mayor concentración ya que el
flavor de la misma es más intenso y complejo. En las muestras analizadas se
observó una gran variación en los valores de SRATB, que seguramente viene dada
por diferencias en el tiempo transcurrido desde la elaboración a la toma de muestras
y por la composición, cantidad y estado de oxidación de las grasas empleadas como
materia prima.
Cambios en la salchicha durante su conservación
La salchicha de Tumbes fue conservada siguiendo el procedimiento más
utilizado en la zona que, de acuerdo a los elaboradores, consistió en tener el
embutido colgado a temperatura ambiente, a la sombra, expuesto a la vista por el
día, para su eventual venta, y guardado en frío en bandejas por la tarde-noche hasta
el día siguiente. Este procedimiento se repitió durante 3 días, tras los cuales la
salchicha se conservó en frío, en bandejas, hasta el día 9. Mediante este
procedimiento se produjo un descenso de humedad de 6 unidades porcentuales en
Discusión ___________________________________________________________________________
241
los 3 primeros días de conservación que posteriormente, desde el día 3 al 9, se vio
frenado (no hubo desecación apreciable en ese periodo). El comportamiento de la
humedad se vio reflejado en los valores de la aw. Este moderado y particular secado
de la salchicha se explicaría por la elevada humedad relativa del ambiente y,
fundamentalmente por el procedimiento seguido, de secar solo unas horas al día y
guardar el producto por la noche en bandejas en un frigorífico y permanentemente
tras el tercer día de elaboración. La escasa pérdida de humedad puede ser valorada
positivamente y deseada desde el punto de vista del rendimiento del producto, pero
no desde un punto de vista de su estabilidad microbiana.
El contenido en glucosa en la salchicha de Tumbes mostró una tendencia al
descenso, que fue significativa entre el día 6 y el 9. La glucosa es un azúcar utilizado
por numerosos grupos microbianos presentes en la carne y productos cárnicos
(Nychas et al., 1998). En las condiciones de la salchicha de Tumbes de alta aw
(0,97), pH similar al de la carne, anaerobiosis relativa, por el bajo calibre del
embutido, son varios los grupos microbianos que pueden crecer y utilizar la glucosa
para su desarrollo (Buchanan, 1986; Borch et al., 1996). No obstante, la formación
de ácido láctico en la salchicha sería un indicativo de una utilización importante de la
glucosa existente en la masa del embutido por las BAL. Así pues, podríamos pensar
que sí que ocurre una fermentación láctica de los azúcares en la salchicha después
de varios días de la elaboración. No obstante, esta fermentación fue modesta debido
a la escasa cantidad de azúcares en la masa inicial del embutido. Adicionalmente, la
formación de ácido láctico se vio acompañada del aumento en ácido acético, que
también es un metabolito producido por BAL, en este caso, heterofermentativas
(Lücke, 1998).
El tiempo de almacenamiento no mostró un cambio significativo en los
parámetros del color de la salchicha de Tumbes, aunque hubo una tendencia a la
disminución en los valores de L* y b*. Tampoco se vio incrementada la cantidad de
SRATB. Así pues, el color y la grasa fueron bastante estables a la oxidación durante
los 9 días de conservación.
La principal y más temprana alteración de la salchicha de Tumbes tuvo lugar
en la tripa (ocurrió mayoritariamente a partir del día 6). El escaso secado y, por lo
tanto, la alta aw en superficie de la salchicha provocaría un crecimiento microbiano
superficial que desencadena limosidad, coloraciones y olores anormales. Esta
Discusión ___________________________________________________________________________
242
elevada aw se debería, por una parte, al sistema de conservación en bandejas
durante la noche y, por otra parte, a la alta humedad ambiental.
Respecto a la masa, en la mayoría de las muestras analizadas la masa se
alteró el día 9 de conservación, presentando principalmente reblandecimiento y
formación de malos olores. Estos defectos pueden ser generados por mecanismos
proteolíticos endógenos y microbianos favorecidos por las condiciones de la masa
siguientes: alta aw en la masa, pH intermedio (5,3-5,5) y la ausencia de continuidad
en la cadena del frío (Frey, 1985).
Los recuentos microbianos indican una alta contaminación microbiana en la
superficie y la masa de la salchicha al día siguiente de su elaboración. En el caso de
los recuentos en superficie, el elevado número de microorganismos probablemente
se deba a unas unas malas prácticas de higiene y a unas condiciones de
temperatura y humedad ambiental idóneas para el crecimiento microbiano.
En el caso de los recuentos en la masa, dado que el principal grupo
microbiano presente fue el de las BAL (encontradas en cantidades similares a los
recunetos de FAMV), los altos recuentos en masa de la salchicha al día siguiente de
su elaboración se deberían atribuir principalmente a una temprana proliferación de
las BAL. En este sentido, el predominio de las BAL es lo que cabe esperar en un
embutido elaborado con carne cruda expuesto a temperaturas de 30 ºC (Lücke,
1998). A pesar del considerable desarrollo de las BAL, el descenso de pH en la
salchicha parece ser moderado (0,3 unidades en promedio), lo que se puede
justificar, como se ha sugerido ya, por la baja concentración de azúcares en la masa
de la salchicha.
Por otra parte, los recuentos de micrococos en la masa fueron los esperados
para embutidos fermentados, donde juegan un papel importante en el desarrollo del
aroma debido a su actividad enzimática (Lücke, 1998). Sin embargo, los recuentos
de mohos y levaduras y de enterobacterias fueron elevados, lo que indica una
higiene deficiente en la elaboración. Los mohos y levaduras parecen crecer a lo
largo de la conservación y seguramente serán en gran medida responsables de la
alteración de la masa de la salchicha antes comentada (reblandecimiento y malos
olores). Las enterobacterias parecen descender con el tiempo, hecho puesto
también de manifiesto en embutidos fermentados, tanto de alta como de baja
acidificación (Lücke, 1998), aunque este descenso en la salchicha de Tumbes
Discusión ___________________________________________________________________________
243
resultó ser poco acusado. Los recuentos de enterobacterias son indicadores de la
presencia de determinados patógenos entéricos.
IV.3.2. Cecina
En la elaboración de la cecina, igual que en la elaboración de salchicha, el
procedimiento seguido fue el típico o normal de una carne adobada a la que,
después de que se le somete a un corto tiempo de secado (varias horas). El secado
puede llevarse acabo en diferentes localizaciones, según el caso; puede ser con la
carne colgada encima del fuego de una cocina, en un lugar ventilado cerca de una
ventana, en un patio a la sombra, etc. Las deficiencias o limitaciones tecnológicas
más destacables sobre el proceso descrito por los productores son: i) la falta de
categorización de la carne utilizada para la cecina: pieza o región anatómica,
presencia o ausencia de grasa subcutánea o huesos, cortada de forma transversales
o paralelos a las fibras musculares, etc., ii) la falta de equipo específico para colgar y
secar la carne y, en su caso, locales adecuados para ello.
Los resultados de la encuesta a los elaboradores se expusieron en un curso
de formación realizado en septiembre de 2007 dirigido a unas 40 mujeres de la
región de Tumbes. Entre formadores y participantes se estableció el procedimiento
estandarizado que se describe a continuación. El producto elaborado según este
procedimiento fue degustado, generando opiniones favorables. Esta información
proporciona las cantidades de los ingredientes utilizados – valores que no fueron
obtenidos a través de la encuesta a los elaboradores.
No se ha encontrado en Perú ninguna norma técnica o trabajo de investigación
sobre la cecina, por lo que no se puede establecer una comparación con ningún
estándar o estudio previo. Por otra parte, existen diversos tipos de cecina en el país,
elaborados todos ellos con filetes de carne (carne cortada en forma de sábana) que
son salados o adobados y secados, siendo los más característicos la cecina de
vacuno, producto frecuentemente elaborado en la sierra, la cecina de cerdo adobada
y secada a temperatura ambiente, producto frecuentemente elaborado en la región
de Tumbes, y la cecina secada con aire caliente procedente de una hoguera,
producto frecuentemente elaborado en la zona de selva (Comunicación personal;
elaboradores de cecinas de Perú, 2005). En este último caso la mioglobina de la
Discusión ___________________________________________________________________________
244
carne sufre desnaturalización térmica durante el secado, por lo que se deduce que la
temperatura ha de llegar al menos a unos 50-55 ºC (Hague et al., 1994). La cecina
de la selva después del secado se envuelve en hoja de plátano.
Procedimiento estandarizado de la cecina tumbesina (obtenido en un curso de formación a partir de la discusión entre los docentes y las mujeres participantes) Para elaborar este producto se utilizará carne de lomo, pierna, de espalda o costilla Punto 1. Separar el hueso de la carne, excepto en el caso de las costillas, que irán con hueso. Punto 2. Cecinar cortando la carne lo más fino posible, que quede como una sábana. Punto 3. Pesar y preparar los siguientes ingredientes: Ingrediente por cada kilo de carne Cantidad pesada Cantidad aproximada Sal 20 gramos 1 cucharada y media Pimienta 2 gramos 4 puntas de cuchara Ajo 4 gramos 2-3 dientes de ajo Comino 0.3 gramos 1 punta de cuchara Ajinomoto (glutamato) 0.5 g Máximo dos pizcas Limón 10 ml Jugo de 4 limones Aceite con achiote (2 partes de aceite por 1 de achiote) 10 ml 1.5 cucharadas Punto 4. Refreir el achiote con el aceite. Punto 5. Mezclar la carne con la sal, la pimienta, el ajo, el comino, el ajinomoto y el jugo de limón. Punto 6. Agregar el refrito de aceite coloreado con el achiote, sin echar las pepas del achiote (colar) y mezclar hasta que quede todo bien embadurnado. La cantidad de aceite será la necesaria para obtener un buen color. Punto 7. Colgar la cecina en varas o cordel. Evitar las moscas y que se moje con la lluvia. El lugar ha de tener bastante ventilación. La cecina puede ser colgada encima de la cocina o fogón para ahumarla y secarla más rápidamente. Nota: Se recomienda que al día siguiente se descuelgue la cecina de los cordeles y se conserve en la refrigeradora como máximo 15 días. De lo contrario se ha de consumir antes de 3 días.
El contenido medio en humedad de la cecina (53,4%), así como la relación
humedad/proteína (2,8) y el valor de aw (0,97) pueden servir de indicadores del
grado de secado de este producto cárnico. Comparando los dos primeros valores
con los valores medios de la carne de cerdo: 68% de humedad, relación
humedad/proteína de 3,4-3,7 (USDA, 2006), se puede intuir que el grado de secado
fue significativo. También, a partir de esos datos se puede calcular, de forma
estimativa, que hubo una pérdida media de peso (agua) en el secado del 15-30%,
dependiendo de la composición inicial de la carne utilizada. No obstante, Los rangos
de humedad (27-68%) y de relación humedad/proteína (1-4) encontrados en la
cecina fueron amplios, lo que indica la presencia en el mercado de cecinas con
distintos grados de secado y, por lo tanto, una falta de homogeneidad entre
Discusión ___________________________________________________________________________
245
elaboradores en cuanto al tiempo de secado o, lo que viene a ser semejante, en
cuanto al tiempo transcurrido entre la elaboración y la venta.
El valor de aw mínimo de la cecina fue de 0,95 por lo que la cecina no se
puede considerar como un producto de humedad intermedia – se consideran como
tales aquellos con aw entre 0,60 y 0,90 (Leistner y Rodel, 1976). En México, Reyes-
Cano et al. (1994) describieron la cecina de vacuno mexicana. Éste ha sido el único
producto similar (carne salada y secada con humedad entorno al 60%), a la cecina
de cerdo de Tumbes que se ha encontrado descrito en la bibliografía – aunque la
cecina de México se hace con carne de vacuno y mayor cantidad de sal. El alto
contenido en sal (8-10% de sal) de la cecina mexicana hace que el valor de aw llegue
a 0,90, considerándose así producto de humedad intermedia – la humedad de
ambos productos es semejante o incluso unas pocas unidades porcentuales superior
en la cecina mexicana. En la cecina de Tumbes la cantidad de sal estuvo en torno al
1,4% (valor típico para carnes adobadas), presentando fluctuaciones considerables
(0,5-3,3%).
El pH de la cecina de Tumbes, con un valor promedio de 6,2 y un rango de
5,4-7,1 seguramente viene determinado, por un lado, en la parte baja del rango, por
la eventual adición de limón como acidificante, por otro lado, en la parte alta del
rango, por la utilización de carne DFD y/o por el crecimiento de microorganismos
formadores de aminas y otros compuestos básicos (este último hecho está asociado
al tiempo de conservación y a la alteración del producto).
Considerando los valores de aw de la cecina de Tumbes junto con los del pH,
la cecina tumbesina se puede considerar como un producto perecedero que necesita
refrigeración para evitar riesgo de enfermedad microbiana asociado a su consumo
(Canadian Food Inspection Agency, 2007).
Las cantidades medias de glucosa y de ácido láctico encontrados en la cecina
de cerdo fueron valores similares a los esperados en carne de cerdo post mortem
(Lücke, 1998; Simek et al., 2003). Por otra parte, las cantidades de ácido cítrico y de
ácido acético presentaron gran dispersión (la desviación estándar fue superior a la
media), lo que es probablemente debido a la adición de limón o vinagre en algunas
de las muestras, en las que los valores de cítrico y acético fueron detectables.
Discusión ___________________________________________________________________________
246
El contenido en colágeno de la cecina de Tumbes también fue variable
(0,67% ± 0,40). El contenido medio fue superior al contenido al valor de 0,3-0,35%
observado en tejido muscular de cerdo (Intarapichet et al., 2008). Esta variabilidad
se puede atribuir a la distinta localización anatómica de procedencia de los filetes de
cecina y al distinto grado de eliminación de tejido conjuntivo, pudiendo, por ejemplo,
presentar, o no, fascias adheridas a los filetes de cecina.
Los parámetros del color (L*, a*, b*) de la cecina fueron algo menores (5 a 10
unidades) que los de la salchicha de Tumbes. Aún así, entraron dentro de los rangos
observados para chorizos españoles y mexicanos (Ansorena y col., 1997; Pagán y
col., 2000; Gómez y col., 2001; González-Tenorio, 2007). El color de este producto
se ha de deber principalmente al adobo, que incluye un licuado de frutos de
Capsicum annuum (ajís) y un refrito de achiote.
Finalmente, los valores medios de las sustancias reactivas al ácido
tiobarbitúrico SRATB (2,2 mg kg-1) estuvieron en el límite de la cantidad necesaria
para la detección sensorial de rancidez en carne fresca (3 mg kg-1; Fernández et al.,
1997). En las muestras analizadas se observó una gran variación en los valores de
SRATB, que debe estar dada por diferencias en el tiempo transcurrido desde la
elaboración a la toma de muestras y por la composición, cantidad y estado de
oxidación de las grasas empleadas como materia prima.
Cambios en la cecina durante su conservación
Al igual que lo que ocurrió con la salchicha tumbesina y probablemente por
las mismas razones (método de conservación y humedad relativa ambiental), la
humedad de la cecina solo experimentó un descenso entre los días 0 al 3,
manteniéndose constante durante el resto del tiempo de conservación.
A diferencia de la salchicha y como era de esperar, no se observó el
descenso el incrento en la cantidad de ácido láctico asociado a la fermentación
láctica en el producto. Respecto a las SRATB, al no observarse aumento
significativo durante la conservación, se puede deducir que no hubo en término
medio una oxidación de las grasas apreciable.
Además del cambio en la humedad, otros parámetros analíticos
experimentaron cambios con el tiempo de conservación de la cecina de Tumbes. El
Discusión ___________________________________________________________________________
247
pH aumentó con el tiempo, lo que se asocia a una alteración microbiana aerobia que
cursa con la formación de sustancias básicas como el amoniaco y compuestos
amínicos formados principalmente de la descarboxilación de aminoácidos (Borch et
al., 1996; Nychas et al., 1998). El color de la cecina también experimentó cambios
durante la conservación, disminuyendo significativamente (p<0,05) los valores de a*
y b*. Estos cambios en color probablemente también estén asociados al crecimiento
microbiano alterativo.
La existencia de una alteración microbiana de la cecina (crecimiento de
microorganismos aerobios en superficie) se puede deducir también de los resultados
del análisis sensorial, por la aparición de olores de alteración, limosidad superficial y
decoloración detectados – que son los defectos típicos de la alteración microbiana
en la carne y preparados cárnicos (Ellis y Goodacre, 2001). Algunos de estos
cambios fueron notorios (en la mitad de las muestras estudiadas) a partir del día 3
de conservación, mientras que en el día 9 se observó alteración en la totalidad de
las muestras. Por lo tanto, la vida útil de este producto en las condiciones de
elaboración y conservación estudiadas es muy corta y harían falta estrategias para
aumentar dicha vida útil.
La calidad microbiológica de las muestras de cecina de Tumbes fue,
consonantemente a lo dicho anteriormente, muy deficiente a juzgar por su alto
contenido en FAMV (108 UFC/cm2 al día siguiente de la elaboración). La elevada
contaminación de la cecina se puede atribuir a unas malas prácticas higiénicas
durante la elaboración, la elevada temperatura y humedad del ambiente y las
adecuadas condiciones intrínsecas de la cecina para el desarrollo microbiano (carne
adobada que es ligeramente secada).
Ese alto contenido microbiano está sin duda con la pronta alteración del
producto. Se ha relacionado la alteración de la carne y los preparados cárnicos con
concentraciones microbianas entre 107 a 109 UFC/cm2, siendo numerosos los
géneros microbianos que se pueden encontrar en la superficie de la carne y
preparados cárnicos; a medida que aumenta la contaminación la carne adquiere un
tacto pegajoso y desarrolla olores agrios, a queso, afrutados y finalmente pútridos
(Ellis y Goodacre, 2001; Nychas et al., 2008).
Discusión ___________________________________________________________________________
248
Los grupos microbianos predominantes en la cecina homogeneizada (y no en
la superficie de la misma) fueron mohos y levaduras, bacterias lácticas y micrococos.
Estos grupos microbianos no reflejan fielmente la población microbiana superficial y
por lo tanto su relación con la alteración del producto es más difícil de establecer. No
obstante se puede resaltar el alto contenido en mohos y levaduras.
IV.3.3. Rellena
Caracterización
En la elaboración de la rellena, igual que en la elaboración de salchicha, el
procedimiento seguido es el típico o normal de un embutido de sangre artesanal,
ejecutado sin apenas tecnología. Las deficiencias o limitaciones tecnológicas más
destacables sobre el proceso descrito por los productores son: i) la no adición de
anticoagulante, usando en su lugar la agitación con palos de madera y ii) la falta de
continuidad en la cadena de frío – la refrigeración no se emplea en el momento de
venta ya que la rellena se cuelga para su venta a temperatura ambiente, además la
rellena está a temperatura ambiente durante tiempo de conservación en aquellas
familias que no disponen de medios para enfriar.
Son varios los ingredientes de la rellena de Tumbes cuyo uso no se describe
en diversos embutidos de sangre europeos (Frentz y Migaud, 1976; MAPA, 1983;
Schiffner et al.,1996): la col (componente mayoritario en la rellena), el achiote, la
hierbabuena o el cilantro. Estos dos últimos también usados en embutidos de sangre
de otros países latinoamericanos (Comunicaciones personales, Roberto González-
Tenorio y Enrique Alfonso Cabeza Herrera, 2006).
Los resultados de la encuesta a los elaboradores se expusieron en un curso
de formación realizado en septiembre de 2007 dirigido a unas 40 mujeres de la
región de Tumbes. Entre formadores y participantes se estableció un procedimiento
estandarizado que se describe a continuación. El producto elaborado según este
procedimiento fue degustado generando opiniones favorables. Esta información
proporciona las cantidades de los ingredientes utilizados – valores no obtenidos a
través de la encuesta a los elaboradores.
Discusión ___________________________________________________________________________
249
Las cantidades de materias primas utilizadas en el curso se adecuan a la
norma técnica peruana para rellena extra (NTP 201.014) en todo, excepto en la
cantidad de carne que lleva el producto que debería ser al menos del 5%, y no se
incluyó nada en la rellena tumbesina. Los valores de composición proximal de la
rellena tumbesina se acercan a los recogidos en el trabajo de la FAO (2007) sobre
relleno peruano. No obstante la rellena de Tumbes presentó 3 unidades
porcentuales menos de proteína y algo más de 4 unidades porcentuales más de
grasa que el promedio dado por la FAO (2007) para el relleno de Perú. Las
diferencias en proteína podrían deberse principalmente a que no se utilizó carne en
la formulación de la rellena de Tumbes y las diferencias en grasa y humedad a la
mayor cantidad de grasa utilizada. Procedimiento estandarizado de la rellena tumbesina (obtenido en un curso de formación a partir de la discusión entre los docentes y las mujeres participantes) Punto 1. Poner la sangre del chancho en un recipiente en el momento del sacrificio y agitar inmediatamente con un palo o una cuchara de palo durante 3-5 minutos para que no se coagule. Punto 2. Pesar y preparar los siguientes ingredientes: Ingrediente por cada litro de sangre Cantidad pesada Cantidad aproximada Repollo picado muy fino 1 kilo Grasa de cerdo picada o molida, se usa la de los riñones e intestinos 0,5 kilo Sal 35 gramos 2 cucharadas y media Hierba buena fresca picada muy fina 50 gramos Culantro fresco picado muy fino 50 gramos Orégano fresco picado muy fino 3 gramos Aji picante fresco picado muy fino 30 gramos 2-3 ajis Ajos picado muy fino 12.5 gramos 7-8 Dientes de ajo Cebolla 150 gramos 1 cebolla Pimienta 2.5 gramos 5 puntas de cuchara Comino 0.5 gramos 1 punta de cuchara Ajinomoto (glutamato) 1 gramo Máximo tres pizcas Ají panca seco sin pepas, hervido en agua y licuado 30 gramos 8 a 3 piezas Aceite con achiote (2 partes de aceite por 1 de achiote) 25 ml 1.5 cucharadas Punto 4. Refreír el achiote con el aceite. Punto 5. Mezclar la sangre con todos los demás ingredientes. Punto 6. Embutir la mezcla en la tripa gruesa de chancho con baja presión, a medio llenar para que no revienten luego las tripas, evitando en lo posible dejar aire o espacios dentro. Se puede ayudar de un vaso y un embudo para el embutido de las tripas. Punto 7. Cocinar la rellena en agua hirviendo durante tres cuartos de hora aproximadamente. Se puede picar la tripa con alfiler y cuando no salga sangre ya estará cocinada. Pero mejor contar el tiempo (tres cuartos de hora). Punto 8. Poner la rellena en una fuente o bandeja y cuando haya enfriado una media hora colgar en varas o cordeles sin que se toque uno a otro. Evitar que se moje y que lleguen las moscas (se puede embadurnar con aceite vegetal). El lugar ha de tener ventilación. Nota: Cuando la rellena se haya enfriado, se recomienda guardar el producto en la refrigeradora como máximo 10 días. De lo contrario se ha de consumir antes de 3 días.
Discusión ___________________________________________________________________________
250
El contenido en humedad de las muestras de rellena analizadas (72%) fue
elevada, siendo similar al valor recogido por la FAO (2007) para la rellena de Perú,
algo mayor que la morcilla de León (con un 67%) y claramente superior al observado
en diferentes morcillas españolas (Gimeno et al., 1987; Tudela et al., 1996; Santos
et al., 2003; Martín et al., 2005) y embutidos de sangre elaborados tanto en Europa
(Schiffner et al., 1996; Roseiro et al., 1998; Cattaneo y Bonandrini, 1998; CIC, 2005;
Møller et al., 2005; Souci et al., 2005; KTL, 2005a y b), como en Latinoamérica
(FAO/LATINFOODS, 2002). La razón de la elevada humedad probablemente
radique en el agua aportada por dos de las materias primas utilizadas: la col, vegetal
que posee un elevado contenido acuoso 91-95% (NUTTAB, 2006; USDA, 2006), y la
sangre.
La grasa constituye, probablemente, el componente proximal más variable en
los diferentes embutidos de sangre elaborados en el mundo. De acuerdo a la
bibliografía consultada y en términos de extracto seco su cuantía oscila entre el 29%
para la morcilla de Burgos (Santos et al., 2003) y el 65% de los embutidos de sangre
“blood sausages” de las tablas de composición de la USDA (USDA, 2006). El
contenido observado en nuestro caso (33%) ocupa una posición más bien baja –
sobre materia fresca no llegó al 10%.
El contenido en proteína total de la rellena (12%) estuvo dentro del rango
observado en morcillas elaboradas fundamentalmente a base de sangre, grasa y
vegetales (Santos et al., 2003; KTL, 2005a y b; Cabeza-Herrera, 2006) – en este tipo
de embutidos, la sangre es la principal fuente de proteína, el contenido de proteína
en la sangre de cerdo está entorno al 18,5% (Gorbatov, 1988) y por lo tanto el
contenido en sangre estará relacionado con la cantidad de proteína. Por el contrario
el valor de proteína encontrado en el presente estudio fue bastante inferior al puesto
de manifiesto en otros tipos de embutidos de sangre en los que se adiciona gelatina,
cortezas y/o tejido muscular (Stiebing, 1990, 1992; Bunger et al., 1992; Schiffner et
al.,1996; 1996a; Roseiro et al., 1998; CIC, 2005; FAO/LATINFOODS, 2005; Martín et
al., 2005; Møller et al., 2005; Souci et al., 2005). En este sentido, se puede apreciar
que la cantidad de colágeno presente en la rellena de Tumbes (0,04%) fue baja en
comparación con la salchicha tumbesina, por ejemplo, y su presencia se debe al
colágeno presente en el tejido adiposo (grasa) empleado como ingrediente. El valor
de colágeno encontrado en la morcilla de León, que tampoco lleva tejido muscular
Discusión ___________________________________________________________________________
251
fue más de 4 veces superior (0,19%), lo que indica que en la rellena de Tumbes se
usa menos tejido adiposo y/o un tejido adiposo con menor cantidad de colágeno.
Son escasos los estudios en la bibliografía consultada en los que se han
determinado los niveles de los distintos azúcares presentes en los embutidos de
sangre. Existen datos en relación con el contenido en sacarosa, que oscila entre el
0,6% y el 1,4% por 100 g de muestra, en embutidos de sangre daneses y de los
Estados Unidos de América (KTL, 2005a y b; USDA, 2006). También se dispone de
datos sobre la concentración de sacarosa, fructosa y glucosa de la morcilla de León
(Cabeza-Herrera, 2006). El contenido en sacarosa en la rellena de Tumbes fue
inferior al encontrado en los trabajos mencionados y los de glucosa y fructosa
inferiores a los encontrados en la morcilla de León (elaborada con una elevada
cantidad de cebolla). La causa de esta discrepancia se ha de deber a las diferencias
en cuanto a los ingredientes utilizados – la col contiene 1,4-2,1 g, 1,1-1,7 g y
aproximadamente 0,05 g de glucosa, fructosa y sacarosa, respectivamente, por 100
g (NUTTAB, 2006; Znidarcic et al., 2007; Hounsome et al., 2008). La cantidad de col
utilizada en la rellena es aproximadamente y su adición fue aproximadamente del
35-40%.
El contenido en cenizas observado en nuestro caso fue similar al indicado por
Santos et al. (2003) y Cabeza-Herrera (2006) en la morcillas burgalesa y leonesa,
respectivamente, e inferior al puesto de manifiesto en la mayoría de los embutidos
de sangre (Bunger et al., 1992; Cattaneo y Bonandrini, 1998; FAO/LATINFOODS,
2005; Møller et al., 2005; Souci et al., 2005; USDA, 2005a; etc.). La cantidad de
cenizas depende fundamentalmente de los niveles de cloruro sódico adicionado
(Arvanitoyannis et al., 2000), cuya tasa en los embutidos de sangre consultados en
la bibliografía oscila entre el 1,3% de la “Morcela di Beira” portuguesa (Cattaneo y
Bonandrini, 1998) y el 3,3% puesto de manifiesto también en otra morcilla
portuguesa – “Morcela de Assar” – (Roseiro et al., 1998).
El contenido en fibra de la rellena de Tumbes (1,1%) tuvo un valor intermedio
en relación a los valores citados para embutidos de sangre. En este sentido, fue casi
dos veces superior al descrito en la morcilla de Burgos (Santos et al., 2003), similar
al citado para la morcilla finlandesa (KTL, 2005a y b) e inferior al 5% de la morcilla
danesa (Møller et al., 2005). La col debe constituir lógicamente la principal fuente de
fibra, ya que contiene entre un 1 y un 2,7% de fibra (NUTTAB, 2006; USDA, 2006),
Discusión ___________________________________________________________________________
252
aunque no se debe olvidar que también se adicionan especias y condimentos como
el ají (pimiento) a la mezcla para rellena.
La presencia de los distintos ácidos orgánicos en los embutidos de sangre ha
sido escasamente estudiada. Solamente hemos encontrado dos referencias: i) la
morcilla finlandesa, únicamente en relación con el contenido total en este tipo de
ácidos, siendo el valor observado inferior al 0,1% (KTL, 2005a) y ii) la morcilla de
León (Cabeza-Herrera, 2006), en la que se muestran los contenidos individuales de
los principales ácidos orgánicos.
Muchos de los ácidos orgánicos que están presentes en los embutidos de
sangre proceden principalmente de los vegetales utilizados: ácidos cítrico, málico,
pirúvico, etc. Los valores de los ácidos orgánicos presuntamente procedentes de los
vegetales en la rellena de Tumbes fueron en general inferiores a los encontrados en
la morcilla de León (Cabeza-Herrera, 2006). Concretamente, el ácido cítrico y el
pirúvico – con concentraciones unas 10 veces menores en la rellena que en la
morcilla de León – el ácido málico (5 veces menores) y el ácido piroglutámico (no
detectado en el presente estudio y sí en la morcilla de León) fueron los ácidos
orgánicos que presentaron mayores diferencias entre ambos embutidos. Estas
diferencias se deben de achacar a las distintas materias primas vegetales utilizadas.
La col de la rellena de Tumbes aporta principalmente ácido cítrico y málico – el
contenido en estos ácidos en la col es de aproximadamente de 0,1 g por 100 g de
col; NUTTAB, 2006 –, mientras que la cebolla de la morcilla de León, que se usa en
un porcentaje del 80%, aportaría cítrico, pirúvico, málico y piroglutámico a la morcilla
de León (Cabeza-Herrera, 2006).
Por otra parte, el ácido láctico, que no tendría su origen en los vegetales
añadidos, presentó una concentración muy similar (contenidos promedio de 0,07-
0,09 g por 100 g de embutido) en ambos embutidos de sangre (morcilla de León y
rellena de Tumbes). No obstante, una de las muestras de rellena presentó una
cantidad mucho más elevada (0,43 g 100 g-1). En esa muestra cabe pensar que se
habría producido una fermentación de los azúcares por las BAL durante la
conservación de la rellena. Finalmente, en relación al ácido acético, su presencia
solo se apreció en dos de las muestras analizadas en las que probablemente se
utilizó vinagre como ingrediente.
Discusión ___________________________________________________________________________
253
Son relativamente abundantes las referencias al contenido en los diferentes
elementos minerales en los embutidos de sangre (Santos et al., 2003; KTL, 2005a y
b; Møller et al., 2005; Souci et al., 2005; Cabeza-Herrera, 2006; FAO, 2007). Sin
embargo, la comparación de nuestros resultados con los citados anteriormente
resulta difícil, fundamentalmente porque no suele haber siempre coincidencia en los
minerales cuantificados. Al igual que con los azúcares y ácidos orgánicos, el
contenido mineral de la rellena está muy influenciado por las materias primas
utilizadas. En este sentido, el contenido en azufre en la rellena fue elevado (superior
al de la morcilla de León; Cabeza-Herrera, 2006), el cual debe tener su origen en la
col. Además, el elevado contenido en Fe se debe atribuir a la sangre – la sangre
contiene unos 40-50 mg de Fe por 100 g (Gorbatov, 1988). El hierro constituye el
mineral característico de los “embutidos de sangre”, debido a la riqueza en el mismo
del único ingrediente común y definitorio de este tipo de embutidos – la sangre. Su
cuantía oscila entre los 6 mg/100 g observados en la morcilla alemana tipo
“blutwurst” y los “Blood sausages” en general (Souci et al., 2005; USDA, 2006,
respectivamente) y los 21 mg/100 g puestos de manifiesto en la morcilla finlandesa
(KTL, 2005b); dentro de este rango la rellena ocuparía una posición superior (29
mg/100 g). Este valor fue superior al valor promedio de la rellena peruana (17
mg/100 g), observado en el trabajo de la FAO (2007).
En relación con el contenido en Na y en NaCl, nuestros resultados son
coincidentes a los citados para los embutidos de este tipo con contenidos en cloruro
sódico similares (Cattaneo y Bonandrini, 1998; Santos et al., 2003; KTL, 2005a y b;
Møller et al., 2005; Souci et al., 2005; USDA, 2006; Cabeza-Herrera, 2006). Esto
viene a corroborar el que la cantidad de sal utilizada en bastantes embutidos de
sangre está entorno al 1%. Para el resto de minerales – K, P, Mg, Ca, Zn, Cu, etc. –
los niveles obtenidos en nuestro caso son del mismo orden de magnitud que los
citados para el resto de embutidos de sangre, aunque con cierto grado de
variabilidad debida a los diferentes ingredientes usados en su elaboración.
El valor del pH observado en nuestro caso (un valor medio de 6,55) fue
prácticamente igual al citado para la morcilla de Burgos (Santos et al., 2003) y 0,5
unidades inferior al citado para la morcilla de León (Cabeza-Herrera, 2006).
Probablemente las diferencias encontradas estén relacionadas con la cuantía de los
ingredientes utilizados y su pH, y la capacidad tampón. Además, otra causa de
Discusión ___________________________________________________________________________
254
variación en el pH en el producto final es la mayor o menor formación de ácidos por
el crecimiento microbiano durante la conservación del producto. Particularmente, en
nuestro caso el menor valor de pH también pudiera deberse a la acumulación de
ácido láctico en una de las muestras analizadas. Finalmente, la posible adición de
vinagre, en las muestras con mayor cantidad de ácido acético, también podría influir
sobre el pH.
La aw de la rellena tumbesina (0,990) estuvo en la parte superior del rango
típico de los productos cárnicos cocidos (Buchanan, 1986) y fue similar a al
encontrado en la morcilla burgalesa (0,984; Santos, 2001) y ligeramente superior a
la observada en la morcilla de León (0,974; Cabeza-Herrera, 2006). De acuerdo con
Leistner y Roedel (1975), dado que la rellena tumbesina tiene un pH superior a 5,2 y
una aw superior a 0,95 se debe considerar a este embutido como perecedero y por lo
tanto debe conservarse a temperaturas inferiores a 5ºC.
De acuerdo con la bibliografía consultada, solamente Stiebing (1990) y
Cabeza-Herrera (2006) han estudiado el color en los embutidos de sangre. Sin
embargo, hay otras investigaciones relacionadas con el tema que nos han sido útiles
en la discusión de nuestros resultados; como son las llevadas a cabo en sangre de
porcino (Fontes et al., 2004) o en productos cárnicos diversos a los que se adiciona
sangre con distintas finalidades (Mielnik y Slinde, 1983; Oellingrath y Slinde, 1985;
Ferreira et al., 1994). El color de los productos en los que la sangre está presente se
debe principalmente a la acción de la hemoglobina, que puede estar bajo tres formas
químicas diferentes – desoxihemoglobina, oxihemoglobina y metahemoglobina –,
que proporcionan colores rojo, rojo brillante y marrón, respectivamente. En caso de
no utilizar nitritos, la aplicación de calor a los niveles utilizados en el proceso de
elaboración de la morcilla ocasiona la desnaturalización del pigmento y oxidación del
Fe hémico a estado de oxidación III, con la subsiguiente aparición de un color
marrón oscuro (Stiebing, 1990). Este proceso oxidativo puede seguir teniendo lugar
durante el almacenamiento y podría verse relentizado o acelerado por algunos
ingredientes adicionados a la masa.
En relación con la luminosidad (L*), parámetro que es considerado clave en la
apariencia de los productos con sangre, los valores obtenidos por nosotros (22) en la
rellena de Tubes son ligeramente inferiores a los indicados por Stiebing (1990) y
Cabeza-Herrera (2006) y similares a los observados por Fontes et al. (2004) en la
Discusión ___________________________________________________________________________
255
sangre de porcino cocida. La luminosidad es un componente del color que depende
en gran medida de la cantidad de sangre presente, ya que a mayor contenido
sanguíneo menor luminosidad y por lo tanto mayor oscuridad (Oellingrath y Slinde,
1985; Ferreira et al., 1994), aunque también ha de depender de otros factores pues
la morcilla de León, elaborada con menor cantidad de sangre que la rellena de
Tumbes presentó un mayor valor de L*.
Por otra parte, Stiebing (1990) considera también importante en los embutidos
de sangre el parámetro a* (índice de verdes-rojos), que debería tener un valor
superior a 20 para proporcionar un color aceptable, refiriéndose a embutidos de
sangre alemanes tratados con nitritos. Esta cifra no la posee la sangre fresca de
porcino (a* = 7,4) (Fontes et al., 2004) pero sí que se alcanza en la rellena de
Tumbes (a* = 21). En este embutido, además de la sangre, el ají panca (pimiento
seco de color rojo) y el achiote (Bixa orellana) añadidos pueden contribuir al valor
alcanzado por el parámetro a*.
El parámetro b* (índice del azules-amarillos) es probablemente el componente
más estable en los embutidos de sangre, habida cuenta la escasa variabilidad que
sufre al aumentar el contenido en sangre en el embutido, al incrementar la
intensidad del tratamiento térmico o después de la adición de algunos aditivos como
el ácido ascórbico (Stiebing, 1990; Mielnik y Slinde, 1983). Los valores observados
en nuestro caso para este componente (15) claramente superiores a los descritos en
la sangre de porcino por Fontes et al., (2004) (2,3); probablemente debido la adición
de ají y achiote. Los valores de b* para la rellena de Tumbes fueron similares a los
puestos de manifiesto por Stiebing (1990) en embutidos de sangre alemanes y 4-5
veces superiores a los encontrados en la morcilla de León. Desconocemos cuales
pueden ser las razones de estos hechos, pero han de estar basadas en el efecto
sobre el color de las distintas materias primas utilizadas (uso de carne nitrificada en
el caso de los embutidos de sangre y de condimentos vegetales coloreados en el
caso de la española y peruana).
Finalmente los valores medios de las sustancias reactivas al ácido
tiobarbitúrico SRATB (3,12 mg kg-1) estuvieron en el límite de la cantidad necesaria
para la detección sensorial de rancidez en carne fresca (Fernández et al., 1997).
Probablemente en rellena haga falta una mayor concentración ya que el flavor de la
misma es más intenso y complejo. En las muestras analizadas se observó una gran
Discusión ___________________________________________________________________________
256
variación en los valores de SRATB dada probablemente por diferencias en el tiempo
transcurrido desde la elaboración a la toma de muestras y por la composición,
cantidad y estado de oxidación de las grasas empleadas como materia prima. Tal
vez la cantidad de col, debido a la posible acción antioxidante de algún compuesto
presente en el mismo, también sea un parámetro a tener en cuenta en la oxidación
de las grasas debido a la correlación negativa observada entre SRATB y fibra; a este
respecto habría que hacer más estudios sobre el poder antioxidante de la col.
Cambios en la rellena durante su conservación
Durante la conservación a refrigeración de la rellena de Tumbes, en bandejas,
no se produjo deshidratación, tal y como se aprecia por los resultados de humedad y
aw (Tablas III.3.16 y III.3.17). También se mantuvieron estables el color de la masa
medido instrumentalmente y los niveles de SRATB (indicador de la oxidación de las
grasas). Por el contrario, los cambios fisico-químicos más evidentes observados en
la rellena de Tumbes fueron los siguientes:
• Después de 6 días de almacenamiento, se observó un claro descenso del
contenido en los dos azúcares mayoritarios: glucosa y de fructosa. La
disminución de los niveles de estos azúcares debe tener su origen en la actividad
microbiana y está relacionado con la alteración de los productos cárnicos
cocidos. En el caso de las carnes frescas, con niveles de glucosa bastante
inferiores a los observados en la rellena, se ha puesto en evidencia que este
azúcar es el sustrato inicial para el crecimiento de los principales tipos de
bacterias (Gill, 1983; Nychas y Arkoudelos, 1990; Drosinos y Board, 1995). Este
crecimiento da lugar a importantes descensos en los niveles de este azúcar
durante el almacenamiento de la carne (Nychas y Arkoudelos, 1990; Kakouri y
Nychas, 1994; Nychas y Tassou, 1997).
• A la luz de nuestros resultados cabe preguntarse cuales son los microorganismos
responsables del descenso en estos azúcares. El hecho de que la disminución
de los niveles de azúcares durante el almacenamiento estuviera relacionada con
la disminución del pH y el aumento del ácido láctico, revela la acción de las BAL.
El descenso del pH en la rellena de Tumbes se puede considerar similar al
observado en la morcilla de Burgos (Diez et al., 2004, Santos et al., 1998; 2005),
Discusión ___________________________________________________________________________
257
en el embutido cocido griego “Taverna” (Samelis y Georgidau, 2000) y en
diversos productos cárnicos curados-cocidos (Samelis et al., 2000; Cayré et al.,
2005), atribuibles todos ellos a las BAL.
• En la rellena de Tumbes se ha observado un aumento del ácido láctico y una
tendencia al descenso del ácido pirúvico. La evolución de los diferentes ácidos
orgánicos ha sido escasamente estudiada durante la conservación de los
embutidos de sangre. Solamente Diez et al. (2004) la han llevado a cabo en la
morcilla de Burgos en lo que hace referencia al ácido pirúvico y al ácido láctico y
Cabeza-Herrera (2006) en la morcilla de León. Los cambios en el ácido láctico y
el ácido pirúvico observados en la rellena tumbesina también han sido puestos
de manifiesto en la morcilla burgalesa envasada al vacío, aunque dichos cambios
no ocurrieron en la morcilla de León envasada en atmósferas normales. En la
rellena de Tumbes también se evidenció un aumento en el contenido del ácido
acético, producido probablemente por el metabolismo microbiano.
De acuerdo a los resultados obtenidos del análisis sensorial, los factores
limitantes de la vida útil de la rellena de Tumbes conservada en bandejas a
refrigeración han sido:
• En primer lugar (hacia el día 3 de conservación), la alteración de la textura y la
apariencia a nivel de la tripa, probablemente dado por crecimiento microbiano que
produce limosidad y alteraciones visibles por formación de colonias. Esta
alteración también se pudo observar en la morcilla de León (Cabeza-Herrera,
2006).
• En segundo lugar, la alteración en la textura de la masa que cursó con
reblandecimiento de la masa, probablemente debida a la acción proteolítica,
microbiana o endógena, que se evidenció entre los días 3 y 6 días de
conservación. En caso de ser la acción microbiana la responsable de este defecto,
se requiere de una mayor higiene y un tratamiento térmico más intenso para poder
retrasar esta alteración. En caso de ser por causa endógena, se requeriría de un
mayor tratamiento térmico para inactivar las enzimas responsables resistentes a
proceso de cocción.
• En tercer lugar, a partir del día 6 se detectó alteración del olor, producida
seguramente por los metabolitos generados del crecimiento microbiano que
generan compuestos volátiles con notas aromáticos agrios o a putrefacción que
Discusión ___________________________________________________________________________
258
han sido descritos en distintos trabajos (Hayes, 1993; Borch et al., 1996; Nychas
et al., 1998; Ellis y Goodacre, 2001). Los productos cárnicos cocidos constituyen
en general un buen sustrato para el desarrollo de diversos grupos microbianos
(Buchanan, 1986).
Los recuentos microbianos de los embutidos cocidos presentan, en general,
resultados muy variables, debido a la influencia de distintos factores como:
intensidad del tratamiento térmico, temperatura y tiempo de almacenamiento,
utilización de distintos aditivos y especias, calidad microbiológica de las materias
primas, higiene durante el procesado y almacenamiento, etc. Esta variabilidad se
sigue observando también en un tipo concreto de embutidos cocidos: los embutidos
de sangre; donde todos los factores anteriores, y probablemente alguno más,
influyen de una manera decisiva en la variable microbiología de este tipo de
embutidos.
Los recuentos microbianos obtenidos en la rellena de Tumbes, un embutido
de sangre cocido, al día siguiente de elaboración fueron elevados, lo que es
indicativo de una mala calidad microbiológica. Estos recuentos fueron superiores a
los valores, mas aceptables, de 104-106 UFC/g encontrados en otros embutidos de
sangre cocidos españoles (Santos et al., 2003; Cabeza-Herrera, 2006). Sin
embargo, fueron más parecidos a los encontrados en embutidos de sangre de
Trinidad y Tobago (Adesiyun y Balbirsingh, 1996) y en la morcilla argentina (Oteiza
et al., 2006). Las causas de los altos recuentos se pueden deber a un tratamiento
térmico deficiente, sumado a un crecimiento microbiano posterior al tratamiento
térmico y a la alta carga microbiana de la masa antes de la cocción.
El hecho de que todos los grupos microbianos desarrollaran crecimiento a lo
largo del periodo de almacenamiento ha sido también puesto de manifiesto en otros
embutidos de sangre cocidos almacenados al aire o en películas permeables al
oxígeno, como en el caso de la morcilla de Burgos o de León (Santos et al., 2003;
Cabeza-Herrera, 2006). No obstante, los niveles alcanzados en la rellena tumbesina
fueron superiores a los observados en los trabajos mencionados. Estos resultados
permiten suponer que la rellena constituye un sustrato adecuado para el crecimiento
microbiano y, por lo tanto, capaz de sufrir alteraciones que tienen su origen en el
mismo.
Conclusiones ___________________________________________________________________________
259
V. CONCLUSIONES
Primera, peso vivo y calidad de la canal
a) El cerdo criollo de Tumbes de traspatio presentó un muy bajo peso vivo a edad
adulta, lo que ha de ser debido principalmente a una alimentación deficiente. Como
consecuencia de ese bajo peso vivo, además de los factores genéticos y de las
condiciones de producción, la aptitud cárnica de este cerdo fue deficiente: bajo
rendimiento de la canal, bajos índices de compacidad, canales con los cuartos
delanteros más desarrollados que los traseros, con el diámetro ventral
preponderante sobre los otros diámetros y con alto porcentaje de huesos y piel.
b) Además, el porcentaje en grasa subcutánea, pélvicorenal y, presumiblemente,
intermuscular del cerdo criollo de Tumbes fue, en comparación con otros cerdos,
bajo, lo que denota un bajo estado de engrasamiento de la canal. Sin embargo, el
contenido en grasa intramuscular en la carne de estos animales no fue bajo. Esta
diferencia en el desarrollo entre depósitos grasos corrobora lo ya sugerido por otros
autores de que, en lo que respecta a los factores genéticos, la cantidad de grasa
intramuscular en la especie porcina parece ser bastante independiente de la
cantidad de grasa subcutánea (hay genes responsables de la cantidad de grasa
intramuscular que no están implicados en la cantidad de otros depósitos grasos). Así
pues, los cerdos criollos podrían ser útiles en programas de mejora genética para
aumentar el contenido en grasa intramuscular, de por sí baja en las razas porcinas
mejoradas.
c) El sistema de producción de este cerdo, aunque tiene un costo de producción casi
nulo, no parece ser ni apropiado, ni sostenible, requiriéndose medidas para su
optimización. Dos medidas que se podrían estudiar para dicha optimización son: i)
mejorar el sistema actual de producción de traspatio con miras al autoconsumo
familiar o vecinal, ii) favorecer la concentración de la producción en menos unidades
de mayor tamaño a la vez de fomentar la aparición de microempresas locales
dedicadas a la comercialización de carne y elaboración y comercialización de de
productos cárnicos a nivel local o vecinal.
Segunda, calidad de la carne
Conclusiones ___________________________________________________________________________
260
a) Aproximadamente un 10% de los cerdos presentaron en la grasa subcutánea un
anormalmente elevado contenido acuoso y bajo contenido graso, además de
presentar una carne con altos valores de pH. A estos cerdos se les puede considerar
como ‘especialmente mal nutridos’, con indicios de caquexia.
b) El perfil medio de los ácidos grasos de la grasa subcutánea del cerdo criollo de
traspatio de Tumbes presentó un alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados y
bajo contenido en monoinsaturados comparado con los valores normales de la carne
de cerdo; especialmente elevada fue la cantidad de C18:3 n-3, lo que probablemente
sea debido a la hierba y forraje ingeridos por los animales. El contenido medio en
ácidos grasos poliinsaturados parece ser suficientemente elevado como para
repercutir negativamente en la apariencia de la grasa (grasa aceitosa) y el flavor de
la carne.
c) Los contenidos en tocoferoles de la carne de cerdo de traspatio de Tumbes fueron
claramente superiores a los encontrados en carne de cerdos alimentados en
sistemas intensivos con dietas no suplementadas con tocoferoles. Estos niveles
parecen ser los adecuados para garantizar una estabilidad oxidativa a la carne. La
importante presencia de cantidades apreciables de gamma-tocoferol en la carne de
cerdo criollo de Tumbes es otra evidencia de que la hierba y forrajes son parte
importante de su dieta.
d) Para la mayor parte a las características de la calidad tecnológica: CRA, dureza,
pH, color, de la carne del cerdo criollo de Tumbes, los valores encontrados
estuvieron dentro de los rangos obtenidos de la bibliografía para la carne de cerdo.
No obstante, se observó una desviación fuera de lo común para el valor b*, del color,
que fue sustancialmente elevado, lo que implica un color más amarillo de la carne.
Es posible que esta coloración amarilla tenga algo que ver con el componente graso
de la carne, y a su vez, con la alimentación.
e) Los resultados obtenidos de la medición de las características de calidad de la
carne de cerdo criollo de traspatio de Tumbes pueden servir como punto de partida
para el estudio del efecto que puede tener cualquier acción de mejora del sistema de
producción porcina en la zona sobre la calidad de la carne.
Tercera, productos cárnicos
Conclusiones ___________________________________________________________________________
261
a) La producción de cerdo criollo de traspatio en el ámbito familiar es una práctica
extendida en el medio rural del departamento de Tumbes. Los productores de
cerdos suelen vender el cerdo vivo a intermediarios. El sacrificio del animal, la
obtención de carne fresca y/o la elaboración de productos cárnicos parece ser
mucho menos frecuente y tiene la finalidad del autoconsumo, venta vecinal y en
unos pocos casos en mercados locales. El consumo de carne fresca se prefiere
sobre los productos cárnicos. Actualmente, no parece haber suficientes recursos
como para que los pobladores de la región incrementen la elaboración de productos
cárnicos respecto a la cantidad y los tipos de productos. Para que se produzca dicho
incremento haría falta la mejora del sistema de producción de los cerdos,
capacitanción en la elaboración, asociacionismo y comercialización, mayor
accesibilidad a los insumos necesarios y capital para útiles e instalaciones.
b) Con los resultados del presente trabajo se ha caracterizado el proceso de
elaboración y conservación, así como la composición de los preparados cárnicos
principales de la zona: salchicha, cecina y rellena. Estos resultados se pueden
utilizar para acciones de capacitación y para la búsqueda de alternativas que
mejoren la conservabilidad de los productos mencionados.
c) La salchicha es un preparado cárnico fresco embutido que es mantenido antes de
su consumo, al menos parte del tiempo, a temperatura ambiente (25-30 ºC). Las
características intrínsecas del producto (pH similar a la carne, bajo contenido en
azúcares, aw elevada) y las condiciones de conservación más usuales en la zona
hacen que el producto a las pocas horas de su elaboración represente un peligro
bacteriano de enfermedad alimentaria asociado a su consumo y que la vida útil
sensorial sea corta (pocos días), debido probablemente a acción de la microbiota o
de las enzimas endógenas.
Dadas las condiciones ambientales de alta temperatura (25-30 ºC) y humedad
relativa (80%), la mejor opción para conseguir eliminar el peligro bacteriano y
aumentar la vida útil significativamente de la salchicha sería la adición de azúcares
fermentables a la masa en cantidad suficiente como para que el pH descienda a
valores de 4,6 o inferiores.
d) La cecina es un preparado cárnico adobado sometido a un breve secado a
temperatura ambiente. Al igual que lo dicho para la salchicha, el consumo de cecina
a las pocas horas de elaboración representa un peligro sanitario y su la vida útil
Conclusiones ___________________________________________________________________________
262
sensorial es corta, inferior a la de la salchicha, debido a una evidente alteración
microbiana. Una opción para eliminar el riesgo sanitario y aumentar la vida útil
podría ser el salado intenso de la carne para reducir su aw por debajo de 0,85 y la
posterior preparación de la cecina mediante desalado en agua, adobo y secado,
previa al consumo (que debería realizarse en las horas siguientes).
e) La rellena es un embutido de sangre cocido, con una contaminación microbiana
después de la cocción extremadamente elevada y, consecuentemente, una vida útil
muy corta (menos de una semana), que podría aumentarse mediante higiene en la
elaboración, buena calidad higiénica en la materia prima, suficiente tratamiento
térmico y conservación en frío. La rellena es un buen sustrato para el crecimiento de
todos los grupos microbianos estudiados.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
263
VI. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ACCIAIOLI, A., PUGLIESE, C., BOZZI, R., CAMPODONI, G., FRANCI, O.,
GANDINI, G. (2002). Productivity of Cinta Senese and Large White X Cinta Senese
pigs reared outdoor on woodlands and indoor. 1. Growth and somatic development.
Italian Journal of Animal Science, 1, 171-180.
ADAMS, M. R. (1986). Fermented flesh foods. En: Progress in industrial
Microbiology, vol, 23, Ed. Adams M. R. Elsevier, Amsterdam, pp. 159-198.
ADESIYUN, A.A., BALBIRSINGH, V. (1996). Microbiological analysis of “black
pudding”, a Trinidadian delicacy and health risk to consumers. International Journal
of Food Microbiology, 31, 282-299.
AGUDELO, G. M., CARDONA, O. L., POSADA, M., MONTOYA, M. N.,
OCAMPO, N. E., MARTÍN, C. M. (2003). Prevalencia de anemia ferropénica en
escolares y adolescentes, Medellín, Colombia, 1999. Revista Panamericana de
Salud Pública, 13, 376-386.
AGUIRREZÁBAL, M. M. (1993). Influencia de diversos ingredientes en el
proceso madurativo del chorizo. PhD. Tesis. Universidad de León.
AGUIRREZÁBAL, M.M., MATEO, J., DOMÍNGUEZ, M.C.,
ZUMALACÁRREGUI, J.M. (1998). Spanish paprika and garlic as sources of
compounds of technological interest for the production of dry fermented sausages.
Science des Aliments, 18, 409-414.
ALARCÓN ROJO, A. D., LARA-RENDÓN, D. I. E., RODRÍGUEZ ALMEIDA,
F.A., GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, E. (2005). Incidencia de los haplotipos del gen
rendimiento Napole (RN) en cerdos sacrificados en el Noroeste de Chihuahua. Resúmenes de trabajos libres: productos cárnicos y lácteos V Congreso del
Noroeste, I Nacional, en Ciencias Alimentarias y Biotecnología Centro de las Artes
de la Universidad de Sonora Hermosillo, Sonora. 7-12 de noviembre de 2005
ALARCÓN, A. D., GAMBOA, J. G., RODRÍGUEZ, F .A., GRADO, J. A.,
JANAQUA, H. (2006). Efecto de las variables críticas del sacrificio sobre las
Bibliografía ___________________________________________________________________________
264
propiedades fisicoquímicas de la carne de cerdo. Tecnica Pecuaria Mexicana, 44,
53-66.
ÁLVAREZ, I., DÍAZ, M. T., DE LA FUENTE, J., LAUZURÍCA, S., CAÑETE, V.
(2005). Metodología para el análisis de la vitamina E en la carne. En:
Estandarización de las metodologías para evaluar la calidad del producto en los
rumiantes. Ed. Instituto de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria. Madrid.
pp. 313-321.
ALLEN, C. E., FOEGEDING, E. A. (1981). Some lipids characteristics and
interaction in muscle foods. A Review. Food Technology, 35, 253 - 257.
AMSA. (1991). Guidelines for meat colour evaluation. Originally published in the
Proceedings of the 44th Reciprocal Meat Conference, (Volume 44). Published by
American Meat Science Association, Savoy, IL 61874 USA.
ANDERSEN, H. R, INGVARTSEN, K., KLASTRUP, C. (1984). Influence of
energy level, weight at slaughter and castration on carcass quality in cattle. Livestock
Production Science, 11, 571- 586.
ANDERSEN, H. J., OKSBJERG, N., THERKILDSEN, M. (2004). Potential
quality control tools in the production of fresh pork, beef and lamb demanded by the
European society. Livestock Production Science, 94, 105-124.
ANDRÉS, A. I., CAVA, R., MAYORAL,A. I., TEJEDA, J, F., MORCUENDE, D.,
RUIZ, J.( 2001). Oxidative stability and fatty acid composition of pig muscles as
affected by rearing system, crossbreeding and metabolic type of muscle fibre. Meat
Science, 59, 39-47.
ANDREW, R, ORSKOV, E. (1970). The nutrition of the early weatned lamb. II.
The effect of dietary protein concentration, feeding level and sex on body
composition at two live weights. Journal of Agricultural Science, 75, 19-26.
ANÓNIMO (1997). UN/ECE standard for porcine carcasses and cuts.
Recommended by the Working Party on Standardization of Perishable Produce and
Bibliografía ___________________________________________________________________________
265
Quality Development. ECE/AGRI/135. New York; Geneva: United Nations, 37 págs.
Disponible en línea:
http://www.unece.org/trade/agr/standard/meat/porcine/porcine.e/porky2.pdf
(mayo de 2007).
ANÓNIMO (1997). The determination of nitrogen en dietary fibre procedures.
Tecator Application Subnota. ASN 3164.
ANÓNIMO (2006). En Wikipedia, The Free Encyclopedia, Retrieved March,
2006. Disponible en: http://en.wikipedia.org/wiki/Sausage#History.
ANSORENA, D., M. P. DE LA PEÑA., ASTIASARÁN, I. Y J. BELLO. 1997.
Colour Evaluation of Chorizo de Pamplona, a spanish dry fermented sausage:
comparison betwenn the CIE L*a*b* and the Hunter Lab Systems with illuminants D65
and C. Meat Science, 46, 313-318.
ANTEQUERA, T., LÓPEZ-BOTE, C.J., CÓRDOBA, J.J., GARCÍA, C.,
ASENCIO, M.A., VENTANAS, J., GARCÍA ,J.A., DÍAZ, I.. (1992). Lipid oxidative
changes in the processing of Iberian pig hams. Food Chemistry, 45, 105-110.
AOAC. (1999a). Official Method 985.29 Total dietary fiber in foods. Enzymatic-
Gravimetric Method.. Chapter 45: Vitamins and other Nutrients. Vol. II. Official
Methods of Analysis of AOAC international. 16th Edition, 5th Revision (Ed. P. Cunniff).
Gaithersburg, Maryland.
AOAC. (1999b). Official Method 960.39 Fat (Crude) or Ether Extract in Meat.
Chapter 39: Meat and Meat Products. Vol. II. Official Methods of Analysis of AOAC
international. 16th Edition, 5th Revision (Ed. P. Cunniff). Gaithersburg, Maryland.
AOAC. (1999c). Official Method 992.15 Crude protein in meat and meat
products. Chapter 39: Meat and Meat Products. Vol. II. Official Methods of Analysis
of AOAC international. 16th Edition, 5th Revision (Ed. P. Cunniff). Gaithersburg,
Maryland.
AOAC. (1999d). Official Method 986.09 Nutrients (Minor) in Fertilizers. Atomic
Absorption Spectrophotometric Method. Chapter 2: Fertilizers. Vol. I. Official Methods
Bibliografía ___________________________________________________________________________
266
of Analysis of AOAC international. 16th Edition, 5th Revision (Ed. P. Cunniff).
Gaithersburg, Maryland.
APARICIO, G. (1960). Zootecnia Especial. Imprenta Moderna. Córdoba. pp 5-
27; 451-467.
ARELLANO-RECIO, Y., DEL RÍO OLAGUE, Y. (2003). Desarrollo, evaluación
sensorial y caracterización de chorizo verde a partir de colorante y mezclas de chiles
frescos. V Congreso Regional en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Monterrey,
Nuevo León.
ARVANITOYANNIS, I.S., BLOUKAS, J.G., PAPPA, I., PSOMIADOU, E. (2000).
Multivariate data analysis of Cavourmas - a Greek cooked meat product. Meat
Science, 54, 71-75.
ASOCIACIÓN PERUANA DE PORCICULTURA (2006). APP. Disponible en:
http://www.peruchile.org/oportunidades-negocio/ana-maria-trelles.ppt#18
ASTIASARÁN I., MARTÍNEZ, J. A. (2000). Alimentos Composición y
Propiedades. Edición 1ª. Editorial Acribia. 364 pp.
ARROYO, O. (1998). Producción de Caprinos. Ediciones Procabra, pp. 19 – 21,
51 – 52. Peru.
AUSTRIA, V., S. SOTO, I. CARO, N., B. FONSECA, GÜEMES, J. MATEO
(2006).Composition and physichomical characteristics of “chorizo” from the
hidalgense huasteca region in Mexico. 52nd International Congress of Meat Science
and Technology 2006.
BAILEY, C, LAWSON, J. (1989). Carcass and empty composition of Hereford
and Angus bulls from lines selected for rapid growth on high energy or low- energy
diets. Journal of Animal Science, 69, 583-594.
BARBA, C. (1999). Caracterización productiva de las variedades del cerdo
Ibérico como base para su conservación. Tesis doctoral. Universidad de Córdoba.
Facultad de Veterinaria. pp. 62-70.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
267
BARRIADA, M., CASTRO, P., MARTÍNEZ, A., OSORIO, K. (1993). Efecto del
sistema de alimentación y peso del sacrificio sobre las características de la canal de
añojos de raza Asturiana de los valles. ITEA, Vol. Extra, 12, 631-636.
BARTON, R., KIRTON, A. (1958). Carcass weight as an index of carcass
components with particular reference to fat. Journal Agricultural Science Cambridge,
50, 331- 334.
BARTON-GADE, P.A. (1987). Meat and fat quality in boars, castrates and gilts.
Livestock Production Science, 16, 187-196.
BASS, J., ROBINSON, C., COLOMER, F. (1977). Value of conformation in New
Zealand Beef Grading. Proc. of the NZ Society of Animal Production, 37, 82-88.
BASS, J., ROBINSON, C., COLOMER, F. (1981). Prediction of carcass
composition from carcass conformation in cattle. Journal of Agriculture Science
Cambridge, 93, 37.
BEGOÑA, M. (1999). Efecto de la raza y la Alimentación en los parámetros
productivos y de Calidad de Canal y de carne y añojos de razas Charolés y Serrana
Soriana. Tesis Doctoral. Universidad de Valladolid. España.
BEJERHOLM, C., BARTON-GADE, P. (1986). Effect of intramuscular fat level
on eating quality of pig meat. In: Proceedings of the 32nd European Meeting of Meat
Research Workers: 389-391.
BENITEZ ORTIZ, W., SÁNCHEZ, M. D. (2001) Los cerdos locales en los
sistemas tradicionales de produccion (Spanish); En: Estudio FAO: Produccion y
Sanidad Animal (FAO), / FAO, Rome (Italy). Direccion de Producción y Sanidad
Animal, 2001, 211 p.; Accessión No: 410305; Document type: HANDBOOK, Job No:
Y2292, ISBN 92-5-304654-6, Call No: S238 35 SP.ED (LIB).
BERG, R., BUTTERFIELD, R. (1976). New concepts of cattle growth. Ed.
Sidney Univ. Press. Australia.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
268
BLANCHARD, P.J., WARKUP, C.C., ELLIS, M., WILLIS, M. B., AVERY, P.
(1999). The influence of the proportion of Duroc genes on growth, carcass and pork
eating quality characteristics. Animal Science, 68, 495-501.
BLIGH, E.G., DYER, W.J. (1959). A rapid method of total lipid extraction and
purification. Canadian Journal of Biochemistry and Physiology, 37, 911-917.
BLUCHER, D. K. (1991). History of foods, en: Encyclopedia of Food Science
and Technology. Ed. Y.H. Hui. Wiley-Interscience Publication, Washington D.C., pp.
1404-1412.
BOCCARD, R., DUMONT., B. (1960). Étude de la production de la viande chez
les ovins. II Variation de l’importance realtive des diferentes régions corporelle de l’
agneau de boucherie. Annales de Zootechnie, 9, 355–363.
BOCCARD, R, DUPLAN, J. (1961). Étude de la production de la viande chez
les ovins. Norte sur influence de la vitesse de la croissance sur la composition VIII.
Relations entre les dimentsions de la carcasse d´agneau. Annales de Zootechnie,
10, 31–38.
BOCCARD, R., DUMONT, B., LEFEBVRE, J. (1976). Étude de la production de
la viande chez les ovins. X. Relations entre la composition anatomique des
differentes regions corporelles de l´agneau. Annales de Zootechnie, 25, 95-110.
BODY, D. R. (1988). The lipid composition of adipose tissue. Progress in Lipid
Research, 27, 39-60.
BOE (2003). Real Decreto 1376/2003, del 7 de noviembre por el que se
establece las condiciones sanitarias de producción, almacenamiento y
comercialización de las carnes frescas y sus derivados en los establecimientos de
comercio al por menor.
BOGGS, D., MERCKEL, R. (1984). Live Animals Carcass Evaluation and
Selection Manual (2nd Edition) Kendall-Hunt Publ. Co. Duduque, IA.
BOLETÍN DE ESTADÍSTICAS OCUPACIONALES. (2005). Industria de bienes
de consumo (alimentos y bebidas). PEEL (Programa de estadísticas y estudios
Bibliografía ___________________________________________________________________________
269
laborales). IV trimestre. Ministerio de Trabajo y Promoción el empleo. 9-10 pp.
Disponible en:
http://www.mintra.gob.pe/peel/publicaciones/beo/BEO2005-IV_8.pdf
BORCH, E., KANT, M. L., BLIXT, Y. (1996). Bacterial spoilage of meat and
cured meat products. Food Microbiology, 33, 103-120.
BOSI, P., CACCIAVILLANI, J. A., CASINI, L., FIEGO, D. P., MARCHETTI M.,
MATTUZZI, S. (2000). Effects of dietary high-oleic acid sunflower oil, copper and
vitamin E levels on the fatty acid composition and the quality of dry cured Parma
ham. Meat Science, 54, 119-126.
BRIESKEY, E., BRAY, R. (1964). A special study of the beef grade standards
for American National Cattlemen´s Association. A.N.C.A.
BRUNA, J. M., HIERRO, E. M., DE LA HOZ, L., MOTTRAM, D. S.,
FERNÁNDEZ, M., ORDOÑEZ, J. A. (2003). Changes in selected biochemical and
sensory parameters as affected by the superficial inoculation of Penicillium
camemberti on dry fermented sausages. International Journal of Food Microbiology,
85, 111-125.
BRUNGARDT, V., BRAY, R. (1963). Variation between sides in the beef
carcass for certain wholesale and retail yields and linear carcass measurements. J.
Animal Science, 22, 746-748.
BUCHANAN, R.L. (1986). Processed meats as microbial environment. Food
Technology, 40, 134-138.
BUNGER, A., ALESSANDRI, T., VINAGRE, J., WITTIG, E., LÓPEZ, L. (1992).
Formulación y estudio de embutidos cárnicos en envases flexibles esterilizables:
Morcillas de sangre. Fleischwirtschaft Español, 2, 15-18.
BUTTLER-HOGG, B., PRESCOTT, J., LOWMAN, B. (1981). A note on the
effect of early weaning on performance and carcass characteristics in Angus cross
and Charolais cross steer. Animal Production, 33, 211-214.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
270
BUTTERFIELD, R. (1974). What is a meat animal? The Charolais way. July 74,
7-18.
BUTTERFIELD, R. (1988). New Concepts of Sheep Growth. Sidney University
Press. Sidney. 168 pp.
BYERS, F. (1982). Nutritional factors affecting growth of muscle and adipose
tissue in ruminants. Federation Proccedings, 41, 2562.
CABEZA HERRERA, E. A. (2006). Estudio de la vida útil de la morcilla de león:
definición de los principales factores de alteración e influencia de la temperatura de
almacenamiento. Tesis Doctoral. Universidad de león, León España.
CABRERO, P. (1991). La estructura y la composición de la canal como
determinantes de su calidad. Bovis, 38, 9 -37.
CAMERON, N.D., ENSER, M., NUTE, G.R., WHITTINGTON, F.M., PENMAN,
J.C., FISKEN, A.C., PERRY, A.M., WOOD, J.D. (2000). Genotype with nutrition
interaction on fatty acid composition of intramuscular fat and the relationship with
flavour of pig meat. Meat Science, 55, 187-195.
CANADIAN FOOD INSPECTION AGENCY (2007). Food. Disponible en:
http://www.inspection.gc.ca/english/fssa/fssae.shtml
CANDEK-POTOKAR, M., zLENDER, B., LEFAUCHEUR, L. , BONNEAU, M.
(1998). Effects of age and/or weight at slaughter on longissimus dorsi muscle:
Biochemical traits and sensory quality in pigs. Meat Science, 48, 287-300.
CAPOTE, B., VELÁSQUEZ, F., FREEMAN, F., DELGADO., J. (1998).
Contribución al estudio racial del cerdo criollo cubano. Archivos de Zootecnia, 47, 51
– 59.
CARBALLO, J. A., CABRERO, M., MONSERRAT, L., SÁNCHEZ, L., SUEIRO,
R. (1995). Producción de Ternero Rubio Gallego acogible a las primas de la PAC en:
Rebaños de vacas nodrizas. II. Determinación objetiva de las características de la
canal. ITEA. 18, 757-759.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
271
CARBALLO, B., LÓPEZ DE TORRE, G., MADRID, A. (2001). Tecnología de la
carne y de los productos cárnicos. AMV ediciones. Primera edición. ISBN 84-89922
– 52 -7. pp.
CARRAPISO, A.I., TIMÓN, M.L., PETRÓN, M.J., TEJEDA, J.F., GARCÍA, C.
(2000). In situ transesterification of fatty acids from Iberian pig subcutaneous adipose
tissue. Meat Science, 56, 159-164
CASABIANCA, F. (1995). Optimisation des systèmes d’elevage traditionnels du
porc mediterranén. In: Proceedings of the third international symposium of
Mediterranean pig, Benevento. 30 Nov. - 2 Dic. pp. 51-58.
CASTELLANOS, A., GÓMEZ, R. (1984) Retrospectiva y perspectiva sobre la
raza de cerdos Pelón Mexicano. Porcirama, 9, 17-45.
CATTANEO, P., BONANDRINI, E. (1998). “La Morcela de Arroz”. Origine -
caratteristiche e tecnologia di produzione di un tipico insaccato di sangue
portoghese. Ingegneria Alimentare Le Conserve Animali, 14, 18-27.
CAVA, R. (1993). [Online] Disponible en:
www.canales.elcomerciodigital.com/gastronomia/entrevistas/030508.htm
CAVA, R., RUIZ, J., LÓPEZ-BOTE, C., MARTÍN, L., GARCÍA, C., VENTANAS
J., ANTEQUERA, T. (1997). Influence of finishing diet on fatty acid profiles of
intramuscular lipids, triglycerides and phospholipids in muscles of the Iberian pig.
Meat Science, 45, 263-270.
CAVA, R., ANDRÉS, A. I., RUIZ, J., TEJEDA, J. F., VENTANAS, J. (1999).
Influencia de la alimentación sobre el perfil de ácidos grasos. En: I Jornadas sobre el
Cerdo Ibérico y sus productos. Ed. Estación Tecnológica de la Carne de Castilla y
León. Salamanca-Guijuelo. 22-25 junio 1999. pp. 126-134. Salamanca.
CAYRÉ, M.E., GARRO, O., VIGNOLO, G. (2005). Effect of storage temperature
and gas permeability of packaging film on the growth of lactic acid bacteria and
Brochothrix thermosphacta in cooked meat emulsions. Food Microbiology, 22, 505-
512.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
272
CHANG, J. H. P., LUNT, D. K., SMITH, S. B. (1992). Fatty acid composition and
fatty acid elongase and stearoyl-CoA desaturase activities in tissues of steers fed
high oleate sunflower seed. Journal of Nutrition, 122, 2074.
CHANNON, H. A., PAYNE, A. M., WARNER, R. D. (2000). Halothane
genotype, pre-slaughter handling and stunning method all influence pork quality.
Meat Science, 56, 291–299.
CHANNON, H. A., PAYNE, A. M., WARNER, R. D. (2003). Effect of stun
duration and current level applied during head to back and head only electrical
stunning of pigs on pork quality compared with pigs stunned with CO2. Meat
Science, 65, 1325–1333
CHIBA, L. I. (1994). Effects of dietary amino acid content between 20 and 50 kg
and 50 and 100 kg live weight on the subsequent and overall performance of pigs.
Livestock Production Science, 39, 213-221.
CHIZZOLINI, R.; ZANARDI, E. AND DORIGONI, V. ET AL. (1999), Calorific
value and cholesterol content of normal and low-fat meat and meat products. Trends
in food science Technology, 10, 119-128.
CHOU, L. (2006). Caracterización de sistemas productivos pecuarios de villas
rurales de Tumbes. Tesis para optar el Título de Medico Veterinario. Facultad de
Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima – Perú.
Pp 61.
CHRYSTALL, B. (1994). Meat texture measurement in Advances in Meat
Research- Volume 9. Quality attributes and their measurement in meat, poultry and
fish products (A. M. Pearson y T. R. Dutson Eds.) Blackie Academic& Professional,
London. 316-336 pp.
CIC (2005). Le Boudin noir. Centre d’Information sur les Charcuteries. Paris.
En: http://www.fict.fr/cic/CIC/produits/boudins.htm#fabrication.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
273
CIRIÁ J. Y GARCÉS C. (1995). El cebo intensivo en ganado porcino. En:
Zootecnia. Bases de producción animal. Buxadé, C. Ed. Mundi-prensa.
Madrid. Tomo VI. pp: 180-197.
CISNEROS, F., ELLIS, M., MCKEITH, F. K., MCCAW, J., & FERNANDO, R. L.
(1996). Influence of slaughter weight on growth and carcass
characteristics, commercial cutting and curing yields, and meat quality of barrows
and gilts from two genotypes. Journal of Animal Science, 74, 925–933.
COBOS, A., DE LA HOZ, L. CAMBERO, M. I., ORDÓÑEZ, J. A. (1994).
Revisión de la influencia de la dieta animal en los ácidos grasos de los lípidos de la
carne. En: Revista Española de Tecnología de alimentos, 34, 35-51.
COLLAZOS, C., ALVISTUR, E., VASQUEZ, J. (1996). Tablas peruanas de
composición de alimentos. Séptima edición. Perú.
COLEMAN, S., EVANS, B., GUENTHER, J. (1993). Body and carcass
composition of Angus and Charolais steers as affected by age and nutrition. Journal
Animal Science, 7, 86-95.
COLOMER – ROCHER, F. (1976). Métodos operacionales para la descripción
de los caracteres de la canal. Información Técnico – Económica.
COLOMER-ROCHER, F., BASS, J., JOHNSON, D. (1980). Beef carcase
conformation and some relationships with carcass composition and muscle
dimensions. Journal Agricultural Science Cambridge, 94, 697–708.
COLOMER-ROCHER F., BASS, J., JOHNSON, D. (1982). Beef carcase
conformation and some biological implications. Current topics in Veterinary Medicine
and Animal Science, 16, 137–146.
COLOMER-ROCHER, F., DUGANZICH, D., BASS, J. (1986). Relationship
between bone dimensions and conformation in beef carcasses. Journal Agricultural
Science Cambridge, 107, 393– 403.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
274
CORDERO, M. R., ZUMALACÁRREGUI, J. M. (2000). Characterization of
Micrococcaceae isolated from salt used for Spanish dry-cured ham. Lett Appl
Microbiol, 31, 303-306.
CORREA, J. A., FAUCITANO, L., LAFOREST, J. P., RIVEST, J., MARCOUX,
M., GARIÉPY, C. (2006). Effects of slaughter weight on carcass composition and
meat quality in pigs of two different growth rates. Meat Science, 72, 91-99.
CORREA, J.A., GARIÉPY, C., MARCOUX, M., FAUCITANO, L. (2008).
Effects of growth rate, sex and slaughter weight on fat characteristics of pork bellies.
Meat Science. Article in press.
COUTRON-GAMBOTLI C, GANDEMER G, CASABIANCA F. (1998). Effects of
substituting a concentrated diet for chestnuts on the lipid traits of muscle and adipose
tissues in Corsican and Corsican x Large White pigs reared in sylvo-pastoral system
in Corsica. Meat Science, 50, 163-174.
COXE, A., COXE, A.R. (1987). The Great Book of Sausages, Buffalo,
Paperback.
CUTHBERTSON, A., KEMPSTER, A. (1979). Sheep carcass and eating quality.
British Council Special Course. 5- 17 marzo de 1978. En: The British Council (ed).
The management and Diseases of the Sheep. The Commonwealth Agricultural
Bureaux, Slough (Reino Unido). pp: 377- 399.
DAZA A., MATEOS A., LÓPEZ-CARRASCO C., REY A., OVEJERO I., LÓPEZ-
BOTE C. J. (2006). Effect of feeding system on the growth and carcass
characteristics of Iberian pigs, 2 and the use of ultrasound to estimate yields of joints.
Meat Science, 72, 1-8.
DE PEDRO, D. E. (1999). Índices de calidad para una clasificación objetiva de
canales de Cerdo Ibérico. En: I Jornadas sobre el Cerdo Ibérico y sus productos. Ed.
Estación Tecnológica de la Carne de Castilla y León. Salamanca-Guijuelo 22-25
junio 1999. pp. 139-154. Salamanca.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
275
DE VRIES, A. G., FAUCITANO, L., SOSNICKI, A., PLASTOW, G. S. (1999).
New developments in guaranteeing the optimal sensory quality of meat. Ed. F. Toldrá
y D. J. Troy. Fundación Vaquero, España. 73-89.
DE VRIES, A. G., A. SOSNICKI, G. S. PLASTOW. (2000). Aplicación de
nuevas tecnologías para la selección de carne de cerdo de calidad. Anaporc, 202,
19-24.
DEHMER, N. A. (1995). Elaboración de morcilla. En: La formación profesional
de los carniceros y fabricantes de embutidos. Instituto técnico de capacitación y
productividad - Centro de capacitación en tecnología de la carne “CETEC”. Coonia
Lavarreda. Guatemala.
DELFA, R. (1994). La canal: Calidad, factores biológicos. Curso de clasificación
de canales de vacuno pesado. Zaragoza, 23-24 Noviembre, 2004.
DELGADO, J. V. (2000). La conservación de la biodiversidad de los animales
domésticos locales para el desarrollo rural sostenible. Archivos de Zootecnia, 49,
317–326.
DELGADO, G. L., GÓMEZ, C. S., RUBIO, L.M. S., ITURBE, C. H. F, MÉNDEZ,
M. D. (2002a). Evolution in the shoulder composition of hairless Mexican pigs
throughout the curing and drying processes. Meat Science, 61, 341-346.
DELGADO, G. L., GÓMEZ, C.S., RUBIO, L. M. S., CAPELLA, V.S., MÉNDEZ,
M.D., LABASTIDA, R. C. (2002b). Fatty acid and triglyceride profiles of intramuscular
and subcutaneous fat fro fresh and dry-cured hams from Hairless Mexican Pigs.
Meat Science, 61, 61-65.
DELGADO, J. V., CAMACHO, M. E., LEÓN, J. M., DE LA HABA, M. R.,
VALLECILLO, A., BARBA, C., CABELLO, A. (2004). ‘Poblaciones porcinas de
Iberoamérica’, en: Biodiversidad porcina iberoamericana. Caracterización y uso
sustentable. Coord. J.V. Delgado Bermejo. Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Córdoba. Córdoba, pp. 21-31.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
276
DESVIGNES, A., CATTIN-VIDAL, T., POLY, J. (1966). Comparison of the value
of various types of commercial crossing on the production of fat lambs. I. Weight gain
of lambs. Annales de Zootechnie, 15, 47-66.
DEVOL, D. L.; MCKEITH, F. K., BECHTEL, P. L., NOVAKOFSKI, J., SHANKS,
R. D., CARR, T. R. (1988). Variation in composition and palatability traits and
relationships between muscle characteristics and palatability in a random sample of
pork carcasses. Journal of Animal Science, 66, 385.
DÍAZ, C., IÑIGO, D. R., ARIAS, J. L. (1999). Calidad de carne de cerdo, un
desafío de competitividad: El caso de la carne PSE. TecnoVet 1. Facultad de
Ciencias Veteterinaria y Pecuaria, Universidad de Chile.
DIÉGUEZ, F. J., LY, J., MAZA, I., SAVIGNI, F., TOSAR, M. (1995). Morfometría
de organos viatles de cerdos criollos y cc21. Livestock Research for Rural
Development, 6, 1-6.
DIÉGUEZ, F.J., ARIAS, T., SANTANA, I. Y DEL TORO, Y. 1997. Experimental
performance of Cuban Creole pigs. Revista Computadorizada de Producción
Porcina, 4, 1-13.
DIEZ, A. M., GONZÁLEZ, L., ENA, J.M., JAIME, I., ROVIRA, J. (2004).
Influence of the onion variety on the shelf life of the blood sausage "Morcilla de
Burgos”. En: Proceedings 50th International Congress of Meat Science and
Technology (pp. 595-598). Helsinki, Finland.
DIOS, A., L. MONSERRAT, B. SÁNCHEZ, J.A. CARBALLO Y L. SÁNCHEZ.
(1997). Acabado a diez meses de terneros Rubio Gallegos y Rubio Gallegos por
Holstein. II.Calidad de la canal. ITEA,18, 736-738.
DROSINOS, E.H., BOARD, R.G. (1995). Attributes of microbial associations of
meat growing as xenic batch cultures in a meat juice at 4ºC. International Journal of
Food Microbiology, 26, 279-293.
EDWARDS, S. A. (2005). Product quality attributes associated with outdoor pig
production. Livestock Production Science, 94, 5-14.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
277
ELÍAS, C. C., SALVÁ, B., MELGAREJO, S. (.2000). Elaboración de Embutidos.
Editorial Book XPress.
ELLIS, M., WEBB, A.J., AVERY, P.J., BROWN, I. (1996). The influence of
terminal sire genotype, sex, slaughter weight, feeding regime and slaughter-house on
growth performance and carcass and meat quality in pigs and on the organoleptic
properties of fresh pork. Animal Science, 62, 521-530.
ELLIS, D.I., GOODACRE, R. (2001). Rapid and quantitative detection of the
microbial spoilage of muscle foods: current status and future trends. Trends Food
Science and Technology, 12, 414-424.
ENSER, M., HALLET, K., HEWETT, B., FURSEY, G.A., WOOD, J. D. (1996).
Fatty acid content and composition of English beef, lamb and pig at retail. Meat
Science,42, 443-456.
ESCARTIN, E. F., CASTILLO, A., HINOJOSA-PUGA, A., SALDAÑA-LOZANO,
J. (1999). Prevalence of Salmonella in chorizo and its survival under different storage
temperatures. Food Microbiology, 16, 479-486.
ESPEJO, M., COLOMER-ROCHER, F. (1972). Influence du poida d´abattage et
du sexe sur les performances de boucherie des agneaux issus du croisement
Manchego x Rasa Aragonesa. Annales de Zootechnie, 21, 201-204.
ESTEVEZ, M., MORCUENDE, D., CAVA, R. (2003). Physicochemical
characteristics of M. londissimus dorsi from three lines of free- range reared Iberian
slaughtered at 90Kg live weight and commercial pigs: A comparative study. Meat
Science, 64, 499-506.
EUSSE, J. (2000). La carne de cerdo. Guía práctica para su comercialización.
En: Expoferia Porcina. VII Congreso de la Organización Iberoamericana de
Porcicultura (O.I.P.) y V Congreso Bianual de la porcicultura venezolana.4-7 octubre
2000. Maracay, Venezuela. Disponible en:
http://www.sian.info.ve/porcinos/eventos/expoferia/jorge.htm
FAO. (2006). Disponible en: http://faostat.fao.org/.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
278
FAO. (2007). Disponible en: ww.rle.fao.org/bases/alimento7default.html
FAO/LATINFOODS (2002). Tabla de Composición de Alimentos de América
Latina. Elaborada por la FAO, Oficina regional para Latinoamérica y el Caribe.
(Datos actualizados hasta Octubre de 2002). En:
www.rlc.fao.org/bases/alimento/default.htm
FAO/LATINFOODS (2005). Mesa redonda FAO/Slan/LATINFOODS sobre la
importancia de la composición de los alimentos en la seguridad alimentaria y el
comercio
FAUCITANO, L., SAUCIER, L., CORREA J. A., MÉTHOT, S., GIGUÈRE A.,
FOURY A., MORMÈDE, P., BERGERON, R. (2006). Effect of feed texture, meal
frequency and pre-slaughter fasting on carcass and meat quality, and urinary cortisol
in pigs. Meat Science, 74, 697-703.
FEINER, G. (2006). Meat Products Handbook. Practical science and
technology. Woodhead Publising Limited. Abington, Cambridge, Inglaterra.
FERNÁNDEZ, J, PÉREZ-ÁLVAREZ, J.A., FERNÁNDEZ-LÓPEZ, J.A. (1997).
Thiobarbituric acid test for monitoring lipid oxidation in meat. Food Chemistry, 59,
345-353.
FERNANDEZ X., MONIN G., TALMANT A., HOUROT J., LEBRET B. (1999).
Influence of intramuscular fat content on the quality of pig meat-2. Consumer
acceptability of m. longissimus lumborum. Meat Science, 53, 67-72.
FERREIRA, V.L.P., FERNANDES, S.V., YOTSUYANAGI, K. (1994). The colour
of chicken and pork meat loaf with added cured bovine blood as evaluated by the
rab, Hunter Lab, L* a* b* and XYZ CIE systems. Revista Española de Ciencia y
Tecnología Alimentaria, 34, 311-322.
FLORES, J., BIRON, C., IZQUIERDO, L., NIETO, P. (1988). Characterization of
green hams from Iberian pigs by fase analysis of subcutaneous fat. Meat Science,
23, 253-262.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
279
FELDMAN, P. (2000). Guía de aplicación de buenas prácticas de manufactura.
Faena de cerdos y elaboración de derivados. Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Pesca y Alimentos (SAGPyA), Buenos Aires, Argentina.
FERNANDEZ, X., MONIN, G., TALMANT, A, MOUROT, J., LEBRET, B.
(1999). Influence of intramuscular fat content on the quality of pig meat-1.
Composition of the lipid fraction and sensory characteristics of m. longissimus
lumborum. Meat Science, 53, 59-65.
FISHER, A.V., GREEN, D.M., WHITTEMORE, C. T., WOOD, J. D. Y
SCHOFIELD, C.P. (2003). Growth of carcass components and its relation with
conformation in pigs of three types. Meat Science, 65, 639-650.
FISCHER, K., LINDLER, J. P., JUDAS M., HÖRETH, R. (2006).
Schlachtkörperzusammensetzung und Gewebebeschaffenheit von schweren
Schweinen. II. Mitteilung: Merkmale der Fleisch- und Fettqualität. Arch. Tierz.
Dummerstorf 49, 3. pp. 279-292.
FLAMANT, J., BOCCARD, R. (1966). Estimulation de la qualité de la carcasse
des agneaux de boucherie. Annales de Zootechnie, 15, 89-113.
FLORES, J. 1997, Mediterranean vs northern European meat products.
Processing technologies and main differences. Food Chemistry, 59, 505-510.
FLORES, J., BIRON, C., IZQUIERDO, L., NIETO., P. (1988). Characterization
of green hams from Iberian pigs by fast analysis of subcutaneous fat. Meat Science,
23, 253-262.
FONTES, P.R., GOMIDE, L.A., RAMOS, E.M., STRINGHETA, P.C.,
PARIERAS, J.F. (2004). Color evaluation of carbon monoxide treated porcine blood.
Meat Science, 68, 307-513.
FORTIN, A., MAIGA, A., SIM, D., WELIINGTON, G. (1981). Effect of Energy
intake level and influence of breed and sex composition on the physical composition
of the carcass of cattle. Journal of Animal Science, 51, 331-339.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
280
FORREST, J., ABERLE, E., HEDRICK, M., JUDGE, R., MERKEL, R. A. (1979).
Fundamentos de Ciencia de la carne. Editorial Acribia, Zaragoza. pp. 60 – 67, 97-
98.
FRANCI, O., GANDINI, G., MADONIA, G., PUGLIESE, C, CHIOFALO, V.,
BOZZI, R., ACCIAIOLI, A., CAMPODONI, G. PIZZI, F. (2001). Performances of
Italian local breeds. Pig genetic resources in Europe. EEAP publication No 104, pp.
67-76.
FRANCI, O., CAMPODONI, G., BOZZI, R., PUGLIESE, C., ACCIAIOLI, A.,
GANDINI, G. (2003). Productivity of Cinta Senese and Large White X Cinta Senese
pigs reared outdoors in woodlands and indoors. 2. Slaughter and carcass traits.
Italian Journal of Animal Science, 2, 59-65.
FRANCI, O., BOZZI, R., PUGLIESE, C., ACCIAIOLI, A., CAMPODONI, G.,
GANDINI, G. (2005). Performance of Cinta Senese pigs and their crosses with Large
White. 1. Muscle and subcutaneous fatcharacteristics. Meat Science, 69, 545-550.
FRENTZ, J. C., MIGAUD, M. (1976). La charcuterie cuite. Généralités et
techniques actuelles. Soussana Ed. Vesoul, Francia.
FREY, W. (1985). Fabricación fiable de embutidos. Editorial Acribia. Zaragoza,
España.
FUENTES, A., G. LAGO DE S., A. CHANG, G. SEMIDEY DE S., C.
REGUEIRO Y L. SOLER. (1995). Pubertad en machos porcinos.
I. biometría testicular. Zootecnia Tropical, 13,151-162.
FUENTES, A. (2003). El cerdo criollo como potencial alimenticio y económico.
[Online]. Disponible en:
http://www.ceniap.gov.ve/ceniaphoy/articulos/n3/texto/afuentes2.htm
GALIÁN, M. (2007). Características de la canal y calidad de la carne,
composición mineral y lipídica del cerdo Chato Murciano y su cruce con Ibérico.
Efecto del sistema de manejo, Tesis Doctoral. Universidad de Murcia, España 14-09-
2007.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
281
GANDEMER, G. PICHOU, D., BOUGUENNEC, B. CARITZ, J. C. BERGE, P.
BRIANT, E., LEGAULT, C. (1990). Influence du system d’elevage et du génotype sur
la composition chimique et les qualités organoleptiques du muscle long dorsal chez
le porc. Journèes de la Recherche Porcine en France, 22, 101-110.
GANDEMER, G. (1998). Lipids and meat quality- lypolisis-oxidation and flavour.
Proc. 44th. ICOMST. 106-119.
GARCÍA, C., BERDAGUÉ, J.J., ANTEQUERA, T., LÓPEZ-BOTE, C.J.,
CÓRDOBA, J.J., VENTANAS, J. (1991). Volatile components of dry cured Iberian
ham. Food Chemistry, 41, 23-32.
GARCÍA DE SILES, J. L. (1973). Growth, carcass and muscle characters of
Hereford and Holstein steers. M.S. Thesis, The Pennsilvania State Universitiy.
GARCIA DE SILES, J. L., GILES, J. F. (1976). Estudio comparativo de las
canales de terneros y añojos de las razas Frison y Rubia Gallega. Zootecnia, XXV,
300-310.
GARCÍA DE SILES, J. L., ZIEGLER, J., WILSON, L. (1977). Effects of marbling
and conformation score on quality and quantity characteristics of steer and heifer
carcasses. Journal of Animal Science, 44, 36-46.
GARCíA, M. (1992). Producción de carne porcina. En: Manual práctico de la
carne. Capitulo 1. Ed. Martin & Macias.
GARRIDO, M. D., BAÑÓN, S., ÁLVAREZ, D. (2005). Medida del pH. En:
Estandarización de las metodologías para evaluar la calidad del producto (animal
vivo, canal, carne y grasa) Ed. Cañeque V. y Sañudo C. pp. 206-215. INIA.
GEAY, I., BERANGER, C. (1969). Influence de la proportion de céreales dans
la ration sur l´état d´engraissement des carcasses de taurillons de 15 mois. Annales
de Zootechnie, 18, 79-81.
GENTRY, J. G., Mc GLONE, J. R. BLANTON, J.R, MILLER, M. F. (2002).
Impact of spontaneous exercise on performance meat quality, and muscle fiber
characteristics of growing /finishing pigs. Journal of Animal Science, 80, 2833-2839.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
282
GEBERT, S., EICHENBERGER, B., PFIRTER, H. P. , WENK, C. (2006).
Influence of different dietary vitamin C levels on vitamin E and C content and
oxidative stability in various tissues and stored m. longissimus dorsi of growing pigs.
Meat Science, 73, 362-367.
GIACOSA, I. G. (1992). A taste of ancient Rome, Chicago, The University of
Chicago Press.
GILL, C.O. (1983). Meat spoilage and evaluation of the potential storage life of
fresh meat. Journal Food Protection, 46, 444-452.
GIMENO, A., CALERO, R., MERCHÁN, J., SANCHO, G. (1987). Estudio de la
composición de embutidos en Extremadura. Revista de Sanidad e Higiene Pública,
61, 1167-1178.
GIRARD, J. P. (1988). La déshydratation. In: Girard J.P. (ed.), Technologie de
la viande et des produits carnés, 83-115. Tec & Doc Lavoisier, Paris, France.
GISPERT, M. y DIESTRE, A. (1999). En: Jornada técnica: factores que afectan
la eficiencia productiva y la calidad en el porcino Ed. IRTA, Vic, Barcelona.
GISPERT, M., FONT I FURNOLS, M. (2007). Evolución y situación de la
cabaña Española. Eurocarne, 161, 51-62.
GOLDSTRAND, R. E. (1988). Edible meat products: Their production and
importante to the meat industry. In: Edibel meat by-products. Advances in meat
research, Vol 5. Pearson, A. M and Dutson, T.R. pp.1-13. Elsevier applied science,
London and New York.
GÓMEZ, R., M. I. PICAZO., A. ALVARRUIZ., PÉREZ, J. I., D. VALERA Y
PARDO, J. E. 2001. Influencia del tipo de pimentón en la pérdida de color del chorizo
fresco. Alimentaria, 323, 67-73.
GÓMEZ, M. (1974). Beef Production from a concentrate diet fed indoors
relative to production on pasture. M. Agr. Sci. Thesis, University of Cork.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
283
GÓMEZ, M. (2004). Situación Actual y Descripción del Porcino Criollo Peruano.
Biodiversidad Porcina Iberoamérica: Caracterización y uso sustentable. Universidad
de Córdoba. 1º Ed. 334 pp.
GONZALEZ, A. E. (1993). Perspectivas y prioridades de la investigación en
Cisticercosis. Disponible en:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtualData/publicaciones/consejo/boletin47/enPDF/a
02.pdf.
GONZALEZ, A. E. (2006). Comunicación personal. Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. Lima – Perú.
GONZÁLEZ-MÉNDEZ, M. F., ZAMORANO-GARCÍA, L., CUMPLIDO-
BARBEITIA, L. G., GONZÁLEZ-RÍOS, H. (2002). Secado de carne para la
elaboración de “Machaca” in: Industrialización de productos de origen animal. Ed. J.
A. Pérez-Álvarez, J. Fernández-López y E. Salas-Barberá. Escuela Politécnica
Superior de Orihuela. Universidad Miguel Hernández. Elche, pp. 147-160.
GONZÁLEZ-TENORIO, R. (2007). Estudio de diversos parámetros de calidad
de los chorizos mexicanos. Memoria presentada para obtener el Diploma de
Estudios Avanzados. Universidad de León.
GORBATOV, V.M. (1988). Collection and utilization of blood and blood proteins
for edible purposes in the URRS. En: Edible Meat By-products. Advances in Meat
Research, 5 (pp. 167-196). Pearson, A.M and Dutson, T.R. Eds. Elsevier Science
Publishers LTD, Essex. Inglaterra.
GOUTEFONGUEA, R. (1991). La salazón. En: Tecnología de la carne y de los
productos cárnicos. Girard, J. P. 125-150. Editorial Acribia. Zaragoza, España.
GRAY, J. I., GOMASA, E. A., BUCKLEYB, D. J. (1996). Oxidative quality and
shelf life of meats. Meat Science, 43(S), S111-S123.
HAGUE, M. A., WARREN, K. E., HUNT, M.C., KROPF, D.H., KASTNER, C.L.,
STRODA, S.L., JOHNSON, D. E. (1994). Endpoint temperature, internal cooked
color, and expressible juice color relationships in ground beef patties. Journal of
Food Science, 57, 1053-1055.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
284
HAMBRECHT, E. (2004). Critical pre-and post slaughter factors in relation to
pork quality. PhD, Thesis, Wageningen University, Wageningen institute of Animal
Sciences, Wageningen. The Nertherlands.
HAMILTON, D. N., ELLIS,M., WOLTER,B. F., MCKEITH, F. K., WILSON, E. R.
(2003).Carcass and meat quality characteristics of the progeny of two swine sire lines
reared under differing environmental conditions. Meat Science, 63, 257-263.
HAMM, R. (1960). Biochemistry of meat hydration. Advances in Food
Research, 10, 355-463.
HAMM, R. (1986). Functional properties of the myofibrilar system and their
measurements. En: Muscle as food. (Bechtel, P.J.), Academic Press, Orlando. pp.
135-199.
HAMMOND, J. (1932). Growth and development of mutton qualities in the
sheep. Olivier and Boyd. Londres.
HANSEN, L. L., CLAUDI-MAGNUSSEN, C., JENSEN, S. K. YANDERSEN, H.
J. (2006). Effect of organic pig production system on performance and meatquality.
Meat Science, 74, 605-615.
HARRIS, D. (1982). Measurment and description of lamb carcasses. En el
simposio: Producing lamb carcasses to meet particular market requirements.
Proccedings of the Australian Society of Animal Production, 14, 50-52.
HASKINS, B., WISE, M., CRAIG, G., BARRICK, E. (1967). Effects of levels of
protein, sources of protein and an anabolic on performance carcass characteristics,
rument environment and liver abscesses of steers fed all concentrate rations. Journal
Animal Science, 26, 430-434.
HAYES, P.R. (1993). Capítulo 3. Deterioro alimenticio. En: Microbiología e
higiene de los alimentos (pp. 73-81; 84-88). Editorial Acribia, S.A. Zaragoza, España.
HEINZ, G. (1985). Higiene y tecnología de la producción cárnica (II).
Fleischwirschaft español, 2, 35-41.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
285
HENDERSON, D., GOLL, D., KLINE, E. (1966). Relationship of muscling and
finish measurements of three different groups of beef carcasses with carcass yield.
Journal of Animal Science, 28, 323-328.
HENRY, W. E., BRATZLER, L.J. (1960). Effect of Mineral Supplementation on
Pork Muscle Color as Measured by Spectrophotometry and Disk Colorimetry. Journal
of Animal Science, 19, 1195-1203.
HENRY, Y. (1977). Développement morphologique et métabolique du tissue
adipeux chez le porc: influence de la selection, de l’alimentation et du mode
d’élevage. Annals of Biology, Biochemistry and Biophysic, 17, 923-952.
HOGBERG, A., PICKOVA, J., BABOL, J., ANDERSSON, K., DUTTA, P.
C.(2002).Muscle lipids, vitamins E and A, and lipid oxidation as affected by diet and
RN genotype in female and castrated male Hampshire crossbreed pigs. Meat
Science, 60, 411–420.
HOGBERG, A., PICKOVA, J., STERN, S., LUNDSTRO, K., BYLUND, A-C
(2004). Fatty acid composition and tocopherol concentrations in muscle of entire
male, castrated male and female pigs, reared in an indoor or outdoor housing
system. Meat Science, 68, 659–665.
HONIKEL, K.O., KIM, C.J., HAMM, R., RONCALES. P. (1986). Sarcomere
shortening of prerigor muscle and its influence on drip loss. Meat Science, 16, 267-
282.
HONIKEL, K.O. (1997). Reference methods supported by OECD and their use
in Mediterranean meat products. Food Chemistry, 9, 573-582.
HONIKEL, K.O. (1998). Reference Methods for the assessment of physical
characteristics of meat. Meat Science, 49, 447-457.
HORNSEY, H. C. (1956). The colour of cooked curded pork estimation of the
nitric-oxide heam pigmentsa. Journal of Science and Food Agriculture, 7, 534-540.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
286
Hounsome, N., Hounsome, B., Tomos, D., Edwards-Jones, G. (2008) Plant
Metabolites and Nutritional Quality of Vegetables. Journal of Food Science, 73, R48–
R65.
HOVING-BOLINK, A. H., EIKELENBOOM, G., VAN DIEPEN, J. TH. M.,
JONGBLOED, A. W., HOUBEN, J. H. (1998). Effect of dietary vitamin E
supplementation on pork quality, Meat Science, 49, 205 - 212.
HUERTA-LEIDENZ, N., ARENAS, L., MORON-FUENMAYOR, O.,
UZCÁTEGUI-BRACHO, S. (2003). Composición mineral del músculo longissimus
crudo derivado de canales bovinas producidas y clasificadas en Venezuela. Archivos
Latinoamericanos de Nutrición, 53 (1).
HURTADO, E., GONZÁLEZ, C., VECCHIONACCE, H. (2003). Los sistemas de
producción del cerdo Criollo en los estados llaneros de Venezuela VII Encuentro de
Nutrición y Producción de Animales Monogástricos. Universidad Autónoma de
Yucatán. México. Memoria.
HURTADO, E., GONZÁLEZ, C., LY, J. (2004). Estudio morfológico del cerdo
criollo del estado Apure, Venezuela. Zootecnia Tropical, 23, 17-26.
HUTH, F. (1983). The effects of age and feeding intensity of the carcass
composition in young fattening bulls. 34 th. Annual Meeting of European Association
for Animal Production. Madrid, Spain. Vol. I. Summaries. Stuies Commissions
genetics, Nutrition, Managements. 160-161.
http://www.saboresdelperu.com/cont_recetas/detalle.php?sec=2&cat=1&id=165
http://www.mexico.udg.mx/cocina/carnes/ChorizoToluca.htlm.
III CENSO NACIONAL AGROPECUARIO. (2004). Disponible en:
http://www.sica.gov.ec/censo/index.htm
III CENSO AGROPECUARIO INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA E
INFORMATICA INEI-. (1994). Población de Ganado Porcino, por clases y razas. [
Online ] Disponible en: www.inei.gob.pe
Bibliografía ___________________________________________________________________________
287
INC. (1999). PNT nº 010. Método para el recuento de microorganismos
esporulados aerobios y/o anaerobios. En: Métodos Analíticos del laboratorio del
Instituto Nacional del Consumo (CICC). Alimentos I (pp. 34-36). Edita: Ministerio de
Sanidad y Consumo - Instituto Nacional del Consumo, España
INCZE K. (1992). Raw fermented and dried meat products. Fleischwirtschaft,
72, 58-62.
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES AGROPECUARIAS (INIA).
(2000). Evaluación de raciones en el crecimiento y engorde de porcinos criollos.
Disponible en: http://www.inia.gob.pe/webinia/EditaExperimento.asp?wcodigoex=048&ánodo=pV&
Wcodproyecto=42&wanho=2000
INSTITUTO NACIONAL DE DEFENSA Y DE LA COMPETENCIA DE
DEFENSA DEL CONSUMIDOR (INDECOPI). (1980). Embutidos crudos:
Definiciones, clasificación y requisitos. Norma Técnica Nacional 201.012.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA E INFORMATICA. (INEI). (2006).
Clasificación Nacional de las Actividades Económicas del Perú. Cla NAE PERU
(segundo documento preliminar). Dirección Nacional de Cuentas Nacionales. Lima.
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA E INFORMATICA. (INEI). (2005).
Disponible en: http://www.agroica.gob.pe/Doc/diagnostico.pdf
INTARAPICHET, K. O., MAIKHUNTHOD, B., THUNGMANEE, N. (2008).
Physicochemical characteristics of pork fed palm oil and conjugated linoleic acid
supplements Meat Science, en prensa.
ISO (1973). Norma ISO 1442. Humedad: determinación del contenido en
humedad de la carne y de los productos a base de carne.
ISO (1993). Norma ISO 7402. Microbiology - General guidance for the detection
of Enterobacteriaceae without resuscitation - MPN technique and colony count
technique.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
288
ISO (1995). Norma ISO 13681. Meat and meat products - Enumeration of
yeasts and moulds - Colony-count technique.
ISO (1998). Norma ISO 15214. Microbiology of food and animal feeding stuffs -
Horizontal method for the enumeration of mesophilic lactic acid bacteria - Colony-
count technique at 30 degrees C.
ISO (2003a). Norma ISO 6887-2. Microbiology of food and animal feeding stuffs
- Preparation of test samples, initial suspension and decimal dilutions for
microbiological examination - Part 2: Specific rules for the preparation of meat and
meat products.
ISO (2003b). Norma ISO 4833. Microbiology of food and animal feeding stuffs
- Horizontal method for the enumeration of microorganisms - Colony-count technique
at 30 degrees C.
ISSANCHOU, S. (1996). Consumers expectations and perceptions of meat and
meat products quality. Meat Science, 43S, S5-S19.
IZAURIETA, M. (1994). Análisis proximal en harinas de pescado. En: Control
de calidad de insumos y dietas acuícolas. Cáp. 11ª. Ed. FAO Food and agriculture
organization. Disponible en:
http://www.fao.org/docrep/field/003/AB482S/AB482S12.htm
JANSS, L. L. G., VAN ARENDONK, J. A. M., BRASCAMP, E. W. (1997).
Bayesian statistical analyses for presence of single genes afecting meat quality traits
in a crossed pig population. Genetics, 145, 395-408.
JENSEN, C., FLENSTED-JENSEN, M., SKIBSTED, L.H., BERTELSEN, G.
(1988). Effects of Dietary Rape Seed Oil, Copper(II) Sulphate and Vitamin E on Drip
Loss, Colour and Lipid Oxidation of Chilled Pork Chops Packed in Atmospheric Air or
in a High Oxygen Atmosphere. Meat Science, 50, 211-221.
JOHNSON, E., BUTTERFIELD, R., PRYOR, W. (1972). Studies of fat
distribution in the bovine carcass. I. The partition of fatty tissues between breeds.
Livestock Production Science, 7, 361- 372.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
289
JOO, S.T., KAUFFMAN, R. G., KIM, B. C., KIM. (1995). The relationship
between color and WHC in post rigor porcine. L.M.J. Muscle foods, 6, 211.
JOO, S., LEE, J., HA, Y., PARK, G. (2002). Effects of dietary conjugated
linoleic acid on fatty acid composition, lipid oxidation, color and water-holding
capacity of pork loin. Journal Animal Science, 80, 108-112.
JUDGE, M. D., ABERLE, E. D., FORREST, J. C., HEDRICK, H. B., MERKEL,
R. A. (1989). Principles of meat science. Second edition. Kendall / Hunt Pub. Co.
Dubuque, Iowa. pp. 271.
KAKOURI, A., NYCHAS, G.J. (1994). Storage of poultry meat under modified
atmospheres or vacuum packs: possible role of microbial metabolites as indicator of
spoilage. Journal of Applied Bacteriology, 76, 163-172.
KARLSON, A. H., KLONT, R. E., FERNANDEZ, X. (1999). Skeletal muscle
fibres as factor for pork quality. In quality of meat and fat is pigs affected by genetics
and nutrition. Proceedings of the joint session of the EAAP. Publication Nº 100 .
Zurich, Switzerland. 25 august 1999. Editors Gaspar Wenk, José A. Fernandez and
Monique Dupuis. Pp 246.
KEANE, M. G., O´FERRAL, G. J. M., CONNOLLY, J. (1989). . Growth and
carcass composition of Friesian, Limousin x Friesian and Blonde D'Aquitaine x
Friesian Steers. Animal Production, 48, 353-65.
KEANE, G. (1994). Productivity and carcass composition of Friesian, Meuse-
Rhine-Issel x Friesian and Belgian Blue x Friesian steers. Animal Production, 59,
197-208.
KEMPSTER, A. (1980). Fat partition and distribution in the carcasses of cattle,
sheep and pigs: A review. Meat Science, 5, 83-98.
KEMPSTER, A. J., HARRINGTON, G. (1980). The value of “fat-corrected”
conformation as an indicator of beef carcass composition within and between breeds.
Livestock Production Science, 7, 361-372.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
290
KEMPSTER, A. 1981. Fat partitioning in the carcasses of cattle, sheep and
pigs: a review. Meat Science, 5, 83-98.
KEMPSTER, A., CUTHBERTSON, A., HARRINGTON, G. (1982). Carcass
evaluation in livestock breeding, production and marketing. Ed. Granada. Pub Ltd.
Great Britain.
KEMPSTER, A. (1989). Carcass and meat quality research to meet market
needs. Animal Production, 48, 483 – 496.
KING, G., LEGG, W., CARPENTER, Z., CUNNINGHAM, N. (1965). Cutability of
bull, heifer and steer carcasses. Journal Animal Science, 21, 553- 557.
KIRTON, A., BARTON, R. (1962). Study of some indices of the chemical
composition of lamb carcases. Journal Animal Science, 21, 553 – 557.
KIRTON, A. (1976). Growth, carcass composition and palatability of sheep.
Proc. Symposium on Carcass Classification. Australian Meat Board, Adelaida.
KIRTON, A. (1989). Principles of classification and grading. Meat Production
and Processing. Bew Zealand Society of animal Production. Ocassional publication
nº 11. Ed. Purchas, Butler- Hogg and Davis.
KLEYSEN, B. (1996). Productoras agropecuarias en América del Sur. Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura – IICA. Pág 40-50. Costa Rica.
KLONT, R. E., EIKELENBOOM, G., BROCKS, L. 1998. Muscle fibre type and
meat quality. 44th International Congress and Meat Science Technology. Barcelona
(Spain). Congress Proceedings: Meat Consumption
KNIGHT, A. D., FOOTE, W. C. (1965). Influence of breed-type, feed level and
sex on lamb carcass characteristics. Journal of Animal Science, 24, 786-789.
KOCH, R., DIKEMAN, M., ALLEN, D., CAMPION, D. (1976). Characterizacion
of biological types of cattle. III. Cattle composition, quality and palatability. Journal of
Animal Science, 43, 48-62.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
291
KORVER, S., VOS, H., BERGSTROM, P., VERSTEGEN, M., KLEINHOUT, G.
(1987). Carcass compostion of veal calves dependent on genotype and feeding level.
Animal Production, 45. 415-421.
KOCWIN-PODSIADLA, M., KURIL, J. (2003). The effect of interaction between
genotypes at loci CAST, RYR1 and RN on pig carcass quality and pork traits – a
review. Presented at the conference Effect of genetic and non-genetic factors on
carcass and meat quality of pigs. Siedlce, Poland.
KORKEALA, H., BJÖRKROTH, K. J. (1997). Microbiological spoilage and
contamination of vacuum-packaged cooked sausages: a review. Journal of Food
Protection, 60, 724-734.
KTL. (2005a). Blood pudding. “Verivanukas”. Finnish Food Composition
Database. National Public Health Institute of Finland, Nutrition Unit. Based on the
Fineli Food Composition Database Release 5 (May 23rd, 2004). Disponible en:
http://www.fineli.fi/food.php?foodid=7872&lang=en
KTL. (2005b). Blood sausage/black sausage. “Verimakkara mustamakkara”.
Finnish Food Composition Database. National Public Health Institute of Finland,
Nutrition Unit. Based on the Fineli Food Composition Database Release 5 (May 23rd,
2004). Disponible en: http://www.fineli.fi/food.php?foodid=780&lang=en
KURI, V., MADDEN, R. H., COLLINS, M. A. (1995). Hygienic quality of raw pork
and chorizo (raw pork sausage) on retail sale in Mexico City. Journal of Food
Protection, 59, 141-145.
LABROUE, F., GOUMY, S., GROUAND, J., MOUROT, J., NEELZ, V.,
LEGAULT, C. (2000). Etude comparative de 4 races locales pour les performances
de croissance, carcasse et qualité de la viande. Journées de la Recherche Porcine
en France, 32, 403-411.
LAMBOOIJ,E., HULSEGGE, B., KLONT, R. E., WINKELMAN-GOEDHART, H.
A., REIMERT, H. G. M., KRANEN, R. W. (2004). Effects of housing conditions of
slaughter pigs on some post mortem muscle metabolites and pork quality
characteristics. Meat Science, 66, 855-862.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
292
LAMBUTH, T., KEMP, J., GLIMP, H. (1970). Effect of rate of gain and slaughter
weight of lamb carcass composition. Journal Animal Science, 30, 27-35.
LARICK DK, TURNER BE, SCHOENHERR MT, COFFEY MT, PILKINGTON
DH. (1992). Volatile compound content and fatty acid composition of pork as
influenced by linoleic acid content of the diet. Journal of Animal Science, 70, 1397.
LARZUL, C., LE ROY, R., GUÉBLEZ, R., TALMANT, A., GOGUÉ, J., SELLIER,
P., MONIN, G. (1997). The Effect of Halothane Genotype (NN, Nn, nn) on Growth,
Carcass and Meat Quality Traits of Pigs Slaughtered at 95 Kg or 125 Kg. Live
Weight. Journal of Animal Breeding and Genetics, 30, 309-320.
LATORRE, M. A. LÁZARO, R., GRACIA, M.I., NIETO, M MATEOS, G.
G.(2003). Effect of sex and terminal sire genotype on performance, carcass
characteristics, and meat quality of pigs slaughtered at 117 kg body weight. Meat
Science, 65, 1369-1377.
LATORRE, M.A, LÁZARO, R., VALENCIA, D. G., MEDEL, P., MATEOS, G. G.
(2004).The effects of gender and slaughter weight on the growth performance,
carcass traits, and meat quality characteristics of heavy pigs. Journal of Animal
Science, 82, 526-533.
LATORRE-MORATALLA, M. L., BOVER-CID, S., AYMERICH, T. , MARCOS,
B., VIDAL-CAROU, M. C., GARRIGA, M. (2007). Aminogenesis control in fermented
sausages manufactured with pressurized meat batter and starter culture. Meat
Science, 75, 460-469.
LATORRE M. A., GARCÍA-BELENGUER, E., ARIÑO. (2008).The effects of
gender and slaughter weight on growth performance and carcass traits of pigs
intended for dry-cured ham from Teruel (Spain). Journal of Animal Science. En
prensa.
LAWRIE, R. A., 1998. Glucólisis post mortem En: Ciencia de la carne. Ed
Acribia S. A. Zaragoza. España. 77-79 pp.
LAWRIE, R. A. (1991). Meat Science. 5th edition, Pergamon Press, Oxford.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
293
LEBRET, B., MOUROT, J. (1998). Caractéristiques et qualité des tissues
adipeux chez le porc. Facteurs de variation non genetiques. INRA. Production
Animal, 11, 131-143.
LEBRET, B. H, MASSABIE, P., GRANIER, R., JUIN, H., MOUROT, J.,
CHEVILLON, P. (2002). Influence of outdoor rearing and indoor temperature on
growth performance, carcass adipose tissue and muscle traits in pigs and on
technological and eating quality of dried – cured hams. Meat Science, 42, 447-455.
LEDIN, I. (1983). Effect of restricted feeding and realimentation on
compensatory growth, carcass composition and organ growth in lambs. Swedish
Journal of Agricultural Research, 13, 175-187.
LEHNINGER, A .L. (1981). Bioquímica. 2ª Edición. Omega. Barcelona.
LEISTNER, L., ROEDEL, W. (1975). The significance of water activity for
microorganisms in meats. In R.B. Duckworth, Water Relations of Foods (pp. 309-
323) London: Academic Press.
LEISTNER, L., RODEL, W. (1976). Intermediate Moisture Foods. Ed. R.
Davies, G.G. Birch and J. Parker. Applied Science Publishers, London.
LEISTNER, L. (1995). Stable and safe fermented sausages world wide. En
Fermented meats. Campbell-platt, G y cook, P.E. (Ed.). Black academic &
professional. Glasgow. Pp 160-175.
LESEIGNEUR-MEYNIER, A. AND GANDEMER G. (1991). Lipid composition of
pork muscle in relation to the metabolic type of the fibres. Meat Science, 29, 229-
241.
LITTEN J. C., CORSON A. M., HALL A. D., CLARKE, D. L. (2004). The
relationship between growth performance, feed intake, endocrine profile and carcass
quality of different maternal and paternal lines of pigs. Livestock Production Science,
89, 33-39.
LLOVERAS, M. R., GOENAGA, P. R., IRURUETA, M., CARDUZA, F.,
GRIGIONI, G., P.T. GARCÍA, P. T., AMÉNDOLA, A. ( 2008). Meat quality traits of
Bibliografía ___________________________________________________________________________
294
commercial hybrid pigs in Argentina. Meat Science, 79, 458-462.
LO, L. L., MCLAREN, D. G., MCKEITH, F. K., FERNANDO, R. L.,
NOVAKOFSKI, J. (1992). Genetic analysis of growth real-time ultrasound, carcass,
and pork quality traits in Duroc and Landrace pigs: I. Breed effects. Journal of Animal
Science, 70, 2373 - 2386.
LOBLEY G.E. (1998): Nutritional and hormonal control of muscle and peripheral
tissue metabolism in farm species. Livestock Production Science, 56, 91–114.
LÓPEZ, M. C., HUERTA, R., TOLEDANO, A. M., MEDINA, L. M., JORDANO,
R. (1999). Productos cárnicos fermentados: elaboración y consumo. Eurocarne, 78,
20-25,
LÓPEZ DE TORRE, G., CARBALLO, B. M., MADRID, A. (2001). Tecnología
de la carne y de los productos cárnicos. 1ª edición. AMV ediciones. Mundi Prensa.
Madrid, España.
LÓPEZ-BOTE, C. J. (1992). Calidad de Carne (Properties of meat). En: Manual
Práctico de la carne. Ed: S. Martín Macías Publisher, Madrid. Pp: 143-180.
LÓPEZ-BOTE, C.L. (1998a). Prediction of the feeding background of Iberian
pigs using the fatty acid profile of subcutaneous, muscle and hepatic fat. Meat
Science 49, 155-163.
LÓPEZ-BOTE, C. J. (1998b). Sustained utilization of the Iberian pig breed.
Meat Science, 49S1, S17-S27.
LÜCKE, F. K. 1994. Fermented meat products. Food Research International,
27, 299-307.
LUCKE, F.K. (1998). Fermented sausages. En: Microbiology of Fermented
Foods, Wood, B.J.B. (ed), pp 441-483. Blackie Academic and Professional, Londres,
Reino Unido.
LUZÓN-MERINO, F., MARTÍN-BEJARANO, S. (2001). Fabricación de
productos cárnicos tratados por el calor - Morcillas cocidas. En: Martín, S.,
Bibliografía ___________________________________________________________________________
295
Enciclopedia de la carne y los productos cárnicos. Capítulo 65. 1431-1458 pp.
Volumen II. Ediciones Martín & Macias, Plasencia, España.
LYNN-KNIPE, C. (1988). Production and use of animal blood proteins for
human food. En: Edible Meat By-Products. Advances in Meat Research, 5, 147-165
pp. Pearson, A.M and Dutson, T.R. Eds. Elsevier Science Publishers LTD, Esex.
Inglaterra.
MABRY, J. W., BAAS, T. J. (1998). The impact of Genetics on pork quality
(Revised). Pp. 1-12. American Meat Science. National pork board, Des Moines,
IA.USA.
MACHADO, A. (1993). Apertura Económica y Economía Campesina. Editorial
Siglo XXI, Santafé de Bogotá.
MADSEN, H. L., BERTELSEN, G. (1995). Spices as antioxidants. Trends in
Food Science and Technology, 6, 271-277.
MANCINI, R. A., HUNT, M. C. (2005). Current research in meat color. Meat
science, 71, 100-121.
MAPA. (1983). Catálogo de embutidos y jamones curados de España. Editorial
Servicio de Publicaciones. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid,
España.
MAPA. (2004) Anuario de Estadística Agroalimentaria. Parte tercera. Efectivos
producciones ganaderas.
MARCOS, D. (1989). Estudio y clasificación de los productos cárnicos tratados
por el calor. Editorial Ayala. Madrid, España.
MARCOS, D. 1991. La Carne: Elemento fundamental de los embutidos. En:
Embutidos crudos curados españoles. pp.11. Madrid, España.
MARTIN, T. G., ALENDA, R., CABRERO, M. (1992). Carcass characteristics of
Rubia Gallega and Asturiana cattle at 10 to 18 months of age. Journal of Animal
Science, 109, 385–393.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
296
MARTÍN, G., WERT, R., VIGIL. L., PERIANES, J., MANCILLA, C., AZA, M.
(2005). Tabla de composición de alimentos de la Sociedad Española de Nutrición
Básica y Aplicada –SEMBA-. pp. 30–31. Vínculo “recursos didácticos”. Disponible
en: http://www.semba.es.
MATA, L. J., CAMPOS, M., BASSO, E., COMPAGNUCCI, R., FEARNSIDE, P.,
MAGRIN, G., MARENGO, J., MORENO, A. R., SUAREZ, A., SOLMAN, S.,
VILLAMIZAR, A., VILLER, L. (2001). ‘Latin America’, in: Climate Change 2001:
Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Eds. McCarthy et al. Cambridge, Cambridge
University Press, pp. 693-734.
MAYORAL, A. I., DORADO, M., GUILLÉN, M. T., ROBINA, A., VIVO, J. M.,
VÁZQUEZ, C. RUIZ, J.(1999) Development of meat and carcass quality
characteristics in Iberian pigs reared outdoors. Meat Science, 52, 315-324
MCBEE, J. L., JR., AND J. A. WILES (1967). Influence of marbling and carcass
grade on the physical and chemical characteristics of beef. Journal of Animal
Science, 26, 701-705.
MEDINA, Y., CALMET, C. (2006). Gobierno de Tumbes, Plan de desarrollo
2006-2010.
MEIQING, Z., ZHANG, H., BIN, L. (2001). Los cerdos y los sistemas
tradicionales de producción en Sichuan, China. En: Los cerdos locales en los
sistemas tradicionales de producción, Cáp. 6, Ed. FAO Food and agriculture
organization. pp. 105-131. Disponible en:
http://ftp.fao.org/docrep/fao/005/y2292S/y2292S00.pdf
MÉNDEZ, R. D., BECERRIL, M., RUBIO, M., DELGADO, E. J. (2002).
Características de la canal del cerdo Pelón Mexicano, procedente de Mizantla,
Veracruz, México. Veterinaria Mexicana, 33, 27-37.
MICOL, D., ROBELIN, J. (1990). Evolution de la composition corporelle et
facteurs zootechniques de variation. In: Croissance des bovins et qualité de la
viande. Eds. R.G. Guilhermet et Y Geay, Rennes, 8-10. Novembre 1989. Ensar
Rennes, France. 15-30.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
297
MICOL, D. (1993). Composition corporelle et caractéristiques biologiques des
muscles chez les bovines en croissance et á Léngrais. INRA. Producción Animal, 6,
61-89.
MIELNIK, J., SLINDE, E. (1983). Sausage color measured by integrating
sphere reflectance spectrophotometry when whole blood or blood cured by nitrite is
added to sausages. Journal of Food Science, 48, 1723-1725, 1754.
MILLET,S., RAES, K.,VAN DEN BROECK, W., DE SMET, S., JANSSENS,
G.P.J. (2005) Performance and meat quality of organically versus conventionally fed
and housed pigs from weaning till slaughtering. Meat Science, 69, 335-341.
MOELICH, E. I., HOFFMAN, L. C., CONRADIE, P.J. (2003). Sensory and
functional meat quality characteristics of pork derived from three halothane
genotypes. Meat Science, 63, 333 – 338.
MØLLER, A. (1980). Analysis of Warner-Bratzler shear force pattern with regard
to miofibrilar and connective tissue components of tenderness. Meat Science, 5, 247-
260.
MØLLER, A., SAXHOLT, E., CHRISTENSEN, A.T., HARTKOPP, H.B., HESS
YGIL, K. (2005). Danish Food Composition Databank, revision 6.0. Food Informatics,
Institute of Food Safety and Nutrition, Danish Institute for Food and Veterinary
Research. In: http://www.foodcomp.dk/.
MONÍN, A. (1991). Chacinados caseros. 2da edición. Editorial Albatros. Buenos
Aires.
MONSÓN, F., SAÑUDO, C., SIERRA, I. (2004). Influence of cattle bread and
ageing time on textural meat quality. Meat Science, 68, 595-602.
MONZIOLS, M., BONNEAU, M., DAVENEL, A., KOUBA, M. (2005).Tissue
distribution in pig carcasses exhibiting large differences in their degree of leanness,
with special emphasis on intermuscular fat. Livestock Production Science, 97, 267–
274.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
298
MORALES. I., JOSÉ GALGANI., J., AGUIRRE C.., GATTÁS , V. DÍAZ E.
(2002). relación entre la ingesta de ácidos grasos, la oxidación de substratos
energéticos y la respuesta insulínica Revista Chilena de Nutrición, 30 (1).
MORE O’FERRAL, KEANE. M.G. (1990). A comparison for live weight and
carcass production of Charolais, Hereford and Friesian steer progeny from Friesian
cows finished on two energy levels and serially slaughtered, Animal Production, 50,
19–28.
MORE, S. J., LEE, J. A.L.M, LAN˜ADA, E. B., TAVEROS, A. A., COTIW-AN, B.
S. (2005). A longitudinal study of unweaned piglets raised by smallholder farmers in
the Philippines. Preventive Veterinary Medicine, 70 ,115–131.
MORGAN, C. A. (1992). Manipulation of the fatty acid composition of pig meat
lipids by dietary means. Journal of the Science of Food and Agriculture, 58, 357.
MOUROT, J., HERMIER, D. (2001). Lipids in monogastric animal meat.
Reproduction and. Nutrition Development, 41, 109-118.
MURRAY, D. M., TULLOH, N. M., WINTER, W. H. (1974). Effects of three
different growth rates on empty body weight, carcass weight and dissected carcass
composition of cattle. Journal of Agricultural Science Cambridge, 82, 535-547.
MURRAY, D; SLEZACEK, O. (1976). Growth rate and its effect on empty body
weight, carcass weight and dissected carcass composition of sheep. Journal of
Agricultural Science Cambridge, 87, 171-179.
NGUYEN L.Q., NUIJENS M.C G.A:, EVERTS H., SALDEN N. AND A. C.
BEYNEN. (2003). Mathematical relationships between the intake of n-6 and n-3
polyunsaturated fatty acids and their contents in adipose tissue of growing pigs. Meat
Science, 65, 1399-1406.
NILZEN, V, DUTTA, P.C., LUNDEHEIM, N., ENFALT, A.C. AND LUNDSTROM,
K. (2001). Free range rearing of pigs with access to pasture grazing- effect on fatty
acid composition and lipid oxidation products. Meat Science, 58, 267-275.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
299
NORMAN, G. A., CORTE, O. O. (1985). Dried salted meats: charque and
carne-de-sol, FAO Animal Production and Health. Paper 51. Food and Agriculture
Organization of the United Nations, Rome. Disponible en:
http://www.fao.org/docrep/003/x6555e/X6555E00.htm#TOC
NORMA TECNICA PERUANA (NTP) 201.007: 1999 CARNE Y PRODUCTOS
CARNICOS. (1999). Embutidos. Definiciones, clasificación y requisitos.
NORMA TECNICA PERUANA (NTP) 201.012: 1999 CARNE Y PRODUCTOS
CARNICOS. (1999). Embutidos Crudos. Definiciones, clasiíicación y requisitos.
NORMA TECNICA PERUANA (NTP) 201.014 1999 INDECOPI. (1999)
Productos y productos cárnicos. Embutidos con tratamiento térmico antes de embutir
o enmoldar. Definiciones, clasificación y requisitos.
NÜRNBERG, K., WEGNER, J., ENDER, K. 1998.Factors influencing fat
composition in muscle tissue of farm animals. Livestock Production Science, 56, 145-
156.
NUTTAB (2006). Food Standards Australia, New Zeland. Disponible en:
http://www.foodstandards.gov.au/monitoringandsurveillance/nuttab2006/index.cfm
NYCHAS, G.J.E., ARKOUDELOS, J.S. (1990). Microbial and physicochemical
changes in minced meat under carbon dioxide, nitrogen or air at 3ºC. International
Journal of Food Science and Technology, 25, 389-398.
NYCHAS, G.J.E., TASSOU, C.C. (1997). Spoilage processes and proteolysis in
chicken as detected by HPLC. Journal of the Science and Food Agriculture, 74, 199-
208.
NYCHAS, G.J.E., DROSINOS, E.H., BOARD, R.G. (1998). Chemical changes
in stored meat. En: Davies, A, & Board, R (Eds.), The microbiology of meat and
poultry (pp. 288-320). London: Blackie Academic & Professional.
NYCHAS, G.J.E., SKANDAMIS, P.N., TASSOU, C.C., KOUTSOUMANIS, K.P.
(2008). Meat spoilage during distribution. Meat Science, 78, 77-89.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
300
O´DONOVAN, P. (1984). Compensatory gain in cattle and sheep. Nutrition
Abstracts and Reviews, Series B, 54 (8): 389-410.
OELLINGRATH, I.M., SLINDE, E. (1985). Color, pigment and iron content of
meat loaves with blood, blood emulsion, or mechanically deboned meat added.
Journal of Food Science, 50, 1551-1555
OFFER, G., KNIGHT P. (1988). The structural basis of water-holding in meat;
Part 2: Drip Losses. En: Developments in Meat Science, 4 ed. R. Lawrie, p. 173-241.
Elsevier, Oxford.
OLIVÁN, M., MARTÍNEZ, M. J., MOCHA, M., GARCÍA, P., MARTINEZ, A.,
CASTRO, P., OSORIO, K. (2003). Efecto del genotipo y la castración sobre la
calidad físico-química y sensorial del a carne de terneros añojos cebados en
intensivo. ITEA, 24, 25-27.
OLIVER, M. A., GISPERT, M., DIESTRE, A.(1993). The effects of breed and
halotane sensitivity on pig meat quality. Meat Science, 35, 105-118.
OLVERA-N., M. A., MARTÍNEZ, P. C. A., DE REAL, L. E. (1993). Manual de
técnicas para laboratorio de nutrición de peces y crustáceos. FAO,
GCP/RLA/102/ITA, Field Document No. 7, 104 pp.
OLIVERA, E., NUÑEZ, E. (2005). Participación de la mujer en la reactivación
de la crianza de cerdos en comunidades campesinas alto-andinas, Disponible en:
www.fidamercia.cl/actividades/conferencias/teindice/te2p17.htme
OLSSON,V., ANDERSSON, K., HANSSON. I., LUNDSTRÖM, K. (2003).
Differences in meat quality between organically and conventionally produced pigs.
Meat Science, 64, 287-297.
OLSSON, V., PICKOVA, J. (2005). The influence of production systems on
meat quality, with emphasis on pork. Ambio, 34: 338-43.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
301
ÖNENC, A., KAYA, A. (2004). The effects of electrical stunning and percussive
captive bolt stunning on meat quality of cattle processed by Turkish slaughter
procedures. Meat Science, 66, 809-815.
ORDOÑEZ, J. A., CAMBER, M. I., FERNÁNDEZ, L., GARCÍA, M. L. GRACÍA
DE FERNANDO, G., DE LA HOZ, L., SELGAZ, M. D. (1998). Cambios post mortem
del músculo En: Tecnología de los alimentos. Vol II. Alimentos de origen animal. Ed.
Síntesis S.A. Madrid. pp. 170-184.
OTEIZA, J.M., CHINEN, I., MILIWEBSKY, E., RIVAS. M. (2006). Isolation and
characterization of Shiga toxin-producing Escherichia coli from precooked sausages
(morcillas). Food Microbiology, 23, 283-288.
OTTO, G., ROEHE, R., LOOFT,H., THOELKING,L., KALM, E.(2004).
Comparison of different methods for determination of drip loss and their relationships
to meat quality and carcass characteristics in pigs. Meat Science, 68, 401-409.
PAGÁN, M.J., R. GRAU., BARAT, J.M., V. ARANDA. (2000). Efecto del
pimentón sobre las propiedades de embutidos crudo curados durante la etapa de
estufado. En: Ciencia y tecnología alimentaria.
PALSON, H. (1940). Characterization of changes in physicometric colour
atributes of comminuted porcine lean meat during processing. Meat. Science, 28, 61-
76.
PANATI, C. (1989). Patani's Extraordinary Origins of Everyday Things.
Perennial Library. New York.
PARDI, M. C., COL, Y. (1996). Ciencia, Higiene y Tecnología de la Carne. 1
Ed. Vol. 2. UFG Goiania, p. 588-1110.
PARÉS, D., CARRETERO, C. (1997). La sangre de matadero: subproducto de
la industria cárnica. Cárnicas 200, 164, 49-54.
PEARSON, A.M., TAUBER, F.W. (1984). Processed meats. 2nd edition. Avi
Publishing Company. Westport, Connecticut.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
302
PEARSON, A. M., YOUNG, R, B. (1989).Composition and structure. In : Muscle
and Meat Biochemistry. Cap 1. pp 1-33.
PEDAUYÉ, J. J. (1993). Evaluación objetiva de la calidad de la carne porcina
en diferentes condiciones de sacrificio. Tesis Doctoral. Fac. Vet., Murcia.
PEDAUYÉ, J. J., BAÑÓN S., QUIÑONERO S, LÓPEZ M. B., GARRIDO M. D.,
(1994). Calidad de la carne de cerdo: influencia del espesor del panículo graso
dorsal, el grado de infiltración grasa muscular y del sexo. Anales de Veterinaria, 9-10, 17-24.
PEINADO, B., POTO, A., MARIN, M., LOBERA, J. B. (2001). Raza porcina
Chato Murciano. Conservación genética de Razas autóctonas (II). Porci. Tratado de
ganado porcino 61, 39- 55.
PEINADO, B., POTO, A., GIL, F., LÓPEZ, G. (2004). Characteristics of the
carcass and meat of the Chato Murciano pig. Livestock Production Science, 90, 285-
292.
PERIAGO, J. L., PITA, M. L. SÁNCHEZ DEL CASTILLO, M. A., CAAMANO, G.,
SUÁREZ, M. D. (1989). Changes in lipid composition of liver microsomes and fatty
acyl-CoA desaturase activities induced by medium chain triglyceride feeding. Lipids,
24, 383.
PERSSON T, VON SYDOW E. (1973). Aroma of canned beef: gas
chromatography and mass spectometric analysis of the volatiles. Journal of Food
Science, 38, 377-382.
PETERSON, M.S. (1963). Factors contributing to the development of today’s
food industry, in: Food technology the world over. Eds. M.S. Peterson and D.K.
Tressler. Avi Publishing Company. Westport, Connecticut, pp. 45-68.
PETTIGREW, J. E., ESNALOA, M. A. (2001). Swine nutrition and pork quality:
A review. Journal of Animal Science, 79 (E. Suppl.) E316-E342.
PEZACKI, W. (1981). Algunos conocimientos básicos en la elaboración de
embutidos secos (crudos). Fleishwirtsch. Español, 2, 40-45.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
303
PLA-TORRES, M. (2005). Determinación de la textura. En: Estandarización de
las metodologías para evaluar la calidad del producto (animal vivo, canal, carne y
grasa). Editado por Cañeque V. y Sañudo C. pp. 243-250. INIA.
PLASTOW, G.S.,CARRIÓN, D., GIL,M., GARCÍA-REGUEIRO, J. A., FONT I
FURNOLS, M., GISPERT, M.,OLIVE, M. A:,VELARDE, A., GUÀRDIA, M.D., et al.
(2006) Quality pork genes and meat production. Meat Science, 70, 409-421.
PORTAL AGRARIO – MINISTERIO DE AGRICULTURA DE LA REPÚBLICA
DEL PERÚ. 2005. Encontrado en:
http://www.minag.gog.pe/pecuaria/index.shtml el 15 de noviembre del 2005.
POSTE, L. M., BUTLER, G., MACKIE, D., AGAR, V. E., THOMPSON, B.K.,
CLIPLEF, R. L., MCKAY, R. M. (1993). Correlations of sensory and instrumental
meat tenderness values as affected by sampling techniques. Food Quality and
Preference 4, 207-214.
POTO, A. (2003). Estudio de la calidad de la canal y de la carne del cerdo
Chato Murciano. Tesis Doctoral, Facultad de Veterinaria, Universidad de Murcia,
España.
POTO, A., GALIAN, M., PEINADO, B. (2007). Chato murciano pigs and its
crosses with Iberian and Large White pigs, reared outdoors. Comparative study of
the carcass and meat characteristics. Livestock Science. En prensa.
PRESIDENCIA DEL GOBIERNO. (1979). Métodos de análisis de productos
cárnicos. B.O.E. 207, del 29 de Agosto de 1979.
PRESIDENCIA DEL GOBIERNO. (1980). orden de 7 de febrero de 1980 por la
que se aprueba la norma de calidad para los productos cárnicos embutidos crudos-
curados en el mercado interior. BOE n. 70 de 21/3/1980.
PRESTON, T., WILLIS, M. (1974). Intensive Beef Production. Pergamon
Press, Oxford.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
304
PRESTON, R. (2005). Ventajas de los animales pequeños. Revista de agro
ecología - Asociación ecológica, Tecnología y cultura de los Andes. Vol 21 Nº3,
Lima, Perú.
PRIVANTO, R., JONSON, E., TAYLOR, D. (1992). The use of subcutaneous fat
thickness to predict muscle and fat in grass-fed and grain-fed domestic beef
carcasses. Proccedings of the Australian Society of Animal Production, 19, 88.
PROYECTO DE NORMAS DE PRODUCTOS CÁRNICOS. (1995). Disponible
en: http://www.bvindecopi.gob.pe/boletin/2001/brt0108.pdf
PUGLIESE, C., MADONIA, G., CHIOFALO, V., MARGIOTTA, S., ACCIAIOLI,
A. Y GANDINI, G. (2003). Comparison of the performances of Nero Siciliano pigs
reared indoors and outdoors. Growth and carcass composition. Meat Science, 65,
825-831.
PUGLIESE, C., CALAGNA, G., CHIOFALO, V., MORETTI, V. M., MARGIOTTA,
S., FRANCI, O., GANDINI, G. (2004a). Comparison of the performances of Nero
Siciliano pigs reared indoors and outdoors: 2.Joint composition, meat and fat traits.
Meat Science, 68, 523-528.
PUGLIESE, C., BOZZI, R., CAMPODONI, G., ACCIAIOLI, A., FRANCI, O.,
GANDINI G. (2004b). Performance of Cinta Senese pigs reared outdoors and
indoors 1. Meat and subcutaneous fat characteristics. Meat Science, 69, 459-464.
RAMÍREZ, A. (2003). Determinantes en la calidad e inocuidad de la carne de
cerdo. IV congreso internacional de Seguridad Alimentaría, Inocuidad y Calidad.
Guadalajara, Jalisco, México.
RAMÍREZ, J. (2004). Características bioquímicas del músculo, calidad de la
carne y grasa de conejos seleccionados por velocidad de crecimiento. Tesis
Doctorado. Fac. Veterinaria. Univ. Barcelona. España.
RAMÍREZ, R., CAVA, R. (2006). Carcass composition and meat quality of
three different iberian x duroc genotype pigs. Meat Science, 75(3),388-396.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
305
RAMSEY, C., COLE, J., MEYER, B., TEMPLE, R. (1963). Effects of type and
breed of british, Zebu and dairy cattle on production, palatability and composition. II.
Palatability differences and cooking bases as determined by laboratory and family
panels. Journal of Animal Science, 22, 1001-1008.
RAY, F. K. (1994). Oklahoma Cooperative Extension Fact Sheets Retreived
March, 2006. Disponible en:
http://pods.dasnr.okstate.edu/docushare/dsweb/Get/Document-2055/F-
3994web.pdf.
REGLAMENTO (CEE) 3220/84 del Consejo Europeo de 13 de noviembre de
1984 por el que se determina el modelo comunitario de clasificación de canales de
cerdo. Diario Oficial de las Comunidades Europeas L301 de 20 de noviembre de
1984.
REGLAMENTO (CEE) 94/337/CE Decisión de la Comisión de 26 de mayo de
1994 “relativa a la autorización de métodos de clasificación de canales de cerdo para
España” (94/337/CE). Diario Oficial de las Comunidades Europeas L150 de
16/06/94.
REHFELDT, C., TUCHSCHERER, A., HARTUNG, M. , KUHN,G.(2008). A
second look at influence of birth weight on carcass and meat quality in pigs. Meat
Science, 78, 170-175.
REICHERT, J. E. (1988). Tratamiento térmico de productos cárnicos. En:
Tratamiento térmico de los productos cárnicos (pp. 73-157). Editorial Acribia S.A.
Zaragoza, España.
RENAUDEAU D., MOUROT J. (2007). A comparison of carcass and meat
quality characteristics of Creole and Large White pigs slaughtered at 90 kg BW. Meat
Science, 76, 165-171.
RENERRE, M. (1982). La couleur dela viande et sa mesure. Bull. Techn C.
R.V. Theix, INRA, 47, 47-54.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
306
REVIDATTI, M., PRIETO, P., CAPELLARI, A., DELGADO, J., REBAK, G.
(2004). Población de cerdos criollos de la región nordeste de Argentina. Estudio
morfoestructural y faneróptico estructural. Universidad del Nordeste.
Comunicaciones científicas y tecnológicas, resumen V-043, 2004.
REVIDATTI, M., PRIETO, P., CAPELLARI, A., DELGADO, J. (2005).
Caracterización productiva del cerdo criollo del NEA basada en su performance en la
faena. Universidad del Nordeste. Comunicaciones científicas y tecnológicas,
resumen V-021, 2005.
REY, A. I., DAZA, A., LÓPEZ-CARRASCO, C., LÓPEZ-BOTE, C. J. (2006).
Feeding Iberian pigs with acorns and grass in either free-range or confinement
affects the carcass characteristics and fatty acids and tocopherols accumulation in
Longissimus dorsi muscle and backfat. Meat Science,73, 66-74.
REYES-CANO, R., DORANTES-ÁLVAREZ, L., HERNÁNDEZ-SÁNCHEZ, H.,
GUITÉRREZ-LÓPEZ, G. F. (1994). A tradicional Intermediate Moisture Meat: Beef
Cecina. Meat Science, 36, 365-370
RHEE, K. S., ZIPRIN, Y. A., ORDOÑEZ, G.; BOHAC, C. E. (1988). Fatty acid
profiles and lipid oxidation in beef steer muscles from different anatomical locations.
Meat Science, 23, 293 – 301.
RHEE, K. S. (1992). Fatty acids in meat and meat products. In: Fatty acids in
foods and their health implications. Ed. K. Chow y C. Dekker. Inc. New York, USA.
pp. 65-93.
RIERA, J. (1989). Chorizo Español. En: Cursillo Teórico/Práctico de Tecnología
Cárnica. “Iowa State University” y “Protein Technologies International”.
ROBELIN, J. Y GEAY, Y. (1975). Estimation de la composition de la carcasse
des tuarilons a partir de la composition de la 6eme côte. Bulletin Technique CRZV
Theix INRA, 22, 41-43.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
307
ROBELIN, J., DAENICKE, R. (1980). Variation of net requirements for cattle
growth with liveweight, liveweight gain, bread and sex. Annales de Zootechnie, 29,
15-30.
ROBELIN, J. (1986). Composition corporele des bovines: Evolution au cours du
development et differences entre races. Thèse d´état. Université de Clermont
Ferrand II, 368, 392.
RODAS MENDOZA, B., MORERA PONS, S., CASTELLOTE BARGALLÓ, A. I.,
LÓPEZ-SABATER, M. C. (2003). Rapid determination by reversed-phase high-
performance liquid chromatography of vitamins A and E in infant formulas. Journal of
Chromatography A, 1018, 197-202.
RONCALÉS, P. (1995). Tecnología, cambios bioquímicos y calidad sensorial
de los embutidos curados. Alimentación, Equipos y Tecnología. Enero-Febrero: 73-
82.
ROSEIRO, L., SANTOS, C., MELO, R.S. (1994). Muscle pH colour (L, a, b) and
water holding capacity and the influence of post mortem meat temperature. Meat
Science, 38, 353-359.
ROSEIRO, L.C., SANTOS, C., ALMEIDA, J., VIEIRA, J.A. (1998). Influence of
packaging and storage temperature on cured pork blood sausages shelf-life. En:
Proceedings 44th International Congress of Meat Science and Technology.
Barcelona. Pp. 430-431.
ROSENVOLD, K., ANDERSEN, H. J. (2003). Factors of significance for pork
quality – a review. Meat Science, 64, 219-237.
RUIZ, J., CAVA, R., VENTANAS , J., JENSEN. M.T. (1998) Headspace solid
phase microextraction for the analysis of volatiles in a meat product: dry cured
Iberian ham. J. Agric. Food Chem., 46: 4688-4694.
SCOTT, R.A, CORNELIUS, S.G, MERSMANN, H.J. 1981. Effects of age on
lipogenesis and lipolysis in lean and obese swine. Journal of Animal Science, 52, 505
– 511.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
308
RUIZ DE HUIDOBRO, F., SANCHA, J., CANTERO, M. (1996). La clasificacion
de las canales de vacuno y ovino: ventajas del método. Eurocarne, 48, 17- 26.
RUSSEL, A., BARTON, R. (1967). Bone-muscle relationship in lumb and
mutton carcasses. Journal of Agriculture Science Cambridge, 68, 187-190.
RUST, R. E. (1994). Productos embutidos. En: Ciencia de la carne y de los
productos carnicos. Pp. 415-440 Price, J. F. y Schweigert, B. S. Editorial Food &
Nutrition Press, Inc. Westport, Connecticut.
RUUSUNEN, M., PARTANEN, K., PÖSÖ, R., PUOLANNE, E. (2007). The
effect of dietary protein supply on carcass composition, size of organs, muscle
properties and meat quality of pigs. Livestock Science, 107, 2-3,170-181.
SAINZ, R., TORRE, F. (1993). Carne de añojo: conformación, calidad y color.
Mundo Ganadero, 10, 43-52. . Madrid 465 – 492.
SAMELIS, J., GEORGIADOU, K. G. (2000). The microbial association of Greek
taverna sausage stored at 4 and 10ºC in air, vacuum or 100% carbon dioxide, and its
spoilage potential. Journal of Applyed Microbiology, 88, 58-68.
SAMELIS, J., KAKOURI, A., REMENTZIS, J. (2000). Selective effect of the
product type and the packaging conditions on the species of lactic acid bacteria
dominating the spoilage microbial association of cooked meats at 4ºC. Food
Microbiology, 17, 329-340.
SÁNCHEZ., B., SÁNCHEZ, L., DE LA CALLE, B., MONSERRAT, L. (1997).
Influencia de factores de variación entre los valores de pH y color de la ternera
gallega. VII Jornadas sobre Producción Animal. ITEA. 766 – 768.
SÁNCHEZ, G. (1999). Ciencia básica de la carne. 1ª edición. Editorial
Guadalupe Ltda., Santa Fe de Bogotá.
SANTANA, I.; ENRÍQUEZ, M.; ALONSO, A.; GONZÁLEZ, A.; HERRERA, H.;
SANTOS, R; GUERRA, M.; BRACHEL, F. (1999). Cerdos Criollo alimentados con
palmiche al final de la ceba. Productos carnicos derivados. Instituto de
Investigaciones Porcinas. La Habana. Cuba.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
309
SANTANA, I. (1999). Integración del cerdo criollo a los sistemas de explotación
porcina. V Encuentro de Nutrición y Producción de Monogástricos. Maracay.
Venezuela: Memorias: 97-100.
SANTOS, E. M. (2001). Caracterización, tipificación y conservación de la
morcilla de Burgos. Tesis de doctorado para la obtención del título de Doctor en
Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Departamento de Biotecnología y Ciencia de
los Alimentos, Universidad de Burgos, Burgos, España.
SANTOS, E.M., GONZÁLEZ, C., JAIME, I., ROVIRA, J. (2003).
Physicochemical and sensory characterisation of Morcilla de Burgos, a traditional
Spanish blood sausage. Meat Science, 65, 893-898.
SANTOS, E.M., JAIME, I., ROVIRA, J. (1998). Use of modified atmosphere
packaging to extend the shelf-life of "Morcilla". En: Proceedings 44th International
Congress of Meat Science and Technology (pp. 448-449). Barcelona, España.
SANTRICH, D. (2006). Evaluación de la calidad y composición química de la
carne de res proveniente de animales de dos grupos de edad en Puerto Rico. Tesis
Maestro en Ciencias. Universidad de Puerto Rico.
SANZ, M. C., VERDE, M. T., SÁEZ, T., FERNÁNDEZ, A. (1996). Estrés pre
sacrificio y aparición de carnes oscuras en terneros. Medicina veterinaria, 13, 554-
559.
SAÑUDO, C., CAMPO, M. (1997). Calidad de la canal por tipos. En “Vacunos
de carne: aspectos claves”. Buxadé C Ed. Mundi – Prensa.
SAÑUDO, C., ALBERTÍ, P., FRANCO, J., OLLETA, J. L., CAMPO, M. M.,
PANEA, B., LA HOZ, F., JAIME, J. PARDOS, J. J., TENA, R. (1999). Calidad
instrumental de la carne de siete razas bovinas españolas. Eurocarne, 73, 37-54.
SCARPA, R., DRUCKER, A .G., ANDERSON, S., FERRES-EHUAN, N.,
GOMEZ-GONZALEZ, V., RISOPATRON, C., RUBIO-LEONEL, O. (2003). Valuing
genetic resources in peasant economies: the case of ‘hairless’ creole pigs in
Yucatan. Ecological economics, 45, 427-443.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
310
SCARTH, R., KAUFMANN, R., BRAY, R. (1973). Effects of Breed and Age
Classification on live weight and carcass traits of steers shown at international
quality beef show. Journal of Animal Science, 36, 653-657.
SCHIFFNER, E., OPPEL, K, LÖRTZING, D. (1996). Capítulo 8. Embutidos
cocidos. En: Elaboración casera de carne y embutidos (pp. 129-166). Editorial
Acribia, S.A., Zaragoza, España.
SCHWEIGERT, B.S. (1987). The nutritional content and value of meat and
meat products. In: The Science of meat and meat products. Ed. J.F. Price and B.S.
Schweigert. pp. 275-306.
SCHÖN, I. (1973). Improvement of market transparency in meat trade. World
Review Animal Production., 9, 34 – 37.
SEBRANEK, J. G., SEWALT, V. J. H., ROBBINS, K. L., HOUSER, T. A. (2005).
Comparison of a natural rosemary extract and BHA/BHT for relative
antioxidanteffectiveness in pork sausage. Meat Science, 69, 289-296.
SEEBECK, R., TULLOH, N. (1966). The representation of yield of dressed
carcass. Animal Production, 8, 281-288.
SELLIER, P. (1988). Meat quality in pig breeds and cross-breeding. Livestock
Production Science, 18, 171-186.
SERRA, X., GIL, F., PE´REZ-ENCISO, M., OLIVER, M. A., VA`SQUEZ, J. M.,
GISPERT, M., DIAZ, I., MORENO, F., LA TORRE, R, NOGUERA, J. (1998). A
comparison of carcass, meat quality and histochemical characteristics of Iberian
(Guadyerbas line) and Landrace pigs. Livestock Production Science, 56, 215–223.
SHEPARD, S. (2000). Pickled, Potted and Canned: How the Art and Science of
Food Preserving Changed the World. New York, Simon and Schuster. 112-114.pp.
SIERRA, I. (1973). Aportación al estudio del Blanco Belga x Landrace:
Caracteres productivos, calidad de canal y de la carne I.E.P.E.G.16, 43 pp.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
311
SIERRA, A. C., POOT, T. B., DIAZ, Z. I., CORDERO, A.H., DELGADO, J. V.
(2005). El cerdo pelón Mexicano, una raza en peligro. Archivos de Zootecnia, 54, 165-170.
SILVA, J. S., PATARATA, L., MARTINS, C. (1999). Influence of ultimate pH on
bovine meat tenderness during ageing. Meat Science, 52, 453-459.
SILVA, J. R., TOMIC, G., CAVIERES, E., MANSILLA, A., OVIEDO, P. (2005).
Estudio e la incidencia el reposo ante mortem en cerdos y la influencia en el pH,
capacidad de retención de agua y el color del músculo. Ciencia e Investigación
Agropecuaria, 32, 125 – 132
SIMEK, J., VORLOVA, L., MALOTA, L., STEINHAUSEROVA, I.,
STEINHAUSER, L. (2003).Postmortem changes of pH value and lactic acid content
in the muscles of pigs and bulls. Czech Journal of Animal Science - UZPI (Czech
Republic), 48, 295-299.
SIMEK, J. , GROLICHOVÁ, M., STEINHAUSEROVÁ, I., STEINHAUSER, L.
(2004). Carcass and meat quality of selected final hybrids of pigs in the Czech
Republic. Meat Science, 66, 383-386.
SMITH, D. R. (1993). Dietary modification for altering fat composition of meat.
In: Fats and cholesterol reduced foods. Eds. C. Haberstroh, C.E. Morris C. E. Porfolio
Publishing. Texas, USA.
SOBAL, J. (1999). Social change and food ways. Symposium on Cultural and
Historical Aspects of Foods – Yesterday, Today, and Tomorrow. Corvallis, Oregon.
SOCIEDAD NACIONAL DE INDUSTRIAS. (1995). Proyecto de normas
técnicas de productos cárnicos. Lima, Perú.
SOLTNER, D. (1971). La production de viande bovine. 3ª Edition. Collection
Sciences et Techniques Agricoles. Angers. France.
SOUCI, S.W., FACHMANN, W., KRAUT, H. COMPILED BY SCHERZ, H., AND
SENSER, F. (2005). Sausages and pastries. In: Food Composition and Nutrition
Bibliografía ___________________________________________________________________________
312
Tables medpharm online database. 6th edition. Edited by Deutsche
Forschungsanstalt für Lebensmittelchemie Garching. Medpharm Scientific Publishers
Stuttgart, Deutsche.
SPECHT, K., BALTES, W. (1994). Identification of volatile flavour compounds
with high aroma values fro shallow-fried beef. Journal of the Agriculture and food
Chemistry, 42, 2246-2253
SUEIRO, R., FERNÁNDEZ, B., SÁNCHEZ, L., VALLEJO, M. (1995). Canales
de la Denominación Específica “Ternera Gallega”: Medidas cuantitativas de
conformación y factores de variación. ITEA, 16, 615-617.
STEWART, M. R., ZIPSER, M. W., WATTS, B. M. (1965). The use of
reflectance spectrophotometry for the assay of raw meat pigments. Journal of Food
Science, 39, 464-469.
STIEBING, A. (1990). Blood sausages technology. Fleischwirtsch International,
v. 3. 34-40 pp.
STIEBING, A. (1992). Tecnología de la Morcilla. Fleischwirtschaft Español, 1,
13-20.
STRUDSHOLM, K., HERMANSEN, J. H. (2005).Performance and carcass
quality of fully or partly outdoor reared pigs in organic production. Livestock
Production Science , 96 , 261 – 268.
SUKHIJA, P.S., PALMQUIST, D. L. (1988). Rapid method for determination of
total fatty acid content and composition of feedstuffs and feces. Journal of Agriculture
Food Chemistry, 36, 1202-1206.
SULLY, R., MORGAN, J. (1982). The influence of feeding level and type of the
carcasses of steers. Australian Journal of Agriculture Research, 33, 721-729.
SUZUKI, K., SHIBATA, T., KADOWAKI, H., ABE, H., TOYOSHIMA, T. (2003).
Meat quality comparison of Bershire, Duroc, and crossbred pigs sired by Bershire
and Duroc. Meat science, 64, 35-42.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
313
SWATLAND, H. J. (1991). Estructura y desarrollo de los animales de abasto.
Editorial Acribia, Zaragoza. España.
SWATLAND, H. J. (1995). Evaluación de la carne en la cadena de producción.
1ª edición. p.242. Editorial Acribia, Zaragoza.
SWIGERT K.S.; MCKEITH F.K.; CARR T.C.; BREWER M.S.; CULBERTSON
M. (2004). Effects of dietary vitamin D3, vitamin E, and magnesium supplementation on pork
quality. Meat Science, 67, 81-86(6)
SZCZESNIAK, A. S., TORGESON, K. W. (1965). Methods of meat texture
reasurement iewed from a back-ground of factors affecting tenderness. Advances in
Food Research, 14, 134.
SZCZESNIAK, A. S. (1995). Texture profile Analysis Methodology Interpretation
clarified. Journal of Food Science, 60, 1120-1122.
TARRANT, P.V., SHERINGTON, J. (1980). An investigation of ultimate ph in
the muscles of commercial beef carcasses. Meat Science, 4, 287-297.
TARTARI, E; BENATTI, G; LAZZARONI, C. (1993). Study of muscle
hypertrophy in beef cattle: use of different nutricional levels in fattening bulls. Proc.
10 th national congress, Scientific Association of Animal Production. Bologna (Italy).
TEYE, G. A., SHEARD, P.R., WHITTINGTON, F. M., NUTE, G. R., STEWART,
A., WOOD, J. D. (2006). Influence of dietary oils and protein level on pork quality. 1.
Effects on muscle fatty acid composition, carcass, meat and eating quality. Meat
Science, 73, 157-165.
THERIEZ, M., VAN QUACKEBECKE, E., CAZES, J. (1976). Influence de
l´alimentation sur la crossaince, l´état d´engraissement et la qualité des carcasses.
Journées de la recherché ovine et caprine. Paris.
TIKK, K., TIKK, M., AASLYNG, M., KARLSSON, A. H., LINDAHL, G.,HENRIK
J.A (2007) Significance of fat supplemented diets on pork quality – Connections
Bibliografía ___________________________________________________________________________
314
between specific fatty acids and sensory attributes of pork .Meat Science, 77( 2), 275-
286.
TIBAU. J., PUIGVERT, X., SOLER, J., TRILLA, N., DIESTRE A., GISPERT,
M., FERNÁNDEZ, J., MANTECA, X. (1997).Incidencia de factores genéticos y de
comportamiento en la eficiencia del crecimiento, la composición y la calidad de la
canal y de la carne en distintas razas porcinas. Anaporc, 171, 74-91.
TORRES, E. A. F. S., SHIMOKOMAKI, M., FRANCO, B. D. G. M.,
LANDGRAF, M., CARVALHO, B. C., SANTOS, J. C. (1994). Parameters
determining the quality of Charqui, an intermediate moisture meat product. Meat
Science, 38, 229-234.
TREJO LIZAMA, W. (2005) Strategies to improve the use of limited nutrient
resources in pig production in the tropics. Journal of Agriculture and Rural
Development in the Tropics and Subtropics. Suplement 85.
TUDELA, L., MILLÁN, R., SANJUÁN, E., CASTELO, M., PENEDO, J.C.,
MANGAS, J.M. (1996). Características de la morcilla blanca de la comarca de “Las
Cuatro Villas”: I. Elaboración y composición química. Alimentaria, 271, 51-55.
TULLOH, N. (1963). The carcass composition of sheep, cattle and pigs as
functions of body weight. Symposium of carcass composition and appraisal of meat
animals. Melbourne University 1963. Ed. Tribe D.E. (CSIRO, Melbourne, Australia).
UNITED STATUS DEPARTMENT OF AGRICULTURE. (2004). Disponible en :
http://www.ars.usda.gov/is/np/fnrb/fnrb0404.htm#pork
UNITED STATUS DEPARTMENT OF AGRICULTURE. (2005). Blood sausage.
NDB No: 07005. Nutrient values and weights are for edible portion. In: National
Nutrient Database for Standard Reference, Release 18. United States Department of
Agricultural, Nutrient Data Laboratory, Washington, D.C.
UNITED STATUS DEPARTMENT OF AGRICULTURE Agricultural Research
Service. 2006. USDA National Nutrient Database for Standard Reference, Release
19. Nutrient Data Laboratory Home Page, http://www.ars.usda.gov/ba/bhnrc/ndl
Bibliografía ___________________________________________________________________________
315
UNITED STATES DEPARTMENT OF AGRICULTURE, AGRICULTURAL
RESEARCH SERVICE. (2007). National nutrient database for standard reference,
release 20. nutrient data laboratory home page:
HTTP://WWW.ARS.USDA.GOV/BA/BHNRC/NDL
VALLS, M. (1980). Contribución al estudio del ovino Gallego.II. Características
del crecimiento y de la canal de los corderos. An. INIA, Ser: Producción Animal, 11,
17-29.
VALSTA, L. M., TAPANAINEN, H., MÄNNISTO, S. (2005). Meat fats in
nutrition. Meat Science, 70, 525-530.
VAN RIEL, J.A.M., OLIEMAN, C. (1986). High-performance liquid
chromatography of sugars on a mixed caption-exchange resin column. Journal of
Chromatography A., 362, 235-242
VARGAS, A. (1987). La economía campesina: consideraciones teóricas. En
Cuadernos de Economía. 8, 93-123. Colombia.
VELARDE, A., GISPERT, M., Y DIESTRE, A. (1999). Sistemas de aturdimiento
en porcino: efectos sobre el bienestar animal y la calidad del producto final.
Eurocarne, 76, 55-60.
VELAZCO, J. (2001). Prevención de PSE en carnes de cerdo. Revista
Carnetec, 8, 28-34.
VENTANAS, S., VENTANAS, S., JURADO, A., ESTÉVEZ. M. (2006). Quality
traits in muscle biceps femoris and back-fat from purebred Iberian and reciprocal
Iberian × Duroc crossbred pigs. Meat Science, 73, 651-659.
WALSTRA, P. Y MERKUS, G.S.M. (1995). Procedure for assessment of the
lean meat percentage as a consequence of the new EU reference dissection method
in pig carcass classification. DLO - Research Institute for Animal Science and Health
(ID-DLO). Research Branch Zeist, P.O. Box 501, 3700 AM Zeist, The Netherlands.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
316
WARNER, R.D., KAUFFMAN, R. G., ROSSELL, R. L. (1993). Quality attributes
of mayor porcine muscle: a comparison with the Longissimus lumbarum. Meat
Science, 32, 139-147.
WARRIS, P.D. (2000). Meat Science: An introductory text. CABI Publishing.
New York, USA.
WHEELER, T., DAVIS, G., CLARK, J., RAMSEY, C., ROURKE, T. (1989).
Composition and palatability of early and late maturing beef breed-types. Journal of
Animal Science, 67,142-151.
WIERBICKI, E., KUNKLE, L., DEATHERAGE, F. (1957). Changes in the water
holding capacity and cationic shifts during the heating and freezing and thawing of
meats as revealed by a simple centrifugal method for measuring shrinkage. Food
Technology, 11, 69-73.
WIERBICKI, E., DEATHERAGE, E. (1958). "Determination of water holding
capacity of fresch meats". Journal of Agricultural Food Chemistry, 6, 387.
WILLIAMS, C.M. (2000). Dietary fatty acids and human health. Annales
Zootechnie, 49, 165-180.
WIRTH, F. (1992). Tratamiento por calor - conservabilidad. En: Tecnología de
los embutidos escaldados. Capítulo 9. 171-190 pp. Editorial Acribia, S.A., Zaragoza,
España.
WISMER-PEDERSEN, J. (1979). Utilization of animal blood in meat products.
Food Technology, 33, 76-80.
WOLF, B., SMITH, C. (1983). Selection of carcass quality. En: Haresign W.
(ed.) Sheep Production. Butterworths, Londres.
WOOD, J. (1983). Factors affecting carcass composition. Span, 26, 29-32.
WOOD, J. D. (1984). Fat deposition and the quality of fat tissue in meat
animals. In: Fat in animal nutrition. pp 407- 435. Ed. J. Wisemann. London:
Butterworths.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
317
WOOD, J. D., RICHARDSON, R.I., NUTE, G.R., FISHER, A.V., CAMPO, M.M.,
KASAPIDOU, E., SHEARD, P.R., ENSER, M. (2003). Effects of fatty acids on meat
quality: a review. Meat Science, 66, 21-32.
WOOD, J.D., NUTE, G.R., RICHARDSON, R.I., WHITTINGTON, F.M.,
SOUTHWOOD, O., PLASTOW, G., MANSBRIDGE, R., DA COSTA, N., CHANG,
K.C. (2004). Effects of breed, diet and muscle on fat deposition and eating quality in
pigs. Meat Science, 67, 651-667.
WRIGHT, C.A. (1999). A Mediterranean Feast: The Story of the Birth of the
Celebrated Cuisines of the Mediterranean from the Merchants of Venice to the
Barbary Corsairs, New York, Morrow Cookbooks.
WYNN, P., THAWAITES, C. (1981). The relative growth and development of
the carcass tissues of Merino and crossbred rams and wethers. Journal of Agriculture
Research, 32, 947-956.
YANG, A., LARSEN, T. W., & TUME, R. K. (1992). Carotenoid and retinol
concentrations in serum, adipose tissue and liver carotenoid transport in sheep,
goats and cattle. Australian Journal of Agriculture Research, 43, 1809-1817.
YOUSSEF, E., GARCÍA, C. E.R., SHIMOKOMAKI, M. (2003). Effect of salt on
color and warmed over flavor in charqui meat processing. Brazilian Archives of
Biological Technology, 46, 595-600.
ZAMARIA, N. (2004). Alteration of polyunsaturated fatty acids status and
metabolism in health and disease. Reproduction and Nutrition Development, 44,
273–282.
ZAPATA, M., BAÑON, S., CABRERA, P. (1992). El pimiento para pimentón,
Ediciones Mundi-Prensa. Madrid.
ZEA, J. (1978). Utilización de forrajes en la alimentación intensiva para la
producción de añojos de Raza Rubia Gallega. INIA, 10.
ZEA, J., DÍAZ, M. (1990). Producción de carne con pastos y forrajes. Ed.
Mundi-Prensa, Madrid. 389 pp.
Bibliografía ___________________________________________________________________________
318
ZEUTHEN, P. (1995). Historial aspects of meat fermentation. En: Fermented
meat. Campbell-Platt y P.E. Cook (Eds.), pp 53-68. Blackie academic and
professional, Londres, Reino Unido.
ŽNIDARČIČ, D., VIDRIH, R., GERM, M., BAN, D., TRDAN, S. (2007)
Relationship between water-soluble carbohydrate composition of cabbage (Brassica
oleracea L. var. capitata) and damage levels of onion thrips. Acta agriculturae
Slovenica, 89, 25–33.
ZUMALACÁRREGUI, J. M., DOMÍNGUEZ, M. C., MATEO, J. (2000). La
oxidación de la grasa en la carne y los productos cárnicos. Alimentación, equipos y
tecnología, XIX, 67-71.