CARMEN BARROS Cantante y Compositora Musical

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Cantante y Compositora Musical. Diccionario Biográfico de Chile ed. VII p. 54 y p. 124. EL SÁBADO Viernes 28 de Junio de 2002 Carmen Barros: Incansable Carmela http://www.genealogiachilenaenred.cl/gcr/IndividualPage.aspx? ID=I49892 Es lo menos parecida que hay a la chiquilla que llegaba de San Rosendo a vivir a la ciudad. Habla cinco idiomas, dio la Prueba de Aptitud ya mayorcita y asume sin complejos que nunca ha sido mujer de quedarse en casa. Al destino no le importó que fuera de izquierda y la emparentó con Pinochet; fueron consuegros. Hoy, prepara una nueva versión de "La pérgola de las flores", esta vez con ella en la dirección. Marcela Escobar Q. El otro día, mientras conversaba con su montón de nietos, Carmen Barros confesó que no se reconocía en el espejo. Que se había paseado por los rincones solitarios de su departamento y que al cruzarse con el reflejo de su imagen, se preguntó: "¿Quién será esa señora de pelo blanco?". Le pasa a menudo. Tiene tanta energía y tantos planes en carpeta que se siente todavía como una chiquilla. Como si en ella vivieran todas las edades. Lo cierto es que ya completó los 77 y que ahí está, en la puerta de su céntrico hogar de calle Merced, vestida con un twin set rojo, un pantalón oscuro y con algo de maquillaje en el rostro. Su cabello está blanquísimo, lo que le da todavía más distinción. Tiene tan copada su agenda que nos recibe un miércoles por la noche después de haber enterado el día con Carlos Pinto, quien la escogió como protagonista de uno de sus próximos capítulos de El día menos pensado. No se ve cansada. Parece que no se cansara nunca.

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Cantante y Compositora Musical. Diccionario Biogrfico de Chile ed. VII p. 54 y p. 124.EL SBADO Viernes 28 de Junio de 2002Carmen Barros: Incansable Carmelahttp://www.genealogiachilenaenred.cl/gcr/IndividualPage.aspx?ID=I49892Es lo menos parecida que hay a la chiquilla que llegaba de San Rosendo a vivir a la ciudad. Habla cinco idiomas, dio la Prueba de Aptitud ya mayorcita y asume sin complejos que nunca ha sido mujer de quedarse en casa. Al destino no le import que fuera de izquierda y la emparent con Pinochet; fueron consuegros. Hoy, prepara una nueva versin de "La prgola de las flores", esta vez con ella en la direccin.Marcela Escobar Q.

El otro da, mientras conversaba con su montn de nietos, Carmen Barros confes que no se reconoca en el espejo. Que se haba paseado por los rincones solitarios de su departamento y que al cruzarse con el reflejo de su imagen, se pregunt: "Quin ser esa seora de pelo blanco?". Le pasa a menudo. Tiene tanta energa y tantos planes en carpeta que se siente todava como una chiquilla. Como si en ella vivieran todas las edades.

Lo cierto es que ya complet los 77 y que ah est, en la puerta de su cntrico hogar de calle Merced, vestida con un twin set rojo, un pantaln oscuro y con algo de maquillaje en el rostro. Su cabello est blanqusimo, lo que le da todava ms distincin. Tiene tan copada su agenda que nos recibe un mircoles por la noche despus de haber enterado el da con Carlos Pinto, quien la escogi como protagonista de uno de sus prximos captulos de El da menos pensado. No se ve cansada. Parece que no se cansara nunca.

"Le puse doble vidrio a la ventana. Y bueno, esmog hay en todas partes. Me he acostumbrado al ruido del centro, y tengo una gran fe puesta en Germn Correa para que arregle este asunto de las micros", explica. Ella, la que represent a ese paradigma de la chilena provinciana en La prgola de las flores, est instalada en el corazn del centro capitalino hace cinco aos. Se decidi a dejar su hogar uono en 1997, porque ya no estaban sus padres para hacerle compaa. Esa fue una de sus tantas casas, porque esta mujer ha tenido que armar y desarmar petacas en Lima, en Alemania, en Kenia y en Italia. Ires y venires gracias, en parte, a la carrera diplomtica de su padre y, tambin, a su propia carrera de atrevimientos.

Los mismos que ahora la tienen pensando en quines sern los mejores actores para la nueva versin de La prgola..., que no la tendr a ella como Carmela, sino como directora. Ya escogi a Amaya Forch para ese personaje, porque es, como ella, actriz y cantante. Esos afanes comparten tiempo con su espectculo Slo para grandes, en el que Carmen Barros le pone su voz a un repertorio de boleros clsicos con el que ya debut el fin de semana pasado en El Mesn Nerudiano.

Por eso estamos en su casa. Para saber cmo mantiene la energa. Y para conocer en qu parte de la historia naci la Carmela cantante y en cul apareci la actriz.

Ella tiene claro que hay mucho de herencia en sus talentos. Sus padres, Tobas Barros y Raquel Alfonso, gozaban de las artes, pero las practicaban puertas adentro. Doa Raquel cantaba muy bien y era una mujer con inquietudes intelectuales, que estudiaba filosofa y literatura. "Pero mi madre fue una excelente mujer de su marido, una seora de su casa", precisa Carmen, como marcando diferencias con lo que iba a ser su propia vida. Con estos padres "profundamente humanistas", no result extrao que el nio de la casa, Tobas, estudiara arquitectura y amara el teatro, y que la nia, Carmen, prefiriera abrazar la pera, el canto popular, la actuacin y, casi, tambin el baile. All se encontr con una dificultad que le dobl la mano y que la hizo abandonar su pasin infantil. Lo recuerda:

Comenc a cantar muy nia, a los 13 aos descubr que tena voz. Antes de eso crea que sera bailarina, pero era muy gorda, as que tuve que desistir de ese sueo. Yo bailaba muy bien, estudiaba ballet, pero me di cuenta de que con esa gordura no poda. Me cuid, llegu con una buena figura a los 15 aos, pero siempre luch contra los kilos. Ahora estoy bien, pero a m me hubiera gustado ser alta y delgada. Y misteriosa.

Tambin quera ser como Lily Pons. Fue mientras escuchaba a la famosa soprano que le dijo a su madre que sera cantante. Y de esas cantantes, de las que tenan la tremenda voz de la pera. Una voz que siempre ha compartido con quien quiera escucharla, y que le era solicitada desde nia. Muchos aos despus de esos primeros canturreos de infancia, Carmen Barros seguira sacando la voz ante la menor provocacin de sus ganas.

Mary Rose Mac-Gill, la presidenta de los Amigos del Arte, recuerda uno de esos momentos:

Hace muchsimos aos, tanto ella como yo veranebamos en Pucn. Carmen todava estaba casada con Jaime Amuntegui. Dbamos un paseo por el lago y ella se puso a cantar. Precioso. En medio de la tormenta y del viento, su voz todava se escuchaba.

Como una sirena? le comentamos, imaginando la escena.

"Como una sirena", afirma Mary Rose, convencidsima. Dice que Carmen Barros nunca ha sido esquiva con su canto. Que tiene la misma voz de antes, porque es tan profesional que la ha ejercitado en todos estos aos. "Tiene disciplina, por eso la admiro", seala.

A punta de rigor se convenci de que no poda seguir cantando como un pjaro. Que la voz haba que cuidarla, porque es un instrumento misterioso. Mientras estuvo en Alemania su padre fue embajador en ese pas tom clases con varias profesoras de canto. Una vez en Chile, fue discpula de la argentina Clara Oyuela. Hoy, todava, Carmen Barros se arrima a su piano y ejercita, todos los das, el prodigioso instrumento que aloja en su garganta.

El buenmozo vil

La vida en Alemania la marc. Se trataba de un pas en guerra. De la Alemania del nazismo. Aun as, ella y su familia tenan cita con el arte tres veces por semana, cuando iban de espectadores a los conciertos, la pera y el teatro. Ese pas, tambin, marc para Carmen el inicio de un prolongado exilio de las aulas.

Cuando nos fuimos de Chile, yo estaba en segundo ao de humanidades. Nunca ms quise estudiar. En Alemania era muy complicado, fui quince das a un colegio y cre que me mora. Yo estaba acostumbrada a las monjas y all el colegio era mixto. Entonces les dije a mis padres que eso no era para m. Y les jur que iba a estudiar en la casa.

Tuvo clases de todo lo que le pareci importante. Construy, as, lagunas salvajes. Tena una cultura extraordinaria en literatura e historia, pero pecaba de ignorante en los reinos de la fsica y la qumica.

Nada de eso le import a quien sera su nico amor, su nico esposo y el padre de sus hijos. Jaime Amuntegui la conoci en su salsa: en un auditorio radial donde Carmen ya se haca famosa por su voz y por un par de pelculas en las que se aventuraba como actriz. Ella no tiene claro si su canto sirvi de incentivo, alguna vez, a sus enamorados:

Cantar formaba parte de m. Como me hacan cantar cuando salamos, a lo mejor era un plus frente a los hombres. Pero le voy a contar una cosa: yo no polole nunca. Yo me cas con mi primer amor.

Habla con una pronunciacin envidiable herencia de sus aos en Lima, asegura y se re con ese recuerdo. Se re con amplitud. Ese romance fue intenso. Una de sus amigas le llev el galn a la radio, y desde ese da se hicieron inseparables. Eran los ltimos aos de la dcada del cuarenta. Jaime Amuntegui era piloto de Lan. Carmen Barros cantaba en la radio Minera con el seudnimo de Marianela.

Su sonrisa amplia reaparece cuando le pedimos que recuerde aquello que ms le gust de Jaime:

Era de una buenmozura francamente vil. Lo que se llama un bombn. Es ms: as le decan mis amigas.

Se casaron, tuvieron tres hijos, pero el matrimonio no funcion. A pesar de la separacin, ahora son un par de buenos amigos que se renen ms de una vez al mes alrededor de los hijos y los nietos. Ninguno se cas otra vez. Tampoco hubo recadas.

"Me fui dando cuenta de que tena mi cuota de responsabilidad en esa separacin", asume. Y sigue: "Era tan independiente que no poda hacer feliz a un hombre en la casa. Me di cuenta con el tiempo de que si yo quera, de que si yo hubiese querido un matrimonio formal, habra tenido que sacrificar algo". No hay quejas para ese hombre "evolucionado" que no tuvo problemas en dejar que su mujer se aventurara en las noches de radio con ese nombre de fantasa con que la bautiz Santiago del Campo, progenitor del periodista y alcalde del mismo nombre. Carmen Barros se haca llamar Marianela para que no la relacionaran directamente con su padre, quien haba resentido las crticas a su supuesta posicin pro alemana en los estertores de la Segunda Guerra Mundial.

"Mi padre era mayor que Carmen y muy amigo de don Tobas", recuerda Santiago del Campo hijo, quien est al mando de la Municipalidad de Lo Prado. l la contact este ao para que produjera y montara la pera Carmen con los vecinos de la comuna, y ah la actriz, cantante y frustrada bailarina mostr su veta de rgisseur (nombre francs para la direccin escnica). La experiencia result, en palabras del alcalde, "maravillosa": "Ella combina una gran afectividad con una cosa muy disciplinada. Se nota que se cri en Alemania".

Alemania le haba dado disciplina y cultura, pero Carmen tena un tema pendiente con la educacin formal. Cuando sus hijos ya estuvieron grandes y estaban instalados en Chile, se decidi a completar su enseanza media y a dar la Prueba de Aptitud. Sus buenos resultados le permitieron matricularse en la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Eran los tiempos en que tambin iniciaban estudios Patricia Politzer y Julio Prado, entre otros. Carmen Barros dur slo un ao y abandon, de nuevo, las clases formales.

Pinochet, pariente

Si bien la pera era una de sus pasiones, no se dedic por completo a esa carrera hasta 1953. Ya separada y acostumbrada a vivir con sus padres y sus tres hijos, parti a Italia, donde don Tobas estaba en misin diplomtica. Pens que la mejor manera de iniciar una carrera en serio sera probando suerte en Viena y dejando a sus hijos en Roma, para que estudiaran. As lo hizo, y comenz a tener gran xito. A la par, tom algunos cursos de actuacin, lo que inici su carrera como actriz. Sus planes cambiaron drsticamente cuando el gobierno de Carlos Ibez del Campo llam a Tobas Barros de regreso a Chile, para que se hiciera cargo de un ministerio. Con l, todos los hijos de Carmen se devolvan al pas. Ella se quedaba sola, en Bruselas, con la pera.

"Pens que poda hacer una carrera en la distancia, pero no pude", reconoce. Porque no se parece a Mara Callas, quien deca que cantaba mejor cuando le lanzaban tomates. A Carmen Barros le falt temperamento para estar lejos de sus hijos, por lo que la separacin dur apenas un ao. Lo que finalmente la convenci de que deba regresar fue una jugarreta del destino. Consigui audicionar para el director de orquesta viens Herbert von Karayan, quien ya era un personaje respetadsimo en las lides operticas, y cinco das despus de su presentacin la llamaron para decirle que no haba quedado seleccionada. Era el fin. La meta no se haba cumplido y haba que regresar a Chile, con los hijos.

Compr el pasaje de regreso y arm su despedida, pero lo que no estaba en sus planes era un segundo llamado, cinco das despus del primero. "Hubo un error lamentable", le dijeron. "El maestro Karayan quiere que usted cante para l". Pero Carmen no quiso anular nada, dio las muchas gracias y dijo que no. El destino le mostraba una carambola.

No fue la nica.

Fue militante de la Izquierda Cristiana en los aos de la Unidad Popular. Hoy, est inscrita en el PPD, pero alejada absolutamente de la poltica. En 1984, su hijo Jaime se enamor de la hija menor del general Augusto Pinochet, Jacqueline, y se cas con ella. Carmen Barros no asisti al matrimonio. Ahora, reconoce que tuvo que aceptar el destino. Que no tuvo ninguna relacin con sus consuegros. Pero s con Jacqueline, la misma que no le permite a Jaime Amuntegui Barros visitar a los tres hijos que tuvieron. Carmen tampoco los conoce.

Hubo un momento en que estuve cerca de Jacqueline. Puedo decir que es una muchacha muy encantadora, pero tambin que es vctima de algo terrible. Ella no vio el mundo, sino el mundo que le presentaron. Y tiene su estilo, esto de que no deje que mi hijo vea a sus nios es muy doloroso. A mi padre le doli mucho no conocer a estos bisnietos. Yo tampoco los veo. Si el pap no los puede ver, menos yo. Desde hace muchos aos. No los conozco. Conoc, cuando nacieron, a Sofa y a Jaimito. A la menor, Luca, no.

No es de esas abuelas chochas, dice. Su chochera es por sus hijos. "A mis nietos los amo, pero no soy de esas abuelas tpicas. S me gusta mi familia. Siempre nos juntamos, una vez al mes. Pero a esos tres nietos no los conozco".

Ha sufrido por su hijo?

"S. Claro que los hombres se expresan de otra forma. Ah hay un dolor que permanece".

Un dolor que vive junto a sus alegras. La gente todava la recuerda por esa Carmela que mezclaba "a la Caperucita Roja con la Cenicienta". Podramos agregar que tambin tena algunos tintes de la Dorothy del Mago de Oz. Por lo inocente. Por lo ilusionada. Ella da las gracias. Y se sigue viendo como una chiquilla en el espejo.