Caro Contra Lo Moderno

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Miguel Antonio Caro: concepciones estéticas y literarias * Miguel Antonio Caro: Aesthetic and Literary Conceptions John Fredy Ramírez Jaramillo Universidad de Antioquia Recibido: 6 de julio de 2011.Aprobado: 12 de septiembre de 2011 Resumen: este artículo propone una presentación de las ideas más distin- tivas de la concepción estética y literaria en Miguel Antonio Caro. Muestra que sus argumentos se encuentran fuertemente permeados por elementos religiosos, morales y políticos que desvirtúan la naturaleza, realidad y dignidad del quehacer poético. Para este propósito revisaremos los temas principales que en materia de estética y literatura fueron abordados por el autor colombiano: el origen de la poesía y el fenómeno creativo artístico, los criterios de lo que es digno y censurable de la poesía, el estudio de los modelos clásicos, la interpretación de la idealidad artística, al igual que la relación entre ciencia y poesía. Finalmente, expondremos las razones por las cuales la postura de Caro representó uno de los más fuertes obstáculos para la instauración de la modernidad estética en Colombia. Descriptores: Caro, Miguel Antonio; arte; religión; poesía; crítica lite- raria; ideal. * Este artículo se deriva de la investigación “Arte, belleza e ideal: tres categorías estéticas en Colombia durante el período de la academia”, realizada entre los años 2007 y 2010 por el Grupo de Investigación de Teoría e Historia del Arte en Colombia de la Facultad de Artes y el Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia. Proyecto apoyado por el CODI (2007). Estudios de Literatura Colombiana N.º 29, julio-diciembre, 2011. 63-79 ISSN 0123-4412

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Miguel Ángel Caro

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Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literarias*Miguel Antonio Caro: Aesthetic and Literary Conceptions John Fredy Ramrez Jaramillo Universidad de AntioquiaRecibido: 6 de julio de 2011. Aprobado: 12 de septiembre de 2011Resumen: este artculo propone una presentacin de las ideas ms distin-tivas de la concepcin esttica y literaria en Miguel Antonio Caro. Muestra que sus argumentos se encuentran fuertemente permeados por elementos religiosos,moralesypolticosquedesvirtanlanaturaleza,realidady dignidad del quehacer potico. Para este propsito revisaremos los temas principales que en materia de esttica y literatura fueron abordados por el autor colombiano: el origen de la poesa y el fenmeno creativo artstico, los criterios de lo que es digno y censurable de la poesa, el estudio de los modelos clsicos, la interpretacin de la idealidad artstica, al igual que la relacin entre ciencia y poesa. Finalmente, expondremos las razones por las cuales la postura de Caro represent uno de los ms fuertes obstculos para la instauracin de la modernidad esttica en Colombia.Descriptores: Caro, Miguel Antonio; arte; religin; poesa; crtica lite-raria; ideal.*Este artculo se deriva de la investigacin Arte, belleza e ideal: trescategoras estticas en Colombiaduranteelperododelaacademia,realizadaentrelosaos2007y2010porel Grupo de Investigacin de Teora e Historia del Arte en Colombia de la Facultad de Artes y el Instituto de Filosofa de la Universidad de Antioquia. Proyecto apoyado por el CODI (2007).Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011. 63-79 ISSN 0123-441264Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez JaramilloAbstract:thispaperproposesapresentationofthemostcharacteristic ideasinMiguel AntonioCarosconceptionofaestheticsandliterature. Hisargumentsarepresentedshowinghowstronglyinfusedbyreligious, moralandpoliticalelementstheyarehencedistortingthenature,reality and dignity of the poetic work. In order to do this, the main aesthetic and literary subjects treated by the Colombian author are reviewed: the origins of poetry and the phenomenon of artistic creation, the criteria to defne what is praiseworthy and what is reprehensible in poetry, the study of the classical models, the interpretation of the artistic ideal, and the relationship between science and poetry. Finally, the reasons to defne Caros position as one of the most powerful obstacles in the establishment of aesthetic modernity in Colombia are exposed.Keywords: Caro, Miguel Antonio; art; religion; poetry; inspiration; literary criticism; ideal beauty.IntroduccinLa obra de Miguel Antonio Caro se distingue dentro del panorama na-cional por abordar una extensa multitud de temas que abarcan, entre otros, la religin, la flosofa, la poltica, la flologa y la literatura. En este ltimo campo, sobresale por su profunda erudicin y fno anlisis de los autores clsicosdelalenguacastellanaydellatn. Auncuando AntonioGmez Restrepo (1955) le concede a Caro el mrito de ser el iniciador de la crtica literaria en Colombia, debido a que antes, segn su criterio, no se haban escritoartculosconelrigorsistemticoylaprofundidadflosfcaque lecaracteriza,hayqueaclarar,comolohaceDavidJimnez(1992),los trminos en que se le otorga esta condicin fundadora, debido a que en el pasado, contrario a lo sostenido por Gmez, aparecieron una serie de escritos literarios que iban ms all de los simples rasgos panegricos, sobresaliendo incluso algunos por su consistencia terica, como lo muestra la produccin, si bien espordica, de Salvador Camacho Roldn. El mrito de Caro residira, por lo tanto, en que con l aparece una produccin ms extensa y continua sobre temas de literatura que, no obstante, por su contenido, dista muchsimo de los problemas abordados por la crtica moderna.En efecto, los temas expuestos all enlazan una serie de problemticos postulados que, ms que servir para dilucidar, de acuerdo con unas teoras estticas modernas, el fenmeno del arte, la condicin de la poesa y de la lite-ratura en general, tienen el propsito de ajustarse a un criterio de pensamiento65Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011doctrinario, que es con el que propiamente el autor interpreta su idea de poltica y cultura. A este ltimo respecto, hay que recordar que la segunda mitad del siglo XIX en Colombia est marcada por los motines polticos, lasguerrasciviles,laluchaporelfederalismodepartedeloscaudillos liberales y la instauracin de un proyecto poltico centralista, liderado por lospatriarcas conservadores.Histricamente sehaidentifcado aRafael Nez como el idelogo de este ltimo plan que determin profundamente el cambio de la trayectoria econmica, jurdica y social de las dos ltimas dcadas del siglo XIX en Colombia, y que se concret con la Constitucin de 1886; sin embargo, no se puede olvidar la importante participacin de Miguel Antonio Caro en dicho proyecto. De hecho, ambos personajes, uno ciertamente ms visible que el otro, son los que trazan este nuevo derrotero enelcontextodeldenominadoperododeRegeneracin(Uribe,2006), cuyos efectos polticos, ideolgicos y culturales alcanzan aun nuestra poca. La poesa y su vnculo con la religinDado el inters del autor en ajustar los criterios estticos a los valores religiosos con los cuales se identifca, lo vemos plantear, al momento de formularsusideassobrelateorapotica,unaparticularconcepcindel origen de la poesa. Reconoce que su aparicin ms originaria se remonta a las pocas nacientes de la civilizacin, cuando los pueblos eran naturalmente creadores de mitos y fcciones. Los antecedentes ofrecidos por los relatos mticos de las distintas culturas del mundo lo llevan a admitir que la base de la poesa primigenia est determinada por un primer y frtil despliegue de la imaginacin del hombre: La literatura de los primeros [pueblos] es de pura imaginacin: es la expresin de las impresiones que la naturaleza produce en inteligencias lozanas: de ah los mitos, y los ciclos de fcciones que ca-racterizan la aurora de toda civilizacin (Caro, 1920: 50). Hasta aqu esta consideracin parece acompasada con las teoras antropolgicas y estticas que para su poca estaban en boga, y que incluso exigan al poeta moderno (as lo vea Macaulay, por ejemplo) tomar como gua de su impulso creativo las edades primitivas en que la imaginacin del hombre lleg a manifestarse de manera ms clara y vigorosa (Jimnez, 1992). Sin embargo, la difcultad aparece al momento de afrmar que la lengua en la que se sustenta la poesa 66Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez Jaramilloprimitiva surge a raz de la inspiracin divina. Esta aseveracin, reiterada en distintos pasajes de la obra de Caro, y que toma la lengua no como un producto humano el lenguaje no es invencin de los hombres (Caro, 1993: 19), sino como producto de una revelacin divina dara a entender quelaimaginacin,envezde serunacapacidad autnoma del hombre, es una especie de canal intermediario empleado por lo divino para fjar en la humanidad desde los tiempos ms remotos podramos decirlo as imgenes que hablan del poder y la sabidura de lo trascendente.Apoyado en las autoridades de Max Mller, Cant y Macaulay, expone que el origen de la poesa se vincula tambin en sus ms antiguas fuentes con el sentimiento religioso, y que la plenitud de su fuerza se encuentra enestrechaconexinconlavivaafrmacindelascreenciasreligiosas, expresada en la infancia de los pueblos. Si bien el criterio del que parte es absolutamente vlido, este es inmediatamente acomodado a sus intereses doctrinarios. As, cuando afrma que la poesa en su forma ms natural, ms pura y ms gloriosa es pica o lrico-heroica, religiosa y patritica (Caro,1951:374),lohacenosoloparaindicaresefenmenohistrico, sino tambin para proponer un rejuvenecimiento de la poesa en el contexto moderno, tomando como referente la exaltacin del sentimiento patrio y la bsqueda de Dios. No obstante, esta bsqueda tiene unas claras especi-fcaciones, pues no se trata de una experiencia enmarcada en los trminos universales e integradores en que podra concebirse la idea de Dios. Por el contrario, se trata de un encuentro que se enlaza directamente con las virtudes y el sentimiento que promueve la religin catlica (Jimnez, 1992). Considera que donde se ha dado con inusitada fuerza el renacimiento de lapoesaesenEspaa:nacineminentemente potica, eminentemente heroica y creyente (Caro, 1920: 52). Explica que este rejuvenecimiento obedece al hecho de ser una nacin poseedora de un carcter propio. El aislamiento cultural que mantuvo Espaa con respecto al resto de Europa lo interpreta como un factor positivo que favoreci el desarrollo y defni-cin de sus propios rasgos como nacin, los cuales se ven refejados en los diversos gneros literarios.SostienequeelelementoreligiosoinfltradoenlaEspaahastala mdula de los huesos (Caro, 1920: 52), y que identifca con el ms fel catolicismo, es el que ha promovido el surgimiento y la originalidad de su literatura. El gnero nacional que abarca para Caro el antiguo teatro 67Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011espaol, algunos antiguos historiadores y novelistas, al igual que obras especfcas como el Romancero, el Quijote y, en segunda lnea, La Araucana representan dignos ejemplos del modo como este espritu religioso, conju-gado con el mpetu heroico y conquistador, con las creencias y costumbres, ha formado el carcter de la nacin espaola. No obstante, donde encuentra el ms original y profundo tesoro literario, producto del fervor religioso del pueblo espaol, es en la literatura mstica. Luis de Granada, Santa Teresa, entre otras tantos poetas, son mencionados como destacados referentes.Almencionarestegnerodelapoesamsticaespaola,resultaper-tinente sealar el rechazo de Caro a aquella experiencia de lo divino, en dondeelsersupremoestomadocomounasustanciaqueloenvuelve todo y est presente en todo. Considera que si bien la naturaleza es una creacin de Dios, ello no implica que su ser absoluto est fusionado en las distintas formas y criaturas que pueblan el mundo, tal y como lo propone el pantesmo romntico. El autor colombiano se identifca con la teologa tradicional donde el Creador es tomado como un agente causal diferenciado de los efectos que produce. Para el cristiano, asevera, son cosas distintas Dios y sus criaturas, el mundo moral y el universo fsico (Caro, 1981: 78). Recalca que toda experiencia religiosa que se asocia con la bsqueda de los arcanos de la naturaleza y la necesidad de fundirse plenamente en su seno es algo que no se corresponde con el sentimiento religioso cristiano. La identifcacin que desde la antigedad se hace de la naturaleza como manifestacindirectadelosatributosdeDiosesvistacomounaforma de atraso e ingenuidad espiritual que ya ha sido superada por la religin cristiana. Por esta razn expresa: LinneoleaelnombredeDiosescritoenlasfores;masnoporeso diremos que la herborizacin es un ramo de piedad, o que en custodiar jardines hay una especie de devocin. Que el misterio y la religin residen eternamente en los senos profundos de la naturaleza, es frase apropiada aexpresarnoelsentimientoreligiosocristiano,sinolareligindela ignorancia y tmida credulidad (Caro, 1981:78).Debemos agregar que la contemplacin extasiada de la naturaleza sig-nifca para el autor una entrega reposada, al estilo de los poetas clsicos, endondeelespectadorserecreamantenindosesiempredistantedelo contemplado. 68Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez JaramilloLa creacin artstica como facultad divinaUnodelosaspectosdondeobservamoselproblemticodesfasede Caro con respecto a los avances de la esttica moderna se relaciona con su interpretacin del fenmeno creativo artstico, pues por momentos parece dejar envuelto en un halo de misterio todo cuanto tiene que ver con el sur-gimiento de la obra. En el marco de la esttica planteada por Caro, el artista es concebido como un ser que es incapaz de dar cuenta de manera objetiva de las causas y el fn de la obra. A propsito de este criterio, es necesario sealar que si bien las estticas romnticas (Schelling, 1959) conceden al impulso espontneo que mueve la inspiracin del artista un elevado valor, en ningn momento dejan por fuera el aspecto consciente que comporta todo trabajo creativo. El autor colombiano, por el contrario, absolutiza el carcterinconscientedelacreacin,pareciendonegarpormomentosla actividad crtica y refexiva que tambin lo acompaa, a tal punto de llegar a afrmar que el poeta produce la belleza, por la que se distinguen sus obras, sinningntipodepreparacinniesfuerzo. As,desdeestaperspectiva, resulta difcil comprender el papel que cumple la formacin del artista y el nivel de destreza que ha desarrollado en la aplicacin de unos criterios tcnicos, que son a su vez determinantes para la defnicin de la obra. Esta problemtica interpretacin es planteada en los siguientes trminos:La mayor parte de las bellezas literarias que brillan en las obras maestras, brotaronporsdelaplumadelosautores,sinestudionideliberado esfuerzo;ylomismoqueenloliterariosucedeenlomoral:Horacio descubre en los poemas de Homero grandes enseanzas que Homero, siyaexisti,probablementenosepropusocomoobjetodesucanto. Y es que Dios, sabio y equitativo en la distribucin de sus dones, rara vez, si alguna, concede al genio creador la facultad de analizar. El genio produce por instinto, como la fecunda naturaleza fsica, sin conciencia clara de lo que hace, frutos maravillosos en que la anlisis cientfca gasta aos desentraando la riqueza, variedad y armona de elementos cuya produccin colectiva fue tal vez obra de pocos das o acaso de breves momentos (Caro, 1920: 148).Para Platn, la inspiracin se asocia a un momento de elacin por medio del cual la imaginacin del poeta se expande y eleva hacia la esfera uni-versal. En el Fedro, el poetizar es puesto a un mismo nivel del profetizar, al considerarse que ambas actividades se vinculan con revelaciones que 69Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011hacen los dioses a los hombres por medio de seres elegidos. Caro se en-cuentra cercano a esta tradicin y admite que entre el poetizar y el profetizar existe un estrecho vnculo. Es por este motivo por lo que prescribe para la poesa un lenguaje elevado que concuerde con su funcin reveladora. En cuanto a las imgenes metafricas que all son expuestas, piensa que contienen una profunda sabidura relacionadas con enseanzas religiosas indirectas que el hombre est en el deber de interpretar, asimilar y aplicar, contextualizando su contenido a la poca y realidad que vive: Cantar y profetizar son trminos cuasi sinnimos. El lenguaje de la poesa, como el de la religin, ha de tener la solemnidad y dulzura de lo que viene de lo alto. Toca a los que somos vulgo, no al poeta, traducir sus enseanzas misteriosas a la prosa de la vida, a la necesidad del tiempo en que vivimos (Caro, 1955a: 241).Crtica literaria: preferencias y distanciamientosSelerecriminaaCaroeldistanciamientoquemantuvofrenteala produccin de nuevas obras literarias que se hicieron en Centroamrica y Suramrica. Salvo contadas excepciones, representadas en autores como Antonio Arnao, Diego Fallon, Marcelino Menndez Pelayo, Gaspar Nez de Arce, Ignacio Montes de Oca, Ricardo Palma y Jos Mara Roa Brcena, su silencio es prcticamente absoluto (Merchn, 1921). La explicacin que encontramos frente a este mutismo obedece a que el arte potico es toma-dopor elautorcomouncanaldeexpresin de pensamientos profundos relacionadosconcontenidosmoralesyreligiosos;exigenciaque,segn su criterio, la poesa moderna no alcanza a cumplir. Es por eso que al es-tablecer el paralelo entre la poesa de su poca y lo que l concibe como la autntica poesa, manifesta: La verdadera poesa no es frvola ni reto-zona sino contemplativa y profunda. Las bagatelas canoras no sirven sino para halagar un rato los odos, y a lo ms que alcanzarn, como graciosas tonadas, los honores efmeros de la moda, nunca el prez inmortal de las sublimes concepciones del Arte (Caro, 1955a: 240).Cuando habla del sentimiento como un elemento determinante por el cual se distinguen la singularidad y calidad de un poeta No solo porel pensamiento puede ser original un poeta. El sentimiento imprime tambin y quiz con ms fundamento, el sello de la originalidad (Caro, 1985: 456),podra creerse que es aqu donde concede un reconocimiento a la poesa 70Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez Jaramilloromntica y moderna. Nada ms alejado que esto. De hecho, el gran defecto que observa en la lrica moderna se relaciona con el culto de s mismo y de la subjetividad. El egotismo le parece algo que no debe corresponderse con laactividad de la autntica poesa. Es por eso por lo que, al contraponer las ca-ractersticas de la poesa didasclica teniendo presente fguras de distintas pocas y naciones como Virgilio, Giannetasio, Chnier y Andrs Bello, con los rasgos de la poesa lrica de su tiempo anota: La poesa sabia ha de ser impersonal, y diametralmente opuesta a la poesa lrica y lloradora de nues-tro siglo, impregnada de fastidioso egotismo (Caro, 1981: 83). La tristezavertida en la poesa lrica de los romnticos la tilda de afeminada, enfermiza, blanda y lgubre. A propsito de Chateaubriand, le censura su supuesta ma-linterpretacin del sentimiento de la melancola potica, debido a que lo lleva a la exaltacin de sentimientos vagos y egostas. Culpa al romanticismo de encarnar una subjetividad preocupada por cultivar un exagerado narcisismo que artsticamente toma como improductivo. De esta manera, cree que solo los grandes maestros clsicos son quienes han podido rebasar la estrechez del egosmo potico, remontndose a temticas con una universalidad ms amplia y de mayor goce esttico: Todosloscaracteresdelromanticismomoderno,aselalemncomo el francs, revelan un principio dominante de egosmo. No piensan, no hablan estos romnticos sino de s mismos. Hay en ellos un egotismo insufrible. Lamartine al retratarse tal cual era a los diez y ocho aos nos pinta el grado de dulzura que haba en su propia mirada. Nuevos narcisos, viven mirndose en los espejos de la naturaleza, y mueren enamorados desupropiaimagen.NoasHomero,nielDante,niShakespeare,ni Cervantes, ni Caldern (Caro, 1985: 461).Como lo seala David Jimnez, el estudio que Miguel Antonio Caro hace sobre la obra de su padre Jos Eusebio Caro est delineado para absolverlo de los grandes pecados de su vida, esto es, haber sido romntico y haberse apartado por pocas de la fe catlica (Jimnez, 1992: 65). Ahora bien, no deja de resultar paradjico ver que la justifcacin del exagerado acento romnticodelpoetaquienensujuventudcantaalamelancola,ala duda, al desarraigo, al amor, a los confictos de su alma est dada por la sinceridad del sentimiento que lo anima: Puntualmente lo que caracteriza a Caro [] es que en l el poeta nunca traiciona al hombre, sus poesas 71Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011son crnica autntica de la historia de su corazn; cantaba lo que senta; despus narraba lo que haba sentido, y arranques y recuerdos consuenan en la unidad que solo la verdad pudiera darles (Caro, 1955a: 31).Cuestiona a Voltaire y Victor Hugo por haber desechado de su poesa los temas religiosos. Respecto de este ltimo poeta, le reprocha especf-camente el hecho de haberse alejado de la tradicin religiosa, por rendirse a las demandas de lo que el sectario autor colombiano denomina con aire despectivo la plebe comunista. Una de las crticas que hace a Nez de Arce, a quien considera no obstante uno de los pocos poetas contemporneos con una alta calidad artstica, radica en que tenga como tema de inspiracin la duda. Pues desde el punto de vista de su formacin religiosa, la duda es un signo de desesperanza, de desconfanza y hasto que va en contra de la capacidad de inspiracin: El escepticismo mata el amor y el entusiasmo, y sin amor ni entusiasmo, adis poesa (Caro, 1955a: 244). El pensamiento dogmtico de Caro considera que la sinceridad del sentimiento solo puede encontrar sentido creativo cuando desemboca en el dominio de la fe y la religin.Susreferentesestndadosporlacantidaddepoetasyartistas que han hecho de la fe la fuente de su inspiracin. Ahora bien, debemos aqu sealar que si bien la creencia puede suministrar temas artsticos, el escepticismo tambin puede incitar la inspiracin. Csar Cant (1854) toma como ejemplo de la profunda y hermosa refexin que produce el dolor y el descreimiento la poesa hebrea antigua a travs del Eclesiasts y el libro de Job. Lo extrao es que Caro parece o bien desconocer o bien rechazar este referente que se encuentra recogido en los propios textos bblicos a partir de los cuales se sustenta su doctrina. Razones para la imitacin de los modelos clsicosSi bien hemos visto que desde la particular teora de lo inconsciente pensada por Caro, la defnicin del proceso creativo queda completamente relegada a la creencia de una inspiracin divina que toma al artista y lo hace producir la obra sin una preparacin previa, existen tambin pasajes donde reconoce la importancia del estudio y la preparacin artstica. As, encontra-mos que el signifcado de la poesa estara defnido por la aplicacin de tres elementos esenciales: la invencin, la expresin y la imitacin. El primero vincula de manera directa la imaginacin del artista, ligada a la percepcin de las ideas innatas y la esfera divina a la que supuestamente pertenecen. El 72Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez Jaramillosegundo tiene que ver con el modo apropiado de concebir, sentir y expresar las cosas bajo la forma de la versifcacin. El tercer elemento se relaciona con el estudio y asimilacin que el poeta hace de los grandes maestros del arte. El autor comparte el criterio de las estticas clsicas que ponderan como modelos de imitacin a los artistas que han expresado en su obra, de manera original, un sentir profundo que hace parte del sustrato de la humanidad: Un alma que saca a la luz sus ideas, sentimientos y pasio-nes, y que acierta a dejar en pginas escritas una perpetua vibracin de s propia, es un ejemplar de la humana naturaleza; y si la naturaleza es digna de imitacin, aquella alma, aquello que fue produccin suya, puede ser, y es a veces, un modelo, quiz un dechado admirable (Caro, 1955a: 267).EnCaroencontramosunaposturaquecontrastafuertementeconla esttica de la sugestin, de lo invisible, de lo extico y lo misterioso que estableci el simbolismo europeo y que en las letras colombianas inaugura la poesa de Jos Asuncin Silva (Camacho, 1982). En efecto, desde sus inicios, el autor colombiano se muestra reacio a todas las ideas estticas que se apartan de los cnones clsicos. Incluso, censura a quienes consideran que los modelos de imitacin dados por la tradicin son perjudiciales para eldesarrollodelaoriginalidadartstica. Alospartidariosdeestasideas responde: El estudio de los buenos escritores es el estudio de los medios deexpresarperfectayhermosamenteelpensamiento(Caro,1920:6). Respecto de la teora de la imitacin de los modelos artsticos, reconoce seguirlosdictadosdeHoracio, AndrChnier,einclusodeMarcelino MenndezPelayo.Laveneracinporelestilodelosantiguosmaestros lo hace considerar que solo ellos son los creadores de primer orden, que seconstituyenporestoenpatronesdeejemplaridadquenuncapierden vigencia a lo largo del tiempo. Segn esta consideracin, aquellos artistas modernos que han sabido conectarse profundamente con el pensamiento y el estilo de los antiguos maestros son los que pueden designarse como sus dignos sucesores. En lo concerniente a la ejemplaridad de la poesa clsica, piensa que el paradigma que permite una orientacin de lo que le est encomendado realizar a la poesa moderna viene dado por el estilo horaciano. Cree que el debilitamiento de la imaginacin en los poetas modernos, la creacin de metforas imprecisas, obedece al abandono que se ha hecho de los moldes artsticos clsicos en donde hay un enrgico ejemplo del modo como se elaboran imgenes fascinantes que cautivan de inmediato, por su claridad y 73Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011belleza, la imaginacin de los lectores. Tomando como referente maestros de la literatura clsica de distintos periodos, seala la importancia que tiene la imitacin para el desarrollo de la originalidad artstica, ya que esta no se alcanza de manera exclusivamente individual: Sfocles, Virgilio, el Tasso, Pope, Racine, Luis de Len estudiaron mucho,eimitandofueronoriginalesencuantocabe,mientrasnose reniegue de la propia naturaleza renegando de los que nos han precedido. Si pretendemos originalidad individual absoluta, no hay otro medio de adquirirla sino convertirnos en ngeles o en bestias: lo primero es difcil (Caro, 1920:7). Frentealascualidadesdelapoesahoraciana,elautorcolombiano expresa que es producto a su vez de la sabia asimilacin de los modelos griegosentrelazadaconelpropiojuiciodiscernientedelartista:Las imgenes horacianas son regulares y proporcionadas, verosmiles y con-venientes, lo cual se debe a la bien entendida imitacin que haca Horacio de los griegos, y al equilibrio de sus propias facultades mentales (Caro, 1955a: 272). A partir de este criterio se infere que la imitacin en ningn momento es concebida como un servil remedo de las ideas o sentimientos que estn plasmados en la obra ejemplar, y que adems tampoco representa un obstculo para desarrollar el propio talento del artista.La idealidad en el arte y su soporte moralMiguel Antonio Caro plantea que la inteligencia humana ha sido provista por parte de Dios de nociones preestablecidas que sirven para orientar su conocimiento en medio del orden universal. Estas nociones, al ser de ori-gen natural, aparecen en el intelecto como ideas arquetpicas reconocidas tambin bajo el nombre de ideas innatas (Caro, 1962: 46). Los axiomas matemticos, las leyes fsicas y los principios morales ejemplifcaran lo que constituye esta clase de ideas preexistentes. Sostiene que su captacin solo es posible a travs de una razn superior determinada por la intuicin pura, la inteligencia comprensiva y sbita y la afrmacin inspirada. Esto signifca que dichas ideas en ningn momento pueden asociarse con las formasaprioridadasporlarazn(Sierra,2002:19),puessuorigenes divino y llegan al hombre como especies de revelacin hecha por Dios.74Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez JaramilloEl arte se encuentra relacionado de manera inseparable con esta realidad superior expresada ahora en los trminos del ideal: Elemento esencial del arte es la idealidad (Caro, 1951: 367). Al poeta le corresponde buscar a cada momento ese mundo sobrenatural que aparece ante l a manera de divinas ins-piraciones y que existen en la regin ms alta del alma, en donde la vista des-fallece y el corazn se siente posedo de un temor religioso (Caro, 1962: 452).El ideal supone un tipo de valoracin inobjetable del orden de lo trascendente, al cual deben estar sujetas todas las refexiones del conocimiento, todas las interpretaciones y defniciones de belleza que puedan ser comprensibles: La idealidad supone un mundo sobrenatural: tipos invisibles a que han de referirse las ideas de verdad que hemos adquirido, y las formas de belleza que conocemos (Caro, 1951: 369). Como podemos observar, el ideal planteado por Caro no se relaciona con la bsqueda de una pureza y una perfeccin formal donde se encuentra implicado el esfuerzo discerniente del artista; muchomenosguardavnculoconunarealidadsimplementeanheladao vislumbrada en sueos, al estilo de los romnticos (Jimnez, 1992). El ideal seala aqu una realidad espiritual y fundamental que suscita un sentimiento de xtasis emparentado con el sobrecogimiento religioso: Todo ideal es directa o indirectamente religioso, porque todo ideal es en s mismo superior a la materia, y supone en quien lo concibe, una elacin, un arrobamiento (Caro, 1951: 367). Este planteamiento nuevamente vuelve a remitirnos a la relacin que el autor establece entre poesa y religin, y al criterio moral que este vnculo comporta. Para Caro, el sentimiento de arrobamiento que experimenta el poeta transportndolo al mundo del ideal debe estar respal-dado por la pureza, la castidad y la fe inquebrantable de su alma. De hecho, considera que para que las aptitudes poticas puedan forecer, estas deben hallarse unidas a todas las virtudes que despierta el sentimiento religioso:El talento potico y el sentimiento religioso son cosas distintas, pero no independientes, ni tan separables, que deje el primero de padecer graves perturbaciones, y aun de degradarse y extinguirse cuando falta la luz de la fe y el calor de los nobles y puros afectos que alimentan la piedad. Las pasiones y los vicios enronquecen y apagan el timbre de la voz: yladescreenciayapostasarobanalcantodelpoetalasvibraciones gratsimasquesalendeuncorazncreyente,noagostadoporladuda (Caro, 1951: 383).75Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011A partir de esta postura moral entendemos por qu razn Caro no se acerc a los poetas modernos franceses de la talla de Rimbaud, Verlaine, Baudelaire, Corbire, Villiers de LIsle-Adam, Desbordes-Valmore y Ma-llarm, pues vea en este tipo de sujetos artsticos, identifcados en general por su rebelda espiritual y abandono de la fe algunos reconocidos por su vida escandalosa y licenciosa, ejemplos de vocaciones artsticas des-enfocadas o malogradas.El arte por encima de la ciencia A pesar del expreso distanciamiento hacia el romanticismo motivado por la exacerbacin del sentimiento y el culto vanidoso del yo que promueven sus poetas, el esquema jerrquico que establece esta corriente entre arte y ciencia es mantenido por Caro. Como en su tiempo lo consideraron muchos de los flsofos y artistas romnticos (Schelling, 1988), piensa que mientras la ciencia solo exige el uso de la razn y la discriminacin objetiva, el arte integra facultades netamente espontneas de mayor alcance: La ciencia y el arte son cosas enteramente distintas; la ciencia pertenece a una sola denuestrasfacultades,elentendimiento:elarteesaplicacindevarias facultades(nobiendefnidasniexaminadastalvezporlospsiclogos) bajoelimperiodelaespontaneidad,nosiempredelavoluntad(Caro, 1955a: 285). Valga aclarar, no obstante, que el sectarismo del autor desca-lifca por completo las ciencias positivistas en razn de que sus criterios experimentales desechan cualquier forma de especulacin sobre mundos suprasensibles, aferrndose solo a los hechos y al sustrato de la materia. De ah que los juicios emitidos sobre este modelo de ciencia, a causa de tal sacrilegio, sean siempre despectivos y excluyentes. As, lo escuchamos decir, por ejemplo, que el positivismo tiene un criterio limitado y rastrero y que por esto nunca se eleva a las auras superiores (Caro, 1951: 367) donde mora el ideal. Ahora bien, el nico modelo de ciencia que admite es aquella que sigue integrando en sus refexiones categoras metafsicas donde es reconocida la supremaca de la inteligencia de Dios. A esta cien-cia le concede pues el estatus de verdadero conocimiento indagativo del mundo, ya que no separa de su investigacin el elemento religioso, en tanto que al positivismo lo va a califcar con toda la peligrosa carga poltica e ideolgica que esto comporta en una poca de sangrientas luchas partidis-tas de ser esencialmente ateo (1951: 368).76Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez JaramilloNo obstante el reconocimiento que hace a aquella ciencia que es na-turalmente religiosa (Caro, 1951: 368) cuyos hallazgos supuestamente obedecen tambin a una revelacin de orden divino, considera que el arteseencuentraenunaventajado grado de superioridad espiritual. La lgica de Caro plantea que, si bien los representantes de ambas formas de conocimiento humano conjugan un sentimiento de dignidad y humildad, de conciencia del alcance de sus facultades y la escasez de su saber, que es fundamento del espritu religioso (1951: 368), el cientfco, a travs de la especulacin racional, focaliza sus esfuerzos exclusivamente en develar los fenmenos y principios del universo; en tanto que el artista-poeta, a travsdelaintuicin,rebasandolasparticularidadesdelasformasdel mundo material, busca alcanzar la esfera de la belleza ideal a la cual rinde un entregado culto: El investigador cientfco, con interpretaciones atre-vidas, se empea en descubrir leyes ocultas, el poeta con mpetu gallardo, busca la belleza ideal por encima de las formas materiales de que sta se reviste, y entrevindola la adora(368). Esta alta jerarquizacin del poeta de alguna manera nos recuerda la teora de la autoridad que fundamenta elautorapartirdelcriteriodelarevelacindivina,yqueanteponea cualquierformadeautoridadterrena.Podemosatrevernosadecirque, para Caro, el poeta ejerce la misma relacin de dominio espiritual que el sacerdote ejerce con el feligrs. En la medida en que los versos del poeta refejen la belleza del mundo espiritual, la perfeccin del pensamiento de Dios, quien los escucha o los lee, est en la obligacin de someter su ser, con toda la humildad religiosa que es indispensable, a la verdad que se encuentra all expresada.ConclusinCaro crey que el criterio artstico deba regirse por postulados perma-nentes que permitieran juzgar con claridad las distintas expresiones de la produccin literaria. Debido a las inmodifcables convicciones religiosas y flosfcas que orientaron su gusto literario, se opuso a las innovaciones propuestasporautoresromnticosymodernossustentadosenestudios estticos ms profundos. Consider que dichas modifcaciones del gusto artstico incentivaban el malsano desorden de la inteligencia que conduca a la decadencia social. Aun cuando es cierto que fue uno de los primeros autores del pas que, para hablar de temas o autores literarios diversos, se 77Estudios de Literatura Colombiana N. 29, julio-diciembre, 2011vali de los nuevos principios flosfcos dados por la crtica literaria del sigloXIX,ensusestudiossubyaceinvariablementeunaintencionalidad doctrinaria. De este modo, vemos que la interpretacin que hace del arte como una actividad ligada a la religin, su concepcin sobre la creacin artsticafundadasobrelaideadeunainspiracinsagrada,surechazoa los excesos del subjetivismo romntico y a la exaltacin de la duda como expresin potica, la apasionada defensa que hace de los modelos clsicos latinos e, igualmente, su exgesis metafsica sobre el signifcado del ideal se constituyen en argumentaciones tericas que buscan legitimar una con-cepcin de la literatura fundada sobre criterios inamovibles. Si bien esto en determinado momento pudo tener alguna validez para sus seguidores, lo nico claro que muestra es el esfuerzo de un pensador lcido que pretende mantener en el terreno de la literatura un orden inquebrantable, sustentado en el acatamiento a los cnones clsicos y en la afrmacin de la fe catli-ca. Aspecto que concuerda con su ideal de una cultura reverenciadora del pasado, sometida a la regencia de una autoridad que niega toda posibilidad de pensamientos renovadores en una sociedad que, para la poca, urgente-mente lo necesitaba y desde distintas esferas lo reclamaba. Al establecer un paralelo entre las posturas estticas de Miguel Antonio CaroyMarcelinoMenndezPelayo,conquienelescritorcolombiano sostuvo una estrecha amistad intelectual, observamos que si bien ambos crticos compartieron una misma apreciacin metafsica del arte, el lti-mo autor mantuvo un prudente recato que le permiti conocer y valorar laimportanciadelasdemsconsideracionesestticasenelpanorama de la historia. De esta manera, dej abierta una libertad de criterio para losqueensupocadesearonestudiareldevenirdelasideasestticas europeas. TestimoniodeestoloconstituyesuobraeruditaHistoria de las ideas estticas en Espaa. Caro, por el contrario, pretendi imponer suopinincomosifueseunaverdadabsolutaquedebaorientartoda refexin esttica. Ciertamente, esta consideracin va de la mano con los dogmas de tipo religioso, tico y poltico defendidos por l y que preten-di imponer en el seno de la cultura colombiana, bien fuera a travs del aparatoso instrumento retrico desplegado en sus innumerables y polmi-cos artculos escritos en sus poco ms de cuarenta aos de actividad literaria o, bien, a travs del recurso jurdico que, como consejero de Estado, congresista, vicepresidente y presidente de la repblica, alcanz potestativamente a interponer.78Miguel Antonio Caro: concepciones estticas y literariasJohn Fredy Ramrez JaramilloFinalmente, vale la pena recordar que Caro mantuvo una actitud anti-modernista al pensar que el Estado deba incentivar una poltica cultural tendiente a preservar y fortalecer una clara nocin de religin y de patria, pensada bajo un modelo de autoridad incuestionable. En este sentido conci-bi la poesa y la literatura como instrumentos dispuestos para tal fn. Algo que nos hace recordar la posicin conservadurista asumida por Friedrich SchlegelySchelling(Domnguez,2009),alprivilegiarunaculturade credo y patria en donde el arte es pensado como medio privilegiado para restaurar los valores espirituales y recristianizar la cultura en una poca de entre siglos (XVIII al XIX) dominada por el materialismo. En relacin con la realidad colombiana, la aplicacin de dicho criterio ideolgico, que obser-vamos promovido de una u otra forma por Caro, tuvo serias consecuencias que afectaron el desarrollo y afanzamiento de la modernidad, durante y despus del perodo de la Regeneracin.BibliografaCamacho, Eduardo. (1982). La literatura colombiana entre 1820 y 1900. En: Cobo Borda, Juan Gustavo y Mutis Durn, Santiago (eds.). Manual de historia de Colombia. Tomo 2. Bogot: Instituto Colombiano de Cultura, 613-693.Cant, Csar. (1854). Historia universal. Tomo 1. 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