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    Seccin: Humanidades

    E H Can:Estudios sobre la revolucin

    El Libro de BolsilloAlianza Editorial

    Madrid

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    tulo original t ttdes in revoltttio lTraductor: Eugenio Gallego

    Primera edicin en l UbIo de Bolsillo:Segunda edicin en El Libro de Bolsillo:

    19681970

    Prefacio

    MacMillan Ca Ltd London 195 70 Ed cast : Alianza Edltorlal S. A Madrid 1968 19Calle Miln 38; 2000045Depsio Legal: BI o 2 200 o 1970Fotografa: Keystoneo Nc1l1cs Maqueta cubierta: Daniel ll S LImpreso en Espaa por Encuadern aclOnes Belgas, Calle Ntra Sra de la Cabeza 2 Bllbao o 12Prnted in Spain

    Los artculos con los que este libro ha sido comopuesto aparecieron en el Literary t pplement de hTimes; agradezco al editor del t pplement su amablepermiso para reproducirlos e incorporado a Larevolucin que fracas algunos pasajes de una charladada en el Tercer Programa de la British Broadcas-ting Corporation e reajustado tambin algunas refeorencias temticas suprimido otros casos de solapa-miento e introducido correcciones como consecuenciade algunas acertadas crticas pblicas o privadas Por1 dems los artculos aparecen sustancialmente inal-terados; el ao de la publicacin original se seala enel ndice De los dos artculos sobre Stalin con los quetermina el libro el primero fue escrito antes que elsegundo

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    1. Saint Simon: el precursor

    Henri de Saint Simon fue un excntrico intelec-tual. Miembro de una familia aristocrtica abandonsu ttulo de conde con un gesto teatral durante laRevolucin Francesa y pas la mayor prte de su vidaen la pobreza. Fue un racionalista y un moralista; unhombre de letras que nunca consigui escribir nicompletar una exposicin coherente de sus ideas; ydespus de su muerte el padre epnimo de una sectaentregada a la propagacin de sus ideas que goz dereputacin en toda Europa. Saint Simon careci de lamayor par te de los atributos tradicionales del granhombre. No es nunca sencillo distinguir entre lo quel mismo pens y el corpus mucho ms coherente dedoctrina con intuiciones a veces penetrantes otrascompletamente disp r t d s que la secta construyalrededor de su nombre. Es verdad que l posteridadha credo ver en algunos de sus aforismos ms claridady significacin de la que l mismo les dio. Pero el

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    ladel mtodo cientfico. Rechaza igualmente el ordendivino de la teologa y el orden natural de AdamSmith y los fisicratas. En su primer escrito publicado, Lettres d un habitan de Geneve, enunci eprincipio de que las relaciones sociales deben serconsideradas como fenmenos fisiolgicos. O tambin: El problema de la organizacin social debetratarse absolutamente con el mismo mtodo quecualquier otro problema cientfico. El trminosociologa fue, al parecer, hallazgo del discpuloms conocido de Saint-Simon y en otro tiempo susecretao, August Comte. Pero la idea provino delmaestro mismo, y fue la esencia de su filosofa.Otro de los discpulos de Saint-Simon, AugustinThierry, lleg a ser un historiador famoso; y hay enSaint-Simon no slo una sociologa embrionaria, sinotambin una teora embrionaria de la historia queremite a toda una escuela, desde BuckIe a Spengler.La Historia es el estudio de las leyes cientficas quegobiernan e desarrollo humano, que se divide enpocas orgnicas y pocas crticas; y la continuidad de pasado, presente y futuro se establece claramente. La historia es fsica social. No cabe dudaque las posteriores teoras de la historia del siglo XIXy del siglo xx deben ms a Hegel que a Saint-Simon;pero ms an a Karl Marx, quien combin el historicismo metafsico de Hegel con el utilitarismo sociolgico de Saint-Simon.Pero quiz la intuidn ms original de SaintSimon original sobre todo en un momento en quela Revolucin Francesa haba consagrado la emandpacin y el entl Onamiento del individuo despus deuna lucha de tres siglos fue su previsin de laprxima resubordinacin de individuo a la sociedad.Saint-Simon, aunque nada partidario en principio de

    Captulo 1estudio de Saint-Simon parece sugerir frecuentementeque la gran Revolucin Francesa, no contenta con lasideas que inspir a sus dirigentes y extendi por emundo contemporneo, tambin proyect hacia elfuturo ~ e r m e n t o nuevo de ideas que, actuando bajola superflCIe, llegaron a ser los principales agentes delas revoluciones sociales y polticas de los cien aossiguientes.

    a i n t ~ i m o n proporcion el primer precipitadoren letra Impresa de esas ideas. Nadie que escribasobre l puede eludir el aplicarle e trmino de precursor. Fue el precursor del socialismo, el precursorde los tecncratas, e precursor del totalitarismotodas estas etiquetas son adecuadas aunque no p e r f e ~ -t a ~ .per? considerando la distancia del tiempo y laongmahdad de las concepciones formuladas por primera vez, resultan de sorprendente propiedad. SaintSimon muri a los sesenta y cinco aos en 1825 enla vspera de un perodo de progreso material sinprecedentes y de cambios sociales y polticos arrolia

    d ~ r e s ; y sus escrit.os muchas veces dan impresinmlster Osa ?e algUIen 5lue ha vislumbrado los prximos CIen anos de la hIstoria y excitado, confundidoy entendiendo slo a medias, ha intentado expresarfragmentos deslavazados de lo que ha visto. Es elprototipo del gran hombre como reflector, ms quecomo hacedor, de la historia.El enfoque de Saint-Simon de fenmeno delhombre en la sociedad tiene ya un cuo moderno.1783, a la edad de veintitrs aos, dej ya constanc:a d; la ~ n : b i c i n de su vida: Hacer un trabajoClentIflco utIl a la humanidad. Saint-Simon marcala t r a ~ s i c i n del ::adonalismo deductivo del siglo XVIIIal raclOna]smo mductivo del sjrlo XIX: de la metafsica a la ciencia. Inaugura el ~ u l t o de la ciencia y

    Saint Simon el precursor

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    12 Captulo 1 Saint-Simon: el precursor la revolucin lleg a decir categricamente que erapreferible la dictadura a la revolucin), nunca abandon su entusiasmo por la revolucin que haba derribado al ancien rgime. El feudalismo fue siempreel enemigo; digamos incidentalmente que muy bienpuede deberse, directa o indirectamente, a SaintSimon el que feudalismo llegara a ser la etiquetaelegida por Marx para el orden pre-burgus de lasociedad. Casi todos los contemporneos de SaintSimon, y la mayora de los pensadores de la Europaoccidental de al menos las dos generaciones siguientes, dieron por sentado que el liberalismo era la anttesis natural, y en consecuencia el sucesor predestinado, del feudalismo. Saint-Simon no vea ningunarazn para tal suposicin. No fue un reaccionario, nisiquiera un conservador; pero tampoco fue un liberal.Fue algo diferente y nuevo.Estaba claro para Saint-Simon que, despus deDescartes y Kant, despus de Rousseau y la Declaracin de Derechos del Hombre, el culto de la libertadindividual, del individuo como un fin en s mismo,no poda ir ms lejos. Se descubren resonancias asombrosamente modernas en una coleccin de ensayos,intitulados L industrie de fecha 1816.

    La Declaracin de Derechos del Hombr e, a la que secons ider la so lucin del problema de la l iber tad social , fueen realidad slo el planteamiento del problema.Un pasaje de Du systme industriel en el queSaint-Simon unos pocos aos despus trat de establecer la nueva perspectiva histrica, es digno decitarse en extenso.La conservacin de la l iber tad ten a que ser obj et o d eprincipal atencin en t n to que el sistema feudal y teolgicotuv ie ra todava algn poder , porque entonces la l iber tad

    estaba expuesta a a taques ser ios y continuos . Pero hoy, unavez est blecido el sistem cientfico e industri l no puedeexistir el msmo temor puesto que este sistem debe n e e s ~riamente, y sin inters d irec to alguno en el asunto, traerconsigo el ms al to grado de libertad en la esfera temporaly en la social.o tambin, y ms enfticamente:

    La idea vaga y metafsica de l iber tad en circulacin ennuest ros dias, si c on tina si endo tomada como l base delas doctrinas polticas , tender sobre todo a estorbar la accinde l masa sobre el ind iv iduo . Desde esa perspec tiva , seopondra al desarrol lo de la civi lizac in y a la organizacinde un sistema ordenado que exige que las partes ~ s t n firmemente v incu ladas al todo y dependien tes de l.El individuo, como Saint-Simon seala en otrolugar, depende de la masa, y son las relaciones

    de cada individuo con una masa progresivamenteactiva, en expansin e irresistible, lo que tiene queser estudiado y organizado. Hasta la palabra libertad, en el primero de los pasajes ms arriba citado,va seguido por el adjetivo socia , como una peticin de principio. El tema adecuado de estudio dela humanidad no es ya el hombre, sino las masas.n suma, Saint-Simon se hallaba en el punto detransicin de la civilizacin feuda a la industrial.Percibi la naturaleza de la transicin ms claramenteque sus contemporneos, y adivin muchas de sus

    implicaciones. Hasta dnde barruntaba l mismo laaplicacin prctica de la ciencia a la industria nopuede ser averiguado con certeza. Fueron discpulossuyos quienes saludaron la construccin de ferrocarriles con fervor casi religioso como el smbolo y elinstrumento del progreso social 1 que nos recuerdala definkin del socialismo de Lenin como os sovietsms electrificacin); y otros discpulos suyos fueron

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    4 Cap tulo 1 SantoSmon: l precursor 15quienes en los aos 1840 fundaron la Socit d Etudes du Canal de Suezo Pero Saint-Simon insistil leg a ser cada vez ms el leitmotiv de todos susescrtos en que la produccin indus tri al sera enlo sucesivo la funcin principal de la sociedadoIndustria, produccin, organizacin: tales eran laspalabras claves del vocabulario saint-simonianooBastante lgicamente, por tanto, Saint-Simonaparece como uno de los fundadores del culto decimonnico al trabajoo Los comienzos de este culto estnen Rousseau y Babeuf; pero fue Saint-Simon quienlo coloc en el mismo centro de su sistemaoLa concepcin del ocio y l contemplacin como el estado mselevado de la humanidad muri con el ltimo vestigiodel orden medieval. Todos los hombres trabajar11,escribe Saint-Simon en las Lettres d un habitant deGeneve donde muchas de sus ideas aparecen en suforma primitiva y ms simple; se impone la obligacin a todos los hombres de dar constantemente asus capacidades personales una direccin t il a lasociedado Efectivamente, en una posrerior Declaracin de principios, def ine la sociedad como lasuma total y la unin de los hombres comprometidosen trabajos tileso El trabajo no es ya una necesidadsino una v ir tudoEl nuevo pr inc ipio de la mora lidades el hombre debe t raba jar ; y la nacin ms felizes la nacin en la que hay menos desocupadoso SaintSimon proporcion el fundamento moral para la teoradel valor-t raba jo que estaba siendo elaborada en lamisma poca en Inglaterra por RicardooPrevi tambin la prominencia dada cien aos despus en elnuevo evangelio sovitico al precepto: el que notrabaja no debe comen>oLa generacin que sigui a Saint-Simon fue frtilen la creacin de utopas; y sus opiniones sobre la

    organizacin de la sociedad y del Estado, aunque noestn recogidas en ninguna exposicin sistemtica,fueron de las ms populares de sus especulacionesoApenas es necesario decir que la concepcin liberalde la pol tica y la economa, int roducida en Franciapor el discpulo de Adam Smith, R Say, fue anatema para Saint-Simon, para qu ien la pol tica es laciencia de la produccino Pero la identificacin sealcanza por la subordinacin de la poltica a la economa, y no de la economa a la polticaoEs lgico; enefecto, ya que la sociedad descansa totalmente enla industria, que es la nica fuente de toda riquezay prosperidad, de ah se sigue que el estado decosas ms favorable a la industr ia es por lo mismo ems favorable a la sociedadoEl Gobierno en el sentido antiguo es un mal necesariooSu nico objeto esinstalar y mantener a los hombres en el trabajooPues,desgraciadamente, hay faineants es decir, ladronesoPero es esta una funcin menor y subsidiar iao Laautoridad suprema ser un parlamento econmico(nocin que todava ejercer su at rac tivo ms de unsiglo despus), dividido en tres cmaras, dedicadasrespectivamente a la invencin, el examen v laejecucin. oPero l ciudad de futuro imaginada por SaintSimon presenta otros rasgos todava ms curiososoLadivisin de funciones es precisao El artista despertarla imaginacin de los trabajadores y excitar las pasiones apropiadaso Los hombres de estudio establecern las leyes de salud del cuerpo socia o Entre parntesis, estas medidas muestran que la ordenacin delarte la ciencia al servicio de Estado no es nadanuevo ni pecul iar de ninguna par te de Europa)o Losindustriales (entre los cuales incluve Saint-Simona los productores de todo tipo y hasta a los comer-

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    17Ms directamente fructfera que esa visin de unfuturo lejano fue la concepcin, que atraviesa los escri-toS de Saint-Simon sobre el Estado, de una distincinentre gobierno y administracin. Esta distincin

    la repite de muchos modos. Antiguamente existanlos poderes espiri tual Y temporal, hoy han sidosustituidos por las capacidades cientfica e industrial. El poder, que es un principio absoluto dt:; gobierno, es una fuerza opresiva ejercida por hombres sobrehombres; Y la accin del hombre sobre el hombrees siempre perjudicial para la especie. Po r otra parte,la nica accin til ejercida por el hOlnbre es laaccin del hombre sobre las cosas. Esto es la administracin; Y

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    18 Capi tulo 1 Saint-Simon: el precursor 9editado por discpulos de Saint-Simon despus de sumuerte. No queremos sacrificar la personalidad alsocialismo subraya el artculo ni tampoco esteltimo a la personalidad. En el sentido de ponerel acento sobre la sociedad antes que en el individuo,Saint-Simon fue socialista. Pero en el sentido moderno, ms poltico, surgen muchas dudas. La nica oca-sin en que Saint-Simon puso una etiqueta a suspropias opiniones polticas fue cuando dijo que noperteneca ni al partido conservador ni al partido liberal, sino al parti industriel y si bien puede ser engaoso traducir industriel por

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    t s pens dores que por muy utpic s y f ntstic s que se nsus enseanzas, pertenecen a las grandes inteligencias de todoslos tiempos y que con la intuicin del genio anticiparon unnmero incalculable de verdades que nosotros demostramosahora cientficamente.Fue ya al final de su vida, y despus del fracasode un intento de suicidio, cuando Sain-Simon escribiun libro intitulado Le Nouveau hristianisme quefue el primero de varios intentos decimonnicos porcrear una religin secular sobre la base de la ticacristiana. n un primer momento de su carrera, aunprofesando la creencia en Dios, haba declarado quela idea de Dios no puede ser aplicada en las cienciasfsicas en las que se incluan, segn Saint-Simon,las ciencias sociales), aadiendo, sin embargo, un poco

    enigmticamente, que es el mejor mtodo hasta ahora encontrado para motivar elevadas decisiones legislativas. Esta base pragmtica no falt evidentementeen Le Nouveau hristianisme aunque se propusieraser la expresin de un cierto orden moral absoluto,incluyendo la fraternidad del hombre y la obligacinuniversal del trabajo. sistema catlico, habadescubierto Saint-Simon, estaba en contradiccincon e sistema de las ciencias y de la industria moderna. Su destruccin era inevitable. La ambicin deSaint-Simon era nada menos que encontrarle unsustituto.No es, sin embargo, demasiado justo colocar enla puerta de Saint-Simon todos los absurdos perpetrados despus de su muerte por la secta saint-simoniana. La propagacin literaria de sus doctrinas lleva investidura de maestro con un halo espreo desantidad. Y de aqu haba un corto trecho para lacreacin de una Iglesia con sacerdocio y ritual, y deun monasterio secular en Mnlmontant, en los subur-

    2 Captulo 1 bias de Pars, en e que cuarenta de los creyentesse reunieron en un determinado momento. El gransacerdote de la orden, Enfantin, fue una figura pintoresca y sobresaliente cuyos escritos fueron admitidosen el canon, pero cuyos excesos de heterodoxia condujeron a la disolucin de la orden por las autoridades.Despus de cumplir una condena en prisin, Enfantin emigr a Egipto. Pero la secta sobrevivi durantetreinta o cuarenta aos en Francia y tuvo algunosseguidores incluso en pases extranjeros, aunque enInglaterra fue pronto eclipsada por el ritual ms sobrioy respetable de Comte y los positivistas; y es unaextraa irona de la his toria que se haya reservadoesa apoteosis pstuma a alguien que se esforz tanseriamente por fundar una ciencia secular de lasociedad.

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    2. El Manifiesto Comunista l Manifiesto Comunista 23

    Durante el invierno de 1847-48 es difcil fijaruna fecha ms precisa para la celebracin del aniversario apareci uno de los documentos capitales delsiglo XIX, el lVlanifiesto omunista n el verano de1847 un grupo formado principalmente por artesanosalemanes residentes en Londres celebr el primercongreso de una nueva Liga Comunista. Sus miembros haban estado durante algn tiempo, en contactocon Marx, que entonces resida en Bruselas. Y Engelsasisti al congreso, que aplaz para otra futurareunin la elaboracin de un programa para la Liga.Animado por esta perspectiva, Engels trat de realizar ese proyecto y escribi un catecismo con veinticinco preguntas, que Marx y l l levaron consigo alsegundo congreso de la Liga en Londres a finales denoviembre. l congreso encarg entonces a Marx yEngels redactar el programa, que debera tener forma22

    de manifiesto. Marx trabaj con ahnco en Bruselasdurante diciembre y enero. l Manifiesto del Partido omunistase public en Londres en alemn en febrero de 1848, unos das antes de que la revolucin estallara en Pars.l Manifiesto omunista est dividido en cuatropartes. La primera pasa revista al nacimiento de laburguesa sobre las ruinas del sistema feudal de relaciones de propiedad, gobierno y moralidad que aqulla destruy; muestra cmo las fuerzas productivaspoderosas colosales que la burguesa misma hacreado han crecido hasta el pun to en que no son yacompatibles con las relaciones e propiedad y lasupremaca burguesas; y finalmente demuestra que elproletariado es la nueva clase revolucionaria, la nicaque puede dominar las fuerzas de la industria moder

    na y acabar con la explotacin del hombre por elhombre. La segunda part ] expone la poltica del partido comunista, la seccin ms resuelta y progresivade la cIase trabajadora de todos los pases, para llevara cabo la revolucin proletaria que destruir el poderburgus elevar al proletariado a la posicin declase dirigente. La tercera parte examina y condenaotras escuelas, recientes y vivas, de socialismo; lacuarta es una breve posdata tctica sobre las relaciones de los comunistas con otros partidos de izquierdas.Un documento histrico como el Manifiesto omunistainvita a ser examinado desde el punto devista tanto de sus antecedentes como de sus consecuencias. n el primer aspecto, el Manifiesto debetanto a predecesores y contemporneos como casitodos los manifiestos famosos; y lo peor que puededecirse es que la violenta general denuncia porpar te de Marx de predecesores y contemporneosenmascara algunas veces la naturaleza de la deuda.

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    siglo XVII se consolid definitivamente en 1832 Larevolucin burguesa francesa ms repentina y dram-ticamente triunfante despus de 1789 sucumbi a lareaccin para resurgir slo hacia 1830 En ambos pa-ses la primera lucha revolucionaria de la edad moder-na la lucha entre el feudalismo y la burguesa habavirtualmente acabado; el escenario estaba preparadopara la segunda lucha entre la burguesa y el prole-tariadoLos acontecimientos de 1848 producidos pocodespus de la redaccin del Manifiesto confirmaronen buena medida su diagnosis y no lo refutaron enningn punto En Inglaterra el colapso del cartismofue un retroceso que no obstante marc un progresoen consolidacin de un movimiento consciente declase de los trabajadores En Francia el proletariadomarch codo con codo con burguesa en febrerode 1848 como el Manifiesto haba predicho que suce-dera en tanto que el objetivo fue consolidar exten-der la revolucin burguesa Pero una vez que el prole-tariado levant su propia bandera de revolucin socialla lnea fue cruzada Burguesa proletariado aliadoshasta que la revolucin burguesa se hubo realizado asegurado estaban ahora por la llamada a la revo-lucin proletaria en los lados opuestos de las barri-cadas La primera lucha revolucionaria haba conclui-do; la segunda era inminente En Pars en los dasde junio de 1848 Cavaignac salv a burguesa yderrot enteramente la revolucin proletaria asesi-nando ejecutando desterrando a los trabajadorescon conciencia de clase El modelo del ManifiestoComunista haba sido seguido con toda precisin Asel profesor Namier que no es marxista declara: laclase trabajadora qued derrotada la clase mediasac provecho de ello:

    Captulo 2lo que dijo poda aplicarse a condici ones que diverganmucho de las de la poca de Marx Slo el audazpropona abiertamente revisar a Marx; el sagaz lo

    l ~ t e r p r e t b El Manifiesto Comunista ha permane-Cldo as como un documento vivo Su centenario nopucde celebrarse de orra manera que a la luz a lasombra de la revolucin rusa que ha sido su encar-nacin culminante en l historiaEl Manifiesto Comunista contiene un esquemacoherente de la revolucin La historia de todas lassociedades existentes hasta hoyes la historia de lalucha de clases En los tiempos modernos Marx detec-ta dos de tales luchas: la lucha entre l feudalismoy la burguesa que termina con la victoria de la revo-lucin burguesa y la lucha entre la burguesa y elproletariado destinada a terminar con la victoria dela revolucin proletaria En l primera lucha unproletariado naciente es movilizado por la burguesaen apoyo de objetivos burgueses pues es incapaz deperseguir objetivos independientes propios; cadavictoria as obtenida es una victoria para la burgue-sa En la segunda lucha Marx reconoce la presenciade la baja clase media l pequeo industrial eltendero el artesano el campesino que juega unpapel fluctuante entre la burguesa y el proletariadoun Jumpemproletariad propenso a venderse alas fuerzas reaccionarias Pero tales complicacionesno afectan seriamente a la ordenada simplicidad delesquema principal de la revolucinEl esquema fue construido a la luz del estudiode Marx de la his toria moderna de Francia e Ingla-terra y de los trabajos de los economistas francesese ingleses as como del estudio de Engels sobre lascondiciones de las fbricas en Inglaterra La revolu-cin burguesa inglesa que logr su victoria en el

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    28 Captulo 2 El Manifiesto Comunista 29. La revolucin de junio como Marx escribi por aqueltIe ; po-- ha escindido por primera vez al conjunto de la

    s o c l e d ~ d en dos campos ~ o s t i l e s st y oeste de Pars oLa umdad de la revolUCin de febrero ya no existe. Loscombatientes febrero estn ahora luchando entre s algoque n u n ~ habla suced do antes ; la ant igua indiferencia hadesapar ecldo y todo hombre capaz de empuar r s estcombatIendo de un l ado o del otro de las bardcadas .

    Los sucesos de febrero y junio de 1848 habanproporcionado una ilustracin clsica de gran abismo existente ent re la revolucin burguesa y laproletaria.. Mas hacia el este el modelo de Inglaterra y Fran

    CIa no poda aplicarse enteramente como la seccinfinal del Manifiesto admita casi expediente deltima hora.En Alemania la revolucin burguesa no haba

    comenzado todava. La burguesa alemana no habaconquistado an los derechos polticos fundamentales que la burguesa inglesa haba alcanzado en 1689 la francesa cien aos despus. La tarea del proletarIado alemn era t o ~ v por consiguiente apoyar ala burguesa en la prImera lucha revolucionaria frenteal feudalismo. En Alemania segn las palabras deManifiesto el partido comunista combate junto a laburguesa siempre que sta acte de manera revolucionaria contra la monarqua absoluta los seoresfeudales y la pequea burguesa. Pero no poda afirmarse que Alemania seguira simplemente ms tardeo ms temprano los mismos caminos que Inglaterray Francia. La revolucin alemana acaecera en lascondiciones ms adelantadas de la civilizacin europea 1 que le dara un carcter especial. Donde eproletariado est ya tan adelantado piensa Marx la

    r ~ v o l u c i n burguesa slo puede ser el preludio in:nedlato para la revolucin proletaria.

    Cuando Marx en la breve seccin con que concluye el Manifiesto dedicada a las tcticas del partidocomunista anunci as la posibilidad para Alemaniade una transicin inmediata desde la revolucinburguesa a la revolucin proletaria sin perodo intermedio de gobierno burgus mostr una aguda perspicacia histrica aun a costa de minar la validez de suspropios anlisis tericos. Los sucesos de 1848 en lastierras de lengua alemana confirmaron la intuicin deMarx de la imposibilidad en Alemania de un perodode supremaca burguesa en el poder comparable con elque baba marcado tan fuerte impronta en la historiade Francia e Inglaterra. Esta imposibldad se deba notanto a la fuerza del proletariado alemn que Marxquizs exageraba como a la debilidad de la burguesaalemana. Sean las que fueren las posibilidades de unaeventual revolucin proletaria en Alemania a mediados del siglo XIX la materia para una revolucin burguesa como lo que Francia e Inglaterra haban realizado haca aos faltaba evidentemente. Realmente laburguesa lejos de pedir el poder para s misma estaba dispuesta a aliarse con los elementos supervivientesdel feudalismo en defensa de la amenaza proletaria.Apenas se necesita aadir que los mismos sntomasen una forma ms pronunciada se repetiran en Rusiams de medio siglo despus.El problema por consiguiente que Alemania presentaba en 1848 a los autores del Manifiesto omu-nista era el mismo que Rusia presentara en su daa los tericos de su revolucin. De acuerdo con elmodelo revolucionara del Manifiesto omunista lafuncin de la burguesa era dest rui r por completo sociedad feudal como paso previo para su propiadestruccin en la fase final de la lucha revolucionariadel proletariado. Pero qu sucedera si la burguesa

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    Captulo 2 El Manifiesto Comunista 3por debilidad o cobarda quiz por alguna precozpremonicin de su propio destino final era incapazo no quera cumplir su funcin esencial? Marx nuncadio una respuesta categrica a este problema. Perosu respuesta estaba implcita en la doctrina de larevolucin permanente formulada en un mensaje ala Liga Comunista en el ao 1850:

    Mientras la peque a burguesa democrtica quiere acabarla revolucin lo antes posible... nuestros intereses y nuestratarea es hacer la revolucin permanente hasta que todas lasclases proI:ietarias sean desprovistas de autoridad, hasta quee proletarIado conquiste e poder de Estado.

    La responsabilidad de completar la tarea, que laburguesa haba dejado de realizar, de l iquidar elfeudalismo pasaba as al proletariado.Qu forma debera tomar la destruccin del feudalismo cuando el proletariado se encontrara a s mismoenfrentado a una sociedad feudal sin una burguesaefectiva e independiente de por medio, no estaba deltodo claro. Pero si se insista como Marx hizo yEngels continu haciendo hasta el final de su vida-en que

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    Las diferencias y los antagonismos nacionales estn hoydesvanecindose cada vez ms con el desarrollo de la burgue-sa, e libre comercio en el mercado mundial, la uniformidadde la produccin industrial y las condiciones .de vida corres-pondientes.Con la victoria de proletariado se desvanecern todavams rpidamente... Con la desaparicin de las clases dentrode las naciones desaparecer tambin la enemistad entre lasnaciones.

    francesa, el nacionalismo haba crecido como un atri-buto de la sociedad burguesa en una poca en quela burguesa era una fuerza revolucionaria y progre-sista. Tanto en Inglaterra como en Francia la burgue-sa, invocando e espr itu nacional para destruir a unfeudalismo que era a la vez part icular is ta y cosmo-polita, haba construido a travs de varios siglos unEstado centralizado sobre un fundamento nacional.Pero el avance de capitalismo estaba haciendo ya alas naciones anticuadas.

    n consecuencia, e primer paso para el proleta-riado de cada nacin era ajustar cuentas con supropia burguesa. El camino estara as abierto paraun verdadero orden comunista internacional. Al igualque j v1azzini y otros pensadores de siglo XIX Marxpiensa en el nacionalismo como un escaln naturalhacia e internacionalismo.

    Desafortunadamente, el modelo nacional delManifiesto lejos de ser universa l, resu lt difcil deextende r ms all de los lmites estrechos de lugarEuropa Occidental) o tiempo (1a edad de Cobden)en el que fue proyectado. Fuera de la uropaOcci-dental, las mismas condiciones que impedan la apa-ricin de una burguesa poderosa impedan tambinel desarrollo de un nacionalismo burgus en regla. Enla uropa Cent ral e Imperio de los Habsburgo,

    33 l\ Ianifiesto Comunistaap tulo 2Ilista que Alemania poda pasar inmediatamente dela revolucin burguesa a la proletaria; o bien fracasen la tarea de encajar la nueva concepcin dentro delesquema revolucionario de la primera parte del Mani-fiesto.

    Marx encontr dificultades semejantes al aplicarlas generalizaciones del Manifiesto Comunista sobrenacionalismo, que se basaban sobre experienciasmglesas y francesas, a la Europa centra l y or iental.La acusacin frecuentemente dirigida contra Marx deignorar o despreciar el sentimiento nacional descansarealmente en un error. La famosa observacin de quelos trabajadores no t ienen patria , leda en su con-texto, no es ni una bravata ni un programa; se tratade un lamento que haba sido durante mucho tiempoun lugar comn entre los escritores socialistas. Babeufl1jlba declarado que la mul ti tud ve en la sociedadslo un enemigo y ha perdido hasta la esperanza detener una pat ri a; y Weit ling haba relacionado lanocin de patria con la nocin de propiedad.

    Solamente tiene patria quien es propietario o, en todocaso, tiene la hbertad y los medios para llegar a serlo. Quienno tiene eso no tiene patria. norden a remediar esta situacin citando otravez e1l Iani/iesto el proletariado conquistar prime-ramente el poder poItico, se convert ir en la clase

    dominante de la nacin, se constituir a s mismocomo nacin, de forma que el proletariado ser lmismo entonces nacional, aunque no en el sentidoburgus.El pasaje del Manifiesto en que esta frase seencuentra no est libre de ambigedades. Pero intencin est clara. nopinin de Marx, que secorresponda con los hechos de la h is tor ia inglesa y

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    34 Captulo 2 El Manifiesto Comunista 35Prusia), as como en Rusia, el Estado centralizadohaba sido creado bajo la presin de necesidades mili-tares por los seores feudales, indiferentes al senti-miento nacional; y cuando en el siglo XIX bajo eimpulso de la Revolucin Francesa, e nacionalismose convirti por primera vez en una fuerza a tener encuenta en la Europa Central y Oriental, no apareci-como en Inglaterra y Francia- como un atributoy complemento de Estado, sino como un sentimientoindependiente de cualquier organizacin estatalexistente.Adems, la relacin entre Nacin y Estado funcio-naba de diferentes maneras; y algunas veces hastacomprometa al mismo grupo nacional en actitudescontradictorias. Esto era particularmente cierto en elcaso del Imperio Austraco. La creciente conciencianacional de la burguesa austrogermana no disminuysu apoyo a la unidad imperial; sin embargo, la bur-guesa de los restantes grupos nacionales constitutivosdel Imperio trataba de destruir esa unidad, o al menosde disolverla en una federacin. Los hngaros afir-maron los derechos de la nacin magiar frente a losaustrogermanos, pero negaron los derechos nacionalesa los croatas y eslovacos.En estas circunstancias no es sorprendente queMarx y Engels nunca consiguieran e aborar, ni siquierapara su propio tiempo y generacin, una teora cohe-rente de nacionalismo que pudiera aplicarse en todaEuropa. Apoyaton la reivindicacin polaca de indepen-dencia nacional; ningn revolucionario, ningn liberalde siglo XIX poda actuar de otra manera. Pero Engels,en todo caso, pareci principalmente interesado enque esa reivindicacin se satisficiera a expensas deRusia ms bien que de Prusia, proponiendo en unaocasiJi ofrecer Riga y Mitau a los polacos a cambio

    d Danzincr y Elbing; y en el arranque ingenuo decarta Privada a Marx se refiri a los, ~ o l a ~ o s como un nation foutue un instrumento. ,ut sol? hastaue Rusia sea arrastrada a la r e ~ o ~ u c l O n agrana.mismo espritu Enge s rechazo reservas.las asp1raciones nacionales de los eslavos del Imper de losHabsburO o, cuyo triunfo sera asu ent;nder- una. 'd Oeste civilizado al Estebarbaro.sum1S10n e MEn esos juicios, de los que.no se sabe que .haya discrepado, Engels estuvO l d ~ d a b l e m ~ n t e l11f1u:do por prejuicios nacionales, en part:cular P?f su ? O ~ l id d hacia Rusia como el poder mas reaCClonano e~ m e n t ~ Pero estuvo tambin movido por e recono-cimiento de que esos n a c i o n a l i s m o ~ ?e la EuropaCentral v Oriental, cuya base econom1ca agr.ana,, d o poco que ver con el naclOna11smoteman na a b cr s del que Marx y e se hablan ocupa o en eur ,ue bl deMan.ifiesto Comunista. No so o un pro ema .Oeste civilizado y Este b ~ r b a r o : se trataba, as\. mo de la sujecin de la clUdad por el campo,. de

    : l l ~ e r ~ i o la industria. Yla inteligencia pO,r la agncul-tura primitiva de los Slervos eslavos. Segu.n los presu-uestos del Manifiesto esto era necesartamente un~ a s o retrgrado. El fracaso de ~ a r x y Engels para daruenta del nacionalismo agrano es un aspecto de la

    ~ t r a gran laguna del Manifiesto: e problema delcampesino. d

    Si la teora del naclOna11smo senta a en e amfiesta Comunista no pudo ser trasplantada d e ~ d e laEuropa Occidental a la Europa Centra l y O n e ~ t a ltampoco resisti la prueba del tiempo. El M a m f l e ~ ; ocontiene, ciertamente, una referencia a la explotaclOnde una nacin por otra y declara, en lo que p a r e c ~una tautologa en un sentido y en o t ~ ~ un s ~ q u ~ -tur que terminar cuando la explotaclOn de unos l11dl-

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    Captulo 2 El Manifiesto Comunista 7viduos por otros termine. Pero Marx tiene poco quedecir y nada en el Manifiesto acerca del problemacolonial, tr at ndo lo con detalle slo en el caso deIrlanda; y es quiz significativo que, mientras en 848estaba decidido a sacrificar a los irlandeses del mismomodo que a los eslavos austracos, hacia 869 llega estar convencido de que el inters directo absolutode la clase trabajadora inglesa exige la ruptura de laactual unin con Irlanda. Marx no vivi, sin embar-go, lo suf iciente para ver el desarro llo completo delproceso mediante el cual las grandes naciones, yavctimas de las contradicciones del capitalismo, riva-lizaron ent re s para someter al res to del mundo bajosu yugo, en un desesperado intento por salvarse a smismas al sistema capital ista el proceso que Leninanalizara aos despus en su clebre obra El imperia-lismo etapa superior del capitalismo ; ni pudo tam-poco pr,ever la ascensin a la conciencia nacional deinnumerables naciones no histricas, de las que loseslavos austracos haban sido los precursores . Lateora sovitica de la nacionalidad, en la que el proble-ma colonial el problema de las pequeas naciones serepar ten los honores, fue slo una plida vaci-l an te luz de las simples lejanas formulaciones delManifiesto Comunista. Pero los crt icos de las teorasnacionales, sean las de Marx o las de los bolcheviques,pueden tambin reflexionar sobre el hecho de quepensadores hombres de estado burgueses tampocohan sido capaces de formular, an menos de aplicar,una doctrina coherente de los derechos nacionales.La actitud de Marx con respecto al cultivador delsuelo es t ms ser iamente somet ida a cr iticas. Aqutambin hay una anticipacin de controversias poste-riores t n to los mencheviques como Trotski seranacusados, con razn desde el punto de vista de Lenin,

    de subestimar al campesino y aqu tambin Marxse ve envuelto en dificultades porque sus teorasiniciales fueron fundamentalmente construidas paraacomodarse a las condiciones occidentales. El Mani-fiesto Comunista alaba a la burguesa por haber libe-rado, gracias al desarro llo de factor as y ciudades,a una gran parte de la poblacin de la idiotez de lavida pueblerina; clasifica a los campesinos opequeos propietarios agrarios, con los artesanos, lospequeos comerciantes los tenderos, como miembrosde la pequea burgues a, una clase inestable reaccionaria, ya que lucha contra la gran burguesa nopor fines revolucionarios, sino slo para mantener supropio status burgus. En Inglaterra, en Francia a laque en los crculos revolucionar ios se cons iderabageneralmente como un Pars en grande en Alema-nia, el Manifiesto Comunista sostuvo el modeloest ricto de las revoluciones sucesivas, de las que elproletariado la burguesa seran las fuerzas impul-soras respectivas, y no reserv ningn lugar indepen-diente para el campesinado.

    Los acontecimientos mostraron pronto la lagunadejada por este esquema incluso en la Europa Occi-dental. Los campesinos franceses se quedaron quietoscuando los trabajadores revolucionarios fueron bati-dos eniunio de 1848 por los agentes de la burguesa, votaron como un solo hombre por la dictaduraburguesa de Luis Napolen. De hecho, se compor-taron exactamente como el Manifiesto esperaba quelo hicieran lo que no les salv de at rae rse algunas delas invectivas ms violentas de Marx en El dieciochode Brumario de Luis BOllaparte pero hacindolo asmostraron cuntas cosas tendran que suceder antes de

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    Captulo 2 El vlanificsto omunista 9que el proletariado francs pudiera ser capaz de hacerotra Revolucin Francesa

    n Prusia y en toda Alemania la revolucin de1848 estuvo en manos de intelectuales que pensabantan poco en los campesinos como el propio Marx; ylos campesinos no se rebulleron n Austria los cam-pesinos en cambio actuaron Se levantaron en Ga-litzia contra los terratenientes; y lo hubieran hechotambin en otras partes de contar con una direccinadecuada Formaron un amplo y vociferante grupo enel nuevo Reichstag democrtico Pero las reivindicacio-nes de los campesinos tropezaron con la hostilidad dela burguesa la indiferencia del proletariado urbanoCampesinos y proletarios fueron vencidos cada unopor separado por falta de una direccin y un progr?-ma que les uniera; y en Europa Central la moralejams exacta de 1848 fue que ninguna revolucin podatriunfar si no ganaba para su causa al campesinado ydaba gran prioridad a sus intereses

    n la Europa Oriental esta conclusin resultabaan ms clara Con respecto a Polonia incluso elManifiesto declaraba que los comunistas apoyan alpartido que ve en la revolucin agraria el camino parala libertad nacional el partido que provoc la insu-rreccin Cracovia de 1846 Pero es re pasaje queaparece en la posdata tctica es la nica incursin delManifiesto en la Europa Oriental y su nica refe-rencia a la revolucin agraria; y hasta en ese lugar seve a la revolucin agraria como el auxiliar de unarevolucin burguesa que conduce a la libertad nacio-nal y no a la revolucin proletariaResidiendo el resto de su vida en Inglaterradonde no exista problema campesino ni agrario Marx

    nunca sinti una fuerte incitacin para llenar esalaguna del Afanifiesto Comunista En 1856 al extraerlas enseanzas del fracaso de 1848 en Alemania hablde pasada sobre la importancia de apoyar la futurarevolucin alemana con una segunda edicin de laGuerra campesina Pero incluso en esta ocasin slose asignaba al campesinado un papel subsi?iario; Fuehacia el final de su vida cuando Marx se V obhgadoa emitir un juicio acerca de una controversia queacababa de iniciarse en la lejana Rusia l principalgrupo revolucionario ruso los Nardnikis vea en lacomunidad campesina rusa con su sistema de tenenciacomn de la tierra la semilla del futuro orden revo-lucionario ruso or otra parte los primeros marxis-tas rusos estaban va empezando a sostener que elcamino hacia el s ~ c i l i s m o tanto en Rusia como encualquier otra parte pasaba necesariamente por undesarrollo del capitalismo y del proletariado

    n cuatro ocasiones Marx y Engels se enfren-taron con este delicado problema n 1874 antes quelos marxistas rusos hubiesen hecho su aparicinEngels haba teconocido la posibilidad en condicionesfavorables de la transformacin del sistema comunalen una forma superior evitando la etapa intermediade propiedad burguesa individual n 1877 repli-cando a un ataque de un peridico ruso Marx sel imit a admiti r ambiguamente que Rusia tena damavor oportunidad que la historia ha ofrecido a unanain de evitat los avatares del orden capitalis tan 1881 Marx dio una respuesta ms posi tiva a unapregunta personal directa de Vera Zasulich; al aosiguiente la ltima y ms autorizada declaraCin apa-reci en el prefacio a la traduccin rusa del Mani

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    40 Captulo 2 El Maniesto Comunista fiesta Comunista firmado conjuntamente por ambosautores

    Si la revolucin rusa es la seal para una revolucin delos trabajado re s e n Occ iden te de forma ta l que se comple-menten l un l otr entonces l sistem contemporneoruso de propiedad comunal p ued e servir como punto departida para un desanollo comunistaLos socialdemcratas rusos de la generacinsiguiente tanto bolcheviques como mencheviquesmiraron con recelo a esa desviacin casi Nardniki yvolvieron a los modelos tericos ms puros del Mani-fiesto Comunista con su dialctica claramente delimi-

    tada de revolucin burguesa revolucin proletaria;y Lenin mismo no menos que los mencheviquesmantuvo firmemente la paradoja de que el futurodesarrollo del capitalismo en Rusia era un preludionecesario para la revolucin social Sin embargoLenin como Marx en los ltimos aos reconoci queninguna revolucin ningn revolucionario-poda permit irse en la Europa Oriental el lujo deignorar al campesino sus reivindicaciones Despusde 1905 antes y despus de 1917 los bolche-viques se vieron obligados a dedicar una gran cantidadde energas discusiones a la tarea de encajar al cam-pesino ruso den tro de las frmulas occidentales delManifiesto Comunista

    Franz Mehring el mejor ms simpatizante bi-grafo de Marx hace notar a propsito del ManifiestoComunista que en muchos aspectos el desarrollohistrico ha avanzado de o tro modo y sobre todoms lentamente de como lo esperaban sus autoresEsto es verdad en lo que concierne a las expectativasde los dos hombres jvenes que compusieron el Mani-fiesto Pero hasta qu punto se modificaron esas

    expectativas? En lo que respecta al r itmo Marx enlos ltimos aos de su vida no crea ya en la inmi-nencia de la revolucin proletar ia con toda la vehe-mente confianza de 1848 Pero incluso el Manifiestoen uno de sus pasajes ms prudentes haba pronos-ticado xitos temporales seguidos de retrocesos y unlento proceso de

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    posibilidad de realizar la revolucin social sin pasaren forma alguna por la fase capitalista-burguesa noslo modificando sino desvindose totalmente deanlisis revolucionario de ManifiestoEs curioso y significativo de la vitalidad depensamiento de Marx observar cmo puntualmentetal evolucin se repiti en el partido socialdemcrataruso. Sus primeros dirigentes Plejnovy Axe rodLenin y Mrtov aceptaron sin crtica el esquemadel Manifiesto omunista Despus de 1903 losmencheviques permaneciendo consecuentes consigomismos y con el esquema marxista entraron en bancarrota porque no pudieron encontrar ninguna manerade aplicarlo a las condiciones rusas. Lenin ms flexible tom el esquema y lo adapt brillantemente aesas condiciones; y la adaptacin que hizo segua grandes rasgos ya que no en detalle la que Marxmismo haba admitido en sus ltimos aos. El procesopuede ser justificado. El marxismo nunca se presentante el mundo como un cuerpo esttico de doctrina;el propio Marx confes una vez que l no era marxista; y la evolucin constante de la doctrina en respuesta a las condiciones cambiantes es en s mismauna regla del marxismo.A parti r de estos supuestos la revolucin rusapuede llamarse hija legtima de Manifiesto omu-nista El Manifiesto desafi a la sociedad burguesa yofreci una nueva estimacin de los valores burgueses. La revolucin bolchevique con todas sus desviaciones y adaptaciones a las especficas condicionesrusas y con todas las impurezas que siempre desfiguran la prctica como algo opuesto a la teora hallevado a cabo tal desafo y trata de aplicar esa nuevaestimacin. Que la sociedad burguesa se ha colocado

    progresivamente a la defensiva en los lt imos cienaos que su destino cuelga todava en la b l ~ zpocos pueden hoy negarlo; y hasta que es e destInoest decidido hasta que alguna nueva snteps se hayarealizado e Manifiesto no habr dicho su ltimapalabra.

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    PROUDHON Lettres Cboisies et annotes porDaniel ~ v y y Louis Guilloux. PROUDHON Lettres citoyen Rolland> PROUDHON Textes cboisis por Alexandre Marc.

    que afirma simult: neamente que la guerra es irrelevante porque nunca resolver los problemas econmicos esenciales, y que el hombre es ante todo unanimal guer rero y que slo en la guerra su naturaleza sublime llega a manifestarse.Los escritos de Proudhon son de difcil accesodebido tan to a sus incoherencias como a su enormeextensin. Los compiladores y editores de Proudhonhan trabajado bien por lo general, y la nayor part ede sus obras ms importantes son fcles de encontrar,aunque una edicin completa de sus obras todavano haya sido publicada. Los catorce volmenes de lani con mucho edicin completa de su corrspondenciahan sido convenientemente antologizados pa ra ellector ordinario en un solo volumen ; pero el pblicodispone ahora de una nueva contribuc,in con lareciente publicacin de una serie de cartas importantes y caractersticas de los ltimos aos de su vida,dirigidas a su amigo Rolland .Hav muchos indicios de que Proudhon sigue fascinando a sus compatr ioras, aun cuando slo sea comoun amplio almacn de ideas de donde pueden extraerse muchos materiales preciosos de cualquier calidad yaspecto. Hace muchos aos que Bougl, el mejor desus numerosos comentadores, clara, pero inadecuadamente, calific a Proudhon de analista de las fuerzassociales revolucionarias. En nuestros das, un volu

    men de extractos cuidadosamente elegidos de susobra 3 cuya tendencia se indica por la interpolacinen el texto de pasajes de Pguy y por una cita de De

    3. Proudhon: el Robinsn Crusoedel socialismo

    Un hombre de paradojas, se llamaba a s mismoProudhon en una de sus primersimas y notablescartas, con ese tono desafiante y retador que es caracterstico de su personalidad y de su estilo. No eraninguna fanfarronera. Este hombre es el que proclama al mismo t iempo que Dios es el mal y el crist ianismo no tiene ninguna tica y no puede tenerla,y que el atesmo es todava menos lgico que la fey el catolicismo es el nico refugio de la moralidady el nico faro para la conciencia. Es el mismohombre el que declara a la vez que vota contra laconstitucin de 848 no porque sea una constitucinbuena o mala, sino porque es una constitucin, y elque aplaude los acuerdos del congreso de Viena de1814-15 como el punto de partida efectivo de laera constitucional en Europa. Es el mismo hombre el

    Proudbon: e Robinsn erusoe de socialismo 5

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    46 Cap tulo 3 Proudhon: el Robinsn Crusoe del socialismo 47Gaulle en la portadilla- pide un retomo a Proud-hom> como antdoto contra el veneno de capitalismo,democracia con socialismo, y como smbolo de unanueva vuelta a la religin. Entretanto un ingeniosoprofesor americano, usando mucho de los mismostextos y siguiendo la sugerencia de un elogio que deProudhon apareci en la prensa colaboracionistafrancesa bajo la ocupacin alemana, le r et rat a conhabilidad y verosimilitud como el primer precursordel hitlerismo 4. Con ms cri ter io que cualquiera deestos autores, Mil. Amoudruz ha publicado una mono-grafa 5 que, aunque formalmente limitada a las opi-niones de Proudhon sobre asuntos internacionales,tambin se ocupa de los fundamentos ms generalesde todo su credo poltico.

    El elemento de incoherencia de Proudhon derivaen buena medida de su propio carcter. Proudhontena pasin por la contradiccin, y se contradijo a smismo casi de tan buena gana como contradi jo a losdems. Algunas veces, sobre todo en sus cartas, seadivina al amigo de las bromas pesadas. Cuando justi-fica su hostilidad hacia el Norte en la guerra civilamericana por su antipata hacia los dlamados Esta-dos liberales y democrticos, puede ser, en granparte, sincero aunque no era esa la razn funda-mental de su actitud); pero cuando aade Me horro-riza la libertad, est palmariamente confundiendo asu corresponsal y a s mismo. Pero haba en Proud-hon una contradicc in profunda y no resuelta ent relas opiniones revolucionarias qu expresaban, en

    , J. Selwyn SCHAPIRO: Pier re Joseph Proudhon, Har-binger 1 Fascism American Historical Review, vol. Lnm. 4, jul io 1945)., Madeleine MOUDRUZ Proudhon et Europe.

    part e, en cualquier caso, su resent imiento frente auna vida l lena de estrecheces, muy pobre y perse-guida- y la pasin del campesino autodidacta por larespetabilidad burguesa. Poda rechazar en teora laIglesla. y el Estado, la autoridad y la propiedad; perocualqUler cosa que afectara a la santidad de la familiadespertaba su furia instintiva. Fue eso lo que lecondujo a su ltima y ms grotesca autocontradiccin.El.hombre que haba comenzado su canera y conse-gUldo un nombre) declarando que la propiedad es unrobo, acab por denunciar un impuesto sobre laherencia con el argumento de que destrua la familia altransferir su propiedad al Estado.

    El problema de la influencia de la doctr ina hege-liana de la tesis y la anttesis sobre l a formacin delpensamiento de Proudhon ha sido f recuentementeexaminado. Ningn pensador de la poca pudo esca-par de Hegel ; y Herzen cuenta la divert ida ancdotade cmo Bakunin explic a Proudhon durante todauna noche, jun to a los rescoldos de un fuego mori-bundo, los misterios de la dialctica hegeliana. Proud-han escribi tambin una obra larga y complicadaintitulada Systeme des contradictions conomiouesou p h i ~ o s ~ P h i e de l a m ~ s e r e la que probaba quelos pnnClplOS economlCOS mas justos tenan lasconsecuencias ms perjudiciales, aunque todos con-ducan en ltima instancia a la igualdad. PeroMarx, que rcdact una airada rplica titulada Misere de l philosophie, tena probablemente raznal decir que Proudhon nunca haba entendido aHegel. Un conocimiento superficial de la dialcticaproporcion un barniz respetable a la pasin deProudhon por la paradoja; pero eso fue todo.Hay , s in embargo, o tro e lemento en la autocon-tradiccin de Proudhon que se echa de menos en

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    48 Captulo 3 Proudhon: el Robinsn Crusoe del socialismo 49aquellos de sus editores y crticos p r desgracia, lamayora- que omiten el situarle la c i r c u n s t a n c ~ arpidamente cambiante de este penado. Descon.flOde un autor que pretende ser c o n s e c u ~ x t e c o ~ s l g omismo despus de un intervalo de : e l x : t l c m ~ o anos,escribi Proudhon; y el alegato es mdlscutlblementevlido para la generacin (la vida de Proudhon va de1809 a 1865 cuya carrera qued partida en d?s porla histrica zanja divisoria de 1848.. Sus pnmer?sy fecundos aos de escritor t r a n s c u r n ~ r o n en m e ~ l Odel generoso entusiasmo revol' clOnano los anoscuarenta; un perodo frti l en Ideas sImples, tannobles y tan utpicas que p ~ r e c e dlol t ? m ~ r l a s enserio hoy pero que fueron sm embargo s l m l e n t ~ decasi todo el pensamiento polt ico del.resto del Siglo.Todo lo que hay de radical y subversIvo en el pensamiento de Proudhon brota de ese suelo. Destruamet Aedificabo fue el lema que antepuso a una ?e susobras juveniles y que h u ~ i e r a sid? representatlvo desu actitud en ese tiempo S se hubiera contentado condefender como Bakunin, que da pasin por la destruccin tambin una pasin creadora.Para los visionarios de los aos c u ~ r e n t a 18.48fue una amarga desilusin. El gra:: ca. achsmo que Ibaa completar la obra de la Revol.uclOn hancesa} anunciar la edad de la igualdad sOClal la J ~ a t e r m d a d delhombre haba terminado, en la mIsmlSlma capItal de la revolucin con las descargas de Cavaignac sobre los t r a b ~ j a d o r e s entre la aprobacin de unaburguesa satisfecha de s misma y de sus asamble;s representativas. Se haba abierto la grieta e n t ~ ela clase media y los trabajadores, entre la d e m o ~ r a C l aburguesa y la democracia socia , a ~ i a s el comumsmo:Esta fue la leccin y la consecuenCla de 1848. ~ a r xdedujo la conclusin necesaria e invent las doctrlnas

    de la dictadura del proletariado la revolucinpermanente. El proletariado debera tomar ahora losasuntos en sus propias manos y llevar has ta el finalla revolucin que la burguesa no haba llegado aconsumar. A partir de ese momento, la burguesa pasa ser el blanco de los peores insultos de los revolucionarios. La revuelta contra la democracia burguesa,debida a las desilusiones de 1848 y posteriores, determin tambin la predisposicin antipoltica del movimiento sindicalista francs cincuenta aos ms tarde.La reaccin contra 1848 cortando el idealismoutpico de sus aos juveniles, gui el rumbo autofrustrante de todo el pensamiento posterior de Proudhan. Como Marx, se revolvi violentamente contra lademocracia burguesa persigui a sus dirigentes enel exilio -Louis Elanc, Ledru-Rollin y los demscon algunas de sus humoradas ms venenosas. LaDemocracia -escribe en La Solution du problemesoci l compone su clase dirigente son patriciat) demediocridades. Pueden llenarse pginas enteras conargumentos puras injurias- de sus ltimos escritos contra el sufragio universal, el medio ms seguro de engaar al pueblo. En un extracto de Les Con-fessions d un rvolutionnaire resuena precisamente lafamiliar tesis marxista:

    Cmo puede sufragio universal revelar pensamientoel pensamiento real, d el pueblo cuando el pueblo est dividido por la desigualdad de las fortunas en clases subordinadasunas a o tras , votando o por servidumbre o por odio; o cuandoese mismo pueblo, sometido mediante prohibiciones por laautoridad es incapaz a pesar de su soberana de expresar susideas o cua lquier otra cosa; y cuando e l e jercicio de susderechos se limita a elegir, cada tres o cuatro aos, a susjefes y sus impostores

    Pero Marx tena, despus de todo, razn al calificar a Proudhon de pequeo burgus; Proudhon

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    5 Captulo 3 Proudhon: e Robinsn Crusoe de socialismo 51senta todo e miedo y el desprecio del pequeo burgus por el proletariado una notable anticipacin delfundamento ideolgico del nacional-socialismo). Recogiendo la frmula de Saint-Simon de la clase msnumerosa y ms pobre, declar que esa clase es,precisamente por el hecho de su pobreza, msdesagradecida, la ms envidiosa, la ms inmoral yla ms cobarde; y hasta lleg a decir que la estupidez de proletariado, que se contenta con trabajar,pasar hambre y servir, permite que sus prncipescrezcan gordos y magnficos.Para Proudhon, por lo tanto, no haba salidadespus de 1848 como lo hubo para Marx hacala ideologa del proletariado como portador de la ferevolucionaria. Proudhon se convirti en un revolucionario sin partido, sin clase, sin credo: e Robinsn Crusoe de socialism, como le denomin Trotski; y tal posicin se avena intensificaba-con e individualismo indcil de su temperamento.Las analogas ms significativas que pueden encontrarse para su evolucin son los revolucionarios rusosBakunin y Herzen. Varias curiosas cartas a Herzenaparecen en la correspondencia de Proudhon de losaos cincuenta. Como Proudhon, Herzen haba perdido la fe en la democracia occidental, sin adquiri r lafe en e proletariado; despus de 1855 Herzen tratde fundar sus esperanzas p r poco tiempo, ciertamente en las aspiraciones liberales del joven zarAlejandro n Mientras tanto, Bakunin haba escritodesde una prisin rusa sus famosas onfesiones aNicols I; y en Siberia haba tanteado las posibilidades de un despotismo ilustrado en l persona degobernador general, Murviev. Difcilmente puedeser m0racoincidcncia que Proudhon siguiera el mismocamino. Sus contactos con los legitimistas permiten

    fcilmeni:e una explicacin inocente, que se da prolijamente en una de las cartas a Rolland publicadasrecientemente. Pero su acogida entusiasta del coupd tat del 2 de diciembre de 1851 como la encarnacin de la revolucin social, su llamada a todos losrepublicanos y socialistas para alistarse tras la bandera de prncipe-presidente y sus coqueteos subsiguientes con e Segundo Imperio alternados segn manera usual de Proudhon, con perodos de vituperacin-no puede despacharse tan fcilmente., Esos romnticos polticos de los aos 1840, alimeritados de visiones de un mundo mejor para e futuro pero desilusionados despus de 1848 tanto acerca de los mediosde alcanzar ese mundo mejor como respecto a losseres humanos que lo habi taran , se desviaron poralgunos extraos caminos con la intencin de recuperar su antiguo ideal.Tales fueron las condiciones en las que Proudhonlleg a ser el fundador de la doctrina poltica delanarquismo, si es que algo tan incoado como e anarquismo qu e no es un programa, se ha dicho perspicazmente, sino una crtica de la sociedad puedellegar a constituir una doctrina, y si es que cabe pensarque un radical tan iconoclasta como Proudhon puedehaber fundado algo. En la teora anarquista Proudhontena a \X1i1liam Godwin por antecesor; en la laborpropagandista estaba precedido por Wilhelm Weitling, el sastre vagabundo de Magdeburgo que, aunqueslo unos pocos aos ms viejo que Proudhon, comenz su carrera misionera en una edad ms temprana.Pero fue Proudhon el primero que dio al anarquismosu lugar y su influencia en e pensamiento delsiglo XIX; pues Bakunin, que poda colocarse a sulado como cofundador, le concedi galantemente laprioridad. Proudhon y Bakunin parecen haber credo

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    5 Cap tu lo 3 Proudhon: el Robinsn Crusoe del socialismo 53en la revolucn como un bien en s mismo aunqueProudhon, como es usual, denunciara algunas vecesincluso a la revolucn), pero consideraron innecesario dar, quiz porque se sentan incapaces de ello, unadefinicin positiva de su objetivo. A este respecto elsucesor que estuvo ms prximo a ellos es el sindicalista Sorel, quien sostuvo que la tarea de la doctrinaes proporcionar un mito, verdadero o no, capaz de inspirar y estimular las fuerzas de la revolucin.Sin embargo, a pesar de todo lo que ha sido dicho dicho con justicia acerca de las contradicciones de Proudhon y del talante de frustracin y desilusin en que su enseanza estaba enraizada, la granimpresin que produjo en sus contemporneos en laposteridad testimonia la vitalidad y la sinceridad desu pensamiento. Dio a los pensadores polticos delsiglo XIX y a los confeccionadores de programas polticos algo que necesi taban y que devoraron vorazmente. Ms all de los vaivenes de sus escritos haydos ideas fijas alrededor de las cuales Proudhon gravita y a las que vuelve muchas veces con su tenacidadacostumbrada y con una constancia poco usual. Sonsu rechazo del Estado del poder poltico, como principios del mal, y su defensa del dederalismo sea que fuere lo que de manera precisa esto puedasignificar) como forma de organizacin comunitariade los grupos sociales y nacionales.La concepcin del poder poltico como un malnecesario derivado de la naturaleza pecaminosa delhombre est arraigada en la tradicin cristiana; creencia en una era de felicidad primitiva previa ala formacin del Estado es comn, entre otros pensadores, a Rousseau Engels. Pero el anarquismo delsiglo XIX que recibi su primera forma contenidode Proudhon, no es una mera visin de una edad de

    oro en el pasado o en el futuro. Es un credo derebelin activa contra el Estado, al que trara dedestruir, si es necesario por la fuerza. Proudhonc o n i ~ n z a en 1847 pidiendo

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    5 Captulo 3 Proudhon: l Robinsn Crusoc del soealismo 55Esta intuicin, como el plan surrealista de AugusteCompte para la administracin del planeta humanopor 14.000 banqueros, pareca presagiar la elimina-cin final del Estado; y tuvo la fortuna de ser adop-tada tanto por Proudhon como por Ertgels, tanto porlos sindicalistas como por los bolcheviques. Proudhontra t de dar forma a ese tentador proyecto bosque-jando el esquema de un banco de crdito gratuitobasado en el principio del mutualismo; pero ni suscontemporneos ni la posteridad se han ocupado seria-mente del proyecto. Baste con anotar en pro de originalidad de Proudhon este nuevo ttulo de seruno de los primeros reformadores financieros estra-falariosLa segunda respuesta de Proudhon, dada en lltima obra publicada durante su vida, a la que llam principe fdrateur et de ncessit de reconsti-tuer le parti de Rvolution es que la soberanadescansa en la commune el municipio , la unidadlocal que tiene para Proudhon una base tan naturalcomo l familia. Esta unidad podra gobernarse a smisma, establecer sus propios impuestos y hasta quizlegislar. Si Thomson, en su libro sobre la emocracyin France tiene razn al describir el ideal poltico fran-cs como extendindose desde un extremo individua-lismo equivalente al anarquismo hasta un respeto porlas comunidades humanas pequeas y vivas que noson sino el individuo en sentido amplio, entoncesProudhon fue l verdadera encarnacin del idealfrancs.La comuna de Pars de 1871 reflej las ideas yla terminologa de Pwudhon y los anarquistas conti-nuaron sosteniendo la tradicin de la pequea comu-nidd. Bakunin piensa en trminos de la comunidadcampesina rusa; Kwpotkin, de la comunidad aldeana

    de la Edad Media. lanarquismo se convirti as enuna protesta contra la civilizacin de masas de laedad industrial. Su fuerza radic en los pequeos arte-sanos de los pases en que la industria en gran escalano haba hecho an importantes irrupciones; en Italia,en Francia, y sobre todo, en Espaa. nla PrimeraInternacional los delegados de las naciones latinaseran proudhonianos o bakuninistas, y constantemolestia para Marx. Marx y los marxistas tuvieron,en conjunto, razn al aplicar al anarquismo y al

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    6 Cap tulo 3 Proudhon: el Robinsn Crusoe del socialismo 57Michelet; pero, a continuacin, reaccion vigorosamente contra el hombre y contra su obra, y denuncila defensa tan de moda de la autodeterminacin yde los derechos de las naciones a la unidad y a laindependencia. Esos que hablan tanto de restablecerla unidad nacional escribi con bastante previsin-sienten poca inclinacin por las libertades individuales. En la guerra civil americana apoy con entusiasmo al Sur contra el Norte porque los sudistaseran federalistas que trataban de romper una uninartificial. Proudhon fue el nico pensador avanzadode su poca que se opuso encarnizadamente a la liberacin de Polonia y a la unificacin de Italia. Poloniaha sido siempre da ms corrompida de las aristocracias y el ms indisciplinado de los Estados; lo quenecesita es

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    8 Captulo 3 Proudhon: Robinsn Crusoe del socialismo 9temperamental hacia las aristocracias o por su aborrecimiento del liberalismo democrtico.

    Sea corno fuere, y hasta si uno descarta corno unaaberracin pasajera o despacha corno confusin depensamiento su panegrico de la guerra en La guerre paix un desconcertante rasgo de nacionalismofrancs se introduce constantemente en el camino delfederalismo de Proudhon. A pesar de ser enemigo delEstado, a pesar de que sus lealtades debieran haberselimitado en teoria a los lmites de su Franco-condadonatal, Proudhon fue un buen patriota francs. Fueuno de los primeros socialistas en ilustrar en su propiapersona la imposibilidad, al menos en la Europa Occidental, de un socialismo consecuentemente internacionalista. Marx se lament constantemente de los prejuicios nacionales de los sindicalistas ingleses y de losproudhonianos franceses de la Primera Internacional;y en Alemania Lassalle haba establecido ya los fundamentos de un socialismo nacional alemn. Toda mife, toda mi esperanza, toda mi vida -escribi Proud on son la libertad v la Patrie y su himno dealabanza dirigido a a patrie, patrie f r n ~ i s e patriede la libert, que no puede exponerse a la pruebade la traduccin, sirve para explicar por qu Proudhon ha tenido admiradores tanto en la extrema derecha francesa corno en la extrema izquierda.

    Commence t nouvelle vie 6 la premiere des mmortelles; o n t r ~ t o dans t beaut Vnus Uranie; rpands tesparhms fleur de l humanit

    Et l humanit ser rajeunie son unit sera cre parto: c l l unit du genre humain c est l unit de m patriecomme l esprit du gente humain n est que I esprit de mapatrie.

    Da que pensar que esas palabras fueran escritaspara celebrar el golpe de Estado de Luis Napolen,que termin con la Segunda Repblica.Es tan difcil valorar la influencia de Proudhoncomo definir el contenido de su pensamiento. Derram ideas en un torrente incesante; muchas fueronoriginales, otras disparatadas, unas pocas brillantemente insinuadas. Aunque tuvo discpulos, no puededecirse que fundara una escuela; pues el anarquismoes, en frase de Burke, a disidencia del disidente recalci trante, por su propia naturaleza, a la idea deuna escuela. Bakunin cometi la inconsecuencia superficial de combinar la doctrina anarquista con la fecunda idea de un partido conspirador, muy organizado ydisciplinado desde arriba; y desde ese momento, anarquismo v terrorismo se asociaron en la concienciapblica. Esta combinacin era quiz defendible entanto qu e los blancos del ataque fueron los agentesdel odiado Estado. Pero, despus, los anarquistas enla guerra civil espaola dieron pruebas de ser tanimplacables como los otros partidos en su negacinde l ibertad a las opiniones polticas dist intas de laspropias, tan seguros de su derecho su deber deel iminar a los oponentes con la navaja o la pistola.Como seal Dostoievski, final de la libertad ilimitada es despotismo ilimitado.Sin embargo, no fueron tanto sus contradicciones internas como el desarrollo social e industrial delperodo lo que conden al anarquismo a la esterilidad. El anarquismo decimonnico fue una filosofade intelectuales aislados o de pequeos grupos campesinos o artesanos, no de las masas industriales. En elmejor de los casos, fue una protesta noble v saludablecontra las tendencias centralizadoras y uniformadorasde la cvilizacin de masas, con su progresiva inva-

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    60 Captulo 3 4 Herzen; un revolucionario intelectualsin de la libertad individual y de los comportami;l:-tos singulares n el peor fue una bsqueda fut]y a la ventura de remedios desesperado s contra smto-mas que no logr ni diagnosticar m comprenderAmbos elementos l nobleza y futlhdad estu-vieron presentes en la actuacin y el pensamiento deProudhon n la historia de las ideas como en supropia vida Proudhon p ~ r m n e c ~ c ~ m o una figurasolitaria como un excntrlco Su VlSlOn de un mundode indi;iduos con pretensiones de independencia yautoafirmacin esforzndose cada uno en perfectalibertad por r e ~ z a t su propia concepci n la ~ s t i -cia pertenece a una edad que se extmgulO raplda-mente y para siempre Los grandes batallones de larevolucin industrial estuvieron del lado de Marx

    Alejandro Herzen llama la atencin en muchosaspectos No es una de las figuras importantes dela literatura mundial sino ms exactamente una desta-cada figura de segundo orden un miembro de esaescogida compaa de escritores de memorias y diariosque continan siendo ledos mucho tiempo despusde su propia poca Su autobiografa y la abundantecorrespondencia que ha llegado hasta nosotros le reve-la como un componente ligeramente inadaptado ydiscordante de esa generacin de romnticos decimo-nnicos que ador en el santuario de George SandPero su mayor t tulo de gloria ser el de publicistaen sentido amplio el de figura relevante en el desarro-llo del pensamiento poltico ruso y europeo el deeslabn ent re la Europa occidental y revolucinrusa Aunque anunci mucho de lo que despus suce-dera Herzen fue esencialmente un pensador delsiglo XIX Nacido en Mosc en el ao de la invasinde Rusia por Napolen 1 muri en Pars en el ao

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    62 Captulo 4 erzen un revolucionario intelectual 63de la cada de Napolen III La lnea divisoria ensu vida fue el ao 1847 cuando abandon Rusia consu familia para no retomar jams. La lnea divisoriaen su pensamiento como para muchos de sus contemporneos fue e ao de la revolucin en 1848.Herzen era hijo ilegtimo de un aristcrata ruso una burguesa alemana aunque su crianza fue .msconvencional de lo que el desnudo relato de su ongensugiere. De su madre pudo adquirir su comprensindel pensamiento e idioma occidentales. Resulta e msoccidental en muchos aspectos a pesar de su execracin de la- burguesa occidental el ms burgus delos escritores rusos distinguidos. Su origen paternole convirti en el primero y ms destacado representante de la clase conocida en historia revolucionariarusa como

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    66 Captulo 4 Iierzcn: un revolucionario intelectual 67

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    efmero entusiasmo. Sin embargo, cuando regres aPars a primeros de mayo, los laureles de la revolucin estaban ya manchados. El 15 de mayo una manfestacin de trabajadores frente al AyuntamIento .fuedispersada y sus dirigen tes, ent re ellos Blanqm yBarbs, detenidos. Francia o m e n ~ Herzer; amargamente est ya pidiendo la esclavItud; hbertades una carga molesta. Fue el primer o b s e ~ v a d o r endiagnosticar esa extraa enfermedad polIt lca queErich Fromm ha analizado bajo el ttulo l r zedr la libert d y descrito como el fundamento p s ~ c o l o -gico del fascismo. Es significati vo que naClOn d ela que Herzen hiciera e diagnstICo estUVIera en camIno de la que puede llamarse la primera dictadurafascista: e imperIO de Napolen III. ,El 23 de junio se produjeron desrdenes en ~ n sLa Asamblea proclam la ley marcial I JavaIgn acaplast a los trabajadores. Tales a c o n t e C 1 m I e n t ~ s dIe-ron origen al pasaje ms famoso de las memorIas deHerzen:

    En el atardecer del 26 de junio, despus de la victoriasobre Pars escuchamos descargas regulares cada pocotiempo os mlrbarnos los u no s a los ?tros; ~ n u e s t r s car asestaban plidas Son los pelotones d e.ecuclOn, nos deCla-mas alejndonos unos e otr?s Pegue frente a la v e n t a n ~y permanec en s i l ~ n c l O : mInutos semejantes merecen diezaos de odio una v da entera de venganzaEl ao 1848 fue la lnea divisoria de ms cosasque la vida y e pensamiento de Herzen. Fue emomento en que la burguesa, h b i e n ~ o l o g r a ~ o loque deseaba en alianza con el pr?letanado n a C 1 ~ n t ese volvi con temor contra sus ahados y se paso delado revolucionario de las barricadas al conservador.La misma historia se repetira, aunque con un finaldiferente, en la Revolucin de Febrero de 1917.

    Tal crisis fue e momento crucial de la ltima grandesilusin poltica de Herzen y de su lt imo granacto de fe Despus de 1848 abandon totalmentesu creencia en las instituciones polticas de Occidente.Las libertades democrticas eran una ficcin, el sufragio universal un ardid para engaar y engatusar a lasmasas. La sociedad occidental estaba podrida hastala raz. La ltima palabra de la civilizacin escri-bi a Mazzini es revolucim>. As Herzen, despusde 1848, sigui la misma senda que Marx, Proudhony Bakunin. Los cuat ro adoptaron la misma acti tudfrente a la democracia burguesa; ninguno tuvo palabras para ella que no fueran de aborrecimiento odesprecio.Pero qu iba a llenar ese vaco? Herzen, procedente de un pas donde la industr ia apenas exista,no poda refugiarse, como Marx, en una fe autnoma y optimista en el proletariado. Por otra parte, erademasiado racional y demasiado crtico, demasiadoordenado y demasiado sensible, para recorrer la sendaanarquista, como Proudhon y Bakunin. No pudoencontrar, por lo tanto, ninguna esperanza positiva, yse abandon a un estado de nimo de sincera, aunqueun tanto melodramtica, desesperacin acerca de lacivilizacin. Volvi a descubrir que los hombres nodesean realmente la libertad, y escribi un comentario mordaz de la frase de Rousseau el hombre hanacido para ser libre est por todas partesencadenado:

    Qu dir a usted de un hombre que tristemente movierala cabeza y observara:

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    68 Cap tulo 4 I-Ierzcn: un revolucionario intelectual 69dia personal l infidelidad de su esposa, la rey,ertacon Herwegh, la muerte de su esposa penod?de conmocin v tensin que termin solo con su m -gracin a Ingl;terra el verano de 1852. ~ e r o H ~ r z e naunque capaz de alimentar una melancoha romantlca,necesitaba tambin una fe romntica en el futuro. Enuna intuicin que un siglo ms ta.rde t i e : ~ un acentoproftico, vio la antorcha de la Clv hzaclOn transportada por dos jvenes naClOnes:

    No creo que los destinos de la humadad y ; futuroestn f ijados y enclavados en laEuropa o ~ C d e n t a l SI Europano consigue resca tar se a s mIsma medIant; una transformacin social o tras naciones se t ransfo rmaran . Hay a l g u n ~ sya preparada; para esa t rans formacin , Y o tras que se e s t ~preparando. Una es conocida, los Estados Umdos de Amerlca,o tr a llena de vigor, y t ambin llena de ba rbane , es menosy peor conocida.

    Los pensamientos de Herzen se ?ir igen a menudoen ese tiempo hacia los Estados Umdos.Este pueblo joven y emprendedor ,. ;ns act ivo que inteligente, est tan ocupado con la ordenaClOh m a t e r ~ a l su Vidaque no conoce ninguna de nuestras torturantes l.nq;:uctudes.;,La raza robusta de los colonos ing leses se multlp}lca muchl ;simo; y si llega a la cumbre, sus h a b i t a n ~ e s se.ran, ne: d l ~ ems felices, pero s ms sat isfechos. Su s a t l s f a c c l ~ n sera maspobr e ms vulgar, ms seca que la que fue sonada los

    i d e a l e ~ de la Eutopa romntica; pero no traer consIgo. nIzar, ni centralizacin, ni quiz t ampoco hambre. A . qUIenpueda desprenderse del viejo Adn europeo y convertirse ;nel nuevo Tons, dejadle tomar el n m ~ r vapor para.; algunlugar de Wisconsin o Kansas . Estara mejor que e n la Europadecadente.

    Pe ro al final no fue Amrica sino su propio pashacia donde Herzen se volvi en busca de salvacin.Nunca haba sentido tan claramente como ahora escribe a sus amigos rusos en 8 5 ~ cun ruso

    sov. Y, mirando hacia at rs muchos aos despus,r e ~ u e r d a que l fe en Rusia me salv cuando estaba al borde de la ruina moral. Esta creencia nuevaen Rusia no desplaza a la antigua en la revolucin:se combina armoniosamente con ella. Rusia, comolos Estados Unidos, era una nacin sin historia todoslos eslavos, excepto los polacos, pertenecen a lageografa ms que a la historia ; y las naciones sinhistoria son potencialmente revolucionarias. Adems,Rusia no es slo revolucionaria, sino esencialmentesocialista. Las dos garantas de su futurl grandezason su socialismo y su juventud. Herzen no seinquieta por el hecho que a revolucin social seauna idea europea.

    No se sigue de ello que nicamente las naciones o c c i ~den tales estn destinadas a realizarla. La crist iandad fue slocrucificada en Jerusaln.

    Encontramos aqu un extrao ter dctum sobreel comunismo, palabra con la que Marx haba bautizado haca poco la rama ms sistemtica y autoritariadel socialismo:Pienso que hay una cierta base de verdad en el miedo

    que gobierno ruso est comenzando a tener del comunismo:el comunismo es la autoc racia rusa vue lt a al revs.Tal era la posicin a la que Herzen haba llegado

    cuando Nicols 1 muri en 1855, en medio de guerra de Crimea. En Rusia la coercin y represinexisten tes duran te los t re in ta aos de re inado de undspota sin imaginacin y burocrtico pareci repentinamente relajarse. La primera tarea de Alejandro Irfue concluir una guerra desastrosa e impopular . Laderrota en la guerra frecuentemente engendra ambiciones de reforma. Esa fue la disposicin de nimo

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    70 Captulo 4 I Ierzen un revolucionario intelectual que prevaleci en Rusia durante p ~ i m e r o s ~ o s denuevo reinado; y esa fue la dlSposlclon de amr;1o ; O ~ 1la que Herzen acometi su nueva aventura perlOdlStl-ca en Londres. Aquellos que reprochan a Herzen como le fle reprochado despus haber credo enla posibilidad de un zar reformador deberan re cordarque Proudhon salud e impe:i o de .Napoleon II Icomo el precursor de la revoluclOn socIal; que Baku-nin durante su cautiverio vio o declar ver seales deun despotismo ilustrado y progresista incluso bajoNicols I; y queLassalle lleg ms tarde a un acuer-do con Bismarck. La ilusin de Herzen de que Ale-jandro II fuera obligado por la opinin pblica ainaugurar en Rusia una era de lo que llam progresohumano pacfico aunque igualmente vana fue menos innoble de todas.a eim peina fue un peridico mensual y mstarde quincenal publicado Lon?res. rus? alprecio de seis peniques baJO la dlteCClOn conJ:rnt ade Herzen y Ogariov siendo Herzen desde el prmCl-pio hasta el fin e elemento d?minan}e y la f u e r ~ ~impulsora de la empresa. Su pnmer. n u ~ ~ apareclOel primero de julio de 1857; su clrculaclOn en susmejores tiempos alcanz algunas veces 4.000 a5.000 ejemplares xito enorme para su t l ~ m p o Fueel primer peridico ruso sin censura. Lenm c:randoescribi un artculo laudatorio en el centenano delnacimiento de Herzen en 1912 le alab por habersido el primero en alzar la bandera de batalla dirigin-dose a las masas con la palabra rusa libre. Resul tarara esta sugerencia de que ei ~ m p n estaba dirigi-da a las masas. Herzen era o ue Slempre un ll1te-lectual que hablaba a intelectuales y perteneca a unapoca en la que la poltica era todava la prerrogatl.va yel monopolio de los acomodados. Pero fue e pnmer

    hombre pblico ruso en utilizar el llamamiento a laopinin pblica y el arma de la propaganda comoinstrumentos de reforma poltica: tal fue la significa-cin permanente de ampana en la historia rusa.Durante cierto tiempo ampana consiguiagradar a casi todo el mundo. Agrad a los occiden-talistas esto es a los radicales de la propia genera-cin de Fferzen que vieron en el peridico un llama-tivo ejemplo de progreso segn lneas occidentales yde la afortunada introduccin de mtodos democr-ticos de publicidad y de agitacin en la vida polticarusa. Agrad a los eslavfilos por su profesin defe en el pueblo ruso. Agrad a la entonces influyenteala reformista de la clase oficial de Rusia por forta-lecer su accin contra los reaccionarios: y gracias aese gnero de tolerancia prctica que algunas vecesmitigaba los absurdos de la burocracia rusa ejempla-res de a ampana llegaron a travs de la censurahasta altos puestos de la misma Rusia. Agrad inclusoal emperador que se senta adulado por el retratoque de l haca el peridico como un ardiente refor-mador que se esforzaba en llevar hacia delante unprograma ilustrado contra la obstruccin de burcra-tas antiCllados.La creacin de a ampana fue la mayor realiza-cin de Herzen. Sera agradable atribuir alguna parti-cipacin a la nacin a la que haba trasladado su domi-cilio pero los datos revelan pocos trazos de influen-cia inglesa en la vida y el pensamiento de Herzen.La Inglaterra victoriana trataba al refugiado polticode Europa con completa tolerancia en tanto que noviolara las leyes pero tambin con absoluta indife-rencia. Herzen apreciaba la tolerancia y hasta eracapaz de alabar lo que lIamaba el vigor rudo yla obstinacin inflexible del carcter ingls. Le

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    72 C ap it ul o 4 I Ierzcn un revolucionario intelectual 7gustaban la mostaza de Colman y los adobos ingleses;y un re ci en te t ra ba jo r uso sob re Herzen subraya laa dmi ra ci n de st e p or l a r ev ista Puncb como stirade la vi da bur gu es a inglesa y seala algunos pr stamos h asta a ho ra n o descubi ertos_

    Pero Herzen no en co nt r e n I ng la te rr a n in g nestmulo y nunca revis el veredicto escrito tres aosd espu s d e su l lega da a L on dr es d e q ue a vida aques tan aburrida como la de los gusanos e n u n queso_En un perodo de trece aos slo tuvo uno o dosconocidos entre los polticos ingleses Carlyle unode ellos pero ningn amigo_ El p ape l d e I ng la te rra en su desarrollo poltico fue meramente negatvo_Al igual que en su j uvent ud haba vivido en Rusia ycredo apasionadamente en la l ib er ta d y la democracia d e O cc id en te as a ho ra en su m ad ur ez la residencia en I ng la te rr a l e sum in istr u na fe fervientee n los d esti no s p ol t ico s d e u na Rusia regenerada_ E le nt usia sm o d e H er ze n f lorec i sie mp re sep ar ado d elas r eal ida de s a l as q ue se refera_La liberacin de los siervos en 1861 fue un hitocomparable l de 1848 en Europa occidental y tuvoresultados similares_ Al liquidar el sistema de propied ad feudal pus o a Rusia os te ns ibl eme nt e e n l neac on O cc id en te y a bri l camino de la industrializacin_ Al satisfacer las as piraciones de los li beralesrusos los convirti en conservadores; y cre una nueva generacin de revolucionarios irreconciliables queno estaban dispuestos a conformarse con simples reformas_ a ampana no pudo sostenerse ms tiempoen un t rmi no medio_ H er ze n vacil y fue cogidoentre dos fuegos_ Ambos extremos le parecan censurab le s; se c on vi rt i c omo dice M ar x de la b ur gu esaprusiana en revolucionario frente a los conservadores y en cons ervador fr ent e a los revoluci onari os.

    Presa en contradicciones por esta incertidumbreampana decay rpidamente desde l pinculo de18 61. La insurreccin polaca d e 186 3 fue l golpemortaL Herzen t en a c on tr a l ya a los revolucionarios; a partir d e a ho ra t uv o c on tr a l a los co nser va dores por h ab er a po ya do l a ca usa po la ca . En 1865traslad a ampana a Ginebra sin conseguir hacerlaresucitar; el peridico expir en 1868_ Herzen murien Pars cansado y po r ltima v z desilusionadoe n e ne ro d e 1870_Si fuera necesario definir en una sola frase el lugarde H er ze n e n l a h isto ri a d e la r ev ol uc i n ru sa p od r allamrsele el primer nardniki_ Los Nardnikisformaron la primera generacin de activos revolucionarios rusos que antes q ue M arx h ubie ra logradoalgn impacto en Rusia proclamaron las potenciali

    dades revolucionarias del oprimido campesino ruso ybus ca ron la salvacin en el movi mi ent o que lleg as er conocido como id a hacia e l p ue bl o y f uer onlos antecesores directos de los social-revolucionariosque llegaron a convertirse en los rivales revolucionarios de la social-democracia marxista rusa_ Herzen fueel i nv en to r d e la creencia n ar d ni ki de que l comun id ad ca mp esin a t ra di ci on al r usa con su p ro pi ed adcomunal conjunta era prueba del carcter socialistade la t ra di ci n rusa. Y a e n 1850 a ta c la o oi ni n de lviaj ero pr us ia no H ax th au se n de q ue la c omunidadaldeana estaba despticamente gobernada por su preside nte y era un instrumento de la autoridad imperiaLFue este pretendido carcter democrtico y socialista de la comunidad aldeana rusa lo que ayud aHerzen racionalizar su fe en Rusia c omo l a p io ne rade la revol ucin sociaL Gra ci as a es to R us ia pod arealizar l socialismo sin tener que pasar por la repulsiva etapa de capitalismo burgus que haba produci-

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    7 Captulo 4 assalle se encuentra con ismarck 75do tales estragos en la Europa occidental. Herzen fueel progenitor de toda la doctrina Nardniki (y despns social-revolucionaria), de la que fueron rasgosdistintivos el culto al pueblo ruso, el aborrecimientoa la burguesa occidental y el desprecio hacia el proletariado occidentaL Hasta Marx admiti cautelosamente hacia el fin de su vida, bajo presiones de losnardnikis, que la existencia de la comunidad rusapoda permitir a Rusia, en circunstancias determinadas, hacer la transicin directa desde el feudalismoal socialismo sin el intervalo de la etapa capitalista.Aunque los nardnikis deban mucho a Herzenen la formacin de su doctrina, sin embargo rechazaron enfticamente su creencia en la posibilidad deevolucin pacfica. Esta creencia tambin la justificaba Herzen por el carcter socialista de la comunidadcampesina rusa; pues do que en Occidente slopuede ser realizado a travs de una serie de catstrofes, puede realizarse en Rusia apoyndose en lo queya existe. Su ltima declaracin poltica es una seriede cartas abiertas un viejo camarada escritas en1869. l viejo camarada era Bakunin. Bakunin ensus ltimos aos idealiz al campesino ruso tanromnticamente como el propio Herzen, y crey tanfirmemente como ste en la tradicin socialista de comunidad rusa. Pero Bakunin crey durante todasu vida en la revolucin violenta; y es por ese motivo por lo que Herzen le censura. La condena deHerzen de la violencia y del terrorismo fue la lneadivisoria que le separ de la generacin revolucionaria ms joven y le coloc cada vez ms durante losltimos aos de su vida en el campo conservador.Antes de la muerte de Herzen, la causa que habatan brillantemente sostenido en La Campana estabairreparablemente perdida. n su propia nacin la posi-

    bilidad de revolucin mediante la persuasin quehaba parecido posible en los primeros aos de Alejandro se haba marchitado; los revolucionarios ylos gobernantes estaban entregados, unos y otros, ala poltica de violencia. La ineficaz conclusin de lacarrera de Herzen refleja, como Lenin dijo, esa poca histrica mundial en la que el carcter revolucionario de la democracia burguesa estaba ya agonizandoy el carcter revolucionario de proletariado socialista no haba todava madurado. La revolucin delos intelectuales en la que Herzen h b credo estaba ya agotada; la revolucin de las masa que estabaa punto de empezar fue algo en lo que n,mca crey yque tampoco entendi. Herzen fue revolucionarioslo en ideas, nunca en acciones. Pero su pensamientofue una etapa necesaria en e desarrollo de la revolucin rusa; y agrada sealar que sus cualidades hanrecibido recientemente total y amplio reconocimientoen su propio pas, donde el setenta y cinco aniversariode su muerte, en 1945, fue conmemorado por unbuen n.mero de artculos y otras publicaciones.

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    5. Lassalle se encuentra con Bismarck assalle se encuentra o ismarck

    Georg Brandes abre su ensayo sobre Lassalle,publicado por primera vez por los aos 1870 conunas reflexiones sobre la sorpresa y e asombroprovocado por e proceso por el cual la Alemaniade Hegel se ha transformado en la Alemania deBismarck, y seilala la figura enormemente notablede Lassalle como uno de los rasgos significativos deesa transformacin. Fernando Lassalle vivio menosde cuarenta aos; de sus escritos, slo las cartas y losdiarios poseen todava algo ms que un inters deanticuario; y la Asociacin General de TrabajadoresAlemanes por l fundada, fue remodelada despus desu muerte por rivales ansiosos de relegar su nombrey sus tradiciones al olvido. Sin embargo, su carrerainfluy en la historia en tantos puntos, reflej y trans-miti tantas influencias, y anunci tanto de lo queha sucedido en el futuro que contina siendo una

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    de las mejores canteras para el estudioso de la evolu-cin pol t ica y social del siglo XIX en Europa Occi-dental.Pero eso no es todo. Desde que Meredith escribiun drama sobre su espectacular muerte, Lassalle hasido a menudo recordado, al menos en su pas, msbien por su personalidad turbulen ta y llena de vidaque por sus realizaciones polt icas. El l ibro de Foot-man 1 como su ttulo, innecesariamente vulgar, sugie-re, per tenece a la escuela de biografa personal msque a la de biografa poltica. Est ms preocupado

    por el rerrato de Lassalle como hombre que por deter-minar su lugar en la historia. Es, no obstante, unaobra erudita, escrita con mirada escrupulosa para lostestimonios y con una contencin que acrecienta suinters . Es tambin la pr imera biografa en