Carta de Conducta de Riobamba

18
1 La Actualidad y Vigencia de Carta de Conducta Ab. Jaime Roldos Aguilera

description

A PILAR OF LATIN AMERICA HUMAN RIGHTS

Transcript of Carta de Conducta de Riobamba

Page 1: Carta de Conducta de Riobamba

1

LaActualidad y

Vigencia de

Carta de Conducta

Ab. Jaime Roldos Aguilera

Page 2: Carta de Conducta de Riobamba
Page 3: Carta de Conducta de Riobamba

3

LaCarta de Conducta

Ab. Jaime Roldos Aguilera

Page 4: Carta de Conducta de Riobamba

Actualidad y Vigencia de La Carta de Conducta.Primera Edición Julio 2012Autor: Martha Roldós BucaramDiseño: Eduquil. Editorial de la Universidad de Guayaquil, EDUQUIL 2012 Cdla. Universitaria “Salvador Allende “Av. Kennedy s/n y Av. Delta Teléfono: 593-04-2390941Correo electrónico: [email protected] web: www.ug.edu.ec

Impreso en Ecuador, en los talleres de la Editorial de la Universidad de Guayaquil en Abril de 2012, siendo Rector el Dr. Carlos Cedeño Navarrete, y Directora de la Editorial, María Coloma Montenegro, MSc. Quedan rigurosamente prohibidas, bajo las sanciones en las leyes, la producción o almacenamiento total o parcial de la presente publicación, incluyendo el diseño de la portada, así como la transmisión de la misma por cualquiera de sus medios tanto si es electrónico, como químico, mecánico, óptico, de grabación o bien de fotocopia, sin la autorización de los titulares del copyright.

Guayaquil - Ecuador 2012

Page 5: Carta de Conducta de Riobamba

5

La Carta de Conducta de Riobamba(LA “DOCTRINA ROLDÓS”)

Un hito en la lucha por la defensa de los derechos humanos para su-perar la impotencia y enfrentar el horror ¿Qué es este documento que ponemos en sus manos?

La Carta de Conducta de Riobamba es un documento firmado en el Sesquicentenario aniversario de la Primera Constitución del Ecua-dor. La Carta de Conducta se concibió como un documento donde los países del “Grupo Andino de Naciones” se comprometen en una serie de principios en su proceso de integración. Entre los princi-pios que establece se destacan el fortalecimiento de la democracia y la promoción de los derechos humanos. La Carta de Conducta no se escribe en la asepsia de una torre de marfil intelectual, sino en el entorno de una región caracterizada en ese momento por dictaduras responsables de atroces atropellos a los derechos humanos. En esta materia la Carta de Conducta establece un concepto vanguardista que causó polémica en ese entonces y aún sigue haciéndolo:

“el compromiso solemne de que el respeto de los derechos humanos, políticos, económicos y sociales constituye norma fundamental de la conducta interna de los Estados del Grupo Andino y que su defensa es una obligación internacional a la que están sujetos los Estados y que, por tanto, la acción conjunta ejercida en protección de esos de-rechos no viola el principio de no intervención”.

Los Presidentes de la Subregión andina se interpelaban no sólo a sí mismos y sus Estados, sino también a la región Latinoamérica en el respeto a las convenciones internacionales en materia de derechos humanos y dan un gigantesco paso hacia adelante planteando una salida al reto impuesto a la promoción y defensa de los derechos hu-manos por una interpretación restrictiva del discurso de la soberanía

Page 6: Carta de Conducta de Riobamba

6

y el principio de no intervención en los Estados, sin renunciar a los mismos.

La Carta de Conducta establece la supremacía de los derechos hu-manos que se genera por la propia aceptación que ya comprometió a los Estados en la medida en que son firmantes de los instrumentos que los defienden, haciendo inexistente el conflicto de soberanía que pueda aducir un gobierno determinado, pues el compromiso del Es-tado al que momentáneamente representan, los supera.

Por tanto, una intervención en defensa de los derechos humanos no lesiona la soberanía de ese Estado, ni implica violar el Principio de No Intervención con la precondición a tal acción de defensa supra-nacional de los derechos sea una acción que debe ser ejercida de for-ma conjunta.

Este concepto fue novedoso en su época más allá de la subregión andina y la región latinoamericana.

Ni siquiera Naciones Unidas tenía una herramienta conceptual así en ese momento, de ahí la relevancia de lo que se dio en llamar la “Doctrina Roldós” en materia de derechos humanos en honor de su proponente.

La posibilidad de exigibilidad de los Derechos Humanos toma cuer-po con la Doctrina Roldós.

Todo el aparato institucional para la promoción de la paz en las na-ciones creado después de la Segunda Guerra Mundial, la creación de Naciones Unidas y la OEA y su “Declaración Universal de Derechos Humanos” y “Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre” ambas de 1948 y los documentos posteriores tenían este problema de exigibilidad, incluso aunque hubiesen sido firmados por los Estados. Pensemos que el Estatuto de Roma, instrumento constitutivo de la Corte Penal Internacional, fue adoptado recién el

Page 7: Carta de Conducta de Riobamba

7

17 de julio de 1998. Casi dieciocho años después de su nacimiento, el espíritu de la Doctrina Roldós se universalizó.

En América Latina, Roldós y los otros mandatarios de la subregión andina firmantes de la Carta de Conducta de Riobamba, fueron ade-más los reactivadores en la Organización de Estados Americanos de la Convención Americana sobre Derechos (también llamada Pacto de San José de Costa Rica o CADH) suscrita el 22 de noviembre de 1969 pero que entró en vigencia el 18 de julio de 1978 y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en 1979. Es decir, fueron los artífices de la reactivación del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en una Latinoamérica asfixiada por sangrientas dictadu-ras, sobre todo en el Cono Sur, y una Centro América desangrada por guerras que llegaron hasta el genocidio en el caso de Guatemala.

La Carta de Conducta de Riobamba no pasó desapercibida. Su re-chazo por parte de las dictaduras del Cono Sur fue inmediato y por la recién electa nueva administración de Estados Unidos. La adminis-tración Reagan, tuvo entre sus objetivos dejar de lado la política de su predecesor, Jimmy Carter, en materia de derechos humanos y pro-teger a sus aliados de las dictaduras del Cono Sur y Centro América. Un thinktank vinculado quienes serían funcionarios del Departa-mento de Estado del electo Presidente Reagan elaboró a fines del año 1980 citó a la “Doctrina Roldós” en materia de Derechos Humanos en su enumeración de las amenazas a la Seguridad de Estados Unidos en un documento de diagnóstico llamado Documento de Santa Fe.

El Presidente Roldós falleció cuando su avión se estrelló en un suceso aún inexplicado en mayo 24 de 1981, a menos de un año de la firma de la Carta de Conducta. Sin embargo su legado en materia de dere-chos humanos está vigente.

En la Carta Andina para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, suscrita en Guayaquil en el 26 de julio de 2001 por el Con-sejo Presidencial Andino formado por Bolivia, Colombia, Ecuador,

Page 8: Carta de Conducta de Riobamba

8

Perú y Venezuela, se la reconoce como uno de sus antecedentes más importantes:

“La Carta de Conducta de Riobamba en donde se pone de mani-fiesto la necesidad urgente de reconocimiento y respeto de los dere-chos y libertades fundamentales del ser humano, llegando inclusive a establecerse la doctrina Roldós en base a la cual la defensa de los derechos humanos “es una obligación internacional a la que están sujetos los Estados y que, por tanto, la acción conjunta ejercida en protección de esos derechos no viola el principio de no intervención”.

El peso de la Carta de Conducta en cuanto a la enunciación de la Doctrina Roldós es innegable:

“El ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera introdujo, por primera vez, en la Carta de Conducta de Riobamba, de 1980, adoptada en el marco de los países andinos, el principio de la justicia universal en materia de derechos humanos, al manifestar que el principio de no interven-ción de los Estados no puede menoscabar el respeto a la dignidad de la persona humana. Principio que fue consagrado posteriormente en el sistema universal de Naciones Unidas, con la adopción de la Declaración y Plan de Acción de Viena, de 1993 y el Estatuto de la Corte Penal Internacional, instrumento este último que incorpora la responsabilidad penal internacional por crímenes de lesa humani-dad, con lo cual la Comunidad Internacional asiste a una nueva era en materia de derechos humanos”. María Elena Moreira*

La supremacía de los derechos humanos, la justicia universal, la ren-dición de cuentas de los Estados en materia de ellos, siguen en dispu-ta al igual que el resultado de los esfuerzos de Jaime Roldós Aguilera y de los firmantes de esta Carta de Conducta, el Sistema Interame-ricano de Derechos Humanos que garantice la plena vigencia de los mismos.

* http://www.derechoecuador.com/index.php?option=com_content&view=article&id=3011:el-papel-de-la-organizaciaoacuten-de-estados-americanos&catid=39:derechos-humanos&Itemid=420

Page 9: Carta de Conducta de Riobamba

9

Vigencia de la Carta de Conducta de Riobamba y de la Doctrina Rol-dós

La Carta de Conducta no es un mero documento histórico de archi-vo. Es el vehículo de principios vivos. Sobre todo la Doctrina Roldós en materia de derechos humanos está todavía en disputa, pese a que su espíritu fue abrazado por la institucionalidad de derechos huma-nos.

Ahora la institucionalidad en materia de derechos humanos que tan-to tiempo y esfuerzo ha demandado por generaciones construir està sufriendo una nueva embestida.

Ya no son los dictadores con charreteras quienes invocan la sobera-nía para violar principios y derechos. Hoy en día varios mandatarios de la región cuyo poder es fruto de procesos electorales enarbolan un discurso que sostiene que al emanar su poder de elecciones esto sitúa sus gobiernos por encima del respeto a los principios democráticos y los derechos humanos. Como una ironía de la historia quien los encabeza es el Presidente del Ecuador, Rafael Correa.

Correa y compañía vuelven entonces a levantar la bandera de la soberanía contra la vigencia de los principios y derechos, reposi-cionando la dicotomía que superaba la Doctrina Roldós en la Carta de Riobamba. Como justificativo argumentan que la intervención del Sistema Interamericano de Derechos Humanos tenía sentido contra las “dictaduras”. En otras palabras sostienen que el haber llegado a una dignidad por elección popular, no “obliga” menos, desconociendo que el principio universalidad se aplica no sólo a quienes son amparados por los derechos sino a la exigibilidad de los mismos.

Lamentablemente esta postura no ha sido exclusiva de dichos man-datarios y sus corifeos, sino que sorprendentemente ha sido tolerada por quienes en otros momentos han sido activos defensores de los

Page 10: Carta de Conducta de Riobamba

10

mismos en el pasado y que ahora a cuenta de promesas de futuros promisorios cierran los ojos a los atropellos de hoy y no los juzgan con la misma medida de ayer.

Si alguna lección nos deja esto es que no hay batallas definitiva-mente ganadas y que la batalla por los derechos humanos, su pro-moción y por mantener las instituciones que los defienden debe seguirse dando todos los días.

Detrás de la exigencia por democracia y la centralidad de los dere-chos de los seres humanos de la Carta de Conducta de Riobamba está la noción de que los Estados, en la medida en que son construcciones sociales para la convivencia de las personas, no pueden atropellarlas.

Martha Roldós Bucaram

Page 11: Carta de Conducta de Riobamba

11

CARTA DE CONDUCTA

1. Procurar un ordenamiento político subregional generado en de-mocracia de extracción popular y definido carácter participativo, sin perjuicio de los principios de autodeterminación de los pue-blos, de no intervención y del pluralismo ideológico;

2. Propiciar nuevos esquemas de desarrollo integral que, inspirados en principios de justicia social, permitan el cambio de las injustas estructuras aún existentes.

3. Reiterar el compromiso solemne de que el respeto de los dere-chos humanos, políticos, económicos y sociales constituyen una norma fundamental de la conducta interna de los Estados del Grupo Andino y que su defensa es una obligación internacional a la que están sujetos los Estados y que, por tanto, la acción conjun-ta ejercida en protección de esos derechos no viola el principio de no intervención;

4. Promover la solución de las controversias que existen o pudie-ran presentarse entre los países del Grupo Andino o entre éstos y terceros, mediante procedimientos pacíficos previstos en el De-recho Internacional;

5. Propiciar un proceso de desarme subregional y regional que, ins-pirado en los postulados de la Declaración de Ayacucho, consti-tuya una contribución efectiva al desarme general y completo, y permita liberar recursos para el desarrollo económico y social;

6. Reafirmar el Derecho Soberano de los Estados a la libre disposi-ción de sus recursos naturales como norma sustantiva de la con-vivencia internacional;

7. Actuar solidariamente frente a cualquier amenaza o coacción económica que afecte a uno de los Estados del Grupo Subregio-

Page 12: Carta de Conducta de Riobamba

12

nal Andino, como modo de consagrar la seguridad económica colectiva de los mismos.

8. Propiciar una mayor participación de los países de la Subregión Andina en las negociaciones de los problemas políticos y econó-micos, que se debaten en la comunidad internacional, particu-larmente en los que se refieren a la paz y seguridad y al Nuevo Orden Económico Internacional, en cooperación con los otros países latinoamericanos y demás del Tercer Mundo;

9. Comprometer esfuerzos para la adopción de políticas comunes en los campos económico, social, laboral, educativo, cultural, tec-nológico y de salud, entre otros, así como para la aproximación de las respectivas legislaciones nacionales;

10. Aplicar, inspirados en los principios de la justicia social inter-nacional, los instrumentos del esquema integracionista andino en forma tal que se deriven para los Estados, miembros benefi-cios equitativos entre los cuales conste el tratamiento preferencial para los países de menor desarrollo económico relativo, estable-cidos en el Acuerdo de Cartagena;

11. Contribuir a la vigencia de la libertad, la justicia social y la de-

mocracia mediante el cumplimiento del compromiso Andino de aplicar los principios fundamentales establecidos entre otros ins-trumentos internacionales, en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas; en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, en la Declaración de los Derechos Humanos; en la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados; en la Declaración sobre el Establecimiento del Nuevo Orden Econó-mico Internacional; en el Mandato de Cartagena, de 28 de mayo de 1979; en la Declaración de Quito de 11 de agosto de 1979; en el Acta de Panamá de 1º de Octubre de 1979; y, en la Declaración de Lima de 29 de Julio de 1980.

Page 13: Carta de Conducta de Riobamba

13

El Ministerio de Relaciones Exteriores’ del Ecuador será depositario del instrumento original;

En fe de lo cual suscriben la presente Carta de Conducta, en la ciudad de Riobamba, a los once días del mes de septiembre de mil novecien-tos ochenta.

Firman:

Julio César Turbay AyalaPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIAJaime Roldós Aguilera, PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DEL ECUADORLuis Herrera CampinsPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE VENEZUELAJavier Alvar OrlandiniREPRESENTANTE PERSONAL DEL PRESIDENTE DEL PERÚ

Los Presidentes de Costa Rica, Panamá y el Representante Personal del Presidente del Gobierno de España se adhieren al espíritu y pro-pósito que animan este documento.

Firman:

Rodrigo Carazo, Presidente de la República de Costa Rica Aristides Royo, Presidente de la República de PanamáCarlos Robles Piquer, Representante Personal del Presidente del Gobierno de España.

Page 14: Carta de Conducta de Riobamba

14

JAIME ROLDOS AGUILERA en una parte del Mensaje a la Nación en el primer aniversario de su ascensión al poder, 10 de agosto de 1980, expresó:

“…. El Gobierno ecuatoriano ha dado muestras palpables de predi-car con hechos las posturas que asume y por ello concretamos en el proyecto de Carta de Conducta el medio de sistematizar que, dentro del proceso de integración subregional andino no se procure sólo un nuevo ordenamiento económico, cultural y social, sino que se insti-tucionalice un mecanismo que posibilite en forma permanente y con proyección histórica, el robustecimiento del poder de negociación del Grupo Andino, sentando el principio de que la protección a los derechos humanos, políticos, económicos y sociales debe ser nor-ma de conducta de los países del Grupo y que su defensa, concebida como obligación internacional, no lesiona el principio de no inter-vención.

Hemos proyectado para el próximo mes de ‘septiembre la reunión de los Presidentes de los Países Andinos y de otros Estados Amigos, a fin de ratificar, en la ciudad de Riobamba y con motivo del Sesqui-centenario de la Primera Constituyente” “la vocación democrática y de libertad de nuestros pueblos, así, como coadyuvar al proceso de democratización efectiva en nuestra América Latina”

Una “ Carta de Conducta” que no es sólo una decla-ración exigible a los demás. ES UN ORDEN EXIGI-BLE A NOSOTROS MISMOS, QUE ES LO QUE LE DA FUERZA AL RÉGlMEN DE DERECHO. Tantas, pero tantas cosas hemos dicho en materia de dere-chos humanos QUE LO IMPORTANTE ES REFLE-JAR EN NUESTROS ACTOS LO QUE NUESTRAS PALABRAS EXPRESAN...”

Page 15: Carta de Conducta de Riobamba

15

Ab. Jaime Roldós AguileraPresidente del Ecuador

(10 de agosto de 1979 – 24 de mayo de 1981)En 1979, con apenas 38 años, Jaime Roldós no sólo fue el Presidente del retorno a la democracia en Ecuador, sino que se convirtió en líder regional de los pocos regímenes legítimos de una América Latina sumida, por entonces, en dictaduras represoras con vínculos entre éstas, promoviendo una integración sustentada en la promoción y defensa de los derechos humanos.

Su breve ejercicio del mandato estuvo caracterizado por su compromiso con la justicia social y marcado por las tensiones internas e internacionales que la transición de la dicta-dura a la democracia imponía. Defensor de la soberanía nacional y los recursos naturales, fue uno de los más grandes oradores del país, no sólo en su forma de expresión, sino y sobre todo en el contenido del mensaje, en el convencimiento de que la ponderación del discurso no era un recurso retórico, sino un gesto de respeto hacia el pueblo ecuatoriano y la dignidad humana, sustento básico irrenunciable de la democracia. Así, cuando se convirtió en el primer Presidente en dirigirse a la Nación en Quichua, su expresión fue para reivindicar la diversidad del Ecuador, a la que, hasta ese entonces, la nación, le había dado la espalda.

Nacido en Guayaquil, el 5 de noviembre de 1940, en su hogar conoció tanto la austeridad como la ética del esfuerzo, la honestidad y la solidaridad. Su padre, Santiago Roldós Soria, fue Ministro socialista de la llamada “Revolución Gloriosa” de Mayo de 1944, y, antes en 1938, como Subdirector de Trabajo del Litoral, en el Gobierno del General Enríquez Gallo, estuvo comprometido en la expedición del primer Código de Trabajo del Ecuador.

Debido a la temprana de muerte de su madre, Victoria Aguilera Mouton, Jaime y sus hermanos fueron formados por su tía y maestra, hermana de su madre, Lolita Aguilera, quien se casó con su cuñado Santiago. El amor y el ejemplo de ellos se potenció en sus hijos.

Jaime Roldós estudió la secundaria en el centenario Colegio Nacional Vicente Rocafuer-te, en cuyas aulas inició su carrera política como dirigente estudiantil. Recibió el Premio de Honor del Colegio y su nombre, por esa circunstancia, está grabado en bronce en ese plantel.

Estudió Derecho en la Universidad de Guayaquil, donde conoció a quien sería su espo-sa, camarada y compañera: Martha Bucaram Ortiz. Enamorados ambos y compartiendo ideales de justicia, democracia e igualdad, compaginaron su pasión y su militancia políti-ca con la excelencia académica, llegando a ser cada uno, Premio Contenta (distinción que da dicha Universidad a los mejores egresados de cada promoción)

Roldós ocupó los más importantes cargos de representación política estudiantil: Presiden-te de la FESE ( Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador) Vicepresidente y lue-go Presidente de la Asociación Escuela de Derecho; y, Presidente de la FEUE (Federación

Page 16: Carta de Conducta de Riobamba

16

de Estudiantes Universitarios del Ecuador)

La última dignidad mencionada lo llevó a enfrentarse y a recibir la represión de la dicta-dura fascista militar de 1963 – 1966.

Y cuando más adelante se dedicó profesionalmente al ejercicio libre del Derecho, nunca dejó la cátedra, no sólo universitaria, sino también la de su amado Vicente Rocafuerte, donde dictó Filosofía, Lógica, Ética y Literatura hasta bien avanzada su candidatura presidencial.

Abogado de causas justas, compaginó junto a su compañera Marta sus responsabilidades políticas con el reto de llevar adelante un hogar con tres hijos.Activó gremialmente y llegó a ser el Presidente del Colegio de Abogados del Guayas.

Conoció la dureza de defender con coherencia sus convicciones. Perseguido sistemáti-camente por las dictaduras, estuvo preso en dos ocasiones. En una tercera, como no lo encontraron, la represión se llevó en su lugar a su cónyuge y a su hijo menor, Santiago, de tres meses de edad.

Fue legislador en 1968, reelecto en 1970, por CFP (Concentración de Fuerzas Populares). Y, en su calidad de Jefe de Acción Política, logró mantener articuladas las bases de ese partido durante el exilio de su máximo dirigente, Assad Bucaram.De ahí que, cuando una transitoria agregada por los militares, en la Nueva Constitución que regía el retorno a la democracia, le impidió a don Assad ser candidato a la Presidencia, Roldós fue el designado, a pedido de la militancia, para tomar la posta.

El CFP se alió con la Democracia Cristiana (Democracia Popular) que nominó a Osvaldo Hurtado como su binomio.Roldós, de manera inesperada, para la clase política de entonces, ganó en la primera vuelta, triunfo que se consolidó de forma abrumadora en la segunda vuelta, a pesar de varias maniobras reaccionarias que intentaron impedirlo y deslegitimar el proceso.

Roldós estuvo apenas algo más de 21 meses en el poder. La tarde del 24 de mayo de 1981, tras pronunciar un discurso ahora inmortal en el Estadio Olímpico Atahualpa, en un acto cívico en honor a la Batalla del Pichincha, durante el cual fueron condecorados los héroes de Paquisha, el Presidente y la Primera Dama se dirigie-ron junto a su comitiva al aeropuerto, y ahí se embarcaron en una aeronave por última vez.

Iban con destino a Zapotillo, en el extremo Sur del país. El por qué el avión presidencial se estrelló en Celica nunca se ha aclarado.

El Ecuador y toda América se sumieron en la conmoción.La orfandad de sus hijos fue compartida por toda la nación.

Sin embargo, Jaime Roldós Aguilera y Marta Bucaram Ortiz fueron y siguen siendo mu-cho más que la trágica historia de su muerte. Ambos construyeron un legado.Con la Carta de Conducta les entregamos a ustedes una parte de él.

Page 17: Carta de Conducta de Riobamba
Page 18: Carta de Conducta de Riobamba

18

Queremos que Ecuador se convierta en balcón de

demacracia donde los hombres de toda tendencia

respetando la estructura democrática, tengan

oportunidad de venir a decir su pensamiento.

(Jaime Roldós Aguilera, 24. 11. 1979

Martha Roldós Bucaram