Cartografía crítica de recursos educativos y pedagógicos ...
Cartografía crítica y educación para la paz
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Cartografías de la violencia, mapeo de la paz.
Gabriela Amor y Sandra Araujo, DyGI, UNAM
“El mapa miente. La geografía tradicional roba el espacio,
como la economía imperial roba la riqueza,
la historia oficial roba la memoria y la cultura formal roba la palabra.”
Galeano, Eduardo, Patas Arriba: La escuela del mundo al revés
Hasta ahora, para muchos de nosotros la geografía ha sido una materia con poca
utilidad práctica, si bien va, nos sirve para planear viajes, desarrollar herramientas de
apreciación estética del paisaje y memorización de las principales Capitales1. No
obstante, en nuestro quehacer cotidiano utilizamos nociones geográficas que dan
cuenta de nuestra posición en el espacio: norte-sur, occidente-oriente, centro-periferia,
campo-ciudad; y de la organización geopolítica: país, Estado-Nación, fronteras, región,
capital, continente. Estos conceptos configuran nuestro mundo y lo materializan
gráficamente recurriendo a varios tipos de mapas: croquis, guías, planisferios,
mapamundis, etc.
Pero, ¿estamos realmente en el lado del mapa que nos fue enseñado en la escuela?
¿Nos encontramos justo debajo de la gran potencia mundial? ¿El mundo siempre ha
estado dividido en países y el mar puede tener nombres diferentes? Estas preguntas
parecen juegos de palabras, pero más que respuestas, buscan reflexionar sobre la
manera en la que normalizamos ciertos elementos que configurarán nuestro pensar y
actuar en el mundo. Preguntemos y comencemos a actuar sobre algo que parecía obvio
debido a la seducción del discurso, imaginemos otras formas de pensar, decir y hacer.
Intentemos desarrollar juntos una curiosidad generadora de imaginación y conocimiento
que, por ahora, se encamine a repensar formas, procesos e imágenes geográficas.
A lo largo de este artículo propondremos al mapeo2 como una herramienta de la
pedagogía para la paz que deconstruya la violencia cartográfica, a partir del
1 Capital con mayúscula debido a que nos referimos a las capitales del capital. A los centros comerciales y
políticos alrededor de los que gira la construcción de nuestras nociones imperantes de localización en el
mundo. 2 Mapeo como una actividad colectiva y creativa en contraposición a la cartografía como disciplina y saber
especializado.
entendimiento del proceso de construcción de los mapas; para qué y para quién se han
creado y cómo impactan nuestra vida cotidiana. De este modo podríamos dar un giro
que contribuya a conocer, reconocer y transformar nuestras relaciones con el territorio y
nuestros espacios.
Como primer paso en el camino propuesto construiremos una base para la discusión.
En ésta incluiremos algunas nociones de los conceptos más utilizados en la geografía
como campo de conocimiento: el territorio y el espacio. Después discutiremos su
historia y funcionalidad dentro de los procesos sociales en los que están inmersos.
Seguido de esto hablaremos de la cartografía y del impacto que ha tenido en la
construcción de la guerra, la polarización social y otras formas de representación
espacial conservando la perspectiva diacrónica. Concluiremos con una ejemplificación
sobre cómo los mapas pueden ser una herramienta para la creación y representación
de nuestros mundos, de nuestras realidades y su percepción, así como las
consecuencias de esta redefinición del quehacer cartográfico como una propuesta de
construcción de una pedagogía para la paz.
I. Espacio como hecho social
“Es indispensable que los hombres sepan pensar el espacio. La familiarización de cada individuo
con un repertorio conceptual que permita articular en función de diversas prácticas las múltiples
representaciones espaciales que conviene diferenciar, sean cuales fueren su configuración y su escala, a
fin de disponer de un instrumento de acción y de reflexión.”.
Lacoste, Yves (1977), Geografía un arma para la guerra, p.36
Convertir dos palabras en sinónimos es un riesgo que muchos tomamos, sea o no por
decisión propia. En el caso de los conceptos de espacio y territorio, la consecuencia es
un reduccionismo conceptual y una falta de precisión que a su vez producen un
desarme intelectual, es decir, no tenemos las herramientas para poder discernir la
realidad y enfrentarnos con ella de manera más compleja. Hagamos pues nuestra
armadura conceptual.
Comencemos con el término más abarcador, lugar lo entendemos como: “una
porción de la faz de la tierra identificada por un nombre” (Ibídem, p.81). Cuando a este
lugar se le ponen límites por medio de un acuerdo entre partes -la naturaleza del
acuerdo puede ser variada- se le llama territorio, el cual -dependiendo de su momento
histórico- será inmutable y fijo (Santos, 1990, p.205). Al dotar a este territorio de
dimensiones sociales -población, tasas de natalidad, sistema político...- estamos
hablando de espacio. El espacio, entonces, se refiere “a la sucesión histórica de las
situaciones de ocupación efectiva por un pueblo como resultado de la acción de éste,
de su trabajo realizado según las reglas basadas en el modo de producción adoptado y
el poder político” (Ibidem, p.205). Así, nuestro concepto del espacio se complejiza al
mirarlo como proceso histórico, como un conjunto de relaciones sociales del pasado y
del presente que se manifiestan por medio de procesos y funciones (Ibídem, p.138).
Avancemos ahora en la relación entre el espacio y la ciencia que se ha dedicado a su
estudio empezando por preguntarnos:
¿Qué es la geografía?
Se trata de una forma de ver un conjunto de hechos, tal como lo dice Milton Santos, es
“un punto de vista (...), no hay hechos geográficos, sino una manera geográfica de
considerar a cada conjunto de hechos” (1990, p.130). Pongamos como centro de
nuestra argumentación, que no hay un objeto de estudio de la geografía a priori.
Podemos estudiar con un punto de vista geográfico la cordillera del Himalaya, el
conflicto entre Palestina e Israel, los índices de mujeres embarazadas en Libia o el
croquis de la fiesta de nuestro hermano menor.
Una de las formas en las que se ejemplifica que la geografía es un punto de vista es en
lo que algunos autores llaman “la geografía escolar”, la cual tiene las siguientes
características:
1.- Responde a hechos sincrónicos.
2.- Se basa en un núcleo de conceptos estáticos.
3.- Separa algunos aspectos y herramientas de la geografía de nuestra vida cotidiana.
4.- Invisibiliza la utilidad práctica del análisis del espacio.
Esto tiene varias repercusiones prácticas. Nuestro interés principal es observar cómo la
omisión del discurso político puede legitimar procesos de guerra y paz -y las dinámicas
de dominación y colonización que conllevan- mediante un discurso científico y
pedagógico, neutral y reificado (Lacoste, 1977).
Haciendo frente a esto, el horizonte del camino que estamos emprendiendo tiende a la
construcción de una “geografía de lo cotidiano” la cual busca:
“desarrollar un ‘nivel colectivo de saber pensar el espacio’, lo que significa que
cada individuo se familiarice con un repertorio conceptual que permita articular
en función de diversas prácticas las múltiples representaciones espaciales que
conviene diferenciar, sean cuales fueren su configuración y su escala, a fin de
disponer de un instrumento de acción y reflexión (Ibídem, p.36)”.
Esta manera de percibir la geografía contribuye a crear una educación para la paz que
nos ayude a “construir una conciencia de la capacidad de uno de conocer, junto con
otros, cómo actuar y cómo cambiar las relaciones sociales que son de violencia y como
adquirir la habilidad moral para eliminar los obstáculos sociales que impiden la
realización potencial (Lederach, 1997, p41)”.
Es decir, la geografía escolar ha sido un obstáculo para el desarrollo de procesos y
relaciones de paz, al despojar a las personas de su capacidad de incidir en la forma de
entender sus espacios. Por eso es necesario integrar la dimensión espacio-territorial
dentro de la pedagogía para la paz al brindarnos un universo reflexivo que visibiliza
algunas de las formas de materialización de la violencia3; con esto comenzaremos a
construir herramientas adecuadas para el cambio de nuestras relaciones sociales.
II. Armas gráficas: mapas y vida cotidiana
“The truth is ... maps are weapons.. Of course it's more comfortable to think about them as tools,
to extol their utility, to celebrate their ability to serve humankind in this and that
and a hundred other wonderful ways. Maps are weapons. Not less than fists and guns,
than tanks and fighters are maps engaged in the subjugation of the world,
in the intimidation of its inhabitants, in the legitimization of the status quo “
Wood, Denis (1992) How maps work? P. 67
Los mapas son una forma de pensar el espacio, son “representaciones gráficas que
facilitan un entendimiento espacial de las cosas, conceptos, condiciones, procesos o
3 Nosotras seguimos la distinción que hace Johan Galtung de los diferentes tipos de violencia: Violencia
directa descrita como la violencia visible; Violencia estructural la cual es originada por la injusticia y
la desigualdad como consecuencia de la propia estructura social.; y la violencia cultural que es
generada, materializada, legitimada y normalizada por medio de la religión, la ideología, el lenguaje, el
arte y las ciencias, entre otros. Calderón (2009).
eventos en el mundo” (Crampton, 2006, p.7). También son una puerta de acceso a una
representación de lo vivido a través de un collage de experiencias y conocimientos
intersubjetivos. Aunado a esto “estructuran el mundo humano, crean prejuicios y ejercen
una influencia sobre un conjunto particular de relaciones sociales” (Harley, 1988 p.3).
Echar un vistazo a un mapa desde una perspectiva política puede permitirnos entender
dinámicas en distintos niveles como lo local, lo regional, lo nacional e internacional e
incluso pueden dar un giro hacia una “toma de conciencia colectiva de problemas”
(Lacoste, 1977, p.142). Sin embargo, muchas veces la cartografía más que servir para
una comprensión holística de la realidad se ha tornado en un saber cartográfico
profesionalizado y especializado que le ha conferido al mapa un halo de verdad-objetiva
que legitima una representación fidedigna y precisa del mundo a través de la autoridad
científica.
Como menciona Harley (1989) a lo largo de la historia “hemos dejado que los
cartógrafos nos digan cómo se supone que son los mapas” -por lo tanto nos dicen cómo
se supone que es el mundo-. Esto lo podemos observar en los mapas que usamos
cotidianamente: en las paredes de las escuelas, en las cajas de cereal, en los libros de
texto, en periódicos y noticieros, en publicidad, en oficinas gubernamentales, en
embajadas, etc. Encontramos que la circulación de una de muchas formas de
representar el espacio se da en una escala masiva y estandarizada, lo cual despoja a
los mapas de su condición de construcción social. Siguiendo a Piaget, encontramos que
se ha sacralizado la autoridad del mapa al darnos los cartógrafos un modelo de mapa
que no cuestionamos ni criticamos dado su carácter científico, se borra el proceso que
hay detrás del mapa y se nos muestra como inmutable.
El tratar de imponer una sola forma cartográfica requiere invisibilizar el proceso político
que conlleva. De este modo podría pasar por legítima y verdadera una forma cultural
particular de ver el mundo al no ser contrastada con otras. Como complemento de esto
se crea un discurso compartido “donde lo que es mapeado se convierte en realidad,
dada la creencia en la objetividad de los mapas” (Fotiadis, 2009 p.23).
Imagen 2: Proyección de Mercator Ilmagen 1: What's Up? South!
¿Cómo impacta esta construcción de los mapas en nuestra vida
cotidiana? ¿Pueden tener implicaciones directas en las prácticas sociales?
Para abrir esta discusión, nos apoyamos en nuevas tradiciones de interpretación de la
realidad, una de las cuales nos señala que “los conjuntos de representaciones del
mundo guían las acciones de los agentes” (Olivé, 2007, p. 34). Es decir, a partir de una
representación del espacio-mundo, se configuran principios básicos de entendimiento
que guían a las personas en su actuar y en la evaluación del actuar ajeno. Existe
entonces en los mapas como representaciones-construcciones, una posibilidad de
poder-pensar y un poder-actuar. Por ello, los mapas como formas de ver el mundo
sirven para ordenar nuestros sentidos al pensar y actuar según la propuesta de
representación del espacio que nos muestran, la cual “crea y mantiene un discurso
político particular acerca del mundo y las relaciones internacionales con implicaciones
reales en el espacio que representan” (Fotiadis, 2009, p.15).
Para ejemplificar empezaremos con el artículo “Mapping ethnocentrism” (2009) de John
Blair, quien habla de tres grandes aspectos a considerar de la cartografía dominante: 1)
¿Dónde se coloca el centro? El planeta tierra no tiene centro, pero los mapas de dos
dimensiones no pueden evitar centrar una región, por lo tanto se hace una propuesta
política, al enfocarse en una región relegando otras a la periferia (ver imagen 1); 2)
¿Cuáles serán nuestros norte y sur? La tierra tampoco tiene norte ni sur pero al hacer
un mapa se tiene que decidir donde se colocará el ecuador lo cual impactará en el
tamaño que tendrán los continentes (ver imagen 2); 3) ¿Qué proyección utilizaré? Al
tratar de representar un objeto de tres dimensiones dentro de un plano de dos, se
producirán distorsiones en las formas y tamaños de las áreas (Blair: 2009) (ver imagen
3).
Imagen 3: Diferentes proyecciones cartográficas
A través de estos mapas observamos lo que afirma Harley “los hechos cartográficos son
sólo hechos dentro de cierta perspectiva cultural”. El gran problema está en que dentro
de esta diversidad de proyecciones sólo es una la que se ha difundido de forma masiva
y usada como la versión standard. Esto impacta en nuestra manera de pensar la forma
y tamaño de la tierra y el mar, y la noción del espacio que ocupamos dentro de ellos.
La proyección de Mercator4 contribuye a legitimar de manera geográfica la narrativa de
superioridad, centralidad y desarrollo de países del norte (Europa, E.U.A, Rusia), debido
a que son el centro de la proyección y sus proporciones son mayores; al tiempo que
promueve la inferioridad y “subdesarrollo” de países del sur pues se reduce su tamaño.
A pesar de las críticas que ha habido a esta proyección y las alternativas que han
surgido a lo largo de los años, sigue siendo la de uso común. Una de las proyecciones
4 Mapa creado por Gerardus Mercator en 1569 para facilitarle la navegación a los marineros. Lo que busca
esta proyección es un mapa plano que permita trazar de manera recta las rutas más directas entre distintos
puntos de la tierra, por lo cual no conserva las relaciones entre áreas para valores distintos de latitud
exagerando la superficie aparente de las tierras situadas cerca de los polos.
Imagen 4: Proyección Gall-Peters
Imagen 5: África útil
alternativas que ha causado mayor controversia es la de Arno Peters5 que muestra el
tamaño real de cada nación respecto a su porción de tierra (ver imagen 4).
En los últimos años se ha perfilado una
tendencia crítica a la cartografía tradicional
que busca vincular los conocimientos
geográficos con el poder, “asumiendo que los
mapas hacen realidad tanto como la
representan” (Crampton: 2006, pág. 1). Los
mapas no sólo representan afirmaciones
culturales, también reflejan y constituyen
diferentes tipos de relaciones políticas: colonialismo, propiedad, identidades nacionales,
razas, poder militar, desigualdad, burocracia y género, las cuales han sido teorizadas
como piezas clave en las formas de mapeo. Varios autores se han empeñado en
resaltar que los mapas no son sólo herramientas sino también armas en una pelea por
el dominio social y la construcción de un pensamiento hegemónico.
Dentro de la cartografía crítica se abordan diferentes
temáticas como son: el uso de la proyección y el diseño
como medios para elaborar, visualizar y naturalizar
tácticas y estrategias militares para controlar el
territorio, los recursos y la población6. Veamos algunos
ejemplos, en la imagen 5 observamos como el mapa
sirve como una forma de planificar las estrategias de
extracción de recursos estratégicos de Europa hacia
África, siendo este un proyecto de despojo territorial en
formato tamaño carta.
5 El historiador Arno Peters introdujo en 1974 un mapa que busca que cada nación reciba en el mapa el
espacio proporcional a su territorio. Peters denuncia los mapas usados convencionalmente al exagerar el
tamaño de los “países desarrollados”. Ha recibido buena recepción en estados poscoloniales y fue adoptado
por organismos internacionales como la UNICEF y OXFAM.
6 Ver Kitchin y Perkins 2011, Lacoste, 1977
Imagen 6: Portugal no es un país pequeño
La imagen 6 fue una propaganda utilizada
por el gobierno portugués para mostrar el
tamaño de sus colonias respecto a sus
fronteras nacionales -y las de los demás
países europeos-. Otra rama de
investigación crítica afirma que los mapas
son una herramienta de clasificación
totalizadora del Estado que a través de las
fronteras ejercen un “sistemático ejercicio de
violencia”, donde el trazar/nombrar/localizar
representará una serie de afirmaciones acerca de cómo debería ser el mundo, dónde
sólo serán reconocidos, y por lo tanto representados, los territorios que sean
estratégicos o que mantengan el orden mundial, así quien lo cuestione quedará fuera
del mapa y por lo tanto no existirá7. En la imagen 7 podemos ver lo que la ausencia de
una representación político/gráfico de las fronteras de Kurdistan facilita el
intervencionismo militar dentro de su territorio; “el trazado de un mapa implica un cierto
dominio político y científico del espacio representado, y es un instrumento de poder
sobre dicho espacio y sobre las personas que viven en él” (Lacoste, 1977, p.8).
III. Los mapas en acción
“Saber pensar el espacio para saber organizarse en él, para saber combatir en el”
Lacoste, Yves (1977), Geografía un arma para la guerra p.141
Dentro de ese universo de representaciones y
construcciones de realidades a partir de los mapas
nosotras nos centraremos en el tema de la representación
del proceso de guerra y de paz dentro de la gráfica del
mapa.
Para esto utilizaremos las siguientes metodologías:
7 Ver Neocleous, 2003
IImagen 7: Nación sin nación
Imagen 8: Producto Interior Bruto por Estado y
por habitante, 2010
Imagen 9: Consejo de seguridad
1) Comparación entre mapas que representan procesos paralelos.
2) Análisis de formas de elaboración de los mapas mediante el planteamiento de
preguntas
En nuestro recorrido a través de diversos atlas y mapas del mundo buscamos la
representación de algunos fenómenos de nuestro interés. En vez de respuestas
encontramos muchas más preguntas –y mapas- de las que esperábamos. A
continuación les proponemos narrativas formadas con sucesiones de imágenes que
guiamos por preguntas que nos surgieron al mirarlas y compararlas.
Una pregunta constante dentro de “nuestra” representación del mundo fue
¿Qué países son los más ricos?
La respuestas que encontramos se limitan al
cálculo del producto interno bruto, en la imagen 8
observamos la manera en que se construye el
imaginario de “Primer mundo” basado en la
riqueza y se materializa en un mapa donde lo que
resalta es el “norte”. Como mencionábamos al
principio, el reificar una imagen borra el proceso al
que responde, por lo tanto, no nos preguntamos
por qué la riqueza se basa en el dinero y por qué
se concentra mayoritariamente en una región
“noroccidental”.
Una de las características de una reflexión
crítica es poder relacionar fenómenos que
parecen inconexos, uno de ellos es, ¿qué
relación tienen los países con más poder
monetario y los países con mayor poder
político internacional? En la imagen 9 se
muestran los 5 países miembros permanente
Imagen 10: Venta y compra de armas
del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), primeros
“responsables” del estado de la paz y guerra en el mundo.
Debido a que hay una ligera coincidencia entre los países más ricos y los más
poderosos políticamente, habría que preguntarnos cómo mantienen esos dos controles.
Una opción a considerar es la imagen 10, las cual nos muestra que estos 5 países
(EUA, Francia, Inglaterra, Rusia y China) son los principales abastecedores de armas a
nivel mundial. Podemos observar lo rentable de la industria de armas con el dato de que
en 2012 se realizó un gasto militar mundial de $1.7 trillones de dolares8. Por otra parte,
podemos ver que los principales compradores son países que se encuentran en
regiones estratégicas de extracción de recursos y con alto índice de intervencionismo
internacional. Al final nos preguntamos ¿Por qué estos países siguen siendo pobres y
con guerra si existe un organismo encargado de garantizar la paz mundial? ¿Será que
se les arruinaría el negocio?
8 World Military spendind en http://www.globalissues.org/article/75/world-military-spending consultado
el 2 de agosto del 2013 00:41.
Imagen 11: Recursos naturales
Imagen 12: Proyectos del BM
Ilmagen 13: Mapa del conflicto
Pocas veces nos ponemos a pensar los
lugares de donde sacamos los recursos
naturales para abastecer las demandas
mundiales de materia prima. La imagen 11
nos muestra la localización de estos y nos da
un panorama del desequilibrio que hay en
cuanto a la proporción de esos recursos y el
territorio en el que están; es decir, vemos
cómo los principales recursos estratégicos -agua, minerales, petróleo y biodiversidad-
se encuentran en Latinoamérica, África, la región subsahariana y el sureste de Asia.
Sí, los 5 países mencionados en el párrafo anterior están excluidos de la repartición
geográfica de recursos.
Desgraciadamente, siempre hay formas de
obtener lo que uno quiere. El Banco Mundial
-hermano institucional del Consejo de
Seguridad de la ONU- tiene como misión
“terminar con la pobreza extrema en una
generación y promover la prosperidad
compartida” (página oficial Banco Mundial).
Por lo tanto, tiene una serie de proyectos
encaminados al “desarrollo”. La imagen 12
nos hace preguntarnos por qué los países que “requieren” mayor ayuda son los que
tienen mayores recursos naturales.
A lo largo de la historia la guerra ha
enmascarado proyectos de expansión
territorial y control de recursos naturales.
Actualmente la forma de ver el conflicto
depende de los criterios de quien mira, por
ejemplo, la imagen 13 muestra la perspectiva
de la defensa área internacional de Estados
Unidos en la que los enemigos tienen que ver
con operaciones de narcotráfico, posesión de armas (insurgencia), desarrollo misil,
pirataje, operaciones aéreas e infraestructura de guerra terrestre y ciberataques.
La narrativa que proponemos con los mapas pretende cuestionar a organismos
internacionales como la Organización de las Naciones Unidas y el Banco Mundial, y
visualizar la institucionalización de dinámicas que permitieron el ascenso al poder a las
hoy grandes potencias económicas. Estos actores de manera conjuntan tejen una lógica
de legitimación de ciertas dinámicas de guerra y militarización que se justifican en los
beneficios económicos que trae la industria armamentista. Industria que representa una
de las formas de intervención territorial en la que se puede observar una polarización
espacial que implica un control de los puntos estratégicos de abastecimiento de
recursos naturales, lo cual podría tener relación con zonas de tensión y conflictos.
Regresemos a los mapas anteriores y preguntémonos
¿Por qué los países más “conflictivos” se encuentran en las zonas estratégicas
de extracción de recursos naturales?
Y por otro lado pensemos en qué tipo de “paz” es la que promueven los organismos
internacionales basados en modelos de desarrollo del “primer mundo”. También
podemos preguntarnos cuáles son las implicaciones de invisibilizar fenómenos como:
las revueltas ocasionadas por las reformas estructurales en Europa, las masacres en
Estados Unidos y las luchas estudiantiles en Chile.
¿Qué consideramos conflicto?¿Por qué?¿Cuáles son los niveles de los
conflictos?¿Cuándo se convierte en guerra? Todas estas reflexiones pueden llevarnos a
la construcción de una narrativa gráfica que nos ayude a perfilar distintas respuestas y
analizar los criterios con los que cada uno de nosotros evaluamos procesos sociales
como el conflicto y la guerra.
IV. Mapeo, educación, paz y resistencia
We should not seek a utopian ideal map, but we should address all maps critically and constantly
change the maps we use in order to change the way we view the world.
Fotiadis (2009) The Strange Power of Maps p.49
Puede desanimarnos la idea de que la geografía y los mapas han sido utilizados por
organismos y actores que pretenden naturalizar distintos tipos de violencia a su
conveniencia. Aunado a esto, el creernos sin la capacidad y las herramientas para
representar nuestro espacio, ayuda a pensar a la geografía como un campo demasiado
grande como para tener injerencia en él.
Lo anterior no ha sido suficiente para socavar esfuerzos de resistencia, creatividad e
imaginación en cuanto a la construcción de mapas y la resignificación de la geografía y
la cartografía como saberes populares y dinámicos. Aunque difíciles de encontrar,
existen varias experiencias –más de las que uno podría imaginar- de mapeo colectivo a
través de saberes locales. Un ejemplo de ellos es el grupo argentino “Iconoclasistas”
quienes buscan que el mapeo sea un “artilugio que empuje la organización de prácticas
emancipatorias y colectivas” (iconoclasistas.net, consultado el 6 de junio del 2013). Ellos
realizan y participan en talleres colectivos de mapeo y uno de de los resultados es la
imagen 14 la cual tiene como objetivo mostrar la geopolítica migratoria entre la
Península Ibérica y Latino América desde una mirada crítica y creativa, resaltando sus
flujos, vínculos e intercambios, la colonización y el miedo pero a su vez las resistencias
e insurgencias.
Imagen 14: Antropofagia iberoamericana
Imagen 15: Petroglifo bedolino
Otra forma de reconfigurar la cartografía es a través de las miradas indígenas las cuales
se diferencian epistémica, ontológica y axiológicamente de las formas estandarizadas
de construcción de los mapas. Se caracterizan por la manera dinámica en que perciben
las fronteras al responder estás a distintos procesos como conexiones familiares,
patrones históricos de asentamiento, flujos temporales de migración y apropiación de
los recursos, etc., los cuales son mantenidos a través de un sistema complejo de
negociación (Bjørn, 2009 p.150)9 . El ejemplo que elegimos es la imagen 15 la cual se
diferencia de las anteriores al representar un paisaje pero con una perspectiva difícil de
entender fuera del contexto creado, podemos observar que es plano y parece ser
simplemente icónico pero con altos elementos simbólicos que nos hacen pensar en su
función pictórica, religiosa, ritual, simbólica y mágica, antes que en la geográfica.
El adentrarnos al mundo de los
mapas nos ha dejado percibir el
gran vacío que hay de ellos en las
instituciones educativas, aunado
a esto, nos preocupa que de tan
múltiples y variados mapas
prevalezca uno que privilegie al
“norte” y el proyecto de expansión
capitalista. Por eso nos parece
indispensable que en carreras
como geografía, historia,
pedagogía y otras enfocadas a
temas de paz y cultura se integre la cartografía como un eje de análisis y crítica que nos
ayude a repensar la manera en que vemos al mundo. Al reconocer la naturaleza política
de los mapas y la diversidad de ellos podemos tener una herramienta para la pedagogía
para la paz que nos ayude a combatir el etnocentrismo, a deshacer la idea de que el
conflicto es negativo y solo se resuelve a través de la guerra al promover el intercambio
y el dialogo intercultural.
9 Traducción libre del original en inglés
Por qué, como bien dice Lederach “La paz es la ausencia de condiciones o
circunstancias no deseadas (guerras, marginación, hambre, etc.) pero también es la
presencia de condiciones y circunstancias deseadas (la colaboración, la mutua
asistencia, el mutuo entendimiento y la confianza)…” (1997, pág. 31).
Concluimos por ahora, invitándonos a seguir con esta reflexión desde cualquier lugar y
escenario: trazar la ruta de nuestra casa a la escuela en bicicleta, localizar las
problemáticas de nuestra colonia, relacionar el mapa del metro con dinámicas de
urbanización y marginalización, tratar de hacer un mapa que no tenga por referencia
calles y avenidas, etc. Estas pequeñas acciones son una gimnasia para la construcción
de una geografía que responda a procesos de paz y no de guerra.
V. Emprendiendo el Camino
Para cerrar con el tema, nos gustaría compartir unas cuantas actividades que podrían
crear un ambiente de reflexión e imaginación en torno a los temas abordados
anteriormente. Estas actividades están pensadas para ser construidas, compartidas y
discutidas de manera grupal, en un ambiente de cooperación y con la intención de
colaborar con otros para poder significar los saberes según nuestras vidas. Es en
nuestras pequeñas luchas donde se construye el cambio socia.
1) Les proponemos construir un mapa del lugar en donde estudian que abarque cinco a
diez cuadras. Ubiquen puntos que consideren seguros e inseguros. Al terminar
compartan los mapas de manera grupal y reflexionen acerca de los criterios que usaron
y las repercusiones que estos puntos tienen en su vida diaria y en la manera de percibir
y vivir el espacio.
2) Con el fin de acercarnos al mapeo como actividad cotidiana, recorran con cuidado el
trayecto de su casa a la escuela. Háganlo de preferencia caminando o en bici, notarán
la diferencia de percepción de espacio, pues muchas veces nos pasan desapercibidas
cosas mientras vamos en un vehículo motorizado. Traten de ubicar en su caminata
hechos, lugares y sujetos de lucha social y de cambio. Dibujen el mapa y localicen
lugares de lucha y qué tan relacionados están con su camino y su cuerpo. Expongan
sus mapas y comparen sus recorridos, su forma de mapear, su lenguaje y sus trazos.
3)Muchas veces cuando alguien nos pide que le indiquemos dónde está un lugar, las
referencias que usamos son calles, avenidas, andadores, etc. Pero, ¿se imaginan un
mundo dónde estas referencias no existan y nos guiemos por colores, objetos, sujetos
sociales, historias, señalamientos, tipo de suelo, vegetación? Pues hagámoslo posible.
De manera grupal escojan un punto conocido de la ciudad y hagan un croquis para
llegar a el sin referencia a calles, números, colonias o avenidas.
Recordemos que una de las formas como vemos la resistencias es poder darnos cuenta
de la realidad en la que vivimos para luego imaginarla de manera diferente y construir
las herramientas para caminar hacia nuestra utopía.
Referencia de imágenes
Las autoras y editores expresan su agradecimiento a las siguientes fuentes de material
ilustrativo y/o su permiso para reproducirlo
Imagen 1. The Colton's map of the world on Mercator's projection (1855) published by
J.H. Colton c°172, William St. New York.
http://s3.amazonaws.com/grassrootsmapping/warpables/117387/1855_Colton_Map_of_t
he_World_on_Mercator_Projection_-_Geographicus_-_WorldMercator-colton-1855.jpg
Imagen 2. "What's Up? South!" Hobo-Dyer Projection Upside down (2002) by Mick Dyer
http://www.odt.org/hdp/index.htm
Imagen 3. Diferentes proyecciones cartográficas (2012), Taller de cartografía de
Sciences Pro, http://cartographie.sciences-po.fr/fr/diferentes-proyecciones-cartogr-ficas
Imagen 4 Gall-Peters projection vs. Mercator projection
http://www.odt.org/http://en.joscandreu.com/wp-content/uploads/2013/02/map-gall-
peters.gif
Imagen 5 Useful Africa (February, 2011) by Philippe Rekacewicz
http://mondediplo.com/maps/usefulafrica
Imagen 6 Portuguese governmet propaganda map showing the size of its colonies in
comparison to the land area of Portugal. The title reads: "Portugal is not a small
country". Enrique Galvao, Lithografia de Portugal (Lisbon, ca. 1935), private collection
en Basset, Thomas J. (2010), The atlas of world hunger, The university of Chicago
Press, p.110.
Imagen 7 Nationless Nation: Kurdistan en Smith, Dan (1997), The state of war and
peace atlas, Penguin, New York, p.41.
Imagen 8 Producto Interior Bruto por Estado y por habitante (2010) Taller de cartografía
de Sciences Pro
http://cartographie.sciences-po.fr/fr/producto-interior-bruto-por-estado-y-por-habitante-
2010
Imagen 9 Consejo de seguridad www.onu.org
Imagen 10 Recipients of arms transfers en Smith, Dan (2008), The penguin state of the
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