Casas Solariegas

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Las casas solariegas de la Vall de Bianya

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Ajuntament de la Vall de Bianya

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Índice

Sumario

La Vall de Bianya

La Vall de Bianya es un conjunto de pequeños y grandes valles que inundan un territorio de praderas, bosques y riachuelos.

El municipio está formado por diversos núcleos de población todos dispersados por el territorio y la mayoría alrededor de una iglesia románica.

Las masías, algunas de las cuales cuentan con más de 800 años de historia, y las iglesias románicas son dos de los valores patrimoniales más importantes de nuestros valles. La mayoría de las casas están diseminadas por todo el territorio, de casi 100 kilómetros cuadrados.

Las casas, construidas piedra a piedra, son la huella de todos los que han vivido a la Vall. Un valle que durante mucho tiempo era una tierra de paso, como lo demuestra la Vía Romana, pero que ahora reivindica ser un territorio de acogida para mostrar toda su belleza.

Dossier:

La Vall de Bianya

Las casas solariegas

La Vall de Bianya

1. Les Aulines

2. La Boada

3. El Callís

4. El Colomer

5. Mas Colldecarrera

6. La Coromina

7. L’Esparc

8. L’Espunya

9. Mas Farró

10. Les Gleies

11. Mas Llongarriu

12. Molí d’en Solà

13. El Perer

14. El Puig

15. La Riba

16. Mas Sobeies

17. La Torre de Sant Pere

18. La Torre de la Vall del Bac

19. La Vila

20. Mapa de situación

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Las casassolariegas

de la Vall de Bianya

Les Aulines

En el siglo XVIII el mas las Aulines tributaba por la nombrada talla del Capsacosta. Al fi nal del siglo vivía Josep Aulinas, que se casó con Magdalena Quintana.

Su descendencia se mantuvo como propietaria de la casa hasta el fi nal del siglo XIX, en que fue vendida a Gaspar Berga, que, unos cuantos años más tarde, la vendió a Narcís Agustí y Concepció Pujol, a partir de los cuales la propiedad ha pasado a los sucesores.

En el dintel de la puerta de entrada hay grabada la fecha de 1758. A la fachada sur se añadieron, posiblemente en el siglo XIX, las bóvedas y las galerías que mejoraron la imagen del viejo edifi cio. A la planta baja hay dos arcos de medio punto, partidos cada uno por un pilar de refuerzo que se prolonga hasta el techo de

la galería del piso principal. En esta galería hay cuatro aperturas con arcos y en el piso superior otras cuatro, acabadas también con arcos, que seguían la misma alineación de las de dicha galería. A cada lado de esta construcción añadida, se hizo igualmente, en cada piso, una apertura análoga a las nombradas.

La Boada

Hay noticias de la casa desde el siglo XIV, y el apellido Boada estuvo atado a ella hasta el siglo XIX. A partir de aquí, por sucesión directa de la heredera llegó a la actual familia Nogareda. El edifi cio fue ampliado en diversas ocasiones, especialmente durante el siglo XVIII, como consta en diversas fechas grabadas en los dinteles y piedras. Hay de 1749, 1769, 1788 y 1869.

La masía conserva, en muchas de sus dependencias, embaldosado

del siglo XVIII y en algunas de las piezas se pueden ver las marcas de las baldosas. Es interesante el tejido de madera de la sala principal y la vieja cocina, protegida por unos batientes de madera. El henil fue construido en el siglo XVIII, como lo indica la inscripción <Any 1939 ses fa la era>, grabada en una de las piedras.

Entre las losas que cubren el suelo hay unos cuantos que indican quien los hizo. Consta, en uno de ellos, Pau Buxeiter/1738; en otro hay grabado <A 15 de/juny de/ fet haches/ rraiol 1738>. La casa ha sido mejorada notablemente en los últimos años, sobretodo el espacio exterior. Muy cerca brota una abundosa fuente.

El Callís

Hasta no hace muchos años, en un portal de la casa había una piedra que tenia grabado un escudo donde se veía un perro que serraba. Era la descripción heráldica popular, hablando, del apellido de la familia propietaria.

En el siglo XV, Joan Callís compró la masía Sant Salvador y desde aquel momento la casta estuvo vinculada con Sant Salvador de Bianya, donde edifi có la magnífi ca casa solariega y fue

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Les Gleies

incrementando el patrimonio. Por sucesión directa ha llegado a los Fort, actuales poseedores de la casa.

El Callís ha sido también objeto de reformas con el paso del tiempo a lo largo de los años, como lo demuestra el dintel de la puerta de entrada a la casa, donde consta Franco Callís I.H.S. - 1765.

De la construcción destaca la fachada de levante, con la cabaña que tiene una atrevida arcada de 8m. de largo por 3,90m. de alto y que da a una espaciosa era. Encima hay una galería con porche, con seis arcos de medio punto sostenidos por pilares de piedra, tallados en hexagonal, y en el piso superior

otros tres arcos sostenidos por pilares. El Callís es unos de los edifi cios más interesantes del municipio.

El Colomer

De la familia Columbaris, des-pués de Colomer, hay noticia desde el siglo XIII. Por falta de sucesión directa, en el siglo XIX el apellido se perdió en la casa, la cual, por diversos entronques familiares, resultó propiedad del matrimonio formado por Maria Puigdemont y Ramon Nogareda, que establecieron la residencia familiar. Los Nogareda son pues, los actuales propietarios.

Las grandes reformas de la casa solariega se realizaron en los siglos XVIII y XIX, coincidiendo con unos momentos de prospe-ridad y de transformaciones del campesinado. A la cabaña ha-bía una piedra con la siguiente inscripción <Francisco Colomer me fecit 1756>. Unos años más tarde, el 1790, se construyó el molino del Colomer y en la cen-turia siguiente se hicieron, en la fachada norte, las galerías o patio porchado que han dado

un aspecto singular al conjunto de la construcción. En la planta principal hay grabado, en una piedra, este texto <José Colo-mer ha hecho esa galería en el año 1859>.

El frontispicio, donde hay la puerta de entrada a la casa, está encarado a la montaña. Delante brota una fuente construida el 1798.

Mas Colldecarrera

En su testamento del año 979, el conde obispo Miró Bonfi ll, de Besalú, nombra que poseía en el valle de Carraria una casa, con tierras y viñas, donde vivía Mascaró. Esta se considera origen de la pairalía de Colldecarrera,

Molí d’en Solà

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como propietaria de la cual han sucedido veintitrés generaciones de la familia Colldecarrera.

De planta rectangular y con techo a dos vertientes, la fachada más destacada del inmueble está orientada al SE, donde hay las galerías que se estaban construyendo durante la Tercera Guerra Carlina, cuando tuvo lugar la batalla del Toix, en la que se produjo la deshecha de las tropas gubernamentales y la captura del general Ramon de Nouvilas, que les comandaba.

La galería de la planta principal tiene nueve arcadas, que corresponden con las nueve existentes de la planta superior y las nueve aperturas con arcos, más pequeñas, de la planta baja. La puerta de entrada a la casa esta la fachada opuesta, donde hay la capilla pública, ahora desafecta al culto, dedicada a la Mare de Déu del Roser. La planta baja estaba destinada, como era habitual, a cuadras, henil y otras dependencias auxiliares.

La Coromina

Esta vieja casa había sido pro-piedad de la familia Santaló, de Olot. Después, por parentesco, pasó a los Bolòs y a los Ventós y fue dada como dote a Pilar Ventós, que al fi nal del siglo XIX se casó con el médico Isidor Pu-jador y Faura, que fue un gran viajero.

A él se debe la reforma y la am-pliación del inmueble, al cual se aplicó el eclecticismo, tendencia

arquitectónica desarrollada du-rante la segunda mitad del siglo XIX y coexistió después con el Modernismo y las nuevas co-rrientes, que mezcla elementos estilísticos diversos.

Es un edifi co singular que por su conjunción de estilos contrasta con la sobria arquitectura de las casas de payés de las cercanías. Han desaparecido, de la fachada de levante, una tribuna acabada con una cúpula de tipo oriental y una galería vidriada.

En el interior se conservan di-versos elementos decorativos y arquitectónicos notables, como la baranda de mayólica ver-de de la escalera de acceso al piso superior y un lavabo donde se lee <La netedat és vida> y <Aixogueu-vos S.U.P.> Durante la guerra de 1936-1939 la casa se utilizó como caserna militar.

L’Esparc

Su origen es milenario, ya que el alodio Sparago se nombra al testamento de Miró II Bonfi ll, conde de Besalú, hecho el 979. Posteriormente, el año 1000, ya se habla de la villa que dicunt Spargo.

Las generaciones de la familia propietaria, los Sparg, fueron sucediéndose hasta Maria Sparg-Alibés y Feixas, que el año 1868 se casó con Enric Cabrafi ga. Su hija Margarida se casó, el 1901, con Federic Riera, los descen-dientes de los cuales son titu-lares de la casa solariega. Hay viejas piedras que hablan de la

antigüedad del edifi cio, ampliado en diversas ocasiones. Es impor-tante la actuación que se hizo el 1748 y que dio a la casa la es-tructura actual, con una galería, a la fachada sur, abierta al pri-mer piso y una terraza de seca-dero al piso de encima. El porche que protege la entrada principal es del año 1954 y hace de base al patio que le queda encima.

El Esparc guarda una buena co-lección de herramientas agríco-las y del desaparecido cultivo de la viña conserva una gran bode-ga, una tina y una prensa de ma-dera que lleva la fecha de 1825.

L’Espunya

Reformada en diversas épocas, con añadidos que la han ido mo-difi cando por todos los lados, la Espunya no ofrece nada que, ar-quitectónicamente, sobresalga.

En algunas aperturas hay din-teles que tienen grabados los nombres de los miembros de la familia que hicieron las obras, como Barthomeu Espuña y Pera Spunya. En otra consta la fecha de 1636 y en la de la puerta del corral hay grabado el año 1789. Conserva algunos muebles anti-guos, como un armario que fe-cha de 1772.

La tradición popular dice que Espunya es la casa más vieja de Bianya. Los Spunya ya vivían en la época medieval y en diciem-bre de 1611 el secuestrador de la abadía de Ripoll hizo un nuevo establecimiento de la casa y sus agregados a favor de Esteve

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Spunya, señor útil y propietario de la fi nca, previa prestación de sacramento y homenaje al abad y con la obligación de hacer, él y sus descendientes, continua residencia en la condición de afocado. Se habían perdido o no existían, en aquel momento, viejas escrituras sobre el predio.

Desde entonces hasta ahora, la familia Espunya continua como propietaria de la casa.

Mas Farró

La parte más interesante de esta gran casa de solariega es la que da al sur, donde hay las galerías porchadas de la primera planta y el primer piso, formadas cada una por nueve grandes arcadas. En la planta superior también

hay cinco arcadas, al centro, abiertas simétricamente sobre las de los pisos superiores nom-bradas. Estas galerías tienen pi-lares de piedra de proporciones y moldes parecidos a los existen-tes en otras masías de la zona, como el Callís i la Vila. En uno de los pilares de la galería del primer piso hay grabado el año 1747.

En el dintel de una de la aper-turas de la casa consta 1681/ Yoan Puigdevall y en el dintel de la puerta hay grabado Francesc Puigdevall Banet/1733. Los Farró habitaron una casa, construida en la montaña, situada muy cer-ca de la actual masía, donde se establecieron sus sucesores, la familia Puigdevall, que han con-tinuado siendo conocidos como

los Farró. La casa de Farró es, cuando a propiedades, una de las más grandes de Bianya y en el siglo XVIII el amo de Farró se conocía como una de las perso-nas más ricas de la zona.

Les Gleies

No hay ninguna fecha grabada en sus piedras que deje constan-cia de obras efectuadas a lo largo de los tiempos para engrandecer la casa. En el siglo XIV había la familia Esgleya y en el XVIII re-sidía la familia Jordà, que detuvo la propiedad hasta 1940, cuando pasó a ser de los Dorca.

En documentos del siglo XVII sale nombrada con el nombre de les Iglesies que posteriormente

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La Boada

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derivó hacia el de les Gleyas, tal como se nombra en el nomen-clátor municipal del año 1859. En el siglo XVIII, la casa diezma-ba a la parroquia por tres piezas de tierra, una de las cuales toca-ba con el torrente de la fuente del Vern y otra era el “quintà” de <dejús la rectoría>.

La parte más interesante de la casa, de estructura rectangular, es la fachada sur, donde hay una galería porchada al primer piso, formada por seis arcos de me-dio punto sostenidos por pilares, y otra galería de cuatro arcos, abierta al piso superior. El techo actual se construyó en el siglo XVIII y ha estado recientemente reforzado.

Llongarriu

Las primeras noticias de esta casa solariega son del siglo XIV y están relacionadas con la familia Noguer, que el año 1602 pasó a ser el heredero, por defi nición de derechos a Joan Llongarriu, alias Joncar. Desde aquel momento y hasta 1987, los Llongarriu fueron propietarios.

La casa de planta rectangular, ha estado reformada y transfor-mada con el paso del tiempo. A

la fachada principal hay graba-dos, en el dintel de la puerta, la marca del rebaño, el nombre de Jaume Llongarriu y la fecha de 1828. A la mareta de la fuente, al lado del abrevadero y del lava-dero, hay las iniciales F. LL. y la fecha de 1844.

En la fachada orientada a SE hay una galería porchada, con cuatro arcadas de medio punto, que fue construida en el siglo XIX. Des-de esta galería se ve, si el día es claro, el pueblo marítimo de l’Estartit. En la fachada del SO destaca el balcón central y, en el piso superior, una galería con seis arcadas de medio punto. Llongarriu contaba con un im-portante mobiliario.

Molí d’en Solà

Hay documentos del siglo XIV que hablan sobre el casal del Solà, situado no muy lejos del molino, en el cual acabó por establecerse la familia.

En el siglo XVIII efectuaron obras, un testimonio de las cua-les es el dintel de una puerta de entrada de la planta baja, donde está grabado el nombre de Vi-cenç Solà y la fecha de 1715. En el siglo XIX, Pere Solà la amplió y reformó, construyendo la gale-ría porchada, con siete arcadas sostenidas por pilares de piedra, que se ha convertido en el ele-mento arquitectónico más carac-terístico de la casa.

Hay piedras que tienen grabada la fecha de 1834 y en el reloj de arena consta el año 1855. La fa-milia Godori-Rius, actual propie-

taria, ha agenciado la casa para ser utilizada como residencia-casa de payés. En el primer piso destaca la sala cuadrada, alrede-dor de la cual se construyeron las habitaciones.

El granero, con porches y des-tinado ahora a otros usos, está en el piso superior. En la planta baja, donde se encuentra insta-lado el inactivo y viejo molino harinero y donde estaban las an-tiguas cuadras, se ha expuesto una buena colección de herra-mientas y objetos de uso agríco-la y ganadero.

El Perer

De planta rectangular y con una cúpula central cuadrada, acabada con un techo a cuatro vertientes, la parte más vistosa de esta casa corresponde a la fachada norte, donde hay la galería porchada, con cinco grandes arcadas, y que forman parte de la primera planta.

Es una casa de arquitectura muy simple, reformada de manera muy respetuosa a la hora de adaptar las comodidades actua-les. La puerta de entrada está al lado que da a la montaña, donde hay la nombrada fuente de los

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Enamorados, que provee de agua el Perer.

Se tienen noticias de la familia Perer desde el siglo XIII, la cual fue propietaria de la masía hasta el siglo XVIII. El hilo d la historia se pierde a partir de Benet Per-ter, que era el señor útil el 1626. Casi al fi nal del siglo XVIII cons-ta que pertenecía a Francesc Pla, los descendientes del cual se la vendieron en el siglo XIX. El 1911 fue adquirida por la fami-lia Mulleras, en cumplimiento del encargo testamentario del fi lán-tropo Camil Mulleras y Garrós.

El Puig

La familia Puig ya vivía en Sant Salvador de Bianya en el siglo XIV, y con el paso del tiempo fue aumentando su patrimonio con la incorporación de fi ncas situadas a los valles de Bianya y del Bac.

El apellido Puig perduró en la casa hasta que, al principio del siglo XIX, la heredera Esperanza Puig se casó con Bartomeu Ferrusola, de Montagut. Sus sucesores detuvieron la propiedad hasta que, el 1891, fue vendida a Isidor Pujador, la

descendencia del cual es ahora la poseedora.

El edifi co que ha llegado hasta nuestros días fue reformado en el siglo XVIII, como lo constan dos dinteles donde hay grabadas las fechas de 1754, 1757, respectivamente. Desde la sala grande, situada al centro de la planta principal, se accede a la galería porchada que fue construida a mediados del siglo XIX a la fachada sur. Esta galería tiene ocho arcadas y sobresalen los pilares de piedra, parecidos a los existentes en galerías de otras casas de Bianya. Hay también arcadas en el piso superior y a la planta inferior, donde había las cuadras y las dependencias anexas.

La Riba

Hay noticia de la existencia de esta casa solariega desde el siglo XIV. Fue propietaria la familia Riba, una heredera de la cual, Magdalena Riba, se casó con Joan Burch y Sanyols en el siglo XVIII. Sus descendientes continuaron viviendo en la casa hasta el 1961, cuando la fi nca fue vendida a una empresa.

Al fi nal del siglo XIX se encargó un proyecto para la reforma y ornamentación del edifi cio, que no llegó a plasmarse y fue sustituido por el arquitecto Rafael Masó y Valentí.

De esta reforma modernista, con una importante decoración ex-terior, destacan las espléndidas galerías porchadas de la fachada

principal, al sur, en la parte supe-rior de la cuales hay un singular reloj de sol incrustado que lleva la inscripción <Conto només que / les hores serenes / Llohat sia Ntre. Déu>. El proyecto, encar-gado por Joaquim Burch, es de 1906 y las obras fi nalizaron cin-co años más tarde, después que la casa hubiera pasado a manos del heredero, Josep M. Burch y Sitjar.

Adaptada a las funciones de la industria que se instaló en la casa, tiene una moderna capilla privada iluminada por unos vitrales donde hay representados santos patrones relacionados con las actividades ganaderas, la farmacia y la veterinaria.

Mas Sobeies

Había sido el antiguo casal de una de las familias señoriales de las tierras de Bianya: los Socarrats. Hay noticia de esta casta desde el siglo XI y el apellido se mantuvo hasta el 1496, en casarse Francesca de Socarrats con Narcís Mas d’Amont, alias Sobeies. A partir de este matrimonio, la casa pasó a ser preferentemente conocida como Sobeies, denominación que se ha mantenido hasta nuestros días, aunque diversas generaciones de Socarrats hayan sido poseedoras hasta el siglo XX.

El edifi cio ha sido modifi cado en diversas épocas. En la fachada de levante, justo al lado de la escalera de acceso a la casa solariega, hay un Vistas desde el Mas Espunya

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antiguo capitolio adosado que se considera prerrománico, procedente de la primera iglesia de Sant Andreu de Socarrats. En el dintel de la puerta de entrada de la casa hay grabada la fecha de 1821 y en la fuente que brota entre la casa y la iglesia consta la siguiente inscripción: Simon Socarrats - 1739.

En el dintel de la puerta de en-trada, en la parte de la casa des-tinada a los caseros, hay escul-pido el anagrama de Jesucristo (IHS), situado entre la fecha de 1769. En la fachada sur hay un espacioso e interesante patio.

La Torre de Sant Pere

Guillem Corona, que pertenecía a una familia de la nobleza local, hizo construir esta casa en el siglo XV después de la adquisición de propiedades de los Bianya, casta señorial que había vivido en la estancia del Puig, situada cerca de la iglesia de Sant Pere.

El año 1462, los campesinos, motivos por resentimientos y agravios, combatieron a la casa de los Corona y la familia se estableció el siguiente año en Prat de Molló, sin que dejasen de titularse señores de la Torre de Bianya. Pasó después a propiedad de familias olotinas y fi nalmente a los Vayreda. El paisajista Joquim Vayreda se estableció allí y, según contó Enric Galway, se inspiraba en la serenidad de la cercanía para sus creaciones artísticas.

La Torre, a pesar de los añadidos hechos en diferentes épocas, mantiene el aspecto de casa fuerte. En la clave de bóveda, dovelada, hay el antiguo escudo de los Corona, formado por dos coronas.

A la ventana situada encima de la puerta y a la convertida en puerta de acceso a la residencia del casero se ven restos de los arcos góticos trilobulados. La casa había tenido capilla privada.

La Torre de la Vall del Bac

Esta antigua casa fuerte es de construcción medieval, con paramento románico a la planta inferior y elementos góticos y de épocas más modernas en el resto del edifi cio. Destaca, en la planta inferior, una espaciosa sala del periodo románico, que mide 15,5m. de longitud por 5,3m. de ancho y que tiene cinco grandes arcadas que atraviesan la nave de norte a sur, sobre las cuales descansa la cubierta. En el ángulo sudeste de la construcción sobresale la vieja torre de defensa, que ha dado nombre a la casa.

La historia de la Torre de la Vall del Bac ha estado relacionada con los Bac o Desbac, familia de caballeros que residió y tuvo propiedades en la zona. Esta familia, sobre la cual se tienen noticias desde el siglo XV, posee-dora del castillo de Rocabruna, momento en que se abandonó la casa solariega que tienen en el valle de Bac.

Restaurada no hace muchos años, la Torre de la Vall del Bac ha sido últimamente adaptada para el alojamiento de turismo rural.

La Vila

Esta gran masía ha sido reforma-da en diversas ocasiones, espe-cialmente en el siglo XVIII.

En el siglo XV se llamaba Llavita, nombre que fue sustituido por el de la Vila cuando resultó perte-necer a la familia Vila.

En el siglo XIX pasó a ser de propiedad de los Castanys i más tarde, por transmisión hereditaria, de los Trincheria. La casa tiene dinteles y piedras con fechas grabadas que corresponden a los siglos XVII, XVIII y XIX. Tiene capilla privada, dedicada a la Mare de Déu de los Dolors, y conserva mobiliario importante. Como en otras casas de Bianya, la galería, construida en la fachada SE, es una de las partes más modernas del edifi cio.

Tiene cuatro arcadas de medio punto, que arrancan de unos pilares de piedra picada muy similares, en proporción y detalles, a los existentes en otras casas solariegas del municipio, como Farró y el Llac. En la planta inferior, debajo dicha galería hay tres arcos. La torre se alza en el extremo y da el aspecto, a la Vila, de casa fortifi cada.

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A2 por Zaragoza hasta CerveraC25 hasta Vic y continuamos por la C-37 hasta OlotN-260 hasta la Vall de Bianya

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C66 por Banyoles hasta BesalúA26 salida 84 en OlotN-260 hasta la Vall de Bianya

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