Caso vinculado a la ética de la comunicación

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El caso seleccionado para trabajar es el n° 3 El caso de pérdida de matrícula. Ante el interrogante planteado al final de dicho caso, opto por la opción B “Aprobar a Juan para no perder su trabajo y hacer perder el trabajo a muchos de sus colegas”. A continuación pasaré a justificar dicha elección con el respectivo fundamento de las éticas trabajadas en las últimas clases: ética de la justicia, ética del cuidado y ética de la comunicación además de vincularla con lo expuesto por Paulo Freire respecto de la autonomía del docente. La docente Marta, es advertida de la situación por la Directora del establecimiento, la cual le explica que debe aprobar a Juan argumentando su posición con la situación en la que quedarían los demás profesores si no se cumple con el número de matrícula demandada para abrir un curso el año siguiente. Esta acción llevada a cabo por la autoridad del establecimiento, manifiesta la ética del discurso propuesta por J. Habermas en la cual, es sumamente importante un argumento que represente los intereses de un grupo, una postura que reúna las características de ser autónomo, en el sentido de que cada participante pueda expresar libremente un argumento que exponga sus intereses; simétrico porque será el mejor argumento que represente a la parte interesada y falible ya que puede modificarse. De esta manera queda

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Ética de la justicia, ética del cuidado y ética de la comunicación y la autonomía del docente en relación con una situación escolar.

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El caso seleccionado para trabajar es el n 3 El caso de prdida de matrcula.

Ante el interrogante planteado al final de dicho caso, opto por la opcin B Aprobar a Juan para no perder su trabajo y hacer perder el trabajo a muchos de sus colegas. A continuacin pasar a justificar dicha eleccin con el respectivo fundamento de las ticas trabajadas en las ltimas clases: tica de la justicia, tica del cuidado y tica de la comunicacin adems de vincularla con lo expuesto por Paulo Freire respecto de la autonoma del docente.

La docente Marta, es advertida de la situacin por la Directora del establecimiento, la cual le explica que debe aprobar a Juan argumentando su posicin con la situacin en la que quedaran los dems profesores si no se cumple con el nmero de matrcula demandada para abrir un curso el ao siguiente. Esta accin llevada a cabo por la autoridad del establecimiento, manifiesta la tica del discurso propuesta por J. Habermas en la cual, es sumamente importante un argumento que represente los intereses de un grupo, una postura que rena las caractersticas de ser autnomo, en el sentido de que cada participante pueda expresar libremente un argumento que exponga sus intereses; simtrico porque ser el mejor argumento que represente a la parte interesada y falible ya que puede modificarse. De esta manera queda expuesto que esta tica, recurre al lenguaje como medio para llegar a un consenso vlido, el cual ser aceptado intersubjetivamente plasmando la universalidad de un inters comn obligando, de esta manera, a cada individuo a involucrarse en la mirada de los dems; en este caso, el de aprobar a un alumno con problemas de conducta y de bajo rendimiento escolar para que, los docentes y Marta, mantengan su puesto de trabajo el prximo ao.

Todo lo expresado anteriormente puede verse contenido en la siguiente cita de J. Habermas:

() son susceptibles de universalizacin precisamente aquellas normas que, al incorporar de modo manifiesto un inters comn a todas las personas afectadas, pueden contar con una aprobacin general, as como conseguir un reconocimiento intersubjetivo. La formacin imparcial del juicio se expresa en un principio que obliga a cada cual en el crculo de los afectados a acomodarse a la perspectiva de todos los dems a la hora de sopesar los intereses.[footnoteRef:1] [1: MORENO LAX, A. (2007) Jrgen Habermas: entre la tica del discurso y la tica de la especie en http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/19132/2/articulo4.pdf. Pg.65]

Ahora bien, desde el punto de vista de la tica de la justicia, en la problemtica trabajada puede destacarse la primera actitud de Marta en cuanto a lo propuesto por la Directora; la docente manifestaba que era algo inconcebible ya que iba en contra de todos sus principios ticos personales y quebrantaba la tica profesional de la docencia. Esta reaccin puede justificarse con lo propuesto por esta tica que no se centra en la situacin ni en los detalles y mucho menos en los participantes ni se deja guiar por los lazos afectivos que pueden presentarse entre ambas partes, ms bien establece una relacin con el otro mediante normas de igualdad formal y reciprocidad, pblicas e institucionales, manifestndose una imparcialidad que se relaciona con la evaluacin de acciones, principios y reglas de la vida institucional. Se establecen de este modo, las denominadas categoras morales de derecho y obligacin y los sentimientos morales correspondientes son el respeto, el deber, el merecimiento y la dignidad. [footnoteRef:2] Tambin se ve en esta actitud, la figura de un otro generalizado, un sujeto que posee los mismos derechos y deberes que anhelara tener cualquier otro sujeto. [2: FASCIOLI,A. (2010) tica del cuidado y tica de la Justicia en la teora de Carol Gilligan. Pg. 48]

Respecto de la tica del cuidado, puede vinculrsela con la segunda actitud adoptada por Marta, la de tener en cuenta la situacin y las personas que estn expuestas a perder el trabajo, haciendo visible los lazos afectivos que mantiene con ellos, alcanzando a comprender lo que ellos necesitan, hacindose visible un lazo de solidaridad. Este cuidado, como bien lo dice Ana Fascioli, concierne a la evaluacin de acciones, principios y reglas de la vida institucional.[footnoteRef:3] Las normas en las que se basa, son de amistad, cuidado y amor mediante las cuales se confirma al otro en su humanidad y en lo ms importante, su individualidad. [3: FASCIOLI,A. (2010) tica del cuidado y tica de la Justicia en la teora de Carol Gilligan. Pg. 46]

Despus de todo lo expuesto, queda en evidencia que si bien las tres ticas tienen sus propios postulados y son diferentes entre s, pueden hacerse visibles en cualquier conflicto tico y orientar el accionar de la persona involucrada logrando as, como bien lo dice Paulo Freire respecto de la autonoma del docente, que el educador debe regir su forma de actuar por la moral logrando una conexin entre lo que piensa y hace y viceversa.