Casos

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Caso clínico 16 Rodrigo Hernández López de 17 años, estudiante, que consulta a petición familiar porque llevaba unos 4-5 meses en que lo veían mal, raro, diferente, retraído de forma progresiva, irritable, intolerante, con mermas en rendimientos escolares importantes (cuando antes era un buen estudiante).Con frecuencia lo ven como ausente, ensimismado, apático, evitativo, con cambios bruscos de humor, mirada dura y rara. El cuadro fue manifestándose poco a poco, llegando en la actualidad a una dejadez importante en aseo, atuendo, normas de convivencia, con extravagancias que no tienen sentido. Tiene una cierta conciencia de que "algo" le pasa pero no cree estar enfermo y menos "loco" como le llaman algunos compañeros. La familia ve que ha perdido frescura mental, que está como tonto y retraído. Con diversas exploraciones se descartaron patologías orgánicas de base. Siempre fue un poco retraído, inseguro, un tanto evitativo, pero funcionaba en sus estudios y salía de vez en cuando con algún amigo. No refieren hábitos tóxicos. Tampoco hay antecedentes psiquiátricos familiares de interés .No presenta alteraciones de tipo alucinatorio-delirante, sí expresión de pobreza afectiva, asociaciones un tanto elementales e insulsez Caso clínico 17 Sairi Blanco Rosas 16 años, estudiante, a la que la familia trae para estudio y orientación de alteraciones de conducta y adaptación en el último año. Hace alrededor de un año empiezan a notarla rara, extravagante, llamando la atención deforma histérica o infantil (ella antes era una chica normal, seria y adaptada), generando situaciones delicadas en casa y en el colegio. Se ríe, llora, habla sola, tiene reacciones emocionales inadecuadas con paratimias y paramimias, está muy intolerante ante todo, como que no distingue o no se entera, como que se sale por la tangente o no hace lo que debiera según el estímulo o situación, con cambios de humor muy bruscos e irritables. Adopta posturas extravagantes, sonidos altisonantes; sus aditamentos y

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Psicologia, clinica

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Caso clnico 16Rodrigo Hernndez Lpez de 17 aos, estudiante, que consulta a peticin familiar porque llevaba unos 4-5 meses en que lo vean mal, raro, diferente, retrado de forma progresiva, irritable, intolerante, con mermas en rendimientos escolares importantes (cuando antes era un buen estudiante).Con frecuencia lo ven como ausente, ensimismado, aptico, evitativo, con cambios bruscos de humor, mirada dura y rara. El cuadro fue manifestndose poco a poco, llegando en la actualidad a una dejadez importante en aseo, atuendo, normas de convivencia, con extravagancias que no tienen sentido. Tiene una cierta conciencia de que "algo" le pasa pero no cree estar enfermo y menos "loco" como le llaman algunos compaeros. La familia ve que ha perdido frescura mental, que est como tonto y retrado. Con diversas exploraciones se descartaron patologas orgnicas de base. Siempre fue un poco retrado, inseguro, un tanto evitativo, pero funcionaba en sus estudios y sala de vez en cuando con algn amigo. No refieren hbitos txicos. Tampoco hay antecedentes psiquitricos familiares de inters .No presenta alteraciones de tipo alucinatorio-delirante, s expresin de pobreza afectiva, asociaciones un tanto elementales e insulsezCaso clnico 17

Sairi Blanco Rosas 16 aos, estudiante, a la que la familia trae para estudio y orientacin de alteraciones de conducta y adaptacin en el ltimo ao. Hace alrededor de un ao empiezan a notarla rara, extravagante, llamando la atencin deforma histrica o infantil (ella antes era una chica normal, seria y adaptada), generando situaciones delicadas en casa y en el colegio. Se re, llora, habla sola, tiene reacciones emocionales inadecuadas con paratimias y paramimias, est muy intolerante ante todo, como que no distingue o no se entera, como que se sale por la tangente o no hace lo que debiera segn el estmulo o situacin, con cambios de humor muy bruscos e irritables. Adopta posturas extravagantes, sonidos altisonantes; sus aditamentos y atuendos son discordantes. Sus risas son insulsas, no contagian, parece como boba, como una nia pequea; a veces tieneraptus explosivos serios; en otras ocasiones queda largo tiempo ensimismada o con cara de miedo y desconfianza; en otras da la sensacin de estar pasndoselo en grande con lo que piensa... Su rendimiento escolar ha ido disminuyendo de forma progresiva e importante, teniendo que dejar el curso. No presenta antecedentes personales ni familiares de inters. No tiene conciencia de enfermedad. Su abordaje y capacidad para el discernimiento son complicados y difcilesCaso clnico 18Carlos Chvez Daz lleg a nuestra consulta cuando tena quince aos de edad. La razn que motiv su derivacin a nuestro centro fue por haber presentado una conducta heteroagresiva hacia compaeros del centro escolar por pensar que stos le miraban mal.A la exploracin se evidenci la presencia de clnica psictica productiva: extrema angustia con sensacin de perplejidad, ideacin delirante de tipo paranoide, pseudoalucinaciones auditivas (voces que lo insultaban y voces que comentaban su actividad), bloqueo del pensamiento, afecto inadecuado, conductas heteroagresivas fsicas en relacin a la temtica delirante. Su capacidad de rendimiento escolar se vea por todo ello muy mermada. Su higiene personal era muy descuidada.El inicio de este cuadro clnico haba acontecido insidiosamente. La madre no era capaz de relatar su inicio, pero Carlos refera presentar las pseudoalucinaciones auditivas desde haca aproximadamente dos aos. No obstante, la abuela materna afirmaba haber evidenciado cosas raras en su nieto desde haca cuatro o cinco aos.Como antecedentes psiquitricos familiares es importante destacar la existencia de esquizofrenia en varios de sus miembros (familia materna): se sospecha en abuelo y dos tas-abuelas (hermanas del anterior), y se conoce con certeza en su madre.Sin embargo hay que resear la menor gravedad de la clnica esquizofrnica en la madre, y an menos en el abuelo materno.La madre tuvo el debut de su trastorno en la adolescencia, pero nunca consult ni recibi tratamiento por ello. Pudo finalizar sus estudios de formacin profesional, establecer una relacin de pareja estable durante aos (el padre de Carlos, hasta que se separaron cuando l tena ocho aos) y ejercer su oficio laboral, aunque ya en los ltimos aos ha precisado la ayuda econmica de los Servicios Sociales. Durante las entrevistas mantenidas con ella se evidencia la presencia de temtica delirante en su discurso con nula conciencia de enfermedad. Ha sido imposible conseguir que acepte recibir tratamiento psiquitrico al respecto. En general es considerada una mujer rara, rencorosa, pero mantiene an ciertas relaciones sociales y es capaz de encargarse de su labor de ama de casa. No as de asumir los cuidados de su hijo, al que no percibe como enfermo.El abuelo materno desarroll la enfermedad en los primeros aos de su vida de adulto. A pesar de ello pudo ejercer su labor profesional, como padre y cabeza de familia. La crtica que su esposa le haca era de raro y, a veces, violento. Nunca recibi tratamiento psiquitrico ni tuvo conciencia de necesitarlo. Los abuelos maternos convivieron juntos durante aos hasta que, una vez emancipados sus tres hijos, la abuela materna decidi separarse de su marido.La evolucin de Carlos ha sido mucho ms grave que la de sus familiares. Debut ms precozmente que ellos, de un modo insidioso, no sigui correctamente la prescripcin farmacolgica (su madre tampoco consideraba que lo necesitase puesto que no slo no tena conciencia de su propio trastorno, sino tampoco de que le ocurriera nada a su hijo ms all de ser un adolescente), su evolucin ha sido deficitaria y ha precisado frecuentes ingresos psiquitricos. En la actualidad tiene 19 aos y est recibiendo tratamiento psiquitrico rehabilitador en un centro de da de enfermos psicticos. Caso Clnico 19Vctor Samayoa Villar, 16 aos, es el mayor de 3 hermanos, habiendo nacido despus de una gestacin y parto sin complicaciones. Estuvo bien alimentado y cubri las primeras etapas del desarrollo tal y como era de esperar. No sufri ninguna enfermedad seria, pero su madre se refiere a l como un nio difcil, nervioso y lloraba mucho de pequeo, a la edad de 3 aos su madre dice que, hablaba con normalidad, todo lo que haba aqu dentro refirindose a la cabeza de Vctor- no estaba muy bien organizado , Vctor nunca pareci tener una predisposicin alegre o desenfadada, sino que siempre pareca estar preocupado, y con una marcada tendencia a tener rabietas, que solan terminar con l dndose cabezazos contra la pared. Casi nunca despleg afecto hacia sus padres, mostrndose indiferente con sus 2 hermanos.Vctor empez a ir al colegio y fue progresando normalmente hasta la edad de 9 aos, cuando empez a perder inters y pareca totalmente absorbido en su pequeo universo. A esta misma edad, su irritabilidad y rabietas empeoraron. A veces, su habla era tan incoherente que se haca difcil entenderlo. Cuando esto ocurri, tenda a desarrollar ataques de rabia, risa y muecas. Al cabo de unos meses empez a decir que tena algo movindose por la superficie de su piel y que otros chicos se rean de l en la escuela. Posteriormente empez a insultar a su madre, pasaba horas delante del espejo, se encerraba en el bao, durante un tiempo desmesurado. Se quedaba sentado a oscuras durante horas y a veces pasaba das enteros sin comer. Durante los 3 meses que precedieron a su admisin, sus sntomas se acentuaron se volvi ms y ms antagonista hacia su madre, cualquier situacin produca una acalorada discusin, amenaz a su madre diciendo que se suicidara, se masturbaba de 5 a 6 veces al da, y deca que alguien que no era l mismo le mova su cuerpo. Vctor fue ingresado a los 11 aos. Durante el primer mes de estancia paso la mayor parte del tiempo mirando por la ventana con la mirada perdida. Unas veces lo encontraban debajo de la cama, o acurrucado en una esquina detrs de algn mueble y en otras se tena que intervenir porque atacaba a otros nios. Cuando esto suceda Vctor deca que el otro chico se estaba riendo de l , y estaba pasando informacin a su maestro de escuela y al entrenador del equipo de futbol, en el que Vctor jugaba durante su estancia en la unidad. Cuando hablaba se haca difcil seguirle utilizaba neologismos, y sus respuestas a la mayora de las preguntas eran un simple no lo s. Su estado de nimo no era ni manaco (todo y que a veces se rea a carcajadas sin razn aparente), ni depresivo, sino que se caracterizaba por una mezcla de desinters y perplejidad. Habla espontneamente de las voces que oa, que correspondan a un hombre y una mujer que comentaban todo lo que iba a hacer. Las voces hablaban en tercera persona del singular y las poda or de la misma manera que poda escuchar mi voz.