Cátedra Municipal de Historia de Cocorná

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CÁTEDRA MUNICIPAL DE HISTORIA DE COCORNÁ PROYECTO GENERAL Todo hombre es una consecuencia y es a su vez un consecuente, recibe y asume un legado que transmite a las generaciones siguientes. A diferencia de las otras especies, es hombre es un ser inmerso en una cronología. Uno de los temas que acompaña siempre al hombre es su historia individual y colectiva. Un conocimiento importante es poder llegar a saber de dónde venimos, de qué estamos siendo consecuencia, y en lo posible, averiguar hacia dónde vamos. El hombre contemporáneo necesita y desea saber su historia. Enciclopedia temática Plaza El desafío Por: William Ospina “Casi todas las culturas anteriores supieron transmitir sus costumbres y sus destrezas, porque sus filosofías y religiones siempre creyeron en el futuro; pero en nuestro tiempo cunde por el planeta una suerte de carnaval del presente puro que menosprecia el pasado y desconfía del porvenir. Tal vez por eso nos atrae más la información que el conocimiento, más el conocimiento que la sabiduría. Los medios se alimentan de esa curiosa fiebre de actualidad que hace que los diarios sólo sean importantes si llevan la fecha de hoy, que los acontecimientos históricos sólo atraigan la atención mientras están ocurriendo: después se arrojan al olvido y tienen que llegar otras novedades a saciar nuestra curiosidad, a conmovernos con su belleza o con su horror.

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CÁTEDRA MUNICIPAL DE HISTORIA DE COCORNÁ

PROYECTO GENERAL

Todo hombre es una consecuencia y es a su vez un consecuente, recibe y asume un legado que transmite a las generaciones siguientes. A diferencia de las otras especies, es hombre es un ser inmerso en una cronología.

Uno de los temas que acompaña siempre al hombre es su historia individual y colectiva.

Un conocimiento importante es poder llegar a saber de dónde venimos, de qué estamos siendo consecuencia, y en lo posible, averiguar hacia dónde vamos. El hombre contemporáneo necesita y desea saber su historia.

Enciclopedia temática Plaza

El desafío

Por: William Ospina

“Casi todas las culturas anteriores supieron transmitir sus costumbres y sus destrezas, porque sus filosofías y religiones siempre creyeron en el futuro; pero en nuestro tiempo cunde por el planeta una suerte de carnaval del presente puro que menosprecia el pasado y desconfía del porvenir. Tal vez por eso nos atrae más la información que el conocimiento, más el conocimiento que la sabiduría. Los medios se alimentan de esa curiosa fiebre de actualidad que hace que los diarios sólo sean importantes si llevan la fecha de hoy, que los acontecimientos históricos sólo atraigan la atención mientras están ocurriendo: después se arrojan al olvido y tienen que llegar otras novedades a saciar nuestra curiosidad, a conmovernos con su belleza o con su horror.

Gradualmente se incorporan al mundo cosas que no proceden de la tradición ni de la memoria, sino de una sed extraña por abandonar el pasado, por renunciar a todo lo conocido, por refugiarnos en el presente puro, en sus espectáculos e innovaciones, en sus mercados sin descanso y en la prisa inexplicable de sus muchedumbres. El mundo ya no parece estar para ser conocido, sino sólo para ser retratado, las ideas no piden ser profundizadas y combinadas, sino ser transmitidas; una manía no de la sentencia, sino del eslogan, parece apoderarse del mundo, y la humanidad tiende a verse arrojada a un hipermercado que sólo

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pertenece momentáneamente a quien pueda pagarlo: por último refugio los centros comerciales, por último alimento del espíritu los espectáculos, por toda escuela las pantallas de la televisión, por toda religión el consumo, por todo saber la opinión.

El último hombre bien podría ser aquel que, al preguntarle por sus ambiciones, contestó: “He vivido como todos, quiero morir como todos, quiero ir a donde van todos”.

 Introducción: Una contextualización a nuestra historia: Cocorná es un pensamiento; nuestra historia un recuerdo; nuestro presente un proyecto y nuestro futuro un sueño.

Un pensamiento, un recuerdo, un proyecto y un sueño, porque la historia de los pueblos, no es más que la suma de todos los recuerdos traídos desde el pasado, para convertirlos en acciones del presente y construir un futuro que consulte las reflexiones de las gentes de hoy, que quieren ver a su patria convertida en motivo de esperanza.

La falta de una lectura compleja de lo que somos como sociedad, de un relato apasionante y colectivo que nos revele nuestro origen común, la leyenda de nuestro comenzar; las afinidades profundas y las diferencias estimulantes que nos mueven, esas carencia son sin duda la causa de seamos un país pero no todavía una nación, una sociedad pero no todavía una comunidad, un territorio pero no todavía una patria.

Y aquí el Estado, la sociedad, la escuela, en todos sus matices y pedagogías, empiezan a tener necesidades análogas, tareas compartidas, responsabilidades conjuntas. Allí la memoria, las artes, las músicas, el lenguaje común, los relatos en que convergen las muchedumbres, se convierten en instrumentos indispensables para los grandes cambios históricos. Porque educar de verdad requiere un relato poderoso y susceptible de ser transmitido.

¿QUÉ ES LA CÁTEDRA MUNICIPAL?

Es una serie compendiada de conocimientos que estructurados de una manera lógica y ordenada, nos permite conocer el pasado, estar aquí en el presente y proyectar el futuro como sujeto y como colectivo social con mayor certeza, buscando la apropiación por parte de todos para alcanzar un desarrollo en todos los campos del saber, pues solo conociendo nuestra historia evitaremos repetirla.

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¿Porqué esto momento para la cátedra municipal?

¿Qué pasará cuando la crisis civilizatoria nos arrope? Lo que siempre ha ocurrido en el pasado: solo los pueblos con identidad sobreviven a la historia; muchos desaparecieron ayer y hoy por que no estaban unidos; pregunten por las decenas de pueblos, caseríos, corregimientos y veredas que hoy son fantasmas desplazados por el conflicto es cierto pero que además no tenían dolientes, porque no tenían identidad.

La intencionalidad de la cátedra municipal: Conocer nuestros ancestros, los personajes que forjaron nuestra historia y la institucionalidad local.Comprender la evolución política, social, económica, ambiental y cultural del colectivo humano. Fortalecer el sentido de pertenencia hacia la patria chica. Valorar la cultura material e inmaterial que se ha construido a lo largo de 200 años de historia. Integrar los diferentes actores sociales en pro de la construcción de propuestas de desarrollo pertinente para nuestro municipio.

Los temas gruesos a desarrollar: La historia como elemento raizal y vivo que se proyecte hacia el futuro partiendo del pregonar los valores sociales sobre los que descansa la sociedad, tanto como de aquellos conocimientos que están siendo descubiertos en los últimos años: los tesoros arqueológicos de los poblamientos de nuestros ancestros indígenas de la prehistoria, que hoy forma parte del acervo de conocimientos nuevos, gracias a las investigaciones de los científicos.

La geografía: Que nos muestre el gran pasado de nuestra patria; extensa en sus orígenes históricos; que abarcaba una tierra enorme y misteriosa al decir del historiador Manuel Uribe Ángel, pues sus bosques primigenios estaban habitados por animales salvajes de toda índole; que iba hasta la ciudad de Mariquita; que es la madre patria de San Luis, San Francisco, Puerto Nare, Puerto Triunfo; que este conocimiento debe generar en nuestros educandos, un lazo grande de afecto con la tierra que los vio nacer.

Lo social: El conocer los valores sobre los que se cimentó en sus principios esta sociedad, ayudará a las nuevas generaciones, a generar valores agregados a su formación académica; que lo hagan un ciudadano cívico y civilista; que formen un ciudadano apto para vivir en comunidad

La Cultura: “Entendida como el perfeccionamiento permanente de la comunidad, es una meta noble y loable que debe contemplar la cátedra municipal”.

La ecología humana: En su acepción más universal: El estudio de las relaciones entre los seres humanos y su entorno; o el modo en que los seres humanos adaptan su genética, fisiología, cultura y conducta al medio físico y social.

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En el desarrollo de la Cátedra Municipal, la comunidad educativa es protagonista de un programa de investigación y cooperación que amplía el horizonte de la formación integral de niños y jóvenes; invita a la familia a integrarse en las labores de la escuela, propone metodologías activas para el trabajo docente en el aula, y recupera la memoria histórica y cultural del municipio como una herramienta de construcción de conocimientos socialmente relevantes. La Cátedra Municipal se convierte en una herramienta de la pedagogía, que busca acceder a un conocimiento crítico de la herencia del pasado y del presente en temas fundamentales: Histórico, geográfico, social y cultural, del municipio donde vivimos, así como a la formación de un ser de Cocorná con identidad, con formación humanista portadores de un sentido de responsabilidad social, tolerancia, respeto y convivencia pacífica.

TEMAS GENERALES

CAPITULO l: LA PREHISTORIA

Una Cosmogonía para Cocorná: Los tiempos prehistóricos:

En nuestra América india; desde hace 12.000 años, entre Alaska y la Patagonia, 20 millones de indígenas vivieron entre pirámides sagradas y volcanes acezantes mayas y aztecas. En las cumbres andinas del Machu Pichu donde reinan los vientos y el cóndor tiene su imperio, vivieron los cuatro hijos del sol en el mítico imperio del Tahuantinsuyo, los abuelos del Inca. Aquellos fueron los padres del Popol-Vuh; estos los constructores del glorioso templo del sol; los mayas crearon el calendario azteca que asombró a los matemáticos europeos; los incas construyeron la primera carretera panamericana por el sistema de postas que todavía hoy nos asombra.Y entre esos dos formidables pueblos, vivió la civilización del agua. Desde las llanuras de Urabá hasta las cumbres del Ruiz, vivieron Catíos y Quimbayas; orfebres geniales los primeros y creadores de la técnica de la cera perdida; alfareros inspirados los segundos cuyas cráteras y vasijas poseen resonancias del marrón inciso. Situados a las orillas del Paimadó: el río del tigre; el Chigorodó: el río de la guadua; el Tadó: el río de la sal; hijos todos del poderoso Generé (o Genené según otras versiones), de cuyo tronco salieron, según cuentan los Emberá-Catíos, que aún relatan los primos de Cristianía, cuando narran la leyenda de la fertilidad en su mítica danza del Acaidaná. Y como toda cosmogonía es un relato imaginario que se funda en la transmisión oral de nuestros más antiguos ancestros, imaginemos entonces una noche de hace muchas lunas a nuestro padre Cocorná rodeado de sus cunchitos (hijos pequeños); de una joven indígena de ojos negros y vivaces y de senos erectos; mientras desgranaba una mazorca de granos dorados y destazando con su cuchillo de hueso una tatabra a orillas de la quebrada de las indias; con el canto de fondo de las guacharacas; los micos aulladores subidos en los

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árboles; la algarabía de los loros volando de rama en rama donde hoy está situado nuestro parque municipal; contando en su rica lengua Catía el siguiente relato sobre la creación del mundo, que bien pudo acontecer así: “Hace muchas lunas (¿cómo se dirá luna en catío?), cuando el mundo aún era oscuro; cuando el poderoso generé no había soltado el agua de nuestros ríos; cuando aún no había llegado el demonio de Antomiá a perturbar nuestros sueños; ni las guacharacas y los loros habían cantado sus cantos ruidosos; cuando ni siquiera el hombre había llegado, nuestro padre dios Karagabí, reinaba sobre las sombras allá donde se ven unas luces que caminan en la oscuridad de la noche. Karagabí que era el más grande de todos los dioses (el dios nuestro siempre es el más grande a pesar de lo que digan los vecinos), se sentía muy sólo en su reino, así que hizo Huamántahu (el hombre) y lo puso arriba (el sol); luego hizo a Gedeco (la mujer o la luna) y la colocó abajo. Antes de partir a sus reinos Huamántahu y Gedeco hicieron primero a los hombres, luego a los animales. A Huamántahu le gustaba el ruido, así que hizo a los loros, las guacharacas y los micos; a Gedeco le gustaba la música, así que hizo el sinsonte, el turpial y el mirlo. A Huamántahu le gustaba que su cabeza diera vueltas, así que hizo la chicha, con tan mala suerte que luego vino Antomiá el demonio y nos puso a pelear después de beberla. Ellos se aman, pero a veces pelean y por eso Huamántahu se monta encima de Gedeco (eclipses) y se oscurece el mundo y nuestros chamanes beben el yagé y bailan y cantan para que dejen de pelear. A veces nuestro dios Karagabí se enfurece y entonces manda el relámpago y el trueno y ordena a los vientos que hagan el huracán y eso nos llena de pavor y entonces nuestros chamanes aplacan la ira de Karagabí, para lo cual toman chicha, y dan vueltas y danzan el Acaidaná hasta que se aplaca Karagabí. También creó al poderoso generé que nos dio el agua de nuestras fuentes. Nuestros primeros padres antes de irse a su reino de arriba, nos enseñaron a hacer nuestras macanas y flechas con que cazamos a la guagua y el guatín; nos enseñaron a encontrar la sal y nos regalaron el maíz, la yuca, el patacorá que asamos en las brasas; con la iraca que hicieron para nosotros, aprendimos a hacer nuestros bohíos. Nos enseñaron a fabricar nuestros cununos y flautas de millo con que nos alegramos, cuando nos reunimos para contar nuestros cuentos y las hazañas de la cacería”.

“Mitos de los pueblos indígenas de Colombia” Boletín Cultural y Bibliográfico Banco de la República

EL MITO DE CARABÍ

Cuenta la leyenda Emberá que Karagabí fue el encargado de ordenar la tierra en el principio de sus días. Una experiencia para transmitir en los nuestros.

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En el principio de los días Karagabí fue el dios hijo de la saliva de Tatzitzetze, dios creador del universo y de las cosas. En términos generales este fue el primer hijo de la mitología Emberá – Catía, una de las tribus indígenas que

habitaron en otrora el territorio antioqueño. 

Una vez firme y convertido en hombre, Karagabí comenzó a arreglar el mundo.  Tomó las estrellas y las puso en el universo y decoró con premura el cielo con

un sol y pájaros luminosos con sus alas extendidas. Insatisfecho con su labor el primogénito de Tatzitzetze decidió irse a caminar la tierra para ordenar las cosas y ponerles un nombre, decisión en la que no estuvo de acuerdo ni su

padre, ni otros dioses antiguos. 

Empeñado en hacer del mundo un lugar diferente al que existía, Karagabí se levantó en contra de los dioses y comenzó a recorrer la tierra. Cuentan los indígenas que mientras Karagabí caminaba, iba preguntando a quienes se

encontraban en el camino:

- “¿Qué estás haciendo?”

Y estos respondían:

- “Sembrando maíz”- “Recogiendo piedras”

Conforme avanzaba y escuchaba los nombres iba bautizando cada parte del universo. 

Sin embargo, a pesar de que Karagabí tenía gran parte del mundo ordenada, había algo que hacía falta: el agua. Hasta el propio dios ordenador del universo sentía la necesidad de este líquido preciado. Como una premonición tuvo tres sueños en los que aparecía un mundo con agua, pero no detectaba en dónde,

así que envío a sus servidores a recorrer todas las partes del mundo pero estos tampoco encontraron agua. 

Un día Karagabí adoptó la forma de un pájaro mientras soñaba y vio como Gentzera, una indígena, tenía en sus manos unos peces. Resulta que Gentzera

había encerrado el agua en la pena para castigar a unos pescadores que se negaron a darle un pescado. Mientras soñaba, Karagabí pudo ver el lugar en

donde la indígena escondía el agua.

Sin pensarlo, fue hasta aquel lugar, era una piedra escondida, y llamó por varias ocasiones a Gentzera, cuando ella le respondió él le pidió agua pero la

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indígena se la negó. Como Castigo, Karagabí ingresó al palacio de agua y convirtió a Gentzera en una hormiga negra, grande y venenosa.

Para que el mundo tuviera en su memoria este desagravio, Karagabí ordenó que aquella primera Gentzera y todas sus descendientes deberían de cargar una gota de agua en su boca, así que todas las hormigas congas que existen en nuestros días provienen de aquella primera Gentzera.

Cuando el dios ordenador derribó la puerta de aquella gruta, el agua se derramó por toda la tierra formando los mares, los ríos y los arroyos.

www.Medellín.edu.co

Nuestro ingreso en la Prehistoria: Los Tahamíes del Valle de San Nicolás: Cocorná, fue un poblamiento indígena desde hace ocho mil años. Algunos historiadores han investigado nuestra prehistoria de los cuales podemos citar los siguientes: a): Entre los ríos Cauca y Porce, con mayor concentración en el valle de Aburrá vivían los Nutabaes (Nutabes), grupo integrado por las siguientes tribus: cacamí, moscataco, curquisí, cuerimé, taquiburría, niquía, titiribí, ebéjico, anorí, cuerquia, omogá, tiquirá, ochalí, yusca, bitaguí, aburrá, maquirá, oceta, abanique, acuataba, papimón, guarcama, ubaná, quime, aguasisi, moquiquerí, nequerí y otras no conocidas.b) Al grupo Tahamíes, ubicados entre los ríos Porce y Magdalena, pertenecían las tribus de los yamesíes, guamacoes, COCOZNAES y otras muy escasas en el valle del Nare (Luis Eduardo Agudelo R “Génesis del pueblo antioqueño).

El antropólogo Ricardo Saldarriaga G afirma en su obra “El paisa y sus orígenes que los Amaníes que formaban parte de la gran etnia Tahamí, eran negociantes de sal en el que luego sería llamado valle de San Nicolás.

c) El profesor Eduin Marín en su obra “Breve historia de Cocorná” recoge de cierta manera todas estas investigaciones en su obra: “Breve historia de Cocorná”, donde relaciona una serie de hallazgos que podemos resumir: Vereda el Sinaí al occidente del municipio; allí sobre el río Santo Domingo existen unos petroglifos (grabados profundos en piedra) en forma de espiral, rayas y figuras abstractas, cientos de años anteriores a los españoles; herramientas y fragmentos cerámicos; estos ideogramas hacen referencia al mundo físico, pero también al cielo, la luna, el sol, el viento y fenómenos humanos como la fecundidad, o incluso otros tienen un sentido escultórico mágico-religioso. En la vereda de Palmirita, se hallaron instrumentos de piedra pulida; en Santo Domingo, se encontraron figuras de símbolos religiosos; en Campo Alegre se encontraron jarrones parecidos a la alfarería muisca; las vasijas de estas comunidades fueron elaboradas para usos domésticos más que decorativos; su arte artesanía doméstica era sencilla; la decoración de las

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vasijas enriquece el exterior de la figura y no demerita la utilidad práctica de las mismas. Las vasijas decoradas con tinturas eran usadas con fines mágico-religiosos, mientras que otras sin estas tinturas eran usadas para el almacenamiento de víveres.

Nuestros aborígenes habitaron muy al interior de nuestros bosques, pues fundamentalmente fueron cazadores-recolectores, que aprendieron a construir y poblar su entorno geo-espacial; muchos de estos pobladores indígenas se volvieron sedentarios, dada la variedad de productos que les ofrecían el bosque natural lleno de fauna comestible y los ríos poblados de peces.

Referencias de lecturas: Breve Historia de Cocorná, Génesis del pueblo antioqueño, El paisa y sus orígenes

Autores: Eduin Marín, Luis Eduardo Agudelo R

Los Pantágoras del sur de Cocorná y sus diversas tribus: Son varias las investigaciones que se han hecho en los últimos años en relación con las tribus y pueblos indígenas que habitaron el territorio que formó la región de Cocorná; de especial relevancia es la descripción que hace el Dr. Ricardo Saldarriaga G, antropólogo de la Universidad de Antioquia, en su obra: “EL PAISA Y SUS ORÍGENES”. En ella hace una descripción de las tribus que bajo el nombre dado por los españoles de “Patangoros” y que nosotros conocemos como los Pantágoras, por su estructura lingüística, pues utilizaban curiosamente la raíz griega patan lo que según este investigador corrobora el hecho que antes que llegaran los españoles a las tierras americanas, estas habían sido pobladas en tiempos muy antiguos por otros pueblos del mundo.

“La etnia patangora vivió preferentemente entre los ríos Guarinó y Cimitarra y por la región de Remedios en Antioquia; ubicaron sus poblados tanto en las orillas de los ríos, como en ciertas montañas del Magdalena medio antioqueño y caldense; “extiéndese esta región a todos los términos que es de la Victoria y Remedios, que después fue poblada por Francisco de Ospina.

En 1561 el fraile Pedro de Aguado los ubicó etnográficamente entre los ríos Guarinó y cimitarra en Antioquia

Los Patangoros limitaban por el occidente con los Tahamíes y Catíos, por el Oriente con los Panches y Muzos, que estaban situados al otro lado del río Yuma y por el Sur con los Tolimas y por el Norte con los Tamalameques y Zenufanaes”

Esta investigación corrobora lo afirmado por el también historiador.. quien afirma que la etnia Pantágora, sí vivió en tierras de Cocorná, pero en sus linderos históricos antiguos en lo que hoy son territorios de San Luis, Puerto Nare y Puerto Triunfo que antiguamente pertenecieron a Cocorná.

El historiador cocornense Eduin Marín en su obra “Breve historia de Cocorná, afirma que estas tribus Pantágoras abarcaron parte del territorio de Caldas, las

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riveras del Río Magdalena, la orilla occidental del Nare, en territorios del Oriente antioqueño; tuvieron conflictos con las Amaníes, que fueron una familia de la etnia Tahamí.

Estos Pantágoras tuvieron algunas costumbres exóticas como la de amurallar sus poblados, con cerramientos en trincheras de madera, hacerse una corona en lo alto de la cabeza como símbolo de poder de los guerreros, razón por la que Fray Pedro de Aguado los llamó los coronados; cremaban a sus muertos, hacían fosas trampas en los caminos para hacer caer al enemigo y la más exótica de todas, se guiaban por la constelación de las pléyades para sus rituales; hay una ilustración de una indígena patamera de Cocorná guiando a sus gentes y descifrando estos rituales.

Lecturas de apoyo: “El Paisa y sus orígenes” de Ricardo Saldarriaga; “Orígenes del Pueblo Antioqueño . . . .Breve historia de Cocorná de Eduin Marín

Introducción a la descripción del patrimonio arqueológico de Cocorná: ¿Qué nos quedará al final, cuando los bosques no alberguen las espumosas aguas cristalinas, las huellas del armadillo y de la guagua en las arenas infinitas de los ríos y quebradas cocornenses?. La diversidad natural enriquece nuestro espacio habitual, pero también el cultural. A todo eso le llamamos patrimonio por conservar. El patrimonio es algo que valoramos y conservamos; permanece y viaja como las estrellas fugaces en el anochecer de verano, cuando las nubes abandonan el cenit para sosegarse lejos de las montañas estelares. El patrimonio son los rayos de la luna llena iluminando el horizonte, cuyas sombras sempiternas invaden de silencio insondable el más allá. Patrimonio natural y cultural es el caminar del arriero, el silbido del sinfín, la vieja casa de tapias; los caminos empedrados con sus arroyuelos, la niebla expandida como enormes y desorganizadas motas de algodón sobre las montañas y ríos; es el viento alegre que sacude las hojas de los árboles en invierno, es el paisaje azuloso de la tarde o el verdoso oro del amanecer; es el juego del niño hasta extasiarse, es la alegría y satisfacción de lo que el hombre hace con dignidad para enaltecer la existencia.

Los estudios arqueológicos del municipio de Cocorná antes de ejecutarse la hidro-eléctrica Popal no existieron, no por falta de arqueólogos y antropólogos, sino porque el conflicto armado hizo de Cocorná un sitio no viable para la ejecución de grande proyectos investigativos. En los tiempos del conflicto entre las fuerzas del Estado y grupos armados no reconocidos por la Constitución Política, frenaron dichos estudios.

¿Pero, qué significado tiene la conservación del patrimonio arqueológico para los pobladores de Cocorná? Lo que no conocemos no lo valoramos, respetamos y amamos, porque como dice un aforismo popular: “Nadie ama lo que no conoce”. El patrimonio arqueológico representado en materiales cerámicos y pre cerámicos de nuestros antiguos pobladores, es decir, los primeros con más

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de 8500 años antes de la era cristiana, y los segundos hacia el 2000 A.C. y hasta la llegada de los españoles, no son simples bosquejos del pasado; por el contrario, están dotados de un valor simbólico inimaginable. Para nuestra cultura, ellos son las representaciones mentales, la escritura de nuestros ancestros; cada pieza o fragmento es una imagen remota del pasado, usos y costumbres de unas vidas, de unas condiciones ambientales difíciles, pero valoradas por los antiguos pobladores de Cocorná.

El patrimonio arqueológico hace parte de la identidad cultural subregional de Antioquia y, sobretodo de nuestra tierra. Recuperarlo y apropiarlo indica el rumbo de una sociedad mejor, basada en las raíces autóctonas, vislumbradas en las costumbres y valores lugareños a los largo de las centurias.

Lectura de apoyo: Itinerario de un docente Eduin María M

Descubrimientos arqueológicos recientes: Vestigios arqueológicos de nuestro territorio, como resultado de una investigación seria y sistemática, permiten avizorar por analogías encontradas en la cuenca del río La Miel en la región del Magdalena medio, que Cocorná, en los tiempos prehistóricos y hasta la llegada de los españoles, estuvo habitada por diferentes grupos humanos durante tres períodos:

Primer período: Este primer período va del año 8 mil al 3 mil A.c. Es posible que estos primero grupos domesticaran algunas plantas, iniciando un proceso de creación de pequeñas huertas caseras con la horticultura. Se caracterizaron por el desarrollo de una tecnología de la talla de piedra, con la que hicieron hachas que usaron para extraer raíces y tubérculos, así como la caza y faenado de animales y en la construcción de sus habitáculos en el bosque.

Segundo período: Va del 3 mil A.c. y los primero siglos de la era cristiana; es el período de la alfarería para elaborar recipientes cerámicos para cocinar, almacenar alimentos y trabajar los tejidos. Esta sociedad es más compleja y de mayor crecimiento demográfico, pues prácticamente se hacen sedentarios y fundan asentamientos indígenas.

Con la cerámica expresaron diversos rituales simbólicos, finas decoraciones de líneas incisas sobre la superficie de sus jarrones y demás piezas cerámicas, donde usaron especialmente pinturas rojas, cremas y negras para dibujar triángulos, círculos y espirales. Desarrollaron una agricultura a base de maíz, fríjol, yuca y plátano practicaban la caza, la pescar y la domesticación de animales.

Tercer período: Es se inicia en los antes del siglo X de la era cristiana y se extendió hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI. La cerámica, a

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diferencia del periodo anterior, ya no es tan llamativa en la decoración y sus pinturas son más prácticas que decorativas.

Si se continúan estas investigaciones arqueológicas en Cocorná, seguramente encontraremos más asentamientos antiguos que nos ayudarán a conocer mejorar esas sociedades indígenas que nos precedieron en la historia de nuestro municipio, donde podremos conocer más ciertamente sus costumbres, sus rituales, el desarrollo de estos pueblos como sociedades que preceden nuestra historia, tan rica pero tan olvidadas; es necesario seguir ahondando en nuestra historia anterior al período de colonización, porque esto nos permitirá saber que los pueblos originarios de América y por ende de Cocorná, son de cierta manera los padres de nuestra identidad como pueblo; los hitos culturales de los pueblos anteriores a la llegada de nuestros abuelos españoles han hecho aportes tan grandes a nuestra cultura, que aún hoy seguimos usando a veces sin darnos cuenta.

Lecturas de Apoyo: “De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque V

Orígenes del pueblo antioqueño Luis Eduardo Agudelo R Universidad de Antioquia

Antiguas Flora y Fauna: Cuando pensamos en este Cocorná, que los indígenas de la región llamaron “Tierra de animales” y el Dr. Manuel Uribe Ángel tierra de misterio, imaginemos la exuberancia de sus bosques 200 años atrás; pero que sea de la mano de un experto de la época:

Su temperamento cálido y saludable, la apariencia del terreno es en la mayor parte montes, en sus bajíos claros y andables y en sus altos y faldones, cubiertos de espesa maleza. Se regula sin desmontar, 12 o 13 mil fanegadas y reducidas al cultivo de 200 fanegas, más o menos, la que se emplea en rozas salteadas en parte y otras para las siembras de caña dulce, plátano, algodón, etc. No hay ninguna destinada a pastos en lo cálido, pero sí en los visos de tierra fría y se regula suficiente terreno a dos mil reses de ganado vacuno. Los frutos que cosechan son maíz, fríjoles, caña dulce, plátano, hortalizas. También se ejercitan algunos en el laboreo de minas de oro corrido.Lo que se encuentra de mayor estimación en este territorio son las minas de oro corrido, que las hay en el río Caldera, río Verde y Santo Domingo.También se encuentran maderas finas como son los cedros, guayacán, granadillo, algarroba, Brasil, abinje, biomato,etc; maderas comunes: quimulá, laurel de peña, pisquín, caimo, guácimo, almendrón etc.; frutos silvestres son: almendrón, caimo, guáimaro, etc., otros frutos son: piñuelas, badeas, granadillas etc., bejucos medicinales: agraz, guaco, ariza, carimbola, contracapitana y bejuco anime; árboles medicinales: fresno, copachí, chingalé; palos que producen betunes medicinales: caraña, anime, bálsamo, estoraque,etc; hierbas medicinales: bretonica, ajenjos, ajengibre, chicoria, culantrón, hinojo etc.

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Son las aves comunes: pavas, gurrías, paujíes, perdices, tórtolas, guacharacas, águilas, garzas, garzones, gavilanes, golondrinas, etc.; singulares (al parecer especies nativas): toche, canario, calandria, jilguero, mirlas; loros, guacamayas, cotorras, pericos; fieras: tigres, leopardos, leones, osos, dantas, lobos, puercos saíno, puerco espín; nutria, guagua, guaratinajo.Clases de culebras: devanadora, la equis, la mapaná, la coral, la toche, la lloré; sus venenos producen grandes secas e hinchazones, dolor de cabeza, vómitos y algunas veces la sangre se sale por los poros. Clases de mosquitos: hay muchas clases, pero sólo cuatro que hagan efecto a la naturaleza, como es el caballuno, que causa su picadura la lepra; el cafifí atrae el carate; el zancudo es molesto en la cama de dormir y el robador tiene la misma calidad que el primero; el naibí que se nutre de la piel y causa mucha comezón y llagas; el gusano golondrina, pica igual que las culebras; la avispa pico de oro que hincha lo mismo que la picadura de culebra.Con lo cual parece que he cumplido con la absolución de las anteriores preguntas, respecto a mi inteligencia. Y para su cumplimiento, devuelvo al juzgado de donde dimanó a mí esta orden, con arreglo de la extensión que ha producido la octava pregunta. Y para que conste lo firmo en dicho sitio de Cocorná el 21 de Noviembre de 1807”.Lecturas de apoyo: “De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque V

La Flora y la Fauna de Hoy: Qué nos queda de esa población de animales de todas las especies, después de 200 años de progreso y explotación de la tierra y sus frutos?. En el pasado este territorio inmenso de Cocorná, estuvo poblado de bosques o montes que llamaban nuestros abuelos; sin embargo consultado documentos recientes, podemos hacer una descripción de lo que aún permanece como herencia del pasado de esta tierra de animales; veamos cuáles especies quedan:En los alrededores nuestros, aún es posible encontrar fascinantes ejemplares de ambas especies: flora y fauna. Empezando el descenso desde las alturas de Tiemblas, el 13 de Noviembre de 2009, en una tarde de pajareo la Sociedad antioqueña de Ornitología en asocio con la Universidad de Antioquia fotografiaron 45 especies de pájaros diferentes, incluyendo al colibrí cola de raqueta, que es nuestra especie endémica (nativa); más de 200 especies de pájaros aún cantan en nuestros montes, incluyendo algunas especies en peligro de extinción que han sido fotografiadas en varios parajes veredales; el tití gris aún transita en manadas entre La Peña y el Ocho; armadillos, tatabras, conejos de monte, gurrías y paujíes, gallinetas y guacharacas; y al lado de estas en las veredas más alejadas, aún viven serpientes como la equis Mapaná, el verrugoso. A una cuadra del parque principal y entre las ramas de un carbonero muy antiguo, habita un hermoso ejemplar de la familia de las iguanas, que nosotros los nativos llamamos “Pito”. La ranita fresa o rana veneno de flecha porque con ella cazaron los indígenas de Cocorná.

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Y entre la flora el guayacán amarillo que ha adornado nuestro parque principal desde hace siete décadas; el mango que continúa entregando esas deliciosas frutas que atrajeron tres generaciones de muchachos cocornenses en tiempos de su cosecha; hay en nuestros bosques mortiños, sietecueros, algarrobos, canelo, caraña, cañabrava, carboneros, chumbimbos, guaduas, guayabos, higuerillas, limones, naranjos, otoba y palosanto, totumos y tarralíes, yarumos y palo de sande, sin contar aquellos que aún dan sustento a las familias cocornenses: Caña de panela, plátano, fríjol, café, yuca, maíz.Entre las flores podemos citar una gran variedad de nuestra florística nativa, que adorna los caminos, las casas campesinas y las de la zona urbana: El platanillo que llaman heliconias, rosas de todas las variedades, flores que han vivido entre nosotros

La geografía de Cocorná: El municipio de Cocorná, esencialmente montañoso, está cubierto por los ríos Cocorná, San Matías y Santo Domingo, cuyas aguas abundantes están localizadas en la falda oriental de la Cordillera Central. El río Cocorná se une con el de San Matías, que después de recorrer parte del municipio de Granada (Vahos) y transitar por el Suroeste, le rinde sus aguas caudalosas debajo de la cabecera del municipio. El río Cocorná reciba más abajo el nombre de Caldera, cuyo nacimiento está más arriba en el sitio del mismo nombre, para tributar sus aguas al Río Verde, arriba de Santa Rita. De la confluencia del Cocorná y el Rioverde toma el nombre del Samaná del Norte y, conservando siempre su dirección nordeste, recibe al Guatapé, desemboca en el Nare, que con este nombre desagua en el Magdalena, más debajo de islitas, después de recibir las aguas del Nus.

Al sur del río Cocorná, corre paralelo a él, el río Santo Domingo aumentado por el Melcocho, tributario igualmente del Rioverde. Este último, que tiene su nacimiento en la cordillera Central entre los altos de Palomas y Parados, a gran altura, está formado por numerosos afluentes, entre los cuales se distingue el río Caunzal.

Hacia el sur tiene el distrito el río Claro con dirección al oriente y entre este y el Samaná Norte, en una especie de triángulo cuyo lado menor se completa por el curso del río Magdalena, hay otro río Claro y otro río Cocorná, que reunidos en frente de Santa Rita, entra al gran río, arriba de Nare y enfrente de la isla de Palagua.

Todas las corrientes de aguas que hemos descrito, están formadas por torrentes grandes uy pequeños. Los principales son: San Pedro y Chumurro, que entran a Rioverde, por la orilla derecha; la Chorrera que tiene en sus márgenes la salina de Cruces, y por su bellísima cascada de cerca de 30 metros de altura, que junto con la Luisa forman las dos cascadas más emblemáticas de Cocorná. Cerca de allí brota el Guayabal, al pie del alto del

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Perico, para juntarse con la Chorrera y caer al Cocorná como a 600 metros al sur de la población. El riachuelo Trinidad brota cerca del Guayabal, desagua en el Cocorná, es muy rápido en su curso superior y, también tiene una salina cerca a su desembocadura.

El fenómeno esencial de este conjunto hidrográfico está dado por la velocidad de sus aguas, lo pedregoso de sus cauces, y lo salvaje de su aspecto. Las aguas del río Cocorná son turbias, las de Rioverde tienen ese color, y por lo general, tanto en sus ríos como en sus quebradas, fuentes y manantiales son potables y muy saludables.

Lectura de apoyo: “Breve historia de Cocorná” de Eduin Marín M

La Ocarina: nuestras músicas ancestrales: Cuentan que el ilustre Fray Pedro de Aguado, cronista de la conquista de Colombia y Venezuela, supo y escribió sobre unas tribus indígenas que habitaban en la margen occidental del Magdalena, donde hoy se ubican los territorios de la región de bosques: Cocorná, San Luis, San Francisco y otros municipios a la orilla del Magdalena. En los recientes descubrimientos de poblados indígenas en algunas veredas de Cocorná, se han encontrado además de herramientas antiguas, que ellos utilizaban para su vida diaria, se encontró además una ocarina que según el concepto de expertos que la han visto puede tener dos mil años; este instrumento musical es muy antiguo, cuyos orígenes se remontan al antiguo Perú y altiplano boliviano, donde los Quechuas y Aimaras lo tocaban con la quena y la zampoña en sus rituales y fiestas a la Pacha Mama; por los general tenían formas de animales y este de Cocorná, tiene forma de pato; los sonidos musicales de meso-América, son graves como los de aquellos bosques milenarios donde habitaron durante los últimos 12 mil años, nuestros ancestros indígenas.

En algunas veredas del municipio acaba de hacerse un descubrimiento, que incluso podría colocarnos a la par de otros grandes hallazgos del país. La primera noticia es el hallazgo de una terraza, que es terreno plano, como si hubiera sido recortada a propósito, que podría haber albergado un poblado indígena de miles de años, con su jefe indio y familias que se asentaron talvez durante siglos entre estos bosques milenarios.

Con estos hallazgos empieza a convertirse en historia la leyenda del mítico cacique Cocorná y su tribu, pues como mínimo más temprano que tarde nos encontraremos con la certeza de uno o varios poblamientos indígenas que la tradición ha conservado y ubicado en distintos lugares del municipio: Se ha hablado de un tambo en la quebrada de las indias (por algo la llaman así); de la

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cancha de futbol de la Institución Educativa, donde se dice que hubo un cementerio indio; del alto de sepulturas entre muchos sitios.

Estos descubrimientos refuerzan nuestro patrimonio histórico prehispánico y la posibilidad de tener muy pronto un museo indígena dedicada a conservar y acrecentar nuestro acervo cultural. Debemos registrar aquí la contribución científica que le ha puesto a estas investigaciones el profesor Eduin Marín, apasionado y entusiasta investigador.

Lectura de apoyo Villabrado Luis Duque V “El Cocorneño” año 3 Número 5

Lo que tenemos de nuestra herencia indígena: De acuerdo con el historiador Francisco Duque Betancur, a la llegada de los españoles tres grandes grupos de indígenas habitan Antioquia, principalmente pertenecientes a la etnia Caribe, los que a su vez se subdividen en otras tribus y familias: los feroces Katíos, habitan el Urabá y el Chocó; los belicosos Nutabes, entre los ríos Cauca y Porce; y los relativamente pacíficos Tahamíes, localizados entre los ríos Porce y Magdalena.

En relación con las tribus que habitaron originalmente la región que hoy es el municipio de Cocorná, es necesario tener en cuenta: 1º: que en sus orígenes históricos el municipio de Cocorná, comprendía un territorio que abarcaba los que hoy son los municipio de San Francisco, San Luis, y Puerto Nare, es decir una extensión de más de 1000 kilómetros, que iba desde el alto de tiemblas hasta las orillas del río Magdalena. 2º que con la historia como con muchas otras ciencias, las verdades a veces sólo son hipótesis, que no han sido rebatidas, por lo que es arriesgado pontificar y dar por hecho que lo que estamos afirmando es una certeza irrebatible, por cuanto ni en la historia ni en ninguna otra ciencia, hay verdades absolutas. Me limito entonces a dejar constancia de algunas fuentes históricas consultadas y que sean otros los que más adelante, diluciden las posibles dudas al respecto, pues la historia es para escudriñarla.

Al grupo Tahamíes, ubicados entre los ríos Porce y Magdalena, pertenecían las tribus de los yamesíes, guamacoes, COCOZNAES y otras muy escasas en el valle del Nare.Al sur del río Arma se registraba la mayor densidad de población entre las tribus guerreras o cuy-cuy, pozos, paucuras, picaras, carrapas, irras, quindíos, pirsas, sopías, cartamas, ansermas, chamíes, chocoes, y finalmente y cercado y acosado por todas estas tribus semibárbaras, el pueblo culto, pacífico y rico de los Quimbayas. Y en el valle caldense del Magdalena, los ferocísimos pantagoros (Pantágoras), con sus tribus, samaná, marquetona y sahamí.

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La segunda tesis que presento, es de la historiadora Peñolita Alicia Ester Giraldo Gómez, secretaria durante catorce años de la Academia antioqueña de Historia, quien en su muy conocida obra “Del Nare al Magdalena” afirma: “ la tribu indígena de Cocorná perteneció a la gran familia Tahamí ubicada entre el Porce y el Magdalena, con ascendencia de los Mayas, de los que heredaron entre otras cosas el maíz preparado como arepa; el consumo de yuca, mafafa y batata razón por la que el doctor Jaime Sierra García dice que el gusto de la comida antioqueña es de origen maya así como muchas de las artesanías indígenas. Los mayas influyeron mucho en los modales de los Tahamíes, quienes tomaron su artesanía, así como la manera de intercambiar productos con los vecinos.Lecturas de apoyo: Francisco Duque B Historia de Antioquia; Eduardo Agudelo R Génesis del pueblo antioqueño; Alicia E Giraldo “Del Nare al Magdalena” Villabrado L Duque V “De Cruces al Magdalena”

Poblamientos de hace ocho mil años: Según los registros históricos, Cocorná es uno de los municipio más antiguos de la región del Oriente, no solo por su presencia prehispánica de la población aborigen, sino porque fue un área explorada tempranamente por los primeros conquistadores llegados al territorio antioqueño.El patrimonio es el legado, que todo pueblo hereda de sus ancestros; como tal permanece y se perpetúa en las sociedades, por generaciones. Por ser el producto de una construcción cotidiana, cambia con el pasar del tiempo, se transforma y corre el riesgo de desaparecer si no le cuida y conserva.Parte de él permanece almacenado en las generaciones por la tradición oral, pero estas envejecen y con ellas viene la transformación y el olvido. En Cocorná los vestigios históricos y arqueológicos reflejan la existencia de sociedades agrarias anteriores al siglo VIII d.C, y debemos tratar de entender porque son parte de su pasado; es una historia larga que se debe empezar a desentramar. Este legado se hace presente en la cerámica, en la piedra tallada, en la necrópolis y en sus vestimentas. Es hora de valorar ese patrimonio para el goce y conocimiento de nuestra generación y las venideras.

El estudio de la época precolombina en Cocorná nos brinda un acercamiento a la comprensión de una etapa histórica cultural importante del complejo mundo indígena. Vida socio-cultural de nuestros aborígenes, donde se desarrollaron estados de civilización avanzados. A lo largo y ancho del territorio existieron varias tribus indígenas, que gracias a los vestigios encontrados se ubicaron en sitios de interés para la investigación arqueológica y antropológica.

En la vereda El Sinaí, se encontraron petroglifos tallados en la roca. En le mismo lugar, se hallaron herramientas de piedra y fragmentos cerámicos que permiten un acercamiento al contexto histórico de los primeros habitantes de la zona.

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Los petroglifos del Sinaí pertenecen a una época antiquísima de los prehispánicos, cuando el poblamiento humano sobre el vasto territorio se estaba generando. Los primeros hombres señalaron en la roca rutas de inmigración. Los grabados representan ideogramas que referencian al mundo físico, la luna, el sol, el viento y fenómenos humanos como la fecundidad, pero además tienen un sentido artístico de la escultura y proyecciones mágico- religiosas.

El lugar perteneció a una cultura que posiblemente llegó al sitio por la escasez de alimentos o por las guerras entre tribus vecinas y extrañas, o por fenómenos climáticos extraordinarios en los valles del Magdalena, que obligaban a la migración.

Lecturas de apoyo: Breve historia de Cocorná” Eduin Marín M

Un día en la vida del Cacique Cocorná: (Un relato imaginario): El jefe indio, abrió los ojos, se desperezó lentamente, se levantó de su cómodo colchón hecho con fibra seca del tronco del plátano, que tejían primorosamente y unían con otra fibra vegetal que sacaban de la penca, muy abundante en la región; abrió la puerta de trancas de madera de su amplio bohío construido sobre gruesos pilotes de cedro, pues no se podía construir sobre el piso de tierra se corría el riesgo del ingreso a las habitaciones de la peligrosas serpientes venenosas, alacranes y otros bichos. Cuando despertó serían en nuestros relojes occidentales las 4 de la mañana; para él no existía el tiempo, tal como nosotros lo conocemos; salió al descampado que había limpiado para la construcción de su tambo, miró hacia el cielo muy al sur encima del Yuma y vio a Gedeco (la luna) grande y brillante; más abajo en el horizonte estaban las siete cabrillas, que aún brillaban tal como les había dicho la Patamera en una minga dos lunas atrás, que era la que guiaba a sus tribus desde el cielo de Karagabí el hijo primogénito de Tatzitzetze; le dio las gracias a su manera por este hermoso cielo que ya empezaba a clarear cuando Huamántahu (El Sol) comenzaba a prender las candelas del cielo.

Su mujer una indígena vivaracha también se levantó silenciosamente para no despertar a sus cuatro cunchitos (hijos pequeños); encendió el fuego que habían descubierto sus antepasados miles de años atrás, rascando pacientemente dos pequeños palos, uno de madera basta y de fina madera de quimulá.

Hoy le espera una larga jornada; como jefe de su tribu, deberá ir hasta las riberas del Yuma, para dirigir una minga; ascenderá durante horas por los quingos de la montaña, para llegar al sitio de reunión, que había sido acordado la luna anterior;

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CAPÍTULO II EL DESCUBRIMIENTO Y LA CONQUISTA

Los primeros avistamientos del territorio de Cocorná: El descubrimiento: El primer avistamiento del Oriente antioqueño es posible que haya tenido ocurrencia unos nueve años antes de la comisión de Diego de Carvajal, según lo relata el doctor Emilio Robledo en su obra “Vida del Mariscal Robledo”: “El Valle de Aburrá, en donde hoy se asienta Medellín, fue visto por primera vez por los españoles el 24 de Agosto de 1541. Una expedición de 32 hombres venía en búsqueda de tierras y riquezas al mando de Jerónimo Luis Tejelo, quien a su vez obedecía órdenes del Mariscal Jorge Robledo. Los indios dueños del Valle de Aburrá, armados con dardos, macanas y tiraderas, ofrecieron una feroz resistencia, y muchos se suicidaron para evitar ser dominados. Luego de su paso inicial por el valle, esta primera expedición española de Tejelo pasó de largo y continuó su exploración hacia el río Magdalena, lejos hacia el este del valle”. Puede suponerse entonces con cierta sospecha de verdad que la comisión de Tejelo que al parecer fue comandada por el capitán Diego de Mendoza, pues este regresó donde Robledo a dar cuenta de sus acciones; con unos 25 hombres a caballo, en su camino hacia el río Magdalena pudo haber avistado el territorio de lo que es hoy Cocorná.Diego de Carvajal vecino de la villa de la Victoria (Anserma Caldas), salió al frente de una expedición a finales de 1559 en plan de conquista; y parece que recorrió la zona donde hoy está los municipios de: Granada, Cocorná, Peñol, San Carlos, Santo Domingo, Yolombó y Remedios, sin mayor provecho. En 1560 el capitán Francisco Martínez de Ospina, con la anuencia del cabildo de la Victoria, equipó por su cuenta una nueva expedición, para volver por la ruta seguida por Carvajal, llegando al valle llamado del “corpus Cristi” donde fundó el 15 de Diciembre de 1560, a Nuestra Señora de los Remedios, luego llamada valle de San Blas y hoy Yolombó.

Giraldo Gómez Alicia Ester “Del Nare al Magdalena”

Bernardo de Loyola entró en el territorio antioqueño. Había partido de Victoria, población que fundó Hernando de Salinas en 1558. Recorrió los sitios en donde se hallan Granada, Cocorná, Peñol, Sto. Domingo, Sn Carlos Yolombó Cancán y Remedios, ciudad esta que fundó el capitán Francisco Martínez de Ospina. El capitán Francisco Núñez Pedroso fundó Mariquita en 1551 o 1552. Por mandato de Díaz Armendáriz exploró la región oriental de Antioquia punto al cual vino por vía distinta y en el mismo tiempo Fernando de Cepeda, mensajero de Belalcázar.El oriente de Antioquia, donde hoy está las poblaciones de Granada, Cocorná, Peñol fue explorado por Francisco Núñez Pedroso a órdenes del gobierno de Sta. Fe, quien en busca del Penzenú vino a territorio antioqueño.

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El Pueblo Antioqueño Editorial Universidad de AntioquiaLectura de horizonte: “De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque V

Otros avistamientos de Cocorná: Hacia 1550, Hernando de Cafra o Zafra y Centeno, padre de la legendaria María del Pardo y Centeno o María Parda, después de hacer dado asiento a la gente de Ortana y dejándola con quietud en sus casas, pasó adelante a Otra poblazón llamada Cocozna, que en dicha lengua es tanto como decir “Tierra de animales. La lengua de estos indios es la propia que de los de las poblazones atrás. Halló Cafra los naturales de esta población ausentados; pero que desque tuvieron noticia del buen tratamiento que Cafra hacía a los indios y había hecho en los pueblos de atrás (Ortanaes), se vinieron a sus casas y se pacificaron y se aquietaron, sujetándose al yugo de la servidumbre, si haberlo desechado de sobre sí hasta hoy. Y después de hacer dejado pacíficas esta poblazones y naturales de ellas, se volvió Cafra a Victoria con sus compañeros, donde fue recibido con gran contento del capitán Salinas por haber dejado pacífica la tierra que había ido a pacificar, sin derramamiento de sangre. Más que un baño de sangre evitado, fue el sometimientos definitivo del las tribus indígenas al yugo del español.El territorio de Cocorná, fue pues, explorado en un comienzo por varios capitanes españolas, entre los principales, Maldonado y Francisco Núñez Pedroso, y algunos soldados de las huestes de Sebastián de Belalcázar, siendo comisionados en aquella época por el licenciado de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, Miguel Díaz de Armendáriz. Maldonado y Pedroso fueron tenidos por muy malos en la provincia de los Palenques (pueblos Pantágoras), pues mataban cruelmente a los naturales a su paso por la región. Los soldados de Pedroso, poblaron la ciudad de Mariquita. Los de Maldonado, llegaron hasta el valle de Aburrá, donde fueron segregados por el capitán Cepeda, quien se los encontró en el camino. A estos capitanes le siguieron Asencio Salinas de Oyola y su cruel caudillo Francisco Martínez de Ospina y algunos de sus soldados, se les encomendó explorar el territorio para obtener esclavos nativos.Cuando el capitán Salinas y sus soldados llegaron hasta las inmediaciones del río la Miel, en los parajes extremos del corregimiento de Aquitania, hoy perteneciente al municipio de San Francisco, fueron recibidos con flechas, voces y alaridos de indígenas y loros y guacamayos arrojados al viento desde las partes altas, boscosas y agrestes, hacia las partes bajas, abruptas y encañonadas de dicho río donde se hallaban los soldados. El capitán y sus soldados vencieron la resistencia indígena y en un alto fundaron la ciudad de nuestra Señora de la Victoria. En las sabanas de Guarinó, los españoles hallaron pueblos Pantágoras dotas de comida: maíz, frutas, ahuyamas, toda clase de animales ahumados, pescados, aves grandes etc. El río la Miel, recibe el nombre desde que el capitán Pedroso, anduvo por las tierras del Oriente antioqueño y describe el cronista Aguado, que “estando en sus nacimientos, encontraron abundancia de maíz, de cuyas mazorcas se dieron los españoles a

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hacer tortas dulces para comer, por lo que le dieron al valle y al río el nombre de la Miel.Lectura de apoyo: Breve historia de Cocorná Eduin María Mejía.

El descubrimiento y la exploración: La colonización: Don Felipe de Villegas y Córdoba fue un español venido de Burgos y que recibió una inmensa concesión de tierras por parte de la corona española que abarcaba los municipios comprendidos entre los actuales de la Ceja, Sonsón, Argelia y Nariño que contenían en sus linderos las tierras de Cocorná, con el fin de construir un camino entre Medellín y Mariquita en el año de 1763, que en aquel entonces y de acuerdo con las leyes de indias se llamaban tierras de realengo, pues eran concedidas directamente por la corona española. En tierras de esta concesión y procedentes de Arma llegaron los descendientes del conquistador Giraldo Gil Estupiñán, quien contrajo matrimonio con Francisca Pareja y fueron padres de Francisco Manzueto Giraldo Pareja, nacido en Arma, esposo de doña Sabina Muñoz de Bonilla. Con sus quince hijos dejó descendientes en todo el oriente. Juan Duque de Estrada fue fundador de la extensa familia de este apellido en Antioquia. Se le tiene como hijo natural de don Pedro Duque de Estrada, corregidor de Mariquita y procedente de las montañas de Burgos en España. En la historia eclesiástica de Antioquia del padre Javier Piedrahita de 1699 se encuentran los siguientes nombres y apellidos de familias del oriente antioqueño:Vecinos de Marinilla Arbeláez, Pineda, Gómez, Zuluaga, Duque, Giraldo y Riveras recibieron merced de tierras de la concesión de don Felipe de Villegas y Córdoba de 1763.De Marinilla, Rionegro y el Peñol salieron a buscar tierras en Cocorná, para fundar colonias agrícolas indígenas, agricultores y hombres de empresa. Pionero de esta colonización fue el padre Jorge Ramón de Posada cura de Marinilla. Propietario de casi toda la región oriental fue don Francisco Manzueto Giraldo y quiso reducir al cacique Cocorná y establecer allí el resguardo indígena del El Peñol. Vinieron serios litigios por la posesión de la tierra hasta que el Padre Posada los organizó en el trabajo. Así se fueron consolidando los apellidos en Cocorná, procedentes de Marinilla, el Peñol el Santuario.

El primer propietario: en todo caso el primer propietario español fue el señor capitán don Pedro Beltrán, vecino de Arma-Viejo quien obtuvo en el año de 1573 por influencia de su yerno el regidor don Rodrigo Hidalgo una concesión del cabildo de Arma, “De dos leguas de terreno en el Valle de Marinilla, para destinarla a la cría y ceba de ganado”. En Febrero de 1655 don Diego Muñoz de Bonilla y su esposa doña Ana María de Alarcón adquirieron estas tierras y más tarde las extensas donde hoy están situados los municipios de El Peñol, El Santuario, Granada, Guatapé y el Carmen de Viboral, y el 30 de Diciembre de 1690 la recibió como herencia de su padre, doña Sabina Muñoz de Bonilla, esposa del capitán Francisco Manzueto Giraldo. Este latifundio, heredado por

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doña Sabina, de su padre don Diego, estaba comprendido entre las márgenes de los ríos Marinilla y Peñolcito y las del Rionegro y el Cocorná. Más tarde los indígenas que vivían en la provincia fueron recogidos por disposición de la autoridad civil, en un resguardo de indios que se llamó “San Antonio del Peñol” y entonces se le quitaron a Francisco Manzueto Giraldo y a su esposa doña Sabina Muñoz de Bonilla, legua y media de sus terrenos para formar el Resguardo aludido que quedaba demarcado desde la quebrada del Pozo hasta el sitio el Remolino. En recompensa, se le adjudicó otra legua y media de terreno en el sitio donde hoy está la población de Cocorná, por título expedido el 14 de Febrero de 1714 por el Alférez Real don Juan Antonio de Salvatierra, Notario del Santo Oficio y Juez Visitador del las Causas de tierra y sus composiciones de la ciudad de Remedios. Así Francisco Manzueto Giraldo vino a ser también el primer propietario español en tierras de Cocorná.Lecturas de Apoyo “De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque V

No hay duda entonces que el poblamiento histórico de Cocorná, comienza hacia el año 1700, con la llegada de los españoles a San José de la Marinilla. Los marinillos se replegaron por estas montañas en busca de nuevas tierras para la agricultura y la minería. Uno de los primeros documentos encontrados en los archivos del departamento de Antioquia sobre propietarios de tierras en Cocorná, data de Septiembre de 1.758; en ese año el sr José de Orozco Berrío denuncia el hallazgo de una mina y se le reconoce como propietario.

El historiador Roberto Jaramillo, paleógrafo de la Universidad Nacional afirma: “Cocorná es un sitio antiguo. Dependió de Remedios y luego de Marinilla. En 1.714 comienza la colonización de sus tierras, ante el agotamiento de otras tierras. En 1.769 el alcalde de Marinilla Isidro Pineda y don José García (español) pidieron y obtuvieron tierras para alimentar las cuadrillas, desde las cabeceras del río Cocorná y en 1.786 varios colonos de Cimarronas (El Carmen de Viboral) tenían fincas en este territorio de Cocorná; en 1.791 José y Nicolás Zuluaga, Francisco y José de la Cruz Duque, obtienen otra merced de tierras, entre los ríos Cocorná y Rioverde”.

El médico e historiador Manuel Uribe Ángel dice en su historia de Antioquia:

“El distrito de Cocorná ha sido como una especie de mito para los antioqueños hasta no hace mucho tiempo. Situado al Oriente del estado d el Antioquia, cubierto de selvas vírgenes, riscoso, sin caminos, incomunicado casi totalmente en el centro y muy vecino a las deletéreas orillas del Magdalena, los hijos de Antioquia lo vieron durante mucho tiempo con desconfianza. Poco a poco urgidos por la escasez de alimentos que no podían obtener por la esterilidad de sus propios suelos, se fueron deslizando hacia las faldas de la cordillera, en requerimiento de terrenos para la siembra de la caña de azúcar,

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plátano, yuca, maíz y fríjol necesarios para la alimentación de los pueblos de Antioquia.

Lecturas de apoyo: Breve historia de Cocorná Eduin Marín

“De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque V

Manuel Uribe Ángel, Historia de Antioquia

Pbro Jorge Ramón de Posada, fundador histórico de Cocorná: La creación de la Parroquia: Fray Miguel de Castro monje de la compañía de Jesús, fue el primer cura doctrinero que evangelizó a los pobladores indígenas de oriente en el resguardo de San Antonio del Peñol, finalizando el siglo XVIII.La de Cocorná, fue la sexta parroquia que se desprendió de Marinilla y fue creada por decreto del cuatro de Noviembre de 1825 firmado por el intendente de Cundinamarca, coronel Pedro Alcántara Herrán. El Pbro. Felipe Santiago Yepes fue su primer cura, nombrado el 28 de Julio de 1827.

JORGE RAMON DE POSADA: hijo de acaudalados y nobles padres que tenían sus ascendientes entre una alta clase de la nobleza asturiana vino al mundo el doctor de Posada en esta ciudad de Medellín el 23 de Abril de 1756 y cuando sólo contaba 24 años, el arzobispo Caballero y Góngora (virrey y arzobispo) como primer prelado de la iglesia granadina lo consagró sacerdote instándolo a quedarse en Bogotá como vicerrector del colegio seminario, donde ya había regentado las cátedras de filosofía, derecho canónigo y literaturas griega y romana, a lo cual no accedió por el deseo de ver a sus familiares. Ejercía el curato de Marinilla cuando los sucesos de la capital el 20 de Julio de 1810 y cuando los ayuntamientos de las cuatro grandes provincias de Antioquia unánimemente resolvieron secundar el movimiento libertario, Marinilla eligió como representante al primer cuerpo legislativo al doctor de Posada, pero por motivos de enfermedad declinó el honor e indicó como su reemplazo a don Juan Nicolás de Hoyos, quien con Juan Elías López, Manuel A Martínez, José María Ortiz, Lucio de Villa, José María Montoya y José Manuel Restrepo, constituyeron la primera Junta Suprema que hubo en la provincia y que bajo la presidencia del gobernador don Francisco de Ayala se reunió en Antioquia el 1º de Septiembre de 1810 y decretó la separación de la provincia, del gobierno español. Para el serenísimo colegio constituyente y electoral, que debía reunirse en Rionegro el 1º de Enero de 1812 fue elegido diputado por Marinilla y asistió a todas las sesiones, ejerció la vicepresidencia en un período legal y allí contribuyó a la expedición de la Constitución publicada el 21 de Marzo y donde el republicanismo del doctor de Posada hizo consagrar la mayor suma de libertades ciudadanas a que podía aspirarse. Terminadas sus labores de legislador vuelve al desempeño de su curato y allí, en el más bello rasgo de genuino republicanismo y democracia, hace que sus ochenta y tres esclavos asistan, con vestidos de gala, a la misa que ha de oficiar su propio amo y ante

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una inmensa concurrencia habla elocuentemente de la caridad y luego dice a los esclavos: “Hijos míos, desde hoy sois libres, iguales a mí. Pero este beneficio que Dios os ha hecho por intermedio de vuestro amigo os impone un grande y sagrado deber: que seáis honrados hasta morir”, y entregando a cada uno su carta de libertad y haciéndoles donaciones de terrenos y dineros, jamás consintió en que le volvieran a decir mi amo, sino mi amigo. Uno de los libertos fue el coronel Bernardo Posada que heroicamente luchó por la libertad desde la más temprana edad y obtuvo su grado como recompensa al heroísmo y a los servicios a la patria.

Los linderos históricos y la segregación de Cocorná, a través de la historia: Los antiguos habitantes de América india, tuvieron una concepción comunal de la tierra, pues no tuvieron el sentido de la propiedad privada.Sin embargo la conquista y la colonia, lo primero que hace es crear fronteras que forman grandes territorios.El municipio de Cocorná abarcaba un territorio que iba desde Tiemblas hasta bordear la ciudad de Mariquita en el note del Tolima, tal como lo describe en 1.807 el experto Mateo Giraldo, designado por el gobernador de la época: “La extensión que comprende y abraza este terreno es, del poblado, a confinar con los términos de la ciudad de Mariquita, 20 leguas en despoblado, al oriente. Del sur al norte, 40 leguas más o menos, en su mayor latitud, confinando con las bodegas de Juntas y el sitio de San José de Nare, en los encuentros del río Samaná. Confina al occidente, a legua y media del camino, con el territorio del sitio del Santuario. Al medio día, a dos leguas de longitud, confina con la nueva colonia de San Carlos de Priego, bajo de cuyos confines se halla circulado este poblado”.Este inmenso territorio abarcaba entonces los que hoy son los municipios de: Cocorná, San Luis, San Francisco, Puerto Triunfo, Puerto Nare.En Agosto de 1875 el padre Clemente Giraldo, cura de Vahos (Granada) funda el poblado que él había ayudado a colonizar animando a algunos de sus feligreses a emprender correrías por el sur hacia el Magdalena en busca de tierras fértiles para la agricultura; Cocorná sufre entonces el primer desmembramiento de su historia.Según el historiador Eduin Marín, para 1.850 estos eran los linderos de Cocorná:“De los encuentros de la quebrada San Eusebio con el río Cocorná a seguir por el filo para arriba hasta el alto del “Picador”; de aquí a seguir por la cuchilla que divide el Cocorná –Santo Domingo; de aquí por línea recta a un morro alto en la cuchilla que divide el río Melcocho con Quebradona; por esta arriba hasta el morro de San Juan, de este a lindar con la provincia de Mariquita, de estos límites a seguir por la parroquia de Nare hasta el río Samaná Norte, por este hasta el curso del San Matías, hasta un salto más arriba donde se encuentra el río Tafetanes; desde aquí en línea recta hasta “El Contento”de allí a las

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quebradas La Pava y la Guarinó; por esta hasta donde se encuentra el río Cocorná punto del primer lindero”.En 1.950 el gobernador de la época la quita por un litigio los territorios de Rioverde de los Henaos, Rioverde de los Montes en límites con Sonsón y Argelia que pasan a ser de este último.Sin Embargo todavía era un territorio muy extenso que iba por el sur a limitar con el río Magdalena en el sector de Ríoclaro; todavía tenía dos importantes corregimientos: San Francisco y Aquitania; en el año de 1985 se separa San Francisco quedando su territorio hoy en 235 Kilómetros cuadrados.Esta es una síntesis de los sucesivos desemembramientos de Cocorná desde sus antiguos territorios.

Lecturas de apoyo: Breve historia de Cocorná Eduin Marín; “De Cruces al Magdalena” Villabrado L Duque

EL PERÍODO COLONIAL

El Pbro. Dr. Valerio Antonio Jiménez y la persecución religiosa del general Mosquera: cuando Cocorná perteneció al Peñol: El 14 de Octubre de 1862 el General Tomás Cipriano de Mosquera, vencedor de Antioquia desde Manizales y por decreto firmado en Medellín el 8 de Noviembre de 1862 suprimió el Depto. del Oriente cuya capital era Marinilla y lo anexó al departamento de Rionegro.El 13 de Noviembre de ese mismo año suprimió como entidades públicas a todos los municipios conservadores de Antioquia; en el Oriente antioqueño no dejó sino dos municipios: Rionegro y el Peñol. Marinilla y el Carmen quedaron anexados a Rionegro; al Peñol se anexaron El Santuario, Cocorná, Vahos (Granada), San Carlos, Guatapé y Nare.De manera imperiosa, quiso exigir que todo el clero se sometiera a sus decretos de desamortización de bienes eclesiásticos. El excelentísimo obispo Riaño obispo de Santa Fe de Antioquia, protestó enérgicamente contra esa impía usurpación de los derechos de la Iglesia y decretó la pena de suspensión “Ipso Facto” para todos los clérigos que se sometieran a los mencionados decretos. El General Mosquera lo citó entonces a Medellín.La cita tuvo lugar el 28 de Noviembre de 1862 y en ella por encima de las amenazas e insultos que Mosquera dirigía al eximio prelado, este pronunció solemnemente el valeroso “non possumus” de los apóstoles y entonces fue desterrado a Nariño. A esto siguió un decreto del general donde privaba a los clérigos de los derechos de ciudadanía y prohibió el ejercicio de su ministerio a todos aquellos sacerdotes que no se sometieran a sus decretos así como a la entrega de los bienes eclesiásticos.Se desató entonces la más terrible persecución religiosa. Los ministros del Culto Sagrado huyeron a refugiarse en las montañas, en donde eran cazados

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como fieras y de donde eran traídos como presos a la presencia de los despóticos y tiranos.Antes de partir para el destierro, el Obispo Riaño había designado a cinco de los principales curas de la Diócesis para el gobierno de esta durante su ausencia y establecido que estos perderían su autoridad desde el momento en que se sometieran a los decretos de Mosquera. Uno a uno tuvieron la debilidad de someterse, hasta que le llegó el turno al señor Cura de Marinilla, Presbítero Valerio Antonio Jiménez. Prudente y previsor huyó entonces y se refugió en Cocorná y desde las montañas de la Trinidad gobernaba sabiamente la Iglesia burlando las pesquisas y cacerías de los esbirros del gobierno.El Excmo. Señor José Joaquín Isaza nos narra este importante episodio de nuestra historia:“”Allá en las selvas de Cocorná al oriente de Antioquia, que fueron la cuna de nuestra libertad como en otra época las montañas de Asturias lo fueron de la libertad de España, y protegido por nuevos Pelayos, que combatían con denuedo contra la tiranía que oprimía a su país, se hallaba el Ilustrísimo señor Valerio Antonio Jiménez, oculto a los ojos de sus perseguidores, pero patente a las miradas de todos los buenos católicos, que se dirigían a él para el remedio de todas sus necesidades espirituales, y para el consuelo a las tribulaciones que por todas partes los rodeaban. Los templos se encontraban cerrados, y todo se hallaba en completa anarquía; pero teníamos un punto de reunión, una esperanza y un consuelo, era el reverendo señor Valerio Antonio Jiménez, que como faro luminoso, nos indicaba la ruta que debíamos seguir para no extraviarnos, y como experimentado piloto, daba dirección a los negocios espirituales de la Diócesis.Era el nuevo Atanasio que se ocultaba de sus perseguidores para no dejar acéfala su Iglesia y dar impulso a la grey que se le había encomendado. Era el sol que se ocultaba para aparecer después más brillante y vivificarlo todo”.En cumplimiento del decreto de desamortización de bienes eclesiásticos se saquearon todas las Iglesias del Departamento:Del cantón de Marinilla se robaron $ 27.577.oo así: De la Iglesia de Marinilla $ 14.161.oo; de la del Carmen $ 4.855.oo; de la del Peñol $ 2.440.oo; de la del Santuario $ 1.555.oo; de la de Vahos $ 1.208.oo; de la de Guatapé $ 2.960.oo; de la de San Carlos $ 100.oo y de la de Cocorná $ 300.oo

El padre Valerio Antonio Jiménez, posteriormente fue presidente de la Cámara Provincial y primer obispo de Antioquia.

Los primeros pobladores: por la monografía del profesor Sergio Villegas, sabemos que las primeras veinte familias que poblaron Cocorná, enviadas como colonos a las tierras de esta parte de sus posesiones de don Francisco Manzueto Giraldo y de su esposa doña Sabina Muñoz de Bonilla, fueron: José de la Cruz, Juan Andrés, Antonio, José Joaquín, Félix y Francisco José Duque; Nicolás, José y Juan Miguel Zoloaga; Alejandro Jiménez; Manuel y Raimundo

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Castaño; Fernando Naranjo; Joaquín Osorio; Melchor Gallego; José Antonio e Isidro Muñoz; Alonso Jaramillo, Isidro Pineda y Matías Hoyos. Sin embargo esas poblaciones de colonos eran flotantes, en tanto que estaban compuestas por aventureros que iban de un lugar a otro en busca de mejores horizontes; así que no se puede afirmar que estas familias hayan establecido domicilio permanente, hasta tanto no hubiera una población representativa que ameritara el asentamiento de un núcleo de población, mediante la construcción de un poblamiento urbano, hecho que por lo general sucedía como consecuencia o de la explotación de una mina importante, o de un cultivo agrícola, o porque un terrateniente creara ex profeso un poblamiento urbanístico, para asentarse con su familia.

Con toda probabilidad hubo un asentamiento indígena con algunos bohíos y lugar de reunión de la población aborigen, en la que siempre se ha llamado quebrada de las indias. Aunque no pude encontrar un relato histórico, me permito plantear como hipótesis la siguiente: 1º algunos años después de que se alinderó la que sería la parte urbana de Cocorná, y que hoy corresponde al parque principal y sus calles aledañas, los indígenas de Cocorná, agrupados en el resguardo del Peñol, reclamaron como suyas las tierras que ocupaban los blancos desde la llamada “abertura de los Pineda” que iba desde donde hoy es el parque de Cocorná hasta Pailania.

Esto generó un conflicto que se resolvió adjudicando a los indios otras tierras, más al sur entre cruces, el Caldera y hasta San Francisco. 2º tradicionalmente en la quebrada de las indias siempre se encontraron cuescos de artesanías de barro indígenas; y en alguna época fueron halladas, herramientas muy primitivas como hachas de piedra, así como piedras cóncavas tal como eran utilizadas para moler granos; y alguna vez en un trabajo de construcción de los aledaños alguien encontró incluso alguna vasija completa de barro. 3º una tradición de Cocorná cuenta que donde hoy se ubica la cancha de fútbol, hubo un cementerio indígena. Si bien es cierto que no hay un estudio arqueológico que pueda dilucidar estos argumentos, tampoco han sido desvirtuados por un estudio serio.

Los que siguieron a los padres fundadores: entre los años de 1870 y 1930, ocurre en Antioquia la consolidación de la provincia como primera potencia comercial e industrial del país, gracias al fortalecimiento del sistema vial de caminos, hito que se le debe a nuestros arrieros, que con un arrojo sólo comparable a los campesinos jonios durante la conquista de los dorios, horadaron nuestras montañas, para construir caminos donde antes había desfiladeros de vértigo; fondas camineras, sobre el reino de las víboras, para que allí naciera un nuevo pueblo, alrededor de los potreros de muladas; esos gigantes de mediana estatura, vascos y andaluces que mezclados con los

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poderosos hijos del cacique Cocorná, algunos de ellos repitiendo quizá la fórmula ritual de los colonos, después de encomendar sus almas al Supremo Hacedor: “A un lado serpientes y tarántulas; a un lado trasagos y fantasmas, diablos y demonios que aquí va un hombre con hambre”. Y plantaron en las alturas de nuestras montañas, el hacha cual espada toledana, para desbrozar montes y sembrar caseríos; y allí plantaron también la cruz que hizo luz a la esperanza, pues todos nuestros pueblos nacieron alrededor de esa primera capilla pajiza, donde un humilde sacerdote, una mañana cualquiera de hace doscientos años, elevó la sagrada hostia acompañada por el canto de los pájaros, la algarabía de los monos, la música dulce de un arroyo cantarino, y con el azul de los límpidos cielos, apenas moteados de nubes blancas y el verde esmeralda de nuestras montañas como cenefa y dosel para el Altísimo; y la piedad y la fe de carbonero de esos cristianos viejos, venidos de allende los mares en una comunión con la obra de Dios y sus criaturas.

Esos abuelos que mediando el pasado siglo XX ya eran octogenarios, pero que muchos de nosotros conocimos, pertenecieron ellos y sus padres, a ese grupo formidable de arrieros y colonos, constructores de pueblos; hombres y mujeres que como décadas más tarde diría el poeta de la raza Jorge Robledo Ortiz “cuando al abuelo le apuntó el bigote/ le apuntó en el camino/ mirando a Dios de frente y arreglando las cargas”; y siempre acompañados de una mujer tan dulce y tierna “que con sus catorce hijos era tímida y casta” que nos ayudó a subir “a las cumbres donde el sol anda libre/ porque supo cocer el viento a nuestras alas”. De esos colonos de segunda generación de Cocorná haremos no sólo un relato de sus nombres y apellidos, sino de algunos de ellos en su representación alguna somera semblanza de sus hechos.

Igualmente como una curiosidad histórica a continuación presento una relación de los apellidos principales que desde sus orígenes, poblaron nuestro municipio; su procedencia, sus defensores y detractores y su significación histórica de la que por cierto estuvieron muy orgullosos nuestros más caros ancestros, que fueron celosos de sus pergaminos y que con el correr de las décadas han ido perdiendo importancia, gracias a los nuevos descubrimientos de la historia en relación con sus orígenes, fusión y aculturación. Entre los defensores de nuestra herencia española y la supuesta pureza de estos apellidos estuvieron el doctor Emilio Robledo con su listado de apellidos vascos, sefarditas, andaluces entre otros; el presidente Marco Fidel Suárez, el escritor Jorge Isaacs y por supuesto la muy famosa “genealogías de Antioquia y Caldas” del escritor Gabriel Arango Mejía.

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CAPÍTULO III COCORNA EN EL SIGLO XX

La concepción mediterránea del parque: Ferdinand Braudel reputado historiador del mediterráneo, decía que las civilizaciones son aquiescencias; interminables continuidades históricas. El mediterráneo es amor por la forma e identificación con la luz; el azul del cielo y el verde de nuestras montañas que se confunden arriba en el alto de Palmira con los arreboles que en las tardes, con el sol de los venados a la espalda algún “mago de feliz paleta, vierte sobre la cúpula radiante, pálidos tintes de fugaz violeta, que riza con su soplo el aura errante”. Y abajo el parque, el ágora empedrada, convertida en el crisol cultural donde se confunden nuestros mejores rasgos en una mezcla de comercio y bullicio; de hombres y de cosas; de pueblos perdidos, donde un bobo simple dormita a la sombra del árbol centenario rumiando sueños y espantando imaginarios fantasmas.Mediterráneo o la pasión por el azul y el verde; mediterráneo o la dulce pasión de la forma femenina; cultura del Mare Nostrum la que nos enseñó en su transcurrir: la igualdad esencial de todos los seres humanos y no la barbarie de los que pretenden imponer las jerarquías culturales.

Y en este cañón de los “cocoznaes”: sembradores de maíz y fríjol a la manera chibcha; trashumantes cazadores de guatines y tatabras; negociantes de sal en los tambos del Valle de San Nicolás, descansa a la sombra de sus cascadas, en un rumor que envidiaría cualquier pintor de paisajes. Al Occidente del parque el arrullo cantador de la Chorrera y la Cabellera de Venus; al norte, el camino de la roca que asciende al ventisquero de Tiemblas; al Oriente, los montes azules que se asoman al Magdalena; al Sur la verde cordillera de Palmira que hace elevar nuestra mirada, hasta encontrarnos con las nubes blancas que forman criaturas imaginarias, pobladas de gigantes, cuyos ocasos y amaneceres nos llenan de asombro ante su inconmensurable belleza, y más allá la Selva bravía prolongación de la verde cordillera que hace corona al caserío metido en el estuche protector de los cerros vigilantes.

Ya en aquel lejano 1935, habían cuatro manzanas de a dos en fondo; parque cuadrado en tierra muy grande; en el centro, jardines y guayacanes; un mango centenario, dos palos de naranja agria, una árbol de “pan del pobre” con frutas grandes como manzanas y semillas para freír con sal; casas iguales con tapia de boñiga y envarillado en guadua; techos en teja de barro ennegrecida y solar al fondo; eras sembradas con culantrón, eneldo, salvia, sauces y saucos, naranjos y limoneros y un enorme palo de mango con vara al suelo para subir las gallinas. En el parque las casas de dos pisos; amplios aleros que daban sombra familiar a las aceras; balcones coloniales y tejas de barro; altísimas paredes blancas, puertas amplias y zaguanes enormes; y ventanas románticas que sobresalían de las paredes que daban a la calle, como queriendo enterarse de los aconteceres del pueblo. De ese bello parque empedrado con piedras saraviadas muchos guardamos el recuerdo: sus enormes casas de estilo

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republicano, la casa consistorial, el templo barroco y las dos escuelas donde se educaron cuatro generaciones de cocornenses.

Lecturas de apoyo: “De Cruces al Magdalena Villabrado Luis Duque V

CAÍTULO IV LOS GRANDES PATRIMONIOS DE COCORNÁ

La mitología: Las primeras mitologías: En el tiempo de la colonia y en el posterior a éste, se da una simbiosis de la cultura indígena, española y negra, de donde nace una cultura nueva. Los sepulcros tradicionales se transforman en guacas, los bosques en potreros, el fríjol y la yuca encuentran compañía del trigo, la caña y el plátano. Comienzan a aparecer las fondas camineras, haciendas y pueblos, y junto con todo esto nuevos mitos. En la mitología colombiana encontramos un sin número de elementos comunicacionales herederos de las culturas anteriormente mencionadas. Del mismo modo se observa al mito como un elemento de gran importancia para la vida cotidiana del colombiano, como también de su comunicación, en especial en las regiones de Antioquia, Magdalena, Tolima y los Llanos Orientales. La Patasola corresponde a un mito mayor de Antioquia, y fue muy famosa entre los campesinos de Cocorná. Sobre su origen cuentan que era una mujer que perdió su pierna por estar cortando leña un viernes Santo, día en que supuestamente nadie debe trabajar. Por lo mismo quedó condenada a errar por el mundo. Persigue a los cazadores y a los aserradores. Pero en este mito también podemos encontrar características de otras culturas como la indígena, pues la Patasola también representa un ser protector de los montes y los animales salvajes.Mitos como los mencionados anteriormente, son tan sólo una muestra de la gran importancia comunicacional que ejercen en nuestra cultura. Una comunicación llena de miedos, fantasías, maravillas, espantos y amenazas heredaras de la mezcla de culturas que nos dejó la colonización. Antioquia se destaca por tener una amplia tradición mítica; existen mitos dejados por los españoles, otros introducidos por los esclavos africanos y mitos típicamente regionales.

El mito cocornense: Cuenta entonces la leyenda de Cocorná, que María Pardo o Mariaparda, fue una mujer endemoniadamente bella y seductora (no estaban muy lejos de la verdad pues su último matrimonio tuvo lugar cuando contaba setenta años); inmensamente rica, que anduvo por la región de San Carlos huyendo de muchos que la venían persiguiendo desde Remedios y Buriticá. Al llegar a esta parroquia se enamoró de unas campanas de oro de la

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Iglesia las cuales robó, continuando su recorrido por la región del Oriente antioqueño.Juran quienes la vieron, que al llegar a Cocorná venía acompañada de siete legiones de demonios encarnadas en grandes perros negros, encadenados unos con otros; traía sus tesoros en grandes bueyes cargados de oro. Al llegar a la quebrada cuyo charco lleva su nombre, por razones desconocidas, las arrojó o quizá se le cayeron al fondo según otras versiones, pues en una de las piedras se ve la huella del pie de un humano.María Pardo continuó su camino, con sus siete legiones de demonios en forma de perros negros; sus bueyes cargados de oro; y que al llegar a una cuchilla entre La Piñuela y San Lorenzo en una gran piedra uno de los bueyes resbaló dejando claramente su huella que según cuentan aún está allí. Muchos han intentado sacar las campanas de oro de Mariaparda que sólo se escuchan el Viernes Santo y en la noche de Año Nuevo; pues dicen que se oyen pero no se ven. Fin de la leyenda.

El Muan de Cocorná: cuentan que hace muchos años en Cocorná vivió un personaje siniestro de nombre Midio Quinchía; que era un hombre de alta estatura, muy robusto y usaba una barba desgreñada, lo que le daba un aspecto bastante torvo; que su mirada era como de odio y su andar felino como preparado para atacar o huir; otras versiones dicen que estuvo muchos años en la cárcel pagando un crimen cometido; que una vez asesinó a un niño y bebió su sangre; desde entonces se metió al monte de donde nunca más volvió a salir; que al niño lo encontraron colgando de unos bejucos ; otros dicen que además mató a su esposa y a su hijo de brazos que fue del que bebió su sangre; que entonces se convirtió en Muan, y pasó mucho tiempo haciendo el mal entre las gentes de las veredas; pero que la gente cansada de tanto mal decidió juntarse y perseguirlo por el monte hasta dar con él donde le dieron muerte por los crímenes cometidos.

Espanto del cementerio: contaban que en las noches cerca al cementerio salía el alma en pena de un hombre llamado Carlos Henao, que según la historia había muerto en pecado y que salía con la lengua afuera rogando para que lo enterraran afuera; dicen que un curita de apellido Arismendi lo sacó y lo enterró afuera, pero que el cura murió del susto.Espanto del río Cocorná en el puente de las arenosas: la leyenda cuenta que en las horas de la noche un alma en pena en figura de perro negro saltaba del puente al río; era tal el miedo que casi nadie se atrevía a cruzar este puente en la horas de la noche; una vez viniendo del pueblo a mi vereda fue tal el miedo que sentí que me pareció ver saltar una sombra al río.

El espanto del Guaico: En la vereda de San Antonio, en un paraje llamado el Guaico, cuentan que hace muchos años iba una señora en compañía de su hijo pequeño, como a las seis de la tarde; al llegar a un recodo del camino muy

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oscuro pues guaico significa en lenguaje catío hondonada, cuando se iban acercando a la parte más oscura del recodo, vieron a un hombre sentado con a con la cabeza inclinada que no dejaba ver, cubierto con un enorme sombrero; al mismo tiempo que vieron al hombre comenzaron a escuchar una especie de lamento que aumentaba en intensidad; al pasar el niño notó que su madre lo tomaba de la mano y temblaba aunque él dice que no sintió ningún miedo; pasaron por la curva y al llegar a la casa su madre comentó el suceso con algunos vecinos; algunos comentaron que ellos habían visto y escuchado lo mismo.

Lectura de apoyo: “De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque V

Las lenguas amerindias en Cocorná: Un glosario de voces indígenas: entre las muchas herencias que nos dejaron nuestros aborígenes, antes de extinguirse, como resultado de la inmisericorde explotación a que fueron sometidos por los conquistadores españoles en su búsqueda insaciable del oro de América, figura en lugar preeminente el rico vocabulario que pasó a convertirse en parte del habla coloquial antioqueña, y que como resultado de esta investigación hemos encontrado que aún conservamos en el lenguaje propio de nuestros abuelos, un gran número de palabras tanto del coloquio, como del habla cotidiana, que todavía usamos diariamente y que corresponden a dialectos indígenas, heredados de muchas de las lenguas que se hablaban en Colombia a la llegada de los conquistadores. Para engrandecimiento, de nuestro patrimonio cultural, me permito dejar expreso, parte de este rico vocabulario amerindio. Es de anotar que algunas palabras fueron usadas por diferentes tribus indistintamente, aunque al parecer con diferentes significados o por lo menos distintas interpretaciones y aplicaciones, por la misma razón que en nuestros idiomas romances se dan palabras que son usadas en diferentes idiomas con el mismo significado por pertenecer a una raíz común; esto como resultado de la interacción de las culturas y la migración, fusión y aculturación de los pueblos. He aquí entonces un pequeño compilado de palabras usadas en Cocorná, desde tiempos inmemoriales y que ojalá conservemos como una herencia de nuestros antepasados indígenas y como un aporte a nuestro mejor patrimonio lingüístico:Voces aztecas usadas en Cocorná:Aguacate AmbilAztecaCacaoChapola ChicleChirimoya

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Vocablos chibchas:

Tegua Toche Uchuva

Vocablos Caribes: Bohío Cabuya Cacique Caimán

Lectura de apoyo “De Cruces al Magdalena” Villabrado Luis Duque Villegas Editorial Odín 2

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La canta popular: Muchos de los conquistadores sabían cantar y hacer versos y trajeron con ellos su tradición poética y musical. Esta presencia del romance en la mente de los conquistadores españoles ha sido estudiada por diversos investigadores del tema. Menéndez Pidal afirma que ¨en cada español que llegó a América vivía algo del romancero español¨ y agrega que los autores americanos utilizaron versos del romance como frases hechas incorporadas a la expresión corriente. (Menéndez Pidal 1939 9-12). Gisela Beutler se apoya en los datos de archivo para referirse a los romances que como diversión se cantaban en los barcos acompañados de instrumentos musicales que vinieron a América.

La salida de animales versión de Baldomero…… Cocorná 1957: fue este personaje, un juglar aventurero, que hacía alarde de su prodigiosa memoria, pues su virtud consistía en aprender por un método nemotécnico de manera intuitiva, largas composiciones en trova y luego andar de pueblo en pueblo, para entretener a adultos y pequeños recitando estas gestas populares. Muchos Cocornenses, guardamos en la memoria la imagen de Baldomero, debajo del mango del parque principal, recitando esta ensalada de animales, las trovas de la tragedia del Ocho, y muchas otras glosas de la imaginería popular; así como este personaje forma parte de nuestro mejor patrimonio, así se construyeron las cantas populares en América Hispana. Hago notar además que esta versión de la salida de animales que es conocida en los llanos orientales de Colombia desde hace muchas décadas, se considera variante Cocorná, porque en los llanos de Casanare que es donde se conoció la primera versión empieza con el estribillo: “hay para ver/ salga el sol/ que hay para ver/, mientras que Baldomero la comenzaba así: “Atención soniche y guaches” esta diferenciación la hace notar el Dr. Guillermo Abadía Morales en su compendio general del Folclore Colombiano.

el primer arrume de coplas que sigue a continuación, fue tomada de la obra “Canciones y coplas populares del escritor colombiano Jorge Isaacs autor de la obra “La María”. Esta recopilación, es la que más versiones tiene del coplerío antioqueño de finales del siglo XIX y principios del XX, y en la recopilación que investigué para esta parte de la obra es la que mayor número de variantes presenta de la región de Cocorná y Granada especialmente. Cuando lean el trabajo estarán de acuerdo con esta investigación en el sentido que en primer lugar son coplas de una excelente construcción académica, lo que nos da la idea de que los colonizadores de esta región, tenían un buen conocimiento del romancero español, y en segundo lugar que responde a un grupo humano muy versado y conocedor de la buena copla; eso responde creo yo al hecho de que dos de los personajes que forjaron el progreso de esta región: el Pbro. Dr. Jorge Ramón de Posada en Cocorná y el padre Clemente Giraldo en Granada fueron personas muy instruidas y que se preocuparon porque su grey aparte del progreso material, tuvieran una buena educación. De otro lado este coplerío llegó con las grandes familias que llegaron a Rionegro y Marinilla de ancestros españoles como fueron: Francisco Manzueto Giraldo Diego de Bonilla en Cocorná y Granada. Aquí va entonces este coplerío en la seguridad que todos encontrarán en ellas reminiscencias de aquellas que escucharon decir a sus padres y abuelos, por lo que pertenecen a nuestro patrimonio cultural:

Lectura de apoyo: “La Canta Popular en la región de bosques” Villabrado Luis Duque V

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La música en Cocorná: Una tradición del imaginario colectivo: Cuentan los que saben, que en los pueblos donde fluyen las aguas y donde cantan las aves en la espesura del bosque, allí vive el espíritu de la música; deber ser cierto, pues los 4 grandes ríos, 150 quebradas, 8 cascadas y 250 especies de pájaros todos cantando al unísono, tienen hoy en Cocorná, más de 150 niños avivando ese espíritu musical que nos habita desde hace ocho mil años, cuando nuestros antepasados indígenas tocaron la ocarina, aquella que inventaron los abuelos del inca, para cantarle a la pacha mama, uno de cuyos ejemplares con 1.300 años de antigüedad aún despierta en los cocornenses esa alma musical que forma parte de nuestro imaginario colectivo.

Y el registro historiográfico, abre su primera página en 1.905 cuando aparece en la escena musical de Cocorná, Rufino Guarín, Echeverri hijo de Genaro y Débora; cuentan que siendo monaguillo a muy temprana edad ya interpretaba el melodio un instrumento antiguo de los templos, una especie de organillo de principios de siglo. Muy joven viajó a Medellín a estudiar con los jesuitas y allí en la escuela Santa Cecilia conoció a los maestros Jesús Arriola, Gonzalo Vidal, Eusebio Ochoa y Jesús Ventura los músicos mayores de Antioquia de principios de siglo, con quien estudió piano en la década del 20. Por esos años regresa a Cocorná donde funda un coro parroquial; murió en 1973.

Por la década de 1930 se conforma un emblemático grupo musical compuesto por los hermanos Ramón, y Luis Amador Gómez Gómez eximios intérpretes de tiple, bandola y guitarra que ellos llamaron estudiantina Cocorná, pero que ha pasado a la historia con el nombre de “Los Cubanos”; en sus orígenes la integraron: Luis Amador guitarra y lira; Ramón tiple; otros tiples y liras fueron: Jesús Villegas, Ramón Gómez Mejía; Cástor Ramírez en la trompeta, Manuel Quintero tiple y trompeta; Leandro y Julio González; Dionisio y Abelardo Quintero; fue una mezcla de cocornenses y santuarianos con las voces de Roberto Castaño, Manuel Quintero; y Ramón Gómez Mejía; en alguna ocasión se les unió el educador Silvio Arias Zuluaga, intérprete de la flauta.Salazares y los Bartolos: Estas bandas fueron fundadas en su orden por don Tulio Salazar, hijo de don Rafael Salazar, también músico: Pedro Luis, Antonio, y los hermanos José, y Nepomuceno López Guzmán.Luego se fundó la banda de los Bartolos al parecer por una rivalidad entre algunos de ellos que estuvo conformada por: Juan, Ignacio, Carlos, Arcesio, Francisco, Jesús María y Joaquín Ramírez que aún vive entre nosotros, como el músico más antiguo de Cocorná, que hoy cuenta 97 años; Luis y Manuel Carvajal; Marco Aurelio Ciro, Marco Tulio y Oscar Salazar; Vitalino Henao, Antonio Quintero, Pastor Guzmán, Pedro Carmona, Luis Enrique Giraldo (boliche) y Luis A Quintero.En 1939 vuelven a fusionarse y la conforman: Tulio, Eduardo, Pedro Luis, y Antonio Salazar Gómez; Vitalino Henao; Carlos y Joaquín Ramírez; Francisco, José y Nepomuceno López Guzmán; Antonio y Ángel Guzmán; y Pedro Carmona.

Lectura de apoyo “Festival Cocornense de la música”

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TEMAS GENERALES

PRIMER CICLO

CAPITULO l: LA PREHISTORIA

1- La visión de los Catíos-Emberá: Una cosmogonía para Cocorná:2- Nuestro ingreso en la Prehistoria: Los Tahamíes del Valle de San

Nicolás.3- Los Pantágoras del Sur de Cocorná y sus diversas tribus.4- Descubrimientos arqueológicos recientes.5- La ubicación geo-espacial de Cocorná.6- Antiguas Flora y Fauna.7- La flora y la fauna de hoy.8- Lo que tenemos de nuestra herencia indígena9- Poblamientos de hace 8 mil años10-Cómo vivían nuestros indígenas hace ocho mil años11-Qué cultivaban12-Cómo se vestían13-Dónde vivían14-Cómo eran sus viviendas15-Un día en la vida de un indígena hace ocho mil años16-La religión y los ritos de los antiguos indígenas17-Las tribus que nos habitaron: sus nombres y ubicación

Fechas memorables de este período.

Glosario.

Cuestionario de investigación.

BIBLIOGRAFÍA

CAPÍTULO ll EL DESCUBRIMIENTO Y LA CONQUISTA1- Los primeros avistamientos.2- El descubrimiento y la exploración.3- Los linderos originales de Cocorná.

Fechas memorables de este período.

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Glosario.

Cuestionario de investigación.

BIBLIOGRAFÍA

PERIODO COLONIAL

1- Período Pre-colonial.2- Las leyes y cargos de la colonia.3- La colonización4- La creación de la Parroquia.5- Los desmembramientos.6- Lo que nos queda hoy.7- El primer alcalde.8- Un sendero independentista.9- Los esclavos de Cruces.10-La liberación.11-El padre Jorge Ramón de Posada.12-El. Poblamiento urbano de Cocorná.13-Nacen las veredas.14-Los Caminos.15-Las fondas camineras.16-Los arrieros.17-La guerra de los mil días y Cocorná.18-La herencia judía en Cocorná.19-Las diferentes etapas como distrito, aldea, parroquia y municipio.

Fechas memorables de este período.

Glosario.

Cuestionario de investigación.

BIBLIOGRAFÍA

CAPÍTULO llI: COCORNA EN EL SIGLO XX1- La concepción mediterránea del parque.2- La memoria oral.3- El templo como centro de la vida religiosa.4- La luz eléctrica y la radio inician el progreso

moderno.5- La vida comercial.6- Artes y oficios de principios de siglo.

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7- Los personajes típicos y la identidad patria.8- Los miedos colectivos y los imaginarios populares.9- Nuestra historia social.10-Historia de la educación.11-La historia política.

Fechas memorables de este período.

Glosario.

Cuestionario de investigación.

BIBLIOGRAFÍA

CAPITULO IV: LA HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS

1- Las alcaldías populares.2- El conflicto.3- La cultura redime los pueblos. 4- La historia del teatro.5- La historia de la danza.6- La historia del deporte.7- Las comunicaciones.8- Un pueblo de talentos.

CAPITULO V: LOS GRANDES PATRIMONIOS DE COCORNÁ

1- La mitología.2- Las lenguas amerindias en Cocorná.3- La tradición oral.4- La Canta Popular.5- La gran poesía.6- La Cuentería.7- La tradición musical.8- El refranero sefardí.9- Los hitos de la arriería.10-El patrimonio arqueológico de hoy.11-Cocorná un pueblo hijo del agua.

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12-El agua como patrimonio; las implicaciones de las microcentrales.13-Un día con la tercera edad; Cocorná hace 50 años.14-Cocorná un pueblo cooperativista.

Fechas memorables de este período.

Glosario.

Cuestionario de investigación.

BIBLIOGRAFÍA

SEGUNDO CICLO

UN ANÁLISIS A NUESTRA HISTORIA (Para los grupos 10º y 11º)

1- ¿Existe un ser de Cocorná? 2- ¿Cómo es? 3- ¿Quiénes somos los cocornenses? 4- ¿De dónde venimos? 5- ¿Hay una herencia social claramente definible del cocornense? 6- Y si existe esa herencia ¿Cómo la podemos definir en términos

sociológicos?7- ¿Hay una entidad social que se pueda llamar cocornense?8- ¿Tenemos los cocornenses una identidad? 9- Y si existe esa identidad ella es: ¿Una identidad frente a nuestra historia? 10- ¿La conocemos o queremos conocerla? 11- ¿O simplemente la padecemos? 12- ¿O es una identidad puramente geográfica?13- ¿Tenemos los cocornenses identidad cultural? 14- Y si la tenemos ¿Cuál es? Y 15- ¿Qué es identidad cultural? 16- ¿Tenemos los cocornenses un imaginario social? 17- ¿Cuál es nuestro imaginario?

Glosario

Un ensayo sobre estos temas como resultado final, lo que conduciría a construir un documento que resuma la historia desde lo meramente anecdótico a informativo hasta lo hermenéutico, es decir interpretar los grandes temas que subyacen a los hechos de la historia de nuestro pueblo.

Una primera conclusión del proyecto: El objeto primordial de la clase de historia Local, deberá ser entonces, despertar un verdadero sentido de identidad y amor por la patria chica a partir del reconocimiento de su gente, sus ancestros, su pasado y de trabajar para enaltecer los elementos comunitarios que la identifican o pueden diferenciar de otras comunidades.

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Vista la Historia Local como tal, NO puede caer en la trampa de ser considerada como un relleno, ni como la cenicienta de las sociales o de las humanidades; todo lo contrario: la enseñanza de la Historia Local debe, como madre de los saberes propios de una comunidad que quiere salir adelante con conocimientos propios, estar en condiciones de complementar los otros saberes.

La Historia local, nuestra historia, de la que no han creado textos pedagógicos y las ayudas didácticas, están caminando por las calles repletos de cosas por contar a los jóvenes; es un hermoso reto para un maestro que guste de investigar desde todos los ángulos del espíritu comunitario para divulgarlo, enseñarlo con igual entusiasmo y placer.

Una segunda intencionalidad apunta a despertar en los cocornenses el más alto sentido de nacionalismo patrio local: el orgullo de su tierra con reconocimiento de quienes por ella se han esmerado; desde el anciano campesino rendido en el corredor de su casa sin quien recoja su pasado, hasta el historiador, o el académico que todo lo supo y todo lo probó.