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ASPECTOS ECONÓMICOS DEL RECURSO MICOLÓGICO. IMPLICACIONES PARA LA GESTIÓN FORESTAL Luis Díaz Balteiro Departamento de Economía y Gestión Forestal. ETS Ingenieros de Montes. Universidad Politécnica de Madrid. Ciudad Universitaria. 28040-MADRID (España). Página WEB: http://www.balteiro.com Resumen Los hongos comestibles constituyen un recurso forestal no maderero con gran importancia en algunas comarcas españolas. Sin embargo, a nivel agregado su importancia es residual, dentro de un sector (forestal) que sólo computa unas décimas en el PIB nacional. Desde un punto de vista econó- mico, los productos forestales no madereros han tenido un tratamiento desigual dentro de la literatu- ra forestal española. Dentro de ellos, los hongos, sin duda, son uno de los productos donde las informaciones han sido muy escasas hasta épocas recientes. La ausencia de una caracterización eco- nómica de este recurso justifica este trabajo y se contrapone al gran avance que a nivel internacional han experimentado en España otras áreas relacionadas con el recurso fúngico (taxonomía, ecología, inventario, gestión, etc.) durante los últimos años. En síntesis, en las próximas páginas se pretende establecer una visión de este recurso bajo una óptica económica, incluyendo tanto aspectos relacio- nados con el mercado de los hongos comestibles como avances en la valoración integral de estas pro- ducciones. Por último se mostrarán algunos resultados obtenidos en relación a la compatibilidad de estas producciones con otras habitualmente contempladas en la gestión forestal. Palabras clave: Productos forestales no madereros, Hongos comestibles, Mercado, Lactarius deliciosus INTRODUCCIÓN En los últimos años se están produciendo cambios notables en la relación de la sociedad con los recursos forestales. Así, bienes y servi- cios que otrora quedaban diluidos bajo el para- guas de producción de madera, objetivo tradicional en la ordenación de la mayoría de los sistemas forestales, hoy en día son demandados por muchos consumidores. Un ejemplo claro de esta situación es el auge en muchos países de la importancia que se otorga a los productos fores- tales no madereros. Además de este aumento en el interés hacia estos productos, se está produ- ciendo de forma paralela una creciente atención hacia aspectos relacionados con la gestión de estos productos, como pueden ser la comerciali- zación y marketing (PETTENELLA et al., 2007). En zonas templadas, estos productos forestales no madereros se caracterizan, en muchas ocasiones, por la importancia que presentan a nivel local o regional (CHAMBERLAIN et al., 1998), así como por la falta de informaciones fiables asociadas a aspectos básicos como pueden ser: su produc- ción, los precios de venta de estos productos (BLATNER & ALEXANDER, 1998), y, en general, a su cadena de valor (TE VELDE et al., 2006). Por último, y aunque la clasificación de estos pro- ductos no madereros puede diferir según sea el objeto de la misma, algunos presentan una carac- 345 Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 39: 345-366 (2015) «Conferencias y Ponencias del 6º Congreso Forestal Español» ISSN: 1575-2410 © 2015 Sociedad Española de Ciencias Forestales

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ASPECTOS ECONÓMICOS DEL RECURSOMICOLÓGICO. IMPLICACIONES PARA LA GESTIÓNFORESTAL

Luis Díaz Balteiro

Departamento de Economía y Gestión Forestal. ETS Ingenieros de Montes. Universidad Politécnica deMadrid. Ciudad Universitaria. 28040-MADRID (España). Página WEB: http://www.balteiro.com

Resumen

Los hongos comestibles constituyen un recurso forestal no maderero con gran importancia enalgunas comarcas españolas. Sin embargo, a nivel agregado su importancia es residual, dentro de unsector (forestal) que sólo computa unas décimas en el PIB nacional. Desde un punto de vista econó-mico, los productos forestales no madereros han tenido un tratamiento desigual dentro de la literatu-ra forestal española. Dentro de ellos, los hongos, sin duda, son uno de los productos donde lasinformaciones han sido muy escasas hasta épocas recientes. La ausencia de una caracterización eco-nómica de este recurso justifica este trabajo y se contrapone al gran avance que a nivel internacionalhan experimentado en España otras áreas relacionadas con el recurso fúngico (taxonomía, ecología,inventario, gestión, etc.) durante los últimos años. En síntesis, en las próximas páginas se pretendeestablecer una visión de este recurso bajo una óptica económica, incluyendo tanto aspectos relacio-nados con el mercado de los hongos comestibles como avances en la valoración integral de estas pro-ducciones. Por último se mostrarán algunos resultados obtenidos en relación a la compatibilidad deestas producciones con otras habitualmente contempladas en la gestión forestal.

Palabras clave: Productos forestales no madereros, Hongos comestibles, Mercado, Lactarius deliciosus

INTRODUCCIÓN

En los últimos años se están produciendocambios notables en la relación de la sociedadcon los recursos forestales. Así, bienes y servi-cios que otrora quedaban diluidos bajo el para-guas de producción de madera, objetivotradicional en la ordenación de la mayoría de lossistemas forestales, hoy en día son demandadospor muchos consumidores. Un ejemplo claro deesta situación es el auge en muchos países de laimportancia que se otorga a los productos fores-tales no madereros. Además de este aumento enel interés hacia estos productos, se está produ-ciendo de forma paralela una creciente atención

hacia aspectos relacionados con la gestión deestos productos, como pueden ser la comerciali-zación y marketing (PETTENELLA et al., 2007). Enzonas templadas, estos productos forestales nomadereros se caracterizan, en muchas ocasiones,por la importancia que presentan a nivel local oregional (CHAMBERLAIN et al., 1998), así comopor la falta de informaciones fiables asociadas aaspectos básicos como pueden ser: su produc-ción, los precios de venta de estos productos(BLATNER & ALEXANDER, 1998), y, en general, asu cadena de valor (TE VELDE et al., 2006). Porúltimo, y aunque la clasificación de estos pro-ductos no madereros puede diferir según sea elobjeto de la misma, algunos presentan una carac-

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Cuad. Soc. Esp. Cienc. For. 39: 345-366 (2015) «Conferencias y Ponencias del 6º Congreso Forestal Español»

ISSN: 1575-2410© 2015 Sociedad Española de Ciencias Forestales

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terística distintiva: la de servir para el alimentohumano. Uno de ellos es el recurso micológico,caracterizado por la gran cantidad de especiesfúngicas que pueden servir para el alimentohumano, así como por la práctica universalidadde su aprovechamiento (BOA, 2004), y que vaconstituir el eje principal de este trabajo.

Es preciso distinguir dos clases bien diferen-ciadas entre los hongos frescos que se comercia-lizan en los distintos mercados. Por un ladotendríamos a los hongos que se recolectan en lossistemas forestales (“wild fungi”) y aquellosotros que son cultivados, pertenecientes a géne-ros como Agaricus, Pleurotus, Lentinus, etc.Fácilmente se puede apreciar cómo los produc-tos son muy diferentes en cuanto a su carácterindustrial o ecológico, su distribución y en cuan-to al precio que alcanzan en los mercados. Eneste trabajo nos ocuparemos sólo fundamental-mente de los primeros, los hongos silvestres.

Los hongos en España, al igual que en otrospaíses, se caracterizan por presentar una modera-da importancia a nivel local e, incluso, en algunasregiones (BONET et al., 2008). Dejando a un ladolos hongos hipogeos (Tuber sp.), el mercado secentra en un grupo reducido de hongos donde des-tacan especies de los géneros Lactarius, Boletus,Cantharellus, Amanita, Pleurotus, Calocybe, etc.Aunque más adelante se profundizará en estacuestión, si se analiza su cadena de valor existe ungran desconocimiento tanto en la producción quese introduce en los circuitos comerciales habitua-les, como en los eslabones intermedios de la cade-na situados entre el monte y los mercados. Enefecto, se conoce que una parte significativa de laproducción recolectada se canaliza a través delautoconsumo y en muchas ocasiones los interme-diarios se sitúan en la economía sumergida. Estascircunstancias justifican la práctica ausencia detrabajos donde se profundice en las relacionesexistentes entre los diversos agentes que intervie-nen desde la recolección de los hongos hasta quellegan al mercado. Algunas excepciones a estehecho serían el trabajo de ROMÁN & BOA (2006),donde se analiza la cadena de valor del níscalo(Lactarius deliciosus L. ex Fr. Gray), así como eltrabajo de de FRUTOS et al. (2008) donde se des-criben diversos canales de comercialización dehongos en la provincia de Soria, para después jus-tificar y diseñar una propuesta que conlleve la

existencia de lonjas micológicas. Otros estudios secentran en aspectos relativos a la rentabilidad delos hongos en relación a la producción de madera(DÍAZ BALTEIRO et al., 2003), o en la distinciónentre producción bruta y producción neta de cier-tos hongos de interés comercial. Es decir, la dife-rencia entre producción que se observa en elmonte y lo que realmente se recolecta debido aque una parte de la producción bruta es comidapor la fauna silvestre, otra parte no se recolecta y,por último, existe un porcentaje de hongos daña-dos que tampoco son susceptibles de recolección(ORTEGA-MARTÍNEZ Y FERNÁNDEZ-PEÑA, 2008).

Habitualmente se suele contemplar a los hon-gos como unos bienes que fundamentalmente pre-sentan un precio de mercado. Esta consideraciónno excluye que aspectos relativos a la conserva-ción del recurso micológico no asociado con elmercado se puedan contemplar bajo un prismaeconómico. Así, se podría estudiar este recursobajo objetivos tales como la conservación de labiodiversidad o también teniendo en cuenta losaspectos recreativos generados por su aprovecha-miento. En definitiva, es preciso tener en cuentaque el valor asociado a estos productos no es sóloun valor de mercado, ya que en muchas ocasionessubyace dicha componente recreativa, como ates-tiguan algunos estudios (MATTSON & LI, 1993;STARBUCK et al., 2004). En este sentido, DE

FRUTOS et al. (2009) estimaron en un monte deimportante producción en Boletus gr. edulis que,en concepto de servicio recreativo, cada recolectorestaba dispuesto a pagar de media una cantidad de10€ por visita, variando entre 6€ y 15€ en funciónde la bondad productiva del año. No en vano, loshongos silvestres incrementan el valor de unmonte, tanto en la componente de valores de uso(generados por la recolección), como en lo querespecta a valores de no uso (valor de existencia ode legado). Otro trabajo en esta misma línea es elde MARTÍNEZ DE ARAGÓN et al. (2011), donde secifra en 40€ el valor de cada viaje con un motivode recolectar hongos en la comarca del Solsonés,siendo más de de 32€ la componente recreativadel mismo. Por último, es preciso tener en cuentaque la mayor parte de las facetas vinculadas alrecurso micológico se consideran como externali-dades positivas, de modo que habitualmente no seotorga compensación o contrapartida a los montespor su producción (ORIA DE RUEDA et al., 2007).

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Desde el punto de vista económico, normal-mente se asume que la producción de madera yhongos constituirían un ejemplo de lo que entérminos económicos se considera una produc-ción conjunta (DÍAZ-BALTEIRO & ROMERO,2008a). Este hecho descansa en la hipótesis deque se dispone de informaciones concretas quepermitan separar la producción micológicaanual, de la que realmente se recolecta. Sinembargo, ésta última información suele ser undato difícil de obtener, no encontrándose nor-malmente disponible (ALEXANDER et al.,2002a). Este nivel sería el punto de partida si seestudian los hongos con un valor de mercado,dejando a un lado aspectos como las relacionescon otros productos forestales, sus aptitudesmedicinales o la componente recreativa asocia-da a este output. Por otro lado, no abundan losestudios donde se profundice en el comporta-miento de los mercados asociados a estos pro-ductos. Por otro lado, conviene resaltar el hechoque la casuística asociada a los hongos es bas-tante amplia. El caso más común lo constituye larecolección en montes donde esta producción essignificativa, aunque también existen plantacio-nes donde se intenta que algunas especies comola trufa estén ya micorrizadas con este hongo en

el momento de la plantación. Es decir, en estecaso se abandona la idea de una producción con-junta madera-hongos para centrarse únicamenteen la producción de hongos.

En cuanto a la gestión del recurso micológi-co, es preciso destacar que este producto forestalno maderable presenta limitaciones bastantenotables que muchas veces han justificado su nointegración en la gestión forestal. Por un lado sucarácter perecedero, con producciones irregularesy dinámico a lo largo del tiempo (cambia el cor-tejo micológico) no ha ayudado a incorporar aeste output como un objetivo en la gestión demuchos montes. Además, el inventario resultamás complejo y costoso que un inventario centra-do sólo en la madera, por lo que rara vez se haefectuado en los proyectos de ordenación de losdistintos montes productores. Por otro lado, y aligual que ocurre en otros productos forestales nomadereros como algunos frutos del bosque (“wildberries”) en la producción de hongos se producetanto una variación interanual como a lo largo delaño (HOSFORD et al., 1997; YANG et al., 2008).Incluso algunos autores sugieren que esta volati-lidad es la más elevada entre todos los productosno forestales (BLATNER & ALEXANDER, 1998). Atítulo de ejemplo, en la Figura 1 se muestra el

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Figura 1. Precios reales y cantidades demandadas semanalmente para el níscalo en Barcelona durante los años 2002-2008. Fuente: elaboración propia a partir de los datos de Mercabarna (VOCES et al., 2012)

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caso del níscalo en Mercabarna, donde se puedeverificar este hecho. Esta circunstancia obligaríaa disponer de toda la serie si se quiere calcular unprecio promedio o un precio moda para un hongoen un determinado lapso temporal. Los proble-mas anteriormente expuestos y la existencia depocos trabajos que pretendan dar una visión delrecurso fúngico bajo esta perspectiva justifican larealización de este trabajo.

El objetivo inicial de este trabajo es mostrar,bajo una óptica económica, algunas característicasde los mercados asociados a este producto forestalno maderable. Esta caracterización económica secentrará en el níscalo, sin duda uno de los hongosmás importantes en nuestro país, para el que sepretende calcular sendas funciones de oferta ydemanda. Por último, también se pretende explo-rar distintas implicaciones de la consideración deeste output en la gestión forestal, mediante elempleo de herramientas optimizadoras.

MERCADOS DE HONGOSCOMESTIBLES

En relación a la tipología de los mercados exis-tentes para el recurso micológico nos encontramoscon una casuística variada, que va desde mercadosdonde la información es mínima, caso más fre-cuente en muchos países, hasta otros caracteriza-dos por su globalización (PILZ & MOLINA, 2002;ALEXANDER et al., 2002a), pasando por mercadoslocales o regionales más o menos regulados (DE

FRUTOS et al., 2008). Por otro lado, se sabe que sonproductos cada vez más demandados, bien por serproductos naturales (JONES & LYNCH, 2007), por elacceso que puede tener la población a ellos, por elcambio en costumbres culinarias (LELLEY, 2005),por la aplicación de políticas que fomentan el des-arrollo rural (PETTENELLA et al., 2007) o por elaumento en el grado de conocimiento en cuanto alas especies comestibles y las venenosas. Sinembargo, este crecimiento en la demanda queestán experimentando los hongos salvajes no seestá viendo acompañado con estudios que profun-dicen en aspectos económicos básicos relaciona-dos con estos productos (MAYETT et al., 2006). Porotro lado, está usualmente admitido que los pre-cios que se pagan por algunos hongos están rela-cionados con la oferta y demanda a nivel interna-

cional (PILZ et al., 1998), aunque es preciso reco-nocer que mucha de la literatura disponible estácentrada en el matsutake (Tricholoma matsutake(S. Ito & S. Imai) Singer), hongo que presenta unmercado claramente globalizado.

En el caso concreto del níscalo, hongo cuyomercado es analizado en los próximos apartadosde este trabajo, se conoce que en algunas regionescomo Cataluña su demanda se está incrementan-do anualmente (DE ROMÁN & BOA, 2006). Sumercado presenta un perfil claramente nacional,aunque existen importaciones de algunos paíseseuropeos que pueden alcanzar cierta importancia,pero sólo en años donde la producción nacionales reducida. Pese a ser uno de los hongos másconocidos y comercializados en España, existenregiones donde la demanda es mucho más eleva-da, como Cataluña. Estas variabilidades regiona-les también se dan en otros países, tanto para estaespecie, como para otras (SITTA & FLORIANI,2008). Según algunos autores (DE FRUTOS et al.,2008), los canales más habituales de comerciali-zación serían a través de intermediarios, o bien laventa directa a empresas transformadoras.

Es preciso tener en cuenta que, de forma para-lela al incremento en la demanda de hongos, se havenido produciendo en los últimos años unaumento en las regulaciones asociadas a esterecurso, tanto desde el punto de vista normativo yvinculado a su trazabilidad (RD 30/2009) comoen relación a la demanda. Así, el establecimientode permisos para la recolección se está extendien-do en numerosos montes de España, del mismomodo que la creación de lonjas micológicas.Estas medidas pretenden, en algunas regiones, laconsecución de un producto certificado y de cali-dad, pero no están enmarcadas en políticas a nivelnacional para fomentar el recurso micológico.Además, se han impuesto condiciones más seve-ras para el manejo y transporte de los hongos, conel fin de permitir un mayor control sobre la traza-bilidad de estos productos. En definitiva, todoeste conjunto de estadísticas proponen aumentarla transparencia en este tipo de mercados.

Estadísticas

En general, se puede decir que no abundanlos estudios que ofrecen datos de producción de

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hongos silvestres. Así, los existentes tanto anivel europeo como mundial son muy escasos y,en general, muestran unas cifras demasiadoagregadas. Por ejemplo, CHANG & MILES (2004)ofrecen volúmenes de producción de hongoscomestibles (6 millones de t en 1997), pero estosautores se refieren primordialmente a hongoscultivados. MERLO & CROITORU (2005) asignanun valor medio de la producción de hongos enlos países del Sur y Oeste de Europa para el año2001 que oscila entre 0,8 y 9,9€·ha-1. Segúnestos autores, la producción de hongos represen-ta alrededor del 4,5% del valor económico totalde los sistemas forestales analizados. Otrasfuentes de información de carácter internacionaladolecen de problemas similares. Así, FAO pro-porciona datos agregados sobre trufas y setas engeneral, mientras que Eurostat ofrece estadísti-cas poco precisas sobre hongos cultivados ytambién sobre una mezcla de productos silves-tres entre los que se encuentran setas y trufas. Enun trabajo reciente (DÍAZ-BALTEIRO et al., 2013)se ofrecen datos de este recurso en Europa utili-zando las estadísticas de comercio exterior conel nivel de desagregación atribuido al códigoTARIC 70959 [“Mushrooms other than of thegenus Agaricus, fresh/chilled ”]. Así, se muestracómo en la UE que las importaciones de estosproductos superan muy ligeramente a las expor-

taciones, computándose la suma del valor delcomercio exterior de estos productos (exporta-ciones más importaciones) en más de 600 millo-nes de dólares en ese año, mientras que si semide utilizando estadísticas físicas el intercam-bio comercial entre los países de la UE superalos 60 millones de kg de hongos, y en el caso deEspaña se acerca a los dos millones de kg. Porúltimo, es preciso tener una cierta precaución sise pretenden inferir datos de producción de hon-gos a partir de las informaciones del comercioexterior de estos productos. Por ejemplo, enORIA DE RUEDA et al. (2008) se menciona unarecolección en España de una especie micológi-ca emblemática (Boletus edulis Fr.) que puedealcanzar las 8 millones de toneladas en un año.Esta cifra supone más de 4 veces el comercioexterior de todos los hongos en nuestro país.

En cuanto a las estadísticas a nivel nacional,el Ministerio de Agricultura, Alimentación yMedio Ambiente lleva recopilando desde hacealgunos años datos de producción de hongos anivel nacional, diferenciando dos categorías:trufas y otros hongos. Sin embargo, y a pesar deeste encomiable esfuerzo, en muchas ocasioneslos datos físicos (kg) no cubren todas las provin-cias y los precios asociados sólo se han registra-do en el año 2005. En la Figura 2 se muestra laserie disponible para “otros hongos”.

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Figura 2. Estadísticas oficiales de la producción de hongos silvestres (excluyendo trufas) en España. Fuente:Elaboración propia a partir de los datos del Ministerio de Medio Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente(http://www.magrama.gob.es/es/biodiversidad/estadisticas/forestal_anuarios_todos.aspx)

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Sin acudir a procedimientos más complejoscomo puedan ser las encuestas o estudios simila-res, en teoría existe otra forma de computar estasproducciones. En vez de acudir al lado de la ofer-ta, se pueden contrarrestar los datos de la deman-da de estos productos. Como se verá en lospróximos párrafos, esta demanda puede desdo-blarse en varios tipos de establecimientos, peromuchos de ellos es muy posible que las adquie-ran en los Mercados Centrales existentes en cadaprovincia o Comunidad Autónoma. A continua-ción, en la Tabla 1, se presentan los datos exis-tentes para el níscalo, única especie de hongossilvestres que computa MERCASA, pero cir-cunscritos a los tres mercados más importantes(Mercabarna, Mercamadrid, Mercavalencia).

Comparando los datos de esta Tabla 1 conlos expuestos en la Figura 2 se detectan los pro-blemas de las estadísticas oficiales. Por ejemplo,en los años 2002 y 2006 la producción atribuidaal níscalo en estos Mercados Centrales supera laproducción nacional de hongos que se recoge enlos Anuarios de Estadísticas Forestales. Aúnteniendo en cuenta que una parte de los níscalosque llegan a los Mercados Centrales puedantener un origen foráneo, no parece plausible quela producción de níscalos sea en algunos años laúnica que se recolecta en España. Por otro lado,la Tabla 1 muestra una evolución de preciosmedios anuales de este hongo bastante intere-sante, dado que no se explican únicamente por laley de la oferta y demanda. En efecto, aúndeflactando correctamente los precios se obser-va, por ejemplo, cómo hay años (2008-2009)donde a pesar de incrementarse la cantidad de

hongos que se comercializan en estos MercadosCentrales, el precio se incrementa.

Es preciso resaltar que las estadísticas mostra-das en este apartado sólo tienen en cuenta la pro-ducción de hongos que llega al mercado.Partiendo de los hongos que se recolectan, hayuna fracción importante que no alcanza el merca-do porque son objeto de un autoconsumo por partede los propios recolectores. Esta recolección nocomercial, donde no entrarían aspectos como laventa directa a restaurantes u otro tipo de estable-cimientos, puede alcanzar localmente una notableimportancia. En España no se dispone de estadís-ticas al respecto, pero en Finlandia el porcentajede hongos que se dedican a la venta comercial nosupera a lo largo del período 1997-2011 el 15%(TURTIAINEN et al., 2012). Además, se sabe queotros productos forestales no madereros presentanesta misma característica. A título de ejemplo, enun estudio reciente VAARA et al. (2013) cuantifi-can la recolección de frutos silvestres en Finlandia(fundamentalmente especies de los géneros Rubusy Vaccinium), llegando a la conclusión que única-mente un poco más del 30% de la misma llega alos mercados. El resto se atribuye al autoconsumode estos frutos en los hogares fineses. Por último,y siguiendo con las estadísticas disponibles, espreciso comentar que en alguna ComunidadAutónoma, como es el caso de Castilla y León,existe una base de datos espacial que proporcionainformación sobre las producciones para distintasespecies para una escala 1:50.000. Asimismo,incorpora un módulo que permite la predicción delas producciones en función de los datos meteoro-lógicos (MARTÍNEZ PEÑA et al., 2007).

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Año Producción (t) Precio (€/kg)2002 591.000 6,082003 379.000 8,552004 274.000 16,222005 337.000 15,062006 669.000 12,102007 472.000 13,922008 735.000 8,792009 779.000 12,172010 808.000 8,852011 481.000 13,97

Tabla 1. Producción y precio de níscalos en España. Fuente: elaboración propia a partir de los datos de MERCASA

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Cadena de valorSi se quieren utilizar datos estadísticos para

realizar un análisis de este recurso, convienetener presente la cadena de valor del mismo. Coneste concepto empresarial se pretende únicamen-te definir las posibilidades en cuanto al recorridoque realizan los hongos a partir de su recoleccióny hasta que el consumidor los adquiere. Sin per-juicio de que en cada país, o incluso en cadaregión, y para cada especie de hongos puedanexistir diferencias particulares, tal y como semuestra en SECCO et al. (2009), en la Figura 3 seplantea, de forma resumida, un esquema teóricode lo que sería una cadena de valor de los hongosdesde que se recolectan hasta que llegan al con-sumidor atendiendo exclusivamente a aspectosrelacionados con la rentabilidad privada de esterecurso. En la citada Figura se muestran en líne-as de color verde los flujos asociados a los hon-gos en fresco, mientras que las líneas de colorrojo indicarían los hongos con algún grado detransformación (secado, congelado, conserva,otra preparación, etc.). Este esquema pretendeilustrar algunos hechos de relevancia para el aná-lisis de este output. En primer lugar, convieneadvertir que no abundan estudios en nuestro paísen donde, por ejemplo, se muestren tanto las can-tidades como los precios asociados a cada esla-bón de la citada cadena de valor. Llegados a estepunto, resulta conveniente recalcar que, a pesarde los últimos esfuerzos legislativos, no existeuna información completa de los estadios inter-medios de la cadena (intermediarios). Además,conviene tener presente un cierta homogeneidada la hora de manejar el precio de los distintosbienes y servicios forestales. Así, si se está anali-zando un caso de producción de madera y hon-gos no se deben utilizar precios de la madera apie de monte y precios de los hongos derivadosde los estadios finales de la cadena de valor. Estaausencia de informaciones sobre los distintoseslabones que componen la cadena de valor deestos productos se puede considerar como habi-tual y, como afirman GOLD et al. (2004) confor-man una “caja negra”. Es decir, se ignora elproceso asociado a cómo cada uno de estos bien-es llega al mercado. Así, el consumidor no sabeen muchas ocasiones de dónde vienen los hongoso la manipulación que ha sufrido antes de llegara su destino, mientras que por el lado de la ofer-

ta habitualmente la preocupación sólo radica enhacer llegar el producto a los mercados, sin abor-dar otro tipo de estrategias comerciales.

Por otro lado, han sido escasos los trabajosque han profundizado en el conocimiento de lacadena de valor de los hongos silvestres, entendi-da en un sentido amplio como tal el conjunto deeslabones necesarios para que estos productospasen del monte hasta los puntos de venta dondeestán accesibles para los consumidores. Algunosautores lo han hecho conjuntamente para los hon-gos y otros productos no forestales (ALEXANDER

et al., 2002a; GOLD et al., 2004; PETTENELLA etal., 2007). Un estudio donde se muestra el valorañadido de esta industria, además de la cadena devalor a nivel regional asociada a la recolección dedistintos hongos, es el realizado por SCHLOSSER &BLATNER (1995). Otros trabajos que analizan lacadena de valor de ciertos hongos en distintaspartes de mundo se pueden ver en MARTÍNEZ-CARRERA et al. (2005), TE VELDE et al. (2006),PÉREZ MORENO et al. (2008), SITTA & FLORIANI

(2008) y YANG et al. (2008). Por último, cabe des-tacar, por la proximidad a este trabajo, el estudiode DE ROMÁN & BOA (2006), donde se analiza lacadena de valor del níscalo en España en sus eta-pas más próximas al recolector.

Es preciso insistir en que, desde el punto devista de la gestión, es necesario tener un conoci-miento lo más preciso posible de la cadena devalor asociada a cada especie micológica, con elfin de o bien plantearse posibles actuaciones quepermitan mejorar la rentabilidad de los sistemasforestales asociada a estos productos (por ejem-plo, estableciendo un permiso para la recolec-ción), o bien justificar posibles medidas desde elpunto de vista de la oferta de los productosmicológicos (por ejemplo, la reducción de inter-mediarios). Partiendo de la ya mencionadainexistencia de estadísticas fiables asociadas a lacantidad de setas que se recolectan anualmente,las posibilidades que un hongo con valor comer-cial dispone a la hora de llegar al consumidorfinal son variadas, y el porcentaje de la produc-ción que se destina a los distintos elementosintermedios de la cadena de valor es, tambiéndesconocido, y muy dependiente de condicioneslocales. En principio se diferenciarán las tresvías ya citadas que para algunos autores (DE

FRUTOS Y MARTÍNEZ PEÑA, 2008) son las princi-

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pales para algunas especies en España: los inter-mediarios, la venta directa a la industria y laventa directa a la restauración. Sin embargo, lasposibilidades no acaban aquí, ya que los propiosrecolectores se pueden convertir en consumido-res finales (autoconsumo), o bien pueden venderlos hongos al pequeño comercio existente en lospueblos y comarcas donde se sitúan los montesproductores. Por otro lado, también pueden exis-tir recolectores que vendan directamente lassetas en Mercados Centrales. Por último, y aun-que todavía presentan una modesta implanta-ción, en algunas zonas los recolectores puedenvender los hongos en lonjas micológicas, instru-mento sin duda de gran potencialidad para miti-gar los problemas derivados de la economíasumergida que rodea a este output forestal.

En esta línea, conviene destacar la figura delos intermediarios que, en muchas ocasiones, sonlos agentes dedicados a comprar las setas a pie demonte y venderlas después a las empresas trans-formadoras (la industria, según lo propuesto en laFigura 3) o a los Mercados Centrales de las gran-des capitales anteriormente citados. EstosMercados Centrales también se pueden alimentarde hongos procedentes de otros países. En SECCO

et al. (2009) se muestran dos ejemplos para lasmismas especies (Boletus sp.) donde la cadena de

valor puede ser más o menos larga. También enREYNA (2007) se muestra un conciso esquema delo que podría ser una cadena de valor para la trufaen España. Por otro lado, y ya cerca del consumi-dor final, se ha situado un elemento clave de lacadena de distribución, como son los estableci-mientos comerciales donde suelen comprar loshongos los consumidores de las grandes ciuda-des. A diferencia de otros productos de consumo,para los hongos silvestres coexiste una venta enestablecimientos especializados con las grandessuperficies. Sus características de producto esta-cional, efímero, poco estandarizado y de difícilmanejo y conservación pueden ayudar a explicarcómo algunas de las setas con un precio mayor sevenden predominantemente en pequeños estable-cimientos especializados. Además, es precisocomentar que en la citada Figura 3 no se ha pre-tendido mostrar de forma exhaustiva todos losflujos de setas frescas y transformadas existentes.Así, por ejemplo, se sabe que existen intermedia-rios que son establecimientos comerciales y que asu vez realizan exportaciones, o de las relacionesdirectas entre el comercio local y las lonjas mico-lógicas. Finalmente, dado que el objeto de estetrabajo no es analizar el mercado de los produc-tos preparados a partir de un hongo en fresco, nose han comentado los flujos que aparecen en la

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Figura 3. Esquema teórico de la cadena de valor de los hongos silvestres. Fuente: DÍAZ BALTEIRO et al. (2013)

Líneas contínuas: flujos de hongos en frescoLíneas discontínuas: flujos de hongos con algún grado de preparación

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Figura 3 en color rojo. Únicamente cabría pun-tualizar que dichos flujos no están siempre diso-ciados, ya que hay empresas que actúansimultáneamente como meramente distribuidoresy también como empresas transformadoras. Esdecir, han realizado una integración vertical a lolargo de la cadena de valor de ese producto.

DEMANDA DE HONGOS SILVESTRES:EL CASO DEL NÍSCALO

Las estructuras a nivel provincial anterior-mente denominadas Mercados Centrales songrandes mercados que se dedican a comercializarestas “commodities” al comercio detallista, res-taurantes, colectividades, etc. Dada la inexisten-cia de informaciones más precisas en eslabonesde la cadena de valor más cercanos al consumi-dor, se ha asumido que se puede caracterizar lademanda de uno de los hongos más populares enEspaña, el níscalo, con datos no directamente delos recolectores, sino de los citados MercadosCentrales de frutas y hortalizas. En concreto, sehan tomado las informaciones relativas alMercado Central de Barcelona, donde diversosautores (BONET et al., 2008) subrayan su impor-tancia, afirmando que es el mercado más signifi-cado de hongos de España (DE ROMÁN & BOA,2006), siendo el níscalo su especie más deman-dada. De hecho más del 55% de la cantidad deníscalos recogida en la Tabla 1 se han comercia-lizado en este Mercado Central. En los próximospárrafos se describirá cómo se ha podido cons-truir una función de demanda para este output ylas implicaciones de los resultados obtenidos.

A la hora de realizar un modelo como el quese propone, es necesario preguntarse si realmen-te se puede considerar un mercado competitivoo, por el contrario, es un mercado donde predo-minan prácticas de competencia imperfecta. Losdatos utilizados, indican que las grandes empre-sas alimentarias apenas realizan compras en estemercado (solamente para sus establecimientos degama alta), y que mucha de la demanda procedede fruterías y restaurantes, lo que hace que con-curran numerosos demandantes. En el caso de larestauración, es frecuente que empresas especia-lizadas surtan de hongos y de otros productos alos restaurantes, y dado el número amplio de

estas empresas que están situadas en los propiosmercados centrales, se podría prácticamente des-cartar la existencia de prácticas monopolísticas.

Antes de especificar en detalle las variablesque se han utilizado, así como el origen de losdatos, conviene presentar ciertas característicasgenerales. En primer lugar, es preciso explicarque el período temporal analizado va desde elaño 2002 hasta el año 2007. Aunque se disponíade datos semanales correspondientes al año2008 para los níscalos, para otras variables elaño 2007 era el último disponible, por lo que setomó el lapso temporal anteriormente citado.Dado que la producción de níscalos se concentraen otoño, esto significa que se abarcan 6 campa-ñas, constando cada una de ellas de 18 semanas(semanas 35-52). Estos 108 datos se reduciránluego a 100, básicamente como resultado de laausencia de datos al comienzo o al final de latemporada. También es preciso aclarar inicial-mente que, como los datos de Mercabarna sonsemanales, las variables introducidas presentanesa periodicidad. Si en algún caso los datos fue-ran más agregados (mensuales, anuales) se hanrealizado las oportunas operaciones para poderhomogeneizarlos. Por otro lado, para las varia-bles asociadas a precios de algún hongo se hantomado los precios reales de cada campaña. Esdecir, se han deflactado convenientemente todaslas series de precios partiendo del año 2002. Espreciso resaltar que la introducción de distintasvariables en el modelo está condicionada por ladisponibilidad de datos, tratándose de incorpo-rar aquellas que a priori puedan explicar la can-tidad de níscalos demandada en Mercabarna.

Dado que también se pretende analizar siexisten relaciones entre la demanda de níscalo yotros hongos, tanto silvestres (Boletus,Cantharellus) como cultivados (Agaricus,Pleurotus), así como el papel que juegan lasimportaciones de otras setas y la competencia quesupone la venta de estos hongos en otrosMercados Centrales, como el de Madrid, se van acitar sucintamente las variables elegidas que,como se puede apreciar, representan un conjuntobastante heterogéneo. Comenzando con las setasno cultivadas en Mercabarna, en este grupo seenglobarían las setas frescas que se comercializanen este Mercado Central. Las estadísticas dispo-nibles no permiten diferenciar un gran número de

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especies micológicas, ya que sólo se dispone dedatos para el níscalo y para el conjunto de losdemás hongos no cultivados, sin diferenciar nin-guna otra especie. Por lo tanto se tendrían 4 varia-bles: dos relativas a la cantidad semanal y alprecio alcanzado del níscalo y otras dos variablessimilares para el resto de hongos no cultivados.Llegados a este punto, es necesario realizar algu-nas puntualizaciones. En primer lugar, las estadís-ticas disponibles no muestran diferenciación delproducto según calidad, aunque ésta es una varia-ble muy importante que determina el precio deventa para algunos hongos (ROWE, 1997; YUN etal., 1997; BOA, 2004). Es decir, el precio semanalsería un promedio resultante de las distintas cali-dades asociadas a los níscalos vendidos duranteesa semana. En segundo lugar, aunque en las esta-dísticas figura el níscalo, se debería entendercomo hongos del grupo Lactarius, lo que signifi-caría que se estarían teniendo en cuenta hongosde, por lo menos, especies próximas como L. san-guifluus (Paulet) Fr., L. semisanguifluus Heim &Leclair y L. vinosus Quel. Como bien afirmanalgunos autores, el nombre comercial habitual-mente utilizado abarca a todas ellas (BONET et al.,2008). Por otro lado, con el objetivo de compro-bar si existe algún tipo de retardo entre la canti-dad demandada y los registros de la semanaanterior, se ha introducido una variable que mideel precio del níscalo en la semana anterior.

Asimismo, se han incluido variables (precio ycantidad semanal de níscalos) asociadas a lacomercialización de níscalos en otros grandesMercados en España. Dado que un porcentaje sig-nificativo de los níscalos que se comercializan enMercabarna (aproximadamente el 75%) tiene suorigen en provincias no catalanas, se han introdu-cido en el modelo las variables correspondientesasociadas a Mercamadrid, un mercado similarsituado en Madrid, pero con unas cantidadescomercializadas de níscalos menores que Merca-barna. En este caso la estadística habla de un pre-cio que sería la moda y no un promedio semanalde las setas vendidas. Además, es preciso indicarque no se han podido replicar estas variables enotros mercados, debido a la inexistencia de datos.También se han incluido en el modelo de deman-da a estimar variables referentes al comercio exte-rior de setas en Cataluña. Siguiendo las estadísti-cas nacionales disponibles (CÁMARAS DE COMER-

CIO, 2009), se han tomado como variables la can-tidad y el precio asociado a las importaciones enCataluña de cantarelas (Cantharellus sp.), bien enfresco o refrigeradas (código TARIC 07095910),así como de Boletus sp. (código TARIC07095930). También se añadió al modelo unavariable asociada a las exportaciones de otrassetas (excluyendo Agaricus sp., Boletus sp., Can-tharellus sp.), que mide la cantidad exportada deestos hongos en Cataluña. Cabe recordar que si seexportan níscalos deberían estar incluidos en esteepígrafe (código TARIC 07095990). Otras varia-bles incluidas serían tanto el precio como la canti-dad semanal importada de otras setas en Cataluña(excluyendo las del género Agaricus) conserva-das provisionalmente (código TARIC 071159).Finalmente, se han incorporado variables asocia-das al precio y a la cantidad de las importacionesque se realizan en Cataluña de otras setas frescaso refrigeradas (excluyendo Agaricus sp., Boletussp., Cantharellus sp.), así como de otros hongos(excluyendo los del género Agaricus) que no hansido conservados ni en vinagre ni en ácido acético(código TARIC 20031030).

En relación a setas cultivadas en Mercabarna,se han tomado cuatro variables, correspondientesa los precios y las cantidades vendidas de aque-llas que, bajo alguna circunstancia, pudierancompetir con el níscalo. Se han tomado los datostanto de los champiñones (género Agaricus)como de las gírgolas (género Pleurotus) durantecada semana de las campañas anteriormente defi-nidas. Estos dos géneros son las setas cultivadascon más aceptación en España. Otras especiescomo el shiitake (Lentinus edodes (Berk.)Pegler), de gran aceptación en otros países (GOLD

et al., 2008), presenta una demanda mucho másreducida, y al no existir estadísticas disponiblesno se ha podido incorporar al análisis.

Con el fin de caracterizar esta función dedemanda, se han incluido diversas variables aso-ciadas al gasto de los consumidores en Cataluña,medido directa o indirectamente a través de unconjunto de variables. Estas variables macroeco-nómicas, como se ha comentado anteriormente,no presentan datos a nivel semanal, por lo que engeneral se ha tomado el valor anual disponible.Se han incorporado al modelo dos medidas delgasto real per cápita en alimentación que se rea-liza en Cataluña, midiéndolo tanto a través de su

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valor anual, como utilizando la variación inter-anual. Dos variables relacionadas serían el PIBpor habitante, homogeneizándose según losdatos catalanes de paridad de poder de compra, yuna variable “dummy” indicando si ha aumenta-do el poder de compra en comparación al añoanterior. Por otro lado, se ha incluido una varia-ble trimestral que mide la tasa de paro enCataluña en porcentaje de la población activa, asícomo otra variable asociada al coste salarialmensual por trabajador en Cataluña. Todas estasinformaciones han sido obtenidas en el Institutode Estadística de Cataluña (IDESCAT, 2009).

Una vez descritos los datos, conviene realizaruna serie de hipótesis iniciales a la hora de cons-truir el modelo aquí planteado. La primera hipó-tesis que se ha supuesto es que va a caracterizar lademanda que muestran los consumidores por estehongo a partir de los datos agregados expuestosen el apartado anterior. Es decir, no se dispone deinformaciones directas de los consumidores deestos productos. En principio, la cantidad sema-nal de níscalos será la variable dependiente delmodelo, mientras que el resto de variables actua-rán como variables explicativas. El precio del nís-calo se espera presente un signo negativo antevariaciones en la cantidad de níscalos, tal y comose puede intuir en la Figura 1, y como ocurre enestudios similares (KANGAS, 1999; YANG et al.,2008). Relacionada con esta variable se ha intro-ducido otra que intenta mostrar si existe algunarelación entre la cantidad demandada y el preciode la semana anterior. Es decir, si existe algúntipo de retardo. Algunos autores sugieren paraotras especies micológicas que la demanda puedeestar influenciada por el impacto de produccionesanteriores, aunque sin llegar a demostrarlo (YANG

et al., 2008). A priori se podría sugerir un signonegativo para esta relación.

Como se ha comentado, uno de los objetivosde este estudio sería establecer posibles relacio-nes de complementariedad o sustitución entrelos níscalos y otras setas comercializadas enMercabarna, a pesar de que se parte del hándi-cap asociado a la no existencia de una estadísti-ca fiable para la comercialización de otroshongos en este mercado central. La variable quese ha introducido se refiere a un conjunto desetas, y se ha partido de la hipótesis que presen-tan una relación negativa en cuanto al precio, es

decir que pueden ser sustitutivas. No se haencontrado en la literatura trabajos que profun-dicen en este tipo de relaciones, y que pudieranservir de orientación para establecer esta hipóte-sis, pero dado el precio medio y máximo quealcanzan estos hongos y el constante crecimien-to que experimentan en cuanto a la cantidad quese vende, parece plausible esta hipótesis. Esdecir, se está produciendo un crecimiento cons-tante de las ventas de otras setas en este merca-do, con independencia de que el año haya sidobueno o malo en cuanto a la producción de nís-calos. Por todo ello, se ha supuesto que si anali-zamos la cantidad, y no el precio, no existerelación de sustitución entre estas setas y los nís-calos, aunque parece conveniente insistir que sise analiza el precio ocurre lo contrario.

Por otro lado, se ha intentado comprobar siexiste algún grado de interacción entre losMercados más grandes de España a la hora deobtener mayores cantidades de níscalos porparte de recolectores e intermediarios. Se dispo-ne de los datos semanales de Mercamadrid, y seha supuesto que esa competencia se justificaríacon un signo negativo para la variable que midelos precios semanales de los níscalos en dichomercado. En relación con la cantidad de níscalosen Mercamadrid, a priori no se puede determinarel signo porque en teoría se producirían dosfuerzas opuestas: una según la cual mayorescantidades de estos hongos en Mercamadrid res-tarían oferta en Mercabarna y, por otro lado,pudiera ser que la existencia de años micológi-camente favorables pudiera justificar que exis-tiera una relación positiva.

Por otro lado, se han introducido diversasvariables asociadas al comercio exterior de distin-tos hongos, tanto frescos como ya procesados,con el fin de comprobar su influencia en lademanda de níscalos en Mercabarna. En cuanto alas importaciones, en primer lugar conviene acla-rar que se asume la no existencia de discrimina-ción según la procedencia de los hongos de unpaís con respecto a otro, situación que ocurre paraCantharellus sp. en Estados Unidos (ALEXANDER

et al., 2002) y para el matsutake en Japón (YANG

et al., 2008). Las relaciones entre los níscalos yotras setas como Cantharellus sp. y Boletus sp. apriori se acepta que no se orienten en la mismadirección. Como es sabido, los rebozuelos pre-

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sentan un comercio internacional destacado entrelos hongos comestibles (PILZ et al., 2003).Analizando el precio de venta y las cantidadesque se importan, inicialmente se ha hecho lasuposición que este hongo pueden ser visto comosustitutivos de los níscalos. Pasando a las impor-taciones de Boletus sp., al utilizar para este traba-jo datos procedentes de importaciones ycorrespondientes a distintas especies, podríanexistir fuerzas contrapuestas dentro del mismocódigo TARIC. Así, cabe decir en primer lugarque bajo este nombre genérico se incluyen diver-sas especies que presentan atributos y preciosmuy distintos entre sí. Así, mientras algunas delas especies más conocidas (Boletus edulis Bull.Fr) fructifican en otoño, al igual que el níscalo,otras como Boletus pinophilus (Vitt.) o Boletusaereus Bull. Fr lo hacen también en primavera yverano (ORIA DE RUEDA, 2007). Muchos de loshongos encuadrados en este epígrafe son percibi-dos como productos exclusivos, por lo que suprecio suele ser claramente más elevado que eldel níscalo. Por otro lado, en los dos últimos añosse percibe la existencia de partidas ingentescorrespondientes a Boletus sp. procedentes depaíses europeos a un precio inferior a las setascultivadas. Esta circunstancia, por ejemplo, expli-ca que el precio medio de las importaciones deBoletus sp. en Cataluña alcance unos valores tanreducidos. En definitiva, ambas situaciones pro-pician que nuestra hipótesis inicial es que no exis-ta una relación de sustitución entre ambas setas,bien porque alcancen un precio muy elevado, obien porque éste se encuentre en un nivel similaral de las setas cultivadas. Sin embargo, esta hipó-tesis no excluye que en años puntuales, asociadosa producciones muy escasas de níscalos, parte delas importaciones de Boletus se comporten comosustitutivos de los níscalos. Por último, para elresto de hongos frescos importados es complica-do establecer una relación inicial, debido al des-conocimiento sobre qué especies pueden estarincluidas y su porcentaje en los resultados queaparecen en las estadísticas. Dado que observan-do los datos no se observan cambios significati-vos en los precios y las cantidades en años malosde producción de níscalos, se supone que estoshongos no son sustitutivos. Además, el preciomedio es sensiblemente inferior al del níscalo. Noobstante, este razonamiento no excluye que exis-

tan partidas dentro de estas series asociadas ahongos que, bien puedan ser sustitutivos, o bienpuedan ser el propio níscalo.

En relación con los hongos importados y quehan sufrido algún grado de procesamiento, lahipótesis inicial es que tanto aquellas setas con-servadas provisionalmente, excepto Agaricus sp.,como aquellas importaciones encuadradas en elepígrafe “otros hongos (excepto Agaricus sp.)conservados sin vinagre ni ácido acético” no pre-senten relación de sustitución, ya que el preciounitario asociado a estas importaciones es muyreducido. Es decir, que si esta variable aparece enel modelo, no se espera que exhiba un signo nega-tivo. Por último, y también en relación con elcomercio exterior, se ha introducido una variableasociada a las exportaciones de hongos. Dada laimposibilidad de disponer de estadísticas des-agregadas de níscalos, se ha tomado como varia-ble la cantidad de setas exportada en vez delprecio, ya que las estadísticas de comercio exte-rior apuntan a unos precios de las exportacionesde este conjunto de hongos muy superiores a ladel precio que los níscalos alcanzan enMercabarna. Aunque está documentado que elprecio de algunos hongos está sujeto a la oferta ydemanda a nivel internacional (ALEXANDER et al.,2002b), para el níscalo en Cataluña no se prevéque se produzca la situación que algunos autoreshan señalado para otros productos forestales nomadereros, según la cual el precio de las exporta-ciones influye en el precio de las cantidades quese demandan en el país (KANGAS, 1999). Losdatos parecen mostrar que existen años donde lasexportaciones descienden justificadamente (añomicológico malo), pero otros años no se produceesta justificación. Por ello, se ha supuesto que noexiste influencia con respecto a la cantidad deníscalos que se vende en Mercabarna.

Para averiguar si existe algún tipo de rela-ción entre la demanda de níscalos y las setas cul-tivadas que se comercializan en este mercado, sehan tomado cuatro variables, correspondientes alos precios y las cantidades vendidas de champi-ñones (Agaricus sp.) y gírgolas (Pleurotus sp.).En principio estas relaciones se podrían justifi-car en el caso que la cantidad de níscalos que secomercializara en Mercabarna fuera tan reduci-da, y, por consiguiente, el precio tan elevado,que los consumidores incrementaran la demanda

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de estas setas cultivadas. Algunos autores apun-tan esta posibilidad de sustitución para otra setacultivada, el shiitake (GOLD et al., 2008).

En relación a la metodología planteada, éstase explica en detalle en VOCES et al. (2012). Ensíntesis, se ha aplicado un modelo econométricodonde la demanda semanal de níscalos se haconsiderado como la variable independiente y elresto de variables serían las variables explicati-vas. Para la estimación del modelo se ha acudi-do al modelo SUR (Seemingly UnrelatedRegression) propuesto por ZELLNER (1962). Losresultados muestran, como cabría esperar, que elprecio del níscalo en Mercabarna es una variablesignificativa y con signo negativo, es decir,aumentos en el precio disminuyen la cantidaddemandada. Siguiendo con los níscalos, tambiénresulta significativo el precio del níscalo enMercamadrid, presentando esta variable unsigno positivo. Dado que se desconocen posi-bles interrelaciones que pudieran existir entreambos mercados, se hace más difícil valorar estesigno. Una posible explicación radica en quecuando el precio del níscalo en Madrid se incre-menta, disminuye el consumo y los intermedia-rios buscan otros mercados como Mercabarna.Por otro lado, también ha resultado significativoen el modelo las setas cultivadas, como es elprecio de las gírgolas, lo que indica la una rela-ción de complementariedad con el níscalo.También se ha comprobado la existencia de unainteracción entre el precio del níscalo y el preciode la gírgola. Esta interacción presenta un signopositivo, indicando que ambos hongos se com-portan como bienes sustitutivos. Es decir, incre-mentos en el precio de las gírgolas provocaránun aumento en la demanda del níscalo. En rela-ción a los rebozuelos, se ha comprobado la exis-tencia de una relación de complementariedadentre estas importaciones y el níscalo. Estoimplica que incrementos en el precio del rebo-zuelo provocarán una disminución de la deman-da del níscalo. Por otro lado, en el modeloestimado aparecen dos variables que no estánrelacionadas con los hongos. Así, los cambios enel porcentaje de la población catalana nacida enCataluña presentan un signo positivo, siendoesta variable muy significativa. Esta variablepretende aglutinar aspectos culturales asociadosal destacado consumo de setas en esta

Comunidad Autónoma. Finalmente, la variableque define el consumo de las familias catalanaspresenta también el signo esperado.

Es preciso insistir que en los datos de parti-da no existe diferenciación entre posibles calida-des asociadas a los distintos hongos, aunque estáclaro que en la realidad existe esta discrimina-ción. Por otro lado, un resultado inesperado deeste modelo viene dado por el comportamientodel hongo blanco (Boletus sp.) que no parece seruna variable determinante a la hora de explicarla demanda de níscalos en Mercabarna. En defi-nitiva, y con los datos que obran en nuestropoder, no se puede afirmar que el hongo blancosea un bien complementario o sustitutivo delníscalo. Por último, conviene señalar aquellasvariables explicativas que, según el modelo quese ha estimado, no han resultado significativas.En primer lugar el precio de algunos tipos dehongos no presentan influencia alguna en lademanda de níscalos: ni el de otros hongos, ni elde los champiñones ni el de los hongos asocia-dos a las importaciones han resultado significa-tivos en el citado modelo. En cuanto a losindicadores de renta, tampoco han aparecido enel modelo final ni el gasto per cápita en alimen-tación ni el PIB per cápita o el salario horario enCataluña ni, por último, indicadores de tiposocial como pudiera ser la tasa de desempleo oel porcentaje de la población que ha nacido enesta Comunidad Autónoma.

OFERTA DE HONGOS SILVESTRES: ELCASO DEL NÍSCALO

A la hora de caracterizar la producción dehongos, tanto a nivel local como a nivel agrega-do, es preciso tener en cuenta la influencia de unconjunto heterogéneo de variables. Dejando a unlado parámetros asociados con la recolección delos mismos, numerosos autores hablan de distin-tos factores que interactúan entre sí y que, en dis-tinto grado, pueden explicar la mayor o menorproducción de hongos comestibles tanto en eltiempo como en el espacio. Sin pretender serexhaustivos, y siguiendo a algunos autores(MARTÍNEZ DE ARAGÓN et al., 2007), podríamoshablar de aspectos asociados a la masa arbóreaque sustenta la población fúngica, y así nos

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encontraríamos con factores asociados a lasespecies arbóreas y su edad (LAST et al., 1981;PINNA et al., 2010), a la selvicultura que se hapracticado en estas masas (SHAW et al., 2003;EGLI et al., 2010), o a condicionantes edáficos(BARROETAVEÑA et al., 2008) y ecológicos(O’DELL et al., 1999). Por otro lado, unos de losfactores más importantes, y que están presentesen la mayoría de trabajos que pretenden estimarqué variables pueden explicar la abundancia,diversidad o producción comercial de ciertoshongos, serían las variables climáticas. Sinembargo, es preciso tener en cuenta que estosfactores no pueden explicar completamente lafructificación de hongos (EGLI et al., 2010), yque las fluctuaciones anuales en la producción sedeben a condicionantes tanto macro como micro-climáticos (OHENOJA, 1993). En definitiva, paramodelizar la oferta del níscalo en Mercabarna seva a considerar tanto variables de tipo económi-co, como variables de tipo climático.

En relación al mercado de hongos, no se dis-pone de informaciones precisas sobre la cadenade valor de estos bienes. Como se ha comentadoanteriormente, este hecho constituye la tónicahabitual, salvo pequeñas excepciones (CAI et al.,2011). Dicho de otra forma, no es posible des-agregar todos los costes asociados a la comercia-lización de estos productos hasta un MercadoCentral. Por otro lado, conviene recordar que nosencontramos ante un producto obtenido básica-mente por el ejercicio de recolección y donde niel propietario del terreno ni, habitualmente, elcomprador de la producción realiza desembolsospara optimizar su producción. Ante estas limita-ciones, la hipótesis que se va a realizar cobra sen-tido como punto de partida de este trabajo: seasume que la función de oferta queda definidadirectamente por el comportamiento del interme-diario que transporta los hongos a Mercabarna ypor distintas variables climáticas que explican lamayor o menor producción de hongos. Además,y a diferencia de otros hongos comestibles (PILZ

& MOLINA, 2002), se asume que el mercadoexterior no afecta a las decisiones que puedentomar los agentes económicos implicados.Además, y dadas las peculiares características deeste mercado, no se ha podido caracterizar a losintermediarios, su comportamiento, o la relaciónexistente entre el precio del níscalo y su calidad.

Por ello se acepta que la utilización de ciertasvariables proxy puede describir adecuadamentela forma de actuar de estos intermediarios.

Resulta evidente que en cualquier modelo quepretenda explicar la oferta de un determinado bien,el precio de ese bien debiera ser una variable clave,según lo indican los principios básicos de la eco-nomía. Una cuestión importante a la hora de abor-dar este tipo de modelos sería la imposibilidad dealmacenar el producto fresco. Es decir, estamossuponiendo un mercado de hongos silvestres sinsometer a los productos a ningún tipo de procesoindustrial para su comercialización. Bajo estoscondicionantes, los productores deberían tener unconocimiento del mismo muy actualizado paratomar sus decisiones con acierto. Esta circunstan-cia implicaría que únicamente puede existir unmínimo retardo desde que se toma la decisión deenviar los hongos a Mercabarna hasta que éstosllegan a su destino. En cualquier caso, se asumeque incrementos en el precio provocarán ascensosde la cantidad ofertada. Por otro lado, dado que nose dispone de estadísticas concluyentes sobre lasposibles calidades del níscalo existentes en Merca-barna, no se ha desagregado las informacionescorrespondientes al precio del níscalo según cali-dades, aunque se sabe que existen estas clasifica-ciones (DE ROMÁN & BOA, 2006). En PILZ et al.(2006) también se ha adoptado la misma soluciónpara otras especies de hongos comestibles.

Como se ha comentado anteriormente, elalcance espacial de este trabajo excede una esca-la de trabajo habitual en los estudios que analizanlas producciones de hongos comestibles en distin-tos ecosistemas forestales. Por ello, es preciso uti-lizar datos meteorológicos habitualmentemedidos como proxy de la temperatura y lahumedad existente en el suelo. Esta forma de tra-bajar ha sido habitual en numerosos trabajos queanalizan aspectos relacionados con la producciónmicológica (KRANABETTER & KROEGER, 2001).Esta relación directa entre estas variables climáti-cas y la mayor oferta de hongos se va a extenderen este trabajo a las otras variables relacionadascon el agua: tanto en el aire (precipitación media,precipitación acumulada), como aquellas quemiden la humedad existente en el suelo. Esta cir-cunstancia se refleja en varios estudios empíricosrelacionados con hongos micorrícicos, aunque noen el caso del níscalo (PEREDO et al., 1983;

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BARROETAVENA et al., 2008). De la misma forma,se ha supuesto una relación inversa entre la eva-potranspiración y la producción de hongos. Porúltimo, se ha querido utilizar una variable climá-tica para intentar tener en cuenta la vecería de estaespecie, ya que algunos autores apuntan la ideaque una elevada precipitación en un año prediceuna baja producción micológica en el otoñosiguiente (OHENOJA, 1993).

En concreto, las variables climáticas elegidashan sido: la temperatura mínima semanal, la tem-peratura media semanal, la precipitación acumu-lada semanal, la precipitación media semanal, laevapotranspiración media semanal, y la estima-ción semanal de la humedad edáfica. Todas estasvariables se han calculado semanalmente para lascampañas micológicas del período 2002–2007.El procedimiento ha sido el siguiente: a partir delos datos semanales de Mercabarna se han obteni-do las provincias de donde proceden los níscalosque se comercializan en este Mercado Central.Así, a la hora de analizar estos datos, se observacomo un porcentaje elevado de la oferta de hon-gos procede únicamente de 12 provincias españo-las (Barcelona, Huesca, León, Lérida, Lugo,Segovia, Soria, Tarragona, Teruel, Valencia,Zamora y Zaragoza), que son las que van a serobjeto de estudio. Así, en el intervalo analizado(2002-2007), esas provincias aportan de media un52.3% del número de níscalos comercializados enMercabarna, llegando al 85% en 2006.

Los valores climáticos utilizados proceden deun grupo de estaciones meteorológicas que, ennúmero y distribución representativos a nivel pro-vincial, han sido elegidas en base a su localiza-ción respecto de masas de pinares, y a laexistencia de un conjunto de datos necesario paracalcular las variables escogidas. Es decir, seasume que los níscalos fundamentalmente estánasociados en el Hemisferio Norte con árboles dealgunas especies del género Pinus (ORIA DE

RUEDA, 2007). En concreto, en diversas zonasEspaña las mayores producciones se han observa-do en pinares de Pinus sylvestris L. (BONET et al.,2008), mientras que en otras regiones, cuyo hábi-tat es más favorable para el desarrollo de otrasespecies de pinos, el níscalo se encuentra enmasas de Pinus halepensis Mill., Pinus nigraArnold., Pinus pinaster Ait. e incluso con unaproducción menor en algunos matorrales

(DOMÍNGUEZ NÚÑEZ et al., 2008). Por ello, dadala representatividad de los pinos en España se haasumido que la producción de níscalos que llegaa Mercabarna procede exclusivamente de pinares.

Asumiendo que no existen intermediariosque comercialicen hongos de otras provinciasdistintas a la suya, se han seleccionado, a travésdel Mapa Forestal de España (MFE) aquellasmasas de Pinus sp. susceptibles de albergarpotencialmente una producción de níscalos enlas 12 provincias seleccionadas, incluyendotanto los polígonos donde el pino es especieprincipal como aquellos en donde es especiesecundaria o acompañante de la principal. Sobreesta capa base se ha generado una malla de pun-tos, representados por las estaciones meteoroló-gicas, utilizando para ello las coordenadas de lasmismas. Sin embargo, debido a que muchas delas estaciones meteorológicas no se encuentranen el interior de un polígono caracterizado comopinar, pero sí en sus proximidades, se considerantodas las estaciones que o bien estén incluidasdentro de pinar o se encuentren a una distanciamenor o igual a 2 Km. de una masa de pinar.Dicha selección espacial se ha realizadomediante Sistema de Información Geográfica(ArcGIS 9.2), tomando la información del MapaForestal Español (MFE). En total se han analiza-do los datos climáticos de 156 estaciones climá-ticas correspondientes a las 12 provincias objetode análisis, considerándose como válidas aque-llas estaciones con series temporales completassobre precipitación diaria y temperatura máximay mínima diaria durante el período analizado. Afin de conseguir la necesaria representatividadpara cada provincia, varias series con datosincompletos (siempre menos del 5%) han sidocompletadas utilizando la media de los datos delresto de años de la serie. Teniendo en cuenta quese ha tomado para cada temporada micológicauna duración de 18 semanas, el número de datosmeteorológicos procesados es ingente, superan-do la cifra de 511.000. Finalmente, con el fin deobtener un único valor semanal de las anterioresvariables, se calculó un promedio provincial delos datos correspondientes a las distintas esta-ciones meteorológicas, ponderándose anual-mente los resultados en base a la importanciarelativa de cada provincia como origen de losníscalos que llegan a Mercabarna.

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Por último, existen variables de otra natura-leza que podrían haber sido incluidas en esteestudio, pero por diferentes razones no ha sidoposible su inclusión. Una de ellas podrían ser losaspectos selvícolas, aunque su influencia encuanto a posibles variaciones en la producciónde hongos comestibles está todavía discutida.Mientras que algunos autores (SHAW et al.,2003) no han encontrado oscilaciones significa-tivas después de la aplicación de claras, otrosautores muestran la existencia de relacionesentre las claras y la producción de hongos (EGLI

et al., 2010). En el caso del níscalo, es precisoseñalar que se trata de una especie que requierecierta luz, tal y como se puede apreciar enMARTÍNEZ-PEÑA et al. (2012). Asumiendo estahipótesis, se entiende que las claras puedenfavorecer su producción, aunque los añossiguientes a la mismas ésta decaerá (ORIA DE

RUEDA et al., 2008). Para este estudio no se haconsiderado esta variable, debido fundamental-mente a que los datos agregados no proporcio-naban una información fiable sobre este tipo deintervenciones. Esta misma consideración se harealizado para otro tipo de factores microclimá-ticos (humedad y temperatura del suelo, orienta-ción, pendiente, etc.), a pesar de que presentansu importancia a la hora de caracterizar a unaescala monte la producción de carpóforos. Dehecho, para el caso del níscalo, BONET et al.(2008) muestran como incrementos en la pen-diente reducen la producción de esta especie.Una variable potencialmente elegible en unestudio de estas características sería la edad dela masa. Es bien conocido que para distintasedades de la masa, el cortejo fúngico varía conel tiempo. En general, está ampliamente com-probado que la producción de hongos comesti-bles está muy directamente relacionada con laedad de la masa, pero ello no significa en todoslos casos que la edad sea una variable explicati-va de la producción de hongos (MARTÍNEZ DE

ARAGÓN et al., 2007). Para el caso del níscalo,habitualmente se asume que sus produccionesmás elevadas se producen cuando la masa esrelativamente joven, aunque esta circunstanciano implica que estén presentes en otras clases deedad, tal y como muestran BONET et al. (2004).Esta misma conclusión llegan MARTÍNEZ et al.(2011) y MARTÍNEZ-PEÑA et al. (2012), pero

también muestran cómo en masas mayores de70 años, la producción vuelve a ser muy signifi-cativa. En nuestro caso, y dado que el III IFN noproporciona datos de las edades de la masa, nose ha tenido en cuenta este parámetro comovariable explicativa. Finalmente, se ha descarta-do introducir variables relacionadas con el suelodebido a que esa especie aparece tanto en suelosácidos como básicos, por lo que se ha supuestoque el tipo de suelo asociado a los hongos que,una vez recolectados, llegan a Mercabana noinfluye en la oferta existente en este mercado.

A continuación se detallan las variables cli-máticas utilizadas. Comenzando por la tempera-tura, con los datos relativos a las temperaturasmáximas y mínimas diarias se calculan los pro-medios de la temperatura máxima semanal y dela temperatura mínima semanal. La temperaturamedia semanal se calcula como la media deestas dos. La misma metodología se sigue parala precipitación: con los datos relativos a la pre-cipitación diaria se calcula la precipitación acu-mulada semanal y la precipitación mediasemanal. Por otro lado, para el cálculo de la eva-potranspiración potencial media semanal (ETP)se ha recurrido a la fórmula experimental deThornthwaite. En relación a la humedad edáfica,se ha tomado como proxy de la misma la dife-rencia entre la precipitación acumulada en unperiodo de 7 días y la evapotranspiración poten-cial durante ese mismo periodo. Para valorespositivos se considera que el volumen calculadode agua (en mm) se incorpora al suelo, en casocontrario se estima que no ha existido incorpo-ración neta de agua al suelo. Los valores negati-vos se han tomado como cero. Finalmente, espreciso señalar que se han tomado como varia-bles otras relativas a la precipitación, pero con-sideradas fuera del período analizado. Enconcreto, se han tomado como variables dummylas variables precipitación estival acumulada yprecipitación en el año anterior, a fin de introdu-cirlas en el horizonte temporal del análisis.

Los aspectos técnicos del análisis economé-trico efectuado, así como los resultados obteni-dos pueden verse en DÍAZ-BALTEIRO et al.(2013). En síntesis, esta modelización presentaalgunas similitudes con el modelo de demandacitado en el anterior epígrafe. Así, la técnicaempleada es la misma (SUR), la variable depen-

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diente cantidad semanal de níscalo que se vendeen Mercabarna, y las variables explicativas serí-an las anteriormente expuestas. Los resultados,muestran que en el modelo estimado únicamen-te tres variables han resultado significativas: elprecio del níscalo, y dos variables climáticascomo son la precipitación media y la temperatu-ra media. En relación al precio del níscalo, elsigno positivo es el esperado, ya que indica quesi el precio se incrementa, como es lógico, laoferta aumentará. También presenta, comocabría esperar, un signo positivo la variable aso-ciada a la precipitación media, ya que a mayoresprecipitaciones la oferta se incrementará porquela producción será mayor. Sin embargo, la tem-peratura media presenta un signo negativo. Estarelación inversa se explica empíricamente a par-tir de experiencias que muestran este hecho endeterminados meses del año (OHENOJA, 1993),llegando incluso a la no existencia de una pro-ducción de hongos si las temperaturas alcanzanvalores más altos de lo habitual (STRAATSMA etal., 2001). Por último, cabe resaltar el hecho queotras variables climáticas asociadas a la presen-cia de humedad en el suelo como la precipita-ción acumulada, la evapotranspiración potencialo la diferencia entre precipitación acumulada yevapotranspiración potencial no han resultadosignificativas en este modelo.

ASPECTOS ECONÓMICOS DE LAGESTIÓN FORESTAL CON OBJETIVOSFÚNGICOS

Una vez que se ha repasado el mercado dehongos en España y se han introducido sendosmodelos de demanda y de oferta de uno de loshongos más apreciados, se ha considerado con-veniente introducir un apartado que también bajola óptica económica centre algunos aspectos dela gestión forestal cuando la producción de hon-gos puede ser de importancia o, incluso, compe-tir claramente con otras como puede ser la demadera. Si en el apartado introductorio se haseñalado cómo se puede considerar la produc-ción de hongos como un caso de producción con-junta, no es menos cierto que esta idea se debetomar como un ideal o una convención. En efec-to, dado que no abundan montes donde la selvi-

cultura ha estado supeditada a la producción dehongos frente a la de madera, no es posible cono-cer con exactitud el grado de conflicto que pue-den tener ambos outputs. Se asume que esteconflicto es reducido y que, en general, se puederealizar una gestión donde la compatibilidad deambas producciones es sostenible en el tiempo.A título de ejemplo, en ALDEA et al. (2011) semuestra la influencia que sobre la toma de deci-siones habitualmente asociada a un proyecto deordenación de montes puede acarrear la conside-ración del recurso micológico en el análisis.

Una forma sensata de abordar ambas produc-ciones en el análisis sería a través de técnicas deinvestigación operativa que permitan de algúnmodo optimizar ambos objetivos. Durante los últi-mos años, algunos trabajos han avanzado en estalínea. Así, en DÍAZ BALTEIRO et al. (2003) semuestra una aplicación de la programación lineala un caso de producción de maderas y hongos enun pinar de repoblación de pino albar en la provin-cia de Zamora. Asumiendo el conocimiento de laevolución de las producciones de ambos produc-tos a lo largo del horizonte de planificación indi-cado (100 años) se ha resuelto un ejercicio deprogramación lineal considerando diversos objeti-vos, entre los que destacan el valor actual neto(VAN) asociado tanto a la madera como a la pro-ducción de hongos, tomando como restriccionesson las habitualmente introducidas en este tipo deanálisis (DÍAZ-BALTEIRO & ROMERO, 1998). Eneste caso, los modelos de planificación forestalestratégica propuestos ofrecen soluciones factiblesque pretenden compatibilizar ambas producciones.La utilidad de los resultados obtenidos radican notanto en mostrar un abanico de posibles solucio-nes, sino en presentar al gestor cuál sería el costede oportunidad, medido tanto en unidades físicas(metros cúbicos de madera o de chapa, kilogra-mos de hongos) como en unidades monetarias, detomar posibles decisiones acerca de la gestión eneste monte. De hecho la rentabilidad absoluta deambas producciones se puede calificar de pareja,situación que en otros estudios pudiera llegar a serincluso favorable al recurso fúngico (PALAHÍ et al.2009). Además, se ha podido comprobar cómoobtener una constancia en la renta puede llevar auna programación de cortas diferente si dicha ren-tabilidad se considera exclusivamente procedentede las claras y las cortas finales, si procede de la

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producción de setas, o de ambas. También se hacomprobado cómo en aquellos períodos en loscuales la masa es inmadura, los ingresos debidosal recurso micológico consiguen que se obtenganflujos de caja positivos en todos los períodos.Internalizando sólo una parte de la producciónfúngica se consigue un superávit en todos los perí-odos que puede ser destinado a intensificar la ges-tión que se practica en el monte.

Sin embargo, a veces no es suficiente utilizarla programación lineal. Por ejemplo, en ALDEA

et al. (2012) se ha construido un modelo conesta técnica para proponer soluciones a la ges-tión en un monte productor de hongos como esPinar Grande, en la provincia de Soria. Despuésde definir más de 2000 prescripciones y de con-siderar 7 funciones objetivo distintas, además delas restricciones exógenas propias para replicarla gestión que se está llevando actualmente eneste monte, el resultado ha sido que no hubo nin-gún modelo de programación lineal que pudieraofrecer una solución factible cuando se introdu-cían en el análisis simultáneamente todas lasrestricciones. Para solventar este problema, seha acudido a un modelo multicriterio utilizadopara problemas continuos, como es la programa-ción compromiso. La elección de este técnicafrente a otras más utilizadas en la gestión fores-tal como la programación por metas (DÍAZ-BALTEIRO & ROMERO, 2008b) se justifica tantopor el número de criterios elegido como por ladificultad de encontrar un target aceptable rela-cionado con el VAN procedente de la produc-ción de hongos, condición indispensable paraplantear un modelo de programación por metas(ROMERO, 1991). Los resultados muestran unosingresos asociados a la producción de hongosque suponen aproximadamente un 20% de losde la madera a lo largo de los 100 años del hori-zonte de planificación establecido. Esto suponepoco más de 700€·ha-1. Los resultados tambiénindican cómo es factible integrar la producciónfúngica en modelos de planificación forestalestratégica. A pesar de que en los planes vigen-tes de gestión en el caso de estudio no incorpo-ran herramientas de optimización en su análisis,las técnicas anteriormente expuestas permitencomprobar el grado de conflicto existente entredos de los outputs más valorados en el monte yla importancia económica de ambos, partiendo

de la base que aspectos como la selviculturaestán únicamente orientados a la producción demadera. Por otro lado, es preciso apuntar que eneste trabajo se ha tenido en cuenta exclusiva-mente el porcentaje de hongos que se han reco-lectado en el monte, con lo que su credibilidades mayor que si únicamente se estimara una pro-ducción media anual. Finalmente, convieneinsistir en que estos modelos también permitenestimar el coste de oportunidad que supondría algestor no introducir en el análisis este tipo deproductos forestales no madereros.

CONCLUSIONES

En este trabajo se ha mostrado, en primerlugar, la dificultad para disponer de un cuerpo deestadísticas que permitan mejorar la integraciónde este recurso en la gestión forestal que habitual-mente se realiza en España. Por otro lado, a tra-vés de una cadena de valor teórica, se ha hechohincapié en las dificultades que presenta, en gene-ral, seguir la trazabilidad de estos productos. Estacaracterística impide en muchas ocasiones reali-zar análisis a nivel de monte. Por eso se han utili-zado datos agregados (Mercabarna) paradesarrollar sendos modelos de demanda y deoferta de una de las setas más apreciadas enEspaña, el níscalo. El modelo de demanda mues-tra cómo pueden existir ciertas relaciones de sus-titución o complementariedad entre distintasespecies de hongos cultivados y silvestres. Desdeel punto de vista de la oferta, se ha obtenido unafunción que responde a una idea básica repetidaen la literatura: la precipitación media influyepositivamente en la producción de hongos. Estaconclusión, obtenida experimentalmente a nivelde parcela o de monte, se ha replicado a una esca-la mucho más agregada. El interés de este tipo deanálisis radica en poder explicar cómo se forma elprecio de este tipo de productos y, de esta forma,poder ayudar al productor a su toma de decisio-nes. Por ejemplo, se ha obtenido como resultadouna relación inversa entre producción de níscalosy temperatura media, lo que podría indicarle posi-bles cambios en las cantidades que se comerciali-zan a partir de la evolución de esta variablemeterológica. Por último, en todo el trabajo se hainsistido en el carácter de producción conjunta de

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esta producción y la de madera, aunque sujeto amatices. La principal salvedad radica en quehabitualmente no se realiza una gestión selvícolaorientada a la producción fúngica. Sin embargo,ello no excluye que en algunos casos la rentabili-dad privada de este tipo de productos, asumiendoalgunas hipótesis asociadas a la recolección,pueda ser significativa en comparación a la de larentabilidad privada de la madera.

Agradecimientos

En primer lugar, quisiera agradecer a la JuntaDirectiva de la SECF y al Coordinador delGrupo de Trabajo de Economía Forestal de estainstitución la amable invitación que me han rea-lizado para que pudiera impartir esta ponencia enel VI Congreso Forestal Español. Por otro lado,este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyode numerosos colegas que me han permitidointroducirme en el mundo micológico y conti-nuar analizando algunos de sus aspectos sin serpara nada un entusiasta recolector de hongos. Porello debo a agradecer a bastantes personas queme hayan acompañado en estos desafíos. Desdeel Profesor de la Universidad de Valladolid, JuanAndrés Oria de Rueda Salguero, que despertó enmi el interés por este recurso, hasta compañeroscon los que en los últimos años he compartidotrabajos, experiencias y publicaciones varias.Aquí querría citar expresamente al ProfesorÓscar Alfranca, de la Universidad Politécnica deCataluña, a Fernando Martínez Peña y a JorgeAldea, de la Fundación CESEFOR, así como aRoberto Voces, de la Universidad Politécnica deMadrid. Sin su colaboración hubiera sido impo-sible escribir este documento. Por otro lado hetenido la fortuna de compartir experiencias enestos campos con el Profesor José AntonioBonet, de la Universidad de Lleida, con JuanMartínez de Aragón, investigador del CentroTecnológico Forestal de Cataluña y con losProfesores Pablo de Frutos y Andrés Martínez deAzagra, de la Universidad de Valladolid.Además, me he beneficiado de los comentariosque sobre diversos aspectos micológicos me habrindado Luis Rubio Casas, a quien estoy parti-cularmente agradecido por el interés mostrado eneste trabajo. También quisiera destacar los áni-

mos, consejos e informaciones que me han apor-tado distintos compañeros del Grupo deInvestigación de la UPM “Economía ySostenibilidad del Medio Natural”. En concreto,me estoy refiriendo explícitamente a losProfesores José Alfonso Domínguez Núñez,Carlos Romero López y José Antonio Sáiz deOmeñaca. También quisiera agradecer el apoyo ylos comentarios recibidos en la sesión impartidaen el año 2012 en el seminario del ciclo MadridEnvironmental Economics Seminars (MEES).Además, este trabajo se ha visto ayudado por losdatos, informaciones técnicas y comentariosaportados amablemente por Josep Faura(Mercabarna) y José Luis Illescas Llanos, OlgaBacho Jiménez y Susana Ferrer Asís (MERCA-SA). A todos ellos mi más sincero agradecimien-to. Además, me he visto beneficiado por elsoporte prestado por los proyectos de investiga-ción Micosylva y Micosylva+, financiados por elPrograma de Cooperación InterterritorialSUDOE-Interreg. Finalmente, es necesario citarel apoyo financiero proporcionado por elMinisterio de Economía y Competitividad bajoel proyecto AGL2011-25825.

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