Ced La Gran Empresa Humana Inteligente

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CED, LA GRAN EMPRESA HUMANA Cuando proponemos activar el proceso CED, no estamos proponiendo utopías, sino que lo hacemos desde el concreto conocimiento del cómo ese proceso y sus objetivos pueden ser parte del objetivo de una empresa mundial. Lo que implica no solo disponer del conocimiento de la existencia de medios y recursos disponibles para lograr que esa empresa logre producir como resultado (producto y servicio), ese objetivo, sino el que existe un contexto de mercado mundial ávido de su utilización y consumo. Con la doble capacidad de este proyecto empresarial, de lograr comenzar con un contexto de mercado preexistente y con la capacidad integral de “desear” el producto y servicio que se ofrece, tanto como igual capacidad para afrontar sus costos económicos, para luego como automático resultado derivado de las propiedades del sistema en acción, “fabricar” los nuevos consumidores aptos tanto para desear como para lograr pagar por el producto y servicio que genera esta empresa humana global. Lo cual implica que el proyecto en sí, se convierta inicialmente en un Plan de Negocios desde el cual pueda analizarse la citada viabilidad, las propiedades y posibilidades enunciadas y el origen y sustento de su alta rentabilidad. Y de su ilimitada capacidad de auto expansión, no solo limitada al contexto físico que implica tal concepto, sino al tipo de “materia prima esencial”, que utiliza como recurso primordial de propiedad “inagotable” (cuanto más se usa y más se comparte, más calidad, cantidad y potencia asume automáticamente). Desde estas consideraciones previas, CED la empresa humana global, presupone activar la empresa más ambiciosa de la historia. Ambición que se corresponde con el cabal conocimiento de lo que nos permite el conocimiento adquirido y la tecnología, lo que sumado a las urgentes y vitales desafíos que tenemos ante nosotros como especie, nos impulsa tanto como nos afianza en hacer de esta empresa, esa sana ambición como el objetivo factible de lograr de una empresa que logre hacer factible, accesibles e interesantes sus resultados a miles de millones de personas en todo el mundo.

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Es preciso y posible activar un nuevo proceso de civilización a nivel mundial, cuyo diseño y gestión estén enfocados en permitir que la inteligencia colectiva como energía inagotable de uso y producción masiva, se convierta en el principal factor del mercado mundial y en la plataforma desde la cual sea posible crear las soluciones a los problemas que la carencia de inteligencia ha construido, poniendo en grave peligro la expectativa de vida en el planeta.

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CED, LA GRAN EMPRESA HUMANA

Cuando proponemos activar el proceso CED, no estamos proponiendo utopías, sino que lo hacemos desde el concreto conocimiento del cómo ese proceso y sus objetivos pueden ser parte del objetivo de una empresa mundial.

Lo que implica no solo disponer del conocimiento de la existencia de medios y recursos disponibles para lograr que esa empresa logre producir como resultado (producto y servicio), ese objetivo, sino el que existe un contexto de mercado mundial ávido de su utilización y consumo.

Con la doble capacidad de este proyecto empresarial, de lograr comenzar con un contexto de mercado preexistente y con la capacidad integral de “desear” el producto y servicio que se ofrece, tanto como igual capacidad para afrontar sus costos económicos, para luego como automático resultado derivado de las propiedades del sistema en acción, “fabricar” los nuevos consumidores aptos tanto para desear como para lograr pagar por el producto y servicio que genera esta empresa humana global.

Lo cual implica que el proyecto en sí, se convierta inicialmente en un Plan de Negocios desde el cual pueda analizarse la citada viabilidad, las propiedades y posibilidades enunciadas y el origen y sustento de su alta rentabilidad.

Y de su ilimitada capacidad de auto expansión, no solo limitada al contexto físico que implica tal concepto, sino al tipo de “materia prima esencial”, que utiliza como recurso primordial de propiedad “inagotable” (cuanto más se usa y más se comparte, más calidad, cantidad y potencia asume automáticamente).

Desde estas consideraciones previas, CED la empresa humana global, presupone activar la empresa más ambiciosa de la historia.

Ambición que se corresponde con el cabal conocimiento de lo que nos permite el conocimiento adquirido y la tecnología, lo que sumado a las urgentes y vitales desafíos que tenemos ante nosotros como especie, nos impulsa tanto como nos afianza en hacer de esta empresa, esa sana ambición como el objetivo factible de lograr de una empresa que logre hacer factible, accesibles e interesantes sus resultados a miles de millones de personas en todo el mundo.