Centro de Educación Abierta Bachillerato - Universidad No ...

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gaceta mensu al No. 08-2016 Bachillerato - Universidad Ciencia - Educación - Arte CEA CEA Centro de Educación Abierta Centro de Educación Abierta 1 de 4 Lo que este país necesita es ponerse a leer La Ilíada José Vasconcelos El escritor mexicano, José Vasconcelos, autor de varios y formidables libros de memorias, nos cuenta en El desas- tre, en el capítulo titulado «Las bibliotecas», los inciden- tes que vivió, como Secretario de Educación, en su im- portante tarea de difusión de los autores clásicos y en su intento de construcción de una Biblioteca Nacional. Aquí ofrecemos un fragmento de dicho capítulo. LAS BIBLIOTECAS T razarse un programa sencillo pero coherente y completo, y en seguida desarrollarlo según van dando ocasión las circunstancias y provocando estas circunstancias cuando ellas mismas no se ofrecen, tal es el secreto de una labor que llega a ser grande. En cambio, si se procede sin plan director, el es- fuerzo, por sincero y tenaz que sea, se perderá en el de- talle, se dispersará en la confusión. La obra de la Secreta- ría, según ya se apuntó, debía ser triple en lo fundamen- tal, quíntuple en el momento. Las tres direcciones esen- ciales eran: Escuelas, Bibliotecas y Dirección de las Bellas Artes. Las dos actividades auxiliares: incorporación del indio a la cultura hispánica65 y desanalfabetización de las masas.66 En el país había, hay todavía, una escasez de libros comparable sólo a la escasez de escuelas. En cualquier burgo americano de quince mil habitantes existe la Carnegie o la biblioteca municipal con quince o veinte mil volúmenes bien escogidos. Cuando nosotros empezamos a crear no había, ni en la capital, una sola biblioteca moderna bien servida. La Nacional, instalada en edificio bello, pero impropio, ha sido y sigue siendo almacén de libros más bien que casa de información y de lectura. Y para construir la verdadera gran biblioteca que al país hace falta, me daba plazos, porque era me- nester comenzar por construir un edificio de varios mi- llones de pesos, el mejor edificio del país, algo que rivali- ce con la Catedral y el Palacio. Además, de director de la biblioteca estaba un personaje incapaz de entender el problema.67 Pedí al Presidente que lo quitara de allí, pues era de sus íntimos, y, en efecto, le ofreció una Lega- ción. Pero el buen señor, ya hombre de edad, contes- tó: —Ya veo que me quiere usted mejorar, señor Pre- sidente; pero, se lo ruego: no me quite de donde es- toy; me hallo muy a gusto en este puesto oscuro. Y fue necesario esperar. Yo no tenía prisa de apo- derarme de aquel edificio inservible para el objeto de instalar una buena biblioteca moderna. Debíamos hacer nuestros edificios. Aparte de eso, la riqueza po- sitiva de nuestra Biblioteca Nacional está en sus tres- cientos mil volúmenes escogidos, herencia de con- ventos y de coleccionistas coloniales. Esta parte del tesoro se hallaba segura porque la honradez del remi- so director era intachable. Pero en libros modernos, la biblioteca es pobrísima. Hacían falta, pues, edificios y libros. Para llegar a obtener ambos era necesario des- pertar el interés del pueblo por la lectura. ¿Y por dón- de ha de comenzar el que quiere hacer leer? ¿Hay en el mundo persona ilustrada que niegue que el co- mienzo de toda lectura culta está en los autores clá- sicos de la Huma- nidad? En broma dije a Obregón un día: —Lo que este país necesita es ponerse a leer La Ilíada. Voy a repar- tir cien mil Home- ros en las escuelas nacionales y en las bibliotecas que va- mos a instalar... Contenido Fotos del archivo CEA: Titulados, Julio 2016 Páginas 2-3 Cuentos: Los esclavos de Jacques Sternberg La tortuga y Aquiles de Augusto Monterroso Página 3 Avisos Página 6 FUENTE: http://www.inehrm.gob.mx/work/models/inehrm/Resource/493/1/images/vasconcelos.pdf

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gaceta mensual

No. 08-2016 Bachillerato - Universidad

Ciencia - Educación - Arte

CEACEA Centro de Educación AbiertaCentro de Educación Abierta

1 de 4

Lo que este país necesita es ponerse a leer La Ilíada

José Vasconcelos

El escritor mexicano, José Vasconcelos, autor de varios y formidables libros de memorias, nos cuenta en El desas-tre, en el capítulo titulado «Las bibliotecas», los inciden-tes que vivió, como Secretario de Educación, en su im-portante tarea de difusión de los autores clásicos y en su intento de construcción de una Biblioteca Nacional. Aquí ofrecemos un fragmento de dicho capítulo.

LAS BIBLIOTECAS

T razarse un programa sencillo pero coherente y completo, y en seguida desarrollarlo según van dando ocasión las circunstancias y provocando estas circunstancias cuando ellas mismas no se

ofrecen, tal es el secreto de una labor que llega a ser grande. En cambio, si se procede sin plan director, el es-fuerzo, por sincero y tenaz que sea, se perderá en el de-talle, se dispersará en la confusión. La obra de la Secreta-ría, según ya se apuntó, debía ser triple en lo fundamen-tal, quíntuple en el momento. Las tres direcciones esen-ciales eran: Escuelas, Bibliotecas y Dirección de las Bellas Artes. Las dos actividades auxiliares: incorporación del indio a la cultura hispánica65 y desanalfabetización de las masas.66 En el país había, hay todavía, una escasez de libros comparable sólo a la escasez de escuelas. En cualquier burgo americano de quince mil habitantes existe la Carnegie o la biblioteca municipal con quince o veinte mil volúmenes bien escogidos. Cuando nosotros empezamos a crear no había, ni en la capital, una sola biblioteca moderna bien servida. La Nacional, instalada en edificio bello, pero impropio, ha sido y sigue siendo almacén de libros más bien que casa de información y de lectura. Y para construir la verdadera gran biblioteca que al país hace falta, me daba plazos, porque era me-nester comenzar por construir un edificio de varios mi-llones de pesos, el mejor edificio del país, algo que rivali-ce con la Catedral y el Palacio. Además, de director de la biblioteca estaba un personaje incapaz de entender el problema.67 Pedí al Presidente que lo quitara de allí, pues era de sus íntimos, y, en efecto, le ofreció una Lega-

ción. Pero el buen señor, ya hombre de edad, contes-tó: —Ya veo que me quiere usted mejorar, señor Pre-sidente; pero, se lo ruego: no me quite de donde es-toy; me hallo muy a gusto en este puesto oscuro. Y fue necesario esperar. Yo no tenía prisa de apo-derarme de aquel edificio inservible para el objeto de instalar una buena biblioteca moderna. Debíamos hacer nuestros edificios. Aparte de eso, la riqueza po-sitiva de nuestra Biblioteca Nacional está en sus tres-cientos mil volúmenes escogidos, herencia de con-ventos y de coleccionistas coloniales. Esta parte del tesoro se hallaba segura porque la honradez del remi-so director era intachable. Pero en libros modernos, la biblioteca es pobrísima. Hacían falta, pues, edificios y libros. Para llegar a obtener ambos era necesario des-pertar el interés del pueblo por la lectura. ¿Y por dón-de ha de comenzar el que quiere hacer leer? ¿Hay en el mundo persona ilustrada que niegue que el co-mienzo de toda lectura culta está en los autores clá-sicos de la Huma-nidad? En broma dije a Obregón un día: —Lo que este país necesita es ponerse a leer La

Ilíada. Voy a repar-tir cien mil Home-ros en las escuelas nacionales y en las bibliotecas que va-mos a instalar... ≈

Contenido

Fotos del archivo CEA: Titulados, Julio 2016

Páginas 2-3

Cuentos: Los esclavos

de Jacques Sternberg La tortuga y Aquiles

de Augusto Monterroso Página 3

Avisos Página 6

FUENTE: http://www.inehrm.gob.mx/work/models/inehrm/Resource/493/1/images/vasconcelos.pdf

Gaceta CEA

TITULACIONES: DERECHO, JULIO 2016

CENTRO DE EDUCACIÓN ABIERTA

2 de 4

TITULACIONES: DERECHO, JULIO 2016

TITULACIONES: ADMINISTRACIÓN, JULIO 2016

De izquierda a derecha: Lic. Rosa Josefina Báez Rodríguez, Yo-landa Huerta Sánchez (graduada), Lic. Lucía Magdalena Díaz Fernández, Lic. Verónica Larios Hernández.

De izquierda a derecha: Lic. Salvador Camiro Curiel, Lic Haideé Romero Pérez, Mario Alberto Castillo Hernández (graduado), Mtra. María Ofelia Waldo Ávila.

De izquierda a derecha: Mtro. Rubén Murillo Domínguez, Lic. Lucía Magdalena Díaz Fernández, Enrique Flores Hernán-dez (graduado), Lic. Rosa Josefina Báez Rodríguez.

De izquierda a derecha: Lic. Salvador Camiro Curiel, Mtra. María Ofelia Waldo Ávila, Gloria Hernández Cortés (graduada), Lic. Lucía Magdalena Díaz Fernández.

De izquierda a derecha: Mtro. José Luis Morales Reyes, Alejan-dro Delgadillo Fuentes (graduado), Mtro. Jenaro Cabrera Rodrí-guez, Mtro. Cristóbal Pérez Pérez.

De izquierda a derecha: Mtro. Francisco Morales y Rivera, Ar-mando Ramírez Osorio (graduado), Mtro. Jenaro Cabrera Rodrí-guez.

Gaceta CEA

TITULACIONES: CONTADURÍA, JULIO 2016

CUENTOS

3 de 4

De izquierda a derecha: Lic. Joaquín Arando Noltenius Hahnel, Lic. Porfirio Tecpanecat Máxil, Carmen Atanacio Domínguez (graduada), Mtro. José cristóbal Pérez Pérez.

LAS AUTORIDADES DE NUESTRA INSTITUCIÓN,

FELICITAN, AMPLIAMENTE, A TODOS LOS ALUMNOS

GRADUADOS.

Nuestra recompensa se encuentra en el es-fuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo to-tal es una victoria completa.

Mahatma Gandhi

Los esclavos Jacques Sternberg

E n el comienzo, Dios creó al gato a su imagen y semejanza. Y, desde

luego, pensó que eso estaba bien. Porque, de hecho, estaba bien. Salvo que el gato era hol-gazán y no deseaba hacer na-da. Entonces, más adelante, después de algunos milenios, Dios creó al hombre. Única-mente con el objeto de servir al gato, de darle al gato un es-clavo para siempre. Al gato, Dios le había dado la indolen-cia y la lucidez; al hombre, le dio la neurosis, la habilidad manual y el amor por el traba-jo. El hombre se dedicó de lle-no a eso. Durante siglos cons-

truyó toda una civilización ba-sada en la inventiva, la produc-ción y el consumo intenso. Una civilización que, en suma, escondía un único propósito secreto: darle al gato cobijo y bienestar. Es decir que el hombre in-ventó millones de objetos in-útiles, y por lo general absur-dos, sólo para producir los contados objetos indispensa-bles para la comodidad del ga-to: el radiador, el almohadón, el tazón para la leche, el tacho con aserrín, el tapiz, la alfom-bra, la cesta para dormir y pue-de que incluso la radio, porque

a los gatos les gusta mucho la música. Sin embargo, los hombres ignoran esto. Porque lo desean así. Porque creen ser los ben-decidos, los privilegiados. Tan perfectas son las cosas en el mundo de los gatos.≈

La tortuga y Aquiles

Augusto Monterroso

P or fin, según el cable, la semana pasada la tortuga llegó a la meta. En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrin-cante le pisó todo el tiempo los talones. En efecto, una diezmiltrillo-nésima de segundo después, como una flecha y maldicien-do a Zenón de Elea, llegó Aquiles.≈

Gaceta CEA

Publicación gratuita

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Centro de Educación Abierta

Director general Octavio Nava Cruz

Diseño

Guillermo Serrano

Sitio Web www.ceauniversidad.com/

Los festejados del mes

Nuestra institución felicita, calurosamente, en su aniversario de cumpleaños a los siguientes maes-tros:

3 de agosto Rubén Murillo Domínguez

5 de agosto María de Lourdes Trujillo Culebro

11 de agosto Verónica Larios Hernández

12 de agosto Gabriela Barragán González

17 de agosto Selene Pérez Martínez Salvador Camiro Curiel

25 de agosto Julián Mayorga Vaca

28 de agosto Agustín Morales López

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