Ceremonia de Entronizacion

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EL CEREMONIAL EN EL ESCENARIO RIOPLATENSE Veamos ahora con detenimiento la descripción realizada por un testigo respecto a la ceremonia de entronización de Carlos IV en el mundo colonial rioplatense: “Don Facundo Prieto escribano de cámara del Católico Rey nuestro señor de esta Real Audiencia Pretorial, certificó que el cuatro del corriente se publicó vando de orden del excelentisimo Sr Virrey y Capitán General de estas provincias para que en esta capital se hiciese solemne y debidamente la jura y proclamacion de Nuestro Soberano el Sr Don Carlos IV como hijo y legítimo sucesor de los reynos estados y señorios de la monarquía española y de las Indias por la muerte de nuestro Rey el Sr Don Carlos III..., iluminandose sus tres noches las calles y plazas con otras sabias oportunas disposiciones gubernativas para su aseo y tranquilidad, reservando las Fiestas Reales y regocijos públicos para la inmediata mejor estacion (…) En el referido dia siendo como a las tres y media de la tarde vajo su excelencia de su posada que es en la Real fortaleza con el Real Acuerdo, contadores de cuentas, cuerpo militar, Colegio Real de San Carlos y muchos vecinos y habitantes de distincion y estando al pie de la escalera llegó sin intermision de tiempo el Regidor Alferez Real Don Agustín Casimiro de Aguirre con vestido muy brillante de rica tela de plata , y a los lados, llevando los cordones los dos alcaldes ordinarios con el Ilustre Cabildo, en trage sus individuos de gala uniformados de cazaca y calzón de terciopelo negro… cuatro Reyes de armas con trajes, insignias costosas y propias de su representación acompañando a este cuerpo multitud de vecinos y moradores decentes con la correspondiente tropa, de custodia y por delante la musica de violines, clarines y otros instrumentos… Pusose el Alférez Real y a la izquierda, y Sr Regente a la derecha de su excelencia,

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EL CEREMONIAL EN EL ESCENARIO RIOPLATENSE

Veamos ahora con detenimiento la descripción realizada por un testigo respecto

a la ceremonia de entronización de Carlos IV en el mundo colonial rioplatense:

“Don Facundo Prieto escribano de cámara del Católico Rey nuestro señor de esta Real Audiencia Pretorial, certificó que el cuatro del corriente se publicó vando de orden del excelentisimo Sr Virrey y Capitán General de estas provincias para que en esta capital se hiciese solemne y debidamente la jura y proclamacion de Nuestro Soberano el Sr Don Carlos IV como hijo y legítimo sucesor de los reynos estados y señorios de la monarquía española y de las Indias por la muerte de nuestro Rey el Sr Don Carlos III..., iluminandose sus tres noches las calles y plazas con otras sabias oportunas disposiciones gubernativas para su aseo y tranquilidad, reservando las Fiestas Reales y regocijos públicos para la inmediata mejor estacion (…)En el referido dia siendo como a las tres y media de la tarde vajo su excelencia de su posada que es en la Real fortaleza con el Real Acuerdo, contadores de cuentas, cuerpo militar, Colegio Real de San Carlos y muchos vecinos y habitantes de distincion y estando al pie de la escalera llegó sin intermision de tiempo el Regidor Alferez Real Don Agustín Casimiro de Aguirre con vestido muy brillante de rica tela de plata , y a los lados, llevando los cordones los dos alcaldes ordinarios con el Ilustre Cabildo, en trage sus individuos de gala uniformados de cazaca y calzón de terciopelo negro… cuatro Reyes de armas con trajes, insignias costosas y propias de su representación acompañando a este cuerpo multitud de vecinos y moradores decentes con la correspondiente tropa, de custodia y por delante la musica de violines, clarines y otros instrumentos… Pusose el Alférez Real y a la izquierda, y Sr Regente a la derecha de su excelencia, presediendo al Real Acuerdo, Contadores y Ayuntamiento dibididos en dos filas con una compañía de granaderos de retaguardia y se salió en derechura pasando por medio de la Plaza Mayor a pie para las Casas Capitulares situadas al otro extremo de la plaza… y llegando al tablado que estaba hermosamente dispuesto, inmediato a las Casas Capitulares se queda cerca de el, el Alférez Real y su excelencia con el Real Acuerdo y Cabildo subieron al balcón principal en el que además de primeroso adorno, que había a la entrada, estaban en la parte de afuera vajo de dozel los retratos de Nuestro Reynante Monarca y su esposa nuestra reina y señora, con sillas para su excelencia y Real Acuerdo ocupando los restantes balcones las señoras ministras y otras de la primera clase de esta ciudad según el repartimiento que se les hizo cubriendo la gente todo el grandor de la plaza y sitios inmediatos, independiente de las que había en las puertas, ventanas del Real Seminario, Palacio Episcopal, e Iglesia nueva Catedral, con otras casas que quadran la plaza… y todo colgado y adornado de variedad de texidos de seda hallándose en cada vocacalle de las cuatro de la plaza,un arco triunfal trazados de forma que hacían una armonía deleytosa. En este estado y luego que su excelencia y Real Acuerdo se manifestó en el balcón, y hallándose ya en el tablado, el Alférez Real con los Alcaldes ordinarios y escribanos del cabildo que quedaron acompañandole y los Reyes de armas se principio la proclamación, diciendo estos ( que se repartieron

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en los cuatro ángulos) en alta e inteligible voz por tres veces: silencio y después por otras tres oid: Luego el Alférez Real haciendo una muy reverente venia a la majestad que se representava, en su retrato su Excelencia y Real Acuerdo, dijo con voz levantada y sonora por tres ocasiones. Castilla y las Indias por nuestro Rey Católico, el Sr Don Carlos IV, viva, viva, viva destacándose con presteza al nombrarlo y tremolando con arrogancia y circunspción digna de tal acto, el Real Estandarte correspondiendo el pueblo por un muy largo tiempo y sin interrupción, que viva, que viva, que viva Nuestro Rey y Sr Don Carlos IV, Rey de Castilla y de las Indias, haciendo salva la artillería de la Real Fortaleza y arrojando dicho Alférez Real con generosidad magnánima y por medio del escribano del cabildo, abundancia de monedas de plata selladas(…) Vajo del balcón su excelencia con el Real Acuerdo, contadores y ayuntamientos e incorporandose el Alferez Real siguió a pie con el acompañamiento referido al sur de la calle del Real Colegio de San Carlos hasta la altura del Combento de Santo Domingo por donde se dirigió seguido de infinidad de gentes y tendida la tropa por las calles de la carrera que estaban colgadas de diversidad de telas, las puertas ventanas y techos agolpadas de personas de uno y otro sexo y arrojando a porfia flores al pasar, el Real Pendón y hallandose ya en la plazuela o Portico de dicho convento de Santo Domingo… se repitio el Alferez Real el propio acto y con las mismas circunstancias y ceremonias, que el primero habiendo el pueblo repetido, su alegría o alborozo. Siguiose despues al norte por la calle de San Francisco en igual forma, experimentandose en las calles, y gente el propio hermoso adorno y celebridad hasta que se llegó al conbento de religiosos mercedarios…en que se practico el tercer acto sin otra diferencia de los antecendentes en su solemnidad que el de haber habido una horquesta de musica y aumentado considerablemente las gentes y multiplicandolos vivas y regocijos(…) Despues de esto el Alférez Real con el Ilustre Cabildo y todo el acompañamiento que habia habido se regreso a las casas capitulares en cuio balcón principal y vajo de dozel expuso al público el Real Estandarte sobre almohadas de terciopelo y rodeado de centinelas para su mayor custodia y veneración retirandose a su casa seguido de los demas que estaba en la puerta y en lo interior magnificamente iluminada y adornada en donde se sirvió un abundante refresco teniendo despues bayle de las principales personas. Al día siguiente , nueve y siendo como las diez de la mañana salió su excelencia del Palacio con el Real Acuerdo, Contadores de la contaduria de cuentas, el Cabildo Justicia y Regimiento encaminandose en coches a la Iglesia Catedral… y se oyo la misa solemne en que pontifico el Reverendo Obispo y el sermón que predicó el cura Rector Don Vicente Arroyo, cantandose despues el Te Deum y haciendo salva la artillería de la Real Fortaleza todo con la mayor solemnidad…Por la noche de este día nueve como la de los dos antecedentes se iluminó la ciudad con variedad de invenciones para la mejor y mas vistosa luz sin que hubiese habido en estos tres días y sus noches exceso punible alguno pues las Gentes llenas de gozo se esforzaban en la celebridad…”1

1 AGN. 39-5-5, Sala IX, Tribunales, Legajo 259, expediente 15, fojas 30 y ss. (El destacado es nuestro) .