Chavin de Huantar y Monte Alban Las Relaciones-sur Mesoamericanas - Eduardo Corona

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CHAVIN DE HUANTAR Y MONTE ALBAN. LAS RELACIONES SUR MESOAMERICANAS Las relaciones interétnicas y la formación del estado en la evolución del modo de producción americano Etnoh. Eduardo Corona Sánchez DIRECCION DE ETNOHISTORIA INAH. MEXICO

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CHAVIN DE HUANTAR Y MONTEALBAN. LAS RELACIONES SURMESOAMERICANAS

Las relaciones interétnicas y la formación del estado en la evolución del modo de producciónamericano

Etnoh. Eduardo Corona SánchezDIRECCION DE ETNOHISTORIAINAH. MEXICO

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CHAVIN DE HUANTAR Y MONTE ALBAN LASRELACIONES-SUR MESOAMERICANAS

Etnoh. Eduardo Corona SánchezDIRECCION DE ETNOHISTORIAINAH. MEXICO

La identidad étnica en Mesoamérica.

El objetivo de este ensayo, es definir las fórmulas que definen las formaciones sedentariasdel modo de producción americano, para transitar al estado con base a la articulación étnica declanes cónicos a diferencia de las sociedades organizadas en clanes igualitarios que continúan conel modo de producción correspondiente a la sociedad primitiva en el continente americano (CoronaSánchez Eduardo).

Si bien es tema de otro trabajo el establecer el proceso histórico que condujo a ladiferenciación de modos de producción en América con base a las distinciones sociales quepresentaron las oleadas de grupos asiáticos que se introdujeron al continente, por ahora esnecesario plantear como premisa, la capacidad de movilización que presentaron las sociedadesque ocuparon ese extenso territorio, las que por pertenecer a diferentes etnias y establecerse endiferentes tiempos y regiones desarrollaron características propias, sin embargo se articularonconstantemente e influyeron en la definición de las diferentes etapas de su proceso de desarrollo yevolución

De las diferentes corrientes poblacionales que ingresan a América, sabemos por datosgenéticos, lingüísticos y dentales de tres migraciones principales: La primera y más antigua (30-15.000 años a.C.) proviene de la región siberiana comprendida entre los ríos Amur y Lena, la cual seconsidera como el origen de los indígenas americanos. La segunda migración (15-10.000 años a.C)es la base de los grupos Na-Dene que se establecen en el Noroeste del actual Canadá. La Tercera(9-6.000 años A.C) comprende a los ancestros de las poblaciones aleuto esquimales, y al parecerpor el pacífico se distribuye también hacia el continente australiano por el Occidente y por el orientehacia Sur América y Norte América

Entre la primera y la tercera de las corrientes señaladas, existe una distancia temporal de20 a 10.000 años de diferencia, a más de provenir de zonas asiáticas distintas, lo cual consideramosse traduce en variantes étnicas y sociales expresadas en su tecnología como expresión de susformas de interactuar con la naturaleza.

Se sabe, por ejemplo que de entre los complejos paleoamericanos anteriores al 9.500 a.Cse reconocen los de puntas de proyectil en forma de hoja de laurel conocidos como tipo Lermaasociados a navajillas finas, raspadores y raederas que desde Norte América llegan hasta el Jobo enVenezuela. Pero después de 9.500 A.C aparecen puntas finamente retocadas por ambas caras conbordes convexos y redondeados, con canaladuras en la base, por lo que son conocidas como “cola

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de pescado”, de las cuales se cuenta con distintas variantes desde la Patagonia en donde están lasmás antiguas hasta Costa Rica y mas tarde en Panamá y México, lo cual consideramos estraducción de formulas específicas de identidad étnica, que implican su migración y la transmisión detécnicas utilizadas por su efectividad, situación que también van integrando en un proceso históricode desarrollo a diferentes grupos o etnias asentadas en esas regiones dentro de una historia oidentidad continental.

Así, de 5000 a 2000 a.C. se aprecia una diversificación en las formas de las puntas deproyectil con péndulo y aletas, que al parecer indican también una mayor diferenciación de gruposétnicos. Y de procesos evolutivos en su relación o interacción con diferentes ecosistemas de lanaturaleza, con la cacería o apropiación de una mayor variedad de fauna y el uso intensivo de larecolección marina, al mismo tiempo que se da el incremento en puntas de proyectil en huesoadaptadas a una variedad de funciones.

Es cierto que se suceden cambios registrados en la naturaleza consecuentes a la disolucióndel Pleistoceno (lo que da lugar a ecosistemas de selva, desierto y bosques), a los cuales el hombrese enfrenta, acorde a sus variantes sociales y étnicas, ocasionando o bien su adaptación o eldesarrollo paulatino de formas de producción, que se experimentan con la naturaleza como si estafuera un laboratorio para su reproducción, sembrando las plantas silvestres e hibridizándolas, paradespués intervenir en su bioregeneración y subordinar su ciclo de vida al sino del hombre, ya quetambién se hacen más comunes otras herramientas como las piedras de molienda asociadas a ladomesticación de la flora y a formulas de producción asociadas al cultivo.

Al respecto Schobinger plantea: No se conoce con exactitud la causa de estas extinciones ( defauna pleistocénica); contribuyeron claro está, los cambios climáticos y biogeográficos. Las erupcionesvolcánicas y acaso en algunos sitios, la mano del hombre. En cuanto a la influencia de todos estos cambiosen los grupos humanos es obvia; algunos migraron, siguiendo el ambiente al cual se habían adaptado, otrossufrieron un proceso de readaptación, reflejado o no en sus tipos industriales, éste es el caso de loscazadores del centro-sur de México, cuyo cambio fue más social que tecnológico,(Schobinger,1969.44).

Estamos de acuerdo que se trata de un cambio social más que tecnológico, que siguiendo aPaul Kirchhoff se explica con relación a su correspondencia a diferentes formas de parentesco yconsanguinidad, a las variantes de clan igualitario y a uno cónico, de entre los cuales el igualitario seasocia a fórmulas de caza y recolección que se continúan hasta nuestros días en diversoscontinentes, pero el cónico en cambio se organiza a través de formas estamentarias respecto a unancestro común y se asocia su evolución a la agricultura y al desarrollo de formas de jefatura y conla disolución de éstas se transita al estado (Kirchhoff,1968)

Se trata de diferencias en sus formas de organización social clánica, correspondientes agrupos étnicos, más complejos, que integran a la familia y a la banda, de manera corporativa, paraexplotar y transformar diferentes ecosistemas de la naturaleza, no a nivel zonal y temporal sinoextensivo y constante, que conllevó al cultivo por semillas de gramíneas y vegetativo de tubérculos,asociados a la formación de unidades sedentarias o poblados como unidades sociales productivas,en donde la mujer juega un papel importante en las actividades de apropiación y en las formas deuso y transformación de la naturaleza como alimento.

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En ese sentido, Morris Swadesh, en su trabajo sobre conceptos geográfico-cronológicos decultura y lengua, plantea que:

“La interpretación no puede quedarse en la cuestión de los puntos cardinales; tiene que abordar elsignificado de norte, sur, este y oeste, para la economía e historia del hombre. En Norte América el este esuna región lejos de las rutas más antiguas del poblamiento del continente, de manera que su poblamientohabrá comenzado mucho más tarde que en el oeste y habrá sentido menos el influjo de nuevos migrantesdesde Asia interior es donde primitivamente se vivió de la caza, actividad que exige grandes extensiones,mientras que en la costa se sustentan de la pesca. El lejano Norte es territorio de difíciles recursos para lavida humana. El Sur es el lado de donde se difundía la agricultura, posibilitando por primera vez la vidasedentaria. El momento que captan nuestros mapas lingüísticos es cuando la agricultura se conocía ya enuna gran parte de Norte América sin haber todavía desplazado a la caza como principal fuente económica enla mayor parte del continente, más al norte del México Central” (Swadesh,.1956,679).

Es decir, no son las fórmulas técnicas las que se desarrollan, sino que los cambioscorresponden al arribo, poblamiento y expansión de grupos étnicos distintos que corresponden amigraciones más tardías, los cuales presentan fórmulas de organización social diferentes a las delos clanes igualitarios, para los cuales no son los ecosistemas los determinantes sino que éstosconstituyen el laboratorio requerido para su desarrollo y reproducción.

Lengua, etnia y cultura van de la mano; por ello para nosotros, la glotocronología aportadatos importantes en términos de los movimientos y desplazamiento de grupos étnicos condiferentes fórmulas sociales. Así, Swadesh plantea al respecto:

“La lingüística comparativa, a base de la distribución actual de los miembros de una ocupaciónlingüística y del vocabulario común, sobre todo de la flora y fauna, trata de reconstruir los movimientosprehistóricos de los pueblos y determinar el lugar de su origen. En esto es ingenuo suponer que cadaagrupación lingüística haya salido de una sola horda que hace tiempo habitaba un solo punto geográfico. Laslenguas conocidas por la historia en cualquier parte del mundo, generalmente ocupan cada una un territoriomás o menos extenso y comprenden generalmente más de un grupo local de hombres. De hecho no esposible que comience la diversificación de una lengua hasta que sea empleada en más de un lugar porcomunidades locales que tengan muy amplio contacto entre sí. Es posible que, en algunos casos, el idiomade una sola comunidad se extendió hasta abarcar varias comunidades y de allí comenzó la diversificación,pero esto será nada más una entre tantas posibles secuencias de los sucesos,. Además, habrá durado algúntiempo la dispersión de la comunidad antes de alcanzar la condición que permitiera la diversificaciónlingüística” (Swadesh,1956.678).

Si aceptamos que el continente americano se pobló en distintos tiempos con diferentescorrientes étnicas, y que éstas presentan diferencias en sus fórmulas de organización clánica yétnica, al asentarse o tomar su lugar en el continente, van a constituir diferentes tradicionesculturales que han sido registradas por la lingüística, como macroquechua, macromaya, macronahua, etc. que se establecen en Mesoamérica transformándola en un área pluriétnica ymulticultural, de entre las cuales, tal vez, por ser detectada por la glotocronología como la masantigua, adquiere importancia para nosotros la conocida como macro-otomangue, de la cual sederivan los pame, otomi, matlatzinca, mazahua y zapoteca, que ocuparan regiones del AltiplanoCentral y de la costa del Pacífico desde más o menos 5000 años a.C., y que al parecer sedesprenden por el occidente de México hasta la región de Ecuador, uniéndose con el mangue ydando lugar según Caamaño al chorotega (Caamaño.1997). .

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El otomangue

Es el biólogo prehistoriador Lauro González Quintero quien al tratar de distinguir en términossociales una tradición lítica para definir las fórmulas mesoamericanas califica de “modo otomí”aquel que desarrolla las navajas bifaciales que permiten avanzar en las técnicas de uso diverso ymúltiple de los recursos, en términos paleolíticos (González Quintero…….). Por su parte, el biólogoBruce F. Benz, continuando esa articulación de la biología con la antropología, con referencia a lacontrastación de espacios étnicoñlingüísticos con la distribución de las diferentes razas del maíz, enrelación a su morfología, o a la arquitectura de la planta como expresión selectiva de los mediosnatural y cultural, encuentra que:

“Algunos grupos de razas muestran una distribución que coincide con la de ciertos grupos culturales.Esa coincidencia la ejemplifican las razas clasificadas en dos alianzas primitivas que se distribuyen a lo largode la cuenca del Pacífico. Las razas como harinoso de ocho, de Nayarit, tabloncillo, de Jalisco, maíz ancho deGuerrero, olotillo, de Chiapas, conejo, de Guerrero, y bolita, chatino, maizón y zapalote chico, de Oaxaca, sedistribuyen a lo largo de las áreas habitadas por hablantes de lenguas indígenas pertenecientes todas a lafamilia de lenguas denominada otomangue por los lingüistas”(Benz.,1997..22).

“Aunque no carece de excepciones, el patrón de la coincidencia geográfica sugiere que esas razascompartieron entre sí una parte de su historia cultural y biológica. Además, esas relaciones sugieren que elmaíz fue domesticado por antepasados indígenas que hablaban lenguas antecesoras del otomí, elmatlatzinca, el tlapanceo, el amuzgo, el chiapaneco y el zapoteco, entre otras. La comprobación de estahipótesis la proporcionan los análisis lingüísticos, que sugieren que la protolengua con el léxico de mayorantigüedad referente al maíz es de la misma familia; el otomangue” (Benz, 1997:22) (Figura.1).

Figura.No.1. Distribución geográfica de las razas de maíz comparada con la de las lenguas de lafamilia otomangue..Según Bruce F.benz. Obtenido de la revista de arqueología Mexicana.No.20,199,.20.

Siguiendo ese método de contrastación, las lingüistas Maricela Amador y Patricia Casasa,con base a un estudio glotoctonológico. en una reunión sobre estudios lingüísticos, proponen que loshablantes de los idiomas antecesores pudieron haber habitado gran parte de la zona dedomesticación de plantas en Mesoamérica. Así identifican a los primeros agricultores comootomangues, interpretado como familia y como unidad cultural, dado que entre las palabras queconstituyen su bagaje lingüístico de identidad, con su forma de vida para tiempos remotos (4.600 –4.400. a.C), hacen referencia al conocimiento y utilización previos a su domesticación y cultivo de

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calabazas, fríjol, maíz, chile, camote, aguacate, algodón, maguey, nopal, cebolleta cambray, etc.locual coincide con las muestras de semillas localizadas por Richard MacNeish y reportadas para lafase Coxcatlan en Tehuacán. ( Amador y Casasa, 1979:13-19).

Además, Amador y Casasa, en su estudio léxico reconstructivo del macrootomangue,

localizan conceptos del trabajo agrícola como el arar y plantar semillas, el uso de implementos,canastas y petates, así como referencias a la producción de alimentos que tienen de base al maíz,como masa, atole, tortillas, además de otros productos con los que se combinan como alimentos,como la sal, el frijol y la domesticación de animales como el perro y el guajolote de los que tambiénse encuentra evidencia arqueológica en Tehuacan desde la fase del riego, y otros aspectos decultura no material, de los cuales no existe evidencia arqueológica, que indican que los otomanguescontaban ya para esos momentos con un sistema de numeración vigesimal y la demarcación deperiodos con relación al paso del día (mañana, tarde, amanecer y anochecer) y del tiempo (ayer,pasado mañana y año), así como la identificación de la luna, el sol, las estrellas y el cielo comoelementos de referencia astronómica y calendárica con relación al ciclo agrícola, además de lanoción de ciertos aspectos o actividades sociales de identidad política y religiosa y de especialistasen este campo, como sacerdotes, brujos y curanderos, el uso de templos y el concepto de dios, etc.(Amador y Casasa 1979.17), además de aspectos relacionados con el intercambio de productos,como lugar de mercado, trocar, aldea, camino, etc.

Por su parte, en ese contexto de contrastación antropológica, el arqueólogo Marcus Winterdefine como macro otomangue la tradición cerámica rojo sobre café que para 1500.a.C. abarcadiversas regiones del Altiplano Central, como la región de la Cuenca de México, la de los valles deToluca y la región de los Valles de Oaxaca, a la cual en términos arqueológicos adjudica formulas decultivar, almacenar, procesar y consumir el maíz o teocinte en aldeas o villas, además de presentarfórmulas políticas de jefatura y un culto cosmogónico a la mujer.

“Las divisiones, en la secuencia cronológica reflejan la complejidad del Preclásico; la etapa dealdeas, por ejemplo, no fue simplemente un tiempo de establecimiento de la agricultura y crecimiento depoblación, sino que hubo cambios a nivel local e interregional”, (Winter 1989.461).

“Los orígenes de las aldeas del horizonte Rojo-sobre-bayo son problemáticos; una posibilidad es quegrupos de la etapa lítica inventaron o adoptaron la cerámica y las técnicas de procesar y almacenar granos, yasí pudieron establecerse y vivir en el mismo lugar todo el año. Otra posibilidad es que los Altos de Oaxacafueron colonizados por gente de fuera. La poca documentación arqueológica para el periodo deaproximadamente 3000-1500 a.C en Oaxaca dificulta la demostración de continuidad entre la etapa lítica y lasaldeas tempranas” (Winter. 1989.463).

“La cerámica del horizonte Rojo-sobre-bayo hace contraste marcado, por ejemplo, con la cerámicade la fase barra del área de Mazatán, Chiapas, que incluye formas extrañas con decoración compleja, yaparentemente no fue inventada localmente (Clark 1987:Clark y Blake, 1989). La cerámica temprana delaguna Zope en el Istmo de Tehuantepec (Zellin 1979) está mas relacionada a Chiapas que a la de los altosde Oaxaca” (Winter, 1989, 464).

Esto sucede, porque de hecho, esta tradición cerámica se identifica con etnias delotomangue del Altiplano Central, distintas a las que se ubican en el Istmo de Tehuantepec y chiapas,las que analizaremos posteriormente Así, Marcus Winter plantea:.

“Entre 1400-1200 a.C. hubo un gran florecimiento de la vida aldeana en los Altos de Oaxaca y lasregiones al noroeste; la población creció y se establecieron numerosos asentamientos nuevos”

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“Al noroeste del valle de Tehuacán (Fase Ajalpan, Mac Neish y otros 1970), posibles manifestacionesincluyen la fase de Tzompantepec en Tlaxcala (García Cook, 1981) y en el complejo Nevada del sitioZahuapilco en la la Cuenca de México ( Neiderberg, 1976). Otras manifestaciones del horizonte son laocupación temprana en el sitio de las Bocas, Puebla; la cerámica de la parte temprana de la fase Amate enChalcatzinco (Grove, 1967) y la “cultura” Xochipala de Guerrero” (Winter, 1989.464).

Lugares que corresponden a las regiones en donde el Biologo Bruce F. Benz, encuentra entérminos de la selección natural y cultural del maíz, el papel de la familia lingüística y étnica Macrootomangue, como protagonista del modo de producción americano, ya que como lo planteanAmador y Casasa implican ya los elementos socioeconómicos y políticos que van a constituir laidentidad mesoamericana. Así, Marcus Winter plantea:

“La distribución hipotética del horizonte Rojo-sobre-bayo desde Oaxaca hasta la Cuenca de Méxicocorresponde aproximadamente a los límites geográficos en tiempos más tardíos, de los hablantes de lenguasde la familia otomangue (Hopkins, 1984). Por ello, se propone que la distribución del horizonte Rojo-sobre-bayo (incluyendo la cerámica característica y la tecnología de cultivar, almacenar, procesar y consumir el maízo teocintle y su distribución, corresponde a la distribución, en 1500 a.C., de hablantes de lenguas otomangues(Winter.1989.465)

Es decir, serán grupos de filiación otomangue los que irán ocupando los territoriosaltiplánicos de la Cuenca de México y de los valles de Oaxaca, dominándolos poco a poco en lamedida que desarrollaron mejores técnicas de cultivo en la región de la sierra, los valles y lascañadas, dando lugar a las primeras comunidades sedentarias de identidad aldeana.

“Las primeras comunidades sedentarias aparecieron en los valles alrededor del año 1600 a.C. y lasmás antiguas de ellas fueron San José Mogote, Tierras Largas y Hacienda Blanca, todas ellas en el valle deEtla. Aunque durante el horizonte Rojo-sobre-bayo en varias regiones de los altos del Oaxaca, seestablecieron aldeas y sus habitantes, probablemente hablantes de lenguas otomangues, producían cerámicasimilar y practicaban el intercambio de bienes exóticos, como la obsidiana y la concha marina”( Winter,1997.7-8).

Posteriormente agrega y detalla que: “Según estudios linguísticos (Hopkins.1984) por 1500 a.C. yaexistían como grupos separados las nueve ramas de las lenguas otomangues; entonces los datos lingüísticosconcuerdan con los datos arqueológicos. Los hablantes de la Cuenca de México eran de la rama Otopame,los del valle de Oaxaca eran de la rama zapotecana, y los de la mixteca eran de la rama mixtecana”(Winter.1989.465).

El mixe Zoque

“Se propone además que, al sur, la ocupación en el Istmo de Tehuantepec correspondió a gruposmixe-zoqueanos, con posible afiliación étnica y lingüística de los grupos de la costa de Chiapas y la Costa delGolfo” (Winter. 1989.465).

El Istmo funciona como un verdadero puente de comunicación entre las dos costas – delGolfo y del Pacífico y de enlace entre Mesoamérica con Centro y Sur América, punto de ingreso deetnias diferentes. Así, no fue la macrootomangue la única corriente poblacional que se distribuyepara este momento en el territorio que constituirá posteriormente Mesoamérica, otra más,identificada como macromaya, a la que Swadesh reconoce como más antigua u originaria porarticular Asia con América, (Swadesh,1964,) se ubica en las regiones semitropicales de la costa delGolfo, el Caribe, Chiapas e incluso se introducirá en las regiones de Colombia y Venezuela, la cual

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también es responsable de la domesticación de otras plántulas de la dieta básica mesoamericana, yde la capacidad de uso agrícola del ecosistema de selva y pantano.

Sin embargo, la corriente mixe-zoqueana, proveniente de la costa del Pacífico, implicaráuna postura expansionista que pronto la ubicara en la costa del Golfo, para de ahí expandirse haciala zona maya, el altiplano de Oaxaca y las costas de Guerrero (Figura 2).

Figura 2.- Mapas que definen la movilidad del grupo mixe-zoque, durante el formativo (Clarky Blake, 1989.399).

Es Marcus Winter quien identifica la tradición cerámica Rojo-sobre-bayo que corresponde alpoblamiento aldeano de Oaxaca como macrootomangue, quien observa como poblados de estaidentidad fueron asolados y quemados por gente que corresponde a la tradición mixe-zoque aquienes él junto con otros investigadores clasifica como mokaya.

“Una explicación hipotética, más comprensiva es que los grupos de la costa del Golfo llegaron asujetar poblaciones en los altos, quemando las aldeas pequeñas y desalojando los habitantes. Se hanencontrado casas quemadas, o por lo menos cantidades de trozos quemados de bajareque que formaronlas paredes de casas sencillas, Tal vez las casas se quemaron accidentalmente, aunque conflicto ydestrucción intencional sería otra posibilidad. Los habitantes de las aldeas pequeñas en los altos fueronmuertos, fueron a vivir en las aldeas grandes, o tal vez fueron llevados como prisioneros a las comunidadesen la costa del Golfo” (Winter, 1989:469).

Así, gente mokaya u olmeca, de identidad mixe-zoque, se expandió por el Altiplano Central,invadió y se estableció por conquista en el altiplano oaxaqueño, provocando la migración de estosgrupos o su cautiverio o sojuzgamiento y concentración, que explica el crecimiento de centrospolítico poblacionales más complejos como San José Mogote en Oaxaca, centro político ceremonial,con la presencia de tumbas, edificios públicos monumentales, sistemas de drenaje, plazas y eldesarrollo simbólico de carácter histórico en lápidas (Winter 1985) y cerámica con decoraciónrelacionada con la cultura olmeca de la costa del Golfo.

“San José Mogote y Etlatongo, los centros rectores identificados hasta ahora en los altos deOaxaca, muestran elementos en común (Laguna Zope en el Istmo posiblemente es otro sitio de este tipo, ylas Bocas en Puebla y Tlatilco en la Cuenca de México podían ser otros). Ambos están ubicados en áreas

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agrícolas altamente productivas en el centro de sus respectivos valles. Ambos parecen haber sido variasveces más grandes que las otras pocas aldeas en sus áreas. En ambos se encuentra cerámica con diseñosexcisos (estilo olmeca) de alta calidad de producción. La relación entre estas comunidades y los olmecas dela costa del Golfo era estrecha, aunque todavía no se sabe si se trataba de control directo por genteforánea” (Winter, 1989:469).

John Clark y Michael Blake, interesados en describir los procesos llevados a cabo en lasprimeras sociedades caciquiles de Mesoamérica, proponen también con base a evidencias de lalingüística histórica que un grupo de hablantes de mixe-zoque, que definen como mokaya, que enmixe-zoque significa “la gente del maíz”, ingresa desde la zona costera de Chiapas hacia la zonacostera del Golfo que ocupaban grupos mayas a los cuales divide en dos, y da lugar al origen de loolmeca (Clark y Blake,1989.385,390),y la subsecuente difusión de esa civilización conocida tambiéncomo Tenocelome, el pueblo del jaguar, tanto en cuanto a sus manifestaciones de identidadcerámica de formas cilíndricas y complejas, con diseños excisos a veces simbólicos, diferentes a latradición Rojo-sobre-Bayo u otomangue, ya que está asociada a otras instancias culturales queimplican relaciones sociales de producción más complejas, debidas a un linaje dominante,descendiente del jaguar, que se expresa en términos patrilineales, y que se encuentra asociado acódigos escriturísticos que según Piña Chan parten del mismo jaguar (Piña Chan,1996), así comocomplejos sistemas de cómputo calendárico vigesimal y otros de identidad astronómica, e incluso eluso de la brújula que de alguna manera se expresa en la orientación de sus edificios, en laelaboración de esculturas, el tallado de la madera, el uso del mosaico, etc. que definen ya altosniveles del desarrollo en sus fuerzas productivas en términos de trabajo especializado, que van amarcar otra fase de evolución del modo de producción americano que corresponderá ya en el áreade Mesoamérica a la transición al horizonte Clásico.

No olvidemos que en Mesoamérica el hombre es la única alternativa de fuerza de trabajo yque ampliar la producción es resultado de su sujeción por el dominio militar, dentro de un esquematributario en producto y en trabajo, sólo con recursos expoliados se podía sostener la producciónespecializada y la existencia de artesanos urbanos: escultores, lapidarios, pintores, albañiles,alfareros y otros más que se expresan en sus ciudades. De igual manera el hablar de ciudad ocentro ceremonial implica no solo la existencia de un aparato ideológico representado en templos,plazas, juegos de pelota, altares, estelas, etc, sino de un centro político o religioso donde se ejerceel poder.

Si bien Piña Chan ya había planteado el origen sur americano de los olmecas (Piña Chan,comentario personal), son Clark y Blake y otros investigadores de la región del Soconusco, quienesproponen a la tradición olmeca como correspondiente a la introducción de un grupo étnicoextranjero de identidad mixe-zoque por el litoral del Pacifico y las tierras bajas tropicales (2000.a.C.a 1000 a.C) (Clark y Blake 1989.385-406), cuya invasión de la región maya y macrootomangueimplicó cambios en el patrón de asentamiento y el surgimiento de nuevos sitios de poder,asociados a cambios en la organización política y social jerarquizada, particularmente expresadospor la imposición de un grupo o linaje dominante que lo representa y que se convalida a través deuna fórmula política, religiosa y cosmogónica que se define como sociedad caciquil y quecorresponde a un clan cónico. Presentan una organización estamentaria y estratificada, conrelación a un ancestro mítico –el jaguar- del cual desciende el linaje que representa a lacomunidad, con funciones de jefatura y distribución del trabajo, y es en función a la disolución de

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este clan que se transita a formas políticas de identidad estatal como forma de evolución del modode producción americano.

Al parecer, por el año 1200.a.C. los pueblos agrícolas de identidad macrootomangue quedesarrollan en los valles de Oaxaca avances en la domesticación y agricultura de plántulas básicaspara la dieta y la reproducción de la sociedad, son política y territorialmente desplazados porgrupos provenientes de la costa del Golfo de identidad mixe zoque, que se introducen en el áreade manera violenta.

En términos continentales, se trata de otro gran movimiento étnico, el mixe-zoque, que sesobrepone al maya de la región ístmica peninsular y al otomangue de identidad altiplánica, dandolugar a la cultura olmeca como la primera cultura mestiza de Mesoamérica, una cultura que alarticular diferentes etnias, no sólo combinaba los avances científicos y técnicos de los mayas,otomangues y mixe-zoques, sino que con ello ampliaba las capacidades productivas, complicabalas formulas sociales y conducía al desarrollo de estados e imperios antiguos.

La etnia mixe-zoque es una tradición distinta a la de los agricultores otomangues,corresponde a un nivel de desarrollo más complejo, en donde el clan cónico ya no es una simplejefatura, sino que se transita a un grupo político en el poder que con relación a agroecosistemasselváticos y de pantano identifica al jaguar como su ancestro, para validar a los gobernantes, por loque requiere de una infraestructura de identidad ritual ceremonial, urbana, así como del trabajotributario y especializado dentro de formas y estilos definidos por jefaturas clánicas queadministraba aldeas pequeñas localizadas alrededor de una aldea principal como entidades políticasindependientes entre si, como sociedades integradas económica y políticamente a partir de unaeconomía centralizada que redistribuía los excedentes a partir de una interacción comunitaria decompetencia política de privilegio (Clark y Blake,1989.386,387)..

Por su parte, a los olmecas se les califica como “la gente del pueblo del jaguar o tenocelome”,porque se planteaba que sus jefes con quienes ellos estaban emparentados descendían del linajemítico producto de jaguares y mujeres, lo que se expresaba en sus rasgos faciales y en suspoderes sobrenaturales resultado de su intersección entre el hombre y la naturaleza, que setraducían en una serie de conocimientos sobre el inframundo y el universo, del paso del tiempo conbase al registro del movimiento de los astros de identidad calendárica que les permitía predecir lasestaciones e influir en los ciclos de bioregeneración de la naturaleza a través de rituales en dondeel sacrifico humano articulaba la cosmogonía con el poder político.

Por ello, es en esos momentos cuando se definen en los valles de Oaxac, una serie defórmulas de producción agrícola más intensiva; los agroecosistemas se diversifican se amplían losciclos de bioregeneración de la naturaleza, se utiliza la deposición de limo en sus orillas o bajiales,que aprovechaban el crecimiento anual de los ríos, desviándolos o represándolos etc. ocupandoademás tierras de deposición aluvial que permiten varias cosechas y el crecimiento de aldeas.

Así, sabemos que los agricultores de identidad otomangue lograron establecerse en laregión de la sierra, los valles y otras regiones de Oaxaca, con base a la selección y adaptaciónde diferentes razas de maíz, lo que les había permitido formar aldeas agrícolas autosuficientes; latradición olmeca-mocaya, desarrolla ahora técnicas agrícolas, que se apropian de las condicionesaluviales de los valles de Oaxaca con agroecosistemas que permiten ampliar la producciónagrícola y por ende la reproducción ampliada del grupo social.

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Al respecto, Emily Mac Clung de Tapia, al referirse a la identidad agrícola de los valles deOaxaca, plantea:

“Existe evidencia directa del uso de irrigación por canales durante la fase Monte Albán (fechadosaproximadamente entre 450-200 a.C.) en un sitio llamado Hierve el agua a unos 20 km al este de Mitla. “

“También existe evidencia indirecta del uso de pozos en Mitla durante la fase Guadalupe(aproximadamente 400.a.C.) en San Sebastián Abasolo durante la fase San José (aproximadamente 900a.C.). Kirby (1973.119) afirma que “la irrigación por pozo y el riego a brazo pudo haber sido practicado en400 a. C. y es probable que la irrigación haya formado una parte integral de agricultura y la expansión de losasentamientos en el periodo formativo” (Mac Clung, 1984:52).

Debemos señalar además que la aplicación y desarrollo de esos agroecosistemas va de lamano con formas de organización política que implican relaciones sociales de producciónasimétricas, de apropiación de la fuerza de trabajo, en términos tributarios, aunque tal vez coninstalaciones de identidad comunitaria acorde a las aldeas o grupos étnicos a que pertenecían,continuando emparentados, lográndose con ello fórmulas sociales más complejas a las quepresentaban los grupos aldeanos macrootomangue insertados en una economía natural,comunitaria, un tanto cuanto matriarcales, como se puede apreciar por la relación existente entre lamujer y la fertilidad expresada en la abstracción de sus figurillas femeninas (Winter,1989.466.).

Por otra parte los grupos mokaya presentan fórmulas más patrilineales y guerreras, queexpresan el control que tomo el hombre sobre su medio ambiente y del cosmos en general(Winter,1989.469), que requieren de centros político-ceremoniales de identidad estatal, donde seconjugan a su urbanismo instancias de una cosmogonía que se ligaba con fórmulas de astronomíay calendario, y el poder de los linajes que servían de intermediarios con la naturaleza para elcontrol de los ciclos de trabajo agrícola tributarios expresados por grupos emparentados conrelación a un ancestro común de identidad mítica que al parecer tiene como expresión no solo aljaguar, sino también al lagarto, en primera instancia incluso combinados, así como a la serpiente yal águila y al venado, o bien la conjugación de varios de ellos, como se puede apreciar enChalcatzinco, Morelos, y en Ixtamaxtitlan Guerrero..

“El horizonte olmeca marca la primera aparición en los altos de símbolos evidentemente consignificado religioso. Algunos de los mismos motivos comunes en sitios de la Costa del Golfo se presentanen los altos de Oaxaca y otras regiones, formando un sistema pan-mesoamericano de símbolos. El uso desímbolos en términos generales sugiere intentos de controlar los poderes sobrenaturales. Al plasmar yexpresar en cerámica u otros medios diseños representando jaguares, temblores, el rayo, y otrosfenómenos naturales de gran poder, el hombre tomó control de su ambiente y el cosmos en general”(Winter, 1989:469).

Alfonso Caso, planteaba ya en su estudio sobre la escritura zapoteca de Monte Alban, deidentidad olmeca, que ésta aparecía en la ciudad sin un antecedente previo, no como producto deun desarrollo propio de la región de Oaxaca (Caso, 1947) o mesoamericano, sino excentrico, quenosotros consideramos de origen sur americano.

Según el Dr. Román Piña Chán, ese código simbólico, se deriva de los rasgos corporalesde animales como el jaguar y el lagarto, especies dominantes de la selva y del pantano, queadquieren por ello un valor significativo para definir los elementos de la naturaleza, básicos para lareproducción de la sociedad. Así, las cejas, los belfos, las manchas de la piel, las garras, etc., seabstraen en términos semióticos para imprimirle un significado simbólico a objetos de usoceremonial (hachas, vasijas, etc,), o a mensajes, grabados en la roca o en estelas. Se genera así,

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un lenguaje iconográfico, que el Dr. Piña Chán ha tratado de traducir en su tratado sobre ellenguaje de las piedras (Piña Chán, 1996)

También sabemos que estos correspondían a diferencias de linajes y a veces antagónicos.Así, Marcus Winter plantea:

“Se ha atribuido a la distribución diferencial de los motivos simbólicos hombre-jaguar y serpiente defuego en la cerámica a distintos linajes o barrios dentro de una comunidad (Pyne.1976). Esta interpretación esde validez cuestionable; en Tierras Largas los motivos parecen existir contemporáneamente. Aunque linajespodían tener diferentes deidades patrones, sería rara una sociedad en que las creencias se dividieran en dosgrupos. Otra posibilidad es la de diferencias cronológicas en el énfasis atribuido a cada grupo de motivos.Los símbolos posiblemente fueron difundidos de la costa del Golfo a diferentes regiones donde fueroninterpretados y elaborados con sabor local” (Winter, l989:469).

En ese sentido, es importante destacar que el sitio de San José Mogote fue perdiendoimportancia política en el valle al mismo momento en que la adquirió el Cerro del Jaguar o MonteAlbán, situación de asimetría, que se ha interpretado como el desplazamiento del grupo político olinaje del jaguar –olmeca- de un lugar a otro, como si la gente de linaje de San José Mogoteprefiriera al cerro del jaguar, donde se construirá la sede política del desarrollo de la ciudad de MonteAlbán como centro rector de expansión política y territorial para la formación del estado zapotecaque dominaría los valles de Oaxaca.

Sin embargo, la explicación de este desarrollo estata, se explica como resultado históricode una fusión interétnica, o de asimilación y aculturación, considerando la experiencia desarrolladapor ambas corrientes: la macrootomangue y la mixeñzoque, que se expresa no solo en eldesarrollo de nuevas fórmulas agrícolas que amplían la producción, y que pudieron estarasociadas a la experiencia de los mokaya en las regiones de pantano y selva, sino que ademásestas están vinculadas a sistemas de organización política centralizada que se basan en esasdiferencias asimétricas de desarrollo social, con relación a clanes cónicos de agricultores,articulados por relaciones asimétricas de trabajo y producción.

Al respecto, Clark y Blake plantean:

“El desarrollo olmeca claramente debe mucho a las culturas antecedentes del Formativo Tempranode los Altos y tierras tropicales. No podemos explorar este tema aquí; basta reconocer las raíces múltiples ymultiétnicas de los olmecas. Los olmecas no fueron tanto la gran cultura madre, sino más bien la primeragran cultura mestiza de Mesoamérica. El genio de la cultura olmeca consistió en su manera de incorporarlas varias tradiciones de sus múltiples raíces. Unos 1300 años antes de Cristo habían desarrollado lo queconocemos como la civilización olmeca – o lo que llamaremos cacicazgos complejos o piramidales. Fuedurante esta época que el fenómeno olmeca se aparece en todas partes de Mesoamérica (aunque) esprobable que la influencia olmeca en cada región se deba a diferentes razones y causas “ (Clark y Blake,1989:390).

Lo importante es que esa tradición mixe-zoque, que da lugar a lo olmeca, logra no soloarticular a diferentes etnias mesoamericanas como alternativa de desarrollo, sino que además conello da lugar a la integración de áreas de alta cultura que corresponden al Modo de Producciónamericano como alternativa de evolución, que da lugar a formaciones de estado, muy diferentes alas que siguen ocupadas por etnias de recolectores cazadores igualitarios del modo de producciónde la sociedad primitiva en América.

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Considerando sin embargo, las diferencias sustanciales que presenta la tradición étnicamixe-zoque o mokaya con la otomangue, consideramos que no corresponde a una tradición étnicamesoamericana, sino más probablemente corresponda a una tradición de origen suramericano, locual se plantea por que su ingreso se realiza por la zona del Pacifico en donde todavía actualmentese conservan los Huave como depositarios y continuadores de esa corriente (Manrrique y …).

Por ello consideramos pertinente incursionar en las fórmulas que para esos momentos sedesarrollaban en el área andina. Particularmente el yacimiento de Cerro Sechin de identidadCupisnique que se concretiza en el centro político ceremonial de Chavín de Huantar, desarrollandouna tradición cultural que consideramos explica la inclusión o presencia en Mesoamérica de formasque no tienen en esta área su antecedente.

Cerro Sechín

El sitio denominado como Cerro Sechín al norte de Perú, está ubicado en el Depto deAncash provincia de Casma, sobre la falda norte del cerro Laguna a 90 metros sobre el nivel delmar, zona que ecológicamente corresponde al desierto premontano, es en donde se han localizadoexpresiones de un estilo iconográfico desarrollado en una formación social que da lugar a un centroceremonial, en donde se generó un estilo constructivo unido a la representación tallada en canterapor técnica de abrasión por rotación, a manera de estelas de figuras humanas de nobles guerrerosen procesión y otros mas sacrificados, destazados o descuartizados y decapitados.

Sabemos que, el yacimiento de Cerro Sechín se desarrolló a finales del periodoprecerámico, dentro de formulas de expresión arquitectónica y escultura que denotan la presencia yexistencia de una sociedad estado en un sentido histórico; posteriormente durante el horizontetemprano, presenta diferentes estilos arquitectónicos, el primero definido por la presencia de frisos ybajo relieves que decoraban las paredes de muchos templos, el segundo se caracteriza porpirámides truncadas y patios y plazas de forma circular y un tercer estilo contemporáneo alelaborado en Chavín de Huantar de cuya influencia o dominancia política y religiosa forma parte..

Se relata en sus frisos una procesión de hombres dibujadas en perfil, no de dioses sinojefes políticos o guerreros semidesnudos, que ostentan una indumentaria de rango y motivosmíticos, como un gorro trapezoidal decorado con plumas que a veces se transforman en sierpes y untaparrabo que a veces remata también en franjas de algodón con plumas. Aparecen ademásrepresentadas en movimiento como si estuvieran danzando, con una mano levantada y la otra sobreel vientre, o bien sostienen en una o en ambas manos un cetro o vara de mando como símbolo dejefatura; presentan como decoración facial una línea ondulada que atraviesa los ojos de maneraserpentiforme como si fuera su identidad de guerrero y la boca entreabierta mostrando los dientescomo felino gruñendo así como el dedo pulgar con la uña crecida como si fuera la de una garra o ,como símbolo de identidad de linaje o filiación con su ancestro totémico (Figura. No.3).

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Figura No.3.- Representaciones de personajes que aluden a gobernantes nobles y guerreros. CerroSechín Perú.

En otro espacio, pero formando parte de esa historia de hechos concatenados, serepresentan escenas de sacrificio humano, por desmembramiento o descuartizamiento, cuerposcercenados desde la cintura, distribuyéndose aparte los despojos humanos: brazos, piernas,cabezas, cuerpos, vértebras y viceras, así como un numero notable de cabezas humanas apiladas odispersas, como cabezas trofeos (Figura No.4).

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Figura No.4. Escenas de sacrificio humano por desmembramiento, descuartización y decapitación otradición del cráneo trofeo. Cerro Sechín..

Esas figuras, expresan ya el desarrollo de un sistema pictográfico, que ha sido interpretadocomo socio histórico, relacionado a un hecho de sacrificio ritual, por estar impresas en lapidasmegalíticas formando parte de una plaza de forma circular, definido tanto como un santuario oespacio ritual propiciatorio, más que un panteón, asociado a su carácter de edificio astronómico,para observar, señalar y registrar el movimiento de los astros y para augurar el comportamiento delclima y la periodicidad de las lluvias, y en consecuencia la predicción de la cosecha, ya que estáasociado al mar, especialmente al comportamiento de los ciclos de tormentas que se desarrollabanen la costa del Pacífico y que afectaban las tierras altas dedicadas a la agricultura.

Consideramos, sin embargo que además de tratarse de un sacrificio propiciatorio para laagricultura o el ciclo de lluvias, adquiere fines o significado políticos, en donde se relata el poder deciertos grupos sobre la vida de otros o sobre la comunidad, ya que las representaciones presentanelementos en sus rasgos físicos que les imprimen cierta identidad jerárquica y clánica, como el rasgosimbólico de garras, como formula simbólica de aludir al parentesco consanguíneo con el ancestrofelino del linaje, como identidad de poder, que se realza en su indumentaria e implementos que losidentifican como guerreros de jerarquía, o jefes y señores de las comunidades.

Sabemos que durante el denominado Horizonte formativo, en término de clanes cónicos, lasociedad acepta su dirección por un individuo descendiente de un ancestro animal – felino, ave oreptil o la combinación de ellos lo que valida que su linaje representativo sea identificado por lacomunidad que esta emparentado con él (Kirchhoff ), como enlace entre el hombre y la naturaleza loque le adjudicaba de alguna manera poderes sobrenaturales como instancia mítica que convalidabasus conocimientos astronómicos y de escritura como fórmulas de poder político y religioso.

Ese personaje, validado en términos de parentesco y consanguinidad, normalmente enlinajes patrilineales, representaba a la comunidad, administraba la economía del pueblo y dirigía elculto, e inculcaba que se erigieran templos, y se produjera cerámica votiva, y se desarrollarantécnicas para la canalización de las aguas y la irrigación de los campos. Lo cual conducía a que laspoblaciones en donde residía se transformaron en centros ceremoniales de carácter ritual, festivo,calendárico, cosmogónico, propiciatorio, en donde se registraban a través de un código de caráctercosmogónico una serie de sacrificios como hechos de carácter político y mítico, cuya lectura yreproducción por la historia oral validaba a los clanes dominantes y sus fórmulas de poder.

Sin embargo, alrededor del 900 a.C. las ciudades costeras más importantes entraron en unafase de decadencia, incluyendo a cerro Sechin, mientras que en cambio empezaba aumentar elpoder prestigio de un poblado situado en la sierra norte, en el callejón de Conchucos conocido comoChavín de Huantar que va a funcionar como el centro aglutinador de esos lugares, con base a susformulas de identidad política y cosmogónica. .

Chavín de Huantar

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Chavín de Huantar se ubica en un pequeño valle de las estribaciones orientales de losAndes; por lo complejo de su arquitectura y por el número y significado religioso-cosmogónico desus esculturas se consideró como el comienzo de la civilización de los Andes y que su estilo comoformulas de identidad y de conceptualización del universo se había difundido desde las tierras altashasta la costa, sin embargo, como lo hemos planteado con Cerro Sechín que es anterior a Chavin ypor recientes trabajos arqueológicos, se ha demostrado que ese estilo iconográfico que toma debase a animales de la selva, el altiplano y la costa, no surge como generación espontanea, esproducto de una tradición de origen diverso y amplio. Así si bien las fechas de Chavín de Huantar sesitúan ahora entre el 850 y el 200 a.C. con un periodo de florecimiento y de influencia exterior entorno al 400-200 a.C., el yacimiento de Kotosch no lejos de allí y también en las tierras altas, tiene unestrato anterior al de estilo de Chavín (de 1200 a 870 a.C)

En ese sentido, para el arqueólogo, Julio C. Tello, que lo explora y analiza inicialmente,existe un Proto Chavin, cuyos restos se encuentran salpicados en la cuenca del Rio Marañon, y cuyofoco se encuentra en la región comprendida entre los afluentes occidentales del Pucka y Ayacucho.Sin embargo, la reconoce como cultura andina originaria o principal, de la cual derivan otrassecundarias, colonias o ramos periféricos de propagación que presentan modificaciones en suselementos culturales, de acuerdo con la influencia que ejerce el medio geográfico en donde se hanimplantado o colonizado. (Tello.1960.16-17). Dando lugar a las siguientes interrelaciones: Chavín –Marañón, Chavín-Yunga, Chavín- Wari, Chavín-Paracas, y más tardías, Chavin-Cuzco y Chavin-Tiahuanaco, que podrían interpretarse como alianzas o mestizajes con base al epicentro de Chavin,que se traducirían en una formula de integración político territorial.

De tal manera que de los yacimientos costeros, el de Huasca de los Reyes presentaesculturas arquitectónicas de 1200 a.c. con una iconografía muy similar a la de Chavín. Al igualque las tallas arquitectónicas de Cerro Sechin que se fechan hacia el 1300 a.C. y el sitio de Ancónque al parecer produjo objetos chavinoides desde el 1100 y el de Garagay que expresa decoracionesmurales semejantes a las de Chavín hacia el 1000 a.C. Así como otros asentamientos anteriores alde Chavín, que presentan estructuras en forma de U y los patios hundidos similares a la arquitecturachavinica, con todo lo cual se propone a Chavin de Huantar como la culminación de un desarrollocultural, pero no su origen ( De Coe..1980)

Sin embargo, Tello plantea que cada cultura está representada por un conjunto de elementoscaracterísticos unidos en estrecha asociación de parentescos, No existen pruebas que permitanestablecer la correlación cronológica de las culturas, por lo que pueden ser todas ellas simplesfases o aspectos de una sola cultura (Tello,1960.21).

Para Tello: “ la cultura Chavín que tiene su centro de mayor desarrollo en la Hoya de Marañón, seextiende por toda el área andina, presentando focos característicos como en Azuay (Ecuador), Pakopampa,Kuntur Wasi, Kumbemayo, Kasha-marka o Santa Apolonia, etc. En el norte del país, Pukara (Puno) en el sur yen casi todos los valles del Litoral peruano, La expansión debió de ser durante el periodo de su mayor auge,porque las manifestaciones de su arte, apreciadas por los objetos de oro, concha, hueso, madera cerámica ypiedra que ostentan figuras simbólicas (representadas) la revelan como la más avanzada de todas lasculturas identificadas en la región Andina (Tello,1960 26).

Es cierto que Chavín conjuga una serie de tradiciones andinas y que funciona comoepicentro de identidad de un código que se expresa de múltiples maneras, en cerámica, tela,escultura, arquitectura y hueso, etc, en diferentes regiones y épocas, pero no se trata, de una

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expansión mercantil de artefactos, de intercambio producto de la transmisión y adopción de modas,en términos de complementariedad económica, sino más bien de una tradición que tiene su base enuna serie de instancias económicas sociales y políticas, asimiladas en una cosmogonía, que esasumida por una serie de grupos dominantes, de linajes emparentados, integrados políticamente eidentificados con este centro político cultural, situación que mas que un definir a un territorioresponde a una expansión ya que al parecer se controlaban rutas y se imponían o asumían suslinajes y tradiciones junto con sus conocimientos y cosmogonía, integrando o sujetando a diferentesregiones ecológicas y étnicas, como fórmula de desarrollo.

Así, se han calificado como motivos chavinoides objetos muebles que parecen ser en elfondo réplica de los de Chavín de Huantar, como las esculturas que expresan criaturas cosmológicasde carácter híbrido, que reproducen los atributos imponentes de seres poderosos de la naturaleza,como si se tratara de “demá” o seres sobrenaturales de identidad creadora. Tal es el caso delLanzon y de las estelas de Tello y Raimondí.

Se acepta, sin embargo que los rasgos –sagrados- de esas esculturas, que al parecerconforman un código, que reproducen como mensajes una serie de objetos de carácter votivo que larepiten constantemente, son producto interpretativo a nivel simbólico o sincrético de la conjunciónde criaturas de la selva tropical, la costa y la montaña, como instancias significativas del podersobrenatural de esos animales, expresados en el objeto que los reproduce de manera sacra, comoexpresión de una cosmogonía que al parecer tuvo su temprana aparición en los asentamientos delas tierras altas, no lejos de la cuenca amazónica, dado que el propio Chavín de Huantar se halla enla parte inferior de unas laderas, como ruta de paso por la montaña hacia la región amazónica, sinembargo se reconoce que casi la totalidad de la iconografía suramericana se inspiraabundantemente en criaturas de la selva de tierras bajas.

Así, Chavín recoge todas esas tradiciones y las sintetiza como su santuario, como su centropolítico de referencia y dispersión, al respecto, José Luis Lumbreras agrega:”La cuenca delMarañon, adonde se encuentra Chavin, está en un punto medio del transito entre la costa y la selva.Un camino que cruza la cordillera Blanca y pasa por las cabeceras del callejón de Huaylas, se dirigefácilmente por la Cordillera Negra y las puntas del Sur, a las vertientes occidentales donde están losvalles de Nepeña y Casma por el Norte y los de Chillón y el Rimac por el Sur, con Patilvica yFortaleza en el centro. Desde Chavín siguiendo a Mosna, se llega a la selva alta del Marañón ycruzando hacia el Este se pasa por Huánuco, donde está Kotosh, y se puede seguir hasta la selvabaja del Huallaga y el Ucalli. Esta pues en un nudo de caminos” (Lumbreras, 1970.84).

Es decir, el estrecho valle de Chavín de Huantar fue un lazo de comunicación entre el norte yel sur a través de los caminos de las cordilleras y también un nexo entre el este y el oeste por lacalzada que llevaba a la costa y a la cuenca amazónica, condición de nudo de comunicaciones entrelas rutas de un comercio dinámico que pudo asociarse a su identidad de lugar sagrado o santuariocomo lugar sede de esas deidades y punto de referencia política o sede también del linajeconvalidado por ellas.

Por ello, las figuras del panteón de Chavín, o sus atributos individuales, se reproducen nosolo en escultura, sino también en pequeños objetos de piedra y hueso, cerámica y telas pintadas,etc como expresión de un código que a través de símbolos se arma como un juego de palabras quetienen el significado de un mensaje, ya sea una alegoría o una especie de letanía, referida a las

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diferentes deidades del universo que controlan el sino de la naturaleza y el destino del hombre y quese encuentran concretizadas ahí en Chavin de Huantar.

“En suma, la civilización de los Andes orientales, representada por Chavín, se propagó de su regiónoriginaria en todas direcciones Norte, sur y occidente hasta los confines del área andina” (Tello.1960.40).

Así, todas las expresiones identificadas como de estilo Chavín muestran esencialmente losmismos tipos de diseño, como expresión de un lenguaje simbólico que sabemos surge comoconjunción de varias regiones en una religión o fórmula cosmogónica de identidad que se concretizaen los templos de Chavín como expresión objetiva de su existencia, sino que además que a partirde este centro se define y amplia como instancia de identidad de fórmulas políticas de transición alEstado ya que valida su identidad y poder.

”El templo de Chavín de Huantar en la Hoya del Marañón con sus obeliscos, estelas y cabezas clavay los monumentos de piedra y barro en los valles de la Costa, como en cerro Blanco, Punkuri, Moxeque,Pallka, Sechín, Alto,. Lúna, etc., son pruebas evidentes de la arquitectura y escultura florecientes de Chavín”(Tello,1960.29)

Se trata entonces, de fórmulas políticas expresadas en un código que se manifiesta en laarquitectura, la escultura y la escritura, conformando o integrando una región cultural, que abarca aetnias ubicadas en ecosistemas diferentes, a través de un modelo de verticalidad de pisos, queserán un esquema o principio básico de las formaciones de Estado andinas, que requieren delcontrol y articulación de distintos ecosistemas para su desarrollo, los cuales se integraban yexpresaban a través de un estilo o diseño que como formulas simbólicas o mensajes correspondíana una política económica asumida o impuesta de alguna manera por jefes políticos representativos yemparentados, que conformaban una red que interactuaba, y daba lugar a un estilo deconstrucciones monumentales y formas de sacrificio humano que validaban la estructura política yel ejercicio del poder.

Así, en Paracas, ubicado en la Costa Sur, que al parecer expresa la última fase formativade Cupisnique de la Costa Norte, de 900 a 200 aC., se han localizado tejidos de algodón de la épocamás antigua en donde se reproduce el código Chavin en imágenes antropomorfas que representanal dios de las Varas con colmillos y boca de jaguar, serpientes atadas a la cintura y bastones enforma de sierpe o lagarto, pies enfrentados y la uña del dedo pulgar más larga (de Coe 1980).Además debemos de señalar una cabeza escultórica en Huasca de los Reyes de 170 cms.de altopor 130 cm. de ancho, que parece el presedente de las cabezas olmeca.

La identidad Chaíin de Cupisnique se observa también en una refinada produccióncerámica, con formas de asa de estribo y cuello largo con motivos estilizados del felino, y otras querepresentan figuras antropomorfas en parte jaguar y en parte rapaces son ejemplo antiquísimo deuna iconografía religiosa que se extendería al ganar influencia el centro religiosos de Chavín deHuantar. Sin dejar de mencionar su asociación con edificios de carácter astronómico y con formas depictografía o de imágenes alusivas a ritos de sacrificio humano, cráneos trofeo y reproduccióniconográfica en estelas de relatos que validan las conquistas y el poder de un grupo sobre otros,

Por otra parte y como consecuencia de ese proceso de tránsito y evolución, el mismoChavín sufre cambios, tal vez resultado de crisis y cambios de política económica; así, entre 1000-800.a.C se cubren y modifican partes de l antiguo templo de 1500 a 1300 a.C y se construyen otros

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como expresión de nuevas costumbres y técnicas que se expresan incluso en la fisonomía de losdioses (Lumbreras,1970.84), que transitan de un dios selvático complejo expresado en el llamadolanzón a un dios más etéreo expresado en la estela Raimondi, con símbolos solares por ello seasocia a falcónidas.

Al parecer, los cambios en Chavín son procesuales y sincréticos. No se desplazó a otraregión o a la religión antigua, sino que se fundió con ella. Además el estilo decorativo de identidadcosmogónica, continuó dejándose sentir mucho tiempo después, especialmente en el arte mochica yen el arte posterior de tierras altas, especialmente en Tihuanaco y Wari

Al respecto, nosotros consideramos que su área de influencia no se expandió tan sólo en elárea andina, sino que rebasa esos límites geográficos y se insertó en Mesoamérica, con base a losmovimientos de la etnias como la Mixe Zoque que como vimos entra por la costa del Pacifico y sedifunde hasta la costa del Golfo, comprendiendo gran parte de la región ístmica, dividiendo a laregión maya, dando lugar a lo olmeca e influye o se mestiza con lo Maya peninsular y con elotomangue del Altiplano, integrándolos no sólo con su estilo sino con sus tradiciones yconocimientos los cuales van a encontrar eco en esta área, pero también se va a asimilar a lastradiciones ya existentes influyendo en el proceso de transición que da lugar a formacionesestatales distintivas de la historia de Mesoamérica.

Así, nuestra propuesta es que más que tratarse de la difusión de estilos, se trata de códigosde carácter cosmogónico, expresados a través de formulas iconográficas de la región andina,asociadas al desarrollo y evolución de centros políticos de jefaturas, de clanes cónicos, que seaglutinan alrededor de una cosmogonía (ancestros) que los identifica y valida, los articula y loslegitima, la cual puede corresponder también en sus inicios a fórmulas lingüísticas y dialectos olinajes emparentados, o bien a filiaciones étnicas, que al difundirse reproducen instancias propiasde su origen e identidad como es el caso de sitios mesoamericanos identificados con el estiloOlmeca, como Monte Albán que parece ser en Mesoamérica la correspondencia a Chavin deHuantar del área andina, vinculándose en ese proceso de desarrollo.

En este contexto, queremos señalar su contrastación y relación con sitios mesoamericanosen donde se esta inciando el desarrollo de estados dominantes a través de una especie de transiciónde centros ceremoniales a ciudades estado como lo es Monte Albán, ubicado como ya se mencionóen los valles centrales de Oaxaca, en donde se representa en lápidas a personajes expresados demanera similar a las de Cerro Sechin dentro del estilo de Chavín de Huantar en Perú,especialmente las localizada en el centro ceremonial de San José Mogote, la ciudad de MonteAlbán, en Oaxaca, precisamente en la fase I, del inicio de construcción de la Ciudad Estado, delcerro del Jaguar o Monte del Alba en donde también se reproducen esas fórmulas, aunque tambiénen Dainzu ubicado en los valles de Oaxaca se representan relieves de este estilo, pero más bienconectados al juego de pelota.

En cuanto a San José Mogote, que como Winter explicó, corresponde a una fase deconquista de las aldeas y concentración de la población en un centro político regional, y centroceremonial, de identidad rectora, donde se localizó la representación documental, inscrita en unalapida con la representación de un personaje aparentemente sacrificado, desnudo, en movimientocomo si estuvieran danzando, pero con los ojos cerrados como muertos y con el cuerpo mutilado.Que como mensaje se asocia a una fecha calendárica, que puede estar referida a su identidad

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nominal, para identificarlo y marcar su muerte o sacrificio como acontecimiento históricotrascendental (Figura. No.5).

Hecho histórico que se puede ligar al surgimiento de Monte Albán, en donde se reproduciránen estelas como parte de los parámetros de sus edificios tempranos, un gran número de personajesaparentemente sacrificados, siguiendo el esquema de San José Mogote y del antecedente de CerroSechín dentro de la tradición de Chavín de Huantar.

Figura No.5. Lápida de un probable sacrificio humano de San José Mogote. 550.a.C.

Monte Albán.

Las inscripciones en lápidas del edificio “M”. de Monte Albán, Oaxaca, representan a unaserie de personajes en hilera, como si fueran caminado en un primer plano inferior y de pie en elsuperior, como si se relatara un hecho histórico de eventos significantes para la nobleza, quedespués sería difundido por la tradición oral, a manera de los registros histórico documentales de loscódices.

Los personajes se representan desnudos, con rasgos faciales, corporales y en su atavíoque los distinguen como pertenecientes al rango jerárquico dominante, como es el caso de tocadode sacerdotes o filiación totémica, peinados de guerreros, escarificaciones en la cara, borlas deplumas sobre el pelo como prisioneros, orejeras o collares de jade, así como fechas calendáricasque pudieron referirse a su nacimiento o nominal para identificarlos como personajes reales,inscritas en el cuerpo o al lado de la figura que tienen que ver con su actividad comunitaria

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estamentaria, como guarda sementeras, graniceros, jefes militares, etc, y de significar por los rasgoscorporales su edad, destacando que se trata de jóvenes o ancianos, además de algunas de suscaracterísticas somatológícas notables como es el caso de hidrópicos o jorobados (Meneses yCorona 1997) (Figura.No.3) lo que debió de servir también de referente a la comunidad parareconocerlos como expresión de personajes reales, históricos (Figura.No.6).

Debemos señalar, además, que algunos sí presentan cierta poses y rasgos faciales de dolore incluso los ojos cerrados como si estuvieran muertos, al igual que los personajes representados enChavín de Huantar, además de que algunos presentan en la cabeza una borla de plumas o dealgodón que sabemos por comparación con relatos posteriores de códices, que pudo representar apersonajes sujetos a sacrificio.

Figura No.6. Personajes representados en las lápidas del edificio M de Monte Alban,500.A.C.

Es de notarse que en Monte Albán, los personajes al igual que los de cerro Sechín del estilo

de Chavín de Huantar, presentan sus elementos de rango o como funcionarios, orejeras, collares,peinado y símbolos que denotan su cargo, aunque están semidesnudos, ligados al sacrificio, seexpresan con alguna de las manos sobre el vientre y con la uña del dedo pulgar larga en algunosdedos como si fueran de águila y que la mayoría están muertos o castrados (Figura.No.7) noseccionados o desmembrados.

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Figura.No.7. Contrastación de figuras de Chavín de Huantar en Perú y de Monte AlbánOaxaca.

Para nosotros, es significativo que la mayoría de los personajes de Monte Albán serepresentan castrados, sólo tres de los más de doscientos que se han localizado en la ciudadprehispánica presentan el sexo, los demás representan en su lugar una especie de flor con agua,que podría hacer alusión a la identidad del semen como líquido conectado con la fertilidad(Bernal ) Señalando el hecho de castrarlos para constatar ante la continuidad la suspensión desu linaje o descendientes por parentesco directo, para evitar así que asumiera o pretendierancontinuar el poder y representatividad como descendientes de linajes de sus ancestros(Figura No.5).

Figura No.8. Representación de personaje castrado en Monte Albán.

En Cerro Sechín, no se llega a representar tampoco el sexo, en los personajes desnudos,porque los personajes se representan tan solo al nivel del torso y en vez de la parte inferior delcuerpo se representa a veces una especie de flor o pétalos de flor que pudieran aludir también a lafertilidad.

En el caso de cabezas humanas, como las representadas de manera apilada en CerroSechín y las cabezas clava de Chavín de Huantar, que hacen alusión a los cráneos trofeo; rasgo queal parecer existe entre los Olmeca, en Monte Albán se representan en otro edificio identificado comoobservatorio astronómico y denominado como “J” una serie de locativos referentes a lugaresconquistados con la representación del topónimo del lugar a la manera zapoteca y bajo del él larepresentación invertida de una cabeza humana profusamente adornada, que al parecercorresponde a la cabeza del señor del lugar, dado que se presenta con investidura a través deyelmo, peinado, adornos faciales, etc. pero con los ojos cerrados, aludiendo con su muerte laconquista del lugar donde regían (Figura No.9).

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Figura No.9. Cabezas humanas de jefes de lugares conquistados por Monte Albán.

Resulta interesante esa manifestación, dado que en ambos lugares se representan enedificios de carácter astronómico, al igual que lo debió tener el edificio M de Monte Alban quetambién se orienta hacia el oeste, hacia el momento de la cosecha.

Si quisiéramos atrevernos a interpretar el significado de esas lápidas, para el caso de monteAlbán propondríamos que se trata de los señores que fueron vencidos y conquistados sus lugares,los cuales pasaron a conformar el territorio tributario de la Ciudad estado de Monte Albán, a partirdel sacrificio y muerte de sus jefes y de la representación simbólica a nivel histórica de su castracióno suspensión de su linaje, el linaje de los vencidos, lo cual según creemos en Cerro Sechin seexplica tanto cuanto los vencedores o jefes guerreros, como a los vencidos, que son decapitados ocercenados, con lo cual, consideramos la gente de esos lugares pasaría a ser la fuerza tributaria delEstado dominante como sede del único linaje o clan cónico dominante en la región

Así, al aglutinarse o subordinarse esas aldeas de identidad clánica cónica bajo el régimende otro más poderoso, se daría lugar en consecuencia al desarrollo de una ciudad estado dominanteo imperante en la región. Sin olvidar que este proceso histórico de transición al estado esconsecuente a la fusión de poblaciones étnicamente diferenciadas, en el caso de Monte Alban lamacrootomangue y la mixe-zoque o mokaya, lo que da lugar a la identidad cultural y étnicareconocida en los Valles de Oaxaca y en Mesoamérica como zapoteca, mientras que en el caso deSur América se expresa una articulación de regiones correspondientes a la costa, el pie de monte,la sierra y el Amazonas, que debieron presentar diferencias étnicas pero que se conjugan como si setratara de la alternativa política americana de conformación de Estados, lo que definiría una fasesuperior de la sociedad civil, con la disolución del clan cónico para dar paso a sociedades complejas,clasistas. Que a nuestro parecer se sucede como fenómeno histórico de manera consecuente con laarticulación asimétrica de etnias como alternativa de evolución del modo de producción Americano.

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Ya que este fenómeno social se traduce en una integración de áreas continentales, en su proceso dedesarrollo y evolución histórica.

En ese sentido, debemos señalar que son constantes las relaciones existentes entre lasáreas andina y de Mesoamérica por más de tres mil años, ya que se han localizado también en lacosta del Pacífico -Colima, Michoacán y Guerrero- formulas líticas y cerámicas similares a las de lacosta norte del Pacifico peruano, además que alguno de esos productos importados o introducidosvan a tener importancia en el desarrollo de sus fuerzas productivas, como el metal en cuanto a sustécnicas de producción al igual que se suceden introducciones mesoamericanas en los Andesparticularmente en Colombia, Ecuador e inclusive Perú, que van desde diferentes semillas de maíz,calabaza, algodón, etc. E incluso en el diseño de identidad étnica de formas cerámicas de Nayarit,tumbas de tiro de Colima, esculturas megalíticas de Michoacán, así como conceptos y formulasproductivas Mayas, juegos de pelota, etc. Que están inscritas en sistemas políticos y cosmogónicos,que consideramos que de la misma manera que las influencias de Sur América a Mesoamérica,implican también la presencia de grupos sociales de identidad étnica mesoamericana, es decir, quetienen que ver con formulas económicas, sociales y políticas que impactan en su desarrollo, masque tan solo como productos y conceptos de intercambio, ya que se traducen en la integración delmodo de producción americano, expresándose como fórmulas de asimilación y modificación porestilos de vida correspondientes a diferencias de identidad étnica, pero producto de un mismo modode producción.

Monte Negro

Es lógico pensar que las expresiones de identidad iconográfica, cerámica,escultórica. iconográfica, urbana, cosmogónica y política, implican no sólo objetosmateriales, sino también de población, lo cual queda evidente con el hallazgo arqueológicoy el estudio de antropología física, de entierros localizados durante temporadas de trabajoarqueológico de exploraciones sistemáticas en diferentes temporadas que van de 1930 a1940 en la zona arqueológica de Monte Negro, que presenta una sola época quecorresponde al preclásico superior, situado por c.14, alrededor de 650 A.C. correspondientea la etapa de Monte Alban I.

Monte Negro es un sitio de modesta extensión, aunque siguió un proyectopreconcebido con edificios perfectamente orientados a los puntos cardinales, tiene comoeje una calzada y las estructuras ceremoniales están situadas alrededor de grandes patiosabiertos además presenta columnas de mampostería, habitaciones con impluvium ydesagües ocultos. Es un sitio de asentamiento militar defensivo, que presentaba ya para estaépoca, una traza urbana alineada a una orientación astronómica hacia el norte magnético, endonde se localizaron 20 entierros la mayoría de edad adulta media (36-55 años) y dos deedad adulta avanzada (56-75 años) y en posición decúbito dorsal, además otros dos de ellos,de sexo masculino sólo se enterraron los cráneos con las primeras vértebras cervicales,denotando la decapitación (Acosta y Romero,1992, 141, 168), los entierros fueron directos,pero se localizaron 6 tumbas dentro del núcleo de los basamentos (Acosta y Romero,.1992.142.168).

Sabemos que de los 28 individuos, sólo se pudo obtener de 13 el índice craneanoque correspondía a un promedio de 74.50, inferior al encontrado en los restos osteológicos

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de Monte Albán, que es de 80.00 en adelante, planteándose en Monte Negro un grado dedolicoidismo que no había aparecido en Monte Albán en donde domina el braquioide, yaunque la muestra era reducida podría interpretarse como la distintiva expresión fenotípicade un genotipo (Romero.1992.178) ya que además presentaban deformación que no eratabular en ninguna de sus modalidades sino más cercana a la deformación anular en suvariedad oblicua, no observable hasta esos momentos de las exploraciones en ninguna otraparte de México y menos para ese periodo (Romero, 1992.179).

Lo que conllevó a los responsables de la excavación el arqueólogo Jorge Acosta yel antropólogo físico Javier Romero, a preguntarse si se trataba de un rasgo congénito o eraproducto de alguna acción deformante (Acosta y Romero, 176) porque indicaba “que no setrata de las mismas gentes físicamente hablando, aunque fueron portadores de la misma cultura” (Acosta yRomero,1992.142). .Además de los 13 cráneos en que se pudieron efectuar mediciones, 10 de ellos muestranuna deformación intencional, se observa una ligera depresión transversal detrás de la sutura coronal, la cualparece continuar hacia la parte posterior. Este surco o depresión seguramente fue causada por una bandaque comprimió circularmente la cabeza de los sujetos. Es la primera vez que aparece este tipo en México, ytal vez en Mesoamérica, lo único que se le parece se encuentra en la región Aymara situada al Sur de Boliviay al Norte de la Guayana Británica” (Acosta y Romero. 1992.148).

Además uno de los cráneos que corresponde a un individuo adulto masculinopresenta mutilaciones dentarias, que son una de las manifestaciones mas tempranas enMesoamérica, además de que otro adulto también masculino ostentaba una trepanación enel parietal derecho, a través de una perforación de considerable magnitud 0.30 m, conprincipio de regeneración lo que indicaba que la operación se hizo en el sujeto vivo(Romero.19992.181), y si bien es cierto que en Monte Albán, ninguno de elloscorrespondía a la época I, ni a la II sino a posteriores (Acosta y Romero, 1992.152).

Y anotan: “ el ejemplar de Monte Negro fue realizado alrededor de 500 años a.C y resultaque es ahora uno de los más antiguos de Mesoamérica. Sin embargo, se ha visto que es un rasgocultural suramericano, pues en la región andina ya se practicaba esta operación- cirugía religiosa-mucho antes que en México” (Acosta y Romero. 1992.161)

Por otra parte de cinco esqueletos masculinos, tres dieron en su estatura unamedición de 1.60 m, uno de 1.62 y otro de 1.70 m, lo que da un promedio de 1.62 metros(Acosta y Romero.1992.152). Diferente a la estatura que parece frecuente en la regiónincluso de manera contemporánea y que es de 1.5570 para hombres y de 1.4679 paramujeres (Romero,1992.181).

Al respecto juntando esos datos, con los cerámicos y los arquitectónicos, y despuésde contrastarlos con los resultados de las excavaciones realizadas en Monte Albán, Acostay Romero concluyen que “ la cultura de Monte Negro es semejante a la de Monte Albán I queambas están relacionadas con los olmecas de Veracruz. Sin embargo, los rasgos físicos de loshabitantes de Monte Negro son diferentes, ya que tienen una estatura aproximadamente 10 cmsmayor que la de Monte Albán y un índice craneano 5.50 menor. Lo anterior está indicando que nose trata de la misma gente étnicamente hablando, aunque son portadores de la misma cultura”

“Con los antecedentes anteriores no se ha podido llegar a ninguna conclusión en vista deque faltan los datos antropológicos de otros sitios y cualquier conclusión por ahora sería prematura.

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Lo único que se puede decir es que Monte Negro fue habitado por un grupo de estatura alta, decráneo dolicocéfalo y que no se relaciona con los demás grupos de Mesoamérica” (Acosta yRomero,1992. 161).

Sabemos que los objetos no viajan solos, que son grupos humanos los que lostransportan al igual que sus ideologías y fórmulas de producción, que acorde a la forma quearriban se imponen e influyen en las sociedades receptoras y se mezclan o subsumen conellos, pero también debemos hablar de la población de seres humanos, de grupos humanosque son los que introducen como grupos sociales, las fórmulas económicas y políticas quepractican, lo cual no implica un difusionismo, sino una especie de subsunción, que trastocao evoluciona y amplia las fórmulas autóctonas o bien las integra.

Así, sucede que los rasgos que aparecen en los entierros de Monte Negro, reproducenformulas inscritas en los relieves de Cerro Sechín de identidad andina como son la decapitación, laorientación astronómica, el rango o la definición de clase y otras fórmulas de identidad étnicasuramericana como la trepanación y la deformación tabular oblicua, etc.y todos ellos correspondena fórmulas políticas de sociedades complejas de cronología correspondiente al Formativo en ambassociedades.

Para nosotros además, esa presencia física perteneciente a etnias de probable filiación suramericana, adquiere importancia en las relaciones sociales de producción, en términos económicosy políticos, dado que trastocó los desarrollos regionales e incluso de área, pero se facilitó con basea su identidad con el modo de producción americano. En ese sentido, es significativo para nosotrosque el estilo de Cerro Sechin sea anterior a San Jose Mogote, Monte Negro y a Monte Alban, entreotros centro políticos importantes del Oaxaca prehispánico que sí son contemporáneos a Chavín deHuantar.

Por otra parte el suscribir su historia de manera simbólica a manera de código, como partede un sistema político ideológico expresado en estelas, en Perú se presenta como una articulaciónde regiones en un sentido político, mientras que en Oaxaca (Dainzú, Monte Negro y Monte Albán)según Alfonso Caso en su estudio sobre la escritura zapoteca, no tiene antecedentes, se presentaya muy complejo y avanzado, sin antecedentes (Caso.1947), aunque las fórmulas de computo sitienen en lo olmeca su explicación..

No se trataba sin embargo, tan sólo de la presencia de una forma de escritura, sino delsentido histórico de las representaciones y su correlación con los edificios urbanos – de poder oreligiosos- que presentaba el centro ceremonial o la ciudad Estado, su expresión como fórmulas derelato de hechos históricos, e incluso su orientación respecto al norte magnético, lo cualconsideramos se sucede en Cerro Sechín o mas bien en el área de identidad que se concentra enChavín de Huantar, y de allá se traslada como parte de un sistema político económico ycosmogónico a la región de Oaxaca a través de las articulaciones que se logra por los gruposMocaya por el Pacífico que es una área de identidad Mixe Zoque., de manera consecuente como losuponemos a la tradición histórica de grupos étnicos correspondientes a dos áreas diferentes delcontinente y que tiene uno de sus puntos de interacción al Océano Pacífico.

Es decir, mi propuesta se concretaría a postular que gente o población étnica de la regiónnorte de Perú, correspondiente a Chavin de Huantar como tradición histórico cultural específicaconcretizada en Cerro Sechin,, del formativo, se trasladó acorde a su política expansionista, tal vez

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por el oceano Pacífico a la costa de Istmo de Tehuanbtepec y Oaxaca, en donde se correlaciona conla tradición mixe-zoque que va dar lugar a la mokaya u olmeca en la costa del Golfo y va influir en laformación de poblaciones estatales de la región mixteca y zapoteca, como Monte Negro y MonteAlbán.

No olvidemos que entre los mixes actuales de la sierra de Oaxaca, donde se continúan losconocimientos del calendario vigesimal entre otros, se sigue hablando en una leyenda de identidad,del mito de “Kondoy” como ancestro y héroe cultural, que según dicen los viejos vino de Sur-América.

Por todo ello, consideramos que ya es tiempo de fusionar las historias o las etnohistoriasencontradas y analizadas por los arqueólogos, etnohistoriadores y etnólogos que investigan enestas dos áreas del continente, para analizarlas como parte y producto de la gran historia deAmérica, que después se entrelaza con la empresa mercantilista hispana y posteriormente con susmovimientos de independencia y reformas liberales hasta constituir en nuestros días con problemascomunes y una historia étnica difícil de olvidar ya que forma parte de su identidad.

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