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Cibersocialismo Una Reevaluación del Debate sobre el Cálculo Socialista 1 Resumen Este artículo presenta un nuevo enfoque del debate sobre el cálculo socialista. Me centro especialmente en la cuestión de cómo integrar la información de las preferencias de los consumidores y sostengo que las objeciones planteadas por los economistas austríacos contra el modelo socialista propuesto por Oskar Lange pueden abordarse dentro del nivel actual de desarrollo tecnológico. Propongo que las preferencias de los consumidores puedan ser reveladas por sus consultas de búsqueda en la web y también que, dada la cantidad de información disponible, sería posible analizar las preferencias de los consumidores en términos de opciones jerárquicas que distingan entre necesidades y subnecesidades. Introducción Marx imaginó una sociedad socialista pero dio muy pocas pistas sobre cómo funcionaría en la práctica. Desde entonces la cuestión de la construcción del socialismo ha permanecido como un tema abierto, aunque se han hecho importantes esfuerzos en esa dirección. Una obra que merece especial atención es la de Oskar Lange (1938), quien, "en una tradición verdaderamente marxista, ya que prevé el advenimiento del socialismo en una economía de mercado capitalista madura" (Desai, 2014: 154), propuso un modelo de economía socialista. Su trabajo fue objetado principalmente por los economistas austríacos, cuyas críticas se referían sobre todo a cuestiones de computabilidad e información sobre las preferencias de los consumidores. En este texto sostengo que estas objeciones pueden abordarse dentro del nivel actual de desarrollo tecnológico, que traería consigo las condiciones para el surgimiento del cibersocialismo. Tal vez debería empezar por aclarar lo que quiero decir con cibersocialismo: una sociedad socialista donde la cibernética es el medio que coordina los diferentes procesos de la economía socialista. Esta definición se basa en los trabajos originales de Oskar Lange. En su Introduction to Economic Cybernetics, afirma que 1 Limas, E. (2018). Cybersocialism: A Reassessment of the Socialist Calculation Debate. Disponible en SSRN 3117890. Traducido al español por Iván Salazar

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  • Cibersocialismo Una Reevaluación del Debate

    sobre el Cálculo Socialista1

    Resumen

    Este artículo presenta un nuevo enfoque del debate sobre el cálculo socialista. Me

    centro especialmente en la cuestión de cómo integrar la información de las preferencias

    de los consumidores y sostengo que las objeciones planteadas por los economistas

    austríacos contra el modelo socialista propuesto por Oskar Lange pueden abordarse

    dentro del nivel actual de desarrollo tecnológico. Propongo que las preferencias de los

    consumidores puedan ser reveladas por sus consultas de búsqueda en la web y también

    que, dada la cantidad de información disponible, sería posible analizar las preferencias

    de los consumidores en términos de opciones jerárquicas que distingan entre

    necesidades y subnecesidades.

    Introducción

    Marx imaginó una sociedad socialista pero dio muy pocas pistas sobre cómo

    funcionaría en la práctica. Desde entonces la cuestión de la construcción del

    socialismo ha permanecido como un tema abierto, aunque se han hecho

    importantes esfuerzos en esa dirección. Una obra que merece especial atención

    es la de Oskar Lange (1938), quien, "en una tradición verdaderamente marxista,

    ya que prevé el advenimiento del socialismo en una economía de mercado

    capitalista madura" (Desai, 2014: 154), propuso un modelo de economía

    socialista. Su trabajo fue objetado principalmente por los economistas

    austríacos, cuyas críticas se referían sobre todo a cuestiones de computabilidad

    e información sobre las preferencias de los consumidores. En este texto sostengo

    que estas objeciones pueden abordarse dentro del nivel actual de desarrollo

    tecnológico, que traería consigo las condiciones para el surgimiento del

    cibersocialismo. Tal vez debería empezar por aclarar lo que quiero decir con

    cibersocialismo: una sociedad socialista donde la cibernética es el medio que

    coordina los diferentes procesos de la economía socialista. Esta definición se

    basa en los trabajos originales de Oskar Lange. En su Introduction to Economic Cybernetics, afirma que

    1 Limas, E. (2018). Cybersocialism: A Reassessment of the Socialist Calculation Debate. Disponible en SSRN 3117890. Traducido al español por Iván Salazar

  • Los sistemas con los que se ocupa la cibernética son colecciones de

    elementos conectados entre sí por una cadena de relaciones de causa y

    efecto. Este tipo de relación entre los elementos de un sistema se llama

    acoplamiento. Por lo tanto, la cibernética puede definirse como una

    ciencia del funcionamiento del sistema de operaciones acopladas. Para

    una economía socialista la cibernética es de particular importancia. En el

    sistema socioeconómico socialista, al igual que en cualquier otro sistema,

    se trata de un conjunto de operaciones de un gran número de elementos

    (en el análisis final estos elementos son individuos particulares), pero en

    una economía socialista planificada, para lograr un resultado deseado,

    estos elementos pueden ser recogidos, clasificados y combinados en

    sistemas acoplados adecuadamente. El socialismo establece como tarea

    básica la posibilidad de gestionar los procesos socioeconómicos que en

    una economía capitalista se desarrollan espontáneamente. Esto explica el

    hecho de que la teoría general del funcionamiento y la gestión de los

    sistemas de operaciones acopladas es de gran importancia en el

    socialismo (Lange, 1970: 6).

    El documento está organizado de la siguiente manera. La primera sección se

    centra en los trabajos de Enrico Barone y Ludwing von Mises, que

    desencadenaron el debate sobre el cálculo económico en el socialismo. En la

    segunda sección presento la respuesta dada por Oskar Lange, en la que proponía

    una economía socialista organizada por una regla de ensayo y error. En la tercera

    sección se discute la principal objeción dirigida contra Lange. En la cuarta

    sección sostengo que el problema identificado en el trabajo de Lange por von

    Mises sobre la información incompleta relativa a las preferencias de los

    consumidores puede ser abordado mediante el uso de los motores de búsqueda

    de la web. La sección cinco concluye el documento con unas reflexiones finales.

    Es importante señalar que este documento no trata la cuestión de la potencia de

    cálculo necesaria para procesar toda la información. En Cottrell y Cockshott

    (1993, 1993a) este punto se analiza en detalle.

    1. Debate sobre el cálculo socialista: primeros argumentos

  • Antes de discutir el modelo socialista propuesto por Oskar Lange, vale la pena

    presentar la obra de Enrico Barone, cuyo ensayo "El ministerio de la producción

    en el estado colectivista" fue el punto de partida del debate sobre la posibilidad

    de una asignación óptima de los recursos en una economía socialista. En este

    trabajo seminal, escrito en 1908, Barone muestra que el punto de equilibrio

    alcanzado en una economía socialista es matemáticamente equivalente al que

    resulta de un sistema de mercado competitivo. En ambos casos, las economías

    socialista y capitalista resolvieron el mismo conjunto de ecuaciones aunque a

    través de mecanismos diferentes. Dado que en la economía socialista no hay

    precios, el Ministerio de Producción asigna los recursos utilizando indicadores

    de intercambio:

    (...) algún método para determinar las relaciones de equivalencia entre los

    distintos servicios y entre los distintos productos y entre los productos y

    servicios. Los individuos llevan sus productos a los comercios socializados

    para intercambiarlos por bienes de consumo o recursos estatales para uso

    propio.

    Doce años más tarde, el economista austriaco Ludwing von Mises afirmó la

    imposibilidad de alcanzar una asignación óptima de recursos en una economía

    socialista. Los economistas marxistas Cottrell y Cockshott sugieren que para

    Mises esta imposibilidad no era lógica: lo que él creía era que "no había una

    forma práctica de realizar" el cálculo racional en el socialismo (Cottrell y

    Cockshott, 1993: 4). En un ensayo posterior, Hayek aclaró este punto. El

    problema de la economía socialista no radicaba en sus fundamentos teóricos,

    sino en la enorme cantidad de información que debía procesar para lograr un

    resultado óptimo. Hayek afirmó que un planificador socialista necesitaba

    resolver miles de ecuaciones, lo cual no sólo era poco práctico sino también

    ineficiente porque el mecanismo de mercado puede resolver las mismas

    ecuaciones sin necesidad de que alguien lo haga.

    2. La economía socialista de Oskar Lange

    El siguiente paso en el debate sobre el cálculo socialista lo dio Oskar Lange en su

    obra "Sobre la teoría económica del socialismo" (Lange, 1938), que se basaba en

    la idea de que "el socialismo puede imitar fácilmente la eficiencia del capitalismo

  • de mercado si el consejo de planificación central es capaz de suplantar el proceso

    de tatuaje valenciano" (Auerbach y Sotiropoulos, 2014: 219). Lange propuso una

    economía con un planificador socialista que, a través de un mecanismo de prueba

    y error, emularía el funcionamiento de los procesos de mercado con la propiedad

    privada de manera más eficiente. En esta economía socialista no hay precios en

    el sentido convencional de la palabra, es decir, como la relación de intercambio

    de dos mercancías, sino que aparecen como meros indicadores de las

    alternativas disponibles.

    En una economía de este tipo no existe un mercado para los bienes de capital y

    los recursos productivos. Los únicos mercados son los de mano de obra y bienes

    de consumo. La ausencia de mercado para los bienes de capital implica que no

    hay precio para el capital y, por lo tanto, la maximización de los beneficios ya no

    tiene sentido en este modelo. Por lo tanto, los esfuerzos de los gerentes no están

    orientados por esta condición de maximización. En su lugar, la oficina central de

    planificación da instrucciones a los administradores para que minimicen el costo

    medio de producción y también para que produzcan hasta el punto en que el

    costo marginal (es decir, el costo de producir una unidad adicional de producto)

    coincida con el precio. Es en este punto donde entra el proceso de prueba y error:

    A partir de un conjunto arbitrario de precios, el precio se eleva cuando la

    demanda supera la oferta y se baja cuando ocurre lo contrario. A través de

    este proceso de tratamientos, descrito por primera vez por Walras, los

    precios de equilibrio final se alcanzan gradualmente. Estos son los precios

    que satisfacen el sistema de ecuaciones simultáneas [de esta economía

    socialista]. Se asumió sin lugar a dudas que el proceso de tatuajes converge

    de hecho al sistema de precios de equilibrio (Lange, 1967: 158).

    Las condiciones establecidas por la oficina central de planificación

    (minimización del costo promedio de producción y la igualación de los costos y

    precios marginales), junto con la convergencia del proceso de prueba y error

    hacia un sistema de precios de equilibrio, garantizaron que la solución alcanzada

    por la oficina central de planificación es, por lo menos, tan eficiente como la

    solución alcanzada a través de los procesos de mercado convencionales.

  • 3. Objeción austriaca al modelo de Lange: especificación

    incompleta de las funciones de la demanda del consumidor

    En la obra pionera de Enrico Barone, analizada en la primera sección, se suponía

    que el planificador central tenía un conocimiento completo de las preferencias

    de los consumidores. Esta suposición fue retenida por Lange, quien creía que la

    oficina central de planificación era capaz de calcular correctamente la gradación

    de los valores de los bienes de los consumidores. Este supuesto es clave, porque

    las preferencias de los consumidores son necesarias para calcular las funciones

    de demanda de los consumidores, que a su vez se utilizan en el proceso de ensayo

    y error. Primero Mises, y luego Hayek, objetaron que esta suposición no era

    realista porque sólo a través de los procesos del mercado pueden revelarse las

    verdaderas preferencias de los consumidores. Como explica Mises,

    Para una utilización de las ecuaciones que describen el estado de

    equilibrio, se requiere un conocimiento de la gradación de los valores de

    los bienes de consumo en este estado de equilibrio. Esta gradación es uno

    de los elementos de estas ecuaciones asumidas como conocidas. Sin

    embargo, el director sólo conoce sus valoraciones actuales, y no también

    sus valoraciones en el hipotético estado de equilibrio. (Mises, 1949: 707).

    En el caso de una economía de mercado, la gradación de los valores de los bienes

    de consumo se manifiesta en los intercambios libres. Cada transacción genera

    nuevos datos que son procesados por el mercado, lo que resulta en un proceso

    continuo de difusión de información. En este sentido, basándose en Mises, Hayek

    afirma que

    (...) los datos de los que parte el cálculo económico nunca son para toda la

    sociedad dados a una sola mente que pueda elaborar las implicaciones, y

    nunca pueden serlo (...) El carácter peculiar del problema de un orden

    económico racional está determinado precisamente por el hecho de que el

    conocimiento de las circunstancias de las que debemos hacer uso nunca

    existe de forma concentrada o integrada, sino únicamente como los

    fragmentos dispersos de conocimiento incompleto y frecuentemente

    contradictorio que poseen todos los individuos separados. (Hayek, 1945:

    520).

  • En la siguiente sección sostengo que este problema puede ser resuelto con el

    actual nivel de desarrollo tecnológico. Los precios, entendidos por los austriacos

    como canales de información de las preferencias de los consumidores, son

    redundantes en un entorno en el que la información está en todas partes.

    4. Contra-argumento: la relación de equivalencia entre las

    consultas de búsqueda en la web y las preferencias de los

    consumidores

    En esta sección sostengo que el nivel actual de desarrollo tecnológico y

    computacional permite a la oficina central de planificación saber cuáles son las

    preferencias de los consumidores. Desde el punto de vista austriaco, el principal

    problema que enfrentaba el socialismo era la dificultad de reunir toda la

    información pertinente sobre las valoraciones de los consumidores. Si bien este

    punto de vista fue acertado en el pasado -particularmente en la URSS-, la

    situación ha cambiado completamente en el presente. El desarrollo de sistemas

    de software diseñados para buscar información en la World Wide Web -

    conocidos como motores de búsqueda en la web- nos da la posibilidad de

    procesar y clasificar la información. A través de los datos de la mina disponibles

    en las bases de datos, hoy en día es posible rastrear las búsquedas y profundizar

    en los intereses de los usuarios.

    Así pues, la base de mi propuesta es la idea de que existe una relación de

    equivalencia entre las consultas de búsqueda en la Web y las preferencias de los

    consumidores.2 En un documento escrito por Paul Samuelson en 1938, propuso

    su teoría de las preferencias reveladas, en la que afirma que las preferencias de

    los consumidores pueden ser reveladas por sus hábitos de compra. El punto

    clave de su teoría era el siguiente: si el consumidor compra el bien A sobre el

    bien B, cuando ambos bienes son asequibles, se revela que prefiere directamente

    el bien A al bien B. En nuestro caso, lo que propongo es que las preferencias de

    los consumidores pueden ser reveladas por sus consultas de búsqueda en la

    web.3 Con la cantidad de información disponible, incluso sería posible analizar

    2 Una consulta de búsqueda en la web es una consulta que un usuario introduce en un motor de búsqueda de la web para satisfacer sus necesidades de información. 3 En términos simbólicos: Consideremos dos bienes, x e y. Dejemos que s(x) y s(y) denoten el índice de búsqueda para x e y, respectivamente. Decimos que se prefiere x a y (escrito xPy) si (𝑥) ≥ s(y).

  • las preferencias de los consumidores en términos de elecciones jerárquicas que

    distingan entre necesidades y subnecesidades. En una economía de mercado esta

    distinción es irrelevante; sin embargo, en una economía socialista, la

    identificación de esta jerarquía de necesidades ayuda a la oficina central de

    planificación a encontrar normas viables para su proceso de toma de decisiones.

    Así pues, la crítica hecha por Mises y Hayek sobre la imposibilidad de integrar la

    información dispersa puede ahora resolverse. Con el nivel actual de desarrollo

    tecnológico, la economía socialista planteada por Oskar Lange tendría las

    condiciones necesarias para su funcionamiento. Lo que la oficina central de

    planificación requiere es transformar las consultas de búsqueda en la web en las

    preferencias de los consumidores. En los siguientes párrafos muestro ejemplos

    reales de cómo estas búsquedas son de hecho una expresión de las preferencias

    de los usuarios de la web.

    El primer caso no proviene de la economía sino de la política. Hay varios

    ejemplos históricos en los que las encuestas no lograron identificar al ganador

    de una elección. El caso más reciente es el de las elecciones en Estados Unidos,

    donde hubo casi un consenso en torno a la inminente victoria de Hillary Clinton.

    La mayoría de las encuestas aseguraban por un amplio margen que la gente

    prefería a Clinton sobre Trump. Sin embargo, como sabemos, el resultado final

    en términos del número de votos fue prácticamente un empate, un resultado 50-

    50. La teoría de la falsificación de preferencias (Kuran, 1995) tiene una respuesta

    para este rompecabezas. Lo que sucedió fue que en contextos muy

    controvertidos, como las elecciones de 2016 en los Estados Unidos, la gente

    prefiere ocultar su verdadera preferencia para evitar conflictos. Sin embargo, en

    los motores de búsqueda, gracias al anonimato que los usuarios asocian con

    ellos, la gente manifiesta sus verdaderos intereses. Como indica Bulut

    Los datos de las consultas de búsqueda pueden considerarse como una

    medida de las expectativas reveladas ya que, la gente teclea ciertas

    palabras en los motores de búsqueda para obtener información que quiere

    aprender o para cosas que le preocupan. (Bulut, 2015: 5)

    La figura 1 muestra la búsqueda en Google de los términos "Hillary Clinton" y

    "Donald Trump" en los Estados Unidos, entre el 6 de agosto y un día antes de las

    elecciones. El gráfico cuenta una narración completamente diferente a la que

    resultó de las encuestas políticas. De hecho, en promedio, el interés manifestado

  • a Trump fue del 53%, mientras que el de Hillary Clinton fue del 47%, muy similar

    a los resultados finales (el resultado final fue Trump 46,1% y Hillary Clinton

    48,2%).

    Figura 1. Índice de búsqueda de "Hillary Clinton" y "Donald Trump" en los Estados

    Unidos

    Cabe mencionar que, además de Google, existen otros motores de búsqueda

    como Bing, Yahoo, Ask.com, AOL.com, Baidu y DuckDuckGo, entre otros. En este

    texto utilizo Google simplemente por su popularidad entre los usuarios de la

    web.

    El siguiente ejemplo muestra que los datos de Google pueden predecir la

    demanda de destinos de vacaciones. La figura 2 muestra tanto el índice de

    consulta de "Hong Kong" como el número real de visitantes a ese destino. La

    figura contiene nueve gráficos porque los visitantes se identifican por su país de

    origen. Es notable la forma en que el valor previsto se ajusta a los resultados

    reales.

  • Figura 2. Visitantes de Hong Kong

    Fuente: Choi and Varian (2011).

    Por último, el tercer ejemplo muestra cómo los datos de las búsquedas en

    Internet pueden utilizarse como una descripción oportuna del estado de la

    economía incluso antes de que se publiquen los datos oficiales (Bulut, 2015).

    Este es un ejemplo de cómo los datos de Google pueden captar con precisión los

    movimientos de los precios en la economía. En el cuadro 1 figura la lista de

    entradas de búsqueda que se utilizaron para seguir los movimientos de los

    precios en 10 países.

    Tabla 1. Consultas de búsqueda en Google

    Fuente: Bulut (2015)

  • La figura 3 muestra el nivel de precios de Australia, Israel, Japón, EE.UU. y su

    respectivo índice de consulta de búsqueda de Google (la consulta que tiene la

    mayor correlación con el nivel de precios). Observamos una correlación

    importante entre ambas variables: la evolución de las consultas de búsqueda de

    Google se asocia con variaciones en el nivel de precios, lo que a su vez se asocia

    con cambios en las preferencias de los consumidores.

    Figura 3. Nivel de precios e índice de consulta de búsqueda de Google

    Fuente: Bulut (2015)

    Estos ejemplos muestran el amplio espectro de posibilidades que ofrecen los

    motores de búsqueda de la web. Así, en una economía socialista, la oficina central

    de planificación podría tanto conocer la gradación de los valores de los bienes de

    consumo como anticipar la evolución futura de las preferencias de los

    consumidores.

    Conclusión

  • En este documento propuse una reevaluación del debate sobre el cálculo

    socialista. Me centré en la cuestión de cómo integrar la información de las

    preferencias de los consumidores y sostuve que la objeción planteada por Mises

    y Hayek contra el modelo socialista desarrollado por Oskar Lange puede

    resolverse con el nivel actual de desarrollo tecnológico, en particular con el uso

    de los motores de búsqueda en la Web. Esta labor puede ampliarse para mostrar

    en términos formales la correspondencia entre las consultas de búsqueda en la

    web y las preferencias de los consumidores.

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