Ciclos Geohistóricos de Centroamérica_Democracia y geopolítica

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    La intermitente democracia en Amrica Central : una lectura geo-histrica de los

    ciclos democrticos (1980-2010) y su reciente desenvolvimiento en Guatemala, El

    Salvador y Nicaragua

    Titulo

    Uc, Pablo - Autor/a; Autor(es)

    Buenos Aires Lugar

    CLACSO Editorial/Editor

    2014 Fecha

    Coleccin

    Geopoltica; Poltica; Discurso poltico; Historia; Democracia; Procesos polticos;

    Nicaragua; El Salvador; Guatemala; Amrica Central;

    Temas

    Doc. de trabajo / Informes Tipo de documento

    "http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/becas/20140909092323/InformeFinalUc.pdf" URL

    Reconocimiento-No Comercial-Sin Derivadas CC BY-NC-ND

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    LA INTERMITENTE DEMOCRACIA EN AMRICA CENTRALUna lectura geo-histrica de los ciclos democrticos (1980-2010) y sureciente desenvolvimiento en Guatemala, El Salvador y Nicaragua1

    Pablo Uc2

    Resumen

    La experiencia democratizadora en la regin centroamericana es smbolo de intermitencia,fragilidad y excepcionalidad en el contexto de Amrica Latina. Entre consonancias,especificidades y contrapuntos, los procesos de transicin e instauracin de democraciasrepresentativas electorales en los ltimos treinta aos, han sido un ejemplo del desajusteexistente entre los escenarios procedimentales de la democracia y el mejoramientosustantivo de las sociedades. Democracias malas, las denomina el intelectual Torres-Rivas(2010), por la disonancia entre una creciente institucionalidad democrtica y el aumento

    en la pobreza y la desigualdad social, la inseguridad y la criminalidad social, la devastadoracondicin de los derechos humanos y una intensificacin del fenmeno trans-migratorio.Democracias posibles, es necesario tambin considerarles, si se toma en cuenta el valiosotrabajo de organizaciones civiles para la defensa de los derechos humanos (en particular delos pueblos indgenas y de la mujer), el territorio y los recursos naturales, laautodeterminacin social y el mpetu por una estructura de sociedad igualitaria ydemocrtica.

    Este artculo tiene como objetivo caracterizar, por medio de una revisin geo-histrica, eldesenvolvimiento del heterogneo ciclo democrtico en Centroamrica, abierto en la dcada

    1980. Para lo cual se identifican los procesos de transicin e instauracin de lasdemocracias electorales y los desarrollos democrticos desiguales experimentados en lasltimas tres dcadas. Por otro lado, se reconocen los horizontes de la calidad democrticaexperimentada en Guatemala, El Salvador y Nicaragua en la ltima dcada (2000-2010/12),por medio de un anlisis comparado de diversos macro-indicadores.

    Palabras clave

    Ciclos democrticos; Amrica Central; Discurso geopoltico; Desconfianza democrtica;Geo-historia

    1Este texto es el ltimo informe elaborado para el proyecto titulado: Treinta aos de democracia en AmricaLatina: Procesos de cambio, logros y desafos, coordinado por el Consejo Latinoamericano de CienciasSociales (CLACSO, Argentina) y el Observatorio Latinoamericano (OLA, The New School, Nueva York).Agosto de 2014.2Investigador en el Centro de Estudios Superiores sobre Mxico y Centroamrica (CESMECA) y profesor enla Universidad Autnoma de Chiapas (UNACH). Contacto: [email protected]

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    Ser cuando la luna se despida del aguacon su corriente oculta de luz inenarrable.

    Nos robaremos todos los fusiles,apresuradamente.

    []No importar la escarcha momentnea

    dndose de pedradas con el sudor de nuestro sobresalto,ni la dudosa relacin de nuestro aliento

    con la ancha niebla, millonaria en espacios:caminaremos hasta los sembradosy enterraremos esperanzadamente

    a todos los fusilespara que una raz de plvora haga estallar en mariposas

    sus tallos mineralesen una primavera futural y altiva

    repleta de palomas

    Roque Dalton [Para la paz, en La ventana del Rostro, 1961]

    Si la regin disfruta de un clima de paz relativa, si no hay insurrecciones encurso, y si las frgiles democracias no han sucumbido pese a sus reconocidosdefectos, ni los mercados se han derrumbado pese a que no distribuyen, noha sido gracias a la razn neoliberal dominante, sino al simbolismo heroicode unos cinco millones de centroamericanos y centroamericanas que parasalvar a sus pueblos, se decidieron a huir de ellos.

    Abelardo Morales (La dispora de la posguerra, 2007)

    Introduccin

    La definicin del proceso histrico de la democracia en Amrica Central a lo largo de las

    ltimas tres dcadas, conlleva a reconocer diversas esperanzas enfrentadas a laincertidumbre, la intermitencia y la vulnerabilidad. La necesaria distincin y excepcionalidadde las experiencias nacionales, y acaso el sentido de vaco y desconfianza en el tipo dedemocracias experimentadas en varios de los pases del istmo, plantean una profundaparadoja. Por un lado, el inditoproceso de institucionalidad electoral ha garantizado elsufragio como va de acceso a las esferas de gobierno a nuevasfuerzas polticas, incluidoslos partidos de izquierda provenientes de los movimientos insurgentes y la guerrilla. ElFarabundo Mart de Liberacin Nacional (FMLN) en El Salvador ha logrado una segundavictoria presidencial en 2014, el Frente Sandinista de Liberacin Nacional (FSLN) tambinlogr la releccin presidencial en 2012 y la Unin Revolucionaria Nacional Guatemalteca

    (URNG-MAIZ) permanece inscrita como un partido legal, aun de minoras, en Guatemala.

    La paulatina institucionalizacin de la democracia procedimental ha significado unaheterognea y a la vez voltil participacin de la poblacin en los comicios electorales, con

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    picos en la abstencin y sbitas coyunturas de alta participacin a lo largo del ciclodemocrtico electoral3.

    Por otro lado, aunque la institucionalizacin electoral ha permitido la creacin de un amplioespectro partidario durante las ltimas dos dcadas, este multi-partidismo no ha significado,

    en todos los casos, la democratizacin de los partidos polticos, mayor gobernabilidad o unaumento en la participacin ciudadana, representacin efectiva de todos los sectores socialesen la vida pblica institucional o incluso un giro o rotacin en las elites de gobiernooligrquicas4e incluso proto-militares, como en el caso de Guatemala.

    La llegada de fuerzas partidarias exguerrilleras a la direccin del Estado en la presentedcada, ha expresado el reajuste en la correlacin de poderes y la apertura de nuevosescenarios geopolticos nacionales y subregionalescon respectivas diferencias locales queresponden a una geografa poltico-electoral sub-nacional heterognea-, as como tambinuna redefinicin de las estrategias, el discurso y la prctica concreta tanto de la izquierda

    partidaria en el poder ejecutivo, como de la derecha en su rol como espectro opositor. Estacoyuntura, sin embargo, no ha hecho irreversible la permanencia o el retorno de figuras yestructuras oligrquicas y autoritarias de los periodos dictatoriales5.

    Frente a tal paradoja, es necesario reconocer que la institucionalidad democrtica se hasostenido por casi tres dcadas, pero no ha sido del todo infranqueablea los intentos derecuperar el poder por parte de la elite militarreflejado en el autogolpe de Jorge Serrano enGuatemala (1993)-, al reordenamiento autoritario de las oligarquas nacionales-como loreflej el golpe de Estado en Honduras en el ao 20096-, ni a las persistentes presionesintervencionistas estadounidenses.

    Por su parte, la sostenida violencia neoliberal de posguerra (delincuencia, crimen organizadoy desigualdad social), la dispora creciente y el deterioro crtico del Estado social, han

    3 Tanto Guatemala (1990-2003) como El Salvador (1994-1999) experimentaron un alto ndice deabstencionismo durante las primeras dos dcadas de democracia electoral, especialmente durante la fase dedemocracia con guerra. Mientras que en Nicaragua se ha experimentado una alta participacin relativa,respecto a la regin durante casi tres dcadas, con una crtica cada en el ao 2001. Honduras tambin ha tenidoun relativo alto ndice durante las dcadas de 1980 y 1990, y una cada en la segunda mitad de la dcada de2000 (ver diagramas 1, 2 y 3).4El caso guatemalteco es muestra de este singular y frgil multipartidismo: 29 partidos polticos registrados

    para el ao 2013, de los cuales las fuerzas partidarias de izquierda poseen una dbil presencia en las

    institucionestanto en el ejecutivo como en el parlamento, y en .5En este sentido, destaca el triunfo del ex general Otto Prez Molina en Guatemala en 2012 y la permanenciaen el espectro poltico nacional del Frente Republicano Guatemalteco (FRG), fundado por el ex dictador EfranRos Montt y rebautizado como Partido Republicano Institucional (PRI) en 2013.6Al respecto, cabe agregar la relevancia que tuvo la adhesin oficial de Honduras al proyecto dePetrocaribeyel acercamiento del gobierno de Manuel Zelaya a la iniciativa ALBA, impulsada por el gobierno venezolanode Hugo Chvez. Lo que aceler la incidencia estadounidense en un conflicto interno derivado de la reaccin

    poltica de la oposicin oligrquica hondurea ante el proyecto de una cuarta urna propuesta por Zelaya, la cualtena como objetivo consultar a la ciudadana sobre la modificacin constitucional que permitira la reeleccin

    presidencial.

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    derivado en una creciente ingobernabilidad poltico-territorial en los pases del nortecentroamericano, poniendo en entre dicho la relacin entre ciudadana plena y democracia.Este paradjico escenario, constituye un aseguramiento geopoltico de la democracianeoliberal, en la que el aumento de la institucionalidad electoral tambin ha coincidido conel mantenimiento o incluso con el aumento en la desigualdad social.

    El experimental proceso de democratizacin instaurado (ms que restaurado) en AmricaCentral entre la dcada de 1980 y 1990, constituy la apertura de un ciclo signado por lainsorteable ola democratizadora (neo)liberal. Este nuevo discurso nico quecondicionaba unilateralmente la reestructuracin de las sociedades nacionalescentroamericanas bajo los valores occidentales de la democracia procedimental, se sustenten las hiptesis delfin de la historia, elgiro en el orden geopoltico internacionaltras el finde la guerra fra (centrado en la unipolaridad estadounidense y la re-activacin hegemnicade la alianza atlntica); y el reajuste del discurso de la poltica exterior y las doctrinasintervencionistas estadounidenses sobre la regin, expresadas en la Iniciativa para las

    Amricas (comercio, inversiones y deuda).

    En la dcada de 1990, tras un complejo proceso de negociacin entre las fuerzas insurgentesy los gobiernos demcrata-cristianos en El Salvador y Guatemala -acompaado de una activadiplomacia latinoamericana-, se hizo impostergable la pacificacin de sociedades yterritorios que la nueva geoeconoma neoliberal demandaba para una efectiva re-periferializacin subregional que insertara a las dbiles economas centroamericanas en elorden capitalista mundial de posguerra fra. Y en el que, paradjicamente, se redefini tantoel uso como los sistemas de violencia y guerra con democracia, esta vez sin dimensin algunade la lucha por justicia social.

    La vulnerabilidad estructural de las economas, la frustracin de sociedades desgarradas porla violencia, la fragmentacin y la pobreza. La suspensin del cambio social sin posibilidadesde concretar los proyectos revolucionarios en Guatemala y El Salvador. La implacablecontra-insurgencia y las contradicciones del proyecto insurgente sandinista en el casonicaragense, as como el repliegue de la potencia social como condicin para el logro de lapaz, eran algunas de las condiciones en que se plante el escenario de la transicindemocrtica.

    Junto a la degradacin del Estado de bienestar, corrodo por las medidas de ajuste estructural

    del Consenso de Washington, se estructur un programa de re-endeudamiento y dependenciainternacional que llev a un extremo aumento en los ndices de expulsin migratoria,acuerdos bilaterales de libre comercio con Estados Unidos de Amrica (EEUU), integracineconmica sin agenda social e insercin a la proyeccin geopoltica estadounidense del sigloXXI: guerra anti-drogas, anti-terrorismo y reformulacin de las prioridades de seguridadnacional, expresada en el concepto de seguridad democrtica.

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    Entre consonancias, especificidades y contrapuntos (referidos, recurrentemente, al caso deCosta Rica), los procesos de transicin e instauracin de democracias representativaselectorales en los ltimos treinta aos, han sido un ejemplo del desajuste existente entre losescenarios procedimentales de la democracia y el mejoramiento sustantivo de las sociedades.Democracias sospechosas (Rouqui, 1994a) fueron consideradas en la dcada de 1980, por

    tratarse de proyectos de transicin regidos por una emergente institucionalidad electoral y ala vez, por un persistente escenario de guerra. Democracias malas, las denomina elintelectual Torres-Rivas (2010), por la disonancia entre una creciente institucionalidaddemocrtica y el aumento en la pobreza y la desigualdad social, la inseguridad y lacriminalidad social, la devastadora condicin de los derechos humanos y una intensificacindel fenmeno trans-migratorio. Democracias inciertas, es como las definen Mart yCardenal (1998), para referirse al complejo umbral de escenarios, actores e incertidumbresinstitucionales que condicionan la consolidacin de democracias plenas en los pasescentroamericanos.

    Democracias posibles, es necesario tambin denominarlas, si consideramos su limitadoumbral para la transformacin social y reconocemos que su condicin realmente existenteest llena de implacables defectos. Democracias posiblessi se toma en cuenta la virtualapertura de espacios polticos para el acceso al poder por parte de fuerzas partidarias antesmarginadas de los nichos de representacin, as como de los nuevos espacios de concertacinpoltica regional alternativos a los impuestos por la geopoltica regional dominante.Democracias posibles si se considera, por otro lado, el valioso trabajo de organizacionesciviles para la defensa de los derechos humanos (en particular de los pueblos indgenasoriginarios y de la mujer), el territorio y los recursos naturales, la autodeterminacin social y

    el mpetu por una estructura de sociedad ms igualitaria que reivindica el derecho a la vidadignael buen vivir, el vivir bien y alternativas de desarrollo post neoliberales- sin tener queasumir la emigracin como alternativa forzada, o participar en los espacios de violenciaque genera la economa criminal (Morales, 2013).

    Este artculo se plantea dos grandes objetivos. Por un lado, caracterizar por medio de unbalance geo-histrico el heterogneo desenvolvimiento de los ciclos democrticos enGuatemala, El Salvador y Nicaragua abiertos en la dcada 1980-90, mediante laidentificacin de los procesos de transicin e instauracin de las democracias electorales ylos desarrollos democrticos experimentados en las ltimas tres dcadas. Por otro lado, se

    pretende analizar los horizontes de la calidad democrticaexperimentada en Guatemala,El Salvador y Nicaragua -como referentes en la regin del istmo en la ltima dcada (2000-2010/12)-, por medio del anlisis de algunos macro-indicadores como el ndice de DesarrolloHumano (IDH), el ndice de Desarrollo Electoral (IDE) y el ndice de DesarrolloDemocrtico (IDD).

    Para la problematizacin de este trabajo se ha planteado las siguientes preguntas conductoras:cules son las caractersticas y los actores constitutivos de los ciclos poltico-democrticos

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    que se han gestado en los pases de Amrica Central en las ltimas tres dcadas (1980-2010/12)? Qu caractersticas comparten y distinguen a los procesos democrticosexperimentados en Guatemala, El Salvador y Nicaragua en la ltima dcada (2000-2010/12)de acuerdo con los indicadores sobre desarrollo democrtico, desarrollo humano y desarrolloelectoral?

    Se parte de la hiptesis de que a lo largo del contradictorio ciclo democrticoexperimentado en Centroamrica durante las ltimas tres dcadas, la democracia, comoconcepto y prctica, no ha llegado a convertirse slo en un referente insorteable para el logrode la libertad y la estabilidad poltica, econmica y social expresada en instituciones quegarantizan la ampliacin de ciudadana y la igualdad social. Sino tambin, en uncondicionamiento para la obtencin de legitimidad (interlocucin en las instituciones yrganos internacionales y regionales) y el sostenimiento de un orden pactado sobre unparadjico discurso geopoltico que ha vulnerado continuamente la soberana y laestabilizacin social interna, expresado en sistemticas intervenciones extranjeras guiadas

    por la iniciativa de la(s)poltica(s) exterior(es) estadounidenses hacia la regin y mltiplesinstituciones internacionales orientadas al desarrollo.

    Las manifestaciones coyunturales de la ltima dcada en Centroamrica, orientadas a laconsolidacin democrtica y su redefinicin sustantiva expresada en una renovada aspiracinpoltica y social de una democracia representativa ms amplia, se acompaan tambin -y apesar de la importante consolidacin de los acuerdos para el logro de la paz en la dcada delos noventa-, de un recrudecimiento de la violencia y una crtica fragmentacin del tejidosocial. Lo cual se expresa en un aumento de la pobreza extrema, la desigualdad social, lainseguridad y el aumento de criminalidad, la devastadora condicin de los derechos humanos

    y una intensificacin del fenmeno trans-migratorio, fuente de sobrevivencia y base materialconcreta (mediante la circulacin de remesas) de la que dependen la frgiles economassociales mayoritarias de sociedades como Guatemala, Honduras y El Salvador.

    En paralelo, de acuerdo con diversos indicadores que cuantifican la calidad de lasdemocracias en los pases de Amrica Latinacomo los ndices de Desarrollo Democrticoy de Desarrollo Humano-, la ltima dcada expresa un estancamiento en el caso de ElSalvador y Nicaragua-, e incluso retrocesoscomo en el caso de Guatemala.

    Bajo estas circunstancias, se parte de considerar que el proceso de democratizacin en los

    casos de estudio, representativos de la situacin centroamericana, experimentan una altafragilidad y certeros riesgos que cuestionan la hiptesis de la irreversibilidaddemocrtica enAmrica Latina. Lo que implica, no forzosamente el virtual retorno a esquemasdictatoriales que suspendan la institucionalidad democrtica electoral y representativa, sinoel desenvolvimiento de poderes fcticos antidemocrticos, capaces de consolidar su poderantidemocrtico en el ntimo tejido de las sociedades centroamericanas, valindose de losvacos dejados por el extremo desmembramiento del Estado social, la privatizacin de la

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    seguridad, el poder real de la economa criminal y la vulnerabilidad socioeconmica queintensifican el espritu impolticoy colapsan el sentido del desarrollo democrtico.

    De all, la importancia de revisar con ms detalles los indicadores que reflejan el alcanceefectivo de la gobernabilidad, la construccin de ciudadana y las implicaciones de la

    democracia como discurso geopoltico en un periodo en que el post-consenso de Washingtony los escenarios postneoliberales sitan a los pases del istmo centroamericano en unacondicin diferencial frente a las experiencias de Amrica del Sur.

    El trabajo se organiza en cinco grandes apartados. El primero es un planteamiento generaldel contexto geopoltico contemporneo de Amrica Central, fundamentalmente partir delperiodo de posguerra fra. En el segundo apartado se plantea un sucinto debate terico sobreel paradigma democrtico liberal y las implicaciones de interpretar a la democracia enCentroamrica como un discurso geopoltico. En el tercer y cuarto apartado se desarrolla unalectura geo-histrica de los ciclos democrticos en Amrica Central, concentrndose en los

    detalles del desenvolvimiento poltico-electoral y sus lecturas paralelas espacios tiemposotros. En el quinto apartado se recurre a una sucinta revisin de algunos macro indicadoreseconmicos y sociales que intentan situar los alcances materiales de los desarrollosdemocrticos en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, cuestionando la idea de calidad de lademocracia y reconociendo tambin los factores que han agudizado la desconfianzademocrtica. Finalmente, se presentan unas conclusiones generales.

    Amrica central en el contexto geopoltico mundial de la posguerra fra

    Rafael Grassa, desde una aproximacin ortodoxade las relaciones internacionales a fines del

    siglo pasado, plante que el modelo de desarrollo que caracterizaba a Amrica Central en elcontexto inmediato de posguerra fra se explicaba mediante ocho elementos (Grassa, 1998:38-39, notas del autor):

    a)

    Economas de modestsimas dimensiones (pero de alto nivel de explotacin dado elcambio en los objetos y estrategias de acumulacin de capital, tanto en el significadode la apropiacin de la mano de obra de los emigrantes como del territorio mismo).

    b)

    Debilidad y vulnerabilidad econmica extrema (acentuada por el devastadorescenario de persistente guerra interna en la regin).

    c) Ubicacin perifrica en el sistema poltico y econmico internacional (ysu persistente

    re-periferializacin acorde al nuevo mercado y dinmicas de la globalizacinneoliberal emergente).d) Hiperinfluencia poltica y econmica de agentes externos (Expresado tambin como

    intervencionismo, vulnerabilidad histrico-estructural o imperialismo).e)

    Fuerte propensin a la concentracin altsima de poder (Oligarquas econmicas ypolticas persistentes).

    f) Polarizacin extrema y aguda fractura social (nueva dependencia).

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    El contexto de posguerra fra en Centroamrica, represent una reconfiguracin de su rolcomo regin estratgica incondicional para el imperialismo y nuevo orden unilateralestadounidense, de acuerdo con los corolarios histricos de sus doctrinas intervencionistas ycon las demandas del mercado internacional que emergieron bajo la nueva institucionalidadeconmico-financiera neoliberal. La re-periferializacin era una de las condiciones

    imperativas para que los pases del C4 (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua)desarticularan el conflicto armado y participaran en el nuevo orden geopoltico. En estesentido, a lo largo de la dcada de 1980 y 1990, la regin experiment intensos procesos tantode negociacin como de presin poltico-diplomtica regional e internacional.

    Todos estos procesos de diplomacia estuvieron orientados a la superacin de la estructura delconflicto y la instauracin de regmenes democrtico-liberales. Mientras se intensificaba elexplcito apoyo estadounidense a la contra-insurgencia en Nicaragua financiada desde loscampamentos asentados en Honduras-, la diplomacia regional haba construido un espacioestratgico a travs del Grupo Contadora7 y los procesos de negociacin de Esquipulas8.Aunque inacabados, los acuerdos de paz y la negociacin diplomtica fueron fundamentalespara la superacin del conflicto y funcionaron como un relativo contrapeso al autoritariounilateralismo estadounidense en la regin. Por otro lado, cabe recalcar que los mismosprocesos posicionaron en la agenda regional la incondicionalidadde la democracia (liberal),como sistema de gobierno irrevocable para el escenario de transicin que se abri durante ladcada de 1990.

    El contexto de posguerra fra, tambin signific la redefinicin de las funciones del Estadoen el ciclo poltico-democrtico neoliberal. Los condicionamientos del Consenso deWashington llevaron a un rediseo de la regin centroamericana, que la convirti en un reaexportadora de fuerza de trabajo, corredorgeoeconmico de materia prima, narcotrfico ytransmigracin. Esto deriv en una zona de intensa vulnerabilidad e inseguridad que agravsu alta dependencia externa, todo bajo la consigna de los impostergables desarrollosdemocrticos.

    En paralelo a la diplomacia orientada a la concrecin de los acuerdos de paz, se desarrolluna nueva diplomacia comercialy un regionalismo neoliberal de mercado centrado en laexplotacin de fuerza de trabajo y materia prima. En 1991 se cre el Mecanismo de Dilogoy Concertacin de Tuxtla, el cualimpuls acuerdos entre Mxico y Centroamrica y aceler

    7El Grupo Contadora fue creado en 1983, como una instancia diplomtica multilateral orientada a promover lapaz en Centroamrica. Fue impulsado inicialmente por Mxico, Venezuela, Colombia y Panam, pasesinteresados en contener la extensin de la violencia en el istmo, la injerencia extranjera en la regin y su vezdislocar la insercin de los conflictos sub-regionales del contexto de confrontacin Este-Oeste de la guerra fra(Pez, 1998). En 1985 se cre el Grupo de Apoyo a Contadora, conformado por Argentina, Brasil, Per yUruguay.8En mayo de 1986 se instal el proceso de Esquipulas, el cual formaliz una serie de reuniones cumbre entrelos presidentes de los cinco pases centroamericanos, orientadas al establecimiento de la paz, el fortalecimientodel dilogo, el impulso a la democracia y la integracin.

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    la doctrina de libre comercio y la globalizacin econmica irrestricta que fulmin la funcinsocial de los Estados en el tringulo centroamericano. El Mercado Comn Centroamericano(MCC) de orientacin cepalina colaps (1993) frente a la creacin del Sistema de laIntegracin Centroamericana(SICA, 1991), que reimpulsaba la integracin desde la lgicadel nuevo regionalismo neoliberal y el Modelo de Seguridad Democrtica en

    Centroamrica(1995)9. El Mecanismo de Concertacin de Tuxtla se convertira en el ao2001 en el proyecto Plan Puebla Panam (PPP), orientado a la integracin estratgica de laregin mesoamericana entre el sur-sureste mexicano y los pases del istmo, al que se integrposteriormente Colombia (2006).

    El rgimen econmico que trajo consigo la tercera ola democrtica neoliberal, marc uncambio en la estructura de las exportaciones (colapsada ciertamente en el caso de los pasesinmersos en terribles conflictos internos) e hizo que la agricultura desplazara los productostradicionales -caf, caa de azcar y banano-, por productos no tradicionales hortalizas,flores y frutas y un incremento en la instalacin de maquilas. No obstante, destaca ante rodo

    el avasallante predominio del modelo de exportacin de mano de obra (Garca y Villafuerte,2014). En 2003, en pleno auge del sostenido desarrollo electoral (PNUD, 2004) se iniciaronlas negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio entre EEUU y Centroamrica (CAFTA-RD, tras la incorporacin de Repblica Dominicana), que entr en vigor en el ao 2006/7.Esta estructura de comercio ha significado la intensificacin del modelo que determina elcomportamiento de las economas en la regin: incremento de la industria maquiladora bajocondiciones de flex-explotacin laboraly aumento exponencial de los flujos migratoriosy de las remesas que en toda la regin, a excepcin de Costa Rica, se ha convertido en laprincipal fuente de divisas (Garca y Villafuerte, 2014: 339-342). Para Morales se trata de un

    rediseo de histrico de regin:Centroamrica se relocaliz [...] dentro del esquema unipolar, de dispersin einterdependencia y de la nueva geoeconoma, bajo su carcter de subsistema subordinado alregionalismo impuesto por Estados Unidos y el globalismo del mercado; sin embargo, dadasu posicin geogrfica y el papel que histricamente han tenido las relaciones entre EstadosUnidos y sus vecinos de la regin, el de mercado resulta ser un tipo de regionalismo ms biensubordinado a los factores polticos, como la preservacin del control y la reduccin de lasamenazas regionales a la seguridad de los Estados Unidos (Morales, 2007:79).

    Esos son los ncleos que determinaron las nuevas funciones econmicas de los diversos

    espacios territoriales (local, nacional, regional y extra-regional) y a la vez la conversin socialdel espacio de acuerdo a la demanda establecida por los esquemas de acumulacin de capital.Este proceso signific una reconfiguracin de las economas de enclave y una significativatransicin desde sociedades primarias de agro-exportacin tradicional y de bienes

    9Este proyecto fue firmado en 1995 a travs del acta del Tratado de Seguridad Democrtica en Centroamrica,complementario al Protocolo de Tegucigalpa, en el marco del consejo permanente de la Organizacin deEstados Americanos. Fue suscrito por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panam.

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    manufactureros de consumo, hacia nuevos polos de acumulacin econmica, en torno a unconjunto productos agrcolas ms diversificados, de la industria de maquila, del turismotradicional y de las remesas familiares generadas por las migraciones transnacionales(Morales, 2007: 186).

    El otro proceso que trajo consigo el discurso geopoltico de la democracia se expresa en losproyectos de seguridad democrtica, que constituyen la reformulacin del lenguaje y losmecanismos con los que la poltica exterior estadounidense ha redefinido su doctrina decontrol-intervencin sobre la regin. Tras los atentados del 11-S en Nueva York y el virajede la doctrina de seguridad internacional estadounidense, expresada en la guerra global contrael terror, Mxico y los pases de Centroamrica encontraron como condicionamiento denegociacin con la (inevitable) poltica de vecindad estadounidense, el posicionamiento delparadigma de seguridad regional-global como principio de organizacin de sus agendasinternas y de sus esquemas de cooperacin.

    La nueva geopoltica, para inicios del siglo XXI, se expres en el traslado del pivote de laguerra contra el narcotrfico, de la regin andina a la mesoamericana. Un esquema que semanifiesta en la Iniciativa Mrida y la Iniciativa de Seguridad Regional Centroamericana(CARSI, 2008). La perspectiva de prosperidad y desarrollo de la nueva integracin y librecomercio es el eje complementario de la regionalizacin de la seguridad, sobre la que se hadefinido el sentido estratgico de la democracia neoliberal (Rossi, 2011). Desde estaperspectiva, y ante la vulnerabilidad (econmica, social y poltica) experimentadaactualmente en las sociedades del centro y norte del tringulo centroamericano, acompaadade una intensa criminalizacin social, es posible discernir y construir un balance crtico sobrelos desarrollos, calidad e intermitencia en la democracia que experimentan nuestrosreferentes de estudio.

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    Diagrama 1. Desenvolvimiento (geo) poltico en la regin centroamericana a lo largo de tres dcadas (1980-2010)

    Fuente: Elaboracin propia a partir de diversas fuentes sealadas a lo largo del texto.

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    La democracia como discurso geopoltico a debate: consideraciones tericas

    Paradigma democrtico liberal: enfoques institucionales

    De acuerdo con el Informe de Desarrollo Electoral del Programa de Naciones Unidas para elDesarrollo (PNUD), existen al menos cinco condiciones fundamentales para el logro de la

    democracia como opcin orientada a la construccin de ciudadana (PNUD, 2004: 55-56,nfasis del autor):

    1. La democracia presupone la existencia de un rgimen polticoque se desenvuelveen un Estado y una Nacinque delimitan unapoblacin, unterritorio y el poder quese ejerce en su interior. Ese rgimen contiene un conjunto de instituciones yprocedimientos que definen las reglas y los canales de acceso a las principalesposiciones del Estado, el ejercicio del poder estatal y el proceso de toma de decisionespblicas.

    2.

    Implica el acceso sustantivo al poder del Estado, es decir, que no haya en el territorio

    otra organizacin (formal o no) con poder igual o superior al mismo Estado.3. Implica la vigencia del estado de derecho, que supone la independencia de los

    poderes y un sistema legal que es democrtico en tres sentidos: protege las libertadespolticas y las garantas de la democracia poltica, protege los derechos civiles delconjunto de la poblacin y establece redes de responsabilidad y rendicin de cuentaspor las cuales los funcionarios pblicos, incluyendo los cargos ms altos del Estado,estn sujetos a controles apropiados sobre la legalidad de sus actos.

    4. Supone una cierta forma de organizar el poder en la sociedad. En democracia, lasrelaciones de poder, entre el Estado y los ciudadanos, los ciudadanos entre s y entre

    el Estado, las organizaciones y los ciudadanos, deben estar enmarcadas en el ejerciciode los derechos polticos, civiles y sociales de tal manera que la imposicin de unaconducta (imperio del poder) no vulnere esos derechos.

    5. Requiere que las opciones ciudadanas aborden las cuestiones sustantivas. Las reglasy condiciones de competencia buscan asegurar una eleccin libre entre candidatos yprogramas de gobierno. Sin embargo, la designacin de los contenidos de la agendapblica no se limita a la eleccin de representantes. La agenda pblica, entendidacomo el rango efectivo de opciones del que disponen los ciudadanos de acuerdo conlas referencias anotadas ms arriba, constituye un componente central de laorganizacin democrtica. Esa agenda contiene el conjunto de cuestiones prioritarias

    alrededor del cual se centran el debate pblico, la definicin y las opciones depolticas de la opinin pblica. La agenda debera contener los desafos centrales paralos intereses individuales, de las organizaciones y el conjunto de la sociedad.

    Desde la perspectiva presentada por el PNUD, un rgimen democrtico consiste en el accesoa las principales posiciones gubernamentales, lo cual se logra mediante elecciones limpias einstitucionalizadas. El derecho a participar en el Estado y el gobierno mediante elecciones o

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    por medio del ejercicio de libertades garantizadas por las instituciones. Siguiendo el mismoinforme, existen cuatro aspectos centrales de la democracia: 1) elecciones limpias einstitucionalizadas, 2) inclusividad, 3) un sistema legal que sanciona y respalda los derechosy las libertades polticas, y 4) un sistema legal que prescribe que ninguna persona oinstitucin retenga el arbitrio de eliminar o suspender los efectos de la ley o evadirse de los

    alcances de la misma.

    Desde la perspectiva de Robert Dahl (1991), las democracias son interpretadas comoregmenes polirquicos, concepto con el reconoce a las democracias que permiten el debatepblico, el derecho de los ciudadanos a participar y a oponerse a los funcionarios de gobiernomediante el voto. Para Dahl un orden poltico polirquico se compone de los siguienteselementos: 1) procesos competitivos; 2) posibilidad de presentarse a cargos pblicos; 3)elecciones peridicas; 4) sufragio inclusivo; 5) libertad de informacin; 6) pluralidad de lainformacin; 7) autonoma asociativa. Estas condiciones posibilitan el paso de un sistemaoligrquico competitivo a un sistema polirquico inclusivo.

    Por su parte, ODonnell propone diferenciar a las democracias representativas de lasdemocracias delegativas. Estas ltimas no son democracias consolidadas es decir, noposeen un nivel estable y maduro de institucionalizacin, aunque pueden ser duraderas. Adiferencia de las democracias representativas, las democracias delegativas son fuertementemayoritarias pero carecen de sistemas de transparencia horizontal y de una institucionalidadslida. Se basan en la premisa de que quien sea que gane una eleccin pre sidencial tendrel derecho a gobernar como l (o ella) considere apropiado, restringido slo por la durarealidad de las relaciones de poder existentes y por un perodo en funciones limitadoconstitucionalmente (ODonnell, 1994: 13).

    Calidad de la democracia

    Morlino seala que un anlisis sobre la calidad de una democracia nos puede permitir abrirun escrutinio emprico sobre qu tan buena es una democracia. Definiendo a una democraciade calidad como aquella que presenta una estructura institucional estable que hace posiblesla libertad y la igualdad de los ciudadanos mediante el funcionamiento legtimo y correctode sus instituciones y mecanismos. Una buena democracia es, de acuerdo a esta autor, unrgimen ampliamente legitimado que satisface completamente a los ciudadanos (calidad entrminos de resultados), donde las asociaciones y comunidades que la componen disfrutan

    de la libertad e igualdad (calidad en trminos de contenidos), y los propios ciudadanos tienenel poder de verificar y evaluar si el gobierno trabaja por los objetivos de libertad e igualdadde acuerdo al gobierno de la ley (Morlino, 2005). Un anlisis sobre la calidad democrticaconsiste, por tanto, en la capacidad de monitorear la eficiencia de la aplicacin de las leyesvigentes, la eficacia de las decisiones tomadas por el gobierno, la responsabilidad y larendicin de cuentas polticas de los gobernantes electos en relacin con las demandasexpresadas por la sociedad civil (calidad en trminos de procedimiento) (Morlino, 2005).

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    Como marco analtico, Morlino propone cinco dimensiones de anlisis:

    +Dosprocedimentales: el gobierno de la ley y la rendicin de cuentas (accountability).

    +Una de resultados: reciprocidad o de correspondencia de las decisiones polticas con losdeseos de los ciudadanos y la sociedad civil en general (responsiveness).

    +Dossustantivas: el respeto pleno de los derechos que se extienden al logro de un espectrode libertades; y la implementacin progresiva de mayor igualdad poltica, social yeconmica.

    Esta perspectiva puede ser interpretada a partir de la informacin brindada por el ndice dela Democracia Electoral (IDE) y el ndice de Desarrollo Democrtico que desagrega en suscuatro dimensiones tales parmetros. Las cuatro dimensiones fundamentales para lamedicin de la calidad de la democracia de acuerdo con los planteamientos tericos deMorlino son: el gobierno de la ley; rendicin de cuentas; respeto pleno a los derechos

    polticos y humanos orientado a las libertades; la implementacin progresiva de mayorigualdad poltica, econmica y social.

    La categora de calidad de la democracia constituye un desarrollo terico que tras los debatessobre transicin democrtica y reforma del Estado ha significado un referente importantepara evaluar qu tan buena es una democracia. Ms all de la limitada sustancialidad deeste concepto para interpretar el desarrollo democrtico, el uso de indicadores e informacinsistematizada bajo estndares metodolgicos permite interpretar tendencias desenvolvimiento, cambios, estancamientos, variaciones, paradojas-, y reconocer, ms queestablecer, posibles puntos referenciales sobre el lugar en el que se encuentran los pases de

    la regin centroamericana en el desarrollo institucional de la democracia.

    Cansino (2013) considera que probablemente el xito de esta categora se debe ms a laslimitaciones que enfrenta la ciencia poltica para producir saberes relevantes y funcionalespara explicar y transformar la sociedad contempornea, que por los mritos inherentes a lapropia herramienta. No obstante, a partir de tales referentes es posible plantear una crticasustantiva tanto a la perspectiva instrumental de la democracia reducida a una falaciaelectoral, y a la vez contar con la agregacin-desagregacin de las mltiples dimensionesque permiten una medicin en el tiempo, que en este trabajo situamos frente a variosespacios-tiempos y calendarios. En otras palabras, recurrir a los indicadores sobre la calidad

    de la democracia nos permite, en teora, observar, identificar y proponer el mejoramientointegral de los regmenes polticos existentes en la actual reorganizacin de la modernademocracia representativa (especialmente en la imperiosa obligacin de discernir cmodotarla de nuevos atributos y derechos) (Cansino, 2013: 81).

    ~~~

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    Frente a tal discurso terico, es importante argumentar crticamente que la democracia, paraser interpretada desde contextos en que las estructuras procedimentales y meramenterepresentativas no significan un bienestar concreto para permanecer en ese espaciodemocratizado (como lo expresa la aguda transmigracin y la vulnerabilidad de los Estadosnacin en la regin de Centroamrica) es fundamental no slo la posibilidad de una garanta

    legal para acceder a cargos pblicos o elegir,o incluso impugnar mediante el voto, sinotambin interpretar y vivir la democratizacin como una ampliacin de las reas de igualdad.

    En este sentido, Tapia (2009) propone desplazarse del ncleo procedimental electoral quehoy sirve para definir la democracia e interpretarla como expresin de inter-gubernamentalidad. El autor considera que las llamadas transiciones a la democracia o elmodo en que funciona lo que los liberales llaman democracia, ha servido para desmontar lasestructuras materiales que hacan posible el grado de autogobierno en la historia de los paseslatinoamericanos (Tapia, 2009: 68). Este autogobierno expresa tanto la capacidad deautodeterminacin social -que incluye la posible participacin en las estructuras formales de

    la democracia representativa, como lo expresa la participacin estratgica y consciente de lapoltica mediante el uso del voto-, como la otra condicin fundamental de la democracia:soberana y gobierno propio. Desde esta perspectiva, la funcin de la democracia comoinstrumento para la creacin de espacios para el ejercicio de la igualdad y el simultaneorespeto para el ejercicio de la diferencia, es una de las posibilidades que la propia experiencialatinoamericana ha puesto en prctica, como lo ejemplifica el proceso plurinacional bolivianoy ecuatoriano o de democracia popular y directa en Venezuela.

    Aunque se tratan de experiencias reproductoras de un nuevo capitalismo de Estado, y decontradictorias frmulas pos-neoliberales, s han sido espacios que formulan prcticas

    orientadas a instrumentar el Estado como ente social y a la democracia como espacioconcreto para la rotacin del poder, para el acceso amplio y real de los sectores marginadoscomo mayora. El igualitarismo, la rotatividad y el colectivismo son expresiones locales,regionales que superan lo nacional para ejercer alternativas de democracia.

    La democracia electoral y representativa como discurso geopoltico: la tercera ola democrtica

    A largo de las ltimas tres dcadas de vida poltica en la regin centroamericana, lademocracia representativa y la prctica electoral se convirtieron en una condicinimprescindible para lograr una base mnima de distensin y estabilidad entre las facciones

    polticas aejamente enfrentadas en las contradictorias sociedades nacionales del istmo, ascomo para la construccin de nuevas legitimidades y espacios de interlocucin en lasinstituciones y rganos regionales e internacionales. Por otro lado, los nuevos ciclosdemocrticos permitieron vislumbrar una funcionalizacin regional dentro de un nuevo ordenhegemnico definido por el discurso geopoltico de la democracia (neo)liberal, el cual pre-estableca un conjunto de prcticas (elecciones y ritos peridicos de participacin electoralmediante el voto como fuente delegativa de poder, representacin poltica condicionada a

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    partidos polticos para la ocupacin espacios en el Estado, nuevas instituciones y estrategiasde democracia de mercado, etc.), definiciones y conceptos (ciudadana, participacin,reforma del Estado, calidad democrtica), y diseos nacionales-regionales estratgicos(seguridad democrtica, integracin econmica, acuerdos de libre comercio, etc.).

    Las inacabables teoras y debates conceptuales orientados a explicar los fundamentos ticosy funcionales del modelo democrtico, constituyen un importante referente en laconceptualizacin de la agenda democrtica de Amrica Central. Sin embargo, lasperspectivas dominantes de la democracia liberal enfrentan grandes limitaciones al momentode interpretar realidades empricas en las que la democracia ha sido tanto una alternativaentanto procedimiento y condicin para la paz- como tambin una condicin estructural deadecuacin a los emergentes intereses y actores externos.

    En este sentido, la democracia representa un modelo histrico de gobierno orientado a definirlas relaciones sociales desde un conjunto de valores especficos, bajo la hipottica frmula

    de un gobierno de las mayoras. Se trata de una dimensin en la que la democracia representauna forma de constitucin interna de la vida poltica, y que en la fase ltima de su expansincomo paradigma de ordenamiento hegemnico en los pases perifricos y semi-perifricos,se ha ordenado de acuerdo con las premisas del mercado capitalista, siendo el modernoEstado-nacin su espacio primario de desenvolvimiento, y las premisas del modelo neoliberallas que definen un estndar restringido de ciudadana (Born, 2000).

    Por otro lado, el modelo de democracia liberal representativa, y acaso delegativa (ODonell,1994), se ha fundamentado desde los centros imperiales de poder occidental como unesquema poltico superior de ordenamiento social, orientado a sobreponerse tanto a la

    soberana como a los modelos organizativos de otros espacios-tiempo civilizatorios incluyendo expresiones democrticas no liberales. De all, que la historia de la democraciamoderna, situada contemporneamente en el contexto de entreguerras del siglo XX10y en loscorolarios imperialistas de las potencias occidentales, tambin se vincule con la histricaproyeccin geopoltica de invasiones, intervenciones y guerras que se extienden hasta el msreciente escenario contemporneo. La democracia, como discurso geopoltico, constituye unviolento esquema civilizatorio con el que los pases centrales portadores del modelodemocrtico liberal-, mediante los regmenes e instituciones democrtico-liberales, hannormalizado el esquema de relaciones asimtricas y de dominacin que configuran el

    contemporneo sistema mundo moderno/colonial, regido por una matriz de desigualdad ysobre-explotacin. Un sistema que posee epicentros de convulsin en los que convergen lasms adversas y contradictorias dinmicas geoeconmicas que derivan en recurrentes

    10En el caso de las doctrinas imperialistas estadounidenses, el paradigma de la promocin de la democracialiberal burguesa fue posicionado como un corolario geopoltico hacia Amrica Latina durante la administracinde Woodrow Wilson (1913-1921). Un periodo que, por cierto, marc la historia de las relacionesinteramericanas por haberse perpetrado el mayor nmero de intervenciones militares directas por parte deEEUU sobre la Cuenca del Caribe (Surez y Garca, 2008: 61).

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    expresiones de violencia que reconvierten cclicamente su dinmica. Tal es el caso,justamente, de los ciclos de violencia que han atravesado hasta la actualidad al istmocentroamericano.

    La tercera ola democrtica determin la ciclicidad democrtica neoliberalen el mundo de

    posguerra fra, y con ella la redefinicin de las estructuras econmicas y geopolticas que, encontextos de vulnerabilidad estructural, derivan en esquemas de subordinacin conestabilidad institucional, ms que de soberana. La temporalidad histrica de la tercera olatranscurre desde la revolucin de los claveles en abril de 1974 en Portugal a la cada de laUnin Sovitica, que abarc los ltimos dos meses de 1991. Polticamente, esos aos puedenser pensados como una gran transicin epocal del autoritarismo a la democracia(Huntington, 1991).

    No obstante, tambin se trata de un diseo geoeconmico y geopoltico que surge durante ladcada de 1970 y es implantada como modelo de recomposicin ante la crisis de la economa

    poltica mundial11, tras la llegada al poder de Margaret Tatcher en Inglaterra y Ronald Reaganen EEUU. El paradigma mundial de la globalizacin neoliberal, es un esquema deautorrevolucin del capital que demandaba la insercin y funcionalizacin de los procesosperifricos al nuevo esquema de recomposicin capitalista. Este proceso y temporalidad serledo desde los procesos de transicin y desarrollo democrtico.

    Desconfianza democrtica: contra-democracia e impoltica

    Para Rosanvallon existen dos dimensiones a partir de las cuales es posible abordar lasdiversas experiencias democrticas. Por un lado, aquella que registra el funcionamiento, los

    xitos, lmites y problemas de las instituciones electorales-representativas. Por otro lado, laconstitucin del universo de la desconfianza democrtica, expresada en los contrapoderessociales informales destinados a compensar la erosin de la confianza en la institucionalidaddemocrtica, mediante expresiones que politizan y organizan, justamente, tal desconfianzasocial (2007).

    La experiencia de sociedades como Guatemala o El Salvador, cada una con su propia yexcepcional historia, experimentan una radical desconfianza que, sin embargo, se organizadesde espacios de contingencia, sin un ordenamiento sistemtico, desde donde confronta losvalores liberales y comunitarios de integrar sociedades plurales. La respuesta se expresa en

    los alarmantes ndices de emigracin, la construccin de tejidos articulados en estructurascriminales y la consecuente criminalizacin de ncleos familiares y barriales territorializadoscomo objetivos de aniquilacin entre las propias pandillas y por parte de las fuerzas deseguridad del Estado. A partir de la toma de los espacios vacos, en los que el Estado y el

    11En particular la crisis de la stangflation(alto ndice de inflacin y en la tasa de desempleo con cada en elcrecimiento econmico) en Gran Bretaa, EEUU y parte del mundo desarrollado, la suspensin del patrn oro-dlar, precedida por la crisis del petrleo tras la guerra de Yom Kippur en el Medio Oriente.

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    rgimen democrtico nunca no ejercen presencia constructiva o que derivan de un espaciotraumatizado por la violencia experimentada por las guerras, se experimentan formacionessociales con profunda desconfianza a la democracia procedimental, al Estado, y a la retricade los valores democrticos y el mito de la ciudadana.

    En este sentido, y para abrir la lectura emprica concreta, cabe recuperar la siguienteinterpretacin sobre la democracia, en tanto promesa, discurso y prctica inacabada:

    Histricamente la democracia se ha manifestado siempre como una promesa y un problemaa la vez. Promesa de un rgimen acorde con las necesidades de la sociedad sobre la realizacinde un doble imperativo de igualdad y autonoma. El proyecto democrtico ha quedadosiempre incumplido all donde se lo proclam [] jams hemos conocido regmenesplenamente democrticos [] de all que la desconfianza haya convivido permanentementecon las esperanzas [] El principio de la construccin electoral de la legitimidad de losgobernantes y la expresin de la desconfianza ciudadana respecto de los poderes han estadoas prcticamente siempre vinculados (Rosanvallon, 2007: 22).

    Desde esta perspectiva, la estricta lectura de la realidad social experimentada en AmricaCentral a lo largo de su historia conlleva a reconocer los dos polos que tensan a la idea dedemocracia como promesa (casi siempre frustrada) y como proyecto generador de unarecurrente desconfianza. Bajo esta perspectiva situada, es que se intenta recuperar la teoraen torno a la democracia, as como tambin criticar sus recurrentes instrumentalizacionesacadmicas y polticas.

    Lectura geo-histrica de los ciclos democrticos en Amrica Central

    Entendida como la apertura de un nuevo ciclo poltico en el que los pases con regmenesautoritarios transitaron hacia gobiernos constituidos por medio de procedimientosdemocrtico-electorales, la experiencia histrica de la democracia centroamericana demandauna serie de matices y diferenciaciones. Estas pueden ser reconocidas e interpretadas a partirde los especficos ciclos poltico-democrticosexperimentados por cada uno de los pasesdel istmo, lo que conlleva a identificar calendarios electorales diferenciados, divergentescoyunturas y crisis socio-polticas y econmicas, procesos de construccin-descomposicinde la estatalidad, niveles y discursos de condicionamiento externo, etc. Cabe reconocer quecada experiencia nacional, posee momentos constitutivos especficos que conllevan a unaimpostergable tarea en la identificacin y posicin histrica-poltica de los actores, contextos

    y el desenvolvimiento del proceso democrtico. Por otro lado, sin embargo, existen tambinimportantes consonancias regionales determinadas por factores estructurales,determinaciones externas y coyunturas regionales e internacionales comunes.

    La idea de ciclo permite establecer una periodizacin en torno al inicio y descomposicin deun modo global de articulacin de una sociedad o pas que, constituido por mltiplessociedades a la vez, experimenta una crisis profunda en el ordenamiento de las relaciones de

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    poder social y econmico. Con la crisis y apertura de un nuevo ciclo, los actores, institucionesy estructuras de ordenamiento-represin-negociacin de la sociedad sufren reajustesparciales o radicales. El desgaste o agotamiento de la configuracin histrica de un ciclo llevaa una nueva rearticulacin, emergencia o reestructuracin de poderes que marcan un reiniciomacro histrico hasta enfrentar un nuevo agotamiento (Tapia, 2009).

    Por lo tanto, en todo ciclo se configura un horizonte poltico que refleja unaacumulacin histrica que intenta reconducir, revertir o transformar mediante unanueva formacin social, la cual puede conservar de forma latente la estructura depoder previa o dislocarla. En la re-definicin de las relaciones de poder, los territoriosy espacios en los que se produce una nueva relacin primordial entre Estado ysociedad(es) articulan formas de produccin y formas de gobierno, y estas a su vez seconectan con las estructuras globales del mercado y el capital internacional. Lo cualexplica cmo y en qu medida los ciclos surgen o se aceleran de acuerdo con loscondicionamientos externos a la dinmica y escala, en el caso de las democracias

    neoliberales, nacional y local.

    Cada ciclo es definido por una crisis que devela su apertura y un momento constitutivo, esdecir, el proceso o coyuntura especfica que define la forma que va a tener la vida social enel horizonte histrico prximo de forma ms o menos duradera hasta su nueva crisis(Zavaleta, 1981). En el momento constitutivo se definen las agendas de ordenamientopoltico, econmico, social y cultural que van a funcionar como centro de gravedad hasta unaprxima descomposicin.

    Los ciclos poltico-democrticos experimentados en los pases de Amrica Central que

    atravesaron complejos contextos de guerra a lo largo de la dcada de 1980 y hasta 1990,iniciaron con una fase de descomposicin del orden militar oligrquico, acelerado por losproyectos de lucha armada revolucionaria (de los que slo la experiencia sandinista, enNicaragua, triunf en 1979), que se alargaron durante la primera fase de la transicin. Lasasambleas constituyentes y elecciones en la dcada de 1980 se convirtieron en el precedentede la transicin, pero son los acuerdos de paz (consolidados en 1992 en el caso de El Salvadory en 1996 en Guatemala) y las elecciones de 1990 en Nicaraguacon la consecuente derrotapoltica del sandinismo en la institucionalidad democrtica-, los que representan el momentoconstitutivo del ciclo democrtico, en la medida en que se posibilit la rearticulacin pluralde los actores polticos nacionales y una nueva proyeccin de estabilidad, es decir, un nuevo

    tiempo para la poltica, cuya tarea consiste en construir articulaciones entre los diversostiempos sociales. Sin que esto haya llegado a ser un punto de bifurcacin que implica unhorizonte largo de transformacin- y un cambio radical e inmediato de las elites en ladireccin del Estado, se abrieron nuevos escenarios que explican las transformacionespaulatinas experimentadas en el siglo XXI.

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    En todo caso, resulta necesario desarrollar con ms detalle el desenvolvimiento de talesciclos, con el fin de articular geo-histricamente las tres dcadas de desarrollo democrticode los tres casos de estudio que guan este trabajo. Primero, se presenta un anlisis de losciclos interpretados como desarrollos democrticos. Despus se desarrolla un anlisis geo-histrico basado en una desagregacin-reconocimiento del espacio tiempo electoral, la

    coyuntura poltica nacional-regional y el contexto internacional dominante, articulados bajoel paradigma de la democracia neoliberal como el discurso geopoltico que defini gran partede los ciclos poltico-democrticos en los pases centroamericanos.

    Ciclos interpretados como desarrollos democrticos

    Los ciclos democrticos pueden considerar tres momentos o etapas de concrecin: transicin,desarrollo democrtico y consolidacin democrtica. No obstante, las experiencias concretasque se estudian no han experimentado una certera consolidacin, sino procesos dedemocracia delegativa persistentes, que requieren especficos balances que ms adelante

    sern desarrollados. Enseguida se presenta el antecedente histrico fundamental del ciclo ydespus una revisin de las fases mencionadas.

    Crisis de las dictaduras y democracias de fachada: descomposicin y prembulo de apertura al nuevo ciclo

    democrti co

    El desenvolvimiento geo-histrico de los ciclos democrticos en Amrica Central a lo largode los ltimos treinta aos, tiene como precedente histrico el implacable ascenso yconsolidacin de regmenes dictatoriales o autoritarios en la mayora de los pases de laregin; la determinante constitucin de Estados contrarrevolucionarios; la militarizacin delespacio pblico y de la poltica; la sistemtica intervencin estadounidense; la emergencia

    de las guerrillas y proyectos revolucionarios; y la reaccin contrainsurgente que, en conjunto,configuraron cruentos escenarios de guerra prolongada. La violencia sistemtica, enmarcadaen la doctrina de seguridad nacionaldiseada por EEUU y las oligarquas militares de lospases centroamericanos, configur el ncleo de una cultura poltica que encontr en losposteriores acuerdos de paz, el comienzo de un complejo e indeterminado proceso detransicin democrtica.

    El diseo de la estatalidad en los pases centroamericanos que experimentaron una transicindesde sociedades autoritarias a la democracia a fines de los aos 80 y la dcada de 1990 -tras la sostenida violencia y brutales escenarios de guerra-, expresan el rediseo de la poltica

    exterior estadounidense sobre la regin ante el emergente escenario de posguerra fra. Ascomo la imposicin inapelable de la democracia neoliberal como va para los acuerdos depaz.

    El modelo de dictadura institucional centroamericana de la segunda mitad del siglo XXse configur inicialmente en Guatemala. Tras la revolucin de 1944, se produjo la llegada ala presidencia en 1945 de Juan Jos Arvalo (considerado como el primer presidente elegido

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    democrticamente en la historia moderna de este pas) y de Jacobo rbenz en 1951. Noobstante, los avances en materia de reforma agraria se vieron violentados por el golpe deEstado de 1954, emprendido por Carlos Castillo Armas y la confabulacin del gobiernoestadounidense. El fin de la primavera democrticaguatemalteca signific el precedentepara un continuo proceso de asaltos al poder presidencial, suspensin de las reformas

    alcanzadas, asesinatos y dbiles proyectos orientados a la restauracin democrtica. El golpedel 30 de marzo de 1963, inaugur una etapa de convulsin armada en la que los militaresocuparon definitivamente el poder poltico hasta la dcada de 1980.

    En El Salvador la institucionalizacin de las fuerzas armadas en el poder se produjo tras elgolpe del 25 de enero de 1961. Mientras que en Nicaragua la aeja y hereditaria dictadura delos Somoza (estructura dinstico-plebeya instalada en 1934) garantiz el control sobre elEstado y el poder castrense hasta 1979, tras el triunfo de la revolucin sandinista.

    Para Torres Rivas (1998), las tres experiencias dictatoriales se caracterizan por ser regmenes

    que implementan un esquema sistemtico de represin y terrorismo de Estado a partir de lasegunda mitad de la dcada de 1970. Carecen de legitimidad y expresan un vaco de poderque los incapacita para constituir un bloque hegemnico. Se sostienen de la militarizacin ysu incondicional funcin como enclaves geopolticos estadounidenses. Estos regmenesejercieron a una anulacin sistemtica de la institucionalidad democrtico-burguesa,haciendo del rito electoral una mera expresin del fraude poltico y la negociacin entre lascpulas castrenses. Mientras que la suspensin de los mecanismos de representacin yparticipacin poltica sentaron las bases de un sostenido Estado de excepcin en el que lacontrainsurgencia se convirti en la funcin primaria del Estado (Torres Rivas, 1998; Cueva,1987).

    Fases de los ciclos democrticos, interpretados como tr ansici n y desarroll o(s) democrtico(s)

    + La instauracin de regmenes democrticos expresados en la denominada transicin(autoritaria) a la democracia. El reconocimiento de una fecha o acontecimiento preciso sobrelas transiciones a la democracia es materia de debate, dada la difcil indeterminacin delcomienzo de un cambio histrico. En todo caso, al admitir que se trata de la apertura de unnuevo ciclo poltico, es posible considerar que las transiciones conllevan a nuevos regmenespolticos, es decir, a un conjunto de patrones que determinan las formas y los canales deacceso al poder; los mrgenes de accin ya estando en el poder, y las caractersticas de los

    actores que son admitidos y excluidos (Crdova, 1995: 63).Es posible considerar que las transiciones en los tres pases en los que hubo conflicto armadotuvieron dos etapas complementarias: elecciones con guerra y elecciones con conflictosterminados o atenuados (Vilas, 1994). O desde una perspectiva temporal ms amplia, dosmomentos que abarcan las dcadas de 1980 y 1990:

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    + El primero, se sita en la dcada de 1980 con nfasis en el norte del istmocentroamericano. En esta fase los militares comenzaron a ser sustituidos por civilesen la direccin del Estado y se elaboraron nuevas constituciones. Sin embargo,continu imperando la cultura poltica de la violencia, la lgica autoritaria y unpredominio del poder militar que no permiti concretar una nueva institucionalidad.

    Esto ocurri con los gobiernos del demcrata-cristiano Napolen Duarte (1984 -1989)en El Salvador y Vinicio Cerezo (1986-1991) en Guatemala. En esta fase persistieronlos principios de la contrainsurgencia y la doctrina de seguridad nacional. Laparticipacin poltica no era plural y ciertos comportamientos polticos tenan slo ungesto ritual. De all que en esta fase las elecciones no sean instrumentos de latransicin (Torres, 1998:193). En este contexto regional, los gobiernos y el territoriohondureo de Roberto Suazo y Jos Azcona, garantizaron un sistema para elfuncionamiento de la contrainsurgencia en Nicaragua, un trampoln que tambinhaba servido para aniquilar la primavera democrtica guatemalteca en la dcada de

    1950.-El segundo momento corresponde a la dcada de 1990, en que se produjo el proyectode apertura democrtica, en el marco del fin de la guerra fra. En Guatemalacorrespondi a los gobiernos conservadores del golpista Jorge Serrano Elas (1991-1993), Ramiro de Len (1993-1996) y de lvaro Arz (1996-2000). En Honduras,Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) y Carlos Roberto Reina (1994-1998).En ElSalvador: Alfredo Cristiani (1989-1994) y Armando Caldern Sol (1994-1999).Mientras que en Nicaragua se produjo la derrota electoral del FSLN (1990) y el iniciodel gobierno de la oposicin Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997).

    En esta fase, se modific el corolario de intervencin contrainsurgente de EEUU enla regin, dado el reposicionamiento de una retrica orientada a la promocin de lademocracia y la proteccin de los derechos humanos que corresponda al discurso deun nuevo orden mundial. Por otro lado, de manera paralela se suspendi la influenciacubano-sovitica que alentaba el enfrentamiento ideolgico-militar producido por lageopoltica de la guerra fra. Se trata del periodo de las innovaciones institucionales,en el que se comenz a construir la pacificacin paulatina de la poltica y la sociedad,la desmilitarizacin y la reactivacin econmica desde el modelo neoliberal (TorresRivas, 1998: 193-194).

    La nocin de transicin se refiere a un comienzo determinado que intermedia entre elinicio y su llegada, que en el caso centroamericano se extiende entre el fin de losregmenes autoritarios o dictatoriales y el inicio de los periodos democrticos,apelando apenas a la dimensin electoral. En este sentido, los ciclos democrticosencuentran en los procesos de transicin el primer escenario de una re-articulacinentre sociedad y Estado-gobierno, teniendo como singular contexto histrico agudasmatrices de violencia generadas por las guerras que seguan vigentes durante la

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    primera fase de la transicin (Vilas, 1994). Adems, la transicin considera larecomposicin de relaciones entre diversas sociedades que conviven dentro delmismo Estado nacin (acuerdos de paz) y una re-articulacin de relaciones deproduccin y formas de gobierno (Tapia, 2009).

    En este ltimo punto destaca un hecho central: junto a la democratizacin a la queest destinada la transicin, se encuentra la liberalizacin econmico-comercial. Elhorizonte de la consolidacin se dibuja bajo el condicionamiento de una adecuadainsercin productiva de las nuevas sociedades democrticas. La transicindemocrtica no se experiment desde dentro de la cotidianidad social, sino que sedise desde los poderes del Estado (elites, oligarquas y militares en conversin),las fuerzas polticas en proceso y los actores e instituciones internacionales.

    La formulacin de democracias sospechosas se refiere no slo al vaco sustancialinterno, sino tambin a la imagen hacia dentro experimentada por una sociedad

    aturdida por la violencia y los nuevos regmenes polticos de transicin democrticasin inclusin, no slo a la poltica formal, sino a un sistema social y productivo parala sobrevivencia. Desde este punto de vista, Torres Rivas (1998) y Vilas (1998)aciertan al considerar que la democracia la iniciaron las juntas militares, sin unapresin social organizada que la demandara, dado el contexto de plena guerra yviolencia, mientras que la guerrilla tena como objetivo secundario el uso de laselecciones.

    + El desarrollo democrticoconsiste en la construccin y desenvolvimiento de una nuevainstitucionalidad. En nuestros casos de estudio, se trata del reacomodo de las fuerzas polticas

    dominantes (oligarquas, partidos de derecha y clases medias, instituciones y agentesexternos), la insercin de las fuerzas guerrilleras a la escena poltica institucional tras sudesmovilizacin, as como de los grupos armados contra-insurgentes del Estado. Eldesarrollo democrtico consiste en un proceso orientado a la construccin de las bases quegarantizaran una ciudadana poltica plena y activa.

    El desarrollo democrtico conduce a sociedades donde, en trminos operativos, el ciudadanotiene libre oportunidad de organizarse en funcin de los diversos intereses que la vida ensociedad produce, de informarse y de opinar, de participar de forma activa o testimonial enel debate pblico, criticar, concertar e influir en las decisiones pblicas, todo ello encondiciones de libertad y seguridad que el Estado tiene la obligacin de mantener para todos,ejercitando sus derechos sin ms limitaciones que las que establece la ley [](Torres Rivas,1998:167).

    La construccin de ciudadana poltica, que haba sido el horizonte de los proyectos dedemocracia negociada como va de pacificacin en Guatemala y El Salvador, y de re-estabilizacin poltica tambin en Nicaragua, deba de ser garantizada por las institucionesdel Estado a partir de este momento del ciclo democrtico. Una ciudadana social, sin

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    embargo, es un nivel que trasciende a la estructura normativa y formal, y se practica desdemltiples mecanismos, tanto en las instituciones pblicas como en la sociedad civil. Lademocracia social se vincula a la autodeterminacin de las sociedades, de acuerdo con sucapacidad para desenvolverse, auto-organizarse y contar tanto con representacin polticacomo con las garantas sociales y econmicas fundamentales (Zavaleta, 1981; Tapia, 2009).

    Una dimensin que dada la naturaleza de la transicin no fue planteada plenamente en losdesarrollos democrticos.

    + El tercer componente vislumbra ms una interrogante que una etapa definida: laconsolidacin democrtica? Esta puede ser analizada a partir del desenvolvimiento ymaduracin institucional de la democracia electoral (en su anlisis procedimental) y desdeel anlisis de sus cualidades, es decir, a partir de la lectura de indicadores que permitaninterpretar la calidad de la democracia. Cabe sealar que esta tercera etapadel ciclo estambin considerada, desde la perspectiva de presente trabajo, como una paradjica etapa deagudizacin de la nueva desconfianza democrtica, a partir de la experiencia emprica que

    atraviesan los tres pases que se estudian y que ser abordado en el siguiente sub-apartado.

    Ciclos democrticos ledos geo-histricamente

    La perspectiva geo-histrica de los ciclos democrticos experimentados en Amrica Centralconsidera la pugna por el control-direccin del espacio tiempo de la poltica. El control delos tiempos y los calendarios de la poltica rige el desarrollo democrtico. En el caso de laregin implica adems el control del espacio territorial para los fines geopolticosprimordiales de EEUU y del mercado internacional (incluyendo el poder sobre la fuerzasocial que representa la sostenida transmigracin).

    A diferencia de una descripcin histrica lineal del cambio social, la perspectiva de cicloreconoce los puntos de condensacin, momentos constitutivos y el balance de poder que secrea mediante la instrumentalizacin del rgimen democrtico. En ese proceso esfundamental el peso latente del pasado, expresado en acumulaciones histricas que tienden aestallar y visibilizar estructuras subterrneas (o subalternizadas) que llevan nuevamente aenfrentar momentos de auge, cada o descomposicin en un momento determinado delhorizonte histrico.

    La perspectiva de ciclo reconoce tanto la incidencia de los factores externos en la aceleracindel tiempo poltico (ciclos de la economa internacional), como la latente restauracin,

    adecuada al lenguaje y representaciones del nuevo contexto, de variables que en el pasadollegaron a incidir en las matrices fundaciones de la cultura poltica y el desenvolvimiento delproyecto histrico social, en este caso, de los siempre incipientes Estados nacionalesmodernos perifricos, como los de Centroamrica. Nos referimos a variables como: lasgrandes crisis econmicas internacionales; la construccin de vulnerabilidad basada en larestauracin de modelos centrados en la primarizacin de la economa (sea la dependencia almono-cultivo, a la flex explotacin de las maquilas o a las nuevas matrices neo-

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    extractivistas); o a la propia desactivacin social mediante la deslocalizacin de la fuerzaproductiva que implica la transmigracin y las estrategias contemporneas de acumulacinpor desposesin.

    Un ciclo poltico, interpretado geo-histricamente, considera el enfoque del espacio-tiempo

    estructural dominante o hegemnico (el reordenamiento geopoltico internacional), en el quese ha insertado recurrentemente la historicidad moderna de las sociedadescentroamericanas que nos guan en este estudio exploratorio. La apertura de los ciclosdemocrticos en Amrica Central expresa la transicin del esquema internacional de la guerrafra al ordenamiento unipolar encabezado por EEUU y los centros de poder occidentales. Locual se representa en la unilateral hegemona poltico-militar estadounidense a nivel global yen la reconfiguracin de la alianza atlntica, en el rgimen internacional econmico-financiero neoliberal y de democratizacin liberal virtualmente irreversible (Preciado yVillarruel, 2006).

    De forma alternativa y paralela, se encuentra el espacio-tiempo de la(s) resistencia(s), el cualse haba expresado en la regin a travs de los movimientos insurgentes guerrilleros y lamilitancia revolucionaria durante el periodo de las dictaduras y los atroces autoritarismosmilitares. Su accionar poltico, ms all de su posterior declive, signific un factor clave parala apertura del ciclo de democracia representativa a pesar de haber sido un objetivosecundario-, y en la definicin de las agendas que llevaron a la negociacin de la paz. Eldesarme del espacio-tiempo de la resistencia insurgente, inserta en una matriz generalizadade guerra y violencia, dio paso a la conformacin de un nuevo momento constitutivo, perodej vaco el contra-espacio transformacional que podra haber pugnado por una democraciacon soberana.

    Las fuerzas beligerantes se vieron obligadas a adoptar el paradigma democrtico neoliberalcomo condicin para participar en la normalizacin de la sociedad poltica. La vulnerabilidadextrema que vivi la sociedad civil encontrara en la dispora y la transmigracin, as comoen la posterior economa criminal, una paradjica alternativa de sobrevivencia.

    Finalmente, se considera el espacio-tiempo de la democracia neoliberal (cuya expresinconceptual se inserta en la tercera ola democrtica) como rgimen de ordenamiento polticoe ideolgico (perspectiva liberal-procedimental) que condiciona la normalizacin de lasrelaciones sociales en la regin bajo la re-estructuracin de la deuda, la profundizacin de la

    dependencia y el endeudamiento, el desmembramiento del Estado de derecho constitucionaly una reivindicacin de ciudadana poltica discursiva mediante la negacin material de lamisma, es decir, la suspensin del proyecto de democracia como fomento de la igualdadsocial.

    La democratizacin de una sociedad, por lo general, implica la apertura y ampliacin de losespacios-tiempo polticos, es decir, de los lugares en los que se constituyen sujetos con

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    capacidad de orientar la direccin de su sociedad a travs de la deliberacin y la legislacin.Una forma de gobierno democrtica es un espacio-tiempo mucho ms denso, ya que es unterritorio o un conjunto de territorios en los que se han constituido unapluralidad de sujetosque entran en relaciones de conflicto, de lucha, pero a su vez tambin de participacin enespacios comunes que incluyen prcticas de asociacin y colaboracin (Tapia, 2009:21,

    nfasis original).

    En este sentido, se plantea el reconocimiento de tres temporalidades o calendarios que sitanlos ciclos democrticos de los pases centroamericanos. El primero es el democrticoelectoral, en el que se desenvuelve la institucionalidad procedimental de la democraciarepresentativa formal y en el que se genera una nueva reduccin de sujetos con posibilidadde participar de forma directa en los cargos de gobierno dada la pre-seleccin al interior delas elites y partidos polticos, lo que limita al grueso de la sociedad al ejercicio del sufragio.El segundo, es el calendario que marcan las coyunturas polticas nacional-regionales, lascuales poseen tendencias antagnicas o de armonizacin que suelen incidir o incluso

    determinar el desenvolvimiento poltico interno de los pases, y de forma inversa losacontecimientos locales-nacionales, llegan a impactar en el espacio tiempo-regional. Eltercero, es el de la geopoltica internacional, que constituye la reconfiguracin de losespacios, territorios y tiempos polticos de los pases centroamericanos de acuerdo con losintereses estratgicos dominantes a nivel global.

    Perspectiva geo-histrica de los ciclos poltico-electorales: casos de estudio

    El Salvador

    En El Salvador, el calendario electoral que inaugur la ciclicidaddemocrtica tiene como

    precedente la inauguracin de la Asamblea Constituyente en 1982 y la promulgacin de lamisma en 1983, en un contexto de crtica violencia poltica. Las elecciones presidenciales de1984, en las que result ganador Jos Napolen Duarte del Partido Demcrata Cristiano(PDC) marcaron el inicio de la transicin democrtico-electoral y un simblico re-cambio deelites al desplazar del poder de direccin estatal a los ncleos duros de las fuerzas armadas yla derecha extrema. No obstante, en 1989, fue reconocido como ganador Alfredo Cristianidel partido conservador Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el cual guardaba lazosdirectos con las fuerzas represivas contra-insurgentes y la direccin diplomtica de EEUU, ya su vez impulsaba reformas liberales en materia econmica. En el mismo ao se

    establecieron los primeros contactos entre el gobierno y el FMLN, que en 1990 emprendiuna de las ofensivas militares ms intensas para determinar un catastrfico empate militarfrente al Estado y la estrategia contrainsurgente co-organizada con EEUU y el soporteterritorial de Honduras. En las elecciones 1994, el partido ARENA encabezado por ArmandoCaldern Sol, volvi a ganar la presidencia, y emprendi un conjunto de reformasneoliberales expresadas en la privatizacin de las principales reas estratgicas hastaentonces pblicas (telecomunicaciones, electricidad y fondos de pensin).

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    Mientras tanto, el desarrollo de los acuerdos de paz comenz a tomar consistencia con elprotocolo de Ginebra, seguido del Acuerdo de Caracas, ambos en el ao de 1990. Endiciembre de 1991, el gobierno de El Salvador firm los Acuerdos de Nueva York, y en enerode 1992 las negociaciones fueron selladas con los acuerdos de Chapultepec, Mxico, quemarcaron el fin de la guerra civil que se haba extendido por ms de doce aos (Spence,

    2004). A nivel interno, la asamblea legislativa de El Salvador aprob la Ley deReconciliacin Nacional, que otorgaba, bajo criterios fuertemente cuestionados, la amnistaa los responsables de la violencia durante la guerra. En las elecciones de 1994 se presentpor primera vez el FMLN como partido poltico, con un importante posicionamiento en laasamblea legislativa. No obstante, como ya se mencion, se impuso de nuevo el candidatodel partido ARENA: Armando Caldern Sol en la presidencia.

    A pesar del positivo posicionamiento del FMLN en las elecciones intermedias de 1997, enlas elecciones presidenciales de 1999 se impuso por tercera vez consecutiva el candidato deARENA, Francisco Flores, y por cuarta vez en las elecciones de 2004, Elas Antonio SacaGonzlez. Despus de dos dcadas conducidas por la derecha salvadorea, el partidoARENA fue derrotado en 2009 por el FMLN, por medio de su candidato, el ex periodistaCarlos Mauricio Funes Cartagena. El triunfo de Funes, signific una ruptura histrica en eldesenvolvimiento electoral de El Salvador, no slo por la llegada de una simblica izquierdamoderada al poder ejecutivo, sino tambin por un relativo (aunque limitado) giro en ladireccin poltica del pas. El escenario electoral se completa con las recientes elecciones de2014 en que fue electo como presidente Salvador Snchez Cern, ex comandante de lasFuerzas Populares de Liberacin Farabundo Mart (FPL) y candidato del ya oficialistaFMLN, tras unos cerrados comicios que se resolvieron en la segunda vuelta electoral.

    La elevada abstencin experimentada en los comicios de la dcada de 1990 (casi 50% en1994 y 61% en 1999) se transform en las elecciones del siglo XXI. En 2004 la abstencinfue apenas de 32%; en 2009 de 38%; y en 2014 de 39.12%, lo que explica, en parte, las dosltimas victorias polticas del FMLN. Todo esto, considerando que tales cifras slo reflejanel porcentaje sobre los votos emitidos, y no la virtual voluntad de toda la poblacinsalvadorea.

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    Diagrama 2. Calendario electoral de El Salvador

    Fuente: Elaboracin propia a partir de diversas fuentes sealadas.

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    Guatemala

    En Guatemala, tras la rebelin del 13 de noviembre de 196012 que intent derrocar algobierno de Miguel Ydgoras Fuentes, y el posterior golpe del Estado en 1963 por las FuerzasArmadas encabezadas por Enrique Peralta Azurdia, a fin de evitar el retorno de Juan Jos

    Arvalo y la consecuente va democrtica, comenz un rgimen de control autoritario bajouna nueva institucionalidad militar que puso en marcha un sistema de elecciones seudo-competitivas en las que siempre result elegido el candidato militar. Los espacios para laoposicin eran mnimos o nulos y el partido militar controlaba el parlamento y el sistemade justicia. Esta fase, que reconoce casi una decena de elecciones conducidas ydeterminadas por el poder militar, se caracteriz tambin por la ilegalizacin de la oposicinde izquierda, la persecucin y el terrorismo de Estado, configurado bajo el esquema de ladoctrina de seguridad nacional y el esquema de contra-insurgencia en el tringulo norte deCentroamrica.

    Entre 1970 y 1982, existieron sendos gobiernos militares considerados como democraciasde fachada (Torres-Rivas, 2007: 102) que colapsaron tras la crisis al interior de las fuerzasarmadas, expresada en el golpe de Estado encabezado por Jos Efran Ros Montt cuyadictadura agudiz el proceso de violencia y genocidio en la nacin guatemalteca entre 1982-1983. De tal manera, resulta desatinado considerar que los referentes iniciales de lainstauracin de la democracia se remonten a la dcada de 1970, no slo porque laselecciones de 1974 y 1982 estuvieron signadas por mltiples acusaciones de fraude(Dunkerley, 2001), sino tambin por estar insertos en la estrategia contra-insurgentecoordinada por EEUU, que conllev a una sistemtica represin de la oposicin poltica. Lasdemocracias de fachada, enfrentadas a las crisis generadas por los golpes de Estado,derivaron en una impostergable transicin del poder a las facciones polticas civiles en 1983.Las elecciones de la asamblea constituyente en 1984 y la eleccin de Vinicio Cerezo Arvalo,al frente de la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG)13en 1985, marcaron el inicio dela virtual transicin democrtica.

    No obstante, el contrapunto de la aparente transicin lo marc la formacin de la UnidadRevolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) en 1982, que aglutinaba a las diversasformaciones polticas radicales de izquierda que optaron por la va armada para latransformacin poltica. En un escenario que tena los espacios cerrados para la negociacin

    poltica y polarizaba las circunstancias del enfrentamiento entre la guerrilla y el rgimenmilitar. El rgimen de terror y guerra civil para inicios de 1980 ya era devastador, pero lallegada al poder de Efran Ros Montt en 1982, que plante los primeros contactos para el

    12De este acontecimiento, surgi el Movimiento Rebelde 13 de Noviembre (MR13), el primer grupo guerrilleroen la larga historia de la guerra civil guatemalteca que se extendera por 36 aos (1960-1996).13Cabe recordar que a pesar de la posicin ideolgica de centro y humanista asumida por la DCG,en 1974 este

    partido encabez la coalicin Frente Nacional Opositor, que promovi la candidatura presidencial del entoncesmilitar Efran Ros Montt, posterior dictador de Guatemala.

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    dilogo con la guerrilla y la virtual participacin electoral de la izquierda, se convirti en unproyecto genocida que victimiz a ms de 1,700 personas pertenecientes al pueblo maya ixil,y estructur la paramilitarizacin forzada de comunidades campesinas (Patrullas deAutodefensa Civil: PAC), con el fin de aislar a la guerrilla (FIDH, 2013).

    A partir del ao de 1986 se abrieron los espacios para la negociacin de la paz en la regin,pero fue hasta el ao de 1996 que se lograron consolidar los acuerdos de Paz. De estecomplejo proceso de negociacin, destaca el impulso a los acuerdos de Esquipulas I y II,como parte de la promocin de la paz y la institucionalidad democrtico-electoral gestadapor los propios gobiernos centroamericanos, a la par de los procesos de negociacin abiertospor el Grupo Contadora, que defini una diplomacia latinoamericana que buscaba tantoincidir en la direccin del proceso como limitar el irrestricto intervencionismoestadounidense. Esta proyeccin regional e internacional alcanzada en foros multilaterales la Organizacin de Naciones Unidas, la OEA, y diversas ONGs e institutos para la paz- jugun rol central en el rumbo de los procesos nacionales centroamericanos y en la centralidadadquirida por el discurso geopoltico de la democracia.

    En las elecciones de 1990 se eligi a Jorge Serrano Elas, del partido conservadorMovimiento Accin Solidaria (MAS), quien intent un proyecto fallido de autogolpe (elserranazo) ante la disolucin de los poderes legislativo y judicial en 1993. El interinato de lapresidencia fue tomado por Ramiro de Len Carpio hasta 1996. Su gobierno signific unperiodo clave en la reactivacin de las negociaciones de paz con la URNG, logrando la firmade un acuerdo de Derechos Humanos, el restablecimiento de comunidades desplazadas y unacuerdo de derechos indgenas en 1995 (Spence, 2004).

    En 1996 lvaro Arz Irigoyen lleg a la presidencia con el derechista Partido de AvanzadaNacional (PAN). En su gobierno se concluyeron los acuerdos de paz en el mes de diciembre,tras treinta y seis aos de conflicto armado interno. Por su parte, tras las elecciones de 1999,en el ao 2000 asumi la presidencia Alfonso A. Portillo Cabrera por el Frente RepublicanoGuatemalteco (FRG), partido fundado por el dictador Ros Montt en 1989. En el ao 2004 lapresidencia fue ocupada por scar Berger Perdomo quien se postul a travs del partido GranAlianza Nacional (GANA), una coalicin entre el Partido Patriota (PP), el MovimientoReformador (MR), el Movimiento 17 (M-17), que deriv en una tendencia de centro derechaconservadora en su programa poltico y liberal en la agenda econmica.

    Por su parte, lvaro Colom, de una extraccin de izquierda moderada lleg a la presidenciaen 2009 al frente de la Unin Nacional por la Esperanza (UNE), con un discurso partidariosocial demcrata. El ltimo eslabn del ciclo electoral lo constituye la llegada a la presidenciade Otto Prez Molina, el primer militar retirado que ha ganado la presidencia en la nuevafase democrtico-electoral (2011).

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    Finalmente, cabe sealar que del alto ndice de abstencin en los pases del nortecentroamericanos a lo largo de este ciclo, la tendencia en Guatemala ha sido particularmentepronunciadaen contraste por ejemplo con la de Nicaragua y Honduras-, ya que desde 1990hasta 2007 se expres en una constante que superaba el 50% en todos los casos (en 1999 fuedel 63.1%), y slo ha tenido una alta participacin (excepcional en el periodo democrtico-

    electoral) en 2011 cuando la abstencin alcanz un 39% de los votos vlidos.

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    Diagrama 3. Calendario electoral de Guatemala

    Fuente: Elaboracin propia a partir de diversas fuentes sealadas.