CLAUSURA 150 AÑOS FILIPENSES. PALENCIA 21-Nov-2009
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CONMEMORACIÓN Y COMPROMISO
Crónica de la Clausura del año Jubilar Filipense
Palencia 21 de Noviembre de 2009
El pasado día 21 de Noviembre, Palencia fue una Fiesta. Cualquier palentino sabía que en el Colegio Filipense “Blanca de Castilla”, se celebraba algo importante para la Historia, los 150 años de la Fundación Filipense. Instituciones como el Ayuntamiento, la Diputación, la Junta de Castilla y León, el Conservatorio de Música y otras muchas, se volcaron con nosotras para apoyar el encuentro, de igual forma los medios de comunicación de la Ciudad, todo hablaba de Marcos y Gertrudis Castañer.
El Colegio Filipense “Blanca de Castilla”, era una autentica exposición de vida e historia, por todos los rincones, fruto de un auténtico trabajo cooperativo de profesores/as y alumnos/a. Por aquí y por allá, con un claro hilo conductor, se encontraban reflejos y recuerdos de vidas entregadas, fotos de muchas Hnas. Filipenses, trazos de ilusiones hechas fundación y servicio en tantos rincones del mundo, todo eso que ha sido cimiento y semilla del hoy congregacional. Y a su lado slogans, motivaciones, lemas de una auténtica espiritualidad y pedagogía Filipense, la que marca el día a día de los educadores, religiosas y laicos en todas nuestras casas. ¡Cuánta Esperanza!
El proyecto celebrativo del día 21 de Noviembre quiso estar basado en el compromiso con el Carisma y los valores de la Espiritualidad Filipense algo que en el día a día debemos transmitir y de vez en cuando celebrar.
Las Hnas. Filipenses, unas 100, nos encontramos hacia las 10,30 h, compartiendo una oración agradecida al señor, a nuestros padres fundadores y a las Hnas. que nos han precedido. Al término de la oración las Hnas. se dirigieron a visitar la Exposición : “Filipenses desde el siglo XIX haciendo Historia”, diseminada por todas las galerías del Colegio, dónde destacaba la Historia de la Congregación expresada mediante pedagógicos murales, desde sus orígenes hasta nuestros días, a la vez que numerosos trabajos de alumnos relacionados con la pedagogía y valores filipenses, aludiendo en muchos casos mediante preciosos dibujos y figuras a personajes de nuestra historia, especialmente a los PP Fundadores y a San Felipe Neri, amén de numerosas fotografías históricas y recuerdos de la evolución en las escuelas desde el siglo XIX
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hasta nuestros días. Recuerdos también a tantos países dónde estamos presentes, a sus nativos, a sus costumbres a las expresiones genuinas de su fe.
El día estaba lleno de actividades y no faltó el encuentro con la música al estilo del Oratorio Filipense. Hacia las 13,00 h nos dirigimos al edificio del Conservatorio de música, ubicado en la Plaza de San Pablo, al lado del Colegio. En la puerta fuimos recibidas por un grupo de cuerda que nos acogió con el Adagio de Albioni. El día, a esas horas de mediodía, nos acompañaba con un sol espléndido que hizo de aquel momento, algo inolvidable. Ya dentro del Conservatorio en el auditorio se nos ofreció un concierto variado con interpretaciones de órgano, piano y grupo de cuerda a cargo de los alumnos/as más sobresalientes del centro. Una hora mágica que siguió dando calor, a un día muy especial en nuestras vidas.
Al término del Concierto el grupo de Hermanas, con extensa representación generacional, volvimos al Colegio, dónde nos esperaba una comida bien pensada para una fiesta onomástica de 150 años.
Parecía que había concluido ya la Fiesta… pero a la hora de la tradicional siesta, el Colegio cobró una vida aún más intensa, jóvenes guapos y guapas, elegantemente ataviados, comenzaron a rondar por los lugares dónde las Hnas., en grupos, terminaban de ver las decoraciones y detalles del Colegio, eran los alumnos/as responsables de la acogida y acreditación de invitados, junto con el profesorado del Colegio, responsables también de velar para que la organización, se cumpliera al detalle. Junto a ellos la conductora del programa de la tarde, una antigua alumna, periodista, vicedecana de la Universidad “Miguel de Cervantes “de Valladolid, Dª Imelda Rodríguez, un equipo de más de 70 personas volcadas para que todo fluyera con perfecta precisión en favor de una experiencia inolvidable para los invitados al encuentro.
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A las 17,30 h. se abrían las puertas de Eduardo Dato, 12 y cientos y cientos de personas: autoridades civiles y religiosas, sacerdotes amigos de la casa, familiares de Religiosas, Antiguos/as alumnos/as, antiguos profesores, laicos representantes de nuestras casas de España, USA y alguna de América, fueron acreditándose y adentrándose en las dependencias del Colegio, hasta más de 1300, en un clima de alegría, fraternal y recobrada amistad. El Colegio, no era el Colegio, era la casa de la Familia Filipense congregada…¡¡Qué bonito y qué entrañable!
El homenaje a nuestros PP. Fundadores y a la Historia Filipense por ellos iniciada, ya había comenzado, pero se hizo expresión plástica, a partir de las 18,30 h. en el salón de actos y la capilla, espacios plenamente abarrotados de gente, esta última habilitada para poder visionar el musical que se representó en el escenario del salón de actos por un grupo de alumnos/as dirigidos por
Hna. Cristina Merino. “Amanece en Mataró”.Fue un canto al ilusionado proyecto de Marcos y Gertrudis por renovar todas las cosas en Cristo.
Los aplausos gozosos que cerraron la representación musical, invitaron a los asistentes a agruparse responsablemente para iniciar la procesión a la Santa Iglesia Catedral dónde a las 19,30 h. comenzaría la Eucaristía de acción de gracias. Guiados por sendos cuadros de NN PP Fundadores, las banderas de la Congregación y todos los países dónde hay fundaciones filipenses con sus Hnas.
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abanderadas, oriundas del país o misioneras en los mismos, congregadas por la banda de Música de la ciudad de Palencia, que a ritmo de marcha, acompañó la procesión, llegamos a la catedral.
Realmente la Eucaristía fue la apoteosis de la Fiesta, por el número de asistentes más de 1500, por la solemnidad de la propia celebración, en la que participaron más de 30 sacerdotes presididos por nuestro Obispo D. José Ignacio Munilla, por la profundidad de los contenidos, la motivación realizada por M. Nieves, la homilía del Sr. Obispo, las oraciones, las peticiones, ofrendas, en las que participaron numerosas Hnas., profesores, antiguos alumnos y laicos de todas las edades y lugares.
El magnífico entorno del grandioso edificio catedralicio, la decoración prevista por la Comunidad de RR Filipenses de Palencia, los detalles de los póster conmemorativos sobre la
Espiritualidad y Carisma de la Congregación, todo invitaba al gozo, a la acción de gracias y a seguir creyendo que ser Filipense y vivir por el Futuro de la Congregación merece la pena y puede ser un proyecto ilusionante para cualquier joven, que quiera servir al Evangelio y a la Iglesia.
La Coral “Blanca de Castilla” realzó la Liturgia Eucarística con sus cantos y todos los asistentes entonamos realmente emocionados el Himno a los 150 años para finalizar el acto, una
vez que se nos leyó la felicitación de S.S. el Papa, por los 150 años en palabras del Cardenal Rodé, prefecto de la Congregación para la Vida Consagrada y escuchamos las palabras agradecidas de la M. General, celestina Herrezuelo en la despedida.
La vuelta al Colegio, después de la Eucaristía, fue otro momento de gran congregación festiva entorno a nuestros símbolos y la alegre música de la Banda Municipal que nos acercó a la portería principal del Colegio en C/ Eduardo Dato, 12.
Allí tuvo lugar el descubrimiento de una placa, expresión de agradecimiento a la Congregación Filipense por parte del personal laico del Colegio de Palencia. Un momento entrañable en el cual la emoción agradecida de todo el personal y de alguna forma de todos los laicos colaboradores del mundo Filipense, tomó forma en la pluma y la palabra de Dª Sari Fernández Perandones, profesora del Centro y
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poeta. M. Celestina contestó con cariño a la ofrenda en nombre de toda la Congregación haciendo constar que Religiosas y laicos, hilo a hilo, persona a persona formamos un bonito y gran tapiz. Seguidamente con la presencia del Sr. Alcalde de la ciudad y otras muchas representaciones públicas y religiosas todos los que ocupábamos el pequeño recinto de la portería y los que aún llenaban la C/ Eduardo Dato, esperando a poder entrar, cantamos al unísono el Himno a Palencia, con la fuerza que nos salía del alma y el apoyo armonioso emitido por la Banda: ¡Salve, salve Palencia querida!
Entusiasmados todos, por los momentos que estábamos viviendo, fuimos avanzando hacia el patio central del Colegio, ya a media tarde, la lluvia quiso hacerse presente en la fiesta, quizás porque algo muy bello estaba concluyendo, pero eso no fue obstáculo para que el encuentro siguiera con plena vida y participación. Fue en el patio central dónde M. Nieves Alonso dirigiéndose al público asistente motivó el descubrimiento de un mural, homenaje a San Felipe Neri, situado en un sitio privilegiado de dicho patio. Nuestro mentor espiritual no podía faltar y M. Pilar Zarzosa, tiró de la cuerda dejándose caer el lienzo que cubría el mural, dónde apareció San Felipe con los jóvenes lanzándonos su mensaje: ¡os quiero siempre alegres!. De nuevo los asistentes unieron su corazón en un fuerte aplauso y los más jóvenes iniciaron el himno a Nuestro Padre San Felipe Neri, que con entusiasmo fue coreado por todos los asistentes ¡Gloria a ti sacerdote modelo…!
La noche ya había caído, eran más de las 21,30 y los descubrimientos de placas, dieron paso en nuestro patio claustral, a la entrega de reconocimientos agradecidos por parte de las Hnas. del Gobierno General de la Congregación a todos los representantes de entidades que nos han colaborado para poder organizar este evento. La Fiesta no había terminado, el grupo de danzas de la Diputación de Palencia, puso el sello de la cultura popular a la vez que en el patio se servía un vino español para todos los asistentes.
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Parecía mentira, pero ni la lluvia chirimiri, provocó que los invitados abandonaran la fiesta estos momentos. Ya hacia las 23,00 h, de nuevo la acción de gracias se puso de manifiesto, lanzando nuestros ojos hacia el cielo, la noche filipense se llenó de luz con preciosos fuegos artificiales que nos hicieron imaginar los rostros de Dios, los Padres Fundadores, y tantas Hermanas, que gozosos, en la plenitud de la VIDA, celebraban con nosotros 150 años de muchas vidas entregadas y nos invitaban a seguir haciendo el bien.
¡Amad! ¡Adelante, no tengáis miedo!
Preparamos la fiesta con gozo, entrega e ilusión.
Deseamos que esta Clausura
junto con un año jubilar intensamente vivido, haya dejado huella.
¡FELIZ NAVIDAD 2009!