Nº 232 • Suplemento Formación y Desarrollo • Mayo • 2009Capital Humano 96

FORMACIÓN

Coaching para la transformación

del sistema educativo

El sistema educativo español no solo es uno de los peor considerados de los países que participan en el Infor-me Pisa (Programme for International Student Assessment), además está perdiendo puestos respecto a hace unos años. Todos somos responsables de revertir este resultado y un interesante estímulo que nos lleva de la frustración a la acción es la adquisición de habilidades en coaching para desarrollar el potencial que nos hará crecer como personas y como profesionales. Facilitar herramientas de coaching al sector educativo genera excelencia entre quienes buscan posibilidades y fórmulas para la obtención de resultados diferentes.

ANA EMBID SEGURA, coach ejecutivo y miembro de ICF–España, de AECOP y de Coaching sin Fronteras ana.embid@gmail.com

Todos queremos ser los mejores, que nos aprecien, que reconozcan nues-tros esfuerzos; todos queremos ser

aceptados, que nos pongan como ejemplo para otros, porque somos competentes… Y, sin embargo, hay momentos en los que no nos sentimos apreciados, ni reconocidos ni sentimos que somos los mejores. Esta con-versación interna que tenemos todas las per-

sonas, en algún momento de nuestras vidas, es debida a que el ser humano satisface su necesidad de desarrollo cuando obtiene el resultado que busca (competencia) y éste es apreciado por los demás (reconocimiento).

COMPETENCIA Y RECONOCIMIENTO

José Moya, profesor de la Universidad de las Las Palmas, dice que “la competencia es la forma en la que una persona moviliza todos sus recursos para resolver una tarea en un contexto determinado”. No significa que el que más sabe sea más competente. Solo se es competente cuando se logra utilizar todos los recursos en un contexto y se alcanza el objetivo propuesto.

El reconocimiento es la gratitud expresada por otros cuando valoran el éxito conseguido por una persona que ha realizado satisfacto-riamente una tarea. Nos completamos como personas cuando integramos la competencia y el reconocimiento. Nos sentimos satisfe-chos al saciar nuestra necesidad de autoes-tima y realización, según la clasificación del psicólogo Maslow.

Autor: EMBID SEGURA, Ana.

Título: La transformación del sistema educativo pasa por nosotros.

Fuente: Capital Humano, nº 232, Suplemento Formación y Desarrollo, pág. 96, Mayo, 2009.

Resumen: El sistema educativo español no solo es uno de los peor considerados de la media de los países que participan en el Informe Pisa (Programme for International Student Assessment), además está perdiendo puestos con respecto a hace unos años. Todos somos responsables de cambiar este resultado y un interesante estímulo que nos lleva de la frustración a la acción es la adquisición de habilidades en coaching para desarrollar el potencial que nos hará crecer como personas y como profesionales. Facilitar herramientas de coaching al sector educativo genera ex-celencia entre quienes buscan posibilidades y fórmulas para la obtención de resultados diferentes.

Descriptores: Formación / Coaching / Feedback / Liderazgo / Estrategia.

FICHA TÉCNICA

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Cuando logramos el objetivo pretendido, nuestro cerebro genera una reacción quími-ca que aumenta la producción de endorfinas que nos hace sentirnos mejores y felices. Si además conseguimos reconocimiento, el éx-tasis es mayúsculo. Aprendido el proceso, deseamos probar y conseguir cuantas metas nos procuremos, aumentando las competen-cias y convirtiéndolas en habilidades.

Extrapolando este principio al sistema edu-cativo comprobamos que son varios los gru-pos que intervienen en él: de forma directa alumnos, profesores y padres; e indirecta, el gobierno y las administraciones autonómicas que relegan la educación española, con sus 17 sistemas diferentes, a un tercer nivel.

España, en los últimos años, ha retrocedido cinco puestos en el informe Pisa. El sistema educativo se deteriora. Son muchos los par-ches que se añaden para subsanar errores, sin embargo, nuestro sistema no tiene com-petencias para destacar en Europa. Por bue-nos que sean los profesores, si los alumnos no consiguen el éxito que buscan, el trabajo de los primeros no se verá recompensado. Esto demuestra que, aunque algunas partes

del sistema sean competentes, si una de ellas no alcanza los objetivos programados, todo el sistema en su conjunto será incompetente. Uno de los indicadores que lo demuestra es el resultado que el alumnado está obtenien-do, consiguiendo que España sea uno de los países donde mayor ruina escolar existe: “30 de cada 100 alumnos, fracasan”.

El profesorado también se siente víctima de las continuas reformas educativas que se han venido produciendo. No sienten que su tra-bajo esté recompensado ni que los centros de formación les valoren. Su esfuerzo para enseñar y dirigir equipos es una labor que está siendo cuestionada por la sociedad.

DE AFECTADOS A PROTAGONISTAS

Pero si no queremos ser víctimas tenemos que pasar a una posición que nos permita avanzar, buscar y encontrar soluciones. Así llegaremos a ser protagonistas de nuestro devenir diario, tomando decisiones que nos permitan arrivar hasta donde queremos. ¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros por cambiar esta situación?

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Las técnicas de coaching o habilidades direc-tivas que desarrollan el potencial que lleva-mos dentro están consiguiendo que seamos capaces de encontrar soluciones. En el mo-mento en que declaramos que somos parte del problema nos sentimos en la obligación de ser parte de la solución, de forma que pasamos a ser proactivos.

Buscamos soluciones a nuestras dificultades, indagando posibilidades donde antes solo, encontrábamos rechazos o problemas. ¿Có-mo lo conseguimos? Pues observando desde otra perspectiva, así seremos conscientes de los obstáculos que nos impiden alcanzar la meta. Otra de las competencias que nos ayu-dará es coordinar las acciones hacia conver-saciones que nos abran posibilidades.

La satisfacción de quienes han pasado por un proceso de coaching es tan grande que pro-duce un efecto multiplicador en su entorno. Este cambio provoca en el resto de elemen-tos del sistema un equilibrio. Los alumnos trasmitirán los beneficios actuando de acuer-do a sus capacidades, transformándolas en habilidades y por tanto, alcanzando los fines.

En todo proceso de coaching, ya sea indi-vidual o grupal, el coach será el que facilite las herramientas necesarias acompañando a su cliente o coachee. Cuando la persona va descubriendo nuevas fórmulas para obtener los resultados buscados, se produce una me-tamorfosis en el desarrollo personal y profe-sional que origina un bienestar que repercute en el sistema al que pertenece. Entre otras fórmulas para conseguir estas herramien-tas se encuentran las sesiones individuales, grupales y/o la formación en habilidades de coaching. Y es precisamente la formación en habilidades de coaching lo que más están demandando los profesores para obtener resultados óptimos a corto plazo.

EL FEEDBACK ES EL OBSEQUIO QUE RECIBIMOS DE NUESTROS ALUMNOS

“Me apunté sin tener intención de terminar el curso porque soy muy escéptica. Reconoz-co que he aprendido mucho que desconocía de mí misma. Me lo he pasado bien y cada día me voy mejor de lo que vengo. Me ha en-riquecido y me ha enseñado a ser más humil-de. No he sido una alumna que aprende, he vivido en mí un proceso de transformación”. Este es el obsequio que nos ofreció Carmen,

directora de un centro educativo de primaria, secundaria y bachillerato de Madrid.

Son muchos los profesores que, además de dar clase, dirigen un grupo o son responsa-bles del equipo directivo del centro. Estos son, precisamente, los que más demandan estos recursos de coaching para gestionar conflictos y resolver problemas.

Cuando comenzamos un curso de habilida-des para profesores somos conscientes de que encontraremos algunos que acuden “entregados a la causa” y vienen con ganas de aprender, otros que llegan para ver de qué va el curso y qué pueden obtener para su vida diaria y otros que participan como si les hubiesen obligado y muestran una acti-tud desconfiada. Los dos primeros grupos convertirán cada sesión en un laboratorio de posibilidades que nos enriquecerá a todos. Sin embargo, los escépticos serán los que demandarán mayor atención, poniendo en tela de juicio todo lo que allí se trate. Este perfil es el que más satisfacciones nos dará al conjunto del grupo y donde antes obten-dremos los mejores resultados. Los entrega-dos son como esponjas que quieren tener habilidades que les hagan ser excepcionales en su trabajo. Los que no saben muy bien de qué se trata el curso y vienen a conocer nuevas herramientas rápidamente se pasan al primer grupo, pues sienten que esta nueva filosofía es precisamente lo que ellos viven a diario y aquí aprenden a ponerlo en orden. Los escépticos son el grupo que más se hace notar. Son como Santo Tomás, si no ven algo que les sirva, no creerán en ello. Sin embar-go, son los primeros en descubrir qué les está faltando para desarrollar todo su potencial. Y serán ellos quienes se conviertan en los principales defensores de estas técnicas de aprendizaje personal y profesional porque sentirán la necesidad de compartir con otros esta experiencia tan gratificante.

Los coaches no enseñamos conocimientos, acompañamos, escuchamos y servimos de espejo a los profesores, directivos, ejecuti-vos, en definitiva, a personas que buscan dar un giro a sus vidas. Ellas, con el cambio de observador que desarrollan, serán capaces de ver sus puntos ciegos y descubrirán por sí mismas el camino que les llevará a conseguir sus éxitos. Serán los únicos que sabrán cómo hacerlo y que alcancen la competencia y el reconocimiento.

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