Esta es nuestra historia,

y trata de como vivimos

el trayecto recorrido

en nuestra carrera.

Hace apenas unos años, tras la búsqueda de

nuestra vocación de

SER BIBLIOTECARIOS,

dimos con el Instituto ISFT Nº 182.

Nuestro objetivo,

formarnos profesionalmente y obtener

nuestra habilitación que nos permitiese

trabajar de lo que nos gusta.

Sin saber que en este lugar encontraríamos

mucho más que eso.

Pusimos en marcha nuestro proyecto

comenzando por la inscripción, luego vino

el sorteo y después la clase introductoria,

de cual surgieron interrogantes, dudas y

sobre todo miedos.

Y está bien tener miedo, todos lo tienen,

todos lo sufren, por lo cual hay que hacerle

frente.

Juntos nos propusimos vencer al miedo.

Nos abordaba la impaciencia,

esperábamos el primer mail.

Comenzamos a comunicarnos:

era un mail de Magdalena, informando

cronogramas y horarios de cursada.

Nuestro anhelo era poder ser BIBLIOTECARIOS,

lo teníamos muy en claro, a veces no resultaba fácil mantenerlo vivo, pero a pesar de todo,

tras él nos encaminamos.

Llega el primer día de clase,

nuestros miedos aún nos acompañan y juntos dimos el presente.

No conocíamos a nadie, tan solo algunos conocidos entre sí, pero eran los menos.

Comienza el desfile y presentación de los

profesores,

con ellos surgían algunas materias raras

(Análisis documental, Descripción documental, Introducción a la Bibliotecología y a la

Ciencia de la Información, Fuentes….

parecían totalmente complicadas).

todo parece muy estricto y sobretodo inalcanzable, pero, ahí estábamos,

firmes tras nuestro objetivo.

Hay que agarrarle la mano rápido y no atrasarse con nada, porque sino todo nos pasará por

encima, nos decíamos, y de esta forma sumábamos miedos, pero a la vez sumábamos

compromiso y

nos fortalecíamos como grupo.

De esta forma

empiezan a formarse

los grupos, donde

compartimos

bancos, pasillos,

mates, almuerzo,

charlas, se crearon

amistades

y nos fuimos

distendiendo.

Hasta que llegan los primeros trabajos en

equipo, (nervios) parciales (nervios)

lecciones (nervios) trabajos de investigación

(nervios y mas nervios) y …

¡chau distensión!

A medida que transcurre el año,

el equipo educativo de la institución,

en su totalidad, fue el encargado de lograr que los nervios pasaran.

Y así nos empezamos a soltar, el miedo se desprende y las materias se

promueven…

así florecieron las primeras alegrías.

Luego, llegaron los primeros contactos con usuarios y bibliotecas reales a través de

las prácticas, y después de todo esto, fuimos aprobando una a una las cursadas.

¡Llegaron los primeros finales!

La falta de experiencia hizo que en Diciembre, nos anotáramos en todos, y …

nos bocharan en varios!!!!

Pero como dice PAULO COELHO:

“La vida es para adelante nunca para atrás, porque si andamos por la vida dejando puertas

abiertas, por si acaso, nunca podremos desprendernos, ni vivir lo de hoy con

satisfacción. En la vida nadie juega con las cartas marcadas…

hay que aprender a perder y a ganar”.

Si nos caímos, nuevamente nos pusimos de pie a dar batalla en Marzo, y ahí se

emparejo un poco el marcador.

Pasaron los finales, algunas materias aprobadas, otras no,

y empezamos segundo año ya más seguros, con mas training, con menos

miedos y con casi media batalla ganada.

Y la rueda vuelve a girar un año más, como

las del Bibliomovil, que nos hizo trabajar

para acompañarlo en distintos lugares.

Tuvimos nuevamente prácticas totalmente

enriquecedoras, entretenidas, divertidas, aun

que nunca dejamos de

trabajar, investigamos, hicimos

encuestas, analizamos distintas situaciones,

conocimos escuelas, viajamos a Rosario, y

tantas otras cosas más, que para esta altura

de la carrera ya éramos parte de un gran

equipo, como una familia tal vez.

Y nuevamente los

finales, la meta está

cada vez más

cerca, hasta que al

final esa rueda que

comenzó a girar el

día de la

inscripción, en este

querido Instituto,

un día se detuvo.

¡ÚLTIMA MATERIA!

(generalmente….. LITERATURA II)

Mesa de examen, nervios, pero como siempre,

con profesores dispuestos a colaborar para combatir esos nervios, y al final….

LISTO SE TERMINO TODO!!!...... Chau nervios los vencimos.

Todos tuvimos sensaciones muy similares en las que como niños, corrimos, lloramos y

gritamos:

¡¡¡Hectooorrrr, me recibí!!!!!

quedate tranqui el lunes mismo comienzo a tramitar el titulo, (es su respuesta favorita).

Hoy con enorme orgullo, estamos trabajando, tratando de hacer todo lo que nos enseñaron

(o al menos intentando), y nos damos cuenta que todas las recomendaciones, los temas tratados, cada materia seleccionada en la carrera, cada charla que parecía que se iba

por las ramas, tenía un porqué.

Podríamos decir que en el ciclo de la vida formamos parte de distintos tipos de

familias.

Cuando nacemos:

están quienes tienen la dicha de

formar parte de una familia, constituida

por padres, hermanos, y demás familiares

de sangre, y quienes no.

En la adultez:

forman una nueva familia, con

esposo/a, hijos, nietos, sobrinos, etc. y

quienes no.

Están las familias de pertenencia a un

empleo o empresa:

cuyos compañeros de trabajo podríamos

considerar integrantes de esa familia.

Pero nosotros podemos decir que tuvimos la dicha de poder estudiar, formarnos profesionalmente y en el transcurso de este proceso, fuimos considerados

integrantes de esta nueva familia, la del Instituto 182, compuesta por compañeros, profesores, preceptores,

auxiliares y directivos, en quienes encontramos apoyo, sabiduría y contención, con quienes compartimos todo

tipo de sensaciones, amarguras y emociones.

Aunque puede que alguien no lo crea, que parezca mentira, juramos

(y lo decimos de corazón),

hoy extrañamos.