Colección Mujeres y Poder · Colección Mujeres y Poder Primera edición, julio de 2005. Derechos...

Colección Mujeres y Poder

Mujeres en la Judicatura

Nuevo León

Instituto Estatal de las Mujeres · Nuevo LeónJulio 2005

Mujeres en la JudicaturaColección Mujeres y Poder

Primera edición, julio de 2005.

Derechos reservados conforme a la Ley por:

© Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León

Morelos 877 Ote., Barrio Antiguo,Tels.: (01 81) 2020 9773 al 76 y 8345 7771Monterrey, N.L., 64000

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Impreso en México. Printed in México

CONSEJO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Josefina LerouxPresidenta

Ubaldo OrtizVicepresidente

Blanca Laura U. de Rocha

Celita Alamilla

Eduardo Pérez

Fernando Reyes

Filiberto de la Garza

Hilda Catalina Cruz

Margarita Villasana

Sandra Góngora

M u j e r e s e n l a J u d i c a t u r a

Directorio

Gobierno del Estado de Nuevo León I n s t i t u t o E s t a t a l d e l a s M u j e r e s

JUNTA DE GOBIERNO

Lic. José Natividad González ParásGobernador Constitucional del Estado

Sra. Cristina Maiz de González ParásInvitada especial

Lic. Napoleón Cantú CernaSecretario General de Gobierno

Gral. José Domingo Ramírez Garrido-AbreuSecretario de Seguridad Pública

Lic. Luis Carlos Treviño BerchelmannProcurador General de Justicia

Lic. Rubén Martínez DondéSecretario de Finanzas y Tesorero General

Mtra. María Yolanda Blanco GarcíaSecretaria de Educación

Dr. Gilberto Montiel AmorosoSecretario de Salud

Lic. Eloy Cantú SegoviaSecretario de Desarrollo Económico

Lic. Alejandra Rangel HinojosaPresidenta del Consejo de Desarrollo Social

Profa. Gabriela del Carmen Calles GonzálezDirectora General del Sistema para el Desarrollo

Integral de la Familia

Lic. María Elena Chapa H.Presidenta Ejecutiva del Instituto Estatal de las Mujeres


Directorio


INSTITUTO ESTATAL DE LAS MUJERES · NUEVO LEÓN

María Elena Chapa H.Presidenta Ejecutiva

María del Refugio ÁvilaSecretaria Ejecutiva

Irma Alma OchoaDirectora de Enlaces

Dipna Ruth De CosDirectora de Administración, Planeación y Evaluación

Blanca Nelly GuerraDirectora de Capacitación

Sylvia PuenteDirectora Jurídica

Juana María NavaDirectora de Comunicación y Difusión


Directorio



Índice

Índice

Mensaje........................................................................................................................9

Presentación ...............................................................................................................11

Introducción...............................................................................................................13

Adame Mireles Gloria Alicia ......................................................................................17

Balderas Alanís María Guadalupe .............................................................................21

Buchanan Ortega Graciela Guadalupe .....................................................................27

Cruz Guillén Juliana .................................................................................................35

Díaz López Rosa María ..............................................................................................41

Escamilla Garza Miralda............................................................................................51

Garza Alejandro María del Rosario ...........................................................................57

González García María Inés.......................................................................................65

Grajeda Arreola Rosa Elena. .....................................................................................71

Herrera Tello María Teresa .......................................................................................79

Hernández Peña Rosa María.....................................................................................89

Huerta Treviño María Graciela .................................................................................95

Ibarra Tamez Alicia..................................................................................................103

Leal Zapata Libertad (+)..........................................................................................109

Macías García Juana María ......................................................................................117

Martínez Gámez Anna María ..................................................................................123

Martínez Mireles Sonia Alejandrina........................................................................127

Martínez Ríos Georgina del Carmen .......................................................................135

Montemayor Flores María Guadalupe ....................................................................143

Pedraza Montelongo María Inés .............................................................................151


Ramírez Camacho Rosa María.................................................................................157

Ramírez González Magdalena..................................................................................165

Rodríguez Capitán María Dolores ...........................................................................171

Salazar Llamas Luisa Yolanda .................................................................................177

Treviño Torres Juana María ....................................................................................185

Trujillo López Sara...................................................................................................189

Ureña Moreno María Ernestina ..............................................................................195

Valbuena Estrada María Nancy...............................................................................201

Valdez Ramírez Leticia Angélica ............................................................................205

Yeverino Rivera Rosa Delia .....................................................................................213

Zapata Leal Rosalinda..............................................................................................219

Zavala Pompa Leonor Guadalupe ...........................................................................225

(+) Fallecida.


Índice



Mensaje del Gobernador

El mejor ejemplo de equidad es el que las mismas instituciones encargadas de laadministración de la justicia asumen como propio. La creciente participación de lasmujeres en el ámbito de lo judicial le aporta un valor agregado de sensibilidad yhumanismo a esa difícil tarea.

Me complace reconocer en cada una de estas abogadas el profesionalismo, elcompromiso y la dignidad que imprimen a su alta responsabilidad, así como lacontribución que hacen para que Nuevo León sea un Estado de progreso sustentadoen la justicia social, la convivencia armónica y la equidad para todos. Enhorabuena.

Lic. José Natividad González Parás Gobernador Constitucional del Estado

Gobierno del Estado de Nuevo León I n s t i t u t o E s t a t a l d e l a s M u j e r e s9


Presentación

A través de los años, las generaciones de jueces que han administrado justicia enNuevo León han dejado una brecha de enseñanza que a los nuevos juzgadores sirvede parámetro para regir sus actividades, fortalecer su criterio y mantener un continuoperfeccionamiento de su encargo.

La carrera judicial que se sustenta en los principios constitucionales y en la LeyOrgánica del Poder Judicial del Estado, es una vía adecuada para que podamos contarcon una judicatura fuerte en conocimientos jurídicos, experiencia y valores. Además,si a ello agregamos el continuo desenvolvimiento social de nuestra entidad, vigorosay vanguardista, podemos apreciar los elementos necesarios para definir nuestraactualidad en materia de justicia.

Sin embargo, ninguna valoración sería adecuada si no observamos también el desarrolloque ha tenido la equidad de género en el Poder Judicial del Estado. Lo anterior sedemuestra con la plantilla de Jueces y Magistrados que refleja un importante porcentajede mujeres ejerciendo esta honorable función, amén de que su peso se refleja enmayor medida, al observar que las mujeres ocupan la mayoría de las plazas defuncionarios judiciales en nuestra institución.

Ningún discurso moral sobre la igualdad de oportunidades podrá tener el mismoimpacto que los datos claros y específicos donde se demuestra que se han mantenidoabiertas las puertas de la labor judicial al talento y capacidad de las mujeres, así comoa su especial manera de abordar los problemas para llegar a su mejor solución.

En el caso de nuestra institución, en las diversas materias que se conocen en el fuerocomún, la participación de la mujer, como en la vida misma, permite la composiciónperfecta para llegar al entendimiento de los diversos problemas que afectan a lasociedad, de tal manera que su comprensión nos deje observarlos en el marco de lalegalidad y, así, obtener la respuesta idónea que en derecho sea procedente.

La fortaleza natural de la feminidad, aunada a la disciplina que requiere la Judicatura,ha brindado la experiencia de tener en nuestra historia mujeres de gran valía que hanmarcado la importancia de contar con el intelecto y la sensibilidad que requiere laaplicación del derecho.



Afortunadamente, en este libro se recogen varias vivencias de aquellas que han tenidola oportunidad de administrar justicia, dando el mejor punto de vista en su perspectivapersonal, lo que servirá a las nuevas generaciones de servidores públicos judiciales,en general, para analizar con profundidad a través de sus palabras, la trascendentalfunción del Juez y de la Jueza en la sociedad moderna.

A nombre de nuestra institución, agradezco en todo lo que vale esta aportación quehace el Instituto Estatal de las Mujeres al Poder Judicial del Estado y a la culturajurídica en general, teniendo la seguridad de que siempre estará vacío el lugar que lesea conferido a este libro en las diferentes bibliotecas de nuestra institución, porquesu uso será inevitable, pues en él encontraremos una guía y razón para conducirnuestros esfuerzos en el sinuoso camino de la judicatura, a fin de salir airosos enbeneficio de nuestra sociedad, para continuar el progreso que distingue a nuestroEstado.

Lic. Genaro Muñoz MuñozMagistrado Presidente del

H. Tribunal Superior de Justiciadel Estado de Nuevo León




Introducción

Vivir en equidad y con justicia es la gran aspiración de la humanidad. Para las mujeres,es un imperativo que debe abordarse con la convicción de que sólo en el estrictoejercicio y respeto de sus derechos será posible una convivencia social digna, democráticay plural para todos y todas.

La justicia, representada iconográficamente en la figura de la diosa Themis que llevalos ojos vendados como metáfora de la imparcialidad, adquiere una nueva mirada através de la interpretación proba, recta y sensible de las leyes: la de las mujeres quecada vez más se suman a la administración de esa justicia.

Este libro nos permite conocerlas, ubicarlas como protagonistas de esa difícil tarea yreconocer en cada una de ellas a la profesional que trabaja con la conciencia de crearuna mejor sociedad. Destacan en sus historias un indeclinable afán de superación yun compromiso que trasciende el mero logro personal. Persisten su voluntad de servicioy su entrega.

El refrán dice: “el buen juez por su casa empieza” y en las últimas cuatro décadas, elPoder Judicial en el Estado de Nuevo León ha incorporado un número creciente demujeres en todos los ámbitos de su competencia; ha demostrado que las capacidadesfemeninas en la toma de decisiones promueven la equidad en las políticas públicas.

Ese número asciende en la actualidad a cuatro Magistradas, 18 Juezas de PrimeraInstancia y cuatro Juezas Menores, a quienes presentamos en este volumen y asimismoa aquellas que fueron pioneras en la alta investidura de Magistradas o Juezas. Todasellas han demostrado con responsabilidad y eficacia lo acertado de esa voluntadincluyente.

Para el Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León es una obligación y un privilegiocontribuir al reconocimiento y la visibilización de estas profesionales que estánconstruyendo la historia del Derecho, la Justicia y la Equidad en Nuevo León.

Lic. María Elena Chapa H.Presidenta Ejecutiva

Instituto Estatal de las Mujeres

Mujeres en la Judicatura

Nuevo León


GLORIA ALICIA ADAME MIRELESTitular del Juzgado Quinto de lo Civil del

Primer Distrito Judicial del Estado de Nuevo LeónMonterrey

Nació en Monterrey, Nuevo León, el 24 de noviembre de 1966. Es la sexta hija en una familia de sietehermanos. Está casada y tiene dos hijos, Gloria Jessica y David. Estudió la licenciatura en Derecho yCiencias Jurídicas en la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde obtuvo el primer lugar de sugeneración. Hizo la maestría en Derecho Mercantil en la misma Universidad.

Inició su carrera en el Poder Judicial desde muy joven, fue Secretaria de Juzgado y de Sala en materiaCivil; titular del Juzgado Segundo Menor del Primer Distrito Judicial y actualmente es Jueza QuintaCivil del Primer Distrito Judicial del Estado de Nuevo León. Ha sido académica en la UniversidadAutónoma de Nuevo León y en el Centro de Estudios Universitarios.

Soy orgullosamente regiomontana. Provengo de una familia numerosa, soy la sexta. Desde niña era muydada a defender mis puntos de vista, muy terca y era difícil para mí mantenerme callada cuandoconsideraba que tenía que opinar o cuestionar algo. En ese aspecto, mi madre siempre me decía “parecesabogada”, e incluso a veces comentaba preocupada: “El que se mete de redentor, sale crucificado”, fraseque ahora entiendo perfectamente.

Definitivamente, la madre siempre motiva mucho a los hijos. Es por esencia el pilar de la familia porque,aunque trabaje, siempre tiene mayor responsabilidad en la educación y formación en los hijos; lo queuna madre te dice, se te queda grabado para toda la vida.



¿Eso definió su vocación, el interés de ser abogada?

Sí, pues desde mi infancia, Dios me dio la oportunidad de vivir algunas circunstancias. Eso me hizobuscar lo que era justo y desde entonces tendía mucho a eso, a defender lo justo. Mi alma mater es laUniversidad Autónoma de Nuevo León.

¿Cuál fue para usted la materia más difícil de la carrera?

Derecho de Quiebras.

Casi todas las estudiantes de Derecho se incorporan muy jovencitas a hacer sus prácticas en los juzgados,¿fue su caso?

Así es, desde que estaba en la preparatoria tuve la oportunidad de tener como maestro a un licenciado,agente del Ministerio Público. El bachillerato era de Ciencias Sociales y Humanidades, en ese momento,al terminar el curso, él me preguntó a qué carrera iba a dirigirme y me invitó a ser meritoria en la agenciadonde él estaba como titular.

A partir de ahí se incorporó a la práctica.

Sí, en las vacaciones, incluso antes de entrar al primer semestre de la Facultad de Derecho.

Una vez que egresó de la carrera y empezó a desarrollarse profesionalmente, ¿recuerda si enfrentóalguna limitante en el desempeño profesional?

Yo pienso que no, creo que he sido muy afortunada y no considero que me hayan tocado limitantes porla condición de mujer, al contrario, a medida que uno va incrementando los roles, no nada más el deprofesionista sino el de ama de casa, madre de familia, etc., hace que por sistema sea una más organizada,aproveche y administre más sus tiempos.

Pienso y he observado por el personal que tengo a cargo, que las mujeres, con respecto a los varones, elrendimiento es igual y a veces hasta mayor, porque la mujer es más organizada para realizar las cosas yla organización creo que es la clave del éxito.

Pero, definitivamente, para poder resistir esa multiplicidad de funciones debemos cuidar nuestra fortalezainterior a través de diferentes medios, según la personalidad de cada mujer, pues sólo así podemoscumplir no sólo con eficiencia nuestro trabajo, sino con eficacia. Soy casada y tengo dos hijos, he podidocombinar lo profesional con la formación de la familia.

Hablemos de su trayectoria profesional, ¿cuál ha sido su experiencia, qué nos puede contar de sudesempeño como Jueza?

Bueno, ha sido muy gratificante, tuve la oportunidad de ser Jueza Menor desde 1996. Pero con posterioridad,en 1999, el Consejo de la Judicatura implementó los exámenes de oposición para aquellas personas quetuvieran interés en ascender, eso fue benéfico desde mi punto de vista porque se creó más apertura paradecir: “Yo quiero progresar en mi carrera, quiero el siguiente escalafón, el siguiente eslabón”.



Me tocó ser de la primera generación de jueces recomendados por el Consejo de la Judicatura. Paraaplicar, se hace una serie de exámenes: teórico por escrito, examen práctico, de elaboración de sentenciasy un examen oral relacionado con un caso práctico; posteriormente se elige un tema y se pone aconsideración del Consejo de la Judicatura en pleno, se hace una entrevista, se decide la recomendacióndel Juez y luego el Tribunal en pleno hace el nombramiento. Entonces para mí fue una oportunidad parapresentar y afortunadamente sí fui designada, para ser Jueza de Primera Instancia.

Ha sido gratificante porque, aunque la carrera es importante, no deja de ser muy satisfactorio el haberestado en un examen de oposición, incluso de oposición libre, al cual se invita no nada más a integrantesdel Poder Judicial, sino también a abogados postulantes, litigantes que desean ingresar a la institución.

Eso ha sido muy satisfactorio, afortunadamente tuve la oportunidad de iniciarme en esto desde que tenía17 años, en las etapas de meritoria, escribiente de Primera y luego de Segunda Instancia; Secretaria dePrimera y de Segunda Instancia, titular de un Juzgado Menor y ahora de un Juzgado de Primera Instancia.Claro que es satisfactorio, porque más vale paso que dure y no trote que canse.

En el Poder Judicial el perfeccionamiento de la profesión es gradual hasta llegar a la investidura deMagistrado. Es una trayectoria aparentemente muy trazada, muy definida, pero muy ardua ¿no esasí?

Sí, pues desde que entras como meritoria al mismo tiempo que estudias también estás practicando,entonces se van complementando las dos facetas, la teórica y la práctica. No es fácil estudiar y trabajar,pero precisamente la paga es el aprendizaje, los conocimientos adquiridos.

En particular recuerdo como algo especial que, al ser estudiante y meritoria a la vez, tenía la necesidadde aprovechar el tiempo al máximo y era cotidiano para mí estudiar en los camiones, durante los trayectosa la Facultad, por eso era prioridad para mí encontrar un lugar y no ir de pie, siempre estaba a la cazade un asiento.

¿Quién fue o es su modelo a seguir en el Derecho?

No he tenido un modelo único a seguir en el Derecho, pero he tenido la oportunidad de trabajar condiferentes jefes, lo cual es muy enriquecedor y de todos y cada uno de ellos he aprendido. El ser humanosiempre tiene algo que aportar y mis jefes han sido personas de carrera y han dejado en mí el amor a lamisma a través de su experiencia, conocimientos y personalidad.

¿Qué recuerda de sus tiempos como servidora en el Poder Judicial?

Recuerdo que cuando estuve al frente del Juzgado Menor, un joven me solicitó ser meritorio e inclusotraía una hoja de libreta de taquigrafía en la que decía: “Quiero pertenecer al Juzgado Segundo Menor”,lo cual llamó mi atención. Le cuestioné el porqué quería hacerlo precisamente en ese Juzgado, a lo quehábilmente me respondió que porque había escuchado de compañeros de la Facultad que en ese Juzgadoles explicaban muy bien a los meritorios; si bien eso no era mentira, no me dejó satisfecha, pues hay unproverbio que reza: “Cuídate de los aduladores”.

Le encomendé al Secretario Fedatario que lo observara; al tercer día, el joven empezó a formularlediversas preguntas jurídicas no comunes en un estudiante de Derecho, pues estaban relacionadas alderecho sustantivo, no al procesal, es decir, referentes al fondo de una sentencia, el muchacho concretamentecuestionó sobre si había algo que se pudiera hacer sobre la cosa juzgada.



Salió a relucir que había un asunto personal en el Juzgado, en el que se había pronunciado una sentenciacondenatoria a la parte demandada, que resultó ser la madre del joven, respecto a un juicio especial dearrendamiento que ya había causado firmeza o constituía cosa juzgada, e incluso se había ejecutado enel desahucio.

Por esta razón, le dije al muchacho que no era conveniente que permaneciera en el Juzgado, además deque había diferentes asuntos de la misma naturaleza promovidos por la misma parte actora en contrade otras personas, no era correcta su estancia en el Juzgado, además de la falacia que usó para entrar.

Abreviando, meses después, el joven fue con un grupo de personas a un canal de televisión diciendo queél era meritorio del Juzgado y que yo estaba en contubernio con la parte actora, que al descubrirme yolo había corrido, que le había dicho que tenía varios asuntos semejantes e iba a seguir resolviendo así,lo cual estaba totalmente alejado de la realidad, pues él entró al Juzgado con mentiras y con resentimiento,perdiendo totalmente la objetividad del asunto.

¿Cómo se ve en unos 10 ó 15 años en lo profesional, aspira a una Magistratura?

Claro que sí, yo creo que todos los que tenemos vocación y amor a la carrera judicial aspiramos al últimopeldaño que es, precisamente, la Magistratura.

¿Cómo armoniza su vida profesional con su vida personal?

Me gusta mucho leer y escuchar música, pero más leer. A veces se me cuestiona eso porque en el trabajoestá uno constantemente leyendo, pero precisamente lo que yo leo es totalmente ajeno a lo jurídico. Megusta mucho la literatura cristiana, todo eso me conforta bastante, me da estabilidad, paz, me da seguridad.

El ser humano necesita un equilibrio en todo y definitivamente la convivencia con la familia, con personasafines, realmente amigas, es gratificante y necesaria para apoyarse en los diferentes problemas de la vida.

Solamente recomiendo a las mujeres que siempre busquen fortalecerse para poder sobrellevar losdiferentes roles porque no es fácil, o sea, tampoco podemos decir que somos la mujer maravilla, necesitamoscultivar todas las áreas de nuestra vida y jerarquizar debidamente porque solamente estando satisfechas,realizadas, podemos en un momento dado ofrecer calidad a los demás, eso es lo único que puedo agregar.

¿Qué le recomienda a las nuevas generaciones de egresadas de la carrera de Derecho?

Definitivamente les recomiendo el estudio, la dedicación, la aplicación y actualización permanentes,porque el Derecho es cambiante, se transforma, hay reformas, la Suprema Corte emite criterios yjurisprudencias constantemente.

Yo creo que la constancia y la organización van de la mano, están ligadas y sí es muy importante hacerlo.Recomiendo que las metas sean día con día, o sea, un día a la vez y estar siempre estudiando, actualizándose,estableciendo bien las jerarquías y manteniendo un equilibrio en todo. Lo demás viene por añadidura.

La tenacidad es muy importante para lograr cualquier meta, siento que es fundamental. Y el equilibrio,por supuesto, en todas las cosas, porque precisamente como la mujer tiene muchos roles debe tener muypresentes sus jerarquías y alimentarse muy bien en lo espiritual, haciendo ejercicio, cada quien tiene sumanera de relajarse y sacar el estrés y volver a empezar cada día.



MARÍA GUADALUPE BALDERAS ALANÍSTitular del Juzgado Tercero de lo Familiar del

Primer Distrito Judicial en el Estado de Nuevo LeónMonterrey

Nació en Reynosa, Tamps., el 26 de diciembre de 1957. Sus padres son Antonio Balderas Ruiz yGuadalupe Alanís de Balderas. Es la hija mayor en una familia de cinco hermanos. Está casada conMarco Antonio Garza González y tienen dos hijos: Sofía María y Marco Antonio.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Por la misma Universidadobtuvo el título de maestría en Derecho Mercantil así como los créditos de doctorado. Se ha desempeñadocomo catedrática a nivel licenciatura y maestría. Ha sido Jueza de Primera Instancia desde 1987 yactualmente dirige el Juzgado Tercero de lo Familiar del Primer Distrito Judicial en el Estado de NuevoLeón.

Soy María Guadalupe Balderas Alanís de Garza, nací en Reynosa, Tamaulipas. Mis padres son AntonioBalderas Ruiz y Guadalupe Alanís de Balderas. Estoy casada felizmente con el licenciado Marco AntonioGarza González, tengo dos hijos: una niña que se llama Sofía María Garza Balderas que actualmentetiene 11 años y Marco Antonio, que tiene nueve años.

¿Cómo se originó en usted la vocación por la abogacía?

Bueno, tuve que pasar muchos sinsabores cuando tomé la determinación de estudiar Leyes. Al fin, comoles decía, nací en Reynosa y allá vivía con mis padres, soy la mayor de cinco hermanos. Cuando le dije a



mi padre que quería estudiar preparatoria, me contestó: “No, métete a estudiar a una academia comercial”,de la cual él y mi madre habían egresado. Por su insistencia, llegué tarde para inscribirme en la preparatoria,entonces ingresé en la academia que ellos deseaban.

Pero la verdad siempre he sido muy inquieta, siempre veo a futuro. Entonces, cuando estaba ahí en laacademia comercial, que lo agradezco porque sé escribir a máquina, taquigrafía, etcétera, yo decía:“¿Cómo es posible que hace veintitantos años mis padres estuvieron en esta escuela y yo, habiendo tantasoportunidades, esté estudiando esto?”. Cursé el año, tengo mi título de esa academia comercial y sinembargo, les dije: “voy a estudiar preparatoria, porque quiero ser abogada”.

En ese entonces mi abuelo aún vivía, él tuvo en Reynosa algunos cargos públicos y me decía: “No, hija,una mujer no debe andar en este tipo de situaciones. Mira, las mujeres deben estudiar costura, belleza,cocina. A ti te gusta la cocina, ¿por qué no estudias cocina?, ¿cómo es eso de que quieres estudiar Leyes?”.“Bueno, abuelo, es que yo tengo esas inquietudes. Mira, tú has andado mucho en el ambiente político ya mí me gusta también ayudar a la gente”.

Total, el último día de inscripciones de la preparatoria fui y me inscribí sin llevar un solo papel porqueellos, mi padre y mi abuelo, insistían en que no. Mi madre es una mujer dedicada al hogar, a su esposoy a sus hijos, maravillosa, que nos apoyaba siempre, pero también me decía: “Hija, tú quieres estudiarpero, mira, el día de mañana te tienes que ir fuera de la ciudad”.

Estoy casi segura de que permitieron ir a la preparatoria sólo porque fue tanta mi insistencia, tanta…que incluso le agradezco al director de esa escuela pues, al ver mi entusiasmo, aceptó que le llevara lospapeles a pesar de que ya habían cerrado las fechas y fui la última en inscribirme de esa generación.

Creo que mi papá, mi abuelo y mi madre pensaron: “va a estudiar la preparatoria y ahí le va a parar”.Resulta que terminé la preparatoria, afortunadamente con muy buenas calificaciones, al fin y al cabo eraun año mayor que la mayoría de mis compañeros y dije:”ahora quiero estudiar Leyes”. Me vuelven acuestionar: “pero, cómo, ¿no has quitado el dedo del renglón?”. Mientras hacía la preparatoria, yotrabajaba. No porque tuviera la necesidad de hacerlo, porque mi padre nos podía mantener, ha sido unhombre muy trabajador. Pero yo ya sabía taquigrafía y mecanografía, entonces debía aprovechar esaoportunidad.

Reynosa tiene frontera con la ciudad de McAllen y alguien me decía: “Estudia inglés”. Pero nunca quiseporque mis metas eran otras, ahora me arrepiento pues en vez de trabajar hubiera estudiado a la paringlés y la preparatoria, eso me hubiera abierto muchas más puertas.

Llegó el momento de decidir y otra vez, la reticencia, que quién me iba a traer acá a Monterrey a ver lode la escuela y demás. “Bueno, aunque sea para maestra”, dije. No había quién me pudiera traer aMonterrey a hacer los trámites. Vine con otra señora cuya hija venía a presentar examen para la Normal“Miguel F. Martínez”, pero resulta que a ella le faltaron documentos, la señora dijo que nos teníamosque regresar y ya no tuve esa oportunidad de entrar a la Normal, lo cual me sirvió, porque mis padresvieron que tenía muchas inquietudes y entonces entré a una universidad privada, aquí en Monterrey, ala Universidad Regiomontana.

Estuve en ella sólo tres tetramestres, porque para entonces ya estaban cerradas las inscripciones en laFacultad de Derecho, pero ya estando aquí me dije: “Yo quiero estar en la Universidad de Nuevo León”



y empecé a hacer todos los trámites para cambiarme. Aparte yo sabía que estaba mermando un poco laeconomía de mi casa, para que mis hermanos estudiaran también, pues era muy justo. Yo no quería seruna carga para mis padres. Hice los trámites y cuando yo le dije a mi papá: “¿Sabes qué? Me voy a cambiarde Universidad”, él pensó: “No quiere, ya no va a seguir”. “No, es porque no quiero que se sigan haciendogastos”.

En ese tiempo yo vivía con una abogada ya recibida, que era de Reynosa, quien me pidió que la acompañaraa los Juzgados a dejar un escrito. El Juez habla con ella y a mí me pregunta: “¿Usted que hace?”. “Estudioen una escuela particular”. “Pues tiene mucho tiempo, ¿no quisiera venirse aquí a hacer méritos?” Ledije sí. “Pues mañana la espero”. Al día siguiente ya estaba yo en el Juzgado.

Cuando les dije a mis papás esto, me replicaron: “¿Estás segura?”. “Ya me cambié de Facultad, terminoeste tetramestre y entro en septiembre”. Y desde ahí, no he vuelto a dejar el Poder Judicial, haceaproximadamente 28 ó 29 años.

¿Por qué decidí estudiar Leyes? Siempre me ha gustado mucho servir al prójimo, estar en contacto conel prójimo. Yo decía: “si no estudio Leyes voy a ser trabajadora social o psicóloga social”, eran mis metas.No me arrepiento de haber decidido estudiar Leyes, mucho menos la carrera judicial que tengo, puedodecir que son 29 años, pero para mí es como si hubiera sido un día.

Nos ha hablado ya de la resistencia inicial que los padres tienen al enfrentarse a las decisionesvocacionales de sus hijas, ¿ha encontrado algún otro reto?

¿Como mujer me preguntas?, fíjate que no. Cuando escucho que otras mujeres reniegan porque hantenido problemas, yo no, no. Nunca me he sentido ni inferior ni más que un hombre. He sido unaafortunada, porque he sido respetada como mujer, nunca he tenido que decir: “Ah, por ser hombre ledieron esta oportunidad”.

¿Cuáles son los cargos que ha ido escalando a lo largo de su trayectoria?

En el Poder Judicial tengo toda la carrera judicial desde meritoria, escribiente, Secretaria de Juzgado,Secretaria de Sala, Juez. Lo he sido en materia Civil, Familiar, Mixto; han estado a mi cargo más de cincoo seis Juzgados.

Para mí los obstáculos son retos, no me verás renegar por una cuestión que se me presente porque soycreyente, creo mucho en Dios y eso sí te lo puedo asegurar, de alguna prueba que me dé, siempre obtengoen muy poco tiempo, a la vuelta, el beneficio. Acepto los retos porque sé que son positivos, la vida, misaños, me han demostrado que han sido para beneficio.

¿Y en cuanto a reconocimientos obtenidos?

Afortunadamente he tenido reconocimientos, pero los papeles, los cuadritos, eso a mí no me importa.Yo tengo diariamente el reconocimiento de la gente que atiendo. Para mí es un apretón de manos, unasonrisa, una mirada. Esos son los reconocimientos.

Te podría decir que me han otorgado medallas a la perseverancia, reconocimientos que me han dadoalgunos colegios, me alegra que me tomen en cuenta. Pero en la materia que más me apasiona, la materiaFamiliar, el ver diariamente que pudimos resolver un problema, que no se tuvo que ir a un juicio tanlargo, es muy satisfactorio. Me han dejado escritos por ahí, palabras de señores, señoras, niños. Eso es



para mí un gran reconocimiento porque lo hacen desinteresadamente, porque sintieron que el servicioque se les dio era el que merecían. Lo demás siento que es vanidad, entonces esas cosas las relego unpoco.

En esa Sala de lo Familiar, donde se abordan cuestiones tan delicadas, como mujer ¿ha llegado apercibir que existe una manera, una sensibilidad distinta de impartir justicia?

Sí, creo que las etapas de la vida me han permitido discernir. Creo que soy la Jueza más antigua que tieneel Poder Judicial ahorita, lo he sido durante 20 años. Hay otras personas, compañeras a las cuales yorespeto mucho y que tienen otros cargos, creo que nada más hay una Magistrada que puede tener unpoco más del tiempo que yo tengo.

Fui Jueza muy joven, cuando aún era soltera y gracias a la educación que recibí pude percibir muy bientodos los asuntos que se me presentaron; pero cuando me casé y tuve hijos me di cuenta de que me volvíaún más sensible y puedo entender mejor a las personas, tanto al hombre y a la mujer, como a los hijos,les puedo dar más de mí.

Porque a mí nadie me va a contar ahora qué es el amor que se tiene una pareja, el amor que se tiene alos hijos. Entonces siento que el ser mujer me ha ayudado muchísimo al poder ayudar también al prójimo.Tener otra visión muy diferente, así es.

¿Cómo se ve dentro de un tiempo, unos 10 ó 15 años?

Quizá dentro de unos 10 años ya vaya a estar jubilada, pero con todo el cúmulo de experiencia que heobtenido en estos años quizá vaya a estar escribiendo un libro, quizá vaya a estar dando conferencias.Tengo mi licenciatura, 10 ó 12 diplomados, la maestría, ahorita estoy estudiando el doctorado porquesiento que eso me da más facilidad para hacer las cosas. Entonces no puedo quedarme ahí, tengo quemultiplicar la experiencia que me ha dado el Poder Judicial.

No creo que pueda estar un día en casa y decir: “Ya estoy jubilada, ahora sí me voy a dedicar a lasamistades”, pues mi familia, mis hijos, están acostumbrados a una madre que trabaja, a una madre quetiene una disciplina, que no los deja. Siempre estoy al tanto de ellos, tengo que dar mucho de mí y elloslo reconocen.

Nada menos hace poco mi hija me acompañó a un laboratorio que tuve que realizar. Una universidadde Texas nos pidió que colaboráramos en un experimento y el Presidente del Tribunal me pidió que yolo realizara. Ella estuvo conmigo en la oficina y después de que terminé y salimos, me di cuenta de queme dejó un recadito, donde me dice: “Gracias, mamá, por todo tu tiempo que nos das a papá, a mihermano y a mí”.

Eso para mí fue muy motivador porque fue una semana muy pesada, yo tenía que participar en cuestionesque no son de mi Juzgado, que son extra a la función que realizo y que te digan eso, pues te da muchoánimo para seguir adelante.

Mi familia está acostumbrada a mi actividad. Yo creo que soy hiperactiva porque siempre estoy trabajando,estudiando, preparándome. Entonces me veo como una mujer que, si Dios me permite sobrevivir, meiré a multiplicar los conocimientos que tengo.



¿Qué le aconsejaría a las nuevas generaciones de abogadas?

Que tengan sus metas bien definidas, que se quieran mucho porque, para que una mujer pueda saliradelante, primero tiene que quererse; primero me tengo que querer yo para poder dar ese amor a todala gente que me rodea. Una mujer, una profesional, puede rendir mucho más cuando es feliz, cuandoestá satisfecha, cuando sabe que está cumpliendo con todas las actividades.

Deben tener metas a corto y a largo plazo, pero con mucho entusiasmo. Yo siempre he pensado que algoque todo ser humano debe tener, hombre o mujer, es entusiasmo, ganas de vivir, fe en que las cosas sevan a hacer mucho mejor.

¿Algo que quisiera añadir a lo que nos ha dicho?

Me siento muy afortunada de pertenecer al Poder Judicial, nunca dejaré de agradecer a ese juez que yafalleció, el licenciado Mauro Cruz Garza, que me dio esa oportunidad, porque a partir de ese momento,28 años ininterrumpidos, he trabajado para el Poder Judicial y me siento sumamente satisfecha.

La madre Teresa de Calcuta decía que ella ayudaba a los más pobres, a los más necesitados y nos lodemostró con su testimonio. Si nosotros ayudamos a las personas como funcionarios con ética, conentusiasmo de arreglar las cosas, vamos a tener una sociedad mejor. Me siento sumamente complacidade pertenecer al Poder Judicial, de poder ayudar ahí a todas las personas, no a los más pobreseconómicamente, pero sí, muchas veces a la gente más dañada.

A veces ahí en los Juzgados me preguntan: “¿No te aburres?”. En ocasiones tenemos que trabajar delunes a domingo y digo: “No”. Claro que no me aburro porque estoy ayudando, estoy tratando de ponermi conocimiento, mi servicio a la comunidad, ¿por qué? Porque quiero una sociedad mejor.



GRACIELA GUADALUPE BUCHANAN ORTEGAMagistrada de la Quinta Sala de lo Familiar del

H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León

Nació en el Distrito Federal. Sus padres son Carlos Buchanan Espinosa y Virginia Ortega de Buchanan.Sus hermanos son Carlos, Luis y Virginia y tiene tres hijos: Mariana, Ricardo y Caty. Estudió lalicenciatura en Derecho en la Universidad de Monterrey y tiene cursos de maestría en Derecho Mercantily Fiscal por la misma universidad.

Dentro de la abogacía se ha desempeñado en la iniciativa privada. Ha sido catedrática e investigadorade la Facultad Libre de Derecho, en la maestría en Bioética del Colegio de Bioética de Nuevo León, dela Universidad de Monterrey. Ha sido ponente en diversos foros y es miembro de la Fraternidad JurídicaInternacional Phi-Delta, Capítulo Nuevo León, de la Academia de Derecho Reproductivo, del Consejode Estudios sobre Derecho de Familia y del Colegio de Abogados de Nuevo León, entre otras asociaciones.Asimismo fue Magistrada y Presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Nuevo León.

Actualmente es Magistrada de la Quinta Sala de lo Familiar en el H. Tribunal Superior de Justicia.

Mis papás son originarios de Guanajuato, pero por circunstancias de su trabajo vivían en el DistritoFederal, ahí nací y desde más o menos los 13 años vivo en Monterrey. Mi papá es abogado, estudió enla Universidad de Guanajuato y el Derecho ha sido parte de la familia. Somos cuatro hijos: dos hombresy dos mujeres, ninguno de ellos estudió la carrera, exclusivamente yo. Me interesó desde muy chica.



Si bien mi papá fue más orientado al ámbito laboral y de recursos humanos, el sentido de la justiciasiempre imperó en la casa y es algo que trasciende después para el pensamiento, para la decisión deingresar a la carrera de Derecho. Yo estaba decidida a estudiarla desde muy chica porque me gustabala justicia, me gustaba ser, como decían, defensora de causas perdidas, era defensora de oficio.

Además, entre las habilidades que me dotaron los genes estaba también inmersa la habilidad verbal. Enese ámbito fui inclinada más hacia las Ciencias Sociales y con esa visión que ya tenía en casa me fuemucho más fácil orientarme. Pero tengo que decir que también el área de la salud, la Medicina, megustaba y todavía me gusta mucho, por eso he incursionado en lo que es la Bioética, pero la veía comouna carrera tan larga, tan larga, que creía que iba a salir muy vieja. Desde que estaba en la secundariahabía decidido que iba a estudiar Derecho o Medicina. En la preparatoria me gustó incursionar en lassociedades de alumnos, fui presidente de la Sociedad de Alumnos y de la Federación de Estudiantes dela Universidad de Monterrey, ya estaba más involucrada en todo ese ámbito social.

El liderazgo se le ha dado de manera natural, desde muy joven.

Sí, ya andaba liderando grupos. Así fue como surgió fundamentalmente esa inclinación. En la carrerame di cuenta de que no era nada más estudiar para presentar un examen, sino me interesabanparticularmente ciertas materias. Creo que no hay nada mejor que hacer y estudiar lo que te gusta.

Siempre me gustó mucho el Derecho Civil, particularmente el Derecho Familiar: me encantaba porque,tal vez, dentro de la inclinación de ser mujer, todo está en el entorno familiar. Siempre he pensado quela familia es la célula de toda sociedad. Todo mundo nacemos de alguien, vivimos con alguien, tenemoslas posibilidades de formar una familia y, aclaro, no en el contexto que se entiende tradicionalmente:papá, mamá, hijitos, sino en toda la diversidad de familias que existen. Como la sociedad surge a raízde un entorno de filiación, es muy interesante y tu lado femenino se inclina mucho a eso.

Me gustaba mucho también la materia Mercantil, las sociedades mercantiles. De hecho, mis primerosaños como profesionista fueron en empresas. Fui Directora del Sistema Jurídico del Tec muchos años,estuve en la Gerencia Legal del grupo VISA otros tantos. Incursioné en ese ámbito; contemporáneamentedaba la cátedra de Derecho Civil, de Familia y el seminario de Civil, seguí dando esa cátedra durante casi20 años.

¿Hay algo que le haya representado un reto particularmente difícil durante su trayectoria?

Bueno, egresé en el ’84. Empecé a trabajar desde que estaba en tercer semestre, es difícil en una universidadprivada porque los horarios no se acoplan, son horarios cortados. Mi papá trabajó mucho, hubo temporadasen que tuvo tres trabajos para que saliéramos adelante y nunca nos faltó nada, a la mejor nunca nossobró. Yo no tenía esa necesidad de trabajar para costearme los estudios, pero siempre quise hacerlo ycreo que esa fue la primera ventaja, porque en el ámbito laboral —estamos hablando de hace más de 20años— obviamente la mujer no tenía cabida como la tiene ahorita.

Si no hubiera trabajado desde el tercer semestre, creo que no hubiera tenido las mismas oportunidades.Desafortunadamente, para las mujeres siempre hay ese estigma de que terminan la carrera, se casan yse van para su casa y luego, para volver a trabajar ¿qué experiencia tienes?, pues ninguna. Yo no hubierapodido ascender tan rápido a puestos a los que llegué precisamente porque ya había estado trabajando.

Estuve primero en asesoría jurídica gratuita del Municipio, trabajando en un despacho con un abogado,eso te abre el panorama para ver lo que es el litigio, luego ingresé en la empresa. Cuando ingresé en la



empresa, era la única mujer entre 19 hombres, lo cual para mí fue muy satisfactorio porque me acostumbréa un estilo de trabajo de hombres. Eso espero que esté cambiando, muchas veces trabajar entre purasmujeres es más conflictivo, los hombres no se crean conflictos entre ellos, al contrario, se protegen. Lasmujeres por ese sentido de la competencia, descalifican a las demás y se crean conflictos.

En la carrera la mayoría de los alumnos eran hombres, mi generación fue asombrosa, porque éramosnueve mujeres, estaban encantados porque nunca había habido tantas mujeres en una generación deDerecho. Después dijeron que en la generación no había mujeres, que había pura “gallona”.

Pero fue muy interesante estar trabajando entre puros hombres. En ese sistema te acoplas a tratar desobresalir por tus capacidades o por tu trabajo, no por tu condición femenina, porque hasta cierto puntote ven como un compañero más. Seguramente eso va a cambiar cuando haya más mujeres y cuandocambiemos nuestra visión respecto a las otras. Siempre he dicho, si no nos apoyamos entre mujeres,¿quién nos va a apoyar?

No es aprender a ser como ellos, sino aprender a adaptarse al medio, porque yo no quiero parecer hombreni me gustaría que me equipararan al trato como un hombre, sino aprender que en esa convivencialaboral puede haber respeto y armonía, aunque no te tengas que ir a la cantina o llevarte a maldiciones,que se dé el respeto por tus capacidades, no por tu condición.

De su experiencia cuando estuvo participando en el Tribunal Electoral, ¿qué opinión le merece el sistemade cuotas en política para las mujeres?

Siempre he dicho que en algunas ocasiones el Derecho va a atrasado a las realidades sociales y en otrasse adelanta. Yo podría decir que, en este caso, las decisiones tomadas, que no son Derecho más que paralos propios partidos, se adelantan un poco a la época. Porque para poder tener ese sistema de cuotasnecesitamos tener un sistema de cambio de cultura, no es nada más establecer una cuota para garantizarla participación de la mujer, sino hay que buscar la participación de calidad y esa participación de calidadhace más selectivo el grupo de personas, de mujeres, donde se puede incursionar.

Eso es en un primer nivel, en otro ¿qué nivel de disponibilidad van a tener las mujeres? Porque es muyfácil hablar de cuotas, pero es muy difícil encontrar mujeres que realmente estén comprometidas asatisfacer los estándares de tiempo, de horas de trabajo, de desatención personal y familiar, ¿cuántashay disponibles, que además reúnan el requisito de la capacidad? y ¿quiénes están detrás para apoyarlas?

Porque generalmente, sobre todo cuando son madres de familia, detrás de una mujer siempre tiene quehaber otra mujer. No hay, hasta la fecha, un hombre. Necesitamos que los hombres se involucren, ¿paraqué? para que no sientan en ningún momento que su categoría es diferente porque están apoyando auna mujer, para que se cubra una cuota política si se tiene la capacidad; que se involucren con la familia.Porque es a veces difícil encontrar el apoyo y las que se sacrifican son las hermanas, las abuelas, o unaparte importante del ingreso de la mujer se destina a pagar servicio doméstico, cuando realmente elhombre que hace esa función sí tiene el apoyo de la mujer.

Tiene que haber una verdadera corresponsabilidad y para eso se requiere un cambio cultural generacional,por eso digo que en cierta medida lo de las cuotas está un poquito adelantado a las circunstancias. Estoyconsciente de que los cambios en esta generación son por meras razones económicas.

Yo me pregunto cuántas de las mujeres que trabajan lo hacen porque prefieren desarrollarse a estaratendiendo otras responsabilidades. La mayoría trabajamos por necesidad, porque en nuestro nivel



cultural y socioeconómico aspiramos a que nuestra familia tenga un mejor modo de vida, siendo el nivelque sea, para allegarse los alimentos más indispensables, para poderles dar una educación superior mejora sus hijos. Pero todas trabajan por necesidad, yo creo que el porcentaje estadístico que tiene el INEGIde las mujeres que trabajan por gusto, es solamente de 0.8 por ciento.

¿Cuántas tienen esa facultad de decidir?, la mayoría no la tiene. En ese contexto de trabajar porque senecesita para la economía familiar, también tiene que ser recíproco el apoyo doméstico por parte de lapareja, si la hay, para que haya un equilibrio en justicia. Si todo mundo aporta a la economía de la casa,pues también que todo mundo ayude al desarrollo de las tareas domésticas en una forma equilibrada.

Gran parte de los problemas sociales que han pasado del ámbito privado a lo público se reflejan enuna necesidad imperiosa de equidad y justicia. ¿Cómo es para usted su trabajo como Magistrada delo Familiar?, ¿cómo ve esa situación en lo social, qué está pasando en términos de impartición dejusticia?

Bueno, yo creo que es un reto cambiar las estructuras, cambiar los criterios, cambiar los sistemas. Se hanincrementado tremendamente los asuntos familiares, tan es así que tenemos un Juzgado nuevo, estamoscomo en el boom de las épocas de las devaluaciones, de los cambios económicos, cuando se incrementaronlos litigios civiles, mercantiles. Bueno, ahorita tenemos un incremento, pero de asuntos familiares.

¿A qué atribuyo esto? Primero que nada, obviamente esa necesidad de la mujer de salir a trabajar le hacreado otra conciencia sobre su propio yo ¿En qué sentido? En el que no es posible traer a cuestas el 90por ciento de una situación familiar que nos exige el apoyo y no hay una compensación.

Se tiene una mayor libertad que da la autosuficiencia; hay muy deficiente educación, pero estoy hablandodesde el punto de vista escolar, todavía no llegamos a niveles de educación suficientes, sin embargo, losmedios de comunicación han influido tremendamente en que las mujeres conozcan mayormente susderechos. Una mujer tal vez no sepa leer, no sepa escribir pero sí puede ver la tele, sí puede oír la radioy toda la difusión que se les ha dado. Inclusive en los niños lo podemos ver, o sea, ya te dicen: “A mí nome pueden maltratar porque tengo derechos”, y no porque lo hayan estudiado en la escuela, sino porquelo han visto en los medios de comunicación. Entonces, ya se ha hecho una cultura sobre esto.

¿Qué sucede? La perspectiva social que se tenía antes no daba pauta a conflictos familiares, no porqueno los hubiera, sino porque no se ventilaban. Socialmente no era bien visto, porque el matrimonio teníaque ser bajo los regímenes patriarcales que habían subsistido siempre, porque las mujeres no tenían otromedio de allegarle alimentos a sus hijos y porque los hijos también estaban inmersos en ese régimenpatriarcal donde el padre era la autoridad, el proveedor y la madre se dedicaba al cuidado de los hijos.

Ahora que la mujer también tiene que participar en ese ámbito económico y tiene a su alcance los mediosde comunicación masiva, entonces ejercita con mayor eficacia sus derechos, los quiere hacer valer, porqueya sabe que si bien requiere de la pareja, que es una cuestión natural creada con esos fines, pues requierede una que la apoye no una que la aplaste.

Sí hay conflictos, siempre los ha habido, pero no salían a la luz, no eran socialmente aceptados un divorcio,una separación, una situación así con los hijos. Era simplemente una autoridad que se ejercía. No quierodecir que sea buena o mala, pero la sociedad evoluciona y el Derecho tiene que evolucionar como tal yproveer los medios para que se solucionen esos conflictos, estemos de acuerdo o no; los conflictos ahíestán, no los podemos tapar, tenemos que dar los medios. Y la gente ejerce más esos derechos, ¿por qué?,porque los conoce.



¿Que hay más violencia? Yo creo que es la misma, pero ya la gente dice: “Tengo derecho a vivir sinviolencia”. ¿Que hay más conflictos matrimoniales? No, son los mismos, nada más que antes se callaban.Que ¿qué cosa es mejor?, bueno, no podemos hablar que hace 50 años eran mejores las familias queahora. No, son diferentes. Es como decir que un hijo es mejor que el otro. Cada uno es diferente deacuerdo con las circunstancias que le corresponde vivir en ese momento.

No podemos decir que no haya unidad familiar. México es un país súper familiar, completamente familiardonde, si bien a lo mejor hay conflictos de desavenencias conyugales, se visita a los abuelitos, a los tíos,se reúnen. No es como en otros países, no queremos llegar a eso, pero creo que la responsabilidad de losconflictos no es nada más atribuible al seno de la familia, porque si la mujer tiene que salir a trabajarforzosamente ya no nada más depende de ella la educación de los hijos, porque los tiene que llevar a unaguardería. También es de participación del Estado el que se le proporcionen los valores, la educación alos hijos, porque ya estamos equilibrando la responsabilidad.

Es muy injusto decir que los hijos salen malos porque la mamá fue mala o porque la familia fue disuelta.Es muy injusto porque la mamá no tiene otra alternativa para darles de comer a sus hijos. En esa medida,también tenemos una participación, tanto del varón como de la mujer; observo también que algunasmujeres cometen muchos abusos en las separaciones, lo veo en la Sala, a veces ya tienen otra persona yquieren sacar al que está adentro. Que no se llegue a ese abuso de la mujer, que se llegue a esa cooperacióndel hombre y que se llegue a esa corresponsabilidad del Estado.

Hablando de cómo la Ley va en algunos casos adelante de las normas sociales y en otros se queda unpoco a la zaga, en esta transformación de conceptos y los diversos modelos de familia, ¿qué opiniónle merece la propuesta de las sociedades de convivencia familiar?

Es que no podemos comprender a la familia como el mero lazo de un contrato civil, como sería elmatrimonio. La familia no se da más que por lazos afectivos, porque entonces tendríamos que discriminartambién a los hijos adoptivos que no son hijos biológicos, tendríamos que discriminar también a aquellaspersonas —abuelos, tíos, padrinos— que acogen a menores, tendríamos que decir entonces que los viejitosque se quedaron sin casarse y que viven juntos porque son hermanos, no forman una familia.

¿El matrimonio es la base de la familia? Pues lo fue, pero no es la única fuente de la familia. Tampocodebemos de decir que la familia tiene su origen en la filiación porque descartaríamos todas estas otrasformas de familia. La familia es por los lazos afectivos, por la decisión personal de vivir unidos con otrosbajo un mismo techo y crear una vida común para tener un desarrollo más armónico como individuos.

Lo ideal es el matrimonio, por supuesto que sí, no estamos en contra de esto porque lo ideal para unamujer y un hombre es estar en pareja; lo ideal para los hijos es tener a su papá y a su mamá. Eso es loideal, pero lo ideal de Derecho no es lo ideal de hecho. Entonces hay que asumir los hechos porque esinjusto señalar a una mujer abandonada o madre soltera, diciendo que eso no es una familia; por supuesto,es una familia todavía con más peso porque tiene una responsabilidad doble que cumplir.

Esa responsabilidad, en un área tan delicada como lo familiar, ¿cómo la vive Graciela Buchanan, laMagistrada?

La vivo con mucha intensidad, porque me gusta la materia, me gustaría ser más experta en la mismapero eso lo dan los años de estudio. Creo que hay que tener una perspectiva diferente de la justicia queno tiene que ser tan letrística. El juzgador no nada más se debe enfocar en las corrientes filosóficas niser un mero aplicador, sino buscar que la norma sea justa en su aplicación.



De ahí la gran diferencia entre igualdad y equidad.

Se presume que las normas son justas por sí mismas, pero no. Las normas son generales y abstractas,la justicia la aplica el juzgador, para aplicar la norma al caso concreto, en la debida interpretación. Creoque es un reto para mí, que estuve fuera del ámbito del Poder Judicial, estuve en el de lo electoral. Enel ámbito judicial, he estado como litigante. Y como mujer, como madre, esposa, como hija, todo eso meda una responsabilidad para buscar que dentro de ese ámbito se trate de hacer justicia.

A veces es difícil, siempre le echan la culpa al Juez o al Magistrado, pero desafortunadamente el Derechoes como una receta para hacer un pastel, necesitamos ciertos ingredientes y si nos falta uno, nos va asalir mal.

En ocasiones los abogados no aportan esos ingredientes y resulta que el juzgador es malo. Como juzgadores,a lo mejor si no tenemos toda la tacita llena de harina, vamos a ver cómo nos sale con tres cuartos.Tenemos que ponderar eso, pero cuando definitivamente no están los elementos completos, no nos vaa salir nada. A veces la gente dice: “Oye, es que es el Juez…”, pero el abogado no aportó un elemento.Lo más difícil es ver con imparcialidad las cosas y verlas con imparcialidad quiere decir que se busca darla justicia como corresponde, en equidad.

En cuanto a la equidad de género, debemos juzgar con perspectiva de género, por supuesto que sí, perono nada más del género femenino, sino con perspectiva de género en ambos lados y eso creo que es unreto, una tarea que hay que hacer. ¿Y tu lado sensible? también tiene que salir, es muy importante encierta medida conocer a las partes para ver su sentimiento.

Yo les digo: “¿por qué está enojada con el Juez, por qué está echándole tanto al Secretario?, con quientiene usted el problema es con su señor, no con el Juez”. Desafortunadamente no tenemos los recursoscomo para ser psicólogos, para ser psiquiatras, pero trato de dar una aportación.

El conflicto es emocional entre las partes, siempre es problema: “¿Usted cree que con lo que va a dar ala señora le quede algo? fíjese, ¿cuánto le cuesta una cocinera, una nana, una lavandera y además de todouna enfermera? Hágale la suma, porque si usted se queda con los niños, le tendría que pagar eso a alguienmás, ¿o usted va a dejar de trabajar, con qué los mantiene? Lo que le va a dar no llega a una cuarta partede lo que le tendría que pagar a una persona que hiciera todo eso, con la ventaja de que la señora es lamamá de sus hijos y los quiere. No se va a encontrar mejor persona”.

En otros casos me dicen:“Bueno ¿por qué le tengo que dar? si tiene hasta sirvienta”. “Oiga, y usted ¿aqué se dedica?, ¿usted llega, barre, recoge, trapea, sacude, saca las copias, teclea y además la hace dechofer?”. Entonces, bueno, a veces se logra, a veces no, porque es un conflicto emocional. Nosotros, enalgún momento dado, tenemos que desligar esa parte emocional para ver el ámbito jurídico, pero siempreen el contexto de hacerle justicia a quien la pide.

Un aspecto dentro de su trayectoria, es su interés en el marco jurídico en la Bioética ¿qué nos puedecompartir en ese sentido?

Bueno, mi interés en la Bioética surge a raíz de estar mucho en contacto como asesora de médicosdedicados a las técnicas de reproducción asistida. Me di cuenta de que se estaban dando las técnicas dereproducción asistida sin que hubiera una legislación aplicable y la parte de la Bioética implica bios-vida,pero no nada más el aspecto médico, el aspecto ético, sino obviamente tiene que estar involucrado elaspecto legal.



A mí me interesó a raíz de esa participación que tuve en las discusiones sobre el derecho a la vida, laimportancia que tiene en la reproducción asistida y en la trascendencia que va a tener en generacionesfuturas, para la procreación de nuevos seres humanos, para la investigación científica médica. Y en otrosámbitos, en los derechos de los menores a ser transfundidos, a tener una atención médica adecuada, enlas cuestiones de eutanasia, donaciones de órganos y todo eso.

En materia de trasplantes y donación de órganos ya hay una legislación bastante avanzada, pero enmateria de reproducción asistida no tenemos nada. Ha avanzado tanto la ciencia que los proyectos hanllegado al extremo que ya hemos visto, de la posible clonación de seres humanos.

Particularmente ya tenemos la preservación de embriones y todos los problemas éticos, jurídicos quedevienen de esas técnicas de reproducción asistida. Por eso he abundado en mi participación en el Colegiode Bioética de Nuevo León, como catedrática, para que el Derecho no lo dejen a un lado; qué bueno queeso se esté dando, porque son ciencias que tienen que ir en conjunto, la Ética y la Medicina, pero nopodemos hacer a un lado el Derecho, urge asentarse en la regulación.

Hay factores religiosos, sociales, incluso factores médicos que han impedido concretar acciones conrespecto a estos puntos que comento, pero eso no quiere decir que no estén ahí, latentes y son un problemaque se va a dar. Si lo vemos desde un punto de vista jurídico, por ejemplo, para la filiación, ya hayinvestigación y la paternidad se puede ver con pruebas de ADN.

Pero cuando estamos hablando de reproducción asistida, a la mejor ninguna de las personas es dueñade los gametos y entonces, esa imputación de la filiación va a ser a una persona que no dio su consentimientopara ser padre, sino solamente para donar una célula germinal. En ese aspecto, por dar un ejemplo, haymuchas cuestiones que no están reguladas, que se están presentando cotidianamente. En Nuevo Leónlas tenemos a la orden del día y urge sentarse en la mesa de diálogo para llegar a consensos.

Definitivamente, tanto en el terreno de la biotecnología, de la ciencia, pero también de la ética son nuevasfronteras. Yo creo que se establecen nuevos territorios aún inexplorados en lo legal, en lo jurídico, en loético, para todas estas cuestiones.

¿Hay algún camino abierto en ese sentido, por grupos de legisladores, grupos de juristas dedicados ainvestigar estas nuevas situaciones?

Pues la ciencia ya nos empujó y sí ha habido muchos intentos, muchos proyectos, todos se han quedadoen el tintero porque no ha habido consensos. Como son temas tan delicados, se les ha sacado la vueltay se le ha dado prioridad a otros que son más urgentes en algunas agendas.

Pero este tema ya se está tornando urgente; ha habido participación mas no se ha concretado nada, laLey General de Salud ha dado las pautas, pero son mínimas y enfocadas a otro contexto. De los legisladores,han tenido en sus manos algunas iniciativas que no se han analizado, hay muy pocos juristas dedicadosal tema, más bien son los médicos, obviamente se requiere la participación de los médicos, de los filósofos,pero se tiene que dar todo ese encuadre dentro de un marco del Derecho, que a fin y al cabo tiene esafinalidad, regular la interacción de los humanos en sociedad.

Además no tardan en aparecer los casos en los tribunales. A nivel mundial ya hay algunos ejemplos,como el caso de una mujer que no podía gestar y dio esa posibilidad a su propia madre.



Aquí en Nuevo León ya tuvimos una subrogación de maternidad en la que una mujer dio a luz por unahija suya, quien le pidió que llevara al bebé en el útero; nada más que, como la ley todavía no regula esto,se tuvo que dar un proceso de adopción, porque todavía no hay esa figura.

¿Cuáles son sus proyectos a futuro, cómo se ve dentro de 10 ó 15 años?

Bueno, primero que nada, quisiera decir que para mí no ha habido ningún cargo, ningún puesto, ningúntítulo, que sea más valioso que el de mamá. La primera aspiración que yo tendría a 15 años, es ver a mishijos —que todavía están chiquitos— ya en vías de pleno desarrollo; como les digo: “yo no puedo estarpara protegerlos, solamente les puedo dar los elementos para que ustedes salgan adelante”. Esperohaberles podido inculcar el amor al prójimo, al trabajo, al estudio, al esfuerzo, al respeto; o sea, querealmente ya estén en proceso de tener las herramientas para salir adelante. Mi mayor aspiración seríaeso, que Dios me diera la oportunidad de ver a mis hijos desarrollándose como seres humanos en plenitud.

Y en lo profesional, teniendo una mayor proyección en cuanto al servicio; que realmente pueda dar unservicio a la comunidad, que me pueda desarrollar como mujer, como profesionista con mejores y mayoresexperiencias profesionales, que son las que te enriquecen más en la vida cotidiana y obviamente, conmás estudio. Si me dijeran que en algún cargo en específico, no. No tengo ninguna proyección, yo creoque ahorita estoy muy satisfecha con el trabajo que me ha sido encomendado, espero cumplirlo en eltérmino que me han dado y posteriormente, si pudiera tener la capacidad económica de poder hacer unmejor servicio social, eso me gustaría mucho.

Finalmente, ¿qué aconsejaría usted a las nuevas generaciones de abogadas, que van a llevar unamirada diferente en la impartición de justicia, en la interpretación de las leyes?

Pues, primero que nada, que vieran el Derecho no como un fin, sino como un medio. El Derecho no esel fin en sí mismo, es el medio para llegar a la justicia; que tengan mucha ética porque es muy importantepara los abogados actuar con probidad. Nunca podremos defender y juzgar si no tenemos ética. Comosiempre lo he dicho: para tener la boca muy grande hay que tener la cola muy corta.

Que además de actuar con ética, se sientan orgullosas de la profesión y no la demeriten porque, si tú nolo haces con el ejemplo, no puedes exigir que se te haga justicia cuando no se la estás haciendo a tusclientes, a las personas a quienes les tienes que dar un servicio.

También, que ojalá las universidades ya impartieran el Derecho con perspectiva de género, todavíatenemos patrones de impartición del Derecho en las aulas que hay que empezar a modificar; que losvayan buscando, que los vayan viendo y los estudien, porque el Derecho no es estático, al contrario,evoluciona de acuerdo con las necesidades de la sociedad.

Y sobre todo, que antes que ser doctoras, abogadas o lo que sea, primero sean mujeres y busquen suplenitud como tales y, por supuesto, no permitan que su dignidad se vea mermada en ninguna circunstanciapersonal ni profesional. Siendo mujeres satisfechas van a ser mejores profesionistas. Muchas gracias pordarme la oportunidad de expresar mis opiniones y mis vivencias.



JULIANA CRUZ GUILLÉNTitular del Juzgado Segundo de lo Penal del

Tercer Distrito Judicial del Estado de Nuevo LeónSan Nicolás de los Garza

Nació en Monterrey, Nuevo León, el 6 de junio de 1953. Sus padres son Atilano Cruz Sánchez y MaríaCandelaria Guillén Sifuentes, ambos fallecidos. Es la hija menor en una familia de seis hermanas. Suhijo se llama Julio Rodrigo.

Estudió la licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales así como la licenciatura en Criminología en laUniversidad Autónoma de Nuevo León. Dentro del Poder Judicial se ha desempeñado como Secretariade Juzgado y de Sala, fue Procuradora Interina de la Defensa del Menor y la Familia, Jueza de PrimeraInstancia en varios Distritos del Poder Judicial en el Estado; Jueza Primera Supernumeraria de loPenal en el Tercer Distrito Judicial y actualmente se desempeña como Jueza Segunda de lo Penal delTercer Distrito Judicial en San Nicolás de los Garza, N.L..

Ha recibido diversos reconocimientos entre los que destacan la presea “Dr. Ignacio Burgoa Orihuela”por su relevante trayectoria profesional como funcionaria judicial; por el Colegio de Abogados deMonterrey, AC, entre otros.

Tuve la dicha de nacer en aquí en Monterrey, para mí una de las ciudades más hermosas de toda laRepública, en la Maternidad Conchita, un 6 de junio de 1953, a las seis y media de la mañana. Mis padres,que en paz descansen, fueron Atilano Cruz Sánchez y María Candelaria Guillén. De seis hermanas, yosoy la más chica, fuimos puras mujeres.



¿Tuvo algún modelo para inclinarse a la abogacía?

No, de ninguno de mis padres. Mamá se dedicaba al hogar y papá era horticultor, él se dedicabaespecialmente a las flores, a hacer injertos para que salieran las flores más bonitas, igual que las frutas,las arreglaba de tal manera que salieran mejoradas. Le encantaba todo eso y se dedicaba a hacer jardines.Mamá nada más con nosotras, se dedicaba a la casa, pero sí me guiaron mucho en este aspecto, nadamás con el “No se deje”, desde muy chiquita.

Como era la más chica de la casa y mis hermanas eran mayores, mi papá me daba mi “domingo”, el dinerosemanal que le decíamos nosotros en aquella época, era una peseta de plata, de esas ley 0.720, veinticincocentavos en aquella época, era mucho dinero. Mis hermanas decían: “Ay, como eres la más chiquita, yote lo voy a guardar”.Y yo: “No, aquí tengo mi cochinito y aquí me lo dejas”.

Nada más las andaba vigilando para que no tomaran mi dinero, cuando veía que lo hacían, iba y le decíaa mi papá: “Oye, papá, Irma, María Luisa o Rosa agarraron mi dinero, yo lo tenía ahí guardado. No sevale, aquí cada quien lo suyo, porque éste es mi derecho”. Desde ahí mi mamá dijo que yo era muy legista,todo lo andaba checando para que fuera derechito. “Se me hace que tú vas a ser abogada”, me decían,yo creo que desde ahí empecé.

¿Dónde cursó sus estudios?

En la Universidad Autónoma de Nuevo León.

¿Recuerda alguna anécdota de ese tiempo?

Pues sí, en tercero de Facultad, estaban de recién ingreso unas muchachas muy jovencitas, íbamos aentrar casi a exámenes y traíamos mucha hambre. Empezamos a juntar de pesito en pesito y nos fuimos13 en un Volkswagen de una amiga, Nani, y me dicen: “Es que tú ya no cabes”. “Ah, no, no se vale, si yoanduve en la coperacha, ¿cómo que no voy a ir?”. “Pero, ¿dónde te vas a ir?”. “Pues en la cajuela del carro,¿cómo ves?”. Me metí a la cajuela, nos fuimos a la Rosa Náutica, llegamos y la abrieron. “Órale, saltepara comer tacos”. Se nos quedaba viendo medio mundo. Pesaba 41 kilos, delgadita y chaparrita, asícomo estoy todavía, entonces no me notaba. Qué locuras.

Al principio, en la Facultad me empezó a gustar la materia Penal, me inicié como meritoria en el JuzgadoCuarto Penal, con el licenciado Marco Antonio Leija. Después, me fui al Juzgado Tercero Civil con ellicenciado Reynaldo Montemayor. Me empezó a gustar la materia Civil y de ahí le seguí: como escribiente,Secretaria, Secretaria de Sala, Juez Mixta, Juez Civil; de nueva cuenta fui Juez Mixta y ahora estoy comotitular en un Juzgado Penal.

¿Cuántos años lleva en el Poder Judicial?

Ininterrumpidos 26 años y medio, ahorita ya tendría más de 30 años de servicio, si contamos que empecédesde el año 70.

¿En su momento usted litigó?

Sí, porque lo requería la Ley Orgánica del Poder Judicial, necesitabas tener dos años de servicio profesional,haber litigado. Me salí precisamente para cubrir el requisito, litigué dos años en el Despacho J. Treviño



y de nueva cuenta me llamaron a trabajar en el Poder Judicial, ya como Secretaria Proyectista, puesrecién se iniciaban esas plazas.

¿En qué consistían sus actividades?

Sentencias, hacer todas las sentencias de un Juzgado. Era mucho trabajo porque llegamos a registrar,cuando fui escribiente, hasta 6 mil 500 expedientes. El Juzgado que más se nos acercaba tenía mil 500expedientes. Era un trabajo bastante arduo, de sacar arriba de 120 a 150 sentencias por mes.

¿Entre cuántos profesionales lo hacían?

Nada más yo proyectaba. Existía el primer Secretario, que era el de Audiencias; el segundo Secretario,que era el de Acuerdos; y yo, como tercera Secretaria, en Proyectos. Luego se creó la Oficialía de Partesy empezaron a redistribuir un poco para que todo mundo fuera igual en la cantidad de procedimientos.

¿Por qué llegaban tantos procesos a ese Juzgado?

Por la calidad del Juez, el licenciado Reynaldo Montemayor, en paz descanse, era muy humano, muycapaz y tenía mucho don de llegar al arreglo con la gente; trataba siempre de avenir a las partes y letenían mucha consideración al señor, era muy sapiente y muy recto en sus decisiones. Fue mi modelo.

De esa gente que ha dejado huella por su capacidad, ¿recuerda el caso de alguna compañera?

Sí, la licenciada Libertad Leal Zapata, ella estaba en el Poder Judicial de la Federación como actuaria enun Juzgado, en un Tribunal Unitario; fue diputada, luego la invitaron a pertenecer al Poder Judicial,llegó como Jueza Segunda de lo Familiar. Después la hicieron Magistrada de la Quinta Sala,lamentablemente enfermó de cáncer y falleció.

Hay otras mujeres jueces, de las que ahorita están en el Poder Judicial, la licenciada Rosa Elena Grajeda,a esa señora mis respetos, es una gran conocedora de la materia Penal, con un valor increíble. Yo estoyhaciendo, como quien dice, mis pinitos en lo Penal porque siempre he estado en la materia Civil.

¿Qué representa para una mujer el llegar a ser Jueza o Magistrada?

Pues es la suma de mucho trabajo, “pelearlo”, de alguna manera, a los hombres, porque no se dejan, noes muy fácil que una mujer llegue al Poder Judicial.

¿Existe discriminación u obstáculos en ese sentido?

Totalmente, totalmente, algunos compañeros dicen que nosotras debemos estar como las carabinas,cargadas y en un rincón; que somos prófugas del metate, sin pensar que aparte de la labor jurisdiccionalque hacemos, tenemos que llegar todavía a la casa a hacer las labores de ama de casa, de criar a los hijosy todo ese desgaste.

¿Cree usted que la visión femenina contribuya a hacer un poco más sensible el trato a las personas queacuden por algún asunto a los tribunales?

Sí, el trato. Las personas, tratándose de las mujeres, como que en una sienten más apoyo, definitivamente.Varón con varón, pues se entienden y no tan fácilmente le van a decir a una mujer: “vamos a arreglarlo



de esta manera, te voy a dar equis cantidad de pesos o vamos arreglándolo así”. No, no se acercan de esamanera, o nos tienen temor o dicen “ésta no sabe nada”. En mi caso particular, nadie quiere acercarsea tocar ese tema, porque el día que a mí me lo tocaron les levanté un acta y presenté mi denuncia en laProcuraduría, que nunca prosperó, pero la presenté.

Se dice que las mujeres somos menos corruptas y que los hombres son más proclives a ello, pero escomo en todo, una cuestión de ética personal, ¿es entonces difícil llegar a ser Jueza?

Sí, es difícil, porque independientemente de la carga de trabajo y de la capacidad que debemos demostrar,nos estamos peleando con la envidia de las mismas compañeras jueces o secretarias “¿y por qué ella yyo no?”. Salen con cosas como “Pues es que ella es madre soltera, yo estoy casada, bien casada”, “yo tengofamilia, me casé por la Iglesia, yo sí voy a misa todos los días”, qué sé yo. Una serie de situaciones queno vienen al caso.

Aquí más que nada se trata de la capacidad, si tiene la capacidad sobrada y la ha justificado ampliamente,¿por qué no le van a dar la oportunidad a una persona, independientemente de si es divorciada o no, sies católica o masón? Aquí creo que no debe haber razas ni credos, definitivamente tiene que ser porcapacidad.

En ese aspecto, ¿cómo ha podido combinar su vida profesional con su vida privada?

Es muy difícil, pero tienes que hacerlo; lo estoy haciendo aunque estoy dando más a mi trabajo que a micasa. Realmente, en mi trabajo doy el 90 por ciento de mi tiempo y el 10 restante se lo doy a la casa. Ysí me reclaman, cómo no, porque hasta los sábados y domingos son estresantes de tanto trabajo. Sobretodo en la materia Penal, porque no tienes días de descanso, te hablan a las dos o tres de la mañana aejecutar una orden: “venga, porque va a haber un arraigo, venga porque tenemos un cateo”. Te levantana esa hora, llegas, trabajas, lo entregas, te regresas a dormir una o dos horas y vuelves otra vez a trabajar.

¿Es muy impredecible el trabajo en su área?

Sí, porque no sabes cuándo va a ser, cuándo es una urgencia de la Procuraduría. Para ellos siempre soncosas urgentes, siempre trabajan al cuarto para las dos.

¿Usted tiene hijos?

Sí, un varón de 24 años recién cumplidos, está en el Tec, terminando el último semestre de Ingenieroen Sistemas.

¿Cómo ve el interés de las mujeres en la carrera de Derecho?

Se ha incrementado enormemente, ahora creo que ya hay menos varones que mujeres entre los estudiantesde la Facultad de Derecho. Esto obviamente va a modificar también el panorama profesional y los rolesde encauzamiento, definitivamente, así es.

Ojalá y le echen todas las ganas del mundo. Yo quiero pensar que sí van a lograrlo porque ya muchasmujeres no entran a la Facultad por el MMC —mientras me caso— ahora es “voy a estudiar porque yoquiero ser profesionista, me quiero desarrollar como tal y no nada más para buscar marido”. Antes así



era, se les decía: “¿Para qué vas a entrar a la escuela? vas a dejar la carrera trunca, te vas a casar”. Ahoraes al revés, ahora piensan: “Estoy estudiando, yo voy a salir adelante porque voy a mantener la casa”.

Ese ya es el pensamiento de las mujeres.

Sí se perciben más como jefas de familia, independientemente de si se casan o no.

Sí, así es.

A propósito de la violencia familiar, se han tenido que endurecer las leyes o hacerles modificacionespara alcanzar la equidad ¿cómo ve el panorama para las mujeres, es suficiente, se requieren másreformas?

Definitivamente sí.

¿Qué se debe modificar todavía?

Sí, desde el ámbito legal donde lo estoy viendo actualmente, está muy arraigado ese tipo de violencia;pero la problemática va más allá, no nada más es para resolverlo en el aspecto legal sino debe ser untrabajo conjunto, un trabajo de valores que deben venir desde la casa, el saber que como persona merecesel respeto de los demás y tú misma te debes respetar. Porque si no me doy a respetar, la persona que estáenfrente no va a hacerlo.

Pienso que eso debe ser inculcado desde la familia, porque en el caso particular, cuando veo a las mujeresgolpeadas y se hace la consignación con el reo presente, atrás está llegando la señora con los niños: “Oiga,me vengo a desistir”. “Pero, mire cómo la golpeó”. “No, pero es que ¿quién me va a mantener?”. Nosavientan a las criaturitas, ahí en la oficina, llorando: “Quiero que suelten a mi papito, quiero mucho ami papito”. Y ahí se están: “Háblenle al Ministerio Público, vamos a tratar de convencer a la señora”.

Le hablamos al señor acusado, le damos una mini clase de valores, porque el tiempo no te da para más,se le llama fuertemente la atención y en muchos casos le he sugerido a la señora: “Si usted se desisteahorita, el señor le dice que no va a pasar nada, que lo perdone, pero saliendo de aquí le va a poner otragolpiza. Después yo no la quiero ver a usted en un anfiteatro. Pero es su decisión, yo no soy quién paradecirle qué haga o deje de hacer”.

Para mí son los valores, han decaído mucho en la actualidad, con jovencitos que a las dos de la madrugadavan saliendo al antro y regresan a casa a las siete u ocho de la mañana. ¿De qué se trata? Antes era unalocura llegar a esa hora a la casa, simplemente no te dejaban salir.

Los jóvenes ahora quieren que los respeten, pero ellos no respetan el horario o los reglamentos que tienela propia casa. Si eres hijo de familia, si no trabajas, si te dedicas a estudiar pues mis reglas son éstas:la comida es a tal hora, se levanta y arregla su cama, se baña, arregla su ropita. Pero si no estudia ni traebuenas calificaciones, exige salir y exige dinero. Yo te doy ¿y tú qué me das a cambio?

¿Es igual de exigente en el tribunal que en su casa?

Igual, igual.



¿Cómo hace para lidiar con el estrés y la carga de trabajo tan demandante?

Me gusta trotar, la carrera de larga distancia, eso me desestresa mucho. En las mañanas, lo hacía muytemprano pero con estos cambios de horario como que ya me da un poquito de flojera y además por laedad, levantarme temprano.

Tengo que levantarme a las cinco de la mañana, correr unos 10 ó 15 kilómetros diarios para estar enforma, para correr el medio maratón. He participado en el maratón de Lala, el de los 42 kilómetros. Nohe tenido premios, pero sí buenos lugares. Para mí eso es excelente, teniendo en cuenta mi edad. Entrenodiario, 10 kilómetros lunes, miércoles y viernes; martes, jueves y sábado son cinco; un domingo descansoy el siguiente corro 15 kilómetros. Entonces ahí soltamos el estrés.

Aparte de esa satisfacción, ¿ha tenido algún reconocimiento a nivel profesional?

Sí, me dieron un reconocimiento, me mandaron a Galeana, N.L., el 2 de febrero de 2000 y en julio 12,que es el Día del Abogado, el Colegio de Abogados de Monterrey me dio un reconocimiento, la medalla“Ignacio Burgoa”, como la Mejor Funcionaria Judicial a nivel estatal, dentro de los niveles del PoderJudicial, Poder Judicial Federal, la Justicia Administrativa, la Junta de Conciliación y Arbitraje e incluso,el Tribunal Fiscal de la Federación.

¿Qué les diría a las nuevas generaciones de abogadas desde su experiencia?

Yo les recomendaría a estas chicas que le pusieran todo el empeño, todas las ganas. Si se van a dedicaral Poder Judicial, primero hay que pedir sabiduría, paciencia para entender las cosas y después de eso,darle gracias a Dios porque se resuelven bien las cosas. En cuanto a la equidad, pues que todas nospusiéramos las pilas y diéramos a respetar nuestros derechos, dándonos a respetar llevamos el 50 porciento adelante de la carrera.



ROSA MARÍA DÍAZ LÓPEZEx Magistrada del Tribunal Fiscal de la Federación

y ex Jueza Octava de lo Familiar

Nació en la Ciudad de México el 30 de noviembre de 1943. Su padre es Alfonso Díaz Soler y su madreRosa María López Rosas, ambos fallecidos, es hija única. Está casada con Jorge Falcó Cruz y tiene doshijos: Melody y Jordi.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México a la par de estudiosdel idioma inglés y francés. Realizó estudios de posgrado en el Sistema Cooperativo en la Universidadde Laborough, en Nottingham, Inglaterra. Es doctorante en Derecho y Finanzas Públicas por laUniversidad Autónoma de México y tiene el título de maestría en Finanzas Públicas por la mismauniversidad.

Su desarrollo profesional abarca áreas de la academia en diferentes universidades y como funcionariapública en instituciones como INFONAVIT, la Secretaría de la Reforma Agraria, la Secretaría deGobernación, Procuraduría General de la República, Comisión Nacional de Arbitraje Médico yactualmente se desempeña como Sub Comisionada Jurídica de la Comisión Estatal de Arbitraje Médicoen el Estado de Nuevo León. Dentro del Poder Judicial se desempeñó como Magistrada del TribunalFiscal de la Federación y como titular del Juzgado Octavo de lo Familiar.

Nací en la Ciudad de México en 1943. Mi padre, Alfonso, era veracruzano, simpatiquísimo y mi madre,Rosa María, era originaria de la Ciudad de México, que en paz descansen. Fui hija única, feliz comocualquier otra chiquilla consentida, todos los esfuerzos de papá y mamá se volcaban hacia mí. Éramos



una familia sencilla, o sea, de clase no pudiente, pero sí trabajadora. Mi madre un ejemplo a seguir, fuemuy trabajadora toda su vida y mi padre de igual manera.

Viví en el Distrito Federal toda mi infancia. Siempre tuve los primeros lugares en secundaria, lo mismosucedió en la preparatoria. Estuve en escuelas oficiales, quiero hacer hincapié en esto, de lo mejor queexistía en la Ciudad de México. Estuve en la Preparatoria No. 4 de la UNAM, en un edificio hermosísimoque actualmente es la Academia de San Carlos. Era, como dicen en la actualidad, nerd, muy estudiosa.

¿En qué momento detectó que le interesaba el Derecho?

En la preparatoria tuve un maestro excelente de la materia Problemas Sociales, Políticos y Económicosde México. Me gustaban las cuestiones sociales, pero en ese momento no alcanzaba a definir cómopodemos arreglar los problemas, podía inclinarme a ser socióloga, abogada o economista. Al momentode tomar la decisión, tenía una amiga excelente, de Coahuila y ella me convenció que no había mejorcarrera que el Derecho. Entonces dije: “Creo que tienes razón” y me inscribí en la Facultad de Derechode la Universidad Nacional Autónoma de México.

¿Cómo fueron sus primeros tiempos de estudiante, algo que recordar?

Fueron difíciles y le voy a decir por qué. Papá y mamá se esforzaban por lo básico, pero yo quería teneruna mejor posibilidad de vida, era una jovencita que quería vestirse mejor, tener una mejor casa, si esposible tener carro, algunas de mis amigas lo tenían. Eso no me lo podían dar mis padres, de tal suerteque yo empecé a dar clases.

En la preparatoria empecé a estudiar inglés, lo que nos dan en las escuelas comunes y corrientes, peromi abuelo —que era una figura heroica para mí, a imitar, un comerciante de telas igual que mi mamá—me dijo: “¿Quieres estudiar? te voy a meter al México City College”, una escuela como el Instituto MexicanoNorteamericano de Relaciones Exteriores, como el que usted quiera, donde se aprende inglés. Estudiétodos los cursos y me dieron mi diploma. En la preparatoria, el maestro de inglés me pidió suplirlo, puesera de sus alumnas más destacadas. Yo iba a cumplir 15 años, me acuerdo que mi papá me acompañó yhasta me hice un chongo para verme mayor. Me puse a dar clases de inglés y ahí empezó mi carrera comoacadémica.

Llegué a la Facultad de Derecho con muchos ánimos de seguir estudiando y empecé también a dar clasesde inglés. Ya era mi propio grupo, me pagaban 12 pesos, algo maravilloso. Las clases en la Facultad deDerecho eran de las siete a las 10 de la mañana, a partir de esa hora, me iba a dar mis clases de inglés adiferentes escuelas secundarias. En la Facultad tuve maestros excelentes: Arsenio Farell Cubillas, en pazdescanse, que nos dio Procesal Civil; el doctor Mario de la Cueva, que era un pilar en Derecho Constitucionaly Derecho Laboral. El ambiente era agradable, en salones de 100 alumnos en los cuales, las primerasfilas, unas 10 ó 20 quizá éramos mujeres, los otros 80 eran hombres. Debo contarle algo de discriminacióny de los problemas que teníamos las mujeres que estábamos estudiando Derecho.

En la UNAM, le estoy hablando del 61-65, algunos de los profesores eran misóginos. Uno de ellos erauna gloria del Derecho, el maestro De la Cueva. Al llegar el día del examen final, yo había sacado muybuenas calificaciones en los parciales y tenía derecho a pasar exenta, sin embargo, el maestro De la Cuevadecía que todos, absolutamente todos, teníamos que hacer examen. El día del examen, que era oral, tuveun percance de tránsito y al llegar, ya estaba pasando lista, le pedí que me incluyera y se negó. Me mandóa extraordinario, aunque tenía nueve de promedio.



Fui a hablar con el Secretario Académico, con el Secretario Técnico, con el director de la Facultad deDerecho, ya nada más me faltaba ir al Consejo y a la Junta de Gobierno. Me dijeron: “Es el maestro.Tienes razón, es injusto, pero es el maestro y por lo tanto, te vas a extraordinario”. Lo hice, pero tuve lagran satisfacción de que estaban en ese jurado Miguel de la Madrid Hurtado, Miguel González Avelar yel maestro Alanís Fuentes; uno de ellos fue Presidente de la República, otro fue Secretario de Educacióny el otro, fundador y director jurídico del INFONAVIT. Saqué 10, pero el maestro hizo eso porque lasmujeres no le caíamos bien.

Le digo que era muy inquieta, daba clases de inglés, estaba en la Facultad de Derecho y además en elInstituto Francés de América Latina, el IFAL. A mis 21 años ya hablaba inglés y francés, Dieron una becapara los que quisiéramos ser maestros de la Universidad. Me fui a Letras Inglesas, a la Facultad deFilosofía y Letras y ahí también tomé un curso de preparación para docentes, fue una experienciamaravillosa, extraordinaria, que me sirvió para algo que más adelante le voy a platicar, porque obtuveun diploma de Filosofía y Letras como maestro apto para dar clases de inglés en la UNAM.

¿En qué momento se incorporó a la actividad profesional?

Inmediatamente. Salí en el ‘65 y en el ‘66 entré al Banco Nacional de Fomento Cooperativo, como asesor,pomposamente nos llamaban así, pero la verdad de las cosas es que era pasante, llevaba a cabo losestudios jurídico-económicos para el grupo de cooperativas, particularmente artesanales y de pesca, quetenía créditos con el banco.

Cuando estuve ahí se lanzó una convocatoria del Consejo Británico para becar a quienes quisieran estudiarel nacimiento del sistema cooperativo en Inglaterra y metí mi candidatura corriendo, casi fuera de plazo.El diploma que obtuve como maestra universitaria de inglés me valió para que el Consejo Británico mebecara en el ‘68.

Colaboré en el INFONAVIT también, esto es muy interesante, porque gracias al doctor De la Cueva queno me permitió hacer examen, conocí a Miguel González Avelar, quien junto con Jesús Silva Herzog,eran los pilares del Instituto de la Vivienda para los Trabajadores. Entonces, dejé de estar en el banco yme fui con el maestro González Avelar. Posteriormente estuve colaborando en la Secretaria de la ReformaAgraria; en el Tribunal de Conciliación y Arbitraje y en otras instituciones. Finalmente, y eso fuemaravilloso, sin lugar a equivocarme, una de las posiciones que más he gozado y por la que me sientomuy reconocida con la vida, es el haber sido Magistrada del Tribunal Fiscal de la Federación.

¿Cómo llegó a serlo?

Regresé de Inglaterra en 1969. En el ‘70 entré a estudiar el Doctorado en Finanzas Públicas, el maestroErnesto Flores Zavala era el director de la Facultad de Derecho y un fiscalista de primer nivel. Entoncesél me dijo: “Acabas de venir de estudios económicos y jurídicos de la Gran Bretaña, ¿por qué no vienescon nosotros a Finanzas Públicas?”. Y yo siempre estaba pensando: “Es que quiero ayudar a la gente,quiero irme al doctorado en Sociología”. Pero el maestro, que es muy hábil, logró convencerme.

Cuando terminé el doctorado empecé a dar clases de Derecho Fiscal y una materia que se llamaba Historiadel Pensamiento Económico. Cuando estuve en INFONAVIT me inicié dentro del mundo jurídico-financiero, o sea, la determinación de las obligaciones de los patrones de aportar el 5 por ciento, esa esun área fiscal-financiera-pública y seguí dando clases en la Universidad.



Para ser Magistrado del Tribunal Fiscal de la Federación se necesita tener alguno de estos tres perfiles:uno, ser maestro universitario en las áreas fiscales-académicas; dos, haber sido funcionario de la Secretaríade Hacienda y Crédito Público dentro de la cuestión contenciosa fiscal; o tres, haber hecho la carreradesde escribiente o secretario, en el tribunal correspondiente.

Me fui por lo académico. Ya había terminado los estudios del doctorado en Finanzas Públicas, era maestrauniversitaria en la cátedra de Derecho Fiscal, y tenía un currículum por mis años en el INFONAVIT,entonces tuve el gran honor, la gran distinción de que me designaran Magistrada del Tribunal Fiscal dela Federación.

El nombramiento proviene del Presidente de la República, es un nombramiento federal de alto nivel ylo ratifica el Senado. En 1980 tuve esa magnífica oportunidad que la vida me dio pero que yo, por supuesto,busqué. Porque llevaba mis papeles y hablaba con las personas adecuadas para que vieran mi currículum.Así tuve esa maravillosa posibilidad de venir a Nuevo León.

¿Fue cuando se trasladó aquí, a Monterrey?

Sí, porque el Tribunal Fiscal de la Federación, que ahora se llama Tribunal Federal de Justicia Fiscal yAdministrativa, estaba descentralizándose y desconcentrándose en todo el país. Se crearon tres Salas enla República: Nuevo León, Puebla y Sonora. Tuve una plática con mi esposo y le dije: “Mira, hay estasposibilidades, creo que es el momento de tomar una decisión importante. Me parece que un lugar contodos los medios para que una familia crezca, es Nuevo León. Si tú estás de acuerdo”. Y él dijo: “Sí, cómono, vámonos a Nuevo León, es el momento”.

Inmediatamente me palomearon, casi me dan el boleto de avión porque yo era un problema menos, todosquerían irse a Puebla. Entonces nos venimos a Nuevo León y ¡qué maravilla!, porque mi familia sedesarrolló con un ímpetu, con un buen nivel de calidad de vida que la Ciudad de México no me ofrecía.Ya me siento regiomontana, la gente verdaderamente me cautivó porque no tiene usted idea de lasdeferencias que tuve, no porque fuera Magistrada, simplemente por ser Rosa María y Jordi, así se llamami esposo. Tuvimos una extraordinaria visión de lo que es la calidez humana: “ven, te traje estas galletitas,éste es el mejor supermercado”, en fin, cosas coloquiales, pero que nos hicieron sentir extraordinariamentearropados en esta bella ciudad.

Siendo una mujer tan activa, tan llena de intereses, ¿cómo ha podido combinar su vida familiar consu actividad profesional?

Ah, eso fue una bendición de Dios. Yo además de ser una convencida de que el esfuerzo de cada personaes la que le lleva al éxito, también sé que existe un ser sobrenatural que se llama Dios y que él nos dacosas cuando piensa que las hemos merecido. De tal suerte que al venir a Nuevo León me da un horarioprivilegiado. Trabajaba de las nueve de la mañana, por decirle algo, a las tres de la tarde, eso me dabala posibilidad de llegar a casa, me cambiaba de cachucha —de ser abogada, Magistrada, lo que ustedquisiera— y me ponía la de mamá.

Tengo dos hijos, una niña y un niño, les digo mis niños. La mayor es Melody Falcó Díaz —y bueno, nimodo, soy mamá, tengo que presumirla—, ella actualmente está en los primeros niveles de Gobierno, esDirectora del Instituto de Cultura y Deportes. Cuando ella tenía cinco años yo era su chofer, la llevabaa sus clases de natación, de gimnasia olímpica y entramos a un club.



Otra maravilla de Monterrey, porque hace mucho calor aquí en los meses de verano, tuvimos un maestroextraordinario que se llama Homero, de una barba larguísima, que daba clases para niños, mamás ypapás. Todos entramos al mundo del tenis y Melody fue la que destacó. No sólo me igualó, me superó;ganó todo lo que se puede ganar. Tanto se distinguió, que estuvo becada en highschool y la universidaden Estados Unidos.

Mi hijo Jordi era un niño rebelde, su hermana era demasiado brillante, entonces dijo: “Bueno, yo voy adestacar, pero en el otro extremo. Soy enojón, berrinchudo y flojo en la escuela”, entonces lo llevaba aclases de matemáticas, a judo, a karate, a voleibol, a beisbol, a futbol americano, estuvo en los Pumitas,a todo lo que quería, pero siempre fui mamá de los dos.

Sin embargo, cuando entró a la Universidad tomó la carrera de Hotelería y Turismo. Aquel niño rebeldese convirtió en un niño normal, o sea, sin estrellas. Se estabilizó, entró a trabajar en el Holiday Inn, yde ahí fue escalando, escalando y ahora es muy trabajador, serio, disciplinado, puntual, todo lo que unamamá puede esperar de un niño, me lo dio de grandote. Puedo decir que somos una familia afortunada,los dos se desarrollaron muy bien, actualmente siguen solteritos, pero muy contentos en sus carreras.

Usted fue jueza de lo Familiar en el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León, ¿cómo fueque llegó a ese cargo?

Cuando yo era Magistrada Fiscal de la Federación, el licenciado Jorge Treviño era el Administrador FiscalRegional de la Zona Noreste, nos conocíamos a nivel de funcionarios. Cuando yo adopté a Monterrey,lo hice en serio, dije: “yo aquí me quedo y ya no me muevo”. El Tribunal Fiscal tenía que hacer movimientosde otras ciudades, decidí quedarme en Monterrey y tuve la gran oportunidad de que el licenciado JorgeTreviño, quien para entonces ya había llegado a la gubernatura, me invitara a ser Juez de lo Familiar.

Fue una experiencia extraordinaria. Cuando fui Magistrada me ocupaba de aplicar la Ley Fiscal, la LeyContenciosa Administrativa, la Ley del ISSSTE, la del Seguro Social, la de pensiones, pero particularmentela de impuestos, que era el grueso del trabajo. Era abogado y el juez, o sea, se le llama Magistraturaporque así es la nomenclatura en el Tribunal Fiscal de la Federación, pero es un básicamente un juzgador,tiene que aplicar el Derecho, son cuestiones de otro tipo. ¡Ah!, pero al ser Juez Familiar, ahí la cosa esdistinta.

Porque, mire usted, existen normativas jurídicas por supuesto, muy estructuradas, muy establecidascomo es el Código Civil, el Código de Procedimientos Civiles del Estado, pero también está el eventoafectivo. Es decir que usted, como una persona consciente, se dé cuenta de la realidad socioeconómica,política, jurídica, que vive una sociedad. En los problemas familiares es donde se reflejan con mayorcrudeza las realidades que vivimos.

El Derecho es muy frío, te dice que si hay una causal el resultado es un divorcio, hay un cónyuge culpableque puede perder, inclusive, hasta la patria potestad. Yo me ponía a estudiar los casos con muchodetenimiento, decía: “pero no es posible, o sea, aquí estamos ante la presencia y el marco sociopolíticoy económico determinado, estamos en la presencia de dos talentos jurídicos, el abogado de la parte actoraque puede ser la señora y el abogado de la parte demandada que puede ser el señor o viceversa”.

Es un juicio de talentos, a veces va a ganar el abogado más talentoso jurídicamente hablando, el que hallevado el juicio con una claridad, una certidumbre y un conocimiento absoluto del Derecho. Quizá elotro no sea tan capaz, ni tenga tantos conocimientos y no sea tan claro, tan bueno como el otro, pero no



por eso puede perder el caso esta señora, por ejemplo, me decía yo, “aquí se ve que no presentó laspruebas adecuadas en el momento oportuno ¿y qué debe de imperar?”. Ésa es la gran pregunta que eljuzgador se hace, pero es muy riesgosa.

¿Cómo interpretarlo?

¿O derecho o justicia? Si nosotros actuáramos como jueces de justicia, pues no existiría una normajurídica y entonces cada quien a su entender, a su conciencia, a su buena fe guardada como son los juiciosen conciencia, eso sería lo que imperara.

Pero en materia Familiar yo tenía que estudiar muchísimo más el caso que en un asunto de pesos ycentavos, como era en las cuestiones financieras. Me dije: “Aquí tengo que estudiar más, me voy a ir alos principios generales de Derecho, me voy a ir a la jurisprudencia, voy a sacar todos los elementos quepueda para determinar que, si bien es cierto que la señora injurió, tal vez se le salieron de control en esemomento dos o tres palabras, pero normalmente ha sido una buena madre”, o tal vez, “vamos haciendoun estudio socioeconómico para ver esto o lo otro”. Todo eso.

En ese momento era Magistrada la licenciada Libertad Leal Zapata, a ella y a un grupo de jueces se nosocurrió la idea de decir: “hay personas que se van a divorciar, no nos cabe la menor duda, ya los vínculosse rompieron, ¿cómo podemos ayudar?”, sobre todo en los divorcios voluntarios.

Entonces pensamos en algo como lo que hacen ustedes aquí, en el Instituto, o bien en otras organizaciones.Se nos ocurrió la maravillosa idea de hacer un convenio con la Secretaría de Salud, para que terapeutasfamiliares dieran atención de varias semanas, por lo menos siete, a las parejas que se iban a divorciarpara que, si no había más remedio, lo hicieran, pero dentro de los cánones menos cruentos. Eran juntasterapéuticas, la psicóloga las programaba, era toda una labor científica y esto lo aprobó nuestro TribunalSuperior de Justicia.

Nada más que eso era voluntario, si las parejas decían que no, nosotros seguíamos con el procedimiento,pero si decían que sí, entonces iban a estas terapias y vimos muy buenos resultados, en el sentido de quela pareja iba ya más tranquila al divorcio. Es que es terrible, la sociedad se desajusta totalmente en losdivorcios y por supuesto, los hijos, si se tienen. A veces preguntaban si podía la psicóloga darles pláticasa los hijos y se hacía.

Cuando tenía que dictar una sentencia, a veces le hacía yo manita de puerco al Derecho, lo torcía unpoquito y ponía la justicia de mi lado. Si se probaba que la madre por tal causal quizá debería perder lapatria potestad y yo consideraba que no, me iba a principios generales de Derecho a jurisprudenciasejecutorias, a todo lo que el marco normativo jurídico me da.

Decía: “yo soy la Primera Instancia, soy Juez Familiar, si me equivoqué hay otra instancia, si se equivocóla otra Magistrada habrá otra y otra”. Porque hay Primera y Segunda instancias, Juez Federal y luegorevisión de otro Juez Federal. Afortunadamente tengo el orgullo de que no me revocaron ningunasentencia. Ha sido un gran esfuerzo para que el juzgador sea consciente de lo que está haciendo, perosobre todo que estudie, que estudie el Derecho, el caso concreto.

¿Cuántos años estuvo como Jueza de lo Familiar?

De 1987 hasta 1993, más o menos siete años. Nunca hubiera querido salirme de ahí, pero bueno, la vida



le pone a usted ciertas jugarretas y un hombre que también fue vital en toda mi carrera, de quien norecibí más que apoyos, Jorge Carpizo McGregor —que había sido rector de UNAM, Director Jurídico delInstituto de Investigaciones Jurídicas, primer presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos,Ministro de la Suprema Corte, Secretario de Gobernación—, en ese momento era Procurador Generalde la República, acaba de dejar la Comisión Nacional de Derechos Humanos y me dijo: “Necesito gentede confianza, gente que me apoye y tú eres una de ellas”.

Cuando Jorge Carpizo venía a Nuevo León, ya sea en su calidad de rector o de Presidente de la Comisión,siempre me pedía que le organizara su agenda y sabía de mi cariño por estas tierras norteñas. Entonces,él dijo: “Te vienes conmigo un tiempecito y luego te regresas a Nuevo León”. En efecto, me fui con él,pero las cosas no se dieron como él las hubiese deseado, porque en el ‘94 se dio el levantamiento enChiapas, la muerte de Colosio y la sucesión presidencial del licenciado Ernesto Zedillo. En lugar de seguiren la Procuraduría General de la República se fue a Gobernación con su equipo de asesores.

¿Qué cargo desempeñaba usted?

Asesora jurídica en los asuntos particularmente importantes que tuvieran que ver con la política. Enpolítica nacional yo digo que todos tuvimos un doctorado urgente de diez meses por ese año tan terrible.Estuvimos ahí desde enero hasta noviembre, que fue el cambio de gobierno. Se dice fácil, yo era unpequeñito granito de arena, pero todos estábamos pendientes de qué pasaba en Chiapas, de todos losmovimientos que teníamos alrededor, de la crítica constante, de estar tratando de arreglar los gruposde presión. Fue una tarea extenuante.

Todo eso que no me pasó cuando fui Magistrada y Jueza, cuando yo salía a las tres de la tarde, ahora eradiferente: en Gobernación se trabajaba desde las diez de la mañana y se salía a las dos o tres de lamadrugada. Los niños ya habían crecido, mi hija ya estaba en Estados Unidos y mi marido que siempreha sido un apoyo maravilloso, me decía: “Tú viaja, yo aquí me las arreglo, con la nana”, una mujer quetiene 28 años con nosotros. Yo iba y venía, iba y venía.

Después de eso, al entrar como Secretario de Salud el doctor Ramón de la Fuente, un compañero míoen Gobernación, Jesús Narro Robles, se fue como Subsecretario y se creó la Comisión Nacional deArbitraje Médico, que lleva a cabo una función social y ofrece medios alternos para la solución de conflictoscuando alguna persona considera que la atención médica que se le brindó no fue la adecuada.

La Comisión está conformada por un grupo técnico de dos especialidades: médicos y abogados, ahí seutilizan mucho las técnicas del conocimiento médico apoyado en las normas jurídicas correspondientes.Al crearse aquí en Nuevo León, tuve el honor de que también me invitara el señor Gobernador a ser laSub Comisionada Jurídica de esta Comisión y yo acepté encantada, pues es una cosa que yo he hechosiempre; o sea, el impartir justicia, el dar mis conocimientos jurídicos al servicio de la sociedad, y queademás me paguen, pues me parece maravilloso. Es lo que hago actualmente.

Usted ha tenido la oportunidad de explorar el Derecho en diferentes facetas, en lo Fiscal, en lo Familiar,ahora en el área médica, ¿qué representa para usted la impartición de justicia, la equidad, su visióncomo mujer en torno a ese tema?

Yo podría decir que soy una persona afortunada y bendecida por Dios. En el Tribunal Fiscal de laFederación, que fue mi primera incursión dentro de la impartición de justicia, habíamos y sigue habiendo,un gran número de mujeres. De hecho, cuando se inició la Sala Regional del Noreste éramos dos mujeresy un hombre, porque se integra por tres personas.



En la actualidad, creo que hay más hombres que mujeres y eso no me gusta, no sé por qué, pero no megusta, debe haber más mujeres. Yo no tuve problemas desde el punto de vista de elección y designación.En el Tribunal Superior de Justicia éramos tres o cuatro mujeres, si mal no recuerdo en esa época: LupitaBalderas, Tere Herrera; Leonor Zavala, que se tuvo que retirar por un problema de salud y yo. NuestraMagistrada de lo Familiar era una mujer que me pareció excelente, Libertad Leal, los demás jueces eranhombres.

Pero yo no tenía problema con ellos, la verdad, porque había unos jueces muy centrados, muy capaces.No tuve problemas en cuestión de género, pero sí eran muchísimos, nos agobiaban con su presencia,éramos pocas las mujeres y eran muchos los hombres.

No puedo hacer un diagnóstico de cómo está el Tribunal Superior de Justicia en la actualidad, pero sísé que siguen imperando los caballeros. Yo creo que necesariamente debe de haber más mujeres porque,además del conocimiento jurídico que es un requisito sine qua non, también hay otras sutilezas que lamujer tiene.

¿Sí existe esa diferencia a la hora de aproximarse a la justicia, a la equidad?

Al dictar una sentencia, seguramente los hombres lo hacen de maravilla, pero ese ingrediente no lo tienenporque, como dicen los franceses, ¡vive la diférence!, esto es, somos diferentes, ellos no tienen esaestructura de carácter emocional. No es que vayamos a hacer sentencias viscerales, no, por supuesto queno, pero sí que eso nos da más posibilidades, quizá, de buscar más la justicia y no el frío Derecho, sobretodo en materia Familiar o en lo médico, donde tenemos esos elementos.

Yo sé del Derecho en sus variadas facetas, como usted dijo, en Derecho Fiscal y Procesal; Penal, en laProcuraduría; Administrativo, en Gobernación; después Procesal Civil, siendo Jueza y otra vez ProcesalCivil, Derecho Sanitario y Ley General de Salud ahora. Ése es mi marco referencial, pero también lajusticia tiene que imperar, hay que buscarla, hay que empeñarnos en no ser fríos. Yo creo que somos máscálidas las mujeres y podemos aportar ese ingrediente al gran platillo que es una sentencia judicial, paravolverlo más humano.

Si quisiera dejarle un consejo, una recomendación a las jóvenes que quieren seguir en la carrera delDerecho, ¿qué les diría?

Yo les diría que fueran unas excelentes estudiosas del Derecho; que se preparen también como mujeresen todos los ámbitos que la sociedad les brinda, quiero decir que no solamente sean juristas, que tambiénsean sociólogas, que también sean economistas, que sean comunicadoras.

¿Qué quiero decir con esto? Que cada vez se nutran con mayores lecturas para que estén formadassólidamente con todos los conocimientos del Derecho y con los que las disciplinas multidisciplinariasnos den; que sean verdaderamente mujeres talentosas, preparadas como litigante, como juzgadora, comofuncionaria pública, trabajando al servicio de una sociedad que quiere ser más justa, más recta, congruentecon el momento actual.

También les diría que por favor no olviden esa maravillosa ciencia que ahora tenemos, la cibernética,tienen que aplicar la tecnología al servicio del Derecho. Yo me considero una profana he tomado todoslos cursos habidos y por haber sobre computación, sé cómo funciona, pero tengo pánico absoluto de eseaparato porque si borro una información sería fatal, pero tengo asistentes y expertas que me apoyan. Y



que jamás pierda de vista esa abogada, ese plus de mujer, esa sensibilidad, esa ética, esa perspicacia, esoselementos de lo que los hombres carecen.

Gracias por invitarme, por tanto bien que están haciendo al dar a conocer a las grandes mujeres quetiene este magnífico estado de la República, realmente es una deferencia que nos inviten y estoy a susórdenes cuantas veces sea necesario.



MIRALDA ESCAMILLA GARZATitular del Juzgado Cuarto Menor Letrado de Monterrey

Nació en Monterrey, Nuevo León, el 11 de marzo de 1969. Su madre es María Antonia Garza de Escamillay su padre, Dagoberto Escamilla Martínez. Es la quinta hija en una familia de siete hermanos.

Estudió la licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Espasante de la maestría en Amparo. Su experiencia profesional se desarrolló como litigante en elDespacho Jurídico Abogados y Consultores, SA. Fue Secretaria de Juzgado y de Sala. Actualmente estitular del Juzgado Cuarto Menor Letrado de Monterrey.

Provengo de una familia en la cual mi padre fue obrero y mi madre se dedicaba al hogar. Mi infanciatranscurrió de forma tranquila y feliz, nuestra única preocupación era estudiar y jugar.

¿Cómo definió su vocación?

Mi vocación por la abogacía sinceramente yo creo que fue en la secundaria, a mí siempre me han gustadolas Humanidades, principalmente la Psicología. Pero la secundaria fue la época en que me motivó, másque todo, porque me gustaba mucho participar con mis compañeros, resolverles sus asuntos si habíaconflictos con las compañeras. En esa época me incliné por ser abogada. En mi familia no había personasque lo hubieran sido, mi hermano mayor ingresó a esta carrera y de ahí me empezó a gustar mucho, laverdad, todo lo que hacía y ahí empezó mi interés.



¿Su familia tuvo un papel en esta decisión?

El más importante, pues al momento de tomar la decisión de cursar la licenciatura en Derecho, meofrecieron todo el apoyo económico y moral para iniciar y concluir mis estudios. Asimismo, mi familiacontinúa siendo el motor principal, dándome todo el ánimo y confianza para seguir preparándomepersonal y profesionalmente.

¿Dónde cursó su carrera?

En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad Autónoma de Nuevo León, inicié enel ‘86 y concluí la carrera en el ‘91. Precisamente por ese gusto que tenía y por las pláticas con mi hermano,él me motivó para que yo ingresara al Poder Judicial como meritoria para hacer prácticas y empezara aconocer lo que es en sí la actividad del abogado y para que realmente pudiera definir si me gustaba o noesa carrera.

Yo creo que eso también es importante, porque tenemos inquietudes, pero al momento de ver la prácticanos podemos desanimar. Y no, fue al contrario, desde el primer semestre ingresé, a la par que hacía misestudios, al Juzgado Primero de lo Civil en Monterrey. Posteriormente se me fue dando la oportunidadde continuar trabajando en diferentes áreas.

¿Es una trayectoria escalonada, primero ingresa como meritoria, luego como escribiente, Secretaria,sucesivamente?

Sí, así es. En la carrera judicial todos son puestos escalonados, realmente la oportunidad al entrar demeritoria es un halago, es un gusto auxiliar a los escribientes y a los Secretarios para empezar a hacerprácticas. Cuando te van dando esa oportunidad, se materializa todo el trabajo. Concluida la carrera, senos da la oportunidad de ingresar a diferentes categorías, como la de actuario o Secretario.

En mi caso me fui como Secretaria a un Juzgado Civil. Tuve mucha suerte de iniciar en el mismo Juzgado.Empecé como meritoria en el ‘86, para el ‘88, a pesar de que iba casi en los primeros semestres se medio la oportunidad como auxiliar administrativo, con actividades propias de un escribiente: ayudar alseguimiento, estar en las audiencias, todo eso.

Es difícil que se den esas oportunidades porque hay mucha demanda, hay mucha gente aspirando a unpuesto y gracias a Dios, se me dio en el ‘92.

¿Qué es lo que hace una Secretaria de Juzgado?

Pues realmente llevamos todo a nivel operativo en un Juzgado, de los casos que se están ventilando, nosencargamos de seguir el procedimiento, levantar audiencias, lo que es la atención al público, hacer losproyectos de sentencias y los acuerdos. Toda la base operativa de un Juzgado.

En ese caso éramos los fedatarios del Juez y desarrollamos todo el seguimiento, estar presentes en lasaudiencias, manejar los informes, manejar todas esas cosas. Es un trabajo arduo, pero muy gratificante.

¿Cuál es el área del Derecho que más le gusta?



Yo inicié la carrera en la materia Civil y me he inclinado por ella porque es muy amplia, abarca todo loMercantil, todas las cuestiones de arrendamiento, los contratos de compraventa, todas las cuestiones enque hay problemas entre particulares.

Inicié en esa rama y me ha gustado, sin estar tampoco exenta del conocimiento de otras áreas como lamateria Penal. La rama de lo Familiar está muy relacionada al procedimiento Civil, pero siempre me heinclinado más por esta última materia.

¿Alguna anécdota interesante que le haya sucedido durante su desempeño en los Juzgados?

Pues son diversas, pero de las anécdotas que después recordamos y son de la época en que todavía eraestudiante meritoria. Estábamos en el Palacio de Justicia, en lo que es ahora Penitenciaría y RodrigoGómez. Ahí estaban concentrados todos los Juzgados Civiles, Familiares y Penales de toda el áreametropolitana.

En ese lugar, cuando llovía siempre había inundaciones y por esa situación, nos teníamos que quedarahí, hasta que bajara el nivel del agua. De una de esas ocasiones, me da mucha gracia recordar a uncompañero que era actuario en esa época. Estaba la lluvia muy fuerte y se empezó a inundar todo. Todael agua desembocaba precisamente ahí.

Al ver eso, los compañeros que tenían sus carros estacionados corrían a sacar sus vehículos, esa persona—con quien todavía tenemos amistad— era muy dadivosa en ese sentido. Iba ayudando a todo mundoa sacar sus carros, al último dejó el suyo y cuando acordó, ya estaba todo inundado. Bueno, a la mejores muy personal la anécdota, pero siempre me trae buenos recuerdos de esa época, del ambiente queteníamos, del compañerismo que vivimos.

¿Cómo ve la situación de las mujeres dentro de la abogacía, en el Poder Judicial y en general?

Desde que yo ingresé a la Facultad, ya éramos más mujeres que hombres estudiando la carrera de Derecho.He visto que el Poder Judicial siempre le ha dado cabida a las mujeres; a lo mejor en el área del litigioo de la empresa como que sí hay un poco de preferencia para los hombres.

En mi caso particular no lo vi, ni con mis compañeras, porque sí se nos dio la oportunidad de trabajaro de preferirnos a lo mejor en ciertas actividades relacionadas con el Poder Judicial. Yo creo queprogresivamente habrá igualdad en las mujeres y los hombres que estamos en el Tribunal.

No dentro de la ley, porque el Derecho no hace distingos, pero en cuanto a la sensibilidad con la quese abordan los asuntos que les toca conocer, ¿cree que las mujeres marcan la diferencia a la hora dejuzgar?

Realmente yo lo noto en ese aspecto y creo que por eso se ha venido dando que haya más mujeres en elPoder Judicial, porque nuestra posición, más que todo, es en el trato con las personas que tienen conflictos.De una u otra manera, las mujeres son más tolerantes o más pacientes para escucharlos y para resolver.Siento que les damos más confianza que un compañero varón, al ir a explicar un problema.

En mi caso, estoy en los Juzgados Civiles, pudiéramos decir que ahí generalmente llegan más los abogadosy no tanto el cliente, ¿verdad? Pero los mismos abogados se dirigen con más confianza a nosotras, aexplicarnos realmente cuál es la situación de ese problema.



En el caso de las compañeras que están en lo Familiar, comentan que las mujeres prefieren a una mujerpara irle a contar su situación o que las atiendas en una audiencia, todo porque sienten que hay mayorcomprensión. Se han dado las oportunidades de seguir apoyando más de cerca, y asimismo yo creo quesí se nota un poquito más de disposición en la mujer a trabajar, es más ordenada en su trabajo y en lascuestiones administrativas.

Esta carrera es una de las que requieren permanente actualización. En el caso de Juezas y Magistradas¿se están preparando constantemente?

Así es, sí. De hecho de unos cinco o seis años a la fecha se creó el Instituto de la Judicatura, tiene porobjetivo la intención de seguirnos darnos asesorías, cursos para estarnos actualizando en todas las áreasdel Derecho.

El Derecho va evolucionando, hay muchos cambios, no es igual un procedimiento que llevábamos hace10 años que hoy; ha habido muchas reformas positivas para la comunidad, para agilizar un poco más losprocedimientos. A veces no se da o no tenemos la oportunidad de estudiar maestrías y estar en las aulas,pero se ha dado mucho énfasis en esta situación, de actualizarnos a todos los niveles desde el meritorio,los prestadores de servicio social, secretarios.

Como jueces damos cursos de actualización en diferentes materias y en todo Nuevo León. Eso es muyimportante.

Aparte de la preparación y la sensibilidad ¿qué más se requiere para ser una buena juzgadora?

Sobre todo mucho estudio, mucha dedicación y también la imparcialidad en un procedimiento, en noapasionarnos sino ver la situación, tratar de ser lo más justas. Yo creo que eso es lo principal, tener unaimparcialidad y una objetividad en cuanto a qué es lo más justo, en equidad.

Para usted, ¿qué representa la equidad, cómo la podría definir?

Darle a cada quien lo que corresponda. A veces en un conflicto es muy difícil porque se presentansituaciones diversas y cada persona piensa que tiene el derecho o la razón, a la mejor por una malaasesoría, una mala información.

La equidad es tratar de darle a cada persona lo que en justicia le corresponda, resolver el conflicto y quese vaya conforme; sabemos que siempre hay una parte perdedora, pero que esta parte sea consciente deque un fallo en el sentido negativo era lo justo para la otra persona. Eso es muy importante, es difícilpara nosotros como juzgadores que la gente diga: “me condenaron a un pago determinado, a unadesocupación, a la pérdida de una casa”; se requiere objetividad, el convencimiento en el desarrollo deuna sentencia de que se hizo justicia.

¿Cuáles son sus metas futuras, cómo se ve usted en 15 años?

Mi carrera la he encaminado al Poder Judicial, a la carrera judicial y mi objetivo es continuar aquí mismo.Ahorita estoy en la etapa de Juez Menor, la siguiente etapa es serlo de Primera Instancia y dentro deunos 10 años, me gustaría mucho llegar a una Magistratura. Creo que sí puedo lograrlo con trabajo ydedicación, me gusta esta carrera. Eso espero que se me den los medios, las oportunidades y la preparaciónsuficiente para conseguir el puesto.



¿Ha enfrentado obstáculos para lograr su desarrollo profesional y cómo los ha resuelto?

En esta carrera, como en otras, hay escalafones que debemos ir subiendo si queremos aspirar a teneruna categoría mejor en el trabajo. No puedo decir que he enfrentado dificultades u obstáculos, sinosimplemente como lo dije anteriormente, inicié haciendo mis prácticas judiciales como meritoria y comosu nombre lo dice, uno va haciendo méritos para obtener una plaza de escribiente y así, sucesivamente,para aspirar a obtener una mejor categoría. Esas plazas no se dan con facilidad, siempre hay que esperarel momento preciso.

¿Su condición de mujer le ha significado un trato diferente en el ámbito del Poder Judicial?

Ni obstáculo ni ventaja, he estado en diferentes categorías dentro del Poder Judicial en virtud de la formaen que he desempeñado en mi trabajo, realizándolo siempre de manera responsable y dedicada, lo queha sido tomado en cuenta para ir avanzando dentro de mi carrera judicial.

El reconocimiento principal es el haberme dado la oportunidad de ser titular de un Juzgado, en virtudde mi trabajo y esfuerzo realizado en el transcurso del tiempo.

¿Cómo enriquece su vida fuera del desarrollo del trabajo?

Me gusta salir a caminar por el campo, disfrutar de la naturaleza, me fascina el cine, el teatro y en generalconvivo mucho con mis familiares y amigos.

¿Hay algún(a) abogado(a) a quien admire?

Sí, respeto y admiro profundamente a los titulares de los Juzgados y Salas a que he estado adscrita enmi vida profesional. Específicamente me refiero al licenciado Hugo Renato Martínez Flores, a la licenciadaMaría Graciela Huerta Treviño, al licenciado Ricardo Espinosa Carreón y al licenciado Gustavo AdolfoGuerrero Gutiérrez, que en virtud de su tenacidad y esfuerzo lograron ocupar hasta una Magistratura.Inclusive, el primero y el último de ellos, han presidido el H. Tribunal Superior de Justicia en el Estado.

Ello es muy satisfactorio para mí, pues tuve la oportunidad de colaborar con ellos y lo más importante:aprender de su tenacidad y constancia en el trabajo para lograr las metas profesionales.

¿Qué les aconsejaría a las mujeres que están cursando la licenciatura en Derecho? ¿Algo en especialpara que ellas lo tomen y lo apliquen?

Específicamente que se preparen lo mejor posible en el campo jurídico, pues nuestra carrera se encuentraevolucionando en virtud de las necesidades de la sociedad. Por ende, reclama profesionales comprometidoscon su carrera para prestar un mejor servicio a la comunidad.

Sinceramente, lo que me dio la confianza de seguir estudiando y preparándome fue la práctica desde queera estudiante. Yo les aconsejo a mujeres o varones que estén cursando su carrera, darse tiempo parahacer prácticas y estar en todas las actividades, porque esto los va desarrollando, va dando la oportunidadde que se haga un poco más sensible la carga estudiantil y cuando terminen, tengan una preparación dequé es realmente nuestra función en la abogacía, para qué estamos llamados, ya sea una carrera judicial,empresarial o al litigio.



Principalmente que tomemos conciencia del papel fundamental que tenemos en nuestra familia y lasociedad; que tengamos confianza en nosotras mismas, pues ello es el secreto para obtener el éxito enlo personal y profesional, a fin de poder conseguir una mejor superación en todos los ámbitos.



MARÍA DEL ROSARIO GARZA ALEJANDROTitular del Juzgado Primero Oral del Primer Distrito Judicial

Nació en Nueva Rosita, Coahuila, el 13 de septiembre de 1960. Sus padres son Santiago Garza Rodríguezy Alicia Alejandro Martínez. Es la octava hija en una familia de diez hermanos.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León y tiene cursos demaestría en la misma Universidad.

Dentro del Poder Judicial se ha desempeñado en la Oficialía de Partes y como Secretaria de Juzgadoy de Sala. Fue Jueza Segunda de lo Penal y Jueza Primera de lo Penal. Dentro de la Secretaría de laReforma Agraria fue Secretaria Técnica y Directora General de Ordenamiento y Regularización de laPropiedad Rural. Actualmente se desempeña como Jueza Primera del Juicio Oral Penal del PrimerDistrito Judicial en el Estado de Nuevo León.

Nací en Nueva Rosita, Coahuila. Soy hija de Santiago Garza Rodríguez y de Alicia Alejandro Martínez.Fuimos 10 hermanos, de los cuales vivimos sólo nueve. En esa familia numerosa ocupo el octavo lugar.

¿Cómo surgió su vocación, por qué elige la abogacía?

Por casualidad. Cuando vine a estudiar Administración de Empresas a Monterrey ya tenía aquí a unahermana estudiando Leyes. No pude entrar a la Facultad de Administración y ella, para que no perdierael semestre, pudo arreglar que entrara a Leyes. Ahí fue cuando me empezó a gustar la carrera, trabajabaentonces en la Oficialía de Partes de los Juzgados Civiles y Familiares del Tribunal. Empecé a compararla teoría con la práctica y fue cuando me convencí de que quería seguir ahí, en Derecho. Siempre hecomparado o equiparado el ser abogado con ser justo. La aplicación del Derecho es dar a cada quien loque corresponde y eso es justicia.



¿Cuáles fueron sus primeras experiencias?

Pues en la Oficialía de Partes, poder combinar la práctica con la teoría que estaba estudiando en esemomento en la Facultad fue una experiencia muy bonita. Poder preguntar temas específicos, pues habíamucho tiempo ahí para leer las demandas que se presentaban, civiles y familiares, de ahí nacían las dudasque luego disipaba en la teoría, en la escuela. Esa experiencia me gustó mucho.

¿Su condición de mujer le significó en algún momento obstáculos o ventajas a la hora de desarrollarseprofesionalmente?

No. Toda mi carrera profesional y de estudiante ha sido ahí, en el H. Tribunal Superior de Justicia,excepto tres años que más adelante explicaré y he podido percibir que hay igualdad de oportunidadespara el hombre y la mujer. Yo me he sentido afortunada, esta carrera judicial ha tenido frutos, me hadado muchas satisfacciones, me gusta lo que hago y ¡qué mejor si me pagan por hacer lo que me gusta!

¿Qué nos puede contar de su experiencia profesional?

He tenido las oportunidades en los tiempos que creí prudentes. Creo que la oportunidad de ser Secretariade un Juzgado fue oportuna; la oportunidad que me dieron de ser Jueza fue pronto, para las expectativasque yo tenía. Empecé en el Juzgado Segundo Penal por un corto tiempo, iba por un nombramiento detres meses, después me ratificaron y me quedé.

Esas oportunidades han sido muy satisfactorias porque no me siento frustrada como para decir: “Tantotiempo que he trabajado y no me dan la oportunidad que sigue”. Lo siento muy oportuno todo, losmomentos de cambios y ascensos que he tenido en mi carrera judicial.

En cuanto a los juicios orales, sabemos que usted es quien inicia como jueza esta etapa en el Estado,¿cómo se da esta oportunidad, qué significa y qué ventajas percibe de esta modalidad?

Realmente es la última, la mejor y la nueva satisfacción que tengo en mi vida profesional. Puedo decirque es un premio, como algunos de relevancia que he recibido, sin ser precisamente un reconocimientoescrito, por algo que se ha hecho. Creo que es el premio a la realización a la carrera que he llevado.

Estoy convencida de que el futuro judicial está en los juicios orales. Es la forma de desahogar e impartirjusticia en una forma pronta, expedita, dándole a cada quien lo que corresponda en una forma en quela sociedad pueda darse cuenta de que es congruente la sentencia dictada con las pruebas que sedesahogaron.

Este tipo de juicios se celebran en una sala de audiencias donde puede estar presente quien lo desee,salvo, claro, por el límite de cupo. Las salas aquí en Monterrey son aproximadamente para 40 ó 50personas, todas ellas pueden estar en un juicio de inicio a fin y de esa forma nosotros también, comojueces, podremos recuperar la confianza de la sociedad hacia el trabajo que hacemos, el reconocimientodel trabajo, la labor que realizamos día con día.

Siento que hubo un largo tiempo en el que a los jueces nos tenían tachados con cuestionamientos como:“resuelven a su conveniencia, en lo oscurito y nunca nos dicen cómo están las cosas porque no les conviene;seguramente están haciendo algo mal o están trabajando un expediente en favor de una de las partes”.Y la gente tenía la incertidumbre, aunque la realidad es que las audiencias siempre habían sido públicas,pero no se habían difundido esta forma, como ahora, en juicios orales.



Principalmente, esto es muy favorable para la sociedad actual que está tan interesada y cada vez másinmersa en el desarrollo de una sociedad justa, equilibrada; se están buscando los mecanismos para dara conocer la labor de un funcionario dentro del Poder Judicial, dentro del Gobierno del Estado, ello obligaobviamente a dar una respuesta. Una respuesta acertada, creo yo, son los juicios orales.

El Poder Judicial, además de ser siempre pionero en muchas tareas propias de la impartición de justicia,por supuesto, ahora sigue siendo pionero, a nivel nacional y entre muchos países que todavía no tienenjuicios orales. Llevarlos a cabo en esta forma no es algo improvisado. Esto fue muy estudiado: lasautoridades del Gobierno estatal hicieron convocatorias para recabar opiniones de toda la ciudadanía yse llegó a la conclusión de que ésta era la forma más adecuada y la que exigen los tiempos actuales parallevar una pronta y expedita impartición de justicia.

A mí me gusta mucho poder ser parte de este nuevo reto, somos pioneros, nos tocó la suerte de ser losprimeros jueces de juicios orales. Soy la única mujer, los otros dos compañeros son hombres y aunqueahorita está limitada la competencia para conocer asuntos, pues solamente se están viendo delitosculposos no graves, se ha limitado mucho la consignación de esos casos. Finalmente lo que perseguía eraresolverlos lo más pronto posible y de esa forma se está logrando, aunque no han llegado muchos, hallegado uno, todos los demás se han resuelto en la primera etapa.

La finalidad se cumple, la Procuraduría se ha dedicado a integrar mejor esos puntos, a buscar la conciliaciónentre las partes, en este tipo de delitos se puede lograr esa conciliación y se pueden concluir los casosincluso antes de que lleguen con nosotros. Pero, toda la intención que vemos en el Poder Judicial y enel Gobierno del Estado, es a ampliar esa competencia y conocer otro tipo de juicios, esperemos que seapronto.

Esto también impactaría en este problema de la lentitud en procesos que tardan muchos años, a vecesla gente muere y nunca se resolvió nada ni a su favor ni en contra, ¿sería una de las ventajas de estosjuicios?

Definitivamente, así es. La bondad de este sistema es que todo el desarrollo de la etapa procesal depruebas hasta sentencia, el desahogo de pruebas es en una audiencia donde se videograban las actuaciones,las declaraciones de los testigos o participantes, de los peritos o las demás pruebas que se quierandesahogar.

Ya no se recibe un escrito ni tampoco se toma por escrito lo que se está declarando, que era lo mástardado. En el sistema tradicional se mecanografiaba y eso llevaba mucho tiempo. No es que los funcionariosno lo quisieran hacer, pero materialmente era imposible avanzar más. A veces sólo una declaración sepodía desahogar al día, porque se podían extender mucho los interrogatorios de las partes.

Hoy por hoy, en el único caso que se ha llevado a juicio, 98 por ciento del desahogo de las pruebas sellevó en un solo día, en un transcurso de cuatro horas aproximadamente. No se pudo concluir porquefaltó una testigo, a quien le tocaba ratificar unas pruebas documentales y por esa razón no se pudoconcluir. Si hubiesen acudido todos, se podría haber concluido hasta sentencia, incluso, en el mismo día.

Aquí el principio que rige es la oralidad principalmente, la inmediación, el Juez siempre tiene que estarpresente, presidir la audiencia. En el sistema tradicional materialmente era imposible estar presentes ydirigir una diligencia, como una declaración testimonial, porque tenemos cuatro Secretarios, cada unollevaba una prueba y el Juez no podía estar en los cuatro momentos, en los cuatro espacios. Era imposible.



Formalmente se decía que estaba presente el Juez, porque estaba en el Juzgado, pero el que llevaba acabo la diligencia era un Secretario que tomaba esa declaración. Aquí no. Aquí tiene que estar forzosamenteel titular, es una forma en que él puede enterarse directamente, ver la prueba fehaciente que tiene en unprimer plano, poderlos escuchar, ver la gesticulación del testigo, percibir si está mintiendo o se pusonervioso. Puede darse cuenta de muchas cosas al estar viendo al testigo, al acusado o al perito.

Otra de las características de este sistema es que es continuo. Preservar la continuidad de un juicio quieredecir llevarnos todas las pruebas en el mismo día y si es posible, hacer las conclusiones y dictar sentencia.Estas características del sistema permiten concluir un juicio en un día.

Ésta es una segunda etapa, la primera la llevan el Ministerio Público y un Juez de Preparación del proceso.Se puede decir: “Bueno, hubo un caso que inició en diciembre y concluyó en febrero”. En realidad esaprimera etapa es la que se va a llevar más tiempo, sigue siendo hasta cierto punto mixto, la oralidad yla tradicional. Aquí con nosotros es predominantemente oral.

Obviamente economizamos tiempos en la forma más sencilla, ya no voy a transcribir pues está todovideograbado. Si lo quiero revisar o estudiar, puedo poner un video y por más larga que sea la película,es más corto que estar leyendo un expediente de cientos y cientos de fojas.

¿Existió o existe alguna figura del Derecho que usted admire?

Sí, el licenciado Hugo R. Martínez Flores, que fue Presidente del Tribunal Superior de Justicia, me inspiramucha admiración por su capacidad jurídica y por su carrera judicial; fue Juez Civil, Magistrado de loPenal, Presidente; llegó a ser presidente a nivel nacional de todos los presidentes de los TribunalesSuperiores de Justicia; era muy estudioso, muy recto, duro en su actuar diario pero sobresalía por sucapacidad de discernir el Derecho. Era una persona muy capaz, jurídicamente hablando.

¿Cuál ha sido su mayor reto?

La palabra rezago, que no quisiéramos mencionarla en el Poder Judicial. Con la palabra rezago me refieroa que hay casos antiguos, acumulados. El reto que nos proponemos es combatir ese rezago, no quisiéramosdecir esa palabra porque, humanamente, como jueces, a veces es imposible acabar con cientos deexpedientes cuando solamente uno es el que resuelve, y ese es el Juez. Puedes tener 20 asistentes quete están proyectando y trabajando, pero sigue siendo un solo Juez quien lee y toma decisiones.

En materia Penal, humanamente no es posible acabar o resolver 100 casos en un mes. En los años del90 al 93, cuando tuvimos muchísimos expedientes, como le llamamos, en rezago, sacábamos hasta 50y 60 sentencias, a veces preferíamos la cantidad que la calidad. Ahora, después de tantos años de trabajaren el Poder Judicial, prefiero calidad que cantidad y buscamos mecanismos para que ésta pueda sermayor, pero sin dejar de tener calidad en las resoluciones y creo que el sistema del juicio oral es el quemejor respondió a esa inquietud del Tribunal para abatir el rezago.

En mis inicios como jueza, del 90 al 91, fue el reto mayor que he tenido. De mil casos que llegamos atener, llegó un momento en que dejamos sólo 120 a 140 expedientes. Eso para mí fue muy satisfactorio,haber cumplido el reto que nos propusimos.



¿Cómo logra llegar a un equilibrio justo, por así decirlo, entre su vida pública y su vida privada?

Yo creo que no he sufrido mucho el dividirme entre el trabajo y la familia, porque soy soltera, no tengohijos. Complicado, para mis compañeras juezas que, mis respetos, trabajan largas jornadas.

En el Poder Judicial hemos tenido temporadas duras, antes de estar en los juicios orales eran tiemposmuy largos, jornadas hasta las 10 de la noche si era necesario, muchas veces de madrugada, pues tratándosede la materia Penal se vencen los términos para tomar una declaración preparatoria, para resolversituaciones jurídicas. Podían ser las dos o tres de la mañana y, dependiendo del caso, teníamos quequedarnos. Incluso en días festivos o vacaciones había que asistir.

Difícil se me hace, en cambio, para las compañeras que tienen hijos; que tienen que hacer dos o trestareas, la de funcionaria judicial, de madre y esposa. Las admiro a todas ellas. Yo no tengo esa complicación,siempre he dispuesto de mi tiempo para trabajar.

Tengo un grupo de amistades de 10, 15 y 20 años atrás, compañeras de la Facultad que siguen siendomis amigas, a quienes disfruto mucho. Ese aspecto de disfrutar la compañía, es familiar. Trato deorganizarme de manera que pueda pasar los fines de semana en compañía de mi familia, es mi desahogo,mi relax. Somos muchísimos y hay numerosas reuniones con los cumpleaños de tanta familia. Ya tengosobrinos nietos.

Me gusta mucho el campo, en Nueva Rosita mi padre fue ganadero. Me he dedicado los últimos años aacondicionar una pequeña casa que tenemos fuera de la ciudad. Cuando no estoy aquí los fines de semana,voy a Rosita, al rancho. Mi papá dejó animales y nos gusta ese mundo: marcarlos, cortar, todas esascosas. Él nos enseñó a trabajar. Claro, con la fuerza de un hombre nunca nos vamos a comparar, peromontar a caballo, ayudar a juntar animales y participar en esa labor no es únicamente para hombres.

A las cinco hermanas nos gustaba mucho, todas trabajábamos igual con él. Para nosotras era una fiestael día que llegábamos a juntar animales, disfrutar a los becerritos recién nacidos, darles el biberón. Erantareas muy bonitas y para mí el hobbie principal es estar en contacto con la naturaleza. Eso hace queregrese el lunes con muchas ganas.

¿Cuáles son sus metas futuras, cómo se ve dentro de algunos años, haciendo qué?

Bueno, pues mentiría en decirle que estoy satisfecha y hasta aquí me quiero quedar. La mayoría delpersonal en el Poder Judicial ha tenido esa carrera: desde ser meritorios, escribientes, Secretarios,Secretarios de Sala, Jueces. Obviamente ahorita quisiera ser Magistrada. Después, ¿por qué no? SerPresidenta del Tribunal. Pero en corto tiempo, quiero decir cuatro o cinco años. A lo mejor más adelanteya no quisiera trabajar, quisiera disfrutar un poco de lo mucho o poco que hemos logrado hacer, disfrutarla familia, todo lo que nos gusta.

Es muy bonito trabajar dentro del Poder Judicial pero tiene muchas presiones, también el decidir, elsentenciar. El señor que tanto admiro decía: “Juzgar a tus semejantes es un privilegio de dioses”. Y asíes, entonces a veces es mucha la carga de tensión que tenemos para resolver tantos casos y más en materiaPenal.

La responsabilidad es muy fuerte, estás tratando con lo más preciado del ser humano después de la vida,que es su libertad. Poner en juego esa libertad, con expedientes que a veces son fabricados; donde el Juez



tiene que decidir para bien o para mal, donde hay que tomar una decisión y todo tiene términos, se vuelveuna carga muy pesada.

Aparte de juzgar, se tenía la responsabilidad de cuidar las estadísticas y vigilar muchas cosas administrativasque quitaban mucho tiempo para impartir justicia. Ahora el Consejo de la Judicatura ha tomado muyen serio ese papel, de quitar un poco la carga administrativa para se que haga realmente el trabajo enel Juzgado: resolver.

Entonces, quieras o no, los años vividos ahí llegan a ser una carga emocional que necesitas dejar.Afortunadamente me separé tres años del Poder Judicial, que me sirvieron mucho para desconectarmeun poco de esa tarea tan importante que es impartir justicia. Lo desafortunado es que fue una separaciónforzosa, pero me sirvió mucho. En esos tres años descansé de esa tensión y ahora que volví, en el 2003,pude darme cuenta de que lo estaba haciendo con mayor tranquilidad, con menos carga de esa presiónemocional y de responsabilidad que te da el tener tantos años siendo juez.

¿Esta tensión, se puede decir que es el costo a pagar por llegar a donde está?

Sí, definitivamente, pero pudiera ser menos difícil para nosotros y creo que ya se está trabajando en ello.El Poder Judicial, en combinación con el Consejo de la Judicatura, ha innovado mecanismos para queel juez tenga menos carga administrativa, tenga menos expedientes para conocer y sienta más tranquilidadal momento de resolver.

Eso nos ayuda mucho, pero hubo tiempos en los que trabajábamos mil expedientes. Nada más de verel número te asustabas, cuando en realidad las sentencias que actualmente un juez puede sacar son 20ó 30.

Afortunadamente también se han implementado muchos sistemas alternos de solución, además de lasúltimas reformas que junto con el juicio oral se dieron a conocer, como la separación, la suspensión delprocedimiento a prueba del acusado. Son mecanismos, medios alternos de solución que ahora permitenque el juzgado no tenga tanto trabajo, tantos expedientes y que lo que esté haciendo, lo desarrolle conmejor calidad.


Que no se arrepientan, primero, de estar estudiando Derecho. Las que ya son abogadas, que no searrepientan de serlo y obviamente que se sigan preparando, que sigan estudiando. El estudio es la fuentede la sabiduría. Si no estudiamos, nos quedaremos rezagados, no estaremos actualizados. Estudiar y nosolamente leer, como estábamos acostumbrados antes, que nuestro trabajo era: “¿Qué más estudio sinoel estar aquí leyendo cada uno de los casos?”, porque no había tiempo para otra cosa, sólo el compromisode revisar los expedientes que tenías en el escritorio y sacarlos.

Pero no solamente ese tipo de lectura y de estudio, sino prepararte en un posgrado, hacer maestrías,doctorados, diplomados. Eso antes no era algo común, decías: “Con lo que estoy estudiando, sé más quecualquiera que estudió la maestría, por la práctica que tengo”. Pero ahorita sí son muy importantes enel currículum esos estudios y se pueden demostrar porque los tienes justificados a través de un certificado.



Actualizarse nos hace, obviamente, más competitivos para cualquier área de trabajo. Antes creía quetrabajar en el Poder Judicial era lo único pero, en la separación que te comento, me di cuenta de que haymuchísimas áreas donde hacerlo. Esa separación me obligó a conocer las “grandes ligas”.

Estuve en la Secretaría de la Reforma Agraria, yo le llamaba “grandes ligas” porque era algo que noconocía, ni me imaginaba la magnitud de la labor que ahí se hacía. Estuve en un área donde podíamosresolver en justicia, en la Dirección General de Ordenamiento y Regularización de la Propiedad Rural,donde conocías procedimientos de colonias agrícolas y ganaderas, de ejidos, de terrenos nacionales, deexcedencias ejidales. Eso que era para darle una seguridad en la tenencia de la tierra a quienes la trabajan,a los ejidatarios, a los nacionaleros.

Es muy amplio el tema agrario y dentro de eso, teníamos que convivir con muchos gobernadores,secretarios de Estado, en materia de seguridad pública, de seguridad nacional, de vivienda, de productividadpara la gente que está en el campo. Vi tantas áreas que me di cuenta de que realmente mi profesión nolo es todo; sin embargo, puedo decirles que lo que más me ha dado satisfacción es pertenecer al PoderJudicial e impartir justicia, porque es una labor privilegiada.

¿Podría compartirnos las circunstancias por las que decide retirarse?

No fue mi decisión, me separaron del cargo, fue un año muy difícil para mí el 2000. En ese año fallecieronmis dos papás. Me separaron del cargo por una supuesta “mala actuación”, no en el sentido de algúnfallo, sino en esa área administrativa de la que tanto hablo, por eso digo también que el Consejo hatomado medidas muy importantes al respecto.

En esos tres años no me peleé con el Tribunal, sino me defendí. El caso tuvo un buen final, pues mereinstalaron en mi cargo. Volví con algunas reservas, porque sentía que no iba a ser lo mismo.Afortunadamente, el trato que me han dado todos los integrantes del Poder Judicial ha sido excelente,me han respetado muchísimo y he sentido un gran cambio, estoy muy satisfecha de seguir ahí. Regreséy lo que me atemorizaba rápidamente desapareció, porque la labor te quita de otros pensamientos queno sean sino estar trabajando. Lo hago con mucho gusto, me da muchas satisfacciones y además ¡nospagan por hacer esto que tanto nos gusta!

¿Algo que quisiera agregar a esta entrevista, que no hayamos abordado?

Tratándose de un mensaje para las mujeres, realmente quiero compartir la experiencia de 18 años. Enestos años he visto que a la mujer se le ha dado un trato especial, por eso comentaba yo que no haydiscriminación, ya las mujeres desempeñan un papel muy importante dentro del Poder Judicial, sientoque la mujeres somos como que más dedicadas y aguantamos más que el hombre en esas labores. Yotuve en el Juzgado a cuatro Secretarias. Dos estaban casadas, con hijos y me tocó ver, en algunas ocasiones,que el esposo de una le llevaba al niño. Si eran las ocho de la noche y teníamos alguna situación queresolver, ella se ponía a su niño en brazos y seguía en la computadora, resolviendo la tarea en el momento.Aguantamos más y por esa misma razón, hay mejores resultados, mayor productividad.



MARÍA INÉS GONZÁLEZ GARCÍAEx Jueza Tercera de lo Civil

del Primer Distrito Judicial de Nuevo LeónMonterrey

Nació en Morales, San Luis Potosí, el 21 de enero de 1953. Su padre es Ernesto González Flores, yafallecido y su madre, Alfonsina García. Es la hija mayor en una familia de cuatro hermanos.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León de 1970 a 1975. Dentrodel Poder Judicial se desempeñó como Secretaria de Juzgado y fue titular del Juzgado Segundo de loCivil y del Juzgado Tercero de lo Civil en el Primer Distrito Judicial en el Estado de Nuevo León.

También se ha desempeñado como docente de la Universidad Cervantina y fue integrante de la ComisiónRedactora sobre reformas al Código Civil y otras legislaciones.

Yo nací en Morales, San Luis Potosí, pero siempre viví con mis padres en la ciudad de Matamoros,Tamaulipas. Ahí cursé mis estudios básicos. Mi padre, Ernesto González Flores, que ya falleció y mimadre, Alfonsina García de González, siempre tuvieron la visión de que sus hijos deberíamos tener unapreparación mejor de la que podíamos adquirir ahí, en Matamoros.

Entonces dijeron: “Monterrey es la ciudad más cercana, más importante, tiene universidades y todo,pues ahí te mandamos”. Somos tres mujeres y un hombre, yo soy la mayor y el varón es el que me sigue,después mis dos hermanas. Yo les fui haciendo camino a ellos aquí, en Monterrey.



Mis padres fueron muy valientes, sobre todo ella, porque desprenderse de una hija de 12 años para quecursara en otro lugar la secundaria, era muy difícil, pero siempre fue muy valiente, muy emprendedoray me mandó a estudiar a Monterrey con unos familiares de mis abuelos. Aquí empecé a estudiar en laSecundaria No. 3, que está en la Colonia del Prado, todavía. Después pasé a la Preparatoria No. 1 de laUniversidad Autónoma de Nuevo León, y de ahí a la Facultad de Derecho.

¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser abogada, había alguien con esa profesión en la familia?

No, mi padre había estudiado en una academia comercial y trabajaba en una institución bancaria. Mimadre era ama de casa, pero con mucha tendencia al comercio.

En secundaria tuve una maestra de Orientación Vocacional, era bióloga pero siempre hablaba maravillasde los abogados, decía que eran personas muy cultas, muy respetadas en la sociedad y pensé: “yo quieroser así, una persona respetada”. En los cuestionarios vocacionales mi inclinación era hacia las CienciasSociales.

En la preparatoria, un maestro nos llevó a visitar el Hospital Universitario, al área de quirófanos; al verlas operaciones que ahí hacían, sobre todo una de bocio que se me quedó muy grabada, dije: “no, se mehace que esto no es para mí”. Después nos llevó a visitar el Penal de Estado y bueno pues ahí es muchomuy diferente, pero con la inmadurez de una estudiante de preparatoria yo pensaba: “Pues esto es mejorque estar en el Hospital Universitario, viendo tanta enfermedad y sufrimiento, muy directo”. Siempremi inquietud era ser abogada, para ser respetada por la sociedad.

Cuando ingresó a la Universidad, ¿tenía más compañeras?

Pues fuimos cinco, bien poquitas. A pesar de que éramos cinco mujeres, los varones siempre nos respetaronmucho, nos apoyaban, pues había una comunicación entre estudiantes muy buena. En ese tiempo a míse me hacía más difícil la materia Fiscal. Todos los días el maestro me preguntaba la clase. Pero eso meayudó mucho al momento de presentar, porque en aquel tiempo los exámenes eran orales, no como enlos escritos, donde tienes la oportunidad de pensar, de escribir. Aunque era un cambio radical entre losexámenes de la preparatoria y los de la Facultad, más bien me gustaba eso de que los exámenes fueranorales porque así tenía uno la oportunidad de explayarse en las respuestas, no era contestar solo un sío un no.

¿En algún momento se forjó la meta de incorporarse al Poder Judicial?, ¿cómo llegó ahí?

Pues en realidad no, al entrar a la Facultad de Derecho no tenía una meta definida de ingresar al PoderJudicial, simplemente quería ser abogada. A lo mejor mi inclinación era ser abogado litigante, por laspelículas norteamericanas donde uno veía que el abogado tramitaba sus asuntos y todo eso.

Como éramos muy pocas mujeres, en mis tiempos de estudiante conocí en la Facultad a una compañeraque iba unos semestres más adelante. La escuchaba decir que estaba yendo de meritoria a un JuzgadoCivil y me llamaba mucho la atención lo que platicaba sobre su experiencia en ese sitio.

Me acerqué a ella y le pregunté: “Oye, ¿qué es lo que hacen exactamente?, ¿cómo llegas ahí?”. Me empezóa platicar que para poder ingresar a un Juzgado en calidad de meritoria no se percibe ningún emolumento,que es sólo para aprender cómo se desarrolla el trabajo.



A mí me llamó mucho la atención: “Pregunta si puedo ir de meritoria”. Esperé la respuesta y entoncesme dijo: “Ahorita no hay la oportunidad, pero en el Juzgado Segundo Civil está como Juez el licenciadoBenito Morales Salazar, es maestro tuyo, si quieres menciónale tu deseo de ser meritoria”.

Y bueno, lo hice, con resultados muy positivos. El licenciado no me puso trabas para ingresar comomeritoria, simplemente me dijo que no había máquina de escribir disponible, era indispensable, perosi yo tenía, podría ir. Afortunadamente yo tenía una máquina de escribir e ingresé como meritoria. Fueel inicio de una carrera de 30 años.

A los tres meses, se presentó la oportunidad de ser escribiente. El escribiente hace la misma función queel meritorio, pero con más responsabilidad y ahora sí tiene una percepción económica. El licenciadoMorales no tuvo ningún obstáculo en darme esa oportunidad y el 15 de junio de 1972 ingresé al PoderJudicial en calidad de escribiente.

Después de ser escribiente fui Secretaria, al término de mi carrera. A partir de ahí fue entregar todo mitrabajo, mi esfuerzo. Se llevaba mucho tiempo, no es el que la mayoría piensa, que las personas quetrabajan en el Poder Judicial trabajan de nueve de la mañana a tres de la tarde. Son jornadas largas,antes así era, ese horario era nada más para la atención al público, para desahogo de audiencias, peroen realidad tenía uno un tiempo de entrada, pero no un tiempo de salida.

¿Algún reto especial que recuerde en toda esta trayectoria?

Pues yo quería ser Juez.

¿Eso ya lo tenía definido?

Sí, cuando ya estaba dentro del Poder Judicial y era Secretaria yo decía: “Quiero llegar hasta allá. Quieroser Juez”.

¿Y cómo fue preparándose para conseguirlo?

Pues estudiando, revisando con esmero todos los expedientes, revisando las leyes aplicadas al caso quese estaba analizando, consultando los criterios de la Corte, escuchando conferencias, actualizándome enlos conceptos jurídicos.

La inserción de las mujeres en el Poder Judicial ha sido relativamente reciente, ¿a usted le tocó sercolega de algunas?, ¿había muchas cuando usted estuvo?

No, no había muchas mujeres; más o menos a la par de mi ingreso no sé si antes o después que yo, notengo presente la fecha, estaba la licenciada Juliana Cruz, que también era estudiante en aquel tiempo.Ella ingresó como meritoria en el Juzgado Tercero, que era contiguo. Pero la mayoría de los Secretarioseran hombres.

¿Y Juezas o Magistradas también había pocas?

Todavía en el tiempo que nosotros asumimos la Judicatura, con el cargo de titular de Juzgado, sí, todavíaeran pocas mujeres.



¿Alguna que recuerde de este grupo pionero, donde usted también lo fue?

Recuerdo a la licenciada Libertad Leal Zapata y a la licenciada Leonor Zavala.

¿Cómo se sentía ante la responsabilidad de tener en sus manos la administración de justicia?

Pues con mucha responsabilidad de sacar las cosas adelante, de tomar decisiones en forma mucho másacertada. A lo mejor estoy equivocada en mi percepción, pero a los hombres siempre se les perdonabanciertas actitudes.

Yo no digo que los hombres no estaban preparados para ser jueces, pues se tiene que tener una preparación,una trayectoria; todos los que había ahí la tienen, eran mayores que yo. Cuando yo fui Jueza, sentía queellos eran mayores que yo, eso me implicaba poner mucha mayor atención en las cosas, mucho másesmero en la toma de decisiones.

Ustedes están muy preparadas, se capacitan, se actualizan constantemente para poder desempeñarsecomo abogadas; pero hay otro aspecto que de pronto no se ve, que es el administrativo, ¿nos quierehablar de eso?

Sí, el Juez, aparte de administrar, es el responsable del personal del Juzgado. Aun cuando la Ley Orgánicamarca que el Primer Secretario del Juzgado es el jefe del personal, la realidad es que el titular, el Juezes el responsable de toda la gente que trabaja con él, de los recursos materiales que se proporcionan pararealizar el trabajo de la administración de justicia.

Actualmente hay más capacitación, pero en mi tiempo no, o sea, había que sacar las aptitudes personalespara poder ser organizado con los tiempos, los recursos humanos, los recursos materiales. El Juez tieneque ser líder, definitivo y buen administrador.

Como líder de su equipo, ¿recuerda algún caso especial o algo que le haya dado mucha satisfacción alo largo de este tiempo?

Yo creo que uno tiene muchas satisfacciones en la función, sobre todo el saber que la gente que estátrabajando con uno se siente a gusto en el desarrollo de su función, o sea, que le tiene confianza uno paraacercarse y preguntar y comentar las cosas tanto jurídicas como personales y dentro de las posibilidades,poder brindar esa ayuda que ellos están pidiendo al acercarse.

¿Le han dado algún reconocimiento en todo este tiempo de la carrera?

De las participaciones que se hacen en la elaboración de las reformas al Código de Procedimientos Civiles,al Código Civil, a la Ley de Mediación. Yo creo que lo más importante para mí no es este tipo dereconocimientos sino tener la satisfacción de un deber cumplido.

¿Ese ideal que usted tenía al ingresar a la carrera se cumplió?

Sí, pienso que el desarrollo de mi función siempre fue con mucha entrega y con mucha honestidad demi parte. De la gente que colaboraba conmigo, también. Decía el personal que yo era muy “negrera”, muyexigente, pero había que sacar la función, había que cumplir.



Le quiero compartir una anécdota, el comentario de un demandado que llegó al Juzgado y me dijo:“Acabo de leer su sentencia, me condenó en ella, pero voy a pagar y voy a cumplir porque me gustó susentencia”.Eso para mí fue una satisfacción muy grande, saber que estaba cumpliendo en hacer justicia y la gentelo tomaba muy en cuenta.

Ahora que ya se jubiló, ¿cuáles son sus actividades, sus planes, aparte de la satisfacción del debercumplido, litigar de manera independiente?

No, litigar no. De repente te piden algún consejo y lo das, eso implica para mí tener unas metas muyinmediatas, que son las de estar actualizándome en los conceptos jurídicos, en las leyes, para dar unaopinión acertada de lo que se le está pidiendo a la profesional.

¿En algún momento se enfrentó con retos especiales para combinar su vida profesional con su vidapersonal?

Pues fui muy entregada a mi profesión, no soy casada, soy soltera, pero igual tengo familia con la quese debe convivir, pero el primer plano lo ocupó siempre el trabajo.

Mi familia siempre ha sido un apoyo muy importante en mi carrera. No obstante que pasaba tiempo sinconvivir con todos ellos y la convivencia era a veces de un tiempo muy breve, siempre han estado ahí,gozándose de mis logros, de mis proyectos, apoyándome en los tiempos difíciles, porque también loshubo dentro del Poder Judicial, con palabras de aliento.

Hoy en lo personal, después de una jubilación que yo sí disfruto, hay mucho tiempo para ellos. No todoel tiempo, pero sí lo hay, el tiempo que ellos estuvieron esperándome.

¿Cómo ve la incursión de las mujeres dentro de la impartición de la justicia?, ¿qué actitudes ve en lasnuevas generaciones o en las mismas compañeras de trabajo?

Para ellas sigue siendo una responsabilidad, es un privilegio el de impartir justicia a un ser humano,claro que bajo una normatividad ya establecida, pero siempre con una gran responsabilidad. Las veo aellas con mucha entrega a esa responsabilidad y sacando adelante el trabajo, como debe ser.

¿Cree que hemos avanzado en la equidad de México?, ¿percibe que ha habido cambios en todos estosaños que nos favorezcan, como mujeres?

Sí, antes no había mucho espacio para la mujer, de hecho cuando yo tomé la decisión de ser abogado,la propia familia pensaba: “no es una carrera para mujeres”; pero mis padres siempre fueron muyrespetuosos en esa decisión y me apoyaron, no obstante que ellos decían que era una carrera parahombres.

Cuando la ven ya realizada, con todos estos logros, se han dado cuenta que sí era para mujeres.

Sí, que no era nada más exclusivo de los hombres, que las mujeres también podíamos desarrollar unafunción de abogada. A la mejor no se les hizo muy pesado aceptarlo, porque mi desempeño fue dentrode la Judicatura, no como abogado postulante.



Pero fue tiempo de esperar que ellos se dieran cuenta de que era el camino correcto, la carrera correcta,que era parte de mi personalidad ser abogada. Ya el hecho de que mis padres hubieran tomado la decisiónde que a los 12 años yo me viniera a estudiar aquí, a Monterrey, sin su protección directa, me ayudó aser después muy independiente, muy valiente para tomar decisiones. Está mal que yo diga que soy unapersona valiente. El sentirme fuera del seno familiar me ayudó a tomar decisiones, a ser fuerte, afrontarcualquier situación que se me presentara.

¿Qué consejo podría darles a las jóvenes que aspiran a desarrollarse en esta carrera?

En primer lugar que tomaran la decisión correcta, o sea, no la de: “voy a estudiar Leyes porque es unacarrera fácil”, como algunos dicen. Esa toma de decisiones es muy importante en la vida del ser humano,tanto para hombres como para mujeres, es muy importante decidir qué quiero ser y por qué quiero serlo.Eso debe estar siempre muy claro.

Todos tenemos diferentes objetivos al escoger una carrera, la de Derecho no es una carrera fácil, es unaprender constante porque las leyes siempre están cambiando conforme va cambiando la sociedad, laciencia cambia, todo.

Hay que actualizarse y tener esa vocación de ayudar porque dentro de la carrera de abogada, ya sea comopostulante o dentro de la Judicatura, como a mí me tocó desarrollar, todo es dar, es servir, debe tenerlouno muy presente.

Debe haber una entrega al estudiar con profesionalismo, con honestidad y sobre todo, con el temor a quelo que hago siempre sea agradable a los ojos de Dios, porque él es el juez al que vamos a someter lo quehayamos hecho aquí.



ROSA ELENA GRAJEDA ARREOLAMagistrada de la Sexta Sala de lo Penal del

H. Tribunal Superior de Justicia en el Estado de Nuevo León

Nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 19 de agosto de 1951. Sus padres son Carlos Grajeda Proa yRamona Arreola Enríquez. Es la segunda hija en una familia de seis. Está casada con José RobertoQuintana Vargas, tienen dos hijos: Mónica Janneth y Jorge Armando, y un nieto, Alejandro.

Estudió la licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Dentro del PoderJudicial se ha desempeñado dentro de la materia Penal y Familiar, como Secretaria en el Tribunal deMenores (ahora Consejo Tutelar) y en diversos Juzgados. Fue titular en los Juzgados de lo Familiary de lo Penal. Actualmente es Magistrada de la Sexta Sala Penal en el Estado de Nuevo León.

Nací en Ciudad Juárez, Chihuahua, un 19 de agosto de 1951. Ahí pasé mi niñez y estudié la primaria, lasecundaria y la preparatoria. Tengo tres hermanos varones y dos hermanas mujeres, somos seis en total.Soy la mayor de las mujeres y la segunda en la escala.

Cuando iba a cumplir 17 años me vine a estudiar la carrera a Monterrey, porque en mi tierra natal enaquel entonces no había Universidad.

¿Cómo fue que definió vocacionalmente su interés por el Derecho, tuvo algún modelo a seguir?

No, soy la primera mujer abogada que tiene la familia, no tuve ningún modelo. Simplemente el área deHumanidades me gustó. Debo confesar que me atraía la Medicina, pero cuando vi que eran 10 años paratener una especialización, dije no.



Me incliné por Humanidades, tomé ese bachillerato los dos años y al final había que decidirse por unacarrera, la mayoría de mis compañeros ya habíamos pensado en estudiar Derecho porque otras carreraseran las de Trabajo Social o Filosofía y Letras, que la verdad a mí tampoco me llamaban la atención,entonces dije: “voy a ser abogada”.

¿Dónde cursó su licenciatura?

En la Universidad Autónoma de Nuevo León.

En esa época, a finales de los 60 ¿cuántas mujeres había inscritas en Derecho?

Realmente éramos pocas, creo que unas 10 muchachas por grupo, había cinco grupos, éramos me pareceque 50, de las cuales terminamos unas 30, más o menos. Yo sí sufrí al principio cierta discriminaciónpor ser foránea, por venir de una frontera, entonces como que había ciertos prejuicios, principalmenteen las mujeres. Finalmente me conocieron y todo se dio muy bien.

En sus tiempos de estudiante, ¿cuál fue la materia más difícil?

Economía, no entiendo para qué nos daban esa materia, porque ya habíamos tenido cultura general enla preparatoria. La verdad me resultaba pesado estudiarla, no la dejé, no reprobé ninguna materia enmi carrera, pero esa sí se me hacía pesada.

¿Cómo fueron sus inicios en lo profesional, cuando egresó de la carrera?

Bueno, yo empecé a trabajar desde que estaba en tercer semestre de la carrera; a trabajar sin sueldoporque iba de meritoria, pero cumplía con un horario. Estar acudiendo a los Juzgados me dio la oportunidadde ser escribiente, en el año de 1971, en el Juzgado Primero Penal, ahí estuve tres años, luego fui escribienteen la Tercera Sala del Tribunal Superior de Justicia.

Me salí un tiempo porque terminé mi carrera y mi mamá ya quería que me fuera a casa: “Pues yaterminaste, vente a vivir acá”. Pero no, la verdad es que me tomé el tiempo para hacer mi tesis, parapresentar mi examen profesional y demostrarle a mamá que yo estaba arraigada en Monterrey.

Regresé a esta ciudad y busqué otra vez ingresar al Poder Judicial. Estaba un poquito difícil pero medieron oportunidad en el Tribunal para Menores, así se llamaba en aquel entonces el Consejo Tutelar.Ahí estuve como Secretaria de Acuerdos tres años y luego volví al Poder Judicial como Segunda Secretaria,precisamente del Juzgado Primero Penal, donde había sido escribiente y después fui Primera Secretaria.

De ahí me dieron la oportunidad de ser Jueza de lo Familiar y estuve en San Pedro Garza García por 11meses. Después sucesivamente me cambiaron, de la materia Penal volví a lo Familiar por nueve mesesy de nueva cuenta regresé a lo Penal. En 1996, me designaron como Magistrada.

¿Ha enfrentado un reto especialmente difícil en su carrera?

Sí, precisamente cuando fui Magistrada. Fue una situación muy difícil porque una tiene su carrera, estátrabajando con el objetivo de tener el día mañana una jubilación. Más que Magistrada me gustaba muchoser Jueza, pero ha sido mi carrera, es mi vida y de repente me dicen: “Usted ya no está en el PoderJudicial”. “¿Pero cómo? No hay ninguna causa por la que ustedes me digan que ya no estoy aquí, no he



dado ningún motivo”. “No, pues simplemente no está y nada más”. Entonces me vi obligada a recurrira un amparo y afortunadamente lo gané; luego se fueron a la revisión los tres poderes, incluyendo elPoder Judicial.

¿De dónde se originó esa disposición de separarla de su cargo?

Del entonces Gobernador del Estado, el licenciado Fernando Canales; me imagino que, asesorado porsus consejeros, pensaron en una manera de cambiar a la gente que estaba en el Poder Judicial. Hicieronun acuerdo para integrar algunas personas al Poder Judicial: “se va a nombrar a fulano, zutano y mengano”y pusieron nombres para otros Magistrados, no obstante que el Tribunal ya estaba integrado. Fue unamaniobra. Simplemente el señor Gobernador no me quería ahí, él quería poner a otras personas y ésafue la manera como le aconsejaron que lo hiciera.

Si hay una división de poderes y el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial tienen sus respectivos ámbitosde competencia ¿cómo fue posible que se diera esa intervención?

Si, fue una invasión, pero como la Constitución permite que el señor Gobernador nombre, éste hace másbien una propuesta y en el Congreso se aprueba o desaprueba. En esa ocasión, la mayoría del Congresoera gente del mismo partido que el Gobernador y sin estudiar realmente lo que dice la Constitución, esaprotección que tenemos los Magistrados constitucionalmente, pues hicieron todo el trámite. Pero,finalmente, gané el caso. Obtuve la restitución y el pago de sueldos caídos también.

Fue difícil, más que todo porque me estaba enfrentando a los tres poderes del Estado, me estaba peleandojurídicamente con el señor Gobernador, con el Congreso del Estado y con el Poder Judicial. Prevalecióla justicia, porque realmente si yo hubiera tenido una trayectoria mala o un desempeño incorrecto nonecesito que me digan que me vaya, yo sola me voy.

¿Cómo es la impartición de justicia, desde el punto de vista de una mujer?

Bueno, la responsabilidad es enorme, asusta la responsabilidad que tenemos en un trabajo de esanaturaleza. ¿Por qué? Porque tenemos en las manos la libertad de las personas, nuestro compromiso escon la sociedad, no es con el que me nombró ni con el que me aprobó ni con la gente del Pleno, con losotros compañeros, les tenemos respeto, pero nuestro compromiso es con la sociedad. Tenemos elcompromiso de impartir justicia y que ésta sea pronta en la medida que nos den las herramientas parapoder trabajar así, prontamente.

¿Cree que el hecho de ser mujer dote a las abogadas de una óptica o de una sensibilidad especial a lahora de la interpretación de las leyes?

Pienso que no necesariamente, porque el Derecho nosotras lo vamos a interpretar. Pienso yo que es másfactible que el varón se deje guiar por la emoción, a veces...

¡Qué curioso! se piensa que es precisamente a la inversa.

Sí, pero es al contrario. Te lo digo en particular y por lo que he platicado con mis otras compañeras,probablemente nosotras somos más estrictas, más apegadas a Derecho porque esa es nuestra función,o sea, es cierto, vamos a hacer justicia, pero tiene que ser así, apegadas estrictamente a eso. En cambio,si entra la emoción, no dices: “Ay, pobrecito”.



Por decir algo, a veces llegan las mamás a suplicar: “ay, que mi hijo es el único que me mantiene”, bañadaen lágrimas. Un varón ve a una señora llorando y se dobla, nosotras no.

Todos los días tiene uno cosas muy bonitas, obviamente también hay situaciones muy pesadas, hayabogados litigantes que a veces se ponen en un plan muy pesado, pero en general todo marcha bien.Recibimos a las personas con una sonrisa y aunque no les resolvamos su problema, se van contentas.

A veces sí, una cosa que me daba mucha risa era cuando llegaban las señoras hechas un mar de lágrimas,así, parecían magdalenas. Yo les decía: “¿Sabe qué, señora?, váyase afuera, se calma tantito y ahorita quedeje de llorar, entra, porque no le entiendo. Llorando, no le entiendo”. Por arte de magia se les acababanlas lágrimas. Le digo, eso deberían de aprender los varones, que muchas personas lloran por conveniencia.

Se dice que las juezas son más rigurosas, más estrictas con las penas que imponen, ¿es verdad?

Más severas, sobre todo tratándose de violación de menores, pienso que no debe uno poner atenuantesdonde no las hay. Es que tienes que ver el hecho como es y a la persona como es, para poderla juzgar.Es difícil, sí que es difícil, pero ahí vamos, ya tenemos más de 30 años en esta profesión.

En todo este tiempo, aparte del conflicto que comentó, ¿hay algún caso que le haya significado un retoparticularmente difícil en su trayectoria?

Bueno, todos los casos son difíciles. Hay unos que sí son más simples que otros, pero por ejemplo, enmateria Penal no es como en otras materias, por decir algo, un problema con un pagaré, si alguien nolo pagó a tiempo, bueno pues ahí es sencillo: “le debes pagar”.

En lo Penal no es lo mismo. Acá tienes que determinar, con base en las pruebas que aporte el MinisterioPúblico, si efectivamente se cometió un delito. Aparte de eso, ver si la persona lo cometió, pues puedehaber existencia del delito pero no responsabilidad del acusado. También tenemos que definirlo; una vezdeterminada la existencia del delito y la responsabilidad, hay que ver la pena que vamos a poner dentrode lo que nos marca la ley, un mínimo y un máximo.

Ahí tienes que tomar en consideración si la persona trabaja, si no trabaja, si tiene familia, qué grado deestudios tiene, qué tanto puede ser útil a la sociedad, qué tanto puede regenerarse. Todos esos factorestenemos que tomarlos en consideración, todos son difíciles.

Muchas propuestas de reformas recientes a los códigos han sido específicas en la defensa de los derechosde las mujeres, por ejemplo en el caso de la violencia familiar. ¿Cómo ve usted esas modificaciones enel marco legal?

Pienso que no es cuestión de leyes, sino de educación porque en ciertos estratos sociales, las mujeres queviven en los ejidos, marginadas de la civilización, están acostumbradas a la violencia porque eso es loque vieron, el papá así trataba siempre a la mamá, entonces para esas personas ya es un patrón.

Yo fui Jueza de lo Penal en San Nicolás, ahí fue muy obvio, era muy marcado que los fines de semanaestaba llena la cárcel de señores que habían tomado y golpeaban a las esposas. Llegaba el lunes y ellasya me estaban esperando en el Juzgado para que fijara una fianza al esposo.



Yo les decía: “Pero mire, señora, cómo la dejó, si está toda golpeada, ¿cómo quiere que se lo dé?”. “No,señito, luego, ¿quién me mantiene?”. Les comentaba: “Señora, puede ponerse a trabajar, hay mucholugar donde hacerlo, puede ponerse a hacer taquitos, enchiladas, puede lavar ropa”. “No, no, usteddémelo”. Bueno, pues se lo doy, ni qué le hacemos.

Como le digo, es más que nada una cuestión de educación. No sé, no quiero juzgar mal y pensar que nadamás porque las mantienen soportan los golpes, pero esa experiencia me dejó. Entonces es educación:“no te dejes, no tienen por qué pegarte”.

Con estos cambios que están alentando un poco la cultura de la denuncia, el trabajo en los tribunales¿se ha visto modificado?

Se ha incrementado. A veces también se abusa de la denuncia, eso he visto. Alguien quiere deshacersede su pareja y muy fácil, van y lo denuncian.

¿Cómo hacen para determinar la veracidad de una denuncia?

Pues si la defensa no aporta ninguna prueba, desgraciadamente tenemos que condenar.

¿Cómo es la vida de una Magistrada?

Trabajo, trabajo, tenemos un horario de nueve de la mañana a seis de la tarde, tenemos atención alpúblico hasta las tres de la tarde. Nunca me ha gustado tener la puerta cerrada, entonces, como está lapuerta abierta “pues sí, pásale” y escucho a quien llegue, aparte de atender también a los secretarios quevan a comentarme los asuntos de todos los acuerdos, de las fianzas, de los amparos.

Es muy agobiante el trabajo, no lo terminamos de nueve a seis, a veces nos quedamos más tarde, a vecesvenimos en vacaciones, pero así es este trabajo, no se termina. Pero es muy bonito, la verdad.

Cuando una persona conoce el Derecho Penal, se enamora del Derecho Penal. Yo les recomiendo a muchaschicas, si quieren estudiar y seguir, que le entiendan, lo principal es entender el Derecho. Cuando túentiendes el Derecho, ninguna materia relacionada con él se te va a hacer difícil.

Y la actualización constante, ¿no?

Sí, obviamente porque tenemos por encima a los Tribunales Colegiados, que son las autoridades federales.Entonces, ya no es como antes, en que era la Suprema Corte de Justicia la que resolvía los amparos y alhacer cinco tesis ya era jurisprudencia de la Suprema Corte en todo el país.

Ahora ya les dieron esa facultad a los Colegiados, hay en cada estado y cada quien tiene su criterio.Entonces, lo que a veces se resuelve de una manera aquí, podemos decir que en San Luis se resuelve deotra.

Hay propuestas en el sentido de la necesidad de homologar algunos códigos para que sean efectivosen todas las entidades de la República, ¿usted qué opina?

Básicamente tenemos las mismas leyes, lo que le comentaba es que los criterios son los que cambian.Son mínimas las diferencias, como Tribunales Superiores de Justicia tenemos congresos cada año, nosjuntamos y estamos al tanto de los avances que hay en las legislaciones de los diferentes estados. A veces,



lo que es novedad para un estado, otros se llevan esa novedad, la promueven con sus Congresos estatalesy luego viene la reforma a los códigos. Por eso le digo que prácticamente tenemos, si no el 100, el 90 porciento, que son los mismos delitos y todo.

¿Cómo se ve a sí misma dentro de cinco o diez años?

Pues todavía trabajando, tengo todavía un margen de siete años, un poquito más de siete años comoMagistrada, porque soy la única de los Magistrados del Tribunal que está ratificada. Me ratificaron por10 años en el año 2002, mi periodo se vence en el 2012. Espero que Dios me dé vida y todavía vitalidadpara poder estar en el Poder Judicial.

¿Las magistraturas son por 10 años siempre?

Desde 1999, sí. En mi caso, cuando el problema que tuve, hubo un conflicto de aplicación de la ley porquecuando me nombraron inicialmente, estaba en la Constitución, se establecía un periodo de seis años.Eran dos años en principio, a los otros dos era una ratificación y la ratificación tácita o expresa y terminabael periodo a los seis años. Si no te cambiaban a los seis, se hacía un nombramiento indefinido.

Sin embargo, en el ‘99 cambiaron ese concepto en la Constitución local. Fue una reforma que se hizo,ahora el nombramiento inicial es por 10 años y se puede ratificar por otros 10. El tiempo máximo quepuede estar un magistrado en funciones son 20 años.

¿Es fácil combinar su vida profesional con su vida familiar?

Pues cuando mis hijos estaban muy pequeños sí era un poquito difícil. Como empecé a trabajar desdeantes de casarme, ya no concebía mi vida sin trabajo, siempre andaba cuidando a las empleadas domésticas,que no se me fueran a ir para que me ayudaran con ellos. Tengo dos hijos: Mónica, Jorge y un nietecitoque se llama Alejandro. Mónica es abogada, ella sí siguió mis pasos.

¿Cuáles son sus espacios de recreación, cómo llena su vida fuera del ámbito de los tribunales?

Principalmente viajando, me gusta mucho conocer lugares y a mi esposo, Roberto Quintana, tambiénle gusta, entonces viajamos, vamos al cine, al teatro, a conciertos, a bailar, nos gusta mucho bailar.

Ahora hablemos del lado amable, de los reconocimientos obtenidos

He tenido varios, me han dado algunos el Colegio de Abogados de Monterrey, el Colegio de Abogadosde Nuevo León, el Colegio Ciencias Jurídicas, también algunos de los congresos a los que he asistido odonde he dado conferencias.

¿Alguno que le enorgullezca en especial?

El del Colegio de Abogados de Nuevo León, porque fue un reconocimiento realmente al triunfo despuésde que me reinstalaron en mi puesto.

¿Qué les recomendaría a las futuras abogadas?



Que perseveren en su carrera, que le pongan muchas ganas porque no es nada más una carrera de“mientras me caso”. Leyes es una carrera muy bonita, a mí siempre me dijeron que es una carrera dehombres, no, no es cierto. No es una carrera de hombres, ni nada más te vas a dedicar a la familia porqueeres mujer.

La materia de Derecho es tan amplia que te puedes desarrollar en muchos campos, todo mundo necesitaun abogado. Es una carrera muy amplia como litigante, como servidor público, en una empresa, en lofiscal, en muchas cosas.



MARÍA TERESA HERRERA TELLOConsejera de la Judicatura Federal

Ex Presidenta del H. Tribunal Superior de Justiciadel Estado de Nuevo León

Nació el 15 de octubre de 1956 en Villa de Santiago, Nuevo León. Está casada con Armando HernándezBerlanga y tiene dos hijos: Óscar y Liliana.

Realizó sus estudios en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma deNuevo León (UANL). Ha impartido cátedra en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la mismaUniversidad y en la Facultad de Derecho de la Universidad Regiomontana.

Dentro del Poder Judicial ha sido Secretaria Fedataria en diferentes Juzgados Civiles del fuero común;Secretaria Fedataria de Amparos en el Juzgado Sexto de Distrito con residencia en Monterrey; Juezade lo Familiar; Magistrada de la Quinta Sala y Presidenta del H. Tribunal Superior de Justicia deNuevo León, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo en el Poder Judicial del Estado.

En el Poder Ejecutivo Federal se desempeñó como Secretaria de la Reforma Agraria y como ConsejeraJurídica del Ejecutivo Federal. Fue designada Consejera de la Judicatura Federal por el Presidente dela República, Vicente Fox Quesada, en noviembre de 2004.

¿Cómo fue su infancia?

Nací en Villa de Santiago, Nuevo León. De los primeros años recuerdo, con nostalgia, la hermosacotidianidad de la vida tranquila del Monterrey de antaño: cuando la mayor parte de las personas seconocían, se preocupaban por lo que le pasaba al vecino, cuando el respeto hacia los demás era más una



convicción que una obligación; la tranquilidad de los paseos matutinos y las hermosas puestas de sol.

Creo que, hoy más que nunca, debemos regresar a esa idea renacentista de que nuestra vocación debeaspirar a ser hombres y mujeres de bien. Lamentablemente, únicamente se habla de la vocación de serabogado, médico, etc. Sin embargo, nada se dice de la vocación sobre ser humano. ¡Cuántas veces pasamosdelante de las personas sin siquiera mirarlas!, ¡qué lamentable que, paradójicamente, ahora que existenmayores medios de comunicación se vive un mayor aislamiento y soledad! La vida se ha vuelto comúne incomunicable.

De mi casa, recuerdo ese olor a hogar, esa sensación de pertenencia a algo que es mayor que uno, esapercepción de estar en un lugar seguro. ¡Cuánto les debo a mis padres! Todo lo que soy y no soy; todolo bueno y lo malo; mis defectos y virtudes. Pero creo que a final de cuentas, con todas las equivocaciones,errores y éxitos, puedo decir, con satisfacción, que he tratado que prevalezca lo positivo frente a lonegativo como un elemento primordial de mi vida.

No considero estar equivocada en calificarme, en mis primeros años, como una niña introvertida. Estome hizo observadora. De esta forma, me di cuenta que, al lado del lenguaje hablado, había otro distinto:el de la prosa y la poesía. Supe, después, que existía una magia en las palabras: que de la forma en quese combinaban podían surgir ideas que transmitían sentimientos, conocimientos, imaginación etc. Mepercaté de que el lenguaje es como una materia prima que se puede moldear. De ahí, nació mi amor porla lectura.

¡Cómo olvidar los relatos de la mitología griega, las fábulas, las leyendas, los cuentos, que hicierontransportarme a un mundo de fantasía! Inolvidable resultó la lectura de Virginia Woolf y, en un contextolatinoamericano, de Gabriela Mistral y de Rosario Castellanos.

¿Cómo definió su vocación?, ¿qué la motivó a elegir el camino del Derecho?

La auténtica vocación es un impulso íntimo que siente una persona hacia un tipo de quehacer; es radical,le exige a uno todo lo que puede dar. La vocación trata de saciar una necesidad personal, una necesidadintelectual que nace de las experiencias vitales, sociales y culturales del entorno.

Mi atracción hacia el Derecho surge desde muy temprano, desde mi niñez. Había una intuición, unpresentimiento, una predestinación, un deja vu. No necesité incitación alguna. Siempre supe lo quequería y dirigí todos mis esfuerzos a lograrlo. Un aspecto atractivo consistió en que el Derecho trata conpersonas, con seres de carne y hueso, que sienten y sufren; de manera que la actuación de un juzgadory de un abogado postulante trasciende a la vida de otras personas.

Otro aspecto relevante fue la necesidad de servir a la sociedad. Ésta, como un ente colectivo, no tienerostro, pero los integrantes que la componen sí. La mayor parte de mi vida profesional la he desarrolladoen el servicio público, lo que me ha permitido tratar cara a cara con los justiciables, cuando me desempeñéen el H. Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León, así como con una de nuestras clases sociales másdesprotegidas, los campesinos, cuando serví a mí país como Secretaria de la Reforma Agraria.

Esto te crea una piel especial, una piel sensible que te permite, en el plano humano, ser empática contus semejantes. Cuando te ves enfrentada a la crudeza de la vida, te sabes afortunada de ser quien eres,de tener las oportunidades que tienes y el privilegio de servir a quienes más lo necesitan.

Finalmente, no creo que la vocación deba ser unívoca. Pienso y reflexiono que un ser humano reúne unagama de facetas complejas que difícilmente se pueden encasillar en una sola actividad. Por eso, otroaspecto de gran pasión y satisfacción para mí ha sido y será la enseñanza, a través de la cátedra y de lapraxis diaria. He considerado como mis alumnos no sólo a los de las aulas, sino a aquellos que han sido



mis colaboradores, a quienes les he tratado de transmitir los valores en los que creo firmemente, a travésdel ejemplo cotidiano.

¿Qué papel jugó su familia al tomar esa decisión y qué papel juega ahora?

El papel que tienen y siempre han tenido en mi vida es fundamental. En las decisiones más importanteshe pedido su opinión.

En cuanto a la vocación, la importancia de la familia surge previamente a la decisión que uno toma sobreel particular; es decir, cuando llega ese momento trascendental, la persona entera se mueve con todassus aptitudes psíquicas, sus tendencias, su estructura de carácter, su personalidad. Todo lo cual se haformado a través del tiempo, no en ese preciso instante. Sin embargo, es su libre decisión la que unificatodos los recursos con los que cuenta y los orienta a la realización de una empresa determinada.

Por ello, más bien estimo que, en mi caso, el rol de mi familia giró con respecto a la transmisión del rectoproceder y de la inculcación de los valores de la justicia, de la honestidad, de la entrega plena al trabajo,del compromiso, del respeto y de la responsabilidad.

Actualmente, mi familia, la que he formado con mi querido esposo Armando y mis hijos Óscar y Liliana,es mi sostén, mi fuerza interior. Cuando las fuerzas flaquean, sólo Dios y mi familia están siemprepresentes para darme ánimos, para seguir adelante, para no claudicar. El aspecto que más se ve en unservidor público, el primero que salta a la vista, es su desempeño en la función que le ha sido encomendada.

Pero hay uno más profundo, el de su vida privada, el de los actos de todos los días, el de la relación consu familia, con los colaboradores y con otros seres humanos, en el esfuerzo cotidiano de cultivar losvalores, los principios y las actitudes.

¿Cómo fueron sus inicios en el Derecho?

Mi primer trabajo como abogada se desarrolló en el área Familiar, como asesora jurídica de la Procuraduríade la Defensa del Menor y la Familia de Nuevo León. Ahí, desarrollé una gran sensibilidad, especialmenteen el manejo de los asuntos más importantes en la vida de una persona, tales como el patrimonio, losjuicios testamentarios e intestados, las adopciones, los divorcios, los arrendamientos, etc. Provengo deuna familia tradicional, en la cual los valores se tienen en alta estima y es en la mencionada dependenciadonde constaté que la ausencia de éstos conduce a los grandes males sociales, como la violenciaintrafamiliar.

¿Cuál ha sido su experiencia profesional, qué cargos ha desempeñado?

Entre otros cargos, me he desempeñado como Asesora Jurídica de la Procuraduría de la Defensa delMenor y la Familia de Nuevo León; como Secretaria Fedataria en diferentes juzgados civiles del fuerocomún; como Secretaria Fedataria de amparos en el Juzgado Sexto de Distrito en el estado de NuevoLeón, con residencia en Monterrey; como Jueza de lo Familiar; como Magistrada de la Quinta Sala delH. Tribunal Superior de Justicia del estado de Nuevo León; como Magistrada Presidenta del H. TribunalSuperior de Justicia de Nuevo León; como Secretaria de la Reforma Agraria; como Consejera Jurídicadel Ejecutivo Federal y, actualmente, como Consejera de la Judicatura Federal.

¿Ha enfrentado retos u obstáculos en su desarrollo profesional y cómo los ha resuelto?

Siempre he estado dónde tengo que estar y he hecho lo que tengo que hacer, en el momento en que setiene que hacer. Mi voluntad inquebrantable, mi carácter decidido, mi tesón, han sido el elemento motrizque me ha impulsado a alcanzar los objetivos trazados. Tengo la gran bendición de contar con el apoyode mi familia; en especial, de mis hijos y de mi esposo, quien es y ha sido mi compañero, mi amigo, miasesor, mi consejero; su apoyo siempre se lo agradeceré.



Un momento crucial se presentó cuando surgió la oportunidad de integrarme al Gabinete Presidencial.Ha sido una de las decisiones más importantes en mi vida, no sólo por la importancia que estaresponsabilidad implicaba en lo profesional, sino por la trascendencia en lo personal, en la de mi esposoy en la de mis dos hijos. Gracias a Dios, siempre tuve su comprensión, amor y solidaridad.

De estas decisiones hemos aprendido grandes lecciones: aceptar los retos cuando se presentan; el valordel tiempo, dándole más importancia a la calidad que a la cantidad; estar más al pendiente de cada unode nosotros; nuestros hijos se han vuelto más independientes, más responsables, cada uno de su personay de sus obligaciones. Por eso comparto con ellos los más grandes retos y satisfacciones que me habrindado mi profesión.

Ciertamente, hay retos y obstáculos. Uno de ellos, es la compaginación del rol inherente a la naturalezapropia de la mujer con el desarrollo profesional. Buscar y lograr ese equilibrio implica un auténticomalabarismo. Lograr el ajuste exacto entre la mujer y su oficio es el fundamento de su realización comopersona en el seno de la comunidad.

En este sentido, el tiempo puede ser o no nuestro aliado, todo depende si sabemos o no darle espacio acada área de nuestra vida. Cuando llego a mi casa, quien llega no es la servidora pública. Es la madre,la esposa, la hija, la hermana, la que en ese momento está presente. Jamás dejaría entrar a mi casa a laservidora pública María Teresa Herrera Tello, porque nada tendría que hacer allí. Bien se dice en elEclesiastés que todo tiene su tiempo y si se respeta esta regla, simple pero fundamental, la propia vidatomará su curso natural.

Además, siempre hay una lucha interna, constante, con uno mismo, y eso creo que es una de las cosasmás difíciles de vencer. Hay momentos de duda, de flaqueza, de soledad y, ¿por qué no decirlo?, dedesesperación. Así como hay días en que una amanece pletórica de energía, hay otros en que siente queel mundo se viene abajo. Pero, ¿sabe usted? Lo importante es que una misma se valore en su justadimensión, convencida de que lo que hace vale la pena, que contribuye, aunque sea con un granito dearena, a que la sociedad mejore, que tiene una familia que la ama por lo que es y no por el cargo que seejerce, que tiene amigos que la aprecian sinceramente. Cuando pienso en todo esto, veo que no hay retou obstáculo que no pueda vencer. Y en retrospectiva, las cosas siempre resultan menos complejas de loque realmente son.

¿Cuáles han sido sus mayores satisfacciones en lo laboral y en lo personal?

La tranquilidad de haber hecho lo correcto. Lo difícil no es saber que está bien o que está mal, puestoque cada uno de nosotros, en nuestro interior, tiene conciencia de ello. Lo importante es hacer aquelloque debe hacerse, en el momento en que se debe hacer. La satisfacción del deber cumplido, no porobligación sino por convicción.

Me satisface decir que he sabido dilucidar qué es lo principal, en lo que se debe exigir el extremo rigor;qué es lo secundario, en lo que se puede ser tolerante; y qué es lo inútil, en lo que se puede ser indiferente.Miro hacia atrás y puedo decir con orgullo que me he entregado en cuerpo y alma a mi profesión, alservicio público y que he cumplido con los deberes que me han sido encomendados.

Gran regocijo me ha dado ver la cara de agradecimiento de los justiciables cuando sienten que la resoluciónse ajustó a derecho y a la verdad histórica; también, cuando los indígenas del sur de nuestro país recibíande mi mano los documentos que acreditaban la propiedad sobre sus tierras y recuerdo con emocióncuando una mujer me dijo: “¡Señora, usted no nos entrega sólo un papel, nos entrega el acta de nacimientode nuestras tierras!”. Estos momentos, son invaluables y alimentan mi corazón.

Me satisface señalar que durante mi gestión como Consejera Jurídica del Ejecutivo Federal no se perdióningún juicio de controversia constitucional o acción de inconstitucionalidad. También, fue de importancia



capital la implementación del Sistema de Información Jurisdiccional del Poder Ejecutivo Federal, a travésdel cual se puede determinar con exactitud el estado de los juicios, su importancia en términos cuantitativosy cualitativos y el impacto para la Administración Pública Federal.

Por otro lado, en el ámbito jurisdiccional, durante mi gestión como Magistrada Presidenta del H. TribunalSuperior de Justicia del Estado, promoví la red electrónica en los juzgados a fin de optimizar y eficientartiempos y resultados.

Asimismo, fueron accesados a Internet los servicios de consulta en línea para conocer el Boletín Judicialy el avance de los procedimientos judiciales. También, se diseñó el Instituto de Estudios Superiores eInvestigación Jurídica, con la misión de formar y desarrollar el capital intelectual, así como establecerlas bases y mecanismos requeridos para implantar la carrera judicial como medio para el fortalecimientoy la dignificación de los integrantes del Poder Judicial, lo cual desgraciadamente quedó en proyecto. Porúltimo, se impulsó la actualización del sistema legislativo, mediante estudios y propuestas que concluyeroncon reformas a los ordenamientos en las materias Civil y Penal.

¿Qué reconocimientos ha obtenido a lo largo de su carrera?

Ser reconocida es un halago que siempre se agradece, pero, a la vez, es una gran responsabilidad,especialmente por el hecho de ser mujer, y saber que de mi buen o mal desempeño dependerá que seabran o cierren nuevas oportunidades para otras mujeres.

Sin que suene a lisonja en boca propia, he sido afortunada ya que desde mi época de estudiante me handistinguido diversos reconocimientos: obtuve mención honorífica en mi examen profesional y por mitrayectoria estudiantil. Asimismo, me hice merecedora a la Medalla “Ignacio Burgoa”, como mejorestudiante de mi generación y a la medalla “Mejor Estudiante de México”, en 1980.

Durante mi trayectoria profesional he sido honrada con diversos reconocimientos de institucionesacadémicas y de organismos sociales. De éstos destacan los siguientes: reconocimiento por la trayectoriaen la administración de justicia, otorgado por el Colegio de Abogados de Nuevo León A.C.; reconocimientootorgado por la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Colegiode Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Otros más han sido el reconocimiento otorgado por el Colegio de Jurisprudencia en Nuevo León A.C.,por el trabajo desempeñado como Magistrada de la Quinta Sala del H. Tribunal Superior de Justicia deNuevo León; reconocimiento otorgado por la Universidad Autónoma de México y la Barra NacionalUniversitaria de Abogados, con motivo del Sexto Congreso Nacional de Derecho Agrario; reconocimientootorgado por la Comisión de Reforma Agraria de la LVIII Legislatura de la Cámara de Diputados del H.Congreso de la Unión; reconocimiento otorgado por el Pleno del H. Tribunal Superior Agrario con motivodel Congreso Nacional Agrario Sustentable 2002 y la medalla venera “José Vasconcelos”, concedida porla Universidad del Distrito Federal, entre otros.

He tenido la gran responsabilidad de ser la primera mujer en ocupar los cargos de Presidenta del H.Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León, Secretaria de la Reforma Agraria, ConsejeraJurídica del Ejecutivo Federal y Consejera de la Judicatura Federal designada por el Presidente de laRepública, el cual actualmente ejerzo.



Como titular del Sector Agrario, se lograron importantes innovaciones administrativas, las cuales fueronreconocidas con el otorgamiento de tres premios Innova de la Oficina para Innovación Gubernamentalde la Presidencia de la República. De igual forma, se logró que 18 procesos del Sector Agrario recibieranla certificación ISO/9000.2001.

Usted ha sido pionera, de alguna forma, en el ámbito de administración de justicia en el estado deNuevo León. ¿Puede hablarnos de lo que significa esto para usted?

La relevancia que ocupa el Poder Judicial en la vida de miles de justiciables es evidente, porque diariamenteacuden angustiados por sus problemas a los Juzgados y Tribunales de nuestro país, esperanzados enobtener de los Jueces y Magistrados una audiencia en pro de su libertad, honor, patrimonio y, aun, desu vida, y encontrar en el juzgador a un ser humano capaz de oír y entender las flaquezas humanas, sindesdoro de la aplicación de la ley.

Juzgar a los semejantes es sumamente difícil y bien puedo decir que es una bendición de Dios. En estecontexto, los integrantes del Poder Judicial estamos comprometidos a desplegar una conducta ética yprofesional que nos revista de la autoridad moral suficiente para ejercer correctamente el Derecho.Nuestra actuación impone un doble imperativo de respeto y protección de la norma, en el sentido de que,además de aplicar la norma jurídica al caso concreto, se nos confiere una investidura ética especial comoguardianes de la ley, de los derechos y de la justicia.

A diferencia del legislador o del administrador público, que obtienen su legitimación de la elecciónpopular, los juzgadores la adquirimos mediante la calidad de nuestras sentencias y la probidad de nuestraconducta. Esta función es una de las más nobles, pero a la vez la más exigente. La toga no solamente sehonra en el Juzgado o en el Tribunal, al momento de dictar sentencia, sino que la investidura se realzaen la vida privada y honesta.

Debe tenerse en cuenta que los juzgadores, antes que servidores públicos, somos seres humanos condebilidades y virtudes, con errores y aciertos, con limitaciones y grandezas, susceptibles de cometerequivocaciones. Pero, a la vez, aptos de perfeccionar nuestros conocimientos y fortalecer nuestras virtudes.En su momento, como Presidenta del H. Tribunal Superior de Justicia de Nuevo León y, ahora, comoConsejera de la Judicatura Federal, he procurado brindarles a los servidores judiciales la confianza y elestímulo necesario para un mejor desempeño de sus funciones.

A lo largo de mi trayectoria, en los poderes judiciales federal y local, he constatado que, en su mayoría,los mencionados servidores públicos son excepcionales y honestos y cotidianamente se enfrentan a laspresiones y preocupaciones propias del delicado ejercicio que implica la función jurisdiccional las que,en muchos casos, se traducen en una serie de privaciones personales, familiares y hasta de salud, quederivan de las excesivas cargas de trabajo que se registran en los Juzgados y Tribunales.

¿A qué otras Juezas o Magistradas recuerda en esa etapa y por qué?

Tengo un especial recuerdo de la licenciada Libertad Leal Zapata, que en paz descanse. Una personaextraordinaria, una gran mujer, con un profundo sentido humanitario, ordenada en lo profesional y enlo personal, excelente servidora pública, estricta, siempre dispuesta a escuchar, buscó en todos los actosde su vida ser justa y nunca descuidó sus deberes de esposa y de madre.



Basta señalar, para que se calibre su estatura, que fue la primera Magistrada del H. Tribunal Superiorde Justicia del Estado de Nuevo León y que propugnó para que en el Código Civil local se incluyera lacapacitación pre-matrimonial, un aspecto jurídico interesante que merece ser revisado con nuevos ojos,ante el alto índice de divorcios que actualmente se registran.

¿Hay algún(a) abogado(a) a quien admire especialmente?

Sin duda alguna a Hillary Rodham Clinton. Su inteligencia, su conocimiento del Derecho, su enterezacomo ser humano, su fortaleza e integridad, todos estos aspectos la hacen admirable. En aspectosespecíficos, ya como senadora, me llama la atención su compromiso para promover la autodeterminaciónde las mujeres, la equidad salarial y la lucha por la condonación de las deudas externas en AméricaLatina.

¿Puede compartir alguna anécdota relevante en su servicio en el Poder Judicial?

Como Jueza de lo Familiar, en alguna ocasión tuve que llevar a cabo una separación provisional decónyuges. Éste, es un acto prejudicial mediante el cual un cónyuge solicita a la autoridad judicial que elotro sea sustraído del domicilio conyugal para estar en posibilidad de promover libremente una demandao una acusación penal.

Pues bien, una vez constituida en el domicilio correspondiente hablé con el cónyuge, al cual le traté deexplicar la naturaleza del acto jurídico que estábamos llevando a cabo y hacerle comprender que teníaque salir voluntariamente. Sin embargo, la primera reacción fue violenta. De un momento a otro sacóuna pistola y me apuntó con ella. Mirándome con ojos desorbitados, me dijo que si lo sacaba me iba amatar. Un acto intimidatorio, sin duda alguna.

En un primer momento, evidentemente hubo temor por mi integridad. Pensé en mis entonces pequeñoshijos, ¿qué iban a hacer si se quedaban sin su madre? Sin embargo, mantuve la calma. Pasado este primertrance, comencé a conversar con el sujeto, el cual, llorando, se explayó en su problemática matrimonial.Después, convencido, accedió voluntariamente a cumplir con el mandamiento judicial. Muchas de lasveces, las personas sólo quieren sentirse escuchadas y esto provoca una especie de catarsis y, con ello,se logra la distensión emotiva que en ese momento prevalece.

No pretendo presentarme como una heroína porque no lo soy, únicamente cumplí con mi deber; lo quesí quiero expresar es que los servidores públicos, antes de actuar, deben estar conscientes de que cadapersona trae consigo un bagaje de emociones, sentimientos, frustraciones, complejos y que si nuestrotrabajo lo hacemos sin que nos importe esto, se pueden provocar consecuencias lamentables, inclusotrágicas.

Ya como Magistrada Presidenta del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado estuve al pendiente deque los juzgadores tramitaran con debido apego a la ley las autorizaciones judiciales sobre transfusionessanguíneas. Como usted sabe, algunas religiones tienen prohibido a sus fieles llevar a cabo tales actos.Son asuntos complejos que tienen que resolverse en breve plazo, en máximo un día, pero sin que estoimplique trasgresión a la legislación aplicable. La delicadeza e importancia de tales casos, porque se tratade la vida de una persona, revela la responsabilidad de quien imparte justicia.

Estoy convencida de que un servidor judicial debe ser fuerte en sus decisiones, que no le temblará lamano cuando resuelva un asunto, trátese de quien se trate; pero creo que esto no tendría sentido si no



se tiene la convicción de que la función jurisdiccional es una vocación, un camino por el que no se debetransitar sin poseer ni dominar el arte de lo bueno y de lo equitativo.

¿Qué avances ha observado para las mujeres en cuanto a sus derechos?, ¿qué falta por hacer?

Es una realidad que los mexicanos no fuimos vanguardistas en lo atinente a los derechos de la mujer,pues fuimos de los últimos países de América Latina en reconocer sus derechos políticos, lo que aconteciósólo después de que la Organización de las Naciones Unidas se pronunciara al respecto. Afortunadamente,gracias al impulso de una nueva generación de mujeres y, ¿por qué no decirlo?, también de hombres, enlos últimos 30 años, desde la diversidad y pluralidad ideológicas, hemos podido retomar el camino.

Desde aquella primera Conferencia Mundial de la Organización de las Naciones Unidas, sobre la condiciónjurídica y social de las mujeres, celebrada en la Ciudad de México en 1975, se identificaron tres objetivosfundamentales: la igualdad plena de género y la eliminación de la discriminación por motivo de género;la integración y la plena participación de las mujeres en el desarrollo y su contribución al fortalecimientode la paz mundial.

A nivel mundial, siguieron las II, III y IV Conferencias Mundiales de la Mujer, celebradas en Copenhague(1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995). Éstas constituyen, a la fecha, el gran techo internacional de losderechos de las mujeres.

En nuestro País, hoy en día, los derechos de las mujeres dejaron de ser sólo asunto de mujeres, paraconvertirse en prioridades de toda la sociedad e, incluso, han llegado a constituir un tema fundamentalde la agenda política del gobierno federal y los gobiernos de los estados.

Muestra palpable de ello es el Instituto Nacional de la Mujer, organismo público descentralizado, creadoen 2001, dotado de personalidad jurídica, patrimonio propio y autonomía técnica de gestión al más altonivel. Su objetivo es promover acciones tendentes a mejorar las condiciones de vida de la poblaciónfemenina, erradicar toda forma de discriminación hacia las mujeres, así como procurar la igualdad decondiciones y de trato entre los géneros.

Los 31 estados de la República Mexicana y el Distrito Federal cuentan con instancias administrativaspara atender la problemática de las mujeres y hay serios esfuerzos en este derrotero en las instanciasmunicipales.

El Plan Nacional de Desarrollo del gobierno actual y una amplia consulta nacional de esta temática,sirvieron de marco para la creación y ejecución del Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidadesy no Discriminación Contra las Mujeres (PROEQUIDAD), presentado el 16 de noviembre de 2001, enel que se refleja un novedoso enfoque de género en el diseño, ejecución y evaluación de las políticaspúblicas, con un solo objetivo: eliminar todas las formas de discriminación en contra de las mujeres,garantizándoles el acceso y la plena participación en todos los ámbitos de la vida.

Paralelamente, en 2002 se diseñó e instrumentó el Fondo Proequidad, a través del cual se busca financiara las organizaciones de la sociedad civil que desarrollen proyectos encaminados a mejorar las condicionesde vida de la población femenina.

En materia legislativa destacan la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la Ley Generalde Desarrollo Social y la Ley de Fomento a las Actividades Realizadas por Organizaciones de la SociedadCivil, entre otras. El artículo 16 de las Reglas de Operación del Presupuesto de Egresos de la Federaciónestablece que los montos autorizados para programas en materia de equidad de género no serán objetode adecuaciones presupuestarias.



Aunque desde una perspectiva optimista podemos afirmar que las mujeres hemos logrado conquistassignificativas, los retos aún están presentes, son vivos, pueden detectarse y evaluarse, e implican fortalecery promover lo alcanzado y potenciar el papel de la mujer en todos los órdenes.

Debemos pugnar porque nuestro País se mantenga a la vanguardia en cuanto a la protección y promociónde los derechos humanos de las mujeres, impulsando para ello las iniciativas de reformas legislativasque adopten los compromisos internacionales y logren la consolidación de ese nuevo marco institucionalcreado no en beneficio exclusivo de las mujeres, sino de la sociedad en su conjunto.

¿Cuáles son sus metas a futuro?, ¿cómo se ve dentro de 10 años en lo profesional y en lo personal?

Más que fijarme metas a mediano o largo plazo, prefiero enfrentar los retos del día a día. Vivo el aquí yel ahora. No hay más presente que este instante, ni más futuro que el que se va construyendo.

Antes, cuando era estudiante, deseaba avanzar lo más rápido posible en lo profesional. Ahora, dado lovalioso del tiempo, prefiero elegir calidad que cantidad y esto aplica para todos los ámbitos de mi vida.Don Quijote de la Mancha dijo que cada uno es hijo de sus obras y yo cuido con esmero lo que estoyconstruyendo.

No me preocupa el futuro en lo profesional, porque dondequiera que el destino me lleve seré lo quesiempre he sido, pero con un cúmulo de experiencias que enriquecerán mi trabajo y mi vida. Mi pretensiónes más bien simple, busco la originalidad en todos los actos de mi vida. Si bien nada nuevo hay bajo elsol, todas las mañanas son nuevas y me siento obligada a hacer mi propia traducción del ser, mi propiaversión del mundo.

¿Cómo enriquece su vida personal fuera del trabajo?

En estos momentos de mi vida, aprecio los pequeños detalles, las pequeñas cosas de la vida: el abrazode mi esposo y de mis hijos, una buena conversación, el tiempo con mis amigos. En este mismo contexto,quiero confesar que me fascinan el cine y las obras de teatro; estas últimas para mí son el arte en vida,irrepetible, un instante que no volverá a suceder porque, aunque puede haber innumerablesrepresentaciones, cada una de ellas es única.

En cuanto a la música, mi debilidad se centra en el jazz, porque es como la vida: una constante improvisación.A estas alturas, prefiero viajar hacia mi interior. Lao-Tse dijo que Tao es el camino y el camino comienzay termina contigo, lo cual fue corroborado siglos después por Sócrates, con la máxima “conócete a timismo”. Conoce lo más íntimo de tu ser, tus carencias, tus disposiciones, tus facultades, tu interioridad.

¿Qué le aconseja a las nuevas generaciones de abogadas?

Afortunadamente, el Derecho es una actividad eminentemente social que no obedece a otra fuerza queno sea la de la razón. Ante la ley, se disipa cualquier remembranza de la antigua alocución al llamado“sexo débil”.

Tengan por seguro que ustedes, quienes han elegido la profesión de abogadas, encontrarán en ella uncampo fértil para el desarrollo de sus cualidades más femeninas: su sensibilidad, su empatía con losdemás, su vocación de servicio y entrega, su creatividad, su capacidad de organización y de trabajo engrupo, su honestidad, su valor y tantas otras que sobra aquí mencionar. Sin lugar a dudas, la presencia,cada vez mayor, de las mujeres en el campo del Derecho, constituirá un factor determinante en laresponsabilidad que asumimos los abogados, de dar plena vigencia al estado de derecho.



¿Su mensaje para las mujeres de Nuevo León del siglo XXI?

A todas las mujeres de Nuevo León quiero expresarles mi reconocimiento, admiración y solidaridad porel permanente esfuerzo que cada una realiza día a día, ya sea desde el hogar, en el trabajo o en cualquieractividad a la que se entrega con pasión. La dinámica de la mujer contemporánea exige una mayorcapacidad creativa y esfuerzo intelectual, físico y emocional para compaginar el rol inherente a la naturalezapropia de nuestro género con las múltiples facetas en las que hoy nos podemos desarrollar.

Por ello, las invito a que, ante la enorme oportunidad que hoy tienen de participar en todos los ámbitosde la vida, no pierdan jamás la esencia y sensibilidad que nos caracterizan a las mujeres. Pienso que,precisamente lo que nos hace diferentes debe marcar también la diferencia en nuestro quehacer diarioante la sociedad. Construyamos, con un ánimo nuevo y genuino, mujeres y hombres, un horizonte deprogreso y bienestar, en el que se consolide nuestro estado de derecho y, con el interés general en mente,se consolide un entorno en el que todos podamos realizar nuestros planes familiares y vivir en comunidad.



ROSA MARÍA HERNÁNDEZ PEÑATitular del Juzgado Primero Menor Letrado de Monterrey

Nació en Monterrey, Nuevo León, el 18 de febrero de 1959. Su madre es Oralia Peña Ramos y su padrees José Hernández Estrada, fallecido. Es la cuarta hija en una familia de seis hermanas. Está casadacon Víctor Manuel Martínez Araujo y tiene dos hijos, Nayeli y Rolando.

Estudió la licenciatura en Ciencias Jurídicas en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se desempeñócomo Secretaria de Juzgado en las ramas Penal, Familiar y Civil. Fue Jueza Menor Letrada en Guadalupey actualmente es titular del Juzgado Primero Menor Letrado de Monterrey. Además, es académica deposgrado en la Universidad Metropolitana.

Yo nací aquí en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, un 18 de febrero de 1959, hace ya más de cuatrodécadas. Mi padre fue José Hernández Estrada, ya finado, obrero de Fundidora toda la vida y mi madrees Oralia Peña Ramos. Provengo de una familia donde fuimos seis hermanas, yo soy la cuarta. Actualmentetengo dos hijos: Nayeli y Rolando. Mi esposo, que también es abogado, es el doctor Víctor ManuelMartínez Araujo.

¿De donde le surgió esa inquietud por ser abogada?

Mira, yo creo que del medio de donde provengo. Como te acabo de decir, de una familia donde éramosseis mujeres, mi mamá siempre nos dijo: “Defiéndanse, mis hijas, porque no hay quién las defienda”.



Del medio que yo vengo sí es muy difícil, porque en esa época viví en una colonia popular donde habíapandilleros y ese tipo de gente. Entonces, veía a veces injusticias con la gente, con el vecino, los amigosy decía: “No es posible, no es posible que suceda esto”. Creo que a raíz de ahí me nació ser abogada, eltratar de servir a mis semejantes, a mi familia y aquí estoy.

¿Es la única en su familia que optó por la abogacía?

Fíjate que sí, incluso soy la única profesionista. De mis hermanas, las tres mayores trabajaron desde muyjóvenes, me ayudaron para que yo estudiara, me dieron mucho apoyo moral, económico y no las quisedefraudar, me recibí. Soy la única.

¿Dónde cursó sus estudios?

En primaria y secundaria estuve en escuelas oficiales, la preparatoria y la carrera las cursé en la UniversidadAutónoma de Nuevo León. Yo entré a la Facultad de Derecho muy contenta, muy feliz, me agradaba estaren la escuela. Sí batallaba, porque a veces en camión, a veces a pie, llegaba a la Facultad. Siempre mefue bien, tuve muy buenas compañeras, muy buenos maestros.

Siempre sufrí y batallé más con la materia Civil porque es el Derecho común, lo que se aplica más anuestra comunidad y es muy extensa, me hacía sufrir pero la aprendí y muy bien. Tan es así, que soyJueza en Materia Civil. Me era tan difícil que dediqué más tiempo a ella. ¿Sabes cuál me gustaba mucho?Medicina Legal, fue una materia que me llamó mucho la atención, me la dio un doctor, siempre se mehizo muy interesante. Yo creo que esas fueron las dos materias: la que más me gustó y la que menos megustó.

¿Alguna vez en su etapa de estudiante llegó a pensar que llegaría hasta donde hoy se encuentra?

No, definitivamente no. Yo veía al Juez como algo muy alto, inalcanzable para mí. Se me hacía muy difícilporque a veces requieres de una relación o ser alguien mucho muy inteligente. Yo veía a los jueces comoeminencias, no sé. En aquellos tiempos, cuando entré de meritoria, ser Juez era lo máximo, una personamuy importante, su investidura. Y no, te juro que nunca pensé en llegar a serlo, pero Dios fue muy buenoconmigo.

Y ahora que está en ese cargo, ¿cómo se siente?

Pues muy contenta, es algo que comparto mucho con toda mi familia: mis hijos, mi esposo, mis hermanas,mi mamá. Estoy muy contenta, muy satisfecha.

¿Cómo fue la primera vez que llegó a un Juzgado?

Cuando yo estaba en segundo semestre de la carrera, había un maestro a quien lo habían designado Juez.Nos daba Sociología y preguntó si a alguien le interesaba ser meritoria en el Juzgado. Entonces a mí meinteresó, hablé con él, me dio la oportunidad y duré un año y fracción como meritoria. En la mañana ibaal Juzgado y en la tarde tenía clases, de cuatro de la tarde a 10 de la noche, así compartía mi tiempo, loadministraba.



Después se me dio la oportunidad de ser escribiente, fui por casi cuatro años. En ese ínter que fui meritoriay escribiente, me recibí y al mismo tiempo, me casé. El mismo año que me recibí, terminé la carrera,presenté la última materia y al día siguiente creo que me casé.

A mi esposo lo conocí en el Juzgado. Él llevaba como cuatro años más de carrera, estaba recibido y meaguantó toda la carrera a mí. Al terminar me casé y juraba que iba a ser ama de casa, sólo trabajé dosaños después de casada y renuncié cuando era escribiente, en el año del ‘83.

Pero duré poco tiempo en mi casa, menos de un mes. Me fui de meritoria; duré dos o tres semanas enel Jurídico del Estado, luego se me dio la oportunidad de ser asesora en la Secretaría Jurídica de Gobiernodel Estado. Permanecí como año y medio aproximadamente y de ahí pasé a ser Secretaria en el JuzgadoQuinto Penal, que era de nueva creación.

Para entonces ya tenía a mi primera hija. Me la veía muy difícil entre lo que era mi labor profesional, miempleo como Secretaria dentro del Juzgado y las labores de mi casa. Yo sentía que descuidaba a mi hija.

La materia Penal es muy bonita, me gusta mucho, es muy humana, pero es una materia muy absorbente.Hay términos que tienes que respetar, o sea, hay que hacerlos sin importar que sea medianoche, sábadoo domingo; tienes que trabajar porque hay que tomar declaraciones preparatorias, hay que resolversituaciones jurídicas y el tiempo no espera.

En materia Familiar y en materia Civil se marcan días hábiles y días inhábiles, pero en lo Penal, no. Sevence la situación jurídica y es por horas, hay 72 horas para resolver la situación jurídica y si es un sábado,hay que hacerlo. Es demasiado trabajo pero es muy humano, es muy bonita la materia.

Convives con gente que realmente tiene un problema, en que está de por medio lo más preciado quetenemos, entre la salud y otras cosas, tu libertad. En materia Civil o Mercantil es tu patrimonio, a lamejor tu vehículo y dices: “Bueno, pierdo mi vehículo o mi casa y al rato me compro otros”. Aquí soncosas materiales y allá estás hablando de la libertad de una persona, es diferente.

Pero, como te digo, sentía que descuidaba mucho a mi hija, que por esas fechas tendría aproximadamenteun año y medio, dos años. No me administraba bien.

¿Cómo resolvió esa situación?

En ese entonces estuve tentada en salirme, pero hablé con el Presidente del Tribunal, el licenciado AndrésQuintanilla, un señor que había sido Juez Penal y Magistrado. Así como te lo acabo de exponer aquí, selo dije a él, que yo sentía que descuidaba mucho a mi hija y no podía, le pregunté si habría algunaoportunidad en un Juzgado Civil o Familiar.

Por ese tiempo se estaban creando unas terceras Secretarías en los Juzgados Familiares que estabanfuera de Monterrey, en el área metropolitana, en ese entonces se manejaban Distritos. Me dio laoportunidad de irme a San Pedro Garza García, como Secretaria en un Juzgado Familiar, donde permanecísiete años aproximadamente.

Ahí tuve a mi segundo hijo, Rolando. Me sentía bien, porque el horario era de nueve de la mañana a tresde la tarde, a veces te quedabas un poquito más, a las cuatro o cinco. No era como en la materia Penal



que a veces te daba la medianoche. Administraba muy bien lo que era mi labor profesional en el Juzgado,mi función ahí y con mis hijos, que también son muy importantes.

Duré ahí como seis o siete años y tenía la inquietud de conocer la materia Civil más a fondo, era una quese me había hecho muy difícil, le guardaba respeto. Había otra Secretaria que se quería cambiar deJuzgado y yo ya me había hecho publicidad: “Si algún Secretario se quiere cambiar, yo estoy dispuesta”.Pero yo quería en uno de lo Civil. Hablamos con el Presidente del Tribunal, se autorizó el cambio y mequedé en el Juzgado de lo Civil del ‘93 al ‘97. Después se me designó como Juez Menor, en Guadalupe,N.L.

¿Y qué sintió al llegar al cargo?

Cuando me designaron titular del Juzgado ya tenía como unos 18 años trabajando en el Poder Judicial—tengo 26 años en total y ocho como Jueza—, que te reconozcan, es algo muy satisfactorio.

Porque finalmente todo el esfuerzo, tanto de mi familia, de mis padres, de mis hermanas, de mis hijos,de mi marido, todo el apoyo que ellos me dieron se veía reflejado ahí. Es un logro que no considero nadamás mío, es de todos, porque sin su apoyo no hubiera llegado a ser abogada. Sin el apoyo de mi esposoy mis hijos, tampoco.

Estuve en Ciudad Guadalupe un año y meses. Me cambiaron al Juzgado Primero Menor en Monterrey,donde estoy actualmente muy a gusto. Llevo o trato de llevar muy bien mi Juzgado. Digo que está muybien porque en las visitas, en el trabajo de revisión que nos hacen aproximadamente cada seis meses serefleja, hasta nos felicitan por el buen funcionamiento del Juzgado. A veces te hacen observaciones,cuestiones mínimas, administrativas, como un recordatorio de que el nombramiento de tal escribientees tal día, o cosas así. Se administra bien la justicia, a tiempo, las resoluciones se dictan ajustadas aderecho.

De mis hijos, Nayeli tiene 21 y Rolando 16 años. No han reprobado materias, van bien, son obedientes,muy respetuosos. Nayeli cursa Estudios Internacionales y Rolando el cuarto semestre de preparatoria.Entonces, yo digo, no he fallado ni en una cosa ni en otra. Creo que ahí es donde uno se va evaluando.

Cuando me nombraron Jueza, a mi esposo le dio mucho gusto, se sintió muy satisfecho de que yo hubieralogrado eso. Le digo que es un logro mutuo, porque cuando yo iba en segundo semestre y él casi de salidaen la carrera me dio mucho apoyo. Por mi situación económica a veces yo no contaba con todos losrecursos, él me prestaba sus libros, me explicaba cuando iba a tener examen. Él también trabajó en elPoder Judicial, fue Juez Penal.

¿En el Poder Judicial ha habido otras personas que la han alentado?

Sí, definitivo, cada jefe que tuve desde que fui meritoria. El licenciado Rafael Martínez me dio laoportunidad de ser escribiente. El licenciado Everardo Treviño Zambrano y también el licenciado RenéEzquer, quien me dio oportunidad en el Jurídico de Gobierno. Los licenciados Andrés Quintanilla y LuisQuintanilla. Entonces en toda la cuestión jurisdiccional, en todo el tiempo que he trabajado y he servidoal Estado, he recibido mucho apoyo de todo mundo.



Cada vez hay más mujeres en el Poder Judicial, ¿cómo las percibe en la impartición de justicia, en laadministración?

Mira, que participe la mujer en la impartición de justicia es algo excelente. No creo que sea mejor o peoral momento de impartir la justicia, no. Tanto un varón como una mujer lo van a hacer igual, la ley ahíestá y te ajustas a ella.

En cuanto a lo que es la administración del Juzgado, lo administrativo, no lo legal, creo que las mujeressomos más organizadas, como mujer te organizas en muchas etapas de tu vida. Somos adultas, o sea,sabemos administrar una familia, un hogar, entonces llegas y organizas un Juzgado.

Sí, es diferente, lo he visto con las Secretarias, con los escribientes que vienen a veces de otros Juzgados,donde hay titulares hombres y dicen: “Es que aquí está más organizado todo, aquí hay un libro para esto,aquí hay un libro para aquello”. Hay un dicho por ahí que dice: “Más vale una humilde tinta que unbrillante cerebro”. Entonces anota, anota para que no se pase nada y vayamos a cometer algún error, novaya a ser que surja algún detallito. Te vas organizando. Ellos lo notan y me lo han hecho saber.

A partir de esa base, creo que en lo administrativo la mujer se organiza mejor. Yo he trabajado casisiempre con hombres, nada más tuve dos jefas: la licenciada Rosa María Díaz Falcó, en lo Familiar, enSan Pedro y la licenciada Lupita Balderas. Ellas se organizaban mejor que otros jueces.

¿Cuáles son sus metas a futuro, cómo se ve en algunos años más?

Mira, vamos a ponerlo a 10 años, porque 15 ya son muchos. Soy una mujer de más de cuatro décadas.En la cuestión personal me veo conviviendo con mi familia, espero que para entonces haya crecido, quemis hijos tengan sus hijos, que es algo maravilloso, es una bendición de Dios y me gustaría que ellostambién lo disfrutaran y supieran lo hermoso que es.

En la cuestión profesional tengo 26 años de trabajo, soy de la idea que la gente debe saber retirarse atiempo, hay etapas en la vida que hay que vivir y disfrutar. Dentro de una década no voy a ser muy grande,voy a tener como 50 y tantos años. No me veo dentro de la función jurisdiccional pero, con toda laexperiencia y los conocimientos que tengo, me gustaría compartirlos y ayudar a mis semejantes, a gentede escasos recursos, no sé, en algún lugar de beneficencia, dando orientaciones, asesorías jurídicas. Talvez en alguna iglesia, ya ves que ahí tienen departamentos médicos y cosas así.


Yo les diría que se esfuercen, estudien, se preparen, que no decaigan. Es difícil la profesión, es una carrerade cinco años con servicio social. Si uno se esfuerza, obtiene muchas cosas en la vida. La última reflexiónque yo haría es que todas las mujeres, estén donde estén, independientemente del oficio al que se dediquendeben seguir adelante, participando.

Todo se logra con mucha responsabilidad, con mucho respeto al semejante. Son los dos valores básicosque todos debemos tener. Si eres ama de casa, eres valiosa porque educas a la familia; si eres obrera, eresvaliosa porque a lo mejor lo que tú haces, otro no lo puede hacer. Ahí va todo embonando, yo creo quesi las mujeres continuamos así, va a ser muy importante para el país. En los últimos años se ha reconocidomucho la labor de las mujeres, tanto es así, que se están haciendo estas entrevistas. Muchas gracias.



MARÍA GRACIELA HUERTA TREVIÑOEx Magistrada de la Tercera Sala de lo Civil

del H. Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León

Nació en Monterrey, Nuevo León. Su madre es Severa Treviño Castellanos y su padre Teodoro HuertaGarza, fallecido. Creció en una familia de siete hermanos

Estudió la licenciatura en Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de Nuevo León.Desarrolló toda su carrera profesional dentro del Poder Judicial, fue Secretaria de Juzgado, y titularde varios Juzgados: Menor, de lo Familiar y de lo Civil.

Fue la primera Magistrada en materia Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Actualmentese desempeña como académica del Instituto del Consejo de la Judicatura estatal.

Ha recibido diversos reconocimientos por su trayectoria, de organismos e instituciones como el Colegiode Abogados de Monterrey, el Colegio de Jurisprudencia, la Universidad Regiomontana y la Universidadde Monterrey. Forma parte del Comité Académico del Instituto del Consejo de la Judicatura del Estadode Nuevo León. Además ha sido ponente y ha publicado artículos en revistas especializadas.

Soy regiomontana, definitivamente, como mis padres, el señor Teodoro Huerta Garza y la señora SeveritaTreviño viuda de Huerta. Crecí en una familia de siete miembros, grande, como las familias de hacetiempo. Yo soy soltera. Aquí crecí, aquí me eduqué, estudié en la Universidad Autónoma de Nuevo Leóny trabajé en el Poder Judicial prácticamente toda mi vida. Ya entraré en detalles, más adelante.



¿Cómo fueron sus primeros años en lo académico, de dónde nace esta inquietud?

Mire, pues terminé la secundaria a los 15 años y pensé que mi vocación era estudiar Ciencias Químicas.¿A qué se debía la inclinación por esa materia? Pues a la maestra, la que me impartía la clase de Química,donde llevábamos teoría y práctica. En la práctica yo siempre me andaba ahí aprontando, ayudando.

La maestra me tomaba muy en cuenta, le ayudaba a hacer los experimentos, a lo que ella me invitaba,obviamente. Le empecé a tomar gusto, y pensé: “Voy a ser química”. Terminé la secundaria y mi papáme preguntó qué iba a estudiar, aunque todavía faltaba para que entrara a la preparatoria, estaba todoel verano de por medio. Le dije que Química y me preguntó: “¿No has considerado la carrera de Derecho?”,y la verdad, no. Así quedó la plática.

Se abrió en la Universidad un curso de preparación para futuros bachilleres en Ciencias Sociales y CienciasNaturales. Me inscribí pensando en estudiar Ciencias Químicas y me encontré con una diversidad dematerias que se concebían como propias de la materia, pero que yo desconocía. Terminé ese curso y vique antes me había gustado el área, pero solo por el interés que le ponía la maestra a su clase. Entoncesme di cuenta de que en los trabajos de Civismo o Ciencias Sociales de la secundaria mi desempeño habíasido bueno, en términos generales.

Empecé a reconsiderar lo que mi papá me dijo, que me había entusiasmado por la buena maestra y, encambio, como no había una clase práctica en Derecho, pues no me había interesado tanto. Mi padre mela sugería porque tenía amigos abogados y conocía algunas leyes, sobre todo las mercantiles o las fiscalesy simpatizaba con la profesión, porque era contador.

Resulta que él no me presionó, me dijo: “Mira, inscríbete donde tú quieras, fue sólo una sugerencia”. Meinscribí en Ciencias Sociales en la preparatoria y ahí podía haber optado por otra carrera pero las queiban encaminadas al Derecho comenzaron a interesarme más. Y así, gradualmente, mi vocación fuedespertando y tomando forma.

Ingresé a la Universidad Autónoma de Nuevo León, a la Facultad de Derecho y ahí, como a media carrera,mi papá me sugirió practicar. Un abogado amigo suyo, que tenía a su vez otro amigo que era Juez Civil,me dijo: “¿Quieres ir a practicar a un Juzgado Civil?”. Fui y empecé a dar mis primeros pasos.

Empecé a conocer lo que es la práctica ahí, como meritoria en el Juzgado. El pago es solo lo que unoaprende, lo que uno va conociendo. Mi trabajo era escribir a máquina, en unas máquinas antiquísimas—me ha tocado ver la evolución del Poder Judicial, ahorita no es lo mismo—, escribir los acuerdos y lasresoluciones que me dictaba el Secretario. Posteriormente, conforme uno se va desarrollando, empiezaa redactar y a ver la ley para fundar aquel acuerdo. Así fueron mis inicios.

Cuando entró a la Universidad, ¿había más mujeres inscritas?

Pues fíjese que en el primer año de preparatoria yo era la única mujer en el grupo. En el segundo añome tocó estar en otro grupo, con otras tres compañeras. Pero ya en la Facultad había compañeras deTamaulipas, de Coahuila, de los estados colindantes con el nuestro y al final seríamos un total de 11mujeres en una generación de unos 150 alumnos, más o menos.

Creo que ahorita ya se rebasa el 50 por ciento, ya hay más mujeres que hombres en esa carrera que existedesde 1824, es la primera, la más antigua, más que la Escuela Normal, más que Medicina. Es la másantigua, con mucha tradición.



¿Cómo fue para usted esa experiencia en el Juzgado?

Era muy interesante, porque lo que había aprendido en el aula, sobre todo en la materia Civil; el Códigode Procedimientos Civiles no lo entiende uno igual cuando lo está estudiando a nivel concepto, quecuando lo aplica y empieza a ver por qué esta disposición, por qué dice esto o en qué caso se puede fundarun acuerdo en esa norma, en ese artículo. Fue muy interesante. Claro que ahí pasé a otras cosas.

Fui escribiente y luego Secretaria de Juzgado antes de que se separara la materia Familiar de la Civil.Los Juzgados Civiles conocían de todos los asuntos, patrimoniales y familiares. En el ‘77 se separan paradarle una atención más enfocada a la familia, más sensible, mejor, en términos generales. Fui nombradaJueza de lo Familiar en el ‘79.

Yo traía mi experiencia como Secretaria, una experiencia muy enriquecedora en mi vida profesional;conocí mejor el Derecho, conocí mejor a las personas. Yo siempre he dicho que los asuntos familiares yel Derecho se tocan de una manera que no se puede separar, lo emotivo está presente siempre en losasuntos familiares.

¿Qué cualidades se necesitan para abordar la materia Familiar?

Bueno, saber escuchar a las personas, ser paciente. Las personas vienen con un bagaje, una carga tanpesada, piensan que el Juez les va a resolver hasta las cosas que no tienen que ver con el asunto; van,piden y piden audiencia y vacían su corazón ahí. Hasta lloran, tanto las señoras como los señores. A veceseso puede ser estrategia, ¿verdad?, pero ahí también hay que discernir.

Entonces, parte del perfil, sin ser exhaustiva, es ser sensible, saber escuchar a las personas, entenderlas.En un momento dado ellas pueden incluso estar molestas, porque no entienden. Si le piden a usted unaseparación, por ejemplo, la mujer le pide que el esposo salga de la casa porque tiene pensado demandarlo;el hombre no lo entiende y se altera. ¿Cómo es posible, si él mantiene a su familia, si él está pagando lacasa, si él es el jefe del hogar? y resulta que ahora lo van a sacar. Uno tiene que entender también eso,para no darse por ofendido y decir “aquí yo soy la autoridad, te aplico una corrección disciplinaria”,porque lo puede hacer un Juez, imponer desde una multa hasta la privación de la libertad, de horas.Pienso que en la materia se tiene que estar muy consciente de todo eso.

Otra cuestión es la debida secrecía en los asuntos, ¿por qué? porque las personas vienen a descubrirse,vienen a dar a conocer sus cosas, problemas que nada más les corresponden a ellas, tienen que ventilarlos.Eso es muy penoso y muy doloroso, un juez no debe comentar esos asuntos, porque a veces hay cosasdelicadas que llaman mucho la atención o bien, se trata de personas que están en ciertos niveles, que sonreconocidas y entonces cobra mayor relevancia el comentario, eso no se debe hacer.

Son muchos los aspectos: las responsabilidades en esos asuntos no deben rezagarse, deben atenderseconforme se requiera.

Cuéntenos de su experiencia como Magistrada.

Cuando era Jueza de lo Civil me llamaron y me dijeron que me estaban proponiendo para Magistradade la Tercera Sala de lo Civil. Yo no me lo esperaba, no me había promovido; pero habían revisado mitrayectoria, yo ya había sido titular de Juzgado en lo Familiar y en lo Civil, había sido escribiente,Secretaria, inclusive Jueza Menor, que es de las cosas que no mencioné antes.



Entonces, todo es un producto, una consecuencia natural del trabajo. Cualquiera que está llevando unacarrera puede tener esa legítima aspiración, dar el siguiente pasito a la Magistratura. Sinceramente yono había tocado puertas, no lo había buscado, no lo había pedido, sino que me tomaron en cuenta. Esuna experiencia muy gratificante.

Por una parte, llegar a esa posición me validaba en mi carrera, en lo profesional, pues todo lo que habíatrabajado antes estaba siendo reconocido. Por la otra, el trabajo es diferente, porque el Magistrado revisalas sentencias de los Jueces de Primera Instancia, las confirma o revoca totalmente o en parte. Entonces,era muy interesante ver lo que esos Jueces hicieron y luego decidir si estuvieron en lo correcto o seequivocaron. Eso se hacía para los Juzgados de todo el estado, no nada más de aquí del Primer Distrito.Eran los de Galeana, de Dr. Coss, de acá del norte de China, Cerralvo, de todo Nuevo León.

En todo caso la responsabilidad de un Magistrado supone un grado de madurez muy alto y un conocimientoy experiencia en el Derecho. Yo creo que es un requisito ineludible la preparación, la capacidad, el estaractualizándose.

¿En qué áreas le ha resultado más interesante especializarse o seguir aprendiendo?

Bueno, después de que me jubilé, me llamaron del Consejo de la Judicatura, que ahora es prácticamenteun área que atiende lo académico y lo administrativo del Poder Judicial. Esto lo atendía, antes de queexistiera el Consejo de la Judicatura, el mismo Poder Judicial a través del pleno. Yo, a la vez que fuiMagistrada pertenecía al pleno, como lo establecía la Ley Orgánica del Poder Judicial.

En el pleno decidíamos las cuestiones administrativas y académicas. En lo administrativo se veíancuestiones como si el local de Guadalupe, por ejemplo, tenía problemas de humedad o qué se yo, perotambién atender el nombramiento de nuevos jueces, atender las quejas en contra de los jueces, la remociónde los jueces, todo lo relacionado con el personal.

Entonces era lo administrativo y a su vez lo académico, porque llegamos a tener un Instituto dentro delTribunal Superior de Justicia, donde los Magistrados impartíamos clases a los Secretarios y a los Jueces.A partir de que se crea el Consejo de la Judicatura, los compañeros que están ahorita en el pleno ya notienen que ocuparse de esas cosas, ya les rinde más su tiempo para la función principal, que es la deresolver los asuntos que les asignan.

En el Consejo de la Judicatura como por cuatro o cinco años consecutivos me han llamado para impartircursos en materias como garantías individuales, valores, las pruebas en el Derecho Familiar, DerechoCivil, Mercantil; me han invitado a impartir diferentes clases y me tengo que actualizar.

Doy clases a los que están ahorita en la primera línea de batalla, a los Jueces y Secretarios que están enactivo. Ya tengo 10 años de jubilada, me tengo que preparar, estar al día. Y luego, ahí también se impartenalgunos cursos para los capacitadores. He tomado dos, o sea, también he sido alumna, no está de más.

¿Qué nos puede decir de las mujeres en el ámbito de la impartición de justicia?

Bueno, en cuanto a la participación, ha ido en aumento. La primera en ser Magistrada fue la licenciadaLibertad Leal Zapata y la segunda en llegar a ese puesto en materia Civil fue una servidora. Después noshan precedido otras compañeras: la licenciada María Teresa Herrera, la licenciada María Inés Pedraza,



la licenciada Rosa Elena Grajeda, otra compañera que está ahorita de Magistrada en materia Familiary una más que está en la materia Penal. A nivel de Juzgados, también ya hay un buen número decompañeras.

Eso no se daba antes. Cuando entré de meritoria no había ni una muchachita estudiante, practicante,nada más estaba yo; me traje a una compañera para sentirme más a gusto. Claro que había Secretarias,pero de estudiantes mujeres nada más estaba yo en ese momento. No sé si en la historia, más atrás, hayahabido otras.

En la materia Familiar hay varias mujeres y también hay en la materia Civil. La mayoría son varonespero, de todas maneras, ha ido abriéndose más y más el espacio.

¿Recuerda a alguien que haya sido un modelo a seguir dentro del Poder Judicial?

Bueno pues, la abogada que está ahorita de Magistrada en la Tercera Sala, la licenciada Inés Pedraza,es una abogada muy competente, muy capaz, muy trabajadora, muy dedicada. Por mi escritorio pasaron,se puede decir, muchos abogados que ahorita están trabajando en el Poder Judicial, algunos son Jueces,dos son Magistrados, uno de ellos fue Presidente del Tribunal.

Y muchas otras personas también. Está la abogada Guadalupe Balderas, ella es Juez Primera, de muchoapego a los asuntos de la familia. Eso es algo que se necesita también en la materia, que se reciba a lagente, que se hable con ella y que se haga hasta lo imposible por lograr un buen resultado; para que seamenos doloroso, de menos consecuencias para la familia, hay que ponerle el extra y ella lo hace. Comotambién hay muchas otras compañeras que le ponen ese esfuerzo, no nada más hacer el escrito, el acuerdoy vámonos.

En este sentido, ¿considera que puede haber una manera diferente de interpretar el Derecho, por partede sus colegas hombres o mujeres, nota alguna diferencia?

Bueno, yo creo que por diseño el hombre ve las cosas en forma más objetiva, ¿cómo le dijera?, lo pasamás por el terreno de la razón. Esto no quiere decir que la mujer no razone, sino que además abre lasensibilidad, eso hace un complemento.

Como le decía hace rato, no se puede separar lo familiar —porque es emotivo— y lo jurídico, se entretejende tal manera que no se puede hacer dos, sigue siendo uno. Ese aspecto hay que tomarlo en cuenta, hayque escuchar. A la mejor no es regla que sólo lo hagan las mujeres, porque hay compañeros también muyorientados a eso.

Fue la misma razón por la que se separaron las materias, la Civil de la Familiar y la Mercantil; tuve laexperiencia de ser Secretaria de Juzgado cuando se veían todas las materias y yo misma vi la diferencia,¿por qué? Porque un día se tenía un expediente de un divorcio y ese mismo día, un expediente de unjuicio de recesión de contrato de arrendamiento. Como eran asuntos de la competencia del Juzgado, seveían al parejo. Pero también se despertó la conciencia en el público, en la sociedad en general, cuandose separaron las materias entonces sintieron que iban a ser mejor atendidas.

De ahí hasta la fecha hubo mucha afluencia de personas, de los interesados en los casos familiares parair personalmente, no nada más con el abogado. La gente no se paraba por ahí, era una excepción. No sési el abogado les decía: “No tienen a qué ir”, o si les mantenía informadas y las personas pensaban queno era necesario ir, nada más cuando tenían que declarar.



A la mejor estoy equivocada, pero a medida que más mujeres se incorporan como Juezas, la gente tienemás confianza, como que los procesos se humanizan un poco…

Yo creo que se sienten más en confianza, las personas se sienten comprendidas, hay empatía, creo quesí.

¿Cuál ha sido la mayor satisfacción que ha tenido en estos años, en lo profesional?

Bueno, pues fue un trabajo muy enriquecedor para la vida misma, donde aprendí muchas cosas. Una delas satisfacciones que tengo es que muchos de quienes ahorita son funcionarios trabajaron conmigo,bueno, tuve sólo una parte qué ver porque no trabajaron nada más conmigo. Uno o dos de ellos, queahorita son Jueces, fueron meritorios y después mis Secretarios en la Sala. Me los encontré dos vecesen el camino, en la ruta; de alguna manera les seguí la huella, como dicen. A mí me da mucha satisfacciónverlos formados, todos ellos ahora son profesionistas destacados.

¿Cuáles son sus metas a futuro, ahora que ya no forma parte del Poder Judicial?

Pues prácticamente nada más estoy en el Consejo de la Judicatura. Este año tuve dos cursos y los añosanteriores, también. Ahí me enriquezco, estoy en mi elemento, estoy con mis muchachitos; me haninvitado a participar como jurado en los exámenes a aspirantes a Jueces.

Entro con otras dos personas en el jurado para analizar un caso que se le da al aspirante a ser Juez; éldicta una sentencia y luego nos dan a nosotros esa resolución y el expediente completo. Le damosoportunidad para que haga observaciones al sustentante y pues ahí sí, ¿verdad?, un sustentante está deSecretario de Juzgado desde hace 10 ó 15 años, está todos los días en eso y tiene que aprobar. Uno yacorrió para su casa, en el buen sentido de la palabra.

Entonces, es revivir todo eso que me trajo tantas satisfacciones; decirle al sustentante por qué, si le faltóo sobró en su decisión y también, ¿por qué no decirlo?, reconocer su capacidad. Hay siempre unos másdestacados que otros, como es normal en cualquier tipo de persona o de profesiones. A mí me da muchagratificación ver a la formación de quienes trabajaron conmigo, le digo que hasta a Magistrados hanllegado algunos y, por otra parte, el trabajo en el Consejo, que me retroalimenta.

Prácticamente eso hago, porque la litigada casi la tengo proscrita. Bueno, he manejado algunos asuntosde personas muy allegadas a la familia, cuando no queremos que los maneje nadie más. No tengo despacho,es mi decisión, nunca me enrolé en ese papel de litigante y me siento a gusto así.

Aparte de la satisfacción en su desempeño, ¿ha recibido algún premio o reconocimiento especial?

Sí, varios colegios de abogados me hicieron algunos reconocimientos. El del Colegio de Abogados deMonterrey, creo que fue el primero, no me acuerdo del año, allá por los 80. Y luego uno del Colegio deAbogados de Nuevo León. Hay muchos colegios de abogados ahorita, y de abogadas. Del Colegio deJurisprudencia, también. Pues, sobre todo, haciendo mención a la trayectoria, pienso que hice una buenacarrera judicial, no me improvisé, fui escalón por escalón. Ellos lo expresaron así en su momento.

Yo no pertenezco a ningún Colegio, se los agradecí mucho, como se los dije en una de las ceremoniascuando estaba todavía de Jueza, pero todo esto es un reto, hay que seguir dando la medida, no nada másemocionarse con el reconocimiento.



Porque es una exigencia mayor para una misma, sí, una mayor responsabilidad. Tuve otros de algunasuniversidades, sobre todo cuando era Jueza de lo Familiar me invitaban y yo con mucho gusto acudía.A la Universidad de Monterrey fui varias veces, en la Universidad Regiomontana participé en un diplomadoy también me dieron un reconocimiento. Pues, prácticamente, eso es.

Si usted quisiera dejar un mensaje para las jóvenes que inician su carrera en el Derecho, ¿qué les diría?

Estaría hablando a las abogadas que se inician como litigantes, que van a manejar asuntos, a defendercasos. Bien, pues yo les daría algunos consejos: que para que tengan un buen desempeño tienen quecumplir con algunos lineamientos, deben de procurarlos.

El número uno es ser veraces en todo momento, veraces con el Juez. Si van a exponer los hechos del caso,el juzgador ignora totalmente cuál es la verdad. El litigante, en este caso la compañera abogada, debede ser muy honesta y poner ahí las cosas exactamente como son.

En la práctica no se da eso a veces y se descubre después, cuando vienen las pruebas. No es cuestión deponer esto y aquello, hay que saber que lo que se va a poner en primer lugar sea cierto, ¿por qué? porquelo que está poniendo ahí lo dice la parte interesada, no la abogada, es la interesada la que firma y si llegaa haber hechos falsos, pues también está incurriendo en delito, entonces, es conveniente que actúe converacidad.

En segundo lugar: veracidad para con su cliente, que no lo engañe, que no le dé expectativas falsas, queno le diga que es fácil, “esto lo vamos a ganar así o así”. No sabe la versión de la otra parte, no sabe cómose van a desarrollar las pruebas. Claro que debe hablarle con la verdad también, para que no sufra unadecepción. Porque también a veces los interesados se toman riesgos en los asuntos, porque no saben queno llevan toda la posibilidad de ganar, eso sería otro aspecto.

El tercer aspecto sería el de la responsabilidad. Un asunto es como un paciente, hay que estarlomonitoreando, hay que estarlo checando. Los procedimientos tienen sus reglas, que son diferentesdependiendo del tipo de procedimiento y de la materia. Hay términos para pruebas, para alegatos, citaciónpara testigos, términos que hay que estar obedeciendo.

Si tiene un término para hacer una promoción y el abogado no la hace, proscribe el derecho para sucliente, pero no le va a decir, eso es lo malo. Nos hemos encontrado con que a veces era un problema dellitigante, quien no había atendido el expediente y le estaba causando perjuicios al cliente. Entonces, sedebe ser muy responsable y atender a los términos.

¿Qué otra cosa? Discreción, como decía hace rato. Vale para el Juez, pero vale también para el litigante,que no ande divulgando las cosas que maneja de su cliente. Aún si llegara a terminar mal con éste, porquea veces abandona el negocio cuando el cliente no le ha pagado pero formalmente no han dejado la relación.Eso no es correcto, abandonar el negocio de hecho.

¿Qué más? saber escuchar al cliente. También se impacientan a pesar de que es su asunto y van a ganar.Hay que ser moderados con los cobros de los honorarios. Yo creo que, a lo mejor, la gran mayoría no ledice al cliente que existe un arancel, una ley que rige los honorarios, no nada más del abogado sino demuchas profesiones, el Código Civil dice que es un acuerdo entre las partes. Pero en los problemas



familiares, sobre todo en los familiares, la gente está desesperada, entonces se considera al abogado comoun socio en el negocio, “te doy tanto de lo que tú rescates de la liquidación de la sociedad conyugal”, yyo creo que eso no corresponde.

Se requiere de litigantes con altos valores éticos. También que sean estudiosas, que se actualicen. Hayreformas en la ley, hay nuevos criterios en la Corte, tienen que estar al día porque un negocio lo puedenganar o perder si están o no actualizadas. Es otra de tantas cosas, son muchos detalles, hay que cuidarlostodos.


Colección Mujeres y Poder · Colección Mujeres y Poder Primera edición, julio de 2005. Derechos...

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