COLECCIÓN JESÚS T -...

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COLECCIÓN JESÚS T. PIÑERO Colección de Historia Oral Entrevistada: Cruz Marcano Robles Entrevistado por: Jaime Partsch McMillan Fecha de la entrevista: 20 de mayo de 2009 Esta entrevista se llevó a cabo en la oficina de la Colección Jesús T. Piñero en la Universidad del Este en Carolina, Puerto Rico. Jaime Partsch: Hoy es miércoles, 21 de mayo. Estamos en la Universidad del Este para entrevistar a Don Cruz Marcano Robles. Vamos a hablar un poco de los Piñero y de Canóvanas y Carolina en los años 40, 50, por ahí. Para empe- zar, Don Cruz, a ver si habla un poco de sí mismo. ¿Dónde nació? Cruz Marcano: Primero, mi nombre es Cruz Marcano Robles. Mi padre se llama- ba Cruz Marcano Pacheco. Y mi madre se llamaba Margarita Robles. Yo nací el día 18 de octubre del año 1940 en la misma casa donde vivíamos que estaba ubicada en la finca de la familia Piñero. Esta casa estaba muy cerca de la casa donde vivía Emilio Piñero que era quien prácticamente corría con la administración de la finca. Y en términos de distancia podríamos decir que de la casa donde yo nací a la casa de los Piñero eran unos 75 metros aproximadamente. Muy cerca. Vine al mundo en esa fecha y nací como señalé anteriormente en la casa. Vine al mundo con una comadrona que era lo usual en esa época. El nombre de la comadrona era Doña Dámasa. Era famosa porque era la comadrona que práctica- mente asistía a todos los partos del área. JP : ¿Se acuerda del apellido? CM : No. El apellido no me acuerdo de Doña Dámasa. Soy el segundo de una familia de tres, de mis padres. Una hermana mayor, de nombre Santi Marcano. Mi hermana mayor nació el 27 de octubre de 1935 en las mismas circunstancias que nací yo, en la misma casa, con Doña Dámasa también. Y mi hermano menor, que es Oscar Marcano, pues nació el 29 de octubre de 1942. Interesante que los tres nacimos en octubre. Tuvimos un hermano mayor que nació muerto y nació el 30 de septiembre como en el año 33, más o menos, porque era muy grande se murió en el vientre de mi madre. Y no había facilidades en esa época. ¿Por qué vivíamos en la finca? Porque mi papá era el mayordomo de la parte que correspondía a la lechería y a la crianza de ganado. Se le llamaba mayordomo y en otras ocasiones se le llamaba “encargado”, porque era la persona responsable de bregar con toda la actividad de la finca en lo que se refería al ganado y a la lechería. En esa finca había una

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COLECCIÓN JESÚS T. PIÑERO

Colección de Historia Oral

Entrevistada: Cruz Marcano Robles Entrevistado por: Jaime Partsch McMillan Fecha de la entrevista: 20 de mayo de 2009

Esta entrevista se llevó a cabo en la oficina de la Colección Jesús T. Piñero en la Universidad del Este en Carolina, Puerto Rico. Jaime Partsch: Hoy es miércoles, 21 de mayo. Estamos en la Universidad del Este para entrevistar a Don Cruz Marcano Robles. Vamos a hablar un poco de los Piñero y de Canóvanas y Carolina en los años 40, 50, por ahí. Para empe- zar, Don Cruz, a ver si habla un poco de sí mismo. ¿Dónde nació? Cruz Marcano: Primero, mi nombre es Cruz Marcano Robles. Mi padre se llama- ba Cruz Marcano Pacheco. Y mi madre se llamaba Margarita Robles. Yo nací el día 18 de octubre del año 1940 en la misma casa donde vivíamos que estaba ubicada en la finca de la familia Piñero. Esta casa estaba muy cerca de la casa donde vivía Emilio Piñero que era quien prácticamente corría con la administración de la finca. Y en términos de distancia podríamos decir que de la casa donde yo nací a la casa de los Piñero eran unos 75 metros aproximadamente. Muy cerca. Vine al mundo en esa fecha y nací como señalé anteriormente en la casa. Vine al mundo con una comadrona que era lo usual en esa época. El nombre de la comadrona era Doña Dámasa. Era famosa porque era la comadrona que práctica- mente asistía a todos los partos del área. JP : ¿Se acuerda del apellido? CM : No. El apellido no me acuerdo de Doña Dámasa. Soy el segundo de una familia de tres, de mis padres. Una hermana mayor, de nombre Santi Marcano. Mi hermana mayor nació el 27 de octubre de 1935 en las mismas circunstancias que nací yo, en la misma casa, con Doña Dámasa

también. Y mi hermano menor, que es Oscar Marcano, pues nació el 29 de octubre de 1942. Interesante que los tres nacimos en octubre. Tuvimos un hermano mayor que nació muerto y nació el 30 de septiembre como en el año 33, más o menos, porque era muy grande se murió en el vientre de mi madre. Y no había facilidades en esa época. ¿Por qué vivíamos en la finca? Porque mi papá era el mayordomo de la parte que correspondía a la lechería y a la crianza de ganado. Se le llamaba mayordomo y en otras ocasiones se le llamaba “encargado”, porque era la persona responsable de bregar con toda la actividad de la finca en lo que se refería al ganado y a la lechería. En esa finca había una

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lechería grande para aquella época. Yo recuerdo que se ordeñaban alrededor de entre cien y ciento veinte vacas. Había vacas de ordeño que producían bastante leche usando los métodos rudimentarios de esa época. En ese ambiente nos criamos nosotros. Donde estábamos en contacto directo con la naturaleza, con la finca, con la familia Piñero, porque la familia Piñero era la dueña de la finca. Nos veían todos los días. Las personas que veíamos con frecuencia, todos los días eran Emilio, que era el dueño de la finca, se le decía Don Millo, y Ernesto que era el otro hermano que visitaba mucho la finca. Don Jesús, por estar envuelto en las cuestiones políticas, eran en realidad raras las visitas que hacía a la finca. No eran tantas. Pero de vez en cuando se le dejaba ver por allí también. Para los años . . . recuerdo, mi papá me contaba que la casa de Don Emilio, él ,recién llegado a la finca para trabajar, ayudó en la construcción de esa casa, una casa de dos plantas, diseñada por un arquitecto, no sé su nombre, pero la casa es una casa, que en aquella época se consideraba un palacio, una casa grande, con dos plantas, con garaje como para tres o cuatro automóviles, con oficinas abajo, en el primer piso, áreas de servicio en el primer piso también. Almacenes abajo. Entonces, arriba en el segundo piso tenía la sala, recuerdo muy bien, la sala grande, otra sala que daba al río, hacia el área del río que era como una terraza y varios dormitorios y baños. Una cocina grande también. Recuerdo también que en esa casa trabajaba una señora que era la encargada, se llamaba María Sosa. Esa era la persona que estaba a cargo de la casa, darle mantenimiento y tenía otra persona más que trabajaba en la casa. La familia era una familia acomodada. No era una familia pobre. La familia Piñero era una familia rica porque se generaba mucho dinero. Generaban dinero la actividad de la lechería, el ganado y la finca de azúcar, la caña de azúcar. Estamos hablando de una finca grande de muchos cientos de cuerdas, que tenía actividad todo el año. La actividad de la caña duraba alrededor de seis meses más o menos pero la lechería estaba trabajando los doce meses del año. Esa era la actividad cotidiana de día a día. Esta finca tenía la característica que tenía unos talleres de mecánica, de mantenimiento, donde el equipo que se utilizaba en los cañaverales, las máquinas de arrastre, los vagones de arrastre, se les daba mantenimiento en esta área. Había mecánicos que trabajaban allí, choferes. Y esa gente pues, todo era como una gran familia porque todo el mundo se conocía. Todo el mundo se respetaban unos a los otros. Dentro de la finca, yo recuerdo que había otras casas más. Vivían otras personas. Se construyó una casa de hormigón, de dos . . . una casa dúplex, que ahora se llaman dúplex. Y vivían dos familias en esa casa. En una vivía una persona que se llamaba Luis Rohena y en la otra vivía otro que se llamaba Antonio Cotto. Vivían en cada una de esas casitas. Para el área donde estaba la residencia de Don Jesús, al lado había una casa donde vivía el señor Antonio Flores, una casa muy vieja, de madera. En esa casa vivía Antonio Flores que trabajaba en la lechería también con su esposa que se llamaba Aleja. Sus

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hijos eran varios, varones y hembras. Yo calculo que eran como seis o siete que vivían allí y esos sí que eran los vecinos bien cercanos de la casa de Don Jesús Piñero. De esos, Aleja y Antonio murieron, ambos. Cirilo que era el otro hijo murió. Ismael, que era el otro hijo murió, a mi mejor recuerdo. Pero quedan vivas las muchachas. Quedaba viva una que le decían “la Caná”, otra que le decían “Toñita”. Yo no me acuerdo del nombre de la otra pero esas están vivas. Y esas vivían allí justo al lado de la casa de Don Jesús. Ellos se mudaron. La casa estaba en malas condiciones y la casa se eliminó. Y ellos se mudaron a otra casa que Don Millo les construyó, bien pegada a las casas dúplex estas. Y allí se mudaron. Entonces las casas se quedaban bastante cercas de la nuestra. Entonces ellos se mudaron a esa casa alrededor del año 50 más o menos. Yo me acuerdo porque tendría como nueve o diez años. Todavía no había empezado la televisión. Eso era más o menos el vecindario.

[10:12] Había otra persona que se nos quedó. Había una casita que estaba después de la lechería. Había una casita muy pequeña donde vivía un matrimonio. El se llamaba Felipe Cantre y ella se llamaba Tomasa. No me acuerdo del apellido de ella. Y ellos tenían dos hijos, una hija que era manquita porque había tenido un accidente. Se había virado un aceite y le dejó fija una de las manos. En esa época no había cirugía y tenía la mano toda pegada como un pellejo. Y un varoncito que tenían. El trabajaba en la finca arreglando la empalizada y todos los trabajos que hubiera que hacer en la finca, don Felipe trabajaba allí. Como se nota, en la finca había varias casas de agregados que vivían allí. Esa era una de las cosas comunes de esos tiempos. Que se les daba casas a los peones y a los que trabajaban allí en la misma. JP : Entiendo que había un sector que se llamaba La Vega. CM : La Palma. Ese sector era un barrio, realmente no era un barrio oficial sino que se llamaba La Palma. En ese sector yo calculo que vivirían unas catorce o dieciséis familias más o menos. Y en ese sector, que era un camino, y obviamente todos esos caminos eran de tierra. Allí vivía Elena y Jimmy que estuvo en una de las reuniones anteriores. El y su hermana trabajaban en la casa de Don Jesús. Elena era la persona que era empleada doméstica junto con Doña Saturna. Uno lo recuerda bien porque nosotros íbamos a la escuela en Canóvanas. A esa escuela en Canóvanas, pasábamos por allí a pie porque esa era el medio de transportación y esos caminos los veíamos todos los días. La casa de Don Jesús, las casas del sector La Palma, los cañaverales cuando estaban en zafra, la actividad completa. Uno en esa época lo lograba bien en su mente porque cuando uno es pequeño, estamos hablando de los años 47, 48, más o menos. Y esas imágenes a uno no se le olvidan porque son imágenes impactantes y eran cosas que uno encontraba grandes en esa época.

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JP : ¿Esa escuela era la Hostos? CM : Escuela Hostos. Esa escuela era la Escuela Hostos. Cuando yo estuve en esa escuela, desde el año 46 al año 52, que me gradué de sexto grado. Las

escuelas de Canóvanas estaban todas juntas, la elemental, la intermedia, y la escuela superior. La escuela intermedia se llamaba la misma Andrés

Flores López, pero el sistema viejo que era el que le decían en inglés el “interlocking”, que era por la mañana estaba la intermedia y por la tarde la escuela superior. Allí, junto a la Escuela Antonio R. Barceló que era un edificio pequeño, allí se completaba la escuela intermedia y superior. Allí estudié yo hasta el noveno grado, después hasta cuarto año también. Yo estudié allí. Luego que termino mi cuarto año que fue en mayo de 1958, yo siempre tenía la intención, la mente fija en que yo quería progresar. Yo no quería seguir lo que yo había visto en mi padre, un trabajo horrible, trabajando siete días a la semana, porque las vacas no cogen vacaciones. Las vacas hay que ordeñarlas los siete días a la semana dos veces al día. Y eso era una esclavitud. Mi papá nunca, nunca cogió vacaciones. Lo que yo tuve de conocimiento de trabajar todos los días, todos los días, todos los días. Y en esa época eran unos trabajos duros porque recuerdo que al principio todo ese trabajo se hacía a mano. O sea, las vacas se or- deñaban a mano. Después vino el primer sistema que utilizó algo mecá- nico, utilizaba un sistema de aire comprimido, que era un sistema que en el rancho pusieron una tubería galvanizada con unos grifos. Las máquinas eran una especie de cangrejas que se le ponían las cuatro teteras a la vaca. Se le ponía una correa por encima. Eso tenía un gancho que quedaba en- ganchado. El aire comprimido hacía una succión. Ese aire hacía que la [16:01] tetera se abría y se cerrara. Abría y cerraba y eso hacía que la leche saliera. Era rudimentario. Pues, entonces eso caía en el envase. Del en- vase se sacaba y se vaciaba en un cubo. Y el cubo, una vez que estaba casi lleno, se cargaba el cubo y se llevaba a lo que llamaban unos . . . unos envases mayores que eran como de unos veinte litros, de veinte a cuarenta litros, más o menos. Se vaciaban en ese otro envase mayor y ese envase a su vez se metía dentro de una nevera rústica. Pero esa nevera, ¿cómo era que funcionaba? Estas cosas uno las puede entender ahora porque soy ingeniero y las puedo entender como era que funcionaban. En aquel momento no tenía idea de por qué era que funcionaban. Esos jarros, le decían jarros. Ese era el término universal que se utilizaba para el

envase de los 20, 30 ó 40 litros, de ese tamaño. La nevera era un cubículo, era un tanque y ese tanque estaba lleno a aproximadamente, de un tercio del piso, de agua. A la vuelta redonda de ese tanque había lo que se llamaba la serpentina, varias serpentinas que eran unos tubos de cobre, más o menos de un cuarto de pulgada o un octavo. Y esos tubos daban la vuelta alrededor y salían afuera donde se conectaban a un motor. Lo que pasaba es que ese motor era un compresor que producía unas diferencias en presiones y producían lo que llamaban “frío” que es el sistema rudimentario. Ese es el sistema rudimentario que más tarde eran los aires

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acondicionados, la misma cosa. Pero entonces estaban en agua y el agua se enfriaba. Entonces el agua se enfriaba lo suficientemente fría para que se pudiera guardar la leche de un día a otro sin que se dañara. Yo estimo que eso debió haber estado en unos 40 o 45 grados más o menos. El camión venía religiosamente todos los días a recoger esos envases.

JP : Ese camión, ¿de quién era? CM : Ese camión era de la compañía Tres Monjitas que era la compañía que

recogía la leche allí. Tres Monjitas. De esta gente, de los [pausa] de los que son dueños de Plaza Las Américas. Fonalledas. Pero los Fonalledas de los originales. Los que están aquí son de segunda o tercera generación. Ese camión iba a recoger la leche todos los días religiosamente. No fallaba. Ese sistema yo lo viví bien cerca yo, aun estando pequeño. Mi papá me ponía a trabajar a ordeñar las vacas antes de que llegara eso. Y después que llegó el sistema de las cangrejas, se le quitaba la máquina y había que hacer lo que llamaban “el repaso”, el término “repaso”. El término repaso era ir con un cubo a la vaca, lo que le quedaba de leche, sacarlo completo. Y ese poquito de leche se iba recogiendo igual que todas las demás.

JP : ¿Y eso le tocaba a usted? CM : Eso yo lo hacía. Eso yo lo hacía. Entonces, en las vacaciones ya yo traba- [20:11] jaba, un poquito más grande, ya yo trabajaba full time en la lechería y me

pagaban un dólar diario. Mi sueldo era un dólar. Por trabajar en dos ordeños por la mañana y por la tarde.

JP : Me dice que había entre cien y ciento veinte vacas. CM : De ordeño. JP : Antes de mecanizar, ¿cómo cuántas personas se dedicaron a eso? CM : Había, cuando se ordeñaba a mano, como cinco ordeñadores. Cuatro o cinco ordeñadores y ordeñaban quince o veinte vacas. Incluyendo a mi papá. Y esas personas tenían unos músculos brutales. Estas manos . . . le apretaban la mano a uno y casi se la partían por la fuerza que tenían. Uno de ellos, que ordeñaba, era Toño Flores que yo lo señalé allí anterior-

mente, que era el esposo de [no recuerda el nombre]. Entonces, Antonio Flores tuvo un accidente en la lechería. Porque en la lechería antes se traían muchos novillos que se iban a convertir en bueyes para el trabajo en la agricultura. Casi siempre esos animales se traían de Vieques porque era cuando en Vieques se producía mucho ganado. Porque todavía la Marina no había expropiado el área de Vieques. Claro, yo no vi eso porque eso

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me lo cuentan que fue así. En una de las movidas en que estaban bregando con uno de los novillos, porque los novillos se llevaban allí, ya muy fuerte, y los novillos se capaban. Se castraban. Se castraban porque un toro no puede trabajar. El toro es muy fuerte, pero si se castra pierde, no la fortaleza física sino la fierza.

JP : La agresividad. CM : La agresividad se pierde una vez que se castra. Entonces pues se castraban los novillos y en un momento dado que estaban trabajando con un novillo se les zafó. Porque le estaban poniendo al frente una argolla, se zafó. Algo se zafó y el novillo le metió un cuerno en un ojo. Y obvia- mente perdió el ojo. Entonces le decían “Toño el Tuerto” porque sola-

mente veía por un ojo. Porque un toro le metió una cornada en un ojo y se lo voló. Lo que tenía era el hueco, lo que le quedaba. Y ese era uno de los ordeñadores que trabajaba allí.

[23:20] Una vez que yo termino mi cuarto año, el sobrino de Don Jesús, el hijo de Don Emilio, había estudiado ingeniería en el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en Mayagüez. “Cuquito” Piñero. Cuquito se graduó del Colegio de Mayagüez en la clase de 1948. El se graduó. Se gradúa . . . Hay una persona que quizás le puede ayudar que es el Ingeniero Huyke

Colón. Porque Huyke era uña y carne de Cuquito. Y él conocía a la familia. Se conocían. Héctor es el primer nombre de él. Ingeniero Héctor Huyke Colón. Todavía está practicando la ingeniería, sabe. Todavía. Son ochenta y pico de años pero está practicando todavía. Ese es el papá de Giovanna Huyke, la que sale por televisión. La chef. Mi padrino que era el hijo de Don Emilio, era sobrino de Don Jesús, fue mi padrino como le dije en el conversatorio que tuvimos, porque un día él fue a mi casa y me trajo una ropa y me llevaron a la iglesia de Carolina y me bautizaron. Entonces, pues, me advine yo como ahijado de la familia Piñero. El decía siempre, ‘Mire, ahijado, yo se que tú eres buen estudiante y tú puedes ser ingeniero. Tú puedes progresar y echar hacia delante. Cuando tú seas ingeniero, yo te voy a ayudar y tú vas a ser ingeniero. Y cuando seas ingeniero, tú vas a trabajar conmigo.’ Eso me lo repetía con mucha frecuencia. Yo recuerdo cuando él tuvo, recién graduado, él tenía un carrito. Me acuerdo que era como un Plymouth de aquellos del año 48. Y me dijo, ‘Venga, ahijado, que vamos a dar una trillita para que pruebes mi carro’ Me acuerdo de ese detalle. Eso fue recién graduado del Colegio. Eso a mí se me quedó siempre como una fijación de que yo tenía que progresar y yo tenía que salir de allí.

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Nosotros vivíamos en unas condiciones que fueron progresando muy lentamente. La casita de nosotros tenía una habitación, una salita. Una habitación y un área de la cocina que había una pequeña mesita para comer.

JP : O sea, en esa habitación estaban los cinco. CM : Los cinco. Vivíamos los cinco allí en esa habitación. Una vez fuimos cre- ciendo un poco, mi papá habló con Don Emilio, con Don Millo. Entonces, hicieron al lado otra habitación. Una vez mi hermana creció ya, que era adolescente, pues entonces mi papá habla con Don Emilio a ver si puede hacer una habitación para que ella pueda estar sola. Y así se hace. Con- virtió una casa de tres habitaciones, sala, una habitación y la cocina atrás. O sea, había que cruzar por una habitación para ir a la cocina. Pero [27:16] recuerdo en esa casa, cuando era una sola habitación nada más, en esa casa vivía también mi abuela. Y en esa casa también vivía mi tío. Que era la abuela mía materna y un tío materno.

Mi abuela, yo sacando números, si eso ocurre antes del año 50 . . . Mi abuela se llamaba Vicenta Robles. Mi abuela nació en el año 1859. Y nació en, yo no sé si uno diría la palabra “ghetto”, pero era en un área de esclavos. Ella nació en una finca de esclavos donde ella era una esclava más. Fue esclava hasta que se liberaron los esclavos en el año 1873. Si nace en el 1859, en el año 1945, 46, que yo recuerdo muy bien a mi abuela, estamos hablando que ella tenía 84 años para esa época más o menos. Y a esa edad mi abuela era tan y tan fuerte que yo me quedaba … Ahora, yo lo reconozco, que era una mujer extremadamente fuerte. Ella hacía todos los quehaceres, caminaba a pie, se iba tranquilamente de Canóvanas, donde vivíamos nosotros. Y yo me acuerdo de ella, a esa edad, a mi abuela, coger una aguja y pasarle un hilo con la mayor tranquilidad del mundo sin espejuelos. Sin espejuelos. En ese momento, vivíamos no cinco, vivíamos siete en la casa. Mi abuela y mi tío dormían en hamacas. En lo que era la sala, por la noche se ponían dos hamacas y ellos dormían allí. Afuera estaba la letrina que era donde se hacían las necesidades. No había baño. El baño era con un envase que se cogía un poco de agua y eso. No había agua ni había luz en la casa. La luz vino después. Como en el 47, 48 pusieron la energía eléctrica. El agua fue un poco más tarde que la pusieron pero tampoco era el agua del acueducto sino que era el agua que se sacaba del río y se levantaba a un tanque grande y se llevaba en una tubería y se llevaba a la casa de nosotros que nos servía para bañarnos. Fui pobre. Bien pobre. La situación difícil. Me gradúo. Antes de graduarme ocurre el accidente de mi padrino que es en el año 55. Muere cuando una pala mecánica de una grúa se zafó, el bucket se zafó y le dio un golpe tan y tan severo que prácticamente le ocasionó la muerte. Duró como tres días después del accidente. No

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pudieron hacer nada los médicos. Lo llevaron al Auxilio Mutuo. Había dinero. Fletaron un avión. Trajeron los hermanos Mayo de la Clínica Mayo allá en Minnesota pero cuando los hermanos Mayo llegaron, los médicos les dijeron que no había posibilidad porque la destrucción del sistema fue tan y tan grande que no había manera de recuperación. Y murió. Eso fue traumático porque ese era el que me estaba estimulándome a mí para que yo estudiara. Pero comoquiera, yo no perdí mi impulso. Llega el momento, termino mi cuarto año. Ya habíamos tomado un grupo el examen de la Universidad. Pasé el examen con buenas notas. Notas altas. Yo tenía buen promedio en la escuela. Me fui a estudiar a Mayagüez con mucho sacrificio, con una beca que conseguí. Estuve allá los cincos años requisitos. En esos cinco años maduré. Me hice hombre e ingeniero también. Cuando regresé, todavía estábamos viviendo en la misma casa. Claro, ya había otras facilidades. La finca la habían vendido. Ya Don Emilio no estaba en la finca. Ya mi papá se quería ir porque estaba viejito y quería ya retirarse. Compró una casa con lo que había ahorrado en una urbanización en Canóvanas. Se llama “Country View”, que antes se llamaba “Sunoco”. Y allí nos fuimos a vivir. Después que yo me gradué del Colegio estuve en esa casa como un mes, un mes y pico. Mes y medio más o menos. Después nos fuimos a vivir a Canóvanas. En términos generales, eso es el background en lo que a mí me corresponde. Luego de eso, he estado trabajando. Estuve trabajando desde que yo tuve ocho o nueve años. Y yo no he parado todavía. Sigo trabajando porque desde que yo tenía esa edad yo estaba ordeñando vacas ya. Y trabajando en la empalizada y trabajando en la caña. Nadie me puede hablar del trabajo duro porque yo sé lo que es trabajo duro. Y lo que es trabajo de campo yo lo conozco. Luego de eso estuve en mi trabajo. Estuve en la Junta de Planificación desde el 1963. En el mismo 63 cogí mi examen de reválida y lo pasé. La primera vez. Entonces, estuve trabajando en la Junta de Planificación hasta el año 75. Y después del año 75, se creó lo que se conoce hoy día como la Administración de Reglamentos y Permisos. Estuve trabjando también en esa agencia. Ocupé varias posiciones. Durante los primeros años estuve de técnico. Después fueron posiciones de directiva. Y la última posición que tuve fue de subadministrador de la agencia. Yo era el subadministrador de la Administración de Reglamentos y Permisos hasta enero del 93 que en ese año cumplí mi término de trabajo y me retiré para dedicarme entonces a la práctica privada en la consultoría de ingeniería, especialmente en los casos de peritaje, casos problemáticos en los tribunales y cosas por el estilo. Con relación a mis contactos con Don Jesús. Desde que yo tengo recuerdo, yo recuerdo haberlo visto porque iba por la finca. Siempre nosotros pensábamos que Don Jesús había estudiado ingeniería agrícola,

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porque eso es lo que se decía. No se decía que él era ingeniero eléctrico. Siempre se decía que era ingeniero agrónomo, eso es lo que se decía de él. Y que había estudiado en Estados Unidos. Emilio, el otro hermano, no había estudiado, pero el otro, Ernesto, sin embargo, sí estudió. Era ingeniero civil. Era ingeniero civil. Don Jesús, yo recuerdo las veces que fue a la finca. El era una persona muy amable. Con mi papá siempre fue una persona muy amable porque yo recuerdo que él iba a la lechería y él le echaba el brazo a mi papá. Mi papá lo quería mucho porque mi papá era un esclavo, vamos a ponerlo así. Un esclavo en los tiempos modernos porque trabajaba y producía dinero que se acabó y cuando salieron de viaje todos ellos le dejaban las finanzas a mi papá y mi papá se ocupaba de vender animales. Todo, todo, todo. Y el día que ellos regresaban de sus viajes por Europa, por allá, por donde fuera, mi papá venía y decía, ‘Aquí está. Mire.’ Ta, ta, ta, ta, ta. [simula la entrega de billetes]. Tercer grado tenía mi papá. Y le llevaba un informe de lo que había hecho y le entregaba el más mínimo centavo. El más mínimo centavo le entregaba. Y eso pues era el orgullo de mi padre en esa época. Era serio, responsable. Y tú no te quedabas ni con un centavo de nadie que no te hubiese ganado.

[36:52] Don Jesús era uno . . . en realidad no visitaba tanto la finca. Y yo, como lo dije en el principio, como estaba envuelto en las cuestiones políticas, yo esas cosas las entiendo ahora. En aquella época uno no entendía bien esas cosas. Pero si recuerdo que cuando a él lo nombran gobernador, eso fue una fiesta grande que se hizo en la casa de Don Millo porque era el hermano de él, gobernador de Puerto Rico. O sea, una posición suma- mente alta. Y como allí había facilidades para hacer fiesta, pues yo re- cuerdo que a cada rato había fiesta. Después hicieron un bohío como los que había en Loíza Aldea. Trajeron lo que se llaman unos “tejedores” de Loíza. Y trajeron muchas, muchas, muchas pencas de palma, hojas de palmas, de palmas secas. Lo hicieron. Muy bonito quedó aquello allí. Y allí era que hicieron sus fiestas. Porque eso era una cosa, aquello era grande. Era circular. Era un bohío de indios pero grande, grande. Y allí era que ellos tenían sus fiestas. Y tenía allí dentro una vellonera, un leaser, yo me acuerdo. Porque cuando ellos no estaban allí, mi hermano y yo nos colábamos y poníamos los discos. Aquello era música de Rafael Muñoz. [Se ríe.] Eso era una experiencia de la más interesante. Ellos se iban y nosotros nos metíamos y poníamos la música. Era una vellonera que estaba directa. No había que echarle vellones porque estaba directa. Eso era parte de las maldades que hacíamos nosotros. Así transcurría. No había nada extraordinario. Hay eventos grandes. Don Jesús cuando se hizo Gobernador. Cuando se casó la hija de Don Millo que Don Jesús fue a la boda. Eso yo recuerdo.

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JP : ¿Esa era Nitza? CM : Nitza. Nitza que se casó con Rigoberto Mediavilla, que era el nombre

del esposo. Siempre decía que él era buscón porque Nitza tenía chavos [39:39] y Rigoberto era un pelado. [Risa.] Pero, bueno, se casaron. Y se fueron a vivir a otro lado. Después que Don Jesús murió como que Don Millo perdió mucho empuje. Entonces se mudó. Se fue de la casa. El y su familia . . . una vez muere Cuquito y muere Don Jesús, Don Emilio se muda inmediata- mente de allá. Compró una casa en la urbanización Baldrich. Y recuerdo que la calle donde ellos vivían se llama Máximo Gómez. En la calle Máximo Gómez ellos se mudaron, Doña Celia y Don Millo, porque ya el otro hermano . . . Nitza se había casado y Millincito, que era el otro hermano, Emilio, ese estaba fuera de Puerto Rico. Después regresó a practicar ingeniería porque él se hizo ingeniero también. Uno veía Don Jesús, pero la esposa de Don Jesús no era una persona que se dejara ver con frecuencia. Ella, siempre se había dicho que tenía unos problemas de salud mental. Antes le decían loca. Yo oía ese comentario, ‘No, la esposa de Don Jesús está loca.’ Eso era lo que decía la gente. Hoy día dicen que son depresiones y cosas de esa naturaleza. Antes ‘estaba loca’ por sus actuaciones. Yo escuché decir eso a mi papá y a mi mamá. JP : O sea, fuera de la finca nunca se veía. CM : No. Fuera de su casa. Fuera de su casa. Don Jesús cuando iba a la finca, yo no recuerdo haberlo visto con ella. A lo mejor fue una que otra vez pero yo no recuerdo haberla visto. El iba y cuando iba daba una pequeña vuelta y no estaba mucho tiempo tampoco, sabe. Daba una vuelta, iba a la lechería, iba a la casa del hermano, qué se yo, y se iba. Eran visitas breves porque como quien estaba a cargo de la finca era Don Emilio, Millo, Don Millo, parece que no quería intervenir mucho en las cuestiones de la finca. JP : Y Doña Marina, ¿visitaba a Don Millo, se veía por allí? CM : Bueno, esa era la hermana. Pero cuando ellos venían, ellos inmediata- mente se metían a la casa. Ellos no salían a la finca. Ellos venían, se metían, entraban a la casa, y bajaban y se iban. Tampoco eran unas visitas que uno recuerde. Uno tampoco estaba pendiente a todo lo que estaba pasando. JP : Y ustedes tampco iban a la casa de Doña Marina y Trilla.

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CM : De Doña Marina no porque nosotros no íbamos a la casa de Doña Marina, o sí pasábamos por el lado. Ibamos para el fondo, en la parte de atrás, porque había unas palmas de coco e íbamos a tumbar cocos. JP : Ella y el Dr. Trilla tenían una finca. CM : Tenían una finca. Exactamente la finca era donde está ahora el Hogar Crea. Hay un Hogar Crea allí. Esa finca era larga, hasta allá abajo, hasta el río. Esa finca era de los Trilla. Y después de esa estaba la finca de Luis Calderón. En las dos fincas había lechería. Eran lecherías pequeñas. [43:55] En la finca de Trilla había una lechería pequeña y Trilla también tenía . . . sembraba una yerba que se llamaba ‘yerba melkin’ no sé como es. Pero ese era el nombre. Porque esa yerba se cortaba y después se les daba a las reses, a las vacas. La primera parte donde se sembraba esa yerba, yo recuerdo que yo trabajé en la finca de Trilla sembrando esa yerba. Se abrían unos surcos con las máquinas y entonces se cortaban unos pedazos. Se depositaban y después germinaban la semillas. Parecía caña pero no era caña. Era yerba que se cortaba después y se le daba la yerba a la vaca. Bien rudimentario, bien elemental. Trilla iba una que otra vez. Iba en un carrito muy viejo que tenía el Dr. Trilla. Dr. Trilla era famoso en Carolina. Era una persona que atendía al público, con dinero o sin dinero. Una persona bondadosa. Eso es lo que siempre se decía del Dr. Trilla. De hecho, tuvo un hijo que fue médico, dermatólogo. JP : Sí, lo entrevistamos acá. CM : Lo entrevistaron. Yo fui a su clínica. Por poco la gente en la sala empiezan a preguntar por qué yo no salía de allí porque empezamos a hablar. JP : Hablando de personajes, hablemos un poco de Doña Saturna. CM : Doña Saturna era una persona que habían contratado Don Jesús y su esposa para que sirviera como ama de llaves. Realmente el trabajo de ella era ser ama de llaves y hacer una que otra de las tareas del hogar. Porque las tareas fuertes las hacía Elena que era la que trabajaba fuerte, que se ganaba unos chavitos, muy poco. Doña Saturna perdió parte de su capacidad cuando tuvo el accidente de la guagua. Ese accidente lo acordamos muy bien. Ese accidente, nosotros estábamos al otro lado del río pero había . . . yo estaba con mi papá y mi hermano estaba también. Eso fue como para el año 47 ó 48 más o menos. Estábamos en ese momento mirando a la carretera. En ese momento la carretera era pequeña con dos carriles. El puente era para un solo carro.

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Y ella iba en una guagua de la línea “Ruth Bus Line”. R – u – t – h. Ruth Bus Line. ¿Y por qué nos acordamos de eso? Porque el dueño de esa guagua era el padrino de mi hermana, Nicolás Colón. El dueño de esa guagua. Y eso era normal y corriente que uno tomara la guagua en Río Piedras, y entraba a Carolina y entraba a Canóvanas, entraba a [47:35] Río Grande, entraba a Luquillo. Llegaba hasta Fajardo. Había otra guagua que se llamaba “Línea Ensenada” que esa guagua igualmente salía de Río Piedras, para Carolina, Canóvanas. Paraba en Fajardo y llegaba a una barriada en Ceiba que se llamaba Ensenada. Hasta allí llegaba. Y vira otra vez para atrás. JP : Una era “la floja”. CM : Las dos eran flojas. Las dos. Línea Ensenada y Ruth Bus Line. Entonces, ¿qué pasa? La Ruth Bus Line, ese día que estábamos nosotros. Yo no me acuerdo muy bien ese detalle si era que estábamos en la fragua o estaba- mos en el corral de puercos, de los cerdos. JP : ¿La fragua era qué? CM : La fragua es un instrumento. Es una maquinita que tiene cuatro patas de metal. Tiene una palanca donde esa palanca se va girando y va propul- sionando una corriente de aire. Esa corriente de aire sube. Es como si eso fuera un barbeque. Está cubierta por el lado para el viento. La fragua se le va dando vueltas. Se ha echado carbón. Ese carbón se prende y dentro del carbón se pone lo que se llama la marca que es a los animales, para marcarlos. Y esa marca decía una “H” y una “P”. “Hermanos Piñero”. Mi papá era el que bregaba con eso. Nosotros le ayudábamos con la fragua. Entonces la fragua se ponía el carbón. Se ponía al rojo vivo. Y una vez que se ponía al rojo vivo cogían al pobre animal y se lo pegaban. El grito llegaba al cielo. Se lo quemaba. En ese sitio, cuando eso cicatri- zaba, se quedaba con la marca permanentemente. “HP”, Hermanos Piñero. Esa era la marca que tenían. Eso se lo ponían a los caballos. Se lo ponían a los reses. A los cerdos no porque a los cerdos no se marcaban de esa manera porque les dañaba la piel. Y en ese momento no estoy muy seguro si estábamos en la fragua o el corral de los cerdos. A lo mejor mi hermano dijo algo de eso, donde estábamos en ese momento. Pero sí vimos, porque estábamos . . . en el sitio en que estábamos mirábamos directamente al puente. Por esas casualidades, oímos un ruido grande y cuando oímos ese ruido tan grande, pues miramos hacia el puente. Cuando miramos hacia el puente vimos que la guagua cruzaba el puente a una gran velocidad. El puente era de esta naturaleza. [señala con las manos]. Esta era la carretera y el puente estaba aquí alto. Y en este punto aquí había una pendiente así arriba. Subía adonde estaba el puente y seguía al mismo nivel. El nivel de una parte de la carretera era más bajo unos diez o doce pies más o menos. Subía una pendiente y volvía así.

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¿Qué pasa? El ruido que escuchamos nosotros, cuando la guagua sube la pendiente y brinca, porque va a velocidad, brinca y entonces entra en el puente a esa velocidad. Choca por el puente. El puente es un puente de armazón, de allá de la época de los españoles, de acero. [51:26] Choca por los lados pero continua su movimiento. Pasa el puente completo, entonces más adelante, choca con un árbol de molinillo que hay. Lo tumba y choca con un segundo árbol y lo tumba también. Pero cuando tumba el segunda árbol casi se queda detenido pero entonces la guagua se quedó virada en el barranco abajo. Hacia abajo. Cuando nosotros vimos eso, mi papá vio la guagua y dice, “Ea, diablo. ¡Esa es la guagua del compay!” Entonces arrancamos todos para allá.

Y dentro de los pasajeros que sacaron que estaban lastimados, estaba Doña Saturna. En ese accidente murieron tres o cuatro personas. Fallecieron. De hecho, ese fue el accidente que quebró la línea. Después de eso la línea no . . . Siguió trabajando pero prácticamente tuvo que salir de ella porque empezaron unas demandas y cosas de esas. No pudo seguir. Doña Saturna se fracturó un pie, una pierna. Entonces Doña Saturna estuvo mucho tiempo en una silla de ruedas en lo que ella podía . . . convalesciendo de ese golpe.

JP : En ese momento, cuando estaba en sillón de ruedas, ¿dónde vivía ella? ¿En la casa de Don Jesús? CM : Ella vivía en el pueblo, en el pueblo de Canóvanas. Ella iba y venía como estaba cerquitita. Pero a mi mejor recuerdo ella vivía en el pueblo de Canóvanas. Ese tiempo que estuvo convalesciendo yo creo que estuvo en su casa, en la casa del pueblo. Si estuvo en la casa de Don Jesús no recuerdo ese detalle. Ya es un detalle muy específico. De eso no me puedo acordar. Jimmy se podría acordar de ese detalle bien porque como

él trabajaba allí pues. Sabría si Elena iba al pueblo a buscar instrucciones, qué tenía que hacer, etc. En ese tiempo pues Doña Saturna . . . cuando ella vuelve de nuevo a la casa ya no era la misma porque ella tenía un problema de movimiento. Ella no se podía desplazar y en la casa tenía problemas con las escaleras. Sí, recuerdo que en mi casa comentaban que a Doña Saturna no se le hacía fácil trabajar en la casa de Don Jesús por el accidente que había tenido. Ese era el recuerdo que tengo sobre Doña Saturna. Después que Don Jesús muere, Doña Saturna vuelve al pueblo, a su casa que tenía en el pueblo. Allí, ya yo me voy a estudiar al Colegio en Mayagüez. Pierdo el contacto con todo eso. Después cuando vengo, que termino el Colegio, voy al ejército. Después de eso me caso y me fui de Canóvanas. Por eso, él que tiene ese dato bien claro es mi hermano, que mi hermano se quedó. Ha vivido toda la vida en Canóvanas. Todo la vida estuvo en Canóvanas.

JP : Aquel día, en la actividad en la Casa, nos contó del día en que murió Don

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Jesús. CM : El día que murió Don Jesús, ese día mi papá . . . Yo dije un error ese día porque no fue mi papá que venía a caballo. Mi papá salía constante- [55:29] mente a caballo porque ese era el medio de transportación que tenía. Pero ese día, mi papá no era el que venía a caballo. El que venía a caballo era el Sr. Jorge Rohena. Jorge Rohena era uno de los domadores de los animales, de los caballos. El era uno de los domadores. Estaba ese y otro que vivía en el Barrio Palmarejo, que era donde vivía el otro domador. Que se llevaba los potros y los domaba y los traía ya listos para usarse. Pues, Jorge Rohena venía de Canóvanas. Vio el revolú. Había gritos y cosas así. Entró a la casa de Don Jesús. Se enteró de que estaba muerto Don Jesús. Salió en el caballo rápidamente. Entró corriendo por la finca, por ese camino que viste en la foto, pues entró por allí corriendo. Mi papá estaba en mi casa, porque todavía no había empezado a trabajar en la lechería. Era media tarde, más o menos. La hora no sé pero yo creo que eran como las tres, algo así. Tres o cuatro de la tarde. JP : Pero definitivamente era por la tarde. CM : No fue por la mañana. Eso fue por la tarde. Entonces llama a papi y le dice que acaban de encontrar a Don Jesús muerto, que hay un revolú en

la casa y qué se yo. Allí mismito mi papá se bajó de casa. Caminó. Fue un trecho corto adonde estaba

[Interrupción. Termina la Parte 1 de la grabación.] [Comienza la Parte 2.] JP : Estamos hablando del día en que murió Don Jesús. CM : Pues, ese día como estaba señalando, viene el Sr. Jorge Rohena, conocido de la familia. Además que era uno de los domadores. Ahora me acuerdo del nombre. Eran Jorge Rohena y el otro era Castor Carrión. Esos eran los dos domadores a quienes se les entregaban los caballos de la

finca para que los domaran. Ese día Jorge Rohena viene del pueblo de Canóvanas. Ve el tumulto que estaba en la casa de Don Jesús. Se entera de lo que está pasando. Viene a la casa corriendo a caballo a gran velocidad. Se para en mi casa y le dice a mi papá que Don Jesús había muerto, que lo habían encontrado muerto. Con la misma velocidad mi papá sale corriendo y llega entonces a la puerta, abajo en el patio, donde, en la parte de arriba, él sabía que ese era el dormitorio de Don Emilio, y desde abajo lo llama, “Don Emilio, Don Millo”. Yo iba casi detrás de él. “Don Millo, Don Millo.” El siempre estaba diciendo, “Pero qué diablo. ¿Qué pasa Cruz?” “Que a Don Jesús lo encontraron muerto.” “¿Qué tú dices?” “Que a Don Jesús lo encontraron muerto en la casa.” “¿Y quién

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dijo eso?” “Jorge Rohena acaba de venir allí.” “Ea, diablo. No, no puede ser.” Se viste y se monta en su carro y se va para allá. Eso es lo que yo me acuerdo de ese momento. Pero así fue la escena. Mi papá

[01:49] le gritó. El se enteró. Decía que no podía ser, que no era posible. Se viste. Se monta en su carro que en ese momento tenía un Packard verde, me acuerdo. Packard verde. Parece que te lo habían dicho. Tenía un Packard verde y se monta en su Packard y va a parar allá. ¿Qué pasó después? Después yo no sé que pasó allí. Se que hubo mucho revolú en la finca y había un estado de tristeza porque se había muerto Don Jesús. JP : Entiendo que lo velaron en la casa de Don Millo. CM : Lo velaron allí. Allí fue el velatorio porque la casa de Don Millo era más grande. Tenía más parking. Muchos áreas de estacionamiento. Estaban los talleres. Los talleres estaban adentro y quedaba un área grandísimo y cabían muchísimos carros. Allí fue que se veló. Muñoz Marín fue. JP : ¿Muñoz fue? CM : Muñoz fue. JP : Porque hay gente que dice que no fue. CM : Yo entiendo que él fue. Entiendo que él fue allí. Yo entiendo que él fue allí. Tengo una imagen de él vestido de blanco. Un traje blanco. Que es la imagen que yo recuerde. Porque nosotros nos sentamos en el balcón a ver el desfile porque eso era carro va y carro viene. Claro que uno no conocía las figuras de la política que uno no estaba envuelto en eso. Pero sí sabía que era gente importante. Estaban allí. Cuando salió la comitiva fúnebre yo no la vi porque yo estaba en la escuela. Porque él muere el 19, fue día de fiesta, pero después había clases. Yo no sé qué día de la semana fue. ¿No ha chequeado en la computadora a ver qué día fue? ¿Qué día de la semana fue? JP : Podría averiguar. CM : Se puede averiguar. Pero yo estoy seguro de que el otro día había clases. Lo velaron una noche, pero no fue la noche que él murió, en lo que lo preparaban y no sé qué cosas más. Lo velaron la otra noche. El 20. Lo tenían que haber enterrado el 21. A mi mejor cálculo debió haber sido el 21 que lo enterraron. Y el entierro fue en horas en que yo estaba en la escuela porque yo no acuerdo haber visto salir la comitiva fúnebre. No iba a faltar a la escuela. No tenía razón por la cual faltar. Ese fue el incidente de su muerte. Todo el mundo estaba muy apenado allí porque Don Jesús

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era un bonachón. Don Jesús no era altanero. Don Millo sí lo era. Era altanero. Era mandón. Era orgulloso. Lo voy a decir francamente. Pero Don Jesús no era así. Las pocas veces que uno pudo estar cerca de él . . . Yo recuerdo la imagen de Don Jesús echándole el brazo a mi papá. Yo [05:39] nunca lo ví a Don Emilio echándole el brazo a mi papá. Nunca lo vi. Pero a Don Jesús sí lo vi. Que le echara el brazo a mi papá. ‘¡Cruz . . .!’ y qué sé yo qué cosa. Y esa imagen yo me acuerdo de eso. A diferencia de él y del hermano porque el otro hermano también era como uno dice por allí carnepuerco, el otro hermano, que era mi colega y todo. Pero era una persona orgullosa. No era amistoso. Nada de eso. JP : ¿Ernesto? CM : Ernesto. Ernesto Piñero. Y yo conocí bien a Ernesto porque yo estuve dos meses trabajando con Ernesto midiendo las fincas. Cuando yo ter- miné mi primer año en el Colegio de Mayagüez, él sabía que yo estaba estudiendo allá. El me dijo a mi papá, ‘Cuando tu muchacho venga de allá del Colegio, para que me ayude a trabajar que yo quiero hacer una mensura a la finca. Quiero rectificar la cabida.’ Y yo dije, ‘Bueno, yo no tengo problema, después que me paguen no tengo problema.’ Y yo no sé porque estuve tanto tiempo porque nosotros estuvimos casi dos meses midiendo la finca esa. Casi dos meses. Se midió completa desde la que- brada Bocaforma, después de la casa de los Piñero, hasta acá abajo, la finca González y la otra finca también. Todas esas se midieron. Se llena- ron como tres libretas de datos. Claro, en esos momentos yo no tenía mis conocimientos de surveying como cogí después en mis cursos, pero aprendí mucho. Yo aprendí a bregar con los instrumentos, a nivelar y cosas así, bregar con la mira y todas esas cosas. En ese tiempo que yo estuve con él era sangregordo, mandón, difícil para bregar. Especial- mente mandón. No era una persona tolerante. Yo se lo comprobé des- pués. Cuando fui a trabajar a Santurce, él trabajaba al frente. El trabajaba en el Departamento de Obras Públicas. Trabajó hasta que se jubiló de allí. Yo lo vi en muchas ocasiones por allí por esa área, caminando así. El no miraba a nadie ni saludaba a nadie. Andaba con camisa blanca y corbata

como si fuera el rey del mundo. Total, era un simple ingeniero allí, ni jefe era.

JP : Después que muere Don Jesús, ¿alguién vive la casa? CM : Yo no sé para dónde se fue la esposa porque una vez él muere yo sé que ellos se fueron. Quizás estuvieron un tiempito allí pero no fue tanto tiempo. No creo que fue mucho tiempo que estuvieron allí viviendo. Yo sé que Doña . . ., la ama de llaves, Doña Saturna, ella estuvo un tiempo más allí pendiente, cuidando la casa con todas sus limitaciones. Yo entiendo que la casa se quedó vacía. Después de algún tiempo se quedó vacía. Por eso fue que se empezó a . . . allí empezó el deterioro de la casa.

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No había mantenimiento. Los árboles se fastidiaron. Don Millo no se ocupó de cuidar la casa. No se ocupó de mandar allí gente que limpiaran, pintaran, ni nada de esas cosas. Y esa casa originalmente, los pisos que tenía, yo recuerdo, eran unos pisos de caoba, unos pisos muy bonitos. Por lo menos, unas partes de la casa eran en madera, los pisos. Y aquello siempre estaba lustroso, brillante. Brillaba que se acabó. Bien brilloso. Pero la casa se fue perdiendo y no le dieron el mantenimiento que era necesario. Se fastidió. Después le tumbaron los árboles porque aquello

se convirtió en un bosque. Crecieron otros árboles silvestres. Si hablamos de los años 70, los años 70, 80, aquello era un bosque. Prácticamente la casa ni se veía con la cantidad de árboles que habían crecido silvestres, y yerba y todas esas cosas. La estructura casi ni se veía. Estaba bien cubierta. Ya para esa época las fincas se habían vendido. La finca se vende, yo creo como en el año, me puedo equivocar por uno o dos años, pero para mí fue como en el año 61, 62. Don Millo y Don Ernesto, que eran los que estaban al frente, vendieron la finca. La vendieron a un señor que se llama, se llamaba porque se murió, Carlos Juan Sánchez. Mi papá se quedó trabajando con él. Era una persona un poco distinta a Don Millo. Una persona más humana. En el término amplio de la palabra más humana. O sea, que trataba mejor a la gente que trabajaba allí en la finca. A mi papá, para que Don Emilio le subiera cincuenta chavos eso era una pelea, una cosa horrible. Le subió porque ganaba más dinero. No mucho pero ganaba un poquito más. Pero llegó el año 65, más o menos, el 65 y pico, 66, y mi papá se fue. Dijo que no iba a trabajar más en la finca porque ya estaba cansado. Su familia, ya todos nos habíamos preparados. El dijo que no iba a trabajar. De hecho, ya no vivíamos allí. El venía del pueblo de Canóvanas, venía todos los días a trabajar en la finca y después regresaba allá a Canóvanas. Y a nosotros nos preocupaba eso porque no había mucha necesidad de que estuviera en ese viaje. En el 1966, en mayo del 66, tan pronto cumplió los 65 años dejó de trabajar para coger el Seguro Social. El estuvo trabajando en esa finca como desde el 1930 hasta el 1965. El trabajó como 35 años en esa finca, en la misma finca. Conocía a cada rinconcito de la finca. Se podía tirar a caballo bajo una tormenta de agua, de lluvia, de lo que fuera y sabía por donde estaba caminando. Yo recuerdo de esas imágenes de mi papá, con el río crecido, lleno de agua, lloviendo, él con una capa a salvar los animales, a salvar el capital de otro. Exponiendo su vida para salvar el capital de otro que nunca se lo reconocieron porque cuando Don Emilio vendió la finca, cuando Don Emilio vendió la finca, después de haber estado mi papá treinta años y pico allí, haciéndole dinero, haciéndole dinero, le dio cuatrocientos dólares. Eso fue todo lo que le dio.

JP : ¿Su papá tenía apodo? CM : No. Le decían Don Cruz. Todo el mundo lo conocía como Don Cruz. Y [14:45] era una persona conocida por allí porque como él era la persona encargada

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de la finca. En la finca había lo que se llamaba la romana. Nadie tenía una romana por aquello por allí porque era romana de pesar animales. Esa romana de pesar animales es como si fuera un pequeño establo sostenido en unas vigas de acero que juegan pero que están trabadas con una balanza y una vez el animal entre allí, entraban uno, dos, tres, cuatro, cinco, hasta seis y siete reses podían entrar allí de un cantazo porque era

grande, más grande que esta oficina, más o menos como esta oficina de grande. Mi papá era el que controlaba la balanza y bregaba con eso y era quien pesaba. Todo el que iba a vender en toda la comarca, vamos a decirlo así, en todo el área, que vendía animales, iba allí a pesarlos. Mi papá los pesaba. Se cobraba diez centavos por pesarlos o quince centavos o una peseta, dependiendo de lo que fuera. Se cobraba a la gente que iba a pesar. Y eso, desde que tuve uso de la razón, esa romana estuvo allí y se usó para muchas cosas porque allí se podía pesar tres y cuatro toneladas. Tenía esa capacidad de pesar ese peso. Todo ese dinero que se recogía allí por el trabajo ese, mi papá lo hacía. Ese dinero había que entregárselo a Don Emilio. Y él le entregaba todo, todo. Si había diez, quince dólares, le entregaba quince dólares. Era así ese trabajo. Y no le daba ni cinco centavos. El entendía, Don Emilio, que eso era parte de su trabajo.

JP : Entiendo que su papá bregaba con la parte de la lechería y . . . CM : La lechería y el ganado. JP : ¿Quién manejaba la parte de la caña? CM : La parte de la caña la manejaba otro mayordomo que se llamaba Pocholo. Pocholo, no me acuerdo del apellido, pero Pocholo vivía, en las foto- grafías aéreas que yo le traje, en la entrada de Sunoco, la primera casa allí entrando a mano izquierda, esa era la casa de Pocholo. El no vivía en la finca. El vivía afuera de la finca. Y Pocholo era el que manejaba la parte de la caña. Cuando venía la cosecha de caña, que empezaba en enero, a fines de enero, principios de febrero, el corte de caña, pues Pacholo era el que estaba trabajando hasta que se hacía lo que se llamaba la resiembra y el abono de las cañas que ya eso ocurría en verano.

Ya la caña se había cortado. Las partes que estaban malas se resembraban. Yo trabajé en eso también. Con unos instrumentos que eran unas azadas pero que eran casi verticales que les decían “viudas”, que eran así como si fueran un pico para hacer el hoyo para meter la semilla. Y el abono de la caña . . . la limpieza de la caña con las azadas y el abono de la caña que era lo último que se hacía porque después del abono de la caña ya no se tocaba más la caña hasta que llegaba el momento del corte que era ya el próximo año. Hasta allí llegaba el trabajo de Pocholo. Pocholo llegaba hasta eso y de ahí en adelante Pocholo hacía otras cosas. El tenía unas reses y unos animales. Pocholo se fue de allí como en el año 55, 56. Había ahorrado unos chavitos y compró una finca por donde está ahora el

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hotel . . .hay un condominio, entrando por Mameyes hacia la playa, donde está el resort ahora pero un poco más a la izquierda, por allí él compró una finca.

JP : ¿Por Río Mar? CM : Río Mar. No exactamente Río Mar sino un poquito más a la izquierda que [19:31] aquella finca era media, una finca mala pero sirvió para criar un poco de ganado. Creo que compró como cuarenta cuerdas allí de terrenos. Creo

que esas cuarenta cuerdas le costaron como cuatro mil pesos, baratísimas. En aquella época eso no valía nada allí. No había acceso. No había agua. No había luz. Y él se fue para allá e hizo una casita y una casa allá para criar sus animales, sus reses. El tenía una crianza de reses para carne. Para la venta de carne. Eso ocurre como en el 55, 56, que se fue Pacholo de allí. Después vino entonces otro que se llamaba Luis Manuel Delgado. Vino a hacerse cargo de la caña. Como ya él sabía un poco de este señor, si ya estaba más educado, sabía de contabilidad y de cosas de esas. Ese se hizo cargo de toda la operación completa. De la finca completa, la parte de contabilidad, de dinero, todas esas cosas las hacía él. Luis Manuel Delgado. Y ese estuvo hasta que nosotros nos fuimos de la finca, que papi estuvo trabajando. También estaba mayor. Pero esa fue la persona que se quedó. Luis Manuel Delgado. Esos son datos que yo puedo corroborar porque son datos que yo vivi que puedo señalarlos, que fueron así porque yo los vi.

JP : Usted también conoció a Sonny. CM : Yo conocía Sonny, lo que pasa es Sonny no venía mucho a la finca de acá. Cuando yo me presenté allí [actividad en la Casa Museo Piñero, 20 de

abril, 2009], yo no le dije que yo era Fulano de Tal. Yo le dije que yo soy Fulano, el hijo de Fulano. ‘Ah, pues, claro. Claro que sí.’ Porque él conocía muy bien a mi papá. Pero Sonny y yo, Sonny era mayor que yo. El estaba en sus estudios y sus cosas y no venía mucho a la finca. No par- ticipaba mucho de las cosas de acá. Yo realmente no sé ni dónde estudió Sonny. No tengo idea. No sé si estudió en Carolina, si en Canóvanas. No sé dónde. Igual con la hermana. Eso es lo que en términos generales recordamos.

JP : Es bastante. Bueno, muchas gracias.

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INDICE Tema Página bohío en la casa de Emilio Piñero 9 bueyes 5 Cantre, Felipe 3 casa de Don Emilio Piñero 2 Colón, Nicolás 12 Cotto, Antonio 2 Dámasa, Doña (comadrona) 1 Delgado, Luis Manuel 19 deterioro de la casa Piñero 17 esposa de Jesús Piñero (Aurelia Bou) 10 Escuela Antonio R. Barceló 4 Escuela Eugenio M. de Hostos (Canóvanas) 3-4 Flores, Antonio 2 Fonalledas 5 Huyke Colón, Ing. Héctor 6 lechería 1-2 Línea Ensenada 12 Marcano, Oscar 1 Marcano, Santi 1 Marcano Pacheco, Cruz 1, 17 muerte de Jesús Piñero 14 – 15 Navarro, Saturna 11

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ordeño de las vacas 4 “Pacholo” 18 La Palma 3 Piñero, Emilio 2 Piñero, Emilio “Cuquito” 6, 7 - 8 Piñero, Ernesto 2, 9, 16 Piñero, Jesús 2, 8 - 9 Piñero de Trilla, Marina 10 – 11 Piñero de Mediavilla, Nitza 10 Rivera, Jimmy 3 Robles, Margarita 1 Robles, Vicenta 7 Rohena, Jorge 14 Rohena, Luis 2 romana de la finca 18 Ruth Bus Line 12 “Sonny” (José E. Piñero Bou) 19 Sosa, María 2 Tres Monjitas (lechería) 5 Trilla, Dr. Federico 11 vecinos inmediatos de Jesús Piñero 3 venta de la finca 8, 10 Vieques 5